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LECTURA DE LA PALABRA EN EL A.T. PARA HOY 1 DE ENERO.

Génesis 1,2
LIBRO PRIMERO DE MOISÉS
GÉNESIS
La creación
1
1
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2Y la tierra estaba
desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y
el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
3
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. 4Y vio Dios que la luz era
buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. 5Y llamó Dios a la luz Día,
y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.
6
Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe
las aguas de las aguas. 7E hizo Dios la expansión, y separó las aguas
que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre
la expansión. Y fue así. 8Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la
tarde y la mañana el día segundo.
9
Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los
cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. 10Y llamó Dios a lo
seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que
era bueno. 11Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba
que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su
12
semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Produjo, pues, la tierra
hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que
da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era
bueno. 13Y fue la tarde y la mañana el día tercero.
14
Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos
para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las
estaciones, para días y años, 15y sean por lumbreras en la expansión
de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. 16E hizo Dios las
dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el
día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo
también las estrellas. 17Y las puso Dios en la expansión de los cielos
para alumbrar sobre la tierra, 18y para señorear en el día y en la noche,
y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. 19Y fue
20
la tarde y la mañana el día cuarto. Dijo Dios: Produzcan las aguas
seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta
expansión de los cielos. 21Y creó Dios los grandes monstruos marinos,
y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su
género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno.
22
Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las
23
aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. Y fue la
tarde y la mañana el día quinto.
24
Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su
género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie.
25
Y fue así. E hizo Dios animales de la tierra según su género, y
ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra
según su especie. Y vio Dios que era bueno.
26
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las
aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal
que se arrastra sobre la tierra. 27Y creó Dios al hombre a su imagen, a
imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28Y los bendijo Dios,
y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y
señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas
las bestias que se mueven sobre la tierra.
29
Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla,
que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da
semilla; os serán para comer. 30Y a toda bestia de la tierra, y a todas
las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en
que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. 31Y vio
Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran
manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.
2
1
Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de
ellos. 2Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día
séptimo de toda la obra que hizo. 3Y bendijo Dios al día séptimo, y lo
santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la
creación.
El hombre en el huerto del Edén
4
Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron
creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, 5y toda
planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo
antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover
sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, 6sino que
subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra.
7
Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló
en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.
8
Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al
hombre que había formado. 9Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo
árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida
10
en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Y
salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro
11
brazos. El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la
tierra de Havila, donde hay oro; 12y el oro de aquella tierra es bueno;
hay allí también bedelio y ónice. 13El nombre del segundo río es Gihón;
éste es el que rodea toda la tierra de Cus. 14Y el nombre del tercer río
es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el
Eufrates.
15
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de
16
Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al
17
hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del
árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de
él comieres, ciertamente morirás.
18
Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré
19
ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda
bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que
viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los
20
animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda
bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán
21
no se halló ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer
sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus
22
costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová
23
Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo
entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi
24
carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por
tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer,
25
y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su
mujer, y no se avergonzaban.

LECTURA DE LA PALABRA EN EL N.T. PARA HOY 1 DE ENERO.


Mateo 1

EL SANTO EVANGELIO SEGÚN


SAN MATEO
Genealogía de Jesucristo
(Lc. 3.23–38)
1
1
Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de
Abraham.
2
Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus
hermanos. 3Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara, Fares a Esrom,
y Esrom a Aram. 4Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y
Naasón a Salmón. 5Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz
engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí. 6Isaí engendró al rey David, y
el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías.
7
Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa. 8Asa
engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías. 9Uzías
10
engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías. Ezequías
11
engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías. Josías
engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación
a Babilonia.
12
Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a
Salatiel, y Salatiel a Zorobabel. 13Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a
Eliaquim, y Eliaquim a Azor. 14Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim,
y Aquim a Eliud. 15Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a
Jacob; 16y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació
Jesús, llamado el Cristo.
17
De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta
David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia,
catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce.
Nacimiento de Jesucristo
(Lc. 2.1–7)
18
El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su
madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido
19
del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería
20
infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he
aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de
David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es
engendrado, del Espíritu Santo es. 21Y dará a luz un hijo, y llamarás su
nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. 22Todo
esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio
del profeta, cuando dijo:
23
He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,
Y llamarás su nombre Emanuel,
que traducido es: Dios con nosotros. 24Y despertando José del sueño,
hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer.
25
Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le
puso por nombre JESÚS.
COMENTARIO DE LA PALABRA EN EL A.T. PARA HOY 1 DE
ENERO. Génesis 1,2
Capítulo 1
1.1 La simple afirmación de que Dios creó los cielos y la tierra es uno
de los conceptos más desafiantes que enfrenta la mente moderna. La
grandiosa galaxia en la que vivimos gira a la increíble velocidad de
784.000 km por hora. Pero incluso a esta velocidad vertiginosa,
nuestra galaxia igualmente necesita 200 millones de años para hacer
una rotación. Y existen más de 1000 millones de galaxias como la
nuestra.
Algunos científicos dicen que el número de estrellas que hay en la
creación es igual a todos los granos de todas las arenas de todas las
playas del mundo. Aun así este complejo mar de estrellas giratorias
funciona con un orden y una eficiencia sorprendentes. Decir que el
universo «sólo apareció» o «evolucionó» requiere mucha más fe que
creer que Dios está detrás de todas estas estadísticas asombrosas.
Ciertamente Dios ha creado un universo maravilloso.
Dios no necesitaba crear el universo; Él decidió crearlo. ¿Por qué?
Dios es amor y el amor se expresa mejor hacia algo o hacia alguien,
así que Dios creó al mundo y a la gente como una expresión de su
amor. Debemos evitar reducir la creación de Dios a términos
meramente científicos. Recuerde que Dios creó el universo porque
ama a cada uno de nosotros.
1.1ss La historia de la creación nos enseña mucho acerca de Dios y
de nosotros mismos. Primero, aprendemos acerca de Dios: (1) Él es
creativo; (2) como Creador es diferente a su creación; (3) Él es eterno
y controla al mundo. También aprendemos de nosotros mismos: (1) ya
que Dios decidió crearnos, somos valiosos ante sus ojos; (2) somos
más importantes que los animales. (Véase 1.28 para mayor
información sobre nuestro rol en el orden creado.)
1.1ss ¿Exactamente cómo creó Dios al mundo? Este sigue siendo un
asunto de gran debate. Algunos dicen que hubo una repentina
explosión y el universo apareció. Otros dicen que Dios inició el
proceso y que el universo evolucionó a lo largo de miles de millones
de años. Casi cualquier religión antigua cuenta con su propia historia
para explicar cómo llegó a ser el mundo. Y casi todos los científicos
tienen una opinión sobre el origen del universo. Pero sólo la Biblia
muestra un Dios supremo que creó la tierra por su gran amor y que dio
a toda la gente un lugar especial en él. Nunca sabremos todas las
respuestas de cómo Dios creó al mundo. Pero la Biblia nos dice que
Dios sí lo creó. Este hecho por sí solo da a la gente valor y dignidad.
1.2 La afirmación de que «la tierra estaba desordenada y vacía»,
proporciona el entorno para la narración de la creación que aparece a
continuación. Durante el segundo y tercer días de la creación, Dios dio
forma al universo; durante los tres días siguientes, Dios llenó la tierra
con seres vivientes. «Las tinieblas[...] sobre la faz del abismo», se
disiparon el primer día cuando Dios creó la luz.
1.2 La imagen del Espíritu de Dios que se movía sobre la faz de las
aguas es similar a un pájaro que protege a sus polluelos (véanse
Deuteronomio 32.11, 12; Isaías 31.5). El Espíritu de Dios estaba
activamente involucrado en la creación del mundo (véanse Job 33.4;
Salmo 104.30). Su cuidado y protección siguen estando activos.
1.3–2.7 ¿Cuánto tiempo le tomó a Dios crear el mundo? Hay dos
puntos de vista respecto de los días de la creación: (1) cada día fue un
período literal de veinticuatro horas; (2) cada día representa un
período indefinido (hasta millones de años).
La Biblia no aclara cuál teoría es la correcta. Pero la pregunta real no
es cuánto tiempo le tomó a Dios, sino cómo lo hizo. Dios creó al
mundo de una manera ordenada (no creó las plantas antes que la luz);
y creó al hombre y a la mujer como seres singulares capaces de
comunicarse con Él. Ninguna otra parte de la creación puede reclamar
ese maravilloso privilegio. El punto importante no es cuánto tiempo le
tomó a Dios crear el mundo, ya sean unos pocos días o unos pocos
miles de millones de años, sino que lo creó tal cual quiso hacerlo.
1.6 La «expansión en medio de las aguas» era una separación entre el
mar y el vaho del cielo.
1.25 Dios vio que su obra era buena. En ocasiones, la gente se siente
culpable por pasar un rato agradable o por sentirse bien por un logro.
Esto no debe ser así. Así como Dios estaba complacido con su obra,
podemos estar complacidos con las nuestras. Sin embargo, no
podemos estar complacidos con nuestra obra si Dios no lo está
también. ¿Qué está haciendo usted que haga feliz tanto a Dios como a
usted mismo?
1.26 ¿Por qué Dios empleó la forma plural cuando dijo «Hagamos al
hombre a nuestra imagen»? Una perspectiva dice que está haciendo
referencia a la Trinidad —Dios, el Padre; Jesucristo, su Hijo; y el
Espíritu Santo— todos los cuales son Dios. Otra perspectiva afirma
que el plural se utiliza para denotar majestuosidad. Tradicionalmente
los reyes utilizan la forma plural al hablar de ellos mismos. De Job 33.4
y Salmo 104.30 sabemos que el Espíritu de Dios estaba presente en la
creación. De Colosenses 1.16 sabemos que Cristo, el Hijo de Dios,
estaba trabajando en la creación.
1.26 ¿Cómo es que somos hechos a semejanza de Dios?
Obviamente, Dios no nos creó exactamente como Él, porque Dios no
tiene cuerpo físico. En cambio, somos reflejo de la gloria de Dios.
Algunos piensan que nuestro raciocinio, creatividad, poder de
comunicación o autodeterminación es la imagen de Dios. Más bien, es
todo nuestro ser el que refleja la imagen de Dios. Nunca llegaremos a
ser totalmente iguales a Dios, porque Él es nuestro Creador supremo.
Pero sí tenemos la capacidad de reflejar su carácter en nuestro amor,
paciencia, perdón, bondad y fidelidad.
El saber que fuimos creados a semejanza de Dios y por lo tanto
poseemos muchas de sus características, nos proporciona una base
sólida para nuestra autoestima. Nuestro valor no se basa en
posesiones, logros, atractivo físico o reconocimiento público. En
cambio se fundamenta en el hecho de haber sido creados a
semejanza de Dios. Debido a que somos semejantes a Dios podemos
tener sentimientos positivos acerca de nosotros mismos. El criticarnos
o degradarnos equivale a criticar lo que Dios ha hecho. Saber que
usted es una persona que tiene valor le da la libertad de amar a Dios,
de conocerlo personalmente y de hacer una contribución valiosa a
aquellos que lo rodean.
1.27 Dios hizo tanto al hombre como a la mujer a su imagen. Ninguno
de los dos fue hecho más a la imagen de Dios que el otro. Desde el
principio vemos que la Biblia coloca tanto a uno como al otro en el
pináculo de la creación de Dios. Ninguno de los sexos es exaltado ni
despreciado.
1.28 Señorear significa ejercer absoluta autoridad y control sobre algo.
Dios es quien en última instancia gobierna la tierra y ejerce su
autoridad con cuidado amoroso. Cuando Dios delegó parte de su
autoridad a la especie humana, esperaba que nos hiciésemos
responsables del medio y de las otras criaturas que comparten nuestro
planeta. No debemos ser descuidados ni derrochadores al llevar a
cabo la tarea encomendada. Dios fue cuidadoso al crear la tierra. No
debemos ser negligentes al atender de ella.
1.31 Dios observó que lo que había hecho era muy bueno. Usted es
parte de la creación de Dios y Él está complacido por la manera en
que lo creó. Si en ocasiones siente que carece de valor o que vale
poco, recuerde que Dios lo creó por una buena razón. Usted es
valioso para Él.
Capítulo 2
2.2,3 ¡Vivimos en un mundo que está orientado hacia la acción!
Siempre parece que hay algo para hacer y no queda tiempo para
descansar. Sin embargo, Dios demostró que el descanso es adecuado
y bueno. Si Dios mismo descansó de su trabajo, no debe
sorprendernos que también nosotros necesitemos descansar. Jesús
demostró este principio cuando Él y los discípulos salieron en una
barca para alejarse de la presión de la multitud (véase Marcos 6.31,
32). Nuestros momentos de descanso nos refrescan para estar listos
para nuestros momentos de servicio.
2.3 Que Dios haya bendecido el séptimo día significa que lo apartó
para un uso santo. Este acto se toma de los Diez Mandamientos
(Éxodo 20.1–17) donde Dios ordena la observancia del día de reposo.
2.7 «Del polvo de la tierra» implica que no hay nada especial en los
elementos químicos que constituyen nuestros cuerpos. El cuerpo es
una cáscara inanimada hasta que Dios le da vida con su «aliento de
vida». Cuando Dios retira su aliento de vida, nuestros cuerpos
regresan una vez más al polvo. Por lo tanto, la vida y el valor del
hombre provienen del Espíritu de Dios. Muchos se jactan de sus
logros y habilidades, como si ellos fueran los que originan sus propias
fuerzas. Otros se sienten inútiles porque sus habilidades no se
destacan. A decir verdad, nuestro valor proviene, no de nuestros
logros, sino del Dios del universo que elige darnos el regalo misterioso
y milagroso de la vida. Él valora su vida, haga usted lo mismo.
2.9 El nombre del «árbol de la ciencia del bien y del mal» implica que
el mal ya existía, si no en el huerto, entonces en el momento de la
caída de Satanás.
2.9,16,17 ¿Acaso el árbol de vida y el árbol de la ciencia del bien y del
mal eran árboles reales? A menudo se expresan dos puntos de vista
diferentes:
(1) Los árboles eran reales, pero simbólicos. La vida eterna con
Dios estaba simbolizada al comer del árbol de la vida.
(2) Los árboles eran reales, poseían propiedades especiales. Al
comer el fruto del árbol de la vida; Adán y Eva podían tener vida
eterna, disfrutando de una relación permanente como hijos de Dios.
En cualquiera de los casos, el pecado de Adán y Eva los separó del
árbol de la vida y así les impidió obtener vida eterna. De un modo
interesante, el árbol de la vida aparece una vez más en Apocalipsis 22
donde la gente está disfrutando de vida eterna con Dios.
2.15-17 Dios dio a Adán la responsabilidad del huerto y le dijo que no
comiera del árbol de la ciencia del bien y del mal. Antes que prevenirlo
físicamente de comer, Dios le dio a Adán una opción, aun cuando él
pudiera escoger equivocadamente. Actualmente Dios nos sigue dando
alternativas y nosotros también, escogemos equivocadamente. Estas
elecciones erróneas nos pueden causar dolor, pero nos pueden
enseñar a aprender y a crecer y a hacer mejores elecciones en el
futuro. Vivir con la consecuencia de nuestras decisiones nos enseña a
pensar y elegir con más cuidado.
2.16,17 ¿Por qué Dios colocó un árbol en el huerto, para después
prohibir a Adán comer de él? Dios quería que Adán lo obedeciera,
pero Él le dio la libertad de la elección. Sin una alternativa, Adán
habría sido como un prisionero, y su obediencia habría sido hueca.
Los dos árboles presentaban un ejercicio de decisión, con
recompensas si se elegía obedecer o tristes consecuencias si se
decidía desobedecer. Cuando usted se enfrente a la alternativa,
siempre elija obedecer a Dios.
2.18-24 La obra creativa de Dios no estuvo completa hasta que creó a
la mujer. Pudo haberla hecho del polvo de la tierra, como hizo al
hombre. Sin embargo, decidió hacerla del hueso y de la carne del
hombre. Al hacer esto nos ilustró que en el matrimonio el hombre y la
mujer llegan a ser simbólicamente una sola carne. Esta es una unión
mística de los corazones y las vidas de la pareja. A lo largo de la
Biblia, Dios trata seriamente esta unión especial. Si usted está casado
o planea casarse ¿está usted dispuesto a guardar su compromiso que
hace que los dos sean uno? La meta del matrimonio debiera ser más
que una amistad; debiera ser una unidad.
2.21-23 Dios diseñó y equipó al hombre y a la mujer para realizar
diferentes tareas, pero todas estas tareas apuntan a la misma meta:
honrar a Dios. El hombre da vida a la mujer; la mujer da vida al
mundo. A cada rol le corresponden privilegios exclusivos; no se admite
el pensamiento de que un sexo sea superior al otro.
2.24 Dios dio el matrimonio como un regalo para Adán y Eva. Fueron
creados perfectamente para complementarse entre sí. El matrimonio
no fue sólo por conveniencia, tampoco lo originó ninguna cultura. Fue
instituido por Dios y cuenta con tres aspectos básicos: (1) El hombre
«deja» a su padre y a su madre y, en un acto público, se promete a su
esposa. (2) El hombre y la mujer se unen al tomar la responsabilidad
del bienestar de cada uno y al amar a su pareja sobre todos los
demás; (3) ambos llegan a ser «una carne» en la intimidad y en el
compromiso de la unión sexual que está reservada sólo para el
matrimonio. Los matrimonios sólidos de hoy incluyen estos tres
aspectos por completo.
2.25 ¿Ha notado usted cómo un niño pequeño puede correr desnudo
en un cuarto lleno de extraños sin avergonzarse? No está consciente
de su desnudez, así como Adán y Eva no se avergonzaban en su
inocencia. Pero después de que Adán y Eva pecaron, le siguieron la
vergüenza, la pena y la incomodidad; creando barreras entre ellos
mismos y Dios. A menudo experimentamos estas mismas barreras en
el matrimonio. Sería ideal que los esposos no tuvieran barreras, y no
sintieran vergüenza de exponerse el uno al otro o a Dios. Como Adán
y Eva (3.7), nos ponemos hojas de higuera (barreras) debido a que
hay aspectos nuestros que no queremos que nuestra esposa, o Dios,
conozca. Luego nos escondemos, de la misma manera que Adán y
Eva se escondieron de Dios. En el matrimonio la falta de intimidad
espiritual, emocional e intelectual por lo general precede a una
desintegración de la intimidad física. Del mismo modo, cuando no
podemos exponer nuestros pecados y pensamientos secretos a Dios,
cerramos las líneas de comunicación que tenemos con Él.

COMENTARIO DE LA PALABRA EN EL N.T. PARA HOY 1 DE


ENERO. Mateo 1
Capítulo 1
1.1 Esta genealogía fue una de las formas más interesantes con que
Mateo podía iniciar un libro dirigido a la audiencia judía. Como una
genealogía podía demostrar la posición de la persona como elegida de
Dios, Mateo comienza mostrando que Jesús era descendiente de
Abraham, el padre de todos los judíos, y descendiente directo del rey
David, con lo que cumplía completamente las profecías del Antiguo
Testamento que se referían a la línea del Mesías. Los datos en cuanto
a la descendencia eran cuidadosamente preservados. Esta es una de
las muchas pruebas que presenta Mateo para demostrar que Jesús es
el Mesías.
1.1ss Más de cuatrocientos años habían pasado desde que se diera la
última profecía del Antiguo Testamento y los judíos fieles en todo el
mundo todavía seguían esperando al Mesías (Lucas 3.15). Mateo
escribió este libro a los judíos, presentándoles a Jesús como Rey y
Mesías, el prometido descendiente del rey David que reinaría para
siempre (Isaías 11.1–5). El Evangelio de Mateo une ambos
Testamentos y contiene muchas referencias mostrando cómo Jesús
cumplió profecías del Antiguo.
1.1ss Jesús entró en la historia cuando la tierra de Israel estaba
controlada por Roma y era considerada como una avanzada
insignificante del vasto y majestuoso Imperio Romano. La presencia
de los soldados romanos en Israel dio a los militares judíos paz, pero
al precio de opresión, esclavitud, injusticia e inmoralidad. A esta clase
de mundo vino el Mesías prometido.
1.1–17 En los primeros 17 versículos nos encontramos con cuarenta y
seis personas, en el lapso de 2000 años. Todos fueron antepasados
de Jesús, pero varían considerablemente en espiritualidad,
personalidad y experiencia. Algunos fueron héroes de la fe, como
Abraham, Isaac, Ruth y David. Otros tenían una reputación sombría,
como es el caso de Rahab y Tamar. Muchos de ellos fueron personas
comunes, como Esrom, Aram, Naasón y Aquim. Y otros fueron
malvados, como es el caso de Manasés y Abías. La obra de Dios en la
historia no está limitada por los pecados humanos, y Él obra por medio
de gente común. Así como Dios usó toda clase de personas para traer
a su Hijo al mundo, Él hace lo mismo hoy para cumplir con su
voluntad.
1.11 El exilio ocurrió en 586 a.C. cuando Nabucodonosor, rey de
Babilonia, conquistó Judá, destruyó Jerusalén y llevó cautivos a miles
a Babilonia.
1.16 Como María era virgen cuando quedó embarazada, Mateo
incluye el nombre de José solo como esposo de María, no como padre
de Jesús. La genealogía de Mateo muestra el linaje legal (o real) de
Jesús a través de José. La línea ancestral de María se registra en
Lucas 3.23–38. María y José eran descendientes directos del rey
David.
Mateo señala la genealogía a partir de Abraham mientras que Lucas lo
hace a partir de Adán. Mateo está dirigido a los judíos, por eso señala
a Jesús como descendiente de Abraham. Lucas está dirigido a los
gentiles, por eso enfatiza a Jesús como Salvador de la humanidad.
1.17 Mateo divide la historia de Israel en tres grupos de catorce
generaciones, pero probablemente hubo más. Las genealogías, con
frecuencia, comprimen la historia, dando a entender que no se
incluyen específicamente cada generación de antepasados. Es el caso
de la frase «padre de» que puede también ser traducida «antepasado
de».
1.18 El matrimonio judío constaba de tres pasos. Primero, las dos
familias se ponían de acuerdo en la unión.
Segundo, se daba a conocer públicamente. En ese momento la pareja
estaba comprometida oficialmente. El noviazgo (llamado en el texto
«desposorio») era considerado una unión que podía ser disuelta solo
por la muerte o el divorcio (también por causa de fornicación). Tercero,
la pareja se casaba y comenzaba a convivir. Al estar comprometidos
María y José, la aparente infidelidad de María conllevaba un estigma
social severo. De acuerdo a las leyes civiles judías, José tenía el
derecho de divorciarse y las autoridades judías podían apedrear a
María hasta darle muerte (Deuteronomio 22.23, 24).
1.18 ¿Por qué el nacimiento virginal es importante para la fe cristiana?
Jesucristo, el Hijo de Dios, tuvo que ser liberado de la naturaleza
pecaminosa en que nacen todos los seres humanos desde Adán.
Jesús al nacer de una mujer se convirtió en un ser humano; pero por
ser el Hijo de Dios nació sin el pecado humano. Él era totalmente
humano y totalmente divino.
Porque fue hombre, sabemos que comprende completamente
nuestras circunstancias y problemas (Hebreos 4.15, 16). Porque es
Dios, tiene poder y autoridad para liberarnos del pecado (Colosenses
2.13–15). Podemos contarle todos nuestros pensamientos,
sentimientos y necesidades. Él ha pasado por lo que nos toca pasar
ahora a nosotros y tiene la capacidad para ayudarnos.
1.18–25 José enfrentó una decisión difícil al descubrir que María
estaba embarazada. A pesar de estar conciente de que tomar a María
como esposa podía ser humillante, eligió obedecer el mandato de Dios
casándose con ella. Su acción reveló cuatro cualidades admirables:
(1) principios inflexibles (1.19), (2) discreción y sensibilidad (1.19), (3)
disponibilidad ante Dios, (1.24), y (4) autodisciplina (1.25).
1.19 Quizá José pensó que tenía solamente dos opciones: divorciarse
de María silenciosamente o dejar que la apedrearan. Pero Dios tenía
una tercera opción: que José se casara con ella (1.20–23). A José no
se le ocurrió. Pero Dios, a menudo, nos muestra que tenemos más
opciones de las que pensamos. A pesar de que parecía sensato que
José rompiera el noviazgo, Dios lo llevó a tomar la mejor decisión.
Cuando nuestras decisiones afectan la vida de otros, siempre
debemos apelar a la sabiduría de Dios.
1.20 La concepción y nacimiento de Jesucristo son acontecimientos
sobrenaturales que están más allá de la razón y la lógica humanas.
Por eso Dios envió ángeles a ayudar a ciertas personas para que
comprendieran el significado de lo que había sucedido (Mateo 1.20;
2.13, 19; Lucas 1.11, 12, 26; 2.9). Los ángeles son seres espirituales
que Dios creó que ayudan a llevar a cabo su obra en la tierra. Llevan
el mensaje de Dios a la gente (Lucas 1.26), protegen al pueblo de Dios
(Daniel 6.22), ofrecen estímulo (Génesis 16.7ss), dan dirección (Éxodo
14.19), llevan castigo (2 Samuel 24.16), vigilan la tierra (Zacarías 1.9–
14), luchan contra las fuerzas satánicas (2 Reyes 6.16–18; Apocalipsis
20.1, 2). Hay ángeles buenos y ángeles malos (Apocalipsis 12.7), pero
por el hecho de que los ángeles malos están aliados con Satanás,
poseen menos poder y autoridad. A la postre el papel principal de los
ángeles será ofrecer continua adoración a Dios (Apocalipsis 7.11, 12).
1.20–23. El ángel anunció a José que el hijo de María había sido
concebido por el Espíritu Santo. Esto revela una verdad importante
acerca de Jesús: Él es Dios y hombre.
Dios tomó las limitaciones humanas para poder vivir y morir y así
obtener la salvación de todos aquellos que creen en Él.
1.21 Jesús significa «Salvador». Jesús vino a la tierra a salvarnos
porque nosotros no podíamos hacerlo. No podíamos librarnos de las
consecuencias del pecado. Por buenos que seamos, no podemos
eliminar la naturaleza pecaminosa presente en todos nosotros. Solo
Dios puede hacer esto. Jesús no vino para que la gente se salvara a sí
misma. Vino para salvarnos del poder y del castigo del pecado. Déle
gracias a Cristo por haber muerto en la cruz por sus pecados, y luego
pídale que tome el control de su vida. Una nueva vida empezará para
usted en ese momento.
1.23 Jesús iba a ser llamado Emanuel («Dios con nosotros»), como lo
predijo Isaías el profeta (Isaías 7.14). Jesús era Dios en la carne; en
otras palabras: Dios entre nosotros. Por medio del Espíritu Santo,
Cristo está presente en la vida de cada creyente. Quizá ni Isaías
comprendió el significado de Emanuel en toda su magnitud.
1.24 José cambió de planes rápidamente luego de descubrir que
María no le había sido infiel (1.19). Obedeció a Dios y prosiguió con
los planes matrimoniales. A pesar de que muchos quizás no lo
hubieran apoyado en su decisión, José continuó adelante con lo que
sabía que era correcto. Nosotros algunas veces dejamos de hacer lo
correcto por el qué dirán. Como José, debemos obedecer a Dios antes
que buscar la aprobación de los demás. Biblia del diario vivir.

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