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Alfaro Mancera Ricardo Andrés. Cta.

084374273
Historia Contemporánea III
Trabajo Final.
Afganistán: opio y rocanrol.
Nunca había conocido el dolor;
ahora es un campo que he heredado, y lo labro.

Landay anónimo afgano.

Introducción.

El objetivo de la presente investigación es comprender la problemática que enfrenta Afganistán en


su lucha contra el narcotráfico, enfocándome en explicar el proceso que llevó a ese país asiático al
cultivo e industrialización de la amapola y el trasfondo político y económico que conlleva este
fenómeno. Considero que se conoce muy poco respecto al proceso que ha vivido la nación afgana
para enfrentar este conflicto en particular, y la injerencia de EU y los gobiernos del mundo a la luz
de un nuevo imperialismo en la toma de decisiones y el manejo de la crisis afgana respecto a las
drogas y “sin que quede totalmente claro si se trata de una ayuda o una nueva ocupación
norteamericana”.1

Resulta muy preocupante que México llegue a la situación que ha vivido el país asiático
respecto al cultivo y procesamiento de estupefacientes y al ir leyendo las fuentes en que me he
apoyado para este trabajo, es posible observar las muchas similitudes entre ambos casos. Además
parece que no hay una gran distancia entre el problema del narcotráfico de esa nación asiática y la
mexicana; de ahí la relevancia del problema para mí.2

Y es que al parecer el conservadurismo mundial está a favor de la política expansionista


estadounidense: el historiador Max Boot, en un editorial del influyente diario norteamericano, The
Wall Street Journal, opina que “cierta dosis de imperialismo estadounidense puede ser la mejor
respuesta al terrorismo. Afganistán y otros países atribulados echan de menos hoy el tipo de
administración extranjera ilustrada”.3

1
David Harvey, El nuevo imperialismo, España, Akal, 2003, p. 10.
2
No se debe perder de vista que en México el cultivo de la amapola está creciendo año con año e incluso
varios actores implicados en esto han pedido al Ejecutivo mexicano su legalización. En las conclusiones de esta
investigación toco un poco más sobre el tema.
3
Max Boot, The Futility of Terrorism, en The Wall Street Journal, Opinion. 16/04/2013.

1
Algo que se percibe al ahondar en el tema afgano es la dispersión e inconsistencia de la
información a través de las diferentes fuentes con que se dan datos, cifras o ‘inteligencia’ a las
diversas instancias mundiales incluyendo la ONU, lo que impide realizar análisis integrales;
ocasionando que las mismas organizaciones humanitarias carezcan de las herramientas y los
argumentos que las lleven a tomar la mejor opinión respecto a los problemas fundamentales que
tiene el país asiático, en este caso el narcotráfico.

Al revisar y categorizar los datos se ha generado como propuesta o hipótesis que la política
imperialista de EU contra los estupefacientes y el narcotráfico en Afganistán siempre ha estado
subordinada a intereses ajenos al país asiático; primero durante la guerra contra la intervención
soviética en la nación afgana y, actualmente, contra los grupos islámicos extremistas.

En vista del tipo de trabajo que se pretende llevar a cabo y teniendo parte de la información
revisada, considero que el método a seguir será el del análisis documental. Esto en función del tipo
de fuentes con las que se estará trabajando.

Las fuentes que se emplearan son primordialmente artículos académicos de expertos sobre el
tema, reportes sobre drogas y narcotráfico de la ONU respecto al país afgano, así como fuentes
hemerográficas y cifras proporcionadas por el gobierno del país afgano, siempre buscando comparar
estos datos con los proporcionados por ONG’s para tratar de encontrar la veracidad y la
imparcialidad.

La estrategia general a seguir será hipotético-deductiva pues tras haber observado el problema
o fenómeno y después de construir la hipótesis antes citada, se contrastará con las fuentes recabadas
para así llegar a las conclusiones.

El tipo de investigación que más acomoda a las necesidades del fenómeno a estudiar es el
exploratorio pues se pretende examinar un tema poco estudiado, al menos actualmente en México,
y es necesario familiarizarse con el fenómeno para posteriormente dar pie a una investigación más
extensa.

[consultado 09/05/2017] Disponible en:


https://www.wsj.com/articles/SB10001424127887324485004578426520067308336

2
Contexto geográfico, político y cultural.

La República Islámica de Afganistán se encuentra situada geográficamente en Asia Central,


también se le considera como parte del subcontinente indio y del Medio Oriente. Limita con Irán al
oeste, con Pakistán al este y al sur, con la República Popular China al noreste, y con Turkmenistán,
Tayikistán y Usbekistán al norte.

Resulta casi imposible llevar a cabo un censo demográfico de manera formal y sistemática
dadas las condiciones políticas que imperan en el país, por lo que es difícil proporcionar una cifra
certera de su población; en el año 2016 este país tenía una población estimada de 27.6 millones de
habitantes, de los cuales 13.5 millones son mujeres y 14.1 millones son hombres.4

Afganistán tiene una superficie de 648 mil km2, de los cuales cerca del 75 por ciento del
territorio es montañoso, lo cual lo convierte en un país de difícil acceso en cuanto a vías de
comunicación. Además de que una buena parte del territorio es desértico o semidesértico, excepto
unos cuantos valles fértiles donde se concentra la mayor parte de la población y de los cultivos
tradicionales.5

La economía del país tiene un desarrollo muy bajo debido a la inestabilidad política y al estado
de guerra constante, a la ausencia de un gobierno central efectivo, y, al hecho de ser una sociedad
fragmentada en grupos tribales. Solamente el 23.5 por ciento de su población vive en zonas urbanas.
La agricultura es la principal fuente de ingresos del país afgano, siendo practicada por casi 80 por
ciento de la población. Se cultiva trigo, arroz, maíz, cebada, remolacha azucarera, dátiles, hortalizas,
algodón, tabaco y sobre todo, amapola.

Evidentemente, con una economía tan precaria el país afgano está considerado como una
nación de pobreza extrema; de hecho, desde 1995 ha ocupado los últimos sitios en la clasificación
de la FAO por países según el consumo de calorías de su población. Miles de personas carecen de
alimentos, vivienda y asistencia sanitaria.

4
Estas cifras son dadas oficialmente por el gobierno afgano. Gobierno de la República Islámica de Afganistán,
Organización Estadística Central, 2016-17. [consultado 09/05/2017] Disponible en:
http://cso.gov.af/en/page/demography-and-socile-statistics/demograph-statistics/3897111
5
El cultivo de la amapola ha sentado perfectamente en este país gracias a que se trata de una planta que es
fácilmente cultivable, requiere de muy poca agua para crecer y de pocos cuidados pues tiene una gran
tolerancia a los climas extremos, incluso semidesérticos.

3
Afganistán ha sido desde la antigüedad un punto central en las grandes migraciones humanas
que han configurado Europa y Asia, tanto que las dos lenguas más habladas, el pastún y el dari, que
es una variante del persa, guardan mucha similitud con las lenguas germánicas, eslavas y latinas.

Esta nación asiática se ha visto permeada a lo largo de su historia religiosa y cultural por la
India, Irán y Asia Central, lo cual ha tenido una injerencia directa sobre su población. Afganistán ha
estado muy influido por el islam ya que cerca del 99 por ciento de los afganos son musulmanes, de
los cuales, entre 80 y 89 por ciento son suníes y entre el 10 y 19 por ciento son chiíes. Una importante
figura de la vida musulmana en Afganistán es el mulá, el cual es su líder religioso y la injerencia de
éste en la vida cotidiana afgana es muy grande y en muchas ocasiones su voz es muy relevante en
la toma de decisiones de las tribus y la población urbana; el problema aparece cuando este líder
religioso tiene vínculos con los ‘señores de la droga’, lo cual sucede con frecuencia.6

El país afgano ha sufrido muchas agresiones militares que han cambiado el sentido de su
historia y su pueblo ha tenido que pagar por ello un alto precio en violencia y guerras intestinas. A
pesar de su rica diversidad pluricultural y étnica, su historia como pueblo además de su religión ha
ido creando un cierto sentimiento unitario y de cohesión que surge como respuesta a los ataques
externos.7

Entre los años 1979 y 2000 una tercera parte de su población abandonó el territorio huyendo
de la guerra que tiene una relación directa con el narcotráfico; por lo que se estima que hay
aproximadamente seis millones de refugiados afganos establecidos en Pakistán e Irán.8

Hay más de medio centenar de grupos nómadas que guardan gran fidelidad al clan y a la
familia, así como a la religión y a la nación; entendida esta última como un grupo enfrentado a un
ataque externo,9 viendo casi siempre al Estado como algo ajeno y hostil. Por otro lado, en lo que
respecta a derechos humanos, a pesar de que la Constitución afgana de 2004 prohíbe cualquier tipo

6
Afghanistans web site, Religion, 2012 [consultado 09/05/2017] Disponible en:
http://www.afghanistans.com/Information/People/Religion.htm
7
Karim Walid, Un breve repaso a la historia afgana, Diagonalperiódico.net. Diario online, Barcelona,
24/12/2012. [consultado 09/05/2017] Disponible en:
https://www.diagonalperiodico.net/global/breve-repaso-la-historia.html
8
Ibid.,[consultado 09/05/2017] Disponible en:
http://web.archive.org/web/20131211163129/http://cso.gov.af/en/page/3897/6449
9
Jean-Charles Blanc, Des peuples afganis au peuple afgani, en revista Les Temps Modernes, vol. XXXV, núm.
408-409, julio-agosto 1980, Paris, p. 20-57.

4
de discriminación y distinción entre sus ciudadanos, se siguen sancionando leyes que afectan a sus
habitantes, y entre éstos, a las mujeres principalmente.10

Con los datos antes mencionados, es posible ver el estado de vulnerabilidad de la población
entera frente a la penetración e injerencia de países externos y de grupos terroristas que generalmente
tienen vínculos directos con el narcotráfico.11

La “pequeña América”. Afganistán en 1946.

El proceso de cómo este país ha monopolizado el cultivo de amapola y el tráfico de


estupefacientes en nuestros días se remonta a 1946 cuando un grupo de ingenieros estadounidenses
acompañados por sus familias llegan a la provincia de Helmand, en el suroeste de Afganistán. Dicha
zona es regada por el río Helmand, lo que la convierte en tierra fértil para la agricultura. Estos
ingenieros se llamaban a sí mismos emkayans y residían en un complejo de casas que rodeaba el
palacio de campo del entonces rey de Afganistán, Zahir Sha. El lugar se conocía como Little
America. Los ingenieros trabajaban para la compañía Morrison Knudsen, empresa que en aquellos
días era la mayor corporación de construcción del mundo.

El rey Zahir Sha había creado un ambicioso proyecto para construir una serie de grandes
presas que permitirían generar electricidad y ampliar las zonas de cultivo y riego en un país que
posee apenas poco más del 10 por ciento de tierras aptas para el cultivo. Pero por la tensión de la
Guerra Fría y las rivalidades étnicas y políticas, el megaproyecto se retrasó hasta 1953, sin embargo
se construyó la primera presa y aparentemente resultó un éxito ya que permitió aumentar de forma
considerable la producción agrícola y elevó los ingresos medios de las explotaciones agrícolas hasta
diez veces.

Se obtenían cosechas con excedentes incluso en tiempos de sequía y los agricultores


cultivaban algodón que exportaban por miles de toneladas. En aquella época “pocos campesinos
reconocían la flor de la amapola”.12

10
Santiago Quintana Pali, Afganistán, encrucijada estratégica del Asia Central, México, UNAM, 1986, p. 37.
11
Marc W. Herold, Afganistán como un espacio vacío. El perfecto estado neocolonial del siglo XXI, Madrid,
Foca, Colección Investigación, 2007, p. 316.
12
Monica Whitlock, Helmand´s Golden Age, BBC, England, 07/08/2014 [consultado 09/05/17] Disponible en:
http://www.bbc.co.uk/news/special/2014/newsspec_8529/index.html

5
Al final de los años 50, las presas construidas habían provocado que el nivel freático
aumentara de forma descontrolada, tanto que una gran superficie de la tierra se encontraba inundada.
Una capa impermeable de roca no muy profunda tras la capa superficial del suelo, impedía el drenaje
apropiado lo que empujaba sal a la superficie y dejaba los campos inservibles para el cultivo.

Los expertos opinaban que el proyecto de Helmand debía ser detenido pero el gobierno
estadounidense intervino e insistió en continuar debido más a un interés de carácter político que a la
modernización real de Afganistán. El progreso afgano se había convertido en una parte medular de
la lucha de EU contra la Unión Soviética durante la Guerra Fría pues el país asiático serviría como
puente para hacer llegar petróleo y gas a las costas árabes y así embarcarlo a EU y Occidente.

Dadas las condiciones en que habían quedado las zonas afectadas por la alta salinización de
los suelos y mencionado anteriormente, los cultivos tradicionales de subsistencia ya no prosperaron.
Precisamente, uno de los cultivos que podía florecer fácilmente en ese entorno semidesértico y hostil
fue la amapola, elemento principal en el procesamiento de opiáceos. Desde ese momento el cultivo
de la amapola quedó controlado por la familia perteneciente a la dinastía afgana de los Musahiban
y a la etnia pastún que guarda estrechos vínculos con grupos terroristas, monopolizando allí el 90
por ciento del cultivo y la producción del opio y la heroína.13

En 1973 el rey Zahir Sha era derrocado mientras se encontraba de viaje y el golpe de Estado
fue liderado por su propio primo, Mohammed Daud Khan que tenía el cargo de Primer Ministro
real. Daud Khan proclamó la república. Mientras tanto, países de los dos bloques de la Guerra Fría,
se peleaban compitiendo con sus ofertas de cooperación para continuar manteniendo su influencia
política y económica en el país y aunque Daud Khan se inclinaba más por la ayuda estadounidense,
no se llegó a concretar nada en ese momento.

Sin embargo, hábilmente Daud Khan ofreció a la Unión Soviética poder continuar con las
obras de modernización de la nación esperando mejores condiciones que las ofrecidas por los
estadounidenses; además con esto Afganistán estaría jugando un papel protagónico en la lucha por
el poder hegemónico de la región de Asia central y el Cáucaso. Pero el mismo Daud Khan no tardó
en ser derrocado y asesinado en abril de 1978 por una rebelión militar comunista que fue acogida

13
James Tharin Bradford, Opium in a time of uncertainty: state formation, diplomacy, and drug control in
Afghanistan during the Musahiban dynasty, 1929-1978, Boston, Northeastern University, 2013, 278 pp.

6
favorablemente en todo el país afgano, dando así paso a un gobierno encabezado por Nur
Muhammad Taraki.

Muhammad Taraki, de extracción pastún, implantó una serie de reformas de corte marxista
que buscaban modernizar al país con una óptica basada en el ideario de la Unión Soviética, siendo
una de las principales medidas la eliminación del cultivo de la amapola, que todavía no tenía los
alcances actuales, pero con esta acción Taraki se enemistó con países como Inglaterra y el mismo
EU, por lo que en septiembre de 1979 Taraki es asesinado por Hafizulla Amín, rival de Taraki en el
partido comunista afgano, al verse trastocados los intereses económicos y políticos de Occidente.

Con esta acción, Hafizulla Amín subió al poder y acabó con las reformas comunistas
alejándose de la órbita soviética para intentar acercarse nuevamente a los Estados Unidos, lo que
provocó el enojo y la intervención directa de la Unión Soviética sobre Afganistán el 27 de diciembre
de 1979 cuando la URSS trataba de restablecer el statu quo sobre el país, y de esta forma acabar con
la injerencia occidental.14

Pero antes, en julio de 1978, la Casa Blanca a instancias de Zbigniew Brzezinski, consejero
de Seguridad del entonces presidente James Carter, había aprobado ya oficialmente el apoyo al país
afgano, así EU comenzó a participar efectivamente a mediados de 1979 en esa nación para reclutar,
entrenar y armar a un poderoso ejército de 100 mil mercenarios, en su gran mayoría fanáticos
musulmanes de todo el mundo, esto para hacer frente a las intervenciones soviéticas. En ese
momento Afganistán fue apoyado principalmente por EU, Inglaterra y los gobiernos del Golfo,
especialmente Arabia Saudita, Pakistán y China.15

En una entrevista dada en 1998 al semanario francés Le Nouvel Observateur, el exconsejero


de Seguridad estadounidense, Brzezinski recordó: “no presionamos a los rusos a intervenir, pero
incrementamos a propósito la probabilidad de que lo hicieran […] Esa operación secreta fue una
idea excelente. Tuvo el efecto de atraer a los soviéticos hacia la trampa afgana […] El día que los

14
Lutz Cleveman, The New Great Game. Blood and Oil in Central Asia, New York, Grove Press, 2003, p. 145.
15
Noam Chomsky, ¿Quién domina el mundo?, Barcelona, Ediciones BSA, 2016, 287 p.

7
soviéticos cruzaron la frontera, escribí al presidente Carter: Ahora tenemos la oportunidad de darle
a la Unión Soviética su guerra de Vietnam”.16

Sin embargo, reclutar un ejército mercenario, entrenarlo, armarlo y llevarlo a Afganistán era
lógicamente muy caro. Por esta razón, la guerra afgana condujo inevitablemente a un incremento
desmedido del cultivo de amapola para su procesamiento y de esta forma financiar el apoyo a la
guerra santa afgana. Este tráfico de opio y heroína terminaría convirtiendo primero en adictos a
decenas de miles de afganos y paquistaníes y más tarde a millones de europeos y estadounidenses,
generando con ello miles de millones de dólares para la causa pero también una cantidad enorme de
adictos y una de las pandemias sanitarias más graves de los años ochenta con todas sus
consecuencias y problemas sociales derivados.

La política de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) para obtener los


fondos necesarios que permitiesen costear una guerra encubierta se basaba en que a medida que las
guerrillas de los muyahidines (combatientes islámicos fundamentalistas) iban conquistando
territorio a los rusos en Afganistán, ordenaban a los campesinos que plantaran opio como impuesto
revolucionario para generar ingresos.

Mientras tanto, los agentes estadounidenses de la Agencia antidrogas (DEA), presentes en


Pakistán, no investigaban a los traficantes afganos porque la política contra los estupefacientes en
Afganistán estaba subordinada primeramente a la guerra contra la influencia soviética en ese país.

Pero terminada la guerra contra los rusos, Afganistán y los luchadores por la libertad afganos
fueron totalmente olvidados por quienes primero habían promovido y apoyado la guerra desde
Washington. Las promesas para estabilizar el país, desarrollar un sistema político democrático,
desarmar a los violentos muyahidines quedaron olvidados por las subsecuentes administraciones
estadounidenses así como por el resto de países involucrados. Lo único que quedó claro es que tras
la retirada soviética los bandos de la guerra civil afgana continuaron siendo respaldados por la
inteligencia militar paquistaní (ISI), que a su vez estaba controlada por la CIA, así, el Estado
Islámico Talibán estaba sirviendo de manera importante a los intereses geopolíticos americanos.

16
Jeffrey St Clair, How Jimmy Carter and I Started the Mujahideen, Le Nouvel Observateur, January 15, 1998.
[consultado 09/05/2017] Disponible en: http://www.counterpunch.org/1998/01/15/how-jimmy-carter-and-
i-started-the-mujahideen/

8
Después de la Guerra Fría la región central de Asia no sólo era estratégica por sus extensas
reservas petroleras sino que también produce actualmente tres cuartas partes del opio mundial, lo
cual representa ganancias multimillonarias de entre 100 y 200 mil millones de dólares a los cárteles
empresariales, instituciones financieras, agencias de inteligencia y el crimen organizado. Las
ganancias anuales del comercio de la droga de esa zona representan aproximadamente un tercio de
las ganancias anuales mundiales en drogas, calculadas por las Naciones Unidas en 500 mil millones
de dólares.

Las organizaciones internacionales de ayuda para reconstruir Afganistán llevaron a cabo la


creación de la Autoridad Interina de Afganistán, esto tras el Acuerdo de Bonn en el año 2001. Al
siguiente año, gracias a la Conferencia en Tokio de Donantes para la Reconstrucción de Afganistán,
se recolectaron 4.500 millones de dólares administrados por el Banco Mundial que sirvieron para
atender áreas neurálgicas de esta nación, principalmente con instalaciones para la salud y la
educación, impulso al sector agrícola, así como vías de comunicación, energía y
telecomunicaciones.17

En 2001, después de que el gobierno talibán fue derrocado y se formó el nuevo gobierno
afgano, la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad establecida por el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas ha ayudado a la administración del Estado a conseguir un mínimo
de seguridad para las y los habitantes afganos. Las fuerzas del talibán han buscado reagruparse ahora
dentro de Pakistán, mientras que más tropas de la coalición han entrado en Afganistán e intentado
iniciar la reconstrucción del país devastado por la guerra. El problema es que aunque los talibanes
han sido expulsados de algunas zonas de su bastión al sur de Afganistán, los combatientes del grupo
insurgente afgano Haqqani que es afín a los talibán, siguen cometiendo ataques transfronterizos
desde sus bases paquistaníes situadas en la frontera oriental con Afganistán. Jallaloudin Haqqani es
uno de los líderes más prominentes e influyentes de esta red y ha sido uno de los principales
comandantes desde 2004.18

Por su parte, el actual mandatario de Paquistán, Mamnoon Hussain, ha sido acusado por EU
de tibieza en la lucha contra Al-Qaeda para lograr desbaratar las redes terroristas en Pakistán y para

17
José Miguel Calvillo Cisneros, Afganistán, seguridad y desarrollo. Un modelo de estabilización de estados,
Cáceres, Centro de Estudios de Iberoamérica, 2013, 246 p.
18
USAID for the American People, Afghanistan, Washington, 30/03/2017 [consultado 09/05/2017]
Disponible en: https://www.usaid.gov/afghanistan

9
degradar cualquier habilidad que tengan para planear y lanzar ataques terroristas internacionales;
con esto se puede ver que la situación política de Afganistán continua siendo compleja y violenta
tras el derrocamiento del movimiento talibán y de la intervención en el país de la coalición liderada
por los Estados Unidos desde finales de 2001.

La Organización de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales juegan un


papel importante en la reconstrucción de la nación asiática, la ONU mantiene la ayuda económica y
militar al gobierno afgano para sustentar el orden interno pues como se menciona, todavía existen
grupos talibanes hacia dentro del territorio que intentan mantener e incrementar su poder basándose
en gran medida en el tráfico de los opiáceos.

En septiembre de 2005 se llevaron a cabo las primeras elecciones parlamentarias y


posteriormente en 2010 la nación fue convocada otra vez a votar, y desde septiembre de 2014 el
presidente es elegido por un periodo de cinco años. El gobierno afgano elegido por voto popular en
2005 e instaurado por la comunidad internacional y posteriormente refrendado por el órgano
legislativo controla la capital y con dificultades el resto del país que continúa siendo muy resistente
al nuevo régimen.19

Afganistán y el opio como una fuente segura de ingresos.

La economía afgana se ha visto golpeada a causa de las agitaciones políticas y militares, así
como también debido a las frecuentes sequías que han azotado al país desde hace veinte años. La
mayoría de la población sufre la falta de alimentos, vivienda, y atención médica y la inflación es un
grave problema por lo que para paliar esta situación muchos de los agricultores han optado por
cambiar sus cultivos de consumo interno por paga en efectivo, además el crimen organizado los ha
‘invitado’ a dedicarse al cultivo de opio, el cual se ha incrementado sustancialmente durante las dos
últimas décadas al punto de que Afganistán se ha convertido en el primer proveedor de opio en el
mundo con 193 mil hectáreas de cultivo.

19
USAID for the American People, Afghanistan and democracy, Washington, 01/04/2017
[consultado 09/05/2017] Disponible en:
https://www.usaid.gov/afghanistan/democracy-governance

10
En las zonas rurales de los países productores de estupefacientes en Asia, principalmente
Afganistán, cerca de 700 mil familias dependen de los ingresos provenientes del cultivo de la
amapola, sin embargo, la mayoría de estas familias viven por debajo del nivel de pobreza y obtienen
por término medio más del 50 por ciento de sus ingresos gracias a la amapola. Aunque el negocio
de la droga ayuda a estas familias a soportar las épocas de escasez de alimentos y las fluctuaciones
de otros mercados agrícolas, la dependencia económica de cultivos ilícitos es finalmente
insostenible. Formando un enclave en la economía nacional y fuera de las corrientes principales de
desarrollo, el cultivo de la amapola pone a los campesinos en manos de intermediarios sin escrúpulos
y sanguinarios.

Lo más grave es que después de que el mundo debatió en 2016 las políticas sobre drogas en
la Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU sobre el Problema Mundial de la Droga, el
cultivo de amapola continua muy arraigado en Afganistán. La producción de narcóticos y las
políticas contra las drogas son de una importancia crítica, no solo para el control de estupefacientes
en el mismo país y en todo el mundo, sino también por la búsqueda de la seguridad, la reconstrucción
y el estado de derecho en Afganistán.20

Actualmente hay en todo el mundo más de 25 millones de toxicómanos que consumen heroína
o cocaína. Estos dos estupefacientes, los más peligrosos de origen vegetal, están bien establecidos
en mercados tradicionales como el afgano. La Oficina de Fiscalización de Drogas y de Prevención
del Delito de la ONU, en colaboración con el gobierno afgano y otros organismos internacionales,
propusieron en 2008 una agresiva campaña para lograr erradicar su cultivo en diez años. A nueve
años de esta campaña se puede ver que lejos de conseguir su objetivo, el cultivo de la amapola sigue
creciendo sustancialmente.

El incremento del cultivo de productos relacionados directamente con la droga en Afganistán


es un importante problema de salud mundial, el aumento alarmante de la producción de amapola en
los últimos años ha ocasionado que las exportaciones de opiáceos hayan aumentado un 60 por ciento.
Los cálculos de la ONU respecto al consumo de heroína reflejan que el 93 por ciento que se consume
en Europa proviene de Afganistán, lo que genera fuertes ingresos que evidentemente no llegan a las

20
Transnational Institute Drugs and Democracy, Control de drogas de las Naciones Unidas, 2016.
[consultado 09/05/2017]
Disponible en: http://www.undrugcontrol.info/es/control-de-drogas-de-la-onu/ungass

11
arcas del Estado, teniendo como consecuencia el aumento de la inseguridad y el bajo desarrollo del
país.

El opio no ha sido un producto tradicionalmente afgano. Cuando el gobierno legítimo empezó


a perder el control de las instituciones durante la invasión soviética en 1979-80, los ‘señores de la
guerra’ tomaron el control y establecieron una serie de sistemas ilícitos para financiar las actividades
que influyeron en el crecimiento de la producción de amapola. Como ya se mencionó, el dinero fue
empleado en un primer momento para forzar la salida de la desaparecida Unión Soviética. Cuando
el ejército de la URSS abandonó Afganistán también lo hizo EU y se produjo un vacío de poder en
el control de la producción de opio cosa que aprovecharon algunos distribuidores locales del opio.21

Entonces armaron sus ejércitos con las facciones más fanáticas de extremistas procedentes
de Arabia Saudita, así como del servicio de Inteligencia Secreto Paquistaní (ISI), provocando el
surgimiento de grupos radicales como el talibán que también se ha nutrido de las ganancias del opio.
Con lo anterior se puede apreciar que la vinculación entre opio y seguridad es evidente dejando a
Afganistán como el principal narcoestado del mundo donde se crea una simbiosis entre su gobierno
(particularmente sus agencias de inteligencia) y las asociaciones criminales.22

Otro motivo que llevó al país afgano a tomar la estafeta en el cultivo de la amapola, fue el
hecho del aumento a las restricciones para el cultivo de opiáceos en Turquía, Irán y Pakistán; lo que
generó un alza desmedida en los precios mundiales de la heroína durante los años ochenta del siglo
XX, al tiempo que ‘coincidentemente’ el gobierno de Afganistán perdió el control del cultivo y la
producción en las áreas rurales; fue entonces que este país se convirtió en una alternativa del
mercado del opio que había estado ubicado en el llamado Triángulo del Oro, comprendido por
Birmania, Tailandia y Laos.

Por más de veinte años el cultivo de la amapola ha sido la actividad económica que más dinero
ha generado en Afganistán; en 2014 según informes del Banco Mundial los beneficios por opiáceos
representaron entre el 10 y el 15 por ciento del PIB, pero si se consideran los excedentes
macroeconómicos y la manera en que el opio soporta muchas de las actividades económicas del país

21
Daniel Gomá Pinilla, Historia de Afganistán, Barcelona, Universitat de Barcelona, 2011, 253 p.
22
Ángela María Puentes Marín, El opio de los talibán y la coca de las FARC: transformaciones de la relación
entre actores armados y narcotráfico en Afganistán y Colombia, Bogotá, Universidad de los Andes/Dpto. de
Ciencia Política, 2006, 124 p.

12
se calcula que las drogas fácilmente constituyen entre una tercera parte y la mitad de la economía
total del país, lo cual es una cifra muy alta.23

Las rutas de la amapola y el opio.

Las principales rutas por las que circula el opio o la heroína antes de salir del país son tres.
La primera es la ruta del sur donde la droga sale de Afganistán por las zonas tribales hacia los puertos
de Gwadar y Karachi en Pakistán, ya en la costa se transporta en barcos con destino a los países del
Golfo Pérsico para llegar a Turquía y finalmente a Europa. La segunda ruta del oeste llega a Irán, a
las provincias de Herat, Bagdhis y Faryab pasando por Turkmenistán, la droga aun sin procesar
atraviesa el Desierto de la Muerte para llegar a Turquía donde es procesada y entonces se manda a
Europa, pero antes se queda una parte para su consumo en el mercado local.

La última ruta es la que más se adentra en Asia Central, esta región no presenta una gran
producción de opio, excepto por Tayikistán sin embargo, alberga la ruta del norte, por donde circula
alrededor del 21 por ciento de la heroína y el opio procedente de Kabul y que a su vez engloba cinco
rutas o subrutas que pasan por Tayikistán hacia China, Rusia y Europa.24

Conclusiones.

Como se ha podido ver a lo largo del presente trabajo, la política estadounidense contra los
estupefacientes en Afganistán estuvo subordinada en un principio a una lucha contra la influencia
soviética en ese país y actualmente esa lucha orquestada desde Washington ha cambiado su objetivo
por uno igual o más complejo: erradicar algo que ellos mismos crearon, una nación productora de
estupefacientes con el suficiente flujo económico para empoderar a las células terroristas de
extremistas islámicos y sin embargo, paradójicamente, una nación en pobreza extrema.

23
Vanda Felbab-Brown, Afganistán: terrorismo, opio y paciencia, Artículo del periódico Ahora, España,
29/04/2016. [consultado 09/05/2017] Disponible en:
https://www.ahorasemanal.es/afganistan:-terrorismo,-opio-y-paciencia
24
Martha Camacho de la Vega, Afganistán, la ruta del opio, Asociación de Diplomáticos Escritores, núm. 37,
Madrid, 2016. [consultado 09/05/2017] Disponible en:
http://www.diplomaticosescritores.org/NumeroActual.asp?link=37_7.htm&num=37

13
Los estudios de la ONU afirman que en los últimos años más del 90 por ciento de los ingresos
derivados de la droga en Afganistán no llegaron a los que la cultivan, sino a manos de los traficantes
y procesadores de heroína, quienes destinaron una parte de su ganancia para corromper al gobierno
afgano y apoyar a grupos armados. Tal parece que las redes de la corrupción han gangrenado los
tejidos más profundos del país como son sus instituciones gubernamentales.

La mayor parte del mercado está siendo controlado por los ‘señores de la guerra’ y los
‘señores de la droga’, esto los vincula directamente con la producción de opiáceos y la seguridad
del país en un binomio irrompible. Ahora bien, si en un sistema económico y político como el afgano
se prescinde de su principal fuente de riqueza, aunque esta sea al margen de la ley, se corre el peligro
de generar una crisis económica y política aún mayor que desencadene en nuevas y más cruentas
revueltas armadas.

El problema de la droga en Afganistán no es un asunto fácil que tenga una sola respuesta. Se
necesita que la ayuda destinada a acabar con el tráfico de drogas conlleve la participación de todos
los actores involucrados, tanto regionales como internacionales. Además, se requiere que el
problema sea afrontado desde una perspectiva global y multidisciplinaria.

Tal vez la energía debería dirigirse a la búsqueda de alternativas legales que descansen al
mismo tiempo en el desarrollo del sistema agrícola del país. Si se considera que la agricultura es la
principal fuente de riqueza de Afganistán hacia ella se deberían encaminar los esfuerzos
internacionales; si bien es cierto que organismos internacionales como la ONU y el Banco Mundial
ya lo han intentado en ocasiones anteriores sin mucho éxito, por lo pronto la OTAN ha marcado
como una prioridad la reducción del cultivo y producción de estupefacientes en el país asiático.

Desde la formación del nuevo gobierno afgano en 2014 auspiciado por la ONU y la supuesta
caída del régimen talibán con la injerencia del gobierno estadounidense, el cultivo y la producción
de opiáceos y la inestabilidad política no han disminuido, por el contrario, han resurgido con mayor
fuerza en el territorio de Afganistán.25

Algo que puede causar optimismo a nivel mundial es que en algunos países la producción
ilícita de opiáceos ha tendido a disminuir ligeramente en los últimos diez años. Por ejemplo Pakistán,

25
Ministerio de Defensa Español, Droga, inestabilidad y subdesarrollo en Afganistán, Madrid, Documento de
opinión del Instituto Español de Estudios Estratégicos, octubre de 2010, 18 p.

14
Tailandia, Laos y Vietnam muestran una tendencia descendente, en Líbano la producción ilícita ha
desaparecido casi por completo.26

Sin embargo, Colombia ha mostrado una producción en aumento y desafortunadamente, en


México, el cultivo y la producción también han aumentado. La demanda de opiáceos y su alto valor
comercial ha transformado el mercado de la producción de enervantes, creando una fuerte
competencia entre los cárteles colombianos y mexicanos que se disputan en América el lucrativo
mercado del noreste de Estados Unidos, donde están las ciudades con mayor consumo de heroína
en ese país.

El aumento del cultivo de amapola en México mucho ha tenido que ver con la estrategia para
diversificar las plantaciones en nuevos puntos del país antes dedicados a sembrar mariguana, como
es el caso de los estados de Guerrero, Nayarit y Jalisco.27

El problema es que la demanda mundial de opiáceos ilegales no disminuye y suprimir el


cultivo de la amapola en Afganistán jamás dejaría desabastecido a este muy lucrativo mercado, sino
que simplemente cambiaría de lugar. A diferencia de la coca, el opio como ya se dijo es una planta
muy adaptable que puede crecer en una variedad de condiciones climáticas extremas y su cultivo se
empieza a extender a varios países de Asia, el occidente de África, Colombia y México.

México, según una nota del diario Excélsior, que toma informaciones de fuentes militares,
está disputándose el primer lugar con Afganistán en la producción de amapola con 1,134.25
hectáreas sembradas en el estado de Guerrero que producen hasta una tonelada de goma de opio en
cada ciclo de siembra y con ganancias aproximadas a 1,200 millones de dólares al año.
Evidentemente la mayor parte de la ganancia es para el crimen organizado pues los campesinos
solamente obtienen 12 mil pesos aproximadamente por tres meses de trabajo.28

26
Centro de Noticias ONU, Disminuye la producción de opio afgano, 14/10/2015 [consultado 09/05/2017]
Disponible en: http://www.un.org/spanish/News/story.asp?NewsID=33592#.V1hWmeQa6t0
27
Juan Carlos G. Partida, Demanda de opiáceos y su alto valor comercial transforma el negocio de producción
de drogas, La Jornada, México, 13/06/2016. [consultado 09/05/2017] Disponible en:
http://www.jornada.unam.mx/2016/06/13/estados/030n1est
28
Rolando Aguilar, Amapola sostiene a 1,287 poblados; Guerrero, monarca de la heroína, Excélsior online,
sección Nacional, México, 20/04/2016. [consultado 09/05/2017] Disponible en:
http://www.excelsior.com.mx/nacional/2016/04/20/1087674

15
Cabe mencionar que la producción del opiáceo mexicano es para cubrir la creciente demanda
de EU, principalmente de los estados sureños de la Unión Americana.29

Por otra parte, en marzo de 2016 el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, causó gran
polémica al declarar que sería conveniente una regulación para el cultivo de la amapola con fines
estrictamente médicos y científicos y bajo la supervisión de la ONU, esto como una propuesta para
acabar con la violencia en el estado.30

Tras las declaraciones del gobernador guerrerense, las autoridades municipales y cerca de 50
mil productores de amapola ubicados en comunidades de la sierra de ese estado están exigiéndole
al mismo gobernador y al presidente Enrique Peña Nieto, que tomen con seriedad la propuesta y
formalicen la petición ante el Congreso y el Senado de la República y la razón que dan es que están
cansados de ser perseguidos y violentados por el ejército y por el crimen organizado. A los
agricultores de Guerrero no les interesa el uso que se le dé al opio, sea para utilidad farmacéutica o
para consumo de los adictos, lo que ellos buscan es una mejor situación económica y dejar de vivir
al margen de la ley.

Las declaraciones del gobernador de Guerrero y las de los productores de amapola tuvieron
gran repercusión mediática a nivel nacional e internacional que se reflejó en un análisis de los pros
y los contras de una legalización, sobre todo, en el marco de una posible reglamentación sobre el
uso de la marihuana con fines médicos y farmacéuticos.31

Este breve panorama que se presenta respecto a la situación en México sirve para comparar
lo complejo que resulta dar una solución definitiva al problema del opio en Afganistán y las muchas
aristas que existen en torno al caso las cuales se deben considerar al proponer soluciones, pero sobre
todo respetando la decisión y la soberanía del país afgano.

29
Associated Press, México produce más opio ante el auge de la heroína en EU, La Jornada en línea, sección
Política, México, 02/02/2016. [consultado 09/05/2017] Disponible en:
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2016/02/02/mexico-produce-mas-opio-ante-el-auge-de-la-heroina-
en-eu-4934.html
30
Ver nota periodística de Rolando Aguilar.
31
Entre los medios que opinaron al respecto se encuentran Excélsior, El Financiero, El Economista, La Jornada,
Milenio, El Universal, Proceso, Imagen de Veracruz, Sur de Guerrero, Expansión, etc., y medios internacionales
como The Washington Post, Wall Street Journal, The New York Times, Financial Times, El País, La Vanguardia,
Le Monde, CBS News, Reuters, AP, entre otros.
Cabe mencionar que en este tema no abundo pues el eje de mi trabajo está centrado en Afganistán.

16
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17
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