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Schaffhauser, Philippe
Reseña de "La dicotomía emic/etic. Historia de una confusión" de Aurora González Echevarría
Relaciones. Estudios de historia y sociedad, vol. XXXI, núm. 121, 2010, pp. 257-269
El Colegio de Michoacán, A.C
Zamora, México
R e l a c i o n e s 1 2 1 , i n v i e r n o 2 0 1 0 , v o l . x x XI
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Aurora González Echevarría, La dico- La gran idea de Pike era indicar un nue-
tomía emic/etic. Historia de una confu- vo rumbo hermenéutico por el cual
sión, Barcelona, Biblioteca A/socie- encaminar el programa de la antropo-
dad, Anthropos Editorial, 2009, 143 p. logía.
El libro de Aurora González Eche-
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1978, 493). En este sentido este ensayo La presente reseña crítica seguirá
contribuye no sólo a enriquecer la eru- los siguientes pasos: 1) resumir el libro
dición de los antropólogos y sociólo- de Aurora González Echavarría; 2) en-
gos sino a alentar la reflexión antropo- tablar con ella y los autores que convo-
lógica en general, pues el problema de ca en su reflexión un diálogo guiado por
la relación emic-etic no es sino otra lo que llamaría yo la necesaria contribu
vertiente del problema del objetivismo ción de toda la comunidad de antropólogos
y del subjetivismo en la construcción e investigadores que tocan temas inserta
(o producción) del conocimiento en dos en la(s) tradición(es) antropológica(s)
ciencias sociales: esto es, el problema al debate crítico que solo posibilita la
epistemológico sobre cómo hacer cien- orientación del quehacer antropológi-
cias sociales ya sea desde una concep- co; y 3) finalmente sacar un balance
ción nomotética y explicativa o herme- conceptual-teórico de tal diálogo.
néutica y comprensiva. Es indispensable dejar en claro
En lo que a mí respecta considero que mi intención no se guía por respe-
que la solución de esta aporía estriba tar de modo ortodoxo la propuesta de
en el despedirse de la concepción etic/ Pike e ir midiendo las alteraciones que
emic o al menos –como se comenta haya sufrido en el medio académico
más adelante– en dar la espalda a la de la antropología profesional, sino
concepción y empleo que de dicho bi- poner mi granito de arena al participar
nomio conceptual hace Marvin Harris. en esta discusión y entablar un diálogo
El problema que plantea la relación con los autores convocados por Auro-
entre una perspectiva emic y un posi- ra González y con otros más relaciona-
cionamiento etic no es más que una de dos con el tema, esto es, con la inten-
las tantas expresiones de la problemá- ción de encontrar una salida a ciertos
tica sobre la interioridad y la exterio usos rígidos de la dupla emic /etic. Pa
ridad a la cual ha vertido una serie de ra lograr este designio centraré mi aten
significativos avances filosóficos del ción en la propuesta de los siguientes
Wittgenstein de las Investigaciones, al autores presentes en el texto de la an-
distinguir entre problemas reales y tropóloga española o cuya presencia
problemas de lenguaje, esto es, la nece es implícita aunque no menos impor-
sidad de establecer una clara distin- tante. Se trata del lingüista miembro
ción entre sustantivo y sustancia y al del Instituto Lingüístico de Verano
rechazar toda posibilidad de darse un Kenneth Pike, de los antropólogos
lenguaje privado funcionando por de- Marvín Harris y W. H. Goodenough,
cirlo así en circuito cerrado. del filósofo Gustavo Bueno por un la
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ter “trimodal” de las lenguas (i.e. do y, en este sentido, a las otras cultu-
fonológico, gramatical y lexical) no tar ras. En este sentido y conforme al pen-
dó en despertar interés entre otras disci samiento de Pike se desprende que
plinas de las ciencias sociales –particu- cada lengua cuenta con un punto de
larmente en antropología– de modo vista “emic” estrechamente relaciona-
que la distinción emic/etic vino a ca- do con una forma de vida cultural de-
racterizar otras formas de lenguaje e terminada y frente a ella se presenta
interacciones no estrictamente lingüís- un punto de vista otro, lejano, distan-
ticas, pues empezó a funcionar tanto te, llamado etic, definido más que
como metáfora para calificar e interpre nada por su exterioridad, es decir por
tar la producción del conocimiento su “in-competencia cultural” o super-
según la posición adoptada por el etnó ficialidad (o fisicalismo extremo) en
grafo-etnólogo como para servir de relación al sistema cultural de que se
recurso heurístico para la reflexión y trata. Dicho de otro modo, existe una
producciones teóricas de hechos cul- distancia cultural que separa un punto
turales. Ward H. Goodenough (1956) y de vista de otro, pues la dimensión
Marvin Harris (1978) son los principa- emic remite a una competencia cultu-
les antropólogos que han retomado la ral de la cual carece la dimensión etic.
distinción emic-etic con tal de remozar En esta tesitura, es importante señalar
las bases epistemológicas de la etno- que los conceptos etic y emic son con-
grafía en el marco de los estudios del siderados muy a menudo como refe-
parentesco y del materialismo cultural rentes a concepciones opuestas. Por
respectivamente. tanto no es un caso fortuito si en el tí-
Pike busca dar cuenta de una posi- tulo del ensayo de Aurora González
ción que describiría una suerte de inte- aparezca una diagonal en vez de un
rioridad de las lenguas naturales a guión para evocar estos conceptos. Es
partir de la cual se representa al mun- más, Marvin Harris considera que
existen dos clases de antropólogos:
aquellos que son “emic” (como W. H.
unidad mínima es el morfema; otro fonoló-
gico, cuya unidad mínima es el fonema; y Goodenough según Harris y al cual
otro gramatical o morfológico, cuya unidad critica) y otros que son etic, lo cual per-
mínima es el gramema o tagmema. mite a Harris afianzar su teoría mate-
Más adelante veremos porque es im-
portante para la discusión considerar este rialista de la cultura. Los primeros
guión y de reflexionar sobre la pertinencia producen descripciones emic en tanto
de la escisión del quehacer antropológico en que los otros descripciones etic (Harris
dos grupos de actividades, en el marco de la
llamada nueva etnografía.
1978, 493-519).
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Pike, nos dice la autora (González logía comprensiva. Bajo este plan rec-
Echevarría 2009, 23), considera que el tor para la producción del conocimiento
punto de vista etic, siendo por natura- sociológico es importante colocarse en
leza, ingenuo y desfasado, constituye, el lugar del otro y por decirlo mirar al
en términos gnoseológicos, el punto mundo desde su silla. La pretensión
de partida de la pesquisa antropológi- epistemológica y ética es cardinal, por-
ca en tanto que el punto de vista emic, que el paradigma comprensivo se anto
por decirlo así, sería la meta a alcanzar ja como una potente maquinaria teóri-
para el antropólogo, en el sentido de co-metodológica para sobreponer las
que cualquier cultura constituye un tendencias etnocéntricas (y a veces et-
código, más o menos secreto y accesi- nocentristas) que atraviesan el camino
ble y cuyo reto para la antropología es de la reflexión antropológica sobre la
lograr su cabal desciframiento. De ahí diversidad cultural. Como lo refiere la
que conforme avanza el contacto y la autora citando a D.M Schneider acerca
relación que traba el investigador con de su crítica de los estudios del paren-
el medio cultural que pretende explo- tesco, hasta qué punto el programa
rar y documentar, logra acercarse cada antropológico del parentesco no es si
vez más al punto de vista de los nati- no una encubierta expresión del etno-
vos, pues se deja influir más por la su- centrismo que impera en el pensa-
puesta emicidad que entraña la cultura miento antropológico, en el sentido de
observada. Según Pike, la relación etic- que no es tan evidente que la sangre
emic es procesal, describe un continuo sea el factor cultural más importante en
que es el necesario proceso de apren- la vida de los hombres en sociedad
dizaje de otra cultura con tal de dar (González Echevarría 2009, 21). En es
cuenta del ethos de los sujetos cultura- ta discusión las palabras importan, su
les que la conforman y la representan orden, su uso cobran relevancia de
al mismo tiempo. acuerdo a la orientación que se le de a
La concepción de Pike hereda en tal o cual concepto. Dicho de otro mo
parte la tradición filosófica del verste do la concepción de Pike considera el
hen planteada por Wilhelm Dilthey punto de vista emic como una capaci-
para caracterizar lo que el filósofo idea
lista alemán llama las ciencias de la
Como si se tratara de una ejemplifica-
ción más de la función poética de que nos
mente en oposición a las ciencias de la habla Román Jakobson, es común encontrar
naturaleza. La propuesta de Dilthey en la prosa de los antropólogos la combina-
fue prolongada por Max Weber desem ción emic/etic y menos frecuente la forma-
ción etic/emic, como si imperara la idea de
bocando en el paradigma de la socio- interioridad sobre la de exterioridad.
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blia de acuerdo al código cultural del tido común y sus prenociones cuya
otro. De cierto modo hay en Pike una superación posibilita la construcción
concepción instrumental de las cate- de un lenguaje sociológico depurado
gorías emic y etic que facilitan la labor de toda verdad mitológica. En este
del misionero. En este sentido la lin- sentido Harris es un apóstol de la rup-
güística de Pike es una lingüística apli- tura epistemológica que caracteriza el
cada, y pretendo que no puede consi- programa epistemológico de la filoso-
derar su concepción sobre la relación fía bachelardiana de la formación del
entre lo emic y lo etic pasando por alto espíritu científico. Si bien, la labor del
este sesgo. antropólogo consiste en recoger el pun
Como bien lo plantea Aurora Gon- to de vista nativo implica para ser con-
zález, Pike y Harris discrepan sobre la siderada tal el cobrar una distancia
concepción y el uso de los conceptos con los sesgos culturales que producen
etic y emic, es decir, respetando la ge- los sujetos culturales insertos en las
nealogía de estas ideas, Harris se aleja estructuras sociales cuyo orden desco-
de un uso ortodoxo de la dupla emic/ nocen a diferencia del antropólogo
etic acorde al planteamiento de Pike. que es precisamente la principal direc-
Considera, el teórico del “materia ción hacia la cual encamina su investi-
lismo cultural” que el punto de vista gación. Por ende, para Harris el punto
emic, es un concepción si bien nativa de vista etic produce descripciones
también ideal y subjetiva y repleta de etic, es decir objetivas o, al menos, más
prejuicios. La crítica de Harris del objetivas, más fiables que las descrip-
punto de vista emic, es decir la crítica ciones emic enmarañadas en la subje-
para con los antropólogos que hacen tividad, valores y juicios de los actores.
converger el objeto de su investigación Lo interesante de esta polémica entre
hacia esta dimensión, no está muy ale- Pike y Harris es que tanto los argumen
jada de las añejas recomendaciones tos de uno como los del otro tienen por
del Durkheim de Las reglas del método bisagra una misma ilusión ontológica
sociológico (1972) que enfatizan la nece- sobre lo que es el conocimiento de las
saria desconfianza con respecto al sen- culturas. Pike las considera como un
código cultural que se necesita desci-
Esto es, la principal tarea a la cual se frar como si fueran un recinto que ha-
han dado a conocer los misioneros del Insti-
tuto Lingüístico de Verano. bría que franquear para descubrir y
He ahí la critica que hace Harris a Goo- tocar el sentido profundo de cada cul-
denough en la sección XVIII “El problema tura. Harris las tiene por un objeto po-
del informante bien informado” (Harris
1978, 506-507).
sitivo que se puede observar desde
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Sin embargo, la observación de los Pike considera que detrás del acto
hechos culturales rara vez conduce a (actón) hay que encontrar el significa-
una descripción estrictamente emic ni do cultural para que el acto sea cultu-
tampoco etic, sino a una observación, ral lo cual significa que son dos opera-
más o menos, pertinente de ellos. Esto ciones distintas y procesales. Parecería
es, conforme a un protocolo de obser- incluso que la descripción emic de los
vación para estudiar un fenómeno procesos culturales terminase confun-
particular relacionado con un univer- diéndose con la descripción densa11 que
so cultural determinado en el cual está plantea Clifford Geertz (1987, 19-40).
más o menos bien insertado el obser- Pero no es tal ya que Pike considera que
vador. He ahí la discusión que inicia (o lo emic es la quintaescencia de una cul-
se reinicia) con Gilbert Ryle (2005) en re tura, al tiempo que Geertz considera
lación con la observación y descripción una cultura como entramado de rela-
de un guiño que es también la contrac ciones en las cuales se inserta el propio
ción de un ojo. ¿Es entonces el guiño investigador. En Geertz, la descripción
un acto que se puede observar y des- densa es un recurso metodológico
cribir como meramente físico y luego para el trabajo de campo, mientras que
agregarle una intencionalidad cuando, para Pike lo emic es el blanco de la in-
a través de él, se trata de comunicar vestigación antropológica. Harris. Por
algo a alguien? Es decir en términos su parte, apunta a pensar que el signi-
procesales, ¿primero está el sujeto ficado cultural se desprende en buena
quien hace el gesto y luego comunica medida del acto en el entendido que
algo, es decir, primero está su cuerpo de dicho significado los sujetos cultu-
que “físicamente” produce algo y lue- rales no tienen conciencia ni tampoco
go está su mente que, a través de la pro acceso. La posibilidad de describir una
ducción de su cuerpo, actúa? ¿O cómo cultura, de modo etic o emic, esto es,
está eso? Es muy difícil separar o des- remoto o próximamente al lenguaje,
componer la acción en unidades mini- valores y juicios de los sujetos cultura-
males, actones,10 y luego atender el les, no significa que la cultura se des-
problema de la intencionalidad que doble o tenga dos caras, cual más, cual
guía cada actón. Uno va de la mano menos auténticas. El problema de la
con otra, sin que sea por tanto la mis- etnografía estriba en el grado de fami-
ma cosa.
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También calificada a veces por ciertos
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Cómo pretende hacerlo Marvin Ha- autores de espesa o profunda, esto la thick
rris citado por Aurora González (2009, 45- description en oposición a la thin descrip-
65) tion, superficial.
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