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El liderazgo académico, comunicación

asertiva y motivación

María Eugenia Ugalde Villalobos1


Universidad Nacional
Heredia, Costa Rica
mgaldee@yahoo.com

Alba L. Canales García2


Universidad Nacional
Heredia, Costa Rica
acanales25@gmail.com

La clave de un buen liderazgo está en su capacidad de convocar, de


integrar voluntades, de escuchar y de abrir nuevos caminos. (Marchesi
y Martin 2014, p. 231)

Resumen

Este ensayo destaca que el liderazgo es importante para


mejorar el rendimiento académico, despertar el entusias-
mo, la motivación, la comunicación asertiva y favorecer
el trabajo en equipo, el cual lo forman docentes, estudian-
tes y la dirección. Además, se define cómo se ejerce el

Recibido: 20 de enero de 2016—Aprobado: 22 de setiembre de 2016

1 Académica e investigadora en la Escuela de Secretariado Profesional de la Universidad Na-


cional, Costa Rica. Trabajó como profesora de Español en el Ministerio de Educación Pú-
blica y correctora de estilo en el periódico La Nación. Bachiller en Filología Española de la
Universidad de Costa Rica. Magister en Educación con énfasis en Docencia Universitaria,
Universidad Nacional.
2 Académica e investigadora en la División de Educología del Centro de Investigación y Do-
cencia en Educación, de la Universidad Nacional de Costa Rica. Licenciada en Educación Co-
mercial, Magister en Educación con énfasis en Docencia Universitaria, Universidad Nacional.
Experta en E-learning de la Fundación FATLA.

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liderazgo actualmente, por qué es importante,  cuál es su


relación con el contexto educativo y cómo se relacionan
la comunicación asertiva, la escucha y la motivación con
el liderazgo académico, elementos importantes para una
mejor gestión académica.

Palabras clave: Liderazgo académico, motivación, co-


municación asertiva, escucha, contexto educativo, traba-
jo en equipo.

Abstract
This essay emphasizes that leade ship is a key factor for
improving academic performance. This is so because
leadership sparks excitement, motivation, assertive com-
munication, and it fosters teamwork among teachers, stu-
dents, and the principal. Further, this essay explains how
leadership is currently provided, why it is important, and
how it relates to the educational context. Finally, it exp-
lains how assertive communication, listening, and mo-
tivation are related to academic leadership as these key
elements for an improved academic management.

Keywords: academic leadership, motivation, assertive


communication, listening, educational context, teamwork

Introducción

El siguiente ensayo contiene los temas comunicación asertiva,


escucha, motivación y liderazgo académico, los cuales son aspectos
fundamentales del liderazgo. De acuerdo con Gross (2013):

El liderazgo es el resultado de personas con un conocimiento y


un talento determinado, que se ven impulsadas por la visión de lo
que quieren que la organización sea, no obstante, de herramientas
educativas que les permitan mejorar lo que ya poseen y adquirir
los que le complementa. (p.15)

Asimismo, las herramientas por contemplar más adelante son la


motivación y la comunicación dentro del ámbito educativo. Por otra
parte Luna (s. f.) plantea:

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Los líderes son efectivos solo cuando cuentan con el apoyo de


personas que comparten sus ideas y se comprometen a trabajar
para el cambio de la realidad; los cambios propuestos por el mis-
mo deben transcender a la persona que lidera incluso a la orga-
nización a la que pertenece, alcanzando de igual manera a las
personas a quienes está dirigido al servicio que presta la organi-
zación. (p.1)

Según la cita anterior, el líder es una persona que trabaja para


cambiar la realidad, por lo tanto, se refleja en el educador o educadora
dentro del aula, dentro de la institución y dentro de la sociedad. Lo
mismo sucede con el director o directora de un centro educativo, quien
debe ejercer un liderazgo sobre todo a nivel de motivación, escucha y
comunicación asertiva para que se vea el cambio.

Comunicación asertiva y liderazgo

En el siglo XXI, el asunto de la comunicación asertiva es un de-


safío fundamental para que un equipo trabaje de la mejor manera. Si
esta situación no se cumple, siempre habrá grandes conflictos dentro de
la institución educativa, por ejemplo, si el personal académico estuviera
en desacuerdo con las propuestas de ls dirección. Por eso, la comunica-
ción es esencial en el contexto educativo.
Por otra parte, la comunicación es un elemento importante del
liderazgo para que haya respeto, tolerancia, integridad, con el fin de
apoyar a las demás personas en la institución educativa y debe estar
presente en el personal docente y estudiantes; entre el dirección, docen-
tes y estudiantes para un mayor éxito en el quehacer académico de la
institución. Actualmente, el liderazgo está distribuido en la comunidad
educativa, con el propósito de acompañar, orientar, mejorar el centro
educativo, es decir, todo el personal trabajando para un mismo fin. Do-
centes en el aula frente a su alumnado y el director o la directora deben
ser líderes para docentes y para el estudiantado. Sin embargo, a veces
esas premisas no se cumplen.
Elizondo, (1999) plantea:

La asertividad es la habilidad de expresar tus pensamientos, senti-


mientos y percepciones, de elegir cómo reaccionar y de hablar por

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tus derechos cuando es apropiado. Esto con el fin de elevar tu au-


toestima y de ayudarte a desarrollar tu autoconfianza para expresar
tu acuerdo o desacuerdo cuando crees que es importante, e incluso
pedir a otros un cambio en su comportamiento ofensivo. (p.17)

Según Llorente (2016 p.1), “la habilidad para interactuar con los
demás tiene algunos trucos, como el elogio, la petición de respeto, ex-
presar sin herir, cuando la otra persona insiste, cuando la otra persona
nos ha agredido sin mala intención y cuando nos ataca”. Por ejemplo,
es importante que personal docente y directivo se interesen por sus es-
tudiantes con frases como: se siente bien, cómo siguió su mamá…, me
gustó mucho su presentación, muy buen trabajo, etc. A veces se olvida
elogiar el esfuerzo y señalar los detalles positivos. Sin embargo, a toda
persona le gusta que le digan palabras agradables y que le valoren el
trabajo realizado.
Según el periódico Al Día, del 2 de julio del 2010, en Costa Rica
sucedió un caso drástico en un centro educativo: el asesinato de una di-
rectora por parte de un estudiante. Si hubiera habido un ambiente de con-
fianza, respeto, valor por la vida, la motivación, la buena comunicación,
la realidad hubiera sido otra. De lo anterior se deduce que quien enseña
influye de manera tanto positiva como negativa en la formación integral
de las futuras generaciones y esto le compromete de manera definitiva.
La relación de liderazgo con el contexto educativo se presenta en
varios ámbitos. En primer lugar, está el dedocente y estudiante. Owens
(1976, citado por Elizondo, 1999) enfatiza:

Los años de formación son para el estudiante un reto constante


y presentan un sinnúmero de tareas y cuestionamientos. Seres
que actúan de manera fundamental en el planteamiento de dichos
retos y en el cumplimiento de los objetivos, son cada uno de los
maestros que interactúan con el alumno y le trasmiten conoci-
mientos y experiencias. (p. 32)

Lo anterior se relaciona con el liderazgo académico, porque el


personal docente debe ser un líder en el proceso de formación del alum-
nado, en donde se oriente y se compartan experiencias fundamentales
para el buen desenvolvimiento estudiantil. Eso se logra, según Eli-
zondo (1999), a través de conductas asertivas como sentirse libre de

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manifestarse a través de palabras y actos que declaren: “este soy yo”,


“de esta manera siento y pienso”. Poder comunicarse con personas de
todos los niveles dentro del ambiente educativo (compañeros y compa-
ñeras de clase, personal asesor, docente y tutor), en una forma abierta,
directa y franca.
Como lo indica Civila, en Liderazgo y educación “… el lideraz-
go moral está caracterizado por un espíritu de servicio, solidaridad y
respeto, lo que contribuye al enriquecimiento de todas y todos” (2013,
p. 129). Es decir, al haber una buena relación entre docente y alumna-
do habrá mejor comunicación, rendimiento, eficiencia, responsabilidad,
motivación en un proceso de enseñanza aprendizaje en donde se mani-
fiesta al ente docente como una persona que trabaja por el bienestar de
sus estudiantes. El liderazgo educativo está netamente relacionado con
la eficiencia y eficacia del centro educativo.
Por ejemplo, una de las autoras desarrolló una actividad en la
cual un grupo de estudiantes realizó una gira a un colegio rural, en se-
tiembre de 2015: allí se observó que mientras esperaban que iniciara la
clase, se pusieron a jugar dominó en el pasillo. La impresión fue intere-
sante, porque se consideró que aprovechaban el tiempo en una actividad
sana, en donde podían compartir, se divertían mientras llegaba la hora
de la clase; asimismo, en algunas aulas se veía a docentes revisando
trabajos, algunos casos en compañía de estudiantes, mientras el resto
del grupo esperaba su turno, comentaba acerca de la materia u otros
temas. El escenario parecía entusiasta, saludable, estudiantes “buenos y
buenas”, en el sentido de que no se escuchaban malas palabras ni falta
de respeto hacia las demás personas, había tranquilidad; lo mismo suce-
día en los pasillos o en las zonas verdes donde descansaban o esperaban
que llegara la hora de ingresar a otras clases. Sin embargo, al llegar a
Heredia se reflejó un escenario contrario a la zona rural: por una acera
venían unos alumnos y el lenguaje que utilizaban era de malas palabras
y una percepción de aburrimiento.
Una verdadera misión justifica un gran esfuerzo, un gran trabajo
docente como líder en la clase, con su ejemplo de acompañamiento, so-
lidaridad, incluso un gran sacrificio personal o de un equipo. No impor-
ta que sea pequeño, pero sí que se perciba como relevante. Por ejemplo,
una de las suscritas trabaja con estudiantes quienes deben llevar cursos
de redacción y la docente todas las semanas invierte gran cantidad de
tiempo revisando sus escritos con el fin de que haya aprendizaje, porque

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si el estudiantado no redacta ni la docente revisa, entonces ninguna de


los dos partes sabrá si hubo o no aprendizaje.
Sin embargo, ella no ve el trabajo como sacrificio, porque se pre-
ocupa por el buen rendimiento de sus estudiantes, quienes le responden
con las redacciones porque el escribir es un proceso de práctica, sin
escribir no se aprende. En este caso, la satisfacción más grande para la
docente, es que sus estudiantes le digan: “profesora como he mejorado
mi redacción”. El hecho de que a un estudiante le cueste mucho redac-
tar, pero con la práctica supere el problema, constituye una satisfacción
que no tiene precio para la docente, aunque las revisiones le hubieran
implicado gran cantidad de tiempo.
Además, para que haya liderazgo académico, el personal docente
debe estar convencido de que el trabajo que realiza con sus estudiantes
es una labor fructífera y debe hacerla lo mejor posible: se debe pensar
en que se trabaja por vocación y no por un salario. Cada docente debe
estar al servicio de sus estudiantes y de la sociedad. Los educadores y las
educadoras deben ser personas que se sientan satisfechas con su trabajo.
Sin embargo, no solo debe haber una comunicación asertiva en-
tre docente y alumnado sino también entre el director o directora, do-
cente y alumnado. Si esta relación se cumple a cabalidad, habrá mejores
relaciones interpersonales entre el cuerpo docente, el administrativo y
el estudiantado.
Marchesi y Martin (2014) manifiestan que una de las situaciones
que acompañan ahora al alumnado es la crisis económica en sus hoga-
res, por lo que es necesario tomar en cuenta las demandas, sus expecta-
tivas y sus exigencias, dado a que muchas veces se pretende cambiar la
escuela, sin escuchar y atender sus mensajes.
El personal directivo o docente es un líder porque debe promover
nuevas soluciones a los problemas que aquejan a su alumnado y velar
por mantener una estabilidad dentro del aula, de tal manera que el pro-
ceso de enseñanza y aprendizaje sea significativo y ofrezca mayores
oportunidades para la vida de las nuevas generaciones.
Otro aspecto importante por tomar en consideración es la co-
municación asertiva; cuando existe interés entre el sujeto receptor y el
sujeto emisor se produce la empatía y el rendimiento, tanto de la parte
docente como de la estudiantil, mejora. Además, si se suma la aserti-
vidad del director o directora se logra un trabajo en equipo de calidad.
La asertividad es la actitud que tiene una persona al expresar su punto

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de vista de un modo claro y de una forma totalmente respetuosa ante la


persona interlocutora.
Si se relacionan con el liderazgo académico, en quien se dedica
a la educación debemos encontrar esas mismas características, porque
la profesión docente es sobre todo una vocación, como se mencionó
anteriormente. Una vocación de ayuda, orientadora, social y capaz de
llenar de sentido a cualquier docente. El ejercicio del liderazgo, en esa
vocación docente, es un aprendizaje (García, 2005).
De acuerdo con García (2005), el profesorado competente habla
de conocimientos pero sobre todo de habilidades didácticas de comuni-
cación, de entusiasmo, de motivación, de interacción con la clase y con
cada estudiante y de autoridad moral. Según la cita anterior, si el perso-
nal docente posee entusiasmo e interactúa con el estudiantado se ubica
dentro del liderazgo transformacional, el cual está muy relacionado con
el académico, porque las características tanto de uno como de otro son
esenciales en un centro educativo.
Actualmente, el nuevo profesorado, bien liderado por una buena
dirección del centro, comparte una vocación y una misión educativa
valiosa, y es la única alternativa razonable para una educación signifi-
cativa. Marchesi y Martin (2014), indican que:

las administraciones educativas… han de velar para que los pro-


fesores cumplan con sus obligaciones y mejoren sus enseñanzas
pero también deben comprender la situación de cada uno y respe-
tar su autonomía pedagógica; han de promover la colaboración y
el trabajo en equipo en ambientes donde prima el individualismo
y la falta de tradición para la cooperación; han de ampliar la par-
ticipación de la comunidad educativa y de otros sectores socia-
les… han de buscar mantener el ánimo, la moral y la iniciativa
de la comunidad educativa, en estos tiempos de recortes econó-
micos, de presión hacia el profesorado y desanimo generalizado.
(p. 205).

El mismo autor indica:

El liderazgo instruccional es el que produce efectos más posi-


tivos, es decir, mayor colaboración entre los profesores, mayor
reconocimiento de la participación en el desarrollo profesional

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de los docentes y de sus prácticas innovadoras; tendencia a desa-


rrollar programas de formación para los profesores menos com-
petentes; y mejores relaciones entre los profesores y los estudian-
tes. (p. 222)

Escucha y liderazgo

Según Elizondo (1999):

En la comunicación asertiva, la habilidad de escuchar es básica


para el éxito del proceso comunicativo, y para el desarrollo ar-
monioso de las relaciones interpersonales. Dentro del salón de
clases, permitirá determinar aspectos como las dudas concretas,
las inquietudes, los elementos que generan discusión, los temas
que causan conflicto y las posibles formas de solución al mismo,
etc. fuera del salón de clases la actividad de asesoría e incluso de
un tutoreo de calidad. (p. 103)

Lo anterior se relaciona con el liderazgo, ya que para que haya co-


municación asertiva se debe saber escuchar. La comunicación se presenta
solo si hay escucha. La mayoría de conflictos se resuelven, si se escucha
detenidamente a la otra persona. En este caso, puede ser una estudiante,
un docente, una directora, un padre de familia o un miembro de la comu-
nidad y se presenta en todos los niveles: materno, preparatoria, primaria,
secundaria y universitario. Se debe escuchar para ser empático.
Roberto Bell (1987, citado por Elizondo, 1999) argumenta:

La empatía es multifacética, involucrando lo cognitivo (pensa-


miento), lo afectivo (sentimiento) y los componentes de la co-
municación. Cognoscitivamente, la persona empática toma la
perspectiva de otra persona, y al hacer esto se esfuerza para ver
el mundo desde otro punto de vista. Afectivamente, la persona
empática experimenta las emociones de la otra; él o ella siente
las experiencias del otro. Comunicativamente, el individuo em-
pático muestra comprensión e interés a través de claves verbales
y no verbales. (p. 108)

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Todos los elementos que se mencionan en la cita anterior son in-


dispensables en la actividad de escuchar, por consiguiente, el liderazgo
académico está relacionado con la escucha y la empatía.
Por ejemplo, un docente debe escuchar cuidadosamente a sus es-
tudiantes, comprender sus sentimientos, estar interesado en lo que dicen
y ser sensitivo a sus necesidades. Es importante aclarar que no siempre
se va a estar de acuerdo conel estudiantado, verbigracia, un estudiante
que no presentó la tarea por razones fuera de su control, y que continúa
con la misma explicación en otras tareas, durante el ciclo, se le debe
comunicar que no puede seguir con la misma situación, pues tuvo el
tiempo estimado para entregar las asignaciones. Todas esas caracterís-
ticas están relacionadas con el liderazgo transformacional, el cual se
asemeja al que se debe ejercer en el centro educativo cuando el director
o directora se relaciona con el personal docente o en el aula cuando este
escucha a sus estudiantes.

Motivación y liderazgo

Para que haya buena calidad educativa, debe haber una relación
muy estrecha entre motivación y liderazgo. Según Cortés (2004), en
investigaciones precedentes se ha logrado determinar que existe una
relación muy directa entre el liderazgo y la motivación de los trabajado-
res y las trabajadoras. Por eso, este vínculo entre ambos factores parece
prevalecer sobre otro tipo de variables (entre estas se encuentran, por
ejemplo, las condiciones ambientales o sistemas de incentivos y su res-
pectiva en relación con la motivación).
Se puede comprender que la motivación laboral está asociada
con el liderazgo que se ejerce sobre esa persona, pues el estilo de li-
derazgo es el que va a proveer el ambiente propicio para la elección
personal, sin que existan coerciones o castigos posteriores. Cuando se
habla de coerciones y castigos, se refiere al liderazgo transacional. En
un centro educativo no debe haber este tipo de actitud, porque eso ami-
nora el rendimiento académico, la motivación y la comunicación.
Según Cano (1998, citado por García, 2005), uno de los factores
fundamentales para el logro de una educación de calidad es el liderazgo
del equipo directivo de la institución. Es necesario un liderazgo visi-
ble de la dirección, un liderazgo eficaz basado en el compromiso con
la calidad, cultura en la que el líder ha de hacer partícipe a todos los

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miembros de la comunidad educativa. Por eso, para que esa situación se


cumpla debe haber motivación del alumnado, hábitos y actitudes ante el
trabajo intelectual, actitudes intelectuales, nivel del profesorado, mode-
lo de enseñanza, trabajo en equipo, clima institucional, lo cual conlleva
a la satisfacción estudiantil.
Así mismo, Cano plantea que se debe cambiar para tener una pre-
paración académicamente en forma y para ser más eficaces en el logro de
los objetivos como personas, comunidades e instituciones. Además, dice:

No es con excusas, arguyendo falta de condiciones óptimas, lo


que va a mejorar la educación costarricense, sino la actitud positi-
va y el liderazgo efectivo de cada uno de nosotros. Los que hemos
tenido la oportunidad de laborar en las aulas de este país allende
nuestras fronteras en zonas urbanas y rurales, en todos los nive-
les del sistema educativo, sabemos que nunca vamos a tener esas
condiciones óptimas, por eso debemos escudarnos en este tipo de
excusas para negarnos la oportunidad de tener éxito. (p. 17)

Por otra parte, están aspectos como las relaciones humanas, la es-
cucha, atención de quienes conforman el salón de clases y la institución
en general, fuentes como docente y estudiante, que puedan convivir y
salir adelante. Si en el muchacho que le disparó a una directora hubiera
habido motivación, no hubiera sido capaz de realizar ese acto delictivo
porque hubiese pensado en las consecuencias negativas que esa actitud
le traería a él, a la familia, a la institución, a los compañerosy compa-
ñeras y a la directora.
Por consiguiente, en el rol docente se debe trabajar no solo el
área de los conocimientos, las habilidades, las destrezas, las actitudes,
sino también aspectos como la motivación y la comunicación, pilares
fundamentales para que haya buenas relaciones interpersonales no solo
en un centro educativo sino también dentro de la sociedad.
Lo anterior da pie para que mucho personal de educación se que-
ja del ambiente laboral, de los sueldos, de la cantidad de estudiantes, de
su mal comportamiento, del director o directora, de que el Ministerio
de Educación Pública no le da capacitación, de que no hay equipo tec-
nológico, de falta de material didáctico, del desinterés del estudiantado,
entre otros aspectos. Sin embargo, no se hace nada por mejorar algunas
de las situaciones.

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Por ejemplo, en una experiencia de una de las autoras en un curso


virtual, un grupo de docentes se quejó de que ahora el estudiantado,
por medio de mensajes de texto, escribe muy mal y nadie hace nada
para mejorar esa situación. Entonces, en una de las participaciones se
hace énfasis en que es tarea de todo el profesorado buscar alternativas,
velar porque sus estudiantes puedan ir corrigiendo esas faltas, tomar la
iniciativa de insistirles en que en los exámenes, los trabajos extraclase
y en el cuaderno se debe escribir correctamente. Por eso, cuando se les
permite usar frases incompletas y con errores ortográficos, se les hará
costumbre y se perderá el buen uso del lenguaje. Por otra parte, no
soloel personal docente de Español debería apoyar más esta situación,
sino todos y todas; pero a conciencia. No deben esperar a que el Minis-
terio de Educación Pública los inste a velar por el tema de la redacción y
ortografía. Cada quien debe velar por hacer su trabajo lo mejor posible,
aunque haya con pocos recursos. Si al estudiantado se le exige de una
manera asertiva, da buen rendimiento.
Gutiérrez (2005) plantea que actualmente se debe aspirar a una
educación que, como lo afirma la escritora Lidia Clara Román, nos edu-
que para entender que: “Con dinero podemos comprar una cama, pero
no el sueño. Libros, pero no cultura. Comida, pero no belleza. Una casa,
pero no un hogar. Medicinas, pero no salud. Lujos, pero no simpatía.
Diversiones, pero no felicidad. Un crucifijo, pero no un Salvador. Una
iglesia,pero no el cielo. Una educación que nos recuerde permanente-
mente que ‘lo que el dinero no puede comprar, Dios lo da diariamente
sin cobrar’” (p. 18).
Actualmente, la tecnología invade a muchos y muchas estudian-
tes, quienes quieren tener el último modelo de teléfono celular, lo que
muchas veces los lleva a hacer grandes gastos, sin pensar en que pueden
existir aspectos más importantes que tener un teléfono último modelo.
Otra alternativa en donde el estudiantado puede aportar a la sociedad
y, por ende, en su crecimiento personal, son los proyectos educativos
como las giras, trabajos de bien social, visitar un asilo de personas
adultas mayores, un colegio rural, una comunidad indígena, un gru-
po de adultos y adultas mayores, entre otros. En esas experiencias, el
estudiantado sentirá que puede apoyar con sus iniciativas, los conoci-
mientos adquiridos en la universidad. De esa forma, se va creando con-
ciencia, valores, trabajo colaborativo, lo cual les hace mejores personas.
El personal de educación siempre debe cultivar, en sus estudiantes, el

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servicio hacia las demás personas, porque las mayores satisfacciones se


adquieren con comunicación, escucha y motivación ante los retos que
se presentan a lo largo de la vida.
Los educadores y educadoras son líderes porque tienen la respon-
sabilidad de formar los futuras generaciones constructoras de la nacio-
nalidad costarricense, no las destructoras de los esfuerzos e ideales del
resto. Destruir es fácil. Construir es mucho más difícil. Para lograrlo no
hay que tener miedo, pero sí carácter (Gutiérrez, 2001).
Para ilustrar la cita anterior, una de las suscritas vivió una situa-
ción un poco desmotivante cuando una docente dijo en la sala de profe-
sores: “háganle bastantes boletas a ‘fulanito’ para que se quede”. Ahí se
nota la falta de vocación de esa persona, ya que en vez de ayudar más
bien lo que trajo como consecuencia fue que el muchacho desertara del
sistema educativo. De esa manera, no se construye a nadie más bien se
destruye. No se motiva, sino que se desmotiva. En esa “educadora” no
hay liderazgo porque el líder ayuda, transforma, motiva, forma perso-
nas críticas para la sociedad.
También se dan casos en los cuales los profesores y profesoras
motivan a sus estudiantes. Cuántas veces se ha escuchado en estudian-
tes que dicen “por esa o ese profesor estoy estudiando, por él o ella soy
lo que soy”. Lo anterior se puede relacionar con una experiencia que
le comentaron a una de las autoras acerca de una profesora que trabajó
en el colegio Los Guidos de Desamparados y un grupo de estudiantes
tenía un vocabulario cuyo argot era propio de la delincuencia, otra parte
llegaba sucia a la clase, pero la docente fue colaborando para que cam-
biaran, por eso cuando se acercó el día de la graduación, un estudiante
le dijo que no iría y ella le preguntó por qué: él le contestó que no tenía
ropa para ponerse ese día. Dicha profesora tenía dos hijos de esa misma
edad, pensó que la ropa de uno de ellos le serviría, por lo tanto, el mu-
chacho muy contento le agradeció y pudo asistir.
De lo anterior, se puede rescatar que un buen líder, además de
motivar, se interesa por sus estudiantes, se preocupa por su bienestar,
busca soluciones y apoya.
Plantea el Informe sobre desarrollo humano (PNUD, 2015, p. 2),
que “son las personas las que cuentan, hay que influir en el proceso de
desarrollo que determine sus vidas, de manera positiva, el crecimiento
económico es un medio importante, pero no es la meta última”.

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En consecuencia, no solo en el plano educativo se plasma el li-


derazgo y la motivación, por ejemplo, muchas veces, algunas personas
se preocupan por el bienestar de otras, tal es el caso de cuando surgen
desastres naturales como terremotos, inundaciones o derrumbes.
La motivación está relacionada con el liderazgo académico, por-
que el personal docente es el precursor de conseguir la calidad en todos
los ámbitos. Además, si motiva, se le hace más fácil facilitar del apren-
dizaje. Si hay motivación, habrá calidad.
Por otra parte, “debemos tener presente al hablar del costo de la
educación que el fracaso y frustración de nuestros jóvenes puede salir
más caro que la excelencia, por eso debemos tener presente como lo
hicieron nuestros antepasados, que invertir en una educación inclusiva
de calidad no es gasto sino una inversión en el desarrollo del país” (Gu-
tiérrez, 2005, p. 19).
Si se trabaja con liderazgo, se tiene en cuenta que en momentos de
crisis es necesaria la energía, la fuerza, el amor, los principios, el respe-
to, la solidaridad. El amor es acción. Es ayuda, es esfuerzo y dedicación
y eso implica el liderazgo. Es cooperación. No es desear el bien sino
ayudar. Es aplicarle un examen a un estudiante sin la necesidad de pe-
dirle un dictamen médico porque tal vez ese día no tenía dinero para los
pasajes. Es integridad física, social y espiritual. Todo ello se consigue
cuando se trabaja con dedicación, compromiso, motivación y esfuerzo.
La motivación es un desafío del siglo XXI no solo en un centro
educativo sino también para docentes, personal directivo y estudiantes,
porque se vive en una sociedad llena de violencia, drogas, corrupción,
problemas económicos y de comunicación que afectan al estudiantado.
Si este está motivado, se creará un ambiente respetuoso, comprensible
y con gran disposición para estar en el aula.
Cuando se presenta una actitud de motivación, esta se contagia.
Por ejemplo, una de las autoras vivió una experiencia en un centro edu-
cativo, hace dos años: un grupo de estudiantes se inscribieron en un
torneo futbolístico a nivel nacional cuyas personas ganadoras irían a
Brasil. Entonces, contaban a sus docentes “vamos para Brasil”. Lo an-
terior indica que tenían mucha motivación por el torneo futbolístico.
Otro requisito importante, durante una lección, es tener presente
el currículo oculto, el cual tiene mucha relación con la motivación y
algunos valores. Como experiencia de una de las autoras, una vez un
muchacho en un centro educativo perdió todo por causa de los fuertes

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aguaceros, el río aumentó mucho su caudal y arrastró una casa con todo
lo que tenía adentro. Esa casa era de muy mala calidad porque estaba
construida en un precario y la familia quedó sin nada, inclusive sin uni-
formes ni cuadernos. Por consiguiente, cuando la profesora explicó la
situación, su grupo le trajo víveres para ayudarlo, por lo que reinó el
espíritu de servicio, solidaridad y compañerismo.
El tema del liderazgo académico encierra muchos factores no
solo para el profesorado o maestros y maestras, sino también para di-
rectoras y directores. Gutiérrez (2001) apunta:

Tengan presente que el líder sirve de guía, promueve la confian-


za, el entusiasmo y la cooperación de tal manera que aúna es-
fuerzos con sus colaboradores y los hace partícipes de su visión
y compromiso por hacer realidad conjuntamente la misión y los
objetivos institucionales. En este sentido, cuando hay errores,
no busca culpables, sino que corrige esos errores sin atacar per-
sonas; su meta es resolver problemas y superar obstáculos. No
define a sus subalternos como tales, sino como colaboradores y
seguidores. (p. 42)

Por otra parte, Bennis (citado por Gutiérrez, 2005, p. 42) dice:

El reto del liderazgo es crear la arquitectura social de las ideas,


las relaciones humanas, y la aventura florezca… Las ideas son
la base para el cambio, para la reinvención, y para el capital
intelectual… Las relaciones humanas tienen que ver con gente
sobresaliente trabajando en armonía y apertura, donde todos se
sienten empoderados, donde todos los colaboradores se sienten
partícipes, competentes, significativos y en el centro de los acon-
tecimientos. Y la aventura tiene que ver con el riesgo, con un
prejuicio hacia la acción, con curiosidad y coraje.

Sobre el impacto del liderazgo para mejorar el rendimiento del


estudiantado, Alemán (citado por Argos y Ezquerra, 2013, p.196) plan-
tea que:

…para ejercer un buen liderazgo escolar se debe poseer una serie


de valores y cualidades personales y humanas relacionadas con

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El liderazgo académico, comunicación asertiva y motivación

la flexibilidad, la institución, la facilidad para la negociación, la


diplomacia, don de gentes, empatía y asertividad, inteligencia
emocional, actitud positiva, disponibilidad, espíritu de sacrificio,
vocación de servicio, capacidad de análisis y de síntesis, autodis-
ciplina y domino del estrés.

Las citas anteriores se relacionan con el liderazgo y la moti-


vación, porque si se quiere una educación de calidad para la niñez y
juventud, se debe trabajar con humanismo, solidaridad, ética, innova-
ción, creatividad y criticidad. Cada uno de los aspectos citados se logra
cuando se trabaja con motivación. Cuando este aspecto se presenta, se
tendrá una visión de un centro educativo de excelencia, se tendrá como
meta principal el aprendizaje del estudiantado y el del mismo personal
docente porque el aprendizaje es mutuo. El segundo siempre aprende
algo nuevo. La motivación despierta los valores éticos que son impor-
tantísimos para construir el bienestar de la sociedad. Se crea la reflexión
y criticidad para afrontar los diferentes problemas sociales. Se produce
la realimentación entre el dirección, docente y estudiantes.

Consideraciones finales

Para finalizar, se hará una recapitulación con las preguntas que


se plantearon al inicio. El liderazgo se debe ejercer en el siglo XXI con
comunicación asertiva, escucha y motivación. Las tres son condiciones
indispensables para llevar a cabo un buen trabajo y van concatenadas
con una infinidad de aspectos como habilidades, destrezas, conocimien-
tos, valores y actitudes. Todo en forma positiva para el beneficio de la
educación, del desarrollo humano y de la sociedad.
La segunda pregunta se refiere a los desafíos que hay que vencer.
En realidad, son los mismos: la asertividad, la escucha y la motivación.
Si en un centro educativo entre estudiantes, directores o directoras, do-
centes, padres y madres de familia y la comunidad en general se pre-
sentan esas características, la calidad educativa sería excelente. Claro,
esas condiciones de comunicación, escucha y motivación no siempre se
cumplen, pero si se llegaran a cumplir sería un gran reto para no solo a
nivel educativo sino a nivel de empresa u organización.
¿Por qué el liderazgo académico es importante en el siglo XXI?
Ese el tercer cuestionamiento que se planteó al inicio de este ensayo.

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María Eugenia Ugalde Villalobos - Alba L. Canales García

A lo largo del desarrollo de estas páginas, se recalca que el liderazgo


académico es importante porque mejora el rendimiento académico, des-
pierta el entusiasmo, la motivación, la comunicación asertiva, hay un
mejor trabajo en equipo, el cual lo forman docentes, estudiantes y direc-
ción. Si esta estrategia se logra, se creará un ambiente agradable no solo
para el centro educativo, sino para el país porque se están formando las
futuras generaciones constructoras de la nación.
Cuando se habla de liderazgo académico se refiere al sistema
educativo que se inicia desde materno, pasa por el kínder, continúa con
la escuela, la secundaria y finaliza con la universidad.
Después, la relación del liderazgo con el contexto educativo tiene
mucha semejanza con los planteamientos citados. Si hay liderazgo, la
educación será de mejor calidad, habrá mayor motivación, comunica-
ción asertiva, reflexión y entusiasmo; en otras palabras, habrá un mejor
proceso de enseñanza aprendizaje, lo cual implica un mejor desarrollo
humano, social y educativo.
Por último, entre desafíos del siglo XXI está poder hacerle frente
a los problemas de comunicación asertiva y a la motivación no solo en
el centro educativo sino a nivel de familia, organizaciones, Gobierno
y la sociedad en general. Si se lograra trabajar de mejor manera, esos
temas, los problemas de violencia, corrupción, drogas, rendimiento aca-
démico, relaciones interpersonales en el aula, mejorarían en gran medi-
da en todos los ámbitos, ya que las situaciones que nacen en el seno de
la familia, a veces, continúan en los centros educativos.

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