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I)lrcctor EcliLorial: Barrie Pitt,.

lnüice
Edltor: David Mason.
Dlrector Artlstico: Sarah Kingham.
Edltor Gráfico: Robert Hunt.
Dlseñador: David Allen.
Investigación Gráflca: Nan Shuttleworth.
Cartografi a: Richard Natkiel.

Prologuista y Presentador
de la Edición Española:
Vicente TaIón.

Las fotograñas de este libro han sido especialmente seleccionadas de_los Archjvos siguientes: de_izqu
, ,l"iááÉ?. áoiua lrei*ich iloffmann/Heinrich Hoffmannruusbin/Keystone; centro; Imperial
"a*-r"url3.
M¡;;uñ,T1üM",TWM,TWM; abajo: Paul Popper LtdiPaul Popper,sin cÉdito/sin crédil,o/Paul Poppe
iiuñáeiáict t"r; 9 Heinrióh Hoftmann; tO Uf§tein; 12-15 ¡¡ginriCh-Ho¡tpa+1; l-6 Suddeutscher Verlag;
u iWl¡, tS
l¡irwtl, lwM/Black Stil;
rg tWM/Black Stil;2iHeiniich
21 Heiniich Hoffmann; 22 Uustein;
Ullstein;24 Hoffmann/R'adio Times.
24 Heinrich Hoffmann/Radio Times .
ir"Jt"ii, zliii"á*'Fiéri: lo-zz nááiii iñ;; Áuiaóri; 28 ullstein: 30 sudd verlas; 33 us National Archi
á+-tnti'üt"lñroo ri-á" i:urto^; 30 Ullstein/Radio Times Hulton; 3? Sudd verlagArllstein; 38US Fox.Pho
Natior
á6 i""i-popp".; ¿0 sin crédito; 4t Uttstein; 42-43 Sudd vertag; 44-45 Radlo Times Hultonj 46
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r,ói rñótoi; íoa tw\a; 109 Suád verlag; 110 uilstein/Radio Times Hulton: 110-111 IwM; 112 AlAedo ze¡n
iff,iiii,ilili:ir's'bl?á"i;.ü; iiá'§iffii;.üftiüüi]iz 125¡iüi,-á"i,"ii,iírsuálverr-_aer r18-ne sin,
9 La vÍctima
iii Suaa verlkae: 122 uS National Archlves; 125 Uustein; USHeinrich Hoffmann; 126 IWM; 127 US
Air Force; 134 Bibl¡othek fü zeitge
tz"afwN{: 129h,adio Times Hulton; 130-131 IWM; 132-133
Bundesarchív; 136 Uustein; 138-139 US National Arch¡vesruS Army; 140-141 Paul Poppe¡; 142-143 20 El hombre
Úii"t"¡q't++-t+S Feature látemational; 146-14? Heinrich Hoffmann; 14&149 Featues Intemational; 150
HeinricÉ Hoffmann; 152 tnlstein; 152-153 Fox Photos; 154 Heinrich Hoffmann; 155 Fox Photos;
156 paul Popper/IWN&PauI Popperllleinrich Hoffman¡; 15? Black Star/Hei¡rich Hoffmann{Black
Popper; 158-159 Heiroich Hoffmann. 32 El demagogo
poitadá: Keystone; contraportada: Paul Popper Ltd.
50 El general
68 EI general en acción
94 El general en declive
Traductor: Diorki 124 El general en Ia derrota
Primera Edición Publicada en Estados Unidos por Ballentine
Copyright @ 19?0 Alan WYkes
Copyright o en Lengua EsPañoIa
LIBRERIA EDITORIAL SAN MAII,TIN
Puerta del Sol,6
MADRID- 14

Printed in Spain - Impreso en España


Gráficas Lormo - Isabel Méndez, 15. Madrid
Depósito Legal: M. 34767-1980
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IIs tüllter B¡nle Pltl
No todos van a aceptar la explicación
de AIan Wykes sobre el comportamiento
de HiUer como jefe del Partido y dicta-
dor; a saber, que en su juventud contra-
jo la síflIis y años más tarde sucumbió
a sus efectos terciarios: iracionalidad,
irresponsabilidad y aguda intemperan-
cla de palabra y obra. Se trata de una
versión que ya habÍa sido propuesta an-
teriormente y que está apoyada por los
hechos de su carrera. Con todo, en au-
sencia de pruebas documenta.les de este
episodio de su historial médico
-prue-
bas que, como el Propio Alan WYkes
aclara, no existen en forma que resista
un examen judicial- la tesÍs de la sÍfllis,
aunque brillante, no deja de ser una te-
sis.
Y sin embargo, Ios naños de Viena", Lo que le hizo reaccionar de la frustra' del que HiUer extr4jo muchos de sus tan empedemidamente "caballeroso"
en que se aflrma que Hitler contrajo la ción emocional y cuasi inanición fÍsica primeros y más fervientes seguidores; como eI cuerpo de oñcia_les alemán. El
enfermedad, contienen sin duda la clave que éI mismo se habÍa imPuesto fue la pero, pronto le hizo aprender que no to- conflicto con él era inevitable, pues sus
de gran parte de su personalidad y acti- Gran Guerra. Era un ferviente naciona- lerarÍa ningún intento de hacerse con el ideas sobre la guerra eran ortodoxas y
tud destructiva. Sabemos que la histo- lista (aunque no patriota, por supuesto, poder sin su aprobación especÍñca. AsÍ, las de Hitler no. De ahÍ los enfrenta-
ria de su orfandad en la Pobreza que pues odiaba eI imperio austrÍaco) y se opuso a su primera tentativa de ha- mientos a gritos que Iuego seúan co-
propagó en Main KamPÍ no es más que aceptó de buen grado la ocasión que la cerse el amo de Alemania (putsch de rrientes. Los "efectos especiales" que
una invención. El gobierno austrÍaco, contienda le ofrecÍa para cruzar Ia fron- Munich de 1923). acompañaban a sus accessos de cólera
con la pensión que le
Pagaba como tera y alistarse en un regimiento ale- pareeen apoyar la opinión de que era
mán. Cuando terminaron las hostilida- EI 9 de noviembre, cuando sus seccio-
huérfano de funcionario, le dio la opor- vÍctima de una eniermedad crónica.
des, su hoja de servicios, sus ideas y am- nes de asalto fueron ametralladas en las
tunidad de situarse decorosamente. No Sin embargo, quienes le conocieron en
lo hizo porque malgastó su dinero. Por biciones polÍticas y su extraordinario ta- calles por la policÍa armada, Hitier
aprendió una lección que nunca olvida- sus dias de Viena atestiguan libremente
consiguiente, hemos de considerar que, lento natural bastaron para lanzarle a
que tales manifestaciones siempre carac_
los modestos comienzos de una calTera rÍa; que en Alemania el poder pertene-
si se vio reducido a una vida miserable, terizaron su reacción anüe cualquier re-
polÍtica bajo eI patrocinio del ejército. cÍa al que tuviera el mando del ejército.
fue por su propia voluntad. Por razones futación persistente de sus opiniones. No
La relación serÍa duradera, aunque fl- Al no conseguir el poder por la fuerza,
un tanto comprensibles si se tiene en empleó los años siguientes en tomarlo soportaba que se le contradijera, hábito
cuenta el intenso antisemitismo de la nalmente el ejército lamentaia haberla por Ia vÍa de las elecciones. Una vez lo- que posteriormente no le harÍa ganar mu-
Viena de la preguerra. Hitler culpó prin- iniciado.
grado, sus primeros actos se encamina- chas simpatÍas entre sus camaradas de
cipalmente a los judÍos ilor su falta de Se han examinado exhaustivamente las trincheras. Por tanto, parece probable
las relaciones de HiUer con multitud de ron a someter el ejército a su voluntad
éxito y aceptación. No Io hizo en térmi- y no cejó en su empeño hasta que en que, como Führer y comandante supre_
nos precisos. pues su mente nunca fun- personas y con todos los Órganos de la mo, una vez eliminadas todas las limi_
enero de 1942 encontró un pretexto para
cionó con precisión, pero sÍ de forma vida alemana. Sin embargo, con ningu- taciones externas de su comportamien-
no fueron tan decisivos como con eI ejér-
asumir eI cargo de comandante en jefe.
que hiciera recaer en los judíos la res- to, no hiciera más que dar rienda suelta
ponsabilidad de todas las cosas desa- cito. Este le introdujo en la polÍtica y cu- Dada Ia oscuridad de su origen y tas a lo que constituÍa un rasgo natural suyo.
gradables, injustas o mal organizadas brió con un velo protector su organiza- penalidades de Ios primeros años de su Además, siempre producÍa eI efecto de-
que vio en la ciudad Y, Por extensión, ción del joven Partido nazi' vida, difÍcilmente podÍa Hitler sentir seado. Los generales palidecÍan... y guar-
que experimentó en su ProPia vida' Acogió favorablemente el Freikorps. mucha simpatÍa o aprecio por un grupo daban silencio.
lu uíclimu

A los que dan importancia a estas cosas las nociones pangermánicas que nutrie-
puede interesarles saber que el nombre ron su fanática xenofobia.
de Adolf deriva de dos palabras alema- Su padre, Alois Hitler, no tenÍa ni fo-
nas que signiflcan ulobo noble". El ape- bias ni filias. Era un modesto funciona-
Ilido llitler es una alteración de Hiedler rio, un empleado del departamento de
y Hutler, ambos pertenecientes a los an- Aduanas y Recaudación, de media-
tepasados de Adolf. Hiedler y Hutler na estatura y cráneo redondo. Había
presentan una leve asociación con la superado a Hindenburg la sazón,
frase oguardÍan de los gentiles": consi- joven ofi.cial del ministerio-a
de la Guerra
derando que Adolf dedicó parte de su famoso y elegante- que destacaba por
yida a odiar y perseguir a los judÍos, no la longitud de su bigotte y estaba ino-
resulta inapropiado, por fantástico que centemente envanecido de su hazaña.
patezca. Trabajador concienzudo, fue inmereci-
Desgraciadamente, la existencia de damente desgraciado en su vida fami-
Adolf Hitler no tiene nada de fantástica. liar. Su primera esposa habÍa fallecido
Nació el 20 de abril de 1889 en un hoteli- sin hijos; la segunda murió joven, deján-
to de Braunau, en la orilla austrÍaca del dole con dos niños que criar, y la tercera
úo Inn, que separa Austria de Baviera, madre de Adolf- le dio cuatro varo-
cien kilómetros al Oeste está Munich, la
-la
nes, tres de Ios cuales murieron en la in-
capital bávara, hoy dÍa sinónimo de la fancia. Sóio sobrevivieron Adolf y su '§o i.
conferencia «Paz en nuestro tiempo,, en hermana Paula, más el niño y Ia niña
la que el primer ministro inglés, Neville del segundo matrimonio. Con la pers-
Chamberlain, se rindió vergonzosamen- pectiva de los años, pueden venir a la
te ante HiUer el 29 de septiembre de
1938. Noventa kilómetros al Este se en- Hitler niño. La prirnera fotografía de las
cuentra Linz, capital de Ia Alta Austria, que se conservan, con el anuncio de su
donde Hitler fue a Ia escuela y absorbió nacimiento en un periódico,

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i lW¡,tt*$,;.
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8xnurus';
,il.ñ-i l¡{.&fii'$ , :.'
clinación amorosa por una muchacha a Io que querÍa hacer, oyó de ét:
Ia que I{ubizek llama discretamente "¡Artista!
¡No mientras viva! ¡Nunca!" Observan_
.Stefanie". Si hemos de creer a Kubi- do las insÍpidas acuarelas de Hitler, que
zek, era un amante desdeñado de Ia jo- tienen el mismo valor para Ias artes
ven. Stefanie pertenecÍa a una clase so- plásticas qve En el jardin d.e un monas-
cial muy superior y paseaba a diario en terio para la música, no puede uno por
carruaje con su madre. Hitler permane- menos de aprobar la indignada negativa
cÍa en Ia acera con los amigos y trataba de Alois, aunque se trataba de una in-
de mirarla provocativamente. Pero "de dignación social y no estética.
vez en cuando se veÍa a las dos damas
en compañÍa de oficiales jóvenes. Natu-
El aislamiento se convirtió en separa-
ralmente, los muchachos pobres y páli-
ción real tras la muerte de Alois, pero
esto ocurrió varios años después. Adolf
Tr dos como Adolf no podÍan tratar de
no logró aprobar eI examen ñnal de la
l§ competir con aquellos tenientes con sus
elegantes uniformes... Finalmente, su
escuela y su madre Ie retuvo en casa mi-
ffi ira le IIevó a una inflexible enemistad mándole hasta que ella también murió.
HabÍa tratado de ingresar en la Acade-
con la oficialidad en bloque y con todo mia de Bellas Artes de Viena, pero no
lo militar en general. "Estúpidos engreÍ-
consiguió pasar eI examen de ingreso.
dos", solÍa llamarles. Le enojaba inten-
En las aclas de 1907 se lee simplemente:
samente que Stefanie se mezclara con
unos inútiles que, según é1, llevaban cor- "Prueba de dibujo no satisfactoria,. Lo
intenüó de nuevo al año siguiente y vol-
sé y usaban perfume-.
vieron a suspenderle. Indignado, protes-
Kubizek nos cuenta que escribió in- tó por Ia "injusticia, y se empeñó en ha-
contables poemas de amor a Stefanie y blar con el vicecanciller. Le despacha-
describe uno de ellos en que «una dami- ron aprisa, diciéndole tan sólo que pro-
sela de alto linaje (que no era otra que bara en la Escuela de Arquitectura,
la joven), con una ondeante túnica azul pues sus dibujos mostraban marginal-
oscuro, cabalgaba sobre un blanco cor- mente más talento en ese sentido. pero
El hotelito de Braunau, en Austria, donde Adolf HiUer tenÍa entonces catorce cel por los prados floridos con el pelo la E-scuela de Arquitecturaa rechazó su
nació Hitler. años y asistÍa a la escuela secundaria de suelto cayéndole en ondas doradas so- solicitud por no estar en posesión del
Linz. En Mein Kampf no es muy explÍci- bre los hombros. Sobre ella. un claro cie- certificado escolar.
to sobre sus años escolares, y no es de lo de primavera. Todo era alegrÍa pura AsÍ que quedó plantado sin ninguna es-
mente pensamientos un tanto duros so- extrañar, pues nunca hubiese revelado y radiante. Aún puedo ver la cara de peranza de llegar a ser lo que sin duda
bre las peculiares elecciones del destino. nada sobre sÍ mismo que no contribuye- Adolf encendida de ferviente éxtasis y esperaba: un gran artista austriaco. En
Los Hitler eran catÓlicos romanos ra a formar una imagen compuesta de oÍr su voz recitando los versos. Stefanie lugar de logros tan excelsos, creció su
nada hace pensar que la fami- genio y de nobleza. En realidad, en la es- llenaba sus pensamientos tan totalmen-
-aunque rencor contra el «sistema" de la Acade-
üa fuese especialmente devota- y Alois cuela no destacó. TenÍa un ta-lento me- te que todo lo que decÍa, hacÍa o planea- mia. Fue el primero de los numerosos
tuvo que obtener una di§pensa papal diocre para dibujar y alguna vez obtuvo ba para eI futuro girab'a en torno suyo. resentimientos que incubarÍa.
para casarse con la madre de Adolf, KIa- un "notable" en historia y geografÍa. Au- Con el creciente desvÍo de su hogar, Ste-
ra Pólzl, por primos segundos, parentes- gust l{ubizek contemporáneo suyo, au- Privado ahora-de su madre, cuyos mi-
fanie adquirió cada vez más influencia mos indulgentes habÍan sido como un
co que entraña impedimento de consan- tor de Eljoaen Hitler, dice que era pere- sobre mi amigo, aunque él nunca le dijo
guinidad. Era ventitrés años mayor que zoso e inestable por naturaleza, <<aLrn- bálsamo para las heridas de su frustra-
ni una Falabra." ción, partió para Viena invirtiendo su
Klara cuando se casaron en 1885; Y que querÍa de verdad a su madre. Lo
La causa del alejamiento familiar fue
cuando Adotf contaba seis años, Alois se juro ante Dios y los hombres. Recuerdo autocornpasión hasta verse a sÍ mismo
jubiló. En Mein Kampf, eI hijo dirÍa con muchas ocasiones en que mostró su la decisión de Alois de que su hijo entra- como un héroe conquistador.
ra en la Administración Pública y la de-
su caracterÍistica presuneión que su pa- amor por Klara del modo más profundo "Con Ia ropa en una maleta y una in-
terminación de Adolf de ser pintor, que domable resolución en mi corazón me
dre .se compró una grania y la cultivó y conmovedor durante su última enfer-
para éI era una forma de decir que no
é1 mismo". Lo que compró en realidad medad (ella murió de cáncer en 1908); dirigÍ a Viena. Esperaba decidido a ser
queúa trabajar. En su mente habÍa exa-
fue una casa de tres dormitorios con un "iempre Ie tributó un profundo afecto. gerado un tanto su escaso'talento para "algo", pero nunca Un funcionario".
pequeño jardin en el pueblo de Leon- r ra un buen hijo... llevaba consigo su re- Como sabemos, llegó a ser una especie
ding, a uno o dos kilómetros de Linz. lrato". el dibujo. Aflrma en Mein Kampf que, de conquistador y para millones de ale-
AUÍ murió en 1903. Adolf tenÍa también una marcada in- cuando le dijo sinceramente a su padre manes también un héroe; pero por en-

10 11
fombras, buscaban taxis, fregaban pla-
tos y vaciaban cubos de basura. Neu-
mann y Hanisch fueron sus «agenües ar-
tÍsticos, durante algún tiempo, acompa-
?r ñándole a las tiendas y a veces conven-
ciendo a los propietarios para que le en-
cargaran carteles y etiqueüas que Hitler
hacÍa en el momento; o persuadiendo a
los enmarcadores para que pusieran sus
acuarelas en el escaparate, donde se
vendÍan de vez en cuando a personas a
quienes les gustaran esas cosas. (Hitler
pagó a Hanisch su amabilidad deman-
dándole por apropiación indebida de
parte de una suma cobrada por un cua-
dro; la acusación se probó y Hanisch
pasó una semana en la cárcel). A Hitler
le desagradaba profundamente el traba-
jo ñjo, prefiriendo ganar poco dinero y
gastarlo frugalmente en los cafés, donde
leia los periódicos y lartzaba arengas po-
lÍticas a los clientes.
Sus padres. lzquierda: Alóis Hitler, un mo-
desto funcionario de aduanas. Arriba: Su Ciertamente, no resultaba muy acoge-
tercera esposa, Klara Polz. dor con sus continuas peroratas sobre
las injusticias y deflciencias del .siste-
¡¡1¿», sus declaraciones de lecturas in-
discriminadas y a medio digerir y sus va-
tonces no era más que un peón mal ves- cilantes ideas para adquirir fama. Como
tido, mal alimentado y obligado a vivir la mayorÍa de los manÍaco-depresivos,
de su ingenio. Rheinhold Hanisch, otro se mostraba ora taciturno, ora exube-
peón que conoció en Viena, dice que lle- rante, perturbando la paz de todos con
vaba un raÍdo abrigo negro (regalo de su furor contra los judÍos, los Habsbur-
un judÍo llamado Neumann) que le lle- go, los católicos o los socialdemócratas,
i,l
d
gaba por debajo de la rodilla, los largos
cabellos asomando por debajo de un
o encerrándose en sÍ mismo y negándo-
se a hablar con nadie. Era un defrauda-
sombrero hongo negro y grasiento, y el dor declarado aún anües de abandonar
delgado rostro sin afeitar. nAños de es- Linz. A Hanisch le confesó que muchas
tudio y sufrimiento en Viena" es el tÍtu- veces habÍa falsiflcado a los
Io correspondiente de Mein Kampf. No "viejos
maestros" pintando cuadros al óleo y
se dice que el estudio se limitaba a re- metiéndoleos en el horno para que ama-
fundir las ideas de otros. rillearan y parecieran antiguos. Con su
considerable práctica en Ia oratoria ba-
EI judÍo Neumann, Hanisch, un hom- rata consiguió engañar también con Ia
bre llamado Siegried Loffner y otros dos palabra; sus vulgaridades estaban tan
que denominaremos Stefan y Daniel sazonadas de amargura que sonaban
.? porque en el momento de escribir este como el pregón de un salvador de la
libro vivien todavÍa y, por razonoes que raza germánica.
veremos en su momento, tienen derecho
a la intimidad de los seudónimos, han En total, los años de estudio y sufri-
confirmado que Hitler vivÍa como ellos. miento en Viena fueron cuatro. En 1g13
Transportaban equipaie, sacudÍan al- marchó a Munich, donde esperaba me-
*i
:. 13
jorar. Pero mientras tanto habÍa ocurri- cómoda, y sus clientes Slefan y Daniel,
do algo de gran importancia. reiativamente poco exigentes. Recuer-
Los albergues, pensiones, criptas, sa- dan que solÍa quedarse allÍ una hora o
lones, cafés, parques
e iglesias donde Hit-
dos (después de sobornar al portero,
ler estuvo en Viena son innumerables y única persona que se preocupaba por ia
en su mayor parte imposibles de ras- prohibición de entrada de mujeres, con
trear. Pero uno de elios, en Melde- unos pocos cigarrilos) y Iuego volvÍa a
mannstrasse 27, se ha conseguido locali- su demarcación cerca de la estación.
zar. Estaba situado en eI distrito XX Esa noche observaron que habÍa des-
(nordeste) de Ia ciudad. cerca del Danu- parecido la leve erupción que presenta-
bio, y se le conocÍa por el eufemismo de ba en su cuerpo la última vez que estu-
vieron con eIIa, y que alribuyeron a un
"hogar para hombres», &Utleue Su Cate-
gorÍa era Ia de una pensión. Stefan y Da- sarpullido del calor o a picaduras de
niel se alojaban allÍ con él; y por su tes- pulga en vÍas de desaparecer. Puede pa-
timonio, emitido años después ante un recer ingenuo tratándose de dos jóvenes
especialista en venereologÍa inglés, eI de cerca de veinte años y evidentemente
Dr. T. Anwyl-Davies, podemos conocer promiscuos que atribuyeran a su com-
los hechos. pañera algo tan inocente como unas pi-
caduras de pulga; pero, aunque habÍan
Stefan y Daniel recuerdan una agria oÍdo hablar de enfermedades venéreas,
disputa ocurrida en una noche de abril sus conocimientos eran bastánle vagos. t'ir§}:iw
de 1910. La óausa fue una muchacha, b §*;f ", l
Ciertamente, no comprendÍan nada so-
una prostituta judÍa llamada Hannah, bre sus manifestaciones clÍnicas, y aun-
de Ia que HiUer se habÍa apropiado para
uso a pesar de que eran los otros quie-
nes Ia habían pagado. Como Hitler ya
que asÍ fuera por Ia forma en que vivÍan
-o
más bien existÍan- les hubiera deja-
do indiferentes. De haber sabido que esa
f
'pasado algün tiempo, se unieron a la
lYu?
'§a
I
i. r.
Adoll Hitler (última fila, centro) y sus com-
estaba en deuda con ellos por Ia hosp! noche ya estaban incubando en su cuer- pañeros de la escuela primaria. A pesar
erupción diversas manifestaciones desa-
talidad que las circunstancias permi- po los gérmenes de Ia sÍfiIis transmiti- gradables, decidieron sabiamente ir aI de su act¡tud de qu¡en está seguro de sí
tÍan, Ios reproches parecÍan más que dos por Hannah con ocasión de su ante- médico. Al oÍr el alarmante diagnóstico mismo, su expediente escolar fue medio-
justificados, ambos no eran ni mucho rior contacto, se habrÍan sentido mali- cre.
de sÍfllis, se sintieron maliciosamente re-
menos reacios a manifestárselos" Termi- ciosamente animados por la idea de que confortados por el recuerdo de que tam-
naron §u reclamaciÓn con una buena también HiUer habÍa sido contagiado, y
paliza. Le empujaron hasta el dormito- bién Hitler mostraba Ia misma erup-
en la misma ocasión por Ia que le apa- ción. Por entonces era probable que se
rio, le golpearon fuertemente en la cabe- Iearon. Al no saber nada, cohabitaron encontrara en el mismo lamentable es- "Fue el dÍa más emocionante que vivÍ
za y en Ias costillas y le echaron a la ca- con Hannah, Ie dieron los cien héIleres desde que empecé a tratar a Himmler.
tado que ellos. Aceptaron el único trata- (I(ersten era un terapeuta que consiguió
Ile. El Ies Ianzó una serie de improperios o asÍ que pudieron reunir entre los dos miento que el médico podÍa darles, que librar a su paciente de los dolores pro-
y, a modo de respuesta, le arrojaron sus y Ia dejaron marchar. por aquel tiempo era un ungüento com-
tintas, plumas, pinturas y pinceles tras ducidos por una enfermedad intema.)
Hitler volvió la pensión una o dos se-
a puesto fundamentalmente de mercurio, Estaba muy nervioso e inquieto; me di
sÍ. Esa noche ya no Ie vieron más. y se preguntaron si Hitler habrÍa tenido
manas después. Stefan y Daniel no pu- euenta de que le pasaba algo y se lo pre-
Después de una hora o asÍ ambos vol- sieron objeciones: ya ha habÍan dado también el buen juicio de procurarse gunté. Repücó: 'Puede usted tratar a un
vieron a salir, esta vez para buscar a rienda suelta a su indignación golpeán- asistencia médica hombre que padece fuertes dolores de
Hannah. Su comercio tenÍa lugar princi- dole y no iban a molestarse en conti- Según todo indicio, parece cierto que cabeza, mareos e insomnio?'
palmente en los portales de Ias cerca- nuar su enemistad. Pero al quitarse Ia no lo hizo, o por Io menos no en la pri-
nÍas de Nordwestbahnhof: un comercio ropa para despiojarla por coeción en eI mera etapa de la infección, cuando el "Naturalmente, pero debo examinarle
rápido, pero agotador, que a veces corn- horno, observaron que él tenÍa también antes de dar una opinión deflnida res-
tratamiento es vital. Féiix Kersten, mé- pondÍ. Sobre todo, debo saber la causa
prendia cuatro clientes por hora (a cin- la misma sombra de erupción rosada. dico personal de Heinrich Himmler, el
cuenta hélleres cada uno, es decir, apro- Aún segúan sin asociarla con Hannah; jefe de Ia Gestapo, ofrece la mejor prue- de estos sÍntomas.
ximadamente treinta céntimos al cam- ni siquiera dieron importancia a su sen- ba de que la enfermedad se habÍa apo- "Himmler replicó: 'Le diré de qúén se
bio de 1910). Sin duda, Ia pensión, con sación de malestar general. La clase de derado irrevocablemente de Hitler. En trata. Pero debe jurarme no habla¡ con
sus camas duras y no muy limpias, de- vida que llevaban no era propicia para su diario de 12 de diciembre de 1942 es- nadie de esto y tratar lo que yo le confÍe
bÍa parecerle a ella comparativamente estimular una perfecta salud. Cuando, cribe: con el más absoluto secreto.'

14 15
rales de la existencia de sÍfllis. El hecho y §chumann, por ejemplo-
de que eI "doctor Theodore Morell, cu-
-Gauguin
o Beethoven- Ia heredaron, y
randero que logró afianzarse como mé-
-como
nadie ha tratado de ocultar sus efectos
dico personal del Ftihrer, entrara en un sobre su carácter y trabajo. Pero incluso
principio en el ménage de Hitler para un biógrafo tan distinguido como Alan
tratar a su fotógrafo, Heinrich Hoff- Bullock (en su obra Hitler: a studE in ti-
mann, de una enfermedad venérea no ranrlA) dice que "tales alegaciones sólo
carece de importancia. Ni tampoco que tienen un lugar en un estudio de la ca-
Helmut Spiethoff, un veneoróIogo de re- rrera de HiUer si puede demostrarse que
nombre, fuera nombrado para formar afectaron directamente a sus juicios y
parte del contingente de médicos de IIi- decisiones polÍticas".
tler a principios de Ios años treinta, y Cualquiera que sea la razón de la re-
que el dirigente nazi Wilhelm Frick se sistencia, parece que ha llegado el mo-
apropiara y guardara los registros de mento de superarla. Se ha demostrado,
sus consr¡ltas cuando Hitler llegó a R¿i- sin lugar a dudas, que padecía la enfer-
chskanzler. Heinz Linge, su ayuda de cá- medad. Parece igualmente cierto que no
mara, y Karl Brandt, cinüano de su se la trató a tiempo. El descubrimiento
equipo, han descrito sÍntomas tÍpicos de del "Salvarsán 606» por Paul Ehrlich,
la sÍñ.üs en estado avanzado: delirios medicamento de elección para el trata-
manÍacos, parálisis de Ios miembros, hi- miento de Ia sÍñlis hasta la aparición de
pocondria aguda, picor continuo de Ia Ia penicilina en 1943, se anunció a-l mun-
piel, insomnio y dolores de cabeza y es- do médico en el Congreso de Medicina
tómago. Interna de Wiesbaden eI 19 de abril de
Pero es el testimonio de Stefan y Da- 1910. Pero no estuvo al alcance de todos
niel ante Anwyl-Davies, cuya reputa- hasta su producción en masa en 1912; y
ción como venereólogo no puede ser es muy improbable que Hitler, aunque
más alta lo que mejor puede probar que hubiera intentado ponerse en trata-
Hitler contrajo la enfermedad en 1910. miento en la primera etapa de la infec-
En 1944 Hitler dependía en gran medida corrió tempora-lmente peligro de que- EI informe secreto que Himmler mostró ción, pudiese costea¡ Ios honorarios del
de las drogas y remedios de charlatán del darse ciego. Pero habÍa también sÍnto- especialista que necesitaba para que le
Dr. Morell, su médico personal. a Kersten dificilmente puede rechazarse
mas asociados con Ia sÍlilis. De 1937 da- como demostración de que su terrible aplicaran la nueva droga maravillosa.
taban otros informes reveladores de que curso continuaba. El germen de la sÍñlis, Sin duda tendrÍa tratamientos de todas
la síflIis seguÍa su labor destructiva; a la Spirochaeta pallida, puede atacar to- clases después de subir al poder la vincu-
"Mi respuesta fue que, como médico, principios de 1942, nuevos sintomas dos los órganos del cuerpo y los desva- lación a la corte de Hitler de venereólogos
se me conflaban secretos constantemen- mostraron sin ninguna sombra de duda rÍos flnales de Hitler son casi una indica- tan eminentes como Spiethoff habla por
te; no era una experiencia nueva para que Hitler padecÍa parálisis progresiva. ción cierta de que afectaba ya a la corte- sÍ misma. Pero por entonces la Spiro-
mÍ y la más estricta discreción formaba AparecÍan todos los sÍntomas, a excep- za del cerebro, haciendo inevitable la chaeta pallida yahabia invadido irremi-
parte de mis deberes profesionales. ción de la fijeza de la mirada y la confu- parálisis general. siblemente su sistema y nada podÍa cu-
sión de lenguaje. rar el daño causado. pues las céIulas de
,Himm-ler tomó entonces una carpeta La posibilidad del estado sifllÍtico de los órganos -atacados son destruidas y
negra de sucaja fuerte y sacó un manus- "DevolvÍ eI informe a Himmler y Ie Ilitler y eI efecto sobre su carácter y no se reproducen en adelante.
crito azul diciendo: 'Lea esto. AquÍ es- dije que, desgraciadamente, no podía conducta ya han sido considerados an-
hacer nada en este caso, porque mi es- AsÍ, con las pruebas y no «alegacio-
tán Ios documentos secretos con el in- tes de ahora, aunque sin la prueba com- nes» aportadas, es razonable tener en
forme de la enfermedad del Führer.' pecialidad era la terapia manual y no
plementaria de las otras dos vÍctimas. cuenta estos hechos al seguir la carrera
las enfermedades venéreas.
"El informe comprendÍa ventiséis pá- Sin embargo, existe una considerable müitar y polÍtica de Hitler a través de
ginas y a primera vista me di cuenta de "Me dijo que Morell (médico personal resistencia a aceptar el hecho, aunque su curva ascendente de triunfos hasta
de Hitler) le estaba administrando in- por razones incomprensibles. El estigma
que se habÍa extraÍdo del historial médi-
yecciones y aseguraba que serviúan su fin en el refugio subterráneo de la
co de HiUer durante los dÍas en que ya- social que aún se vincula a las enferme- CancillerÍa eI 30 de abril de 1945, cuando
para comprobar el curso de la enferme- dades venéreas poco pudo haber influi-
cÍa ciego en un hospital de Pasewalk. la vida del famoso Tercer Reich acabó
De dicho historial se deducÍa que en su dad y, en cualquier caso, mantendrÍan do en eI pensamiento de Ios enemigos después de doce años y cuatro meses en
juventud habÍa caÍdo victima del gas as- Ia capacidad de trabajo del Führer." de un hombre como Hitler. Ilombres lugar de los mil años que habÍa prometi-
ñxiante; tratado de modo incompetente Existen muchas más pruebas conjetu- importantes contrajeron la sÍñlis do.

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lzquierda y arriLra: Hitler el demagogo. Abajo: El fin del Reich de Hitler. Es volado el
refugio subterráneo de Berlín.

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El homhrc

Hitler abandonó Viena en la primavera pornográflcos, la mayorÍa demencial-


de 1913. Por entonces ya sufrÍa trastor- mente falsos en sus acusaciones y todos
nos gástricos que sin duda eran mani- ellos necios e insultantes. Su vehemen-
festaciones tempranas de su sÍfllis no cia le asombró al principio: "En eI judÍo
atendida. También habÍa concentrado aún veÍa sólo a un hombre de distinta
dentro de sÍ una buena porción del sen- religión y, por consiguiente, por razones
timiento antijudÍo que prevalecÍa en la de tolerancia humana, estaba en contra
ciudad. de la idea de que se le atacara porque
SerÍa exagerado extraer Ia conclusión tenÍa un credo diferente... Consideraba
de que el antisemitismo de Hitler se de- que el tono adoptado por la prensa anti-
bÍa exclusivamente al rencor que sentÍa semita en Viena era indigna de las tradi-
por Hannah, la prostituta judÍa que le ciones culturales de un gran pueblo."
contagió. Para ello habrÍa que dar por Pero no tardó mucho en recuperarse
ciertas dos cosas: que ella fuera su único de su sorpresa. "Ante mis ojos, la acusa-
contacto sexual que parece impro- ción contra eI judaÍsmo adquirió grave-
bable- y que por -Ioentonces ya supiera dad en eI momento en que descubú las
que habÍatontraÍdo la enfermedad actividades judÍas en la prensa, el arte,
-1o
que no puede asegurarse-. No cabe la literatura y el teatro." También "des-
duda de que cuando estuvo seguro de su cubrió, que el noventa por ciento de
infección, pues le trataron especialistas toda la literatura obscena, las trivia_lida-
como Spiethoff y charlatanes como Mo- des artÍsticas y las vulgaridades teatra-
rell, la raÍz de su odio pudo alimentarse Ies habÍan de cargarse en Ia cuenta" de
de venganza personal; era un hombre los judÍos y que no habÍa for-
"ninguna
rencoroso. Pero en 1912 lo más probable ma de suciedad, especialmente en la
es que, simplemente, absorbiera eI anti- vida cultural, en que no participara al
semitismo como absorbió otras ideas. menos un judÍo".
Por entonces Viena rebosaba de este
sentimiento. De las imprentas manaban
Iibros y folletos antisemitas: algunos Un retrato idealizado que data de 1933.

20
Todos estos nobables descubrimien- Hitler habÍa evitado el reclutamiento
tos, sobre los que desvarÍa en frases lan- en el ejército austrÍaco en 1913 aiegando
zadas a los cuatro vientos de las que que se negaba a servir «con los sucios
Mein KampÍ está repleto, fueron corona- judÍos checos y ias heces de Ia monar-
&& dos por Ia conclusión de que Ios judÍos qúa Habsburgo". SaIió de Viena para
«eran los dirigentes de la socialdemo- escapar del servicio. Sin embargo, Ia po-
cracia. ,A.nte tal revelación se me cayó Ia licÍa Ie persiguió tenazmente con sus in-
venda de los ojos. Mi larga lucha inte- terrogatorios y en enero de 1914 Io en-
rior habÍa terminado". Ai f,n habÍa en- contró en Munich, ordenándole que se
contrado algo en que concentrarse. Pero presentara al examen médico. tr'ue re-
eso no era todo. Al dirigir su mente ha- chazado, según dice, por "mala salud y
cia la ciencia polÍtica y a través del pre- debilidad general". A continuación ex-
juicio racial, encontró un tema que se plica que su debilidad se debÍa a "la
ajustaba a su mentalidad y a su carác- desnutrición consiguiente a mis escasos
ter. Las ideas pangermánicas que ha- ingresos como artista". Pero en 1938 dio
bÍan modulado el programa de estudios orden a Ia Gestapo de buscar y destruir
de su escuela de Linz inundaban ahora todos los registros de su examen. CuaI-
su mente como un remolino. De ese vér- quiera que fuera la razón dei ejército
tice emergió Ia visión de sÍ mismo como para rechazarle en 1913, fue admitido
el salvador mesiánico de Ia raza aria, es- como voluntario en eI Regimiento de In-
pecialmente de su parte alemana. Ex- fanterÍa de Baviera número 16 el 7 de
presó su convicción miles de veces. Por agosto de 1914. En él sirvió de enlace
ejemplo, en un discurso preeiectoral en durante toda la guelTa, se le concedie-
Viena el 9 de abril de 1938: ron dos Cruces de Hierro (de Primera y
Segunda Clase) por razones que no
"Creo que fue la voluntad de Dios lo constan oñcialmente y fue ascendido a
que me envió siendo un muchacho des-
de aqú al Reich para hacer de mÍ eI jefe cabo.
de la nación y permitirme integrar de Durante un ataque británico al pue-
nuevo a mi patria en el Reich. .. me blo francés de Comines, el 13 de octubre
concedió gracia... para unir mi paÍs al de 1918, quedó cegado. Esa es la ceguera
Reich... iQue todos Ios alemanes com- mencionada en eI informe secreto a que
prendan este momento, midan su im- se reflere Ilersten. Como los ingleses uti-
portancia y se inclinen humildemente lizaban gas por entonces, se supuso que
ante eI Todopoderoso, que.. . ha obrado ésta era Ia causa. Le enviaron aI hospi
un milagro en nosotros!" tal de Pasewalk y allÍ fue examinado
AsÍ era Hitler, con su megalomanÍa por un oftalmóIogo, el Dr. Viktor Kruck-
plenamente desarrollada. Pero no hizo mann, según el cual HiUer sufrÍa cegue-
falta ningún milagro del Todopoderoso ra histérica y no tenia ninguna lesión
para convertir al "salvador» en embrión causada por eI gas. «Es un mal nervioso,
de 1912 en eI megalómano Führer de a menudo indicativo del peúodo tercia-
1938. Siendo éI un hombre inestable que rio de la sÍfllis,, escribió. "Aconsejo que
habÍa estado acumulando su resenti- se examine a este hombre Para ver si
miento contra un mundo indiferente y muestra sÍntomas de Ia enfermedad y se
nutriendo en su cuerpo la actividad des- le dé el tratamiento adecuado. Recobra-
tructiva de la sífi.lis, Ias circunstancias rá la vista.,
en que podía florecer semejante «salva- Y asÍ fue efectivamente. Pero no hay
dor, fueron todas creadas por los signa- ningún informe del examen subsiguien-
tarios del Tratado de Versalles. te en la clinica de enfermedades vené-
reas donde fue enviado. Quizás fue tam-
E, cabo Hitler (derecha) posa con sus ca- bién destruido por la Gestapo. Pudo es-
maradas de la guerra. tar a disposición de quien preparó eI do-

23
cumento secreto examinado por Kers- so. Los marineros llegaron en camiones
ten, pues en él se alude a "síntomas aso- y nos incitaron a Ia rebelión. Unos pocos
ciados con la sÍfllis". En 1965 Kruek- muchachos judÍos los dirigÍan. . . Ningu-
mann formuló la opinión de que fue deli- no de ellos habÍa pasado por el servicio
beradamente destruido por Frick, lo activo en el frente. Por mediación de un
mismo que eI informe de las consultas hospital de enferemedades venéreas, los
de Spiethoff. tres orientales habÍan conseguido que
En cualquier caso, Hitler estaba aún los mandaran a casa. Ahora enarbola-
en el hospital de Pasewalk cuando se ban sus banderas rojas."
proclamó el armisticio, tras pedir la No existe ninguna prueba, más que el
paz el general Ludendorff, del alto man- desprecio de Hitler, de que hubiera al-
do alemán, y el canciller, prÍncipe Max gún judío implica6, de que fueran no
von Baden. combatientes u «orientales» ni de que
Hitler- au- hubieran estado en un hospital para en-
"En noviembre
mentó la tensión -escribiÓ
general. Un dfa cayÓ fermedades venéreas. (¿Quizás los habÍa
sobre nosotros el desastre sin previo avi- visto alü?) Los marineros revoluciona-
lá* -t w 1t rios no eran más que un glupo escondi-
do de los amotinados de Kiel, que se ha-
',]
6 Arriba izquierda: Hitler (pr¡mero de la de- bÍan negado a saür con sus buques para
recha, segunda fila) convaleciente de sus continuar una batalla que estaba perdi-
J q
I
heridas en 19f6. Abajo izquierda: Luden-
dorff ataca en mayo de 1918. Abajo: En
da. Pero esto no es más que un ejemplo
de los prejuicios de Hitler.
agosto de 1918 habían contraatacado los

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aliados; la resistencia alemana empieza a Prosigue diciendo que estaba reco-
desmoronarse. Pr¡s¡oneros alemanes brando la vista y que a duras penas po-
capturados en agosto de 1918. dfa creer que Alemania había capitula-
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do. "Vacilé, volvÍ tropezando a mi sala de diseutir esa paz en los términos de
y enterr€ mi dolorida cabeza entre las sus discursos ante eI Congreso, en los
mantas y la almohada. . . AsÍ es que que formuló los famosos Catorce Pun-
todo habÍa sido en vano. En vano todos tos, Cuatro Principios y Cinco Indica-
los sacrificios y privaciones, en vano el ciones. La respuesta fue aflrmativa. Por
hambre y la sed de meses interminables, consiguiente, se llegó al acuerdo inicial
en vano aquellas horas en que nos man- entre Alemania y los Estados Unidos de
tuvimos en nuestras posiciones a pesar que las negociaciones de paz se basa-
de que eI miedo a la muerte nos atena- rÍan en un total de ventitrés condiciones
zaba eI alma. . .», etc., etc.: toda una establecidas por Wilson y que serÍan
saga de autocompasión disfrazada de aceptadas también por los aliados. Eran
golpes de pecho vengativos. Aparte de unos cimientos muy inestables para la
mostramos ciertos aspectos del carácter discusión de un tratado de paz especial-
de su autor, ese capÍtulo de Mein Kampf mente cuando los aliados no tenÍan más
sólo tiene una frase signiflcante: "Por que una levÍsima indicación de que los
mi parte, entonces decidÍ dedicarme a la Estados Unidos contaban con una base
polÍtica.,
La capitulación que tanto impresionó
a Hitler en realidad a toda la nación
aremana,-ypues suponÍa ;l;k"i" ¡,::
nente- habÍa empezadof"a gestarse eI 5 i,:?S
á"Tr::"8?,r"?!t ti",fl:"lX"l,'i
Wilóon en Véréalles, f Sf ó.
-
de octubre de 1918. En esa fecha se en-
tregó una nota al presidente de los Esta- Arriba derecha: La delegación alemana en
dos Unidos, Woodrow Wilson, solicitan- Ve¡salles. Hitler les llamó «criminales de
noviembre»'
do formalmerte ra aperirr, ;";;;;;i;-
ciones de paz. Wilson replicó preguntan- Abajo derecha: Las fuerzas aéreas alema-
do si el gobierno alemán tenÍa intención nas reduc¡das a leña. -l"-

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de negociación con el enemigo. Cuando Sobre los plenipotenciarios de las
conocieron las condiciones, tampoco se treinta y dos naciones reunidas en la
mostraron inclinados en absoluto a conferencia escribió lord Keynes: nla
ageptarlas. Todos y cada uno de los Ca- vida futura de Europa no Ies interesaba;
torce Puntos fueron vueltos del revés y sus medios de vida no les importaban.
I retorcidos por Clemenceau en Francia, Sus preocupaciones, buenas y malas, se
¡ Lloyd George en Inglaterra y Sennino referÍan a fronteras y nacionalidades, al
:i§ *¡É en ltalia, cada uno de los cuales tenÍa equilibrio de poder, al engrandeeimien-
s
-no todas yadmirables- to imperial, a la futura debilitación de
razones para
desear enmendarlos obtener ventajas un enemigo fuerte y peligroso, a Ia ven-
especÍficas para sus respectivos paÍses. ganza y a la transferencia por parte de
Pero los Estados Unidos se mantuvieron los vencedores de sus insoportables car-
flrmes. DebÍan aceptarse los Catorce gas ñnancieras sobre los hombros de los
Puntos in toto o flrmarfan una paz por vencidos".
separado con Alemania. Como una nueva acusación contra el
"Fue una bomba Richard M. tratado, el primer ministro de ltalia,
Watt en The Kings-dice
De?art-. Lloyd Nitti, escribió posteriormente: «en Ia
George y Clemenceau no podian recha- historia modema permanecerá para
zar un armisticio victorioso y obligar a siempre como un terrible precedente el
sus pafses a continuar una guerrasin sen- hecho de que, contra todas Ias prome-
tido, especialmente cuando la opiniÓn sas, todos los precedentes y tradicio-
mundial interpretaría sus razones para noes, los representantes de Alemania no
hacerlo asÍ como una cÍnica negaciÓn de fueran ni siquiera oÍdos; no se Ies dejó
principios tan exaltados como Ia liber- otra alternativa que fi.rmar un tratado
tad de navegación y Ia abolición de la en un momento en que el hambre, eI
diplomacia secreta. Estaban en un calle- agotamiento y la amenaza de revolución
jón sin salida". hacÍan imposible otra altemativa ... En
Tocaba ahora a los aliados capitular. el antiguo derecho canónico se recono-
Aceptaron los principios wilsonianos y cía a todos el derecho a ser oÍdos, inclu-
se concluyÓ el armisticio eI 11 de no- so aI diablo. Pero la nueva democracia
viembre. Con ello se abrió Ia puerta a Ia que se proponÍa crear la Sociedad de
conferencia de Versalles. Naciones no obedeeió siquiera los pre-
Se han escrito volúmenes sobre ella y ceptos que Ia oscura Edad Media consi-
sobre su tratado, flrmado tras cinco me- deraba sagrados en beneñcio del acusa-
ses de debates. SóIo es preciso decir do."
aquí que de las condiciones formuladas En Ia escena creada por unos acuer-
por Wilson y aceptadas por los alema- dos violados, unos estadistas tiránicos,
nes no se incorporaron flnalmente al una violencia desatada y la peligrosa
tratado más que cuatro. EI enemigo de- humillación de una nación vencida, apa-
rrotado habÍa ñrmado un armisticio en reció HiUer, el hombre del destino, para
términos que fueron modificados hasta "dedicarse a Ia polÍtica".
extremos irreconocibles cuando llegó el Su mejor cualidad en su campo
momento de la ñrma. Durante los cinco equivale al genio- -que era la penetración
meses de debates se revelaron actitudes psicológica. Viéndose a sÍ mismo como
de rencor, codicia y ansias de venganza un hombre rechazado por la sociedad e
que sólo podÍan conducir a futuras dis- ignorando ciegamente aunque el recha-
putas, por mucho que se pospusiera el zo se debÍa a su propio caráct€r amable,
estallido. le fue fácil identiñcarse con las masas de
una nación que, cuando sóIo buscaba
una paz honorable, fue golpeada y tritu-
El jefe nazi con el Lederhosen bávaro. rada por eI tratado de Versalles. La hu-

29
millación es el más peligroso de todos puesta jugosa y que no salga corriendo
los castigos que pueden infringirse a un cuando le lancen la pata de una silla,
paÍs, si éste no tiene un carácter abyec- que a una docena de cultos doctores
to; y un hombre capaz de jugar con las que tiemblan ante los hechos sentados
emociones de un pueblo obligado a sobre sus húmudos pantalones. Ade-
arrastrarse no podÍa dejar de ser oÍdo. más, debe ser soltero. ¡Ya conseguire-
Al menos, no en las circunstancias que mos mujeres más adelante!".
afligÍan a la Alemania de la posguerra. Sin embargo, fue Anton Drexler quien
Sin embargo, no consiguió audiencia fundó el partido que HiUer dirigirÍa, eI
inmediata ni mucho menos. Incluso un partido obrero alemán, grupo deslustra-
verdadero genio tiene que seguir un ca- do y estático con cuarenta miembros y
mino. EI camino de Hitler pasaba por un capital total de 7,50 marcos..En el
las cervecerÍas de Munich, donde en curso de uná de sus reuniones polÍticas,
1919 se eneontró fortuitamente con un eI 21 de septiembre de 1919, habló con
grupo de hombres que más tarde se ha- tal vehemencia que Drexler le conven-
rÍan famosos como sus maestros y cola- ció para que entrara en el comité de
boradores: Dieti"ich Eckart, Ernst seis. Le habÍan enviado a la reunión
Rohm, Alfred Rosenberg, Rudolf Hess, como espÍa menor al servicio del mando
Anton Drexler, Karl Harer y Gottfried del ejército de Munich, ansioso de detec-
Feder. Estos hombres
-un poeta, un tar aetividades polÍticas subversivas.
soldado, un arquitecto, un polÍtico dis- Pero Io que en realidad detectó fue Ia
fuazado de asesor militar, un cerrajero, ocasión de su vida. Era una organiza-
un periodista y un cientÍflco - economis- ción sin rumbo, mal dirigida y llena de
ta ligeramente chocho- se debatian en nulidades: sus ideas iban mucho más le-
una masa de nociones revolucionarias jos y vio inmediatamente la posibilidad
mal concebidas para rescatar a Alema- de imponerlas a un torpe organismo ca-
nia del desastroso estado de cosas pro- rente de dirección, energÍa y miembros.
ducido por Ia guerra y el tratado de paz. Casi inmediatamente asumió el man-
Fue Eckart quien luchó sin cesar por do; si no como titular, al menos implÍci-
la formación de un "partido de Ciudada- tamente. Tres meses después fue nom-
nos Alemanes» pará contrarrestar la in- brado funcionario de propaganda. Se
fluencia de los bolcheviques y los judÍos encargó de la fusión con otros movi-
y describió asÍ el carácter de quien de- mientos menores cuyas aspiraciones
bÍa dirigirlo: consistÍan vagamente en la puesta en
"Debemos tener un hombre en la
práctica de una polÍtica de antisemitis-
cumbre que no parpadee ante el table- mo y anticomunismo, y en el incumpli-
teo de una ametralladora. Hay que dar miento de las opresivas condiciones del
un buen susto a la canalla. Un oficial no T?atado de Versalles. Cambió el nombre
sirve; la gente ya no les respeta. Lo me- por el más grandioso de Nationalsoeia-
jor serÍa un trabajador con abrigo de listische Deutsche Arbeiterpartei (parti-
soldado y que sepa burlarse de ellos. No do Nacionalsocialista alemán del traba-
es preciso que sea muy brillante; la polÍ- jo de cuya primera palabra procede la
tica es eI negocio más imMcil del mun- abreviatura nazi. La fortuna de] mismo
do y cualquier verdulera de Munich y consecuentemente Ia del Tercer Rei-
sabe tanto como esa gente de Weimar. ch, en los venticinco años siguientes,
Prefiero a un mequetrefe estúpido y en- quedaron ligadas a la suya personal.
greÍdo que sepa dar a los rojos una re§-

"Debemos tener un hombre en la cumbre


que no parpadee ante el tableteo de una
ametralladora».
s
§

EI

Al igual que Hiiler, el partido estaba en- ria del Sur- que, por ser tÍpicamente
fermo. PadecÍa la enfermedad de vana- maleables, eran fácil de conñgurar de
gloria neurótica. Los que tengan interés acuerdo con el agresivo esquema nazi.
por el estudio de las tcorfas racistas Su primera agresión abierta tuvo lugar
pueden examinar los sfntomas que pre_ cuando, rodeado de un cuerpo de necios
sentan Thomas lVolfe, Houston Stewart matones, imrmpió en un salón de Munich
Chamberlain, el conde de Gobineau y el
suegro de Chamberlain Richard Wag-
donde un grupo rival celebraba una
reunión polÍtiea. Lar¡zó algunos tiros al
ner. Todos ellos se remontan a los mitos techo y gritó que el gobiemo de Baviera
de los heroicos sigfridos arios, los repug_ quedaba depuesto y que él era eljefe del
nantes y racialmente inferiores Alberi- nuevo Reich. Naturalmente, el melodra_
chs, y los Valhallas, morada adecuada mático golpe fracasó (aunque por poco);
de los triunfantes dioses germánicos. Un para salvar la cara, Hitler organizó una
pueblo insatisfecho con la realidad crea
marcha al dÍa siguiente, 9 de noviembre
leyendas; y las duras realidades del Tra- de 1923.
La manifestación, que encabezó
tado de Versalles y la República de Wei- junto con
Ludendofff, encontró escasa
mar impulsaban reclamaciones enfermi- resistencia policial
y hubo algunos dis-
zas de todas clases, que sólo necesita_ paros por
ambos lados. En la Odeon_
ban el solaz de un fabulista para calmar platz quedaron
los cadáveres de dieci_
el malestar. Houston Stewa¡t Chamber- séis nazis (luego
lain, tras lustrarse las botas eon la adu_ los más famosos serÍan convertidos en
ladora admiración de Hifler, declaró:
mártires de la causa
nazi y Hitler justiñcó su desparición de
El hecho de que, cuando más lo nece_ la lucha explicando
«ap¿¡¿5 , ,r,
sitaba, Alemania naciera un Hiiler es niño indefenso de la eue
prueba de su vitalidad". lÍnea dJfuego,. No
h_abÍa ningún niño; y ar¡nque lo hubiera,
Lo que de hecho probó fue la incapaci_ Hitler no podÍa
llevarlo en brazos por_
dad del Partido para ofrecer, antá los que en el alboroto
se habÍa caÍdo pesa_
males vindicativos a que Alemania ha_ damente,
dislocándose el hombro dere_
bÍa sido reducida, otra altemativa que cho- y rompiéndose
el falsamente brillante Valhalla ,eu"lu- el brazo izquierdo).
.El resultado directo d,elputsch ae .rí_
do en prestigiosos resplandores por los viembre fue que
Hiüer fue arr"rtuáo p*
métodos de marketing de su salvador. traición, juzgado y condenado a
Del mismo modo que Hitler asumió el años de prisión y ciico
conflnado confortable-
mando de las nulidades del partido
obrero alemán en 1919, en 1923 reunió
en su torno a unos cincuenta y cinco mil Hitler en su postura característica, en no-
alemanes desorganizados _en su mayo_
viembre de 1933, tras sub¡r al poder. A la
derecha, Roehm y Himmter.

32
un delirio orgiástico, «un sustitutivo", sus propios gritos de guerra y en 1929
como dice Joachim Fest, "de la expe- creó su propio corps d'élite bajo la direc-
riencia emocional que le estaba vedada ción de Heinrich Himmler. La SS
debido a su monstruosa fijación al yo". Staffeln o guardia de camisas
Si se admite que era un violador, no se-
-Schutz
negras- teúa suficiente entusiasmo po-
rÍa aventurado pensar incluso en un IÍtico y habÍa jurado obediencia absolu-
acto de venganza contra Hannah. En ta; finalmente, por su mediación, Hitler
Mein Kampf hay frases febriles sobre la dominó eI Partido, la nación y las fuer-
sÍfilis y la genética judÍa, y todo ello po-.. zas armadas.) Mas, a pesar de las discor-
dÍa ser una venganza inconsciente dias internas, eI Parüdo fue cerrando su
tal vez deliberada- contra una persona -o tenaza sobre el paÍs. Tras descender a
y no una raza. diecisiete mil el número de sus miem-
En cuanto a las relaciones sexuales bros en 1926, la restauración del derecho
normales, se ha especulado mucho so- de Hitler a pronunciar discursos públi-
bre Hitler en ese sentido, pero conoce- cos Io aumentó a sesenta mil en 1928; y
Houston Stewart Chamberlain. Ricardo Wagner.
mos muy pocos datos que las apoyen. sin duda puede inferirse que aI menos el
En su juventud hubo la inalcanzable doble eran simpatizantes, aunque no
mente en la fortaleza de Landsberg. Se char contra eI marxismo y el judaÍsmo. Stefanie y Ia fáci.lmente alcanzable Han- habÍan ingresado en sus filas.
Ie permitió tomar una comida especial, Hubo una cordial reconciliación entre éI nah, y en Ia madurez, F,va Braun, con Pero fue la crisis ñnanciera de los Es-
recibir visitas, disfrutar de una habita- y los dirigentes en disputa, y el Partido quien se casó como preludio del pacto tados Unidos en 1929, y la subsiguiente
ción cómoda, tener flores y un secretario volvió a ser una fuetza en acción. de suicidio que terminó con sus vidas. depresión económica, Io que le llevó a la
particular, y hacer ejercicio sin lÍmite en Sin embargo, durante mucho tiempo Durante los dÍas de Ia ascensión del victoria. Durante la república de Wei-
el patio; fue puesto en libertad a los fue una fuerza extremadamente inefl- Partido, a flnales de los años veinte, vi- mar, que Hitler denominaba "república
ocho meses, pues su discurso de defensa caz. El ministro de Justicia, aunque ac- via con su sobrina, Geli Raubal, hija de de traición", «criminales de noviembre"
ante el tribunal fue tan patriotero que cedió a los ruegos de Hitler, no era tan su hermanastra Angela. Geli se suicidó y "traidores dominados por los judÍos",
sólo se llegó al veredicto de nculpable, ingenuo como para permitirle pronun- en eI piso de HiUer en Munich en 1931 Ilovió eI dinero americano sobre Alema-
cuando el presidente aseguró que serÍa ciar discuros. Fue una sabia decisión. y durante a-Igún tiempo él pareció in- nia. Se habÍa estabilizado eI marco, las
perdonado pronto. Era su fascinante personalidad proyec- consolable; pero eso no prueba nada fuerzas aliadas se habÍan retirado de
Durante su prisión escribió Mein tada en los discursos lo que habÍa pro- más que una fijación emocional a una Renania y Ia producción industrial au-
Kampf. El Partido habÍa sido proscrito, porcionado adeptos al Partido. Pero el muchacha veinte años más joven a mentó hasta reducir el paro a poco más
pero la cuestión de su reaparición clan- sentido común no prevaleció por mucho quien habÍa tiranizado como era carac- de medio millón de personas. Frente a
destina era objeto de grandes disputas tiempo. En mayo de 1927 se levantó la terÍstico en é1 hasta sumirla en un esta- tal prosperidad, los nazis tenÍan pocas
entre los principales secuaces prohibición y el culto casi religioso aI do de sujeción neurótico. Por sus noci- esperanzas de abrirse camino con sus
-Stras-
ser, Streicher, Roehm, Rosenberg, Lu- salvador se extendió entre los miles de vos efectos sobre su mente y cuerpo, eI pesimistas profecÍas de un desastre ñ-
dendorff, Feder y Frick-, que lucharon personas que Ie escuchaban con una breve encuentro con Hannah es enorme- nanciero inminente. Obtuvieron menos
por el cadáver polÍtico como hienas. Hi- histeria sólo comparable a la suya: una mente importante; todos los demás as- de un millón de votos en las elecciones
tler se desentendió olÍmpicamente de histeria que, como el mismo HiUer de- pectos de las relaciones sexuales de Hi- de 1928 y estaban representados por
sus desacuerdos sobre aspiraciones y di- claró, no era involuntaria, sino "una tác- tler deben relegarse aI reino de Ia conje- sólo doce escaños en el Reichstag. Pero
reccióny se dedicó a Ia vida literaria, tica basada" en eI cálct¡lo preciso de to- tura. en 1929 llegó el desastre con Ia quiebra
dictando gran parte de Mein Kampf a das las debilidades humanas, cuyos re- En cambio, cuanto se refiere a la fasci- de WaIl Street. La incapacidad de AIe-
Rudolf Hess, que le servía de secretario. sultados debÍan conducir casi matemá- nante influencia y crecimiento del Parti- mania para pagar las inicuas reparacio-
No tenia el menor deseo de resucitar el ticamente al éxito. do bajo su dirección está apoyado por nes exigidas por el Tratado de Versalles
Partido bajo la direccién de otro. Esperó AsÍ fue efectivamente. Era un violador hechos. Habia desacuerdos menores o eI interés de los prÉstamos a corto pla-
hasta ser puesto en libertad b4jo pala- utilizando un falo de palabras. Eckhart dentro de la organización zo concedidos tan alegremente por una
bra y entonces convenció aI ministro de acertó fortuitamente al describir las ca- -fundamen-
talmente centrados en las Secciones de Norteamérica ofuscada por su propio
Justieia bávaro para que le permitierá racterÍsticas del jefe: "Debe ser soltero. Asalto, reclutadas entre los excomba- poder dieron lugar a una depresión eco-
reconstituir el Partido y reanudar la pu- ¡Ya conseguiremos mujerss!" En efecto, tientes que formaron el minúsculo ejér- nómica inmediata. Era como quien ha
blicación de su periódico Volkischer las masas eran para él «mujeres". Se hi- cito permitido por el Tratado de Versa- estado ingresando y retirando fondos de
Beobachter. Sus argumentos se basa- cieron soeces chistes sobre su propia lles y que mostraban más entusiasmo su cuenta corriente y de repente se ve
ban en la admisión de todos sus pasa- aflrmación de que, tras pronunciar un militar que polÍüico, cosa que por enton- defraudado al no llegarle el crédito con
dos errores y en una declaración de que gran discurso, acababa "bañado en su- ces no coincidÍa en absoluto con el libro que pensaba cubrir un débito posfecha-
los nazis tenÍan el único objeto de lu- dor»; pero es cierto que experimentaba de Hitler. (Les dejó que se ahogaran con do de dos dÍas antes que debÍa presen-

34 35
,§§'§

Hitler, Julius Stricher y otros ¡efes en un congreso del Día de Alemania, en septiembre Arriba: Con los camaradas del part¡do durante su prisión en Landsberg (Hess es el
de 1923. Abajo: El juicio por traición consecut¡vo al lracasado putsch de Munich en segundo de la derecha). Abajo: En -'1927, después de hablar en Berlín por primera vez.
noviembre de 1923. Ludendorff llega al tribunal.
lzquierda: Hitler, canciller del Reich, salu- competir con sus métodos de propagan-
!g-,"1 anciano presidente Hindenburg, da, reforzados por sus intrigas para sub-
1933. Arriba: La multitud, entusiasmadá,
saluda a su Führer. vertir la amenaza, el sobor-
-mediante
no o cualquier otro medio que sirviera
para sus propósitos- los esfuerzos de
tar hoy. En 1932 habÍa cinco millones de los miembros del Partido que aspiraban
parados. La enfermedad de la desespe- al poder, llevaron a Hitler a la Cancille-
ranza se extendió por todo el paÍs. Con rÍa en enero de 1933. Diecinueve meses
terrible frecuencia se arrancaban de las después, al morir eI presidente von Hin-
manos del pueblo el alimento, el calor y denburg, anunció la aprobación
el albergue. Incluso el que tenÍa un em- de los que en cierto-con
modo habían trata-
pleo era con carácter parcial. Los aho- do de frenar su subida al poder- que los
rros se esfumaron en una ola de usu¡a cargos de presidente y canciller queda-
y un esfuerzo desesperado por pagar las ban unidos y que él era ahora gobeman-
-q :s
hipotecas que gravaban las graqjas y te supremo del Estado y comandante en
casas. Como dice Allan Bullock en Hi- jefe de las fuerzas armadas.
tler: a studg in tyrannE. Su primera orden al ejército le obliga-
"Como hombres y mujeres en una ca- ba a prestarle juramento de lealtad y
pital sacudida por un terremoto, millo-
obediciencia a él personalmente, no a la
nes de alemanes vieron resquebrajarse y
Constitución o al pafs:
desmoronarse el cauce aparentemente
sólido de su existencia. En tales ctcuns- "Hago ante Dios el sagrado juramento
tancias, los hombres ya no hacen caso de prestar obediencia incondicional aI
de los argumentos de la razón. En seme- Führer del Reich y pueblo alemán Adolf
jantes momentos abrigan miedos fan- Ilitler, comandante supremo de la We-
tásticos, odios y esperanzas extravagan- hrmacht, y de estar dispuesto en todo
tes. En tales circunstancias, la extrava- momento a ofrendar mi vida como va-
gancia de Hitler empezó a atraer a las liente soldado.o
masas como nunca lo habÍa hecho." De este modo, en agosto de 1g84,
Las masas de seguidores, junto con la Adolf Hitler habÍa maniobrado hasta co-
incapacidad de sus oponentes para locarse en una posición de poder absolu-

4L
Abaio: El primer Gabinete de Hitler. Goering y von Papen en primera fila' Arnoa: El
f gie ¡un¡ó de 1934 Hitler advierte al Reichsla! que ula wehrmacht es.el
único instru'
,"nto'd" §u€rrá». Derecha: El 30 de ¡unio son eibcutados sumariamente Ernst Roehm
(derecha) y muchos de sus lugartenientes de la SA'

&
-*_s
.'t
to. Los efectos corruptores de ese poder polÍticos, excepto el nazi. La existencia
pronto serÍan evidentes. de cualquier organización polÍtica se
castigaba con la prisión. Se terminó con
Su falta de piedad para con los rivales
la libertad de expresión cultural en el
o disidentes se habÍan manifestado de
arte y en la literatura. Se suprimieron
forma abrumadora en la purga que tuvo los derechos civiles y la igualdad de ciu-
lugar cinco semanas antes. El 30 de ju- dadanÍa, introduciéndose el sistema del
nio ordenó la ejecución de Ernst Roehm «caudillaje»: un Führer todo poderoso
y otros jefes de la SA que hablan trata-
en la cumbre e innumerables führers
do de sublevarse. Hubo matanzas en
menores bailando sobre las cabezas de
toda Alemania. Fueron ejecutados el ex-
canciller, general von Schleicher, y otros
sus inferiores en jerarqúa, hasta llegar
al ciudadano corriente, para quien no
tür
importantes mandos del ejército, funcio- podÍa haber caudillaje hasta que encon-
narios y católicos romanos. Los ejecuto-
trara a alguien a quien dirigir. Se revo-
res eran los camisás negras de la SS lucionaron instituciones tales como la
§Wi:..¡t!*e{
que, junto con la Gestapo, se convirtie-
educación, la Iglesia y la prensa. Sólo se
ron a partir de entonees en los principa-
contaba la versión nazi de la historia,
les realizadores de las decisiones de Hi-
sóIo se toleraba Ia religión antijudla de
tler.
la propaganda, la prensa era el portavoz
PolÍtica y socialmente había formas
de crueldad más suaves, pero igualmen-
del nazismo y no se oÍa ninguna otra
YOZ.
5ñ*.§ i*,./
§
te eficaces. Se disolvió todo el sistema Durante cuatro años Hitler convirtió
parlamentario de Ia república de Wei- el Estado nazi en una máquina diplomá-
dñ§
mar. Se prohibieron todos los partidos tiea y militar que violó casi todas las
ffi !ñúfi r'* i3Jr'¡:

Propaganda antisemita. lzquierda: «Al re- mensa potencia agresiva que desconcer-
sistir a los iudíos lucho por el Señor», pro- taba y frustraba a los paÍses miembros
clama un cartel. Arriba: Der Sturmer exhi- de Ia Sociedad de Naciones (de la que
bido en un tablón de anuncios de Berlín.
Japón e ltalia, además de ella se habÍan
retirado). Hitler habÍa demostrado po-
seer una brillante penetración psicológi-
principales cláusulas del Tratado de ca. Con una serie de audaces golpes di-
plomáticos engañó a los estadistas que
Versalles. Fundó Ia Luftwaffe, introdujo
actuaban conforme a las reglas conven-
el servicio militar obligatorio, ocupÓ con
cionales. En la primavera de 1938 ya era
sus tropas la zona desmilitarizada de
lo bastante fuerte para lanzarse a la in-
Renania; se retiró de la conferencia
cruenta invasión de Austria y anexio-
mundial de desarme, terminó con la per-
narla al Reich alemán. Desde entonces
tenencia de Alemania a la Sociedad de
su paÍs de origen dejó de existir como
Naciones y concluyó un prestigioso con-
ta-I.
cordato con el Vaticano y un pacto de
no agresión con Polonia, ambos conce- Sin embargo, su avidez delebensraum
bidos para ganar tiempo y dejar que sus y poder no iba a saciarse tan fácilmente.
designios maduraran, no para dar nin- Inglaterra y Francia habÍan traicionado
guna ventaja pacÍfica a Italia o Polonia. pusilánimemente a Checoslovaquia al
Esos cuatro años de 1933 a 1937 Pre- retirar sus fuerzas defensivas de los Su-
senciaron la recuperación económica de detes, a fin de ganar tiempo para prepa-
Ia nación y el crecimiento de sus fuerzas rarse ante una guerra que ellos habÍan
armadas hasta convertirse en una in- hecho inevitable. En otoño de 1938 Hi-

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*.,¡e!}*s*w§ffi

El rearme alemán. Arriba: Hitler revisa nuevas unidades de la Wehrmacht. Abajo: lnfan- La conquista alemana. Arriba: El Anschluss de Austr¡a, marzo de 1938. Abajo: Hitler
tería y carros en unas maniobras, Nuremberg, 't938. pasea en triunfo por Carlsbad, Checoslovaquia, en octubre de '1938.

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El Pacto de no agresión nazi - soviético
de 1939. Hitler y Molotov en una conferen-
cia.

tler ocupó ese territorio sin tener que


disparar un solo tiro. Seis meses des-
pués extendió su dominio a Bohemia,
Moraüa y Memel. El estado iibre de
Danzig fue proclamado parte del Reich
alemán eI uno de septiembre de 1939 y
en la madrugada de ese mismo dÍa PoIo-
nia fue invadida sin previo aviso ni pro-
vocación, obligando asÍ a Inglaterra y
Francia a declarar la guerra en cumpli-
miento de los compromisos derivados
de su traLado con Polonia.
Una semana antes de que el holocaus-
to de la guerra se desatara sobre Euro-
pa, HiUer había dado su golpe diplomá-
tico final: un pacto de no agresión y co-
mercial con Rusia eue «garantizaba" la
paz entre los dos paÍses por un mÍnimo
de diez años. Como habÍa estado predi-
cando la iniquidad del comunismo des-
de 1919, eI pacto era un golpe maestro.
EI coste teórico fue considerable: nada
menos que la división de la infortunada
Polonia en dos partes iguales, de las
cuales Ia oriental constituÍa el premio
de la Unión Soviética. Pero la inutilidad
del pacto puede medirse por la revela-
ción de Hitler sobre sus planes futuros,
declarada en conferencia con sus jefes
militares celebrada el 22 de agosto: "Ca-
balleros, mi pacto sólo pretende ganar
tiempo. Aplastaremos el comunismo.,
Efectivamente, el tiempo era esencial
para sus maquinaciones. Para Alema-
nia, aun considerando su inmenso pode-
rÍo militar, el luchar simultáheamente
en eI frente occidental y el oriental ha-
brÍa sido tan desastroso en 1939 como lo
fue en la Primera Guerra Mundial. Ha-
bÍa que aplastar primero a occidente.
Inmediatamente después de recibir Ia
declaración de guerra de los aliados el
3 de septiembre de 1939, HiUer se lanzó
a su gigantesca tarea.

49
El gcnetül

Con su ataque a Polonia, Hitler no sólo rra. Pero no hubo tribunal ni investiga-
habÍa precipitado la
guerra, sino que ción.
además podÍa alegar que no existÍa nin- Polonia quedó virtualmente conqüs-
gún estado de guerra hasta que los alia- tada en cuestión de horas. Se logró fácil-
dos la declararon. Reducido a la catego- mente el dominio del aire mediante una
rÍa de una pelea entre chiquillos, podÍa ofens.iva total que comenzó en la madru-
decir: "Yo no he empezado; han sido gada'del uno de septiembre. Oleadas de
ellos., Para los criterios hitlerianos, la bombarderos volaron sobre los aeródro-
invasión de Polonia no era más que una mos polacos e inutilizaron los aviones
extensión lógica y justiflcable de sus en tierra. Los que consiguieron despegar
pretensiones sobre el estado libre de fueron derribados por los cazas de escol-
Danzig y, anteriormente, sobre Austria, ta de los bombarderos, a continuación
el territorio Sudete, Bohemia, Moravia y descendieron al nivel de los tejados y
Memel. Todos ellos, como habÍa argu- ametrallaron a las defensas que habÍan
mentado ineesantemente, eran parte del sobrevivido al bombardeo. Sin protec-
Reich alemán, del que habfan sido sepa- ción contra nuevos ataques aéreos, Ios
rados por larapez división subsiguiente polacos eran completamente vulnera-
a Ia Primera Guerra Mundial. PodÍa bles en sus puentes, campos de adiestra-
aflrmar-también que no se habÍa derra-
mado una sola gota de sangre en la nli-
miento, centros de producción, instala-
ciones militares y columnas móviles.
ry
beración" de su pueblo del yugo opresi- Sus fuerzas sumaban casi dos millones; {
;.'J"
vo de Versalles. Si los polacos hubieran pero eI ataque aéreo alemán consiguió 1
*8-
mostrado Ia misma sensata disposición que no pudieran movilizarse con efica-
a ser abrazados por el Reich, la coerción cia, pues las comunicaciones fueron re- -i§..
ü,
habrÍa sido innecesaria. ducidas al más eompleto caos.
Naturalmente, la falsedad de tal argu- Ningún aspecto de la campaña polaca t.,'-"il
mento hubiera resultado obvia para f ¿t
cualquier tribunal imparcial que inves-
tigara las causas inmediatas de la gue-

50
Hitler con los generales Blomberg y Fritsch
antes de su destitución.
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'qt., t..
r{§*
I

por parte de sus oponentes más encami- pués de la Primera Guerra Mundlal, Ios

..V .rV zados, los franceses, para efectuar cual-


quier movimiento excepto los del tipo
más pusilánime. Pero HÍUer no tenÍa po-
franceses estaúan obsesionados con la
defensa, con la seguridad dentro de sus
propias fronteras. Los dos sucesivos co-
mandantes en jefe de la posguerra, Pé-
deres sobrenaturales. No estaba asocia-
do con ningún nigromante. Su intui- tain y Weygand, lo habÍan dejado muY
ción no era más que la penetración psi- claro. EI pueblo habÍa vivido la futil ma-
eológica que Ie habÍa permitido identifi- tarua de jóvenes franceses en la san-
carse con la nación humillada en Versa- grienta ofensiva planeada por eI general
lles. Fue simplemente una comprensiÓn Nivelle en 1917; no estaban dispuestos a
a fondo de la naturaleza humana en ge- tolerar más generales con esa mentali
neral y del carácter de sus opononentes dad. Tampoco tenÍan ningún interés en
en particular. (En este segundo sentido, extender sus fronteras. PasarÍan años
no era una comprensión infalible, como curando sus terribles heridas y emplea-
demostrarÍa su ignorancia del carácter rÍan millones de francos en parapetarse.
americano; pero estos fallos ocasionales La Tercera República estuvo en peligro
demostraron que no tenÍa nada de so- de caer y la dignidad de Ia civilización
brenatural.) Igual que sabía, y habÍa francesa habÍa quedado resquebrajada
afirmado inequÍvocamente en Mein por la inútil victoria de 1918. Sólo po-
Kampf, que la reiteración continua de dÍan satisfacer a la nación imponentes
una mentira demostrable la convierte bastiones tras los cuales se pudiera pre-
en una verdad demostrable, sabÍa tam- parar un inmenso ejército de defensa.
'i. bién que no tenÍa virtualmente nada En todo esto Hitler tenÍa razón; en
que temer de los franceses en 1939. realidad, no necesitaba mucha com-
HabÍa deducido con acierto que, des- prensión psicológica para percibir Io

tenÍa por qué sorprender a nadie, y me- Punta de lanza de la Blitzkrieg. Arriba: Ca' Ü
nos a los polacos. Era totalmente con- zas Me-109E y cazabombarderos Me-110
gruente con Ios mébodos de Hifler. (Los
rusos, a pesar de estar vinculados a AIe-
mania por un pacto de no agresión, ex-
sobre Polonia. Derecha: Los Stukas se
aproxirnan a su objetivo.
'!!'dr3rr,.A
perimentarÍan en menos de dos años el
mismo ataque con el bombardeo de sus Io, no coincidiera con su propio libro.
aeródromos, y les piIIó igualmente des- Pero por entonoces no era obvio, e in-
prevenidos.) Pero las fuerzas polacas se
aprestaban a defender un ataque acorde
cluso parecÍa increÍble. Además de los
polacos, también los teóricos militares l*r"t
?
con los métodos tradieÍonales de 1914. de Inglaterra y Francia pagaron por su
Su comandante en jefe, mariscal Smi- pérsistencia en pensar en términos de
gly-Rydz, parece que aI principio quedó cargas de caballeúa y otras tácticas
desarmado el sentido no militar- trasnochadas; en las primeras etapas de
-en
por las.seguridades que le habÍa dado la guerra se vieron confundidos una y
HiUer, por mediación de Goering, en otra vez por una planificación y ejecu-
1937 de que Alemania no tenÍa ningún
interés territorial en Polonia; Iuego,
ción que, aunque despiadadas, eran per-
fectamente iógicas. .r
cuando estaba claro que el ataque de Esa habilidad ha sido admirada desde
Alemania era inminente, supuso que se- entonces como intuición de HiUer.
guirÍa las reglas del manual de 1914. Existe cierta tendencia a suponer que
I
Puede parecer pueril señalar con la poseÍa un poder casi sobrenatural para
perspectiva de los años eI evidente des-
precio de HiUer por las reglas de cual-
anticipar los movimienüos militares de
sus enemigos o, más bien, aI principio
V
quier libro anticuado que, por asÍ decir- de Ia contienda, Ia falta de toda aptitud
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I -.

I
52
F . ::",'.
r ,l'.- ¡

I
L
Arriba: Smigly-Rydz, el comandante en
jefe polaco. lzquierda: Las fuerzas acora-
zadas descansan en su avance por Polo-
nia.

evidente. Las inexpugnables fortiflca-


ciones que habÍan de construirse con eI
nombre del ministro de la Guerra, An-
dré Maginot, comenzaron en 1930.
Superficialmente, la línea Maginot
compensaba con inexpugnabilidad su
falta de sentido. (Dejaba indefensa la
frontera con BéIgica, desde cuyo terre-
no, militarmente ideal, los alemanes ha-
bÍan atacado Francia desde tiempo in-
memorial.) Pero la inexpugnabilidad, en
este caso, no era más que una ilusión
tranqúIizadora; era como esconder la
cabeza en la arena, pues las complica-
das fortiflcaciones se construyeron a
bastante profundidad. Eran galerÍas do-
tadas de pertrechos y municiones, con
comodidades y comunicaciones para so-
portar cualquier asedio. Los potentes
cañones apuntaban a Alemania y esta-
ban protegidos con una capa impenetra-
ble de acero y hormigón. La «lápida de
Francia,, como Ia llamó el general de di-
visión J. F. C. Fuller, habÍa costado seis
mil millones de pesetas, que es mu-
cho dinero para un soporÍfero; pero eso

57
es Io que resütó ser. Los franceses no
querÍan luchar; su inmenso ejército
a_i menos ventiséis divisiones
-habÍa
sólo en Ia lÍnea Maginot- estaba acribi-
ilado de traiciones de arriba a abajo y
no queúa nada más activo (como dijo
Fuller) que sentarse en Ia lÍnea Maginot,
recortar La Vie Parisienne, decorar sus
subterráneos con muchachas insacia-
blesyvolveracasa.
Cuando en 1935 se terminó la lÍnea
Maginot, HiUer habÍa llegado al poder
absoluto como Führer, canciller y presi-
dente de la nación alemana. HabÍa lo-
grado, como un portador del tifus, pro-
pagar la enfermedad de la vanagloria
entre el Partido y, luego, con ayuda de
habilidosos propagandistas como Goeb-
bels y concentraciones monstruosas
como las de Nuremberg, Ia extenderÍa
por toda la nación, con Ia colaboración
de la susceptibilidad nacional para va-
nagloriarse en el mito de la raza supe-
lzquierda: Weygand (segundo de la dere- rior. AI hacerlo habÍa forjado una temi-
cha) con Briand. Lloyd George y Foch. ble espada. La espada de la conflanza.
Arriba: Pétain. Magnetizados por la incesante reitera-
ción de su Führer sobre eI tema y Ia infi-
nita cadena de variaciones sobre é1, los
alemanes bailaron ai son del triunfo ex-
tático.
Puesto que ia conflanza de Francia
sólo se basaba en la inexpugnabilidad
de la lÍnea Maginot, no es sorprendente
que Hitler dijera al periodista inglés G.
Ward Price en Berchtesgaden, en 1938:
"He estudiado la lÍnea Maginot y he
aprendido mucho sobre ella.» Lo mucho
que habÍa aprendido no requerÍa dema-
siado estudio. La lÍnea terminaba donde
comenzaba la frontera belga; no habÍa
necesidad de estudiar más. Respecto al
gran número de soldados franceses en-
cerrados defensivamente en €Ila, «es un
axioma del arte de la guerra que ei lado
que permanece tras sus fortiflcaciones
es vencido". La frase era de Napoleón,
pero su verdad es tan antigua como Ia
guerra. SóIo un número minúsculo de
Arriba: André Maginot, ministro de la Gue- militares franceses desenterraron sus
rra francés a principios de los años trein- cabezas de las arenas de Maginot lo sufl-
ta. lzquierda: Una sección de la Línea Ma- ciente para gritar palabras de adverten-
ginot.
cia. Uno era el coronel De Gaulle y otro

59
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La SS acogió a la élite nazi. Arriba: Guardia personal de Hitler, formada por miembros
de la SS. Abajo y derecha: Himmler llegó a ser uno de los hombres más poderosos
de la lerarquía nazi.

sr
eI general Guillaumat: "Es peligroso de- tonces se traza un plan general de cam-
jar que se extienda Ia falsa y desmorali- paña y los comandantes realizan sus di-
zadora noción de que, üeniendo fortifica- versos cometidos.
ciones, la inviolabilidad de nuestro paÍs Hitler seguÍa el proceso contrario. Su
está asegurada, y de que existe un susti- odio por la delegación se basaba en Ia
tutivo para Ia dura labor de preparación desconflanza. TemÍa Ia rivalidad, eI ac-
de voluntades, corazones y mentes." Na- ceso de cualquier oLra persona que no
die prestó atención a esas voces. Los fuera él a las riendas del poder. Mientras
franceses estaban dormidos, drogados estuvo en Ia fortaleza de Landsberg, se
con su pócima Maginot. Moralmente co- habÍa desentendido astutamente de to-
rrompidos, no parecÍan tener su mente dos los intentos por parte de sus colabo-
muy despierta. radores de resucitar eI proscrito partido
Es tarea de un general, como señaló eI nazi, porque no podÍa dirigirlo él mismo
historiador Polibio hace dos mil años, mientras estaba cumpliendo su conde-
crear un espÍritu bélico, pues «de todas na. Sin embargo, una vez en libertad, se
las fuerzas de la guerra, ésta es Ia más dedicó inmediatamente a restaurar el
importante". También es tarea de un Partido y a eregirse en su jefe. El logro
general sacar partido de las armas ali- de un poder polÍtico absoluto durante Ia
, neadas contra é1. En cuanto a lo prime- primera mitad de los años treinta fue
ro, Hitler habÍa elevado la moral del coronado por un decreto en el que de-
pueblo alemán-hasta un estado equiva- claraba ineqúvocamente: - En adelante,
a lente al de su superioridad numéúca en ejerceré personalmente el mando inme-
§ hombres y armas; en cuanto a lo segun- diato de todas las fuerzas armadas."
do, inter alin, había intrigado para infil- Como.hasta el propio HiUer se daba
trar la ideologÍa hostil del comunismo cuenta de Ia imposibilidad de extender
en Francia, donde completó la desmora- su mando como una tela de araña a tra-
lización del pueblo con su contamina- vés de todas las ramificaciones de Ia or-
ción. Asf, hasta el 3 de septiembre de ganización, en un gesto de ortodoxia mi-
1939, se dedicó a erear condiciones favo- Iitar estableció el Mando Supremo de
rables. Pero la invasión de Polonia y la Ias fuerzas armadas. No obstante, se tra-
consecuencia inevitable de Ia declara- taba de un organismo controlado por
ción de guerra por parte de Inglaterra y sus colaboradores favoritos y no de una
Francia, habÍa forzado una situación comisión consultiva y asesora que goza-
que pondrÍa a prueba sus dotes de man- ra de mucha influencia. Servia como
do. una calculadora para obtener los deta-
Una de las caracterÍsticas de Hitler lles de los grandes designios de Hitler.
era la de la resistencia a delegar. Desea- Le informaba de lo que era práctico y de
,ba tomar todas las decisiones y asumir Io que no lo era, y en ese sentido qrizás
{ ,.toda Ia responsabilidad; y si hubiera po-
rrdido ejercer un control de todo, desde Ia
puede decirse que era un órgano asesor.
Pero éI ya había decidido sobre todos
{'gran estrategia hasta el diseño de los los puntos. Cuando su decisión coinci-
ibotones de sus tropas, habrÍa sido un dÍa con los consejos del Mando Supre-
general "divino". mo, parecÍa estar trabajando en la for-
' La práctica militar normal consiste en ma ortodoxa; cuando sus recomenda-
nombrar comandantes por su pericia en ciones eran hechas trizas en escenas tur-
diversos aspectos de Ia estrategia, con- bulentas de 1o que con Hitler pasaban
sultarles y y coordinar sus consejos. En- por «conferencias", les oponÍa su negati-
va a considerar cualquier propuesta de
!.
enmienda. Luego, parecÍa tener una vo-
$uando pronunciaba discursos o celebra- Iuntad de hierro y una brillante percep-
üa conferencias, Hitler solía llegar a un ción en un contexto en el que se veÍa ro-
f,stado de delirio. deado de necios.
T
63
Naturalmente, eran muchos los altos llevado a cabo mediante una bomba el
mandos del ejército que abrigaban 20 de julio de 1944 sóIo falló en orden al
amargos resentimientos por la forma grado de efectividad. Y hubo al menos
como eran tratados. A fln de cuentas,
eran estrategas expertos, capaces de
presentar una apreciación de cualquier
otros cinco atentados contra su vida.
Todos los dictadores están expuestos
a los intentos de usurpación de su poder
p :I
situación miütar. Resultaba humillante por parte de los rivales. Pero los genera-
que se les tratara despectivamente por- les de Hitler que conspiraban contra éI
que sus apreciaciones no tenfan en se preocupaban fundamentalmente por
cuenta las maniobras polÍticas de los es- abortar los desastres que veÍan germi-
tadistas. La humillación, como quedó nar en sus decisiones. Le aconsejaron in-
probado suficientemente por el curso de sistentemente que no ataeara Checoslo-
la historia alemana a partir de Versalles, vaquia en 1938. "Era como un demenüe
es extremadamente peligrosa. Dio lugar Brauchitsch, comandante en jefe
a conspiraciones que sólo fueron aborta- -dice
del ejército, en una ocasión en que el
das gracias a la infiltración de la policÍa Mando Supremo se mantuvo firme-.
secreta de Himmler en las fuerzas arma- Sudaba y chillaba, y habló durante mu-
das. Algunas nunca fueron suprimidas chos minutos. Tras una pavorosa tor-
por completo a pesar de las sinuosas ac- menta dedqjimos que 'era su decisión
tiüdades del jefe de Ia SS. En 1938, un inquebrantable destruir Checoslovaquia
complot para secuestrar y derrocar a Hi- en breve tiempo mediante una acción ,§§
tler fue frustrado por müitar'."
-irónicamente-
las temblorosas súplicas de Chamber- Lo que más frustraba al Mando Supre- "Ws
lain en Munich. El intento de asesinato mo era que llitler demostró tener razón

lzouierda: La recientemente rearmada Ila detensiva sin mirar por encima de su


wáhrmacht entra en Renania' Arriba: La hombro hacia una 'IÍnea más corta''"
SA, al principio la principal amenaza del Era un inspirado aficionado de la estra-
E¡ército. tegia militar. ConocÍa todas Ias teorÍas
de Clausewitz, Ias batallas clásicas de
DarÍo y Alejandro, las maniobras de
una y otra vez. Su función como órgano AnÍbal en Cannas y de Federico el
consultivo y administrativo Ie falló Grande de Leuthen;. y aunque muy ra-
cuqndo más lo necesitaba en las últimas ras veces visitó el frente durante Ia gue-
y decisivas campañas de la guerra, pre- rra, comprendÍa perfectamente al solda-
cisamente porque habfa debilitado su do combatiente y sus necesidades. Des-
brillantez táctica con su desconfianza' pués de todo, el habÍa sido un soldado
Pero ninguno de sus miembros PodÍa más y, Iógicamente, se le concederÍa la
negar que, para bien o para mal, «cargó Cruz de Hierro por algún acto de valor,
sobre sus propias espaldas (como dice aunque nunca se publicó la citación.
Alan Clark en Barbarroio) la responsa- (Quizás fue suprimida por no tener valor
bilidad de todas las decicsiones de im- suficiente para los hombres de la Gesta-
portancia y formuló en su mente eI de- po que en 1938 destruyeron los informes
sarrollo de su ambición estratégica en de su examen médico de 1914 Y los de
su totalidad". la clÍnica de enfermedades venéreas
Su desprecio Por el Mando Supremo donde fue enviado en 1918') En cual-
solía expresarse en generalizaciones tan quier caso, puede considerarse, con cier-
inexactas como esta: nNingún general to eufemismo, su desaparición algo pre-
se declarará nunca dispuesto a atacar; cipitada del escenario de la acción el I de
y ningún comandante librará una bata- noviembre de 1923 diciendo que eI valor

65
solo es una virtud cuando está dirigido Dejaremos por el momento la cues-
por la prudencia. tión de si su desprecio era en el fondo
La forma como expresó su desprecio algo más que una manifestación de me-
por el Mando Supremo es menos revela- galomanÍa. Ante la declaración de gue-
dora que sus razones para hacerlo. po- rra aliada el 3 de septiembre de 1939, Hi-
drÍa incluirse entre ellas su odio de ado- tler podÍa muy bien permitirse reÍr en la
lescente contra la oflcialidad personifi- cara de sus generales. No tenÍan ningún
cada en las clases encorsetadas y peúu- historial brillante para justiflcarse. Sus
madas. Además, existen multitud de apreciaciones durante la fundación del
pruebas de que en la PrÍmera Guerra nll,eich de los mil años, habÍan sido des-
Mundial el Estado Mayor Central ale- cartadas con furia o ignoradas frÍamen-
mán provocó la entrada de Estados Uni- te. Desde que desaconsejaron la ocupa-
dos en la contienda introducicendo los ción de Renania como una primera ex-
ataques submarinos sin restricciones, tensión de los tentáculos del Reich, has-
destruyó las esperanzas de paz con Ru- ta sus recientes advertencias eontra el
sia exigiendo que se creara un reino de ataque de Checoslovaquia, se habÍan
Polonia y facilitando el regreso a su pa- equivocado. Incluso cuando Inglaterra y
tria desde Ginebra de Lenin y sus cama- Francia declararon la guerra abierta, tu-
radas emigrados en 19L7, y dirigió mal vieron la desconcertante satisfacción de
la batalla de Verdún en 1916, prolongan- ver caer a Polonia ante sus ejércitos con
do asÍ la guerra. Estos eran los errores poco más de un esfuerzo mÍnimo. El
de estrategia polÍtica y militar que justi- Mando Supremo se enftentó a su coman-
ficaban la censura. Pero habÍa una cau- dante humildemente, temeroso de sus
sa más profunda para su desprecio: el intuiciones. ¿Adónde le llevarÍa a conti-
espfritu reaccionario que, según é1, im- nuación?
peraba en los escalones más altos del
ejército, como resultado de
"la inefica-
§ cia de los Habsburgo, la astucia judÍa y
Abajo: Los ingleses declaran la guerra.
la enfermedad masónica del favoritismo
en los al [os puestos". ¿Ayudarían a Polonia? Derecha: El Fü-
hrer. Un retrato de Hoffmann.

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El generül l,i

en üGGión

Aunque el destino de Polonia quedó se- bÍan terminado y de que se mostraba Ftr
llado a todos los efectos a las pocas ho- más afligido que agresivo. ("Oferta de
ras del coup del uno de septiembre, la paz de HiUer tenemos intenciones
admisión de la derrota se retrasó hasta bélicas contra -No
Inglaterra y Francia - Re-
el 27 , diez dÍas después de que el gobier- ducción de Armamentos - Conferencia
no se hubiera refugiado en RumanÍa. de paz", clamaban los titulares del Vol-
Ese dÍa Varsovia se rindió tras devasta- kischer Beobachter; y cuando Chamber-
dores ataques aéreos y de artillerÍa. Los lain y Dadalier rechazaron Ia hueca ofer-
dos paÍses "victoriosos" proclamaron ta, se anunció con titulares aún mayo-
que ya no quedaba nada por qué luchar: res: «Inglaterra ha elegido Ia guerra";.
"Tras la resolución deflnitiva de los Pero todas estas propuestas no eran
problemas surgidos del colapso del Es- más que intentos de autojustificación.
tado polaco, servirá a los verdaderos in- Ahora que habÍan sido desdeñosamente
tereses de todos los pueblos poner fln al rechazados, podÍan perseguirse los de-
estado de guerra existente entre Alema- signios más ambiciosos de HiUer. .Es-
nia por una parte e Inglaterra y Francia toy decidido a actuar agresivamente y
por otra". sin mucha demora», dijo el 9 de octubre
He aqú a Ribbentrop y Molotov como en Ia Directriz número 6. Rusia, aplacada
portavoces conjuntos de Hitler. Era una con pacto de paz y comercio y media
oferta de paz inútil, una fachada de bue- Polonia como precio material, podÍa es-
nas intenciones; Hitler ya habÍa declara- perar mientras se ocupaba de Ia Europa
do secretamente al Alto Mando su deci- occidental.
sión de destruir Rusia. Ciertamente, la Estratégicamente, Inglaterra y Fran-
paz en Occidente se ajustaba a este frn cia actuaron conforme a los deseos de
y el solicitarla era una medida polÍtica-
mente correcta, pues daba la impresión
de que sus demandas territoriales ha- Hitler con el almirante Raeder.

68
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¡ Hitler. Gran parte del gran ejército fran- de Ingtaterra y Francia de invadir Ios
cés estaba recogido en Ia lÍnea Maginot; PaÍses Bajos": un gambito tÍpicamente
eI cuerpo expedicionario inglés llegó hitleriano. Sus generales, conscientes de
Polonia. Arriba izquierda: H¡tler observa a sus tropas mientras cruzan la frontera, i de
septiembre de 1939. Arriba y abajo: Desfile de la victoria en Varsovia.
I tardÍamente a Francia durante el otoño su debilidad militar y basando una vez
¡ y eI inviemo. Los dos aliados se habÍan más su estrategia en Io que Hitler des-
visto forzados a ayudar a Polonia para cribÍa eomo "nociones débiles y trasno-
i cumplir los compromisos derivados de chadas", no veÍan sentido en extender
un tratado. Ahora, con Polonia domina-
da tras una débacle, se preguntaban
una guerra que podia tener un fln triun-
fante pactado si no se obligaba a actuar
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sombrÍamente qué hacer. Con más de a las fuerzas defensivas franco - británi- ltrln l i{
cien divisiones de soldados franceses ex- cas. Presentaron excusa tras excusa
tendidas por el paÍs y las eflcaces fuer- para la inacción: la proximidad del in- f{
zas de HiUer concentradas en Polonia vierno, la inexpugnabilidad de la línea I
durante todo el mes de septiembre y Maginot, dudas sobre si las fuerzas de
parte de octubre, los aliados se pusieron Polonia podrÍan reequiparse y trasla-
a considerar pausadamente qué medi- darse al Oeste, las enormes pérdidas a
das debfan tomar, si es que iba a hacer- que habrÍa que hacer frente... Todo ba-
se algo. sado en su mayor parte en el pensa-
Hitler no dudó sobre lo que tenÍa que miento militar convencional; pero en el
hacer. Conforme a sus deseos. parte del fondo también existÍa cierta desconfian-
cuerpo expedicionario inglés se despa- za de las dotes de mando del Ftürer.
rramó por el rÍo Lys a lo largo de la fron- Con harta frecuencia habÍa expresado
tera franco . belga. Ello le proporcionó su pensamiento en formas extremas de
una excusa para invadir Francia,
"a fin violencia frente a quienes se le oponÍan:
de adelantarse a las claras intenciones como en la purga de junio de 1934. La
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{ 70
Arriba: El general Brauchitsch. Derecha: El
Graf Spee hundido intencionadamente, ar-
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diendo cerca de Montevideo.

desconñanza dio lugar a algunas conspi- dejarse influir por ellos. Aunque simuló vencer. PodÍa permitirse el lujo de espe- a ambos bandos a una anonadada inani-
raciones para acabar con su vida. Una aceptar su consejo, un ataque en invier- rar. «Puede costarme un millón de hom- ción", decÍa uno de los periódicos neu-
estuvo a punto de tener éxito eI 8 de no- no no entraba en sus planes, a pesar de bres.-dijo a Ernst Weizsácker, Secreta- trales de la República de Irlanda con
viembre, fecha en que explotó una bom- la urgencia con que lo propuso. Su me- rio de Asuntos Exteriores-, pero tam- sorprendente credulidad y dudosa se-
ba en la cervecerÍa de Munich donde galomanÍa se estaba intensiñcando, fo- bién le costará eso aI enemigo, y él no mántica.
acababa de pronunciar un discurso. En mentada por el éxito arrollador obteni- puede soportarlo". La "inanición" de Hitler no estaba en
realidad, todo habÍa sido cuidadosa- do en Polonia. Estaba decidido a pre- Mientras tanto, sus golpes más efecti- absoluto anonadada. Tampoco se trata-
mente organizado por la Gestapo para senciar otra débacle. y mientras Ingla- vos podÍan asestarse sobre el poderÍo ba de inanÍción. Estaba planeando cÚ-
permitirle decir: naval inglés; durante el inviemo de dadosamente una operación que consi-
"¡Ahora estoy segrrro! terra siguiera preparándose apresurada-
que por su inactividad deraba esencial para derrotar totalmen-
El hecho de que abandonara eI local an- mente para una guerra cuya pérdida te- 1939-40
tes de explotar la bomba comunista es
-peúodo
recibió eI nombre de "falsa guerra»- fue te a Ias potencias occidentales; la inva-
nÍa asegurada por su actitud negligente,
sólo una confirmación de que la provi- no habÍa posibilidad de d.ébaete. Los re- la Marina la que se encargó de Ia lucha. sión de Noruega.
dencia quiere que alcance mi objetivo". gulares, territoria-les y reclutas que for- EI acorazado de bolsillo Graf Spee hun- El plan es uno de los ejemplos más no-
La oposición entre los generales quedó maban Ia fuerza expedicionaria inglesa dió nueve buques mercantes ingleses tables de sus dotes de general. El con-
asÍ apaciguada. Por entonces Hiiler ya seguÍan careciendo de armas y equipo antes de tomar parte en una batalla el trol de la larga costa noruega, con sus
habÍa ordenado que el ataque en el Oes- cuando se declaró la guerra. Al llegar a 13 de diciembre y, perseguido hasta eI innumerables puertos y fiordos, le pro-
te comenzara el 12 de noviembre. Francia y tomar posiciones defensivas a RÍo de Ia Plata, tue hundido allÍ por la porcionarÍa bases navales y aéreas para
Pero no empezó entonces. Hiiler era lo lo largo de la lÍnea Maginot y Ia frontera propia tripulación. Anteriormente, sub- los ataques contra los barcos aliados en
bastante sagaz para aceptar el consejo belga, para Hitler estaba claro que casi marinos a-Iemanes habían hundido el el Atlántico Norte; para contrarrestar-
de su comandante en jefe del Ejército, no merecÍan el esfuerzo de un ataque acorazado Royal Oak en Scapa Flow y los, habrÍa que distraer fuerzas navales
Walter von Brauchitsch, y de Franz Hal- masivo. Pero en Inglaterra el recluta- el crucero mercante armado Rawalpindi y aéreas francesas e inglesas de otros
der, su jefe de Estado Mayor, para retra- miento e instrucción seguÍan sin serias sufúa la misma suerte en batalla contra puntos vitales: por ejemplo, del Medite-
sar el ataque debido al mal tiempo. Se diñcultades y la producción, de material el Schanthorsl y el Gneisenau en no- rráneo y eI mar del Norte; y Hitler tenÍa
dio cuenta de que al hacerlo podrÍa lue- de guerra crecÍa a buen ritmo. En la pri- viembre. Pero ni aun en el mar habÍa en- gn interÉs especial en la vulnerabilidad
go amojarles a Ia cara su incompeteneia mavera habrÍa en el continente europeo frentamientos espectaculares. «Es como del Mediterráneo, puesto que su domi-
y utilizarlo para justificar su negativa a una fuerza británica que valÍa la pena si la rapiña de Polonia hubiera reducido nio Ie abrÍa la puerta a las posesiones

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francesas en el Norte de Africa. Tam- La campaña de Noruega. Arriba: Falken-


Por entonces mantuvo al Estado Ma- formó para apoyarle, Ilamado Nasjonal
bién habÍa que considerar la gran venta_ horst, comandante en jefe alemán. Dere_
ja material de controlar Ia inmensa pro- cha: Avance de la infantería cerca de yor Central en la más completa ignoran- Sdrnling (Unidad Nacional), tue tratado
cia sobre Ia operación noruega, pues no despectivamente por el electorado: sóIo
ducción noruega de mineral de hierro. Oslo.
Al privar de él al enemigo, la falta de un podÍa rechazar la sugereneia de Raeder obtuvo un dos por ciento de los votos y
artÍculo tan vital afectarÍa gravemente a y a continuación adoptarla a las claras. ningún escaño en el parlamento. Secre-
su producción de armamento. En realidad, era innecesario tenerle al tamente desanimado por eI resultado,
concepción intuitiva de la dirección de utilizó no obstante sus conexiones con
Hitler se atribuyó la concepción de la la guerra. El furioso rechazo de la suge- corriente. "¿Por qué voy a desmora\za¡
campaña noruega como si fuera idea rencia constituÍa la violenta tentativa al enemigo por medios militares si pue- el ejército -era comandante y habÍa
suya. Lo cierto es que los archivos nava- de un hombre de temperamento inesta_ do hacerlo mejor a menor Precio Por sido agregado militar en Moscú- para
otros medios?», habia escrito Hitler en propagar Ias ideas nazis entre las fuer-
les alemanes revelan que el almirante ble, cogido desprevenido, de impedir
Mein Kampf. Esos notros medio§», en €1 zas. Sus intentos tuvieron un éxito con-
Raeder, en eI curso de una conferencia que le arrebataran las riendas del con_
celebrada el 10 de octubre de 198g, sugi- trol. caso de Noruega, era la quinta columna siderable: la incesante machaconerÍa de
rió que la toma de las bases noruegasle de simpatizantes nazis creada por Vid- Hitler sobre las virtudes milita¡es de las
nAntes de llegar a la cancillerÍa _ha- razas nórdicas no carecÍa de efectos pro-
permitirfa enfrentarse a la supremacÍa bÍa dicho para justiñcar su kun Quisling. nHitler sabÍa el ge-
naval inglesai pero «el Führer rechazó la del poder supremo- creia que
atribución neral Fuller- que en un paÍs-dijo
democráti- pagandÍsticos.
sugerencia furiosamente», en una reac_ Mayor Central era como un
el Estado co eI ejército es casi inútil si el pueblo Cuando empezó Ia guerra. Quisling
mastÍn al simpatiza con eI enemigo .. . Esta es Ia fue a ver a IIiUer a Berchtesgaden para
ción psicológica tÍpica. AsÍ respondÍa en que habÍa que sujetar fuertemente por
forma caracterÍstica al intento de su el collar por su peligroso potencial para razón, de que en paÍses de régimen auto- discutir los asuntos de Ia Sociedad de
Mando Supremo de arrebatarle una todo el mundo. Desde entonces me he crático el Gobierno sostenga dos ejérci- Thule, organización que utilizaba Ia mi-
idea muy querida. Era una propuesta dado cuenta de que sus miembros tos, uno para luchar contra sus enemi- tologÍa nórdica como tapadera de sus
brillante y Hitler Io sabÍa. No iba a per_ cualquier cosa menos eso. Han tratado
son gos y otro para controlar a su pueblo., actividades polÍticas subrepticias. Lo
mitir que le qútaran el mérito. Tomó sistemáticamente de impedir todas las Quisling, como Hitler, era un enemigo que se discutió fueron las tácticas de
como un afrenta que Raeder propusiera implacable y terrible del comunismo y Nasjonal Sarnling. El propio Hitler re-
acciones que ha considerado necesarias. dactó lo que debian ser los flnes del par-
inocentemente una idea que ya estaba. se habÍa postrado a los pies del jefe ale-
He sido yo quien siempre ha tenido que tido: restringir el podeúo naval británi-
por asÍ decirlo, en los archivos de mán. Sus reverencias no eran precisa-
su estimular a este mastÍn., co estableciendo bases navales y aéreas
mente desinteresadas. El partido que
74
75
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3
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en la costa occidental de Noruega; inte- de rango secundario." De momento, sin
I rrumpir las eomunicaciones marÍtimas
,i embargo, el señuelo permaneció delante
entre Inglaterra y el Norte de Rusia; del cazador: un cazador aI que podÍa de-
§
a abrir el mar del Norte y el Aflántico a jarse organizar la mitad de la batalla de
la flota alemana, y obtener una ruta ma- Noruega sin ningún peligro.
rÍtima para importar eI mineral de hie- Asi, independientemente de la resis-
rro. La ayuda de Qúsling en estas acti- tencia de Hitler a poner en manos de su
vidades encubiertas se premiar.fa con la Estado Mayor Central todo poder estra-
jefatura del gobiemo noruego en cuanto tégico real, en el caso de la campaña no-
la invasión triunfara. (Su recompensa fi- ruega era innecesario. Lo único que ne-
nal fue la presentación del memorán- cesitaba Alemania era el adiestramiento
dum de Hitler como prueba contra él intensivo de las tropas austrÍacas para
durante su juicio por traición en octubre la guerra en las montañas. AsÍ se hizo
de 1945.) inmediatamente, dándole a su coman-
Tras una buena dosis de mutuos hala- dante, el general von Falkenhorst, una
gos, el Führer y el casi fllurer se despi_ esquemática explicación del lugar de su
dieron. Hitler habÍa reconocido en él un próxima expedición, aunque como sol-
rasgo de megalomanÍa. Su virulencia dado experto tendrÍa sus ideas sobre la
era menor que la suya y, por consiguien- cuestión.
te, podÍa transformarse en servilismo; Mientras tanto, Hitler continuó ñn-
pero habÍa que vigilarle. Más tarde le giendo dejarse influir por el Mando Su-
dijo a Himmler: "Hay que desacreditar premo y el Estado Mayor Central, que
a Quisling en cuanto haya cumplido su le aconsej aban insistentemente retrasar
misión. Bajo ninguna circunstancia se Ie el ataque al Oeste.
debe dar acceso a un poder que no sea Al mismo tiempo, los rusos se dispo_

lzquierda: Quisling (vestido de paisano) se al mariscal Timoshenko. Se difundie-


con unos ofíciales alemanes. Arriba: Hi- ron grandes voces farisaicas de triunfo
tler, Keitel y Mannerheim. a través del órgano del Partido Praada,
I pero estaba claro que la moral rusa ha-
nlan a invadir Finlandia. SuponÍan ale- bía descendido casi a cero por una cam-
gremente que su vasta superioridad nu- paña que, debido al alto espiritu comba-
mérica pondria el diminuto paÍs a sus tivo de los finlandeses se habÍa prolon-
pies en cuestión de dÍas, permitiendo al gado de tres días a más de tres meses.
temible conquistador utilizar como base Nadie lo vio tan claro como Hitler.
naval el puerto de Hanko, que queúa a Meditando sobre su intención declarada
toda costa. Sin embargo, la conquista de "aplastar a la Unión Soviética", con-
no fue fácil. Aunque los rusos eran supe- fló a Keitel, su jefe de Estado Mayor,
riores en número cien divisio- que «la derrota moral de Ia Rusia comu-
nes contra tres de-tenÍan
los flneses- se mos- nista a manos de un minúsculo paÍs
,t, traron increÍblemente incompetentes en como Finlandia prueba inequÍvocamen-
Ia organización y estrategia. La resisten- te que no tiene ninguna oportunidad
cia ñnesa por eI mariscal de frente aI poder organizado del Reich".
-dirigida mantuvo al ene-
campo Mennerheim- Dadas las circunstancias, era un juicio
migo a raya desde el 30 de noviembre de razonable. Pero, como más tarde se ve-
1939 hasta el 10 de marzo de 1940, e in- rÍa, no habÍa tenido en cuenta que se
flingió graves pérdidas a los atacantes. aprenden lecciones más eflcaces de las
Acabó por la simple fuerza bruta, al ser derrotas que de las victorias. Los rusos
lanzados a la batalla indiscriminada- aprendieron la suya en Finlandia.
mente miles de soldados y aviadores ru- El perÍodo de falsa guerra terminó en
sos, que obligaron a Finlandia a rendir- abril de 1940 con el rápido y completo

77
béis hecho. Partid, os digo, y dejadnos
acabar con vosotros. ¡En el nombre de
Dios, marehaos!" Dos dÍas después
Chamberlain dimitió y Churchill tue
nombrado primer ministro.
HabÍa quedado muy claro que, lejos
de ser un acto de locura, el primer golpe
de HiUer desde la declaración de Ia gue-
rra estaba perfectamente programado.
r , t¡ § Fue seguido casi inmediatamente del
f ' lt §i segundo. "Amaneció la mañana del 10
de mayo Churchill en sus Me-
rnorias- -escribió
y con ella llegaron noticias te-
rribles. LlovÍan paquetes de telegramas
del Almirantazgo, del ministerio de la
Guerra y del Foreign OfJice. Los alema-
nes habÍan lanzado su esperado golpe.
Holanda y Bélgica habÍan sido invadi-
das. Se habÍan cruzado sus fronteras por
numerosos puntos. El movimiento del
ejército alemán habÍa empezado eon la
invasión de los PaÍses Bajos y Francia."
La "justificación" de Hitler fue, como
anteriormente, la de "evitar Ia clara in-
tención de Inglaterra y Francia de inva-
dir un territorio indefenso". Su progra-
mación seguÍa siendo perfecta. Ahora
habÍa en Francia un cuerpo expedicio-
nario británico digno de ser atacado.
La guerra soviétíco-fine." A" 1SSS. fro- chill primer lord del Al- glesas estaban tan mal coordinados que Constaba de siete regimientos de carros
pa_s-soviét¡cas ocupan Viborg, octubre de -por entonces
mirantazgci- dijo: nConsidero la acción no se pudo realizar el desembarco en los ligeros, un regimiento de vehÍculos blin-
1 939.
de Hitler al invadir Escandinavia como flordos con bastante rapidez ni fue posi- dados de diseño anticuado, dos batallo-
un error estratégico y poUtico tan gran- ble hacer frente a los bombardeos ale- nes de carros de infanterÍa (su "arma-
éxito de la invasión Noruega. Los méto- de como el que cometió Napoleón en manes con los cazas británicos porque mento" consistÍa en una sola ametralla-
dos de la quinta columna de eúsling re_ 1807 cuando invadió España. .. Creo todos los aeródromos estaban en mano§ dora) y trece divisiones de infanteúa,
sultaron inestimables. Sus fuerzas ocu- que nos beneficia mucho lo que ha ocu- alemanas. (La locura de hacer aterrizar tres de Ias cuales casi no podían contar-
paron Oslo y ayudaron a las tropas ae_ rrido, siempre que saquemos el mayor un lago helado cerca se por carecer de apoyo artillero y dispo-
aviones en de
rotransportadas alemanas. Las tropas provecho posible del disparate estraté- Dombaas terminó inevitablemente con ner de un transporte rudimentario.
llegadas por mar permanecieron ocultas gico que ha provocado nuestro enemigo su destrueción.) Como la tentativa esta- Todo el apoyo aéreo consistÍa en una es-
en las bodegas de barcos mercantes que mortal." ba condenada al fracaso desde el princi- cuadrilla de cazas y otra de bombarde-
navegaron por el Kattegat hasta Oslo Lejos de sacar el mayor provecho po- pio, el Consejo Supremo Aliado de Gue- ros de la Royal Air Force y sus lÍnea§ de
para completar la ocupación de la capi_ sible de las circunstancias, los retrasos comunicación eran excesivamente lar-
rra se encogió de hombros y decidiÓ reti-
tal. Dinamarca fue invadida el mismo y la confusión dieron lugar únicamente rar todas Ias tropas de la zona central gas, pues se extendÍan a El Havre, Brest
dÍa (9 de abril) y capituló sin resistencia. a un intento inútil de arrebatar el poder de Noruega eI 27 de abril, dejando un y Nantes. La calidad combativa del
Hitler habÍa prometido que respetarÍa a los alemanes mediante ataques com- pequeño contingente en el Norte para cuerpo descansaba casi enteramente en
su independencia polÍtica. Al anochecer, binados por mar y por aire a los puertos encargarse de Narvik. sus hombres. Su blindaie era tan débil
todos los puntos claves de Noruega de Trondheim, Aanda_lsnes, Narvik y La lamentable dirección del asunto que casi no servfa de nada; estaba mal
Kristiansund, Trondheim,
Ber_ Namos. No comenzaron hasta el 1b de noruego provocó en Westminster la cita, equipado y vulnerable a un ataque aé-
-Oslo,
gen, Stavanger- estaban en manos de abril y para entonces los alemanes esta- por parte de L. S. Amery, de las Pala- reo. Pero su derrota supondrfa un seve-
Falkenhorst. ban flrmemente arraigados en todos los bras de Cromwell ante el Parlamento ro castigo para los aliados.
En Inglaterra. muchos consideraron Ia centros clave. En cualquier caso, los in- Largo: oOs hat¡éis sentado aquf dema- Hitler también tenÍa que habér§elas,
campaña como un acto de locura. Chur_ tentos de las fuerzas navales y aéreas in- siado tiempo para el poco bien que ha- como sabÍa muy bien, con los ejércitos

78 79
It
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*.,ld.

lzquierda: Churchill, como primer lord del Altamirantazgo, con el uniforme de la Marina.
Arriba: Los noruegos defendiendo Narvik. Abajo: Después del bombardeo británico de
Narvik.

K
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Su propio ejército Ie parecÍa fatalmen-
te convencional. "Siento eI mayor des-
precio por la ortodoxia cuando sólo pue-
de conducir a ideas raquÍticas. EI Esta-
do Mayor se va a estrangular él mismo
con su ortodoxia." Pareció dispuesto a
dejarle hacerlo asÍ entre el otoño de 1939 #
y la primavera de 1940, aceptando sus tt*"'
excusas para retrasar eI ataque al Oeste
con una pretendida paciencia que ocul-
taba convenientemente su miedo a ha-
berse equivocado sobre la escasa peli-
grosidad de los franceses. "El bando que
permanece tras sus fortificaciones es
vencido." Tras la ocupación de Noruega
mediante una operación impecablemen-
Manste¡n, autor del plan alemán para la Gamelin, comandante en jefe francés. te realizada, los franceses se habÍan defi- )*,
invasión de Francia. nido como débiles y estúpidos y los in- Paul Reynaud, primer m¡n¡stro francés, la
gleses, como siempre, habÍan enviado su víspera de la guerra.
franceses. En total sumaban ciento dos nicación dentro de Alemania lo sulicien- cuerpo expedicionario a Francia en for-
divisiones: cuarenta estaban esparcidas te para retardar el proceso. EI objeto de ma muy concienzuda y sin objeto apa- denas, zona deflcientemente defendida
desde el Canal de Ia Mancha hasta la lÍ- todos los ejercicios del Estado Mayor. . . rente: habÍa llegado eI momento de. po- pues los franceses, en su inocencia,
nea Maginot; ventiséis se hallaban en Ia era el rechazar un ataque francés por el ner en práctica eI plan trazado durante creÍan que los bosques eran demasiado
propia lÍnea, y treinta y seis se alinea- ejército alemán, parte del cual debÍa eI inviemo. De ahÍ el chaparrón de des- espesos para que los carros pudieran
ban frente a los Alpes Maútimos, de mantenerse en el Este debido a. . . Polo- pachos que asombró a Churchi-tl al maniobrar. HiUer advirtió inmediata-
donde no se habÍan movido por razones nia. En todas estas maniobras los fran- parecer a todos los ingleses- en Ia -yma- mente las posibilidades de ese plan;
que eran r¡n completo misterio para el ceses entraban por un estrecho espacio ñana del 10 de mayo. pero, igual que con la propuesta de Rae-
Estado Mayor alemán. EI general Sieg- de menos de doscientos kilómetros en- HabÍa dos mandos entre Hitler y sus der sobre Noruega, no tenÍa intención
fried Westphal dice en The Gennan tre el Mosela y el Rhin, a continuación fuerzas: el Alto Mando de Ia Wehrmacht de mostrarse maleable en manos de sus
Army in the West: seguÍan a Io largo de la orilla Norte del (OKW) y el Cuartel General del Ejército generales. No se dejó «persuadir» hasta
que servÍan por Mosela y finalmente cruzaban el Alto (OKH). Este úItimo era Ia ca-lculadora febrero; pero desde ese momento puso
"Todos los expertos qae desarrollaba los detalles de sus eI programa en práctica implacable-
entonces (septiembre de 1939) en el Ejér- Rhin en la región de l(arlsruhe. En to-
cito del Oeste sentÍan ponérseles los pe- dos los casos conseguÍan penetrar hasta grandes proyectos. El plan original que mente, frente a la oposición del OKH,
los de punta al considerar un ataque el Rhin en el transcurso de unas pocas habÍa elaborado para eI ataque al Oeste que Io consideraba demasiado arries-
francés inmediato. Era incomprensible semanas, aunque se suponÍa que toma- adolecÍa, como dijo HiUer, de falta de gado. No sólo ordenó su ejecución, si-
que no se realizara, que los jefes france- rÍan parte en la defensa de Alemania un inspiración. SuponÍa una repetición de no que la conducta obser-
la acción a-lemana de 1914: el ala dere- -repitiendo
vada con Raeder- 1o adoptó como pro-
ses desconocieran Ia terrible debÍlidad número mucho mayor de divisiones y en
de las defensas alemanas. Si hubieran particular la mayorÍa de las activas." cha harÍa un amplio movimiento a tra- pio. "Mi plan nos permitirá obtener una
arrojado el peso de sus fuerzas a una Aunque era incomprensible para el vés de Bélgica y Holanda, el centro se fulgurante victoria", dijo a Halder en la
ofensiva en septiembre de 1939, habrÍan Estado Mayor alemán que los aliados no mantendrÍa frente a las Ardenas y eI ala conferencia de Ia mañana del g de mayo,
podido llegar al Rhin en dos semanas. atacaran en septiembre, para Hitler no izqulerda frente a la entonces línea Ma- cuando se dio Ia orden flnal de comen-
Las fuerzas a-lemanas inmediatamente era ningún misterio. Había observado ginot. EI resultado era fácil de predecir, zar el ataque. (Anteriormente habÍa ha-
disponibles en occidente eran demasia- despectivamente las maniobras basadas pues era Iógico que también los france- bido dieciséis órdenes y contraórdenes.)
do débiles para bloquear el camino de en la premisa de Ia irrupción francesa ses tuvieran en cuenta las enseñanzas No puede decirse que se mostrara in-
un asalto francés e incluso para amena- por Karlsruhe y comentó con Jodl, jefe de Ia Primera Guerra Mundial: de he- justificadamente optimista. En la tarde
zar seriamente los flancos de una cuña de Estado Mayor de la Wehrmatch: nl,os cho, su plan se basaba en ese método de del dÍa 10, Holanda habÍa sido domina-
de ataque. Por supuesto, podfan retirar- franceses estaban obsesionados con la ataque. da. "Los ministros holandeses estaban
se rápidamente unidades de Polonia y defensa en 1920; aún siguen obsesiona- El jefe de Estado Mayor del mariscal en mi habitación Churchill- fati-
trasladarlas a occidente, pero aún las dos con la defensa. Son como un conejo de campo von R,undstedt, general von gados y ojerosos, -dice
con el horror grabado
fuerzas aéreas francesas e inglesas hu- frente a una comadreja no pueden mo- Manstein; elaboró y propuso un segun- en su mirada, acababan de llegar en vue-
bieran podido dañar las lÍneas de comu- verse de miedo." do plan. Pensaba que el ataque princi- Io desde Amsterdam. Su paÍs habÍa sido
pal debfa efectuarse a través de las Ar- atacado sin el menor pretexto o adver-

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tencia. Cuando, en respuesta a la ava- Arriba: La uinexpugnable» línea Maginot


Iancha de fuego y acero que habÍa pene- cae en manos de los alemanes. Derecha:
trado por sus fronteras, se inició la resis- Hitler y Goering, alegres tras la derrota de
Francia.
tencia y los guardias fronteúzos holan-
deses dispararon, comenzó un devasta-
dor ataque aéreo. Todo el paÍs quedó su- frente. A lo largo de la lÍnea Lovaina-
mido en un estado de terrible confusión. Namur-Dinant-Sedán, donde se hallaba
Se puso en práctica el programa de de- desplegado eI resto del Noveno Ejército
fensa preparado mucho tiempo antes; se francés, se libró una batalla que terminó
abrieron los diques y las aguas se despa- con el aniquilamiento de Ias tropas fran- ..i .!§ r...¡

cesas por los carros del general von


¡!i'i
rramaron. Pero los alemanes ya habÍan *..,1§. ., :T§1
-,
cruzado las lÍneas exteriores y corrÍan
.
. ql .,:.
Kleist y los temibles bombardeos en pi- .
3 *l

por las orillas del Rhin hasta las defen- , :r;i:.-i"


cado de los Stukas de Goering. El gene- +. !.i]tri
sas interiores de Gravelinas." ral Gamelin, comandante en jefe de to- -.n +...,'
I 'Y{'

Dos dÍas después, la ofensiva princi- dos los ejércitos aliados, envió un atóni-
pal y cuatro divisiones, con to mensaje a Churchill: "Estoy sorpren-
una-cuarenta
columna de blindados sobre un dido y alarmado por la velocidad y po-
frente de ciento sesenta kilómetros de tencia del avance del enemigo.» ¡Pobre
anchura- cruzó las Ardenas y la fronte- hombrel TenÍa sobradas razones para
ra francesa, y el dÍa 13 las fuerzas llega- estar alarmado. Su "Plan D, habÍa sido .¡ó. ñlk.
¡ { .tÉ i¡lrt
ron al rÍo Mosa. Su avance fue extraor- concebido para enfrentarse a un ataque *{*fradl ' {
dinariamente rápido. Prácticamente no alemán en septiembre de 1939, cuando ...r a¡f
habÍa nada que oponerles, excepto un el núcleo del ejército enemigo estaba r*§
par de divisiones de tropas francesas de
segunda categorÍa, reservistas de edad
ocupado en Polonia. No se habÍa altera-
do ni un ápice en los ocho meses si- .*&¿&§ * .: ' l
avanzada casi inmovilizados por falta guientes, a pesar de las frecuentes ob-
de medios de transporte y un promedio servaciones de los jefes de Estado Ma-
de un cañón anticarro por kilómetro de yor ingleses en eI sentido de que eI ejér-
..,r-*#s,,q.S* -e
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- q.q*-
84
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lzquierda y arriba: Los alemanes victor¡o-
sos pasan por el Arco de Triunlo. París,
mayo de 1940.

cito alemán ganaba fuerza de dÍa en dÍa,


y de que sus tácticas no serÍan necesa-
riamente las de 1914. Gamelin era un
militar anticuado que debÍa haberse re-
tirado al comienzo de la guerra, entre-
gando eI mando de los ejércitos francés
e inglés al general Georges. Sin embar-
go, no fue capaz de renunciar a su auto-
ridad; y ahora que sus raquÍticos prepa-
rativos habÍan resultado desastrosos,
fue a llorar a Churchill en demanda de
ayuda: "Diez escuadrillas más de ca-
zas.»
Churchill no tenÍa aviones de caza que
darle. El dÍa 15 por la mañana el primer
ministro francés, Paul Reynaud, le tele-
foneó con tono de reproche: «Hemos
sido derrotados. Estamos vencidos. He-
*$t mos perdido la batalla." Churchill no
. **.rl podÍa creerlo. Prometió volar a Paús
para hablar con é1, como un padre que
consuela a su aterrorizado hiio en una

B7
tormenta. Llegó aI Quai d'Orsay a Ias los responsables estaban a la altura de
1?,30 de esa misma tarde. Sus primeras su misión. El enemigo sabÍa que no.
palabras a Gamelin, tras oÍr una resu- La profecÍa de Hitler de una victoria
men de la situación y comprender la si- fulgurante se cumplió. En un mes, el tre-
niestra trascendencia de la ruptura dei mendo Ímpetu del avance alemán dio
frente por las Ardenas, fueron: "¿Dónde Lugar seriatim, a Ia rehdición, de Holan-
está Ia reserva estratégica?" Gamelin da. La capitulación de Bélgica, la eva-
respondió que no la habÍa. Creyendo cuación de Dunkerque de 337.131 hom-
que habÍa entendido mal Ia pregunta, bres del cuerpo expedicionario inglés,
Churchill le formuló en francés. "Üt est atrapados entre las fuerzas de Runds-
la masse de manoeut:re?, Nuevamente tedt que avanzaban desde eI Sur y las
Gamelin respondió: o A'ucune.' del general von Bock que acudieron des-
Entonces fue Churchill quien se quedó de eI Norte, y la ocupación alemana de
atónito. .¿Qué debÍamos pensar del ParÍs. EI gobiemo francés huyó a Bur-
gran ejército francés y sus altos jefes? deos eI 14 de junio. El anciano mariscal
Nunca se me habÍa ocurrido que un co- Pétain sucedió a Reynaud como presi-
mandante que tuviera que defender no- dente del Gobiemo y su tarea inmediata
vecientos kilómetros de frente se encon- fue pedir un armisticio. Fue el fin de Ia
Lrara sin una reserva estratégica. Nadie Tercera República.
,t puede defender con seguridad un frente El Firhrer dio al armisticio ciertos ras-
tan amplio; pero cuando el enemigo lan- gos de teatralidad maliciosa. Ordenó
i§l .rt' za un ataque masivo que rompe las 1Í- que se firmara en el famoso vagón de fe-
neas, uno siempre puede tener, debe te-
;e,
rrocarril donde habÍa tenido lugar el ar-
w, :ia
ner, una masa de divisiones para lanzar- misticio de-1918. Se hallaba como pieza
Ia aI contraataque en eI momento en de museo en Rétbondes, en eI bosque de
que la ofensiva ha eonsumado sus pri- Compiégne, junto a la piedra en que fi-
meras energÍas. guraba la inscripción: "Aqui, el once de
«¿Para qué estaba la lÍnea Maginot? noviembre de 1918, sucumbió el orgullo
DebÍa haber permitido economizar tro- criminal del imperio alemán, vencido
pas en un amplio sector de la frontera por los pueblos libres que trataba de es-
actuando como base de lanzamiento de clavizar." El corresponsal de guerra Wi-
contraataques locales y permitiendo la Iliam Shirer, que estaba presente, dice:
reserya de numerosas fuerzas. Pero no "Dictar un armisticio en este lugar his-
había reserva. Admito que es una de las tórico fue una dulce venganza Para
mayores sorpresas que me he llevado en quien habÍa sido un modesto cabo del
mi vida. ¿Por qué no me habfa enterado ejército obligado a rendirse en 1918 y no
de esto, a pesar de estar tan ocupado ocultaba sus sentimientos. A pocos pa-
con el Almirantazgo? ¿Por qué eI go- sos de distancia vi iluminarse sucesiva-
bierno inglés, y sobre todo el Ministerio mente su rostro de odio, burla, desquite
de la Guerra no sabÍan nada al respec- y triunfo. . ."
to?" Durante unos momentos permaneció
Bien podÍa haberlo preguntado. Dos asf en el coche; luego salió al claro so-
años después, un Churchill no menos leado, dejando que Keitel leyera el
desconcertado harÍa la misma pregunta preámbulo de Ia declaración: una decla-
sobre Ia falta de defensas de Singapur. ración que el propio Hitler habÍa escrito
La simple respuesta en ambos casos era y que iba a «borrar de una vez por todas
que habÍa supuesto, erróneamente, que mediante un acto de justicia reparadora
un recuerdo... considerado por eI pue-
blo alemán como la mayor vergüenza de
todos los tiempos,.
El Pacto de Acero. A veces estuvo a punto
de venirse abajo. Si alguien supone que Hitler observa-

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brazos: 'Si Inglaterra quiere luchar tres depresivo se habÍa intensificado por la
años, lucharé tres años.' Los movimien- acción de la Spirochaeta pallido sobre
tos de su cuerpo empezaron a seguir los su cortex cerebral, y posiblemente las
de los brazos, y cuando flnalmente bra- drogas utilizadas para combatir Ia en-
mó: 'Y si es necesario, lucharé diez fermedad le habfan exacerbado. "Es no-
años', alzó eI puño y se inclinÓ hasta table
-escribió
Goebbels en su diario
casi tocar el suelo. La situación era muy en enero de 1940, poniendo inconscien-
embarazosa, tanto que Goering reaccio- temente el dedo en la llaga- hasta qué
nó perceptiblemente ante el espectáculo punto el Führer se está convirtiendo en
que Hitler estaba ofreeiendo, gtando una ampliación de si mismo.,
sobre sus talones y dándoles la espalda No sólo existe una verdadera profu-
a ambos.» sión de documentos sobre la creciente
Ese estallido tÍPico- no era inestabilidad de Hitler, sino también de
-muy
más que Ia respuesta de Hitler a la suge- su determinación militante de interferir-
rencia de Weizácker de que Inglaterra se en los planes del Alto Mando. SóIo en
podÍa estar más dispuesta a luchar de lo la campaña de Polonia puede decirse
que él despectivamente daba a enten- que dejÓ a sus generales planear y ejecu-
der. tar una conquista que constituyó un
En otras ocasiones, Ia perplejidad pa- triunfo. Quizás su éxito fue demasiado
recÍa dominarle al contemplar los resul- para é1. Dice WestPhal que, desde el
tados inevitables de sus actos, como si principio de la campaña de Noruega, su
el destino le hubiera asestado un injusto megalomanÍa creó entre él "y los jefes
golpe. Una de ellas fue la lectura, por su militares alemanes un abismo absoluta-
intérprete Paul Schmiclt, del ultimátum mente infranqueable; un abismo surgi-
británico en Ia mañana del 3 de seP- do del conflicto irreconciliable entre el
El general Ke¡tel, por una vez, replica a años 30, en la que el propio Roehm serÍa tiembre de 1939. Schmidt dice: pensamiento concreto y el ab§traeto'
Hitler. muerto a tiros tras recibir una carta del uHitler estaba sentado ante su mesa y entre la sobria obietividad y la persecu-
ba con frÍa calma o con una tranquila Führer agradeciéndole sus nimperecede- Ribbentrop se hallaba junto a Ia venta- ción de fantasÍas, entre el cálculo lógico
sonrisa el paso de sus ejércitos a través ros servicios»). Pero todos sus generales na. Cuando entré, ambo§ alzaron la vis- basado en los hechos y el intento de for-
de Europa, deberá corregir esa impre- testifi.can en sus diarios y otros docu- ta expectantes. Me detuve a cierta di§- zarlos para que encaiaran en deseos im-
sión inmediatamente. Ilitler no era un mentos las escenas de cólera que tan tancia y traduje lentamente eI ultimá- posibles. . . En el Tercer Reieh, eI lema
Wellington, aunque, como el gran gene- frecuentemente constitr¿ian el telón de tum del Gobierno británico' Cuando ter- era: 'Muerte al experto, especialmente
ral de Waterloo, sus jefes militares ha- fondo de las "eonferencias" en que se miné, hubo un completo silencio. HiUer al soldado'. No sÓlo Hitter, sino casi to-
bÍan demostrado hasta entonces ser me- proponÍan los planes de guerra. Halder, se quedÓ inmóvil, con la mirada fija. dos los jefes del Partido, creÍan que po-
jores que sus oponentes. Por lo demás, por ejemplo, escribió el 18 de mayo de Evidentemente, estaba perplejo, como seÍa una opinión más sólidamente basa-
la categoúa de éstos no le debÍa nada a 1940: se dijo después, pero no maldiio, como da sobre la dirección de la guerra que Ia
é1. Tampoco contribuyó exactamente a "El Führer está todavia preocupado alegan otros. Se quedó totalmente silen- de los jefes del Ejército"'
estimular su tolerancia. por el flanco meridional. Maldice y grita cioso e inmóvil. Después de un interva- Se comprende la amargura del gene-
En el transcurso entero de la carrera diciendo que le echaremos a perder toda lo, que nos pareciÓ un siglo, se volvió ral. Fue un mando de Estado MaYor
que le llevó de la nada al rango de Fü- Ia campaña. No quiere saber nada de hacia Ribbentrop, que habÍa permaneci- muy distinguido bajo Rundstedt, Kes-
hrer del Tercer Reich, Ilitler protagoni- proseguir las operaciones en dirección do junto a la ventana. '¿Y ahora qué?', selring y liommel y no era un reacciona-
zó escenas tormentosas siempre que las Oeste." le preguntó con una mirada salvaje, rio recalcitrante. Vio como HiUer hacfa
cosás iban mal o sus generales Ie lleva- Y, anteriormente, Weizácker, en vÍspe- dando a entender que su ministro de «correr Úos de sangre sin el menor es-
ban la contraria, y a menudo cuando no ras de la guerra: Asuntos Exteriores Ie habfa inducido a crúpulo, y considerÓ su absurdo miedo
Io hacÍan. Su petulancia se disimulaba "Se fue excitando cada vez más y enl- error sobre la probable reacción de In- a que se Ie escapase de las manos eI me-
a veces con una engañosa untuosidad pezó a agitar los brazos, gritando en mi glaterra., nor control como otra manifestación de
sonrisa en el rostro del tigre,- eara: En la voluminosa documentación so- su inestabilidad:
-nla
cuando planeaba Ia supresión de cual- 'Si Inglaterra quiere luchar un año, lu- bre su comportamiento existen pruebas "Su experiencia era Ia Propia de un
quiera que amenazara con minar su au- charé un año; si Inglaterra quiere luchar abundantes de su inestabilidad. Dicha aflcionado. Durante cierto tiempo tuvo
toridad. (Invitó a Roehm a tomar el té dos años, lucharé dos años.' Hizo una inestabilidad era la misma señalada por la suerte de los principiantes: resultan
la tarde del 4 de junio de 1934 y se mos- pausa y a continuación gritó, alzando la Aufgust Kumizek, pero ampliada y mui- tener razón donde los expertos se equi-
tró «excesivamente animado y amisto- voz hasta convertirla en un agudo chilli- tiplicada. Además, su carácter manÍaco- vocan, en su audacia logran muuchas
so» mientras planeaba la purga de los do, sin parar de agitar salvajemente los
90 91
cosas que los profesionales no pueden Goering, Hitler y Keitel en una conferen-
obtener con la misma velocidad y facili- cia de estrategia, 1941.
dad. Pero luego, con la intoxicación del
éxito, dejan de tener Ios pies en el suelo. las batallas pueden estar medio gana-
Asf ocurre en todos Ios aspectos de la das antes de haberse disparado eI pri-
vida y en la guerra no es diferente. El mer tiro. Olvidan el va.lor del arma polÍ-
profano subestima Ia fuerza del enemigo tica."
y valora demasiado sus posibilidades. Cuando se produjo la caÍda de Fran-
Ve las cosas no como son, sino como le cia, Hitler habÍa forzado todas las posi-
gustaria que fueran. Aparta de sÍ a to- bles ventajas del arma polÍtica. Combi-
dos los que tratan de advertirle, para nando la habilidad, la propaganda y la
que no ensombrezcan su rosado panora- diplomacia, habfa conseguido seguido-
ma, y no hace caso de sus consejos. Pero res y aliados. (Mussolini ofreció trémula-
cuando el aflcionado no es un hombre mente su mano a su camarada fascista
normal, cuya absurdidad pronto se pone el 10 de junio de 1940). La nación alema-
de maniflesto, sino un ser que ostenta na estaba con él: puede decirse que en
un poder absoluto y que está dominado su totalidad, pues a los que vacilaran o
por impulsos demonÍacos, es mucho se apartaran del grupo ideológico cuyo
peor. A medida que pasa el tiempo, lle- jefe era Hitler les esperaba la Gestapo,
ga arechazar la verdad que antes habÍa el campo de concentraeión o el peloüón '%^
admitido. Asf oeurrió con Hitler." de fusilamiento. Nada podÍa ofrecerle ya "'
..,,*,". aq
'4¡'!
Observamos aquÍ cierto error de jui- el hipnotismo de su presencia en reunio-
cio, por otra parte comprensible. Para el nes tales como las concentraciones de
profesional, todos los que carecen de Nuremberg. La astucia del politico debe
adiestramiento son aficionados. Lo nna- estar atemperada por la disciplina del
tural" es inaceptable, sus intuiciones no soldado; pero ésta no era una cualidad
inspiran confianza. Si Hitler hubiera aI- propia de una persona como HiUer.
canzado en la Primera Guerra Mundial Hay que preguntarse entonces por su
algún grado dotado de mando, habrÍa habilidad como jefe militar. ¿Era su in-
reunido, por asÍ decirlo, Ias condiciones tuición, su aptitud piscológica para
precisas para ser considerado en la je- captar las reacciones de sus oponentes,
rarquÍa; por inferior que hubiera sido una cualidad valiosa? Sus generales, fre-
ese grado, se Ie habrÍa aceptado; en rea- néticos por sus interferencias
lidad, sus diatribas contra la "masone- -salvo
que fueran serviles asistentes persona-
úan del ejército no estaban totalmente les, como Jodl y Keitel-, le hubieran
injustificadas. La vida militar, en Ale- concedido escaso valor. Para ellos, la
mania como en Inglaterra, habÍa sufrido dura realidad de las maniobras milita-
hasta eI perÍodo de entre guerras Ios res era mucho más importante que cual-
efectos de la estructura de clases: un quier evaluación del carácter de sus
efecto bueno en algunos aspectos y de- enemigos. Para los hombres del ejército
sastroso en otros. pero inextirpable. existia un orden de prioridad razonable.
-dijo Hitler a Goebbels
ul,os soldados Ese orden, claro está, no era siempre el
en una ocasión- aprenden siete princi- correcto. Utilizado sabiamente, el don
pios de la guerra como un credo. Están de la intuición puede tener un inmenso '
seguros de que, mientras mantengan el valor para completar, cuando no para I'*!
objetivo, sostengan una acción ofensiva, inspirar, la conducta debida. Pero la in-
sorprendan al enemigo, economicen sus capacidad de Hitler para subordinar .l
fuerzas, tomen buenas medidas de segu-
ridad, cooperen son sus formaciones de
ese don a los dictados de sentido común
que exige el orden del privilegio militar
*f,'-;
los flancos y se concentren en la con- constitufa un fallo grave. Este fallo ten-
quista, ganarán. Olvidan que el enemigo dúa un efecto fatal sobre su actuación
conoce la misma fórmula. Olvidan que como jefe.

U9
I
{
i

El genctil
Gn üecliue

Antes de seguir el rastro del generalato las estimadas tradiciones del Cuerpo.
de Hitler, desde su cénit hasta su nadir, Pero habÍa otros hechos irritantes que,
convendrÍa resumir y valorar sus logros según advirtió inmediatamente, podÍan
anteriores. resultarle no menos molestos y que sa-
Su primer paso para ostentar el poder gazmente convirtió en ventajas en cuan-
militar consistió, por supuesto, en ha- to se le presentó Ia oportunidad.
cerse con el rnando teórico de todas las Entre ellos, los asuntos personales del
fuerzas armadas, al tiempo que reunÍa general Werner von Blomberg, ministro
en su persona los eargos de presidente de la Guerra y comandante en jefe de
y canciller en agosto de 1934, a la muer- las fuerzas armadas, y del capitán gene-
te de Hindenburg. (Su condición de co- ral Werner von Fritsch, comandante en
mandante supremo era indivisible de la jefe del Ejército, resultaron s€r uo «Sé-
de jefe del Estado). Con eso descubrió, samo ábrete» pará el avance del Führer
sin embargo, que se habÍa'hecho tam- a través del laberinto del poder.
bién con un avispero de fuerzas subver- Blomberg era un hombre débil que
sivas. El espÍritu reaccionario del Cuer- habÍa escalado puestos en el ejército so-
po de oflciales era una de ellas, de las bornado a unos y tirando de la levita a
que Hitler era plenamente consciente. otros. No poseÍa dotes militares dignas
HabÍa advertido numerosos indicios de de mención. Se habÍa infiltrado entre los
hosca oposición a su actitud frente a la favoritos de Hindenburg y habÍa sido
Iglesia, a su insistencia en acelerar el designado ministro de la Guerra como
rearme y el reclutamiento, a la adopción
de medidas tan peligrosas como la ocu- Conlerencia sobre el mapa con Runds-
pación de Renania y a la infiltración de tedt. Hitler le dest¡tuyó nada menos que
los métodos policfacos de Himmler en tres veces.

94
condición para eI nombramiento de Hi- vicción a las explicaciones del acusado.
tler como canciller en 1933. HiUer casi Fue destituido y, aunque posteriormen-
esperaba de él que fuera como una «es- te rehabilitado por un Tribunal de Ho-
pina" clavada en su costado; pero en nor, nunca recuperó su cargo.
realidad Blomberg, por su caráeter vaci- Eliminados estos dos obstácu]os de
Iante, resultó un enlace valioso entre el su camino, eI 4 de febrero anunció HiU.er
advenedizo canciiler y el reaccionario al Gabinete que éI mismo asumiúa el
Cuerpo de oñciales, Hitler, que en 1933 cargo de comandante en jefe de las fuer-
no estaba seguro de mantener el poder zas armadas. Es decir, que se hacÍa con
que habÍa Iogrado en parte por casuali- el mando supremo en la práctica ade-
dad, cultivó con astucia la amistad del más de en teorÍa. El Ministerio de la
hombre que podÍa limarle ei resent! Guerra era sustituido por eI OKW
miento del e,jército.
-Oberkomrnando
der Wehrmacht, o
A flnales de 1937 Blomberg decidió ca- Alto Mando de todas las Fuerzas Arma-
sa-rse y pidió a Hitler que fuera testigo das-, con el obediente genera,I Wilhelm
de su boda. Himmler sin embargo, hizo Keitel como su jefe administrativo y
ciertas averiguaciones sobre el pasado brazo derecho de Hitler. Brauchitach
de la novia. La búsqueda resultó prove- fue nombrado comandante en jefe del
chosa. Heydrich, jefe de su servicio de Ejército y Goering, mariscal de campo.
información, le presentó un expediente Más de una docena de generales sobre
que recogÍa cuarenta y dos condenas cuya lealtad HiUer tenÍa serias dudas
por prosiitución contra Ia señorita Erna fueron transferidos a Ia lista de retira-
Gruhn. Aún más estimulante fue la co- dos.
lección de fotografÍas obscenas para las AsÍ, aprovechando acontecimientos
que habÍa posado Ia prometida del mi- que ni siquiera habÍa precipitado éI mis-
nistro de la Guerra. Himmler se encargó mo, Hitler minó el poder del Cuerpo de
de que se flItrara subrepticiamente esa oficiales y al mismo tiempo eonsiguió
interesante información y se la presentó erigirse en caudillo real y no sólo nomi-
además a Hitler. El Führer, genuina- nal de las fuerzas armadas. El jefe del
mente ofendido por la indiscreción de Estado, actuando cautelosamente, ha-
Blomberg y por su aparente pretensión bÍa reformado su poder de dictador con
de que aprobara eI enlace, insistió en su el de general. Fue su logro más valioso,
dimisión como ministro de Ia Guerra. pues sin él los demás no hubieran podi-
do intentarse, ni mucho menos ejecutar-
Su sucesor natural era eI comandante
se.
en jefe del Ejército, Fritsch, pero los in-
tereses a largo plazo de Hitler y Him- En otoño de ese mismo año, 1938, tuvo
mler exigÍan que cesara Ia sucesión au- lugar la ominosa toma del territorio de
tomática de generales para el Ministerio los Sudetes con el apoyo moral de los
de Ia Guerra. Así pues, fue muy oportuno aliados, que quizás hicieron de él un Io-
que la Gestapo presentara un'expediente g¡o de segunda categorÍa; y un año des-
aún más perjudicial contra Fritsch, en el pués se produjo eI brillante golpe polÍti-
que aparecÍa éste como un homosexual co del acuerdo con la UniÓn Soviética,
practicante y en eI que se mencionaba que mantuvo a raya a los rusos mien-
incluso a su sodomita a quien se habÍa tras se tomaba Polonia en una campaña
sobornado o amenazado para que le de- en la que, por úItima vez, Hitler permi
nunciara como antiguo cliente. Todo tió a sus generales llevar a cabo sus pro-
esto no eran más que patrañas (en reali- pios planes. El experimento polÍtico de
dad las pruebas se refefan a un tal capi- una guerra localizada en Polonia fallÓ,
tán Frich retirado, como Himmler y la pero el militar de no interferirse en la es'
Gestapo sabÍan muy bien), pero Ia aL trategia de los militares tuvo demasiado
mósfera de crisis reinante privó de con- éxito para la creciente megalomanÍa de

96
ción en un principio; pero de hecho fue de opinión fue conflrmado por dos direc-
Itundstedt quien le señaló que «era ne- trices, Ia primera fechada el 2 de julio:
cesario ahorrar los vehÍculos blindados que, en ciertas
"Ei Fünrer ha decidido
primera de ellas debe
¡lara operaciones futuras» y quien detu- condiciones
vo eI cerco con el beneplácito del Fü- -la
ser el logro de Ia superioridad aérea de
trrer. Hitler tenÍa, pues, razón aI esperar la Luftwaffe- podÚa tener lugar una in-
que eI enemigo «se volviera y mordiera vasión de Inglaterra".
como un terrierr. La segunda, del 16 de julio, decÍa:
pesar de su
:.:§tÑ Evidentemente, estaba medio conven- "Puesto que Inglaterra, a
cido de que podrÍa haber una propuesta situación militarmente desesperada, no
de paz, pues el 21 de mayo, cuando la da señales de entrar en conversaciones,
continua retirada de las fuerzas inglesas he decidido preparar un plan de inva-
hacÍa virtualmente seguro su reembar- sión y, si es necesario, Ilevarlo a cabo.
que (o su aniquilación en la bolsa de La preparación de este plan deberá con-
Rundstedt), HiUer habÍa advertido a cluir a mediados de agosto".
Raeder que el plan de la Marina para la Cinco dÍas después, en el curso de una
invasión de Inglaterra «era extraordina- conferencia, dijo a sus jefes del Ejército,
riamente dificil y en cualquier caso de- Marina y Aire que existÍa una «posibili-
bÍa esperar "mientras se consideraban" dad de cambio en las relaciones polÍti-
cuestiones más urgentes. No puede ase- cas con Rusia,. (Como ellos ya conocÍan
gurarse si esas cuestiones más urgentes sus intenciones respecto a la Unión So-
ocultaban un reproche a si mismo por viética, que no habÍan cambiado, el co-
haber permitido la evacuación de Dun- mentario resulta algo curioso. Podemos
kerque o si suponÍan una pausa en espe- suponer que se referÍa a las relaciones
ra de que llegara una propuesta de paz. superficialmente buenas que se mante-
En cuanto aI plan de invasión, que no nian aún con Rusia y que con sus pala-
En aparente armonía, Hifler y (de derecha chan en Ias sombras ruinosos desas- se habfa examinado hasta entonces en bras daba a entender que no tardarÍa
a ¡zquierda) Fritsch, Blomberg y Goering mucho en manifestar sus verdaderas in-
presencian unas maniobras. tres". ninguna de las conferencias del Führer,
Para Hitler, el nuevo paso estaba cla- era un simple proyecto de rutina elabo- tenciones mediante una invasión en el
ro. No subestimó la testaruda resisten- rado cuando Inglaterra declaró la gue- Este. En este sentido, coincidÍan con Ia
Hitler y le decidió a planear y dirigir cia caracterÍstica de los ingleses; tampo- rra y que desde entonces habÍa reposa- decisión estratégica de acabar primero
personalmente las futuras campañas. co supuso erróneamente que su enemi_ do intacto en el Ministerio alemán de con Inglaterra y de asegurarse asÍ Ia po-
Fue un grave error. Sin embargo, Norue- go se resignarJa con facilidad a la humi- Marina. Se hallaba en estado embriona- sibilidad de concentrar todas sus fuer-
ga ocultó los efectos de ese error duran- rio y no tenÍa en cuenta otra posibilidad zas en el frente ruso). Ante la perspecti-
llación de Dr.rnkerque. «ss volverán y
te algún tiempo; asÍ, cuando a esa cam- que la del bombardeo naval directo de va de un cambio polÍtico, la invasión de
morderán eomo terriers», dijo a Brau-
paña, planeada en secreto y realizada a chitsch. Este le recordó secamente que la costa meridional y el transporte de Inglaterra
-"León
Marino»- debla con-
bajo coste, sucedieron la caÍda de Fran- tropas a través del Canal de la Mancha siderarse como la forma más eñcaz de
el movimiento envolvente de los vehÍcu-
cia y los Pafses Bajos y la d.ébacle por su punto más estrecho. La pregunta terminar la guerra en el Oeste.
de Ios blindados de Rundstedt, ordenado
Dunkerque, resultó evidente, al menos para cercar y destruir las fuerzas ingle- que formuló R,aeder el 21 de mayo pre- «Pero aunque la distancia es corta
para éI, que sus añrmaciones y las de sas que se dirigÍan a Dunkerque, habÍa tendÍa simplemente averiguar si Hitler a sus jefes militares, a quie-
queúa que se desarrollara el plan con -advirtió
nes poco podÍa sorprender la informa-
otros varios en el sentido de que era un sido detenido por el propio Hifler en el
salvador'enviado por Dios, elegido por último momento, no dejándole terminar mayor detalle. Un mes después, al no ción- habrá que crvzar un mar domina-
la Providencia, etc., no eran más que Ia su tarea. Furiosamente, Hifler desañó a haber señales de bandera blanea en las do por el enemigo. No se trata de cruzar
pura verdad. murallas de una Inglaterra en orden de una vez, como en Noruega; no podemos
"El efecto de la sÍfilis cere_ Brauchitsch a poner en duda la sabidu-
bral en una naturaleza ya afectada por rfa de su dirección. De la tormenta de batatla, Raeder volvió a presionar y contar con la sorpresa; estamos tente a
la megalomanÍa el venereólogo ulürdes que tuvo que ofr, Brauchitsch nuevamente llitler se mostró escéptico. un enemigo defensivamente preparádo
-dice
Anwyl-Davies- consiste siempre en un creyó captar la idea de que Hiiler habÍa En el fondo, sin embargo, estaba seguro y resuelto a todoque domina la zona
aumento de la conñanza en que cual- dejado escapar deliberadamente de de que la invasión debia constituir el si- marftima que hemos de utilizar. Se ne-
qúer clase de oposición puede dominar- Dunkerque a los ingleses para aumentar guiente paso. (Sin duda su escepticismo cesitarán cuarenta divisiones del Ejérci-
se, en ver el camino iluminado por triun- las posibilidades de flrmar una paz con disimulaba su acostumbrada resistencia to. La parte más dificil serán lo§ refuer-
fos mesiánicos cuando en realidad ace- ellos. Tal pudo haber sido su vaga inten- a aceptar las ideas aienas). Su cambio zos de material y pertrechos. No pode-

98 99
mos contar con suministros de ningún era, militarmente hablando, Ia creación
tipo procedentes de Inglaterra. Tampo- de una confusión completa en Londres
co podemos permitirnos nada que no y el corte de todas las comunicaciones
sea el dominio completo del aire. Y ello con la costa meridional amenazada,
debe estar vinculado a una apreciación para que las fuerzas invasoras pudieran
total de la situación atmosférica. La desembarcar en condiciones tan caóti-
época del año es el factor más importan- cas que los defensores tuvieran pocas
te, pues el tiempo en el mar del Norte oportunidades de sobrevivir. Lejos de
y el Canal a finales de septiembre es Iograr el dominio del aire, la Luftwaffe
malo y las nieblas empiezan a mediados de Goering sufria pérdidas desastrosas;
de octubre. Por consiguiente, la inva- y a medida que transcurúa agosto y el
sión principal debe estar terminada Estado Mayor naval de Raeder daba
para el 15 de septiembre". muestras de impaciencia ante la imposi-
Los generales habÍan aprendido a con- bilidad de colocar sus minas protectoras
trolar su resentimiento cuando su Fü- sin la cobertura aérea que se le habÍa
hrer les explicaba en forma indignante prometido, disminuyó la vital coopera-
hechos obvios que era su obligación co- ción entre los tres ejércitos. Al mismo
nocer. Por lo demás, no se decidÍan a de- tiempo aumentaron las dudas sobre el
cirle, cuando llegó el momento, que, si tiempo en el Canal, asf como sobre la
querÍa que su Luftwaffe lograra eI domi- derrota de la Royal Air Force. En resu-
nio aéreo, no habÍa posibilidades de
conseguirlo en la Batalla de Inglaterra.
El intento habÍa comenzado con plena Blomberg. Abajo: Con los ¡efes de los tres
ejércitos, Fritsch, Goering y Raeder, salu- 'T:.i"&
fuerza el 10 de julio y seis semanas des- da al Führer. Derecha: Alineado con per-
pués no habÍa logrado su objetivo, que sonajes del partido nazl1937.
rnen, IIiUer habfa cometido un error tác- des de la Flota están dispuestas para re-
! J-l.¡i tico al permitir a Rundstedt que deiara
escapar a los ingleses de Dunkerque con
peler la invasión,.
La operación continuó siendo una
IS Ia esperanza de conseguir una paz rápi-
da a un bajo coste; y sus generales ha-
bÍan programado mal y confusamente Ia
vaga amenaza hasta febrero de 1942, en
que las empolvadas carpetas fueron fi-
nalmente consignadas en los archivos.
invasión siguiente, que ya no podÍa te- Sin embargo, a partir de octubre de 1940
ner éxito a base de remiendos. El axio- ninguno de los dos bandos creÍa seria-
ma de guerra según eI eual debe refor- mente en ella. Por entonces la Batalla
zarse el éxito pero nunea el fracaso de- de Inglaterra habfa resultado un costo-
mostró ser cierto. so fracaso para la Luftwaffe de Goering.
A mediados de septiembre, "León Ma- La frase más citada en Inglaterra era
rino, se habfa reducido a una amenaza ésta de Churchül: «Nunca en el ámbito
para salvar la cara, como mue§tra el in- del conflicto humano tantos debieron
forme de Raeder: tanto a tan pocos".
ol,a actual situación aérea no reúne Después de los fallidos esfuerzos de la
condiciones para llevar a cabo la opera- Luftwaffe por reducir la capital inglesa
ción. aI caos y el resto del paÍs a la sumisión,
"§i "León Marino" fracasa, supondrá y de haber fracasado "León Marina» por
un gran aumento de prestigio para los su defectuosa dirección, Ifitler no se de-
ingleses. moró en hacer nuevos planes. Les habló
"Sin embargo, aún no debe cancelar- de ellos a sus generales en una conferen-
se, pues hay que mantener la ansiedad cia, que, según los recuerdos de Halder,
de los ingleses; si la cancelación llegara fue notable por su calma.
a conocerse, serfa un gran alivio para los "Nuestros esfuerzos deben dirigirse a
británicos... lcuyas] prlncipales unida- la eliminación de todos los factores que

101
,ffi§' virremos Ia mejor parte del negocio si Ie También en los Balcanes tuvo Hitler
(lL'jamos agotarse allf mientras nos ocu- que ayudar al Duce. En vista de que
{: l)amos de los suministros de petróIeo ru-

ffi
Grecia resultaba inconquistable para
\ tnano». los italianos, envió unas veinte divisio-
El Duce, que vivÍa en la gloria de su nes a principios de abril de 1941 con ob-
.,r:onquista" de Abisinia en 1936 y de su jeto de invadir Yugoslavia y Grecia. Su
l#t ¡rresunta construcción de un nuevo Im-
¡rerio romano, habia iniciado su campa-
aiiarva con Mussolini empezaba a resul-
tarle extremadamente cara en orden al
na en Africa en octubre de 1940 con el empleo de tropas. No le faltaba razón al
cacareado éxito de la expulsión de So- reprochárselo amargamente a sus ode-
rnalia de una fuerza defensiva inglesa de sagradecidos e informales amigos,.
rlos mil hombres. Para hacerlo tuvo que Respecto a RumanÍa, reoJizó los pri-
t,ensar todos los nervios y arrojar a la meros movimientos abiertos en ese sen-
batalla a veinticinco mü hombres de los tido en septiembre de 1940, enviando
quinientos mil que habÍa concentrado
"misiones militares [cuya] tarea consis-
cn Libia, Abisinia y Somalia. Una vez tirá en orientar amistosamente a Ruma-
completado su triunfo, él y su coman- úa en la organización e instrucción de
clante en jefe, el mariscal Graziani, se sus fuerzas. Tendrán otra que debe per-
dedicaron a darse palmaditas en Ia es- manecer secreta para eI mundo, los ru-
palda mientras la Flota inglesa enviaba manos y nuestras propias tropas, a sa-

**4
silenciosamente a través del Mediterrá- ber: preparar el desarrollo desde bases
neo un enorme convoy con refuerzos rumanas de tropas a-lemanas para el
para Egipto. Con ellos, el comandante caso de que se nos obligue a entrar en
] de la campaña, general WaveII, consi- guerra con la Unión Soviética y para
H¡tléf, Blomberg y Hess observan un vue- que serÍan conquistados por el Eje; con- guió sus grandes victorias de Sidi Berra- proteger el distrito petrolÍfero".
lo de la Luftwaffe. siguió que Mussolini se comprometiera ni y Tobruk y a mediados de enero de La inexpresiva calificació¡ fls "p¿ra eI
a no tomar ninguna medida sobre los 1941 habÍa infligido una humillante de- caso» resultaba un tanto grotesca en
Balcanes a cambio "del derecho exclusi- rrota a las fuerzas italianas, capturando vista de las ambiciones declaradas de
permiten a Inglaterra esperar un cam- ciento cincuenta mi prisioneros.
vo de operar en la esfera del Mediterrá- Hitler respecto al Este; pero no hubiera
bio en Ia situación. Inglaterra tiene neo»; y se puso en connivencia con Pé- sorprendido a los rusos, que ya tenÍan
puestas sus esperanzas en Rusia y qui- Al tiempo que empezaba la campaña
tain, que seguÍa débilmente en la jefatu- africana, Mussolini, ante Ia imposibili- sus sospechas sobre las intenciones ale-
zás, hasta cierto punto, en los Estados
ra del derrotado gobiemo francés y esta- dad de seguir interfiriéndose en los Bal- manas en FüumanÍa... y en rea-Iidad en
Unidos. AsÍ, si Rusia desaparece del
ba perniciosamente inflúdo por Fierre canes, invadió Grecia a través de AIba- todas partes.
mapa, los ingleses también perderán
América, porque.la eliminación de Ru- Laval, eI traidor de Vichy, para defen- nia; también allÍ las "victoriosas tropas No habÍa habido diflcultades con Ia
sia aumentarÍa enormemente el poder der las colonias del Norte de Africa con italianas", como las llamada el Duce, partición de Polonia en 1939; pero un
japonés en el Lejano Oriente. Por tanto: lo que quedaba de la Marina francesa fueron puestas en fuga aI cabo de una año después, cuando Rusia y Alemania
la destrucción'de Rusia será nuestro contra la intervención naval inglesa. semana. trataban de traicionarse mutuamente y
próximo objetivo y (Francia serÍa recompensada con algu- Sin embargo, aunque a HiUer le agra- ambas dependÍan de los suminÍstros de
cuanto antes sea
aplastada, mejor. El ataque sólo logrará nas posesiones coloniales tras el repatto dara ver que su despreciado aliado de- petróleo rumanos para sus futuras in-
su fln si conseguimos destruir a Rusia del Imperio británico, una vez vencido). mostraba tener la cabeza vacÍa y eI co- tenciones, Moscú no ocultó su resenti-
hasta los cimientos de un solo golpe. Si Basó estos designios en razonamien- razón blando, no tuvo más remedio que miento cuando Hitler ordenó que per-
empezamos en mayo [1941], tendremos tos psicológicos válidos. Desde la cam- ayudarle, para conseguir los objetivos manecieran allÍ ocho divisiones mecani-
cinco meses para completar la tarea". paña flnesa, seguÍa considerando que polÍticos alemanes; en marzo de 1941 zadas para tomar los campos de petró-
Al mismo tiempo, no permitió que es- Rusia no tenÍa nninguna oportunidad uno de sus más expertos generales en la Ieo. Era una falsa alarma; pero su efecto
capara a sus designios ningún otro as- contra el poder organizado del Reich". guerra de blindados, Erwin Rommel, no fue mitigado por la llegada al Kre-
pecto de la guerra, militar o polÍtico. A Mussolini le despreciaba por su envi- atacó a Wavell y volvió a empujarle has- mlin de un cablegrama secreto anun-
Conferenció con el general Franco sobre dia y su temor a caerse del tiovivo del ta Egipto. Raeder escribió en su diario: ciando que el 27 de septiembre de 1940
se flrmarfa una a-lianza militar entre
la posibilidad de que España entrara en Eje. Confió a Jodl: nEl Duce está ac- "El Führer opina que es vital para el re- Alemania, Italia y Japón.
la guerra del lado de Alemania, a cam- tuando en Africa precisamente como yo sultado de la guerra evitar la caÍda de
bio de Gibraltar, Marruecos y Argelia, esperaba; y sus tropas también. Nos lle- Italia... Significaúa una gran pérdida de «La alianza el cable de
prestigio para las potencias del Eje". -aflrmaba
BerlÍn con la mano en el corazón- se di-
t02
103
la atención de tales diñcultades, mante-
nfa sus opiniones y creÍa tenazmente en
su exactitud. (Por supuesto, tal actitud
es inseparable de la megalomanÍa). Por
entonces Hadler escribió: «El Fiihrer
pretende tener siempre razón y a la me-
nor sugerencia en contrario menciona
Checoslovaquia, Polonia, Noruega y Ci-
renaica, aludiendo a gritos a nuestra in-
competencia como soldados y escudán-
dose tras los delirios de su egotismo,.
Si se precisan pruebas de su habilidad
estratégica, no hay mejor ejemplo que la
famosa Directriz No. 21 sobre "Barba_
ffoja,, su plan para Ia conquista de Ru-
sia. Según dijo a Jodl, «en cuanto gol-
peemos la puerta toda la podrida es-
tructura se vendrá abajo".
En sus seis páginas se impri-
-sólo
mieron nueve copias-, la Directriz decla-
ra en primer lugar que:
"Las fuerzas armadas alemanas deben
estar preparadas para derrotar a la Ru-
sia sooi,étina en una rdpida cdnxpclña
antes de terminar la guerra contra In-
glaterra... Los preparativos han de estar
concluidos para el 15 de mayo de 1941...
El grueso del Ejército ruso, acantonado
en la Rusia occidental, ha de ser aniqui-
lado mediante audaces operaciones ba-
Himmler susurra delicadezas al oído de mericana, «nunca volverá a permitirse a una caracterÍstica que conocfan muy sadas en poderosas cuñas de carros, de-
Hitler, 1938. Su poder está creciendo. ningún anglosajón desembarcar en el bien. Sus peroratas petulantes y aburri- biendo además impedirse que cualquier
continente europeo, porque Inglaterra das sobre las injusticias e ineficiencias tropa soviética en condiciones de com-
está vencida y sólo es cuestión de tiem- del "sistema» se habÍan convertido en batir puedan retirarse. El objetivo final
rige exclusivamente contra los belicis- po que admita su derrota. Algo inopor- una enfermedad psicopática que exigÍa de las operaciones es establecer un fren-
tas norteamericanos. No se dice expre- tunamente, la reunión hubo de ser apla- que todo se plegara a su voluntad. Sus te seguro contra Ia Rusia asiática, en Ia
samente en los términos del tratado, zada debido a una alarma de bombar- acce§os de cÓlera no eran más que pre- lfnea general Volga-Arcángel,.
pero puede inferirse inequÍvocamente deo aéreo y Molotov inquirió glacial- sagios de su malevolencia contra los je- Una vez formulado el objetivo, pasa a
de los mismos. Su exclusiva flnalidad es mente: "Si Inglaterra está derrotada, fes militares que osaban darle consejos, explicar córno debÍan lanzarse los ata-
hacer entrar en razón a los elementos ¿por qué estamos en un refugio mien- sus supuestos aliados que se atrevÍan a ques en el Norte desde Finlandia y en
que presionan para la entrada de Esta- tras caen las bombas inglesas?" estorbarle y sus enemigos, que eran más el Sur desde RumanÍa. La lÍnea diviso-
dos Unidos en la guerra, demostrándo- El único efecto del sarcasmo y de las duros de lo que esperaba. ria entre ambos estaúa constituida por
Ies en forma concluyente que, si entran dudas y sospechas de Rusia, ahora ob- A pesar del claro giro de su mente ha- los pantanos del Tripet. Un grupo de
en la presente contienda, automática- vias, fue provocar Ia furis incontrolable cia la demencia, Hitler segufa elaboran- ejército se apoderaúa de los Estados
mente tendrán como adversario a tres de Hitler, manifestada con frecuencia en do las más complicadas maniobras mili- bálticos y Leningrado, y otro atravesa-
grandes potencias". sus diarias "conferencias-, que más bien tares sin dificultad. Pero h.abÍa un punto rÍa la Rusia Blanca y se unirÍa con éI,
A esta carta tranquilizadora siguió deberÍan Ilamarse arengas. Si Hanisch, débil en sus apreciaciones psicológicas: atrapando a Ias fuerzas rusas en retira-
una visita de Molotov a BerlÍn. En una Loffner y Neumann, sus compañeros de olvida las dificultades circunstanciales da desde el Báltico. AI Sur de los panta-
de las conferencias celebradas en la em- los dÍas de Viena, hubieran estado pre- que contradecfan sus cálculos intuiti- nos, un tercer grupo de ejército avanza-
bajada msa se le aseguró que, indepen- sentes, habrÍan reconocido torcidamen- vos. Por ejemplo, las negativas de Fran- rfa a través de Ucrania hasta I{iev. Su
dientemente de Ia intervención nortea- te la versión, un tanto exagerada de co en unirse al Eje. Con todo, desviando flanco estarÍa protegido por tropas ru-

104 105
a \
;>l ¿

La cris¡s de los Sudetes, 1938. Arriba: vierno". Pero faialmente no tuvo en


Chamberlain visita a Hitler, 23 de sept¡em- cuenta otro factor: su propia malevolen-
bre. lzquierda: Hitler el 26 de sept¡embre:
,,El territorio de los sudetes es la última cia irreprensible contra Ios que le moles-
reclamación terr¡torial que tengo que ha- taban.
cer en Europa». Las "misiones militares" en Rumania,
sobre las que los rusos albergabanjusti-
ficables sospechas; puesto que RumanÍa
manas y alemanas en el sur, que avan- tiene seiscientos kilómetros de frontera
zarian hacia Odessa y eI Mar Negro y común con Ucrania al Oeste del mar Ne-
eliminaúan la concentración industrial gro, estaban formadas a finales de febre-
de Ia cuenca del Donetz. ro de 1941 por una fuerza de casi tres
Todo era muy inteligente y práctico. cuartos de millón de hombres. Bulgaria,
ul.o único que tienen que hacer es con- fronteriza con RumanÍa por eI Sur, tam-
cretar los detalles dijo a Hadler- y bién habia sido atraÍda a manos de Hi-
-Ie
1o harán al flnal del próximo mes [enero Uer con la promesa de acceso al Egeo a
de 19411. Es vital que no haya retrasos. través de una Grecia controlada por el
Tendremos que atravesar inmensas dis- Eje. El quid pro quo seria la ocupación
tancias y eI invierno ruso también es un de Bulgaria por Ias tropas. alemanas y la
factor decisivo. La victoria debe ser consiguiente negación del paÍs a los in-
completa a¡rtes de que tengamos que Iu- gleses como base para bombardear los
a, ehar contra los elementos. Todos mis campos petroliferos rumanos.

t Sin embargo, no podÍa lograrse el


planes están determinados por ese fac-
; tor". completo control de los Balcanes sin Ia
Es posible que asÍ fuera. No habÍa oI- cooperación de Yugoslavia. El púncipe
I vidado Ia derrota de Carlos XII y de Na- Pablo que gobernaba como regente de
ld poleón a manos del sombrÍo «general In- Pedro II de dieciocho años de edad,

,L 10?
maróhó a Viena y su ministro de Asun- Arriba: Dunkerque, mayo de 1940. Las tro-
tos Exteriores, como obsequiosos tÍte- pas evacuadas miran por última vez. De-
res que respondieron a una orden del recha: Los Me-110 sobre Londres, agosto
Führer. Se plegaron sin discusión a su de 1940.
demanda de permitir el tránsito por su
paJs de las tropas y el material de gue-
rra alemanes, «aunque esas tropas res- tr.ue este insulto, aún más que el fraca-
petarán en todo momento la soberanfa so de un golpe de Estado tan sagazmen-
y la integridad territorial de Yugosla- te organizado, lo que llenó de ira a Hi-
via". Se les ofreció como premio el puer- tler. Su rencor se manifestó en una nue-
to griego de Salómica «en cuanto haya va operación militar a la que se dio prio-
determinado Ia cuestión griega". ridad y que resultó fatal. Se llamó, con
Desgraciadamente para Hitler, el pue- notable falta de disimulo, «operación de
blo yugoslavo no estaba tan ansioso de castigo" y fue planeada durante e inme-
vender su patria. Mientras Pablo perma- diatamente después de la rer¡nión en la
necÍa en Viena, sus súbditos montaron CancillerÍa del 27 de ma¡zo de 1g41,
en cólera y se prepararon para derrocar cuando Hitler estaba en tal estado de
la Regencia y llevar al trono al joven cólera que, según Brauchitsch, nle salÍa
prÍncipe Pedro. Al volver Pablo se en- espuma por la boca y tenÍa las ropas
contró con que estraba tramándose un manchadas de sudor". El y Halder trata-
levantamiento. El pacto que él y sus mi- ron de calmarle e incluso llegaron a lla-
nistros habÍan firmado fue roto en peda- mar al doctor Morell. pero se negó a cal-
zos. El embajador alemán, a_l pasar en marse. El Reich habÍa sido inst¡ltado
coche por las calles de Belgrado, fue de- por una insolencia intolerable y no era
tenido por la muchedumbre que cele- cuestión de esperar a ver si el nuevo go-
braba eI derrocarniento del odioso régi- bierno del joven rey se sometÍa como lo
men tÍtere de Hitler, y se le escupió en habÍa hecho el del Regente.
pleno rostro. «Hay que destruir yugoslavia sin

108
"Sólo si yo ordeno un retraso", afirma sar de todo su servilismo, en el fondo se-
llalder que Ie respondió Hitler. gúan desconflando de él como aficiona-
.Aún estaba maldiciendo y temblan- do".
rlo. El Estado Mayor Central se mantu- No insistió en mantener el programa
vo rfgidamente en su puesto, temiendo de uBarbarroja». Aunque su megaloma-
rrna apoplejÍa... Morell permanecÍa in- nÍa podÍa exigirle negarse a aceptar
rnóvil sin poder hacer nada... Nadie veÍa cualquier consejo militar ortodoxo de
Ia posibilidad de distraer fuerzas para sus generales, tenÍa que darse cuenta de
esta nueva campaña, ni iuzgaba sensata su inferioridad numérica en carros frente
ta idea de gastar tanto en lo que no era a los rusos, o de la necesidad de concen-
más que un golpe rencoroso». trar grandes fuerzas de vehÍculos blin-
Y lo era de hecho; pero ahora que le dados en los Balcanes si pretendÍa Io-
habfan dado justificación para ello, ad- grar una rápida conquista de la zona. Por
quirió aún mayor importancia. Como ha consiguiente, eI 1 de abril, cuando eI Es-
dicho Liddell Hart: tado Mayor Central estaba elaborando
"La preparación y contemplación de los detalles de la campaña de Yugosla-
vastos planes estratégicos Ie envenenó via, ordenó el aplazamiento del comien-
en todo momento. Las dudas que sus zo de nBarbarroja, de mediados de
generales expresában al mostrarles los mayo a mediados de junio.
proyectos de su mente sólo servÍan para El 6 de abril se lanzó la "operación de
aumentar su determinación. ¿No habÍa castigo". Se destruyó Belgrado median-
demostrado tener razón en todos los te oleadas y oleadas de los bombarderos
asuntos en que ellos dudaron de su ca- de Goering. Sólo en ese ataque murie-
pacidad para triunfar? DebÍa mostrarles ron cerca de veinte mil personas; y
su error una vez más, y con mayor inten- como el paÍs no estaba preparado en ab-
sidad. Sus dudas signiñcaban que, a pe- soluto, se rindió aI cabo de diez dÍas.

Arriba izquierda: Pierre Laval. Arriba dere-


cha: El general Franco. Derecha: Batalla
de Sidi Barrani, enero de 1941. Algunos
de los 150.000 prisioneros italianós de
Wavell.
*''M§ ""
compasión», gritó. Era una repetición
del espectáculo del puño en alto que
Weizácker habÍa recogido en 1939, pero
mucho más violenta. (Los arrebatos de
ira y violencia sin freno, cada vez más
frecuentes, eran sÍntomas tÍpicos del
progreso de la sÍfllis). «No se harán inda-
gaciones diplomáticas ni se presentarán
ultimátums. Yugoslavia debe ser des-
truida sin compasión".
En este punto Halder le recordó que
habÍa ordenado el comienzo de la opera- -*fu§ "'d*ñ
ción nBarbarroja" a mediados de mayo
sóIo seis semanas de distancia- y
-a
que una misión adicional para eI ejérci-
to de la magnitud de Ia déstrucción r.,"r&* j
completa de una nación la retrasarÍa
inevitablemente.

110
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tl l
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ir :r

lzquierda: El general Erwin Rommel. Arri- megalomanÍa. Frotándose metafÓrica-


ba: Antonescu (derecha), primer min¡stro mente las manos con eI júbilo del gene-
fumano, escucha cómo su país se con- ral para quien ningún mundo es dema-
v¡erte en un estado títere de Aleman¡a' siado grande para conquistarlo, ni nin-
diciembre de 1941.
guna campaña demasiado compleja, or-
AI mismo tiempo las tropas alemanas denó eI nuevo ComienzO de "Barbarro-
que se habÍan concentrado en Bulgaúa ja». La ofensiva debia empezar a las
cruzaron Ia frontera de Grecia, donde 0330 del 22 dejunio y la contraseña para
"incendiar Rusia y hacer
que el mundo
Mussolini se habÍa estrellado ante una
'..1 heroica resistencia que una y otra vez contuviera el a-tiento" era "Dortmund"'
ponía en fuga a sus tropas; en marzo los Se dio la contraseña precisamente a la
; griegos fueron reforzados por divisiones hora programada y los tres grupos de
británicas; pero también éstas fueron ejército iniciaron su marcha. Dos horas
dominadas por las numerosas fuerzas después, el embajador alemán en Moscú
que Hitler enviÓ a los Balcanes. (Vein- visitaba a Molotov y le indicaba que su
*.
? -or-1f tiocho divisiones, entre ellas veinticua- paÍs habÍa decidido atacar a Rusia ante
la presencia de "demasiadas tropas del
'\ tro restadas de Ia zona de reunión de
Ejército Rojo a lo largo de la frontera",
t .?6
*,,*' nBarbarroja, en Polonia). Sólo una se-
que amenazaban a Alemania na despe-
t\ *
mana después de que Yugoslavia se vie-
ra obligada a capitular, fue conquistada cho del pacto de 22 de agosto de 1939,.
En Alemania, a las ? en Punto, Goebbels
Grecia. Al flnal de abril Hitler pudo -y
1o hizo de hectro- reprochar a sus gene- radió la proclamación de Hitler, cuyo
rales sus apre4§iones y señalar triunfante tono era el de un brillante cruzado en
las "dos naciogres dominadas en un mes persecución de un dragón especialmen-
en una campafla para Ia que nadie tenfa te dañino:
"Inclinado bajo el peso de
gxaves
redaños". i
Nada pudo hlaber constituido un com- preocupaciones, condenado a meses de
bustible tan pfderoso para su ardiente silencio, al fln pudo hablar libremente.

113
discuros de Churchill, distaba mucho de
ser exacta. No habÍa soldados rusos en
el umbral guardando los campos culti_
vados ni esposas y madres rezando.
"Los guardias fronterizos, desperüados
por el ensordecedor ruido de las forma-
ciones de carros de combate, eran muer-
tos a tiros al sallr de sus barracones, co-
rriendo a medio vestir entre eI humo,,
dice Alan Clark. Los aviones fueron
bombardeados y destruidos en los aeró_
dromos, como ocurrió en polonia. No
existia virtualmente una resistencia or-
ganizada contra el tremendo impacto de
Halder, jefe del Estado Mayor del E¡ército. la invasien inicial. Durante muchos dÍas
los alemanes avanzaron hacia el interior
de Rusia casi sin oposición. HabÍa vas-
¡Pueblo alemán! En este momento está tas fuerzas defensivas, pero ningún plan.
teniendo lugar ttra marcha que, por su Batallas heroicas quedaban reduciáas a
magnitud, es comparable a las mayores meras escaramuzas por la falta de direc-
que el mundo ha visto. Hoy he decidiAo ción. Al cabo de un mes los ejércitos de
poner nuevamente el destino y el futuro Hitler habÍan avanzado qúnióntos kiló-
del Reich y de nuestro pueblo en manos metros en un frente de mil seiscientos
de nuestros soldados. eue Dios nos ayu_ desde Finlandia hasta el Mar Negro.
de, especialmente en esta lucha». El 3 de octubre dijo por radio:
Semejante muestra de insolencia fari- "Hoy declaro lo declaro sin ningu_ Los generales, preocupados por el re- Brauchitsch (izquierda) y Halder fueron in-
saica fue contestado ese mismo dÍa con na reserva- que-yel enemigo del Este ha pentino endurecimiento de la resisten- capaces, a partir de 1940, de enfrentarse
un mensaje radiado de Churchill, que li- sido derribado y nunca volverá a levan_ cia del Ejército Rojo y la estrechez del a Hitler.
maba las difÍciles asperezas de una polÍ_ tarser. frente debida a su excesiva longitud, te-
tica que hasta entonces habÍa trataáo a Un rasgo caracteústico suyo era el de nÍan otras ideas. "Hemos subestimado a
Rusia como uña y carne con Hiiler y, que, en cuanto aparecÍan grietas en la Rusia", informó Hadler el 1? de agosto. estos dos santuarios del Comunismo,
por consiguiente, como un paÍs igual- estruetura de sus empresas, las cubrÍa Calculábamos 200 divisiones y ya hemos Rusia se vendrá abajo».
mente intolerable. con las seguridades de un hombre que identiflcado 360. Nuestra lÍnea ofensiva Latenaza de l(iev no terminó hasta el
nEl pasado, con sus crÍmenes, sus lo- pretende anticipar los acontecimienios no tiene fondo y, como consecuencia, los 20 de septiembre. Para entonces ya ha-
curas y sus tragedias, se desvanece. Veo inesperados. contraataques del enemigo suelen tener bÍa quedado claro que las técnicas de la
a los soldados rusos en el umbral de su La primera grieta habÍa empezado a éxito". Blitekrieg, que tan bien funcionaron en
tierra natal, guardando los campos que aparecer en agosto. Era poco más que El y Brauchitsch presionaron en favor el Oeste, eran ineflcaces, en parte en las
sus padres labraron desde tiempo inme- una ñnÍsima raya en la superficie exte_ de un ataque concentrado sobre Moscú. vastas estepas de Rusia y erosionaban
yorial. Les veo guardando sus hogares, rior de las relaciones entre Hiiler y los Sin embargo, Hitler no queúa saber las fuerzas alemanas, cuyas lÍneas de co-
donde rezan sus madres y esposas _sÍ, generales, siempre de delgado hielo. El nada de s59. «Ha rechazado el plan de municación tenÍan una longitud excesi-
porque hay momentos en que todos re_ problema, como siempre, era de estrate_ Moscú Halder en su diario- va y se enfrentaban con las diflcultades
zan- por la seguridad de sus seres que_ -escribió
y ha decidido que se concentre el mayor del terreno. Pero Hitler, embriagado por
gia: los generales se aferraban a la orto_
ridos, por el regreso del que trae el jor_ doxia y Hitler, a lo que le parecÍa audaz número posible de fuerzas de los grupos el falso poder de la autoconviceión, pro-
nal, de su campeón, de su protector. Veo y deñnitivo. l de ejércitos Centro y Sur para iniciar un clamó que sus fuerzas habÍan ganado
los diez mil pueblos de Rusia, donde
En su orden sobre la opéración, habÍa
gran movimiento de tenaza contra las
fuerzas sovidticas aI Este de Ifiev. El ob-
"la mayor batalla en la historia del
aún existen alegrÍas humanas prima_ mundo". Halder observó secamente en
establecido normas muy concretas: en jetivo de oltener una victoúa decisiva
rias, donde las doncellas rÍen y loi niños su diario que, en su opinión, «era el ma-
juegan". el Norte. despejar, los Eqtados bálticos frente a Moscú se habÍa subordinado aI yor fallo de la campaña del Este, pues
y tomar Leningrado co4 la ayuda del deseo de cdnseguir Ucrania... Pero el en Ias seis semanas transcurridas entre
Esta visión rosada, aunque emocio- Grupo de Ejército Centro; en el Sur. pre_
nalmente oportuna para la ocasión en sionar hacia Kiev y el D¡lieper y apóde_
Führer está también obsesionado por la Ia caÍda de Smolensko y la toma de
que fue escrita, como la mayorÍa de los idea de tomár Leningrado y Stalingra- Kiev se habÍa perdido la oportunidad de
rarse de los vastos recur§os de Ucrania.
do, pues estátconvencido de que, si caen tomar Moscú,.
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Arriba: La campaña de los Balcanes, abril de 1g41. un puente de pontones constru¡do


apresuradamente sobre el río vardar, en el sur de yugoilavia. Abajb: operación Barba-
rroja. una columna de suministros avanza por una calretera en el-Norté de Rus¡a.

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Al asalto en la opcrac¡ón Barbarrojá.

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Como este es el punto en que, en re- mento en que necesitaban todo su impe- no habÍa otro a mando para sustituirle Estaba conveneido de que era un super-
trospectiva, vemos el princpio del fin tu para atacar a través de un terreno y .matar más enemigos,? Cuando se le hombre y que su gran destino superarfa
para Alemania y las huellas de la rápida convertido en un cenagal por las prime- dijo una vez que "simplemente, las tro- cualesquiera peligros y todo serÍa lleva-
caÍda de HiUer desde la cumbre del po- ras lluvias. pas no pueden mantener sus posicico- do a una triunfante conclusiÓn».
der hasta las profundidades de la igno- La obsesión de Hitler por ver caer Le- nes a 22o bajo cero", dio orden de que Como sabemos, Ias conclusiones
minia, el momento es apropiado para ningrado y Stalingrado le costó grandes se fusilara inmediatamente al coman- triunfantes estaban lejos de las intencio-
examinar y calificar las semillas de la pérdidas de hombres y de material. La dante del puesto". nes de su destino; en aquella época era
derrota. batalla de Stalingrado fue la más larga Sus accesos de cólera iban acompaña- imposible evitar Ia tabes dorsalis que Ie
Lo primero y más desastroso fue su de Ia guerra seis meses- y supu- dos de sudoración y ataques de espas- llevó a Ia parálisis general del demente.
determinación de destruir Yugoslavia so eI fin total-duró
del Sexto Ejército alemán; mos incontrolables. Eran momentos en Tabes dorsalis o ataxia locomotriz: la sÍ-
sin piedad y, como consecuencia, retra- en cuanto al asedio de Leningrado, en el que se retorcÍa de obvios dolores de es- fllis de las regiones posteriores de la mé-
sar eI comienzo de "Barbarroja" cinco que miles y miles de rusos murieron de tómago y mostraba una ereciente ten- dula espinal que caracteriza por paro-
fatÍdicas semanas. En su ira por la nega- inanición, agotamiento y frÍo, pero man- dencia a Ia sordera voluntaria cuando se xismos, trastomos estomacales funeio-
tiva de Yugoslavia a plegarse al servil tuvieron la ciudad durante novecientos le informaba de un hecho indisputable nales, falta de coordinación de los movi-
pacto del ll,egente tÍtere, Hitler se des- dÍas, mostró otra faceta del carácter que Ie sorprendÍa momentáneamente mientos voluntarios y a-lteraciones de la
vió del plan establecido en su propia di- ruso que Hitler habÍa subestimado: la desprevenido para defender uno de sus visión. El germen Spirochaeta pallida,
rectriz: "El invierno ruso es... un factor de- resistencia. enores de apreciación. que habÍa exacerbado su egotismo na-
tural hasta el extremo de hacerle pre-
cisivo. La victoria debe ser completa an- Su desprecio por la opinión de sus ge- "A mediodÍa, la conferencia constituía
tes de que tengamos que luchar contra nerales adquirió proporciones manÍacas una absoluta odisea para eI Estado Ma- tender y en gran medida lograr el poder
los elementos. Todos mis planes están también en la campaña oriental. Como yor Central. EI Führer gritaba frenético absoluto del magalomanÍaco, se habÍa
determinados por ese factor". Eran pa- consecuencia de ello, decidió asumir o se dejaba caer en una silla para consu- apoderado absolutamente de éI. La sen-
labras dictadas por la prudencia, lo ab- funciones tan inferiores como la de con- mirse de autocompasión, aflrmando que tencia de lord Acton le venÍa como ani-
surdo ftre centuplicar el riesgo de en- trolar a menudo hizo- el movi- todos los reveses eran debidos a la des- Ilo aI dedo: "Todo poder corrompe y el
frentarse con el duro adversario de Na- miento-como
de formaciones no mayores que Iealtad, la debilidad o la estupidez de sifllÍtico corrompe absolutamente".
poleón, decisión impulsada súbita y úni- una sección de infanterÍa. Liddell Hart sus aliados. Naturalmente, también te- Estas eran las semillas de la derrota
camente por el rencor, después de haber dice haber oÍdo a Rundstedt que, hacia nÍa largos intervalos de lucidez, y en de Hitler y de Alemania. Los generales
admitido la necesidad de evitarlo. el flnal de la guerra, nlas únicas tropas ellos solÍan evidenciarse su brillantez siempre se habÍan mostrado aprensivos
Aún hubo más retrasos, debidos a los que podia mover eran los guardias de como comandante de cualquier clase de acerca de la multiplicación de los fren-
infructuosos esfuerzos de Halder y Brau- mi propio cuartel". formación. El problema era que, en cali- tes bélicos. Africa, los Balcanes, el
chitsch de los mandos militares por per- El ambiente en que se desarrollaban dad de comandante supremo, debÍan Atlántico, el Mediterráneo: como seña-
suadir a Hitler para que cambiara de las "conferengi¿s» qu€ celebraba Hitler haber cesado mucho antes de preocu- Ió, Westphal, existe un lÍmite para la ca-
idea. En total se habÍan desperdiciado diariamente ha sido confirmado por mu- parse por el movimiento de las patru-
dos meses. chos de los jefes que declararon en Ios Ilas; pero no podÍa soportar que se le Material alemán destruido y abandonado
fuera de las manos el control de nada. en una carretefa cerca de Moscú.
No hubo error por parte de Hiiler juicios de Nuremberg al acabar la gue-
acerca de t¡na cualidad del carácter rra. Era similar en todos los aspectos a
ruso: ol,os rusos lucharán hasta la Ias construcciones imaginativas de esos
muerte por cualquier trozo de terreno; novelistas dados a construir sus melo-
no lo entregarán; debemos destruirles". dramas en tomo a los esfuerzos de los
En cambio su desprecio por su desorga- manfacos por controlar el mundo.
nización estaba hasta cierto punto fuera ol,os informes de los comandantes de
de lggar. Los rusos habian aprenüdo al- campaña, recogldos y resumidos por los
gunas lecciones en Finlandia. La asom- mandos superiores, le eran entregados y
brosa velocidad con que, una vez inicia- él dirigfa el movimiento de ésta o aque-
do el tremendo avance alemán, contra- lla brigada o batallón recurriendo a los a
atacaron resultaba realmente efloaz en mapas a gran escala que siempre consti-
un frente tan amplio; y aunque medio tuÍan el punto focal gráfico de las confe-
millón de rusos quedaron atrapados en rencias. Su fantástica memoria para los
la bolsa de Kiev, más otro supuesto me- detalles le hacÍa preguntar a menudo
dio millón en una bolsa posterior en qué habfa pasado, por ejemplo, con de-
Viazma, el tremendoEsfuerzo habÍa ago- terminado puesto de ametralladoras.
tado a los alemanes en el preciso mo- ¿Por qué, si su artillero habia muerto,

120
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lzquierda: Bormann, aún eri segunda fila, tal o Derrota 'I'otal: tal era la esencia de
en una conferencia para organizar el con- Ia fisolofÍa nihilista, fundamento del na-
greso del Partido en 1934' Arriba: Con Kei' zismo".
tel y Xitler en el Fuhrerhauptquartier en Convenientemente aderezado, por su-
194'l .
puesto, sonaba como el toque de clarín
de un hombre valiente. Era el toque que
pacidad humana y productiva de cual- habÍa difundido cientos de veces: "Gol-
quier nación. Nadie podÍa negar las cua- pearé y no capitularé. El destino del
lidades del Führer para poner en mar- Reich depende sóZo de mí. Qualquier es-
cha y llevar al éxito tanto en tan poco peranza de compromiso es pueril. Es la
tiempo. (La velocidad de ese éxito se de- Victoria o la Derrota. Lo que se ventila
bÍa en gran parte a una larga y cuidado- no es el destino de Ia Alemania nacional
sa preparación polÍtica durante los años socialista, sino quién va a dominar Eu-
1919 a 1939). Nadie podia negar su com- ropa en eI futuro. Nadie logró nunca lo
prensión casi vislonaria de las reaccio- que yo he logrado. Mi vida carece de im-
nes de sus adversarios, tanto polÍticos portancia para todo esto. He llevado al
como militares. Pero ciertamente nadie pueblo alemán a un lugar eminente,
podÍa negar su obstinación al negarse, aunque el mundo nos odie ahora. Estoy
mientras la campaña rusa se arrastraba jugándomelo todo. Tengo que elegir en-
pesadamente, a aceptar cualquiera de tre la victoria y la derrota. ElÍjo la victo-
los planes estratégicos propuestos por ria. Mientras viva, sóIo pensaré en la
Ios expertos; pues habÍa planes que, en victoria de mi pueblo. No retrocederé
eI mejor de los casos, sólo podían haber ante nada y destrui¡é a todo el que se
terminado en la negociación o eI com- me enfrente. Me levantarÉ o caeré en
promiso. Y nada podÍa inducirle a acep- esta lucha. Nunca sobrevivirÉ a la derro-
tar tal solución. Como comenta Chester ta de mi pueblo. No habrá capitulación
Wilmot en The Struggle for EuroPe: ante los poderes exteriores, ni revolu-
que ni su poder personal ni el ción de Ias fuerzas interiores".
"SabÍa
del Reich nazi sobrevivirfan a una solu- No: nadie podÍa negar ninguna de es-
ción negociada. Tras someter el futuro tas cosas, de estos hechos. Y los genera-
de su régimen, y el de Alemania, al jue- Ies menos que nadie. Quizás recordarán
go de la guerra, tenÍa que continuar has- muchos la frase: nNunca sobreviviré a la
ta el final de la esperanza de que salie- derrota de mi pueblo,. HiUer se lo habÍa
ran Ios números premiados: Victoria To- dicho en 1939.

123
EI genetil
en lu dellolu

El mismo dfa en que Hiiler disfrutaba tual invasión en gran escala. Esa convic-
del armisticio franco-alemán en el va- ción decidió a ChurchiU a formar un
gón del bosque de Compiégne de Mando Combinado de Operaciones
junio de 1940- se daba el primer -22 paso cuya tarea consistirÍa en estudiar e in-
para recuperar la posición inglesa en el formar sobre todas las posibilidades de
continente europeo. Era una posición lograr tal objeto.
vacilante; pero contradecÍa la promesa Para cualquiera capaz de hacer un
de Hitler de que ningún anglos4jón vol- simple cálculo estadfstico, estaba claro
veria a desembarcar en el continente. que sólo la retirada del grueso de las
El 23, a instigación de Churchill, cien fuerzas de ocupación alemanas en el No-
comandos en un par de lanchas lo único roeste de Europa harÍa posible una inva-
de que se disponÍa, hicieron una incur- sión. Y por entonees, con los hombres
sión en la costa f¡ancesa cerea de Bou- de Hitler en feliz posesión de Francia y
logne. Su objeto era conseguir prisione- los Pafses BaJos y el cartel general ale-
ros e información sobre las defensas cos_ mán triunfantemente establecido en pa-
teras de la zona. No tuvieron éxito; de rfs, las posibilidades de una retirada por
hecho, algunos, que navegaron hacia un cualquier razón eran, como escribió el
puerto equivocado en el viqje de regre- jefe del Estado Mayor General Imperial
so, fueron arrastrados ignominiosamen- con magistral penetración,
te hasta la eosta por la policfa militar y "algo remo-
tas".
arrestados por deserción. Y siguieron siéndolo hasta precisa-
Fue un preludio valiente, aunque gro- mente un año después del comier¡zo de
tesco, de la operación «Overlord» que el la operación "Barbarroja". La Batalla
6 de junio de 1944 llevó la guerra en Eu- de Inglaterra y la creciente intensidad
ropa a sus últimas batallas; sirvió para
convencer a Churchill y al Alto Mando
El 20 de julio de 1944. Hitler, con la mano
del Ejército de que, aunque Inglaterra vendada, con Bormann, Jodl (con la cabe-
estaba entonces indefensa, no debÍa per- za vendada) y algunos de sus subordina-
derse de vista la neeesidad de una even- dos poco después del atentado.

t24
apelaciones y demandas. "Fue el fraca- guiente, no era posible concentrarse in-
de las comunicaciones, el control del ser-
so inglés en Francia Io que permitió a vicio de información militar y la admi- mediatamente en la invasión de Europa.
Alemania invadir Ucrania... Los alema- Aún habrfa muchos más retrasos.
nistración conjunta de las zonas captu-
nes consideran que Inglaterra se limita Fueron provocados fundamentalmente
radas". También se acordó que: «A pe-
a amenazar, y se rÍen de su cobardÍa sar de la entrada del Japón én la guerra, por las inmensas pérdidas navales de la
mientras trasladan división tras divi- Batalla del Atlántico, las continuas y
sión al Este, donde nuestro pueblo de- nuestra opinión es que Alemania sigue
siendo el principal enemigo y su derrota urgentes demandas de material por par-
rrama su sangre defendiendo nuestra te de Rusia para emplearlo en las deses-
es la clave de la victoria. Una vez que
tierra contra el creciente poderio de los peradas batallas que hacÍan estragos un
Alemania sea vencida, deberán seguir Ia
nazis... Sólo cuando Inglaterra abra un
cafda de Italia y la derrota del Japón,. mes tras otro, y eI incesante esfuerzo
segundo frente podremos estar seguros por crear las fuerzas necesarias para de-
Palabras flrmes. Y en efecto, su signi-
de su amistad... ¿Cuándo llegará ayuda rrotar a Rommel en el desierto. Frente
de Inglaterra?"
ficado e intención consiguiente nunca
vacilaron. Resultaron, sin embargo, algo a estas demandas era imposible formar
Con admirable moderación, Churchill desensaminadas por Ia vertiginosa velo- la fuerza igualmente necesaria para lo-
se abstuvo de "arrojar sal de verdades cidad de los acontecimientos en eI Leja- grar el éxito en una invasión continen-
en las heridas rusas». Los Estados Uni- no Oriente. Singapur cayó en manos de tal. Todos los jefes de Estado Mayor
dos llamados por su presidente «el gran los invasores japoneses el 15 de febrero convinieron en que un intento de inva-
José Stalin. arsenal de la democracia", habfan em- de 1942. De ello surgÍa la grave amenaza sión con fuerzas inadecuadas serÍa ten-
pezado por entonces a suministrar a In- de que las potencias del Eje consiguie- tar al desastre. La petulancia de Stalin
glaterra armas y carros, barcos y muni- ron enlazar en el Océano Indico, aislan- se habÍa convertido en una beligerancia
de la Batalla del Atlántico absorbfan
por completo la atención de la marina ciones, en virtud de la Ley de Préstamos do la India, amenazando Australasia y en cierto modo amenazadora; asf, obtu-
y la aviación británica, y el ejércÍto tra- y Arriendo. Muchos de estos suminis- dejando al descubierto Ia costa oriental vo de Roosevelt la imprudente promesa
taba desesperadamente de cubrir las tros, aunque se necesitaban imperiosa- de Rusia de un solo golpe. Para comba- de que eI Segundo Frente se formaia en
mente para luchar contra Rommel en tir este peligro era necesario distraer el
bajas de Francia instruyendo a los mi-les
de reclutas que gradualmente fueron Africa y para equipar el ejército estacio- grueso de los esfuerzos aliados con el fln «Los anglosajones". Roosevelt y Churchill
nado en territorio inglés, eran enviados de detener a los japoneses y proteger los en su reunión del Atlántico, agosto
apartándose de Ia vida civil y para los de
que parecfa haber una escasez perma- a Rusia, y Churchill mantuvo insistente- campos petrolÍferos persas. Por consi- 1941. A la izquierda, el general Marshall.
nente de armas y equipos. Luego, aI ser mente, con considerable paciencia y
traicionada Fl,usia en 1941 dignidad en sus respuestas a Stalin,

t
parte
por su propia codicia y poca -envisión aI
que eso era todo lo que podÍa hacerse
eliarse con Alemania- se rompió el
equilibrio de poderes: la diferencia era
muy ligera. Hitler seguÍa manteniendo
por el momento, "aunque ya he conve-
nido con el presidente Roosevelt que
uno de nuestros objetivos púncipales
*
§.
.}HI
cincuenta divisiones en el Noroeste de debe ser acudir en ayuda de la pobla- §rf .Y
Europa y Noruega. Pero a medida que ción conquistada, desembarcando ejér- á1

la operación «Barbarroja" progresaba, citos de liberación cuando llegue la


fue haciéndose evidente que el agotador oportunidad".
esfuerzo necesario para mantener el im- Naturalmente, la oportunidad Ilegó
pulso de las fuerzas invasgras exigirÍa con el ataque japonés a Pearl Harbour
tarde o temprano el refuerzo de tropas el 7 de diciembre. Inmediatamente, los
retiradas de Europa o Africa. Estados Unidos traspasaron el umbral
Stalin, con una gris petulancia impro- que separaba la neutralidad simpatizan-
pia del jefe de una gran nación, no vaci- te con la causa a-liada de una guerra in-
ló en extraer lo que consideraba como cansable. Dos semanas después, Chur-
una deducción obvia: que Inglaterra de- chill, R,oosevelt y George C. Marshall
bfa crear inmediatamente un segundo (presidente de los jefes del Estado Ma-
frente en Europa, obligando asf a los yor Conjunto norteamericano) §e reunie-
alemanes a retirar parte de las 150 divi- ron en Washington y acordaron ola di-
siones que tenfan en el frente oriental. rección estratégica de todas las fuerzas
Su correspondencia de aquella época de ambas naciones, la asignaciÓn de
con Churchill está llena de acusaciones, hombres y municiones, la coordinaciÓn

126
Badoglio, el sucesor de Mussolini.

bían cambiado Ias tornas en favor de Ios


aliados. Quizá tuviera entonces en cuen-
ta la frase de Clausewitz: "El que utiliza
Ia fuerza profusamente sin tener en
cuenta eI derramamiento de sangre que
va a ocasionar, obtendrá la superioridad
si su adversario emplea menos vigor en
su aplicación". Pero su adversario si-
guió inesperadamente en ese caso la
misma táctica... y empleó más vigor.
También empleaba más vigor una
estrategia más adecuada- el -ogeneral
Montgomery en Africa, enfrentado con
eI general von Arnim, que había sustitui-
do a Rommel en Túnez. Las operaciones
duraron hasta el 12 de mayo de 1943, en
que Arnim se rindió. nl,a campaña del
Norte de Africa habÍa llegado a su fln
Montgomery- y los restantes su-
-dijo
pervivientes del Eje se hallaban en cau-
tividad. HabÍa concluido con un gran
Acorralados. El gencral von Arnim se rin- me en genio militar, y es esto, no las desastre para los alemanes; fue captura-
de a los ingleses, Túnez, 1943. simples cifras, lo que siempre decide las do todo lo que quedaba de sus troPas,
victorias,. equipo y aprovisionamientos. Muy po-
Tampoco se paró a pensar en las ci- cos pudieron escapar gracias a la efecti-
la segunda mitad de 1942. Et comunica- fras al ordenar una nueva ofensiva en el vidad del bloqueo de la Royal Navy y la
do fue suavizado por Churchill en una sector de Stalingrado en octubre de Royal Air Force, que les cortó la retira-
nota que decÍa categóricamente: .Es 1942 y otra en eI Sur. Ambas fueron un da por mar y aire. Es ocioso espeeular
imposible determinar de antemano si Ia fracaso por el masivo contraataque lan- sobre las razones que movieron a las
situación permitirá esta operación zado por el mariscal Timoshenko el 19 fuerzas del Eje a tratar de resistir en el
cuando llegue el momento. Por consi- de noviembre de 1942. EI 31 de enero de Norte de Africa... Desde un punto de üs-
guiente, no podemos hacer promesas al 1943, von Paulus se vio obligado a ren- ta puramente milita¡, no existe justiñca-
respecto". Pero los rusos ya habÍan di- dirse. Fueron enviadas desde eI Caúcaso ción para sus actos, pero quizás estaban
fundido Ia noticia y durante muchos todas las tropas alemanas de refuerzo en juego consideraciones polÍticas supe-
meses su promesa resultó embarazosa disponibles. Pero también los rusos po- riores".
para los aliados y produjo indignación seÍan cierta habitidad estratégica, si no Las «consideraciones polÍticas" no
considerable en Inglaterra, donde esta- genio. HabÍan anticipado el movimiento eran otras que el compromiso de Hitler
ba muy arraigada la idea tle que debe alemán y los refuerzos fueron acorrala- con su compañero de Eje, que resultó
hacerse honor a las promesas, y no po- dos. Si la operación "Barbarroja" fue el ser una nulidad. Más decisiva aún fue su
nerles limitaciones. punto decisivo que inclinó a Hitler a Ia resistencia a admitir que una cosa que
Ilitler, en su gran arrogancia, parecÍa derrota, la contraofensiva de Timoshen- él habfa diúgido pudiera salir mal. Du-
estar convencido de que, mientras man- ko fue el punto de apoyo en que se basó rante toda la campaña sus generales in-
tuvieran la guerra naval, los aliados la retirada deflnitiva de los alemanes. A tentaron persuadirle una y otra vez para
nunca podrÍan organizar una invasión. partir de entonces hubo batallas, ofensi- que se rindiera cuando eso era Io acon-
En uno de sus delirios gritó al mariscal vas y contraofensivas, incluso indiferen- sejado debe suceder a veces en
de campo von Paulus, comandante del cia ante ataques desesperados, en algu- -como
la guerra- y asf obtener ventaia para el
Sexto Ejército alemáLn en Rusia, eue «ni nos de los cuales Hitler ganó terreno o futuro; con mayor frecuencia aún trata-
Inglaterra ni Estados Unidos por sepa- recuperó el que habÍa perdido. Pero es- ron de disuadirle de las tácticas milita-
rado o conjuntamente pueden superar- taba claro, incluso para é1, que se ha- res que califlcaban de demenciales: por

t28
La invasión de ltalia, Playa de Salerno,
septiembre de 1943.

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La invasión de Francia. Una masa de ma-


terial norteamericano en la playa. Nor-
mandía, junio de 1944.
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Arriba: Rundstedt, comandante en jele del TaI como estaban las cosas en 1943,
Oeste. Hitler minó su autoridad dando a pronto se encontrarÍa con la retirada de
Rommel el mando de las tropas en Fran- sus ejércitos en todos los frentes. La in-
cia, y a continuación, el 1 de julio de 1944
le sustituyó por Kluge. lzquierda: El gene- vasión de Sicilia empezó eI 10 de julio
ral Kluge. y eI 17 de agosto habÍa terminado.
Montgomery, cuyo Octavo Ejército, jun-
ejemplo, su pretendida intención de in- to con eI Séptimo Ejército norteameri-
vadir Francia inmediatamente después cano, protagonizó la operación, Ia llamó
del comienzo de la guerra de 1939. En
"el primer golpe en el blando bajo vien-
ese y otros casos se demostró que esta- tre del Eje en Europa». Fue un golpe bri-
ban equivocados, y por eso se ganaron Ilante, no sólo en eI sentido militar sino
los reproches de Hitler. §us dotes de también como medida polÍtica. Mussoli-
mando no parecfan enteramente mina- ni, reducido una y otra vez ala impoten-
das por su manÍa de poder, individual cia por no conseguir influir sobre Hitler,
hasta que vio a Rusia en su mano; y aún y a Ia ignominia por la pobre actuación
entonces pudo haberla conquistado, o de sus tropas, estaba fuera de sÍ ante
en cualquier caso haber conseguido, un este nuevo insulto a-l fascismo. Su yemo,
resultado muy diferente, si no hubiera eI conde Ciano, dice que empezó a dar
permitido que su rencoroso ataque a órdenes y contraórdenes «en una suce-
Yugoslavia retrasara eI comienzo de sión que sólo podÍa llevamos a la certe-
«Barbarroja" esas cinco fatÍdicas sema- za de su incapacidad para seguir diri-
nas. giendo el pais". EI 25 de julio dimitió y

135
fue inmediatamente arrestado por su dedos. Se sentó encorvado en un tabure-
sucesor, el mariscal Badoglio. Para en- te, mientras los mariscales de campo
Lonces los defensores alemanes de Ia isla permanecÍan de pie. Sus poderes hipnó-
habfan sido empujados hasta la costa ticos parecfan haber disminuido. Les
Norte por el Séptimo Ejército de los Es- dio la bienvenida cortés y frÍamente.
tados Unidos. Badoglio inició negocia- Luego, en voz alta, hablÓ amargamente
ciones secreta§ con los aliados el 3 de de su disgusto por el éxito del desem-
septiembre, cuando el Octavo Ejército barco aliado, del que trató de hacer res-
cruzaba eI estrecho de Messina para de- ponsables a los mariscales de campo. La
sembarcar en la puntera de Italia, flrmÓ reunión se prolongó hasta las cuatro. A
un armisticio y se convino mantenerlo mediodÍa Hitler comió un plato colma-
en secreto hasta que tuviera Iugar el de- do de arroz y verdura, desPués de que
sembarco aliado en Salerno' Pocos dfas alguien lo probara. Ante él había una hi-
después (el 8) se realizó éste y se radiÓ lera de pfldoras y vaso§ de lfqÚdo con
la noticia de Ia capitulaciÓn italiana' diversas medicinas, que fue tomando
Afortunadamente para Hitler, los alia- una a una. Dos hombres de las SS mon-
dos no reallzaron eI desembarco de Sa- taban guardia detrás de su silla,.
Iemo rápida ni efectivamente
-fallo Todo aquf es indicativo del carácter
éste por el que el comandante supremo, del hombre y de su estado de salud
Eisenhower, serfa objeto de considera- mental. La cruda transferencia de la res-
bles crÍticas. El fracaso permitió a Hitler ponsabilidad de sus hombros a los de
retrasar la acción en ltalia: la rendición los militares profesionales a los que
frnal de todas las tropas alemanas en el odiaba; la hipocondria; el temor propio
pafs no tuvo lugar hasta eI 29 de abril de todos los megalomanÍacos de que
de 1945. Pero el retraso no alteró el he- existen conspiraciones ocr¡ltas (era un
El escenario de Rastenberg antes del fracaso del atentado de Struffenberg. Arriba: Kei- cho de que, una vez que los aliados con- temor con fundamento, como veremos);
tel, Goering, Hitler y Bormann; detrás, Himmler. Abajo: el Duce se mueúra aparente- sigúeron tomar Sicilia, los ejércitos de y la obvia, aunque temporal, incapaci-
mente conmovido por la salvación de Hitler. Hitler estaban condenados, en parte dad implfcita para hacer frente a una si-
gracias a que esas y otras operaciones tuación grave.
anfibias coordinadas anteriores, la pri- La situación exigfa efectivamente
mera de las cuales fue el minúsculÓ co- bastante más que Ia atención de un en-
mando del 22 de junio de 1940, habÍan fermo al borde de la demencia.
proporcionado al Mando Combinado de
Operaciones una experiencia que se A las 0630 de Ia mañana del 6 de junio
acumularfa hasta la realización de la desembarcó en las playas de NormandÍa
mayor operaciÓn de ese tipo de todos la primera oleada de cinco divisiones in-
los tiemPos: "Overlord". vasoras inglesas y norteamericanas,
En Soissons, a sÓlo treinta kilÓmetros transportadas en 4.266 barcos y lanchas
al este de Compiégne, habÍa un compli- de desembarco. Habfan sido precedidas,
cado refugio de hormigón a Prueba de a las 2 de la madrugada, por más de tres
bombas que llitler se hizo construir mil planeadores y aviones que habfan
para su cuartel general con vistas a la descargado sus tropas aerotransporta-
-operación das; a las 0314 cor¡renzÓ un bombardeo
*León Marino" en 1940' A las
rrueue et Punto de la mañana del 1? de aéreo a cargo de 2.219 aviones y otro na-
junio de 1944 llegó aIU para celebrar una val a las 0550. Un total de 702 buques de
rer¡nión con sus generales. Estaban pre-
guerra y 25 flotillas de dragaminas cu-
sentes Fiommel y Rundstedt y la escena brfan los desembarcos; y en el aire un to-
fue recogida por eI general Hans Spei- tal de 171 escuadrillas habÍan preparado
del: el camino antes del Dfa-D, atacando fe-
jugaba nerviosa- rtocarriles, puentes y aeródromos. Esta
"Pálido y silencioso, inmensa fuerua estaba baio el mando su-
mente con su§ gafas y con una colección
premo del general Dwight Eisenhower.
de tápices de colores que tenia entre los

137
En efectivos, el enemigo era mucho
más poderoso: cincuenta divisiones de
infanterÍa y diez Panzer. Pero, natural-
mente, cubrÍa una zona inmensa: Nor-
mandÍa, Bretaña, el Paso de Calais,
Flandes, Holanda, eI Golfo de Vizcaya y
la Riviera. En NormandÍa habÍa nueve
divisiones de infanterÍa y una Panzer' A
cargo de esta fuerza defensiva y diri-
giéndola es que puede decirse que
-si de Hitler dirigÍan algo-
los generales
estaba el mariscal de campo von Runds-
bedt, comandante en jefe del Oeste. Pero
al oÍr de éI su opinión de que debÍa eva-
cuarse Francia y retirar la guarnición a
Ia frontera alemana con vistas a Ia inva-
sión aliada que evidentemente se estaba
planeando, HiUer Ie habÍa humillado
dando el mando ostensible de todas las
tropas en Francia aI mariscal de campo
R,ommel. "De este modo eI gene-
-dice
ral Speidel- enfrentó maliciosamente a
los dos mariscales de campo, sabiendo
que tenÍan puntos de vista divergentes
incluso en el método Para defender
Francia. AsÍ tendrÍan que recurrir a éI
para encontrar la solución, quedando
subrayada su dePendencia..
Il,undstedt, aI verse obligado a acep-
tar la decisión de no retirarse a la fron-
tera alemana, sostenÍa que el mejor mé-
r;l:r:id:l::s todo para defender Francia era mante-
ner el cuerpo principal del ejército aleja-
do de la costa, deiar desembarcar a las
fuerzas aliadas y luego atacar desde de-
trás a Ias defensas costeras con tal po-
§
tencia que el enemigo fuera rechazado
hasta el mar. Rommel era partidario de
destruir al enemigo al desembarcar. Na-
eijii!,i il:
"\
§ turalmente, para ello exigfa una§ guar-
§*iq*§qe § niciortes de playa muy fuertes, apoyadas
§ por reservas sólidamente estacionadas a
pocos kilómetros de Ia costa.
La solución que dio Hitler -y que re-
sultó fatal- suponÍa un compromiso.
Ial como estaban las cosas, no era irra-

Arriba: Destrucción de la bolsa de Falaise.


lzquierda: El contraataque de las Ardenas.
Los alemanes avanzan ante los vehículos
abandonados por los norteamericanos.
Dic¡embre de 1944.

139
r f)¿t I r)t{í
zonable. DebÍa mantenerse a la infante_
sus dotes de mando, casi por última vez gantesco bulo"- tuviera lugar entre Nuremberg, escenario de los triunfos de
rÍa muy adelantada y a las fuerzas me- H¡tler, cae en manos de los norteamerica-
canizadas en la retaguardia. Los com_ -la úItima serÍa en las Ardenas, el si- Caen y Cherburgo, «porQU€ necesita- nos. Abril de 1945.
guiente inviemo-, calculando correcta_ rán un puerto grande Y ¿qué otro haY
promisos raras veces son satisfactorios
mente el punto en que tendrÍa Iugar la alli?» Por consiguiente, Rommel tensó
en momentos desesperados; y esta oca- invasión. Il,undstedt suponla que la flo_ sus defensa§ en la zona de NormandÍa. bÍa situado en Caen. Habiendo acepta-
sión no fue una excepción a la regla. El ta desembarcarÍa en la parte más estre_ reatidad no tenía otra alternati-
De poco sirve, sitl embargo, tener ra- do
hecho de que llifler dirigiera teórica_ cha del Canal de la Mancha, entre Ca- zón en una apreciación psicológica si va--en
el punto de üsta de Hitler sobre el
mente toda la empresa desde su nido de lais y Dieppe, por ser aquello lo que dic- lugar del desembarco pidió otra divisiÓn
águilas de Wolfeschanz no ayudó a na_ uno se equlvoca totalmente al dar los
tarÍa la estrategia dogmática; pero Hit- pasos necesarios para 4iustarse a ella' Panzer para situarlecerca de St LÓ; don-
die. Su manÍaca orden de que no se lan_ ler, según el general Warlimoni, que es_ de, efectivamente, habrÍa sido muy va-
zara ninguna reserva a la batalla sin su Tirar de los hilos desde un remoto cubil
taba en su Estado Mayor, no creÍa que en Berchtesgaden y luego restringi¡ el liosa para enfrentarse a los norteameri-
aprobación personal fue una rÉmora de Eisenhower canos. Se le negÓ. Tras adoptar una so-
no era un general or_ poder ejecutivo de los generales es ten-
consecuencias desastrosas. -que
todoxo en absoluto- hicierá ninguna lución intermedia sobre el método de
Sin embargo, es uno de sus raros des_ tar el desastre.
concesión a la ortodoxia. 'Era mucho La primera de las desgracias ocurrió defensa, estaba decidido a mantener los
tellos de perretración psicológica en los más probable, pensaba que el desem_ carros en la retaguardia, y los más cer-
últimos tiempos, demostró una vez más antes del Dfa D. Rommel sólo tenfa una
barco es que no se trata de un gi_ división Panzer en NormandÍa y la ha- canos de que se disponÍan se hallaban
-si
142 143
varios kilómetros al noroeste de parfs.
Tanto le molestaba esto que decidió ha-
cer un viaje hasta eI cuartel general de
Hitler para tratar de persuadirle. Como
éste habfa prohibido a sus comandantes
viajar por aire debido a las actividades
de la RAF, Rommel salió por canetera
el 5 de junio. El informe meteorológico
le habÍa asegurado que los vientos altos
y el mar agitado hacfan extremadamen-
te improbable cualquier clase de inva-
sión. (de hecho, Eisenhower habÍa apla-
zado el DÍa D del 5 aI 6 de junio por la
misma razón). AsÍ, se dirigió primero a

M : .:rt,i.]Lti.:r:i..
. !:i.):l,S
su casa cerca de Ulm para felicitar a su
,:,,r'..?,r:, esposa en su cumpleaños y pasó la no-
che con ella. Cuando el 6 por la mañana
salió para Berchtesgaden, la invasión ya
' !i
habfa comenzado.
Desde el cuartel general de Rundstedt
se telefoneó a Hitler a ias cuatro de la
madrugada, en cuanto el aterriz4je de
las fuerzas aerotransportadas hizo vir-
tualmente seguro que la invasión iba a
comenzar. La respuesta fue sórdida. HiL
ler estaba aún en la cama y Jodl no se
atrevfa a despertarle. Se negó categóri-
camente a enviar el cuerpo Panzer de
reserya. Estaba seguro de que los acon-
tecimientos de Normandfa no eran más
que nna añagaza y que pronto se produ-
"&*- cirfa un desembarco a gran escala al
,." "qüñ*.ek *_
este del Sena: "Allf el cuerpo Panzer de
n -¡L\.
+\*
reserya servirá para el fin apropiado que
el Führer ha decidido,.
Entre tanto, mientras se formulaba y
rehusaba ruego tras ruego, Ios nortea-
mericanos habÍan puesto pie en dos pla-
yas y los ingleses en una. En algunos lu-
gares se adentraron ocho kilómetros en
el interior. En adelante la invasión casi
nunca fue detenida.
Por consiguiente, no es de extrñar que
en Ia mañana del 17 de junio HiUer ha-
blara amargamente de
"su disgusto por
el éxito de los aliados". Por entonces ha-
bÍan tomado contacto todas las cabezas
de playa, que formaban un ftente conti-
nuo. Se habÍan desembarcado 400.000

Bombarderos soviéticos sobre Berlín.


Abril de't945.

1iR
Nunca realizó esa visita. AI anochecer
del dÍa 1?, una vez terminada Ia "confe-
k?-H rencia" con los generales y cuando se di-
rigÍan en coche a Compiégne, donde
probablemente pensaba hacer alguna
genuflexión simbólica a extraer algún
tipo de inspiración, a una Vl dirigida
contra Londres se Ie paró el motor y
cayó sobre el refugio de Soissons. No
hubo heridos, pero HiUer se sintió tan
alarmado por el peligro corrido que giró
sobre sus talones y volvió a Berchtesga-
den a toda velocidad. Era un eco de su
rápida desaparición de la escena en el
putsch del 9 de noviembre de 1923.
El 20 de junio los rusos lanzaron una
nueva y violenta ofensiva. Acabaron con
la resistencia alemana que hallaron en
su camino y en dos semanas cruzaron la
frontera oriental de Polonia y Ia propia
Prusia Oriental quedó en peligro. No ha-
bia nada que hacer excepto retirar re-
fuerzos del Frente Occidental, que de
poco servÍan para detener la invasión.
Tampoco fue una solución eliminar a
Rundstedt que hizo IIiUer eI 1 de
:"§t-r'* -cosa expresado nopiniones
julio por haber
" cqrl
:': '** derrotistas"- y sustituirle por eI maris-
cal de campo von l(luge.
.*-*. En realidad, ya nada podÍa alterar el
curso de Ia derrota, excepto un milagro.
#
Los generales de Hitler creÍan tan poco
,,§r* -
en los milagros como en la aptitud del
Un Führer de aspecto desaliñado pasa re- Ciego ante Ia desesperada situación, ba volante vl, «que es seguro que ten- Führer para conducir a Alemania a otro
vista a algunos miembros de las Juventu- que Rundstedt y Rommel trataban de drá un efecto decisivo en Ia guerra si, punto que a la destrucción total. Aun-
des Hitlerianas en el iardín de la Cancille- revelarle, Hitler no hacÍa más que decir: como pretendo, se dirige exclusivamen- que habÍa inspirado un violento odio
ría del Reich. Una de las últimas foiogra- personal a muchos de los mandos mili-
fías de H¡tler, tomada a finales de marzo «¡No debe haber retirada! ¡Deben per- te sobre Londres para que Ios ingleses
de 1945. manecer donde están!" Rundstedt aña- piensen en la paz". Dice Speidel que los tares, mostrándoles un absoluto despre-
de: "Ni siquiera accedió a concedemos dos mariscales de campo sugirieron en- cio, para hacerles justicia hemos de de-
hombres, 60.000 vehÍculos y 100.000 to- más libertad que antes para mover tonces irónicamente que tendrÍan más cir que la conspiración para darle muer-
neladas de aprovisionamientos. Se ha- nuestras fuerzas como consideráramos sentido dirigirla contra las playas que te se basaba, más que en eI odio, en el
bÍan remolcado a través del Canal y le- más conveniente. Como no estaba dis- seguÍan atestándose de fuerzas aliadas y deseo de acabar Ia guerra honrosamente
vantado los puertos prefabricados lla- puesto a modiflcar sus órdenes, las tro- de sus suministros. Ni que decir tiene para Alemania.
mados "Mulberries", tendiéndose ade- pas tuvieron que continuar aferradas a que la crÍtica impIcita sóIo sirvió para Eran muchos los implicados en la
más eI PLUTO (Pipe Line Under The una lÍnea que se agrietaba. Ya no exis- provocar un acceso de cóIera del Fü- conspiración; pero fue el teniente coro-
Ocean, u Oleoducto Bajo el Océano) tfa ningún plan. Simplemente, tratába- hrer. Lo único que Ie calmó fue la suge- nel conde Klaus Schenk von Stauffen-
para asegurar un continuo suministro mos sin esperanzas, de cumplir la orden rencia de Rommel de que visitara el berg quien colocó Ia bomba bajo ta
de petróleo. El dominio del aire era ab- de Ilitler de mantener la lÍnea Caen- campo de batalla de NormandÍa e insta- mesa del cuartel general de Führer el 20
soluto. "Con buen tiempo Eisen- Avranches a toda costa». ra personalmente a las tropas a morir en de julio de 1944. Desgraciadamente la
hower- durante el dÍa se -dice
impedÍan to- La única compensación que ofreció a sus puestos anües de retirarse. Accedió bomba sólo causó heridas superficiales
dos los movimientos del enemigo". los generales fue la nueva arma, la bom- a hacerlo dos dfas, después, el 19. a Hitler y le movió a decir a Mussolini,

146 L47
uon quien se entrevistó aproximada-
mente una hora después, que la divina
providencia habÍa entrado en acción
nuevamente, salvándole la vida para
que é1, a su vez, pudiera salvar a Ia na-
ción alemana. Lo que sÍ se produjo fue
una parálisis de miedo que atenazó al
Alto Mando durante las semanas y me-
ses siguientes, Pues la Gestapo investi-
gó sin piedad a todo eI que habia tenido,
o podÍa tener, el más ligero contacto con
la conspiración. Entre ellos estaba Klu-
ge, cuyo nombre se mencionaba en cier-
tos documentos. r§
.Todo esto LiddeU Hart en The
-dice
other side oJ the hill- tuvo un pésimo
efecto sobre cualquier oportunidad que
les quedara de evitar que los aliados &
rompieran fel frente de Avranches-
Caenl. En los dÍas de la crisis Kluge no
prestó toda su atención a lo que sucedía
en primera lÍnea. Más bien estaba aten-
to a lo que ocurrfa en el cuartel general
de Hitler. Pocos dÍas después, todo lo
que quedaba de los ejércitos defensivos
alemanes en el Frente Occidental quedó
atrapado en la obolsa de Falaise,. Klu-
ge fue destituido y se suicidó con una
tableta de veneno. Pero no fue la humi-
llación de ser relevado del mando lo que
le llevó a Ia autodestrucciÓn. HabÍa su-
puesto toda justificación- que se-
-con por la Gestapo en el plazo
rÍa detenido
de pocas horas. potencia continental o insular, aunque bfan reunido unas pocas y débiles divi- Los rusos victoriosos desfilan en las des-
El 29 de ir¡lio el Tercer Ejército norte- esté fuertemente defendida, es segu¡a. siones y algunos paracaidistas extraor- trozadas calles de Berlín.
americano del general Patton cruzÓ el Se- Demostró que, si HiUer hubiera asigna- dinariamente activos y valientes que in-
na. Eisenhower informó que no habÍa ya do tan sólo una porción de los recursos fligieron conslderables daños a pesar de completo, como se verÍa en las memo-
ninguna barrera efectiva entre él y Bre- a su disposición para resolver el proble- su escaso número. Este limitado retraso rias de la posguerra de los generales im-
taña, pues eI enemigo se hallaba en un ma del Canal de la Mancha entre los dio lugar a otro mayor, durante el cual plicados; y es difici.I decir qué otra cosa
estado de completa desorganización. La años 1933 y 1939, habria ganado.la gue- se formó una resistencia bastante tenaz podÍa haber hecho Eisenhower dadas
invasión, como tal, habÍa terminado' Se- rra>>. a lo largo del frente del Rhin. Fue un las circunstancias. Se habÍa convertido
gún el general de división J.F.C. Fuller, PodÍa estar asegurada la victoria fl- caso de divergencias de estrategia entre en lo que Liddell Hart llamó
ola victoria final estaba asegurada, inde- nal. Pero aún quedaba mucho tiemPo Montgomery y los generales Bradley y "la cuerda
en un forcejeo entre susjefes supremos».
pendientemente de lo que ocurriera en para segúr cometiendo errores. Y la Patton por el lado norteamericano. Na- Sin embargo, por mucho que pueda o
cualquier otro frente. Y sin embargo era mayorÍa hay que imputarlos aI bando turalmente, Elsenhower no deseaba no atribúrse a móviles de antagonismo
más que una victoria: era una revolu- aliado. El avance hacia Alemania resul- aprobar a las claras a ninguno de ellos. personal, la causa más profunda de la
ción que resquebrajó los antiguos ci- tó diflcultado por curiosos fallos de or- Nuevamente, y con resultados tan des: incapacidad de los aliados para comple-
mientos de Ia seguridad marÍtima. De- ganización, entre ellos la escasez de ga-' favorables como los que cosechó Hitler, tar su victoria fue una especie de tedio,
mostró concluyentemente que, con los soüna. En el intervalo, explicado con el se recunló a una fórmula de compromi- una actitud injustiñcablemente optimis-
necesarios recursos industriales y técni- eufemismo de "reparaciÓn, reaprovisio- so. Se trataba de un conflicto de perso- ta de: "Bien; hemos ganado la guerra;
cos, ninguna costa, ya pertenezca a una namiento y descanso", los alemanes ha- nalidades que nunca se resolvió por vamos a descansar". ParecÍa inflltrarse

t¿o
en la tropa de arriba a abajo; y su in- la noticia del contraataque a su cuartel
fluencia llegó hasta Hitler, que supo general de Versalles, a úItima hora de la
captarla en uno de sus destellos intui- tarde del dÍa 16, "quedó inmediatamen-
tivos de penetración psicológica. Fue el te convencido de que no se trataba de
úItimo; pero en su mente moribunda un ataque local" V alertó sin demora a
inspiró el contraataque más audaz de Ias dos divisiones que mantenÍan en re-
todos. serva en su cuartel. Pero entraron en es-
En la mañana del 16 de diciembre, un cena demasiado tarde. De este modo se
dÍa después de que Montgomery hubie- retrasó la caÍda flnal det Reich poco me-
ra enviado a Eisenhower un cheque por nos de cinco meses, y a un alto coste
valor de cinco libras para pagar Ia para los aliados, especialmente para los
apuesta de que la guerra terminarÍa en norteamericanos, que llevaron el peso
Navidades, los alemanes lanzaron una del contraataque.
enorme ofensiva si se tienen La campaña de las Ardenas no duró
-enorme desespera-
en cuenta las circunstancias cinco meses ni mucho menos. El dÍa de
das de Hitler- en la bella, montañosa y Navidad, el Tercer Ejército de patton
frondosa región de las Ardenas. Por allÍ habÍa eliminado la cuña del Sexto Ejér-
precisamente habfan penetrado en cito Acorazado y Hitler recurrió una vez
Francia en la primavera de 1940 y es más a sus fantasÍas. .La situación ha
casi increfble que-los aliados, cuando mejorado enormemente a Run'ds-
todo en la historia de Ia Segunda Gue- -dijo de nue-
tedt (que por entonces ocupaba
rra Mundial indicaba Io contrario, deja- vo su puesto)-. El enemigo ha tenido
ran absurdamente abierta esa puerta que abandonar todos sus planes de ata-
,§P una vez más, y por la misma razón que que. Se ha visto obligado a reagrupar
Francla la dejó anteriormente: porque sus fuerzas. Ha tenido que volver a en-
w se condieraba un pals inapropiado para viar unidades que están cansadas. y en
ry el movimiento de carros. su paÍs se le critica por tener que admi-
Pronto volvió a demostrarse que no tir que no exista ninguna posibilidad de
era inapropiaqo. Hitler había reunido que la guerra se decida antes del próxi-
un nuevo Sexto Ejército Acorazado. mo agosto y quizás tlasta el fin del año
Contra éI, desplegadas en eI frente de que viene».
las Ardenas, no habfa más que cuatro Verdaderamente fantástico. El 1 de
divisiones, cuyas lfneas fueron rotas rá- enero las fuerzas de Rundstedt se ba-
pidamente por sleie divisiones blinda- tÍan en completa retirada y al ñnal del
das y otras trece del Sexto Ejército Aco- mes eI total de pérdidas alemanas su-
razado alemán. Entre los aliados se pro- maba unas ?0.000 bajas, más 50.000 pri-
dujo además un auténtico caos ante la sioneros, 600 carros, casi 2.000 aviones e
presencia de comandos alemanes que, incontables vehÍculos. La intuición del
disfrazados con unlforme norteamerica- Führer habÍa producido un plan brillan-
no y montados en Jeep§ capturados cor- te; pero, al igual que siempre, habia lle-
taban comunlcaciones, torcian las seña- vado su poder personal hasta extremos
les de carretera, ponfan avisos indican- de control imposibles, sobrestimando su
do campos de mlnas inexistentes y en potencia militar. Aunque los aliados ne-
general adaptaban a Ia flnalidad de la cesitaron mucho más tiempo de lo debi-
confusión la técnlca del caballo de Tro- do para recobrarse de Ia impresión cau-
ya. sada por la ofensiva de las Ardenas, se-
gfa siendo cierto que la victoria ünat
Eisenhower dlce que, cuando le llegó quedó asegurada cuando el ejército de
Patton cruzó el Sena, finalizando la ope-
Un paseo con Baldur von Schirach en el ración "Overlord".
Obersalzberg, 1 943. El colapso del Sexto Ejército Acoraza-

1ñ1
da, su objetivo polÍtico era ahora el caos caba a los judÍos, los traidores, los capi-
y, gracias aI principio de rendición in- talistas incluso a Himmler y a Goe-
condicional, estaba en condiciones de
-esegún
ring, que, é1, le habÍan traiciona-
conseguirlo". La lucha por la domina- do por los aliados y llenado de vergüenza
ción entre las potencias orientales y oc- a la nación alemana-. Denunciaba a to-
cidentales es otra cuestión; pero en dos los que habfan acusado de objetivos
cuanto a su iniciación, puede decirse bélicos o belicosos, y añadÍa, en lo que
que Hitler logró su objetivo, cosa que probablemente consideraba como un
sin duda le hubiera alegrado. digna despedida a un mundo profunda-
mente preocupado:
La guerra, como ejercicio militar, con-
tinuó con altibajos predecibles. Colonia "No puedo abandonar Ia ciudad que
fue tomada el 7 de marzo, Frankfurt el es la capital de este Estado. Como nues-
29, Nuremberg tanta doctrina tras fuerzas no son suflcientes para se-
-dondey y tantos millo-
nazi se habfa recitado gúr resistiendo al ataque del enemigo
nes de personas habfan quedado subyu- en este lugar, y nuestra propia resisten-
gadas por la "personalidad hipnótica' cia será gradualmente debilitada por un
de Hitler-, eI 20 de at¡ril. EI 29 todas las ejército de ciegos autómatas, deseo
tropas alemanas en Italia depusieron compartir el destino que millones de
sus armas. Casi en el mismo momento personas han aceptado, y permanecer
Hitler firmaba su última voluntad en la aquÍ. No eaeré en manos de un enemigo
CancillerÍa de Berlfn, mientras eI Ejérci- que necesite un nuevo espectáculo, ex-
to Rojo rodeada Ia ciudad. Era un docu- hibido por Ios judÍos, para divertir a las
mento ciegamente furioso en el que ata- masas histéris¿s". (La vÍspera, Mussoli-

Arriba: Este retrato de 1934 muestra el ca- ''§{P:rr;!:]§

riño de H¡tler hac¡a los perros y la vulgari-


dad burguesa de su güsto. Derecha: Po-
sando con unos mineros de carbón en Ios
años treinta.

do causó un beneficio inmediato a los


rusos, pues en el Frente Oriental no se
podfa hacer nada para contener su
avance. Como dice el general de división
Fuller, «en cualquier guerra racional de-
biera haberse puesto fln a las hostilida-
des inmediatamente [después de la
ofensiva de las Ardenas]. Pero, a causa
del principio de rendición incondicional,
la guerra distaba mucho de ser racional.
Amordazados por este estúpido slogan,
los aliádos occidentales no podÍan ofre-
cer condiciones, por muy severas que
fueran. DeI mismo modo, sus enemigos
no podfan pedir ninguna, por humilde-
mente que Io hiciesen. AsÍ ocurrió que,
como Sansón, HiUer tuvo que derribar
el ediñcio de Ia Europa central sobre sf
mismo, su pueblo y sus enemigos. Como
la guerra estaba irremisiblemente perdi-
!l

t52 I
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,;.t:nc,rá,a :.1. .i*8*-{-i.$!qljd'@

c %.*di
¡i ...,::'!#
:g;l{§§i.

* Los encuentros públrcos de Hitler con los


niños eran preparados y publicados con
trozada de Hitler uno
-dijoIa pira de
dias que presenciaron
los guar-
funeraria-
gran habilidad. era en extremo repulsivo".
Fue un fln apropiadamente wagnea-
'q.::¡A
ni habÍa sido (:ll)l,trraclo y ejecutado por riano para quien se creÍa el salvador de
los partisanr¡s il,lrlilttr«rs cuanclo trataba la raza alemana; y sin duda, de haber
de escapar ¿r Sttizrr, .y su cuerpo, exhibi- sido posible, la cremación se habúa ee-
do para el es<ltrttio público). «Por consi- lebrado bajo los sones de In entrada de
guiente, he rlt'r:irli«lo permanecer en Ber- los dioses en el Valhallo. Pero no se oÍa
lÍn y aquf ho ck'¡iirto voluntariamente la nada más que el sonido de las bombas
muerte en el nl()lrr('t)to que que creo que rusas. EI GetsemanÍ de Adolf HiUer
ya no puerk' rk'li'rrtlerse la resistencia «noble lobo" y «protector de
del Ftihrer".
-Führer,
los gentiles" entre las fuerzas
Unas horas irrrl,r's rie habÍa casado eon
-ardÍasobre el mundo y
que habia desatado
Eva Braun, ('n llttil extraña ceremonia sobre sÍ mismo.
que tuvo lttg:tr t'tt cl refugio subterráneo
de la Cancllk'rl:t. Al dfa siguiente, 30 de
abril, a las :1t:10 r lo l:t t,arde, HiUer tomó un
revóIver v st rlis¡ltró un tiro en la boca.
Inmedlat,rultcttl,r' iutt,es o después del dis-
paro suiclrlir, l,lv:r llr¿run ingiriÓ un vene-
no. El cucrpo rL' IIiLler fue envuelto en
una mant,rr ¡xrt lk'irtz Linge, su ayuda de
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