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Acerca del alma

Caracterización y doctrina de la naturaleza del alma en el libro III capítulos 4 y 5.

Aspectos generales del tratado


Por medio de una caracterización básica del tratado aristotélico sobre el alma podemos establecer ciertos aspectos
generales que nos permitirán orientarnos en el abordaje de los capítulos 4 y 5 del libro tercero que ocuparán nuestra
atención.
Precisamente, en la presente exposición se procederá de esta manera.

En primer lugar tenemos que resaltar la intención del filósofo al redactar su opúsculo y cómo abordará el problema.
La atención la deja en claro al inicio:

Resulta, sin duda, necesario establecer en primer lugar a qué género pertenece y qué es el alma —
quiero decir, si se trata de una realidad individual, de una entidad o si, al contrario, es cualidad,
cantidad o cualquier otra de las categorías que hemos distinguido— y, en segundo lugar, si se
encuentra entre los seres en potencia o más bien constituye una cierta entelequia. La diferencia no
es, desde luego, desdeñable.

De esta manera comprobamos que se pretende desdeñar “el género al que pertenece y qué es el alma”.
Es decir Aristóteles parte suponiendo que el alma existe y no se interroga en consecuencia sino que pasa
directamente a tratar su naturaleza y sus propiedades. (Pasa a la pregunta de qué es? Pero en el libro
dos tendrán que cambiar ¿Por qué un cuerpo tienes tales funciones? Posteriormente se preguntara
como piensa?
En consecuencia podríamos afirmar que el tratado aborda al viviente, a los seres naturales, debido a
que para la adecuada definición de alma emprenderá una investigación a partir de las actividades
vitales. (Aquí vimos el qué trata y cómo lo trata)

En segundo lugar tenemos que decir que no se esboza una sola definición de alma sino que afirma que
es esencia, forma específica (éidos) y entidad (ousía):
- “Entelequia primera de un cuerpo natural organizado”; “El alma es la entidad definitoria (ousía), esto
es la esencia de tal tipo de cuerpo”
- “el alma es necesariamente entidad en cuanto forma específica (éidos) de un cuerpo natural que en
potencia tiene vida”.

En tercer lugar es conveniente detallar el plan que sigue la obra, es decir, los temas abordados en cada
libro y la cohesión entre éstos:

 Libro primero: el carácter metodológico y exposición de las teorías existentes.


 Libro segundo: Aborda el problema de qué es el alma. La define, estudia a grandes rasgos las
potencias y facultades para luego estudiar cada facultad en cada tipo de alma. Posteriormente
tratará sobre los sentidos.
 Libro tercero: Retoma la cuestión sobre los sentidos, avanza sobre los sentidos internos para
luego emprender el estudio del intelecto, entre otras consideraciones.

En cuarto lugar podemos presentar en líneas generales la doctrina aristotélica sobre el alma, a saber:

 Viviente es substancia compuesta: materia y forma  alma es forma del viviente  el viviente es capaz de
funciones especificas: nutrición a conocimiento.
En este tratado, el viviente aparece caracterizado como una sustancia compuesta de materia y forma. El alma se define
como forma del viviente, forma en virtud de la cual éste es capaz de realizar el conjunto de funciones vitales
específicas, estas funciones se extienden desde la nutrición hasta el conocimiento intelectual (II 1, 413ª 21-25).
Aristóteles no separa la biología de la psicología: tanto la nutrición como el conocimiento son funciones vitales del alma.
No obstante existe una gradación de acuerdo a la cual las funciones anímicas superiores supones las inferiores. De esta
manera, todo viviente que posee sensación también posee actividad vegetativa pero no ocurre lo inverso (II 3, 414b 19-
32).

 Caracterización de la facultad cognoscitiva. Similitud con el conocimiento sensible

Lo que caracteriza a las facultades cognoscitivas es su capacidad para captar las formas de los objetos sin la materia.
Aquí utiliza el célebre ejemplo del sello que se imprime en la cera, se imprime la forma sin que quede incrustada la
materia del sello. (II, 12. 424ª 17-24)
Aristóteles propone una similitud entre la nutrición y el conocimiento: mientras que en la nutrición el viviente asimila la
materia de la sustancia nutritiva en el conocimiento asimila solamente la forma de lo conocido por ello la raíz del
conocimiento radica en la inmaterialidad.
Por otra parte, así como las cualidades sensibles se hallan potencialmente en los objetos hasta que éstos sean
conocidos, también la facultad cognoscitiva se encuentra en potencia hasta que conozca. Con el acto de conocimiento se
actualizan ambos. (III 2, 425b25 Ss.)
El esquema anterior es válido tanto para el conocimiento sensible como para el conocimiento intelectual. Como queda
claro en el libro III capítulo 4 (429ª 12-18):

“ahora bien si el inteligir constituye una operación semejante a la sensación, consistirá en


padecer cierto influjo bajo la acción de lo inteligible o bien en otro proceso similar. Por
consiguiente el intelecto – siendo impasible – ha de ser capaz de recibir la forma pero sin ser ella
misma y será respecto de lo inteligible algo análogo a lo que es la facultad sensitiva respecto de
lo sensible”.

 Distinción entre intelecto activo e intelecto pasivo, en consonancia con la distinción que se da en todo proceso:
entre el agente y el sujeto o materia del proceso.

El intelecto activo: en acto, piensa ininterrumpidamente, es incorruptible y se comunica de alguna manera con
el intelecto pasivo.
Esta comunicación la resuelve, o mejor dicho se aproxima a ella, con un ejemplo al modo platónico: al igual que
la luz hace que los colores se actualicen, el intelecto activo ilumina actualizando las formas inteligibles.

Puedo hablar tranquilamente de forma en materia pero al hablar de intelecto la teoría hecha agua debido a que la
formula anterior no cierra. El tema ya ha discutido en el libro 1, cap 4. ¿Resuelve si es separado? Está en el género de la
substancia, entonces?
Según santo tomas el alma tiene un raro estatuto ontológico, no hay genero. Unidad por sucesión se denomina al alma,
son como rangos (lo superior supone lo inferior)

El hombre que tiene capacidades sensitivas, piensa. Sin no las tiene entonces no piensa. Miremos el problema que tiene
Aristóteles para incluir al intelecto como parte del alma.

La naturaleza del alma en los capítulos 4 y 5 del libro III.


Al iniciar el capítulo 4 se pone de manifiesto que, a partir de este momento, el filósofo emprende su exposición sobre la
parte del alma que conoce y piensa con la intención de caracterizarla y establecer cómo se lleva a cabo la actividad de
inteligir. (Es una parte del alma, aquí vemos un claro problema ¿como el alma tiene parte?  se admite que tiene parte
el alma si es separable o no es separable, esto lo admite. Esto estaba planteado en DA 2,3. Esta frase puesta sin todo lo
que vino antes es inaceptable. La hipótesis tienen algunos presupuestos que el texto está admitiendo. Hacer todas las
matizaciones: parte que conoce y piensa (nosco, phroneo (intelige))  parece que no está hablando de lo mismo parece
que no le ha puesto nombre sin embargo si le dio funciones. Todo esto le permite realizar una primera caracterización
del alma “conoce y piensa”.
El criterio es la magnitud o la cantidad hace referencia a si tiene una existencia identificable o no como la de una cuerpo
o si es solo una existencia que yo diferencia en el orden lógico, lo que existe diferenciado con el cuerpo también existe
en el orden lógico diferenciado. Separado, cuando estoy diciendo separado que estoy diciendo. Se está tocando un
problema ontológico, de entrada hay un problema ontológico y no gnoseológico… ¿es de existencia separada o no?
Distinta a los demás seres o lo puede solo distinguir en el orden lógico. En los años 80 se planteo una larga discusión
sobre la noción de separación en platón y Aristóteles. Aristóteles echa sus raíces de la concepción de Platón de
separación y luego dará lugar a una propia concepción.
Criterios para establecer la separabilidad:
- Cuantitativamente separable o no.
- Ontológicamente separable o no.

¿Cómo se produce un devenir (como se genera) del pensar?


Estamos frente a un problema en torno al proceso estamos frente a un movimiento o una substancia.
A partir de aquí lo compara con la sensación (aizesis = percibido)

Actividades que son tratadas como movimiento, este es un problema que tendrá cuando trate la percepción.
Entonces ¿Qué cambio hay cuando pienso?
Sentir será una especie de alteración eso es percibir pero la pregunta es que se altera en la realidad cuando pensamos.
Si sentir es como un padecer entonces ¿el inteligir que padece? Aquí tenemos que ver si es como un percibir o si es una
padecer una acción de alguien (hay un agente)
Parece que no está claro que el sentir sea igual que el inteligir ver de anima 2, 5 para ver cómo hay que entender la
percepción. Aquí discute la tensión sentir percibir bajo dos perspectivas posibles.
Luego dice si se trata de eso o de otra cosa distinta de estos… (Mientras la traducción dice si se trata de otros procesos)
¿Será un proceso o no será un proceso? Si entiendo que pensar es un cambio será un devenir en algo distinto a lo que
era antes se me produce una alteración.
Vamos a ver que descubre que hay un tipo de cambio que no es cambio, una alteración que no es alteración que no
deviene en alteración. Todo cambio tiene un matiz de corrupción. Todo cambio es corruptivo. Pero tomas dirá cambio
perfectivo y no corruptivo. Aristóteles se acerca a esta noción pero tomas lo define en física 7.

Retomando nociones ya expuestas en el apartado precedente notamos que la exposición parte de postular una posible
semejanza entre la sensación y la operación de inteligir. De ser así, se afirma, el intelecto es capaz de recibir la forma
pero sin ser la forma, en otras palabras ha de ser en potencia la forma pero sin ser ella misma.

Si a esto sumamos la necesaria condición de que para inteligir todas las cosas el intelecto no debe exhibir forma alguna
pues sería un obstáculo para la captación de otras formas, parecería que el intelecto es una mera capacidad o potencia.
En consecuencia tenemos la primera característica a señalar sobre el intelecto: sería potencia o capacidad. (Un primer
problema que detectamos es si el alma es separado, habla de parte del alma con la que intelige)

Pero aquí vemos que hay un problema en torno a la concepción semejante con la sensación. Puesto que como puede
ser que algo reciba otra cosa sin asimilarlo sin convertirse en ello.

Lo anterior es muy importante de señalar porque tiene influencia en el desarrollo posterior del capítulo. En efecto dice:
sería igualmente ilógico que estuviera mezclado con el cuerpo (pues tendría un órgano como la facultad sensitiva y en
consecuencia una forma)… el alma es lugar de las especies, locus speciérum, pero no toda ella sino solo la intelectiva y
no las formas en acto sino en potencia. (Dinamis como potencialidad o como capacidad es importante ver la diferencia
entre estas dos interpretaciones de la misma palabra? Metafísica V para hablar de la parte, tiene entidad accidental si
es parte? Esto es más bien parte de una mala ontología aristotélica)
Tenemos aquí otra característica del intelecto: es sin mezcla, inmaterial, no dependiente del cuerpo. (Un problema aquí
es que se habla de que el intelecto es separable mientras que cuando se hablo de la facultad sensitiva se dice “no se da
sin el cuerpo”).
Ahora bien, a continuación plantea que una vez que el intelecto ha llegado a ser cada uno de los objeto como el sabio
en acto que se actualiza a sí mismo porque sabe y ejercita el saber (como el sabio en acto que esta ejercitando el saber y
sabe puede decir “esto es…”, es decir se actualiza así, a diferencia del sabio que sabe un conjunto de saberes pero no los
expone o el gramático que no está ejercitando la misma, estos están en potencia de actualizarse por su propia cuenta)
de la misma manera aun entonces se encuentra en cierto modo en potencia aunque no del mismo modo de haber
aprendido o investigado. Concluye Aristóteles: el intelecto es capaz de inteligirse a sí mismo.
A partir de lo anterior se adentra en la cuestión de que si las cualidades del objeto y la esencia del objeto se discierne
con la misma facultad dispuesta de dispuesta de manera distinta o con una facultad separada (siendo esta respecto de si
misma lo que la línea curva respecto de sí cuando se endereza).
Esta exposición concluye con la siguiente expresión que es sumamente importante rescatarla y destacarla:

“Así pues, digamos en general que el intelecto es separable en la misma medida en que los objetos
son separables de la materia”

Tan solo una aclaración: notemos la modestia con que Aristóteles habla al respecto al finalizar la oración
que precede a la sentencia transcripta: la discierne ya con otra facultad o con la misma dispuesta de otra
manera, es decir o no es el intelecto la facultad sensitiva o es la facultad sensitiva funcionando de otra
manera.
Finalmente cabe preguntarse que si el intelecto es simple y no tiene nada en común con otra cosa ¿de
qué manera conoce? Pero aun mejor, especifica la pregunta: si consiste en padecer cierta afección en
donde una cosa actúa y la otra padece en la medida en que ambas poseen algo en común ¿de qué
manera intelige? Automáticamente responde más adelante Lo inteligible ha de estar en él mismo del
mismo modo que en una tablilla en la que nada está actualmente escrito (tabula rasa).

Una segunda cuestión que sobresale al final es el problema de que si el intelecto a su vez se intelige a si
mismo. En consecuencia realiza las siguientes observaciones:
- tratando se seres inmateriales lo inteligido y lo que intelige se identifican.
- tratándose de seres materiales lo inteligible está presente en ellos de modo potencial.

Pasemos a continuación al capítulo 5.


“Existe un intelecto capaz de ser todas las cosas y otro capaz de hacerlas todas” a partir de esta
exposición se abre la cuestión acerca de la distinción entre dos intelectos, uno agente y otro paciente.
Caracterización del intelecto agente: separable, sin mezcla e impasible. Siendo acto por su propia
entidad. Intelige ininterrumpidamente (ciencia y objeto en el orden temporal puede ser anterior la
ciencia en potencia pero “en el orden del universo” no, sino que se dan en simultaneo).
Inmortal y eterno.

Oscuridad del pasaje final: “el intelecto pasivo es corruptible y sin el nada intelige.” (sin el pasivo, el
activo no conoce; sin el activo el pasivo no conoce; ningún ser intelige sin el intelecto pasivo; sin el
intelecto activo nadie conoce.)

DA III, 4 429a 10 430a 9

Ross 1999 (=1961)


Hicks R. 1907 Aristotle de anima.

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