You are on page 1of 84
Noam Chomsky e James Cypher ° John Foster Martin Hart-Landsberg ¢ Rémy Herrera Viceng Navarro e Richard D. Vogel 25 anos de neoliberalismo hacer EDITORIAL ULPC BIG Editores de MR « Selecciones en castellano Salvador Aguilar, Arcadi Oliveres, Jaime Pastor y Carlos Zeller «La globalizacion oficial esta comprometida con el llamado neoliberalismo, también un término sumamente engafoso: el régimen no es nuevo y tampoco es liberal. E| neolibe- ralismo es esencialmente la politica que se ha venido imponiendo por la fuerza a las colo- nias desde el siglo xvii, mientras los paises actualmente ricos violaban radicalmente esas normas, se apoyaban ampliamente en la in- tervencion del Estado en la economia y re- currian a medidas actualmente prohibidas dentro del orden econdmico internacional». Noam Chomsky, en este numero, p. 132 MONTHLY REVIEW » Revista socialista independiente Selecciones en castellano Monthly Review, aparecida por primera vez en 1949, es una dé las mas conocidas publi- caciones de la izquierda radical norteamericana independiente de los partidos. Es popu- lar en los pafses de habla castellana por ser la revista de Paul Baran y Paul Sweezy, aun- que sus editores efectivos a lo largo de su mas de medio siglo de existencia han sido Leo Huberman (1903-1968), Paul Sweezy (1910-2004) y Harry Magdoff (1913-2006). El editor actuar es John Bellamy Foster. Monthly Review tiene su sede en Nueva York: 122 West 27th St. NY 10001; web: wwwmonthlyrevieworg, correo elecirénico mrmag@monthlyrevieworg, Monthly Review ha aparecido en castellano en diversas ocasiones y paises, entre otras en Buenos Aires (1963-1967), Santiago de Chile (1967-1970) y Barcelona (1977-1982). En esa primera época de la edicién de Barcelona la pubblicacién estuvo a cargo de Hacer Edi- torial, siendo los editores de proyecto original Antonio Aponte (1940-1995), José Maria Vidal Villa (1942-2002) y Salvador Aguilar. La revista se denominé entonces Revista Men sual/Monthly Review y constaba dle dos secciones, una de selecciones en castellano de la edicion norteamericana y otra de materiales originales procedentes de la izquierda espa- ftola y latinoamericana. En su segunda época de la edicién de Barcelona, desde 2004, se publican solo selecciones en castellano de la edicién norteamericana precedidas de una Presentacin de cada ntimero por parte del actual equipo de editores MONTHLY REVIEW - EDICION DE BARCELONA, 2* EPOCA Eprrorés: Salvador Aguilar, Arcadi Oliveres, Jaime Pastor y Carlos Zeller PUBLICACION: HACER EpiTortat, bajo la direccion de Josep Ricou Barcelo Marqués de Barbera, 18, 08001 Barcelona (Espamta) wwwhacereditorial.es Correo electrénico: info@hacereditorial.es Teléfono y fax: 93 443 06 87 Parkonato: Alfons Barcelé (catedratico de Teorfa Econdmica, Universidad de Barcelona) ~ Carlos Berzosa (catedratico de Economia Aplicada, Universidad Complutense de Madrid) - Mireia Bofill - Heriberto Cairo (profesor de Ciencia Politica, Universidad Complutense de Madrid) - Miquel Caminal (catedrético de Ciencia Politica, UB) - Ramén Fernandez Duran (miembro de Ecologistas en Accién) - Montse Font (APIP, Associacis per a la Promocis i la Insercio Profesional, Barcelona) - Ernest Garefa (cate dratico de Sociologia, Universidad de Valencia) - Josep Lluts Gomez Mompatt (profe- sor de Historia de la Comunicacién, Universidad de Valencia) - Tomas Herreros - Joan Lluis Jomet (Collectiu Ronda, Barcelona) - Irene Maestro (Mdn-3, Barcelona) - Bernat Muniesa (Vicedecano de la Facultad de Historia, Universidad de Barcelona) - Vicenc Navarro (UPE colaborador habitual de MR) - Raimon Obiols - Luis A. Prado (Puerto Rico) - Helios Prieto - Albert Recio (profesor de Economia Aplicada, UAB) - Jordi Roca Jusmet (catedraético de Teoria Econémica, UB) - Maria Teresa Sirvent (profesora de la Universidad de Buenos Aires) - Robert Tomas (profesor de Economia Aplicada, UAB) SUSCRIPCIONES: 2 ntimeros al afio - Véase informacién y el boletin de suscripcién e la tilti- ma pagina del libro, © contacte con la oficina de Hacer (telélono y fax: 93 443 06 87; correo electronico: info@hacereditorial.es) MONTHLY REVIEW ® Selecciones en castellano Noam Chomsky, James M. Cypher, John Bellamy Foster, Martin Hart-Landsberg, Rémy Herrera, Viceng Navarro, Richard D. Vogel 25 anos de neoliberalismo P| hacer EDITORIAL En coedicién con Mon-3 Los capitulos que se publican corresponden a articulos aparecidos en la edicion norteamericana de Monthly Review cuya referencia precisa, asi como la autoria de la traduccién castellana, aparecen al pie de cada inicio de capitulo. x . Publicado por Hacer Editorial en coedicién con Mén-3, en Barcelona, ) Indice 2008 Mon-3 es una organizacion no gubernamental radicada en la Universidad de Barcelona y dedicada a la educacion y la cooperacion para el desarrollo. Busca con su actividad la creacién de estados de opinién eriticos con el sistema econémico mundial capitalista y al fortalecimiento de las organizaciones populares de los paises en los que trabaja, ast como la concienciacidn de nuestra sociedad en torno a los problemas de pobreza y violencia que genera el actual modelo de globalizacion. Mon-3, Universidad de Barcelona, Facultad de Ciencias Econémicas, Avenida Diagonal, 690. 08034 Barcelona Tel: 93 402 43 25 - Fax.: 93 402 90 17 . Presentacion Salvador Aguilar, Viceng Navarro, Arcadi Oliveres, Jaime Pastor y Carlos Zeller 7 1. Neoliberalismo. Mitos y realidades Martin Hart-Landsberg 21 © Monthly Review Press i 2. La financializacion del capitalismo John Bellamy Foster .....sescsssseesssseeiessesseseisieessissesne Al © 2007, Editorial Hacer S.L. Marqués de Barbera 18, 08001 Barcelona 3. La teoria econdmica neoliberal y el desarrollo Teléfono y fax: 93 443 06 87 MY Here see nner inns 2 www-hacereditorial. irae 4. La lucha de clases a escala mundial info@hacereditorial.es \ A Viceng NGVATTO ves eeceseees a © de las traducciones: Mireia Bofill, Marco Aurelio Galmarini y | 5. «Trabajadores invitados» en el capitalismo global Joan Quesada Richard D, Vogel ....sccssssssssesseessereees 89 ISBN: 978-84-96913-11-0 \e_ isis inminentes: el legado del neoliberalismo Depésito legal: B-17280-2008 U.E loam Chomsky ..... sei eastabe SSeS TSE 115 Composicion: agp-dissenynet 7. Del keynesianismo militar al militarismo global-neoliberal James M. Cypher... 137 Impresion: Publidisa © cotter ene Visite nuestra pagina web www .hacereditorial.es — “ st — _— : | wares wan irs on ta mublcacin de tos némeros 21 (Molenco en fos sadios de comunicacion} 22 (La nfonca con el padre ola madre en prisiin), contin fos por abuha Hf Le mundializacién por abajo. € capitalismo adémada en et arco mediterranea Aqui encontrar informacion sobre todas nuestras publicaciones, avances de las novedades, articulos inéditos, ofertas, noticias, sala de prensa. y también podet ponerse en contacto con nosotros para hacernos Il legar sus opiniones y sugerencias Le esperamos a) Presentacion as imagenes de las crisis sociales y geopoliticas que cotidianamente irrumpen en los medios y en las pantallas de television en su abruma- dora mayoria han tenido en las ultimas tres décadas como trasfondo mas o menos directo el cuerpo de doctrina social y econdmica conocido como neoliberalismo. La aplicacion de @sta ideologia ha sido desigual segun los paises y regiones que se consideren, pero ha logrado modificar aspec- tos cruciales del orden social, econdmico y politico de la mayoria de socie- dades del sistema mundo. El paisaje de las clases sociales ha salido profundamente modificado tras estos vendavales y en la mayoria de los casos estos cambios represen- tan un incremento exponencial de las desigualdades en cada sociedad y a escala global; asimismo, se ha expandido la privatizacion masiva de bienes publicos y de activos estatales y se ha producido un cambio radical en la cultura y en la manera de entender y mirar el mundo. Ha emergido con gran fuerza una narrativa neoliberal de Ta videry dé Ta sociedad que tras- ciende los discursos publicos hegemonicos, también las visiones de socie- dad que tienen los partidos y organizaciones de la izquierda tradicional, y que se propone como una visién natural de las cosas. La perspectiva temporal, la consistencia de los datos macroeconémicos acumulados, las principales limeas de fuerza que emergen en el sistema mundo, la intensidad y diversidad de las crisis que se han desarrollado en estas tres tltimas décadas asi como la articulacion de movimientos oposi- tores y de respuesta nos parecen elementos suficientes para intentar esta® Be PRESENTACION blecer un balance acerca de este intento de rejuvenecer el capitalism y res- tablecer las condiciones de la hegemonia estadounidense. Los textos que componen este volumen documentan estos distintos aspectos, proponen anilisis y sefalan algunos elementos de balance y apuntan a perspectivas de futuro. Las matrices culturales Samir Amin introduce uno de sus tltimos ensayos con una figura literaria préxima al cuento. Con esta narrativa, el economista egipcio describe la gestacion del liberalismo econémico en los tempranos comienzos del capi- talismo y su mutacion desde Estados Unidos, en la segunda mitad del siglo xx, en lo que desde finales de 1970 conocemos como neoliberalismo: Hacia el final del siglo xx una enfermedad atacé al mundo [...] Al virus que origins la epidemia se le dio el nombre de «virus liberal». Este se mani 6 por primera vez en el siglo xvi, en el territorio delimitado por el triangulo Paris-Londres-Amsterdam Ld los hombres [...] se acostumbraron a él y desarrollaron los anticuetpos necesa- rios [..,] Pero el virus atraves6 el Aulantico y encontré un terreno propicio, desprovis- to de anticuerpos, [...] lo cual produjo formas extremas de la enfermedad [...] El virus provocaba en sus victimas una curiosa esquizofrenia, El ser humano ya no vivia como un ser total [,..] Este vivia y se percibia desde entonces, por un lado, como «homo economicus», abandonando a lo que él llamaba el «mercado» la preocupacion de solucionar automaticamente su «vida econémica», y por otto lado como «ciudadano», que depositaba en unas urnas las papeletas mediante las cuales elegia a aquellos que tenian la responsabilidad de fijar las reglas de juego de su «vida politicay La narracién de Amin describe la génesis de un movimiento moderno, que se despliega en su madurez junto a las matrices culturales del postmo- dernismo, pero que hunde sus raices en el capitalismo de comienzos del siglo Xx y que se formaliza intelectualmente en el centro del capitalismo, en Estados Unidos y Centro Europa como una respuesta anticipada a la sociedad y la forma de organizacién econémica que emergid a partir de finales de la Segunda Guerra Mundial En sus comienzos, la diana liberal apuntaba por igual a los principios del New Deal norteamericano, a las bases incipientes del futuro Estado del bienestar, la regulacion social y la economia keynesiana, siendo quizas su formulacion mas acabada en la época el texto de Friedrich Hayek Camino de Servidumbre. Libro que marco el inicio de un activismo politico, ideolé- PRESENTACION 9 gico y cultural de largo alcance tendente a revisar radicalmente las pautas por las que se disenaban los Estados del bienestar y el capitalismo regula- do impulsado entre otras instituciones por la Sociedad Mont Pélerin, for- mada en Suiza en 1947.7 La sorda batalla ideoldgica y cultural que se desarrollé en torno a esta cuestion crucial quedé opacada durante dos décadas por el éxito del capi- talismo de postguerra y la existencia de otras lineas de fuerza tales como la guerra fria y las luchas antiimperialistas en la periferia del sistema, pero en realidad siempre estuvo presente. Un conjunto amplio de intelectuales, pensadores y publicistas mantuvo una actividad intensa aunque principal- mente «recluida» en centros académicos, en un entramado creciente de instituciones creadoras de opinion y medios de comunicacion, durante las décadas de los afios 1950 y 1960. El propio capitalismo keynesiano —que segtin los pensadores y publicistas neoliberales era responsable de buena parte de los males que aquejaban a las «sociedades libres», contribuyé a fundamentar algunas de las matrices culturales sobre las que se difundis el neoliberalismo, principalmente a través de la poderosisima expansién del consumo, de las pulsiones individualistas y de la cosmovisién representa- da por la publicidad. En otro plano, las recomendaciones y la influencia ejercidas por los principales bancos centrales en la formacion de la cultura econémica de las élites dirigentes y de los principales medios de comunicacion también iban en la misma direccion que la estrategia neoliberal y, visto con perspectiva historica, sus tempranas recomendaciones funcionaron como una herra- mienta de legitimacion y de preparacién del terreno para la batalla cultu- ral e ideologica que se avecinaba. Algunos hechos fundacionales La ciencia economica académica convencional fue el espacio de expansion «natural» del neoliberalismo y desde donde se materializaron las primeras formulaciones sistematicas asi como la entrada en tromba de sus ideas en algunas sociedades. Primero, en Chile, en 1973, ofreciendo una vision arti- culada de economia y sociedad basada en los principios filosoficos de lo que inmediatamente después conoceriamos en su formulacion actual de neoli- beralismo. Y seis afios después, en Estados Unidos e Inglaterra, con un con- junto de acontecimientos que cimentaron el cuerpo de doctrina neoliberal. La temprana irrupcion de los idedlogos neoliberales en Chile en 1973- 1975 fue premonitoria de lo que al cabo de pocos aiios seria la formula- 10+ PRESENTACION cion més explicita y descarnada del neoliberalismo tal y como lo conoce- mos ahora. La filosofia en que se sustenta no deja lugar a dudas. La «liber- tad» es el bien supremo, por encima de la igualdad y de la propia demo- cracia y se expresa fundamentalmente a través de la capacidad de elegir, es por tanto, antes que nada, libertad econémica. El primer plan econdmico de la dictadura chilena estuvo inspirado por los pensadores neoliberales mas influyentes del momento, en particular Milton Friedman y fue monitorizado directamente por una cohorte de eco- nomistas jévenes (los Chicago Boys) que lo aplicaron de forma implacable al amparo de una dictadura militar. Esta es una historia ya conocida como para volver en este texto sobre ella; solamente nos interesa senalar que desde el primer momento, de principio a fin, se hizo evidente que estos planes de reforma econémica e institucional eran mucho mas que una modernizacion imperativa manu militare y que constituian una nueva forma de guerra social sin cuartel, que se desarrollaria en el futuro inme- diato a través de todo el sistema mundo, con intensidades y resultados diversos, descartando la violencia extrema en los paises centrales, pero conservando su rasgo caracteristico de guerra de clase. Y esta experiencia también nos ilustra acerca del alcance del concepto de libertad en la filo- sofia neoliberal.’ EI neoliberalismo como guerra de clase La eleccion de Margaret Thatcher en mayo de 1979 y, pocos meses después, la decision del presidente de la Reserva Federal noertamericana, Paul Volck- er, atin bajo mandato de James Carter, de adoptar una politica monetaria que tenia como objetivo principal —en los hechos, umico— la lucha contra la inflacion, dejando de lado cualquier otra consideracion y en particular sus efectos sobre el empleo y los mecanismos redistributivos imperantes, fue el «estreno en sociedad» del neoliberalismo. El cambio radical en los objetivos de la politica monetaria y economica fue caracterizado por los ana- listas como el shock de Volcker y se convirtio en una expresion de uso recu- rrente entre los periodistas econdmicos y politicos para definir el nuevo paradigma imperante. Sin embargo, los economistas franceses Gérard Duménil y Dominique Lévy utilizan la expresion golpe de 1979 precisarnen- te para resaltar la violencia politica asociada inextricablemente a este movi- miento en profundidad de las clases dominantes del centro del sistema* La posterior eleccién de Ronald Reagan en 1980 acabé por consolidar un espacio econédmico fundamental y con suficiente masa critica desde PRESENTACION of donde se difundia lo que ya se muestra explicitamente como una respues- ta articulada y coherente a la gran crisis del capitalismo. En breve: esta respuesta se tradujo en un incremento generalizado de las desigualdades, en una creciente polarizacion de la riqueza, un ataque frontal a las condiciones de vida de las clases trabajadoras, y especialmen- te a las que mantenian una organizacién sindical y social importante, el recurso con pocos limites a la desindustrializacion de regiones enteras para debilitar 0, en el limite, destruir las posiciones de los trabajadores indus- triales, estrategia que al menos en parte de Estados Unidos y en Inglaterra se aplico casi sin restricciones con los efectos que ya conocemos, entre otros, gracias a la camara lucida y a la imaginacion del cineasta britanico Ken Loach. En Estados Unidos el ataque frontal contra sectores de la clase obrera industrial y los grupos sociales mas desprotegidas, especialmente la pobla- cién de origen afroamericano, se desarrollé tempranamente y en distintos frentes. La desindustrializacion y el paro masivo fue uno de ellos, pero otro muy significativo fue la progresiva destruccién de los habitat de estos gru- pos de poblacién y su literal expropiacion, transformando asi la ciudad y sus complejos equilibrios sociales en un espacio mas de la acumulacion capitalista y un escenario privilegiado para la redistribucion regresiva del ingreso. Las multiples reverberaciones de este movimiento se han expandi- do por ciudades de Estados Unidos, Europa y amplias regiones de Améri- ca Latina. Barcelona, la ciudad desde donde se elabora esta publicacién, no ha sido ajena al impacto de este movimiento que modifica de forma siste- miatica y drastica la composici6n social de barrios enteros cuando estan situados en zonas susceptibles de ser revalorizadas en un proceso que, con la perspectiva que tenemos ahora, apenas puede disimular su caracter expropiatorio. El tratamiento dado a la crisis fiscal de Nueva York (en realidad una profunda crisis social urbana) a mediados de la década de 1970 constitu- y6 a juicio de David Harvey «un golpe perpetrado por las instituciones financieras contra el gobierno democraticamente elegido de la ciudad, y no fue menos efectivo que el golpe militar que previamente se habia produci- do en Chile. En medio de una crisis, la riqueza era distribuida hacia las cla- ses altas».’ Y continua, citando otro trabajo: «Fue quizas una temprana y decisiva batalla de una nueva guerra cuyo objetivo era demostrar a otros que lo que estaba sucediendo en Nueva York podria, y en algunos casos asi sucedio, ocurrirles también a ellos». La transformacion de la geografia de la pobreza urbana en las ciudades estadounidense adopto a partir de la década de 1980 un ritmo muy inten- 12° PRESENTACION so. El escritor y analista social Mike Davis describe este proceso asociéndo- lo directamente a la desposesion que se produjo en las poblaciones del Ter- cer Mundo con las crisis de la deuda: «En la época Reagan-Bush, las gran- des ciudades se convirtieron en un equivalente a un pais del Tercer Mundo, insolvente y criminalizado, cuyo unico camino a la redencion es la combi- nacion de militarizacion y privatizacion [...] Esta guerra de facto contra las ciudades ha sido uno de los pilares estratégicos de la moderna politica con- servadora, individualizando objetivos profundamente electorales y econd- micos». Y afiade: «En la politica urbana, la revolucién reaganiana estaba tan orientada contra los legados de Nixon y Ford como los de Johnson y Kennedy». Podemos contrastar la pertinencia de esta descripcion recordando las imagenes de devastacion que dejo el Huracan Katrina en la ciudad de Nueva Orleans, pero sobre todo las imagenes de desastre social que el desastre natural hizo visible y que tenfan ciertamente un desarrollo tempo- ral muy diferente. Dos afios después de la catastrofe, en un acto rutinario caracteristico de la industria informativa, las cadenas de television volvie- ron a «mostrar» el paisaje social y urbano de la ciudad. En realidad, el Katrina permitio visualizar como ningun otro aconteci- miento en las ultimas décadas, la profundidad de la regresion social de amplias zonas de Estadas Unidos, el desarrollo de una especie de periferia interior situada fuera de las cémaras, no obstante perfectamente visible incluso desde la misma estadistica social federal.’ La consecuencia directa del cambio de Sptica desde la Guerra contra la Pobreza a una guerra con- tra los pobres ha sido la formacion de un estado carcelario y el desarrollo de una poderosisima industria del miedo. La composicion social y étnica de la gigantesca poblacion penal de Estados Unidos es un indicador de pri- mer orden para valorar el neoliberalismo como guerra de clase. Despliegue del neoliberalismo en el sistema mundo El trabajo de David Harvey citado anteriormente ilustra su portada, tanto en la edicion inglesa como en lengua castellana, con cuatro fotografias de dirigentes politicos que tuvieron un papel clave en la expansion del neoli- beralismo en sus propios paises o en una escala global segtin sea el caso: Ronald Reagan, Margaret Thatcher, Deng Xiaoping y Augusto Pinochet. Evidentemente, no estan todos los que son, pero si es cierto que esta version renovada de la «banda de los cuatro» capta temporal y espacial- mente los puntos nodales de la cadena de acontecimientos que en un perio- PRESENTACION 213 do breve (1973-1981) diseno con nitidez lo que seria el neoliberalismo y como esta respuesta condicionaria la vida de buena parte de la humanidad. En lineas gruesas, este conjunto de acontecimientos se waducen en: una mejora notoria de la situacion de los capitalistas y grupos de altos ingresos en los paises avanzados; irrupcién continuada de crisis militares y geopoli- ticas en toda la periferia del sistema; hundimiento de América Latina en una crisis historica, con una regresion social de la que atin no se recupera —la llamada década perdida—;* una integracion de Africa en la economia glo- bal que la ha conducido a una regresi6n historica en el ingreso y en las con- diciones de vida de la poblacion.’ Al mismo tiempo, facilito la integracion de las economias china, rusa e india en el capitalismo, ampliando enormemente el espacio de expansién de la economia y renovando asi la creencia en el caracter ilimitado de las oportunidades para la acumulacion capitalista. Las oportunidades para el capitalismo estadounidense fueron portento- sas y acordes con la hegemonia en cuyo marco se dio el despliegue de la respuesta neoliberal. Pero al mismo tiempo, frente a sus élites dirigentes, obscurecié temporalmente su propio declive y el hecho de que la misma integracién de China en la economia mundial capitalista, y de manera dife- rente de Rusia e India, con la consiguiente conformacion de importantes clases capitalistas y amplio entramado de clases medias profesionales y ges- toras de la administracion y de los negocios, creaban condiciones que ha- rian aun mas dificil mantener una hegemonia que ya presentaba importan- tes vias de agua. El Estado y la dindmica neoliberal La liberalizacion del comercio internacional, la desregulacién y la privati- zacion de los sectores publicos e incluso de los servicios basicos tales como la educacion, la sanidad y algunas prestaciones sociales ha sido un punto nodal de la narrativa neoliberal. La imagen de que los funcionarios publicos constituyen un ejército de parasitos sociales y de que la adminis- tracion estatal esta incapacitada para gestionar con eficiencia los asun- tos publicos se ha encarnado en la cultura politica y econdmica de segmen- tos cada vez mas importantes de la sociedad, incluidos sectores de la socialdemocracia europea y de cierta izquierda latinoamericana. El punto estratégico en esta batalla es el papel que debe jugar el Estado en el nuevo disefio econémico."° En este mismo volumen, Bellamy Foster cita, por ejemplo, a Ignacio Ramonet, un periodista que junto a Le Monde Diploma- 146 PRESENTACION tique ha tenido mucha voz entre sectores de la izquierda antiglobalizacion, para ilustrar esta concepcién: «La mundializacion financiera ha creado de esta forma su propio Estado. Un Estado supranacional, que dispone de sus aparatos, de sus redes de influencia y de sus propios medios de accion. [...] El resultado es que las sociedades realmente existentes son sociedades sin poder. Y todo esto no deja de agravarse» («Desarmar los mercados», Le Monde Diplomatique, diciembre de 1997). La potente campatia de deslegitimacion del papel del Estado en la eco- nomia y en la asignacion de recursos, el proceso de privatizaciones masi- vas que se produjeron en los aftos 1980 y 1990 y la mercantilizacién capi- talista de las economias de Rusia y China, asi como la desregulacion y la lucha sin cuartel contra el llamado «capitalismo embridado» ha contribui- do a que una parte de la izquierda, especialmente en Europa, identificase los parametros de esta batalla de opinion publica con un hecho tangible y consolidado como era la supuesta irrelevancia del Estado para asegurar la teproduccién economica, En general, no existe un patron unico de aplicacion del neoliberalismo en relacin al Estado, al menos en las politicas concretas. En Estados Uni- dos resulta nitida la retirada del Estado de la provision de bienes y servi- cios ptiblicos y de las tareas redistributivas, pero en cambio cada vez es mas importante en la reasignacion de recursos por arriba, en el manejo macro- econémico a través del keynesianismo militar y en asegurar en una escala global las condiciones para mantener las posiciones de los grupos capita- listas de peso.'' En Europa, la situacion es mas compleja y contradictoria. Los arreglos alcanzados han dependido de los equilibrios de fuerza y de las tradiciones politicas, del peso de los sindicatos o de las condiciones hist6- ticas en que se gesto el capitalismo de la postguerra. Lo ocurrido en Euro- pa Central, en Francia, Escandinavia o Esparia dificilmente puede ser ana- lizado como una linea de fuerza compacta y coherente, aunque en todos se han producido privatizaciones directas 0 indirectas y el Estado ha cambia- do algunos de sus roles, especialmente reduciendo su papel de actor de la politica industrial y compartiendo —de hecho privatizando indirectamen- te— con el mercado la provision de bienes basicos tales como la sanidad, la educacion y ahora incluso la llamada «seguridad». La mayoria de indi- cadores muestran que en el capitalismo europeo, después de afios de poli- ticas neoliberales, el Estado sigue teniendo un papel clave en la dinamica capitalista. En los paises de la periferia o semiperiferia o incluso en paises grandes como México, Brasil o Argentina, la intensidad de la aplicacion de las poli- ticas neoliberales puede, en un primer momento, hacer un poco més plau- PRESENTACION 15 sible la idea de irrelevancia creciente del Estado, pero un andlisis mas deta- llado muestra que este antes que nada cambio de funciones y sobre todo que empezo a ser controlado por grupos sociales y econémicos con un pro- yecto nitido que trataban como lastre todo aquello que no servia a sus inte- reses y disetio estratégico. El Estado en estos paises ha sido y sigue siendo un instrumento fundamental para la aplicacion del neoliberalismo, aunque el discurso neoliberal lo presentase como uno de los obstaculos que impo- sibilitan la expansion econémica y la libertad de las personas. Toda la regresion economica, la redistribucion drastica del ingreso que se produjo en las situaciones de crisis y los posteriores ajustes y en el desarrollo y apli- cacion de las distintas formas de desposesion neoliberal resulta incompren- sible si no se analiza el papel fundamental jugado por el Estado. Algunos desarrollos neoliberales La expansion y difusion ideoldgica del neoliberalismo en la periferia ha tenido como instrumento clave la conversion de la doctrina neoliberal en una especie de nueva «economia del desarrollo». La buena gobernanza, que abre camino a la ayuda internacional, al crédito y a la calificacion posi- tiva de las agencias financieras, ha de aplicar los parametros del credo libe- ral ya conocidos. En su trabajo (capitulo 3), Rémy Herrera analiza este transformismo neoliberal, operado principalmente a través de los trabajos del Banco Mundial, que intentan dar una patina de cientificidad a lo que, segtin sus palabras, «es sdlo la estrategia puesta en practica por las altas finanzas para esquilmar al Sur». Rémy Herrera resalta como algunas ideas, gestadas en los arcanos ideologicos del Banco Mundial, son retomadas por académicos 0 centros universitarios que las redifunden, reconvertidas en conocimiento o moda académica. El autor analiza de forma muy critica el papel jugado por algunos economistas que en la ultima etapa han mare: do una distancia con la cultura y tradicién neoliberal. Sus dardos se diri- gen principalmente contra Joseph Stiglitz, Paul Krugman y Jeffrey Sachs, todos ellos comentaristas habituales de la prensa internacional, a los que acusa de tener un papel legitimador al no romper radicalmente con los parametros neoliberales. En realidad, resulta dificil compartir por comple- to un juicio como este cuando el debate publico sobre todas estas cuestio- nes ha cegado la voz a cualquier vision que represente un cierto disenso. Y por otra parte, resulta inutil pedir posicionamientos més radicales a quie- nes se presentan a si mismos como liberales (en el sentido estadounidense del término) y en sus escritos habitualmente proporcionan informacion y 16¢ PRESENTACION puntos de vista mas sosegados y escépticos sobre la deriva neoliberal. El problema mas bien es que los economistas de izquierda no han sabido o no han podido articular una voz critica, o que el espacio publico mediati- co se cierra a cualquier posicionamiento o perspectiva anticapitalista. Las formas artificiosas de actividad econdmica que se han desarrollado en estas tres décadas y que permiten que se consirede absolutamente normal comerciar hoy dia con bienes y servicios que no existen, que no se han produ- cido, la naturalidad con que se habla de «mercados de futuro» u otras figuras igualmente pintorescas enmascara una mutacién profunda del capitalismo, que en su fase mas madura, Bellamy Foster, caracteriza como financializacion. El texto de Foster, «La financializacién del capitalismo» (capitulo 2), pone el acento en una dimension especifica del despliegue neoliberal, como es la financializacién, término que el autor sittia a comienzos de los noventa. La conformacion de este cambio estructural del capitalismo mun- dial ha sido descrita y analizada profusamente en las paginas de la edicion estadounidense de Monthly Review, proporcionando un marco complejo y eficiente de interpretacién, especialmente a través de los escritos de Paul Sweezy y Harry Magdoff.” Este trabajo resalta que la financializacion del capitalismo ha producido un sistema mas incontrolable y sefiala: «un rasgo caracteristico de las burbujas especulativas es que, cuando dejan de expan- dirse, explotan. El incremento sostenido del riesgo y las constantes infusio- nes de dinero en el sistema financiero, por lo tanto, son elementos tanto mas necesarios cuanto més fragil se vuelve la estructura financiera» (p. 52). Una conclusion tan inquietante como préxima y actual. EI capitalismo estadounidense de las ultimas décadas ha reestructurado profundamente su poblacién activa a través de movimientos complemen- tarios. La «desindustrializacion» de la década de 1980 creé un verdadero ejército de poblacion sobrante y subocupada, al tiempo que las nuevos de- sarrollos econdmicos, incluyendo la amplisima gama de actividades infor- males, dieron entrada a poblacion inmigrante procedente de México y Cen- troamérica, principalmente. El trabajo de Richard Vogel, sobre los «trabaja- dores invitados» (capitulo 5) documenta con profusion de datos la situa- cién en que se encuentran hoy dia 12 millones de personas inmigrantes «ilegales» en Estados Unidos que trabajan y viven sin derechos y sin acce- so a la ciudadania, asi como el enfoque principalmente policial con que se aborda esta situacion desde la politica publica. James M. Cypher aborda en «Del keynesianismo militar al militarismo global-neoliberal» (capitulo 7) el papel historico del militarismo en Estados Unidos y la funcion clave que reviste en este momento de crisis de hegemo- nia sistémica. Cypher analiza con detalle las distintas orientaciones que se han PRESENTACION 217 dado en torno al despliegue avanzado del militarismo en los establishment militar y politico y el significado de la invasion de Irak en 2003 como punto culminante de la hegemonia del militarismo neoliberal encarnado en perso- najes como Paul Wolfowitz, Richard Pearle, Dick Cheney 0 Donald Rumsfeld. Y complementariamente, las crisis —numerosas— inducidas por el predominio neoliberal y el nuevo militarismo, Noam Chomsky nos recuer- da en su trabajo (capitulo 6) el ya viejo interés geoestratégico de los gober- nantes estadounidenses por Oriente Proximo, asi como su alianza con Sadam Husein en su guerra contra el régimen irani surgido tas la revolu- cién de 1979. Ahora, pese al atolladero en que se encuentra Bush dentro de [rak, con una poblacion que mayoritariamente exige la retirada de las fuerzas ocupantes —a lo que se suma la degradacion de la situacion en Afganistan—, el mantenimiento de su presencia sigue siendo una opcion necesaria dada su percepcion de China como una amenaza geoecondmica a medio plazo. En esas condiciones, agravadas por la nuclearizacién cre- ciente de la zona, Chomsky acaba alertando frente al riesgo de una guerra nuclear y las consecuencias que ello podria tener més alla de esa region. Viceng Navarro, en «La lucha de clases a escala mundial» (capitulo 4), defiende la vigencia de categorias y conceptos basicos del marxismo a la hora de analizar la realidad actual. El neoliberalismo ha sido y es una prac- tica de clase que ha conducido a una acentuacion de las desigualdades no solo entre paises sino también dentro de cada uno de ellos. En ese proce- so, pese a la retorica empleada por sus «tedricos», ha incidido sin duda la expansion innegable de la intervencién estatal en la mayoria de los paises del capitalismo desarrollado, si bien en un sentido muy distinto del que caracteriz6 al periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial. Reivindican- do el concepto de clase social, Navarro pronostica que la confrontacion que se encuentra delante nuestro no seré la del «Norte» contra el «Sur» sino la que tiende a darse entre, por un lado, una alianza de las clases dominan- tes del Norte y del Sur y, por otro, las clases dominadas del Norte y del Sur. Resumiendo lo expuesto hasta ahora: la «onda larga neoliberal» que estamos soportando tiene sus origenes en la reaccion capitalista frente al periodo que transcurre entre 1968 y 1975, a lo largo del cual se ven ame- nazadas las bases del sistema que ha presidido el capitalismo occidental de posguerra bajo la hegemonia de Estados Unidos. A partir de entonces se empieza a desarrollar, de nuevo con Estados Unidos como su principal motor, una nueva estrategia de «globalizacién» neoliberal por medio de una «guerra de clases desde arriba», destinada al debilitamiento estructu- ral de las clases trabajadoras —bajo el impacto de los ya familiares fenome- nos de las NTIC, la renovacién de los métodos de organizacién del traba- —“(iswsssttsts—‘“‘(‘(‘(‘(‘(‘(‘i‘iR UU 186 PRESENTACION Jo, la segmentacion y precarizacion de los mercados laborales— y del movi- miento obrero mundial —con unos sindicatos cada vez con menor anclaje social en los sectores mas explotados y crecientemente identificados con el discurso de la «competitividad» y la «flexibilidad»—, asi como a la con- quista de nuevos espacios —facilitada por la reinsercion en el capitalismo de los paises del extinto «bloque soviético» y, luego, China, nueva poten- cla emergente, convertida en «fabrica global»— y a la privatizacion de recursos, servicios publicos y bienes comunes basicos. Todo ello con el fin de garantizar una nueva fase de acumulacién flexible de capital a escala glo- bal, la cual tiene en la financializacion y en el poder creciente de las empre- sas transnacionales sus manifestaciones més visibles. Ese proceso ha cono- cido diversas etapas y ha entrado desde la segunda mitad del decenio de los 1990 en crisis intrasistémicas crecientes, pero sin que ni las primeras Protestas significativas —la revuelta zapatista de Chiapas en 1994 y la movilizacion huelguistica en Francia en 1995— ni, sobre todo, el desarro- Ilo de un movimiento «antiglobalizacion» desde finales de 1999 hasta febrero de 2003 —con las manifestaciones también globales contra la gue- tra de lrak— hayan conseguido pasar de procesos de deslegitimacion ética del neoliberalismo a otros de Tuptura con el mismo, salvo en algunos pai- ses de América Latina. El relativo giro desencadenado tras el 11-S de 2001 ha contribuido, ademés, a que se produzca una creciente convergencia entre neoliberalismo y neoconservadurismo en los paises occidentales, asi como a una creciente remilitarizacion del planeta y al recorte de derechos y libertades fundamen- tales, utilizando como pretexto una «guerra global contra el terror» que tiene, ademas, en el inconsistente discurso del «choque de civilizaciones» su coartada ideolégica para convertir en «enemigo» 0 «sospechoso» al «resto del mundo» no occidental y especialmente a aquel en donde predo- mina la religion musulmana, incluida la poblacién trabajadora inmigrante en Occidente originaria de esas zonas. La enorme redistribucion de la renta de abajo a arriba producida a lo largo de los tres tiltimos decenios, con la consiguiente agravacion de las des- igualdades sociales entre los distintos paises pero también dentro de la mayoria de ellos, constituye sin duda un triunfo del neoliberalismo, del mismo modo que sus logros en convertir muchas de sus ideas-fuerza en «sentido comtin» de los y las de abajo. Pero tanto sus periédicas y desastro- sas crisis —con el consiguiente aumento de los «Estados fallidos» y el aumento de las guerras locales y regionales— como los efectos recientes del estallido de la burbuja financiera e inmobiliaria revelan su ineficacia para garantizar un crecimiento sostenido de la economia capitalista y su «gober- PRESENTACION 19 nanza global», al igual que su incapacidad para evitar el potencial desesta- bilizador que genera su injusticia creciente. Con mayor razon cuando esa nueva fase de concentracion de la riqueza en una minoria se ha producido acosta no solo de la mayoria de seres humanos sino también del agotamien- to de un «modelo» de produccion, transporte y consumo basado en los combustibles fésiles que pone en riesgo el futuro de la vida en este planeta. Salvador Aguilar, Vicen¢ Navarro, Arcadi Oliveres, Jaime Pastor y Carlos Zeller Barcelona, diciembre de 2007 Notas 1, El virus liberal, Samir Amin, Hacer Editorial, Barcelona, 2007 2. Vease «Neoliberalismo: un balance provisorioy, Perry Anderson, en La trama del neolibera- lismo, Mercado, crisis y exclusion social, Disponible en hup:bibliotecavirtual.clacso.org ar 3. Resulta significativo al respecto ver la estrechisima relaciém que se establecié entre Marga- ret Thatcher, la lider de una de las «grandes democracias» segtin la retorica al uso, y el dic- tador chileno Augusto Pinochet, relacién que se mostré en toda su ternura durante la detencion de Pinochet en Londres. 4. Véase el texto «Le néoliberalisme sous I'hégémonie Etats-Unienne», Gérard Dumenil y Dominique Lévy, CEPREMAP-CNRS, Paris, 2003. Web: hup//www.cepremap.ens.ft. Los autores fundamentan su caracterizacion golpe de 1979 en los efectos inmediatos que tuvie- ton las medidas de choque —cambios en el tipo de interés, la fiscalidad, la privatizacion y desregulacion de segmentos enteros de la economfa— sobre la vida de los grupos y cla- ses sociales mas bajos y, en general, la devastacién sockal que produjo en los paises centra- les y la violencia paroxistica con que irrumpié en América Latina, especialmente en Méxi- co y Argentina con la llamada crisis de la deuda a comienzo de la de década de 1980. 5, Véase Breve historia del neoliberalismo, pagina 54, David Harvey, Akal, Madrid 2007 6. Ciudades muertas: Ecologta, catastrofe y revuelta, paginas 162-163, Mike Davis, Traficantes de Suenos, Madrid, 2007 7. Ver el excelente texto «Hurricane Katrina; The Race and Class Debate» de Kristen Lavelle y Joe Feagin, Monthly Review volumen 58, n° 3, julio-agosto de 2006 8. América Latina redujo brutalmente su crecimiento en el periodo en que se aplico de forma mas pura el neoliberalismo (1979-2000). Entre 1980 y 2005 se aplicaron mas de 80 pro- gramas de ajuste estructural diseados por el FMI en los distintos paises de América Lati- na con los efectos macroeconémicos conocidos y con devastaciones sociales mas propias de una guerra, como ocurrié en México, Argentina o Ecuador, entre otros paises, segiin muestra la evolucion de los indicadores sociales mas basicos. En los afos 80 y 90 era corriente que el FMI mantuviese oficinas propias en los Ministerios de Hacienda y Econo: mfa de los pafses en los que se estaba aplicando algun plan de ajuste. La forma desmedida en que los medios de comunicacion locales daban cuenta de la llegacla al pais de alguna «anision» del FMI (en la mayoria de los casos 3 0 4 directivos de rango medio o incluso bajo) es un buen indicador para visualizar el control que las instituciones financieras logra- ron tener de la economia y de la vida politica durante esos attos, LOL LLL LL i 20 PRESENTACION 9. Véase «El Cuarto Mundo: subdesarrollo endémico en Africa», Samir Amin, en Monthly Review: Selecciones en Castellano, n° 4, Hacer Editorial, Barcelona, 2005. El autor resalta la profunda integracion de Africa en la economia global, muestra cémo, comparativamente, las economifas africanas estén mucho més extrovertidas, tienen un peso mayor del comer- cio internacional en su PIB comparadas con otras regiones de la periferia y como nada de esto —que desde el credo neoliberal facilita el despegue— ha impedido que durante toda la década de 1990 el crecimiento anual haya sido negativo (-0,2% anual). Frente a la idea de los economistas neoliberales de que se trata sdlo de una «transicién dificil», el autor sefala: «La destruccién del tejido social, la pobreza creciente y la regresién en educacién y salud no pueden brindar un futuro mejor ni ayudar a los productores africanos a volverse “mas competitivos”, como se espera de ellos». 10. Una parte considerable, al menos grupos y personas con mucha voz, de la izquierda alter- mundista difundio ideas y argumentos sobre la irrelevancia del Estado en el disefio neo- liberal, argumentando a partir de medidas concretas tales como las privatizaciones y, al mismo tiempo, obviando las nuevas funciones asumidas por la maquinaria estatal y su papel clave en la redistribucién del ingreso con criterios regresivos. La privatizacién fue una herramienta poderosisima para concentrar la riqueza, crear grupos capitalistas con suficiente masa critica; pero en toda esta historia, el Estado fue fundamental aunque los grupos que se beneficiaban de este despliegue mantuviesen una intensa ofensiva ideold- gica en «contra del Estado» y de lo publico. Pensamos que todo este diagnéstico, poco real y nada fundamentado, esta en el pasivo del papel, que en otros aspectos ha sido muy positivo, jugado por parte de la izquierda antiglobalizacion. 11, Véase «Neoliberalism as a Class Ideology, Or, The Political Causes of the Growth of Inequalities», Viceng Navarro, en Neoliberalism, Globalization and Inequalities: Conse- quences for Health and Quality of Life, Baywood Publishing Company, Nueva York, 2007. En este trabajo se resalta como incluso en la politica industrial las distintas adrninistra- ciones estadounidenses han tenido una intervencién elevada y en algunos casos, como la biomedicina, ha sido una de las mas intervencionistas y proteccionistas dentro de los pai- ses de la OCDE. Un aspecto mas de las contradicciones sefialadas entre la teoria y la préc- tica neoliberal. 12. Podemos recordar a este respecto el incidente producido entre los representantes del Gobierno espaitol y el presidente de Venezuela Hugo Chavez en la Cumbre Iberoameri- cana, celebrada en Santiago de Chile, que tantos animos ha encrespado en Espatia. Resulta como minimo chocante el énfasis de Rodriguez Zapatero en explicar a los jefes de gobier- no y de Estado presentes que las grandes empreses espafiolas tributan en Espana con un tipo impositivo del 35% cuando cualquier movimiento que ha pretendido imponer a estas mismas empresas gravamenes incomparablemente mas bajos en estos paises ha sido calificado como expropiacién o expolio y ha contado con la oposicién decidida y radical del Gobierno espafol. Esto explica, por otro lado, la desproporcionada parte de los bene- ficios que proceden de estos paises, aun cuando la actividad realizada allt es una porcién reducida del total. Toda una leccién de neoliberalismo presentado con rostro amable 13. Los escritos de Sweezy y Magdolf sobre el transito de la «economia real» a una «econo- mfa financiera», considerado por los autores como una de las lineas de fuerza principa- les de la coyuntura econémica y de la dinamica capitalista en las décadas de 1980 y 1990, son muy numerosos y, algunos de ellos, imprescindibles para valorar esa etapa y com- prender la gestacion de la globalizacion financiera. Ver en particular: Stagnation and the Financial Explosion, Harry Magdoff y Paul Sweezy, Monthly Review Press, Nueva York, 1987. Este trabajo fue escrito como una respuesta al editorial de un numero monograli- co sobre la «economia y la sociedad de casino» de Business Week, Neoliberalismo. Mitos y realidades Martin Hart-Landsberg Igunos acuerdos internacionales, como el Tratado de Libre Comer- cio de América del Norte (NAFTA en sus siglas en inglés) y el de la Organizacion Mundial del Comercio (OMC), han acrecentado el poder y los beneficios del capitalismo trasnacional a costa del aumento de la inestabilidad econémica y el deterioro de las condiciones laborales y de vida. A pesar de esta realidad, se han repetido tantas veces las afirmacio- nes neoliberales que proclaman los beneficios sin parangén debidos a la liberalizacion, la desregulacién y la privatizacién, que muchos trabajadores terminan por aceptarlas como verdades incontrovertibles. Asi, los dirigen- tes empresariales y politicos de Estados Unidos y de otros paises capitalis- tas desarrollados defienden rutinariamente sus esfuerzos por expandir la OMC y asegurar nuevos acuerdos a semejanza del ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas) como algo necesario para asegurar un futuro mas brillante a la poblacién mundial, en especial la que vive en la pobreza. Por ejemplo, Renato Ruggiero, el primer director general de la OMC, declaré que los esfuerzos de liberalizacién de esta institucion tienen «la potencialidad necesaria para erradicar la pobreza global en la primera parte * Atticulo publicado en MR, vol. 57, n° 11, abril de 2006, pp. 1-17. Traduccion de Marco Aurelio Galmarini, Martin Hart-Landsberg ensefia economia en el Lewis & Clark College de Portland, Oregén (EE.UU.). Es autor de cinco libros, entre los que figuran China y el socialis- mo, Reformas de mercado y lucha de clases, Hacer, Barcelona, 2006, y Development, Crisis, and Class Struggle. Learning from Japan and East Asia, St. Martin Press, 2000. Ambos tienen a Paul Burkett como coautor. 226 caPiTuLo 1 del proximo siglo [el xxi], idea utopica hace unas décadas, pero que hoy es una posibilidad real».' Analogamente, poco antes de la reunion de ambito ministerial de la OMC que tuvo lugar en diciembre de 2005 en Hong Kong, William Cline, alto funcionario del Institute for International Eco- nomics, afirmaba que «si se eliminaran todas las barreras al comercio mun- dial, en quince anos se podria sacar de la pobreza a aproximadamente 500 millones de personas... La actual Ronda de Doha de negociaciones multi- laterales de comercio en el marco de la OMC, proporciona a la comunidad internacional la mejor oportunidad para alcanzar esos objetivos».* En consecuencia, si queremos lanzar un reto efectivo al proyecto de globalizacion neoliberal debemos redoblar nuestros esfuerzos para ganar la «batalla de las ideas». Para ganar esta batalla hace falta, entre otras cosas, demostrar que el neoliberalismo funciona como cobertura ideolégica de la promocion de los intereses capitalistas, y no como marco cientifico para esclarecer las consecuencias econémicas y sociales de la dinamica capita- lista. También es preciso mostrar los procesos mediante los cuales el capi- talismo, como sistema internacional, socava mas bien que promueve los intereses de la clase trabajadora, tanto en el Tercer Mundo como en los pat- ses capitalistas desarrollados. El mito de la superioridad del «libre comercion: argumentos teéricos Seguin los defensores de la OMC y de acuerdos como el ALCA, estas insti- tuciones y acuerdos buscan promover el libre comercio con el fin de mejo- rar la eficiencia y maximizar el bienestar economico. Esta centralizacion en el comercio oculta en realidad un programa politico-economico de mayor alcance: la expansion y mejora de las oportunidades de ganancia de las cor- poraciones. En el caso de la OMC, este objetivo se ha perseguido a través de una variedad de acuerdos explicitamente disefiados para limitar o, directamente, bloquear la regulacion publica de la actividad econémica en contextos que tienen muy poco que ver con el comercio, tal y como este se entiende normalmente. Por ejemplo, el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propie- dad Intelectual relatives al Comercio (TRIPS en sus siglas inglesas) limita la capacidad de los Estados para denegar patentes sobre ciertos productos (incluso organismos vivos) © controlar el uso de productos patentados en sus respectivas naciones (incluso la utilizacién de una licencia obligatoria para asegurar la disponibilidad de medicamentos vitales). Este acuerdo — MARTIN HART-LANDSBERG ° 23 también obliga a los Estados a aceptar un incremento significativo en el tiempo de vigencia de las patentes. El Acuerdo sobre Medidas de Inversion relativas al Comercio (TRIMS, por sus siglas en inglés) restringe la capacidad de los Estados para imponer condiciones de actividad a las inversiones extranjeras directas (IED), que comprenden también a las que requeririan insumos locales (entre ellos, fuerza de trabajo) o transferencia tecnologica. La expansion propuesta del Acuerdo General sobre el Comercio de Servi- cios (AGCS, en inglés GATS) forzaria a los Estados a abrir sus mercados nacionales de servicios (lo que incluye todo, desde la prestacion sanitaria y educativa hasta empresas de servicios publicos y el comercio minorista) a proveedores extranjeros, a la vez que limitaria la regulacion publica de su actividad. Analogamente, un propuesto Acuerdo sobre Contratacién Publi- ca negaria a los Estados la capacidad de emplear criterios no-econémicos, como, por ejemplo, laborales y medioambientales, en la adjudicacion de contratos. Es muy taro que estos acuerdos sean objeto de anilisis en los medios de comunicacién predominantes, porque plantean directamente proble- mas de poder privado contra poder publico y no son faciles de defender. Esta es una de las razones mas importantes por las que quienes apoyan el proyecto de globalizacion capitalista prefieren describir como acuerdos comerciales las ordenaciones institucionales que contribuyen a apuntalar dicha globalizacion, para luego defender esos acuerdos sobre la base de las supuestas virtudes del libre comercio. Esta defensa, por desgracia y sin motivos que lo justifiquen, goza de enorme influencia entre los trabajado- tes, sobre todo en los paises capitalistas desarrollados. Y, al utilizarla como fundamento teérico, los defensores de la globalizacion capitalista encuen- tran relativamente facil estimular la aceptacion popular de la proposicion més general segtin la cual los resultados determinados por el mercado son superiores a los resultados determinados por criterios sociales, en todos los campos de actividad. En consecuencia, es fundamental que desarrollemos una critica eficaz y accesible de este mito de la superioridad del libre comercio. Lo cierto es que se trata de una tarea més facil de lo que en gene- ral se supone. Los argumentos que promueven el libre comercio descansan en gene- tal en la teorfa de la ventaja comparativa. David Ricardo introdujo esta teo- tia en 1821, en su obra Principios de economia politica y tributacién. En gene- ral se la entiende erroneamente como si afirmara lo obvio, esto es, que los paises tienen o pueden crear diferentes ventajas comparativas o que el comercio puede ser util. Lo que en realidad sostiene es una conclusién muy especifica relativa a las politicas publicas: la mejor politica econdmi- 246 CAPITULO 1 ca de un pais consiste en permitir que la actividad del mercado internacio- nal no regulado determine su ventaja comparativa y sus modelos naciona- les de produccién.* Ricardo «puso a prueba» su teoria de la ventaja comparativa mediante un modelo estatico del mundo compuesto por dos paises, en el que se supone que Portugal es un productor mas eficiente que Inglaterra tanto en vino como en ropa, pero con mayor superioridad en la produccion de vino. Ricardo demostré que, en ese mundo que él propone, tanto Portugal como Inglaterra ganarian con una division internacional del trabajo en la que cada uno produjera el bien para el cual dispone de la mayor ventaja relati- va o comparativa. De esta manera, incluso cuando la eficiencia productiva de Inglaterra fuera inferior a la de Portugal en ambos bienes, la logica del libre comercio Ilevaria a Portugal a concentrarse en la produccién de vino y a Inglaterra en la de ropa, con lo que el comercio resultante entre ambos paises produciria beneficios maximos para los dos Los economistas de la corriente dominante, aunque siguen aceptando las lineas basicas de la teoria de Ricardo, han refinado sus desarrollos. Los mas importantes de estos son: la teorfa de Hecksher-Ohlin, la cual sostie- ne que, puesto que la ventaja comparativa de un pais depende de su base de recursos, los paises del Tercer Mundo, pobres en capital, deberian espe- cializarse en productos intensivos en mano de obra: la teoria de la iguala- cién del precio de los factores, segiin la cual el libre comercio aumentara el precio del factor que se emplee de manera intensiva (que en el Tercer Mundo sera la mano de obra no cualificada) hasta que los precios de todos los factores queden equiparados en el mundo entero; y la teoria de Stopler- Samuelson, que sostiene que las rentas del factor escaso (mano de obra en los paises ricos; capital en los paises pobres) seran las que més sufran a causa del libre comercio. Ninguna de esas elaboraciones desafia la conclu- sion basica de la teoria de Ricardo acerca de la ventaja comparativa. En rea- lidad, ofrecen soporte adicional al argumento de que los trabajadores del Tercer Mundo seran los mayores beneficiarios del libre comercio. Como todas las teorias, la de la ventaja comparativa (y su conclusion), se basa en varios supuestos. Entre los mas importantes estan los siguientes: * Hay competencia perfecta entre las empresas. + Hay pleno empleo de todos los factores de produccion. * La mano de obra y el capital son perfectamente moéviles en el interior de un pais y no traspasan las fronteras nacionales. * Las ganancias que un pais obtiene del comercio son captadas por quienes viven en el pais y gastadas localmente MARTIN HART-LANDSBERG °25 + El comercio exterior de un pais esta siempre en equilibrio. * Los precios de mercado reflejan rigurosamente los costes reales (0 sociales) de los productos producidos Un rapido repaso a estos supuestos muestra que son demasiado gene- rales y que no se ajustan a la realidad. Ademés, si no se cumplen, no hay base para aceptar la conclusion de la teoria, a saber, que las polfticas de mercado libre promoveran el bienestar internacional. Por ejemplo, el supuesto del pleno empleo de todos los factores de producci6n, incluida la mano de obra, es obviamente falso. Igualmente problematico es el proceso de reestructuracién que la teoria lleva implicito, el cual supone (pero nunca explica como) que los trabajadores que pierden su empleo como resultado de las importaciones a las que ha dado lugar el libre comercio, pronto encontraran un nuevo empleo en el sector en expansion de la eco- nomia de exportacion. En realidad, los trabajadores (y otros factores de produccién) pueden no ser igualmente productivos en usos alternativos. Aun dejando de lado este problema, si su recolocacion no es lo suficiente- mente rapida, es probable que la economia recientemente liberalizada sufra un incremento del desempleo, lo que levard a una reduccion de la deman- da agregada y, tal vez, a la recesion. De esta manera, aun en el caso de que todos los factores de produccién terminaran por estar plenamente emplea- dos, es muy probable que el coste de adaptacién pese mas que los supues- tos beneficios de eficiencia debidos a la reestructuracién inducida por la actividad comercial. El supuesto de que los precios reflejan los costes sociales también es problematico. Muchos mercados de productos estan dominados por monopolios, muchas empresas reciben sustanciales subsidios guberna- mentales que influyen en sus decisiones relativas a la produccion y a los precios y muchas actividades productivas generan importantes externali- dades negativas (especificamente las medioambientales). Por tanto, la espe- cializacion del comercio basada en los precios de mercado existentes podria facilmente producir una estructura de actividad econémica interna- cional con una eficiencia general inferior, lo que llevaria a la reduccién del bienestar social También hay razones para cuestionar el supuesto de que el comercio exterior se mantenga en equilibrio. Este supuesto depende de otro, segun el cual las fluctuaciones de la tasa de intercambios corregiran automatica y rapidamente los desequilibrios comerciales. Sin embargo, las tasas de cam- bio pueden verse facilmente influidas por la actividad financiera especula- tiva, que induciré en ellas movimientos con mayor tendencia a la desesta- 26° CAPITULO 1 bilizacion que al equilibrio. Ademas, como el comercio se produce cada vez mas a través de redes de produccién controladas por corporaciones tansnacionales, es mucho menos probable que las fluctuaciones de la tasa de cambio generen los nuevos modelos de produccién deseados. En la medida en que las fluctuaciones de la tasa de cambio fracasan en la pro- duccion de los ajustes comerciales necesarios en un periodo razonable- mente breve, se deberan reducir las importaciones (y restaurar la balanza comercial) mediante una reduccion forzosa de la demanda agregada y, tal vez, incluso una recesion. También merece ser rebatido el supuesto de que el capital no tiene gran. movilidad mas alla de las fronteras nacionales, Este supuesto ayuda a apuntalar otros, incluidos el del pleno empleo y el del equilibrio comercial. Si el capital presenta gran movilidad, las politicas de mercado libre y de libre comercio pueden producir fugas de capital que conduzcan a la desin- dustrializacion, el desequilibrio comercial, el desempleo y la crisis econd- mica. En resumen, las recomendaciones de las politicas de apoyo al libre comercio que se desprenden de la teoria de la ventaja comparativa descan- san sobre una serie de supuestos muy dudosos.* EI mito de la superioridad del «libre comercio»: argumentos empiricos Los defensores de las politicas neoliberales suelen citar los resultados de estudios de simulacion enormemente sofisticados para apoyar sus argu- mentos. Sin embargo, se trata de estudios que presentan graves delectos, en gran parte debido a que descansan en muchos de los mismos supues- tos que la teorfa de la ventaja comparativa. El siguiente examen de dos des- tacados estudios muestra que la dependencia de estos supuestos debilita la credibilidad de sus resultados. En 2001, Drusilla Brown, Alan Deardoff y Robert Stern publicaron un estudio que afirmaba que una eliminacion de todas las barreras comercia- les auspiciada por la OMC agregaria 1,9 billones de délares al producto bruto mundial en el afio 2005.’ El estudio fue ampliamente aireado en la prensa antes del comienzo de las negociaciones de la OMC en Doha, Qatar, en noviembre de 2001. El Banco Mundial también intent6 calcular, como parte de su serie de Perspectivas Economicas Globales, los beneficios que se esperaban de la liberalizacion del comercio. En Global Economic Prospects 2002, concluta que «la integracion més rapida, mediante la disminucion de las barreras al MARTIN HART-LANDSBERG °27 comercio de mercancias, incrementaria el crecimiento y suministraria 1,5 billones de dolares de ingreso adicional acumulativo a los paises en desa- rrollo durante el periodo 2005-2015. La liberalizacion de los servicios en los paises en desarrollo podria proporcionar ganancias atin mayores, tal vez el cuddruple de esa suma. [Los resultados también] muestran que la parti- cipacion de la mano de obra en la renta nacional aumentaria en todo el mundo en desarrollo». Los estudios de Brown, Deardoff y Stern, asi como los del Banco Mun- dial, se basan en modelos de equilibrio general computable, en los que las economias se definen por un conjunto de mercados interconectados Cuando los precios cambian —en este caso debido a un cambio de tari- fas—, se establece el supuesto de que los mercados de productos de ambi- to nacional se adaptan para restablecer el equilibrio. Puesto que las econo- mias estan conectadas mediante el comercio, se supone que también los cambios de precio generan mas adaptaciones globales complejas antes de lograr un nuevo equilibrio. Sobre la base de este modelo los autores de este estudio tratan de determinar las consecuencias econdémicas de la liberaliza- cién del comercio. Este tipo de modelo es muy exigente. Es preciso recurrir a supuestos especificos acerca de la conducta del consumidor y del productor en dife- rentes mercados y en diferentes naciones, incluida su velocidad de adapta- cién. También se necesitan detalladas tablas nacionales de input-output. Pero aun hacen falta mas cosas. Por ejemplo, para asegurar la credibilidad de su modelo, Brown, Deardoff y Stern suponen que sdlo hay un resulta- do de equilibrio para cada escenario de liberalizacion del comercio. Los autores dan también por supuesto que sdlo hay dos entradas [input], capi- tal y mano de obra, perfectamente moviles entre sectores en el interior de cada pais, pero limitadas por las fronteras nacionales. Ademas, suponen que el gasto agregado total de cada economia es suficiente, y que se adap- tara automaticamente con el fin de asegurar el pleno empleo de todos los recursos. Por tltimo, suponen también que las tasas de cambio flexibles impediran que los cambios de tarifas produzcan cambios en las balanzas comerciales. Para decirlo de otra manera, los autores crearon un modelo en el que la liberalizacion, por definicién, no puede provocar o empeorar el desem- pleo, la fuga de capitales 0 los desequilibrios comerciales. Gracias a estos supuestos, si un pais levanta sus restricciones comerciales, las fuerzas del mercado estimularan rapidamente y sin esfuerzo unos nuevos y mas pro- ductivos usos del capital y de la mano de obra. Y, puesto que el comercio esta siempre en equilibrio, esta reestructuracion, por definicion, generara a nn ee e—“( ec 28» CAPITULO 1 nuevas exportaciones por el valor de un dolar por cada dolar en nuevas importaciones. Como observa Peter Dorman en su critica de este estudio: «Por supuesto, en semejante mundo, los trabajadores y los gobiernos no tendrian casi de qué preocuparse, con tal de que pudieran circular répida- mente entre sectores econdmicos en expansion y sectores en contraccién». Los economistas del Banco Mundial también utilizan en su trabajo el modelo de equilibrio general computable. En Global Economic Prospects 2002 comienzan su estudio de simulacién con «un punto de vista basico acerca de la evolucion probable de los paises en desarrollo, sobre la base de las mejores conjeturas en torno a parametros generalmente estables: ahorro, inversién y aumento de la poblacién, del comercio y de la produc- tividad».* Este punto de vista basico solo incorpora los cambios en el «régi- men comercial global» que se produjeron hasta 1997 y emplea estas mejo- Tes conjeturas para estimar los resultados economicos correspondientes al periodo 2005-2015. A continuacién, dan por supuesta la eliminacion de todas las restricciones comerciales en el periodo 2005-2010, con una reduccién de las restricciones a razon de un sexto por ano.” Finalmente, comparan los resultados economicos estimados a partir de este escenario de liberalizacion con los del escenario basico inicial, para determinar las ganancias producidas por la liberalizacion. Este esfuerzo modelador también depende de diversas hipotesis decisi- vas y nada realistas. Una de ellas es que las reducciones arancelarias no ten- dran efecto sobre los déficit gubernamentales, que seguiran sin cambios en relacion con los valores de proyeccion inicial. Esta hipotesis afirma que los gobiernos seran automaticamente capaces de compensar las pérdidas en ingresos arancelarios con nuevos ingresos derivados de otras fuentes,. Otra hipotesis es la de que las reducciones arancelarias no tendran consecuen- cias sobre las balanzas comerciales, que se mantendran como estaban en la proyeccion basica. La ultima es la existencia de pleno empleo. Una vez mas, en el corazon mismo del modelo se introduce un poderoso sesgo favorable al libre comercio, mediante la previa suposicion, y de ahi, la seguridad de un resultado favorable a la liberalizacion Aunque dicho sesgo basta para descalificar la utilidad del estudio como guia para la elaboracion de politicas, merece la pena examinar sus resulta- dos por dos razones. En primer lugar, los beneficios proyectados son menores de lo que uno podria imaginarse, dado el respaldo incondicional del Banco Mundial a la liberalizacion. En segundo lugar, los estudios pos- teriores del Banco Mundial han revelado beneficios significativamente menores. En su estudio de 2002, el Banco Mundial concluia que, «medida en términos estaticos, con la liberalizacion comercial [de mercancias] la MARTIN HART-LANDSBERG °29 renta mundial seria en 2015 de 355.000 millones de dolares mas que en el momento inicial».'° Los paises del Tercer Mundo en su conjunto recibirian 184.000 millones de dolares més, o sea, aproximadamente, el 52% de estos beneficios totales. Resulta significativo que 142.000 millones de dolares de dichas ganancias para el Tercer Mundo se prevé que se deriven de la libe- ralizacion del comercio de bienes agricolas. Mas significativo aun es que se calcula que 114.000 millones de dolares provengan de la liberalizacion del sector agricola en el Tercer Mundo." La liberalizacion del comercio de bienes manufacturados resulta ser puramente secundaria. El total de ganancias estimadas para el Tercer Mundo gracias a la liberalizacion com- pleta del comercio mundial de bienes manufacturados es tan sdlo de 44,000 millones de délares. Si tomaramos en serio esas cifras, lo que sugieren sin ninguna duda es que el Tercer Mundo tiene poco que ganar con un acuerdo en el marco de la OMC. Como Mark Weisbrot y Dean Baker observan en su critica de ese estudio, «la supresion de todas las barreras de los paises ricos a las expor- taciones de mercancias de los paises en desarrollo —incluidos la agricultu- ra, los textiles y otros bienes manufacturados— agregaria [...], cuando esos cambios se aplicasen por completo en 2015, un 0,6% al PIB de los paises de renta baja y media. Eso significa que un pais del Africa Subsahariana que, con los actuales acuerdos comerciales, tenga una renta per capita anual de 500 dolares, en el afio 2015 tendria una renta per capita de 503 dolares»." Ademas, como sefialan también dichos autores, esas escasas ganancias se veran marcadamente contrarrestadas por las pérdidas deriva- das del acatamiento de otros acuerdos conexos de la OMC. Las estimaciones més recientes del Banco Mundial arrojan ganancias aiin menores como resultado de la liberalizacion. En Global Economic Pros- pects 2005, el Banco Mundial incorporaba nuevos conjuntos de datos que le permitian «captar las considerables reformas efectuadas entre 1997 y 2001 (por ejemplo, la aplicacién continua de la Ronda de Uruguay y los progresos de China hacia el ingreso en la OMC), asi como un tratamiento mejorado de los acuerdos comerciales preferentes»." Como resultado, las ganancias estaticas totales previstas como consecuencia de la liberalizacion del comercio de mercancias descendian a 260.000 millones de délares (en 2015 en relacién al punto de partida), y sdlo un 41% de las ganancias iban a parar al Tercer Mundo. Aunque los trabajadores se han visto perjudicados por la globalizacion capitalista, muchos son reacios a la hora de hacerle frente porque han sido intimidados por los argumentos «académicos» de quienes la defienden. Sin embargo, como hemos visto, tales argumentos se basan en teorias y simu- 306 CAPITULO 1 laciones enormemente artificiales que tergiversan deliberadamente el fun- cionamiento del capitalismo. Se puede y se debe discutirlas y rechazarlas Neoliberalismo: la realidad La era neoliberal posterior a 1980 ha estado marcada por un crecimiento més lento, mayores desequilibrios comerciales y el deterioro de las condi- ciones sociales. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) informa que, «para el conjunto de los paises en de- sarrollo (con exclusién de China), el promedio del déficit comercial en la década de 1990 es superior al de la década de 1960 en casi tres puntos por- centuales del PIB, mientras que la tasa media de crecimiento ha descendi- do a razon de un 2% anual».'* Ademas: EI modelo es muy semejante en todas las regiones en desarrollo. En Latinoamérica, en la década de 1990 la tasa media de crecimiento es un 3% anual mas baja que en Ja de 1970, y algo muy similar ocurre con los deficit comerciales en proporcién al PIB. En el Africa Subsahariana, el crecimiento disminuy6, pero los deficit aumenta- ron. Los paises asiaticos consiguieron crecer mas rapidamente en la década de 1980, mientras reducfan sus deficit de pago, pero en la década de 1990 contrajeron mayo- res deficit sin lograr crecer mas deprisa."” Un estudio de Mark Weisbrot, Dean Baker y David Rosnick sobre las consecuencias de las politicas neoliberales en el desarrollo del Tercer Mundo llega a conclusiones parecidas. Los autores observan que «contra- riamente a la creencia popular, en los ultimos veinticinco afios (1980- 2005) se han apreciado unas tasas de crecimiento econémico marcada- mente més lentas y un escaso progreso de los indicadores sociales para la gran mayoria de los paises de renta baja y media [en comparacion con las dos décadas anteriores] ».'° Para quienes rechazan los principales supuestos que subyacen a los argumentos de la corriente dominante a favor de la «liberacién» de la acti- vidad economica internacional, los resultados no son sorprendentes. A grandes rasgos, la liberalizacién comercial ha contribuido a la desindustria- lizacion de muchos paises del Tercer Mundo, con el consecuente incre- mento de la dependencia de las importaciones. Al abaratar y facilitar la obtencion de bienes de lujo, ha estimulado también el incremento de la importacion de estos. Y por ultimo, al atraer la produccion de las corpora- ciones transnacionales al Tercer Mundo, ha incrementado también la inten- MARTIN HART-LANDSBERG 231 sidad de importacién de la mayoria de las exportaciones de los paises de esta zona. Las ganancias que producian las exportaciones no podian man- tener el ritmo, en gran parte porque el aumento de la actividad y la com- petencia exportadora del Tercer Mundo (estimulado por la necesidad de compensar el aumento de las importaciones) tendia a reducir las ganancias derivadas de la exportacion. Por otra parte, la mayor lentitud de crecimien- to de la mayoria de los paises capitalistas desarrollados y el proteccionismo de estos también limitaron las exportaciones. En un esfuerzo por mantener dentro de limites manejables el déficit comercial y el de cuenta corriente, los Estados del Tercer Mundo, a menu- do presionados por el FMI y el Banco Mundial, impusieron medidas de austeridad (en especial cortes draconianos de los programas sociales) para talentizar el crecimiento econémico (y las importaciones). También, en un esfuerzo por atraer la financiacién necesaria para compensar los déficit existentes, desregularon los mercados de capital, privatizaron la actividad econdmica, a la vez que relajaron los regimenes reguladores de la inversion extranjera. Aunque devastadoras para los trabajadores y las posibilidades de desarrollo nacional, esas politicas, tal y como se pretendia, respondian a los intereses del capital transnacional en general y de un sector pequeno, pero influyente, del capital del Tercer Mundo. Esa es la realidad del neoli- beralismo. La dinamica del capitalismo contemporaneo Aunque, en muchos sentidos, el término «neoliberalismo» capta la esen- cia de las practicas y las politicas del capitalismo contemporéneo, no deja de ser al mismo tiempo un término problematico en aspectos importan- tes. En particular, estimula la idea de que bajo el capitalismo existe simul- taneamente un amplio espectro de opciones politicas, de las que el neoli- beralismo no es mas que una posibilidad entre otras. Los Estados podrian techazar el neoliberalismo, si quisieran, y poner en practica politicas mas socialdemocratas o intervencionistas, similares a las que estuvieron en vigencia en las décadas de 1960 y 1970. Desgraciadamente, las cosas no son tan sencillas. La «liberacion» de la actividad economica que se iden- tifica generalmente con el neoliberalismo no es tanto una mala opcién politica como una respuesta estructural a la que se ven forzados muchos Estados del Tercer Mundo ante las tensiones y las contradicciones engendradas por el capitalismo. Para decirlo con otras palabras, lo que hay que desafiar y superar es en realidad el capitalismo (como sistema 326 CAPITULO 1 dinamico y explotador), antes que el neoliberalismo (como conjunto de politicas). Los te6ricos de la corriente dominante suelen tratar el comercio, las finanzas y la inversion como procesos separados. Pero la verdad es que estan interrelacionados. Y, como ya se ha destacado mas arriba, el impulso capitalista para mejorar la rentabilidad ha presionado en general a los Esta- dos del Tercer Mundo en el sentido de una liberalizacion y una desregula- cién generalizadas. Esta dinamica ha tenido importantes consecuencias, sobre todo, pero no exclusivamente, para el Tercer Mundo. En particular, ha estimulado a las corporaciones transnacionales a perseguir sus fines a wavés de la creacion y la ampliacion de redes de produccion internaciona- les. Eso ha llevado a nuevas formas de control de la actividad industrial del Tercer Mundo que han implicado la remodelacion de dicha actividad y su integracion transfronteriza de formas cada vez més destructivas para las necesidades sociales, econdmicas y politicas de los trabajadores. Durante las décadas de 1960 y 1970, la mayoria de los paises del Ter- cer Mundo persiguio estrategias de industrializacion para la sustitucién de importaciones bajo la direccion del Estado, a la vez que financiaba sus défi- cit comerciales con préstamos bancarios. Este modelo repentinamente tocd fondo al principio de la decada de 1980, cuando las inestabilidades econd- micas del mundo capitalista desarrollado, particularmente de Estados Uni- dos, produjeron el aumento de la tasa de interés y la recesién global. Los costes de los préstamos del Tercer Mundo se dispararon y las ganancias derivadas de la exportacion se hundieron, lo que desencadeno la «crisis de la deuda» del Tercer Mundo. Con la inseguridad sobre el pago de las deu- das, los bancos redujeron enormemente sus préstamos, con el consiguien- te empeoramiento de los problemas econdmicos y sociales del Tercer Mundo. Para superar estos problemas, los Estados del Tercer Mundo buscaron otras maneras de incrementar las exportaciones y nuevas fuentes de finan- ciacion internacional. Cada vez més, consideraron que la respuesta estaba en la inversion extranjera directa orientada a la exportacion. La competen- cia por esta inversién fue feroz. Uno tras otro, los paises introdujeron cam- bios en sus regimenes de inversion, la mayoria de ellos disefiados para crear un entorno més liberalizado, desregulado y «propicio para los nego- cios». Las corporaciones transnacionales respondieron con avidez a esos cambios, a la promocion de muchos de los cuales contribuyeron junto con sus respectivos gobiernos. Y, entre los afios 1991 y 1998, la inversion extranjera directa se convirtio en la mayor fuente de aportacion de capital neto al Tercer Mundo, hasta representar un 34% del total.” MARTIN HART-LANDSBERG * 33 Las nuevas tecnologias habian hecho posible que las corporaciones transnacionales abarataran los costes de produccién de muchos bienes mediante la fragmentacién y la division geografica de sus procesos de pro- duccion. En consecuencia, estas emplearon sus inversiones para localizar en el Tercer Mundo los segmentos de produccién intensivos en mano de obra, principalmente la produccién o montaje de partes y componentes. Eso sucedié especialmente con los bienes electronicos y eléctricos, la indu- mentaria, asi como con ciertos bienes tecnologicamente avanzados, tales como los instrumentos dpticos. E] resultado fue el establecimiento o la expansién de un gran numero de redes de produccion internacionales de estructura vertical, muchas de las cuales se extendian por diferentes paises. Seguin la UNCTAD, «se ha cal- culado, sobre la base de tablas de input-output de algunos paises de la OCDE y de mercados emergentes, que el comercio basado en redes de pro- duccion verticales representa el 30% de las exportaciones mundiales y que, en los ultimos veinticinco afios, ha crecido en un 40%»."* A pesar de la feroz competencia que se librala en el Tercer Mundo para atraer inversién extranjera directa, las corporaciones transnacionales ten- dieron a concentrar sus inversiones en unos pocos paises. En general, el capital de Estados Unidos ponia el acento en América del Norte (NAFTA), mientas que el capital japonés se centraba en el Este asiatico y el capital europeo en la Europa central. A los paises «perdedores» en la competencia por la inversion de fondos extranjeros se los obligo en general a gestionar sus problemas comerciales y financieros mediante practicas de austeridad. Los paises «ganadores», en cambio, experimentaron normalmente una transformacion industrial relativamente rapida. Mas especificamente, se convirtieron en importantes exportadores de bienes manufacturados, en especial productos de alta tecnologia, como transistores y semiconductores, ordenadores, componentes de ordenadores y equipos de oficina, aparatos y componentes de telecomunicaciones, asi como maquinaria eléctrica. Como consecuencia de esa evolucion, la parte del total de las exporta- ciones del Tercer Mundo que representaban los productos manufacturados crecié rapidamente para pasar del 20% de la década de 1970 y comienzos de la siguiente, al 70% a finales de la década de 1990."" La participacion del Tercer Mundo en las exportaciones mundiales de bienes manufactura- dos también subié del 4,4% en 1965 al 30,1% en 2003. Los economistas de la corriente dominante afirman que ese ascenso de las exportaciones de productos manufacturados es una demostracién de los beneficios de la liberalizacion, y de ahi infieren la importancia para el desarrollo de los acuerdos de liberalizacion del tipo preconizado por la 346 CAPITULO 1 OMC. No obstante, dicho argumento identifica erroneamente la inversion extranjera directa y las exportaciones de bienes manulacturados con el desa- rrollo, con lo cual malinterpreta la dinémica de la acumulacion de capital wansnacional. La realidad es que la participacion en las redes de produc- cién controladas por las corporaciones transnacionales poco ha contribui- do a mejorar los niveles de vida, la estabilidad econémica o las perspecti- vas de desarrollo nacional. EI fracaso se debe a muchas razones. En primer lugar, los paises que han conseguido atraer inversion extranjera directa, lo han hecho normal- mente en un contexto de liberalizacion y desregulacion de sus respectivas economias. Eso, en general, ha provocado la destruccion de las industrias nacionales que competian con las importaciones, lo que ha producido des- empleo, un rapido crecimiento de las importaciones y la pérdida de secto- tes industriales. En segundo lugar, es raro que las actividades localizadas en el Tercer Mundo transfieran habilidades o tecnologia, o que estimulen conexiones entre industrias nacionales. Eso significa que rara vez tales acti- vidades son capaces de promover un proceso de desarrollo dinamico o nacionalmente integrado. Ademas, las exportaciones resultantes tienen una fuerte dependencia de las importaciones, de modo que reducen enorme- mente los intercambios comerciales con el exterior que generan benelicios. Por ultimo, el proceso de acumulacion transnacional hace que el creci- miento del Tercer Mundo dependa cada vez mas de la demanda externa. En la mayoria de los casos, el principal mercado final de esas redes es Esta- dos Unidos, lo que significa que el crecimiento del Tercer Mundo se hace més dependiente atin de la capacidad de Estados Unidos para sostener un déficit comercial cada vez mayor, cosa que parece cada vez mds dudosa. Pocos paises han escapado a esos problemas. Por ejemplo, la UNCTAD estudio los comportamientos econdmicos de «siete de los paises en desa- trollo mas avanzados» durante el periodo 1981-1996: Hong Kong (China), Malasia, México, Republica de Corea, Singapur, Provincia China de Taiwan y Turquia. Estos forman parte de los exportadores de bienes manufactura- dos mas présperos del Tercer Mundo. No obstante, puesto que gran parte de su actividad exportadora se organiza en el marco de las redes de pro- duccién controladas por las corporaciones transnacionales, los beneficios para el bienestar de los trabajadores o para el desarrollo nacional han sido limitados. Por ejemplo, para el grupo en su conjunto, el valor medio afadido por la elaboracion permanecio constantemente por debajo del valor de las exportaciones manufacturadas durante todo el periodo, con un porcentaje que descendis del 76% en 1981 al 55% en 1996. Y aunque el porcen- MARTIN HART-LANDSBERG 235 taje medio de las exportaciones manufacturadas del grupo aumento enor- memente en relacién con el PIB, la tasa media del valor anadido al PIB por la elaboracion no presento cambios en general.*' Ademas, y en términos globales, mientras que el grupo en su conjunto mantuvo aproximadamen- te equilibrada la balanza comercial de productos manufacturados hasta finales de la década de 1980, en los afos siguientes las importaciones aumentaron mucho mas rapidamente que las exportaciones. La experien- cia de México tal vez sea la que mejor simboliza la quiebra de esta estrate- gia de crecimiento: «entre 1980 y 1997 la participacién de México en las exportaciones mundiales de productos manufacturados se multiplicé por diez, mientras que su participacién en el valor afiadido por elaboracién cayé en mas de un tercio, y su participacion en la renta mundial (al cam- bio actual) [cayé] alrededor de un 13%».?? China: la ultima historia de éxito neoliberal El fracaso del capitalismno a la hora de promover el desarrollo no se debe a falta de dinamismo, sino todo lo contrario. Al intensificar el desarrollo y la aplicacion de nuevas relaciones de produccion y de intercambio en el inte- rior de los paises y entre ellos, ese dinamismo es causa de rapidos cambios en la suerte economica de las naciones, lo que a su vez hace que exista un grupo constantemente cambiante (y cada vez mas reducido) de «ganado- res» y un grupo (cada vez mayor) de «perdedores», al tiempo que enmas- cara la conexion entre ambos. Incluso el Este asiatico ha estado sometido a las inestabilidades de la dinamica capitalista, cuando la crisis regional de 1997-1998 devasts a los paises con un «comportamiento estrella» como Corea del Sur, Indonesia, Tailandia y Malasia. Después de distanciarse rapi- damente de esos paises (y de los elogios que les habian dedicado por su crecimiento), la mayor parte de los neoliberales han pasado a abrazar con impaciencia a un nuevo campeon, China.”* Como todo el mundo sabe, China se ha convertido en el mayor recep- tor de inversion extranjera directa, el mayor exportador de bienes manu- facturados y el pais con la economia de crecimiento mas rapido de todo el Tercer Mundo, en gran medida a causa de que su Gobierno adopt6 una estrategia de crecimiento basada en privilegiar la empresa privada y las fuerzas internacionales del mercado. En respuesta a esa nueva estrategia, la inversion extranjera directa en China aumento de 3.500 millones de déla- res en 1990 a 60.600 millones en 2004. Las filiales de empresas manufac- tureras extranjeras representan hoy aproximadamente la tercera parte de 36° CAPITULO 1 las ventas totales de productos manufacturados dentro de China. También producen el 55% de las exportaciones del pais y un porcentaje considera- blemente mayor de sus exportaciones de tecnologia punta. Como conse- cuencia de estas tendencias, el porcentaje del PIB nacional correspondien- te a las exportaciones ha aumentado constantemente del 16% en 1990 al 36% en 2003.” De esta manera, el crecimiento de China se ha vuelto cada vez més dependiente de la actividad de exportacion organizada por las cor- poraciones transnacionales. Verdaderamente, la inversion extranjera ha transformado China en una plataforma de exportacién en rapido crecimiento, con una capacidad de produccién interna de cierta importancia. Al mismo tiempo, muchas de las limitaciones de esa estrategia de crecimiento, ya destacadas mas arriba, también son visibles en China. Por ejemplo, la actividad de exportacion dominada desde el extranjero no ha hecho gran cosa por apoyar el desarro- Ilo de una produccion nacionalmente integrada, ni de redes de suministro tecnologico.” Ademas, como el Estado chino continua perdiendo capaci- dad de planificacion y de direccion, y los recursos del pais son incesante- mente incorporados a las redes extranjeras, en gran parte con el fin de satisfacer las demandas del mercado exterior, se esta perdiendo el poten- cial de desarrollo auténomo del pais. El crecimiento de China ha enriquecido a un sector de renta alta de la nacién relativamente reducido, aunque numéricamente significativo, que disfruta de una extraordinaria ampliacién de su capacidad de consumo. Sin embargo, esos beneficios han sido ampliamente financiados con la explotacion de la gran mayoria de los trabajadores chinos. Por ejemplo, como consecuencia de las politicas de liberalizacion del Estado chino, las empresas de propiedad estatal despidieron a 30 millones de trabajadores en el periodo comprendido entre 1998 y 2004. Con tasas de desempleo urbano de dos digitos, pocos de los antiguos trabajadores del Estado logra- ton encontrar un nuevo empleo adecuado. De hecho, la supervivencia de més de 21,8 millones de esos trabajadores depende actualmente del «sub- sidio minimo vital medio». En junio de 2005, ese subsidio equivalia apro- ximadamente a 19 délares mensuales, mientras que la renta media men- sual de un trabajador urbano era aproximadamente de 165 dolares.* Si bien la nueva produccion de exportacién dominada desde el extran- Jero ha generado nuevas oportunidades de empleo, los salarios asignados a la mayoria de ellos son extremadamente bajos. Un consultor de la Oficina de Estadisticas Laborales de los Estados Unidos ha calculado que los traba- jadores fabriles chinos ganan un promedio de sesenta y cuatro céntimos de dolar por hora (incluidas las prestaciones sociales).” En Guangdong, MARTIN HART-LANDSBERG 37 donde se produce aproximadamente la tercera parte de los bienes de exportacion, los salarios base de la industria estuvieron congelados duran- te la ultima década. Ademéas, pocos de estos trabajadores, si acaso alguno, tiene acceso a una vivienda asequible, servicios médicos, pensiones o edu- cacién.™ La transformacion economica de China no sélo se ha producido a costa de un precio muy elevado para los trabajadores chinos, sino que también ha venido a intensificar (y se ha beneficiado de) las contradicciones del desarrollo capitalista en otros paises, incluido el Este asiatico. Por ejemplo, los éxitos de exportacion de China en los mercados capitalistas avanzados, en particular el de Estados Unidos, han dejado forzosamente fuera de esos mercados a otros productores del Este de Asia, que, por necesidad, han teorientado su actividad de exportacion a la produccion de piezas y com- ponentes que utilizan las corporaciones transnacionales que operan en China y se dedican a los bienes de exportacion. De esta manera, todo el Este asiatico esta quedando interrelacionado en un régimen regional de acumulacion que atraviesa muchas fronteras y, al hacerlo, reestructura la actividad nacional y los recursos para apartarlos de la satisfaccion de las necesidadk para servir a mercados de exportacion externos a la region bajo la direc- cién de corporaciones transnacionales cuyos intereses se centran sobre s internas. La actividad y los recursos se organizan mas bien todo en la reduccion de costes, sin atender a las consecuencias sociales o medioambientales.* El crecimiento de los paises del Este asiatico, mucho mas lento después de la crisis, y las mayores presiones de competitividad que estan deterio- rando los niveles de vida en toda la regién son una poderosa demostracion de que este nuevo ordenamiento de las relaciones economicas regionales es incapaz de promover un proceso estable de desarrollo a largo plazo. Mien- tras tanto, la explosion de las exportaciones chinas ha acelerado también la pérdida de sectores de produccion industrial en las economias de Japon y Estados Unidos, asi como el aumento del insostenible déficit comercial estadounidense En algun momento, los desequilibrios (econdmicos y politicos) genera- dos por ese proceso de acumulacion llegaran a ser demasiado grandes y tendran que producirse correcciones. Si no se cuestiona la logica de la competencia capitalista, cabe esperar que los gobiernos hagan frente al proceso de ajuste con politicas que probablemente empeoren las condicio- nes de los trabajadores, tanto en el Tercer Mundo como en los paises capi- talistas desarrollados. También se puede esperar que los defensores del neoliberalismo utilicen ese proceso de ajuste como medio para «descubrir» 38° CAPITULO 1 su proxima historia de éxito, cuya experiencia mencionarén después como prueba de la superioridad de las fuerzas del mercado. Nuestro reto Como hemos visto, los argumentos que pretenden demostrar que las poli- ticas de libre comercio y mercado libre transformaran las actividades eco- nomicas y las relaciones de tal manera que beneficien universalmente a la clase trabajadora se basan en teorias y simulaciones que distorsionan el funcionamiento real del capitalismo. La realidad es que cada vez son mas los trabajadores cautivos de un proceso cada vez mas transnacional y uni- ficado de acumulacion de capital. Hay produccién de riqueza, pero en todos los paises implicados los trabajadores se ven arrojados unos contra otros, y todos sufren andlogas consecuencias, entre ellas el paro y el empeo- ramiento de las condiciones de vida y de trabajo. Los trabajadores y sus comunidades estan embarcados en una crecien- te, aunque desigual, resistencia a esa situacién. Esa resistencia, pese a que va ganando elicacia, presenta todavia un caracter en gran parte defensivo y politicamente desenfocado. Una razon de ello es que la teoria neoliberal sigue suministrando una poderosa cobertura ideoldgica a la globalizacion capitalista, a pesar de haber sido generada y disefiada para favorecer los intereses de la clase capitalista. Otra razon es la naturaleza dinamica del capitalismo contemporaneo, que tiende a enmascarar su caracter destruc- tivo. En consecuencia, como participantes en esa resistencia, debemos tra- bajar para asegurar que nuestras multiples luchas se libren de tal manera que ayuden a los trabajadores a entender mejor la naturaleza de los proce- sos de acumulacion que estan transformando nuestras vidas. As podremos hacer visibles las rafces capitalistas comunes de los problemas que afronta- mos y la importancia de la creacion de movimientos comprometidos con una transformacion social radical y con la solidaridad (internacional). Notas 1. Cita tomada de Ha-Joon Chang, Kicking Away the Ladder: Development Strategy in Historical Perspective, Anthem Press, Londres, 2002, p. 15. 2. William Cline, «Doha Can Achieve Much More than Skeptics Expect», en Finance and Development, marzo de 2005, p. 22. 3. Significativamente, la mayorfa de los tesricos neoliberales no incluyen en su argumenta- ién el libre movimiento de personas. MARTIN HART-LANDSBERG 39 4, Se pueden encontrar andlisis adicionales de las debilidades teoricas subyacentes a las teo- ras del libre comercio en Arthur MacEwan, Neo-Liberalism or Democracy: Economic Strategy, Markets, and Alternatives for the 21st Century, Zed Press, Nueva York, 1999, capitulo 2; Gra- harn Dunkley, The Free Trade Adventure: The WTO, the Uruguay Round and Globatism=A Cri- tique, Zed Press, Nueva York, 2000, capitulo 6; y Anwar Shaikh, «The Economic Mytho- logy of Neoliberalism», en Alfredo Saad-Filho, comp., Neoliberalism: A Critical Reader, Pluto Press, Londres, 2005. 5. Drusilla Brown, Alan Deardoff y Robert Stern, CGE Modeling and Analysis of Multilateral and Regional Negotiating Options, ponencia de andlisis 468, University of Michigan School of Public Policy Research Seminar in International Economics, 2001, hutp:/Avwwford- school.umich.edu/rsie/workingpapers/Papers45 1-475/r468. pdf. 6. Banco Mundial, Global Economic Prospects 2002, World Bank Publications, Washington D.C, 2002, xiit 7. Peter Dorman, The Free Trade Magic Act, ponencia informativa, Economic Policy Institute, Washington D.C., 2001, p. 2. 8, Banco Mundial, Global Economic Prospects 2002, World Bank Publications, Washington D.C, 2001, p. 166. 9. Las testricciones eliminadas incluyen los aranceles de importacién, los subsidios a la exportacion y las subvenciones a la prod 10. Banco Mundial, Global Economic Prospects 2002, p. 167 11. Este resultado es en gran parte un reflejo de los supuestes del modelo del Banco Mun dial. Puesto que el sector agricola en el Tercer Mundo esta protegido por aranceles rela- ecién nacional. tivamente elevados y se presupone que es ineliciente, su liberalizacién produce las mayo- res ganancias para el Tercer Mundo. Este enfoque de la produccion agricola del Tercer Mundo ignora todas las consideraciones culturales y ecologicas. 12. Mark Weisbrot y Dean Baker, The Relative Impact of Trade Liberalization on Developing Countries, ponencia informativa, Center of Economic and Policy Research, Washington D.C, 2002, p. | 13. Banco Mundial, Global Economic Prospects 2005, World Bank Publications, Washington D.C, 2005, p. 127 14, UNCTAD, Trade and Development Report 1999, Naciones Unidas, Nueva York, 1999, vi 15. UNCTAD, ibid, vi 16. Mark Weisbrot, Dean Baker y David Rosnick, The Scorecarl on Development: 25 Years of Diminished Progress, Center for Economic and Policy Research, Washington D.C., 2005, p. 1 17. UNCTAD, Trade and Development Report 2002, Naciones Unidas, Nueva York, 2002, p. 103 18. UNCTAD, ibid., p. 63. 19. UNCTAD, ibid., p. 51 20. UNCTAD, Trade and Development Report 2005, Naciones Unidas, Nueva York, 2005, p 1 21, UNCTAD, Trade and Development Report 2002, p. 77. 22, UNCTAD, ibid,, p. 80 isis del surgimiento de China como historia de éxito neoliberal, véase Mar- tin Hart-Landsberg y Paul Burkett, China y el socialismo. Reformas de mercado y lucha de clases, Hacer, Barcelona, 2006, en especial el capitulo 1, Vease al respecto la Fe de erra- tas de la pagina siguiente 24, Martin Hart-Landsberg y Paul Burkett, «China and the Dynamics of Transnational Accu- mulation: Causes and Consequences of Global Restructuring», en Historical Materialism, vol. 14, n°3, agosto de 2006, pp. 3-43. 23. Para un an 40¢ caPiTuLO 1 25. Martin Hart-Landsberg y Paul Burkett, «China and the Dynamics of Transnational Accu- mulation», 26. «Subsistence Living for Millions of Former State Workers», en China Labor Bulletin, 7 de septiembre de 2005. 27. Edward Cody, «Workers In China Shed Passivity, Spate of Walkouts Shakes Factories», en Washington Post, 27 de noviembre de 2004. 28. Para un anélisis mas detallado de las destructivas consecuencias sociales de las politicas del Estado chino relativas a los trabajadores, asi como de la creciente resistencia de estos a esas politicas, véase Hart-Landsberg y Burkett, China y el socialismo, dp. cit., capitulo 3 29. Esta reestructuracin es objeto de analisis detallado en Hart-Landsberg y Burkett, China y el socialismo, 6p. cit., capftulo 4, y «China and the Dynamics of Transnational Accumu- lation». Fe de erratas: Martin Hart-Landsberg y Paul Burkett, «China, el mercado, y la economia asidtica», en Poderes emergentes en Asia, n° 6 de Monthly Review-Selecciones en castellano, capitulo 4, p. 77. Debido a un error de imprenta no son correctos una buena parte de los datos que aparecen en la tabla 2 de la pagina 77 del capitulo mencionado. A continuacion se reproduce integra- mente dicha tabla con los valores correctos Tabla 2: Total de exportaciones (en miles de millones de délares USA, con cuo- tas porcentuales para cada pais del total conjunto de exportaciones) 1985 1990 1995 1998 1999 2000 2001 2002 China (RPCh) 27,33 62,76 148,96 183,74 194,93 249,20 266,14 371,42 (14,6) (15,0) (17,0) (20,0) (20,0) (21,2) (24,2) (31,3) Hong Kong 30,18 82,14 173,56 173,69 173,79 201,99 189,84 139,50 (16,1) (19,6) (20,0) (18,9) (17,8) (17,2) (17,2) (11,8) Taiwan 30,73 67,21 111,66 110,58 121,59 148,32 122,87 130,60 (16,4) (16,0) (12,7) (12,1) (12,5) (12,6) (11,2) (11,0) Singapur 22,81 52,75 118,19 109,89 114,73 137,93 121,72 125,09 (11,9) (12,6) (13,5) (12,00) (11,8) (11,7) (11,1) (10,5) Corea del Sur 30,29 67,81 131.31 132,70 143,65 171,83 149,84 153,28 (16,2) (16,2) (15,0) (14,5) (14,7) (14,6) (13,6) (12,9) Indonesia 18,60 25,68 45.43 48,84 48,65 62,10 64,82 63,04 99) (61) 2) (53) (5,0) (5,3) (5,9) (5,5) Tailandia 7,12 23,07 57,20 54,49 58,50 68,96 65,11 68,85 G8) (5,5) (65) (5,9) (6,0) (5,9) (5,9) (5,8) Malasia 15,41 29,42 73,72 73,47 84,55 98,15 88,20 96,23 (8,2) (7,0) (4) (8,0) (8&7) (8,3) (8,0) (8,1) Filipinas 461 8,19 17,37 29,50 35,48 38,06 32,14 36,55 (2,5) @0) (2,0) (3,2) (3,6) (3,2) (2,9) 3,1) Total conjunto 187,08 419,04 877,39 916,91 975,87 1.17654 1.100,67 1.18657 Fuente: Banco de Desarrollo Asidtico, Key Indicators 2003, http:/Awww.adb.org 2 La financializacion del capitalismo John Bellamy Foster décadas se han descrito habitualmente con tres términos: neclibera- lismo, globalizacion y financializacion. Aunque mucho se ha escrito sobre los dos primeros aspectos, la atencion que se ha prestado al tercero de ellos ha sido mucho menor.' Sin embargo, la financializacién se consi- dera cada vez més la fuerza dominante de la triada. La financializacion del capitalismo, el desplazamiento del peso de la actividad econdmica de la produccion, e incluso de gran parte del creciente sector de los servicios, a las finanzas es, por lo tanto, una de las cuestiones clave de nuestro tiem- po. Mas que ningun otro fendmeno, la cuestion que nos plantea es: gha | os cambios experimentados por el capitalismo en las tres Ultimas entrado el capitalismo en una nueva fase? Sostendré que, aunque el sistema ha cambiado como consecuencia de la financializacion, dista mucho de tratarse de una fase absolutamente nueva, ya que el problema fundamental de la acumulacion dentro de la produccion sigue siendo el mismo. Por el contrario, la financializacién ha producido una nueva fase hibrida del estadio monopolista del capitalismo que podriamos denominar de «capital financiero-monopolista».? Mas que avanzar de forma fundamental, el capital esta atrapado en un ciclo aparen- temente interminable de estancamiento y explosion financiera. Las nuevas * Articulo publicado en MR, vol. 58, n® 11, abril de 2007, pp. 1-12. Traduccion de Joan Que- sada, Este articulo fue preparado para su presentacion en un debate organizado por la URPE (Union para la Economia Politica Radical) en el marco del Forum de la Tzquierda de Nueva York, 11 de marzo de 2007 Bs 426 CAPITULO 2 relaciones econémicas generadas por el capital financiero-monopolista tie- nen su epicentro en los Estados Unidos, que siguen siendo la economia capitalista dominante, pero han penetrado cada vez mas en el sistema glo- bal. Los origenes del término «financializacion» son oscuros, aunque este empez6 a aparecer cada vez mas frecuentemente a principios de la década de 1990.’ No obstante, el tema fundamental del cambio gravitacional del capitalismo en su conjunto hacia las finanzas ha estado presente desde finales de la década de 1960. Las primeras figuras de la izquierda (tal vez del mundo en general) que exploraron sistematicamente esta cuestion fue- ton Harry Magdoff y Paul Sweezy en sus escritos para Monthly Review.’ Como ha senalado Robert Pollin, uno de los principales analistas de la financializaci6n, profesor de economia en la Universidad de Massachusetts en Amherst, «a partir de finales de la década de 1960 y durante las de 1970 y 1980», Magdoff y Sweezy documentaron «la forma emergente de capita- lismo que ha entrado ahora en fase ascendente: el aumento del papel de las finanzas en las operaciones del capitalismo. Esto ha dado en llamarse “financializacién’”, y pienso que es justo afirmar que ellos fueron los prime- ros en la izquierda en darse cuenta y llamar la atencién [sobre el fenome- no]. Lo hicieron con su caracteristica contundencia, su dominio de los fun- damentos y su capacidad para captar las implicaciones més generales para la comprension marxista de la realidad». Como subrayaba Pollin en una ocasion posterior, «Harry [Magdoff] y Paul Sweezy fueron verdaderos pio- neros a la hora de reconocer esa tendencia [...] [Uno de los] principales aspectos de su obra es el hecho de que esos escritos [en Monthly Review a lo largo de tres décadas] trazaban, de manera sencilla pero con persuasivos detalles empiricos, la emergencia de la financializacion como fenomeno [..-] INJo esta claro en qué momento la gente de izquierdas habria perci- bido y explicado esas tendencias si Harry, junto con Paul, no lo hubieran hecho antes».? Del estancamiento a la financializacion Al analizar la financializacion de capitalismo, Magdoff y Sweezy no se limi- taron a ejercer como meros cronistas de una tendencia estadistica, sino que la analizaron a través del prisma de un anilisis historico del desarrollo capitalista. Tal vez la descripcién més sucinta del fenomeno fue la ofrecida por Sweezy en 1997, en un articulo titulado «More (or Less) on Globaliza- tion» [Mas (o menos) sobre la globalizacion]. Trataba alli de lo que deno- JOHN BELLAMY FOSTER °43 minaba «las tres tendencias subyacentes mas importantes de la historia reciente del capitalismo, el periodo que se inicia con la recesién de 1974- 1975: (1) la ralentizacion de la tasa general de crecimiento, (2) la’ prolife- racion en todo el mundo de corporaciones multinacionales monopolistas (u oligopolistas) y (3) lo que podriamos denominar la financializacion del eee an proceso de acumulacién de capital» Para Sweezy. as tres tendencias estaban «intrincadamente relacionadas entre si». La monopolizacion tiende a aumentar los benelicios de las prin- cipales corporaciones, a la vez que reduce también «la demanda de inver- siones adicionales en unos mercados cada vez mas controlados». La logica que se produce es de «cada vez mas beneficios y menos oportunidades para realizar inversiones provechosas: una receta para ralentizar la acumu- lacion de capital y, por lo tanto, el desarrollo economico alimentado por la acumulacion de capital». El «doble proceso de decaimiento de la inversion real y pujanza de la financializacion», surgido cuando el capital busco la forma de utilizar los superavit econdmicos, se presenta por primera vez al diluirse la «“edad de oro” de las décadas de posguerra de la Segunda Guerra Mundial, y se ha mantenido hasta el presente con cada vez mayor intensidad», observaba Sweezy.° El argumento hundia sus raices en el marco tedrico aportado por Paul Baran y Paul Sweezy en El capital monopolista (1966), trabajo inspirado en la obra de los economistas Michal Kalecki y Josef Steindl y, si nos remon- tamos mas atras, de Karl Marx y Rosa Luxemburg.” La economia capitalis- ta monopolista, segtin sugerian Baran y Sweezy, es un sistema enormemen- te productivo que genera enormes superavit para una infima minoria de monopolistas/qligopolistas, que son los propietarios primordiales y benefi- Cie rios principales del sistema. Como capitalistas, procuran naturalmente invertir el superavit siguiendo un impulso hacia una acumulacién siempre mayor. Sin embargo, las mismas condiciones que dieron origen a dichos superavit introducen también las barreras que limitan su inversion prove- chosa. Las corporaciones a duras penas log ran vender a los consumidores el nivel actual de bienes a unos precios cal culados para producir la tasa presente de ganancias oligopolistas. La debilidad del crecimiento del con- sumo provoca el recorté de Ta utilizacion de capacidad productiva cuando las corporaciones intentan evitar la sobreproduccion y las bajadas de pre- cios que amenazan su margen de beneficios. La consiguiente aparicion de excesos de capacidad productiva constituye una senal de alarma para las empresas que indica que hay poco espacio para la inversién en mayor capacidad i nn —“(—i‘“‘“‘“‘iésOCOSCSCSCSC 44 CAPITULO 2 Para los propietarios del capital, el dilema es qué hacer con los inmen- sos superavit de que disponen en vista de la escasez de oportunidades de inversion. La principal solucion, a partir de la década de 1970, fue la expansion de la demanda de productos financieros como medio de mante- ner y aumentar el capital monetario. Desde el lado de la oferta de este pro- ceso, las instituciones financieras tomaron la iniciativa ofreciendo una gran diversidad de nuevos instrumentos financieros: futuros, opciones, deriva- dos, fondos de inversion especulativos [hedge funds}, etc. El resultado fue una especulacién financiera galopante que hace décadas que continua. Entre los economistas ortodoxos, hubo quienes se mostraron preocu- pados al principio por ese crecimiento desproporcionado de las finanzas. En 1984, James Tobin, antiguo miembro del Consejo de Asesores Econé- micos de Kennedy y Premio Nobel de economia en 1981, pronunciaba una conferencia «Sobre la eficiencia del sistema financiero» en la que termina- ba hablando del «cariz de casino de nuestros mercados financieros». Tal y como Tobin explicaba a la audiencia: Confieso que tengo una incémoda sospecha fisiocrética [...] que estamos dedican- do una parte cada vez mayor de nuestros recursos [...] a actividades alejadas de la produccion de bienes y servicios, a actividades que generan elevadas ganancias pri- vadas desproporcionadas en relacion con su productividad social. Sospecho que el inmenso poder de los ordenadores se est4 aplicando a esa «economia de papel», no para realizar las mismas transacciones de manera mas econémica, sino para multi- plicar la cantidad y la variedad de los intercambios financieros. Tal vez es por eso por lo que la alta tecnologia ha presentado hasta la fecha resultados decepcionantes en la productividad de la economia en general. Me temo que, como ya en su momento acert6 a ver Keynes, las ventajas de la liquidez y negociabilidad de los ins- trumentos financieros tienen el coste de facilitar una especulacion de grado n, corta de miras e ineficiente [...] Sospecho que Keynes tenia razon al sugerir que deberia- ™mos contar con mds elementos para disuadir de la posesién temporal de instrumen- tos financieros y mayores recompensas para los inversores a largo plazo." La idea de Tobin era que el capitalismo se estaba volviendo ineliciente al dedicar cada vez més los excedentes de capital a fines especulativos, como en un casino, més que a la inversion a largo plazo en la economia real.” En la década de 1970, habia propuesto lo que més tarde daria en lla- marse el «impuesto Tobin» para las transacciones internacionales de divi- sas, disefiado para fortalecer la inversion devolviendo su peso en la econo- mia global a la produccion, frente a las finanzas especulativas. En fuerte contrataste con quienes, como Tobin, sugirieron que el rapi- do crecimiento de las finanzas estaba teniendo efectos adversos sobre la JOHN BELLAMY FOSTER 245 economia real, Magdoff y Sweezy, en un articulo de 1985 titulado «La explosion financiera», afirmaban que la financializacion resultaba funcio- nal para el capitalismo en el contexto de la tendencia al estancamiento: iDestina la sociedad de casino, en realidad, demasiado talento y energias a los jue- gos de azar financieros? Esta claro que asi es. Ninguna persona sensata podria negar- lo. ¢Lo hace acaso a expensas de la produccion de bienes y servicios reales? Rotun- damente no. No hay raz6n alguna para asumir que, si fuera posible desinflar las estructuras financieras, el talento y las energias que ahora se emplean en ellas pasa- ran a dedicarse a fines productivos. Simplemente, dejarian de utilizarse y se suma- rian a la ya enorme reserva de recursos humanos y materiales ociosos. {Es acaso la sociedad de casino un lastre significativo para el crecimiento econémico? Una vez més, rotundamente no, Todo el crecimiento que ha experimentado la economia tecientemente, si exceptuamos el atribuible a una acumulacién militar sin preceden- tes en tiempos de paz, se ha debido casi exclusivamente a la explosion financiera."” Seguin esa idea, el capitalismo estaba experimentando una transforma- cién que venia representada por la compleja y creciente relacion que se habia establecido entre el estancamiento y la financializacion, Casi una década después, en «El triunfo del capital financiero», Sweezy declaraba: He dicho que esa superestructura financiera ha sido una creacién de las dos dltimas décadas. Eso significa que su aparicion es a grandes rasgos coetanea del retorno del estancamiento en la década de 1970. Pero, gno va eso en contra de toda la experien- cia anterior? Tradicionalmente, la expansion financiera ha ido de la mano de la pros- peridad de la economia real. ¢Es verdaderamente posible que eso ya no sea asi, que ahora, a finales del siglo xx, lo cierto sea mas bien lo contrario; en otras palabras, que la expansion financiera no se alimente de una economia real saludable, sino de una economia estancada? Ries La respuesta a esa pregunta, creo, es que si, es posible, y es lo que ha estado ocu- rriendo. Y aftadiré que estoy bastante convencido de que esa relacién invertida entre lo financieto y lo real es la clave para entender las nuevas tendencias de la [econo- ‘ Sere eae a Pt mia] mundial. Retrospectivamente, queda claro que esa «relacién invertida» era una posibilidad intrinseca del capitalismo desde el principio. Sin embargo, sdlo podia materializarse airuna [ase especifica del desarrollo del sistema. La posibilidad abstracta radica en el hecho, que tanto Marx como Keynes resaltaron, de que el proceso de acumulacion de capital tenia dos caras, e implicaba tanto la propiedad de activos reales como la titularidad docu- mental de dichos activos. En tales circunstancias, la posibilidad de contra- pty 466 CAPITULO 2 diccion entre la acumulacion real y la especulacién financiera era intrinse- ca al sistema desde sus origenes. Aunque los economistas ortodoxos supusieron durante mucho tiempo que inversion productiva e inversion financiera estaban ligadas_partiendo de la premisa simplista de que el alforrador compra titulos financieros de activos reales al emprendedor, que utiliza el dinero asi obtenido para expandir la produccion , hace ya tiempo que sabemos que eso es falso. No existe ninguna relacion directa necesaria entre la inversion productiva y la acumulacion de activos financieros. Por lo tanto, €5 posible que ambos se encuentren «desemparejados» en considerable medida." No obstante, en ausencia de un mercado financiero maduro, la contradiccién no iba més alla de las burbujas especulativas que salpican la historia del capitalismo y que, normalmente, vienén a marcar el final de un periodo de auge econd- mico. A pesar de constituir serias disrupciones, esa clase de acontecimien- tos tenian poco o nulo efecto sobre la estructura y la funcion del sistema en su conjunto. ee “Hizo falta la aparicion del capitalisrno monopolista a finales del siglo XIX y principios del xx y el desarrollo de un mereado de titulos industria- les para que las finanzas pudieran pasar a ocupar un lugar central y la con- tradiccién entre produccion y finanzas pudiera madurar. En las primeras décadas del nuevo régimen de capital monopolista, los bancos de inversio- nes, que se habian desarrollado en conexion con el ferrocarril, se convir- tieron en centros de poder financiero, lo que facilito enormes fusiones corporativas y el desarrollo de una economia dominada por gigantescas cor- poraciones monopolistas. Es la época de J. PR Morgan. En ese periodo, Thorstein Veblen, en los Estados Unidos, y Rudolf Hilferding, en Austria, desarrollaron independientemente teorias del capital monopolista que des- tacaban en particular el papel que jugaba el capital financiero. Sin embargo, con la Ilegada de la década de la Gran Depresion, la superestructura financiera de la economia capitalista monopolista se des- plom6, marcada por el crac bursatil de 1929. El capital financiero quedo enormemente disminuido durante la depresion y no tuvo,un papel esen- cial en la recuperacién de la economia real Lo que saco a los Estados Uni- f\ qs de la depresion fue la enorme expansion del gasto militar dictada por j el Estado durante la Segunda Guerra Mundial."* Al escribir El capital monopolista a comienzos de la década de 1960, Paul Baran y Paul Sweezy insistieron en la forma en que el Estado (gastos civiles y militares), los esfuerzos por hacer repuntar las ventas, Ja segunda oleada de «automovilizacion» y otros factores habian fortalecido la econo- mia capitalista en la edad dorada de la década de 1960 y habian absorbi- ~~ — 7 JOHN BELLAMY FOSTER 47 do los excedentes y sacado al sistema del estancamiento. Senalaban igual- mente la gran cantidad de excedente que se destinaba a linanzas, inversion y propiedad inmobiliaria (FIRE en sus siglas inglesas), aunque en ese momento ponian relativamente poco éniasis en ese hecho. Sin embargo, con la reaparicin’ dal éstancamiento economico en la década de 1970, Sweezy, que escribia ahora con Magdoff, fue centrandose cada vez mas en el crecimiento de las finanzas. En 1975, en «Banks: Skat- ing on Thin Ice» [Bancos: patinaje sobre una delgada capa de hielo], afir- maban que «la sobreampliacion de la deuda y la sobredimensionalizacion de los bancos era justamente lo que hacia falta para proteger el sistema capitalista y sus ganancias; para superar, al menos temporalmente, sus con- tradicciones, y para respaldar la expansion y las guerras imperialistas de los Estados Unidos»."* El capital financiero-monopolista Sien la década de 1970 «la antigua estructura de la economia, consisten- te en un sistema de produccién servido por un modesto sistema financie- to adjunto», todavia seguia vigente, observaba Sweezy en 1995 , para fina- les de la década de 1980 esta «habia dado paso a una nueva estructura en la que un sector financiero enormemente expandido habia logrado un alto grado de independencia y se habia colocado por encima del sistema de produccion_subyacente»."* El estancamiento y la enorme especulacion financiera aparecian como_elernentos simbidticos de un mismo impasse econdémico fuertemente asentado ¢ irreversible. Tal simbiosis constaba de tres elementos cruciales: (1) El estancamien- to de la economia subyacente implicaba que los capitalistas dependieran cada vez mas del desarrollo de las finanzas para preservar y aumentar su capital monetario. (2) La superestructura financiera de la economia capita- lista no podia expandirse con completa independencia de su base, que estaba en la economia productiva subyacente, de ahi que el estallido de burbujas especulativas fuera un Tenémeno recurrente y un problema cada vez mayor.'? (3) Sin produccion, la financializacion, por mucho que se desa- rrollara, nunca podria superar el estancamiento.~ El papel del Estado capitalista s€ Transformo para responder a los nue- vos imperatives de la financializacion. Se incorporé plenamente al sistema el papel del Estado como prestamista de ultimo recurso, responsable de proporcionar liquidez a corto plazo. Después del crac bursatil de 1987, la Reserva Federal adopté explicitamente una politica de «demasiado grande 4B CAPITULO 2 para fallar» con respecto a todo el mercado de valores, lo que no evit6, sin embargo, la drastica caida bursatil del ato 2000." Todas esas circunstancias marcaron la aparicién de lo que llamo el «capital financiero-monopolista», en el que la financializacion se ha con- vertido en una necesidad estructural permanente de una economia tenden- te al estancamiento Implicaciones imperiales y de clase Si bien los origenes de la financializacion estan claros a partir de lo que aca- bamos de exponer, deberiamos prestar atencién igualmente a las implica- ciones de clase e imperiales especificas que todo eso tiene. Dadas las limi- taciones de espacio, me cefiré a ocho breves observaciones. (1) La financializacion se puede entender como un proceso continuado que va mas alla de burbujas financieras especificas. Si atendemos a los recientes colapsos financieros a partir del crac bursatil de 1987, lo notable es el poco efecto que estos tuvieron a la hora de detener o ralentizar la ten- dencia hacia la financializacién. La mitad de las pérdidas de valor de mer- cado registradas desde la quiebra de Wall Street en marzo de 2000 y en octubre de 2002 (medidas segun el indice Standard & Poors 500 [S&P 500]) ya se habian recuperado tan sélo dos afios después. Mientras que la deuda estadounidense era de dos veces el PIB en 1985, dos décadas més tarde la deuda de los Estados Unidos haba aumentado hasta casi tres veces y media el PIB nacional y rayaba los 44 billones de dolares: el PIB mundial El volumen medio diario de transacciones de divisas aumento desde los 570.000 millones de dolares de 1989 a los 2,7 billones de 2006. A partir de 2001, el mercado global de derivados crediticios (el mercado global de instrumentos de transferencia de riesgos crediticios) ha crecido a una tasa del 100% anual. Relativamente poco importantes a principios del nuevo milenio, el valor teorico de los derivados crediticios comerciados global- mente habia crecido espectacularmenté hasta los 26 billones de ddlares para la primera mitad de 2006." (2) El capital financiero-monopolista es un fenémeno cualitativamente distinto de lo que Hilferding y otros describieron como la era del «capital financierou de principios del siglo xx, basada sobre todo en el dominio de la banca de inversiones. Aunque existen estudios que han demostrado que en décadas recientes las ganancias de las corporaciones financieras en los Estados Unidos han crecido en relacion con las de las corporaciones no- financieras, no es facil trazar una linea divisoria entre ambos tipos de cor- JOHN BELLAMY FOSTER 249 poraciones, ya que las corporaciones no-financieras estén fuertemente retaribg 12 involucradas en los mercados de capital y monetarios.’® Las grandes acu- mulaciones de riqueza parece que estan cada vez mas relacionadas con las finanzas que con la produccién y, cada vez més, las finanzas marcan la pauta para la gestion dé fujos de caja de las empresas no-financieras. Sin embargo, la fusién de corporaciones Tinanciéras ancieras y no-financieras hace dificil pensar que se trate de una divisién dentro del capital mismo. (3) La propiedad de una cantidad sustancial de activos financieros es, \ con toda claridad, lo que determina principalmente la pertenencia a la clase capitalista. La distancia entre las franjas alta y baja de la sociedad en términos de riqueza financiera y de renta ha alcanzado proporciones astro- nomicas en la actualidad. En los Estados Unidos, en 2001, el 1% superior de poseedores de riqueza financiera (que excluye la propiedad de la vivien- da de residencia) tenia mas de cuatro veces mas que el 80% inferior de la poblacién. El 1% mas rico de la poblacién nacional poseia 1,9 billones de dolares en acciones, aproximadamente lo mismo que el 99% restante.” La diferencia de renta en los Estados Unidos ha aumentado hasta tal punto en décadas recientes que el presidente de la junta de la Reserva Federal, Ben S. Bernanke, promunciaba un discurso el 6 de febrero de 2007 sobre «El nivel y la distribucién del bienestar econédmico» en el que subrayaba la «tendencia a largo plazo hacia el aumento de la desigualdad que se obser- va en los salarios reales». Como exponia Bernanke, «la porcién de la renta después de impuestos correspondiente a las familias del 1% superior en la distribucion de la renta aumento desde el 8% de 1979 al 14% de 2004». En septiembre de 2006, la riqueza estimada de los 60 estadounidenses mas ticos tenia un valor de 630.000 millones de dolares, un 10% mas que el afio anterior (New York Times, 1 de marzo de 2007). La historia reciente sugiere que el rapido aumento de la desigualdad se ha convertido en una necesidad intrinseca en la fase financiero-monopolis- ta del sistema. La demanda de la superestrucuura financiera de nuevas infu- \ siones de dinero para mantener Ja expansion de las burbujas especulativas y évitar que pinchen parece no tener fin. Eso requiere la intensificacion de la explotacién, asi como una distribucién mas desigual de la riqueza y de la renta, lo que intensifica el problema general de estancamiento. (4) Un aspecto central de la dinamica de estancamiento-financializa- cion ha sido la especulacion inmobiliaria. Esta ha permitido que los pro- pietarios de viviendas mantuvieran su nivel de vida en considerable medida y a pesar del estancamiento de los salarios reales recurriendo a présta- mos sobre el valor en alza de la vivienda. Como senalaba Pollin, Magdoff y Sweezy «reconocieron antes que casi nadie el aumento de la dependencia 50 « caPiTuLo 2 de la deuda de las familias estadounidenses [basado en el creciente valor de sus viviendas] como medio de mantener el nivel de vida cuando los salarios empezaron a estancarse 0 a disminuir».* Sin embargo, los bajos tipos de interés vigentes desde la ultima recesion han alimentado una autén- tica especulacion con la vivienda y han provocado una burbuja inmobilia- tia. Hoy en dia, la explosion de la burbuja inmobiliaria se ha convertido en una de las principales fuentes de inestabilidad en la economia estadouni- dense. La proporcién de ingresos que los consumidores dedican a pagar la deuda ha ido en aumento, mientras que el valor en alza de la vivienda del que dependian los consumidores para pagar las deudas se ha es{umado en la actualidad. Los precios de las viviendas unifamiliares han descendido en mas de la mitad de las 149 mayores areas metropolitanas del pais en el ulti- mo trimestre de 2006 (New York Times, 16 de febrero de 2007). Tan crucial ha sido la burbuja inmobiliaria para combatir el estanca- miento y como cimiento de la financializacion, y tan relacionada ha estado con el bienestar basico de las familias estadounidenses, que la debilidad actual del mercado de la vivienda podria desencadenar tanto un severo empeoramiento econémico como un desorden financiéro generalizado. Nuevos aumentos de la tasa de interés pueden provocar un circulo vicioso de estancamiento, o incluso descenso, del valor de las viviendas y aumen- to de la proporcién de la renta que dedican los consumidores a la devolu- cién de la deuda, lo que conduciria a una oleada de impagos. El hecho de que el consumo estadounidense sea la principal fuente de demanda de la economia mundial plantea la. la posibilidad de que la situacion pudiera con- wibuir a una crisis mis gobalizada rr (5) Una tésis actualmente popular dentro de la izquierda es que la glo- balizacién financiera ha transformado tanto la econom{a mundial que los Estados han cejado de importar. Mas bien, como exponta Ignacio Ramo- net en «Desarmar los mercados» (Le Monde Diplomatique, diciembre de 1997): La mundializacion financiera ha creado de esta forma su propio Estado, Un Estado supranacional, que dispone de sus aparatos, de sus redes de influencia y de sus pro- pios medios de accion. Se trata de la constelacién formada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, la Organizacion para la Cooperacién y el Desarrollo Econdmico (OCDE) y la Organizacién Mundial del Comercio (OMC). [...] Este Estado mundial es un poder sin sociedad, ya que este rol és ejercido por Jos mercados financieros y las empresas gigantes de Tos qué son mandatarios. El resultado es que las sociedades todo esto no deja de agravarse. een almente exis mies Son sociedades sin poder. Y JOHN BELLAMY FOSTER e51 Dicha opinion, no obstante, tiene poca base real. Aunque la financiali- zacion de la economia mundial es un hecho innegable, ver en ello la crea- cién de una nueva internacional del capital supone un gran salto légico. El capitalismo financiero-monopolista sigue sien | sistem sistema inestable y dividido. El FMI, el Banee-Mundialy la OMC (heredera del GATT 0 Acuer- do General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) no constituyen (aun- que afiadiéramos también la OCDE) «un Estado supranacional separado», sistema de Bretton Woods, impuesto principalmente por Estados Unidos para gestionar el sisterna global : segun lo los intereses del capital internacio- nal tras la Segunda Guerra Mundial. Siguen estando controladas por los principales Estados imperiales y sus intereses econémicos. Las normativas de todas esas instituciones se aplican de forma asimétrica: en menor medi- da cuando las normativas interfieren con él capital estadounidense, en mayor medida cuando intensifican la explotacion de los pueblos mas pobres del mundo. _* (6) Lo que hemos dado en llamar el «neoliberalismo» puede conside- tarse la contrapartida ideolégica del capital financiero-monopolista, igual que el keynesianismo lo fue de la fase anterior del capital monopolista cla- sico. Los mercados internacionales de capital actuales imponen serias limi- taciones a las autoridades estatales para la regulacion de sus economias en areas tales como los niveles dé las tasas de interés y los flujos de capitales. Por eso, el desarrollo del neoliberalismo como ideologia econdémica hege- monica a partir de la era de Thatcher y Reagan refleja en cierta medida los nuevos imperativos del capital a raiz de la globalizacion financiera. (7) La creciente financializacién de la economia mundial ha dado lugar a una mayor penetracion imperial en las economias subdesarrolladas y ha aumentado la dependenca manciera, lo que ha venido marcado por las politicas de la globalizacion neoliberal. Un ejemplo concreto es Brasil, donde la principal prioridad de la economia durante el tltimo par de déca- das, bajo los dictados del capital financiero-mono polista global, ha sido atraer inversiones extranjeras 15 (Sobre todo inversiones de cartera) y devol- ver la deuda exterior contraida con el capital internacional, incluido el FMI. La consecuencia ha sido unos mejores «cimi econdt segtin criterios financieros, pero acompaniados de tasas de interés més altas, desindustrializacion, crecimie! ent econdmicos», » Iento de~ Ta economia y aumento de la vulnerabilidad a los, con frecuencia, stbitos movimientos de las finanzas globales. ae 52 cCapPiTuLo 2 (8) La financializacién del capitalismo ha producido un sistema mas incontrolable. Hoy en dia, los temores de quienes tienen la responsabilidad de introducir un minimo de estabilidad en las relaciones financieras globa- les son palpables. A principios de la década de 2000, a raiz de la crisis finan- ciera asiatica, la explosion de la burbuja de la «nueva economia» en el ao 2000 y el impago de la deuda externa de Argentina en 2001, el FMI empe- z6 a publicar un informe trimestral titulado Global Financial Stability Report [Informe sobre la estabilidad financiera global]. Basta con empezar a leer cualquiera de los diversos nimeros para adquirir una clara conciencia de la creciente volatilidad e inestabilidad del sistema. Un rasgo caracteristico de las burbujas especulativas es que, cuando dejan de expandirse, explotan. El incremento sostenido del riesgo y las constantes infusiones de dinero en el sistema financiero, por lo tanto, son elementos tanto mas necesarios cuan- to mas fragil se vuelve la estructura financiera. Cada nueva entrega del cita- do informe esta repleta de referencias al fantasma de la «aversion al riesgo» que se considera que amenaza los mercados financieros. En la entrega de septiembre de 2006 del Global Financial Stability Report, los miembros de la junta ejecutiva del FMI expresaban su preocu- pacién por que el rapido crecimiento de los fondos de inversion especula- tivos y de los derivados crediticios pudiera tener un impacto sistémico en la estabilidad financiera, y por que una ralentizacién de la economia esta- dounidense y un enfriamiento de su mercado inmobiliario pudieran pro- vocar «turbulencias financieras» que podrian verse «amplificadas si se pro- dujera un sobresalto inesperado».” El contexto mas amplio es el de una financializacion tan fuera de control que los sobresaltos fuertes e inespera- dos del sistema, con el consiguiente contagio financiero, se consideran inevitables. Como ha escrito el historiador Gabriel Kolko, «las personas que mas saben sobre el sistema financiero mundial estan cada vez mas preo- cupadas, y tienen buenas razones para estarlo. Las fuentes mas “respeta- bles” estan enviando serios avisos. La realidad escapa a todo control. Se han liberado los demonios de la codicia».” Notas 1 Gerard A. Epstein, «introduction», en Epstein (ed.), Financialization and the World Economy, Edward Elgar, Northampton (MA), 2005, p. 1 2. John Bellamy Foster, «Monopoly-Finance Capital», en Monthly Review, vol, 58, n° 7 (diciembre de 2006), pp. 1-14. 3. La uitilizacién actual del término «financializacién» debe mucho a la obra de Kevin Phillips, quien lo utilizé en Boiling Point [Punto de ebullicion], Random House, Nueva York, 1993, JOHN BELLAMY FOSTER +53 y un afio después dedico un capitulo entero de su libro Arrogant Capital [Capital arrogan- te] ala «Financialization of America», donde describia la financializacién como «una sepa- racion duradeva de las divergentes economia real y economia financiera» (Brown and Co., Nueva York, 1994). Ese mismo aiio, Giovanni Arrighi empleaba el concepto en su anilisis de la transicién hegeménica internacional en The Long Twentieth Century [EI largo siglo xx, Akal, Madrid, 1999] Harry Magdoff fue el primero en plantear la cuestién de la creciente dependencia de la deuda de la economia estadounidense en un articulo publicado originariamente en el Socialist Register de 1965. Véase Harry Magdoff y Paul M. Sweezy, The Dynamics of U.S, Capitalism, Monthly Review Press, Nueva York, 1972, pp. 13-16. Robert Pollin, «Remembering Paul Sweezy: “He was an Amazingly Great Man"», Counter- punch, http://www.counterpunch.org, 6-7 de marzo de 2004; «The Man Who Explained Empire: Remembering Harry Magdofls, Counterpunch, hup:/Avww.counterpunch.org, 6 de enero de 2006. 6 Paul M. Sweezy, «More (or Less) on Globalization», en Monthly Review, vol. 49, n° 4, sep- tiembre de 1997, pp. 3-4. 7. Paul A. Baran y Paul M. Sweezy, Monopoly Capital, Monthly Review Press, Nueva York, 1966. 8. James Tobin, «On the Efficiency of the Financial System», Lloyd’ Bank Review, n° 153, 1984, pp. 14-15. 9. En el andlisis que expongo a continuacién, sigo la convencién bien establecida de utilizar el término «economia real» para referirme al ambito de la produccién (por ejemplo, a la produccién econémica tal y como la mide el PIB), en oposicién a la economia financiera. Sin embargo, tanto la «economia real» como la economfa financiera son, ambas, evidente- mente reales en el sentido habitual del término 10. Harry Magdoff y Paul M. Sweezy, Stagnation and the Financial Explosion, Monthly Review Press, Nueva York, 1987, p. 149. Magdoff y Sweezy respondian a un editorial de Business Week que cerraba el ntimero especial del 16 de septiembre de 1985 dedicado a «La socie- dad de casino». 11. Paul M. Sweezy, «Economic Reminiscences», en Monthly Review, vol. 47, n° 1, mayo de 1995, p. 8; Lukas Menkhoff y Norbert Toksdorf, Financial Market Drift, Springer-Verlag, Nueva York, 2001 12. El fracaso de los bancos de inversi6n a la hora de recuperar el lugar que habian ocupado * w durante el periodo de formacién del capitalismo monopolista, situado en la cima misma del sistema (como lo que dio en Ilamarse el «trust del dinero»), puede atribuirse al hecho de que las condiciones sobre las que se habia asentado dicho poder en ese periodo eran transitorias. Véase Paul M. Sweezy, «lnvestment Banking Revisited», en Monthly Review, vol. 33, n° 10, marzo de 1982. 13. Harry Magdoff y Paul M. Sweezy, The End of Prosperity, Monthly Review Press, Nueva York, 1977, p. 35, 14, Sweezy, «Economic Reminiscences», pp. 8-9. 15. La explicacién es coherente con la hipotesis de la inestabilidad financiera de Keynes y Hyman Minsky. Véase Minsky, Can «lt» Happen Again?, M. E. Sharpe, Armonk (Nueva York), 1982 16. Robert W. Parenteau, «The Late 1990s US Bubble», en Epstein (ed.), Financialization and The World Economy, pp. 136-138. 17. Doug Henwood, After the New Economy, The New Press, Nueva York, 2005, p. 231; Fred Magdofl, «Explosion of Debt and Speculation», en Monthly Review, vol. 58, n° 6, noviembre de 2006, pp. 7, 19; Epstein, «Introduction», p. 4; Garry J. Schinasi, Sajeguar- 546 CAPITULO 2 ding Financial Stability, Fondo Monetario Internacional, Washington D.C., 2006, pp. 118-232, 18. Greta R. Krippner, «The Financialization of the American Economy», Socio-economic Review 3, n° 2, 2005, pp. 173-208; James Crotty, «The Neoliberal Paradox», en Epstein (ed.), Financialigation and the World Economy, pp. 77-110 19. Edward N. Wolff, «Changes in Household Wealth in the 1980s and 1990s in the U.S.», The Levy Economics Institute de Bard College, documento de trabajo n° 407, mayo de 2004, tabla 2, hupv/wwwilevyorg 20. Pollin, «The Man Who Explained Empire». 21. Véase Daniela Magalhdes Pates y Leda Maria Paulani, «The Financial Globalization of Bra- zil under Lula», y Fabrico Augusto de Loiveira y Paulo Nakatini, «The Brazilian Economy under Lula», en Monthly Review, vol. 58, n° 9, febrero de 2007, pp. 32-49. 22. Fondo Monetario Internacional, The Global Financial Stability Report, marzo de 2003, pp. 1-3, y septiembre de 2006, pp. 74-75 23, Gabriel Kolko, «Why a Global Economic Deluge Looms», Counterpunch, http://www. counterpunch.org, 15 de junio de 2006 Editorial Hacer - Clasicos del siglo XX Nueva edicién en castellano, revisada y ampliada, del clasico de economia poli- tica publicado por primera vez en 1942. Es el mejor compendio y extension al siglo xx de la teoria econémica de Marx expuesta con sencillez por uno de los mejores economistas contempordneos. El libro presenta las tendencias basicas de la dinamica econémica y social del sistema de mercado, Expone también la teoria general de Sweezy sobre la ten- dencia del capitalismo al estancamiento y sus «factores contrarrestantes». Teoria del desarrollo capitalista Tlustra finalmente los hallazgos y atmésfe- ra intelectual con que la izquierda radical de mediados del siglo pasado enfrent6 la Segunda Guerra Mundial y la conexién entre el capitalismo monopolista, las cri- sis econdmicas, el imperialismo y el sur- gimiento del fascismo. Paul M. Sweezy, economista politico y activista civil. Es el «decano» de los eco- nomistas radicales estadounidenses del siglo xx y uno uno de los fundadores de la revista Monthly Review. Teoria del desarrollo capitalista Paul M. Sweezy Introduccién de Michael Lebowitz Coleccién: Filosofia y ciencias sociales Enc. rustica, 16 x 24 cm, 352 pp. ISBN: 978-84-887 11-72-4 Precio: 24 € 3 La teoria econdémica neoliberal y el desarrollo Rémy Herrera nm tanto rama de la economia que intenta mostrar como pueden desa- trollarse las economias pobres del mundo, la economia del desarro- Ilo tiene su origen en los afios cuarenta y cincuenta del siglo xx. Una de sus primeras ideas fue que la economia de los paises menos desarrolla- dos estaba empantanada en un ciclo de pobreza y que, para desarrollarse, necesitaba un «gran impulso». Se pensaba que ese impulso debia consistir en un fuerte estimulo a la inversion_con la colaboracion del gasto en infraestructuras y social del Estado, junto con el gasto del capital privado | extranjero y la ayuda de los gobiernos de las naciones desarrolladas. Gran parte de la economia del desarrollo se expresaba en forma narra- tiva; era una de las ramas de la economia menos formales y que menos uti- lizaba los modelos mateméticos. Por esa razon (y por otras, como luego se vera), cay6 en descrédito a menos de una generacin de sus inicios. La eco- nomia de la corriente dominante se consideraba a si misma una «ciencia» rigurosa, y para sus economistas, lo que no era rigurosamente matematico no era economia, lisa y Tlanamente No obstante, a finales de la década de 1980, la economia del desarro- llo comenzé a resurgir gracias a su reformulacion en términos mas «cien- tificos». Seguin ciertos economistas, el desvanecimiento previo de la econo- * Articulo publicado en MR, vol. 58, n° 1, mayo de 2006, pp. 38-50, Traduccién de Marco Aurelio Galmarini. Rémy Herrera es investigador del CNRS (Centre National de la Recherche Scientifique) y ensena en la Universidad de Paris 1 Panthéon-Sorbonne. También es coordi- nador del Foro Mundial de Alternativas, 56° CAPITULO 3 mia del desarrollo fue una lastima (gpor qué no habrian sido mas riguro- sos sus fundadores?), Paul Krugman, destacado economista neoclasico y columnista del New York Times, lo expresaba con estas palabras: «Cuando pienso en la representacién de la idea del Gran Impulso de Murphy et al [cuyo articulo contribuyé a la resurreccion de la economia del desarrollo], me sorprendo preguntandome si era realmente necesaria tan larga recesion de la teoria. El modelo es sencillisimo: tres paginas, dos ecuaciones y un diagrama».' De esa manera resume Krugman «la caida y el resurgimien- to de la economia del desarrollo», medio siglo de historia del pensamiento sobre el desarrollo, entre la formulacion del «gran impulso», que realiz6 Paul Rosenstein-Rodan en 1943, y su formalizacion a cargo de Kevin M. Murphy, Andrei Schleifer y Robert W. Vishny en 1989. A causa de su falta de rigor, dice esta explicacion, los «dias de gloria de la “alta teoria del desarrollo”» no superaron los quince afos y terminaron con la publicacion, en 1958, de The Strategy of Economic Development, de Albert Hischman. Seguin Krugman, la teoria del desarrollo, hasta su refor- mulacion, no era mas que un relato aproximado, con «algunos escritos maravillosos y algunas inspiradoras intuiciones», pero incapaz de dar forma matematica a sus supuestos basicos. Por esta causa se convirtio en un «callej6n intelectual sin salida». Tan solo en la década de 1980, cuan- do Krugman y otros consiguieron integrar en el paradigma neoclasico con- ceptos como el de rendimiento creciente o el de externalidades (conocidas en la teoria econémica como «no convexidades»), la teoria del desarrollo experimento un renacimiento y adquirié estatus cientifico.? Esta tesis de la desaparicion-reaparicion de la teoria del desarrollo es hoy compartida por la mayoria de los especialistas, y no solo por los neo- clasicos mas ortodoxos —para quienes, puesto que fuera de la corriente principal de la economia no hay ciencia, es imposible un anilisis del desa- trollo que no haga referencia a los modelos estandar de esta— sino tam- bién por muchos economistas mas heterodoxos. El presente articulo, sin embargo, discrepa profundamente de la interpretacion ortodoxa de la eco- nomia del desarrollo. Trata de mostrar que la ¢ ‘onomia neoclasica, que ahora ha absorbido el desarrollo como uno de sus componentes, se halla inmersa en una grave crisis, y también que el predominio del pensamien- to economico mayoritario en este campo tedrico es inseparable del predo- minio de las politicas neoliberales de desarrollo. REMY HERRERA 257 Neoliberalismo contra desarrollo La teoria del desarrollo nacié en los afios cuarenta y cincuenta del siglo xx a partir de una doble diferenciacion: 1) respecto de la economia neoclasi- ca tipica, por el rechazo de los dogmas de los beneficios sistematicos del comercio y de las virtudes del mercado; y 2) respecto de la economia key- nesiana (dominante de 1945 a 1975, aproximadamente), por la critica de la inadecuacion del analisis keynesiano del paro y el crecimiento a corto plazo al examinar los problemas estructurales con los que se encuentran los paises en desarrollo. De esta manera, la teoria del desarrollo presento desde el primer momento un elemento_de heterodoxia. Por eso, e] nuevo campo estimulo el analisis del desarrollo por parte de los que sostenian posiciones mas radi- calmente heterodoxas, como los marxistas y los estructuralistas, quienes a su vez crearon la economia de [a planificacion, el estructural-cepalismo, la teoria de la dependencia y teorias del sistema capitalista mundial. Estas evo- luciones en la historia del pensamiento guardaban relacién.con las que te- nian lugar en la historia factica: las grandes revoluciones del siglo xx (Rusia, China, Vietnam y Cuba), los movimientos de liberacién nacional (India, el mundo arabe y Africa) e incluso las necesidades de reconstruccién del periodo de posguerra (el Plan Marshall en Occidente). El surgimiento de autores en el Sur, como Ratl Prebisch y Celso Furtado en América Latina, P.C. Mahalanobis en Asia y Samir Amin en Africa, nos hicieron compren- der que la teoria del desarrollo, nacida en Europa, lo mismo que antes la economia politica, no es monopolio del Norte. Por tanto, la economia del desarrollo aparecié en el espacio intelectual abierto por las transformacio- nes sociales que tuvieron lugar bajo la presion de las luchas de los pueblos en todo el mundo, intentos mas o menos radicales de marcar distancia res- pecto de las leyes del sistema mundial. Se colocé al Estado en el centro de to- das las estrategias de cambio estructural, y se le encomendo la tarea de lograr, en la medida de lo posible, la autonomia, o dindmica «autocentrada» de las condiciones de acumulacion: en el Este y en los paises socialistas del Sur, la planifica in y la industrializacion y, en los demas lugares, el desarro- llismo capitalista de las burguestas nacionales. Eso resultaba tanto més facil de entender cuanto que el tinico despegue de un pais no-europeo dentro del sistema capitalista, Japon, ofrecia el ejemplo de una industrializacion rigu- rosamente dirigida por el Estado (la Era Meiji). Fue justamente ese espacio, el del producto de la historia de los hechos y la historia de las ideas, el que reconquistaron el neoliberalismo, en las practicas, y la nueva corriente neo- — > pret clasica dominante, en la teoria econémica, en las décadas de 1970 y 1980s2%9 58° cAPiTULO 3 El neoliberalismo significa la vuelta al poder de las finanzas, es decir, de los poderosisimos duefios mundiales (y en particular, estadounidenses) del capital. Comenzé a finales de la década de 1970, precisamente a partir del alza de las tasas de interés en Estados Unidos (1979) que agray6 la cri- sis de la deuda del Tércer Mundo. Este regreso al poder se produjo sobre las ruinas de los pilares del sistema mundial (por ejemplo, las tasas fijas de intercambio de divisas) edificado después de la Segunda Guerra Mundial. La caida de las tasas de beneficio registrada en los paises del centro a fines de la década de 1960 se _profundizo y, en la década siguiente, se convirtié en una franca crisis capitalista, caracterizada por la tendencia de todo el sistema al caos monetario-financiero, con la explosién de desigualdades y paro generalizado, La conjuncion del cuestionamiento de la regulacion keynesiana del capitalismo en el Norte (como consecuencia de la estanfla- cion de la década de 1970, o sea, del aumento simulténeo del paro y los precios), los fracasos de los proyectos desarrollistas de las burguesias nacionales en el Sur (la crisis de la deuda en los afios ochenta) y el hundi- miento del bloque soviético en el Este (a principios de los noventa), pro- vocaron un cambio muy profundo y de alcance mundial en las relaciones entre el capital y la fuerza de trabajo. i Como las orientaciones adoptadas por los pioneros de la teoria del desa- rrollo no eran las de la corriente dominante y como las fuerzas sociales que la sostenian estaban perdiendo terreno, dicha teoria solo podia ser consi- derada por la ortodoxia neoclasica como un resto estancado de la decaden- cia acientifica. Los fracasos de las politicas de desarrollo, en especial las industrias de sustitucion de imp orlaciones, se hiciéron evidentes en la década de 1980, precisamente el periodo en el que el neoliberalismo hizo su aparicion. rei es ~ Es en ese contexto de retirada de los trabajadores y los pueblos de la peri- feria en el que debe entenderse la ofensiva global de la ideologia neolibe- ral en su gestion de la crisis de expansion del capital. Sus dogmas son bien conocidos. En el ambito nacional, se trata de lanzar una agresiva estrategia antiestatal mediante: 1) la deformacion de la estructura de la propiedad del capital en beneficio del sector privado, 2) la reduccion del gasto publico con fines sociales, y 3) la imposicion de la austeridad salarial como prime- ta prioridad en la lucha contra la inflacion. En el ambito global, los objeti- vos son perpetuar la supremacia del delar Esuarlounidense en el sistema proteccionismo y liberalizando Tas transferencias de capital. La onal eee cién de esta estrategia de desregulacién planetaria es una de las funciones de los principales organismos internacionales (ante todo, el Fondo Mone- a REMY HERRERA #59 tario Internacional [FMI], el Banco Mundial y la Organizacion Mundial del Comercio [OMC]) y de las instituciones monetario-financieras locales (los bancos centrales «independientes»). Todo el edificio queda asi bajo el con- trol de los Estados Unidos, cuya superioridad militar garantiza el funciona- miento global del sistema. Como consecuencia de todo ello, queda proscrita cualquier idea de desarrollo fuera del marco del capitalismo nec neoliberal, asi como una teoria del desarrollo que sea independiente en tanto que disciplina ajena al cor- q P ie en tanto qu i pus neoclasico dominanie. Desde comienzos de la década de 1990, los organismos internacionales, en especial el FMI, han prodigado las reco- mendaciones de «buena gobernanza» a sus «paises clientes».* El FMI tam- bién trata de promover la buena gobernanza que cubra «todos los aspec- tos de la gestion de los asuntos publicos», con el objetivo de hacer mas transparente la toma de decisiones politicas y de facilitar el acceso a un maximo de informacion relativa a las finanzas publicas y a los procedi- mientos de auditoria, y, mas recientemente, de «combatir la financiacion del terrorismo».’ Lo que esta en juego es la determinacion de las politicas de los Estados nacionales con el objetivo de crear el entorno institucional mas favorable para la apertura del Sur a los mercados globalizados Como reflejo de las necesidades de las fuerzas financieras bajo el neo- liberalismo, la buena gobernanza puede verse como una inversion de lo que objetivamente podria llamarse «buen gobierno». El objetivo no es pro- mover la participacion democratica de los individuos en la toma de deci- siones o respetar su derecho al desarrollo, sino lograr una desregulacion del mercado promovida por el Estado, es decir, una nueva regulacién diri- gida por las fuerzas dominantes del capital. Ante la incapacidad del neoli- beralismo para gestionar la crisis y la negativa del FMI, el Banco Mundial y la OMC a reconocer la urgencia por encontrar alternativas capaces de imponer limites dinamicos a la expansion del capital, con independencia del impulso de este hacia la maximizacion de los beneficios, la buena gobernanza sélo puede intensificar ‘acasos del Estado. A los funcionarios publicos no solo s¢ los acusa de buscar su propio benefi- alos cio econdmico, sino que se pone en tela de juicio su capacidad para ges- tionar los asuntos publicos, sobre todo en el Sur endeudado, y para crear y mantener unas instituciones «decentes», no tanto a favor de la gente como del capital. La retorica moralizante adjunta sobre la responsabilidad de los Estados (a los que se achacan todos los errores) y el_discurso sobre la irresponsabilidad de sus agentes (cuando no se cuestiona su decencia oe ene basica) son pura y simplemente una legitimacion_de lo que se podria lla- mar opciones «ultraliberales» de dejacion de las prerrogativas normales del >

You might also like