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MACROENTORNO

A medida que nuestras empresas se van haciendo más competitivas, en su afán por
conquistar los mercados internacionales, aspectos como el planeamiento estratégico
adquieren también mayor importancia. Teniendo ello en cuenta, presentamos un informe
especial con la opinión de los más importantes investigadores de nuestro país sobre las
perspectivas de los principales indicadores económicos para el próximo año.

Sin ninguna duda, la crisis financiera norteamericana ha modificado todas las


proyecciones elaboradas antes del lunes 15 de setiembre, día de la caída del banco de
inversión Lehman Brothers. ¿Qué se esperaba antes de esa fecha para el futuro de
nuestra economía? Las proyecciones oficiales para el año 2009, consignadas en el Marco
Macroeconómico Multianual (MMM, aprobado el 29 de agosto último), eran optimistas:
crecimiento del PBI en 7,0%, inflación de 3,5%, exportaciones por 37 822 millones de
dólares, importaciones por 33 814 millones de dólares y superávit fiscal de 2,3% del PBI.
Esas eran las cifras esperadas hasta antes de la caída de los bancos de inversión
norteamericanos. Sin embargo, ya se preveían problemas en el contexto internacional a
propósito justamente de la debilidad de la economía del Tío Sam.

El propio MMM señala en su introducción: «La economía peruana enfrenta un contexto


internacional difícil. La crisis hipotecaria en los Estados Unidos y el aumento de los
precios internacionales del petróleo y los alimentos han causado una desaceleración del
crecimiento y un rebrote inflacionario mundial. Existen signos de volatilidad e
incertidumbre».

Más allá de ese inquietante entorno, nuestra economía continuaba creciendo en forma
sostenida, apuntalada por el dinamismo de la demanda interna (en particular, la inversión
pública y privada). El empleo también seguía aumentando y los indicadores sociales
mostraban significativas mejoras. El problema surgió por el lado de la inflación externa,
que comenzó a crear presiones inflacionarias domésticas, especialmente a través de los
precios de los alimentos y los combustibles.

Ante ese escenario, los hacedores de política económica locales, capitaneados por el
ministro de Economía y Finanzas, Luis Valdivieso, señalaron en el mencionado
documento oficial: «Es de suma importancia prepararse para enfrentar la posibilidad de un
deterioro aún mayor en la economía internacional y a la vez continuar adoptando políticas
preventivas que eviten la propagación del impacto inflacionario externo y mantengan un
ritmo de crecimiento robusto y sostenible».

Inflación

¿Cómo controlar esta escurridiza variable?

Uno de los más importantes indicadores de nuestra economía en el banquillo.

En el año 2006 la inflación en el Perú llegó a 1,1%; en 2007 este indicador ascendió a
3,9%; en los últimos 12 meses los precios registran un incremento de 6,3%. A estas
alturas, nadie puede negar la existencia de un rebrote inflacionario. De lo que se trata
ahora es de analizar el fenómeno para identificar su origen e intentar controlar su
evolución futura. ¿Cuál es el diagnóstico de los especialistas? ¿Qué papel juega el
contexto internacional? ¿Se está haciendo lo suficiente para combatir la inflación?
¿Cuánto tiempo más nos acompañará?

Elementos cruciales

Para entender la discusión que se plantea hoy en día sobre la inflación en el Perú se
requiere partir de dos hechos cruciales: el agitado entorno global y la aceleración del
crecimiento de la economía peruana. Son los dos grandes ejes sobre los que gira el
debate acerca del incremento de los precios.

En lo que respecta al primero, la economía mundial está atravesando por un proceso


inflacionario que afecta a la economía doméstica a través de un incremento sostenido,
especialmente desde el año 2007, de los precios de los commodities que importamos.
Entre las razones están las políticas expansivas de países como China, India, Brasil y
Rusia, cuya fuerte demanda por commodities impulsaron sus precios hacia arriba, en
algunos casos alcanzando saltos formidables. Aunque actualmente existe una tendencia
hacia la baja en algunos de ellos, su volatilidad se mantiene.

En segundo lugar, en el plano local, en el año 2006 la economía comenzó a moverse a un


nuevo ritmo, impulsada notablemente por la demanda interna. En 2007 esta dinámica fue
aún más intensa, y el crecimiento realmente sorprendente (9%). Pero, a diferencia de
años anteriores, esta vez la expansión de la producción estuvo acompañada por un brote
inflacionario que empujó a esta variable por encima del rango meta establecido por el
BCR (entre 1% y 3%). Esta problemática coyuntura persiste e incluso se está
agudizando.

El aumento de los precios internacionales de los commodities agrícolas que importamos


(como maíz, trigo, soya y arroz) y del petróleo ha provocado, por lo tanto, un primer
impacto en los precios internos. Pero sólo es un factor.

Demanda e importaciones

Considerando que el Perú es una economía abierta, un exceso de demanda debería


percibirse en un fuerte incremento de las importaciones. «Eso también ha venido
sucediendo, pues ante la dramática expansión de la demanda interna, las importaciones
entre enero y julio de este año han aumentado en nada menos que 58%, con un notable
deterioro de la cuenta corriente (que en los dos últimos trimestres ya es negativa)», añade
Henry Barclay.

Pero entonces, ¿qué ha originado la expansión de la demanda interna? Pedro Francke,


catedrático de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), identifica dos causas
principales detrás de ese fuerte aumento: las políticas monetaria y fiscal expansivas.

Las tasas de interés

Según Elmer Cuba, economista de Macroconsult, las expectativas de inflación para el año
2009 se han desalineado debido a la magnitud del choque externo. La reacción del BCR
ha sido tratar de moderar ese impacto aumentando las tasas de interés de referencia.
«Sin embargo, la velocidad de la inflación se ha ´comido´ el aumento de las tasas. Eso
está cambiando con los sucesivos incrementos en la tasa de referencia del BCR», anota
Cuba.
Se debe tener en cuenta que las expectativas funcionan de manera distinta en cada país.
El Perú es una plaza que estuvo agobiada por la inflación durante muchos años, por lo
que las expectativas juegan un rol importante. Es más, el gobierno actual tiene un
antecedente hiperinflacionario, lo que obliga a un manejo muy cauteloso de las
expectativas de inflación.

Demanda por alimentos e ingreso

En opinión de Bruno Seminario, catedrático de la Universidad del Pacífico, hay que


considerar igualmente que la demanda por alimentos no crece al mismo ritmo que el
ingreso. Es decir, si el ingreso crece 10% la demanda por alimentos no crece 10% sino
que lo hace a una tasa menor. Es lo que los economistas denominan elasticidad ingreso
menor a uno. «En el Perú, los alimentos tienden a crecer en dos tercios del incremento
observado en el consumo», añade Seminario.

La exportación de alimentos también estaría poniendo su cuota en la inflación, porque


utiliza tierras que podrían estar destinadas a cultivos orientados al mercado interno. El
catedrático de la Universidad del Pacífico pone como ejemplo el caso del tomate, cuya
producción se destinó a la exportación, lo que motivó el incremento en su precio local.
«Eso no tiene nada que ver con la demanda interna», subraya.

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