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Manierismo; tal denominación es aplicada al

arte florido al período de transición entre la


crisis de los primeros años del Cinquecento y
los primeros desarrollos del barroco, del 1520
al 1600. Y un período de crisis histórica y
religiosa en que el costal de Roma del 1527, el
asedio de Florencia del 1530, la llegada de la
Contrarreforma son todos factores que
determinarán en la conciencia de los artistas un
sentido de descontento.

Leer más:
http://www.monografias.com/trabajos16/mani
erismo/manierismo.shtml#ixzz4zHpdItmH

Contexto histórico[editar]
El manierismo se desarrolló en Italia e influyó la
arquitectura de buena parte de Europa. Por eso
ayuda conocer el contexto histórico del
continente.
A fines del siglo XV se desarrollaron las grandes
monarquías, en España, Francia y en Inglaterra;
en 1493 Maximiliano I de Habsburgo llegó a ser
emperador del Sacro Imperio Romano
Germánico, mientras que Rusia encontró la
unidad política bajo Iván III. Además, con el
ascenso al trono francés de Francisco I y la
coronación de Carlos V, el escenario europeo
un cambio radical, con la anexión a España de
Alemania y de otros territorios, como Milán,
Nápoles y el Mezzogiorno.
En Italia, en 1527 se produjo el Saco de Roma
por obra de los lansquenetes; este evento
marca el comienzo del manierismo. Muchos
artistas tuvieron que dejar Roma,
trasladándose a Florencia y Venecia. En
Florencia, los eventos de 1527 favorecieron la
persecución de los Médicis; sólo se dominó la
rebelión después de un largo asedio, entre
1529 y 1530, que restableció a la familia en el
gobierno de la ciudad. En cambio, Venecia era
el más importante arsenal de Italia y un centro
cultural de primer orden, gracias a la gran
difusión de la actividad editorial.
El papa Paulo III instauró de nuevo, en 1542, el
tribunal de la Inquisición, que precedió pocos
años a la convocación del Concilio de Trento. El
clima controrreformista llevó a la fundación de
la Compañía de Jesús, que ejerció notable
influencia también en el campo artístico
dirigiendo la arquitectura religiosa hacia el
estilo barroco.
Arquitectura manierista

La arquitectura manierista es aquella fase de la


arquitectura europea que se desarrolló entre
1530 y 1610, es decir, entre el final de la
arquitectura renacentista y el comienzo de la
barroca.1
Los historiadores consideran al manierismo
como la última fase del Renacimiento,
precedida por las del humanismo florentino y
por el clasicismo romano; sin embargo, si las
primeras dos fases son distinguibles
temporalmente, no resulta tan claro con el
clasicismo y el manierismo que coexistieron
desde inicios del siglo XVI.2
El término «maniera», usado ya en el siglo XV
para indicar el estilo de cada artista, fue
empleado por Giorgio Vasari en el siglo
posterior para describir uno de los cuatro
requisitos de las artes (orden, medida, diseño y
maniera), con particular referencia a las obras
de Miguel Ángel; luego lo utiliza Jacob
Burckhardt para definir de manera peyorativa
el arte italiano entre el Renacimiento y el
Barroco. No obstante a inicios de siglo XX, a la
luz de las nacientes culturas surrealistas y
expresionistas, la crítica revaloró la cultura
manierista.

Características de la arquitectura
manierista[editar]
El manierismo rechaza el equilibrio y la armonía
de la arquitectura clásica, concentrándose más
bien en el contraste entre norma y
transgresión, naturaleza y artificio, signo y
subsigno.3
De esta manera, la carga pierde su peso,
mientras que el sostén no sostiene nada; el
punto de fuga no se concluye en un punto
focal, como en la arquitectura barroca, sino que
termina en nada; las estructuras verticales
asumen dimensiones excesivas y confieren al
conjunto un inquietante equilibrio
«oscilante».1
Si en la arquitectura del Renacimiento la fábrica
de los edificios a menudo denuncia su propia
conformación interna también hacia el exterior
(mediante, por ejemplo, la presencia de cornisa
intermedia, extradós e intradós), las obras
manieristas generalmente se alejan de esta
tendencia, escondiendo su propia estructura de
base.4
Desde el punto de vista decorativo, asume
particular importancia el fenómeno de lo
grotesco, un tema pictórico de tiempos del
imperio romano, redescubierto a fines del siglo
XV, durante algunas excavaciones
arqueológicas.
Estas pinturas, centradas en representaciones
fantásticas e irracionales, están de moda
durante el manierismo (por ejemplo en las
decoraciones del Palacio del Té) y aunque de
manera esporádica, influencian la misma
arquitectura; esto es evidente en las bizarras
aperturas en el frente del Palacio Zuccari de
Roma y en el Jardín Orsini (conocido como
Parque de los monstruos) en Bomarzo. Otras
influencias, sobre todo ligadas a temas
zoomórficos, antropomórficos y fitomórficos,
se encuentran en los adornos de edificios como
la Casina de Pío IV en la Ciudad del Vaticano,
realizado por Pirro Ligorio, el Palacio Marino y
la iglesia de Santa María presso San Celso de
Galeazzo Alessi en Milán.

Obras principales[editar]
Italia[editar]
Villa Farnesina, Roma.

Palacio Massimo alle Colonne, Roma.

Palacio del Té, Mantua.


El punto de partida de la arquitectura
manierista es la Villa Farnesina de Roma,
construida por Baldassarre Peruzzi alrededor de
1509.7 Presenta una planta en «u», con dos
alas que encierran una parte mediana en la
que, en el piso inferior, se abre un pórtico
constituido por cinco arcos de medio punto. La
articulación de la fachada, adornada con
lesenas y almohadillado angular, es todavía
clásica, pero el friso ricamente decorado, que
corre hasta la parte más alta del edificio,
evidencia ya un cambio de gusto. Además, en
una sala del piso superior, el mismo Peruzzi
pintó algunas columnatas y paisajes, con el fin
de dilatar el espacio arquitectónico.
Sin embargo, la obra maestra de Peruzzi se ha
de buscar en el Palacio Massimo alle Colonne,
construido en 1532. La estructura se inserta en
una planta de terreno de dimensiones
irregulares, con forma de «L». La fachada es
curvilínea y presenta un pórtico arquitrabado
con columnas libremente espaciadas, cuya
profundidad contrasta con el registro superior
del frente; insólitas son las cornisas que
decoran las ventanas de los pisos superiores,
pegadas a una pared adornada con
almohadillado plano. Inédita es también la
conformación de los pórticos del patio: están
formados por dos logias sobrepuestas, cerradas
al techo por un tercer piso abierto por ventanas
rectangulares tan largas como la columnata
inferior. Todas estas soluciones, en parte
influidas por las irregularidades del terreno,
muestran un prevalecer de la excepción sobre
la norma y ponen al Palacio Massimo entre las
más interesantes realizaciones de la
arquitectura manierista.8
Análogo juicio se puede expresar sobre el
célebre Palacio del Té en Mantua, edificado por
Giulio Romano entre 1525 y 1534. El palacio es
un edificio de planta cuadrada, con un patio
cuadrado en el centro; la entrada principal se
resolvió con una logia, donde se repiten arcos
de medio punto y serlianas. El frente da a un
jardín delimitado, al lado opuesto, por una gran
exedra semicircular. Estos elementos parten del
código clásico, pero el carácter rústico del
edificio (el orden y almohadillado no están ya
en dos pisos distintos, sino que se unen en un
solo elemento en las fachadas laterales) acerca
la obra a los cánones de la arquitectura
manierista. Además, Giulio Romano aplicó las
serlianas también en la profundidad del
pórtico, transformando las aperturas
bidimensionales en elementos espaciales.
Caracteres rústicos tienen también otros dos
edificios mantuanos proyectados por el mismo
Giulio Romano: su casa y el patio de la
Caballeriza en el Palacio Ducal de Mantua.
En el primer caso el almohadillado se extiende
hasta el techo del edificio, mientras que el
orden arquitectónico deja el puesto a una serie
de pilastras sobre las que se han colocado arcos
de medio punto. Los dos pisos del edificio se
han subdividido por una primera cornisa a
modo de imposta que, interrumpe el curso
horizontal de la línea en el punto
correspondiente a la entrada, donde resigue la
forma de un tímpano. El patio de la Caballeriza
está organizado todavía en dos órdenes, pero
las paredes rústicas se caracterizan, en su parte
superior, por extravagantes semicolumnas
salomónicas.

Palacio Canossa, Verona.

Maser (Italia), Maser (Treviso).


La relación entre naturaleza (almohadillado) y
artificio (columnas), que en algunas obras de
Giulio Romano se disuelve hasta fundir los dos
elementos en una única estructura parietal,
encuentra ulteriores ejemplos en algunos
palacios vénetos realizados por Michele
Sanmicheli, Andrea Palladio y Jacopo
Sansovino. Sanmicheli realizó el Palacio
Pompei, construido en Verona en las primeras
décadas del siglo XVI. El esquema de la fachada,
en dos órdenes, imita la fachada de la Casa de
Rafael, proyectada por Bramante (1508), hoy
destruida), aunque con algunas importantes
diferencias que buscan acentuar, en el registro
inferior, los llenos sobre los vacíos; en cambio,
en el segundo piso, en el lugar de las ventanas
ideadas por Bramante en la Casa de Rafael,
Sanmicheli introdujo una logia de gran fuerza
expresiva.
También de Sanmicheli es el Palacio Canossa,
construido en Verona alrededor de 1530,
donde los elementos rústicos y los de artificio
alcanzan una mayor integración. Otra obra del
arquitecto es el Palacio Bevilacqua,
caracterizado por un paramento rústico en el
primer piso y por grandes aperturas al arco en
el registro superior, que se alternan con
ventanas de dimensiones menores contenidas
en el espacio del intercolumnio.
Al vicentino Andrea Palladio se debe la obra
teórica Los cuatro libros de la arquitectura
(1570), que influyó en la arquitectura civil hasta
la época neoclásica.9 Su primera obra
destacada es la llamada Basílica Palladiana
(1546), en la que aparece su «motivo
palladiano» de arco entre dinteles.10 Entre sus
obras resulta oportuno recordar los palacios
Thiene (alrededor de 1545), Barbaran da Porto
y Valmarana (1565), en cuya relación entre
naturaleza y artificio es posible captar el
elemento manierista del estilo palladiano.
Tal componente emerge con mayor vigor en las
residencias suburbanas levantadas por el
arquitecto vicentino y en particular en la Villa
Serego en Santa Sofía de Pedemonte y en la
Villa Barbaro en Maser. La primera fue
construida alrededor de 1565 y presenta un
patio cerrado (al menos en el proyecto original)
y columnas rústicas, realizadas con bloques de
piedra caliza labrados de forma irregular y
superpuestos para crear pilas irregulares. Algo
más reciente, la Villa Barbaro se sitúa a lo largo
de un ligero declive de una colina. Si en la
mayor parte de la villas palladianas la
residencia propiamente tal está precedida por
los ambientes dedicados al trabajo agrícola,
aquí esta relación se invierte y la casa patronal
precede los ambientes de trabajo; en la parte
de atrás se abre una gran exedra, que recuerda
el ninfeo de las villas romanas. A Palladio y su
discípulo Vincenzo Scamozzi se debe el Teatro
Olímpico de Vicenza, de gran influencia
posterior, con elementos ilusionistas que
anticipan el barroco. Scamozzi escribió también
un tratado teórico, Idea dell'architettura
Universale (1615). Destacan también las iglesias
que realizó en Venecia, de plantas complejas y
frontones incrustados unos en otro en las
fachadas: Basílica de San Giorgio Maggiore,
Iglesia del Redentor.11

Una serliana en Villa Julia; este elemento


arquitectónico atribuido a S. Serlio es
típicamente manierista.

Palacio Corner, Venecia.

Zecca de Venecia.
La arquitectura civil ofrece todavía ejemplos
importantes en algunos palacios venecianos.
Sus características predominantes fueron
teorizadas por Sebastián Serlio en sus Sette libri
dell'architettura.12 En las ilustraciones de
Serlio, como también en las realizaciones de
Sansovino, la masa mural de las fachadas se ve
aligerada con grandes aperturas, donde las
órdenes arquitectónicas no son usadas solo
como objetos decorativos, sino también como
elementos portantes. Contribuyó grandemente
a la difusión por toda Europa de los órdenes
clásicos y de los elementos decorativos.11
A esta tipología pertenecen edificios como el
Palacio Corner (1532), proyectado por
Sansovino que funde al mismo tiempo el
esquema florentino-romano (evidente por la
presencia del patio interno) con el veneciano
(presencia de un salón central que corresponde
con el atrio de acceso, desde el cual parten
varios ambientes internos). Además, la
articulación de la fachada, en la que prevalecen
los vacíos sobre los llenos, anticipa el diseño de
la Biblioteca Marciana (1537), construida
todavía por Sansovino delimitando la plaza al
lado de la Basílica de San Marcos. De hecho, la
fachada de la Biblioteca está dispuesta en dos
órdenes: el primero imita el modelo romano,
con columnas que sostienen arquitrabes y
aperturas de medio punto; el segundo, en el
que es más evidente el gusto manierista, en
cambio está constituido por serlianas con
cornisas y por columnas que sostienen un friso
ricamente adornado.
También de Sansovino es el Palacio del Zecca
(alrededor de 1537), construido al lado de la
mencionada biblioteca. El esquema de la
fachada es innovador: el pórtico de entrada
sostiene una arcada formada por columnas no
anilladas, dominadas por un arquitrabe doble;
el último piso, añadido sucesivamente tras un
proyecto probablemente elaborado por el
mismo arquitecto, retoma todavía el tema de
las columnas fajadas, con intervalos de grandes
ventanas con tímpanos triangulares.
Sin embargo, las obras de artistas como
Sansovino y Palladio difícilmente podrían
definirse manieristas del mismo modo que las
realizadas por Giulio Romano o Miguel Ángel,
los dos principales exponentes de este estilo.13
Se considera que es Miguel Ángel quien
introdujo estas formas, al reinterpretar el
clasicismo renacentista en clave personal y
dramática.14 En el análisis de su arquitectura
resultan particularmente significativas algunas
obras florentinas, como la Sagrestia Nuova
(concluida en 1534) y la Biblioteca Laurenciana
(proyectada en 1523). Respecto a los ejemplos
precedentes, donde generalmente la atención
del proyectista se concentra en la planta y la
superficie de fachada, la Sagrestia Nuova de
Florencia se presenta como un recipiente
ideado para hospedar esculturas. Se encuentra
junto a la basílica de San Lorenzo y se especula
respecto a la Sagrestia Vecchia proyectada por
Brunelleschi, de la que imita la planta. Miguel
Ángel elaboró libremente las formas adoptadas
en la Sagrestia Vecchia, privándolas de la
armonía brunelleschiana. Por ejemplo, sobre
los portales de acceso, realizó pilastras
rectilíneas sostenidas por grandes ménsulas,
con nichos poco profundos dominados por
tímpanos excavados en la parte inferior.

Biblioteca Medicea Laurenciana.

Puerta Pía, Roma.


En la biblioteca Laurenciana, construida a lo
largo del claustro de la misma basílica, debía
considerar las condiciones preexistentes. El
proyecto fue resuelto con la realización de dos
ambientes adyacentes: el atrio, de superficie
reducida y caracterizado por un techo alto, y la
sala de lectura, puesta en un piso más elevado.
Las paredes del atrio están configuradas como
fachadas de palacio dirigidas hacia el interior,
con nichos ciegos y columnas adosadas (con el
fin de reforzar la pared); en cambio, la sala de
lectura, alcanzable por medio de una escalera
que se expande hacia abajo (realizada por
Bartolomeo Ammannati), es un ambiente más
luminoso, de dimensiones verticales más
contenidas, pero mucho más largo, de tal
manera que contraviene el efecto espacial.
Tras volver a Roma, Miguel Ángel se ocupó de
la reconstrucción de la Basílica de San Pedro y
de la ordenación de la Plaza del Campidoglio
(1546). Para la basílica rechazó el diseño de
Antonio da Sangallo el Joven y volvió a la
original planta centralizada, anulando con ello
el equilibrio perfecto estudiado por Bramante:
por medio de una fachada porticada dio una
dirección principal a todo el edificio y luego,
tras haber demolido partes ya realizadas por
sus predecesores, reforzó todavía las pilastras
que sostenían la cúpula, alejándolas de las
delicadas proporciones bramantescas. En
cambio, en la plaza del Campidoglio, debió
tener en cuenta los edificios preexistentes; por
tanto, concibió un espacio de forma
trapezoidal, delimitado, hacia el Foro, por el
Palacio Senatorio y, a lo largo de los lados
inclinados, por el Palacio Nuevo y por el Palacio
de los Conservadores.
Una de sus últimas obras fue la Puerta Pía
(1562), a la que dedicó muchos bocetos en los
cuales se revelan formas complejas y
particulares que inspiraron a varios arquitectos
manieristas.15

Galería Uffizi, Florencia.

Villa Julia, Roma.


Otros artistas toscanos del siglo XVI produjeron
obras de tipo manierista, confiándose sobre
todo a la definición de las obras de detalle; es
un ejemplo de ello la escalera externa de la
Villa de Artimino, de Bernardo Buontalenti.
Un caso particular es el Palacio Uffizi de Giorgio
Vasari (1560), de quien, además de la búsqueda
de detalles y particulares se señala también el
alto valor urbanístico: de hecho, el complejo se
inserta entre el Palacio Viejo y el Arno hasta
formar un corredor cerrado, hacia el río,
mediante una serliana. Los alzados están
basados en la repetición del módulo del
intercolumnio; no obstante esto, es evidente
cómo el Uffizi no ha sido concebido solo como
planos de fachadas, sino también en términos
espaciales.
Una fusión entre temas clasicistas y manieristas
se advierte en la arquitectura de Jacopo
Vignola, quien puede ser considerado discípulo
de Miguel Ángel. Escribió una influyente obra
teórica, Regole delli cinque ordine
d'architettura (1562), que contiene mediciones
de monumentos romanos. En 1550, Vignola
realizó una pequeña iglesia romana en la Vía
Flaminia, con una planta elíptica contenida
dentro de un rectángulo. En 1551, también en
Roma, construyó Villa Julia, donde trabajaron
también Miguel Ángel, Vasari y Bartolomeo
Ammannati.
A continuación, en 1558, Vignola retomó un
fortín iniciado por Antonio da Sangallo el Joven
algunos decenios antes, transformándolo en
una de las más felices expresiones de la
corriente manierista: el gran palacio de los
Farnesio en Caprarola. El exterior tiene planta
pentagonal y subraya el perímetro de la
fortaleza original; en cambio, en el interior se
abre un patio circular, formado por dos logias
sobrepuestas. A lo largo del lado principal de la
villa se han colocado dos ambientes de planta
circular, destinados respectivamente a
hospedar una escalera de caracol y una capilla,
mientras que en el exterior el complejo está
precedido por una plaza de forma trapezoidal.
La ambigüedad el edificio juega principalmente
en el binomio fortaleza-residencia; además,
mientas las superficies externas se ven planas,
porque están privadas de cornisas relevantes,
el patio interno sorprende por su forma y su
profunda articulación espacial.
La obra más célebre de Vignola es, no obstante,
la iglesia de los Jesuitas de Roma (il Gesù),
comenzada en 1568 y destinada a «ejercitar
una influencia quizás más amplia que cualquier
otra iglesia construida en los últimos
cuatrocientos años».16 El arquitecto fusionó
los esquemas centralizados de la arquitectura
del Renacimiento con los longitudinales de la
época medieval. Se trata de un esquema no
completamente nuevo en la cultura del tiempo.
Vignola, en la concepción del espacio interno se
inspiró en la Basílica de San Andrés, de Leon
Battista Alberti, pero sin conferir a las capillas
laterales la autonomía renacentista de la iglesia
albertiana; la nave asumió mayor importancia,
mientras que las capillas quedaron reducidas a
meras aperturas laterales. La suntuosa
decoración de la iglesia se remonta a la época
barroca. Más tardía y pura es la fachada (1577),
proyectada por Giacomo della Porta y que
establece un motivo imitado con posterioridad
infinidad de veces: un cuerpo bajo y ancho, un
segundo cuerpo más estrecho y un frontón
rematándolo.10 La iglesia del Gesù pertenece,
en cambio, a la época manierista, es decir, «le
falta el equilibrio propio de todo el Alto
Renacimiento y de la explosiva energía del
Barroco».17
Bartolomeo Ammannati es otro representante
del manierismo florentino. Fue autor de la
ampliación del Palacio Pitti en Florencia;
particularidad del edificio es el contraste entre
el exterior, de formas regulares, y el interior,
abierto al jardín, de forma semicircular. Se le
debe también el jardín de Bóboli, con sus
grutas y juegos de agua.11
Francia[editar]

Castillo de Blois.

Castillo de Chambord.
Cour Carrée, Palacio del Louvre.
El manierismo italiano influyó profundamente
la arquitectura de los castillos franceses, pero,
inicialmente, se limitó al solo aspecto
decorativo.18 Por ejemplo, entre 1515 y 1524,
Francisco I inició la renovación y ampliación del
Castillo de Blois, donde se realizaron ventanas
de cruz (típicas del siglo XV en Italia) y
mansardas de estilo manierista. La exuberante
cobertura del castillo recuerda todavía los
modelos medievales y la tradición francesa, así
como la estructura de la escalera externa, que
sin embargo, fue decorada según el gusto
renacentista.
Bajo el mismo reinado de Francisco I, a partir
de 1528, se iniciaron los trabajos de ampliación
del Palacio de Fontainebleau, que llevaron a la
edificación de la Porte Dorée, de los cuerpos de
fábrica en torno al Cour du Cheval Blanc y a la
galería de unión entre un torreón preexistente
y las construcciones del Cour du Cheval Blanc.
La configuración de la Porte Dorée, con las tres
logias superpuestas, recuerda el Palacio Ducal
de Urbino, pero más renacentista resulta el
frente de la Galería de Francisco I. Aquí, un
pórtico con pilastras rústicas, formado por el
alternarse de arcadas mayores y menores,
sostiene los registros superiores, donde se
abren ventanas regulares, colocadas en eje con
las arcadas mayores, y más arriba, numerosas
ventanas dominadas por tímpanos arcuados.
Sin embargo, las cubiertas fuertemente
inclinadas siguen la tradición francesa. Es en
este castillo-palacio de Fontainebleau donde se
introdujo con más claridad la fantasía
manierista.11
Del mismo modo, el Castillo de Chambord
presenta un neto contraste entre cuerpos de
fábrica y cubiertas. Fue realizado entre 1519 y
1547 por Domenico da Cortona, un arquitecto
italiano que se formó bajo la guía de Da
Sangallo. El complejo, completamente
circundado por fosas, es de forma rectangular,
con cuatro torreones circulares en los ángulos,
un largo corte central y, a lo largo del lado
mayor, una torre del homenaje de forma
cuadrada, todavía delimitado por cuatro torres
con planta circular. Esta torre constituye el
corazón de todo el castillo y tiene una escalera
circular de doble espiral, inspirada en una idea
de Leonardo da Vinci, de manera que quien
baja no se topa con quien sube.
Otro italiano, el ya mencionado Sebastiano
Serlio, trabajó en el Castillo de Ancy-le-Franc,
donde introdujo, en torno a un patio de planta
cuadrada, cuerpos de fábrica cerrados –sobre
todos los ángulos– por torres de planta
cuadrada. Este modelo, inspirado en un palacio
napolitano de Giuliano da Maiano (la Villa de
Poggioreale, hoy desaparecida),19 tuvo notable
suerte en las residencias suburbanas; se trata
de un esquema no ideado por Serlio, pero que
el arquitecto contribuyó a afirmarlo, también
gracias a la amplia divulgación de su tratado.
Los frentes externos a lo largo del patio
retoman el tema de los nichos y de las pilastras
binadas ya adoptados por Bramante en el Patio
del Belvedere de la Ciudad del Vaticano.
A este esquema se puede reconducir el Patio
Cuadrado (Cour Carrée) del Palacio del Louvre,
que Francisco I prefirió al preexistente castillo
medieval. Los trabajos, confiados a Pierre
Lescot, fueron iniciados en 1546; el proyecto
inicial preveía la realización de un edificio con
dos pisos, al cual se le añadió un ático en el
curso de la construcción. El piso inferior está
dispuesto con un doble sistema de arcos y
arquitrabes; el superior está articulado por
medio de columnas y ventanas con tímpanos
triangulares y arcuados alternados. Aquí Pierre
Lescot reinterpreta en clave francesa el
manierismo italiano, dándole más serenidad y
ritmo.11 El ático se ha enriquecido con
decoraciones de Jean Goujon que confieren a la
Cour Carrée un aspecto decididamente
manierista.
Filiberto de l'Orme, finalmente, representa el
fundamento del futuso clasicismo francés, con
obras como el Castillo de Anet o el Palacio de
las Tullerías. Se le atribuye la creación del
llamado orden francés, que partiendo del orden
jónico, le da unos fustes anillados con bandas
muy decoradas.20
España[editar]

Monasterio de El Escorial, Madrid.


España tiene ejemplos de manierismo en el
Palacio de Carlos I de la Alhambra (1526).21
Proyectado por Pedro Machuca fue
desarrollado por su hijo Luis hasta 1568, a
pesar de que inicialmente fueran llamados a
colaborar otros arquitectos como Andrea
Palladio, Galeazzo Alessi, Pellegrino Tibaldi y
Vignola.
La planta es un cuadrado de alrededor de
sesenta metros por lado, con un ángulo
redondeado; en el centro se inserta un vasto
patio circular, definido por columnatas en dos
órdenes, que anticipa la solución de Vignola
para el Palacio Farnesio de Caprarola y, al
mismo tiempo, imita el de la corte, jamás
terminada, de la Villa Madama de Sanzio.
También el exterior, con pilastras colocadas en
el almohadillado rústico, recuerda el estilo
italiano, en particular la Casa de Rafael
proyectada por Bramante.
Más imponente es el Monasterio de El Escorial,
encargo de Felipe II y construido entre 1563 y
1584 por Juan Bautista de Toledo y por Juan de
Herrera. La planta se puede relacionar con la
realizada por Filarete para el Hospital mayor de
Milán (hoy sede de la Universidad de los
Estudios de Milán): es un rectángulo de
alrededor de doscientos por ciento sesenta
metros, con algunos patios grandes y una
iglesia, inspirada en la Basílica de San Pedro de
Bramante. Esta iglesia se construyó al fondo en
la parte central. En el exterior, donde se
levantan cuatro torreones angulares, la
arquitectura del monasterio es más bien
desnuda, mientras que el interior presenta una
volumetría muy articulada, con la cúpula, el
cuerpo de la iglesia, las torres en la fachada y el
cruce de las cubiertas a doble vertiente.
Asimismo, a la influencia de Filarete se puede
deber también el Hospital Real de Santiago de
Compostela (1501), que con su planta
cruciforme se inspira precisamente en el
Hospital Mayor y al claustro bramantesco de la
basílica de San Ambrosio.
Inglaterra[editar]

Hardwick Hall, Derbyshire.

Banqueting House, Londres.


Artículo principal: Arquitectura isabelina
Hacia fines del siglo XVI en Inglaterra se
levantaron diversas casas de campo, en un
estilo que buscaba más el orden que las
«licencias».22 Entre estas cabe mencionar la
Longleat House, Wollaton Hall y la Hardwick
Hall.
La primera fue construida entre 1572 y 1580 en
Wiltshire; se caracteriza por grandes aperturas
rectangulares y por tribunas cerradas, mientras
que el elemento más renacentista está en el
portal de acceso.
Siempre en 1580 iniciaron los trabajos de
Wollaton Hall en Nottinghamshire. La planta
retoma el esquema del cuadrado con torres
angulares; en la parte central de la construcción
emerge un torreón con otras cuatro torres
circulares en los lados.
Lo mismo que en Longleat House, aún hay
grandes ventanales que marcan las fachadas de
Hardwick Hall, en Derbyshire (1590-1596). La
planta es prácticamente un rectángulo con
torres angulares y tribunas; el techo, así como
en las precedentes residencias, está delimitado
por un parapeto.
La influencia italiana, y en particular palladiana,
es más evidente en las obras de Íñigo Jones,
donde los elementos que se toman del
manierismo asumen un rol secundario respecto
a la búsqueda de una arquitectura «sólida,
dimensionable según las reglas, viril, privada de
afectaciones».23
Su primera obra importante fue la Queen's
House de Greenwich. La planta tiene forma de
«H», quizás inspirada por la Villa de Ambra, con
amplias ventanas regulares y una logia colocada
en el centro de uno de los lados largos, al cual
se contrapone, en el frente opuesto, una
habitación cúbica de cuarenta pies.
Estrechamente unida a la Queen's House es la
Banqueting House, iniciada por Jones en 1622.
Pensada según el módulo de un doble cubo,
inicialmente estaba dotada por un ábside,
luego demolido. La fachada exterior, cerrada
por un friso ricamente decorado, está
constituida por dos órdenes superpuestos en
almohadillado liso, con columnas y lesenas que
encuadran las aperturas rectangulares, según
un estilo que imita los modelos palladianos.
El principio de pensar edificios según espacios
regulares, en los que emerge una relación
estrecha entre configuración interna y externa
se encuentra también en otros edificios de
Íñigo Jones, por ejemplo, en los módulos del
doble cubo de la Queen's Chapel (1623),
mientras que la planta de la iglesia de Covent
Garden (1631) todavía estaba planteada sobre
un doble cuadrado.
Otros países[editar]

Ayuntamiento de Amberes.
En Bélgica una de las obras más significativas es
el Ayuntamiento de Amberes, que Cornelis
Floris de Vriendt edificó entre el 1561 y 1566. El
palacio se encuentra en los bordes de una gran
plaza donde se encuentran obras tardo góticas
con detalles renacentistas y barrocos; a pesar
de la presencia de un arimez central de uso
nórdico, el edificio deriva de Bramante y
Serlio.24 La fachada horadada por grandes
aperturas, está planeada sobre cuatro órdenes
delimitados por cornisas que indican los pisos;
el arimez, con el arco de medio punto, está
adornado mediante columnas binadas y nichos.
Este modelo fue importado en diversas
regiones europeas, comenzando por los Países
Bajos y Alemania.22 Por ejemplo, entre 1615 y
1620, Elias Holl realizó el Rathaus de
Augsburgo, con un arimez central cerrado por
un tímpano moldurado; a los lados del piso de
la parte superior se alzan dos torres con planta
cuadrada, sobre las cuales se pusieron dos
volúmenes poligonales con cúpulas
acebolladas.
El manierismo sólo llega a Alemania a finales de
siglo. Son arquitectos italianos, o formados en
Italia, quienes realizan obras de este estilo,
especialmente en Baviera. La de San Miguel en
Múnich, erigida en 1585 a partir del modelo del
Gesù en Roma, o las Salas del «Antiquarium»
de la Residencia son ejemplos de esta
tendencia.20 La iglesia de San Miguel se
caracteriza por su fachada manierista, mientras
que el interior sorprende por la gran bóveda de
cañón que cubre la nave central; como en la
basílica romana, también las capillas laterales
se muestran directamente a lo largo de la nave
mediante una serie de arcos, pero los
ambientes que resultan de este recurso,
respecto al modelo de Vignola, muestran una
mayor integración con la nave central.25
Las influencias manieristas llegan a Portugal a
mediados del siglo XVI. Nuestra Señora de
Gracia, en Évora presenta ya formas más
severas. Cabe citar a Diego Torralva, influido
por Serlio y Palladio en su Claustro de San
Felipe de Tomar. Influencia de Vignola se
aprecia en la iglesia de San Vicente de Fora, de
finales de siglo, obra de Felipe Terzi.

Principales exponentes del Manierismo


ANDREA PALLADIO (1508-80)

Nació en Padua el 30 de noviembre de 1508 y


comenzó su formación como simple cantero. Su
nombre auténtico era Andrea di Pietro dalla
Gondola, pero cambió su apellido por el de
Palladio (en honor a Pallas, diosa griega de la
sabiduría) a partir de la tutela del poeta
Giangiorgio Trissino, que supervisó sus estudios
de arquitectura. Trissino le llevó a Roma, donde
Palladio analizó las ruinas clásicas y estudió a
fondo los tratados de Vitruvio, el único legado
teórico de la arquitectura romana. El fruto de
sus investigaciones fue la publicación del libro
Le Antichità di Roma (1554), considerado
durante más de dos siglos como la mejor guía
sobre las ruinas de la ciudad eterna.

Una de sus primeras obras de gran envergadura


fue la transformación (comenzada en 1549) del
recinto exterior del Palazzo della Ragione o
Basílica, el ayuntamiento de Vicenza. En esta
ciudad y sus alrededores construyó numerosos
edificios residenciales y públicos. Entre ellos
destacan los palacios Chiericati, Thiene y
Valmarana, y las villas Badoer, Barbaro (en
Maser), Emo, La Rotonda y Villa Foscari, en
Malcontenta di Mira. Entre 1560 y 1580
también construyó varias iglesias en Venecia,
entre las que sobresalen San Francesco della
Vigna, San Giorgio Maggiore e Il Redentore. Su
última gran obra fue el teatro olímpico de
Vicenza, que finalizó Vincenzo Scamozzi
después de su muerte.
Aunque su estilo arquitectónico tiene sus
antecedentes inmediatos en la obra de los
maestros del alto renacimiento, como Donato
Bramante (que a su vez se inspiró en la
tradición constructiva de la antigua Roma),
Palladio siempre cultivó una interpretación
propia de los motivos romanos, derivada del
estudio directo de la arquitectura antigua.
Combinó libremente muchos de los elementos
del lenguaje clásico, de acuerdo con las
exigencias del emplazamiento o de las
necesidades funcionales de cada edificio y en
este sentido se le puede considerar como un
arquitecto manierista. Sin embargo, al mismo
tiempo compartió la búsqueda renacentista de
las proporciones armónicas, y sus fachadas se
caracterizan por unas excepcionales elegancias
basadas en la sencillez -casi austera- y la
serenidad compositivas.
Palladio fue el primer arquitecto que desarrolló
un sistema organizado para las disposiciones de
las habitaciones privadas. También fue el
primero que ubicó en edificios residenciales
pórticos con frontones, propios de los templos
clásicos, como los que se pueden contemplar
en las cuatro fachadas idénticas de Villa
Rotonda, compuestas por seis columnas jónicas
sobre un elevado podio precedido por una
escalinata.
Los edificios de Palladio a menudo
incorporaban soluciones ingeniosas, en
ocasiones para facilitar la entrada de luz, o para
hacer más cómodos los tránsitos entre distintas
estancias. En la basílica de Vicenza, por
ejemplo, proyectó una elegante fachada
formada por dos pisos de arquerías donde
empleó la ventana o motivo serliano, conocido
también como palladiano (un vano tripartito
compuesto por una parte central arqueada y
más ancha que las dos laterales, separadas por
delgadas columnas), gracias al cual pudo
estrechar los pilares estructurales y con ello
captar mucha más luz para el espacio interior.

Leer más:
http://www.monografias.com/trabajos16/mani
erismo/manierismo.shtml#ixzz4zI8HVAu1

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http://www.monografias.com/trabajos16/mani
erismo/manierismo.shtml#ixzz4zI7mXNNt
MIGUEL ÁNGEL BUONARROTTI
Caprese 1475- Roma 1564

Escultor, pintor y arquitecto italiano.


Habitualmente se reconoce a Miguel Ángel
como la gran figura del Renacimiento italiano,
un hombre cuya excepcional personalidad
artística dominó el panorama creativo del siglo
XVI y cuya figura está en la base de la
concepción del artista como un ser excepcional,
que rebasa ampliamente las convenciones
ordinarias.
Durante los cerca de setenta años que duró su
carrera, Miguel Ángel Buonarrotti cultivó por
igual la pintura, la escultura y la arquitectura,
con resultados extraordinarios en cada una de
estas facetas artísticas.
Sus coetáneos veían en las realizaciones de
Miguel Ángel una cualidad, denominada
terribilità, a la que puede atribuirse la grandeza
de su genio; dicho término se refiere a aspectos
como el vigor físico, la intensidad emocional y
el entusiasmo creativo, verdaderas constantes
en las obras de este creador que les confieren
su grandeza y su personalidad inimitables.
La vida de Miguel Ángel Buonarrotti transcurrió
entre Florencia y Roma, ciudades en las que
dejó sus obras maestras. Aprendió pintura en el
taller de Ghirlandaio y escultura en el jardín de
los Médicis, que habían reunido una
excepcional colección de estatuas antiguas.
Miguel Ángel dio sus primeros pasos haciendo
copias de frescos de Giotto o de Masaccio que
le sirvieron para definir su estilo. En 1496 se
trasladó a Roma, donde realizó dos esculturas
que lo proyectaron a la fama: el Baco y la
Piedad de San Pedro. Esta última, su obra
maestra de los años de juventud, es una
escultura de gran belleza y de un acabado
impecable que refleja su maestría técnica.
Al cabo de cinco años Miguel Ángel regresó a
Florencia, donde recibió diversos encargos,
entre ellos el David, el joven desnudo de cuatro
metros de altura que representa la belleza
perfecta y sintetiza los valores del humanismo
renacentista.
En 1505, cuando trabajaba en el cartón
preparatorio de la Batalla de Cascina
(inconclusa) para el Palazzo Vecchio, el papa
Julio II lo llamó a Roma para que esculpiera su
tumba; Miguel Ángel trabajó en esta obra hasta
1545 y sólo terminó tres estatuas, el Moisés y
dos Esclavos; dejó a medias varias estatuas de
esclavos que se cuentan en la actualidad entre
sus realizaciones más admiradas, ya que
permiten apreciar cómo extraía literalmente de
los bloques de mármol unas figuras que
parecían estar ya contenidas en ellos.
Julio II le pidió también que decorase el techo
de la capilla Sixtina, encargo que el artista se
resistió a aceptar, puesto que se consideraba
ante todo un escultor, pero que se convirtió
finalmente en su creación más sublime.
Alrededor de las escenas centrales, que
representan episodios del Génesis, se despliega
un conjunto de profetas, sibilas y jóvenes
desnudos, en un todo unitario dominado por
dos cualidades esenciales: belleza física y
energía dinámica.

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http://www.monografias.com/trabajos16/mani
erismo/manierismo.shtml#ixzz4zI8v9y3D

Escultura manierista
El manierismo es una tendencia estética que se
inicia a finales del Renacimiento y se señala
como transición al Barroco. Tuvo sus orígenes
en las magistrales características escultóricas
de la obra de Miguel Ángel, tales como el
equilibrio estable entre la masa y el
movimiento, sentido de la grandiosidad,
facciones perfectas, gestos terribles y la
perfección anatómica de la figura.
El 6 de mayo de 1527, las acéfalas tropas del
Sacro Imperio Romano Germánico tomaron
Roma. En su euforia alcanzaron la Ciudad del
Vaticano, donde la Guardia Suiza las enfrentaría
con el propósito de resguardar la vida del papa
Clemente VII. La batalla terminó en una
masacre, pero no en vano, pues el Pontífice
logró atravesar el Passetto, un corredor
fortificado que comunica al Vaticano con el
Castillo Sant'Angelo, ubicado a la orilla del
Tíber. Durante los días siguientes, las tropas se
ocuparon de saquear Roma, causando la
desaparición de numerosas obras de arte, tanto
de la Iglesia como de particulares. Este suceso
es señalado como el final del Renacimiento
clásico.
El historiador Luigi Lanzi indica en su libro
Historia de la pintura italiana que este evento
aceleró la separación de Martín Lutero y sus
seguidores de la Iglesia, lo cual dio pie a una
crisis espiritual en todo el mundo católico, pues
hizo ver que la salvación podía alcanzarse por
fe y no por predestinación o méritos.
"Luego del saqueo de Roma, muchos artistas
huyeron y optaron por un arte más espiritual,
tomando como base la idealización del cuerpo,
de Miguel Ángel, lo que origina el manierismo",
afirma el historiador Aníbal Chajón.
En sus inicios, el término definía a quienes
transgredían los cánones de los Genios del
Renacimiento, es decir Rafael (1483-1520);
Antonio Allegri da Correggio (1489-1534) y el
mismo Miguel Ángel (1475-1554). Más tarde,
"maniera" tomó la connotación de
personalidad artística al crear una obra; sin
embargo, con el tiempo se desarrolló con
características propias.

La escultura manierista busca "la multiplicidad


de las vistas", superando no sólo las
concepciones altorenacentistas (Leonardo
reducía la estatuaria a la "combinación de dos
relieves"), sino también la "vista principal ...
completa y definitiva" que caracteriza la obra
escultórica de Miguel Ángel. Para Cellini "la
escultura se empieza todavía con una sola vista,
después se empieza a desarrollar poco a poco
... y así se va haciendo esta grandísima fatiga
con cien vistas o más, a las que he debido
despojar de aquel bellísimo aspecto que tenía
la primera vista

"En resumen, las obras manieristas se


caracterizaron por la reinterpretación de los
cánones clásicos en busca de formas que
requerían un conocimiento previo del
espectador y una reflexión intelectual", indica
Chajón.

Carasterísticas de la escultura manierista :


LA ESCULTURA DEL MANIERISMO ( DESDE 1520
APROXIMADAMENTE).
¥ Mantiene en buena parte los aspectos
formales de la etapa anterior. Al ser el arte
plástica por antonomasia, la forma predomina
sobre el contenido y le da una grandilocuencia
sólo comparable a las esculturas del helenismo.
¥ Las figuras serpentinatas cobran primacía
en esta etapa: tanto la figura como el grupo ha
de tomar la forma de la letra S exagerando el
contraposto clásico.
¥ También se produce una estilización de las
figuras alargándose el canon a las diez cabezas.
¥ Los escultores manieristas de la segunda
mitad del siglo XVI se van a plantear la cuestión
de la multifacialidad de la obra como una
exigencia teórica, como un problema
intelectual para el que se requerían soluciones.
Estos planteamientos van a dar una
importancia cada vez mayor al modelo, al
apunte plástico que introdujera Miguel Ángel.
¥ Hasta este punto la escultura renacentista
pedía un escultor estático; el infinito número
de puntos de vista convierte al espectador
inmóvil en un espectador cinético. Se inician,
pues, en este período dos importantes
novedades:
◦ la necesidad de modelos de cera o barro
para conseguir la multifacialidad inicia un
proceso lento a lo largo del cual el modelador
se convierte en verdadero escultor, y el
escultor original en un artesano, en un técnico.
Se abre así un abismo entre ejecución e
invención
◦ el bloque de mármol ya no significa una
norma sagrada e intocable, sino que se libera
de las limitaciones que la piedra le imponía.
Esto implica la apertura de un camino hacia la
utilización de más de un bloque de mármol
para una sola figura

principales exponentes de la escultura en el


manierismo:

Entre los artistas de esta época y estilo sigue


habiendo artistas completos ("humanistas" que
destacan en múltiples ámbitos del arte), como
los citados Benvenuto Cellini o Giorgio Vasari;
pintores como Andrea del Sarto, Beccafumi,
Correggio, Rosso Fiorentino, Pontormo,
Bronzino, Parmigianino, Bassano, Tintoretto,
Arcimboldo, Veronés, Federico Zuccaro o los
Carracci; escultores como Jacopo Sansovino,
Baccio Bandinelli, Juan de Bolonia
(Giambologna) o los Leoni; y arquitectos (casi
todos ellos también escultores o pintores)
como Giulio Romano, Sebastiano Serlio, Jacopo
Vignola, Bartolomeo Ammannati, Andrea
Palladio, Pellegrino Tibaldi, Giacomo della Porta
o Bernardo Buontalenti. Al norte de los Alpes
destacaron Karel van Mander (llamado "el
Vasari del norte"), los Cranach, Hans Holbein el
Joven, Mabuse, Pieter Coecke van Aelst, Pieter
Brueghel el Viejo, Hans von Aachen o el
escultor Adrian de Vries. En Francia se
desarrolló la escuela de Fontainebleau, en la
que a partir de maestros italianos surgieron
artistas locales, como el pintor François Clouet,
los escultores Jean Goujon, Germain Pilon y
Pierre Franqueville (Pietro Francavilla) o los
arquitectos Pierre Lescot, Jean Bullant y
Salomon de Brosse. La influencia italiana en
Inglaterra llegó más tarde, desarrollándose en
las primeras décadas del siglo XVII (Íñigo Jones).
En la España de las décadas centrales y finales
del siglo XVI se dieron los estilos denominados
príncipe Felipe (también llamado purismo o
fase serliana) y herreriano, desarrollándose el
ambicioso programa artístico del El Escorial, y
se contó con figuras de la talla de Pedro
Machuca, Alonso Berruguete, Diego de Siloé,
Juan de Juni, Gaspar Becerra, Luis de Morales,
Navarrete "el mudo", Juan de Herrera, los
Vandelvira o El Greco.

Esculturas mas relevantes del manierismo :

Rapto de las Sabinas (Giambologna)

El Rapto de las Sabinas o el Rapto de la Sabina


es una escultura realizada en mármol obra de
Juan de Bolonia escultor franco-flamenco activo
en Florencia en el siglo XVI. La escultura
formaba parte de la colección ducal de La
Loggia en la plaza de la Señoría de la ciudad.

Laocoonte y sus hijos


Laocoonte y sus hijos es un grupo escultórico
griego de datación controvertida,1 aunque
suele considerarse una obra original de
principios de la era cristiana.2 La obra es de un
tamaño algo mayor al natural, de 2,45 m de
altura y está ejecutada en mármol blanco.3 Se
encuentra en el Museo Pío-Clementino
perteneciente a los Museos Vaticanos de
Roma,4 y junto al Torso del Belvedere es el
único original griego del antiquarium.2
Representa la muerte del sacerdote troyano
Laocoonte, o Laoconte, castigado por los dioses
a morir estrangulado por serpientes marinas
junto a sus dos hijos. La obra fue realizada por
Agesandro, Polidoro y Atenodoro de Rodas,
pertenecientes a la Escuela de Rodas del
periodo helenístico

Mercurio:
Mercurio (1563), Florencia, Museo del
Barguello. (Bronce a la cera perdida)

El mensajero de los dioses aparece en pleno


vuelo en una composición de gran elegancia.
Juan de Bolonia demuestra su maestría en la
técnica de la fundición al apoyar la figura, en un
difícil equilibrio, sobre la punta de un solo pié.
La anatomía es estilizada con reminiscencias
postclásicas y el modelado suave. La figura está
en un claro contrapposto pero, a diferencia de
Miguel Ángel, éste se consigue no por la
alternancia de miembros en tensión y reposo,
sino por la contraposición de miembros que
avanzan y retroceden. Es característica
también la inexpresividad del rostro, habitual
en las obras de J. de Bolonia, que demuestra la
influencia de la escultura greco-romana en la
que Mercurio es siempre un dios carente de
sentimientos. Un dios sin amores, sin odio ni
rencor.
De la obra se hicieron numerosas copias
(Louvre, Viena, etc.) prueba de su popularidad
aunque la admiración que despertó se
fundamenta, más que en sus valores estéticos,
en la prodigiosa habilidad que demuestra. Es
su calculada postura de acróbata la que
asombra a los espectadores uno de los cuales
llegó a exclamar: " ¡Que los que quieran verlo
se apresuren, porque pronto ya no se verá..!"
Con todo, tanta originalidad no carece de
precedentes. En el pedestal del Perseo
cortando la cabeza de Medusa (1554) de
Benvenuto Cellini aparece un Mercurio
enseñando a volar a Perseo con una postura
muy similar a la que utilizará Bolonia en su
Mercurio volador.
Perseo con la cabeza de Medusa
Perseo con la cabeza de Medusa, también
denominada el Perseo de Cellini, es una
escultura realizada en bronce por Benvenuto
Cellini. Es considerada una de las obras cumbre
de la escultura manierista italiana y una de las
estatuas más famosas de la Piazza della
Signoria en Florencia, Italia.1
Desde el primer momento, el artista sabía cuál
iba a ser el emplazamiento de su estatua. El
propio artista describió la fundición del Perseo
del siguiente modo en su autobiografía:
[...]presa de intensa fiebre y de las llamas del
taller, azotando un vendaval de lluvia el molde
y el horno, cuajado el bronce por súbito
enfriamiento, asustados y despavoridos los
presentes, reanimando el semimoribundo
escultor el fuego con troncos de leña y
mejorando el metal en fusión con toda su vajilla
de estaño y, como dice Marco, entre la fiebre,
el delirio, el incendio y el vendaval que arrecian
en aquella tremenda noche de locura artística
de un genio, se oye un trueno formidable, a la
vez que deslumbra la escena un relámpago
cegador, verdadero ''fiat lux'' de aquel génesis
de una estatua, y ese milagro de la voluntad
crea un prodigio de alta inspiración… Perseo
quedó hecho.2

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