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DIRECCION GENERAL DE CARRETERAS MOPU estado actual de la técnica MADRID 1981 M.0.P.U. - DIRECCION GENERAL DE CARRETERAS TERRAPLENES Y PEDRAPLENES Estado actual de la Técnica Ventura Escario Dr. Ingeniefo de Caminos, C. y P. M. S. Harvard Univ. ‘Subdirector del «Laboratorio de Carreteras y Geotecnia José Luis Escarion, del Contro de Estudios y Experimentacién de Obras Pablicas. MADRID, 1981 INDICE Pag. INTRODUCCION EL TERRENO DE CIMENTACION 2.1. Preparacién de la superficie de asiento 2.1.1. Desbroce del terreno e's: 2.1.2. Eliminacién de la tierra vegetal y escariticado 2.1.3, Terraplenes de poce altura 2.2. Terraplenes sobre suelos blandos 2.3. Terraplenes sobre laderas 2.3.1. Causas de desequilibrio 23.2. Medidas a adoptar 2.3.2.1, Espesores reducidos de materiales inestables 2.3.2.2, Espesores importantes de materiales inestables. 2.3.2.3, Muros y otras medidas 2.4, Transiciones de desmonte a terraplén MATERIALES 3.1. Clasificaciones generales de suelos y otros procedimientos clasicos de seleccién 3.2, Evoluci6n de los sistemas de clasificacion y seleccién 3.2.1. Clasiticacién francesa de suelos 3.3. Criterios generales para la utiizaci6n de materiales en la formacién de terraplenes y pedraplenes atest pce 3.4, Caracteristicas de fos materiales para la formacién del micleo y cimiento de terraplenes 3.4.1. _Limitaciones en las caracteristicas intrinsecas del material: 3.4.2, Limitaciones por razén de las dificultades de puesta en obra 3.4.2.1. Suelos con exceso de humedad. " 1" " 12 2 13 4 4 16 16 19 22 26 28 2B 31 33 35 88 8 39 3.6. 4y. 42, 43, 44, 48, Bit. 52. 63, 5.4, 3.4.2.2, Suelos muy secos 3.4.3, Limitaciones por razones de estabilidad y deformabilidad. Materiales para la coronacién de terraplenes 3.5.1. Criterios en diversas paises 2) Gran Bretaita 1) Estados Unidos ¢) Suiza a) Francia 3.6.2. Comentarios sobre las diversas tendencias existentes y su aplicacién en Espaiia a) Casos generales 5) Arcillas expansivas: Carecteristicas de los materiales pars la formacién de pedraplenes 3.6.1. Consideraciones generales 9.6.2. Rocas sanas e inalterables 3.6.3. Rocas blandas y evolutivas 4. PROYECTO DE TERRAPLENES ¥ PEDRAPLENES Consideraciones generales Casos normales 7 tte Terraplenes y pedraplenes sobre lacleras. Céleulos de estabilidad .. Terraplenes construides con suelos muy hiimedos ... Terraplenes y pedraplenes de gran altura CONSTRUCTION DE TERRAPLENES ¥ PEDRAPLENES Consideraciones generales Acondicionamiento de la humedad. 5.2.1. Criterios sobre la humedad de compactacién 6.2.2. Técnicas para la correccién de la humedad Extendido Compactaci 5.4.1. Consideraciones diversas 7 . 5.4.2. Criterios en diversos paises y recomendaciones para la ejecucién de la compactacién y control por «procedimiento» al Gran Bretafia BI Francia c} Estados Unidos Comentarios sobre ls aplicacién de fos diversos criterios en Espana 8 egg 5.4.4, Prescriaciones y control por producto terminado 93 5.4.4.1. Consideraciones generales 93. 5.4.4.2, Prescripciones y control por densidad 93 a) Prescripciones 93 b) Procedimientos 98 ¢) Frecuencia é interpretacién de los ensayos 98 5.4.4.3. Prescripciones y control por ensayos de carga 100 §.4.4.3.1. Ensayos de placa de carga 100 5.4.4.3,2, Ensayo de la huella (método suizo) 108 5.4.6. Secciones de ensayo m 5.4.6. Homogeneided ? m2 6. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 14 ANEJO |,—Extracto de las Recomendaciones Francesas para la compactacién de! Ndcleo y Coronacion de Terraplenes i 128 1. INTRODUCCION La construccién de terraplenes y pedraplenes ha pasado durante los iltimos decenios por una serie de fases que, atin a riesgo de caer en un exceso de sintesis, puede ser til agrupar en tres eta pas, Hace medio siglo, précticamente todo valia para formar un relleno de una carretera o fetrocartil Y, casi también se puede decir, que cualquier procedimiento era admitido con tal de que fuera ca- paz de contribuir a conseguir el volumen proyectado. Los terraplenes, antes de construir el firme, se dejaba que se hicieran cafiejos» con el agua y el tiempo, pues, si se aplicaba algin tipo de com- actacién, era més nominal que efectivo. Cuando la Mecénica de! Suelo empez6 a desarrollarse, se despert6 en el ingenioro la conciencia de que los suelos eran materiales que, como los dems, podian comportarse de manera muy diver- ‘sa segiin su naturaleza y tratamiento. Como consecuencia, a medida que se fueron ampliando los conocimientos en la nueva ciencia, empezaron a establecerse una serie de limitaciones en cuanto a los materiales a emplear y de condiciones en cuanto a los procedimientos de ejecucién. Evidente- mente los resultados fueron espectaculares, pues pasamos, de aquella situacién en que resultaba preferible circular por una carretera vieja que por una de nueva construccién, a poder disfrutar de la suave rodadura de los firmes nuevos nada mas quedar abiertos al tréfico. Durante esta segunda etepa se fueron desarrollando los poderosos medios de excavacién, transporte y compactacién que hoy dia se emplean y que permiten tallar enormes desmontes y Construir terraplenes hasta del orden de los 100 metros de altura, como si se tratara de grandes pre- sas. Progresivamente se fue plenteando el interrogante de si le calidad de la obra no se estaba ase- gurando a un coste excesivo, a base de establecer unas especificaciones a veces demasiado estric tas en cuanto a los materiales a utilizar y las técnicas a seguir. Como respuesta se ha ido estructurando la postura actual en muchos paises, que tiende a redu- cir las limitaciones absolutas, para trater de aprovechar mas racionalmente los materiales dispo: nibles. Para ello, a veces sera suficiente distribuirlos adecuadamente segiin las funciones que debe cumplir cada zona del relleno y aprovechar el enorme potencial de la maquinaria moderna y de las. nuevas técnicas desarrolladas. Una mentalizacion de este tipo no excluye naturalmente la posible necesidad de, en ciertos casos, prescindir totalmente de determinados productos de excavacion. Esta actitud mas flexible, al suprimir algunas de las normas demasiado restrictivas y dar una ma- yor libertad de accién, exige, sin embargo en el ingeniero un conocimiento més profundo de los materiales y procedimientos constructivos para garantizar la debida calidad de la cbra. Debe por tanto tomarse como un reto y no como una facilidad. Otto factor que esi mismo est’ influyendo hoy dia, tanto en el proyecto como incluso en la téc nica de construccién de carreteras, es la creciente preocupacién en el mundo por la conservacién del medio ambiente. La cada vez menor posibilidad de utilizacién de zones para vertedero, al me: nos en determinadas regiones, recomienda por ello con frecuencia aprovechar al maximo posible los materiales disponibles. La proteccién de las aguas de los cauces exige tomar medidas contre le erosion y contaminacién de todo tipo, La estética de la carretera es un aspecto que cada ver se tiene més en cuenta, obligando igualmente a controler la erosion, a efectuar plantaciones, tender los taludes en determinados puntos mas de Jo estrictamente requerido por razones de estabitidad, etostera. En este trabajo se trata de exponer el estado actual de los conocimientos en las técnicas de pro- yecto, construccién y control de explanaciones, tanto en Espafia como en el extranjero, sin la pre~ tension de llegar a ser exhaustivos, Por el contrario, se han recogido en general solamente fos pun tos de vista que se han considerado mas caracteristicos y autorizados, atin a riesgo de olvidar otros que también pudieran ser de valor, para, convenientemente ordenados y comentados, poder ofre- cer al ingeniero los elementos de juicio que consideramos de interés para que pueda tomar deci- siones en sus proyectos y obras. 2, ELTERRENO DE CIMENTACION Como en casi todas las obras de ingenieria y aunque en este caso se trate de obras de tierra, es la cimentacién uno de los factores que puede originar mayores dificultades en el comportamiento de una carretera, dificultades generalmente aun de mas importancia que las que puedan derivar se de la utilizacién de un material inadecuado o de su imperfecta colocacién. ‘Son muy conocidos los problemas de asientos diferenciales e incluso hundimientos que pueden producirse al construir terraplenes sobre depésitos’de turbas o arcillas blandas. Muy tipica es tam bién la problematica a que puede dar lugar la construccion en laderas més o menos inestables, que 1a veces conduce a deslizamientos completos y otras al menos a reptaciones que originan perma nentemente deformaciones en la superficie de la calzada, Estos y otros temas serdn el objeto de este epigrafe, comenzando con lo que pudiera llamarse el tratamiento minimo a la superficie de asiento, es decir, el desbroce, eliminacién de la tierra vegetal yescarificado. 2.1. Preparacién dela superficie de asiento 2.1.1. Desbroce del terreno En las superficies de asiento de los rellenos hay que suprimir los arboles, plantas, malezas, bro- za, maderas caldas, escombros, basura y cualquier otro material que se juzgue pueda intluir desta: vorablemente en el comportamiento del tetraplén o pedraplén. ‘Suole ser practica habitual extraer los tocones y raices. Sin embargo, teniendo en cuenta el ele vado coste de estas operaciones y la necesidad de transportar los productos extraidos a vertedero, que en algunas zones son cada vez mas escasos, se tiende a suavizar esta actitud, cuando van a quedar a suficiente profundidad. A titulo de orientacién, los érboles pueden cortarse dentro de los 86 10 cm de la superficie del terreno y dejar los tocones en su sitio, sila altura del terraplén es supe: rior a 1,50 a 1,80 m (HRB, 1971). Las normas americanas de la Federal Higway Administration PF-74 (1974) establecen una profundidad minima de 0,90 m desde la explanada o talud para no te- ner que extraer los tocones no perturbados. Cuando sea preciso arrancarlos, los huecos correspon: dientes deberan rellenarse y compactarse debidamente. Un criterio andlogo podré aplicarse cuan- do se trate de otros productos no perecederos y que pueda estimarse no perjudicaran ls estabilidad yel comportamiento de los rellenos a construir " 2.1.2. Eliminaci6n de ia tierra vegetal y escarificado, En general se eliminaré la capa de tlerra vegetal y se procederd a su almacenamiento en condi ciones adecuadas para evitar su deterioro para su posterior utiizacion donde se precise. Sin embargo, puede evitarse su eliminacién en terraplenes de mediana y gran altura, cuando su espesor sea reducido, de forma que los asientos a que pueda dar lugar sean pequefios con relacion a los totals del relleno y siempre que su presencia no pueda implicar un riesgo como eventual su- perficie de deslizamiento. Ademas, debe tenerse en cuenta que su conservacién sobre terrenos blandos puede mejorar la taficabilidad y condiciones de colocacién de las primeras capas de relle~ no. Independientemente de que sea necesaria 0 no la eliminacién de la tierra vegetal desde el punto de vista de la calidad de la obra, podré imponerse su extraccién y almacenamiento para su posterior utilizaci6n en otros lugares. A estos efectos debe tenerse en cuenta que la tierra vegetal es produc- to precioso que no se multiplica, Es el soporte de la vegetacién y debe ser tratada con todo cuida- do, tanto en las obras como en los depésitos de almacenamiento, Las instrucciones de diferentes, paises hacen alusion de maners mas o menos detallada a este aspecto, siendo de destacar la suiza (VSS, 1975) que dice lo siguiente: «La tierra vegetal se diferencia del suelo bruto por un color més oscuro que varia segiin el contenido en humus. Es ol centro de una vida microbiana intensa. La ra vegetal que no se utiliza inmediatamente debe almacenarse en emplazamientos adecuados y en ningtin caso en depresiones de terreno. Los depésitos deberan ejecutarse utlizando maquinaria que no compacte el material, que a su vez deber encontrarse lo més seco posible, La compacta cin y una humedad excesiva provocan una falta de oxigeno en la tierra vegetal. La altura maxima de estos almacenamientos seré de 5 metros cuando hayan de ser de corta duracién (un periodo de vegetacion} y de 3 metros cuando la duracién haya de ser mayor.» ‘Ademés de la eventual giiminacién de la tierra vegetal, cuele ser necesario escaniticar y recom- ppactar el terreno en una profundidad de unos 15 6 20 cm, segiin las condiciones en que se en: ‘uentre, la altura del terraplén y Ia posible influencia en las condiciones de estabilidad de la obra y sus asientos totales. Las operaciones de desbroce y escarificado dejan la superficie del terreno facilmente ero- sionable por los agentes atmosféricas. Par ese motivo, estos trabajos no deberan llevarse a cabo hasta el momento y en las condiciones oportunas para reducir a un minimo ei tiempo de exposi- cién. 2.1.3. Terraplenes de poca altura En las secciones en terrapién de poca altura se hace més sensible la influencia del terreno natu- ral y por ello podrd ser necesaria una excavacién adicional para la construccién de la explanacién; de esta forma se evitaran transiciones eventuales de desmonte a terraplén y se dard uniformidad al terreno de apoyo. Generalmente es recomendable disponer un espesor minimo de relleno préximo a1,0metro. A efectos de la distribucién en profundided de estos minimos recomendables, debe tenerse en cuenta que, cuando exista la posibilidad de variar algo las rasantes, conviene mantenerlas lo més, altas que sea posible por encima del terreno natural para majorar las condiciones de drenaje. 12 | | | i | | | 2.2, Terraplenes sobre suelos blandos En algunas regiones el trazado de la carretera puede extenderse sobre depésitos de suelos blan- dos, tales como turbas, arcillas 0 limos. La solucion a adoptar puede consistir en construir sobre tales depésitos 0 proceder a su elimina cidn, Ello dependerd esencialmente del espesor y caracteristicas de los mismos, que deberén determinarse mediante un reconocimiento geotéenico apropiado, La soluci6n de eliminacién de los depésitos, cuando sea viable, es la més segura; pero habré ‘que toner en cuenta la posicién del nivel fredtico para estimar las dificultades durante la excavacién yy que todo el material que se excave hay que sustituirlo después. Por otra parte, la excavacién no tiene por qué extendorse necesariamente a toda la anchura del terraplén incluidos sus taludes y correspondiente prolongacién, aunque ello fuera lo més seguro. Por ejemplo, en el caso de depésitos de poca profundidad (1 6 2 metros) y caracteristicas no exce- sivamente malas, puede adoptarse la soluci6n de excavar solamente la anchura correspondiente a la calzada y arcenes, proyectada sobre el terreno firme con un talud hipotetico fuerte (por ejemplo, de 1:1). Existen otras posibles combinaciones que dependen de las condiciones particulares'de! caso. No es facil far a priori a partir de qué espesor de sedimentos blandos resulta econdmica su eli- minacién, pues ello depende de muchos factores, entre los que hemos enumerado algunos. De manera genérica, sin embargo, puede ser ventajoso este tipo de solucién cuando los espesores a excavar no pasan de 5 a 6 metros (HRB, 1971). La eliminacion de los materiales por desplazamiento es una técnica que también se ha emple- ado en miiltiples ocasiones cuando los depésitos son muy blandos. E! procedimiento, sin embargo, tiene el inconveniente de conducir a resultados inciertos, porque nunca se tiene la seguridad de ha ber suprimido totalmente el material blando y cabe siempre la posibilidad de que quede alguna bol- sada. Generalmente el desplazamiento se produce por la fuerza originada por el peso del terraplén, ue a veces se complementa con la utiizacién de explosivos. Cuando se recurre a soluciones de es- te tipo hay que llevar una supervision muy culdadosa, completada en todo caso por la ejecucién de sondeos para controlar la posible formacién de bolsadas. Para construir los terraplenes sobre depésitos blandos hay que hacer un estudio geotécnico de- tallado de estabilidad y asientos, as{ como llevar un control durante la construccién que se salon fuera del tema de este trabajo. Alhacor el estudio comparativo de las dos soluciones citadas, deberdn tenerse en cuenta tam: bién las precauciones que sera preciso adoptar con las obres de fabrica, en caso de recurrir ala dt ma mencionada. Si se cimentan en terreno firme dan lugar a movimientos diferenciales respecto a Jos rellenos, y los elementos de cimentacién como los pilotes pueden quedar sometidos a efectos ‘come la friceién negativa y los empujes laterales que encarecen la obra. Por ello a veces se recurre a soluciones flotantes cuando resultan viables. 13 23. Terraplenes sobre laderas 2.3.1. Causas de desequilibrio. Las obras sobre laderas son en general temidas por el ingeniero, especialmente las de desarrollo lineal como son las carreteras. La razén estriba en que, con frecuencia, las laderes se encuentran ‘en equilibrio estricto y, alin en el caso en que no hayan llegado a tal extremo, al alterar sus caracteristicas pueden introducirse importantes factores de desestabilizaci6n del equilibrio de ma as y variaciones en las condiciones de drenaje, La modificacién de las condiciones de equilibrio por la nueva distribucién de masas es evidente y puede velorarse, por lo menos aproximadamente, para prover cuales serin sus efectos, aunque a veces se encontraran pars ello dificultades (epig. 4.3) En cuanto al drenaje, se suele ver afectado por las obras tanto el superficial como el profundo. Una zona donde, por ejemplo, se acumularé agua con facilidad, si no se trata debidamente, es la nién del faldén superior del terrapién con la iadera {fig. 1). Como consecuencia, puede provocarse incluso la formacién de un nivel freatico en el cuerpo del relleno, aunque s6io sea temporalmenie. Aun suponiendo que el dronaje superficial elimine rapidamente todo el agua de escorrentia, hay que tener en cuenta que es frecuente afluyani aguas hacia la ladera, pudiendo aparecer afloramien= ‘tos on determinados puntos (fig. 1). Pues bien, el terraplén construido constituye una especie de enorme manto de impermeabilizacién que impide o al menos dificulta la satida del agua. Come con secuencia, se pueden originar subpresiones y formarse un nivel freatico relativamente alto en el mismo, Figuta1,~Posbles fuentes de alimentacin cle agua al cuotpo do un tereplén No hay que olvidar tampoco que el empotramiento que es frecuente hacer en las laderas, ya sea len forma de escalonamiento o de cualquier otro modo, puede cortar el flujo de agua subterranca, que a veces discurre por las capas meteorizadas intermedias paralelamente al talud, a menos que se adopten las disposiciones oportunas a que se haré referencia més adelante, 4 Por Gitimo, mencionaremos también el hecho de que la carga introducida por el peso det terraplén tiende a cerrar las diaclasas en las rocas y a disminuir el indice de poros en los suelos, con la correspondiente disminucién de la permeabilidad. 2.3.2, Medidas a adoptar Pueden darse una gran diversidad de casos en la estructura y caracteristicas de las laderas. Nos tendremos que limitar por tanto a exponer algunas condiciones y soluciones de tipo genérico que sirvan como orientacién para resolver la situacion particular que pueda presentarse. En todas ellas un drenaje superficial adecuado, eliminando eficazmente el agua de escorrentia y sellando grietas y otras fuentes de filtracién que puedan existir, se considerara esencial y por tanto no volveremos a insistir en el mismo 2.3.2.1, Espesores reducidos de materiales inestables Es muy frecuente, el caso de una ladera en roca u otro material firme recubierta por un coluvi6n © simplemente por los productos de meteorizacién de la misma roca. Si el coluvién o material problemético no tiene mucho espesor (por ejemplo, menos del orden de 6 metros) y sus caracteristicas de estabilidad son muy dudosas o se supone que puede dar lugar @ deformaciones importantes, lo més recomendable suele ger ellminarlo y apoyar la base del terraplén en terreno mas firme. Es practica muy extendida escalonar la superficie del terreno firme o roca, si su pendiente nor- malmente al eje de la carretera es mas fuerte que ol 2 (H) : 1 (V} [FHWA, 1974). En otros sitios se recutre a criterias mas conservadores recomendando el escalonamiento en cuanto ia pendiente es superior a4 (H): 1(V) 66(H}: 1 (V) (HRB, 1971). Naturalmente, la decision a adopter depende de las condiciones de estabilidad previstas para la obra. Las banquetas deben de interceptar si es posible la zona meteorizada o de transicién de la roca y quedar apoyadas en horizontes que se consideren suficientamente firmes, En cuanto a su anchu- ra, debe ser tal que la maquinaria pueda trabajar ampliamente en ellas, siendo preferiblo en este as pecto pasarse que quedarse corto. Cuando se advierta la presencia de agua, se deberd dejar perfectamente drenado el contacto del terreplén con la superficie de apoyo. Para ello la mas elemental de las medidas puede consistir ‘en colocar un dren longitudinal en el borde superior de dicho contacto, segtin se indica en la figu: ra 2, Esto, sin embargo, puede no ser suficiente, por lo menos cuando la base del terraplén sea bastante ancha, pues si bien se corta el flujo relativamente superficial, pueden aflorar aguas més hacia el centro, Por ello, cuando se dispongan banquetas puede ser conveniente poner uno o mas drenes en cada escalén intermedio, segun se indica en las figuras 3 y 4, Dependiendo de fas cir- cunstancias coneretas de que se trate, sera recomendable 0 nacesario incluso cubrir todo el con tacto escelonado 0 no con un manto continuo permeable, Pero el espesor de esta capa drenante no sera inferior a 0,30 m y deberd estar protegida contra los arrastres y penetracion por presion de Jos materiales circundantes; dems podré ser necesario interponer en elias tuberias porosas cuan: do los caudales lo justifiquen 8 Otra solucién més econdmica puede ser del tipo de las seffaladas esquemédticamente en la figu- a5, donde se disponen zonas drenantes on forma de mantos 0 drenes en espina en las partes don: de se ve que efectivamente aflora el agua, uniendo despues cada una de estas captaciones a una 0 Figura 2.--Dron longitudinal de intercoptaci6n do aguas. varias salidas comunes. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, al aplicar este tipo de solucién, que: la construccién del terraplén puede alterar la distribucién de los puntos de salida de agua sustancial- mente. Asi mismo, las banquets con sus dientes de sierra, al cortar precisamente la zona meteori- zada, pueden interceptar con el relleno posterior las capas més permeables por donde anteriormen- te citculaba el agua, provocando una imprevista distribucion de flujos. 7 DREN LONGITUDINAL posieies onencs ADICIONALES DeRRUBIOS Y ZONA Muy MeTEORIZAOS RELATIVAMENTE FIRME Figura 3.—Abaneslamiantoy ronsje. 16 Los drenes de pie del tipo de los empleados en presas de tierra (fig. 6) son a veces muy eficaces. Por un lado sirven para rebajer los niveles freaticos en el cuerpo del terraplén y evitar los arrastres y reblandecimientos de su parte inferior, que con frecuencia son el origen de muchos meles. Por otra : Tacoae ' l 1 1 j Figuia4.—Disposicin de drenajes en banquetas en la -74, Indiana, coma correclén de un covrimientottomada de Braga y 2eiger, 1978), parte, si el material que los constituye tiene una resistencia a esfuerzo cortante importante (piedra gruesa con proteccién contra arrastres, por ejemplo} y se dejan bien asentados sobre el terreno fi ‘me, constituyen de por si elementos que oponen una resistencia considerable contra destiza tos de pie, Foren oe sauton \ Figura 8.—Digposieién en plants de drensjee on ol contact entra un teraplén vol terreno natural a En todos os tipos de obras de drenaje una cosa que hay que tener muy en cuenta es que no hay nada més peligroso que un dren taponado o que no desagle por cualquier otro motivo; entonces: constituye una zona de captacién y posiblemente un colchén permanente de ague, otiginando inestabilidad en lugar de contribuir @ resolver el problema. Por ello no sélo deben protegerse dabi- ‘damente contra jos arrastres, sino que en fo posible deben de apoyarse en terreno firme. En caso. de que por alguna circunstancia no pueda alcanzarse el terreno estable, deberén de instalarse con pendientes mas bien exageradas, para que los posibles asientos o distorsiones no impiden su pos terior dosagiie 2) DREN EN TERRAPLEN NUEVO >) OREN PARA PROTECCION CONTRA ARRASTRES Y REBLANDECIMIENTOS DE PIE DE TERRAPLEN CONSTRUIDO 1 do pie do trraplones, 18 2.3.2.2. Espesores importantes de materiales inestables Sie! coluvién o material inestable que yace sobre el terreno firme tiene un espesor considerable 0 8u excavacién puede ocasionar movimientos de la ladera, puede ser necesario dejarlo en su sitio y construir el terraplén encima, aumentando las condiciones de seguridad por otros procedimientos, Le mayor parte de las soluciones que aqui se mencionan son también aplicables al caso de laderas en suelos homogéneos que pierden su estabilidad al intraducir el paso del nuevo terraplén. En estos casos se debe empezar por hacer un estudio detenido de la estabilidad del conjunto te. rraplén-terreno inestable, Las soluciones @ arbitrar podrén ser de diferentes tipos. Unas consistiran en procurar un equilibrio entre las masas estabilizadoras y voleadoras, haciendo una adecuada Aistribucién de las mismas. Este sistema, que puede ser el més sencillo, muchas veces tropieza con dificultades de tipo préctico por limitaciones en las exproplaciones, invasion de agua, etc. Con frecuencia los fendmenos de inestabilidad van asociados a la presencia de agua y [a instala. cin de un drenaje eficaz puede sor detinitiva para solucionar el problema. Los dos tipos de soluciones citadas van muchas veces cambinados con otras, como la cons- truccién de muros més o menos flexibles, que se mencionarén en el apartado 2.3.2.3. a) Zanjas transversales de reconocimiento y drenaje, Ocurte er no pocas ocasiones que el Teconocimiento geotécnico no ha definido suticientemente la masa de terreno de apoyo que puede crear problemas. Este suele ser especialmente el caso cuando ee trata de coluviones con bolos y ro- cas meteorizadas donde los ensayos de penetiacién y la toma de muestras resulta muy diffcil. Por ello suele ser préctico, una vez adjudicada la obra, empezar por excavar zanjas transversales a la carretera hasta aleanzar la roca 0 la mayor profundidad posible; esto es normalmente sencillo, pues. tentonces ya se dispone de maquinaria para hacer trabajos de este tipo. Estas zanjas, ademés de po: er servir para determinar la profundidad de la roca, permiten inspeccionar directamente el material ¥, haciendo varies a distancias convenientes, defini el terreno en toda la zona atectade. Una vez cumplida su primora mision de reconocimiento, cualquiera que sea le solucién que definitivamente se adopte, servirén por lo menos como drenes transversales rellenéndolas convenientemente, Es Probable, ademas. que puedan utiizarse como desagiies de las zanjas longitudinales a que se- guidamente pasamos a referirnos, b) Zanjas longitudinales. Una solucidn que puede ser eficaz y se ha utilizado en muchas oca. siones consiste en excavar una zanja longitudinal, generalmente hasta ol terreno firme, Se rellena de material permeable convenientemente protegido contra los arrastres, o bien como el resto del terrapién, intercalando una capa de filtro segiin se indica en la figura 7. Normelmente, se coloca un colector poroso que se desagua a distancias convenientes mediante zanjas transversales con sus correspondientes tuberias. Estas zanjas longitudinales pueden ocupar tode la base del terraplén, en cuyo caso se trata real: mente de una excavacién total del cimiento con sus correspondientes dispositivos de drenaje. Otras veces se sittian en la zona del pie y entonces, si llegan hasta terreno firme, tienen en el fondo luna anchura de cierta importencia y se rellenan de un material resistente (escollere o materiales granulares), ademas de su funcién drenante pueden cumplir también un papel puramente resisten. te contra deslizamientos a través del cimiento. 19 El problema con este tipo de solucién puede residir en su ejecucion, ya que hay que evitar se mueva la ladera, sobre todo si un parte va a servir de cimiento al resto del terraplén, lo que puede hacerla muy costosa. Se comprende, sin embargo, que puede admitir muchas variantes segin las condiciones particulares del caso de que se trate. Figura .—Zanie ongitusnal de drenae, ¢}_Drenes horizontales. Los drenes horizontales fueron desarroliados en California en 1939 y desde entonces han experimentado una gran difusion, por constituir una solucién sumamente préctica y casi Unica en muchas ocasiones. Ademés, eliminan todos los riesgos y el elevado coste de construccién de las galerias de drenaje, que pueden considerarse sus predacesoras y que atin hoy dia resulta necesario utilizar en algunas ocasiones, Consisten en tuberias perforadas de 4 a 6 cm de diémetro colocadas en taladros inclinados del 3 ‘21 20% para dar salida al agua por gravedad. La distancia entre ellas depende de las condiciones el terreno, siendo normalmente del orden de los 10 m o menos en horizontal; en terrenos desfavo- rables puede llegarse hasta unos 3 6 4 m. La longitud maxima puede ser superior a fos 60 metros, habiéndose llegado en algunos casos hasta los 200 metros (Macau, 1960) Las tuberias pueden ser metilicas o de plastico con perforaciones. Para disminuit el peligro de arrastres deben recubrirse antes de su intreducciin con un texiilfiltrante tejido 0 no tejido, de fos que actualmente se encuentran en el mercado 0 recurriendo a cualquier otro procedimiento ade- ‘cuado. Para evitar el crecimiento de raices, debe colocarse tuberia sin perforaciones en los iltimos 6 metros de salida. De tadas formas daben limpiarse periddicamente cada 3 a 10 afios (Smith et al 1957) con elementos especiales pars ello. Con este tipo de solucién, que ya puede considerarse clésica, se perforan drenes a través del ci- miento, como se indica en la figura 8. También pueden colocarse sobre ol nivel de la carretera & incluso en la masa de! terraplén cuando el nivel fredtico esté algo elevado en el mismo. En este caso en principio convendria llegar con los drenes hasta la ladera. Sin embargo, debe tenorse en cuenta 20 que, si se producen desplazamientos diferenciales entre la mesa del relleno y et terreno natural, los drenes pueden partitse; los efectos serian entonces contraproducentes, ya que harfan la funcién de inyectar agua del terreno natural en el terraplén; por eso cuando sea posible deben colocarse dinica- mente en el terreno natural (Bragg y Zeigler, 1975) ~ Figura. —Drenes horizontals ocalilornins. d} Elementos drenantes verticales y horizontales. A veces sucede que el agua discurre por capas mas 0 menos horizontales intercaladas en el terreno. Tanto en este caso como en otros muchos que a veces se presentan, la disposicién de elementos drenantes tanto verticales como ho: rizontales suele ser muy conveniente. Para ello se puede recurrir a construir pozos en los lugares apropiados (fig. 9), que se retlenan de material permeable con le adecuada proteccién contra arrastres, y dar salida al egua mediante drenes horizontales perforados desde un lugar accesible. El problema consiste en acertar con ta perforacién horizontal al pozo, lo que puede resultar diffcil a distancias mayores de 20.6 30 m., ya que los sondeos tienden a desviarse tanto vertical como horizontalmente. Puede procederse a la in- Figura 9.—Pozos fitrantes convetados con drenes calfornanos. an versa, haciendo primero la perforacién horizontal y después el pozo en el lugar donde ha terminado la misma, Para ello existen hoy dia en el mercado inclinometros que son capaces de reproducir las desviaciones tanto en sentido vertical como horizontal; desconocemos, sin embargo, si los resulta- dos son satisfactorios por la gran novedad de los mismos. En zonas inestables puede ser muy conveniente emplear pilotes como elementos drenantes ver- ticales por su facilidad y seguridad de ejecucién. El problema es su reducido diémetro para alcan zarlos con los sondeos horizontales. Por ello, el autor, ha propuesto en alguna ocasién efectuar grupos de 3, 0 mas pilotes que se den «sdmbra» en la direccion en que se va a efectuar la p ci6n. De esta forma se acertaré con alguno de ellos por lo menos. En California (Bragg, G. H. y Zeigler, T. W., 1975) se construyen pantallas de pilotes drenantes de 0,90 m de didmetro separados 1,50 m entre centros, interconectados por su base ensanchada y rellenos de material permeable. La interconexién se ha llegado en algin caso incluso a hacer a ma- no, Las pantallas drenantes asi construidas se desaguan mediante drenes horizontales (uno cada 10 pozos como media) apuntando a las bases ensanchadas; segiin parece la operacion se ha efec- tuado con éxito hasta distancias de unos 200 m. Un procedimiento que se ha desarrollado también en Espafia (fig. 10) consiste on la ejecucién de pantallas continuas drenantes. Se utiliza la misma maquinaria que para las de hormigén, pero se hace el relleno con grava sin finos. El «cake» de bentonita que tapiza las paredes impermeabilizan- dolas, se elimina dejando unas tuberfas colocadas verticalmente en la grava y haciendo un lavado or citculacién de defloculantes adecuados. La salida al agua de drenaje se da lateralmente al llegar @ zonas bajas del terreno o por galerias o drenes horizontales. El problema que pudiera presentar este sistema estriba en la incégnita de su permanencia en el tiempo si se producen arrastres, ya que 1no se disponen elementos de proteccién contra los mismos generalmente. 2.3.2.3. Muros y otras medidas La construccién de muros se sale fuera del tema que se pretende recoger en este trabajo. Sin ‘embargo la descripcién de posibles medidas a adoptar quedaria incompleta sino hiciéramos por lo menos una breve referencia a los mismos, La aplicacién de muros en carroteras se ha venido haciendo desde los origenes de su construc: ci6n. Generelmente, sin embargo, habia de contarse con un cimiento firme, ya que se trataba de elementos de contencién normalmente rigidos. En los iltimos afios, se han desarrollado nuevos ti os de muros que admiten grandes deformaciones y que son, por tanto, muy adaptables aunque las condiciones de deformacién del terreno sean desfevorables. Los tres tipos principales son los de tierra armada, los de gaviones y los celulares (crib walls), de los que se pueden ver unas aplica: ciones en las figuras 11 y 12. Estos muros por su gran flexibilidad, especialmente los de los dos pri 'meros tipos, constituyen auténticas prolongaciones de los terraplenes o pedraplenes, ya que su masa esté esencialmente constituida por materiales sueltos, aunque hayan de cumplir unas determinadas condiciones de calidad, Su funcién genérica es equivalente a arbitrar un procedi- miento capaz de permitir la construccién de taludes medios mas escarpados. Por ello no debe per: dorse de vista que, aunque su estructura interna sea suficientemente resistente y puedan adaptarse ‘a movimientos importantes, es preciso comprobar que el conjunto de la ladera es estable si no es: tan cimentados en terreno firme. INPOSTA MURO 8-4 AUTOPISTA BARCELONA — LE PERTHUS TRAMO LA JUNQUERA-LE PERTHUS. CALZADA MURO M-4 673 PARAMENTO DE ‘TIERRA ARMADA BANQUETA Figure 1. Muroso 24 TERRENO NATURAL coneranas Figura 12.~Muco celular (cerib wot) (Bowl, 1968). lonados de tera armade (contest de Tiere Armada, S. A.) riRaures __ TALUO OE AUTOPIS CAMINO DE ee —a PLANTA PROLONGACION DE POZ0S TERRENO NATURAL = Figura 13, Muro sobre pantata de pozos enclados (autopsta do oman, Karaka, 1873) Hay otros tipos de soluciones que pudiéramos llemar rigidas, como los muros o pantallas ancla- das, que también se han desarrollado mucho en los Gltimos afios; en las figuras 13 y 14 se ve una realizacion de este tipo en Suiza. A veces se recurre a la construccion de pilotes anclados © no, aunque esta solucién es mAs frecuente como remedio para corrimientos ya iniciedos. eno mao IKarakss, 1973), Figura 14.~ Vista del 25 En casos extremos de taderas muy empinadas se puede acudir a soluciones a base de estructu- '28 rigidas, 0 mixtas, como la que se recoge en la figura 15 de la autopista Bilbao-Zaragoza, con la 1d de la calzada sobre muro de tierra armada y la otra mitad sobre estructura, Las soluciones de tipo estructura sobre laderas cubiertas de coluviones tienen el inconveniente de que sus piles pueden quedar sujetas a enormes esfuerzos laterales s| estos tienden a moverse. En la figura 16 se recoge le solucién adoptada en Suiza para la autopista de Léman, con las pilas en el interlor de po- 208 que dejan un espacio libre para el caso de que los recubrimientos tengan un movimiento de rep- tacién. — aH Figura 16.—Seccibn mixta en visdveto y tira armada en la Autopista Bibao-Zaragora (cortes de Autopste Vasco. ‘Aragonesa Concesionatia Expafo) 2.4, Transiciones de desmonte a terraplén Las transiciones de desmonte a terraplén pueden ser transversales ala calzada, como ocurre en los trazados a madia ladera, o longitudinales. En ambos casos hay que tener en cuenta dos cosas. Por un lado conviene hacer graduaimente el paso de la zona de relleno compactado a la de terreno natural, especialmente si éste es roca, con objeto de que los asientos diferenciales que se originen no sean bruscos; con determinados tipos de suelos el problema puede ser de hinchamientos en lu: gar de asientos. Por otra parte, las zonas de desmonte es cocriente que aporten agua, que conviene recoger antes de que pase al terraplén. Para cumplir la primera condicin hay que hacer una transicién por decirlo asi acartelada, con una pendiente lo més suave posible y que en ningin caso deberd ser superior a 2 (H): 1 (V), hasta alcanzar una profundidad por debajo de la explanada de por lo menos 1,0. 1,5metros. 26 Por otra parte, en la linea de paso se debe disponer un dren relativamente superficial que recoja las aguas que pudieran venir de la seccién en desmonte, Si existieran otros posibles afloramientos a mayor profundidad en ta ladera, los drenajes deberdn multiplicarse a cotas més bajas por las razo- nes y con criterios andlogos a los descritos en el apartado 2.3.2.1. La construccién de banauetas puede ser necesaria en el caso de secciones mixtas a media lade- ra, por los mismos motivos y en los mismos casos de pendientes que se han citado en el apartado mencionado. Sin embargo, cuando se trate Ye la transicién longitudinal de desmonte a terraplén, el abancalemiento, aunque suele recomenderse en algunos sitios, resulta muy discutible por no decir innecesario, ya que en general no existié problema de estabilidad al quedar sujato el contacto por el cuerpo det mismo terraplen. En zonas donde las condiciones climatolégicas sean tan desfavorables que exista peligro do la denominada accién de la helada {formacién de lentejones de hielo), las precuaciones habrén de ser alin més severas y las transiciones muy suaves, debiendo hacerse un estudio especial al respecto para ovitar movimientos diferenciales originados por Ia distinta susceptibilidad de los suelos a este fenémeno. HERA VEGETAL y' ROCA FRACTURADA} Figura 16.~Poz0s de protecién de los pares contra corimlentos en Crau-Caulet (autopista de Lémany. Roubakine y Mo- rod, 1973), a 3. MATERIALES 3.1. Clasificaciones generales de suelos y otros procedi ientos clésicos de seleccin Desde que comenzé a desarrollarse la geotécnica, una de las preocupaciones en sus diversas ramas ha consistido en establecer clasificaciones que de manera sencilla agruparan a los diferentes suelos segiin sus caracteristicas y comportamiento en las obras a ejecutar, Se comenz6 por las cla- sificaciones puramente granulométricas, para pasar después a las que incluian también la plastic: dad, ya que es ésta una caracteristica que no queda definida simplemente por el tamafio y la distri- bucién de los granos. Ha sido en U.S.A. donde se han desarrollado la mayor parte de las clasificaciones de suelos. Una de las més conocidas en carreteras es la que actualmente tiene en vigor la AASHTO (Ameri can Association of State Highway Officials), que fue originalmente propuesta por el Bureau of Public Roads. Esta clasificacion divide los suelos de A-1 a A-7 y cada uno de estos grupos tiene una serie de subgrupos segiin sus caracteristicas granulométicas y pldsticas, Una clasificacién de carécter mas general que también se ha extendido mucho ha sido la inicial- mente desarrollada por Casagrande y adoptada por los Cuerpos de Ingonioros do la U.S. Army. En ella se hace también una serie de divisiones segiin la granulomettfa y plasticidad de los suelos y se denomina cada uno por dos letras maytisculas indicativas del material que predomina en la mezcla © alguna de sus caracteristicas (por ejemplo, GC = grava arcillosa, SW = arena bien graduada, et- céteral. ' Por Ultimo, citaremos la de la Civil Aeronautics Administration (CAA) desarrollada para aero: puortos también en U.S.A. No vamos a entrar a detallar estas clasificaciones que estén descritas en casi todos los libros de texto, Queremos Gnicamente indicar que han sido punto de partida para establecer recomenda- ciones sobre las posibilidades de utilzacién de cada uno de los suelos que en las mismas se englo- ban, para los diferentes tipos de obras para que fueron establecidas, En las tablas I Il se dan las correspondientes a las dos primeras a que nos hemos referido para el caso conereto de carreteras: que nos ocupa Este tipo de clasificaciones y las recomendaciones que de ellas se derivan pueden considerarse ‘como una primera aproximacién para escoger los materiales en la ejecucién de obras de esta clase. 2B pg sous pty yun ano sinus 9 ansins wp pepens! psa 5-0 0H ony hu aN Lao TIED Oar He paonse #29 omar aqeioy daa ratio enue use wu | ewe sens pac ocespudort sosoysiesoiang sou so~ns cogs) 0 sous e180 oN oh Aer ea | ieee Gan Pwo Pom | om Jn | wor [xm | an 908 pepanseé eu wewor | cumsiy | vce | cums ip | rencn | wmsuy | stor coon ann cone sea esl Sob ae yspseonsitoued | Gow Pmwe Promee [omer | anwar Parse [ opese | ormee | quan | ome | ars fou | oe | oe : pu | eey : ° amar sy | rev | ev | sev | rev WwW ta SN oy | ow | ew ev ww av Ww ang ‘oir omc ue nd ese 9 ab 9 20098) red Bigesg canner eee) OLHSVV 21 8p Sojans ap ug!9e914IS219 view Caracteristicas de los suelos para carretera segin la Clasificacién Unificada de Suelos (U.S. Army Eng., WES) TABLA IL Valor como explanada Densidad en Divisines principales Siemboloe cuando ro cometilo @ Caracteristcas de drenaje secoT/m CBR le accion de helada max Proctor in sits Moaiiesdo) ow Excolonte 0-20 or Bueno 2 excelente 2580 Gows cy Bosna a excl 408 20.40 ce Bueno Pobre a précticamente Suelo Impernendio 2040 de rane russe sw ‘Buena Excolente 2040 SP ‘ceptable @ bueno 10-25 Arenas gy capable 8 bueno 2040 &—Resptable impermeable 1020 sc Pobre 3 aceptable Pobre a prticemente lnmpormeable 10.20 ML Pobre a sceptable ‘Acoptable @ pobre 5.15 om Pobre 2 sceptable Prdcticamente impermeable 515 Suelos OL Pobre Pobre 48 e grano fino MH Pobre 48 cH Pobre a aceptable 35 ow Pobre & muy pobre 35 Suoloe de estructura org. Pe Inaceptable ‘Acoptable a pobre ~ 7 Algunas Administraciones de carreteras han concretado més el problema, especialmente en ciertos Estados de U.S.A. y han establecido especificaciones para aprobar 0 rechazar suelos basa- das en les caracteristicas grenulométricas y plasticas, asi como en la maxima densidad obtenida con el material al compactarlo en el ensayo Proctor; todo ello dependiendo de una serie de circuns- tancias tales como la altura de los terraplenes, los riesgos de inundacién, etc. En la tabla iil se inclu- ‘ye, a titulo de ejemplo, una especificacion que estuvo vigente en el Estado de Ohio, que marca por asi decitio un estilo en el desarrollo de limitaciones de este tipo. Evidentemente todos los pasos dados en este sentido suponen una aportacién en la mejora de la calidad de las obras de carretoras, Tienen el inconvenients, sin embargo, de que, sien lugar de ‘como una orientacién se toman como una prescripcién rigida, se prestan a rechazar materiales que, aunque no reGnan unas condiciones éptimas, pudieran en ciertos casos ser utilizados si se tra- tan debidamente. Ademas deben aplicarse solamente en las zonas para las que fueron concebidas. 3.2, Evolucién de los sistemas de clasificacién y seleccién Para que un material sea utilizable tiene que cumplir dos condiciones esenciales: a} Que sea posible su puesta en obra en las debides condiciones. Asi, si se emplean suelos ex- cesivamente himedos puede llegar a resultar impracticable utilizar de forma econémica la ma quinaria de movimiento de tierras. Con suslos demasiado secos, pueden también plantearse problemas a los que nos referiremos en los epigrafes sucesivos, b) Que la obra construida sea estable y que las deformaciones que se produzcan durante su vi- da resulten tolerables. Estas deformaciones incluyen tanto los asientos, cuando se trate de mate- riales himedos, mal compactados 0 evolutivos, como los hinchamientos, cuando se empleen suelos expansivos sin cumplir las condiciones convenientes al caso. Por ello un suelo no puede callficarse para su utilizacién exclusivamente por lo que pudiéramos Jlamar sus caracteristicas intrinsecas, que es a las que se refieren las clasificaciones que anterior- mente hemos mencionado, Es preciso tener en cuenta también su estado de consistencia 0 lo que es lo mismo, sus caracteristicas resistentes en el momento de su puesta en obra, asi como las posi- bilidades de modificar estas condiciones. Es decir, hay que considerar la humedad con que se en- ‘cuentra en cantera, la infiuencia en la misma de las condiciones meteorol6gicas durante su manejo y las posibilidades de aumentarla o disminuirla para su colocacién. Los oriterios de utilizacién de suelos para la construccion de carreteras desarrollados en Ingla~ terra e introducidos en las dltimas especificaciones oficiales (Department of Transport, 1976) res- ponden esencialmente a las dos condiciones bésicas anteriormente sefialadas. De una manera muy sencilla y fjando el menor nimero posible de limitaciones, se establecen las condiciones que deben ‘cumplir los suslos para su empleo en terraplenes. No se trata de una clasificacion de suelos, sino, después de eliminar solamente los que no cumpian unas condiciones muy extremas, de suprimir aquellos materiales, cualquiera que sean sus caracteristicas intrinsecas, con los que no sea posible ‘curplir las condiciones a} y b} a que nos hemos referido. En diversos epigrates de este trabajo se daseriben los aspectos mas interesantes de dichas especificaciones 31 TABLA Ill Resumen de las Especificaciones del Departamento de Carreteras del Estado de Ohio (1946) (Terzaghi y Peck, 1967) Condicén t Terraplenes hasta 9 metros de altura, no somstigos a inundaciones de lt- 92 duracien| Concicion Teraplenas de més de 3 metros de altura, 0 syetas a periodos largos de Trundacsén Exigencias minimas de com Densidad seca mixima Exigencias minimas de com Dactacion en el terreno! (porcentaje de den Sitad soca de laboratoro} La méxime densidad seca se determina por el ensayo Proctor Normal {Lor suelos con maximo densidad seca menor de 1480kg/ se consideran inacecuados yno se debenutiar en torraplenes, los suelos can una de ‘menor de 1-£20 kgm se consid 20 cm supercres de un terrapien que se ‘Ademés de las condiciones indisades, los su ‘somorendlido ents 35 y85 0: 3.2.1. Clasificacién francesa de suelos En Francia (SETRA y LCPC, 1976) se ha desarrollado una clasificacién con muchos rasgos ori- ginales, en la que se introducen los componentes de la consistencia del suelo en ef momento de su utlizacién, Se lega asi a una distribucién de suelos y rocas en 42 grupos, para los que después se hacen recomendaciones especificas sobre su utilizacion, segiin las condiciones meteorol6gicas en «cuerpo del terrapin y su eoronacién, asf como sobre la forma en que deben compactarse En los haciendo referencia a este interesante trabajo, pero para ello comenzare- mos por exponer a continuacién los rasgos basicos de esta clasificacion. Dentro de ella se incluyen tanto los suelas como las 1ocas para la construccién de terraplenes y pedraplenes, recurriendo a seis grupos que se denominan A, B, C, D, Ey F. En la tabla IV se ha teproducido un resumen de esta clasificacién, Los grupos A y B engloban todos los suelos que pudiéramos lamar tipicos. E grupo D incluye la roca sana para pedraplenes y fos suelos insensibles al aqua por contener una proporcién de finos muy reducida, teles como las gravas y arenas limpias El grupo C comprende los suelos con olomentos gruesos y finos a la vez y es, por tanto, una es pecie de puente entre el Dy los Ay B. El grupo E engloba las rocas evolutivas, tales como les mar gas, pizarras y eretes. Por ditimo, el grupo F incluye una serie de materiales que pudiéramos calificar de un tanto extrafios, tales como los materiales putrescibles (tierras vegetales, deshechos industriales, turbas, etcétera), los materiales combustibles (estérles de hulla), los solubles (margas yesiferas} y los ma terigles contaminantes, como los lodos de decantacién, residuos de enriquecimiento de minerales, escorias con fuerte contenido de azufre, etc. Los grupos A y B, como hemos indicado, correspondan a los suelos propiamente dichos. EI ci terio basico para su separacién es, como ocurre en la mayoria de las clasificaciones, el material que pasa por el tamiz n.° 200, establecléndose la frontera en el 3596. Este valor de! 35%, que coincide con el que emplea la clasificacion AASHO, es a nuestro juicio més acertado que el 50 % utilizado para la clasificacién de Casagrande. En efecto, a partir de aproximadamente el 35% de finos es ‘cuando se suele admitir que los gruesos ya quedan flotando en su masa; por tanto, son las caractoristicas plasticas las que predominan entonces, como se refleja en le clasificaci6n, que hace varias subdivisiones segtin el valor del indice de plasticidad, En cambio, los suelos con menos det 35% de finos se subdividen de nuevo segiin tengan mas 0 menos del 12%, de forma parecide a co- mo se procede en la clasificacion de Casagrande, Los subgrupos de las categorfas A, B y C se dividen a su vez en otros tres con las letras, h, my 's, que sirven para indicar su contenido de agua por sus iniciales: hiimedo, medio y seco. Estos tres estados se definen segin cada grupo por una o varias de las sigulentes caracteristices: —Diferencia del contenido de agua con relacién a la humedad éptima Proctor normal. —CBR inmediato, es decir con su contenido de agua natural, Indice de consistencia | En la tabla V esquematicamente se resumen los valores de cada una de estas caracteristicas pa- ra los diferentes tipos de suelos. 33 TABLA IV Clasificacién francesa de suelos ,<10 A a D< 50mm w 35% 0< |, <60 A a |} — a > 50 Tete Bord Pasa por eo0K : Spm | SOE sates 2< 60mm y Retenido srencroe ae era raves or 80m, > 30% yyy nes 355 Para por entre 2 fs 358% ea 7 ase 90" 0 pm mucho Suotcon gg = ~ etmentos = 80 mm, Pasapor D < 250 mm ne Pesepor Oyo > 5% ger rucebe poco > 250mm & Fetenida on 2m < 90% 2, o 2 < 500m ——__— Suni Reterido an 2mm > 80% 2, roces Pasa por 80m < 5% Fi insensbies somm <0 < 280mm 2 alogun am fee D> z0mm >, Materiales de estructura fina, frégil, sin arcilla 0 poco arcitlosos, Ejemplo: creta, are: im thao as. is E ee Rocas Meters estructura gree, fag on orcfe 0 poco acilosoa, Z Evolutvas —_grosovas, pudingoo. pee EE Materiales acitoss evoitivs.Fjemplo- merges, pitrrasariloso, eg. 5 Materies putvescbles, combustibles, sokibleso conten nantes, Ejemplo: tera Ve F 20), bates cubes, clertasescembieres Ge mina, solo salmon yosoene Sates . * quivalono de arena La consideracién de la influencia del contenido de agua no termina aqui, sino que, en los cuadros donde se describen las posibilidades de utilizacién de cada uno de los tinos de suelos, cade estado de humedad descrito anteriormente se vuelve a subdividir sey ‘come expondremos en el apartado 3.4.2.1.b, 34 sgl la situacién meteo: rolégica, TABLA V Clasificacidn francesa de los suelos en htimedos [h), medios (m) y secos (s} segiin los valores del CBR, le y W-Wop coh o 3 5 18 25 Pd ‘ALD, Bah Am Bem AS Bs An Am AS ayn am Aas By, Bh, Beh Byam, By By, peo no muy elovedo Gn 7 : Ge \ 42 13 [ “Am ae an Asm Ae [en em Bes Hl wep wa azo - 2 Ah. By I Aum, 8m Ash am ef [ash Avo if mz Bh, Beh Bm, Bam Bye, Be &n em Bs Gn oo obervacton 1 Eos suelos Ay, yen los mens plsticos de 1 como en los By, B,, By YC, le evaluacin dela consstensia sha 2) En el grupe C al estado de avlo depande de! contenido agua del frsecion < 20 mm, que seréia que debers ti rae ts ensayos. (Esquema tipo preparaco por J. Salas, 1976. 33. pedraplenes En los terraplenes y pedraplones se distinguen tres zonas: Criterios generales para la utilizacion de materiales en la formacién de terraplenes y Cimiento: Formado por aquella parte del terraptén 0 pedraplén que esté por debajo de le su- perficie or Nicleo: Parte del relleno comprendido entre el inal del terreno y capas inferi res, imiento y la coronacién. —Coronacién: Formada por la parte superior del macizo. Se supone que la coronacién comprende un espesor de por lo menos 0,60 m por debajo del nivel de asiento de la sub-base, de- inado explanada, El principio general que debe presidir la construccién de terraplenes y pedraplenes consiste en utilizar al maximo posible los materiales disponibles de las excavaciones de desmontes, tuneles y demas obras auxiliares, El criterio de distribucién debe ser selectivo, reservando dentro de lo posible los mejores mate- Tiales para la coronacién y aprovechando los que sean de calidad inferior para la zona del nticleo. En cuanto al cimienta, puede ser conveniente también utilizar materiales de buena calidad cuando sean de prever problemas de estabilidad (por ejemplo, para aumentar la resistencia a esfuerzo cor- tante de la base del macizo en construcciones sobre ladera) o cuando se trate de rellenos de gran altura cuyas zonas inferiores quedan sometidas @ fuertes tensiones. Mas que limitaciones absolutas el ingeniero, por tanto, lo que debe tener son ideas claras para poder establecer un orden relativo de calidades dentro de los materiales disponibles, segtin la fun- cién que deban cumplir, Esto no excluye que, en ciertos casos, pueda ser técnica o econdmica- mente necesario prescindir de algunos y tomar otros de préstamos. En los apartados siguientes trateremos separadamente los torraplonos de los pedraplenes. 3.4. Caracteristicas de los materiales para la formacién del nécleo y cimiento de terraplones En ol apartado 3.3, hemos indicado que se deben de imponer el minimo de limitaciones absolu- tas en cuanto a lo que pudiéramos llamar caracteristicas intrinsecas det material. Por otra parte en 3.2. so sefialaba que las dos condiciones esenciales que tiene que cumplir un suelo para que sea utilizable son: —Que sea posible su puesta en obra en las debidas condiciones. —Que la obra sea estable y las deformaciones que se produzcan durante su vida resulten tole- rabies. 3.4.1, Limitaciones on las caracteristicas intrinsocas del material Habré que empezar por explicar qué entendemos por caracteristicas intrinsecas de un material, expresién que es muy ambigua, Nos referimos al hablar en estos términos a las ceracteristicas gra~ nulométricas y plasticas de los suelos, asi como a su contenido en materia organica y compuestos salinos; incluiremos en las mismas, aunque ya hablando con menos propiedad, a la densidad maxi- ‘ma del material compactado con una energie determinada, que en general seré la Proctor Normal Evidentemente, con s6lo la granulometria y plasticidad no pueden definirse convenientemente las propiedades importantes de un suelo, como son su deformabilidad, resistencia al corte y expan: sividad; pero si puede tenerse una idea genérica sobre la magnitud de las mismas, Por ello, es fre- 36 cuente utilizarlas como términas de referencia para esteblecer limitaciones con cierta logica. En cambio, los limites inferiores de densidad que se establecen en algunas especificaciones, pueden conducir a rechazar materiales perfectamente utllzables. Es cierto, sin embargo, que las arcillas, en téminos generales, cuanto menores densidades dan, peores caracteristicas suelen presentar. Pero a pesar de ello, no consideramos aconsejable establecer limitaciones relativas a densidades, salvo cuando se trate de zonas 0 materiales muy especificos. En las normas briténicas (Department of Transport, 1976), en lo que a las caracteristicas intrinsecas del suelo se refiere, se definen como materiales inaceptables, aparte de los claramente inadmisibles, como son las turbas, terrenos de marismas y otros productos de este tipo, solamente la arcillas con un limite liquido mayor de 90 y/o un indice de plasticidad superior a 65, Esta limitaci6n se compronde que es de una amplitud tal que deja entrar la mayor parte de los suelos que pudisramos lamer normales ¢ incluso materiales de caracteristicas ya muy cues- tionables. Esto no significa, sin embargo, que hayan de aceptarse todos los suelos disponibles que cumplan estas condiciones mites, pues se deja libertad al ingoniero para que al redactar el proyec- to decida cudles deben considerarse como materiales aceptables dentro de la amplia gama sefiala aa En Gran Bretafia por sus condiciones climatolégicas hey que tener en cuenta que no tienen el problema de arcillas expansivas con caracteristices tan acusadas como en Espafia (aunque en vere- inos de afios secos sufren problemas de egrietamientos). Por ello parece que, en climas como el nuestro, debe moderarse el criterio, al menos en las capas de coronacién, que son las més afecta- das por este fenémeno Las recomendaciones francesas (SETRA y LCPC, 1976), basadas en la clasificacién que hemos jesumido en el apartado 3.2,1., tratan conjuntamente los tres problemas de caracteristicas intrinsecas de! suelo, puesta en obra y comportamiento y serén resumidas en el apertado 3.4,2.1.b. ‘Aqui haremos referencia exclusivamente a las limitaciones absolutes mas notables que en cuantoe material en sf establecen, Pues bien, si se observa el cuadro resumen de la tabla Vili det citado epartado (que no incluye Jos materiales de coronacién) se vera que, indopendientemente de las condiciones de humedad en que se encuentran, se rechazan los suelos de tipo Ag: arcillas y margas muy pldsticas con un indice IP > 50. La postura se justifica indicando: «Suelos ¢ la vez muy dificiles de trabajar y en los que su utilizaci6n acarreatia grandes riesgos de retraccién-hinchamiento y de estabilidad». Un IP de 80 su pone para arcillas un limite quido maximo, muy préximo @ 90, pero de todas formas la condicion ‘os més excluyente que la briténica anteriormente mencionada. También se rechazan otros tipos de ‘suelo, pero cuando las condiciones de humedad no son adecuadas, como veremos més adelante. En las mismas recomendaciones se trata también el problema de los suelos con materia organi cay salinos. En lo que se refiere a la materia orgénica son muy tolerantes, ya que para el cimiento y hnicleo admiten contenidos de materia organica de hasta el 10% en terraplenes de altura peauefia o mediana (hasta unos 10m). Entre los materiales solubles se refieren al yeso, desaconsejando la utlizacién de los suelos que contengan més de un 20% de SO,Ca. El problema de los yesos en los terraplenes, prescindiendo a de los fenémenos de agresivida: 8 filtraciones, niveles freaticos, los Yesos van asocisdos con arcilas de melas caracteristices, ye sea dale ge bia haturaleza de origen o porque hayan sido wanstormadas por los mimes sulfatos. Re- ‘admitirlimitaciones de carécter tan general como ia citada, Les limitaciones granulométricas {tatarse de un problema principalmer correspondiente, Se refieren mas bien al tamafio maximo de las particulas y por He constructivo se hard referencia a las mismas en el epigrate En U.S.A, como es sabido, cada Estado tiene sus propies ‘especificaciones que responden a las Caracteristicas de los materiales y climéticas de la ragién, Las més generales son les de la AASHTO (anteriormente ASSHO) que en su Especifioacin M 57-64 (1974), después de indicar que los materiales deben de estar iimes de cantidades perjudiciales die materia orgénica, tal como hojas, hierbas, ralces y produetos residuales, dice lo siguiente: lo menos al 95% de ls densidad maxima AASHTO T 99 (Process terials de oste tipo y es preciso utilizar materiales de los grupos, A286, 827, Ad, A5, 0664-7, se dedicaré una especial atencién al proyecto y construccion del terraplén.» tor Normal). Se pueden utilizar , A-8.0.A-7 si se aplica una atencién es. ner mas del 95% de la densidad maxima materiales clasificados en los grupos A-2-6, A-2-7, A-4, A-6, pecial @ le compactacién durante la construccion para obte AASHTO T'99 (Proctor Normal.» Como se ve, no se establecen exclusiones absolutas, pero se especit an precauciones espe- cilales cuando los Suelos no pertenecen a los grupos que se recomiendan. § bara los terraplones de més de 16 m de altura donde se matiza mas duramen pecificacion, Hay que tener en cuenta, también, que la existencia de normas concretas en cada Estado, en tee Mode libore les responsabilidades do los servicios cantiales, que incluce parece légico adop- {en la postura de establecer el minimo de exclusiones, iciones se extienden a los materi les de coronacién, segun veremos en el aparta- paradamente, ya que constituyen, por asi decirlo, la esencia de ellas y el primer tratamiento genéri- co para evitar los problemas que sucesivamente podrian derivarse, 3.4.2, Limitaciones por raz6n de las dificultades de puesta en obra 3.4.2.1, Suelos con exceso de humedad El problema més importante de las obras de movimiento de tierras es su ejecucién con suelos demasiado himedos 0 en condiciones meteorolégicas adversas, Estas situaciones pueden darse de manera sistemética a lo largo del afio o solamente en las épocas de lluvia, dependiendo de las con- diciones climatoligicas det luger. Cuando los periodos de tluvia son relativamente breves, la solucion mas sencilla sera, normat- mente, parat las obras hasta poder trabajar de nuevo. Esta es le postura que se adopte en muchas regiones do Espafia. Hay zones de Levante, por ejemplo, donde las pérdicias de dias de trabajo por ‘este motivo son solamente del 10 0 el 15 9; la solucién es por tanto evidentemente la mas econé mica. En el Norte en cambio, hay regiones donde puede ilegar a perderse una proporcién importan- te de dias de trabajo, Come es légico, ademas los suelos suelen estar demasiado hiimedos en can- tora. Se comprende, por tanto, que las postuias no deberén ser las mismas en toda la geogratia na~ El exceso do humedad suele ser dificil de corregir, sobre todo si las condiciones meteorologicas son adversas, Sino se desea parar las obras durante un periodo demasiado prolongado, puede ha: ber suelos que sea preciso dasechar por su elevado contenido de humedad. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, pera no ser demasiado conservadores en la aceptacién de suslos himedos que lurmalmente, er; zonas no muy hiimedas los suelos antes de su excavacién no tienen una proporci6n excesiva de humedad y es posteriormente durante la construcci6n donde puede incre- mentarse demasiado su contenido de agua. Por ello, a veces puede ampliarse el periodo de trabajo tomendo procauciones al efectuar la excavacién, transporte, extendido y compactacién; por ejemplo, haciendo las labores de extraccién en frentes verticales y bien drenados, extendiendo tol- dos sobre los medios de transporte y operando con rapidez en ol resto de las operaciones de cons truceién, Es posible utilizar suelos bastante himedos si se restringe el tipo y peso de maquinaria de mo- vimiento de tierras a emplear, pues no hay razén para suponer que siempre seré posible recurtit a los equipos mas pesados de construccién ni a los més répidos (las orugas, por ejemplo, trabajan mejor sobre suelos hiimedos que los neuméticos). Naturalmente, esto exige una programacion previa que puede no estar justificada mas que en determinados casos. Aunque se haga patente una reduccién del rendimiento de ls maquinaria, debe compararse ‘aproximadamente el correspondiente aumento de coste por este concepto, con el gasto adicional que supondria desechar el material y recurrir a otro de préstamos. La construceién tipo «sandwich», que consiste en colocar capas alternedas de material cohe~ sivo con exceso de humedad y material granular, puede conducit a resultados satisfactorios si se 39 Previene el peligro de penetracién del primer material en el segundo y ia acumulacién de agua en el Inés permeable, Este tipo de construccién ha sido ya aceptado oficialmente on diversos paises (U.S.A,, Francia y Sulza, por ejemplo) En algunos casos puede resultar econémico recurrir a un tratamiento det suelo con eal o ce mento. Un caso tipico son los limos con exceso de humedad, que con frecuencia dan lugar al de: hominado fenémeno de «olchoneo», que consiste en la formacién de a modo de ondas de levan- tamiento al paso de la maquinaria, que-ificulta considerablemente su puesta en obra a) Criterios ¢ investigaciones en Inglaterra, Uno de los paises mas tipicos en cuanto a con diciones de humedad adversas para la ejecucién del movimiento de tierras es Inglaterra, donde han ‘efectuado estudios detenidos sobre este problema que vamos a comenter. Ya hemos mencionado en ol apartado 3.4.1. la limitacién que establecen sobre la plasticidad del suelo, Ademds clasifican como inadecuados aquellos materiales que tengen un contenido de hu medad superior al maximo permitido en el contrato, a menos que el ingeniero autorice lo contratio, Pero a estos efectos, en las «Notas para Guia anejas a las Espocificaciones (Department of Trans. port, 1976) dicen lo siguiente: «Es vital, si se quiere hacer el mejor uso posible de los materiales disponibles, que los limites su Periores de contenido de humeded se escojan con mucho cuidado y sean realistas para evitar el Gespilfarro de los recursos naturales que podria originarse si los limites son innecesariamente con servadores.» «El critetio debe ser que, silos materiales se pueden excaver, trensportar y compactar, son ade~ cuados nara fa mayor parte do las obras de tierra. El Report LR406 (Farrar, 1971) describe un estu. dio de laboratorio para el uso de materiales de relieno con humedad elevada y concluye que en cler- tos casos los suelos cohesivos se pueden usar con contenidos de humedad hasta 1,3 veces cu limite pléstico, Les factores a tener en cuenta en la etapa de proyecto cuando se considetan os ites superiores de humedad de suelos cohesivos incluyen la altura del terraplén, la cantidad de asiento que se puede tolerar, la inclinacién de fos taludes y la posibilidad de colocar capas interme clas de drenaje que sean efectivas. Dependiendo de las circunstancias particulares del contrato, Puede ser recomendable la adopcién de materiales mas secos o més fuertes en el metro superior del terraplén.» «Para contenidos de humeclad mas elevados se resttinge la gama le tivos de maquinaria que se Puedle utilizar en e! movimiento de tierras, Sin embargo, esto no debe inhibir el uso de suelos cohe- sivos més himedes. Si el reconocimiento de los suelos es adecuado y da informacion de las condi. clones de humedad in situ, entonces es la responsabilidad del contratista escoger y utilizar ma. quinaria que pueda operar con eficacia en las condiciones particulares de que se trate y no suponer ‘que podra siempre emplear las maquinas més pesadas existentes, » «Para materiales granulares bien graduados y para uniformemente graduados, un limite supe: riot apropiado para el contenido de humedad es probable que sea el correspondiente a la humedad Optima determinaca por el ensayo BS1977 [Proctor Normal) mas un maximo del 1,5%. Este valor debe considerarse solamente como una guia para el valor realmente @ considerar en el contrato, ‘que debe tener en cuenta los efectos de las variaciones estacionales y climaticas. » 40 Como se ve, se hace hinoapié en que las posibilidades de utilizaci6n de un determinado suelo en nas determinadas condiciones de humedad, dependen entre otras coses del tipo de maquinaria ‘que se vaya a utilizar en la obra; mas concretamente dependen de su peso y de que su rodadure sea sobre orugas 0 sobre neumticos. Por ello, aunque este tema parece deberia estudiarse al hablar de ‘construccién, lo vamos a tratar también en este epigrafe. En los altimos estudios efectuados por el Transport and Road Research Laboratory (Farrar y Darley, 1975} se recogen los datos obtenidos al respecto en U.S.A. y se completan con los proce: dentes de sus propias investigaciones. Para las condiciones requeridas por la maquinaria sobre oru- gas, se da como resultado la tabla VI obtenida como producto de las investigaciones de la U.S. ‘Waterways Experiment Station (WES). En ella, segiin las caracteristicas de peso y anchura de oru- ‘gas que se citan, se indican los maximas valores admisibles de la relacién humeded-limite plastico dol suelo o también la mal denominada cohesién precisa (resistencia a esfuerzo cortante sin conso- lidacién ni drenaje) determinada mediante un penetrometro de cono. Los estudios del TARL se han ocupado de las posibilidades de utilizacién de traillas sobre noumaticos. Como ensayo de referencia utilizan la profundiciad de la huella dejada por una sola pa- sada de {a tralla (medida con una regla desde Ia parte superior del suelo desplazado, pero sin inciuir cen el fondo los dibujos salientes del neumético}, Segiin la profundidad de la huella seftalan los si guientes efectos: Prof, 50 mm. Pasadas repetidas en les mismas huellas pueden producir roderas de 300 mm. Sin dificultades en el movimiento de la trailia. Prof. 100 mm. E¢ esencial una nivelacién periédica para evitar dafios graves a la explanada o inmovilizactén de las tails, TABLA VI Condiciones limites de un relleno cohesivo para el trabajo de equipo sobre orugas, segin la Waterways Experiment Station (U.S.A.) {datos tomados de Farrar y Darley, 1975) Condiciones para el trabajo del equipo Maximo de ta relacién: Tipo de equipo Contenido de humedad__Cohesién minima Limite plastico (kg/om’) a 2 bulldozer pequefio (7 Tn} con oruga ancha 1,60-1,65 0,20 Bulldozer poquetio (7 Tn) con oruga estandar 1,45-1,50 0,30 ‘Bulldozer grande (38 Tn) con oruga anche 1,45-1,55 0,30 Bulldozer grande (38 Tn) con oruga estandar 4,40-1,45 0,35 1) Bemesiado solamente nora suelos conteniendo mis det 60% cle imo més aca 11 Gemestade solamente para suelos conteniendo ms ce! 90% ce imo ms cia, a iFreF. 200 mm, Dafio grave a fa explanada, Les tales os probable que presisen asistencia pa ra maniobrar y descargar. ~ Prof. 300 mm. Las tratilas pueden precisar asistencia en caminos horizontals. {2 peracién con «méxima eficacta» corresponde a una huelis do primera pesada que no exce- 2 Ge 80 mm. Le operacién denominada «posible» corresponde a una huella de haste 200 rpm Huellas superiores 2 200 mm s6l6 podrén ser aceptables cuando pueda admitire un ‘trabajo muy ineficiente, por ejemplo, si no es econdmico levar tipos alternatives de maquinaria, Hay que ten fa de puesta on o! no, en inglaterra Gon los dates presentados es posible detinir, entre qué limites la maquinaria resulta operativa, Sin embargo, estableciendo valores extremos solamente, no es posible estimar ol eneareciutenes EA Sutone la utiizacion de maquinaria con humedades crecientes. Este es el paso que so esté in {entando dar ahors con algunas Investigaciones Hevades a cabo por ol TRL (1975). De los asenaes Gatos quo de dicho estudio disponemos se ha sacado la figura 17, que da farelacion entre le woke Cidad dela trail v fa profundidad media de la huelle alo largo dol camino uilizade pare e transpor- Te, Por mecto de esta relacién se puede estimar ta varacién del coste del movimianto.detieroe «lo largo de un camino de 1 km de longitud, obteniéndose la curva que se presenta en la figura 18. kere {esultado se basa solamente en la variacion de velocidad durante el transporte, suporiendo cone, antes los restantes elementos do las operaciones de movimientos de tiorras, Cor V2. el coste asi estimado puede casi doblarse cuando las condiciones del suelo en los camines es ‘rensporte se deterioran de forma que las profundidades de la huella llegan hasta los 100 mm £1 problema de los suetos demasiado himedos preacupa de tal modo alos ingleses que han lle SO) use 3 hacer obras en plan de ensayo empleando cintastransportadoras |Lewis y Parsons, 1973), seatin parece con resultados satisfactorios. Este tipo de solucion, atin poco experiments i. presenta ademés ventajas para la proteccién del medio ambiente, al evitar en vores relative ‘mente habitadas ol ruido y polve de los medios de transporte; su aplicacién esta espectalmente iy 42 — vt geyga se wa zap sevoAew sepased 9p 3501 |9P SHU OLA 19 woo 1/1 $B U9 sos9p opoig 9408 opwargo ooRseaSIRLA (2) 20183 e160 opesssowap uey 9s Ou 00" zw «aqisod» uoperedo oz't 60 oL ‘cejoeoijo “xeu ud upjoe1edo (ust ap seu sapuess A serpaus sepezuoyous See o'0 zw eh «cajqS069 upioesed ov't 60 ve ejpeaya “xeu Uo9 ugIBe1ed0 (soo1qno sosn2ut 1 9p souow) seyenbad A sepeojowes sey) ytoue A ou) 9p Seu O % 0S w 96 08 [ep souows 20/84 {«aueq») ar@uyow [9 UD ‘euulujW e108 je eIoUaIsISeSS ugioejau @| op OWNKEIA, {gt61 ‘Aotieg A.se1104 unBos THY, IP SEA) pioeo\je ap sopes6 sopeuluorep unBas ‘soasayoo soUaia1 Ue St WA viav 1 ap ofeqen ja e1ed sarjtul| Soud}>}pUoD 8 icada cusndo, por ejemplo, hay que transportar un gran volumen de préstamos desde una cantera . hasta el lado opuesto de una zona urbana, TTRAILLA Cow O08L€ woroR (eancaoai] eS 5 400 - asoKw 1 w¥ oF caPacloRDENRASADA g | : 2 ° | i mh | PROFUNDIOAD MEDIA OF LA HUELLA (mm) Figura 17.~-Rolacion entre la velocidad de transport y la profundiad media dele huella ef euedsItodes los velocades corregides& oradlente to, oa or yer {GOW + mun wt oeemaret a aoa me gq PoernaneTtanie 3 oe eo | PROFUNDIDAD MEDIA DE LA HUELLA (mm) Figura 18. Efecto de ls varlaciones dela profunciad de fa huetaen i peta do transporte, en el cote estimedo del mov ‘mente de eras condiciones constantes en las areas de desmonte y tran) 44 : TABLA VIII Cuadro resumen de les recomendaciones francesas para la utilizacion de materiales ‘en niicleo de terrapienes EwT RCH Ewr Ken] fewrecn) fiwrRet : aw Lo] we emf [vere | [Gi NO oy ooze poral rar) em [es] xo) [Ps joooore : road [oyevera zleasers road : = jeorzs9) eae Teerere a Tp 7 ever : =| Ne [rere —|oozere : rea] fam Le | No eater tine] ~foeoezo| [Bm [= [evorze or) few [pee] : =eeerea peel a ascii 7 [esorte : p20229 Tae [aa wo =lrive ~~ feeorie) : as [ee] No] jos ps poerzal ro verze = feegasel ce [ssf so _| oooire sees eae ejooors : Saree read peceze poert? : TI = a yoeeer? = fever Vers m x : an [ez] no ce o | [ew [a] xe eor?sa pete = fagaay erasol [aw ps] no - fosoare eleteas = fotast hen = Jeooere peti : hrez?s be3238) boo Tes seat ‘ = a322o| 4 |° no eee : a wo ~ ead + |eeeors obi to Lo =Jooual fete Tove : wfrovtaa} [om [a [ne SS . = foenare [oneal 4 = [oer : a feeorre =Jeoorre ~[owuee aw [ee Ne Be Lal ee Teer z Jevore jaoorte fever eoorte —Jeootse| [Gm [La Weert) eserze 4 Ao eet ee =[eovere : write ! : Troaat fee 002 229] + [ooaaa| s aw [et] xe aver i 7 [reerae zee P= peor ial ower] veeorta : hoon? [eter (ac Te) b) Recomendaciones francesas para todo ti ISETRA y LCPC, 1976), se basan en la clasficacion ipo de suelos, Las recomen Waciones francesas nde s tuel0s que hemos resumido en el apartado 23.1 condiciones. Partiendo de cade tipo de suelo, e rado una serio de tablas indicando i tener unos rellenos de calidad nor Corientes, En fa tabla Vill so da w {a publicacién original, {2 interpretacion de os restantes simbolos que aparecen enla tabla Vill es ia siguiente: E. Modo de extraccién: 1. Extraccién por capas, 2. Extraccion frontal, 3. Extraccion bajo el egua con lavado. W-Aecién eventual sobre el contonido de agua: 1. Reduccién por alreacién, 2. Ore por almacenamiento provisional 3. Riego, T. Tratamiento 0 técnica de mejora Tratamiento det suelo en general con un reactive o ligante cualquiera, incluida la cat Caso particular del tratamiento sélo con cal Eliminacién de los elementos superiores a 500 mm, Sandwich con otro material Pena 1. Tongadas deigades. 2. Tongedas delgadas o medias 6 ° Compactacion (véase el epigratfe §.4.2.b sobre este tema, ya que se hace referencia de nuevo a las recomendaciones francesas) 1. Compactacion intensa 2. Compactacion media. 3. Compactacién débil HH, Altura det retieno. 4. Limitada a rellenas de pequefta altura {unos 5m) 2. Limitada ¢ rellenos de altura pequefia o media (unos 10m) Cuando se juzge innecesario hacer alguna indicacién particular para unas condiciones determi: nadas, el cédigo correspondiente es, 0, 3.4.2.2, Suelos muy secos Los suelos muy secos, desde ol punto de viste constructivo, que es el que en este apartado nos coupa, pueden presentar dos tipos de dificultades, Por un lado puede ser necesario humedecerlos para que una vez compactados no conduzcan a hinchamientos excesives. Por otro, pueden pre: ‘sentar dificultades para aleanzar el grado de desmenuzamiento y densidad deseados, En cuanto al primer punto, serdn las arcillas muy plasticas las que presentarén mayores proble- mas; ello constituye una de las razones que tienden a limitar ol uso de estos materiales, ademas de lus dificultades para trabajarlos an después de haber conseguido aumentar su grado de humedad Sobre el modo de proceder para aumentar el contenido de agua de los suelos, se tratard més en de- talle en el apartado 5.2. y por ello no insistiremos mas aqui Independientemente de dicho aspecto, los suelos muy secos transmiten con mayor dificultad Jos esfuerzos de compactacién en profundidad y obligan por ello a recurtir @ tongadas de relative: mente menor espesor. Pero, ademas, normalmente forman terrones que es preciso desmenuzar para formar una masa suficientemente compacta que no se degrade con el paso del tiempo. Jims. hee Salas (1976) propone denominar «aglebas» a los materiales constituidos por terrones, haciendo las1 uso de la conocida expresién «siervos de la gleban. En su trabajo resume unos estudios de Davis ot al (1973) sobre la materia. Segin estos autores, la compactacion se retarda cuando la relacién P/R [siendo, P, la comprosi6n isbtropa a que esté sometido el material y R, la resistencia a compre- i6n simple de los terrones) es aproximadamente igual @ 8,5, pues se produce [a oclusién de aire en Jos macroporos y entonces es preciso vencer no sblo la resistencia a la deformacién de los terrenos, ‘no también la creciente presién del sire, Es por ello que en la practica es mas eficaz el uso de ro: Uillos de pata de cabra que el de neuméticos, por producir esfuerzos mas localizados sobre los tarrones y, por tanto, més destructives; en muchos casos se ha recurrido incluso al empleo de ro- illos de pate de cabra gigantes con patas muy largas para tratar més facilmente estos materiales, Las Recomendaciones francesas (SETRA y LCPC, 1976) hacen alusién a las medidas que de ben tomarse para le utilizacién de fos diversos tipos de suelos cuando estén secos, segun puede ‘verse de forma condensada en la tabla Vill 47 9.4.3. Limitaciones por razones de estabilidad y deformabilidad En condiciones normales, no es frecuente que un suelo haya de ser rechazado para su utiliza: ign en la construccién de terraplenes por razones de estabilidad y deformabilidad, Puedon, in embargo, concutrircircunstancias especiales que recomienden w obliguen a prescindir de deter nt. ados materiales. Entre ellas citaremos: +n exceso de humedd ale pueda poner en peligro la estabiidad o der origen a asiontos de- maciado grandes, ~ Restricciones en cuanto a los taludes convenientes por razones topogréicas o de otro tipo, tales como se presentan a veces en trazados sobre laderas. |, Lerraplenes de gran altura en los que se precisan caracteraticas més estrctas de resistencia y deformebilidad por las fuertes tansiones a que quedan sometidos los materiales Todos estos temas serdn tratados en el epigrafe 4 correspondiente al proyecto de terraplenes, Ya que la calidad del material a aceptar estédirectamente relacionada con el disefo de a obra (ro problema es el dela coronacién de teraplenes, donde las condiciones de deformabiidad Ge los materiales, ya sea por asiento 0 por hinchamiento, pueden imponer restlcclones de etre w- Po que serdn tratadas en el apartado siguiente, 3.8. Materiales para la coronacién de terraplenes 3.5.1. Criterios en diversos paises Soncleiones granulométricas y plésticas bastante estrctes, que a veces oxigen tecurrit a distenciog cl transporte da importancia con el consiguiente encarecimionto de la obra. Este punto es a! que crigina polémicas y discrepancias y por ello vemos a recoger las opiniones que rigen en algunos paises sobre el particular, 2) Gran Brotafa. En este pais, a pesar de que sufte un clima esencialmante himedo algunos toda 22S 86 Muesttan flexibles ante imposiciones generalizadas de esto tipo. En la Memotia prosen {ode por dicho pats al Congreso Mundial de Carreteras de Praga (Brio et al., 1971) se dice lo oy guiente: 50 1,20 3.6. Caracteristicas de los materiales para la formacién de pedraplones 3.6.1. Consideraciones generales ‘Todo ingeniero tiene una idea clara de lo que es un pedrapién tipico formado por roca sane & inalterable con bloques de tarnafio relativamente grande y con una proporcién teducka de fines 58 ‘También todo el mundo sabe lo que es un terraplén. Hey sin embargo muchos casos intermedios ‘que no corresponden claramente a ninguna de las dos categorias y durante muchos aftos se ha tra~ tado artiiciosamente de establecer limites entre uno u otro tipo de construccién. Se han impuesto para ello una serie de condiciones para poder denominar pecraplén a un relleno, estableciendo limi- taciones a la roca que lo constituye en cuanto a su dureza inalterabilidad y granulometria. Asi, por ejemplo, HRB, 1971, define como materiel para pedrapién el que contiene mas de un 25 a 35 % en peso superior a 19 mm. zl Este tipo de limitaciones tiene una cierta justificacién en el caso de construccién de presas, ye qué él temor a los dafios que se originan por su rotura y las catastrofes a que pueden dar lugar han mentalizado a los proyectistas y constructores de las mismas con un espiritu conservador. Atin asi, desde hace ya bastantes afios la tendencia en presas de materiales sueltos es a aprovechar todos Jos materiales que se obtienen en las excevaciones, por ejemplo, de los aliviaderos que producen 3 ‘veces volmenes importantes, Incluso aunque no se trate de excavaciones obligadas, se estudian hoy ia mucho mas @ fondo las posibilidades de utilizacién de canteras de materiales que pudiéra: mos llamar no tadicionales, si para conseguir escolleres de muy buena calidad fuera preciso re- currira distancias de tansporte importantes {Gémez La y Romero, 1976). Veamos a estos efectos lo que dicen Sherard et al (1963): «Se pueden construit secciones de presas de escoliera con casi cualquier tipo de roca en la ga ma entre rocas duras en grandes bloques, que constituyen pedraplenes muy permeables, y rocas sedimentarias blandas en las que los fragmentos indlividuales se desmenuzan mediante la utiliza cin de equipo pesado y se compactan hasta formar una masa como un susio.» Parece evidente que en el caso de construccién de carreteras el criterio puede ser mas amplio le el punto de vista de los riesgos que una rotura implica, aunque no puedan excluirse en algu: nos casos peligros de importancia. Hay, sin embargo, un aspeoto que quiza en cierto modo pueda considerarse mas sensible, que es el de los asientos que puedan originarse. El peligro de un pedraplén construido con materiales relativamente blandos se basa principalmente en su posible evolucién con el tiempo, si no se han trituredo haste formar una masa de suelo; en efecto, aunque al terminar la obra Ia estructura pueda ser prdcticamente indeformable, con el tiempo el material puede ir degradéndose progresivamente, tondiendo a relienar los huecos que han quedado y dando lugar a los correspondientes asientos en superficie. Lo misino puede suceder, pero por su mayor dificultad de prediccién es ain més peligroso, si, aunque la roca no sea blanda, se meteoriza o reblandece progresivamente perdiendo su resistencia Por todo lo expuesto dividiremos los pedraplenes en dos tipos: Los formados por roces sanas & inalterables y los constituidos por rocas blandas o evolutivas, 3.6.2. Roces sanas e inalterables Evidentemente este es el grupo mas facil de tratar, lo cual no quiere decir que no debon tomarse las debidas precauciones a tiempo. El material ideal es el dotado de una granulometria bien graduada, ya que entonces se forma ‘una masa muy densa y compacta, Al aumentar ef nlimero de puntos de contacto con reiacién al de tun material de granulometria uniforme, los asientos que se originarén durante y despues de la 59 moe ion serdn menores, Los asiontos, en efecto, se deben a dos causas; por un lado, a los fi- toe gL quedan interpuestes en los contactos entre los gruesos y, por otto, ale rotura de los pun: tos de contacto entre las rocas y el correspondiente reajuste de la mas, Est rotura depende de las narmeral'e Setian sobre dichos puntos de contacto, que serén tanto menores cuanto n ayor sea su rade ng, Ambien se facili por humedecimionto dela roca, tema sobreel que se naw enel apar tado 5.3. 2 granulometria de la roca que se obtiene de un cantora depende de diversos factores. Uno de Silos 08 a naturaleze de la roca en sly ladistribucidn de discontinuidades on an masa. Pero muy im: pageant cambién es la forma en que se leven a cabo las voladuras, que condicionaras 1 tamatio Cioraree oe gos blades ¥ la granulometria del producto resultante. Por allo, es imecrenn cer Ce cnn, Ge el contratista va a emplear el sistema de voladuras adecuedo sates de ‘que comien- cela extraccién, con objeto de disponer del producto ptimo posible. Esto no significa que haya que imponer a priori unas condiciones que limiten excesivamente la Sronulometria del material, ya que hay que ver en obra si ello es posible o no recurtiendo a procedi por al cesiOnablesi en efecto, la prediccién de los resultados en la fase de proyecto es wy dificil Borel simple examen de los testigos de sondeos. La relizacién de voloduras ae ensayo puede ser probe cakes fecomendable, aunque tampoco debe esperarse una respuesta e todos los problemas que pueden surgir. Si Por cualquier citcunstancia se dispusiera de un material con una grenulometria uniforme o bien con un exceso de finos, no debe inferitse que no puede ser ulizao ‘@unque no constituya un material ideal, eenate méximo de las particulas suelelimitarse a los dos tecios del espesor de ls to ngadas desert Fueden admitirse bolos aislados de mayor tamafio en la forma y eondicionee que se Srecben en el apartado 6.3, Pero en ningun caso (Ministry of Transportation, Omens 1976) sera la altura maxima de las piedras superior a un tercio de la altura total del edraplén, ni su maxima di caer uzental superior ala mitad de dicha altura, Esta lima limitacion puede cer necesaria Cuando se trate de pedraplenes de pequefa altura, 3.6.3. Rocas blandas y evolutives Se puede decir que este tipo de rocas no es la excepcién, sino més bien la regia. Son ofectiva: Jotras muy abunclantes en nuestro pais las margas de todo tipo, las pizartas, las erenisene blandas Fe ermayntichas rocas incluso igneas en procesos avanzados de meteorizacién, Se ‘comprende que la tematica que presentan estos materiales os compleja y que las medidae ¢ adoptar en cada caso dependeran de las caracteristicas de las rocas a trat {Problema bésico, como hemos indicado anteriormente, es que, si se han dejado huevos con ¢! tiempo pueden producirse asientos al degradarse las particulas que forman at esqueleto, Ade. comin a eeoducirse una disminucion de la resistencia de estuerzo cortante de la mase on te Conlunto, silos productos do la meteorizacion o degradacién son arcillas de malas caracteretlass | proceso evolutivo (y por tanto el tipo de materiales que so comprende bajo esta denomina: 160) puede ser de dos clases. Uno mecénico consistente en la deuradacion cha an manejo y 60 compactacién y posteriormente @ lo largo de la vida de la obra. El otro fisico-quimico, consistent’ ‘en un cambio de la composicién del material como consecuencia de la meteorizacion, De los procesos mesdnicos, el de degradacién durante la constiuccién debe de formentarse a) maximo hasta convert al material si fuera posible en un auténtico suelo, salvo en algunos casos topecialee como son las cretas (materiales rocosos con mas del 96 % del CO,Cs) con contenidos. de agua elevados. . Los procesos evolutivos de meteorizacion son tos més difciles de controlar v de prever. El res go-que implican depende de las caracteristicas de los materiales a que den lugar, como hemos co mentado en parratos anteriores. Las recomendaciones francesas (SETRA y LCPC, 1976) hacan una division de estos materiales {grupo €} en tres subgrupos, segtin se indic6 en fa tabla IV. En fa tabla XI\ se ho reproducico una dope ign completa de la clasificacion particular de este grupo: Como se ve, el subgrupo ompronde esencialmente las cretas, que divide en diversas Categorias segiin su densidad y cone hide de humedad. El E, comprende las areniscas gruesas fragiles sin casi arcita, que evolucionan, hacia materisles poco sensibles al agua. Por fin, el E, es el mas prablematico, por comprenciar ios vesterales que tienden a convertrse en arias. Entre ellos estén las margas y pizarras que son de lo mas abundantee en la natureleza. Para los materials E, s€ dan soluciones coneretas que se resumen en forma codificada en lo tabla Vil, En cambio pare los Ey Ese indica simplemente que estén en estudio, lo que refiele las diftcultades que presenta hacer unas recomendaciones adecuadas 2 su utilzacion. La realided es Gque tanto los E, como los E, se emploan con profusién en e! mundo, Lo que sucede es ve se ha con paces observaciones detalladas sobre su comportamiento @ al menos son pocas las ave $2 publican; como consecuencia no se gana en experiencia al ritmo debido, Con todos estos tipos de materiales la técn' rarlos durante su puesta en obre haste aleanzar un rellena lo mas denso posible. El problema con jate en conocer & priori hasta qué punto esto es posible y cules serian las consecuencias en cose die que no fuorafactiblealcanzar el grado de fragmentacion deseado, La mejor forma de obtene' it formecion sobre ol estado de trituracién que se puede alcanzar es construyendo tramos de ensayo ‘enlas condiciones reales y con la maquineria que se va 4 utilizar 1g mas adecuada y generalizada consiste en tritu “Jiménez Selas et a} (1976) han efectuado un estudio con arcillas, margosas en la auropist® Mertovelt vilafranca con un traro experimental y dos terraplenes reales de 24 y 32m de altura Sobre estos tertaplenes so extencié una capa de coronacin de 25 em y BO cm de expianade melo toda por dabajo del firme. Les conclusiones que s2can son que las arcillas margosas © mataNs Tt” vvloeee con menos doi 13% de carbonatos pueden extraerse, trocearse y compacterse con 10s Me dios mecanicos habituales de obras publicas, dando como resultado un terraplén en el que no s& advierte la existencia de macrohuecos de dudoso comportamiento ulterior. Los asiontos expert mentados después de finalizado el firme son del orden del 0.4 %. ‘Tampoco debe olvidarse otra vertiente del problema que consiste en ta posiblicad de au pueden originarse hinchamientos si el material estaba demasiado 6200 y es de ipo exper ee v hay que tener en cuenta que este efecto sera tanto mas agudo cuanto mae densa sea la Mase CO" sequida, por lo menos generalmente, 61 TABLA XII Clasificacién francesa de suelos. Subdivisiones del Grupo E Materiales Evolutivos Subgnpo En estucio En Espaita se han utlizado pizarras de todo tipo en la construccién de carreteras, de modo es pecial en los tltimos afios en las autopistas de peaje det pals vasco. Sin embargo, no conocemos resultados que se hayan publicado sobre et comportamiento observado, aunque bien os verdad que se trata de obras muy recientes. Le meteorizacién de las pizarras obedace a una serie de fendmencs de tipo fisico, fisico- quimico, quimico y biolégico. Estos fendmenos actian sobre los materiales de arcila presontes © dobre otros componentes minerales u organicos. Entre los primeros puede dar lugar a problemas tspeciaimente agudos la presencia de montmorillonite. Entre los segundos, son bien conocides los dafios que puede originar la presencia de pirita u otros sulfuras (Escario et af 1976), que so en Guentran con frecuencia en Espafa. La pirita se oxida bien sea por process puramente qulmicas 0 Gon la presencia de microorganismos, dando lugar a la formacién de sulfatos que va acompariada ide aumentos de volumen, deteriora de la roca y fuerte acidez en jas aguas. Son a nuestro juicio es te ultimo tipo de transformaciones las mds dificiles de valorar a priori con los enseyos normales 26 twalmente existentes (Uriel y Dapena, 1976), que por la rapidez de su actuacion probablemente no afectan mas que a los minerales de arcilla Recienremente se ha publicado un voliminoso trabajo por la Federal Highway Administration referente a le utilzacién de pizarras en U.S.A. para la construccién de terraplenes y pedraplenes {Shamburget y Patrick, 1975. Bragg y Zeigler, 1975, Luttom, 1977) La gama de pizarras estudiadas ha sido muy ampli, originarias de 14 Estados y de periodos ‘geolégicos que cubren desde el Precémbrico al Terciario. Casi todas ellas procedian de éreas sin Seformacién estructural y que, excepto por efectos de su edad, han sufrido aproximadamente el mismo historial desde su deposicion. Después de probar una serie de ensayos que pudieran ser representatives, han legado 3 es tablecer unos critarios practices a base de solamente uno de ellos, el denominada «slake durability test 1 o7to en sustitucion 0 come complemento, que denominaremos ensayo de sinmersion» Eluslako durability test» (Franklin y Chandra, 1972) estandarizado por la Sociedad Internacionel do Mecanica de Rocas, consiste en esencia en medir la resistencia de la roca al reblandecimiento y Jesintegraci6n como resultado de dos cicios de secado y agitacion en un bafio de agua de 10 vo" gos redondeados de roce pesando de 40 2 60 gramos cada uno. Esta agitacién se efectiia en un tambor de 140 mm de diametro y 100 mm de largo, cuya superficie ciindrica esté cubierta con un tamiz de malig de 2mm y que gira dentro de un depdsito parcialmente leno de agua, EI Indice Ip viene dado por: __ Peso seco despuds de dos ticles 499 Beso seco antes del ensayo El ensayo de inmersi6n consiste en introducir en agua un fragmento irregular del material con un peso d0 unos 20 ory describr su comportamiento a traves de los siguientes valores del indice iy 63 Comportamiento Se degrada a un montén de escamas o lode, Serompe répidamente y/o forma muchos trocitos, Serompe lentamente.y/o forma pocos trocitos Se rompe répidamente y/o forma varias fractures, Serompe lentamente y/o forma pocas fracturas. 6 No cambia | material debe sumergise después de haberlo secado en estufa. Cuando hubo reaccién en las ceraatigs ensayadas, generalmente se produjo en los primeros 10 minutos y, por ello, hay que ob SENar et Proceso durante is primeros 30 minutos. Alas 24 horas ge heen una observacién final £26 sausas del mal comportamiento de un rlleno de pizarras pueden ser muy variadas. Entre ils, sin embargo, parece de gran importancia la forma er ue se han compactado, ya que, como hemos dicho, el deteriora o evolucién posterior es funcion Muy directa de los huecos existentes en cl rellono. La comactacién es a su vez funcién de otros Muchos factores, entre los que se en. coma &l e8pe80r de tongada, la energia do compactacidn, in forma de llevar ta supervision y control, ete. Ente ellos han escogido ot eapesor de tongada como en cierto modo globalmente representati 2o.c2 2 Compactacién, para tratar de relacionarlo en un gratis con los valores de |,. Para elaborar soit arafico, de manera genérica se legs a la conclusion. después de las miiltiples consultas real zadas en el pais, de que normalmente ios pedraplenes fermen, or pizarras duras se construyen de OTe oas 28 tongada de unos 0,60 m.; los formados por pizera degradables, con espesores ce 0.18 20.30 m., es decir, como si se tratara de suelos Partiendo de este hecho suponen que qualauier relacion que pudiera existr entie I y el esposor de tongads deberia de comprender a los 0s puntos: espesor 0,90 m/l, = 100; espesor — 0,20 m/Ip = 0. En le figura 21 se ha reproducido el grafico de zonas a que llegan uniendo los dos puntos cita ios medianto una recta, después de haber sitvado sobre ct mismo todos los pedraplenes que habian observado y su comportamiento, Para utilizar este grafico, segin el problema de que se trate habré que situarse més hacia la de. sual © 2 izquiorda, Por ejemplo, no so dard el mismo tratamiento ‘acceso a una obra de fabrica que a un terraplén en una carretera secundaria Ala derecha de! gréfico se colocan en ordenadas los valores de |. La correlacién entre ly € 1, no 8 muy buena; la han deducido ado, ' por encima las tres cuartas artes de los obtenidos para el mismo I, en una numerose sere de ensayos comparatives. De todas formas ya se ve que la correlacién recomondada es cferonta para las pizarras de la zona Oeste de las de la zona Este. 64 Hemos explicado de manera esquemética la génesis del gréfico, para que al utilizario se tome solamente como una primera orientacién, ya que come tal lo proponen fos autores, pidiendo al mismo tiempo sea sometido a observacion y critica, Insistimos en que, ademas, de la compactacién en su conjunto, influyen otros factores. Entre ellos, uno de los mas importantes es el drenaje, ya que el agua es la primera causante de la degra dacién y evolucién de los materiales, A estos efectos debe recardarse lo expuesto en el apartado 2.3.2., pues muchos de los conceptos all vertidos son aplicables a estas condiciones. Otro factor que suele ser causa de dificultades de puesta en obra y comportemiento os la mezcla de materiales duros y blandos. Este es el caso, por ejemplo, de formaciones tipo «flisch» en ‘que les pizarras se altemnan con areniscas y calizas 0 margas duras. Si ello fuera posible, lo mejor es ‘separar las partes duras de las blandas, pues las primeras impiden le debida compactacién de las sogundas, Si las partes duras no son muy abundantes, se pueden incorporar bloques suficiente: ial blando, siguiendo las instrucciones que se indican mente separadas entre sien la masa de mat en el apartado 5.3. ys sacescuns neoran te Pha : Ix SP rnnasoes ee Ciera paola selecién det wepesorde tongada ea pedraplenes de zaras en funcién de los nsices fp Oly 4. PROYECTO DE TERRAPLENES Y PEDRAPLENES 4.1. Consideraciones generales El proyecto de terraplenes esta condicionado por una serie de circunstancias entre las cuales los Problemas de estebilidad y deformabilidad constituyen solamente una vertiente. La altura de los rellenes viene en principio impuesta por el tezado y sus condiciones geométricas, que obedecen normaimente @ razones poltico-econémicas. La compensacién de tiertes que a continuacion hay au Considerar influye en gran manera en la distribucién de desmontes y terraplenes y, aunque hoy Gia se subordina en clerta medida a las caracteristicas de los terrenos atravesados, constituye Siempre un factor de mucho peso an el sjuste de la traze. La altura de fos terraplenes, por lo tanto, Gueda en gran parte fijada por razones ajenas a las puramente gectécnices, ounque a la vista de las Gitfcultades aue en cuanto a estabilidad puedan preverse al atravesar determinades zones, puede desviarse el trazado. Ouro aspecto a defini en el proyecto son los taludes. También aqui hay factores ajenos ela geo. ‘ecnia que influyen poderosamente en los valores a adoptar, como son la seguridad y la estética, El problema de Ia sequridad es de gran importancia, habiendo conducido los estudios efectuades 2 recomendaciones coneretas en cuanto a los taludes que se deben de dar después de los arcenes © incluso en las cunetas y pie de los desmontes, para evitar accidentes cuando un vehiculo ee salga de la carretera. En la figura 22 puede verse un ejemplo de perfil transversal recomendaddo en U.S.A (HRB, 1971) La erosién os, asi mismo, un factor que incide en el disefio de taluces, eunque no serd tratado En este trabajo. En este epigrate prescindiremos no séio de este aspecto, sino también do los ante. Tlormente sefialados, para referirnos exclusivamente a los problemas de estabilidad y detormabil dod, auncue bien es verdad que, en algunas de las soluciones simplistas que se exponen, influye inevitablements la prosencia de los mismos. Distinguiremos cuatro casos: os normeales, los de suelos con contenidos elovedos de humedad, los de terraplenes y pedraplenes sobre laderas y los de terraplenes y pedraplenes de mucho altura No trataremos el tema de terraplenes sobre suelos blandos que es un caso especial no incluido on este abajo, Las orientaciones sobre la forma de efectuar los calculos en lo que a su parte matema, {ica se refiere, se darén solamente en el apartado 4.3. referente a terraplenes sobre ladatas, ya que ‘son en su mayor parte aplicables a cualquier otro caso. 66 n e \ pentienre no aveenon & TRANSVERSAL Corretera Clese"Major” con doble sentido,DHV < 850 22. Seccin wansversal ipo 60 U.S.A. con teludes pare cumplr condiciones de seguridad y conservecién (HRB, 4.2. Casos normales ‘Ao largo del trazado de una carretera que se desarrolie en un terreno de topogratia no muy ac cidentada y con materiales de caracteristicas normales, el dimensionamiento de los taludes de los leraplenes se suele hacer adoptando valores mas o menos estandar, siempre que !os correspon: dientes terrenos de cimentacion sean razonablemente firmes. Lo més corriente es fijar taludes del orden de 2(H) : 1 (V). Cuando el material de relleno es granular, esta pendiente se puede aumentar 4 1,5{H): 1 (V). Silas alturas son considerables (unos 30 m) y los suelos cohesivos, puede ser con- veniente rebajarios hasta 3(H): 1(V). Con estas cifras on la mente se resuelven el 90 % de ios casos de taludes en condiciones norma: jus, a menos que concurran circunstancias especiales que vamos @ tratar en los apartados sucesi 4.3. Terraplenes y pedraplenes sobre laderas. Calculos de estabilidad En el apartado 2.3. ya se ha expuesto la problemética de los terraplenes sobre laderas dictada la mayoria de las veces por fallos de cimentacién asociados 2 un drenaje insuficiente. Del mismo mo do alli se estudiaron las medidas practicas 2 adoptar para prevenir 0 corregir los dafios que pudieran briginarse en tales condiciones. Son realmente también dichas medidas las importantes en el momento de proyectar, pues lo esencial es conocer cuéles son los posibles origenes de Is inestabilidad a base de hacer un recono- cimiento detallado de la ladera para, une vez definida su estructura, escoger el tratemiento. Sin mbargo es, asimismo, normalmente conveniente intentar cuantificar la magnitud del problema uando los célculos oportunos. Como en todos Ios problemas de este tipo la dificultad principal suele residir on determinar, aunque see de manera aproximada, los valores de Ia resistencia al esfuerzo cortante del suelo (ver o Escario y Justo, 1970 y Jiménez Salas y Justo, 1971). El grado de confianza del resultado obtenido estara siempre directamente ligado a estos valores de partida, por muy elaborado que haya sido el método de célculo. En obras de carreteras ocurre con frecuencia que, a causa de su desarrollo I neal, el numero de muestras que se han ensayado es muy reducido para cada tramo en particular. Par ello ol procedimiento més viable suele consistir en, partiendo de los pocos resultados de ensa- yos disponibles, establecer unos valores limites probables de las caracteristicas resistentes y, a la vista de los resultados que se obtengan, decidir sobre el riesgo probable de le solucién en estudio. Adeimés, otto fruto muy positivo de los céiculos que se realicen, serd el poder establecer compara cones, aunque sean relativas, con otras posibles soluciones altemnativas. Asi pues, salvo en casos en que se haya ofectuado un programa de ensayos cuficiontemente extenso por las dificultades especiales del problema, las respuestas obtenidas mediante el calculo. no deberan tomarse generalmente como decisorias de por si, sino como una valiosa ayuda para es- timar e! orden de magnitud del riesgo existente y valorar de manera relativa las ventajas de cada una de las soluciones posibles, par ejemplo, variacién de la distribucidn de masas, rebajamiento del nivel freético, ete. En general deberén estudiarse dos estados 0 condiciones exiremas que suelen denominarse cestabilidad @ corto plazon y «estabilidad a largo plazon (Escario, 1966 y Escario y Justo, 1970). Se denomina astabilidad a corto plazo la corespondiente a un periodo de tiempo lo suficientemente breve con relacién ¢ les condiciones de permeabilidad del suelo, pare que les presiones intersti- ciales originadas por la construcci6n no se hayan practicamente disipado, Estabilidad a largo plazo es en cambio la correspondiente a un periodo de tiempo suficientemente largo, pare que las pre- siones intersticiales inducidas se hayan disipado; este estado suele incluir las variaciones de las ca- racteristices resistentes que en determinados tipos de suelos se producen con el tiempo. En algu: nas ocasiones la situacién mas critica puede ser una intermedia entre las dos descritas Para efectuar el célculo propiamente dicho existen diversos procedimientos (Escario, 1966 y Ji ménez Salas et al 1976) a base de superticies deslizantes, ya sean circulares 0 de cualquier otro tis po. La mayoria de ellos consisten en divicir el sélido en una serie de fajas verticales y hallar las ecuaciones de equilibrio. Hace ya bastantes afios se resolvian estas ecuaciones despreciando et efecto de las tensiones existentes en los lados de estes fajas. Bishop (19541 fue el primero en intro- ducir un método practicable para superficies circulares que tuviera en cuenta este efecto; se ha po- dido comprobar que el despreciarlo puede conducir, en ocasiones, a errores importantes aunque del lado de la seguridad (Escario, 1961), por ejemplo, cuando los Angulos en el centro de la superti- cle deslizante son grandes Con frecuencia, sin embargo, sera preciso recurrir a superficies no circulares, ya que a ello puede obligar el hecho de que las lineas de deslizamiento se extienden principalmente por las par- tes més blandas o donde las presiones intersticiales son mas fuertes (fig. 23), que suelen encontrar- se en la cimentacién. Para superficies cualesquiera se han desarroliado también varios métodos y entre los mas usuales se encuentran el de Janbu {1964 y 1957), Morgenstern y Price (1985) y Non- veillor (1985), todos ellos por divisién en fajas y teniendo en cuenta los esfuerzos en los costados. Dentro de esta categoria, aunque con un tipo de enfoque mas simplista, debe de incluirse el deno- minado método de los bloques dostizantes, ya que a veces puede resultar de gran utilidad, Con todos estos procedimientos se empieza por escoger la superficie deslizante y se determina después el coeficiente de seguridad correspondiente, Ultimamente Castilio y Revilla (1975 y 1977) cy han deserrollado un método de variaciones con el cual se obtigne automaticamente cudl es la su perficie pésima; la solucién parece, por tanto, prometedore al eliminar los numerasos tanteos pre- cisos; sin embargo, existen atin dificultades de tipo matemiético que cuestionan el rigor del méto~ do. Figura 23,~ Superlcle deszante no circa. Conviene también tener en cuenta que en la mayoria de los casos jos deslizamientos son tridi- mensionales y no bidimensionales, como generalmente se consideran. Existen algunos estudios al respecto (Hovland, 1977] que pueden ser de interés en ciertas circunstancies. Casi todos los métodos mencionados estan programados para su aplicacién por ordenador, do forma que la obtencién de tos resultados con diferentes hipétesis es sencilla, Sin embargo, hay una serie de ellos que representan condiciones que se presentan con mucha frecuencia, que han sido tabulados o representados en forma de dbacos y pueden, por tanto, ser de suma utilidad para tan- teos rapidos, A continuacién vamos a hacer una relacién ce los més importantes, para que el pro- yeotista pueda, al menos, conocer su existencia y utiizarlos si dispusiera de las correspondientes publicaciones. Algunos de los que se mencionan pueden no ser propiamente aplicables al caso de terraplenes sobre laderas, pero los incluimos también para completar fa relacion y poder dejar resuelto cual quier otro caso. a) Solucién de Taylor —Prevista para taludes simples coma el indicado en la figura 24, _ std basada en el metodo denominado del circulo de rozamiento (Jiménez Salas et al, 1976) Se supone un material homogéneo e isdtropo en todo su espesor hasta un estrato duro si tuado a profundidad variable. 69 La resistencia al corte se supone compuesta de una componente cohesiva constante con la profundidad y otra friccionel. —No se pueden introducir presiones intersticiales. Figura 24,— Talud simple b}_ Solucién de Bishop y Morgenstern (1960) —Prevista para taludes simples como el de la figura 24 —Esté basada en la solucion de Bishop para deslizamientos circulares. Se supone un material homogéneo o isétropo en todo su espesor hasta un estrado duro si tuado a profundidad variable. La resistencia a esfuerzo cortante se supone compuesta de una componente cohesiva cons. tante con la profundidad y otra friccional —Se pueden introducir las presiones intersticiales a través del permetro r, = u/+h, siendo, u. la presién int sticial, h, a profundidad del punto considerado y, ; . el peso especifico del terreno. Se toma para r, un valor medio comiin para toda la seccién. ©) Solucién de Pilot y Kacmaz (1968) Estudia la estabilidad de terraplenes de seccién ti jpezoidal o triangular (fig. 25) sobre laderas, ‘Se examinan las condiciones de equilibrio del conjunto terraplén-cimentacién a lo largo de la superficie potencial de ruptura plana MI paralela a la ladera, con rozamiento in no y cohesion. 70 Se supone un nivel frestico paralelo a la superficie de le ledera a profundidad veriable. —Se desprecian las reacciones a lo largo de las secciones JM y Ni. Figura 25, Esquema de céloulo de Plt y Kacmaz, 1968, d) Solucién de Huang (1977) — Estudia la estabilidad de terraplenes de seccién triangular sobre laderes (fig. 26), —Se emplean deslizamientos circulares con valores diferentes de la cohesion y angulo de roze miento interno para el terraplén y la ladera. Se utiliza el método clésico de Fellenius de divisién en fajas, desprecianda las acciones sobre sus costados. Se comprueba que, dadas las caracteristicas de los circulos de deslizamiento en fos 04508 incluidos, los errores con rolacién al de Bishop pueden despreciarse. Se fija sucesivamente la profundidad de los circulos de deslizamiento obligando su tangencia allineas paralelas a fa ladera, Figura 26. — Esquema de clove de Huang, 1977. n Se Puede incluir el efecto do tas presiones interstciales mediante el valor medio del paré- ‘metro r, definido para la solucién de Bishop y Morgenstern en b. sp 2stetiormente, el mismo autor (Huang, 1978, ASCE) he extendido ou estudio al caso de Gereplenes sobre laderas, pero con el pie apoyado en terreno horizontal, Se supone, sin embargo, ‘ue las superticies desiizantes no pueden penetar en el terreno natural ©) Otras soluciones pitencia @ esfuerzo cortante s = © + ptg @ con valores de c, que varlan linealmente con la pro- fundidad, Muy interesante y completo es el trabajo do Janbu (1964) para deslizamientos circulares, sin te- hare conan 8s tensiones en los costados de ias fas. Esta solucién de Janbu puede a muy atl pues eatUlet los efectos de sobrecargas, grietas de traccién, nivel tresicos, desembaises, etc., alas bases de partide Morgenstern (1963) ha publicado también une serie de abacos pera ot Céleulo del caso de des- embslee répido en taludes simples, que puede ser de utiidad en algunas ocasiones. 44. Terraplenes construidos con suelos muy himedos ‘216s Parque, ademée de poder afectar a algunas roglones espafiolas, serena pare completar el te- ma del proyecto de terraplenes, 5 preblema constructivo de los suelos con exceso de humedad ya se ha tatado en el apartado 34.2.1, Aqui nos vamos a referir al proyecto y comportamiento de terraplenes con suelos con un clevado contenido de agua desde el punto de vista de su estaba deformabilidad, Los studios més detenides que conocemes sobre el tema referidos a carreteras son los esarroindos por l TARL, va que se trata de unas condiciones muy frecuentes on Gran Bretaha, 5 cBh. el estudio indica que se podtia alcanzar una altura de 101m con une humedad de 1,3 veces al limite pldstico, Para las otras dos arclas (LL = 39, 1P = 18y 21) ee Podrian alcanzar alturas de 5m con humedades de 1.4 por al limite pléstico, En ambos casos se recomiende colocar capas drenan. ‘es horizontales intermediae a une distancia de 2 m para acelerar los, asientos, que se producirian en 2 ‘su mayor parte en un perfodo de un aio, Las limitaciones de altura por la estabilidad podrian suavi- zarse empieando més tendidos que el normal de 2 : 1. También resulteria recomendable emplear materiales més estables en la coronacién. En los Estados de la costa del Pacifico (Oregén, Washington}, Moraux (1975) refiere como, de- ido al clima reinante, los suelos no pueden compactarse mas que con contenidos de agua muy su- periores al optimo, Las prescripciones toman entonces en consideracién el grado de saturacién, re- duciendo las exigencias respecto a la densidad Proctor de tal forma que el grado de saturacién no sea superior a 0,87. 45. Terraplenes y pedraplenes de gran altura Las modernas autopistas con radios minimos grandes y pendientes reducidas en terreno mon- tefioso, exigen la construccién de terraplenes de gran altura. Asi en la autopista Bilbao-Behovia en el pedraplén de Iciar (Rodriguez Miranda y Gutiérrez Manjén, 1976) se han slcanzado 76 m de altura {fig. 27) y en el de Istiva (Rodriguez Miranda et al, 1977) 50 m (fig. 28). En California (Hell y Smith, 1971; Smith y Kleiman, 1971) el terraplén de Squaw Creek tiene una altura maxima de 118 m (fi- gura 29), Son, por tanto, construccionas que entran ya en la categoria de grandes presas y a las, que puede, por tanto, extrepolarse mucha dela experiencia adquirida en las mismas. Hay, sin em- argo, dos factores que establecen diferencias muy caracteristicas. © ronan. ye rsa ot @) voncnns ob tne mtn of 8042 Figura 27.~ Pedapién de ea, Uno de ellos es que en 6! caso de terraplenes no es preciso que el macizo sea impermeable, !o ‘que elimina las exigencias especiales que se imponen en los nticleos de las presas de tierra para evi tar el agrietamiento y los arrastees. Como consecuencia, aparte de no ser preciso preocuparse por Ins suelos susceptibies a los agrietamientos (Sherard et al., 1963) ni por los denominados dispersi 73 vos (Sherard et al., 1976), no es tampoco tan critica la humedd de compactacién, salvo en los ca- 508 que se comentan en los correspondientes epigrates de este trabajo PERFIL TRANSVERSAL TIPO Figura 28. Pecrapién de sia En cambio hay otro factor més restrictivo en terraplenes, consistente en que los asientos en co. ronacién son mas criticos que en presas de tierra, ya que en el firme las tolerancias eon pequetias, En los grandes terraplenes como on las presas, también con frecuencia se recurre a la zonifica- Rion. Hay que empezar por asegurar especialmente las condiciones de la cimentacion y por elo, on ls barte inferior del rlleno puede ser necesario cotocar materiales de buenas caracteviavioas ses fentes ve due es la sometida a mayores esfuerzos, tanto normales como cortantes. En la parte central se podré, en general, ser més tolerante y por ditimo en coronacién se recurrird de nuevo a materiales de buena calidad. ee Se yon Figura 23. Terrapin do Squaw Crack 74 ten los terraplenes importantes habré que estudiar la estabilidad por los procedimientos men- cionadios en el apartado 4.3. y, como en et mismo se indica, tanto a largo plazo come a corto plazo. Cn efecto, durante la construccién se pueden originar presiones intersticiales positives por el meca- hnismo qué vamos a exponor seguidamente, que pueden poner en peligro la estabilidad en tanto no ve disipen. ‘At extender y compactar una tongada de tierra, el suelo en general quedaré parcialmente satu ado y [a presion intersticial seré negative. Seguin se van colocando nuevas tongadas, van aumen- tando las presiones vorticales y, en cierta proporcién, también las horizontales. Si el material es re- lativamente impermeable y el proceso de construccién normal, al tender a comprimirse el esqueleto det sucto, el fluido intersticial formado por la mezcla de agua y aire va entrando en campresién, y llegara un momento en que las presiones intersticiales que originalmente eran negativas pasaran & sor positivas, El proceso es exactamente igual al sufrido por una muestra de suelo que se comprime sin drengje, vertical y lateralmente, en él aparato triaxial El velor de la prosion intersticial debida a la construccién de una cierta altura de relleno sobre le tongada considerada depende fundamentalmente del grado de humedad con que se ha compacta do el material, Sila humedad es pequeta, la presién intersticial seré reducida, por existir una gran cantidad de aire en los poros; en cembio, si e@ ha compactado con un contenido de agua elevadlo, la presién intersticial puede ser muy fuerte, ya que el fluido resulta relativamente incomprensible con felaci6n al esqueleto formado por los granos del suelo. Existen diversos procedimientos para ‘estimar el valor de las presiones intersticiales, que pueden verse en las publicaciones relacionadas con el tema (Escario, 1966). Una vez conocido dicho valor, se puede introducir en el célculo pare doterminar et coeficiente de seguridad. Cuando los suelos estan excesivamente himedos, las presiones intersticiales durante la cons truccién, como hemos dicho, pueden ser altas y el terrapién inestable; ademas se originaran algu- nos asientos al disiparse. Una solucién que se he utilizado en presas y también en algunos terraple~ hes consiste, como hemos expuesta en el apartado 4.4., en intercelar a espacios regulares, capas permeables. De esta forma se acelera la consoliacién, pues no hay que olvidar que el tiempo de di- sipacién es proporcional al cuadradio de la distancia entre las superficies permeables. Con frecuencia se combina la necesidad de construir un relleno de gran altura con la de que sus taludes sean escarpados pare no invadir, por ejemplo, el lecho de un rio, En tales circunstancias la construccién de un pedraplén con la roca més sana disponibles suele ser la solucion ideal. La determinacion de la resistencia al esfuerzo cortante de materiales rocosos para efectuar los ‘oportunos calculos de estabilidad presenta bastentes dificultades. En el caso citado de Squaw Creek se realizaron ensayos triaxiales de 30 cm de diametro con particulas de hasta 7,5 cm en una mezcla de suelo y roca ‘Cuando la roca es totalmente sang el prablema reviste dificultades de ceracteristicas especiales por las grandes dimensiones que pueden alcanzar los bloques, que a veces legan a ser del orden de 2m. Hay que contar tamibién con un factor que, aunque no es exclusivo de este tipo de materiales, tes especialmente caracteristico e influyente en el comportemiento de los mismos. Se trata del fe nomeno de la rotura de granos que se produce bajo cargas elevadas. 6 El problema de fas grandes dimensiones de fas particulas se ha intentado atacar recurriendo a la Uitlizaci6n de aparatos también grandes. A estos efectos es de destacar especialmente e! equipo desarrollado en México por le Comision Federal de Electricidad y el Instituto de Ingenierla UNAM. Asi para 6! estudio de la presa de! Infiernillo se construyé un equipo triaxial para ensayar muestras de un metro cuadrado de seccién transversal, con presiones laterales maximas de 25 kg/cm?. Ac- ‘tualmente han montado un eperato de deformacién plana para muestras de 75 x 70 x 180. Aun con aparatos de estas dimensiones, que son sumamente costosos, el tamaiio maximo de las particule que es posible ensayar es del orden de 16 a 20 cm. Esto puede ser suficiente en unos casos. Sin embargo, habré otros en los que, al estar compuesto e! material a emplear por particulas més grandes, seré preciso recurrir a conceptos de diferencia de escala para hacer las extrapola- ciones oportunas La rotura de los granos influye, no solamente en los cambios volumétricos que se originan al so- meter al macizo @ un sistema de carga dado, sino también en las curvas que definen las Caracteristicas resistentes del material, como son las envolventes de los citculos de Mohr. En la fi- gura 30 pueden verse una serie de curvas obtenidas por Marsal (Marsal y Resendiz, 1975), con es- Colleras de distintos tipos. Como se observa, casi todas elles presentan una marcada curvatura al ‘aumentar el nivel de tensiones. En pedraplenes altos por consiguiente, puede ser necesario tener en cuenta este factor, ya que es causa de que disminuyan los éngulos de rozamiento interno para tensiones elevadas. Apoyéndose en los ensayos efectuados con el equipo mencionado, Marsal ha desarrollado un rocedimiento para determinar la resistencia a esfuerzo cortente y el médulo de compresibilidad de Un pedraplén partiendo de un parametro que denomina B,, que se obtiene en funcion de la degra: dacion que sufre e| material bajo carga o bien, en caso de no disponer de ensayos directos, a partir de unas relaciones empiricas que propane, en cuyo detalle no vamos a entrar (Marsal y Resendiz, 1975). 3% T 30) 5 & ee 7 NON = ho 2 | Boo Basso de Son Frencica (grin. 2) —1 a Ge — Geis praniticg de Mica (gr. ) =H eis trantico de Mice Cran, ¥) a Biota de toile TAT Fite ior (ran ©, dense) malta de Le Angostara gran B, denso) 9 0 20 30 rr 50 Estutrco novel, en ke/em? Figura 30,~ Enyelventes de Mehr para dstinta ties de pedraplenes 76 En tos terraplenes y pedraplenes de gran altura es muy importante seguir los movimientos Ce ce producen mediante una instrumentecién spropiada, De esta forma se contola ol comes Ont co durante y después de la construccion v se adquiers experiencia sobre este tipo de obras. Vea: nos algunos datos de interés obtenidos gracies @ observaciones de esta narurelezs El pedraplén de Iciar, apoyado en roca on sus tramas de mas altura est4 construido con argilites bien geaduadas, con une resistencia @ compresion de 700 kg/cm en tongadas de 2m de espesor pora poder englobar bloques de gran terafo, salvo en os tudes v coronacién en ave fueron de 1 arr, como se ve en [a figura 27; la compactacion s6 efectué con rodllos vibratorios de wn fond vexatige superior a as 10°Tm, Los asientos mayores después de a construccién han sido de0,75m, orsee el 1.20% dea altura, habiendo lagado en otros tramos hasta ol 1,90 He; estos asientO# tarda: og meses en producirse. La traccign méxima en los estibos fue de un 3,6". v 18 comprestin roe dima on la zona central Je un 5/9. El comportamionto del rellano ha sido juzgado como sets factorio, El pecraplen de ita (ig. 28) esta construldo en su mayoria con caliza masva de excelente ca lidad resistoncia 3 compresion superior @ 1,000 kg/em*t y buena granulometrie. Fue compactado ten tongaclas de 1,0 m con 8 pasadas de odio vibratorio.con un peso estatice de 12Tm. Losasien- cose peervados después de la construccion han sido insignficantes y se produjeron otalmens2 en Jos dos meses siguientes @ la terminacién del relleno. nel terraplén de Squaw Creok 2 han medio esientos del cuerpo det rlieno del arden de 0,90 metros, pero si interpretamos bien la deseripotn, parece que se trate de esientos totales, incluidos Ios producidos durante la construccién, va que se indics que la mayor parte se han ort vadlo ent un periode de 1 affo durante la construccién, Resulta rezonable que asi see puss, Come indica en la figura 29, las exigencies de compactacién del material eran fuertos y parece GUE Se ha tratado co- mo un suelo, Va hemos citado en el apartado 9.6.3. c6mo unos margaplenes de 26 y 32 m de altura Wiménez alas et al., 1978} compactados en tongades do 0,30 2 0,40 m han asentado despite de la cons: ean dal fem eproximedamente un 0,4 %. Su proporcién de carbonatos era sOlo et 13%. Esta cifte entia dentvo de los érdenes de magnitud de los asiontos observados on press de tiorra del U.S.B.R. que, segin Sherard et al (1963), fueron como termine medio inferiores at 0,2.% verrgs tes primeros aflos después de la construccién y menos del 0.4 % en periodos 32 hasta 14 oes ican también que, aunque algunes de elas so compactaron con un contenido de 20a det 3% por debgjo de a humedad dptime Procter, no se observ6 en ningtin caso compresiOn alguna at sarurarse ef macizo, asi como tampoco hinchamiento, va que las prosas observadas no contenign un porcentae slevado de finos de alta plasticidad. kn cuanto a las presas de escollera, en la misma referencia se sefila que [os asientoe después de la eonstruccién de un escollerado bien construido por capas humedacidas ¥ compactadas, se vin elmismo orden de magnitud que en wna presa de tierras, 0 see, entro el Ot 0.4% de la altura; tan fma.s continuacibn que en une serie de presas de haste SO m de altura, construidss Por tonga “jas hurmedacidas, los asientos han sido demasiado reducidos pare ser medidos para completar la informacion sobre asiantos de presas de escollea, en ta figura 3} 1 (Sowers «eal, 1965) se dan las curvas de asientos después de le construccién de une serie de elas. Como 1 reeneao. Las de Wolf Creek, East Fork, Bear Creek y Chilhoweo, en las que se emploaron mejores aeons Ge constuction, han asentado menos que las de Nantahala y Cedar Cif Las curves de Ssientos se pueden asimilar arectas en escala semilogaritmica representadas por la ecuacton SH =n flog y = log Glendo OH el asiento, en tanto por cionto de la altura del relieno,originado entre ls tiempos hve desde el comienzo del periodo de medida (para el que arbtrariomente se ha tomedte ia teone oe que Fae nblet6 Fe mitad del rellene). El valor de + oscla en general entre 0,2 y 0,7. Esta expreson Buede ser uti para la extropolacion de asientos a partr de las observaciones que ce vayaneteerenn do. waowaton tected oat ‘owe 31.1 Asontonobtewats en pests de scotera después dels constuccibn Sowers eta, 1966) Sean se ha visto, Sowers indica cémo en las preses de escollera mas modernes dentro de las Glades, os asientos hen sido menores. Teniendo en cuenta que en los dltimos afios maquinaria GP compactacin ha experimentado un gran desarrallo, especialmente los rodilos vibrators S besa 78 dos, que son los mas utilizados para este tipo de materiales, podria pensarse que, en los grandes pedraplenes que actualmente se construyen los asientos serén mas reducides alin. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que, en cambio, tienden a aprovecharse materiales de peores caracteristicas. No conocemos ningiin trabajo como el anteriormente citado, donde se hayan resu- mido los resultados de asientos de gran numero de presas de escollera modernas. Es interesante, sin embargo, comentar los medidos en 5 presas en Tasmania (Wilkins, 1973), que se recogen en la figura 31.2. El autor llama E, al médulo de deformacién dei material determinado directamente en la parte inferior de la presa al final de la. construccién (es decir, tensién aplicada dividida por deforma- ién unitaria). Denomina fluencia de la escotlera a la deformacién que se produce después de ter- minada la construccién, punto que toma como origen para la misma. Esta fluencia la divide en dos partes: la primaria y la secundaria, sean se indica en el lado izquierdo, parte superior, de le figura 31.2, donde se ha representedo la curva teérica. Como se ve, la parte de fiuencia primaria esta for mada por una curva con la concavidad hacia arriba del tipo e-*. A partir de un cierto punto, corres pondiente a la fluencia primatia total (c,),, comienza la secundaria, aparentemente con pendiente constante. En la parte inferior se representa la curva de las fluencias anuales, que, seguin las hipdte sis expuestas, a partir del punto de terminacién de la fluencia primaria, se convierte en una recta horizontal con ordenada (&.),, que representa el valor de la supuesta fluencia anual constante, 7 7 oo os # os $ kal go | IS 2 et qos TwGi fee eaeae he 3 fel 3 QI a] on : ae 240 apes te & a : a oo Lou 3 7 ¥ ® rea e Celt otoanor od, constonte ‘Sos Ry emit spore etrgenare a4, . o0 (4) aera genarolmente lingo! ant, tempo o S$ 5 20 28 e,tloongArt) Fig. 312 En la parte derecha de la misma figura se dibujan las curvas que dan los valores de la fluencia primaria total {2,), y de la secundaria anual (5,), en funcién del valor de E,, para las cinco preses mencionades, construidas con fos tipos de materiales que se indican y compactadas con métodos modornos, segiin entendemos. El tiempo que tarda en completarse [a fluencia primaria parece ser que puede oscilar entre el orden de 1 y3 altos. 9 En la figuras 31.3 y 31.4 se represontan las curvas reales de fluenclas totales y anuales para las tmismas presas. Lo més interesante de estos graficos es ver, cémo la deformacién de la presa de Scotts Peak, construida recientemonte con argiita, es mucho mayor que para las rostantey, on las Que se han emploado materiales mas resistentes, Afirma el autor, que no cree que el valor de ta fluencia secundaria (tj, © mantenga constante @ lo largo de las afi (ya hemes visto como, vo 9 Sowers, a curva de deformacién posteonstruccién es una recta en escala serilogaritmica y no on escala natural), lo que conduciria a asiontos para diche presa del orden de 6m, en 100 afios y, estima, que os probable que sélo-sea constante el valor de la fluencia secundaria en el caso de es, colleras vertidas, en las cuales el indice de huecos es muy grande, y no en el caso de escolloras con indices de huecos pequefios. Salvo para este caso especial, an wes de las cuatro restantes presas, sumando @ una fluencla primaria del orden del 0,12%, diez afios de fluencia secundaria aval del Orden del 0,015 % (en la de Cethana este valor serfa muy reducido), se llega a asientos después de 'a construccién del mismo orden de magnitud de los citados en las referencias anteriores, oad ol Take. ake Sako ae Fig 31.3 Fig. $1.4 as En rallenos de mucha altura, hay que controlar, ademas de los asientos, las deformaciones fon- de gitudinales en coronacién, que narmalmente, corresponden a compresiones hacia la parte central y as tracciones hacia los extremos de transicién a desmonte. Estas tltimas, que dependen de la forma fa del valle, han originado grietas tansverseles en el firme en algunas ocasiones. También las e compresiones pueden causar desperfectos (ver, por ejemplo, Rodriguez Miranda y Gutiérrez Man- no j6n, 1976). En ta misma referencia se explican las razones que llavaron a adopter una seccién trans y. versal como la representada en la figura 27 con los espaidones y coronacién mas compactados y 1s por tanto més rigidos. El propésito fue evitar Is formacién de grietas longitudinales, que pudieran on originarse por las tracciones que se crean como consecuencia de los movimientos diferenciales ver 8, ticales del rellono. En obras de esta naturaleza deben, por tanto, controlarse también las deforma: tel ciones trasversales. de at 5. CONSTRUCCION DE TERRAPLENES Y PEDRAPLENES 6.1, Consideraciones generales La construccién de un terraplén o pedrapién comienza por la cimentacién con el desbroce, el minacion de la tierra vegetal y excavacién del terreno segin proceda, para asegurar la estabilidad del macizo, Sobre todos estos puntos se ha tratado en el apartado 2.1. A continuacién se va a con Siderar la construccién del cuerpo del relleno en si, desde la parte que corresponde a la excavacion efectuade para la cimentacién, hasta la coronacién, Las diversas operaciones a efectuar se agua. rn en las siguientes fases: acondicionemiento del contenido de humedad, extensién, compacta. cién y control. 5.2.1. Criterios sobre la humedad de compactacion En este apartado se va a hacer referencia @ las correcciones en el contenido de agua de terraple- nes, ye que en el caso de pedraplenes tipicos la funcién del agua y los problemas que plantea en el Proceso de compactacion son muy diferentes y, por ello, se tratarin mas adelante al hablar de los mismos. El acondicionamiento de le humedad de un suelo tiene dos funciones. Una de ellas es conseguir luna adecuada compactacién del material para obtener un macizo suficientemente tesistente ¢ in deformable. Otra, evitar que las variaciones de humedad que se produzcan despues de la contrue. ci6n, al provocar cambios de volumen con daterminados tipos de suelos, puedan producir dafios o deformaciones en la calzada. Como humedad de referencia suele tomarse la Optima Proctor Normal, Esta humedad es del mismo orden de magnitud que la denominada chumedad de equllibrio», que as la que se establece. ‘ debajo del firme pasado un cierto tiempo después de su construccién. Cumple por tanto, en pri mera aproximacién, la doble funcién de ser adecuada para conseguir una buena compactacién y evitar, en general, cambios de humedad importantes hesta que el rellono alcance su valor de equilibro. Sin embargo, para saber haste qué punto se debe ser estricto en cuanto a exigit una determina- da humedad de compactacién debe de tenerse en cuenta lo siguiente: 82 i La humedad éptima dependeré en cada caso de la maquinarie que se utilice, nirmero de pasa das, espesor de tongadas, etc. Debe, por tanto, dejarse al contratista un margen en su actuacion, pues puede interesarle, por ejemplo, compactar el suelo més seco, utilizando una maquinaria mas pesada o un mayor nimero de pasadas, ya que la humedad dptima disminuye con la energia de compactacién. Hay suelos que por tener unas curvas de compactacién (relacién humedad de compactacién - densidad seca) con maximos muy pronunciados, son muy sensibles en los resultados obtenidos @ la humedad utilizada. Un caso muy tipico san los limos, con los que hay que tener especial ciudado en este aspecto, y a ellos se haré referencia de nuevo més adelante en este apartado. Otros suelos,en cambio, presentan curvas de compactacion muy tendidas, sin maximos muy definidos y, por tanto, la humedad de compactacién influye poco en las densidades que se obtignen, —Los suelos expansivos, si no se compactan con une densidad y densidad adecuadas, pueden dar lugar a cambios de volumen de importancia durante la vida de la obra, por lo que puede ser ne cesario extremar fas exigencias cuando se esté trabajando con ellos, —Los suelos muy secos pueden ser dificiles de compactar y, ademas, el efecto de la maquinaria, do compactacién es mas reducicio en profundidad. Los suetos en terraplenes que estén sometides al riesgo de inundacion, si se han colocado muy secos y poco densos, pueden conducir al fenémeno denominado de «colapson, que se tradu- ce en un asianto en la masa del macizo. Aunque la inundacién no sea total, un aumento del conte~ ido de humedad puede traducirse en un fendmeno andlogo aunque sea menos acusado. Como referencia generel respecto a lo actitud de algunos sectores en U.S.A., traducimos a continuacién unos parrafos de la publicacin de sintesis del HRB (1971) sobre este tema: Hay una tendencia creciante en algunas agencias de carreteras a minimizar los requerimientos especificos en cuanto a le humedad siempre que se satisfagan las exigencias de densidad y se ests construyendo un terraplén estable. En efecto, la responsabilidad de un control de humedad ade~ cuado s¢ esta traspasando al contratista. En algunos casos, el contratista encontraré inexcusable proceder a un ejuste de las condiciones de humedad para conseguir una compactacién satisfacto ria. En otros casos, particularmente en el lado seco de la éptima, la densidad requerida se podria obtener de manera mas econémica por media de mas pasadas de! equipo disponible, que aftadien do agua, Sin embargo, nino se alcanza la densidad requerida o se observa ta formacién de ondule- ciones 0 roderas excesivas bajo el equipo de compactecién se recurre a especificaciones cuantitat: vas de humedad.» «Con suelos limosos y arcillas expansivas es necesario un control estricto del contenido de hu- medad...» Las Recomendaciones Franceses (SETRA y LCPC, 1976) en la tabla Vill sobre la utilizaci6n de materiales en e! niiclea de terraplenes indican para cada clase de suelo y condiciones de humedad cl tipo de tratamiento cualitativo 9 utilizar: secado por aiteacién, secado por almacenamiento provi sional 0 riego. 8.2.2. Técnicas para la correccién de la humedad Cuando el probiema consiste en que el material lega a la obra con deficit de humedad lo prime. to que hay que ver es cudl es le que tenia previamente en cantera. Efectivamente, puede suceder {ue fa humediad in situ no sea muy baja, pero que durante las fases de extraccidn, transporte y ex tendido, se deseque e! suelo demasiado. A veces aciuando con mayor rapidez en las diversas ope Faciones y evitando manipulaciones excesivas se puede conseguir reducir a pérdida de agua apre. ciablemente. : Sia pesar de todo es preciso afiadir agua, con objeto de conseguir una mezcla lo mas intima po. sible con el suelo es deseable hacerlo cuanto antes y proteriblomente en cantera; esto, sin embar- 90, puede no ser practice en operaciones de compensacién normal de desmontes, sino solamente cuando se trata de canteras importantes, Si el riego se hace sobre ol material extendido, debera efectuarse con un equipo adecuado que distribuya el agua uniformemente y debera mezclarse lo ‘mejor posibie con el suelo mediante el empleo de la maquinaria apropiada, tel como gradas de dis- cos, ete. | Sila humedad es excesiva, de manera anéloga o cuando es demasiado baja, lo primero que hay que ver es si el exceso proviene de cantera o si se debe al aumento que se produce durante el trata miento del producto en condiciones meteprolégicas adverses, En caso de ser esta tltima la causa, se debe empezar por mantener las canteras 0 zonas de excavacidn bien drenadas y trabajar con frentes lo mas verticales posibles para evitar la absorcién de agua. La organizacién de las demas operaciones con vistas a reducir el tiempo de exposicién de los materiales al agua meteorologica, uedie reciucir el aur ento del contenido de agua de los materiales. Si es la humedad en cantera lo que es excesivo y las condiciones climéticas son favorabies, Puede recurrirse a orear los materieles para su desecacion, por ejemplo, trabajandolos con gradas una vez extendidos Si los procedimientos descritos no dieran resultado, algunos materiales se prestan al tratamien: to con val, con io cual, no sélo se disminuye su contenido de humedd, sino que se puede conse uir una mejora de sus caracteristicas mecanicas mediante la aplicacién de porcentajes reducidos de cal viva 0 apagada (SETRA y LCPC, 1972) Recordaremos también que ye hemos citado en el apartado 3.4.2.1. la posibilided de recurrir al | método denominado wsandwich», para poder utilizar sualos con exceso de humedad poniendo ca pas alternadas dle material granular y cohesivo. 5.3. Extendido | El extendido en terrapienes se suele hacer en tongadas de 0,20 a 0,30 m. Cuando se trata de | pedraplenes los espesores de tongada normales son de 0,50 6 0,60 m. Sin embargo, el uso de ma Quinaria de compactacian pesada, especialmente la vibratorie, permite, a veces, la utilizacién de tongadas mas gruesas, incluso sobrepasando 1,0 m de espesor. Esto puede estar justificado en el caso de pedraplenes, pues asi es posible trocear menos la piedra, ya que su tamafio maximo no. debe exceder de los dos tercios del espesor de la tongada 84 El extendido de pedraplenes dehe acompafiarse de un riego con agua siempre que sea posible, De este modo, en pedraplenes de roca sane se disminuyen los asientos después de la construceién,al provocar un arrastre de finos y un reblendecimiento de las eristas de Ia roce duran te su colocacién y puesta en carga. El volumen de agua preciso varia entre 100 y 300 por metro ei bico de escollera, sin que al parecer (Marsal y Resendiz, 1975) una mayor cantidad produzca bene: ficios adicionales. Cuando se trata de pedraplones de tipo intermedio a terraplenes, el agua cumoli a también una funcién andloga al caso de tierras, facilitando la compactacién y evitando el hinchs- miento en suelos de tipo expantivo. Elextendido de pedraplenes debe efectuarse empleando un bulldozer pesado, siendo recomen- dable hacer el vertido a unos 7 u 8 m del borde de tongada y arcastrando posteriormente el material fa su posicion definitiva. De este forma se relienan los huecos con el material més fino y las vibra cones de la maquinaria de extension contribuyen a la compactacion. ‘Aunque, coma hemos dicho, el tamafio maximo de las particulas generalmente admitido en pedrapiones os de dos tercios del espesor de tongada, se pueden colocar piedras aisladas de mayor tamafo en el ndcleo y cimentaci6n, si estan suficientemente separadas y convenientemente distri- buidas y se rollonan los huecos que queden con material mas fino para formar una masa dense y compacta. Asi, segin la FP-74 (Federal Highway Administration, 1974), si las tongadas son de 0,60 m, se podran adimitir bloques sueltos de hasta 1.20. En el ndcleo y cimentacién de terraplenes, también se pueden dejar incluidos bolos sueltos has: ta una dimensién maxima de unos 0,45 m, actuando con un eriterio andlogo al desctito pare pedraplenes en cuanto a su distribucion y debida compactacién, (Depart. of Transport, 1976) La inclusion de bolos en la masa de los rellenos tiene la ventaja de evitar tener que llevarlos @ vertedero 0 extendederos en los taludes, como es practica usual, lo que puede perjudicer a la este: tica dela carretera, 5.4. Compactacion 5.4.1. Consideraciones diversas Las tongadas extendidas segiin los criterios expuestos en el apartado §.3., cuando se trate de materiales sensibles al agua, se dejarén con una penciente transversal de por !o menos el 6 % y se ‘compactarén inmediatamente después de su extension. Cuando se termine el trabajo de un dia 0 ‘sean de temer precipitaciones, se dejaré ademas alisada la superficie mediante rodillos apropiados, Para evitar la erosion de los taludes por las aguas de escorrentia de la plateforma compacteds, se tomaran ademas las medidas adecuadas. La compactacion de las tongadas, se efectuara desde fuera hacia el centro. 2 Para dejar debidamente compactados los bordes en la zona dei talud, se deberd recurrir a uno 7 de los procedimientos siguientes (ZTVE-StB 76) 1 7 -—Compactar una franja de por los menos 2,0 m de anchura desde el talud, en tongadas mas delgadas y mediante una maquinarialigera epropiada. —Dar un ancho suplementario al relleno de 1,0 m sobre los valores de proyecto. Después, se recorta el talud del exceso colocado y se emplea el material correspondiente donde proceda El relleno se efectda segin el perfil teérico y los taludes se compactan directamente, utilizan- do maquinaria apropiada, Para definir el grado de compactacién preciso se pueden seguir dos sistemas: Control de procedimiento. Consiste en establecer la forma en que debe efectuarse la com Pactacién fijando, segiin las caracteristicas del suelo y el tipo de maquinaria a emplear, el espesor de tongada y el nimero de pasadas. Control de producto terminado. Con este sistema se fijan las caracteristicas que debe de cumplir el material una vez colocado en obra. Pera ello se utilizan diversas caracteristicas, entre las cuales la més corriente es la densidad in situ y su relacién con una densidad patron de laboratorio. Existen otros sistemas alternativos 0 complementarios, como son los enseyos de placa de carga, la medida de deformaciones al paso de ejes de camiones con carga conocida, etc. que se estudiaran en el apartado 5.4.4.2. Ademas se suelen. fijar las condiciones minimas que debe cumplir la ma: quinaria y los espesores maximos de tongada La eleccién de uno u otro sistema dependera de varias condiciones. Por un lado del tipo de ma- terial de que se trate, pues en pedraplenes y suelos que contengan gruesos, no es posible determi- nar la densidad in situ por procedimientos normales, ni compararla con ninguna densidad patrén. Por otra parte, pueden influ factores accidentales, como las disponibilidades de personal adiestra do para supervisar el procedimiento de compactacién, la existencia 0 no de equipos de laboratorio capaces de seguir el ritmo de les obras, etc. 5.4.2, Criterios en diversos paises y recomendaciones para la ejecucién de la compactacion y control por procedimiento a) Gran Bretafia. En este pais se han inclinado en sus ltimas especificaciones (Department of Transport, 1976) totalmente por el control de procedimiento, Para ello, establecen una clasifica cién de los suclos y rocas en tres tipos basicos, segiin puede verse en la tabla XIll. Para cada tipo de material, segin la clase de maquinaria que vaya a utlizarse, se fija el espesor de tongada y el ni mero de pasadas que deben de darse. Las razones que se aducen para justificar la adopcién de esta postura extrema son las siguien: tes: «Aparte de la dificultad de elaborar une especificacion de producto terminado para la compac tacién que sea igualmente adecuada para materiales de todas las olases y en todas las condiciones sin clasificar muchos materiales buenos como inadecuados, el rendimiento posible con la maquina: ria de movimiento de tierras actualmente disponible es tal, que no se puede siempre mantener una proporcién de ensayos satisfactoria con el personal de laboratorio disponible, En el mejor de los ca- os, el volumen de material compacto representado por una serie de ensayos es irrazonablemente alto, sie tiene en cuenta la obligacién del contratista de reponer las deficiencias detectadas». 86 opensepeur 9 su os? 8 00°71 9p Seu a ost oor Bx gogrzt ® 6x 000" opensapeur @ ost ose By 000° & BY 000'9 openoepeui ob sz coe 1.0009. © Sx 000" a sz SLL 94 c08'Z © 6 0007 ® * + oO a oF ‘Sez 84 000'y © 64 0097 opensepeus cat 8x 0007 © 8% 00ST 0 ‘opensepeut Set HOOT © Ox 0M soonguinau 9p o1tpoes + oz a ost ea 84 onorp a0 seus exqeo ap ered o1tpou fopenoapeut ZL on oat 5x coo'a op sets ‘opensepeut ZL stl 8 ost £1 00038 ® BX OoW's a ost opensspeut a ost Bx ors # SY coz ufos 9p OUP opensepeul 8 os» ost © co's oP so 8 sl 8 a 8 sel Bxoow’s © Gx 00Lz o so a 8 set BHO z eH ONT 051 oMpou N an an a eimyoue ap onsus sod (e315 M1} 8002s 509 (wer Leg) fiat eer ° Noo ND N Rodilo vibrante 270kg a 450 kg % 16 150 16 450kg 2 700 kg 8 2 190 2 700 kg @ 1.300 ko 1215 12 160 6 1.300 kg a 1.800 kg 8 160 8 200 10" 1,800 kg a 2.300 kg 4 160 4 BS 12 2.300 kg 2 2.900 kg 4175 4 20 10 2.900 kg a 3.800 kg, 4 200 4 26 e 3.600 kg a 4.300 kg 4 Ds 4 xo e 4.300 kg 2 §.000 kg 4 0 4 6 mas de 6.000 kg 4 05 4 300 * Masa por ea de placa Placa vibrante 880 kg a inadecuado a 6 1.100 kg a 8 10 109 6 200 kg a 1.400 kg id 8 150 6 400 kg @ 1.800 kg 100 6 1 6 150 4 1.800kg 22.100kg 150 6 1 5 200 4 mas de 2.100 kg 200 6 20 5 250 4 Masa Vibeo tampers Soko a 65kg 3 100 3 190 a 5kga 75kg 3 125 3 200 3 75g 3 150 3 Ds 3 Masa Ranas (pisones de exalosi 100kga 500kg 180 4 180 6 inadecuado més de 500 kg 75 8 75 2 Nasa de la maza més de 509 kg deimpacto Altura de caida Ima2m 600 4 600 8 450 a més de 2m 600 2 60 4 inadecuado —— Datos complementarios a la Tabla XII 1). Detinicién de tos tipos de sueios. (i) Bajo lo denominacién de «suelos cohesivosn se incluyen las arcilas y marges con hasta un 20% de ‘reva'o roa y con un contenido de humedad no inferior aliite pstico (determinedo segin BS 1377, N.° 3h hens 4; tembiga se incluye a creta con una humedad de saturacién del 20 % o mas. {i Bajo 1a denominacion de «suelos geanulares bien graduados y cohesivos secos» se incluyen as arcillas \y margas que contienen més del 20 % de grava o roca y/o teniondo un contenido ce humedad inferior al limite trtico menos 4 las arenas y graves bien graduades con un coeticonte de uniformiad C, > 10. fa crete con pina humedad de saturecién entre el 15y el 209% y las pizarras, conizas de clinker y residuos domésticos tata dos. (ii) Gejo fa denominacién de materiales uniforrmemente graduacios» se incluyen les arenas y gravas con ‘un coeticiente de uniformidad do 10.0 menos y todos los limos ¥ cenizas pulverizadas de «fuel». A estos afec- wee consideraré como limo cualquier suelo que contenge un 80 % o ms de material entre 0,08 y 0,002mm. tres den aes oso Uden, perl cman on ens asec sun rod pos8 Por 3) En os rodillos de neumaticos la anchura efectiva de compactacién includ o no el espacio comprends do entre las huellas, sagiin que sea inferior 0 superior @ 230 mim, respectivemente. 44) Los rodilos vibrentes pueden ser arrastrados 0 autopropulsados, con medios para eplicar vibracién rmecéniea 8 uno o mas de sus rodillos isos. |i) Los requerimientos de la Table se basan en el uso de la marcha ms baja en los autopropulsades con vansmisign mecsnica y en una velocidad de 1,5 2,5 km/h en los errastrados o autopropulsados con transinl Sion hicrdulica, Si se utiizan marchas de velocidades més altas, se dard un mayor numero de pasadas en Pro- porcién al increment de valocided (i) Cuando la vibracién mecénice se aplica a dos rodilios iguales en tandem, el numero minimo de pase «das ser la mitad del indicado en Ie tabia. $i los dos rodilos son diferentes, se tomaré el nimero de pasados Corresponciente al de menor masa por metro. Alternativamente puede suponerse se trata de une méquine con solamente el rodito més pesedo. (ii) Este equipo debe manejarse con ef mecanismo de vibracién actuando solamente con la frecuencia re- comondeda por el fabricante. Los rocillos deben estar equipados con un instrumento indicando auromatica monte la frecuencia con que trabajan. 5) Las places vibrantes doben hacerse funcionar con la frecuencia recomendeda por los fabricantes. Nor maimente deberan trabejar a velocidades de menos de 1 km/h, pero si se utiizan velocidades mayores, 82 fumentard el ndmero de pasadas en proporcion al aumento de velocidad, 6) Los vibrotampers son méquings en las que un mecanismo movico por motor acta sobre un sistema de ‘muelles através de los cusles se transmiten las osciiaciones a una placa, 7) Las renes son méquines actuadas por las explosiones de un cilinero interior de combustion, siendo controladas manualmente por el operador. 8) Enel caso de 1anas y compactadores de impacto cada golpe se consideraré como una pesad 9} En los conceptos sefialacas con * ios rodilos deberén ser arrastredos por tractores de onugas. Los autopropuleados son inadecuados, 10) Cuando so utlice una combinacin de campactadores, el espesor de tongads y el ndmero de pasadas cortesponderan respectivamente al equipo que requiera el menor espesor y al equipo que requiera mayor ni moro de pasades. Sin embargo, cuando el contratista utiice un equipo més ligero para hacer una compacta Gién preliminar, s6lo con el fn de factitar el uso del equipo mas pesado, no se tendré en cuenta esta prescrip 89 El control se funda, por tanto, exclusivamente en la supervision, que comprobard si se siguen los requerimientos de la tabla de compactacién mencionada, excepto las variaciones permitidas. or el ingeniero. Para ampliar el campo de aplicacién de la norma se afiade: «ariaciones de los mé- todos dados en la tabla 0 el uso de maquinaria de compactacién no incluida en la misma, se permi- tiran solamente si el contratista demuestra en tramos experimentales, que se alcanza un estado de compactacién por el nuevo método equivalente al obtenido utilizando el método aprobado». Para los casos en que surjan dudas al ingeniero respecto a los resultados obtenidos se indica: E! Ingeniero puede en cualquier momento efectuar ensayos comparativos de densidad in situ en el material que considera que ha sido compactado indebidamente. Si lo resultados de los ensayos, cuando se comparan con los resultados de ensayos similares hechos en tramos adyacentes con materiales similares y de acuerdo con la tabla, muestran que el estado de compactacién es inade- cuado y esto se admite que ha sido porque el contratista no ha seguido las prescripciones de! Contrato, el contratista deberd efectuar el trabajo adicional necesario que decida el ingeniero para llevar a efecto los términos del Contrato. Sin embargo, si el contratista ha cumplido integramente los términos del Contrato, el ingenieré hard las variaciones contractuales precisas para cubrir las medidas correctoras que sean necesarias». Es decir, que los ensayos de densidad que eventualmente puedan efectuarse, no son para com pararlos con ningin patron estandard de laboratorio, sino que deben compararse con los mismos ensayos efectuados en tramos que se considera cumplen todas las condiciones del Contrato. El procedimiento descrito es evidente que tiene muchas ventajas de tipo prictico. Sin embargo, se comprende que presenta también serios inconvenientes. Uno de ellos estriba en la necesidad de contar con supervisores permanentes con formacién adecuada para esta clase de trabajo; pues co mo se indica en alguna publicacién americana (HRB, 1971) al comentar este sistema, es dificil dis- poner de personal bien formado para estos fines, ya que, tan pronto como ha estado una tempora da haciendo controles de esta naturaleza, desea pasar a labores mas interesantes, b) Francia. Las recomendaciones francesas son muy completas, admitiendo la alternativa de los sistemas de control por producto terminado 0 por procedimiento. Cuando no sea posible utilizar el primero 0, por las condiciones particulares del caso, resulte recomendable recurrir al sistema do control por procedimiento, dan una detallada informacién sobre la forma en que debe llevarse a ca- bo la compactacién, que vamos a pasar a comentar. Se basan para ello en la clasificacién de suelos y recomendaciones para su uso previamente es- tablecidas en las mismas y que hemos presentado anteriormente en este trabajo de forma resumida enlas tables IV, Vill yX. En unos cuadros que se pueden ver en el Anejo |, para cada tipo de suelo y maquinaria se fija el espesor maximo de tongada. Pero en lugar de especificar el nimero de pasadas, como es lo cortiente, se recurre al parametro Q/S, siendo Q.el volumen de suelo compactado durante un tiem- po determinado y S la superficie cubierta por el compactador durante el mismo tiempo. S, seré por tanto, en principio, el producto de la anchura de compactacién del compactador, L, por la distan- cia D recorrida durante el tiempo escogido para la evaluacin de Q. La distancia D puede determi- | nnarse con precisién en obra por medio de un contador kilométrico instalado en la maquina, 90 OO Traducimes a continuacion directamente de las recomendaciones algunos parrafos de interés que definen la utilizacién de los parametros y explican sus ventajas: La evaluacién de $ tento en obre como en proyecto deberd eventualmente tener en cuenta, {que una parte de la distancia recorrida por el compactador durante su evoluci6n no tiene efecto ttl de compactacién (maniobres, desplazamiento, etc.); habré que aplicar, por tanto, un coeficiente corrector a la superficie S asi detinida, Cuando se ejecute la obra, el valor bruto L x D (siendo D la distancia recorrida constatada directamente) debera tomarse sin correccién en todos aquellos ca: ‘508 en los que pueda estimarse que la organizacién de obra conduce a una buena reparticion del esfuerzo de compactacién, teniendo en cuenta las condiciones de trabajo normalmente encontra ‘das en obras de terraplenado.» «Las ventajas del parametio Q/S son las siguientes: A/S es un parametro cuya evaluacién, seguimiento y control pueden hacerse facilmente ¥ ‘con una aproximacién bastante buena a medida que se desarrolla la obra, mientras que normal: mente el control del nimero de pasadas de un compactador no es un método realista, aunque No ‘sea més que porque [8 maquinaria pueda tener un trayecto sinuoso @ incluso aleatorio (por djemplo, cuando se trata de maquinaria que compacta y extionde simulténeamente); ademas Q/S puede velorarse a posteriori, mientras que el niimero de pasadas no puede determinarse mas que en obra, ~-La eleccidin del nimero de pasades no tiene todo su significado mas que asociada @ un espe sor de tongada; si el espesor real es muy diferente del previsto, 1o que sucede con frecuencia en ‘bras de movimiento de tierras donde el espesor de tongada es sélo aproximado y, ademés, aso tiado a Ia eleccién det equipo de transporte y de extensién, entonces el nimero de pasadas debe ser ajustado para tener en cuenta dicha variacién. La ventaja del parémetro Q/S es que no es prec $0 ajustarlo (por lo menos en primera aproximacidn!, porque el esfuerzo de compactacion a que corresponds el hecho de cubrir la superficie $ esta referido al volumen total Q del material que reci be ese estuerzo, en lugar de estar definido por tongada elemental como sucede en el caso en que se indica el ntimero de pesados.» Las tablas franceses van acompajtadas de una amplia lista de material de compactacion hoy dla disponible, que no se ha reproducido, con sus diferentes caracteristicas y Ia clasificacién a que corresponde segiin la nomenclatura de dichas tablas. c} Estados Unidos. La postura mas generalizada en este pals parece ser distinta de la descr ta para Gran Bretafia, segun se deduce de la traduccion que transcribimos de la ya mencionada publicacién del HRB (1971): La tendencia actual en las especificaciones de compactacion de tertaplenes es @ reducir al minimo las prescripciones de procedimiento y @ colocar un mayor grado de confianza en las prescrinciones de densidad. Se da al contratista mas libertad y responsabilidad pare elegit el equipo y procedimientos que conduciran & resultados satisfactorios. A veces es mas econdmico para el x ontratista utilizar el equipo de compactacion que esta ya en obra aplicando une mayor energia, si fuera necesario, que procurar un equipo diferente que puede ser més eficiente para unas condi- clones particulares determinadas. De manera andloga, un esfuerzo de compactacién adicional con 1 las condiciones de humedad existentes a veces puede ser més econémico que ajustar la humedad a la dptima. Los costes menores para el contratista generalmente conducen a ofertas més bajas para al obra.» 5.4.3. Comentarios sobre la aplicacién de los diversos criterios en Espaiia Seguin se ha podido ver en el apartedo anterior, las posturas no son acordes en todos los paises. Sin embargo, a nuestto modo de ver, el criterio inglés de no utilizar mas que el sistema de control por procedimiento, aunque en principio es muy sugestivo, en nuestro pais presentaria bas- tantes dificultades de aplicacién, unas de tipo técnica y otras de tipo practico. Entre las de tipo técnico podemes citar el hecho de que nuestras condiciones climaticas son enormemente vatiables, entre muy himedas y casi deserticas. Por otro lado, también nuestros suelos son de caracteristicas muy diferentes y pueden exigir, por tanto, tratamientos muy dispares. Las recomendaciones de compactacion inglesas serfan par tanto de aplicacion muy cuestionable fen nuestras zones aridas. Las francesas son més genoralos, pero, por ser relativamente recientes, no podsmos ain juzgar su utilidad. En cuanto a las dificultades de tipo préctico, hay una de caracter general, que es le escasa dis: onibilidad en la Administracion espaitola de personal entrenado para hacer una supervisién per- manente y detallada del curso de las obras en la forma que se requeririe para una unidad de este ti po. En general, seré mas practico mantener la amenaza permanente de poder efectuar unos ensa- yos de densidad in situ en cualquier momento durante la ejecucién de la obra o incluso cuando una arte esta ya avanzada, aunque este Ultimo tipo de actuacién no sea el recomendable Por las razones expuestas estimamos que en Espatia se debe seguir un sistema andlogo al que prevalece en U.S.A. y continta utilizandose en Francia, Alemania y Suiza, aunque sea sometido a criticas por sus cificultades de aplicacién. Siempre que sea posible deberd recurritse al contral por producto terminado. Cuando por las caracteristicas del material o las condiciones de la obra esto no sea posible, se acudiré al contro! por procedimiento. Cuando sea preciso 0 recomendable seguir el control por procedimiento, pueden servir como orientacién, por ejemplo, los datos que sean adeptables de las recomendaciones francesas o de las especificaciones inglesas. Sila importancia de la obra lo justifica, estos datos deberan complemen tarse con tramos experimentales. Lo que en ningiin caso debe hacerse es una especificacién por producto terminado con una descripcién detallada de la forma en que ha de llevarse a cabo la compactacién. Esto podria dar lu- gar @ problemas legales en caso de que el contratista siguiara el procedimiento especificado y no consiguiere las densidades al mismo tiempo prescritas. En cambio, si es frecuente que las especificaciones por praducto terminado vayan acompaa: das de un minimo de condiciones de ejecucion. Es cortiente, por ejemplo, limitar el espesor de ton {gadas e imponer unas condiciones minimas a la maquinaria 92. 6.4.4, Prescripcianes y control por producto terminado 5.4.4.1. Consideraciones generales Para seguir el sistema de control por producto terminado pueden escogerse diversas caracters ticas del material compactado. La més corriente es la densidad conseguida y su relacion con una ‘ensidad patron obtenida en laboratorio, Sin embargo, cuando el material contione una proporcien tlovada de gruesos, este procedimiento puede no ser aplicable, En este caso sueien ser de utiided tos ensayos de cargo, siempre que el tamafio de los qruesos se mueva dentro de ciertos limites. Los gneayos de carga se pueden hacer con place o bien meciante un eaini6n eargado de caractersticas doterminadas. Hay un sistema que es también a veces utilizado de manera cualitativa, que consiste en efecivar Ja denominada prueba del supercompactador (proof rolling) Todos estos procedimientos pueden utilizarse solos 0 combinados segtin los casos. En los apar- tados siguientes se haré una descripcién de cada uno de ellos por separado. 5.4.4.2, Preseripciones y control por densidad Este sistema, que como hemos dicho es el més corriente, consiste en determinar la densidad in itu seea por alguna de los métodos hoy dis disponibles y compararla con una densidad maxima patrdn obtenida en el laboratorio, a) Prescripciones. El primer problema que se plantea es decidir cual debe ser la densidad patrén de! laboratorio. Los enseyos de compactacién tipo mas utiizados son el Proctor Normal NLT_107/76 y el Proctor Modificado, NLT-108/76, Perece, sin embargo, que Noy dia fa tendencia tas generalizada es autiizer como patron el Proctor Normal, tanto en Europe camo en U.S.A. Hasta hace unos afios era corriente encontrar especificaciones que establecian distintes por contajes de compactacién segin la altura de los terrapienes, ta posicién de las correspondientes ongades dentro de los mismos, las caracteristices de los materiales, etc. Hoy da, sin embargo, la tendencia es 2 simplificar y on general se exige un 95 % det Proctor Normal pars el cuerpo de los terraplenes y un 100 % del mismo para le coronacién, pudiendo extenderse este atime valor hasta tn espesor del orden de 2,0.m por debajo del firme. Unicamente cuando se trata de condiciones especiales, como, por ejemplo, con suelos expan sivos fapartado 3.6.2.) limos 0 arcillas muy himedas (epartado 4.4.) puede ser necesario legar @ ‘mayores refinamientos en este aspecto. b) _Procedimientos. £1 control por densidades precisa por un lado determinar la densidad! det terreno compectado y por otro la donsided patrén con la que ha de compararse. Ambos problemas patan perfectamente resueltos a nivel experimental. La dificultad reside en pader obtener fos resul tados con la rapidez precisa para poder aprobar o rechazar una tongads antes de extender 1a st guiente, 2 Para la determinacién de la densidad in situ existen diversos procedimientos. Hay un primer ‘9rupo, que pudiéramos llamar de sustitucién, en el que se encuentra el de la arena (NLT-109/72), el del aceite INLT-110/72), el del balén de agua y el Washington Dens-O-Meter; todos ellos menos | Ultimo han sido denominados por el sistema utilizado para determinar el volumen del agujero prac- ticado. También a veces se usa, especialmente en desmontes, la hinca de un cilindro metélico de Pared delgada o se determina la densidad a partir de una muestra en bloque. Por diltimo, citaremos los métodos nucleares El primer grupo de procedimientos de sustitucién, es el mas frecuentemente usado y conduce a resultados normalmente satisfactorios si se realizan siguiendo cuidadosamente las correspondien: tes normas; por ello, no vamos a entrar en més detalles sobre la forma de realizarlos, El problema ue presentan es que su ejecucién lleva bastante tiempo que, como hemos indicado anteriormer te, es la cualidad basica para este tipo de control. Hay que tener en cuenta en efecto que, no sélo hha de detetminarse la densidad in situ, sino también ta humedad para poder obtener la densidad se- ca La obtencién de la humedad puede hacerse mediante secado en estufa (NLT/ 102/72), pero ello lievaria muchas horas. Por eso, se han desarrollado otros métodos répidos, como son el secado en lancha caliente y el método del alcohol. Ei primero es aceptable en suelos granulares, pero en los demas puede conducir a errores. EI método de alcohol (NLT-102/72) puede ser titi en muchos ca- 808. También se han desarrollado otros métodos de determinacién répida de la humedad como son el del picnémetro de aire, el de la reaccién con carburo de caleio, el de infrarrojos, ete., de utilidad veriable segin los tipos de suelos. En general, todos suelen ser adecuados para suelos granulares pero presentan dificultades cuanto mayor es su plasticided. Existen otros métodos rapidos para medir la humedad apoyandose en una familia complete de curvas humedad-densidad, que comentaremos més adelante al tratar de la determinacién de las densidades maximas. Los aparatos nucleares estan siendo muy utilizados desde hace ya bastantes afios para medir tanto ladensidad como la humedad in situ (Gardner et al, 1971]. Los modelos de tipo retrodifusor que tienen el transmisor y el receptor en el mismo aparato, presentan el inconveniente de que fa profundidad afectada en la medida de densidades es de 7 2 10 cm (HRB, 1971), aunque segin otros experimentadores (Parsons, 1975) se mide solamente la densidad medie de los 2,5. 4 cm su eriores. Ademés, necesitan frecuentes calibrados para cada tipo de suelo. En cambio, los mas te- cientes de transmisién directa y de camara de aire no necesitan generelmente tanto el recalibrado Para distintos tipos de suelo al no estar apenas influenciadios por la composicién quimica de! mate. rial; el contenido de hierro es una excepcién que puede exigit recalibrado. Por otra perte, aunque el metodo de la cémara de aire tiene también poca profundidad de influencia, con el de transmision directa se puede predeterminar entre 5 y 30 cm (HRB, 1971). El problema con este dltimo método es la presencia de gruesos que dificultan la introduccién en el terreno del elemento transmisor. El inconveniente de los aparatos nucleares es su elevado coste y que precisan reparaciones y ‘atenciones de personal especializado. Por otra parte, hay que tener en cuenta quo, si bien es po. sible con ellos hacer un gran numero de determinaciones en poco tiempo, sigue subsistiendo el problema de que hay que compararlas con una densidad patron, cuya determinacién continua Siendo igual de laboriosa. A pesar de todo, su empleo se sigue extendiendo, pues son muchas sus ventajas, 94 EI TRAL (1976) ha desarrollado un pracedimiento thoy dia ya disponible en el Laboratorio de Carreteras y Geotecnia J. L. Escario} pera determinar aproximadamente la humedad de un suelo uitiizando un simple enseyo de compactacién. En la figura 32 se representa un diagrama idealizado de las curvas de compactacién de un mismo suelo con diferentes energias. Como se ve, todes ollas tienden a converger para contenides de humedad muy préximos a los que producen ta densidad maxima y que dependen del esfuerzo de compactacién, que puede expresarse por el numero de golpes de un ensayo de caractersticas normalizades. Se puede, por tanto, establecer una correla cién como la de la figura 33, entre la humedad que contiene una muestra de suelo y el nimero de golpes que produce la densidad maxima. Pera definir el numero de golpes que produce dichs den- sidad méxima se utiliza un aparato que consiste en un moide de 100 mm de diémetro, donde se compacta una muesita de 1.5 Kg de peso con una maza guiada de aproximadamemte el mismo diémetro del molde y con peso y eltura de caida fijos. Segtn se ven dando sucesivos golpes se va tmidiendo lo que desciende la superficie del suelo compactado por un procedimionto muy simple; ‘se conviene en admitir que ya no aumenta la densidad con la enerata de compactacién {n, golpes) cuando, al aplicar 3n golpes més, el incremento de descenso de le maza es inferior a 5 mm. LUNEAF S4rURACION / Figura 32.~ Relacin idealizada enti ls densidad himeda y a contenido de humedad de un suet para distintas energins de ‘compactacion Inimero de golpes en este caso) Recomiencan este método pare controlar ol limite maximo de humedad adinisible para la cons- truccién de terraptenes (apartado 3.4.2.1.2) correlacionando los parametros del proyecto con el nts mero de golpes anteriormente definido, Para ello han observado que los limites de humedad adm sibles normalmente en trabajos de movimiento de tierras de carreteras son equivalentes @ unos 6 golbes en el aparato mencionado, para una amplia gama de tipos de suelos. El control se limiterd 95 Por tanto a observar si, con la muestra de suelo de que se trate, la diferencia entre los descensos Correspondientes a 6 (suponiendo que sea el limite admitidol y a 6 x 4 = 24 golpes, es superior 0 inferior @ 6 mm, resultando las condiciones respectivamente adecuadas o inadecuadas. Partiendo de este ensayo, se define (Parsons, 1878) el MCV (moisture condition value) como diez veces el lo. Garitmo decimal del nimero de golpes correspondiente a un cambio de penetracion de 5 ilimetros, En la citada referencia se exponen las nuevas aplicaciones del pracedimiento, ———s t ¥ CCONTENIOO DE HUMEDADC%) fase, MEREWENTO DE PENETRACION AL APLICHR 3 QOLREE MAE (wm) NUMERO IIGHAL DE @DLPED,a(ESGALA 108.) Figuta 33. Curva de colibrado [Humedad:-Nimero de golpes, nea lena) obtenita a parr da lat quo relacionen Ide wazos! incremented panetrscibn cone! mimero de golpes para cade Mumadad the Pasemos a discutir el problema de la determinacién de la densidad patron o maxima. La reali zacién de un ensayo Proctor completo lleva varias horas, teniendo en cuenta que hay que determi. nar la humedad de cada uno de los puntos. Por ello se suele recurrir en obra a una serie de procedi mientos para abreviar. Si el suelo es relativamente uniforme, se hacen sélo ensayos de compacta cl6n cada cierto tiempo. Si se trata de unos cuantos suelos tipo, se pueden tener determinados @ prior los valores ceracteristicos correspondientes. Se comprende, sin embergo, que en la mavoria Ge los casos esta forma de operar dard lugar a muchas dudas y discrepancias de apreciacién, Por ello se han desarroliado algunos procedimientos que pueden ser titiles en muchas ocasiones. 96 i | i Uno de ellos consiste en determinar la relacién entre las densidades secas in situ y maxima, partir de las densidades hamedas, utilizando ei método rdpido siguiente (Escatio, 1969 y Guardia, 1960). Se comicnza por obtener Ia densidad in situ hameda; con la muestra extraida y su humedad correspondiente se fia un primer punto de la curva de compactacién de densidades hémedas; este punto se sitta con una abeisa cero, ya que en el eje horizontal se fijan incrementos de humedad respecto al peso inicial himedo, Afiadiendo porcentajes conocides de agua se obtienen puntos su cesivos de la misma curva da compactacién hasta definirla convenientemente en el campo, ya que no se necesita secado alguno. La relacién de densidades secas se determina inmediatamente a par: tir de las hiimedas sin conocer la humedad, como se indica en la figura 34. El tiempo preciso para una determinacién es del orden de tres cuartos de hora. Aunque en conjunto el procedimiento es rapido, sigue siendo un tanto laborioso y, probablemente, mas que para uso general, sera util para obtener una respuesta rapida y precisa en casos de dude o ltigio. ‘cunva DE DeNsIoADES Huyeoas, 0" cunvace 11+ #2, 15.0, oBreNioa GRAFICAMENTE 0€ 0! (SIENDO 0 LAs DENSIOADES SECAS ¥ Mo LA HUMEDAD IW SITUENS% RESPECTO 4 PESO SECO) t i i \ \ etre op Peete \ = VALORES BETA HuMEORD, HEN % RESPECTO AL PESO KUMEOO INICIAL ww situ DENSIOAD IN SITU SECA (De) DENSIOAD IN SITU HUMEDA DEWSIOAD MAX. SECA LABORATORIO (pl y Figura 24, ~ Método pido para obtener la elacibn de densidad seeas 8 partir dole curva de densidades homed, Un método que parece se usa bastante en U.S.A, (HRB, 1971) es el desarroltado inicialmente en Ohio, Consiste en disponer de una serie completa de curvas de densidades humedas como la que se muestra en la figura 36. Para obtener la densidad maxima correspondiente a una cierta de~ terminacién de densidad in situ, se compacta un molde Proctor con la humedad natural del suelo, A partir det punto definido por la humedad, que se obtiene mediante secado rapido, y la densidad hdmeda, se interpola la curva de densidades himedas correspondiente y se obtiene la densidad maxima patron. Otros estados americanos han completedo el haz de curvas de Ohio con algunos suelos locales que no se adaptan bien a las mismas: Procediondo a ta inversa, con este mismo haz de curvas se puede determinar sin secado alguno la humedad, si se conoce la densidad maxima aproximada del suelo de que se trate, Para ello se 97 compacta un solo molde con el suelo huimedo y con la densidad humeda deducida se obtiene inme- diatamente la correspondiente humedad. Naturalmente, la precision de este metodo depende de las circunstancias particulares del caso y se comprende que no siempre sera adecuada, 2 t Figura 5.-Corva tipicas de compactacion y de resistencia ala penetrecin con la aguje Proctor, del Estado de Ohio (HRB, 197. ¢) Frecuencia e interpretacién de los ensayos. Una de las cuestiones que hay que decidir ‘es con qué frecuencia deben de realizarse los ensayos de control y en qué forma han de comparer: 50 los resultados obtenidos con los valores prescritos. El ntimero de ensayos a realizar depende de la heterogeneidad del suelo, de la uniformidad de la ejecucién de los diferentes tramos, etc. Como idea aproximada, las recomendaciones francesas {SETRA y LCPC, 1976) dan como valor medio, si los materiales son homogéneos, la cifre de un en- sayo de densidad por cada 500 m? de terraplén compactado y un ensayo Proctor cada 5.000 m?. 98 Como resumen de la practica en U.S.A, en HRB (1971) se citan como valores tipicos pare las den sidades in situ las cifras, minimas en este caso, de un ensayo por cada 1.500 m?, 0 un ensayo por tongada y por cada 300 m lineales de terraplén. También se requiere a veces un nimero minimo do ensayos por dia. En la tabla XIV se recogen, asi mismo, las orientaciones suizas al respecto (VSS, 1972, SNV 640585a) Sin embargo, como ya hemos dicho, todo esto no es nada mas que una ides de orden de mag nitud que puede variar mucho segiin las condiciones de la obra y, por tanto, debe ser el juicio de! ingeniero encargado el que decida la frecuencia de los ensayos y la forma y lugar de realizarlos. A estos efectos, hay quienes prefieren hacerlos en las zonas que suponen se encuentran mas débiles 0 dudosas a a vista del control visual llovado a cabo por el inspector, ya que las demas estardn me- jor compactadas. Otros, en cambio, abogan por el muestreo aleatorio y el empleo de la estadistica. Con frecuencia se supane que los valores fijados para las densidades son minimos a alcanzar y, como consecuencia, cualquier zona que no cumpla estos minimos se considera que debe ser levan- tada o recompactada. Se comprende, sin embargo, que este criterio puede resultar excesivamente riguroso y que, sin entregarse a ciegas en manos de la estadistica, se puede llegar a soluciones de compromiso que coordinen el criterio det ingeniero con los valores que arroje la estadistica, que siempre proporcionardn une informacién valiosa. TABLA XIV Orientacién sobre el niimero de ensayos a efectuar, segiin la Norma Suiza SNV 640585 a, para el control de terraplenes Para los primeros Para los 10.000 m? Para los volmenes 5.000 siguientes adicionales 1 ensayo cada Hasta 60 cm por debajo de la explanada 500 m? 500 m? 500 m? Mas de 60 om por debajo de la explanada 1.000 m? 2.000 m* 5.000 m? Notas! 1)_ Enia explanaca se especifica, ademas, una distancia entre pels de ensayo de 60m yuna supericie por ensayo de 00m 2) Elnumero de ensayos cebert se fjado por el ingenio cirector en coca cos0, de los matorises la experienc que 29 vaya adquviondo en obs nionda en cuenta eheterageneidad A estos efectos, las especificaciones del Estado de California parece que cumplen adecuada: mente este compromiso. El ingeniero comienza por escoger une determinada area por inspeccion directa, que estime soa homogénea on cuanto a las caracteristicas del suelo y procedimientos de colocacién y compactacion. 99 En cada una de estas dreas so efecttian por lo menos 6 ensayos de densidad in situ distribuidos aleatoriamente. De cada uno de los puntos donde se han obtenido dichas densidades se toma una muestra representativa, se mezclan todas ellas y se efectla un ensayo de compactacion en el labo- ratorio para determinar la densidad maxima. Partiendo de dicha densidad maxima se obtiene el tan: to por clento de densidad para cada ensayo de densidad in situ. El valor medio de todos ellos tiene que ser igual o mayor que el minimo especificado. Ademés, por lo menos las dos terceras partes de los resultados individuales deben ser iguales 0 mayores que el citado minimo, El ensayo de densidad maxima se puede suprimir cuando se han efeciuado un gran niimero de ellos en un cierto material y, dads su uniformidad, se puede dar por conocido el resultado, De to- das formas se deberd ejecutar un ensayo por lo menos cada 6 dfas en cada tipo de material y cada vez que cambio su clase En Suiza IVSS 1972, SNV 640585a) se utiliza un enfoque que también parece razanable. El nd- mero de ensayos para un material determninado deberd de ser de por lo menos cinco. Uno de ellos podra ser inferior al minimo exigido, pero la diferencia no deberd ser superior al 5 % de la densidad seca, Si el numero de ensayos es inferior a cinco, todos los valores deberdn ser superiores al exi= gido. 5.4.4.3, Prescripciones y control por ensayos de carga, §.4.4.3.1. Ensayos de place de carga Desde hace muchos afios se han utilzado los ensayos de placa de carga para determinar las caracteristices de resistencia y deformabilidad del terreno para cimentaciones. También en carrete- ras se ha empleado este sistema, pero con menas frecuencia. Una de sus aplicaciones ha sido ob- tener el médulo de reaccién del terreno de la explanada para el dimensionamiento de firmes de hor- migén, tema que se sale fuera del Ambito de este trabajo. También se emplean, sin embargo, en al ‘qunos paises para definir las caracteristicas que ha de cumplir la coronacién de terraplenes y pedraplenes yen algunas casas los materiales del niicleo Los ensayos de placa tienen la ventaja de que, si sus dimensiones son relativamente grandes, pueden ejecutarse con materiales que contengan gruesos. Tienen en cambio el incanveniente de ‘ser bastante costosos, sobre todo si se utiizan placas grandes, y de estar muy influenciados por las condiciones de humedad del terreno, que, por otra parte, pueden no ser facites de controlar. Quiz’ los dos paises que més han empleado esta técnica sean Suiza y Alemania y por ello va mos a hacer un resumen de los procedimientos y especificaciones que emplean. Hemos de adver: tir, sin embargo, que el ensayo de tipo aleman parece mas apropiado y va progresivamente ganan- ‘do mas adeptos entre los demas paises (por ejemplo, Francia y Bélgical a) Suiza. En este pais (VSS, 1960, SNV 70317) utilizan placas de 200 em? (D = 15,96 cm) y 700 cm? [D = 29,85 cm) pudiendo admitirse el ensayo para particulas de 1/3 a 1/6 de los corres: pondientes diametros, situadas inmediatamente bajo la placa Después de aplicar una carga iniclal de asiento de 0,2 kg/cmé, se ponen los cuadrantes de de- formacién a cero y se aplican escalones sucesivas de 0,5 kg/cm? hasta alcanzar una tensién 100

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