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John Lynch

Capítulo 1

Hacia el siglo XVIII, Hispanoamérica se ve sometida a un nuevo imperialismo producto de la implementación


de las reformas borbónicas. Las nuevas políticas eran esencialmente una aplicación del control que
intentaba hacer más pesada la dependencia de la colonia. De esta manera, se restauraría el poder y
prestigio de España. Sin embargo, la reforma imperial plantó las semillas de su propia destrucción.

La “segunda conquista de América” surgió como consecuencia del crecimiento económico de las colonias.
Éste crecimiento fue acompañado de cambio social, formándose una elite criolla de terratenientes y otros,
cuyos intereses no siempre coincidían con los de la metrópoli. Con la disminución del tesoro enviado a
España, América se quedaba con una mayor parte de su propio producto e invertía capital en
administración, defensa y economía.

Lo cierto es que hacia este período (principios del siglo XVIII), América no tiene necesidad de declarar la
independencia formal, porque gozaban de una considerable independencia de facto, y la presión sobre ellos
no era grande.

Uno de los objetivos centrales de las reformas era hacer que la economía colonial trabajara directamente
para España, extraer el excedente de producción que antes había sido retenido en América.

Para controlar las colonias, se impulsó la emigración de la península hacia América. Los inmigrantes
empezaron a ocupar los cargos de responsabilidad política reduciendo la participación criolla en el gobierno
(Desamericanizar el gobierno de América). La reacción de los criollos fue la hostilidad hacia los inmigrantes y
una frustración en aumento. Esta reacción desencadenó la resistencia a las innovaciones.

Por otra parte, es necesario destacar el incipiente sentimiento de nacionalidad que se había generado en la
región. Este presentimiento de nacionalidad solo podía encontrar satisfacción en la independencia. Desde
luego, este sentimiento de identidad se limitaba a los criollos. El vasto territorio americano estaba dividido
en unidades administrativas (virreinatos, capitanías generales, audiencias), cada una de las cuales tenía su
maquinaria burocrática. Estas unidades son las que proporcionaron la estructura política de la nacionalidad.
A su vez, la naturaleza reforzó más estas divisiones, ya que el aislamiento regional fue el que promovió el
particularismo.

El movimiento intelectual del siglo XVIII (la ilustración) no fue el asunto que dividió a los criollos de los
españoles, ni fue un ingrediente esencial de la independencia. Poseer un libro no significaba necesariamente
aceptar sus ideas ya que a los lectores americanos les movia mas la curiosidad acerca de lo que sucedia en
el mundo. Aunque es cierto que algunos criollos cultos eran revolucionarios (como Belgrano y Mariano
Moreno), constituían una pequeña elite. Por lo tanto, suponer que la Ilustración hizo revolucionarios a los
hispanoamericanos es confundir las cosas. En cambio, la influencia de Estados Unidos fue más benéfica.

Para que el americanismo creciera se necesitaba un factor más, el factor de la oportunidad. Ésta llegó en
1808, cuando la crisis del gobierno en España dejó a las colonias sin metrópoli. Entre 1807 y 1808 Napoleón
invade la península, se produce la abdicación de Carlos IV y su hijo Fernando. Ante esta situación, los
americanos se encontraron ante una crisis de legitimidad política. No podían tener a los Borbones; no
querían a Napoleón, no se fiaban de los liberales. ¿Entonces a quién debían obedecer? De esta manera, la
independencia cobró impulso rápidamente.

Capítulo 2

En el Rio de la Plata, el principal poder económico y político estaba en manos de los peninsulares. Sin
embargo, estos se vieron amenazados por los criollos que empezaron a constituir una nueva fuente de
poder basada en su capacidad militar. Ésta, quedó demostrada cuando, en 1806, una fuerza británica entra
en el Rio de la Plata. Los criollos organizaron a las masas, atacaron a las fuerzas británicas y las derrotaron.
Producto de la invasión napoleónica en España se forma una junta central en Buenos aires pero no se
producen acuerdos. Entretanto, los criollos se congregaron en torno a Liniers (quien había estado en la
derrota de las fuerzas británicas y que fue nombrado Virrey del Rio de la Plata en 1807) para desbaratar a los
peninsulares. Así, la vencedora real fue la milicia criolla. Igualmente, el poder de los criollos no solo residía
en su capacidad militar sino que también disponían de fuertes recursos ideológicos. Entre los criollos había
un sector militar y un grupo de intelectuales influidos por las ideas de la Ilustración. Tanto el sector militar
como el intelectual eran favorables a una mayor liberalización de la economía.

Hacia 1809, Liniers es depuesto del Virreinato y lo sucede Cisneros (último virrey del Rio de la Plata), quien
se encuentra con un gran desorden político y dos temibles partidos: los españoles y los criollos.

La revolución de mayo

En 1810 cuando los ejércitos de Napoleón invaden la península Ibérica, las fuerzas sociales de Buenos aires
se hallaban equilibradas. La administración había perdido terreno, la Iglesia había sido reducida. Esto deja el
camino libre a los criollos que poseen las armas y las ideas para producir la revolución. Así, la revolución fue
iniciada el 18-19 de mayo por la acción militar. Saavedra presiona sobre el cabildo y sobre el virrey para
convocar un cabildo abierto. Pero el cabildo era una asamblea representativa en sentido limitado, ya que el
cabildo solo reunía a la elite urbana. El debate en el cabildo comenzó rechazando la violencia y aconsejando
precaución. Por otra parte, Castelli propuso una moción de total independencia y aunque no fue aceptada,
la mayoría criolla insistió en una votación pública que dio como resultado una decisiva mayoría en favor del
cambio. Finalmente se resuelve que el virrey debía abandonar su cargo y que la autoridad residiría
temporalmente en el cabildo hasta que se nombrara una junta de gobierno. El 25 de mayo fue proclamada
la junta patriótica. Luego de esta segunda junta, los funcionarios españoles fueron destituidos.

De esta manera, la Revolución de mayo fue más que una propuesta de autogobierno, fue la rebelión de una
colonia, dirigida por revolucionarios violentos y radicales.

Buenos aires y el Interior

El nuevo gobierno se vio afectado por dos tipos de presiones inmediatas: las divisiones dentro de las filas
revolucionarias y la oposición de las provincias. Estas últimas, miraban a la Revolución como un movimiento
regional no favorable a sus intereses. Las diferencias regionales iban acompañadas tanto de diferencias
económicas como de diferencias sociales. El interior era la patria del conservadurismo e intentaba mantener
una estructura política que diera protección a los productos locales contra la política de libre comercio de
Buenos Aires.

Como bien se mencionó, la revolución sufría presiones desde su interior porque las facciones liberales y
conservadores luchaban por controlarla: Saavedra encabezaba a los conservadores, Moreno a los liberales.
Fueron los liberales quienes terminaron por imponerse y, quienes organizan un triunvirato. La fuerza
dirigente que se escondía tras éste era Rivadavia, abanderado de la doctrina liberal pura. Entre otras cosas,
puso los cimientos de un nuevo sistema educativo, redacto una definición de los derechos civiles, inauguró,
una política contra la trata de esclavos, barrió la resistencia disolviendo las juntas provinciales. De esta
manera reinaba el centralismo y liberalismo porteño.

En octubre de 1812, una poderosa facción del ejército derrota el gobierno de Rivadavia e instala un segundo
triunvirato. Este segundo triunvirato agudizó el conflicto entre centralistas y provincianos ya que estaba
constituido por diferentes facciones que proponían planes constitucionales opuestos. El triunvirato es
abolido y se consolida el gobierno central en enero de 1814.

Los obstáculos para crear un Estado argentino, una unidad, fueron los caudillos, que exigían autonomía para
sus provincias. Los intereses del puerto y los de las provincias eran irreconciliables. Por un lado, las
provincias querían salvar su prosperidad a través de la protección de sus economías. Por el otro, Buenos
aires tenía intereses librecambistas. Dichos intereses entraban en conflicto: Buenos Aires contra el interior,
unitarios contra federales. Los unitarios aspiraban a la autonomía de las provincias y los federales a un
fuerte gobierno central.
Hacia 1816 las Provincias Unidas parecían estar al borde de la disolución. En este contexto, se firma la
independencia de las Provincias Unidas del Rio de la Plata.

Hacia 1919, producto de estos conflictos, surgen un cierto número de pequeñas repúblicas cuyos gobiernos
independientes se sostenían gracias a los intereses económicos locales.

Mientras tanto en Buenos aires, se escoge como gobernador a Martin Rodríguez y este, en 1821, nombra a
Rivadavia ministro de Gobernación y de Asuntos Exteriores.

Rivadavia intentó introducir nuevas instituciones de enseñanza y su programa de reformas comprendía


experimentos con el método lancasteriano. Igualmente, estaba más interesado en el desarrollo de la
educación superior para una elite. Si bien la Universidad de Buenos Aires es proyectada desde 1816,
empieza a existir realmente con Rivadavia.

Por otra parte, Rivadavia se ocupa del tema de la Iglesia: suprime el diezmo, suprime algunas órdenes
religiosas y confisco sus propiedades. Otro centro de poder lo constituye el Cabildo de Buenos Aires, por
esta razón, el cabildo es abolido.

El interés básico de Rivadavia era el desarrollo económico. Su plan de modernización comprendía el


desarrollo de la industria, la agricultura y los transportes, la federalización de Buenos Aires y de sus aduanas,
la promoción de la inmigración y la promoción de las inversiones. Esta última, tiene que ver con las
inversiones de Gran Bretaña y su comercio.

Hacia 1824, Rodríguez termina su gobernación y Rivadavia renuncia y parte a Londres. Sin embargo, su plan
es continuado pero fracasa porque Rivadavia intenta cumplir el ideal de industrializar Argentina demasiado
rápido (no había donde hacer inversiones de capital).

En 1826, Rivadavia es nombrado presidente. Con la aprobación de la ley de federalización de la ciudad y


puerto de Buenos Aires, las provincias se separan del tratado de asociación, ya que no aceptan estas
medidas. Ante la oposición de los caudillos, Rivadavia se doblega en 1827 y se retira al exilio.

En 1829, Rosas es elegido gobernador de Buenos Aires. Rosas es un poderoso estanciero y caudillo de las
pampas.

Los estancieros y la nueva sociedad

Ante la imposibilidad de competir con un comercio dominado por los británicos, la clase dominante local
busca otra salida: la industria ganadera, principalmente para la exportación. Es la provincia de Buenos Aires
quien experimenta el boom ganadero. Esta nueva clase dominante, los estancieros, adquiere poder
económico, político y militar.

Debido a que el gobierno no puede sostener las tropas regulares en el país, la milicia toma lugar. La milicia
estaba mandada por los grandes estancieros y su tropa estaba formada por peones. A medida que el estado
se va debilitando debido a la guerra civil, las estancias se hacen más fuertes y los terratenientes llegan a
dominar al estado.

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