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www.mercaba.org /ARTICULOS/A/frases_san_agustin.htm
En este tiempo, la Iglesia es como una era, en la que se hallan a la vez la paja y el trigo. Que
nadie tenga la pretensión de eliminar toda la paja antes que llegue la hora de aventar. Que
nadie abandone la era antes de esta hora, aunque sea con el pretexto de evitar el daño que le
pueden hacer los pecadores... Si uno mira la era desde lejos, uno diría que no hay en ella más
que paja. Hay que revolverla con la mano y soplar con la boca para echar fuera el tamo y
descubrir el grano. Si no es así, el grano no se ve. Y a veces aun a los mismos granos les
sucede algo de este género: se encuentran separados unos de otros y sin contacto entre sí, y
puede incluso llegar a pensar cada uno que está enteramente solo". (SAN AGUSTÍN, Enarr.
Ps. 25,5: PL 36,190-191)
Los pobres a quienes damos limosna, ¿qué son, sino nuestros portaequipajes, que nos ayudan
a traspasar nuestros bienes de la tierra al cielo? Los entregas a tu portaequipajes y lleva al
cielo lo que le das. «¿Cómo -dices- lo lleva al cielo? Estoy viendo que los consume en
comida». Así es precisamente como los traslada, comiéndolos en vez de conservarlos. ¿O es
que te has olvidado de las palabras del Señor? Venid, benditos de mi Padre, recibid el reino.
Tuve hambre y me disteis de comer. Y, Cuando lo hicisteis con uno de mis pequeños, conmigo
lo hicisteis. Si no despreciaste a quien mendigaba en tu presencia, mira a quién llegó lo que
diste: Cuando lo hicisteis con uno de estos mis pequeños, conmigo lo hicisteis (Mt
25,34.35.40). Lo que tú diste lo recibió Cristo; lo recibió quien te dio qué dar; lo recibió quien al
final se te dará a sí mismo.
San Agustín
Sermón 389
Una inacabable miseria se hubiera apoderado de ti, si no se hubiera llevado a cabo esta
misericordia. Nunca hubieras vuelto a la vida, si Él no hubiera venido al encuentro de tu muerte.
Te hubieras derrumbado, si Él no te hubiera ayudado. Hubieras perecido, si Él no hubiera
venido (Sermón, 185,1).
Mucho valen los buenos amigos para el bien y los malos para el mal. Por ello el Señor, para
que despreciemos las amistades de los poderosos con vistas a nuestra salvación, no quiso
elegir primero a senadores, sino a pescadores
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¿Quién es el que no avanza? Quien se cree sabio; quien dice: "Me basta con lo que soy"...
Nadie cree, pues, sin haber sido llamado, pero no todos los llamados creen
Yo, que esto escribo, amé ardientemente la perfección de la que habló el Señor cuando dijo al
adolescente: "Ve, vende cuanto tienes y dalo a los pobres..."
Cuando yo deliraba sobre consagrarme al servicio del Señor, Dios mío, conforme hacía ya
mucho tiempo lo había dispuesto, yo era el que quería y el que no quería. Mas porque no
quería plenamente ni plenamente no quería, por eso discutía conmigo y me destrozaba a mí
mismo...
No es por la distracción, sino por la atención como yo camino hacia la palma de la vocación de
lo alto
Esta santificación se concede a los justos; mas para que se santifiquen precede la vocación, la
cual no dimana de los méritos, sino de la gracia de Dios
Ahora piensas seguir a Cristo, esto propusiste, esto elegiste, este es tu juicio...
A un joven le agrada servir a Dios, le desagrada al padre; se opusieron entre sí. Este promete la
herencia terrena, aquél ama la celestial; el uno ofrece, el otro elige. No piense el padre que se
comete injuria contra él. Sólo Dios es antepuesto a él, y, sin embargo, litiga con el hijo, que
quiere servir a Dios
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La espada espiritual que separa es másfuerte que la naturaleza carnal que une
Esto acontece, hermanos, y por eso muchas veces brota, en el alma del siervo de Dios, el
deseo de la soledad sólo por causa de la infinidad de tribulaciones y tropiezos
Se ve que Natanael era doctor de la ley. No lo eligió, no porque no había de elegir doctores,
sino porque, si hubiese elegido en primer término a los doctores, pensarían los mismos que
fueron elegidos en atención a su ciencia, y así se alabaría su ciencia y sufriría detrimento la
alabanza de la gracia de Cristo
Más tarde, el Señor eligió también oradores, pero éstos se hubieran ensoberbecido si
primeramente no hubiese elegido pescadores. También eligió ricos; pero, si primeramente no
hubiera elegido pobres, dirían que en atención a sus riquezas fueron elegidos. Después eligió
emperadores; pero es mejor que el emperador al venir a Roma, deponiendo la diadema, llore
ante la tumba del pescador que el pescador llore ante el sepulcro del emperador
Al acercarse alguno al servicio del Señor, reconozca que penetró en el lagar; será, pues,
atribulado, quebrado, comprimido; no para perecer en este mundo, sino para que corra hecho
líquido a las bodegas del Señor
... ¿Qué ha de decir? "Seré prudente, no admitiré a ninguno malo". ¿Cómo no has de admitir a
ningún malo? "No admitiré a ningún hombre malo, a ningún hermano malo que pretenda entrar.
Con pocos buenos me irá bien". ¿Cómo sabes a quién has de excluir? Para que se conozca al
malo, debe ser probado dentro
¿Han de acercarse a ti todos con el corazón abierto? Los que han de entrar no se conocen a sí
mismos, ¿Cuánto menos tú?... Luego, ¿cómo has de conocer al que todavía se desconoce a
sí mismo?
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Ciertamente, en la vida común de los hermanos que se da en los monasterios hay excelsos
varones, hombres santos; por eso viven cotidianamente entregados a los cánticos, a la oración,
a las alabanzas de Dios, a la lectura, trabajan con sus manos, se bastan a sí mismos, no piden
nada avaramente,...
El que ignora lo que acontece dentro, el que no sabe cómo, habiendo entrado el viento, chocan
las naves en el puerto, entra confiado en la seguridad, esperando que no ha de encontrar a
nadie a quien tolere; al encontrar allí a hombres malos, los cuales no podían encontrarse si no
hubieran sido admitidos...
" ¿Quién ©dice© me llamaba aquí? Yo pensaba que aquí había caridad". Por lo mismo... se
hace desertor de tan santo género de vida y reo del voto no cumplido
Mucho deja, hermanos míos, mucho deja el que no sólo deja cuanto tiene, sino también cuanto
desea tener
Los que quieren seguir a Dios, lo hacen preceder y ellos le siguen; no anteceden ellos y les
sigue Dios...
¿Por qué al principio escogió el Señor unos pocos que no eran ni nobles, ni sabios, ni
elegantes, teniendo ante sus ojos tal muchedumbre (que en comparación de esos pocos era
escasa, pero llena en su género de ricos, nobles, doctos, sabios) a la que atrajo más tarde?...
Si los hubiera elegido en primer término, parecería que los prefería por sus riquezas, hacienda,
abolengo; engreídos por esa razón, no recibirían la salvación de la humildad...
Sin duda entre aquellos que quieren servir a Dios hay ruido y muchedumbre de gente mala que
los rodea por doquier, pues adonde quiera que se vuelvan, sólo hallarán malos consejeros. Sé,
pues, como el grano y no te preocupes de la paja
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¿Qué elegimos, a no ser que antes seamos elegidos nosotros?
Si Cristo hubiese elegido primeramente al orador, diría éste: "He sido elegido por mi
elocuencia". Si hubiese elegido a un senador, diría: "He sido elegido por el mérito de mi
dignidad". Por fin, si hubiese elegido emperador, podría decir: "He sido elegido en atención a mi
poder". Estén tranquilos los tales y aguarden un poco;...
"Te seguiré, Señor, pero permíteme ir antes a dar sepultura a mi padre"... Cosa piadosa era lo
que quería hacer, pero el Maestro le enseñó lo que debía anteponer. Quería que él fuera
predicador de la palabra viva para hacer vivos a quienes habían de vivir
Si no quieres hacer lo más, haz lo menos. Si es excesivo para ti el peso de lo mayor, toma lo
menos al menos... Las mayores son: "Vende todo lo que tienes y dalo a los pobres y sígueme".
Las menores: "No matarás, no adulterarás,...
Sólo está excluído de la llamada del Señor aquel que no se afana en este mundo
Duro y pesado parece el precepto del Señor, según el cual quien quiera seguirle ha de negarse
a sí mismo. Pero no es duro y pesado lo que manda aquel que presta su ayuda para que se
haga lo que manda
Escuchad lo que Dios me ha inspirado sobre este capítulo del Evangelio (Lc. 9,57©62). En él se
lee cómo el Señor se comportó distintamente con tres hombres. A uno que se ofreció a seguirlo
lo rechazó; a otro que no se atrevía lo animó a ello; por fin, a un tercero que lo difería lo
censuró
Que nadie, por ende, diga: "Dios me llamó porque le rendí culto". ¿Cómo le hubieses rendido
culto si no hubiera precedido su llamada?
Exultad, jóvenes santos, los que elegisteis seguir ante todo a Cristo, los que no buscáis el
matrimonio. No llegó hasta vosotros por vía del matrimonio aquel a quien encontrasteis digno
de seguimiento para concederos menospreciar el camino por donde vinisteis vosotros
¿Quién será capaz de querer y poder si no nos ayuda con su inspiración para que podamos el
que con su vocación nos otorgó el querer? En todo momento nos previno su misericordia para
que fuéramos llamados quienes no queríamos y pidamos el poder lo que queremos
¿Acaso nos eligió el Señor porque éramos buenos? No eligió a quienes eran buenos, sino a
quienes quiso hacer buenos
Si hubiese elegido en primer lugar a hombres revestidos de dignidad, de cualquier clase que
ella fuese, se hubiesen atrevido a asignarlo a sus méritos, no a la gracia de Dios...
Dios nos llama para que dejemos de ser hombres. Esta dichosa transformación no se verifica si
antes no reconocemos nuestra condición de hombres
"Anda y vende todo lo que tienes...". Aquel hombre se fue triste de allí. No lo siguió. Buscó al
buen Maestro, preguntó al Doctor, y lo desprecia cuando le estaba enseñando
... Se fue de allí triste, llevando sobre sus hombros el peso abrumador de la avaricia...
Nuestra vocación es ciertamente a la concordia; se nos manda que haya paz entre nosotros, y
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nuestro intento debe ser ese y a eso se deben dirigir todos nuestros esfuerzos
Vuelve a tí mismo y allí hallarás la guerra. ¿Empezaste a seguir a Dios? Pues allí mismo
encontrarás la guerra
Aún no habíamos creído en El para elegirnos; porque, si hubiese elegido a quienes ya creían
en El, hubiera elegido a los ya elegidos
No fueron elegidos por ser buenos quienes no serían buenos si no hubiesen sido elegidos
Observad, carísimos, que no elige a los buenos, sino que hace buenos a quienes ha elegido
Solemos decir, al recibir huéspedes desconocidos, que es mejor tolerar a un mal individuo que,
por miedo de recibir al malo, excluir quizá al bueno sin saberlo...
Cuando uno se convierte para ingresar en el monasterio con intención pura, no se preocupa por
sus bienes, máxime si sabe lo mala que es tal preocupación
Con el ahínco que puedo exhorto a otros a ese compromiso, y en nombre del Señor tengo
compañeros que lo han aceptado, convencidos por mi ministerio
Es menester, hijo, que tengas la sabiduría para perseverar, como la tuviste para elegir. Sea
fruto de tu sabiduría el saber de quién es ese don
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Cuando en el camino de Dios se rehúyen con miedo cobarde las cosas más fáciles y
fructíferas, en el camino del mundo se toleran con trabajo agobiador las cosas más duras y
estériles
Nadie puede seguir el ideal de nuestra vocación sin aborrecer lo que fue un obstáculo para ella
Un bien era, sin duda, el que realizaban las dos hermanas que a su costa proporcionaban a
Cristo y sus discípulos lo que les era necesario; pero un bien más excelente es aún el de los
que todo lo abandonaron, quedando así más expeditos y libres para poder seguir a nuestro
Señor
"Yo os elegí del mundo". Luego eran del mundo: precisamente para que no fuesen del mundo
fueron elegidos del mundo
Si Cristo eligió a los apóstoles por ser justos, antes lo eligieron ellos a El para poder ser
elegidos justos, pues sin El no lo fueran. Mas no sucedió así, puesto que El les dijo: "no me
elegísteis, sino que os elegí a vosotros
El hombre no puede elegir y amar si no se le elige y ama primero para curarlo, pues por su
ceguera no distingue lo que ha de elegir y por su debilidad le da náuseas lo que ha de amar
"Lo débil del mundo eligió Dios para confundir a los fuertes...". Este piadoso y santo
pensamiento abre las puertas del monasterio a los que no presentan prueba alguna de haberse
convertido y mejorado. No se sabe si llegan con el propósito de servir a Dios o vienen vacíos,
huyendo de una vida mísera y trabajada con la intención de dejarse alimentar y vestir y aun
honrar por aquellos que en el siglo solían despreciarlos y atropellarlos
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Todos los elegidos, sin duda, fueron llamados, pero no todos los llamados fueron, por
consecuencia, elegidos
Dios no se arrepiente de sus dones y vocación de los que fueron llamados según propósito
¿No fue después, cuando ellos lo eligieron y antepusieron a todos los bienes de este mundo?
Mas porque fueron elegidos, eligieron, y no al contrario
Procuremos entender bien esta vocación, con que son llamados los elegidos; no que sean
elegidos porque antes creyeron, sino que son elegidos para que lleguen a creer
... no lo eligieron ellos a El para que El los eligiese a ellos sino que El los eligió a ellos para que
ellos lo eligiesen a El
No porque habríamos de ser santos e inmaculados por nuestros propios méritos, sino que nos
eligió y predestinó para que lo fuésemos
No fue elegido, pues, para que se hiciese bueno, sino, habiendo sido creado bueno, pudo ser
elegido
¿Quién puede creer si no recibe alguna vocación, es decir, algún testimonio que le llegue al
corazón?
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No queda otro motivo para la elección que las voluntades. Mas la voluntad no puede ser
movida de ningún modo si no se le brinda algo que la engolosine y atraiga el ánimo, y no está
en el poder del hombre que se le ofrezca eso
El buen propósito del hombre es ayudado, en efecto, por la gracia; pero ni el mismo propósito
existiría si no precediera la gracia
(Dios) no elige a nadie porque sea digno, sino que, al elegirlo, lo hace digno; pero a nadie
castiga si no es digno de castigo
Dios llama a uno de esta manera, al otro de otra, y el Espíritu Santo sopla donde quiere
Muchos ciertamente no vienen al ser llamados, pero nadie viene sin serlo
Es una gracia que se dé al pecador la vocación cuando no ha precedido mérito alguno de parte
de él sino para ser condenado. Por lo cual, si el llamado hubiere seguido a quien lo llamó, lo
que es propio ya del libre albedrío, merecerá también el Espíritu Santo
No eligió Dios a los que obran bien, sino más bien a creyentes, para hacerlos él mismo obrar
bien
Aunque alguno se atribuya el obedecer a quien lo llama, nadie puede atribuirse el ser llamado
"A los llamados santos" no ha de entenderse como si hubieran sido llamados porque eran
santos, sino que llegaron a ser santos por haber sido llamados
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Cuando alguno se atribuye el que ha venido una vez llamado, no puede atribuirse el que ha
sido llamado
Quien una vez llamado no viene, así como no ha tenido mérito de premio para ser llamado,
comienza también el mérito del castigo, cuando una vez llamado ha menospreciado el venir
El cuerpo peregrina por lugares, el alma por afectos. Si amas la tierra, te alejas de Dios
peregrinando; si amas a Dios, subes a Dios
Ni el alma puede descansar sino en aquello que ama. No se le dará el descanso eterno sino en
el amor de Dios, que es el único eterno
El alma se olvidó de sí misma, mas por amor al mundo; olvídese ahora de sí misma, mas para
amar al Artífice del mundo
Para que sepamos amar a Dios, ha de conocérsele; y para que el hombre sepa amar al prójimo
como a sí mismo, debe primeramente, amando a Dios, amarse a sí mismo
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Antepón la voluntad de Dios; aprende a amarte, no amándote
Amando a Dios, nos hacemos dioses; luego amando al mundo, se nos llama mundo
Si quien ama a Dios habita con Dios en el cielo, quien ama al mundo habita en el mundo con el
príncipe del mundo
Se te ha dado, pues, la norma según la cual has de amarte: ama a quien es mejor que tú y te
amaste a ti
Amemos todos a Dios, suspiremos por él y por él amémonos unos a otros. Todos tenemos un
único rey; lleguemos todos al único reino
Amemos, amemos gratuitamente, pues amamos a Dios, mejor que el cual nada podemos
encontrar. Amémosle a él por él mismo y amémonos a nosotros en él, pero por él
No hay más amor con que uno se ame a sí mismo que el amor a Dios
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No podría amar al prójimo como a sí mismo sino habiendo recibido el amor de Dios, sin el cual
no se amaría a sí mismo
Para alabar a Dios, no servil, sino libremente, aprended a amar a quien ahora teméis y podréis
alabar lo que amáis
No con conciencia dudosa, sino cierta, Señor, te amo yo. Heriste mi corazón con tu palabra y te
amé
¿Qué es lo que amo cuando yo te amo, Señor? No belleza de cuerpo ni hermosura de tiempo,
no blancura de luz, tan amable a estos ojos terrenos; no dulces melodías de toda clase de
cantilenas; no fragancia de flores, de ungüentos y de aromas; no manás ni mieles; no miembros
gratos a los abrazos de la carne: nada de esto amo cuando amo a mi Dios. Y, sin embargo,
amo cierta luz, y cierta voz, y cierta fragancia, y cierto alimento y cierto abrazo del hombre mío
interior, donde resplandece a mi alma lo que no se consume comiendo, y se adhiere lo que la
saciedad no separa. Esto es lo que amo cuando amo a mi Dios
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¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé. He aquí que tú estabas dentro
de mi y yo fuera, y por fuera te buscaba; y deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas
hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no lo estaba contigo
¡Oh Verdad, lumbre de mi corazón, no me hablen mis tinieblas! me incliné a éstas y me quedé a
oscuras; pero desde ellas, sí, desde ellas te amé con pasión
El número ternario pertenece al alma porque se manda amar a Dios por triplicado: con todo el
corazón, con toda el alma y con toda la mente
Serás un niño necio en la casa de tu padre si amas al padre cuando te acaricia y lo odias
cuando te castiga
Nuestro Dios está lleno de amor; pero parece que no nos oye, con el fin de sanarnos y
perdonarnos para siempre
Dios quiere que se le adore gratis; gratis quiere que se le ame, y esto es amar con pureza. No
quiere que se le ame porque da algo fuera de sí, sino porque se da a sí mismo
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No es casto el corazón que ama a Dios por la recompensa
Sobremanera me hace vacilar el amor y el temor de Dios: el temor de Dios, porque es justo; el
amor, porque es misericordioso
Por mucho que la mente humana exagerase el bien que es Dios, se quedaría corta y muy por
debajo de la realidad; al conseguirlo se encuentra uno con que es mayor de lo que el
pensamiento se figuraba. Por lo tanto, más lo amaremos cuando lo veamos si fuimos capaces
de amarlo antes de verlo
Busca de dónde puede venir al hombre amar a Dios; ciertamente, no encontrarás motivo, a no
ser porque Dios lo amó antes
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Para que tú ames a Dios es necesario que more Dios en ti, que su amor te venga de él y se
vuelva de ti a él; o sea, que recibas su moción, ponga en ti su fuego, te ilumine y levante a su
amor
Amemos, pues, a nuestro Dios, amémonos en la unidad del mismo Dios, tengamos paz en él y
amor entre nosotros, para que, cuando venga el mismo Cristo, nuestro Señor, podamos decir:
"Señor, con tu ayuda hicimos lo que nos mandaste; por tu misericordia danos lo que nos
prometiste"
Has de amar a Dios con todo tu ser, porque es mejor que tú, y al prójimo como a ti mismo,
porque es lo que eres tú
¿Quieres amarte a ti mismo? Ama a Dios con todo tu ser, pues allí te encontrarás a ti, para que
no te pierdas a ti mismo
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Amar a Dios es un don de Dios
Quienes aman, caminan, pues hacia Dios no se corre con pasos, sino con el afecto
Es tan digno de ser amado cuanto es digno de ser amado quien creó todo lo que amas
Al amarnos como éramos, nos hizo distintos de como éramos. Nos avergüenza el recordar
nuestro pasado y nos llena de gozo lo que esperamos para el futuro
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No ames a Dios por la recompensa; sea él tu única recompensa
Es inevitable que ame poco a Dios quien estima que se hizo bueno a sí mismo y no lo atribuya
a Dios
Quien se gloría por ser bueno, deberá gloriarse en Aquél que lo hizo bueno
A Dios, hermanos, a Dios hay que dar las gracias. Temed a Dios para que no decaigáis. Amadle
para que progreséis
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No ignoro que cuando se nos manda amar a Dios con todo el corazón, no se refiere a la víscera
oculta bajo las costillas, sino a la potencia o facultad productora de nuestros pensamientos
No es Dios, como nosotros, una criatura. Si su amor no viene de El a nosotros, no hay modo de
que se dé en nosotros
Dios ama a los hombres en cuanto hombres, los odia en cuanto malvados
Dios ama, pues, a los pecadores en cuanto hombres, aunque los odie en cuanto malvados. Así,
los malos que Dios odia subsisten en cuanto hombres, porque Dios ama su obra, y son
desgraciados porque Dios ama la justicia
Dios, pues, no goza, sino usa de nosotros. Si Dios no goza ni usa de nosotros, no encuentro de
qué modo nos ama
Dos son ciertamente los motivos por los que ama Dios a su creatura, el de la existencia y el de
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su permanencia en ella
... Pues no dice "a los que aman a Dios", sino a los "amados de Dios". Primero nos amó El
antes de todo mérito, para que también nosotros, siendo amados, lo amásemos
Luego, si todos los que, como tú, aman a Dios tienen un mismo deseo contigo, no atiendas a
que estés separado localmente por el cuerpo, pues fijásteis a una la mirada del corazón en la
luz de la verdad
Se nos exhorta a amar a Dios. ¿Podríamos amarlo si El no nos hubiese amado primero? Ya
que hemos sido perezosos para amarlo, no lo seamos en adelante para corresponder a su
amor
Comienza a amar y serás perfeccionado. ¿Comenzaste a amar? Dios comenzó a morar en ti;
ama al que empezó a morar en ti para que, morando más perfectamente, te haga perfecto
El amor divino consume la vida antigua y renueva al hombre de forma que Dios, en cuanto
fuego devorador, hace que lo amemos, y en cuanto celoso, nos ama El. No temáis, pues, el
fuego que es Dios; temed más bien el fuego que El ha preparado para los herejes
Y así resulta que para los que aman a Dios todas las cosas concurren para su bien
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Cuanto más perfecto es el conocimiento tanto más perfecto es el amor
No antepongas aquello que Dios te da, como una gran cosa, al que te lo dio. Y cuando quisiere
quitártelo, no lo desestimes, pues Dios ha de ser amado gratis. ¿Qué premio recibirás de Dios
más dulce que el mismo Dios?
El que por algún impedimento no pudiere cumplir lo que Dios manda, ame al que lo cumple y
en él lo cumplirá
El deseo de este mundo, incitador al mal, disminuye a medida que crece el amor de Dios, y
desaparece cuando el amor de Dios alcanza la perfección
El motivo de la prueba es para conocer el amor que le tienen, y si ese amor es un amor a su
Dios. Y, naturalmente, son ellos los que deben saber si lo aman, y no Dios, pues Dios sabe
todas las cosas antes de que sucedan
Sólamente hay que considerar vencido un vicio cuando la victoria sea del amor divino, amor
que no concede más que Dios personalmente, y por nadie más que por el Mediador entre Dios
y los hombres, el hombre Cristo Jesús
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Quien ama este siglo no puede amar a Dios; tiene la mano ocupada
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