Professional Documents
Culture Documents
Actualmente, se tiende a creer que «todo incremento del poder constituye, sin más,
un progreso, un aumento de seguridad, de utilidad, de bienestar, de energía vital de
plenitud de los valores», como si la realidad, el bien y la verdad brotaran
espontáneamente del mismo, poder tecnológico y económico. El hecho es que «el
hombre moderno no está preparado para utilizar el poder con acierto», porque el
inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser
humano en responsabilidad, valores, conciencia (Francisco, 2015, pp. 81-82).
Durante varios siglos, los filósofos morales se ocuparon en encontrar principios, para establecer
reglas que guiaran la conducta, centrándose más en los actos humanos que en los individuos, o
sea en qué es lo que se debe hacer en lugar de qué clase de persona hay que ser.
Antes de la revolución del desarrollo de las ciencias naturales, el pensamiento de los filósofos
griegos, como Platón y Aristóteles, era la influencia más importante para la filosofía y la ciencia.
Ellos se ocupaban de la naturaleza y de la formación del buen carácter, tratando de encontrar
respuestas a preguntas como: Cómo es la mejor forma de vivir y no tanto en Cuál es la correcta
forma de actuar en cada circunstancia, es decir, que la excelencia moral y la naturaleza de la
virtud eran los temas prioritarios.
Para Aristóteles y buena parte de otros filósofos griegos, ser bueno, o ser capaz de conocer qué
es lo correcto y lo incorrecto, no se trata de la aplicación de reglas y principios morales, sino de
llegar a tener la sabiduría necesaria, mediante determinadas prácticas, para lograr comportarse
en forma correcta en cada circunstancia, o sea, tener la clase de disposición natural y aprendida,
y de carácter correctos.
Estas disposiciones son virtudes que los griegos consideraban el mayor bien del hombre que
hace posible una vida venturosa y exitosa.
La ética de la virtud niega que la moral se reduzca a un conjunto de principios o reglas morales
que hay que seguir y afirman que la moral se manifiesta a través de rasgos internos de la
persona, las virtudes, que son disposiciones de carácter moral u orientación de la voluntad a
vivir de una forma admirable. Para las éticas de la virtud, las actitudes son más importantes
que las creencias y el carácter moral y la voluntad lo son más que la razón.
Dentro de los pros y contras de la ética de la virtud, podemos decir que se presenta como
una ética atractiva frente a las éticas imperativas, como las consecuencialistas y las de
deberes: la guía de la vida moral no son principios y reglas que hay que seguir, sino modelos
de vida a realiza con margen para la concreción y búsqueda personal.
las virtudes hayan de ganarse en la comunidad donde se practican las hace más próximas y
entrañables que los principios y deberes universales de las éticas imperativas.
Otra objeción a la teoría de la virtud es que al menospreciar las normas y deberes morales y no
centrarse en qué clases de acciones son moralmente correctas, no es útil como base para las
leyes. ¿Cómo legislar penalmente, si el asesinato no se considera una acción moralmente
incorrecta sino la ausencia de virtudes como la compasión?
Para Platón, todas las virtudes se reúnen en una sola y es el conocimiento; porque para este
filósofo es imposible saber lo que es mejor y hacer lo peor, ya que los actos de debilidad son el
resultado de la ignorancia.
Ambos filósofos compartían la idea de que el virtuoso actúa racionalmente y Aristóteles elabora
la doctrina del justo medio sobre este tema.
El justo medio no significa actuar de una manera intermedia sino por medio de la razón. Por
ejemplo, el justo medio entre la cobardía y la audacia es el coraje, o sea, enfrentar el peligro
pero evitando la imprudencia.
El coraje es el triunfo de la razón sobre los instintos más irracionales y significa guiar la conducta
con sabiduría práctica apropiada a las circunstancias.
Todo lo que las personas saben de nosotros les llega a través de lo que hacemos porque es así
como damos a conocer nuestra personalidad moral, virtuosa o no.
VIRTUDES CARDINALES
Existen dos tipos de virtudes: las virtudes intelectuales y las virtudes morales. (cf. Aristóteles:
1103a) Las virtudes morales se denominan virtudes cardinales. Este nombre se corresponde
con un vocablo latino que significa bisagra, es decir, se les llama así porque son las virtudes
vitales que sostienen y posibilitan el movimiento de la puerta para de este modo poder entrar
en el interior del lugar que metafóricamente hablando, se refiere a la vida plena y realizada, el
paraíso en el que todo ser humano siempre quiso entrar (cf. Aranguren: p. 395).
Las virtudes cardinales infusas, son hábitos que disponen al entendimiento y a la voluntad para
obrar. Se diferencian de las virtudes teologales, en que no tienen por objeto a Dios mismo, sino
el bien honesto.
Son cuatro: Prudencia, fortaleza, templanza y justicia. Dentro de ellas se pueden englobar el
resto de virtudes existentes.
La prudencia se asocia con la razón ya que es la responsable de que nuestros conocimientos y
pensamientos no sean erróneos. Sin la prudencia no es posible lograr un saber adecuado ya que
nos dejaríamos llevar por múltiples tentaciones y distracciones, por lo que es la virtud principal
sin la cual no se pueden usar correctamente el resto de virtudes. La prudencia implica
directamente un correcto uso de la moral humana que dirija sus actos y juicios por el buen
camino. Esto se corresponde con la justicia, cuya definición es “dar a cada uno lo que merece”
o “hacer lo que nos gustaría que nos hiciesen a nosotros”, y como se aprecia en su propia
definición es indispensable la presencia de la prudencia para no precipitarse en los juicios que
realizan las personas. Su objetivo es lograr el equilibrio e igualdad de las cosas. Sin esta virtud
aparecen actos arbitrarios que con toda seguridad acarrean injusticia y en consecuencia crean
la desconfianza entre las personas imposibilitando de este modo la correcta convivencia entre
los hombres. La virtud de la justicia afecta a la relación entre personas pero no se debe olvidar
que quizás el mayor enemigo de cada persona es uno mismo por lo que debe existir alguna
virtud que de pie al control y autodominio de las pasiones, debido a que si no se permanece en
el término medio no se puede juzgar nada como un juez incorrupto (cf. Aristóteles: 1109b).
Dicha virtud es la templanza que es la responsable de poder dirigir el placer de comer y el placer
sexual que son las funciones vitales encargadas de la supervivencia del individuo y de la especie
respectivamente. Esto no significa que se deba anular en su totalidad las pasiones terrenales
del ser humano, si no que se debe lograr al como explica Aristóteles al hablar de la virtud, un
punto medio, alejado del exceso y la carencia, ya que realizar un acto virtuoso produce mayor
bienestar que cualquiera de los dos extremos a los que iría el hombre en el caso de no poseer
esta virtud. Por último, está la virtud encargada de que uno no ceda ante una dificultad
perdiendo en consecuencia sus principios, la fortaleza. Esta virtud se encarga de que el hombre
lleve a cabo lo que la virtud le indique como correcto pese a que el miedo le tiente ya que
nosotros no elegimos ser tentados pero si elegimos no caer en la tentación. Como todas las
demás no se puede dar sin la prudencia, debido a que esta es la que le hace ver la diferencia
entre los dos extremos entre no ser fuerte, es decir, ser un cobarde y el dejarse llevar por un
exceso de confianza, es decir, ser temerario. (cf. Aristóteles: 1115a) Tiene presencia tanto en
los actos del día a día como las 9 decisiones que pueden dictaminar el rumbo de una vida y tiene
una relación directa con la voluntad humana.
Resumiendo:
UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO
La Prudencia es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con cautela, Comunicándose con
los demás por medio de un lenguaje claro, literal, cauteloso y adecuado, es decir, actuar
respetando los sentimientos, la vida y las libertades de las demás personas.
Fortaleza, es vencer el temor y huir de la temeridad. La fortaleza asegura la firmeza en las
dificultades y la constancia en la búsqueda del bien, llegando incluso a la capacidad de aceptar
el eventual sacrificio de la propia vida por una causa justa.
Templanza, es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en
el uso de los bienes creados y compartidos. Asegura el dominio de la voluntad sobre los
instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad. La persona moderada orienta
hacia el bien sus apetitos sensibles, guarda una sana discreción y no se deja arrastrar ‘para
seguir la pasión de su corazón’.
Justicia se refiere a que se ha de dar al prójimo lo que es debido, con equidad respecto a los
individuos y al bien común.
Platón dice que para que una persona pueda lograr estas virtudes
debe empezar con la prudencia, ésta viene del ejercicio de la razón,
la fortaleza de ejercer las emociones o el espíritu, la templanza de
dejar que la razón anule los deseos, y desde éstas viene la justicia, un
estado en que cada elemento de la mente, está de acuerdo con los
otros y agregaría una más, el amor, pues lo que te mueve a
realizarlas, es el amor por uno mismo y por los demás.
carácter selectivo, es decir, no se puede ser amigo de todo el mundo debido a que la amistad
debe cultivarse y dedicársele tiempo porque decir, estos son mis amigos implica decir estos
otros no lo son.
La vida contemplativa es causa de placer y los que sienten placer realizando una actividad
implica que dicha actividad se desarrolle y se perfeccione de mejor manera. (cf. Aristóteles:
1175b) Aristóteles contempla el placer como algo propio de las cosas totales y completas. El
mundo material no es total y completo sino imperfecto y en constante cambio por lo que es
lógico que Aristóteles afirme que el mayor grado de placer y felicidad radica en la vida
contemplativa.
UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Enríquez, A. (2011). Ética y Valores. México: Pearson Educación.
González Bedoya J.( 1987) Curso de Ética. Editorial Mitre. Barcelona.
ARISTÓTELES. Ética a Nicómaco. Madrid. Alianza Editorial, S.A. 2001 - AYLLÓN, José R.
Ética y ciudadanía (Aristóteles). España. Ediciones de la fundación de la cultura Andaluza.
2007. - ARANGUREN ECHEVARRIA, Javier. Voces Filosóficas. España. Umelia textos. 2008.
ACTIVIDADES:
1. Elabora una síntesis de (10 líneas mínimo) que resuma la concepción aristotélica de la
virtud.
2. Comparte la idea respecto a que cuando se desea orientar hacia el actuar correcto del ser
humano resulta más efectivo el ejemplo y los modelos de vida virtuosa que tengamos frente
al uso o la imposición de normas. Fundamente.
3. Considera que una de las causas de nuestra crisis moral en la que vivimos está en haberle
restado importancia a la ética de la virtud? Fundamente.
4. ¿Cómo se relacionan las cuatro virtudes cardinales en el actuar del hombre?
5. Escribe ejemplos sobre las virtudes cardinales que prácticas en tu vida diaria.