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CABECILI-AS INDIGEN,I.

S DE LA GUARDLA NACIONAL
EN IA SIERRA DE PUEBIA, 1854-1889

GUY THOMSON-

Bien informado estaba el gobierno de Victoriano Huerta cuando, en febrero de


1914, estableció relaciones con las fuerzas militares de la Sierra de Puebla. Anto-
nio Mange, secretario de Guerra, ofreció los términos para un pacto entre el ejér-
cito federal y las fuerzas locales, que respetaba las costumbres del gobierno militar
de esta región, establecidas desde el siglo xIx. El general de brigadaJuan Francis-
co Lucas, quien se había aliado al ejército liberal durante la revolución de Ayutla,
llegó a ser el cacique más influyente de la Sierra de Puebla. Los términos ofrecidos
por el gobierno federal en este pacto muestran el alcance de su influencia:

Que el generalJuan Francisco Lucas sea el jefe único de la Brigada Serrana i...] Que los
.¡efes y oficiales de los destacamentos sean indios, de preferencia vecinos de Xochiapulco
[. ..] Que los llamados de razón [...] no tengan injerencia en la Brigada [...] Que las guar-
niciones [...] no pasen de 25 hombres (con la excepción del general Lucas y su sobrino,
Martín Rivera, ambos mereciendo 100 guardias) [...] Que lazona al cuidado del general
Lucas sea de los pueblos donde viven los indios que estén subordinados a él (en los distri-
tos de Tetela,Zacapoaxtla, Tlatlauqui, Teziutlán y SanJuan de los Llanos) [...] Todo el
armamento en poder de los indios no en serücio, lo mandará recoger el general Lucas [...]
No deberá permitir el general Lucas que en una zona de 25 kilómetros alrededor de su
zona se establezcan, ni merodeen partidas rebeldes, debiendo salir de sus distritos y hacer
limpieza de la zona de circunvalación [...] Los demás distritos y cantones que queden ex-
cluidos, no los puede dominar el general Lucas, porque el vecindario indio no tiene para
él el fanatismo de obediencia de los de su zona, y el vecindario mestizo tampoco le tiene
respecto [...] Cada soldado no deberá ganar más de un peso al día, en la misma propor-
ción Ia oficialidad ganará menos que la de presupuesto, esto hará que la zona serrana cueste
menos [...] cada pueblo puede con facilidad suplir los haberes y que la indiada se conser-
ve en el mismo estado porque dados sus hábitos no necesita más para vivir [...] Que se
obligue al general Lucas a poner a disposición de la guarnición federal a las personas que
el jefe de la división pida, sin derecho a apelación alguna [...] Las autoridades y funciona-
rios públicos se nombrarán de acuerdo con el general Lucas, previa información del ins-
pector de la Brigada.r

En esta ponencia quiero explorar por qué y cómo se estableció en esta zonala
costumbre de dejar el manejo de las fuerzas militares locales en manos de cabeci-

' Universidad de Warwick, Coventry, Inglaterra.


I Archivo de la Secretaría de la Defensa Nacional (en adelante AsDN), c. 64,Dlllll2l425, Hojas
de serücio deJuan Francisco Lucas, vol. II, f. 384,22 de enero de 1914, A. Mange, "Necesidades para
que en la sierra haya paz".

F2ll
122 GUY T}IOMSON CABECILLAS INDÍGEN,\S DE L\ GL.\RDI.\ \.\CIO\AI- EN I-\ SIERRA DE PUEBL\ ' _.

SIERRA. \ORTE DE PUEBIA, MÉXICO. \.{HLAS. TOTONACOS, O'|OMÍES llas indígenas. Asimismo, me propongo ofrecer algunasconclusiones Prelimlnaris
sobre lal consecuencias de esia piáctica en Ios pueblos. Este trabajo comprende e i
periodo de la formación del ca¿icazgo de Lucas, desde las guerras de Reforma, 1a
'Intervención hasta las rebeliones porfiristas de la República Restaurada. El pa-
t
pel de Lucas áu.ante el periodo revolucionario lo ha estudiado David LaFrance'2
.\ A pesar de que el plan huertista era más centralista que los arreglos anteriores
entre la sie..a y los pLderes estatales o nacionales, podemos identificar los rasgos
esenciales del cacicaigo serrano creado por Lucas durante la Guerra de Tres Años
y los conflicto, port..Lres. Exploraremos tres rasgos centrales de la naturaleza del
pod., en la sieira, tal como ló percibía el proyecto huertista: 1] La noción de un
jefe natural único en esta zota;2] la preferencia por comandantes militares indí-
específica, más allá de
!.rrur, y 3] la decisión de favorecer en este arreglo una zona
ia crral ie entendió que existían territorios hostiles, §eparados del cacicazgo por un
cordón sanitario.

UN JEFE N{|URAL ÚNICO

Un viejo soldado, incapacitado para montar a caballo por sus achaques y obligado
a llega"r al campo de batalla en una silla de manos, no parece un buen candidato
pu.u di.igi. una región de gran importancia estratégica durante una guerra revo-
iucionariá intensiva. Sin eÁbargo, todos los poderes externos, desde el inicio de
la Guerra de los Tres Años hasta su muerte en febrero de 1917, trataron de esta-
blecer relaciones directas con Juan Francisco Lucas, reconociendo su autoridad
natural en una amplia zona de la Sierra de Puebla. Aun después de su muerte, el
alcalde deZacatipin, Gabriel Taylzin,invocó Ia autoridad deJuan Francisco Lucas
cuando en 1936 decidió promover la independencia del pueblo de su cabecera,
Tzicuilan:

yo fui el primer presidente del pueblo, me fui a presentar con el general Francisco Lucas
papel y tinta y
t...] No tenía yo ,,i ...."tu.io y á r"..t no tenía maestlo. Los gastos exigían
iapi..r, pero todo el dinero se remitía a Tzicuilan. Por eso pensaron mejor independizarse.3

la sierra" desde los años noven-


Juan Francisco Lucas, Ilamado "el patriarca de
ta áel siglo xrx,4 ocupaba la cúspide de una pirámide de relaciones patriarcales.

2 Guy p. C. Thomson y David LaFrance, "El resurgimiento del caciquismo liberal en la Sierra de
puebla, lStO-tStZ. El caso del generalJuan Francisco Lucas", en Guadalupe Rivera (ed.), Memoritt'
del Congreso Intenta¿ional sobre ti Rerolu¡ión Mexirana, vol. 2, México, Instituto Nacional de
Estudios
Históricos de la Revolución Mexicana (INEHRM), 1991, pp' 237-278'
Zonas llngüísticas actuales en la S¡erra Norte de puebla 3 citado en Lourdes Arizpe, Parentesco 1 eeonom,ía en una sociedad nahua. Mi¡an Pehua zotatipan,
México, Secretaría de Educación Pública, 1973, pp' 630-664'
a Las variedades del patriarcado serrano.e discute.r en Florencia Mallon, "Exploring the Origins
FUENTE: Robert Wauchope (ed.), Handbook of Middle Am¿ri.car¿
of Democratic Patriarchy in Mexico: Gender and Popular Resistance in the Puebla Highlands'
Indians,Austin, University of Texas 1850-
Press, 1969, p. 102, vol. v.
1876" (en prensa).
124
uY TH.MS.N CABECILLts INoÍc¡s.r:< D: L\ GL'.:RDr.{ \ACtoNAL EN LA SIERRA DE pUEBI-A 115
En el nivel de Ia famiria r¡rmnrío or
ampriosrupoJ;Fli?"Tr.r,r;":3;l:,i,1ff -^-^r : -¡
también grupos de,trabajo o.grrrirJo, á,;;1?*r;: jx;::ffi#il: proporcionaron los soldados, Ios víveres y los pertrechos para la guerra- y las au-
toridades militares. 1i
para curf.ivar m,pas lejanas en ra
carienre.-. su autoridaa ,J.*¿.iaá;; rierra Este matrimonio entre los proyectos liberales local y nacional no ocurrió de la
ancianos que representaba ra
il "p*rd*,,,ü,X:"rr.ro de ex alcardes noche a la mañana. hreden distinguirse tres etapas. La primera, entre 1852 y I 856,
maxima autorid'ad ., tor'fuJlos)
porrucos, considerados idea.rmenre
como ros
,;p"á.J;.i"r5Jatr.,,osy sobre ros jefes consistió en la convergencia entre un movimiento agrario local y la revolución fe-
por ejemplo, de Ia decisión ,obr. _responsabres, deralista comandada por Juan ÁIvarez. r I La reacción inicial de las élites mestizas
.r -utrimonio d.i;;;; menores de edad_,
aunque, en la práctica, era gente a menudo serranas ante estos contactos entre "sus indios" y líderes fuereños generalmente fue
La necesidad d¡
,i" l.gitiriiárJ_, hostil, pues amenazaban un orden socioétnico jerárquico y, en ciudades cabecera
_1efor1ai.r"ir,.-,
t"mbién una consecuencia fiy"1."q.i." :;rpr;" dorsar caciquir fue como Zacapoaxtla, muy conservador. Sin embargo, rivalidades locales y naciona-
der
debilitámiento.de Ia Igresiá como
moral que tradicionalmente r".tut..iaius una estructura les pronto abrieron la posibilidad de una alianza entre los liberales de los distritos
relaciones p-ir.1.-"i., civ¡es
cas' Desde er sigro xylr hay
indi.io, á. ,na decrinaéio, .rli y domésri- de Zacatlán y Tetela y los jefes indígenas de los barrios rebeldes, vecinos de
ras en ciertas comunidades presrigio de ros cu_ Zacapoaxtla y Tlatlauqui.r2 La segunda etapa, pues, fue la consolidación de una
indígenas (Cuetzalan, p".
xrx conr"inuó mermando ru auro"ridua "J;pI").6 Durante el siglo
a.r .r..".;r;ri:"1"a'"i'urz
alíanza entre "los indios cuautecomacos" y los liberales de Tetela para combatir un
una..u.ü* *ry exrensa _la rebelión detuvo rugar en Ia frente conservador en el sur de la sierra. La Guerra de los Tres Años aseguró la
l:T:;1,:ff*":apanrra orarte_ en con_ consumación y la perduración de este matrimonio. La tercera etapa concluyó con
ro rambi¿n en il.'.:jl:j#ix"'j:Hi?"rr1;:*:'::ilj:::.,,".:,,:11:1*T*.,'il[ la transformación de la "indiada" en fuerzas regulares de la Guardia Nacional (el
nuevo "ejército modelo" de los liberales).13 La duración excepcionalmente larga de
;'.',:1§:::*?*H.tfjmlmiíil#;l
_ jr*:ik*:,ril;'.j.-;;;
¡,qrurusldr (rrr un
la lucha de los liberales de la Sierra de Puebla por el poder explica la fuerte reper-
metodismo.8 aDterto tnterés por el cusión del liberalismo en los pueblos indígenas de la región y la importancia de
El debilitamiento.d.e las antiguas Lucas como el garante de la reciprocidad entre los liberales y los pueblos.ra
estru{turas patriarcares se extendió
ganos del gobierno..r]il. a los ór_ Esta relación no se limitó al cuartel o al campo de batalla. Los liberales serra-
p..:ria."* de los
gobernadores de indios, 1". r"r¡Lr., p"kjlá, a. ros"r;;.lpt*, ;rr. ..*ptururon a los nos, tanto mestizos como indígenas, desarrollaron un liberalismo dinámico basa-
y federales carecían.d. distriios y rás diputados esrarares do en la ampliación de la administración civil de sus distritos y la creación de redes
]. r"grr*fu;;; sus anrecesores. Esre decaimienro de la
legitimidad der Esrado^d.;a,i" y espacios para la difusión de "sociabilidades modernas" en una región dominada
.rpr.á!l.u tu..un.*".,ó,
y regionales de orígenes precortesianor., '-'o r uarrr rrraclolt c,e
J" identidades
I rocares hasta entonces por las "sociabilidades tradicionales": maestros laicos, logias
¿rero' por qué fue_necesario.un masónicas, sociedades para la organización de las fiestas patrias, grupos frlar-
cacique miíximo y único para
vo de reforzar una esrrucrura Iograr er objeti_ mónicos que ahogaban la flauta y el tambor indígenas y, sobre todo, la Guardia
porítica..fio.rur, .rrrá;r;;;Iáu,
con caciquillos múrtipres,
de irrfluenciaÁlro, extensa? para
,. conrenraron Nacional -una ciudadanía en armas- como garante de los nuevos derechos indivi-
ra, debemos contestar esta pregun_ duales. Lucas fue el modelo para esta conversión del indio en un ciudadano mo-
-ri""r:lli_*"ri"g";.i"frini.u y 1",
Esta región t. r,"-f.:-T_1,,dO::É..ras.inresrinas ,r"á
a."lu rr...u.
hasta Ia revolución de Tuxtepe.., y exrranjeras desde Ig47 l0 Guy P.C.Thomson, "Los indios y el servicio militar en el México decimonónico. éLeva o ciuda-

regionares, enconrraron..,
tsio. Losjefes liberales, tanto nacionales danía?", en Antonio Escobar (comp.),India, natiiny cmmmidad.m el Mtduo d¿l s@lo )oX, México, cEMC{-
ir.u, *.ai.¿á.;"t;fi.;;'.ir.. r", puebros como crEs,{s. I 993. pp. 225-246.
"" _que r1 Para los contactos entre agentes de
Juan Ñvarez y Juan Maruel Lucas, y su hijo Juan Francis-
5
James Taggart' Estructury.ite grupos domésticos d¿ una comunilad. co, litigantes en el conflicto agrario entre Domingo Salg"ado, dueño de la hacienda de Xochiapulco y
.los d,e habra náhuatr de puebra, Manzanilla, y los pobladores, véase Octavio Manzano Díaz, El indígena de Ia Si¿na Norte d¿ Puebla y
ffi:f*?:: ,"rñ;í*,iÍi1' ",.,', "i,,, i á,.'
r; ;;.,i.,. _;ffi;;;;;#ffi.:::?.:.:i.:::']. :i:i x,tii 1,*"
;,,#;lHL e,r r.
al, Nu r i n i z, sus luchas por la liberta.d., México, SEP, 1987, pp. l1-17.

. á En i ;ó
co¡"-¿,,J. ür.I"?i-, T;,ji, ;;:: :;,
"
12 El PIan
de Zacapoaxtla de diciembre de 1855, de Antonio Haro y Tamariz, fue el primer paso
en el proceso de reagrupación que culminó con el Plan de Tacubaya de diciembre de 1857. Véase
ff#ffff,;fli:.1*i#r *.¡r*3,ai.á a.ii.'íá-.,,"
'..lJoueí,";;;i;:;:ff nu. .,Expedienre
Jan Bazant, Antonio Haro y Tamariz) sus aaenturas Políti¿as,Méxtco, El Colegio de México, 1985, pp.
rebelimres campesinas en
tr;l;,.:W;_?,iiii\Z!f,,1a.,m*,i:,;i;;:,,,;, 105- 1 38.
Mexi¿o,lsl9-ü06:'il
íli.{rrrr"xxr, 1986, pp. B2b_240. 13 AsDN,
Cancelados, C.22,X.llllll3-248, Juan Crisóstomo Bonilla, f. 14.
ta Guy P.C.Thomson, "Movilización conservadora, insurrección liberal y rebeliores indígenas,
.",i,'¿:l#:T:itrff: feWl:;ffi1*,*,te,1r,,ot;,'i,,,-ui*¡,o.tszz-tgrt,,ittéxi- 1854-1876", en Antonio Annino et al., Am¿ri¿a Latitn: dallo stato colm¿ial¿ allo stalonazi.otu,Turín, Franco
s Para Ia reinvención ae
u rrisüria ¿. xo."ni^prt.o por el maesrro Angeli, 1987, vol. II, pp. 592-614; y "La'bocasierra', tcuna del liberalismo? I-os casos deZattla,
Manuel pozos, véase .,Hisroria
.,, ooo,," ni,li;,;,;;;;;,,, una gtoria Xochiapulco y Cuetzalan, 1857-1891", en Shulamit Goldsmith y Guillermo Zerrolefia (eds.), la. res-
:§ifrr:*:;?fi-", otuid.aa,,iÁt^,curruras popura_ ponsabilid.arl ful histori.ador. Homznaje a Moisés Gonail¿z Naaarro, México, Universidad Iberoamericana,
1992, pp. 185-201.
126 GUY THO]TfSO),
CABECILLAS IN»Íc¡:.r-s DE l-¡. G'-.\RDl.{ \.\cto\.\l EN t-r SIERRA DE PUEBL{
delno : -Su pueblo, Xochiapulco, y su distrito, Tetela, fueron los ,,centros ejem-
plificai:res" (usando el término de clifford Gertz) de este proceso.16 una foio de jefatura tuvo que inten'enir para garatLizar la seguridad del distriro. Er-
cas, y la
Lucas ¡omada en 1879, cuando se le eligió jefe político de Tetela, refleja
fielmente Huitzilan la amenaza provino dei vecino distrito de Zacapoaxtla; en Totutla, e-
Ia grai.edad de esta tarea. peligro se originó en e1 pueblo mismo.
El ideal era lograr un equilibrio entre el proyecto liberal modernizador En Huitzilan, un centro de producción de aguardiente y, por consiguiente, una
^ y las
formas tradicionales de autogobierno indíglna. La práctica, por supuesto, fue fuente importantísima de contribuciones y suministros de guerra, el generalJuan
menos pura, modificada por las diferencias étnicas, las desigualáades
slciales y los Crisóstomo Bonilla había nombrado comandante militar a Miguel Cipriano, un
conflictos políticos internos de la sierra. El.comportamientá de ¡os cabecillas
indí- viejo indígena. La secretaría había estado ocupadadesde hacía tiempo porAndrés
genas de la Guardia Nacional revela la relatividid de los efectos del
liberalismo en Y elázquez, un destilador y comerciante de aguardiente, amigo y compadre de los
Ia Sierra de Puebla. rebeldes tetelenses.le Los problemas empezaron aun antes de la nominación de
Miguel Cipriano en abril de 1872. Yelázquez escribió a Bonilla describiendo los
esfuerzos de sus enemigos para impedir que se le nombrara secretario. Invitaron
a Cipriano a Ia casa de Gabino Carmona, rival productor de aguardiente,
LA PREFERENCIA POR CABI]CILLAS MII-I-IARF]S INDÍGENAS
y lehan empezado a dar sus copas como lo acostumbran, para dejarlo arreglado y allí lue-
Esta preferencia, admitida no solamente por el general Mange go que Io vieron medio templado le propusieron que el síndico del ayuntamiento fuera su
en rgl4, sino a secretario o don Jacinto Luna, diciéndole que no me tuviera a mí porque entrando yo,
menudo por los liberales a mediados der siglo pu.ádo, tuvo co¡io base
el deseo de estaría la jefatura al tanto de lo bueno o malo que aquí se hiciera y que no convenía el que
aprovechar los valores de reciprocidad que normaron las relaciones
tanto en los yo estuviera, que nunca iría bien conmigo, que yo bien sabía que las fuerzas del gobierno
pueblos indígenas como enrre ellos y el Ésmdo más amplio. El nombramiento
de estaban inmediatas y que tenían que pasar por este punto y yo tendría la necesidad de
comandantes militares pueblerinos para remplazar a las autoridades
civiles fue una correr, y dejarlo solo y entretanto cualquiera de ellos tienen vara alta con los gobiernistas
práctica rutinaria en tiempos de reberión y guerra. Los arcaldes
se obrigaron a pa- y que le ofrecían no dejarlo y hacerlo de cualquier compromiso pues tiene Jacinto Luna a
sar sus varas de oficio al comandante del puéblo, quien tenía
autoridadla., d.sig_ su hermano, Arcadio Luna, hecho coronel, y qué cosa o favor le pediría que no lo hiciera,
nar todos los demás cargos. rT por razonei obvias, él nombramiento y que entretanto yo estar desprestigiado, diciéndole que si quería que mandaran un co-
de cá-a.rdu.ri.
debía recaer en un indígena. un puebro no aceptaría Ia autoridad rreo a esa comandancia para que me destituyeran exponiendo que no sé el idioma, y por
de un mestizo o
de cualquiera que no fuese "hijoder pueblo". 'por lo tanto,
un ,,pasado,, (esto es, último, que ya sabe dicho Miguel Cipriano que ellos ya son hijos del pueblo, pues ya tie-
un principal, un anciano) prominent. fr., po. lo común, el escogiáo nen mucho tiempo de vecinos.20
pa.a lu'co*u.r-
dancia militar. En rodo caso, la garantía áe la infuencía del g.'rr..i
en jefe o del
jefe político sobre el pueblo residía no en el comandante Bonilla comprendió el peligro de tener en Huitzilan un secretario controlado
militar sino en el secreta-
rio del pueblo, casi siempre mestizo, que además hacía las veces por intereses zacapoaxtecos (fieles al gobierno) y a toda prisa se dirigió a Miguel
de maestro.
Cipriano para avisarle del peligro y aconsejarle que nombrara secretarío aYeláz-
- Pot ejemplos serviránp_ara mostrir el papel de los comandantes indígenas: el
de la cabecera náhuar.l de Huitzilan y el de su'pueblo sujeto quez.2l Por su parte, Miguel Cipriano aprovechó para solicitar un tejero "que pue-
toronaco de Totutla.r8
Ambas fueron poblaciones estratégicamente iÁportante"s
como centros recaudado- da venir a este punto a hacer teja y ladrillo" para su casa er,laplaza de Huitzilan y
res de pensiones y víveres para el iuministro dá las campañas. avisó a Bonilla que sería necesario todo el apoyo posible para mantener el orden
En los dos casos los
comandantes indígenas se vieron imposibilitados para énfrentar revolucionario en Huitzilan y protegerse de las presiones de los zacapoaxtecos.22
amenazas políti-
En Huitzilan, el faccionalismo continuó hasta después de la revuelta de la No-
15 Guy
ria, cuando los zacapoaxtecos consiguieron por fin infiltrar la banda filarmónica
P' C. Thomson, "Bulwarks of Patriotic Liberalism: The National
Guard, philharmonic del pueblo en un intento de neutralízarlainfluencia de los tetelenses.23 Yelázquez
Corpsand PatrioticJuntasin Mexico, 1847-1888", enJournalof Inti¡tAr¡teri¡anst,udies,vol.22,
pp.3l-68. 1990, sobrevivió en su puesto de secretario y logró mandar un volumen prodigioso de
16
Clifford Gertz,'fhe Interpret.a.t,iort of Cultures, Nueva york, 1973.
l7 "Al entrar el distrito al orclen reválucionario se dijo que los comandantes re
reasumían los man- En una carta a Gregorio 7,amítez, también comerciante de aguardiente y proveedor de armas
dos político, militar y judicial, cn tal__virtud las corporaciones a los rebeldes tetelenses,Andrés Velázquez mandó dos botellas de melado y "mis finos recuerdos así
municipales harían entrega cle todos
los objetos que existÍan en su poder." Arr:hivo l.lunicipal como a mi maestro don Juanito (Bonilla) y demás amigos". Archivo Municipal de Tetela de Ocampo
de Zacapoaxtla 1.r, uá"hnr. AMZ), corres_
pondencia Milirar 1876, 23 de abril de 1g26, col. TaÁe a Francisco (en adelante Arvrrdo), Gobierno, c. 439, exp. 4,23 de febrero de 1872.
lE Tomados
Agustín, C,.,"trulur,.
de la correspondencia del genera{uan crisóstomo Bonilla con las T al,rdo, c. 439, exp. 4, 6 de abril de 1872.
autoridacles me-
nores entre diciembrc de l87l y agosto de 1872, cuando el distrito
de -ferela presró su apoyo al ge- 2t Al'fldo, c. 439, exp.4, I I de abril de 1872.
neral Díaz en la Rcvuelta de la Noria. 2 elrrdo, c. 439, exp. 4, 5 de abril de 1872.
23 ¿lmdo, c.439, exp.4, 3 de agosto de 1872.
-!
128 GUY THOMSO\ CABECILLAS INDÍGENAS DE L:, GLARDIA NACIONAI EN L{ SIERRA DE PUEBL\ . -':
contribuiones de panela y aguardiente al frente rebelde, gran parte de lo cual fue Ni Huitzilan ni Totutia proporcionaron cifras signihcativas de reclutas. S'; '. .-
descontado a ios huitziltecos por crédito. Yelázquez explicó que, debido ala apa- lor residió en su acceso a las contribuciones y los víveres necesarios para manter-.:
tía de los r-ecinos "ignorantes" del municipio, fue imposible obtener de ellos el di- Ia resistencia armada en Ia tierra fría. Los comandantes militares Miguel Ciprian,-
nero en efectivo. Veláquez era el principal comprador de panela y productor de José Rafael y Francisco Pedro no eran militares, sino funcionarios públicos con
"poder.s
aguardiente de la zona, así que no es difícil imaginar cómo se apoderó del exce- extiaordinarios. En cambio, otros pueblos de la-sierra, sobre todo en el
dente fiscal del municipio. sur, al margen del altiplano, aportaron un gran número de soldados bajo el man-
Es[e caso muestra la importancia del aguardiente en la negociación del poder do de sus propios capi[anes.
local, las posibilidades de un comandante indígena de regatear entre patrones com- Existe una histori,ografía incipiente sobre la incorporación de los pueblos indí-
petidores para aumentar su influencia y, finalmente, la función del comandante genas a la Guardia Naiionai.26 En dos artículos, hé explorado cómo los capitanes
indígena, respaldado por un secretario económicamente poderoso, de mantener áé dirr..ror barrios indígenas se aprovecharon de las garantías e inmunidades con-
la legitimidad de un orden {iscal opresivo. tenidas en las ordenanzas de Ia Guardia Nacional y la Constitución de 1857 para
El segundo caso ocurrió en Totutla, pueblo sujeto de Huitzilan. En marzo de aumentar su autonomía respecto de sus cabeceras y de otros poderes arbitrarios
1872, Bonilla ordenó establecer un hospital de sangre en Totutla, poniendo al externos.2T Florencia Mallon hizo un análisis de la suerte que corrieron las guar-
pueblo bajo el mando de José Rafael, un comandante militar indígena. Antes de dias pueblerinas del estado de Morelos después de la revolución de Ayutla. Con-
un mes, Bonilla revirtió su decisión y aceptó los consejos de Rafael Luna, quien cluyé que en Morelos las posibilidades de lograr un ascenso en las estructuras de
"cree que es una necesidad de que el comandante de Totutla sea de los vecinos de poder iocales fueron muy escasas. Frente alafverza del Estado, que temía ias con-
raz6n". Las razones que dio son interesantes: "como aquel vecindario ha hecho tan- secuencias sociales de dejar las armas en manos de campesinos vengativos, las guar-
to sacrificio en todos sentidos, y paralo cual ha sidoJosé Rafael el principal móvil dias nacionales pueblerinas se desarmaron.2s
con el deseo de sernos útil, los indígenas comienzan a verlo mal, y esto se conjura- Más recientemente, Mallon hizo una tentativa de interpretación del impacto de l
rá siendo de los de raz6nla autoridad".2a la militarización sobre la estructura interna de los pueblos indígenas en la Sierra
A pesar de este consejo, otro indígena, Francisco Pedro, fue nombrado coman- de Puebla. Este enfoque promete ser muy fructuoso si logra localizar fuentes para
dante militar por Totutla. Una carta del secretario de Totutla, que al parecer era probar sus hipótesis, que no dejan de ser atractivas. En un ensayo reciente, Mailon
alavez el médico, muestra las dificultades que tuvieron las autoridades para disci- iugiere que lá participación indígena en las guerras civiles y patrióticas abrió posi-
plinar pueblos lejanos cuando ni el control del aguardiente ni la garantiade la se- bilidadei de cambio tanto en lajerarquía del poder en los pueblos como dentro de
guridad estaban en manos del secretario: los grupos domésticos. El ingreso de hombres jóvenes a la Guardia, su ascen§o a
capilanías por su valentía en campaña, y la ampliación de sus contactos con cabe-
Totutla, 16 de julio de 1872, cillas liberales, amenazaron el poder (hasta entonces absoluto) de los ancianos. La
Señor don Manuel Yázquez, participación de las mujeres como proveedoras del sustento diario alenté su Pre-
Muy señor mío y de mi aprecio, iensión de adquirir voz en los asuntos domésticos y públicos. Concluye Mallon que
Como una de las prevenciones que esa comandancia del digno cargo de usted le prescribió las guardias jóvenes y los ancianos, en lugar de faccionalizarse, llegaron a una tre-
al comandante militar nuevo Francisco Pedro, fuera, que para el día l2 de cada mes me
guanegociada en discursos pueblerinos. La consecuencia de esto fue que la estruc-
entregue el producto de la contribución de rebajados, hoy estamos al l6 y no me ha dado
un centavo, además en este momento que es una de la tarde, no se me han dado las torti- tura patriarcal de la comunidad se vio reforzada. Las mujeres, por su parte' que-
llas como se dan y se tiene ordenado que se den para que coman los enfermos (del hospi- daron excluidas del botín de la guerra (la división de tierras comunales, por
tal de sangre). Fui yo mismo a buscar a Francisco Pedro y lo encontré tirado borracho en ejemplo) y del disfrute de las promesas democráticas de los liberales.2e
el zangarro de don Ignacio López. No puedo sufrir ya a esta gente, de manera que si ma-
ñana mismo no pone usted remedio en ello pasado mañana precisamente estaré yo a ver 26 A]icia Hernández Chávez, "La Guardia Nacion¿rl y la movilización política de los pueblos", en
el señor general enjefe para que él vea qué persona me releva y no volveréjamás a este Delaware, Scholarly Resources,
maldito pueblo de apaches. Tengo la satifacción de ofrecerme a usted por la primera vez Jaime Rodrígu ez, Pattzrns of Contention in Mexi¿an History,Wilmington,
t SSZ, pp. 20r -226,y Hernández Chávez, h, tradición republkan,a dzl buen gobiemo, México, 1993, Fondo
su sirviente y amigo que lo aprecia, de Cultura Económica-El Colegio de México, pp. 53-58.
Miguel de León.25 2?GuyP.C.Thomson, op.cit.,"AgrarianConflic¿intheMunicipalityof Cuetzalan(Sierrade
puebla): th. Rir. and Fall ol'Pala'Agustín Dieguillo, 1801-1894", en Hispanh Am¿ril:an Histori¿al
Reri¿tu,l9gl, vol. 71, pp. 205-258, "Los indios y el serücio militar", en Anto¡rio Escobar, op. cü.'pp.
225-246.
?8 Florencia Mallon, "Peasants and State Formation in Nineteenth-Century Mexico: Morelos,
24 AI[do, c. 439, exp. 4, 2 I de abril de I 872. 1 848- I 858", en P olüi¡al P ower and S oci.al The ory, vol. 7, I S88'
25
At'l-rdo, c.439, exp. 4, 16 de julio de 1872. s Florencia Mallon, op. cit. (en prensa).
130
-I
cuyrHoMso\ L\ GU,{RDIA NACIoNAL F'N L{ SlERRA DE PL EBL{
cABECILLAS tNoÍcgN,rs DE
Las ::':rc,uslones de rf^[on no son enteramente negativas en f .io ^ *:-=
en lo que toca a las sur de la sierra que, por razones fortuitas y extraordinarias, lograron
m Úere' Su¡ere que sacaron provecho del fortaiecrrniáto de las de Xochiapulc: '-
regüs ideales de autonomía imprevisia con la creacién de la nueva municipalidad
recrpr:trdad prevalecientes en las comunidades indígenas: el buen de Cuei-
tráto a las muje- y 3] los barrioi más adentrados en la sierra -sobre todo en el municipio
r.es en. la familia y las sanciones contra la violencla
zalan-,que trataron de recuperar una autonomíayaexistente a principiosdel
rñasculina, el acceso de las viu- si
das a i'r¡ recursos comunales y la protección de ras no indígena
mujeres.o.rr.u presiones ex- glo, p.ro que había *.r*uáo como resultado de una inmigración
ternas lcomo los servicios personales exigidos por los
cir.as¡. Como consecuencia ieciente dei altiplano hacia la tierra caliente'33
de sus sacrificios en, las guerras, las muje-res lograron parti;ipar,
con más ventaja Analicemos estos tres géneros de pueblos un poco más a fondo'
que antes' en las deliberaciones y negociaciones dom¿sticas margen del al-
f colectivas. Así puá, 1l Desde mediados deíperiodo colonial, Ios bárrios indígenas al
recrbieron algunos beneficios del democratic patriarchy dominadas por Srupos bien
que suígio en pueblos como
\ochiapulco después de las guerras, pero .i.-p.. ioáo ,ruSrdinadas.
tipláo habían vivido bajo la autr¡ridad de cabeceras
establecidos de "gente razón" .3a Para su subsistencia, estos barrios dependían del
di
La escasez de fuentes sobre Ios asLlntos internos de los caliente, donde culti-
pueblos me ha llevado a acceso al empleo"en las haciendas del altiplano o en la tierra
enfocar mi atención en sus relaciones externas. Una Por lo gene-
característica común en casi vaban milpai en tierras baldías o.o-rrul"s de los pueblos totonacos.
todos los casos es el efecto de la formación de las la desamortización de terrenos co-
companíasde guardias naciona- ral, estosÉur.ios de tierra fría no se opusieron a
Ies sobre las relaciones entrelos barrios sujetos Además'
y rrr.ub...ras. una compañía fuer_ *.r.rul.r, pues ya trabajaban independientemente sus pequeños ranchos'
te en la cabecera dejaba los barrios expuéstos a un de denunciar y adquirir terrenos de
poder arbitrario. una compa_ la desamorrizaci1nlestfreció la posibilidad
ñía efectiva en un birrio sujeto..p.es.'ntabu rr.r" formadas en los linderos de la sie-
u.rr..ruru fot.rr.iut a la autoridad pastoreo y de cultivo pertenecienies a haciendas
de la cabecera. El ascenso de Luias se debió al conflicto
át.e los barrios de .,in- ..u drr.uít. el siglo xvt, en tierras anteriormente despobladas de. antiguas-repúbli-
dios cuautecomacos" y su cabecera en zacapoir.xtra,
cas de indios qrr. ,. repoblaron a lo largo del siglo xvll
que fuvo como desenlace la (la.hacienda de Xochiapulco
formación de un municipio independiente y ñ.,ul*.rrté posibilidad- de conseguir tierras
la anexión de Xochiapulco es un un e.¡.mpto d. erte proceso).35 Aáemás de Ia
al distrito de Tetela. Algo pareciáo ocurrió en los una reducción de los servicios perso-
muni.rpio, á. zuutra y san Fran_ propias, lJ, ueci.ros de erio, barrios buscaban
cisco Ixtacamaxtitlán, donáe barrios guerreros '.raé, y de las contribuciones civiles y parroquiales exigidas por las autoridades en
también lágraron anexarse a Tetela.
ejemplos muestran el poteicial "libertador,, a. Tu
. .Es1os zacióncomunal
de la Guardia Nacional. un capitán que lograra
liberar u * "[u"i
p.[_-tlo de una cabece_ (capitán y preceptor, Las
ra tiránica podía ganar * g.u, prestigio entre Ixtacamaxtitlán; José Máximo (Tenampulco, zautla); valeriano cabrera
su gente. sin embargo, su éxito lla- (Atagpan, ZacaPoaxtl.a.);
Lomas, Xochiapulco, anexado po. Zu."po"*tla en 1879); Cenobio Cantero
maba tambiéá la atención de fueizas eiteriores intáesadas Tláauqui); ManuelAmador (Yaonáhuac, Tlatlauqui); Lorenzo Retraido
en afianzarse y dispues- MiguelJusro (Zinacanrepec,
tas a ofrecer premios a cambio de favores políticos. (Huaxtla, Tlatlauqui);
rr rirt.-u forfirista de espías (ocotlán, Tlarlauqui); Mariano Guzmán (Patauzoquio, Tlatlauqui); Rafel soto
Martín
y agentes locales aprovechó con creces estoi
espacios políticos m'arginales. Después Vi..rrr. Colazo (¡itiupu, Tlatlauqui); Manuel R-o..r.ro (Chachaltzin, Tlatlauqui); Juan
(comandante
de las campañas patrióticas y porfiristas, que dleron (posmatlan, Tlattu-uq.,í¡; Ártorrio Conde (fuempan, Teziutlán); Vicente de Nochebuena
cierta cohesión al cacicazgo de o,iliru., euimixrlán, Chalchicomula); Miguel Melgarejo Coronel (coronel de la Guardia
Nacional,
Lucas, comenzaron conflictos ent...o^r.ridades particular de Ia familia
que q"|u.u."., arianzas políticas Altotonga, Veracruz). Correspondencia áe Juan F.urr.it.o Lucas, A¡chivo
de más de un cuarto de siglo. Comunidades con
ciedenciales liberales-patrióticas Lucas (Puebla).
impecables se volvían de répente cristeras o conservadoras. (perteneciente hasta 1872 al
Es difícil distinguir en-
32 Oficiales prominentes de la Guardia Nacional de Xochiapulco
tre los factores étnicos, Ios ideológicos o los simplement. después al distrito de Tetela): Juan Francisco Lucas, general de brigada; Juan
d,istrito de Zacapoaxtla,
t¿.tl.o, en estos cambios 'Jefe indio"; Martín
en el comportamiento político. Antonio Atahuit; Miguel Jiméne z, capitán primero; iosé Mariano Huelleteno,
Sintos, capitán primero; de la Cruz Naranjo, sargen-
En un trabajo reciente he tratado de identificar tres Valerio, capián pri*eroiMariano dé los José
géneros distintos de res- Xalteno Atahuit, sargento segundo;
puesta comunal a las guerras, a las reformas liberales to de banda; Juan Manuel Xalteno de la Cruz, .upitát ; Juan
coronel; Luis Antonio Díaz, coronel; Miguel
ya ü inestabilidad política:30 Francisco Rivera, capitán primero; Ireneo Reyei,
l] los barrios del sur de la sierra, fuera der artiplano, q". u"r.átu" un margen más Xalrampa, sargento;José Gub.i.l Vul.rrcia, capitin; Mariano de la Cruz, capitán; Indalecio Sánchez'
Francisco Lucas, A¡chivo
amplio de autonomía de sus cabeceras o su idhesion
a una cabecera colindante coronel; Valeriano Cabrera, capitán y -u.rt.á. Correspondencia deJuan
menos opresiva, sin abrigar la ilusión de un cambio particular de la familia Lucas (Puebla)'
radical en su relación subordi- 33 Capitanes indígenas del municipio de cuetzalan: Francisco Agustín, alias Pala §ustín
o Fran-
nada a los asentamientos de ,,gente de razón', ya (barrio de Zacatipan;
establecidos;31 2] los barrios del cisco Agustín Dieguñlo (barrio de Cuetzalan); Juan Francisco Jiménez
Juan
.,gr..or..o." de Tzicuilan); Francisco santiago (organizó fuerzas en cuetzalan con
s Guy P' c' Thomson, op. cü-, Bautista (lefe de
de
rg92,pp. l gb-200. una versión ampliada de esre ensayo se publi- pala Agustín);3ua., Ni.o[a, (organizó fu.iza" en Tzicuilan cán Pala Agustín). Correspondencia
có recientemente en Europa, "T.es municipios (Puebla)'
serranos entre lg55 y taas", en Antonio Annino (ed.), la familia Lucas
El liberalismo en México, Hamburgo, Asociación Juan F"ranciscJLucas, Archivo particularde
de Hisroriadores de'Latinoámérica en Europa, 19g3, & Bernardo García Martín iz, Los publos de la si¿na. El poder y el espacio entr¿ los ind.ios d¿l norte de
pp. 121-142. pp' 135-149'
3l Pu¿bla hasta 1700,México, El Colegio de México, 198?'
, capitanes
ochenta: Isidro
indígenas de barrio en el sur de la sierra entre principios
del Imperio y fines de los 35Archivo General dela Nació1 (en adelante AGN),-vol. 885, exp. l,
República de santa María
segura (ometepec, santa María Tetela); Dionisio lál Tierras, vol' 302, exp' 4, ff' 3-56' Xochiapulco'
«crufui.tic, san Francisco Tetela en contra del.urr.t o ¿" Coayrr.a' AGN,

\--
t32 GUY THOMSON
CABECI LLAS I NDÍGEN.{§ DE I-i GL .\RDI A N,\CI O\,AI E\ L.\ SI ERRA DE PL TB I.\ .' .

Ias cabeceras. r' el fin de Ia discriminación étnica que estas obiigaciones implicaban.
3] El tercer género de comunidad indígena Suerrera es el representado p, ¡ I - '
Anhelaban también una proteccién contra el reclutamiento militar forzoso y contra barrios de Cuetzaian v Tzicuilan, del municipio de Cuetzalan. Aquí el propÓsri': ....
las depre daciones de las fuerzas militares oriundas del altiplano. servicio militar presrado a los liberales fue recuperar el control de su cabece r:..
Los Lberales tetelenses comprendieron que estos sentimientos locales se [ras- monopolizada por un grupo de "gente de razón", inmigrantes de la sierra alta I
lapaban con sus promesas constitucionaies, En Ia mayoría de estos barrios, sin del altiplano. El conflictor pues, tenía el asPecto de una guerra de castas, aunque
en'rbarg:. el potencial para una alianza con aquéilos no fue más allá de un inter- el impulso central era volver a la autonomía política y económica de que gozaban
cainbt,¡ de .en'rcio militar locai o la oferta de apovo para Ia defensa de los nuevos estos pueblos recónditos hasta principios del siglo xtx. Aquí no hubo un conflicto
derecir,rs rncitviduales, Ideoiógicamen[e. pues, no hubo mucho en común entre ios generacional que dividiera a la comunidad. Los ancianos cooperaron con losjóve-
iíderes regrcnales v sus chentes pueblerinos. Por consiguiente, en tiempos de paz, ñes capitarres de guardia, como Francisco Agustín, un rebelde incansable de Cuet-
pronto surgieron diferencias entre los pueblos sujetos rndígenas y sus cabeceras z-alan desde la guerra de la Intervención hasta su detención en 1894.3e
modernizadoras: sobre ias formas del culto religioso, la libertad religiosa y la edu- Haría faita un número suficiente de casos (desde el punto de vista estadístico)
cación crr¡il. EI pacto perduró más tiempo en los barrros que no quisieron desar- para probar esta hipótesis de los tres géneros de comportamiento político de los
marse, pues veían en las armas la garantía de sus derechos recién ganados.36 puebio. en las guerra intestinas y las luchas ideoiógicas de este periodo. Es proba-
2] Siete de los ocho barrios del municipio de Xochiapulco coincidieron en la ble que, más allá de la Sierra de Puebla, se encuentren casos semejantes (en Gue-
determinación de retener sus armas y obligaron al gobierno del estado, por me- rrero y Oaxaca por ejemplo).ao
dio de varias penosas rebeliones, a reconocer el hecho consumado. En contraste
con los barrios guerreros del sur de la sierra, los barrios de "indios cuau[ecomacos"
no sclamente ganaron su autonomía de su antigua cabecera sino también, en 1861,
eri reconocirniento de sus servicios a la causa liberal durante la Guerra de Tres UN "'I'ERRITORIO N.{fURAL": EL CENI-RO-SUR-ESTE
Años, consiguieron el permiso del gobernador Ibarra y Ramos para establecer su DE LA SIERRA DE PUEBI-A
propio municipio. Más aún, estos pueblos recibieron las tierras fértiles de dos ha-
ciendas cerealeras, expropiadas por el gobierno liberal del estado en 1 864. Esto les Para concluir, veamos de nuevo esta zona como un territorio político natural, com-
otorgó un amplio tnargen de autonomía económica, una comodidad rara en esta puesto de "pueblos donde viven los indios que están subordinados a él en los distri-
parte de la sierra. ios de Tetela ,Zacapoaxda, Tiatlauqui, Teziuclán y SanJuan de Los Llanos", más allá
El único barrio de Xochiapulco que resistié la independizactínde Zacapoaxtla de los cuales hay "distritos y cantones que quedan exciuidos, no los puede dominar
fue el de Las Lomas, en donde vivían las auf-oridades indigenas tradicionales, las el general Lucas, porque el vecindario indio no tiene para él el fanatismo de obe-
cuales quisieron, por razones que no son claras, mantener su relación con su anti- diencia de los de su zona, y el vecindario mestizo tampoco le tiene respeto".4l
gua cabecera.3T Es posible que esta ruptura fuese consecuencia de un conflicto tFue el cacicazgo de Lucas, en realidad, tan compacto y unido, y las zonas ale-
generacional, como sugiere Florencia Mailon, entre los jóvenes capitanes de la dañas tan desinteresadas en é1, como sugiere esta descripción? Tenemos que dis-
guardia (con sus aliados liberales radicales oriundos de ZacapoaxCla) y los "pasa- tinguir entre la percepción que desde el exterior se tenía del cacique y su poder
dos" patriarcas que veían su influencia amenazadapor las nuevas ideas igualitarias efeótivo para interponerse en las disputas y proteger a "sus pueblos". Aún en los
y democráticas. Con el tiempo, Xochiapulco llegó a ser un pueblo liberal modelo, últimos años hay señales -en Ios testimonios orales registrados por Bravo Marentes
sin un sistema de cargos indígenas, sin un cura católico (en su lugar, un ministro en la zona de Huauchinango (lejos del cacicazgo de Lucas)- de la sobrevivencia de
metodista) y obediente de la ley de no reelección de 1857, emitida duranre el por- una concepción mística de Lucas, a quien se le veía como un líder poseído de po-
firiato. Seguía siendo, sin embargo, un pueblo náhuatl, casi monolingüe, aún en deres sobrenaturales que le permitían desaparecer o disfrazarse en momentos de
1927.38 peligro, convirtiéndose en paPagayo o gato pardo.42 El alcance de la autoridad de
Lucas cambiaba continuamente en proporción, primero, a las presiones externas
36 Este análisis se basa en la
correspondencia entre Juan Francisco Lucas y las autoridades sobre la sierra (su influencia llegó al máximo en tiernpo de guerra) y, segundo, a
distritales y estatales durante los años setenta y ochenta del siglo pasado. Archivo particular de la los confictos internos entre comunidades y etnias'
familia Lucas (Puebla).
3i La disputa sobre el barrio de las Lomas se puede seguir en los archivos municipales de 3e Guy P. C.'fhomson, oP. cü.,1991.
Zacapoaxtla y Tetela de Ocampo. Un aniílisis de la creación del municipio de Xochiapulco, y de los € Véase Peter Guardino, "Peasants, Politics and the Formation of Mexico's National State: Gue-
conflictos que motivó ese cambio tan radical en la geografía política, se encuent.ra en Guy P. C. rrero, 1800-1857" (en prensa, Stanford Universicy Press).
Thomson, "Juan Francisco Lucas, Patriarch ofthe Puebla Sierra, 1834-1917" (en prensa). 4r AsDN, Canceladoi, c.64,Dlllll2l425, Hojas de servicio deJuan Francisco Lucas, vol. ¡I' f. 384,
s Para una descripción de Xochiapulco en 1827, véase Moisés Sáenz, Eseuelas
federales en la Si¿- 22 de enero de 1914, A. Mange, "Necesidades para que en la sierra hayapaz" '
rra d¿ Puebla, México, SEP, 1927, pp. 68-69. a2 Carlos Bravo Marentes (ed.), Relalos reuolucionarios,INAH, Huauchinango, 1986, pp' 8, 66-69.
CABECILLAs INDÍGEN.Is DE L\ GL.{RDIA NACIoN,\I EN LA stERRA DE PUEBL\ , -= -
134 GUY THOMSON

ARCHIVOS
En 1a consideración clel propio Lucas, su territorio se puede apreciar en las lis-
tas que el cacique hizo de los pueblos fieles a é1, con el número de soldados bajo Archivo General de la Nación (acu).
sus capitanes. Desde la Guerra de los Tres Años hasta la desmovilización de la Guar- Archivo Municipal de Tetela de Ocampo (AIWrdo).
dia \acional en 1888, y offa vez durante Ia Revolución, se puede observar que a Archivo Municipal de Zacapoaxtla (euz).
él se sometía un verdadero archipiélago de pueblos, de la sierra al altiplano, des- Archivo de Ia Secretaría de la Defensa Nacional (AsDN).
de Tiaxco, en Tlaxcala, pasando por San Francisco Ixtacamaxtitlán, los barrios de El Periódico Oficial, Puebla
Cuahuigtic y Ometepec, diversos barrios en los municipios de Zautla y Xochia-
pulco, el barrio de Tzinacantepec en Tlatlauqui, hasta Teziutlán. Además, Lucas
dependía del apoyo de sus milicias en barrios adentrados en la sierra, como los de
Cuetzalan, y de una línea de ellos a Io largo de la frontera entre los distritos de BIBI,IOGRAFÍA
Tetela y Zacatlán (donde regía el cacicazgo de los Márquez). La existencia de esta
red de pueblos armados bajo un jefe único actuó como un aviso a las fuerzas ex- Annino, Antonio, El liberalismo en México, Hamburgo, Asociación de Historiadores de
ternas. Fue útil, también, para los actores políticos estatales y nacionales tener un Latinoamérica en Europa, 1993.
bloque fácilmente identificable con quien negociar o pelear. El precio para Lucas Arizpe, Lourdes, Parentesco 1 economía en una socied¿il nahua. Mban Pehut Zacatipan,Méxi-
de este reconocimiento fue la obligación de proporcionar servicios de policía más co, Secretaría de Educación Pública.
Bastian, Jean Pierre, Los disidentes: sociefuiiles protestantes 1 reaolución en México, 1819-1906,
allá de la sierra. Porf,rrio Díaz dependió de Lucas para resolver disputas en pue-
México, El Colegio de México, 1989.
blos muy lejanos, como Xico en Veracruz.
Bazant, Jan, Antonio Haro l Tam.o,riz y sw auenturas políticas, México, El Colegio de México,
Así pues, el territorio de Lucas fue una creación política, la consecuencia de 1985.
decenios de luchas civiles y patrióticas,. Pero la perduración del cacicazgo debió mu- Bravo Marentes, Carlos, Relatos reaolucionarios, INAII, Huauchinango, 1986.
cho a la determinación de las autoridades del estado y de la federación de aceptar Flores, Jorge , kt reaolución d¿ Olarte en Papantla (1836-1838), México, 1938.
el mito de Lucas como el "patriarca de la sierra". Por otro lado, el hecho de que García Martínez, Bernardo, Los pueblos de Si¿na. El poder I el espacio entre los indios del norte
estos pueblos nahuas compartiesen un idioma y una historia común y viviesen en de Pueblahasta 1700, México, El Colegio de México, 1987.
un territorio compacto dio a este cacicazgo una calidad natural que sin duda con- Gertz, Clifford,The Interpretation of CuJtzres, Nueva York, 1973.
tribuyó a su efectividad y perduración.a3 Gua¡dino, Peter, "Peasants, Politics and the Formation of Mexico's National State: Gue-
rrero, 1800-1857", Stanford University Press (en prensa).
Hernández Chávez, Alicia, "La Guardia Nacional y la movilización política de los pueblos",
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a3 No fue una casualidad que los límites
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Sáenz, Moisés, Escuelas federales en la Si¿na de Puebla, México, sep, 1927.
cidieran con los del grupo étnico náhuatl, descendiente de una migración olmeca-tlaxcalteca que
desplazó a los grupos totonacos, muy anteriores al ascenso del imperio azteca. En el último siglo an- Taggart, James, Estractura de los grupos ilomésti¿os de una comuni.dad de habh ruihwtl en Pu¿-
tes de la conquista, estos grupos nahuas estuvieron estrechamente aliados con la Triple Alianza, con bla,México,sEP, 1975.
el fin de garantizar la seguridad de dos fronteras potencialmente inestables: la tlaxcalteca y la totonaca. Nahuatl Myth and Socinl Structure, Austin, University of Texas Press, 1983'
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