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Una Voluntad Divina y Una Voluntad Humana en Juan

6:38. "He Descendido del Cielo, No Para Hacer mi Voluntad,


Sino la Voluntad del que me Envió"
Por Steven Ritchie, © 2016. Todos los Derechos Reservados.
Traducido por Julio César Clavijo Sierra, año 2017
Más información en: Global Impact Ministries. www.apostolicchristianfaith.com

Jesús dijo en Juan 6:38, “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la
voluntad del que me envió”.

El Dios que se hizo hombre, descendió del cielo. Después de descender del cielo, se convirtió en
un Hijo humano total y completo, con una naturaleza y voluntad humanas totales y completas. Por
lo tanto, Jesús pudo decir que no vino para hacer su propia voluntad (su voluntad humana), sino la
voluntad del Padre (la divina).

El apologista trinitario Luis Carlos Reyes, me envió varios correos electrónicos (fechados en
septiembre de 2016) en los que describió cuidadosamente las tres cláusulas de Juan 6:38,
respecto a las cuales él cree que se refieren a dos Personas divinas dentro de una trinidad. Sin
embargo, éste pasaje no solo no respalda la visión trinitaria común, sino que la contradice. Aquí
están mis respuestas condensadas que envié al Sr. Reyes por correo electrónico.

Tú escribiste: “Este es el texto de Juan 6:38: ‛Porque he descendido del cielo, no para hacer mi
voluntad, sino la voluntad del que me envió’”.

A lo que te respondí: Has mencionado las tres cláusulas de Juan 6:38, cuando escribiste: “Primero,
observo que hay una cláusula independiente A, y que hay otras dos cláusulas B y C que dependen
de esta cláusula independiente A.

(A) Porque he descendido del cielo.


(B) No para hacer mi voluntad.
(C) Sino la voluntad del que me envió.”

Luego formulaste estas tres preguntas:


“(1) ¿Quién es el 'yo' que está hablando en A? ¿Es el Padre (la naturaleza divina) o es el Hijo (la
naturaleza humana)?

(2) ¿Quién es el orador en B? ¿Es el Padre (la naturaleza divina) o es el Hijo (la naturaleza
humana)?

(3) ¿Quién es el orador en C? ¿Es el Padre (la naturaleza divina) o es el Hijo (la naturaleza
humana)?”.

Respuestas Condensadas a los Comentarios del Sr. Reyes

Las únicas distinciones de voluntades, mentes y centros de autoconciencia personal, comenzaron


después de que el Espíritu Santo de Dios el Padre descendió sobre la virgen para convertirse en
un verdadero hombre con una verdadera voluntad humana. Dios como Dios no puede tener tres
voluntades divinas, pues estas potencialmente podrían estar en desacuerdo entre sí. Es por eso
que la teología de la unicidad es el único punto de vista que defiende la verdadera deidad de
Cristo, al mismo tiempo que trae armonía a todas las porciones de las Escrituras.

Veo que Juan 6:38 es problemático para los trinitarios, ya que no hay ninguna porción de la
Escritura que justifique que Dios tenga más de una voluntad divina, ya sea en las Escrituras
hebreas o en las griegas. Si un supuesto “Dios el Hijo” pudiera tener una voluntad divina que
potencialmente pudiera estar en desacuerdo con la voluntad del Padre, entonces Dios ya no podría
ser llamado un solo Dios, pues poseería tres mentes divinas y tres voluntades divinas. Por lo tanto,
los trinitarios no pueden defender el monoteísmo verdadero cuando creen que Dios tiene tres
centros personales de conciencia del Ser, con cada persona divina poseyendo su propia mente y
voluntad distinta.

Además, es ridículo pensar que el hombre Cristo Jesús tiene más de una conciencia. Porque si
Cristo Jesús tuviera una conciencia divina distinta y una conciencia humana distinta dentro de sí
mismo, entonces tendríamos a un Cristo nestoriano esquizofrénico que sería dos personas en
lugar de una sola persona. 1. Corintios 11:3 dice claramente que Dios es la cabeza de Cristo. Por
lo tanto, Dios como Dios no puede tener una cabeza [un superior] sobre él, pero Dios con nosotros
como un verdadero hombre sí puede tener una cabeza [un superior] sobre él. ¿Si Cristo Jesús
tiene una mente divina coigual y una voluntad divina coigual, cómo podría tener una cabeza sobre
Él?

Jesús como un verdadero ser humano, solo pudo hablar desde su conciencia humana cuando dijo
en Juan 6:38: “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que
me envió”. Cuando Jesús dijo: “he descendido”, (en tiempo pasado), esto significa que cuando
pronunció estas palabras, Dios ya había descendido, y que estaba hablando como un verdadero
ser humano en la tierra.

La explicación trinitaria alternativa, es que una supuesta “Segunda Persona Divina” bajó del cielo,
no para hacer su propia voluntad divina, sino la voluntad de la “Primera Persona Divina”. Sin
embargo, ¿cómo podrían estos dos llamados “Dios”, tener cada uno la capacidad de tener su
propia voluntad pudiendo entrar en conflicto el uno con el otro, mientras que permanecen como un
solo Dios? Si la explicación trinitaria fuera verdadera, entonces esto de más de una voluntad divina
significaría que hay una capacidad dentro de Dios para tender hacia tres voluntades conflictivas, en
razón a cada una de las supuestas voluntades individuales de las “Personas Divinas” dentro de Sí
mismo. Tal visión contradice las palabras de las Escrituras inspiradas y es completamente
insostenible.

Si bien es cierto que la identidad divina de Aquel que descendió del cielo es el Espíritu Santo de
Dios el Padre (Lucas 1:35), se debe recordar que para el momento cuando Jesús pronunció estas
palabras, Dios ya se había hecho hombre, por lo que en su condición del Hijo, Dios solo podía
hablar a través de una conciencia humana, y por eso cuando Jesús hablaba sobre la tierra lo hacía
como un hombre genuino.

Jesús como el Niño nacido y el Hijo dado (Isaías 9:6), recibió por revelación divina la conciencia de
su existencia como Dios antes de convertirse en un hombre, cuando dijo “Antes que Abraham
fuese, YO SOY” en Juan 8:58, e incluso “el Hijo del Hombre, que está en el cielo” en Juan 3:13.
Por lo tanto, Jesús tuvo que haber conocido su identidad divina, porque el Padre le reveló esto
como a un verdadero hombre.

El título “Hijo del Hombre” literalmente significa un hijo de la humanidad a través de la humanidad
de María. Por lo tanto, Jesús como un verdadero ser humano sabía que Él no solo existía en la
tierra como un hombre, sino que Él también existía en el cielo como Dios. (Nota: Jesús usó a
menudo sus títulos de encarnación, para ocultar su verdadera identidad como Dios. Isaías 45:14-
15, Juan 16:25). Así, la persona llamada Jesucristo de Nazaret es 100% hombre, pero su
verdadera identidad también es 100% Dios con nosotros como un verdadero hombre entre los
hombres, que también existe como el Dios fuerte y el Padre eterno (Isaías 9:6) por fuera de su
nueva existencia como un verdadero hombre a través de la encarnación por medio de la virgen.

Por lo tanto, el Espíritu Santo del Padre descendió del cielo para convertirse en un verdadero
hombre entre los hombres, para no hacer su voluntad humana recién asumida (dentro de la
encarnación), sino la voluntad del único Dios verdadero que es el Padre (por fuera de la
encarnación). Como lo indiqué anteriormente, las Escrituras prueban que el Hijo fue enviado en
semejanza de carne de pecado (Romanos 8:3) solo después de que nació de mujer (Gálatas 4:4).
Así como Jesús envió a sus discípulos al mundo después de que ellos hubieron nacido de mujeres,
así también el Padre envió al Hijo al mundo después de que Él nació de una mujer (Juan 17:18;
Gálatas 4:4).

Hebreos 1:3 nos informa que Jesús como el niño humano nacido y el Hijo dado, es el
resplandor (“apaugasma” significa “brillo reflejado” - Thayer) de su gloria (el contexto indica que se
está hablando de la gloria del Padre) y la imagen expresa (“karaktér” significa “la estampa, la copia
impresa”) de su persona (La persona del Padre - 'Hipóstasis' = Sustancia del Ser/Persona). Si
Jesús fuera una segunda persona divina eterna y coigual, Él no hubiera podido llegar a ser el brillo
reflejado de la gloria del Padre y la imagen impresa de la persona divina del Padre mientras
hubiera persistido en ser eterno y coigual. Pero si la supuesta segunda persona divina hubiera
dejado de ser eterna y coigual, entonces hubiera dejado de ser Dios. Por lo tanto, desde cualquier
lado que se le mire, la teología trinitaria es insostenible. Aún más, la teología trinitaria no puede
evitar el hecho de que la divinidad del Hijo de Dios es la imagen impresa (la copia) de la Persona
del Padre como una persona humana total y completa.

Mientras que sin alguna justificación bíblica, los arrianos (como por ejemplo los llamados Testigos
de Jehová) creen que el Hijo fue reproducido como la imagen de la persona del Padre antes de la
encarnación, los trinitarios no cuentan con ninguna forma sensata para explicar cómo un supuesto
Hijo eterno podría haber sido “reproducido” como “la copia impresa” de la persona del Padre
mientras que aún permanece como eterno. El Salmo 2:7 y Hebreos 1:5, señalan específicamente
el comienzo del Hijo por su engendramiento en la virgen.

“Mi hijo eres tú; YO TE ENGENDRÉ HOY”. (Salmo 2:7).

“Yo seré a él Padre, y él me será a mí Hijo”. (Hebreos 1:5, 2. Samuel 7:14).

Note que las palabras “hoy”, “engendrado” y “será”, están haciendo referencia al Hijo como un
hombre con un comienzo en el tiempo. Dios como Dios no puede ser engendrado (engendrado
significa “nacido”) en un día específico, porque Dios como Dios no puede nacer, ni Dios como Dios
tiene algún comienzo en el tiempo. Es por eso que Dios como Dios, hablando para el futuro
profético, dijo: “YO SERÉ un Padre para el Hijo”, y “el Hijo SERÁ un Hijo para su Padre”.

Hebreos 2:17 indica que el Dios que participó de la carne y de la sangre fue “hecho completamente
humano en todos los sentidos” (Hebreos 2:17 - NIV), al igual en que están hechos todos sus
hermanos humanos. Por lo tanto, Dios se manifestó en la carne (1. Timoteo 3:16) para participar de
la carne y la sangre, a fin de hacerse completamente humano. Dado que ningún ser humano
puede ser completamente humano sin tener un espíritu humano y una naturaleza humana,
sabemos que el Dios que se nos manifestó como Jesucristo tuvo que haberse convertido en un
verdadero hombre a través de su concepción y nacimiento virginal. Por lo tanto, el Hijo de Dios
tiene que tener un espíritu humano total y completo, una mente humana total y completa, y una
naturaleza y voluntad humanas totales y completas, o si no, no habría sido en lo absoluto un
verdadero Hijo, es decir un verdadero hombre.

Respuesta a la Primera Pregunta Relacionada con la Cláusula A, “Porque he Descendido del


Cielo”

En Juan 6:38, Cláusula A (Porque he descendido del cielo), Luis Carlos Reyes preguntó: “¿Quién
es el 'yo' que está hablando en A? ¿Es el Padre (la naturaleza divina) o es el Hijo (la naturaleza
humana)?”.

A lo que le respondí:

Antes que nada, usted debe tener presente que las naturalezas no hablan ni piensan, son las
personas las que hablan y piensan. Jesús tampoco puede dividirse en dos personas, como lo
enseña el nestorianismo. Aunque Jesús poseía la naturaleza divina en su condición de Dios con
nosotros encarnado como un verdadero hombre, ciertamente Él no habló como dos personas con
dos voluntades, ya que las Escrituras afirman que el hombre Cristo Jesús (1. Timoteo 2:5) fue la
conciencia humana que dijo: “He descendido (tiempo pasado) del cielo”, en razón a que su
conciencia humana en la tierra también poseía una conciencia divina a través de la revelación de
su verdadera identidad como el Dios fuerte y el Padre eterno (Isaías 9:6), que también se convirtió
en un verdadero Hijo que fue nacido y dado a través de la virgen (Isaías 9:6).

Mateo 1:20 indica claramente que la sustancia del Ser (Hebreos 1:3) de la deidad del Mesías,
SALIÓ DEL (“Ek”) ESPÍRITU SANTO. El texto no dice SALIÓ DE Dios el Hijo, sino SALIÓ DEL
ESPÍRITU SANTO del Padre mismo (comparar Mateo 1:20 con Hebreos 1:3). Si los trinitarios
pudieran señalar alguna porción de la Escritura que mostrara que quien descendió sobre la virgen
hebrea fue el Hijo en lugar del Espíritu Santo, estaría de acuerdo en que el título de Hijo prueba
que tuvo que haber un Hijo viviente antes de la encarnación. Sin embargo, Lucas 1:35 nos informa
que el Hijo de Dios fue llamado así, debido a su concepción virginal, ya que “Respondiendo el
ángel [a María], le dijo: EL ESPÍRITU SANTO VENDRÁ SOBRE TI, y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra; por lo cual también EL SANTO SER QUE NACERÁ, SERÁ LLAMADO
HIJO DE DIOS”.

He tenido varios debates con apologistas trinitarios, y ninguno de ellos ha podido citar jamás
alguna porción de la Escritura que nos de alguna otra razón bíblica por la cual el Hijo es llamado
así, aparte de su concepción y nacimiento virginal. Por lo tanto, el Hijo es el hombre y el hombre es
el Hijo que fue engendrado (nacido o salido) del Padre en un día específico (ver Salmo 2:7,
Hebreos 1:5, 2. Samuel 7:14).

Respuesta a la Segunda Pregunta Relacionada con la Cláusula B, “No Para Hacer Mi


Voluntad”

En la Cláusula B (No para hacer mi voluntad), el Sr. Reyes preguntó: “¿Quién es el orador en B?
¿Es el Padre (la naturaleza divina) o es el Hijo (la naturaleza humana)?”

Ante esto le respondí:

Nuevamente, está claro que el hombre Cristo Jesús estaba hablando de no hacer su propia
voluntad humana (pues la encarnación ya había ocurrido), sino de hacer solamente la voluntad del
Padre, porque Dios como Dios solo tiene una voluntad divina, mientras que Emanuel, Dios con
nosotros como un verdadero hombre, también tiene una voluntad humana distinta después de que
la encarnación tuvo lugar. Por lo tanto, hay una distinción ontológica de voluntades entre el Padre y
el Hijo, que solo ocurrió desde el comienzo del Hijo por medio de su engendramiento
virginal (Salmo 2:7; Colosenses 1:15; Apocalipsis 3:14), ya que Juan 5:26 establece claramente
que el Padre le “ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo”, lo que se trata de una vida humana
distinta en lugar de una vida divina distinta. Por lo tanto, la vida del Hijo fue concedida dentro de la
encarnación, mientras que la vida del Padre que no depende de la encarnación nunca le podría
haber sido concedida.

La típica eiségesis trinitaria de Juan 6:38, afirma que un “Dios el Hijo” coigual, tiene una voluntad
divina y distinta a la de Dios el Padre. Sin embargo, ni una sola porción de la Escritura dice que
Dios tenga dos o tres voluntades divinas, dos o tres mentes divinas, o más de una conciencia
divina. Si Dios tuviera más de una voluntad divina, entonces no podría haber un verdadero
monoteísmo. Por lo tanto, los trinitarios no pueden explicar cómo un único Dios podría tener más
de una mente divina, más de una conciencia divina y más de una voluntad divina, siendo un solo
Dios verdadero. Juan 17:3, Malaquías 2:10, Isaías 64:8 y el Salmo 8:6, prueban que el Padre es el
único Dios verdadero que creó todas las cosas por sus propias manos, en vez de por otra persona
divina.

Respuesta a la Tercera Pregunta Relacionada con la Cláusula C, “Sino la voluntad del que
me envió”
En Juan 6:38, Cláusula C (Sino la voluntad del que me envió), Luis Carlos Reyes preguntó: ¿Quién
es el orador en C? ¿Es el Padre (la naturaleza divina) o es el Hijo (la naturaleza humana)?”.

Esta es mi respuesta:

Una vez más, el que habla es el Hijo de Dios, quien habló desde su conciencia humana después
de que ya estaba en el mundo. Romanos 8:2 dice claramente que el Hijo de Dios fue enviado en
semejanza de carne de pecado. Gálatas 4:4 declara que el Hijo de Dios fue enviado después de
que nació (o salió) de una mujer. Jesús también explicó claramente que así como Él fue enviado al
mundo, así los discípulos fueron enviados al mundo (Juan 17:18).

Jesús oró: “Como TÚ ME ENVIASTE AL MUNDO, así YO LOS HE ENVIADO AL MUNDO” (Juan
17:18).

¡Es difícil imaginar cómo una supuesta persona divina de Yahvé Dios podría ser enviada desde el
cielo por su Padre, siendo verdaderamente coigual y coeterna! Esto, porque el que envía es mayor
que el enviado, y el que unge es mayor que el ungido (Hebreos 1:8-9). Dado que el título “Cristo”
significa “el Ungido”, es difícil imaginar cómo Jesucristo pudo haber sido ungido eterna y
coherentemente por su Padre, sin que exista un tiempo específico en el que fue ungido. Por lo
tanto, las palabras de la Escritura inspirada apuntan a que el Hijo tuvo un principio en el tiempo
(Juan 1:1, Apocalipsis 3:14, Hebreos 1:5), y una posición subordinada al Padre (1. Corintios 11:3
dice que Dios es la cabeza de Cristo) en lugar de ser coeterno y coigual.

Muchos pasajes que los trinitarios citan para un supuesto Hijo pre-encarnado, solo prueban que el
Hijo ya estaba “ungido” (1. Corintios 8:9; Filipenses 2:5) en el pensamiento expresado de Dios (Su
Logos - Juan 1:1; Romanos 4:17), así como Él ya había “nacido” (Salmo 2:7; Proverbios 8:22-26;
Colosenses 1:15) y había sido “asesinado” (Apocalipsis 13:8) en el plan preordenado de Dios (1.
Pedro 1:20; Isaías 43:10-11; Efesios 1:4, 11). Dado que Dios llama a las cosas que no son como si
fuesen (Romanos 4:17), es fácil ver el sentido en el que Dios habló de que Cristo ya había
“nacido”, ya había sido “ungido” y ya había “muerto” desde la fundación del mundo (Apocalipsis
13:8), antes de que Cristo realmente hubiera nacido, hubiera sido ungido y hubiera sido asesinado
en la tierra. Por lo tanto, la única exégesis viable de Juan 6:38 que trae armonía a todos los datos
bíblicos, y que a la vez defiende la verdadera deidad de Jesucristo, es la teología de la unicidad.

Por favor, responde a esta pregunta: -“¿Crees tú que una voluntad divina coigual (una voluntad es
lo mismo que una conciencia) podría orar y ser tentada como una voluntad divina número dos? ¿O
no tiene todo el sentido bíblico creer que la voluntad humana (la conciencia humana) de Cristo era
la que podía orar y ser tentada? (Luis Carlos Reyes evadió por completo esta pregunta).

No importa cómo tratemos de explicarlo, la encarnación requiere de una voluntad divina de la única
Persona divina (en nuestro entendimiento el Padre) que permaneció inmutable en los cielos con
todos sus atributos divinos intactos (Malaquías 3:6, Hebreos 13:8), mientras que a la vez la propia
sustancia de su ser también asumió una nueva voluntad humana (Hebreos 1: 3) cuando él se
volvió “completamente humano en todos los sentidos” (Hebreos 2:17 NIV) dentro de la virgen.

Tú has ignorado el hecho bíblico de que Dios participó de carne y sangre para volverse
completamente humano en todo sentido (1. Timoteo 3:16; Hebreos 2:14-17). Dios como Dios no
puede tener una voluntad humana (Números 23:19 dice que Dios no es hombre), así que después
de la encarnación encontramos una voluntad divina (la del Padre) y una voluntad humana distinta
(la del Hijo). Cuando la sustancia del Ser de Dios fue “copiada” en la virgen como “la imagen
expresa de su persona” (el contexto en Hebreos 1:3 prueba que se trata de la única persona divina
que es el Padre), el niño Cristo fue “hecho completamente humano en todos los sentidos” (Hebreos
2:17 NIV). Por lo tanto, Hebreos 1:3 demuestra que las posiciones trinitaria, arriana y sociniana son
erróneas, porque la única persona divina que es el Padre, es claramente la “sustancia del ser” del
Padre (Hebreos 1:3 - hipóstasis) que fue “reproducida” como una “copia impresa” de la única
persona divina del Padre como una persona humana absolutamente completa dentro de la virgen.

En contraposición, tu posición alega que un “Dios el Hijo” descendió del cielo, no para hacer su
propia voluntad divina, sino la voluntad divina de “otra Persona de Dios”. Pregunta: ¿Cómo es
posible que una voluntad de Dios, pueda ser diferente de otra voluntad de Dios, sin tener DOS
DIOSES? (Luis Carlos Reyes ignoró esta pregunta, al igual que ignoró la mayoría de mis
preguntas).

La voluntad del Hijo es una voluntad humana absolutamente completa, y la voluntad del Padre es
la voluntad divina absolutamente completa. Estas son dos voluntades, porque la única persona
divina del Padre (quien tiene una voluntad divina y sin dejar de ser lo que siempre ha sido) también
se convirtió en una persona humana absolutamente completa como “la imagen expresa de su
Persona” (Hebreos 1:3) por medio de la encarnación a través de la virgen (con una voluntad
humana distinta - Hebreos 2:17). Para los hombres y los ángeles esto es imposible, ya
que solamente el Dios omnipresente es el único que pudo convertirse en un verdadero hombre
revelado como su propio brazo (Isaías 53:1), mientras que aún ha permanecido inmutable en los
cielos (Jeremías 23:24; Malaquías 3:6).

No creemos que el hombre Cristo Jesús sea otra entidad distinta del Padre (arrianismo /
socinianismo), porque nosotros creemos que el Padre entró en una nueva existencia cuando
también se convirtió en un hombre absolutamente completo. Por lo tanto, nuestra posición es
compatible con el antiguo monarquianismo modalista que una vez fue la visión predominante
dentro de los primeros tres siglos de la era cristiana. (Ver a Tertuliano en Contra Práxeas 3, y a
Orígenes en Comentario del Evangelio de Juan, libro 1, capítulo 23. Ver también mis folletos y
videos sobre la teología de Clemente de Roma, Hermas de Roma, Ignacio de Antioquía y Aristides
de Atenas, en ApostolicChristianFaith.com).

Yo no estoy evitando ninguna verdad en el contexto de Juan 6:38. La exégesis adecuada de


cualquier texto debe comenzar primero con el texto mismo; solo después es que necesitamos
pasar a comparar con otras porciones para asegurarnos de que nuestra interpretación de ese texto
particular trae armonía a todos los datos bíblicos. Las interpretaciones privadas siempre quedan
expuestas, pues dichas interpretaciones privadas no están en armonía con “toda palabra que sale
de la boca de Dios” (Mateo 4:4).

El Dilema Trinitario de las Tres Voluntades Divinas

El Sr. Reyes escribió: “No es que ambas voluntades fueran contradictorias como incorrectamente
se infiere, sino que el Hijo voluntariamente no aspiró a hacer su propia voluntad de una manera
egoísta, sin considerar primero la voluntad del Padre”.

Aquí mi respuesta:
Repetidamente has alegado que yo dije que la voluntad del Hijo era contradictoria con la del Padre.
Pero yo nunca deduje que la voluntad humana del Hijo fuera alguna vez contradictoria o que
estuviera en desacuerdo con la voluntad divina del Padre. Todo lo que señalé fue que la voluntad
del Hijo no anheló hacer su propia voluntad, lo que demuestra que la voluntad del Hijo contaba con
el potencial de estar en desacuerdo con la voluntad del Padre. Esto es problemático para los
trinitarios porque ellos creen que Dios tiene dos y tres voluntades divinas que potencialmente
podrían estar en desacuerdo entre sí, y esto porque Juan 6:38 implica que la voluntad del Hijo de
Dios tenía la capacidad de estar en conflicto con la del Padre. Ahora bien, si en Juan 6:38 la
voluntad del Hijo es la voluntad divina de un supuesto “Dios el Hijo” celestial, entonces Dios como
Dios podría potencialmente estar en desacuerdo consigo mismo, lo que traería el caos a toda la
creación. Por lo tanto, pasajes como Juan 6:38 solamente afirman que la voluntad humana del Hijo
de Dios, podría entrar en conflicto con la única y sola voluntad divina (la del Padre).

Usted escribió: “Si la voluntad de mi padre para mí, es que yo le lave su carro, y si yo no ansío
hacer mi propia voluntad (no se trata de mí, como ustedes dicen, sino de mi padre; y por así
decirlo, yo no busco ser el centro de atención); sino que si en realidad yo 'intencionalmente'
quise hacer la 'voluntad' de mi padre en lugar de mi propia voluntad egoísta, entonces la
lógica simple te dirá que en última instancia nuestras dos voluntades están en perfecta unidad,
porque yo haré mi voluntad que es la voluntad del padre; y si mi voluntad es la voluntad de mi
padre, por lo tanto tenemos un acuerdo perfecto de voluntades, sin contradicción alguna”.

Esta es mi respuesta:

Es completamente ridículo pensar que una supuesta “verdadera persona divina” que se supone
que es copartícipe con otras dos supuestas “verdaderas personas de Dios”, no aspire a hacer su
propia voluntad divina, sino que en lugar de hacer su propia coigual “voluntad divina egoísta” haya
sucumbido ante la supuesta voluntad coigual de su Padre (el de la voluntad divina número uno).
¿De verdad crees que una voluntad divina de una verdadera “Persona de Dios” tendría la
capacidad de rechazar su propia “voluntad egoísta” para rendirse ante otra coigual voluntad divina
distinta? ¿Cómo podría una verdadera persona divina, rendir su supuesta voluntad divina distinta
para someterla a la voluntad de otra persona divina coigual, mientras que aún sigue siendo una
persona divina verdadera y diferente? (Luis Carlos Reyes ignoró por completo estas preguntas)

El único entendimiento bíblico, es que la voluntad del hombre Cristo Jesús se sometió a la voluntad
de su Padre que es su cabeza, pues 1. Corintios 11:3 declara que “Dios es la cabeza de Cristo”. Es
bajo esta luz que la voluntad humana del Hijo se sometió a la voluntad de su Padre.

Si tu teoría trinitaria fuera correcta, entonces deberíamos encontrar algunos ejemplos de un “Dios
el Hijo” pre-encarnado, que tuvo una voluntad distinta en el cielo antes de que se produjera la
encarnación. Lo mismo debería ser cierto para tu supuesta tercera Persona divina del “Espíritu
Santo” trinitario. Por lo tanto, te desafío a presentar un solo ejemplo que muestre que el Hijo y el
Espíritu tienen dos voluntades divinas distintas, aparte de la voluntad divina del Padre, antes de
que el Hijo de Dios fuera formado en la virgen (Mateo 1:20; Lucas 1:35). (El Sr. Reyes nunca
respondió). El solo hecho de que los trinitarios no puedan encontrar tales ejemplos, prueba que la
voluntad del Hijo era la voluntad humana distinta del hombre Cristo Jesús, que fue hecho
“completamente humano en todos los sentidos” (Hebreos 2:17 - NIV) dentro de la virgen hebrea.

Por lo tanto, en Juan 6:38 no puede haber una supuesta “variación” o cambio en las voluntades, ya
que la voluntad del Hijo es la voluntad de la persona humana distinta que fue enviada al mundo
(Juan 17:18), así como los discípulos fueron enviados al mundo después de que nacieron de
mujeres (Gálatas 4:4). A los trinitarios les encanta aislar los textos individuales para
distorsionar su significado original, sin compararlos con otros pasajes relacionados para
asegurar que sus interpretaciones estén en armonía con todo el consejo de Dios.

Las Escrituras están repletas de ejemplos que nos muestran que Dios tiene una mente, un corazón
y un alma, tal como un hombre tiene una sola mente, un solo corazón y una sola alma. De hecho,
las mismas palabras hebreas y griegas que se usan en la Biblia para designar a la mente, el
corazón y el alma de Dios, se usan para designar la mente, el corazón y el alma de un hombre.

Dios dijo en Jeremías 32:35 (LBLA), “…lo cual no les había mandado, ni me pasó por LA MENTE
que ellos cometieran esta abominación, para hacer que Judá pecara”.

Génesis 8:21, “dijo JEHOVÁ EN SU CORAZÓN (LEB “labe”): No volveré más a maldecir la tierra
por causa del hombre; porque el intento DEL CORAZÓN DEL HOMBRE (LEB “labe”) es malo
desde su juventud”.

Dios dijo en Levítico 26:30, “Destruiré vuestros lugares altos, y derribaré vuestras imágenes, y
pondré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de vuestros ídolos, y MI ALMA os
abominará”.

Así como las Escrituras dicen que Dios tiene una mente, un corazón y un alma, así también las
Escrituras dicen que los seres humanos individuales tienen una mente, un corazón y un alma. Pero
si la doctrina trinitaria fuera verdadera, entonces Dios debería tener tres mentes, tres corazones y
tres almas: una para cada persona divina. Dado que las palabras hebreas y griegas para “alma”
tienen el mismo significado que nuestra palabra española “persona”, Dios como una sola “alma”
tiene que ser una sola “persona”. Los trinitarios no pueden presentar una sola Escritura que
demuestre que Dios ha tenido más de una conciencia mental, más de un corazón consciente, o
más que un alma consciente. Por lo tanto, Dios debe ser una sola mónada (una sola entidad sin
división) con una sola mente, un solo corazón, una sola alma y una sola voluntad divina, en lugar
de tres personas divinas con tres mentes, tres corazones y tres almas.

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