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Con el capítulo 49, amigo oyente, comenzamos otra división del libro de
Isaías. El tema abarca los siguientes asuntos: el discurso de Cristo al
mundo (vv.1-7); la discusión del Señor con Israel (vv. 8-21); y tenemos
una digresión (vv. 22-26), que es el juicio de los opresores de Israel.
Ya hemos dicho con anterioridad que en esta división principal final y
tercera del libro de Isaías, que se titula Salvación y que abarca los
capítulos 40-66, hay una sección tripartita que está señalada el
pensamiento final de cada sección, con las palabras "No hay paz para
los malvados, dice el Señor". En la primera división (capítulos 40-48)
hemos visto el consuelo del Señor, que vino por medio del Siervo. Ahora
en el capítulo 49, y hasta el capítulo 57, comienza la segunda división,
que llamamos la salvación del Señor, que viene por medio del Siervo
sufriente.
Al comenzar el capítulo 49, tenemos la salvación del Señor, y ahora
estamos comenzando a avanzar hacia una revelación definida del Señor
Jesucristo como el Siervo sufriente de Dios. Nos hemos estado
moviendo en dirección a esa revelación desde el mismo principio, pero
al comienzo lo vimos a Él simplemente más como una silueta en un
segundo plano, como el Siervo que trae consuelo al pueblo de Dios.
Cuanto más nos acercamos al capítulo 53, en el que tenemos una
hermosa revelación de la cruz de Cristo, más claramente aparecerá ante
nosotros.
Israel fue el siervo del Señor, pero como tal, Israel había fallado.
Entonces Dios habló de otro Siervo, y ese Siervo era el Señor Jesucristo.
Las Escrituras proféticas hablaron principalmente de Israel como el
siervo de Dios; sin embargo, el significado final se encuentra en la
persona de Cristo. Una ilustración clásica se encuentra en Amos 11:1,
que dice: "Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a
mi hijo". Estas palabras se cumplieron en el Señor Jesucristo (ver Mateo
2:15). La nación fracasó, pero Él que salió de la nación tendrá éxito.
En los primeros 7 versículos de este capítulo 49, tenemos:
Capítulo 50:1-4
El tema de este capítulo incluye la razón para el rechazo de Israel, y el
rechazo de Cristo por parte de Israel. Este rechazo de Cristo por parte
de Israel constituye el obstáculo que deben superar antes de que haya
bendiciones para ellos. Él vino como su Mesías. En realidad fue uno de
ellos. Como dijo Juan en 1:11, "Vino a lo que era suyo, pero los suyos
no le recibieron". Él vino a Su propio pueblo, pero Su propia gente no le
recibió.
Tenemos ahora, en este capítulo 50 de Isaías, en los versículos 1 al 4,
que Dios el Padre indicó la razón para el rechazo de parte de Israel, al
Señor Jesucristo. Luego, en los versículos 4 al 9, Dios, el Hijo, habló en
cuanto a Su humillación, y finalmente, en los versículos 10 y 11, Dios el
Espíritu Santo sugirió que los hombres confíen en Él.
Leamos el primer versículo de este capítulo 50 de Isaías, a partir del
cual: