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La electricidad es una de las principales formas de energía que se consumen en el mundo y

constituye parte integral de la vida de los seres humanos, de hecho, el 14% del consumo
energético de los ecuatorianos es electricidad.

Esto permite producir efectos luminosos, mecánicos, caloríficos, químicos y otros, presentes en
todos los aspectos de la vida cotidiana como en los electrodomésticos, el transporte, la
iluminación, la industria, por citar algunos.

En comparación con el petróleo y sus derivados se establecen tres ventajas principales: su


generación puede provenir de fuentes renovables; el transporte de electricidad es relativamente
más simple y eficiente; y generalmente las tecnologías de usos finales de esta son más
eficientes que las de otros energéticos.

A manera de ejemplo y tomando el caso de Ecuador, actualmente se impulsa la cocción por


cocinas de inducción, las cuales utilizan electricidad y son más eficientes que las tradicionales
de gas licuado de petróleo (GLP).

En este contexto se puede predecir que en el futuro la participación de la electricidad irá


creciendo debido a su uso preferente en las tecnologías de usos finales.

Para abastecer la demanda de esta fuerza impulsora, deberá ser generada en centros de
transformación o centrales de generación eléctrica. En el país, esta proviene de fuentes
hidráulicas (energía potencial del agua), térmicas (calor generado por combustibles fósiles),
solares (sol), eólicas (viento) y de aprovechamiento de la biomasa (residuos orgánicos).

Según datos del Balance Energético Nacional del Ministerio Coordinador de Sectores
Estratégicos 2015 (año base 2014) en términos de potencia, Ecuador cuenta con más de 5.000
MW de capacidad instalada:

 56% térmica;
 42% hidráulica;
 0,5% solar y
 0,4% eólica.

En cuanto a energía eléctrica se consumieron 14.266 GWh:

 49,1% proveniente de centrales térmicas;


 45,6% de hidráulicas;
 1,6% biomasa;
 0,3% eólica y
 0,1% solar.

El 3% restante corresponde a importaciones de electricidad desde Colombia y Perú. Esto


indica un predominio en el consumo de fuentes de origen fósil dentro de la matriz eléctrica
nacional.

En lo que respecta a la generación térmica, se tienen varias tecnologías de transformación


como: turbo vapor (ciclo termodinámico de vapor); turbo gas (ciclo termodinámico de gas) y
motores de combustión interna (ciclo termodinámico Otto y Diésel), ya que cada una aprovecha
un combustible fósil distinto; los más utilizados son: fuel oil 40,8%; gas natural 20,3%; diésel
19,9%; petróleo 8,5% y bagazo de caña 6% dando un total de más de 22.000 kBEP (kilo
barriles equivalentes de petróleo).

Se hace énfasis en la generación térmica ya que su fuente primaria de energía es no


renovable, a excepción del bagazo de caña. Lo idóneo es reducir el consumo de estos
derivados, para lo cual, Ecuador ha venido desarrollando proyectos de generación hidráulica,
solar y eólica en los últimos años.

En cuanto a centrales hidráulicas, los proyectos recién construidos o en proceso de


construcción son: Delsitanisagua, Manduriacu, Mazar Dudas, Quijos, Sopladora, Toachi
Pilatón, Minas San Francisco y Coca Codo Sinclair, siendo este último el de mayor capacidad
con 1.500 MW de potencia instalada.

Como proyectos de energía renovable no convencional el más destacado es el Parque


Eólico Villonaco, ubicado en Loja con 16,5 MW de potencia instalada. Otros proyectos se han
desarrollado en la provincia de Galápagos.

La electricidad se utiliza en casi todas las actividades del ser humano y su tendencia de
consumo es creciente, por lo tanto, para que este tipo de poder sea sostenible es necesario
que la generación provenga de fuentes renovables.

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