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a .
No tenemos mayores diferencias
en la Cristología, pero tal como es
el caso con la salvación y con la
revelación, la diferencia está en lo
que añaden a esta doctrina.
Los católicos consideran al Jesús
divino y salvador
María es la madre de Dios, de
Jesús, por lo tanto, es la madre del
Cuerpo, La iglesia.
No tenía el pecado original. Fue
llevada a la gloria del Cielo y
elevada al Trono por el Señor
como Reina del Cielo.
Es corredentora junto con Cristo
Ellos enseñan que la doctrina
católica romana de la salvación
son los Siete Sacramentos, los
cuales son; Bautismo,
Confirmación, Penitencia,
Comunión (la Eucaristía),
Extremaunción, Orden Sacerdotal,
y Matrimonio. Los católicos por
otro lado, creen que la justicia e
Cristo es impartida al creyente por
la “gracia a través de la fe”, pero
en sí misma no es suficiente para
justificar al creyente. El creyente
debe “complementar” la justicia
que Cristo le impartió, con obras
meritorias.
Según el catecismo (n. 1213), por
el Bautismo los cristianos son
liberados del pecado y Cena del Señor, pero no
regenerados como hijos de Dios,
llegan a ser miembros de Cristo y
son incorporados a la Iglesia y
hechos partícipes de su misión.
PROTESTANTES
.
Cristo es el Salvador, es la
segunda persona de la trinidad.
Los protestantes creemos en el
Solo Cristo. Nadie va al Padre
sino por Cristo. El es el camino, la
verdad y la vida. No lo es María,
ni ningún otro santo o aún
sacerdote que nos lleva a
encontrarnos con Dios mismo.
Otra de las “Cinco Solas” de la
reforma fue la “Sola Fide” (solo la
fe), con la que afirman que la
doctrina bíblica de la justificación
es solamente por gracia, a través
solamente de la fe en Jesucristo
solamente (Efesios 2:8-10).
Los protestantes creen que con la
base de la fe en Cristo solamente,
los creyentes son justificados por
Dios, porque todos sus pecados
fueron pagados por Cristo en la
cruz y Su justicia es imputada a
ellos.
Los protestantes tienen dos
sacramento: el bautismo y la
atribuyen al bautismo con valor
salvífico, sino medio de gracia. El
bautismo es símbolo y testimonio
de que pasamos a formar parte
del pueblo de Dios por medio de
la fe.
Los católicos por otro lado,
rechazan la doctrina de “Sola
Scriptura” y no creen que solo la
Biblia sea suficiente. Ellos creen
que ambas; la Biblia y la tradición
del sagrado catolicismo romano,
son igualmente importantes para
el cristiano.
Además existe un magisterio que
se reserva la interpretación
correcta del texto sagrado, todos
los católicos deben creer lo que
ellos interpretaron.
El Purgatorio, de acuerdo con la
Enciclopedia Católica, es un “lugar
o condición de castigo temporal
para aquellos que, dejando esta
vida en gracia de Dios, están, no
enteramente libres de faltas
veniales, o no han pagado
totalmente la satisfacción debida
a sus transgresiones.”
Toman textos de libros
deuterocanonicos para respaldar
esta creencia (2 Macabeos 12:42-
45).
El punto de vista Católico Romano
de la salvación, implica que la
expiación de Cristo en la cruz, no
fue pago suficiente por los
pecados de aquellos que creen en
Él, y que aún un creyente debe
expiar o pagar por sus propios
pecados, ya sea a través de actos
de penitencia, o de tiempo en el
Purgatorio.
La fase de la confesión consiste en
la enumeración verbal de todos
los pecados mortales a un
sacerdote con facultad de
absolver. Los sacerdotes están
obligados a guardar en secreto los
pecados confesados durante esta
fase.
Los protestantes creen que solo
la Biblia es la única fuente de la
revelación especial de Dios a la
humanidad, y como tal, nos
enseña lo que es necesario para
nuestra salvación del pecado. Los
protestantes ven la Biblia como la
norma por la cual todo el
comportamiento cristiano debe
ser medido. Esta creencia es
comúnmente conocida como
“Sola Scriptura”. Creen que la
Biblia enseña que Dios envió al
Espíritu Santo para morar dentro
de todos los creyentes nacidos de
nuevo, capacitando a todos los
creyentes para comprender el
mensaje de la Biblia.
Los protestantes creen que a
causa de que somos justificados
por la fe en Cristo solamente, y
que la justicia de Cristo es
imputada a nosotros – cuando
morimos, iremos directamente al
Cielo para estar en la presencia
del Señor (2 Corintios 5:6-10 y
Filipenses 1:23).
La Biblia enseña una y otra vez
que es solo la muerte de Cristo la
que puede satisfacer o aplacar la
ira de Dios contra los pecadores.
(Romanos 3:25; Hebreos 2:17; 1
Juan 2:2; 1 Juan 4:10). Nuestras
obras de justicia no pueden
añadir nada a lo que Cristo ya ha
realizado.
El ministro prostestante no tiene
la capacidad de absolver de
pecado solo Cristo. No existe el
sacramento de la confesión.
La confesión es un derecho que
tiene todo creyente pero tiene la
libertad de compartirlo con
cualquier hermano de la iglesia
de Cristo.
Los católicos creen que todos los
bautizados participan del sacrificio
de Cristo (co-redención) al ofrecer
sus dolores y sufrimientos para la
remisión de los pecados suyos y
de los demás ya que son parte de
la Iglesia, Cuerpo de Cristo. Esta
participación es conocida como
sacerdocio común de los
fieles. Además, creen que Jesús
instituyó un sacerdocio ministerial
entre los Apóstoles y sus
sucesores para la celebración de
los sacramentos, especialmente la
Eucaristía, y realizar otras tareas
pastorales.
De acuerdo con el Catolicismo, el
Papa es el “Vicario de Cristo” (un
vicario es un sustituto), y toma el
lugar de Jesucristo, como la
cabeza visible de la Iglesia. Como
tal, él tiene la habilidad de hablar
“ex cátedra” (con autoridad sobre
asuntos de la fe y la práctica), y
cuando él lo hace, sus enseñanzas
son consideradas infalibles y
obligatorias sobre todos los
cristianos. Los católicos se apoyan
en la sucesión apostólica como
una manera de tratar de
establecer la autoridad del Papa.
El sacerdocio de todos los
creyentes es una doctrina
cristiana basada en varios
pasajes del Nuevo Testamento.
Es enfatizado para rechazar
cualquier concepto de sacerdocio
ministerial, tal como se encuentra
en la tradición católica. Un
ejemplo destacado se encuentra
en la Primera epístola de Pedro,
2:9
Los protestantes creen que
ningún ser humano es infalible, y
que solo Cristo es la cabeza de la
iglesia. Creen que la autoridad de
la iglesia no viene de la sucesión
apostólica, sino que se deriva de
la Palabra de Dios. El poder
espiritual y la autoridad no
descansan en las manos de
hombres comunes, sino en la
misma Palabra de Dios
registrada en la Escritura.