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PREDICA El poder de Dios en tu debilidad

Por George Rieckehoff


Iglesia de Cristo, Bayamón, Puerto Rico

“Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios. Pues también
nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para con
vosotros.” 2 Corintios 13:4

A. A Dios le encanta usar a los débiles.


1. Todos tenemos debilidades.
a) Es más, tú tienes un manojo de defectos e imperfecciones: físicas,
emocionales, intelectuales y espirituales.
b) También tienes un sinfín de circunstancias incontrolables que te debilitan, como
las limitaciones financieras o relacionales.
c) Lo más importante es: ¿qué haces con ellas?
d) Solemos negar nuestras debilidades, las defendemos, las excusamos, las
ocultamos y las resentimos.
e) Eso le impide a Dios usarlas de la manera que desea hacerlo.
2. Dios tiene una perspectiva diferente de tus debilidades.
a) Dios dijo: “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis
caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que
vuestros pensamientos”. (Isaías 55:9) De modo que a menudo actúa en
maneras exactamente opuestas a lo que esperamos.
b) Pensamos que Dios solo quiere usar nuestras fortalezas, pero también quiere
usar nuestras debilidades para su gloria.
c) La Biblia dice: “…y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo
fuerte”. (1Corintios 1:27)
d) Tus debilidades no son un accidente. Dios deliberadamente las permitió en tu
vida con el propósito de demostrar su poder a través de ti.
B. A Dios nunca le impresionó la fuerza ni la autosuficiencia.
1. De hecho, Dios es atraído a los débiles que admitan serlo.
2. Jesús consideró el reconocimiento de nuestras necesidades como un atributo de
los “pobres en espíritu…” (Mateo 5:3). Esta actitud es la que él bendice.
C. La Biblia está llena de ejemplos de cómo Dios ama y usa a los
imperfectos, a las personas ordinarias, para hacer cosas
extraordinarias, a pesar de sus debilidades.
1. Si Dios usara solo a personas perfectas, nada sería hecho, porque ninguno de
nosotros es perfecto.
a) Que Dios use a los imperfectos es muy alentador para todos nosotros.
b) Una debilidad, o “aguijón”, como Pablo lo llamó, no es un pecado, ni vicio, ni un
defecto de carácter que puedas cambiar.
c) Una debilidad es cualquier limitación que tengas, o heredaste, y no tienes poder
para cambiarla.
d) Puede ser una limitación física, como una enfermedad crónica, falta de energía
o una incapacidad.
e) Puede ser una limitación “emocional”, como un trauma, una personalidad
excéntrica o una disposición hereditaria.
f) O puede ser un talento o limitación “intelectual”.
2. No todos somos super inteligentes o talentosos.
a) Cuando piensas en las limitaciones de tu vida puedes ser tentado a
concluir: “Dios nunca podría usarme”.
b) Pero a Dios no lo detienen nuestras limitaciones.
c) De hecho, Dios disfruta poner su poder en envases comunes.
d) La Biblia dice: “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la
excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”. (1Corintios 4:7)
e) Igual que la artesanía común, somos frágiles, defectuosos y fáciles de quebrar.
f) Pero Dios nos usará si le permitimos trabajar por medio de nuestras debilidades.
g) Para que esto ocurra debemos seguir el modelo de Pablo.
D. Reconoce tus debilidades. Admite tus imperfecciones.
1. Deja de pretender que tienes todo bajo control y sé honesto contigo mismo.
2. En lugar de vivir negando o dando excusas, toma tiempo para identificar tus
debilidades personales.
3. Dos grandes confesiones en el Nuevo Testamento ilustran lo que necesitamos para
vivir saludablemente.
a) La primera fue de Pedro que le dijo a Jesús: “…Tú eres el Cristo, el Hijo del
Dios viviente”. (Mateo 16:16)
b) La segunda fue de Pablo, que le dijo a la multitud idólatra en Listra: “…Varones,
¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a
vosotros…”. (Hechos 14:15)
(1) Si quieres que Dios te use, debes conocer quién es Dios y quién eres tú.
(2) Muchos cristianos, sobre todo líderes, olvidan la segunda verdad. ¡Solo
somos seres humanos!
E. Alégrate con tus debilidades.
1. Pablo dijo: “… Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.
Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que
repose sobre mí el poder de Cristo”. (2 Corintios 12:9)
a) Al principio, esto no tiene sentido. Aspiramos a ser libres de nuestras
debilidades. ¡Pero nos alegramos con ellas!
b) Sin embargo, el contentamiento es una expresión de fe en la bondad de Dios.
2. Pablo da muchas razones para alegrarnos con nuestras debilidades.
a) El apóstol, refiriéndose a su propia debilidad que Dios no quiso quitarle,
dijo: “Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en
necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil,
entonces soy fuerte”. (2 Corintios 12:10)
b) Cuando te sientas débil, Dios te estará recordando que dependes de él.
F. Nuestras debilidades también previenen la arrogancia.
Mantienen tu humildad.
1. Pablo dijo: “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase
desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de
Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera”. (2 Corintios 12:7)
2. A menudo, Dios nos conecta a una debilidad o a una fortaleza mayor para mantener
nuestro ego controlado.
3. Una limitación puede actuar como un regulador que nos previene de no ir muy
rápido y adelantarnos a Dios.
a) Cuando Gedeón reclutó un ejército de 32,000 soldados para pelear contra los
madianitas, Dios lo redujo a 300 hombres, estableciendo una desigualdad de 450
a 1, ya que fueron a pelear contra 135,000 de las tropas enemigas.
b) Esto pareció una fórmula para el desastre. Sin embargo, Dios lo hizo para que
Israel reconociera que no fue por sus propias fuerzas sino por el poder de Dios
que se salvaron.
G. Nuestras debilidades también nos animan al compañerismo
entre los hermanos.
1. Mientras la fuerza cultiva un espíritu independiente –“Yo no necesito de nadie”-
nuestras limitaciones muestran cuánto nos necesitamos unos a otros.
2. Cuando tejemos las trenzas débiles de nuestras vidas, una soga muy fuerte se
crea.
3. Un cristiano solo es frágil, pero unido a los muchos que forman la iglesia, entonces
es fuerte.
H. Todos los gigantes de Dios fueron personas débiles.
1. La debilidad de Moisés era su temperamento.
a) Le condujo a matar a un egipcio, golpear la roca cuando se suponía que debía
hablarle, y a romper las tablas de los Diez Mandamientos.
b) No obstante, Dios transformó a Moisés en “el hombre más manso de la
tierra”. (Número 12:3)
2. La debilidad de Gedeón era su baja autoestima y una inseguridad profunda. Sin
embargo, Dios lo transformó en “un varón esforzado y valiente”. (Jueces 6:12)
3. La debilidad de Abraham era el temor.
a) No una, sino dos veces, para protegerse, dijo que su esposa era su hermana.
b) No obstante, Dios transformó a Abraham en “el poder de todos los
creyentes”. (Romanos 4:11)
4. Impulsivo, de voluntad débil, Pedro se convirtió en “una piedra pequeña” (Mateo
16:18), en un líder.
5. David, el adúltero, se convirtió en “un varón conforme al corazón de Dios”.
(Hechos 13:22).
6. Juan, uno de los arrogantes “Hijos del Trueno”, se convirtió en “el apóstol de
amor”.
7. Hebreos 11:32-34 dice: “¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando
de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los
profetas; …sacaron fuerzas de debilidad…”.
8. Dios quiere tomar tu debilidad más grande y transformarla.
I. Comparte sinceramente tus debilidades.
1. Ministrar empieza con ser VULNERABLE.
2. Quítate la máscara y comparte todo lo que guardas –tus luchas- de manera que
Dios pueda usarte en servir a otros.
3. Pablo mostró ser vulnerable en todas sus cartas. Expresó
con sinceridad:
a) Sus fallas (Romanos 7:19). “Porque no hago el bien que quiero, sino el mal
que no quiero, eso hago.”
b) Sus sentimientos (2 Corintios 6:11). “Nuestra boca se ha abierto a vosotros, oh
corintios; nuestro corazón se ha ensanchado.”
c) Sus frustraciones (2 Corintios 1:8). “…pues fuimos abrumados sobremanera
más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de
conservar la vida.”
d) Sus temores (1 Corintios 2:3). “Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho
temor y temblor…”
4. Por supuesto, ser vulnerable es un riesgo.
a) Puedes tener miedo a bajar tus defensas y a abrir tu vida a otros.
b) Cuando revelas tus fallas, tus sentimientos, tus frustraciones y tus temores, te
arriesgas a ser rechazado.
c) Pero los beneficios valen la pena.
d) Ser vulnerable te ayuda a liberarte emocionalmente, alivia el estrés, desactiva
tus temores y es el primer paso para la libertad.
e) Sabemos que Dios “da gracia a los humildes”, pero muchos malinterpretan
esto.
(1) La humildad no es negar tus fuerzas o ponerte por debajo de otros; es ser
honesto acerca de tus debilidades.
(2) Mientras más sincero seas, más recibirás la gracia de Dios. También
recibirás gracia de otros.
f) Ser vulnerable es una cualidad que apreciamos; somos naturalmente atraídos
hacia los humildes.
g) Las pretensiones repelan. No obstante, la autenticidad atrae, y el ser
vulnerable es el camino hacia la intimidad. Por eso es que Dios quiere usar tus
debilidades, no solo tus fortalezas.
J. Nuestras fortalezas crean competencias, mientras que nuestras
debilidades producen comunión.
1. En cierto punto de tu vida, debes decidir si quieres “impresionar” a las personas o
“influenciarlas”.
2. A distancia, puedes impresionar a la gente, pero debes estar cerca para influir en
ella, y claro, si lo estás, es posible que vean tus defectos.
a) Eso es bueno. La cualidad esencial para el liderazgo no es la perfección, sino la
credibilidad.
b) ¿Cómo puedo forjar mi credibilidad? No pretendiendo ser perfecto, pero sí
honesto.
K. Gloríate en tus debilidades.
1. Pablo dijo: (2 Corintios 12:5) “…pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en
mis debilidades”.
2. En vez de mostrarte autosuficiente e insuperable, obsérvate a ti mismo como
un trofeo de gracia.
3. Cuando Satanás apunte a tu debilidad, acuérdate de Dios y llena tu corazón con
alabanzas a Jesús que “entiende cada debilidad nuestra” y al Espíritu Santo,
que “nos ayuda en nuestra debilidad”.
4. Sin embargo, algunas veces Dios convierte una fortaleza en
debilidad para usarnos aún más.
a) Jacob era un manipulador que gastó su vida intrigando para después correr por
sus consecuencias.
b) Una noche, mientras luchaba con Dios, dijo: “No voy a dejarte hasta que me
bendigas”. Dios le respondió: “Está bien, pero entonces le agarró el muslo a Jacob
y le dislocó la cadera”. ¿Qué significa eso? Dios tocó la fuerza de Jacob –el
músculo del muslo es el más fuerte del cuerpo- y lo transformó en debilidad.
Desde ese día en adelante Jacob caminó cojeando de manera que nunca más
pudo huir. Eso lo forzó a apoyarse en Dios, quisiera o no.
c) Si quieres que Dios te bendiga y te use en gran manera, debes querer caminar
cojeando el resto de tu vida, porque Dios usa a las personas débiles.

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