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U DESTMJICIÜN DE JERUSALEM

AQUÍ C O M I E D A L A HYSTOB.IA DEL NOBLE Y E S - Y desque vio el emperador que todos los
PASIAIÍO, ESÍPEBADOR DE R O M A ; COMO E3TSAL- físicos e curujanos lo hauian desamparado,
00 LA FE DE J E S T T C H B I S T O PORQUE LO SAIíO DE pensó entre si que no seria mucha la su vida,
LA LEPRA QUE E L TENIA, Y DEL DESTBUY- pero que antes que muriesse quería que fues-
MIEiíTO DE J E R U S A L E M Y DE L A MUERTE DE se su fijo Titus emperador, por que rigesse
PlLATUS. e gouernasse todo el inperio, e hizo venir
ante si el su senescal, el que auia nonbre
Grays, e mandóle que fíziesse hazer cartas, e
COMLErTgA EL LIBRO mando por todo el inperio de parte del em-
perador a todos los reyes e duques e condes
A cabo de quarenta e dos años que Jesu que dende en ciertos dias fuessen juntados
Christo señor fue puesto en la cruz, hauia en Roma, por razón que el emperador quería
vn honbre que era enperador en Eoma, el tener cortes e quería coronar a su hijo Titus
qual auia nonbre Yespasiano, el qual seño- emperador. E assi que las cartas e los man-
reaba el Imperio romano, e Lombarclia, e dados se hizieron por todo el inperio, e en
Toscana, e Jerusalem, e muchas partidas pocos dias fueron ayuntados en Roma reyes
del mundo, e auia vn fijo que auia nonbre e duques e condes, e otros muchos grandes
Titus. Este emperador Yespasiano adoraua honbres e muy muchas conpañas, e quando
los jalólos, e auia grandes riquezas, e deley- fueron llegados, fueron a ver el emperador a
tauase en los vicios carnales deste mundo. los palacios donde estaua, e hizieronle reue-
E por el pecado en que biuia, nuestro señor rencia, e miráronle en la faz, e vieronle tan
Jesu Okristo embiole vna enfermedad muy feo e de mala dolencia, que no pudieron es-
grande en la su faz, e aquesta enfermedad tar que no llorassen del fiero mal de su se-
e llaga que tenia, todos dias le crecia tanto, ñor; e el emperador, quando los vido asi llo-
que todos los de la corte del emperador, rar a todos, empecoles de dezir estas pala-
veyendo que cada dia empeoraría, ouieron bras: ¿Nobles reyes e hermanos, no lloreys
acuerdo que ouiessen físicos e curujanos, los por esta dolencia que los nuestros dioses nos
mejores que pudiessen auer, assi que ouie- han dado, mas quando a ellos plazera, ellos
ron de embiar por muchas partes del impe- nos sanaran, mas rogadles que nos quieran
rio que viniessen los mejores físicos e curu- dar salud».
janos a Roma por sanar al emperador, assi
que em pocos dias fueron ayuntados muchos
CAPITULO I.—De la respuesta que dio el se-
físicos e curujanos en Roma por sanar al em-
nescal al emperador.
perador, e assi como fueron ayuntados ouie-
ron de consejo que fuessen todos a ver el en- Entonces respondió Grays su senescal, que
perador. E quando fueron ante el, e vieron la estaua delante del emperador, e en presen-
su dolencia, acordaron cada vno por si todos cia e delante de todos, dixo al emperador:
en vno curassen del emperador. Y quanto «De vos me marauillo mucho, señor, e como
mas le hazian, mas crecia, e tanto, que hon- podeys dezir que los vuestros dioses, que
bre no le podia ver los dientes ni las quisa- son ydolos, ayan poder de os sanar de vues-
das. Assi que los físicos, desque vieron que tra dolencia, ca ellos no han poder de fazer
uo lo podían sanar ni guarecer, todos se fue- bien, sino todo mal; la razón, porque en el
ron para sus tierras, de manera que no que- mundo no ay sino vn Dios todo poderoso,
do físico ninguno ni ourujano en Roma, que el qual fizo y formo todo el mundo, e es ma-
todos lo desampararon y por miedo del em- yor que los vuestros dioses, que no han
perador ay no quedaron. poder de os sanar, mas hazer mucho mal».
380 LIBROS DE CABALLERÍAS
CAP. II,—De las palabras que eran entre el do vos, señor, firme fe, e esperanca, e firme
emperador e su senescal. creencia en aquel santo profeta Jesu Christo
como es verdadero Dios todo poderoso».
Respondió el emperador a Grays su senes-
cal, e díxole: «¿Como sabes tu que otro dios CAP. 111.—De como el emperador pregunto si
ay sino los nuestros?». «Señor, yo lo se muy Jesu Christo creya en los y dolos.
bien, e dezirvoslo he como lo se. Deueys sa-
ber, señor, que en el tiempo que vuestro se- «Amigo Grays, dime tu si este saneto pro-
ñor padre Cesar Augusto era biuo y era em- feta creya en los nuestros dioses»; e respon-
perador, aqui en Roma auia TU hombre que dió Grays el senescal, e dixo: «De vos me
era discípulo de vn gran propheta que mata- marauillo, señor, como podeys dezir que el
ron los judios en Jeiusalem, y predicaua señor de todo el mundo crea en los ydolos ni
aqui en Roma a muchas gentes escondita- en los vuestros dioses, que el es señor de los
mente, por miedo de vuestro padre y de las dioses e mayor que todos ellos».
sus gentes que no lo matassen; y dezia como
en Jerusalem auia estado vn grande profeta, CAP. IV. —De como el emperador etnbio a
el qual auia nonbre Jesu Christo, y que este
santo profeta, que tenía setenta y dos discí- buscar las reliquias de Jesu Christo por
pulos que yuan con el, y que entre estos señal de Qays.
discípulos eran los doze de su secreto, y ele Respondió el emperador al senescal: «Yo
aquestos doze fue el vno que lo vendió a los vos digo e vos mando que si ello assi es como
judios por treynta dineros. El qual auia non- dezis, que luego agora vos aparejeys para
bre Judas Escarioth; y quando houo recebi- passar en Jerusalen alli donde era aquel san-
do los treynta dineros, que se arrepintió de to profeta, ca yo prometo que si este saneto
la traycion y del gran mal que auia hecho, profeta me guarece ele aquesta enfermedad e
y que torno los dineros a los judios, mas de aquesta dolencia, que yo vengare la su
ellos no los quisieron tomar, que el los echa- muerte, e dezid a Pilatos mi adelantado que
ra en el templo de Salomón y que se fue a como no me ha embiado el tributo que me
ahorcar, y que los diablos le lleuaron la su deue de siete años, e dalde esta carta mia».
anima a los infiernos para sienpre. y que E luego Grays el senescal se aparejo para
los judios traydores tomaron al santo pro- passar en Jerusalen por mandado del empe-
pheta muy abultadamente por los milagros rador. E Gays tomo cinco caualleros que lo
que hazia, ca el sanaua los enfermos de aconpañaron, e despidiéronse del emperador,
qualquier enfermedad que fuesse, y sanaua e caualgaron hasta vn lugar que ha nonbre
los contrechos y sanaua los endemoniados, y Barleta y es puerto de mar. E quando Grays
resuscitaua los muertos. Assi, señor, por el el senescal fue llegado al lugar, hizo armar
bien que aquel santo propheta hazia, ouie- vna fusta para passar en; Jerusalen. y en
ronle muy grande embidia los traydores de quinze dias fue armada, e hizo poner en ella
los judios, y assi que lo acusaron ante el muchas viandas que fueron menester, e des-
adelantado Pilatos, y luego Pilatos juzgólo y que fue bastecida, metiéronse dentro; e nues-
atormentólo muy mal, ca el fue acotado y tro señor Dios quiso que tomasen puerto en
coronado de espinas, y fue enclavado con la cibdad de Aere, e después partiéronse de
grandes y gruesos clauos por los pies y por Acre e arribaron al puerto de Jafa, que es a
las manos en vna cruz; y mas auia, que le tres jornadas de Jerusalen. E quando fueron
dieron a beuer fiel y vinagre, y mas, señor, en Jafa, estuvieron ay tres dias, e de alli
que le dieron vna lanzada por el su costado, caualgaron hasta Jerusalen tan solamente el
E assi que, señor, vos ved el galardón que senescal Grays e los cinco caualleros, e toda
le dieron por el bien que les hazia. T por la otra compaña quedo en Jafa.
tanto, señor, yo no se otro dios en el mundo
sino un solo Dios todo poderoso, que hizo el
cielo e la tierra e todos los hombres, y es CAP. Y.—De como llego Gayes en Jerusalen
mayor que todos los vuestros dioses, porque, e de como lo aeogio Jacob en su casa, e de
señor, yo no veo mejor sino que embieys a como dixo el senescal Gays a Jacob por que
Jerusalen, donde fue aquel saneto profeta auia venido a Hierusalem.
crucificado, si por ventura pudiessen auer
algunas- cosas o reliquias que ouiessen esta- Al tercero dia llegaron a las puertas de
do de aquel saneto profeta, o que le ouiessen Jerusalen, e alli hallaron vn honbre que
tocado, que creo yo que luego que vos, señor, auia nombre Jacob, el qual era padre de Ma-
la viesedes, que luego seriades sano, auien- ría Jacobe, y el senescal pregunto a Jacob a
donde auia posada. E Jacob respondió al se-
LA DESTRUIOIO: DE JERUSALEM 381
nescal, e clixo: «Señor, vos venid comigo, ninguna guisa el adorar de aquellos». Y
que yo vos mostrare buena posada»; e Jacob respondió Jacob, e dixo: «Señor, tornadvos
lleuolo a su casa, e ouieron viandas, e refres- para Roma a mi señor el enperador, e dezicl-
cáronse y holgaron todo aquel dia, e desque le que si [no] cree en el santo profeta, que
vino la noche dormieron e holgaron; quando por ningún tienpo no guarecerá, mas si el
vino la mañana, Jacob se leuanto antes que cree que el es verdadero Dios todo poderoso,
el senescal, e desque se leuanto el senescal, luego sera sano de la enfermedad, asi como
Jacob lo tomo por la mano e dixole: «Señor muchos otros son sanos por la su creencia.
huésped, seays muy bien venido e toda vues- E contarvos he vn gran milagro que en esta
tra compaña, por que vos ruego que me di- cibdad acaeció. Yna muger que auia nonbre
gays de donde soys, e como os dizen, y por Yeronica, e fue de tierra de Galilea, la qual
que causa soys venido a esta cibdad, ca por auia muy gran enfermedad e fuerte, ele gui-
ventura yo vos daria recaudo, e no quedara sa que no osaua estar entre las gentes, e
por mi de vos dar buen endereco de todo, como ella supo que el sancto profeta lleua-
assi como si fuessedes mi hermano, e desto uan a la cruz, ouo muy gran dolor; como
aued vuestro acuerdo, que no se mas que ella creya en su coracon que aquel señor la
vos diga». Respondió el senescal, e dixo a sanaría de la su enfermedad, llorando vínose
Jacob: «Señor, a mi dizen Gays, e soy de para el lugar del monte Caluario, adonde los
Roma, y senescal de mi señor y vuestro el judeos auian ele poner a Jesu Christo en la
emperador, e soy venido en esta tierra por cruz, e al pie de aquella cruz estaua enten-
mensajero de mi señor e por hallar algunas diendo su madre con vn discípulo que dezian
cosas que sean prouechosas a el. Porque vos Juan. E la Yeronica, desque oyó de como le
aueys de saber que mi señor el emperador lleuauan tan abultadamente, tenía en su ma-
ha vna dolencia muy fuerte en la su faz, e no vn paño de lino, e quando el santo profe-
no se ha podido hallar físicos ni ourujanos ta emparejo con ella, dixole: «Muger, dame
en el mundo que lo puedan guarescer, por- esse paño con que me alimpie la faz»; e la
que aquella dolencia cada dia crece, assi que santa Yeronica diogelo, e quando el santo
le ha gastado e comido la su faz de manera, profeta houo alinpiado la su faz, tornogelo,
que le parescen los dientes e las quixadas; e dixole assi: «Muger, alca esse paño, qué
e quanto mas melezina le ponen en la llaga, con esse sanaras». E quando la Yeronica lo
mas crece y empeora, porque sabed que yo touo assi, abrió el paño e vio en el la faz del
soy venido en esta tierra si por aventura po- sol santo profeta, y luego fue sana e limpia
dría hallar aqui algunas cosas que fuessen de toda dolencia, bien assi como el dia en
prouechosas a mi señor, para lo sanar de que nascio, por la buena creencia que ella
aquella fuerte dolencia, porque vos ruego hauia en el santo propheta Jesu Christo todo
que no sea encubierta ninguna cosa que sea poderoso, que es e sera por siempre».
prouechosa para mi señor, e sabed que yo
no tornare jamas a Roma hasta que halle
remedio para mi señor el enperador; por CAP. YII. — Como Gays rogo a Jacob que
tanto, señor, os plega que si sabeys algunas embiasse por la muger Veronici.
cosas que sean prouechosas, que no me sean Respondió Gays el senescal a Jacob, e di-
negadas, e yo hazervos he el mayor de la xole: «Señor, todo esto creo yo verdadera-
casa de mi señor el emperador sobre quan- mente, mas yo vos ruego que embiedes por
tos en ella son». essa muger Yeronica, y lleuarla he a mi se-
ñor el emperador, ca yo se bien que el creerá
CAP. VI.—-De las palabras que dezia Jacob firmemente todas estas cosas quando el sera
al senescal que si creya el Emperador en sano de la su enfermedad. E toda la chris-
Jesu Christo. tiandad sera ensaloada. Y avn yo creo que
vengara la muerte del santo profeta». Jacob
Respondió Jacob, e dixo al senescal: «Se- luego enbio por la Yeronica que viniesse a
ñor huésped, ¿sabeys vos si mi señor el em- el; y ella luego vino ante el senescal del
perador cree en aquel santo profeta que aqui emperador que la auia menester. Y quando
en esta cibdad tomo muerte e passion, que Yeronica fue delante del senescal, Jacob le
yo lo vi e lo ayude a descender de la cruz, e dixo la razón por que el senescal era allí
otro su amigo, que auia nombre Joseph Aba- venido, e de como ella auia de yr en Roma
rimatia, y lo posimos en vn monumento que para guarescer e sanar al emperador, que
Joseph auia hecho hazer para si, e resuscito estaua muy mal enfermo de fuerte dolencia;
al tercero dia?» Dixo el senescal: «Señor, e Yeronica clixo que le plazia de yr a Roma,
mi señor adora los ydolos, e no dexaria por que ella creya con la voluntad ele Dios, con
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la qual ella guaresciera e sanara, que el em- emperador, e diole gracias e mercedes del
perador guaresceria. e todo el pueblo creería señuelo que hecho le auia. E salió de Jeru-
en. Jesu Christo si el emperador quisiese salem con la muger Verónica e con los cinco
creer firmemente al santo profeta; e Gays el- caualleros que lo aconpañauan, e vanse por
senescal ouo grande gozo quando vio la bue- sus jornadas hasta que fueron en Cesárea, e
na voluntad de Verónica, e se aparejo para alli entraron en la nao con que vinieran, e
tornar en Roma a su. señor el emperador. andouieron su viaje fasta que fueron en
E Grays el senescal se acordó e dixo a Jacob: Acre, E nuestro señor Dios quisoles dar tan
«Yo quiero hablar con Pilatos»; e Jacob le buen viento que en pocos días llegaron a
dixo: «Yo y re con vos»; e anbos a dos se Barleta, donde llegaron con gran gozo que
fueron a Pilatos. e habláronle delante del tornauan a su tierra. E alli estuuieron dos
templo de Salam.cn, e el senescal saludóle, e clias, e al tercero dia caualgaron en sus ca-
dixole: «Pilatos, yo mensajero so del empe- uallos, e vanse para Roma; e el senescal
rador mi señor e vriestro que es: inandavos auia grande esperanca en el santo profeta
que por mi le enbiedes el tributo que le de- que su señor sanaría, por donde el aleanca-
neys de vij. años, e aueys hecho muy mal ria grande honrra e mucho prouecho. Y con
en no le enbiar el tributo de cada año, e por esta esperanca caualgo el senescal con la
cierto el emperador se tiene de vos por mal santa muger Verónica e con la otra su con-
pagado; mas enpero por quanto esta tierra es paña por sus jornadas, hasta llegar a Roma,
tan lueñe, yo vos escusare lo mas que pudie- en donde el emperador lo estaua aguardando
re, en tal manera que no vos lo terna en con grande clesseo.
mal; e desto aued vuestro acuerdo e consejo;
catad aqui yo soy el senescal, y creedme lo
que vos digo por mi señor, e aya vuestra CAP. V I I I . - - D e como plugo al emperador
respuesta». E quando Pilatos ouo entendido con la venida de Gays su senescal.
al senescal, recibido la carta, e ftzole mal Quando el emperador oyó dezir que Guys
rostro, e respondióle muy alternamente e ame- su senescal era venido, ouo gran gozo e pla-
nazándole, e dixole que auria en acuerdo. Y zer, e desseaua mucho -hablar con el por la
luego Pilatos se aparto con vn mal hombre su salud. En la sazón que Grays su senescal
que era su senescal, que auia nombre Barra- fue llegado a Roma, el emperador arda he-
bas, el qual ley la carta del emperador, e cho juntar sus cortes de tocios los nobles de
quando ouieron ambos a dos hablado, torná- su inperio, assi de reyes como de duques o
ronse a la otra gente alia donde estaua el de condes, e de otros muchos caualleros, por
mensajero del emperador con Jacob, e en quanto el enperador estaua muy mal de su
presencia de todos dixo Barrabas: «Señor dolencia, e temia que no seria mucha su
Pilatos, yo vos do por consejo que no embie- vida. E por esto quería coronar a su hijo Ti-
des el tributo al emperador ni lo tengades tus por emperador, por tal que rigese todo el
por señor^ mas le cu tiple a el que sea señor inperio ('); e el segundo día que Grays el se-
de Roma e de Lonbardia; e avn os digo mas, nescal fue llegado a Roma quando querían
que seguro podeys estar desto: que si el em- coronar a Titus por emperador, quando el
perador acá quisiere venir o passar con sus emperador vicio a Cfays su senescal, ouo muy
conpañas, que por mengua de agua no pue- gran plazer, e preguntóle que si auia halla-
de mucho estar ni biuir en esta tierra, e do alguna cosa con que el ouíesse salud e
quanto mayor poder viniere, mayor daño sanasse de su enfermedad, e el senescal res-
sera suyo, ca se perderán de secl las sus con- pondió: «Señor, alegraos e dad gracias aquel
pañas, por lo qual, señor, no os cabe tener santo profeta Jesu Christo, el qual por los
miedo del emperador»; e Pilatos touo por falsos judíos fue traydo a l a muerte en Jeru-
bueno el consejo que le dio Barrabas, e salem a gran tuerto. Ca yo he hallado vna
quiso prender al senescal del emperador muger del santo profeta Jesu Christo, la qual
por lo matar. Mas Barrabas le dixo: «Seiror, me mostró Jacob, vuestro leal servidor e
no lo fagades; ca mensajero no deue recebir vassallo vuestro, el qual es amigo ele aquel
mal, antes puede dezir todo quanto quiere
del empei'ador e de qualquier que lo embia i (') Vespa-iano (T Flavio Sabino) nació en 17 de
en la mensajería»; e con tanto se partió Grays I noviembre del año 9 a. de O y murió en 14 de junio
el senescal de Pilatos mal pagado, e salióse I del 79. Fue proclamado emperador en Alejandría en
diziendo que mal consejo auia tomado Pila- I 1.° de jubo de! 69. Su origen era humilde y PUS COS-
tos. E quando fue a casa de Jacob, tomo li- |I bino
mimbres senñibi.s y frugales Su hijo Tito Fiavío Sa-
Vespuriauo nació en 30 de diciembre del año 40
cencia del e de toda su conpaña, e prometió- I d. de C. y murió en 13 de septiembre del 81. En su
le que lo ponclria en gracia e merced del j tiempo acaeció la gran erupción del Vesubio, que se-
pultó á ¡as ciudades de Berculano y Pompeya
L A DESTRTTICIO DE J E R U S A L E M 383
sancto profeta; e aquesta muger lie trayclo, mílagro. e creerán mejor en el santo profeta
la qual trae va paño, en el qual esta figura- Jesu Christo, e quando vos, señor, sereys
da la faz ele aquel señor todo poderoso que sano, podreys mejor, coronar el vuestro no-
en la cruz murió. Luego, señor, que vos vea- ble hijo Titus emperador». T el emperador
des aquel santo paño, auiendo firme creen- Vespasiano tuno por bueno el consejo que le
cia en aquel santo profeta que puede íazer dio el senescal, e dixo que a honrra e gloria de
todas estas cosas en vos dar salud a vos e a Dios sea hecho. El senescal se torno, e quando
todos los enfermos, e demandándole merced, lúe en su casa, dixo a la sancta muger Yero-
luego sereys sano e limpio de vuestra enfer- nica: «ili señor el emperador vos ruega que
medad, bien assi como aquella muger que de mañana en amaneciendo que vays ante el,
vos he aqui traydo, que estaua assi como e aparejadvos e rogad aquel santo propheta
vos, e con aquel señal de Jesu Christo guare- Jesu Christo que por la su piedad quiera mos-
ció e sano; porque vos digo en verdad, se- trar el su poder e mostrar milagro en el em-
ñor, que vos adorando en aquel que es ver- perador, según que en vos lo mostró en este
dadero Dios e verdadero hombre todo pode- sancto paño, por que todo el pueblo crea fir-
roso, que tomo carne humana de la virgen memente en Dios todo poderoso». La santa
Santa Maria, e nació sin dolor e sin eorron- muger Verónica no lo puso en oluido. antes
pimiento que no ouo aquella, E quiso morir se entro luego en vna cámara que le fue
en la cruz por saluar el humanal linaje, e dada por el senescal, e allí estuuo toda la
después resucito al tercero dia, e a los qua- noche, las rodillas e los codos hincados en
renta dias se subió a los cielos después que tierra delante del santo paño do estaua la
fue resuscitado en presencia de los sus apos- faz de Jesu Christo, haziendo su oración muy
tóles. E después, a c.<bo de los .x. dias ele su- deuotamertte a nuestro señor Jesu Christo, e
bido, embio el espíritu sancto sobre los apos- la oración es esta en que se sigue.
tóles, e descenderá el dia del juyzio verda-
dero Dios e verdadero hombre, e juzgara los
CAP. X.— De la oración que hizo la Santa
buenos e los malos, e a cada vno dará su ga-
Verónica.
lardón según que aura seruido e fecho E
después, señor., es menester que os baptize- «¡Señor, verdadero Dios, que acogiste al
des con el agua del espíritu sancto, bien assi tu sancto nonbre e diste la tu gracia a los
como los vuestros christianos, e luego sereys tus apostóles Sant Pedro e Sant Pablo, e a
sano, e si todas aquestas cosas vos no hazeys, todos los otros mártires: Tu, señor, sana a
no podreys guarecer de la vuestra enferme- este noble emperador de la fuerte enferme-
dad e de la vuestra dolencia por ningún tien- dad qiie tiene, por que creya e adore a vn
po. Y todas estas cosas he deprendido, señor, Dios todo poderoso, verdadero Dios e verda-
de vn sermón que yo oy predicar en esta eib- dero honbre. E porque todo el su pueblo en
dad en el tienpo de vuestro padre; e avn mas vno venga al santo baptismo. Señor, verda-
en Jerusalen de Jacob, el vuestro leal vasallo, dero Dios, sánalo bien assi como sanaste a
6 amigo del sancto profeta Jesu Christo» . mi; e por la tu piedad e honrra de la bien-
auenturada virgen Santa Maria tu madre!»
E toda la noche estando la santa muger en
CAP. IX. — De como dixo el emperador qtie si la dicha oración, el enperador estuuo pen-
Dios lo daua salud, que el vengaría la muer- sando toda la noche en las palabras que el
te de aquel sancto propheta Jesu Christo. su senescal le auia dicho; e dezia entre si
Respondió el emperador: «Todas estas co- mesmo que como se podia hazer que nuestro
sas que me aueys dicho creo yo firmemente, señor Dios descendiesse del cielo, e que en
e dígovos en verdad que si el sancto profeta el vientre de la virgen tornasse carne huma-
Jesu Christo tocio poderoso me quisiere dar na; y que muger virgen pudiesse concebir
salud en el mi cuerpo, según que yo la auia, sin corrunpimiento, e sin simiente de hon-
que yo vengare la su muerte e le conplire bre pudiesse parir; e avn se marauillaua
todo quanto yo le he prometido, e ruegovos mucho como pudiesse ser que ningún otro lo
que me fagades venir la muger que traxis- lleuasse a la muerte y el lo quisiesse; y que
tes de Jerusalem, e trayga el santo paño que el criador de todo el mundo pudiesse morir
dezis muy santamente e ordenadamente, por ninguna persona, y como era contra de-
assi como pertenesce a tan santo profeta». recho, E avn pensaua mas en la resurrecion
E el senescal le respondió: «Señor, si a vos e ascensión; y estando assi adormiose. y
plaze, de mañana quando sera toda la gente fuele semejante que el estouiesse en vn pa-
llegada, yo traeré la santa muger delante lacio, y que en aquel palacio auia vna cáma-
vos, e todas las gentes verán el graadissimo ra muy ricamente labrada, y que las puer-
384 LIBROS DE CABALLERÍAS
tas de aquella cámara que eran tan bien go despareció la boz; e quando fue de dia
puestas y juntadas, que honbre no las podía claro, Sant Clemente se leuanto a fazer ora-
conocer que alli ouiesse puertas. Ca ella era ción, e vino vna boz del cielo que le dixo:
muy bien cerrada, s¡n finiestra e sin horado «Clemente, vete e passa por la puerta del
ni agujero; y estando assi el enperador vino senescal del emperador, e pon tu coracon en
a el vn infante, e entro por la su cámara. esto que te sera mostrado». E Sant Clemen-
T quando el emperador esto vido, fue mucho te hizo lo que la boz le dixo; e fuesse a la
marauillado, y acostóse al lugar por donde puerta del senescal, e la Yeronica salió fue-
aquel infante era entrado, e paro mientes ra de la puerta, e hallo ay el santo hombre,
por toda la cámara, assi en derredor como e dixole: «Hermano Clemente, Jesu Christo
de arriba y de abaxo, y no hallo logar ni se- sea contigo». E el santo honbre ouo muy
ñal por donde aquel infante ouiesse entrado. gran gozo como oyó hablar de Jesu Christo,
E pensando en esto, fuese fasta el cabo del e marauillose como la sancta muger lo llamo
palacio, e quando el se boluio, vido el in- por su nonbre; e ella dixo: «Hermano, no
fante. E el emperador marauillose mucho temas, que oy sera ensaleada la christiandad
de lo que hauia visto e dixo entre si: «¿Que por ti. Ca sepas que yo soy aquella muger
cosa es esta? ¿que milagro es este deste in- que estaua enferma en Gralilea, e me guare-
fante? o ¿por donde entro?» Y el infante le ció el santo profeta Jesu Christo con vn san-
dixo: «Emperador, no dudes en la encarna- to paño, el qual yo le di quando lo lleuauan
ción del hijo de Dios Jesu Christo, e mien- a crucificar en la cruz; e sepas que en este
brasete de todo esto que has visto, e creer paño esta figurada la faz del santo profeta;
las palabras que el tu senescal te ha dicho; e e yo soy aqui venida por guarecer al empe-
escucha e cree las palabras que los mis dis- rador según que yo guareci por virtud del
cípulos te dirán, predicando en mi nonbre»; sancto profeta Jesu Christo; e vos aparejaos
e con tanto desaparecióle el infante; e quan- de hazer vuestro sermón al emperador e a
do el emperador despertó, fue mucho mara- todo su pueblo en el nonbre de nuestro señor
uillado desto que auia visto; e dixo en su Jesu Christo». E Sant Clemente conoció que
coracon: «Si aquel santo profeta, que fue por voluntad e por mandamiento de Dios
muerto en Jerusalen e fue juzgado a gran era hecho. E dixo: «Muger, a plazer ele Dios
tuerto por Pilatos mi adelantado a requeri- sea; mas ruegovos que me digays vuestro
miento de los judios, e resuscito al tercero nombre». E ella le dixo que Yeronica auia
dia que fue muerto, me da salud, yo tomare nonbre. Con tanto el santo hombre tomo li-
venganca de los falsos judios que lo mata- cencia de la Yeronica, e púsose en oración
ron, luego que sea sano. E como aya toma- en tal que Dios le ayuclasse en el sermón
do venganca en Hierusalem, e seré tornado que auia de hazer ante el emperador e del
en Roma si a Dios plaze, yo me fare baptizar, su pueblo, por que el fuesse tal que fuessen
e todo el pueblo e todos mis caualleros». dadas gracias e loores a Dios e a la sancta
fe católica, e por que ella fuesse ensaleada.
CAP. XI.—De la boz del ángel que dixo a la
Verónica en como hallaría de mañana a CAP. XII.—De eomo el emperador no quiso
Sant Clemente a la puerta. adorar los ydolos, e fue sano con el santo
paño de la Verónica.
Mientra que la Verónica estaua en oración
vinole vna boz del cielo, la qual le dixo: Qvando el dia fue claro e el sol fue salido,
«Muger, buenas obras hazes; leuantate de el emperador no quiso adorar los yclolos
mañana, e saldrás fuera de casa, e encontra- como solia, por quanto no auia en ellos
ras vn amigo de Dios, el qual ha nombre Cle- firme creencia por las palabras qxie su senes-
mente ( l ), e llámalo por su nombre»; y lue- cal le auia dixo... E el senescal fue por san
Clemente e por Yeronica, e vinieron delante
(') Alude el texto á San Clemente Romano terce- el emperador; e alli fue juntado el pueblo e
ro de los Pontífices de la Iglesia Católica, ordenado toda la corte para coronar a Titus; e Yero-
por el mismo San Pedro. A él se refiere San Pablo en
la Epístola á los Filipenses (IV, 3). Ocupó el Ponti- nica traxo el santo paño en la su mano dere-
ficado nueve años, seis meses y seis días y murió el cha muy honrradámente. E quando fueron
año 100 d. de C. Fue desterrado al Quersoneso en delante del emperador, la Yeronica dio el
tiempo de Trajano. Consérvanse de él dos cartas á los
Corintios y otras dos á las Vírgenes y se le atribuyen santo paño a san Clemente, e todos a vna
otras muchas obras, entre ellas los diez libros de las hincaron las rodillas delante el emperador.
Recogniciones, interesantísimos para el conocimiento E Yeronica saludóle mucho honrradamente,
de la Iglesia cristiana del siglo i. Hay traducción e dixole: «Señor, escucha de coracon el ser-
castellana en la Biblioteca clásica, del Catolicismo
(Madrid, 1888). món de aqueste santo hombre que es disci-
LA DE STB ÜI010! DE JERUSALEM 385
pulo del santo profeta Jesu Christo, e después ensalmados en el amor de Jesu Christo nues-
del sermón, vos creed en todas las cosas que tro señor por la salud del emperador, según
vos el dixiere, e sereys sano e linpio de la que san Clemente lo mostraua. T el empera-
vuestra dolencia, si a Dios plaze». Y el em- dor luego hizo coronar su hijo Titus empe-
perador mando a todo el su pueblo e toda su rador con grande fiesta muy honrradamente;
corte que escuchassen el sermón de sant Cle- e aquí predico san Clemente, e fue escucha-
mente, e el santo hombre comencé de predi- do con gran deuocion del emperador e de toda
car de la encarnación de Jesu Christo e de su corte, e quando ouo acabado su sermón
la Natiuidad, e de la Circuncisión, e del dixo al emperador: «Señor, pues que Dios
baptismo, como fue baptizado en el rio Jor- vos ha dado salud e tanta misericordia que
dán, e de la santa quaresma que el ayuno vos ha sanado de tan fuerte enfermedad,
en el desierto, e como lo quiso tentar el dia- que os plega que por el su amor que vos
blo, e como Judas lo vendió a los judios por baptizedes e os convertays a la fe católica, e
treynta dineros, e de la su passion, e como ensalcedes la santa christiandad, y hazed
los judios lo pusieron en la cruz, e como Pi- baptizar a toda la otra gente, e todos los que
latos lo juzgo a muerte en Jerusalen, e como se quieran baptizar no sean embargados por
Joseph Abarimatia, e Mcodemus, e otro ca- vos».
uallero que auia nonbre Jacob como descen-
dieron el cuerpo del santo profeta de la cruz,
e lo pusieron en el santo sepulcro que Jo- CAP. XIV.—De las gracias que dio el Empe-
seph auia hecho para si, e de la resurecion, rador a la muger Verónica por quanto fue
como resucito al tercero dia, e como Jesu causa de su salud.
Christo decendio a los infiernos, e saco den- Respondió el emperador e dixo: «Grandes
de Ta] los sanctos padres Adán y Eua, e a gracias doy yo a Dios e [a] aquesta* sancta
los patriarcas, e a todos los sus amigos, y de
muger que tanto ha trabajado por mi». E to-
la ascensión, como subió a los cielos, e como
móla por la mano e dixo assi; «Muger santa,
embio el espíritu sancto sobre los apostóles,
vos tomad de mi todo quanto quissierecles
e como descendiera el dia del juyzio verda- saluo Eoma, por quanto es cabeca del inperio;
dero Dios e verdadero honbre por juzgar los mas de todas las villas e castillos, vos tomad
biuos e los muertos. E quaudo ouo luenga- lo que quisieredes». Respondió Verónica:
mente predicado, feneció el sermón dizien- «Señor, gracias a Dios e a vos desto que me
do amen. Tan grande fue el plazer del empe- queredes dar, mas, señor, saluante a vues-
rador e de todo el pueblo e de toda la cortetra honrra, yo no quiero villas ny castillos,
que ay estaua, que ouieron del sermón de que no los he menester, mas ruegovos que
sant Clemente, que fue marauilla. E quando me dedes el paño con el qual vos fuestes
sant Clemente ouo acabado el sermón, vi- sano e guarecido, ca yo soy muger para ser-
niéronse "Verónica e el delante del empera- uir aquel sancto paño a honrra de mi señor
dor, e fincaron las rodillas ambos a dos an-Jesu Christo; e otro no quiero de vos sino
tel emperador, demandando merced a nues- que os batizeis con todo vuestro pueblo»; y
tro señor Dios, e faziendo su oración sant el emperador ge lo otorgo. Y después dixo el
Clemente desenboluio el santo paño a vista emperador a sant Clemente: «Vos, sancto
de todos, e llegáronse al emperador, e hizole
honbre, tomad de mi lo que quisieredes y de
adorar la figura de la faz de Jesu Christo. mi inperio». E sant Climente respondió al
E como el emperador ouo adorado el sancto enperador: «Señor, gracias y mercedes a vos
paño en virtud del sancto profeta, sant Cle-fago, mas no quiero otra cosa de vos sino
mente lo puso en la cara del emperador. que vos bautizedes con todo vuestro pueblo
E luego en essa ora fue sano e limpio de la y ensalcad la fe de Jesu Christo». Y el em-
dolencia, e bien assi como si en algún tiem-perador le dixo que le plazia de cor acón, y
po no ouiesse auido dolencia alguna, e fue de allí elligio a san Clemente por apostólico
ligero e fuerte como qualquier mancebo que de Roma e dixole assi: «Vos, predicat e fa-
fuesse. zed pedricar a todo el inperio la sancta fe
católica, e bautizad a todos aquellos que pu-
clieredes conuertir. Mas sabed que yo no me
CAP. XIII.—De la grande alegría qtce fue en bautizare fasta que aya vengado la muerte
la corte del emperador por la salud de su de Jesu Christo; e prometovos que luego que
señor. sea venido de Hierusalem, si a Dios plaze, e
Mucha fue el alegría y gozo del empera- aya tomado venganea ele los crueles judios,
dor e de toda su corte de como lo vieron que yo me bautizare con todo mi pueblo. Ca,
sano, que por la su salud muchos fueron por cierto, no seré alegre fasta auer tomado
L1BK0S DE CABALLEKÍAS.—II,—25
386 LIBROS DE CABALLERÍAS
venganca, e aya conplido todo lo que prome- todas del imperio, e hizo mandamiento a to-
tí a nuestro señor; plegale que yo lo vea dos los reyes, e duques, e condes, e marque-
acabado». ses, e principes, e a todos los otros caualle-
ros de su imperio, que viniessen en Roma
luego, que su voluntad era de pasar a Hie-
CAP. XV. —De como el emperador mando fa- rusalem; e mando a G-ays su senescal que
%er vna yglesia en Roma e alli puso el aparejase naos, e galeas, e de otros nauios,
saneto paño de la Verónica. para passar todos en Hierusalen, e hizo jura-
mento que poco estaría en Roma. E a cabo
Después que el emperador ouo elegido de quatro meses fueron ayuntadas las hues-
apostólico e eabeca de la christiandad, fizóle tes en Roma muy bien aparejadas, por con-
edificar vna yglesia a honrra e seruicio de plir el mandamiento del emperador; e fue-
Dios, e aqui hizo poner el saneto paño do ron aquí de muchos caualleros, assi que fue-
estaña figurada la faz de Jesu Christo, por ron por cuenta cincuenta mili, e dende arri-
que las gentes ouiessen mayor deuocion, e ba. E las otras-gentes de pie sin cuenta. E
después estableció las fuentes, en las quales el senescal vino ante el emperador, e dixole:
fue bautizada Verónica primeramente, mas «Señor, catad naos aparejadas. E sabed que
no les mudaron su nombre. E sant Clemen- son entre naos e galeas quinientas, sin otros
te predicaua tanto, que muchas gentes se nauios sofciles. E, señor, quando vos pluguie-
conuertian a la fe católica, e bautizábanse re, recogeos, que pan e vino e otras viandas
con muy gran deuocion; e Gays el senescal para las gentes, para su mantenimiento,
vino delante del emperador, e dixole: «Siñor, eomplimiento ay de- ellas». E luego el empe-
pues Dios vos ha fecho tanta merced que rador mando a todos los caualleros e la otra
soys sano muy bien, contaruos he la res- gente que se acogessen a las naos. T quando
puesta que Pilatos vuestro adelantado fizo todos fueron recogidos, el emperador e su
quando yo le di vuestra carta, e le dixe de hijo Titus recogieron a sus naos. E nues-
vuestra parte que os embiasse el tributo; e tro señor les dio tan buen tiempo, que ezi
quando esto oyó hizo muerta cara contra pocos dias aportaron en la cibdad de Acre, e
mi, e respondióme que no vos lo queria luego de hecho, el emperador, sin salir en
embiar, ca no vos lo deuia ni vos conoscia tierra, dexo alli su adelantado, e de alli
por señor. E sabed, señor, por cierto, que fueron a vn castillo que dezian Jafa, el qual
si sií senescal no fuera ay presente, que castillo era muy grande e fuerte, e tenían
su voluntad era de me matar. E yo, por los judíos. Mas como la mayor parte de la
el gran gozo que auia de vuestra salud, no gente era yda a celebrar la fiesta en Hieru-
me quise contender con el. Porque, señor, salen, estauan en el castillo muy pocos, e
sabed que yo lo amenaze muy mal de vues- quisiéronse dar, mas el emperador no los
tra parte. E mientra, señor, que yo con el quiso tomar a merced. E quando la hueste
auia estas palabras, sabed que Jacob el sabio fue puesta al derredor del castillo, nuestro
y huésped mió e leal vasallo vuestro, se le- señor Dios echo tanta de la nieve e viento,
uanto em pie, e dixo delante de Pilatos la que no lo podían sofrir en las huestes ni en
profecía que dixo el santo profeta Jesu el castillo. E aqueste castillo era de vn sabio
Christo el dia de Ramos, quando entro en judio e buen cauallero, e sabia mucho de
Híerusalen, que dixo: En aquesta genera- guerra, e tenia el castillo bien bastecido de
ción sera tan gran careza e tan gran hembre, armas e de viandas, el qual auia nonbre
que la madre comerá a su hijo de hambre. E Jaf'el, y era. primo hermano de Joseph Aba-
aquesta cibdad sera cercada y destruyda; e rimatia. E como Jafel vido que el emperador
verna tan gran destruymimto que no queda- lo tenia assi cercado tan fuertemente, vino
ra piedra sobre piedra en ella. E toda esta con tres caualleros al emperador, e dixole:
pestilencia sera en Hierusalem. Quando Pi- «Señor, tomadme a merced, e fazed del cas-
latos oyó estas palabras, fue muy sañudo, e tillo a vuestra voluntad». E el enperador le
hizo mandamiento que de alli adelante no le dixo que no lo tomaría a merced; mas a po-
hablasse ninguno de aquel hecho; si lo el cos días el emperador tomo el castillo por
sabia, que lo haría matar. Assi, señor, ved fuerca, e hizo matar todos los judíos saluo
como vos es leal Pilatos vuestro adelantado». diez que se escondieron en vna cueua. e era
E cuando el emperador oyó la respuesta que el vno Jafel, señor del castillo,- e su sobrino
Pilatos hauia dado a Gays su senescal por con el; e alli estouieron tres dias que no co-
el, e oyó de como Jacob le contara la profe- mieron ni beuieron, que no tenían de que;
cía delante Pilatos, el emperador fue tan e estos diez judíos ouieron de acuerdo los
ayrado, que luego hizo allegar las huestes los siete entre si que pues de hambre auian
LA DESTRUICION DE J E R U S A L E M 387
de morir, irías valia que ellos mesmos se sobre la cibdad de Hierusalem, que ningún
matassen unos a otros coa los puñales; y judio podia salir ni entrar.
luego fue hecho. Y quando los judíos se ho- E como Pilatos e el rey Archilaus (1) se
uieron muerto, Jafel dixo a su sobrino e a su vieron cercados, armáronse con toda la caua-
primo: «Señor, quando yo era señor cleste lleria para descender e mamparar la cibdad
castillo, a mi tenían por grande e sabio hom-
bre, que no es menester que nos acaezca por CAP. XVI. — D& la habla qite el emperador
semejante que acaesoio a estos, porque este ouo con Pilatos.
es mi consejo: que salgamos de aqui, e Ta-
mos a demandar merced al emperador; ca El emperador e Titus su hijo con la gran
por ventura quando sepa que aqui somos, el hueste se acercaron en derredor de Hieru-
emperador nos tomara a su merced». E en- salem, e assentaron tan fuertemente, que
tretanto el emperador hizo derribar el casti- ningún hombre podia salir ni entrar. E quan-
llo, e derribaron las cauas; en tanto vino Ja- do Pilatos vido que la cibdad era assi cerca-
fel y los otros dos judíos, e fincaron las ro- da, fue muy triste e desmayado. El rey Ar-
dillas ante el emperador, e dixo Jafel: «Se- chilaus parole mientes, e dixole: «¿Por que
ñor, sabed que yo era señor deste castillo vos desmayays? no ayades miedo ni temor
que vos aueys aqui hecho derribar. E según del emperador ni de su gente, ca nos somos
que yo pienso, vos soys venido por vengar la aqui con grande e buena caualleria, que asaz
muerte del santo profeta que a gran tuerto les daremos que hazer. Armémonos con toda
tomo muerte e passion en Hierusalen; la nuestra gente, e váraoslos a cometer; e sa-
qual cosa, si assi es, yo so mucho pagado, quemos tantas armas para que ellos se arre-
ea era mucho mi amigo. E sepas, señor, que pientan por que aqui vinieron, porque el em-
yo e un primo mío que auia nombre Joseph perador ni sus gentes podran aqui quedar
Abarimatia lo deoenclimos de la cruz quando mucho, ca por mengua de agua les conuiene
Pilatos le ouo dado el cuerpo, e tomólo muy que mueran de sed y se tornen a su tierra,
honrradamente, e púsolo en v n s u monumen- ca nos auemos buena cibdad e fuerte, e bien
to que el auia hecho para sí, de lo cual ouie- guarnecida de armas e de otras cosas, por
ron los judíos grande enbidia, porque, señor, que ellos de balde se trabajaron». E quando
vos nos aueys menester para tomar a Hieru- Pilatos oyó el consejo de Archilaus, fue muy
salin, e vos consejaremos lealmente». El em- alegre. E fizo hazer pregón por toda la cibdad
perador, desque oyó las buenas razones de que todos se armassen de pie e de cauallo, e
Jafel, tomólo por la mano e diole su gracia, luego fue hecho, e vinieron delante el pa-
e los judíos demandáronle de comer, ca lacio de Pilatos; y Pilatos y el rey Archi-
auian estado cinco dias que no auian comi- laus con toda la gente vinieron a las puertas
do. E quando ouieron comido, el emperador de la cibclad de fuera, por razón que diessen
los hizo venir ante si. e demandóles que si en la hueste del emperador. Mas la hueste
creyan en aquel santo profeta. E ellos dixe- del emperador estaua tan cerca ele los aclar-
ron que sí. El emperador les dixo: «Agora ues, que no podía ninguno salir; e desque
quiero que de oy en adelante que seades mis vieron que no podían salir, ouieron de acuer-
consej eros»; e después que el emperador ouo do que se desarmassen todos, e que subíes-
hecho derribar el castillo, partióse de alli sen piedras por el adarue e en las bastidas,
con su hijo Titus, e con toda la hueste, e vi- ca eran muy grandes en derredor de Iheru-
nieron a Hierusalem, por tomar venganca salen. T eran bien aquellos que sobian las
de la muerte de Jesu Christo, por que fuesse piedras por el adarue doze mili hombres. E
conplida la profecía. Mas Pilatos ni los de Pilatos e el rey Archilaus, con diez caualle-
Hierusalem no sabían nada de la vida (') del ros, se subieron en el adarue ambos a dos, sin
emperador ni de la su hueste, que les venia armas, e vestidas sendas ropas bermejas; e
cerca, porque tanta auia de la nieue en de- Pilatos tenia vn palo en la mano. E G-ays el
rredor de Hierusalem, que ningún honbre senescal del emperador dixo al emperador:
podia salir ni entrar. E estaua alli muy mu- «Señor, aquel que esta en la bastida es Pi-
cha gente de diuersas partidas, que eran latos vuestro adelantado». Y el emperador se
ayuntados por honrrar la fiesta, que era muy allego a aquella parte del adarue donde es-
grande. Entre todas las otras gentes, era allí taua Pilatos, e dixole estas palabras: «El no-
el hijo del rey Herodes, e era coronado por ble padre mío te encomendó esta cibdad por
rey en el reyno de su padre. E el emperador
e su hijo assentaron su hueste fuertemente (') Flavio Josefo, en el cap, 9.°, libro VII de str
Historia de las guerras de los Judias (trad. cast. de
Juan Martín Cordero), habla de un Archelao, hijo de
(*) Por «reñida». Magada to.
388 LIBROS DE CABALLERÍAS
que la guardasses e la rigesses por el, e qui- desafiado de mi e de tocios los d é l a cibdad»,
so que fuesses adelantado e gouernador por el E quando el emperador oyó sus vanas pa-
ele toda esta tierra; e después de la su muer- labras, tomóse a reyr, e dixo a Pilatos: «Bien
te, enbiasteme el tributo de tres años, el qual me tengo por sañudo de las palabras que has
al noble padre mió solías embiar de toda la dicho, e avn mas por quanto me mandas tor-
tierra; e agora liasme negado el señorío, e no nar a Eoma; mas digo que me entregaras la
me has embiado el tributo; e avn mas quan- cibdad assi como a tu señor, e por aquel por
do te enbie el mi amado Grays senescal, e te quien tu la tienes assi, pero que tu ni los
dio mi carta, menospreciastela mucho mal otros no sereys tornados en ninguna merced.
con grandes amenazas, de las quales no te Ca no vos precio en vn dinero, e agora veré
perdono, por que te digo que me abras las para quanto sera Jerusalem».
puertas de mi cibelad, ca yo quiero hazer de
ti la mi voluntad, e de todos los otros que
dentro son». E quando Pilatos oyó estas pa- CAP. X V I I . — De como contó el emperadora
labras del emperador, respondió e dixo que su hijo Titus las palabras que con Pilatos
el temía su acuerdo e consejo, e luego de- ouo, e del plaxer que houieron.
cendio del adarue e entróse en la cibdad, e El enperador se partió de Pilatos, e tor-
fizo juntar su consejo, e dixo a sus caualle- nóse a su tienda do estaua su hijo, e contole
ros que le diessen consejo el mejor que pu- las palabras que auia anido con Pilatos, de
diessen e supiesen, porque el pudiesse res- la qual cosa Titus ouo gran plazer e gozo, e
ponder al emperador. E leuantose el rey Ar- dixo: «Bendito sea nuestro señor que el tray-
ehilaus e dixo a Pilatos: «Señor, no temays dor de Pilatos no verna a nuestra merced,
ni ayays miedo ele las amenazas del enpera- ca yo auia gran miedo que vos lo tomariades
dor, que vos os podeys bien defender del con a merced, mas yo creo que Dios lo ha hecho
la gente que esta en la cibdad, porque sera e ordenado por quanto el no la ouo de aquel
verguenea y escarnio que sin golpes ni he- que era saluador de todo el mundo. E de aqui
ridas nos diessemos al emperador por fazer adelante no se puede hazer que el con vos
sus voluntades; e mal haya quien otro con- pueda auer merced, por quanto el consintió en
sejo os diere». Después leuantose Barrabas, la muerte del santo profeta. Ca bien sabia el
el senescal de Pilatos, al qual creya mucho, que a grande tuerto lo acusauan los judíos,
e dixo: «Señor, bien podeys vos conoscer que ca ningún mal merecía, que bien lo podia el
el emperador no puede estar en derredor absoluer ele muerte, pues lugar de señorío
desta cibdad dos meses conplidos, por men- tenia, de como sea en derecho que mejor cosa
gua de agua, que no la ay si no van al nu- es absoluer el culpado que el innocente con-
men Jordán o al rio del Diablo, que es bien denar; porque vos ruego, señor, que de aqui
a media jornada, allí donde se perdieron las adelante con el no aya ninguna merced; ante
.ii. cibdades que auian nonbre Sodoma e que sea librado a la muerte con los otros, e
Gomorra; y esles muy lexos el agua para la cibdad sea derribada por la gran traycion
tanta gente; porque vos do por consejo que que ellos hizieron al sancto profeta». Estan-
os defendays, e los desafieys e no ayays mie- do en estas palabras Titus con su padre, vi-
do del; mas haga quanto pueda, ca bien sa- nieron los azimileros que pensauan las bes-
beys vos que el rey Herodes, en aquel tien- tias, e dixeron al enperador: «Señor, ¿que
po que hizo matar los innocentes, no oso aqui haremos que no podemos fallar ni auer agua
venir» . E por esta razón Pilatos, e el rey Ar- de aqui a media jornada, por que nos es muy
chilaus, e todos los otros que alli eran ayun- grande afán, que partimos al alúa de la hues-
tados, loaron mucho el consejo de Barrabas. te, y es ora de nona quando tornamos ele dar
E luego se partieron Pilatos e el rey Archi- a beuer a las bestias, porque la hueste no lo
laus del consejo, e con otros cau alteros su- podría sufrir, si mas cerca no auemos agua?»
bieron en el adarue a la parte donde el en- E el emperador fue muy marauillado desto
perador esperaua la respuesta. Pilatos res- que oyó dezir, e fizo venir a JafeL e dixole:
pondió al enperador e dixo: «Señor empera- «¿Que consejo me darás, Jafel? la hueste ha
dor, no vos entregare yo la cibdad de la mengua de agua». E Jafel respondió, e dixo:
manera que la vos demandays, ni en otra «Señor, nos hauemos muchas bestias, assi
manera, mas si vos quereys, yo vos daré como son búfanos, e bueyes, e azemilas, e
buen consejo: e es que vos querays tornar en cauallos; hazed matar las que son demasia-
Boma, e no querays aqui ser destruyelo con das, e los cueros dellos hazeldos adobar muy
tanta gente. E guardad bien vuestra tierra, bien e coser el vno con el otro; e asi encora-
que assi haré yo a esta de vos e de todos mis ran todo aquel valle ele Josafad; e después,
enemigos, e de aqui adelante tenedvos por señor, hazecl que dos mil azemilas traygan
LA DESTRUICION DE J E R U S A L E M 389
a^ua; e assi bastareys toda la hueste, e esto su ley; avn se deue hombre menos creer por
se haga cada dia». T el emperador touolo esta razón, por quanto sin mi mandamiento
por buen consejo, e luego mando que se hi- acogiste al senescal del emperador en tu
ziesse; e luego fue hecho. E quando la hues- casa, e lo embiasfce a la muger del diablo,
te vido el valle lleno de agua ouieron gran que con hechizerias e encantamientos ha
pozo, e dixeron que buen consejo auia dado guarecido al emperador. E por tanto yo to-
Jafel, e que bien parecía que era hombre en- mare venganza de ti». E luego lo hizo pren-
tendido. E quando el valle fue lleno de agua, der e poner en la cárcel con vna cadena muy
e estaua assi como si fuesse vn rio de Y na grande, la qual prisión estaua en el fondo
gran fuente, de la qual cosa el emperador e del palacio mayor de Pilatos. E quando Ja-
todos los otros ouieron muy gran gozo. E cob fue en prisión, comenco a rogar a Dios
quando Pilatos e el rey Archilaus que esta- que fuesse la su merced que no muriesse en
ñan dentro de Hierusalem vieron el valle de aquel lugar, e siempre el hazia su oración
Josafad lleno de agua, ouieron muy gran pe- muy deuotamente. E Maria Jacobe su hija,
sar, e dixeron entre si que aquel consejo era quando supo que su padre era preso tan
salido de la cabeca de Jafel, ca todos sabían fuertemente, dixo assi: «¡0 verdadero Dios
que el era hombre muy sabio, e sabia mucho Jesu Christo, para mientes a aquel mi patíre e
cíe guerra. Y Pilatos fue muy arrepentido tu amigo que por ti esta en prisión! ¡Señor,
por que no auia entregado la eibdad al en- líbralo que no le puedan hazer mal los tus
perador para hazer su voluntad, e dezia: «Si enemigos, assi como libraste a Joseph de la
el enperador me ouiera assegurado de muer- prisión de Pilatos, quando los malos de los
te, asi como a Jafel, yo me pusiera en su judíos lo quisieron matar por el seruicio que
merced». E el rey Archilaus, e Barrabas, te auia hecho; ca tu de las sus manos lo li-
que le auiandado el consejo, vinieron a co- braste! ¡Señor, por la tu merced libra a mi
nortar a Pilatos, que estaua muy triste, e di- padre!». E mientra que Jacob estaua en ora-
xeronle: «¿Porque os desmayays?¿no veys vos ción dentro de la prisión, vino vn ángel, y
que el emperador no puede tomar esta eib- llamólo por su nonbre; e Jacob paro mientes
dad por fuerca? E en otra manera no la toma- por la prisión quien lo llamaua, e vido gran
ra en estos siete años; e por esto no puede el resplandor del ángel, e ouo gran miedo, mas
mucho aqui estar, por que vos deueys mucho el ángel lo conforto, e dixole: «No ayas mie-
alegrar por la su venida, porque seremos to- do, amigo de Dios, e sepas que por las ora-
dos honrrados. ciones de tu hija me enbio nuestro señor a ti
que te libre desta prisión; y leuantate e sal
de prisión sin miedo». E Jacob respondió al
CAP. XVIII. —De como ouo pesar Jacob de ángel, e dixole: «Sepas que no puedo; ca las
las palabras que desdan el rey Archilaus e prisiones no me dexan». E el ángel tomólo
por la mano, e delante todos lo saco de la
Barrabas e Pilatos.
prisión, e lleuolo a la tienda del emperador,
que el que la guardaua ni otro ninguno no
Qvando Jacob, padre de María Jacobe, oyó lo vido, y quando el ángel ouo metido a Ja-
las palabras que el rey Archilaus e Barrabas cob dentro en la tienda del emperador, des-
dixeron a Pilatos, tomo gran pesar, por aparecióle. E Guys el senescal paro mientes
quanto era de los sabios judíos que fuessen e conociólo, e tomólo por la mano e ouo con
en la eibdad, e dixo a Pilatos: «¿Como podeys el el mayor gozo que por ningún tienpo
vos creer lo que estos caualleros vos di- houiesse; e comenco a abracarlo e besarlo, e
zen? Por cierto vos no podeys tener contra el tomólo por la mano, e lleuolo ante el empe-
enperador nuestro señor, mas yo vos daré rador, e dixo: «Señor, este es el mi huésped
consejo si lo qmsierdes tomar». Y Pilatos Jacob, el leal vassallo vuestro, el qual, se-
quiso saber que consejo le daria, pero ya era ñor, por amor de os sanar me mostró la mu-
con muy gran saña contra Jacob por las pa- ger "Verónica». E el emperador ouo muy gran
labras que auia dicho. E Jacob dixo: «Señor, gozo e plazer con el; e prometióle grandes do-
embiacl vuestro mensajero al emperador que nes e hizolo de su secreto, con Jafel e con los
vos le quereys entregar la eibdad por hazer otros de su consejo; e después demandóle
su voluntad, e yo creo que el vos perdonara como hauía salido de la eibdad, que el hauia
su mal talante de vos». Mas Pilatos era tan oydo dezir que Pilatos lo auia puesto en
sañudo contra Jacob, e dixole con gran saña: prisión; e Jacob contole como nuestro señor
«Jacob, condenado eres a muerte por quanto Dios no oluida los sus amigos, e de como en-
as renegado la nuestra ley, y no te creeré bio vn ángel, el qual, delante de todos aque-
ni tomare tu consejo, ca luego que el empe- llos que lo guardauan. lo saco de la prisión,'
rador touiesse esta eibdad, luego creerías en
390 LIBROS DE
e lo puso en la tienda el el emperador, e como E quanclo Pilatos supo que tan grandes
después lo desapareció. valles e tan ayna auia hecho el emperador
e tan estrechamente los tenia apremiados
CAF. XIX. — De como el enperador mando allego su consejo, e entre ios otros emiso el
hazer grandes valles en derredor de la del rey Archilaus, e de Joseph Jafaria, e di-
eibdad. xeronle: «Señor, otro consejo no sabemos sino
que hagays armar tocios vuestros caualleros
El emperador quiso auer consejo con aque- e toda vuestra gente, quantos armas puedan
llos que eran ele su secreto en como pudiesse tomar a pie e a cauallo, e vamos a dar en la
tomar la eibdad, e quiso que primero hablas- hueste; e si los podemos arrancar, ellos
sé Jacob, al qual Dios hauia hecho macho auran gran gozo que se puedan tornar a su
bien aquel dia; e contole delante todos lo tierra, e de aqui adelante no tornaran a nos
que le acaesciera; e el emperador ouo muy cercar, e quedarnos han las sus riquezas e
gran plazer, e dixo: «Oontadnos de Pilatos viandas». E este consejo touieron por bueno,
e de todos los otros que dentro están, e que e fizo mandamiento Pilatos que todos a pie
hablan de nos». «Señor, dixo Jacob, en la e a cauallo se armassen con sus armas, e vi-
eibdad ay pocas viandas e ay mucha gente, niessen delante del templo de Salomón; e
ca eir toda esta tierra no ha quedado judio fueron, por cuenta, veynte mili caualleros,
que algo valga que no sea aqui venido por e de otras gentes de pie quarenta mil. E Pi-
honrrar la fiesta muy marauillosamente, e latos comengo de conortarlos lo mejor que
por el vuestro assentamiento no ha podido pudo, e dixoles que sabiamente saliessen a
ninguno salir; por la qual cosa son muy des- la batalla, e que touiessen firme, e que salie-
mayados los vnos y los otros, y no se pueden ssen todos en vno. E Pilatos e el rey Archi-
mucho tener; mas, señor, vos mandad hazer laus caudillaron la caualleria, e todos en vno
en derredor del adame graneles valles fuertes comengaron a salir de la eibdad. Mas por los
e bien anchos, porque ningún judio pueda valles, que eran graneles, no podieron passar
salir ni se allegar a las huestes sin vuestras assi como ellos se pensauan: e como las
voluntades; e quanclo las viandas les fallecie- guardas del emperador vieron que tanta gen-
ren, ellos se nos darán, ca, señor, por fuerca te salia de la eibdad armados para la batalla,
no la podeys tomar, por que es menester metiéronse por entre la gente fasta que lle-
que los valles se hagan luego» . E el empera- garon al emperador, e clixeronle como salia
dor touo por bueno el consejo de Jacob. E de la cibdacl mucha gente para la batalla e
quando vino el otro dia de mañana, el em- para pelear contra ellos. Y luego caualgaron
perador fizo llamar a todos los maestros que ambos los emperadores, e quando fueron ar-
supiessen fazer valles, que viniessen delante mados, e allegada la gente, hizolos venir a
del emperador; e luego fueron juntados cin- todos ante si, e dixoles estas palabras: «Ami-
co mili por cuenta, a los quales mando el gos, sabed que Pilatos con tocia la gente de
emperador que hiziessen grandes valles en la eibdad es salido para pelear con nosotros.
derredor de la eibdad; e Jacob e Jafel fueron Por qtie es menester que sabiamente salga-
obreros e administradores de aquesta obra mos a el al eanpo; ca, si a Dios plaze, el nos
por mandamiento del emperador; e luego de clara vitoria contra ellos, ca todos somos ve-
fecho, comengaron Jacob e Jafel a señalar el nidos por vengar la su muerte»; e todos res-
lugar donde se auian de hazer los valles. E pondieron: «Señor, todos somos aparejados
comentaron labrar; e dixeron que fuessen de ele hazer quanto podamos e auemos acostum-
treynta codos en ancho y quince en fondo; e brado de fazer». E esto era a ora ele tercia, y
los hombres con gran voluntad que auian, el emperador mando a Grays el senescal que
comengaron su obra, enpero llenaron consigo el e Jacob, e Jafel, e su sobrino, ordenassen
treynta mili hombres archeros, e aquestos las batallas lo mejor e mas sabiamente que
que fuessen escudados e bien armados para,
guardar a los obreros. E en esta manera la-
braron fasta que los valles fueron acaba- guarda á sus huertos y campos, y cortada toda aquella
dos (*). selva, y aunque era muy provechosa que les estaba de
frente," hincheron todos los fosos y valles que había; y
cortadas las mayores y más eminentes piedras con sus
(') «Por otra parte Tito, deseando mudar su campo instrumentos hicieron todo aquel camino desde Esco-
de Escopon, en parte que estuviese más cerca de la pon, adonde entonces estaban, ha--ta el monumento de
ciudad, puso gente de á pie j de á caballo, por guarda Herodes, muy llano, y todo e! cprco del estaño que de
de todas las salidas de los enemigos, y mandó que las serpientes fue llamado B<-tam antiguamente.»
toda la otra gente de su exército se ocupase en allanar (l'"lavio Jospfo: Historia- de las guerras de lux judíos
el camino que había desde allí hasta la ciudad. Des- y de la destmeñión del templo y ciudad, de J-.rusa-
truidas, pues, todas las albarradas de piedras y otros len. Trad. del griego por J u a n Martín Cordero. Ma-
impedimentos, los quales habían puesto defensa y drid. Benito Cano, 17t»l, lib. VI, cap. 4.}
L A DESTRTJICION DE J E R U S A L E M 39Í
pudiessen. T ellos hizieronlo assi, e ordena- bre que luengo tiempo auia andado assi como
roa tres batallas, e dieron la vna al empera- loco por la cibdad de Jerusalem diziendo:
dor, e la otra a Titas, e la otra a Crays el se- Ven, Vespasiana, sobre Jenosalem; por lo
nescal. E fue con el emperador Jacob. E con qual el pueblo auia muy grande desplazer,
Titns, Jafel ( s ). E con el senescal, el sobrino que muchos creyan que fuesse profeta ('). E
de Jafel. Mas Titus, con la grande voluntad fue ferido Joseph Jafaria, mas no murió de
que auia, quiso la primera batalla; e fuele aquellos golpes. Mas murieron de otros hom-
otorgada por el emperador. E luego ayudo bres señalados sin cuento en la entrada de
Dios a todos aquellos que eran con el, e die- la cibdad. E tantos fueron los lloros e llan-
ron tan fuertemente en la hueste de Pilatos, tos que auia por la cibdad, que Pilatos e el
que desbarataron dos vezes la batalla de Pi- rey Archilaus eran muy tristes e dolien-
latos. E duro la pelea desde ora de tercia tes de la gente que auian perdido. E quan-
hasta ora de nona E quando fueron cansados do vino en la mañana que auia de salir, Pi-
ambas las partes, tiráronse afuera. E comie- latos e el rey Archilaus eran muy tristes,
ron e refrescaron. E en esta batalla murie- e no ouieron voluntad de salir. Mas mando
ron de la parte- de Pilatos hasta .iiii. mili per- que no saliesse ninguno, mas que guardassen
sonas. E ele la parte de Titus, entre caualle- la cibdad. Mas las eonpañas del emperador,
í'os e peones, ochocientos por cuenta. e todas las otras gentes, cuydauan que Pila-
E quando ouieron refrescado los de la par- tos saliesse al campo para pelear, e el no
te de Pilatos, salió el emperador con su gen- salió. E viniéronse a la tienda del empera-
te, e aguijo tan fuertemente, e tan feroces dor, e todos en vno llegáronse a los adames
eran las batallas, que se vinieron a mezclar de la cibdad. Aqui estuuieron esperando
la vna con la otra. E duro la pelea hasta el que saliesse a la batalla Pilatos e su gente,
sol puesto, e porque era noche ouieron de desde el alúa hasta ora de tercia. E desque
salir del canpo; e murieron en esta batalla, vieron las conpañas del emperador que no
de la parte de Pilatos quatro mili e dozien- salia ninguno de la cibdad, tornáronse para
tas personas. Mas nuestro señor, que quiso las tiendas e desarmáronse, e folgaron todo
que la muerte suya fuese vengada, fizo aqui el dia fasta la mañana. E el enperador
vn grande milagro, que como todos se pen- mando venir ante si a Jacob e a Jafel, e di-
sauan que por la noche que venia tornarían xoles que no cessassen la obra de los valles
atrás, el sol puesto, comenco a salir luego fasta que fuesse ti acabados por tal que nin-
en oriente bien assi como si la noche fuesse guno no pudiesse salir. E quando Pilatos
passada; fue dia claro. Y por esso ouieron vido que de Hierusalem no poclia salir nin-
de aparejarse para la batalla los vnos e los guno, el fue mucho deseonortado, e todos
otros. Mas quando el emperador e las sus los otros de la cibdad, e dezian todos a vna
gentes vieron este milagro, fueron mucho boz que aquel que todo el dia dezia: Ven,
alegres. E conocieron que esto era fecho por Vespasiana, en Jeruscdm, es muerto, «por
voluntad de Dios. E el senescal firio muy que nos eremos que fuesse profeta contra
rezio en la batalla de Pilatos, que duro la pe- nos; mal consejo tomaste, Pilatos, ¿como no
lea desde hora de prima hasta hora de nona entregaste la cibdad al emperador? Agora es
passada. E murieron, ele la gente de la par- eomplidala profecía que aquel que temarnos
te de Pilatos, fasta dos mil e dozientos e cin- por loco lo dezia todos [los] dias». T quando
cuenta personas; e mucho fueron sañudas Pilatos oyó los gritos de las gentes, fue muy
las huestes la vna contra la otra. Mas a la triste, e fizo venir ante si a Joseph Jafaria,
ora de las bisperas tornaron en el canpo to- e al rey Archilaus. e dixoles que le diessen
dos en vno. E duro la pelea hasta el sol
puesto, e murieron, de la parte de Pilatos,
hasta .iii. mili e clozientas e cinquenta per- (•) De este loco habla Flavio Josefo (VII, 12), lla-
mándole «Jesús, hijo de Auaiioj>>. Dice de é! que «se
sonas, e de la parte del emperador hasta estaba cada día como elevado orando, y como casi
quatrocientas e cinquenta personas. Assi que quejándose decía: ¡Ay, ay de ti, Jevusalen.'» «Daba
perdió Pilatos por todos onze mili e nueue- voces, principalmente los días de fiesta, y persevevan-
do en esto siete años y cinco meses á la continua,
cientas quarenta personas, e dende arriba; nunca enronqueció ni jamás se cansó, hasta tanto
e de la parte del emperador hasta tres mili que, llegado ya el tiempo, quando fue la ciudad cer-
e cinquenta personas, e dende arriba. E ven- cada, entendiendo todos claramente lo que significaba,
él se reposó. Y rodeando otra vez la ciudad por enci-
ció el emperador el campo, e fueron al al- ma del muro, gritaba con la voz alta: ¡Ay, ay de ti
cance a los de Pilatos hasta las puertas de cudad, Templo y ¡>veblo! Como llegando ya el fin de
la cibdad, en qual alcance mataron vn hom- sus días, dixese: ¡ Ay de. mí también! una piedra,
echada con uno de aquellos tiro», luego lo mató y le
hizo salir el alma, que aun lloraba todo el daño y
l1) Et texto: qce Jafel». destrucción que tenía presente.»
392 LIBROS DE CABALLEEIAS
consejo sobre aquello que las gentes dezian; fueron gastadas todas las viandas, tan sola-
e Joseph Jafaria dixole; «Señor, otro consejo mente que no quedo nada que fuesse de co-
aquí no hay sino que estén los hombres por mer; y quando todo les falleseio, corrieron
el adame, e que hagan grandes balsas cerca a las puertas de la cibdad, que eran cubier-
del adarue, y pongan allí todos los muertos, tas de cuero de búfano e de bueyes, y las
porque espanto seria en las gentes sí todos gentes tomauan a pedaeos de aquellos cue-
clias touiessen los muertos delante, e avn ros, e cozianlos para comer, e aquel que
mas por el fedor que dellos salia, que seria mayor pedaco podia tomar, aquel se tenia por
muy grande enfermedad; y hagamos aquí grande, e aquellos cueros comían. E vinie-
muy sabiamente y haced guardar e repartir ron a esto: que vn pan que solia valer vn
las viandas, que asaz son pocas para la gen- dinero, valia quarenta pesantes de plata; e
te que aquí está; especialmente que ay de una poma o mancaría valia siete pesantes, e
los de fuera parte mas de veynte mili hom- un hueuo valia cinco pesantes. Mas ya no
bres, de los quales echar ni enbiar no pode- fallauan algo que de comer fuesse por dine-
mos por lugar que sea». E el rey Archilaus ros, por no auer primero guardado las vian-
ouo el consejo de Joseph por bueno, e dixo das, pensando que el emperador luego se
que al no podia hombre dezir. E Pilatos en- tornaría. E vieron esto, que grandes e meno-
comendó este hecho a Joseph Jafaria, porque res se morían de hambre, tanto que los biuos
era hombre cíente e sabio. E dixole [a] Jo- no podían sofrir los muertos, tantos morían
seph: «Hazed assi como teneys por bien». T cada día.
luego Joseph hizo hazer las balsas fuera ele
la cibdad, entre el adarue e los reales del
emperador. E allí fizo poner los muertos to- CAP. XX—De como dixo el ángel a la reyna
dos; e fueron por cuenta quarenta mil per- y a Clarisa su compañera como comiessen
sonas, e después púsose por la cibdad a par- sus hijos, que de complir se hauia la pro-
tir las viandas, e tomaua de los que tenían fecía.
e daua a los que no tenían. Mas por las gen- Dentro en la cibdacl de Híerusalem esta-
tes, que eran muchas, fueron gastadas en ña vna dueña que fue muger de vn rey de
pocos dias, fasta que vinieron en esto: que África, el qual murió en el tienpo que Jesu
ni quedaron bestias ni yeruas, ni otras co- Christo fue puesto en la cruz; ya sea puesto
sas que comiessen, e de aquellas cosas comían que ella quedasse jouen e no quiso tomar
de fambre. Grande fue la fambre e la careza marido, antes se hizo christíana; y porque
que era en la cibdad, por razón ele las muchas mejor pudiesse sernir a Jesu Christo dexo
gentes que estañan alli que eran venidas a todo su rey no, e vínose en Híerusalem, e
honrrar la fiesta, e no auian traído viandas, traxo consigo vna hija, e vna buena diieña
y quando no se cataron vieronse fuertemente de gran linaje que la acompañasse, la qual
cercados del emperador e de su hijo Titus, era muy discreta, e sabia; e auia por nombre
ca no podíeron salir. E quando Pilatos vido Clarisa. E esta Clarisa tenía vn hijo, e bapti-
que las gentes menudas se morían de fam- záronle en Iherusalem; e a menudo yuan a
bre, e muchos que yuan diziendo por la cib- honrrar a Jesu Christo, porque tenían gran-
dad: ¡Fambre, fambre! touose por mal an- de fe en el, e la revna auia traído muchas
dante, e ouo gran dolor de las gentes que se viandas en Jerusalem, para ella e su com-
morían de fambre; e fizo fazer pregón por la pañera Clarisa. Pilatos e todos los otros ju-
cibdad que tocio ombre buscasse de comer díos hazianle todauia gran honrra, hasta que
por las casas de los ricos, que partiessen con fue la careza en la cibdad, ea entonce no
ellos las viandas que tuuiessen. E quando el honrrauan a ninguno, e robauanle todas las
pueblo oyó el pregón, ouo mu y gran gozo e viandas que tenia, según que robaron a los
gran consolación. Y luego se van por la cib- otros cabe su casa. E ella auia vna huerta
dad y por las casas de los ricos hombres bus- pequeña en que se deleytana, e auia en
cando que comiessen, e veriades entre ellos ella muchas buenas yeruas, las quales ouie-
muchas puñanas e palos, e de otras armas, ron de tornar a comer clellas ella e su con-
tantas que muchos morían; e aquel que ma- pañera Clarisa. E quando no touieron que
yor golpe podia dar, no quedaua por el, e comer, la hija de la reyna murió de hanbre,
aquel auia mayor parte de la vianda. E an- sin que ouo otra enfermedad. E el hijo de la
dauan todos los días escuchando por las ca- buena dueña por semejante murió de han-
sas de los ricos hombres, e alli donde veyan bre. E desto fizieron las dueñas gran duelo
fumear, luego eran alia. E por grado o por por la muerte de sus hijos; enpero ellas auian
fuerca tomauan todo quanto hallauan, que muy grande hanbre, que avn no se podían
de comer fuesse. E assi en pocos tienpos sostener en los pies. E la buena dueña Cía-
LA DESTRUIÜION DE JERUSALEM 393
risa dixo a la reyna: «Dexemos estar el due- que le embieys clessa carne assada que apa-
lo, pues que a Dios plaze que assi sea, mas rejades para vosotras, porque dize que no
pensemos de nos, que morimos de hanbre, sintió jamas tan buen olor de carne assada
que no tenemos que comer sino nuestros hi- como esta que aquí assades. E es menester
jos. E por esto tomemos mi hijo e cortemos que le mandeys luego dar della». E Clarisa
vn pedaco del quarto e assemoslo, e comá- les respondió que se la enbiaria de grado,
moslo, e binamos». Quando la reyna oyó las e dixo a los escuderos: «Yenid comigo». E
palabras de Clarisa, ele grande espanto cayo quando fueron con ella en el palacio, Clari-
en tierra amortecida. Mas nuestro señor Jesu sa tomo su hijo por el pie, e dixo: «Empres-
Christo, que no oluida los suyos, embiole vn tadme vn cuchillo con que corte, y entibiarle
ángel, el qual le dixo: «Leuantate y esfuer- he vn quarto desta carne. E el hágala guisar
ca». Y quando la reyna fue leuantada, el án- como quisiere e a su voluntad» ('). Y quando
gel les dixo: «Dios me ha embiado a vosotras, los escueleros vieron que de su hijo quería
e vos embia a dezir por mi que comays de cortar vn quarto, e que ya fallecía otro quar-
vuestros hijos, e sera eomplida la profecía to el qual ellas tenían [a] assar, ellos ]o ouie-
que el dixo por su boca el dia de Ramos, ron a gran cosa. E de manzilla que ouieron,
quando entro en esta cibdad cauallero en boluieron el rostro. E saliéronse ele la casa e
vna asna, e los judíos le fizieron gran hon- fueron delante Pilatos. E el les dixo que
rra, e le siguieron hasta el templo, e clexa- como venían assi espantados e no trayan
ronlo assi que ninguno lo conbido a comer. aquello por que los embio; e ellos contáronle
E luego lloro sobre aquesta cibelad, e dixo: todo lo que hauian visto en la casa de la rey-
En esta generación de Hierusalm vertía vna na de África. Y quando Pilatos lo oyó, en-
grande pestilencia, e tan grande hambre., tróse en el palacio, e echóse en la cama, e
que la madre comerá por hambre a su hijo. dixo de su boca: «Aquí no podemos mas ha-
E la cibdad sera destruyela, que no quedara zer» . E la reyna y Clarisa comieron su hijo
piedra sobre piedra ('). E assi es conpHdo el todo; e después comieron la hija de la rey-
duelo del pueblo; e assi comed de vuestros na, mas como la hauia de cortar con el cu-
hijos, que al no se puede hazer». E n tanto chillo, cayo amortecida; e Clarisa la conorto
el ángel desapareció, e las buenas dueñas lo mas que ella pudo.
quedaron consoladas. E quando Pilatos houo estado dos dias en
su cama, salió fuera, mas a mal ele su grado,
CAP. XXI.—De como fueron consoladas las ca las gentes dezian todos a vna boz; «¿Do es
dueñas con las palabras del ángel. Pilatos?» «¿Que consejo nos clara, e si no da-
remos la cibdad al emperador?» E Pilatos
Mucho quedaron consoladas las buenas a3mnto su consejo con el rey Archilaus e con
dueñas de las palabras del ángel, mas por los otros buenos que allí eran; e Pilatos di-
la flaqueza de la naturaleza, llorauan, e xoles: «Señores, otro consejo no auemos con-
anian gran duelo ele sus hijos; e Clarisa rogo tra el emperador sino que le entreguemos la
a la reyna que le ayudasse a cortar vn quar- cibdad, e si me quisiere tomar a merced, sí
to de su hijo. E la reyna ayudóle assi como no, haga de mi su voluntad, ca mas vale que
pudo. E quando le ouieron cortado, pusié- yo muera, que no que este pueblo muriesse
ronlo [a] assar, e mientras que se assaua, de hanbre, que nos estamos mucho estrechos
Pilatos passaua por las casas ele la reyna, e de viandas; e contarvos he vna gran mara-
sintió aquel olor muy bueno que salia de la uilla que en esta cibdad ha acahescido. Sabed
carne assa.da, e tomóle gran desseo, no sa-
biendo que carne ele hombre fuesse. E dixo (') Á este horrible suceso hace referencia también
que nunca auia sentido tan buen olor de car- Flavio Josefo, en el libro V i l . cap. 8.° de su Historia,
de, las guerras de Ion judio-*. Dice que la mujer era:
ne assada. E mando a tres escuderos suyos «Una de las que vivían de la otra parte del río Jor-
que fuessen a buscar a donde assauan aque- dán, llamada María por nombre, hija de Eieázaro,
lla carne, que tan gran desseo auia della. E natural del lugar ó barrio llamado Vetezobra, que
el rey Archilaus e muchos otros que estañan quiere d e d r la casa de Isopo. noble en linaje y rica».
CcMató á su hijo y coció la mitad, y ella misma se lo
con Pilatos, fueron muy conortaclos de aquel comió, guardando la otra mitad muy bien cubierta.
tan buen olor, e anclando buscando por la Veis aquí adonde los amotinados entran en su casa, y
cibdad, vinieron a la casa de la reyna de habiendo olido aquel olor tan malo y tan dañado de
la carne, amenazábanla que luego la matarían sí no
África, e entraron dentro, e dixeron a la les mostraba lo que había aparejado para comer. Res-
reyna e a Clarisa: «Pilatos nos embia a vos pondiendo ella que había aún guardado la mayor
parte de ello, entrególes lo qne le sobraba del hijo
que había muerto. Ellos, viendo tal cosa, les tomó un
(') Véanse: San Mateo, X X I Y, 2; San Marco.», X I I I , tan temeroso horror y perturbación, que perdieron el
2-8, y San Lucas, X X I , 6-11. ánimo con ver cosa tan perversa y tan nefanda.»
394 L I B R O S DE C A B A L L E R Í A S
que la hija del rey de Af frica murió de ham- que el rey de los judios era nacido, de lo
Dre, e el hijo ele vna dueña su compañera, la qual ouo muy gran pesar: ca nos no quería-
qual auia por nombre Clarisa, que han comi- mos que otro rey ouiesse sino el. E por esto
do sus fijos, porque no tenían al que come-i" que tu padre fue malo, e no ouo merced de
por que vos cío consejo que nos demos al em- los infantes e inocentes que fueron por cuen-
perador, e si yo muero, por ventura vosotros ta .c.xljjjj. mil, los quales murieron por
sereys tomados a merced». E quando todos aquel sancto profeta Jesu Christo, e tu pa-
oyeron este consejo, fueron mucho tristes, e garas la su muerte e la su iniquidad».
llorando decían a altas bozes: «¡Ay Dios!
¿que haremos de nuestro buen señor e go- CAP. XXII.—Como desespero el rey
uernador?» Archilaus.
Gránele fue el duelo e el lloro que andaua
por la eibdad, que nunca por' ningún tienpo Quando el rey Archilaus vido que el em-
tan gran desconorte fue en las gentes: lo vno perador no le quería tomar a merced, e vido
por la hanbre e lo otro por su señor. E lue- que el emperador auia de entrar en la eib-
go Pilatos se armo; con el el rey Arclúlaus, dad donde morían de hambre, ayrose consi-
e con todos los otros caualleros; e salieron go mesmo, y delante de todos descendió del
fuera de la eibdad, e llegaron hasta los va- cauallo. e desarmóse, e saco el espada, e
lles. E Pilatos pregunto por el emperador, y como la saco, dixo assi: «A Dios no plega
el emperador con Titus su hijo, e con el Ja- que yo biuo me ponga en vuestras manos, ni
cob e Jafel, e con otros nobles caualleros sin haga cosa que a mi sea a desonrra, ni paga-
cuenta, allegaron al derredor de donde Pi- nos se venguen de mi». E metióse la punta
latos estaua; e Pilatos dixo al emperador: del espada por medio del coraron, e dexo-
«Señor, sea la vuestra merced que ayades se caer encima della, e passole en manera
misericordia de mi e de todo este pueblo. que salió por las espaldas, e luego cayo
Tomad la vuestra eibdad e todo lo que es muerto en tierra. E quando Pilatos vicio al
dentro, e dexádnos yr en tierras estrañas, e rey Archilaus que era muerto, fue muy ay-
ruegovos, señor, que no pareys mientes a la rado, e entróse en la cibdacl sin que tomo
mi mengua ni al mi mal consej o, que yo oue licencia del emperador; aqui se hizo gran
quando el vuestro honrrado mensaiero vino duelo por la muerte del rey Archilaus, e
por la Verónica, y no vos embie el tributo otro dia de mañana, Pilatos fizo llegar a to-
que a vos e al honrrado padre vuestro, Ce- dos los caualleros cíe la eibdad. E hizo que
sar Augusto, solia hazer; y por mi soberuia veniesse Joseph Jafaria, e Barrabas su se-
me aloe contra vos con la eibdad; y assi, se- nescal, por tomar sus consejos, e dixo: «Se-
ñor, aued de mi merced, o fazed de mi lo ñores, bien veys que nos no podemos tener
que quisierdes. E este rey que no tiene cul- contra el emperador, ca Dios nos ha olvida-
pa, que lo dexeys yr». E el rey Archilaus do, e no tenemos viandas en aquesta eibdad,
dixo al emperador: «Yo soy fijo del rey He- porque tal tribulación nunca fue en cibelad
rodes, señor de Galilea, e después de la su tal como esta». E respondió Joseph, e dixo:
muerte quedo a mi el reyno, por que os rue- «Señor, en esto otro consejo onbre no os
go que no querays que aqui me pierda, Ca puede dar, pues el emperador no os tomo a
nunca yo ni mi padre venimos contra vos merced; ca, señor, mal consejo vos dio aquel
fasta agora, que yo vine en esta eibdad por que os dixo que contra el emperador vinies-
honrrar la fiesta; assi, señor, fazed de mi secles; ca bien podriades vos ver que con-
lo que fuere la vuestra merced; empero, tra el emperador vos no erades igual, mas
ruegovos, señor, que me ayades a merced». demandadlo a quien mal consejo vos dio». E
E quando el emperador ouo entendido las dixo Pilatos: «Esso no lo fare yo, mas faga-
palabras de ambos a dos, respondió prime- mos assi: aqui en la eibdad hay mucho teso-
ramente a Pilatos, e dixole: «Si Pilatos ro y grande ele oro e plata e piedras pre-
me quisiere entreguar la cibdacl, con todos ciosas. E el emperador e las sus gentes pien-
aquellos que dentro son, para hazer a nues- san de lo aner todo: mas no auran ninguna
tra voluntad, yo la tomare, e no en otra cosa»; e luego mando que el oro y plata fue-
manera». Y después dixo al rey Archilaus: se limado, e las piedras preciosas sean moli-
«Bien vees tu que no es razón que nos te to- das, e de acpuello sea fecho poluo, «e sea assi
memos a merced. Esto por quanto tu padre partido, que tanto sea dado al rico como al
a gran tuerto fizo matar los inocentes, por- pobre, e cada vno coma dello su parte. Y el
que acertasse en el sancto profeta Jesu Chris- emperador ni todos los otros enemigos no lo
to, por miedo que quando seria grande, que auran», e luego fue hecho; e quando fue todo
le quitaria la tierra, ca sus sabios le dixeron comido, vinieron delante de Pilatos é dixe-
LA DESTRUICION D E J E R U S A L E M 395
ron: «Señor, fecho aliemos tu mandamiento; que no puede mas fazer». E el emperador
e mandad lo que fagamos». Y quando Pila- paro mientes hazia Pilatos, e dixole: «Si
tos esto oyó, comen co muy fuertemente de tu me entregas la cibdad con todos los ju-
llorar, e dixo delante todos: «Señores, vos- díos que dentro son, para hazer nuestras
otros me éstablecistes que yo fuesse vuestro voluntades, yo la tomare. E digote que
gobernador; bien sabeys todos que primero tan poco mire yo merced de ti ni de ios
yo era adelantado del honrrado Cesar Au- otros, como ouistes del santo profeta Jesu
gusto, emperador de Roma, al qual fazia Christo, al qual vosotros acusastes mala-
cierto tributo, y tenia aquel por señor e vos- mente a muerte. Y los malos judíos lo encla-
otros todos; e agora, por mal consejo, álce- varon en la cruz; por que os digo que ya
me contra Vespasiano su hijo, donde por merced no hallareys en mi». E quando Pila-
este peccado, e por la traycion que fue hecha tos esto oyó, fue muy triste el y todos los
e consentida en la muerte de aquel santo pro- otros, e dixo ai emperador: «Señor, tomad
feta, que bien vos deuedes menbrar que ta- la cibdad e todo quanto en ella es; sea la
les señales fizo el dia que murió, e antes quel vuestra merced hecha a vuestra voluntad».
muriesse dixo por su boca el dia de Ramos Quando el enperador vido que de todo en
todos quantos males agora son, e no son con- todo Pilatos se ponia en su poder, fizo cercar
plidos, mas creo que ayna se compliran, que los valles en derredor, por que ningún judio
ya parece cada dia; pues yo creo que no pue- podiesse salir; e fizo entrar fasta quatro mil
do escapar de muerte, vosotros por auentura caualleros en la cibdad, e fizóles manda-
podriades escapar; ruegovos por Dios que me miento que cerrassen todas las puertas que
querades perdonar si por ventura a alguno ningún judio dexassen salir ni otras cosas;
de vosotros fize algún enojo». E los caualle- con tanto Pilatos se entro, e todos los otros ju-
ros e el pueblo, quando oyeron estas pala- díos en la cibdad; e Titus entro en la cibdad
bras, fueron mucho turbados, en guisa que con gran caualleria; e entraron Jacob e Ja-
no pudo ningxino fablar ni responder, tan fel por seguir la caualleria, que era muy
fuertemente llorauan, ca sabían que todos grande; e Titus tomo a Pilatos por la barua,
serian clestruydos, e Pilato dixo: «Yarones, e encomendólo a diez caualleros que lo guar-
otro consejo no veo ni vos puedo dar, sino que classen muy bien; e Jacob tomo a Joseph Ja-
nos demos al emperador y estemos a su mer- faria, e Jafel, porque era buen cauallero,
ced; ca por ventura algunos escaparan, ca fue a tomar a Barrabas, renescal ele Pilatos.
mas vale que no que muramos todos de ham- E quando todo esto fue hecho, el emperador
bre» . B todos touieron por bueno el consejo entro en Hierusalem, y mando que todos los
de Pilatos, e dixeron que mas les valia estar judíos fuessen presos, bien atados, y que
a merced del emperador que no morir de luego se los traxessen delante. E luego fue
fambre. E otro dia, Pilatos e todos los otros hecho; y el dixo a sus gentes: «Pues que la
de mañana salieron fuera de la cibdad, e vi- cibdad es en nuestro poder, nos queremos
nieron al valle que era en deredor del adar- hazer almoneda de los judíos que son aquí,
ue, e Titus andaxia caualgando por ende con como ellos vendieron al sancto profeta Jesu
muchos caualleros. E Pilatos fizóles sus se- Christo, el qual nos guarescio de nuestra en-
ñales con las lúas de sus manos. Y quando fermedad; assi como lo vendieron por treynta
Titus lo uido, vino con sus caualleros delan- dineros, nos queremos vender treynta judíos
te, donde Pilatos lo vido, e Pilatos co meneo' por vn dinero». Y en tanto vino vn caualle-
a decir a Titus: «Señor, sea la vuestra mer- ro, e dixo al emperador: «Señor, yo tomare
ced que rogueys al emperador, vuestro pa- vn dinero, si a vos plaze». E el emperador
dre e mi señor, que aya merced de mi e de mando que le diessen entre hombres, e mu-
todo este pueblo. E no pareys mientes a las geres, e criaturas, treynta por vn dinero.
nuestras iniquidades». Y esto le decia llo- Mas fue ventura de aquel cauallero que to-
rando fuertemente. dos los judíos eran grandes e valientes. E
quando los houo recebido, lleuolos a su tien-
E Titus embio dos caualleros al emperador da. E quando los vido ay, dio con su espa-
que le dixessen las palabras que Pilatos ha- da vn golpe por el vientre a vn judio, e ma-
uia con el. E quando el emperador oyó esto, tólo, e luego cayo en tierra muerto; e al sa-
fizo armar dozíentos caualleros. E caualgó, car del espada, salía del vientre del judio
e vino donde estaua Titus su hijo, e comenco oro e plata; e el cauallero fue muy maraui-
Titus a dezir al emperador: «Señor, sabed llado de lo que vido. e tomo aparte vno de
que Pilatos vos quiere entregar la cibdad con los otros judíos que le parecía mas viejo, e
condición que lo tomeys a merced»; e el em- dixole: «Dime tu agora que puede ser esto,
perador le respondió: «Hijo, no es agora que yo nunca vide cuerpo de hombre muer-
tiempo de demandar merced, ca lo faze por-
396 L Í B E O S DE C A B A L L E R Í A S
to, judio ni otra persona, que saliesse oro ni criaturas, son los que quedan por vender
plata sino cleste»; e el judio dixo: «Señor, si .clxxx., que valen seys dineros; tantos os so-
tu me asseguras de mi muerte, yo te lo bran, e no mas». «Pues, dixo el emperador,
diré». E el cauallero asseguro al judio de no vendamos mas, queden a uida, por que la
muerte; e el judio contole como les auia passion del hijo de Dios sea remenbrada me
mandado Pilatos comer todo el tesoro que jor, e por que todos tiempos las gentes que
estaua en la cibclad, e las piedras preciosas, vernan los llamen traydores, porque mata-
por que el emperador ni su gente no lo ouies- ron al sancto profeta Jesu Ohristo.; assi
sen ni se seruiessen dello; «e esta es la ra- como ellos dieron al señor mayor por ,xxx.
zón por que tu has aliado en el cuerpo deste dineros, bien assi he dado .xxx. judios por
judio muerto oro y plata; e sepas que tanto vn dinero. E estos judios que son quedados,
claua a comer al pobre como al rico; e quan- sean para mi, e guardadlos bien». E con-
do el cauallero supo esto, mando a dos escu- plida fue la ocasión del pueblo en aquellos
deros que matassen los .xxviii. judios, e que que fueron vendidos .xxx. judíos por vn di-
no tocassen en aquel judio que el auia asse- nero. E fueron vendidos por cuenta .xl. mil
gurado, mas que lo guardassen bien; equan- personas, sin los que yazian muertos e des-
do los .xxviii. judíos fueron muertos, fizólos quartizados por la cibdad, que no podían an-
abrir por el vientre, e sacaron tanto oro e dar sino sobre muertos. Mas quando todo esto
plata, que fue marauilla: e luego fue sabido fue hecho, el emperador mando que todos los
por toda la hueste del emperador que los ju- muertos fuessen puestos en fondo de tierra,
díos estauan llenos sus cuerpos de oro e pla- porque mientra que estuuiessen en la cibdad
ta, porque todo el tesoro de la cibdad se ha- no ouiessen fedor. E luego fue fecho, ca las
uian comido. E vierades venir caualleros e gentes lo auian a voluntad, e cada vno ha-
de otras personas muchas corriendo a la cib- zla quanto podia. E luego el emperador man-
dad para mercar de los judios, e cada vno do derribar la cibdad, e los adarues, assi que
dezia: «Señor, véndenos siquiera por vn di- la piedra de baxo ni la de arriba no quedo
nero vno»; e luego que auian mercado, ma- en obra, antes no quedo piedra sobre piedra.
tauanlos, por sacar el tesoro que tenían, e en E las gentes conplieron con el emperador el
poca de-ora se ayunto tanta gente, que era mandamiento que les mando; assi que nin-
sin cuenta; e auia mayor priessa en ello, que guna parte del adarue ni de la cibclad no que-
parecía taberna de buen vino, y que lo da- do que todo no fuesse derribado. E después
uan de balde; e cada vno. assi como los mer- todas las otras casas fueron derribadas, saluo
cauan, assi los matanan, por sacar dellos el el tenplo de Salomón e la torre ele Dauid, ca
tesoro ('). jVIas ouieron mal consejo de Pilatos Dios no quiso que fuesse derribado. Y con
como les fizo comer el tesoro, ca muchos fue- esto fue complida la profecía (l).
ran escapados a vida, e por aquesta razón
Empero antes que las casas de la cibdad
murieron.
ninguna derribassen, Titus caualgo por la
E quando el emperador vicio la gran pries- cibdad, e fizo allegar tocias las gentes de ar-
sa de los mercaderes, fizo mandamiento que mas quantas auia en la cibdad, assi de caua-
ele alli adelante no vencliessen mas fasta 11o como de pie, ele las quales la cibdad era
que supiessen quanto dellos auia por vender. bien guarnescida. E ele todas las nobles joyas
E su senescal los fizo contar. E quando fue- de casas que eran sin cuento, y todos los
ron contados, dixeron al emperador: «Se- ' paños de oro o de seda; e desque todo esto
ñor, sabed que entre honbres, e mugeres, e fue allegado, fizólo lleuar a las tiendas fuera
de la cibdad, por tal que no se perdiessen
(') «Entre los de Siria fue hallado uno que sacaba mas; a la reyna e a su compañera (Jlarisa
dinero y oro de su cuerpo, porque, según antes dixi- hallaron muertas de hanbre en su casa. E
mos, se lo tragaban, de miedo que los amotinados y
revolvedores no lo robasen, mirando y buscándolos quando la cibdad fue toda destruyela, el em-
todos, y hubo dentro de la ciudad gran número de perador hizo aparejar todas sus gentes para
tesoro, y solían comprar entonces por doce dineros lo tornar a Roma e luego fueron aparejados. E
que antes compraban por veinticinco. Descubierto quando vino otro día ele mañana, el empe-
esto por uno, levantóse un ruido y fama de ello por
todo el campo, diciendo que los que huían venían rador con toda su hueste partieron de Iheru-
llenos de oro; sabido por los Árabes y Sirios que ha- salen, e viniéronse para la cibdad de Acre;
bía, amenezábanles que les habían de abrir los vien- e por el camino yua Pilatos con los otros jxi-
tres; no pienso por cierto que tuvieron matanza más
cruel los Judíos, entre todas quantas padecieron, que dios delante el emperador, las manos atadas
fue esta, porque en una noche abrieron las entrañas á
dos mil hombres.» Flavio Josefo: Historia de las
guerras de los judión y de la destrucción, del Templo (') Jerusalén fue tomada por Tito en 8 de septiem-
1/ ciudad de, Jrrvxalén. Trad. de J u a n Martín Cor- bre del año 70. Vespasiano había vuelto á Italia el
clero (Madrid, Benito Cano, 1791), lib. VI, cap. 15. año anterior.
LA DESTRUICION DE J E R C S A L E M 397
e bien guardado. E quando fueron llegados de la cruz el cuerpo de Jesu Christo, e lo
en Acre, estuuieron ay tres días, e vino ay auia metido en el monumento que el auia
el cauallero que auia conprado el primer di- fecho para si; e luego en essa ora que el ouo
nero de los judíos ante el emperador, e traxo decenclido de la cruz el cuerpo de Jesu
consigo el judio que el auia assegurado de Christo, fue preso ('), e el padre de vno de
muerte, e dixo al emperador; «Señor, yo aquellos que el emperador dexaua, que ya
assegure a este judio de muerte por esta ra- era fecho luengo tienpo auia; e aqui Joseph
zón: que sabeys que yo oue conprado el pri- estimo .xl. años; mas a el no le semejo que
mero dinero de los judíos y los oue lleuado ouiesse estado tanto tienpo como desdel vier-
a la mi tienda, y saque la mi espada e mate nes que descendió de la cruz el cuerpo de
el vno, e como le saque el espada del cuer- Jesu Christo, hasta el domingo que dixeron
po, salió del oro y plata, de la qual cosa yo que Jesu Christo era resucitado; e a todos
fue mucho marauillado; e tome este judio tiempos estuuo conortado de la gracia de
aparte, e dixele que me dixesse que cosa Dios; e mientra que estuuo en la prisión,
podría ser esto; e el no me lo quiso clezir tomo ante si el santo Graai continuamente,
hasta que lo assegurasse de muerte; por que el qual le enbio nuestro señor Jesu Christo
vos ruego, señor, que tomeys este que yo luego como fue en la pi-ision encarcelado;
assegure, e dadme otro que mate en lugar mas esto dexaron estar, porque Jafel no lo
de este, ca por cierto conplir quiero mi di- ponia en oluido, e hablara del en el libro del
nero, pues lo merque»; e el emperador diole santo Greca.
el mas sotil judio que ay era, e el tomo el
del cauallero, e el cauallero mato al judio
luego, e saco lo que tenia en el cuerpo. CAP. XXIY. — Gomo el emperador se acogió
con su compaña en las naos para se tornar
en Moma,
CAP. XXIII.—De como partió el emperador
de Acre para tornar a Roma. El emperador hizo llamar a su senescal e a
Jacob e a Jafel, e mandóles que recogiessen
Quando el emperador ouo estado tres dias todas las armaduras en las ñaues, e las apa-
en Acre, partió con toda su gente todo quan- rejassen muy bien de viandas e de todas las
to auia ganado en Iherusalen, assi que no cosas que fuessen menester, e luego fue
tomo nada para si. E hecho esto, hizo apa- hecho, e después fizo recoger los eaualleros
rejar tres naos, e en cada vna destas tres e todas las otras gentes; e después recoge-
naos hizo poner los judíos, entre hombres, e ronse el enperador e su hijo Titus, e Jacob,
mugeres, e criaturas, e sin marineros nin- e Jafel, e partieron de Acre, e Dios les dio
gunos e sin hombres que pudiessen regir las tan buen tiempo, que a los .xl. dias aporta-
naos en los mares, e menos de viandas; e ron al puerto de Barleta sanos e sainos; e
trizólos echar del puerto que es delante del luego el emperador e su hijo Titus salieron
castillo de Jafa, e desolo yr; mas nuestro en tierra, e todos los eaualleros, e todas las
señor Jesu Christo, que quiso que la su otras gentes, e sacaron todas las bestias e
muerte fuesse remenbrada, saluo todas las armas en tierra, e folgaron alli tres dias; e
ñaues, e quantos dentro eran, e vino a arri- después pusiéronse en el camino e viniéronse
bar la vna ñaue en Ingleterra, e la otra en a Roma; e como el papa sant Clemente supo
Burdeos, e la otra en Narbona, e tocios salie- que el emperador venia, hizo aparejar todos
ron sanos e saluos, ele la qual cosa houieron sus clérigos, e ordeno su procession a loor e
gran gozo y plazer, e cuydauan que Dios lo gloria de nuestro señor Dios, e muy orclena-
auia hecho por amor dellos, e hizolo porque
a todos tienpos fuessen vituperados e denos-
{') Este detalle no consta en los Evangelios, donde
tados, e escarnecidos de todas las gentes por únicamente se dice lo que sigue:
la su muerte; e hizo ay vn gran milagro, <jY cuando fue la tarde, porque era la preparación,
que todos quantos fueron en vna ñaue, todos es decir, la víspera del Sábado,
auian su tiempo, bien assi como si mugeres 3>José de Arimatea, senador noble, que también
esperaba el reino de Dios, vino, y osadamente entró á
fuessen, e fue caso de ventura que después Pilato y pidió el cuerpo de Jesús.
que partieron de Acre, el emperador ni otra »Y Pilato se maravilló qne ya fuese muerto, y nu-
persona nunca supieron dellos cosa ninguna ciendo venir ai centurión, preguntóle si era ya muerto.
hasta que fueron apartados cada vno en su »Y enterado del centurión, dio el cuerpo á José.
»E1 cual compró una sábana, y quitándole, le en-
tierra, empero que antes que el emperador volvió en la sábana, y le puso en un sepulcro que esta-
enbiasse los judíos, saco a Joseph Abarima- ba cavado en una peña; y revolvió una piedra á la
tia de la prisión en la qual lo auian metido puerta del sepulcro.
por enbidia, por quanto el auia descendido »Y María Magdalena, y María, madre de José, mi-
raban donde era puesto». (San Marcos, X V , 42-47.)
398 LIBROS DÉ CABALLERÍAS
clámente, con muchos que le siguieron muy j C A P . XX Y.— Como se baptizo el emperador
deuotamente, salieron bien fuera a recebir e su hijo Tiius y sus caualleros.
los enperadores; e quando vieron venir a
san Clemente con gran procession, houieron El emperador, e Titus su hijo, vinieron
muy gran gozo, e luego descaualgaron, e con san Clemente a la yglesia ele san Simón
íueronse a abracar e besar, e todos en vno e Justo, y ay san Clemente se aparejo con
dieron gracias a Dios que les auia dado Vi- sus clérigos, e coniencaron el officio muy
toria contra sus enemigos, e deuotamente solenemente según que se cleuia hazer; y
siguieron la procession, e assi entraron en luego se baptizo el enperador primero en el
Roma. nombre del Padre e del Hijo e del Spiritu
Grande fue el gozo e la fiesta que hizieron Santo, amen. Y no le mudaron el nombre
las gentes de Roma por la venida de los en- Yespasiano; e después se baptizo Titus, y no
peradores e de todas las otras gentes que ve- le mudaron el nombre ('); y después se bapti-
nían con ellos, e esta fiesta duro ocho días, zo Jacob, e Jafel, y su sobrino, y el senescal,
enpero que cada dia yuan ordenadamente a e a muchos fueron mudados sus nonbrcs; y
oyr el sermón que hazia sant Clemente Assi se baptizo después toda la gente del empe-
que muchas gentes se conuirtieron en aque- rador; y quando toda la gente fue baptizada
llos ocho dias, mas que no auian hecho an- y el oficio fue acabado, el emperador y todos
tes, e esto por la gran deuocion e consolación los otros fueron a comer, y folgaron todo
del emperador; empero no se osauan baptizar aquel dia con gran plazer, y quando vino
fasta que el emperador e su hijo Titus ouie- otro dia por la mañana, el emperador y
ron comencado, ca temíanse de ser reutados. Titus, con todo el pueblo ayuntado, vinieron
Y quando el enperador ouo estado ocho días, a la yglesia a oyr la missa, e dezian todos
san Clemente lo fue a ver, e dixole: «Señor, a vna voz: «Señor, baptízanos». Quando san
pues Jesu Christo nuestro señor vos a fecho Clemente oyó dezir al pueblo que querían
tanta gracia que aueis tomado venganca ele la baptismo, ouo muy gran plazer, e dio mu-
su muerte, e soys sano con toda la vuestra chas gracias a Dios como los auia alunbraclo,
gente, ruegovos que le mantengays lo que le e mando henchir cien tinajas de agua, e
posistes, quando de Roma partistes para yr quando fueron llenas, san Clemente las san-
a Hierusalem». E el emperador le dixo: tiguo, diziendo aquellas santas oraciones
«Ruegovos que me digays que cosa le pro- del baptismo; e quando ouo hecho el oficio,
metí». San Clemente le dixo: «Señor, bien dixo al pueblo: «Entrad dentro en el agua,
vos deueys acordar que vos le prometistes en el nombre del Padre e del Hijo e del Es-
que quando seriades tornado de Hierusalem, píritu Santo, e sereys christianos e hijos de
e ouiessedes tomado venganca de la su Dios». Y quando el pueblo lo oyó, entraron
muerte, si a el plazia que tornasedes, que en aquella agua sagrada, cada vno quanto
luego os baptizariades; yo vos ruego, señor, mas podia, e assi se baptizaron; y adoraron
que cunplays por obra según que prometis- vn solo Dios Jesu Christo. E nuestro señor
tes». Respondió el emperador a san Cle- hizo aqui vn grande milagro en essa ora, que
mente, e dixo: «Amigo de Dios, jo vos lo todos quantos ay eran, que se hizieron chris-
otorgo, e ruego yo a Dios que a plazer suyo tianos, fueron todos marauillados que de
sea; e con tanto fazed aparejar lo que es me- qualquier enfermedad o dolencia que ouies-
nester para ello». E san Clemente se partió sen antes del baptismo, luego que fueron
del emperador con gran gozo, por quanto bautizados se hallaron sanos e limpios de la
auia acabado su intención con el emperador, dolencia, bien assi como si todos tienpos
e mando a sus clérigos y exiras que apareja- ouiessen estado sanos. E sobre este milagro
sen sus fuentes del baptismo quanto mas sant Clemente hizo su sermón, e les predico
honrradamente pudiessen, porque el empe- muy largamente de la fe católica, e ele la
rador e su hijo Titus se auian de baptizar, y vida de Jesu Christo, e de los milagros que
todos sus caualleros, e después todas las el hazia quando yua por la tierra, e ele las
otras gentes; y ellos ouieron muy gran gozo, otras cosas que fazia. E quando ouo acabado
e de hecho aparejaron las fuentes muy su sermón e el officio fue acabado, e la
honrradamente, e a cabo de tercero dia que missa fue dicha, el emperador maneto que
las fuentes fueron aparejadas, san Clemen- todos los templos de los ydolos fuessen de-
te torno al emperador e dixole: «Señor, ya rrocados e abatidos, en tal manera que no
aparejadas son las fuentes, ruegovos que nos
vayamos a la yglesia, e baptizarvos hedes»;
e luego se fueron para la yglesia, y el empe- (') Innecesario es advertir qae no tenemos noticia
rador le dixo: «A plazer de Dios sea hecho». auténtica de semejantes conversiones de Yespasiano
ni de Tito.
LA DESTRUTCION DE J E R U S A L E M 399
quedasse piedra sobre piedra. E luego fue fueron venidos, el emperador les dixo: «Sa-
hecho esse dia. E quando esta fiesta ouo du- bed que el honrrado padre mió Cesar Augus-
rado oclio dias. ayuntáronse todos los cana- to encomendó a toda la tierra de Jerusalem
neros y nobles de la cibdad en el palacio del a Pilatos que aqui esta, e quiso que fuesse
emperador, e estaua ay sant Clemente con su adelantado. E Pilatos embiauale el tributo
los emperadores. E dixeronle: «Señor, mu- que el auia de auer cada año, e embiolo
chos tiempos ha que cada vno de nos somos mientra el biuio. E después de su muerte,
fuera de su tierra; pues, señor, auemos com- embiolo a mi tres años, e conosciame por se-
, plido la vuestra voluntad, plegavos que nos ñor, según que al honrrado mi padre conocía
tornemos en nuestras tierras». T el empera- por señor; e después de aqui adelante no me
dor respondió que le plazia. E dioles gran- ha embiado el tributo de siete años; e quan-
des dones a cada vno según que era. E con do le embie el mi honrrado senescal el qual
su gracia todos tomaron licencia, e se partie- le lleuo vna carta mia, e le dixo que me em-
ron del emperador e de Titus, e de toda la biasse el tributo que el me deuia de siete
corte. Y ojiando esto fue hecho, rogaron a años avn mas del año presente, respondió
sant Clemente que les diesse por escrito los muy abiltadamente con grandes amenazas,
diez, mandamientos de la ley, e los quatorze diziendo que no me embiaria ningún tributo,
artículos de la fe católica, e el paíer noster, ca no me lo deuia ni me conocía por señor,
y el eme maria, e todas las otras cosas que e que guardasse yo bien a Roma e a mi im-
son menester de tener assi como fieles chris- perio, que assi faria el a Hierusalem de mi e
tianos, por quanto cada vno pudiesse hazer de todos los nuestros valedores. E avn es mas
la gente a la fe católica. E sant Clemente culpado en qnanto no justamente juzgo al
fizo escreuir a cada vno todas aquestas cosas, sancto profeta Jesu Christo, el qual los ju-
e muchas otras que aqui no son escritas. E díos tomaron a gran tuerto, y esto sabia el
quando lo ouieron recebido, tomaron licen- muy bien, ca ningún mal-merecía, e quísolo
cia de sant Clemente, e tornáronse para sus librar con sentencia a la muerte, e el lo li-
tierras, e cada vno hazia bautizar sus pue- bro veyendo que los judíos le leuantauan
blos e tornar a la fe católica, la qual fue falso testimonio, e como el touiesse lugar de
ensalcada por todo el pueblo e imperio de señorío, poder auia de absoluer e de conde-
Roma; y las gentes fueron salidas del error nar, que lo deuiera absoluer, pues que lo
de los diablos en que creyan, e destruyeron fallo sin culpa, aunque fuera mayor cosa
todos los y dolos, e adoraron vn dios todo que lo ouiera hallado culpable como lo hallo
poderoso, Padre e Hijo e Espíritu Santo, e sin ci;lpa. Por que vos mando que según los
creyeron todos en el firmemente; e sant casos en los quales el cayo malamente, que
Clemente visitaualos a menudo con cartas assi le sea dada la sentencia, e esto que vos-
suyas, e embiauales epístolas e euangelios, otros fizieredes, yo lo confirmare»; e los se-
que son creelcia (1) de la santa fe católica, e nadores dixeron todos en vno que bien auian
información de las sus animas. entendido las palabras, e eran aparejados de
couplir la su voluntad por derecho e por ra-
zón, mas ellos dixeron al emperador: «Señor,
CAP. XXVI.— Como el emperador mando el honrrado vuestro padre Cesar Augusto
traer ante si a Pilatos y como fue juzgado establescio que todas las sentencias crimina-
a muerte. les fuessen otorgadas e dadas en Roma por
los senadores, por quanto Roma es cabeca de
Después que el emperador ouo dado licen- imperio, e después que fuessen Ueuadas a
cia a sus caualleros e se partió, el emperador esecucion alia clónele el emperador touiesse
mando al senescal que trasesse a Pilatos de- por biem fuera de Roma; por que vos conuie-
lante del, quando ouiesse oydo la niissa antes ne, señor, que vos lo embyeis a justiciar a la
que comiesse; e el senescal dixo que le plazia cibdad de Albaña; después que la sentencia
de hazer su mandamiento: e quando los empe- sea dada e otorgada, en aquella cibdad
radores ouieron oydo missa, la qual ouo di- den en ser justiciados tocios aquellos que son
cho sant Clemente, fueronse a los palacios, culpados de crimen de traycion; esto ha por
e sant Clemente con ellos; e el emperador derecho aquella cibdad». E el emperador
Mzolo andar en medio ele amos a dos. Y el dixo que le plazia sí de derecho era, e que
senescal hizo traer a Pilatos delante el em- assi fuesse fecho. E luego se entraron los se-
perador, con grandes cadenas según que es- nadores en vna sala, e alli ordenaron la sen-
taña preso; e el emperador mando que fizies- tencia contra Pilatos, e venieron delante el
sen venir los senadores de Boina, e quando emperador, e leyeron la sentencia delante
Pilatos que era presente.
(') Sic. |
400 LÍBEOS DE CABALLERÍAS

CAP. XXVII.— Como fue llenado Püatos a CAP. XXYIII.— Como el alguazil de Albaña
la eibdad de Albaña, e lo metieron en el hizo -poner a Püatos en el rio en vna casa
pozo. e se hundió la casa.

Quando la sentencia fue ley da, el empera- A cabo de dos años, el alguazil de Albaña
dor mando a treynta caualleros que aparejas- fizo ayuntar todos los cibdadanos de la eib-
sen en como lleuassen a Püatos sabiamente dad, por tomar consejo que baria de Püatos,
a la eibdad de Albaña, e que lleuassen la sen- que avn era biuo en la prisión; e quando
tencia, porque los cibdadanos la lleuassen a fueron todos ayuntados, el alguazil les contó
esecucion. E luego fueron aparejados, e -vi- como Püatos era avn biuo, y que les rogaua
nieron delante el emperador, e el emperador que cada vno le diesse consejo, el mejor que
dioles la sentencia, e resoibieron el preso cada vno pudiesse, que haría de Püatos, en
muy bien atado en vn cauallo. E caualgaron, tal manera que el no cayesse en caso con el
e vinieron a la eibdad de Albaña, e por emperador su señor; y de todos dieronle con-
quanto los caualleros venían por manda- sejo que lo pusiessen en la casa del rio, e
miento del emperador, saliéronlos a recebir luego que el consejo fue dado al alguazil,
con muy gran alegría. Y los resoibieron. con hizo sacar a Püatos de la prisión del pozo en
grande lionrra, e les fizieron muchos plaze- que estaua. E salió flaco e mezquino, que no
res. E quando fueron entrados en la eibdad, se podia tener en los pies. Y caualgaronlo en
los caualleros que trayan el preso, quisieron vn rocin. E sacáronlo fuera de la eibdad. E
saber qual era el alguazil de todos los de la llegáronlo al cabo de la puente; e fue apareja-
eibdad, e fueles mostrado qual era alguazil. da vna barca, con la qual entrasse en aquella
E el lo dixeron que querían y r a su casa del casa que era en medio del río, porque era
alguazil, antes que a otro lugar, e todos jun- asi establecido e ordenado en la eibdad que
tos se fueron a las casas del alguazil, e ay todos los que fuessen sentenciados a muerte
descaualgaron. E quando todos fueron ayun- de crimen de traycion, que los ponían en
tados en vn portal que ay estaña muy bueno, aquella casa, e ay morían de lumbre, e quan-
el vno de los caualleros comenco a dezir al do el alguazil fue venido con otros onbres
alguazil: «Señor, el emperador e nuestro se- buenos de la eibdad, fizo poner a Püatos en
ñor e vuestro, vos embia a saludar; y em- la barca, e después entro el e muchos otros,
biavos por nosotros este preso y esta senten- e vinieron a la casa que era en medio del
cia que por los senadores de Roma fue orde- rio; e luego que ellos se allegaron a la casa,
nada contra este preso; e mandavos que la se comenco a trastornar la casa e toda a tem-
sentencia sea lleuada a esecucion, según que blar, de lo qual ouieron gran miedo e espan-
es escripto e ordenado, ca dentro lo hallare- to; e pusieron a Püatos en la casa sin nin-
des; e catad aqui la carta; creednos». T el gunas viandas, que assi era ordenado; e
alguazil e los cibdadanos, estando en vno. quando se ouieron recogido a la barca, y fue-
recibieron el preso, e la sentencia, e la car- ron salidos en tierra, se entro la casa en el
ta del emperador, e dixeron que eran pres- abismo con Püatos, ca no parecía piedra, ni
tos e aparejados cíe complir el mandamiento pared, ni señal que honbre pudiesse dezir
del emperador su señor. E luego fue hecha que allí houiesse estado casa, saluo que alli
la esecucion en la forma que en la sentencia remolinaría el agua en aquel lugar por todos
venia ordenada, e ellos tomaron a Püatos, e tienpos, por lo qual el hombre conocía el
pusiéronlo en vn pozo de costado en el agua, lugar donde solia estar la casa; e esto houie-
e atrauessaronle vna cadena en que se po- ron todos a grande marauilla, e luego em-
sasse, e posieronle vna barra de hierro ante biaron al emperador sus mensaj eros con car-
los pechos; e todas las prisiones cerrauanse tas, en las quales le hazian saber en que ma-
con vn candado, e estaua ay atado, tan es- nera e como Püatos murió.
trecho que no se podia boluer, ni mouer a
vna parte ni a otra. E dentro en el agua pu- E quando el enperador ouo leydo las car-
siéronle vna tabla en que se sostenía, e orde- tas, e supo que de tal manera Püatos era
naron que cada dia le diessen dos oncas de muerto, hizose mucho marauillado, e todos
pan e otras dos oncas ele agua, e no mas en los nobles e grandes que con el estauan; e
quanto biuiesse, e posieron por guarda a vn dixeron: «Bendito sea nuestro señor Dios que
honbre que no hiziesse al sino tan solamen- tal muerte le ha dado, que no quiso que en
te dar de comer al preso según que fue or- el pozo muriesse, en el qual el no podia biuir
denado; e en este dolor biuio Püatos dos con tan poca vianda medio año, si ya no fue-
años. ra voluntad de nuestro señor Jhesu Christo
que la puede hazer» .
L A D E S T R Ü I C I O N DE J E R Ü S A L E M 401
CAP. XXIX. — Como fue condenado Pilatos rador de Roma, e por Titus su hijo fue des-
al diablo por quanto no kouo arrepenti- truyda la cibclad de Iherusalem, porque des-
miento. pués acá no ha auido en ella abitacion de
aquellas gentes.
El mal hombre que tan estrechamente
auia estado dos años en la prisión del pozo y CONCLUSIÓN
no se quiso arrepentir de tanto mal como el
auia fecho, ca Dios le ouiera auido merced Esta ystoria ordeno Jacob e Joseph Ábari-
si ge la ouiera demandado, e le perdonara. matia, que a todas estas cosas fueron pre-
Mas por quanto no se arrepentio, nuestro sentes^ e Jafel} que de su mano la eseriuio;
señor Jesu Christo quiso que fuesse conpa- donde roguemos a Dios, e ala Virgen Maria,
aero del diablo, e según que aueys oydo fue e a todos los sanctos e sanctas, que nos guar-
vengada la muerte e la passion de Jesu den de todo mal, porque merezcamos yr a la
Christo por el emperador Yespasiano, empe- gloria. Amen.

LIBROS DE CABALLERÍAS.—U.—26

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