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Concepto
La figura del contrato de trabajo, cualquiera sea su forma o denominación, existe cuando una persona
física se obliga a realizar actos (ejecutar obras o prestar servicios) bajo la dependencia de otro durante
un período de tiempo por el pago de una remuneración. (1)
El contrato de trabajo se caracteriza por la subordinación jurídica, es decir, cuando un trabajador se
somete a las órdenes e instrucciones de su empleador. Esta es la característica principal que soslaya
al contrato de trabajo. Un empleado somete su propia voluntad a la del empleador y como
contraprestación por esto recibe un rédito económico. Habrá, obviamente, que distinguir entre distintos
grados de subordinación y entre trabajo dependiente o autónomo, siendo que este último está fuera de
la esfera de aplicación de la ley laboral. Sin embargo, los profesionales liberales pueden desempeñarse
en el mercado laboral en forma autónoma y/o independiente o bien como empleados en relación de
dependencia.
Lo que aquí nos ocupa, pues, es el trabajo en relación de dependencia puesto que el mismo es tutelado
por las leyes laborales propiamente dichas. Empero, el vínculo laboral de un profesional liberal que se
desarrolle dentro de un establecimiento empresario, con sujeción a un horario y por un rédito económico
mensual fijo se presume que es una relación laboral dependiente y no ya autónoma.
Ahora bien, sentada la característica principal que hace al contrato de trabajo el artículo 29 de la Ley de
Contrato de Trabajo (en adelante “LCT”) establece la figura de la interposición y solidaridad. (2)
El artículo 29
de la LCT
considera que tanto el tercero como la empresa usuaria final de la capacidad de trabajo del
dependiente son solidariamente responsables de cumplir con el débito salarial y el pago de las indemnizaciones
legales llegado el caso.
El corolario de este instituto es atacar estas situaciones y máxime en los casos donde existe fraude
societario por intermediación de personas y uso abusivo de la personalidad jurídica.
Las partes de un vínculo contractual de trabajo están obligadas a observar comportamientos recíprocos
de buena fe y buenas costumbres como establecen los principios generales del derecho civil. Es decir,
que más allá del cumplimiento de obligaciones específicas derivadas de un contrato de trabajo que
impone al trabajador el prestar servicios y ser remunerado por ello en tiempo y forma, existen conductas
impuestas por la naturaleza propia del negocio jurídico.
El empleador tiene que cumplir con sus obligaciones preservando la relación jurídica y evitando un
accionar abusivo. Así, el empleador debe cumplir con las obligaciones que resulten de la LCT
Dentro de una teoría general del daño y de las responsabilidades que como empleador le cabe a quien
contrata a un dependiente pueden surgir responsabilidades, como una garantía más para la reparación
del perjuicio, tales como el descorrimiento del velo societario de una sociedad empleadora cuando la
misma comete una acción de fraude.
Cuando un trabajador es contratado por personas físicas quiénes son sus empleadores para luego ser
proporcionado a la misma actividad empresarial continuada por una persona jurídica de la cual las
personas físicas empleadoras son parte, ante la comisión de un hecho dañoso la responsabilidad es
solidaria en los términos de lo que establece el art. 29
de la LCT
.
III. La Extensión de Responsabilidad
Las sociedades comerciales son sujetos de derecho, con incapacidad absoluta de hecho, si no es por
medio de sus representantes legales. Asimismo, son capaces relativas de derecho, ya que sólo tienen
capacidad de derecho en la medida de su contrato constitutivo o estatuto en el marco del objeto social.
Pueden contratar legalmente en referencia a lo que su contrato constitutivo y estatutario establezca a
tales efectos.
Ninguna sociedad se encuentra autorizada a funcionar si dentro de su capacidad jurídica estatutaria, se
encontraran facultades para cometer delitos o ilícitos civiles. (11) Tal, es el caso de la contratación de
un trabajador no registrado, deficientemente registrado o mediando fraude o cualquier forma de actuar
contraria a la buena fe que establece el artículo 63 de la LCT
en su artículo 29
Sin embargo, hay que ponderar que cuando un trabajador es contratado por una persona física para
luego desempeñarse como empleado de una persona jurídica y el mismo presta labores en condiciones
de clandestinidad no solamente los responsables lo son en forma solidaria sino que además lo son
ilimitadamente. Esto implica que ante la insolvencia de la sociedad contratante los representantes
legales de la misma que actúan en connivencia y conformidad respecto de un actuar delictivo en
perjuicio del dependiente deben responder ya no sólo con el patrimonio del ente social sino con el propio
y en forma individual y sin límite.
Esto es así, en virtud, de que tanto las leyes generales del derecho civil, como las societarias y las
laborales tutelan el accionar delictivo de las personas físicas que utilizando un ropaje jurídico pretenden
atenuar la responsabilidad de su accionar. Se busca sancionar a quienes han incurrido en un accionar
abusivo y/o malicioso utilizando el ordenamiento jurídico para perpetrar un enriquecimiento ilícito en
detrimento de quienes se ven afectados en el goce pleno de los beneficios que la ley les proporciona:
los trabajadores.
Por ello, la extensión de responsabilidad deviene en un remedio necesario no sólo conforme los
parámetros del artículo 29
de la LCT
sino además con el descorrimiento del velo societario cuando quienes cometen ilícitos
buscan amparar su responsabilidad en la existencia de un medio asociativo, en muchos casos insolvente, para
cometer este tipo de abuso en detrimento de los dependientes.
De esta forma, la ley busca un remedio para contrarrestar este accionar abusivo y deprimir la utilización
de dicha forma de contratación desincentivando mediante el instituto la violación a la ley bajo el amparo
de un marco jurídico aparente.
Recientemente, fue publicada en el Boletín Oficial de la República Argentina la ley 26.940 que promueve
el trabajo registrado y previene el fraude laboral. Dicha ley busca generar una regularización en el marco
de la existencia del trabajo informal y prevenir con mayores sanciones los abusos de derecho y fraude
a la ley laboral in meius de los trabajadores.
Uno de los mayores aportes que esta ley busca promover es la creación de un registro de empleadores
con sanciones laborales. De esta manera, se crearía una suerte de veraz de los incumplidores a las
leyes laborales que intentaría desincentivar la clandestinidad en el ámbito del trabajo con una publicidad
negativa para quienes no regularicen situaciones abusivas de trabajo.
Sin embargo, deberemos esperar aún hasta tanto la misma sea implementada para analizar la eficacia
o no de lo que la ley intenta promover con objetivos claros. Mientras tanto los remedios legales que
sancionan y buscan evitar el fraude laboral y cualquier forma de acción contra legem en la materia se
explicitan en las leyes especiales laborales y sus correspondientes remisiones a las leyes de fondo.
NOTAS AL PIE:
(1) Art. 21 Ley 20.744: “Habrá contrato de trabajo, cualquiera sea su forma o denominación, siempre
que una persona se obligue a realizar actos, ejecutar obras o prestar servicios en favor de la otra y
bajo la dependencia de ésta, durante un período determinado o indeterminado de tiempo, mediante el
pago de una remuneración. Sus cláusulas, en cuanto a la forma y condiciones de prestación, quedan
sometidas a las disposiciones de orden público, los estatutos, las convenciones colectivas de trabajo o
los laudos con fuerza de tales y los usos y costumbres.”
(2) Art. 29
LCT
: ” Los trabajadores que habiendo sido contratados por terceros con vista a proporcionarlos a
las empresas, serán considerados empleados directos de quien utilice su prestación.En tal supuesto, y cualquiera
que sea el acto o estipulación que al efecto concierten, los terceros contratantes y la empresa para la cual los
trabajadores presten o hayan prestado servicios responderán solidariamente de todas las obligaciones emergentes
de la relación laboral y de las que se deriven del régimen de la seguridad social.Los trabajadores contratados por
empresas de servicios eventuales habilitadas por la autoridad competente para desempeñarse en los términos de
los artículos 99 de la presente y 77 a 80 de la Ley Nacional de Empleo, serán considerados en relación de
dependencia, con carácter permanente continuo o discontinuo, con dichas empresas. ”
(3) Comentario al art. 29
de la LCT