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del actor
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Los procesos de identificación en el trabajo del actor
a los que hacen referencia. Si bien cesos grupales, en los cuales existe una
entendemos que en el proceso teatral el identificación recíproca entre sujetos
juego de identificaciones se establece (Freud, 1983e; 1983h).
desde el autor hasta el público, pasan- El concepto de identificación fue
do por los actores y el director, en el trabajado paralelamente por Ferenczi
presente trabajo, por motivos de exten- (1982a, 1982b), quien se ocupó princi-
sión, nos centraremos en el juego de palmente de la introyección. Se trata de
identificaciones entre el actor y su per- un término usado inicialmente por este
sonaje. autor para diferenciar los procesos neu-
róticos de los psicóticos, en donde los
DELIMITACIÓN DEL CONCEPTO DE primeros obedecerían a una introyec-
IDENTIFICACIÓN ción excesiva y los segundos a una pro-
El término identificación fue utili- yección excesiva. Ferenczi (1982b) re-
zado por Freud ya en 1896 en su co- lacionó también los impulsos orales a
rrespondencia con Fliess (Roudinesco la introyección y los impulsos anales a
y Plon, 1998) en donde la identifica- la proyección.
ción tiene que ver con un deseo repri- Lacan (Roudinesco y Plon, 1998)
mido de “ser como” o de “hacer co- también hará de la identificación un
mo”. Pero la identificación como con- concepto central en su teoría. Para él la
cepto apareció en la obra de Freud a identificación se sitúa en el registro de
partir de 1900, como un mecanismo lo imaginario durante el estadío del es-
histérico en La interpretación de los pejo, y puntúa tres tiempos del comple-
sueños (Freud, 1983a). Freud hizo de la jo de Edipo. En primer lugar, una iden-
identificación un concepto central en tificación con lo que se piensa que es el
su obra (Valls, 1995), convirtiéndolo deseo de la madre, más tarde el descu-
en el mecanismo en virtud del cual se brimiento de la ley del padre, y final-
constituye el sujeto. Si bien en princi- mente la simbolización de esta ley, que
pio la utilizó para explicar los procesos tiene por efecto que se asigne su verda-
oníricos y la formación de síntomas dero lugar al deseo de la madre, permi-
histéricos (Freud, 1983a), en donde tiendo las identificaciones ulteriores
además observa que pueden coexistir constitutivas del sujeto.
varias identificaciones como manifes- Un paso importante en la modifica-
tación de pluralidad psíquica, poste- ción del mecanismo de identificación
riormente muestra su función en la me- fue a partir de Melanie Klein, quien re-
lancolía (Freud, 1983d), en los proce- tomó el concepto de incorporación. Pa-
sos narcisistas (Freud, 1983c), como ra ella, este concepto denota una fanta-
forma originaria del lazo afectivo con sía de absorción corporal de un objeto
el objeto (Freud, 1983d), y en los pro- cuya presencia física se siente después
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realidad, así como tener claridad respec- los derivados pulsionales, representa-
to de las motivaciones propias y las de dos por estados afectivos específicos.
los otros. La introyección, la identificación y la
Laplanche y Pontalis (1983), por su formación de la identidad son niveles
parte, definieron la identificación como progresivos del desarrollo de la inter-
el “proceso psicológico mediante el nalización.
cual un sujeto asimila a su aspecto, una Las identificaciones, nos recuerda
propiedad, un atributo de otro y se Kernberg (1994), son normalmente
transforma total o parcialmente, sobre parciales o selectivas, implican la mo-
el modelo de este”. La personalidad, dificación del concepto de sí-mismo
nos dicen estos autores, se constituye y bajo la influencia del objeto. Al mismo
se diferencia mediante una serie de tiempo, en la discriminación entre los
identificaciones. aspectos del objeto que son y que no
En 1987, Kernberg plantea que lo son incorporados hay un incremento de
que caracterizaría la identificación pro- la diferenciación entre el sí-mismo y el
yectiva, a diferencia de la proyección objeto. De modo que las identificacio-
pura, es que en la primera se observa la nes tienen funciones progresivas o de
tendencia a seguir experimentando el promoción del crecimiento.
impulso a pesar de haber sido proyecta- Las experiencias intensas alientan
do en otro. Con ello se teme a ese otro tanto la fusión como la diferenciación.
a quien se ve caracterizado por el im- Si el estado es de placer, el infante que-
pulso proyectado, y surge la necesidad rrá fusionarse con quien se lo propor-
de controlar a esa persona, lo cual se ciona; si es de dolor, querrá separarse.
hace con frecuencia de tal modo que se Los estados de placer extremo estable-
suscita en ella conductas que validarían cen una representación indiferenciada
la proyección (Kernberg, 1987). Así, totalmente buena del sí-mismo/objeto,
mientras la proyección estaría basada dentro de la cual gradualmente se irán
en una estructura centrada en la repre- diferenciando después estos compo-
sión como defensa, la identificación nentes. Los estados de extremo displa-
proyectiva se basa en una estructura cer motivan esfuerzos de huida y elimi-
yoica centrada en la escisión y la diso- nación de ese displacer, ubicando su
ciación primitiva. fuente afuera, creando en el proceso
Kernberg (1994) nos habla también una representación fusionada totalmen-
de la internalización, la cual designa te mala del objeto/sí-mismo. También
para él la creación de estructuras in- en ese caso el objeto y el sí-mismo se
trapsíquicas que resultan de las interac- van diferenciando gradualmente.
ciones reales y fantaseadas con los ob- Para Kernberg (1994) el sí-mismo
jetos significativos bajo el impacto de siempre incluye dos capas: se le puede
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visualizar como una esfera central de tando la realidad así como los límites
representaciones del sí-mismo, y otra de su sí-mismo. Para ello, necesitará
esfera que envuelve a la anterior, de au- que otros, desde afuera, se presten para
torreflexividad derivada de la identifi- la exploración y el juego.
cación con la madre observadora y Para Sandler y Sandler (1999), so-
preocupada por su niño en la relación mos incapaces de percibir un movi-
diádica original. Esto se puede enten- miento o una expresión de otro sin du-
der también como un doble agrupa- plicarlo inconscientemente en nosotros
miento de las funciones de las repre- mismos, mecanismo que se inhibe con
sentaciones del sí-mismo; un grupo se el paso del tiempo. En el adulto, este
encarga de la diferenciación del sí-mis- sería un hecho residual que apuntaría a
mo y el otro de retener las funciones de la empatía y la sugestión. Esto nos lle-
observación de las imágenes parentales va al concepto de imitación. El niño, en
internalizadas en el sí-mismo. Esta ca- sus manifestaciones más tempranas de
pacidad de autopercatación es lo que imitación, solo puede copiar aquello
falta en la psicosis. La integración lon- que ya ha realizado por sí mismo,
gitudinal (a lo largo del tiempo) y ejemplo de lo cual es la imitación vo-
transversal de todas las representacio- cal. Para imitar, había planteado ya
nes del sí-mismo en un autoconcepto Piaget (1969), el niño ya debe haber
central, abarcativo, es acompañada por formado, mediante su propia acción,
la integración paralela de una esfera un esquema sensoriomotor en el que el
envolvente de autorreflexividad que estímulo que ha de ser copiado puede
proporciona un fondo de autoevalua- insertarse. Poco a poco, la imagen ad-
ción en curso. En otras palabras, la au- quiere vida propia y el niño que imita a
toevaluación puede convertirse en una menudo no tiene la conciencia de ha-
estructura preciosa del yo, que desem- cerlo; su respuesta al modelo le parece
peña una función yoica superior, la de originada en el interior.
la autoobservación. Las identificaciones se pueden dar,
Roudinesco y Plon (1998) plantean pues, sin que haya conciencia de imitar
que la identificación, concepto central el modelo. Incluso cuando las imitacio-
en psicoanálisis, es un proceso median- nes del niño muestran flexibilidad y
te el cual el sujeto se constituye y se creatividad, están formadas por la va-
transforma, asimilando o apropiándo- riación experimental a partir de un re-
se, en momentos clave de su evolución, pertorio de actos que ya ha aprendido a
de aspectos, atributos o rasgos de los ejecutar. Así, la conducta de imitar solo
seres humanos de su entorno. En el de- es posible en un organismo que ya ha
sarrollo normal, la identificación surge adquirido una matriz suficiente de ac-
de forma gradual al ir el bebé delimi- ciones. En otras palabras, la imitación
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poco rígido y que poseen además talen- firmado su poderío y fuerza vital. Es
to y ‘oficio’. una totalidad, vive como tal. Es una
Un quinto momento, donde Achard síntesis armónica del yo con ‘él’.
(1962) encuentra la identificación in- Achard (1962) puntualiza que habla
troyectiva invasora con elementos de de relación simbiótica entre dos porque
proyección, parece depender en parte ahora estos constituyen entidades dife-
de la índole del personaje, generalmen- rentes que se enriquecen mutuamente y
te figuras de gran poder, encanto o se- no pueden vivir separadas. En este pe-
ducción para el actor. Esto puede ser riodo, el objeto introyectado es fuerte,
consciente o inconsciente. Esta identi- coherente, vibrante y sensible. Posee
ficación proyectiva invasora se produ- gran independencia y libertad interior.
ce como expresión fallida de un diálo- Todas estas cualidades hacen que pue-
go, duelo a veces, simbiosis otras, entre da proyectarse con extremada preci-
el actor y la figura introyectada, hay sión y justeza y ofrecerse al espectador.
una primacía de uno sobre otro, no ya Mientras esto acontece, el yo del actor
en la representación sino en la vida sigue oscurecido, en la sombra, pero
misma, y el equilibrio deseable queda experimentando una gran felicidad. Es
roto parcialmente. El yo del que repre- como un momento mágico, cuya ubica-
senta regresa a una etapa esquizopara- ción cronológica es difícil, influyen el
noide. Disociación, negación, idealiza- actor, la obra, el acuerdo o desacuerdo
ción, omnipotencia, proyección, son con el director, etcétera. En términos
los mecanismos que se observan en la generales, este logro llega después del
identificación proyectiva invasora. El estreno; y no siempre se alcanza. Si no
yo del actor se disocia, niega su unidad, se llega a esta meta, aparece la frustra-
idealiza al objeto introyectado, lo vive ción, más allá del aplauso o de las bue-
en forma omnipotente y lo proyecta nas críticas; hay una disconformidad,
afuera, invadiendo esta relación sim- pues el actor no vive su personaje en
biótica otras esferas en un afán de mos- forma auténtica.
trar su fuerza y grandeza. Hay, pues, un Sandler y Sandler (1999) plantean
fracaso temporario del auténtico proce- que los límites entre la percepción del
so de creación y de la identificación in- self y del objeto no debería considerar-
troyectiva final, la cual sería integrado- se como algo inamovible, pues estas no
ra y armónica. Si se lograra más bien son entidades fijas que una vez forma-
esta última fase, el actor ama al perso- das permanecen en un lugar. Existe una
naje, siente que le pertenece. Se ponen función que establece límites, para di-
en marcha mecanismos reparadores y ferenciar al self del otro, una función
una relación simbiótica delimitada y de desidentificación que nos dice hasta
fuerte. El personaje ha penetrado y rea- dónde somos nosotros y dónde empie-
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za el otro. Los límites pueden relajarse rigida por, el analista. Nuetzel observó
y volver a situarse con rapidez. Existe durante una investigación, que el direc-
una fluctuación inconsciente constante tor de un montaje teatral tenía que ha-
respecto de la extensión y la fuerza con cerse cargo de transferencias indivi-
que se restablecen. Esta fluctuación del duales y grupales, manifestadas en un
límite entre el self y el otro posibilita el fenómeno que describió como “neuro-
proceso inconsciente de identificacio- sis de producción”. Respecto de estos
nes primarias, lo cual permite que el fenómenos se preguntaba si la puesta
poeta (y por supuesto, también el actor) en acto colectiva e inconsciente de di-
proyecte y se identifique, simultánea- námicas emocionales derivadas de la
mente con aquellos aspectos de su self obra en producción por el director y el
y de los objetos, experimentando las elenco era un fenómeno inevitable para
relaciones entre ellos, tal y como las re- la puesta en escena final.
presenta en su obra. Es un proceso que Concluyó Nuetzel (1995) que del
le permite modular y refinar sus perso- mismo modo en que los pacientes desa-
najes de forma significativa y satisfac- rrollan nuevas versiones de sus enfer-
toria. El espectador obtendría placer de medades a través de la neurosis de trans-
la obra que observa utilizando los mis- ferencia, así también nuevas versiones
mos mecanismos de identificación pri- de obras para presentaciones teatrales
maria. Así, podrá identificarse con di- pueden desarrollarse a través de las neu-
versos personajes, defenderse de las rosis de producción. Todas las dinámi-
identificaciones que no le acomodan, y cas de las interacciones entre actores y
acomodarse identificándose con perso- entre ellos y el director tenían las di-
najes que le son más fáciles de aceptar. mensiones de una transferencia resisten-
Nuetzel (1995), psicoanalista y di- cial. Lo sorprendente, afirma Nuetzel,
rector de teatro, nos recuerda que hoy era la verificable dimensión inconscien-
en día es común escuchar a psicoana- te de estos fenómenos, dado que estos
listas hablar de su trabajo en términos episodios eran reconocidos solo en re-
teatrales, tales como el “escenario psi- trospectiva.
coanalítico”, o el “teatro de la mente”, En otras palabras, lo que plantea
(p. 346). Podemos recordar también Nuetzel (1995) es que tanto actores co-
otros términos aún anteriores, como los mo directores habitan el texto de la obra,
términos freudianos de “escena prima- y el texto los habita a ellos. Durante el
ria”. Esto se debe a que la situación y el proceso de producción esto se manifies-
proceso analíticos implican una drama- ta en interacciones emocionales entre
tización de aspectos de la historia de la los actores y el director. Estos actings en
vida psíquica del paciente, creada y el proceso de creación teatral le permi-
puesta en escena en conjunto con, y di- ten a los actores y al director encontrar
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cual el actor no puede perder concien- como material artístico. Sin embargo
cia, es un cocreador de su trabajo, en la puntualiza:
medida en que le da pistas de su desen- ... no se trata de no saber lo que uno ha-
volvimiento. ce sino de emplear las experiencias que
hemos almacenado en el inconsciente y
En la actualidad, el Actor’s Studio que no podemos fácil o rápidamente to-
es la academia de actuación que pro- car de una manera consciente (...), em-
porciona el entrenamiento más recono- plear el conocimiento que funciona en
sueños, donde a veces salimos con co-
cido y seguido por actores de todas par- sas que aparentemente no tienen senti-
tes del mundo. Este es el método de do, con cosas que ocurrieron hace
Lee Strasberg, seguidor de las ideas de muchísimos años pero que hace tiempo
Stanislavski. Para Strasberg (1989), la supusimos haber olvidado (p. 59).
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temente, si aquello proyectado coincide tá dada más bien en que el actor tiene
con la realidad, va a resultar mucho más menos temor que los demás para evi-
fácil para el sujeto sentir que finalmen- denciar esos aspectos, o que quizás
te no le pertenece en tanto pueda ser simplemente ha descubierto que el tea-
controlado en el otro; en cambio, si lo tro es un canal socialmente aceptado
que se proyecta no se ajusta a las carac- para tal exteriorización, lo cual, como
terísticas del otro en quien se proyecta, veremos más adelante, es bien recono-
el fracaso de la identificación proyecti- cido por los entrevistados. Por otro
va es mayor, y por lo tanto se siente ma- lado, como hemos destacado, la identi-
yor incomodidad. Este es el principio, dad, desde una concepción psicoanalí-
además, por el cual se establece dentro tica, no es una estructura estable e
del contexto terapéutico, la neutralidad, inflexible, como evidencia Goffman
pues cuanto menos conozcamos del (1959), para quien no tenemos una
otro, más pantalla en blanco podrá ser identidad, sino varias (pública, privada,
este, evidenciándose más claramente etcétera).
que los contenidos proyectados perte- Nuetzel (1995) planteó que durante
necen a quien los proyecta, generán- los ensayos de un montaje teatral los
dose así mayor ansiedad. actores parecían habitar lúdicamente el
Por otro lado, se plantea el recono- texto de la obra y el texto habitarlos a
cimiento de que el actor suele tener un ellos. En nuestra opinión, el actor pre-
yo flexible al estar en mayor contacto fiere personalizar el fenómeno y sentir
con contenidos interiores diversos, co- que habita al personaje que representa,
mo planteó Eduardo: “El actor es una incluso prefiere esto antes que sentir
persona psíquicamente... plural...” que es el personaje quien lo habita a él.
Fenichel, nos recuerda Weissman Tal vez esto le resulta menos amena-
(1961), se había ya cuestionado si el zante, pues conserva el control, a la vez
mejor actor no sería aquel capaz de in- que evita sentirse invadido. Fonagy y
terpretar cualquier rol en virtud de sus Target (1996a, 1996b) decían que el
grandes posibilidades de identifica- niño va descubriendo su propio funcio-
ción. Si bien Fenichel asociaba este fe- namiento mental a través de explorar la
nómeno a una falla de integración en la mente del otro. Esta exploración cons-
identidad, nosotros lo vemos más bien tituye la formación de una perspectiva
como una manifestación de flexibili- que delimita los límites propios y los
dad yoica. Nos preguntamos, por ejem- del otro, estableciéndose una represen-
plo, si el actor en principio es más ca- tación mental separada del sí-mismo.
paz que otras personas de identificarse Desde el punto de vista del actor, esto
con diferentes aspectos de otros, por- puede ser tranquilizante, pues, si los
que ya están en él, o si la diferencia es- límites son claros, es menos riesgoso
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aventurarse a una identificación que, le ofrece cosas, sino al revés. Esto, co-
creativamente, implique una regresión mo hemos visto, resulta tranquilizante
a la fusión. para el actor, pues le permite una cierta
Parecería, pues, estarse reconocien- omnipotencia que le otorga el control:
do la proyección de aspectos propios, a Mis personajes no existen (...). Es decir,
la vez que se va esbozando una intro- Hamlet no existe, pues. Y no existe por-
que está escrito. (...) Entonces el único
yección de los contenidos, nuevamente que está vivo eres tú. El actor, no el per-
en concordancia con lo que sugiere sonaje. (...) Y por lo tanto el entrena-
Achard (1962). Todo esto tiene que ver, miento de una escuela es darle la capa-
cidad al actor para que se encuentre
probablemente, con el hecho de que el
consigo mismo, para que aumente su re-
actor busca identificarse consigo gistro corporal, vocal, actoral, y pueda,
mismo, como veremos más adelante en con toda esa materia, hacer que algo vi-
mayor detalle, en tanto la actuación es va (Roberto).
una búsqueda y un descubrimiento per-
En este sentido queremos recordar,
sonal. Estas identificaciones, además,
una vez más, que tanto Winnicott
tienen que ver con un proceso en el
(1971, 1979, 1992, 1993) como Fona-
cual uno se va acercando a uno mismo:
gy y Target (1996a, 1996b) afirman
Mis personajes tienen que tener mi voz,
mi cuerpo, mi experiencia, todo lo que que para delimitarse, el bebé necesita
yo pueda prestarles, mis recuerdos, mis que otros se presten para la exploración
penas, las cosas que no quiero destapar, y el juego. El personaje se presta para
o las cosas que hubiera querido vivir y
nunca viví, es el momento de ver cómo
esta aventura. Al proyectar en el perso-
sería si lo hubiera vivido... (Carlos). naje aspectos propios del actor, más o
menos escondidos –y recordemos aquí,
En esta autoexploración, vivida co- además, que Piaget (1969) mencionó
mo la exploración de un otro, el actor ya que solo se puede reproducir lo que
llega a acercarse también a aspectos re- se lleva dentro– el actor poco a poco va
primidos: percibiendo al personaje como un ser
... de pronto te hacen descubrir aspectos con vida propia; pero también empieza
que tú no crees tener, (...) que nunca te a verse a sí mismo. El personaje será
han salido en la vida real, y de pronto te
salen, y a veces con un cierto placer, un
visto como un reflejo personal que de-
nivel de maldad, de sadismo gozoso, be, sin embargo, independizarse. De la
(...) cuando tú sabes positivamente que comunidad inicial empiezan a estable-
en la vida real no eres así... cuando el cerse diferencias, que tienen que ver
proceso lo permite, y ojalá lo permitiera
siempre, se producen descubrimientos
más con las actitudes manifiestas y ex-
nuevos (Camila). teriorizables que con los contenidos y
características esenciales.
El actor hace, pues, que el persona- Este último aspecto resulta impor-
je cobre vida: no es el personaje el que tante en la medida en que pareciera ser
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fundamental para el actor resaltar esa ... ideas, cosas o formas que te van pa-
sando por la cabeza, y tú estás seguro,
diferencia como un indicador de dis-
convencido de que esas son las que tie-
tancia. Esas discrepancias, sugerimos, nen que ser, esa es la forma en que tie-
le permitirían al actor sentir que él mis- nes que hablar, esa es la forma en que
mo es un ser diferenciado. Si bien este tienes que caminar, esa es la forma en
que tienes que hacer la flexión, esa es la
proceso es sentido como que es el per- forma en que tienes que mirar... tienes la
sonaje el que cobra vida, podría estar seguridad de que el personaje es así...
en juego la necesidad de sentir que es (Carlos).
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Sí, eso sí me costó horrible... porque yo tía... tenía toda la culpa, toda la pena,
no soy una persona bonita, definitiva- todo el miedo y toda la soledad de ese
mente, eso yo lo tengo claro (...). Brillar, personaje (Manuel).
como quería la directora, no lo iba a po-
der hacer. (...) Porque ella necesitaba Cuando decían algo del personaje, me
que yo me sintiera bonita... (Camila). afectaba en la medida en que sentía que
habían hecho un casting y yo me acer-
caba al personaje, y por lo tanto me
Se va logrando, sin embargo, como acercaba también a los insultos recibi-
sugiere Achard (1962), una aceptación dos (ríe), entonces sabía que algo había
del personaje a través de mecanismos también de esos insultos para mí
reparadores, y eventualmente actor y (Carlos).
personaje llegan a constituirse en dos
Del material recogido observamos
entidades separadas que se enriquecen
que también se evidencian defensas en
mutuamente. Podemos agregar que es-
el trabajo actoral. El hecho de que el
te enriquecimiento se da porque apare-
actor se defienda más o menos rígida-
ce también una aceptación propia a tra-
mente va a depender tanto de la cerca-
vés del personaje, como plantea Car-
nía con el personaje y del hecho de que
los: “Es importante querer al personaje,
se rechace una determinada caracterís-
si no, no lo puedes hacer bien”.
tica de este, como de las características
En todo este proceso, las confusio-
defensivas inherentes a la personalidad
nes que las coincidencias suscitan, pa-
del actor. Achard (1962) también ob-
recen darse, efectivamente, así como la
servó el establecimiento de defensas en
pérdida de control. Esto es explicado
el proceso creativo, afirmando que
por Achard (1962) como un fracaso en
aquello de lo que se defiende el actor es
la identificación introyectiva integra-
de las ya mencionadas identificaciones
dora final, la cual, si es lograda, es sen-
introyectivas invasoras. Para ella, las
tida como satisfactoria en una vivencia
defensas más utilizadas son la disocia-
de plenitud con el trabajo creativo rea-
ción, la negación, la idealización, la
lizado. Pero si esto no sucede, la identi-
omnipotencia y la proyección: el actor
ficación introyectiva es sentida como
se disocia, niega su unidad, idealiza al
invasora, rompiendo el equilibrio y ha-
objeto introyectado que se siente omni-
ciendo que el actor regresione a una
potente y lo proyecta afuera. En el ma-
etapa esquizoparanoide:
terial recopilado en base a nuestras en-
... en un ensayo ya no quería seguir, por-
que yo sentía que lo que estaba pasando trevistas encontramos que, en general,
era de verdad, que había matado a al- en la actuación parecería que la defen-
guien, y ahora estaba aterrado de lo que sa más común evidencia una toma de
acababa de hacer. La sensación era muy
extraña, porque yo sabía que no había
distancia, generalmente a través de la
pasado, no estaba fuera de mí. Pero la caracterización, de la indiferencia (ais-
carga emotiva era tan fuerte... yo sen-
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lamiento), o el uso del humor.1 A conti- queda después de esta crisis es suspirar
hondo, y abrazarnos y felicitarnos. (...)
nuación presentamos algunos comenta- En una escena con Julito, el tipo me iba
rios de los entrevistados: a matar, y yo también lo quería matar, y
Hay actores que no pueden dejar de ca- yo temblaba, y después ah, acabamos
racterizar. (...) Esa caracterización te es- así, elogiándonos... (Manuel).
conde (Camila).
Si lo hacía de verdad, y realmente hacía ... el galán no era galán, al malo le en-
que esa obra cobre la dimensión trágica cuentras la bondad, al bueno le encuen-
que tenía... me cagaba yo. Y lo hice un tras la maldad. Bacán, está bien, encon-
personaje cómico, en una situación có- trarle el subtexto... pero tiene que ver
mica. Y ahora me doy cuenta de que no también con no tolerar las cosas como
era así... (Roberto). son (Roberto).
1 Ionescu, Jacquet y Lhote (2001) han encontrado tres listas clásicas de mecanismos de defensa (según
Valenstein, Vaillant y el DSM-IV) que consideran el humor dentro de ellos.
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En otros casos la defensa y el cuida- causado quizá por lo masivo de los pro-
do es mucho más consciente y se re- cesos de proyección e introyección, o
chazan trabajos porque se anticipa que por las características psicológicas es-
no habrá una contención, y al igual que tructurales del actor, junto, en algunos
en un proceso terapéutico, donde debe casos, a una falta de preparación en la
establecerse primero una confianza y técnica actoral. Los entrevistados opi-
una alianza de trabajo que permita la nan, efectivamente, que la pérdida de
asociación libre con cierta garantía, el control y las confusiones con el perso-
actor también busca un contexto de tra- naje son fenómenos no inherentes a la
bajo que lo proteja: actuación en sí:
Dentro de mí hay una puerta y un dique En el juego teatral se trata de no sentir
enorme que nadie conoce. A eso me re- realmente, y en la técnica, la prepara-
fiero con esa dificultad de que me con- ción supone que tú realmente no llegas
tengan. Y además sobre todo porque ha a sentir. (...) El trabajo de un actor en es-
estado tanto tiempo atrapada que, al cena no puede ser sentir. Porque si yo
principio, de salir, sale con mucha mier- siento en escena, no voy a poder contar
da, una vez que se va la mierda comien- la historia. No existe forma. Las dos ve-
za a quedar lo bueno. Pero no hay quién ces que yo me he dedicado a sentir, a
quiera ver esa mierda. A eso me refiero sentir, me tuve que ir, tuve que parar
cuando digo que no confío en que haya (Manuel).
un director que me contenga...
(Eduardo).
Así mismo los entrevistados pare-
En cuanto a las explicaciones para cen tener un reconocimiento de que las
los fenómenos defensivos antes descri- identificaciones pueden darse en dos
tos, los entrevistados también aporta- niveles: uno funcionalizable, que tiene
ron. Entre las causas que identificaron que ver con estados conscientes y con
están, en principio, el riesgo inherente el manejo de la técnica, y otro el de
al hecho de que el actor tiene como he- identificaciones más confusas o in-
rramienta fundamental sus propias conscientes, en donde el actor tiene al-
emociones, lo cual lo coloca en una si- gún tipo de patología o perturbación,
tuación de fragilidad, como señala Ca- sea esta pasajera, situacional, o más
mila: “... porque además tú sabes que si permanente, o, por otro lado, una falta
sacas tus emociones a flor de piel y tal, de manejo de la técnica actoral.
eres mucho más débil, más herible, Nos parece importante destacar que
eres un blanco fácil de todo”. puede, sin embargo, tratarse de identi-
Si se dan las confusiones entre un ficaciones inconscientes y hasta dura-
actor y el personaje que está represen- deras, sin que esto implique alguna
tando, podemos asumir que la emoción perturbación en el actor. Hethmon
que ha surgido se acerca más a una (1986) plantea que se trata, en la actua-
emoción primaria, y esto a su vez es ción, de emplear las experiencias alma-
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blar, solo puede ser comprendido a tra- observaciones, muchas veces los acto-
vés de un fenómeno similar. res, habiendo disfrutado de su trabajo,
Retomando la idea de que el teatro se alegran de haber terminado una re-
no es terapia, este reconocimiento im- presentación, pues entonces pueden re-
plica que se prioriza en dicha discipli- gresar a una realidad que no parece te-
na el resultado artístico, dejando de la- ner carencias profundas, ni estar desin-
do la elaboración de tales movilizacio- vestida de afecto.
nes. Habría que comprender la necesi- Por otro lado, los entrevistados
dad de resolución de los contenidos identifican dos etapas en el proceso: los
que emergen, y buscarla fuera del ám- ensayos (en donde se pueden sentir
bito teatral. confundidos, es una etapa de búsqueda,
Por otro lado, opinamos que, en un de acercamiento, y por lo tanto de ries-
acto de creación verdadera, necesaria- go), y las representaciones (en donde
mente se debe uno desprender del pro- hay, en principio, mayor organización
ducto creado. Luego de ello, uno mis- emocional, pues el personaje ya está
mo se re-crea reintroyectando ese pro- armado).
ducto que de alguna manera pasa a for- Pero ya no es el proceso en el cual estás
mar parte del mundo interior, por ejem- arriesgando todo el tiempo, porque ya
para la representación tú tienes que ha-
plo, incorporando el vínculo que uno ber acabado el proceso creativo. (...) Tú
establece con su propio producto. Esto tienes que terminar el trabajo para pre-
produce un enriquecimiento interior. sentarlo, lo vas a mejorar, pero no lo vas
En los actos creativos, sean artísticos o a mejorar en escena (Manuel).
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manera muy íntima, con un mostrar ín- ficción y el hecho de que el teatro plan-
timamente a cada una de las personas tee mitos universales, ya que al poner-
de la audiencia, o a la audiencia global, se en contacto, a través del teatro, con
convertida en la madre que puede res- dichos mitos y conflictos universales,
ponder a esa exhibición. El compromi- el actor parecería estar intentando acer-
so principal no está dado en la fase fáli- carse a las respuestas. En relación con
ca (que obviamente, sin embargo, tam- esta motivación encontramos también
bién está involucrada en cualquier tipo una búsqueda de ubicación en un entor-
de manifestación histriónica), sino en no personal confuso. No se trata, por
la de la temprana fase oral. supuesto, de una característica exclusi-
Por otro lado, las experiencias emo- va de los actores, que, sin embargo, han
cionales intensas, decía Kernberg encontrado en el teatro una manera de
(1994) alientan, si son dolorosas, la se- sublimar está búsqueda.
paración, y si son placenteras, la fusión. Un ejercicio que se hace muchas veces
en teatro es el del cosmos... establecer
Recordemos que los entrevistados han
rutas de movimiento entre la gente, que
planteado en todo momento la intensi- no se choquen, que no se estorben mu-
dad emocional del trabajo de actuación. tuamente, es la dinámica del teatro, de
Si unimos esta premisa a la idea de que una puesta en escena, es un cosmos en
el que todos tienen un sentido, una fun-
el trauma es una precondición para el ción, una participación, una identidad.
trabajo creativo en la medida en que se Expulsados del paraíso buscamos eter-
pugna para el paso de la pasividad a la namente nuestro lugar, nuestra identi-
dad... una ausencia constitucional a la
actividad (Lowenfeld, 1941), podemos historia del ser humano... (Eduardo).
sugerir que el actor busca activamente
repetir vivencias emocionales intensas Finalmente, aunque no menos im-
con el fin de elaborarlas. portante, aparece la búsqueda de catar-
Encontramos en el material recopi- sis como motivación para la actuación.
lado también la búsqueda de reconoci- Aunque los actores identifican la catar-
miento y aceptación social, como una sis como un fenómeno inherente a la
extensión de la mirada de la madre. El actuación, el motivo inicial por el cual
actor efectivamente busca en la audien- surge el teatro en la historia de la hu-
cia el objeto primario y vive una rela- manidad, reconocen que esta no es la
ción amorosa con ella, por lo cual qui- finalidad de la actuación. Plantean, sin
zá es tan frecuente encontrar frases co- embargo, que es inevitable, y que en al-
mo “mi público me ama”, “yo vivo pa- gunas ocasiones es buscada conscien-
ra mi público”. temente. Esta catarsis puede buscarse
Una quinta motivación encontrada con dos finalidades: dejar fluir las emo-
en los entrevistados fue la búsqueda de ciones para exorcizarlas y elaborarlas,
sentido, que podría relacionarse con la o con la finalidad de buscar simple-
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personajes que representan. Las rela- Existen elementos para pensar más
ciones que se establecen con otros ac- bien que los actores suelen ser personas
tores están a veces signadas por las con una sensibilización especial para
emociones que los personajes desplie- dar cuenta de sus procesos y motivos
gan, estableciéndose a veces relaciones interiores, ocultos, procesos normal-
engañosas en la vida real. mente inconscientes para muchos, con
Estos fenómenos no son inherentes una capacidad de introspección que
a la actuación, sino a la falta de expe- han debido desarrollar para hacer bien
riencia o de manejo de la técnica, así su trabajo, con lo cual nos ubicamos
como a la búsqueda de un equilibrio in- ante personas con un yo flexible. Pen-
terno, con el que el actor intenta llenar samos, así mismo, que el actor ha des-
vacíos, y eventualmente puede deberse cubierto que el teatro es un canal so-
a una perturbación, pasajera o estructu- cialmente aceptado para tal exterioriza-
ral, en la personalidad del actor. ción de contenidos interiores.
En cuanto a la salud mental del ac- Es imposible, sin embargo, genera-
tor, consideramos que si las confusio- lizar, ya que asumimos la diversidad de
nes antes mencionadas se dan a niveles individualidades. Hemos encontrado
profundos, efectivamente podemos ha- una amplia gama entre los logros subli-
blar de patología, pero hablar de una matorios y las patologías profundas.
patología específica sería reduccionis- Respecto a este tema hemos planteado,
ta. Hemos vinculado el fenómeno, sin además, que a mayor grado de equili-
embargo, en términos generales, con brio personal, menor riesgo para la per-
trastornos del self y con patologías de sona que aborda el trabajo de creación
déficit, en las cuales la ausencia de una de personajes.
identidad consolidada hace que el actor Se ha observado también el fenó-
busque que el personaje representado meno de disociación instrumental en el
le otorgue una identidad. Considera- trabajo del actor, dado que una parte
mos, por otro lado, que el tema de la suya entra en la convención de la ver-
separación es crucial para abordar este dad teatral, mientras que otra parte su-
aspecto, ya que si bien pueden existir ya sigue en la realidad concreta. Esta
fallas en la relación originaria con la autoevaluación es vista como un indi-
madre, los actores parecen, en general, cador de salud, pues permite mantener
haber logrado una diferenciación sufi- la perspectiva de la finalidad del proce-
ciente para permitirse perder al objeto, so, así como evidencia una adecuada
ya que la ansiedad de separación es un prueba de realidad.
tema recurrente en ellos, por lo cual las De las historias personales de los
patologías depresivas pueden ser tam- actores se desprende la observación de
bién comunes. una búsqueda de equilibrio en su acer-
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camiento al teatro. En cuanto a las mo- tanto con el público como fenómeno
tivaciones para actuar, en general en- actual, sino que se conecta con fallas
contramos los siguientes aspectos: la en un momento de reconocimiento pri-
necesidad de vivir otras vidas y situa- migenio y fundante de límites psíqui-
ciones que el actor cree que no puede cos. El actor busca activamente, cree-
vivir en la realidad, respecto de lo cual mos, repetir vivencias emocionales in-
hemos destacado las posibilidades de tensas con el fin de elaborarlas.
sublimación y de identificarse con as- El rol del director resulta crucial en
pectos no manifiestos de la propia per- todo el proceso, pues se ponen en él ex-
sonalidad; la búsqueda de autoconoci- pectativas de contención que trascien-
miento, lograda generalmente en re- den la finalidad artística. Postulamos
trospectiva; la necesidad de dominio o que ese aspecto terapéutico debería ser
control, lo cual implica dominar al pú- buscado en contextos más pertinentes
blico en tanto se logra su atención, ga- para ello.
rantizándose el actor, en el fenómeno Para terminar, queremos resaltar
escénico, la mirada del otro (público, que pensamos que el valor de este tra-
director, otros actores-personajes); la bajo es que de él se desprende la im-
necesidad de vibrar, la búsqueda de in- portancia fundamental de implementar,
tensidad, relacionada por los entrevis- en las instituciones de formación acto-
tados con una necesidad de llenar va- ral y de directores, instancias que ten-
cíos, en donde a veces el actor se iden- gan que ver con el acompañamiento
tifica consigo mismo y con su propia personal y el cuidado del actor, que le
madre, en una relación primaria, bus- ofrezcan al actor las herramientas para
cando una experiencia emocional co- potenciar ese yo flexible que hemos
observado en los entrevistados, desta-
rrectiva de la experiencia inicial de in-
cándose la labor de prevención.
completud; la búsqueda de sentido y de
ubicación en un entorno predecible –en
la medida en que se rige por un guión–
como puede ser el teatro; finalmente, la
búsqueda de catarsis, a veces hecha de
modo consciente, con la finalidad de
dejar fluir las emociones para aliviarse,
o, eventualmente, para hallar el caos.
Hemos encontrado, entonces, que la
actuación le permite al actor un equili-
brio emocional en la medida en que le
otorga una identidad y un reconoci-
miento que no parece tener que ver
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