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Los procesos de identificación en el trabajo

del actor

Natalia Torres Vilar


Universidad de Lima
Lima-Perú

El trabajo aborda los procesos de identificación entre el actor y sus personajes.


Partiendo de una revisión cronológica del concepto de identificación en la
literatura psicoanalítica, y procurando diferenciarlo de algunos conceptos afines,
avanzamos hacia la revisión de los escasos trabajos existentes sobre la
identificación aplicada directamente al fenómeno de la actuación. En tanto el
objetivo de este trabajo es observar cómo se dan efectivamente estos procesos
identificatorios en la práctica del actor al crear sus personajes, se realizan cinco
entrevistas en profundidad a reconocidos actores para conocer sus opiniones y
experiencias al respecto. Los resultados se basan en las experiencias compartidas
por los entrevistados.

Identificación, actor-personajes, psicoanálisis, actuación

Identification processes in the work of the actor


The paper addresses the processes of identification between the actor and the
characters he creates. Starting from a chronological review of the concept of
identification in the psychoanalytic literature, and intending to differentiate the
concept from others than are related, we move towards a review of the scarce
existing works on identification applied directly to the acting phenomenon. Since
the objective of this research is to observe how the processes of identification
effectively take place in the practice of the actor while creating his characters, we
interview five respected actors to know their opinions and experience on the
subject. The results are based on the experiences shared by the participants.
identification, actor-characters, psychoanalysis, stage acting

Correo electrónico: ntorres@correo.ulima.edu.pe

Persona 7, 2004, 27-69


Torres

El trabajo de un actor supone la identifi- Se ha escrito mucho sobre los pro-


cación de este con sus personajes. El ac- cesos creativos, pero, a pesar de ello, la
tor, al explorar los límites de su persona- literatura sobre el actor y sus identifi-
je, también se identifica con él, juega a caciones es escasa. En el presente tra-
ser esa otra persona, ensayándose en fa- bajo presentamos algunos de los resul-
cetas diferentes, regresiona a una etapa tados obtenidos a partir de entrevistas
esencial de identificaciones. Aunque no
en profundidad a un grupo de actores
sea su finalidad, la actuación le ofrece al
de nuestro medio, intentando describir
actor la posibilidad de revivir y elaborar
fantasías pasadas y presentes, pero con la manera en que se dan los procesos de
el riesgo, a veces, de quedarse atrapado identificación en el trabajo del actor al
en dichas identificaciones, confundién- crear y representar a sus personajes, así
dose en cuanto a su propia identidad, co- como algunos mecanismos y fenóme-
mo puede observarse en el hecho de que nos intervinientes. Resaltamos, asimis-
algunos actores continúen representan- mo, los riesgos implicados, para el bie-
do sus personajes fuera del contexto nestar psicológico de los actores, en los
teatral. procesos de identificación entre el ac-
El actor se presta para la identifica- tor y sus personajes, determinando los
ción con el autor, de la misma forma que factores que incrementan dichos ries-
con el público. Aún más, el actor, indi- gos, así como los momentos específi-
ferenciado a veces de su personaje, se cos del proceso en los que estos riesgos
identificará con otros personajes. El fe- se incrementan.
nómeno teatral, que surge del autor y Los cinco actores entrevistados son
culmina en un público, público de algu- ampliamente reconocidos en el medio,
na manera presente también en tanto in- cuya actividad profesional es exclusiva
consciente social en la génesis de la o se dedican centralmente a la actua-
obra, pasa necesariamente por la crea- ción, con un mínimo de 10 años de
ción interpretativa, donde el actor es el experiencia en los escenarios. Para
instrumento que viabiliza los afectos efectos de una presentación que res-
implicados en el juego de inconscientes guarde el anonimato de los participan-
entre el autor y el público (Kaufmann,
tes, sus nombres han sido sustituidos
1996). Lo que nos cuestionamos es si en
por nombres ficticios, y algunos datos
la actuación, la entrega del actor a inter-
han sido modificados, procurando, sin
actuar con su personaje, del mismo mo-
embargo, que se mantengan las ideas
do que puede ser una forma de creci-
esenciales. Los nombres de los actores
miento y consolidación personal, podría
o directores referidos por los entrevis-
ser peligrosa si su sentido de autoidenti-
tados en sus comentarios también han
dad no es consistente.
sido cambiados por otros ficticios, al
igual que los nombres de los personajes

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Los procesos de identificación en el trabajo del actor

a los que hacen referencia. Si bien cesos grupales, en los cuales existe una
entendemos que en el proceso teatral el identificación recíproca entre sujetos
juego de identificaciones se establece (Freud, 1983e; 1983h).
desde el autor hasta el público, pasan- El concepto de identificación fue
do por los actores y el director, en el trabajado paralelamente por Ferenczi
presente trabajo, por motivos de exten- (1982a, 1982b), quien se ocupó princi-
sión, nos centraremos en el juego de palmente de la introyección. Se trata de
identificaciones entre el actor y su per- un término usado inicialmente por este
sonaje. autor para diferenciar los procesos neu-
róticos de los psicóticos, en donde los
DELIMITACIÓN DEL CONCEPTO DE primeros obedecerían a una introyec-
IDENTIFICACIÓN ción excesiva y los segundos a una pro-
El término identificación fue utili- yección excesiva. Ferenczi (1982b) re-
zado por Freud ya en 1896 en su co- lacionó también los impulsos orales a
rrespondencia con Fliess (Roudinesco la introyección y los impulsos anales a
y Plon, 1998) en donde la identifica- la proyección.
ción tiene que ver con un deseo repri- Lacan (Roudinesco y Plon, 1998)
mido de “ser como” o de “hacer co- también hará de la identificación un
mo”. Pero la identificación como con- concepto central en su teoría. Para él la
cepto apareció en la obra de Freud a identificación se sitúa en el registro de
partir de 1900, como un mecanismo lo imaginario durante el estadío del es-
histérico en La interpretación de los pejo, y puntúa tres tiempos del comple-
sueños (Freud, 1983a). Freud hizo de la jo de Edipo. En primer lugar, una iden-
identificación un concepto central en tificación con lo que se piensa que es el
su obra (Valls, 1995), convirtiéndolo deseo de la madre, más tarde el descu-
en el mecanismo en virtud del cual se brimiento de la ley del padre, y final-
constituye el sujeto. Si bien en princi- mente la simbolización de esta ley, que
pio la utilizó para explicar los procesos tiene por efecto que se asigne su verda-
oníricos y la formación de síntomas dero lugar al deseo de la madre, permi-
histéricos (Freud, 1983a), en donde tiendo las identificaciones ulteriores
además observa que pueden coexistir constitutivas del sujeto.
varias identificaciones como manifes- Un paso importante en la modifica-
tación de pluralidad psíquica, poste- ción del mecanismo de identificación
riormente muestra su función en la me- fue a partir de Melanie Klein, quien re-
lancolía (Freud, 1983d), en los proce- tomó el concepto de incorporación. Pa-
sos narcisistas (Freud, 1983c), como ra ella, este concepto denota una fanta-
forma originaria del lazo afectivo con sía de absorción corporal de un objeto
el objeto (Freud, 1983d), y en los pro- cuya presencia física se siente después

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en el interior del cuerpo, donde ocupa El término identificación proyectiva


un espacio y es activo (Hinshelwood, fue empleado originalmente por Klein
1989). Es la forma más primitiva de in- (Hughes, 1990; Klein, 1946, 1955)
ternalización, vinculada con fantasías aunque elaborado posteriormente por
orales que reflejan el funcionamiento Rosenfeld. Según Grinberg (1978), pa-
del proceso primario y significaría de ra Rosenfeld la identificación proyecti-
hecho una regresión a la identificación va implica que primero se separe una
primaria. representación del self y luego se des-
La introyección como mecanismo place esta a una representación de obje-
de defensa, por su lado, es planteado to. Pero para que esto sea más que una
por Klein en 1946 como la internaliza- proyección, necesitamos percatarnos
ción de objetos buenos externos para inconscientemente de que aquello que
contrarrestar el peligro que los objetos hemos proyectado es nuestro, para sen-
internos, percibidos como malos, os- tir con alivio y placer que nos hemos
tentan para el yo. Así, la introyección deshecho de una parte no deseada de
puede verse también como parte del nuestro self. Este proceso nos permite
desarrollo, en donde se va construyen- sentir por un instante que lo que se pro-
do una identidad más segura y preser- yecta nos pertenece, y casi inmediata-
vada de maldad. Mientras que para mente tranquilizarnos porque ya no es
Klein es una defensa contra la angustia nuestro sino de otro.
ante el mundo interno percibido como Grinberg (1978) nos recuerda que
aterrador, para Freud es una defensa algunos autores insisten en que el tér-
frente a la pérdida de un objeto exter- mino identificación debe reservarse
no. Para Klein (1946), la buena interna- para el proceso, en tanto el producto
vendría a ser una introyección. Este
lización del pecho actúa como un pun-
mismo autor nos ayuda a diferenciar
to céntrico en el yo. El objeto bueno in-
otros conceptos afines. Para él la iden-
ternalizado es una precondición para
tificación sería un fenómeno global
un yo integrado y estable.
que abarcaría internalizaciones y exter-
Klein distingue (Del Valle, 1986),
nalizaciones. A su vez, la internaliza-
además, la identificación introyectiva
ción puede ser considerada como un
(identificarse con algún objeto interno,
proceso abarcativo, que incluye otros
llegando a ser como él) de la identifi-
procesos y mecanismos mediante los
cación proyectiva, en donde cierta par-
cuales se constituye el mundo psíquico
te del yo se segrega y se proyecta a un
interno: incorporación, introyección e
objeto externo. La identificación intro-
identificación. Agrega, además, en
yectiva sería parte del desarrollo nor-
cuanto a la identificación proyectiva,
mal que genera la experiencia de la
que en condiciones normales, este me-
identidad.

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Los procesos de identificación en el trabajo del actor

canismo determinaría la relación de riormente en profundas regresiones


empatía con el objeto no porque permi- psicóticas dependientes, y es básica-
te ponerse en el lugar del otro para mente incomunicable.
comprenderlo mejor, sino también por Como recuerda Panceira (1997),
lo que evoca en él, ya que produce Winnicott reconoce que el proceso de
siempre alguna resonancia emocional las identificaciones puede tener muchas
en el objeto. La calidad normal del fun- vicisitudes. A veces, el exceso de grati-
cionamiento de la identificación pro- ficación no permite un adecuado esta-
yectiva dependerá en gran medida de la blecimiento de la realidad, o la excesiva
calidad con que funcionaron las identi- frustración hace que se mantenga una
ficaciones proyectivas de las primeras cierta tendencia a autogratificarse en la
relaciones objetales. fantasía. El bebé necesita la atención y
Otro paso importante en la com- el amor de los padres, y a veces se sien-
prensión de los fenómenos que nos te forzado a ir identificándose con lo
ocupan se dio con Winnicott (Abadi, que uno debería ser, como medio de ser
1996, 1997; Panceira, 1997; Winnicott, aceptado, más allá de lo que auténtica-
1971, 1979, 1992, 1993), quien hace de mente le gustaría ser. Se instala así un sí
la identificación un instrumento pri- mismo engañoso, que se vinculará con
mordial en el desarrollo del bebé. Nos otros a partir de imágenes falsas, y con
dice que la madre y el bebé en princi- poca conciencia de sus verdaderas moti-
pio son uno y entre ellos existe un vín- vaciones. Los procesos identificatorios
culo que él llamó de “identificación fracasarían en la personalidad “como si”
primaria o identidad”, a través del cual y serían reemplazados por patrones de
la madre centra su existencia en su hijo conducta imitativa o mimética que tie-
recién nacido para poder captar en for-
nen lugar sin una internalización pro-
ma directa todo lo que sucede dentro de
funda y que hacen actuar según un mo-
él y satisfacer sus necesidades, las cua-
delo primario de actividad especular.
les él aún no puede expresar verbal-
Nos atrevemos a agregar que actores
mente. La identificación vendría a ser
que pudieran tener esta característica es-
en su obra un fenómeno por el cual nos
tructural estarán en mayor riesgo de
transportamos al interior de un objeto
que, al ensayarse en diferentes roles, se
para coincidir con lo que tiene de úni-
dé un enganche con una motivación de
co, y por consiguiente de inexpresable,
necesidad para un sí mismo difuso, que
implicando la coincidencia con el obje-
busca solidificarse en base a máscaras.
to mismo. Esta identificación, no solo
Estas personas tenderán a hacer identifi-
normal en el desarrollo del infante, si-
caciones proyectivas patológicas. El
no también esencial para su supervi-
precario sentido de identidad hace que
vencia, solo puede ser vivida así poste-
resulte difícil diferenciar entre fantasía y

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realidad, así como tener claridad respec- los derivados pulsionales, representa-
to de las motivaciones propias y las de dos por estados afectivos específicos.
los otros. La introyección, la identificación y la
Laplanche y Pontalis (1983), por su formación de la identidad son niveles
parte, definieron la identificación como progresivos del desarrollo de la inter-
el “proceso psicológico mediante el nalización.
cual un sujeto asimila a su aspecto, una Las identificaciones, nos recuerda
propiedad, un atributo de otro y se Kernberg (1994), son normalmente
transforma total o parcialmente, sobre parciales o selectivas, implican la mo-
el modelo de este”. La personalidad, dificación del concepto de sí-mismo
nos dicen estos autores, se constituye y bajo la influencia del objeto. Al mismo
se diferencia mediante una serie de tiempo, en la discriminación entre los
identificaciones. aspectos del objeto que son y que no
En 1987, Kernberg plantea que lo son incorporados hay un incremento de
que caracterizaría la identificación pro- la diferenciación entre el sí-mismo y el
yectiva, a diferencia de la proyección objeto. De modo que las identificacio-
pura, es que en la primera se observa la nes tienen funciones progresivas o de
tendencia a seguir experimentando el promoción del crecimiento.
impulso a pesar de haber sido proyecta- Las experiencias intensas alientan
do en otro. Con ello se teme a ese otro tanto la fusión como la diferenciación.
a quien se ve caracterizado por el im- Si el estado es de placer, el infante que-
pulso proyectado, y surge la necesidad rrá fusionarse con quien se lo propor-
de controlar a esa persona, lo cual se ciona; si es de dolor, querrá separarse.
hace con frecuencia de tal modo que se Los estados de placer extremo estable-
suscita en ella conductas que validarían cen una representación indiferenciada
la proyección (Kernberg, 1987). Así, totalmente buena del sí-mismo/objeto,
mientras la proyección estaría basada dentro de la cual gradualmente se irán
en una estructura centrada en la repre- diferenciando después estos compo-
sión como defensa, la identificación nentes. Los estados de extremo displa-
proyectiva se basa en una estructura cer motivan esfuerzos de huida y elimi-
yoica centrada en la escisión y la diso- nación de ese displacer, ubicando su
ciación primitiva. fuente afuera, creando en el proceso
Kernberg (1994) nos habla también una representación fusionada totalmen-
de la internalización, la cual designa te mala del objeto/sí-mismo. También
para él la creación de estructuras in- en ese caso el objeto y el sí-mismo se
trapsíquicas que resultan de las interac- van diferenciando gradualmente.
ciones reales y fantaseadas con los ob- Para Kernberg (1994) el sí-mismo
jetos significativos bajo el impacto de siempre incluye dos capas: se le puede

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Los procesos de identificación en el trabajo del actor

visualizar como una esfera central de tando la realidad así como los límites
representaciones del sí-mismo, y otra de su sí-mismo. Para ello, necesitará
esfera que envuelve a la anterior, de au- que otros, desde afuera, se presten para
torreflexividad derivada de la identifi- la exploración y el juego.
cación con la madre observadora y Para Sandler y Sandler (1999), so-
preocupada por su niño en la relación mos incapaces de percibir un movi-
diádica original. Esto se puede enten- miento o una expresión de otro sin du-
der también como un doble agrupa- plicarlo inconscientemente en nosotros
miento de las funciones de las repre- mismos, mecanismo que se inhibe con
sentaciones del sí-mismo; un grupo se el paso del tiempo. En el adulto, este
encarga de la diferenciación del sí-mis- sería un hecho residual que apuntaría a
mo y el otro de retener las funciones de la empatía y la sugestión. Esto nos lle-
observación de las imágenes parentales va al concepto de imitación. El niño, en
internalizadas en el sí-mismo. Esta ca- sus manifestaciones más tempranas de
pacidad de autopercatación es lo que imitación, solo puede copiar aquello
falta en la psicosis. La integración lon- que ya ha realizado por sí mismo,
gitudinal (a lo largo del tiempo) y ejemplo de lo cual es la imitación vo-
transversal de todas las representacio- cal. Para imitar, había planteado ya
nes del sí-mismo en un autoconcepto Piaget (1969), el niño ya debe haber
central, abarcativo, es acompañada por formado, mediante su propia acción,
la integración paralela de una esfera un esquema sensoriomotor en el que el
envolvente de autorreflexividad que estímulo que ha de ser copiado puede
proporciona un fondo de autoevalua- insertarse. Poco a poco, la imagen ad-
ción en curso. En otras palabras, la au- quiere vida propia y el niño que imita a
toevaluación puede convertirse en una menudo no tiene la conciencia de ha-
estructura preciosa del yo, que desem- cerlo; su respuesta al modelo le parece
peña una función yoica superior, la de originada en el interior.
la autoobservación. Las identificaciones se pueden dar,
Roudinesco y Plon (1998) plantean pues, sin que haya conciencia de imitar
que la identificación, concepto central el modelo. Incluso cuando las imitacio-
en psicoanálisis, es un proceso median- nes del niño muestran flexibilidad y
te el cual el sujeto se constituye y se creatividad, están formadas por la va-
transforma, asimilando o apropiándo- riación experimental a partir de un re-
se, en momentos clave de su evolución, pertorio de actos que ya ha aprendido a
de aspectos, atributos o rasgos de los ejecutar. Así, la conducta de imitar solo
seres humanos de su entorno. En el de- es posible en un organismo que ya ha
sarrollo normal, la identificación surge adquirido una matriz suficiente de ac-
de forma gradual al ir el bebé delimi- ciones. En otras palabras, la imitación

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constituye un proceso activo por el cual de la identidad (Freud 1983a, 1983b,


se modifica la propia conducta estable- 1983c, 1983d, 1983e, 1983f, 1983g,
cida para hacerla más parecida a la de 1983h; Sandler, 1986). Constituye la
un modelo. No se puede imitar algo de forma más primitiva de relación objetal
lo cual no hay un registro previo. Esto previa al verdadero reconocimiento ca-
nos parece interesante, pues, aplicado a bal del otro, (Panceira, 1997; Sandler,
la actuación, estaría implicando la im- 1986; Winnicott, 1971, 1979, 1992,
posibilidad del actor de interpretar per- 1993), además de implicar un vínculo
sonajes que de algún modo, aunque sea afectivo con ese otro cuya conducta es
parcialmente, no estén inscritos en él. imitada (vínculo con un objeto del yo)
La distinción entre imitación e iden- y a quien se toma como un ideal (San-
tificación, según Sandler y Sandler dler, 1999). Permite además establecer
(1999), está dada en que, en la primera, una corriente de simpatía por la cual
se intenta hacer algo que otro ha hecho, somos capaces de situarnos en el lugar
y en la segunda, se pretende ser como del otro (Panceira, 1997). Se trata, se-
otro. La imitación estaría en la base de gún Ionescu, Jacquet y Lhote (2001) de
cualquier aprendizaje del tipo how to, un fenómeno que constituye el punto
en tanto se puede aprender de cualquier de partida de una relación objetal, al
persona cómo hacer algo. El modelo mismo tiempo que de una defensa
sería irrelevante, sustituible, carente de esencial contra la ausencia de objeto.
importancia personal. En la identifica- Es un proceso inconsciente, aunque
ción, el modelo sí posee importancia puede tener componentes conscientes:
personal en tanto uno desea ser como el el sujeto modifica sus patrones de con-
modelo, o, en todo caso, hacer las co- ducta y sus respectivas representacio-
sas como él. La identificación no es nes del self de forma tal que siente ser
una categoría de conducta, es un meca- semejante a las representaciones del
nismo inconsciente que produce modi- objeto, confundiéndose con ellas. Al-
ficaciones perdurables en el sujeto. Sin gunas identificaciones se prueban y se
embargo, ambos procesos pueden lle- descartan porque demuestran ser im-
gar a integrarse en tanto la imitación practicables o son objeto de castigo,
favorecería la identificación, como un otras se conservan como parte del pro-
precursor de esta. pio repertorio, adecuadamente modifi-
La identificación es, pues, un meca- cadas e integradas en el curso del tiem-
nismo de aprendizaje de gran impor- po en una identidad viable propia.
tancia para la organización de la perso- A partir de todo lo revisado hasta
nalidad. Interviene como proceso fun- aquí, vamos a entender la identifica-
damental en la formación del yo, del ción como un proceso psicológico,
superyo, del ideal del yo, del carácter y esencial para la constitución y diferen-

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Los procesos de identificación en el trabajo del actor

ciación de la personalidad, mediante el forma universal de comunicación pla-


cual un sujeto se transforma total o par- centera entre la madre y el infante, nos
cialmente sobre el modelo de otro, to- dice Weissman, tiene la categoría de re-
mando prestada la identidad de algún presentación de un rol. La madre actua-
otro, o aspectos de esta, pudiendo, en rá el papel de la madre, con arrullos y
algunos casos, llegar a fusionar o con- gestos, y el infante a su vez imitará a la
fundir su identidad con algún otro. madre para complacerla. En este senti-
En cuanto a los procesos de identi- do la madre es la autora y directora que
ficación específicamente en el actor, si crea un personaje para el infante y se lo
nos remontamos a la historia del teatro, enseña. Este proceso sería una forma
encontramos algunos datos relevantes temprana de identificación, que prece-
para nuestro tema, como el hecho de de al desarrollo de relaciones objetales
que si bien el teatro en la actualidad no más firmes y a la subsecuente pérdida
tiene una finalidad terapéutica, históri- de objeto. Si las gratificaciones de la
camente sí, ya que se trataba de un fe- madre van más allá de las necesidades
nómeno catártico (Alford, 1992). Por afectivas reales del bebé, tenderá a pro-
otro lado, recordemos que en sus ini- longar el periodo de narcisismo prima-
cios el teatro se representaba con más- rio y a preservar la omnipotencia mági-
caras, lo cual nos remite a una identi- ca de una organización relativamente
dad de fachada. Otro dato importante indiferenciada. En el deseo alucinato-
es que en la época shakesperiana, los rio del actor de revivir la relación tem-
hombres representaban personajes fe- prana con la madre, la audiencia no re-
meninos, funcionando esto como un presenta una relación de objeto que
self también de fachada. pueda ser perdida, sino más bien una
Más recientemente, Lowenfeld parte del self que estará faltando. El ac-
(1941) ha sugerido que las experiencias tuar un rol para una audiencia puede así
traumáticas tempranas son precondicio- representar el punto de fijación evoluti-
nes para la actividad creativa, ya que es- va de la fusión entre el self y el no self.
tas producen una necesidad duradera de La fijación a tal nivel puede resultar
repetir de manera activa lo que se expe- también, por supuesto, de la depriva-
rimentó originalmente de forma pasiva. ción de la participación de la madre en
Para Weissman (1961), la naturale- el juego del infante. El actor busca en
za del trabajo del actor le permite a este la audiencia un objeto primario, al que
satisfacer su necesidad de aparecer ante incluso antropomorfiza. Si lo encuen-
una audiencia. Sus personajes le dan la tra, se refuerza su autoimagen pero no
oportunidad de buscar una autoimagen, se establece una relación de objeto. El
una autorrepresentación que produce actor tiene así una aventura amorosa
en él un equilibrio homeostático. La con la audiencia.

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Laura Achard (1962) ha trabajado el o en diferentes proyectos. Aparente-


tema de las defensas implicadas en la mente, el resultado final es siempre sa-
creación de un personaje. Después de tisfactorio y gratificante. Se experi-
participar como observadora en ensa- menta inicialmente una ansiedad que
yos de grupos teatrales, llegó a la con- tiene que ver con el desconocimiento
clusión de que, en el proceso de crea- parcial de lo que se va a introyectar. El
ción de un personaje, el mecanismo estar siempre creando y poseer más de
que predomina es la identificación in- dos personajes es visto como fuente de
troyectiva, encontrándose también la vida, constituye un mecanismo rease-
identificación proyectiva, aunque gurador contra fantasías de vaciamien-
siempre en combinaciones, nunca en to y destrucción. Siempre hay alguien
formas puras. Para ella, en un primer que lo está habitando, aunque a veces
momento, cuando al actor se le comu- ese alguien represente un aspecto temi-
nica que va a representar un rol, pro- do o rechazado.
yecta aspectos corporales y psíquicos En la forma siguiente de identifica-
en el imaginario personaje de manera ción se dan distintas reacciones frente a
casi automática, midiendo las posibili- un personaje que puede significar as-
dades de conexión o desconexión con pectos del yo censurados y reprimidos
este, y mezclándose las características o la realización de fantasías incons-
de ambos. cientes muy temidas. Al inicio puede
En un segundo momento se da una haber resistencia, el actor buscará algo
identificación introyectiva parcial que positivo en el personaje que le permita
se inicia con frecuencia tomando al justificarlo y facilitar su incorporación.
cuerpo como referencia. En general, se A veces lo encontrará tan distante, tan
introyectan aspectos corporales del desconectado que se rechaza en prime-
personaje y se siente que este empieza ra instancia. Aceptar un personaje per-
a cobrar solidez y a adquirir existencia. verso o malo sería el equivalente a vi-
Luego aparecen otras identificaciones vir la perversión o las fantasías incons-
parciales vinculadas a alguna vivencia cientes más rechazadas. Parecería que
o emoción, empezando a bosquejarse el riesgo es que fantasía y realidad tien-
una figura que pronto tendrá vida pro- dan a fundirse y aparece la necesidad
pia. Estos dos primeros momentos se imperiosa de protegerse y ponerse a
cumplen siempre. Sin embargo, solo a salvo de lo temido. Proyección, nega-
veces sucede que el yo del actor tiene ción y aislamiento son los mecanismos
que hospedar a otra figura más, lo cual predominantes. También puede haber
correspondería a un tercer momento. un regodeo y aceptación total del per-
Esto sucede cuando se preparan dos sonaje rechazado, lo cual se observa en
personajes a la vez en una misma obra actores con un yo flexible, un superyo

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Los procesos de identificación en el trabajo del actor

poco rígido y que poseen además talen- firmado su poderío y fuerza vital. Es
to y ‘oficio’. una totalidad, vive como tal. Es una
Un quinto momento, donde Achard síntesis armónica del yo con ‘él’.
(1962) encuentra la identificación in- Achard (1962) puntualiza que habla
troyectiva invasora con elementos de de relación simbiótica entre dos porque
proyección, parece depender en parte ahora estos constituyen entidades dife-
de la índole del personaje, generalmen- rentes que se enriquecen mutuamente y
te figuras de gran poder, encanto o se- no pueden vivir separadas. En este pe-
ducción para el actor. Esto puede ser riodo, el objeto introyectado es fuerte,
consciente o inconsciente. Esta identi- coherente, vibrante y sensible. Posee
ficación proyectiva invasora se produ- gran independencia y libertad interior.
ce como expresión fallida de un diálo- Todas estas cualidades hacen que pue-
go, duelo a veces, simbiosis otras, entre da proyectarse con extremada preci-
el actor y la figura introyectada, hay sión y justeza y ofrecerse al espectador.
una primacía de uno sobre otro, no ya Mientras esto acontece, el yo del actor
en la representación sino en la vida sigue oscurecido, en la sombra, pero
misma, y el equilibrio deseable queda experimentando una gran felicidad. Es
roto parcialmente. El yo del que repre- como un momento mágico, cuya ubica-
senta regresa a una etapa esquizopara- ción cronológica es difícil, influyen el
noide. Disociación, negación, idealiza- actor, la obra, el acuerdo o desacuerdo
ción, omnipotencia, proyección, son con el director, etcétera. En términos
los mecanismos que se observan en la generales, este logro llega después del
identificación proyectiva invasora. El estreno; y no siempre se alcanza. Si no
yo del actor se disocia, niega su unidad, se llega a esta meta, aparece la frustra-
idealiza al objeto introyectado, lo vive ción, más allá del aplauso o de las bue-
en forma omnipotente y lo proyecta nas críticas; hay una disconformidad,
afuera, invadiendo esta relación sim- pues el actor no vive su personaje en
biótica otras esferas en un afán de mos- forma auténtica.
trar su fuerza y grandeza. Hay, pues, un Sandler y Sandler (1999) plantean
fracaso temporario del auténtico proce- que los límites entre la percepción del
so de creación y de la identificación in- self y del objeto no debería considerar-
troyectiva final, la cual sería integrado- se como algo inamovible, pues estas no
ra y armónica. Si se lograra más bien son entidades fijas que una vez forma-
esta última fase, el actor ama al perso- das permanecen en un lugar. Existe una
naje, siente que le pertenece. Se ponen función que establece límites, para di-
en marcha mecanismos reparadores y ferenciar al self del otro, una función
una relación simbiótica delimitada y de desidentificación que nos dice hasta
fuerte. El personaje ha penetrado y rea- dónde somos nosotros y dónde empie-

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za el otro. Los límites pueden relajarse rigida por, el analista. Nuetzel observó
y volver a situarse con rapidez. Existe durante una investigación, que el direc-
una fluctuación inconsciente constante tor de un montaje teatral tenía que ha-
respecto de la extensión y la fuerza con cerse cargo de transferencias indivi-
que se restablecen. Esta fluctuación del duales y grupales, manifestadas en un
límite entre el self y el otro posibilita el fenómeno que describió como “neuro-
proceso inconsciente de identificacio- sis de producción”. Respecto de estos
nes primarias, lo cual permite que el fenómenos se preguntaba si la puesta
poeta (y por supuesto, también el actor) en acto colectiva e inconsciente de di-
proyecte y se identifique, simultánea- námicas emocionales derivadas de la
mente con aquellos aspectos de su self obra en producción por el director y el
y de los objetos, experimentando las elenco era un fenómeno inevitable para
relaciones entre ellos, tal y como las re- la puesta en escena final.
presenta en su obra. Es un proceso que Concluyó Nuetzel (1995) que del
le permite modular y refinar sus perso- mismo modo en que los pacientes desa-
najes de forma significativa y satisfac- rrollan nuevas versiones de sus enfer-
toria. El espectador obtendría placer de medades a través de la neurosis de trans-
la obra que observa utilizando los mis- ferencia, así también nuevas versiones
mos mecanismos de identificación pri- de obras para presentaciones teatrales
maria. Así, podrá identificarse con di- pueden desarrollarse a través de las neu-
versos personajes, defenderse de las rosis de producción. Todas las dinámi-
identificaciones que no le acomodan, y cas de las interacciones entre actores y
acomodarse identificándose con perso- entre ellos y el director tenían las di-
najes que le son más fáciles de aceptar. mensiones de una transferencia resisten-
Nuetzel (1995), psicoanalista y di- cial. Lo sorprendente, afirma Nuetzel,
rector de teatro, nos recuerda que hoy era la verificable dimensión inconscien-
en día es común escuchar a psicoana- te de estos fenómenos, dado que estos
listas hablar de su trabajo en términos episodios eran reconocidos solo en re-
teatrales, tales como el “escenario psi- trospectiva.
coanalítico”, o el “teatro de la mente”, En otras palabras, lo que plantea
(p. 346). Podemos recordar también Nuetzel (1995) es que tanto actores co-
otros términos aún anteriores, como los mo directores habitan el texto de la obra,
términos freudianos de “escena prima- y el texto los habita a ellos. Durante el
ria”. Esto se debe a que la situación y el proceso de producción esto se manifies-
proceso analíticos implican una drama- ta en interacciones emocionales entre
tización de aspectos de la historia de la los actores y el director. Estos actings en
vida psíquica del paciente, creada y el proceso de creación teatral le permi-
puesta en escena en conjunto con, y di- ten a los actores y al director encontrar

38
Los procesos de identificación en el trabajo del actor

puntos de identificación entre el texto, conoce el texto de memoria. Sabe co-


ellos mismos y los otros. sas que el personaje no puede saber, y
En cuanto a la identificación en la por lo tanto tiende a dejarse influir por
teoría y la técnica teatral, deseamos ese conocimiento, a representar el re-
describir sucintamente lo que plantea sultado, más que a hacer que este sea el
Stanislavski (1977, 1979, 1980, 1989). punto final de un proceso. El persona-
Para él, el actor puede ser ayudado a je, en cambio, no sabe lo que va a pa-
pensar realmente en el escenario, en lu- sar. La situación escénica debe parecer
gar de pensar de una manera simulada. que no ha tenido lugar antes, que nadie
Para ello estableció ejercicios, siendo la ha representado antes. Habla Stanis-
la “memoria emotiva” una de las técni- lavski de un despojamiento biográfico
cas. Una vez que el actor comienza a de los actores, del abandono de estos a
pensar, comienza la vida, y entonces ya otra vida y otra historia, de prestar el
no puede haber imitación, la cual, des- propio cuerpo para que en él viva el
de su punto de vista, es indeseable en personaje.
un escenario. Para Stanislavski el ta- Sonia Moore (1991), estudiosa del
lento de un actor pasa necesariamente método de Stanislavski, nos dice que
por estar dotado de sensibilidad y emo- cuando un actor está inspirado, sus
cionalidad para responder a los estímu- emociones fluyen, sus acciones son
los, reales o ficticios. Si no puede res- reales a la vez que teatrales, su actua-
ponder emocionalmente, no puede ser ción es clara para la audiencia, y el ac-
actor. Sin embargo, afirma, la sensibili- tor se reencarna en el personaje. Pero
dad y la respuesta emocional de un ac- esta inspiración no es común, aunque
tor podrían convertirse en un problema se trate de grandes actores, porque por
si este no puede controlarlas, y aquello lo general el actor se siente empujado a
mismo que podría ser bueno para él, es aparentar, a forzar emociones, lo cual
un obstáculo. Esto se desprende direc- hace que su trabajo resulte mediocre.
tamente de la paradoja que ya en el La dificultad mayor para un actor, nos
siglo XVIII había planteado Diderot dice, es deshacerse de eso, y en ese
(Strasberg, 1989): el actor solo puede sentido la misión de Stanislavski fue
conmover al público si él mismo no se perseguir y analizar el fenómeno de la
deja conmover. inspiración en el escenario, de modo
Otro problema que identifica Sta- que cualquier actor capaz pueda ejercer
nislavski (1989) es la anticipación, a la control consciente sobre ella.
cual ve como una “enfermedad” para el Stanislavski pasó cuarenta años de
trabajo escénico. El actor sabe que está su vida, nos recuerda Moore (1991),
en un escenario para hacer exactamen- ideando ejercicios para que el actor
te lo mismo que hizo el día anterior y pueda funcionar con naturalidad en el

39
Torres

escenario, controlando a la vez sus me- discusiones en torno a él duraban


canismos emocionales inconscientes. meses. Luego de años de trabajar así,
No se trata de, simplemente, hacer apa- Stanislavski se dio cuenta de que en vez
recer las emociones del actor, sino que de liberar las emociones de sus actores,
además estas deben estar adecuadas a había paralizado sus subconscientes.
las circunstancias del personaje. En la Los actores parecían confundidos en lo
vida experimentamos emociones por- personal, en algunos casos muy pertur-
que hay circunstancias reales que las bados, y en el escenario mostraban “na-
movilizan, pero en el escenario nada es turalidad”, pero no teatralidad. Stanis-
real. Y el actor tiene que tener plena lavski mismo reconoció que esta paráli-
conciencia de ello. La emoción en el sis era consecuencia de haber usado en
escenario es diferente a la emoción de su método procedimientos puramente
la vida, porque el actor lleva una doble psicológicos, y que todo esto deteriora-
existencia, en donde es el personaje, ba la vida personal del actor, así como
pero a la vez es el actor que crea al per- su arte. Este período del trabajo de Sta-
sonaje. El actor en el escenario vive nislavski ha sido considerado en Rusia
una emoción “repetida”, que es dife- como el más peligroso de la historia del
rente a una emoción “primaria”, siendo Teatro de Arte de Moscú, por la canti-
que la primera no surge por algo real, dad de casos en los que los actores se
sino que el actor la hace surgir porque veían afectados en su funcionamiento
tiene un registro de ella, y por lo tanto nervioso.
no lo absorbe enteramente. El actor po- Para Moore (1991) el problema
see todas las emociones que necesita principal en la aplicación del método
antes de representar a un personaje, de Stanislavski es que la mayoría de
preservadas en la “memoria emocio- actores que lo siguen lo hacen parcial-
nal”, donde las emociones están purifi- mente. Para unos, dice, familiarizados
cadas por el tiempo, y por lo tanto es con las técnicas de relajación, el secre-
posible “poetizarlas”. to de una buena actuación es relajarse.
Recapitulando la evolución del mé- Otros, familiarizados con el periodo de
todo de Stanislavski, Moore (1991) nos memoria emotiva en su trabajo, asu-
dice que una vez que él descubrió la im- men que esa es la clave. En estos casos,
portancia de la memoria emotiva, sus un periodo de los experimentos stanis-
ejercicios se volvieron puramente psi- lavskianos se convierte en el sistema
cológicos: sus actores llegaban al teatro completo, cuando cada una de estas
horas antes de la representación para técnicas experimentales desilusionaron
aislarse y poder concentrarse en alguna a Stanislavski en la medida en que nin-
tragedia o circunstancia personal, y en guna de ellas por sí sola era suficiente,
los ensayos el análisis del texto y las motivo por el cual siguió buscando un

40
Los procesos de identificación en el trabajo del actor

“camino consciente hacia el incons- riores con el fin de movilizar y generar


ciente”. Stanislavski estaba convencido el torbellino emocional dentro de uno,
de que trabajar con el inconsciente todo alcanzando un compromiso psicofísi-
el tiempo era un error fundamental, y co. Si se logra esto todo el organismo
una de las peores distorsiones de la ac- estará involucrado –los sentidos, la me-
tuación. moria, la voluntad, las emociones, el
En esta búsqueda, refiere Moore cuerpo–, y el actor se desenvolverá en
(1991), los experimentos de Stanislavs- el escenario como un ser humano real.
ki coincidieron en un momento histó- Por supuesto, esto implica mucho en-
rico con los de Iván Pavlov, en cuanto trenamiento físico y una sensibiliza-
a la conexión entre la experiencia inte- ción psicofisiológica. Así, en el método
rior y su expresión exterior. Stanislavs- final de Stanislavski el actor se concen-
ki, al igual que Pavlov, llegó a la con- trará en la revelación de la psicología
clusión de que la mente y el cuerpo es- individual del personaje a través de la
tán tan íntimamente conectadas que se organicidad.
estimulan e influencian mutuamente; Queremos resaltar aquí que el méto-
todo proceso mental es inmediatamen- do de Stanislavski facilita, evidente-
te transmitido al cuerpo en una expre- mente, los procesos de identificación.
sión visual, por lo cual la conducta hu- Como plantea Halprin (2003), nuestro
mana es un proceso psicofisiológico cuerpo contiene nuestra historia de vi-
ininterrumpido. A partir de este descu- da, de la misma forma en que contiene
brimiento revirtió sus enseñanzas pre- músculos, huesos, nervios, órganos y
vias y empezó a poner énfasis en el la- sangre.
do fisiológico del proceso psicofísico, El Método de las Acciones Físicas
dando lugar al Método de las Acciones fue considerado por su creador como la
Físicas, el cual no es ya solo un perio- esencia de su sistema de entrenamien-
do, sino su legado integral al teatro. to. Y la memoria emotiva fue vista fi-
Finalmente, en su método, Stanis- nalmente como un reservorio en donde
lavski (1989) revirtió el proceso mismo las experiencias emocionales vividas
de la vida: ante un evento experimenta- en lo personal han dejado una huella en
mos una emoción, y nuestro cuerpo la nuestro sistema nervioso central, ha-
expresa. En el teatro, el evento nunca ciendo que nuestros nervios participen
sucede en la realidad, pero a través de de manera más sensible. Finalmente, el
controlar el cuerpo, de identificar de- concepto de conjunto también cobró
terminados músculos, un actor puede importancia, ya que se trata de que el
conectarse con una emoción. En el es- actor reaccione psicológica y fisiológi-
cenario se deben identificar los múscu- camente a las acciones de otros perso-
los conectados a las experiencias inte- najes. Es más, el público mismo, del

41
Torres

cual el actor no puede perder concien- como material artístico. Sin embargo
cia, es un cocreador de su trabajo, en la puntualiza:
medida en que le da pistas de su desen- ... no se trata de no saber lo que uno ha-
volvimiento. ce sino de emplear las experiencias que
hemos almacenado en el inconsciente y
En la actualidad, el Actor’s Studio que no podemos fácil o rápidamente to-
es la academia de actuación que pro- car de una manera consciente (...), em-
porciona el entrenamiento más recono- plear el conocimiento que funciona en
sueños, donde a veces salimos con co-
cido y seguido por actores de todas par- sas que aparentemente no tienen senti-
tes del mundo. Este es el método de do, con cosas que ocurrieron hace
Lee Strasberg, seguidor de las ideas de muchísimos años pero que hace tiempo
Stanislavski. Para Strasberg (1989), la supusimos haber olvidado (p. 59).

naturaleza humana del actor no hace


Nos dice Strasberg (Hethmon, 1972)
posible su grandeza, sino que es tam-
que hay dos tipos de actores: aquellos
bién la fuente de sus problemas. Nos
que, conservando su personalidad se
dice que un actor puede tener dificultad
introducen en el personaje, y aquellos
de expresarse, a pesar de su habilidad
que necesitan sentir la máscara, y, cuan-
técnica, a causa de su vida emocional o do se sienten protegidos por ella, logran
de los problemas inherentes a su exis- hacer lo que quieren. Para Strasberg se
tencia, y sugiere entonces que, en pri- trata de dos técnicas de actuación entre
mer lugar, el actor debe tratar de aliviar las cuales cada actor elegirá.
cualquier dificultad inherente de sí A continuación presentamos algu-
mismo que niegue su libertad de expre- nos de los resultados obtenidos de las
sión y bloquee sus capacidades. Si no entrevistas realizadas para este trabajo,
entendemos mal, básicamente lo que y su interpretación. Para tal propósito
pide es que, al igual que un analista o hemos clasificado los datos en tres ejes
terapeuta que debe ser analizado para temáticos. El primero y más importan-
optimizar y cuidar su instrumento prin- te aborda los procesos de identificación
cipal, su propia persona y emociones, entre el actor y sus personajes, privile-
el actor debe pasar también por un pro- giando el hecho del establecimiento de
ceso de análisis, o al menos de auto- un vínculo entre el actor y su persona-
análisis. je. Se explora en esta línea la naturale-
Al igual que Stanislavski, Strasberg za de dicho vínculo, las similitudes y
(Hethmon, 1972) opina que el actor no diferencias encontradas entre el actor y
necesita imitar al hombre. El actor mis- los personajes, así como los momentos
mo es un ser humano y puede crear al- de confusión suscitados, los mecanis-
go de sí. Solo en el teatro, nos dice, te- mos defensivos empleados para con-
nemos las emociones del alma, el espí- trolar tal confusión, y por último los
ritu, la mente y los músculos del artista niveles de conciencia encontrados.

42
Los procesos de identificación en el trabajo del actor

Inmediatamente pasamos, en un Si bien para Achard (1962) se trata


segundo eje, a un análisis más personal de proyecciones que automáticamente
del actor mismo: sus motivaciones vo- el actor coloca en el personaje que está
cacionales, tanto infantiles como actua- creando, es evidente que lo proyectado
les, y datos de su historia que resultan es percibido y puede a veces generar
significativos para las identificaciones incomodidad. Se trataría, entonces,
encontradas. Finalmente pasamos al desde nuestra perspectiva, de identifi-
tercer eje, en el cual analizamos el paso caciones proyectivas, más que de pro-
de las identificaciones encontradas yecciones, pues el actor observa, en
desde el ámbito propiamente escénico algún nivel, coincidencias con el perso-
al de la realidad personal del actor, sus naje, coincidencias que, sin embargo,
vínculos con otros actores, con otros prefiere racionalizar (Manuel: “los per-
personajes, con el público, y con el sonajes shakesperianos son extraordi-
director. narios porque contienen todo”). Esta
característica de la identificación pro-
LOS PROCESOS DE IDENTIFICACIÓN yectiva, a diferencia de la proyección
ENTRE EL ACTOR Y EL PERSONAJE pura, fue ya planteada por Rosenfeld
Los entrevistados opinaron que para (Grinberg, 1978), quien hablaba de un
poder representar satisfactoriamente un alivio al percatarse el sujeto, incons-
personaje, este tiene que parecerse, en cientemente, de que lo proyectado le
alguna característica esencial, al actor. pertenece, pues es así que puede sentir
No se trata de características exteriores que se está deshaciendo de ello. Kern-
tanto como de características interio- berg (1987) también planteó que la
res, más o menos escondidas: identificación proyectiva se caracteriza
Los personajes shakesperianos (...) con- por el hecho de que el sujeto sigue
tienen todo lo que una persona puede experimentando el impulso proyecta-
contener, el extremo malo como el ex-
tremo bueno, el extremo incorrecto co-
do, y de allí la necesidad de controlar-
mo el extremo correcto, inclusive el ex- lo en el otro.
tremo masculino como el extremo fe- Se establece, por otro lado, una di-
menino. Entonces va a contener de to-
ferencia entre los personajes “bien es-
das maneras algo tuyo, (...), todos van a
tener algo de ti. Y no se van a parecer a critos”, aquellos que ya expresan explí-
ti. Pero en lo esencial van a ser pareci- cita o implícitamente los rasgos y con-
dos a ti (Manuel). tenidos del personaje, y aquellos a los
Es imposible que un buen personaje no que el actor tiene que “inventarle” ca-
tenga algo de ti. Entonces, para mí es
racterísticas o contenidos (evidencian-
muy difícil decir me tengo que transfor-
mar en una persona que no soy (...). O do aún más la proyección) para que re-
sea, si yo hago de vieja, (...) la vieja va sulten “creíbles” o “redondos”, como se
a seguir siendo como yo. Solo que con suele decir entre actores. Eviden-
más años y reumática. (Camila).

43
Torres

temente, si aquello proyectado coincide tá dada más bien en que el actor tiene
con la realidad, va a resultar mucho más menos temor que los demás para evi-
fácil para el sujeto sentir que finalmen- denciar esos aspectos, o que quizás
te no le pertenece en tanto pueda ser simplemente ha descubierto que el tea-
controlado en el otro; en cambio, si lo tro es un canal socialmente aceptado
que se proyecta no se ajusta a las carac- para tal exteriorización, lo cual, como
terísticas del otro en quien se proyecta, veremos más adelante, es bien recono-
el fracaso de la identificación proyecti- cido por los entrevistados. Por otro
va es mayor, y por lo tanto se siente ma- lado, como hemos destacado, la identi-
yor incomodidad. Este es el principio, dad, desde una concepción psicoanalí-
además, por el cual se establece dentro tica, no es una estructura estable e
del contexto terapéutico, la neutralidad, inflexible, como evidencia Goffman
pues cuanto menos conozcamos del (1959), para quien no tenemos una
otro, más pantalla en blanco podrá ser identidad, sino varias (pública, privada,
este, evidenciándose más claramente etcétera).
que los contenidos proyectados perte- Nuetzel (1995) planteó que durante
necen a quien los proyecta, generán- los ensayos de un montaje teatral los
dose así mayor ansiedad. actores parecían habitar lúdicamente el
Por otro lado, se plantea el recono- texto de la obra y el texto habitarlos a
cimiento de que el actor suele tener un ellos. En nuestra opinión, el actor pre-
yo flexible al estar en mayor contacto fiere personalizar el fenómeno y sentir
con contenidos interiores diversos, co- que habita al personaje que representa,
mo planteó Eduardo: “El actor es una incluso prefiere esto antes que sentir
persona psíquicamente... plural...” que es el personaje quien lo habita a él.
Fenichel, nos recuerda Weissman Tal vez esto le resulta menos amena-
(1961), se había ya cuestionado si el zante, pues conserva el control, a la vez
mejor actor no sería aquel capaz de in- que evita sentirse invadido. Fonagy y
terpretar cualquier rol en virtud de sus Target (1996a, 1996b) decían que el
grandes posibilidades de identifica- niño va descubriendo su propio funcio-
ción. Si bien Fenichel asociaba este fe- namiento mental a través de explorar la
nómeno a una falla de integración en la mente del otro. Esta exploración cons-
identidad, nosotros lo vemos más bien tituye la formación de una perspectiva
como una manifestación de flexibili- que delimita los límites propios y los
dad yoica. Nos preguntamos, por ejem- del otro, estableciéndose una represen-
plo, si el actor en principio es más ca- tación mental separada del sí-mismo.
paz que otras personas de identificarse Desde el punto de vista del actor, esto
con diferentes aspectos de otros, por- puede ser tranquilizante, pues, si los
que ya están en él, o si la diferencia es- límites son claros, es menos riesgoso

44
Los procesos de identificación en el trabajo del actor

aventurarse a una identificación que, le ofrece cosas, sino al revés. Esto, co-
creativamente, implique una regresión mo hemos visto, resulta tranquilizante
a la fusión. para el actor, pues le permite una cierta
Parecería, pues, estarse reconocien- omnipotencia que le otorga el control:
do la proyección de aspectos propios, a Mis personajes no existen (...). Es decir,
la vez que se va esbozando una intro- Hamlet no existe, pues. Y no existe por-
que está escrito. (...) Entonces el único
yección de los contenidos, nuevamente que está vivo eres tú. El actor, no el per-
en concordancia con lo que sugiere sonaje. (...) Y por lo tanto el entrena-
Achard (1962). Todo esto tiene que ver, miento de una escuela es darle la capa-
cidad al actor para que se encuentre
probablemente, con el hecho de que el
consigo mismo, para que aumente su re-
actor busca identificarse consigo gistro corporal, vocal, actoral, y pueda,
mismo, como veremos más adelante en con toda esa materia, hacer que algo vi-
mayor detalle, en tanto la actuación es va (Roberto).
una búsqueda y un descubrimiento per-
En este sentido queremos recordar,
sonal. Estas identificaciones, además,
una vez más, que tanto Winnicott
tienen que ver con un proceso en el
(1971, 1979, 1992, 1993) como Fona-
cual uno se va acercando a uno mismo:
gy y Target (1996a, 1996b) afirman
Mis personajes tienen que tener mi voz,
mi cuerpo, mi experiencia, todo lo que que para delimitarse, el bebé necesita
yo pueda prestarles, mis recuerdos, mis que otros se presten para la exploración
penas, las cosas que no quiero destapar, y el juego. El personaje se presta para
o las cosas que hubiera querido vivir y
nunca viví, es el momento de ver cómo
esta aventura. Al proyectar en el perso-
sería si lo hubiera vivido... (Carlos). naje aspectos propios del actor, más o
menos escondidos –y recordemos aquí,
En esta autoexploración, vivida co- además, que Piaget (1969) mencionó
mo la exploración de un otro, el actor ya que solo se puede reproducir lo que
llega a acercarse también a aspectos re- se lleva dentro– el actor poco a poco va
primidos: percibiendo al personaje como un ser
... de pronto te hacen descubrir aspectos con vida propia; pero también empieza
que tú no crees tener, (...) que nunca te a verse a sí mismo. El personaje será
han salido en la vida real, y de pronto te
salen, y a veces con un cierto placer, un
visto como un reflejo personal que de-
nivel de maldad, de sadismo gozoso, be, sin embargo, independizarse. De la
(...) cuando tú sabes positivamente que comunidad inicial empiezan a estable-
en la vida real no eres así... cuando el cerse diferencias, que tienen que ver
proceso lo permite, y ojalá lo permitiera
siempre, se producen descubrimientos
más con las actitudes manifiestas y ex-
nuevos (Camila). teriorizables que con los contenidos y
características esenciales.
El actor hace, pues, que el persona- Este último aspecto resulta impor-
je cobre vida: no es el personaje el que tante en la medida en que pareciera ser

45
Torres

fundamental para el actor resaltar esa ... ideas, cosas o formas que te van pa-
sando por la cabeza, y tú estás seguro,
diferencia como un indicador de dis-
convencido de que esas son las que tie-
tancia. Esas discrepancias, sugerimos, nen que ser, esa es la forma en que tie-
le permitirían al actor sentir que él mis- nes que hablar, esa es la forma en que
mo es un ser diferenciado. Si bien este tienes que caminar, esa es la forma en
que tienes que hacer la flexión, esa es la
proceso es sentido como que es el per- forma en que tienes que mirar... tienes la
sonaje el que cobra vida, podría estar seguridad de que el personaje es así...
en juego la necesidad de sentir que es (Carlos).

el actor mismo el que puede mantener


Como hemos anotado, Achard
su individualidad. Aquello proyectado
(1962) plantea que al inicio se dan pro-
quedó fuera, y con ello el sujeto se pue-
yecciones e introyecciones parciales
de distanciar:
que poco a poco se van integrando.
He dicho cosas, haciendo el personaje,
Ella sugiere la identificación introyec-
que me he dado cuenta después, que el
pata tiene vida propia, o sea, yo no lo tiva como mecanismo principal de la
hubiera dicho así (...) en una situación relación entre actor y personaje, aun-
igual, no te lo hubiera dicho de esa ma- que la identificación proyectiva tam-
nera, o no hubiera hecho ese gesto, o no bién aparece, siempre combinándose
hubiera hecho esa inflexión, sí, sí co-
bran su vida propia (Carlos).
ambas. Klein (1955), por su lado, des-
cribía la identificación introyectiva co-
Para lograr que un personaje cobre mo la posibilidad de identificarse con
vida, parecería, además, que el actor algún objeto interno, llegando el sujeto
debe eventualmente permitir, durante a ser como él (en el caso del actor, a
un tiempo, que este lo habite, eviden- través del personaje), reconocer por lo
ciándose en un segundo momento del menos que existe una comunidad, y al
proceso con más claridad la introyec- observarlo se genera una experiencia
de identidad. Existe, entonces, un do-
ción. Una vez que el actor se ha asegu-
ble movimiento de introyección y pro-
rado de establecer límites entre él y su
yección:
personaje, puede entonces, con una
... uno viste al personaje, lo trabaja, ha-
mayor sensación de seguridad, permitir ce emerger cosas para el personaje, pero
que el personaje lo habite. Creemos también uno se viste de él. (...) uno se
que en este momento puede hablarse ya cubre, como que se tapa del frío y de la
intemperie y del posible ataque de fue-
de incorporación, en el sentido en que ra... (Eduardo).
lo planteó Klein (Hinselwood, 1989),
en donde hay una fantasía de absorción En este ejemplo se evidencia la ne-
corporal en la cual el objeto introyecta- cesidad sentida por el actor de defen-
do se siente activo dentro de uno: derse. Lo proyectado es sentido como
peligroso o persecutorio, pero a la vez

46
Los procesos de identificación en el trabajo del actor

aspectos de aquello proyectado son neral, ofrecieron ejemplos de otros ac-


idealizados y reintroyectados buscando tores, más que sobre sí mismos:
una cierta omnipotencia. Más adelante Patricia (...) se identifica a través de có-
retomaremos el tema de las defensas. mo la ven los demás. Crea una imagen,
y tiene la imagen de sí misma como re-
Si bien hasta aquí hemos resaltado bote de la imagen... a través del com-
principalmente el primer movimiento, portamiento que los demás tienen con
en las viñetas siguientes se atisba más ella como consecuencia del comporta-
miento de ella... una imagen de... lidere-
bien el segundo, el de introyección. Por sa, y en realidad Patricia es una mujer
su parte, Laplanche y Pontalis (1983) muy insegura, creo que es el self que ha
ponen énfasis en la gradual constitu- adoptado, para equilibrarse un poco
(Eduardo).
ción de la personalidad, mediante se-
ries de identificaciones, siendo que ca-
Hasta aquí podemos afirmar que
da experiencia o vínculo transforma o existe una comunidad de característi-
consolida una parte del mundo interno. cas entre actor y personaje, una necesi-
Es así que el actor podría irse redescu- dad de diferenciación también, una au-
briendo a través de su trabajo, enrique- toexploración a través de un “otro” –el
ciendo su conocimiento de sí mismo, y personaje, un otro creado por el autor–.
consolidando aspectos personales. Existe entonces un vínculo.
Pero el fenómeno puede ser tam- Ahora bien, las identificaciones
bién percibido desde otra perspectiva, pueden ser placenteras o displacente-
la de ir armando una personalidad en ras, dependiendo del nivel de conflicto
base a los personajes que se han ido re- que se presente, si la característica en
presentando en el tiempo. Se trataría de cuestión es un aspecto rechazado o no
personalidades vacías, que asumen un aceptado del actor, con lo cual incluso
papel porque este les otorga una identi- su trabajo se va a ver afectado en su
dad. Como planteaba Winnicott (Pan- eficacia. Es decir, no se le puede “po-
ceira, 1997), sucede a veces que, con el ner” algo al personaje si el actor está en
afán de ser aceptado por otros, se insta- conflicto con ese algo, pues está pre-
la un sí mismo engañoso, una imagen sente aún el reconocimiento de que
falsa, con poca conciencia de las verda- aquello es también propio. Como he-
deras motivaciones. Los entrevistados mos visto, al no tratarse de una proyec-
afirman que algunos actores se valen ción pura, de la cual el sujeto podría
más bien de sus personajes para ir ar- deshacerse por completo, hay persona-
mando su propia personalidad, aspecto jes que un actor no puede representar
que los actores mismos asocian con porque le produciría fracturas y ansie-
cierta perturbación, por lo cual, en ge- dades muy fuertes, sobre todo si se tra-
ta de contenidos extremos:

47
Torres

Sí, eso sí me costó horrible... porque yo tía... tenía toda la culpa, toda la pena,
no soy una persona bonita, definitiva- todo el miedo y toda la soledad de ese
mente, eso yo lo tengo claro (...). Brillar, personaje (Manuel).
como quería la directora, no lo iba a po-
der hacer. (...) Porque ella necesitaba Cuando decían algo del personaje, me
que yo me sintiera bonita... (Camila). afectaba en la medida en que sentía que
habían hecho un casting y yo me acer-
caba al personaje, y por lo tanto me
Se va logrando, sin embargo, como acercaba también a los insultos recibi-
sugiere Achard (1962), una aceptación dos (ríe), entonces sabía que algo había
del personaje a través de mecanismos también de esos insultos para mí
reparadores, y eventualmente actor y (Carlos).
personaje llegan a constituirse en dos
Del material recogido observamos
entidades separadas que se enriquecen
que también se evidencian defensas en
mutuamente. Podemos agregar que es-
el trabajo actoral. El hecho de que el
te enriquecimiento se da porque apare-
actor se defienda más o menos rígida-
ce también una aceptación propia a tra-
mente va a depender tanto de la cerca-
vés del personaje, como plantea Car-
nía con el personaje y del hecho de que
los: “Es importante querer al personaje,
se rechace una determinada caracterís-
si no, no lo puedes hacer bien”.
tica de este, como de las características
En todo este proceso, las confusio-
defensivas inherentes a la personalidad
nes que las coincidencias suscitan, pa-
del actor. Achard (1962) también ob-
recen darse, efectivamente, así como la
servó el establecimiento de defensas en
pérdida de control. Esto es explicado
el proceso creativo, afirmando que
por Achard (1962) como un fracaso en
aquello de lo que se defiende el actor es
la identificación introyectiva integra-
de las ya mencionadas identificaciones
dora final, la cual, si es lograda, es sen-
introyectivas invasoras. Para ella, las
tida como satisfactoria en una vivencia
defensas más utilizadas son la disocia-
de plenitud con el trabajo creativo rea-
ción, la negación, la idealización, la
lizado. Pero si esto no sucede, la identi-
omnipotencia y la proyección: el actor
ficación introyectiva es sentida como
se disocia, niega su unidad, idealiza al
invasora, rompiendo el equilibrio y ha-
objeto introyectado que se siente omni-
ciendo que el actor regresione a una
potente y lo proyecta afuera. En el ma-
etapa esquizoparanoide:
terial recopilado en base a nuestras en-
... en un ensayo ya no quería seguir, por-
que yo sentía que lo que estaba pasando trevistas encontramos que, en general,
era de verdad, que había matado a al- en la actuación parecería que la defen-
guien, y ahora estaba aterrado de lo que sa más común evidencia una toma de
acababa de hacer. La sensación era muy
extraña, porque yo sabía que no había
distancia, generalmente a través de la
pasado, no estaba fuera de mí. Pero la caracterización, de la indiferencia (ais-
carga emotiva era tan fuerte... yo sen-

48
Los procesos de identificación en el trabajo del actor

lamiento), o el uso del humor.1 A conti- queda después de esta crisis es suspirar
hondo, y abrazarnos y felicitarnos. (...)
nuación presentamos algunos comenta- En una escena con Julito, el tipo me iba
rios de los entrevistados: a matar, y yo también lo quería matar, y
Hay actores que no pueden dejar de ca- yo temblaba, y después ah, acabamos
racterizar. (...) Esa caracterización te es- así, elogiándonos... (Manuel).
conde (Camila).
Si lo hacía de verdad, y realmente hacía ... el galán no era galán, al malo le en-
que esa obra cobre la dimensión trágica cuentras la bondad, al bueno le encuen-
que tenía... me cagaba yo. Y lo hice un tras la maldad. Bacán, está bien, encon-
personaje cómico, en una situación có- trarle el subtexto... pero tiene que ver
mica. Y ahora me doy cuenta de que no también con no tolerar las cosas como
era así... (Roberto). son (Roberto).

En otros casos es la... aparente... indo-


Si estas defensas más cotidianas no
lencia. Juan, por ejemplo, hace las cosas
como si no afectaran. (...) Los aligera, funcionan, se extrema la defensa, lo
digamos, para no complicarse la vida cual incluye la negación, que puede ser
(Eduardo). más o menos consciente, rechazándose
de plano el contenido en cuestión, o
Otras defensas comunes son la ra-
eventualmente renunciando a hacer el
cionalización o la intelectualización, en
trabajo:
donde todo lo que hace el personaje tie-
Susana, por ejemplo... le llegó que le
ne que estar justificado, o las defensas dieran siempre los mismos personajes,
que implican convertir los contenidos porque ella era así, pero estaba en bron-
en lo contrario, o la omnipotencia, o ca con ser así, (...) no toleraba verse co-
mo la buena esposa, que le sacan la
agregarle al personaje características vuelta y ella comprende. No toleró, y ya
que equilibren o den un balance hacia no hace teatro, se dedicó a sus negocios
el extremo opuesto. En este grupo de (Carlos).
defensas lo que parece estar buscando Y ahora recién entiendo esa reacción de
el actor no es tanto la distancia como el Jaime de rechazar ese personaje. Y de
sentirse tan mal (...). Y que ni el director
mantener el control:
ni las actrices compañeras lo entendie-
Si la relación ficticia es conflictiva, creo ron. Y que creyeron que era una pose.
que lo que tiende a pasar, es más bien lo (...) Es que él realmente vio la dimen-
contrario. Y si pienso un poco, digo, por sión real de esta cuestión, pues. Y tuvo
defendernos pues a nosotros mismos. O una reacción de huida, quizá un poco
sea, si no lo cogemos en el opuesto, esto histriónica (ríe), tirar la taza de café y
va a estar hasta las pelotas. O justamen- esas cosas (ríe), pero creo que fue esen-
te hacemos catarsis y lo único que nos cialmente real (Roberto).

1 Ionescu, Jacquet y Lhote (2001) han encontrado tres listas clásicas de mecanismos de defensa (según
Valenstein, Vaillant y el DSM-IV) que consideran el humor dentro de ellos.

49
Torres

En otros casos la defensa y el cuida- causado quizá por lo masivo de los pro-
do es mucho más consciente y se re- cesos de proyección e introyección, o
chazan trabajos porque se anticipa que por las características psicológicas es-
no habrá una contención, y al igual que tructurales del actor, junto, en algunos
en un proceso terapéutico, donde debe casos, a una falta de preparación en la
establecerse primero una confianza y técnica actoral. Los entrevistados opi-
una alianza de trabajo que permita la nan, efectivamente, que la pérdida de
asociación libre con cierta garantía, el control y las confusiones con el perso-
actor también busca un contexto de tra- naje son fenómenos no inherentes a la
bajo que lo proteja: actuación en sí:
Dentro de mí hay una puerta y un dique En el juego teatral se trata de no sentir
enorme que nadie conoce. A eso me re- realmente, y en la técnica, la prepara-
fiero con esa dificultad de que me con- ción supone que tú realmente no llegas
tengan. Y además sobre todo porque ha a sentir. (...) El trabajo de un actor en es-
estado tanto tiempo atrapada que, al cena no puede ser sentir. Porque si yo
principio, de salir, sale con mucha mier- siento en escena, no voy a poder contar
da, una vez que se va la mierda comien- la historia. No existe forma. Las dos ve-
za a quedar lo bueno. Pero no hay quién ces que yo me he dedicado a sentir, a
quiera ver esa mierda. A eso me refiero sentir, me tuve que ir, tuve que parar
cuando digo que no confío en que haya (Manuel).
un director que me contenga...
(Eduardo).
Así mismo los entrevistados pare-
En cuanto a las explicaciones para cen tener un reconocimiento de que las
los fenómenos defensivos antes descri- identificaciones pueden darse en dos
tos, los entrevistados también aporta- niveles: uno funcionalizable, que tiene
ron. Entre las causas que identificaron que ver con estados conscientes y con
están, en principio, el riesgo inherente el manejo de la técnica, y otro el de
al hecho de que el actor tiene como he- identificaciones más confusas o in-
rramienta fundamental sus propias conscientes, en donde el actor tiene al-
emociones, lo cual lo coloca en una si- gún tipo de patología o perturbación,
tuación de fragilidad, como señala Ca- sea esta pasajera, situacional, o más
mila: “... porque además tú sabes que si permanente, o, por otro lado, una falta
sacas tus emociones a flor de piel y tal, de manejo de la técnica actoral.
eres mucho más débil, más herible, Nos parece importante destacar que
eres un blanco fácil de todo”. puede, sin embargo, tratarse de identi-
Si se dan las confusiones entre un ficaciones inconscientes y hasta dura-
actor y el personaje que está represen- deras, sin que esto implique alguna
tando, podemos asumir que la emoción perturbación en el actor. Hethmon
que ha surgido se acerca más a una (1986) plantea que se trata, en la actua-
emoción primaria, y esto a su vez es ción, de emplear las experiencias alma-

50
Los procesos de identificación en el trabajo del actor

cenadas en el inconsciente, muchas de de su psiquis con la posibilidad de que


ellas no factibles de ser traídas a la con- algo más surja, sin perder de vista que
es para crear desde dentro de sí un per-
ciencia con facilidad, o en todo caso sonaje, pero lo hace conscientemente.
aquellas que cuando emergen a nuestro Pero en otro nivel, cuando se da, y se
pensamiento consciente, lo hacen de pierde la perspectiva, estamos hablando
modo disfrazado, como en los procesos de casos muy concretos, creo que eso no
es intrínseco en el fenómeno de la ac-
oníricos. tuación. Es una patología particular
Nosotros pensamos que en el proce- (Eduardo).
so de creación de un personaje, muchas
veces se trata efectivamente de dejar En relación con lo anterior, recorde-
fluir cosas lo más relajadamente posi- mos que Laplanche y Pontalis (1983)
ble, a modo de asociación libre, apare- opinan que las identificaciones siempre
ciendo cosas que a veces parecen no te- van a alterar o transformar, por lo me-
ner sentido, contenidos que a veces se nos parcialmente, la personalidad pre-
descartarán o se conservarán depen- via a la nueva identificación. Esta es,
diendo de si sirven o no para armar el por otro lado, la finalidad de la identifi-
personaje, pero cuya lógica de cone- cación (Freud, 1983h).
xión puede ser en principio inconscien- Si pensamos, además, en la finali-
te. Este proceso implica, evidentemen- dad de las identificaciones en el traba-
te, un cierto nivel de regresión, y su ob- jo de interpretación teatral, esta sería la
jetivo, por supuesto, no es la elabora- empatía. La empatía surge de la posibi-
ción personal. Sandler (1986), por su lidad de identificarse con el otro, de
parte, nos recuerda que existe una iden- coincidir con él en lo esencial, y ello
tificación primaria diferente a la descri- parece ser un requisito para poder co-
ta por Freud, y que implica la evoca- nocer, incluso en aspectos no verbali-
ción refleja de la conducta y sentimien- zables, al personaje. No podría inter-
tos observados en otro, que ha pasado a pretarse con brillantez, creemos, un
formar parte de un repertorio interior personaje al cual no se conoce profun-
del sujeto (del reservorio de experien- damente, más allá de lo consciente.
cias, diría Stanislavski), y que no es Winnicott (Panceira, 1997) hablaba de
consciente. Los entrevistados opinan identificación primaria entre el infante
respecto a este último tema: y su madre, identificación que solo po-
Son dos niveles. El nivel de lo funciona-
dría darse fuera de este contexto en re-
lizable, de lo que se necesita y se usa pa-
ra el entorno teatral, donde sí hay iden- gresiones muy profundas. Creemos que
tificaciones entre el actor y el personaje, el trabajo de creación de un personaje
identificaciones que el actor más o me- es un proceso regresivo, aunque por su-
nos vive... en una situación de riesgo, en
una situación de precariedad, haciendo puesto controlado, y asumimos que un
emerger, o abriendo un poco las grietas personaje, al no ser real y no poder ha-

51
Torres

blar, solo puede ser comprendido a tra- observaciones, muchas veces los acto-
vés de un fenómeno similar. res, habiendo disfrutado de su trabajo,
Retomando la idea de que el teatro se alegran de haber terminado una re-
no es terapia, este reconocimiento im- presentación, pues entonces pueden re-
plica que se prioriza en dicha discipli- gresar a una realidad que no parece te-
na el resultado artístico, dejando de la- ner carencias profundas, ni estar desin-
do la elaboración de tales movilizacio- vestida de afecto.
nes. Habría que comprender la necesi- Por otro lado, los entrevistados
dad de resolución de los contenidos identifican dos etapas en el proceso: los
que emergen, y buscarla fuera del ám- ensayos (en donde se pueden sentir
bito teatral. confundidos, es una etapa de búsqueda,
Por otro lado, opinamos que, en un de acercamiento, y por lo tanto de ries-
acto de creación verdadera, necesaria- go), y las representaciones (en donde
mente se debe uno desprender del pro- hay, en principio, mayor organización
ducto creado. Luego de ello, uno mis- emocional, pues el personaje ya está
mo se re-crea reintroyectando ese pro- armado).
ducto que de alguna manera pasa a for- Pero ya no es el proceso en el cual estás
mar parte del mundo interior, por ejem- arriesgando todo el tiempo, porque ya
para la representación tú tienes que ha-
plo, incorporando el vínculo que uno ber acabado el proceso creativo. (...) Tú
establece con su propio producto. Esto tienes que terminar el trabajo para pre-
produce un enriquecimiento interior. sentarlo, lo vas a mejorar, pero no lo vas
En los actos creativos, sean artísticos o a mejorar en escena (Manuel).

más prototípicos como el acto mismo Entonces en el proceso creativo, tú te


de crear una vida, el resultado es gozo- pones en riesgo, tú puedes poner toda tu
capacidad emocional y sensorial al ser-
so. (No en vano, recordemos, al feste- vicio de tu trabajo, y puedes desbordar-
jar un estreno los actores suelen co- te en ese riesgo. (...) Pero eso no lo pue-
mentar: “ya parimos” o “qué parto tan des hacer cuando estás con público, por-
que si te caes te matas, cagas el espectá-
difícil”). Pero podría suceder también
culo, por último, si no te importas tú...
que el segundo paso no se concrete, y (Carlos).
que el creador permanezca percibién-
dose como vaciado. Según Weissman En el material obtenido aparece
(1961), este es el caso de los actores, también la distinción entre dos niveles
quienes en su mayoría, luego de cada de conciencia, ya que el actor se diso-
representación, regresan a un self va- cia instrumentalmente y una parte suya
cío, y el motivo por el cual los actores entra en la convención de la verdad tea-
esperan con tanta ansiedad una nueva tral, mientras que otra parte suya sigue
función, y se desesperan si esta no lle- en la realidad concreta, de la misma
ga. Deseamos plantear que en nuestras manera en que un analista o terapeuta

52
Los procesos de identificación en el trabajo del actor

se disocia instrumentalmente, y le pide ellos, pues la madre, identificada con la


también a su paciente que lo haga: realidad de su bebé, coloca su pecho en
A veces decimos estás viviendo el per- el momento y lugar precisos en que el
sonaje... pero hay un nivel de concien- infante lo está creando en su fantasía,
cia de que si se abrió la puerta más tarde
porque te tienes que ir, o si se ha caído
dándose la ilusión de omnipotencia.
esto, o si el vestido de la compañera está Pero este vínculo ideal no puede man-
rasgado cómo hacemos para avisarle, y tenerse, y la realidad se le irá impo-
no dejas tu personaje... (Roberto).
niendo gradualmente, en un espacio in-
termedio y transicional, donde apare-
Kernberg (1994) había ya resaltado
cen objetos y fenómenos transicionales
este fenómeno de la doble observación:
que poco a poco también irá dejando,
el hacer, en tanto a la vez uno se obser-
que más bien seguirá transformando en
va hacer. Esta autoevaluación es muy
un modo de funcionamiento mental
valorada por dicho autor, pues es justa-
que tiene que ver con algo intermedio
mente esta autopercatación la que es-
entre el mundo interno y el externo,
taría faltando en la psicosis, a diferen-
con la fantasía y la realidad.
cia de la creación, como plantea Ma-
La transicionalidad puede ser vista
nuel: “... se ha caído algo y lo recoge,
entonces como la precursora de la crea-
se sale de su marcación para recogerlo,
tividad y de los fenómenos culturales.
qué sé yo... es lo que le permite no vol-
El paralelo al que aludíamos está dado
verse loco, digamos”.
Sin embargo, aun cuando esta diso- desde el hecho de que el trabajo del ac-
ciación instrumental esté presente, el tor, como hemos visto, es necesaria-
trabajo del actor plantea una paradoja, mente regresivo (“comprometo mi es-
que el comentario de Eduardo grafica: tabilidad”). Hemos planteado también
Pero la realidad ficcional es en ese mo-
que el actor se identifica inconsciente y
mento mi realidad. Es la realidad a la automáticamente con su personaje,
que yo me meto. Y mi precariedad está proyectándole aquellos contenidos que
en que eh... comprometo mi estabilidad, necesita proyectar, sin observar esta
por lo menos temporal, en esa actividad
en ese momento (Eduardo). identificación, para luego, gradualmen-
te, ir reconociendo la realidad exterior,
Esta viñeta nos da la oportunidad de que no es otra que el reconocimiento de
señalar un paralelo en cuanto a la insti- que el personaje es una realidad dife-
tución de los límites de la realidad en la rente a la suya. Podemos decir que el
evolución del infante, y el proceso actor, en virtud de su necesidad, ha ex-
creativo. Winnicott (Panceira, 1997) perimentado la ilusión de haber creado
decía que el niño se identifica al princi- algo (el personaje) que ya estaba allí, y
pio de su vida con la madre de tal for- que poco a poco irá reconociendo co-
ma que no percibe la diferencia entre mo independiente de él. El actor, al ir

53
Torres

creando un personaje, se siente muchas para vivir en la realidad; o buscando un


veces omnipotente, y muchas veces permiso socialmente aceptado y aplau-
también se lleva fuera del escenario in- dido de hacer en el escenario cosas que
dumentos o utilería que le recuerdan no se harían en la realidad:
que el personaje no está presente fuera ... queremos tener licencia para ser otras
del escenario, pero que lo estará cuan- personas, una licencia para soñar, pero
esas otras personas, los personajes, a la
do regrese a él. Y en esta experiencia,
vez son tú... Y la gente se la cree, yo
su fantasía se irá convirtiendo en un ac- también me lo creo, durante un rato. Es
to verdaderamente creativo. un permiso para soñar... (Carlos).
Para terminar con este primer eje te- En general siempre todo me ha dado
mático, queremos resaltar que el actor miedo. Es como si en el teatro pudiera
se identifica con las propias emociones arriesgar lo que en mi vida no puedo
arriesgar... Como que vuelcas en tu tra-
desde su propio cuerpo y los procesos
bajo lo que en tu vida diaria no puedes
fisiológicos de este. No imita, sino que hacer (Manuel).
se identifica con aquello que ya está
dentro suyo. Todo lo que el actor expe- En estas viñetas observamos la posi-
rimenta mientras está actuando son ex- bilidad de sublimación y de identificar-
periencias que, una vez más, pasarán a se con aspectos no manifiestos de la
formar parte de su mundo interior, del propia personalidad. Llevando al extre-
cual han sido creadas y hacia el cual re- mo los comentarios ofrecidos por los
tornan, modificándolo en algún nivel. entrevistados, podríamos pensar en per-
En otras palabras, la identificación sonalidades vacías que asumen un papel
consigo mismo es un proceso ininte- porque este les otorga temporalmente
rrumpido en el trabajo del actor. una identidad, personalidades que solo
existen en la medida en que se mimeti-
EL ACTOR Y SU HISTORIA zan con otro (en este caso el personaje).
Parece evidente que para entender Sin embargo, quisiéramos destacar aquí
por qué una persona realiza un trabajo que los entrevistados también recono-
de determinada manera, hay que cono- cen que aquello que está en juego son
cer las motivaciones hacia tal voca- aspectos propios. Entonces, aun si parti-
ción. En las historias personales y fan- mos de observar una carencia (algo que
tasías infantiles de los entrevistados al actor le faltaría vivir) que conduce a
encontramos que esto no es diferente la persona a la actividad interpretativa,
respecto a la actuación. Los entrevista- en esta actividad se logra una sublima-
dos afirman que entre sus motivaciones ción. La actuación puede ser vista, pues,
para actuar, tal vez la más importante como un intento de autocuración.
sea la necesidad de vivir otras vidas y Otra de las motivaciones encontra-
situaciones, que uno no está capacitado das en los entrevistados es la búsqueda

54
Los procesos de identificación en el trabajo del actor

de autoconocimiento. Como hemos absoluta, así como dominar algunos


planteado antes, los actores encuentran contenidos propios del actor en un in-
en la actuación una forma de acercarse tento, quizás, de elaboración. El domi-
a sí mismos, una forma de enriqueci- nio tiene que ver también con dominar
miento personal, también relacionada la propia situación vital a través de ga-
con la sublimación. Si bien en muchos rantizarse el actor, en el fenómeno es-
casos este autoconocimiento no es bus- cénico, la mirada del otro (público, di-
cado activamente, sino que es más bien rector, otros actores-personajes). Rela-
algo que uno puede aquilatar en retros- cionamos con todo ello algo que Lo-
pectiva (como en el ejemplo de Carlos wenfeld (1941) ya mencionó, al decir
que presentamos a continuación), o que todo artista creativo debe haber te-
que, en última instancia, no llega a sis- nido experiencias traumáticas tempra-
tematizarse nunca, en muchos otros ca- nas que producen una necesidad de re-
sos el trabajo puede ser sumamente in- petir activamente lo que se experimen-
trospectivo: tó originalmente de forma pasiva. Ade-
... me sirvió en todo caso para reflexio- lantamos aquí algo que desarrollare-
nar en cómo era yo en esa época, y las
tonterías y locuras, en buena onda, que
mos con mayor detenimiento posterior-
hacía, pero esas tonterías y locuras las mente, que es el hecho de que aquello
hacía Sebastián, este personaje, y gustó que se reproduce, en última instancia,
mucho porque era loco, era un loco sim-
es el vínculo primario con la madre:
pático, y así era Carlos, así era yo, pero
sí fue una retrospectiva, fue como te- ... adquirir de alguna manera confianza
ner... una conversación conmigo mis- en cosas, y cómo confías... tienes un
mo... (Carlos). guión, pues (...) mi único apoyo durante
muchos años ha sido mi guión, mi libre-
Porque en todo esto no ha habido más to, incluso cuando iba a análisis tenía
que la búsqueda de mí mismo, el encon- que escribir algunas cosas. Y lo bacán
trarme conmigo mismo... Y por qué no ha sido el proceso de dejar el guión, e
seguir, si con esto... me estoy encon- improvisar hasta en la vida ¿no? A ver
trando realmente, a mí mismo, si con es- qué sale... (Roberto).
to puedo hablar con claridad, como he
hablado ahora, de mí, de mi vida mis- ... el teatro te da la posibilidad de domi-
ma... si después de años puedes hablar y nar a la gente, porque tú la dominas, tú
tener las cosas... que quizá en otra pro- sabes cuándo la gente te está escuchan-
fesión no las hubiera tenido claras, y do con atención y cuándo no, (...) como
porque (...) en todo esto de la ficción y también es interesante saber que la gen-
de contar historias, primero es contárte- te está recibiendo lo que tú estás dicien-
las a ti mismo ¿no? (Roberto). do como tú lo querías... (Carlos).

La necesidad de dominio o control Otra de las motivaciones menciona-


aparece también entre las motivaciones das por los entrevistados es la necesi-
para la actuación. Se trata de dominar dad de vibrar, la búsqueda de intensi-
al público en tanto se logra su atención dad, fenómeno que los entrevistados

55
Torres

relacionan con una necesidad de llenar precariedad de identidad, que tienen


vacíos, lo cual pasa incluso por una desde hace mucho, y brindarse a través
de la actuación la oportunidad de modi-
búsqueda de límites corporales, en ficarla. (...) En mi caso lo sentía en la
donde a veces el actor se identifica piel... una sensación de volumen muy
consigo mismo y con su propia madre, fuerte, de estar como envuelto. Con to-
dos los símiles que esto puede aca-
en una relación primaria. Weissman
rrear...el útero y todo lo demás ¿no?
(1961) decía que cuando termina una (Eduardo).
representación, se regresa a un self va-
... pero a la vez el actor está todo el
cío e incompleto. Hay un deseo en el tiempo mirándose. Todo el tiempo cons-
actor de revivir la relación temprana ciente de que no es él. Esa es la parado-
con la madre, en donde la audiencia es ja. (...) Porque es él mismo el que se mi-
ra, es él mismo el que se mira y dice es-
una parte del self que está faltando.
tás bien o no estás bien, estás sintiendo
Unamos esta idea con la anteriormente o no estás sintiendo. Te reconozco o no
expuesta de Lowenfeld (1941) respecto te reconozco... (Eduardo).
de que los artistas deben haber pasado ... una sensación de incompletud. Uno
por experiencias traumáticas tempra- solo puede completarse a través de la
nas y tenemos que parece probable mirada del otro. (...) porque también hay
una interdependencia que está absoluta-
que, efectivamente, agregamos, esa ex- mente garantizada... El acto vital de vi-
periencia traumática temprana tenga vir una circunstancia en la que el otro te
que ver con una dificultad en la mirada va a responder como esperas que te res-
materna. Se trata de llenar un vacío pri- ponda. Yo pienso que puede tratarse de
una especie de ausencia que te lleva a
mordial, una falta de mirada de la ma- buscar completarla, a buscar taparla con
dre, en donde se busca generar una si- la relación con el otro, con la imagen
tuación que garantiza una experiencia que el otro te devuelve, el público o el
emocional correctiva de la experiencia otro actor. Inclusive el director
(Eduardo).
inicial de incompletud, en un contexto
confiable, pues la contención está de Pensamos que sería importante des-
alguna manera garantizada: tacar aquí el lado exhibicionista del ac-
... la necesidad de vibrar... vibro, luego
tor, planteado en la literatura (Ekstein y
existo. O sea, no existo si no actúo. Y si
no vibro no tengo sensación de mi piel, Friedman, 1957; Weissman, 1961), en
no tengo sensación de mi cuerpo, de mi donde el término exhibición carece de
interioridad. Al vibrar siento mi sangre su connotación popular en cuanto fri-
correr, mi corazón latir, mis pulmones
respirar, siento mi piel... erizarse. Me
volidad, vanidad y hasta superficiali-
siento, me reconozco, me hallo, este... dad. En realidad, parecería que en los
presente, vivo, aquí, ahora. Si no vibro, actores, el exhibicionismo es un fenó-
si no siento, soy etéreo, no tengo cuer- meno más íntimo, y más profundo, que
po, no tengo forma, no tengo límite. Pa-
ra algunos actores la motivación para tiene que ver con la necesidad de mos-
actuar es reproducir una sensación de trarse ante la mirada del otro de una

56
Los procesos de identificación en el trabajo del actor

manera muy íntima, con un mostrar ín- ficción y el hecho de que el teatro plan-
timamente a cada una de las personas tee mitos universales, ya que al poner-
de la audiencia, o a la audiencia global, se en contacto, a través del teatro, con
convertida en la madre que puede res- dichos mitos y conflictos universales,
ponder a esa exhibición. El compromi- el actor parecería estar intentando acer-
so principal no está dado en la fase fáli- carse a las respuestas. En relación con
ca (que obviamente, sin embargo, tam- esta motivación encontramos también
bién está involucrada en cualquier tipo una búsqueda de ubicación en un entor-
de manifestación histriónica), sino en no personal confuso. No se trata, por
la de la temprana fase oral. supuesto, de una característica exclusi-
Por otro lado, las experiencias emo- va de los actores, que, sin embargo, han
cionales intensas, decía Kernberg encontrado en el teatro una manera de
(1994) alientan, si son dolorosas, la se- sublimar está búsqueda.
paración, y si son placenteras, la fusión. Un ejercicio que se hace muchas veces
en teatro es el del cosmos... establecer
Recordemos que los entrevistados han
rutas de movimiento entre la gente, que
planteado en todo momento la intensi- no se choquen, que no se estorben mu-
dad emocional del trabajo de actuación. tuamente, es la dinámica del teatro, de
Si unimos esta premisa a la idea de que una puesta en escena, es un cosmos en
el que todos tienen un sentido, una fun-
el trauma es una precondición para el ción, una participación, una identidad.
trabajo creativo en la medida en que se Expulsados del paraíso buscamos eter-
pugna para el paso de la pasividad a la namente nuestro lugar, nuestra identi-
dad... una ausencia constitucional a la
actividad (Lowenfeld, 1941), podemos historia del ser humano... (Eduardo).
sugerir que el actor busca activamente
repetir vivencias emocionales intensas Finalmente, aunque no menos im-
con el fin de elaborarlas. portante, aparece la búsqueda de catar-
Encontramos en el material recopi- sis como motivación para la actuación.
lado también la búsqueda de reconoci- Aunque los actores identifican la catar-
miento y aceptación social, como una sis como un fenómeno inherente a la
extensión de la mirada de la madre. El actuación, el motivo inicial por el cual
actor efectivamente busca en la audien- surge el teatro en la historia de la hu-
cia el objeto primario y vive una rela- manidad, reconocen que esta no es la
ción amorosa con ella, por lo cual qui- finalidad de la actuación. Plantean, sin
zá es tan frecuente encontrar frases co- embargo, que es inevitable, y que en al-
mo “mi público me ama”, “yo vivo pa- gunas ocasiones es buscada conscien-
ra mi público”. temente. Esta catarsis puede buscarse
Una quinta motivación encontrada con dos finalidades: dejar fluir las emo-
en los entrevistados fue la búsqueda de ciones para exorcizarlas y elaborarlas,
sentido, que podría relacionarse con la o con la finalidad de buscar simple-

57
Torres

mente el caos, siendo esto, en opinión la misma necesidad originaria. Desde


de los entrevistados, dañino para el todo punto de vista, pues, la motiva-
actor: ción para actuar tiene que ver con una
... descubrir con qué facilidad te puede experiencia correctiva emocionalmen-
salir ese lado de maldad, eso es lo que te, que solo es vista así después de un
más me llama la atención. Acabo de ha-
tiempo de trabajar en el teatro, en vir-
cer un personaje que se pelea a muerte
con otro, que lo hacía Carlitos, y me pe- tud quizás de sus efectos.
leé y le saqué la mierda, (ríe), tan es así
que nos reíamos comentando luego que FUERA DEL ESCENARIO HACIA LA
tantos años pensando que lo que necesi-
REALIDAD
taba era sexo y lo que necesitaba era
bronca, hacía años que no me peleaba En este eje analizamos cómo las
con nadie... qué fácil, te opones a la vio-
identificaciones pueden llevarse fuera
lencia, pero cuando está permitido, cuan-
do sabes que no hay un compromiso real del contexto teatral, llegando incluso a
de violencia, sufres ese ratito, te enojas afectar la vida personal del actor, y a
ese ratito, eres mala ese momentito, con tener un impacto sobre el entorno de
placer, porque es lógico, sería antinatural este, por supuesto siempre en grados
que el personaje se reprima si es que no
lo pide el texto... (Camila). diversos. Por otro lado, analizamos
también cómo el entorno puede, por su
Recuerdo más haber usado este... perso-
najes, para catarsearme, eso sí, para ha- parte, reforzar estas identificaciones.
cer catarsis, O sea... estoy en crisis aho- La naturaleza del trabajo del actor pro-
rita, me he peleado con mi mujer, enton- picia estos fenómenos en tanto, como
ces mi personaje va a sufrir ese día, ya, hemos visto, el actor está todo el tiem-
yo sé que va a sufrir ese día, entonces
voy a aprovechar el sufrimiento del per-
po identificándose con diferentes as-
sonaje para sufrir yo. Voy a hacer catar- pectos de sí mismo:
sis. Yo creo que es inevitable que el tra- En casi todas las otras profesiones, acti-
bajo del actor sea un trabajo catártico... vidades, el trabajo o la actividad profe-
en muchos casos es saludable, en mu- sional es un distractivo, de tal manera
chos casos es insano. Ahora, si tú vas a que cuando tu trabajo es muy absorben-
hacer catarsis para crecer, te estás me- te, descuidas tu vida cotidiana. En el tra-
tiendo en riesgo en función a un criterio bajo del actor estás trabajando contigo,
de crecimiento. Pero si vas a hacer cri- permanentemente. Y te llevas el trabajo
sis para hacerte daño, no es el lugar más a la casa, y te llevas la casa al trabajo...
adecuado, porque cagas las dos cosas. (Manuel).
Tu vida y tu trabajo (Manuel).
Consideramos en este eje algunas
Es importante señalar que, en todos dimensiones, la primera de las cuales
los factores que los entrevistados refie- tiene que ver con continuar represen-
ren como motivaciones para la actua- tando un personaje fuera del escenario.
ción (salvo en la búsqueda de catarsis), Según Weissman (1961), existe en el
se puede observar en última instancia, actor una búsqueda de equilibrio al re-

58
Los procesos de identificación en el trabajo del actor

presentar un personaje, pues este le da mismo, se extiende a la percepción de


la oportunidad de buscar una autoima- otros actores, identificados con sus per-
gen que cumple una función homeostá- sonajes, en donde no resulta a veces
tica. Al terminar la función hay un re- claro a quién se está percibiendo o con
greso a un self vacío. Tal vez esto ex- quién uno se está relacionando. Se trata
plique el siguiente caso: de una dimensión más abarcativa y so-
Álvaro Gutiérrez siempre fue conocido cial de los mismos fenómenos antes
por eso, porque se convertía en sus per-
descritos. Observamos la puesta en
sonajes. Si un personaje era depresivo,
él también era depresivo. Él hizo un marcha de varios procesos individuales
montaje donde hacía de viejo, y en esa que engranan entre sí, la combinación
época yo me lo crucé dos veces, en la de varias subjetividades en donde los
calle, y caminaba del brazo de su mujer,
como un viejito, y él estaba muy bien,
mecanismos de identificación proyecti-
no tenía ningún problema físico. (...) Y va tal vez sean los más llamativos. Los
era evidente que no estaba ensayando... ejemplos obtenidos van desde enamo-
Después lo vi en un montaje, donde re-
ramientos hasta rencillas y resenti-
creaba personajes de Chejov, y paraba
así, en drama todo el tiempo, totalmen- mientos. Hay un reconocimiento, por
te diferente a lo que él era...Y me han parte de los entrevistados, de que esto,
contado que siempre le pasaba eso, que sin embargo, no debería resultar del
si sus personajes eran así, él también era
así durante un tiempo (Manuel).
trabajo de actuación. Pero, sin embar-
go, estos fenómenos se presentan, y a
Encontramos, por supuesto, casos veces por falta de experiencia:
menos dramáticos: Ahí sí yo creo que la técnica es funda-
Hice un personaje que era una basurita, mental. (...) Cuando ensayábamos XX,
y yo sí tenía actitudes fachistas, y fuer- en un momento, dos de los chiquilines
tes, en mi casa también, sí, allí sí me en- del coro me tenían que llevar presa, y yo
volví, me atrapé, o me atrapó el perso- les decía, papá lindo yo soy Camila y no
naje, de una manera relativamente fuer- me voy a escapar, mi personaje se esca-
te, digamos. Pero, en general, durante paría pero la obra tampoco lo permite,
una temporada sí, definitivamente, ten- de verdad no me ahorques, tenía todos
go actitudes del personaje que estoy re- los brazos morados, agárrame fuerte pe-
presentando (Carlos). ro no me lastimes porque yo no me voy
a escapar (Camila).
Por otro lado, el actor puede llevar
Algo que me ha pasado es que cuando
estas identificaciones a la relación con
yo me relacionaba con un personaje,
otros actores, en alguna medida mante- voy practicando en la vida. Totalmente
niendo una cierta indiferenciación con consciente, pero por momentos eso po-
su personaje, o resultando indiferencia- día ser inconsciente, porque con este
personaje yo llegaba al set y ya empeza-
da su percepción del otro actor-perso-
ba a actuar como él. Tanto que, relacio-
naje. Entonces, la confusión que hemos nes amistosas que nacieron en ese traba-
observado en la percepción del actor jo, nacieron equivocadamente, porque

59
Torres

yo no era así, y... la protagonista de esa En realidad yo no estaba enamorado de


novela me veía como el personaje (...), Lucía, sino de su personaje, que era pa-
yo la sentí en un momento que ya no sa- reja de mi personaje. Yo la conocía ya
bía cómo comportarse conmigo, porque mucho tiempo, y nunca había pasado
antes tenía una idea, y después tuvo nada. Una vez vi una secuencia de ella,
otra. Altera, altera pues las relaciones, la vi tan frágil, que me enamoré. (...) y
definitivamente las altera... (Roberto). no me di cuenta de que ella era total-
mente distinta al personaje. Más bien yo
Estos fenómenos tienen incluso una quise ajustarla, pero, bueno pues...
(Eduardo).
dimensión social aún más amplia:
Bueno, y por otro lado los personajes ... mi personaje era un ángel, y ayudaba,
que se la creen, el estatus. Si hablamos mágicamente, hasta tenía poderes, una
de televisión, los personajes no sola- cosa medio hacia lo real maravilloso, y
mente son los personajes, sino que son de alguna manera ahí sí me la creí, me
arquetipos reconocidos por la televisión sentía un tanto omnipotente, supongo, y
y por la estructura de la televisión, y ca- con Viviana hubo mucho de eso, yo sen-
da uno tiene una jerarquía, (...) tú eres tía que si alguien la podía sacar de la
más si eres el protagonista, eres... la ca- mierda en que estaba era yo, sentía una
beza de la jerarquía... entonces eso re- necesidad muy grande de protegerla, de
percute en la persona (Roberto). salvarla. Y durante un tiempo fue así.
Un tiempo largo. Eso ya no se pudo
No solo se puede extender el perso- mantener después... (Manuel).
naje a la vida real, sino que también se En XX yo tenía una relación con Pilar,
puede extender una relación con otro un personaje, y yo extendí esa relación
con la actriz... Completamente irreal.
personaje, esté signada esta relación Era totalmente un juego (...). Pero hay
por emociones positivas o negativas: algo que busca el personaje, que el actor
Desde que llegamos a la locación, Al- conserva. (...) De diferente manera pe-
berto me dijo con claridad sus intencio- ro... confusión quizás es la palabra. El
nes sexuales sobre Karina (...). En prin- personaje estaba confundido. El actor
cipio lo tomábamos a la broma, pero estaba confundido, o quería confundir-
luego empezó a intentarlo y al ser recha- se. El personaje estaba confundido, y el
zado, poco a poco se fue convirtiendo actor buscaba la confusión. Ahí está la
en su personaje. (...) Luego me di cuen- cosa, yo la confundí a ella (Roberto).
ta de que en realidad era competencia
Me ha pasado cuando yo he hecho per-
conmigo. Porque en el ínterin, Karina y
sonajes malditos, pues, y tenía que in-
yo empezamos a acercarnos, me empe-
sultar a la otra persona, y la otra perso-
zó a buscar a mí para contarme... como
na puede haber sentido que era para
un apoyo. Entonces comenzó a reprodu-
ella, y no era para ella, era para el per-
cirse entre los actores el mismo triángu-
lo, no con las mismas acciones, pero sí sonaje que estaba haciendo. Y sí, sí, me
con el mismo tipo de relación que se es- han esquivado, me han evitado des-
taba dando en el guión. Y eso se mantu- pués... (Carlos).
vo hasta el final, y como su personaje
perdía, en la vida real él se colocó tam- Al prestarse para identificaciones,
bién en la situación de perder... actores y personajes, en interdependen-
(Eduardo).
cia, cada quien se está prestando para

60
Los procesos de identificación en el trabajo del actor

la exploración personal del otro. Y esto Si no confías en que el público va a pro-


finalmente es lo que todos hacemos to- teger tu esfuerzo, tu riesgo, no lo harías,
simplemente (Manuel).
do el tiempo en la vida misma, para
que los otros se vayan constituyendo, y El rol del director, por su lado, co-
para constituirnos nosotros mismos. En mo se observa en la siguiente viñeta, es
tanto el teatro es un arte que recrea la también esencial. Su rol debe ser el de
vida misma, desde lo más subjetivo de contener, facilitar la emergencia de
las interrelaciones, este fenómeno se identificaciones que luego deberán ser
repite también. Sandler (1986) propu-
contenidas. El director es visto, en gran
so, recordemos, que las identificacio-
medida, como responsable de que las
nes son perdurables.
identificaciones se mantengan dentro
El público también juega un rol en
del contexto para el cual nacen, así co-
estos fenómenos al entrar en la conven-
mo el responsable de no permitir que el
ción de la ficción, algo que puede ser
actor se haga daño. Los entrevistados
visto por el actor como anecdótico, pe-
opinan al respecto:
ro que puede llegar a generar una pre-
El trabajo del director es de muchísimo
sión social, en algunos casos: cuidado, tiene que proteger al actor de
Una vez nos fuimos a una fiesta comu- que no se haga daño, porque al sacar sus
nal, estábamos varios actores, en una es- emociones eres un blanco fácil de todo
pecie de salsódromo inmenso. Por su- (Eduardo).
puesto éramos el centro de la atención,
y yo empecé a bailar, como yo, empecé ... si efectivamente tienes una buena téc-
a tratar de divertirme y todo el mundo nica, un buen director... Esas cosas van
empezó a decir, ay, mira cómo baila... a hacer que todo esté al servicio del per-
me... me reprimió un poco... y (ríe) in- sonaje (Camila).
cluso empecé a bailar creo como perso-
naje, horrible... (ríe). Esto parece una Es así que el director es más o me-
anécdota sencilla, pero creo que lo pue- nos un yo auxiliar en el proceso, res-
do relacionar con no fallar, con mante-
ner la apariencia y no fallarle a la otra ponsable de conducirlo. Nuetzel (1995)
persona, con tener que ser bueno ante ha planteado que el director no solo tie-
otros ojos... (Roberto). ne que lidiar con transferencias indivi-
duales, sino además con transferencias
Y el público también funciona co-
grupales.
mo un marco referencial que permite
Ahora bien, una dificultad plantea-
arriesgar contenidos:
da desde el inicio de esta investigación
El actor se fuerza a sí mismo, se coloca
en una situación de riesgo, pero es una fue determinar si, al entrar al tema de
situación de riesgo aceptada socialmen- las identificaciones, podemos hablar de
te, y socialmente protegida por la com- dicho fenómeno, en el sentido psicoa-
prensión de que tanto el resto de actores
nalítico, si estas son conscientes. Y en
como el público global te va a contener.
la mayoría de ejemplos ofrecidos por

61
Torres

los entrevistados parecería que lo son. Nos parece importante recordar


Sin embargo, en muchos ejemplos, so- aquí, además, que la identidad puede
bre todo en aquellos respecto de otros verse como un concepto global, pero
actores, puede apreciarse que los fenó- que también puede hablarse de identi-
menos observados por los entrevista- dades parciales, que son las que pare-
dos son inconscientes para quien los cerían estar en juego en el fenómeno de
exhibe. No olvidemos que aquello in- creación de un personaje.
consciente puede, en gran medida, ser Queremos vincular, por último, el
traído a la conciencia. Por otro lado, nivel de conciencia de las identificacio-
parecería también que en muchos de nes también con el trabajo de Stanis-
los casos las identificaciones y las con- lavski (1989), quien explicitó haber
fusiones entre actor y personaje no son buscado por mucho tiempo un “camino
conscientes mientras están sucediendo, consciente hacia el inconsciente”. Sta-
sino que se hacen conscientes a poste- nislavski estaba convencido de que tra-
riori, con la elaboración que los actores bajar con el inconsciente todo el tiem-
tienden a buscar casi constantemente. po era un error fundamental, y una de
Esto va de la mano con lo que creemos las peores distorsiones de la actuación.
es la motivación principal para la ac- Planteaba, entonces, un trabajo que uti-
tuación: la búsqueda de sí mismos y la lizara material inconsciente, suscitado
construcción de un self más auténtico a a través de técnicas asociativas especí-
partir de la disolución y la recreación ficas al teatro, para que una vez mani-
de imágenes. festado se elaborara y se hiciera cons-
Las actuaciones (en el sentido de ac- ciente, por supuesto para fines del pro-
ting-out) en contextos analíticos suce- ducto teatral.
den inconscientemente, y lo mismo pa-
rece ser cierto para las actuaciones en el CONCLUSIONES
proceso de creación teatral, y en ambos En cuanto a la identificación entre
contextos también estas actuaciones se actores y sus personajes hemos compro-
reconocen solo en retrospectiva. bado que se trata de un fenómeno que
Nuetzel (1995) ha afirmado que en el aparece constantemente en los procesos
teatro, las actuaciones (acting-out) son de creación de personajes y hemos
expresiones inconscientes de emociones sugerido que se trata de fenómenos
que están en el texto de la obra y que se inconscientes, aunque susceptibles de
suscitan con el propósito de desarrollar ser elaborados a nivel consciente, por lo
un trabajo interpretativo. Cuando esto se general a posteriori. Una parte de tales
hace consciente, lo que ha sido descu- identificaciones, sin embargo, con segu-
bierto a través del acting-out es incorpo- ridad, inevitablemente permanece
rado a la actuación teatral. inconsciente. Estas identificaciones

62
Los procesos de identificación en el trabajo del actor

pueden o no resultar perdurables y mo- Para que este proceso se establezca,


dificar la personalidad del actor, aunque el actor habitará lúdicamente al perso-
hemos sugerido que generalmente se naje y eventualmente permitirá que es-
trata de identificaciones parciales que, te lo habite a él, no sin antes haberse
sin embargo, van constituyendo de for- asegurado de establecer los límites en-
ma gradual la personalidad, siendo que tre ambos, con lo cual la regresión a la
cada experiencia artística transforma o fusión resulta menos amenazante y le
consolida una parte del mundo interno, otorga una sensación de mayor control.
al igual que lo hace cada experiencia o El proceso de irse encontrando el
vínculo en la vida real. actor a través de las identificaciones
La manera en que se despliegan las con el personaje se hace problemático
identificaciones en el proceso de crea- cuando la identificación es displacente-
ción de un personaje parece seguir un ra, es decir, si la característica que vin-
patrón, que suele iniciarse con la pro- cula a actor y personaje es un aspecto
yección automática e inconsciente en el que el actor no puede aceptar en sí. Es
personaje de aspectos propios del actor. así que el proceso resulta conflictivo y
Hemos planteado que se trata de iden- hasta doloroso si el actor no está en
tificaciones proyectivas, en las cuales condiciones personales para interpretar
el actor continúa percibiendo tales as- un personaje en determinado momento
pectos propios en el personaje. Esto de su vida, con el riesgo de que se pro-
puede resultar problemático, generán- duzcan fracturas psíquicas y la regre-
dose una necesidad de distanciamiento sión a una etapa esquizoparanoide.
y diferenciación. Los contenidos pro- Consideramos que el fenómeno de
yectados en el personaje son luego re- las identificaciones entre el actor y sus
introyectados, con una correspondiente personajes tiene una doble finalidad:
fantasía de absorción corporal en la por un lado, la creación de un persona-
cual el objeto introyectado se siente ac- je, y por otro, dado que los actores es-
tivo dentro de uno. Todos los mecanis- tán comprometidos en una búsqueda y
mos de identificaciones proyectivas e descubrimiento personal, una consoli-
introyectivas mencionados son, en dación de aspectos propios del actor.
principio, parciales, pero hacia la cul- Hemos destacado de manera principal
minación del proceso de creación se que el actor busca identificarse consigo
encuentra, en el mejor de los casos, mismo y que la actuación es para los
gratificación en una identificación in- actores un medio de búsqueda y descu-
troyectiva integradora, sentida como la brimiento personal. Esto se ve reforza-
realización de un buen trabajo de inter- do por el hecho de que es imposible re-
pretación, pero que tiene que ver con producir en el trabajo interpretativo al-
una autoaceptación de ciertos aspectos. go que no esté ya inscrito, de modos

63
Torres

más o menos escondidos, en el mundo potencia, o agregarle al personaje ca-


interior del actor. Desde el punto de racterísticas que equilibren o den un
vista de la técnica actoral, esto sería balance hacia el extremo opuesto. En
además indeseable. este grupo de defensas aquello que el
Hemos resaltado el hecho de que el actor busca parece ser el control.
proceso de la interpretación involucra Hemos observado también que si
profundamente al cuerpo, en donde lle- las defensas antes mencionadas no re-
ga a haber un cambio fisiológico, que sultan exitosas, el actor puede recurrir
propicia una identificación a niveles a defensas más extremas como la nega-
primarios y pulsionales, y desde el ción, que puede ser más o menos cons-
cuerpo, el actor se identifica con las ciente, rechazándose de plano el conte-
propias emociones. No imita, sino que nido en cuestión, o eventualmente re-
se identifica con aquello que ya está nunciando a hacer el trabajo, en una
dentro de sí. Lo que el actor experi- manifestación de autocuidado.
menta a través de su trabajo pasará a En cuanto a las dificultades que po-
formar parte de su mundo interior, mo- drían surgir en el proceso de identifica-
dificándolo en algún nivel. ciones y defensas dentro del contexto
En cuanto a los mecanismos defen- del trabajo actoral, hemos observado
sivos establecidos por el actor para dis- confusiones que se suscitan dado el
currir a través de estos fenómenos grado de movilización psíquica puesto
identificatorios, hemos encontrado que en marcha durante la etapa de ensayos.
estos pueden ser más o menos rígidos Los ensayos son vistos como una etapa
dependiendo de la cercanía que sienta de búsqueda, de acercamiento, y por lo
el actor con el personaje, del hecho de tanto de riesgo pues el personaje aún
que se rechace una determinada carac- no está acabado, y aún no se han esta-
terística de este, y de las características blecido los límites entre el actor y el
defensivas inherentes a la personalidad personaje. La movilización de conteni-
del actor. Hemos encontrado, así mis- dos interiores puede llegar incluso a ni-
mo, que la defensa más común eviden- veles estructurales, y pueden permane-
cia una toma de distancia, generalmen- cen alterando al actor.
te a través de la caracterización, de la Entre las variantes de dichas confu-
indiferencia (aislamiento), o del uso siones tenemos que el actor puede lle-
del humor. Otras defensas comunes son gar a confundirse con su personaje, y
la racionalización o la intelectualiza- continuar representando un personaje
ción, en donde todo lo que hace el per- fuera del escenario. Puede también el
sonaje tiene que estar justificado, o las actor llevar la confusión a la relación
defensas que implican convertir los con otros actores, y a la percepción de
contenidos en lo contrario, o la omni- estos, no distinguiendo entre ellos y los

64
Los procesos de identificación en el trabajo del actor

personajes que representan. Las rela- Existen elementos para pensar más
ciones que se establecen con otros ac- bien que los actores suelen ser personas
tores están a veces signadas por las con una sensibilización especial para
emociones que los personajes desplie- dar cuenta de sus procesos y motivos
gan, estableciéndose a veces relaciones interiores, ocultos, procesos normal-
engañosas en la vida real. mente inconscientes para muchos, con
Estos fenómenos no son inherentes una capacidad de introspección que
a la actuación, sino a la falta de expe- han debido desarrollar para hacer bien
riencia o de manejo de la técnica, así su trabajo, con lo cual nos ubicamos
como a la búsqueda de un equilibrio in- ante personas con un yo flexible. Pen-
terno, con el que el actor intenta llenar samos, así mismo, que el actor ha des-
vacíos, y eventualmente puede deberse cubierto que el teatro es un canal so-
a una perturbación, pasajera o estructu- cialmente aceptado para tal exterioriza-
ral, en la personalidad del actor. ción de contenidos interiores.
En cuanto a la salud mental del ac- Es imposible, sin embargo, genera-
tor, consideramos que si las confusio- lizar, ya que asumimos la diversidad de
nes antes mencionadas se dan a niveles individualidades. Hemos encontrado
profundos, efectivamente podemos ha- una amplia gama entre los logros subli-
blar de patología, pero hablar de una matorios y las patologías profundas.
patología específica sería reduccionis- Respecto a este tema hemos planteado,
ta. Hemos vinculado el fenómeno, sin además, que a mayor grado de equili-
embargo, en términos generales, con brio personal, menor riesgo para la per-
trastornos del self y con patologías de sona que aborda el trabajo de creación
déficit, en las cuales la ausencia de una de personajes.
identidad consolidada hace que el actor Se ha observado también el fenó-
busque que el personaje representado meno de disociación instrumental en el
le otorgue una identidad. Considera- trabajo del actor, dado que una parte
mos, por otro lado, que el tema de la suya entra en la convención de la ver-
separación es crucial para abordar este dad teatral, mientras que otra parte su-
aspecto, ya que si bien pueden existir ya sigue en la realidad concreta. Esta
fallas en la relación originaria con la autoevaluación es vista como un indi-
madre, los actores parecen, en general, cador de salud, pues permite mantener
haber logrado una diferenciación sufi- la perspectiva de la finalidad del proce-
ciente para permitirse perder al objeto, so, así como evidencia una adecuada
ya que la ansiedad de separación es un prueba de realidad.
tema recurrente en ellos, por lo cual las De las historias personales de los
patologías depresivas pueden ser tam- actores se desprende la observación de
bién comunes. una búsqueda de equilibrio en su acer-

65
Torres

camiento al teatro. En cuanto a las mo- tanto con el público como fenómeno
tivaciones para actuar, en general en- actual, sino que se conecta con fallas
contramos los siguientes aspectos: la en un momento de reconocimiento pri-
necesidad de vivir otras vidas y situa- migenio y fundante de límites psíqui-
ciones que el actor cree que no puede cos. El actor busca activamente, cree-
vivir en la realidad, respecto de lo cual mos, repetir vivencias emocionales in-
hemos destacado las posibilidades de tensas con el fin de elaborarlas.
sublimación y de identificarse con as- El rol del director resulta crucial en
pectos no manifiestos de la propia per- todo el proceso, pues se ponen en él ex-
sonalidad; la búsqueda de autoconoci- pectativas de contención que trascien-
miento, lograda generalmente en re- den la finalidad artística. Postulamos
trospectiva; la necesidad de dominio o que ese aspecto terapéutico debería ser
control, lo cual implica dominar al pú- buscado en contextos más pertinentes
blico en tanto se logra su atención, ga- para ello.
rantizándose el actor, en el fenómeno Para terminar, queremos resaltar
escénico, la mirada del otro (público, que pensamos que el valor de este tra-
director, otros actores-personajes); la bajo es que de él se desprende la im-
necesidad de vibrar, la búsqueda de in- portancia fundamental de implementar,
tensidad, relacionada por los entrevis- en las instituciones de formación acto-
tados con una necesidad de llenar va- ral y de directores, instancias que ten-
cíos, en donde a veces el actor se iden- gan que ver con el acompañamiento
tifica consigo mismo y con su propia personal y el cuidado del actor, que le
madre, en una relación primaria, bus- ofrezcan al actor las herramientas para
cando una experiencia emocional co- potenciar ese yo flexible que hemos
observado en los entrevistados, desta-
rrectiva de la experiencia inicial de in-
cándose la labor de prevención.
completud; la búsqueda de sentido y de
ubicación en un entorno predecible –en
la medida en que se rige por un guión–
como puede ser el teatro; finalmente, la
búsqueda de catarsis, a veces hecha de
modo consciente, con la finalidad de
dejar fluir las emociones para aliviarse,
o, eventualmente, para hallar el caos.
Hemos encontrado, entonces, que la
actuación le permite al actor un equili-
brio emocional en la medida en que le
otorga una identidad y un reconoci-
miento que no parece tener que ver

66
Los procesos de identificación en el trabajo del actor

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