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realidad para obtener una verdad con certeza. (Rosa María y Ruth María)
aquella curiosidad que nos lleva a razonar el porqué de las cosas, claro de todos
esas cosos las cuales nos atraen y llaman la atención.. (Jorge Moroni Jarquin
Tinagero).
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sistemático, unificado, ordenado, universal, objetivo, comunicable (por medio del lenguaje
científico), racional, provisorio y que explica y predice hechos por medio de leyes”. (Mario
Bunge)
Msanejo de la enfermedad
mejorconsalud.com/
Hay enfermedades leves; otras, más graves. Unas son pasajeras; otras, permanecen y no se
irán nunca. Las primeras las podemos sobrellevar con algunas molestias e impertinencias; las
segundas, serán más difíciles de sobrellevar, hasta el punto de hipotecar toda nuestra vida por
causa de ella. En realidad, una enfermedad grave llega para quedarse. Esta certeza es la que
nos hace sufrir, posiblemente más allá de los dolores de la propia enfermedad.
La enfermedad es consustancial con el ser humano; como la vida y la salud. Y pese a que uno
de los grandes objetivos de la medicina y la ciencia sea combatir cualquier enfermedad y sus
consecuencias, la realidad es que un día u otro nos deberemos enfrentar a ella. No la
podremos eludir. Con total seguridad, alguna vez llegará una enfermedad, momentánea o
permanente, que nos llevará a la muerte. Es por ello, que una correcta mirada a la vida
conlleva también la aceptación de la salud y la enfermedad como parte de nuestra existencia,
aceptando que es parte de nuestra realidad humana y animal.
Cuando una enfermedad es grave, lo primero que sentimos es que el mundo se derrumba a
nuestros pies. La primera reacción es ¿por qué a mí? Esta es una actitud de inconformismo,
propia de la inercia de una vida saludable. Nunca antes había llegado la enfermedad en toda su
dimensión y, cuando aparece, la sorpresa es monumental, hasta el punto de que no podemos
aceptarla. No afligimos por el impacto de la noticia, de la realidad, del miedo al futuro, del
miedo a lo desconocido, del miedo al sufrimiento, miedo al dolor, miedo a la muerte. En estos
momentos nuestra vida parece desmoronarse como un castillo de naipes. El miedo al
sufrimiento y, por ende, a la muerte, aparece como un insólito fantasma que es capaz de
perturbarnos definitivamente.
La enfermedad es sólo un episodio de la vida, por muy grave y definitivo que sea. Es una parte
más de nuestro paso por este mundo, pero podría no ser el definitivo. Nada es definitivo; nada
acaba o empieza en una enfermedad; todo puede comenzar, aunque lo veamos tan negro que
no divisemos una salida. Una enfermedad puede ser el principio de una nueva vida, pese que a
la muerte esté cerca, porque la vida puede estar detrás de una enfermedad grave, ya sea por
la sanación física, ya sea por la fe que tengamos en la otra vida. A pesar de una enfermedad
grave, hay futuro.