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Factores de Influencia en
el Comportamiento del
Consumidor
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Índice
1 ¿Quién Es el Consumidor? ..................................................................................................................................... 3
1.1 Papeles o Roles del Consumidor. ......................................................................................... 3
1.2 ¿Qué es lo que Compra el Consumidor? ........................................................................ 5
2 Enfoques de la Psicosociología del Consumo ........................................................................................ 7
2.1 El Enfoque Económico ................................................................................................................. 7
2.2 El Enfoque Basado en la Psicología y la Sociología ............................................... 8
2.3 La Modelización del Comportamiento del Consumidor ...................................... 8
3 Factores Externos de Influencia en el Comportamiento del Consumidor .......................... 9
3.1 La cultura y el consumo ............................................................................................................ 10
3.2 Clase Social y Estilos de Vida ................................................................................................. 11
3.3 Los Grupos y su Influencia en el Consumidor ........................................................... 12
3.4 La Influencia de la Familia ....................................................................................................... 12
4 Factores Internos de Influencia en el Comportamiento del Consumidor ......................... 14
4.1 La Motivación Del Consumidor ............................................................................................ 14
4.2 La Percepción del Consumidor ............................................................................................ 14
4.3 El Aprendizaje ................................................................................................................................... 15
4.4 La Memoria ......................................................................................................................................... 16
4.5 Las Actitudes ..................................................................................................................................... 16
5 Referencias Bibliográficas .................................................................................................................................... 17
Objetivos
Con la lectura y el estudio de esta clase se pretende que el estudiante asuma los
siguientes objetivos:
1 ¿Quién Es el Consumidor?
Los planes de marketing hacen hincapié en los aspectos psicológicos y sociales que
Lo que busca el comprador no es el condicionan al consumidor en sus compras, como el ahorro de tiempo, lo nutritivo, la
producto en sí, sino los beneficios o
salud, el diseño, la sostenibilidad o la seguridad, entre otros factores. Lo que busca el
valor que éste le aporta.
comprador no es el producto en sí, sino los beneficios o valor que éste le aporta.
Para reflexionar sobre los distintos papeles y/o roles del consumidor, partamos del
siguiente ejemplo:
Diferencias terminológicas…
éstos como clientes . Por su parte, Caprabo y Mercadona se refieren a aquellos que les
compran sus productos para el consumo final como clientes .
Como puede verse eneste ejemplo, el mismo individuo puede ser con- siderado como
consumidor y como cliente. Todo dependerá de quién lo considere y de la situación en
la que lo haga.
Un aspecto que hay que considerar es la variedad de actividades y papeles que las
personas desempeñan como consumidores. De este modo, se considerada como
consumidor tanto a la persona que paga como al usuario final del producto, si bien el
pago y el uso son actividades de distinta índole.
Ejemplo de consumidores…
Cuando consideramos a los jóvenes que utilizan la moto que les han pagado sus
padres, estamos teniendo en cuenta como consumidores tanto a los jóv enes (usuarios)
como a sus padres (pagadores). Por su parte, cuando un joven regala a su novia un
perfume, el joven es quien paga el regalo (su hermana o su madre pueden haber sido
quienes hayan comprado el perfume), que finalmente será empleado por la nov ia, que
es quien se beneficia del mismo. Todos ellos (joven, madre o hermana, y novia) son
consumidores, si bien desarrollan actividades y funciones distintas.
2) pagándolos, y
3) utilizándolos o consumiéndolos.
De este modo, un consumidor o cliente puede ser un comprador (cuando adquiere los
productos), un pagador (cuando abona su precio correspondiente) o un usuario (si los
emplea o consume).
El conocimiento del papel que desempeña el usuario es de utilidad para diseñar el bien
o servicio. De este modo, las características del producto final han de ser las propias
que el usuario está buscando y que satisfarán mejor sus necesidades o deseos.
Según cuál sea el papel que el individuo asume en el proceso de decisión de compra,
considerará unos valores u otros. De manera que los valores buscados por una persona
que desempeña el rol de usuario pueden ser distintos de los buscados por el pagador,
como también de los que pretende conseguir el comprador con la adquisición del
producto.
Un oficinista que hace uso diario de una fotocopiadora puede estar interesado en el
rendimiento de la misma, mientras que el responsable de compras y
aprovisionamientos de la empresa puede estar más preocupado del servicio posventa
que proporciona el fabricante o vendedor de la fotocopiadora. Por su parte, el
responsable del departamento de cuyo presupuesto se pagó la fotocopiadora puede
mostrar mayor interés por el precio de la fotocopiadora y sus condiciones de pago.
En cualquier caso, lo que resulta significativo para los directivos de marketing es poder
identificar si los clientes asumen todos los papeles o, por el contrario, son personas
diferentes las que actúan como usuarios, pagadores y compradores. Los responsables
de marketing deben estar al corriente de los posibles papeles o roles que los clientes
desempeñen, y adaptar así el esfuerzo de marketing al tipo de especialización del rol.
Algunos posibles escenarios de especialización que nos podemos encontrar son los
siguientes:
A. TANGIBILIDAD
La tangibilidad viene determinada tanto por las propiedades físicas y materiales como
por las características funcionales y estéticas percibidas por el consumidor en un
producto.
Por su parte, cabe clasificar los servicios en función del grado de tangibili- dad
de las prestaciones que llevan a cabo.
B. DURACIÓN
C. DISPONIBILIDAD
- Productos de conveniencia: Aquellos cuyo proceso de decisión de com- pra suele ser
muy frecuente y al que, además, se dedica poco esfuerzo, tiempo y dinero.
La compra de golosinas y pilas, si bien se suele realizar con frecuencia, raramente esta ́
prevista con antelación. Y es que la disposición de estos artículos en los
establecimientos "impulsa" a su compra.
- Los productos de especialidad , son productos que el consumidor, ya sea por sus
características o por su marca, considera como únicos, de manera que no le importa el
tiempo, el esfuerzo o el precio que habrá de dedicar para adquirirlos.
De esto modo, podemos considerar las figuras de cerámica Lladró, las cámaras
digitales de vídeo o un ordenador personal.
- Los productos no buscados, son aquellos cuya compra nunca antes ha sido
considerada por el consumidor, bien porque desconoce su existencia, o bien porque
aunque la conoce, nunca ha contemplado su adquisición hasta que acontece la
necesidad.
Para ello, se parte de las siguientes hipótesis (J.J. Lambin y R. Peeters , 1983):
4) Las elecciones del consumidor son independientes del medio y del entorno en los
que se realizan.
6) El consumidor obtiene su satisfacción del producto en sí, y no de los atri- butos que
éste posee.
Las principales críticas formuladas por los gestores de marketing a este planteamiento
residen en que no se consideraba cualquier otro objetivo del consumidor que no fuera
el de la maximización de la utilidad , tampoco se tenía en cuenta la existencia de un
proceso de toma de decisiones conformado por varias etapas o fases, ni se tiene
conciencia de elementos de valor extrínsecos al propio producto o servicio.
Frente a este enfoque reduccionista, se acude a una disciplina como la Psicología, que
trata de tener en cuenta la diversidad de causas que explican el comportamiento de los
individuos. Es a mediados del siglo XX cuando el marketing toma de la psicología
muchos conceptos y técnicas. Esto permite progresar en la comprensión de los modos
de comportamiento, especialmente por medio del estudio de las motivaciones , para lo
que se recurre al un conjunto de técnicas de investigación cualitativas.
Para profundizar sobre las principales técnicas, tanto cualitativas como cuantitativas
empleadas en el estudio del comportamiento del consumidor, es conveniente estudiar
“investigación de mercados”, como la disciplina que aúna dichas técnicas en aras del
estudio del mercado, tanto desde una perspectiva global como desde la propia
individualidad del consumidor.
El concepto que más se ha utilizado para describir la adscripción social de las personas
en la colectividad en la que están inmersos es la clase social , que representa la posición
de estatus de un individuo en el seno de una sociedad.
Hasta hace poco, la pertenencia de un individuo a una clase social concreta se atribuía a
su posición en el proceso productivo y, más concretamente, a su grado de acceso a la
propiedad de los medios de producción. Esto provocaba una estructura social
jerárquica, marcada por unas claras desigualdades en función de la relación de cada
grupo social con los medios de producción. Y ello, a su vez, era origen de profundas
desigualdades en los patrones de gasto y consumo.
Esta forma de concebir las clases sociales las convertía en compartimentos delimitados,
jerarquizados y excluyentes, donde el ascenso a un nivel superior era difícil pues el
acceso a mecanismos igualadores, como la educación, era complicado.
Sin embargo, los cambios políticos, económicos y culturales experimentados por las
sociedades occidentales han provocado que las clases sociales sean más permeables,
de modo que el ascenso de individuos en la escala social sea más sencillo y frecuente.
Esto, no obstante, no niega la existencia de una sociedad jerarquizada.
De este modo, la estructura social actual, más que un conjunto de categorías estancas
(las clases sociales), quedaría mejor representada por un continuo de estatus: el estatus
de un individuo se define a partir de múltiples dimensiones, unas de tipo objetivo
funcional –como la ocupación, la educación, el nivel de ingresos y el patrimonio– y otras
simbólicas , originadas por la reputación que los demás le adscriben. De este modo, la
posición de estatus de un sujeto vendría determinada no sólo por su ocupación, su nivel
de ingresos, su educación o su patrimonio, sino también por los productos materiales
que tenga y el significado que las personas de su entorno les atribuyan.
Veamos un ejemplo de posición de estatus. Qué duda cabe de que en los años sesenta
la posesión de un automóvil era un elemento que identificaba el estatus social de la
clase más privilegiada. Sin embargo, en la actualidad, nadie dudaría en considerar el
coche como un artículo necesario, al que pueden acceder prácticamente todos los
niveles de estatus social.
Pero es necesario ahondar, cada vez más, en los “estilos de vida”, para poder focalizar y
afinar más en los distintos subgrupos de la amplia y vasta “clase media”, que expliquen
mejor el consumo de sus individuos.
El estilo de vida es, por lo tanto, un concepto multidimensional que trata de recoger la
versatilidad y variedad de comportamientos a lo largo de la escala social. No sustituye el
concepto de clase social, sino que lo complementa.
Por ejemplo, nadie duda que la adolescencia es una etapa del ciclo vital caracterizada
por continuos cambios físicos y psicológicos. La construcción de la identidad personal y
el reclamo de un espacio vital propio se convierten en auténticos motores de la
conducta de estos jóvenes que instrumentalizan el grupo para apoyar y reforzar sus
logros personales. En esta etapa, el adolescente se separa progresivamente de la
influencia de los que hasta ahora habían sido sus referentes fundamentales, sus
familiares, para aproximarse a las normas y valores promovidos por los amigos de su
misma edad.
La familia nuclear, formada por padres e hijos, es de fácil definición. De hecho, todos
pertenecemos a una familia de este tipo: un grupo primario cuyos miembros están
emparentados entre sí por sangre, adopción o matrimonio. Esta definición, no obstante,
explica muy poco su influencia sobre el comportamiento del consumi dor. Y es que
desde un planteamiento de marketing, lo realmente relevante es el conjunto de
individuos que viven en la misma casa y comparten gastos, decisiones y consumos. Por
ello, cabe diferenciar entre familia y hogar.
Además, las parejas tienen menos hijos y las mujeres los tienen más tarde
(acordémonos del ejemplo de los “dinkies” expuesto en clases anteriores) Esto provoca
una reducción del tamaño familiar, y un papel más activo de los niños como
consumidores, al repartirse los consumos entre un número inferior de hermanos. Si a
ello añadimos el fenómeno de la incorporación de la mujer al mundo laboral, con el
consiguiente incremento de la renta familiar, parece que, lejos de disminuir, el consumo
familiar se ha visto incrementado.
Es evidente que todos estos cambios influyen en los patrones de consumo , y del
estudio de los mismos y de su influencia en el consumo, deben preocuparse los
estrategas del Marketing.
Asumimos como hipótesis de partida que la conducta de compra está influida por un
proceso de naturaleza interna –y por tanto no observable– al que se
denomina motivación .
La percepción comienza con la exposición del sujeto a los estímulos ambientales , que
le impactan a través de sus sentidos, y continúa en su interior, al operar cognitivamente
con ellos para dotarlos de significado. La consecuencia de ello es la experiencia del
sujeto con la realidad que le circunda. Por lo tanto, percibir es construir, aportar, recrear,
integrar de forma subjetiva la estimulación que se recibe. De ahí que se pueda afirmar
que en la percepción hay dos actores: el estímulo, que producirá sensaciones al afectar
a los órganos receptores del sujeto, y el individuo y sus procesos, que interpretará las
sensaciones que ha experimentado.
La percepción es un proceso que abarca una serie de etapas en las que están
implicados distintos procesos físicos y psicológicos que trascurren en breves instantes,
En Marketing…
Por otro lado, los publicistas parten de las representaciones mentales que comparten
los consumidores para diseñar anuncios con un fuerte simbolismo, con la intención de
que sean comprendidos adecuadamente al aplicar estos esquemas mentales.
4.3 El Aprendizaje
Ejemplos de aprendizaje…
Por ejemplo, hemos aprendido que los yogures tienen fecha de caducidad y que
cuando ésta se rebasa no hay que comprarlos, que una especie de boomerang hacia
arriba identifica a la marca Nike, que nos gusta el sabor del tomate frito Hero, que en el
supermercado Mercadona no hay promociones sino SPB ("siempre precios bajos") y que
en El Corte Ingles "si no estamos satisfechos nos devuelven el dinero".
4.4 La Memoria
Este proceso es, nuevamente, muy importante en marketing, dado que los
responsables de esta área esperan que el mercado adopte unas determinadas
conductas, que bien pueden consistir en la compra de sus productos o marcas.
Y para que ello se produzca, es necesario que el material que les haya transmitido la
empresa sea mínimamente recordado en el momento en el que se tomen las
decisiones de compra.
En los epígrafes anteriores hemos visto cómo los consumidores se motivan, perciben,
aprenden y memorizan información. Ahora veremos que los consumidores desarrollan
preferencias, creencias y juicios en torno a las marcas, productos, anuncios u otros
estímulos comerciales, a partir de la información que han procesado. Expresiones como
"me gusta", "es bueno" o "no lo compraría nunca" indican el agrado o desagrado que
sentimos frente a algún producto o marca. A esto se le suele denominar actitud.
La definición más utilizada en psicología para definir las actitudes es aquella que las
define como " predisposiciones aprendidas para responder favorable o
desfavorablemente a un objeto o clase de objetos ". De ahí que las actitudes hacia las
marcas puedan concebirse como tendencias aprendidas por los consumidores para
evaluarlas de una forma consistente (favorable o desfavorablemente).
De este modo, podemos afirmar que la actitud tiene una dimensión evaluativa , por la
que nos situamos a favor o en contra de algo, y una dimensión temporal , ya que -
aunque pueden cambiar- muestran una cierta estabilidad. Estas dos dimensiones se
convierten en un concepto muy útil para ser utilizado en marketing, ya que su medición
nos ofrecerá evaluaciones estables que los consumidores hacen de los estímulos
comerciales.
5 Referencias Bibliográficas
Dubois, B.; Rovira, A. (1998). Comportamiento del consumidor. Comprendiendo
al consumidor (2.ª ed.). Prentice Hall. Madrid.
Malhotra, N.; Birks, D.F. (2007). Marketing research: an applied approa ch (3.ª ed.).
Pearson Education. Nueva York.