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mitos y verdades
por Adrián Edelman*
EN SERVICIOS, LAS COLAS y las esperas están en tante para servir. Este desequilibrio instantáneo en-
todas partes. Desde el punto de vista de la organiza- tre la capacidad de servicio y la demanda suele su-
ción de las operaciones, el efecto de un grupo de ceder aun cuando la capacidad total del sistema en
personas en una cola es equivalente al de un inven- un período de tiempo más largo sea varias veces
tario de productos terminados, partes, o materias pri- mayor que la demanda total en ese mismo período.
mas. Una cola permite atender una demanda de ser- Por ejemplo, un local de cobranzas puede estar di-
vicios con cierto grado de eficiencia económica; la señado para atender a 2.500 clientes por día. Es
cola exonera al proveedor de servicios de disponer muy posible que a lo largo de un día cualquiera lle-
de recursos con la misma variación instantánea con guen menos personas, digamos 1.800. Es también
que la se presenta la demanda. Pero hay una dife- altamente posible que una buena parte de estos
rencia respecto a un inventario de productos físicos; clientes se encuentren con una cola antes de poder
quien espera en una cola no es un objeto inanimado, efectuar sus pagos o trámites. ¿Por qué? La capaci-
y a diferencia de éstos, no le gusta esperar. dad de diseño del sistema de servicio es tal sola-
mente si las 2.500 personas llegaran al local perfec-
«Esperar es frustrante, desmoralizante, tamente distribuidas a lo largo del día, y todas las
angustiante, fastidioso, una pérdida de tiempo, e transacciones demandaran exactamente el mismo
1
increíblemente caro» tiempo. Como es altamente improbable que esto
suceda (a menos que se pongan en práctica ciertos
Una cola se forma cada vez que la demanda instan- criterios, no aplicables a todos los casos), a lo largo
tánea para un servicio (es decir en cada momento) del día habrá períodos en los cuales el local está
supera a la capacidad disponible en ese mismo ins- vacío, y otros períodos en los cuales habrá cola.
* Adrián Edelman, Candidato Doctoral, Cranfield University, Reino Unido; Master en Dirección y Adminis-
tración de Empresas, IEEM, Universidad de Montevideo; Ingeniero Industrial, Universidad de la República;
Profesor del Área de Operaciones y Tecnología del IEEM, Universidad de Montevideo.
GRÁFICO 1
Cadena de servicios y beneficios
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liche» lleno, y más aun si hay gente esperando fue- una espera, real o planificada, hay cuatro líneas de
ra. Una cola es vista como la promesa de ventas acción fundamentales que es posible considerar:
futuras aseguradas. Para el jerarca y los emplea-
dos del servicio público, una cola representa una a. Eliminar la cola.
reafirmación de su poder como proveedores b. Reducir el tiempo de espera real.
insustituibles a quienes los usuarios no tienen más c. Reducir el tiempo de espera percibido.
remedio que acudir. En ambos casos, la perspectiva d. Gestionar las expectativas.
adoptada es claramente observable por quien es-
pera a través de las iniciativas aplicadas por el pro- A lo largo del resto de este artículo desarrollaremos
veedor (o más precisamente, la falta de iniciativas) algunas de las dificultades asociadas a cada una de
para resolver la cola. ellas, así como sugerencias para su implementación.
Pero antes de entrar en recomendaciones, es nece-
Según el modelo que describimos en los párrafos an- sario dar dos pasos hacia atrás y dedicar nuestra
teriores, hay otra perspectiva posible para contem- atención a comprender dos problemas completamen-
plar una cola. Podríamos denominar a este enfoque te diferentes pero relacionados: cuál es el efecto de
como «arena entre los dedos». Para el empresario esperar en formación de percepciones y satisfac-
que decide adoptar este punto de vista, una cola re- ción de las personas, y cuáles son las causas por las
presenta el riesgo de que un conjunto de potenciales que se forman las colas. Las respuestas a la primer
clientes que decidieron en forma preliminar acercar- pregunta orientarán cualquier acción que intente-
se a comprar, desistan antes de ser atendidos. Cada mos poner en práctica; las respuestas a la segunda
cliente potencial que abandona la cola es, en el me- nos dejarán saber cuáles son las palancas o varia-
jor de los casos, una venta postergada. En el peor de bles sobre las que actuar.
los casos, una venta entregada a la competencia,
ventas futuras por repetición reducidas o perdidas, y
malas recomendaciones. Para los jerarcas y emplea- La psicología de esperar
dos de servicios públicos que adoptan este punto de Los libros de texto y la investigación académica han
vista, una cola representa el riesgo de que cada usua- estudiado este problema desde dos perspectivas bien
rio que no resulta satisfecho, ponga en evidencia el diferentes. Las primeras aproximaciones para com-
fracaso del servidor en relación al cumplimiento de prender el fenómeno de las colas, y por consiguien-
su misión y obligaciones. En cualquier caso, el pro- te para sugerir prácticas para enfrentarlas, estuvie-
vocar que un usuario evalúe su experiencia con el ron fundamentadas en complejos cálculos matemá-
servicio público como insatisfactoria, contribuye a una ticos y probabilísticos. Una buena parte del conoci-
peor calidad de vida para dicho usuario. miento generado por este enfoque está recogido en
la disciplina conocida como investigación operativa,
Estrategias que despertará algunos recuerdos en quienes ha-
A los efectos de mejorar una situación en la que hay yan estudiado algunas ramas de ingeniería. En los
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falta de consideración hacia el cliente o usuario del
servicio. La existencia de servicios alternativos (léase
competencia) o de niveles mínimos de calidad de
servicio requeridos (léase regulación), son las úni-
cas presiones externas que pueden ayudar al clien-
te que espera en estas condiciones.
una cola, sino que además ésta será cada vez ma-
yor. Hay solamente tres formas de terminar con una Variabilidad en demanda y servicio
cola generada únicamente por esta causa. Si fuera posible hacer que los clientes se presen-
ten para ser atendidos a intervalos predetermina-
1. La primer alternativa es incrementar la capacidad dos y conocidos, y el tiempo necesario para proce-
en forma significativa para compensar la demanda sar el servicio también pudiera ser fijado previa-
adicional. El ejemplo típico es la asignación de recur- mente, y la capacidad del sistema fuera tal que la
sos extraordinarios al estilo task-force para acabar llegada de un nuevo cliente coincide con el final de
con el retraso. Adoptar esta alternativa lleva implíci- la atención del cliente anterior, no habría colas. Un
to que la existencia de esta cola no es tolerable para ejemplo puede ser una sala de consulta de un psi-
por lo menos uno de los dos involucrados –la organi- cólogo: por un lado los clientes respetan la puntua-
zación de servicios y los clientes. Uno de los proble- lidad de la cita, y por el otro, el profesional da la
mas a resolver es el costo del aumento brusco de sesión por terminada exactamente en el tiempo
capacidad; las organizaciones no suelen disponer de estipulado. Si cualquiera de ambos fenómenos –la
recursos ociosos disponibles para entrar en acción. llegada de clientes y el tiempo de atención– dejan
Posiblemente este tipo de opción sea más justificable de ser regulares y conocidos, será imposible hacer
en tanto la ocurrencia de la cola sea esporádica; si la coincidir la llegada de un cliente con la liberación
situación se presenta en forma frecuente, la solución de un servidor.
deberá ser también permanente.
Pero, y si conociéramos la tasa promedio a la que
2. La segunda alternativa es no hacer nada. Si la llegan clientes, o el tiempo promedio de servicio,
demanda se reduce naturalmente al cabo de cierto ¿no sería igualmente posible de todas formas elimi-
tiempo, la cola crecerá más lentamente; si la de- nar la cola? Estos parámetros, junto a medidas de
manda eventualmente cae por debajo de la capaci- la dispersión proporcionan un conocimiento
dad, la cola comenzará a reducirse. Esta opción im- probabilístico sobre el fenómeno, que puede servir
plica una interesante (pero no por ello menos usual) para calcular y ajustar las condiciones del servicio.
Disciplinas
La disciplina más usual, y la que resulta más evi-
dente, es el «orden de llegada». Además, es la que
es percibida con más justicia por quienes esperan.
Representa un tratamiento igualitario de todos los
clientes.
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Dos de las configuraciones más habituales son la
cola única y la cola múltiple.
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de compra (EOQ o LEC), o la que planteó estrategias las relaciones entre la cantidad de servidores y el
de cero defecto frente a los modelos tradicionales de tiempo de espera promedio hace que un servidor
nivel aceptable de calidad (AQL). El cero tiempo de adicional, cuanto los servidores son pocos (menos
espera apunta al rediseño ingenioso -más que por de 10), tenga un efecto drástico en el tiempo de
medio de costosas inversiones o compleja tecnolo- espera. Por ejemplo, agregar un quinto servidor (un
gía– del encuentro de servicio. El cero tiempo de es- aumento de capacidad del 25%) reduce los tiempos
pera es un ideal al cual aspirar; el tiempo relevante a promedios de espera en aproximadamente 4 ve-
medir es el percibido por el cliente, no el tiempo real ces. La propuesta es simple y ya ha sido adoptada
transcurrido. Se podría definir como el máximo lapso en algunos contextos muy particulares: una secre-
de tiempo que un cliente espera en un proceso de taria-recepcionista es responsable de la atención de
servicio sin percibir que está esperando. clientes personalmente y/o telefónicamente, pero
también tendrá una serie de encargos –preparar
Una de las propuestas de este enfoque, que podría informes, formatear documentos, actualizar bases
ser aplicada en cierto rango de servicios, consiste de datos, etc.- para ocupar el tiempo en que no hay
en destruir la percepción del gerente de servicios clientes para servir.
respecto al riesgo de quedar con capacidad ociosa
si sobredimensiona los recursos destinados a la aten- Extender esta propuesta a otros contextos de servi-
ción. La capacidad en un sistema de producción de cio requiere algunas condiciones:
servicios puede ser desglosada en dos componen-
tes. Un componente de capacidad fija (la cantidad § Realizar previsiones ajustadas de la demanda.
de cajas en un supermercado, o carriles en un pea-
je), y un componente variable (la cantidad de caje- § Modificar –si es posible- la demanda, de forma de
ros o empleados de servicio efectivamente sirvien- evitar grandes altibajos. Políticas diferenciales de
do clientes). A corto plazo, el número que importa precios y otras promociones pueden ser utilizadas
es el componente variable de la capacidad, que por para recortar los picos y suavizar la curva de de-
otra parte es la única sobre la cual el gerente tiene manda.
poder de decisión inmediato. La propuesta se
implementa con dos acciones complementarias: dis- § Rediseño de la estación de trabajo del front-office
poner de cierta capacidad variable adicional, y para que también sea posible realizar tareas de back-
rediseñar y redistribuir las tareas entre el puesto de office sin abandonar la posición.
trabajo frente al cliente y la «fábrica» o back-office.
§ Redistribuir tareas del back-office hacia la capaci-
Si se consigue ocupar el eventual tiempo ocioso de dad ociosa del front-office.
los servidores con trabajo que de otra manera sería
realizado en el back-office, se acaba el conflicto de § Ajuste de los recursos y procedimientos para mi-
costos y capacidad ociosa. Desde el punto de vista nimizar los tiempos de cambio entre tareas.
de la calidad de servicio, hay otra razón aun para
tener capacidad adicional disponible. La dinámica de § Empleados de servicio con formación flexible y
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cillas de implementar, pero una elección descuidada bles. Sobre ellos, lo mejor que podemos hacer es
puede producir un efecto peor que el ocio que se intentar conocer las expectativas que generan, e
pretendía eliminar en primer lugar. Ante la opción, incorporar ese conocimiento en el diseño del servi-
preferir distracciones que respeten el espacio y cio. Una mirada a la lista de factores servirá para
privacidad individuales, y que no se transformen en formarse una idea sobre la complejidad asociada a
el centro de la atención -por ejemplo estimular la gestionar expectativas:
lectura o música funcional antes que un programa
de televisión por cable-. Preferir distracciones que § Experiencias personales anteriores.
estimulen la ocupación activa que la pasiva. Y en
cualquier caso, preferir contenidos actuales (¿de qué § Recomendaciones y referencias de terceros.
año son las revistas en su sala de espera, doctor?)
y de interés general. § La interpretación que el potencial cliente hace del
Otra alternativa para ocupar al cliente es involucrarlo posicionamiento que el proveedor de servicios ha
en el proceso de servicio. Esta tiene varias ventajas intentado comunicar (publicidad, promoción, imagen
frente a la distracción pasiva. Por un lado, desde el pública, etc.).
Reflexión final
Para todos aquellos lectores que tienen responsabili-
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dad sobre la operación de servicios que involucren cuencia el cumplimiento de la misión de su organiza-
colas de clientes, el autor espera haber ampliado sus ción. Si en cambio el lector es un asiduo participante
perspectivas respecto a la planificación, diseño y ges- de colas, ahora tendrá un interesante marco de aná-
tión de las esperas de sus clientes, con el objetivo lisis para ocupar su tiempo de espera, y aun animar-
final de mejorar la calidad de servicio y en conse- se a sugerir mejoras como el mejor experto
NOTAS AL PIE
1
Aviso de una compañía de correo expreso, publicado en Fortune, 1980, citado por David Maister [7].
2
Dos de los modelos más conocidos son The Service Profit Chain[5], y Return on Quality [9].
3
Según Maister [7], considerado uno de los pioneros de la gestión moderna de esperas, hay dos reglas de oro para los
servicios. La primera explica la satisfacción de un cliente como la diferencia entre expectativas y percepciones. La segunda
sugiere que una vez que un cliente se predispone en contra del proveedor de servicios, es muy difícil recuperarlo.
4
Basado en los trabajos de Maister [7], Jones & Peppiatt [6], y Davis & Heineke [2]. Ver también Fitzsimmons & Fitzsimmons
[4].
5
Cuando un cliente compra un producto o un servicio, el tiempo y las condiciones de espera forman parte del precio. Un
cliente que percibe que tiene más tiempo que dinero para gastar estará dispuesto a sacrificar (pagar) más tiempo de espera
a cambio de un valor monetario menor. En este caso, se sentirá parcialmente co-responsable por el tiempo de espera –ya
que podría haber elegido una opción en la cual esperar menos– y es razonable pensar que la espera será mas tolerada. En
cambio, un cliente que perciba que su tiempo vale más que el dinero estarán dispuestos a pagar precios más altos si les
compensa en ahorro de tiempo. Conscientemente están comprando tiempo para dedicar a sus actividades personales o
profesionales. Es razonable pensar que en este caso la tolerancia a la espera será menor.
[1] CHASE, R.B. (1985), The 10 Commandments of Service System Management, Interfaces, Vol. 15, No. 3, May/Jun, pp. 68-
73.
[2] DAVIS, M.M. and HEINEKE, J. (1994), Understanding the Roles of the Customer and the Operation for Better Queue
Management, International Journal of Operations & Production Management, p. 14.
[3] DAVIS, M.M. and MAGGARD, M.J. (1994), Zero Waiting Time: A Model for Designing Fast and Efficient Service Delivery
Systems, in SWARTZ, T.A., BOWEN, D.E. and BROWN, S.W. (editors), Advances in Services Marketing and Management,
Greenwich, Connecticut: JAI Press, pp. 201-217.
[4] FITZSIMMONS, J.A. and FITZSIMMONS, M.J. (2004), Service Management: Operations, Strategy, and Information Technology
(4th edition), New York: McGraw-Hill.
[5] HESKETT, J.L., SASSER, W.E. Jr. and SCHLESINGER, L.A. (1997), The Service Profit Chain: How Leading Companies Link
Profit and Growth to Loyalty, Satisfaction and Value, New York: Free Press.
[6] JONES, P. and PEPPIATT, E. (1996), Managing Perceptions of Waiting Times in Service Queues, International Journal of
Service Industry Management, Vol. 7, No. 5, pp. 47-61.
[7] MAISTER, D.H. (1985), The Psychology of Waiting Lines, in CZEPIEL, M.R. and SOLOMAN, C.F. (editors), The Service
Encounter, Heath and Co., Lexington, Mass, pp. 113-124.
[8] MORROW, L. (1984), Waiting As a Way of Life, Time, July 23, p. 65.
[9] RUST, R.T., ZAHORIK, A.J. and KEININGHAM, T.L. (1995), Return on Quality (ROQ): Making Service Quality Financially
Accountable, Journal of Marketing, Vol. 59, April, pp. 58-70.