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manual he mineralogía
Y

NOCIONES DE GEOLOGÍA.
—-9'dt>‘%-v
MANUAL DE MINERALOGÍA
Y

NOGIONES mz GEÜLOGÍA.
POR El.

DOCTOR I). PEDRO SAINZ GUTIERREZ ,


a— ...n.._. ¡r

Gaballero de la Real y distinguida órden ame_ricana de Isabel la Católica.


Catedrático de Historia Natural de la Universidad de Granada, Socio de
mérito de la Económica de Amigos del País de esta Provincia, é Individuo
de otras Corporaciom;s científicas y literarias.

‘IHBM‘INDB.
-hxpnzxn Y ¡.xnnpnu m: D. José MARIA ZAMORA.
1865.
améa.®®®.

La asignatura de Mineralogía con nociones de Geología, cuya


enseñanza nos está encomendada, carece de un libro que conte
niendo los elementos y nociones de las dos ciencias que abraza con
la estension debida al carácter de la asignatura, la que marcan los
programs y permite el tiempo que se la destina en al curso,
pueda al par que ser útil y servir de texto á los alumnos que par
ticularmente se dedican al estudio de esta facultad, á los que para
ingresar en el de la de Medicina ó Farmacia necesitan ampliar las
nociones de Historia natural, adquiridas en la segunda e'nseüanza,
como acertadamente prescribe la ley vigente de instruccion públi—
i ca. No en verdad por falta de buenas obras de Mineralogía y Geo—
logía; sino porque demasiado estensas en general las preleribles, ó
no contienen con la primera las nociones de la segunda que se es—
plican en la asignatura, ó si tratan ambas, lo hacen con cstension dis—
tinta á la que las damos en nuestras lecciones, sujetándonos al titu—
lo y programa del curso; y además, las señaladas como de texto hoy,

f+s
bien que abundantes en doctrina y de reconocido mérito cíentiïico-,
ofrecen, á causa de su origen, pocos datos relativos á nuestro—suelo,
rico como el que mas en sustancias minerales y cuyo conocimientm
nos importa mas directamente: falta que el alumno se ve obligado
a suplir con apuntes de la esplicacion, que si útiles y siempre re—
oomendados, no se prestan a tomar todos, ni todos cuidan de ha—r
oerlo con la exactitud necesaria al buen aprovechamiento.
Facilitar este, reasumiendo en un libro poco voluminoso, cual‘1
comprendemos deben ser en lo posible las obras que sirvan de textor
los elementos y nociones de las dos ciencias que comprende la asig—
natura, y tratarlos del modo mas inteligible y fácil de retener, cui—
dando de incluir los datos de nuestra península, tal es el objeto que
nos hemos propuesto al escribir la presente obra.
Para llevarla á cabo hemos adoptado el órden de esposícíon con
que hace algunos años venimos esplicando las materias que compren—
de, el de la obra del Sr. Dufrénoy para la Mineralogía y casi el de
D’ Omalíus en la Geología, que como otras estranjeras y nacio—
nales consultarnos para nuestras esplioaciones, y á las que remiti
mos á los que deseen ampliar sus conocimientos en la respectiva
especialidad. Las noticias de los terrenos y producciones de nues—
tro país, prescindiendo de alguna que nos es particularmente cono
cída, están tomadas de las luminosas memorias de la Real Acade—
mia de ciencias exactas lisicas y naturales, de la científica y rica en
datos Revista minera, y especialmente del escogido y recomendado
Manual de Geología del Sr. Vilanova y Piera: los otros particulares
proceden de esta obra ó las antes citadas, en que hemos hallado lo .
que, segun el plan trazado, hacía á nuestro propósito. Alguna vez
hemos estralimitado el campo ya vasto por si de la Mineralogía,
como hacemos en los metales dando idea de la obtencion en los mas
importantes: la práctica en la enseñanza nos ha manifestado la ven-—
taja de estas indicaciones que al par que completan la historia del
-— vn -—
metal, sirven para recordar y fijar mejor las especies comunes y
esplotadas y debíamos eonservarlas aquí.
Nuestro trabajo, reducido como se comprende á la eleccion y
conveniente colocacion de las materias, ofrece las dificultades que
llevan consigo los de este género, y menos superables para nosotros
que para cualquiera de los profesores encargados dela enseñanza
de esta importante rama de la Historia natural, producirán enla
obra imperfecciones que esperamos nos sean dispensadas en gracia
del deseo que ha presidido a su pub|icacion. Si á pesar de ellas,
los jóvenes para quienes se ha escrito encuentran un órden que les
haga mas llano el camino de la ciencia; si el discípulo menos cui
dadoso ve aquí recopilado lo que debe aprender, y el aplicado un
punto de partida para ampliarlo con los apuntes de la esplicacion
y los esparcidos en obras mas estensas; si el amante del saber, y
el que por razon de profesion ó industria necesita conocer una y
otra ciencia hallan los datos precisos y adquieren en este libro las
noticias que les son convenientes, nuestros deseos se verán cum
plidos y satisfechas nuestras aspiraciones.
INTRODUGGIDN.
__0@5>°___

Una rama estensa e importante de los conocimientos humanos es


la de las ciencias que estudian los cuerp05 y agentes de la natura—
leza. Esta palabra usada unas veces para significar el Supremo Ila
ccdor de todo lo creado; otras para espresar la composicion especial
de cada cuerpo; algunas las leyes que rigen el universo, y las mas
el conjunto de la creacion; ha hecho á aquellas recibir el nombre
de cíen_c¡as naturales ó cíeuu'as físicas, deducido este del griego y
con igual significacion que el primero. v
Son por consiguiente ciencias naturales, la Física propiamente
tal, y la Quiniica, que estudian los agentes ó fuerzas á que obede—
cen los cuerpos, y lo son asimismo la Historia natural y la Astrono—
mía, que estudian los cuerpos de la naturaleza; la primera, los que
se encuentran en el globo que habitamos; este y los que con él for—
man el sistema del universo, la segunda.
Así limitada la llist0ria natural, nos damos fácilmante cuenta de
su nombre: hace la historia de los seres naturales que se encuentran
en nuestro globo; para esto, ha de estudiarlos: la ciencia, pues, que
estudia los seres naturales es la Historia natural.
En el globo que habitamos, la tierra, hay sin embargo cuerpos
muy distintos, que nunca se han confundido ni pueden en conjunto
confundirse, habiendo en todas las lenguas palabras equivalentes á
las nuestras de animal, vegetal y mineral, cuyas condiciones de
existencia son distintas, y cuyo estudio debe hacerse separado: su
separacion produce en la Historia natural tres grandes partes ó ra- 7
mas diversas conocidas por Zoología, Botánica y Mineralogía. La
primera es la Historia natural de los animales, la segunda la de los
vegetales,
La últimala es
tercera la dedelos
el objeto minerales.
nuestro estudio; pero antes del proceder ,

á él, y hacer las divisiones que moderuamente se han establecido


en esta parte de la Ilistoria natural, dando por resultado que la Mi
neralogía, antes el todo, venga á ser solo una parte de lo que antes
lo era suya, la Geología, debemos fijar de un modo preciso cuales
l ,
-—2-—.

son los cuerpos que con el nombre de minerales y sustancias mine—


rales una ú otra estudian, comparándolas con los que son objeto de
la Zoología y la Botánica.
Ocurre inmediatamente señalar que lo mismo los animales que los
vegetales son seres orgánicos vivos, los otros no tienen órganos ni vi—
ven, y consecuencia de esto no hay punto de comparacion bajo que no
ofrezcan grandes diferencias; así es diverso el origen, lo es el creci
miento, el volúmen, etc.
Donde quiera que se halle un elemento químico, un cuerpo sim—
ple, existe un ser inorgánico_, cuyo origen se remontará al de
la materia que lo forma; si el cuerpo es compuesto, le deberá a la
un¡on de dos ó mas simples unidos, obedeciendo á Ja atraccion y
afinidad cuando estas fuerzas hayan podido obrar; lo cual, lo mís—
mo puede haber tenido lugar en épocas remotas que suceder á nues—
tra vista. Un ser orgánico existe desde el instante que nace; proce
de siempre de otro ú otros de que algun tiempo ha formado parte y
que se llaman sus padres, que proceden á su vez de otros, llegando
así hasta el primer individuo ó pareja creada por el Hacedor, donde
y como le plug0. No hay ser orgánico que tenga otro origen, á pe—
sar de que sientan otra cosa los partidarios de las generaciones es—
pontáneas.
El ser 0rgánico está obligado a crecer, porque ninguno nace con
la talla que ha de conservar despues. El cuerpo inorgánico que no
nace, que se forma, no está ob|iga:lo al crecimiento; podrá hacerlo
si subsisten las circunstancias en que se formó, y cuando tenga lu—
gar , será siempre aplicándose á su parte esterior nuevas partículas
de materia, justa posícz'on: a la inversa el ser orgánico, asimila las
sustancias que van á parar a su interior, inlus-suscepcion.
Consecuencia del crecimiento es el volumen que uno y otro pueden
adquirir: es fijo para cada ser orgánico y de él no sale sino dentro de
muy estrechos límites. El inorgánico no tiene otro que el marcado
por la suma de moléculas materiales que la forman; así lo mismo pue
de ser pequeño que grande, un cristalillo ó una elevada montaña: una
vez formado, para nada necesita el cambio continuo con las sustancias
que le rodean; al contrario, el completo aislamienlo y reposo, si en
la naturaleza fuera posible cual se comprende, seria su mayor con——
—.’d_

dicien de estabilidad. Este mismo aislamiento destruiria el ser or.


gánico.
Los seres orgánicos mueren, los inorgánicos no viven y no puc.
den morir. Si el cuerpo es simple no puede ser destruido, entrará en
combinaciones nuevas, cambiará de estado segun las fuerzas y me—
dios que se pongan en accion, pero existirá mientras no cambien las
condiciones de la materia: si es compuesto podrán ser separados sus
elementos y dejar de ser el cuerpo lo que era; no morir, como mue
re todo lo que ha nacido y a lo que está condenado desde su origen,
en lucha la vida con fuerzas constantes que al fin la vencen.
Los seres orgánicos tienen una forma constante y limitada siem
pre por lineas y superficies curvas: los cuerpos inorgánicos alguna
vez tienen formas dadas, los cristales, los mas es accidental y va
riable segun gran número de circunstancias, y en uno ú otro caso
se terminan por lineas rectas y superficiales planas.
La estructura de los cuerp0s inorgánicos es homogénea, y sea la
que quiera, igual en sus diferentes partes si el cuerpo tiene com
posicion definida; si es mezcla de varios, cada uno tendrá la que
le sea propia: hay en ellos una sencillez que jamás puede tener un
ser orgánico, formado de partes distintas y de cuerpos desemejan
tes entre si y en distinto estado, que es lo que constituye la orga
nízacion; indispensable a la vida, como teatro necesario para su ma—
nifestacion, pero no resultado de ella.
Consecuencia de esto es que un ser orgánico ha de estar compuess
to de varios elementos químicos: el inorgánico lo forma un solo ele
mento, dos, tres ó mas; si combinados, en proporciones sencillas; s¡
mezclados, de cualquier manera. Tres elementos cuando menos, uni—
dos en diferentes proporciones y tambien con otros, dan lugar á to
das las partes que concurren á formar el ser orgánico.
Las partes del ser orgánico, tambien, dependen del todo por el
que existen y en el que hay la razon de su ser: no hay tal depen
dencia en el cuerpo inorgáníco cuyas partes no se destruyen porque
se separen, y cada cual lleva en si misma la razon de su existencia,
comportándose, salvo la masa, lo mismo que la porcion de donde
fueron desprendidas.
Podríamos definir despues de esto las sustancias minerales, dicien—
....r¡__
do que son cuerpos inorgánicos y como tales sin vida, cuyo origen
no supone la preexistencía de otros que puedan mirarse como sus
padres; cuyo crecimiento, ilimitado, no es preciso, y tiene lugar,
cuando sucede, por la parte esterior; que no tienen un volúmen fijo,
ni pueden morir; cuyas formas son angulosas, la estructura homogé—
nea, la composicíon sencilla en general, no dependiendo las partes
del todo; pero consecuencia las mas de estas propiedades de solo dos,
la falta de organizacion y vida, bastan á calificarlos como, atendien
do á ellas, lo hizo l.inneo, de un modo que nada ha tenido que mo
dificarse, lapides corp0ra conyesta, nec orgam’sata nec viva.
En un tiempo no muy remoto recibía el nombre de Mineralogía la
ciencia que estudiaba todos los seres inorgánicos, bien que, haciendo
en ella la divisíon de 0r1’loynósía y Geogndsía, segun los considera—
ba aisladamente ó formando parte del globo. Hoy hay una ciencia, la.
Geología, tratado, discurso de la Tierra, que haciendo su historia
abraza, no solo estas, sino otras ramas de conocimientos íntimamen
te ligadas con nuestro planeta Unas, sin embargo, como la Geogra
fía, la Meteorología y la misma Mineralogía, pueden mirarse como in
dependientes de la Geología y se estudian separadas; otras como la
Geognosia, la Paleontología y la Geogenía forman su parte esencial.
La Mineralogía, en efecto, que mejor que las otras pudiera ser es
tudiada con ella y que se le aproxima mas, tiene vasto campo en
que estenderse por sí propia; se ocupa de los minerales como seres
aislados, como factores inorgánicos de la tierra, enseña á conocerlos,
los clasifica y denomina: la Geología estudia todas las sustancias ín
orgánicas que por su masa pueden ser miradas como parte inte
grante de la superficie terrestre , marcando su disposicion, leyes
que la rigen, fenómenos que esperimentan, y los que en épocas le
janas deben haber ocurrido; y si esto establece una hermandad en
tre ambas que no es posible el estudio de la segunda sin conocer la_
primera, ni el de esta seria completo sin nociones cuando menos de
aquella; no solo los cuerpos que estudian, sino tambien el modo de
estudiarlos, las separa.
Nos proponemos tratar aquí una _v otra, pero con estensíon des
igual cual corresponde á un curso de Mineralogía con nociones de
Geología.
nuvnnnooh. —
ÜÏ7‘“MÜQ”Ü'“Ó

La Mineralogía es la ciencia que tiene por objeto el estudio de los


minerales; es la parte de la Historia natural que se ocupa delos mi
nerales, y de aquí, la Historia natural de los minerales.
Rar.¿cr0xns CON LAS ornas CIENCIAS —-—Acabamos de dec_ir sus re—
laciones con la Geología, y lo que las separa: con las otras ciencias
fisicas las tiene tambien, pero como una rama de la Historia natu—
ral, la distingue igual comideracíon que á esta. Hay una ciencia
natural, la Química, que es entre las otras la que mas se la apro
xima: como la Mineralogía trata de las sustancias inorgánícas na
turales y describe las artificiales que obtiene, pero al ocuparse de
las primeras (las segundas son de su esclusivo dominio) lo hace ba—
jo otro concepto que la Mineralogía. Por esta razon nunca como
ciencia descriptiva podrá considerarse la Mineralogía una parte de
la Química, como á su vez tampoco puede reclamar como suya la
Mineralogía la parte de la Química que se refiere á las propiedades
y eomposicion de los minerales; cada ciencia tiene un carácter pro
pio, se auxilian mútuamente, pero marchan separadas y no pueden
ni deben confundirse.
_6_..
DIVISION ns LA Mmsmwnís.—Se ha dividido la Mineralogía en
teórica y práctica, [ambien en Mineralogía propiamente tal y apli
cada, formando tantos ramos como artes ti ciencias se ocupan del
empleo de los minerales. La primera divísíon ha sido abandonada,
porque la ciencia, para serlo, ha de ser teórica y práctica; en cuan—
to á la segunda, las aplicaciones especiales no son de la ciencia mis—
ma, y bien que la historia del ser seria incompleta si no se indica—
ran, lo que sirve además para hacer ver su importancia, cada cien
cia ó arte enseña el empleo de los cuerpos, que aquí la Mineralogía,
las otras ramas de la Historia natural en su estudio respectivo, dan
á conocer. Cada mineral ó grupo de minerales deberá ser conocido,
especialmente por los que sacan de él sus materiales, Medicina, Far—
macia, Minería, etc., _v habrá así tantas Mineralogías aplicadas, pero
que no son la Mineralogía propiamente tal.
Esta tiene las mismas partes glosoíógica, taxonómica y descripti
va que la Zoología y Botánica; pero como al estudio de estas prece
de el delos órganos y funciones de los vegetales ó animales (Física
vegetal ó animal), las precede aquí al de las propiedades de que
deducimos los caracteres que sirven para distinguir los minera
les, y que es necesario conocer para comprender bien las par
tes taxonómica y dascriptiva. En este libro, siguiendo el órden
que de aquí se deduce y el generalmente adoptado, trataremos pri—
mero de los caracteres, hablaremos despues de las clasificaciones y
nomenclatura de las especies minerales, y estudiaremos en una
parte última, la mas estensa é importante, los minerales que debe—
mos conocer, índícando tan solo los mas notables de aquellos cuyo
conocimiento importa menos. Todo sin separarnos del carácter ele—
mental que nos proponemos dar á esta obra.
_7__

ESTUDIO DE LOS CARACTEBES.


‘-—€-.=‘—¿—97¿9—'

Llamamos caracteres aquellas marcas ó señales que ofrecen los


minerales, deducidas de sus propiedades y que sirven para distin
guirlos. .
Drvrsrorves or: Los canacrenes.—Se han dividido los caracteres,
segun las propiedades de que se rterlucen, en físicos y químicos. Los
discípulos de Werner admitian además otros dos grupos de esterio—
res y empíricos: los primeros se conservan entre los fisicos; los se+
gundos se descstiman boy por no establecer relaciones constantes, y
no depender siempre de la naturaleza del cuerpo mismo.
Son caracteres físicos los que deducimos delas propiedades fisi—
cas del mineral, y que podemos observar sin alterar su naturaleza;
son químicos, los que derlucidos de las propiedades químicas, nece
sitamos para observarlas alterar la naturaleza del cuerpo. Entre los
caracteres fisicos hay unos que notamos por la simple inspeccion del
ser; otros, para cuyo exámen necesitamos el empleo de algun ¡ns
1rumento, y varios que se refieren a la forma cristalina que en cir—
cunstancias dadas presentan los minerales. Segun estas considera—
ciones, se han subdivirlido los caracteres físicos en tres grupos lla—
mados esteriores, físicos y geométricos; á los que si anadímos el de
los químicos, tendremos los cuatro que suelen estudiarse. Algunos
autores añaden los geológicos no incluidos entre los grupos anterio
res por los mas, por no depender cual los empíricas de Werner, de
la naturaleza de los minerales, y no establecer relaciones constantes
como los otros para distinguírlos.
El estudio de los caracteres puede hacerse ¡ortiferentemente em—
pezando por estos ó aquellos; pero parece propio seguir el órden
con que los mismos caracteres se ofrecen a nuestra observacior;
en este caso los esteriores deben ser los primeros, deben seguir—
los los geométricos y los fisicos, y serán los últimos los químicos.
En este órden, que es el de Dufrénoy, cuya division seguimos,
.__g__
vamos á decir de ellos lo que hace a nuestro propósito, segun la es—
tensíon que en esta obra nos hemos trazado.

CARACTERES ESTERIORES.

Se comprenden entre los caracteres esteriores todos los que ob


servamos en los minerales sin necesidad de esperimento alguno. Se
deducen, como hemos dicho, de las propiedades físicas; pero sepa—
rados por Werner (que°los dió gran importancia en las descripcio—
nes, atendiendo al modo de presentarse, y leníómlola en la distin
cion de las especies independientemente de los otros físicos) se con-—
servo esta separacion. Werner admitia veinte y nueve especies ó
suertes que se han reducido a menor número.
Esrano ne sonsmcmn.-—-Los minerales son comunmente sólidos,
mas los hay tambien líquidos y gaseosos, y no habría razon para
que dejasen de serlo, por así hallarse, el mercurio, los betunes, el
agua, etc. Todos son cuerpos inorgánicos que la naturaleza ofrece, y
simples ó de composicinn definida constituyen especies del dominio
del mineralogista, como lo son del geólogo bajo el punto de vista
que los estudia con los otros, que sin tenerla definida, son factores
importantes de la 00stra terrestre.
Conon.—Los minerales ofrecen colores diversos repartidos unas
veces con uniformidad, sin ella otras.
El color es propio ó accidental en el cuerpo que lo lleva. Cuando
el color es propio lo tienen como consecuencia de su modo de ser
todos los individuos de la misma especie, salvo estados alotrópicos
distintos, y es igual en toda su masa; así el oro es siempre amari—
llo, rojo el sulfuro de mercurio, etc., y en general todas las combi
naciones metálicas lo tienen propio que descubre la raya y aparece
en el polvo cuando estaba enmascarado. El color accidental es de-.
bido á sustancias estraúas interpuestas en la masa del cuerpo, y
no es por esto ni uniforme ni permanente a las acciones que destru
yen su modo de estar: varía así no sqlo en intensidad en el mismo
_g__
individuo, sino que se encuentran varios mezclados en un solo mine
ral formando venas, fajas, nubes, etc , pero reducidos á polvo fino
todas las variedades presentan el que es propio de la especie.
Como en el uso vulgar se llaman blancos y negros á los cuerpos
que reflejan ó absorven todos los rayos luminosos; Izíaíz'nos a los in
coloros que dejan paso a la luz permitiendo ver bien a su través los
objetos, tambien diáfanos; llámanse Irasparrnles los que, aun es
tando coloreados, tienen aquella propiedad; tras/ucíentes á los que
sin ser trasparentes dejan paso a la luz, ya a través de toda su ma
sa, traslucr'entes propiamente, ya en los cortes, en que hay menos
de aquellas traslucícntes en los co'rlrs, y opacos a los que la inter—
ceptan completamente. La coloracíon suele alterarse en la superficie
ó en todo la masa del cuerpo, porque se cambie la composicion de
este, en tal caso el color no corresponde al cuerpo alterado, sino al
nuevo que se ha producido: el hierro, por ejemplo, pierde su color
agrisado cuando se oxidn al contacto del aire húmedo; el color ama—
ríllo que adquiere no es ya el suyo sino el del nuevo cuerpo, óxi
do férríco /u'dralado que se ha formado.
Otros minerales ofrecen el cambio de colores que se llama ¡risa
cion. Son colores accidentales debidos ya á una alteraelon de la su
perficie del mineral, ya á hendidnras interiores en que se descom—
pone tambien la luz. En ambos casos los minerales se llaman ¡n'—
santes. Esta misma irisacion produce colores y luces fuertes que
parece se desprenden del interior de la masa de algunos minerales
de testura fibrosa ó que tienen fibras interpuestos, como se observa
en la variedad de cuarzo llamada ojo de galo: las pocas sustancias
que la producen son muy estimadas por esta propiedad.
Fonm._lndepcndiente de las formas geométricas ofrecen los mí—
nerales muchas otras clasificadas en comimos, z'mz'talivas, ¡Jseudo
mórficas y pseudo-regulares.
Son comunes todas las que no caben en los otros grupos y han
recibido este nombre por ser las que se ofrecen con mas frecuencia.
Son ó fragmentos irregulares que á nada se parecen y por lo que
llamó Haüy a los minerales que las toman amor/os, ó que solo se re
fieren á si pr0pi0s aunque se observen con alguna constancia, efecto
de serlo las causas que las producen.
__10_.
El movimiento de las aguas en que van parlícuïas materiales de
los cuerpos da lugar á que resulten estos con formas que ‘recíben
nombres particulares, cslalach’las, eslalagmflas, coli/as, pisolitas y
gzodas. La resistencia del medio en que se depositan á otras tambien
redondeadas, como lo toman además, los fragmentos que las aguas
arrastran por el roce que esperimentan. Estos se llaman en general
cantos rodados, pero segun su tamaño toman tambíen el nombre de
rollos, guijos, grava y armas. Las cs!alach’las son formas cónicas
mas ó menos prolongadas que se producen en la bóveda ó paredes
de las grutas, y las hay cristalinas ó terrosas, huecas ó compactas.
Las estalagmz'tas son formas cónicas tambien, pero con base ancha,
que se producen en el suelo al mismo tiempo que las anteriores, con
las que llegan algunas veces á tocarse: en este caso resultan figuras
estradas que llaman mucho la atencion en las grutas calizas en que
son mas frecuentes. Las oolz'las y pr'solü‘as son granos redondeados
mas ó menos gruesos formados de capas concénlrícas. Las geodas
masas redondeadas tambien que la retraccion de la masa al endure
cerse hace que queden huecas.
Entre las formas debidas á unas ú otras causas hay algunas que
se refieren á cuerpos conocidos, ovofdea, remí/‘orme, coralíforme,
como la caliza coralí/orme, la ágala rcmr'forme, etc.: estas se
llaman formas ímílaficas, y como las anteriores se comprenden entre
las irregulares.
Conócense por pseudo-mórflcas las formas que deben los minera—
les á otras sustancias que preexistieron: estas pueden haber sido cuer—
pos inorgánicos , ó seres ó partes de orgánicos. En el primer caso,
minerales que no cristalizan pueden afectar formas regulares de
otros que han desaparecido despues de vaciada en la suya la del nue
vo que le ha reemplazado; este origen tienen, por ejemplo, los crisá
tales de ágala: otros tienen la que no les es propia por haberse
convertido en una sustancia distinta conservando su forma; por
ejemplo, sulfuro de hierro convertido en óxido: estas formas re—
ciben mas particularmente el nombre de epígém'cas. En el segun
do caso , ó cuando los seres orgánicos ó sus partes suministran for—
mas a los minerales, reciben estas diferentes nombres segun ha te fl’
1
/;f‘
nido lugar: unas veces la sustancia inorgánica no hace mas que re—
_1 1_
cubrir el ser orgánico que queda en su interior; otras ha desapare—
cido este. despues de haberse amoldado en su interior ó esterior la
sustancia mineral, y algunas esta ha reemplazado completamente la
sustancia orgánica conservando su forma y estructura como si la
hubiera sustituido molécula a molécula. Las primeras se llaman for—
mas incrustados ó por z'ncrustacíon, por ejemplo, caliza incruslanlc:
las segundas moldes, por ejemplo, moldes de conchas; las terceras
peln'ficací0nes, por ejemplo, I¡Iópolun, varios fósiles.
Son formas pseudo regulares'las que afectan sustancias que no
cristalizan, pero que al desecarse ó endurecerse se hienden con
mas ó menos regularidad; Ilámanse p'or esto tambíen formas por
rclraccr'on, y como tales deben considerarse las del basal_lo, la de
las arcillas desecadas, el [ur/us hrlmonlzï, etc.
Lusrne.—Unos minera‘es reflejan la luz sin descomponerla, otros
no; los primeros se llaman brillantes ó lustrosos, los segundos ma—
tes.
El lastre varia en los cuerpos en cuanto á intensidad y á espe—
cie: la intensidad admite las cuatro gradaciones de muy lustroso,
lustroso, poco lustroso y relucíente, segun se percibe á distancia ó
cerca, por su mayor ó menor fuerza en los tres primeros, o solo le
presentan puntos de la masa en el último: la especie de lastre se in
dica refiriéndolo á cuerpos conocidos y se dice así, vítreo, anacara—
. do, sed0so, cerco, adamanh’no, metálico y semi—metálico ó melalui
dao, seguu el cuerpo tiene el del vidrio, sal coman; el del nácar,
zeoh'la; el de la seda, yeso fibroso; el de la cera, sucrínd; el del día—
mante, este mismo cuerpo, y el grrgon,el de los metales, la galena,
óun intermedio entre este y el vitreo, el de la mica. Alguna vez los
cuerpos son mates en la superficie y brillantes en los cortes ó nueva
fractura en que aquella no está alterada, y lo espresamos así, cuan
do es dato que sirve para distinguirlos.
Tasruna ó esrnucruns.—Resulta de la disposicion de las partí
culas que constituyen el mineral, y puede ser regular é irregular.
Presentan leslura regular los minerales que se dividen mas ó me
nos fácilmente en láminas bajo direcciones ó inclinaciones determi—
nadas. En algunos esta division es posible en tal número de direc—
ciones y con tal facilidad, que continuándotas se llega a obtener
_12_.
sólidos geométricos iguales en la misma sustancia ; en otras las dí
recciones en que pueden separarse las láminas no son igualmente
fáciles, y en muchas la esfoliacion no puede hacerse con regularidad
de modo que resulte un sólido geométrico que, no obstante, tenidas
en cuenta las direcciones que la fractura manifiesta, se considera
existente.
La direccion de las láminas en que la cs/olr’acion es mas ó menos
fácil, se llama crucero de las hojas: este puede ser único, y lo es
cuando las hojas solo son separables sucesivamente en una direc—
cion; doble cuando en dos, y triple cuando en tres, en cuyo caso re
sulla el sólido interior ó de crucero. En los minerales hay otras dí
recciones en que tambien son esfolíables; pero ni lan fácilmente, ni
que producen caras tan limpias como las anteriores: se llaman eru
ceros suplementarios, para distinguirlos de los anteriores conocidos
por cruceros esenciales, y no se indican por lo general en las des
cripciones. La direccíon constante de los cruceros y su relacion con
la forma cristalina de los minerales cristalizados sirve de mucho
para determinarlos, aunque la forma regular no este manifiesta: un
crucero triple rectangular y de igual fácil esfoliacion es propio, por
ejemplo, de la galcna que cristaliza en cubos; los mismos tres igual—
mente fáciles pero oblicuos se encuentran en la caliza romboédrica,
y aunque se halla en masa cristalina, como las láminas ofrezcan al—
gun tamaño, ó lo que es lo mismo, que su testura sea regular, al rom
perse lo hará en estas direcciones y en las mismas podrá continuarse
la esfoliacíon; en el feldspato los cruceros son tres, dos igualmente
fáciles y perpendiculares, otro mas difícil y oblicuo, etc. etc.
La testura irreyular no presenta nada semejante. Si la masa es
cristalina y los cristales están dispuestos sin órden ofreciendo peque—
nos planos en todas direcciones al romperse, la testura es ‘lamelar;
si las laminillas son pequeñas y apenas visibles, como en el fino
mármol estatnario de Penlelés, laminar; si pequeños puntos brillan
tes en todas direcciones, como el mármol de Carrasa, ' sacaroidea,
y si en su lugar granos mayores ó menores, granular. La testura
fibrosa resulta del agrupamiento en sentido longitudinal de los cris—
tales, y dan lugar segun su grueso á las testuras bacilar, de fibras
gruesas, por ejemplo, caliza bacílar, la filamentosa, como en el as
_15._
basto, la sedosa, yeso scdoso, etc. La testura es esquístosa si forman
la masa hojas mas ó menos gruesas, por ejemplo, las pizarras, y
compacta si presenta un todo unido é igual en que las partes no
tienen direccion ninguna, por ejemplo, caliza compacta. En los mi—
nerales compactos mejor que testura, debíéramos llamar á este ca
rácter estructura.
Hay estructuras irregulares que participan del carácter de una y otra
de las que hemos indicado, por ejemplo, estructura fibro—csqm'slosa,
Iamclo—esqut’slosa, etc., y algunas que como la orgánica y la celular,
que lambien tienen otros minerales, no necesitan mas que ser indi
cadas para que se conozcan.
Fnacruna.—La fractura ó ruptura de los minerales no es carác—
ter esencialmente distinto del anterior, testura, que no hace sino po
ner de manifiesto: así cuando decimos fractura bacilar, granosa, etc.
no hacemos mas que indicar la testura que lleva el mismo nombre;
pero una misma testura suele presentar diferencias en la superficie
de fractura, que si bien dependientes de ella, se aprecian mejor por
la fractura. Esto es lo que sucede en los minerales de estructura
compacta, cuyas diversas fracturas reciben los nombres de plana,
concoidea, astr'llosa, compacta y terrosa, segun la que presentan y
que los mismos nombres hacen comprender.
Por la fractura, además, notamos el lustre del mineral que puede
estar alterado en la superficie antigua, como el color, y algunas ve—
ces, por la oposicion que presenta á ser roto, su tenacidad.
Dunnza.—Es la resistencia que oponen los cuerpos á ser rayados
por otros. En el uso vulgar suele confundirse con la tenacidad, ¿a
rácter distinto.
La dureza depende de la testura del cuerpo además del estado
de agregacion de las partículas materiales que lo forman; por esto
no solo una especie mineral presenta dureza desigual en sus varie—
dades segun tiene testura regular ó se halla en masa, sino que tam
bien un mismo cristal ofrece mas facilidad de ser rayado en una
que en otra direccion, ó á su vez raya a otro mejor por uno que por
otro de sus ángulos sólidos: reducido á polvo , este raya los mismos
cuerpos.
Siendo la dureza un carácter completamente relativo, se debe em
_j¿__ .
plear para apreciarle cuerpos que sirvan de tipos, cuidando que los
cortes sean de forma constante, circunstancia que modifica el resul—
tado. Antes se formaban por este crrácter cuatro grupos en los mí
nerales, llamando duros á los que no son rayados por la lima ó la
navaja y dan chispas con el eslabon; semídur0s á los que la navaja
raya fácilmente y no dan chispas con el eslabon; blandos á los que
la navaja raya fácilmente, pero no la una, y muy blandos á los que
esta raya sin gran esfuerzo Los términos de comparacion eran po—
cos y la dureza del cuerpo se espresaha diñcilmente. Hoy se usa
compararlos con un número dado de minerales, diez, que de durezas
desiguales comprenden la de todos los cuerpos; se asigna á cada uno
de los elegidos un número, empezando por dar el uno al mas blan
do, y al último, el mas duro, el de diez, y entre estos ó igual á estos
se hallará la dureza del cuerpo de que se trata.
Los cuerpos elegidos son los diez siguientes dispuestos de menor
a mayor dureza, y que forman la llamada escala relativa de dureza
de Mohs: l, talco; 2, yeso; 5, espa/0 de Islandia; 4, fluorina;
5, apatflo; 6, feldspalo; 7, cuarzo; 8, Iopacio; 9, coríndon, y 10,
diamante. La dureza del mineral ensayado se espresa con el núme—
ro del tipo, ó este seguido de una cifra decimal, si la tiene interme—
día entre él’y el siguiente; por ejemplo, dureza 4, 5 indica una su
perior á la de la fluorina, é inferior á la de la for/oríla: 8, 6 una
s ¡perior al topacio y próxima al corindon; y en ambos casos que ra—
yan al cuerpo los que llevan los números 6 y 9, como él raya á los
que tienen el 6 y 8.
El ensayo con el eslabon exige, además de dureza, condiciones
de tenacidad que corresponden al carácter siguiente. El de la nava—
ja mauifiesta la dureza con relacion al acero que la f0rma.
Tsmcman.—Es la resistencia que oponen los cuerpos á ser rotos
por la percusion. Es propiedad distinta de la anterior, que se en
cuentra unas veces con ella y otras no. San duros y tenaces, en
efecto, unos cuerp rs; pero otros son tenaces y blandos y otros duros
y frágiles: el talco y el yeso, por ejemplo, son blandos y bastantes
tenaces; y el diamante, el cuerpo mas duro, es frágil.
Ravx.—La huella que un cuerpo duro deja sobre otro que lo es
menos indica, no solo su dureza , sino tambien su color propio y
_j5_.
hasta su ductilidad, porque no salte al ser rayado. Nos manifiesta
propiedades tan diversas, que no es mucho empleemos bastante este
carácter para conocer los minerales, y que se halle con frecuencia
en sus descripciones.
Trznaouna.—Algunos minerales blandos y friables manchan el
papel, los dedos, etc. Tiznan de color distinto, propio de cada mi
neral, de los pocos en que se observa esta propiedad, y que en oca—
siones basta á distinguir cuerpos parecidos; por ejemplo, el gjra/ïlo y
la molíbdena que tiznan ambos, pero cuya tiznadura es mas clara y
tiene un tinte verdoso en esta que no tiene la de aquel. ,
Umuosmao.—Está relacionado este carácter, poco coman en los
minerales, con la composicion, y es siempre resultado de la disposi
cion de sus partículas: la propiedad opuesta, mas frecuente, se lla
ma an'dez. Se nota la primera en algunos minerales magnesíanos, en
el grafito, etc. , y la segunda en la mayor parte de l0s otros.
Ducrrumo.-—Decimos en Mineralogía que son ductíles, no solo
aquellos cuerpos que como muchos metales se pueden estender en
hilos, sino tambien los que se pueden cortar por la navaja sin saltar
li reducirse á polvo, como sucede en algunas combinaciones. Su
número es corto con relacion al de los que tienen la propiedad
opuesta} que llamamos agrios. * ‘
Marsaeruoan.-—Llamamos maleables á algunos minerales que tie—
nen la propiedad de dejarse estender en láminas por la accion del
martillo; tambien son pocos los que la presentan, plomo, oro y al
gunos otros metales; habiendo otros que se rompen y siendo esto lo
ordinario en las combinaciones metálicas y en los cuerpos de natu
raleza no metálica.
Frexmmoao.—La mayor parte de los metales en estado nativo se
pueden doblar sin romperse y hay algunas otras sustancias lapídeas
en que se observa tambien esta propiedad; los minerales en que no
se presenta se llaman rígidos. Muchas sustancias inorgánicos rígidas
en masas de algun espesor se hacen flexibles reducíéudolas á lámi
nas delgadas y hasta hay casos en que se doblan conservando espe
sores considerables: sirva de ejemplo una de las jambas de mármol
de Macael de la puerta de la mezquita del palacio real dela Alham—
bra, que, sin romperse, ha sufrido una curvatura mas notable toda—
._M_
vía en la testura sacaroidea de la piedra en que se observa.
Sanon.—Pocos minerales son sápídos, mas en los que existe esta
pr0piedad suministra un buen carácter diferencial. El sabor se es
presa con las palabras comunes de dulce, amargo, agrío, etc.
Onon ——Como el anterior ofrecen este carácter pocas sustancias
y es así delimitado empleo. En los minerales en que existe se perci
be inmediatamente como en los betunes, ó existe algun medio de
manifestarlo; ya la humectacion, como en las arcillas; ya el frote,
por ejemplo, calizas félídas, ya la combustion, arsénico, azufre. El
olor de las sustancias que se queman, que corresponde á las que re
sultan de la combustion, no es propiamente carácter físico, sino quí
mico.
Llámanse olores propios á los que resultan de la naturaleza mis
mas del cuerpo, y acciden(alcs á los que debe el mineral á materias
interpuestas entre sus partículas ó agenas á su eomposicíon.
Fnranoao.—La impresíon de frío que esperimentamos al tocar uno
á otro cuerpo se llama'fríaldad, que siendo distinta en cuerpos pa
reeidos nos sirve alguna vez para conocerlos. Por este carácter no
mas distinguimos inmediatamente el cristal de roca y las piedras fi
nas de los vidrios artificiales con que se las imita, cuya frialdad es
mucho menor.
Pssanrnz.—El peso de los cuerpos , que apreciamos sosteniéí1do—
los en la mano, basta en algunos casos para diferenciar los que se
parecen en cuanto á otros caracteres. La valoracion exacta de este
carácter corresponde al peso específico, al que acudimos en circuns—
tancias dadas, pero sin necesidad de ello empleamos mucho este que
inmediatamente nos dice la naturaleza metálica de unas sustancias,
la lapídea de otras, etc.
..17_.

CARACTERES CRISTALOGRÁFICOS Ó GEOMÉTRICOS.

Como los anteriores son físicos por estar deducidos de la forma,


bien que se separen por ser esta la regular ó poliédríca. y
Cmsnr.ns.—En medio de las formas variadas que'afeetan los mi—
nerales, llamaron mas la atencion aquellas que ofrecen caras planas
regulares y con brillo fuerte en general, como el que adquieren las
sustancias talladas, que se presentan con cierta constancia en la na
turaleza, y á que por la semejanza de aspecto con el hielo {krystallos}
en las primeras observadas, se dió el nombre de cristales.
Sin importancia en un tiempo y miradas como resultado casual
del agrupamiento de las moléculas del cuerpo, ocupa ya su estudio,
Cn'stalografz'a, el lugar preferente en la ciencia, que anunció Lin—
neo, sospechando fueran el de causas constantes en relacion con la na—
turaleza de cada cuerpo, como han demostrado [tomé de Lislé,
Ilaüy y otros. La forma propia de los minerales es, en efecto, la
cristalina. -
Cnrsnuzscrox.——Para que*un cuerpo cristalice, es necesario que
sus moléculas se hallen en condiciones tales que puedan obedecer á.
la fuerza que las solicita: es para esto necesario que por un medio
cualquiera se encuentran separadas, lo que logramos por la disolu
cion; debiendo entender por monstruo disolvente, lo mismo un li
quido, que el calórico latente que necesita para pasar del estado
sólido al líquido ó gaseoso. Cuando uno ú otro abandonen al cuerpo,
las moléculas de este se agrupan bajo formas regulares, y la regu—
laridad será mayor ó menor segun favorezcan ó contrarien la crista—
lizacion el espacio en que tiene lugar, el tiempo para ella preciso y
el reposo. Sin este no obstante y sin pasar por dicho estado, hay sus
. tancías cuya testura cambia y se hace cristalina: el hierro, por ejem
plo, sometido á continuas vibraciones en los ejes de los carruajes,
aparatos de condensaeion, etc., lo que nos dice que en la naturaleza
puede haber ocurrido lo mismo. Con todo, son menos frecuentes las
formas cristalinas que las otras ya dadas á conocer en una misma
2
-13...
especie mineral, y solo se muestran en las que merecen este nombre
ó sustanciasenartificiales
presentan las rocas que
de composicíon
no son especies
definida.
minerales
Si alguna
de composr
vez

cion definida, tienen otro origen y las hemos llamado ya formas por
retraccion ó pseudo—regulares.
Drsrosrcrox ne us narss m: LOS cmsrszss.—Los cristales son po—
liedros terminadas por caras planas ordenadas simétricamente en
¡0do Ó en parte' con relacíon á unas lineas llamadas ejes: muchos
tienen las caras paralelas dos á dos, y sus ángulos son siempre sa
lientes. Si alguna vez se ven cristales de caras curvas, y otros de
ángulos entrantes, se debe, en el primer caso, á haberse multiplica
d° el número de facetas ó á una deformacion accidental y particular
de determinados ejemplares, no de todos, por ejemplo, diamante; y
eÏ' el Segundo, á hallarse, no un solo cristal, sino dos reunidos, por
elemplo, óxido de estaño.
s¡(""10 los cristales poliedros geométricos, hay en ellos, como en
estos, caras ó planos, aristas, ángulos sólidos y ejes.
0xsu1vcu EN sr. var.on nn Los ÁNGULOS.—El valor de los ángu
los de una misma sustancia es constante, ó lo que es lo mismo, la
°"ma regular que da la esf0liacíon de una sustancia tiene inclinadas
SHS caras de modo que el ángulo que 'forman tiene siempre igual
abertura. El rombóedr0 de la caliza da siempre un valor en sus au
gulos díedros obtusos de 105° 5’ que es el que tiene su forma pn
mítíva, proceda de donde quiera como sea puro; el de carbonato de
ie""0 es de 107.0 etc., etc. Este hecho, establecido por Rome de
¡Slé, que por si solo indica no puede ser casual la forma cristalma,
°°m0 hasta Linneo se había creído, ha sido mirado como absoluta—
mente cierto por mucho tiempo, y de alta consecuencia para su es
tudio. Hoy no ha desmerecido esta, a pesar de que se hayan_ com
Probado ligeras diferencias en la misma sustancia por vanacron de
telllperalura, cortísimas entre 100°, y por tanto de escaso valor, y
°“'as por cambio de composicion, que haciendo el cuerpo diverso,
es natural se altere el valor de sus ángulos. .
LEY ns smsrma.—-Las formas cristalinas son muy diversas en
al>¡1l‘ít‘.ncía,'pero muchas distintas están relacionadas entre sí de una
manera tal, que no son mas que ,modilícacrones las unas de las otras ,
_jg_.
y á que se llega suponiendo alteraciones en las partes de los cristales.
Estas tienen lugar con sujecion á las leyes de simetría, segun las
que «en todo cristal, las partes de la misma especie son todas modifi—
cadas á la vez y de la misma manera, y las partes de especie distin
ta son modificadas de modo diverso ó no se modifican.»
Panres es esrscrr: ¡GUAL Y DE ssrecm nrsrmra.—Una cara de un
cristal es de la misma especie que otra, cuando es igual á ella y se
halla en la misma posicíon relativa: dos aristas son dela misma es
pecie cuando se hallan en la interseccion de planos de la misma es
pecie y con la misma inclinacion; son de especie diferente cuando
los planos que forman ambas no son de la misma, y aun siéndolo‘,
están inclinados de distinto modo en una y otra: los ángulos sólidos
son de la misma especie cuando los ángulos planos que los forman
son iguales en ambos; son—de especie distinta cuando estos son des—
iguales. En un cubo, (fly. i.”), por ejemplo, todos los planos, todas
las aristas, todos los ángulos sólidos, son de una misma especie; en
un prisma recto de base cuadrada, (flg. 20), los planos laterales son
de una misma especie, como lo son los de la base entre si, pero de
distinta que los anteriores; las aristas laterales son de la misma es—
pecie, como formados por planos iguales y con idéntica ínclinacíou;
las de las bases de distinta pero semejantes entre si, por estar for
madas de planos ya distintos aunque de igual inclinacion; los ángu
los sólidos todos son de la misma: en el prisma recto rectangular,
(fly. 25), hay tres especies de planos, tres de aristas y una de án
gulos sólidos, etc., etc. ,
Monrrrcacroxes—Las modificaciones tendrán, pues, lugar de un
modo distinto. En todos los citados, los ángulos sólidos se modifica
rán igualmente, y todos á la vez como de la misma especie; todas
las aristas á la vez lo serán en el cubo; las de una especie y no las
de otra, y desigualmente las que son distintas en los otros prismas;
afectando de modo diverso á los planos que lo son, y de igual modo
á los de la misma especie. .
Monrercacrorvas asmr’;rmcas. Ilaarmonra.-—Hay corto número de
casos en que las modificaciones salen de esta ley. llaüy conoció al—
ganas sustancias cuyas partes de especie igual no están todos modi
ficadas, por ejemplo, borucz'la, pirz’la de hierro, y lo esplica_ba por
._20_
la propiedad eléctrica y polar de las sustancias en que se observa—
ba. Conócese hoy por bemíedrz’a, y es atribuida por Weis á que la
naturaleza, en las sustancias en que se halla que son en corto nú
mero, no ha formado mas que la mitad del cristal.
Norma ns LAS momncxcromss.—Los cristales se modifican por
nuevos planos, á veces pequeños, que reemplazan las aristas y los
ángulos sólidos y dejan ver la alteracion producida, las mas, que
destruyen las caras primordiales dando lugar á nuevos sólidos. Las
modificaciones se llaman Iruncadura, bíscl y apuntamíenlo. Por la
truncadura, (fig. 7 y 9), un plano reemplaza á una arista ó un án
gulo sólido; dos por el bísel, (fly. 8), y si son tres ó mas sobre un
plano ó ángulo sólido que se cortan en un punto, tiene lugar el apun—
tamiento, (fig.» 10).
Fomns rnuurrrvss Y snoonnxnrxs.-—Haüy, observando las formas
que resultan de la esfoliacion segun el crucero de las hojas, dedujo
que podría llegarse á una forma, como núcleo, que llamó primitiva,
de que no son los cristales en que se hallan, mas que formas secun
darias: las figuras 4, 5 y 55”, hacen comprender bien el fundamento
de esta teoría; la 4 representa un cubo de /lourína, en el que levan
tando Ias hojas que están bajo la pirámide en que terminan sus
ángulos sólidos y en cuya díreccíon es fácil la espoliacion, se halla
un octáedro: la 5, un octáedro de galena, en que procedíando del
mismo modo se llega al cubo: la 55”, un escalenóedro de caliza, en
que la esfoliacíon es fácil en las direcciones indicadas que dan un
rombóedro. El cubo, el octáedro y el rombóedro, son el sólido que
resulta del crucero de las hojas, y tambien la forma primitiva, de
que son las secundarias las de los sólidos en que se encuentran.
Los núcleos ó formas primitivas son pocos, las formas resultantes
muchas; pero á pesar de sus diferentes apariencias, los cristales que
tienen el mismo crucero de hojas tienen siempre por núcleo el mis—
¡no sólido cristalino. Este real y separable mecánicamente en los
que son esfoliables, es hipotético en otros, mas se concibe bien en to—
das.
Las sustancias cristalizadas que tienen una misma forma cristali—
na primitiva, se dice que son de un sistema cristalino; y se observa
que tienen el mismo sistema cristalino las sustancias de composicíon _
-21...
idéntica, y recíprocamente, que las que tienen un mismo sistema
corresponden á una misma composicion química.
Dmonrrsuo É 1souonrrsuo.—Hay en contra de esto una propiedad
que tienen algunos cuerpos de crístalizar en formas incompatibles ó
de diferente sistema; se llama dím0rfismo y los cuerpos en que se
encuentra dimorfos. Present0se antes como ley general y enteramen
te contraria al principio sentado, y no pasa de ser hoy una escepcion
notable de un número limitado de cuerpos, debida á causas cono—
oídas. '
A su lado se ofrece el 1'somorfismo, por el que sustancias distin
tas cristalizan de la misma manera. Hay cuerpos, en efecto, que se
reemplazan en las combinaciones, que juegan en ellas el mismo pa—
pel cambiando solo la composicion material y no la forma, y» estos
se llaman _ísomorfos: y se halla tambíen el isomorfismo en cuerpos
de composicion muy diversa; plesiomorflsmo de Delafose.
TIPOS r srsrepms cnrsru mos—Fácil es ya comprender por lo que
va espuesto, que las formas cristalinas podrán reducirse á un núme
ro determinado de grupos, dentro de cada uno de los que todas se
deducirán de una que se tome como punto de partida. Así es en
efecto. y se comprenden todas en seis grupos que se llaman tipos
cristalinosr Si la forma es la primitiva ó núcleo, el tipo será tam—
bien el sistema; pero dentro del mismo tipo habrá sistemas diversos
si las formas primitivas lo son. El tipo no cambia cuando las formas.
cristalinas son análogas aunque difieran por el valor de los ángulos,
pero el sistema será diverso: corresponden á tipo diferente aquellas
formas distintas esencialmente por el número de caras y dísposicion
de ángulos y aristas que hace imposible procedan unas de otras.
Los seis tipos, reproduccion de los de Ilaüy, han recibido dife—
rentes nombres p0r los autores. Referiéndolos á la forma prismátíca,
se los conoce con los nombres de: i.° cúbico, 2.° prísmáh'co recto de
base cuadrada, 5.° prismáü’co recto de base rectangular ó romboí—
dal, 4.° prismálico obh’cuo rombor'dal ó r0mboédrr’co, 5.‘ prr'smátíco
oblícuo de base rectangular, y 6.° prismáfico oblr’cuo de base para»
¡elográmíca obh'cuo-angular.
Considerándolos con relacion á las lineas que unieron las caras si—
métricas de los sólidos tipos, que se cortarán en un punto y que po
.
—22—..
demos mirar como ejes, tendremos en el t." tres ejes rectangulares
é iguales; tres rectangulares, dos iguales y uno desigual en el 2.°;
tres rectangulares desiguales en el 5.'; los tres ejes oblícuos en los
, restantes, iguales en el 4.°; dos iguales y uno desigual en el 5.°, y
1os tres desiguales en el 6.o
Este órden en el que vamos á decir algo de ellos, no es el de
Beudant, é importa saberlo, porque espresados á veces solo por el
número que tienen, y siendo para este 2.° el romhoédríco, que es
4.° para nosotros, pudiera el cambio inducir á error.
Pnmnn nro cnrsmutvo, cúsrco.—S:’stema cúbico, letraédrico de
Beudant. Ocláedro regular de Haiiy, segun se toma por tipo el cubo,
ffig. 1.“), el octáedro, (fig. 2.') ó el tetráedro, (fig. 5.‘), Tesular
de Mohs.
. La naturaleza ofrece muchas sustancias cristalizadas en cubos y
sin salirse del tipo, lo hacen asimismo en octáedros regulares, do
decáedros, etc. Consiste esto en las modificaciones que esperimenta
en sus diferentes partes: segun aquellas, truncaduras en los ángulos
sólidos del cubo darán lugar, cuando las caras antiguas desaparezcan ,
al octáedr0 regular, (fig. 4.“), que á su vez truncado en sus ángulos
sólidos produce (fig. 5.“) el cubo, y puede mirarse por lo mismo co—
me la forma primitiva; como puede ser considerado el tetráedro re
gular, (fly. 5.“), que produce el octáedro ó el cubo modificándose
sobre los ángulos sólidos ó las aristas y prolongando las caras resul—
tantes, (fig. 6.“).
Siendo en este tipo todas las partes de especie igual, deben ha—
llarse todas modificadas de la misma manera, y en las diversas m0
dificacíones, cada una de las nuevas facetas estará inclinada el mis—
mo número de grados sobre las facetas adyacentes del sólido que al
teran.
Las aristas se modifican así por una ó por dos facetas, (fig. 7 .“ y
8.“): los ángulos sólidos por una ó varias, (fig. 9.‘ y 10); y de ello
resultan, con las formas ya indicadas, dodecáedros romboidales,
(fig. ii); hexatetráedros diversos, (fig. 12). dodecáedros puntag0—
nales, (/iy. 15); trapezóedros, (flg. M), tetráedos piramidales ó de
mi-trapezóedros, (fig. 15), octotriáedros, (fig. 16), y oct0kishexáe—
dros, (fig. 17); siendo en el grupo formas dominantes el cubo, octáe—
—2’5—
dm, dodecáedro romboidal y trapezóedro; menos frecuentes el te—
tráedro, dodecáedro puntag0nal y hexatetráedro, y ni aisladas, co
munes ni completas las otras.
En el tipo hay tambion cristales compuestos, y entre ellos debe
citarse el icosáedro, {/ig. 18), que no es el sólido geométrico así
llamado, sino otro formado de partes de dodecáedro y octáedro; los
que dan las formas hemiédricas entre sí, y con las homóedras, y las
hemitropias de octáedros que Haüy llamó octáedro traspuesto, (figu—
ra 19).
Como ejemplos de sustancias cristalizadas en este tipo, citaremos
el oro, el diamante, la sal coman, los granates, etc. .
SEGUNDO nro crusrsuxo. Prisma recto de base cuadrado de Du
frénoy y Boudant. Octáedro de base cuadrado de Haüy.
En el sólido tipo, [fig. 20), las aristas verticales son de la misma
especie, pero distintas que las horizontales que lo son entre si; los án
gulos sólidos son de una misma especie. Modificándose las últimas
por una truncadura dan lugar á un prisma cuadrado, apuntado por
pirámides, (fig. 21), y á octáedros de base cuadrada y triángulos ¡só
seles y alturas diversas, (¡ig 22), que á su vez, modifieándose por
trun'cadurgs en los ángulos sólidos dan lugar al mismo prisma, (fi
gura 25): por eso el octáedro es para llaüy y algunos alemanes la
forma primitiva.
Modificadas las aristas laterales dan lugar á prismas de ocho, do—
ce y diez y seis caras, (fi'g. 24). El octáedro se produce aunque la
truncadura tenga lugar, en vez de las aristas, sobre los ángulos só—
lidos; y como en el tipo anterior hay en este cristales compuestos, y
hermiedrias, de que resultan tetráedros simétrícos , por ejemplo,
chalcopírita. Tamhien cristalizan en formas del tipo el óxido de
estaño, el zz'rcon, el rutz'lo, etc.
Tancnn nom—Prisma recto de base rectangular de Dufrénoy y
Beudant. Octáedro de base rectangular de Ilaüy.
El sólido tipo, (fig. 25), tiene aristas de tres especies; mas los án—
gulos sólidos son de una: las primeras se modifican unas si, otras
no, segun leyes dichas; los segundos han de serlo todos igualmante.
La modificacion mas sencilla es la de las cuatro aristas verticales
que da lugar al prisma recto romboidal, (fig. 26), mas frecuente en
_24_
la naturaleza que el tipo, por lo que muchos le miran como tal. Las
aristas de una especie de la base modificadas por una truncadura,
dan biseles, (flg. 27), y si al mismo tiempo se truncan las inmedia—
tas á apuntamientos que llegan hasta el octáedro de base cuadrada,
(fig'. 28). Modificaciones sobre los ángulos sólidos dan lugar á octáe—
dros de base romboidal, (lig. 29). Tambien hay en él cristales com
puestos, (fig. 50), y aunque rara, alguna hemiedria.
Cristalizan en este tipo diferentes sul/alos, el carbonato de barita,
el azufre, el arag0m'to, el topacío, etc.
Cusnro me. Itomboédrico.—Pueden existir muchos rombóedros
entre los dos límites de valores de los ángulos diedros, agudos y ob
tusos, (fly. 31). Sus seis caras romboidales son iguales, y dispuestas
simétricamente alrededor del eje que uníera los ángulos sólidos
opuestos. De sus doce aristas, seis, las que terminan tres á tres en
los estremos simétricos, son de la misma especie, las otras seis la—
terales de distintas: de sus ocho ángulos sólidos, dos, los situados á
la estremidad del eje, son de una especie, los otros seis de distinta.
Hay así muchas modificaciones de que resultan numerosas formas
diversas.
Las delas aristas de los ápices dan lugar á nuevos rombóe—
dros, las de los ángulos á ellas correspondientes á otros mas obtu
sos que los anteriores y el generador, las de los ángulos laterales á
otros. El prisma de seis lados simple, (fig. 52), ó con terminaciones 7
romboe’drieas, (/2’g. 55), puede producirse reemplazando las aris—
tas laterales por una sola faceta, ó los ángulos por una sola cara
paralela al eje. El dodecáedro resulta cuando seis partes del rom
bóedro se modifiquen por des facetas, y sus triángulos serán isóse
les ó escalenos segnn la modificacion tenga lugar, (fig. 54 y 55); las
mismas formas proceden de modificaciones del prisma hexáedro, que
á su vez produce [ambien rombóedros. Resultan así y se encuentran —
en el grupo otras formas, ta:abien cristales compuestos y alguna
hemitropía, (fly. 56).
Cristalizan en el tipo cuerpos muy comunes é importantes, tales
entre otros son la caliza, el cristal de roca, el caríndon, el cínabrz'o,
el hierro oh'gt'st0, etc.
_25__
Qum*o nro. Prisma obl¡cuo rectangular ó romboidal. Prisma
obh’cuo simétrica de Haüy.
Consta de cuatro aristas laterales semejantes y de ocho horizon—
tales de dos suertes, y de tres especies de ángulos, (fig. 57). Este
sólido es susceptible de un gran número de modificaciones que pue
den existir independientemente unas de otras, y dan lugar a formas
variadas con muchas irregularidades, que aumenta el ofrecerse rara
vez cristales simples. De él son producto octáedros oblícuos de ba
se rectangular ó romboidal, como los produce rectos el tipo 2.°;
prismas romboidales, etc., (fig. 58 y 59.)
Como sustancias cristalizadas en el tipo, cilaremos el yeso, la
pírorena, el feldspalo ort/zosa, la mulaquíla y azurila, etc.
SESTO mo. Prisma oblícuo no simétrica de Ilaüy.—Prísma obli—
cuo de base paralelográmíca oblicuo an ,ular de Beudant y Dufrénoy.
En este tipo, (fly. 40), todo es irregular, y como si la naturaleza
le rechazara por esto, son pocas las sustancias que cristalizan en él.
Diez géneros de modificaciones dan lugar á formas referidas las mas
al tipo anterior, escasas siempre en la naturaleza, y de que son las
mas frecuentes las que representan las figuras ¡el y 42.
Cristalizan en este tipo el foldspalo albz'ta y labrador, el sul/alo
de cobre, la de'stena y pocos mas cuerpos.
El estudio de los tipos cristalinos ofrece dificultades referentes.
no solo a las leyes de derivacion de formas y notacion de le incli—
nacion de las caras de los sólidos necesaria para pasar de unas á
otras segun leyes fijas que hacen de esta parte de la ciencia un es
tudio enteramente geométrico, sino tambien por la confusion que á
primera vista resulta de los nombres dados por cada autor, segun la
forma que ha escogido por punto de partida, y hasta por el número
de grupos primarios, que si son seis para los mas, como los esla—
bleció Haüy, aunque con nombre diverso de como lo hemos espresa
do, son para algunos en menor número.
Causas nm. esmero un ronuas EN UN msnm mo.—Como hemos di—
cho, pueden ofrecerse y se ofrecen _minerales cristalizados en formaS
diversas dentro del mismo tipo, lo que no procediendo la naturaleza
alterando los cristales formados como esplicamos su derivacion, sino
que estos resultan de una vez tal y como son, debe ser producido
__25._.
por las diferentes circunstancias en que se ha encontrado el cuerpo
en el acto de crístalizar; y si no podemos ver en el mismo á la na
turaleza, tenemos muchos casos de crístalizaciones artificiales en los
laboratorios para poder deducir que causas análogas han de haber
producido en esta los mismos efectos; deduccion que confirma el he—
cho de ser idénticas las formas cristalinas de un mineral, aunque
proceda de localidades distintas, si en ellas se halla en circunstan—
cias iguales.
Basta. en efecto , que el líquido que sirve de menstruo disolvente
no sea el mismo, que sin cambiar esencialmente, contenga, además
del cuerpo que cristaliza, algun otro, ó que la oristalizacion tenga
lugar á temperaturas distintas, para que cambie la forma resultante;
el alambre así, la sal coman y otras sales crístalizan en formas dis
tintas dentro del tipo cuando á voluntad se hacen variar las condi
ciones en que normalmente lo hacen.
Causas DEL n1n0arrsuo.-——Este cambio puede dar lugar á formas
de tipo cristalino distinto. lil cobre, por ejemplo, presenta las de uno
cuando cristaliza por fusion, y las de otro cuando por precipitacíon
de sus disoluciones; el azufre se conduce dela misma manera cris—
talizando por fusion ó disolucion; y hasta hay sales que toman for—
mas de tipo que no es el suyo, si las acompaña alguna otra que cris
taliza en otro y de que adquiere aquella con que resulta. Se nota
no obstante en los minerales dimorfos, que en las formas del tipo
que no les es coman, sus moléculas están como en desequilibrio, no
resisten lo mismo á los agentes que tienden á separarlas, ni la co
hesíon es tampoco en general la misma que la que tiene en las for—
mas habituales del otro tipo.
Cmsrar.ns aenneanos Y nsroaass.—Los_ minerales se presentan
unas veces en cristales aislados, otras varios agrupados, y algunos
alterados de modo que no tienen forma cristalina regular. En todos
casos su tamaño es mayor ó menor, y la forma, una primitiva ó se—
cundaria. Los cristales se producen generalmente reuniéndose las
moléculas cristalinas para formar un sólido geométrico, sobre el que
se van disponiendo nuevas capas de las mismas moléculas cristali- ‘
nas con igual espesor sobre todas las caras de la forma interior, que—
resultará mas ó menos voluminosa segun se la hayan sobrepuesto
__27_
mayor ó menor número de cupos, y el cristal está constituido por
una séric de cajas unas dentro de otros y todas de igual forma, co
mo representa la (fig. 45): segun Haüy las moléculas integrantes
cristalinas tienen una forma regular que reduce á tres, el tetraedro,
el prisma triangular y el paralilipipedo, que son las mas sencillas
que pueden concebirse. Los cristales aparecen formados.otras veces
por la justa posicion de nuevas capas cristalinas sobre el sólido pre—
existente, produciendo siempre otro mas voluminoso, mas con forma
distinta del que sirve (le núcleo ó forma primitiva (fig. 4 y 5;) y en
algunas, el cristal resulta formado de otra porcion de pequeños
cristales que agrupándose por caros homólogos dan otro (le la for
ma de los que le componen ó distinto: los cristales cúbicos así, (figu—
ra 44‘) producirán un cubo mas voluminoso si el agrupamiento tiene
lugar por porciones iguales en todos las caras, un octáedro regular
si aquel tiene lugarcomo indico la (fly. 45,) etc.; é igual considera
cion nos esplica la formacion de otros cristales, cual en general los
de algun tamaño, que están formados de otros mas pequenos iguales
ó distintos de resultante.
Haüy suponía que las formas secundarias eran debidas al agrupa
miento desigual sobre la forma primitiva de nuevas moléculas cris
talinas, y en esto está basada su teoría de decrecimienlo, que se
comprende con solo recordar lo que acabamos de decir con respecto
á las (fly. 44 y 45). Si sobre una forma cúbico se aplican nuevas par
tículas cristalinas de modo que en la primera hilera falte una fila en
cada cara, dos en lo segunda, tres en la tercera, etc., sobre un cubo
como forma primitiva y con moléculas integrantes cúbicos se pro
ducirá un octáedro, y sobre otra forma primitiva y con moléculas
cristalinas de cualquiera de las tres formas que admite, otro sólido
diverso de la misma forma primitiva.
Dos ó mas cristales se hallan agrupados irregularmente y produ
cen formas variadas: entre estas por ser los mas comunes cítaremos
las siguientes que han recibido nombre particular. Se llaman maclas,
los que resultan de cristales cruzados como represento la (fig. 46), y
se ve en la sustancia que llevo particularmente el nombre de macla;
hemitropias, las en que aparece como sien un cristal]partído por me—
dio, una de sus partes hubiera dado una media vuelta sobre la otra,
__28__
aunque en realidad sen debidos al agrupamiento de dos cristales en
sentido inverso, (fly. 19) ; el de tolvas, (fig. 47); de riñones cristalinas,
(fly. 48); y de dendritas, (fig. 49), las que las mismas figuras dis—
pensan describir; y de formas coraloideas, otras imitativas debidas á
la reunion irregular de pequeños cristales capilares. (fig. 50).
Tambíen hay cristales deformes, ya por el alargamiento de las ca
ras, ya por una estremada facetacion, que los hace redondos, cilin—
dricos, ó les da formas de tonel ó lenticulares, segun el tipo cris
talino y partes del sólido sobre que la alteracion ha tenido lugar:
hasta algunos resultan huecos.
Goxrómsrnos.—Para medir el valor de los ángulos de los crista—
les se emplean unos aparatos que se llaman goniómelros; los usa
dos son unos de aplicacion y otros de reflexion.
Los goniómetr0s de apticacion están dispuestos de modo que unas
láminas metálicas que tienen, puedan aplicarse sobre [Os dos planos
que concurren á formar el ángulo que se trata de medir y cuya
abertura denotan por consiguiente. El mas usado es el de Carengeot,
conocido mas particularmente por de Haity, (fig. 5l); consiste en dos
alidadas metálicas, con una ranura que permite acortarlas ó alar—
garlas, reunidas por medio de un boton que á voluntad puede com
primirlas y sobre que gira una de ellas; la otra está fija en un se
micirculo graduado, que puede doblarse por en medio, sobre el que
á su vez corre el brazo mas largo de la alidada giratoria , midien—
do en él la mayor ó menor abertura que toma, y que es exacta—,
mente la inclinacion de los planos sobre que se aplica por el lado
opuesto.
De este modo el aparato está libre; para hacer su manejo mas fá—
cil se la ha dispuesto fijo, pero ni así el resultado es de rigurosa
exactitud aun cuando se cuide de llenar en lo posible las condiciones
precisas para lograrlo, á saber, «que la aplicacion de las alidadas sea
exacta, y que el plano del instrumento sea perpendicular á la arista
del ángulo que se quiera medir,» cosa sobrado difícil de hacer con los
cristales pequeños.
Por esto se prefieren los goníómetros de refiexion como de mayor
exactitud, siempre que brillantes las caras de los cristales puedan
emplearse. El primero ideado fue el de Wollaston,[luego se han in—
_29_
ventado otros, fundados todos en las observaciones de Malus, de—
biendo mencionar como sencillo, de fácil empleo y que sirve como
de aplicacion y refiexion, el de Adelman (l).

(l) Goníómelro de Wollaslon: Este instrumento consta de un círculo mctllico ver


tical graduado a b. colocado sobre un sortea, que puede dar vueltas alrededor de su
eje por medio de la virola [unida á este; dicho eje es hueco y está atravesado interior
mente por otro que hace ¡never la virola g: lleva ii su estromo una rama circular articu
lada el su medio í. y termina en otro cilindro metálico hueco, en que entra un tallo_
metálico tambien. con una ranura en que encaja la pequeúa placa o; esta puede ser mo
"¡d’ l’or la virola n. y aproximarse mas ó menos al centro del circulo, entrando ó sa
liend¡ el tallo en que se fija en el cilindro q: un nonius p fijo al sosten acompaña al
circulo. .
Para medir el ángulo dicdro de un cristal, se le fija con cera sobre el platillo o, cui
dando de colocarle de modo que la interseccion de los dos lados cuya abertura se quiere
medir. sea paralela al eje de rotacion: esto se logra situando el aparato sobre una mesa
horizontal, de modo que el plano del circulo se encuentre dirigido perpendicularmenteá
la fachada de un edificio poco lejano que tenrá.como es lo coman, lineas horizontales pa.
ralelas, tejado y balconeria, y aproximnndo el ojo al cristal se le volverá por medio de la
virola g. hasta que quedo en posicion tal que se refleje en una de las caras del ángulo
que va á medirse una de las lineas horizontales del edificio frontera, el alero del tejado
por ejemplo; despues se vuelve lentamente el cristal. valiéndose de las piezas mov¡hles en
h ti i de la porcion del aparato cn que está fijo, hasta que la imagen que anteriormente
le percibía y que ha de continuar viéndose, coincida con otra linea horizontal mas baja
del edificio que sirve de punto de obscrvacicn, vista directamente; igual operacton se
ejecuta con respe:toá la otra cara del cristal, colorándola, sin tocarla. moviendo solo la
virola n en la posicion que tenia la primera, hasta que como en esta coincidan las dos li
neas directa y reflejada: se vuelve á observar la primera, que si no ha sufrido cambio en
su posicwn. que se arreglará, reflejará como antes la linea de mira, y coincidirá con la
de la últimamente arreglado; solo cuando se ha oh¡enido, lo que exige varios taninos. está
el aparato como se desea.
Lamedicion del ángulo diedro del cristales despues de este fácil: moviendo la rirola
{se pone el circulo graduado en el 0°, moviendo la rirolag el cristal, hasta que una cara
refleje como antes la linea superior del punto de mira con la coincidencia indicada: des
pues se vuelve el circulo y el mismo cristal con la rirola f, hasta que se obtenga igual re
flexion ycoiacidencia con la otra cura. El número de grados que han cambiado cristal,
círculo para que la cara última tenga la posicion de la primera, será ¡Idicado por el cir
culo, ylas fracciones por el nonius.
_5o_

CARACTERES FÍSICOS.

Son considerados tales, segun la division hecha, el peso específi


co, la electricidad, el magnetismo, la refraccion sencilla y doble, la
elasticidad, la dilatacion por el calórico y la conductibilidad del mís
mo; á los que pueden añadirse la fosforescencia, y la dilicuescencia y
efiorescencía, aquella como dependiente de la electricidad, y á con
tinuacion estas, como intermedio entre las propiedades fisicas y qui
micas.
Paso ssrecírmo.—Llamamos así el peso de un cuerpo comparado
con el de otro en igualdad de volúmenes.
Si se dispusieran volúmenes iguales de diferentes minerales ta
llándolos bajo una medida ó fundiéndolos en un molde igual, ten
drían estas porciones. que suponemos exactamente iguales, pesos
distintos: si damos á uno un valor, los que tengan los otros con re
lacion á aquel será su peso específico. El que se tome por término
de comparacion ha de ser un líquido que pueda acomodarse á todas
las formas y volúmenes, cosa demasiado difícil en los sólidos, y Ile
va ventaja á todos el agua destilada que igualmente pura se puede
obtener en abundancia en todas partes: para que el resultado sea
constante se la refiere siempre á una temperatura de 14" PJ. l7°5
Centígrados: por tomar este líquido por término de comparacion
se ha definido tambíen el peso específico el peso de un cuerpo con
relacion á un volúmen de agua igual al suyo Para los gases es el
aire, cuidando de que la presion sea de 0,m 760,
Para conocer el peso específico de un cuerpo no habrá mas que
pesarlo en el aire, pesar un volúmen igual de agua destilada á
17° 5, establecer con los dos pesos y el que de convenio se toma
por unidad, que es el agua misma, la proporcion; peso del volúmen
de agua es á peso del cuerpo, como uno es el cuarto término; ó lo
que es lo mismo , dividir el valor del peso del cuerpo en el aire por
el del volúmen igual de agua: y en cuanto á saber este, la Física en
seña que todo cuerpo sumergido en un líquido pierde de su peso una
._51_
cantidad igual al del volúmen del líquido que desaloja, y que este es
igual al suyo. Si por la balanza hidrostática pesamos un cuerpo en
el aire y despues en agua destilada a l7° 5, tendremos los dos pe—
sos que nos dan el específico buscado. Sea P el peso del cuerpo en
el aire, P’ su peso en el agua, P—-P’ será. el peso del volúmen de

agua igual al suyo y p—-ïl el peso especificó: ó lo que es lo mismo

peso de un volúmen de agua igual al del cuerpo es á peso del


cuerpo en el aire : : l : az.
Para hallar el peso específico se ha usado mas en Mineralogía el
gracímelro de Nicholson, por el que se puede pesar el cuerpo en el ai
re y en el agua como por la balanza y obtener así el peso especifico.
El instrumento es tan sencillo como conocido para que hayamos de des—
cribirlo: con él se obtiene igualmente el peso específico de los liqui
dos, comparando la pesas conocidas que fueran precisas en el agua
y en el liquido en cuestion para hacerle enrasar en ambos con la senal
de la barilla; puesto que en volúmenes iguales hay pesos diferentes.
Pero el mas sencillo y cómodo medio de apreciar este carácter y ella
usado boy generalmente es otro. Consiste en un frasco de cristal
con tapon esmerilado atravesado por un agujerillo, que no puede in
troducirse mas ni menos en su boca: se tiene así un volúmen cons—
tante en el líquido que va á contener. Pam servirse de él, vemos
con la balanza el peso del frasco lleno de agua destilada a 17° 5,
el de este con el cuerpo en el aire, y el del frasco con el cuerpo
dentro, que habrá desalojado un volúmen de agua igual al suyo, cu
yo peso falta ahora, y que deducimos, descontando del valor obte—
nido lo que pesaba el frasco lleno de agua: tenemos así el peso del
cuerpo en el aire y el de su volúmen de agua; el resultado de divi
dir aquel por este, es el peso específico buscado. El de los líquidos
se halla con el frasco, pesándolo lleno de agua y del líquido en cues—
fion: hay como anteriormente, en volúmenes iguales, pesos distintos
que se comparan.
Ocurren al tratar de saber el peso específico de los sólidos algu
nas dificultades que debemos preveer. Es una que el cuerpo sea so
luble en agua: en este caso nos servimos de otro líquido, y la pro—
_52_
porcion se establecerá, ¡o tomando el uno del agua como tercer
- miembro en la proporcion, sino el peso específico del líquido em
pleado. Es otra que quede adherido ó en los poros del cuerpo aire;
una sumersíon prolongada, y mejor el calentamiento del líquido lo
desalojará, pero para continuar el esperimento es preciso volver á
colocarle á la temperatura establecida.
El peso específico es un carácter de valor para distinguir los mí
nerales, y el único que en circunstancias puede emplearse para re
solver algunas dudas. Varia sin embargo en una misma sustancia,
segun la estructura, aun en igual estado de pureza, siendo mayor
en los pequeüos cristales que en los grandes y en las variedades la—
minares y fibrosas; pero tan poco, aquella supuesta, que no merece
alencion, y todas reducidas á polvo grueso le tienen igual y casi el de
los pequeñoscristales: el así obtenido, ha sido llamado por Bendant,
poso específico absoluto.
Enncrnrcmsn.—Todos los minerales pueden adquirir propiedades
eléctricas por frotamíento, elevacion de temperatura ó contacto; pe—
ro en Mineralogía solo se llaman eléctricos aquellos que la manifies—
tan sin asilarlos. La especie de electricidad que adquieren, la mayor
ó menor facilidad de adquirirla y el tiempo que la conservan, son
datos de un valor relativamente corto para el conocimiento de los
minerales, pero que se emplean alguna vez.
Para saber si un cuerpo está electrizado y la especie de electri—
cidad adquirida, se emplean los electróscopos, y particularmente aquí
dos que consisten: el primero en una aguja metálica terminada por
d0s esferitas y que puede girar fácilmente sobre el pié tambien me—
tálico y de punta acerada y fina en que se fija por el centro: el se
gundo en la misma aguja con igual pié, que tiene, en vez de una de las
bolas metálicas, un cristal de espato de Islandia. Cuando se aproxi
ma al primer instrumento el mineral cuya electricidad queremos sa
ber, y para lo cual préviamente le hemos frotado, por ejemplo; ha—
brá atraecion si el cuerpo se ha electrizado y es aislante; si no tie—
ne esta cualidad no manífestará ningun fenómeno: side antemano
hemos aislado el instrumento y dádole una especie de electricidad,
cuando se aproxima el mineral, habrá atraccion ó repulsion, segun
la que este adquiere sea distinta ó igual á la que tiene el aparato.
_55_
Lo mismo se logra con el electróscopo que lleva el espa/0 de Islan—
dia. conocido por cleclróscopo de Iluz‘1y: comprimiendo entre los
dedos el cristal, adquiere electricidad positiva que conserva por al
gunos días, y cuando se le aproxima el cuerpo cuya electricidad se
quiere observar, habrá repulsion si la tiene [ambien positiva, atrac
cion si negativa. > ‘
Para saber el liempo que conservan los minerales la electricidad,
usamos un platillo metálico del que pende á voluntad una cadenilla
tambien metálica, que comunica con el suelo, y sobre el que los c0
locamos; siendo tan incierto este dato que, aun cuidando de iguales
condiciones de temperatura y humedad atmosférica, varia en un
mismo mineral por las modificaciones que ofrece el estado de su su—
perficie. ,
Se observa en algunos que adquieren al calentarl os electricidad
diferente en uno y otro estremo. Conocido este fenómeno, electrici—
dad polar, por Ilaüy, fue atribuido liabiendolo observado en sustan—
cias cristaliza las asimétricamentc, a este defecto de simetría. La
particularidad en él es, que al contrario de lo que primero sepob—
servó y se creía generalmente, á saber,que la electricidad que prin
cipia á cierta temperatura, crece con ella llegando á un limite pasa——
do el que decrece del mismo modo hasta eslinguii'sc; sucede seguu
las observaciones de Becquerel, que la electricidad aumenta efectiva
mente con la temperatura siempre que esta sea constantemente as
cendente, pero que desaparece cuando esta permanece estacionaria;
reapareciendo cambiada de polos cuando comienz;¡ el ‘enfriamiento.
En cuanto á la relacion de este fenómeno con las alteraciones espe
rimentadas por los cristales, está confirmada.
Fosronssccneu.-—Algunos minerales frotados ó calculados de di
versos modos, dan luces mas ó menos vivas en la oscuridad. Esta
propiedad, llamada fosfarescencía, depende del estado eléctrico de
los cuerpos, y es tan semejante en dos distintos, como diversa en las
variedades de uno mismo , para que tenga gran imp0rtancia como
carácter diferencial. La fos/orila, algunas variedades de fluorz'na, el
cuarzo, etc., son fosforesceutes.
Macrveusuo.-—Tambien el empleo de este carácter es limitado en
Mineralogía. Algunos cuerpos son magnéticos, atraen la aguja ó
D
_51,___
barra imantada, y como hay sustancias en que esta propiedad es
característica, ella solo revela su presencia: otros son magnético—
polares, imanes, y atraen ó repelen la barra imantada segun el sen—
tido en que se los apróxíma, por ejemplo, hierro magnético. Todo
los cuerpos magnéticos pueden trasformarse en imanes. '
La barra imantada ó la aguja que se emplea en la observacion
de este carácter son sobrado conocidas para que_necesitemos decir
mas de ellas.
Bsrnxccrozv.—Cuando un rayo luminoso atraviesa oblícuamente
un cuerpo trasparente cambia de direccion, aproximándose ó sepa—
rándose de la normal en el punto de incidencia, segun tiene mayor
ó menor poder refringente que aquel de donde procede. Llámase á
este fenómeno refraccion, y ángulos de incidencia y refraccion los
formados con la normal en el punto de incidencia antes y despues de
la refraccion.
El rayo incidente y el refractado están en un mismo plano normal
á la superficie de los dos medios refringentes, y entre el seno de los
ángulos de incidencia y refraccion hay una relacion constante que
se llama índice de refraccíon. Tomando el rayo luminoso que pros
ceda del aire, el valer de aquel será el mismo para una sustancia,
y podrá servir para distinguírlas , en el caso de que sean puras;
puesto que las materias interpuestas, como los colores accidentales,
le modifican elevándolo generalmente: tampoco es el mismo en las
formas de dos tipos, si la sustancia es dimorfa. Para determinarlo, ó
se toman cristales de caras planas o se fallan en prismas, procedien
do como se enseña en Física.
Rernxcc¡ox nonna;—[lay sustancias en que no solo el rayo lu
minoso se refracta, sino que se divide en dos haciendo ver dos ob
jetos cuando se mira uno á su través. Esta propiedad valió al espato
duplans, en que se observó primero. este nombre que hoy podían lle—
var muchos otros minerales.
Solo, en efecto, las sustancias no cristalizadas, ó las que lo están
en el tipo cúbico, carecen de esta propiedad que tienen las cristali
zadas en los otros cinco tipos. En ellas, sin embargo, hay unas con
una díreccion, segun la que no se ve mas que una imágen, y en
otras hay dos en que sucede lo propio. Llámanse estas lineas neu
—35-— .
tras, ejes ópticos ó de doble refraccion, que como el presentarse ó
no este fenómeno, dependen del tipo cristalino de las sustancias.
Tienen así un eje de doble refraccion las sustancias cristalizadas en
el tipo romboédrico y prismático recto de base cuadrada y dos las
cristalizadas en los tres tipos restantes; y si lo primero puede ya
hacer distinguir unos de otros cuerpos, esto hará no se confundan
los de unos y otros tipos.
La doble refraccíon en los cristales de un eje es positiva ó nega
tiva, ó lo que es igual, atractiva ó repulsz’va; y los cristales se lla—
man atractivos ó repulsivos segun tienen una ú otra. Es atractiva
en los cristales en que de los dos rayos luminosos en que se divide
el entrante, uno, al quese llama estraordinario por separarse de la
direccion que llevaría si el cuerpo no fuera doblemente refríugente
y que lleva el otro que se llama ordinario, se aproxima mas al eje:
es repulsiva en aquellos en que el estraordinario se desvía mas de
este. La propiedad es constante en los cuerpos y otro medio de dis—
tincion mas de los que suministra este carácter.
Para reconocer si una sustancia posee ó no doble refraccion, bas—
tará mirar al través de sus caras naturales ó las que tallándola se
la den, una línea ó un punto trazado en un papel, que se verá doble
en las sustancias que la tengan, siempre que no se mire en la di—
reccion de la línea ó líneas neutras, ó el tallado no sea en la mis—
ma direecí0n. Esto que prácticamente se demuestra en el espafo de
Islandia, y que en él sirve para conocer la linea neutra, y hasta
que el cristal es negativo por la posicion de la imágen estraordina
ría, nunca tan bien marcada como la ordinaria y siempre irísada, es,
insuficiente en el mayor número de casos, no solo para conocer si
es ó no el cuerpo doblemente refringente, sino siéndolo, si es de uno
ó dos ejes, y si en el primer caso, es atractivo ó repulsivo. Por esto
se han ideado aparatos que demuestran uno y otro y que estensa
mente se describen en las obras de Física.
En Mineralogía se usa el sencillo llamado polaríscopo de turma—
lina fundado en las propiedades que adquiere la luz cuando se pola—
riza. Es una de ellas, no producir mas que una imagen pasando al
través de su prisma birefringente cuando la seccion principal de es
te prisma es perpendicular ó paralela al plano de reflexion, y dos en
_5(;_
todas las otras direcciones; y otra no sufrir refiexíon al caer sobre
una segunda lámina trasparente, cuando el plano de incidencia es
perpendicular en ambos.
Si se toman dos placas de turmalina talladas paralelamente al
eje, siendo como es diáfano esta sustancia, dejarán paso á la luz
cuando se las coloque en una misma direccion, y así efectivamente
sucede; pero si se vuelve una placa sobre otra, la luz que la atra
viesa se va estínguíendo, oscureciendo el espacio que media, y des—
apareciendo completamente la luz cuando se Ïencuentran cruzadas en
ángulo recto. La luz polarizada por la primera placa de turmalina,
cae sobre otra cuyo eje es paralelo al plano de rellesí0n y se estín
gue; pero se trasmite al contrario con intensidad creciente á medi
da que el eje de la turmalina se aproxima á ser perpendicular al
plano de refiexion.
Para comodidad en el manejo se dispone el aparato con las dos
placas en cruz, montadas en discos de madera, sujetos á una tena
cilla que por sí misma los tiene aproximados Si entre ambas se co
lOca un cristal que tenga doble refraccíon, el rayo luminoso polari
zado cambia de direccion, y cambiado el plano de polarizacion, no
podrá ser polarizado y atravesará la segunda lámina; si no lo es,
permanecerá oscuro el espacio que las láminas ocupan. Si el cristal
tiene un eje, la parte que se aclara aparece con una série de anillos
eoloreados atravesados casi siempre por una cruz negra; si tiene dos
los mismos anillos son generalmente elípticos y están atravesados
por una faja negra. El tallado, que es preciso en el mayor número
de casos para observar este carácter, hace que las sustancias de un
eje presenten alguna vez el carácter de las de dos; variando tam—
bien el diámetro de los anillos aun en una misma sustancia en pla
cas del mismo espesor, y siendo la barra ó cruz que los atraviesa
de luz clara ó negra, segun la dísposícíon de los ejes de las turma—
tinas.
Los cristales atractivos y repulsivos se conocen superponíendo en
el aparato en que se ha colocado la sustancia objeto del exámen,
otra semejante cuya propiedad sea conocida, el cspalo de Islandia,
por ejemplo, que es negativo ó repulsivo. Si los anillos que en este
se formaban se ensanchan, las dos son de accion contraria y el cuerpo
I'—

atracliro; si por el conlracío aquellos se t‘sll'(‘€liüll es repulsíro: en


el primer caso sucede el fenómeno como si se hubiera disminuido el
espes0r de la placa, que es inverso, como que realmente se aumen
ta, enel segundo.
Dmnnors.uo v roncunmsno -—Consísten estos dos caracteres, rela—
cionados con el anterior y dependientes de él, en que las sustancias
colocadas entre el ojo del observador y el cuerpo luminoso presen—
ten uno ú otro color, segun la díreccion en que los rayos luminosos
las atraviesan.
Las hay, en que sea la que quiera la posicion en que se coloquen,
presentan siempre un solo color, monoc/zroísmo, y las sustancias se
llaman monoc/¡roflas, que son las no cristalizadas óque lo están en
el tipo cúbico: y olras que dan dos ó mas colores, que corresponden
á las cristalizadas en los otros tipos. El rayo luminoso entrante en
estas se divide en d05, y el color resulta dislinto cuando la atravie—
sa en direccion paralela al eje en que no se polariza, de la perpen
dicular á este, en que la polarizacion tiene lugar: hay dos colores,
y de aquí dic/erotismo, por ejemplo, dz'e/u‘ofhi. Si el cuerpo tiene
dos ejes de doble refraccion, la coloracion varia segun el ángulo ba
jo el que se le mira, son mas de dos los colores resultantes, y lo
llamamos polyc/¿roísmo, por ejemplo, polgchr0íla.
En el mayor número‘de casos es en efecto así, y el fenómeno,
resultado de la naturaleza de la sustancia cristalizada que le ofrece
cord¡erila ó díchr0¡ta, lurmalina, elc.; pero en otros es debido á la
ínterposicion de materias estraflas íntimamente mezc1adas.
Asrsnrsmo.—Consisle esta propiedad, de algunas sustancias lla
madas por ella asléricas, en dar por rellexion ó refraccíon ante una
luz muy viva una estrella brillante de varios rádios.
0bsérvase en algunas variedades de c0ri«nd0n y grana/c, y parece
ser debida á la testura del mineral. Resulta en efeclo de los esperi—
mentos de Babinet, que haciendo estrías paralelas muy juntas sobre
un cristal, se ve, cuando se mira por e'l una bugía encendida, á los
lados de la llama una banda luminosa perpendicular á la direccion
de esta, dos bandas luminosas cruzadas en ángulo recto cuando se
han hecho otras estrías perpendiculares á aquellas, y tres, que for
man una estrella de seis rádios, cuando se han hecho rayas en tres
_7,g_
direcciones, como las que naturalmente por su leslura cristalina pre—
senta el zafiro asfr’rico, y las otras sustancias en que existe este ca
rácter.
Cincono rxnui:uco. Conoms.—Olr0 fenómeno luminoso presentan
tambien las sustancias astéricas, dependiente de la reflexion que es—
perimenla la luz que las atraviesa, en las aristas de las partecíllas
que las forman. Consiste en un círculo luminoso que pasa por la lla
ma que sirvo de punto de mira, y puede tener lugar, lo mismo que
en las sustancias cristalizadas, en las írregularmente fibrosas ó de
fibras paralelas que se tallan perpendicularmeulc á la díreccion de
estas.
El círculo se trasfornn en una corona luminosa circular dispuesta
alreded0r de la luz, en las sustancias compuestas uniformemente de
fibras regulares paralelas talladas en placas perpendiculares á su
4 direccion; siendo aquella mas ó menos grande, segun el grueso de
las fibras que constituyen la sustancia en que se observa.
Er.xsncmxn.—Esta propiedad, que los fisicos estudian estensa—
mente en los cuerpos y demuestran por diferentes medios, tiene po
ca aplicacion como carácter mineralógico. Algunos cuerpos, en ver
dad, tiencn la propiedad de recobrar la forma que habían perdido,
cuando cesa la fuerza que á ellos los obliga, otros pierden su forma
y no la recobran; pero es reducido el número de minerales en que
puede tener aplicacion; cítándose siempre, como ejemplo, las lámi
nas de mica que por su electricidad distinguimos de las de talco,
elástica la primera, flexible no mas el segundo.
Una y otra propiedad exige condiciones de forma que la hace di—
ficil de obsenar, sin embargo de que debamos al genio inventivo
del Sr. Savart los datos suficientes para establecer como regla cons—
tante, que la elasticidad en los minerales está íntimamente ligada
con la forma cristalina, y deduzcamos de aquí su importancia para
distinguirlos, si su aplicacion fuera fácil en las sustancias cristaliza—
das, y eslas ofreciescn cristales de bastante tamaño y resistencia
para, puestas en víbmcion, poder observar,las lineas nodales que
se forman en su superficie con la arena fina que sobre ellas se co
loca.
Dmuxcwn ne Los snnsnxrss.—Los minerales se dilatan por el
. —59— .
calórico, y la dílatacion es uniforme é ¡gualen todos sentidos para
los homogéneos. Los oristalizados en el tipo cúbico siguen la misma
regla; pero los de los otro.s ofrecen dilataciones diversas que alteran
el valor de los ángulos, en relacion con los ejes, segun esperiencias
del Sr. Mitscherlich. De ellas resulta, que los cuerpos crístalizados
en el tipo r0mboédrico y prismático recto de base cuadrada se di
latan en las direcciones trasversas de distinta manera que en la del
eje principal, y los cristalizados en los otros tipos desigualmente en
las tres direcciones.
Co:vnucnmunan nm. cuó¡uco.—Guarda la misma regla en los
minerales que la dilatacion. Igual en todos sentidos en los cristales
del tipo cúbico, varia en los otros; pero como la propiedad anterior,
dependiendo como ella de la forma y no fácil de comprobar, no se
emplea tampoco en la distincion de los minerales.
Dnzrcuescmcu v arnonrzscsmcu.-—Algunos cuerpos se humedecon
espuestos al aire, y llegan hasta disolverse en el agua que toman de
la atmósfera; otros al contrario pierden la que tienen y con ella el
brillo de su superficie, pudiendo hasta convertirse en polvo. Los pri—
meros se llaman delz'cuescentes, los segundos eflorescenles. Ambas
propiedades dependen de la naturaleza del cuerpo, y aunque en rigor
no físicas, se estudian como tales por muchos autores, y por esto
las indicamos aquí.

CARACT'ERES QUÍMICOS.

Son caracteres químicos los que se deducen de aquellas propiedades


que para observarse, necesita ser alterado el modo de ser del cuerpo:
son por tanto
parecidos el resultado de
ó desemejantes. Su su composicion, en
linvariabilidad y esta
una lamisma
que los hace
especie
mineral los hace importantísimos y que no pueda prescindirse de
ellos para con seguridad reconocer los minerales.
g l.
_ Composicion' de los minerales.
Cusneos smruss.— Los minerales son o cuerpos simples ó reu
níon de dos ó mas de estos. El número de los primeros, llamados
tambien elementos químicos ó cuerpos elementales, es de 64. Es
te número está sin embargo lejos de marcar el que exacta y defi
nitivamente deberá fijarse algun día, ya por los que nuevamente
se descubran, ya porque algunos de los considerados hoy como dis—
tintos, lleguen á serlo como diferentes estados moleculares de uno
mismo. De los _64, los 15 primeros son los que los químicos llaman
melaloídes, los restantes melalcs. La letra ó letras que se pone á
continuacion de cada uno es el signo con que se los representa.
Oxígeno. O. Magnesio. Mg. Plomo. Pl.
Hidrógeno. H. Aluminio. Al. Bismulo. Bi.
Nitrógeno. Ni. Glucinío. GI. Mercurio. Hg.
Azufre. Su. ó S. ltrio. lt. Estaño.v Sn.
Selenío. Se. Zirconio. Zr. Titano. Ti.
Tel nro. Te. ' Torínío. To. Tántalo. Ta.
Cloro. Cl. Cerio. Ce. Niobío. Nh. '
Bromo. Br. Lantana. La. llmenio. II.
Yodo. l. Didimio. Iii. Pelopio. Pp.
Flour. Fl. ó Pt. Erbio. Er. Antimonio. Sb.
Fósforo. Ph. Ter bio. Tr. Urano. U.
Arsénico. As. Manganeso. Mu. Plata. Ag.
Carbono. ‘,. Cromo. Cr. Oro. Au.
Boro. Bo. Tungsteno. Tg ó W. Platino. Pt.
Silicío. Si. Molíbdeno. Mo. Paladi0. Pd.
— Vanadio. Vd. Redio. Rh.
Potasio. Ka. Hierro. Fe. Iridio. Ir.
Sodio. Na. Caballo. Co. lluienio. Ru.
Litio. Li. Niquel. Ni. Osmio. Os.
Barío. Ba. Zinc. Zn. 'Aridio. Ar.
Estr0ncío. Sr. Cadmio. Cd. Donario. Do.
Calcio. Ca. Cobre. Cu.
__4j._
De estos se encuentran en la naturaleza libres de toda combina
cion, que espresamos con la calilicacion de nativos, los siguientes:
oxígeno, nitrógeno, hidrógeno, azufre, cloro, carbono, arsénico, an
timonio, bismuto, cobre, hierro, plomo, mercurio, oro, plata, pala—
dio, platino y teluro; no hallándose los otros mas que en combina
ciones, en las que son estos tambien en general mas abundantes ó
en mezclas.
Coxnrmc¡ozv Y mezcnn.—La combi nacion da por resultado un cuer
po cuya homogeneidad no revela la naturaleza de los componentes,
cuyas propiedades fisicas se han modificado: en la mezcla, la natu
raleza y propiedades de los componentes no cambian, siendo visible
cada cual en las partes distintas que forman el todo. Los fenómenos
que acompañan á una y otra, las proporciones en que tienen lugar,
las fuerzas que á ellas presiden, son distintas. Dos cuerpos ó mas se
mezclan en todas proporciones sin que presenten fenómeno ninguno
particular, y su union será mas ó menos intima segun sea mayor Ó
menor la cohesíon: se combinan solo en proporciones múltiplas; en
el acto de combinarse hay siempre desprendimiento de electricidad,
calórico y algunas veces de luz, y la afinidad une sus partes de mo
do que no puede separarlas una fuerza física.
La ley de proporciones múltiplos limita mucho el número de com—
binaciones que sin ella existirían, y por tanto, el número de espe—
cies minerales; así como la circunstancia observada de que en toda
combinacíon natural ha de entrar por presicíon á formar uno de sus
elementos alguno de los 20 cuerpos siguientes: oxígeno, hidrógeno v
azufre, selenío, cloro, broma, yodo, flu0r, carbono, boro, silicio, ti
tan0, tántalo, teluro, arsénico, fósforo, antimonio, tungsteno, osmío
y mercurio.
Estos cuerpos entre si ó con alguno de los restantes forman, com
binándose dos un compuesto binario, por ejemplo, ácido mrbóm'co
galena; tres un temario, resultado generalmente de la union de dos
binarios que tienen un elemento comun, por ejemplo, caliza, jacinj
to; y mas, compuestos complicados resultado de la uníon de dos °
mas de los anteriores, por ejemplo, sílicalos dobles, cobre gris, etc'
Mezclados dos ó mas tambien en cualquiera cantidad, dan lugar á
sustancias minerales si, pero no á especies de composicion definida
__42_
lllo¡.úcuus.—Todos están formados de partes que pueden separar
se mecánicamente y dividirse; pero esta division ha de tener precisa—
mente un término en partecillas cuya magnitud no permite ulterior
separacion, y en donde se encontrará lo que en los minerales puede
llamarse el individuo. Estas partículas, cuya union constituye el cuer—
po, son los llamados álomas ó muléculas.
Fuenzas que una LAS uo:.úcuus —En el cuerpo simple, las mo
léculas son ¡ambien simples ó elementales, están reunidas por la co
hesion, y esta la que hace que el cuerpo, segun su mayor ó menor
energía, tenga mas ó menos adherencia: obrando dicha fuerza tan so
lo sobre las moléculas semejantes y siendo fuerza lisica, es la única
que existe en los cuerpos simples que las tienen todas de igual natu—
raleza, y otra fuerza física basta para destruirla. Los cuerpos com
puestos tienen dos ó mas especies de moléculas unidas entre si por
la afinidad, dando lugar á moléculas compuestas sobre que siendo
ya todas iguales, obra la cohesion como en las anteriores, pudiendo
ser destruida por otra fuerza física, pero que no alcanza nunca á se
parar las moléculas distintas que unidas forman las compuestas. Las
primeras se llaman moléculas constituyentes y átomos elementales;
las que resultan de su union átomos compueslos, moléculas integran
tes, y siendo unas mismas en el cuerpo simple, una misma será la
molécula constituyente é integrante. En el plomo, por ejemplo, to
das las moléculas son de plomo y están unidas por cohesion, cada
una es á la vez molécula constituyente é integrante; en la galena,
una de azufre y otra de plomo son las constituyentes, están unidas
por la afinidad, y ambas la integrante, que unida con otras sus
iguales por la cohesion, forman todo el cuerpo.
EQUIVALENTES.—ED las combinaciones, una cantidad dada de un
cuerpo reemplaza á otra dada de otro al unirse con uno mismo; ó lo
que es igual, dos cuerpos que se combinan con un tercero, lo ha—
cen en cantidades constantes que se sustituyen, esto es, que valen
igual. Esta cantidad es lo llamado equivalente. Claro es que to
mada la que se quiera de un cuerpo y dada a esta un valor, la de
los otros se deducirá sencillamente, viendo lo que de ellos es preci—
so para reemplazar a la primera en sus combinaciones. De convenio
se da el valor de 100 al equivalente de oxigeno, y son los de las
._,1.:,__

cuerpos restantes la cantidad ponderal que equivale á esta en las


combinaciones, ó la que se una con dicha cantidad de oxígeno para
formar su primer compuesto oxigenado.
Pa=o nónrco.—Si además se supone que el átomo tiene, cual no
puede menos, un peso, y se señala uno a este mismo cuerpo, los
otros tendrán tambien el suyo en relacion con él, y cuando se com
binen, puesto que no pueden hacerlo sino en proporciones múlti
plas, habrá una relacion entre las cantidades ponderales de cada
uno de los que se han unido, que será la misma que tienen los áto
mos.
Arucncmx una nsoucm,r nnrnsssxun LA coneosrcro.n.—Bepre—
sentamos esto, diciendo que un átomo de azufre, por ejemplo, se
une con otro de oxígeno, el mismo con dos, con tres, etc., y ó lo
que es igual, que una cantidad dada de azufre, que por lo que hace
poco dijimos, es el equivalente, 201, y lo que pesa un átomo, se
halla unido con 100, con 200, con 500, etc., de oxígeno, ó en re—
lacíon de un átomo con un átomo, uno con dos, uno con tres; y los
compuestos podrán representarse como el resultado de la union de
tantas moléculas integrantes, cuantas resultan de la uni0n de las
constitutivas ó elementales que concurran en relacion de i y 1 en
el l.°, l y 2 en el 2.°, l y 5 en el 5.°, etc.
Cuando decimos que un cuerpo está compuesto, por ejemplo, el
sulfuro de plomo de un átomo de plomo y otro de azufre, damos á
entender que en él se encuentran uno y otro cuerpo en las propor—
ciones de 1294 del l." y 201 del 2.°; de lo cual fácil es dedu
cir la proporcíon que en 100 partes tenga el compuesto del ele
mento plomo y del elemento azufre; así, 1495, suma del peso ató—
mico de los dos átomos de plomo y azufre que forman el sulfuro:
20l, peso atómico del azufre :: 100: 15,45; y 1495: 1294::100:
86,55. Llegamos al mismo resultado, si analizando el compuesto
separarnos sus elementos: en 100 partes del sulfuro de plomo se en
cuentran 86,55 de plomo y 15,45 de azufre; si estas cantidades las

d ividimos por el corresp ond ¡ente pe so atómico ———-—-—-


1249 Y ———
86,55 15,45
201

resultan 692 y 669, cantidades casi iguales y que podemos decir i


_44_
y l, ó equivalente y equivalente, que es aquí [ambien el átomo. La
espresion de la composicion es así el resultado del análisis.
Cunnros nnscrno-rosrr1vos v nscmvos —-En los compuestos hay
cuerpos de desigual tendencia electro—química y uno es siempre mas
electro—negativo y otro mas positivo. Antes se llamaba á aquel mí—
neralizador, este mineralizado, y si ambos nombres no exigen recor—
darse, por lo que significan, si la consideracion anterior para com—
prender la eomposicion (le los minerales y los fundamentos de algu—
nas clasificaciones.
En el ejemplo anterior el azufre es el elemento electro—negativo,
‘nv-.r—.¡¿nue
el plomo el positivo; en la caliza el ácido carbóníco el negativo, la
cal ú óxido de calcio el positivo, etc.
El estudio detenido de cuanto precede y el análisis de los cuerpos
son especialmente de la Química. El mineralogista toma los datos
que esta le suministra, y no altera los cuerpos mas que para dedu—
cir su naturaleza, recogiendo los fenómenos que en sus ensayos
ocurren.
S ll.
Ensayos.

Para conocer la eomposicíon de los minerales empleamos unas


veces el calórico, otras diferentes líquidos; los ensayos en el primer
caso se llaman por vía seca, en el segundo por vía húmeda; en am
bos las operaciones tienen lugar sobre porciones pequeñas de los
cuerpos, cuidando de que sean las mas fáciles y sencillas posibles.
Ensavos ron vu snca.—Para operar por vía seca, necesitamos es
poner el cuerpo á una temperatura elevada, observando los fenóme—
nos que ofrece, solo ó acompañado de otros cuerpos que con él se co
locan. Logramos esto por medio del instrumento llamado soplete»
En su máxima sencilla no es mas que un tubo metálico, cónico, en
cerrado en su porci’on última en que tiene un pequeño orificio, ter—
minacion dela cavida central mas ancha por el estremo opuesto.
Para evitar que, condensándose el vapor de agua que se aspira s0
plando por el lado ancho, se interrumpe la corriente de aire, se los
construye con una capacidad esférica en el tercio último; y mejor
perfeccionado, con dos tubos cónicos rectos, uno largo que entra á
_45__
enchufe en una pequeña cavidad cilíndríca, y otro corto unido á es—
ta formando ángulo recto con el anterior, y que llevan, el largo una
boquilla de hueso en el estremo, y el corto tubitos de platino adap
tables á su punta, con un agujero de diámetro desigual cada uno.
Para operar con este instrumento, todo está reducido á soplar por
la. abertura mas ancha, formando así una corriente constante de
aire, que dirigida sobre una llama, produce un dardo de fuego a
que se espone el mineral objeto del ensayo.
Lurm.-—-La llama por consiguiente ha de acompañar á este ins—
trumento, y si bien la producida por los diferentes cuerpos combus
tibles no siendo muy pequeña, puede servir, se prefiere la de una
lámpara alimentada por aceite o alcohol á las de las bugias, llevan
do ventaja e| aceite en cuanto á poder calorífico al alcohol, preferí
do por otros por la limpieza de la llama. En cualquier caso los cuer—
pos volátiles que se queman obran sobre el mineral, además de por
la temperatura resultante, químicamente segun el punto de la llama
en que se coloca. En el estremo del dardo luminoso la temperatura
es alta, pero en contacto el cuerpo con el aire puede oxidarse; mas
en el centro de aquel y rodeado completamente por el dardo, la lla
ma tiene menos temperatura, bien que el cuerpo se reduce mas fá—
cilmente por los elementos de la misma. Al primero se le llama fuc—
go de oxidacion, al segundo de retluccí0n.
Susrc:vn’cums.-—Para colocar los minerales á la accion del so
plete se usan medios diversos: unas veces es solo un carbon de pino,
lo mas compacto posible, eu que se escava un hueco que pueda am—
pliamente contener la porcion que va á ensayarse; otras una pinza, '
cucharilla, papel ó hilo de platino que lo sostengan, y algunas, cap—
sulillas de porcelana. Lo primero y mas usado antiguamente se pre—
tiere todavía cuando se haya de obtener un boton metálico; los uten—
silios de platino en otros casos, y cada uno segun el cuerpo que se
esponga, y este sea solo ó acompañado de algun reactivo, lo que es
aplicable á las cápsulas de porcelana.
Funnanrcs.—Se ha dicho que no siempre se colócan los minera—
les solos á la accion del soplete, sino que se suele acompañarlos de
otros que se llaman fundentes ó reactivos secos. Son los empleados
ol bora.1:, el carbonato de sosa, la sal de fósforo y el m'lro, prefirien
_/.,6_
dose el primero por facilitar la fusion de los cuerpos formando vi—
drios de colores característicos con los óxidos metálicos; los otros
tambien ayudan la fu—ion y reduccion de los cuerpos, mas no llevan
ventaja al borux sino en casos muy limitados.
Frxóue.vos que se onsnavau EN Los cuenros que se msm AL soru:
u:.-—Solo ó acompañado el cuerpo que se sujeta á este ensayo, podrá
no esperimentar alteracion, decrepitar, volatilizarse, fundirse; sin
fundirse puede perder el color, la trasparencia, el lustro; los vapo
res que desprende, tener olor especial y ser mas ó menos visibles;
la fusion ser tranquila, con aumento de vol úmen y efervescencia,
y el resultado de ella una escoria, un vidrio ó un esmalte con color
distinto, ó un boton metálico; y se comprende que estos 'dat0s han
de suministrar caracteres diferenciales.
Conócense otros sopletes que suplen el esfuerzo mecánico y mus—
cular que en este necesitamos, ó que se alimentan con gases com—
bustibles; están,descritos en las obras especiales y no son usadas por
el minoralogista
Easnos ron vu aüuena.—Si en vez del fuego hacemos esperi
mentar al cuerpo la accion de los líquidos, se dice que lo ensayamos
por vía húmeda.
Los líquidos que para este empleamos son pocos. El agua destila
da, algunos ácidos, y un corto número de disoluciones de diferentes
cuerpos, bastan, entre todos los reactivos de que dispone el quimi
co, para nuestro objeto.
Fe:vóueaos our. se onsenvm EN Los ENSAYOS ron vu uúuem.—lil
agua disuelve algunos minerales y su mayor ó menor solubilidad, y
el sabor que la comunican ayuda á distinguirlos, quedando siempre
el recurso de echar sobre esta disolucion, otras que den precipitados
de colores y reacciones conocidas: algunos cuerpos que no son so—
lubles en agua, se hacen solubles fundiéndolos préviameute con po—
tasa ó sosa: sin esta preparacion se disuelven otros muchos en los
ácidos cnérgícos, mas ó menos lentamente en frío ó ayudando su ac—
cion por el calor; á este fenómeno acompañan otros, cuya observa
cion importa, como la misma inalterabilidad en este ó aquel li«
quido. Hay así cuerpos que no se disuelven en ninguno, otros que
lo hacen en uno y no en otro, cuya disolucion es completa ó incom—
_1,7_
plata, viva ó lenta, tranquila ó con hervor mas ó menos abundan
te, efervescencia; el gas desprendido es incol0ro ó coloreado, se
forma ó no un precipitado blanco que queda en el fondo de la vasija
en que se colocan; las disoluciones tienen este ó aquel color, y se
alteran ó no con la de otro cuerpo, dando en el primer caso preci
pitados de colores y propiedades distintas, que manifiestan siempre
la naturaleza del cuerpo que se ensaya.
La solubilidad en el agua, por ejemplo, y el sabor que la co—
munican, distinguen bien la sal coman y la de higuera, y una di
solucion de plata en la primera y de barita en la jsegunda, ma—
nifiestan el cloro de la una y el ácido sulfúrico de la otra, como
otros reactivos el sodio y magnesia de cada una. El diamante es in—
soluble en todos los ácidos; el oro y el platino se disuelven solo en
el agua régia: son solubles en el nítrico los carbonalos, pronto y con
efervescencia abundante el de cal, lentamente el de cal y magnesia:
la efervescencia da un gas incoloro, que es coloreado cuando se di—
suelve un metal cobre, mercurio, eto.: unos completamente formando
poso blanco, otros antímom’o; la disolucion es incol0ra en un0s, en
otros tiene color, y siempre otras disoluciones precipitan en ellas de
nn modo que los da á conocer; el hierro en azul con el ferro cyanuro
potásico, el cobre en pardo de castaña con el mismo reactivo, el
plomo en amarillo con el cromato y y0duro potásicos, etc., etc.
SlGNOS Y rónuuus—Hemos visto los signos con que representan
los químicos los cuerpos simples: los mismos empleamos aquí, y co
mo los químicos formulamos los compuestos con los de los simples
reunidos, espresando con números en forma de coeficientes ó espo
nantes la relacion atómica que tienen. Pl) Su, fórmula del sulfuro de
plomo, espresa un átomo de plomo y otro de azufre; SO5 del ácido
sulfúrico, uno de azufre y tres de oxigeno; 2 SO‘, dos átomos del mis-—
mo cuerpo con igual relacion atómica, puesto que el esponente solo
multiplica aquí la letra sobre que se halla colocado, y el coeficiente
todas las de su derecha hasta un signo + si lo hay; K 0 S 0 ‘+Al
’O‘ 5 S 0 '+2t H’O, fórmula del alambre, espresa un átomo de
óxido potásico unido á otro de ácido sulfúrico, sal/alo potásico, con
otro de óxido aluminico, compuesto de dos de aluminio y tres de
oxígeno, combinado á su vez con tres de ácido sulfúrico, que tienen
--48——
tres de azufre y ‘nueve de oxígeno, sulfato alumím'co, y veinticuatro
átomos de agua, compuesto cada uno de dos de hidrógeno y uno de
oxígeno Estas fórmulas se han simplificado, representando en las
combinaciones algunos cuerpos de otro modo. El oxígeno y el azufre
que son los mas abundantes, se indican por puntos ó comas cuando
son elemento electro negativo, como no puede menos de ser siempre

el primero, así K 0 es igual á Íí, S 03 y la fórmula del alum—


bre espresada, esta .Su‘+ Il“, en la que notamos tam—

bíen una raya en el tercio inferior_ (l) de Al y H para espresar que


hay átomo doble ó dos átomos, como de convenio se hace igualmen
te en los cuerpos en que entran, haciendo de elemento electro—posi—
tivo en las combinaciones. El sulfuro de plomo será por lo dicho
l’b, el de antimonio Sb' S“, el óxido férrico Fe’ 0‘, Fe, etc., etc.
Fónuozas umenuóorcss.—Estas fórmulas llamadas químicas, in
dican con vigorosa exactitud la composicion de los cuerpos, y como
es difícil leerlos con precision cuando los compuestos tienen bases de
diversos grados de oxígenacion, cosa frecuente en los minerales, se
usa de preferencia en estos, de otras en que se suprimen los signos
de oxídacion, representando si la relacion que hay entre la de la
base y del ácido, pero sin cuidar de cual es el grado de oxídacion
de aquella: dichos compuestos se escriben además con las mismas
letras que el metal, pero cursiva; y cuando hay dos, el mas oxidado
con mayúscula, el menos con minúscula, el agua por Aq, represen
tando con coeficientes y es'ponentes como en las anteriores la rela—
cion del oxígeno. La fórmula química Ca0 CO' ó Ga es lamina—
ralógiea Ca Ci la del hierro magnético, Ée + ó Fe 0 + Fc’ 05
es la mineralógica fe+Fe y la del alambre dicha, K S‘+5 Al S‘+
25 .tq. Para pasar de estas á aquellas no hay mas que establecer la

(l) La falta de signo con la raya en el tercio Inferior nos obliga á representnrlo de
bajo, como tambíen aunque menos frecuente su hace.
._/,9__
relacion atómica que las mismas ‘espresan, fijando el grado de oxida—
cion de cada cuerpo, suprimido en las químicas al convertirlas en
mineralógícas, que marcan la proporcíon de los elementos que _for
man el cuerpo como el análisis lo da, pero no el grado de oxida
cíon. '
El cambio que se nota en el valor de coeficientes y esponentes de
unas á otras, da á las mineralógicas alguna confusion, efecto de su
misma sencillez, para el que está acostumbrado á las químicas, si
no tiene presente lo que los números representan en estas, enseñan
los ejemplos puestos, y aclararán las fórmulas de los cuerpos al tra
tar de cada uno en particular.
_¿;0__

CLASIFIC;\CION DE LOS MINERALES.


‘—%e—’
v

La teoría de las clasificaciones aplicada al reino mineral es la


Taxonomía mineralógica.
Como en los otros ramos de la Historia natural ha sido preciso en
Mineralogía algun órden que, facilitando el estudio de los minera—
les, haga ver sus relaci0nes, y consiguese esto por medio de las cla
sificaciones, que en esta como en las otras ciencias hermanas se han
prodigado de modo que á su vez necesitan las clasificaciones ser
clasificadas.
Dmsrmv oe LAS cus¡rxeacromzs.—Siendo una clasificacion cual
quiera distribucion ordenada de los objetos sobre que versa, mere
cen este nombre todas las que lo mismo pueden tener por objeto el
fácil hallazgo del ser que se busca, que su colocacion melódica. Son
posibles en liíneralogia,Ïaunr¡uc no se usen, las que se forman sin
atender á relacion ninguna con los minerales, tales serian las dis
puestas por órden alfabético; llámanse á estas clasificaciones empl—
ricas. Otras están2fundadas en propiedades que los cuerpos ofrecen,
establecen entre ellos analogías ójdesemejanzas y se conocen por
racionales.
CLASIFICACIONES ART]FIC|ALES Y NATURALES.—Pfll‘fl formar las cla
silicaciones racionales, en unas solo se cuida de la sencillez en la
formacion de grupos, empleando un carácter sea mas ó menos im
portante que separe unos de otros minerales, sin que en los gru
pos que resulten puedan por¿eslo encontrarse juntos los seres que
mas se parecen: en otras se atiende especialmente á dicha conside—
racion, yes condicion precisa que se encuentren mas cerca en los
grupos formados los seres mas semejantes, y en cada uno los que lo
son mas entre si;'_'para conseguirlo; se emplean varios caracteres,
_51__
dando preferencia á los dominantes y cuidando de su importancia
relativa. Estas se llaman clasificaciones naturales ó métodos, las
otras artificiales ó sistema. El método no puede ser mas que uno,
los sistemas muchos.
Lo mismo en unos que en otros los grupos primeros se dividen y
subdividen en otros menores, sin confundirse entre si, cuidando de
que el carácter ócaracteres empleados para formarlos no sea el
mismo en los distintos, ni se hallen en oposícíon los de un grupo con
los anteriormente usados para formar los en que él está incluido.
Vanon ne LOS muacrenes.-—-El método ó clasificaeíon natural es el
fin de la ciencia, al que aspiran todos, pero del que todavía distan
bastante las clasificaciones que como tales se ofrecen. No están acor
des los mineralogistas acerca de cual es el carácter de primer valor,
de aquí que lo que unos consideran como natural, sea artificial para
otros. Unos, así le deducen de la composicion química, y otros, fun—
dados en que los caracteres químicos solo pueden observarse con la
destruccion del cuerpo, y no son los que naturalmente ofrecen los
minerales, prefieren como de primer valor algunos fisícos. Aun en
tre los que siguen el primer modo de ver, hay diferencias en su
aplicacion y de aquí en los grupos y en las clasificaciones.
Podemos decir con los mas, que en Mineralogía tiene cabida el
principio de subordinacion de caracteres, porque en ella se encuen
tran unos que dominan á otros, cuya alteracion ó cambio trae con
sigo la de estos como dependientes de ellos; pero que no sufren m0
dificacion porque estos cambien;y siendo ello así, claro que los ta—
les deben ser lo; primeros en el establecimiento de los grupos. He—
mos estudiado los físicos y químicos, y visto que estos son constan—
tes en el mismo cuerpo, y lo son de tal manera que no un cambio
en la naturaleza del mineral, sino tan solo en la proporcion en que
se unen sus elementos, lleva consigo el cambio de todas las otras
propiedades. Varíen, en efecto, cuanto quieran los caracteres físi—
cos, mientras no haya cambio de composicion, los químicos serán
los mismos; pero varíe esta y no sea en cuanto á la naturaleza de
los componentes, sino solo en la proporcíon en que se hallan combi—
nados, y a tal cambio va unido el de la mayor parte de los caracte
res fisicos. Claro, pues, que aquellos son los de primer valor. Sí
_52_
guenlos inmediatamente la forma cristalina de que dependen á la
vez la refraccion doble y otros; su cambio ocasiona modificaciones
en los otros caracteres, menos las de composicion, y esto los da el
segundo valor, realzado todavía por las relaciones que el isomorfis—
mo establece entre cuerpos enteramente diferentes por su naturale
za; las propiedades ópticas, como dependientes de la forma crista—
lina son de igual valor que ella: y en cuanto al peso especifico, el
color, lustre, dureza, etc., son caracteres relativamente menos im—
portantes, que si sirven para diferenciar los cuerpos y el estableci
miento de séries que señalen puntos de vista generales, no para el
de los grupos primarios.
Gnuros nxoxómcos.—En las clasificaciones se establecen, partien—
do del individuo, grupos a que se da su nombre: una reunion de in
di\'iduos forma una especie, una de especies un género, una de gé
néros una tribu, una de tribus una familia, una de familias un ór
den, una de órdenes una clase, que es en lo que inmediatamente se
divide el conjunto de minerales. Algunos de estos grupos suelen fal
tar ó no emplearse cuando no hay necesidad de tantas divisiones, y
en cambio se forman a veces otros intermedios con el nombre de
sub-especie, sub—género, etc.; y tiene aquí importancia el de la va—
riedad que es inferior á la especie.
El individuo mineralágíco no se precisa tan exactamente como
en los seres vivos: en los inerles se halla representado por la mo—
lécula integrante que no puede ser aislada, y de las que con
tiene mayor ó menor porcíon un fragmento cualquiera, que se pue
de á su vez dividir en otros que las tienen igualmente y que será
siempre una reunion de individuos. Toda agregacion de moléculas
idénticas, sea el que quiera el volúmen bajo que se presenten, ba- ‘
brá de considerarse aquí como un individuo.
Forman la especie mineralo’gíca el conjunto de individuos que tie
nen los mismos elementos y en iguales proporciones. Para algunos
que dan importancia ó la forma primitiva, al anterior carácter de la.
especie ha de acompañar la cristalizacion en el mismo tipo, puesto
que sin cambiar la composicion hay sustancias dimorlas, y ya se ha
dicho cuanto afecta esto a los otros caracteres. En el primer caso,
todos los cuerpos simples y los compuestos de un modo constante,
_55_'.
son otras tantas especies minerales; en el segundo, forman dos las
sustancias dimorfas, que para los que definen la especie del modo
primero no son mas que sub-especiales.
En la especie hay tantas variedades cuantos son los cambios que
en ella producen sus diferentes propiedades físicas, esceptuada la
forma cristalina de tipo diverso, por ejemplo, la estructura, el lus—
tre, etc.
Con las especies mas análogas se forman los géneros Esta analo—
gía la establece también la composicion; pero de los elementos que
entran á formar el cuerpo, han elegido unos el electro—positivo y
otros el negativo. Como grupo natural el género está formado de
las especies que tienen el elemento electro-negativo comun y en las
mismas proporciones atómicas; sin embargo, hay autores que lo es
tablecen con el electro-positivo, y veremos las ventajas que esto trae
en el estudio, principalmente de algunas clases, que como los me
tales, lo que en ellos se busca es el elemento electro-positivo, y es—
to el que los hace minerales plomizos, argentiferos, etc. En otras
puede prescindírse de él, ya que en efecto el elemento electro-nc—
gativo es el que da mas semejanza.
Los géneros mas análogos entre si por el isomorfismo de su cle
mento electro—negativo que da igual fórmula atómica, forman la Iri—
bu; las tribus compuestas de distintos géneros isomorfos, la fami—
lia; las familias que tienen el elemento electro—negativo idéntico ó
isomorfo, el órden; y los órdenes de elemento electro-negativo se
mejante, la clase, que es el grupo primero: los intermedios que al—
guna vez se forman, se deducen igualmente del elemento electro
negativo.
Dmsrox m: LAS cr.ssrrrcncrorvns cxrsrnmzs.—Hallamos seguida
esta regla en alguna clasificacion ofrecida como la mas melódica;
pero ni se halla en las de una época anterior, ni enla actual es
aceptada por muchos. Nada mejor que las mismas clasificaciones
marea el estado de los conocimientos en cada una; y por ello y pa
ra la inteligencia de los libros en que se encuentran, es preciso dar
á conocer las mas notables. Pueden dividirse para esto en cuatro
grupos, seguu están basadas en unos ú otros caracteres, y al indi—
carlas, haremos notar lo que las aproxima ó separa del método.
—0 [.—-.

l." Clasificaciones mineralógicas fundadas en los caracteres es—


teriores.
Por lo espuesto anteriormente se deduce su poca importancia, y
no podía menos de ser asi, empleando caracteres esteríores, secun—
darios é insuficientes para la formacion de los grupos. Por esto han
sido completamente olvidadas las de Cronstedt y Brumer que se ha—
llan en este caso.
2.° Clasificaciones mineralógicas fundadas en los caracteres es—
teriores y en la composicion química
Como tales, figuran en primer lugar la de Werner, sabio profe—
sor de Freiberg, y la de Hausman, también profesor de Mineralogía
en Gotinga.
SISTEMA DE Wemvsn.-—Werner divide las sustancias inorgánicos
que llama fósiles en sencillas y compuestas; con las primeras, que
son los minerales, forma cuatro clases: l.a fósiles térreos; 2.‘ fósiles
salinas; 5.“ fósiles inflamables; 4.“ fósiles metálicos. Cada clase la
divide en géneros, cuyos caracteres, como los de estas, se deducen
principalmente de la composici0n, empleando también los esteriores
con que distingue las especies: los fósiles compuestos son las ro
cas que se estudian en Geología.
Se nota en esta clasificacion, que su autor, arrastrado por las re—
laciones que establecen los caracteres esteriores, colocó el diamante
entre los fósiles térreos al lado del zircon, a pesar de saberse en su
tiempo que era inflamable y como tal la de la clase 5.“: en la mis—
ma colocó por su insolubilidad las sales de cal, barita, etc., no
obstante tener la segunda para los fósiles salinos, y prescindió asi
mismo en otros casos de la composicion; y si nada de esto puede
rebajar el alto concepto de que goza, siendo estas faltas mas que
suyas, de la época en que escribió, su clasificacion es insostenible y
no se sigue hoy.
SISTEMA DE Hausman—Mas rigoroso Hausman en la aplicacion
de los fundamentos de Werner para su clasificacion, y superior por
esto á ella la suya, no ofrece sin embargo una correlacion exacta
entre ambas fuentes de caracteres, y reune á veces sustancias poco
análogas.
\.,n
—aa-—
5.‘ Clasificaciones mineralógr‘cas fundadas en la composicior:
química.
Entre estas se hallan las que se aproximan mas al método, las de
los autores mas conocidos y las que son generalmente seguidas. Kars
ten fue el primero que empleó esclus¡vamente los caracteres quími—
cos en la f0rmacíon de los grupos mineralógícos; siguió este cami
no Haüy en su primera clasificacíon de 1805; publicó luego Bron
gniart la suya en 1807; Berzelius otra en 1819; reformaron los dos
primeros las suyas en 1822 y 1824, introduciendo los cambios que
exigían los adelantos de la Química, como se víó obligado á hacer
tambíen Berzelius en 1828, despues de conocidos los descubrimien
hs de :llítscherlich sobre el ís0m0rfismo; y con estos datos presen
ta Beudant una en su obra de 1850, indicada ya en 1824, adop
tando lqs principios de clasificacíon presentados por Ampere, y Bron
gniart modifica en 1833 algo la hecha en 1824.
Desde entonces pocos cambios radicales se han ofrecido. Han apa
recido si, clasificaciones que cada autor ha creído deber formar,
vistos los defectos de las otras, y entre ellas cítaremos las de D'Oma
lins y Dufrénoy, que se ven en sus libros de manejo comun y no
escaso mérito.
lndicaremos algunas y será la primera la de Haüy de 18:22, se
gun la que están dispuestos muchos gabinetes y que se ha seguido
y sigue todavía en las aulas.
Cusrrrcacr0rv nn Haüv.—Forma con los minerales cuatro clases
que llama, ácidos libres, metales belcrópsidos, metales autópsidos y
combustibles no metálicos, y dos apéndices, una á la clase 2.“ con
la sílice y compuestos en que entra, y otro a la Ai.“ con las sustan—
cias pbitágenas. En la l.“ clase están los ácidos que se hallan en la
naturaleza en estado libre ó sin combinarse; en la 2.‘, las combina—
ciones de los metales que por los medios ordinarios no dan un bo
ton metálico, no tienen la densidad y aspecto ordinario de los me—
tales, ní los busca ni mira como tales el minero, (son metales pero
no lo parecen); en la 5.“, los metales y sus combinaciones que se
hallan en el caso inverso, por los medios ordinarios dan un boton
metálico, y como metales son buscados y considerados por el mine
ro, (son metales y lo parecen); en la 4.“, las sustancias no metáli—
._55_
cas que se queman. La sílice cabría por su carácter ácido en la cla—
se l.‘, pero ha preferido separarla con los compuestos en que en
tra, correspondientes los mas a la 2.‘, y la estudia como apéndice
a estas; como lo hace a la 4.“ de las sustancias combustibles de
origen evidentemente orgánico.
Divide las clases inmediatamente en órdenes ó en géneros, y for
ma estos segun el elemento electro—positivo, que antepone tambien
en la nomenclatura de las especies, dándolas dos nombres, uno ge
nérico, del elemento electro-positivo, otro específico, del negativo
concertado con aquel, v. gr., potasa nitratada, cal sulfatada. Las
variedades son tantas cuantas producen los caracteres secundarios,
testura, color, etc.
En las clasificaciones siguientes ya no es el elemento electro -po
sitivo sino el negativo el que sirve para la formacion del grupo ge
nérico, ya en todas las clases, ya al menos en algunas. .
Cusmcmon nn Bnunmr.—Beudant, que atiende á aquel esclu
sivamente, forma con los minerales tres clases que llama ga:ulglos,
lcucalytos y chroic/zolytos, segun el cuerpo que entr a como factor ele
mental electro-negativo, es gaseoso ó puede formar gases con el osi—
geno, el hidrógeno ó el fluor, ó no lo es ni puede formarln con estos,
y sus disoluciones son íncoloras ó coloreadas, (del aleman gaz, gas; y
los griegos leukos, blanco, croikos, coloreado, luó, yo disuelvo).
En cada clase se forman familias, terminando en ¡dos el nombre
del cuerpo que la caracteriza; de sílice sílícídos ó sih'cidas; de zinc
zíncídos, etc. Los diferentes estados de combinacíon del mismo ele
mento forman otros tantos géneros, y hay tantas especies en estos
cuantas son las combinaciones con otro cuerpo. Las sustancias dí
morfas son consideradas como subvespecies, y estas y la especie tie—
nen tantas variedades cuantas son las modificaciones por los otros ca
racteres, como en la clasificacion anterior.
Metódica como es esta clasificacion, y ventajosa por ello para la
ciencia, ofrece el inconveniente de alejar cuerpos que si el elemen
to electro—negativo aproxima y da mas analogía, conviene estudiar
juntos por el positivo que es de aprovechamiento en muchos casos,
y este nos esplica por qué no la vemos seguida en los autores que
han venido despucs.
l)'
_")¡_

CLASIFICACION ne Bnoncnunr.—Brouguiart en suúltima clasifica—


cion, 1855, divide los minerales en tres grandes grupos de inorgá—
nicos, orgánicos y organizados por su eomposicion. Con los inorgá
nicos forma las tres clases de gazolytos, metales au(ópsidos y meta
les helerópsidos, conservando una clase de Beudant, bien que no la
da la estensiou que este, y dos de Haiiy, y siguiendo al uno ó al
otro en la eleccion del elemento para formar los géneros; el positi—
vo en las dos primeras clases, el negativo en la tercera y compues
tos de sílice. El segundo y tercer grupo de cuerpos orgánicos y or
ganizados los divide en tres órdenes de acúliferns, Icidro-carbo—
nados y carbones fósiles, y con pocos cuerpos mas se hallan en
ellos las sustancias phitógenas del apéndice a los combustibles de
Haiiy. '
CLASIFICAC¡ON ns Dizi'násov.—Diifi'énoy sigue una clasificacion pa—
recida á la anterior, y por consiguiente a la de Ilaüy, de la que has—
ta recuerda voces usadas en su primera y en la química antigua.
Como Brongniart fomi‘a una clase, la de los gazalylos de este, deno-,
minacion ya empleada por Ampere, con los cuerpos simples que son
una de los clemenlos esenciales en las combinaciones como minera—
li:adores y los compuestos que forman entre si; dos, con los meta—
les heterópsidos, sustancias alcalinas y alcalino térreas y. térroas,
seguu que el elemento electro-positivo es un álcaIi, clase segunda, ó
una sustancia lérrea ó alcalino térrea, clase tercera; otra, la cuar
ta, con los metales autópsidos, que llama metales; una quinta, con
los silicalos, y la última, sesta, con los combustibles de origen orgá—
nico. En cada clase forma los géneros que exigen las diferentes ba—
ses, menos en los silicatos y combustibles. _
Cusnncscmn nc D’Onsucs.-—D’Omalius, como Berzelius, forma
una clasificacion enteramente química. Sus dos clases de metálicos
y koap/¡ylilos comprenden cada una dos órdenes segun el cuerpo
dominante de las familias en ellos incluidas, es un metal electro—
positivo ó negativo en la primera, y un álcali ó un metaloide en la
segunda. Las familias en que se dividen se terminan en idos, segun
este mismo principio dominante, auridos, tanlálidos, potásidos, si—
licidos, como ejemplo de los cuatro órdenes; y el mismo el que sir
ve para el establecimiento de los géneros.
_53__
4.“ Clasificaciones mineralógicas fundadas en las formas crís
talinas. ' '
Escluyendo los caracteres químicos como quiere Mohs, este ca—
rácter es el de primer valor, y así lo emplea de preferencia para ca
racterizar los géneros. Las tres clases que forma están basadas en
el peso específico, olor y sabor de los minerales, y los órdenes en
otros caracteres. Esta clasificacion natural, segun su autor, se dis
tingue por la precision con que están caracterizadas las especies, y
es seguida todavía en Alemania á pesar del desórden que introduce
en el agrupamiento la eleccíon de caracteres de tan poco valor.
Ayudado de la composicíon atómica, sirviendo esta para el esla
blecimiento de las órdenes, y aquella para la formacion de seis cla
ses, seguu el tipo cristalino, ha establecido otra el Dr. Bresdorf
menos conocida que la anterior.
CLASIFICACIOX ¿normes—¿Cuál de las dichas merece la preferen—
cia? Por las razones ya indicadas las fundadas en la composicion
química, y entre estas, aunque no fuera mas que por facilitar el es
tudio, las que atienden mas para formar el grupo genérico al ele
mento electro-positivo, dejando á salvo si es esto ó lo opuesto mas
natural. La de [laüy citada, que se sigue en el estudio elemental, y
segun las que se hallan dispuestas generalmente las colecciones de
minerales en los establecimientos de enseñanza, parece que debiera
preferírse por su sencillez, y en su defecto, si se consideran poco
sostenibles dos de sus grupos con el nombre de apéndices que lle
van, y quizá poco naturales como se encuentran la clase de combus—
tibles y de ácidos libres, y sin que tengan cabida todos los cuerpos
inorgánicos, alguna otra de las que mts se le parecen, como las
de Brongniart y Dufrénoy, fáciles de emprender como ella, que
atienden ambas para la formacíon del género en la clase de los me—
tales autópsidos al elemento electro-positivo aunque no lo sigan las
dos en las otros y que pueden mirarse, sobre todo la de Br0ngníart,
como mas natural. La de Dufrénoy se parece tanto á la de llaüy,
que sus clases son con corta diferencia las de este con los apéndices,
bien que con nombre distinto, incluyendo mas cuerpos la primera y
fraccionada la segunda en dos, y como liaüy atiende Dufrénoy, pa
ra formar el género al elemento electro-positivo, de cuya regla solo
-59
se separa en la clase quinta. Esta semejanza, al resultar del órden
establecido, casi el mismo que sigue el químico en el de los cuerpos
inorgánicos, facilitando el estudio al que no desconoce la Química,
necesaria al mineralogísta, y el hallarse en una obra estensa al al—
concede los que desean ampliar sus conocimientos, nos decide a
aceptaría para la descripcion de las especies minerales en este li—
bro, á pesar de las defectos que se la pudieran notar.
I
Antes debemos decir algo de su nomenclatura.
Nounxcnarum DE Los MINERALES.-—Ltls primeras denominaciones
empleadas por los que en la antigüedad trataron de estos cuerpos,
se referían á alguna particularidad de la sustancia ó á la localidad
de donde procedían. La pirila, porque se quema al fuego, la galac
lila, porque tinc el agua de color de leche, las piedras de Nazas, de
la India, de Frigia, por proceder de estos países, son ejemplos que
se han seguido mas modernamente, llamando, por ejemplo, espalos
á los minerales hojosos, de Islandia, por proceder de aquí, pesado,
por serlo mas que los otros, etc., etc., y nombres siempre equivo
cos, que pueden aplicarse á varios cuerpos, y que dicen poco ó na—
da de la naturaleza del ser.
Para evitarlos se hizo a plícacion en Mineralogía de la nomencla—
tura linneana, y á cada cuerpo se dió dos nombres, uno genérico y
otro específico, conservando para los simples el que desde antiguo
llevaba ó el que la Química les daba. De este modo y siguiendo la
nomenclatura química, se conocía, solo indicando el nombre, la na
turaleza del cuerpo sin dar lugar á error: ofrecía no obstante el
inconveniente de no distinguir los nombres mineralógícos de los
químicos; pero esto se evitó tambien, cambiando como hizo Haüy la
colocacíon del género y la especie, haciendo genérico el nombre es
pecífico de los químicos y específico su genérico. El sulfuro de plo—
mo de estos resulta así el plomo sul/arado del mineralogísta, su
carbonato cálcico, muestra cal carbonatada, etc. Las variedades se
espresan siempre, añadiendo un calificativo del carácter que la pro
duce, por ejemplo, cal carbonatada compacta, cal carbonatada ba
citar, etc., etc.
Esta nomenclatura tan sencilla no satisfizo sin embargo. En la
necesidad que se creyó de tener una propia, independiente de la
_(30__
química, se propuso dar á cada especie un nombre solo, ya dedi
cándola al que la descubrió, ya á un hombre notable en esta ú otras
ciencias, ya recordando la localidad en que se encuentra, ya algu—
na de sus propiedades; nombres todos, que como los antiguos, es
presan cuando mas alguna vez, una cosa poco notable de la natura
leza del cuerpo, comunmente nada, que son difíciles de recordar, y
de que se ha abusado tambien, dedicando algunos a personas que
nada tienen que ver con la ciencia.
Con la gaylusíla, beudanlila, humbeldlilíla, etc., que recuerdan
nombres gratos a los amantes del saber, hay otros de personas age—
nas á la ciencia: como ejemplo de los de localidad, citaremos la es
tr0ncfam'la v labrad0rifa; como de alguna propiedad la celestína y
aplclalosa; como de composicíon la míargyrüa y la poh'basita. En
todos casos se los termina en ita, en ¡sa o en osa, y las variedades
como se ha dicho, por ejemplo, andalusfla cn'sl‘ah’zada, andalusíta
compacta. o
Estos nombres y los anteriores son las que se dan a los cuerpos,
y que es preciso conocer ya que se usan ordinariamente como par
ticulares de la Mineralogía.

———o—QSQo————
-—üt— ’

DESCRIPCIÓN DE ESPECIES MINERALES.


amm

(BD;Á\BLE ll.a

CUERPOS SIMPLES QUE SON UNO DE LOS PRINCIPIOS


ESENCIALES DE LOS MINERALES COMPUESTOS.
Gazolilos de Brongniart. Melaloides de otros autores.

Los metaloides de los químicos con las combinaciones que entre


si forman, se incluyen en esta clase, que comprende así toda la i.“
de ácidos libres de Haüy mas alguno de sus combustibles. Dufré—
n0y, ampliándola seguu el fundamento e'u que la basa con algunos
metales, la hace menos natural; pero los géneros de metales autóp
sidos que incluye, esceptuado al arsénico metaloide para todos
hoy, los estudia en su clase de metales. De este modo conviene á los
que quedan el carácter del grupo de formar gases permanentes se
los ó combinados con otros cuerpos de la misma clase, como la ten
dencia electro-negativa y no hacer el papel de base cuando se com
binan con cuerpos de las otras clases. y

GENERO OXIGENO.

Se encuentra este cuerpo en estado gaseoso formando el 21 por


100 de la atmósfera, en tal cantidad tambien las combinaciones
naturales, y desempeña papel tan importante en los fenómenos vita—
les y en las reacciones químicas, que aunque no lo describamos, no
._(;2_.
podemos dispensarnos de mencionarle. Abundantemente repartido y
produciéndose por las partes verdes de los vegetales á medida que
la respiracion animal, los focos de combustion y otras causas le
consumen, se conservan en el aire libre siempre en la misma pro—
porcion para que este no se vicie.

GÉNERO HIDRÓGENO.

Este metaloide es, si existe puro, escaso en la naturaleza. y co—


mo sustancia mineral carece de importancia; en cambio la tienen
algunas otras especies del género que forma.
Hmnócexo sunnnano.——Súlfntn In’drico. Gas hepático. (Composi
cíon: ll. 0,95, Su. 0,46.) Fórmula ll*Su.
Es un cuerpo gaseoso, incoloro, de olor fuerte ingrato particu
lar, no sirve para la combustion ni la respiracion, arde en contacto
del aire con llama azul y olor sulfuroso, y se disuelve en el agua
comunicándola su mal olor, sabor ágri0 y la propiedad de enrojeccr
las tinturas azules. '
Se halla en la naturaleza gaseoso, como producto de las male—
rias orgánicas en descomposicion; los exhala el suelo por las bendi
duras formadas en algunos temblores de tierra; también las bocas
volcánicas, principalmente los volcanes apagados, y las aguas que
lo llevan en disolucíou, en cuyo estado es mas frecuente. Estas aguas
se llaman sulfurosas, tienen un olor bien conocido y propiedades
medicinales que hacen emplearlas en todos los países. En el nues
tro citaremos entre otras muchas, las de Archena, Arechevaleta,
Elorrio, Gravalos y el Molar; y las de Bagnéres de Luchon y Ba—
reges de Francia; unas y otras de temperatura mas ó menos alta.
La accion deletérea de este gas, hasta mezclado en no gran propor—
cíon con el aire, da lugar á accidentes funestos cuando se respira,
que se evitan quemándolo ó mezclándolo con cloro que le descom
pone.
HIDRÓGENO cannomno.—Protocarburo de hidrógeno. Gas de los
pantanos. II C.
Es un gas incoloro, impropio para la combustion y la respiracíon,
mas ligero que el aire, en contacto del que arde con llama amari—
_55._
llenta, detonando con violencia cuando se aproxima una bugia á una
mezcla de ambos.
Bastante comun este cuerpo, lo exhalan, bien que no puro, las
aguas estancadas y el fango que queda al descubierto cuando se se
can las que cubren á este, de aquí su nombre de gas de los panta—
nos; en las salsas ó volcanes fangosos se desprende al mismo tiem
po que las materias salinas y térreas diluidas en el agua, que for
man los conos que las caracterizan; en otras partes sale del suelo en
lugares secos y pedregosos, y su combustion da lugar á los fuegos
naturales ó fuentes ardientes, mas visibles de noche, pero cuyos
efectos sobre el terreno que esterilizan y calcinan se notan siempre;
y es por tin producto comun en algunas minas de carbon de piedra,
gn’sou de los mineros franceses, en que mezclado con el aire da Iu—
gar cuando se inflama á esplosiones terribles, menos frecuentes ya
ó mejor imposibles sin un descuido, desde el empleo de la lámpa
ra de seguridad de Davy.
Italia tiene una porcion de puntos en que se produce este gas,
fuegos de Valleja, de Pietra Mala, etc. en los Apeninos; otros en
Sicilia, ya del suelo seco, ya de salms; pero los fenómenos tienen
lugar en mayor escala en los alrededores de Bakz, á las orillas del
mar Caspio, y varios puntos de la India, donde en algunm se bene
ficia para cocer cal, hornos de alfarería y hasta los alimentos con—
duciéndole a sitios convenientes dispuestos al efecto
Hmnóamo oxmsno.—-.tgua. (Composicion: H. “,10. O. 88,90.)
Aq.
El agua es un cuerpo liquido á la temperatura y presion ordina—
ria; pura no tiene olor, sabor, ni color en pequeñas cantidades,
tomando el verde mas ó menos oscuro en masas mayores; su peso
especifico sirve de unidad para el (le líquidos y sólidos. Tambien se
presenta en este último estado, formando la nieve, el hielo y el gra
nizo y en el de vapor.
En los dos primeros es lan abundante que ocupa la mayor esten
sion superficial de la tierra, conservándose sólida en los polos y al
tas montañas cuya temperatura no baja de 0°, y adquiriéndose en
los puntos mas bajos y de menor latitud, cuando la temperatura de—
crece_ hasta un grado igual: así, su densidad es menor y flota sobre
...(; '¡_
la masa liquida, por la forma que adquieren de estrellas de seis rá—
dios los prísmas exáedros en que cristaliza. Líquida, ocupa los gran
des receptáculos que limitan los continentes ó pequeñas cavidades
del interior, formando los mares, lagos, estanques, ríos y fuentes.
En estado de vapor existe siempre en mas ó menos cantidad en la
atmósfera. Muchos cuerpos inorgánicos, además la llevan en combi
nacíon y la tienen todos los orgánicos.
En la naturaleza no se presenta nunca químicamente pura; el
agua de lluvia que lo es mas, arrastra consigo y lleva todas las sus—
tancias que existen interpuestas en el aire; la que corre por la su
perficie ó interior de la tierra se apodera de las de los terrenos que
atraviesa; la de los mares está cargada de sales que la hacen amar—
ga é impropia para los usos de la vida. Las aguas de lluvia reco—
gidas con cuidado pueden servir para usos químicos; tambien airea—
das para beber; pero son preferibles para esto las corrientes, frías,
que aunque lleven 'dísueltas cortas porciones de algunos cuerpos no
tienen sabor ni olor, cuecen bien las legumbres y no cortan el jabon;
se llaman dulces ó potables, al revés de las de caracteres opuestos
conocidos por no potables y minerales.
El origen de las fuentes minerales es el mismo que el de las otras;
proceden de filtraciones a la superficie del suelo de aguas que cor
rían por el interior, y que puestas en contacto con las materias exis
tentes en el espacio recorrido han disuelto las que llevan: algunas
además, llegando a capas profundas en que la temperatura es alta,
adquieren la con que salen, mayor ó menor segun la profundidad de
que proceden y las circunstancias del terreno: siempre cuando pa
san de la que tiene el suelo en que nacen se llaman calientes ó lor—
males, así como las que solo tienen de la capa superficial de este ú A
otra inferior frias; bien que se conviene en llamar termales a las
de temperatura superior a 20" y frías a las de por bajo de estos
grados. Unas y otras se dividen por las sustancias que principal
mente las caracteriza en acídulas, alcalinas, sal/arosas, salinas y
ferruginosas, y las hay de todas y se emplean muchas en España .
como medicinales.
Entre otras cítaremos como ejemplos de los grupos en que se di ‘
vídeo, entre las termales, cuya temperatura lo mismo que en las
_65__
tries se refiere al termómetro de Reaumur, las de Archena (Mur—
cía) sulfurosas, de 42°; las de Ledesma (Salamanca) de igual clase,
de 40°; las de Caldas de Cuntis (Pontevedra) [ambien sulfurosas, en
que hay manantiales desde 16 hasta 48'; las de Caldas de Mombay
(Barcelona) salinas, de 5t a 56°; las Burgas de Orense, alcalinas, de
55 a 54°; las de Fuencaliente (Ciudad-Real) ferruginosas carbona—
tadas, de 52°, y las de Alhama la Seca (Almeria) acidulas sin hierro,
de 55°; entre las frias, las del Molar (Madrid) sulfurosas azoadas, de
15"; las de Aramayona (Alava), con dos manantiales, uno sulfuro
so, de 10°, otro ferruginoso, de tt; las mas notables ferruginosas de
Lazcano y Lapiritu (Guipúzcoa), de 8', y la de dos fuentes junto á.
Caldas de Bohi (Lérida), que no llegau a 3'. Hay otras muchas, at—
gunas mas conocidas y usadas que varias de las citadas, tales como
Fitero, Lanjarou, Onlaneda, Puerto Llano, etc., etc., cuya enume
racion no es de'este lugar.
La importancia del agua como cuerpo indispensable á los seres
vivos es de todos conocida.

GÉNEROS NITRÓGFNO Y GLOBO.

El azoe ó nitrógeno existe en grande abundancia en el aire, y lo


lleva en disolucion el agua de algunas fuentes minerales, por ejem—
plo, la del Molar, lo que nos obliga á indicarle aunque no tenga
grande importancia su estudio mineralógico. Es un gas incoloro,
inodoro, impropio para la combustion y la respiracion, que se com—
bina con otros cuerpos formando compuestos mas ó menos impor—
tantes bajo el punto de vista químico, pero no bajo el nuestro. El
aire atmosférico de que forma un 79 por 100, con otros 21 por 100
de oxígeno, una proporcion mayor ó menor de ácido carbóuicoy
vapor de agua, y que accidentalmente lleva algunas sustancias es
tranas, es no mas una mezcla de azoe y oxigeno en las cantidades
dichas: su estudio tambien interesante como cuerpo necesario á la
vida y como agente ó intermedio en muchas reacciones, no es tam
poco de este lugar.
El cloro no se halla libre; solo su especie ácido clorhídrico se
desprende continuamente de las bocas volcánicas, condensándose y
5
_(;g_
siendo arrastrado en disolucíon por las aguas que proceden de estos
terrenos ó alterando las rocas inmediatas; tambien lo lleVan algunas
aguas termales, pero su estudio corresponde mas particularmente á.
la Química.

GÉNERO CARBONO.

El carbono existe libre y combinado con muchos cuerpos. En el


primer estado forma las especies diamante y grafito: este, que pu
diera mirarse como nativo, parece ser las mas veces resultado del
metamorfismo de materias carbonosas, por lo que se estudia por la
mayor parte de los autores en otra clase. El diamante y el ácido
carbónico son así las solas especies del género en esta.
DIAMANTE.——El diamante es un cuerpo conocido desde muy anti—
gun, de los mas importantes y el de mayor valor. Está formado es
clusivamente' de carbono; pero el conocimiento de su composicíon
es mas moderno que su descubrimiento. La Academia de Florencia
en 1495 y Boile en 1675 manifestaron que á una alta temperatura
se quemaba dando un vapor acre: iguales esperimentos se repitie—
ron despues; sin embargo, la verdadera naturaleza del diamante no
fJé conocida hasta fines del siglo pasado en que los químicos neu
máticos la demostraron con toda exactitud. Newton lo consideraba
cuerpo combustible por un gran poder refringente, y en la clase de
los combustibles lo estudia Haüy.
‘ La naturaleza presenta el diamante cristalizado y amorfo: en el
primer estado es mas frecuente, conocido de mas antiguo y estima—
do que en el segundo.
El diamante cristalizado es el cuerpo mas duro de cuantos se co
nocen que raya á todos sin dejarse rayar por ninguno, (N." 10 de
la escala de dureza), y que le ha valido el nombre que lleva de ada—
mas, indomoble; cristaliza en el tipo cúbico, siendo la forma mas
frecuente la de octáedros regulares, bien que se hallen otras y entre
ellas algunas con las aristas y caras curvas; á pesar de su dureza
,se rompe con facilidad y la fractura es hojosa é indica el crucero
regular de su forma primitiva; tiene peso específico alto, (5,52), un ‘
lustre fuerte característico y gran poder rcfringente, por el frota—
_67__
miento adquiere electricidad vitrea, es muy poco altorable al sople
te, á una temperatura alta en contacto del oxigeno se convierte en
ácido carbónico, y los ácidos no le disuelven. v
Cristalizado siempre en una ú otra forma del tipo cúbico, y gene—
mlmente trasparente, es alguna vez trasluciente ó traslucido y hasta
opaco; tambien ineoloro por lo comun, suele tener matices poco in—
tensos verdoso, amarillo y gris, y estar mas coloreado de rosa,
verde ó azul; y si estos colores son limpios y vivos y no quitan la
trasparencia al cuerpo, son los individuos en que ocurre muy esti—
mados: los completamente negros valen poco.
El diamante am0rfo ó compacto tiene la dureza, peso y caracteres
químicos del anterior, pero no se presenta cristalizado, sino en pe
queños fragmentos irregulares anguloso redondeados, con superficie
negra como grafitosa, lustre un poco reinoso, fractura agrisada ó
negra, compacta, ligeramente cristalina cuando mas alguna vez.
El diamante amorfo no puede conf.mdirse por su dureza con nine
gun otro cuerpo. El cristalizado se distingue igualmente bica de to—
dos por esta, la cristalizacion y el peso especifico: tallado su brillo
y destello de luces le dan un carácter que unido al peso y a la faci
lidad con que pierde la electricidad adquirida por frotacion, ya que
la dureza no puede ni debe ensayarse, le distingue de otras piedras
finas talladas, topacio, esmeralda y corindon ineoloros, con que pu—
diera confundirse.
Los diamantes se encuentran en terrenos de aluvion antiguos, did
seminados en los depósitos de arenas, cantos rodados ó pudingas
groseras de estos; tambicn se los ha visto en el Brasil implantados
en una roca, la ¡lacolumt'ta, que consideran algunos como su primi—
tiva ganga, bien que otros creen que no es todavia el sitio en don-—
de se formó, sino una matriz secundaria posterior y mas moderna
que el diamante.
Los reinos de Goiconda y Visapur-en la India, la isla de Borneo,
el Brasil y los Montes Ourales son hasta el día los únicos puntos en
qee se ha hallado el diamante. La India y Borneo produjeron todos
los que se conectan antes del descubrimiento de la América: hoy es
esta la que da casi todos los que se introducen en el comercio, vi
niendo de allí rara vez. En la vertiente oriental de los Montes Ou
_53_
rales se hallaron en 1824, pero la produccíon de esta localidad es
corta é insignificante comparada con la del Brasil, que entrega anual
mente al comercio sobre 50,000 quílales de diamantes en bruto.
En todos los puntos el diamante se halla del mismo modo y su
tamaño es en general tan pequeño que de entre l0,000 diamantes
los 8,000 no llegan al peso de quilate, y es raro haya uno que pe
se 20. Por esto les de 5 a 6 quilates son muy estimados y tienen
gran valor; lo tienen mucho mayor los de 10 a 20 mas raros, y son
contados y piedras notabilisimas los que pasan de 100.
El diamante es la sustancia de mas alto precio que se conoce. Se
estima al peso y por quílales; cada quilate equivale á cuatro granos.
El quilate de diamantes en bruto buenos para ser tallados, cuyo pe
so medio es un grano, vale, prescindiendo de las alteraciones que
produce su mayor ó menor esplotacion y empleo, que influyen tam—
bien en este cuerpo, 200 rs.; si tienen mas peso, el valor aumenta
en razon del cuadrado de este multiplicado por el precio de cada
quilate; aun así, nos equivocariamos en mucho, si tomando por tipo
el valor del lote del quilate de diamantes, justiprecíariamos el que
tienen los que saliendo del peso del quilate, limpios y sin defectos
ofrece el comercio ya tallados. Hay que tener en cuenta que la talla
aumenta mucho su valor y lo aleja del que resulta por el calculo,
sentado: segun este, un diamante en bruto bueno para ser tallado de
dos quílales vale, 2><2><200=800 rs.; uno de tres, 5><5><200,
1800, etc., y el precio á que se venden los tallados es próxima
mente hoy, el de un diamante limpio de un quilate 1000 rs.; el de
uno de dos, 5200; y otro igual de tres. 6000; cantidades que dis-—
tan mucho de las puestas anteriormente. Los matices de lapiedra
que la quitan la valentía de luces, ó las imperfecciones interiores
de su masa, jardín de los joyeros, rebajanjsiempre el valor que tie
ne la limpia é incolora. Los diamantes de colores vivos verde ó azul
son muy estimados por la rareza, y aunque no tan buscados como
los incoloros pagados á mas precio; los de otros colores se estiman
menos. El quilate de diamantes pequeños, redondos, impropios para
ser tallados, que se destinan á reducirse á polvo para pulimentar los
otros, se vende a 48 rs.; y el de diamante compacto de l6 á 24
reales.
_69_
Cuando los diamantes pasan del peso que aunque no frecuente,
todavía se hallan algunos, salen tambien de toda regla enla aprecia—
cion del valor que solo mide el deseo y facultades del comprador.
Los antiguos usaban el diamante tal cual lo ofrece la naturaleza,
y así tenían mayor valor aquellos que eran naturalmente brillantes.
En M76 descubrió Luis de Berguem que podía desgastarse con su
propio polvo y darle las formas que se quisiera, y desde entonces
se usan los diamantes tallados en formas acomodadas que aumentan
el destello de luces y la belleza de la piedra. Las formas que se les
dan son refiriéndonos a como se los monta, la de rosa, en que se les
dispone con una cara ancha inferior ó posteriormente y otra ante
rior en forma piramidal ó convexa con muchas facetas (fly. 65); y
la de brillanle, en que se le da una cara ancha rodeada de una por
ciou de facetas tríangulares y rómboídaleg anteriormente y la for—
ma de pirámide truncada con muchas caras en la parte posterior,
(fly. 5t). La talla en brillante solo se aplica a diamantes de cierto
volúmeu y los hace perder una tercera parte de su peso cuando me
nos; es la que tiene mas belleza y valor y se monta siempre al aire.
Como es raro hallar diamantes de peso superior a 100 quilates,
los pocos que se conocen tienen gran celebridad. Como los mas n0
tables se citan, el del Radjha de Mattan, en Borneo, que pesa 500
quilates: el del Emperador del Mogol, de 207 quilates, segun Ta—
vernier, y valorado por este en unos 44 millones de reales: el Orlow,
comprado por la gran Catalina de Rusia en 8 millones de reales,
y una pension vitalicia anual al vendedor de 564,800 rs.; es del
grueso de un huevo de paloma y de mala forma: el del gran duque
de Toscana, que pesa 159 quilates, está tallado en rosa, tiene matiz
amarillento, y está apreciado en unos 10millones de reales próxima—
mente: el Regenlc, que pertenece á la corona de Francia, comprado
por el duque de Orleans en la minoría de Luis XV; pesa, como está
tallado en brillante, 156 quilates, coste 8,550,000 rs. y se estima
en mas del doble: el Kolc—i—noor ó montaña lúcido de la Reina de
Inglaterra, de peso hoy de 125 quilates, que tenia antes de la se—
gunda talla en brillante 186 y que perteneció al soberano de Labo—
re. Todos estos proceden de la India, no así la Estrella del Sud,
diamante de peso de 254 quilates, hallado en 1855 en 1tlinasgraes,
._70._
Brasil, que tallado ha quedado reducido a 125 quilates, y el mas
notable conocido de América, puesto que el de la corona de Porlu
gal, de aquel mismo punto, pesa, sin tallar como se conserva, 95
quilates.
El diamante se emplea en las artes para taladrar y brunir las
piedras tinas y cortar el cristal; pero el uso importante es el de ser—
vir como objeto de adorno en alhajas que tienen por él un precio
muy alto. Es la piedra tina mas hermosa y mas cara.
La fabricacion del diamante ha sido objeto de trabajos en dis—
tintas épocas, bien que sin resultado hasta hoy. A pesar de la infu—
sibilidad del carbono a las temperaturas de que se disponía, se creía,
en vista del origen que debe tener por los terrenos en que se en
cuentra, que la fusion del carbono era el medio de lograrlo cristali
zado, viniendo a robustecer esta idea la obtencion del mismo modo
del boro y el silicio, con las que y el carbono se encontraban ana—
logías. En tal suposicion se ha espucsto el carbono á temperaturas
altas empleando pilas de muchos pares, y el señor Desprelz, que es
el que mas ba alcanzado en esta empresa, solo ha podido obtener
pequeñisimos cristales, algunos incoloros y muy brillantes, y pe.—
queñas placas de gran dureza y con aspecto grafitoso como el que
adquiere el carbono en los altos hornos.
Otro camino indica para lograrlo el señor Ch. Simmler en los
anales de Poggendorf (1859): segun él, no debe el diamante su ori
gen á la fusion del carbono, sino a la disolucion en el ácido carbó—
nico, que desprendiéndose por las hendiduras y poros de la roca ha
dejado cristalizar el carbono que tenia en disolucion, y esplica de
este modo fácilmente la presencia de fragmentos de cuarzo vistos al
guna vez en el diamante, y que se hallen uno dentro de otro. Si
realmente el carbono se disuelve en el ácido carbónico, hay que es
perar se puedan obtener diamantes artificiales por este medio, inde—
pendientemente del primero seguido, despues de la aplicacion del
nuevo aparato de los Sres. Drion y Loix para convertir los gases al
estado liquido, y los esperimentos á que con tal objeto se dedican.
7 La obtencion artificial del diamante, si se logra por uno ú otro
medio, robajará el alto valor que tienen los naturales, pero no los
quitarán sus propiedades y belleza.
_71__
Áctno cansómco.——Compuesto de C. 27,68, 0. 75,52. C 0' ó C.
Cuerpo gaseoso, ineoloro, inodoro, mas pesado que el aire 1,52,
no sirve para la combustion ni la respiracion, es soluble en el agua
comunicándolas sabor agrio, y las propiedades de enrojeecr las
tinturas azules vegetales y precipitar el agua de cal.
Encuéntrase en abundancia en la naturaleza gaseoso y disuelto
en diferentes aguas. En el primer estado, es resultado de la com
bustion y respiracion animal, y principalmente de emanaciones vol
cánicas, d‘e volcanes en actividad, ó apagados, ó del suelo de gru
tas calizas, ó de minas metálicas. Si estas emanaciones tienen lugar
en puntos donde las corrientes de aire no hagan se mezcle y se re
parta en la atmósfera, se deposita en razon de su densidad en las
partes mas bajas y da lugar a fenómenos como el tan conocido de
la Gruta del perro en Nápoles y el Valle de la muerte en Java, de
que tan terrible pintura nos hacen los viajeros. Lo mismo sucede en
algunos pozos y minas, siendo debido á él, las mas veces, el que se
apaguen las luces en estas y en las grutas, de lo que tenemos no
pocos ejemplos en nuestro suelo. Citaremos como mas notables una
escavacion artificial de tres metros de profundidad que hay entre
Granátula y Valenzuela , en que no es raro hallar muertos por
asfixia los pájaros, liebres y zorras que llegan a beber el agua que
hay en su fondo, y los pozos del Pedret cerca de Gerona.
En estado de disolucion en el agua se halla tambicn en muchos
puntos, siendo unas veces las aguas termales y otras frías. Sirven
de ejemplo las de Puertollano y Hervideros de Fuensanta en la Man—
cha, Ias de Alange, Marmolejo, Solan de Cabras, etc., y tantas co
nocidas como acr’dulas de dentro y fuera de España.
El ácido carbónico se emplea bastante en la preparacion de car—
bonatos y bebidas gaseosas; mas el natural, si se esceptua el uso
médico que tienen las aguas acidulas, puede ser considerado como
sin aplicaciones. '
_72__ ,

GÉNERO BORO.

Acme nómco.—Acid0 bordcico. Sassolino de Beudant. Sal seda—


ti'va de Homberg. Compuesto de boro y oxigeno mas agua, 190+Aq
ó B00‘+H’O.
Se presenta en escamas delgadas, blancas, brillantes y nacaradas,
untuosas al tacto, separadas ó reunidas en pequeños fragmentos,
casi sin sabor, poco solubles en agua fría, bastante en caliente, fu
sibles fácilmente al soplete con desprendimiento del agua que con
tiene, y que comunican a la llama del alcohol con que se ha mezcla—
do color verde.
Pocas veces lo ofrece la naturaleza en estado sólido: se halla así
en los cráteres de los volcanes, procediendo del de Vulcano los
ejemplares que figuran en las colecciones y donde lo observó el se
ñor Lucas: mezclado con el azufre se halla tambien en las islas de
Lipari; pero el modo habitual de encontrarse es en disolucion en
las aguas de los lagos que en Asia y en Italia producen las [uma—
rollos.
Son estas erupciones de vapor ó alta temperatura (200°) que se
elevan a veces hasta la altura de 10 á 20 metros de las hendidu
ras del terreno en forma de blancas columnas de humo, con ruido
semejante al que produce el que sale comprimido por las válvulas
de las calderas de vapor. En Italia llaman á estos surtidores so/‘/io—
ni, y á los pequeños lagos que de la condensacion del vapor resultan,
Iagom‘; y así como los de otros países vienen acompañarlos de ácido
clorhídrico, sulfuroso y snllidríco, arrastran aquí ácido bóríco que
queda disuelto en los lagos, de donde se separa por evaporacíon,.con
grande economía desde que para ello emplean el procedimiento deI
conde de Lardero], que ha hecho no se importe del Asia esta sustan
cia. Es curioso y debe hacerse notar para la csplicacion del fenóme
no, que si los sófioni no atraviesan agua y salen en terreno seco, no
producen al condensarse ácido bóríco; cuando por el contrario, si los
vapores tienenque atravesar alguna masa de agua se carga de áci
do. Por esto cuidan en el país, (Toscana), de hacer lagos en los sí—
tíos donde hay erupciones de vapor, que abandonan muchas veces
_75_
los antiguas salidas para procurarse otras, y que a veces (ambien
ocasionan lagos subterráneos, lan a la superficie del suelo, que hasta
el peso del cuerpo para que se hunda el pié en una masa de agua
caliente produciendo molestas quemaduras.
Asimismo se ha hallado este ácido en las márgenes de la fuente
de Sasso, y de aquí procede el nombre de sassolino dado por Ben
dani.
Sirve para preparar el borax y el crémor soluble, y se usa en Me
dicina, bien que el empleado es siempre artificial.

GÉNERO since.
Este cuerpo metaloide se halla abundante en la naturaleza, nunca
libre, sino siempre combinado con el oxigeno, formando la especie
sílice que a su vez combinada con muchos óxidos básicos da lugar
al estenso grupo de los silicatos.
Esracm avanzo—Cuarzo. Silicc pura. 0.cido de silicio. Compues
to de silicio y oxigeno. Si.
Se presenta con caracteres bastante distintos para formar varias
sub—especies: Hatly la divide en cuatro, Dufrénoy en seis: todas son
materias lapídeas insolubles en los ácidos, que pueden disolverse en
el agua cuando se han fundido con un escaso de potasa ó sosa, y de
cuya disoluciou precipitan los ácidos la sílice en estado gelatinoso.
Sun-asesora cuxnzo niALiN0.—Recibe este nombre por su traspa—
rencia, y sensiblemente pur0'en las variedades incoloras, debe su
color en las otras á diferentes óxidos metálicos. Preséntase en masa
ó cristalizado con dureza de 7, da chispas con el eslabon, tiene lus—
tre y fractura vitrea, pese especifico de 2,64, losforece cuando se
frotan dos fragmentos en la oscuridad, y es infusible al soplete. Su
forma primitiva es un rombóedro, rarisímo en la naturaleza, siendo
frecuentes el prisma de seis lados apuntando por pirámides de caras
triangulares, algunas veces desiguales; el dodecáedro triangular, y
algunas otras, que siendo trasparentes todas dejan ver la doble re—
fraccion.
Diáfano é inc_oloro naturalmente, tiene con frecuencia en combi—
nacion ó en mezcla sustancias eslranas que lo eolorean ó quitan su
.__7 ¡..
trasparencia. Aquella variedad es la llamada cristal de rora: las
otras toman nombre segun su color; recibe el de cuarzo coman
cuando se encuentra en masa lechosa; amah'sla cuando tiene color
violado; cuarzo lopacío, lopacíos de ¡haojosa, cuando amarillo; cuar—
20 ahumado, diamante dc Alenzon, cuando negro, por un poco de
betun interpuesto en su masa; cuarzo hematodes, jacinlos de Com
postela, cuando rojo opaco por el óxido de hierro, y en cristales lim
pios; cuarzo rubiyinosa, cuando con igual forma y aspecto, tiene el
color amarillo del hidróxido del mismo metal; cuarzo prasen cuan
do verde; rodila cuando rosa; aventurínado, vulgarmente venturína,
cuando da reflejos vivos por las laminillas brillantes que se hallan
en medio de una masa oscura ó rojiza; ¡risado, cuando refleja los
colores del arco iris, descomponiendo la luz en las hendiduras de
su masa; girasol, al que de un fondo lechoso desprende reflejos azu—
les y de color de aurora; y cambiante y ojo de gato al de 'rellejos
tambien vivos y variados. Contenicndo en su masa diversos otros
cuerpos, asbesto, ratito (cabellos de Vénus), hierro magnético, oli—
gisto ó piritoso, oro nativo, clorita, turmalina, etc. Con formas y es—
tructuras, ¡i mas de las cristalinas y en masa, laminares, aciculares,
fibrosas, concrecionadas, granulares, compactas, arenáceas: la va
riedad arenácea compacta, cuarcífa, es la segunda sub-especie de
Dufrénoy, cuarzo compacto.
Sun-nsrscu cusnzo Acum—Compuesta esta sub—especie como
la anterior de sílice con materias colorantes, es constantemente pro
ducto de concreciones que se manifiestan por capas concéntricas, de
color uniforme ó variado, traslucientes, de fractura concóidea y as—
tillosa. Ofrece muchas variedades por su coloracion: llámase calce
dom'a á la que tiene trasparencia nebulosa y color lechoso con ma
tices amarillentos ó azulados; carncrínas, a las que lo tienen rojo
de sangre; sardaníces, á las de color de naranja; zafirínas, a las
que lo tienen azul: cr:lroprasat‘, a las que verde vivo de manzana;
plasma, las que traslucidas como la anterior, su fractura es concoi—
dea y el color varia entre el verde de prado y el verde de puerro;
heliotrapo, si a este color vivo en masa poco traslucida, acompañan
puntos de color rojo sangqineo; y 0m'ce, si los colores están dispues—
tos en zonas concéntricas bien distintas: sin esto se llaman listadas,
—,75-—
caando la coloracion está en rayas; j1speadas, si dispuestas con ir—
regularidad; si semejan herborizaciones dendríticas ó arborízadas,
etc. , etc.
Los lapidarios llaman orientales a las que pulimentadas presen—
tan en su interior venas ó puntos redondeadas de buen efecto.
Citanse calcedonias en cristales romboédricos y zafirinas en cú—
bicos: en uno y otro ca-o son formas prestadas, siendo las propias
de la sub—especie la mamelonar, gutular, geódíca y estratiforme.
A la silex, cuarzo ágata pírómaco de Haüy, se refieren las dos
sustancias llamadas pedarnol y piedra molar: la primera compacta,
de fractura concoidea, menos trasparente que las variedades de laga—
ta, poco lustrosa y de color gris y hasta negro; la se;u.¡da en masas
cariadas, con las células huecas ó llenas de una arcilla rojiza endu
recida, y cuya fractura varia por esto. La relacion entre los llenos
y los vacíos es la que decide de su aplicacion como piedra de mo—
lino.
Sea-esrscm cusnzo nasmrs.—lteeíbe este nombre por su aspecto
resinoso. Está compuesto de sílice, pero con agua en proporcion de
5 á 12 por 100; no cristaliza, y su lu.<tre y color difiere en las sus—
tancías que comprende, conocidas por ópalo las variedades de re
flejos vivos y coloreados, noble, oriental, girasol, de llamas, de
fuego, de ojo de gato y arteqm’n. segun su tinta general y los refle
jos; por semíópolo, las blancas lechosas ó parduzcas sin los últimos;
y por ltídrófano, (orulus mundi), la variedad opaca, que se vuelve
trasparente puesta un momento debajo del agua.
Sue—esrecm cunzo usre.—Tíene opacidad completa, fractura
igual ycompacta, y es considerada como ágata sobrecargada de
arcilla ferruginosa que la da sus nuevas propiedades; viéndose en al—
gunos casos participar del carácter de una y otra sub—especie, por lo
que se llama ágata-jaspe ó jaspe-ágato. Le hay de varios colores,
y estos estendidos en toda la masa ó repartidos en fajas ó con ¡rre—
gularidad, produciendo dibujos agradables semejantes a los de los
mármoles. A esta sub-especie corresponde la piedra de toque ó de
Lydia, nombres que ha recibido por el uso á que se destina, ó la lo
calidad de donde procede: es un jaspe teñido de negro por una gran
cantidad de carbon.
__76__
El cuarzo terroso, llamado Iripoli, está formado en su mayor
parte de sílice granosa, y varia de color segun las localidades. El
aílez néclico, así llamado por flotar en el agua mientras no le ha
penetrado esta, se presenta en masas opacas de un blanco mate, es
la última variedad que indicaremos.
Yacunenvo, nocaumnns v usos na rms v amas sus-nsrzcrss.—
La sílice se encuentra en todos los terrenos, pero no todas las sub—
especies en los mismos ni de la misma manera.
El cuarzo hialino forma filones que atraviesan las rocas antiguas
y otras mas modernas, acompañado de minerales Iapídeos, y sír—
viendo de ganga á muchos metales: en los huecos que han quedado
en la masa al enfriarse se encuentran las variedades cristalinas, y le
hay de este modo procedente de las montañas de los Alpes, Guadar
rama, elc.: hace asimismo parte de las rocas graníticas que ocupan
una gran estensíon de la superficie del globo, y forma tambicn mu—
cha parte de las arenas de los terrenos de aluvion.
Además del empleo que tienen las variedades incoloras para fa—
bricar anteojos, llamados de cristal de roca, y para la de otros ob—
jetos de bisutería, vasos, etc.; las coloreadas reemplazan las pie—
dras finas del mismo color, siendo la mas empleada la amatista; la
areaa entra en la preparacíon del cristal artificial, y con la cal en
las mezclas para construccion.
La sub—especie ágata se halla en varios terrenos, pero en todos
su formacion es posterior á los mismos, presentándose en filonesy
nodulos, y reemplazando alguna vez á cuerpos orgánicos ó á otras
sustancias cuya forma cristalina afecta, lo mismo en los terrenos
de sedimento antiguos que en los volcánicos, porfídicos y graniti
cos. El ducado de Dos Puentes, varios puntos de Francia, Siberia,
la India, China, y en España el cabo de Gata, suministran unas ú
otras variedades. Los usos son servir de piedra de adorno pulimen
tados las variedades de buen aspecto, en collares, camafeos, etc., y
otras en morteros: la crísoprasa es entre todas la mas buscada y
que se paga á mas precio.
El pedernal se encuentra diseminada en riñones en los terrenos
cretáoeos y jurásícos, y es abundante en España en estos, benefi
ciándose para usarlo como piedra de chispa y en construccion ó
._77_.
empedrados. La piedra molar se halla en los terrenos terciarios, y
se esplota en España en muchas localidades para el uso que su nom—
bre indica.
El cuarzo resinita es poco abundante y no forma mas que li
geras venas, ó masas poco considerables, en los terrenos volcánicos
ó porñdicos. Las variedades usadas como piedra de adorno vie
nen de Hungria y de América, y el hidrófano de Sajouia. Su
erigen esplica bien sus caracteres y las petrifícaciones á que da
lugar.
El jaspe se halla en los criaderos de la ágata, el pedernal y el
ópalo, y forma á veces por si capas poderosas y filones en los ter
renos que aquellos ó en los de transicion, á que corresponde siem—
pre la piedra de toque: lo hay en Egipto, Sicilia, Siberia, España,
los Alpes, etc. Sus usos son servir pulimentado, como piedra de 0r
namento, de mayor valor que el mármol por su dureza, que difi
culta el bello pulimento que recibe. En Italia, sobre todo, se hace
de él gran aprecio para construir jarrones y otros objetos de arte.

GENERO AZUFRE.

La naturaleza presenta este cuerpo en estado nativo y combina


do con el oxigeno, con el hidrógeno, con los metales, y formando
acidiiicado sales con diferentes bases Solo son especies del género
el cuerpo nativo y sus combinaciones con el oxigeno: ya se ha tra
tado la que forma con el hidrógeno, y los sulfuros metálicos y sul
fatos se estudiarán en su lugar respectivo. '
Azurns nmvo. Su.—lis un cuerpo sólido, de color amarillo de
limon cuando está puro, blanquecino, verdoso ó rojizo accidental
mente; por lo comun cristalizado, se halla algunas veces en masa
compacta, estalactitica ó pulverulenta; cristalizado es trasparente,
brillante, frágil, poco duro, 2,5, presenta doble refraccíon, adquie—
re frotándole electricidad negativa, tiene un peso especifico de 2,07,
y como cuando está en masa arde con llama azul y olor sofocante
de pajuela echado sobre las ascuas ó tratado al soplete, se funde á
“0‘? y se volatiliza completamente en vasijas cerradas.
Los cristales de azufre son octáedros mas ó menos alterados del
_73_.
tipo prismático recto romboidal, pues aunque el cuerpo es dimorl‘o
y cristaliza por fusíon en formas del tipo prísmático romboidal obli—
cue, los cristales naturales son de aquel: como variedades, tiene
además de las cristalinas, la concrecionada, compacta y pulveru
lenta.
El azufre se halla en la naturaleza en terrenos diversos. Humbolt:
ha encontrado pequeñas porciones en algunos filones metálicos de
América, pero su modo habitual de presentarse es en nodulos ó
riñones diseminados en medio de las capas de yeso y marga de los
terrenos cretáceos y terciarios, ó en los volcánicas como producto de
los mismos, ó de la descomposicion de aguas termales que llevan el
hidrógeno sulfurado en los que se encuentran estas.
En Sicilia es abundante, beneticíándose sobre todo en Valdinoto
y Agrigento, como uno de los artículos importantes de comercio de
aquella isla. De un modo semejante se encuentra en España en Co
nil, provincia de Cádiz, en Libros, provincia de Teruel, y en Hellín,
en la de Albacete; de Conil proceden los hermosos cristales que se
ven en el Museo de Madrid y algunos estranjeros; pero el criadero
no tiene la riqueza que el de Libros, en que se beneficia en bastan—
te cantidad: tambien se esplota en Benamaurel y Venaduz, y lo hay
en Coria de Salamanca, en Soria y en algunos pozos de Sierra Al
magrera. En los volcanes en actividad se encuentra, en poca can
tidad en el Etna y el Vesuhio, en mayor en los de lslandia y algu—
nos de América; en menos abundancia por lo comun que en los azu—
frales, de que se benefician algunos, citándose como los mas ricos
los de Puzzolas, cerca de Nápoles, y los de Islandia y Guadalupe.
En estado pulverulento, como producto de cemenlacion, se halla
con frecuencia en corta cantidad en las fuentes termales: se le lla—
ma azufre de cementacíon, para distinguirle del sublz’nmdo por la
accion volcánica y el en roca que se encuentra entre las margas, y
está decolorado y mas ó menos mezclado de sustancias térreas.
Otros puntos hay además de los citados que dan azufre; mas no
bastando todo el natural para el empleo que se hace de este cuer
po, se separa tambíen de las combinaciones metálicas que lo llevan,
y principalmente de las piritas de hierro y cobre.
Tiene el azufre usos importantes y variados. Con él se fabrica la
_.79_
pólvora, el ácido sulfúrico y sulfuroso, las pajuelas de azufre, etc.:
la Farmacia prepara con.él varios compuestos, y es empleado en
Medicina para el tratamiento de algunas enfermedades.
Acmo suzrunoso.—Síendo resultado el gas sulfuroso de la com-—
bustion del azufre, debe encontrarse en todos los puntos en que es—
te se quema. Así se vé en los volcanes en actividad y en los apaga—
dos, que por arrojar vapores sulfurosos y depositar mas ó menos
porcíon de azufre, han recibido el nombre de azufrales fsolfataras)
con que se los conoce. Tiene en las artes y en Medicina usos impor
tantes, para los que se prepara artificialmente, y por lo que, mas
que del dominio de la Mineralogía, es de la Química.
Acme sur.rúmco. Aceite de vítr¡olo. S 0’.
Si es importantísimo por sus usos el compuesto que con este nom
bre conoce y obtiene el químico, no lo es considerado como cuerpo
natural, cuanto que ni es abundante ni objeto de esplotacion. Solo
le ofrece la naturaleza como producto volcánico delo combustion del
azufre, y de la descomposicíou de las pírítas, haciendo su grande
energía química que pocas veces se balla libre. Así se encuentra en
la montaña volcánica de Zoccolino, Toscana, en el yeso en cortas
porciones en estado sólido: liquido fluye en muchas grutas del Etna,
y el río Vinagre, en la América meridional; debe su nombre á este
ácido, y el clorhídrico que lleva en disolucí0n, y que proviene de la
combustion del azufre del volcau de Puracé, cerca del que toma su
origen. De la descomposicion de las piritas se produce ácido sulfú
rico que se une con los cuerpos formando sulfatos, y veremos que
este es el origen de algunos que se benefician directamente, ó son
arrastrados por las aguas en algunas minas, aprovechándose tam—
bicn, si como en el de cobre el metal lo merece.

GÉNERO ABSÉNICO.

El arsénico es un cuerpo conocido por los antiguos. Los químicos


considerándole como un metalvide le estudian entre estos; Haüy y
otros autores por sus propiedades metálicas lo hacen entre los me
tales.
La naturaleza le presenta nativo, combinado con el oxígeno y
_so_
con el azufre que son las especies propias de este género, y ade
más, haciendo de elemento electro—negativo en los arseniuros y ar
seniatos de diferentes metales, que se indican ó estudian segun su
importancia en el correspondiente.
Todos los minerales de arsénico al soplete desprenden humo blan
co y olor aliáceo, que distingue esta sustancia de todas las otras y
la manifiesta hasta en poca cantidad.
Aasi:mco NA'rivo.—Míneral de testura laminar, bacílar ó grano
sa, de color gris de acero con brillo metálico vivo en la fractura
reciente, que pierde por su alteracion al aire, se raya con la nava—
ja, tiene un peso especifico de 5,70 á 5,90, produce por el choque
delmartilloun poco de humo blanco y olor arsenical, abundantes
uno y otro puesto al soplete en el que se quema con llama azulada;
' en un tubo cerrado se volatiliza sin alteracion; en uno abierto con
virtiéndose en ácido arsenioso.
Rara vez se encuentra crístalizado en rombóedros semejantes á
los que presenta cl' arsénico metálico fundido en tubos cerrados; lo
ordinario es hallarlo en masas concrecíonadas, arsénico les!ácea,
formadas de capas concéntricas y cuyo núcleo es algunas veces la
plata nativa á la plata sulfurada antímonial, ó en masas bacílares:
su brillo, la alteracioa el aire, el olor arsenical que da al soplete y
su volatilizacíon completa, si está puro, dejando un botoncillo de
plata si no lo está, espuesto al mismo, le distinguen de todos los
cuerpos con que pudiera confundirse.
El arsénico nativo no forma por si filones ni es abundante; acom
paña en estos en pequeñas porciones al sulfuro y sulfo antímoniuro
de plata, y a los arseniuros de níquel y cobalto. Por esto el arsé
nico metálico que corre en el comercio es casi en totalidad producto
del tratamiento de minerales que lo llevan en combinacion, y de
que en la esplotacíon hay que privarlos.
El arsénico metálico tiene pocos usos; con el cobre y el platino
forma una aleacion empleada en la fabricacion de espejos telescópi
cos; puesto en polvo en el agua sirve para matar las moscas.
El arsénico se combina con el azufre en diferentes proporciones
dando lugar a diferentes compuestos de que existen en la naturale—
za los dos siguientes.
._81__
Ansásico SULFURADO noso.—Rcjalgar. Protosul/uro de arsénico.
Azufre rojo de los volcanes. Sandaraca de los griegos. Es un sulfuro
de arsénico que tiene As 69,57, Su 50,45, y que representamos
As Sa.
Es una sustancia trasparente, blanda, frágil, de color rojo hermo—
so de cochinillo en los cristales bien conservados, anaranjado en
los otros y el que tiene siempre el polvo, su peso especifico es 5,6,
al soplete se quema con llama y olor sulfuroso y aliáceo; es insolu
ble en el agua.
Casi siempre se halla en masa cristalina, (los cristales aislados y
la esfoliacion manifiestan su cristalizacion en prismas 0blicuos rom—
boídales muy alterados), y alguna vez en masas amorfas y granosas.
SI peso especifico basta para distinguirle, sin acudir al soplete, del
mercurio sulfurado y la plata roja con que pudiera por el color con—
fundírse, bien que ni uno ni otro dan la raya de color amarillo ana—
ranjado de este cuerpo.
Hállase en Transilvania en los filones de telururo de oro , y
acompañando en los filones metálicos á otros cuerpos en Hungria y
Bohemia; tambien en los terrenos volcánicas del Vesnbío, el Etna
y la Guadalupe, de lo que procede su nombre de vidrio rojo de los
volcanes. En España lo hay en Mieres, Asturias, asociado al ci
nabrio.
Tiene aplicacíon en pintura con el nombre de oro pimente rojo,
que se trae de China, y que por su aspecto análogo al obtenido arti-—
ficialmente se considera tambíen artificial, sirve en la preparacion
de los fuegos de Bengala, se le une al plomo para convertirte en
municion de caza, y entra á formar parte de losjab0nes depilatorios.
Ansénmo sur.rnnauo AMARILLO.—Ol‘0 pimenle. Scsquisulfuro de
arsénico. Está compuesto de S. 58,14. As 61,80. As“ Sa“.
Es de color amarillo anaranjado vivo y brillante, rara vez en cris
tales del sistema primático recto romboidal, se presenta casi siempre
en masas cristalinas laminares con estrías longitudinales, su corta
dureza 1,5 permite rayarle con la una, su peso específico es 5,48,
y al soplete se conduce como el anterior.
Existe en los filones metalíferos, siendo frecuente en las minas de
Sajonia y Hungria.
6
_32_
Como el compuesto anterior es empleado este en pintura, entra á
formar parte de algunos medicamentos, hoy casi sin uso, y en pas
tas depilatorias. Se ha traído de la Pérsia y China, y el procedente
de ambos puntos tiene un color amarillo hermoso de oro. Uno y otro
sulfuro aunque miradas como venenos violentos, no lo son tanto si
no tienen ácido arsenioso: la presencia de este, que ordinariamente
los acompaña, es la que los hace altamente venenosos, y que exija
precauciones su manejo y empleo médico.
Ácmo msnmoso.—Arsém’co blanco. Solíman. Compuesto de ar—
sénico 75,8l_ y oxigeno 24,19. As’0‘.
Sustancia blanca, q_uebradiza, blanda, de peso especifico 5,71,
algo soluble en agua, da sobre el carbon olor alíáeeo, completa—
mente volátil al soplete, y se presenta en forma de polvo blanco, en
agujas cristalinas ó en conmeciones botryoideas.
Es un cuerpo raro en la naturaleza, en la que parece ser resulta
do de la descomposicíon de otros minerales arseniferos á la superfi
cie de los que se hallan en Harlez, en Bohemia, el Dellínado, etc.
El arsénico blanco del comercio procede de la tostacion de los mine—
rales que llevan arsénico, y a él hay que referir sus usos.
Se emplea en las fábricas de cristal, para la preparacion de los ver
des de Scheele y de Sweinfurtz, en la de los sulfuros de arsénico,
para el jabon arsenical que usan los disecadores de objetos de His
toria natural, y es empleado tambien en Medicina estcrior é interior
mente en dósis refractas. Es un veneno violento que usan en algunos
puntos para matar las ratas con el nombre de solíman ó mata rato—
nes, bien que el primero es propio de otra sustancia artificial, el clo—
ruro mercúrico, y el que mas al alcance de los criminales emplean
de preferencia para sus maldades.
__83__

acuse a:
SALES ALCALINAS.
Parte de los metales heterópsidos de Haüy y Brongm'arl.

Dufrénoy ha formado con los metales heterópsidos de Haüy sus


clases segunda y tercera, dando la consideracion de clase á uno de
los órdenes de la primera clasifiCacion de este. La llama sales alcali—
nas porque los minerales que comprende se hallan siempre en esta—
do de sal, en que entra como base uno de los tres alcalis de la an
tigua química, que dan á los compuestos que forman sabor y otras
propiedades de solubilidad en el agua, poca dureza, y fácil fusibí
lidad, sinó bastantes a formar un grupo de la importancia del de
clase, si para poder distinguidos de los que se incluyen en la sí—
guiente.

GÉNERO AMONIACO. (Áleali vola’tz‘l).


El amoniaco se halla alguna vez en la naturaleza formando, come
bínado con cuerpos mas electro-negativos, sales: pocas no obstante
las que se encuentran, es fácil dístinguirlas por el olor amoniacal
que desprenden, sino inmediatamente, puestas en contacto con la
potasa cánstica.
Auo.vuco munmuoo. Cloruro amóm'co. Sal amoniaco. Salmiac.
Ní* H" Cl’.
Es una sal cristalina, soluble en agua, de sabor salado urinoso,
completamente volátil a una corta temperatura; mezclada en polvo
con potasa cáustíca desprende el olor característico amoniacal.
La ofrece la naturaleza en costras agrisadas, cavernosas ó fibro
sas sobre las lavas de los volcanes; en las hendiduras de los apaga—
dos llamados azufrales de que se desprende continuamente, y en
cristales trasparentes sobre las rocas de algunos depósitos de car—
bon de piedra que se han quemado espontáneamente. Se ha traído
_g.¿_
por mucho tiempo del Asia con el nombre de sal de Tarlaria, re—
cogida de las azufrales, pero mas comunmente artificial como lo era
la traída de Egipto, obtenida del hollín formado quemando los es—
crementos de los rumiantes, yes, fabricada en Europa por otros pro—
cedimientos, la que en masa salina fibrosa se ve hoy en el comercio.
Se emplea para limpiar los metales que se quieren estañar, ob—
tener el amoniaco y compuestos amoniacales, y tiene tambicn algu
na aplicacion médica.
El amoniaco sul/atado, mascagm’no, se encuentra como el ante
rior, aunque en menos cantidad, en los volcanes activos, azufrales,
y depósitos de bulla quemados; tambicn en disolucion en las aguas
de Toscana de que se obtiene el ácido bórico, de cuya localidad
hay pequeñas estaláctitas en las colecciones; mas el usado alguna
vez en reemplazo del cloruro es siempre artificial.
El armniaco carbanalado, el fas/atado, el fas/alo de amoniaco y
Josu, (esterconita), han sido hallados tan solo en certas cantidades
en los depósitos de guano de las costas de Afríca y la América me
ridional. l
Gmvo.—Este cuerpo ha sido mirado algun tiempo como una es
pecie mineral y como tal descrito en las obras de Mineralogía, y si
su origen y composicion impide considerarlo así y admitir igualmen—
te otras variedades que tienen nombre particular, su importante y
comun uso como abono, y el ser este debido principalmente á la
gran cantidad de amoniaco que contiene, autoriza á indicarlo aquí.
Es un producto orgánico de color amarillento oscuro ó rojizo y de
olor fuerte, que resulta de la acumulacíon de escrementos de aves
acuáticas, á los que se parece en composicion, en varias islas de la
costas del Perú, y algunas de la de Patagonia y de la Afríca oriental.
Está compuesto de nrato, oxalato y fosfato amónicos, oxalato y fos—
fato de cal, con algo de potasa y sosa, materia orgánim, arcilla y
arena. En las islas de la costa del Perú en que existe forma capas
estensas de 15 á 20 metros de espesor, y es donde se csplota de
preferencia como un producto de valor en Agricultura.
-—85—

GÉNERO POTASA. (Álcali ccgelal.)


La potasa forma, combinándose con los ácidos, varias sales de
que hay algunas en la naturaleza. Todas disueltas manifiestan la
base por el precipitado amarillo de canario que dan tratadas por el
cloruro platiníco. v
Ponsa NITRATADA. Nilro. Salitre. Nilrat0 potásico. Ka Ni".
El nitro es un cuerpo cristalino, de sabor fresco urinoso, soluble
en agua, echado sobre las ascuas defiagra, carácter que con el asig
nado al género, y el desprendimiento de vapores rojos que da cuan
do se le trata en caliente por el ácido sulfúrico concentrado, bastan
á distinguirlo.
El comercio ofrece el nitro cristalizado en prismas romboidales
estriados; mas en la naturaleza no se presenta sino en efiorescencias
cristalinas en las paredes de los muros viejos, habitaciones húme—
das, superficie de las tierras arenoso-calizas y rocas de la misma
composicion, en que se produce espontáneamente y se obtiene lixi
biando las tierras que lo llevan, separándolo por cristalizacion
de los nitratos de cal y otras bases que le acompañan, si es que no
son trasformados antes en el mismo nitro añadiendo á la Iegia ce
nizas que den potasa. Si la produccíon tiene lugar reuniendo en un
punto dado las materias y condiciones en que se forma, se estable
cen nítrerias, que para distinguirlas de las anteriores, aunque el
cuerpo se produce tambien naturalmente, se llaman artificiales.
Muchos países tienen criaderos naturales; se recoge abundante
mente en la Pulla, en las llanuras de la Hungria, Ucrania y Podo
lia, en Egipto, Arabia y Pérsia, en la India y ambas Américas, y
en España, en la Mancha, Murcia y el reino de Granada.
Sirve para la fabricacíon de la pólvora, obtencion del ácido nl—
¡tríco y de los flujos blanco y negro, la potasa, etc., y es empleado
en Medicina. -
Ponsa sur.rnana. Aphlalosa.—La naturaleza ofrece esta sal, en
cortas cantidades, formando etiorescencia sobre las lavas recientes
del Vesubio. La que se emplea en Medicina con los nombres de lár—
taro_ viln'olado, sal de Duobus, etc., es siempre artificial. Mas raro
_35_
es todavía el bisulfato llamado misem'la, no visto hasta ahora mas
que en Italia.

GÉNERO SOSA, (Álcali mineral )'


. Forman este género las combinaciones salinas del sodio, tan pa
recidas á las del potasio, que solo se distinguen por caracteres ne—
gativos, y ser las de este eflorescentes por punto general, cuando
las sales potásicas son delicuesccntes. Los químicos indican además
como reactivos el hiperyodato básico de potasa, y el antimoniato
básico de igual cuerpo.
SOSA MURIATADA. Sal gamma. Sal comzm. Cloruro sódico.—Na Cl’.
Sustancia sólida, cristalina, de sabor salado agradable, soluble l)
mismo próximamente en agua fría que en caliente, poco alterable al
aire, de dureza 2, y peso especifico 2,95: disuelta en agua pre—
cipita como todos los cloruros por el nitrato argéntico en polvo blan
co grumoso, alterable al aire y soluble en amoniaco; al fuego de
crepita y despues se funde sin descomponerse.
Tiene como variedades, las cristalizadas con formas cúbiras y en
masa cristalina que se rompe fácilmente en láminas, y la librosa y
estalactltica; ya incoloras, ya de color rojo, azul ó violeta.
Existe en la naturaleza en grande abundancia, en estado sólido y
disuelta en las aguas de los mares y muchos manantiales; en el pri—
mero forma depósitos en los terrenos tríásicos y terciarios princi
palmente, y alguno en los jurásicos y cretáceos, habiendo minas en
muchos países, y bcneliciándose tamhien para obtener este produc
to las aguas de los manantiales que la llevan en disoluci0n y las del
mar. Entre las minas mas notables se cita la de Williczka (Polonia)
por su antigüedad y riqueza; y entre las naciones de Europa son las
que obtienen mayores cantidades de sal, Inglaterra, Francia, Rusia
y España; estraen tambíen bastante Italia y Portugal, y poca Suecia
y Prusia que la llevan de España, y las otras naciones mas ricas
de este cuerpo: fuera de Europa hay criaderos abundantes de sal
comun en Asia, Afríca y ambas Américas. En España hay minas
de salen estado sólido y manantiales salados en casi todas las pro
vincias, de que se esplotan algunas, y se benefician en las del Medio—
._87..
día, islas Baleares y Canarias, la del mar. Entre otras cilaremos co
mo mas notables del producto sólido, las salinas de Cardona (Catalu
ña), Minglanilla (Cuenca), Valtíerra (Navarra), Villarrubia (Toledo),
Aitana (Alava), y Bribiesca (Burgos); como salinas de manantiales
salados, varias de Castilla la Vieja, las de Gerri en Lataluña, de
Espartinas en la provincia de Madrid, Loja y la Malú 'en la de Gra—
nada, etc.; como de producto obtenido de las aguas del mar, las sn
línas de la isla de San Fernando, de Puerto Real y Torre Vieja en
la costa de España, las de la isla de Lanzarote en Canarias, y las
de Mallorca é Ibiza en las Baleares que dan mucha. En el quinque—
nio de 1851 á 1856, la sal elaborada en España ha sido por térmi
no melio anual, de 2 50i,2ii quintales mótrieos, cantidad que p0—
dria elevarse mucho, beneficiando mas salinas del interior óscpa
rando mas de las aguas del mar.
Si la sal se halla en estado sólido se beneficia por pozos y gale
rías, y sc introduce quebrantada en el comercio si es bastante pura;
sinó, se la purifica dísolviéndola y haciéndola cristalizar. De las
fuentes saladas y del mar se obtiene en los países cálidos dejando
evaporar el agua al aire libre en depósitos de mucha superficie y
poco fondo; en los fríos se favorece la evaporacion calentando el li
quido en grandes depósitos: el primer procedimiento se sigue en la
península y sus islas con el agua del mar y de los manantiales sala
dos; la sal que resulta de estos es generalmente muy pura, las del
mar lleva otras que la hacen amarga si no se la deja abandonada
por algun tiempo a la intemperie, con lo que se separan. Tiene cré—
dito en la industria de salazones como mejor, la sal procedente de
Portugal, á que siguen las de España, Sicilia y Cerdeña.
La sal comun es un cuerpo de primera necesidad para el hombre,
como indica su nombre vulgar la sal de cocina; con ella, en efecto,
se sazonan los alimentos y se conservan varias sustancias alimenti—
cías, empleos ambos que consumen la mayor parte de la que se ob
tiene; dada á los animales herbivoros, que la buscan con avidez,
los robustece y engorda, y en mucha cantidad les es dañosa; con la
sal se prepara la sosa artificial, el cloro y sus compuestos, y se
barnizan algunos vídriados; se usa tambicn aunque poco en Modi—
ema.
' -—88——
Sosa NITRA'I'ADA. Nilro cúbico. Nilrah’na. Nilralo sódico.
Detlagra como el salitre ó nitro, y de apui y presentarse natu—
ralmentc en granos cristalinos, aunque romboédrícos, el nombre de
nitro cúbico. D. Mariano Rivero dió á conocer los estensos depósi
tos que casi ii la superficie del suelo forma en el Perú, y es esplo—
tado desde entonces para destinarle á la obtencion del ácido nitri
co, ya que su empleo en la fabricaclon dela pólvora, que antes tam
bicn tuvo, ha sido abandonado.
Sosa oaneoxarana.-—Existen en la naturaleza dos compuestos de
sosa y ácido carbóníco en proporciones distintas, que fueron sepam
dos por Bendant en dos especies con los nombres de nalron y urao.
La primera, natron, álcali mineral, sosa, sosa carbonatada, es un
carbonato neutro, que debiendo tener l0 átomos de agua conserva
solo uno, NaC’-+—Aq. La segunda, urao, (rana, tambicn como el an
terior, llamado natron antes, es un sesqui-carbonato con dos áto—
mos de agua, 1Va C‘+Aq’.
El nalr0n es un cuerpo salina que se presenta en polvo mas ó
menos agrumado como resultado de ellorescencia, soluble en agua,
de sabor alcalino, enverdece las tinturas azules y cristaliza por di
solucion en tablas de ocho caras truncadas sobre los ángulos de la
base y aristas laterales, tipo prismático recto de base rectangular.
El urao tiene los caracteres químicos de la especie anterior, mas su
cristalizacíon es en prismas oblicuos r0mboidales, y se ofrece en gra
nos cristalinos tmsparentes ó traslucídos de fractura vídriosa, que
no se efiorescen al aire.
Uno y otro cuerpo son conocidos desde muy antiguo y no raros
en la naturaleza; el natron á la superficie del suelo, en las llanuras
bajas é inmediatas al mar ó á algunos lagos, que se cubren sobre
todo en el estic de efiorescencias blancas haciéndolas aparecer co
mo nevadas, y tambicn disuelto en las aguas de los mismos lagos
de que la evaporacion hace se deposite en las orillas: los lagos de
natron en Egipto, otros de la Arabia, India y Pórsia, las llanuras
del centro de la Hungría y otros muchos puntos le producen. El na—
iron que venia antes de la Arabia, cuando esta sal era objeto de un
importante comercio, insignificante ya hoy, procedía de Trono, y
como el que descubrió Rivero en Colombia en capas inlerpuestas en
_89__
otras de arcilla del terreno terciario, que despues se ha encontrado
en otros puntos de América, es el urao ó trona, que por su situa—
cion no puede ser considerado como resultado de una doble descom
posicion, como se cree es el nutren propiamente dicho que alguna
vez le acompaña. Muchas aguas minerales llevan tambien carbona—
to sódico en disoluciou, y aunque raro se le indica como producto
volcánico.
Ambos se benefician para destinarlos á la fabricacíon del jabon
comun ó duro, uso para el que no solo se recoge el que la naturale—
za ofrece, sino que tambien se obtiene el que suministran las plantas
barrilleras y se fabrica la llamada barrilla artificial; se emplea tam—
bien en las fábricas de cristal y en los laboratorios para obtener las
otras sales de sosa.
Sosa suuurans. Exáanlalma. Sal de Glaubero. Na Su"+10
Ag.
Hasta hace pocos años no se conocía esta sustancia natural sólida,
mas que en efioreseencias salinas sobre el terreno por evaporacion
de las aguas que la llevan en disolucioñ, en cuyo estado es mas abun—
dante, y en cortísima porcion sobre las lavas de algunos volcanes;
pero se han descubierto últimamente en nuestro suelo muchos y
abundantes depósitos que se benefician con fruto, y hacen de este
cuerpo uno de los no menos importantes.
Se presenta en ellos en masa cristalina trasparente, de sabor
amargo, ellorescente y soluble en agua. Hay minas de sulfato de
sosa en Colmenar de Oreja, Chinchon y Ciempozuelos, en la provin
cia de Madrid; en Cabezon de la Sal, en la de Santander; en Alcan -
dra, Rioja, y en Cervera y Calatayud.
Se destina á las fábricas de cristal y obtencion de la barrilla ar
tificial, tambien cristalizada para usos médicos.
La Ihcnardila, sulfato de sosa ahídro, descubierto por Casa.=eca
en las salinas de Espartinas, hallado despues por D. Rafael [toda
en las colinas yesosas de Aranjuez, la glaubcrila, sulfato de sosa y
cal, visto en Villarrubia, en Vic, Francia, y en Méjico, y la gaylus—
sita, carbonato hidratado de sosa y cal, que acompaña al urao en
Lagunilla, Colombia, son tres especies de este género, cuya escasa
importancia dispensa estudiarlas.
—90—*
Sosa comuna. Boraa:. Tinkal. Compuesto de sosa, ácido bórico
y agua. Na Bo“+10 Aq.
Corre con este nombre en el comercio una sal cristalizada en el
tipo prismático oblicuo rectangular, efl0rescente, de sabor dulzaino,
soluble en agua mas en caliente que en frío, y fusible al soplete en
su agua de cristalizacion dando despues un vidrio incoloro.
La naturaleza no la presenta sino en disolucion en el agua de al
gunos lagos de que se desprende cuando se evapora espontáneamen—
te: se citan entre estos por la esplotacion de que desde antiguo son
objeto, algunos de la India y Pérsia, de donde ha venido por mucho
tiempo todo el borax del comercio en fragmentos cristalinos cu
biertos de una materia grasa que impedía su al teracion al aire; pe
ro se halla igualmente en otros de la isla de Ccilan, de la Tartaria
meridional y la China, y aunque menos abundante se la cita en las
aguas de las minas de Víquintipa, en el Perú. La mayor parte del
usado hoy es artificial, fabricado en Europa con el ácido bórico de
Italia.
Se emplea como fundente en los ensayos por vía seca, é igual
aplicacion tiene en el arte de platero; en Farmacia sirve para pre
parar el ácido bórico medicinal y el crémor soluble.

cuneta e.“
SUSTANCIAS TÉRREAS v ALCALINO-TÉRREAS.
Metales tambíen helerópsfdos para llaüy y Brongm'at.

Los minerales comprendidos en esta clase son. como los de la an—


terior, irreductíbles al fuego y no dan directamente un boton metá—
tico: en esto se parecen a ellos; mas los distingue bien el aspecto
lapideo y poca solubilidad en el agua, al revés del que tienen en
general los otros; se les asigna además dureza y peso específico ma—
yores, pero ambos caracteres varían mucho de género á género y
hasta en las especies de uno mismo para que puedan darse como de
clase. El nombre indica que deberán hallarse aquí las sustancias
_13__
tórreas y alcalino térreas de la Química antigua, óxidos de metales
de igual nombre que ellas, y metales heterópsidos de Haüy, por la
razou ya dicha, de que no hay ninguno nativo.

GÉNERO BABITA.

El óxido del metal bario se encuentra en la naturaleza combina«


do con diferentes ácidos formando especies á que es comun un peso
especifico superior á 4, y el precipitar, cuando se ha logrado disol
verlas, en blanco por el ácido sulfúrico y los sulfatos aunque la di
solucion esté muy diluida.
Banm sur.rauna. Barc’tz’na. Espalo pesado. Ba Su.5 En 100
partes, barita 66, ácido sulfúrico 54. ,
El carácter físico constante de este cuerpo es el peso especifico
nunca menor de 4,3, sea la que quiera la variedad que se exami
ne; los químicos han de ser por precision fijos y lo son la insolubi
lidad en los ácidos, la dificultad con que se funde al soplete en es—
malte blanco, descomponiéndose al fuego de reduccion lo bastante
para ser atacada por los ácidos nítrico ó cloridrico que disuelven lo
bastante para observar los fenómenos con los reactivos que se han
marcado como característicos del género, cual se ve con la disolu—
cíon obtenida en los mismos ácid05 sobre la materia negra formada
esponiendo la baritina con carbon á una temperatura alta para tras—
formar el sulfato en sulfuro.
Ofrece variedades cristalizadas en formas diversas del tipo pris
mático recto de base rectangular, siendo las mas frecuentes tablas
rectangulares ó romboidales mas ó menos modificadas y la en masa
laminar ó pequeños cristales agrupados imitando cresta de gallo, y
menos la bacilar, fibrosa, mamelonar, estalactitica, compacta y ter—
rosa: ordinaria y naturalmente blancas de luslre nacarado, con tras
parencia que permite ver la doble refraccion, las hay de color gris
por algo de betun interpuesto que la hace fétida, y negras ó márillen
to r0jizas.
Forma filones en las rocas metaliferas acompañando á los que lle-—
van metales y sirviéndoles de ganga, con tal constancia que hallan—
d0 muchos filones estériles de cuarzo y caliza, es raro hallar uno de
_92_
barítina de alguna importancia sin metales. Así acompaña al cina
brío en Almaden y el Palatinado, al plomo en Cumberland, llarz y
varias minas de sierra Almagrera, a los minerales de plata en Bien
delaencina, etc., lo que nos dispensa de citar otras localidades de Es
paña en que existe igualmente.
No tiene la misma importancia industrial que minera, aunque se
emplea como fundente en la reduccíon de algunos minerales refrac
tarios, sirve para obtener {otras sales de barita y se diga la hacen
entrar los chinos en la pasta de su porcelana. Una variedad radiada
procedente de Monte Paterna, fósforo de Bolonia, fue empleada al
tes para confeccionar pastillas fosfóricas hoy sin importancia, y co—
mo abuso indicaremos el que se advierte tienen en polvo las varie—
dades comunes para sofisticar el albayalde.
Baam cannoxnanx. Wilhcrita. Barolíta. Espalo pesado ¡irea
do. Ba 0‘.
Especie mineral de peso específico tambicn alto 4,5, dureza de
5,5, se disuelva lentamente con efervescencia en el ácido nítrico y
al soplete da una sustancia ligeramente cáustíca , decrepitando y
fundiéndose al fin en un glóbulo trasparente. Por lo comun se en
cuentra cristalizada en prismas de seis caras simples ó modificados
(tipo 5.°), y algunas veces acicular, fibrosa, ó en masas concrecío
nadas, granosas ó compastas.
Como la especie anterior es sustancia de filon, mas se halla de
preferencia en las minas de plomo. En una de Inglatera fué vista
por primera vez por Withering v de aquí uno de sus nombres; des
pues se ha encontrado en otras de allí y en Sliria, Siberia y Sicilia.
Puede servir para preparar las otras sales de barita, mas para esto
como mas coman se emplea la especie anterior: la variedad radiada
es usada en Inglaterra para matar las ratas, y hay en esta aplicacion
la particularidad de no servir lo mismo las otras variedades, segun
ensayos de Pelletíer padre.
Para completar el estudio del género indicaremos la bárila calci—
Ia y alsl0m'ta, carbonatos dobles de cal y baríla; el calstron-barita,
carbonato de cal y estronciána con sulfato de barita, y la dreelila,
sulfato de cal y baríta en que participando alguna del carácter de
otro género, el peso específico es menor. Todas carecen de interés.
-93...

GENERO ESTRONCIANA.

Las especies del género estronciana son tan parecidas á las de


barita cuanto lo son los óxidos de ambos metales: el peso específico
característico en las segundas no puede distinguirlas cuanto que las
primeras lo tienen casi igual, y se atiende para díferenciarlas á que
las sales solubles de estronciana comunican á la'llama del alcohol
con que se mezclan color rojo, y sus disoluciones no precipitan por
el ácido hidrótluo—silicico que precipita en las de barita.
Esrnoncuna suuuuna. Celestina, Sn Su‘. Se presenta con las mis—
mas variedades de estructura que la baritina, se conduce como ella
al soplete y ofrece colores diversos: el azul de que procede su nom
bre solo es constante en las variedades fibrosas, mas si lo tiene, co—
mo el peso especifico es un poco menor, pues no llega á 4, no hay
que acudir á caracteres genéricos para distinguirlas. Tampoco como
la baritina es frecuente en los criaderos metálicos; donde se halla de
preferencia aunque nunca abundante es en los depósitos yesosos
acompañando á la sal comun y al azufre de los mismos y en los ba
sálticos: de uno ú otro modo se conoce de Sicilia, Francia, Escocia,
América y de Conil en España.
Esrn01vcnm cmno.vuans. Estroncianila. Sn C’.
Al contrario de su isomorfa la wit/cerila se presenta rara vez
cristalizada y ordinariamente en masas aciculares, de agujas mas ó
menos gruesas, frágiles, de color blanco ó verde, fosforescentes so—
bre las ascuas, de peso específico 5,6, y solubles en el ácido nítrico.
Es un sustancia tambien de til0n que en el cabo de Strontian, de que
tomó nombre, se halló asociada á la galena, con la que y otros cuer
pos metálicos se la ha visto despues en Sajonia y Baviera.
Las dos especies de estronciana se usan solo para preparar las
otras sales de esta base. -

GENERO CAL.

El óxido del metal calcio, cal, es abundante enla naturaleza com—


binado con diferentes otros cuerpos, mas como el metal nunca li—
-9¡_
bre. Las especies del género que forma tienen todas aspecto lapi—
deo y son poco solubles ó insolubles en el agua: en las primeras
es fácil manifestar la presencia de la cal por el precipitado blanco
característico, insoluble en el amoniaco y soluble en el ácido nítrico
sin efervescencia, que da su disolucíon tratada por el ácido oxálico ó
los oxalatos; en las segundas se logra lo mismo convirtiéndolas de
antemano en sales solubles.
CAL CARBONATAD'A. Ca C".
La cal y el ácido carbónico unidos en las mismas proporciones
atómicas forman dos cuerpos semejantes en un todo en composicion
y caracteres químicos, pero que crístalizan en formas de tipo distinto ,
á lo que acompaña, como es consiguiente, disparidad en los otros
caracteres que ha hecho se separen por todos los mineralogistas co
mo dos especies minerales diversas, ó como sub—especies de una,
segun la consideracion en que basan este grupo taxonómico: son am—
bas la caliza y el aragom'lo. ‘
CALIZ.\. Cal carbonatada romboédrica. Espalo cah'zo. Espalo de
Islandia.
Cambian de tal modo los caracteres con que se presenta esta sus—
tancia que es difícil asignarla otros comunes ó todas las variedades
que los de composicion: en las cristalinas hay además los que sumi—
nistran las formas con que se presentan siempre del tipo romboédri—
co; tambien es poco variable en todas el peso especifico de 2,7,
mas la dureza que es en unas de 5 sin que pase mucho de o'l, baja
notablemente en otras, el color, testura, etc., varían mucho. Todas
se convierten al fuego en una sustancia cáustica, cal viva, sin perder
su forma, y todas se disuelven con efervescencia en el ácido nítrico
y en el liquido resultante indican la cal los oxalatos.
Son muchas las variedades que ofrece y entre ellas estudiaremos
las principales. Las hay cristalizadas, en cristales determinados,ó
en masa cristalina fácilmente csfoliable segun un crucero triple
que conduce á un rombóedro de ángulo diedro obtuso, l05°,5’ su
forma primitiva; y dentro del tipo se encuentran casi todas las for—
mas, modificaciones y combinaciones de formas posibles. Véase así,
rombóedros que difieren entre si y del rombóedro primitivo, ob-'
tenido fácilmente por esfoliacion pero raro en Ia,naturaleza, pris—'
-95—
mas de seis lados modificados sobre las aristas laterales, las de la
base ó los ángulos sólidos, ya aislados, ya reunidos; dodecáedros
de triángulos escalenos, tambicn distintos, y men05 veces simples
que modificados ó agrupados; dodecáedros de triángulos isósceles
resultantes de dos rombóedros colocados sobre el mismo ángulo en
sentido inverso; y las formas cristalinas obliteradas dan lugará
las variedades esfer0idal, lenticular, escuamiforme, cilindroidea y
espicular. Como variedades con forma accidental tiene, la estalác—
tica y estalágmíca, las panniforme ó entapizada, tuberculosa, re
niforme, pisiforme, oolitica, pisolitica, filiforme, bacilar, algodo—
nosa y térrea; las incrustantes conchiloidea, equinoidea, madrepo—
r0idea, xi|oidea y pseudo poliédrica. Como de estructura, la la—
minar, esquistosa, lamelar, granosa, bacilar, esquistoidea, estra
toidea, oolitica-compacta, fibro—compacta y granoso y madrepórico
co—compactas. Por coloracion, las que produce el color que tienen las
sustancias que la acompañan en combinacion ó mezcla. Con oler bi
tuminoso, arsenical ó hepático en las variedades fétidas. Con brillo
cristalino en las variedades cristalizadas, nacarado y sedoso en las
fibrosas, graso en algunas compactas, que son mates otras, como las
térreas.
Sou notables entre otras y merecen mencion especial el c.cpa!o
duplans ó de Islandia, variedad cristalina r0mboédrica y trasparen
te en que se observó primero la doble refraccion, y por lo que y el
país de donde procedía recibió ambos nombres; los dos equivocos,
pues ni es la sola sustancia hojosa que duplica la imágen de un obje
to, ni se halla solo en aquel punto: la caliza sacarofdea, compuesta
de granos brillantes como el azúcar de pilon, blanca ó blanco ama—
rillentay semitrasparente, que por el uso a que de antiguo se desti
na se ha llamado tambien mármol cstaluarío, y de Pares y Carrara
por los puntos en que se encuentran las canteras de que se obtiene:
la caliza campacla, la mas abundante, de aspecto variado y mas ó
menos útil para la construccion segun su dureza y tenacidad; si tie
ne cl grano muy fino y puede ser empleada en litografia se la llama
caliza lítográfica; si es dura y compacta, caliza basta, y en general
buena piedra de edificar; si tiene desde 15 a un 25 por 100 de arcilla
produce una cal útil en las construcciones debajo del agua y se Ila
_96__
ma caliza hidráulica, elc.: las colitas y pisolilas, calizas formadas
de una reunion de granos mas pequeños en la primera, tambicn mas
abundante que la segunda: la lumaquela, caliza formada de conchas,
que si han conservado el nácar y los colores irísantes se conoce por
lumaquela noble y es estimada como piedra fina para hacer algunos
objetos de adorno: los mármoles, calizas compactas de grano fino y
susceptibles de buen pulimento, ya blancos, ya con colores unifor—
mes, ya variados y mezclados produciendo dibujos agradables, por
los que, el tinte general ó la localidad de que proceden se distinguen;
los hay negros coloreados por el carbon ó betunes, mármol negro
antiguo, de San Pablo, de Santa Ana, elc.; rojos, cuyo color es debí-—
al—óxido de hierro, mármol encarnado, de Languedoc, etc etc.; ama
rillos, que colorea el hidróxido del mismo metal; verdes, coloreados
por otros; y mezclados varios produciendo dibujos en ruinas, árbo—
les, vetas, fajas, etc. etc.: los alabastros, calizas compactas tam
bicn con colores diversos, susceptibles de pulimento y de alguna
trasluccncia; se los llama particularmente alabastros orientales ó
calizos para distinguirlos de otro, alabastro yesoso, mas blando y
una variedad de yeso, segun veremos: las calizas lerrosas, blandas
que manchan los dedos; cuando son friables pulverulentas reciben
el nombre de agárico mineral y harina fósil, tambicn en general el
de crela, y si tienen de un 40 á un 50 por 100 de arcilla se llaman
margas: las estalactilas y eslalogmíticas, con las formas correspon
dientes estudiadas en otro lugar; de las últimas se sacan algunos
buenos alabastros con trasluccncia y coloracion en capas concén—
tricas.
La caliza es la sustancia mineral mas abundante en la costra ter—
restre de que forma una gran parte, viéndose en todas las formacio—
nes y terrenos: constituye así sola, cadenas de montañas que cru
zan la superficie de la tierra en diferentes direcciones, se asocia a
las rocas cristalinas y de transicion en bancos poderosos; forma una
gran parte de otros terrenos de sedimento de edad mas ó menos an
tigua, y se producen hoy á nuestra vista como se formaron antes, las
estalactitas y estalagmitas, las variedades incrustantes, y otras pseu—
domórficas por los animales zoófitos.
No hay, dicha la abundancia de la especie, que fijar localidades
_97__
del estranjero, y hasta en España es cuerpo tan comun que casi no
es preciso tampoco citarlas recordando lo dicho, de que forma mon
tañas que atraviesan la superficie del globo á que corresponden mu—
chas de las de nuestras provincias, y en las que se utilizan sus va
riedades como material para obtener la cal, como piedra de cons
truccion y ornamentacion, etc. Es rico en mármoles, hermosos ala
bastros y brechas calizas el antiguo reino de Granada, debiendo ci
tarse en particular Macael, de donde procede el mármol blanco saca—
roideo generalmente usado,en ornamentacion en España; se obtienen
otros de los Pirineos, Serranía de Cuenca, etc., elc.; hay cales hi
dráulicas en [raeta y Zumaya, Guipúzcoa, en Valdemorillo, Madrid,
en la cuenca de Nagerillas, Logroño, en Pozancos de Palencia, Ma—
nises de Valencia y en muchos puntos de Vizcaya; calizas de edifi
car en casi lolas las provincias; grutas con estalactitas y estalag
mítas en las sierras calizas de unas ú otras, etc., etc.
Todas las variedades pueden servir para obtener cal, destinándose
en particular, los mármoles, alabastros y brechas calizas para escul—
tura y ornamentacion, las calizas bastas para edificar, la creta pa—
ra los lápices blancos y obtener el ácido carbónico, la caliza litográ
fica para lo que indica su nombre, la hidráulica para obtener la ca
así llamada, y la marga para mejorar ciertas tierras.
CAL csnnonsrana PRISMA'I‘ICA Arayom'lo. Cal carbono/oda dura.
Tiene igual composicion que la caliza como hemos dicho, pero cris
taliza en formas del tipo prismátíco recto de base rectangular á lo que
debe sus distintos caracteres físicos, puesto que la presencia del car
bonato de estronciana, que se creía constante y á que se atribuia, no
es sino casual y poco frecuente. .
Se presenta en cristales ó en masas fibrosas de color blanco le—
choso, amarillento ó agrísado, es mas duro y mas pesado que la cali—
za, al soplete se divide en pequeñas porciones blancas que se dis
' persan en el aire, y se disuelve con efervescencia en el ácido ní—
trico. _
Sus cristales son prismas de seis lados sueltos ó cruzados á ma—
nera de la staurótida, alguna vez terminados por ángulos diedros, y
mas raramente octáedros ó dodccáedros agudos, hialinos ó fuerte'
mente traslacidos; otras variedades son fibrosas ó bacilares, y hay
7
_93_
una que por imitar las ramas del coral es conocida por aragoníto
coraloideo ó [los [errí.
El aragonito no constituye como la especie anterior grandes masas,
y su importancia mas es científica que industrial. Existe en algunos
filones metálicos particularmente en los de hierro, de aquí el nom
bre de la variedad [los ferri, en las rocas volcánicas y serpentini—
cas, y en las arcillas de los terrenos yesosos. De Minglanilla y lito_
lina de Aragon, en los últimos, proceden los ejemplares mas comu
nes y los'que primero se estudiaron. La temperatura y presíon á
que este cuerpo ba cristalizado, ha ocasionado el cambio de tipo
cristalino. No tiene usos.
CAL c.4nnox¡rnm MAGNESÍl-‘ERA Dolomia. Espalo per/ado.
Es un doble carbonato de cal y magnesio que considerado antes
una variedad de caliza, se.ha separado como una especie particular
atendíendoá su constante composicion y valor del ángulo diedro
obtuso de su forma primitiva. Como la caliza, en efecto, cristaliza la
dolomia en rombóedros, que ya sean naturales. ya obtenidos por
esfolíacíon, tienen siempre el ángulo diedro obtuso de 106°,5’, valor
medio entre el de la caliza y el del carbonato de magnesia puro; son
sus otros caracteres, dureza que se aproxima á 5, peso especifico
inmediato á 5, dísolverse lentamente en frío y sin efervescencia en
el ácido nítrico, y convertirse al fuego sin perder la forma en una
Sustancia cánstíca.
Hay dolomia cristalizado, sacaroidea, granosa,compacta y terrosa;
pero solo deben incluirse en esta especie las variedades de composi—
cion constante como la cristalizada, puesto que siendo isomorfos la
magnesía y la cal se reemplazan recíprocamente, y hay calizas mag
ncsíanas, distintas por lo demás en la viva efervescencia que hacen
con el ácido nítrico, que no pueden ser consideradas como la espe
cie mineralógica que estudiamos. Sus colores son el blanco lechoso,
el blanco agrisado, gris de perla y amarillo de matiz poco intenso.
á menos que las materias colorantes se hallen en estado de mezcla.
Lo mismo que la caliza no es esclusiva la dolomia de un solo ter
reno, sino que constituye en varios capas ó depósitos considerables.
Encuéntrase así, formando capas poderosas ó filones en los terre—
nos estratificados antiguos, como en Saint Gotard, ó formando co—
...gg_
linas estensas en otros mas modernos; unas veces evidentemente
metamórfica, otras, sin haber sido alterada despues de su forma—
cion; y en muchos tilones metálicos. Los Alpes, los Pirineos y algu
nas montañas y minas de España presentan unas ú otras de sus va—
n'edades.
CAL FLUATADA. Espato floor. Fluorína. Espato fusible. Fluoruro
dc calcio. Ca Fl‘.
Esta especie está ordinariamente cristalizada, menos veces lami—
nar y compacta, tiene dureza típica núm. 4, peso especifico 5,1, se
funde al soplete en un esmalte blanco, y tratada en polvo por el áci—
do sulfúrico desprende, hasta en frío, el ácido hidrofluórico que cor—
roe el cristal.
Ofrece variedades cristalinas, del sistema cúbico y cubos por lo
comun, trasparentes é incoloros, ó con coloracion viva azul, verde,
amarilla y roja, ó sus mezclas, de crucero igual y fácil esfoliacion;
la concrecionada, en capas ó zonas de coloracion igual ó distinta y '
testura bojosa; y compactas, tambien de color variado, fractura lige—
ramente esquistosa, y como las anteriores, con lustre vitreo. Algu
nas fosforecen echadas en polvo sobre las ascuas, clorófano de los
americanos, otras necesitan para manifestar este carácter una tem—
peratura alta.
Los colores vivos y agradables de algunas variedades podrían ha
cer confundirlas con las piedras finas que los tienen iguales; pero la
cristalizacion de esta especie y su poca dureza con relacion á aque—
llas, las distinguen bien sin acudir á ensayos químicos.
Es una sustancia, esencialmente de filon, que acompaña á los me
tales, plata, plomo, zinc, estaño, etc. en sus criaderos de épocas
mas ó menos antiguas; nunca en grandes masas, aunque forme filo—
nes y capas de algun espesor. Los mas bellos ejemplares proceden
de Inglaterra; se la encuentra en otros países y no es rara en Espa
ña, en las sierras de Gádor y Lujar, en Vizcaya, Colmenar viejo,
etc., siendo conocida particularmente por los mineros de las Al
pujarras con el nombre de sal de lobo, y mirada allí como un indi—
cio cierto de la presencia de metales.
Se emplea como fundente en la obtencion de algunos metales, pa—
—td€t—
ra el grabado en cristal, y las variedades en masa de colores vivos
para labrar objetos de adorno de hermoso efecto.
CAL SULFATADA HIDRATADA. Selem'ta. Yeso. Espato selenítoso. Sul—
fato de cal lu'dratado. Ca Su‘+2 Aq.
El yeso es un cuerpo blando que se deja rayar con la uña, inso
luble en los ácidos, muy poco soluble en agua, de peso especifico de
2,26 á 2,5l, que el fuego desprende el agua que contiene y se vuel
ve blanco.
Se presenta cristalizado en tablas romboidales biseladas de varias
maneras, con lustro vitreo y doble refraccion de dos ejes percepti—
ble en los cristales trasparentes ó incoloros, como en las variedades
laminares, espejuelo, de facilísima esfoliacíon en la direccion de las
hojas, é indicándose otras dos perpendiculares á aquella que produ
cen un prisma oblicuo de base rectangular, su forma primitiva; sien—
do entre ellas comunes y notables las variedades Ienl:'cular y hemi—
trópíca; fibroso, yeso fibroso, sedoso, acícular, segun son las fibra
mas ó menos gruesas, generalmente trasluciente y con lustro fuerte;
compacto, alabastro yesosa, con testura sacaroidea, color blanco
de nieve, ó ligero matriz amarillento ó rojizo, trasluciente y suscep
tible de pulímento como el alabastro calizo, pero del que distingue
bien la menor dureza y no hacer efervescencia con los ácidos: habien—
da'otras variedades, como la incrustante, estalactitíca y niviforme,
menos abundantes.
Coma la caliza es cl yeso mineral que se encuentra en terrenos
antiguos y modernos: se le vé, así, en depósitos considerables inter
calados entre los micasqnístos y otras rocas metamórficas, en los
puntos en que contactan estas con los otros terrenos estratificados no
alterados por elflmetamorfismo, y es coman en varios de estos y
príncipelmentrfl’en los terciarios en que es abundante y forma capas
superpuestas ricas en fósiles de igual época: los cristales aislados no
forman depósito particular, las otras variedades, mas comunes, sue
len_'estar juntas enjel_mi:mo yacimiento.
Las cuencas terciarias de_ Madrid, Paris, Granada, y mas á que
dan nombre_poblaciones de primer órdcn, ofrecen unas y otras que
se utilizan generalmente, y lo que dispensa de citar localidad parti
cular para cuerpo tan comun como conocido. Las aguas que atravie
—lOl—
san terrenos yesosos disuelven porciones mayores ú menores de es—
te y se les conoce por selem'tosas.
Las variedades Iaminares suelen ser empleadas en lugar del cris
tal para cubrir estampas, el alabastro para construir objetos de
adorno; pero la mayor importancia del yeso procede del uso á que
se destina calcinado en construccion por la facilidad con que se en
durece amasndo con agua; tambicn tiene alguno en el vaciado y es
tucos, y hasta en ciertos casos como un abono natural. No todos
los yesos son igualmente estimados en construccion, en que gene
ralmente se prefieren los que llevan cal,carbonatada.
CAL suu*ur¡m ANHIDRA. Karatem’la. Ca Su*.
Esta especie mineral, menos abundante que la anterior, se pre
senta rara vez cristalizada en prismas restangulares rectos, con al
guna mas frecuencia fibrosa, y en general en masa sacaroidea, de
dureza 3,5, que no blanquea ni se esfolia al fuego ni se disuelve en
los ácidos.
La última variedad que es la mas comuu pertenece á determina
dos puntos en que contactan los terrenos de sedimento é igneos anti—
guos, y es en estos frecuente formando masas considerables en los
Alpes, Nueva Escocia, elc.; las dos primeras se encuentran en las
salinas de Ischel (Austria) y Williscka (Polonia) y en el Tirol; ofre—
ciéndose en Williscka con una forma rara que le ha valido el nombre
de piedra de tripa.
Estas variedades no tienen usos; la sacaroidea mas abundante se
emplea, por su dureza, cuando tiene color agradable, de que resulta
buen efecto pulimentada, como un mármol: el conocido por már
mol azul de Wurlembery no es otra cosa que una variedad azul de
zarstenita, y otra de color gris azulado, en cuya composicion entra
algo de sílice conocida por vulpim’la, es la que en Italia, principal—
mente en Milan, usan con el nombre de mármol de Bérgamo Inútil
es decir que esta especie, aunque compuesta como el yeso, no te
niendo agua como él, no puede sustituirlo en su uso mas impor—
tante.
CAL rosrorana. Apatz’lo. F0s/0rila. Esparragut'nu.
Fosfato de cal con fluocloruro cálcico en proporcion de tres del
primero y uno del segundo, aunque el fluor y el cloro no se hallen
—-lOZ-—
siempre en igual cantidad por reemplazarse como isomorfos. 5 Ca‘
P/45+Ca (Cl Fl').
Es la especie del género cal mas dura, núm. 5, que raya fácilmen -
te el cristal y es rayada por el feldspato, de peso especifico de 5,l
a 5,28, no se funde al soplete, se disuelve sin efervescencia en el
ácido nítrico, y echada en polvo sobre las ascuas fosforece.
Tiene variedades cristalinas y litoideas; enlas primeras, los cris—
tales son prismas exáedros regulares, pocas veces sencillos, las mas
con modificaciones en las aristas y los ángulos, ó terminados en pi—
rámide, que proceden de un rombóedro; con fractura y lustro vílreo
y doble refraccion, ya sean hialinos como lo son alguna vez, ya ten
gan color verde de matiz variado, en cuyo caso se llama csparra
guína, ya violeta y rosa que se conoce por apalíto: en las litoideas
se encuentran, la compacta, con fractura igual, la concrecionada,
en masas mamelonares con fractura fibrosa fina, y la térrea, en ma—
sas poco resistentes y pulverulentas. A la variedad compacta cor
responde la fosforüa de Lograsan, de mayor dureza que las crista
linas y con alguna porcion de sílice, bien que se hallen alli tambicn
las concrecionada y férrea; correspondiendo á otras localidades la
variedad concrecionada llamada francoh’ta, y los térreas conocidas
por piedra de Marmarosch y pseudo-apah’to. Los coprólítos, peque—
ños nódulos de cal fosfolada encontrados en las terrenos cretáceos,
tienen cqmposicion igual a la de los huesos de los animales y distinta
de la de esta especie.
La cal fosfotada se halla formando filones que acompañan á las
de algunas sustancias metálicas, ó riñones en los terrenos estratifi—
cados antiguos; tambicn en las arcillas de los carbonífer0s, y en los
volcánicas. En España tenemos la variedad esparraguina en Jumilla
y el cabo de Gata, y grandes depósitos de la Iitoidea silicifera en—
tremezclados con capas y filones cuarzosos en Logrosan de Estre—
madura, criadero notable y conocido desde hace bastante tiempo.
En el estranjero se cita en el Tirol, Suecia, Greolandia, etc. , y de
Norte-América proceden los cristales de mayor tamaño vistos hasta
hoy de esta sustancia.
Las variedades cristalinas parecidas á las piedras finas se han
usado talladas como tales, por confundirse con ellas las llamó Wer—
-—l03—
ner apnh'lo, del verbo apatao, yo engaño: en Logrosan emplean
la fosforita como cualquier otra piedra en construccion, no habien—
do todavía correspondido en su empleo como abono natural a las es
peranzas que se indicaron hace poco tiempo, á pesar de la impor
tancia notoria del ácido fosfórico en la vegetacíon, y emplearse eo—
mo abono en Francia é Inglaterra los coprolitos y los huesos pulve
rizados de composicion igual, bien que no la de la cal fosfatada na—
tural.
Como especies del género cal indicaremos los arseniatos, anhidro
ó bcrcelíla, é bidratados, farmac'olila y Izaídíngerita; el antimonito,
romeína; el titanato, per0wskíla; el lantalato, pyroclora; el tungs
tato, que volveremos a mencionar en el género tungsteno; el nitrato,
m'lro caliza; el cloruro, que solo se halla disuelto; y el barato y
ozalato, curiosidades raras, y como los anteriores, que lo son algo
menos, sin importancia.

GÉNERO MAGNESIA.

El óxido de magnesio se halla en la naturaleza libre y combinado


con diferentes ácidos, dando lugar a especies tau desemejantes, que
es dificil asignar al grupo genérico otros caracteres que los quimi—
cos de la magnesia. Algunas son solubles y estas se conocen por el
sabor amargo que tienen, porque aun despues de precipitadas por
los carbonatos alcalinos precipitan de nuevo cuando se calientan, y
porque la magnesia que de ellas se separa precipitando las disolu
ciones por la potasa, toma al soplete, puesta con una gota de diso
luciou cobáltica, color de lila; en las insolubles, para observar unos
ú otros caracteres, hay que disolverlas. El género no tiene muchas
especies, ui estas son de la mayor importancia; mas separando co—
mo hacemos la espíncla para estudiarla en la clase 5.“, sujetándonos
al sistema adoptado.
PERICLASA r anucrn.—La primera, tambien llamada magnesía
nativa, es el óxido de magnesio anhidro con algo de óxido ferroso,
que cristalizado en octáedros fué encontrado en 1840 en una do
lomia de Somma: la segunda, hidrat0 del mismo óxido, procede de
Nuova Jersey, y se indica en otros puntos.
—lOi-—
MAGNESKA CARBONATADA —Hay tambien dos especies, la anhidra 'y
la hidratada. La primera, giobertíta, impropiamente magnesía nati
va, se presenta cristalizada en rombóedros cuyo ángulo diedro obtu
so es de 107°,25', y terrosa, parecida á la creta; en el primer esta
do se ha encontrado en los Alpes; en el segundo es mas frecuente
acompañando á la magnesita de que tiene siempre mas ó menos por
cion: es la mas pura la de Baldissero, cerca de Turín. La hidratada
Iancasleríta se ha hallado en Nueva Jersey con la brucita. El car
bonato de magnesia del comercio es artificial.
MAGNESITA. Espuma de mar. Tierra de pipas.
Es un silicato hidratado de magnesia, que debiera ser estudiado
en la clase 5.‘ atendiendo á su composicion; Dufrénoy la coloca
cerca del carbonato con que suele confundirse, y al que acompaña
frecuentemente. Mg S"+'.4q.
Sustancia terrosa, mate, blanca, ligera, áspera al tacto, blanda,
tenaz, muy poco fusible, da agua por calcinacion, y al fin se funde
al soplete en esmalte blanco. Los ácidos obran sobre ella, pero si es
pura no hace efervescencia, como cuando tiene carbonato de mag—
necia: en algun caso lleva tambien hídrato de la misma base.
Se encuentra formando venas ó nódulos en los torrenos serpenti—
nicos, ó masas ó capas en los terciarios de agua dulce. Al primer
yacimiento corresponde la de Baldissero en el Píamonte, y al segun
do las de Montmatre y Saint_0uen en Francia, los mas célebres de
Crimea y la Natolia, y los de España de Vallecas, en que se bene
cía y es conocida por piedra loca, y el de Cabañas, con el mineral
de grano mas fino, esplotado antes y escaso ya hoy.
Sirve para construir pipas, siendo para esto buscada la de grano
mas fino cual lo tiene la de Crimen y Natolía, y para fabricar hor
nillos de laboratorio y cocinas, con cuyo objeto se utiliza entre noso
tros la de Vallecas Es un cuerpo tan blando, cuando tiene el agua de
cantera, que se trabaja con la mayor facilidad; despues se hace mas
ligero y resistente.
MAGNESIA SULFATADA. Epsom'la. Sal de Epsom. Sal de la higuera.
Sal amarga. Sal calárlíca. Mg Su‘+6 Aq.
La naturaleza ofrece este mineral en estado sólido ó en disolucion
en el agua. En el primero se ofrece en poca abundancia, cristalino,
—103;i—
fibroso, trasluciente, con brillo que pierde etloresciéndose al aire,
con sabor amargo decidido; pero se la cita en efiorescencias blan
cas ó teñidas por cuerpos metálicos, en las galerías de algunas mi
nas, á la superficie de esquistos magnesianos y acompañando al sul
fato de sosa; siendo de estos criaderos notable el de Calatayud por
las largas y sedosas fibras que produce. En estado de disolucion es
mas abundante, y de las aguas en que se encuentra. á las que co—
munica su sabor y propiedad purgaute, Epsom, Fuente la Higue
ra, Vacïa, Madrid, etc., proceden algunos de los nombres con quese
la conoce.
La que se usa en Medicina está cristalizada artificialmente en pris—
mas romhoidales.
La magnesia boratada, boracíto, solo es notable por su anómala
cristalizacion cúbico; el In'droboralo y la magnesia fosfotada, pleura
clasa, son meras curio.<idades de gabinete: el nitrato se forma con el
nitro; y el cloruro se halla en disolucion en el agua del mar y algu
nas fuentes saladas.

GÉNERO mua.

Este género solo tiene especies raras y sin importancia; de una


de ellas, la gadoh'm’tn, obtienen los químicos el óxido de ¡trio que
da nombre al género.

GÉNERO ALUMINA.

Forma este género el óxido de metal aluminio, que por sus pro—
piedades notables empieza á obtenerse en alguna abundancia y á
destinarse á usos artísticos. El metal no se halla libre; el óxido
compuesto de dos de aquel y tres de oxígeno Al"0“ existe en la na—
turaleza asi y combinado con ácidos y bases, haciendo por tanto de
uno y otro en especies importantes á que es difícil asignar un ca
rácter comuu: aquellas en que el óxido desempeña el papel de ácido
se estudian en la clase 5.‘ con los silicatos en la clasificaci0ñ que se
guimos.
_]06__
Conmnon. Camada. Alúmína ú árido de aluminio anhidro. Al.
Se presenta bajo dos sub-especies que Werner llamó Iclesía, e:—
palo adamantino y esmeril. En el corindon telesia se comprenden
las variedades hialinas, compuestas casi esclusivamente de alúmi
na; el espato adamantino y el esmeril tienen cantidades variables
segun la procedencia, de óxido de hierro y sílice aquel, de sílice, de
magnesia, que llega hasta un 50 por 100, y agua, este; bien es ver
dad que los análisis se refieren, mas que á la especie, á rocas en que
hay mas ó menos esmeril.
La sub—especie (elesía se presenta en cristales del tipo romboé
dríco, y comunmente en dodecáedros de triángulos isósceles, diáfa
nos en general, alguna vez solo traslucientes, incoloros ó teñidos de
diversa manera, tan duros, núm. 9, que solo son rayados por el
diamante, de un peso específico alto, 5,97 á 4,l6, infusibles al so
plete, y sobre que no tienen accion los ácidos
Es conocido en joyería este cuerpo bajo diferentes nombres se
gun su color: cuando es incoloro se le llama zafiro blanco; ruln'
oriental, cuando tiene color rosa ó carmesí; amalr'sta oriental, cuan—
do el de violeta; topacío oriental cuando el amarillo; esmeralda
oríen!al cuando el verde, y zafiro ó zafiro oriental cuando su color
es azul; variedades_ todas muy estimadas por su inalterabilidad,
brillo y bellos colores como piedras finas, y que como tales se ta
llan y tienen gran valor. Las incoloras se parecen mucho al diaman
te y es muy difícil distinguirlas. Algunas se tallan dándolas una su
perficie redondeada, y si a esto acompaña trasparencia algo empa
nada, presentan asterismo, zafiro asféríc0.
El corindon harmófano ó espalo adamantino es male, laminar, de
color agrisado, y tiene los caracteres específicos de dureza, inalte
rabilidad y peso específico del anterior; cristaliza en el mismo sis
tema, y su forma mas comun es el prisma de seis lados.
El corindon granular ó esmeril esta en granos finos de color os
curo y mezclado con óxido de hierro y mica de las rocas en que se
balla diseminado, con la dureza, peso específico é infusibilidad del
anterior si las mezclas no son en cantidad escesiva.
El corindon es especie propia de los terrenos antiguos y que se
halla, la sub—especie hialina que suministra las piedras finas propias
n
—107—
para ser talladas, en los aluvíones antiguos de Pegú y Ceilan en
cristales sueltos mezclados con arenas y detritus de las rocas en que
orígí.mriamente estuvieron implantados; así se han recogido moder—
namenle en Espailly, Francia, bien que los de este punto son poco
trasparentes y estimados; las otras se hallan ó como la anterior en
los aluvíones antiguos, ó diseminadas en rocas esquistosas, granili—
cas y basálticas en la India, China Montes Ourales, América y Eu
ropa, viniendo al comercio el espalo adamantino de la India y el es—
meríl de la India, Sajonia y la isla de Naxos: tambíen lo hay en Por
tugal, en España en la Serranía de Ronda, y lo indicó Boules en la
montaña llamada Lares de la Puebla de Alcocer.
Ya hemos dicho el uso que tienen las variedades cristalinas como
piedras tinas; el coríndou barmófano es empleado en la India como
esmeríl, y su nombre indica el que tiene este.
El óxido de aluminio hidratado forma solo especies sin importan
cia, por ejemplo gíbsüa é Izúlrargilita.
TURQUESA.—Ellll‘ü las combinaciones de alúmina con el ácido fos—
t'órico solo debemos estudiar la turquesa llamada tambíen calaíla,
compuesta esencialmente de fosfato de alúmina, cobre y agua, con
hierro y cal además en algunas variedades.
Se presenta en pequeñas masas Iapídeas, opacas, duras y suscep—
tibles de buen palimento, de peso específico próximamente 5, color
azul hermoso de cielo, alguna vez azulado ó verde, infusibles al
soplete é inalterables por los ácidos.
Viene de Pérsia en donde se encuentra, cerca de Teherán, for—
mando pequeños depósitos en las arcillas ferrugínosas, y es desde
antiguo usada en joyería y estimada por su bonito color. Se la dis—
tingue particularmente con el nombre de turquesa de roca antigua,
de otra piedra parecida, de color mas bajo, mas blanda, atacable
por los ácidos y menos estimada, que se llama turquesa de roca
moderna, no rara en Europa, y solo dientes fósiles de maslodontes
coloreados por el fosfato de hierro.
La especie cryolila, fluoruro aluminico sódico, que se encuentra
en alguna abundancia en Greolandia, tiene importancia industrial
por ser la de que mas fácilmente se obtiene el metal aluminio, de
uso ya vulgar aunque no muy estendído, y para la que se beneficia.
—l08-—
ÁLUMINA sur.nrsm.—Ofrece la naturaleza \arios sulfatos de alu
mina y de esta y otra base. Es uno el llamado
» ALúNóGEN0.—Sulfato aluminico hídratado, Al Su‘+6 Ag, que se
encuentra en efiorescencías en las galerías de las minas piritosas, en
las arcillas que acompañan á algunas lignítas [ambien piritosas, y
en los azufrales; debiendo su origen, en los dos primeros casos, á la
acídíficacíon del azufre de las pirítas, y en el último á los vapores
sulfurosos que se desprenden en los azufrales, y que oxigenándose
se combina con las bases con que se pone en contacto. Cuando se
encuentra fibroso con mas ó menos cantidad de sulfato de hierro se
le conoce por alumbre de pluma, que tenemos en abundancia en _
Almazarron, en donde, como en las otras partes en que se halla,
se utiliza para la fabricacion del alambre, y por si mismo en tinto
reria.
\Vsnsrsnrn.—Es otro sulfato aluminico hidratado, AlSu‘+5 Aq,
sustancia blanco-terrosa sin sabor, ni abundante ni de importancia.
Ar.u:vru.—Es lo mas la alum'la ó piedra de alumbre, sulfato alu—
minico potásico hidratado, Ka Su‘+9 Al Su‘+6 Ag. Cuerpo térreo,
insoluble en el agua, de peso especifico 2,69, duro ó blando con
fractura compacta ó terrosa, fibrosa o' cavernosa, y ofreciendo algu
nos cristales romboédricos; decrepíta sin fundirse al soplete per
diendo su agua de cristalizacion.
Se encuentra en Tolfa y otros puntos de Italia, en Hungria, Au—
vemia, etc.; pero en todas partes mas que una especie mineral, es
una roca con mas ó menos alunita, y mas ó menos útil segun estepa—
ra la preparacion del alumbra. El obtenido con la de Tolfa, es el
alumbra de [toma mas estimado en el comercio que los procedentes
de otros puntos.
Aznunna.—Este nombre, que suele usarse como colectivo de va
rias sales dobles en que se encuentra el óxido aluminico ó uno de
sus ¡somorfos combinado con el ácido sulfúrico unido á otro sulfato
alcalino, se usa aquí para el sulfato aluminico potásico hidratado,
mas generalmente llamado así y de todos los alumhres el mas usado.
Está compuesto como indica la fórmula, K. Su“+5 Al Su‘+24
Aq, y es una sustancia blanca, soluble, de sabor acerbo, que puc—
de crístalizar en el tipo cúbico, de peso específico l,7t; da agua por
—-109—
calcinacion, dejando una masa esponjosa y ligera, alambre calcina—
do, y su disolucion manifiesta por los reactivos la alumina y la p0
tasa que entran á componerla.
Existe en la superficie de los esquistos aluminosos, en los depósi
tos de carbon de piedra quemados espontáneamente y en los azufra—
les; y siendo tan buscado por sus aplicaciones, no solo se obtiene
directamente de la sustancias que lo llevan, como en Puzzola, cerca
de Nápoles, sino que se convierten en alumbre otros sulfatos de alu—
mina, los esquistos piriloso—alminosos, y hasta tratando directamen—
te por el ácido sulfúrico las arcillas cocidas. La alunita de Tolfa cal— '
cinada y abandonada al aire, es lixiviada despues y deja cristali—
zar el alumbra romano, y lo mismo se practica con las de otros pun
tos; pero mucha parte del que se consume se obtiene de la sulfata—
cion espontánea ó forzada de los esquistos pirilosos, que Iixivian,
separan el sulfato de hierro formado, añaden la potasa bastante á
formar el alumbre, cosa necesaria en la fabricacion por los arcillas,
y le hacen cristalizar.
El alumbra tiene muchos é importantes usos: se emplea en las
artes é industria como mordiente y curtiente, para impedir la com—
hustion de las maderas, etc.; en Medicina como astringente y calci
nado para destruir las carnes fogosas, y en Farmacia para preparar
otros cuerpos.
El alambre de sosa y el de amoniaco que suelen acompañar al
potásico, son menos abundantes en la naturalezay poco estimados.

6mm’0
-ll0—

tll‘.hl\ilïl <8.“

METALES.

En esta clase que corresponde a la tercera de Haüy se estu


dian los cuerpos simples que la naturaleza ofrece con los caracte—
res de metal, y las combinaciones de que se obtiene por los proce
dimientos ordinarios un régulo ó una escoria metálica. Los metales
que antes del descubrimiento de la composicion de las sustancias al
calinas y térreas eran no mas considerados como metales, los que
conocidos despues tienen propiedades análogas, los que el minero
tiene como metales, que forman las cuatro últimas secciones de las
seis en que el químico divide estos cuerpos, con sus combinaciones
naturales, son los minerales que la forman.
Haüy los llamó metales aulópsíd0s, porque al revés de lo que suce—
de en los de las dos clases anteriores, sus Izelerópsidos tienen uno
ó mas estados con propiedades que indican la presencia de un me—
tal: así sucede en efecto cuando se hallan nativos, aleados entre si
y en algunas combinaciones con los metaloides, en que las propie
dades metálicas de lustro, opacidad, peso especifico mayor en gene
ral que en las minerales de las dos clases anteriores no permiten
confundirlos con estos; pero en otras combinaciones con los últimos,
y sobre todo cuando se hallan en estado salino, las propiedades
metálicas no son tan marcadas que siempre indiquen con precision
la presencia de un metal autópsido: en estas, sin embargo, hay la in
dicacion del color propio de la sustancia, constante en general en
las combinaciones metálicas, y muchas veces del peso específico,
superior tambicn por lo comun al de las combinaciones de los hete
rópsidos; metales tambicn para el químico, bien que no para el mi
nero, que nunca se hallan nativos, ni de sus compuestos naturales
se puede obtener por los procedimientos ordinarios un metal, ni en
este estado, hecha esccpcion del aluminio, tienen empleo, ni nunca
se ofrecen con aspecto metálico.
—lH—
Con ligeras escepci0nes se encuentran en la clase los mismos gé—
neros que enla de Haüy; porque si bien Dufrénoy reseña como per—
tenecientes a la primera por el fundamento en que la basa, algunos
metales, los estudia como es mas natural en esta: el arsénico se en
cuentra en distinto caso por su decidida tendencia electro-química
negativa que le hacen mirar como un metaloide, y ha debido quedar
allí, como quedaría el teluro, tambíen generalmente mirado como mc
taloíde, si el carácter de los compuestos que forma no hiciera mas ua—
tural su estudio entre los metales.
Los géneros se forman en esta clase como en las anteriores por el
elemento electro—positive, con lo que se logra tener juntas todas las
especies que llevan un mismo metal, que es lo que bajo el punto de
vista práctico conviene, y lo que hace que hasta autores, que como
Brongníart atienden en las otras clases al negativo para formarlos,
den en esta tambien la preferencia al positivo. Haüy los agrupa en
tres órdenes que no solo no conserva Dufrénoy, sino que ni sigue en
el estudio de los géneros el órden de aquel. Adoptada su clasifica
cíon la habremos de seguir tambíen en esta clase, afladíeudo solo
en los metales mas comunes alguna nocion de la obtencion y usos ’
que completen su historia, y en cuanto sea posible tambien {algun
carácter genérico.
GÉNERO CERIO.

El metal cerío fue descubierto en 1809 por Berzelíns é [lissín


ger, en el mineral llamado cert'na, de que en 1859 separó Mosander
el lantano y dídímio. La naturaleza le ofrece en estado de óxido y
en combinacion con otros cuerpos formando las especies, oereríla,
cerío oxidado siliciatado rojo; ccrína, cerío oxidado siliciatado ne—
gro; basícerina y fluo-cerína, fluoruro de cerío; ítrtbceralíta, fluo—
ruro de cerío é ítrio, y carbocerína, cerío carbonato; todas poco
comunes y sin importancia.

GÉNERO HIERRO.
El hierro es un metal conocido desde muy antiguo y muy abun—
dante en la naturaleza: los alquimistas lo dedicaron a Marte, con
-l |2—
cuyo signo se halla en sus obras, y por lo que conservan algunos de
sus compuestos el calificativo de marciales.
Forma muchas especies minerales, y se encuentra tambien en
otras sustancias que no son del género aunque lleven hierro: en am—
bos casos se hace constar su presencia por los precipitados que dan
con los reactivos cuando se ha logrado disolverlas, y de que son
los mas característicos, el azul con el ferro-cyanuro potásico, el ne
gro con la tintura de agallas y el pardo amarillento con los álcalis,
supuesta la disolucion de sal férrica; además dan con mayor ó me—
nor facilidad al fuego un cuerpo atraible por el iman.
El hierro tiene color gris azulado y testura granosa, es ductil,
maleable, el mas tenaz de todos los metales, su peso específico es
de 7,78; se funde a 158° pyrométrieos, ablandándose a temperatu
ra mas baja para poder trabajarle; es inalterable al aire seco, se
oxida en una atmósfera húmeda, y los ácidos le disuelven con faci—
lidad.
Hmnno mnvo.-—Con estos caracteres se encuentra el hierro for—
mando nódulos en el interior de algunas hematites, y en cortas
porciones en terreno carbonifero y sobre rocas tráppicas: en unas y
otras parece debido á la reduccion de minerales de hierro; pero no
pueden tener,ni han tenido este origen las masas metálicas mas
voluminosas por lo comun que de metal casi puro se encuentran en
la superficie del terreno sin relacion con criadero metálico alguno,
ni el que se ve en algunas Iapídeas acompañando á otros mela—
les, [ambien sin relacion con el suelo y hasta á veces sobre campos
cultivados; las que, a pesar de la oposicion que se tuvo un tiempo a
darles el origen ya indicado por Tito Livio y Plinio, que hablan de
lluvia de piedras, no pueden proceder mas que de la atmósfera.
Es un hecho hoy fuera de duda en efecto, que han caído dela at—
mósfera las piedras llamadas meteoritos, piedras mateárícas, arro
Iftos, bólídos, etc.; se ha repetido tan frecuentemente el fenóme
no hasta en nuestros días, y hay testigos tan numerosos y valedo—
res, que aun prescindiendo del modo de encontrarse en el suelo, no
quedaría duda de su procedencia.
Unas veces los mete0ritos están formados esencialmente de hier
ro con algo de níquel, otras son masas lapldeas con porciones ma
-—l15—
yores ó menores del primer metal, por término medio de un 20 á
un 40 por 100 con cantidades variables, pero siempre cortas, de
mangaueso, cobalto, alúmina, cal y carbono, alguna mayor de ni—
quel que llega hasta un 6 por 100, y formando el resto la sílice, la
magnesia y el azufre. Los primeros, son los hierros meteáricos, tie—
neu los caracteres del hierro metálico y se ofrecen bajo las dos varie—
dades cavernosa y compacta, de las que es esta la mas habitual: los
segundos, meteórítos lapídeos, tienen aspecto lapídeo, un color agri
sado, y en su mas_a se veu ráfagas ó puntos mas brillantes del hier
ro metálico; son los mas comunes, los que se han visto caer algu—
nas veces y en los que se han estudiado los fenómenos que acompa
ñan su caída, que se dicen, como las hipótesis para esplicarla, en
las obras especiales. Baste aqui 'saber, que para unos autores son
cuerpos formados eu la atmósfera por condensacion de las materias
que los forman y que se hallaban, dicen, en estado de vapor; que
para otros, son productos de los volcanes de la Luna, y que los mas
los consideran como fragmentos de planetas errantes en el espacio,
que entrando eu la esfera de alraccion de la Tierra, han tenido que
venir á ella inflamáudose en la atmósfera.
Casi todos los museos principales eouservanálgunos areólitos re
cogidos en el país á que corresponden: el de Viena tiene uno caído
en la Croatia en 1751; el de París otro de Caille, en el departamen—
to de Var; el de San Petersburgo el que dió Paltas á conocer de Si
beria; el de Madrid uno de la Rioja, etc., etc. En la naturaleza
hay masas voluminas de hierro de esta procedencia, y son notables
por el tamaño la que en Liberia, Africa, benefician tiempo hace los
naturales del país para construir instrumentos loscos, y la citada por
Humboldt de Atacama de peso de 2000 kilógramos; otra de 750
kitógramos de Santa Rosa de Nueva Granada recordaremos entre
las varias conocidas, por haber caído en la noche del Sábado Santo
de l810 en un campo labrado el día anterior, y como de nuestro
pai’s varios pequeños, caídos en Nulles, Cataluña, en 1852.
El hierro y el azufre se combinan formando minerales á que sien
do comuues uno y otro cuerpo y los caracteres químicos consiguien
tes á ambos y llevando todos el nombre de piritas, ó la proporcion
de los elementos es la misma y el dimorfismo los separa como su
8
—lfá—
cede en la pirita amarilla y la blanca, ó—es distinta como enla mag—
nética, ó con ellos entra otro cuerpo, como el arsénico en la pirita
arsenical.
Humo SULFA_RADO musmu.o. Pírila amarilla. Piríla de hierro.
Piritu eúbíca. Marcasila. Bisulfuro de hierro, Fa Su*, compuesto en
l00 partes de 54,26 de hierro y 45,74 de azufre.
Cuando se halla cristalizado como se ve casi siempre, lo está en
formas del tipo cúbico, cubos, octáedros regulares, dodecáedros rom
boidales ó pantagonales é icosáedr05, al revés de la siguiente que lo
hace en formas del tipo prismático recto de base romboidal, algunas
veces se presenta en masas concrecionadas dendríticas ó pseudo—
mórficas que como las variedades cristalinas tienen color amarillo
de oro, brillo metálico, peso específico de 4,6 a 5, dan chispas con
el eslabon haciendo sentir al par olor sulfuroso, mas perceptible si
se la espone a la accion de la llama de una bugia ó al soplete; en
este dejan una masa atraible al iman. Hay una variedad epigéníca,
pirila hepática, sin los caracteres propios del sulfuro, porque con—
servando la forma de esta especie ha pasado a hidróxido de hierro.
La marcasíta es mineral abundante en los terrenos antiguos ig—
neos y cstratiticados primarios ó secundarios, ya diseminada, ya
formando filones por si ó acompañada de la pirita de cobre, a que
se asocia tambicn alguna vez el oro nativo. Es comun como en el
cstmnjero en España de uno ú otro modo, no habiendo puede decir
se distrito minero en que no se halle. Su color amarillo hace que la
confundan con el oro las personas poco eonncedoras de los minerales.
En algunas localidades se utiliza. si no para obtener el metal, lo
que á mas de difícil seria poco económico, para formar sulfato de
hierro, y de alúmina si la acompañan esquislos arcillosos, privándo—
la por toslacion de una parte del azufre y dejándola abandonada al
aire; tambicn algunos cn'stalillos limpios s".n montados como una
piedra fina, y masas mayores cortadas en tablas y pulimenladas co—
mo objeto de ornamenta<;ion; por haberlas encontrado así cu los se—
pulcros de los incas del Perú y creerse les servían de espejos se ha
llamado espejo de los incas.
HIERRO sur.ruuno BLANCO. Pin'la blanca. Esperqm’sa. Fe Su‘.
Tiene iguales caracteres químicos que la anterior, de la que como
-—l15-—
bemos dicho la separa el dimorfismo, su color es amarillo livido ó
verdoso, es muy alterable al aire al revés que aquella, cuando cris
taliza lo hace en prismas romboidales del tipo 5.°
Se encuentra crístaiizada, en masas de estructura radiada ó en
granos casi ímperceptíbles diseminada sobre diferentes rocas, y es
tan coman como la marcasita. Como esta se utiliza para convertirla
en sulfato haciéndola desprender parte de su azufre; pero mas alte
rable que ella se descompone por si naturalmente, y cuando se ha—
lla implantada en rocas arcillosas produce al par del sulfato de hier—
ro otro de alúmina de que se obtiene alumbre. Para que la sulfata—
cion tenga lugar basta esponer el mineral al aire en el punto que se
elige al objeto, cuidando de humcdecerle de tiempo en tiempo: en
la reaccion hay desprendimiento de calórico, y se concibe que el
desprendido en las que naturalmente han ocurrido en el suelo alte—
rándose esta píríta, puede haber producido, como se cree, la com—
bustíon espontánea de algunos depósitos de carbon mineral que la
tenían.
Hranne sunnnano msourínco. Piritu magnética. Leberkísa.
Sulfuro compuesto en 100 partes de Fe 40,15, Su 49,85, que
corresponde á Fe’ y Su“, y que formulamos como la uníou de dos
sulfuros igual a Fe Su*+6 Fe Su.
Tiene los mismos caracteres químicos que las dos especies aute
riqres pero menor dureza, un color bronceado mezclado de rojo y es
sensible aunque débílmenle á la aguja imantada. Es menos abun
dante tambien que aquellas y mas peculiar de los terrenos antiguos,
babiéndola en E<paña en la sierra de Guadarrama;
HIERRO sur.runano ARSEN[CAL. Piritu arsem'cal. Míspílcel.
Sulfa—arseniuro de hierro, como indica su nombre, tiene color
blanco argentino un poco agrísado y brillo metálico, da chispas con
el eslabon, desprendíendo al par del olor sulfuroso el de ajos mas
sensible al soplete, y su peso especifico es de 6,12. Unas. veces se
encuentra cristalizado en formas del tipo prísmátíeo romboidal rec
to, y otras en masas amorfas. Especie propia de los terrenos antí—
guos en que acompaña en los filones á otras sustancias metálicas de
los mismos, se encuentra en Sajonia y Bohemia, y la hay en Gua—
—116
dalcanal, Salas de Asturias, la Sierra de Guadarrama y otras de
España.
De ella se separa hoy con el nombre de hierro arsem'cal ó leuco—
pin’la, un cuerpo mas pesado, compuesto esencialmente de hierro
y arsénico.
Hay en la naturaleza, como de azufre, varios compuestos de hier—
ro y oxígeno, que forman otras tantas especies interesantes por su
abundancia, variedades y aplicaciones.
Hu:nuo oxmu.ano. l]íerro mag—nélfco. Piedra iman. Ferrato fer
roso, mas propiamente /érrüo tcrroso, compuesto de los dos óxi
dos ferroso y férrico, en proporciou de 51 del primero y 62 del se
gundo, que dan en 100 partes, hierro 71,78, oxigeno 28,22:Fé’0‘
ó /e+l'e.
Este cuerpo se ofrece cristalizado ó en masa, de color gris par-—
duzco con brillo metálico, pero cuyo polvo es constantemente ne
gro, con estructura granosa, compacta ó laminar, dureza 5,5, peso
especifico de 5,09, infusible al soplete e' insoluble en el ácido nitri
ce: la propiedad notable y característica de esta especie es la pola—
ridad magnética que indican dos de sus nombres. Las formas crista—
linas que afecta, menos frecuentes que las variedades en masa, son
el octáedro regular y el dodecáedro romboidal del tipo cúbico.
Corresponde á los terrenos antiguos estratificados e igneos, en los
que ó está diseminado en la roca ó forma depósitos considerables.
Entro estos son notables los que se benefician en Suecia, en ricas
minas conocidas por el escelente acero que se forma con el hierro
obtenido; y le hay en la isla de Elva, en Chile, Filipinas, Francia y
Noruega. En España se recoge en las sierras del Escorial, en el con
cejo do Castropol, en Asturias, _v en Sierra Nevada acompañando á
la serpentina. De esta especie son las masas metálicas rodadas que
se encuentran en los aluvicnes de los cerros (le la Alhambra en Gra—
nada, conocidas en el país por lapínos,
Hmnno oumsro. [fierro oxidado rojo. Pcróxído de hierro. Com
puesto en 100 partes, de hierro 69,54, oxigeno 30,66. Fe’0‘ ó Fe.
Las sustancias con que se halla mezclado y la testura permiten
formar en esta especie los tres grupos siguientes, lu'erro olíyislo me—
taloídeo, hierro olígislo concrecr’onado y hierro olígislo ferroso: to
_¡ t"_
dos tienen los mismos caracteres de composicioa, dan al soplete un
cuerpo atraible al iman, pero no se funden si no tienen mucho: cuer
pos estraños, tiñen al borax de color verde, y sc disuelven en el áci—
do clohidrico en que se descubre fácilmente la presencia del hierro,
y en todos el color del polvo es rojo. »
t.“ Ilícrro olíg¡sto mclaloídeo: se presenta con color agrisado y
brillante, cuyo polvo fino es rojo; unas veces cristalizado en formas
romboidales, otras en masas Iaminares, hierro especular, y otras
en masas compuestas de finas hojiltas que manchan los dedos, Iu'cr
ro mícáceo. El peso especifico es en todas de 5,2’r, mas la dureza,
de 5,5 en las dos primeras variedades, baja en la última.
2.‘ Ilierr0 dígíst0 concrecionado: este tiene siempre color rojo
en la masa que es unas veces compacta, lu'crro olígísto compacto,
otras mamelonar con la testura fibrosa, lwmalítes roja, y en ambos
casos bastante duro.
5.° ¡Iierro olígísto terraso: tiene el color rojo del anterior, pe—
ro testura térrea y se deja rayar fácilmente. A este grupo corres—
ponden el lápiz y ocre rojo; bien que el óxido puede estar mera
mente coloreando tierras y arcillas como sucede en los últimos, y
entonces no es propiamente un mineral de hierro.
Esta especie corresponde á terrenos diversos: las variedades me
taloideas se hallan formando masas porlero.<as en los terrenos pri
mitivos, de transicion y algunos volcánicas; en los primeros tam
bicn las concrecionadas, y en estos y otros mas modernos las tór
reas. Sin citar del estranjero mas que la isla de Elva, la Suecia y
los Vosgues, en que se esplota en abundancia como en otros puntos
para obtener hierro, diremos las localidades en que se encuentra en
nuestro país. Es abundante y objeto de grande esplotacion en Viz
caya el rojo compacto, se‘estraen de Marbella para alimentar los
altos hornos de Málaga grandes cantidades de micáceo, que existe
tambien en Sierra Nevada formando filones poderosos, y en Pavias;
hay hierro especular en Colmenar viejo, en Jumilla y Lubriñ; ocre
rojo, almagro, en Almazarron, y allá ó acullá estas ó las otras va—
riedades.
Hinano oxroano HKDItATADO. Hierro oxidado pardo. Límom'ta. La
composicion de esta especie es la de la anterior mas agua, 4F0+Aq.
--HS—
Como ella presenta variedades cristalizadas, concrecionadas y
térreas, distintas en la dureza y en el color de la masa, bien que
el polvo de todas es pardo; los caracteres químicos son los mismos.
Las variedades metaloideas,cristalizadas en el tipo prísmático
r0mboidal recto, son raras, no las compactas y las concrecionadas
con color pardo; ya en masas mamelonares, gutulares ó estalactí
ticas, hematíles pardo, ya redondeadas, con capas concéntrims del
tamaño cuando menos de un huevo, y núcleo movíble ó no, piedra
del águila, ya en granos pequeños, hierro oolílícoó pisolflíco segun
el tamaño; y las amorfas ó térrcas que se conocen por acres ama—
r¡llos, tienen mas ó menos sustancias estrañas, pero que como las
de la especie anterior solo pueden ser miradas como minerales de
hierro cuando tienen un 50 por 100 de metal.
No todas las variedades son de los mismos terrenos: la hemalites
parda forma filoues en los estratificados antiguos y masas interca
ladas en el contacto de estos y los ígneos, encontrándose acompa
ñándola las variedades metaloideas compactas: la piedra del águila
se halla como el hierro pisolítico en los terrenos terciarios, y los
acres hasta en los de última formacion.
Es mineral comun que benefician en algunos puntos para obte
ner hierro, y que en España no escasea en depósitos mayores ó me—
nores.
Hu:nno CARBONATADO. Hierro espátíco. Siderosa. Fe0 CO‘ ó
Fe C’.
Esta especie se presenta en cristales romboédrícos, ó en masas la—
minares, concrecionadas ó amorfas, con color gris, dureza poco su
perior a la de la caliza y peso específico de 5_á 4; es soluble en los
ácidos con efervescencia lenta en frío, viva calentándolo, y se enne—
grace al soplete dando un polvo aglutinado atraihle por el iman. Al—
gunas veces está alterada, y entonces su color es oscuro y menor la
dureza, la alteracion puede llegar hasta a convertirla en hidróxido
conservando su testura y forma, y otras reemplaza en parte al hier
ro algun otro cuerpo ísom0rfo, que sin cambiar aquella modifica
los caracteres de composicion.
El hierro cspático se encuentra formando filones en los terrenos
antiguos y de transicion, ó diseminada ó en capas en los otros pa—

LA
—ilQ-—
leióicos, y principalmente en los carboniferos. En filones se halla
en las minas de Sliría, Caríntbía, en los Pirineos y Sierra Nevada; y
en Inglaterra y en España en el terreno carbonifero en capas con
las del mismo carbon de piedra, que esplotan al par que el carbon,
como en otras localidades los filones. Es un mineral de hierro rico
y estimado, y con el que se puede obtener directamente el acero:
por esto se le conoce en algunos puntos por mina de acero.
Orms r.srzcres nr.r. séntno.—Las otras especies de hierro son me
nos importantes: el cromatado er'síncromo se halla en las rocas ser—
pentinas de América, Siberia, etc., y se utiliza por el cromo: el tí—
taneado comprende las especies de Dufrénoy cric/tlom‘la, ylmcm'la,
mengila y menaccom'lu; el fosfatado, otras de color azul, vívram'la,
ó verde, dufrcm'la, etc.; el arseníalado, las pharmacssiden’la y sco—
rodila; el sulfatado, que se vé en ellorescencias en las minas de
hierro, las melanlería, neoplasa y ¡n'th'zzita; los tantalatos se estu—
dian con el tántalo; y el cloruro, silicatos y oxalato ni merecen ser
indicados.
Onrs:vcro.v v usos om. nmnno.—l’rescindiendo de la corta canti
dad de hierro que se obtiene del meteórico, los óxidos y el carbona—
to son los que dan cuanto se emplea. Su metalargia está basada en
la reduccion por el carbou, y se ejecuta, ya por un procedimiento
que se llama catalan, de antiguo usado en Cataluña y Vizcaya y a
que se acomoda bien el carbonato y alguno de los óxidos, ya por el
de los hornos altos en que se reducen bien todos, y la produccíon es
mas en grande, aunque no tan pronta como en el procedimiento an—
terior. Los detalles de uno y otros, ambos empleados en nuestro país,
no son de este lugar.
Los usos del hierro son tan importantes como conocidos: en estado
de régulo ó de acero entra ó formar desde el mas tosco instrumen—
to de labranza y el rail del camino de hierro, hasta la delicada rue
da del cronómetro y la sutil lanceta del cirujano, y lleva en su em—
pleo por dureza, tenacidad y baratura tanta ventaja a todos los me—
tales que no se concibe con qué podría reemplazarse, si en el esla—
da actual de los pueblos cultos desapareciera agotándose los mine
rales que lo producen; mas su abundancia es tal y se halla tan pró
dígamente repartido en la naturaleza que ui remotamente puede su—
—120—
ponerse su falta: la hojalata, tambien usada en estremo, es un com—
puesto de hierro, y la Medicina emplea varios preparados del mis—
mo metal, que al revés de las de otros comunes y usados, no tienen
accion venenosa en la economía.

GÉNERO MANGANESO. _

El manganeso es un metal que abundante en la naturaleza en el


cuerpo conocido desde hace mucho tiempo con el nombre de mag
nesía m'gra ó manganesa, usado en las fábricas de cristal y esmal
tes, no fue aislado hasta fines del siglo pasado por Gahn, despues
que Scheelle manifestó la composicion de aquella.
En estado metálico no tiene aplicaciones ni se halla en la natura—
leza; en cambio las tiene en el de óxido en el que se conocen varias
especies comunes, y existe tambien combinado con el azufre, con el
arsénico, con los ácidos fosfórico, carbónico y silicico formando
otras sin importancia, y en algunas sustancias lapideas como los
granatcs é idocrasa. Los minerales manganesíferos dan tratados al
soplete con el borax un vidrio de color violado, disueltos precipilan
en blanco por el ferro—cianuro potásico, y fundidos con potasa caus
tica producen un manganato soluble en el agua coloreándola de
verde. r
El manganeso se combina con el oxigeno en diferentes proporcio—
nes y da lugar a especies diversas de que estudiaremos las mas co—
munes.
HAUSMA‘NITA. Oxido de manganeso piramidal. Mangancxo gris
Iamctloso: es el menos oxidado de los que ofrece la naturaleza y
corresponde al óxido rojo artificial ó manganoso mangáníco, com—
puesto de MuS 0‘. Es una sustancia rara y sin aplicaciones que has—
ta ahora, aunque existirá en otros puntos, solo se le ha visto en
Hartz y Turingia. '
BRAUNITA. Manganeso oxidado fríablc. Manganeso oscuro: cor
responde en composicion al óxido mangánico, Mug 0‘. Es un cuerpo
que se encuentra constantemente cristalizado ó en masa cristalina,
negruzea, frágil, bien que de dureza superior a 5 y de peso especí—
fico de 4,75; no da agua por calcinacion, al soplete con el bora;
—lii-—
desprende algo de oxigeno, y sus cristales son octáedros procedentes
del prisma recto de base cuadrada.
Se halla en Turingía, en Sajonia y el Piamonte, y no es rara en
España en que se cita particularmente en las minas de Sierra Ai
magrera mezclado con los óxidos de hierro que acompañan á la ga
lena.
Es un óxido poco útil en los hornos de vidrio por el poco oxígeno
que desprende por el calor pasando al óxido rojo, y que ni para la
obtencion del cloro lleva ventaja al siguiente mas empleado, y mas
_útii y abundante.
Pracrusrn Mangancsa. Peráu'do de manganeso Jabon de ví
drr'eros. Está compuesto de uno de manganeso y dos de oxígeno,
Mu 0‘.
Varian bastante los caracteres con que se presenta: siempre pues—
to al soplete con el vidrio de borax desprende oxigeno con viva efer—
vescencia y el color del polvo es negro; pero unas veces está crista
lizado y tiene brillo metálico y otras se ofrece en masas bacilares,
estaiactiticas y amorfas, cambia su color de gris á negro, es el lus—
tre menos intenso, y hasta el peso específico de 4,8 es menor. Las
variedades mas frecuentes son la radiada acicuiar ó bacilar, y la en
masas amorfas con brillo metal0ideo y color negro azulado; lo son
menos las cristalizadas (sistema prismático recto romboidai), y hay
una terrosa, que mancha los dedos, y á que acompaña mas ó me
nos de la especie siguiente.
La pyroiusita es sustancia abundante que tenemos en España en
Puras cerca de Búrgos, en Alcañiz, en l.avausa, Pirineos de Cata—
luña, entre Huelva y Alosno, en Sanjurjo de Pontevedra y otros
puntos, y que se beneficia en algunos para utilizarlo en las fábricas
de cristal, para obtener el oxígeno y el cloro, y para preparar los
otros compuestos de manganeso en los laboratorios.
Aceanr.sa. Manganeso o.m'dudo hídralado y lerroso. Mangam'la.
Tiene igual composicion que la braum’la, pero lleva además agua,
Mn’ 0*+5 H‘ O.
Sin embargo se parece mas en caracteres y variedades á la pyro
lasita, á la que acompaña en las variedades terrosas, y de que se
distingue por el color del polvo, moreno en esta, y por desprender
—l22—
cuando se la calcina en un tubo cerrado una gran porcion de agua
que llega, á veces, hasta un 10 por f00 de su peso.
Su nombre acerdesa significa el poco partido que saca de ella la
industria por la misma razon dicha en la braunita, y por este las
mauganesas que la llevan son menos útiles y estimadas. Se encuen
tra como la especie anterior.
Hay además óxidos de manganeso con otros cuerpos que forman
especies particulares, dos sulfuros, arseniuro, carbonato, varios fos
fatos y un silicato, todos minerales poco abundantes y sin importan—
cia para que deban ser estudiados aquí. El peróxido es propiamen—
tela especie del género que por sus usos la merece, bien que los
otros óxidos tengan alguno en la obtenci0n de los compuestos de
manganeso en los laboratorios.

GÉNERO COBALTO.

El cobalto no se halla en la naturaleza nativo, bien que exista en


estado metálico en pequeñas porciones aleado con el hierro en los
meteóritos. Brand fue el que primero lo obtuvo en 1755 libre de sus
combinaciones.
La naturaleza le ofrece en estado de óxido, de sulfuro, de arse
niuro, de sulfo-arseniuro, y de arseniato, arsénito y sulfato, espe—
cies no todas importantes, y a que es comun colorear al soplete de
azul el vidrio de borax.
Coaauo oxmsno:€obalto negro. Se presenta en masas térreas,
negras, mas ó menos compactas y duras segun tiene mas ó menos sus
tancias estradas, óxido de manganeso, de hierro ó arcilla, que hacen
variar su peso y proporcion de cobalto, sin quitarle el que frotado
con un cuerpo duro tome brillo, que sin ensayo al soplete le distin
gue del óxido de mangancso con el que a primera vista pudiera
confundirse.
El caballo sul/arado ó cobaldína es un trisulfuro de cobalto que
al soplete manifiesta el azufre que contiene y que por su color agri
sado pudiera confundirse con el cobalto gris: es especie poco abun
dantc.
—125—
Cosmo ansemcsn. Esmaltina. Arseniur0 de Caballo. (o As'.
Tiene color blanco metálico de plata en la fractura reciente que
se ennegrece al aire, dureza 5,5, peso especifico de 6 a 7, al soplete
y hasta a la llama de una bugía esparce humo blanco abundante con
olor a ajos, y se disuelve en el ácido nítrico coloreándole de rosa.
Unas veces se presenta cristalizado en cubos mas ó menos modi
ficados, y otras en masas amorfas y concrecíonadas.
Conu:ro cms. Coballina. Sul/0-arsem'uro de caballo. Cu As’+
Co Su’.
Es una sustancia parecida a la anterior en dureza, peso específico,
color, crístalizacíon y fenómenos al soplete y en el ácido nítrico; pe
ro que desprende con el soplete el olor de ácido sulfuroso mezclado
con el arsenícal. Lo que principalmente las distingue es ser esta
especie mas brillante, tener un tinte rojizo y una fractura laminar
que no se ve en la anterior. y hallarse mas frecuentemente en cris—
tales limpios. La fórmula y el nombre indican su composicion.
El caballo arsem'alado ó erythrína es el arseníato de cobalto;
se encuentra unas veces en agujas cristalinas del tipo prismático
oblíeuo rectangular, otras en masas térreas amorfas de color rosa
mas ó menos intenso segun tiene mas ó menos ácido arseníoso lí
bre, y al soplete da mucha agua, olor arsenical y tiñe al vidrio de
borax como sus congéneres, á los que. y principalmente á la espe
cie última de que es alleracion, acompaña.
El cobalto sulfalado, rhodalosa, es notable por su color rosa; se
encuentra en ellorescencias cristalinas en algunas minas, y como dí—
ferentes otros sulfatos metálicos debe su origen a la acidíficacíon del
sulfuro.
Yacunmvro v usos m: LAS nsracrns m-: ssre oÉusno.—Los mine
rales de cobalto forman depósitos ó filoncs en los terrenos estratifi
cados antiguos: el óxido con la esmaltína se hallan en Sajonia, Hun— _
gría, los Vosgues, los Pirineos, etc.: el cobalto gris en Tunaberg
(Suecia) y en Noruega, y con ellos las otras especies y-las de ni
quel. En España hay minerales de cobalto en el valle de Gistan en
Aragon, en el Concejo de Villaviciosa en Asturias, en los prados de
Lopera y el barranco del Tintín cerca de Quéntar en Granada, en
Pavias de Valencia y en otros puntos.
—l24—
il cobalto en estado metálico no tiene usos. La importancia del
cuerpo procede del óxido con que se preparan el zafre de esmalte,
el azul de esmalte y el azul de Thenard, lau empleados los primeros
para dar color azul al cristal y la porcelana: algunas de sus sales se
usan como tintas simpáticas.

GÉNERO NIQUEL.

El níquel es un metal que no se encuentra en estado nativo: el


conocido por tal es el níquel sulfurado, y solo en el hierro meteórí
co se halla como el cobalto aleado con el hierro: en cambio no es
raro formando diferentes combinaciones. Todas, y ofrece algunas la
naturaleza, bien que ni abundantes las mas ni dignas de estudio,
dan al soplete mas ó menos fácilmente un cuerpo soluble en el áci
do nítrico coloreándole de verde, y en que precipílan con este mis—
mo color la potasa y la sosa.
Las especies de níquel suelen estar asociadas con las de cobalto,
y así como dan a estas color rosa las sales que se hallan en la su—
perficie, dan á las de níquel verde las que de la alteracíon de otras
especies, que no lo tienen, se producen. Por el color verde se suelen
mirar como minerales de cobre algunos que mejor observados, se ve
ser de aquel metal. El arseníuro y el arseniat0 son, entre los com
puestos en que se balla, los que estudiaremos.
NIQUEL snsamcan. 1Vz'quetína. Arsem'aro de níquel.
Es una sustancia de color gris rojizo brillante, que se empaña al
aire, frágil, de peso especifico 7,65; al soplete da olor a ajos y un
glóbulo metálico quebradizo, y se disuelve en el ácido 'nítríco colo—
reándole de verde. El color rojo cobrizo, el vapor arsenical que des—
prende al soplete y hasta cuando se le ensaya con el eslabon para
ver su dureza, y el peso específico caracterizan bien este cuerpo.
NIQUEL ansa1mmno. Níquel ocre. La níquelina suele estar acom
pañada de unas costras pulverulentas ó fibrosas, de color blanco
verdoso, blandas, que al soplete se conducen como ella, que no
son otra cosa que el níquel arseníalado. Este color es el que le ha—
ce mas parecer un mineral de cobre, pero los reactivos, si ya no el
-—l25——
mismo matiz del níquel ocre, distinto del de las especies de cobre
que tienen color verde, le distingue.
El sulfuro de níquel ó arqufsa, el mismo sulfuro bismutifero ó
saym'la, el antimonifero, ó antimom‘qucl, el níquel gris ó dt‘sfmosa,
el hidro carbonato ó penm’la, etc., son meras curiosidades de ga
binete.
hermana—Los minerales de níquel se encuentran en filones
asociados á los de cobalto en algunas localidades. Así los acompa
ñan en Sajonia, en Suecia, los Vosgues, etc. En España los tene—
mos en Asturias, en San Juan de las Abadesas en Aragon, en Po—
blet de Cataluña, en Casarabonela de Málaga y en alguna otra loca
lidad.
La estraccion del metal es larga, porque es difícil separarlo del
cobalto, azufre y arsénico que le acompaña y por esto no la indi
caremos.
Las menas con minerales de cobalto y níquel y la niquelina son
los cuerpos de que se obtiene para los usos á que se destina, sino
numerosos, alguno interesante. No lo son en efecto los del metal
solo, pero uniéndose con otros forma aleaciones de empleo ordinario
alguna, cual lo tiene la llamada pack/ong, metal blanco ó de la Chí—
na, compuesta de cobre, níquel y zinc, bastante parecida á la plata.

GÉNERO ZINC.
El zinc es un metal que si bien empleado por los antiguog aleado
con el cobre, no fue conocido como cuerpo simple hasta el siglo XII.
Dícese que Paracelso logró aislarle, pero como el estaño, venia de
la India, hasta que á mediados del siglo pasado empezó a obtenér—
sele en Europa.
No se balla nativo; mas combinado con el azufre, con el ácido
carbónico, con la sílice, etc., forma especies comunes y que en ge— _
neral puestas al soplete con cobre despues de tostadas le convier—
ten en laton; las que no se reducen no manifiestan el carácter.
El metal zinc es blanco azulado, brillante en la fractura reciente
que al aire queda mate, de testura h0josa, maleable, de peso espe
cifico 7,19,.se funde a 560° volatilizándose completamente á mayor
—126
temperatura, se disuelve en el ácido sulfúrico, y sus disoluciones
precipitan en blanco por casi todos los reactivos.
Zmc sur.rnnano. Blenda. Está compuesto en 100 partes, de zinc
66,54, azufre 55,66.=Zu Su; en las variedades mas puras, por—
que suele tener hierro y plomo, el primero, sobre todo, en cantidad
alta alguna vez.
Se presenta, ó cristalizado ó en masas hojosas ó concrecionadas,
con poca dureza, 5,5, color amarillo que oscurece hasta llegar a ne
gro, pero cuyo polvo es siempre gris y mate aunque la masa como
en las variedades cristalinas, trasparentes ó traslucídas, lo tenga
adamantino; es frágil, tiene un peso específico de 4,16, infusíble al
soplete, bien que desprende al fuego de reduccion olor sulfuroso y
manche al carbon sobre que se coloca al ensayo de polvo blanco de
óxido formado con el metal que se reduce.
Ofrece variedades, cristalinas, con formas del tipo cúbico, tetráe
dros, octáedros y dodecáedros romboidales; con estructuras, lami
nar, radiada, concrecionada y compacta; con colores desde el ama
rillo claro al negro, y trasparentes y opacas, que se parecen á unos
ú otros minerales, pero de que las distingue sin acudir a ensayos,
la poca dureza de esta especie y el polvo mate de la raya.
La blenda se encuentra acompañando á los minerales de plomo y
plata, particularmente á los primeros, y alguna vez formando depó—
sitos particulares ó asociada con otros minerales de zinc: con el
plomo la tenemos en España en varias minas de Vizcaya, Rioja, An
dalucia, etc.
Es especie que despreciada antes y hasta mirada con aversión
por la dificultad que hay de separarla mecánicamente de la galena a
que acompaña, empieza a ser esplotada para obtener el metal cuan
do forma depósitos algo abundantes.
ZINC csnnosnano. Smíllwom'la, calamína antes.
El zinc carbonatado era la sola especie de zinc empleada hace poco
enla obtencíon del metal, y de ella procede todavía la mayor parte.
Semejante en caracteres al silicato y confundido con él hasta el tra—
bajo de Smithson sobre estas sustancias, ha sido separado recibien
do el nombre que se le asigna, dejando el de calamina para el sili—'
—127—
calo. Está compuesto en 100 partes, de óxido zincico 64,8, y ácido
carbóñíco 55,4,=Zu C'.
Se presenta en cristales, en masas concrecionadas ó compactas y
pseudomórfíco: cuando es puro tiene color blanco amarillento, bri
llo fuerte como el de las sustancias lapídeas, dureza de 5, peso es
pecífico de 4,45, se disuelve con efervescencia en los ácidos, pro—
duce al soplete un esmalte blanco, y al fuego de reduccíon da luz
clara y cubre el carbon en que se coloca de humo blanco: frecuen
temente está coloreado por el hierro en moreno oscuro, pero aun
entonces se ven en las hendiduras partes mas claras, brillantes y
cristalinas del cuerpo en estado mas puro.
A mas de las variedades cristalizadas en rombóedros diversos y
con modificaciones, cuya forma primitiva es un rombóedro obtuso,
brillantes y trasparentes ó traslucíentes casi siempre, pero mates
alguna vez y recubiertos otras por una costra delgada de color os
curo debida al hierro ó al manganeso, tiene las en masa y concre—
cionada, en que el color pardo y hasta negruzco es mas frecuente.
El zinc In'dro-carbonatado, zincom’sa, acompaña por lo general a
la especie anterior, de que no es mas que una alteracion, en c ¡sti-as
ó masas terrosas ó testáceas de un blanco de creta, y tiene iguales
caracteres químicos.
ZINC srucunno. Zinc oxidado sílz'cífero. Calamíua. Esta especie
conserva de preferencia en Mineralogía el nombre de calamina: está
compuesta en 100 partes, de óxido de zinc, (¡8; sílice, 29; y de lt á
0 de agua.—-2ZnS:’+Aq.
Como el carbonato es blanco ó blanco agrisado, pero está mas
raramente oscureeído por el óxido de hierro; la dureza y peso es
pecifico son casi las mismos en ambos, mas el disolverse el silicato
en los ácidos sin esfervescencia dejando un residuo gelatinoso, los
distingue bien.
Le hay cristalizado, en prismas de seis caras aplastados ó con bí
seles, cuya forma primitiva es un prisma recto romboidal, los cris
tales son siempre pequeños; en masa concrecionada con testura fi
brosa que rara vez se vé en el carbonato; compacto con porciones
mayores ó menores de carbonato; y cavcmoso como careado, de co
lor amarillento rojizo con ráfagas y puntos cristalinos, tambícn mez
—128
clado con carbonato, y la variedad a que se llama particularmente
piedra calaminar.
El zinc ózúlo rojo ó manganesz’fero y el arseniatado son especies
raras y sin importancia. El zinc sul/"atado, vitrfolo blanco ó de Gos—
lar, procede de la sulfatacion del sulfuro, y se halla en forma de
agujas ó costras cristalinas en la superficie de los minerales en que
existe este: por traerse antes de Goslar en Suiza, donde como en
Carinthía, en Hungría, etc., se halla ó fabrica, recibió el nombre
de cítrioto de Goslar, menos usado hoy que el de m'tn’olo blanco en
los usos médicos ó tintoriales a que se se destina, bien que el em
pleado sea artificial. El bromuro y yoduro de zinc son cuerpos in
dicados modernamente.
Yacnucnro na LOS MINERALES ur. zmc.—Ya hemos dicho cómo se
encuentra el sulfuro; el carbonato forma filones en las rocas estrati
ficadas mas antiguas, ó capas y depósitos irregulares en otras mas
modernas; en el primer estado es mas comun, pero menos abundan—
te y productivo que en el segundo, a que corresponden los grandes
depósitos de calamina de Bélgica, estendidos entre las capas de una
caliza magncsíana, los de Inglaterra y Silesia, y los que en la pro—
vincía de Santander alimentan una esportacion que es anualmente
de 40,000 toneladas de mineral de zinc. Además en España hay
numerosos registros, que auguran gran riqueza de este cuerpo, en
las sierras del litoral de Granada y Almería, se beneficia en San
Juan de Alcaraz, y lo hay en Asturias, Provincias Vascongadas y
otras. La blenda es mas comun todavía si cabe acompañando a la
galena, no tanto en depósitos aislados.
Onre.vmo.v v usos nm, zmc.-—-Las calaminas, carbonato anhidro ó
hidratado, y el óxido silícíatado con mas ó menos carbonato, eran
antes las solas especies del género que se empleaban en la obten
cíon del metal; hoy empieza á usarse con igual objeto tambieu el
sulfuro, que suministra una cantidad corta, comparada con la que
se estrae de aquellas. Para separar el zinc de los primeros, se cal—
cína el mineral en hornos adecuados para reducirlo a óxido; este
pulverizado se mezcla con carbon tambieu en polvo, y se pone al
fuego en grandes tubos de barro colocados oblicuamenle, que van á
parar a otros dispuestos como recipientes en los que se condensa
—l29-—
el metal a medida que por la reduccion del óxido se separa y vola—
tiliza; para introducirlo en el comercio se funde de nuevo y se le da
forma acomodada vertidudolo en. moldes á propósito. Si se quiere
aprovechar la blenda, hay que tostarla muchas veces para que des—
prendiendo el azufre se convierta en óxido, con el que se procede co—
mo con el obtenido en el caso anterior.
El zinc tiene varia; usos; reducido á planchas se emplea para
cubrir edificios, construir baños, caualones, etc.; unido con otros
metales forma aleaciones de uso comuu, y alguna como la llamada
laton, compuesta de zinc y cobre, conocida desde muy antiguo; el
óxido y algunas sales zincicas tienen tambicn uso médico ó indus—
trial.

GÉNERO TELURO. Silvano de Werner.

Le ofrece la naturaleza nativo y formando telururos con varios


metales. El teluro nativo es de color gris de acero, blando, frágil,
fácilmente fusible, de peso especifico corto, 5 á 6, y se v.olatiliza
_ completamente con humo blanco. Así es un cuerpo raro que acom
paña al telururo de oro que se beneficia en Transilvania. El te
lururo de oro y plata, oro gráfico, de esta misma localidad, tiene '
importancia por los dos metales nobles que contiene. Las otras es—
pecies de teluro no tienen ninguna.
Del cadmt'o solo diremos que se ha visto modernamente en Ingla—
terra nativo en cortísima cantidad, y que no es mucho mas abun—
dante en estado de sulfuro acompañando en algunos puntos a la
blenda. El sulfuro artificial tiene uso en pintura.
El vanadio fue separado en 1830 por Sefstron del hierro vana
diatado que se encuentra, como el plomo vanadiatado y algun otro
vanadiato, en corta porcion en la naturaleza.

GÉNERO ANTIMONIO.

El metal antimonio fue descrito por primera 'vez por Basilio Va


lentino a mediados del siglo XV. Los antiguos conocían el sulfuro á
que llamaban sh'bíum, nombre latino que conserva el metal, mas co
. 9
-—150—
nacido por los alquimistas con el árabe de atmel.
Se halla en la naturaleza nativo y combinado con diferentes cuer—
pos. En todos se conoce la presencia del antimonio, porque al so—
plete dan humo blanco de óxido antimónico, y cuando se tratan
por el ácido nítrico queda el metal en polvo blanco de óxido que se
forma.
El antimonio es sólido blanco azulado, muy brillante en la frac—
tura reciente, blando, de testura hojosa, no es ductil ni maleable,
se reduce bien á polvo, desenvuelve por el frotamiento un olor par
ticular, se funde á 450°, tiene un peso específico de 6,6, tratado por
el ácido nítrico se oxida y es soluble en el ácido hidr0clórico, diso—
lucion que precipita cuando se la diluye en agua: echado en polvo
en una vasija que tenga cloro arde dando humo blanco abundante.
A1muomo mnvo.—Tiene los caracteres del régulo y se halla en
masas cristalinas fácilmente esfoliables, llegando á la forma primi
tiva creído octáedro regular por Haüy y que es segun Haidinguer
un rombóedro obtuso, en Suecia, Hart, Delfinado, etc., acompañan
do á otros minerales, principalmente los arsenicales, unido con algo
de arsénico por lo comun y siempre poco abundante: cuando la pro
porcíon de arsénico es alta pasa á ser un arseniuro, especie llama—
da allemonlita por Thomson.
Amruo.vro sucruusno. .\‘tt‘bínn. Antímom'o gris. Está compuesto
en 100 partes, de antimonio 72,78, azufre 27,22=Sb* Su‘.
Como indica uno de sus nombres tiene color gris plomizo, que
es mas brillante en la fractura reciente, y á este carácter acompa—
han poca dureza, núm. 2 de la escala, un peso específico de 4,62, y
el de fundirse con facilidad; además se volatiliza completamente con
olor sulfuroso y humo blanco cuando se calcina, y el ácido clorhídri
co Ie disuelve desprendiendo hidrógeno sulfurado.
Se ofrece cristalizado en prismas rectos romboidales, en forma
de agujas delgadas, aisladas ó reunidas, anh'mom’o acícular y se—
doso, ó mas gruesas que dan á la masa estructura bacílar, ó como
compacta y granosa; mas presentando siempre en la fractura la tes—
tura fibrosa ó bacílar que es característica en esta especie.
Yace en filones en los terrenos antiguos ó en bolsadas ó depósi
tos irregulares en los de sedimento secundarios. La mayor parte de
—15l—
las minas que se benefician en Francia, en Alemania é Inglaterra
son filones, como hay algunas en Marruecos que esplotaron los por—
lugueses cuando ocupaban á Ceuta. Las bolsadas son mas raras,
pero se citan así algunas minas beneficiadas en Toscana y la Ar
gelia en terreno cretáceo En España le hay en Santa Cruz de
Mudela, en Hinojosa, en Valencia de Alcántara y otros puntos, y
algunas galenas que se benefician, como varias de las estribaciones
de Sierra Nevada, son tau antímoniferas que adquieren la testura del
sulfuro de antimonio.
El antimonio 0z1'su—l/‘urado, anl¡mom'o rojo, kermes nalural, com—
puesto de óxido y sulfuro antimónicos, acompaña en algunas minas
á. la especie anterior en agujas cristalinas ó masas acículares de co
lor rojo, muy blandas y con brillo metálico, ó forma costra en su
superficie.
Aurmo.vro oxrmno. Anh'mom’o blanco. Cal de antimonio. Exile
la. Está compuesto en 100 partes, de antimonio 84,52, oxigeno
15,68. Corresponde á la fórmula Sb"0’.
Se presenta en masas blancas, blandas, de testura compacta, fí
brosa ó laminar, de peso específico 3,56, fácilmente fusibles y com—
pletamente volátiles en humo blanco inodoro. En estas masas se
ven implantados cristales octaédrícos incoloros, trasparentes ó tras
lucídos, y tambien se hallan pequeñas tablas del sistema prismátí
co recto de base rectangular, porque el cuerpo es dímorf0. Esta va
riedad es sin embargo rara, siendo mas frecuente la octaédrica á
que corresponden las en masa compacta y fibroso—radiada.
Se encuentra esta especie asociada al sulfuro de antimonio en los
terrenos estraíilicados secundarios, formando vetas ó bolsadas en la
creta y margas de los mismos; así se halla en la Argelia, en donde
es esplotada para obtener el metal. Hace poco tiempo era una rare
za mineralógíca sin importancia, que se recogía en los depósitos me
tálicos argentiferos de Bohemia y Sajonia.
Acme ¡uvrmomoso. Sh'br'com’sa.
Recibe este nombre y corresponde por su composicion á la del
ácido antimonioso, Sb’0‘, la materia terrosa, amarillenta, infusible
al soplete, que se halla frecuentemente en la superficie del sulfuro
de antimonio, y sin duda resultado de la alteracíon de este. Tal orí
—152—
gen y composicion tiene la sustancia blanco—amarillenta y brillante
á que acompañan porciones de stibina, que se beneficia en Solacío,
provincia de Zamora.
Oarsscmn v usos osr. alsrat..—El antimonío sulfurado era antes la
especie que suministraba todo el régulo; ahora se obtiene de aquel
y de los óxidos. Para lograrlo del sulfuro, se funde este prévia—
mente para separarle de las sustancias estrañas que le acompañan
menos fusibles que él; el cuerpo obtenido se tuesta para que per—
diendo el azufre se convierta en óxido, que se reduce al fuego mez—
clándolo con carbón impregnado préviamente de una fuerte disolu
cíon de carbonato sódico. Los óxidos se reducen directamente, 'pero
como en el caso anterior mucho metal queda en las escorias.
El antimonío con el plomo forman la aleacion de letras de ¡m—
prenta, con el estaño la de las planchas de imprimir papeles de mú
sica, y con otms metales algunas menos importantes. El empleo de
sus preparados en Medicina, muy en boga en un tiempo, prohibido
en otro en algun país, casi está reducido hoy al del tártaro eméti
co, el kermes mineral y el cloruro antimóníco, las tres sustancias
muy enérgicas. Otros varios que fueron usados, están olvidados, que—
dando alguno que se emplea solo en Farmacia. .

GÉNERO MERCUMO.

El mercurio ú azogue es un cuerpo que la naturaleza ofrece en es


tado nativo y combinado con diferentes sustancias, formando especies
mas ó menos abundantes y que segun su importancia estudiaremos.
El metal es conocido desde la mas remota antigüedad, y uno de los
mas manejados por los alquimistas.
Los minerales de mercurio desprenden al soplete el metal que se
volatiliza blanqueando una lámina de cobre puesta sobre el carbon;
disueltos se precipita de los líquidos tambieu por el cobre, y la capa
blanca que como en el caso anterior se. forma sobre este, desaparece
calentóndole; el yoduro y cromato potásico dan en sus disoluciones
precipitados característicos rojos si la dísolucion es de sal mercú
rica.
l\lsncumo Nmvo.—Tiene los mismos caracteres que el metal ob—
—153
tenido de las olras especies, principalmente del sulfuro que es la
que da casi todo el usado. Es un cuerpo liquido a la temperatura
ordinaria, de colar blanco argentino, plata viva de los alquimistas,
sin olor ui sabor sensibles, de peso específico 15,56, que hierve á
580° volatizándose completamente, y se soliditíca a—-’¡O°; es solu
ble en los ácidos y en su disolucion precipilan los reactivos como se
ha dicho lo hacen en las de todas las especies del género.
_El mercm'io nativo acompaña al cinabrio y almercurio clorurado,
a veces en cantidad llenando los huecos de su masa, mas frecuente
mente diseminadc sobre uno ú otro en globul¡llos pequeños; tam
bien se le indica en porciones mayores ó menores en el terreno
fuera de toda relacion con las sustancias a que ordinariamente acom
paña, pero así es casual y raro.
Msncmuo sunr¡nano. Cfnabrfo. Está compuesto en 100 partes,
de mercurio 85, azufre 15, lo que da la fórmula Hg Su.
Tiene color rojo hermoso cuando está puro, y que hasta no es
tándolo no falta en el polvo, peso especifico de 8, dureza inferior á
5, es completamente volátil al soplete dando olor sulfuroso, echado
en polvo sobre las ascuas, se reduce y volatiliza el mercurio man
chando de blanco la lámina de cobre que se situe á la parte supe
rior, tambien colorea a esta de blanco cuando se le frota fuertemen—
te con él, solo le disuelve el agua régia.
Unas veces está cristalizado; las variedades cristalinas tienen co
lor rojo hermoso de carmin, lustre intenso y son trasparentes ó tras—
lucidas; la forma cristalina procede del rombóedr0, pero pocas ve—
ces se hallan cristales limpios que son, ó rombóedros muy modifica
dos por truncaduras, ó prismas exágonos regulares: otras veces se
encuentra en masa, ya compacta de color rojo claro y peso espe—
cífico que se aproxima al de los cristales, ya oscura con mas sustan—
cias estrañas y por esto mas ligero, cinabrio claro y cinabrio Izc
pálico; y algunas pulverulento con color rojo vivo, bermcllon natu—
ral ó /Ior de cinabrio.
El cinabrio pudiera confundirse por el color con otros cuerpos
que lo tienen igual, como son algunas sustancias lapldeas y las me—
tálicas, plata, plomo y cobre rojos, pero de todos le distingue bien
sus caracteres: su poca dureza y alto peso especifico le alejan así
—-15’s-—
de toda sustancia lapídea, y este mismo peso y la completa volati
lizacíon al soplete de las metálicas dichas.
Meneame cr.onunsoo. Mercurio córnea. Calomelanos. Es un cloru—
ro mercurioso compuesto en 100 partes, de mercurio 84,41, cloro
14,86, como el cloruro mercurioso artificial de los químicos, Hg‘
Cl’.
Se presenta formando costras ó masas de poco espesor, en quese
notan pequeños cristales prismáticos de color blanco agrisado y bri
llante, tan blandas que se pueden rayar con la uña _v cortar como
la cera, y completamente volátiles al soplete, en la superficie ó tapi—
zando las cavidades de los minerales del hierro pardo que en Al—
maden y el Palatinado existen en las minas de mercurio, que en es
tado nativo le acompaña tambicn por lo comun.
La amalgama de plata mercurio argenlal se halla en las minas
de mercurio que atraviesan filones de plata y se indica con la plata:
la ammíolíla, mercurio antimoniado, la coccím'ta, mercurio yodurado,
y la ono/rita, mercurio seleníurado, las tres de América, son meras
y raras curiosidades. La especie importante á que acompañan las
otras, la que abunda y resume en si como única directamente es—
plotada lo que vamos á decir, es el cinabrio.
Yscmremo ner. cuvsnmo Y wcsumnss.——El cinabrio se balla en
la naturaleza en los terrenos estratificados fos¡líferos antiguos ó pa—
leozóicos, y en los secundarios ó mesozóicos. En los primeros las
minas son poco numerosas pero ricas, cual lo es, con numerosos fi
lones de que se han estraido cada año hasta 22,000 quintales de
mercurio, y sin que nada indique una disminucion de riqueza á pe—
sar del tiempo que hace se esplota, la que aventaja a todas las co—
nacidas y la mas célebre, la de Almaden, en terreno silurio. En los
segundos las minas son mas comunes, pero sin tanta riqueza de
mineral que está diseminado en las capas que los forman; á ellos
corresponden las otras dos minas notables de Europa despues de la
de Almaden, la de ldr¡a en la Carinthía y la del Ducado de Dos
Puentes en el Palatinado, ambas en terreno jurásico. En España,
además, se halla el cinabrio en terreno carbonífero en Asturias, con
hidróxido de hierro en Bayarque y Dólar (Granada), y en Albarra
cín; pero en las tres localidades en poca abundancia y esplolado
—155—
con escaso provecho. Fuera de Europa la China y el Japon tienen
minas de que desde antiguo se saca mercurio, y América tamhien
otras entre las que mencionaremos la primero conocida de Huanca
Vílíca en el Perú, y la Guadalupe y Nuevo Almaden en California,
de esplotacion reciente y todavía dudoso porvenir.
Onre.vcro.v v usos DEL usncumo.——Del cinabrío se separa como
hemos dicho casi todo el metal que se usa. Para esto se coloca el
mineral solo ó acompañado de cal ó hierro en hornos adecuados: en
Almadeu emplean unos inventados por D. Juan Bustamente, dis
puestos de modo que el mineral al par que esperímenta una alta
temperatura está en contacto con el aire que alimenta la combus
tion del horno y circula por unos caños dispuestos en plano inclina—
do en relacion con la bóveda de aquel; á temperatura alta y en
contacto con el aire, el cinabrío se descompone, el azufre convertido
en ácido sulfuroso se desprende y atraviesa dichos caños, el mer
curio que queda libre se volatiliza tambien, pero en su paso por es
tos se enfría, toma el estado liquido y corre por ellos yendo á reu
nirse á los recipientes colocados en relacíon con los mismos en la
parte inferior. En Idria y el Palatínado mezclan al cinabrío cal ó
hierro y lo colocan en grandes retortas al fuego: el metal que resul—
ta de la descomposicion del sulfuro mercúríco se volatiliza y va á
cámaras cerradas en que se condensa.
El mercurio tiene usos lan importantes como variados: con él se
construyen diferentes aparatos fisicos, se preparan los diversos
compuestos mercuríales empleados en llledicina y alguno en Pintu—
ra y se benefician minerales de oro y plata, uso que consume gran
cantidad; con estos mismos metales forma las amalgamas de dorar
y platear por el mercurio, y con el estaño la tan conocida de los es—
pejos.

GENERO TITANO.

El titano fué’descubíert0 en 1791 por Gregori en el hierro tita—


neado, despues lo obtuvo Klapr0t del rutilo. No se halla libre en
la naturaleza, pero no es raro en estado de ácido y en combinacio
nes de este con otros metales. Todos los minerales de titano fundi—
—15(í—
dos con sosa forman una sal insoluble en el agua y soluble cu el
ácido hídroclóríco: si en esta disolucion se introduce una lámina de
zinc, el líquido se colorea de azul intenso y despues de púrpura,
dejando depositar un polvo de color violado
Ácrno TlTÁNICO.—A esta composicion, Ti 0’, corresponden las
especies minerales llamadas ratito, anatasia y brookita.
El ratito, titano oxidado rojo, chorlo rojo, acerillo, titanito, se
presenta en cristales y en masas acículares y fibrosas de color rojo
mas ó menos intenso, con brillo melaloideo, dureza 6,5, peso espe—
cífico 4,20, infusibles al soplete si no se añade algun fundente, é ín
solubles en los ácidos. Sus cristales, primas de cuatro ú ocho lados
del tipo 2.°, se encuentran alguna vez agrupados formando maclas,
otras en largas agujas en el interior del cuarzo, en este caso se co—
nocen por cabellos de Vénus.
Es un cuerpo de formacion muy antigua que se halla diseminado
en el granito en venillas ó cristales, ó implantado en el cuarzo de
esta y otras rocas en las montañas de Escocia, Hungria, el Saint
Gotard, de donde proceden los mejores ejemplares de cabellos de
Vénus, y en España, enla cordillera de Guadarrama, particularmen—
te en Horcajuelo y Somosierra.
La anatasia, octaedri'ta, chorto azul, oisam’ta, se encuentra siem
pre en cristales octaódrícos y de aquí, aunque la composicion sea la
misma, el haber formado otra especie. Es sustancia mas rara que
la anterior en cuyos terrenos se encuentra, y que hay en España,
en Som03íerra.
La broohita ó arkansita tiene la misma composicion, y mas rara
todavía, solo es una curiosidad de gabinete que manifiesta el di—
morfísmo del ácido títánico.
El hierro titaneado, m'grino, iscrina, es una especie que se halla
rara vez diseminada en las rocas granítícas, pero que es comun en
forma de arenas cristalinas octaódrícas en los terrenos de sedimento.
No lo son tanto la chrichtonita y la potymigm’ta análogas en com
posicion al nz‘grino, y aunque menos rara, tampoco merece estudio
detenido la sphena, titanato síliceo calcáreo, llamado tambieu seme—
tz'ta por la forma que afecta alguna vez.
—157—'
Con el rutilo se preparan los diversos compuestos de titano, que
como ol metal no tienen uso fuera del gabinete del químico.

GÉNERO PLOMO.

El plomo es uno de los metales conocidos desde la mas remota


antigüedad con el nombre de Saturno, que conservan como califica—
tivo alguuos de sus compuestos.
La naturaleza le presenta nativo, combinado con el oxigeno y
varios ácidos y con el azufre. Todas las especies dan al soplete,
solasóacompañas de algun reactivo, un bolon de plomo que se
distingue delos otros metales, por su color gris azulado brillante
en el corte reciente, su blandura, el peso especifico de “,44, la
maleabilidad, entrar en fusíon á 55’s“, y disolverse bien en el ácido
nítrico: en su disuluci0n dan precipitado blanco los álcalís y carbo—
natos alcalinos, y amarillo el yoduro y cromato potásicos.
l’1.oxo nar¡vo.-—Tiene los caracteres del metal y es bastante ra—
ro: se le cita en varias localidades que, mejor observadas, se ha
\isl'o proceler de antiguas fundicíones de minerales plomizos; pero
si resultado tambicn de la reduccion por el fuego de los volcanes
puede considerarse el que en el Vesubio y la isla de la Madera se
encuentra implantado en las lavas, no tiene ni puede tener este orí
gen el hallado en Cumberland acompañando á la galena en una roca
cuárzosa, ni otro visto en irlanda, ui el que se halla en una mina
plomíza en la provincia de Cartagena.
Los dos óxidos de plomo masicot y mím'o son especies raras que
no estudiamos, debidas á la alteracion de otros minerales plomízos.
PLOMO sozrunmo. Galena. Alcohol de alfareros. Compuesto en
100 partes, de plomo 85, azufre 15. l'b Su.
Es la especie de plomo mas abundante: se presenta con aspecto
metálico, color gris brillante que no se empaña al aire; es blanda,
quebradiza, de un peso especifico de 7,56, se funde fácilmente al
soplete y se reduce bien desprendiendo olor sulfuroso. Fre0uentc
mente está cristalizada en el tipo cúbico, siendo el cubo la forma
mas comuu y la que se obtiene fácilmente tambicn por esfoliaciou
de las variedades hojosas, galena de lwja, y la hay grabosa, y com—
——l58-—
pacta, que rayada aparece brillante y que llaman los mineros gate—
na acerada.
La galena suele tener cuerpos que sin alterar sensiblemente sus
caracteres aumentan ó disminuyen su valor: lleva así sulfuro de
plata, en mayor proporcion eomunmenle en las variedades granoso—
compactas y en menor en las cristalinas y hojosas; antimonio, tam
bien á veces en proporcion tal, que da á la galena la testura del
sulfuro de este cuerpo; y bismuto, cobre, hierro, alúmina y sílice,
que si la acompañan en alguna proporcion pasan á formar otras es—
pecies, como son la kobelila, plomo sulfurado bismulifero, la cupra
plombila,.plomo sulfurade cuprlfero, etc., mereciendo entre ellas es—
pecial mencion la bournoni(a, compuesta de plomo, antimonio, co—
bre y azufre, que lleva tambicn alguna vez plata.
PLOMO esnnomrnno. Plomo blanco. Albayalde. En 100 partes,
tiene óxido de plomo 82, ácido carbóníco 16. PI) C'.
Es un mineral de color blanco y lustre adamantino, frágil, poco
duro, de peso especifico entre 6 y 7, se disuelve en el ácido nítrico
con efervescencia, y al soplete deerepita dando luego un boton me
tálico. Unas veces está cristalizado en prismas romboidales rectos, y
otras se presenta en masas compactas concrecionadas ó bacílares;
alguna, se halla terroso y entonces carece de la trasluccncia y el
brillo característico de la especie.
PL0.\¡0 sur.rsuno. Anglcsüa. Plomo v¡'lreo.—— En 100 partes,
tiene óxido de plomo 71, ácido sulfúrico 2/4, y el resto agua y
hierro. Pb Su“.
Esta especie se presenta con aspecto vítreo y tintas blancas ó
claras, es trasparente, brillante, blanda, de peso especifico poco su
perior á 6, insoluble en los ácidos y fusible y reductible al soplete.
Casi siempre está cristalizado. en oeláedros cuneiformes procedentes
del prisma romboidal recto, pero alguna vez es terrosa.
PL0:|0 rosrumo. Pyromor/ïla. Plomo verde. La composicion es
en 100 partes, óxido de plomo 74, ácido fosfórico 15, y el resto clo—
ruro de plomo. ' '
Hay plomo fosfalado verde, pardo, amarillo y casi incolore, con
igual composicion y que dan todos al soplete un boton poliédrico de
que procede el nombre de pyromorfita; su peso específico de 7, su
—l59——
irreductibilidad al soplete si no los acompaña algun fundenle, _v el
disolverse sin efervescencia en el ácido nítrico caliente los distinguen
de las otras especies del género.
PLOMO ca0mnoo. Plomo rojo.
Ha recibido este nombre por su bello color rojo: tiene caracteres
parecidos á los de las otras especies de plomo, de que bastan á dis—
tinguirle su color y el verde de que tiñe al vidrio de borax al so—
.plete.
El plomo molibdalado ó amarillo, el murialado ó bcrzch'la, el
¡ arseníalado, el vaua;1¡alado, etc., son especies menos comunes é
importantes.
L_a galena suministra la mayor parte del plomo del comercio: el
carbonato y fosfato se hallan alguna vez en cantidad bastante para
poder ser esplotados por si, pero lo comun es que se encuentren en
las mismas minas que el sulfuro con el que se benefician, y al que
acompañan por lo comun‘en una ú otra localidad las especies mas
raras del género; por esto es aplicable á todos lo que vamos á de
cír.
Yacrurevro v LOCALIDADES es LA G.\LENA.-——Ltl galena se encuen
tra en filoncs, en bolsadas y en mantos: en lílones se presenta con
mayor regularidad que los otros cuerpos metálicos en los terrenos
estratificados azóicos, fosiliferos primarios mas antiguos, y hasta en
los secundarios, sirviendo de ganga al metal varias sustancias lapi
deas, acompañándolc otras mineralizaciones metálicas y frecuente
mente relacionadas con rocas eruptivas; las bolsadas se hallan de
preferencia tambíen en los terrenos estratificados, pero como en el
caso anterior no solo en los mas antiguos sino tambien en algunos
secundarios, llevando igualmente además de las otras especies del
género en mayor ó menor cantidad, otras solfuradas y sobre todo
blenda y píritas y tambíen en relacion con erupciones igneas: los
mantos ó capas no son tampoco raros en los terrenos de sedimento
algo antiguos. Es así mineral abundante en la naturaleza, y lo es
tanto en nuestro país que es uno de los que mas se esplotan y rinde
mayores beneficios. La provincia de Almería aventaja á las otras en
riqueza y número de minas, siendo las Sierras Almagrera y de Gá
dor bíeu conocidas por el plomo y plata que producen. Sierra de
—l 40-—
Lujar en la de Granada, Sierra Morena, la misma Nevada, que ofre—
ce ricos mantos de plomo además de los filones cobrizo argentíferos
que la cruzan, Murcia, Cataluña, Vizcaya, elc., etc. tienen minas
plomízas que se benefician con provecho. Se calcula que solo las Al—
pujarras han dado en los años últimos por término medio anual so—
bre 500,000 quintales de plomo y buenas porciones de plata; Sier—
ra Almagrera, Murcia, y Sierra Morena dan cantidades tambieu
considerables, y aunque menores, todavía no despreciables, otras
localidades.
Oura.vc¡o.v v usos nar. PLOMO.—-Í.tl melalurgia del plomo es bas—
tante sencilla aunque variada. Unas veces tuestan el mineral sepa—
rado mecánicamente de la ganga para reducirlo en parte á sulfato,
á este mezclan sulfuro no tostado y lo ponen en hornos de reverbero
en que una y otro se reducen, añadiendo, si es preciso, como fun—
dente, espato fluor, sal de lobo de los mineros de las Alpujarras;
otras reducen el sulfuro directamente por el hierro en hornos de
manga, y algunas el sulfuro tostado se reduce por el carbon en
los mismos hornos. La plata que lleva se le separa por copela—
cion áqus hoy se hace proceder el procedimiento de Patínkson,
que permite desplatar plomos que antes no compensaban los gastos
de la operacion.
El plomo en estado metálico tiene usos tan importantes como co—
nocídos reducido á planchas, tubos y mu‘niciou; aleado forma com
puestos tan usados como la aleacíon de letras de imprenta y la de
plomeros, con el estaño esta y con el antimonío aquella; algunos
de sus compuestos, cromato, carbonato y m¡nío, se usan en pintura;
los óxidos entran en la preparacíon del cristal; los mismos y el ace
tato y carbonato tienen empleo farmacéutico y médico, y la galena
el que la ha valido el nombre de alcohol de alfareros en esta ín—
dustria.
Los que por su oficio manejan mucho los preparados de plomo,
lo mismo que los mineros que trabajan las minas plomízas, están
espueslos á la intoxicacion llamada por este metal saturnina. En
Sierra de Gador, país rico en bolsadas plomízas, tiene crédito para
combatírla una bebida llamada de Ohanes del nombre del pueblo de
su inventor.
—Ml-—

GÉNERO ESTAÑO.

El estaño es un metal conocido desde muy antiguo. Los griegos


le llamaron casu’leros del nombre de las islas Casítérídas, de donde
le llevaban los comerciantes fenicios, y que quizá fueran las Sorlín
gas á que pudiera ser llevado de Inglaterra, sino esta misma, ó Es
paña ó Portugal en donde como en aquella se encuentra. Tambien
lo traían de la India, y Diodor0 de Sicilia cita este cuerpo entre las
producciones de aquel país. Los alquimistas le dedicaron á Júpiter.
No es metal raro en la naturaleza en estado de óxido, bien que
lo sea nalívo, en el que solo ha sido visto por Herman en pequeños
granos aleado con un poco de plomo en los aluviones auriferos de
Siberia, menos en el de sulfuro formando la especie slanm'na ú oro
musico natural, en una mina de Cornouaílles, pero sin la importan—
cia minera que resume el óxido, único mineral propiamente de
estaño.
El estaño metálico, regulino, que se obtiene de este, es de color
blanco de plata, brillante, ductil y maleable, poco duro, de peso
específico 7,29, se funde á 212, cuando se le dobla hace oír un rui
do particular conocído por chillido del estaño y al frotarle exhala
olor desagradable; el ácido nítrico le oxida desprendiendo vapores
rojos, el bidroclórico le disuelve, y fundido puede cristalizar por en
friamiento en rombóedros.
ESTAÑO ox¡uano. Cassfterilo. Mina ó piedra de estaño. Compues
to en 100 partes, de estaño 78,67, oxigeno 21,55.
Este cuerpo se ofrece las mas veces cristalizado, vídrioso, con
color pardo oscuro y hasta negro, lastre fuerte, dureza 6,5 que lo
permite dar chispas con el eslabon, y peso específico de 6,96; y
otras, eu7masas concrecionadas, mamelonares ó reníformes, forma
das de capas concéntrícas con estructura radiada, rslaño leñaso, sin
parte de los caracteres anteriores; pero que como el cristalizado es
insoluble en los ácidos, infusible al soplete y difícil de reducir solo,
dando pronto cuando se le añade sosa el estaño metálico, y cuau
do borax un esmalte blanco.
Su forma cristalina mas comuu es el prisma de cuatro lados ter
—112
minado por pirámides, que se ve modificado alguna vez en las aris—
tas laterales, y mas frecuentemente los cristales agrupados formando
maclas y hemitropias y dando lugar al pico de estaño característico.
Tiene semejanza y se pudieran confundir algunas variedades con
otras de blenda, con el zircon y el wolfran; pero el peso especifico y
la dureza, y sino el ensayo al soplete, le distinguen.
Es uno de los cuerpos metálicos de formacion mas antigua, y
que solo se halla en los terrenos estratifieados mas inferiores, silu—
ries y azóicos, ó los ígneos antiguos, formando filones y depósitos
irregulares acompañado de los sulfuros de hierro y cobre, y asocia—
do a silicatos como las micas, lurmalinas, topacios. etc., de las for
maciones primeras, ó en los terrenos de aluvion antiguos, en la
parte inferior de los mismos, privado de los sulfuros y arseniuros
que lleva en los filones que se destruyeron y fueron arrastrados en
la revolucion que produjo aquellos.
En uno y otro yacimiento se esplola en Cornouailles y en Sajonia,
bien que es poco el de aluvion que se beneficia comparado con el
que se estrae de los filones' y depósitos en las rocas antiguas; le
hay en Bohemia, y aunque en corta cantidad, en Francia. En Espa-—
ha se beneficia desde muy antiguo la mina de Monterrey en Galicia
en que el estaño se halla diseminado en filones que alra\iesan el
granito; se esplotan otras en Couso de Abion y en la provincia de
Zamora, y se indica en algun otro punto. La India produce mucho
estaño, que parece hallarse allí en terrenos de aluvion, mas puro en
general, quizá por esto, que el de Europa y mas estimado en el co—
mercro.
Onmncron Y usos DEL METAL.—L& metalurgia del estaño está ba—
sada en la reduccion del óxido por el carbon. El mineral triturado y
separado de la ganga se tuesta para que los sulfuros y arseniuros,
que hemos dicho le acompañan, se acidifiquen y puedan ser separa—
dos por Iocion; esto logrado se mezcla con carben que reduce el óxi
do en los hornos de reverbero en que se coloca al fuego. El metal
obtenido se purilica, si es preciso, fundiéndolo de nuevo mezclado
con carbon. Ya hemos dicho que el estaño de la India era muy pu
ro; el de Europa tiene ligeras porciones de hierro y cobre, y algu—
na vez arsénico.
-—l45-—
El estaño tiene muchos usos: solo, sirve para estañar las vasijas
de cobre que se destinan á usos domésticos y para fabricar utensi—
líos de igual empleo; aleado con otros metales forma, con el hierro
la hojalata, con el plomo la soldadura de plomer0s, con el cobre
el bronce, con el mercurio la amalgama de los espejos, y con otros
metales otras menos importantes; algunasde sus sales se usan en
tintoreria, en pintura el oro musivo y la púrpura de Cassíus, y tam
hien la Medicina lo ha usado en estado metálico y amalgado, pasta
jooís, como antihelmintico.

GÉNERO BISMUTO.

El bísmuto es un metal desconocido de los antiguos; su historia


data desde 1529 en que hace mencion de él por primera vez Agri
cola. '
La naturaleza le ofrece de preferencia en estado nativo; pero ni
así ni en el de óxido, ni combinado con otros cuerpos como tam
bien se halla, es metal alumdanto, lo que nos dispensa de dar ca—
racteres genéricos.
Brsnuro NATIVO.-—ES de color blanco rojizo, de testura laminar,
blando, frágil, ni ductíl ni maleable; tiene un peso especifico de
9,75, se funde hasta á la llama de una bugia, se \olaliliza al so
plete dando un óxido amarillo que mancha el carbon en que se co—
loca, se disuelve en el ácido nítrico desprendiendo vapores rojos,
y en la disoluciou da la adicion de agua un precipitado blanco.
Se ofrece unas veces en masa cristalina esfoliable segun un oc
táedro regular, y otras con estructura palmeada ó dendrítica.
El hísmuto acompaña generalmente como s_ustancía accesoria á
los minerales de plata y cobalto en sus lil0nes: por esto suele tener
el metal alguna plata y arsénico, de que le privan en Sajonia, Sue—
cia y Bohemia, que es donde se obtiene la corta cantidad que se con
sume. En España parece hallarse en el valle de Gistan con los mí
nerales de cobalto.
El bt'smuto sulfurado ó bísmuh’na se ofrece en masas blandas, de
testura granular, fibrosa ó escamosa, de color gris plomizo con tin
te amarillo ó rojizo, que se funden tambien ó la llama de una bu—
—Mt—
gía, y se disuelven en el ácido nítrico, en algunas de las localida—
des en que se halla la especie anterior. Admite, sin alterar notable
mente sus caracteres, porciones de plomo, cobre, plata y hierro,
que dan lugar á. especies distintas para algunos autores, bismut0
sulfurado, cuprífero, argentz’fero, etc.
El bismuto oxidado parece ser una alteracion de los otros mine—
rales bismutiferos, en contacto con los que se encuentra en peque
ñas masas amorfas de color verde amarillento.
El bisnmto carbonatado tiene igual origen y yacimiento que el
óxido: el silicato es una rareza descrita últimamente.
Osmvcros v usos ner. nene—Se obtiene de la especie nativo,
colocándole en tubos de hierro inclinados para que al calentarse se
separe como mas fusible el bísmuto, que va á parar á la parte infe—
rior; aquí se recoge y luego se le purifica fundiéndole de nuevo con
un décimo de su peso de nitro.
Tiene pocos usos, pero entra en algunas aleaciones, siendo nota—
ble la de Arcet, y sine para preparar algunos compuestos de los
que el subnilrato, llamado magisterio de bísmuto, es usado en Me
dicina y como afeite de tocador.

GÉNERO URANO.

El metal urano fue descubierto por Klaprot en 1787. No tiene


aplicaciones ni se halla nativo: las especies que lo llevan, conoci
das antes que el metal, se distinguen porque puestas al soplete co—
lorean al vidrio de borax de amarillo oscuro al fuego de oxídacíon
y de verde sucio al de reduccion, y sus disoluciones precipitan en
amarillo por los álcalis y en rojo de sangre por el ferro-cyanuro
potásico. '
UBANO oxrnano. Urano negro. Pechblcnda. Pechurano. Corres—
ponde en composicíon a! óxido negro de urano de los químicos,
U‘0‘, bien que constantemente le acompañan otros cuerpos en pe
queña cantidad.
Se presenta en masas negras mamelonares de brillo fuerte resi—
nose, solubles en el ácido nítrico é infusibles puestas solas al so
plete, de dureza núm. 5, y poso específico de 6,55 á 6,46. Como
—l¿5-—
su nombre indica tiene alguna semejanza con algunas variedades de
blenda; pero la dureza de esta especie basta para dístinguirlas sin
acudir á mas caracteres.
Se la vé asociada á los minerales de plata y plomo de Sajonia y
Bohemia, y suele acompañarlo una materia pulverulenta amarilla,
la uracom’sa ó urano oxidado hídratado, resultado sin duda de su
alteracion.
Umuvo rosnrmo. Urano mícdceo. Urom'ta y Chalkoh'lo para Ben
dant, segnn el color es amarillo ó verde por hallarse con el fosfato de
urano. el de cal ó el de cobre. En ambos casos tiene alguna seme
janza con las micas, que recuerda su nombre, si está como es mas
frecuente en laminillas, y sea así ó amorfo, es un cuerpo blando que
se disuelve bien.en el ácido nítrico y siempre tiene agua.
Se encuentra en pequeñas porciones en los terrenos antiguos, y
se halla, como en otros puntos del estranjero, en España en Colme
nar viejo. .
Además el urano forma otras especies que no debemos describir,
siendo mas raras, y cuando el óxido es el que se emplea para obte
ner el metal y compuestos de este cuerpo en los laboratorios, único
uso que tiene.

GÉNERO MOLIBDENO.

El metal molibdeno fué descubierto por Scheele en 1778; la na


turaleza lo presenta en estado de sulfuro y de ácido molibdico, libre
ó combinado con el plomo. Es género bastante poco importante pa
ra que nos detenga mucho el estudio de sus especies.
Mounnzno sunrnnano. Molíbdem'la. Molíbdena.
Es una sustancia agrisada, de brillo metálico, suave al tacto,
muy blanda, que mancha los dedos y el papel como el grafito, pero
dando tiznadura de matiz verdoso cuando la de aquel es gris, al
soplete desprende olor sulfuroso y deja un polvo blanco de ácido
molibdico, su peso específico es de 4,5, y su testura laminar y cris—
talina formada de pequeñas tablas exagonales. ‘
Corresponde á los terrenos igneos antiguos en los que forma pa—
10
—146—
queños depósitos y venas diseminados en los granitos del Delfinado,
Pirineos, Sajonia y otros puntos.
El ácido moh‘bdico es una sustancia pulverulenta, amarilla, que
se ve en pequeñas capas en la superficie del sulfuro de algunas le
. calidades.
Del sulfuro de molibdeno y del molibdato de plomo se obtiene el
metal con que se forman los otros compuestos de molibdeno, que fi—
guran en los gabinetes de Química

GÉNERO CROMO.

El cromo es un metal descubierto por Wauquelin en el plomo ro


jo de Siberia. La naturaleza lo presenta rara vez nativo, y esto si
como tal se consideran las cortas porciones halladas en los areóli
los; Shepard lo ha visto tambicn en estado de sulfuro que lleva su
nombre, shepardíta, en una piedra meteórica: es mas frecuente en
el de óxido, y en el de ácido combinado con metales que como el
hierro y plomo cromatados se estudian en el género_correspondiente.
La presencia del cromo se conoce en los minerales que lo llevan,
porque puestos al soplete con el borax le tiñen de un hermoso co
lor verde, y porque fundidos con carbonato de sosa y nitro dan una
sal soluble en el agua, en que precipilan en rojo el nitrato de plata
y en amarillo el nitrato de plomo.
El cromo no tiene importancia en estado metálico, por lo que no
decimos su obtencion ni caracteres: la tiene el óxido, y mas que el
natural, el que se estrae del que en estado de ácido existe en el
hierro cromatado.
Oxroo nc enono. Sesquí óxido. Anage’m’ta. Es una sustancia ver
de, terrosa, inalterable al aire, insoluble en los ácid05, infusíble al
soplete si no se le añade algun fundente y que tiñe al borax de ver
de. Se encuentra formando costras sobre las rocas cuarzosas á que
colorea fuertemente en algunas montañas, anhidro y manifestando el
análisis que le acompaña la sílice y la alúmina, ó hidratado, en cu
yo caso le llaman wolckonslu’tu, con los mismos cuerpos y otros,
en una roca magnesiana de Siberia.
Esta es la sustancia que tiñe a la esmeralda del Perú y otras pie——
--I47—-—- '
dras y con la que se da el color verde á los vidrios y porcelanas.
Algunos cromatos artificiales tienen usos importantes en pintura.

GÉNERO TUNGS’I‘ENO.

Scunsutvo. Wolfran. Scheele encontró este metal en el mineral que


se llamó luego scheelúto calcáreo; despues se ha separado tambíen
del wolfran. El metal, que es notable por su peso capecitico de 17,6,
y los compuestos que con él se forman, carecen de aplicacione's.
No se encuentra nativo; en estado de ácido túngstico libre se le in—
díca acompañando al wolfran en algunos puntos, tambíen unido al
plomo, pero es mas raro que en las dos especies siguientes.
CAL rumsnrana. Scheeh’no calcáreo. Sc/teelita. Tungstena ó wol—
fran blanco. Ca Ty“ ó Ca W‘.
Es un cuerpo blanco, vídríoso, amarillo accidentalmente, bastante
duro para rayar al espato fluor, de peso específico de 6,07, que se
funde difícilmente al soplete y se disuelve en el ácido nítrico, de
jando un residuo de ácido túngstíco que se vuelve amarillo cuando
se hierve: unas veces está cristalizado en octáedros y otras en ma
sas vídriosas.
Se encuentra en los terrenos estratificadosantiguos, especialmen
te eu el gneis y la pegmátíta, en Sajonia, Suecia, Bohemia, y en Es—
paña en Colmenar viejo.
Hmnno rumsurano. Scheeh'no ferrugínoso. Wai/ran.
Es un llmgs:‘ato de hierro y manganeso: se presenta en masas de
color oscuro y brillo metaloideo, cuyo polvo es moreno ó rojizo,
con dureza superior á la del espato fluor, peso específico de 7,5, se
funde aunque difícilmente al soplete en un glóbu‘o negro y bien con
el b::rax dando un vidrio amarillo; es lo mas comun en masas hojo—
sas, pero lo hay cristalizado en prismas oblícuos rectangulares ó
romboidales mas ó menos alterados.
Se encuentra en los mismos terrenos que la especie anterior pero
en mayor cantidad, y con alguna frecuencia en las vetas metallferas
de los terrenos antiguos principalmente en las de estaño. Le hay en
Sajonia, en Bohemia, Siberia, etc., y en España le tenemos rn Li
nares, Colmenar viejo, Hinojosa de Estrcmadura y otros puntos.
-—l48—
El plomo tungstatado, scheelitina, es una sustancia rara, que tie
ne gran semejanza con la schcclita de que es isomorfa, hallada en las
minas de estaño de_ Bohemia.
Del wolfran se separa el ácido túngstíco para los usos de labato—
río, únicos que tiene hasta el día.

GÉNERO TÁNTALO o cozonmo.


Hatcbett en 1801 descubrió en un mineral procedente de América
un metal que llamó colombia, el mismo que poco despues rió Eko—
berg en otro de Suecia, y á que puso el nombre de tántalo por su
insolubilidad en los ácidos.
Solo se encuentra en la naturaleza en estado de ácido tantálico
unido con diferentes bases formando especies ni abundantes ni de
importancia. Estas son, la tantalita, llamada tambieu tántalo oxida
do, materia negra melaloideo, de fractura desigual, de peso especi—
fico entre 6 y 8 é infusible al soplete, que se halla diseminada en
algunas pegmatitas, y á que Beudaut llama columbita, separando con
el nombre de bayerina le que si en composicion (tantalato de hier—
ro, manganeso, cal y estaño), en yacimiento y caracteres es igual,
cristaliza de distinto modo; y la ytriotantalita, tantalato de _vtría
y otras bases, mas rara todavía que la especie anterior, y como
ella hallada en las pegmatitas de Suecia y Greolandia.
En la tantalita se han encontrado los dos nuevos metales m'ovio y
pelopio, y en la ytriotantalita, mas modernamente el ilmam‘o.

GÉNERO COBRE.

El metal cobre es conocido desde los tiempos mas antiguos, y


como otros metales llevan en alquimia el nombre de alguna divini
dad pagana, recuerda este el de Vónus. La naturaleza lo presenta
nativo y combinado con diferentes cuerpos en especies que segun
su mayor ó menor importancia estudiaremos.
De todas las del género se obtiene mas ó menos fácilmente un bo
ton con los caracteres del metal; además, con alguna frecuencia sue
len ir acompañadas de carbonato de color verde que indica su na—
-—-149—
turaleza, y las disoluciones cobrizas, verdes tambicn generalmente,
toman color azul con el amoniaco y precipitan en pardo de castaña
con el ferro cyanuro potásico, y el cobre metálico con el hierro.
Conan Iunvo.—Como el metal obtenido de las otras especies del
género, el cobre nativo es sólido, rojo, dnctil, maleable, muy tc
naz, despide por el frotamiento olor desagradable, tiene un peso es—
pecífico si está puro de 8,89, se funde á 27° pyrométricos, se di
suelve en el ácido nítrico, y en la disolucion se conducen los reac—
tivos como se ha dicho antes; es inalterable al aire seco, pero cuan
do está espnesto en otro húmedo, se cubre de una capa verde de bi
drocarbouato llamada impropiamente cardenillo.
Pocas veces se encuentra cristalizado en cubos y octáedros mas
ó menos modificados; las variedades mas comunes son la en masa
amorfa, y las dendrítica, hojosa y filamentosa; hay una llamada cobre
de cemenlaa'on, que se obtiene precipitando el metal de sus diso
luciones por el hierro, de que volveremos á hablar en la obtencion.
El cobre nativo acompaña generalmente á los otros minerales del
género y es aplicable á esta especie lo que digamos de todas.
Cenas oxmano.-—Se conocen dos especies de cobre oxidado; un
protóxído llamado cobre ozíduladn rojo, ó :ijquch'na, y un dedtóxi
de conocido por cobre negro ó melocom’sa. El primero es notable
por su bello color rojo, constante en el polvo si la masa inmediatas
mente no le ofrece, y se presenta 'cristalízado en octáedros, térreo
ó en láminas é hilos: en todos casos se disuelve bien en el ácido
nítrico y se reduce fácilmente al soplete sin desprender olor sulfu—
roso, caracteres ambos suficientes á distinguirle de las platos rojas
y el cinabrio con que, por el color en algunos casos, pudiera con—
fundirse El segundo es negro y térreo, tiene semejanza con el óxido
de cobalto y los de mangaueso, pero el ensayo por los reactivos los
distingue. Uno y otro óxido poco abundantes, acompañan á otros
minerales de cobre y se esplotan con ellos.
El cobre se combina con el azufre formando diferentes especies
minerales.
Conan sunrnnano. Cbalcosr‘na. Cobre vídrío:o. Está compuesto
de cobre y azufre en proporcion de dos átomos de cobre y ¡no de
—l50—
azufre, cual manifiesta el análisis; en 100 partes, cobre 79, azufre
20 y el resto hierro. Cu’ Su.
Se encuentra en cristales prismáticos, ó en masas lamelares
compactas ó pseudomórficas, con color gris de acero y brillo metá
lico; es ductil, blando, fácilmente fusible y reductible al soplete, y
soluble en el ácido nítrico; su peso especifico es de 5,69. Casi siem
pre da en el análisis algun indicio de hierro que le acompaña, lam—
bien muchas veces plata que si se encuentra en proporcion de áto—
mo y atomo con el cobre forma la especie slromeyerína, encontrada
en Silesia, Siberia y Cornouailles y semejante en caracteres á la
chalcosina. Esta es la especie de cobre que tiene mas metal.
Parr.ursrrn. Cobre abr'garrado. Es un sulfuro de cobre y hierro
de esta fórmula Fe Su+2 Cu! Su. En 100 partes tiene cobre de 59
a 60, hierro de H á 14, azufre de 21 a 26.
Se presenta metaloideo, con color moreno rojizo y frecuentemente
con viso de color violeta y rojizo, dureza corta, núm 5, peso espe
cifico de 5 ; al soplete desprende olor sulfuroso quedando un boton
metaloideo atraihle al iman, se disuelve en el ácido nítrico, y en la
disolucion manifiestan los reactivos la presencia de los dos metales
que entran a formarle. Pocas veces se ve cristalizado en el tipo cú—
bien; lo ordinario es hallarlo en masa homogénea brillante.
Es una de las especies de cobre esplotadas y no rara en nuestro
suelo.
Conan rrmroso. Piritu cobríza. Chalcopírita. Está compuesto de
los mismos elementos que el abigarrado pero en proporciones dis—
tintas, llegando cuando mas la cantidad de cobre á un 56 por 100,
Fe Su+Cu Su, de que resultan caracteres químicos iguales para
ambos, pero varían los físicos.
La pirita cobriza tiene color amarillo de laton, alguna vez irisante,
peso especifico de -i,16, y es agria, frágil y poca dura. Unas veces
esta cristalizado en tetrúedros del tipo prismático recto de base cua
drada ó en octáedros, y otras, y es asi mas frecuente, en masa
amorfa mamelonar y estalactilica.
Es la especie mas abundante de cobre y aunque no la mas rica
la que mas se beneficia. La acompaña la pirita de hierro, con que
a primera vista se confunde y de la que la distingue su poca dureza
—lïl—
y el matiz del color amarillo distinto del de aquella, y por esto a pe
sar de la cantidad de cobre propio de la especie nunca da mas de
un 12 a un 15 por 100 de este metal.
COBRE cms. Panabasa. Tenanlila.
Con estos nombres se comprenden por los autores sustancias com
puestas en proporciones variables de cobre, azufre, antimonio, ar—
sénico, hierro, zinc, plata y hasta mercurio, segun los análisis han
sido hechos con minerales de esta ó la otra localidad, por el color
gris de acero comun á todas, y la cristalizacion en el sistema tetraé—
drico; pero cuyos caracteres químicos cambian con la composi
cion. El antimonio y el arsénico se reemplazan recíprocamente, y
así pueden existir ambos o uno solo de ellos; lo mismo sucede con
la plata y el cobre, pero este subsiste siempre acompañado del hier—
ro, el azufre y el antimonio ó el arsénico, siendo accidentales el zinc
y el mercurio.
Cuando el cobre gris está cristalizado, la forma tetraédrica y el
color y brillo metaloideo de los cristales no permiten confundirle
con ningun otro cuerpo; cuando en masa, su corta dureza 5,5, y
la facilidad con que se rompe, sirvcu con los caracteres químicos pa
ra distinguirle y fijar si tiene ó no arsénico con el antimonio, y si
le acompaña alguno de los otros cuerpos no constantes que los fisi—
cos no revelan en ningun caso.
El cobre gris es una especie no rara de cobre, y que se esplota
casi siempre por el valor que le da la plata que generalmente tiene.
El cobre existe en la naturaleza formando diferentes sales combi—
nado en estado de óxido con algunos ácidos, y directamente con al
gun cuerpo halógeuo Con el ácido carbónico forma las tres primeras
especies y con otros las que estudiaremos ó indicaremos a continua—
cion.
Com: cancomnno vanos. Malaquíta. Cobre verde. Es un carbo
nato hidratudo de'cobre, compuesto en 100 partes, de óxido de co—
bre 7l,8, ácido carbónico 20 y agua 8,2.=2 Cub"+.4q.
Se presenta siempre con color verde mas ó menos oscuro, da al
soplete un glóbulo negro, comunicando tambien al borax cuando se
funde con él, color verde, y se disuelve en el ácido nítrico con efer—
vescencia. Unas veces está cristalizado en prismas oblicuos romboi—.—
-—l52—
dales terminados en bísel, malaquita orr'stah’zada; otras en agujas
finas, brillantes, entrecruzadas y radiadas, malaquita sedosa; algu—.
nas en masas compactas ondeadas, malaquita concrecionada, y en
masas pulverulentas y térreas, malaquita pulverulenta.
Acompaña por lo coman á los otros minerales de cobre, é ín
dependiente del uso que tiene en algunos casos, segun veremos pa—
ra la oblencion del metal, las variedades concrecionado-compactas
son susceptibles de pulimento que las da gran belleza, y empleadas
cn la construccion de objetos de adorno. Las hermosas tablas de ma
laquita que han figurado en las esposícíones universales últimas
proceden¡del5ibería.
Cosas cannoxnaoo azur.. Azurita. Cobre azul. Como el carbona
to anterior es este hidratado; pero varia en la proporcioa de los
componentes. En 100 partes tiene óxido de cobre 68,5, ácido car
bónico 25, y agua 6,5:2Cu0*+6u Ag.
Debe tener y tiene en efecto iguales caracteres químicos que la
malaquita, pero el color azul es constante en la azuríta y caracte—
rístico como en aquella el verde. Ofrece variedades cr istalínas y bri—
llantes, otras en masa concrecionada de color azul tambieu agrada—.
ble mas sin brillo, y es frecuente diseminada formando manchas en
la superficie de otros cuerpos: no es mineral raro, bien que nunca
forma grandes masas, en los depósitos de otros minerales de cobre.
El cobre carbonalado anhidro, mysorina, es una mera curiosidad
de gabinete de que no nos ocuparemos.
El cobre clorurado, ata/ramita, tiene color verde y se halla en
cristales ó arenillas en los lílones cobrizos: su nombre recuerda á
Atakama, donde primero se halló, y de no lejos de aquí, de Bemoli
nos en Chile, proceden los cristales mayores y mas limpios que se
ven en las colecciones.
Como cobre fostatado tenemos las dos especies minerales llama—
das por Beudant aphcresa e ypoleima, que separa por cristalizar en
dos distintos tipos, y la que denomina Dufrénoy dihidrita. Las tres
son fosfatos hidratados de cobre de color verde, fusibles y reducti—
bles al soplete, y los tres carecen de importancia.
Lo mismo ocurre con los arseníatos llamados err‘nita, ltroconita,
—l5¡—
oh'wn‘la, aphanua y cuchroz’ta, arseníatos hidratados distintos en
la proporcíon de los elementos y cristalizacion. pero semejantes en
caracteres químicos y color verde en todos. El cobre vanadíatado y
el selem'alado no merecen mas que ser indicados.
El cobre hidro-sílfcfatado, dt’oplasa, no tiene importancia como
mineral de cobre, mas la tiene industrial tallada como una piedra
fina por su hermoso color de esmeralda, su lastre vílre0 y la dure
za que permite el buen pulimento que recibe: el que se usa procede
del país de Kirghiz en la Bukaria. Hay otro cobre hidro-silic:atado,
cbrysocola, mas comuu en masas amorfas de color verde azulado,
menos duro y sin el valor del anterior.
El cobre sul/"alado, vilrfolo azul, cyan0m, se encuentra en algu—
nas minas de cobre en masas concrecionadas ó costras cristalinas,
solubles en agua y con sabor estíptico. l’rocvde de la acidificacion de
los sulfuros y lo llevan en disolucion las aguas que fluyen de aque
llas, á veces en bastante cantidad para ser beneficiadas obteniendo
por el hierro cobre de cemeutacion. El sulfato de cobre del comercio
es artlficial. El sub-sulfato brochantíla, de color verde, acompaña en
menos cantidad á esta y otras especies del género.
Yacmm:vro ns Los mmnaznns un conne.—Los minerales de cobre
se presentan en filones ó en depósitos irregulares en los terrenos
antiguos pyroideos y estratificados, y en capas ó mantos: los filones,
que son el yacimiento principal, están formados por las especies
sulfuradas á que acompañan accidentalmente los carbonatos, fosfa
tos y cloruros; los mismos se encuentran tambicn formando los de—
pósitos irregulares, y de preferencia las capas, los carbonatos, óxi—
dos y metal nativo, bien que reunidas siempre varias especies en
uno ú otro yacimiento.
Las minas cobrizas de Cornouaílles, las de Hartz yotras del estran
jero son filones; las célebres de Fahlun en Suecia, depósitos irregu
lares de piritas, lo mismo que las de phíllipsita esplotadas en Tos—
cana, y capas son otras que se benefician en varios puntos. En
España figura en primer lugar como mina cobriza la de Bío Tinto,
de pirita con algun metal nativo y grandes cantidades de sulfato, y
la mas rica del país; hay otras además en la provincia de Huel
va, y en Navarra, Vizcaya y Búrgos; carbonatos en la de Córdoba y
—154—
'Teruel; phillipsita en las de Murcia y Jaen; piritas y cobre gris en
el Jaroso; estos, metal nativo y carbonatos en Sierra Nevada y li
toral de la provincia de Granada, etc., etc. Las minas mas nombra
das de Sierra Nevada son filones piritosos con ganga de hierro es
pático, en que á las píritas de hierro y cobre acompaña en mayor
ó menor porcien un cobre gris argentífero, cristalizado unas veces
en tetráedros limpios y brillantes, ó en masa agrisada otras; di
chos filones atraviesan los esquist0s silurios que esencialmente la
forman. Como hemos dicho en otra parte, algunos filones piritosos
llevan tambicn oro.
Onrc:vcrorv v usos ner. conan—Las especies sulfuradas son las
que de preferencia se benefician y las que producen la mayor parte
del metal: el cobre nativo, los óxidos y los carbonatos son esplota
dos tambicn cuando se hallan en cantidad bastante para poder ha—
cerlo con ventaja. L0 que decimos se refiere a las primeras como
los comunmente beneficiados.
Para obtener el metal se tuestan los minerales varias veces y
luego se funden; la masa obtenida se machaca, tuesta nuevamente
y vuelve a fundir una y otra vez separando las escorias que se for
man hasta obtener cobre negro, que se funde en hornos de reverbe—
ro ó cuba convenientemente preparados para privarle de los cuerpos
que todavía le acompañan. Si las piritas son pobres de cobre, se
las tuesta para que puedan sulfatarse, las sales formadas se disuel
ven en el agua y de esta se separa, por cementacion con el hierro,
el cobre del sulfato disuelto: si el cobre lleva plata, se le funde con
plomo que se apodera de esta, y el plomo, que se separa del cobre
por licuacion, se copela para que deje la plata libre; si es muy rico
en plata se le puede copelar directamente.
El cobre es despucs del hierro el metal mas usado. De e'l son mu—
chos utensilios domésticos, con él se fabrica la moneda de cobre,
entra en las de plata y oro y en otras aleaciones tan importantes co—
mo conocidas, laton, bronce, packfong: algunos colores verdes son
preparados de cobre; la piedra lípiz ó vitriolo azul tiene tambicn
algun uso, y al tratar de la malaquita y dióptasa hemos dicho el que
tenia esta como piedra fina, y las variedades concrecionadas com—
pactas de aquella como objeto de adorno. El cobre metálico ó las
—l 55—
aleaciones que se destinan a fabricar utensilios de empleo doméstico
deben estañarse para evitar los accidentes que pueden ocurrir por su
alteracion al aire húmedo ó por los cuerpos con que se ponen en con—
tacto; pues todos sus compuestos son venenosos.

GÉNERO PLATA.

La plata es un metal conocido desde la mas remota antigüedad.


Los alquimistas la dedicaron á Diana por su blancura y brillo que
recuerda el nombre latino de argenlum, procedente del griego ar—
guros, con que se la conoce.
Existe en la naturaleza libre y combinada com diferentes cuerpos
formando especies que estudiaremos con mas ó menos estension se—
gun su importancia. Todas tienen por carácter dar al soplete un bo—
ton metálico de plata y precipitar, cuando se han disuelto, por los
cloruros y el ácido hidroclórico en polvo blanco aglutinado que se
disuelve en el amoniaco y al aire se vuelve negro, en negro por los
sulfuros, y la plata en estado metálico por una lámina de cobre.
PLATA NAT|VA.—-ES el metal puro ó cuando mas con ligeras por—
ciones de hierro, cobre, oro ó arsénico que no alteran sansiblemente
los caracteres del cuerpo tal cual resulta obtenido de las otras espe—
cies del género ú otros minerales que tambien lo llevan. Tiene eo—
lor blanco brillante, es ductíl, maleable, fusible á 22" pyrométri—
cos, inalterable al aire si no está en contacto del hidrógeno sulfura
do que lo ennegreee, soluble completamente en el ácido nítrico, de
cuya disolucion precipitan los reactivos como se ha dicho en todas
las especies del género, y su peso especifico es de lO,—’i7.
Se presenta en la naturaleza, unas veces cristalizada en cubos ú
ectáedros, otras en dendritas ó en hojas, y alguna vez en filamen
tos; casi siempre con la superficie negra, pero que basta rayar pa
ra que aparezca con el color y brillo propios.
La plata nativa se encuentra acompañando á los otros minera—
les de plata, principalmente al sulfuro y cloruro, ó diseminada en
rocas ferruginosas que constituyen minas de hierro con l ó 4 milé
simos de plata, cuales son los pocos ó colorados de Chile y las tier
ras rojas de Huelgoot. De América, Sajonia, Hiendelaencina, Gua—a
—l56-—
dalcanal y Cazalla en España, son los ejemplares mas comunes en
los gabinetes, pero la hay tambien en otros puntos.
Maucumo uomvnz. Amalgama de plata. Es una especie poco
abundante que se encuentra en Baviera y en Chile. La del primer
punto tiene dos átomos de mercurio para uno de plata: la del se
gundo, llamada arquerita de Arqueros en donde' se beneficia y con—
siderada hasta poco ha como plata nativa, está compuesta de seis
de p2ata y uno de mercurio.
Pam ANTI!0NIAL. Discrasa (aleacion mala). Está compuesta de
antimonío y plata, Ag’Sb, y sin ser especie muy abundante lo es
mas que la anterior.
Tiene color blanco brillante, testura laminar y cristalina, y se
funde con bastante facilidad al soplete dando humos antimoníales y
dejando por residuo un botou de plata. Acompaña á otros minera
les de plata en Hartz y Baden, y la hay en España en Guadalcanal.
PLATA suzrunanr. Arg:¡rosa Plata vidriosa. Compuesta en 100
partes, de plata 86,5, azufre 15,5. Ag Su. Es el mas rico de los
minerales de plata y uno tambieu de los que mas se encuentran.
Se presenta en masas amorfas lameliformes con crístalíllos cúbi
cos, de color gris de plomo, oscuro ó negro en la superficie pero
muy brillante en la fractura reciente, se deja cortar con la navaja y
se funde á la llama de una bugia, al soplete da olor sulfuroso y bo
ton de plata y se disuelve en el ácido nítrico; su peso específico es 7.
Se halla en las minas argentíferas de Sajonia, Hungria y Bohe—
mia, y es segun Humboldt uno de los minerales que mas se esplotan
en Méjico, particularmente en las minas de Guanajuato y Zacatecas.
PLATA suzrunsm sama. Plata negra Psaturosa, (psataros frá—
gil). Está compuesta de antimonío 14,68, plata 68,54, azufre i6,42
y algunas centésimas de hierro, cobre ó arsénico, despreciables
para la fórmula 6Ag Su+Sb’ Su'.
Tiene color gris con brillo metálico, es agria, frágil, poco dura,
se deja rayar bien por la navaja y su polvo es constantemente ne
gro; tiene peso específico próximamente de 6, se funde al soplete
desprendiendo vapores sulfurosos y antimoníales, que manifiesta tam
bien al disolverla en el ácido nítrico en que deposita polvo blanco
(le antimonío.
—l57—
Algunas veces lleva arsénico y entonces ya es la especie polyba
sita de G. Rose, distinta de esta en composicion y en cristalizacion;
prismas de seis caras del tipo recto romboidal en aquella, y cristali
llos tabulares del romboédrico probablemente esta.
Se halla con los otros minerales de plata en Alemania y en Mé
jico, y la hay en España en Guadalcanal y Hiendelaencina.
PLATA ¡armoxuno-snnrunnna. Plata roja. Argyn’t/trosa. Pyrar
gyrila, (crytbro: rojo).-——Está compuesta de plata de 57 á 60, an
timon¡o de 2l á 24 y azufre de 12 á 16, que corresponde á la fór
mula 5 AgSu+8b’Su‘.
Está frecuentemente cristalizada en rombóedros, prismas romboi
dales y dodecáedros de triángulos isósceles, menos Veces en masa;
generalmente es vidriosa, frágil, semitrasparente ó traslucido con
color rojo, se deja rayar fácilmente y el polvo tiene color rojo de
cochinilla, las variedades opacas le tienen gris de hierro; se funde
fácilmente al soplete y en él, como tratada por el ácido nítrico, pre
senta los mismos fenómenos que la especie anterior; su peso espe—
cifico es de 5,7.
Se halla en Freiberg, en los Vosgues, en Hartz, en Méjico y en
España en,Guadacanal y en Hiendelaencina.
Pura anssunno-suzrnnaoa. Proustíla. Plata roja clara. Está
compuesta en l00 partes, de plata 64, azufre 21 y arsénico 15.
5 AgSu+As‘8u'. _
Como la especie anterior es esta roja, cristalina cuando traspa
rente, gris de hierro cuando opaca; tiene la raya roja pero de color
mas claro, un poco menor el peso especifico, 5,5, y al soplete des
prende el arsénico que isomorfo con el antimonio lo reemplaza aquí.
Werner la separó de aquella examinando las distintas platos rojas
de su país, y ha sido despues dedicada á Proust.
Hay otra especie, plato antímom’ada sulfurada negra, mr'urgyri—
(a, que ha estado confundida con la anterior por el pol\o [ambien
rojo de la raya. Corresponde en composician á la argyríthrosa, pero
es menos rica en plata como indian su nombre, y no se ha encontra—
do hasta ahora mas que en Sajonia.
l’uu cronvnam. Kerargyra. Plata córnea. (Koma, cuerno.)—
—158
Está compuesta en 100 partes, de plata 87,73 y cloro 27,50.
Ag Cl.’
Es un cuerpo metaloideo, trasparente ó traslucído, de color blan—
co agrisado brillante, que al aire se torna violeta y hasta negro,
con color tambicn verde si el cloro está reemplazado en parte por el
yodo ó broma, como lo está alguna vez sin que cambie la cristaliza—
cion cúbica propia de la especie, es muy fusible y tan blanda que
se corta como la cera; su peso específico es 5,5, y frotada sobre
una lámina de cobre humedeeida deja una tiznadura de plata me—
tálica.
Se encuentra por lo comun acompañando a la plata nativa, y es
frecuente en el Perú, Méjico, Sajonia y Siberia, y en España en
Hiendelaencina.
Bnonuno v vacuno en rr.an.——Uno y otro cuerpo, como hemos
dicho, dan color verde al cloruro cuando le acompañan. Cuando es
tán solos tienen, el bro'muro color verde y cristalizacion cúbica; el
yoduro amarillo ó amarillo verduzco; los distingue además el peso
especifico, y sobre todo los caracteres químicos. Acompañan a los
otros minerales de plata en América y Alemania, y del mismo mo—
do se hallan en Hiendelaencina.
El arsem'uro de plata y otros sulfuros a mas de los dichos que
llevan plomo, hierro, etc., no son sustancias que merezcan descrip
cion particular si son especies del género; porque como minerales
argentíferos se miran otros de plomo y cobre que llevan proporcio
nes mayores ó menores de plata que l0s enriquece y se benefician
por la plata y el otro metal, como se dice tratando de la galena y
cobre arge_ntíferos en el género respectivo.
Yncmrcsro na Las esracrcs or. PLATA.—-LOS minerales de plata se
encuentran ó formando filones por sí, cuya ganga es por punto ge—
neral el cuarzo ó la baritina, ó en otros metálicos con diferentes mi—
neralizaciones de otros metales á que acompañan las especies de
plata. Del primer modo se hallan de preferencia en América, atra—
vesando los filones, con ganga de cuarzo generalmente, calizas com
poetas y haciéndose notar á distancia en el terreno por los cresto
nes salientes que forman en los puntos culminantes en igual direc—
cíon que ellos: del segundo ó reunidas las especies de plata a otras
—-—159
metálicas, en los filones de estas y en los terrenos que les son pro—
pios, los estratificados azóicos por lo comun, se encuentran general
mente en Europa.
Las minas mas ricas son las de la América meridional, y entre
ellas nombradas las del Potosí en el Perú, la Vizcaíno, Valenciana y
Vela Madre de Guanajuato, y Vela Grande de Zacatecas en Méjico,
la de Arqueros de Chile por la especie que allí se beneficia, etc. etc.,
que hacen de esta parte del mundo el país mas rico y productivo de
plata. En Europa hay minas de plata en Kongsberg (Noruega), en
Freibcrg y Hartz, y en Guadalcanal y Hiendelaencina en España.
Aquí se benefician otras muchas que aunque la materia principal sea
otro metal, viene con ella y se estrae gran porcion de plata; tales
son las plomizas de Sierra Almagrera y las cobrizas de la Nevada.
Esrnsccrorv v usos or. LA nur—La plata se obtiene de los mi
nerales que la llevan de modo diverso segun la naturaleza de estos.
Los plomizos se benefician como plomos, y del metal obtenido se
separa la plata por crístalizacion en las calderas de Patínkson y por
copelacion: los de cobre igualmente como cobre, y de él se separa
la plata fundiéndolo con plomo que se apodera de ella y la arras
tra, cuando despues, por licuacion, se quiere separar el plomo y el
cobre: las especies propias de plata de composicion sencilla y algu—
na riqueza, se tratan por fusion con plomo en copelas; si son de
composicion mas complicada, se funden con piritas y se tuestan,
añadiendo en nuevas fusiones mas mineral para cargar mas de pla—
ta la masa metálica que resulta, á que se añade tambien plomo que
se apodere de la plata que se reduce, y que luego se copela, ímbíói
cion, ó se emplea el mercurio, haciendo de modo que la plata que—
de libre para que pueda disolverla, amalgamacion, y basta destilar
el mercurio para que quede la plata con mas ó menos cobre. Los
detalles de teoría de la amalgamacion como se practica en América
y en Freiberg, son propios de las obras especiales. ’
La plata tiene usos sabid0s de todos en moneda, alhajas y vajilla.
El nitrato se usa en Medicina cristalizado y fundido y en Química
como reactivo. Para los primeros no se emplea la plata pura, sino
aleada con el cobre en una proporcion dada, constante e inalterable,
que es lo que se llama ley de la plata. En nuestro país se entiende
_160_
la ley por dineros: cada dinero vale 2t granos de ley, y onda
grano de ley 16 granos del marco de Castilla; es plata de toda ley
la de 12 dineros, sin liga de cobre, y tiene mas ó menos de esta
s:gun se separa mas ó menos de los 12 que tiene la de toda ley.
La ley de la plata de moneda, es 9 dineros y 16 granos de ley ó
805 916
——, la de la vajilla es H dineros ó sea -—— , la de joyas 9 di
1060 1000
750
neros ó —-—— .
1000
GÉNERO ORO.

El oro es un metal conocido desde los tiempos mas antiguos y de


que se hace mencion en todas las épocas históricas como de un ob
jeto de valor. Los alquimistas le dedicaron al Sol y le consideraban
como el rey de los metales.
En la naturaleza se presenta en estado nativo, solo ó aleado con
otros metales, pero nunca combinado con los cuerpos melaloideos
ni en estado de sal.
El oro puro es un metal de color amarillo propio, muy brillante,
menos duro que la plata, mas que el pl0mo, es el mas ductil y ma—
lcable de todos los metales, poco tenaz, tiene un peso específico de
19,25 que aumenta batiéndole, se funde ó 52 pyrométricos, próxi
mamente “OO del centigrado; es inalterable al aire, insoluble en
los ácidos disolviéndolo solo el agua régia.
Ono Nmvo.—El oro nativo rara vez es puro; ordinariamente se
balla al'eado con la plata, en cantidad variable pero corta menos en
la variedad electrum, y con el cobre, el paladio y el rodio; no tiene
el peso específico del oro puro, sino que baja hasta H,8 que es el
comun, su colores unas veces el amarillo propio, olras el blanco
amarillento, el verdoso y rojizo, siendo atacable por los ácidos que
disuelven el metal que le acompaña.
La naturaleza lo presenta en pequeños cristales oclaédricos ú
otros derivados del cubo, en forma de dendritas mas ó menos rami
ficadas, en hojas ó Iaminillas, en granos que cuando son algo volu—
a
—l61—
minosos se llaman pepitas, y en pajillas menudas. Cuando el oro
está unido con la plata en proporcíon alta que llega hasta el 40 por
100, forma la variedad electrum de Klaprot. La aleacion con el pa
ladio y el radio es de color amarillo pálido, casi blanco; y tambicn
lo hay amalgamado.
El oro es la sustancia metálica que despues del hierro se halla
mas generalmente repartida en el globo, habiendo pocos países en
donde no exista; pero al revés de lo que con aquel sucede, en todas
partes es poco abundante; ya se halle solo, ya enriqueciendo mí
nerales de otra naturaleza como las piritas, especies de plata, co-'
bre y teluro, que aunque se esploten por este metal no pueden ser
considerados como minerales de oro bajo el punto de vista minera—
lógico, siendo el oro nativo la única especie propia del género y á la'
que se refiere lo que vamos á decir sobre su manera de encon
trarse, independiente de cuando acompaña á otros metales.
Se presenta de tres maneras distintas; ó en filones, cuya ganga es
el cuarzo, que atraviesan el granito, el pórfido, las serpentinas, etc.;
ó en pequeñas venas en las rocas metamórficas; ó en arenas en los
terrenos de aluvión antiguos y modernos que proceden de estos. Los
filones de cuarzo con oro no son tan raros como pudiera hacer creer
el alto precio de este metal; pero en ellos se encuentra el oro tan
diseminado en hojuelas, crístalillos ó pequeñas masas, que pagando
rara vez el gasto de esplotacion ni se benefician en Europa aunque
los hay en España, Francia, etc., ni aun en California en que su ri- '
queza es mayor son de grande estima. Mas abundante es el oro en
venas en las rocas metamórficas, y en tal criadero, en la roca cuar
zosa llamada iacolmga, es esplotado el de Minas—Graes en el Brasil.
Pero de donde procede casi todo el que circula, es de los terrenos
de aluvion antiguos, en que se encuentra en pequeñas partículas
mezclado con arena cuarzósa y delritos de las rocas en que estuvo
implantado, y en que su inalterabilidad y peso específico han impe—
dido la destruccion y arrastre á largas distancias. Por esto los alu—
vienes auríferos se hallan próximos á las montañas que llevaron el
oro, habiéndose encargado la naturaleza de la parte mas difícil de
su estraccíon que es la trítnracion de la roca, y hasta del lavado,
puesto que mas pesado el metal que la sustancia lapídea de esta ó
ll
—l(’.2—-—
el filon se ha precipitado primero. Lo mismo debe haber ocurrido
en los filones de pirilas auríferas, que descompuestas y arrastradas
por las aguas han debido dejar solo el oro que contenían. Los ríos
que corran por tales terrenos llevarán mezclado con sus arenas el
oro que con estas han removido.
Afriea, España y algunos puntos del Asia producían casi todo el
oro que circulaba antes del descubrimiento de América. En Africa
se esplotan desde muy antiguo aluviones aurifcros y las arenas de
algunos ríos, y el país de 0phír que se cita como muy rico, se cree
era la costa sudoeste de Africa frontera a Madagascar. España te—
nia minas de oro que segun Diodoro de Sicilia y Plinio fueron esplo—
tadas sucesivamente con gran resultado por fenicios y romanos; y
el Asia, tan celebrada por sus riquezas, las tenía tambicn de que se
estraian buenas cantidades. El descubrimiento de América y con él
el de criaderos abundantes de esta preciosa sustancia dejó oscureci—
dos los antiguos, aumentando notablemente la cantidad de metal en
circulaeion, que ha contribuido a hacer mayor todavía la'esplotacion
de Siberia que príncipió con este siglo, la mayor todavía de Austra
lia, y la que mas modernamente, desde 1847, se ha establecido en
California. Como antes siguen beneficióndose en Africa y en Bomeo,
Malaca, Java y Sumatra aluviones auriferos, mas su produccion es
corta, como la de Europa, comparada con la de los aluviones de la
vertiente asiática de los Montes Ourales y de Altai, la de la Améri
ca meridional, Australia y California. En 1856 fue la produccion
de oro en esta por valor de l27t millones de reales; la de Australia
en el mismo año de 962 millones; la de Siberia de 545 millones en
1852; menos de la mitad en el mismo año la de toda la América
meridional, y de unos cuantos millones la de Europa, Afriea, Bor—
neo, Malacaiy los otros países de Asia.
En Chile, Perú, el Brasil, Colombia y Méjico se benefician alu
viones, las vetas metálicas implantadas en la iaeotinga y hasta los
filones metálicos que como los de plata en Méjico llevan el oro: en
California cstensos y ricos aluviones en los Valles del Sacramento,
la Mariposa, San} Joaquín y otros, y filones y venas en la Sierra
Nevada de que proceden aquellos: en Australia aluviones en rela—
cion tambicn con las Montañas Azules, y aluviones son los que be—
-l63—
neíicía Rusia en las vertientes delos Ourales y Altai. En Europa lo
hay del mismo modo. En Hungria y Transilvania se benefician
con utilidad‘píritas auríferas y en otros puntos aluviones de corta
riqúeza. España tiene aluviones auríferos en las vertientes de Sier—
ra Nevada, en Cá‘oeres, Leon y Galicia; filones de cuarzo con oro en
aquella sierra, en Membrillo (Cáceres), en Sierra Cabrera (Zamora),
en Culera (Gerona), en los Pirineos de Lérida, y le llevan entre sus
arenas el río Sil, el Tajo, el Darro, etc. Algunos minerales de cobre
como los de Alburquerque son tambien auríferos.
El tamaño de los fragmentos de oro es generalmente pequeño,
pero de vez en cuando se hallan pepitas gruesas que por su rareza
y valor se conservan en los gabinetes y figuran en las esposiciones.
Ourencron v Usos mn. ono.—La obtenoion del oro es facilísima
en los aluviones, y la vemos practicar en pequeño a algunos rehus—
cadores en el río Darro y cerros inmediatos con un dornajo en que
por locion concentran las arenas, a que unen despues un poco de
mercurio que amalgama el oro que han reunido: hecho en grande y
precedida la trituracion de las rocas ó tílones, si son estos los que se
benefician, da el mismo resultado. Si el oro es de filones metálí003
auríferos, su estraccion es mas larga y se emplea la fusion y diferen—
tes medios para separarle de los metales a que acompaña.
El oro es el metal de mas valor. Sirve para fabricar moneda,
vajilla y joyas, aleándolo con cobre en proporciones que da la
ley. En España se llama oro de 24 quilates al puro, de 25 el que
tiene uno de cobre y 23 de oro, etc.: cada quilate tiene cuatro gra
nos de ley, y cada grano de ley vale por 48 granos del marco de
875
Castilla. La ley de moneda es de 2l quilates ó —--—-, la de vajilla
1000
916 750 '
es de 22 quilates ó -—— , la de joyería de -—-—ó 18 quilates. El
1000 1000
oro se emplea tambien para dorar metales, maderas, porcelanas, etc.;
entra en la púrpura de Cassius; reducido á hilos en los bordados,
galones y cordoneria, y la Medicina usa el cloruro y el cloruro de
oro y sodio.
—l64—

GÉNERO PLATINO.

El platino era conocido en América por los indígenas, y conside


rado como un oro blanco por su color y peso: los españoles creyen
do era una aleacion de plata y algun otro metal lo llamaron plati—
ua, de donde procede su nombre actual. Por el ano 1740 l'ué intro—
ducido en Europa, trayéndole a la península el primero el sabio es—
panel Ulloa, pero sus aplicaciones datan solo de principios de este
siglo.
El platino puro tiene color blanco de plata y como esta toma fuer
te brillo por el pulimento, es ductit y maleable, por su duclilidad
es el 5.° de los metales y el 5.' por la maleabilidad, duro, tenaz,
tiene un peso especifico de 21,47, es el menos dilatable de todos
por el calorico, infusible al soplete y calor ordinario de los hornos,
al rojo blanco se deja trabajar como el hierro, y el soplete de mez
cla detonante y las pilas de gran tension lo funden; es inalterable
al aire é insoluble en todos los ácidos menos el agua re’gia.
PLATINO 1vmvo.-—La naturaleza solo lo presenta en este estado,
sino puro, aleado con el rodio, iridi0, paladio osmio y cobre en cor-—
ta cantidad y mayor siempre con el hierro; con color agrisado mate
o brillante y superficie desigual, vestigios de cristali2acion octaédri
ca y peso especifico de 16 a 19, en porciones ordinariamente pe
queñas, granos ó pepitas, rara vez de algun tamaño.
Se balla en los terrenos de aluvion antiguos acompañado de otros
cuerpos de igual yacimiento, oro, diamante yalgunas piedras tinas.
Los aluviones platinit‘eros primeros conocidos fueron los de Choco
y Barbacoa en Colombia, que ocupan algunas leguas cuadradas; des
pues se ha visto en el Brasil y Haiti y mas modernamentc, en 1826,
se ha encontrado en ambas vertientes asiática y europea de los
Montes Ourales que producen casi todo el platino que se usa. Aquí
el hierro con que está aleado, que en los minerales de Colombia es
de un 5 por 100, llega hasta 12 ó 15 por 100. Tambien lo ha des— _
cubierto Bousingault implantado en roca en algunos filones auriteros
de Colombia; y lo hay en España aleado con el arsénico en Guadal—
canal.
——l65-—
En los museos se conservan por la rareza los granos o pepitas de
algun tamaño, que en los Ourales mas que en Colombia se hallan
alguna vez. El de Berlin tiene una del tamaño de un huevo de pa
loma, y se cita como notable la que existía en el de Madrid proce
dente del último punto y la mayor de las encontradas allí, de peso
de mas de una libra. '
Esrnacmmw Y usos DEL Humor—Para separar el platino de las
materias que le acompañan, se lavan las tierras 'que lo llevan como
se hace con el oro, á tin de privarle mecánicamente de casi todas las
sustancias estraúas que mas ligeras son arrastradas por el agua: el
residuo se trata con agua régia hasta que no se coloree de amarillo,
y este liquido en que va el platino se hace precipitar por el cloruro
amónico, recogiendo el precipitado que lavado y seco se calcina;
resulta un cuerpo esponjoso que se pulveriza con las precauciones y
detalles que no son de este lugar, y que mezclado con agua se com—
prime gradualmente y luego se forja. Antes se mezclaba con arsé
nico blanco, así se fundia, y la mezcla tostada para desprender el
arsénico, quedaba en estado de ser forjado.
Por su infusibilídad e inalterabilidad se emplea el platino en la
fabricacion de alambiques, crisoles, pinzas e' hilos, tambicn para las
puntas de los para—rayos; se usa algo en joyería, y para hacer en
Rusia moneda de un valor intermedio entre el oro y la plata. El
cloruro—platinico sirve como reactivo.

GÉNEROS OSM[O, IRIDIO, RODIO, PALADIO Y RUTENIO.

Como apéndice al platino indicaremos estos cinco metales que se


encuentran con él, aunque son poco abundantes y están desprovistos
de aplicaciones.
El osmío y el írúh'o se hallan reunidos en el 05minro de iridio,
llamado tambicn iridio nativo, que acompaña al platino en Colombia
y Montes Ourales. Se presenta en pequeñas hojas tabulares de color
gris de acero y brillo metálico, con un peso especifico entre 19 y 21
segun la localidad y la mayor ó menor porcion de osmio que tiene.
De este cuerpo se separaron ambos metales en 1805.
_¡66_.
El paladío se halla aleado con el platino y fué dado a conocer
por Wollaston en 1804. Posteriormente se ha encontrado libre, en
estado nativo, en las arenas platíníferas de los_0urales y combi—
nado con el selenio en Hartz.
El radio se encuentra tambicn aleado con el platino, y fué dado á
conocer por Wollaston en la misma época que el paladio.
El rulem’o se encuentra en el osmiuro de iridio, de que lo obtuvo
Osann en 1828.

<1l&l\83 8.‘

SILICATOS .

El apéndice de la clase segunda de Haüy separada la sílice, con


algun otro cuerpo en que la alúmina hace el papel de ácido, forma
este grupo en la clasificacion que seguimos.
Todos los minerales que incluye tienen aspecto lapídeo y se ha
llan lo mas frecuentemente cristalizados, su peso específico no ba—
ja de 2,5 ni pasa de 4, habiendo pocos que lleguen a este, la dure—
za varia segun el silicato es anhidro ó hidratado y así tambicn la
facilidad de disolverse ó no en los ácidos; pero tod05, escepcion he
cha del corto número de aluminatos cuyo aspecto y caracteres ha—
cen reunír con los silicatos, manifiestan cuando, si no son solubles
se ha logrado disolverlos con alguna preparacion prévia, la sílice
que entra en su composícíon y que hace este grupo de los mas na.—
turales.
Atendiendo á la naturaleza de las bases, á si líevan ó no agua y
á si con la sílice entra como elemento electro-negativo algun otro
cuerpo, se forman en la clase los once grupos primeros, siendo el
duodécimo el de los minerales en que la alúmina sola es el elemen—
to electro—negativo.
-—167-—

l.° SILICATOS ALUMINOSOS ANIIIDROS.

Su fórmula general es AI Si que indica la combinacion del óxido


de aluminio con el ácido silicico, y se comprenden en el grupo en—
tre otras especies minerales raras, las conocidas por staurótida,
diklhena, andalusíla y muela.
Sraunórroa. Piedra de cruz. C/zorlo cruciforme. Silicato alumi
nico con porciones mayores ó menores de óxido fén‘ico que modifi
ca sus caracteres.
Es una sustancia notable por la particular disposicion de sus cris
tales, prismas rectos romboidales, que rara vez aislados, están fre
cuentemente reunidos dos en cruz latina ó de San Andrés, y menos
tres formando una estrella de seis rádios. Su nombre que; indica el
modo de presentarse y que ha hecho se emplee¿eomo piadoso amu—
leto, nos obliga á indicarla.
Se halla en los terrenos estratificados azóicos asociada á la dis
thena y los granates, ó separada de su matriz en los arroyos que
corren por los mismos, en B‘ret‘aña, Saint—Gothard, Escorial y San
tiago de Galicia.
DISTHENA. Cyam'ta. Sapparíta. Charla azul. Es un silicato alu
miníco tambien, pero compuesto de tres átomos de alúmina y dos de
sílice cuando el anterior lo está de cinco átomos de la primera y
cuatro de la segunda. Se presenta laminar, en cristales prismáticos
alargados de ocho lados, procedentes de un prisma oblicuo de base
paralelográmica oblícuángula ó en libras gruesas, incoloros ó colo
reados de azul y menos veces amarillenlos; es rayado por el cuar
zo, infusible al soplete, blanquea á un fuego vivo y no se disuel
ve en los ácidos.
Se encuentra acompañando á la especie anterior y en los mismos
terrenos.
Ha sido usada en joyería tallada en cabuchon para imitar por su
color azul que es el mas comun al zafiro, que ni por su valor ni be
lleza puede reemplazar, como tampoco al platino por su infus¡bili—
dad para los usos á que este se destina en los ensayos al soplete,
para que tambien se ha indicado.
—168—
Las andalusz’ta y macla son silicatos aluminosós que han recibi
do los nombres que llevan, el primero por haber sido hallado en
España, en que sin embargo es rarisimo, viniendo los ejemplares
que se ven en los gabinetes de Sajonia y Bretaña, y el segundo por
la disposicion de sus cristales compuestos de partes distintas que
imitan un tablero de cuadros blancos y negros. Se halla en Bretaña,
y como la anterior, a que se reune, no tiene aplicaciones.

2.' SILICATOS ALUMINOSOS HIDB-ATADOS.

Su fórmula general es Al Sí+Aq, y comprende una porcion de


cuerpos, de que habiendo pocos en estado cristalino, se hallan los
mas terrosos y son blandos y suaves al tacto. Además de las es—
pecies halloysíta, collysila, etc. sin importancia, se encuentran en
este grupo las arcillas.
Ancm.as.—Se conocen con el nombre de arcillas combinaciones
de sílice, alúmina y agua, que admiten mezcladas cantidades varía—
bles de carbonato de cal y magnesio, silicato de cal, óxido de hier—
ro y algunas sustancias mas que modifican su color blanco dándole
varios otros.
En todos casos se presentan en masas terrosas, endurécidas al
guna vez, las mas, blandas que se deslien en el agua y desprenden
cuando se humedecen un olor arcilloso característico.
Se dividen en plásticas, csmét‘ícas y margas.
Las arcillas plásticas tienen de 10 a 12 por 100 de agua, están
situadas en las parte inferior de los terrenos de sedimento mecáni—
co, y las forman granos tinisimos reunidos por acarreo: su compo—
sicion variable por esto en cuanto á los cuerpos accidentales, es re—
presentada como tipo para la especie por el silicato aluminico hi
dratado de esta fórmula (Al*0")* (Si0*)’+Aq.
El color de las arcillas plásticas varia desde el blanco sucio hasta
el negro, son insolubles en el agua con la que forman pasta blanda,
poco ó nada atacables por los ácidos y al fuego se endúrecen.
'
A este grupo corresponden desde la arcilla [ina que se destina á la
fabricacion de lozas bastas y vidriado grosero hasta la de ladrillos
y tierras cocidas, en cuya composicion entran además cantidades va—

...-4—
—169-—
riables de óxido de hierro, cal y magnesia. Estas son las arcillas fi
galína: de Brongniart, menos tenaces que las plásticas propiamente
dichas del mismo, con un 5 ó un 6 por l00 _de cal, y que al luego
tomanun color rojizo. Cuando el óxido de hierro es abundante y
.colorea fuertemente la arcilla, se llama ocresa ú ocre rojo ú ama
rillo segun el color, y que si son limpios se usan en pintura. Otras
tienen grandes cantidades de carhon que las oscurece, y como al
gunas de las anteriores, muy reiractarias, se usan en la fabricacion
de crisoles.
En este grupo se colocan tambicn las arcillas esquíslosas que con—
tienen mucha sílice y hacen dilicilmente pasta con el agua; las ar—
cillas de pulz'mealar, tambicn silicil‘eras y de grano lino, propias
para el uso que su nombre indica, y las llamadas arcillas ligeras,
que tienen silicato de magnesia y buenas para formar ladrillos úti—
les en algunas construcciones.
Las arcillas esméhï:as contienen de 20 á 25 por l00 de agua, y
la proporcion en que entra la sílice es mayor que en las anteriores,
(Al' 0’)“ (Si 0‘)5 +Aq, como tipo, bien que cual en aquellas sea
dificil reducir todas a esta fórmula, y sean por tanto mas bien rocas
que especies minerales.
En las arcillas esméticas sin embargo la compo.:ieion es mas se
mejante que en las plásticas, no forman pasta con el agua sino di
ficilmente y esto cuando participan algo del carácter de las ante
riores, puesto que tambicn hay arcillas mistas.
En la naturaleza se encuentran en capas en medio de las calizas
estratificadas y tienen su mismo origen de sedimento químico.
La tierra de balaneros, blanda, untuosa al tacto, que no hace
pasta con el agua, se adhiere a los labios, de color gris verdoso, me
nos veces amarillento ó rojizo, tan buscada por sus aplicaciones es
el tipo mas conocido del grupo.
Son arcillas margosas aquellas que tienen una corta proporcion
de carbonato de cal que sin quitarles el carácter general de las ar
cillas hace que produzcan efervescencia con los ácidos: lo mismo
pueden llamarse marga: arcz’llosas. Si la proporcion de carbonato
de cal es tal que la hace perder los caracteres de arcilla, aunque ha
ya alguna cantidad de esta, la sustancia toma el nombre de marga,
—l70—
que a u vez se divide segun los camponentes, pero una roca ya que
no cabe en este lugar.
Unas y otras se encuentran en abundancia en España como en
el estranjero: las plásticas en casi todas las provincias sirviendo pa
ra los usos que su nombre indica, siendo bien conocidas las em
pleadas en la fabricacion de las alcarrazas de Andújar y las Alpu
jarrs, las refractarios de Valdemorillo, Zamora, Segovia y Valdepe—
ñas usadas en crisoles, y tantas otras como se manejan en alfarería:
hay las esmétícas en Segovia, Ruidera, Alcoy y Tarrasa, y las mar
gosas son igualmente comunes. Generalmente se las llama grcda ó
mtrga segun los elementos que dominan.
El kaolin ó arcilla de porcelana será estudiado con los feldspatos.

5.° SILICATOS DE ALÜM[NA, CAL Y SUS ¡SOMORFOS.

Este grupo comprende muchas sustancias, que solo se parecen


en la composicion, y}de que estudiaremos las mas importantes.
Gnmnr—:.—Se da el nombre de granate a varios silicatos de alú—
mina y otra base, en que tambicn la alúmina suele estar reempla—
zada por el óxido férrico ó crómico que son isomorfos con ella, cuya
forma cristalina siempre del tipo cúbico, bien que generalmente do—
decáedros y trapezóedros, no cambia, aunque si los caracteres de
composicion y los otros físicos; por esto el grupo mas que específi—
co es genérico.
Esto admitido, las especies de granate son las siguientes, con su
composicion, prescindiendo de mezclas que hacen se encuentre la
de uno en otro por el isomorfismo de las bases.
6rasularia. Silicato aluminico cólcíc0.
Almandz’na. Silicato aluminico ferroso.
Melam'la. Silicato férríco cálc¡co.
Spesarlz'na. Silicato aluminico manganoso.
Ouwarita. Silicato crómico cálcico.
La grosularía se presenta rara vez con su sencilla composicion,
pura, trasparente é incolora, es mas comun con color rojo anaran—
jade ó de jacinto, y alguna vez con el verde ó amarillo, por lo que
ha recibido nombres diversos y tan sin relacion entre si como lo son
—l7l—
el de gro.rularia y es:om’ta, que se dan á las variedades rojas y de
color de jacínto, y el de topazolila y succim‘ta delas amarillas: raya
al cuarzo, se funde al soplete en un esmalte gris, tiene un peso es
pecífico de 5,55, y pulverizada se disuelve en el ácido clorhídrico
concentrado.
La almandina es generalmente de un color rojo oscuro, menos
veces violado y negro, y estos le han valido los nombres en joye—
ría de granate oriental ó piropo, si le tiene rojo de fuego; granate
:yrio, si rojo violado; granate de Bohemia y Ceylan y solo granate,
si rojo vinoso ó anaranjado, y jacínto si moreno rojizo. Como el an—
terior raya al cuarzo y se funde al soplete, mas el glóbulo negro
que resulta es atraible al iman, ,y su peso específico 4,l es algo su
perior.
En varios granates de almandina está reemplazado en parte el
óxido ferroso por la magnesia, y con estos forman algunos autores
otra especie llamada piropo ó granate magnes¡ano, incluido por los
mas con la almandina.
La melam'ta, granate de color oscuro, moreno negruzco ó negro
como su nombre indica, es tambien algunas veces verde y amari—
llento. Tiene la dureza del cuarzo, un peso específico como el de la
grosularía próximamente, se funde al soplete en esmalte negro y
se disuelve en todo ó en parte en el ácido clorhídrico concentrado;
disolucíon en que los reactivos manifiestan los óxidos férrico y cál
cíco que lo forman.
La spesartz’na es un granate rojo oscuro ó violado, no negro co
mo la especie anterior, mas duro tambien que esta, y que al sople
te con la sosa manifiesta el manganeso que contiene. Algunas va—
riedades son muy forríferas y por lo tanto ofrecen el carácter, que
no es de la especie, de ser atraibles al iman.
La ouwarita, granate crómico, (el óxido crómico tambíen, como
el férrico, es isomorfo con la alúmina y la reemplaza en este cuerpo)
es de color de esmeralda, raya al cuarzo y es infusible al soplete:
solo se lo conoce de los Montes Ourales.
Los granates se encuentran diseminados en las rocas esquistosas
cristalinas, gneis, micasquisto, etc.; en las eruptivas medias, pórti—
dos, serpentínas, etc., en las volcánicas, traquita, basalto, etc.; en
-—l72—
los depósitos metálicos y filones principalmente los de hierro, y en
los delritos de las rocas de que proceden, siendo cuerpos bastante
comunes en muchos países.
Los hay así en América, Ceilan, los Alpes, y en España se en
cuentran en los Pirineos, las sierras de Guadarrama y Nevada, el
el cabo de Gata y otros puntos.
No todas las variedades tienen el mismo empleo y valor: las de
grosularia de color rojo limpio y las de almandina que lo tienen vi
vo son piedras estimadas en joyería; cuando los colores no son
limpios ni vivos tienen escaso mérito y se limpian y perforan, como
alguna variedad de las otras especies, para hacer collares y rosa—
rios. Su abundancia hace que se empleen tambieu estas como fun—
dentes en el tratamiento de algunos metales, y por la dureza como
esmeril.
luocnasa vssumam.-—lndicamos aquí esta especie de compo—
sicion semejante a la del granete grosularia, pero que cristaliza de
modo distinto, por el uso que como piedras tinas tienen las varieda
des de Somma cerca de Nápoles, en donde se tallan y espenden con
el nombre de gemas del Vesubr’o: su valor es corto.
Connmnrra.—A esta especie corresponden las piedras linas cono—
cidas por pelíon y zafiro de agua, trasparentes, de un bollo color
azul ó violado y con irisaciones de un hermoso efecto talladas.
Es un silicato de alúmina y magnesia a que se ha llamado tam—
bien dz'c/zroz’ta por presentar el dichroismo de que hablamos en los
caracteres. Fué hallada por primera vez en el terreno volcánico del
cabo de Gata en España, y despues en los cristalinos de Saint-Go—
thard, Noruega, etc. De este último punto y de la India trae el co
mercio las usadas en joyería.
El jade nefrítico ó nefríta, que ha ten—ido algun crédito como re
medio para los eólicos nefríticos, y uno de los amuletos mas respe—
tados de los chinos, es un silicato aluminico magnésico que se balla
en la China y Pérsia. Hay otro jade llamado oriental, silicato de cal
y magnesia que es una variedad de antibol, tambien conocido por
piedra de hacha, distinto del que como nefrítico descnbe Beudant
y para otros el verdadero jade; y hay la saussurfla, jade de Sans
sure ó feldspato tenaz, que forma con la dz'aldga la roca cu/oh'da.
—l75—
Esxeut.ns. Berílo. Agua marina.—Es un silicato de alúmina y
glucina teñido por el óxido_ de cromo en la esmeralda propiamente
dicha, por el de hierro en el berilo y el agua marina, que formula—
mos Al GI Si".
La esmeralda es cristalina, de colores diversos, tiene el peso es
pecifico de 2,7, dureza entre los números 7 y 8, refraccíon doble,
se funde al soplete en un vidrio blanco espumoso, y es inalterable
por los ácidos.
Se presenta cristalizada en prismas exáedros regulares que es
su forma primitiva y la mas comun en esta sustancia, ó con modi
ficaciones en las aristas ó los ángulos sólidos; tambicn se ofrece ci
lindroidea, fibrosa y compacta en masa vidriosa ó litoídea, varieda-'
des menos frecuentes; con trasparencia y color verde de matiz pro
pie, esmeralda del Perú, verde amarillento ó amarillo, berilo, azul
de matices distintos, agua marina y esmeralda de Siberia; ó tras—
parente é incolora, ú opaca de color claro ó gris oscuro; hay una
variedad bastante rara, de la isla de Elba, de color rosa.
La esmeralda corresponde a los terrenos antiguos, en los que se
encuentra diseminada en las rocas graníticas y esquistosas, y por
la destruccion de estas entre sus detritos. La verde mas estimada
es rara. Los antiguos la obtuvieron del Egipto superior, de donde
procedían las pocas conocidas hasta el descubrimiento de América,
en que empezaron a venir del Perú y Nueva Granada, de donde en
general son todas las usadas hoy en joyería; esta misma variedad
se ha hallado modernamente en Salzbourg del Tirol. En el Perú y
Nueva Granada se encuentran en las montañas de la jurisdiccíon de
Puerto Viejo, y en las de Santa Fé de Bogota. Las otras variedades
son mas comunes y las hay en la india, el Brasil, Montes Ourales,
Irlanda y otros puntos. De la India y el Brasil proceden las aguas
marinas mas estimadas, y de los Montes Ourales los cristales mas
notables por su tamaño.
Los diamantistas dan en general el nombre de esmeralda a toda
piedra fina de color verde, y hasta en lo antiguo se hacía estensívo
este nombre á sustancias lapídeas del mismo color, naturales ó ar—
tificiales de brillo cristalino, puesto que se citan esmeraldas de ta
—174-—
maflo que no tienen las propias y en usos para que tampoco son
acomodadas.
La esmeralda del Perú ha sido muy estimada un tiempo en joye
ría, y aunque mas comun hoy, conserva un lugar preferente entre
las piedras preciosas, cuando tiene color uniforme y limpio y no hay
defectos en su masa: tambicn la moda influye en su valor, que es
al presente mayor que hace pocos años. Los berilos y aguas mari
nas son menos apreciados, y sin embargo cuando son limpios de co—
lor agradable ó tienen algun tamaño, alcanzan todavía un buen
precio. Se cita como la esmeralda mas notable la que procedente
del Egipto adorna la tiara del Sumo Pontífice: tiene 2 pulgadas de
alto y 13 líneas*de espesor; tamaño que no es frecuente en la cs—
meralda verde y menos con la limpieza de esta, como lo es en el
berílo de que hay cristales de algunas pulgadas procedentes de los
Montes Ourales.
Eucus¿.-—La euclasa de composicion semejante á la esmeralda
y que podría en algunos casos confundirse con ella, seria tambicn
muy estimada sin su fragilidad a que debe el nombre que lleva.
Se halla en el Brasil y en la América septentrional.

4.° sn.rcnos or. ALUMINA Y UN ALCALI


ó sus ¡somonros.
Grupo de los feldspalos.

El nombre de feldspato es colectivo de unas cuantas especies mi—


nerales, que se reunen formando un grupo subgenérico para unos,
genérico para otros, por sus caracteres esteriores y composicion
análoga, aunque varia esta y sea el tipo cristalino diverso. Todos
son silicatos de alúmina y de otra base que es la potasa, la sosa,
la litina, la cal ó la magnesia, en una ú otra proporcion, y si esto
hace que cambien algo los caracteres químicos, no que sean todos
fusibles en esmalte blanco, tengan color, lastre, dureza y peso cs—
pecífico parecidos, y que presenten cuando están cristalizadas ó son
cristalinos estructura generalmente hojosa: feldspato es una palabra
—l75-—
alemana que significa espato del campo. El grupo, «sin embargo,
no es tan natural como seria si el sistema cristalino de todas las
especies que incluye fuera el mismo.
Feznseno onrnoss. Feldspata. Espat0 fusible. Adularia. Petun—
se. Es un compuesto de sílice, alúmina y potasa en proporciones
atómicas de 12, 5 y t, que formulamos 5 Al St‘+Ka Si".
Se presenta en cristales ó masas laminares con fractura decidida—
mente hojosa en dos direcciones perpendiculares, y otra trasversal,
dureza típica núm. 6, y peso específico de 2,5 á 2,6; se funde al so—
plete en un esmalte blanco y es insoluble en los ácidos.
Crístaliza en prismas oblicuos romboidales, pero rara vez se en
cuentran cristales sencillos, siendo mas comunes los modificados en
las aristas y ángulos sólidos, otros deformados por haberse alarga
. do algunos lados y varios maclados: lo hay tambien laminar, hojo
so y granular. Sus colores y lastre dan lugar á variedades conoci—
das por adularia, si es trasparente y de lustre vítreo; piedra delas
amazonas, si con igual lustrc tiene color verde; opalizante, si tiene
reflejos azuladós cambiantes; piedra de luna, si blanco y semi
trasparente ofrece reflejos interiores nacarados y de luces blancas;
piedra de sol, si traslacido tiene puntos brillantes de color de oro;
y orthosa en general y petunzc si blanco ó coloreado no es trasla—
ciente. El feldspato terroso es el kaolin de que hablaremos luego.
El feldspato orthosa es un cuerpo abundante en los terrenos de
cristalizacion en que forma parte de muchas rocas plutónicas y
metamórlicas, y por si capas en estas mismas. Se encuentra por lo
tanto en todos los países en que hay esta clase de terrenos. pero no
todas las variedades son propias de todos las localidades: la piedra
de las amazonas viene de las riberas del río del mismo nombre y
de los Montes Ourales, la de luna de Ceylan y del Saint-Gothard, la
de sol de Arcángel en ltusía, la adularia de Saint—Gothard tambien.
En España se encuentran algunas en la sierra de Guadarrama, y en
general en todas las compuestas de las rocas que entraá formar
este feldspato.
Además del empleo que como piedras finas de algun valor tienen
talladas en cabucbon la variedades coloreadas y brillantes, y puli
montadas para formar objetos de adorno otras tambien de buen
-—l76—
efecto, se usa el feldspato para formar la pasta con que se baña es
teriormente la porcelana.
Far.nsraro ALBITA. Charla blanco. Fcldspalo vt'dríoso. Perích'na. ‘
Tiene igual composicion que el orth03a. pero en este la sosa reem
plaza la potasa de aquel; bien que alguna vez se halle tambieu con'
la primera algo de la segunda. 5 Al Sí‘+1Va Sr".
Se presenta generalmente en cristales, alguna vez en masas la
minares y granosas, de color blanco de leche, coloreado cuando mas
ligeramente de gris, rojo ó verde, traslucido por lo comun y con
lustro vitreo; como la especie anterior se funde al soplete, y no es
alterada por los ácidos. (.ristaliza en prismas oblicuos de base pa—
ralelográmica oblicuo-angular, pero los prismas se encuentran mas
ó menos modificados sobre las aristas y los ángulos sólidos: las va—
riedades cristalinas son las mas comunes, mereciendo indicarse con
ellas la terrosa, kaolin, que como la procedente de la especie ante—
rior estudiaremos aparte, y la pert'clr'na de lustro nacarado con al—
gunos reflejos. »
Se halla esta especie en pequeños filones en los granitos de los
Alpes, mas no es el feldspato que entra á fórmarlos, cuando al con—
trario las dioritas y pórlidos son esencialmente albiticos. Tambien
se encuentra en los terrenos volcánicos. —
Oncocusa. A'ndesita. La oligoclasa estudiada por algunos como
una variedad de albita, á la que se parece en cuanto á forma cris
talina y composicion, es un feldspato que lleva con la sosa constan—
temente cat. Su nombre procede de la resistencia que opone á ser
rota, y sus caracteres son casi los de la albita, bien que su color
mas constante sea el gris.
Entra a formar parte de muchos granitos y gneis, y se halla en
estas rocas en Bretaña, Suecia y Noruega, etc. Con la encontrada
en los Andes, en que el análisis manifestó alguna diferencia en la
relacion atómica de sus componentes, se formó la especie andm'ta
que se incluye como una verdadera oligoclasa con esta, mejor ob
servada su verdadera composici0n. ‘
Lannanonrr.n Piedra de Labrador. Feldspato opalíno Correspon
de por su composicion á la oligoclasa de que puede ser considerada
como variedad. Es un silicato de alúmina, cal y sosa hallado por pri—'
—t77—
mera vez en la costa de Labrador, América septentrional, y despues
en la Finlandia, muy estimado por los reflejos vivos y variados que
tiene para construir objetos de adorno. A esta sustancia correspon—
den los cristales encontrados en basaltos y lavas de algunos puntos,
pero sin los reflejos de la procedente de Labrador.
Parauu.-——Feldspato á base de litina que reemplaza á la potasn
ó sosa del orthosa ó albita con igual fórmula. 5 Al Si‘+L Si“. .
Fué hallada por primera vez en la isla de Utoe en Suecia en ma—
sas Iaminares blanco nacaradas, y despues en los Estados-Unidos.
Su carácter particular es colorear la llama del soplete, de púrpura,
y como la zígadita y la trip/lana de composicion semejante no tie—
ne otra importancia que llevar la litina. '
KAOLIN. Fcldspalo terre'so ó descompaeslo. Arcilla de po'rcelaaa.
Colocamos despues de los feldspatos este cuerpo aunque es una ar—
cilla y como tal la estudian casi todos los autores, porque es resul-‘
tado de la descomposicion de los feldspatos alcalinos y como una
variedad de los mismos la comprenden otros entre ellos.
La composicion del kaolin varia segun las localidades de donde
procede y su mayor ó menor estado de pureza. Normalmente es un
silicato trí-alumínico hidratado, y á tal com posicíon corresponde cuan
do la alteracion del feldspato que se ha producido es completa; pe
ro cuando no lo ha sido, acompaña al kaolin algo del silicato alcali—
no, y en uno y otro caso granos de cuarzo, del mismo feldspato y
de mica, que separados mecánicamente por locion dejan el kaolin
puro.
Este es terroso, blando, de color blanco, amarillento ó agrisado,
se. diluye en el agua, se disuelve algo en los ácidos y su peso espe—
cifico es de 2,21 á 2,26. Cuando no ha sido separado por locion de
las masas terrosas con granos en que se encuentra, y que llaman
roca kaolinica dando á la arcilla que se separa el nombre de kao—
lin, sus caracteres varían por efecto de la mezcla con estas.
El kaolin como producto de la descomposicioú, de los feldspatos
forma las pastas de las rocas granlticas que se hallan en un estado
de descomposicion algun tanto avanzado en los, terrenos antiguos;
pero no todas las rocas kaolínicas dan sustancia aplicable para la
12
—l78-—
fabricaeion de la porcelana, ni todos los kaolines json igualmente
estimados.
Es célebre el kaolín de la porcelana de China, y en Europa hay
muchos puntos en que se beneficia para el mismo objeto de fabricar
la porcelana. En España es objeto de esplotacíon en la Sierra de
Guadarrama, habiéndose estraído antes de un criadero que hay cer—
ca de la presa del canal de Cabarrús en la misma y haciéndolo hoy
de otros en Valdemorillo y Galapar; el de Sargadelos procede de
Burela cerca del mismo punto; le hay en Savero, tambicn en Merue—
ta y otros puntos de Vizcaya, en el cabo de Gata, y lo ofrecen en
fin varias localidades, bien que no se beneficia en todas.
El nombre de arcilla de porcelana indica su empleo. El kaolin
de la China tiene algo de silicato alcalino que hace esperimente la
pasta un principio de fusion, y resulte de una semitrasparencia
agradable: con igual composicion se encuentra en criaderos de nues—
tro país, y la adicion además del feldspato sin descomponer mo—
difica la infusibilidad del kaolin.
Muchas sustancias estudiadas como especies en los libros de Mi
neralogía no son mas que variedades de feldspato, y algunas, rocas
sin importancia para nosotros. Como tales hay que considerar dos
cuerpos la obsídz'ana y piedra pomez que se indican con razon des—
pues de los feldspatos, y cuyos usos y encontrarse en mas abundan—
cia obligan a describirlas.
Onsrnmu. Vidrio volcánico. Se presenta en masa vidriosa de co—
lor verde ó negro uniforme, con fractura concoidea, y se funde fácil—
mente al soplete en un vidrio oscuro. Masa de orthosa fundida, sue
le Ilevar cristales del mismo feldspato que le dan aspecto porfidico,
y vetas ó puntos que cambian tambicn este, pero variedades me
nos comunes que la uniforme oscura.
Es un producto volcánico que se encuentra en los terrenos de
este origen, en bolas ó masas redondeadas, ú otras irregulares co—
mo de haber corrido fundido, en América, la India, isla de Lipari,
el cabo de Gata, etc.; que usaron pulimentado para servir de es
pejo y para construir puñales, casquillos de flecha en algunos países.
Modernamente se ha cnsayado su empleo en la fabricacion del ví
drio en Nápoles.
—l 79—
Punlm. Piedra pamez. Es esponjasa ligera, áspera al tacto, blan—
ea ó agrisada, de testura fibrosa y lastre de seda, y se funde fácilú
mente al soplete. .
Como el cuerpo anterior es producto volcánico y se halla en al
gunos terrenos de este origen, en capas á veces de espesor; pero
mas que en los actuales en los formados por volcanes antiguos. Se
encuentra así en las islas de Liparí, de Milla, Santorin, etc., tam
bien en Almazarron y el cabo de Gata; y se emplea desde muy an—
tiguo para pulimentar, prefiriéndose en las artes la variedad mas
blanca y ligera. Tambien se usa para construccion.
ANFIGENA. Leucita. Granate del Vesubia. lndícamos aquí, que es
el lugar que le corresponde por su composicion, silicato aluminico
potásico, esta especie porque siendo propia de los terrenos volcáni—
cos, se encuentra con los productos de estos en los basáltícos y lávi—
cosde diferentes puntos. Unas veces está bien cristalizada en trape
zóedros, y otras aunque cristalina no es perceptible la forma regu
lar; tiene siempre color blanco. á menos que la mancha el óxido de
hierro cual sucede alguna vez, dureza superior á 5, es fusible en un
' vidrio trasparente y soluble en los ácidos.
Su nombre de leucita recuerda el color habitual, como el de gra—
nate del Vesubio la dureza y localidad en que es mas comun, habién—
dola dado el primero Haüy por creer tenia dos formas primitivas.

5.° srucsros ALUMINOSOS HIDRATADOS con ÁLCALIS,


- CAL o sus ¡sonossos.

Este grupo comprende una porcíon de especies. las mas poco im


portantes, de color blanco si no lo altera matizándolo de rojo el hier
ro, solubles en frío ó caliente, en los ácidos y que al fundirse des—
prenden agua.
Las sustancias llamadas antes zeolitas que cristalizan en sistemas
distintos, pero á las que es comun presentarse en masas fibrosas
y el yacimiento en rocas amigdaloideas volcánicas y basálticas, y
con menos frecuencia en los filones metálicos y rocas de transicion,
con cuyo nombre se incluían la mesotipa, la analcina, la esbilbita,
—l80—
y otras, están en este grupo. Aquí tambieu se estudia la harmalo—
mo ó piedra de cruz y cristianila, variedades para algunos de es
tilbita y notables por las maclas que ofrecen sus cristales, y la pa—
godita que viene de la China labrada en figuras variadas.
Dufrénoy coloca aquí tambieu los silicatos aluminosos magnesia
nos verdes ó cloriticos que forman un grupo separado para otros
autores. Reciben su nombre por el color, y la presencia constante
en ellos de la alúmina obliga á separarlos del talco y los otros sili
catos solo magnesianos hidratados, puesto que el color, que deben
al silicato de hierro, no es esencial á su composicion. Se conocen
por clarito, pennina, clinoclora, etc., y los hay en localidades y
terrenos distintos.
Tambien estudia aquí este autor las tierras verdes aluminosas;
sustancias terrosas mas ó menos agregadas, de color verde y de
composicion demasiado variable para que puedan ser consideradas
como especies mineralógicas. El uso de alguna en pintura, tierra
de Verona, talco zoográfico de Haüy, nos obliga á indicarlas.

6.° SILICATOS NO ALUMINOSOS.


l.° Silicatos magnesianos hidratados y anhídros.

Tanco.——Reciben este nombre sustancias compuestas esencial


mente de silicato de magnesia con agua que tienen de comun, color
verde, brillo nacarado y graso, ser untu0sas al tacto, bastante blan
das para dejarse rayar con la uña, y no fundírsc al soplete ni di—
solverse en los ácidos.
Unas veces el talco es laminar, variedad la mas comun y que
por su composicion, silicato sesqui—magnesiano hidratado, pudiéra
mos mirar como tipo, puesto que varia en las otras por la proporcion
de los elementos y cantidad de hierro que la acompaña y hasta en ella
misma segun las localidades de donde procede; esta variedad es fácil
mente csfoliable y sus hojas, mas ó menos grandes, son trasparen—
tes de un verde claro y flexibles, pero no elásticas como las de ml—
ca: hay otras tibrosas, cuyas fibras soldados permiten la separacíon
laminar, y algunas laminosas y csquistosas. Las últimas pasan á ser
-—-l8l—
una roca, y como tal debe considerarse el talco cndurecldo, lalco
compacto, piedra 0llar, de color verde agrisado mate, untuoso al
tacto, que por la facilidad con que se trabaja y su infusíbilidad se
emplea en los países en que se encuentra,el de los Grisores en
Cosno y otros puntos de Italia, para hacer cazuelas y ollas.
El talco yace en terrenos lgneos antiguos y calizas relacionadas
con los mismos, nunca formando grandes masas, y se halla como
en varios puntos del estranjero, en los Pirineos y las Sierras de
Guadarrama y Nevada de España.
Esmmu. Creta de Brianzon. Jabon de sastre. Lardlla.
Es una sustancia blanda que raya la una, untuosa al tacto, de
color blanco, blanco—agrisado y rara vez rojizo, lustre nacarado y
fractura siempre esquistosa, aunque la masa aparezca compacta.
Su composicion es semejante a la del talco, pero la proporcion de
los elementos es distinta, silicato neutro de magnesía hz'dralado. Es
tambicn mas abundante que el talco, en cuyos terrenos se encuen—
tra, formando á veces bancos poderosos. ’
Se emplea para aminorar el rozamiento en las máquinas, facilitar
la entrada de los guantes y calzado y para señalar los cortes en las
telas de lana. Por este uso se llama Jabon de saslre, así como por
la procedencia de la mas usada creía de Brianzon.
Senrmvrnu. 0p/u'la, tambicn llamada piedra aller y eslca'h'la
por algunos.
Con uno ú otro nombre se comprenden sustancias semejantes por
sus caracteres esteriores y composicion, aunque no puedan mirarse
en rigor como una especie mineral bien determinada. Todas están
compuestas de 42 á 44 por 100 de sílice, 56 á 58 por l00 de mag—
nesia, y de 12 á 45 de agua; á que acompañan accidentalmente cal,
protóxido de hierro, de manganeso y cromo, ni constantes ni en
igual proporcíon en todas las variedades en que se hallan.
El nombre de serpentina procede del color verde que es general,
unas veces uniforme y claro, otras oscuro con manchas ó bandas
mas claras, ó al revés el fondo claro y las manchas oscuras; siem—
pre blanda se puede cortar y labrar fácilmente, tiene la fractura
esquistosa, el lustre graso y suave al tacto, no untuoso como el de
—182—
las especies anteriores; es tenaz, infusíble al soplete dando agua por
calcinacíon, y atacable en parte por los ácidos.
Ofrece una porcion de variedades por coloracion, testura y sus—
tancias que le acompañan que modifican mucho su aspecto. Las ser—
pentinas algo traslucicntes y de color vivo se llaman nobles.
La naturaleza la ofrece en abundancia en los terrenos ígneos an—
tiguos y en los cstratíficados que lo son menos, en los que parece
haberse infiltrado. Se encuentra en los Pirineos, Inglaterra, Sajooia,
y en España hay un gran depósito en el barranco de San Juan, en
Sierra Nevada, que tiene hierro magnético en su masa.
Es una hermosa piedra de que en Sajonia construyen diferentes
objetos artísticos, como jarrones y relojes de mesa, con las varie—
dades de colores agradables. Todas sirven en omamentacion, y
para esto se destina la de Sierra Nevada, que se halla en los edifi
cios notables de Granada, alguno de la córte y en el monasterio del
Escorial.
La verdadera piedra ollar ya hemos dicho que era una variedad
de talco. Las dialogas, silicatos de magnesia y cal ó hierro, hidra
tados, ó con muy poca agua, son minerales de color verde que no
forman por si depósitos, sino que hacen parte de rocas á que dan
su color. Entre estas es notable por su belleza la llamada verde de
Córcega, que estudiaremos en su lugar. _
PER|DOTO. 01ívfn0. Crísoh’la de los volcanes.
, Silicato anhidro de magnesia y hierro, es cuerpo de aspecto ví
drioso, eomunmente verde, de dureza entre 6 y 7, fractura concoi
dea y brillante, se disuelve en los ácidos y no se funde al soplete.
Se encuentra en riñones ó granos críslalinos, diseminados en el
basalto y algunas piedras meteóricas; mas en la especie así como
la magnesia es reemplazada por el óxido de hierro, suele serlo por
la cal y el óxido de manganeso, y las variedades ó mejor especies
que resultan, reciben nombres particulares. En cambio el peridolo
de Ceilan y del Brasil son turmalinas, y el pm'doto oriental un co—
rinden hialino.
Algunas variedades de crisolita se emplean como piedra fina de
escaso valor: vienen de Levante por Constantinopla, pero se desco—
noce la localidad de donde procede. -
—f85—
Asmor..—Cou este nombre se comprenden sustancias que por
su color negro, verde ó blanco han sido separadas, dándole los de
harnblenda, actinata y trcmolt'la. llaít—y las reunió por la cristaliza
cion en prismas romboidales, y en la especie así establecida se for
man tres sub—especies con los nombres espresados, cuya composi—
cion, ya que el color no basta siempre á distinguirlos es
Tremolita ó anfibol blanca, silicato de cal y silicato sesqui—mag—
nesiano.
Hornblenda, anfibal negra, silicato de cal y sesqui—silicato fer
rosa.
Actinala, anfibol verde, silicato de cal y silicato magnesíano y
ferroso.
La primera, Iremalita, se encuentra cristalizada ó en masas ñ—
brasas blancas con brillo sed uso, de dureza poco superior á' la de la
caliza, que se funden al soplete: la segunda, hornbknda, en cristales,
y en masas laminares, compactas alguna vez, negras,que se funden
fácilmente al soplete en un esmalte tambien negro, y son dificilmen—
te atacadas por los ácidos: la tercera, actinata, se ofrece en cris—
taíes alargadas de color verde claro, trasparentes ó traslucientes.
Corresponden á diverses terrenos; en l‘os de cristalizacíon seen»—
cuentran diseminados ó contribuyendo á formar rocas, como: la dio
rita, ó formándola por si la hornblenda; en menos abundancia y de
preferencia en las rocas esquisto:as, y constituyendo á veces en los
terrenos metamórficos, y sobre todo en los esquistos talcosos, capas
y depósitos considerables la aetinota. La hornblenda se encuentra
tambien en los terrenos volcánicas antiguos. Ninguna tiene usos.
Pmoxsm.—-Como en el aníibol, con efque algunos las reunen—for—
mando un género, se da el nombre de piroxena á sustancias de con
íor distinto y composicion variable por sustitucion isomórfica, que
cristalizan en un prisma oblicuo romboidal. Entran á formarlas los
mismos elementos que á la— especie anterior, mas en preporcion di—
versa.
Tambien aquí en la especie se forman tres sub—especies: la diop»—
sida, silicato de cal y magnesia, que comprende las variedanes blan
cas y verdes de tinte claro, y á que corresponden sustancias conm
cidas por otros nombres, pargassz’la, musu’ta, malacolila; la Iw—
—t84—
'dembergila, 'silicato de cal y ferroso con algo de magnesiano,_qne
comprende las verdes-oscuras, pardas y hasta negras, como la augi—
ta ó piro:wna de los volcanes, siempre negra y opaca; la jeffenoni—
la, silicato cálcico con manganoso y algo de ferroso, que comprende
tambieu variedades oscuras como la anterior, de que es difícil sepa—
rarla, tanto mas cuanto en ambas la composicion suele participar de
una y otra. Sea el que quiera el color, la piroxena está las mas ve—
ces cristalizada, menos fiecuentcmente en masas laminarcs, haci
lares, granulosas ó compactas; tiene una dureza que la permite ra
yar al cristal, se rompe con fractura áspera y desigual, variando la
fusibilidad y el color del vidrio resultante segun la sub—especie. v
Se encuentra diseminada en las rocas de crístalizacion, en las que
forma tambieu venas ó pequeños filoues; pero es mas propia de los
terrenos volcánicos, á-muchas de cuyas rocas colorea la píróxena
negra, y en los que se encuentra a los lados de los volcanes, en cris—
tales aislados, la augíta.
Asncsro.—Se estudia el asbcsto despues del anfibol y la pir0xe—
na por las relaciones de composicion y cristalizacion que con ellos
tiene, que hacen puedan referirse los minerales que comprende á uno
ú otro, principalmente al antibol, y que no se considere por los mas
como una especie particular. Esto no obstante, como asbesto se mi
ran aquellos silicatos de magnesia, cal y óxido ferroso, de testura
fibrosa, que se funden al soplete en esmalte gris, aunque varie algo
la proporcioa en que entran sus elementos; cuando lleva agua, con—
servando su aspecto característico, da lugar á la ballímorila de
Thomson, bien que en el tipo para esta no entra la cal.
Tiene por variedades: el amianto, en filamentos largos, delica
dos, algodonosos y flexibles; el asbeslo, en hilos cortos y mas grue—
sos; el coro/ro, cuero, carlon y papel de montaña, en que los hilos
unidos entre si naturalmente han dado lugar á minerales blandos,
que ceden á la presion de los dedos, y ofrecen una elasticidad y as—
pecto parecido a las sustancias cuyo nombre llevan. Sus colores son
el blanco sedoso, el gris, el amarillento y el pardo.
Se balla en las hendiduras de las rocas cristalinas y serpeatíní
cas; el amianto fino, cuyas fibras llegan hasta un pié de longitud,
se recoge en el pequeño San Bernardo, y no tau fino y otras varie
—185—
dades en Siberia y en Córcega. Tambien lo tenemos en España en
Asturias y Sierra Nevada.
El amianto fué usado antiguamente para fabricar telas incomhus—
tibles empleadas en los templos y en la incineracion de los cadáve
res: hoy es un objeto de curiosidad que se ha ensayado utilizar hí—
lándolo y para fabricar papel, con poco éxito.

2.° Sílícalos de zz'rcona.

ZIR€ON. Jacinto. Jarg0n. Sílícalo de zircona.


— El zircon se presenta siempre crístalizado, con aspecto graso, ra—
ya al cuarzo, su peso específico es superior á 4 y es infusible al so—
plete e inalterable por los ácidos .
Sus cristales tienen por forma primitiva el octáedro de base cua—
drada, raro en la naturaleza, no lo siendo las variedades prismáti
cas y dodecaédricas (las primeras con coloracíen amarilla parduzca
ó verde, el jargon de Ceglan de Werner; las segundas con matices
rojos, el jast'nl0), y las granulares por haber sido borradas las aris—
tas por el roce; cuyos colores son el rojo, gris, verde y amarillento,
habiendo algunas lechosas é incoloros, ya solo traslucientes, ya de
una trasparencia perfecta que son las mas estimadas.
El zircon se halla en terrenos antiguos diseminado en los grani
tos, gneis y sienitas, en los de aluvion y en los volcánioos de varios
puntos de Europa, Asia y América; pero de donde primero se ob
tuvo y proceden las variedades mas usadas, es de los ríos del Pegú
y Ceylan que atraviesan los aluviones en que se encuentra.
Se emplea en joyería, aunque su poco brillo da poco valor á las
variedades que se tallan, que son las rojas semejantes al granate
rojo, y las hialínas, algo parecidas al diamante.
En el grupo 7.°, sílico-alumlnatos, están incluidos algunos silica
tos aluminosos y alcalinos en que la alúmina juega el papel de ele
mento electro-negativo con la sílice; como ejemplo cítaremos la seg—
berlíta y la clintom’la, cuerpos sin importancia y que pudieran ser
estudiados en el género anterior.
—186—

8.° SlLICO-FLUATOS.

En este grupo con la sílice como elemento electro—negativo entra


el fiuor.
Toncro.—Los diamantístas. que dan nombre á las piedras por ef
color, llaman topacio á sustancias diversas de color amarillo: varie—
dades hialinas de zircon, así, son para ellos topacíos hialinos; el
corindon amarillo, el topacio oriental; el cuarzo amarillo traspa—
rente, el occidental óde Bohemia; la fiuoriua amarilla, el falso to
pacio; el cuarzo trasparente moreno, el topacio ahumado; recibien»—
de a su vez nombres diverses por el color y no el suyo siempre el
verdadero topacio. Este es un fino—silicato de alúmina de la fórmu—
la 5 Al Si‘+AI’FI.
Se presenta casi siempre cristalizado, con dureza típica 8, peso es—
pecífico de 5, 9; es infusíble al soplete, y se electriza bien por fre»
tacion, por presion y calentamiento; en el último caso adquiere elec
tricidad polar. Los cristales de topacio son prismas alargados muy
semejantes todos, que proceden de uno recto romboidal, en los que
la coloracíon produce las variedades, amarillo rosado mas ó menos
vivo procedente del Brasil, que al calor del baño de arena toma un
color rosa agradable, y así se conoce en el comercio por rubí del
Brasil y su valor es mayor; amarillo de miel, de Sajonia, que al fue
go se vuelve incoloro; verduzco de Siberia; azul verduzco de Silesia;
azul pálido del Brasil, y blanquecino de Sajonia: á veces los cristales
son prismas alargados, de estructura bacílar y muy frágiles, varie—
dad llamada picnita, ó voluminosos y opacas, variedad conocida por
pírofisalita.
El topacio corresponde á las formaciones antiguas en las que y en
los aluviones tambicn antiguos, se encuentra en el Brasil, Sajonia,
Siberia y Bohemia. Su único empleo es el de piedra fina en joyería,
siendo mas estimados los de color rosa y anaranjado del Brasil, y
los incoloros y hialinos que tienen brillo fuerte.
Mrcs.—Con el nombre de mica dado por el brillo que presentan,
se conocen sustancias diversas en composicion y tipo cristalino.
—l87—
Todas se distinguen por la estructura laminar y facilidad de ser
separadas en hojas delgadas y elásticas, su poca dureza, entre la
del yeso y la caliza, su suavidad al tacto, y porque sea el que quie—
ra su color, ya blanco, ya amarillo, verde, rojizo ó negro, tienen
lustre metaloideo, su polvo es blanco y male, se electrizan positi
vamente frotándolas, y al soplete se funden en un esmalte blanco,
gris ó verde, opaco en las micas que llevan fluor, y sobre el que tie—
ne accion la barra imanlada si las variedades son negras.
Por sus caracteres ópticos se han dividido en micas de un solo
eje de doble refraccion y de dos ejes. En las de un eje este es atrac—
tivo ó repulsivo: las que lo tienen atractivo corresponden á la espe
cie cloríla ezagonal, cristalizan en el prisma exágono regular, tie
nen color verde, son solubles en el ácido hidroclórico, y su composi
cion es silicato aluminico magnesiano hidratado teñido por el silica
to de hierro, sin fluor: las de un eje repulsivo son del mismo tipo
cristalino, tienen colores diversos y están compuestas de sílice, alú—
mina, magnesia, protóxido ó peróxido de hierro y agua, con fluor
en algunas, variando las proporciones segun las procedencias y el
color: por llevar siempre una alta porcion de magnesia se han lla—
mado migas magnesr'anat.
Las micas de dos ejes son potásicas ó liticas: las potásicas crista
lizan en el sistema prismático recto romboidal, las liticas en el pris
málico romboidal oblicuo, pero las sustancias que entran á formar
las no son constantes e iguales en todas reemplazándose unas bases
á otras, sin perjuicio de hallarse siempre en las últimas la litina y
el fluor, que en las primeras no es constante, ni cuando se halla está
mas que en pequeñisima proporcion: las de base de litina son la s
llamadas por sus colores metálicos lepíd0h’las.
Las micas hacen parte de las rocas de los terrenos granítieos en
los que y en los de transicion se encuentra diseminadas; en menos
abundancia en los volcánicos, y resultado de la destruccion de aque—
llos en los lechos de los ríos, aluviones, arcillas y tierras comunes,
en. que por su brillo aparecen como puntos metálicos; siendo cuerpo
tan coman que no hay que citar localidad particular.
Los usos de las micas son de poco interés aunque por su elastici—
dad se emplee, la esplotada en Siberia de_hojas grandes, como cris-—
—-188——
al en la marina ru sa: su abundancia é importante papel en la for—
macion de los rocas es lo que obliga mas a conocerlas.

9." BORO SILICATOS.

En este género tenemos las especies Iurmalína, axím'la y dalolz%


la, en que con la sílice entra como factor el born.
Tnnmum. Charla eléclríco. Iman de Ceylan.
Como en otros cuerpos que hemos estudiado la composicion no es
constantemente la misma en este. Todas las turmalinas tienen ácido
bórico, sílice y alúmina, y con ellos óxidos de hierro, manganeso,
calcio, potasio, sodio y litio; unas bases en unas y otras en otras, y
aun en las que tienen una composieien, la proporcion de los elemen—
tos no es igual en todas. Atendiendo á esta se han formado los tres
grupos de turmalinas lílicas, sódicas y po!ásr’cas.
La turmalina se presenta constantemente cristalizada en prismas
exágonos del tipo romboédríco, modificados asimétricamente sobre las
aristas laterales ó los estremos, con aspecto vitreo y brillo cristali-.
no, raya al cuarzo, tiene un peso especifico de 5 a 5,4, color negro
frecuentemente ó moreno, pero se ofrece tambieu incolora, blanca,
roja y violada; las variedades de color oscuro se funden al soplete
en esmalte negro, las rojas son infusibles, turmalina apyra de Haüy;
en todas hay doble refraccion y los fenómenos de electricidad polar
cuando se calienta, que se indicaron en su lugar. Alguna vez los
cristales se presentan formando masa bacilar ó fibrosa.
Las variedades de turmalina que tienen colores agradables reci
ben en el comercio de piedras linas nombres particulares; la roja;
rubelíla; la azulada, indicolila; la verde oscura, esmeralda del Bra
sil; la azul, zafiro del Brasil, y la verde oscura, perídol0 de Gcylan,
etc., etc. La eomun es parda ó negra y trasluciente.
Las turmalinas pertenecen a los terrenos mas antiguos en los
que se hallan diseminadas en varias rocas, granito, gneis y cuarzo
que los atraviesa y en los aluviones. Así se encuentran en el Brasil,
Ceylan, Suecia, Bretaña y Siberia y las hay en España en la Sierra
de Guadarrama. Las variedades de colores agradables proceden del
—189—
Brasil y Ceylan, tambicn la ruhelita de Siberia y la indicolita de
Suecia.
Además del uso que como piedra tina tienen en joyería talladas
algunas variedades, se construye con las oscuras el polaríscopo de
turmalinas, y se emplean algunas verdes para vidrios en los anteo—
jos astronómicos.
La aa:lm'la, ch0rlo violado, es una bonita piedra cuyo color mas
comuu es el violeta, encontrada en los filones cuarzosos de los Al
pes y Pirineos. Es notable tambicn por su cristalizacion del tipo úl
timo. No tiene aplicaciones.
La dalolz'la. ó lmmboldlz’fa, no tiene otro interés que el de recor—
dar el hombre eminente á quien está dedicada. Es un hero silicato
de cal hidratado que no debemos confundir con la humb0ldíla, ora—
lato de hierro, ni con la humboldfillla, silicato aluminíco cálcico,
como ella escasos en la naturaleza.
El grupo 10.', silleo—lilanalor, comprende pocas especies y sin
importancia.

il. SlLICATOS SULFURÍFEROS.

En este género se encuentran, con alguna otra especie, dos de que


debemos decir algo.
LAPlS-LÁZULL Lazullla. Azul de Ullramar. Es un silicato alúmi
n¡co sódico sulfurifero.
La lazulíta es un mineral cuyo hermoso color azul, dureza 5,5,
fusibilidad al soplete y solubilidad gelatínizando en los ácidos, im
pide confundirlo con ningun otro; ya se presente en cristales del ti
po cúbico como lo hace alguna vez, ya en masa cristalina con pun
tos brillantes de color de oro de pírita de hierro que la acompaña,
como es mas frecuente.
- Se halla en Pérsia y en Siberia y ha sido encontrada.últimamen—
te en Chile. Ha tenido gran valor por el uso á que se destinaba en
la pintura, en que hoy le reemplaza casi del todo el ultramar ob
tenido artificialmente con igual inalterabilidad y riqueza de colori
do; pero sigue usándose pulimentada en placas para varios objetos
que embellece y da estima.
—190—
La hauyna, dedicada al célebre Haüy, es un cuerpo sin impor—
tancia que la memoria de este distinguido mineralogísta nos obliga
á citar.

12. ALUMINATOS.

Comprende los compuestos en que la alúmina es el elemento elec—


tro—negativo.
Esrnvsu. Rubí espinela. Rubicela. Pleonasta. Ceylam'ta. La es
pinela es conocida desde muy antiguo por los diamantístas, pero
con nombres diversos segun el color. Es un compuesto de alúmina
y magnesía, en que esta es reemplazada en algunas variedades por
la cal y el protóxido de hierro, sus isomorfos, y cuya fórmula pue
de espresarse así por (Mg AP) ó por (Mg Ca Fe) Al‘.
Se presenta cristalizada en octáedros regulares, con dureza seme—
jante á la del topacio, peso específico de 5,52, lustre vítreo, fractu
ra concoidea y colores diversos; es infusíble al soplete é inalterable
por los ácidos.
Las variedades de colores claros son trasparentes ó traslucicntes,
las otras opacas; su color es blanco, blanco—violeta ó azulado, espi
nela; rojo vivo, rubí espinela; rosa ó rojo bajo, rubí balage y rubioe—
la; verde, ceglunila; negra, candita; y negra, crístalizada en dede—
cáedros con mayor cantidad de óxido de cal ó de hierro, pleonasta
de Beudant.
La espinela pertenece á los terrenos de cristalizacíon, pero ni to—
das las variedades se hallan en estos ni en las mismas localidades.
Las rojas y verdes son propias de aquellos, y se ven diseminadas en
los granitos y gneis, y por su destruccion en los aluviones y con las
arenas de los ríos que corren entre estos; así se las encuentra en
Pegú y Ceylan. Las variedades negras se ven particularmente en
los terrenos volcánicos de uno y otro punto, Somma, Noruega, bien
que la candita parece corresponder tambicn á los terrenos grani—
ticos. —
Hay una variedad, la clorospincla, de los Montes Ourales, en
que la alúmina es reemplazada en parte por el óxido férríco. v
La espinela sirve como piedra fina mas ó menos estimada segun
-—19l—
su belleza, y dicho se está que no todas las variedades tendrán este
empleo.
La yahm‘la, espínela zr'nct’fera, no tiene importancia ni usos.
Cnrsóu‘rn onmxnr. Crísoberilo, cr'mófana. Alumínato de glaci—
na, GI AI“. Es una sustancia vitrea, de color verde amarillento,
dureza 8,5, peso específico 5,6, fractura concoidea, infusible al so
plete é insoluble en los ácidos.
Se presenta unas veces cristalizada en prismas rectangulares sim
ples ó modificados, pero es mas frecuente en cristales deformados
por el arrastre y en masa vitrea, ya trasparente, ya con tinta le—
choja y reflejos azulados.
Se encuentra en Pegú, Ceylan y el Brasil, rodada en los terrenos
de aluvíon y lechos de los ríos; en Conectieut y Saragotaga, Améri
ca del Norte, diseminada en las pegmatítas; y ha sido hallada mo—
dernamente tambien en las pegmatitas, en Siberia, en cristales grue—
sos de un color verde esmeralda.
Tiene usos que debemos recordar: las variedades trasparentes se
tallan dándolas facetas, y son piedras de mucho brillo, buen efecto
y mucho valor: por su procedencia y color se las conoce por criso
lila oriental y lopacio oriental, aunque el segundo nombre es pro—
pie del corindon amarillo. Las que tienen reflejos se tallan en ca—
buchon, y solo son apreciadas las que los tienen vivos y agrada
bles. Las procedentes de la India y el Brasil son generalmente las
mejores.
-—192

'aaaaa o:
COMBUSTIBLES.

La clase de Werner fósiles inflamables y la correspondiente a es


ta de Haüy de combuslibles no metálicos y su apéndice de sustan
cias fllógenas se halla representada en la clasifimeion que seguimos
por la sesta llamada combustibles; que como aquí está establecida
no comprende al azufre ni al diamante estudiados en la primera,
bien que si la melli_ta y todo el apéndice del último autor. Este los
llamaba combustibles no metálicos para no confundirlos con algunos
metales que a una temperatura mas ó menos alta se queman en con
tacto con el aire, el oxigeno ó el cloro; pero esta consideracion es
innecesaria si se atiende a los caracteres y al origen de los cuerpos
comprendidos en la clase como resulta.
. Los minerales combustibles se queman mas ó menos fácilmente y
al hacerlo desprenden un olor particular, son en general poco duros
y de un peso especifico corto; y en general tambieu son productos ó
sustancias orgánicas alteradas en las entrañas de la tierra, bien
que no siempre revele su testura este origen. Mas que con los me
tales tienen semejanza con algunos cuerpos estudiados en la clase
primera que como los combustibles se queman fácilmente, y de que
hay uno, el protocarbur0 de hidrógeno, que en composicion y has
ta en origen no ofrece notable diferencia, y otro, el grafito, que pu
diera ser estudiado en aquella clase como al tratar del género
carbono dijimos, sin la consideracion del origen evidentemente el de
los minerales de esta en el mayor número de casos
La composicíon y aspecto de los combustibles varia de tal mod
que es dificil establecer grupos perfectamente deslindados y marca ¡
el específico de una manera tan precisa como se hace en los minera
les de las otras clases. Atendiendo con todo á su semejanza con los
productos que suministran los vegetales, se forman los cuatro 'géne—
ros de resinas, ceras, betunes y carbones fósiles, en los que se colocan
—l93—
las sustancias parecidas á los cuerpos de que toma nombre el grupo
genérico, formando el especifico con las mas análogas entre si.

GÉNENO t.° RESINAS.

Los combustibles de este género son cuerpos compuestos de oxi


geno, hidrógeno y carbono dispuestos de un modo semejante á co
mo se encuentran en las resinas comunes, se disuelven en el alcohol,
noen el agua, se funden y descomponen al fuego, cuando están pu—
ros se inflaman al aproximarlos un cuerpo ardiendo, y se queman
con llama clara, humo abundante y olor aromático, rara vez félido.
El género comprende pocas especies, ni estas, hecha escepcion del
succino, son de gran importancia.
Succrvo Amber amarillo. Karabe. Electram.
El succíno es un combustible resinoso de color amarillo de cara—
melo, pardo ó rojizo, trasparente, trasluciente y hasta opaco, de pe—
so específico poco superior al del agua, adquiere por frotacion elec—
tricidad negativa, se funde á 287 grados, arde cuando se le apro- ‘
xíma á la llama de una bugía con llama amarillenta y olor grato, y
por destilacion seca desprende ácido succiníco.
Añadimos este último carácter como distintivo del suecíno porque
compuesto de los elementos indicados como propios del género, no
todos los minerales de la especie los tienen en la misma proporcion
ni asociados formando los mismos compuestos. Todas las resinas
minerales que á la destilacion seca dan ácido succiníco caben y se
colocan en la especie succino, sea la proporcíon que den esta ó aque
lla y sea el que quiera el aspecto segun la variedad que se exa
mina. Con el ácido succiníco sólido al tiempo de destilarse resulta
un liquido acuoso que lleva en disolucion este mismo ácido y el acé
tico, y un aceite empireumático, pero no productos amoniacales co
mo cuerpo sin nitrógeno. ,
El succíno se encuentra asociado á las lígnitas en los mismos ter
renos que estas, ó arrastrado por las aguas entre las arenas y en
los lechos de los ríos ó bordes de algunos mares. Uno de los pun—
tos en que mas se esplota es en la orilla del mar Báltico, entre
Meme! y Dantzick; abunda tambicn en Sicilia en los alrededores
t5
-—lf)t—
de Catania, y se halla en algunos depósitos de lígnita de Francia,
Greolandia, etc. En España lo tenemos en Villaviciosa y otros pun
los no lejos de Oviedo, en Espadilla de Castellon, en Suances de
Santander, en Bubielos de Illora y en Utrillas.
Casi siempre se ofrece en masas pequeñas; sc cita por lo rara
una que posee el museo de Berlin de un pié de diámetro. Todas, no
siendo demasiado pequeñas, son estimadas si la variedad es la tras—
parente con color de caramelo que se destina para adorno; las os—
curas y opacas no sirven para este uso, aunque si como las anterio
res para los que además tiene el succino,
Entre los que se le conocen á este cuerpo, es importante el que
acabamos de decir delas variedades trasparentes y de color agrada——
ble á que desde antiguo se destina, formando collares, boquillas de
pipa, cofreóitos, etc., y para lo que es mas empleado el del Báltico
y alguno de Sicilia; sirve tambicn para preparar el ácido succínico y
otros compuestos que mas que boy usaba antes la Medicina, y en
tra en algunos barnices.
El succino se parece bastante á la resina oopal, pero los distin—
guiremos fácilmente por el olor que da cuando arde, alguna difi—
cultad que ofrece á ser rayado, el color amarillento de su polvo y el
ácido succínico separado por deslilacion; mientras que la resina co
pal se quema con olor aunque balsámíco, no con el conocido de
ámbar de este, se raya bien, su polvo es blanco y no da á la destila—
cion seca ácido succíníco; cuando arde, tambicn al revés del succi
no, gotea mucho.
El origen del succino ha dado motivo a varias hipótesis: hoy es
tá fuera de toda duda que es un producto de los árboles que vivie
ron en una época anterior, los que forman las lignitas, con que se
encuentra y de que fluyó del modo que otras resinas fluyen en al—.
gnnos dela actual. Confirma esta opinion el hallazgo de suecinos que.
encierran insectos perfectamente conservados que no son los que hoy.
viven, succino insech’fero, de otros con impresiones de ramas y cor
tezas de los árboles á que la resina estuvo adherida, y de alguno,
como el que existe en el gabinete de Upsal, que contiene la corola
de una planta tampoco de la flora actual. Los fragmentos de succino
en que se han visto lagartos ú otros seres contemporáneos, son ma
——195—
1':osas falsificaciones en que la observacion descubre pronto el orti
ficio.
La mellita es un mellato de alúmina hidratado no visto hasta boy
mas que en Artern en Turingia y en una mina de Moravia. '
La retím'ta ó retinasfalto, el copa! fósil y otras resinas que re
ciben nombres particulares, tienen los caracteres del género, mas ni
se hallan en abundancia, ni su ninguna aplicacion, eseepcion hecha
de la berengelila de la América meridional que se emplea en Ari—
ca en el calefateo de barcos, las hacen dignas de estudio.

GÉNERO 2.° CERAS DE MONTAÑA. '

Preferimos dar á este género el nombre de ceras alde sebos con


que generalmente se los conoce, para evitar la impropiedad que re
sulta de asignar el de una sustancia animal de composicion particu—
lar á cuerpos que están lejos de tenerla, aunque tampoco sea la de
las mismas ceras animales ni vegetales con mas ó menos oxigeno, y
compuestos de solo carbono é hidrógeno estos.
Se presentan en pequeñas masas escamosas ó granosas de color
claro, brillantes, insipidas, fácilmente fusibles, insolubles en el agua,
solubles en el acohol, éter y aceites fijos y volátiles: se conocen por
konlíla, hartc‘la, hate/retina, y ni son abundantes ni tienen aplicacio—
nes. .
GENERO 5.° BETUNES.

Con este nombre se conocen algunas sustancias minerales de ori


gen orgánico evidentemente unas veces, volcánico otras, y cuya
composicion varia de tal modo que es dificil fijar los limites de las
especies, sobre todo cuando, como sucede frecuentemente, se eu
cuentran mezclados cuerpos diversos. Todos se queman con olor
característico de betun y dan por destilaciou aceites volátiles, pero
los otros caracteres varían mucho. _
Narrs.—La nafta es un cuerpo líquido, incoloro ó amarillento,
mas ligero que el agua con la que no se mezcla, si con el alcohol,
el éter y los aceites fijos, hierve á 85° y se volatiliza dejando apenas
—l96—
residuo; tiene algun olor a betun efecto de impureza, y se inflama
tan fácilmente que hasta colocar el líquido al aire á alguna distan—
cia de una bugia encendida para que ardiendo el vapor que produ
ce se comunique la llama á la masa que se halla separada. Está com
puesto de carbono é hidrógeno, formando un carburo que Berzelius
fórmula C5 H“.
Se encuentra la nafta en diferentes puntos, pero generalmente no
pum sino con un cuerpo que queda cuando se destila a que llaman
na/lálida, que es el que la comunica color amarillento y el que al—
terúndose mas la convierte en un liquido moreno y hasta viscoso
La mas pura procede de Bakoum en Persia, donde se encuentra en
un terreno terciario, relacionado con otros volcánicos, compuesto de
capas calizas y de gres arcilloso impregnadas de nafta, que recogen
abriendo pozos de 5 a 6 metros de profundidad en que va reunién
dose el betun a medida que fluye de aquellas: en algun punto se
desprende en vapores que inflamados accidentalmente continúan ar
diendo mientras dura la salida del gas. Lo hay tambieu en Amiano,
en el dueado de Parma y en Sallés de los Pirineos.
Pernouzo. Aceite de Gabian.-—El petroleo es un cuerpo semejante
al anterior y considerado como una alteracion suya. Menos fluido
que la nafta y algo mas pesado y hasta siruposo parece un interme—
dio entre este cuerpo y el asfalto, que no seria así mas que la misma
nafta mas alterada por las reacciones que ha podido esperimentar.
Como la nafta arde con olor bituminoso y destilado da un liquido sin
olor, y como ella se halla en los terrenos terciarios, relacionados con
rocas eruptivas de tal modo que la misma nafta no es mas que un
petroleo en alguna parte de la localidad en que se produce; pero se
encuentra tambien este relacionado con los depósitos de combusti—
bles fósilesjcarbones ó lignítas. En los primeros se ve en Pérsia con
la nafta,_bien que es mas coman en los segundos a que corresponden,
el de Gabian en Languedoc, de que proc'ede el nombre de aceite de
Gabian con que tambieu se le conoce, el de Neucbatel en Suiza,
el de Inglaterra, etc. Lo hay además en Parma, en las inmediacio—
nes de Módena y Plasencia y en otros puntos, abundando sobre
todo en Pérsia. .
Si se consideran estos cuerpos uno mismo como parece natural,
—t97——
su origen y yacimiento es tambicn uno, y solo el mayor ó menor
estado de pureza hará considerar como petroleo la nafta que en un
punto resulta mas alterada. La nafta pura sin la materia bitumíno—
sa que la colorea no existe en la naturaleza.
Ambos tienen usos: los vapores de nafta ó petroleo que se des—
prenden del suelo son utilizados cmo los de hidrógeno carbonado
para industrialesó económicos quemándolos: el líquido se emplea
tambicn para el alumbrado en Italia y en Pérsia: en donde abunda se
lo hace entrar en la preparacion de bamices. La Medicina ha usado
como vermífugo el petroleo, que tiene además crédito en Pérsia co
mo antireumático; y en la nafta pura se conserva el potasio en los
laboratorios de química.
Asnt.ro. Batan de Judea. Karabe de Sodoma. Bálsamo de mo
mm.
Recibe estos nombres un cuerpo parecido en su aspecto á la hu—
lla, que tiene fractura concoidea y brillante, peso especifico poco su
perior al del agua, que se funde á 100° grados y que se inflama fá
cilmente con llama clara y humo espeso dejando poco residuo.
Está compuesto de tres cuerpos resinosos distintos por su solu
bilidad en los menstruos disolventes, y corta porcion de materias es
trañas.
El pzlsasfallo, malla ó pez mineral, es el mismo asfalto de consis—
tencia blanda y glutínosa por la nafta que contiene, y que marca
mas y hace comprender lo dicho hablando del petroleo.
El (¡clan elástico, elateríla ó mac/10a! fósil, es meramente un car
buro de hidrógeno, de composicion análoga á la del cauchout ó goma
elástica vegetal.
El asfalto es conocido desde muy antiguo: sus nombres proceden
del lago Asphaltítes, (mar Muerto), en donde se encuentra flotando,
ó del uso á que le destinaron los egipcios en la conservacion de los
cadáveres: se halla tambicn en la isla de la Trinidad y otros puntos
del estranjero, y lo tenemos en España en las Cuevas de la Pez y
de las Parras, cerca de Bayarque y en Tíjola de la provincia de
Almeria; mas en Torrelapaja, en Vasconcillos cerca de Búrgos, y
en varios pueblos de la provincia de Soria es en donde se beneficia
principalmente.
—lf)8-——
Además del uso que ya se ha indicado tuvo antiguamente el as—
falto el de servir como cemento en las construcciones, el mismo que
se le da hoy en otra forma para cubrir azoteas, pavimentos, aceras
de calles, mezclándolo con arena y que hace se consuma mucho:
tambicn sirve para barnices. El písasfalto se emplea directamente
como brea.
Esgursros acruarrsmos.-—Los esquistos bitumínosos son rocas que
conteniendo mas ó menos cantidad de betun, dan por destilacion
seca productos volátiles inflamables: el servir para obtener el gas
del alumbrado, con cuyo objeto se benefician, bien que no todos n¡
los de todos los terrenos son igualmente útiles, los da importancia y
hace indícarlos aquí. En algunas fábricas de gas españolas se em—
plea uno traído de Escocia, mas empiezan á beneficiarse en nuestro
país que no carece tampoco de buenos esquístos bituminosos en al
ganas provincias.

GENERO 4.° CARBONES FÓSILES.

Los combustibles que se hallan en la naturaleza revelando unas


veces su origen vegetal por la estructura, disposicion en el suelo y
accidentes que ofrecen, otras, en que tal origen no están percepti
hles, pero que se queman siempre con mas ó menos facilidad, se
presentan de color negro ú oscuro, y entra á formarlos,una propor—
cion mas ó menos alta de carbono, se incluyen en este género.
Como en los anteriores de los combustibles, la desigual pro—
porcion de los elementos que entran á formarlos, el diverso aspecto
que los dan estos, y la mayor ó menor alteracion sufrida por la sus—
tancia orgánica de que proceden, segun el terreno en que se hallan,
dificulta en este género la formacion de grupos específicos bien
marcados. Ordinariamente se les reune en los cuatro de grafito, an
tracita, carbon de piedra ó ¡ml/a y lígníla, que dístan de ser'.espe
cíes minerales exactamente precisas, pero que encierran los cuerpos
que mas se parecen. La turba, producto orgánico menos alterado y
de la época actual, que propiamente no es un carbon fósil como se
verá en su historia, se estudia tambicn á continuacion en este grupo.
—ll)9——
Gasmo. P'lombagína. Lápiz plomo. Mina de plomo; [Ifcrro
carburado. . -
El grafito es un cuerpo sólido, blando, de color gris de plomo ó
gris de hierro, brillo metálico, suave al tacto, que mancha los de
dos y el papel de color gris; tiene un peso especifico de 2,0 á 2,5,
arde dificilmente solo á la accion del soplete, bien mezclado con
nitro. Alguna vez se encuentra en cristalillos tubulares, limpios y
brillantes, pero es mas coman en masas escamosas, compactas ó
esquistoideas.
[la sido mirado, atendiendo á llevar siempre una cierta porcion
de hierro que llega hasta un 10 por 100, como un carburo de este
metal: hoy, despues de hallado alguno en que el hierro no llega ni
al l por 100, se le considera como carbono mas ó menos puro en un
estado diverso de agregacion á como se ofrece en el diamante, e igual
al producido en los altos hornos de fundicion, con el que tiene gran
semejanza y alguna relacionen cuanto á origen.
Se encuentra formando montones ó liloues en las rocas esquisto—
sas, gneis, micasquisto y calizas metamórficas, en mas abundancia
dlscminado que en masas de consideracicn para ser esplotadas.
Son célebres por la abundancia y pureza del mineral que produ- .
cen las minas de Passau en Baviera y las de Cumberland y New—
castle en Inglaterra, de donde procede la mayor parte del consumi—
de en Europa. En España se beneficia hace tiempo en la falda mc
ridional de la sierra de la Mona, cerca de Marbella; se recuerda ba
herlo esplotade, destinándolo á la confeccion de crisoles empleados
en algunas fábricas de fúndicion del país, en lluelma,—Jaen, en cuya
localidad es abundante, y lo hay en Galicia, los Pirineos de Aragon
y montes de Toledo.
En cuanto á sus aplicaciones: de grafito son los lápices comunes
de uso tan general; además tiene el de atenuar el rozamiento en al—
gunas máquinas, y las variedades mas impuras ó mezcladas con ar
cillas, se emplean en hacer crisoles muy refractarios conocidas por
de Holanda ó de plombagína.
ANTRACITA. [falla luslrosa.—Es una sustancia negra, opaca, lus
tr0sa, árida al tacto, de peso específico de l,5 á 1,8, se quema
con dificultad sin llama ni humo, tiene testura compacta ó esquisto—
—200-—
sa, rara vez librosa y térrea, siendo en este caso mate.
Está compuesta de carbono en su mayor parte, algo de hidróge—
no y ligeras porciones de materias estrañas.
Se encuentra en los terrenos estratificados primarios y en los se
cundarios, en relacion siempre en estos con rocas de origen igneo.
Unos autores por la antigüedad de los terrenos en que se encuentra,
la consideran como el carbon representante de la primera vegetacion
del globo; mas viéndose además en otros mas modernos y mu
chas veces formando venas, riñones y hasta capas con la bulla, po—
dría mejor admitirse que este cuerpo no tiene criadero especial, y
que no es otra cosa que el mismo earbon de piedra ó lignítas, que
han perdido las materias bituminosas y volátiles que ordinariamen
te tienen, á causa de la temperatura de las rocas eruptivas con que
ha estado en contacto.
Se encuentra en los Vosgues, Sajonia, Bohemia, etc., y en Espa—
na la tenemos en San Sebastian, en Asturias, en la provincia de Gra—
nada, y alguna otra, sin que sea aquí en ninguna objeto de esplota—
cion.
Puede emplearse y se usa en el estranjero, como combustible
utílísimo en los altos hemos de fundicion, por la gran cantidad de
calórico que desprende al quemarse; mas necesita para esto una
temperatura alta, y se lo mezcla con leña ó carbon comun que la
produzca. Por lo mismo no puede emplearse solo ni para hornos co—
munes, y basta sacarlo ardiendo al aire frío para que se apague:
tiene tambieu el inconveniente de saltar al fuego y reducirse á frag—
mentos menud0s que impidiendo la c0rríente de aire dificultan su
uso en pequeño. Ultimamente el señor Tardieu ha logrado, mezclán
dolo desmenuzado con carbon bituminoso, obtenerlo'en cook, y. así
es mas aprovechable. V
CAI¡BON DE rrenna ó HULLA. Carbon mineral Hornaguera.
El carbon de piedra es un cuerpo negro, opaco, lustroso, blando,
frágil, de polvo constantemente negro, arde fácilmente con llama,
olor bituminoso y humo negro; por la destilacion seca da gases com- .
bustíbles, dejando por residuo una sustancia dura, brillante y agri—
sada que se llama cook.
Generalmente tiene estructura csquistosa que se hace alguna vez
—20l-—
laminar, mas lo hay con la granulosa, compacta y tórrea. No cris—
taliza y si alguna vez se presenta en formas poliédricas son de re
traccion: hay tambicn una variedad írísante.
Varía la composicion de esta sustancia no sola en los ejemplares
de distinta localidad sino hasta en los del mismo criadero. En todos
se encuentra carbon desde un 20 hasta un 76 por 100, y forman e]
resto sustancias volátiles que están en proporcion de un 20 hasta un
60 por l00, y otras térreas que se hallan desde 10 hasta 20 por
100: de aquí resulta, que si bien to:las dan al fuego cook, á una
misma temperatura que influye en la obtencion; lo; carbones ordina—
rios dan por término medio un 60 por 100 que se eleva hasta 85 por
100 en algunos, y baja en otros hasta el 45 por 100, produciendo
por consiguiente una cantidad distinta cada uno de productos voláti
les: estos son carburos de hidrógeno, á que acompaña‘n proporcio
nes mayores ó menores de óxido y ácido carbónico, y á veces hidró
gene sulfurado y algun producto amoniacal; pero de los que como
varia la proporcíon segun el carbon, varía tambicn por la tempera—
tura á que se halla espuestb y el estado en que se encuentra la
rcaccion. Todo indica un compuesto de carbono, hidrógeno y oxi—
geno con azoe alguna vez, lo que unido á su estructura mas habí—
tual y á lo que enseña el estudio geológico de los puntos en que se
halla, alejan la duda que pudiera ofrecerse sobre su origen vegetal;
el mismo que tiene la antracita segun hemos dicho, aunque carezca
de los productos volátiles y se queme por esto con mas dificultad y
sin llama, y el que tiene la lígnita, aunque no da cook ni los pro
ductos volátiles que la bulla por la destilacíon seca.
De aquí resultan variedades ó suertes diversas de carbon de pie—
dra: unos son de color mas claro que otros, mas compactos, de frac
tura concoídea mas bien que hojosa, tienen desde 79 á 85 por 100
de carbon y pocas materias volátiles, por lo que arden difícilmente,
mas no tanto como la antracita, de que los distingue tambicn el olor
bituminoso que dan al arder y el híncharse y aglutinarse si quiera
sea ligeramente, se llaman carbones ó hallas secas: otros son gene
ralmente hojosos y de un negro brillante, menos ricos en carbon
que los anteriores que llega cuando mas al 70 por 100; pero con
mas productos volátiles, delos que contienen desde un 25 á un 51
_90—>_.
aun...

por 100; arden fácilmente hinchándose y aglutin:indose, y se cono—


cen por carbones ólmllas grasas. Como una variedad de estas y
una tercera y distinta suerte admiten algunos las lmllas ligeras que
arden fácilmente con llama alta sin que los fragmentos cambien de
forma ni se aglutinen, y otra que llaman de fragua, mera variedad
de las grasas, por el empleo que su nombre indica. Los dos grupos
primeros las comprenden todas: las hullas secas que dan mayor can—
lidad de cook son útiles para los altos hornos de fundicion y por es
to se llaman carbones fuerles y de hornos altos: las otras son bue -
nas para obtener gas de alumbrado y el empleo directo en las for
jas, pero producen menos cantidad de cook, ¡ml/a de llama larga, de
/'orja, ele.
El carbon se encuentra en unos ten‘cnos que por él se llaman
carboníferos, en capas alternando con otras de gres rojo antiguo y
calizas bituminosas, como se hace el gres que contacta con el car
b3n: las capas del combustible de mayor ó menor espesor están sepa—
radas por otras del mismo gres, á que acompaña en algunas loca
lidades el hierro espátieo, y ocupan cuencas de diferente estensíon
segun el depósito ha tenido lugar. Se le ha indicado en terrenos
mas modernos, pero el combustible que estos encierran, presentado
quizá como carbou, corresponde á la especie siguiente.
Existe en casi toda Europa, en Turquia y América, y moderna—
mente se ha descubierto en la India y Filipinas. Europa es sin em—
bargo el país mas rico de este combustible, y en ella, Inglaterra, Bél—
gica, Francia y España las naciones mas favorecidas: siendo Ingla
terra la que esplota mas que todas las otras naciones de esta parte
del mundo en sus numerosas y ricas minas de Newcastle, White—
Haven, Stropshire, etc., etc. España posee tambien una gran rique—
za de carbon, que empieza casi a esplotarse. en algunas de sus pro—
vincías: en la de Asturias el combustible de eseelente clase ocupa
una superficie de 20 leguas cuadradas, que á razon de 50 millo
nes de toneladas por legua, como puede calcularse por el espe
sor y número de capas, encierra 1000 millones de toneladas: en
las provincias de Leon y Palencia habrá otras 10 leguas que pne
den calcularse tambicn á 50 millones de toneladas cada una: las
de Búrgos y Soria tienen tambien criaderos de algunas leguas: la
-—205—
de Teruel unas "f y media leguas: la de Córdoba en Bielmiez y Es‘
piel cerca de [l- leguas cuudradas; y las de Cuenca en Henarejos; la
de Sevilla 'en Villa del Riu; la de Gerona y otras, depósitos consi
derables.
El car,bou de piedra es, con el hierro, la sustancia de mayor im
portancia para la sociedad actual, la que mas ha influido en los ade—
lantos de la ,época y á la que mas deben las ¡raciones su fuerza Sin
é', la industria, los ferro—carriles y la naregacion por el vapor, ha
brían concluido á poco tiempo sin llegar á lo que son, despues de
haber consumido el combustible vegetal ordinario, á que reemplaza
ventajosamcnte la halla, ya empleada directamente, ya convertida
en cook en cuya operacion suministran las grasas el gas del alum—
brado. Entre nosotros va cun tiendo [ambien su empleo en el uso
doméstico como se halla establecido en la industria, y como hace
necesario la escasez del carhoa vegetal mas costo—o cada día. ,
Lmxn‘a.—-Ï)ufrénoy estudia bajo este nombre los combustibles
fósiles de formacion posterior á la bulla, aunque su aspecto es bas
tante diverso y consideran á algunos cuerpos distintos otros minera—
logistas, atendiendo á que todos tienen el mismo origen y que pro—
ceden las diferencias de la mayor ó menor alteracion esperimenta—
da por los vegetales que los forman.
Son cuerpos que contienen de un 40 á un 50 por 100 de carbon,
no se funden ni aglutiuan cuando se queman, arden antes de haber
se enrojecido completamente con llama, ¡humo, olor {desagradable y
picante distinto del que produce la bulla, y dejan una brasa semejan—
te á la de la leña ordinaria. A la deslilacíon seca dan además de
materias bituminosas, agua cargada de ácido piroleñoso quedando
en la vasija un carbon brillante con la misma forma de los fragmen
tos empleados. El peso especifico, estructura y color son distintos
en los grupos que como variedades pueden formarse. '
i.° Lígm’las pícíformes: su estructura es homogénea y sin ves—
tigio de tejido orgánico; son las que presentan mayor semejanza
con la bulla. Admite dos subvariedades, la pícíforme coman y la pí—
cí/‘orme férrea: la primera es compacta, negra, con fractura desi
gual y concoidca, Su peso es de 1,2, su polvo moreno, y se esfolia
por una esposicion prolongada al aire: la segunda tiene poco brillo,
— —201’í—-A

es mas esquistosa, y aparecen en ella partes mezcladas de cenizas;


contiene frecuentemente piritas y se dísgrega mas fácilmente al
aire.
Ambas pertenecen á los terrenos terciarios de preferencia, tambieu
á alguno mas antiguo, en los que se encuentran en capas intercaladas
con otras de calizas, y de que procede el nombre de carbon ó bulla
delas calizas con que se las conoce en Francia.
2.“, Ligm’las fibrosas ó maderas bíluminosas: presentan la tes
tura leñosa de los vegetales de que proceden, y por su color y com
pactícidad se forman en ellas las siguientes divisiones: lignita com
pacta ó azabac/w, lígm'la fibr0sa negra ó madera fósil, y ligm'la fi
brosa morena ó madera bituminoso. El azabache es negro, duro,
susceptible de un hermoso pulimento; su testura y la disposícíon en
capas concéntricas indican proceder de vegetales dicotiledones: no
es tan frecuente como las otras variedades y se esplota donde se ha—
lla para pulimentarlo: en España lo hay cerca de Daroca. La made—
ra fósil se parece en el color al azabache, pero no tiene brillo y su
tejido leñoso es muy visible. La madera bítuminosa tiene igual tes—
tura, su color es pardo y la madera parece menos alterada; por es—»
to suelen llamarla madera bituminoso ímperfccla, y á la anterior
madera bituminoso per/tela.
Dufrénoy estudia entre las lignítas la tierra de Colonia ó de 0m—
bria, materia pulverulenta térrea, oscura, suave al tacto quesequc—
ma como ellas y tiene igual composicion y origen: se la encuentra
formando capas de dos y tres metros de espesor en Ombria (Esta
dos—Pontificíos), en Colonia y otros puntos: se usa como color en
pintura y como combustible. La disodila ó slercus diavoli, hallado
por Cordier en Sicilia y despues en inucbos depósitos de lígníta, se
conoce por el olor de asafétida que da cuando se quema. Es propia
mente una variedad de turba.
Las lignítas se encuentran en terrenos posteriores a la época ear
bonifera, pero mas frecuentemente que en los secundarios en los ter
ciarios, formando depósitos considerables creídos alguna vez de hu
lla mas estimada y de época geológica mas antigua. Como esta pro—
cede la lignita de vegetales alterados en el seno de la tierra, pero
ni la alteracion ha sido tan completa, ni los vegetales son los mis—
—205—
mos, puesto que forman la lignita dícotíledones en general y la otra
cicadeas, helechos arborecentes, etc. mas distintos de la flora ac
tual. Muchas de nuestras provincias tienen criaderos de lígnitas, al—
gunos registrados como minas de carbon de piedra, menos veces co
mo lo que son, despreciados quizá, y en general poco esplotados.
Ya hemos dicho los usos del azabache y la tierra de Colonia: las
lígnitas en general se emplean como combustible, que si de menos
valor que la bulla, reemplaza en algunos casos á la leña y el carbon
vegetal, sobre todo cuando no importe el olor desagradable que des—
prende al quemarse: algunas pírítosas se emplean para preparar el
alumbra y el sulfato de hierro.
Tunas—Este cuerpo se presenta en masas de color oscuro, al-.
guna vez homogéneas, las mas filamentosas, se quema con llama,
humo, olor desagradable y picante, dando brasa ligera; á la destila
cion seca desprende los mismos productos volátiles que la madera
ordinaria, quedando un carbon de igual forma á la de los fragmen
tos empleados, porque la masa no se funde.
Ofrece como variedades, la límosa ó compacta, masa sólida resul
tado del entrecruzamiento y compresion de vegetales y tierra; es la
mas comuu y la que de preferencia se emplea: la fibrosa, en que
los vegetales son visibles; y la pícea, con fractura lucíente y como
resinosa. Todas son debidas á plantas herhaceas que viven en sitios
pantanosos y que han esperimentado una alteracíon particular por
la que sin pudrirse se han convertido en ácido úlmico en su mayor
parte: las circunstancias particulares en que se han hallado dan lu
gar á las variedades.
La turba se encuentra en sitios bajos húmedos en los puntos en
que ha permanecido el agua sin filtraciou ni corriente,— formando ca
pas en gran número algunas veces, que alternan con otras de gui
jo ó arena indicando una formacion sucesiva e' interrumpida: las
capas superiores son fibrosas y manifiestan claramente las plantas
de que proceden, van haciéndose mas homogéneas y compactas á
medida que se encuentran mas inferiores; y en unas y otras se ha
llan conchas iguales á las que tienen los moluscos que viven en las
aguas ó praderas inmediatas, y alguna vez fragmentos de árboles
y utensilios de la industria humana, que no dejan duda acerca de
—2OC—
la época geológica en que se han formado. Frecuentemente los de
pósitos están en agua, mas los hay en seco cubiertos de tierra y
convertidos en terrenos de labor ó praderas, por haberse rellenado
los lagos ó pantanos en que se produjeron.
La esplotacíon de la turba se hace en mayor escala en Holanda
que en las otras naciones de Europa, Francia, Prusia, Escocia, etc.
en que tambicn se halla y'benelicia en algunas. En España existe y
se esplota en una grande estensíon de los Alfaques en la desembo
cadura del Ebro, la hay en algunos puntos de Asturias, en Chozas
de la Sierra (Madrid), en Guriezo (Vizcaya), en el valle del Padul
(Granada), y se cita en otros puntos, bien que no se beneficie en la
mayor parte. _ '
La turba se emplea como combustible, ya en estado natural cor
tada en paralelipipedos que se dejan secar habiéndola hecho sufrir
una fuerte presi0n que disminuye mucho su volúmen, ya reducida á
carbon. En Holanda es de uso tan general como lo es entre nosotros
la leña, y el carbon que produce reemplaza perfectamente al vege—
tal aunque da menos calórico. Aqui tambicn hacen entrar á la tur
ba en la construccion de diques, y es útil en ellos por la fuerza con
que una vez impregnada de agua la retiene.

-*8@®3*—
GEOLOGIA.

La Geología es la ciencia que estudia los grandes masas minera


les que forman la tierra y los cambios que la misma ha esperimen
tado desde su origen.
_Formada la palabra geología de las dos griegas ge‘ y logos, sig-—
nifica literalmente discurso, tratado de la tierra. Para que este sea
completo ha de comprender, las relaciones de la tierra con los otros
cuerpos planetarios, el estado de su superficie, el conocimiento de
los materiales que la forman, su disposicion y cambios esperimen—
tados desde su origen hasta el estado en que hoy se encuentra. De
aquí resultan en la ciencia partes distintas, algunas como ya diji
mos, que cual la Geografía, la Metereología y la Mineralogía pueden
mirarse como independientes de la Geología, otras que como la
Ge0gnósia y la Geogénia son las partes esenciales de la misma Geo—
logia.
La Geognósía se ocupa del estudio de las sustancias minerales que
por su masa pueden ser consideradas como partes constitutivas del
—208—
globo, haciendo ver su estructura, estensíon, composicíon y rela
ciones; gc‘, tierra, gnósis, conocimiento. La Geogónía ó Geogónia
trata del origen de la tierra, y de las diferentes revoluciones tisicas
que han cambiado el estado de su superficie; gé, tierra, gonéia,
origen. En la Geognósia se considera una parte distinta, la Pa—
le0nl0logía, que estudia los restos de los seres vivos que quedan
entre las masas minerales; palaios, antiguo; onta, seres; logos, dis
curso.
listas tres partes, Geognósia, Geogénia y Paleontología, con las
otras que por si solas constituyen ciencias estensas, hacen la com
pleja del estudio de la tierra. Precisados nosotrosá no presentar
mas que nociones, tomaremos de todas lo preciso para el objeto, de
que podrá deducírse la estens¡on é importancia de una ciencia, tan
moderna como rica en h chos bien comprobados, y tan útil bajo el
punto de vista práctico sino mas que sus hermanas las otras par
tes de la historia natural, con las que tiene inmediatas relaciones.

DE LA TIERRA EN GENERAL.

La tierra es un planeta libre en el espacio, de forma esteroidal,


acbatado en los polos y abultado en el ecuador, que gira alrededor
del sol recorriendo su órbita y sobre su eje.
La forma y aislamiento de la tierra están demostrados por la
sombra que proyecta en los eclipses de luna; por la aparicion de
nuevas estrellas cuando se camina de uno á otro polo; por to; via—
jes marítimos hechos de oriente a occidente ó viceversa, volviendo
siempre en direccíon opuesta á la emprendida despues de haberla
dado vuelta; por el modo de ver los objetos en el mar cuando nos
alojamos ó aproximamos á ellos, siempre la parte mas alta la que
primero se ve ó la última que se oculta, y hasta por la analogía de
nuestro globo con los otros del sistema planetario. Consta tambieu
por la medida de los arcos de meridiano, que aumentan constante
mente del ecuador á los polos, y por el péndulo el aohatamiento en
estos y ensanchamiento en el ecuador; y son consecuencia de sus
__209_
movimientos, las estaciones, los fenómenos del día y la noche y los
eclipses. .
La gravitacion universal la hace como á todos los cuerpos sidera
¡es conservar su posicíon relativa y la misma que no se separen los
que se encuentran formando su masa.
Como consecuencia del achatamiento de los polos de la tierra re
sulta una notable diferencia en el diámetro de sus círculos máxi—
mos, segun se los considera en direccion de aquellos ó del ecuador.
Su rádio medio segun Bessel (l) de 6,506758 es en efecto en el
ecuador de 6,577597 y en los polos de. 6,556079; entre los que
hay la diferencia de 21,518 metros que dan al diámetro la de
42,656, en la direccion de los polos ó la del ecuador.
La forma esférica del globo terrestre no se altera sensiblemente
por las desigualdades de su superficie por mas que a la vista nos
parezcan tan considerables, y debe ser así si se atiende su magni
tud con relacion al eje terrestre. La mayor altura sobre el nivel del
mar que existe está en el Himalaya, pico de Ga0urichiuka, y no
pasa de 9000 metros, á que no llegan con mucho las mas altas de
los Andes; y suponiendo que sea esta tambicn la profundidad má
xima de los mares, lo cual peca de exagerado, no resultan mas
que 18,000 metros de diferencia entre la máxima altura y depre—
sien mayor, que equivale a menos de la cuatrocentava parte de
la longitud media del diámetro terrestre: diferencia corta y que
produce en la superficie desigualdades menores a las que en una na
ranja, con la que con fundamento por su forma se ha comparado la
tierra, presentan las rugosidades de la corteza. Cualquier montaña,
en efecto, vista abrazando algunas leguas es un relieve mas ó me—
nos notable, vista si fuera posible abarcando un hemisferio seria ina—
preciable.

(I) Segun James (1858):


Itádio en el ecuador: 6,578,285.
Rádio en los polos: 6,556,686.
Diferencia: 2|,597.
0lroa fijan cantidades diversas, mas siempre de valor aproximado.
M
—219—
La densidad del globo no es la misma en la superficie que en el
centro. Conocemos la de aquella porque sabemos la de las sustan
cias que la forman, cuyo peso especifico es por término medio de
2,7, cual corresponde al conjunto de las que como el agua la tienen
menor, y de las masas metálicas ó lapideas que la tienen mayor ó
casi igual al designado; y aunque del centro á la superficie, como de
los polos al ecuador, la pesanlez de los cuerpos vaya siendo menor
por la fuerza centrífuga que obra en oposicion con la gravedad, la
densidad del interior del globo no podría ser nunca tan alta como re—
sulta por las observaciones fisícas, que dan á grandes profundidades
la de 12. marcando un ascenso rápido de la superficie al centro, si
formaran este los mismos materiales que la corteza. La densidad
media del globo es así de 5,48 segun Cavendish, lo cual solo pue
de ser debido á que se encuentran en su interiorsustancias mas
pesadas que las de la superficie, que á su vez deben hallarse dis
puestas en órden de densidad creciente hácía el interior; y esto no
puede haber ocurrido sin que se hayan hallado en un estado prí
mítivo de fluidez bastante perfecta para que sus moléculas materia—
les se hayan dispuesto en el órden de sus respectivas densidades.
La tierra tiene un calor propio e independiente de toda causa de
calentamiento esterior, y su temperatura no baja ni sube porque
cambie la del aire, cuyos efectos se hacen sentir a muy cortas dis
tancias de la superficie. A poco, en efecto, que se profundice en el
suelo, se halla un punto en que no son sensibles los cambios este—
riores de temperatura, y un termómetro colocado en él permanece
estacionario, marcando una temperatura constante y en general la
media del país en que tiene lugar la observacion. Este punto varía
segun las latitudes, notándose que su distancia de la superficie es
corta, de solo algunos decímetros en la zona tórrida, mayor, de dos
á tres metros en las templadas, y que llega hasta 25 ó 50 metros
en las glaciales. Pasados estos limites ocurre en todos un aumento
de temperatura constante á medida que se profundiza, y el termó—
metro sube por término medio un grado por cada 50 metros. Sien—
do esto así, como manifiestan observaciones repetidas, bien que so—
lo se refieran á distancias cortas con re!acion á la longitud del rádío
terrestre, no hay fundamento para que cambien mas allá de donde
—211-—
se ha llegado, y para que deje de continuar allí el aumento de tema
peratura que se concibe ha de tener lugar en proporcion ascendens
te may0r á menos distancia.
Si como consecuencia delo auteri0r suponemos un punto de la
superficie terrestre, cuya temperatura media sea de 10° y cuyo lí
mite invariable de temperatura esté a 10 metros de la superficie, su—
posiciones ambas que han de hallarse en países de las zonas templo—
das y que hacemos para facilitar la inteligencia de lo que vamos á
decir, siendo como es el aumento medio de temperatura de 1° por
cada 50 metros de profundidad vertical, la temperatura que deberá
hallarse por bajo de este punto será: á 1,000 metros, un kilómetro,
de 45°; á dos kilómetros, de 76°; á tres, de 119°; á un miriámea
tro, de 544°; a cinco, de 1,675"; á diez, de 5,550“; y al doble una
temperatura capaz de tener en estado de fusíon las sustancias mas
refractarias; y sin embargo, 200,000 metros son una distancia cor—s
ta comparada con la longitud del radio terrestre de mas de 6 millones
de metros. La temperatura de las aguas termales, la de los pozos
artesíanos, la de algunas minas, y los fenómenos pintónícos de que
hablaremos, tienen fácil esplicacion despues de esto.
Las distancias á que han podido llegar las observaciones y hasta
la variabilidad que se nota en el aumento de calor, constante siem‘
pre aunque distinto en cada país (en París 1° por cada 28 metros,
en Decisa, Francia, 1° por cada 15 metros, y en Sajonia y Bretaña
1° por cada 56 ó 40), hacen que no pueda establecerse el cálculo
anterior mas que como hipotético; pero autorizan en todo caso la
¡lea que generalmente se tiene de nuestro globo, y la division que
en él se hace de costra terrestre y núcleo íncandes‘cenle. La prime—
ra no es mas que la delgada película formada por el enfriamiento
sucesivo sobre la masa candente que se conserva en su interior: el
_ segundo una gran masa ígnea envuelta por todas partes de la costra
sólida que perturba, rompe ó sacude con violencia todavía en esta
época, y que en las anteriores ha debido alterar mas profundamen—
te dando lugar a los fenómenos geológicos de las respectivas.
No podemos decir de igual manera que el estado, la naturaleza
delos materiales que lo forman, no pueden ser gases, ni una gran
masa de agua como se creyó algun tiempo, ni sustancias lapídeas
—2t’2—
como las que constituyen la mayor parte de la porcina dura de la
corteza, puesto que su densidad es bastante mayor que la de estas;
quizá lo formen los raciales mas densos de los que conocemos, y
bien pudiera tener otros desconocidos por no haber aparecido jamás
a la superficie.
La tierra está rodeada por una envuelta gaseosa de 14 leguas
próximamente de altura formada por el aire, y cuya composicion co—
nocemos ya, llamada atmósfera. Pocas veces en reposo, está mas
continuamente en movimiento, produciendo los vientos de nombre
diverso, segun su velocidad y direccion, y que alteran en mas ó me
nos escala, química ó mecánicamente, el estado de la superficie ter
restre. Tampoco su temperatura es uniforme é igual en todas par—
tes: segun observaciones repetidas se vé que decrece con la altura
en razon de t" por cada 174 metros, mas el decrecímíento no es
indefinido ni absolutamente regular, pues parece cesan los cambios
á la de 12 614,000 metros, y está demostrado que los espacios
planetarios tienen una temperatura que cuando menos es igual á la
polar de la tierra, de unos—62°, y esta se admite para los últimos
límites de la atmósfera. En la misma tienen asiento los fenómenos
meteorológicos, que como dijimos no son especialmente objeto de la
Geología. *
La superficie de la tierra presenta desigualdades en la parte que
se ofrece al descubierto la porcion sólida llamada tierra, que lími
ta otra de estensíon superficial tres veces mayor cubierta por los
mares, en cuyo fondo hay tambieu irregularidades. La masa de las
aguas es sin embargo corta con relacíon á la que constituye todo el
globo, y si esto debe tenerse en consideracion para desechar al
gunas teorías geogénicas, las neplúnicas, no para dejar de com—
prender que hayan podido hallarse dispuestas en otro tiempo de
modo diverso á como lo están hoy y cubriendo toda la superficie
terrestre, como ha sido preciso para la formacion de los terreu_os de
sedimento que se observan y se han depositado en las diferentes
edades del globo, cual las esplícan las plulóm‘cas, mas admitidas y
conformes con los hechos.
La porcion seca de la tierra es mayor hay en el hemisferio Norte
que en el Sur. Las tres grandes masas continuas de tierra cuya su—
—:2l3-—
perficíe medía es mas alta que la del mar forman los tres grandes
continentes, víq'o, nuevo ó americano y de Nueva Holanda que se
conocen: en ellos hay regiones bajas y altas, y sirviendo de limite a
los mares es natural se correspondan. En medio de estos hay tam
bien porciones mayores ó menores de tierras secas, rodeadas por
todas partes de aguas que se llaman islas.
En los continentes como en las islas de alguna magnitud hay re
giones altas y bajas. Las primeras forman montañas ó aisladas ó
agrupadas formando una cordillera, cuando varias siguen una mis—
ma direccion constituyen un sistema; por su altura reciben los nom
bres de montaña, sierra, cerro ó colina; por la forma que afecta
su cima, la de pico, diente, cuerno, etc. que las mismas palabras
indican; y el de páramo ó meseta si terminan superiormenle en un
plano. Las regiones bajas se llaman comunmente llanuras, y segun
el estado de su superficie el de desiertos, si carecen de vegetacion,
ó el de estepas, pampas ó [andas segun los países, si la tienen os—
casa o inculta; meramente llanura en los otros casos, si ya no to
man el de vega ó valle de algun río que las atraviese.
Son propiamente valles las depresiones porque corren las aguas
entre dos colinas ó montañas, llamando cuenca ó valle principal al
que sirve de álveo a un gran río, al que precisamente— han de des—
embocar otros menores llamados valleeitos, barrancos ó cañadas: el
origen, díreccion y forma de los valles son variables, lmbiéndolos
de denudacion y de levantamiento, anchos y estrechos, y longitudi
nales y trasversales respecto á la cordillera de que proceden.
Las llanuras tienen alguna vez su nivel por bajo del del mar y en
tonces se llaman eoneavz’dades, cuyo nombre podría aplicarse igual
mente á aquellas depresiones ó surcos de pequeña anchura mas co
nocidas por hendiduras ó grietas si son longitudinales, y por símas
ó (arcas si circulares y algo profundas.
El agua en diferentes estados cubre la mayor cstensíon superfi
cial de la tierra: liquida ocupa los grandes receptáculos que limitan
los continentes ó pequeñas cavidades en su interior, produciendo en
el primer caso los mares ú océanos, y en el segundo los lagos y Ia—
gunas y los ríos y fuentes. Los mares reciben diferentes nombres se
gun el punto que ocupa’n, Océano boreal,’austral, etc., si penetran
—-2M»—
en los continentes, mares interiores, Mediterráneo, Báltico, etc.;
el punto en que comunican entre si, canal, erlreclro, etc., y los ac
cidentes que con relacion á los mismos ofrecen las costas ítsmo, Im—
lu‘a, cala, rada, etc. Los lagos son siempre interiores, contienen
agua en reposo por lo coman; bien que dista esto de ser absoluto,
y por recibir ó no aguas corrientes, salir ó no de ellos manantiales,
comunicarse ó no con el mar, reciben tambicn nombres diversos.
Las aguas corrientes son constantes ó temporales; proceden de fil
traciones, lluvias ó la fusion de las nieves, y dan lugar por la can—
tidad del liquido á los arroyos, torrentes y n'os. Los grandes saltos
que ofrecen alguna vez se llaman cascadas _v cataratas.
En estado sólido el agua recibe los nombres de nieve, lucio y
gram‘zo; así es permanente en todos los países cuya temperatura
no sube de 0° como sucede en los polos y altas montañas. En los
primeros forman los hielos una envuelta sólida que baja mas en el
Sur, estendíéndose en los inviernos en ambos hemisferios, en que
es frecuente la nieve en los puntos mas altos de las montañas, for—
mando una linea que se llama de nieves perpétuas, mas ó menos al
ta segun la latitudque suple la altura sobre el nivel del mar.

<!Lompoeicion he la costra terrestre.

El globo que habitamos no es accesibie á nuestra observacion sí


no hasta una corta profundidad, cortisima en verdad comparada con
la longitud del rádio terrestre: los datos sin embargo que suminis—
tra el exámen de esta porcíon de su masa, la disposicion de los ma
teriales que la forman, su composicion y situacion respectiva, y los
fenómenos que pasan a nuestra vista dan á la Geología vasto campo
de estudio, y los medios de establecer teorías fundadas sobre el ori
gen del globo y los fenómenos habidos en épocas anteriores de su
historia, que formadas sin tales antecedentes aquellas, ó esplicados
al capricho estos, hubieron de resentírse del liviano pedestal en que
basaban. Solo con la ayuda, en efecto, de los conocimientos geognós—
ticos ha podido adquirir la ciencia los geogénicos de épocas anteriores
—21‘5—— _
á la actual de la historia dela tierra, que si son hipotéticos algunos,
resultan otros tan demostrados cual puede serlo una causa por sus
efectos. De aquí la alta importancia de la parte geognóstica de la
Geología y que se la haga proceder generalmente á la geogóuica.
La costra terrestre está formada de sustancias inorgánicas de que
hemos estudiado muchas en la Mineralogía, otras corresponden á la
Geología esclusivamente, y entre estas ó aquellas ó con ellas se ha—
llan cuerpos que de origen orgánico han sufrido una trasformacíon
que los ha convertido en inorgánicos, como tambien hemos visto en
algunos tratados ya mineralógícamente. Con el nombre de rocas los
primeros si forman parte de la contra terrestre, sean ó no cuerpos
de composicion definida como las especies minerales propiamente
dichas, marcando sus relaciones de posicion y de conjunto, y con
el nombre de fósiles los segundos, los estudia todos la Geoguosia.

BOCAS.

Reciben el nombre de rocas todas las sustancias minerales sóli


das, simples ó compuestas, que sea el que quiera su estado de agre
gacíon y naturaleza, forman una parte considerable de la corteza
del globo. Son por tanto rocas muchos de los minerales ya estudia—
dos, y lo son igualmente los sustancias inorgánícas que formadas de
aquellos, con composicíon mas ó menos variable, sea ó no lija y
cualquiera su dureza, al revés de lo que ordinariamente se cree de
que la idea de roca envuelve la de cierta dureza, se encuentran en
alguna cantidad cn la tierra. '
El estudio de las rocas se hace individualmente, pudiéramos de
cir, como el de los minerales, y bajo el punto de vista geognóstico, es
decir, haciendo ver sus relaciones de posicion y las que tienen con
los otros minerales dando lugar al de los terrenos: el primero de
be proceder al segundo.
Para hacer el estudio mineralógico de las rocas debemos advertir
que siendo las que aquí hemos de tratar, separados las especies mi
nerales que también son rocas, no tales especies, sino agregados de
-—216—
estas, no todos los caracteres empleados en la descripciou de aque—
llas han de tener importancia en la de estas, y que tampoco para
su elasiticacion han de servir lo mismo los allí empleados.
Como en la clasificacion de los minerales en la de las rocas se ha
procurado llegar y se dista del método. Como allí los grupos prí
meros se llaman clases, que se dividen en órdenes, formados de gé—
neros, que le están á su vez de especies Este grupo no está tan
bien marcado tampoco como en los minerales, porque la composicion
y cristalizacíon que la fijan en estos, ó no es absolutamente cons—
tante como no lo es la primera, ó no existe como la segunda. Se
considera especie en las rocas el conjunto de minerales simples en
grandes masas, y las mezclas ó co nbínacíones mas ó menos fijas y
constantes de los mismos cuerpos que afectan una testura igual ó
parecida: las sub-especies y variedades resultan de los accident
esteriores y físicos de los cuerpos constituyentes. '
Los autores que han prescindido de toda consideracion geognóstíea
en la clasificacion de las rocas, han atendido de preferencia ó ya á
su estructura como Linneo y L0uchard, ó ya á la composicion por el
principio que domina como Haüy, Cordier, D’0malius, etc. Bajo el
punto de vista práctico lleva ventaja á estas la clasificacipn basada
en el dato geognóstico del origen que, sin perjuicio delas otras con
sideraciones que exigen el estudio correspondiente á los terrenos,
adoptaremos.
Aquí dividiremos las rocas en dos clases segun su origen, y en
cada una se formarán los grupos inferiores que sean necesarios.
Encontramos en los autores nombres dados á los grupos de ro—
cas, consecuencia de la eonsíderacion habida en el agrupamiento, y
que despues de lo dicho se comprende han de corresponderse de cia
silicacíon á clasificaciou: tales son los de rocas sencillas y agrega—
das, azlelógenas y faneró;¡enas; de homogéneas y hetereogéneas; de
metálicas, lapídeas y carbonosas; de ígn_eas ó plulónicas, y neplú
m'cas ó de sedimento; de orgánicas y mislas. Son rocas sencillas
aquellas en que no se percibe á la vista mas que una sola especie
de sustancia: equivale á homogéneas; entre ellas unas son una es—
pecie mineral constante fonerógenas; otras aunque homogéneas no
se pueden referir á una especie mineral marcada, adelógenas. Las
—2í7—
roms helereogéneas son mezclas naturales de diferentes minerales,
ya especies bien determinadas, ya que como las adelógenas no pue
den referirse á ninguna particularmente: segun . u testura son cris—
talinas ó agregadas. Por la naturaleza del elemento que en ellas do—
mina son metálicas, Iapídeas ó carbonosas; y segun deben su origen
al fuego, al sedimento en las aguas, a una ú otra causa, ó á los se—
res vivos, se las llama 2'gneas, neplúm’cas, mz'slas y orgánicas.
En la nomenclatura de las rocas no hay tampoco una regla abso—
luta: así no se sigue siempre el método línneano de dos nombres ge
nérico y especllico, ni siguióndolc se sujetan todos al mismo funda
mento para formar el especifico de lo que resulta no poca dificultad
en el estudio.

GBBSJ‘B ‘.l.'
BOCAS IG.\'EAS.

Se consideran tales todos las de testura cristalina ó maciza sin


verdanera estratificaeíon, que son producto del fuego y carecen de
restos orgánicos. ‘
Por su edad se dividen en anh'guas, medias y modernas, que por
la roca tipo de cada grupo, granito, pórfido y traquita, se llaman
tambicn granílicas, pórfidas y traquítr‘cas.

ORDEN l.°
nocas uuamlncas, antiguas, cristalinas.

Se presentan en grandes masas a las mayores profundidades y


máximas alturas del globo: por creérselas antes formadas las pri—
meras y como la base de la costra terrestre se las llamaba primiti—
vas, nombre equivoco puesto que se hallan tambicn en períodos geo—
lógicos mas modernos.
Tenemos entre ellas como especies comunes el granito, la pegmá—
tita, la sienita y la protogína.
«»—218
GRANH‘0. Piedra berroqueña. Es una roca compuesta esencial—
mente de cuarzo, feldspato y mica, reunidas en masa cristalina,
granosa, de color y aspecto variado, á que acompañan accidental
mente algunas sustancias metálicas y lapídeas, que dan lugar a las
variedades, á mas de las de estructura, granito por/¡roideo, grana—
lar, etc. aurifero, granatí/ero, y otros.
En cuerpo abundante en la naturaleza en que en masas enormes
constituye la base de las principales cordilleras, ó las atraviesa en
forma de filones y diques: no hallándose siempre por bajo de los
depósitos de origen neptúnico de estas a los que entonces es poste—
rior, como lo es tambien en circunstancias a otras formaciones ig—
neas. En España son esencialmente graniticos los Pirineos y sus ra
mificaciones hasta Galicia, la Sierra de Guadarrama, Morena y otras
en que se observan sus distintas variedades.
Sustancia preciosa por sus aplicaciones y propiedades suministra
á la construccion, la piedra monumental por escelencia, y á la agri—
cultura descomponiéndose el arsenal de elementos útiles á la vida
de las plantas.
Para construccíon se estiman mas los granitos de grano fino y
mas íntimamente unidos, que los de grano grueso ó en que abunda
,.
el feldspato que los hace menos duros y resistentes á la accíon des—
truct0ra del tiempo. En su descomposicion lenta siempre, pero me
nos en las variedades últimas, influyen además de las causas mecá—
nicas los agentes esteriores; por esto se altera menos ia misma va—
riedad cuando no está espuesta á la intemperie, los cambios de
temperatura y estado hígr0métríco de la atmósfera que cuando lo
está, y se descomponen mas fácilmente los granitos de los climas
medios que los de países muy cálidos ó muy fríos. El pulimento au—
menta la belleza de la piedra, sobre todo si el color es agradable, y
la hace útil en ornamentacion.
Como monumentos notables formados de granito cítaremos úni—
camente la muralla de la China y el monasterio del Escorial, y co
mo ejemplo del efecto de la piedra pulimentada dos magnificas co—
lumnas que existen en el real palacio de San Ildefonso.
Pseunm. 6ram'to gráfico. Es otra roca granitica en que domi—
na el feldspato, se halla el cuarzo en corta cantidad, y falta la mica:
—219-—
como otros granitos que carecen de uno ú otro componente esen
cial se conocen por granitos abortados: ofrece algunas variedades
por coloracion y otras por testura, de que es curiosa la gráfica que
representa como caracteres hebráicos. La variedad petunce, com
puesta casi esctusivamente de feldspato, y que como tal se ha des—
crito en la Mineralogía tiene verdadera importancia por emplearse en
la preparacion, cual dijimos, de la pasta de porcelana, y porque fá
cilmente descomponible suministra mucho y buen kaolín. La peg—
málica comun es de color gris ó rosado.
En España se encuentra, con el otro granito, en Valdemorillo,
Sargadelos, etc.
SIENITA. Gram'to anfibo’lico. Es otro granito en que la mica está
reemplazada por el anfibol en todo ó parte, y cuyo color y testura
varían segun domina este cuerpo ó el feldspato y el modo de estar
unidos; habiendo entre esta roca y el granito tránsitos insensibles
que desde el granito tipo la hacen una anfibolita.
Se encuentra en Syena, alto Egipto, donde es desde antiguo be—
neficiada como piedra monumental preferible al granito, y de que
son los obeliscos egipcios que se ven en Roma; uso á que se acomo—
da tanto por su inalterabílidad cuanto por el pulimento que la embe
llece.
Segun algunos autores la sienita de Syena es solo un granito
aporlidadu, habiendo la especie propia en varias localidades de den
tro _v fuera de España. '
Pnorocuu. Gram’t0 talcoso. En este granito está reemplazada la
mica por el talco ó la serpentina, que si son dominantes la dan su
ultuosidad característica, de que carece cuando lo son los otros com
ponentes. Tiene como las especies anteriores variedades de estruc—
tura y como ellas suele llevar accidentalmente diferentes sustancias.
Lo hay en España en las cordilleras graníticas y es buena piedra
de construccíon si su grano es fino, aunque en general mas altera—
ble que el granito, al que aventaja pulimentado en ornamentación
por el gracioso fuego de colores que resulta de la mezcla de sus
componentes. r
-—2‘20——

ORDEN 2.°

noeas ¡cunas MEDIAS ó ronrln¡cas.

Han recibido ambos nombres ya por su edad, ya por estar fre


cuentemente formadas de una pasta uniforme salpicada de cristales
de la misma ú otra sustancia, que es lo llamado pórfido. Su testura
compacta las distingue de las del órden anterior que la tienen cris—
talina y de las del siguiente que la tienen esponjosa; y por edad;
origen y composicíon establecen el lazo entre unas y otras.
Se las divide en dos géneros de por/ídicas [eldspálicas y por/¡«Ii—
cas magnesianas segun en su composicion domina el feldspato ó el
silicato de magnesia. El primero comprende los pórtidos, el segundo
la'scrpentina, la eufótida, la dioríta y la piroxenita.

l.° Rocas por/¡divas feldspálicas.

Pónnno.—-—Como acabamos de decir este nombre no es esclusívo


de una sola especie de roca, sino de un género que comprende varias
reunidas por su composícíon y aspecto con este nombre como gené—
rico y otro calificativo como específico.
El pórfldo rojo antiguo, pórfldo, orlófido, consta de una pasta
de feldspat0 orthosa en que se hallan engastados cristales general
mente del mismo cuerpo. La testura, el color y sustancias acciden
tales que contiene, producen otras tantas variedades de granitoideo,
globular, amígdaloideo, cuareífero, micáceo, etc.
La mas importante es el pórfid0 rojo antiguo, que procedente de
Egipto, donde se halla, ha sido empleado como piedra monumental
y de ornamentacíon en columnas, estatuas, jarrones, etc. Esta varie
dad no se ha hallado mas que en Egipto; las otras son comunes en
Europa y aunque no mucho en España, se las cita en alguna locali—
dad. » -
El labradófido, ófilo, pórfido verde antiguo, meláfira y pórfido
negro, está compuesto esencialmente de feldspato labrador con cris—
tales del mismo en su masa, y como accesorios, píróxena, nódu10s
—221—
calizos y silíceos. Ofrece variedades de coloracion que esplican sus
diversos nombres, otras de estructura y muchas por las sustancias
que lleva en su masa. r
Atraviesa los diferentes terrenos en forma de filones ó diques que
son abundantes en España relacionados con los criaderos metalífe—
ros de algunos distritos mineros, siendo las localidades en que ad
quiere mayor esteusíon la sierra Almagrera, Estre madura baja y
la provincia de Guadalajara.
Tiene los mismos usos que el anterior, y bien que preferida la va
riedad llamada verde antiguo, hay de otras mosáicos, bustos, tazas,
etc., etc. y se emplea en moletas y losas de ap0rfidar.
El olígófido, pórfido azul, compuesto de pasta de olígoclasa con
cristales de la misma, ha sido empleada tambicn por su agradable
color azul como pidera de ornamentacíou. Se presenta en diques y
tifones atravesando los otros pórfidos y terrenos estratificados, y
aunque comuu y abundante en el departamento de .Var (Francia)
no consta exista en España. '
El albitá/ido en que la pasta es de albila, se encuentra con el al
bitófido, tiene las mismas variedades, y como él da lugar a algunos
de los llamados pórlidos negros.

2.° Bocas porfldz'cas magnesianas.

Ya hemos tratado en la Mineralogía de la serpenh’na, y dicho al


esponer su composicion y caracteres que mas que especie mineral
era una roca.
Euronna. Verde de Córcega.—Es otra roca de color verde, bas—
tante tenaz, compuesta de díalaga y feldspato jade ó saussurita, que
si la composícíon separa de la serpentina no su modo de hallarse.
No es rara en algunas montañas como los Apenínos y Pirineos, y la
hay en España en Galicia, en Almadeu y en Castilblanco (Sevilla).
Por prestarse bien al pulimento son usadas como piedras de adorno
algunas variedades, y en general todas por su tenacidad en cons—
truccien.
Anrmoms.—Está compuesta de hornhlenda y feldspato labrador
con algunos cuerpos accesorios, y se la distingue por su color domi—
-222—
nante verde, tan oscuro que pasa a veces a negro. Por su testura
recibe los nombres de di'oríla, si es granugienta hasta; díaríh’na, si
granugienta fina; si compacta y como fundid0s é indistintos sus dos
componentes, piedra córnea; y si tiene otras estructuras la que re
vela su calificativo, pizarrosa, orbicular, etc., y por los cuerpos
que lleva el de micácea y granatífera.
Se presenta en masas algo voluminosas ó en filones y diques en
relacíon con los granitos y pizarras; siendo frecuente en los Pirineos
y bien conocida la variedad orbicular de Córcega, y otras de Espa
ña, enlazadas con sus diferentes criaderos metálicos que quizá de
ban su aparieion á la erupcion de esta roca, en Sierra Almagrera,
Nevada, Asturias y otros puntos.
Se emplea como piedra de adorno y en la fabricacion de objetos
de lujo, como jarrones y ficreros, estimados por el buen efecto de
las tintas y hermoso pulimento que recibe.
Pmoxemn.—Está compuesta esencialmente de piróxena diopsi
da, y como la roca anterior á que acompaña en algunos depósitos
metálica, y cuyo color y caracteres tiene, no es estraúa á nuestro
país.

ORDEN 5.°

BOCAS ÍGNEAS nonenms ó vor.cinreu.

Son el último término de la série ignea, que comprende hasta los


productos que arrojan los volcanes actuales con los que tienen se
mejanza ó identidad de procedencia.
Atendiendo á su edad relativa se dividen en tres géneros á que
da nombre la roca mas notable de las que incluye.

Gé¡tero i.° Traqm'la.

En este género se colocan las mas antiguas de las del órden, que
al revés de lo que sucede en las de los otros se presentan en masas
estensas como estratificadas; tambicn su composicíon es distinta,
puesto que en ellas no hay antígena ni peridoto.
—225—
La obsidiana y piedra pomez han sido tratadas en la Mineralogía:
solo’ tenemos que ocupamos aquí de la traquíla y fonolita.
Tnsqum. Pórfido lraquílfco. Lava pwm’tfca, etc. Es una roca
compuesta de granos casi microscópicos de 0rthosa, mezclados fre
cuentemente con partes del mismo feldspato ó piróxena bien crista—
lizados, ó con mica, anfibol ó hierro titaneado, de que resulta una
pasta uniforme ó aporfidada, compacta ó porosa, siempre áspera al
tacto y con colores variables desde el blanco al gris ó rojo sucio, y
con aspecto diverso que esplica las sub—especies y variedades admi
tidas.
Producto igneo mas moderno que el de las órdenes anteriores, pa
rece haber salido del interior en estado pastoso, en volcanes anti
guos semejantes á los actuales, en los que se encuentra en bastante
abundancia con las otras especies del género sus contemporáneas.
En España existe como en el estranjcro, y la hay en el cabo de
Gata y otros puntos, en relacion con criaderos metálicos de su tiem
po, y algunos de alumhre como el de Almazarron, esplotado desde
tanto tiempo hace. .
De la descomposicion de las traquitas resultan tierras feraces y
arcillas estimadas en alfarería: íntegra la roca da buenas piedras de
construccion, y algunas de molino una ú otra variedad.
FONOLITA. Perlz'ta. Retim'ta.—Es otra roca de composicíon seme
jante á la traquíla, cuya testura compacta, fractura escamosa, colo
res claros y fusibilidad al soplete distinguen. Comunmente se pre
senta en masa uniforme, menos veces aporiidada: la sub—especie lla—
mada perfila se ofrece en granos esféricos vitreos ó nacarados, en
gastados en una pasta compacta de brillo resinoso que por si sola
forma la llamada retim'la.
El nombre especifico procede del sonido que produce cuando se
golpea. Se halla como la traquíla, y la variedad pizarrosa es la úni
ca que se emplea cuando es abundante para cubrir edificios.

Género 2.” Basallo.

Comprende especies de posícíon intermedia entre las anteriores y


siguientes: su color oscuro, el ser el feldspato que forma la base en
—-22«’L—
su masa el labrador, y el contener antígena y perídoto, las separa
de unas y otras.
BAS.\LTO.1II¡mOSÜG. Dolerila. Tcfrina. Está compuesto de feldse
pato y piróxena íntimamente unidos, y con ellos como sustancias
accidentales, perídoto, mica, zeolitas y hierro titaneado. Es de color
oscuro ó negro, tenaz, dura, compacta, con algunas hoquedades cuan
do mas en su masa que tapizan las zeolitas, y en grandes porciones
se presenta con una estructura prismática que no permite confun—
diría con níngun otro cuerpo. Entre sus variedades son mas comu
nes la compacta, la granugienta llamada dolerila, la aporfidada con
cristales de labradorita, mimosita, la escoriforme le/rina, y la des
compuesta zoo/ra. ,
Como producto volcánico intermedio se encuentra formando di
ques ó titones inyectados en el suelo que ha alterado su erupcion.
Es cuerpo abundante de que se citan como localidades notables por
la cantidad y dísposícion columnar de la roca la Calzada de los Gi—
gantes en Irlanda, la gruta de Fingal en la isla de Stata y el Viva—
ray en Francia; siéndolo en nuestropais entre las que le ofrecen,
Olot y Castelfollít en Cataluña y el cabo de Gata.
En algunos puntos del estranjero sirve como piedra de construc—
cion, y para guardacantones la variedad columnar; pero la mayor
importancia de este cuerpo es en estado de descomposícíon por las
arcillas que produce y tierras escelentes para el cultivo, sobre todo
de cereales.
Los productos esplosivos de la accion basáltica, cenizas y frag—
mentos deforma variada, reunidos con un cemento de naturaleza
diversa, forman rocas compactas, arenáceas ó térreas, de las que
algunas tienen importancia por sus usos. Como tal debe ser consi—
derada la pu:zolana, agregado poco coherente de los mismos, cm—
pteado en las construcciones hidráulicas, y que como en Puzzolo,
cerca de Nápoles, de donde procede su nombre, se halla en muchos
otros puntos de formacion basáltica, bien que ya menos buscada
desde que se ha visto la suplen bien la mayor parte de lobas y ce
nizas volcánicas y las coles hidráulicas naturales ó artificiales, que
son las que hoy de preferencia se emplean para dicho uso.
—225—-—

Género 5." Lava.

Comprende el producto sólido de los volcanes modernos, y por


tanto muchas rocas de color y aspecto distinto, como son las cenizas
ó polvo ténue y la masa compacta llamada propiamente lava, que
a su vez cuando es celular se conoce por tefrina, y en general por
bombas volcánicas los fragmentos que por la rotacíon en la atmós—
fera han adquirido formas redondeadas. Otras sustancias como el
azufre, el cloruro amoniaco y el rejalgar arrojan los volcanes de
esta época, que han sido descritos en su lugar como especies mine
ralógícas.
' En las primeras y propias del género forma su pasta dominan
te el feldspato, al que acompañan anfigena, perídoto, piróxena y
algun cuerpo mas, ya sin alterar la uniformidad de la masa, ya ha—
cíéndola aporfidada estos ó cristales del mismo feldspato. Los produc—
tos lávicos forman tambicn conglomerados ó permanecen sueltos, re
cibiendo por el modo de hallarse los nombres de brechas, tobas, gra—
va, arena ó cenizas volcánicas, que como producto de los volcanes
de la época actual activos ó apagados se hallan próximos á ellos.
Sus aplicaciones cambian segun este mismo estado: así, útil y em
pleada en la construccion y empedrado la lava compacta, solo puede
servir la en cenizas ó grava para la fabricacion de argamasas hi
dráulicas; pero todas descompuestas producen tierras feradsimas y
dan lugar a arcillas usadas en alfarería.

tt:tt.tttttt 9.‘
BOCAS NEPTUNICAS.

Las rocas de esta clase tienen distinto origen que las de la ante
rior. Como su nombre indica se han formado en el seno de las aguas,
y así se presentan en capas ó estratos suprapuestos y en muchas
hay restos de los seres orgánicos que vivían á la formacion de su
masa, debida tambicn a la descomposicíon mas ó menos completa
- . 15
—226-—
ó a cambios habidos en las otras rocas que preexistian. En las an
teriores no hay fósiles ni su disposicion es en capas.
Unas rocas neptúnicas conservan su estado primitivo, si han sido
alteradas en posicion no en general en estructura, y se llaman nor
males; otras lo han sido y se conocen por metamórficas; pero no todas
las rocas alteradas son propiamente metamórficas, puesto que de
ser así todas las descompuestas lo serian. El mtamorfismo se apli
ca esclusivamente á aquella alteracion esperimentada en las rocas
por la accion directa de otras igneas a su aparicíon en los terrenos,
cuya temperatura, aceion magnética, presion ó emanaciones gaseo—
sas las han hecho cambiar mas ó menos notablemente. El metamor
íism0 ha sido admitido como un fenómeno natural, corre con crédito
en la ciencia y esplica satisfactoriamente los cambios habidos en las
rocas llamadas antes metamórficas por ser las en que siendo su ac
cion mas marcada se notó primero, y á las que se han reunido des—
pues otras en que se observa igualmente.
Entre las rocas normales se hallan la caliza y demás descritas
como especies minerales en la Mineralogía. Tambien allí hemos ha—
blado de algunas, porcjemplo, las arcillas, aunque mas bien que
e;pecies son rocas: de varias no indicadas debemos tratar aquí.
La arena de todos conocida, ocupa estensas porciones del suelo,
procede de la tríluracion de rocas siliceas y es meramente un depó—
sito mecánico de los granos de estas. Su empleo en la fabricacion
del cristal, preparacíon de argamasas y construccion de moldes de
fundicion es tambicn bastante sabido.
La arem’sca, gres ó asperon, comprende rocas compuestas tambicn
de granos de sílice, sota ó acompañada de otros cuerpos, reunidos
por un cemento de naturaleza variable: es por tanto granosa y ás
pera al tacto y de aquí sus nombres. Además hay agregados de frag—
mentos gruesos de distintos cuerpos, y estos se llaman en general
conglomerados, que á su vez se conocen por pudíngas ó brechas se
gun los fragmentos son redondos ó angulosos. San propiamente are
niscas las de grano siliceo menudo que cuando el cemento que los
traba es siliceo tambicn, se llama cuarzosa ó siliceo; si calizo ó mar—
goso, molasa, si arcilloso, macfño. Todos deben su origen á la agre—
gacion de los detrilos de otras rocas por este ú aquel cemento, lo que
-—227—
nos esplica su diversidad de aspecto y consistencia, como pueden has
llarse en tan diferentes terrenos cual lo son los en que se encuen—
tran, como siendo útiles unos para piedras de construcciou ó de mo—
lino no pueden emplearse otros, y como llevan las materias coloran‘
tes que las han valido los nombres de arenisca roja, verde, carbo
nosa, etc.
Una hay, la ilacolumíla ó arenisca elástica, propia de los terrenos
estratificados mas antiguos, célebre entre todas por ser la ganga del
diamante; y sin que las dé importancia cuerpo de tal valor, hay
muchas en nuestro país usadas como asperon, en construcciones ó
piedras de molino. ,
Entre las rocas metamórlicas unas al par que estructura hojosa
tienen aspecto cristalino, y para distinguirlas de las propiamente
cristalinas con las que se hallan en relacion, se llaman críslalofili—
cas; otras se encuentran mas ó menos alteradas, pero no pierden
el carácter de su origen. Las rocas cristalotilicas son el gneis y las
pizarras; las segundas son ó de sedimento químico ó mecánico; co—
mo tales se consideran muchas tratadas ya como especies mineraló—
gicas, sean debidas á sedimento químico como lo son la dolomia,
karstenita, yesos, calizas metamórticas y algunas combinaciones mea
tálicas, ó procedan de sedimento mecánico cual el jaspe, la cuar—
cita y porcelanita.
Hay otras rocas de origen orgánico, producidas como algunas cas
lizas por animales, ó resultado de la alteracion de vegetales como
la bulla, Iignita, etc., que habiendo sido tratadas en la Mineralogía
no deben ocupamos aquí.
Guns—Esta roca está compuesta esencialmente de feldspato y
mica, accidentalmente lleva cuarzo, granates, talco y anfibol, tiene
estructura hojosa ó laminar y su color ordinario es el pardo; mas
este como la testura sufre cambios por la proporcion en que entran
los componentes hasta aproximarla al granito cuando es granosa,
ó á las pizarras cuando se parece á ellas en testura.
Se encuentra formando los terrenos estratificados mas antiguos
relacionados con los graniticos, importantes no solo por su esten—
sien, sino tambion por los ricos criaderos metálicos que encierra y
el suelo que produce su descomposiciou. En España es comun, vién
—228-'—
dose en abundancia en la sierra de Guadarrama, en Galicia, Murcia
y otros varios puntos.
Przanna. Esquisto. Estos nombres se aplican á rocas diversas por
composicion que tienen como carácter comun la facilidad de sepa—
rarse en hojas ó láminas delgadas, pero cuyo componente esencial
varía como el terreno en que yacen. Hay así pizarras arcillosas
que son las mas particularmente llamadas pizarras, _v otras micá—
seas, talcosas, clorz’licas ó anflbólicas que á su vez reciben nombres
diversos además del coman de pizarra ó esquisto.
La pizarra areillosa, pizarra, ampclila, pizarra earbonosa, pi—
zarra de lejar tiene la estructura que se llama pizarrosa como de
tipo formado por ella misma, color variable desde el blanco al gris
negruzco, bastante dureza en general y no se deslie en agua como
las arcillas que la han producido, lo que indica haber sido altera—
das por el calor.
Esta especie presenta muchas variedades, entre las que debemos
conocer: la pizarra coman, de color gris, que se deja separar fá—
cilmente en hojas delgadas; la piedra de afilar ó cotícula, de gra—
no fino y duro, colores generalmente claros y testura entre pizarro—
sa y compacta; la pizarra gráfica ó ampelila, tambieu carburada
por el carbon que contiene, de color oscuro y que se destina al di
bujo; la bituminoso, que indicamos entre los combustibles (esquislos
bituminosas), y que deben su importancia al empleo que tienen
para obtener gas de alumbrado; la grafllica, que lleva grafito ó
antracita; la arenácea ó psefila, que se aproxima a la arenisca por
los granos de cuarzo que contiene, y las piritosas y aluminosas, de
interés tambien por los sulfatos que tienen las últimas y resultan de
la alteracion espontánea ó forzada de las primeras.
Las pizarras se encuentran en los terrenos estratificados primarios
y secundarios, en los que se hallan en capas comunmente mas altera
das segun corresponden á época mas antigua. En España hay unas
y otras variedades en Galicia, Asturias, Santander, Vizcaya, Sierra
Morena; destínándose como en el estranjero ó usos adecuados, de que
son bien conocidos el que tienen para tejar y embaldosar las comu—
nes, el de piedra de afilar la colícula, el de lápiz la gráfica, y hemos
dicho en otro lugar el de las bituminosas, piritosas y alumínosas.
—229—
La pizarra micácea ó micacíta está compuesta esencialmente de
cuarzo y mica, con los que entran como accidentales otros cuerpos.
Es el tránsito entre las pizarras arcillosas mas antiguas y el gneis, y
así bien que se encuentre en algun terreno secundario, es mas fre
cuente en los estratificados antiguos con aquel, sirviendo de ganga
con frecuencia a diferentes piedras finas y llevando criaderos metá—
licos. La hay en España, en Galicia, Sierra Almagrera, Sierra Ne
vada, Somosierra, Asturias y otros puntos.
La pizarra Ialcosa, (alcr'lu, está compuesta de cuarzo y talco ó
esteatita que la dan sus colores blanco ó verdoso y suavidad al tac
to. Como la anterior tiene accidentalmente feldspato, mica, grana—
tes, etc. de que y la estructura proceden sus variedades.
Tambien se la ve acompañando a la micacíta igualmente que á.
las otras pizarras arcillosas mas antiguas, y no es rara en nuestro
suelo.
En la pizarra clorr’tica, eloríla pízarrasa, el talco está reempla
zado por la clorita; en la pizarra anfibálica, anfibolila, por el an—
fibol. Las dos existen en los mismos terrenos que las mícácea, tal—
cosa y arcillosas mas cristalinas.
Cuancrra. Cuarzo granoso. Es una variedad de cuarzo cual indi—
ca su nombre y dijimos en la Mineralogía, y propiamente una arc
nisca con su origen mecánico, mas con diverso aspecto por tener
los granos siliceos aglutinados en una pasta de la misma sustancia,
y como fundidos en ella por la influencia del fuego. Se halla en los
terrenos estratificados mas antiguos, y en España de preferencia en
el silurio alternando con el gneis y las pizarras.
Se destina a la construccion, y alguna vez cuando es bojosa para
tejar como una pizarra.
Jasre.-—Este cuerpo está descrito tambien en el género Silicio, y
aquí, que es su lugar como roca, solo tenemos que añadir su origen
neptúníco y el metamorfismo que ha esperimentado.
Poncsumra. Termantida. Arcilla cocida. Los tres nombres cor
responden a arcillas ó pizarras cuyo aspecto y testura han modifica—
do, dándole el de una arcilla cocida artificialmente, la temperatura
alta de los productos voleánicos sólidos con que han estado en con—
tacto ó la producida por la combustíon espontánea de algunas minas
—250——
de carbón de piedra. Así solo se encuentran en las localidades-en
que han pido existir una ú otra causa alterante, cual en España en
el cabo de Gata, única que cítaremos.

TERRENOS.

Los materiales que componen la costra sólida del globo tienen en—
tre si relaciones de posicion y origen que permiten agruparlos con
el nombre de terrenos y formaciones, en que}: su vez se hallan ac—
eidentes que hay que indicar antes de proceder á su estudio.
Acabamos de ver lo que son rocas, y hemos estudiado las mas
importantes por su abundancia y aplicaciones, recordando las trata
das en Mineralogía, porque al par de rocas son especies minerales.
El conjunto de rocas producidas por una misma causa en cual—
quier período de la historia de la tierra constituye una f ormacíon.
Llamamos así formacz’on marina á los depósitos que se han reu—
nido en el fondo de los mares, ígnca ó plutóm'ca á los que ha pro-—
dueido el fuego, nmdrepárícdá los que deben su origen á pólipos,
etc.; siempre atendiendo á la circunstancia del origen que da en ge—
neral caracteres semejantes como hemos visto en el estudio anterior
de las rocas, y sin que marquen una época particular de la historia
de la tierra, puesto que causas análogas pueden haber producido en
varias los mismos efect05.
Constituyen el terreno todas las masas minerales formadas dn—
rante un periodo geológico de la historia física de la tierra, prescin—
diendo de las cuasas a que deben su origen. La consideracion que
preside á establecer los terrenos es particularmente la de edad; mar—
can así las épocas de la historia del globo, y puede constar cada uno
de formaciones diversas, del mismo modo que una formacion puede
hallarse en distintos terrenos, pero las de uno y las de otro serán
de edad mas ó menos antigua segun lo sea el terreno á que corres—
ponde. El granito, por ejemplo, de formacion ígnea, se halla en los
terrenos mas antiguos y en otros mas modernos; su origen es el mis-—
me en todos, pero no su edad, puesto que en los primeros tiene la
—231——
de est0s, y en los segundos han salido en época posterior de las en
tranas de la tierra.
Los terrenos como las formaciones son debidos á los cambios y
fenómenos ocurridos en la tierra, que no ha tenido siempre el as
pecto de hoy, cual se comprende por lo que hemos dicho y se con
fimará en adelante. Pero sin esto, hasta tan solo fijarse en el estado
de su superficie compuesta de eminencias y depresiones, aquellas
desgastadas y violentadas de diferentes maneras, estas cubiertas por
sus despojos que las aguas han acarreado un tiempo y continúan lle
vando hoy; unas y otras formadas por las rocas que ya conocemos,
las menos veces en el mismo estado ó posicion en que tusieron ori—
gen, y allá ó acullá enalguuas, restos de seres vivos cuyas formas
y condiciones de existencia se aproximan en general a las delos ac—
tuales segun son mas modernos y están mas a la superficie en las
capas del suelo, para hacer comprender grandes trastornos de que
han procedido cambios violentos en la costra terrestre, la destruc
ciou de los seres á la sazon existentes, la formacion de nuevas mou—
tatias en puntos antes cubiertos por las aguas, todo en tin lo que se
necesita para darnos cuenta de lo que observamos.
Al principio se formaron en los terrenos dos grandes grupos con
la denominacion de primitivos y secundarios segun que se los consi
deraba formados antes ó despues; y se los distinguia por el punto
que ocupaban del globo, unos, los primitivos, las partes mas pro
fundas, otros, los secundarios, la corteza; y por la naturaleza de las
rocas de que estaban formados, las cristalinas los primeros, y de
aquí tambien el nombre de cris/alínos, las acuosas y fosilíferas los
segundos. Entre estos dos grupos se ¡utercnló como intermedio otro
que se llamó de transicion formado con las rocas que participaban
del carácter de las de ambos. Mas modernamente se notó que los
terrenos secundarios estaban formados de partes distintas con carac—
teres que indicaban diferente edad, que había una inferior mas auti
gua y otra superior mas moderna, y conservando para aquella el ca
lificativo antiguo de terrenos secundarios se dió á esta el de terciarios.
En los terciarios a su vez se observaron partes diversas, y guardando
para las que estaban mas inferiores y se creían mas antiguas el nom—
bre dc terciaros se dió a estas por su origen el de terrenos díluvial
_25d__
y aluv¡al, ó de aluvian antiguo y de aluvíon moderno.
Vamos a ver en qué se funda esta divisíon y cómo se correspon—
den en general los nombres de los terrenos con ias grandes épocas
de la historia de la tierra. Pero no esplicada esta de la misma ma—
nera siempre, ni adquiridos cuando se establecieron los grupos an
teriores todos los datos que actualmente posee la ciencia, no nos
debe causar estrancza ver que no sean tan exactos algunos nombres
dados antes y que se hayan reemplazado por otros, ni que la esten—
síon de alguno de aquellos grandes grupos haya sido cambiada. Por
si la variacion puede producir dudas cuidaremos, al par que de es—
presar la sinonimía, de hacer las advertencias que cuando hay cam—
bios notables parcz_can precisas.
Serna la hipótesis mas admitida que tendrá ampliacion en su lu
gar, hay en la historia física de nuestro planeta dos grandes perio—
dos de distinta duracion que caracterizan la existencia ó no exis—
tencia de los seres vivos. Uno, el primero, está representado por las
primeras capas sólidas formadas en su superficie al enfriarse la ma—
sa fluida ígnea que un tiempo lo constituyó, por las que efecto del
enfriamiento sucesivo se van infraponiendo á aquellas aumentando el
espesor de la corteza terrestre, y por las que en forma de erupcion
han salido del interior, sea la que quiera la época en que ha tenido
lugar. Otro, el segundo, to representan las masas minerales que se
han depositado en el fondo de los mares ó lagos en capas ó estratos
en época posterior cuando menos á la formacion de la primera en
vuelta sólida de la tierra. El conjunto de materiales del primer pe—
riodo forman una série de terrenos, sért'c tynea, conocidos por de
crístalízacion, de enfriamiento ó de erupcion; el del segundo otra,
sér1'o neptúnico, de los llamados de sedimento ó [0síh'feros.
Cada séríe admite divisiones y subdivisiones que marcan perio—
dos mas cortos. Los que sirven para las de los cristalinos son en ge—
neral hípotéticos; sin embargo, la naturaleza de los productos que
los forman, su estructura y las capas estratificadas que han pertur
bad0 en su ernpcion, son datos de valor para poder hacerlo con pro—
babilidad de acierto. En cuanto a los estratificados la naturaleza de
sus materiales, la póstei0n de los estratos que los constituyen, mas
superficiales cuanto mas modernos si se hallan suprepuestos y no
—255—
alterados en posicion, y aun estándolo la relacion que entre si tie—
nen, y el carácter respectivo de los restos de los seres vivos que
conservan, permiten hacerlo con bastante seguridad.
En la primera série ó ígnea se hacen dos órdenes de plulóm’cos y
píroúieos. Los primeros los primitivos y cristalinas en general de
la nomenclatura usual, los segundos los volcánicas de la misma;
mas como veremos y hasta se deduce de lo ya dicho, si en los últi
mos su nombre comun no pueden inducir á error, como tampoco el
de cristalinas de las primeras ni el de primitivos que mas de una
vez en la Mineralogía les hemos dado una vez convenido á los que
se refiere la calificacion, si cuando con tal nombre se quiere espre—
sar una edad dada, puesto que si son mas antiguos en efecto que to
dos en general, han salido alguna vez del centro de la tierra en épo
cas posteriores á la formacion de otros terrenos, que siendo mas an—
tiguos no se llaman ni son primitivos.
En la segunda série se forman clases que corresponden á periodos
geológicos y en que hallamos representados en órden descendente
partiendo de los mas superficiales ó modernos los mismos grupos ya
indicados en la division de terrenos: una para los aluviales ó mo—
demos; otra para los diluviales tambien conocidos por cualernarí::s;
otra para los Icrcíarios; una cuarta para los secundarios que en esta
clasificaciou se dividen en dos, recibiendo el nombre de przmarr'os
los terrenos estratificados fosilíferas mas antiguos, como no es lo ordi—
nario, ni se ha querido dar á entender en Mineralogía cuando en los
yacimientos de los minerales hemos hablado de terrenos primitivos,
no primarios, y debemos hacerlo constar para evitar equivocacio
nes; y una sesta y última para los terrenos eslratificad0s no fosilí—
feras que son los llamados melamórficos generalmente y los de tran—
sícíon de otros, bien que tambien hayan sido consideradas rocas de
transicion algunas de las que concurren á formar los terrenos pri
marios. '
El conocimiento que ya tenemos de las rocas nos permite entrar
en el estudio de los terrenos por lo que á ellas se refiere; pero para
este además del carácter de naturaleza de las rocas de que se deduce
el carácter mineralógico, es indispensable en el de los estratificados
atender á la posicion respectiva de los estratos y a los restos de los
-—251——
seres vivos que contienen, fuentes de otros caracteres el estratigráfi
co y el paleontológico que debemos saber prériamente en qué con—
sisten.
El carácter eslratigráfico se deduce de la posicion relativa de las
capas ó estratos. La parte de la ciencia que detenidamente la estu
dia se llama Estrah’grafia, cuyo resúmen con la posible brevedad
vamos á esponer.
Procede de la palabra latina slralum, capa ó lecho. Capa o lecho
llamamos aquí la masa mineral cuyos planos conservan siempre cier—
lo paralelismo, sean los que quieran los accidentes que ofrezca y
sm la que quiera su direccion. Las caras paralelas que limitan la
capa se llaman planos de eslrafificacíon, las que cortan á estas for
mando ¡'¡ngulo planos de juntum, aquellos en que puede dividirse la
capa planos de crucero. Al conjunto de capas con los mismos acci—
dentes y caracteres en una porcion de terreno se lo llama hílada,
al conjunto de hiladas ¡n'sn, que forman los grupos de que constan
los terrenos. El punto h¡icia donde ran las capas cuando no son ho
rizontales se llama dírcccí0n ó rumbo: independientemente de su di
reccion al separarse las capas de la horizontalidad se inclinan hacia
el interior de la tierra formando angulos mas ó menos abiertos con
la horizontal, que se llaman dc ínclinací0n ó buzanu'ento: toda capa
en que esto sucede se dice que buza.
Si las capas se hallan separadas por un espacio hueco, un bar—
ranco, por ejemplo, ó por otra sustancia mineral cualquiera, y se
corresponden de un lado al otro de este espacio guardando el mis
mo nivel. son conaordartes; y se las llama discordanles cuando se
hallan a desigual altura en ambos lados ó forman ángulo al descan
sar unas sobre otras. El accidente porque ha ocurrido este cam
bio se llana falla ó resbalamiento, ya conserven a desigual altura
las capas su paralelismo respectivo, como si un lado se hubiera re
hundido en su posicion normal, ya lo pierden formando ángulo. Las
paredes de la superficie de rcsbalamiento están unas veces en con
tacto, otras media entre las capas un espacio mayor ó menor, ya
hueco que se llama soplado, ya relleno de una sustancia mineral que
recibe los nombres de dique, (¡fan ó filon.
El dique se presenta como una especie de muro entre las capas;
-255—
sale alguna vez á la superficie del suelo, y no parece sino una capa
en posicíon inversa lt las que separa. El tifon es una gran masa ig
nea intercalada entre los estratos, terminada superiormente en ge—
neral con forma cónica ó redondeada y tiene mayor grueso que el
dique. El [il0n es de tamaño menor que el tífon, al que se parece en
la forma un tanto cónica, tiene paredes onduladas, menor anchura
que estas y el dique, bien que bastante longitud, y su direccion es
opuesta á la de las capas que atraviesa y corta.
Los materiales que forman unos y otros proceden, ó del interior
como en los tífones y diques en general que han salido en estado de
fusion del seno de la tierra, ó tambicn de aquí pero interviniendo
el agua en su formacion, los filones propiamente dichos, ó del es
terior de los detritos de las mismas capas que rellenaron despues
de la falla el hueco que quedó, ó de materiales ‘arrastrados por las
aguas desde mayor distancia. La esplicacion del origen de los
filones metálicos ha ocupado a los geólogos en todas épocas, y
se ha dado en cada una segun la hipótesis geogéníca que reí—
naba. Hace poco se creía con Werner que eran hendiduras en el
terreno rellenas de arriba a abajo por las aguas que ocupaban la su
perficie en que cristalizaron los cuerpos que forman el fil0n: luego,
cuando adquirió mas crédito la teoría geogéníca del origen igneo
del globo, se consideró mas natural y acomodado al modo de pre
sentarse los lilones, la idea de que procedían del interior y que eran
el resultado de la sublímacíon de las materias ígneas interiores en
las cavidades existentes que rellenaron. Es probable que así se ha—
yan formada alguna vez, pero en general procediendo como proce
den los materiales de los filones metálicos del interior, parecen ser
debidos al concurso de la causa interna que producía los materiales
y á la del agua con que se eombínaban, que los retenían en las ca
vidades en que se depositaron.
En la estratificacion concordante las capas se hallan sobrepuestas
correspondan ó no a las mismas rocas, indicando origen y condicio—
nes de formacion iguales. Hay otra estratificacion llamada de sepa—
racion, en que al lado de capas concordantes se hallan otras discor—
dantes con estas pero concordantes entre si, en que ya no ocurre lo
mismo; y menos en la trasgresiva, en que sobre capas alteradas en
—256—
su posicion, descansan otras en posícíon normal ó alterada inver
samente a como lo están aquellas, lo que no puede menos de haber
ocurrido en tiempos distintos.
Los esfuerzos producidos por las masas igneas procedentes del
interior del globo al salir al esterior, como salen en algunos casos
quedando en otros por bajo de los estratos ya depositados al pro
ducir las montañas, han dado margen a las alteraciones que se ob—
servan en la posicion de estos. Alguna vez en efecto las capas han
sido rotas y separadas en el punto en que obró la masa ígnea que
asoma al esterior; otras su accion no se marca mas que por las cur
vaturas que ha hecho tomar a aquellas, y hasta solicitadas á la vez
las capas por fuerzas encontradas han tomado formas y direcciones
estranas. Cuando los esfuerzos han sido anteriores a un depósito no
alterado despues de su formacion sus capas no se hallan desarre—
gladas, si las del sobre que descansa; si han sido posteriores a la
formacion de los dos, se concibe que los dos estén alterados. De es—
te modo al par que se esplican cumplidamente las diferentes posi—
ciones de los estratos, se conoce la época en que han ocurrido los
levantamientos.
El carácter paleontológic0 se deduce de los restos de los seres
que vivieron un tiempo y se conservan entre las capas.
Los seres vegetales ó animales que han vivido en épocas anterio—
res á la actual, ó sus restos é impresiones, que se encuentran enter
rados naturalmente en las capas terrestres por causas independien
tes de las actuales se llaman fósiles. La ciencia que los estudia Pa—
leontología, y de aquí el carácter que suministran paleontológíco.
La Paleontología es una de las partes de la Geología que mas ha
contribuido a su adelanto, cual se comprenderá. por lo que tan su—
mariamente como en la parte estratigráfica vamos á decir.
Desde muy antiguo se encuentra consignada la observacíon de
piedras conteniendo conchas en su masa, ó de depósitos mas abun—
dantes de las mismas esparcidos por el suelo; y nada mas natural
que siendo las mas comunes a la superficie parecidas á las que ac—
tualmente viven en los mares, se dedujera que habían estos cubier—
to la superficie terrestre en algun tiempo, y que en tal idea se ad
mitiera como mas probable la hipótesis del origen neptúnico del
-—-257—
globo; para otros no obstante los depósitos de conchas no eran mas
que una de las pruebas del diluvio universal, y hasta hubo alguno
que esplicaba su existencia por la facilidad, decía, con que bajo cier
tas influencias de las estrellas se disponía la materia bajo esta ó la
otra forma orgánica. Por lo absurda la última hipótesis no merecía
ni recordarse: mas racional la segunda, es sin embargo insuficiente
para esplicar la presencia de los fósiles en todas las circuntancias y
á las profundidades en que se observan, y hasta la primera solo es
admisible en cuanto representa un hecho cierto, el de la existencia
de las aguas en puntos de gran altura hoy sobre el nivel de los ma
res, no por lo que es en si misma.
Las conchas como los otros fósiles son los representantes que
quedan de la fauna y flora del globo en sus diferentes épocas, cual
lo son las actuales de la que atraviesa al presente. Las distintas
condiciones que como veremos ha habido en ellas por temperatura,
estado del suelo y de la atmósfera, dan á los seres característicos
de cada‘ una formas mas parecidas á las de los que actualmente
existen, á medida que son de época mas reciente, como van siendo
parecidas las circunstancias en que vivieron. Cuando se encuentran
suprapuestos los depósitos en que se observan, se hallan tambien
los mas modernos mas á la superficie, y mas profundos los de épo—
ca mas antigua que llevan los mas distintos de los actuales; ha
biendo depósitos, que son todos los formados en el largo periodo de
enfriamiento de la costra dura del globo ó su primera época, en que
no siendo posible la vida, ni se encuentran fósiles ni deberán ba
llarse sin cambiar absolutamente los fundamentos hoy admitidos.
Así como no han vivido al mismo tiempo todos los seres antiguos,
tampoco se han conservado de la misma manera ni han esperimeu—
tado todos igual alteracíou. La naturaleza de las partes que los for
maban, mas ó menos descomponibles unas que otras en igualdad de
circunstancias; las distintas en que han podido ó debido hallarse á
la formacion de los depósitos en que. se encuentran, consolidados
unos lenta y otros rápidamente, y la misma estructura y composi—
cíon de las rocas en que se ven, mas ó menos porosas, permeables
y destructibles, deciden de su mejor ó peor conservacion y esplican
por qué son mas frecuentes los dientes, huesos, conchas y políperos
r -—258—-—
de los animales que las otras partes, y en los vegetales mas las le
¡losas que las herbáceas.
Los fósiles se dividen segun el medio en que por analogía se cree
debieron vivir, lo mismo que los seres orgánicos actuales, en ter
restres, /Iuviátiles, lacustre; y marinos. Cuando se los llama prima
rios, carbom’feros, terciarios, etc. se quiere dar á entender no el
medio en que vivieron sino la época en que existían. Por esto a su
vez toman algunos terrenos nombre de los fósiles característicos,
y por esto atendiendo á la mayor ó menor antigüedad de sus fósiles
se los conoce por palcozóícos ó de fósiles antiguos, mesozo'r'cos ó de
fósiles medios en edad, asi como por a:o’icos á los que carecen de
fósiles.
La Paleontología al darles a conocer marca las relaciones que lie
nen entre si los de un mismo periodo, la mayor estensíon ocupada
por los de los primeros terrenos estratiñeados que los mas antiguos
caracterizan, la sencilla 0rganizacion que le es propia, y que va com-—
plicándose progresivamente en los siguientes hasta los mas moder
nos, la variedad de formas que consecuencia delo mismo se encuen
tran en estos, que se localizan tambien mas en comarcas limitadas;
establece de este modo las leyes de la creacion orgánica, y al par
que fija la aparicion de nuevos seres indaga las causas que han pro
ducido su desaparicion.
Cada época abraza cierto número de fósiles; el de los conocidos
hasta hoy se aproxima a 2i,000, correspondientes segun el género
elegido por tipo, Elephas, Paleotheríum, Megalosaurus y Tn'lobíles
a los cuatro periodos ó grandes épocas de la creacion orgánica lla—
madas ele/antína, paleote’rica, megalosáuríca y trílobz’tíca.

i.“ SERIE DE TERRENOS.

Neptúnicu.

Los terrenos que comprende esta série se presentan por lo general


estratificados ó dispuestos por capas, Icrrenos de sedimento, están
formados de rocas calizas, arcillosas, siliceas, pizarrosas, carbono
-—259——
sas, etc. en capas sobrepuestas normalmente ó alteradas, con fósi
les menos en los mas inferiores. En ellos se encuentran atravesando
los estratos, en forma de lilones ó diques, rocas de origen ígneo pro—
cedentes del interior.
Los terrenos neptúnícos se dividen en clases correspondientes á
periodos geológicos, partiendo de los de época mas moderna como
mas superficiales, en órden inverso a su edad.

(lilliflüld il.’

TERRENOS MODERNOS.

Terrenos de la época actual, post—dfluvial, post—terciario post—


plr'oceno de los autores. v
Son terrenos modernos todos aquellos que se han formado en la
superficie del globo desde el principio de la época actual. Están ca—
recterizados por restos orgánicos poco alterados de los seres cuyas
especies viven actualmente, por restos tambicn de objetos de la ín
dustria humana y por la poca adherencia de los materiales que los
forman, bien que alguna vez se hayan reunido formando rocas mas
consistentes. Como productos igneos solo tienen los que proceden de
los volcanes de la época actual.
Todos son contemporáneos, y así no siendo de mucho valor el ca
rácter de sobreposicíon para dívídirlos, se hace segun el origen en
formaciones.
Fonuacrorv nannerón1ca.—Se conoce por tal la producida por los
pólipos que en esta época como en las anteriores forman grandes
depósitos de políperos en ciertos mares: en el Rojo y la Oceanía
son mas frecuentes y de mayor cstensíon que en otros.
FORMACION runnicns.-—Es la que constituye la turba de que ya
nos hemos ocupado y esplicado su produccion.
Fenmcrou nnrnírrcs.—Como tal se mira el conjunto de materia
les desunídos que cual una película cubre la mayor parte de la su
perficie terrestre. Presenta diferencias por la naturaleza de los com—
—240— .
ponentes y situacion, que se refieren a los tres tipos de tierra vegeo
tal, arenas y tierras de demolicion.
La tierra vegetal es la capa delgada en que crecen los vegetales:
su grueso varia desde pocas pulgadas hasta algunos piés; igualmen
te su composicion, recibiendo segun ella los nombres de arcillosa,
aronosa y caliza ó las de los intermedios, y acompañando á estos
componentes restos orgánicos en estado terroso que es lo llamado
mantilla. Segun la proporcion de los primeros y la de este son las
tierras mas aptas para el cultivo: un solo componente no constituye
una tierra, cuya buena calidad depende de la union de los tres y e¡
mantilla en proporcion conveniente con otros cuerpos que á mas
de los indicados suele contener y que modifican sus cualidades lisi
cas, como las modifican los abonos minerales y orgánicos, la natura—
leza del sub-suelo, la esposicion, el clima, elc.; consideraciones to
da‘s de gran interés bajo el punto de vista agrícola.
Las arenas se presentan formando una capa de granos sueltos de
tenuidad diversa en las playas ó desiertos interiores.
Las tierras de demolicíon son los depósitos formados en las fal
das de las montañas por la descomposicion de las rocas situadas en
la parte alta; son como sus escombros. Cuando se forman en los
ventisqueros se llaman cano/rales.
F0nmcrorv nnuvm..—Como tal debe considerarse toda la com—
puesta de los fragmentos de diversos tamaños de rocas que se en—
cuentran en los valles y llanuras, en la embocadura de los ríos y en
las playas. La formacion aluvial es así flucialt’l ó marina. Los alu
viones fluviátiles son, ó de légam0, tierra arcillosa con mantillo
arrastrada por las aguas ’conslituyendo una buena tierra vegetal,
ó de arenas que dejan en su trayecto los ríos ó amontanan al
desembocar en los mares formando los deltas ó alfaqucs a veces de
gran profundidad, ó de fragmentos mayores llamadas grava y guijo,
ó mas gruesos segun han sido menos trituralos y desgastados en el
trasporte. Son aluviones marinos los que se depositan en el fondo
del mar ó en las costas: el estado de sus materiales constituyentes es
el mismo que el de los lluviátiles con los que concurren á. formar los
dellas, y como ellos se hallan alguna vez endurecidos por un cemen
to ferruginoso, siliceo ó calizo.
—241-"
Fonmctox ron.icea.—Se conocen como tobáceos los depósitos for
mados por aguas que llevando en disoluciou carbonato cálcico lo han
dejado, ya en masas porosas y ligeras, loba, ya recubriendo ó ta—
pizando otros cuerpos, caliza íncrustante, ya en formas olíticas, pi
solitieas, ó de estaláctitas y estalágmitas, como las variedades de
calizas conocidas por estos nombres.

tllttd\tlïl ‘B.‘
TERRENOS cuarnnxamos.
Ül¡smálico ó del diluvio, de trasporte, de aluvion antiguo. Dílavz’um.

Constituyen este terreno varios depósitos formados en un periodo


caracterizado por grandes trastornos en la costra terrestre, al prin—
cipio de la época actual y tin de la precedente; por lo que participan
del carácter de uno y otro no siendo posible siempre marcar su lí—
mite. ‘
Como los aluviones modernos están formados los diluviales de
fragmentos sueltos en general; mas yacen dispuestos en grandes
masas que no han podido arrastrar las aguas actuales, y al revés de
aquellos contienen restos de seres ó perdidos ó que no viven actual—
mente en los puntos en que se conservan: de los terrenos terciarios
los separa el no constar de capas esteusas de testura maciza.
No están acordes los geólogos en la duracíon de este periodo, cor—
to para unos y limitado á los efectos del diluvio, y estendido por
otros á algunos mas y á mayor tiempo. Tiene dos órdenes de depó—
sitos, uno dífuvz’al y otro glacial ó errático. El primero lo forman
los aluviones antiguos y las brechas y cavernas huesosas.
Los aluviones antiguos están constituidos por fragmentos sueltos,
ó reunidos por algun cemento, de materias diversas en estado de
arena, guijo y cantos rodados, que ocupan en general las faldas de
las grandes montañas y en que se encuentran restos fósiles de ele
fantes, hipopótamos, mastodontes, ciervos, bienes, etc.; pero espe—
cies que no existen y de que alguna hasta se han hallado individuos
16
— 242—-—
conservados en estado de congelacion. Por la abundancia de restos
de elefantes se ha llamado el periodo ele/antino. En unos aluviones
se encuentran los metales nobles, oro, platino y las piedras finas,
oorindon, diamante, etc.; en otros depósitos de hierro pardo, y algu
nos forman el aluvion capas de légamo ricas en fósiles notables, co—
mo el megaterío, megalom'x, etc.
Las brechas buesosas y cavernas de huesos son tambien de esta
época. Las primeras contienen en una pasta de arcilla ferrnginosa
fragmentos angulosos de varias rocas y huesos muy quebrantados;
se hallan rellenando las hendiduras de las montañas calizas del lito
ral del Mediterráneo: las segundas, comunes igualmente en Europa y
América, encierran tambieu huesos de animales de especies opues
tas en instintos y costumbres, rotos y dispersos en una pasta terrosa
ó petrea.
La formacion errática está caracterizada por grandes fragmentos
angulosos de rocas, ya enterradas por depósitos movibles, ya á la
superficie, sin relacion con el suelo en que yacen: las masas de que
proceden se hallan a mucha distancia por lo comun, y para haberla
recorrido sin perder las aristas, es preciso que a mas de corrientes
impetuosas hayan tenido algun medio de flote, que se cree haya
sido el hielo.

oi¡aoa s:
TERRENOS TERCIARIOS.

Terreno supracretáceo.

Antes de la formacion del terreno clismático y despues de la del


cretáceo hubo un periodo de tranquilidad que marca una época de
la creacion orgánica, la paleotérica, en que se depositaron los ter—
renos terciarios.
Los forman calizas, arcillas, arenas, conglomerados y brechas de
distinta naturaleza dispuestas en capas alternantes por lo coman:
con ellas se encuentran frecuentemente depósitos de ligníta, de sul
-243...
fato y cloruro sódico y algunos de hierro pisíforme; y son sus fósia
les animales característicos, con los mamíferos que aparecen casi
todos en esta época, otros vertebrados, y muchos moluscos análo—
gos á la que viven actualmente, dominando los gasterópodos.
Los estratos se hallan unas veces alterados por rocas cruptivas y
levantamientos posteriores á su formacion, y mas frecuentemente
cortados por la erosíon de las aguas formando valles limitados por
cerros ó colinas en que se corresponden las capas en toda la esteu——
sien del depósito que constituye grandes cuencas en la superficie
terrestre. Se citan como notables en Europa la de París, Lóndres,
Bélgica, etc., y particularmente en España las que se entienden por
las provincias de Madrid, Toledo, la Mancha, Andalucia y otras.
En ellos adquiere importancia la formacion lacustre y finvíatil,
insignificante en los terrenos mas antiguos, que alterna en ocasiones
con la marina, como acompaña á ambas alguna vez otra piroidea de
basaltos y productos volcánicos contemporáneos.
Los terrenos terciarios se dividen en tres grupos, superior, medio
éínferior, pisos para algunos, de plioceno, mas reciente, mioceno
menos reciente, y eoceno, aurora reciente.
El plioceno es de los tres el mas moderno y el que mas se parece
al terreno cuaternarío en disposicion y fósiles. Se cita como la loca—
lidad en que tiene mas importancia y cstensíon las vertientes de los
Apeninos, y de aquí el nombre con que tambicn se le conoce de ter
reno snb—apenino. Es en el que se encontraron los restos de la sa—
lamandra gigantesca que Scheuzer llamó el hombre testigo del dilu—
vio creyendo eran en efecto restos fósiles humanos.
El mioceno ó medio, falunico y de molasa de algunos autores, se
encuentra situado entre el anterior y el siguiente y abunda en Espa—
ña constituyendo las llanuras de ambas Castillas y grandes porcio—
nes de otras de Murcia, Valencia, Andalucía, etc., entran a formar
lo calizas con conchas marinas ó lacustres, dientes de peces y algu—
nos radiarios, bien conservadas ó muy rotas, y arenícas margas y
arcillas.
El eoceno inferior ó numulltico es el mas antiguo é inferior de los
terciarios. Por eso en él ya son escasas las conchas parecidas á las
que viven actualmente, pero en cambio tiene en abundancia otras,
—244—
y de un foraminifero que lo es, el nummulíles, ha tomado el nombre,
como del paleotherium el de paleotéríco aplicado á la época de la
creacion que marca. Muchas familias de mamíferos y algunas aves
aparecen aquí por vez primera é indican la aurora de un nuevo día
en la historia de la tierra.
Como el terreno anterior es frecuente en España en las cuencas
terciarias y le corresponden particularmente algunos depósitos de
sal comun cual los de Cardona y Bribiesca.

GILAÜII ¿.’
TERRENOS SECUNDAMOS.

Amónícos. Mesozóicos.

Representan el segundo período dela formacion orgánica, y cons


tan de una série de estratos de rocas de naturaleza diversa, inter—
puestos entre los terrenos terciarios á los que sirven de base en es—
tratificacion discordante, y los primarios sobre que descansan en po
sicion discordante tambicn por lo comun con ellos.
Se distinguen de los terciarios en que sus fósiles se alejan mas de
los seres que actualmente viven: estos los separan_asimismo de los
primarios, mas antiguos, paleozo’ícos, y mas diversos en general de
los actuales. Todavía hay en efecto en los terrenos secundarios ani
males vertebrados de sangre caliente, pero los mas son de sangre
fría, siendo notables y característicos los saurios de talla gigantesca;
de uno el megalosauro, toma nombre el periodo de megalosáun'co;
asi como por dominar las conchas de ammom’lcs tambicn la clase de
terrenos el de amónicos. '
Los terrenos secundarios están compuestos esencialmente de for
maciones marinas, con las que se encuentran otras igneas de grani—
tos, dioritas ó pórtidos, intercaladm como contemporáneos ó forma—
dos posteriormente, alterando la posicion de los estratos que ocu
pan grande estensíon de la costra terrestre. Se forman en ellos tres
grupos ú órdenes, con los nombres de cretáceo, jurásico ytriásico.
—2l5—
' f.' Tenneso cnuricso.—Ha recibido este nombre por estar com
puesto esencialmente de caliza cretácea, creta, en estratos alternan
tes con otros de margas, arcillas, areniscas y conglomerados: en la
creta hay nódulos de pedernal. Entre los fósiles que contiene son
mas frecuentes y dominan los ammom’les y belemm'tes, pero contiene
todavía restos de aves, de cuya clase marca la aparicion, y de ve—
getales dicotilcdones, de que tampoco se ve en los terrenos anti—
guos mas que alguna familia particular.
Los dos pisos que lo forman superior é inferior, divididos á su
, vez en formaciones, contienen: el primero, la creta de origen ma—
rino con estructura variada, poco consistente en. la superficie, mas
compacta en la parte inferior, con nódulos de pedernal ordenados en
capas; el segundo, estratos de caliza tambicn, pero dominando las
capas de margas, arenas y areniscas tenidas de verde, arcm'sra
verde, por la materia clorítíca que acompaña alguna vez á la caliza
mas inferior del primer piso, y con origen fluviatil: así los fósiles en
ambos son distintos.
Es un terreno que abunda en España en la que le corresponden
las montañas de Santander y algunas de Navarra, Aragon y Cata
luña. Proporciona con buenas piedras de construccion y ornamenta—
cion, de sus estratos ó las masas eruptivas que los al terah, algunos
minerales de hierro y lignitas, carbon de la creta, que aunque bue
nas son poco abundantes para que puedan esplotarse con provecho.
2.° Tener—mo JURÁSICO, ooh’tíco de los ingleses, deducidos ambos
nombres, ó de la cordillera del Jura donde se halla muy desarrolla
do, ó de la caliza oolítica que en Inglaterra es abundante en este ter
reno.
Está formado de rocas calizas de diferente testura, alternando
con capas de margas y arcillas, estas no muy abundantes, ya poco
consistentes, ya duras, compactas y metamorfizadas por las rocas
eruptivas que son frecuentes y han alterado tambien su posicion ori
ginaria. Tiene como fósiles además de los ammonites y bclemníle-9
los otros de los secundarios en general; los reptiles gigantescos
y de formas estrañas, plcrodact‘ylus, r'vhláyoasaurus plesz'osaurus y
megalasaurus, y del reino vegetal, helechos arb0rescentes, zamz‘as
y araucarias. Es terreno de los mas esparcidos por toda Europa,
—246—
en que forma como la cordillera del Jura en Francia y parte de los
Alpes y Apeninos, otras comarcas en Inglaterra, Alemania, etc., y
en España algunas de las provincias de Castellon, Teruel, Córdoba,
Granada, Santander, etc.
Se forman en el terreno cuatro pisos conocidos por portlándíco ó
de la colita superior, orfórdíco ó de la colita media, bat/¿óm’co ó de
la colita inferior, y líásico ó de las margas; caracterizados los tres
primeros por ser dominante la caliza oolitica, y el último por serlo
las margas y arcillas de colores oscuros: los primeros corresponden
á la llamada generalmente formacion oolitica, el último á la liásica,
yconstando de los mismos fósiles hay la diferencia de existir de
preferencia unos en aquellos y otros en este; en el lías son mas co
munes la gryphea arcuata y los belemm'les, que hacen llamar á
sus calizas, calizas de grifeas, y á sus arcillas, arcillas de belem
nites.
El terreno jurásico suministra algun combustible, esta)n'ta, y al
gunos hierros; pero es mas importante por las calizas ordinarias de
construccion, hidráulicas, litográficas y mármoles, el de Carrara
por ejemplo, que proporciona.
5.° Tennnno rmÁs¡co. Keúpríco y salí/ero de otros.
Los tres nombres se refieren á sus particularidades. Está forma—
do este terreno de una sério de estratos de arcillas amarillas, roji
zas, verdes, azules, grises y hasta blancas, descansando sobre otras
de calizas compactas fosiliferas, que á su vez lo están sobre arenis
cas rojas; y dado á conocer con esta disposicion en la Suavia, se
ha encontrado del mismo modo en los otros puntos en que se ha
visto en Europa y América en que se halla, conteniendo depósitos
de sal comun, como los tiene el que existe en España, en Andalucia,
la Mancha, Aragon, Valencia y Santander.
Son sus fósiles característicos, con muchas conchas y radiarios, res—
tos de peces y de grandes reptiles, entre ellos notable el labyrin
thodon y además el microlestes antiguas, representante de la apari—
ci0n en la tierra de la clase de los mamíferos.
De sus tres pisos, en el primero ó del keuper acompañan á las
arcillas depósitos y manantiales salados y yesos; á él corresponden
las salinas de Minglanilla, Villagordo y otras de España: en el se—
-—247—
glmdo, de la caliza conchi/era, hay con capas calizas, otras dolomí
ticas, karstenita y tambicn sal comuu: en el tercero del gres ó are—
nisca abv'garrada, domina el depósito arenáceo.

(Biliflüill 5.”
TERRENOS PRIMARÍOS.

Paleozóicos.

Terrenos de transici0n y secundarios en parte de Werner. Terre—


nos metamórficos de algunos autores. Epova trilobítica de Hunt.

Representan el primer periodo de la fórmácion orgánica y los pri—


meros depósitos de sedimento fosilífero. Por ser los que llevan los
seres mas antiguos se los llama paleozóíeos, así como toma la época
geológica de los fósiles dominantes, los triloóites, el nombre de tri
lobítica.
Los estratos que lo forman están compuestos mas especialmen—
te de rocas arenáceas, micáceas, anfibólicas y calizas, pero las úl
timas como dominantes tan solo en el grupo mas superior siéndo—
le las otras en los restantes, que si llevan calizas es en corta can——
tidad y como factor accidental. En todos casos las capas están dis—
locadas y han adquirido testura cristalina que se esplica bien, en
su situacíon de proximidad á la masa ignea central, por las frecuen
tes erupciones que debió tener al tiempo de la formacíon de estos
terrenos, y que obrando sobre ellos al par que los cambiaba de po
sící0n los alteraba en estructura y composicion. Por esto se llaman
tambicn terrenos metamórficos, como compuestos de rocas metamór—
ficas, y bien que ya hemos dicho no ser el metamorfismo esclusivo
de una sola época, es lo cierto que para este terreno es general y
da un aspecto á sus componentes, que con el carácter de composi—
cíon y el de los fósiles vegetales y animales, mas distintos de los
actuales que los de terrenos y épocas posteriores, como lo son los
—248— _
trilobites indicados, permiten separarlos de los secundarios con que
algun tiempo estuviere confundidos.
En estos terrenos es donde se encuentran, lo que aumenta la ¡m—
portancía que los da su misma estensíon, los depósitos metálicos mas
ricos y buscad05 y el combustible mas importante, el carbou de
piedra. Elespesor que tienen revela un larguísimo periodo en la
historia física de la tierra, mayor todavía si en él se incluye el tiem
po preciso para formar los estratos no fosilíferos que colocan algu—
nos autores con ellos, no dando grande importancia á la falta de fó—
siles. Conviene separarlos para ser consecuentes con el calificativo
que se les asigna, sobre todo cuando de no hacerlo podría resultar
ambigüedad en la época con relací0n á la vida orgánica, y confusion
para la inteligencia de la teoría geogéníca mas admitida y proba
, ble. De este modo solo se conservan en la clase los cuatro grupos
de terrenos llamados peneo, carbonífero, devom'o y silurio.
l.° Tenmmo ramo ó ¡>Énmco. Del zechstez’n de Humboldt. Psa—
merílíco de Huot.
Este terreno está ligado íntimamente con el tríásico, debajo del
que yace su estratificacion discordante, por sus fósiles; pero con los
de aquel contiene otros que justifican su separacion y colocacion
en la clase de los primarios. Consta de tres pisos, uno superior
en que domina la caliza magnesiana, otro medio que forma una pi
zarra margosa con fósiles y frecuentemente sulfuros de cobre, co
mo los que en ella se esplotan en Hertz y en Turingía, y otro infe—
rior que constituye una arenisca de colores claros muy escasa de
mineral cobrizo, nuevo gres rojo. Por esta recibe el terreno el nom
bre de peneo (pobre).
2.° TERRENO oanaoxírsao.——Este terreno debe su nombre a las
capas de bulla que contiene.
Consta de capas de areniscas, arcillas pizarrosas, siliceas y micá
cea.s, en uníon con bancos de calizas fétidas por lo comun y de colo—
res oscuros, que alternan con las del combustible, y como cuerpos
accidentales el hierro carbonatado y alguna otra especie metálica.
El terreno carbonífero es uno de¡los mas estudiados y del que
mejor se conocen la situacion, el espesor y los numerosos fósiles
animales y vegetales que contiene. De solo peces, por ejemplo,
_949_
se cuentan ya en el 150 especies; tiene además trilobitcs aunque
raros, muchos moluscos y zoótitos, y últimamente se ha evidencia—
do la presencia de reptiles: la flora carbonifera es [ambien tan va—
riada como notable.
Es un terreno que la importancia del combustible ha hecho bus
car cou interés en todas partes y que se ha encontrado en muchas.
Ya dijimos tratando de aquel en la Mineralogía dónde se hallaba y lo
abundante estenso y rico en capas que era en nuestra patria. No to—
dos sus pisos lo son sin embargo igualmente.
De los tres que lo forman el l.° ó superior, carbom’fcro especial
mente, y el mas rico en combustible que en capas de una vara hasta
tres de espesor alternan con otras de arcillas pizarrosas y arenis—
cas, contiene, con el hierro carbonatado esplotado al mismo tiempo
que el carbon y objeto tambíen de estima, algun otro metal y betu
nes y esquistos bitumino.»os. El 2.° ó medio, que comprende todavía
algunas capas de carbon, está principalmente formado por un aspe—
ron de grano fino con algunas pizarras y calizas bituminosas. El
5.° ó inferior, lo constituye esencialmente la caliza carbonifera,
llamada tambien caliza de mon(aña y de encrím'les por tener es
te fósil, es pobre en combustible y este es antracítico; pero en cam
bio lleva criaderos metálicos plomizos y píritosos; de aquí sin duda
el nombre de caliza metalífera con que [ambien suele designarse la
roca. En todos hay masas eruptivas que han cortado y desarreglado
los estratos, como se nota en las capas de carbon de las diferentes
minas con posiciones y replieges que sin la alteracion posterior á
su depósito no podríamos esplicarnos.
5.' Tennsxo nevomo. De la arem'ca roja antigua.
' Este terreno, colocado por bajo del carbonifero, está compuesto
de capas de areniscas r0jizas y conglomerados silíceos, grauwaka,
alternando con otras de pizarras, areniscas apizarradas y calizas,
dominando unas ú otras, y con ellas como materia subordinada al
gunos depósitos de antracita.
Sus fósiles sin ser completamente distintos de los del terreno car—
bonifero se diferencian en general. Los trilobitcs así, que son en aquel
raros, abundan en este y con ellos hay peces, zoófitos y braquiópo—
-250
dos. Los vegetales como los del terreno siguiente son notables por
su organizacion sencilla y forma elegante.
Este terreno marca por el espesor de sus capas un largo período
en la historia de la tierra. Su estensíon es tambieu considerable, y
cual en Inglaterra, Alemania y Rusia, se halla en España formando—
parte de Sierra Morena y de varias montañas de Asturias y Leon.
Los pisos en que se divide tienen diverso aspecto que nos importa
aquí poco conocer; y en cuanto á los materiales que suministra con
la antracita ya citada hay que recordar algunos metales, mármoles
de colores diversos, areniscas y pizarras.
li.“ Tennexvo suumo. Grupo de la grauwaka. Terreno de transi—
c¡0n medio é inferior y de la caliza de transicíon de los diferentes
autores.
Este terreno es el mas inferior y antiguo de los estratificados fo
siliferos y por consiguiente el que contiene los restos de los seres
mas antiguos; descansa sobre las capas del siguiente que no lleva—
fósiles ó sobre la série ígnea que formó la primera envuelta de la
tíerra, y lo limita á la parte superior el devonío.
» Las rocas que principalmente lo forman son las pizarras talcosas
y micáceas, los conglomerados siliceos de pasta arcillosa,_qrauwaka,
que llegan hasta areniscas, alternantes con aquellas, y algun banco
de caliza y arkosa: todas metamórficas y díslocadas por el conside
rable número de diques, tífones y filones de rocas plutónicas y me
taliferas que apareciores á su través y se conservan en ellas.
Son sus fósiles característicos los trilobites, muchos zoófitos, al
gunos peces de formas estrañas y cefalópodos; y entre los vegetales
los de organizacion mas sencilla.
Este terreno adquiere un espesor considerable (6000 metros) y re
presenta un largo período de la creacion. Se encuentra muy esten
dído en la tierra, y como en Inglaterra, donde está muy desarrolla—
do y con el que se han formado los pisos de superior, medio, infe—
rior y cámbrico, en otras partes de Europa.
En España tiene importancia, no solo por su estensíon puesto que
á él corresponde gran parte del suelo, ya ofrecíéndose al descubierto,
como en Sierra Nevada, Sierra Morena, Estremadura, Galicia, etc. ,
ya cubierto por el devonio ú otros de época mas moderna, sino tam—
——25l—
bien por que lleva criaderos metálicos tan ricos y estimados como el
de Almaden, los filones argentíferos de Sierra Nevada, los plomizos
de Sierra Morena, otros de estaño, cobre, etc. de diversos puntos, y
la fosfórita de Logrosan. Suministra asimismo buenas piedras de
construccion y mármoles y brechas calizas.

sanar: <B.‘
TERRENO ESTRATIF¡CADO AZOICO.
Cristalolífico de D‘Omalius. ¡tocas metamórficas de muchos au
tores. Terrenos esquislosos de otros.

El predominio que adquieren las rocas de estructura pizarrosa y


cristalina a la vez y la abundancia de micas y talco distinguen bien
este terreno. Además carece de fósiles y es rico en suslancias me
tálicas y en piedras tinas: tambicn tiene como accidentales algunos
calizas metamórficas.
Es terreno muy cstendido en la superficie terrestre principalmen
te en los países accidentados. Existe así en los Alpes, Pirineos y
otras altas montañas, y le corresponden en España criaderos metáli—
cos tan importantes como los argentíferos de Híendelaencína, el de
estaño de Monterrey en Galicia y otros de sobre y hierro de varias
provincias.
Como en los otros terrenos se forman en este grupos, caracte—
rizados aquí por el dominio del talco, la mica ó el gneis que forman
esquistos talcosos, micáceos ó la roca gneis, y comunmente dispues—
to este mismo órden, siendo la formacion gnísica la mas inferior.
-—232-—

2.“ SERIE DE TERRENOS,

Ignen.

Los terrenos que forman esta série están compuestos en generar


de rocas feldspáticas, antibólícas y calizas de estructura cristalina, y
se presentar] en masas irregulares no estratificadas, ya formando la
base de los anteriores, ya en ellos tifones, filones ó diques. Siempre
su origen es igneo, por cuya razon ni contienen cantos rodados ni
fósiles.
La capa primera de enfriamiento—de la costra terrestre y las que
se encuentran por bajo de ella son de estos terrenos; mas han sali
do tambicn en diferentes épocas en masa líquida disl0cando otros
formados sobre aquella, y a su erupcion que ha producido las mas
altas montañas de la tierra, ha acompañado la de muchas sustan—
cias metálicas. '
Atendiendo a la sustancia mineral que principalmente forma sus
rocas y a la testura, .’1 que corresponde distinta edad y hasta dife
rencia enla formacion, se han dividido en dos órdenes llamados
agah’sz‘cos ó plulónicos y pt'roídcos ó volcánicas.

ORDEN i.°

rennnmos ao.u.ismos ó rr.urómcos.

Son entre los igneos los que forman las masas poder0sísimas que
yacen debajo de los terrenos estratificados, ó que en otras no tan
considerables se intercalan entre los mas inferiores y antiguos de
estos. Su aspecto eminentemente cristalino revela la fusion lgnea.
Se dividen en los dos grupos, granítíco y porfí—rico.
TERRENO oamlrmo.—Está caracterizado por las rocas graniticas.
Se encuentra como acabamos de decir con respecto al órden. Cuan—
do está por bajo de todos los depósitos estratificados corresponde á
la época primitiva y es anterior a la de todos los terrenos; mas cuan—
—255-—
do en forma de filones atraviesa los estratificados antiguos ó á otras
masas eruptivas en que los suyos son cortados por los de estas, su.
edad es posterior á aquellos y á las de los otros eruptivos; por esto
aunque admitido y exacto en general el nombre de terreno primiti—
vo con que ordinariamente se le conoce, no lo merece ni puede asig—
nársele en algunos casos, y va cayendo en desuso para evitar el
error á que puede inducir.
Ya sabemos los materiales que lo forman por el estudio hecho en
las rocas, sus aplicaciones y donde se encuentra: solo resta aquí de—
cír que en este terreno halla el hombre muchos metales estimados
y muchas de las sustancias lapídeas usadas como piedras tinas.
Tannnxo ronrínrco.—Semejante este terreno al anterior en cuan—
to á origen y componentes esenciales, se diferencia por la testura
porfirica de sus rocas y p0r' hallarse, mas que formando masas es—
tensas como aquel por bajo de los terrenos estratificados, diques y
filones entre estos.
Tambien conocemos sus materiales, y solo tenemos que añadir que
el terreno porfirico contiene muchos depósitos metálicos ya disemi
nados en sus mismos componentes ya en filones relacionados con
los pórfidos, á los que cortan como á los estratos que han alterado
estos. Algunas minas de oro y plata de América, las de Cornouai—
lles, Sajonia y el mayor número de las de galena argentifera de Es;
pana se hallan en tal caso.
El terreno porfirico se divide en tres grupos por la roca que sirve
de tipo, marcando tambíen hasta cierto punto el órden cronológi—
co de su aparicion, que son porfirico propiamente dicho ó de pórfi—
do rojo, el mas inferior que toca con los granitos, ofiolítíco, y trá
píco el mas superior. que llega hasta los terrenos basálticos y sinla
riqueza metálica de los otros dos. -

ORDEN 2.“

rannnuos rmomnos ó vor.c.imcos.

Aunque en los terrenos piroídeos hay todavía productos seme—


jantes á los que se encuentran en el órden.anterior, son mas abun—
—254-—
(tantes las rocas de testura maciza y celulosa que principalmente los
caracterizan. Además, aunque frecuentes y estendidos hasta las
partes mas inferiores de los estratos de sedimento, no forman a la
superficie grandes depósitos por lo eomun; pero este carácter tiene
escepciones en los grupos en que se dividen. Estos se deducen del
predominio respectivo de las rocas conocidas por traquita, basalto y
tefrína ó lava, y corresponden hasta cierto punto al órden cronoló—
gíco de su formacion.
I.° Teannzvo TnAQUÍTICO.—Efllfïtfl á formar este terreno con r0
cas ásperas al tacto, y de testura maciza y porosa como la traquita,
otras compactas ó porosas de lastre vitreo como la obsidíana y pie—
dra pomez, que tienen tendencia á adquirir la granitoídea, y mas fre—
cuentemente la porlidica, y dificultan á veces la separacion del gru—
po de los anteriores. El sello traquitico, sin embargo, mas comun
de las rocas, y la disposicion del terreno, dando lugar á montañas
de forma oóníca que llegan á adquirir á veces grande altura, lo dis
tingue.
El terreno traquitico es entre los piroídeos el que adquiere mas
desarrollo. En él se encuentran algunos criaderos metálicos, referi—
des mas generalmente al porfidico con que se liga íntimamente; pe—
ro si esto lo quitara alguna importancia no la que le da su misma es—
tensíon y la altura de las montañas que constituye. El Chimborazo
y mucha parte de los Andes son así traquiticos, y formadas en gran
parte por traquitas están las islas Azores, Canarias y de Cabo Verde,
el Mont D’Or y el Puy de Dome en Francia, el Cabo de Gata en Es
paña, etc.
2.° Tnnneno nasÁnrrco.-—Lo caracteriza el basalto con su ten—
dencia á la forma prismática y á producir montañas planas de altu—
ra corta; sinudo una escepcíon el que alcancen, como ocurre en Ja
va, la de 3,000 metros. Mas frecuente que aislado. es intercalado
entre las capas de los terrenos anteriores, esceptuando los dela épo—
ca actual en que lo reemplaza el lávico mas moderno, como él lo es
á su vez con relacíon al traquitico. ‘
Al tratar antes de' las rocas en el género Basalto dijimos dónde
se encontraba y es ocioso repetirlo aquí.
5.° Tnnamvo LÁVICO. Volcánica tambieu en particular para algu—
—255—
nes, aunque generalmente se llaman volcánicas como este los dos
anteriores.
El terreno lávíco se encuentra relacionado con los otros piroideos;
pero está mas limitado que estos y mas intercalado en los terrenos
modernos, lo que unido á la presencia del cráter de erupcion sirve
para fijarlo.
Está formado de los mismos materiales que arrojan hoy los vol
canes activos, lava, cenizas, etc., y solo se encuentra en estos ó los
apagados de las partes del mundo en que se sienten ó han sentido
los efectos de los volcanes; que como veremos modifican y han mo
dificado el estado de la costra terrestre, lo mismo en los continen—
tes que en los mares.

— ®eogénia.

La tierra no ha tenido siempre el mismo aspecto que tiene hoy:


desde su origen ha sido teatro de fenómenos que ha modificado el
estado de su superficie, y se ha encontrado en condiciones diversas
que han permitido ó no la existencia de los seres vivos cuyos restos
caracterizan algunos de los terrenos estudiados. En la época actual
se verifican varios, y sus efectos sirven de guía para deducir los de
tiempos mas remotos que causaron la desaparicion de los seres exis
tentes en cada una, la formacion de los depósitos en que se conser
van sus restos y para con fundamento establecer hipótesis sobre el
origen del globo. El estudio de estos fenómenos y de las revolucio
nes fisicas que han producido forma la parte geogénica de la Geo—
logia.

FENÓMENOS GEOLÓGICOS DE LA ÉPOCA ACTUAL.

En medio de la tranquilidad en que parece hallarse la tierra en


la época actual, la mas moderna de su historia, se hacen sentir
—256—
en su superficie fenómenos que la modifican notablemente: unos
son debidos a agentes interiores, tienen por causa el estado mismo
de la porcíen interior del globo y son los de efectos mas temí
bles y de mas trascendencia; otros proceden de agentes estemos,
modifican tambicn la superficie, pero ni sos efectos son tan violen-—
tos, ni de tanta consecuencia. Los primeros obran de abajo arriba,
pugnan por destruir el nivel de la costra terrestre, la hienden, dis
locan ó levantan cambía'ndo su Composicion y espesor por los nue—
vos masas anadidas a las ya existentes que algunas veces salen al
esterior; los segundos obran en sentido inverso; lejos de turbar el
nivel de la superficie terrestre tienden a restablecerlo, no dan nue—
vos materiales a la parte dura de la tierra, mas alteran los existen—
tes que llevan de un punto a otro ó disponen de modo diverso: los
primeros como procedentes del interior y relacionados con el núcleo
incandescente, se llaman igneas ó plulóm'cos; los segundos, depen—
dientes de la accíon del agua en general, neptúnicos. Ambos nom—
bres al par que marcan bien el carácter que los separa, recuerdan
las dos escuelas geológicas que han disputado por mucho tiempo
con sus respectivas teorías sobre el origen del globo.

FENÓMENOS PLUTÓNICOS O ÍGNEOS.

La accion ignea se manifiesta hoy en el globo por fenómenos que


se comprenden en los tres grupos de. terremotos, levantamientos y
handimt’entos y volcanes, relacionados íntimamente entre sl como
dependientes de la misma causa.
Tsum.oecs DE mana ó ranasmoros.—Todos han oído hablar y
muchos esperimentado estos terribles accidentes que si pasan alguna
vez como desapercibidos y no alteran de un modo sensible el estado
de la superficie del globo, la trastornan otras violentamente.
Consisten en oscilaciones del suelo mas ó menos fuertes y repeti—
das que se hacen sentir lo mismo en la porcion al descubierto de la
tierra que en la cubierta por los mares, y cuyos efectos son distin—
tos segun la duracion,'intensídad y direccíon del movimiento que
imprimen.
—25‘I—
l.a duracion del temblor de tierra es de pocos segundos, de seis
á ocho los mas fuertes; las menos veces se siente uno solo, otras se
suceden varios en muy poco tiempo ó con mayores intérvalos durante
uno ó muchos días y hasta meses. La intensidad es variable, desde
' ligera sacudidas apenas perceptibles y sin efecto, hasta fuertes con—
mociones que destruyen poblaciones enteras, cambian el curso de
los ríos, agitan las aguas de los mares, abren profundas simas, ele—
van el terreno y cambian completamente la faz de un país. La dí—
reccion del movimiento que imprime al suelo es unas veces de osci
lacion horizontal, otras de ascenso y descenso rápido y sucesivo,
algunas giratorio: si varios se reunen casi al mismo tiempo con
la misma intensidad produce el terremoto efectos mas devastado
res, bieu que no iguales en un mismo país por la naturaleza del ter
reno que los modifica en parte, y á lo que debe atribuirse tambíen
su diferente accion en edificios y poblaciones inmediatas.
La estension del terremoto está limitada en ocasiones á un espacio
corto; el de la ¡sta de Ischia de 1828 no fue sentido ni en las islas
comarcanas ni en el continente próximo: en otras abraza distancias
enormes; el que destruyó á Lisboa en 1755 no solo se sintió en to—
da Europa, sino tambíen en las Antillas, enla Laponia y gran parte
del Africa.
La duracion del terremoto como el número de sacudidas que pro—
duce no guarda en general regla alguna, así mientras unos son ins
tantáneos y pasajeros, duran otros varios años; el de Calabria de
1785 duró cuatro y en el primero se contaron 949 sacudidas, de
que 501 fueron terribles por su violencia. Tampoco tienen en gene
' ral fenómenos precursores, bien que alguna vez se hagan sentir de
antemano ruidos sordos subterráneos, que percibidos por los anima-_
les mejor que por el hombre, los llena de espanto. La conclusion del
fenómeno si se observa que está relacionada algunas veces con la
aparicion de nuevas bocas volcánicas ó la entrada en un periodo de
erupcion de las antiguas mas ó men03 distantes del punto en que se
siente: el terremoto de Lima de 1746 cesó luego que entraron en ac
tividad cinco volcanes situados en las inmediaciones, y otros de
América como de Europa han precedido á la erupcion ó formacion
de nuevas bocas volcánicas en uno ú otro país.
17
—258-—
Los terremotos son mas frecuentes por esta razon en las comarcas
volcánicas, pero la estensíon del efecto hace sentírlos igualmente en
puntos apartados de volcanes activos ó apagados, sin que por este
pierdan la relacion que tienen las dos clases de fenómenos, depen—
dientes de la misma causa, y que si se presentan alguna vez sepa
rados, son las mas los terremotos los signos precursores de un pe—
riodo de la actividad volcánica, y esta su término natural.
LEVANTAIIENTOS v nunnmmnros.—Estensíones mayores ó meno
res de la superficie del suelo se elevan ya de un modo brusco por
el impulso de un agente enérgico que obra de abajo arriba produ
ciendo montañas en sitios antes llanos, ya sin que se note la presen—
cia del agente interior que obra pausada y lentamente pero que ele
va tambieu el terreno: en ambos casos ocurre lo que se llama un
levantamiento. Por el contrario el suelo se depríme en otros puntos
bajando de altura, y entonces se verifica un hundimiento.
Cuando tales alteraciones ocurren á consecuencia de los temblo—
res de tierra yó la
el fenómeno decausa
las erupciones
productora volcánicas
son de fácilcomo es lo ordinario,
esplícacíon;á se verí—
fican con violencia y en cortos intérvalos de tiempo, son los que mas
afectan á la costra terrestre y los que se consignan en los anales de
los pueblos. Se lee en efecto en las historias de algunos, fenómenos
de los que nos ocupan, por los que ha sido alterada la porcion seca
de la tierra formándose eminencias en medio de llanuras, ó gran—
des depresiones rellenadas en general por las aguas en que han
desaparecido pueblos ó comarcas enteras algunas veces; en otras
ocasiones hendiduras de que se desprenden llamas ó gases meñlicos;
y en los mares la aparicion de islas nuevas en unos puntos como
salidas del fondo de las aguas, y la desaparicion de algunas anti
guas. Citaremos en prueba varios casos notables entre los muchos
que se consignan.
En 1819 se elevó en la India en medio de una llanura estensa
una colina de 20 leguas de largo por 6 de ancho, cambiando como
era cpnsiguíente la díreccion de las aguas, inclusa la del río Indo;
y al mismo tiem¡fb algo mas lejos paralelamente á la direccion del
levantamiento sufrió el suelo una gran depresion que ocuparon otras
aguas y el pueblo y el fuerte de Síndré quedaron medio sumergidos.
...259..
El terremoto de Chile de 1822 y los posteriores de aquel punto han
elevado sus costas en una estensíon de muchas leguas, las islas co—
marcanas y el fondo del mar de dos á cuatro píés mas de la altura
que antes tenían. Cerca de Nápoles se levantó en 1558 en una no—
che el Monte nuevo, de altura de 154 metros y de circunferencia en
la base de 2458 metros. Del mismo modo despues de los temblores
de tierra de 1851 apareció en las costas de Sicilia la isla Julia; ó
igualmente se han formado otras en los diferentes mares, que subsis—
ten ó han desaparecido.
Cuando los levantamientos ó hundimienlos son lentos no producen
cambios tan trascendentales como los anteriores; sin embargo, alte
ran igualmente la altura relativa de las partes de la corteza terres—
tre y esplican algunos fenómenos que se observan. Tal es el cambio
en el nivel de los mares que se creyó un tiempo en vista de lo que
se observaba en el Báltico y en contra de la invariabilidad de nivel
que debían tener y tienen todos, á pesar de que en algunos puntos
parezca que se alejan de los puertos ó pueblos de la costa.
En el Báltico en efecto se nota una baja de nivel de las aguas
con relacion á las costas, pero ni esta es general para todo el litoral
ni llega al Océano como debía llegar, puesto que se comunican, si
fuera el cambio por alteracion de nivel de las aguas. Lo que lo pro
duce es el levantamiento gradual y lento de una parte de la costa
en Suecia y Finlandia y con él el del fondo del mar, que baja por el
contrario allí mismo con la costa en otros puntos, como baja en Gree—
landia, en las islas de la Sonda, etc., produciendo un hundimiento
lento en estas comarcas.
Nada hace comprender y demuestra las alteraciones ocurridas en
el suelo mejor que el templo de Serapis que se halla en la costa de
Puzzolo, en Nápoles. El piso del templo se encuentra hoy ocupado
por las aguas del mar, y tres columnas que permanecen en pié pre
sentan en la parte que se halla al aire los agujeros hechos por mo—
luscos que las taladraron cuando estaban sumergidas hasta aquel
punto, indicando una altura mayor en las aguas que la actual y la
que tenían á la construccion del edificio, naturalmente no puesto en
el agua.
Los hechos contemporáneos, la tradícíon y el estudio de las capas
—260—
mineralm, alteradas en su posicion unas sl y otras no, ó de dife
rente manera segun la época en que el levantamiento se ha verifica
do, sirven de base á la célebre teoría del geólogo francés, señor Elie
de Beaumont, sobre el origen y formacion de las montañas.
Segun esta teoría las montañas han sido formadas por vía de le
vantamiento en distintas épocas, que se marcan por los estratos que
:la accion inferior ha alterado, sobre las que en posicion discordante
precisamente han de hallarse los formados posteriormente al levan
tamiento que produjo aquellas. Atendiendo a estas consideraciones
y habiendo notado que las de un mismo tiempo no están colocadas
unas despues de otras, sino paralelamente dispuestas coñ relacíon a
un circulo máximo de la esfera terrestre, forma con todas vein
te sistemas que marcan otros tantos períodos de aparícíon y han da—
do lugar á varios accidentes geológicos de las épocas antiguas.
Voncaxvss.—Los fenómenos volcánicos están íntimamente ligados
con los anteriores, de que ya hemos dicho son en algun caso la con—
tinuacion y el término.
Ocurre en efecto en los terremotos y levantamientos que hendíén
dose el suelo profundamente se establece una comunicacion del in—
terior del globo al esteríor por donde se desprenden diversas sus—
tancias: unas veces por las aberturas formadas se exhalan gases
diversos, aguas ó fragmentos de los materiales que se hallan en
el interior; otras y mas frecuentemente, masas mayores ó menores
de materias incandescentes. Una abertura de estas por la que se
comunican el interior y la superficie terrestre constituye un volcan,
y son fenómenos volcánicos todos los que acompañan ó proceden a
la salida de los materiales arrojados. La boca del volcan se llama
cráter, y el acto de arrojar las materias que encierran erupcüm.
Los volcanes se hallan situados en la cima de montañas mas ó
menos elevadas, formadas casi siempre, primero, por la tumefac—
ci0n que el esfuerzo interior hizo en la costra terrestre, y despues,
por los productos del volcan mismo, que acumulándose lateralmente
han ido elevando sucesivamente la montaña cuya cima ocupa el crá—
ter. Este no tiene siempre la misma forma ni magnitud; comunmen
te, con la boca redondeada, cónico y con algunos metros no mas
de diámetro, se presenta en algunos volcanes con irregularidades y
—26f—
diámetro de muchos metros, variando por efecto de los mismos ma
teriales que arroja, y ocurriendo en algunos casos que formándose
por bajo del suelo cavernas, hay hundimientos que subsisten secos
á en que se forman’ lagos de diversa magnitud, segun la estension
delas hoquedad’es formadas, y que pueden hasta hacer desapare
cer el volcan con la montaña en que asienta. Así han desaparecido
siendo reempladas por lagos varias montañas volcánicas, de que ci
taremos entre otras la de Papandayan, en Java, sumergida en 1772
y con ella cuarenta pueblecillos de las inmediaciones con tres mil
habitantes.
Las materias que arrojan los volcanes en erupcion son ó en es
tado gaseoso, humo compuesto de vapor acuoso con ácido sulfidrico,
clorhídrico carbónico sulfuroso, y sustancias volátiles como el azu
fre, el cloruro amónico, el rejalgar, etc.; ó en estado de fusion ig—
nea, como la lava; ó en el sólido como las cenizas, arenas, bombas
ó escorias volcánicas: algunos arrojan tambien masas de agua ó fan
go, pero esta tiene distinta procedencia que los otros cuerpos.
A la erupcion del volcan preceden comunmente detonaciones en
su interior, y temblores de tierra que se estienden á veces á gran—
des distancias, luego empieza á vomitar }el cráter humo, materias
pulverulentas lanzadas como otras de mayor volúmen en estadocan
dente de en medio de una masa ígnea tambien y semiflúida, lava,
que llena el interior del cráter; y todo acompañado de ordinario de
una gran cantidad de colórico y luz de los cuerpos en ignicion y de
las materias que se queman, y muchas veces tambien de truenos,
relámpagos y lluvias, da á este fenómeno un carácter imponente y
terrible.
La lava que hierve en el interior del cráter llega en algunos ca—
sos al borde, mas frecuentemente se abre paso por las partes mas
débiles de sus paredes, y fluye formando arroyos y avanzando hácia
las partes bajas con velocidad diversa segun su estado de fluidez y el
desnivel del suelo. La cantidad que arrojan los volcanes en cada erup—
cion es muy variable en una mismo, y es comunmente mayor, como
la de los otros productos, cuanto mas lejos se encuentra el volcan de
la última erupcion. Por esto la del Vesubio del ano 79, que tuvo lu
gar cuando no había memoria de ninguna anterior, fue tan violenta
_262_
como nos trasmite la historia, y mas copiosa en productos y de
vastadora que las habídas desde entonces; y por el contrario, los
que permanecen en orupcíon constante como el de Slrómboli no se
hacen temibles por sus deyeccíones. Varían así no solo de volcan á
volcan, sino en uno mismo segun diversas circunstancias.
La ernpcion volcánica tiene igualmente lugar en el fondo de los
mares, y los conos volcánicas formados quedan por bajo de las aguas,
ó salen á la superficie produciendo islas estables ó que se desmoro—
nan y desaparecen luego: la isla Julia, citada antes, es un ejemplo
de lo último, y hay muchos de los primeros en otros mares.
Los volcanes se dividen en activos y apoyados; se llaman activos
los que de tiempo en tiempo tienen erupcion, y apagados los que
desde los tiempos mas remotos no la han tenido: de estos, algunos
desprenden por hendiduras del interior del cráter gases, principal
mente sulfurosos, y depositan cantidades variables de azufre que los
ha valido su nombre de azufrales (solfataras).
Hay otros volcanes llamados de aire, tambíen de fango porque
desprenden hidrógeno carbonndo, solo ó mezclado de varios gases, y
mas frecuente acompañado de agua y materias, térreas y salinas,
en cuyo caso lo mismo que en los volcanes propios ó de fuego y de
lava, se forman pequeñas elevaciones cónicas con su cráter en me—
dio. Se producen independientemente de las erupciones fangosas
que suelen tener algunos de los anteriores de efectos mas considera
bles, son frecuentes en Italia y América, y conocidos particularmen
te por salzas.
Las fumarollas, de que hablamos tratando del ácido bórico, es
otro fenómeno volcánico que se observa en los volcanes activos y
apagados, y hasta en algunos puntos como en Toscana en que al
parecer no guarda relacíon con ellos, bien que la tenga siempre. Los
geysercs son saltadores de agua hirviendo continuos ó intermitentes
que se elevan del suelo á una gran altura (hasta 150 píés): se re
fieren tambien á un fenómeno volcánico y se observan principal—
mente en Islandia.
El número de los volcanes en actividad llega segun algunos á
500. Por lo general no están aislados geográficamente considerados,
sino alrededor de uno central, ó colocados varios en linea como si
—265—
emrparan una gran falla que existiese en la costra del globo. La ma—
yor parte se hallan en América y la Oceanía; pero no fallan en Asia
y Afríca y hasta en menor número tambicn en Europa, de la que
son bien conocidos el Vesubio, el Etna y los de las islas de Lipari
Los apagados no son raros tampoco en esta parte del mundo, ha—
bíéndolos como en las otras naciones en España, en Almería y Ca—
taluña.
Por su situacíon pueden dividirse en continentales, insulares y
submarinos, notándose que con pocas escepciones se hallan situados
todos cerca de los mares, lo que ha influido en las hipótesis para
esplicarlos. Se han ideado en efecto varias, mas como los terremo—
tos y loslevantamíentos no tienen esplicacion satisfactoria sino en
la suposicíon verosímil y admitida del calor central del globo de que
todos son consecuencia.
Los gases y vapores desprehdídes continuamente de la masa mi—
neral fluida del núcleo de la tierra tienden á salir al esterior á me
dida que son. producidos y comprimen las capas duras que los
tienen aprisionados. Si hallan en las rocas hendiduras que comu—
niquencou el esterior, se desprenden fácilmente; mas si no tienen
salida se acumulan en cavidades interiores, como sucede en el de
pósito de una máquina de vapor, y se comprimen hasta que dila—
tados por el calor á que están sometidos pueden romper, elevar ó
dislocar la porcion de la costra terrestre que los retiene. En el prí
mer caso se forma un volcan, en el segundo una montaña masó
menos alta, en el tercero una abertura ódíslocacion cualquiera. Co
muumente no se producen mas que dislocacioaes interiores y sacu
didas que dan lugar á los temblores, de tierra.
Esta esplicacion teórica que hace posible la prodigiosa fuerza que
se desarrolla en una erupcion volcánica para elevar, por ejemplo, las
masas de lava á la altura de las bocas de los cráteres, y que sin el
origen que se la atribuye, como la— necesaria en los levantamientos,
no podría comprenderse, no es sin embargo admitida tan universal
mente como parecía deber serlo por su misma sencillez, y está lam—
bíen sujeta á algunas objeciones.
—zar-—

FENOMENOS ESTERNOS.

Los agentes de esta clase de fenómenos son los vientos, los cam—
bios de temperatura, la electricidad atmosférica y el agua, cuyes
efectos son como se ha dicho inverses de los anteriores: por su modo
de obrar se los conoce tambicn por erosivos. Obrando todos simul—
tánea ó separadamente y por su accion física ó química modifican el
estado de la costra terrestre, sino de un modo tan brusco como los
anteriores, bien perceptible y mas general.
Los vientos, prescindiendo de su aceien como concausa en el tras—
porte de los materiales mas ligeros de las erupciones volcánicas y
de la que tienen en los efectos de las olas del mar, obran por si arras
trando á distancias diversas las arenas ligeras de los desiertos ó las
playas. En aquellos la violencia del viento levanta nubes de arenas
que deposita allá ó acullá en estensas colinas, cambiadas a su vez de
lugar por otro que le sucede: en estas forma los montecillos cono—
cidos por dunas dispuestos en direccíen perpendí'cular á la del vien
to, que avanzan en la misma esterilizande el país que invaden sí
algun obstáculo natural ó artificial no se opone á su marcha. Se ob—
serva este fenómeno en las comarcas bajas y aren0sas del Mediodía
de Europa, siendo en las Landas (Francia) de bastante importancia
para exigir remedio, que se logra con plantaciones convenientemente
dispuestas.
Los cambios de temperatura producen en las rocas su disgrega—
cíen y modifican el estado y aspecto de las montañas que forman,
sobre todo cuando son mas continuos y bruscos, la porosidad de
la roca la permite penetrarse mas de la humedad atmosférica ó su
testura es menos compacta. La electricidad influye asimismo y el
efecto de las descargas eléctricas se hace perceptible muchas veces
en el terreno, mas su accíen es insignificante comparada con la pro—
ducida por los cambios de temperatura, sensibles aunque lentos, y
sobre todo con la del agua, el agente eresive mas notable.
La lluvia que cae sobre el suelo, lo mismo que el agua que pro—
cede del derretímíento de las nieves, corre perla superficie ó se fil
tra en el terreno. En el primer caso los arroyos formados van á cn—
-—265-—
grosar los manantiales y fuentes de las faldas de las sierras, ó los
que naciendo por bajo de los ventisqueros ó de las grandes lagunas
de las altas montañas son el principio de los ríos.
En las grandes lluvias o cuando es mayor la fusion de las nieves
el caudal de aguas de estos aumenta y arrastran mas fácilmente los
materiales que hallan al paso, que son aumentados con los que los
arroyos temporales los traen del suelo que ha reblandecído la lluvia
ó han disgregado en su peso los mismos arroyos. La proporcion de
productos arrastrados igualmente que su naturaleza varia segun la del
suelo, el estado de la superficie y la masa delas aguas, y segun
tambien diversas circunstancias ó los dejan depositar en algun punto
de su carrera ó los llevan hasta el Iago ó mar en que desembocan.
Tiene lugar de todos modos un cambio en el estado de la superficie
terrestre por el que porciones de las partes altas son llevadas á las
mas bajas, y por el que se forman los barrancos que observamos en
la superficie terrestre, mas profundos en general cuanto es mayor
el caudal de aguas que recogen y el suelo es mas deleznable y suelto.
Los materiales arrastrados por las aguas quedan en el río mismo,
ó se estienden por las llanuras que invade cuando saliendo de ma
dre se estiende y cesa la viveza de la corriente, ó llegan al mar.
Tambiep es esto influyen diversas circunstancias de velocidad, masa
de las aguas y tamaño y peso específico de los fragmentos. Las par—
tes mas menudas ó ligeras llegan al mar en que forman las barras ó
deltas, ó rellenan el puerto ó cala en que desembocan haciendo
avanzar la costa; bien que sin el concurso de las materias que llevan
los ríos depositan las olas en sus movimientos en unos puntos de la
costa las que tienen en suspension y la hacen avanzar, al paso que
ocupan mayor porcion en otros quebrantando ó dislooando con se ac—
cion poderosa y continua hasta las rocas mas duras y tenaces.
Los depósitos formados en ambos casos tienden á colocarse por
capas horizontales, en que se marcan por la separacion de las partes
de los estratos los diferentes tiempos en que han tenido lugar. Si el
depósito ha sido tranquilo, las porciones mas gruesas y pesadas se
han precipitado primero, y luego las otras en razon de su densidad
por estratos, marcándose tantas porciones distintas cuantos hayan_
sido los tiempos ó veces en que se haya repetido el fenómeno. Sl
—266—
está formado en un río ó un lago, con los despojos delas rocas que
forman los estratos, podrá haber y hay comunmente restos de los:
seres vivos existentes en tierra ó las aguas dulces y alguno de la in
dustria humana: si en el mar, podrán hallarse los mismos restos,
mas tendrá de preferencia los de seres que habitan las aguas de;
mar. Los primeros son los llamados depósitos tluvíátiles, los segun—
dos marinos. Los de las dos clases están sueltos al tiempo de for
marse y permanecen así por largo tiempo; pero algunas veces con
las arenas y guijos que los forman van tierras arcillosas, otras están
en contacto con aguas que llevan carbonato de cal ó sílice, y en los
tres casos, mediante cualquiera de los tres cuerpos, se forman con—
glomerados duros como los de épocas mas antiguas, de que distinguen
bien, sin embargo, los restos de seres contemporáneos que contienen
y no se hallan en aquellos.
En los mares se forman tambien en esta época depósitos que ya
hemos dado á conocer por madrepóricos debidos á los pólipos: tam—
bieu en las aguas se producen los de turba igualmente mnocid05, y
con ellos solo hay que recordar los de maderas formados en los
grandes ríos de América con los vegetales que en gran porcion
llevan.
El agua que se filtra por el terreno obra de otra manera. Unas
veces introduciéndose por las hendiduras de rocas que descansan so
bre otras mas alterables por el agua, sooava sus cimientos, las deja
en el aire y concluyen por hacerlas caer. Sin que falsee la base
ocurre que el agua se introduce por los poros ó hendiduras de las
rocas, y cuando sobrevíene una baja de temperatura que la hace
cambiar de estado por el aumento consig'uiente de volúmen adquiri—
do, produce del mismo modo su disgregacion. Así se ve en las al
tas montañas desprenderse al tiempo del deshielo porciones de rocas.
separadas al helarse el agua que las bahía penetrado, y que los
masa helada retiene hasta su fusion.
Los efectos de la filtracion de las aguas son de mas consecuencia
todavía cuando penetran y reblandecen capas arcillosas sobre que
descansan en plano inclinado otras, aunque sean duras y resisten—
tes, que se deslizan y corren con la mayor facilidad sobre la reblan—
decida yendo á ocupar puntos mas bajos,
—2c7-—
El fenómeno es frecueutisímo en los países montuosos y acciden
tados, ya en corta porcíon del suelo y sin efectos trascendentales,
ya siendo de consecuencias hasta para el hombre mismo. Como
ejemplos notables entre los muchos que pueden citarse de dentro
y fuera de nuestra patria, recordaremos solo el caso ocurrido con
una parte del monte Goima de Venecia, resbalada una noche llevan“
do consigo algunas casas, sin que sus habitantes sufrieran otro da
ño ni mayor sorpresa que hallarse á la mañana en el llano cuando
vivían el día anterior en la falda del monte; y el acaecido en Suiza
en 1806 con efectos de mas consecuencia, en que rehlaudecidas á
la parte superior del Valle de Golden las capas arcillosas sobre que
descansaban otras resistentes, se deslizaron hácia aquel valle rom
piéndose las últimas en la marcha, envolviendo ó sumíendo entre
sus despojos y el lodo formado el mismo valle y algunos pueble
cíllos.
Como dependientes de la filtracíon de las aguas diremos alguna
cosa aquí del origen de los manantiales termales y del de los poios
artesíanos.
FUENTES renm1.ss.—El agua que procede de la lluvia ó de fusion
de las nieves no corre toda por la superficie cual acabamos de ver»
sino que mucha penetra el terreno y se precipita por las hendiduras
de las rocas ó por las capas permeables dirigiéndose á la parte infe
rior: si en su camino encuentra espacios huecos ó capas permeables
l¡mitades por paredes ó lados impermeables los llena y permanece
en ellos ó sale al esterior si los rebosa, lo mismo que cuando sin es
tablecer depósito la direccion de las capas ó hendiduras porque mar—
cha la dirige á la superficie. Este es el caso comuu de las fuentes
ó manantiales ordinarios, cuya temperatura es baja, cual es la de
las capas que ha atravesado el agua superficiales por lo comuu. Mas
en otros casos encuentra el agua huecos por los que llega y se pone
en contacto con capas profundas de temperatura mas alta como sa—
bemos, y mayor á medida que están mas bajas: el liquido entonces
adquiere la de las capas con que contacta, y cuando sale á la super
ficie lo hace con una temperatura superior á la de las fuentes comu—
nes que es lo que constituye una termal.
No es difícil esplicar cómo aguas que han llegado á capas tan pro
,—268—
fundas, como al parecer deben ser las en que adquieran la alta temer
peratura con que salen algunas, pueden volver á la superficie. Sa
hemos que aun en circunstancias normales, prescindiendo de la ac—
cion volcánica que en localidades modifica el efecto favoreciendo el
fenómeno, no es necesario profundizar mucho para hallar capas que
estén a 60, 80 y mas grados. Si hasta ellas llega una hendidura de
las que rellena el agua, la capa inferior del depósito que está en su
contacte, se calienta, hace mas ligera y va á ocupar la parte supe-»
rior, siendo reemplazada por otra que calentada deja su puesto á
una fría, como lo deja esta a su vez, cual ocurre en el calentamien-—
to del agua por un foco calerífieo ordinario, hasta que todas adquíe-
ren la misma ó una temperatura próxima á la de la capa inferior.
El agua que en estas circunstancias se derrame por el berde del de
pósito ó por una abertura lateral lo hará con la temperatura que ha
ya adquirido. En contacte con las mismas capas adquiere tambicn
las diversas sustancias que lleva en disolucion, como adquieren algu
nas medicinales frías las que llevan en las que hallan en su camino.
Pozos mresrmes.—El agua además encuentra capas perosas en—
vueltas por otras impermeables, dispuestas formando cuencas de Ia—
dos altos; cuando la cuenca se llene de agua, se verterá tambicn é
irá á parar á otras partes subterráneas mas inferiores ó al este
rior: en el último case como en los dichos anteriormente habrá un
manantial, que será constante ó intermitente segun sea ó no cons—
tante la entrada de agua por la parte superior en el depósito, y ca—
liente ó frío, segun la temperatura de las capas con que contacta.
Si las cuencas tienen los lados muy elevados y la superficie del
suele está por baje de estos lados, cuando se perfore en un punto
la capa impermeable superior, el agua aprísionada entre esta y
la inferior que tiene nivel mas alto, saldrá por la abertura fer
mando un saltador mientras su nivel en la cuenca no baje has—
te el del suele donde se ha hecho la perforacíen, y saldrá con tanta
mayor fuerza cuanto el depósito sea mas copiose y tenga los lados
mas altos; será constante si es constante la entrada del agua por la
parte superior en la capa permeable, y la temperatura del líquido
será tambicn la que corresponda a la profundidad de las capas de
que proceda: en este consisten los pozos artesianos. A
—-—269-—
Se concibe que para emprender con fruto la perforacion del ter—
reno que ha de producir un pozo artesiauo, es preciso tener en
cuenta la naturaleza y disposicion del suelo, pues ni todos permiten
la existencia de depósitos de agua, ni en todos aunque exista si
carecen de las condiciones requeridas sale al esterior. Los países
de suelo fermado por rocas lgneas ó estratificadas cristalinas es
tán en las peores circunstancias, y están en las mejores las cuen
ms rodeadas de montañas de terrenos secundarios. En la cuenca no
se halla comunmente una sola capa de agua, sino en general varias
suprapuestas; tambien aunque alguna vez á la superficie y con bor—
des tan altos la capa y tal gran caudal de aguas que salta con fuer—
za y abundancia á poco que se profundice, exige en las mas llegar á
depósitos y capas mas profundas, para que teniendo tomaderos y
bordes elevados produzca un manantial copioso.

FENÓMENOS GEOLÓGICOS ANTERIORES


A LA ÉPOCA ACTUAL.

Lo que acabamos de decir sobre los fenómenos geológicos de la


época actual de la tierra, lo que enseña el estudio de los terrenos y
el de los fósiles, y lo que al principio dijimos sobre la forma y calor
propio del globo, sirven de guía para esplicar los habidos en épo—
cas anteriores y para establecer con fundamento hipótesis sobre su
origen.
Mientras las teorías geogénicas fueron meramente resultado del
ingenio humano, sin atender á los datos que solo la observacion
puede suministrar, se idearon muchas, y admitida cualquiera se es
plicaban segun ella el corto número de fenómenos que se creía la
confirmaban. No había para establecerlas mas que la revelacion del
Génesis, al que se acomodaban quizá algunos; pero que no siendo
un tratado de Geogónía, aunque espone de una manera precisa J ‘
dubítable las diferentes épocas de la creacion, no tau terminante
mente el estado primitivo del globo para que no pudieran dársele di
ferentes orígenes. Además, hasta huyendo voluntariamente el horn
bre de la luz, ha prescindido en algun caso de la revelacion, y hasta
—270—
la ha vielentado al capricho para hacerla resultar en contradiccíon
con lo que creía haber observado.
Han pasado ya felizmente aquellos tiempos en'que solo se busca
ban datos científicos que oponer á las verdades reveladas para des—
auterízarlas; el espíritu humano estravíado ha vuelto al buen cami
no, y ayudado de las ciencias, en cuya infancia tan solo se cem
prenden semejantes dudas, nunca lícítas sin embargo ni admisibles,
confirma mas cada día lo que no puede faltar, la palabra revelada.
En la infancia de la Geología, en efecto. se han puesto en duda
hechos geológicos revelados, demostrados hoy hasta la evidencia, y
se han ideado muchas teorías geogénícas hostiles á las Santas Escri—
turas. Por el contrario, hombres celoses y llenos de respeto por es—
tas, fundaban otras en que tratando de armonizar los hechos obser
vados con lo que la revelacion enseña, negaban ó esplicaban de ma—
la manera algunos cónocidos, y no servían bien á su causa. Hey,
sin las exageracienes ó negativas de los últimos, sin establecer sis—
temas geológicos basados en el Génesis (obra siempre peligrosa y
frágil, porque es colocar la Historia Sagrada á merced de nuestros
errores, cargarla con el pese de nuestra pequeñez, y hacer marchar
por el mismo camino hipótesis que un nuevo descubrimiento puede
hacer cambiar y verdades inmutables), esplicando los hechos cual
deben haber ocurrido segun los datos que posee la ciencia, se miran
con legítimo desden los errores de los primeros, puesto que nada se
encuentra en ella no ya solo que no sea contrario al Génesis, sino
que no confirme su relato tan plenamente como debía esperarse.
En la histeria de la tierra hay varias épocas de desigual dura
cion, en que han existido ó no seres vivos, y han tenido lugar los
diferentes fenómenos que en órden cronológico y en general vamos
á indicar.
Esrane rnum1vo nm. onone.—Están acordes los geóleges acerca
de cuál debió ser el estado primitivo de la tierra, considerándola to
dos como flúida en un principio y cual no ha podido menos de estar
para adquirir la forma que tiene; pero hasta hace poco se creía que
la fluidez había sido acuosa, al revés de lo admitido hey, y que con—
firman las observaciones geognóstícas y los fenómenos interiores de
la época actual de su historia.
-—-27t—
Supuesto en efecto flúido en su origen el globo por disolucíon en
'el agua, no podríamos darnos cuenta de su color propio, los volca—
nes, terremotos y temblores de tierra, como la temperatura de las
—‘aguas termales y la que sale de capas profundas en los pozos arte—
sianos, no tendrían esplicacion fácil, y además supondría una masa
de agua muy superior á la que existe en la tierra, que si ha basta
do á cubrir su superficie en una ú otra época, y para que en distin
tas condiciones de temperatura se hayan formado en su seno los de
.pósitos estratificados de los terrenos ya estudiados, no para tener en
disoluciou toda la masa del globo, que supuesto sólido hubiera sido
preciso que cada kilógramo de agua disolviera 50,000 de sus ma
teriales; cosa tanto menos admisible cuanto la mayor parte de la
porcion dura está formada por rocas graniticas muy insolubles. Por
esto la hipótesis neptúm'ca, muy en boga un tiempo, está hoy gene
ralmente abandonada.
La opuesta plutóm'ca ó volcánica de los Decartes, Leibnitz, Buffon
y Laplace, supone este mismo estado de fluidez, mas debida al fue
go; y como consecuencia lógica de tal origen, ni el núcleo incandes—
cente que suponen existir actualmente y la temperatura propia del
globo, ni los fenómenos geológicos internos actuales, ni la forma
c¡on de las masas poderosas de rocas insolubles dejan de tener fácil
esplicacion, al par que los mismos depósitos estratificados y la exis
tencia de los seres contemporáneos cuyos restos los caracterizan.
Tambien esta teoría ha sido impugnada á su vez por la dificultad
que se tiene en comprender una cansa calorífica bastante á efectos
tan notables, y hallar en la tierra una temperatura tal que baste á
tener en fusíon los materiales que forman su núcleo incandescente,
cuando es tan baja, por lo que podemos juzgar, la que tienen los es
pacíos planetarios; pero se satisface esta objecion_ con solo suponer
un estado primitivo gaseoso de las materias que forman el globo,
que hubieran abandonado el calórico latente que así las tenia para
pasar de aquel estado al sólido ó liquido en que hoy se encuentran
en general: origen de un calor inmenso, aun cuando los gases estu
vieran á una temperatura tan baja cual la que se supone tienen los
espacios planetarios. Y esta suposicion no se opone en nada, como
no puede oponerse, á lo que nos enseña el Génesis, que segun la
-—272—
mayor parte de los intérpretes lo espresa de este modo, como lo han
esplieado algunos Santos Padres, antes de que la primera teoría geo
géníca-plutóníca lo hubiera indicado.
El tiempo que ha debido pasar desde este estado primitivo hasta
la época actual, las diferentes condiciones en que ha debido encon—
trarse, la sucesiva aparicion de los seres cuyos restos caracterizan
los dlferentes períodos geológicos, el tiempo tambieu largo dado pa
ra cada uno por la Geología, todo cuanto esta exige, ó se encuentra
espresado en el Génesis, ó no estando en contradiccion con él es ad
mitido generalmente. El diluvio universal mismo está comprobado
científicamente como un accidente moderno contemporáneo con el
hombre, ocurrido en la última época de la creacion, esto es, en la
actual á su principio, despues de formado el hombre que la co
rona.
Pamesa éroca na LA ¡usronu rísrca nn LA 1mnns.—Ha habido,
pues, en la historia de la tierra un tiempo en que todas las materias
de la corteza actualmente sólida se hallaron en estado de fusion ig
nea, posterior á la creacion de la misma materia, que no hay ín
eonveniente en suponer y hasta debe con Laplace suponérsela en el
gaseoso.
Sometida la tierra desde su origen á las leyes que rigen la mate—
ria y presiden á los movimientos de las grandes masas siderales,
dando vueltas sobre si misma y moviéndose en el espacio, esperimen
tó en la superficie un principio de enfriamiento, que convirtiendo
en líquidas las materias mas espuestas a la irradiacíon continua y
haciéndolas mas densas, las hizo precipitar hácia el interior for
mando un núcleo liquido aumentado á cada instante con todos los
cuerpos que cambiaban de estado, hasta que la misma superficie,
mas espuesta á las causas de enfriamienio, llegó á endurecerse y
formar la primera envuelta sólida de este mismo núcleo.
La masa fluida incandescente no debió ser homogénea ni hallarse
en reposo: los cuerpos que la formaban tomarian si la disposicíon
correspondiente á sus densidades y afinidades mútuas; mas á conse—
cuencia de los fenómenos químicos resultado de su union, y á la
' atraccion de los cuerpos planetarios, seria agitada sin cesar: la cos—
tra dura que primero se formó, no pudiendo presentar grande obs—
« -—275—
táculo ni á la salida dela masa líquida solicitada por la atracción
planetaria, ni á los gases producidos á consecuencia‘de las reaccio—
nes químicas de aquel inmenso mar de fuego, debió ser fracturada y
díslocada frecuentemente; siendo sus fragmentos mezclados y fun—
didos de nuevo en la masa liquida unos, ó quedando sobrepuestós
otros con los que se les agregaron.
Este estado debió durar un espacio de tiempo que en la poquedad
de miestra fechas resulta fabuloso. Trascurrído no obstante, y sea
tan grande cual debió ser, llegaría continuando el enfriamiento, uno
en que la accion de la atmósfera bastante diversa de la actual in
finyera todavía mas en la alteracion de la costra dura. Formarian
aquella, con el agua de todos los carbonatos actualmente existentes,
el oxígeno de todos los óxidos reductíbles al fuego y los metales y
sustancias metálicas volátiles á grandes temperaturas {que se con
servarían en estado de vapor formando una envuelta gaseosa de tem—
peratura y presion enorme, en medio de la que se solidificó la pri
mera capa dura, que al par que engruesaba por el enfriamiento de
las inferiores, debió aumentar esteriormente por las materias que se
precipitaban de la atmósfera. El agua caería á su vez, y su accíon
sobre la costra dura debió ser tambicn nuevo motivo de alteracio—
nes, ya porque fuera descompuesta por los cuerpos con que se po—
nia en contacto, ya evaporada de nuevo por el calor dela costra
terrestre ó el producido en sus propias reacciones. Solo pasando mas
y mas tiempo pudo permanecer liquida _á la superficie del globo,
y aun entonces obrando física y químicamente sobre las rocas de
origen igneo ya formadas debió alterarlas arrastrando de un punto á
otro los materiales separados.
En esta época así, se fórmaron con las grandes masas ígneas infe
riores los primeros depósitos estratificados que los recubren, que
siendo entonces imposible la vida no tienen ni pueden tener restos
fósiles. La facilidad además con que al mas ligero esfuerzo era rota
la costra dura no permitía la formacion de altas montañas que lími
taran las aguas á espacios reducidos; por esto los estratos de aquel
tiempo se hallan mas estendidos en toda la corteza. Tambien la
proximidad á la masa ignea central y el contacto con ella, cuando en
forma de corrientes llenó las hendiduras producidas por las frecuen
18
—274—
tesrupturas y la retraccíen de la masa al endurecerse, esplican bien
el metamorfismo que es general de los estratos de sedimento de en—
tonces; como se esplica la riqueza en depósitos metálicos que tienen
precedentes del interior que rellenaban como las materias lapídeas
las hendiduras formadas, saliendo como estas fundídes, ó en estado
de vapor é interviniendo el agua en su fijacíon cual es lo mas comun.
Tambien tal estado debió durar mucho tiempo; pero trascurrido y
Siendo cada vez mayor la resistencia opuesta por la costra dura a
ser rota ó levantada, exigió al fin mayores esfuerzos y se elevaron
las primeras montañas que saliendo del fondo de las aguas formaron
pequeñas islas en medio del Océano que cubría todo el globo. En
tonces tambíen la baja de temperatura al esterior hizo posible la
vida y empezó una nueva época en la histeria de la tierra.
SEGUNDA cream—Durante esta época se formaron los terrenos
estratificados primarios, llamados tambien paleezóices por contener
los fósiles de los seres mas antiguos.
La vida comienza por los vegetales de organizacion sencilla, á que
siguen animales de vida acuática: los de respiracion aérea no podían
existir todavía en las condiciones en que la atmósfera se hallaba en
un principio, y por ese no se encuentra en los terrenos entonces for
mados ningun resto suyo; a medida que van modífioándose las cen
dicíones del suelo y de la atmósfera, van apareciendo nuevos seres
mas complicados, viéndose nuevos peces y diferentes reptiles de fer
mas estrañas y adquiriendo la vegetacíon esa lozanía y frendesidad
que indican los estensos depósitos de carbou de piedra de diferentes
países.
Obrando en esta época la cansa interna perturbadora con mas
energía sobre la costra dura mas espesa y resistente cada vez,
produjo montañas elevadas, y al mismo tiempo que los mares se
¡han recogiendo mas dejando mayor porcion de la tierra al descu—
bíerto, los vegetales existentes medificaban la composícíon de la
atmósfera descargándola de gran cantidad de ácido carbóníco que
abservían y descomponían fijando el carbono: mucho tambicn debió
fijarse en las masas de calizas formadas entonces que concurriría á
cambiar las propiedades de la atmósfera y del agua.
Esta época, aunque no de tanta duracien como la primera, de—
—275—
bió ser larga para que se deposita'ran los terrenos que compren—
de: además debió ser agitada por continuas revoluciones que hicie—
ron desaparecer los seres existentes reemplazados por otros que do—
minan ó aparecen de nuevo tras la destruccion de los primerr0s, y
que dieron origen á las diferentes masas eruptivas que los corres—
ponden y á los depósitos metálicos de que tambien son ricos.
Tencena Época.-—A la anterior sucede otra época en que cam—
biadas mas notablemente las condiciones físicas del globo aparecen
seres vivos distintos todavía de los actuales, pero mas parecidos á
estos en general que los que vivieron en aquella, como son los que
se hallan en los terrenos secundarios ó mesozóicos formados enton
ces. Los levantamientos y grandes cambios continúan en la costra
terrestre produciendo montañas elevadas,ïinterrumpen la formaciou
de los depósitos, y destruyen unos seres que son reemplazados por
otros. El aire y el agua dejan vivir ya con los peces y algun reptil,
representantes de los vertebrados en la época anterior, los mons
truosos reptiles cuyos restos caracterizan el terreno jurásico, y mas
tarde, otros animales de las clases superiores y de vida aérea, aves
y mamíferos, que como las plantas dicotilédones no se encuentran
en la época anterior ni en los depósitos mas antiguos de esta. Tam
bien los terrenos contemporáneos aunque estensisimos todavía y me
nos limitados á cuencas circunscritas que los formados despues, van
perdiendo el carácter de generalidad de los anteriores.
A las especies vegetales y animales que vivieron en la segunda
época en medio de la atmósfera espesa, tenebrosa y caliente de en—
tonces, ó en las aguas de condiciones de composicion y temperatura
semejantes, que debieron ir desapareciendo y morir á medida que
cambiaron las circunstancias en que aparecieron, sucedieron otras
mas en armonía con las en que se hallaban suelo y agua, que á su
vez debieron morir cuando purificándose el _ aire mas y mas, se hizo
sentir la influencia de la luz, y se marcaron algo las diferencias de día
y noche y la de los cliróas, á que no estaban habiluados: del mismo
modo las aguas haciéndose cada vez mas limpias perdían el calor
antiguo, y no adquiriéndolo ya del núcleo del globo mas separado por
el aumento de espesor de la corteza terrestre, y variando su tempera—
tura con las estaciones, se harían impropias para la existencia de fos
—276—
seres que vivieron en las condiciones anteriores: causas, que sin las
muchas otras de las revoluciones ocurridas, esplícan su desapa
ricíon.
En esta época tienen lugar muchas; los levantamientos producen
altas montañas; las masas eruptivas salen del interior fijándose so
bre I0s terrenos ya formados ó rellenando sus huecos, y el mar va
dejando mas tierra al descubierto.
Cuum Érocs.—Llegada esta nueva época la atmósfera se en
cuentra libre del ácido carbónico de que la han privado las grandes
masas de calizas formadas en la anterior y la vegetacion; el sol pe—
netra sin obstáculo hasta la superficie terrestre; las estaciones, el día
y la noche, y las climas se marcan para cada país segun su situacion;
las aguas corren por la superficie terrestre ó forman lagos indepen
dientemente de los grandes depósitos de los mares, y sus condicio—
nes permiten la vida de peces de agua dulce que no aparecen hasta
aquí. Los mamíferos terrestres y de vida acuática y las aves, los
animales de sangre caliente en fin, de que tan pocos vestigios quedan
en la época anterior y para los que la respiracion del aire directo
es la primera necesidad, son aquí frecuentes, bien que poco nume
rosos al principio y dejando unos de existir víctimas delas continuas
modificaciones que va esperimentando la naturaleza, para dar lugar
á mayor número de especies mas acomodadas á las condiciones que
resultan y mas semejantes á las que viven actualmente. En el reino
vegetal sucede á la particular vegetacíon de las épocas anteriores,
otra que la domina de plantas dicotilédones semejantes á las que vi—
ven hoy en los mismos países en que existieron y sobre todo á las
de las regiones templadas. La tierra en fin tiene ya en esta época
casi en su mayor parte la forma que conserva hoy. Continentes es—
tensos y montañas elevadas ocasionan climas variados y favorecen
la existencia de seres diversos en comarcas poco estensas; árboles
como los actuales y plantas herbáceas semejantes á las de hoy cu
bren el suelo y proporcionan alimento y refugio á un gran número
de animales mas ó menos parecidos á los que viven boy, á aves,
reptiles é insectos que animan la naturaleza, y con instintos y cos
tumbres iguales á los de sus congénercs vivientes en la actualidad.
Como en las anteriores fué esta época agitada por la causa inte
--277—
rior: varias cadenas de montañas fueron elevadas causando proba—
blemente las revoluciones que interrumpen la formacion de los ca
pas estratificadas lacustres y marinas de los terrenos terciarios que
comprende, cortados, como dijimos, ó levantados por causas poste—
riores á su depósito; y de este tiempo son las formaciones píroideas '
de traquítas y basaltos que indican erupciones contemporáneas.
QUINTA Érocx.-—La quinta y última época de la historia de la
tierra comienza por un cataclismo, el diluvio unhérsal, que la da
su aspecto actual, del que además de los datos geognóstícos que le
manifiestan cual nos lo enseña el Génesis, se conserva la tradicion
en todos los pueblos.
Una inundacion general, cuya fecha no puede llevarse mas allá de
cuatro ó cinco mil años, segun los medios cronométricos que sumi—
nistran las dunas y la formacion de los depósitos modernos por
acarreo, desola momentáneamente las tierras entonces al descubierto,
lleva y fija allá ó acnlla los detritos de las rocas y los cantos erráti—
cos formando los grandes depósitos que caracterizan el terreno cua—
temario ó de aluvion antiguo, deja en el suelo esos profundos valles
de denudacíon que no han podido formar las aguas que corren hoy
per la superficie de la tierra, y destruye las razas animales exis
tentes, lan parecidas ya en el último período de la época anterior á
las actuales, y cuyos restos se encuentran en ellos ó en las brechas
huesosas contemporáneas mezclado:¡ los de especies enemigas, como
si huyendo de un peligro comuu hubieran olvidado sus instintos an—
típáticos. Haya sido la que quiera la causa física de este gran acci
dente, de que hay diferentes hipótesis, algunas, como la del Sr. Elie
de Beaumont que le hace depender de levantamiento de la cordille—
ra de los Andes, y la del Sr. N. Boubée que lo atribuye al choque
de la tierra con algun cuerpo celeste, bastantes á esplicar todos sus
efectos, desde él el globo no ha esperimentado mas que las altera
ciones estudiadas en los fenómenos de la época actual y sus condi
ciones propias no han cambiado sensiblemente. Los vegetales son
semejantes hoy á los que le procedieron; los animales fueron des—
truidos, y no obstante solo algunas razas no vuelven á aparecer
haciéndolo la mayor parte.
Por mucho tiempo se ha sostenido, fundándose en no haber halla—
-—-278-—
do entre los restos de los animales del período díluvíal ninguno htr-'
mano, que la creacíon del hombre era posterior á este tiempo. Aun—
que los restos humanos no se hubieran hallado, como modemamen
le lo han sido entre los terrenos de aluvicn antiguo mezclados con
especies ciertamente antidiluvíanas, porque menos numerosa la es
pecie que otras de animales ofreciera pocos, y estos no se encontra
ran á nuestro alcance, siendo arrastrados probablemente los mas con
los de otros seres al fondo de los mares, la tradicion que recuerda
este cataclismo en todos los pueblos, la existencia y rcaparícion de
de animales de iguales condiciones orgánicas que el hombre, basta
ría para hacernos creer que existió antes.
Los fenómenos geológicos anteriores á la época actual, como los
hemos reseñado en la teoría geogéníca espuesta y la generalmente
admitida, no están basados en el Génesis; mas ninguna de sus supo—
siciones, establecidas segun los datos científicos conocidos, está en
oposicicn con él. La cronología de la Biblia, primera dificultad que
pudiera ofrecerse, comienza á la creaciou del hombre, el último ser
vivo creado y el último que aparece; y así no hay inconveniente en
admitir en la del mundo todo el tiempo que la Geología marca para
las diferentes épocas; la palabra día empleada en el Génesis no es
presa un día ordinario, que no podía espresarlo no habiendo sido
creado el Sol hasta el día cuarto, sino un periodo de tiempo indeter—
minado; las obras de los días dela creaciou corresponden en el
mismo órden á fenómenos habidos en las épocas geológicas; y por
fin la aparícíon sucesiva de los seres que la Geología marca, está
espuesta del mismo modo en el libro sagrado.
Si además comparamos con detenimiento cuanto referente á la
creaciou y el diluvio contiene el Génesis con lo que enseñan los he
chos mas positivos de la ciencia geológica, encontramos en todo la
concordancia mas admirable; dato por si bastante, sin atender á la
superioridad que tiene á su época en la parte moral, para ver en
él algo mas que el resultado del trabajo de una inteligencia huma
na, y para robustecer nuestra fé que nos enseña haber sido revela—
do. «Cuando un libro, dice el Sr. N. Boubée, escrito en una época
de grande oscuridad en las ciencias naturales, contiene en algunas
lineas el resúmen delas consecuencias mas notables á que no ha
—-279—
sido posible llegar sino despues de los inmensos progresos habidos
en ellas en este y el anterior siglo; cuando sus conclusiones se en—
cuentran en concordancia con hechos ni conocidos ni sospechados
entonces y considerados de un modo contradictorio y erróneo en
todos tiempos por los filósofos; cuando este libro ya superior á su
siglo en cuanto á la ciencia, lo aventaja tambicn respecto á la mo
ral y á la filosofia natural; preciso ü conocer que hay en él algo
superior al hombre, algo que este no vé, que no conoce quizá, pero
que irresistiblemeute le obliga al respeto.» Mas terminante todavía
si cabe el Sr. Amperé dice con este motivo: «0 Moisés tenia en las
ciencias una instruccíon tan profunda como la de nuestro siglo, ó
fué inspirado. Vosotros no podreis creer tan grande instruccion
científica, creed pues en su inspiracion.»

FIN.
—280—

!mmao
._——°g—_

9 N065
Pnónoco................
INTRODUCCION..............
MINERALOGIA. . . . . . . . . . . ocuc:-<
ESTUDIO DE LOS CARACTERES. . . .
CARACTERES nsn:monns. . . . .
Estado de agregacion.—Culor.—Furma.—l.uxlrc.-—‘I‘eflurn.-—- Frac
tura.—-Dureza.—'Ienacidad.—Raya.—-Tiznadurn.—Unluouidnd.—Duco
lilidad.— |Iuleabilidad.—- PIcxibilidad.—Snbor.— Olor.- Fr¡aluad.-—
Pesanlez.
Cuucn:nas cmsn¡.ocn¿ncos.. . . . . . . 17
Cristalizacion.-—Parles de los crislnles.-—Ilod¡ficnciones.—Formns pri
mitivas y secundarias.—Tipos cristalinos.—Causm del cambio de I'0rmns.
Cristales agrupados.-—Gonióxwtrus.
CARACTERES ris¡cos. . . . . . . . .. . . 50
Peso especifico.— Electricidad.—- Fosforescencia.— Rcfrnc-ziou.-—-Re
fmccion doble.-—Dicroismo y policroizmo.—Aslcmmo -Circulo pnrhé—
l¡co y coronaI.-—Elanlicidnd.—llilalac¡on.-—Conduclilnlidad del calóri
co.—Deliscuetcencm.—Efionscencín.
Cmmmmas quimcos. . . . . . . . . . .
Composicion de los mino:alcs.—Ensayoa.—Signos y fórmulas.
CLASIFICACIÓN DE LOS MINERALES. .
Divisiou de las clasificaciones.— Grupos taxonómicos.—- Sistema de
Wemer.—Clnsificncion de lluüy; de Bendanl; de Brongniarl; de Dufré
n0y; de 0‘0mnlius; de llohs.—Clasilicacwn udoptmla.—lomenclnlura.
DESCRIPCION DE LAS ESPECIES MINERALES. 61
CLASE I.'-—-Cuerpos que son una de los elementos csencíale:
de los minerales compueslos. . . . . 6I
Géner00xígeno. . . . . . . . . .' . . . 61
—281—
Género Hidrógeno. . . . . . 62
lll(lrógen0 sulfurado.-—ll. carbonado.—Agua.
Géneros NitrógenoyCloro. . . . . . . . . . . 65
Género Carbono. . . . . . . . . . . . . 66
Diamante—Ácido carbónico. ,
Género Boro. . . . . . . . . . . . . . . 72
ácido hórico.
Género Silicio. . . . . . . . . 75
Cuarzo.
Género Azufre. . . . . . . . . . . 77
Azufre nativo.—lcido Iulfuroso.—Acido sulfúrico.
Género Arsénico. . . . . . . . . . . . . . 79
Arsénico nativo.—A. sulfurado roje.—-A. sulfurado amarillo.—-lcído
arseníoso.
CLASE 2.“—Sustancías alcalinas. . . . . . 85
Género Amonirco. . . . . . . 85
A n0nínco muriatado.—Guano
Género Potasa. . . . . .
Potasa nitratada.—P. sulfatada.
GéneroSosa............... 86
Sosa muriatada.— S. uitratada. —S. carbonntada.— S. sulfatada.-——
S. boratada.
CLASE 5.“—Sustancias alcalino—lérreas y térreas. . 90
Género Bárita. . . . . . . 91
Bárita sulfatsda.-—B. carbonatnda.
Género Estronciana. . . . . . 95
Estronciana sulfatada.—E. carbonatada
GéneroCal........g..... o .. 95
Cal carbonatada romboédrica.—C. carbonatada prismática.— C. car
bonatada magnesífera.—C. fiuatnda.-—G. sulfatada hidratada.-—G; sulfa
tacla anhidra.—C. fosfatada.
Género Magnesia . . . . . . . . . . 103
Magnesio carbonntadn.- ll. hidrosiliciatada.—ll sulfatada.
Género Itria. . . . . . . . .. . . . 105
Género Alúmina. . . . . . . . 105
Corindou.—Turquesa.—Sulfatos de alúmina.
CLASE 4."—1'letales. . . . . . . . . 110
Género Cerio. lll
19
—282—
GéneroHierro. . . . . . . . . . . . Mi
Hierro nativo.-II. sulfurado amarillo.-H. sulfurado blanco.—H. sul
furado magnético.—II. sulfurado arsenieal.—Il. oxidulado.—H. oxida
do rojo.—ll. oxidado pardo.—H. carbonatado.
Género Mangancso.. . . . . . . . .
II.msmamta.=Brnunita.=Pyrolusita.=ácerdesa. ‘
GéneroCobalto.. . . . . . . . . . . .
Caballo oxidado.=0. arsenical.=fi. gris.
Género Níquel.. . . . . .
Niquel arsenical.=ff. arseniatado.
Género Zinc.. . . . . . . .
Zinc sulfurado.=l. carbonatodo.;l. siliciatado.
Género Telur0.. . . .
Género Antímonio.. . . . . .
Antimonio nativo.=:l. sulfurado.=;\. oxidado.
Género Mercurio. . . . .- . . . . 152
Mercurio nativo.=ll. sulfurado.=ll. clorumdo.
Género Titano. . . ¡ o . n o 155
Ácido titánico.
Género Plomo. . 157
Plomo nativo = P. sulfurado. = P. carbonatado. = P. sulfatado.=
' P. fosfatado.=P. cromatado.
Género Estaño. . . . . . .
Estaño oxidado.
Género Bismuto.
Bísmuto nativo.
Género Urano. . . . . . . .
Urano oxidado.=ll. fusfatado.
Género Molibdeno. . . . .
lolíbdeno sulfurado,
Género Cromo. .
Oxido de cromo.
Género Tungsteno. . . . .
Cal tungstatada.:llierro tungstatado.
Género Tántalo..
Género Cobre.
Cobre nativo.=0. oxidado.=tl. sulfurado.=0. abígarrado.=0. piri
toso.=C, gris.=fi. carbonatado verde.:C. carbcnntado azul.:(ï. fos
fatttd0.=tl. díoptasa,
—-285—
GéneroPlata.............. 155
Plata neliva.= P. mercuríal. = P. antímonial. = P. sulfurade.=P.
sulfurada egría.= P. antimoniado-sulfurada.= P. arseniado-sulfurada.
:P. clorurada.=l’. bromurada.=P. yodurada.
Géner00ro.. . . . . . . . . . 160
Oro nativo.
GéneroPlatíno.. . . . . . . . . . . . . . 164
Platino nativo.
Géneros Osmío, lrídio, Redio, Paladío y Rutenío. . .' . 165
CLASE 5.“—Sílícalos. . . . . . . . . . . . . 166
Silicatos aluminosos anhidros. . . . . . . . . . 167
Stnurótida.=l)ístvna.
Silicatos aluminosos hidratados. . . . 108
Arcillas.
Silicatos de alúmína, cal y sus isomorfos. . 170
Granate.=ldocrasa.=Cordíerita.=Esmeralda.=Euclnsa.
Silicatos de alúmina y un álcali y sus isomorfos. . . 174
Feldspato orthosa.=filbita.= 0llgóclasa.= Labradoríta.= Pctalita.=
Kaolin.=0hsidiana.=l‘umita.
Silicatos hidratados con álcalis, cal ó sus isomorfos. . 179
Silicatos no aluminosos. . . . . . . . . . . . 180
Talco.= Esteatita.= Serpentina.= Peridoto.=ánfibol.= Píróxena.=
Ashrsto.=lírcon.
Silico-fluatos. . . . . . . . . . . . . . . 186
Topacío.=llica.
Boro-silicatos. . . . . . . . . , . 188
Turmalina.
Silicatos sulfuriferos. . . . . . . . . . . 189
Lazulita.
Aluminatos.. . . . . . . . . , . . . . . 190
Espinela.=firisólíta oriental.
CLASE 6.“—-Combustíbles. . . . . . . . . . 192
Género l.° Resinas. . . . . . . . . . . 195
Succino.
Género 2.” Ceras. . . . . . . . . . . . ,_ 195
Género 5.°Betunes. . . . . . . . , . . . 195
Nafta 4 =Petroleo. =Asfnl to.
Género 4.° Carbones. . . . . . 198
Grafito.=Antracna. =llnlla.=Lignita.=ïurha.
‘ -284——
GEOLOGIA.E . . . . 207
DE LA TIERRA EN GENERAL. . . . . . 208
COMPOSICION DE LA COSTA TERRESTRE. ' 214
Rocas.. . . . . . 215
CLASE 1.‘—Rocas igneas.. 217
Rocas igneas granilicas. . . . . . 217
Granilo.=I‘»gmulila.=Sieniln.=l’rológina.
Rocas igneas p0rfidioas. . 220
I‘Órlido.=lïufólida,=Anfibólíta.
Rocas igneas volcánicas. 222
Trnquila.=Bnsnllo.=Lava.
CLASE 2.'——Rocas ncplúm'cas. . . . . . 225
Arenisca.-—Gncis.—Piznrrn.—Cuurciln.-—-Porcclanitn.
Terrenos. . 250
Sért'e neptúnico. . . . . . 258
CLASE 1.“—Terrenos modernos. . 259
CLASE 2.“—Terrenos cualernarios. . 241
CLASE 5 "—-Terrenos terciarios. . 242
CLASE 4.‘—Terrenos secundarios. 244
CLASE 5.‘—Terrenos primarios. . 247
CLASE 6.‘—Terrenos cristaloñlicos. . 251
Sér1'e 1’ynea.. . . . . . . 252
Terrenos agalísicos ó plulónicos. . 252
Terrenos pir0ideos ó volcánicos. . 255
GEOGENIA. . . . . . 255
Fenómenos geológicos de la época actual. . 255
Fenómenos plulónicos ó ígneos. . 256
Terromolos.—Lcvantamientes.—Volcanrs.
Fenómenos estemos. . . . . . . . 261
Fenómenos geológicos anteriores á la época actual. 269

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EPHSHEQ 3.:? , :5 1.
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FE DE ERRATAS.
rÁe. L'lN. mes. nsns nscrn.

4 20 Paleontología Paleontología
1i 9 lz'lopolon lz'thozilon
12 52 Carrasa Carrara
20 19 fiourína fiuorina
20 21 espolíacion esfoliaciou
29 17 tenrá tendrá
31 19 ella el
40 22 Fleur Fluor
55 5 sub—especiales sub-especies
57 29 metálicos metalitos
65 54 adquiríéndose adquiríéndole
67 17 bica bien
75 10 céxsno síuco cr’:1vsno srrrcro
74 29 carnerinas cornen'nas
79 55 metalvíde melaloíde
92 52 báríta-calcita barilo—calcita
96 25 estalagmítícas estalagmr’las
i05 9 Vacía, Madrid Vacía—Madrid
109 21 fogosas fungosas
1 10 10 férrito-tqrroso férrz'to-[erroso
117 12 Hierro dígisto Ilíerro olígz'sto
t 19 15 pharmaessíderíta pharmacosíden’la
125 8 Sulta—areeniuro Sul/0-arsem'uro
128 5 zinc óxido rojo zinc oxidado rojo
155 51 cinabrio hepático cinabrio hepático
177 15 Feldspalo lerresa Feldspato terroso
181 , :’s Grisores Grisones
205 i Bielmiez Belmez ‘
217 20 pórfidas por/ídicas
219 9 pegmátíca pegmatita
225 8 cloruro amaníaco cloruro amóníco
251 8 Cr:lstalolífico Cn'slalofz’la’co
251 50 gnisíca gneísica
271 2 color calor
9 NO.
‘r’V

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