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Morales Romero 1

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla


Facultad de Filosofía y Letras
Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica
Movimientos literarios del siglo XX – XXI

Breve análisis de Era Mercurio de Elena Garro

Nacida el 11 de diciembre de 1916 en la ciudad de Puebla, Puebla, Elena Garro es

considerada por varios críticos actuales como una de las mejores escritoras que ha tenido

México; durante su vida, se desempeñó como guionista, periodista, dramaturga, cuentista y

novelista. Algunas de sus obras más conocidas son: la obra de teatro Un hogar sólido (1958),

y los cuentos La semana de colores (1964) y La culpa es de los Tlalxcaltecas (1989).

Aun cuando su trabajo es amplio e innovador, esto no se le es reconocido a lo largo

de su vida por distintos factores, ya sean las controversias en las que se vio envuelta por su

carrera periodística o su matrimonio fallido con Octavio paz, Garro vivó su tiempo a la

sombra de otras grandes personalidades. Y es hasta el día de hoy que los intelectuales

empiezan a voltear la mirada hacia su literatura y a reconocer los temas, la imaginación y las

denuncias que esta mujer deseaba realizar a través de sus escritos.

Por esto, en las siguientes páginas nos dedicaremos a realizar un breve análisis de uno

de los cuentos de esta escritora mexicana: Era Mercurio incluido en el cuentario La semana

de colores del año 1964; tomando en cuenta los aspectos mencionados durante la clase.

El relato comienza con Javier, un hombre joven que está a punto de contraer

matrimonio con una muchacha, Ema, a la que toda su familia aprueba; pero al estar tan cerca

de la boda, este muchacho se cuestiona la verdadera validez de esa unión y el porqué de


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hacerla; todo esto empeora cunado conoce a una hermosa chica, y misteriosa, en una de sus

visitas a la casa de la novia.

A simple vista, parece una narración sencilla y común, ambientada en la Ciudad de

México, el cuento es narrado en su totalidad en primera persona, es él quien habla y en ningún

momento se observa la intervención de alguien más; mientras que el tiempo es lineal, ya que

partimos de un punto y de ahí se sigue avanzando sin ningún cambio brusco en la

temporalidad. Pero son los temas, en realidad, donde podemos encontrar la gran capacidad

creadora de Garro.

El primero de ellos, y quizá el más importante es el entorno socioeconómico alto, el

cual determina gran parte de los pensamientos y acciones del protagonista; este hombre que

se siente atrapado por una vida de normas y reglas que seguir: se va a casar con una mujer

que fue escogida por sus padres (y posiblemente los de ella), no se aman pero tampoco

importa, la forma de vida de ambos les obliga a aceptar estos términos solo porque le es

conveniente a las familias. Cuando él se pregunta si debería romper o no el compromiso, y

en especial, cuando se decide a hacerlo, siempre hay algo que lo detiene y son las

convenciones sociales en las que ha crecido, no puede hacer ni decir nada por temor al qué

dirán; no tiene ningún tipo de libertad más que la económica, y aun así, no de forma

inmediata, todo lo demás es controlado por los adultos y él se vuelve un ser reprimido,

incapaz de tomar las riendas de su propia vida.

Otro aspecto relacionado con el estatus social, es la denuncia que se hace con respecto

a la gran cantidad de corrupción llevada a cabo por las personas en el poder; por ejemplo, en

la cita: “El hombre que hablaba era mi tío Ricardo y el otro era su socio don Joaquín. Ambos
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habían andado en la política y sus fortunas eran incalculables. «¡Qué suerte tuvo Ricardo,

era tan listo para robar!», decía mi madre al hablar de su cuñado”(Garro, 1964, pág. 116),

el personaje principal revela las razones de la fortuna de su familia, se burla e incluso

minimiza las acciones de sus parientes.

Nuestro siguiente tema es el papel que juegan las mujeres dentro del relato, la cual se

puede dividir en dos opuestos: la primera es la figura que representa Ema, joven, adinerada,

de buena familia, no es bonita pero sí virtuosa (es así como es definida por la madre del

muchacho), ha vivido en el mismo mundo que Javier y se espera que cumpla ciertas

expectativas, ella es la imagen ideal de lo que se considera una buena señorita, no sale sola,

hace todo lo que sus padres le indiquen y no protesta, etc.; y por otro lado está la mujer del

elevador, ella es hermosa, misteriosa y sobre todo… libre, es capaz de tomar sus propias

decisiones, va de fiesta, se divierte y se entrega al amor.

Ambas alteran la vida del protagonista, una por ser lo conocido y otra por representar

aquello que desea tan fervientemente y se le ha negado: libertad. La primera encarna la figura

del burgués mexicano: imponente, autoritario, rico, pero a la vez atrapado en su propio

mundo; mientras que la segunda es la figura de las clases inferiores, las cuales parecen

disfrutar y tener más control sobre su propia vida.

Como tercer tema están los toques fantásticos representados a través de esta bella

mujer que viene y desaparece a lo largo de la narración, la primera vez que Javier la ve es a

partir de nada, un momento se encuentra solo en el elevador y al siguiente está ella a su lado,

parece que ya la conociera, después se empieza a preguntar de dónde y ella responde, no

verbalmente sino en su mente, y es a partir de ahí que el empieza a cuestionarse tan


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fervientemente su vida, la ve en todos lados, la escucha y la siente; existe algo en ella que

parece mítico y no descubre que es hasta el final, cuando se da cuenta que es el Dios

Mercurio; todo esto sucediendo sin la más mínima señal de extrañamiento por parte de nadie,

pues es tomado como un elemento que es posible en ese mundo.

Relacionado con esto, el último y cuarto tema encontrado es la intertextualidad, como

ya se mencionó en el párrafo anterior en la narración interviene Mercurio, el dios mensajero

en la cultura grecolatina, quien también es la razón del título del texto, y como su nombre lo

indica, se encarga de llevar la duda al protagonista, lo guía por otros aspectos de la vida con

los que no está familiarizado y le da conocimiento, le hace pensar.

El segundo elemento intertextual es la mención repetida de un político apellidado

Madrazo: “Rehusé la invitación de don Ignacio y lo vi alejarse con sus amigos: iban a

festejar mi boda y la renuncia de Madrazo.”(Garro, 1964, pág. 117), quien en realidad fue

parte de la vida política de México durante la misma época en que Elena Garro fue periodista.

Todo lo anterior demuestra que este cuento no solo lo que se puede observar a simple

vista, sino que es un texto que está lleno de denuncias hacia una sociedad elitista que está a

cargo de gobernar el país y en lugar de llevar a cabo su tarea en la forma que debe ser, se

dedican a enriquecerse a sí mismos y a imponer reglas y restricciones a aquellas personas

que son una amenaza para sus propósitos.

Referencias
Garro, E. (1964). La semana de colores. Veracruz, Xalapa: Universidad Veracruzana.

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