You are on page 1of 7

Jean-Michel Vappereau: “La única construcción simbólica efectiva

es el chiste”

Diez años estuvo cerca de Jacques Lacan el matemático y psicoanalista francés Jean-Michel
Vappereau, primero como alumno de su seminario y luego como paciente. Vappereau entró en
contacto con el gran psicoanalista debido al interés de Lacan en la matemática y la topología
(escritura matemática que se vale de grafos, superficies y nudos). Jean-Michel reside en Buenos Aires
donde ha desarrollado un estudio muchas veces al margen de las instituciones académicas que
considera “escolares” y no muy innovadoras. En un café de Recoleta, Vappereau se muestra como un
conversador vehemente. Sin apartarse de un libro de J.L. Austin, desliza frases enteras en francés
para luego volver al español, retoma los muy variados temas que le interesan con insistencia pero
desde ángulos distintos. En esta ocasión comenta algunos de los vínculos entre psicoanálisis y
lenguaje, un lazo que abre su reflexión a una serie de asuntos culturales e históricos pero también de
la vida cotidiana.

La matemática como escritura

Las matemáticas y la topología no son una formalización del psicoanálisis, son una modificación de
la matemática desde el psicoanálisis. Su puede decir que la matemática es una forma de escritura.
Por su parte, el psicoanálisis es muy innovador: hay cosas que no pueden decirse sin el psicoanálisis,
se da la necesidad de escribir sobre otra epistemología y existe una epistemología lacaniana. El
psicoanálisis se ocupa de lo simbólico, eso es muy importante porque la ciencia se ocupó de la
naturaleza, de la vida en la naturaleza, de la máquina o de lo electrónico. Hay un olvido de lo
simbólico, hay una destrucción paranoica de la lengua, de las lenguas, del lenguaje y para mí eso es
muy peligroso. Yo no soy ecológico pero pienso que la destrucción del planeta empieza por la
destrucción del lenguaje en la humanidad misma. Es muy difícil para el joven de hoy reinventar su
lengua y lo que suele suceder es que cada generación hace una nueva lengua.

Escritura, texto religioso y burocracia


El psicoanálisis es una escuela para aprender a leer, a escribir y a hablar. Yo considero que en la
civilización occidental, que deviene imperialista (hay un imperialismo científico y capitalista), la
escritura es determinante. Existen civilizaciones de la palabra hablada, como las que existen en
algunos lugares de África, de la Amazonía o de los Andes, y reducirlas a tradición oral ya es
imperialista, se trata de civilizaciones orales. Lacan enseña que la inercia de la palabra hablada es
distinta a la de la palabra escrita. Cuando un pueblo adopta la escritura hay una tendencia de esa
cultura hacia el texto religioso, primero, y después hacia la burocracia. China, por ejemplo, es la gran
civilización dogmática y burocrática. Otro ejemplo es el de Francia en el siglo XVII donde Richelieu
y el Rey Sol crearon un poder absoluto a través de la burocracia. Luego de la Revolución Francesa,
los estados modernos se hacen bajo el mismo modelo de la burocracia del siglo XVII que, además,
proviene del Vaticano que es la sede misma del dogmatismo y la burocracia.

La lengua cambia constantemente, eso es el psicoanálisis

El psicoanálisis es una manera de leer que va a cambiar la manera de considerar las cosas. Existe un
prejuicio que produce una dominación de la escritura burocrática. ¿Qué es la academia? La academia
es hacer creer al pueblo que el Estado puede ocuparse de todo y cumplir con la lengua. Eso es falso.
La lengua cambia constantemente, eso es el psicoanálisis. Los niños van a reinventar la lengua, no
van solo a aprender la lengua: para captar la lengua es necesario reinventarla. Los adultos ya no
pueden hacerlo y, en este sentido, los niños son los mejores lingüistas. Lacan dice: el inconsciente no
es la condición del lenguaje, el lenguaje es la condición del inconsciente y el inconsciente es la
condición de la lingüística. Para estudiar las lenguas y los lenguajes es necesario tomar en cuenta los
descubrimientos, la práctica y los resultados tanto de Freud como de Lacan. Para mí estamos frente
a una crisis de civilización que es completamente paranoica y el psicoanálisis es la única forma de
tratar la paranoia. Freud dice que el paranoico es un sujeto que no alcanza a leer.

El inconsciente no es un fenómeno natural

Creo que Freud emplea una epistemología bastante clásica aunque es muy innovador en su práctica:
su deseo se llama el inconsciente. No es una simple hipótesis, el inconsciente es una constatación
práctica del trabajo de Freud. Hay inconsciente puesto que Freud lee de un modo en el cual el
inconsciente exista. Si no hay lectura, no hay inconsciente puesto que el inconsciente no es un
fenómeno natural, es un fenómeno de lo simbólico. Es necesario leerlo.

Contra el terrorismo intelectual

Tuve la suerte enorme de encontrarme con Jacques Lacan. Si no lo hubiera conocido, jamás hubiera
hecho psicoanálisis ni me hubiera interesado psicoanalizarme. Antes de conocerlo, para mí un
psicoanalista era sinónimo de un tipo delirante, lo relacionaba con la psicoterapia, la sugestión, con
el terrorismo intelectual. Con Lacan comprendí que el psicoanálisis es otra cosa y tiene que ver con
un retorno a Freud desde el comentario crítico que hace el propio Lacan. Yo estoy contra el
terrorismo intelectual de los grupos analíticos y también de los enemigos del psicoanálisis muchas
veces creados por el propio psicoanálisis. El psicoanálisis no es una discusión ni una conversación, es
una forma de discurso, es una práctica, tiene que ver con inventar una manera de leer, una manera
de escribir y también de hablar. Todo eso lo fui aprendiendo mientras hacía mi análisis con Lacan.

¿Qué es la matemática?

Yo estudié matemáticas en París e iba a las charlas de filosofía de Jean-Toussaint Desanti, profesor
de filosofía y matemático. Él hizo un estudio sobre una teoría matemática para verificar si es posible
hacer una historia de la matemática. Hay que entender que una teoría matemática se compone
exclusivamente de texto escrito. Así, Desanti explora una teoría que se llama teoría de la función real
para averiguar si es posible atravesar todos los manuscritos en todas las lenguas sobre matemática
hasta Cantor. Desanti va a constatar en su tesis que hay un momento en el cual el hilo se pierde: ni
siquiera en matemática es posible hacer una historia. La historia es una disciplina que busca métodos
para leer documentos y reconstruir hechos, hay una versión más histérica o más literaria de la
historia. Michelet, por ejemplo, es un histérico admirable. Con Desanti yo quería preguntarme ¿qué
es la matemática? Pero es con Lacan con quien voy a empezar a tener una respuesta. La matemática
no es una potencia del pensamiento, no es cuestión de cerebros enormes, el matemático es un hombre
que va a introducir una nueva letra en el texto para obtener una solución a un problema. La
matemática no expresa la estructura de la naturaleza, es un lenguaje humano, forma parte de lo
simbólico.

El narcisismo: una tensión erótica violenta

La diferencia entre hablar y escribir es muy poco reconocida porque es necesario introducir la noción
de narcisismo. El narcisismo no es una cosa negativa o un defecto, Freud dice que la paranoia ocurre
cuando el sujeto no alcanza a practicar el narcisismo. Con el estadio del espejo de Lacan se dan dos
posiciones del sujeto en su cuerpo: mi cuerpo en el espejo como el cuerpo de otro –extrínseco– y, a la
vez, yo soy intrínseco a mi cuerpo. Coordinar las dos posiciones parece un acto simbólico imposible.
Es necesario comprender que el narcisismo es una tensión erótica violenta pero que es necesaria para
practicar lo simbólico. No podemos confundir narcisismo con autosatisfacción o autosuficiencia, al
contrario, es como tomar un mapa de la ciudad y ubicarse. Hay toda una patología imaginaria.
Existen delirantes que dicen que están aquí y que a la vez están allá, es una variación imaginaria
sobre el narcisismo que no marcha bien para esa persona.
Mi lengua son dos lenguas: escribo una lengua que es diferente de la que hablo, no me doy cuenta y
digo “es mí lengua” y muchas dificultades vienen de esta tensión enorme en el narcisismo. Hablar, el
hecho de decir algo, es un acto imperativo. El discurso del amo es la metáfora. La metáfora impone
un nuevo uso de una palabra que no es ni correcta ni incorrecta. El poeta es como un maestro que se
vuelve imperativo y que va a dirigir las cosas de una manera imperativa. Lee Homero, La Odisea,
por ejemplo, es un discurso de amo. Por lo general, decimos que el poeta es un soñador, un tipo que
escribe cosas incomprensibles pero no: estamos en una sociedad paranoica que suele desconocer estas
dificultades.

El psicoanálisis y lo simbólico

El significado es la manera en que el significante se rompe en el cuerpo: hay letras que van a hacer
efecto en el cuerpo. Cuando yo tengo una emoción muy fuerte puede ser un significante que se
rompió. Cuando hago un lapsus, un acto muy rápido, la ruptura de semblante inmediatamente va a
recuperarse como una palabra nueva o como un chiste. Entonces, hay una estructura que puede
funcionar muy rápidamente o de forma muy extendida. El tiempo en el psicoanálisis no es algo fijo o
dividido en pasado, presente y futuro. Eso es la deixis: los pronombres personales “yo, tú, él”
cambian a medida que hablo: presente, futuro, pasado son cosas de deixis: mi presente deviene el
pasado, mi futuro deviene presente. La deixis es ubicar(se): acá y allá pero allá deviene acá y
viceversa. La noción de lo deíctico no responde al nombre propio, son cosas que pueden estudiarse en
la gramática, la gramática no es una cosa que debería devenir dogmática sino que no es completa, es
lacunar. Es necesario continuar el estudio de la lengua y lo simbólico. Yo creo que hay un solo
lenguaje, el simbólico, y dentro de lo simbólico hay varias lenguas y diferentes sistemas de escritura.
El psicoanálisis es una invitación a seguir estudiando ese gran abanico de maneras para practicar lo
simbólico.

Freud es como el jazz


Para mí Freud es como el jazz. Si hay algo que salva a los Estados Unidos de la catástrofe esclavista
es el jazz. Es algo formidable que los antiguos esclavos pudieran haber inventado una nueva música
para participar en el sueño americano y que además va a influenciar a muchos otros tipos de
música. Inventar una música no es algo que se haga a menudo. Para aprender es necesario
reinventar. Lacan le pregunta a Jakobson cómo alguien deviene lingüista y Jakobson responde que
lo logran quienes mantienen un lazo infantil con la lengua. Sin embargo, no se debería llamar
“infantil” porque son los adultos quienes infantilizan a los chicos. Hay un autor polaco,
Gombrowicz, que habló de la inmadurez y en contra de lo academicista: la universidad y la escuela
no deberían ser escolares. Lacan, por ejemplo, dice que su asociación profesional con la escuela
freudiana es una ironía porque los psicoanalistas mismos son completamente escolares, hay muy
pocos como Freud que fue verdaderamente innovador y que se cuestionaba y reinventaba las cosas.

El Tao

Me gusta hacer una práctica minimalista. Por eso admiro mucho el Tao Te King (y no tanto
Confucio que deviene en burocracia): son 80 páginas con una escritura china que también se puede
leer desde el grafismo. Esa escritura está cerca de la matemática y a la vez es más estética que la
matemática. La primera frase del Tao Te King es que el Tao verdadero no es el Tao que puede ser
dicho, es muy parecido a lo que va a descubrir Cantor en matemática: el conjunto de todos los
conjuntos no es un conjunto. Entonces, en esta escritura antigua hay una razón material, no se trata
de una analogía, sin embargo, tampoco es una sistematización, es algo que tiene que ver con el estilo
y la estética. Es apasionante.

El psicoanálisis es lo contrario de la criatura de Frankenstein

Lacan me preguntó sobre el nudo borromeo, quería que se lo explique, y conservo el papel en el cual
no alcanzó a dibujarlo. Me encuentro con Lacan en 1971 y en agosto del año siguiente le pido hacer
análisis con él. El hecho de conocer a Lacan, explicarle cuestiones sobre matemáticas y analizarme
con él permitió que haya una transferencia enorme. Me invitó a comer al mediodía, porque a esa hora
podía parar el trabajo en su consultorio, y me decía que me iba a pagar pero yo decía que no, para mí
era tan magnífico que no quería que me pague. En un año voy y le digo que quiero hacer un análisis
con él, me dice que venga en septiembre porque empezaban las vacaciones de julio. Así, empieza a
recibirme muchas veces en la misma semana pero si yo no le hablaba, él no me daba un nuevo
encuentro. Yo debía buscarlo, llamarlo para volver a verlo y era muy interesante porque la práctica
de Lacan no era estándar, me comprometí mucho con ese análisis.

Muchos matemáticos piensan que Lacan no entiende matemática, que es un amateur, pero yo me di
cuenta de que Lacan era un gran lector y que lee muy bien la matemática. Hizo muchos dibujos de
nudos y superficies y me dio muchos documentos de sus dibujos. De hecho, en 2006 hice una venta de
documentos y dibujos de Lacan y no para hacer dinero sino para dar a conocer a los lacanianos estos
dibujos. Puse un precio muy alto, hice un catálogo de la venta y en París 3000 personas compraron el
catálogo. Se hicieron tres reimpresiones de este catálogo que costó 15 euros. Hoy se puede ver el
catálogo en el sitio online de Patrick Valas, son 144 páginas de dibujos de Lacan con tintas de
colores.

Lo más importante de haber podido conocer a Lacan, es que descubrí que no me gusta la psicología
ni la psicoterapia, sino el psicoanálisis que es otra cosa muy distinta. No es sugestión, es una práctica
muy innovadora, se trata de estudiar lo simbólico pero no de una manera escolar ni académica. No es
como la neurociencia, tampoco se trata de la pasión por la máquina o la tecnología. No se trata de
reconstruir un hombre mecánico-biológico, un sueño científico loco como la criatura de Frankenstein,
el psicoanálisis es lo contrario de eso.

La mafia y la palabra hablada

Es necesario salir de la lógica clásica en el narcisismo para ver que la verdad no es una cuestión
dogmática sino de palabra hablada y que es más imperativa que la escritura. La humanidad se
desarrolló como civilización de la escritura, en la India, en la cultura mediterránea o en la filosofía y
la ciencia griegas se puede ver este desarrollo de la escritura. En las civilizaciones de la lengua
hablada la palabra se vuelve muy imperativa: es difícil vivir en una familia de la palabra hablada y
la mafia es la excreción de la familia hablada en la civilización escritural. La mafia deviene en una
familia delincuencial, y es una permanencia de la palabra hablada en la civilización de la escritura en
Italia. Por eso la ciencia política no logra comprender a la mafia.

Hay una especie de lucha entre la palabra hablada y la escritura pero no debería haberla, no debería
ser un conflicto. Es necesario reconocer la palabra hablada sin que se vuelva algo malo. Los
antropólogos se han dado cuenta de que antes de la invención de la escritura no se encuentran fósiles
humanos que hayan sufrido daños físicos, los restos humanos con la cabeza o el cuerpo destrozados
por violencia es algo que aparece con la escritura. La sepultura viene de antes junto a la palabra
hablada, pero los fósiles maltratados vienen con la escritura, hay una violencia de la escritura que va
a imponerse hasta el imperialismo.

Corregir el objeto

Lo que se denominó psicología en un principio nace como una traducción en latín del tratado del
alma de Aristóteles. Tomás de Aquino traduce las obras de Aristóteles para hacer un tratado del
alma cristiana. Es interesante leerlo porque, visto de este modo, la psicología surge como una versión
profana del tratado del alma de Santo Tomás que, al mismo tiempo, es una versión católica de
Aristóteles. En cambio, el psicoanálisis es una aventura curiosa e imprevisible que arranca desde el
siglo XIX en este contexto del capitalismo y la industria. Después de Hegel hay un corte porque, de
algún modo, va a acabar con la filosofía y ese corte hegeliano va a producir muchas cosas nuevas. Es
la primera vez, por ejemplo, que la matemática deviene independiente de la filosofía porque la
filosofía siempre trató de mantener una tutela sobre la matemática. Luego de Hegel hay una
emancipación de la matemática y hay un desarrollo exponencial de la lógica matemática y de la
topología, la geometría y el álgebra. En el siglo XIX, además, está la colonización, la
industrialización y el maltrato a la clase obrera en Inglaterra y en el capitalismo (hay que leer a
Dickens). Después, en el siglo XX, se producen los crímenes paranoicos de Hiroshima, Nagasaki y
Auschwitz. La cuestión para nosotros es cómo salir de todo esto. No quiero esperar a mañana para
empezar, quiero trabajar ahora, no quiero convencer a los otros, digo cosas y lo que importa es el
resultado, no la verdad total. Solemos equivocarnos pero también podemos corregirnos. Lacan dice
que la matemática sirve para corregir el objeto puesto que el sujeto es el sujeto de la palabra hablada
y es incorregible: siempre comete errores y lapsus.

Somos monstruos

Yo no puedo aconsejar qué texto de Lacan serviría para empezar a leerlo, yo digo lo siguiente: para
leer Freud y Lacan es necesario leer muchas otras cosas. Quiero hacer una verdadera librería de
psicoanálisis, es decir, que esté llena de las diversas obras citadas por Freud y Lacan pero que no
contenga textos de psicólogos. Hay que comprender que el psicoanálisis es intervención. En ese
sentido, el problema de Sartre fue que quiso ser militante político pero no quiso entrar en el partido
comunista. No se contentó con ser filósofo, quiso intervenir. Por otro lado, Canguilheme deviene
médico, hace una tesis de medicina, trabaja como doctor de hospital y luego hace una tesis de
filosofía pero eso no es lo interesante para mí puesto que yo creo que Canguilheme es el primer
filósofo que fue capaz de definir la vida. El biólogo no alcanza a definir la vida (la concibe como
lucha contra la muerte) pero George Canguilheme, en su texto Máquina y Organismo, señala que la
diferencia entre máquina y organismo es que la máquina puede descomponerse en partes. El
organismo, en cambio, mantiene una relación interna y es difícil separar los órganos. La máquina
depende del automatismo, de la repetición pero el organismo hace otras cosas: se repara, cicatriza,
crece, etc. El organismo, por lo tanto, es la perseverancia, aun cuando no marche bien, va a intentar
superar su deficiencia. En otro artículo, El monstruo y la monstruosidad, Canguilheme dice que no hay
monstruo natural. De una montaña gigante se dice que es enorme pero no que es monstruosa. ¿Qué
se dice de los monstruos? Se dice que son cuerpos vivientes. Los siameses, los mutantes, los
deformes… en todos ellos hay una perseverancia que va a fracasar puesto que el organismo muere.
Existe una fascinación de la humanidad con los monstruos como lo muestra, por ejemplo, The
Elephant Manen el cine. Pero lo que dice Canguilheme es que somos monstruos porque somos débiles,
prematuros y perseverantes. Somos perseverantes hacia lo simbólico, hacia el intento de comprensión
y articulación de la realidad. El ser humano introduce lo simbólico para superar la deficiencia. En
este sentido, el Alzheimer, por ejemplo, sería en realidad un retorno a la deficiencia simbólica.

¿Por qué la guerra?

Lacan lo dice muy bien: hay razón en lo real y esa razón se llama lenguaje. El lenguaje cae en la
tierra pasando por el cuerpo. Los neuróticos, dice Lacan, tienen razón de caer, de engranarse de la
dificultad: esa entrada del simbólico en el cuerpo se llama deseo y a partir del deseo vamos a
transformar el mundo, nuestra actividad simbólica va a hacer un trazo en el mundo, va a redibujar y
recomponer el mundo. El único lugar salvaje hoy es el fondo de los océanos o algún lugar en la
Amazonía, pero es muy raro porque con el viaje toda la naturaleza ha sido redibujada. Dijo Einstein
que hay cosas que podría hacer con su ciencia pero que no debería hacer y eso es la política. Einstein
le escribió a Freud a propósito de la bomba atómica y su pregunta fue: ¿Por qué la guerra? La
respuesta es insuficiente y Einstein, por lo tanto, entendía mejor cual es el psicoanálisis de Freud que
nosotros. Hay otro que entendió el rol de Freud muy bien, es Thomas Mann que tiene un texto sobre
Nietzsche y Freud que es excelente. Hubo un uso de Nietzsche totalmente idealista y discriminador;
Mann en su época ve el trabajo de Freud como ejemplo para decir a los jóvenes que es mejor leer a
Freud que buscar soluciones ideales.

El psicoanálisis tiene cosas importantes que decir pero nunca debe tomar el poder, el psicoanálisis
trabaja el fracaso y la corrección, es muy diferente a lo que ha pasado con la psicología. Goebbels,
ideólogo de Hitler, desarrolló un concepto analítico para hacer propaganda porque, cuando no hay
lectura, el inconsciente puede ser totalitario, la lengua sin lectura es totalitaria, es la paranoia. El
psicoanálisis debe decir cosas en la ciudad, hay una enseñanza política para el analizante que tiene
que ver con las consecuencias de hablar y escribir, una responsabilidad. Es una cuestión ética,
política y estética. El psicoanálisis tiene un estilo, una forma de decir, una estética. Como dice un
poeta ruso: “la verdad es siempre nueva”. En el psicoanálisis hay un comentario crítico constante.
Desarrollar un comentario crítico es aceptar los principios de una disciplina y criticarla para ver qué
se puede hacer con ellos. Es completamente diferente de la contestación, la crítica es una prueba, une
épreuve. Para mí, el psicoanálisis existió dos veces: Lacan es la repetición de Freud, pero no es una
réplica, es un comentario crítico. Todas las cosas en el mundo deben estar situadas y el arte, por
ejemplo, es expresarse con cierto estilo. El estilo es el medio elegido, la cuestión es cómo elegir el
medio para hacer las cosas y eso es la crítica.

La única construcción simbólica efectiva es el chiste


Creo que actualmente no hay una formación de psicoanálisis ni en la universidad ni en las escuelas
freudianas. El psicoanálisis es una institución en sí misma: el analizante va a producir su institución
analítica ya que el análisis es independiente, el consultorio es una cosa totalmente aparte y debe ser
protegida para que no sea dirigida desde afuera. No me gusta la gente que quiere representar el
psicoanálisis y llamarse heredero de Freud o Lacan, yo no pretendo representar el psicoanálisis. No
hay representante del psicoanálisis, lo mejor es devenir analizante y continuar la práctica del
psicoanálisis. No hay diploma para eso, así como no hay diploma para poder hacer chistes. De hecho,
para Lacan, la única construcción simbólica efectiva es el chiste. Uno va a reír antes de reflexionar el
chiste.

Aprender a leer

Construir el objeto: en el consultorio de un analista hay la promesa de un objeto, para el paciente es


la promesa de un objeto futuro a construir. Representa también la lectura, se busca un analista para
encontrar alguien que lea, pero el analizante debe aprender a leer para así leer su transferencia.
Hacer un análisis no es para hablar y hablar, no es para librarse de una constipación que dificulta
hablar. Es hablar para darse cuenta de que hay cosas de las que no puedo hablar. Lo primero en el
análisis es discutir con el paciente el hecho de que no se trata de un loco y que es preciso abandonar
la locura de la bella alma, hay que hablar del compromiso que implica el análisis. La mejor garantía
para el análisis es el analizante mismo, la responsabilidad del analista es empezar el análisis pero el
analizante es quien realmente lo protagoniza. Según Lacan, el análisis no es un asunto del yo y del
mundo pero sí del sujeto y del lenguaje

You might also like