Professional Documents
Culture Documents
Realiza este hechizo de protección en soledad y durante la noche. La fase lunar no es importante,
puedes hacer este hechizo para alejar enemigos en cualquier momento.
Materiales
Procedimiento
Enciende la vela blanca y mira fijamente su llama. Piensa en cosas positivas, no dejes que
ningún pensamiento negativo te aborde.
Arrodíllate sobre el suelo y abre el pañuelo frente a ti.
Agrega un puñado de tierra y repite la siguiente frase "Aquí creo mi escudo de poder contra
todo aquel que quiera hacerme daño"
Agrega de a uno los pétalos de las flores.
Toma un puñado de sal con la mano izquierda y agrégalo dentro de la tierra.
Toma otro puñado de azúcar con la mano izquierda y agrégalo a la tierra.
Cierra el pañuelo lo más apretado que puedas y átalo con el hilo blanco. Deja un tramo largo
de hilo.
Coloca este amuleto protector detrás de la puerta de tu hogar.
Apaga la vela.
Materiales
Procedimiento
Confecciona una lista con los nombres de esas personas que te envían energía negativa.
Dobla el papel en cuatro partes. Cada vez que dobles la hoja repite: "yo los anulo"
Entierra el papel en el lugar que has elegido (maceta, cantero, tierra) y repite: "Con este
entierro anulo el poder de sus acciones e impido que la mala energía se me acerque"
Cómo romper un trabajo de brujería
Si quieres saber cómo curar la brujería sigue los siguientes pasos y en tres días, lograrás eliminar
cualquier tipo de influencia negativa sobre tu persona:
Materiales
Método
Átate una cinta de color rojo alrededor de tu muñeca izquierda durante una noche entera.
Antes de dormir realiza la siguiente oración: “Protégeme, universo, de los sentimientos de
maldad que circulan por el mundo, no dejes que mi ser sea tocado por sentimiento negativo
alguno. Cuida de mí como yo cuido de mi entorno más querido”.
Haz lo mismo durante la siguiente noche, con la diferencia de ponerte la cinta roja en la
muñeca derecha esta vez. Repite la oración.
La tercer noche debes colocar debajo debajo de tu cama el plato de cristal con un pequeño
montículo de sal gruesa salpicado por siete gotas de vinagre, y sobre ése montículo la cinta
roja que has utilizado en cada una de tus muñecas las dos noches anteriores y vuelve a repetir
la oración al Universo Protector.
Ahora te queda la tercera jornada diurna para terminar con el trabajo restablecedor de estado
normal y acabar con la brujería que te han hecho. Una vez levantado de la cama debes retirar
de debajo de tu cama el plato con la sal, el vinagre, la cinta roja y toda la mala energía que ha
quedado pegada a la cinta.
Mete todo dentro de una bolsa y ve hacia un río, mar o afluente correntoso donde puedas llevar
a cabo la última parte de este trabajo de restablecimiento energético.
Introduce tus pies en el agua y poco a poco vierte en la corriente del agua purificadora la sal
con el vinagre y la cinta roja. Mientras observas cómo se aleja realiza tu oración por última vez.
Lava el plato con abundante agua y seca detenidamente tus pies para que los restos de
energía negativa que puedan quedar no vuelvan contigo a tu hogar.
Coloca sal y vinagre en un plato debajo de la cama, como medida de protección, una vez que
hayas realizado el conjuro.
Rosario de San Miguel Arcángel
Un día, San Miguel Arcángel se apareció a la devota de Dios,
Antonia d`Astonaco. El Arcángel le dijo a la Religiosa que él
desea ser honrado mediante la recitación de nueve Salutaciones.
Estas Nueve plegarias corresponden a los nueve Coros de los
Ángeles. Consiste el Rosario de un Padrenuestro y tres Aves
marías, en honor de cada Coro Angelical.
En las cuentas grandes, se dice: Un Padrenuestro y tres Avesmarías, después de cada Salutación, así:
Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de los Serafines, que Dios Nuestro Señor prepare
nuestras almas, y así recibir dignamente en nuestros corazones el fuego de la Caridad perfecta. Amén.
Un Padrenuestro y tres Avemarías.
Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de los querubines, Que Dios Nuestro Señor nos conceda
la gracia de abandonar los caminos del pecado y seguir el camino de la Perfección Cristiana. Amén.
Un Padrenuestro y tres Avemarías.
Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de los Tronos, que Dios Nuestro Señor derrame en
nuestros corazones el verdadero y sincero espíritu de humildad. Amén.
Un Padrenuestro y tres Avemarías.
Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de Dominaciones, que Dios Nuestro Señor nos conceda
la Gracia de controlar nuestros sentidos y así dominar nuestras pasiones. Amén.
Un Padrenuestro y tres Avemarías.
Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Potestades, que Dios Nuestro Señor proteja nuestras
almas contra las asechanzas del demonio. Amén.
Un Padrenuestro y tres Avemarías.
Por la intercesión de San Miguel y el Coro de las Virtudes, que Dios Nuestro Señor nos libre de todo mal y
no nos deje Caer en la tentación. Amén.
Un Padrenuestro y tres Avemarías.
Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de los Principados, que Dios Nuestro Señor se libre
llenar nuestras almas con el verdadero espíritu de la obediencia. Amén.
Un Padrenuestro y tres Avemarías.
Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de los Arcángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda
la Gracia de perseverancia final de la Fe y en las Buenas obras y así nos lleve a la Gloria del Paraíso. Amén.
Un Padrenuestro y tres Avemarías.
Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de los Ángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la
Gracia de ser protegidos por ellos durante esta vida mortal y que nos guíen a la Gloria Eterna. Amén.
Un Padrenuestro y tres Avemarías.
En las cuatro cuentas después de la medalla se reza un Padrenuestro en honor de cada uno de los siguientes
Ángeles, como se indica:
Oh Glorioso Príncipe, San Miguel, Jefe Principal de la Milicia celestial: Guardián fidelísimo de las almas:
Vencedor eficaz de los espíritus rebeldes; fiel Servidor en el Palacio del Rey Divino, sois nuestro admirable
Guía y Conductor. Vos que brilláis con excelente resplandor y con virtud sobrehumana, libradnos de todo
mal. Con plena confianza recurrimos a vos. Asistidnos con vuestra afable protección; para que seamos más y
más fieles al servicio de Dios, todos los días de nuestra vida.
Oración
San Gabriel el ángel que Dios pone su confianza, ruega por nosotros
San Gabriel, el ángel de la Santísima Trinidad, ruega por nosotros
San Gabriel, extendiéndose en nosotros los dones del Espíritu Santo, ruega por nosotros
San Gabriel, Ángel que da sentido de lo sagrado y el temor a Dios, ruega por nosotros
San Gabriel, el Ángel de la Anunciación, ruega por nosotros
San Gabriel, Ángel guardián de la Virgen, ruega por nosotros
San Gabriel, el Ángel de la virginidad consagrada, ruega por nosotros
San Gabriel, protector del niño y de su madre, ruega por nosotros
San Gabriel, patrón de los sacerdotes, ruega por nosotros
San Gabriel, el Ángel de los profetas y anunciadores de la Palabra de Dios, ruega por
nosotros
San Gabriel, Ángel del pueblo de Dios, ruega por nosotros
San Gabriel, Ángel regente de las épocas más importantes de la humanidad, ruega por
nosotros
San Gabriel, protector de las comunicaciones y la unidad de los creyentes, ruega por
nosotros
San Gabriel, el Ángel de la alabanza, ruega por nosotros
San Gabriel, el Ángel de la humildad, ruega por nosotros
San Gabriel, el recurso desesperado, ruega por nosotros
Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, perdónanos, Señor
Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, escúchanos, Señor
Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, Señor
Ruega por nosotros San Gabriel, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
Cristo.
En tu presencia, Señor, santo Arcángel Gabriel, puesto que es el objeto de nuestra
adoración en la tierra, que se haga de usted, nuestro abogado en el cielo. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amen.
Oración a San Miguel Arcángel en latín
SANCTE MICHAEL ARCHANGELE, DEFENDE NOS IN
PROELIO, CONTRA NEQUITIAM ET INSIDIAS DIABOLI ESTO
PRAESIDIUM. IMPERET ILLI DEUS, SUPPLICES
DEPRECAMUR: TUQUE, PRINCEPS MILITIAE COELESTIS,
SATANAM ALIOSQUE SPIRITUS MALIGNOS, QUI AD
PERDITIONEM ANIMARUM PERVAGANTUR IN MUNDO,
DIVINA VIRTUTE, IN INFERNUM DETRUDE. AMEN.
Padre Celestial, de acuerdo a tu divina Voluntad, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, por obra y gracia
del Espíritu Santo y con el apoyo de SAN MIGUEL ARCANGEL YO ORDENO QUE SE VAYA,
AHORA, en este instante. Que desaloje de inmediato cualquier parte de mí o de cualquier miembro de mi
familia. Yo lo ordeno AHORA, en este momento en el nombre de JESÚS. Amén, Amén, Amén.
Amén.
"Espíritu del Señor, Espíritu de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad, Virgen
Inmaculada, ángeles, arcángeles y santos del paraíso, descended sobre mí. Fúndeme, Señor,
modélame, lléname de ti, utilízame.
Expulsa de mi todas las fuerzas del mal, aniquílalas, destrúyelas, para que yo pueda estar bien y
hacer el bien.
Expulsa de mí los maleficios, las brujerías, la magia negra, las misas negras, los hechizos, las
ataduras, las maldiciones y el mal de ojo; la infestación diabólica y la obsesión diabólica; todo lo que
es mal, pecado, envidia, celos y perfidia; la enfermedad física, psíquica, moral, espiritual y diabólica.
Quema todos estos males en el infierno, para que nunca más me toquen a mí ni a ninguna otra
criatura en el mundo.
Ordeno y mando con la fuerza de Dios omnipotente, en nombre de Jesucristo Salvador, por
intermedio de la virgen Inmaculada, a todos los espíritus inmundos, a todas las presencias que me
molestan, que me abandonen inmediatamente, que me abandonen definitivamente y que se vayan al
infierno eterno, encadenados por San Miguel arcángel, por san Gabriel, por san Rafael, por nuestros
ángeles custodios, aplastados bajo el talón de la Virgen Santísima Inmaculada."
Jesús dulce nombre de Jesús, donde Jesús se nombró todo el mal se quitó, donde Jesús se ha
nombrado todo el mal se ha quitado.
Santa Ana parió a maría, nuestra señora santa Isabel y san juan bautista, así como estas palabras
son santas y verdaderas, permíteme señor quitar mal quebranto y espanto que en el cuerpo de (y
nombras a la persona) se encuentre.
Oración contra brujería a SANTA MARIA
¡Guerrea conmigo! Poderosa Virgen Inmaculada, Virgen Pura y Bendita. Colócate en cada esquina de mi
casa, de mi trabajo, de mis lugares de estudio o descanso, donde me encuentre, protégeme, sé tu mi fuerte,
mi muralla y refugio. Vela por mi alma y mi cuerpo, acúname y rodéame con tu Santo Rosario poderoso y
vencedor. Amén"
Enciende una vela blanca y un incienso de sándalo. Al finalizar el salmo, di en voz alta el nombre de la
persona que te está echando la brujería.
Salmo 79
Aleja mis temores y dame fortaleza para seguir adelante y no caer, te lo pido en
el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración diaria al Arcángel Gabriel
Querido Arcángel Gabriel, yo vengo a ti con
humildad y de corazón, muy bendito mensajero
celestial, presenta a María mi oración para que
con su gracia y amor, yo pueda recibir el
perdón de Dios para todos mis pecados.
Realmente sé que cuento contigo amado
Arcángel, además intercede por mí para poder
recibir el abrazo y suave beso de María y que
Dios Padre Todopoderoso me conceda su
protección. Oh Dios, nuestro Padre, bendíceme
y protégeme. Amen.
Oración a San Gabriel Ángel de la encarnación
San Gabriel Arcángel, Ángel de la Encarnación
y fiel mensajero de Dios, haznos atentos a las
advertencias suaves y llamamientos urgentes del
corazón amoroso de Jesús.
Quédate cerca de nosotros, para ayudarnos a
entender la Palabra de Dios, a seguirle,
obedecerle y hacer lo que sea su voluntad,
despertándonos a la vida, para que a su regreso,
el Señor no nos encuentre dormidos. Amen.
Oración al Arcángel de la Encarnación
San Gabriel Arcángel, yo te venero como el
Árcángel de la Encarnación, porque Dios te
designó para llevar los mensajes a los hombres
elegidos y a la Santísima Virgen.
Te veneramos también como la “Fuerza de Dios”
porque eres el dador de la fuerza, consuelo y fiel
seguidor de Dios, enviado a fortalecer y enseñar la
verdad.
Pido la gracia de un poder especial de la voluntad
de luchar por la santidad de la vida. Amen
Oración para invocar a los Santos Arcángeles
“A ti Dios Todopoderoso Señor del Universo,
que a la derecha de nosotros (nombro a toda mi
familia) vaya San Miguel Arcángel, que a la
izquierda vaya San Gabriel Arcángel, delante de
nosotros San Rafael Arcángel, detrás de
nosotros San Uriel Arcángel y por encima de
nosotros la divina providencia de Dios, porque
bendito eres tú, oh Señor Rey del Universo. (Se
repite tres veces) Amen.
Glorioso San Gabriel, tu divina providencia se extiende sobre mi familia, a fin de que nunca nos separemos
y así unidos dar gracias a Dios, Amén.
En nuestro trato diario para que podamos ser cada vez mejores con
nuestros hermanos que más lo necesiten.
Que tengamos un corazón puro y abierto para saber escuchar a los
demás, que reconozcamos hoy y para siempre que el único juez es
él, para que nosotros seamos instrumentos de su reino, y que
sigamos fielmente la oración del padre nuestro, “hágase su
voluntad en la tierra como en el cielo”.
Querido San Gabriel intercede ante él, para que podamos algún día gozar como tu de su
divina presencia en el Paraíso Celestial, oh divino mensajero de los cielos, no demores en
llevar esta oración hasta su gracia divina. Amén.
Oración al Arcángel Gabriel
Honor, potencia y gloria Al Padre, al Hijo y al Espíritu,El Dios Santísimo que ustedes alaban
En su himno sin fin. Amén.
INVOCACIÓN A LOS TRES ARCÁNGELES SAN MIGUEL, RAFAEL Y GABRIEL
Glorioso Arcángel Miguel, príncipe de la milicia celestial,
defiéndenos de todos nuestros enemigos visibles e
invisibles, y no permitas que cedamos bajo su tiranía.
San Gabriel Arcángel, que justamente eres llamado a la
Fuerza de Dios, pues fuiste elegido para anunciar a
María el misterio por el cual tenía que manifestarse el
Omnipotente, haz que conozcamos los tesoros
escondidos en la persona del Hijo de Dios; sé nuestro
mensajero junto a su Madre Santa.
San Rafael Arcángel, guía caritativamente a los que
viajan, ya que con tu potencia divina haces curaciones
milagrosas, dígnate guiarnos en nuestra peregrinación
terrena, sugiérenos los verdaderos remedios que
puedan curarnos.
“Santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, rogad por nosotros y defendednos del maligno enemigo
y de todo mal”
“Santo Angel de mi guarda, presenta ante el trono del Altísimo oraciones, obras de piedad, trabajos y
sufrimiento, que en unión con todas las escuelas de María te ofrecemos (se hace la petición)”
Antífona
Muy glorioso Arcángel San Miguel, jefe y príncipe de las armadas celestiales, guardián de las almas, vencedor de los
espíritus rebeldes, favorito de la Casa real de Dios, nuestro admirable guía después de Jesucristo, tú cuya excelencia y
virtud son más que eminentes, dígnate líbranos de todos los males, a nosotros que recurrimos con total confianza a ti, y
haz que por tu incomparable protección, avancemos cada día en la fidelidad del servicio a Dios.
V. ruega por nosotros, oh bienaventurado San Miguel, príncipe de la Iglesia de Jesucristo.
R. Para que podamos ser dignos de sus promesas.
Oración
Dios Eterno y Todopoderoso que, por un prodigio de Bondad y Misericordia por un prodigio de Bondad y Misericordia
por la salvación común de los hombres, elegiste como príncipe de tu Iglesia al muy glorioso Arcángel San Miguel,
haznos dignos, te lo suplicamos, de ser librados por su cuidadosa protección, de todos nuestros enemigos, para que en
el momento de nuestra muerte ninguno de ellos pueda inquietarnos; que nos sea concedido ser introducidos por él a la
Presencia de tu Potencia y Augusta Majestad. Amén.
Novena de las Nueve Gracias dedica a San Miguel Arcángel
V. Oh Dios, ven en mi ayuda.
R. Señor, apresúrate en socorrerme.
Primera Gracia
Segunda Gracia
Tercera Gracia
Te suplicamos devotamente, oh glorioso campeón del Paraíso y jefe de los Tronos, que no permitas jamás
que nosotros tus fieles, seamos oprimidos por los espíritus malvados del Infierno ni las enfermedades. Amén.
Cuarta Gracia
Prosternados humildemente delante de ti, te rogamos, oh gran Misterio de Dios, en unión con las
dominaciones, defiendas la cristiandad en toda ocasión y en particular al soberano Pontífice, aumentando su
felicidad y las Gracias que le son concedidas en esta vida y su gloria en la otra. Amén.
Quinta Gracia
Te rogamos, oh San Miguel Arcángel, en unión con las Virtudes, liberar a tus siervos de las manos de sus
enemigos conocidos y desconocidos, de los falsos testigos, de las discordias, librar a nuestra patria y en
particular a nuestra ciudad, del hambre, de la peste, de la guerra, del rayo, de las tempestades, temblores de
la tierra y tormentas que el dragón infernal acostumbra suscitar para hacernos daño. Amén.
Te suplicamos, oh jefe de las milicias angelicales, te rogamos, que con las Potestades proveas a nuestras
necesidades, a las de nuestro país y especialmente de nuestra ciudad, dando fecundidad a la tierra y la
concordia y paz a los jefes cristianos. Amén.
Séptima Gracia
Te pedimos, oh jefe de los arcángeles, que en unión con los Principados, nos libres a tus servidores, así como
a nuestro país y nuestra ciudad, de las enfermedades corporales y sobre todo de las enfermedades
espirituales. Amén.
Octava Gracia
Te suplicamos, oh San Miguel, que en unión con el Coro de los Arcángeles y los nueve Coros de los Ángeles,
nos cuides en esta vida y que en el momento de la muerte nos asistas a lo largo de nuestra agonía y sobre
todo en el instante de entregar el alma, para que, como vencedores de Satanás, vayamos a gozar contigo de
la Bondad Divina en el Santo Paraíso. Amén.
Novena Gracia
Finalmente te pedimos, oh glorioso jefe, defensor de la Iglesia militante y triunfante, que con los nueve Coros
de los ángeles nos cuides y defiendas, a nosotros tus fieles, a nuestras familias y a aquellos que se
encomendaron a nuestras oraciones, para que, viviendo con tu socorro una vida pura, podamos gozar de la
contemplación de Dios eternamente contigo y todos los ángeles. Amén.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en el combate para que no perezcamos en el día del juicio.
Rezar enseguida cuatro padresnuestros: el primero en honor a San Miguel; el Segundo en honor a San
Gabriel; el tercero en honor a San Rafael; y el cuarto en honor a nuestro Ángel de la Guarda.
Oración
Oh Dios Todopoderoso y Eterno, que para la salvación del género humano envíate milagrosamente a tu
Iglesia tu gloriosísimo príncipe, el Arcángel San Miguel, concédenos su socorro saludable y su eficaz ayuda
contra todos nuestros enemigos, para que en el instante de la salida de este mundo logremos aparecer a la
Presencia de tu Divina Majestad. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
“San Miguel es el que primero vino… Lo vi delante de mis ojos. No estaba Sólo, sino acompañado por los
Ángeles del Cielo. Los vi con los ojos de mi cuerpo así como le veo a usted, y cuando se alejaron, lloraba y
hubiera querido que me llevarán con ellos ” Santa Juana de Arco.
Oración y Consagración a San Rafael
(Para rezar el día 29 de Septiembre o en cualquier
momento.)
¡Protector generoso de las familias!, dirige hacia la mía tu mirada bondadosa; que
mis padres y todos los míos reciban los efectos de tu patrocinio.
Afianza en nuestras familias el reinado de la fe, la práctica constante de la piedad, el espíritu de unión
y el ejercicio de la santa caridad a favor de los pobres y de nuestros queridos difuntos, a fin de que
ellas obtengan del cielo las abundantes bendiciones que por mediación tuya derramó Dios sobre el
hogar de Tobías.
¡No nos abandones, pues, oh, Santo Arcángel! Vela siempre a nuestro lado para que sostengas
nuestros pasos, cada vez que nos sintamos desfallecidos en la penosa y difícil jornada de la vida.
Nuestro Padre Dios que está en los Cielos, y que es también el tuyo, nos ha confiado a tu tierna
solicitud, para que seas nuestro guía en el destierro, nuestro consejero en las dudas y nuestra
medicina en las enfermedades. Corona tu obra de amigo fiel y de seguro conductor, acompañando
nuestras almas hasta dejarlas en los brazos de su Creador para alabarle y bendecirle contigo
eternamente, Amén.
Ayúdanos a reconocer a Dios, a adorarlo, amarlo y servirlo. Ayúdanos en la lucha contra los
poderes de las tinieblas que nos rodean y nos oprimen solapadamente; ayúdanos para que
ninguno de nosotros se pierda y para que un día, gozosos, podamos reunirnos en felicidad
eterna.
Amén.
Letanía a San Rafael Arcángel
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Cristo escúchanos. Cristo, amablemente escúchanos a
nosotros.
Dios el Padre del Cielo, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios el Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Santa María, Reina de los Ángeles, ruega por nosotros.
San Rafael, ruega por nosotros.
San Rafael, lleno de la misericordia de Dios ora por nosotros.
San Rafael, perfecto adorador de que la Palabra de Dios, ora
por nosotros.
San Rafael, el terror de los demonios, ora por nosotros.
San Rafael, exterminador de vicios, ora por nosotros.
San Rafael, la salud de los enfermos, ora por nosotros.
San Rafael, nuestro refugio en todas nuestras pruebas, ora por nosotros.
San Rafael, guía de los viajeros, ora por nosotros.
San Rafael, consuelo de los presos, ora por nosotros.
San Rafael, la alegría de la Dolorosa, ora por nosotros.
San Rafael, lleno de celo por la salvación de las almas, ora por nosotros.
San Rafael, cuyo nombre significa “Dios sana”, ora por nosotros.
San Rafael, amante de la castidad, ora por nosotros.
San Rafael, azote de los demonios, ora por nosotros.
San Rafael, en la peste, la hambruna y la guerra, ora por nosotros.
San Rafael, ángel de la paz y la prosperidad, ora por nosotros.
San Rafael, dotado con la gracia de la curación, ora por nosotros.
San Rafael, guía segura en el camino de la virtud y la santificación, ora por nosotros.
San Rafael, ayuda de todos los que imploran tu asistencia, ora por nosotros.
San Rafael, que fuiste guía y consuelo de Tobías en su viaje, ora por nosotros.
San Rafael, a quienes las Escrituras alaban: “Rafael, el santo ángel del Señor, enviado a
curar”, ora por nosotros.
San Rafael, nuestro abogado, ora por nosotros.
Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, ten piedad de nosotros, Señor.
Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.
Cristo, oyénos. Cristo, escúchanos.
Ruega por nosotros, San Rafael, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
nuestro Señor Jesucristo.
Señor, Jesucristo, por la oración del Arcángel Rafael, concédenos la gracia de evitar todo
pecado y de perseverar en toda buena obra hasta llegar a nuestro destino celestial, Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
CONSAGRACIÓN A SAN RAFAEL ARCÁNGEL
Glorioso Arcángel San Rafael, Medicina de Dios, que guiaste a Tobías en su viaje para cobrar la deuda de
Gabelo le preparaste un feliz matrimonio y devolviste la vista a su anciano padre, guíanos en el camino de la
salvación, ayúdanos en las necesidades, haz felices nuestros hogares y danos la visión de Dios en el cielo.
Amén.
Tú eres ángel santo, uno de aquellos siete nobilísimos espíritus que rodean al
trono del altísimo.
Confiados en el gran amor que has manifestado a los hombres, te suplicamos humildes nos defiendas de las
asechanzas y tentaciones del demonio en todos los pasos y estaciones de nuestra vida, que alejes de nosotros
los peligros del alma y cuerpo poniendo freno a nuestras pasiones delincuentes y a los enemigos que nos
tiranizan, que derribes en todas partes y principalmente en el mundo católico el cruel monstruo de las
herejías y la incredulidad que intenta devorarnos.
Te pedimos también con todo el fervor de nuestro espíritu, hagas se dilate y extienda más el Santo
Evangelio, con la práctica de la moral. Que asistas al romano pontífice y a los demás pastores, y concedas
unidad en la verdad a las autoridades y magistrados cristianos.
Por último, te suplicamos nos alcances del trono de Dios –a quien tan inmediato asistes–, el inestimable don
de la gracia, para que por medio de ella seamos un día vuestros perpetuos compañeros en la gloria. Amén
!Oh, fidelísimo compañero y custodio mío! destinado por la divina providencia para mi guarda tutelar,
protector y defensor mío, que nunca te apartes de mí lado, y gracias te daré yo por tu fidelidad y amor que
me profesas y por los muchos beneficios que a cada instante estoy recibiendo de ti; tu velas sobre mí,
cuando estoy durmiendo, cuando estoy triste tú me consuelas, cuando estoy desmayado me alimentas, tu
apartas de mi lado los peligros presentes y me enseñas a precaver los futuros, me desvías de los malos y me
inclinas a los buenos, y me reconcilias con Dios y mucho tiempo hace que estaría ardiendo en el infierno si
con tus ruegos y gemidos no hubiera detenido la ira del señor, te suplico no me desampares en las cosas
adversas, modírame en las prosperidades, líbrame de los peligros y ayúdame en las tentaciones para no
dejarme vencer jamás y lleva ante el acatamiento de Dios mis oraciones y todas mis obras buenas,
consiguiendo que de esta vida sea trasladada mi alma en gracias de Jesús, María y José.
(Se reza un Padre nuestro y un ave María el primer día, dos el segundo y así sucesivamente aumentando uno
todos los días).
Oración de Sello a San Miguel Arcángel
En el nombre de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu
Santo. Amén.
Sello y protejo todo mi ser, mi familia, mis posesiones, mi árbol genealógico. Todo queda sellado y
protegido con el poder de la Sangre de Jesucristo, el Señor, para que nada ni nadie pueda
provocarme ningún daño.
Defiéndeme y salvadme en la hora del Juicio, líbrame de las penas del Purgatorio y acompañad mi alma al
Cielo. ¡Ángeles del Cielo, con vuestras espadas defiéndeme y con vuestras alas protégeme!
Obtenme aquellos auxilios que me son necesarios para conseguir la corona de la eterna
gloria. Defiéndeme siempre de los enemigos del alma, especialmente en la hora de mi
muerte. Ven, oh príncipe gloriosísimo, para asistirme en el último combate, y con tu arma
poderosa arroja lejos, precipitando en los abismos del infierno, a aquel ángel prevaricador y
soberbio que un día postraste en el combate en el cielo. Amén.
Este maligno dragón arroja, cual inmundísimo torrente, sobre los hombres depravados de mente y
corrompidos de corazón, el veneno de su malicia, el espíritu de venganza, de impiedad y de blasfemia, el
hálito pestífero de la impureza y de todos los vicios e iniquidades.
Los enemigos astutos han llenado de amargura la Iglesia, Esposa del Cordero Inmaculado, y han extendido
impíamente susmanos sobre las cosas más sacrosantas. Ea, pues, ¡oh invictísimo Príncipe! Socorre al pueblo
de Dios de las irrupciones de los espíritus réprobos y danos la victoria. La Santa Iglesia te venera como
Custodio y Patrón; en ti se gloría como defensor contra las malvadas potestades del infierno; a ti ha confiado
Dios las almas para llevarlas a la bienaventuranza celestial.
¡Ah!, ruega al Dios de la paz que ponga a Satanás bajo nuestros pies humillado y derrotado, que ya no pueda
tener a los hombres como esclavos ni dañas a la Iglesia. Ofrece en la presencia del Señor nuestras plegarias,
a fin de que venga pronto sobre nosotros Su misericordia, y atando al dragón y serpiente antigua, que es el
Diablo y Satanás, sea éste encadenado y arrojado al abismo, de tal manera que no seduzca más a los pueblos.
Así sea.
Y me propongo nunca olvidarlos en mis palabras ni en mis acciones, y tampoco hacer sufrir
a aquellos a quienes ha sido encomendado mi cuidado, o decir algo en contra de su honor.
Por eso te pido a Ti mi Señor, que los Santos Ángeles que siempre son ministros ante Ti en
el Cielo, defiendan mi vida aquí en la tierra para que, perseverando hasta el fon en tu santa
gracia, en compañía de ellos y de la Reina de los Ángeles merezca la vida eterna. Por
Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Oremos: