Cuán importante y olvidado es el ayuno, la oración y el dar para los
cristianos, un estilo de vida que ha sido dejado a un lado pero que practicado es una arma poderosa para poder contrarrestar las obras de Satanás y de nuestra carne. Este es mi ensayo sobre el olvido de esta forma de vida que nos lleva a encontrar un lugar intimo en la presencia de Dios es algo breve pero está escrito de una manera que tal vez pueda enriquecer a alguien que lo lea.
En tiempo de angustia, de necesidad es cuando recurrimos al ayuno y
la oración pero debemos ser extraordinarios, debemos tomar estos principios como bases o cimientos donde fundar nuestra relación con Jesús.
“El ayuno que yo amo consiste en esto, soltar las ataduras
injustas, desatar las ligaduras de la Opresión, dejar libre al oprimido y romper todo yugo”.
Recuerdo que en los inicios de mi vida en el Señor lidiaba con las
obras de la carne, era evidente que la lujuria, los deseos de la carne me controlaban de tal manera que parecía un títere con cuerpo de persona humana, pero me encontraba lejos de comprometerme con aquel murió y resucito por mí. La lucha era en vana siempre golpeándome con la pared, una y otra vez se repetía la misma historia. Pero Jesús es bueno y grande es su misericordia, que desea que entendamos que solo en sus fuerzas podemos vencer y soltarnos de toda atadura, ligadura, toda opresión y todo yugo. El ayuno no consiste en solo dejar de comer, porque si fuera así eso sería una forma de adelgazar. El ayuno que Jesús nos enseña es someternos voluntariamente en un compromiso (Jesús y nuestra persona) disciplinadamente a abstenernos de cualquier alimento (pecado no confesados, vicio, malos hábitos , televisión, etc.) que alimente el viejo hombre que está viciado y lleno de mañas para pecar y de esta forma obstaculice un crecimiento conforme a la estatura del varón perfecto.
“Mirad también por vosotros mismos que vuestros corazones no
se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día”. “Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento”
“Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas
con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente”
Jesús nos dio el ejemplo en ayuno, a pesar de ser el hijo de Dios no
escatimo el precio que conlleva el ayuno, nos enseñó que ayunando y orando estaría capacitado llevar el reino de Dios a cada corazón que lo necesite.
“muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, se levantó, y
salió, y se fue a un lugar solitario, y allí oraba”
El tiempo para orar en todo momento que tengamos la oportunidad
para hacerlo, el lugar el cualquier, pero una conversación merece que prepares aquel lugar íntimo y secreto por que Jesús nos dice que El nos escucha en lo secreto y que seremos recompensados en público.
Total rendición al Padre, es nuestra meta, sé que es difícil pero no
desmayes avanza y echa mano de las armas que Dios nos da, el ayuno y la oración. A mí también me cuesta, porque siempre nuestra carne se opone pero no es excusa tenemos que intentarlo una y otra vez. La oración puede cambiarnos la vida y Dios nos escuchara si decidimos comprometernos más con el. Hagamos del ayuno y la oración nuestro estilo de vida.