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Universidad de Antioquia

Seccional Oriente

Facultad de Ciencias Económicas

Pregrado en Desarrollo Territorial

Geografía de los Recursos

Sistema Territorial de la Producción Bananera en la región del Urabá

Presentado por:

Angie Paola Jiménez Rodríguez

Esteban Martínez Vargas

El Carmen de Viboral

Diciembre de 2017

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Tabla de Contenido

I. Introducción
II. Orígenes de la Industria Bananera en Colombia.
III. Inicios del cultivo de banano en la región del Urabá.
IV. Exportaciones de banano durante la segunda mitad del siglo XX.
V. La influencia del conflicto armado en la producción bananera.
VI. Producción mundial de Banano.
VII. Características climáticas en la zona bananera del Urabá y producción del banano
Cavendish.
VIII. Impactos Socio-ambientales de la producción bananera en el Urabá.
IX. Conclusiones.
Referencias Bibliográficas.

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Sistema Territorial de la Producción Bananera en la región del Urabá

I). Introducción

Durante casi más de medio siglo la actividad bananera se ha constituido como uno de los más
importantes motores del desarrollo social y económico, especialmente en la subregión antioqueña
del Urabá, la cual desde la década de los sesenta se ha constituido como la principal zona
productiva de este producto, que es después del café y las flores, una de las actividades
económicas agrícolas más tradicionales e importantes de Colombia, generando más de 100000
empleos en la región. El país se ha posicionado después de India y China, como de Ecuador y
Brasil en Latinoamérica como uno de los principales productores de banano a nivel mundial. De
las dos zonas bananeras, Santa Marta en el Magdalena y Urabá, en esta última se alcanzan a
producir aproximadamente 1.44 millones de toneladas al año, a partir de más de 30000 hectáreas
cosechadas en la región, lo que significa un 76% de la producción total de banano del país, cuyos
principales mercados receptores son la Unión Europea y Estados Unidos.

La presente monografía pretende hacer un análisis del sistema territorial de dicha producción
agrícola, comenzando con la contextualización histórica de la producción bananera, la cual inició
a finales del siglo XIX en el Magdalena para formalizarse totalmente en la subregión del Urabá a
partir de la década de los sesenta; seguidamente se describirán las exportaciones de banano
durante la segunda mitad del siglo XX, y cómo el deterioro del orden público desde la década de
los ochenta con la llegada de grupos armados que generó, además de violencia, un deterioro en el
tejido social y un impacto en la industria bananera de la región. Posteriormente se analizará el
proceso de producción del banano Cavendish, así como las condiciones climáticas propicias para
su cultivo y cosecha. Finalmente se presentarán los impactos socio-ambientales relacionados con
la producción bananera en la región, junto con las reflexiones relacionadas con la importancia de
la productividad y la agroindustria sostenible del banano en el Urabá.

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II). Orígenes de la Industria Bananera en Colombia

A finales del siglo XX, el banano había transformado la economía del Magdalena, pues fue el
primer producto que atrajo inversión extranjera, permitiendo un crecimiento de las exportaciones
a largo plazo, a diferencia de otras experiencias que no fueron relevantes como el cacao y el
tabaco. Según Agudelo (2011), en la década de 1830, llegaría al Caribe la variedad Gros Michel
cuyo cultivo atraería a la población de los países más desarrollados. Algunos empresarios
ingleses descubrieron la fertilidad de las tierras al sur de Ciénaga, y al ver la demanda
internacional de productos agrícolas, empezaron a cultivar banano y cacao en la región,
empleando por primera vez la técnica del arado. Finalizando el siglo XIX, la demanda de la fruta
aumentaría en Estados Unidos.

El cultivo de banano no requería una tecnología avanzada, sólo tierras planas y abundante agua, y
estas condiciones se cumplían en la zona al sur de Ciénaga, enmarcada entre las estribaciones de
la Sierra Nevada y la Ciénaga Grande. La primera exportación de banano se haría en 1891, con
una cantidad de 1.500 racimos (Viloria, 2009; pág. 15).

Figura 1: Platanal, Edward Walhouse Mark (1856).

En el departamento del Magdalena el cultivo del banano se impuso sobre las demás actividades
por diversos factores: aunque era fundamental el capital, el negocio era intensivo en mano de
obra; los rendimientos eran más rápidos que otros cultivos como el café, ya que el banano
alcanzaba su etapa de madurez mucho más rápido, y no requería ningún proceso de

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transformación como la caña de azúcar. Sin embargo el primer tropiezo de esta actividad sería la
falta de experiencia en el transporte y almacenamiento del banano. Esto originó que la fruta de
los primeros embarques llegara en mal estado al mercado norteamericano. Estos problemas
provocaron el fracaso comercial de varios empresarios agrícolas de la región, que habían
arriesgado su capital en un nuevo producto de exportación. Los cultivadores nacionales de la
fruta comenzaron a entender entonces el gran desarrollo técnico que requería la producción,
exportación y venta del banano. Pero la falta de conocimientos con respecto al empaque y el
transporte de la fruta, llevaron a que fracasaran los primeros intentos exportadores, facilitando así
la entrada de empresas extranjeras, las cuales no sólo tenían mayores recursos económicos, sino
también una gran experiencia en el mercado internacional de frutas.

Según Viloria (2009), se calcula que en 1908 la United Fruit Company tenía 1.800 hectáreas y
dos años después, había ampliado sus predios a las haciendas Santa Ana y Santísima Trinidad,
ubicadas en Aracataca, las cuales tenían una extensión de 13.078 hectáreas. En 1915 se
cultivaban un poco más de 14.300 hectáreas de banano en el departamento del Magdalena, de los
cuales 6.050 pertenecían a la norteamericana UFC (42% de la zona cultivada en banano) 1.500 a
la Compagnie Inmobiliere et Agricole de Colombia, también conocida como compañía francesa
de Theobromina (10,3%), 1.000 a la Sevilla Banana Company (7%) y más de 5.800 a
cultivadores particulares (40%). Para 1920, el área se había ampliado a 30.800 hectáreas
cultivadas, de las cuales el 50% eran de la compañía norteamericana.

Figura 2: Trabajadores de la United en las plantaciones bananeras del Magdalena (1929).

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En la década de 1920 la economía del Magdalena estaba dominada por la producción de banano,
descuidando otros cultivos como el algodón, café, y caña de azúcar. Sin embargo la economía
bananera del Magdalena se vería afectada por la enfermedad holandesa, generada por las
exportaciones de café, ocasionando la pérdida de competitividad de otros sectores exportadores;
la enfermedad de panamá, hongo que atacaba las hojas del banano y fenómenos naturales que con
frecuencia azotaban la zona bananera, como los huracanes y las inundaciones (Viloria, 2009).

Sumado a lo anterior, durante la expansión bananera se generó una activa agitación laboral dentro
de los trabajadores bananeros, quienes reclamaban mejores condiciones laborales y sociales en
general. La compañía bananera contrataba a través de intermediarios a la mayoría de sus
trabajadores, con el objeto de pagar menores salarios o eludir la responsabilidad de pagar las
prestaciones sociales. La monopolización del cultivo del banano generó disfunciones
económicas, sociales y ambientales, que evolucionaron hacia conflictos como la huelga de las
bananeras en 1928 y la represión de la misma, lo que se saldó con un gran número de obreros y
familiares muertos. Sin embargo, aunque la actividad bananera generó una dinámica económica
significativa durante varias décadas en el departamento del Magdalena, no pudo convertirse en
motor del desarrollo económico regional tan significativo como lo sería en la región del Urabá a
partir de la década de los sesenta.

III). Inicios del cultivo de banano en la región del Urabá

En la región del Urabá, el cultivo del banano se inició a finales del siglo XIX, cuando las
transnacionales bananeras llegaron al país. En 1909, el Consorcio Albingia, de Hamburgo,
Alemania, llegó a Colombia para empezar la explotación con el propósito de exportar la fruta.
Ese mismo año, los industriales germanos consiguieron una concesión de cerca de 5.000
hectáreas de tierras baldías en lo que hoy es Puerto Cesar, vereda del municipio de Turbo (De La
Urbe, 2016). La variedad Gros Michel sería la primera en sembrarse para ese entonces.

Según Agudelo (2011), desde 1950, se había reactivado el área de cultivo de la fruta en el Caribe
y la United varió su modelo de negocio de controlar, desde una posición dominante, la línea de

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producción, exportación y comercialización del banano, para sólo concentrarse en el transporte y
la comercialización. Además, las acusaciones hacia la compañía americana por violar la ley
antimonopolio, hizo que esta vendiera a cultivadores locales algunas de sus haciendas en
Centroamérica y el Caribe, lo que diversificó el área de compra de la fruta abriendo dos nuevas
zonas: Ecuador, que se convertiría rápidamente en el primer exportador mundial de banano, y
Urabá, que superaría rápidamente en producción a la zona de Ciénaga.

En 1963 la Frutera Sevilla, filial de la United en Ciénaga, inició la financiación del cultivo de la
fruta de exportación alrededor del golfo de Urabá, en suelos nuevos y libres de enfermedades,
además de estar protegidos de las tormentas tropicales. La región del Urabá era una tierra de bajo
costo, y al contrario de la tradición existente en el Magdalena, estaba habitada por colonos con
débiles conexiones con la agricultura comercial a los que la Frutera proveía asesoría técnica y la
construcción de canales de riego y carreteras para la producción, transporte, exportación y
comercialización de banano (Agudelo, 2011). Vino así un período de gran auge de cultivos entre
1964 y 1968.

Figura 3: Primer cargamento de banano de Urabá (1964). Archivo El Colombiano.

En 1964 se exportaron las primeras 23.234 toneladas de banano desde Urabá. Paralelo al
crecimiento de la zona de Urabá se dio el deterioro de la zona bananera de Santa Marta (Bonet,
2000). Según Unibán, los intentos de crear compañías regionales para vender banano en los
Estados Unidos y Europa, con el fin de mejorar las condiciones de los productores, no habían

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tenido éxito. Este monopolio de la industria bananera por parte de las multinacionales, y la
negación de la Frutera Sevilla de renovar algunos contratos para la compra de la fruta, llevó a un
destacado grupo de empresarios colombianos y propietarios de haciendas vinculados a las
actividades agrícolas y pecuarias de la región de Urabá, a crear la Unión de Bananeros de Urabá
S.A. en 1966, con el propósito de vender la fruta en los mercados internacionales. La
comercializadora en la cual se agruparon los productores para exportar directamente sin la
mediación de la filial de la United, fue creada como sociedad anónima por 218 accionistas y
propietarios de plantaciones (Agudelo, 2011). Sus objetivos consistían en el mercadeo de banano
y ñame, la investigación, planeamiento y ejecución de proyectos agroindustriales y la búsqueda
de la integración de todas las etapas del banano: del cultivo al consumo; junto con el
mejoramiento de los métodos y sistemas de producción.

IV). Exportaciones de banano durante la segunda mitad del siglo XX

Para 1964 las exportaciones de Urabá consistían el 13,5% de las exportaciones totales nacionales
y las de Santa Marta el 86,5%. Ya en 1966 las exportaciones de Urabá representaban el 74,3% y
las de Santa Marta el 25,7% (Bonet, 2000).

A partir de 1970, las exportaciones de Urabá comenzaron a representar alrededor del 90% de las
exportaciones colombianas de banano. Situación que se mantuvo hasta finales de los años
ochenta, cuando la zona de Santa Marta resurgió y alcanzó a representar aproximadamente el
30% de las exportaciones totales de banano en los noventa.

Son diversos los factores que determinaron el desplazamiento de la zona bananera de Santa Marta
a mediados de los años sesenta. Como se señaló anteriormente, uno de ellos fueron los problemas
fitosanitarios originados por la propagación del mal de Panamá dentro de los cultivos de la zona.
Igualmente, es posible que el descuido o la falta de interés por defender la producción bananera
se deba al hecho de que por estar la zona afectada por los vientos, constituía un factor limitante
de la producción, por lo que los agricultores consideraran menos riesgoso y más remunerativo
dedicarse a otros cultivos. Bonet (2000) afirma que para la época se registró un agotamiento de

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los suelos de la región de Santa Marta que influyó en los niveles de productividad. Los costos de
producción se incrementaron considerablemente como consecuencia de la pérdida de fertilidad
del suelo.

De acuerdo con las estadísticas del anuario de comercio exterior, hacia 1965 las exportaciones de
banano colombianas estaban destinadas a los países europeos: Alemania (51%), Países Bajos
(35%), Suecia (10%) e Italia (3%). Las dificultades de mercadeo y los problemas fitosanitarios
causaron problemas de calidad en el producto de la región, los cuales se reflejaron en los
continuos rechazos de cargamentos de frutas en el mercado europeo en la segunda mitad de la
década de 1960.

Las toneladas producidas en la zona de Santa Marta mostraron un descenso significativo en los
años sesenta. La tasa de decrecimiento promedio anual fue de –7,4%, mientras que Urabá entre
1964 y 1969 creció a una tasa promedio anual del 22%.

En 1969 Unibán realizó el primer contrato de venta en el exterior, como reacción a la baja del
20% en el precio que ofrecía United Brands a los productores colombianos de banano. Este
mismo año, Colombia exportó 32.000 toneladas de banano, de las cuales el 88% correspondió a
Frutera de Sevilla, subsidiaria de United Brands y sólo un 12% a Unibán. Un año más tarde, su
participación se elevó al 58% del total exportado.

Gráfico 1: Volumen de las exportaciones colombianas de banano por zonas (1950 - 1998)
Fuente: Anuario de Comercio Exterior y AUGURA

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Sin embargo, una situación diferente se presenta en los años ochenta. La producción de Urabá
sólo creció a un 0,1% promedio anual, mientras que la de Santa Marta lo hizo al 7,5% (Bonet,
2000). Lo anterior permitió que Santa Marta recuperara a finales de los ochenta los niveles de
exportación de los años cincuenta.

Según Agudelo (2011), la extraordinaria producción de banano en Ecuador desde 1960, significó
una baja en el precio del banano que los cultivadores colombianos tendieron a compensar con una
mayor producción, llevando la zona de Urabá al segundo lugar en la exportación agrícola de
Colombia, detrás de la zona cafetera, hasta la década de 1980, cuando la producción de banano en
esa zona perdió su dinámica y permitió un repunte de la producción en Ciénaga.

Un elemento que explica la recuperación de la zona productora bananera de Santa Marta es el


deterioro de las condiciones de orden público en Urabá que llevaron a los productores a
trasladarse a zonas que le permitieran tener una oferta más confiable. Además, a finales de 1983
se vencieron un gran número de convenciones colectivas de trabajo y se iniciaron negociaciones
en medio de un gran conflicto obrero patronal, que llevó al desarrollo permanente de huelgas y
operaciones tortugas que redujeron la capacidad de producción de la región (Bonet, 2000).

V). La influencia del conflicto armado en la producción bananera

El orden público en Urabá se convirtió en un factor limitante de la dinámica bananera. El


crecimiento de la población en Urabá no fue acompañado de inversión gubernamental en
escuelas, hospitales, vivienda, acueducto y alcantarillado, lo cual produjo un enorme
protagonismo de sindicatos, ligas campesinas y juntas de acción comunal en la organización de la
región.

Agudelo (2011) afirma que para 1983 se negoció un número significativo de convenciones
laborales entre propietarios de haciendas y trabajadores en Urabá, negociaciones que se
desarrollaron en un ambiente de agitación social, con paros y ralentización de la producción. En
ello se evidenció el accionar del Partido Comunista de Colombia y del Partido Comunista M.L.
liderando cada uno su respectivo sindicato: Sintagro y Sintrabanano, así la situación se agudizó

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con el surgimiento de grupos armados de izquierda como las FARC y el EPL. Esto creó el marco
de un conflicto social entre los inversionistas con la fuerza de trabajo de los colonos que
rápidamente hicieron tránsito a ser trabajadores agrarios en una zona de periferia y de enorme
valor geoestratégico como Urabá. Entre 1988 y 1995 los homicidios en el eje bananero –que
comprende los municipios de Apartadó, Carepa, Chigorodó y Turbo–, fue cuatro veces mayor
que en el resto de municipios de Urabá. En estas cuatro poblaciones se concentró, en promedio, el
86% de los homicidios de la región en dicho período.

Así mismo, la tasa promedio de homicidios por cada cien mil habitantes en el Urabá bananero fue
significativamente mayor que en el resto de Colombia. La tasa promedio por año en los
municipios bananeros de Urabá es de 307 por cada cien mil habitantes, que es cuatro veces la tasa
registrada en el resto de municipios de Urabá (73) y el promedio del país (76).

Gráfico 2: Tasa de homicidio promedio para el período1987-1995.


Fuente: Jesús A. Bejarano, et. al. Colombia: inseguridad, violencia y desempeño
económico en las áreas rurales.

Para la década de 1990 el banano representó el 43% de las exportaciones de la región Caribe
colombiana, su impacto en el empleo de la región de Urabá fue muy significativo, pues generó
105.000 puestos directos y en la zona bananera de Ciénaga 30.000 empleos (Agudelo, 2011).

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Durante este período marcado por la violencia y el conflicto, Humberto Vásquez Uribe, quien en
la década de los noventa fue empleado bananero, recuerda cómo los grupos al margen de la ley
como las FARC, el ELN, el EPL y luego los paramilitares, se disputaban el poder en la región,
impactando en gran medida a la industria bananera1:

“Un día, a eso de las 5:00 de la mañana, iban varios buses con trabajadores para diferentes
bananeras. Se transportaban 400 empleados. De repente, nos encontramos con un retén de las
FARC en la finca Los Cuna. Nos hicieron bajar de los buses y nos quitaron las cédulas
arrebatándonos las billeteras. Los guerrilleros tenían una lista en la cual, decían, podían verificar
si alguno era simpatizante de otro bando. En aquella ocasión, fueron 18 los trabajadores bananeros
asesinados. No eran los primeros y no serían los últimos”.

Figura 3: Obrero bananero víctima de asesinato selectivo. Urabá, septiembre de 1995.

VI). Producción mundial de Banano

Según Agudelo (2011), a comienzo de la década de 1990 surgió otro cambio en el mercado
mundial bananero: la Unión Europea estableció un régimen común de importación de banano que
imponía límite a la cantidad que importaba Europa y gravaba con impuestos de entrada a la fruta
proveniente de los países donde las grandes firmas norteamericanas comercializadoras de banano
tenían inversiones. Ello desató una guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, en
la cual los norteamericanos llevaron su reclamo por las restricciones al Libre Comercio ante la

1
Tomado de: Periódico De La Urbe. Urabá, tierra encantada por el banano (2016).

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Organización Mundial del Comercio. La cuota de exportación de banano para 1999 fue fijada en
dos millones y medio de toneladas y la fruta colombiana tiene un cupo de una cuarta parte.

Según la FAO, Organización Mundial de Alimentos, en 1999 se produjeron en el mundo 56


millones de toneladas de banano, siendo la cuarta fruta en producción en el mundo tras la
manzana, la uva y la naranja. De 1961 a 1999, el área cultivada de banano pasó de 2 millones de
hectáreas a 3.8 millones. Ello debido a la extensión de la forma de vida norteamericana en la
posguerra y a finales de los 80, tras la caída del muro de Berlín, que marcó el inexorable fin de la
URSS y la apertura de las economías de Europa del Este y Asia central al capitalismo.

Los incrementos en productividad que se dieron desde la década de 1970 estuvieron asociados
con el cambio de variedad que se dio en los cultivos colombianos (Bonet, 2000). Los cultivadores
colombianos se vieron presionados al cambio de variedad de la Gross Michel a la Cavendish,
debido a la susceptibilidad de la primera a la enfermedad del mal de Panamá, que en ese entonces
ya estaba en la zona de Urabá, y por su altura más propensa a los vientos. En 1973 se encontraba
el 75% del área de Urabá sembrada con Gross Michel, mientras que en 1975 cerca del 90%
estaba cultivado en la nueva variedad.

Entre los grandes productores se encuentran los grupos familiares o aquellos provenientes de
Urabá, quienes normalmente tienen una gestión empresarial mayor y cuentan con los beneficios
de estar afiliados a comercializadoras antioqueñas y Augura.

Según Bonet (2000), la expansión de las exportaciones de banano colombianas fue posible, en un
escenario de precio mundial descendente en el largo plazo, gracias al cambio tecnológico
introducido que permitió la reducción de costos unitarios el desempeño de la productividad del
cultivo en el período determinó el comportamiento de las exportaciones colombianas de banano.

En el caso colombiano, la productividad estuvo determinada por el cambio técnico introducido en


el sistema de producción a través de nuevas variedades, nuevas técnicas de cultivos (mejoras en
técnicas de drenaje, riego, uso de cable para el transporte, entre otras), y la integración vertical
del sistema de producción que se dio en el país que permitió mejorar la producción, empaque y
comercialización.

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Gráfico 3: Participación de las exportaciones colombianas por volumen en el total mundial (1961 - 1998).
Fuente: FAO.

Según Puerto Antioquia (2015), La producción de Banano y Plátano a nivel mundial asciende a
145 Millones de toneladas por año. En Colombia la producción de Banano alcanza 1.88 Millones
de toneladas al año. Las exportaciones alcanzan un total de 16.5 Millones de toneladas. Los
principales países exportadores son Latinoamericanos, encabezados por Ecuador, Costa Rica,
Guatemala y Colombia (ocupando cuarto lugar con un total de 1.88 Millones de toneladas).

La región del Urabá produce el 76% de la producción de banano del país, alcanzando 1.44
Millones de toneladas año, (representadas en 72 Millones de Cajas de 20 Kg.), a partir de
35.000 hectáreas cosechadas en la región. Esta genera anualmente ingresos por valor de 576
millones de dólares, participando con el 35% en el total de las exportaciones antioqueñas y con el
4% en el total de las exportaciones colombianas. Los principales mercados a donde llega la fruta
producida en Urabá, son la Unión Europea y los Estados Unidos. Hacia ellos se dirige el 95%
total de la producción.

Colombia, junto con Ecuador, es el país productor que ha desarrollado empresas nacionales de
comercialización. En Colombia actualmente operan Unibán, Probán, Banacol, Banadex,
Bagatela, Sunisa y Banamar. Uniban es la más antigua de las compañías, fundada en 1966, y la
que mayor participación tiene de las exportaciones colombianas. En el primer semestre de 1999,
Uniban comerció el 31% de las exportaciones colombianas de banano. Le siguen en importancia

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Proban (23,83%), Banacol (11,26%) y Banadex (15,76%). Estas cuatro compañías concentraron
aproximadamente el 82% de las exportaciones totales de banano de Colombia.

Figura 4: Producción bananera en el Urabá. Foto: Gutiérrez, E. El Tiempo (2017)

VII). Características climáticas en la zona bananera del Urabá y producción del banano
Cavendish

Según el IGAC, el Urabá Antioqueño se encuentra localizado en el extremo sur de la costa Caribe
Colombiana, en cercanías a los límites entre Colombia y Panamá, está conformado por once
municipios. La industria bananera está concentrada en el denominado eje bananero que inicia al
oriente del Municipio de Chigorodó, cubre los Municipios de Carepa, Apartado y Turbo, limita al
norte con el Río Guadualito en el corregimiento El Tres, al sur con la Comunal Santillana, al
oriente con el piedemonte de la serranía de Abibe y al occidente con el Río León y el Golfo de
Urabá. Se extiende aproximadamente entre los 7º 43,779’ a los 8º 01,035’ de latitud norte y entre
los 76º 36,677’ y los 76º 44,802’ de longitud oeste.

El eje bananero de Urabá está ubicado a un altitud que oscila entre los 10 y 40 metros sobre el
nivel del mar, su promedio anual de precipitación es de 2.650 mm, su humedad relativa es de
87%, su temperatura media anual es de 27 grados centígrados y su brillo solar es de unas 1.700
horas al año. El suelo, el clima y el manejo de la plantación interactúan con las capacidades
intrínsecas de las plantas para obtener finalmente una buena productividad (Guarín, 2011).

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Figura 5: Eje Bananero del Urabá Antioqueño.

Según Roldan (citado por Guarín, 2011), la precipitación de la zona presenta un ciclo bimodal: un
período más largo de lluvia entre Mayo, y Julio y otro de más corto período de Octubre a
Noviembre. El ciclo anual de precipitación coincide con el paso de la Zona de Convergencia
Inter-Tropical –ZCIT sobre la zona. La estación más seca coincide con la posición más al sur de
la ZCIT de Diciembre a Marzo y con la activación de los vientos Alisios del Noreste. La
precipitación media anual es de 2500 mm para la estación Turbo y 2675 mm para la estación
Unibán.

Las lluvias excesivas favorecen las epidemias de la Sigatoka Negra, obligando al uso de
fungicidas sistémicos, lo que se traduce en mayor costo y en un número mayor de ciclos
promedio de fumigación, a la vez obligan a intensificar las labores del cultivo en las bananeras de
Urabá como: el control de malezas, la limpieza de canales, los deshojes fitosanitarios, la
incorporación de fertilizantes, mantenimiento general del sistema de drenaje y las inspecciones de
Sigatoka Negra en las plantaciones (Guarín, 2011).

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Por otro lado, la temperatura del aire en Urabá presenta un comportamiento muy regular a lo
largo del año, con variaciones inferiores a 1°C, entre los meses fríos y los cálidos. La temperatura
media se encuentra entre 26,6˚C y 27,3 ˚C.

Figura 6: Distribución de la precipitación anual en el eje bananero.

La producción agrícola a campo abierto es altamente sensible al comportamiento de las variables


climáticas. Un cultivo bien adaptado a un ambiente, y con un adecuado nivel tecnológico podrá
expresar su máximo desarrollo como respuesta a unas características genéticas, siempre y cuando
el ambiente mantenga sus componentes en un rango óptimo. Variaciones en esos niveles óptimos
y particularmente la ocurrencia de eventos extremos, como sequias o inundaciones prolongadas,
afectan fuertemente el desarrollo del cultivo.

El efecto puede ser directo o indirecto, pues la variabilidad climática implica cambios en las
relaciones del cultivo con los factores bióticos (plagas y enfermedades) y abióticos (humedad del
suelo, disponibilidad de nutrientes, etc.). Un aumento de temperatura puede ocasionar un cese del

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proceso fotosintético, pero indirectamente en combinación con una alta humedad relativa y
precipitación puede favorecer el desarrollo de algunos microorganismos responsables de
enfermedades altamente limitantes en la producción.

A su vez un buen suministro de agua, volumen y distribución, favorece un desarrollo vigoroso y


acelerado de la planta, brindándole una mayor resistencia al ataque de enfermedades. El cultivo
del banano es particularmente susceptible a eventos estresantes. Igualmente, la humedad del
suelo y la temperatura son factores determinantes en su producción, afectan el crecimiento, el
desarrollo de la planta y del fruto (Guarín, 2011). La geología y morfología combinada con la
climatología de Urabá caracterizada por elevadas precipitaciones durante la mayor parte del año,
obliga a que el cultivo de banano tenga un buen sistema de drenaje para evacuar los excesos de la
precipitación.

De las casi 30000 hectáreas cosechadas en banano durante el año 2000, todas se encontraban
tecnificadas. Según Guarín (2011), una finca de banano en el Urabá posee controles fitosanitarios
generalizados (para moco y Sigatoka negra); canales de drenaje jerarquizados en Primarios,
Secundarios y Terciarios para drenaje subsuperficial y canales cuaternarios que según su tamaño
se clasifican en cunetas, sangrías y bateas para drenaje superficial.

Figura 7: Esquema general de un cultivo de banano. (Salazar, 2010).

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Esta infraestructura se combina con los sistemas estandarizados de limpieza y con la estructura
para el transporte de la fruta hasta la empacadora representada principalmente por cable vía aéreo
con el fin de que estas estructuras estén dispuestas de forma tal que causen las menores físicas en
las diferentes labores agrícolas y especialmente en el corte, recolección y transporte de fruta hasta
la empacadora, con el fin de conservar adecuadamente el racimo cosechado.

El cultivo y exportación del banano Cavendish, el cual remplaza a la variedad Gross Michel
desde la década de los setenta, pasa según Berrío (2011; pág.18) por varias etapas, tales como: la
siembra, el cultivo, la cosecha y el empaque. Las características ambientales del territorio para
producir una cosecha óptima de bananos deben ser las siguientes: Temperatura: 27 a 29.5 °C
Niveles de precipitación entre 2000 a 3000 mm de lluvia a lo largo del año. Brillo solar constante
Viento con velocidades entre 20 a 30 Km/h Suelos de tipo franco, planos, profundos y con buen
contenido de nutrientes.

Las dos zonas productoras de banano Cavendish en Colombia son costeras, y el transporte
marítimo es el utilizado para llevar la fruta a los mercados internacionales. Por otro lado, existe
una amplia variedad de productos que pueden elaborarse a partir del procesamiento de la fruta y
otras partes de la planta. Por ejemplo, con la hoja del banano Cavendish se realizan papeles y
textiles.

Figura 8: Morfología de una planta de banano Cavendish. Berrío, A.M. (2011).

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En la actualidad la región vive en relativa tranquilidad, pero sus habitantes continúan siendo
población vulnerable; donde su estabilidad económica y de orden público depende en su mayoría
de la estabilidad del sector bananero, como el principal generador de empleo e ingresos (Berrío,
2011).

VIII). Impactos Socio-ambientales de la producción bananera en el Urabá

Según investigaciones desarrolladas por la Asociación de Bananeros de Colombia, se ha llegado


a la conclusión de que los altos niveles de contaminación en la región del Urabá se deben en parte
a la agroindustria del banano, la cual tiende a contaminar los ríos, el suelo y el aire.

Esto se presenta por el uso intenso y sin control de fertilizantes, plásticos y agroquímicos que se
integran a los suelos los salinizan y van cambiando sus características originales, convirtiéndolos
en infértiles y erosivos; además, teniendo en cuenta que el banano no es un producto autóctono u
originario de Colombia, y al ser introducido al país y sembrado en tierras que no eran tan aptas
para su desarrollo, ha sido propicio para que las estas poco a poco perdieran sus valores en
relación a los nutrientes y cantidad de materia orgánica.

Igualmente, en la agroindustria del banano se necesitan grandes cantidades de agua para la


plantación del banano, esta además es ensuciada con recursos como alambres, fungicidas, látex,
entre otros. La mayoría de los desechos que sombran de las plantaciones van a parar a los ríos
sin ningún tipo de tratamiento.

Por otro lado, las constantes quemas, la fumigación aérea y terrestre con químicos contaminantes
y nocivos para la salud son un factor a tener en cuenta porque contaminan el medio ambiente,
estos productos se quedan acumulados en el aire y en la atmosfera causando un daño significativo
a la población y especies que habitan la región. Es necesario entonces regular las cantidades y la
concentración de los plaguicidas que ponen en riesgo la vida de los distintos seres vivos de la
región.

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En este panorama, se hace alerta sobre las acciones, medidas o disposiciones que deben tomar las
empresas productoras, así como los entes privados y públicos encargados de planificar políticas y
mecanismos que permitan asegurar la sostenibilidad de la producción bananera en la región del
Urabá y en Colombia.

IX). Conclusiones

Es claro que la producción bananera a lo largo de varias décadas le ha dado una fuerte identidad
territorial a la región del Urabá, donde ahora están el moderno aeropuerto Los Cedros, la
Universidad de Antioquia y los nuevos proyectos viales.

Muchas familias han llegado al Urabá en busca de mayores oportunidades y encuentran refugio
en la producción bananera. Sin embargo, la fluctuación del dólar es determinante para la
producción y también para las condiciones del empleo. Esto se debe a que la mayor parte de la
producción es enviada a los Estados Unidos y a la Unión Europea, y los pagos en moneda
extranjera determinan el nivel de las ganancias para las empresas productoras y exportadoras de
la fruta.

Augura, al igual que otras asociaciones, es el principal gremio bananero en el país. Junto con las
Universidades se han investigado alternativas de innovación y tecnología para la actividad
bananera, con el fin de educar a los habitantes de la región sobre el proceso y la logística de
exportación, desde la siembra hasta la cosecha. Ahora se ven las posibilidades de abordar temas
agroindustriales y biotecnológicos para la producción de materias primas, fabricación de
alimentos, generación de energía limpia y fibras, ampliando así la frontera agrícola con el fin de
aumentar los puestos de trabajo y abrir nuevas oportunidades a las regiones productoras.

Este nuevo contexto, en cuanto a los desafíos del sector bananero colombiano, reclama un
aumento de la productividad con base en la inversión en investigaciones y desarrollos con el fin
de satisfacer la demanda creciente y oportunidades de exportación de productos agrícolas,
sumado a la ventaja de acceso a los dos océanos que tiene Colombia para la llegada del banano a
países donde se ha constituido como una fruta de consumo habitual.

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Referencias bibliográficas

-Agudelo Velásquez, Leonardo. "La Industria Bananera y el inicio de los conflictos sociales del
siglo XX". Banco de la República, Colombia. 2011.

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en el departamento del Magdalena, 1870-1930". Cuadernos de Historia Económica y
Empresarial, Banco de la República. 2009.

-Bonet Morón, Jaime. "Las exportaciones colombianas de banano, 1950-1998". Documentos de


Trabajo Sobre Economía Regional, Banco de la República. 2000.

-Guarín Giraldo, Germán Wbeimar. "Impacto de la variabilidad climática en la producción de


banano en el Urabá antioqueño". Universidad Nacional de Colombia, 2011. Págs. 1-22.

-Gómez Berrío, Ana María. "Transformación del banano en Urabá: Experiencias pasadas,
iniciativas presentes y nuevas oportunidades de industrialización". Universidad EAFIT. 2011.

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