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Actividades estructurantes:
"Se participa directamente en la edificación de las estructuras men- tales
del interlocutor, sustituyéndose al mismo para estructurar su campo de
experiencia distinguiendo allí objetos, sucesos significativos, valores,
objetivos, métodos."
Es el procedimiento habitual de la interpretación psicoanalítica. Esta
tiende a dirigir el proceso de desciframiento y elaborar, de acuerdo con
supuestos teóricos, el proceso de desciframiento y elaboración de acuerdo
con determinados supuestos teóricos, el proceso por el cual el paciente se
siente, informado sobre su propia actividad discursiva, al mismo tiempo que
comunica a éste explicaciones o productos de análisis, sobre la diná- mica
emocional que le es propia al sujeto.
Por lo tanto, es informado partiendo de las claves suministradas por el
psicoanalista, coherente con su sistema teórico y operativo originado en
S.Freud.
Actividades informantes:
Son actividades, como el reflejo, que tienden a facilitar "la informa- ción
del sujeto sobre su propia actividad estructurante", desde su propio
discurso empáticamente asumido por el terapeuta, sin mediaciones teóri-
cas.
Pagés (1976: 58) indica las que serían características del modo roge- riano:
1) "abstenerse de toda intervención directiva en el campo de expe- riencia
del cliente, que introduzca allí una estructura (manera de percibir, valor,
finalidad, etc.) sustituyéndose al mismo".
2) "no intervenir sino para aumentar la información del cliente so- bre
su propia actividad mental.
3) "abstenerse de dirigir el proceso de información del cliente sobre sí
mismo".
4) "partir de la hipótesis de que el cliente se esfuerza por comuni- carse
consigo mismo y tratar de facilitar la comunicación del cuente con- sigo
mismo en el sentido que él la orienta".
La consecuencia de este planteo es que, rogerianamente, a partir del
reflejo, el paciente va "leyendo" (información) en su propio discurso, la
verdadera significación (estructuración) que le es posible atribuirse.
Esto alimenta, por lo tanto, la "experiencia emocional correctiva" de
los significados vividos, en que consiste el proceso psicoterapéutico.
Sabemos ahora que el reflejo está orientado hacia esas significacio- nes
Emocionales. Lo reflejado manifestará justamente los "aspectos ex-
presivos", lo comprehensible (no lo comprensible), lo individual, lo no in-
formativo, lo psicológicamente variable, lo ambiguo. Es decir: "la estruc-
tura continua y fluctuante basada en el fondo efectivo" como Piro señala y
que Rogers denominará el "experiencing".
Tengamos presente que la constante tarea del terapeuta consistirá en
reexpresar lo vivido, lo "experienciado" por el paciente (no repetir lo que
"dice"...), como siendo el halo de su propio lenguaje referencial, desci-
frándolo empáticamente, sin hacer una recodificación que resultaría es-
tructurante (Pagés) del campo experiencia] del paciente. El terapeuta para
aumentar la emergencia y configuración emocional del discurso del sujeto
utiliza, al reflejar, recursos como: cierto fraseo, ciertas palabras con
deter- minada resonancia emocional, inflexiones y tonos de voz
intencionales, el ritmo y calor de las palabras usadas, y aún mímica y
gestos corporales, así como una interjección o simplemente... el silencio.
Nada de esto es fácil y sin duda exige un entrenamiento sistemático de
aprendizaje grupal. Pero así es toda terapia que trabaje seria y
científicamente.