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LÍNEA JURISPRUDENCIAL

EFECTOS JURÍDICOS DE LAS IRREGULARIDADES


EN LA CADENA DE CUSTODIA

SALA PENAL
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

POR

GLADYS ZULUAGA GIRALDO: C.C. 43´470.374


JUAN GUILLERMO CARDONA OSORIO: C.C. 71´659.699
FABIO ANDRÉS ZULUAGA GIRALDO: C.C. 71´386.281
CADENA DE CUSTODIA

EFECTOS JURÍDICOS DE LAS IRREGULARIDADES EN


LA CADENA DE CUSTODIA

Las últimas reformas en materia de derecho procesal penal se han inclinado,


paulatinamente, por moldear un proceso más justo, por interpretar en sus líneas,
de manera más decidida cada vez, los avances logrados con el nuevo modelo
constitucional y de estado social de derecho, a más de los dictados dados, en esta
materia, a nivel internacional. Incluso, en contravía de las claras contrarreformas,
que inspiradas en las olas antiterroristas que los imperios, que pretenden hacer de
sus luchas, las de toda la orbe, van penetrando indiscutiblemente el sistema penal.

Uno de los aspectos que ha resultado innovador en su aplicación, con la entrada


en vigencia del nuevo sistema de enjuiciamiento tendencialmente acusatorio, es el
relativo a la cadena de custodia, pues que como regulación existe desde la
legislación precedente. Con relación a la recolección y aducción de los elementos
materiales probatorios y evidencia física, se ha procurado introducir reglas que
permitan garantizar que los elementos hallados en los diversos actos de
investigación o que lleguen a las autoridades judiciales por cualquier otro medio,
sean los mismos presentados al juez para facilitarle el adecuado conocimiento de
los hechos, requisito indispensable para una decisión justa. Para estos propósitos
se ha regulado la cadena de custodia, cada vez de manera más precisa.

Sin embargo, el entendimiento de las reglas de cadena de custodia ha sido


variado, no sólo desde la perspectiva de las diferentes normas procesales
vigentes en la última década, sino además bajo los planteamientos
jurisprudenciales emitidos al respecto. De manera especial, los pronunciamientos
que ha emitido la Corte Suprema de Justicia en vigencia de la Ley 906 de 2004
han sido diversos frente a situaciones fácticas análogas, lo que ha generado
desconcierto en los diferentes operadores jurídicos. El estudio se torna complejo,
ora por la diversidad de pronunciamientos que sobre el tema ha emitido la Corte
Suprema de Justicia, y que tiene una incidencia dramática en la formulación de las
causales de casación, ora porque el estudio abarca dos legislaciones
diametralmente diferentes, como lo son la Ley 600 de 2000 y la Ley 906 de 2004.
Es nuestra pretensión que el estudio de la presente línea jurisprudencial aporte
claridad y comprensión sobre las interpretaciones que ha dado la Corte Suprema
de Justicia a las fallas en la cadena de custodia, con relación a las consecuencias
que de dicho yerro se derivan y permita elegir con mayor conocimiento de causa la
tesis que resulte más razonable. Aunque resulta innegable que incluso a hoy se
trata de una línea caótica, que no muestra una tendencia unificada vigente, así le
hayan precedido divergentes posiciones.

El parte es angustioso, si se quiere, desde el punto de vista de unificación de la


jurisprudencia, para la consolidación de la garantía de la igualdad y el principio de
la seguridad jurídica, pues que no se advierte en la corporación una posición
unívoca con relación a los efectos que, ante una advertida irregularidad sobre la
cadena de custodia, se pueden predicar con relación a la admisibilidad o
autenticidad del elemento material probatorio o evidencia física, pues que como se
verá unos magistrados recurrentemente entienden este un problema de valoración
probatorio, y otros, cuantitativamente menos, lo entienden como asunto de
legalidad de la prueba.

Pero no cabe duda que resulta este tema de bastante actualidad y este rastreo
jurisprudencial un punto de partida bien interesante, para acometer una
investigación del tema, que comprenda un estudio serio de la doctrina vigente,
para lograr adoptar una tesis, que supere el criterio de autoridad dado por la alta
Corporación, y que sea el resultado de un análisis razonado y profundo. No nos
cabe duda que con este esbozo empezamos a auscultar terrenos aptos para
explorar en niveles académicos superiores al actual.

PROBLEMA JURÍDICO

¿En el proceso penal, las irregularidades presentadas en la cadena de custodia,


inciden en la legalidad de las evidencias físicas y elementos materiales
probatorios, por ende pueden dar lugar a la aplicación de la cláusula de exclusión,
o inciden en la autenticidad del elemento material probatorio y por ende, en la
valoración de dichos elementos?
Se trata de precisar, de la mano del máximo tribunal de casación en lo penal, sí las
discusiones en torno a la cadena de custodia deben surtirse desde la perspectiva
de la legalidad, para dar lugar a la aplicación de la cláusula de exclusión durante
las etapas preliminares o en la audiencia preparatoria, o si es un aspecto que solo
adquiere relevancia al momento de la valoración de los medios de conocimiento
sometidos a dichos protocolos, al momento de emitir la sentencia que pone fin al
litigio.

La definición de este aspecto no es baladí. Ello, naturalmente, tiene serias


implicaciones en aspectos tales como: (i) El ingreso o no de una evidencia al
acervo probatorio, para que pueda ser valorada por el juez, en conjunto con los
otros medios de conocimiento, coadyuvando a las resultas finales del proceso. (ii)
Si se acepta que se trata de un problema de legalidad, las evidencias físicas
sometidas a cadena de custodia podrían ser excluidas en las audiencias
preliminares o en la audiencia preparatoria; si se concluye que es un problema de
valoración, el peso probatorio será decidido por el juez al momento de dictar
sentencia. (iii) Si se concluye que se trata de un problema de legalidad, legitimaría
ello, una serie de decisiones intermedias por parte del juez, bien en audiencia
preliminar o en audiencia preparatoria (juez de control de garantías y juez de
conocimiento, respectivamente) y la posibilidad de que se interpongan los
recursos de reposición y apelación; si se opta porque se trata de un problema de
valoración, el tema será resuelto por el juez al momento de dictar sentencia, sin
concebir decisiones o recursos intermedios. (iv) sí se le ubica en sede de
exclusión, el cargo de casación corresponde al de error de derecho por falso juicio
de legalidad y sí se contrae a un problema de valoración se debe configurar el
cargo como error de hecho por falso juicio de raciocinio.

POLOS DE RESPUESTA

La Corte Suprema de Justicia ha asumido dos posiciones antagónicas frente a


este problema jurídico, que bien pueden resumirse así:

(i) Tesis de la incidencia en la autenticidad del elemento material probatorio


o evidencia física (valoración)
La cadena de custodia no tiene incidencia en la legalidad de las evidencias físicas,
se trata de una forma de autenticación y por ello incide en la valoración de estos
medios de conocimiento.

(ii) Tesis de incidencia en la legalidad del elemento material probatorio o


evidencia física (exclusión)

La cadena de custodia hace parte del debido proceso, por lo que su violación
acarrea la ilegalidad del elemento material probatorio o la evidencia física y puede
dar lugar a la aplicación de la cláusula de exclusión.

ESCENARIOS CONSTITUCIONALES QUE CONVOCA EL TEMA

El escenario constitucional en el que se ubica el problema jurídico a plantear es el


de la garantía fundamental del debido proceso, en su componente de la ilicitud de
la prueba, y el análisis de la sana crítica en sede de valoración probatoria.

Preliminarmente, luego de un rastreo jurisprudencial que permitió la base de datos


lexbase.com y la pagina web de la rama judicial, se presenta el siguiente esquema
tratando de ubicar las diferentes sentencias encontradas dentro del interregno de
oscilación entre las dos tesis referidas.

EXPLICACIÓN METODOLÓGICA DE LA LÍNEA:

1. El punto arquimédico de apoyo:

En el rastreo jurisprudencial que se efectúa, se hallaron varias providencias que


apenas tocaban tangencialmente el tema 1, por lo que la última sentencia que
refiere el tema de manera directa y como una ratio decidendi, que se encontró en
el rastreo fue la Sentencia 33691 del 14 de abril de 2010, con ponencia del
magistrado Sigifredo Espinosa Pérez, providencia que a su vez cita la sentencia
29416 del 23 de abril de 2008, ponencia del magistrado Yesid Ramírez Bastidas,
providencias que se ubican en la tesis de la legalidad antes referida.

1
Sentencia 26646 del 7 de abril de 2010, M.P. Alfredo Gómez Quintero; Sentencia 32339 del 12 de mayo de 2010
M.P. Yesid Ramírez Bastidas; Sentencia 32545 del 12 de mayo de 2010, M.P. Yesid Ramirez Bastidas; Sentencia
33277 del 12 de mayo de 2010, M.P. Yesid Ramírez Bastidas.
Valga aclarar que luego de lectura de varias providencias pudimos advertir que no
son estas sentencias con citaciones múltiples, apenas escasamente cuando se
recurre a la citación de precedentes, se hace sólo uno.

Dentro de la referencia en punto a la tesis contraria, la de la valoración, se halló la


sentencia número 30598 del 19 de febrero de 2009, M.P. María del Rosario
González de Lemus, como la más reciente, donde la Corte Suprema de Justicia
trata el tema directamente, y expresa con claridad los argumentos para optar por
una de las dos tesis que ha sostenido en la última década. No obstante
consagrara apenas una cita sobre la posición de la Corporación respecto del tema
que se trata. Por el sistema de citación que adoptan las sentencias en uno u otro
caso no nos permitieron las providencias referidas hacer una verdadera ingeniería
de reversa.

2. El lapso estudiado.

Se estudiaron los pronuncimientos de la Corte Suprema de Justicia en los últimos


nueve anos. Se tuvo en cuenta este período con el fin de cobijar los dos últimos
ordenamientos jurídicos en materia procesal penal, esto es, la Ley 600 de 2000 y
la Ley 906 de 2004. Sin embargo, la búsqueda sólo arrojó resultados positivos a
partir del 2003, fecha del primer pronunciamiento rastreado. Y en todo caso, los
principales pronunciamientos datan del 2007 en adelante y el lapso temporal que
abarca el estudio supera los cinco años.

3. El patrón fáctico similar.

Acorde con el problema jurídico planteado, se revisó que todas las sentencias
tuvieran que ver con casos de fallas en el proceso de cadena de custodia de
evidencias físicas, independientemente del tipo de evidencia de que se trate o de
la clase de falla de dichos protocolos, por lo menos en dichos términos planteadas
por los censores. En ese sentido, la primera sentencia (18708 del 13 de julio de
de 2003) trata de la incuria de una funcionaria en la custodia de unas evidencias
físicas; en la sentencia 21483 se analizan varias violaciones en la cadena de
custodia en un caso de estupefacientes, en la sentencia 28282 se analizan los
errores en la cadena de custodia de unos proyectiles, en la sentencia 28195 se
discutió sobre la custodia de una evidencia relacionada con drogas alucinógenas.
En la descripción de las sentencias hitos se explica el patrón fáctico, aunque cabe
reiterar que tiene que ver con lo mismo: fallas en la cadena de custodia y su
incidencia en la legalidad o la valoración.
4. Nicho citacional

4.1. Tesis uno (incidencia en la valoración)

- Sentencia 18.708 del 13 de julio de 2003, M.P. Fernando E. Arboleda Ripoll.


- Casación 25.920 del 21 de febrero de 2007, M.P. Javier Zapata Ortiz.
- Casación 28.282 del 12 de septiembre de 2007, M.P. Javier Zapata Ortiz.
- Casación 26.207 del 28 de noviembre de 2007, M.P. Javier Zapata Ortiz.
- Casación 23.863 del 3 de abril de 2008, M.P. Julio Enrique Socha
Salamanca.
- Casación 25.917 del 12 de agosto de 2008, M.P. Julio Enrique Socha
Salamanca.
- Casación 28.195 del 8 de octubre de 2008, M.P. Julio Enrique Socha
Salamanca.
- Casación 30.598 del 19 de febrero de 2009, M.P. María del Rosario
González de Lemos.
- Casación 31.898 del 5 de agosto de 2009, M.P. Jorge Luis Quintero
Milanés.

4.2. Tesis dos (incidencia en la legalidad)

- Casación 21.483 del 6 de abril de 2005, M.P. Mauro Solarte Portilla.


- Casación 29.416 del 23 de abril de 2008, M.P. Yesid Ramírez Bastidas.
- Casación 32.193 del 21 de octubre de 2009, M.P. Yesid Ramírez Bastidas.
- Casación 32.354 del 21 de octubre de 2009, M.P. Julio Enrique Socha
Salamanca.
- Casación 33.691 del 14 de abril de 2010, M.P. Sigifredo Espinosa Pérez.

5. La telaraña y los puntos nodales de la jurisprudencia

5.1. Sentencia fundante.

No se pudo establecer cuál es la sentencia fundante. Y ello, asumimos, según lo


plantea “El Derecho de los Jueces”, a que en la Corte Suprema de Justicia,
especialmente hasta hace algunos años, no existía una verdadera cultura del
precedente. Cabe advertir que esa tendencia ha variado significativamente en los
últimos tiempos, especialmente desde la entrada en vigencia de la Ley 906 de
2004, pues cada vez se observa un mejor manejo por parte de la Corte de sus
propios precedentes y asumimos también que con las predicas insistentes en
dicho sentido de la Corte Constitucional.

5.2. Sentencias importantes

Se presentarán en este apartado las que se consideran las más importantes en


cada una de las tesis planteada, que pueden las primeras, ser consideradas
verdaderas sentencias hito, en tanto comportan el pronunciamiento regla,
detectado como el más importante, dentro de la tesis que se pretende exponer.

5.2.1. Análisis argumentativo de la sentencia hito en la tesis uno de la


incidencia en la valoración probatoria

La primera sentencia hito es la 25920 del 21 de febrero de 2007, donde la Corte


Suprema de Justicia aborda de manera directa el problema jurídico objeto de
análisis, y toma partido de manera clara por la primera tesis atrás expresada, esto
es, que las fallas en el procedimiento de cadena de custodia sólo inciden en la
autenticidad de los elementos materiales probatorios y evidencias físicas y por
ende en su valoración, mas no tienen relación necesaria con la legalidad de las
evidencias y en consecuencia no dan lugar a la aplicación de la cláusula de
exclusión consagrada en el artículo 29 de la Constitución Política y 23 y 455 de la
Ley 906 de 2004.

Conforme se indicará más adelante, la sentencia 25920 sirvió de base a otros


pronunciamientos de la Corte Suprema de Justicia sobre el problema jurídico
objeto de análisis y, por tanto, aparece ampliamente citada en las mismas. Esta
sentencia es trascendental por constituir el primer pronunciamiento de la Corte
Suprema de Justicia en esta materia, en el contexto de un ordenamiento jurídico
(Ley 906 de 2004), en el que se consagra una mayor regulación de las reglas de
evidencia y donde se aborda con mayor precisión la cláusula de exclusión y el
problema de la autenticidad de las evidencias físicas.

Se ubica en el gráfico en el extremo izquierdo, pues respalda plenamente la


primera tesis, esto es, que las fallas en la cadena de custodia no afectan la
legalidad y por ende no dan lugar a la exclusión.

Se procede entonces a realizar una reconstrucción argumentativa del fallo que nos
permita una aproximación a la regla que comporta su ratio-decidendi, que de suyo
es la extracción de ideas puntuales que dan cuenta de los patrones fácticos y las
reglas expuestas por la Corporación, con su respectivo sustento.

Descripción de los hechos

En un caso de tentativa de homicidio, la defensa formula un cargo de falso juicio


de legalidad, por considerar que algunas evidencias aportadas por la Fiscalía
General de la Nación (una historia clínica y varios videos) no habían sido
autenticadas en debida forma y por ende no podían hacer parte del acervo
probatorio. La defensa aduce que las fallas en la cadena de custodia y en general
el tema de la autenticidad constituye un requisito de legalidad, por lo que su
desconocimiento acarrea la ilegalidad y la consecuente aplicación de la cláusula
de exclusión.

Problema jurídico:

¿Las fallas en la cadena de custodia, y en el proceso de autenticación en general,


afectan la legalidad de la evidencia, o sólo inciden en su valoración?.

Tesis

“La cadena de custodia, la acreditación y la autenticación de una evidencia, objeto,


elemento material probatorio, documento, etc., no condicionan –como si se tratase
de un requisito de legalidad- la admisión de la prueba que con base en ellos se
practicará en el juicio oral; ni interfiere necesariamente con su admisibilidad
decreto o práctica como pruebas autónomas. En cambio, los comprobados
defectos de la cadena de custodia, acreditación o autenticidad de la evidencia o
elemento probatorio, podrían conspirar contra la eficacia, credibilidad o asignación
de su mérito probatorio, aspectos éstos a los que tendrá que enfilar la crítica la
parte contra la cual se aduce”.

Argumento central

Premisas Normativas:
El artículo 273 del Código de Procedimiento Penal dispone que la autenticidad es
uno de los criterios de valoración de las evidencias físicas.

El artículo 276 del Código de Procedimiento Penal dispone que “la legalidad del
elemento material probatorio y evidencia física depende de que en la diligencia en
la cual se obtiene, se haya observado lo prescrito en la Constitución Política, en
los tratados internacionales sobre derechos humanos vigentes en Colombia y en
las leyes”.

Los artículos 23 y 360 del Código de Procedimiento Penal disponen que el Juez
excluirá la práctica o aducción de medios de prueba ilícitos o ilegales, en atención
a lo dispuesto por los artículos 23 y 360 del Código de Procedimiento Penal,
respectivamente.

Premisa Fáctica:

En el caso concreto los videos y la historia clínica fueron obtenidos y utilizados


conforme a lo establecido en la Constitución y la Ley.

Conclusión:

No hay lugar a la exclusión de los videos y la historia clínica aportados como


prueba por la Fiscalía General de la Nación.

Sub-argumentos

Premisa tácita: El ordenamiento jurídico consagra mecanismos diferentes a la


exclusión cuando la parte no puede demostrar la autenticidad de una evidencia.

El ordenamiento jurídico consagra mecanismos para que en la dialéctica del juicio


una parte se oponga a que una evidencia sea inadmitida (no excluida) por falta de
autenticidad.

La valoración es el momento en que el juez le asigna a cada medio de


conocimiento un determinado valor, y para hacer una apreciación conjunta de
todas las pruebas.
Los videos fueron sometidos a cadena de custodia por los funcionarios de Policía
Judicial.

Los videos públicos se presumen auténticos. La información que suministra la


prensa se presume auténtica. Las historia clínicas son confiables porque su
información incluso es utilizada para tomar decisiones vitales en el campo médico.

5.2.2. Análisis argumentativo en la sentencia hito en la tesis dos sobre la


incidencia en la legalidad de los medios de prueba

La segunda decisión que puede catalogarse como hito fue emitida el 8 de abril de
2008, bajo el radicado 29416, donde la Corte modifica las conclusiones plasmadas
en la sentencia 25920 del 21 de febrero de 2008 y concluye que el procedimiento
de cadena de custodia hace parte del debido proceso, por lo que los defectos de
la misma pueden afectar la legalidad de la evidencia y por ende pueden dar lugar
a la exclusión. Se concluye en este proveído que no se trata de un simple
problema de autenticidad.

La trascendencia de este pronunciamiento es evidente, porque la Corte aborda


con profundidad lo atinente a las consecuencias jurídicas que pueden derivarse de
las fallas de cadena de custodia, y luego de construir una completa
argumentación, concluye que las fallas en dichos procedimientos pueden tener las
consecuencias atrás anotadas.

Desde esta perspectiva, este pronunciamiento marca una pauta en materia


probatoria, cuya incidencia en la resolución de los casos es innegable, pues unas
son las consecuencias de la exclusión de una evidencia (jurídica y material), lo
que conlleva la imposibilidad total de que el juez considere el medio probatorio, y
otras muy diferentes la de diferir un asunto al tema de la valoración, pues allí
puede tener mucho peso la valoración en conjunto de los medios probatorios,
siendo posible que una evidencia, así haya tenido problemas en la cadena de
custodia, incida en la decisión final o pueda considerarse no obstante ello por
valorarse de cara al acervo probatorio la irregularidad intrascendente.

Se ubica en el gráfico en el extremo derecho, pues respalda plenamente la


segunda tesis, esto es, que las fallas en la cadena de custodia inciden en la
legalidad de las evidencias físicas y por ende pueden dar lugar a la cláusula de
exclusión.

Descripción de los hechos

En un caso de hurto calificado por la violencia y porte ilegal de armas de fuego, se


alegan las siguientes fallas en la cadena de custodia del arma: el arma no fue
embalada ni rotulada en el lugar de los hechos; fue descrita de manera diferente
en el rótulo de cadena de custodia y en el formulario, el número externo del arma
no corresponde al número consignado en el formato de cadena de custodia. A
partir de ello, la defensa esboza como petición principal que se case la sentencia
por falso juicio de legalidad, pues las fallas en la cadena de custodia afectan la
legalidad de la evidencia y por deben dar lugar a la cláusula de exclusión.
Además, se pide unificar la jurisprudencia sobre cadena de custodia.

Problema jurídico:

¿Las fallas en la cadena de custodia afectan la legalidad de la evidencia, o sólo


inciden en su valoración?

Tesis

Las violaciones a la cadena de custodia pueden dar lugar a la modalidad del error
de derecho por falso juicio de legalidad, impugnaciones que correlativamente en
últimas incidirán en la ausencia de legalidad de las evidencias físicas traducidas
en indicios materiales y, por ende, en la exclusión de los mismos.

Argumento central

Premisas Normativas:

La cadena de custodia está regulada en los artículos 254 a 266 de la Ley 906 de
2004.

La cadena de custodia ha sido objeto de algunos desarrollos legales, los que se


encuentran en el Código Penal (Ley 599 de 2000, art. 100 referido al comiso), el
Código de Procedimiento Penal (Ley 906 de 2004, artículos 254 a 266) y en las
Resoluciones 1890 de 2000, 2869 de 2003, 06394 de 2004 y 02770 de 2005,
emanadas de la Fiscalía General la Nación, las cuales tienen origen y fundamento
legal de acuerdo al parágrafo del artículo 254 de la Ley 906 de 2004.

El artículo 276 del Código de Procedimiento Penal dispone que la legalidad de los
elementos materiales probatorios y evidencia física depende de que en la
diligencia en la cual se recoge o obtiene, se haya observado lo prescrito en la
Constitución Política y la Ley.

Premisa Fáctica:

En este caso el demandante no demostró la ilegalidad en el proceso de cadena


de custodia.

Conclusión:

Aunque las fallas en la cadena de custodia inciden en la legalidad y pueden dar


lugar a la exclusión de la evidencia, no hay lugar a este tipo de decisiones porque
no se demostró la ilegalidad alegada.

Sub-argumentos

Las normas sobre cadena de custodia hacen parte del debido derecho probatorio.

No basta con alegar que hubo una violación al debido proceso, es necesario
demostrarla, para que sea procedente la casación.

El defensor alegó varias violaciones a la cadena de custodia, pero no demostró la


ilegalidad de dicho procedimiento.

5.2.3. Retorno a la tesis uno sobre la incidencia en la valoración de los


medios de prueba

El tercer pronunciamiento relevante, a punto de poder ser considerado como una


sentencia hito, es la sentencia 30598, del 19 de febrero de 2009, Magistrada
ponente doctora María del Rosario González de Lemos, donde la Corte
reestructura su argumentación para concluir que las fallas en la cadena de
custodia no afectan el debido proceso, y por tanto no pueden dar lugar a la
aplicación de la cláusula de exclusión.

En este proveído la Corte expresa nuevas razones para concluir que las fallas en
la cadena de custodia sólo inciden en la valoración de las evidencias físicas. Esta
sentencia es muy importante, porque en ella la Corte Suprema de Justicia, no sólo
cambia la posición planteada en la decisión 29416 de abril de 2008 y retoma la
tesis esbozada en la sentencia 25920 de febrero de 2007, sino que reformula su
argumentación para mostrar como la tesis planteada en la 25920 es más
razonable que la indicada en la decisión 29416.

Se ubica en el gráfico en el extremo izquierdo, pues respalda plenamente la


primera tesis, esto es, que las fallas en la cadena de custodia no afectan la
legalidad y por ende no dan lugar a la exclusión.

Descripción de los hechos

En un caso de homicidio, se cometieron dos errores en los soportes de la cadena


de custodia, pues no se registró el nombre del procesado, aunque sí el número
SPOA, y se cometió un error en el número de la cédula de ciudadanía de la
persona que embaló la evidencia.

El Tribunal de Distrito Judicial, en segunda instancia, consideró que dichas fallas


afectaban la legalidad de la evidencia y por ende no podía ser valorada. La
Fiscalía interpone el recurso de casación por considerar que el Tribunal se
equivocó al ordenar la exclusión de la evidencia por los citados errores en la
cadena de custodia.

Problema jurídico:

¿Las fallas en la cadena de custodia afectan la legalidad de la evidencia, o sólo


inciden en su valoración?

Tesis

“Los yerros en el curso y respeto de los protocolos derivados de la denominada


cadena de custodia no comportan la exclusión de la prueba, en cuanto no se trata
de un asunto de legalidad del medio de convicción, sino de valoración y
ponderación judicial del mismo”.

Argumento central

Premisas Normativas:

El artículo 273 de la Ley 906 de 2004 establece como criterios de valoración:

“La valoración de los elementos materiales probatorios y evidencia física se hará


teniendo en cuenta su legalidad, autenticidad, sometimiento a cadena de custodia
y grado actual de aceptación científica, técnica o artística de los principios en que
se funda el informe”.

El artículo 276 del Código de Procedimiento Penal dispone que la legalidad de los
elementos materiales probatorios y evidencia física, depende de que en la
diligencia en la cual se recoge o obtiene, se haya observado lo prescrito en la
Constitución Política y la Ley.

Premisa Fáctica:

Los procedimientos en la obtención de la evidencia se ajustaron a los postulados


constitucionales y legales.

Aunque no se anotó el nombre del implicado, en los protocolos se aprecia con


claridad el número SPOA y esto permite identificar plenamente el caso.

El error en la cédula del agente que procesó la evidencia fue adecuadamente


explicado por los testigos.

Conclusión:

No había lugar a la aplicación de la cláusula de exclusión porque no se afectó la


legalidad de las evidencias, pues los errores en la cadena de custodia, además de
intrascendentes, no inciden en la legalidad y por ende no permiten dar aplicación
al artículo 23 de la Ley 906 de 2004, que regula la exclusión de evidencias.
Sub-argumentos

La teleología de la cadena de custodia no permite transformarla en herramienta


para obstaculizar el trámite o peor aún, en instrumento para conseguir la
impunidad mediante la utilización irracional de las formalidades.

La cadena de custodia pretende asegurar la evidencia física, a fin de evitar su


alteración, modificación o falseamiento, todo lo cual queda comprendido dentro del
principio de mismidad.

Las anotaciones hechas por las personas que manipularon la evidencia dejan en
claro que no se alteró el principio de mismidad.

5.2.4. Retorno a la tesis dos sobre la incidencia en la legalidad de los medios


de prueba

En providencia 32354 del 21 de octubre de 2009, con ponencia del Magistrado


Julio Enrique Socha Salamanca, torna la sala a la tesis de la legalidad como
elemento de afectación en las irregularidades de cadena de custodia.

Descripción de los hechos

En un caso de porte de estupefacientes, pregona la defensa, la violación indirecta


de la ley sustancial motivada en un error de hecho por falso juicio de existencia,
porque “no se aplicó en forma debida el sistema de cadena de custodia”. Para el
censor, la cadena de custodia se perdió desde la incautación de la droga
estupefaciente al no haber claridad acerca de cuáles fueron los paquetes y
cantidad de sustancia hallada, pues de manera general se anotó 1582 gramos y
luego se indicó un peso bruto de 440 gramos. La diligencia de pesaje se cumplió
en un establecimiento abierto al público, no se individualizaron los paquetes con la
descripción de su envoltura y peso, ni aparece la firma del representante del
Ministerio Público además, en la evidencia N° 1 aparecen realizadas las tomas
fotográficas de dos paquetes el 18 de enero de 2008, cuando los hechos datan del
18 de febrero, de lo cual surge duda que tales imágenes correspondan
efectivamente a la sustancia incautada.

Problema jurídico:
¿Las fallas en la cadena de custodia afectan la legalidad de la evidencia, o sólo
inciden en su valoración?

Tesis

“Las irregularidades -las falencias procedimentales comprobadas en la cadena de


custodia- tienen como vía expedita de impugnación, el error de derecho por falso
juicio de legalidad, mas no la censura por afectación a los postulados de la sana
crítica en orden a derruir su credibilidad y ausencia de poder de convicción.

Argumento principal

Premisa normativa

Los artículos 254 a 266 de la Ley 906 de 2004 abordan lo referente a la cadena de
custodia.

La Fiscalía General de la Nación en virtud del parágrafo del artículo 254 de citado
estatuto ha desarrollado lo concerniente a la preservación de las evidencias físicas
y elementos materiales probatorios con el claro objetivo de asegurar su legalidad y
autenticidad.

Premisa fáctica

Se alega en casación la incursión por parte de los funcionarios de la investigación,


irregularidades de consideración en la cadena de custodia. En este caso, las
quejas del demandante apuntan a eventuales falencias en la cadena de custodia
al indicar que desde la incautación de la droga estupefaciente no se
individualizaron los paquetes hallados ni por su envoltura y peso, no hay formatos
de la misma, ni se sabe el funcionario responsable.

Conclusión

Precisamente, el establecimiento de tales normativas hace viable plantear en sede


casacional la violación indirecta de la ley sustancial debido a error de derecho por
falso juicio de legalidad lo cual a la postre conllevará la exclusión de las evidencias
físicas dada su ilegalidad y la imposibilidad, por ende, de utilizarlas para edificar
pruebas indiciarias.

5.3. Sentencias confirmadoras de línea

Se ubican en este ítem para la tesis uno, referida a que las irregularidades en la
cadena de custodia tienen incidencia en la autenticidad del medio material
probatorio y por ende serán apreciadas por el juez al momento de emitir sentencia
dentro del proceso de valoración probatoria, como confirmadoras de las línea, las
siguientes:

- Casación 18.708 del 13 de julio de 2003, M.P. Fernando E. Arboleda Ripoll.


- Casación 28.282 del 12 de septiembre de 2007, M.P. Javier Zapata Ortiz.
- Casación 26.207 del 28 de noviembre de 2007, M.P. Javier Zapata Ortiz.
- Casación 23.863 del 3 de abril de 2008, M.P. Julio Enrique Socha
Salamanca.
- Casación 25.917 del 12 de agosto de 2008, M.P. Julio Enrique Socha
Salamanca.
- Casación 28.195 del 8 de octubre de 2008, M.P. Julio Enrique Socha
Salamanca.
- Casación 31.898 del 5 de agosto de 2009, M.P. Jorge Luis Quintero
Milanés.

Y con relación a la tesis dos, referida a la incidencia de la irregularidad en la


cadena de custodia donde de la legalidad de la prueba, las siguientes:

- Casación 21.483 del 6 de abril de 2005, M.P. Mauro Solarte Portilla.


- Casación 32.193 del 21 de octubre de 2009, M.P. Yesid Ramírez Bastidas.
- Casación 33.691 del 14 de abril de 2010, M.P. Sigifredo Espinosa Pérez.

5.4. Sentencias no importantes

Las referidas anteriormente como que apenas tocan el tema a manera tangencial,
sin que el problema jurídico de la sentencia esté referido a las irregularidades en la
cadena de custodia exactamente, sólo que tratan de exponer los vicios que
pueden constituir en un momento dado causales para aplicar la regla de exclusión
probatoria y enuncian entre ellos, algunas irregularidades en el proceso de cadena
de custodia, y otra con relación a la valoración. Pero asumimos que no es el
tratamiento que en estos pronunciamientos se da al tema, a manera de ratio
decidendi alguna, que permita considerarlo reglas. Por esta razón además, estos
pronunciamientos, pese a que hicieron parte del rastreo jurisprudencial, se
excluyen de la gráfica por su mínima o nula incidencia en el tratamiento del
problema jurídico de que se trata.

- Casación 26646 del 7 de abril de 2010, M.P. Alfredo Gómez Quintero;


- Casación 32339 del 12 de mayo de 2010 M.P. Yesid Ramírez Bastidas;
- Casación 32545 del 12 de mayo de 2010, M.P. Yesid Ramírez Bastidas;
- Casación 33277 del 12 de mayo de 2010, M.P. Yesid Ramírez Bastida s.
6. FORMATO DE ESQUEMA GRÁFICO DE LA LÍNEA JURISPRUDENCIAL
Problema jurídico: ¿Las irregularidades en la cadena de custodia inciden en la
legalidad de las evidencias físicas y por ende pueden dar lugar a la aplicación de la
cláusula de exclusión, o sólo inciden en la valoración de dichos elementos
probatorios?
TESIS 1 Distribución espacial de las sentencias según la tesis que TESIS 2
sustenta
Las Las irregularidades
X
irregularidades en la cadena de
CSJ. Sent. 18708
que puedan 13/05/2003 custodia sí inciden
presentarse en M.P. Arboleda Ripoll en la legalidad de
la cadena de X las evidencias
custodia no CSJ físicas y por ende
inciden en la 21483 pueden dar lugar a
legalidad de las 06/04/05 la aplicación de la
evidencias M.P. Solarte Portilla
cláusula de
físicas y por exclusión.
tanto no dan X
lugar a la CSJ 25920
aplicación de la 21/02/07
cláusula de M.P. Zapata Ortiz
exclusión; sólo
tienen injerencia
en la valoración X
de dichos CSJ 28282
12/09/07
elementos M.P. Zapata Ortiz
probatorios.
X
CSJ 26207
28/11/07
M.P. Zapata Ortiz

X
CSJ 23863
03/04/08
M.P. Socha Salamanca
X
CSJ
29416
23/04/08
M.P. Ramírez Bastidas

X
CSJ Sent. 25917
12/08/2008
M.P. Socha Salamanca

X
CSJ 28195
08/10/08
M.P. Socha Salamanca

X
CSJ 30598
19/02/09
M.P. González de Lemos

X
CSJ 31898
05/08/09
M.P. Quintero Milanés

X
CSJ 32193
21/10/09
M.P. Ramírez Bastidas

X
CSJ 32354
21/10/09
M.P. Socha Salamanca

X
CSJ 33691
14/04/10
M.P. Espinosa Pérez

7. Justificación de la ubicación de las decisiones en el gráfico de la línea.


Análisis de la importancia de cada una de las decisiones.

Las explicaciones sobre la ubicación de las sentencias hito en la gráfica, fueron


presentadas al analizar cada uno de dichos pronunciamientos. Resta entonces por
explicar la ubicación de las demás sentencias en el gráfico.

La primera sentencia (18708 de 2003) está ubicada a la izquierda de la gráfica,


pero no en el extremo, porque en ella la Corte señala que las fallas en la cadena
de custodia inciden en la autenticidad –y por ende en la valoración-, pero no se
ocupa de desentrañar el problema jurídico analizado, esto es, si dichos errores
conllevan problemas de legalidad y pueden dar lugar a la exclusión de evidencia.
Esta sentencia es importante porque materializa los primeros acercamientos de la
Corte a una problemática que aún resultaba novedosa.

La segunda sentencia (21483) está ubicada más a la derecha de la gráfica, pero


sin llegar al extremo, porque en ella la Corte da por sentado que los problemas de
cadena de custodia pueden servir de sustento al reproche de falso juicio de
legalidad, pero no aborda de manera concreta el problema planteado. Esta
sentencia es importante porque al decidir sobre la causal de casación (falso juicio
de legalidad), la Corte, aunque no expone una argumentación suficiente sobre el
tema, toma partido porque las fallas en la cadena de custodia inciden en la
legalidad y, consecuentemente, podrían dar lugar a la exclusión.
La sentencia 25917 está a la izquierda de la línea, pero no en el extremo, porque
la Corte parte de que los problemas sobre la cadena de custodia inciden en la
valoración, pero no analiza con profundidad la posibilidad de que afecte la
legalidad de las evidencias. Lo mismo sucede con la sentencia 23863. Es
importante como acercamiento preliminar el tema, así no contenga las
características de una sentencia hito.

Las sentencias 28282, 26207, 28195 y 31898 están ubicadas al extremo


izquierdo, porque ratifican la sentencia 25920 y toman los argumentos planteados
en ésta para sostener que las irregularidades en la cadena de custodia conllevan
problemas de valoración pero no de legalidad y en consecuencia no dan lugar a la
cláusula de exclusión. Estas sentencias son importantes como confirmadoras de
línea.

En el extremo derecho, junto con las que se consideran las sentencias hito de la
tesis de la ilegalidad y consecuente exclusión de los elementos materiales
probatorios o evidencia física por comprobadas irregularidades en la cadena de
custodia, a saber, las casaciones 29.416 y 32.354, se encuentran las reseñadas
como confirmadoras de líneas, que no sólo toman en todo el planteamiento regla
condensado en aquellas, sino que algunas la citan expresamente, las casaciones
32.193 y 33.691. Incluso la 32.193 manifiesta ella misma que “La Sala en
pronunciamiento del 23 de abril de 2008 con radicación 29.416 hizo precisiones a
la línea jurisprudencial que venía desde la sentencia 25920 del 21 de febrero del
2007”, para tomar como propia la regla señalada en la que denominamos
sentencia hito de esta tesis 2, la casación 29.416.

Se recalca que las decisiones que no se grafican en el extremo, es porque a pesar


de adoptar la tesis correspondiente, no se refieren a la contraria para rebatirla,
como sí lo hacen expresamente las que se grafican en los extremos de cada tesis
de respuesta.

8. Conclusiones

Como puede apreciarse los polos de respuestas dados por la Sala Penal de la
Corte Suprema de Justicia al problema jurídico planteado, nos aportan una línea
jurisprudencial aun hoy caótica, porque no perfila una posición unívoca vigente.
Puede advertirse que en un mismo período de tiempo se mantienen ambas tesis,
incluso se encuentra un mismo ponente que ha sostenido ambas tesis.

Nuestra inclinación, en un acercamiento tan somero como el que implica este


estudio, va por considerar la tesis uno, como la más acorde con el derecho
viviente, como la que mejor se compadece con los postulados de prevalencia del
derecho sustancial, pero que no puede conducirnos al extremo de despreciar la
regla de exclusión, que ciertamente es una conquista trascendental dentro de un
proceso penal liberal y democrático. Consideramos, salvo mejor opinión, que
considerar las irregularidades comprobadas en la cadena de custodia como
elementos de valoración, permite precisamente la ponderación de dichas
irregularidades, al punto que de considerarse trascendentales, infirmarían la
mismisidad del elemento material probatorio o la evidencia física y conducirían
necesariamente desecharlas en su valor probatorio.

Pese a la ambivalencia en las tesis que aun denota la Sala de Casación Penal, el
experimento de acometer el rastreo frente al tema fue de suma valía, pues, como
dijimos antes, nos permitirá asumir en el futuro cercano un proyecto investigativo
serio sobre el tema, que abarque el estudio doctrinal sobre la materia, para
consolidar una tesis razonable y congruente con los postulados del derecho
procesal contemporáneo.
ANEXO

Fichas de las sentencias que componen el nicho citacional

Nos dimos a la tarea, de manera previa a la presentación de este informe, de


elaborar respecto de cada sentencia que compone el nicho citacional una ficha,
para efectos pedagógicos, donde se extractan los hechos a que se refiere la
providencia, los cargos de casación esbozados y la tesis expuesta por la
Corporación con relación al tema de nuestro interés. Esta compuesta entonces,
de extractos de la misma providencia, que nos permiten establecer la identidad de
las providencias en cuanto al patrón factico, la identificación de las mismas como
sentencias importantes y la ubicación de las mismas dentro de la gráfica.

1. Tesis uno (incidencia en la valoración)

1.1. Casación 18.708 del 13 de julio de 2003, M.P. Fernando E. Arboleda


Ripoll.

Hechos

“La presente investigación penal se inició con base en la información consignada


en oficio número 697 del veinticinco de febrero de mil novecientos noventa y siete,
suscrito por la doctora ALEYDA MUÑOZ MUÑOZ, a la sazón Directora Seccional
de Fiscalías, en la cual daba cuenta que recibió un escrito anónimo donde se
denuncian una serie de presuntas irregularidades cometidas por la doctora
FABIOLA OCHOA LOPEZ en su condición de Fiscal Delegada ante el Juez Penal
del Circuito de Caloto.

En síntesis se contraen al manejo irregular y presunto cambio de unas sustancias


alucinógenas en su despacho judicial, las cuales habían sido incautadas por
unidades de la Policía Nacional acantonados en Toribío (C.) al indígena JESUS
ELIDIO VITONAS ASCUE.

Estimó conducente, por lo (sic) tanto, que se adelantara investigación a fin de


conocer las incidencias de esos hechos. En tal medida esta Delegada la inquirió
por la hipótesis delictiva conocida por prevaricato especial que consagra el artículo
39 de la ley 30 de 1986”.
(…)

Tras señalar que no existe evidencia acerca de la comisión del reato a título de
dolo y declarar, por contrario, la existencia de “medios suasorios que trasuntan
falta de cuidado debido en el manejo de la ‘cadena de custodia’…”, no sólo por
parte de los miembros de la Policía de Toribío que incautaron la sustancia
estupefaciente y el Inspector de Policía de esa misma población, a cuya
disposición fue puesta la misma, sino también por parte de la Fiscal OCHOA
LOPEZ, el funcionario precisó en la resolución de acusación.

Consideraciones de la Corte con respecto al problema jurídico

La conducta atribuida a la Ex Fiscal FABIOLA OCHOA LOPEZ tiene que ver con la
omisión del deber de cuidado que le era exigible como funcionaria judicial en la
protección de la cadena de custodia respecto de sustancias incautadas por
miembros de la Policía nacional en una vereda del municipio de Toribío (Cauca) al
indígena JOSE ELIDIO VITINAS ASCUE, lo que dio lugar a la alteración de parte
de la misma y a la sustracción de las semillas de amapola.

1.2. Casación 25.920 del 21 de febrero de 2007, M.P. Javier Zapata Ortiz.

Hechos

“En la tribuna lateral sur del estadio distrital “Nemesio Camacho El Campín” de
Bogotá, hacia las nueve y treinta de la noche del once de mayo de dos mil cinco
(intermedio del juego entre Independiente Santa Fe y América de Cali) un grupo
de aficionados que se denominaban “marihuaneros por Santa Fe”, encabezados
por los imputados JULIO ALBERTO TRIVIÑO CRUZ y AUGUSTO EDUARDO
BONILLA BOLÍVAR desafiaron a los integrantes de la llamada “Barra Familia del
Techo” (liderada por las víctimas Jaisson Leonardo Ruiz Bombiela y Kevin Steve
Gómez Camacho).

En desarrollo de los sucesos, Jaisson Leonardo Ruiz recibió plurales heridas con
elementos contundentes y corto-punzantes. Afortunadamente logró evadir la
acción de sus agresores lanzándose al primer piso del Estadio. De allí fue
trasladado al hospital de Kennedy donde la oportuna acción de los médicos evitó
que muriese.
Similar suerte corrió Kevin Steve Gómez Camacho, por cuanto fue sorprendido
(por la espalda) y recibió gravísima lesión (con arma cortopunzante) que lo derribó
sin que pudiese mantenerse de pies (sic) y, una vez auxiliado, también los galenos
del hospital San Ignacio lograron salvarle la vida.”

Cargo en casación con relación al problema jurídico

Los defensores de JULIO ALBERTO TRIVIÑO CRUZ y AUGUSTO EDUARDO


BONILLA BOLÍVAR, en sendas demandas, acuden a la causal tercera de casación
prevista en artículo 181 de la Ley 906 de 2004, por “el manifiesto desconocimiento
de las reglas de producción y apreciación de las pruebas sobre la cual se ha
fundado la sentencia.”
(…)

2.4 El Tribunal Superior de Bogotá confundió la cadena de custodia, con la


autenticidad de los documentos, de los elementos materiales probatorios y de la
evidencia física, en el sentido que se exige de su contenido para ser tenidos como
pruebas en el juicio oral.

El artículo 277 del Código de Procedimiento Penal, Ley 906 de 2004, se refiere a
la autenticidad de las evidencias y elementos materiales probatorios en la etapa
investigativa, en el sentido que han sido detectados, fijados, recogidos y
embalados técnicamente, estableciendo la cadena de custodia como el método
idóneo para demostrar esa autenticidad.
(…)

2.7 Los censores aspiran a que se aplique la regla de exclusión sobre los videos y
las historias clínicas ilegalmente aportadas, con base en las cuales se determinó
la coautoría y la entidad de las heridas que sufrieron las víctimas, y que
contribuyeron para deducir que se trataba de homicidio tentado y no sólo de
lesiones personales.

Pretenden, además, se excluyan todas las pruebas que derivaron de las anteriores
o que se integraron con aquellas, pues es prácticamente imposible escindirlas, de
suerte que no es factible confeccionar un cargo de casación autónomo respecto
de las otras pruebas –testimonios y experticias- que se basaron en las historias
clínicas y en los videos.
Consideraciones de la Corte con respecto al problema jurídico

Concretan el reproche en los videos y las historias clínicas de los lesionados,


utilizadas en el juicio por el Fiscal, respecto de las cuales se incurrió en falso juicio
de legalidad, porque siendo documentos, dejaron de aplicarse las normas legales
que regulan su producción; especialmente en cuanto no fueron reconocidos por
sus creadores ni autenticados de otro modo; se ignora la persona que los
confeccionó y no se sabe si fueron alterados, modificados o editados; ni pudo
saberse si se trata de copias fieles de los documentos originales, que tampoco
fueron exhibidos, vulnerando además la regla de la mejor evidencia.
(…)

2.3.2 El proceso penal adversarial no contempla concesiones previas a favor de


ninguna de las partes y, por ende, es factible cuestionar o poner en duda si en
realidad los documentos y objetos que aduce una parte son lo que esa parte dicen
que son. Verbi gratia, que un documento privado fue el que confeccionó el
implicado en una estafa.

Como las actuaciones procesales deben discurrir dentro de los límites de la


racionalidad práctica, la normatividad procesal penal prevé mecanismos para la
identificación, acreditación, custodia y autenticación de las evidencias, objetos y
materiales probatorios, cuando a ello hubiere lugar.

La recolección técnica, el debido embalaje, la identificación, la rotulación


inequívoca, la cadena de custodia, la acreditación por medio de testigos y el
reconocimiento o autenticación, son algunas de las formas previstas por el
legislador, tendientes a garantizar que las evidencias y elementos probatorios
sean lo que la parte que los aduce dice que son 2.
(…)

2.3.3 La cadena de custodia, reglamentada en los artículo 254 y siguientes de la


Ley 906 de 2004, también tiene como finalidad demostrar la autenticidad de los
elementos materiales probatorios y evidencia física.

2.3.4 La manera de introducir las evidencias, objetos y documentos al juicio oral se


cumple, básicamente, a través de un testigo de acreditación, quien se encargará

2
El artículo 216, Ley 906 de 2004, se refiere al aseguramiento y custodia de las evidencias y elementos
materiales probatorios.
de afirmar en audiencia pública que una evidencia, elemento, objeto o documento
es lo que la parte que lo aporta dice que es.

2.3.5 La cadena de custodia, la acreditación y la autenticación de una evidencia,


objeto, elemento material probatorio, documento, etc., no condicionan –como si se
tratase de un requisito de legalidad- la admisión de la prueba que con base en
ellos se practicará en el juicio oral; ni interfiere necesariamente con su
admisibilidad decreto o práctica como pruebas autónomas. Tampoco se trata de
un problema de pertinencia. De ahí que, en principio, no resulta apropiado discutir,
ni siquiera en sede casacional, que un medio de prueba es ilegal y reclamar la
regla de exclusión, sobre la base de cuestionar su cadena de custodia,
acreditación o autenticidad.

Por el contrario, si llegare a admitirse una prueba respecto de la cual,


posteriormente, en el debate oral se demuestran defectos en la cadena de
custodia, indebida acreditación o se pone en tela de juicio su autenticidad, la
verificación de estos aspectos no torna la prueba en ilegal ni la solución consiste
en retirarla del acopio probatorio.

En cambio, los comprobados defectos de la cadena de custodia, acreditación o


autenticidad de la evidencia o elemento probatorio, podrían conspirar contra la
eficacia, credibilidad o asignación de su mérito probatorio, aspectos éstos a los
que tendrá que enfilar la crítica la parte contra la cual se aduce.

La última es la solución adoptada por el Código de Procedimiento Penal (Ley 906


de 2004), al sentar en el artículo 273 los criterios de valoración:

“La valoración de los elementos materiales probatorios y evidencia física se hará teniendo
en cuenta su legalidad, autenticidad, sometimiento a cadena de custodia y grado actual
de aceptación científica, técnica o artística de los principios en que se funda el informe.”

2.3.6 Lo anterior no obsta para que, si la parte interesada demuestra que se


rompió la cadena de custodia o que no se acreditó la procedencia o que una
evidencia, objeto o medio probatorio es definitivamente inauténtico, en el momento
oportuno pueda oponerse a su admisión o decreto como prueba. En tal hipótesis,
el Juez decidirá lo que en derecho corresponda, pues se trata de un proceso
dialéctico que avanza hacia la construcción de la verdad con audiencia de los
adversarios. Si bajo estos supuestos el Juez no decreta la prueba, su rechazo no
será por motivos de ilegalidad, sino porque carecería de poder de convicción, por
persistir serias dudas sobre la manera como se produjo la recolección de la
evidencia o la forma en que se produjo el elemento probatorio, o la autenticidad
del mismo en cuanto de ella dependa la posibilidad de aceptar como cierto su
contenido.

Con todo, se insiste, si se demuestran defectos en la cadena de custodia,


acreditación o autenticidad y, pese a ello, la prueba se practica, dicha prueba no
deviene ilegal y no será viable su exclusión; sino que, debe ser cuestionada en su
mérito o fuerza de convicción por la parte contra la cual se aduce.

2.3.7 El Juez, sin abandonar la imparcialidad que lo caracteriza, como responsable


de la dirección del proceso debe permanecer atento a la observancia de la cadena
de custodia, la acreditación y la autenticidad de las evidencias y medios
probatorios, sin que el silencio de las partes, o su aparente conformidad le impidan
tomar la decisión que considere justa.

Ahora bien, si las partes no cuestionan la cadena de custodia, la acreditación ni la


autenticidad de las evidencias, el Juez no está obligado a emitir un
pronunciamiento expreso sobre el asunto, a menos a que el propio funcionario
judicial tenga razones para dudar acerca de alguno de esos tópicos. En esta
hipótesis por ser el Juez el destinatario final de la prueba, tendrá que disponer lo
que estime conveniente dentro de su marco funcional.
(…)

En cambio, la cadena de custodia podría incidir en la autenticidad de los


elementos materiales probatorios y evidencia física, pues tal sentido tiene el
artículo 277 del Código de Procedimiento Penal, al indicar que son auténticos
cuando han sido detectados, fijados, recogidos y embalados técnicamente y
sometidos a la reglas de la cadena de custodia.

En los otros casos, cuando las evidencias y elementos no se hubiesen sometido a


cadena de custodia, corresponde demostrar su autenticidad a la parte que los
presente.
(…)

Esta censura, según la cual se vulneraron las reglas de producción de las pruebas
(falso juicio de legalidad), especialmente de las relacionadas con los video casetes
que contienen la filmación de los hechos y de las historias clínicas de los
lesionados, no sale avante, por los siguientes motivos.

2.4.1 En cuanto a la autenticidad de los videos, los casacionistas no tienen razón


al afirmar que se incorporaron sin verificarse los requisitos de autenticación de los
documentos.

En todos los casos los video casetes o CDs estuvieron sometidos a las reglas de
cadena de custodia. Los confeccionados por la Policía Nacional y por la oficina
seguridad de Estado el Campín tienen la calidad de documentos públicos, cuya
autenticidad se presume; y la defensa no la desvirtuó. Los registros fílmicos
consistentes en copias de las emisiones de los noticieros de televisión que
captaron los hechos son publicaciones de prensa, cuya autenticidad también se
presume y no fue cuestionada durante el juzgamiento.

2.4.2 En la demanda de casación tampoco se ofrecieron argumentos en el sentido


que los video casetes admitidos como evidencia hubieren sido alterados en su
contenido, circunstancias que, de llegar a demostrarse, deberían dirimirse en torno
de credibilidad de la prueba y no de la legalidad en su práctica.

2.4.3 El defensor se valió del mismo género de evidencias, conseguidas,


aportadas y admitidas de igual manera; sin reparo alguno; e inclusive utilizó los
videos de la Fiscalía para tratar de hacerlos compatibles con sus planteamientos;
lo cual significa que de haber existido alguna irregularidad, la propia defensa la
pasó por intrascendente.
(…)

2.4.6 De haberse verificado que en realidad los registros fílmicos o las historias
clínicas no eran auténticos, el reparo tendría que abarcar en concreto el mérito
concedido a las pruebas que de ellos dimanaron, pues en tal eventualidad la
problemática se traslada al terreno de la valoración.

2.4.7 La regla de exclusión sólo opera frente a pruebas ilícitas y pruebas ilegales.
La definición previa acerca de la autenticidad de una evidencia no es tema de
ilicitud ni de legalidad; por tanto, no condiciona la prueba que sobre ella verse, en
cuanto a su admisión o práctica.
1.3. Casación 28.282 del 12 de septiembre de 2007, M.P. Javier Zapata
Ortiz.

Hechos

“De lo probado en el juicio oral se sabe que el 23 de noviembre de 2006, en el


corregimiento de la Quitaz, se presentó en horas de la tarde un problema entre
José Ezequiel Pacheco y Duver Andrés Flórez dentro de una tienda, por el juego
de “la tapa” que originó el disgusto del primero, sin que el hecho hubiese pasado a
mayores. A eso de las 7 de la noche estos sujetos se encontraron nuevamente
pero ya en el billar de propiedad de Eudaldo (sic) Burgos Valenzuela. El primero
de los nombrados luego de ingerir unas cervezas le buscó pelea a Andrés Flórez
lanzándole una botella lo que provocó que ambos se liaran a golpes, interviniendo
para separarlos el dueño del billar y su esposa. Los contrincantes hicieron caso en
retirarse del establecimiento, no sin antes haber expresado el señor Pacheco
Cifuentes que “yo ya se lo que voy a hacer”.

Este individuo efectivamente se dirigió hacia su casa distante unos 12 minutos del
poblado y se aprovisionó de un revolver y 11 cartuchos para el mismo y se regresó
para el billar en busca de Andrés Flórez, y al no encontrarlo se puso iracundo y la
emprendió contra Eudaldo Burgos disparando primero contra el piso y luego
contra este, sin haber hecho afortunadamente blanco en su humanidad.

Ante los ruegos de su esposa, que angustiada le gritaba que no le disparara a


Eudaldo y que ya venía el ejército, el agresor reaccionó con más rabia y es así
como sale del establecimiento disparando el revólver en dirección a la casa de
Alcira Salazar y Gabriel Camacho, sin importarle la presencia de numerosas
personas en el sector, que lo único que hicieron fue salir corriendo para evitar ser
alcanzados por una bala.

Como consecuencia de los disparos realizados a la residencia de la primera de las


nombradas falleció el señor Excelino Vanegas que segundos antes y para evitar
ser victima de un disparo en el interior del billar de Edualdo Burgos donde se
encontraba jugando, había salido presuroso hacia dicha vivienda para refugiarse,
con tan mala suerte que uno de los tiros impactó en su cabeza causándole la
muerte.”

Cargo en casación con relación al problema jurídico


Un cargo postula el defensor de JOSÉ EZEQUIEL PACHECO CIFUENTES y
contra el fallo del Tribunal Superior de San Gil (Santander), por violación indirecta
de la ley sustancial, con fundamento en la causal tercera de casación prevista en
artículo 181 de la Ley 906 de 2004, que aplica cuando se afectan derechos o
garantías fundamentales por el “manifiesto desconocimiento de las reglas de
producción y apreciación de la prueba sobre la cual se ha fundado la sentencia.”

Para el censor, “La Sala se equivoca al efectuar un análisis sobre los elementos
materiales probatorios presentados en el juicio, y de las declaraciones vertidas en
el mismo, no obstante considerarlas oportuna y legalmente recaudadas, al fijar su
contenido las distorsiona, cercena o adiciona en su expresión fáctica y hace
producir efectos que objetivamente no se establecen de ella; y, porque al apreciar
la prueba de los postulados de la lógica, las leyes de la ciencia o las reglas de la
experiencia, esto es, los principios de la sana crítica como método de valoración
probatoria.”
(…)

-. Teatín Robles, cabo de la policía, mintió cuando dijo que era el primer
respondiente (de la cadena de custodia), sin serlo en realidad; y porque él se
atribuye la captura de JOSÉ EZEQUIEL PACHECO CIFUENTES, sin que ello
corresponda a la realidad, porque la aprehensión las hicieron unos miembros del
Ejército; y, no obstante, el Tribunal Superior otorgó credibilidad a lo declarado por
dicho suboficial.

-. Está en duda la procedencia de los once proyectiles que el cabo Teatín Robles
dijo haber encontrado a PACHECO CIFUENTES cuando lo requisó; porque aquél
no llenó el ítem número ocho (8) del formato de la cadena de custodia; esos once
proyectiles no fueron reportados por los miembros del Ejército que efectuaron la
captura; y porque no fueron embalados en el lugar del hecho trágico
(corregimiento de La Quitaz), sino el día siguiente en el municipio de La Belleza
(Santander).
(…)

-. También hubo fallas en la cadena de custodia del proyectil extraído del cráneo
de la víctima (Excelino Vargas Pineda). La necropsia se realizó el 24 de noviembre
de 2006, el médico rural entregó ese elemento a la Secretaría de Gobierno del
Municipio de La Belleza (Santander), el 28 siguiente fue enviado a la Fiscalía de
Puente Nacional, y sólo el 30 de noviembre el investigador del C.T.I., lo embaló y
rotuló, para dar inicio a la cadena de custodia.

De ese modo, “se contaminó el elemento material de prueba y quedó aislado de la


cadena de custodia, impidiendo determinar con certeza su autenticidad, de donde
no hay seguridad de que sea el objeto original que el médico legista encontró y
extrajo del occiso, o que haya sido alterado a tal grado que ya no es el mismo.”

Consideraciones de la Corte con respecto al problema jurídico

1.1 El manifiesto desconocimiento de las “reglas de producción de la prueba”, en


la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, se denomina genéricamente
violación indirecta de la ley sustancial, por error de derecho por falso juicio de
legalidad.
(…)

1.3 El manifiesto desconocimiento de las “reglas de apreciación de la prueba” ha


sido tratado en la jurisprudencia como violación indirecta de la ley sustancial por
errores de hecho, que pueden ser: falso juicio de existencia, falso juicio de
identidad y falso raciocinio.
(…)

4. La censura se centra en las fallas detectadas en la cadena de custodia de los


proyectiles incriminados. Al parecer, el libelista sugiere que esos elementos
debieron excluirse y que así quedaría sin piso la condena.

Sobre ese específico tema –el de la cadena de custodia- el Tribunal Superior de


San Gil elaboró un estudio completo, a la luz de la ley y la doctrina, para concluir
que, si bien se presentaron errores, éstos fueron irrelevantes; y por ello los
proyectiles no pueden ser excluidos del acopio probatorio, ya que su autenticidad
se estableció en el juicio oral a través de testigos y peritos.
(…)

En censor se contrajo a protestar porque la cadena de custodia no fue rigurosa,


pero no atacó el cimiento del fallo, es decir, la valoración que hizo el Ad-quem de
los testimonios y las experticias de las cuales derivó la autenticidad de tales
elementos y su poder incriminatorio.
A la sazón, en Sentencia del 21 de febrero de 2007 (radicación 25920 – sistema
acusatorio), la Sala de Casación Penal señaló:

2.3.4 La manera de introducir las evidencias, objetos y documentos al juicio oral se


cumple, básicamente, a través de un testigo de acreditación, quien se encargará de
afirmar en audiencia pública que una evidencia, elemento, objeto o documento es lo que
la parte que lo aporta dice que es.

2.3.5 La cadena de custodia, la acreditación y la autenticación de una evidencia, objeto,


elemento material probatorio, documento, etc., no condicionan –como si se tratase de un
requisito de legalidad- la admisión de la prueba que con base en ellos se practicará en el
juicio oral; ni interfiere necesariamente con su admisibilidad decreto o práctica como
pruebas autónomas. Tampoco se trata de un problema de pertinencia. De ahí que, en
principio, no resulta apropiado discutir, ni siquiera en sede casacional, que un medio de
prueba es ilegal y reclamar la regla de exclusión, sobre la base de cuestionar su cadena
de custodia, acreditación o autenticidad.

Por el contrario, si llegare a admitirse una prueba respecto de la cual, posteriormente, en


el debate oral se demuestran defectos en la cadena de custodia, indebida acreditación o
se pone en tela de juicio su autenticidad, la verificación de estos aspectos no torna la
prueba en ilegal ni la solución consiste en retirarla del acopio probatorio.

En cambio, los comprobados defectos de la cadena de custodia, acreditación o


autenticidad de la evidencia o elemento probatorio, podrían conspirar contra la eficacia,
credibilidad o asignación de su mérito probatorio, aspectos éstos a los que tendrá que
enfilar la crítica de la parte contra la cual se aduce.
(…)
Con todo, se insiste, si se demuestran defectos en la cadena de custodia, acreditación o
autenticidad y, pese a ello, la prueba se practica, dicha prueba no deviene ilegal y no será
viable su exclusión; sino que, debe ser cuestionada en su mérito o fuerza de convicción
por la parte contra la cual se aduce.”

1.4. Casación 26.207 del 28 de noviembre de 2007, M.P. Javier Zapata Ortiz.

Hechos

“El 17 de abril de 2004, sobre las 03:30 horas, en la Diagonal 51 a, frente al


número 56 A -71 sur, “Parque La Esperanza” del barrio Rincón de Venecia en esta
ciudad, CARLOS ANDRÉS RODRÍGUEZ REYES, recibió múltiples heridas con
arma corto-punzante que le ocasionaron la muerte, siendo capturados por tal
comportamiento LUIS ALBEIRO TORRES HERRERA, JOSÉ FERNANDO
ASTAIZA CERÓN, JUAN CARLOS DÍAS SANDOVAL y MILLER TORRES
CAICEDO y los menores de edad Carlos Andrés Torres Amaya y Jhon Fredy
Garzón Olmedo, quienes fueron dejados a órdenes de un juzgado de menores.

La muerte de RODRÍGUEZ REYES, de acuerdo con el dictamen de necropsia


desencadenó por hipovolemia, en razón de las lesiones de estructuras vasculares
a causa de 15 heridas en región fronto-facial izquierda; naso-labial izquierda,
prieto-occipital y región torácica, con trayectorias antero-posterior y postero-
anterior, derecha izquierda e izquierda derecha.”

Cargo en casación con relación al problema jurídico

Un cargo contra la sentencia del Tribunal Superior de Bogotá propone el defensor


de JOSÉ FERNANDO ASTAIZA CERÓN, MILLER TORRES CAICEDO, LUIS
ALBERETO TORRES HERRERA y JUAN CARLOS DÍAZ SANDIVAL, con
fundamento en la causal primera de casación prevista en el artículo 207 del
Código de Procedimiento Penal (Ley 600 de 2000), por violación indirecta de la ley
sustancial surgida por errores de hecho consistentes en falsos juicios de identidad.
(…)

-. Hubo contaminación de la evidencia y violación de la cadena de custodia, ya


que los agentes de policía retuvieron por dos días las armas encontradas; sin
empaquetarlas ni rotularlas, hasta que el Fiscal las requirió en la diligencia de
inspección del cadáver.

Consideraciones de la Corte con respecto al problema jurídico

El falso juicio de identidad supone que el juzgador tiene en cuenta un medio


probatorio legal y oportunamente practicado; no obstante, al sopesarlo lo
distorsiona, tergiversa, recorta o adiciona en su contenido literal.
(…)

1.5 En otro aparte del libelo, la casacionista sostiene que existieron fallas en la
cadena de custodia de las armas encontradas por los agentes de policía. Sin
embargo, no explicó el contenido de su protesta, ya que nada dijo acerca de la
posible trascendencia de tal defecto, ni refirió si las muestras fueron adulteradas, o
si perdieron calidad suasoria, o si no eran aptas para el estudio por parte de los
expertos.
(…)

En censor se contrajo a protestar porque la cadena de custodia no fue rigurosa,


pero no atacó el cimiento del fallo, es decir, la apreciación que hizo el Ad-quem de
los testimonios y las experticias, de las cuales derivó la autenticidad de tales
elementos y su poder incriminatorio.
A la sazón, en Sentencia del 21 de febrero de 2007 (radicación 25920), la Sala de
Casación Penal señaló:

“…los comprobados defectos de la cadena de custodia, acreditación o autenticidad de la


evidencia o elemento probatorio, podrían conspirar contra la eficacia, credibilidad o
asignación de su mérito probatorio, aspectos éstos a los que tendrá que enfilar la crítica
de la parte contra la cual se aduce.”

1.5. Casación 23.863 del 3 de abril de 2008, M.P. Julio Enrique Socha
Salamanca.

Hechos

Ante la remisión hecha por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca


—sede Zipaquirá— de la Resolución N° 776 de 22 de diciembre de 1999,
mediante la cual abrió trámite administrativo sancionatorio, impuso medidas
preventivas y formuló cargos en contra de LUIS ALFREDO MARÍN RODRÍGUEZ,
propietario de la industria de tratamiento del cuero ubicada en el predio “Santa
Lucía”, de la vereda Retiro de Blancos jurisdicción del municipio de Villapinzón,
por infringir las normas ambientales ante el manejo inadecuado de los residuos
sólidos con un impacto negativo en el recurso del suelo, el vertimiento de residuos
líquidos sin algún tratamiento hacia el río Bogotá en perjuicio del recurso hídrico,
además del riesgo para la salud humana por la afectación del aire dado el manejo
descuidado de los insumos químicos empleados, la Fiscalía General de la Nación
abrió investigación penal y lo vinculó mediante indagatoria.

Cargo en casación con relación al problema jurídico

Funda el reproche en la aplicación indebida del artículo 247 del Decreto-Ley 100
de 1980 (modificado por la Ley 491 de 1999) que preveía el delito de
contaminación ambiental ante el error de derecho por falso juicio de legalidad en
que incurrió el Tribunal dados los vicios en la práctica de algunos medios
probatorios.

Estima que los equívocos del juzgador radicaron en otorgarle plena validez a
pruebas allegadas sin el lleno de los requisitos legales por cuanto la toma de
muestras recopiladas por la Corporación Autónoma Regional no se ajustaron a los
procedimientos establecidos en el artículo 198 del Decreto 1594 de 1984 y se
desconoce si las mismas contaron con la correspondiente cadena de custodia
acerca de su recepción, transporte y almacenamiento.

Consideraciones de la Corte con respecto al problema jurídico

Incluso, en la etapa del juicio el juez valiéndose de las funciones de policía judicial
del Departamento Administrativo de Seguridad comisionó a funcionarios del área
de Medio Ambiente y Patrimonio Cultural para verificar la funcionalidad, procesos y
grado de contaminación ambiental de la industria de MARÍN RODRÍGUEZ,
diligencia que se cumplió el 2 de julio de 2004, en la cual se constató que tan sólo
con seis meses de anticipación se había construido una planta de tratamiento que
diminuía el impacto generado por los vertimientos al reutilizar las aguas y los
químicos empleados, situación que lejos corrobora la contaminación ambiental
precedente a tal momento.

Así las cosas, esta Sala comparte plenamente la apreciación del Tribunal acerca
de que los estudios técnicos provenientes de funcionarios de la CAR merecen
pleno crédito por cuanto se trata de personas especializadas en el área,
plasmaron el número de muestras, las unidades y parámetros establecidos para
arribar a la conclusión de que se sobrepasaba el valor máximo permitido por la
normatividad ambiental.

También, concerniente a la censura por el embalaje y transporte adecuado de las


muestras recolectadas, estimó el juzgador que en virtud del principio de confianza
legítima que ofrecen las entidades públicas, era dable considerar que se cumplió
adecuadamente con la cadena de custodia para obtener los resultados que
motivaron el específico trámite administrativo sancionatorio en contra de MARÍN
RODRÍGUEZ, pues nótese que se discriminó el sitio del cual se tomó la muestra
(albercas y fulón) y se reportó el funcionario recolector (ELIZABETH CABANZO
QUINTERO).

1.6. Casación 25.917 del 12 de agosto de 2008, M.P. Julio Enrique Socha
Salamanca.

Hechos

1. El 29 de abril de 2003, a eso de las 11:00 a.m., en la carrera 1ª C Este con calle
76 Sur del barrio Almirante Padilla de esta ciudad, fue interceptado el joven D. J.
B. M., por dos individuos quienes a la fuerza le arrebataron la bicicleta en la que
se movilizaba, para lo cual uno de ellos accionó contra el menor un arma de fuego,
ocasionándole una herida que le produjo la muerte en forma casi instantánea 3.

Pese a que los autores del suceso huyeron rápidamente del lugar con el botín,
gracias a la intensa actividad policial desplegada en los días sucesivos, se obtuvo
su individualización e identificación, respondiendo estos a los nombres de
EDIXON ERNESTO JIMÉNEZ MORALES y WILSON VICENTE SÁNCHEZ VELA.

Cargo en casación con relación al problema jurídico

Acerca del contenido del aludido dictamen, destaca que el mismo es concluyente
e inequívoco al señalar que la sangre encontrada en el proyectil recuperado por la
enfermera del CAMI de Santa Librada es del menor víctima del suceso, razón por
la que estima que de acuerdo con los postulados de la sana critica, de haberla
apreciado los jueces, no habrían podido afirma y concluir, como lo consignaron en
los fallos, que el arma “hechiza” incautada a su representado fue con la que se dio
muerte al joven D. J. B. M., porque los mismos elementos de persuasión enseñan
que la ojiva no fue disparada con el citado artefacto bélico.

Señala que el ad-quem, especulando acerca si en verdad existía o no la referida


prueba técnica, sin tenerla a su disposición para valorarla y confrontarla,
simplemente, para restarle mérito, tomó como propio el comentario hecho por el
fiscal en audiencia pública, en el sentido de que no hubo cadena de custodia del
proyectil del cual se recogió la muestra de sangre para hacer el estudio de ADN,
consideración que según el actor carece de fundamento, porque en la Ley 600 de
2000 ninguna norma establece tal ritualidad para los elementos materiales
probatorios, como hoy lo prevé la Ley 906 de 2004, además que, según él, en este
caso sí hubo cadena de custodia, ya que fue debidamente embalado para ser
analizado y realizar el respectivo examen, como se desprende de la declaración
de la enfermera Derly Jazmín Castro García quien halló el plomo al ingreso del
CAMI.

Consideraciones de la Corte con respecto al problema jurídico

Trátese de un falso juicio de legalidad o de un falso juicio de convicción, constituye


carga del demandante, además de la necesaria mención de las normas que

3
El nombre del menor víctima en los sucesos se mantiene en reserva. Ley 1098 de 2006, artículo 47.
gobiernan el proceso de aducción, producción e incorporación del medio de
prueba, o las que regulan el mérito que les corresponde, exponer cómo, tras la
exclusión de las pruebas ilegales, o la valoración de aquellas a las que el juez
negó esa condición, o la apreciación justa del mérito suasorio que legalmente les
corresponde, valoradas todas en conjunto con los demás elementos de
conocimiento, se arribaría a una decisión diferente y, en este caso, favorable al
procesado.
(…)

No obstante esa corrección formal del vicio propuesto, al pretender el demandante


evidenciar su trascendencia, termina por desconocer el principio lógico de no
contradicción, según el cual una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo,
pues reconoce que el contenido de ese elemento de convicción sí fue valorado por
los juzgadores, pero su incidencia desestimada en orden a modificar las
conclusiones a que llegó el a-quo acerca de la responsabilidad del acusado
JIMÉNEZ MORALES, exponiendo el Tribunal razones vinculadas a la precariedad
de la cadena de custodia de la evidencia en relación con la cual se practico el
examen, y con el hecho, destacado en primera instancia, de que el proyectil al
cual se tomó la muestra de sangre no se recuperó en la escena del crimen.

El censor expresó su inconformidad con esas consideraciones hechas en los fallos


de primero y segundo grado, ofreciendo, desde un particular punto de vista, los
motivos por los que estima que sí fue adecuada la cadena de custodia, así como
explicación del por qué llegó el proyectil desde el sitio donde ocurrieron los
hechos, hasta la entrada del centro médico donde fue atendida la víctima,
disertación que hace evidente el desacierto del actor en el yerro denunciado, pues
resulta palmario, entonces, que debió acudir a otra de las especies de error de
hecho, es decir, a un falso juicio de identidad o un falso raciocinio, y con sujeción a
las exigencias lógico argumentativas de esos dislates, acreditar que las
conclusiones de los jueces eran equivocadas, empero, un ejercicio en tal sentido
no está presente en las lucubraciones consignadas por el recurrente.
(…)

Contra esa doble argumentación expuesta en los fallos, ligados, como se sabe,
por el principio de unidad jurídica inescindible, el demandante simplemente opone
su particular apreciación, aduciendo que en la Ley 600 de 2000 no hay norma que
establezca una rigurosa cadena de custodia para los elementos materiales
probatorios, como si ocurre en la Ley 906 de 2004, afirmación que revela
manifiesto desconocimiento del la codificación inicialmente citada, pues ésta en su
artículo 288 señala:

“Se debe aplicar la cadena de custodia a los elementos físicos materia de prueba, para garantizar la
autenticidad de los mismos, acreditando su identidad y estado original, las condiciones y las
personas que intervienen en la recolección, envío, manejo, análisis y conservación de estos
elementos, así mismo, los cambios hechos en ellos por cada custodio.

”La cadena de custodia se inicia en el lugar donde se obtiene, encuentre o recaude el elemento
físico de prueba y finaliza por orden de la autoridad competente.

”Son responsables de la aplicación de la cadena de custodia todos los servidores públicos y los
particulares que tengan relación con estos elementos, incluyendo al personal de servicios de salud,
que dentro de sus funciones tengan contacto con elementos físicos que puedan ser de utilidad en la
investigación.

”El Fiscal General de la Nación reglamentará lo relacionado con el , aplicación y control del sistema
de cadena de custodia, conforme con los avances científicos y técnicos.”
(…)

En conclusión, si la enfermera nunca dijo que observó el proyectil impregnado de


sangre inmediatamente después del ingreso del menor al CAMI, ni que lo recogió
en el mismo lugar en el que bajaron el cuerpo de la víctima del carro en el que fue
trasladada al centró asistencial, y dicho objeto ostenta signos de que fue
disparado por una arma de fuego distinta a la incriminada, así como de haber
sufrido abolladuras que lo deformaron —las cuales resultan al impactar con
superficies duras, lo cual aquí no aconteció—, cobra incuestionable acierto el
mérito restado a las conclusiones la prueba de ADN y de balística por los
juzgadores, debido, justamente, al irregular hallazgo del proyectil que impide
tenerlo como un auténtico elemento material o videncia física relacionada
directamente con las conductas punibles investigadas, pues, ya lo ha dicho la
jurisprudencia4, los comprobados defectos de la cadena de custodia, acreditación
o autenticidad de la evidencia o elemento probatorio, conspiran contra la eficacia,
credibilidad o asignación de su mérito suasorio.

1.7. Casación 28.195 del 8 de octubre de 2008, M.P. Julio Enrique Socha
Salamanca.

Hechos

1. En la mañana del 20 de mayo de 2003, en el barrio Olaya Herrera de


Cartagena, agentes de la Policía Nacional registraron y detuvieron a VÍCTOR
MANUEL JARAMILLO SALAS, persona señalada por los vecinos y residentes del

4
Cfr. Sentencias de 21 de febrero y 28 de noviembre de 2007, radicaciones. Nº 25920 y 26207.
sector como expendedor de sustancias alucinógenas, a quien le hallaron en su
poder cuarenta y seis papeletas con marihuana envueltas en pequeñas bolsas
plásticas, que de acuerdo con la prueba técnica arrojaron como resultado un peso
neto de treinta y ocho punto siete gramos de alcaloide.

Cargo en casación con relación al problema jurídico

Al amparo de la causal primera de casación, planteó el demandante la violación


indirecta de la ley sustancial por error de apreciación probatoria, debido a que no
se aplicó en este caso el sistema de cadena de custodia.

Citó en sustento de su postura apartes de la sentencia de la Sala de fecha 21 de


febrero de 2007, radicación 25920, que aunque se refiere al sistema acusatorio de
la ley 906 de 2004 resulta aplicable para la ley 600 de 2000 en lo que a la
autenticidad de la sustancia incautada se refiere.

Precisó que en este asunto la evidencia se recogió sin que se observara el


procedimiento de cadena de custodia previsto en la resolución 1890 de 5 de
noviembre de 2002, por medio de la cual se reglamentó el artículo 288 de la ley
600 de 2000, y, por lo tanto, jamás se acreditó la autenticidad e integridad de la
sustancia que supuestamente le incautaron a VÍCTOR MANUEL JARAMILLO
SALAS.

Consideraciones de la Corte con respecto al problema jurídico

3. Finalmente, el demandante pretendió demostrar la invalidez del acta de pesaje


e identificación de la sustancia con base en el argumento de que las autoridades
no demostraron la autenticidad de la misma por no seguir el procedimiento de
cadena de custodia reglamentado para la ley 600 de 2000 en la resolución 1890
de 5 de noviembre de 2002, proferida por la Fiscalía General de la Nación.

En este aspecto, le asiste la razón al representante del Ministerio Público cuando


adujo en su concepto que, con base en fallos de la Sala como el que citó el
demandante en la sustentación del reproche, cualquier error o irregularidad que se
manifieste en el sistema de cadena de custodia no implica la ilegalidad del medio
probatorio sino tan solo el cuestionamiento de su mérito o fuerza de convicción:

“La cadena de custodia, la acreditación y la autenticación de una evidencia, objeto,


elemento material probatorio, documento, etc., no condicionan –como si se tratase de un
requisito de legalidad- la admisión de la prueba que con base en ellos se practicará en el
juicio oral; ni interfiere necesariamente con su admisibilidad decreto o práctica como
pruebas autónomas. Tampoco se trata de un problema de pertinencia. De ahí que, en
principio, no resulta apropiado discutir, ni siquiera en sede casacional, que un medio de
prueba es ilegal y reclamar la regla de exclusión, sobre la base de cuestionar su cadena
de custodia, acreditación o autenticidad”5.

Adicionalmente, la Sala observa que el profesional del derecho no se tomó la


molestia de señalar qué concreto procedimiento o trámite por seguir pretermitió el
organismo instructor a la hora de tomar la muestra para laboratorio del contenido
de las papeletas encontradas a VÍCTOR MANUEL JARAMILLO SALAS, para de
esta forma llegar a plantear siquiera la posibilidad de que lo incautado no
correspondía a lo analizado, o que de cualquier manera el resultado obtenido
acerca de la naturaleza y cantidad del estupefaciente fue manipulado por los
servidores públicos que intervinieron en la producción del medio probatorio.

1.8. Casación 30.598 del 19 de febrero de 2009, M.P. María del Rosario
González de Lemos.

Hechos

Aproximadamente a las 5:45 p.m. del 13 de enero de 2007, cuando el joven Dairo
Senover Cano Posada se encontraba sentado en la acera del Edificio Gusgavi,
ubicado en la carrera 53 No. 59- 25 de Medellín, se acercaron por la espalda dos
individuos, uno de los cuales disparó en varias ocasiones contra aquél,
causándole la muerte en forma inmediata. Dado que en la esquina próxima detuvo
su marcha una patrulla motorizada de la policía, integrada por el Subintendente
Hernán Darío Calle Bedoya y el Agente Ever Osvaldo Ayala, los testigos del
homicidio les señalaron a sus autores, motivo por el cual emprendieron la
persecución por la calle 60, donde otros ciudadanos señalaron a un individuo,
quien al ser alcanzado pretendió despojarse de una camisa amarilla y les dijo “ yo
no fui, a mi no me cogieron nada”, fue capturado y se identifica como ORLANDO
DAVID GARCÍA TORRES.

Cargo en casación con relación al problema jurídico

Acerca de la cadena de custodia de la camisa del agresor, la Fiscalía dice que el


análisis del Tribunal es muy pobre, pues el embalaje lo realizó el Agente Hernán
Calle Ayala sin anotar la identificación de a quién pertenecía dicha prenda, amén
5
Sentencia de 21 de febrero de 2007, radicación 25920.
de que uno de los últimos tres números de su cédula quedó mal anotado, motivo
por el cual la defensa solicitó la respectiva aclaración, y entonces, el mencionado
servidor público señaló, de una parte, que no anotó la identificación del retenido,
pero sí el número del SPOA correspondiente y que el número de su cédula quedó
mal registrado, en cuanto lo escribió su compañero de patrulla. A partir de lo
anterior resalta la impugnante, que lo cierto es que “esa fue la camisa que le
cogieron en la mano izquierda a ORLANDO DAVID, esa se envió a Bogotá y esa
fue la que dio positivo para disparo. Incluso el patrullero reconoció su firma
plasmada en el documento”.

También dice que la misma camisa fue recibida por el Experto balístico del
Departamento Administrativo de Seguridad Oswaldo Cubillos, quien así lo expuso,
sin que la defensa presentara alguna objeción sobre el particular, amén de que fue
admitida por el juez.

Acto seguido, la Fiscal cita apartes de la sentencia proferida por esta Sala el 1º de
febrero de 2007 dentro del radicado 25920, acerca de la cadena de custodia y la
regla de exclusión y concluye que si el juez no rechazó la prueba, debe
asignársele el valor que le corresponda al haber arrojado positivo para residuos de
disparo de arma de fuego.

Se duele la impugnante que la referida prueba hubiera sido excluida por el


Tribunal como elemento material probatorio, pese a que al ser ponderada con lo
expuesto por Jhon Jairo Giraldo Ibarra, se concluye que los restos de disparo de
proyectil hallados en dicha camisa, corresponden a la agresión a la víctima, pues
según lo dijo el perito, se requiere una cercanía de veinte centímetros de la
deflagración para que queden dichos residuos en las prendas.
(…)

El segundo problema, dice el Delegado, se refiere a las supuestas inconsistencias


encontradas por el Tribunal en la cadena de custodia de la camisa que se dice
tenía colocada ORLANDO DAVID GARCÍA al momento de cometer el delito y
posteriormente, al ser perseguido por los miembros de la fuerza pública, se
despojó.

En apoyo de su disertación trae a colación lo señalado por esta Sala en fallo de


casación del 23 de abril de 2008, dentro del radicado 29416, en la cual fue
desestimada una lista de inconsistencias en punto de la cadena de custodia de un
revólver.

Precisa que la cadena de custodia pretende avalar el cumplimiento del principio de


la “mismidad” para garantizar la autenticidad de la evidencia que se recolecta y
que por tanto, del interrogatorio de la defensa al agente Hernán Calle Bedoya
durante el juicio se infiere que la camisa que fue objeto de ese procedimiento fue
la del acusado y no otra, sin importar si en el rótulo aparece la letra de un policía
distinto o si hubo error en el número de la cédula, cuando lo cierto es que se
registro el mismo número del SPOA.

Consideraciones de la Corte con respecto al problema jurídico

Impera recordar que los yerros en el curso y respeto de los protocolos derivados
de la denominada cadena de custodia no comportan la exclusión de la prueba, en
cuanto no se trata de un asunto de legalidad del medio de convicción, sino de
valoración y ponderación judicial del mismo, en cuanto puede verse afectado lo
genuino, fidedigno y auténtico del elemento probatorio, de modo que aún en
aquellos casos en los cuales se constate la ruptura efectiva de la cadena de
custodia, no por ello debe automáticamente marginarse la prueba del acervo
probatorio, sino que corresponde al juez verificar hasta qué punto y en qué
medida, ello compromete la acreditación o autenticidad de la evidencia o elemento
probatorio en punto de su credibilidad y potencial persuasivo.

No en vano, el artículo 273 de la Ley 906 de 2004 establece como criterios de


valoración:

“La valoración de los elementos materiales probatorios y evidencia física se hará teniendo
en cuenta su legalidad, autenticidad, sometimiento a cadena de custodia y grado actual
de aceptación científica, técnica o artística de los principios en que se funda el informe”.

De igual forma, es claro que tampoco la ruptura en la cadena de custodia supone


necesariamente la inadmisión del elemento material probatorio, asunto diverso es
que el juez pueda inadmitir la prueba, no por considerarla ilegal, pues como quedó
visto no lo es, sino por carecer de fuerza demostrativa en cuanto atañe al thema
probandum del diligenciamiento, al advertir falencias en su recolección, su
producción o su autenticidad.
La cadena de custodia pretende asegurar la evidencia física, a fin de evitar su
alteración, modificación o falseamiento, todo lo cual queda comprendido dentro del
principio de mismidad, según el cual, el medio probatorio exhibido en los estrados
judiciales debe ser el mismo y debe contar con las mismas características,
componentes y elementos esenciales del recogido en la escena del delito o en
otros lugares en el curso de las pesquisas adelantadas por los investigadores.

No sobra señalar que si la cadena de custodia fue establecida en procura de


asegurar pruebas fidedignas y genuinas dentro del proceso, garantizando con ello
los derechos no sólo del sindicado sino también de los demás intervinientes, es
evidente que dicha teleología no permite transformarla en herramienta para
obstaculizar el trámite o peor aún, en instrumento para conseguir la impunidad
mediante la utilización irracional de las formalidades, siempre que, se reitera, se
preserve su razón de ser y se cumplan los cometidos garantistas que le dan
sentido a su institucionalización por vía legislativa en el estatuto procesal penal.
(…)

También es cierto que el embalaje de la camisa fue realizado por el Agente


Hernán Calle, quien a instancia de la defensa declaró en el debate oral que el
rótulo fue diligenciado por otro miembro de la policía, el cual anotó mal el número
de cédula de ciudadanía de aquél, pues en lugar de escribir el 98.592.274, registró
el 98.592.794.

Pese a lo expuesto, advierte la Sala que el Tribunal omite señalar que en el rótulo
de la cadena de custodia se anotó el número del SPOA (Sistema Penal Oral
Acusatorio) que permite individualizarlo y excluir su posible confusión con otras
evidencias, además, el Experto balístico Oswaldo Cubillos al rendir su dictamen
(…)

Así las cosas, si el ámbito de protección de la regla de recaudo probatorio


derivada de la cadena de custodia, como atrás se dijo, se circunscribe a garantizar
el principio de mismidad, no hay duda que la camisa que vestía GARCÍA TORRES
y aquella a la cual se le practicó el referido examen balístico es la misma, de modo
que si en el rótulo no fue anotado de quien se trataba o si el número de cédula del
Agente de Policía que la embaló presenta dos dígitos errados, pero fue registrado
el SPOA, conviene la Sala en concluir que tales omisiones no tienen la entidad
suficiente para demeritar el valor probatorio derivado de dicha prenda de vestir, el
cual, desde luego, deber ser ponderado en conjunto con los demás medios de
convicción obrantes, como más adelanté se procederá.

1.9. Casación 31.898 del 5 de agosto de 2009, M.P. Jorge Luis Quintero
Milanés.

Hechos

“Tienen génesis el 7 de mayo de 2006, hacia las 6:20 de la mañana, cuando se


reportó a las autoridades de policía en la Carrera 17C No. 64-22 sur (Bogotá), se
presentaba un caso de violencia familiar, haciendo presencia en el lugar los
uniformados que ascienden al segundo piso de la residencia donde ocurrían,
hallando al señor Miller Alberto Ruiz Peña, quien entrega voluntariamente un
revólver marca llama No. IM3224N, presentando un salvoconducto vencido para el
mismo; una vez fuera de su residencia y antes de ser trasladado a la estación de
policía, fue practicada una requisa hallándole en la pretina del pantalón, parte
trasera una pistola marca MAB 9x19 mm, No. PA15604508, sobre la que no
presentó documentación alguna, dándose de esta manera su captura cuando
carecía del respectivo salvoconducto, sin ofrecer explicación satisfactoria sobre su
procedencia.”

Cargo en casación con relación al problema jurídico

El casacionista, al amparo de la causal de casación que describe el numeral 3 del


artículo 181 de la Ley 906 de 2004, acusa la sentencia por desconocer las reglas
de producción de la prueba sobre la cual ha sido fundada la sentencia.
(…)

Sostiene, en apoyo de su tesis, que el fallador dio por demostrada la existencia de


la pistola 9 mm., marca MAB, al apreciar que aquella había sido el mismo
artefacto que se le incautó al procesado y que fue presentada en el juicio, a través
de su fijación fotográfica-la cual fue objeto de estipulación probatoria antes de la
audiencia-, motivo por el cual no se requería de su presentación material, como
tampoco del testimonio del policial que la incautó.

Con este antecedente, el casacionista centra su reproche en la apreciación de la


estipulación del álbum fotográfico que se refiere a la pistola marca MAB, por
cuanto, de manera indebida, a partir de ella se dio por demostrada la materialidad
el arma de fuego. Apunta que si bien es cierto existe una estipulación probatoria al
respecto, también lo es que ésta fue modificada en la audiencia de juicio, en el
sentido de que solamente abarcaba la fijación fotográfica de las dos armas
incautadas, una de ellas la pistola marca MAB, mas no su cadena de custodia, en
la medida que solamente se estipuló sobre la cadena de custodia del revólver
marca Llama, mas no de la pistola marca MAB.

Por lo anterior, el recurrente censura que el yerro de Tribunal estuvo en haber


tergiversado la estipulación que versó sobre la fijación fotográfica de la pistola,
pues incluyó hechos no contemplados en ella, particularmente su cadena de
custodia, es decir, el procedimiento que garantiza la prueba de su correspondencia
o mismisidad (sic).

Consideraciones de la Corte con respecto al problema jurídico

4. A través de un segundo cargo-postulado como subsidiario del anterior-el


casacionista sostiene que el fallador tergiversó el contenido de las estipulaciones
que versaron sobre la fijación fotográfica de la pistola marca MAB, pues el
funcionario judicial de conocimiento entendió que el acuerdo incluía también lo
relativo a su cadena de custodia, cuando-según asegura-dicho aspecto fue
expresamente excluido en la audiencia del juicio.

Es así que el censor insiste en que en la audiencia del juicio se modificaron las
estipulaciones anunciadas en la audiencia preparatoria, en el sentido de que éstas
no incluían la cadena custodia de la pistola, marca MAB. Ante todo, la Corporación
constata que en verdad, tal como lo señala el impugnante, la Juez de
Conocimiento, tras censurar la manera antitética en que la fiscalía propuso las
estipulaciones, precisó-como en el acápite de antecedentes procesales quedó
detallado-aquellos hechos objeto de estipulación, dentro de los cuales no se
incluyó la cadena de custodia de la pistola calibre 9 milimetros, marca MAB.
(…)

Lo anterior por cuanto lo que el impugnante reprocha es que no hay certeza en


cuanto a la cadena de custodia de la pistola, cuya existencia fue fijada a través de
álbum fotográfico, es decir, que no se garantizó el principio de mismisidad de la
prueba, y que el sentenciador dio por acreditado ese elemento como
consecuencia de la tergiversación de una estipulación.
Así planteado el reproche, resulta claro que el casacionista dirige su argumento a
un terreno que se aparta de los fundamentos de la vía de censura seleccionada,
para caer los del falso raciocinio, pues las irregularidades en la cadena de
custodia es asunto que tiene incidencia en el poder suasorio o credibilidad de la
prueba, tal como la Corte lo ha precisado, en los siguientes términos:

“La cadena de custodia, reglamentada en los artículo 254 y siguientes de la Ley 906 de
2004, también tiene como finalidad demostrar la autenticidad de los elementos materiales
probatorios y evidencia física.

La manera de introducir las evidencias, objetos y documentos al juicio oral se cumple,


básicamente, a través de un testigo de acreditación, quien se encargará de afirmar en
audiencia pública que una evidencia, elemento, objeto o documento es lo que la parte que
lo aporta dice que es.

La cadena de custodia, la acreditación y la autenticación de una evidencia, objeto,


elemento material probatorio, documento, etc., no condicionan-como si se tratase de un
requisito de legalidad-la admisión de la prueba que con base en ellos se practicará en el
juicio oral; ni interfiere necesariamente con su admisibilidad decreto o práctica como
pruebas autónomas. Tampoco se trata de un problema de pertinencia. De ahí que, en
principio, no resulta apropiado discutir, ni siquiera en sede casacional, que un medio de
prueba es ilegal y reclamar la regla de exclusión, sobre la base de cuestionar su cadena
de custodia, acreditación o autenticidad.

Por el contrario, si llegare a admitirse una prueba respecto de la cual, posteriormente, en


el debate oral se demuestran defectos en la cadena de custodia, indebida acreditación o
se pone en tela de juicio su autenticidad, la verificación de estos aspectos no torna la
prueba en ilegal ni la solución consiste en retirarla del acopio probatorio.

En cambio, los comprobados defectos de la cadena de custodia, acreditación o


autenticidad de la evidencia o elemento probatorio, podrían conspirar contra la eficacia,
credibilidad o asignación de su mérito probatorio, aspectos éstos a los que tendrá que
enfilar la crítica la parte contra la cual se aduce.

La última es la solución adoptada por el Código de Procedimiento Penal (Ley 906 de


2004), al sentar en el artículo 273 los criterios de valoración: “La valoración de los
elementos materiales probatorios y evidencia física se hará teniendo en cuenta su
legalidad, autenticidad, sometimiento a cadena de custodia y grado actual de aceptación
científica, técnica o artística de los principios en que se funda el informe.”6
(…)

Todo lo anterior conduce-una vez más-a afirmar que la censura que formula el
casacionista, sobre la base de un falso juicio de identidad, versa en realidad sobre
el poder suasorio concedido al informe balístico, lo cual abandona la senda de la
vía de impugnación seleccionada para, en su lugar, entrar a disentir de la
apreciación probatoria del fallador a través de un también mal formulado y
desarrollado falso raciocinio, que no pasa de oponer la apreciación personal del
libelista-fundada en supuestas inconsistencias probatorias-a la del sentenciador,
pero sin acreditar en la apreciación judicial una violación evidente y trascendente a
las reglas de la sana crítica.

6
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia de 21 de febrero de 2007, radicación No.
25920.
2. Tesis dos (incidencia en la legalidad)

2.1. Casación 21.483 del 6 de abril de 2005, M.P. Mauro Solarte Portilla.

Hechos

El 1 de junio de 2001, la Policía Metropolitana de Bogotá, División de Servicios


Especializados – Estación Aeroportuaria - capturó a YOLANDA ELIZABETH
PEREZ DE PEREZ, a eso de las 21:10 horas, en el Aeropuerto El Dorado, al
encontrar que en su maleta, con la que pretendía viajar a Caracas (Venezuela),
llevaba ocho bolsas plásticas que contenían sustancias ilícitas las cuales se
clasificaron como heroína.

En la diligencia de identificación, pesaje, toma de muestra y destrucción se reportó


como peso neto 2.607 gramos, encontrando como principio químico alcaloides-
cocaína, pero sugiriendo que se remitiera la muestra a laboratorio (Fol. 23 C-1).
En el laboratorio se estableció que la muestra correspondía a heroína (Fol. 61 C-
1).

Se formuló por el abogado de confianza de la procesada y contiene un solo cargo


contra la sentencia de segunda instancia bajo el amparo de la causal primera,
cuerpo segundo, del art. 207 del C. de P.P., en razón de un error de derecho por
falso juicio de legalidad.

Cargo en casación con relación al problema jurídico

Desde la toma de muestra de la sustancia incautada se violentó la cadena de


custodia pues:

a) El registro de la cadena de custodia aparece en fotocopia aportada por el perito


en la audiencia de juicio.

b) El patrullero que realizó la incautación no hizo un registro de la cadena de


custodia.

c) La copia del registro no contiene una descripción de los materiales y elementos


incautados.
d) Quienes suscribieron el registro no informaron la calidad con que actuaron.

f) No se indicó el lapso que cada funcionario tuvo en su poder la evidencia.

g) No figuran las circunstancias ni las características de la forma como se manejó


la evidencia.

h) Se incautaron ocho paquetes y sólo se dejó una muestra de 3 gramos.

i) La prueba de peritaje, practicada sobre la muestra recogida, como prueba reflejo


es irregular. Destacando que ésta fue determinante para adoptar la sentencia
condenatoria.

Consideraciones de la Corte con respecto al problema jurídico

La Corte establece que no se desconocieron las reglas de cadena de custodia,


para el momento de los hechos no regía la Ley 600 de 2000, se regía el caso por
la Ley 30 de 1986.

El tema de la exclusión de la prueba ilícita ya ha sido analizado en detalle por la


Corte,

“Cuando una prueba ha sido irregularmente allegada al proceso, y el juez la toma en


cuenta al momento de dictar sentencia, se está en presencia de un error de apreciación
probatoria, que se soluciona con la separación de la prueba ilegal del juicio, en virtud de
la cláusula o regla de exclusión que como mecanismo de saneamiento opera en estos
casos, y que la Constitución Nacional establece en su artículo 29, al declarar que es nula,
de pleno derecho, la prueba obtenida con violación del debido proceso”7

“Según la doctrina seguida por la Corte Suprema, si se presenta un vicio sustancial en la


práctica de la prueba, la prueba afectada debe ser excluida del acervo probatorio, pero
ello no implica necesariamente la anulación de todo lo actuado”. 8

Se concluye entonces, afirmando que en nuestro ordenamiento jurídico, las pruebas


inconstitucionales, están sometidas a la regla de exclusión, bajo el sistema de la nulidad
de pleno derecho 9 sin que al respecto exista discrecionalidad judicial, como ocurre en el
derecho comparado 10, ni sin que se pueda alegar, como excepción, la prevalencia del
7
Sala de Casación Penal. Sent. Cas. 23-07-01, R. 13.810, M. P. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL.
8
Sala de casación Penal. Sent. Cas. 16-12/98. R 10373. M.P. CARLOS EDUARDO MEJÍA ESCOBAR.
9
“ En países de tradición romana, como Francia, las pruebas irregulares son sometidas a un régimen de
nulidades. El juez no puede anular la prueba si no afecta los intereses de la parte concernida. En Italia, la
nulidad de la prueba ilícita es ordenada por una disposición general de la ley procesal penal que tiene un
tenor amplio y que no exige la existencia de un perjuicio para el inculpado ni exceptúa las irregularidades
menores”. Corte Constitucional SU – 159/02. p. 33.
10
“En los Estados Unidos de América y en otros países de tradición anglosajona, la regla de exclusión no sólo
fue tardíamente introducida, sino que no funciona como una regla imperativa puesto que el juez penal dispone
de cierta discrecionalidad para aplicarla después de evaluar y sopesar ciertos factores” Ver cita, pié de página
interés general 11, puesto que tratándose de derechos fundamentales, inherentes a la
dignidad humana, la prioridad del interés general no puede ser interpretada de tal manera
que ella justifique la violación de los derechos fundamentales. 12

Como corolario de lo expuesto, debe admitirse, como así, claro está, también lo ha
reiterado la Sala, no resulta imperativa la exclusión cuando se trata de una prueba
afectada por irregularidades menores, que por esa misma entidad no desconocen
derechos fundamentales ni afectan la estructura del proceso ni el derecho de defensa. 13

2.2. Casación 29.416 del 23 de abril de 2008, M.P Yesid Ramírez Bastidas.

Hechos

Ocurrieron el miércoles 3 de enero de 2007 a eso de las dos y media de la tarde,


justo cuando la joven Diana Catalina Ramírez Cruz y su novio Sergio Andrés
Montoya Henao salieron de almorzar en el restaurante “Chustell” ubicado en el
barrio Castilla de la ciudad de Medellín, cuando fueron interceptados por tres
individuos que se transportaban en una motocicleta quienes los intimidaron con un
revólver y los despojaron de la suma de $3.168.000.oo que llevaba Henao
Montoya y un bolso que portaba Ramírez Cruz.

De los hechos se percató una vecina del sector quien se dio a la tarea de llamar
de manera inmediata a la Policía Nacional cuya oportuna intervención conllevó a
la aprehensión de los tres sospechosos quienes fueron reconocidos por las
víctimas. Ese inequívoco reconocimiento propició que los capturados se pusieran
a disposición de las autoridades competentes y fueron identificados como JOHAN
ANDRÉS MONSALVE ESGUERRA, JUAN FERNANDO MONSALVE ESGUERRA
y DAVID ALEJANDRO ARBELÁEZ RAMÍREZ.

Cargos de casación

No 81 de la Corte Constitucional en SU- 159/02, ya citada.


11
“En Alemania, la exclusión de pruebas viciadas no es inevitable sino el resultado de un método de
ponderación que se aplica caso por caso. Si la prueba cuestionada representa una afectación de la garantía
esencial de los derechos fundamentales, la prueba viciada es excluida. En caso contrario, se introduce un
método de ponderación a partir de diversos subprincipios derivados de la proporcionalidad, necesidad y
adecuación, de los cuales surgen factores, tales como por ejemplo, la gravedad del crimen, del vicio
probatorio, del valor demostrativo de la prueba, la fortaleza de la sospecha y los intereses constitucionales en
juego, tal como el interés en que la violación de los bienes jurídicos tutelados por el derecho penal no quede
en la impunidad, sacrificándose la verdad real. “ Ver cita de la SU – 159/02, multicitada.
12
Corte Constitucional. C- 546, Octubre 1º./92. M.P. CIRO ANGARITA VARÓN. (q.e.p.d.). “El individuo es un
fin en sí mismo; el progreso social no puede construirse sobre la base del perjuicio individual, así se trate de
una minoría o incluso de un individuo. La protección de los derechos fundamentales no está sometida al
vaivén del interés general, ella es una norma que encierra un valor absoluto, que no puede ser negociado o
subestimado”
13
Casación 10373. 16-12/98. M.P. CARLOS E. MEJÍA E. Arriba citada.
Argumentó que la defensa hizo intentos para que se excluyera como evidencia
dentro del juicio el revólver Smith & Wesson que fuera presentado por la Fiscalía
en atención a los errores dados en la cadena de custodia.

Hizo referencia que los juzgadores de instancia no acogieron su petición con base
en los pronunciamientos dados en la Sentencia de la Corte radicada bajo el
número 25920, en la cual se dijo que no resultaba apropiado discutir en casación
penal la ilegalidad de un medio de prueba y reclamar su exclusión, sobre la base
del cuestionamiento de la cadena de custodia. (i) No fue encontrado en manos de
ninguno de los procesados, por el contrario, fue entregado a uno de los policías
que intervinieron en la diligencia al parecer por el vigilante de la Urbanización
Gratamira, quien supuestamente lo recuperó luego de que uno de los procesados
lo arrojara por entre un hueco de la malla de ese conjunto. (ii) No fue embalado ni
rotulado en el lugar donde fue hallado, pues el policía lo guardó en su pantalón
mientras llegaba a la Uri del barrio Gayabal (sic). (iii) Fue descrito por Diana
Catalina como plateado, y por Sergio Andrés en el juicio, de color pavonado, es
decir, oscuro. (iv) En el rótulo de cadena de custodia iniciado en la Uri aparece
como un revólver calibre 22 y en el formulario se lo identifica como de calibre 32;
y, (v) El número externo del arma en el formato de cadena de custodia no
corresponde al número consignado en los formatos pues en lugar de la letra H
aparece el número uno.

Adujo que para la defensa, esos errores de la cadena de custodia afectan


directamente como lo indica la teoría del fruto prohibido, la legalidad de la prueba
y que si bien el arma fue introducida mediante un perito balístico que no alertó ni
percibió las inconsistencias las que adjudicó a un “simple error de digitación”, ello
deviene en duda de que esa arma fuera la misma que afirman los policiales se
incautara a uno de los procesados en el lugar de la captura y con la cual se
fundamentó la imputación.

Alternativamente propone, que si las irregularidades de la cadena de custodia


dadas sobre el revólver en mención, para la H. Corte no devienen en la ilicitud de
la prueba y por ende no puede ser excluida, entonces la valoración de la misma no
“puede ser” como la que los juzgadores de instancia efectuaron, pues el análisis
del elemento probatorio “sólo podía llegar” de acuerdo a las reglas de la sana
crítica, a la conclusión de la ausencia de certeza pues para el caso “no se podía
asegurar una convicción más allá de toda duda razonable”.
Tesis de la corte:

El impugnante en el aparte de los fines de la casación hizo alusión a la necesidad


de un pronunciamiento jurisprudencial de la Sala dirigido a establecer si el respeto
a la cadena de custodia es o no una garantía del debido proceso o sólo una
“ritualidad insustancial” y a fines de unificar los criterios acerca de los efectos que
se pueden generar cuando se presentan irregularidades en la cadena de custodia
de los elementos materiales y evidencia física, para lo cual hizo trascripción de
algunos apartes de la sentencia de la Sala identificada con el radicado 25920 del
21 de febrero de 2007.

Se hace necesario recordar en forma integral lo expresado en dicho


pronunciamiento acerca de la destacada figura:

La cadena de custodia, la acreditación, autenticación de una evidencia, objeto, elemento


material probatorio, documento, etc., no condicionan-como si se tratase de un requisito de
legalidad-la admisión de la prueba que con base en ellos se practicará en el juicio oral; ni
interfiere necesariamente con su admisibilidad, decreto o práctica como pruebas
autónomas. Tampoco se trata de un problema de pertinencia. De ahí que, en principio, no
resulta apropiado discutir, ni siquiera en sede casacional, que un medio de prueba es
ilegal y reclamar la regla de exclusión sobre la base de cuestionar su cadena de custodia,
acreditación o autenticidad.

Por el contrario, si llegare a admitirse una prueba respecto de la cual, posteriormente, en


el debate oral se demuestran defectos en la cadena de custodia, indebida acreditación o
se pone en tela de juicio su autenticidad, la verificación de estos aspectos no torna la
prueba en ilegal ni la solución consiste en retirarla del acopio probatorio.

En cambio los comprobados defectos de la cadena de custodia, acreditación o


autenticidad de la evidencia o elemento probatorio, podrían conspirar contra la eficacia,
credibilidad o asignación de su mérito probatorio, aspectos éstos a los que tendrá que
enfilar la crítica la parte contra la cual se aduce.

La última es la solución adoptada por el Código de Procedimiento Penal (Ley 906 de


2004), al sentar en el artículo 273 los criterios de valoración:

La valoración de los elementos materiales probatorios y evidencia física se hará teniendo


en cuenta su legalidad, autenticidad, sometimiento a cadena de custodia y grado actual
de aceptación científica, técnica o artística de los principios en que se funda el informe.

Lo anterior no obsta para que, si la parte interesada demuestra que se rompió la cadena
de custodia o que no se acreditó la procedencia o que una evidencia, objeto o medio
probatorio es definitivamente inauténtico, en el momento oportuno pueda oponerse a su
admisión o decreto como prueba. En tal hipótesis, el Juez decidirá lo que en derecho
corresponda, pues se trata de un proceso dialéctico que avanza hacia la construcción de
la verdad con audiencia de los adversarios. Si bajo estos supuestos el Juez no decreta la
prueba, su rechazo no será por motivos de ilegalidad, sino porque carecería de poder de
convicción, por persistir serias dudas sobre la manera como se produjo la recolección de
la evidencia o la forma en que se produjo el elemento probatorio o la autenticidad del
mismo en cuanto de ella dependa la posibilidad de aceptar como cierto su contenido.

Con todo, se insiste, si se demuestran defectos en la cadena de custodia, acreditación a


autenticidad y, pese a ello la prueba se practica, dicha prueba no deviene ilegal y no será
viable su exclusión, sino que debe ser cuestionada en su mérito o fuerza de convicción
por la parte contra la cual se aduce…

La regla de exclusión aplica contra los medios probatorios ilícitos o ilegales; y no sobre
los medios probatorios respecto de los cuales se discuta la cadena de custodia, la
autenticidad o la autenticidad.

La cadena de custodia regulada en los artículos 254 a 266 de la Ley 906 de 2004,
conforme a la doctrina nacional se le ha concebido:

Como el sistema de aseguramiento de la evidencia física, compuesto por personas,


normas, procedimientos, información, contenedores y lugares, que al avalar el
cumplimiento del principio de mismidad, garantiza la autenticidad de la evidencia que se
recolecta y analiza y que se exhibe en la audiencia pública del juicio oral14[5].

Es claro que a la fecha el legislador colombiano no se ha ocupado en consagrar


positivamente al interior del Código de Procedimiento Penal, ni en estatuto
especial por separado un capítulo en el que se reglamente de manera integral lo
referido a la cadena de custodia y todo lo que dice relación con el uso y cuidado
de los elementos materiales probatorios y evidencias físicas, como los
presupuestos en orden a determinar la autenticidad o ausencia de la misma de
aquellos.

No obstante, debe afirmarse que la cadena de custodia ha sido objeto de algunos


desarrollos legales, los que se encuentran en el Código Penal (Ley 599 de 2000,
art. 100 referido al comiso), el Código de Procedimiento Penal (Ley 906 de 2004,
artículos 254 a 266) y en las Resoluciones 1890 de 2000, 2869 de 2003, 06394 de
2004 y 02770 de 2005, emanadas de la Fiscalía General la Nación, las cuales
tienen origen y fundamento legal de acuerdo al parágrafo del artículo 254 de la
Ley 906 de 2004.

En efecto, el citado parágrafo se constituye en una especie de norma en blanco


para el caso de naturaleza procedimental, mediante el cual se facultó
normativamente al Fiscal General para reglamentar lo relacionado con el diseño,
aplicación y control del sistema de cadena de custodia de acuerdo con los
avances científicos, técnicos y artísticos.

Aceptando y reconociendo que las Resoluciones emanadas de la Fiscalía General


de la Nación en las que se ha reglamentado lo relativo al diseño, aplicación y

14[5]
RICARDO MORA IZQUIERDO, Evolución de la Medicina Legal y de las disciplinas forenses en Colombia.
Nuevo enfoque de la prueba pericial” en Cambios y Perspectivas en el Derecho Colombiano en la segunda
mitad del siglo XX. Tomo III, Ediciones Jurídicas Gustavo Ibáñez, Bogotá, 2002, p. 131 y 168.
control de la cadena de custodia tienen asiento legal, se debe inferir que los
dictados de aquellas por mandato del parágrafo de referencia, se han incorporado
a las formas procedimentales relativas a la guarda, conservación, uso y cuidado
de las evidencias físicas en orden a la constatación de la legalidad y autenticidad
de aquellas.

En esa medida cuando se ha contrariado la legalidad de los imperativos de la Ley


906 de 2004 en sus artículos 254 a 266, o ante el evento probado de haberse
infringido los dictados de las resoluciones de la Fiscalía General de la Nación
relativas al manual de cadena de custodia, o cuando la misma se ha llevado a
cabo de manera irregular y en forma contraria a sus disposiciones y se ha
practicado sin esas formalidades, insístase legales, se debe colegir que esas
falencias son susceptibles de censura en casación penal por la vía de la causal
tercera del artículo 181 ejusdem, por la modalidad del error de derecho por falso
juicio de legalidad, impugnaciones que correlativamente en últimas incidirán en la
ausencia de legalidad de las evidencias físicas traducidas en indicios materiales y,
por ende, en la exclusión de los mismos.

La Sala considera que se hace necesario precisar la línea jurisprudencial


plasmada en la sentencia 25920 del 21 de febrero del 2007.

Debe afirmarse que los dictados legales a que se hizo referencia se constituyen en
una garantía de lo debido probatorio y que por ende su respeto o violaciones
probadas, inciden y se constituyen en presupuesto de legalidad de las evidencias
físicas, objeto de presentación tanto en la audiencia preparatoria como en el juicio
oral.

La Sala considera que en la impugnación extraordinaria entendida como un control


de constitucionalidad y legalidad formal, material y sustancial de las sentencias de
segundo grado, se puede censurar por la vía de los errores de derecho por falso
juicio de legalidad las irregularidades o violaciones dadas sobre los
procedimientos de la cadena de custodia, los que de contera incidirán en la
ausencia de legalidad de las evidencias físicas soportes de indicios materiales en
orden a su exclusión.

Atendiendo a la dogmática que rige los errores que se debaten en la violación


indirecta de la ley sustancial, es preciso afirmar que las irregularidades-las
falencias procedimentales comprobadas en la cadena de custodia-tienen como vía
expedita de impugnación el error de derecho por falso juicio de legalidad, mas no
la censura por afectación a los postulados de la sana crítica en orden a derruir su
credibilidad y ausencia de poder de convicción.

Los ataques que en casación penal se efectúan por menoscabo de los postulados
de la sana crítica referidos a la valoración de los medios de prueba, elementos
materiales probatorios y evidencias físicas, parten de la base de la licitud o
legalidad de aquellos con los que se han efectuado inferencias carentes de
credibilidad por desconocimiento de máximas de experiencia, leyes de la lógica o
de la ciencia.

En su contrario, las impugnaciones que tienen relación con las ilicitudes o


ilegalidades predicadas de los medios de convicción en general, como es de
procedencia casacional, deben transitar por el error de derecho por falso juicio de
legalidad y no se pueden trasladar a los falsos juicios de raciocinio en orden a
derruir su credibilidad, inducciones, deducciones o aspectos conclusivos pues ello
resulta inapropiado y contradictorio.

Cuando no se trate de ilegalidades o de ilicitudes referidas al procedimiento de la


cadena de custodia de elementos materiales y evidencia física, sino de cuestionar
la equivocada apreciación y valoración pericial o de los juzgadores que se ha dado
a aquellos con los cuales se han construido indebidas inferencias lógicas y de
conclusión, es claro que se debe acudir a la vía del error de hecho por falso
raciocinio, sendero de impugnación en el que encuentran cabida todos los
menoscabos y afectaciones de trascendencia que se hubiesen dado a los
postulados de la sana crítica por desconocimiento de máximas generales de
experiencia, leyes de la lógica o de la ciencia.

2.3. Casación 32.193 del 21 de octubre de 2009, M.P. Yesid Ramírez Bastidas.

Hechos

Según el escrito de acusación, el día 3 de noviembre de 2007, el señor WILSON


BURBANO ORDÓÑEZ, quien reside en la carrera 7 No 140 |A-4||0, apartamento 101
de ésta ciudad, salió de viaje en compañía de su familia y su empleada de servicio
doméstico, la señora NIRSA ACOSTA RIAÑO. El 7 del mismo mes y año, un día
después del regreso, su esposa, la señora ADRIANA MARGARITA MÉNDEZ
LÓPEZ, se percató de que habían sustraído dinero y joyas de las cajas fuertes,
elementos avaluados en $209.200.000.oo.

Dado que no se violentaron las cerraduras de ingreso al apartamento ni se forzaron


las cajas fuertes, los esposos WILSON BURBANO ORDÓÑEZ y ADRIANA
MARGARITA MÉNDEZ LÓPEZ sospecharon de las dos empleadas del servicio, las
señoras NIRSA ACOSTA RIAÑO y SUSANA MARÍA LÓPEZ MADRID y del vigilante
del conjunto residencial, el señor JHOANY BETANCUR RIVERA, de quien aseguran
mantenían una relación sentimental con la señora NIRSA ACOSTA RIAÑO.

Cargos en casación con relación al problema jurídico

En el cargo segundo acusó a la sentencia de segundo grado de violar de manera


indirecta la ley sustancial por error de derecho derivado de falso juicio de legalidad
al desconocer las reglas de producción de la prueba sobre la que se fundó el fallo.

El ad quem valoró unas pruebas que debieron ser excluidas porque “no fueron
descubiertas en el escrito y audiencia de acusación ni presentadas en la diligencia
preparatoria” como fueron los fragmentos de huellas recogidos en lugar de los
hechos con su respectiva cadena de custodia.

Afirmó que esas evidencias fueron incorporadas en el juicio oral a través del perito
JIMMY OSUNA ROA y que la defensa se opuso, asunto que fue resuelto de
manera desfavorable por parte del Juez y trascribió los apartes del juicio oral en
los que el director de la causa verificó el acta de la audiencia preparatoria en la
que se advierte que ninguna oposición se presentó en orden a excluir esos
elementos que fueron descubiertos y mencionados en el escrito de acusación en
el numeral 13.

No obstante lo anterior, insiste en afirmar que el titular de la acusación no presentó


como prueba para ser incorporada a través del perito en el juicio oral los
fragmentos de las mismas recogidos en la escena de los acontecimientos, razón
por la que afirma debieron excluirse y no valorarse de acuerdo con lo establecido
en el artículo 374.

Adujo que si no se hubiese apreciado esos elementos, el Tribunal habría


apreciado de manera diferente el peritaje el cual fue el fundamento de la sentencia
condenatoria, en tanto que éste no contaría con los elementos sobre los que
recaían los estudios del experto y en esa medida no había dado por probado el
hecho indicador y habría llegado a la conclusión de la ausencia de certeza y
aplicado el in dubio pro reo a favor de BETANCUR RIVERA.

Considera la Corte en torno al problema jurídico

La Sala en pronunciamiento del 23 de abril de 2008 con radicación 29.416 hizo


precisiones a la línea jurisprudencial que venía desde la sentencia 25920 del 21
de febrero del 2007 y dijo:

Debe afirmarse que los dictados legales a que se hizo referencia se constituyen en una
garantía de lo debido probatorio y que por ende su respeto o violaciones probadas,
inciden y se constituyen en presupuesto de legalidad de las evidencias físicas, objeto de
presentación tanto en la audiencia preparatoria como en el juicio oral.

La Sala considera que en la impugnación extraordinaria entendida como un control de


constitucionalidad y legalidad formal, material y sustancial de las sentencias de segundo
grado, se puede censurar por la vía de los errores de derecho por falso juicio de legalidad
las irregularidades o violaciones dadas sobre los procedimientos de la cadena de
custodia, los que de contera incidirán en la ausencia de legalidad de las evidencias físicas
soportes de indicios materiales en orden a su exclusión.

Atendiendo a la dogmática que rige los errores que se debaten en la violación indirecta de
la ley sustancial, es preciso afirmar que las irregularidades-las falencias procedimentales
comprobadas en la cadena de custodia-tienen como vía expedita de impugnación el error
de derecho por falso juicio de legalidad, mas no la censura por afectación a los
postulados de la sana crítica en orden a derruir su credibilidad y ausencia de poder de
convicción.

Los ataques que en casación penal se efectúan por menoscabo de los postulados de la
sana crítica referidos a la valoración de los medios de prueba, elementos materiales
probatorios y evidencias físicas, parten de la base de la licitud o legalidad de aquellos con
los que se han efectuado inferencias carentes de credibilidad por desconocimiento de
máximas de experiencia, leyes de la lógica o de la ciencia.

En su contrario, las impugnaciones que tienen relación con las ilicitudes o ilegalidades
predicadas de los medios de convicción en general, como es de procedencia casacional,
deben transitar por el error de derecho por falso juicio de legalidad y no se pueden
trasladar a los falsos juicios de raciocinio en orden a derruir su credibilidad, inducciones,
deducciones o aspectos conclusivos pues ello resulta inapropiado y contradictorio.

Cuando no se trate de ilegalidades o de ilicitudes referidas al procedimiento de la cadena


de custodia de elementos materiales y evidencia física, sino de cuestionar la equivocada
apreciación y valoración pericial o de los juzgadores que se ha dado a aquellos con los
cuales se han construido indebidas inferencias lógicas y de conclusión, es claro que se
debe acudir a la vía del error de hecho por falso raciocinio, sendero de impugnación en el
que encuentran cabida todos los menoscabos y afectaciones de trascendencia que se
hubiesen dado a los postulados de la sana crítica por desconocimiento de máximas
generales de experiencia, leyes de la lógica o de la ciencia.

Puede afirmarse que lejos se encuentra la censura formulada en este cargo bajo
la etiqueta de error de derecho por falso juicio de legalidad. En efecto:
El vicio in iudicando de que trata la causal tercera de casación del artículo 181 de
la Ley 906 de 2004, obedece sus contenidos al principio y garantía de legalidad de
la prueba regulado en el artículo 29 de la Carta Política, en el cual se reportan
“nulas de pleno derecho las pruebas obtenidas con violación del debido proceso”,
imperativo que se reproduce en los artículos 23 y 455 (comprendidas sus
salvedades) del Código de Procedimiento Penal en lo que dice relación con las
pruebas ilícitas y en el artículo 232 y 360 ejusdem en lo correspondiente con las
elementos materiales probatorios, evidencias físicas y pruebas ilegales, de lo cual
se contrae normativamente un efecto sanción de “inexistencia jurídica” y por ende
de exclusión cuando de pruebas “ilícitas” o “ilegales” y de elementos materiales y
evidencias físicas recogidas de manera irregular se trate.

En sentencia del 2 de marzo de 2005, la Sala de Casación Penal indicó:

El artículo 29 de la Constitución Política consagra la regla general de exclusión al


disponer que “es nula de pleno derecho, la prueba obtenida con violación del debido
proceso.

La exclusión opera de maneras diversas y genera consecuencias distintas dependiendo si


se trata de prueba ilícita o prueba ilegal.

Se entiende por prueba ilícita la que se obtiene con vulneración de los derechos
fundamentales de las personas, entre ellos la dignidad, el debido proceso, la intimidad, la
no autoincriminación, la solidaridad íntima, y aquellas en cuya producción, práctica o
aducción se somete a las personas a torturas, tratos cueles, inhumanos o degradantes,
sea cual fuere el género o la especie de la prueba así obtenida.

La prueba ilícita debe ser indefectiblemente excluida y no podrá formar parte de los
elementos de convicción que el juez sopese para adoptar la decisión en el asunto
sometido a su conocimiento, si que pueda anteponer su discrecionalidad ni la prevalencia
de los intereses sociales.

La prueba ilegal se genera cuando en su producción, práctica o aducción se incumplen


los requisitos legales esenciales, caso en el cual debe ser excluida como lo indica el
artículo 29 Superior.

En esta eventualidad, corresponde al juez determinar si el requisito legal pretermitido es


esencial y discernir su proyección y trascendencia sobre el debido proceso, toda vez que
la omisión de alguna formalidad insustancial por sí sola no autoriza la exclusión del medio
de prueba15[4].

La prueba ilícita como su propio texto lo expresa:

Es aquella que se encuentra afectada por una conducta dolosa en cuanto a la forma de
obtención, es decir, aquella que ha sido obtenida de forma fraudulenta a través de una
conducta ilícita16[5].

Mayoritariamente se ha concebido por la doctrina nacional, extranjera y la


jurisprudencia-como la citada entre otras-que la prueba ilícita es aquella que se ha
15[4]
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Sentencia del 2 de marzo de 2005, radicado 18.103.
16[5]
A. MONTON REDONDO, citado por MANUEL MIRANDA ESTRAMPES, en El concepto de prueba ilícita y
su tratamiento en el proceso penal, Barcelona, Editorial Bosch, 1999, pág. 18.
obtenido o producido con violación de derechos y garantías fundamentales,
género entre las que se encuentran las pruebas prohibidas cuyas vedas son
objeto de consagración específica en la ley (art. 224 C. Penal). Ella puede tener su
génesis en varias causalidades a saber:

(i) Puede ser el resultado de una violación al derecho fundamental de la dignidad


humana (art. 1º Constitución Política), esto es, efecto de una tortura (arts. 137 y
178 C. Penal), constreñimiento ilegal (art. 182 C.P.), constreñimiento para delinquir
(art. 184 C.P.) o de un trato cruel, inhumano o degradante (art. 12 Constitución
Política).

(ii) Así mismo la prueba ilícita puede ser consecuencia de una violación al derecho
fundamental de la intimidad (art. 15 Constitución Política), al haberse obtenido con
ocasión de unos allanamientos y registros de domicilio o de trabajo ilícitos (art. 28
C. Política, arts. 189, 190 y 191 C. Penal), por violación ilícita de comunicaciones
(art. 15 C. Política, art. 192 C. Penal), por retención y apertura de correspondencia
ilegales (art. 15 C. Política, art. 192 C. Penal), por acceso abusivo a un sistema
informático (art. 195 C. Penal) o por violación ilícita de comunicaciones o
correspondencia de carácter oficial (art. 196 C. Penal).

(iii) En igual sentido, la prueba ilícita puede ser el efecto de un falso testimonio
(art. 442 C. Penal), de un soborno (art. 444 C. Penal) o de un soborno en la
actuación penal (art. 444 A C. Penal) o de una falsedad en documento público o
privado (arts. 286, 287 y 289 C. Penal).

La prueba ilegal o prueba irregular que extiende sus alcances hacia los “actos de
investigación” y “actos probatorios” propiamente dichos, es aquella:

“en cuya obtención se ha infringido la legalidad ordinaria y/o se ha practicado sin las
formalidades legalmente establecidas para la obtención y práctica de la prueba, esto es,
aquella cuyo desarrollo no se ajusta a las previsiones o al procedimiento previsto en la
ley17[6].

Desde una interpretación constitucional y en orden a la visión y concepción de la


casación penal como un control de constitucionalidad y legalidad de las sentencias
proferidas en segunda instancia, se debe considerar que tanto en los eventos de
ilicitud y de ilegalidad probatoria como de ilicitudes o ilegalidades que recaen
sobre los elementos materiales probatorios y evidencias físicas, lo que se produce
normativamente son efectos idénticos de exclusión dadas las inexistencias
17[6]
MANUEL MIRANDA ESTRAMPES, El concepto…, ob. cit., p. 47.
jurídicas por tratarse en esos eventos de medios de convicción que
constitucionalmente se predican “nulos de pleno derecho” y que, de consecuencia,
dichos resultados de “inexistencia jurídica” de igual se transmiten a los que
dependan o sean consecuencia de aquellos o a los que sólo puedan explicarse en
razón de la existencia de las excluidas, pues como es de lógica jurídica y por
sobre todo constitucional, las “inexistencias jurídicas” no pueden dar lugar a
“reflejos de existencias jurídicas”.

En efecto: si de acuerdo con los mandatos constitucionales del artículo 29 y de los


artículos 23, 455, 232 y 360 de la Ley 906 de 2004, las pruebas como elementos
materiales probatorios y evidencias físicas que se hubiesen obtenido con violación
del debido proceso reportan un efecto-sanción de nulidad de pleno derecho por lo
que deben excluirse, porque comportan efectos de inexistencia jurídica, de
correspondencia con ese imperativo de la Carta Política a su vez desarrollado en
el Código de Procedimiento Penal, se podrá comprender y desde luego interpretar
que por virtud de esa exclusión, las inexistencias jurídicas de carácter probatorio
no tienen la potencialidad de dar génesis, ni de las mismas se pueden derivar
existencias jurídicas, esto es, no pueden dar lugar a efectos reflejos de licitudes ni
legalidades probatorias.

El Tribunal valoró la prueba pericial dactiloscópica practicada a los fragmentos de


huella que se recogieron de unos joyeros y relojes y consideró aquel soporte como
un hecho indicador con el que construyó inferencias lógico deductivas unidas a
otros fenómenos indicantes y con ellos hizo la atribución de la coautoría
responsable a BETANCUR RIVERA, sin que se advierta para el caso ningún vacío
con el cual sea dable aplicar a favor de éste el in dubio pro reo, estadio de
conocimiento al que de manera apenas enunciativa se refirió el casacionista pues
de manera singular de las pruebas llevadas al juicio oral no existen evidencias
contrarias o divergentes que nieguen o excluyan la responsabilidad derivada en el
fallo de segundo grado.

Por lo anterior la censura se inadmite.

2.4. Casación 32.354 del 21 de octubre de 2009, M.P. Julio Enrique Socha
Salamanca.

Hechos
“El 19 de febrero de 2008, personal de la Policía Nacional se encontraba
efectuando retén rutinario en el sector El Arenal sobre la vía que conduce a la
vereda Cruces, a eso de las 17:30 horas pararon dos motocicletas, en ese preciso
momento el patrullero Carrillo Cesar Fabián observó que una tercera moto se dio
la vuelta al notar el retén policial, por lo que el patrullero Arrieta y el Subteniente
Velásquez iniciaron la persecución en la moto oficial y ubicaron a un sujeto que
estaba hablando por celular y tenía un bolso colgado a la espalda: al darse cuenta
de la presencia de los uniformados se metió a la maraña y luego salió sin el bolso,
pues este lo había dejado escondido, los policías hicieron varios disparos al aire
para que no escapara, luego salió del monte y les manifestó que el bolso estaba al
lado de la quebrada y que en su interior traía kilo y medio de mercancía. Que se
quedaran con eso para que no lo embalaran —sic—. Se procedió a recuperar el
bolso y constatar la presencia del alijo estupefaciente, luego se le dio a conocer
sus derechos y conducirlo —sic—, a las instalaciones policiales para los actos
urgentes de investigación.”

Cargos de casación

Pregona la violación indirecta de la ley sustancial motivada en un error de hecho


por falso juicio de existencia, porque “no se aplicó en forma debida el sistema de
cadena de custodia.”

Para el censor, la cadena de custodia se perdió desde la incautación de la droga


estupefaciente al no haber claridad acerca de cuáles fueron los paquetes y
cantidad de sustancia hallada, pues de manera general se anotó 1582 gramos y
luego se indicó un peso bruto de 440 gramos.

Igualmente, denuncia que la diligencia de pesaje se cumplió en un establecimiento


abierto al público, no se individualizaron los paquetes con la descripción de su
envoltura y peso, ni aparece la firma del representante del Ministerio Público
además, en la evidencia N° 1 aparecen realizadas las tomas fotográficas de dos
paquetes el 18 de enero de 2008, cuando los hechos datan del 18 de febrero, de
lo cual surge duda que tales imágenes correspondan efectivamente a la sustancia
incautada.
Bajo tal óptica, estima que la droga pudo ser cambiada o adulterada antes de
llegar al laboratorio, máxime que no hay formatos de la cadena de custodia, ni
claridad del funcionario responsable.

Aduce que con tal proceder se desconocieron las Resoluciones: 1890 de 2002 y 0-
6394 de 2004 relativas a la cadena de custodia y 00609 referente al procedimiento
para la disposición final de remanentes y elementos materiales probatorios de
orden biológico y no biológico.

En suma, considera que se presentan: “errores de hecho y de derecho, pues los


primeros citados serían por falso juicio de existencia de raciocinio —sic— y los
segundos serían por falso juicio de legalidad y convicción, pues la ilegalidad en el
manejo de las evidencias no fue suficiente para que el fallador desestimara la
presencia misma de la presunta droga, violando también el debido proceso y
normas no solo legales sino también supralegales”.

Consideraciones de la Corte

Vale la pena recordar que el procedimiento establecido para preservar la cadena


de custodia está signado por el principio de mismidad, “a fin de que el medio
probatorio exhibido en los estrados judiciales debe ser el mismo y debe contar con
las mismas características, componentes y elementos esenciales del recogido en
la escena del delito o en otros lugares en el curso de las pesquisas adelantadas
por los investigadores”18[1].

De esa manera se busca garantizar que el elemento utilizado por la Fiscalía para
su hipótesis acusadora corresponda al hallado en la escena, que se haya
mantenido en los pasos posteriores del devenir procesal y sobre el cual, si lo
ameritaba, se realizaron determinados análisis científicos, pues respetándose su
statuo quo se podrán derivar de él interpretaciones acerca de su relación con el
hecho investigado, con la víctima, con el procesado, etc.

En este sentido, además de los artículos 254 a 266 de la Ley 906 de 2004 que
abordan lo referente a la cadena de custodia, la Fiscalía General de la Nación en

18 [1]
Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 19 de febrero de 2009. Radicacioó n 30598.
virtud del parágrafo del artículo 254 de citado estatuto 19[2] ha desarrollado lo
concerniente a la preservación de las evidencias físicas y elementos materiales
probatorios con el claro objetivo de asegurar su legalidad y autenticidad.

Precisamente, el establecimiento de tales normativas hace viable plantear en sede


casacional la violación indirecta de la ley sustancial debido a error de derecho por
falso juicio de legalidad lo cual a la postre conllevará la exclusión de las evidencias
físicas dada su ilegalidad y la imposibilidad, por ende, de utilizarlas para edificar
pruebas indiciarias.

La Corte acerca de este tema ha perfilado su línea jurisprudencial al precisar que:

“Atendiendo a la dogmática que rige los errores que se debaten en la violación indirecta
de la ley sustancial, es preciso afirmar que las irregularidades-las falencias
procedimentales comprobadas en la cadena de custodia-tienen como vía expedita de
impugnación el error de derecho por falso juicio de legalidad, mas no la censura por
afectación a los postulados de la sana crítica en orden a derruir su credibilidad y ausencia
de poder de convicción.

“Los ataques que en casación penal se efectúan por menoscabo de los postulados de la
sana crítica referidos a la valoración de los medios de prueba, elementos materiales
probatorios y evidencias físicas, parten de la base de la licitud o legalidad de aquellos con
los que se han efectuado inferencias carentes de credibilidad por desconocimiento de
máximas de experiencia, leyes de la lógica o de la ciencia.

“En su contrario, las impugnaciones que tienen relación con las ilicitudes o ilegalidades
predicadas de los medios de convicción en general, como es de procedencia casacional,
deben transitar por el error de derecho por falso juicio de legalidad y no se pueden
trasladar a los falsos juicios de raciocinio en orden a derruir su credibilidad, inducciones,
deducciones o aspectos conclusivos pues ello resulta inapropiado y contradictorio.

“Cuando no se trate de ilegalidades o de ilicitudes referidas al procedimiento de la cadena


de custodia de elementos materiales y evidencia física, sino de cuestionar la equivocada
apreciación y valoración pericial o de los juzgadores que se ha dado a aquellos con los
cuales se han construido indebidas inferencias lógicas y de conclusión, es claro que se
debe acudir a la vía del error de hecho por falso raciocinio, sendero de impugnación en el
que encuentran cabida todos los menoscabos y afectaciones de trascendencia que se
hubiesen dado a los postulados de la sana crítica por desconocimiento de máximas
generales de experiencia, leyes de la lógica o de la ciencia”. 20[3]

En este caso, las quejas del demandante apuntan a eventuales falencias en la


cadena de custodia al indicar que desde la incautación de la droga estupefaciente
no se individualizaron los paquetes hallados ni por su envoltura y peso, no hay
formatos de la misma, ni se sabe el funcionario responsable; sin embargo, no

19[2]
Ley 906 de 2004. Art 254 Parágrafo: “El Fiscal General de la Nación reglamentará lo relacionado con el
diseño, aplicación y control del sistema de cadena de custodia, de acuerdo con los avances científicos,
técnicos y artísticos.”
20[3]
Corte Suprema de Justicia. Providencia de 23 de abril de 2008. radicación 29416
desarrolla adecuadamente un error de derecho por falso juicio de legalidad, pues
aunque cita las Resoluciones de la Fiscalía relativas al sistema de cadena de
custodia, no identifica la disposición pretermitida, buscando simplemente sembrar
incertidumbre con reparos intrascendentes acerca de la posibilidad de que la
sustancia incautada haya sido alterada.

2.5. Casación 33.691 del 14 de abril de 2010, M.P. Sigifredo Espinosa Pérez.

Hechos

“Según dan cuenta las diligencias, el día 13 de julio de 2008, agentes de la Policía
Judicial –Sijin Guaviare-, procedieron a adelantar labores de vigilancia, previa la
información allegada respecto de presunto corredor de movilidad para el trasporte
de estupefacientes, en la vía de la trocha ganadera de la vereda Santa Rita, zona
rural de San José del Guaviare, avisando dos vehículos con varias personas,
quienes al observar a los policiales, dos de ellos emprendieron la huida,
lográndose la captura de seis personas que al parecer portaban unas bolsas al
interior de las cuales se halló una sustancia que dio positivo para cocaína y sus
derivados, en un peso neto de 46.056 gramos”.

Cargo de casación con relación al problema jurídico

El error, señala, se consolidó en la aceptación y valoración que hizo el Tribunal


sobre la evidencia material e información investigativa recogida en la escena del
crimen por parte de la policía judicial, que fue a todas luces irregular.

Ello porque si bien los policiales entraron al predio rural movidos por la flagrancia
que se adujo, luego de la captura de las personas que se encontraban en el lugar,
procedieron a recoger en una bolsa el alcaloide encontrado en distintas
ubicaciones espaciales, sin ninguna técnica, cuando el numeral 3.4.1. del Manuel
Único de Policía Judicial, el cual transcribe, establece que la labor de recolección
de los EMP21 y EF22 deber ser exhaustiva, comprendiendo actividades de análisis,
observación, fijación de topografía, entre otras, con estricto apego al desarrollo de
las ciencias criminológicas.

21
Elementos Materiales de Prueba.
22
Evidencia Física
Consideraciones de la Corte con relación al problema jurídico

Antes de abordar el caso específico, es pertinente reiterar que el procedimiento


establecido para preservar la cadena de custodia, busca garantizar que el
elemento utilizado por la Fiscalía para su hipótesis acusadora corresponda al
hallado en la escena, que se haya mantenido en los pasos posteriores del devenir
procesal y sobre el cual, si lo ameritaba, se realizaron determinados análisis
científicos, pues respetándose su statuo quo se podrán derivar de él
interpretaciones acerca de su relación con el hecho investigado, con la víctima,
con el procesado, etc.

De esa manera, además de los artículos 254 a 266 de la Ley 906 de 2004 que
reglamentan lo referido a la cadena de custodia, la Fiscalía General de la Nación
en virtud del parágrafo del artículo 254 del citado estatuto, ha reglamentado
aspectos relacionados con la preservación de las evidencias físicas y elementos
materiales probatorios con el claro objetivo de asegurar su legalidad y
autenticidad.

Por esa razón, el yerro basado en el desconocimiento de tal normatividad, debe


plantearse en casación por la vía de la violación indirecta de la ley sustancial
debido a error de derecho por falso juicio de legalidad, pues ello conduciría a la
exclusión de las evidencias físicas dada su ilegalidad.

Frente al punto, ya la Sala ha precisado que:

“Atendiendo a la dogmática que rige los errores que se debaten en la violación indirecta
de la ley sustancial, es preciso afirmar que las irregularidades -las falencias
procedimentales comprobadas en la cadena de custodia- tienen como vía expedita de
impugnación el error de derecho por falso juicio de legalidad, mas no la censura por
afectación a los postulados de la sana crítica en orden a derruir su credibilidad y ausencia
de poder de convicción.

“Los ataques que en casación penal se efectúan por menoscabo de los postulados de la
sana crítica referidos a la valoración de los medios de prueba, elementos materiales
probatorios y evidencias físicas, parten de la base de la licitud o legalidad de aquellos con
los que se han efectuado inferencias carentes de credibilidad por desconocimiento de
máximas de experiencia, leyes de la lógica o de la ciencia.

“En su contrario, las impugnaciones que tienen relación con las ilicitudes o ilegalidades
predicadas de los medios de convicción en general, como es de procedencia casacional,
deben transitar por el error de derecho por falso juicio de legalidad y no se pueden
trasladar a los falsos juicios de raciocinio en orden a derruir su credibilidad, inducciones,
deducciones o aspectos conclusivos pues ello resulta inapropiado y contradictorio.
“Cuando no se trate de ilegalidades o de ilicitudes referidas al procedimiento de la cadena
de custodia de elementos materiales y evidencia física, sino de cuestionar la equivocada
apreciación y valoración pericial o de los juzgadores que se ha dado a aquellos con los
cuales se han construido indebidas inferencias lógicas y de conclusión, es claro que se
debe acudir a la vía del error de hecho por falso raciocinio, sendero de impugnación en el
que encuentran cabida todos los menoscabos y afectaciones de trascendencia que se
hubiesen dado a los postulados de la sana crítica por desconocimiento de máximas
generales de experiencia, leyes de la lógica o de la ciencia”. 23

En ese sentido, la naturaleza del error invocado por el aquí demandante sería
correcto en los aspectos en que la queja se dirige a cuestionar falencias en la
cadena de custodia al indicar que la droga incautada no fue debidamente
embalada y asegurada, que no se identificó cada una de las bolsas contentivas del
estupefaciente por el lugar donde fueron halladas y que tampoco se determinó su
peso individual; sin embargo, a renglón seguido no desarrolla adecuadamente el
error invocado, pues aunque cita el Manual Único de Policía Judicial, lo que trae
del mismo es el procedimiento establecido para inspeccionar el lugar de los
hechos, el cual, dice, no fue cumplido, por lo que los reparos sobre el
desconocimiento de normas en la cadena de custodia del estupefaciente
decomisado queda sin acreditación.

23
Providencia del 23 de abril de 2008, radicado No. 29.416

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