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ACTO PRIMERO

ESCENA PRIMERA

ALCALDE.
¿Dob?
DOB
Presente, señor Alcalde.
ALCALDE.
¿Fred?
FRED.
Presente, señor Alcalde.
ALCALDE.
¿Philip?
PHILIP
Presente, señor Alcalde.
ALCALDE
¿Bob?
DOB
Todavía no ha llegado, señor Alcalde.
ALCALDE
Los he reunido aquí señores para comunicarles una noticia muy
desagradable. Nos ha sido enviado un inspector.
TODOS
¡Ah! ¡Shh!
JUEZ
¡Cómo! ¿Un inspector?
PHILIP
¡Cómo! ¿Un inspector?
ALCALDE
Un inspector de la Metrópoli, de incógnito, para investigar el

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funcionamiento de las instituciones.
TODOS
¡Ah!
JUEZ
¡Pues, estamos bien!
PHILIP
No teníamos preocupaciones..., ¡y miren ahora!
DOB
¡Ah, Dios mío!
ALCALDE Y JUEZ
¡Shh!
ALCALDE
Les leeré la carta que he recibido de mi amigo Yago. He aquí lo que
escribe: “Mi querido amigo, me apresuro, entre otras cosas, a informarte
de que ha llegado un funcionario con atribuciones para inspeccionar toda
la región y especialmente, tu ciudad. He sabido esto por personas de
suma confianza, y también que se hace pasar por un particular. Como yo
sé que tú, como cualquier otro, tienes tus pecadillos, por ser persona
inteligente y no querer que se te escape de entre los dedos lo que se te
viene a la mano...” Estas son cosas mías... Bien...”Te aconsejo tomes
todas tus precauciones, pues puede llegar a cualquier hora, si no ha
llegado ya y está residiendo en algún sitio de incógnito. De todo esto me
enteré ayer cuando fui a visitar a mi hermana, la borracha. Y mi cuñada,
esa que pesa como un elefante y le huele el aliento me dijo que su jefe
que trabaja en la delegación...”. Éstos ya son asuntos de familia.
¡Conque, ahí tienen el asunto, señores!...
JUEZ
Efectivamente, el asunto es sencillamente extraordinario.
PHILIP
Por algo vendrá...
DOB
¡Viene alguien!
ALCALDE
¡Señores, disimulen!

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DOB
¿Y para qué, Señor Alcalde? ¿Por qué todo esto?... ¿Para qué nos
mandan ese inspector?...
ALCALDE
¿Por qué?... ¿Para qué?... ¡Así es el Destino! ... Hasta hace poco,
los enviaban, gracias a Dios, a otras ciudades..., pero ahora nos ha
llegado el turno...
JUEZ
Señor Alcalde, yo creo que el asunto tiene una solución muy delicada
y tal vez... política.
ALCALDE
Yo ya les he advertido a ustedes, señores. Sobre todo, a usted
Philip. Sin duda, el funcionario recién llegado querrá, ante todo, visitar
los establecimientos sanitarios. Usted debe procurar que todo esté bien.
Que los gorros estén limpios y que los enfermos no parezcan
pordioseros.
PHILIP
Gorros... ¿eh?, quizá se puedan poner limpios...
ALCALDE
No está bien que sus enfermos fumen tabaco... y seria mucho mejor
que hubiera menos cantidad..., porque tantos..., enseguida se piensa que
la asistencia no es buena y que el médico no es competente...
PHILIP
Respecto a la asistencia médica, el médico y yo hemos tomado
nuestras medidas.
JUEZ Y DOB
¡Ajá!
PHILIP
Cuanto más cerca se esté de la Naturaleza, mucho mejor. Nosotros
no gastamos el dinero en medicamentos caros...
JUEZ Y DOB
¡Ajá!
PHILIP
El hombre sencillo, si muere..., muere. Y si se cura..., se cura sin

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nada.
JUEZ Y DOB
¡Ajá!
ALCALDE
Muy bien, Philip. A usted también le aconsejaría, señor Juez, que
fijara su atención en los juzgados. No está bien que organice usted
partidas de póquer en horario de trabajo.
JUEZ
Hoy mismo daré orden.
ALCALDE
¡Alguien viene! En lo que se refiere a la organización interior y a lo
que Yago denomina pecadillos... no puedo decir nada... Y es extraño que
diga esto... No hay persona que no tenga sus pecados... Esto lo ha
dispuesto el mismo Dios, aunque la oposición diga lo contrario.
FRED
¿Y a que llama usted, pecadillos? Hay pecadillos y pecadillos... Yo
como Juez que soy, digo a todo el mundo abiertamente que si soborno
un poco a la gente..., es cuando..., cuando se trata de algún amigo, y eso
ya es otro asunto.
ALCALDE
Que se trate de un amigo o de cualquier otra persona, siempre es un
soborno.
FRED
¡Ah!, No..., Señor Alcalde. Si, por ejemplo usted, que es amigo mío,
comete fraude como habitualmente hace...
ALCALDE
Bueno, ¡y qué más da que usted soborne un poco a la gente o no...!
A decir verdad, es bastante raro que vaya nadie a inspeccionar allí. Y
usted Dob, como es usted concejal de educación, tiene usted que
ocuparse de manera especial de cuanto se refiera a los profesores. Todos
ellos son naturalmente gente muy instruida pero tienen un proceder de lo
más extraño. Uno de ellos, por ejemplo..., ése que tiene la cara tan
gorda..., es subirse a la cátedra y empezar a vomitar. Claro está que si él
vomita a los alumnos no es por nada..., y hasta es posible que tenga que

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hacerlo. Sobre esto no puedo juzgar. Pero razone usted un poco...
JUEZ Y DOB
¡Eh! ¡Ya!
ALCALDE
¡Cielos, qué equipo! Si hiciera esto a una visita..., podría pasarlo
mal. El señor inspector... o algún otro pensaría que les iba dirigida y
entonces, sabe el diablo lo que podría ocurrir.
DOB
¿Y qué quiere que haga yo con él?... Ya se lo he dicho varias veces.
El otro día entró en clase nuestro médico y soltó una vomitona tal que no
he visto otra igual en la vida. Lo haría de buen corazón..., pero yo recibí
una reprimenda por inculcar libertad de pensamiento a las juventudes.
¡Ay, Dios mío!
ALCALDE
También tengo una queja que hacerle sobre el profesor de historia.
Tiene una cabeza muy erudita, eso se ve en sus conocimientos, pero
explica con tanto ardor que a veces se olvida de sí mismo. Una vez fui a
verle. Pues bien, fue empezar a hablar de los Reyes Católicos..., y ya no
puedo decir lo que sucedió. Bajó corriendo de la cátedra, cogió una silla
y con toda su fuerza empezó a pegar en el suelo. Claro que Los Reyes
Católicos son apasionantes, pero ¿para qué romper la silla? ¡Esto es sólo
una pérdida para el Estado!
DOB.
Sí, es muy vehemente... ya se lo he dicho varias veces..., pero va él
y rompe otra silla.
PHILIP
¡Viene alguien!

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ESCENA II

BOB
Explíquenme, señores, ¿quién es ese funcionario que va a venir?
ALCALDE
¿No se ha enterado usted?
BOB
Algo he oído.
ALCALDE
Bien, ¿y qué...? ¿Qué opina de todo esto?
BOB
¿Yo?... Yo, nada. ¿Y usted?
ALCALDE
Yo no es que tenga miedo..., aunque estoy algo nervioso... estamos
en época de elecciones. Los comerciantes y los civiles me preocupan un
poco... Dicen que les he hecho muchas jugadas, pero si me he quedado
con alguna cosa de alguien, ha sido sin la menor intención. Escúcheme,
Bob ¿no sería mucho mejor, por el interés general y el de cada uno, abrir
con sumo cuidado todas las cartas que entren y salgan de Correos?
BOB
Ya... Ya... No tiene que indicarme nada. Eso lo hago yo, no tanto por
precaución como por curiosidad.
ALCALDE
Bien, y dígame... ¿No ha leído usted nada referente a algún
funcionario de la Metrópoli?
BOB
No, de la Metrópoli no hay nada, pero hay cartas de amor muy
emocionantes: “Mi corazón está herido por tu ausencia..., mi alma ansía
la tuya, como dos gotas de agua buscando un mismo destino...”
ALCALDE.
No Bob, ahora no es el momento. Bien, y dicho esto, doy por
concluida la reunión. Y ahora señores... ¡a trabajar!

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TODOS
¡A trabajar! ¡A trabajar! ¡A trabajar!

ESCENA III

BOB
¡Un acontecimiento extraordinario!
DOB
¡Una noticia inesperada!
TODOS
¿Qué?... ¿Qué pasa?....
DOB
¡Un asunto sorprendente! Íbamos al hostal...
BOB
Llegaba con Dob al hostal...
DOB
Eh, Bob, déjeme que yo lo cuente.
BOB
No, por favor, déjeme a mí. Usted no tiene facilidad de palabra.
DOB
Y usted puede confundirse y no acordarse de todo.
BOB
Me acordaré. Déjeme contar. Oídme, señores. Yo lo referiré todo por
su orden. Cuando acababa de tener el gusto de salir de su casa..., en el
preciso instante en que se encontraba usted tan agobiado con la carta
que había recibido...
DOB
En ese preciso instante fui yo...
BOB
Haga el favor, Dob, de no interrumpirme, que yo lo sé todo. Todo lo
sé. Entonces, como decía, cuando salí de su casa, me encontré con
Dob...

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BOB y DOB
Delante del puesto de tortas...
BOB
... y al encontrarnos le dije a Dob...
BOB Y DOB
¿Nos tomamos unas cervezas?
BOB
Total, que fuimos a la taberna. Entramos en la taberna en el preciso
instante en el que un joven...
DOB
De exterior muy agradable y bien vestido...
BOB
De exterior muy agradable y bien vestido, paseaba por la habitación
con ese aire meditabundo de quien tiene mucho aquí dentro. Yo, como
presintiendo algo, le dije al tabernero: ¿Quién es ese joven?
DOB
¿Quién es ese joven?
BOB
Por favor, Dob...
DOB
Dime, Bob.
BOB
No me interrumpa. Si usted no lo podría contar..., cecea y se le
escapa el aire por un diente.
DOB
De acuerdo, Bob.
BOB
“Es un joven funcionario, que viene de la Metrópoli y que se llama
Alexander Yali. Se dirige a la provincia de Sató y se comporta de una
manera muy extraña. Ya hace dos semanas que vive en la fonda, y
todavía no ha pagado nada”. Al oír esto lo comprendí todo, y le dije a
Dob...

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BOB Y DOB
¡Eh!...
DOB
No, Bob, fui yo el que dije: ¡Eh!...
BOB
Primero lo dijo usted y luego lo dije yo. ¡Eh!..., dijimos yo y
Dob...
BOB Y DOB,
¡Eh!... ¿Por qué tiene que venir aquí este joven cuando su camino es
Sató?...
BOB, DOB Y JUEZ
Sí, es el funcionario.
ALCALDE
¿Quién? ¿Qué funcionario?
BOB
El funcionario del que ha tenido usted noticia. ¡El inspector!
ALCALDE
¡Qué dice usted, Dios mío! ¿No será él?
DOB
El mismo...
BOB
No paga...
DOB
No se va...
PHILIP
¿Quién puede ser si no él?
BOB
¡El Inspector!
TODOS
¡Ah!
BOB
Es él. Parece muy observador...
DOB
Se fija en todo...

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BOB
Ha visto que Dob y yo estábamos comiendo salmón...
DOB
Y nos miró los platos...
BOB
Es un observador tan grande...
DOB
Que me dió mucho miedo...
ALCALDE
¡Dios tenga piedad de nosotros, pecadores! ¿Hace mucho que está
aquí?
DOB
Hace ya dos semanas.
ALCALDE
¡Dos semanas! ¡Señor y santos del cielo, en esta semana ha sido
azotada la mujer de un militar! ¡A los arrestados no se les dio la comida!
¡Las calles estuvieron hechas una porquería! ¡Que vergüenza y qué
humillación!
PHILIP
Entonces, qué... ¿Iremos todos de gran gala a la fonda?
FRED
No, no. Primero dejaremos que vaya el clero. Luego, los
comerciantes.
ALCALDE
Dejadme a mí. He tenido casos difíciles en la vida, pero de todo he
salido bien y hasta me han dado las gracias. ¡Quiera Dios que esta vez
sea lo mismo! ¿Y dice usted que es joven?
BOB
Si, tendrá unos veinticinco años.
ALCALDE
¡Ostia! Tanto mejor. A un joven se le conoce antes. Lo malo es
cuando se trata de un viejo diablo; pero un joven es transparente.
¡Señores, márchense!... o si no quédense, que voy a ir yo solo..., mejor
con Bob, hacia la fonda como dando un paseo, para ver si los viajeros

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están bien atendidos.
DOB
Sí, señor Alcalde.
PHILIP
Vámonos, vámonos, Fred. En realidad, puede ocurrir algo
desagradable.
FRED
Y usted de que se queja. Ponga gorros limpios a los enfermos...

ESCENA IV

ALCALDE
Bob, va usted a hacer lo siguiente: uno, elija una serie de
funcionarios; dos, que cada uno de ellos coja una escoba; tres, que
barran la calle que va desde aquí hasta la fonda; y cuatro, que lo dejen
todo bien limpio. ¿Dónde se ha metido el jefe de policía?
BOB
Borracho.
ALCALDE
Pero ¿Cómo ha dejado usted que las cosas lleguen a este punto?
BOB
¡Dios lo sabe! Hubo una riña fuera de la ciudad, tuvo que acudir y
volvió borracho.
ALCALDE
Hay que tirar enseguida el muro que está junto al hospital, y poner
allí unas vallas. Cuantas más cosas deshechas haya, más se verá la
actividad del alcalde. ¡Ay Dios mío! ¡He olvidado que al lado del hospital
hay muchísima basura! ¡Qué ciudad tan desagradable!
BOB
¡Señor Alcalde!... ¡Rocko!
ALCALDE
¡Hola, Rocko! ¡Buenos días! Sí el funcionario recién llegado os

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preguntara si estáis contentos con vuestro trabajo..., vosotros debéis
decir...
BOB
¡Estamos muy contentos, Vuestra Señoría!
ALCALDE
¡Ganaremos! ¡Adiós, Rocko! Y si alguien se muestra descontento,
ya verá el descontento lo que le daré yo luego. ¡Ay pecador de mí!...
¡Muchos son mis pecados!... Si preguntan por qué no se ha construido
hasta ahora la iglesia de la Institución Benéfica para la que hace cinco
años recibimos una subvención, vosotros debéis decir que ha empezado
a construirse, pero que se ha quemado... ¡qué se ha quemado todo! En su
momento escribí un informe sobre este asunto, pero dicho informe se ha
perdido... ¡se ha perdido todo! ¡Bob...! ¡Ayúdanos, Dios mío, para que
todo se arregle bien y cuanto antes, y entonces pondré una vela tan
grande como no la ha puesto nadie todavía!
BOB
Amén.
ALCALDE
¡Joder! Bob, vámonos, vámonos...

ESCENA V
ANA
¿Dónde...? ¿Dónde está...? ¡Ay, Dios mío! Marido, Alcalde, Lumi. Tú
tienes la culpa de todo. Siempre tienes la culpa... ¡Tardas tanto en
componerte! Que si el vestidito... que si la mantillita... ¡Alcalde! ¡Lumi!
ALCALDE
Ana, ha llegado el inspector.
ANA
¿Qué ha llegado el inspector?
ANA Y MARIA
¡Ah!

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ALCALDE
Después, Ana, después hablamos.

ESCENA VI

ANA
¡Qué cosas! Yo no quiero después. Necesito sólo una palabra, ¡Ya
me las pagarás!... Y todo por culpa de ésta.
ANA Y MARIA
¡Mamá, Mamá!, espera... Tengo que recogerme el pelo, ¡enseguida
estoy!
ANA
Y ya vemos lo enseguida. Y todo por la maldita coquetería. Te has
enterado que Bob esta aquí y enseguida te pusiste a hacer monerías
delante del espejo. De un lado... De otro. Se imagina que le hace el amor,
y lo único que hace es reírse cuando vuelve la espalda.
MARIA
¡Pero mamá, si dentro de dos horas nos vamos a enterar!
ANA
¿Dentro de dos horas...? Muchas gracias. Vaya una contestación.
¿Cómo no se te ha ocurrido decir que dentro de un mes lo sabremos
mejor todavía? Ay, viene alguien. ¡Eh! Doti ¿No has oído nada...? ¡Que
tonta!... ¿Que te ha mandado a paseo? Pues que te mande pero tú debías
haber insistido. ¿No has podido averiguar nada entonces? Anda vete,
vete, que tienes la cabeza a pájaros... Sólo sabe pensar en los novios.
¿Qué se ha marchado muy pronto?... Pero tú hubieras podido correr
detrás del coche. ¿Me oyes? Vete y pregunta dónde han ido. Entérate de
detalles. De quién es el forastero y de cómo es, ¿me oyes? Mira por la
rendija y fíjate en todo. En cómo tiene los ojos..., si negros o no..., y al
instante vuélvete. Ya me has oído. ¡Pronto, pronto, pronto, pronto!

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ACTO SEGUNDO
ESCENA I
OSIP
¡Diablos, qué hambre! En mi vientre hay tanto ruido que parece que tengo
dentro un regimiento tocando las trompetas. Dudo que lleguemos a casa. ¡Qué
le vamos a hacer! Hace un mes que salimos de la Metrópoli. Se ha ido todo el
dinero. Ahora está con las orejas gachas y desanimado. Y no es porque no
tuviera dinero suficiente... pero tenías que lucirte en cada ciudad. “¡Eh...!
Osip... Ve y busca la mejor habitación. Encarga también la mejor comida No
soporto la comida mala, y por eso tiene que ser buena..., Si fuera alguien
importante...; pero, total, un pequeño funcionario que hace amistades entre
los viajeros y juega a las cartas con ellos. Ahora se está viendo lo que ha
jugado. ¡Aj...!, estoy harto de esta vida... Y todo por su culpa. ¿Qué le habrá
pasado?... Su padre le manda dinero, pero él en lugar de guardárselo empieza
a darle aire. Y todo ¿por qué? Porque no se toma nada serio... En lugar de ir a
la oficina se marcha a pasear por la avenida o a jugar a las cartas. ¡Ay, si lo
hubiera sabido tu padre...!. No hubiera tenido en cuenta que eres un
funcionario... Te hubiera subido la camisa y te hubiera dado unos azotes tan
fuertes, que lo menos hubieras estado rascándote cuatro días... ¡Si es preciso
trabajar..., habrá que trabajar! Ahora el tabernero dice que si no le pagamos no
nos dará de comer. ¿Y si le pagáramos? ¡Tacaños! ¡Ay Dios mío..., Dios
mío...! ¡Necesito comer un poco...! Me parece que podría comerme el mundo
entero.

ESCENA II

YALI
Pero, ¿qué haces, mendrugo?
OSIP
Nada, señor.
YALI
¡Osip! Mira en el paquete a ver si queda algún cigarrillo.

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OSIP
¿Dónde quiere que haya tabaco, señor? Hace cuatro días que se ha
fumado usted el último.
YALI
¿Hace ya cuatro días?
OSIP
Si señor, cuatro días.
YALI
¡Eh!... Osip... Escucha.
OSIP
¿Qué manda el señor?
YALI
Ve y...
OSIP
¿Adónde?
YALI
Abajo..., en el mostrador..., pide que me den de comer.
OSIP
No, no quiero ir.
YALI
¿Cómo te atreves, majadero?
OSIP
Es lo mismo que vaya o que no vaya, señor. El dueño ha dicho que no
nos dará más de comer.
YALI
¿Cómo va a decir cosa semejante?.. ¡Qué tontería!
OSIP
¡Qué tontería! Además, dice que irá a quejarse al alcalde. Ya hace dos
semanas que el señor no paga. Dice: “Los hay que llegan..., viven... deben... y
no se les puede echar. Pero yo..., dice, no entiendo de bromas e iré
directamente a quejarme para que los metan en la cárcel”.
YALI
Ya, ya. Basta, tonto... Ve y... ¡qué animal más bruto!

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OSIP
Es mejor que llame al dueño para que venga a verle.
YALI
¡No! ¡Lo mejor será que vayas a llamar al dueño para que venga a verme!
OSIP
¡Qué buena idea, señor!

ESCENA III

YALI
¡Qué hambre tengo! Sí. ¡Es verdad! Si no hubiera juergueado tanto, ahora
tendría dinero suficiente para llegar a casa. ¡Qué asco de ciudad! En las
tiendas nadie fía nada. ¡Y así, claro, nadie quiere venir!

ESCENA IV

CRIADO
Mi jefe, el tabernero me ordena que le pregunte qué es lo que desea.
YALI
Buenos días, hermano. ¿Qué tal va de salud?
CRIADO
Muy bien, gracias a Dios.
YALI
¿Y en la taberna?... ¿Qué tal va todo? ¿Todo va bien?
CRIADO
Bien; gracias a Dios. Todo bien.
YALI
¿Hay muchos viajeros?
CRIADO
Si, hay bastantes.
YALI
Escucha, amigo, todavía no me han traído la comida. Así que, si fueras

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tan amable y te activaras un poquito para que me la trajeran cuanto antes.
Porque después tengo muchas cosas que hacer.
CRIADO
Mi jefe, el tabernero, ha dicho que no le servirá más de comer hasta que
no le pague lo que le debe. Hoy quería ir a quejarse al alcalde.
YALI
¡Quejarse! ¿Para qué quejarse? Razona por ti mismo... Tengo que comer,
si no quiero consumirme... Fuera de broma, tengo mucha hambre.
CRIADO
Sí, señor.

ESCENA V

YALI
Esto se pone malo. ¿Y si de verdad no me dieran más de comer? Podría
vender algunos trajes... No. Es mejor pasar hambre y volver a casa con traje
de la Metrópoli. ¡Qué asco! ¡A Dios pongo por testigo que jamás volveré a
pasar hambre!

ESCENA VI
YALI
¿Qué, traen la comida?
CRIADO
Mi jefe, el tabernero, le sirve por última vez.
YALI
¡Pues vaya con tu jefe! Escupo en tu jefe ¿Qué hay ahí?
CRIADO
Sopa y carne.
YALI
¡Cómo! ¿Solamente dos platos?
CRIADO
Solamente, señor.

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YALI
No comprendo esta tontería... Tienes que decirle a tu jefe lo que es
esto... Que es muy poco...
CRIADO
El tabernero dice que es mucho todavía.
YALI
¿Y por qué no has traído salsa?
CRIADO
Salsa, no hay.
YALI
¿Cómo que no hay? Yo mismo, al pasar por la cocina, he visto como
estaban preparando mucha...
CRIADO
El caso es que hay..., y no hay.
YALI
¿Cómo que no hay?
CRIADO
Sí. Que no hay.
YALI
¿No hay?
CRIADO
No hay. Bueno, sólo para los de fiar.
YALI
¡Eres idiota!
CRIADO
Sí, señor.
YALI
¡Y un cerdo asqueroso!
CRIADO
Sí, señor.
YALI
¿Es que acaso ellos no son viajeros como yo?
CRIADO
Iguales, no son.

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YALI
¿Pues cómo son?
CRIADO
Se sabe cómo son. Pagan.
YALI
Yo contigo, tonto, no quiero hablar. ¿Qué porquería de sopa es ésta?
Has echado agua, sencillamente. No sabe a nada. No quiero esta sopa. Tráeme
otra.
CRIADO
Me la llevaré, señor; pero mi jefe, el tabernero, ha dicho: “Si no la
quiere, peor para él”.
YALI
Bien, bien, bien. Estás acostumbrado a proceder así con otros..., pero yo
no soy igual, y conmigo no te lo aconsejo, ¡Dios mío...! ¡Qué sopa! Creo que
no hay persona en el mundo capaz de comer una sopa semejante. Ahí ha
sobrado un poco de sopa. Puede tomársela, Osip. ¡Vaya una carne! ¡Esto no
es carne...!
CRIADO
¿Qué es, entonces?
YALI
El diablo sabrá lo que es... ¡un pollo de goma en lugar de carne pero
carne, no! ¡Bribones! ...¡Canallas!... ¡Vaya una cosa que dan de comer! Con
algunos pedazos, las mandíbulas empiezan a dolerte... ¿No queda nada más?.
CRIADO
Nada más, señor.

ESCENA VII

YALI
Parece enteramente que no he comido. Todavía tengo ganas. Si tuviera
calderilla, iría al mercado a por unos bollitos.
OSIP
¡Señor Yali! ¡Señor Yali! ¡Ha llegado el alcalde!

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YALI
¡Qué extraño! ¿Para que vendrá? Y yo no quiero ir a la cárcel... Yo le diré
claramente: ¿Quién se cree que soy yo...? ¿Quién se cree que es usted...?

ESCENA VIII

ALCALDE Y BOB
¡Ay, Dios mio!
ALCALDE
Mi obligación como alcalde de esta ciudad es preocuparme porque
todos los viajeros y todas las personas honradas no sufran ninguna molestia.
YALI
¡Pues vaya! ¡Pues... qué le vamos a hacer!... Yo no tengo la culpa... Él
tiene más culpa que yo. Me da una cama que parece de madera. ¿Y la sopa?...
¡Sabe el diablo lo que habrá echado ahí! Tuve que tirarla por la ventana. En
cuanto al té... Es tan extraño, que apesta a pescado y no a té. ¿Por qué todo
esto?
ALCALDE
Perdóneme. Yo no tengo la culpa. En el mercado la carne siempre es muy
buena. La traen comerciantes... gente muy sobria y de excelente conducta. No
sé de dónde la sacará él, pero si algo no le gusta... Permítame ofrecerle
cambiar de piso.
YALI
No. No quiero. Ya sé lo que significa cambiar de piso. Quiere usted decir
ir a la cárcel. ¿No es eso? ¿Cómo se atreve, y cómo se permite...? Yo trabajo
en la Metrópoli. Yo. Yo. Yo...
ALCALDE
¡Dios mío!... ¡Qué enfadado está! ¡Lo sabe todo! ¡Se lo han contado los
malditos comerciantes!
OSIP Y BOB
¡Dejadnos a nosotros!

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OSIP
Aunque venga usted con todo su regimiento, no iré. Me dirigiré al
ministro.
BOB
¡Por compasión! No me pierda usted. Tengo mujer y niños... No me haga
usted un desgraciado.
OSIP
No. No quiero. ¡Pues vaya!... ¡Sí que estamos bien!... Y a mí, ¿qué me
importa?...
BOB
Ha sido todo por falta de experiencia. Júzguelo usted mismo. Si ha
habido un poco de soborno..., ha sido en pequeñeces. Y en lo que se refiere a
la viuda del sargento que dicen que yo la he azotado..., es una calumnia, una
auténtica calumnia.
OSIP
Bueno, no comprendo por qué me habla usted de esa viuda del sargento.
Yo pagaré todo, pero ahora no puedo. Por eso estoy aquí, porque no tengo ni
un céntimo. ¡Pues vaya!
ALCALDE Y YALI
¡Dejadnos a nosotros!
ALCALDE
¡Oh, qué trampa tan ingeniosa! ¡Mira adónde va a parar y cómo lo
embruma todo, para que uno no pueda comprender lo que quiere!... Bueno,
voy a probar. Lo que sea, será. Si es verdad que realmente necesita usted
dinero o cualquier otra cosa, yo estoy dispuesto a servirle desde este mismo
momento. Mi deber es prestar ayuda a los viajeros.
YALI
Pues présteme trescientos billetes.
ALCALDE
Aquí tiene usted exactamente trescientos billetes.
YALI
Se lo agradezco mucho. Ya se los devolveré desde mi loft. Muchas
gracias. Ahora es otra cosa... Ahora veo que es usted una persona muy
honorable.

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ALCALDE
Muy bien. Gracias a Dios, ha tomado el dinero. Parece que el asunto va
mejor. ¿Quiere guardar el incógnito? Vamos a hacer como si no supiéramos
quién es. Me permito preguntarle adónde piensa usted dirigirse ahora.
YALI
Voy a la región de Sató, a mi loft.
ALCALDE
Miente. Con éste hay que tener mucho cuidado. Seguramente que viaja
usted por gusto.
YALI
No, me reclama mi padre.
ALCALDE
Miente. ¿Y piensa usted estar aquí mucho tiempo?
YALI
No lo sé con seguridad. No puedo vivir alejado de la Metrópoli. Mi alma
desea cultura...
ALCALDE
¡Joder!... "Mi alma desea cultura"... Mira qué bien sabe hablar. Miente,
miente y sin tropezar nunca... ¡Y qué gran belleza exterior! ¡Podría parecer una
estrella de cine!... Este cuarto parece algo húmedo...
YALI
Es muy mala habitación..., y las chinches... como no las he visto nunca.
OSIP
Muerden como perros.
ALCALDE
Pero, ¡hombre!... Un individuo tan ilustre...
BOB
Esas chinches inmundas no deberían haber nacido jamás.
ALCALDE
Además, esta habitación parece muy oscura.
YALI
Sí, muy oscura. A veces, uno quiere leer..., o le da la fantasía de escribir
alguna cosa...

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OSIP
Y no puede hacerlo por lo oscuro que está.
ALCALDE
No sé si atreverme a preguntarle...
BOB
Es una lástima.
ALCALDE
Pero, no... No soy digno de ello...
YALI
¿De qué?
ALCALDE.
No, no.
BOB
No es digno.
OSIP
No es digno.
YALI
Pero, ¿de que se trata?
ALCALDE
Si yo me atreviera... Tengo en mi casa una habitación magnífica...
BOB
Muy clara, muy tranquila...
ALCALDE
Pero no. Yo mismo advierto que eso seria demasiado honor para, mí. No
se enfade...
BOB
Se la ofrecemos de todo corazón
OSIP
Al contrario.
YALI
Con muchísimo gusto. Para mí es mucho más agradable vivir en una
casa particular que en este zulo.
ALCALDE
¡Cuánto me alegraría entonces...!

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BOB
¡Y cuánto se alegraría su mujer!
ALCALDE
Mi carácter es así. Siempre tuve, desde la niñez, el sentido de la
hospitalidad...
BOB
Sobre todo, tratándose de una persona tan culta...
ALCALDE
No piense que le digo todo esto para lisonjearle... No tengo ese defecto.
BOB
Me expreso de todo corazón.
OSIP
Se lo agradezco mucho.
YALI
A mí tampoco me gustan las personas "hipróquitas".
ALCALDE
Tal vez le guste visitar ahora alguna de las instituciones de nuestra
ciudad, algún establecimiento sanitario o de cualquier otra clase.
YALI
¿Qué "ice"?...
ALCALDE
Ver cómo van nuestros asuntos, y cuál es nuestra organización..., para
los viajeros...
YALI
Sí, como guste.
ALCALDE
Y desde allí, si le agrada, podemos ir al colegio, para que vea usted la
organización y la enseñanza.
YALI
Sí, como guste.
ALCALDE
Después, si le agrada, podemos visitar la cárcel para que pueda usted
enterarse de cómo viven los presos.

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YALI
¿Para qué la cárcel? Mucho mejor es que vayamos a... a donde ha dicho
antes.
ALCALDE.
Eso como usted quiera. ¿Qué piensa hacer? ¿Tenía usted intención de ir
en su coche o prefiere venir conmigo en el mío?
YALI
Es mejor que vaya en el suyo con Osip.
ALCALDE
Ahora, Bob, usted no tiene sitio.
BOB
Ya me las arreglaré.
OSIP
No se preocupe, señor Bob, yo ocupo muy poco sitio.
BOB
Muchas gracias, señor Osip.
ALCALDE
Bob, vaya usted corriendo y lleve estas dos cartas. Una para Philip, al
Hospital, y esta otra para mi mujer. Ahora veremos cómo marcha el asunto
después de una buena cena y una buena botella de vino capaz de tumbar a un
elefante. Sólo quisiera saber qué clase de persona es y hasta qué punto hay
que tener cuidado con él.
Señores, si tienen la amabilidad, nos marchamos...

ACTO TERCERO

ESCENA I

ANA
Ya hace una hora que estamos esperando, y tú siempre con tus boberías.
Has acabado de vestirte, pero tienes que seguir dando vueltas. ¡Hija, qué

25
fastidio! ¡Cómo si lo hicieras a propósito!... ¡no hay un alma! Parece como si
se hubiera muerto el mundo. Hija, no somos nadie.
MARIA
Pero, ¡mamá! ¡Si dentro de dos minutos nos vamos a enterar!... Además,
Doti está por llegar. ¡Ay mamá, mamá!... Parece qué viene alguien por el fondo
de la calle.
ANA
¿Por dónde viene? ¡Tú siempre con tus fantasías! Pues sí. Viene. ¿Quién
puede ser?
MARIA
Es Bob, mamá.
ANA
¡Vaya!..., pues sí que es Bob. ¿Para qué discutes? Deprisa..., deprisa...
¿Dónde estará mi marido?

ESCENA II

ANA
Diga, por favor. ¿No le da vergüenza?... Yo contaba con usted como con
una persona formal. Todos se fueron de repente, y usted también. Nadie me
cuenta nada. ¿No le da vergüenza?
BOB
He venido tan corriendo para expresarle mis respetos, que me falta la
respiración. Mis respetos, señorita María.
MARIA
Buenos días, Bob.
ANA
Esta bien..., ¿y qué?... Cuénteme qué hay por ahí. ¿Qué tal es?...
BOB
¡Qué empaque y qué porte el suyo!
ANA
¿Es el mismo del que hablaba la carta que recibió mi marido?

26
DOB
El auténtico. Yo, junto con Dob, fuimos los primeros en descubrirle...
ANA
Bien, cuéntenos cómo... y por qué...
BOB
¡Todo ya bien! Al principio, recibió algo ceñudamente al Alcalde. Estaba
muy enfadado. Decía que en la taberna todo andaba mal y que no quería ir a
su casa ni a la cárcel por culpa suya. Pero luego, cuando empezó a hablar con
él y conoció la inculpabilidad del Alcalde, cambió de manera de pensar, y todo
empezó a ir bien. Ahora está visitando las instituciones sanitarias. Confieso
que el Alcalde había empezado a pensar si habría habido alguna denuncia
secreta. Yo también tuve miedo.
ANA
Y usted ¿por qué tiene que tener usted miedo?...
BOB
Sabe usted que cuando habla un gran personaje, uno siente miedo.
ANA
Bien, dejémonos de tonterías. ¿Cómo es?... ¿Es viejo?... ¿Es joven?
BOB
Es un joven, tendrá unos veinticinco años, pero habla enteramente como
un viejo. ¡Se expresa tan bien!... “A mí, dice, me gusta leer y escribir, pero me
molesta que la habitación sea un poco oscura”.
ANA
Y su exterior. ¿Cómo es? ¿Es castaño? ¿Es rubio?
BOB
No. Más bien moreno. Y tiene los ojos tan vivos, que parecen bichitos.
Uno se azora mirándolos.
El alcalde Lumi le envía esta carta.
ANA
Vamos a ver lo que me escribe. “Me apresuro a informarte, almita, que mi
situación ha sido muy triste, pero con la ayuda de Dios, parece que todo irá
bien tendrá buen fin. Prepara pronto habitación para huésped importante. No
te preocupes por la comida, porque vamos con Philp al hospital, pero encarga
que haya bastante vino. Besando tu manita, almita mía, quedo tuyo, Lumi. ¡Ay

27
Dios mío! ¡Hay que darse mucha prisa!". ¡Ay Dios mío! ¡Hay que darse mucha
prisa!
BOB
Bien, me voy corriendo para ver cómo va todo.
ANA
Váyase, váyase... No le detengo.

ESCENA III

ANA
Ahora, María, tenemos que ocuparnos de nuestra toilette. Viene de la
capital, y Dios nos guarde que se burle de algo. Tú sería conveniente que te
pusieras el vestido azul de volantitos.

MARIA
¡Uy! ¡Mamá... el azul! No me gusta nada: Nica va vestida de azul, y la hija
de Pakin también va de azul. ¿No sería mejor que siga con este vestido? ...
ANA
¿Con ese vestido?... Lo dices sólo por discutir. El azul te va mucho
mejor. Yo pienso ponerme el vestido color salmón.
MARIA
¡Ay! Mamá, el salmón no te va nada.
ANA
¿Qué no me va el salmón?
MARIA
No te va. Para eso hay que tener los ojos completamente oscuros.
ANA
¡Qué tontería! ¿Acaso no tengo yo los ojos oscuros.... completamente
oscuros? Que no son oscuros, dice. Pero si cuando echo la buenaventura me
parezco a la sota de bastos.
MARÍA.
¡Ay! Mamá te pareces muchísimo más al caballo de copas.
ANA
¡Ay! ¡Al caballo de copas, dice! ¡Qué tontería, hija! Vámonos, hija,

28
vámonos de aquí.

ESCENA IV

YALI
Buena costumbre. Me gusta eso de que enseñen ustedes a los viajeros
todo lo que tienen en la ciudad. En otras ciudades no me han enseñado nada.
Y además el almuerzo ha sido buenísimo.
ALCALDE
Ha sido especial para tan agradable invitado.
YALI
¿Cómo se llama ese pescado?
PHILIP
Bacalao.
YALI
Muy sabroso. ¿Dónde hemos almorzado...? ¿Era el hospital?
PHILIP
Así ha sido, señor.
YALI
Me acuerdo..., me acuerdo. Que había allí camas... Y los enfermos... ¿Se
han curado? Me pareció que no había muchos.
PHILIP
Unas diez personas han quedado. Los demás se curaron. Así está
dispuesto. ¡Tenemos una organización! Desde que yo me ocupo de la
jefatura... ¡Foto!..., le va a parecer hasta inverosímil..., todos se curan como
las moscas ¡Foto! El enfermo apenas tiene tiempo de entrar..., y ya se ha
puesto sano. Y no tanto por los medicamentos como por su honradez y
decencia... ¡Chicas..., pa... ta... ta!
ALCALDE
¡Oh! ¡Yeah! En otras ciudades el alcalde y los funcionarios se preocupan
sólo de su propia utilidad, pero aquí es posible decirse que no hay otro

29
pensamiento más que el de mantener un buen orden y diligencia para merecer
la atención de los superiores.
YALI
Pues a mí lo que me gusta es comer.
ALCALDE
Me permito exponer lo difícil que es la obligación de un alcalde...
¡Cuántos asuntos difíciles tiene que resolver! ¡Sólo los referentes a la
limpieza, arreglo y composturas...! En una palabra, la persona más lista
hubiera tenido dificultades, pero, gracias a Dios, el pueblo va bien. Cualquier
otro alcalde, claro es, hubiera pensado más en su propia ventaja; pero
créanme que algunas veces se echa uno a dormir y piensa todo el tiempo...
Dios mío..., ¿cómo arreglarlo todo para que tus superiores vean tu afán y
queden contentos?... Que te premien o no..., eso esta en su voluntad, pero yo
por lo menos, tendré el corazón tranquilo. Si en la ciudad hay mucho orden...,
las calles están bien barridas, si se atiende bien a los arrestados y hay pocos
borrachos..., ¿qué más puedo desear? A fe mía que no quiero honores. Verdad
es que son bastante apetitosos, pero ante la virtud, todo es ceniza y vanidad.
PHILIP
Miren qué bribón, cómo lo cuenta... ¡Qué talento le ha dado Dios!
YALI
Es verdad. Les confieso que a mí también me gusta hacer trabajos...
intelectuales. Unas veces prosa..., otras verso.
BOB
Juicioso. Todo muy juicioso. ¡Que observaciones! Se ve que ha
estudiado ciencias.
YALI
Díganme, por favor..., ¿no tienen aquí algunas distracciones?, círculos...,
o ¿donde se pudiera, por ejemplo, jugar a las cartas?
ALCALDE
Aquí no tenemos noción de semejantes sociedades.
PHILIP
¡El muy canalla hace tres días que me ganó cien billetes!
ALCALDE
Es mucho mejor que emplee todo mi tiempo en beneficio del Estado.

30
YALI
Sí, pero ¡tanto no se puede decir! ... Todo depende del lado por el que se
mire la cosa... Eso es según el juego..., y entonces..., claro... No. No diga
usted... Algunas veces es muy tentador jugar.

ESCENA V

ALCALDE.
Me atrevo a presentarle a mi familia. Mi mujer... Mi hija...
YALI
¡Qué dichoso soy, señora, de tener el placer de verla!
ANA
Nuestro placer al conocer a una persona como usted es todavía mayor.
YALI
¡Al contrario! Mi gusto es mucho más gordo... ¡grande!
ANA
¿Cómo puede ser así, caballero? No le digo esto por complemento...
YALI
Cumplimiento...
ANA
Si, eso. Le ruego que se siente... o no.
YALI
O si...
ANA
O no...
YALI
Estar a su lado de pie, es ya una picha... ¡dicha!, pero sí usted,
decididamente, lo quiere, me sentaré. ¡Qué feliz me encuentro de estar
sentado, por, fin, a su lado!
ANA
No me atrevo a creer que se refiera usted a mí... Temo que, viniendo de la
Metrópoli, su viaje le haya parecido muy desagradable.

31
YALI
¡Desagradable en exceso! Estar acostumbrado a vivir en sociedad, y
luego... tabernas sucias..., ignorancia..., obscuridad... Menos mal que he
tenido ocasión de...
ANA
En efecto, ¡qué desagradable tiene que ser!
YALI
En este momento, señora, me encuentro muy agradablemente.
ANA
¿Cómo puede ser así, caballero?.... Me hace usted mucho honor. No lo
merezco.
YALI
¿Qué no lo merece usted? Señora, usted lo merece. Lo merece. Lo
merece.
ANA
Con lo importante que es usted, que discreto y que encantador se
muestra.
YALI
Le confieso que siempre procuro pasar inadvertido. Pero no puede uno
ocultarse... No puede hacerlo uno de ninguna manera... Tan pronto como
salgo a la calle la gente empieza a decir: ...“Mira, por ahí va Yali. Es Yali”.
ANA Y MARIA
¡Qué notable!
YALI
Si, también he tenido la ocasión de conocer a algunas actrices guapas...y
he frecuentado a diversos literatos.
ANA Y MARIA
¡Oh!
YALI
Shakespeare y yo somos muy amigos.
ANA Y MARIA
¡Shakespeare!
YALI
Siempre que le veo le digo: “¿Cómo va eso... hermano Willy?” “Pues así

32
va todo, hermanito”, me contestaba él. Es muy original.
ANA
¿Entonces, usted también escribe? ¡Qué agradable tiene que ser el ser
escritor! Usted, seguramente, escribe también para los periódicos.
YALI
Pues sí, en los periódicos también escribo. Hay varias composiciones
mías... La uno..., la dos..., la tres... Ya no me acuerdo de los demás títulos. Les
confieso que todo ha sido por casualidad. Yo no quería escribir, pero la gente
me decía: ...“Por favor..., amigo... ¡Escriba algo!”, y entonces, pensé para mis
adentros...: “¿Por qué no?...”. Me parece que tardé una tarde en escribirlas.
Les dejé a todos pasmados. Tengo una ligereza de pensamiento
extraordinaria. Todo lo que ha sido escrito con el nombre de Anónimo ha sido
escrito por mí.
ANA
Entonces, ¿es usted Anónimo?
YALI
Ciertamente.
ANA
¡Ah!... Entonces El Poema de El mío Cid, ¿también es composición suya?
YALI
Of course.
ANA.
Lo había adivinado enseguida.
MARIA
Pero, mamá... si eso está escrito en la Edad Media.
ANA
¡Vaya!... ¡Ya sabía yo que hasta en esto ibas a discutir!
YALI
¡Ah, sí!... Hay un Cantar de El Mío Cid que está escrito en la Edad Media.
Pero hay un segundo Cantar de El Mío Cid, y ese es mío.
ANA
Seguramente yo he leído el suyo. ¡Qué bien escrito está!
YALI
Les confieso que vivo de la literatura. Mi casa es la primera de la

33
Metrópoli. Por favor, señores..., cuando estén ustedes en la Metrópoli, no
duden en visitarme. Todos los días hay fiesta.
ANA
¡Pienso en el gusto y la magnificencia con que se darán!
YALI
¡Desde luego!. Tenemos organizada una pandilla para jugar a las cartas.
El ministro de Asuntos Exteriores... el embajador de Francia..., Inglaterra y
Alemania y yo. Te cansas tanto de jugar, que ya no puedes más. Entonces,
subes corriendo por la escalera al cuarto piso de tu casa... ¿Qué digo yo?...
¿Cuarto piso? He olvidado que vivo en el principal. ¡Lo que valdrá solo la
escalera de mi casa! Es curioso ver mi recibimiento cuando todavía no me he
despertado. Condes..., príncipes..., están allí empujándose y zumbando. Como
si fueran zánganos. Alguna vez viene el primer ministro para pedir mi ayuda.
Porque yo soy así... Estoy en todas partes. Enseguida me ascenderán a
ministro.
ALCALDE
Señor Yali...
YALI
¿Qué? ¿Qué pasa?
ALCALDE.
Señor Yali...
YALI
No comprendo nada. Todo esto son tonterías.
ALCALDE
¿Señor Yali no desea usted descansar?... Aquí dentro encontrará todo
lo que necesite.
YALI.
¿Descansar?... ¡Qué tonterías! Bien. Estoy dispuesto a descansar. El
almuerzo, señores, ha sido muy bueno... Estoy contento... Muy contento.

34
ESCENA VI

ANA
¡Ay, qué agradable es!...
MARÍA
¡Ay, qué monín!...
ANA
¡Qué comportamiento tan fino!...
MARIA
¡Y viene de la capital...!
ANA
¡Qué ademanes, y qué todo!... ¡Ay, qué bien!... ¡Me encantan los
jóvenes!... ¡Me encantan los jóvenes así!... ¡Estoy entusiasmada! ... Yo le he
gustado mucho. Me he fijado en que me miraba mucho.
MARIA
¡Ay, mamá!... Me miraba a mí...
ANA
¡Quítate de ahí, por favor, con tus tonterías! No son nada oportunas
ahora.
MARIA
Te lo aseguro... me miraba a mí.
ANA
¡Vaya! ¿Qué es eso de que te miraba a ti? Pero hija, ¡Si tú eres ciega!
MARIA
Le aseguro, mamá que me miraba a mí. Cuando empezó a hablar de
literatura, me miro. Luego, cuando contaba como jugaba a las cartas con los
embajadores..., también me miró.
ANA
Bien..., puede que alguna vez te mirara..., pero así.....”Bueno..., se diría, la
miraré alguna vez...”

35
ESCENA VII

ANA
Acérquense amigos.
ALCALDE
¿Qué?... ¿Duerme tu jefe?
OSIP
No. Todavía se mueve un poquitín.
MARIA
¡Ay, qué guapo que es tu jefe!
ANA
Anda hija, vete a la cama que estás un poquito embriagada. Y dime,
amigo ¿cómo te llamas?
OSIP
Osip, señora.
ALCALDE
Basta ¿Qué..., amigo? ¿Te han dado bien de comer?
OSIP
Sí, señor, muchas gracias. Me han dado muy bien de comer.
ANA
Bueno, dime..., a tu jefe, ¿le visitan muchos ministros y políticos?
OSIP
¿Qué decir?... Si ahora me han dado bien de comer, significa que más
tarde me darán todavía mejor. Sí... algunos políticos.
ANA
Dime, por favor, Osip ¿Qué cargo tiene tu señor?
OSIP
El que tiene...
ALCALDE
Bien, amigo... ¿Y cómo es tu señor? ¿Es severo?... ¿Le gusta regañar o
no?
OSIP
Sí. Le gusta el orden. Todo tiene que estar bien hecho.
ALCALDE
¡Mierda! ¡Me agrada mucho tu cara! ... Amigo, tú tienes que ser buena

36
persona. Bien..., ¿y qué?...
ANA
Escúchame ¿Y tu jefe?..... ¿Suele ir siempre a la moda?
ALCALDE
¡Basta! Estamos con un asunto muy importante. Se trata de la vida de
una persona. Sí, amigo, ciertamente me gustas mucho. Bueno... ¿y qué? Toma
aquí tienes dos billetes.
OSIP
¿Dos billetes? ¿Sólo eso? Se lo agradezco mucho, señor. ¡Que Dios le dé
mucha salud!... Ha ayudado usted a un pobre hombre.
ALCALDE
Bien, bien,.., Yo también me alegro mucho. ¿Y qué, amigo?
ANA
Oye... ¿qué ojos le gustan más a tu jefe?
ALCALDE
Dime, amigo.... ¿en qué fija más la atención tu jefe?
OSIP
Eso depende... Lo que más le gusta es que le reciban muy bien y que la
comida sea buena.
ALCALDE Y ANA
¿Buena?
OSIP
Sí, buena. También le gustan la gente honrada, no soporta a los
timadores ni a los ladrones de ningún tipo de género. Tiene mucho ojo con los
engaños.
ALCALDE
Bien, muy bien, todo lo que me dices.
OSIP
Muchísimas gracias, alcalde... y alcaldesa.
ANA
Adiós Osip, da muchos besos a tu señor.
ALCALDE Y ANA
¡AY, DIOS MIO!

37
ACTO IV

ESCENA I

FRED
¡Por el amor de Dios, caballeros! ¡Sean más puntuales, nos estamos
jugando nuestros puestos!
PHILIP
Tenemos que idear algo.
FRED
¿Y el qué? Vamos a ver.
PHILIP
Ya se sabe el qué.
FRED
¿Darle...?
PHILIP
Sí. ¿Por qué no darle...?
FRED
¡Diablos! Es peligroso. Es un hombre de estado... ¿Y si se enfada? Tal
vez sería lo mejor hacer un ofrecimiento, como una oferta personal para un
monumento.
BOB
O también podemos hacer como que ha llegado ese dinero por correo y
no sabemos a quien pertenece.
PHILIP
Cuidado no les mande a ustedes por correo a otro sitio con rejas.
Escuchad. Estos asuntos no se hacen de esta manera en un estado bien
organizado. Lo que hay que hacer es presentarse uno a uno. Así mano a
mano. Así se hace en un estado organizado. De manera que Fred será el
primero.
FRED
¿No sería mejor que fuese usted que tiene más labia?

38
PHILIP
Será mejor que vaya Dob como concejal de educación.
DOB
No puedo, no puedo, señores. Les confieso que estoy educado de una
manera que cuando hablo con alguien de más categoría que yo me parece que
el alma se me escapa y la lengua se me hunde en el barro. No, caballeros.
Discúlpenme... Les ruego que me disculpen.
PHILIP
Pues Fred no tenemos a nadie más que a usted.
FRED
Yo...
BOB
¡No nos abandone!
DOB
Sea usted nuestro héroe.
PHILIP
Sea nuestro padre.
FRED
¡Déjenme, señores!
BOB Y DOB
¡Siiii!
FRED
¡Con dos cojones!
BOB Y DOB
¡Siiiii!
FRED
¡Adelante!
BOB Y DOB
¡Siiiii!

39
ESCENA II

FRED
¡Dios mío...! ¿Ayúdame para que todo salga bien!... ¡Hasta me tiemblan
las rodillas!
PHILIP
Todo va a salir bien, desgraciado.
FRED
Tengo el honor de presentarme: Juez del tribunal de este lugar. Asesor
colegiado Fred.
YALI
¿De modo que es usted el juez?
FRED
Desde hace 9 años. He sido escogido por tres años más por voluntad del
alcalde y hasta ahora sigo con mi cargo.
YALI
Y dígame, ¿es ventajoso ser juez?
FRED
En estos nueve años me han otorgado varias condecoraciones y elogios
por parte de mis superiores.
PHILIP
Vas bien, desgraciado.
FRED
Y el dinero que tengo en el puño, que me parece que me arde en llamas.
PHILIP
¡Cállate, desgraciado!
YALI
¡Ah, si! ¿Y que condecoraciones?
FRED
La condecoración de... y la de... y también la de...
PHILIP
¡Dale el dinero, corre!

40
YALI
¿Qué es lo que tiene usted en la mano?
FRED
Nada, señor.
YALI
¡Cómo que nada!... Veo que se le ha caído a usted el dinero.
FRED
No, señor. ¡Para ti!... ¡Oh, Dios mío! ¡Ya estoy preso! ¡Ya ha venido el
coche celular a buscarme!...
PHILIP
¡Tranquilízate, imbécil! ¡Psicópata!
YALI
Voy a guardarme este dinero... que se me ha caído...
FRED
¡Por Dios! ¡No faltaba más! Esto sólo es un honor para mí. Con todos
mis débiles esfuerzos y con todo mi afán hacia los superiores, señor... todo
por la patria, señor. No me atrevo a molestarle más con mi presencia, señor.
¡Que ciudad la nuestra!
YALI
EL juez es buena persona.

ESCENA III

PHILIP
Tengo el honor de presentarme: Concejal de sanidad. Asesor Colegiado,
Philip.
YALI
¡Ah! Muchísimo gusto. Ayer parecía usted más bajito ¿No es cierto?
PHILIP
Es posible.
YALI
Siéntese, siéntese ¿Quiere usted un cigarro?

41
PHILIP
¡Que cosa! ¡Esto no lo hubiera esperado nunca...! ¡Ahora no sé si
tomarlo o no tomarlo!
YALI
Cójalo..., cójalo... Es un cigarro bastante bueno. Fume usted. Pero no de
ese lado.
PHILIP
¡Diablos!
YALI
Veo que a usted no le gustan mucho los cigarros, pero yo le confieso
que son mi debilidad. Y también el sexo débil. No puedo sentirme indiferente
ante él. Y a usted, ¿Cómo le gustan más..., morenas o rubias? Vamos,
dígamelo con toda franqueza.. ¿Morenas o rubias? Confiese ¿Rubias o
morenas?
PHILIP
La verdad es que...
YALI
¿De que se avergüenza, rubias o morenas?... ¿O es que quizá lo que le
gustan son los hombres?
PHILIP
Es que...
YALI
Claro, a usted lo que le gustan son los hombres ¿No? ¡Confíeselo, le
gustan los hombres! Esta enamorado de mí. Lo sé por la manera en que me
mira.
PHILIP
¡Si es cierto, soy GAY! Pero puedo decir que nada me detiene y que
cumplo con mi obligación fervientemente. Mire usted, Dob no hace nada.
Todos los asuntos están en el mayor abandono. El juez, que salió poco antes
que yo entrara..., tampoco hace más que jugar a las cartas y beber en horario
de trabajo y a pesar de que es mi pariente y amigo..., que su conducta es de lo
más corrupta. También conocerá a Bob. Pues bien. Apenas sale de su casa
para ir a algún sitio... ya está allí el juez a pasar el rato con su mujer... Y si

42
no..., mire usted a sus niños... Ninguno se parece a Bob, y hasta la pequeña es
el vivo retrato del juez. ¿Quiere que se lo ponga por escrito?
YALI
Muy bien. Por escrito si quiere. A mí, ¿Sabe usted?..... Cuando me
aburro, me gusta leer cosas curiosas.
PHILIP
Bien, aquí le dejo los informes. No me atrevo a molestarle más con mi
presencia.

ESCENA IV

BOB
Tengo mucho honor de presentarme. Primer Teniente de alcalde, Bob.
DOB
Yo también tengo mucho honor de ese... Concejal de educación, Dob.
YALI
¿Tienen ustedes dinero?
BOB
¿Dinero?..
DOB
¿Cómo dinero?...
YALI
Sí, dinero.
BOB Y DOB
¡Nosotros no tenemos dinero!
YALI
Bien, hasta luego.
BOB
Me atrevo a pedirlo algo sobre un asunto muy delicado.
YALI
¿De qué se trata?
BOB
Mi hijo mayor..., es anterior a mi matrimonio.

43
YALI Y DOB
¡Oh!
BOB
Nació igual que si hubiéramos estado casados... luego yo arreglé las
cosas casándome legalmente. Yo quiero que sea mi hijo completamente ante
la ley y que se llame como yo.
YALI
Bueno. Que se llame.....“Como yo”.
DOB
Yo también traigo una petición muy importante.
YALI
¿De qué se trata?
DOB
Yo le pido humildemente que cuando vaya a la Metrópoli, diga a los
diferentes grandes personajes, senadores y diputados: “Excelencia..., en tal
ciudad vive Dob...” Dígalo así. “Vive Dob...”
YALI
Muy bien.
DOB
Y si pudiera usted decírselo a los reyes...,
BOB
Perdóneme que le hayamos molestado con nuestra presencia.
DOB
...dígaselo también. ”Majestades en tal ciudad vive Dob”. Dígaselo “en tal
ciudad vive Dob”

ESCENA V

YALI
¡Cuantos funcionarios hay aquí! Al parecer me toman por un hombre de
estado. ¡Que majaderos! Voy a escribir sobre todo esto a Trapi de la Metrópoli.
Hace pequeños artículos... A ver si les vapulea... ¡Eh, Osip! Tráeme papel y
tinta. Que... ¿Lo ves, tonto, como me reciben y como me festejan?

44
OSIP
¡Márchese, señor Yali! ¡Márchese!
YALI
¡Qué tontería!... ¿Por qué?
OSIP
Porqué sí... Se ha divertido usted aquí dos días, y ya es bastante. ¿Para
qué estar con ellos?... Déjelos. Puede venir algún otro...
YALI
No, todavía tengo ganas de vivir aquí. Vamos a dejarlo para mañana.
OSIP
¡Sí, para mañana...! Debemos irnos. Seguro que le toman por algún
otro...
YALI
Bien, lleva primero esta carta..., y de paso arreglas los papeles. Imagino
que Trapi se morirá de risa.
OSIP
Yo creo. Señor, que será mejor que mande usted esta carta con alguien
de aquí y mientras tanto yo vaya a hacer el equipaje, para que el tiempo no
pase en balde.
YALI
No, lo mejor será que yo mande esta carta con alguien de aquí y mientras
tanto tú vas a hacer el equipaje, para que el tiempo no pase en balde.
OSIP
¡Qué buena idea, señor! Oye...... Escúchame, lleva esta carta al correo y
di que la cursen libre de pago y di además que el señor no pagará nada
porque todo es a cargo del Estado.

ESCENA VI

YALI
Osip ¿Qué es ese ruido?
OSIP
Unos comerciantes que quieren entrar. Seguramente que quieren hablar
con usted.

45
YALI
Hazles pasar. ¿Qué quieren, amigos?
COMERCIANTES
¡Necesitamos ayuda, señor inspector!
YALI
¿Para qué?
COMERCIANTES
¡Nos sentimos engañados sin razón!
YALI
¿Por quien?
COMERCIANTES
Siempre por el alcalde, Lumi. Nunca ha habido en ningún sitio un alcalde
así. Comete con nosotros tales atropellos que es imposible describirlos.
¡Viene a la tienda y todo lo que ve lo coge! Tienes que esconderlo todo en la
tienda cuando le ves aparecer.
YALI
¡Pero es sencillamente un bandido!
COMERCIANTES.
Si no haces lo que quiere, te llena la casa con todo un regimiento. O si
no..., ordena que cierren las puertas, y dice: “No te voy a castigar..., ni te voy a
torturar..., porque está prohibido por la ley... pero, amigo mío... comerás sólo
arenques”.
YALI
¡Vaya un bribón! ... Por todo eso debería ir a la cárcel.
COMERCIANTES
Sí, ayúdenos y le gratificaremos.
YALI
No, no quiero sobornos.
COMERCIANTES
Pues, aquí tiene trescientos billetes.
YALI
Muy bien, me ocuparé de este asunto.
COMERCIANTES
Muchas gracias, señor Inspector.

46
ESCENA VII

MUJER
¡No! ¡Tú no te atreverás a no dejarme pasar! Me quejare a él
personalmente.
YALI
¿Pero quién anda ahí?
MUJER
¡Qué le caiga encima todo lo peor! ¡Que Dios le castigue en ese mundo y
en el otro! Vengo a quejarme del alcalde.
YALI
¿Por qué?
MUJER
¡Me ha azotado!
YALI
¡Cómo!
MUJER
Por una confusión. Unas mujeres riñeron en el mercado y la Policía me
cogió a mí. Y me han arreado tanto que en dos días no me he podido sentar.
YALI
¿Y qué se puede hacer ya?
MUJER
Sí, ya no se le puede hacer nada, pero por la confusión podría mandar que
me paguen una multa. El dinero ahora me vendría muy bien.
YALI
No, no. Muy bien, me ocuparé de este asunto.

ESCENA VIII

MARIA
¡Ay!

47
YALI
¿Por que se ha asustado usted, señorita?
MARIA
No, no me he asustado.
YALI
¡Por Dios!..., señorita.
MARÍA
¿Le he molestado?... Estaba usted ocupado en asuntos muy importantes...
YALI
Sus ojos son más importantes que cualquier asunto. ¡Cómo va usted a
molestarme!... Al contrario... Me proporciona usted una muy agradable
sorpresa.
MARIA
Habla usted como se habla en las películas.
YALI
A una persona tan hermosa como usted... ¿Puedo ser tan feliz de
ofrecerle una silla?... Pero no... Usted no merece una silla, sino un trono.
MARIA
La verdad es que yo... no sé... necesitaba tanto irme...
YALI
¡Qué horquillitas tan bonitas lleva!
MARÍA
¡Qué bromista!... ¡No quiere más que reírse de las provincianas!
YALI
¡Si yo pudiese, señorita, ser sus horquillitas para acariciar su precioso
pelo!
MARIA
¡Que cosas tan raras dice usted! ¿Mis horquillitas?... ¡Qué tiempo tan raro
hace hoy!
YALI
Sus lindos labios, señorita, son mejores que cualquier tiempo.
MARIA
¡Qué cosas dice usted! ... No, sería mejor que como recuerdo me
escribiera en un album algunos versitos...

48
YALI
Pues sí..., “¡Oh tú, que en el dolor, sin razón te quejas de Dios...!” Y ahora
voy a pintarle mi amor, que por su mirada...
MARIA
¿Amor?... No entiendo... ¿Amor? Yo nunca he sabido lo que es el amor.
YALI
¿Por qué no baila usted, señorita?
MARIA
¿Y para qué bailar, cuando da igual no bailar?
YALI
¿Y para qué no bailar, cuando da igual bailar?
MARIA
¿Y para qué bailar si total cuando bailábamos tampoco...?
YALI
¡Qué dichoso sería, señorita, si pudiese estrecharla entre mis brazos!
MARIA
¡Oh! ¿Qué es eso? ¿Será una urraca o algún otro pájarito?
YALI
Es una urraca.
MARIA
¡No! ¡Esto ya es demasiado! ¡Qué osadía!
YALI
Perdóneme, señorita... He hecho esto por amor... Sólo por amor...
MARIA
Me toma usted por una...prostituta.
YALI
Por amor..., le aseguro que por amor... Estaba bromeando, María, no se
enfade. De rodillas estoy dispuesto a pedirle perdón. ¡Perdónemel...
¡Perdóneme!... ¡Míreme usted de rodillas!

ESCENA IX

ANA
¡Ay, lo que estoy viendo!

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YALI Y MARIA
¡Ay, Dios mio!
ANA
¿Qué significa esto? ¿Qué comportamiento es este?
MARIA
Mamá...
YALI
Ana...
ANA
¡Sal de aquí! ... ¿Me oyes? Fuera, fuera, y no te atrevas a ponerte delante
de mis ojos. Perdone... Le confieso que estoy un poco extrañada...
YALI
También ella es apetitosa... Señora... Me ve usted abrasado de amor.
ANA
¡Como!... ¿Usted de rodillas?... ¡Oh... levántese, levántese! Este suelo no
está nada limpio.
YALI
No. De rodillas desde luego. Quiero saber lo que me espera, si la vida o
si la muerte.
ANA
Pero permítame..., o yo no comprendo el significado de las palabras o
estaba usted declarándose a mi hija.
YALI
¡No! De quien estoy enamorado es de usted. Mi vida está pendiente de un
hilo. Con el alma en llamas le pido su mano.
ANA
Pero, permítame que le haga observar que soy una mujer casada.
YALI
Esto da igual. Esto al amor le es indiferente.
MARIA
Mamá... papa ha dicho que usted... ¡Ay, lo que estoy viendo!
ANA
¿Qué haces aquí?... ¿Por qué vienes?... ¡Pues vaya!... ¿Y qué es lo que
encuentras tan extraño?... ¡Nadie diría, nadie diría, que has cumplido ya los

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dieciocho! ¿Cuándo vas a saber lo que son la seriedad y las buenas reglas de
conducta?
MARIA
Mamá... Yo no sabía...
ANA
Siempre tienes la cabeza a pájaros.
YALI
¡Ana! ... No se oponga a nuestra felicidad. ¡Bendiga nuestro eterno amor!
ANA
Pero entonces.... ¿es de ella de quien está usted enamorado?
YALI
¡Decida usted, la vida o la muerte!
ANA
¡Ya lo ves, tonta! ves cómo por ti, nuestro huésped ha tenido que
besarme y acosarme! Y tú... ¡entrando de repente como una loca! Merecerías
que te moliera a palos.
MARIA
Mamá, no lo volveré a hacer más... Te lo aseguro, no lo volveré a hacer.

ESCENA X

ALCALDE
¡No me pierda!... ¡No me pierda!... Ya se han quejado los comerciantes,
pero por mi honor le aseguro que no hay ni una mitad de verdad en lo que han
dicho. Ellos son los que engañan a la gente. La mujer del sargento también le
ha mentido diciéndole que yo la había azotado. ¡Miente!... ¡Ella es la que se ha
azotado!
ANA
¿Sabes con qué honor nos honra el señor Yali?... Pide la mano de nuestra
hija.
ALCALDE
Bueno, bueno... ¿te has vuelto loca? No se enfade.

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YALI
Es exacto. Le pido la mano de su hija. Estoy enamorado de... ello.
ALCALDE
No puedo creerlo.
ANA
¡Pero si te lo están diciendo!
ALCALDE
No me atrevo a creerlo.
YALI
Soy un hombre arrollador...
ALCALDE.
¡Ay Dios mío! Le aseguro que no soy culpable. ¡Tengo la cabeza que yo
mismo no sé lo que me pasa!
Por cierto, cásese con mi hija, si quiere... Pero yo no soy culpable...
¡Diablos. Es un novio auténtico. ¡Vaya con el alcalde!... ¡Miren adónde hemos
ido a parar!...

ESCENA XI

OSIP
Señor Yali, el coche está preparado
YALI
Bien, en seguida voy.
ALCALDE
¡Cómo! ... ¿Se marcha?
YALI
Si, tengo que irme.
ALCALDE.
Entonces, ¿cuándo estará? Usted mismo me parece que ha hecho alusión
a la boda.

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YALI
Solamente voy por un minuto... por un día, pero mañana mismo estaré de
vuelta.
ALCALDE
No nos atrevemos a retenerle y quedamos esperando su feliz regreso.
YALI
Eso es.... Eso es. Adiós amor mío... No. Adiós.

ACTO V

ESCENA I

ALCALDE
Que..., Ana..., ¿Has pensado algo sobre todo esto?... ¡Nos ha caído un
buen premio!... ¡Que barbaridad! ¡Con menudo diablo hemos emparentado!
ANA
Hace mucho que yo lo sabía. Para ti es para quien todo parece
inesperado, porque tú eres un hombre tosco. Nunca has visto personas
distinguidas.
ALCALDE
Yo mismo, soy distinguido. ¡Cuando uno empieza a pensar en qué
pájaros de alto vuelo nos hemos convertido! ¡Bob!
BOB
Sí, señor alcalde.
ALCALDE
Uno: apunta los nombres de todos los que han ido contra mí. Dos:
anuncia a todos, para que lo sepan, el honor que Dios ha deparado al alcalde
de casar a su hija, no con una persona corriente cualquiera, sino con una que
el mundo todavía no conocido y que es capaz de hacerlo todo.... todo. Tres:
esta noche hacemos una fiesta. Cuatro: Que todo el mundo venga vestido de
gala. Cinco: anúnciaselo a todo el mundo para que se enteren. ¡Gritaselo a

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todo el mundo! ¡Que repiquen las campanas! ¡Diablos!.

ESCENA II

ALCALDE
¿Y qué? ¿Qué te parece, Ana?... ¿Qué crees tu?..... ¿Dónde viviremos?
¿Aquí o en la Metrópoli?
ANA
¡Naturalmente que en la Metrópoli!
ALCALDE.
Pues si es en la Metrópoli, que sea en la Metrópoli. No crees, Ana, que
ahora puede uno alcanzar un alto cargo... Como el está en pie de igualdad con
todos los ministros...
ANA
Desde luego. Claro que sí...Claro que puedes llegar.
ALCALDE
Y yo. ¡Diablos, que agradable debe de ser.....ser ministro de defensa!
ANA
¡A ti te gusta todo tan basto!...Tienes que darte cuenta que ahora tendrás
los modales más finos. Te quiero.
ALCALDE
Y yo.
ANA
Sólo que tú me das miedo.... De cuando en cuando sueltas una palabrita
de las que nunca se oyen en buena sociedad.
ALCALDE
Jolín ¿Y que?.... Las palabras no pueden dañar.
ANA
Eso estaba bien cuando eras alcalde...., pero allí la vida es
completamente distinta. ¡Anda! Vamos a preparar esa fiesta. Te quiero.
ALCALDE
Y yo.

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ESCENA III

FRED
Pero, díganos por favor, Lumi, ¿cómo ha empezado todo esto, cuál ha
sido la marcha paulatina del asunto?...
ALCALDE
La marcha del asunto ha sido extraordinaria. El mismo se ha dignado ha
hacer personalmente la petición.
ANA
De la manera más fina y respetuosa... Se expresaba de un modo perfecto.
Decía...: "¡Ana!... ¡No me haga desgraciado...! o pondré fin a mi vida con la
muerte!
MARIA
¡Ay mamá! ¡Si es a mí a quien hablaba así!
ANA
Sí, hija, naturalmente que te hablaba también a ti. No lo niego. Además mi
marido va a ser Ministro de Defensa
FRED
¡A su merecimiento debe tanto honor!
BOB
A ver... ¡Ostia!
FRED
Alcalde, no se olvide de nosotros.
BOB
Señores...., el funcionario que creíamos que era El inspector..., ¡no es El
inspector!
ANA
¿Cómo que no es El inspector?
BOB
No es en absoluto El inspector. Lo sé por esta carta.
ALCALDE
¿Qué dice usted?.... ¿Qué está usted diciendo? ¿Por qué carta?

55
BOB
Por su propia carta. La llevaron a correo y leyendo el remite me la han
traído.
ALCALDE.
Pero ¿cómo se ha atrevido usted a abrir la carta de una persona tan
importante?
BOB
Pero si el caso es que no es una persona tan importante.
ALCALDE
¿Cómo que no es importante? ¡Le voy a encarcelar!
BOB
Mejor será que les lea la carta. "Me apresuro a comunicarte, querido
Trapi, los milagros que me están sucediendo. En el viaje me quede sin un solo
billete; de tal manera, que el tabernero pensaba ya meterme en la cárcel; pero
de pronto, toda la ciudad, por mi cara metropolitana y mi traje, me tomó por un
delegado del gobierno. Ahora vivo en casa del alcalde, disfrutando mucho de
su acogida. Hago la corte a su mujer y a su hija, pero todavía no he decidido
por cuál de las dos es mejor empezar. Pienso que por la mamá, porque parece
que ya está dispuesta a corresponderme. Sé que escribes pequeños
artículos, y estaría muy bien que los metieras en tu literatura. En primer lugar,
el alcalde. Es tonto como una oca parda"
ALCALDE
No puede ser. No dice eso.
BOB
Léalo usted mismo.
ALCALDE.
Como una oca parda. No puede ser..., usted lo ha escrito.
BOB
¿Cómo iba a poder escribirlo yo esto?
PHILIP
¡Lea! ¡Lea!
BOB
“Es más tonto que una oca parda”

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ALCALDE
¡Oh diablos!.... ¿Que necesidad tiene usted de repetirlo?... ¡Como si sin
eso no estuviera escrito!
PHILIP
Déjeme a mí. "El concejal de sanidad es...es..."
BOB
¿Por qué se ha parado usted?...
PHILIP
Es que la letra no está muy clara...
BOB
Démela a mí. Creo que tengo mejores ojos.
PHILIP
No... Esto se puede saltar... Más adelante está más claro.
BOB
Permítame. “El concejal de sanidad es un verdadero gay reprimido”
PHILIP
¡Gay reprimido! .....¿Dónde se ha visto que un muñeco sea gay?
BOB
"El concejal de educación es un inepto, patán y aprensivo."
FRED
Menos mal que Dob está enfermo y no puede escucharlo. Y Gracias a
Dios que parece que de mí no dice nada.
BOB
"El juez......"
FRED
¡Que gracia.... Señores, yo creo que la carta es demasiado larga.
TODOS
¡Fred!
FRED
¿Y por qué diablos tenemos que leer toda esta inmundicia?...
BOB
"El juez es el grado mayor del mauvais ton".
TODOS
¿Eh?

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BOB
Seguramente es palabra francesa...
FRED
¡Diablos!..., ¡Ni sé lo que significa!...Ya sería bastante que significara
canalla, pero seguro que es algo peor.
ALCALDE
Bob, deme la carta. (Lee)
Ahora es cuando me ha matado... Me ha muerto.... me ha muerto... ¡Me
ha muerto del todo!... No veo nada... Veo unos morros de cerdo en lugar de
caras, y nada más... ¡Que lo traigan aquí otra vez! ... ¡Que lo vuelvan a traer!
BOB
¡Esto es de un azoramiento sin precedentes!..
FRED
Pero ¡diablos, señores! ... ¡Si, además, le he prestado trescientos
billetes!
PHILIP
¡Yo también le he prestado trescientos billetes!
BOB
¡Y yo, junto con Dob, sesenta y cinco billetes!..., sí, señor.
FRED
Pero ¿cómo ha podido ocurrir esto, señores?... ¿Cómo hemos podido
hacerlo todo tan mal?...
ALCALDE
¿Y cómo yo.... viejo bobo..., he podido perder el juicio como un carnero
tonto?... ¡Treinta años hace que estoy prestando servicio, y ni un
comerciante..., ni un contratista ha podido jugármela! ... ¡Todos los pillos...,
todos los bribones..., todos los pícaros capaces de engañar a todo el mundo
ninguno ha podido conmigo!
ANA
Pero esto no puede ser. Él se ha prometido con nuestra hija.
ALCALDE
¡Se ha prometido! ... ¡Narices..., prometido! ¡Ésta quiere meterme por los
ojos su noviazgo!... ¡Mire todo el mundo! ..., ¡todos los cristianos! ¡Miren todos
cómo han entontecido al alcalde!... ¡Tonto!... ¡Viejo tonto y canalla! ¡Tú! ...

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¡Nariz gorda!... ¡A un pirulí..., a un trapo..., has tomado por un hombre impor-
tante! ... Y él ahora va por el Camino. ¡A todo el mundo contará esta historia!
¡Y no solamente se reirán de ti sino que no faltará algún mancha-papeles que
haga de ti una comedia! Esto es lo ofensivo... ¡No tendrá piedad ni de tu
categoría ni de tu rango y la gente irá a reírse y a aplaudir! ¿De qué se ríen
ustedes? ¡Son capaces de reírse de sí mismos! Se ríen porque caigo ¿Se
reirían igual si hubiera alcanzado mi sueño! ¿En qué se diferencia mi afán del
de ustedes? ¡Vaya con ellos!...Yo..., a todos esos escritorcillos... a todos esos
liberales... A todos les hubiera atado con un nudo. Los hubiera restregado
unos con otros hasta hacerlos harina y los hubiera mandado al diablo...
Todavía no he podido recobrarme... ¡Qué verdad es que, cuando Dios quiere
castigar a alguien, lo primero que hace es quitarle el sentido! ¿Qué semejanza
tenía este imbécil con un inspector?... ¡Ninguna! ... ¡Ni una pulgada de se-
mejanza... Y de pronto, todos... "Inspector", "Inspector",.. ¿Quién fue el
primero que dijo que era inspector?... ¡Contestad!
OSIP
¡El funcionario que acaba de llegar con un alto mandato de la Metrópoli,
les conmina a que se presenten ustedes ante él. ¡Se hospeda en la fonda!

FIN

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