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La radio y la televisión: interrogantes y

cuestionamientos
Gregorio Iriarte y Marta Orsini

Del libro: Conciencia crítica y medios de comunicación.

Ediciones Dabar.México,D. F. 1995

La radio

La radio sigue y seguirá siendo un medio de comunicación de masas eficaz y popular. Tiene ciertas
características que le otorgan claras ventajas sobre otros medios.

 Su inmediatez, ya que es un instrumento comunicador muy ágil y que en cualquier momento


se puede contar con él.
 Es un aparato cómodo y barato; ocupa poco espacio y está al alcance de los más
modestos bolsillos.
 Es compatible con cualquier otra actividad o trabajo. No exige la inmovilidad que nos pide la
televisión.

Claro que, frente a estas grandes posibilidades de la radio, hay que reconocer también sus
limitaciones. Su propia difusión y popularidad ha hecho que la radio pierda profesionalidad. Se da en
ella mucha improvisación. Muchas veces se la usa como una especie de antesala de la televisión:
en la radio tiene que hacer sus primeras experiencias periodísticas los futuros presentadores y
comentaristas de la televisión.
Sin embargo, la radio se mantiene en vanguardia para todo lo que significa información rápida.
También la radio ha adoptado, quizá más que ningún otro medio de comunicación, a la labor
educativa por medio de programas de alfabetización y de promoción socio-económica.
La radio: ¿"si o no"?
Muchos auguraron la muerte de la radio frente al tremendo impacto de la televisión. Por el momento,
no sólo no se perciben señales de defunción, sino que muestra excelente y rejuvenecida salud.
Presentamos a continuación dos pequeños esquemas en los que podemos apreciar algunas de las
razones por las cuales la radio seguirá siendo un medio de comunicación social masivo.
Sin embargo, nos atrevemos también a señalar algunos síntomas de peligroso deterioro que
amenazan constantemente al más ágil y barato de los medios de comunicación social.
Principales defectos que amenazan a la radio
 La improvisación de los programas
 Superficialidad.Poco profesionalismo
 Falta de investigación de la noticia. La lectura de la información periodística.
 Deficiencia de dicción y de lectura
 Actitudes imitativas. Predominio de la música en inglés.
 Alineación cultural.
 Programas educativos con mentalidad y metodología escolar.
 Propaganda excesiva.

Principales cualidades que acompañan a la radio


 Agilidad, rapidez, cercanía.
 Interés por los problemas locales.
 La radio es compañía, sobre todo para personas solas, enfermas.
 Puede llegar a lugares lejanos que no tienen electricidad.
 Presta ayuda humanitaria e importantes servicios a la comunidad.
 Atender a la radio es compatible con el trabajo doméstico.
 Programación prolongada, aún a largo de toda la noche.
 Costo económico bajo.

Ventajas de la radio

 La radio es el método de comunicación más rápido y persuasivo.


 Es un medio fácil, asequible, barato, transportable. Es un amigo cercano y accesible, sobre
todo, en los momentos de soledad.
 Los especialistas definen a la radio como un medio "caliente" y a la TV, como un medio
"frío". La TV hace del espectador un prisionero de la imagen. La radio le deja libre, tanto en
sus movimientos físicos como en su imaginación. La radio es un instrumento muy eficiente
para la educación y para revalorizar la cultura propia. En muchos lugares se ha constituido en
instrumentos de desarrollo y de verdadera promoción. Por su rapidez y flexibilidad la radio es
el medio por excelencia para trabajar en directo. Es un instrumento de gran autonomía.

Desventajas de la radio
 La radio nos ofrece un producto muy efímero. La palabra hablada, en contraposición a la
escrita, es muy fugaz. Esta palabra fugaz fácilmente puede ser deformada por el oyente. La
radio es un medio más progresista, más espontáneo que la TV; pero eso mismo le va a la
improvisación y a la superficialidad.
 La radio tiene también el peligro de perder seriedad, de convertirse en una auténtica "radio
cocina".
 La radio se constituye, la mayoría de las veces, en un instrumento de comunicación
unidireccional: el mensaje llega hasta el oyente pero las reacciones y las ideas de éste no
llegan hasta la radioemisora.

Elementos para juzgar los informativos radiales


Los informativos o noticieros nos ponen al tanto de lo que esta pasando en el mundo. Es muy
variada la calidad de estos informativos. Algunos dejan mucho que desear. Las siguientes ideas nos
ayudarán a formarnos un juicio crítico sobre ellos.
Un mal informativo:
 Transmite, sobre todo, noticias raras y extravagantes, que no tienen real importancia.
Prescinde de lo cotidiano, de lo que afecta e interesa a la mayoría de la gente.
 Insiste en la "crónica roja" y en noticias morbosas.
 Se interesa principalmente por lo que ocurre con las personas importantes; lo que ellas
hacen; lo que ellas dicen. Hasta su vida privada se convierte en estos informativos en noticia
de gran importancia.
 Las personas individualmente consideradas pasan antes y sobre los problemas sociales que
afecta a toda la comunidad.
 No analizan ni señalan las causas, los porqués de los acontecimientos, las noticias llegan
como caídas del cielo. Tampoco se dice nada de las consecuencias.
 Estos informativos hacen generalmente toda una mezcolanza con las noticias, sin señalar el
grado de importancia y sin guardar relación entre unas y otras.
 El orden es su nota más destacada
 Es muy frecuente también en tales informativos el lenguaje difícil, el tono solemne y artificial y
la vana palabrería.

Estos informativos
 En vez de informarnos Nos distraen
 En vez de aclararnos Nos confunden
 En vez de despertarnos Nos adormecen
 En vez de unirnos Nos dividen

Un buen informativo debe:

 Informar, dando a conocer, no sólo el hecho, sino también sus causas y consecuencias.
 La noticia, de vertical debe volverse horizontal. El pueblo, considerado no sólo como receptor,
sino y sobre todo, como receptor y emisor.

Criterios para preferir unos informativos a otros:


 Debemos preferir lo que afecta a muchos, más que lo que afecta a una persona o a muy
pocas.
 Lo que afecta a los intereses del pueblo pobre, más que lo que afecta a los intereses de los
grandes.
 Lo que pasa cerca de nosotros, más que lo lejano en el tiempo y en el espacio.
 Lo que es actual, más que lo que es trasnochado.
 Lo que pasa en los países de América Latina y el mundo, más que lo que pasa en países
industrializados.
 Lo frecuente y ordinario, más que lo excepcional o extraordinario.

La televisión y el equilibrio de la personalidad


La persona humana, por un lado, tiene conciencia de su libertad y autonomía, y por el otro, sufre las
consecuencias de la dependencia intelectual psicológica, cultural, social... etc. Estas disociaciones o
rupturas internas no son positivas y, a la larga, pueden quebrantar el desarrollo armónico de la
personalidad.
El verdadero equilibrio personal sólo se encuentra cuando somos capaces de integrar la subjetividad
y las propias percepciones con la realidad concreta que nos rodea, cuando somos capaces de
satisfacer nuestras propias aspiraciones, deseos y auténticos anhelos a través de una normal
actividad.
La televisión contribuye:
 A agudizar esas disociaciones o rupturas internas.
 A sentirnos impotentes frente a situaciones anómalas, totalmente alejadas de nuestro
mundo real.
 A evadirnos de la lucha cotidiana por la vida.
 A mostrarnos un mundo irreal en el que nada podemos hacer por cambiarlo;
 A proponernos un recetario concreto para todas las situaciones.
 A asumirnos en la pasividad e impotencia.
 A canalizar equivocadamente las energías emocionales.

Es necesario, que, sobre todo en el hogar y en la escuela, se desarrolle un proceso de


individualización que permita al joven "ser él mismo", tener conciencia de su propia identidad
personal y cultural, de tal modo que pueda, libre y decididamente, rechazar aquello que le aliena, que
le domina y que lo absorbe. Que pueda enfrentar desde el interior de su propio ser, esos modelos
que proyectan valores de poder, de prestigio, de dinero, de violencia... "hombres fuertes, rubios,
superseguros de sí mismos" o "mujeres bellas, ricas que juegan constantemente con los
sentimientos". Muchos programas televisivos nos presentan una vida fácil, en la que no se trabaja,
(generalmente los personajes de las telenovelas trabajan muy poco), en la que se triunfa a base de
sobornos, o engaños.
La individualización es un proceso de desprendimiento de los lazos originarios que ligan a la persona
al mundo externo. Es, por lo tanto, conquista de su propia libertad e identidad. Esos "vínculos
primarios" son parte del desarrollo humano normal en los momentos iniciales de su vida del niño y
del adolescente. Le dan sensación de pertenencia a un lugar y a un grupo humano determinado.
El mecanismo de fuga que refuerza la televisión es en la búsqueda del poder a través de la
identificación con personajes arribistas que constituyen una compensación a la propia carencia de
poder. Los "Rambos", los "Superman" y otros personajes míticos, buscan, entre otras cosas, crear
en los televidentes esas falsas actitudes evasionistas y de compensación.
El verdadero desarrollo de la personalidad implica ese paso del estado de "simbiosis" al estado de
"identidad". Cuando el individuo ha desarrollado suficientemente su identidad, se percibe como un
ser autónomo y diferenciado de los demás. El proceso de individualización implica, por lo tanto, la
conquista progresiva de la propia identidad personal y social.
La mujer y la televisión
El mundo de los medios de comunicación social está generalmente manejado por hombres. Ellos
son los que toman las decisiones sobre los programas, los contenidos, la elección de locutores y
presentadores para los informativos, programas de entretenimiento, revistas musicales, etc. etc.
Es lógico pensar que, dada la mentalidad androcéntrica en que nos movemos, la mujer sea el eterno
personaje secundario, la que ha de lucir su cuerpo como adorno en los acontecimientos sociales o
como anzuelo publicitario, como la locutora físicamente atractiva, aunque no tenga las condiciones
de una buena comunicadora, o la "ayudante adorno" de los renombrados presentadores de
programas de mayor divulgación.
¿Cuáles es el estereotipo de mujer que nos presentan las telenovelas y las películas?
Generalmente la mujer sexy, rubia, esbelta; por una parte liberada sexualmente y por otra,
tremendamente tradicionalista: sometida, sumisa, superficial, sin ideas propias, seguidoras del
varón, que acepta sin más un
rol puramente sexista de esposa, amante o ama de casa, sin ser valorada como persona, como
intelectual, como profesional, con los mismos derechos y dignidad que el varón. Los tipos de mujer
que nos presentan las telenovelas son generalmente las de "la buena" y "la mala". A "la mala" se le
da una carga negativa sobredimensionada, que raya en la perversidad. Es la intrigante, la falsa, la
infiel ... Estos antivalores llegan desgraciadamente, a extenderse a la mayoría de las figuras
femeninas. La mujer acepta ser inferior al hombre y se comporta como tal. Esto se ve, sobre todo
en las telenovelas, venezolanas y mexicanas y no tanto en las brasileras, que en muchos casos,
reivindican a la mujer.
Muchas veces la mujer acepta este rol de estar en el "escaparate" o ser valorada sólo por su físico y
hasta le resulta estimulante el lucirse en la pantalla televisiva, sin darse cuenta que se le está
reduciendo a lo pluralmente material y sexual de forma denigrante.
El uso del cuerpo de la mujer como anzuelo publicitario no es ético porque se sirve de la persona
para fines inferiores como la compra y venta de mercancías; porque se manipula, utilizando cualquier
medio, la conciencia y se fuerza la voluntad a adquirir bienes de consumo; porque se reduce a la
mujer a lo meramente corporal, sexual.
La objetividad como falacia
Normalmente se considera que lo específico del lenguaje televisivo es "lo directo" y que "lo directo"
encierra todos los requisitos de la verosimilitud.
El grado de credibilidad que se otorga a las imágenes que forman parte de un documental es el
máximo de objetividad.
Se dice que las letras son signos y las imágenes son realidades, de ahí que se considere a la
televisión como "una ventana abierta a la realidad del mundo".
Sin embargo, la objetividad en la información televisiva es una falacia. Toda información (también la
de la imagen) es una opción que responde a unos intereses, a una ideología, a unos gustos del
seleccionador. En la confección de programas informativos se seleccionan unos hechos y una
imágenes entre muchas otras. Esta selección supone siempre una toma de partido, una valoración,
que lleva siempre una opción ideológica.
Esta ideología se refleja tanto en lo que se selecciona como en lo que se omite, en lo que se dice
tanto como en lo que se calla.

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