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Dra.

Alejandra Gauffin

27/08/2015

Bien de familia y Derecho a la Vivienda

La sanción del nuevo Código Civil y Comercial mediante ley 26.994, que derogó el Código Civil de
Vélez, el Código de Comercio y otras leyes, apareja la necesidad de resolver un tema central
cuando, durante la vida de las relaciones y situaciones jurídicas reguladas normativamente, se
produce el desplazamiento de una legislación por otra, configurándose el llamado "conflicto de
leyes en el tiempo"

Esta problemática no es nueva y ha sido hartamente tratada por la doctrina y la jurisprudencia, no


obstante lo cual, su análisis resurge con mayor intensidad después de la entrada en vigencia del
nuevo Código Civil y frente a las relaciones y situaciones jurídicas in fieri, que no se agotan
instantáneamente o cuya consumación o liquidación se extienden en el tiempo De este tema se
ocupa el derecho transitorio y sus normas son de carácter formal pues se intercalan entre leyes de
dos etapas diferentes e indican las normas que deben aplicarse. La dificultad de su tratamiento es
reconocida por todos.

El artículo 7 del actual Código Civil y Comercial, cuyo contenido es virtualmente idéntico al artículo
3 del anterior código es una norma de derecho transitorio o de colisión que establece las
siguientes reglas:

1) el nuevo Código se aplica inmediatamente a las consecuencias de las relaciones o situaciones


jurídicas existentes,

2) no tiene efectos retroactivos salvo que la misma ley lo establezca y, si así lo hace, no puede
afectar derechos amparados por garantías constitucionales,

3) y, como novedad que no incluía el artículo 3 del Código velezano, no se aplican las normas
supletorias del Código a los contratos en ejecución con excepción de las más favorables al
consumidor.

Tales pautas que parecen de fácil concretización, se vuelven complejas cuando se trata de
establecer la norma aplicable en cada caso concreto y comporta una tarea para los jueces. Como
advierte Díaz Asnarte, no es posible pronunciarse en abstracto y en términos absolutos a favor o
en contra de la aplicación de la nueva legislación a las relaciones y situaciones existentes pues, más
allá de cuestiones políticas, siempre habría que optar entre el total inmovilismo del ordenamiento
jurídico o la vulneración potencial de la seguridad jurídica (aut. cit. “Teoría general de la sucesión
de normas en el tiempo”, Tirant lo Blanch, 2002. ISBN 84-8442-594-0). En cualquier caso, la
aplicación de la ley conforme al derecho transitorio no puede realizarse sin una profunda y
prudente reflexión y una ponderación equilibrada.

La Sala Tercera de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de la Provincia,


recientemente se ha pronunciado sobre un supuesto en el que la parte demandada, en el marco
de un juicio de ejecución de honorarios, en su carácter de beneficiaria de un inmueble inscripto
como bien de familia, apeló la traba de un embargo sobre los derechos y acciones que, como
heredera, tiene sobre el inmueble que habita. Encontrándose la causa a estudio del Tribunal, entró
en vigencia el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, que derogó, entre muchas otras, la Ley
de Bien de Familia Nº 14.394, por lo que los jueces se vieron ante la obligación de decidir cual
norma a aplicar. Se tuvo en cuenta que los artículos 244 y siguientes del nuevo ordenamiento
tutelan el derecho a la vivienda, reconocido por la Constitución Nacional, la Provincial y los
tratados internacionales de Derechos Humanos, contemplando una idea más amplia de familia y
limitando la protección a un solo inmueble. El efecto principal (al igual que la ley anterior) es que
ésta no puede ser embargado por una deuda de causa anterior a la inscripción, con algunas
excepciones. Entonces, ¿cuál de los dos sistemas debe aplicarse? ¿Sigue vigente para este caso el
régimen anterior o quedó sin efecto y por ende desprotegida la vivienda hasta que se vuelva a
inscribir bajo las reglas del nuevo sistema? Cuáles son las consecuencias de la situación jurídica a
las que el Código Civil se aplica de manera inmediata? Está prevista la retroactividad? Estas son
algunas de las preguntas que deben hacerse los jueces bajo la luz de las reglas del artículo 7
mencionado.

En el caso comentado, la Sala Tercera determinó:

- que la afectación constituida como bien de familia bajo la ley derogada, continúa vigente
porque, en la protección del derecho a la vivienda, el Código Civil no dispone su aplicación
retroactiva, por lo tanto no es necesario que la beneficiaria reinscriba el inmueble protegido ante
la Dirección Gral. de Inmuebles, inscripción que, para esta nueva ley, además, ya no es constitutiva
sino declarativa.

- que por el artículo 7 del Código Civil, las normas del nuevo ordenamiento se aplican
inmediatamente a las consecuencias aún no agotadas de la inscripción del inmueble como bien de
familia.

¿Cuáles son esas consecuencias, derivaciones o efectos que reconocen su causa eficiente en la
situación jurídica en análisis?

En el caso, el beneficio se había constituido en 1970. Años después su instituyente falleció. Los
honorarios reclamados por el abogado embargante se originaron en el juicio sucesorio del
constituyente y su cónyuge beneficiaria. En consecuencia se advierte lo siguiente: 1) la causa del
crédito por honorarios, es decir el momento en que ha tenido lugar el hecho generador del crédito
de quien pretende ejecutar el inmueble protegido con independencia de la fecha en que se tornó
exigible, es posterior a la inscripción del bien de familia; 2) la vivienda continúa afectada al sistema
tuitivo pues de la lectura de los artículos 254, 252 y 255, inciso d) del Código Civil se infiere que los
efectos legales de la protección de la vivienda se producen a partir de la inscripción en el Registro
Inmobiliario correspondiente y subsisten hasta la desafectación, aun cuando se produjera el
fallecimiento del constituyente y que el beneficio se mantiene mientras algún beneficiario siga
habitándolo, que es justamente el supuesto de la demandada.

En tales condiciones, y aplicando las previsiones del nuevo ordenamiento a las consecuencias aún
no agotadas de la situación jurídica invocada, la Sala Tercera hizo lugar a la apelación y mandó
levantar el embargo trabado sobre la vivienda inscripta como bien de familia (CApel. CC. Salta, Sala
III, t. 2015, fº 386/387).

Es innegable el impacto que tiene el nuevo Código en numerosas instituciones, por lo que
resultaría sin dudas interesante y esclarecedor propiciar a través de la Escuela de la Magistratura
un espacio de opinión que se refiera exclusivamente a los diferentes fallos que se dicten por
nuestros tribunales y otros del país, relacionados con la aplicación del nuevo ordenamiento que
puedan ser tomados como precedentes o, en su caso, ampliar el debate sobre los temas allí
tratados

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