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RAYMOND WJLLIAMS

Marxismo
y literatura
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Prólogo de J. M. Castellet
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Traducción de Pablo di Masso
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Ediciones Península

Barcelona
J_,a edición original inglesa fue publicada bajo el tirulo Prólogo
de MarxiJ7ll nnd Literature, por Oxford University Press, 1977.
© Oxford University Prcss, 1977. ·
Marximzo y titeratu1·t1 apareció, en 1988,
en la colección Ho1no Sociologicus.

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autori1.:tción escrita Me parece particularmente interesante la publicación en
de los titulares del copyright, hajo las sanciones establecidas
en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por traducción castellana de esta obra de Raymond Williams en
cualquier medio o proccdinüento, comprendidos la reprografía un momento en que. en España, ha descendido notablemente,
y el rratantienlo infonnático, y la distribución de cje1nplares al .menos en apariencia, el interés por los planteamientos
de ella mediante alquiler o préstamo públicos, así con10
la exportación e i111portación de esos ejemplares pa~a su marxistas, no sólo en el campo de la cultura. Se ha creado
distribución en venta fuera del ámhito d_e la Unión Europea. así -después de muchos años en los que la lectura del mar-
.; xismo teórico fue. en cierto modo. un sucedáneo de la prác~
·•1 tica política- un espacio abierto (menos propenso a ciertos
Diseño de la cubierta: Lloren¡; Marques.
!. dogmatismos de los que nos acompañaron en los tiempos
franquistas) en el que la relectura de libros como el de Wil-
Pritnera edición en HCS: dicien1brc de 1997.
'Segunda edición: fcbréro de 2000 .. ! liams viene a ~er como un repaso inteligente, crítico y. a la
©de esta edición: Ediciones Península S·.a l vez, sugercntemente creativo de muchas lecturas que, por la
Peu de la Crcu 4, 08001-Barcelona.
E-MAIL: correu@grup62.co1n l fuerza de las cosas, fueron entre nosotros a menudo crispa-
das y no siempre suficientemente objetivas.
.- JNTF.RNET: http://www.peni nsulaedi.c6n1
ill Resulta curioso que, en su Introducción, Williams nos
.. diga, no sin cierto optimismo, que hoy el marxismo --espe-
Impreso en RomanyUNal1s s.a., Pla¡;a Verdaguer
08786-Capelladcs
J,
j cialmente en la teoría de la cultura- «ha experimentado un

:.'
Depósito legal, B. 6.465-2000.
ISBN, 84-8307-073-T. ¡
!
significativo resurgimiento». El hecho no es, sin embargo, tan
sorprendente como a nosotros nos puede parecer. Se diría
que, en las últimas décadas y en el mundo occidental, algu-
· . .¡•
;! nos de los países latinos europeos han sido los más activos
i en el estudio de la teoría marxista y, aún, en la elaboración
l de polémicas que, por lo menos en el terreno cultural, no
! siempre han estado exentas de virulencia. Véanse, si no, los

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¡
casos de Francia e Italia, países, claro está, en .los que la
presencia de fuertes partidos comunistas -y, en consecuen-
cia, de numerosos intelectuales afiliados a los mismos- ha
impuesto la necesidad de un frabajo teórico que ha llegado,
i incluso, a propuestas tan innovadoras como discutibles, den-
\ tro de la ortodoxia en el campo de la política. No tanto, sin
embargo, añadiría por mi parte, ha sucedido en el terreno
cultural, en el que un evidente estancamiento y una cierta
esterilización l?ien visibles han dominado las reiteradas exé-
gesis de los grandes teóricos.
Raymond Williams aprovecha el tradicional aislamiento
insular de Gran Bretaña para ofrecernos una lectura distan-
ciada y, sólo. en apariencia, desapasionada del estado de la

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cuestión. Su obra, sin embargo, no pretende quedar en un tificador de Ja noc10n tradicional de «reflejo», impugnada
prontuario académico: «es una crítica y un debate», Y como por Ja idea de «mediación•, según la contribución que al
tal hay que aceptar, a mi entender, su propuesta, que surge tema aporta la Escuela de Frankfurt. Asimismo, se detiene
-y me parece un buen método y un aceptable punto de parti- críticamente en una serie de conceptos esclerotizados por el
da- de su actitud personal ante el marxismo y la literatura, uso y Ja repetición constante en los teóricos marxistas, inten-
en un intento de revisión histórica, válida más allá de sus tando, en cada caso concreto, descubrir el momento en que
propias vivencias intelectuales. Partir de un cierto subjetivis- han quedado empobrecidos y petrificados y los errores de los
mo personal me parece, cuando menos, saludable ante la teóricos posteriores de insistir en su utilización, sin com-
pretendida ortodoxia de algunas «escuelas» cuyos maestros prender que el marxismo es una práctica dinámica CUf? de~a­
habían impuesto ua rigidez metodológica de una pobreza que rrollo tiene que pasar, forzosamente, por la superac10n his-
se reflejaba en los resultados finales de sus investigaciones y, tórica de sus propios postulados.
sobre todo, en las aplicaciones a estudios concretos, en el ¡ Solamente en la tercera y última parte de su libro trata
campo de la literatura, que se traducían en esquemáticas Willfams del hecho literario. También aquí, el autor aborda
aproximaciones (historicistas, economicistas, etc.) a la obra
J
paciente y minuciosamente las di versas ideas que se han de-
de los autores estudiados. j sarrollado en la teoría marxista, desde Marx y Engels -o,
Me permitirá el lector que no dé nombres -de todos co- más concretamente, desde Plejánov- hasta nuestros días. No
nocidos- por tratarse, ahora, de la presentación de un libro se trata, claro está, de hacer historia, ni de establecer un pa-
que los recoge y los analiza, intentando estudiarlos en un / norama de autores y obras, sino de analizar críticamente los
contexto más amplio y no únicamente en el. campo cerrado 1 conceptos, ideas y categorías literarias expresadas por el mar-
del marxismo. Williams, aún habiendo escrito un libro «mar- xismo, en contacto con otros desarrollos estéticos· -parale-
xista», tiene plena conciencia de (¡ue muchos de los conceptos 1 los, convergentes o divergentes- que se han sucedido en el
que utiliza -y en particular los cuatro que constituyen la ,,j último siglo. Sin duda, la voluntad de enriquecer criticamente
primera parte del libro: cultura, lenguaje, literatura e ideo- el marxismo es el objetivo primordial de Williams, pero sus
logía- no sólo no son exclusivamente conceptos marxistas, 1 planteamientos se alejan con insistencia de todo aquello que
aunque el marxismo haya contribuido poderosamente a su J
pueda suponer dirigismo o determinismo cultural. El último
caracterización en el último siglo, sino que la aportación es· :1 apartado de esta tercera parte se titula «La práctica creati-
1
pecífica del marxismo en su configuración ha sido, cuando
menos, irregular. La tentati-;f! de Wilfü1ms viene expresada
¡ va•, práctica que es -y tiene que set- actividad libre del
escritor. Que una obra admita con ·posterioridad lecturas di-
de una forma muy clara y creo que en ella estriba su aporta- 1 versas no presupone en la «práctica creativa_» determinantes
ción más positiva: «Examino específicamente la utilización
que hace el marxismo de estos conceptos, pero asimismo es. .,¡ sociales o ideológicos. Eso nQ .. es óbice, claro está, para
que Williams -o cuálquier otro teórico marxista- pueda
toy interesado en ubicarlos dentro de desarrollos más gene-
rales ( ... ) estoy interesado por comprender las diferentes for-
mas del pensamiento marxista más en su interacción con
lt ejercitar también una lectura personal o integradora: «La
composición escrita, escribir, es a menudo una nueva articu-
lación y, efectivamente, una nueva formación que no se ex-
otras formas del pensamiento que como una historia, sea ha- tiende más allá de sus propios modos. Sin embargo, separar-
giográfica o ajena.• la como arte, que en la práctica involucra siempre parcial-
Así planteado el libro, Williams se extiende, en una se- mente, y a veces totalmente, elementos de cualquier parte del
gunda parte, en lo que constituye «SU» teoria cultural, apor- · continuu1n, significa perder contacto con el proceso "creativo
tación inteligentP. y esclarecedora en muchos puntos. Así, por sustantivo y luego idealizarlo; ubicarlo por encima o por de-
ejemplo, cuando trata de clarificar los conceptos de «base• bajo de Jo social cuando en realidad constituye lo social en
y «Superestructura», quitándoles su carácter de «elementos
consecutivos», cuando en la práctica son indisolubles, y pro-
j una de sus formas más distintivas, duraderas y totales. Por
lo tanto, Ja práctica cre'ativa es de muchos tipos. Es desde
poniéndose analizarlos a través de la compleja categoria de
«determinación». Es también interesante su análisis desmi- l ya y activamente nuestra conciencia práctica.»
En opinión de Williams, este libro «difiere, en varios pun-

l
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,. ··1!".
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tos clave, de lo que es ampliamente conocido como Ja .teoría
marxista; e, incluso, de gran parte de sus vai;iantes». Sin em- Introducción
bargo, él autor cree que su posición puede definirse como
materialismo cultural: «Una teoría de las especificidades del 1
material propio de la producción cultural y literaria del ma- 1
terialismo histórico». En este _sentido, pues, y· pese a sus di- 1
vergencias con el pensamiento anterior, cree- que se trata de
una teoría marxista y «de lo que al menos yo pienso que es 1
el pensamiento fundamental del marxismo». Es difícil juzgar Este libro ha sido escrito en una era de cambio radical.
la propia valoración de Williams. La crisis del marxismo de Su temática, marxismo y literatura, forma parte de este
hoy y de sus ideas culturales y estéticas puede ser enjuicia- 1 cambio. Hasta hace veinte años, y eSpecialmente en los países
angloparlantes, hubiera sido posible suponer, por una parte,
da desde ópticas plurales. Más que crisis es, con toda probabi-
lidad, a tenor de sus formulaciones aferradas a la· exégesis de l que el marxismo conforma un cuerpo estab]e de t~oría o
los textos de ios clásieos -desde Plejánov a Gramsci, por 1 doctrina, y por otra, que la literatura es un cuerpo estable de
citar do~ nombres_:, una lenta e' indolora agonía a la que to- trabajo, o de tipos de trabajo, con una serie de cualidades y
1
propiedades generales bien conocidas. Un libro ·de est~ tipo,
das las ideologías que han cumplido un largo y fructuoso ci-
clo están biológicamente condenadas. Ahora bien, el propio j entonces, podría haber examinado razonablemente los pro-
blemas que surgen de las relaciones planteadas entre estos
Williams habla de lo que él llama las «variantes» del marxis-
mo. ¿Cuáles reconoce él o cuáles se reconocen a sí mismas :I dos ·temas o, aceptando cierto tipo de relación, haber pasado
rápidamente a algunas aplicaciones específicas. En la actua-
como «v8.riantes» .de ese pensarriiento secular? Nadle puede ne-
lidad la situación es muy diferente. El marxismo, en muchas
gar, supongo, que muchas de esas posibles «variantes.» fónnan esferas de actividad, y tal vez especialmente en la esfera de
·parte, en la actualidad, del pensamiento contemporáneo, reco- la teoría de la cultura, ha experimentado un significativo re-
nozcan O no sus autores su origen marxista. También perte- surgimiento a la vez que una apertura y una flexibilidad res-
nece a tina tradición cultural la ruptura con el padre, violenta, pecto del desarrollo teórico. Entretanto, Ja literatura se ha
a· veces,. insensible y progresivamente distanciada, las más. tornado problemática en una serie de nuevos aspectos por
Tratar de establecer hoy, en Jos distintos campos de
la cultura, lo que nos une o nos separa del marxismo pue- l'.I razones que le son afines.
El propósito de este libro es presentar este período de
de ser una curiosidad intelectual, expresión de un senti- desarrollo activo de la única manera que parece apropiada
miento de culpabilidad o una acción lib.eradora hacia for- a un cuerpo de pensamiento que todavia se halla en movi-
mas renovadas de creación que, aunque nO lo .sepan, son o miento,' procurando a la vez clarific.arlo y contribuir a su
no son tributarias . de antiguas, fructíferas y ya venerables desarrollo. Esta actitud implica, necesariamente, reexaminar
ideas. No creo. que a muchos de los intelectuales creadores las posiciones más primitivas, tanto marxistas como no mar-
de hoy les inquiete demasiado lo que es, más que otra cosa, xistas·. Sin embargo, lo que _se ofrece no es un sumario; es
un problema de etiqueta que ya amarillea en Su equipaje una crítica y un. debate. · ..
cultural.. ¿Williams marxista.? Quizás sí. Pero no es pre- Un modo de explicitar mi concepción de la situación a
ciso, repito, atender demasiado a Ja etiqueta. Su libro, en partir de la cual principia este libro es describir, sucinta-
todo caso, es un buen pretexto para reflexionar sobre algunos mente, el desarrollo de mi propia actitud ante el marxismo
temas qlle siempre interesarán a aquellos a quienes importe ¡ y Ja literatura, dos temas que, tanto en la práctica como en
conocer lo que ha sido un debate de primera magnitud en la ! lo que se refiere a la teoría, han ocupado la mayor parte
elaboración del pensamiento teórico de la literatura, desde ¡ de mi vida activa. Mis primeros contactos con la cuestión
finales del siglo xrx has'ta, en el peor de los· casos, el mo- ! literaria en el marxismo se produjeron cuando llegué a Cam-
mento actual. bridge, en el año 1939, con el objeto de estudiar lengua; no
J. M. CASTELLET 1
~ en la facultad, sino en la prolífica polémica estudiantil. En
Junio de 1980 t aquella época el debate y el análisis político y económico mar-
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que yo me hallaba particularmente interesado, comencé a
xista, o al menos comunista y socialista, ya me resultaban re- comprender y a definir una serie de problemas que desde
lativamente familiares .. Mi experiencia de crecimiento en el entonces ocuparon Ja mayor parte de mi obra. Excepcio-
seno de una familia de la Clase trabajadora me había lle-
vado a aceptar la posición política básica que ellos soste- ¡ nalmente aislado dentro de las cambiantes formaciones po-
líticas y culturales de los últimos años de Ja década de
nían y clarificaban. Los asuntos cultural y líterario, tal como
tropecé con ellos, eran, efectivamente, una prolongación de
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,,
1940 y de principios de la década de 1950, procuré descu-
brir un área de estudio en Ja cual algunos de estos interro-
esto, o un tipo de afiliación a esto. Por entonces no lo com· J gantes pudieran 5er respondidos y otros pudieran ser inclu-
prendí así con claridad. La dependencia, creo, todavía no so formulados. Durante la misma época estudié intensamen-
es comprendida en general en todas sus implicaciones. Prác- te el marxismo y continué compartiendo Ja mayoría de sus
ticani.ente nadie se convierte en marxista en función de ra- 1 posiciones políticas y económicas, aunque llevando adelante
zones que son originariamente culturales o literarias, sino .! mi propia obra cultural y literaria e investigando desde una
en función de compulsivas razones políticas y económicas. distancia intencionada. Este período se halla sintetizado en
En la premura que caracterizó a Ja década de 1930 o que 1 mi libro Culture and Society y, en el contexto ai:tual, en su

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caracteriza a los años setenta, todo ello resulta comprensible, capítulo ·sobre «marxismo y cultura».
aunque puede significar que un estilo de pensamiento y cier- Sin embargo, a partir de mediados de Ja década de 1950
tas proposiciones determinadas son escogidas y aplicadas, comenzaron a surgir nuevas formaciones que fueron agru-
de buena fe, como si formaran parte de un compromiso p()-
lítico sin tener nece~ariamente ningqna esencia independien-
il padas bajo la denominación de Ja Nueva Izquierda. En esta
época hallé una inmediata afinidad entre mi propio tipo de
te y, éiertamente, sin provenir necesariamente del análisis i;I trabajo literario y cultural y posiciones que, de hecho, ha-
y Ja elaboración básicos. De este modo describiría yo mi pro- bían estado latentes desde Jos años de 1947 y 1948, como se
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pia posición como estudiante durante el período comprendido
•' vislumbra en el trabajo publicado bajo el título de Politics
entre los años 1939 y 1941, en el cual un marxismo confiado and Letters; posiciones que permanecían sin desar~ollar por-
aunque altamente selectivo coexistía torpemente con mi traba- que las .condiciones para una elaboración de ese tipo aún
jo. académico ordinario hasta que Ja incompatibilidad -tan fá. no existían plenamente. Asimismo, encontré -fundamental-
cilmente negociable entre los estudiantes como entre Jo que mente- que el pensamiento marxista era diferente, y en al-
se consideraba el establishment pedagógico- se convirtió en gunos aspectos radicalmente diferente, de Jo que yo y Ja ma-
un problema; no en cuanto a las campañas políticas. o a lapo- yoría de Ja gente entendia en Gran Bretaña por marxismo.
lémica, sino, muY riguros.amente, para mí mism~ y para todo Se establecieron contactos con trabajos anteriores que has-
lo que pudiera denominar como mi. propio pensamiento. Lo ta entonces no se habían cruzado en nuestro camirio; por .
que verdaderamente aprendí -compartiéndolo- de las in- ejemplo, Ja obra de Lukács y de Brecht. Existía una nueva
flexiones dominantes que asumía aquella actitud marxista obra contemporánea en Polonia, en Francia y. en Ja propia
inglesa. es lo ··que ahora denominaría; todavía respetuosa- Gran Bretaña. Y mientras una parte de esta obra estaba
mente, populismo radical. Era una tendencia popular, activa explorando nuevos campos, otra gran parte de ella, precisa-
y comprometida, preocupada mucho .más. (para su propio mente la más interesante, entendía al propio marxismo como
beneficio) por producir literatura que por juzgarla, e intere- un desarrollo histórico con una serie de posiciones sumamen-
sada sobre todo en relacionar Ja literatura activa con las vi- te variables e incluso alternativas.
das de la mayoría de nuestro propio pueblo; Al mismo tiem- Comencé entonces a leer más intensamente la historia
po, y paralelamente, su esfera de acción, aun en lo que del marxismo, .procurando delinear especialmente la con-
atañía a las ideas marxistas, era relativamente estrecha y cepción particular, tan decisiva para el análisis cultural y
existían numerosos problemas y tipos de debate sumamente literario, que hoy reconozco ha sido originariamente siste-
desarrollados en estudios especializados, con los que no se matizada por Plejanov, que recibía el apoyo impqrtante de
relacionaba en absoluto y a los cuales, en consecuencia, a Jos últimos trabajos de Engels y que fuera popularizada por
menudo se descartaba. En Ja medida en que comenzaron las tendencias dominantes del marxismo soviético. Compren-
a surgir dificultades en las áreas de actividad e interés en
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r
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der claramente aquella concepción teórica y su carácter hí- thusser, las síntesis variables y en evolución del marxismo
brido con un sólido populismo radical nativo significaba . 1 y de algunas formas del estructuralismo. Al mismo tiempo,
comprender tanto mi respeto como mi distancia respecto ¡ dentro de esta significativa actividad nueva, había un mayor
de Jo que hasta el momento había conocido como marxismo acceso a los trabajos más antiguos, especialmente los de
tout court. Asimismo, significaba recuperar una concepción Ja Escuela de Frankfurt (en su período más significativo,
del grado de selección e interpretación que,. tanto en rela- durante los años treinta y cuarenta) y particularmente la
ción con Marx como con la extensa argumentación e investi- obra de Walter Benjan1in; la obra extraordinariamente ori-
gación marxista, representaba efectivamente aquella posi- .,1 gin~l de A'ntonio Gramsci; y, como un elemento decisivo de
ción familiar y ortodoxa. Por Jo tanto, pude incluso estudiar un nuevo concepto de la tradición, la obra nuevamente tra-
a Jos marxistas ingleses de Jos años treinta de un modo di- 1 ducida de Marx, y especialmente Jos Grundrisse. Durante el

l
ferente, especialmente a Christopher Caudwell. Resulta ca- período .en que ocurría todo esto, reflexionaba a menudo
racterístico que Ja controversia sobre Caudwell, que yo había -y en Cambridge tenia un motivo directo de reflexión-
seguido muy cuidadosamente durante Jos últimos. años cua- acerca del- contraste que existía entre la situación que vivía
renta y principio de Jos cincuenta, se había centrado sobre ., el estudiante socialista de literatura en el año 1940 y Ja si-
una cuestión característica del estilo · de aquella tradición tuación que tenía en el año 1970. Generalmente tenía ra-
ortodoxa: «¿Son sus ideas marxistas o no lo son?» Es un ij zones suficientes para reflexionar sobre la sorpresa que ma-
estilo que se ha conservado; en algunos rincones, en cier- nifestaba cualquier estudiante de literatura en una situación
tas afirmaciones veraces sobre si esto o aquello_ es o no es en la que una concepción que había sido arrastrada a una
una posición marxista. Sin embargo, al conocer algo más J condición de ·estancamiento, o a pos.iciones locales y parciales,
de Ja historia del marxismo y de Ja variedad de tradiciones en Jos años treinta y cuarenta, estaba siendo vigorosa y sig-
selectivas y alternativas que se agrupan dentro -de ella, po- nificativamente reconsiderada.
día al menos liberarme del esquema que habla constituido A principios de lbs años setenta comencé a examinar es-
tal obstáculo tanto para la certeza como para Ja duda: el es- tas cuestiones en una serie de conferencias y de clases en
quema de las posiciones marxistas establecidas y conocidas Cambridge; al principio con alguna oposición por parte de
que, en· general, eran las únicas aplicables, y el correspon- mis colegas de Ja facultad, que sabían (pero que no saben)
diente abandono de todos Jos demás tipos de pensamiento, qué significaban el marxismo y la literatura. Sin embargo,
como el no marxista, -el revisionista, el neohegeliano o el esto. importaba menos que el hecho de que mi propio debate
burgués; Una vez que el cuerpo central de pensamiento era solitario, prolongado y a menudo interior, con lb .que yo
comprendido en sí mismo como activO; en desarrollo, in- había conocidO ·como marxismo, ocupaba su lugar en una
concluso y persistentemente contencioso, volvieron a 3.brirse seria y extensa investigación internacional. Tuve oportuni-
muchos de aquellos interrogantes; y, en honor a la verdad, dad de divulgar mis análisis en Italia, Escandinavia, Fran-
mi respeto por ·.;1 cuerpo de pensamiento considerado en cia, Norteamérica y Alemania, y ante visitantes de Hungría,
su totalidad, incluyendo Ja tradición ortodoxa considerada Yugoslavia y la Unión Soviética. Este libro es el resultado
ahora como una tendencia dentro de esa totalidad, se incre- de aquel período de análisis en un contexto internacional
mentó de modo decisivo y significativo. He llegado a compren- en el que he tenido el sentimiento, por primera vez en mi
der cada vez con mayor claridad las diferencias radicales que vida, de pertenecer a una esfera y a una dimensión de tra-
presenta respecto de Jos demás cuerpos de pensamiento; y, bajo en Ja que podía sentirme absolutamente cómodo. Sin
al mismo tiempo, las complejas conexiones que mantiene embargo, he tenido presente en cada momento la historia
con ellos.y Jos numerosos problemas que todavía se hallan en de los treinta y cinco años anteriores, durante los cuales
vías de solución. cualquier contribución que yo pudiera aportar había sido
Fue precisamente en esta situación cuando sentí Ja agi- desarrollada en contacto directo · y complejo, aunque a
tación que me produjo establecer contacto con nuevas obras menudo indocumentado, con los asertos y las ideas mar-
marxistas: las últimas obras de Lukács, las últimas obras xistas.
de Sartre, el desarrollo de Ja labor de Go!dmann y de Al- Tal historia individual puede revestir alguna importancia

14 15

1
para el desarrollo del marxismo y de_l pensamiento elabo;ado
sobre el marxismo en Gran Bretana durante ese penado.
Sin embargo, tiene una importancia más inmediata para el
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'·I1
debido a- la relativa poca familiaridad que caracteriza a
algunos de sus elementos, forma parte de lo que al menos
yo pienso que es el pensamiento fundamental del marxismo.
carácter de este libro y para su organización. En la primera Con el objeto de sostener el análisis, la discusión y la
parte cuestiono y analizo cuatro conceptos básicos: «cul- '., presentación de posiciones teóricas nuevas o modificadas,
tura», «lenguaje», «literatura» e «ideología». Ninguno de ellos >
?: he debido mantener el libro dentro de una dimensión teó-
es exclusivamente un concepto marxista, aunque el pensa- • rica primaria. En muchos aspectos esto será bien compren-
1
miento marxista ha contribuido a su caracterización; a veces dido e incluso bienvenido. Sin embargo, debo aclarar, co-
significativamente, por lo general de un modo irregul'.'r. Exa- 1 nociendo la solidez que caracteriza a otros estilos de trabajo,
1
especialmente en relación con la gran mayoría de mis lec-
mino específicamente la utilización que hace el rnarxrnmo de
estos conceptos, pero asimismo estoy interesado en ub1carl~s tl tores ingleses, que, aun siendo este libro casi totalmente
dentro de desarrollos más generales. Esto es consecuencia -teórico, en él cada posición ha sido elaborada a partir del
del desarrollo intelectual que he descrito: estoy interesado
por comprender las difereñtes formas del pensamiento mar-
xista más en su interacción con otras formas del pensamien-
1.,
,.¡
1
minucioso trabajo práctico que he realizado previamente y
de su interacción consecuente -sea ésta implícita- con
otros tipos de procedimientos e hipótesis teóricos. Tal vez

1"
to que como una historia separada, sea hagiográfica o ajena. yo sea más consciente que nadie de la necesidad de ofrecer
A la vez, el reexamen de estos conceptos fundamentales, es- ejemplos detallados a fin de esclarecer algunos de los con-
pecialmente los de la lengua y la literatura, abre el camino ceptos menos. familiares; aunque, por una parte, este libro
hacia la crítica y la contribución subsiguientes, En la segunda procura ser en algunos aspectos un punto de partida para
parte analizo y discuto los conceptos clave de la teoría cul- un nuevo trabajo, y, por otra parte, algunos de los ejem-
tural marxista, de la cual -y esto constituye una parte esen- plos que ofreceré ya han aparecido en libros ese.ritos con
cial de mi exposición- parece depender en la práctica la anterioridad. Por lo tanto, quien desee saber lo que yo «prác-
teoría literaria marxista. No es solamente un análisis de los ticamente, reaJmente» significo a través de ciertos conceptos,
elementos que conforman un cuerpo de pensamiento; ex- puede remitirse, a fin de obtener algunas instancias direc-
ploro variantes significativas y, en algunos puntos específicos, trices, a los ejemplos de las indicaciones y anotaciones que
especialmente en los capítulos finales, introduzco mis propios aparecen en Drama in Perfomance; a las convenciones de
conceptos. En la tercera parte extiendo nuevamente el aná- Drama form Ibsen to Bretch; a las estructuras del senti-
lisis a las cuestiones de la teoría literaria en la cual las va- ~ miento planteadas en las obras Modern Tragedy, The Coun-

l
riantes del marxismo son interactivas con otros tipos de try and the City y The English Novel from Dickens to Law-
pensamiento con el que se hallan relacionados y que a veces rence; a las tradiciones, instituciones y elaboraciones sobre
resultan alternativos. En cada una de estas partes, mientras lo dominante, lo residual y lo emergente en algunas partes
presento un análisis y una discusión de los elementos clave de la obra Culture and Society y en la segunda parte de The
y de las variantes del pensamiento marxista, me preocupo Long Revolution; y en lo que se refiere a la producción cul-
asimismo por desarrollar de modo teórico una posición a
la que he arribado con el paso de los años. Esta difiere, en
1• tural material, a la obra Television: Technology and Cultural
Form. Escribiré aquí algunos de estos ejemplos de un modo
varios puntos clave, de lo que es ampliamente conocido diferente, desde una posición teórica más desarrollada y usu-
corno la teoría marxista; e incluso de gran parte de sus fructuando las ventajas que reporta un vocabulario más di-
variantes. Es una posición que puede ser descrita brevemente fundido y más consistente (este último ejemplificado en la
corno de materialismo cultural: una teoría de las especifici- obra Keywords). Sin embargo, los ejemplos deben ser men-
dades del material propio de la producción cultural y lite- cionados con la advertencia de que este libro no es un
raria dentro del materialismo histórico. Sus detalles perte- trabajo teórico separado, sino que constituye una argumenta-
necen a la totalidad de la argumentación; sin embargo, debo ción basada en todo lo que he aprendido de las obras previas
decir en este punto que, a mi modo de ver, es una teoría en general y que se ubica en una relación nueva y conscien-
marxista, y en sus campos específicos, a pesar de -e incluso te con el marxismo.

16 17

1
Finalmente, me alegra poder decir cuánto he aprendido l. CONCEPTOS BASICOS
de mis colegas y de los estudiantes de muchos países, espe-
cialmente en la Universidad de Cambridge; en la Universidad
de Stanford, California; en la Universidad McGill, Montreal;
f
.~
en el Instituto Universitario Orientál, Nápoles; en la Uni- ,·
versidad de Bremen y en el Instituto para el Estudio del
Desarrollo Cultural de Belgrado. Debo mi agradecimiento
personal a J ohn Fekete y, a lo largo de muchos años, a Ed-
ward Thompson y Stuart Hall. Este libro no podría haber
sido escrito sin el apoyo y la inagotable cooperación de mi
esposa ..
1
R.W.

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: En el centro mismo de un área principal del pensamiento
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¡ y la práctica modernos ·aparece un concepto que es frecuen-
¡~ temente utilizado en las descripciones, «Cultura», que en sí

ll mismo, en virtud de la variación y la complicación, com-
prende no sólo sus objetos, sino también las contradicciones
' a través de las cuales se ha desarrollado. El concepto funde
.~ y confunde a la vez las tendencias y experiencias radical- ·
~
'J mente diferentes presentes en formación. Por tanto, resulta..
! ~
impósible. llevar a c"bo tii:t análisis cultural· serio sin tratar
de tomar conciencia 'del propio concepto; una conciencia que
~ debe ser histórica~ como veremos más adelante. Esta vaci-
..
;. ;
'.' •
•" ~
lación ante lo que parece ser la riqueza de la teoría desarro-
llada y la plenitúd de la práctica lograda adolece de la in-
f comodidad, e incluso de la ineptitud, de cualquier duda· ra-
i dical. Literalmente, es un momento de crisis: una·· conmo-
'~ ción de la experiencia, una ruptura del sentido de la histo-
t ria, que nos obligan a retroceder desde una posición que pa-
% . recía positiva y útil: todas las inserciones inmediatas a una
.f tesis crucial, todos los accesos practicables a una actividad
f inmediata.· Sin embargo, no se puede bloquear el avance.
Cuando los conceptos más básicos -los conceptos, como
.¡:· j. se dice habitualmente, de los cuales partimos- dejan re-
! pentinamente de ser conceptos para convertirse en problemas

lr
-no problemas analítkos, sino movimientos históricos que
'
todavía no han sido resueltos-, no tiene sentido prestar
oídos a sus sonatas invitaciones o a sus resonan'tes estruen-
;~
J dos.· Si podemos hacerlo, debemos limitarnos a recuperar
la esencia en la que se han originado sus formas.
~· Sociedad, economía, cultura: cada una de etas aáreas»,

l
identificadas ahora por un concepto, constituye tina formu-
lación histórica relativamente reciente . .La •sociedad• fue la
camar?tdería activa, la compañía, «el ·hacer común», antes
de que se convirtiera en' la descripción de un sistema· o un
¡
orden general. La •economía• fue el manejo y el control de
-~ un hogar familiar y más tarde el manejo de una comuni-
! dad, antes de transformarse en la descripción de un percep-
'
! tible sistema de producción, distribución e intercambio. La

;¡¡IJ
21


'l
.;

•cultura• antes de estas transiciones, fue el crecimiento Y •natural», ~na •7conomía natural>, con leyes del tipo de. las
la march~ de las cosechas y los animales y, por extensión, leyes del ( •mvanable>) mundo físico.
el crecimiento y la marcha de las facultades humanas. Den- La mayor parte del pensamiento social moderno parte de
tro de su desarrollo moderno, los tres conceptos no evolu- estos _conceptos y de las notas inherentes a su formación,
cionaron armónicamente, sino que cada uno de ellos, en un de sus problemas aún por resolver y que habitualmente se
momento crítico, fue afectado por el curso de los demás. !º
~ª.'1 por sen.tados. Por ta_nto, existen un pensamiento •po-
Al menos, éste es el modo en que hoy podemos co~prender lítico», «social». o «so:10Iógico» "Y( «económico», y se supone
su historia. Sin embargo, en el curso de los camb10s verda- que ellos describen •areas•, entidades comprensibles. Habi-
deros, lo que se .. mezcló con las nuevas idea~, y. en _alguna tualme_nte, se agrega, aunque a veces de tin modo reluctante,
medida se fijó a ellas, fue un tipo de expenencia s~empre que existen, por supuesto, otras •áreas•: fundamentalmente
compleja y sin ningún precedente en absoluto. La «Socie~ad•, el área •psicológica• y el área •cultural». Sin embargo en
con el acento que se le adjudicó con respecto a las rela~1~nes tanto es mejor admitir éstas que rechazar aquéllas habi-
inmediatas fue una alternativa consciente ante Ja ngidez tuaJ.n:ente no se percibe que sus formas provienen,' en la
fonnal de ~ orden heredado, considerado más tarde como ?r.ái::t1ca, de los problemas irresolutos. de la configuración
-un orden impuesto: el «Estado». La «economía», _con. el acen~ IIllCI~ de los conceptos. ¿Es la psicología •individual• («psi-
to que se le adjudicó en relación con el manejo y el con- coló~1ca» l. o •social»? Este problema puede descartarse a fin
trol fue un intento consciente de comprender y controlar de discutirlo dentro de la disciplina apropiada hasta el mo-
un 'cuerpo de actividades que habían sido asumidas no mento ei: que ~e descubre que el problema de qué es •Social>
·, i
sólo como necesarias, sino como ac.tividades :\'.ª d~das. Por i? ha dejado sm resolver el desarrollo predominante de «So-
tarito cada concepto interactuaba con una hlstona Y una
expe;iencia cambiantes. La •Sociedad», elegida Pº:'". su sus-
r-
j~--
c1eda~». ¿Comprendemos la «cultura» como «las artes» como
·~ sistema de significados y valores• o como un •estllo de
tancia y· su necesidad primordial, la •sociedad civil», que vida _global» y su relación con la •Sociedad• y la «economía•?
podría ser distinguida· de la rigidez for~al de~ •Estado», se 1:°~ mterrogantes deben plantearse, pero es sumamente di-
convirtió a su vez en algo abstracto y sistemático. En conse-. fícI! que seamos capaces de ofrecer una respuesta a menos
cuenda, se hacían necesarias nuevas descripciones. de la si;s- que reconozcamos los problemas que se hallan implícitos en
tancia inmediata que la •sociedad• eventualm~11t~ e:ccima. los coi:c.eptos de «sociedad• y •economía•, que han sido
Por ejemplo, el. «individuo», que alguna vez habia significado transmitido~ a conceptos tales como •cultura• en virtud de
el concepto de indivisible, un miembro de un grupo, fue de- la abstracción y la limitación que caracterizan a tales tér-
sarrollado ha.sta convertirse en un término no sólo esperado, minos.
.-, ..
sino incluso contrario: «el individuo» y la «Sociedad». La El concepto de «cultura•, cuando es observado dentro del
a.sociedad», en sí misma y en lo que respecta a sus té~n~s contexto más amplio del desarrollo histórico, ejerce una fuer-
derivados y calificados. es una formulaci~n de la expe~nc1a te presión sobre los términos limitados de todos los demás
que hoy sintetizamos bajo la denominaci_ó1:1 de la «Sociedad conceptos. Esta es siempre" su ventaja; asimismo, es siem~
burguesa•: su creación activa contra la ng1dez del «E~tado• pre la fue_nt~ de sus dificultades, tanto en lo que se refiere
feudal; sus problemas y sus limites dentro de este tipo de a su defin1c10n como a su comprensión. Hasta el siglo XVIII
creación; hasta que, paradójicai:ient~, se dist~~e de -e tod~vía era el nombre de un proceso: la cultura de algo, de
incluso se opone a- sus prop10s impulsos m1c1al~s. Del l~ tierra, d.e los animales, de la mente. Los cambios deci-
mismo modo, la racionalidad de la «economí~», c~ns1derada sivos expenmentados por la «sociedad» y la «economía» ha-
como un modo de comprender y controlar un _s1sten_ia de bían comenz::ido antes, en las postrimerías del siglo XVI y
producción distribución e intercambio en relación directa durante el siglo XVII; gran parte de su desarrollo esencial
con la instÍtución actual de un nuevo tipo de sistema ~conó­ se con_ipletó. antes de que la «cultura• .incluyera sus -nuevos
mico, se conservaba aunque se veía limitada por los m1s~os y evasivos significados. Esta situación no puede comprender-
problemas que afrontaba. El verdadero producto de la ms- se a men"'.s que tomemos conciencia de lo que había ocurrido
titución racional y del control· era proyectado como algo a la «Sociedad» y a la «economía»; de todos modos, nada

22 23
puede ser plenamente comprendido a menos que examinemos superposiciones que se producían entre todos estos concep-
. un decisivo concepto moderno que en el siglo XVIII necesi- tos modernos formulados y entre ellos y los conceptos resi-
taba una nueva palabra: civilización. duales de tipo más antiguo han sido excepcionalmente com-
La noción de «civilizar», en el sentido de ubicar a los hom- plejas.
bres dentro de una organización social, ya era conocida; se «Civilización» y «cultura» (especialmente en la fase co-
.. /-·
apoyaba sobre los términos civis y civitas y su propósito era mún, originaria, en que se denominaban «cultivo») eran, en
.expresado por el adjetivo «civil» en el sentido de ordenado, efecto, durante las postrimerías del siglo XVIII, términos in,
educado o cortés. Fue extendido positivamente, tal como he- tercambiables. Cada uno de ellos llevaba consigo el problemá-
mos observado, al concepto de «Sociedad civil». Sin embargo, tico doble sentido de un estado realizado y. de un estado del
«civilización» habría de significar algo más que esto. Encerra~ desarrollo realizado. Su. divergencia eventual tiene numero-
ba dos sentidos históricamente ligados: un estado realizado, sas causas. En primer lugar, existía el ataque a la «Civiliza-
que podría contrastar con la «barbarie», y ahora también un ción» acusada de superficial; un estado «artificial» distinto de
estado realizado del desarrollo, que implicaba el procéso y el un estado «natural»; el cultivo de las propiedades «externas•
progreso histórico. Esta fue la hueva racionalidad histórica -la urbanidad y el lujo- en oposición a necesidades e im-
. ..•' :· de la Ilustración, combinada de hecho con la. celebración au- pulsos más «humanos». Este ataque, a partir de Rousseau y a
toatribuida. de una lograda condición de refinamiento y de través de todo el movimiento romántico, fue la base para un
·.... : orden. Fue esta combinación lb que habría de resultar pro- importante sentido alternativo de la «cultura», considerada
··: blemático. La perspectiva del desarrollo de la historia univer, como un proceso de desarrollo «interior» o «espiritual» en
sal característica del siglo XVIII constituyó sin duda un ade- oposición a un desarrollo «exterior». El efecto primario qué
lanto significativo. Constituyó el paso crucial más allá de la resultó de esta alternativa fue asociar la cultura con la reli-
concepción relativamente estática («eterna») de· Ja historia gión, el arte, la familia y la vida personal, como algo distinto
que había dependido de supuestos religiosos o metafísicos. de --0 activamente opuesto a- la «Civilización» o «sociedad»
Los hombres habían producido su propia historia en este sen- en su nuevo sentido abstracto y general. A partir .de esta con-
tido especial: ellos (o algunos de ellos) habían alcanzado la cepción, aunque no siempre con todas sus implicaciolles, la
«civilización». Este proceso fue secular y su desarrollo, en «cultura» -considerada como un proceso general del desa-
ese sentido, fue-un proceso histórico. Sin erribargo,· al mismo rrollo «interior»- se extendió a fin de incluir un sentido des'
tiempo fue una historia que había culminado en un estado criptivo de los medios y productos de ese desarrollo; es de-
realizado: en la práctica, la civilización metropolitana de In- ciri la «cultura,, como clasificación general de «las artes», la
. glaterra y Francia. La insistente racionalidad que explorabá e religión, las instituciones y las prácticas de los significados y
informaba todos los niveles y todas las dificultades de este los valores. Sus ·relaciones con la «Sociedad» eran entonces
proceso se detuvo. en el punto en que pudo afirmarse que se problemáticas, ya que éstas eran evidentemente instituciones
había alcanzado la civilización. En realidad, todo lo que pudo y prácticas «sociales» aunque se consideraban dfferentes del
ser racionalmente proyectado fue la extensión·y el triunfo de conjunto de las instituciones y prácticas generales y «exterio-
estos valóres alcanzados. res» que hoy se denominar\ corrientemente con el término
Esta posición, que ya se hallaba sometida al opresivo ata- «sociedad». La dificultad era normalmente negociada relacio-
que de los sistemas religiosos y metafísicos más antiguos y nando la «cultura», aun cuando fuera evidentemente social en
al orden de las naciones asociadas a elio·s, ·adquirió nuevos su práctica, con la «Vida interior» en sus fonnas más accesi-
tipos de vulnerabilidad. Las dos respuestas decisivas de tipo bles y seculares: con la «subjetividad», «la imaginación», y efl.
moderno fueron, primero, la idea de la cultura, que presen- estos términos con «lo individual». El énfasis religioso se de-
taba un sentido diferente del crecimiento y el desarrollo hu- bilitó Y fue sustituido _por lo que en realidad era una meta-
manos, y segundo, la idea del socialismo, que proponía una física de la subjetividad y del proceso imaginativo. La «Cultu-
crítica social e histórica junto a una alternativa de la «civili- ra», o más específi~amentc el «arte» y la «literatura» (nueva-
zación» y la «sociedad civil» consideradas como condiciones mente generalizados y abstraídos), eran considerados como el
fijas y realizadas. Las ampliaciones, las transferencias y las registro más profundo, el impulso más profundo y el recurso
24 25
.......

más profundo del •espíritu humano•. La •cultura• era enton- desarrollo? Desde la perspectiva de las historias universa-
ces la secularización, a la vez que la liberalización, de las for- les la razón fue la propiedad y el medio fundamental carac-
mas metafísicas primitivas. Sus medios y sus procesos eran terístico; una esclarecida comprensión de nosotros mismos y
distintivamente humanos y fueron generalizados como subje- del mundo que nos permite crear formas más elevadas del
tivos, aun(¡ue ciertas formas cuasi-metañsicas -'-«la imagina- orden natural y social, superando la ignorancia, la supersti-
cióh» 1 «la creatividad», «la inspiración», «la estética» y el nue-
vo sentido positivo del •mito»- fueron ordenadas dentro de
'
" ción y las formas sociales y políticas a que habían conducido
y que ellas mismas sostenían. En este sentido, la historia era
un nuevo n1onumento funerario. · · el progresivo establecimiento de sistemas más racionales y
Esta ruptura originaria se había producido con la «civili- por lo tanto más civilizados. Gran parte de Ja confianza que
zación» y con su presunto sentido <cexterior,,. Sin embargo, caracterizó a este movimiento se debió tanto. al esclarecimien-
en la medida en que la secularización y la liberación si- to que personificaban las nuevas ciencias físicas como al sen-
guieron su curso, se produjo una presión sobre el propio con- timiento de un orden social realizado. Resulta sumamente di-
cepto de «civilización». Esta situación alcanzó un punto crí- fícil distingilfr este nuevo sentido secular de la «civilización»
tico durante el período de rápido desarrollo de la sociedad de un sentido secular comparable de Ja «Cultura• considerada
industrial y de sus prolongados conflictos políticos y socia- como una interpretación del desarrollo humano. Ambas eran
les. Desde cierta perspectiva este proceso formó parte del ideas modernas en el sentido de que ponían énfasis en Ja
continuo desarrollo de Ja civilización: de un nuevo y más ele- capacidad humana no sólo para comprender, sino para edifi-
vado orden social. No obstan te, desde otra perspectiva, la ci- car un orden social humano. ~sta fue la diferencia decisiva
vilización fue el estado realizado al que estos nuevos desa- que presentaban las dos ideas en relación con la temprana
',(
. .; .
rrollos amenazaban con destruir. Por tanto, la «civilización» derivación de Jos conceptos sociales y de los órdenes sociales
se convirtió en un término ambiguo que denotaba por una a partir de supuestos estados religiosos o metafísicos. No obs-
parte un desarrollo progresivo y esclarecido y por otra un tante, en el momento de identificar las verdaderas fuerzas
estado realizado y amenazado, y se tomó cada vez más re- impulsoras -dentro de este proceso del •hombre que produ-
trospectiva identificándose a menudo en Ja práctica con las ce su propia historia»- surgieron .perspectivas radicalmente
glorias recibidas del pasado. En este último sentido, la «civi- diferentes.
lización» y la «Cultura» se superponen nuevamente como es- En este sentido, una de las formulaciones más primitivas
tad.os .recibidos antes que como procesos continuo:'?. Por lo que ponía el acento sobre el •hombre que produce su propia
tanto, se alineó una nueva batería de fuerzas contra la cul- historia• fue la de Vico, que aparece en Ja obra The New
tura y cOntra la civilización: el materialisino, el mercantilis- Science (del año 1725).
mo, la democracia, el socialismo. Afirmaba:
La <ccultura», entretanto, sufrió todavía otro desarr~11o.
~ste es especialmente difícil de delinear, pero es fundamerital- •Una verdad que se halla más allá de toda cuestión: el mundo
mente importante porque condujo a la «Cultu:i-a» considerada de la sociedad civil ha sido construido .verdaderamente po:r ·los
como un concepto social, especJficamente antropológico y so- hombres, y sus principios, por lo tanto, deben ser hallados den-
ciológico. La tensión y la interacción existente entre este senti- tro de las modificaciones sufridas por nuestra propia mente
do en desarrollo y el otro sentido del proceso «interior» y «las humana. Quienquiera que reflexione sobre esto no puede sino ma-
ravillarse por el hecho de que los filósofos hayan dirigido todas
artes» continuó siendo evidente y s~mamente ·importante. sus energías al estudio del mwido de la naturaleza, que, desde
En ]a práctica existió siempre alguna conexión entre am- que fue creado por Dios, solamente al conoce; y que hayan re.
bos desarrollos, aunque el énfasis que se acordó a uno u chazado el estudio del mwido de las naciones o el mundo civil,
otro resultó ser muy diferente. El 01igen de este segundo que, desde que fué construido por los hombres, ellos han tenido
sentido se halla arraigado en la ambigüedad de la •Civiliza- Ja esperanza de conocer» (p. 331 ).'
cióh» considerada tanto un estado I'ealizado como un estado
realizado del desarrollo. ¿Cuáles eran las propiedades de este l. Todas las referencias pertenecen a las ediciones indicadas en· la
estado realizado y, correspondientemente, de Jos medios de su ' . Bibliografía.
1 26 27

1
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~-.
f _
l; .. mente en la teoría marxista, esta complejidad es fuente de
~~.... .. _
En este punto, contra el carácter del tiempo: las. •ciencias grandes dificultades. El problema de saber, al principio, si
naturales• son rechazadas y se otorga a las «ciencias huma- sería una teoría de alas artes y la vida intelectual» en sus re-
"· ..
'/:":::· nas• un énfasis nuevo y sorprendente. Podemos conocer. lo laciones con la «sociedad» o una teoría del proceso social que
_;;<.
~' _ . que hemos hecho y podemos conocerlo realmente, precisa- produce «estilos de vida• específicos y diferentes, es sola-
';¡;·.:_!- mente por haberlo hecho. Las interpretaciones esp~cífic~s q':'e mente el problema más evidente.
~-' .:_.v.·'
~T,.._.t,, por entonces ofreció Vico tienen hoy muy poco mteres; sm El primer problema sustancial se halla en las actitudes
;·; .;,.;_-·r
embargo, su descripción de un modo de. ~esarrollo qu_e fue a asumidas con respecto a la •civilización•. En este punto, la
:f¡;:}--·· la vez, e interactivamente, la configurac1on de 1'1:s sociedades decisiva intervención del marxismo consistió en el análisis de
y la configuración de las mentes humanas, es probablemente la «sociedad civil» y de aquello que dentro de sus términos
el origen efectivo del sentido social general de la «cultura•. se conocía por «civilización» como forma social específica: la
El propio concepto fue desarrollado por Herder en su obra sociedad burguesa creada por el modo de producción capita-
/. Ideas sobre la filosofía de la historia de la humanidad (17~4- lista. Esto proporcionó una indispensable perspectiva crítica
..- ~
1791). Él aceptaba el énfasis puesto en el autodesarrollo h~s­ . aunque se hallaba contenida en gran parte en los supuestos
tórico de Ja humanidad, pero argumentaba que era demasia- que habían producido el concepto; con mayor evidencia, el de
do complejo para ser reducido a Ja evolución de un simple · un progresivo desarrollo secular; pero también el que se re-
principio y especialmente a algo tan abstracto como la «r~­ fería a un amplio desarrollo uni!ineal. La sociedad burguesa
zón»; y además, que era demasiado variable para _ser reduci- y la producción capitalista eran severamente atacadas y ob-
do a un desarrollo progresivo y unilineal que culmmaba en la . servadas a la vez como históricamente progresistas (la última
«civilización europea». Era necesario, afirmaba Herder, ha- en términos admitidos, como en «la burguesía ... ha converti-
.. ,. blar de «culturas» antes que de «Cultura», así como aceptar . do a los países bárbaros y semibárbaros en naciones <lepen-
.. ·)
su variabilidad y reconocer dentro de toda cultura la comple- . dientes de los países civilizados•, Manifiesto comunista, pá-
jidad y variabilidad de sus fuerzas configurativas. Las 1~ter­ gina 53). El socialismo las sustituirá como próximo y más ele·
pretaciones específicas que él ofreció entonces, en !érmmos vado estadio del desarrollo. ·
de puebIOs y naciones «orgánicos» en contra del «un1versal1s- Es sumam.ente importante comparar esta perspectiva he-
mo exterior» de la Ilustración, constituyen elementos del mo- . redada con otros elementos del marxismo y de los movimien-
vimiento romántico y hoy re.sultan de poco interés. Sin em- tos radicales y socialistas que le precedieron. A menudo, es-
bargo, Ja idea de un proceso social fundamental que configu- pecialmente en los movimientos más tempranos, influenciados
re «estilos de vida• específicos y distintos constituye el on- ' por una tradición alternativa que incluye la crítica radical de
gen efectivo del sentido social comparativo de la •cultura» y, la «civilización», no fue el carácter progresivo, sino el carác-
actualmente, de sus necesarias «Culturas» plurales. ter fundamental contradictorio de este desarrollo lo que re-
La complejidad que reviste el concepto de «cultura» es por sultó decisivo. La «civilización• no solamente había produci-
lo tanto sumamente clara. Se convirtió en el nombre del pro- do riqueza, orden y refinamiento, sino también, como parte
ceso «interno» especializado en sus supuestos medios de ac- del mismo proceso, pobreza, desorden y degradación. Fue ata-
ción en la «vida intelectual» y «las artes». Asimismo, se con- cada debido a su «artificialidad, a los notorios contrastes que
virtió en el nombre del proceso general especializado con sus evidenciaba en relación con un orden "natural" o "humano"•.
presuntas configuraciones en «todos los estilos de vida». En Los valores esgrimidos contra ella no eran los del próximo y
una primera instancia tuvo una función fundamental en las más elevado estadio del desarrollo, sino Jos vinculados a la
definiciones de «las artes• y de «las humanidades». En una esencial hermandad de los hombres, expresada a menudo
segunda instancia tuvo una función igualmente esencial_ en las como algo que debe ser tanto recobrado como conquistado.
definiciones de las «ciencias humanas,> y las «c1enc1as so.- Estas dos. tendencias del marxismo, y del más amplio movi-
ciales». Cada tendencia está preparada para negar a cualquier miento socialista, a menudo han surgido juntas; no obstante,
otra tendencia todo uso adecuado del concepto, a pesar de en la teoria, y especialmente en el análisis de la práctica his-
haberse realizado numerosos intentos de reconciliación. En tórica subsecuente, deben ser radicalmente distinguidas.
toda teoría moderna de la cultura, aunque tal vez especial-
29
28

j .J;¡ '·r·
......
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La siguiente intervención decisiva del marxismo fue !'l re- cultural idealista. Por lo tanto, las posibilidades plenas del
chazo de lo que Marx denominó «rustoriografía idealista», y concepto de cultura, considerada como un proceso social·
en ese sentido, de los procedimientos teóricos de la Ilustra- constitutivo creador de «estilos de vida» específicos y dife-
ción. La historia no era concebida (o no era concebida siem- rentes y que pudo haber sido notablemente profundizada por
pre o en principio) como la superación de la ignorancia o la el énfasis puesto en un proceso social material, se perdieron
superstición mediante el conocimiento y la razón. Lo que durante un tiempo muy prolongado y en la práctica eran sus-
aquella declaración y aquella perspectiva excluían era la his- tituidas a menudo por un universalismo abstracto y unilineal.
toria material, la historia de la clase trabajadora, de la indus- Al mismo tiempo, la significación del concepto alternativo de
tria, como «libro abierto de las facultades humanas». La no- cultura, qu7 definía la «vida intelectualo y «las artes», se vio
ción originaria del «hombre que produce su propia hlstoria» comprometida por su aparente reducción a un status «Su-
recibió un nuevo contenido fundamental a través de este énfa- perestructura!», y fue abandonada a fin de que fuera desarro-
~is puesto sobre el «hombre que se hace a sí mismo» mediante llada por .aquellos que, en el mismo proceso en que Ja idea-
la,producción de sus propios medios de vida. De entre todas lizaban, eliminaban sus necesarias conexiones con la sociedad
las dificultades detalladamente mostradas, éste fue. el más y la historia y, en las áreas de la psicología, el arte y la creen-
importante progreso intelectual de todo el pensamiento so- cia, desarrollaban un poderoso sentimiento alternativo del
cial moderno. Ofrécía la· posibilidad de superar la dicotomía propio proceso humano constitutivo. Por lo tanto no resulta
existente entre la «sociedad• y la «naturaleza• y de des.cubrir sorprendente que en el siglo XX este sentimiento' alternativo
nuevas ·relaciones constitutivas· entre la «sociedad» y la «eccr haya llegado a. cubrir y sofocar al marxismo, con alguna justi-
nomía». En tanto que especificación del elemento básico del ficación, debido a sus errores más obvios, pero sin tener que
proceso social de la. cultura, era la recuperaCión de Hf tota- afrontar el ver?":der'? desafío que se hallaba implícito; y muy
lidad de la hlstoria. Inauguró la inclusión decisiva de la rus-. claro, en el ongmano planteamiento marxista.
toria material, que había sido excluida de la •denominada En el complejo desarrollo sufrido por el concepto de •cul-
·historia de la civilización, que es toda una historia de las tura», que por supuesto ha sido actualmente incorporado a
religiorles y de los Estados». La propia historia del capitalis- sistemas y prácticas muy diferentes, existe una cuestión de-
mo ·elaborada por Marx es sólo el ejemplo más prominente. cisiva que aparecía una y otra vez durante el período forma-
Sin embargo, en este logro se presentan algunas dificulta- tivo del siglo ~II y principios del siglo XIX, pero que en
des. El énfasis que adjudicó al proceso social, de tipo cons- general se perdió o al menos no fue desarrollado durante el
titutivo, fue mitigado por la persistencia de un tipo de na- primer estadio del marxismo. Es la cuestión del lenguaje del
cionalismo temprano, reladonado con el supuesto· de un pro- hombre, que fue una comprensible preocupación de los hls-
gresivo desarrollo unilineai y con una versión del descubri- toriadores de la •civilización• y una cuestión fundamental e
miento de las •leyes científicas» de la sociedad. Esta situación incluso definitoria, para los teóricos del proceso constituti~o
debilitó la perspectiva constitutiva y fortaleció una perspec- de la «Cultura», desde Vico hasta Herder e incluso más allá
tiva más instrumental. Nuevamente, el acento puesto sobre de él.. Ciertamente,' para .comprender todas las implicaciones
la hlstoria material, especialmente dentro de las polémicas de la idea de un •proceso humano constitutivo• debemos vol-
necesarias para su establecimiertto, se vio comprometido de vemos hacia los cambiantes conceptos del lenguaje.
un modo muy especial. En· lugar de producir una historia
cultural material, que era CI próximo movimiento fundamen-
tal, se produjo una historia cultural dependiente, secundaria,
' «superestructura!»: uii reino de «meras» ideas, creencias, ar-
tes, costumbres, determinadas mediante la historia material
·básica. En este punto, lo que interesa no es sólo el elemento
de reducción; es la reproducción, de forma modificada, de la
separación entre la •cultura» 'y la vida social material que
había conformado la tendencia dominante del pensamiento

30 31
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.!
i blema. Lo que continúa siendo necesario es la conjunción y la
2. Lenguaje consecuente revaluación de cada posición. Sin embargo, de
1naneras diferentes .y· con resultados políticos significativos,
cada posición transformó las concepciones habituales sobre
el lenguaje que dependían y sostenían tipos de. pensamiento
relativamente estáticos con respecto a los seres humanos en
el mundo.
Una definic\ón del lenguaje es siempre, implícita o explí- El énfasis fundamental puesto sobre el lenguaje conside-
citamente una definición de los seres humanos en el mundo. rado como una actividad comenzó durante· el siglo xv111, aso-
Las principales categorías aceptadas '"'-«mundo», «realidad», ciado estrechamente con la idea de que los hombres habían
«naturaleza» <<humano»- pueden ser contrapuestas a, o rela- producido su propia sociedad; idea que hemos visto es un
cionadas 'co~ Ja categoría del «lenguaje•; sin embargo, hoy elemento central en el nuevo concepto de «cultura». Dentro
.. -~'
es un lugar ~omún observar que .todas las categorías, inclu- de la tradición que predominaba con anterioridad, y a través
yendo Ja categoría del «lenguaje», son construcciones expre- de todas sus variantes, el «lenguaje» y la «realidad» habían
sadas con· un lenguaje; por lo tanto, sólo con esfuerzo y den- sido absolutamente separados de modo tal que la investiga-
tro de un sistema de pensamiento particul.ar pueden ser sepa- ción filosófica' fue' desde un principio una investigación de las
. radas del lenguaje con el propósito de 'realizar una investi-. conexiones existentes entre estos órdenes aparentemente se-
gación de relaciones. Tales esfuerzos y sistemas, no obstante, parados. La unidad presocrática del lagos, en ·Ja cual el len-
constituyen una parte fundamental de la historia del pensa- guaje era considerado tina unidad con el orden del universo y
. miento. Una gran proporción de Jos problemas que han sur-· de la naturaleza, con la ley divina, la ley humana y la razón,
gido de esta historia son muy importantes para el marxismo, había sido definitivamente rota y efectivamente olvidada. La
y en algunas áreas el propio marxismo ha contribuido a ellos distinción fundamental entre «lenguaje» y «realidad», como
por extensión, de su revaloración básica del materialismo his- entre «concie_ncia» y «mundo material», correspondiente a las·
tórico a las principales categorías admitidas. Sin embargo, es verd_aderas divisiones entre actividad «mental» y «física», se
· significativo que, por comparacióp, el marxismo haya contri- había convertido en algo tan habitual que la atención seria
buido muy poco al pensamiento sobre el propio lenguaje. El parecía naturalmente concentrada sobre las consecuentes, y
resultado ha sido o bien.las versiones limitadas y subdesarro- excepcionalmen·te complicadas, relaciones y conexiones. La
lladas del lenguaje como •reflejo• de Ja «realidad» que han principal investigación de Platón en relación con . el len-
sido admitidas como verdaderas, o bien las proposiciones·so- guaje (desarrollada en el Cratilo) se centró en el ·problema·
bre el ·lenguaje desarrolládas dentro --o bajo la forma- de de la exactitud del nombrar, pudiendo observarse que la in-
otros sistemas de .pensamiento a menudo antagónicos que han terrelación de la ({palabra» y el «objeto» se origina o bien
sido sintetizadoS con proposicion"es marxistas en relación a en la «naturaleza» o bien en la· «convención». La solución
otros tipos de actividad de manera. que no sólo son definiti- de Platón constituyó en realidad el fundamento del pensa-
vanlente insostenibles, sino que, ·en·nuéstra épo~a, se.hallan . miento idealista: e~iste ·un reino intermedio aunque consti-
fundamentalmente limitadas á Ja fortaleza de las proposicio- 1 tutivo, que no es Ili Ia -«palabra» ni el <{objeto», sino la <{for-
nes sociales. Los efectos que ha sufrido Ja teoría cultural, y 1 ma», la <ccsencia» ·O la «idea». Por ello, tanto la investiga-
en particular el pensamiento sobre la literatura, han sido es- 1 ción del «le~guaje» como de la «realidad» fue siempre, en
pecialmente observados. su raíz, una investigación de estás formas constitutivas (me-
Los momentos clave .que deben ·ser de interés para el mar- 1 tafísicas).
1
xismo, dentro del desarrollo del pensamiento sobre el len- Sin embargo, dado este supuesto básico, las investigaciones
' de largo alcance sobre los usos del lenguaje podrian ser aco-
guaje, son, primero, el énfasis puesto sobre el lengilaje en
tanto que actividad, y segundo, el énfasis puesto sobre la metidas de varias maneras sumamente particulares. El len~
historia del lenguaje. Ninguna de estas posiciones, por sí mis- guaje, como modo de indicar la realidad, podría ser estudia-
ma, resulta suficiente para exponer nuevamente !Odo ·el pro- do como la lógica. El lenguaje, en tanto es considerado un
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segmento accesible de la realidad, especialmente en las for- Finalmente, sin embargo, toda Ja cuestión vinculada a Ja
mas establecidas, fijas, de la escritura, podría ser estudiado distinción existente entre <clenguaje» y «realidad» fue consi-
como la gramática en el sentido de su perfil formal y •exter- derada obligadamente de un modo que al principio resultó
no». Finalmente, dentro de la distinción entre lenguaje y rea- sorprendente. Descartes, reforzando la distinción y haciéndo-
lidad, el lenguaje podría ser entendido como un instrumento la más precisa y exigiendo que el criterio de Ja conexión no
utilizado por los hombres para propósitos específicos y dis- debía ser metafísico o convencional sino fundamentado en el
cernibles, y éstos podrían ser estudiados en la retórica y en la conocin1iento científico, provocó nuevos interrogantes debido
poética asociada a ella. A través de un· prolongado desarrollo a Ja simple fuerza de su escepticismo respecto de las viejas
académico y escolástico, estas tres grandes ramas del estu- respuestas. Fue en respuesta a Descartes como Vico propuso
dio del lenguaje -la lógica, la gramática y la retórica-, aun- su criterio de que sólo podemos tener pleno conocimiento de
que formalmente asociadas en el trivium medieval, se trans- aquello que podemos hacer o producir por nosotros mismos.
formaron en disciplinas específicas y eventualmente separa- En un aspecto decisivo, esta respuesta era reaccionaria. Desde
das. Por lo tanto, aunque consiguieron progresos prácticos el momento en que Jos hombres no crearon el mundo físico
fundamentales, o bien impidieron el examen de la forma que desde ninguna perspectiva que resulte evidente, una poderosa
asumía la distinción básica entre «lenguaje» y «realidad» o nueva concepción del conocimiento científicO fue descartada
bien determinaron los campos, y especialrilente los térmi~os, a priori y, como antes, fue reservada a Dios. Por otra parte,
en que debla llevarse a cabo un examen de este tipo. sin embargo, insistiendo en que podemos ·comprender a la
· Éste es, evidentemente, el caso que se d~ con el importante sociedad porque la hemos producido, porque Ja conocemos
concepto medieval de signo, que, sorprendentemente, ha sido realmente, no de un modo abstracto sirio a través del propio
adoptado nuevamente por el pensamiento ·lingüístico moder- proceso de producirla y porque Ja actividad del lenguaje es
no. «Signo», que proviene etimológicamente del vocablo la- fundamental en este proceso, Vico abrió una dimensión ab-
tino signum, marca o señal, es intrínsecamente un concepto solutamente nueva.
que se basa en la distinción que. existe entre •lenguaje» y Esta dimensión fue y sigue siendo difícil de comprender;
·«realidad». Es una interposición en.tre la «palabra» y el «Ob- inicialmente debido al hecho de que Vico Ja fijó en lo que
jeto» que reproduce la interposición platónica de «forma», puede interpretarse como un relato esquemático del desarro-
«esencia» o «idea», aunque ahora en términos lingüísticos ac- llo de los estadios del lenguaje; los tres estadios notorios
cesibles. ·Por Jo tanto, en Buridan los «signos naturales» con- de Jo divino, lo heroico y lo humano. Rousseau, reproducien-
forman los duplicados mentales universales de la realidad. y do estos tres estadios como «históricos» e interpretándolos
éstos se hallan unidos, convencionalmente, a los «signos arti- como estadios de una vigencia decadente, otorgó una argu-
ficiales» que representan las letras o los sonidos físicos. Dado mentación al movimiento romántico: el resurgimiento de la
este punto de partida, pueden desarrollarse importantes in- literatura como un resurgimiento del poder «originario», «pri-
vestigaciones sobre Ja actividad del lenguaje (pero no sobre mordial», del lenguaje. Sin embargo, esto oscureció inmedia-
el lenguaje considerado como una actividad): por ejemplo, Ja tamente el sentido nuevamente activo de la historia (canali-
notable gramática especulativa del pensamiento medieval, en zándolo en el sentido· de la regeneración y fina.lmente, en Ja
Ja cual fueron descritos e investigados el poder de las oracio- medida en que esto fracasó, en el sentido de la reacción) y el
nes y de Jos modos de construcción que abarcan y las compli- sentido nuevamente activo del lenguaje, que siendo encauza-
cadas nociones empíricas de «nombrar»~ Entretanto, sin em- do en Ja dirección de la literatura pudo ser demarcado como
bargo, el propio trivium, y en especial la gramática y la retó- un caso especial, una entidad especial, una función especial,
rica se convirtieron en demostraciones relativamente forma- dejando las relaciones «no literarias» del lenguaje a cargo de
les .'.._aunque inmensamente extendidas- de las propiedades la realidad de un modo tan convencional y alienado como el
de un previo material escrito «clásico». Lo que más tarde. se anterior. Aceptar literalmente los tres estadios de Vico o reco-
conocería con la denominación de «estudio literario», y desde nocerlos simplemente como . «estadios», significa perder de
principios del siglo XVII como •crítica», se desarrolló a partir vista, como Je ocurrió a Vico, Ja dimensión que él había abier-
de este método limitado, poderoso y prestigioso. . to, ya que Jo fundamental, dentro de esta concepción del len-
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guaje, era que surgía solamente en el estadio humano, siendo nivel fundamental, aunque era precisamente en relación con
lo divino aquello que se refería a las ceremonias y rituales el lenguaje como las nuevas distinciones convencionales -ne-
mudos y lo heroico ese aspecto que involucraba Jos gestos Y cesitaban ser desafiadas con más urgen_cia.
Jos signos. El lenguaje verbal es, por tanto, distintivamente Lo que ocurrió, en cambio, fue un extraordinario avance
humano; de hecho, constitutivamente humano. :bste fue el en el campo del conocimiento empírico de las lenguas y un
punto reivindicado por Herder, quien negaba cualquier no- análisis y una clasificación sumamente notable de este conoci-
ción del lenguaje como «dado» al hombre (por ejemplo, por miento en términos que descartaban algunas de las cuestiones
Dios) y, en consecuencia, negaba la manifiesta noción alterna- básicas. Resulta imposible separar este movimiento de su his-
tiva del lenguaje como «agregado» al hombre, como un tipo toria política dentro del desarrollo dinámico de las sociedades
especial de adquisición o de herramienta. El lenguaje es pues, occidentales durante el período de difusión del colonialismo.
positivamente, una apertura del mundo y hacia el mundo dis- Los estudios más antiguos sobre el lenguaje habían sido am-
tintivamente humana y no una facultad discernible o instru- pliamente contenidos, por el campo de las, lenguas muertas
mental, sino una facultad constitutiva. . c<clásicas» (que todavia determinaban efectivamente la c<gra- .
Históricamente, este énfasis puesto sobre el lenguaje como mática» tanto en su sentido sintáctico como literario) y de
facultad constitutiva, como el énfasis -estrechamente asocia- · las <ederivadas» lenguas vernáculas modernas. La e_xploración
do- puesto sobre el desarrollo humano considerado como y la colonización europeas, entretanto,.habían ?.ifui:di~? ~ra­
'.•
cultura, debe ser entendido como un intento de conservar al- máticamente el nivel aprovechable del material hngu1st1co.
guna idea de Jo generalmente humano frente a los procedi- El encuentro crítico se produjo entre las civilizaciünes euro-
mientos analíticos y empíricos ae una: ciencia natural que pea e hindú: no sólo en lo que se refería a las lenguas aprove-
.....
manifestaba un desarrollo poderoso y de afirmar una idea de chables, siho en lo que significó el contacto europeo con los
la creatividad humana frente a la aifundida comprensión de métodos altamente desarrollados de los eruditos de la gra-
las propiedades del mundo físico y de ias explicaciones cau- mática hindú con su cuerpo alternativo de textos <cclásicos».
sales que, consecuentemente; se desprendían de ella. En sí En su calidad de inglés en la India, William Janes aprendió
misma, toda esta tendencia estuvo en constante peligro de con- el sánscrito, y a partir de una observación de sus semejanzas
vertirse simplemente en un nuevo tipo de idealismo -Ja «hu- con el latín y el griego comenzó el trabajo que condujo a la
manidad» y la «creatividad» proyectándose como esencias-, clasificaci6n de las lenguas indoeuropeas (arias) y de otras
·· .. mientras que las tendencias que se le oponían se desplazaban familias de lenguas.
hacia un nuevo tipo de materialismo objetivo. Esta escisión Este trabajo, basado en el análisis comparativo y la clasi-
específica, fatal para todo el pensamiento subsecuente, fue ficación y considerado desde la perspectiva de su procedi-
efectivamente disfrazada ·y ratificada mediante una nueva dis- miento, fue muy semejante a la biología evolutiva de Ja que
tinción convencional entre «arte» (la literatura) -la esfera es contemporáneo. Éste es uno de los períodos principales de
......: de la «humanidad» y la <ccreatividad»- y «Ciencia» (el «Cono- toda la investigación erudita, que no sólo fundamentó empí-
cimiento positivo»). y la cognoscible dimensión del mundo fí- ricamente las principales clasificaciones de las familias de
sico y de los seres humanos físicos que se hallaban dentro del ¡!''¡ lenguas, incluyendo esquemas de su desarrollo evolutivo y de
mismo. Cada uno de los términos clave -ccarte», «literatu- 1 sus relaciones, sino que, dentro de estos esquemas, también
ra» y <eciencia» junto con el término cccultura» asociado a ellos 1 descubrió ciertas «leyes» de cambio; especialmente de cam-
y con una especialización nuevamente necesaria como Ja «es-
tética» y la distinción radical entre c<experiencia» y <eexperi-
J bio de sonido. E·n un área, este movimiento fue «evolucionis-
ta» en un sentido muy particular; en su postulado de un
mento»- cambiaron su significado durante el periodo corn-
prendido entre los primeros años del siglo XVIII y principios
l' protolenguaje (protoindoeuropeo) a partir del cual se había
desarrollado la ,«familia» principal. Sin embargo, en sus e"s-
del siglo XIX. Los conflictos y las confusiones resultantes fue- tadios más posteriores fue «evolucionista» tan1bién en otro
ron graves; sin embargo, resulta significativo que en la nueva sentido. El rigor creciente que se ·imprimió al estudio de los
situación creada en el siglo XIX los problemas jamás estuvie- cambios de sonido asoció una ram.a.:del estudio del lenguaje
ron realmente vinculados al terreno del lenguaje en ningún 1 con la ciencia natural, de modo tal ·que un sistema de fané-
. ' ~·:.-.._,:-;.'
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1
tica lingüística se desarrollaba junto con los estudios físicos roinación europeas, los originarios procedimientos filológicos
de la facultad del lenguaje y con los orígenes evolutivos del no resultaron, de modo característico, suficientemente obje-
habla. Esta tendencia culminó en el trabajo fundamental s0- tivos. La asimilación de estas lenguas, todavía más extrañas,
bre la fisiología del habla y --dentro de este área- en el a las categorías de la filología indoeuropea -el reflejo na-
campo designado de un modo significativo como psicología tural del imperialismo cultural- fue resistida y detenida
experimental. científicamente mediante los procedimientos necesarios que,
Esta identificación del uso del lenguaje como problema asumiendo solamente la .presencia de un sistema extranjero,
de la psicología habría de tener efectos fundamentales so- encontraron medios de estudiarlo en sus propios tér1ninos
bre los conceptos del lenguaje. Entretanto, sin embargo, den- (intrínsecos y estructurales). Este enfoque constituyó un be-
tro de los estudios del lenguaje en general apareció una nue- neficio-más para la descripción científica, con sus propios y
va fase que reforzó las inherentes tendencias al objetivismo. notables resultados, aunque a nivel de la teoria constituyó el
Lo que se estudiaba de un modo característico en la filología refuerzo final de un concepto del lenguaje considerado como
comparada era un conjunto de· registros del lenguaje: en rea- un sistema objetivo (extranjero).
lidad,_ fundamentalmente, la palabra escrita extranjera. Esta Paradójicamente, este enfoque tuvo un efecto más pro-
hipótesis sobre este material de estudio definido ya se hallaba l fundo a través de las necesarias correcciones de procedimien-
presente, desde luego, en la fase previa correspondiente al es-
f
tos que vinieron a continuación de la nueva fase de contacto
tudio de las lenguas «clásicas»: el griego, el latín, el hebreo. con lenguas que carecían de textos. Los procedimientos más
Pero los inedias de acceso a una serie más amplia de lenguas · tempranos habían sido determinados por el hecho de que
reproducían una instancia previa: _la del observador privilPgia- una-lengoa se presenta casi invariablemente en textos pasa-
do (científico) de un cuerpo de material escrito extranjero. dos específicos: acabadas expresiones monológicas. El verda-
Las .decisiones metodológicas, esencialmente similares a las dero lenguaje, aun cuando era útil, era considerado como
que se desarrollan en la ciencia estrechamente asociada de la derivado, aunque sea históricamente, de idiomas vernáculos;
antropología, sucedieron a esta situación concreta. Por una· o prácticamente, de actos lingüísticos que eran instancias de
parte existía la aplicación altamente productiva de los modos las formas fundamentales (textuales) del lenguaje. El uso del
de observación sistemática, clasificación y análisis. Por otra, lenguaje, por tanto, difícilmente fue considerado en si mismo
se producía la consecuencia sumamente inadvertida de la si- como una instancia activa y constitutiva. Y esta situación se
tuación privilegiada del observador: él estaba observando vio reforzada por las relaciones políticas existentes entre el
(científicamente, desde luego) con un tipo de contacto diferen- observador y lo observado, en las cuales los «hábitos del len-
cial con el material extranjero: los textos, los registros de una guaje» estudiados en una muestra que incluía desde el len-
historia pasada; en el habla, la actividad de un pueblo ex- guaje de pueblos conquistados y dominados hasta los «dia-
tranjero que mantenía relaciones de subordinación (colonia- lectos» de grupos sociales remotos o inferiores, teóricamente
listas) con respecto a la actividad global del pueblo dominan- opuestos al «modelo» del observacJ:or/eran considerados a ]o
te dentro de las que el observador. obtenía su privilegio. Esta sumo como una «Conducta» antes que como -qna vida indepen-
situación concreta redujo insensiblemente toda acepción del diente, creativa, autodirigida. La lingüística empírica nortea-
lenguaje como algo activa y verdaderamente constitutivo. El · mericana transformó una parte de esta tendencia restituyen-
consecuente objetivismo del procedimiento fundamental re-
sultó sumamente productivo a nivel descriptivo, aunque ne-
cesariamente toda definición consecuente del lenguaje debía
!'
1
do la primacía de la lengua ante la ausencia literal de textos
«modelo» o .«clásicos». No obstante, el carácter objetivista
de la teoría general fundamental limitó incluso esta tendencia
ser la definición de un (especializado) sistema filológico. En convirtiendo el habla misma en un «texto», característica pa-
una fase posterior de este contacto entre un observador pri- labra persistente en la lingüística estructural ortodoxa. El
vilegiado y el material de un lenguaje extranjero, en las es- lenguaje llegó a ser considerado como un sistema fijo, obje-
peciales circunstancias de Norteamérica, donde cientos de tivo, y en este sentido como un sistema «dado» que tenía una
lenguas nativas americanas (amerindias) se hallaban en pe- prioridad teórica y práctica sobre lo que era descrito como
ligro -de muerte tras la consumación de la conquista y la do- 1 •expresiones» (y más tarde como performance). Por lo tanto,

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1
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el lenguaje viviente que utilizan los seres humanos para su.s En realidad, existía un escaso trabajo específicamente rnar-
específicas_ relaciones sociales en el mundo fue reducido teó- -~
'sta sobre el lenguaje con anterioridad al siglo XX. En el :ca-
ricamente a instancias y ejemplos de un sistema que se halla ;:tulo sobre Feuerbach de su obra La ideología alemana,
más .allá de ellos. '
' Marx y Engcls aludieron a este ten:a c~mo parte .de s_u pode-
La principal expresión teórica de esta materializada com- rosa argumentación contra la conc1enc1a pura, d1rect1va. Re-
prensión del lenguaje se produjo en el siglo XX con la obra de
Saussure, que presenta estrechas afinidades con la sociología
ª capitulando los «momen~OS» .º los «aspectos» de ~tn,a c.oncep-
ción materialista de la h1stor1a, estos autores escr1b1an.
objetivista de Durkheim. En Saussure, la naturaleza social del
lenguaje se expresa como un sistema (langue) que es a la vez «Solamente ahora, luego de haber considerado cuatro momen-
estable y autónomo y se funda en formas .normativas idénti- tos cuatro aspectos ·de las relaciones históricas fundamentales,
cas; sus «expresiones» (paroles) son consideradas como usos no; encontramos verdaderamente c9n que el hombre t~m~iéi; po-
«individuales» (en una abstr8.cta distinción de los usos «So- see "conciencia"; sin embargo, ~un as~, no, ~s t,i;na con~1~nc1a inhe-
ciales») de un «código particular de lenguaje» por la interven- rente "pura". Desde el principio, el 'csp1r1tu es afl.1g1do con la
ción de un «mecanismo psicofísico» habilitante. _Los resul- maldÍción de ser "agobiado" con una cuestión que hace su apa-
tados prácticos de este profundo desarrollo teórico, en todas rición en este punto bajo la forma de agitadas. capas de ~ir.e,
sus fases, han sido excepcionalffiente productivos y sorpren- de sonidos, en síntesis: del len_guaje .. El _Ien!p-1aJC es. tan v1eJO
dentes. El gran cuerpo del conocimiento psicológico ha sido corno la conciencia, el lenguaje es la conc1enc1a :i;ráchc~ ya que .
existe para los demás hombres, y por esta razon esta comen-
complementado por un cúerpo notable de estudios lingüísti- i3.ndo a existir· asimismo personalme_nte para mí; y~ que el
cos en que el concepto predominante del lenguaje considera- . lenguaje, como la conciencia, sólo surge de la urgencia, de la
do como un sistema formal ha abierto el camino a penetran- necesidad del intercambio con otros .hombres» {p. 19).
te·s descripciones de las verdaderas operaciones del lenguaje
y de gran parte de sus «leyes» fundamentales. füt~ descripción, hasta donde se desarrolla, e~ total':'ente
Esta realización mantiene una irónica relación con el mar- compatible con el énfasis puesto sobre el lenguaje considera-
xismo. Por una parte reprodUce una tendencia importante y a do como una actividad práctica, constitutiva. La dificultad
menudo predominante dentro del propio marxismo, en toda surge, como había surgido asimismo .de forma diferei;te ~n las
su esfera de acción, desde el análisis comparativo y la clasi- descripciOnes anteriores, cuando la idea de lo const1tut1vo es
ficación de los estadios de una sociedad, a través del descu- descompuesta en elementos que a posteriori son ordenados
brimiento de ciertas leyes de cambio fundamentales dentro de temporalmente. Por lo tanto, existe un peligro evidente -<:n
estos estadios sistemáticos, hasta la afirmación de un sistema el pensamiento de Vico y de Herder- de hacer del lenguaje
«Social» prCdominante que a _priori es inaccesible para los ac- '
:.¡;·
•. algo «primario». y <coriginal»; no en. el sentido aceptable de
tos «iiidividuales» de la voluntad y la inteligencia. Esta ma- j que constituye una parte necesaria del verdadero acto de la
... ,·
nifiesta afinidad explica la intencionada síntesis del marxis- autocreación humana, sino en el sentido asociado y aprove-
mo y la lingüística estructural, que ha constituido un fenóme- chable del lenguaje considerado como el elemento fundamen-
no tan influyente a mediados del siglo XX. Sin embargo, los
marxistas no se percataron de que, primero, ia historia -en
1 tal de la humanidad: «en el principio fue el Verbo». Precisa-

sus sentidos más específicos, activos y relacionados- ha de-


saparecido (en una de las tendencias ha sido excluida teórica-
l
¡
mente, es el sentido del lenguaje considerado como un ele-
mento indisoluble de la propia creación humana lo que otor-
ga significado aceptable a su descripción como «Constitutivo».
mente) ·del relato de una actividad soc{al tan fundamental ~ Hacer que el lenguaje preceda a todas las demás actividades
como es el lenguaje; y en segundo término, que las categorías
en que se ha desarrollado esta versión del sistema han sido t
! relacionadas significa reclamar algo sumamente distinto.
La idea del lenguaje considerado como constitutivo se halla
1
las acostumbradas categorías burguesas en que la separación siempre en peligro de caer bajo este tipo de reducción. Pero ·
. y la .distinci9n abstractas entre lo «individual» y Jo «Social»
se han tornado tan habituales que son consideradas como
!1 no solamente en la palabra creativa aislada, que se convierte
en idealismo, sino también, .corno realmente ocurrió, en el
puntos de partida «naturales». materialismo objetivista y el positivismo, en que «el mundo»
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1
1
o «la realidad» o •la realidad social» se proyecta categórica- erróneo tipo de asociación con el importante trabajo científico
mente como una formación preexistente respecto de la cual sobre los medios físicos del lenguaje. Esta asociación era
el lenguaje es simplemente una respuesta. . absolutamente compatible con el énfasis puesto sobre el len-
En este pasaje, lo que verdaderamente afirman Marx y guaje en tanto que algo material, aunque, dada la separación
Engels apunta hacia la simultaneidad. y la totalidad. Las •re- práctica de «el mundo»_ y «el lenguaje en que hablamos de
........·. laciones históricas fundamentales» son consideradas como él» o, dicho de otro modo, de la ((realidad» y la ((conciencia»,
«momentos» o «aspectos», y el hombre por tanto «también la materialidad del lenguaje sólo podía ser comprendida como
posee conciencia». Por otra parte, este lenguaje es material: una materialidad física -una serie de propiedades físicas-
las •agitadas capas de aire; de sonidos», que son producidas y no como una actividad material: en realidad, es la acostum·
por el cue"rpo físico. No es, ·entonces, cuestión de cualquier brada disociación científica entre la abstraéta facultad física
prioridad temporal de la •producción de la vida material» con- y su verdadero uso humano. La situación emergente ha sido
siderada como un acto separable. El modo distintivamente muy bien descrita por Marx dentro de otro contexto, en la
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humano que adopta esta primaria producción material ha primera •tesis» sobre Feuerbach:
sido caracterizado bajo tres aspectos: las necesidades, las.
nuevas necesidades y la reproducción humana; «desde lue- «Hasta ahora el principal defecto de todo el materialismo (in·
go, ·no en el sentido de ser consideradas conlo. tres estadios cluyendo ei de Feuerbach) es que el objeto, la realidad, lo que
diferentes ... sino ... en el sentido de que han existido simultá- aprehendemos a través de nuestros· sentidos, sólo es compren·
neamente desde los albores de la historia y desde el primer
..
_ , dicta en la forma de un objeto de contemplación (anschauung);
' ¡'o& y Ilo como una actividad humana sensorial, como una práctica;
hombre, y todavía se afirman en la historia actual». La dis- no subjetivamente. Por lo tanto, en oposición al materialismo,
tintiva humanidad del desarrollo es por tanto expresada por el costado activo fue dcsárrollado abstractamente por el idealismo,
..,· el cuarto •aspecto»: que tal producción es también desde e( que por supuesto no conoce como tal a la verdadera actividad
···,·._ principio una relación Social. En consecuencia,- involucra des-, sensorial» (La ideología alemana; p. 197).
de el principio -como un elemento necesario- la conciencia
práctica que es el lenguaje. ~
~ '
,""
Ésta era verdaderamente la situación en que se hallaba el
Hasta ahora; el énfasis es fundamentalmente •Constituti- pensamiento sobre el lenguaje, ya que el énfasis activo puesto,
vo» en el sentido de la totalidad indisoluble del desarrollo.· por Vico y Herder había sido, entretanto, notablemente desa-
Sin embargo, resulta sencillo observar cómÓ, también en esta rrollado, fundamentalmente por Wilhelm von Humboldt. El
dirección, lo que comienza siendo un modo de análisis de problema heredado del origen del lenguaje había sido nueva-
los aspectos de un proceso total se desarrolla hacia categorías mente expuesto por éste de una manera notable. El lenguaje
filosóficas o «naturáles» (simples declaraciones materialistas se desarrolla, desde luego, en algún momento de la historia
que conservan. la separación idealista entre el •lenguaje» y la de la evolución; sin embargo, el problema no es solamente
'fl; :_".r»
·' .·. «realidad» y que simplemente revierten su prioridad) y hacia que no tenemos prácticamente ninguna información de esta
las categorías históricas, en que existe, pr_imero, una ·produc- · :'i cuestión, sino que, fundamentalmente, cualquier investigación
1. ción social material, y luego {en vez de también), el len- '¡ 1 humana sobre una actividad tan constitutiva ya encuentra allí
1
guaje. '' al lenguaje, en sí mismo y en su supuesto objeto de estudio.
i En su desarrollo predominantemente positivista, a partir Por tanto, el lenguaje debe ser considerado como un tipo per-
de las postrimerías del siglo XIX y hasta mediados del si- sistente de creación y de re~creación: una presencia dinámica
glo xx, un tipo dominante de marxismo realizó esta reducción y un constante proceso regenerativo. Sin embargo, este énfa-
práctica; no tan directamente en lo que se .refiere a la teoría sis, nuevamente, puede movilizarse en diferentes direcciones.
del lenguaje, que en general era rechazada, sino habitual- Podría haberse asociado razonabiemente con el énfasis pues-
mente en sus. descripciones de la conciencia y en sus análisis to sobre la práctica indisoluble, total, en que la «presencia
de las actividades prácticas del lenguaje, que se hallaban·· dinámica» y el «Constante proceso ·regenerativo» habrían de
agrupadas bajo las categorías de ((ideología» y «superestruc- ser form;,:i.s necesarias de la «producción y reproducción de la
tura». Por otra parte, esta tendencia se vio reforzada por un vida real» concebidos de modo idéntico. Lo que o~urrió, en

42 43

- ·- '-._
cambio, en Humboldt y especialmente con posterioridad a él, j
~
r subjetivas» -hablando a otros o p·ara otros, pasando infor-

'.l
fue una proyección de estas ideas sobre Ja actividad dentro de mación o un «mensaje» entre unos y otros- como identida-
formas esencialmente idealistas y cuasi-sociales: sea la «na- des separadas o discernibles antes que unos con otros, cons-
ción», fundamentada sobre una versión abstracta de la «men- ¡ tituyendo y confirmando su relación el hecho del lenguaje. En
te-popular», o la (ahistórica) «conciencia colectiva»; sea el ·.i.'.. este punto, el lenguda je perdió definitivamente su definición en
~ tanto que act1vida constz.tutiva. Se convirtió en una herra-
«espíritu colectivo», la abstracta capacidad creativa (auto-
·creativa aunque anterior a, y separada de, la práctica social mienta, instrumento o medio esgrimido por los individuos
material), como en Hegel; sea, persuasivamerite, lo <cindivi- cuando tenían algo que comunicar, distinto de la facultad
dual», abstraído Y. definido como una <<Subjetividad creativa», que desde el principio los hizo no solamente capaces de re-
el punto de partida del significado. lacionar y comunicar,_ sino en términos reales, ser- práctica-
La influencia de esta serie de proyecciones ha sido pro- mente conscientes y por tanto poseer la práctica activa del
funda y prolongada. La idea abstracta de la <<nación» podría lenguaje,
ser fácilmente conectada con el trabajo filológico ·tundamen- Contra esta reducción del lenguaje a un mero hecho ins·
t~l realizad? sob.re las «familias» de lenguas y sobre las pro- trumental, la idea del lenguaje como expresión, que fue el
piedades d1stmtlvas heredadas de lenguas particulares. La principal efecto que produjo la versión idealista del lenguaje
idea abstracta de lo «individual» podría ser fácilmente rela- como actividad, resultó evidentemente atractiva. Surgió,· li-
~-·
cionada con el énfasis puesto sobre una realidad subjetiva ..• teralmente, de una experiencia del lenguaje que la teoría ri-
prima_ria y una consecuente·«fuente»· de significado y crcativi: ¡- ,. : · v¡ll, limitada a.l trasvase de información, aJ intercambio de
dad que Surgió en los conceptos románticos de «arte» y «li- mensajes, a la denominación de objetos, había .guprimido efec-
1
teratura» y que definieron una parte esencial del desarrollo tivamente. Podría incluir la experiencia de hablar con los
.! de la «psicología». demás, de participar en el lenguaje, de producir o responder
Por lo tanto, el acento colocado sobre el lenguaje en tanto el ritmo o la entonación que no tenían un simple contenido
que actividad, que constituyó Ja principal contribución de P,.e «información» o «n1ens:;ije>> u «objeto»: experiencia, verda-
esta línea de pensamiento y que fue asimismo una corrección deramente, que se hizo sumamente evidente en la «literatura»
~' ·•
fundamental de su pasividad inherente, normalmente forma- .' ¡· ..
y que incluso a través de la especialización fue hecha idéntica
liz~&: en la n;iet.á~ora del «reflejo», del positivismo y del ma- a ella. Sin embargo, Jo que efectivamente ocurrió fue una pro-
tenahsmo obJel!v1sta, fue a su vez reducido desde su situa- funda división, que produjo sus propias y poderosas catego-
1
ción de actividad específica (y por tanto necesariamente so- rías de separación, siendo algunas de ellas viejos términos
i cial y material, o en un sentido global, histórico) a ideas de _.. transformados -en formas nuevas: divisiones categóricas entre
1
tal ~cti.vi_dad, categ?rizadas como <<nación» o «espíritu» 0 de '·- lo «referencial» y lo -«emotivo», entre lo «denotativÜ» y lo.
1 lo «md1v1dual .creal!vo». Resulta significativo que una de estas ~:-~ «Connotativo»1 entre el «lenguaje vulgar» y el <(lenguaje lite-
categorías, el «individuo» (no el ser humano único, específico, =¡~
.. ·:~ rario>> Ciertdamente1dl?s usos hacia los que apuntan estas ca-
1
q~e por supuesto no puede estar en duda, sino la generaliza- : i ·~ tegonas pue en ser 1stinguidos como elementos de prácticas
ción de la propiedad común de· todos estos seres como «in di· específicas definidas por situaciones especificas. Sin embargo,
viduos» o «Sujetos», que ya son categorías sociales con inme- í·~' su proyección como categorías, y por tanto su :Posterior pro~
diatas implicaciones sociales), resultará promine~te dentro ·]t- yección como entidades separadas, «Cuerpos» separados del
de la tendencia dominante del materialismo objetivista. La r uso del lenguaje, permitió una disolución y una especializa-
exclu_sión de. la actividad, del hacer, de Ja categoría de la ;! ción que evitó durante mucho tiempo que las cuestiones bá-
«realidad ob1e~1va», determinó que fuera contemplada sola- • sicas de la argumentación inconclusa sobre el lenguaje fueran
mente por «SU]etos», que en una versión podrían ser ignora- ~. ·1: foca liza das en un área única del discurso.
~os en la observación de la realidad objetiva -el «sujeto» ac- :· i El marxismo podría· haberse convertido en esta área del
t~~o reemplazado por el «Observador)) neutral- y en otra ver- (, discurso, pero había desarrollado sus propias formas de Ii-
.;r'·::,- ' . mitación y especialización. De ellas, la más evidente fue una
s1on, cuando se hizo necesario- hablar sobre el lenguaje o so-
bre otras formas de la práctica, apareció en relaciones <dnter- especialización de todo el proceso social material en relación

44
;1 45

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con el «trabajo», que fue considerado entonces cada vez más Toda teoría constitutiva de la práctica, y especialmente una
~· teoría· materialista, tiene importantes efectos más allá de la
detenidamente. Esta situación tuvo su efecto en Ja importante ·i >
polémica sobre los orígenes y el desarrollo del lenguaje, que ~- cuestión de los orígenes, en lo que se refiere a exponer nue-
pudo haber sido reabierta en el contexto de Ja nueva ciencia vamente y en cualquier momento el problema del proceso ac-
de la antropología física evolutiva. Lo que ocurrió, en cam- .~.• tivo del lenguaje: una nueva exposición que va más allá de las
bio, fue una aplicación del concepto abstracto de «trabajo» categorías separadas de «lenguaje» y «realidad». El marxismo,
como único odgen efectivo. Por lo tanto, dentro de una auto- aunque ortodoxo, permanecía fijado en la teoría del reflejo
dzada descripción moderna: porque ésta era la única conexión materialista posible entre
las categorías abstractas admitidas. La propia teoría del re-
«Primero el trabajo, luego el lenguaje articulado, fueron los flejo, durante su primer período, se especializó en las toscas
dos estímulos principales bajo la influencia de los cuales el ce- pautas de estímulo-y-respuesta, adaptadas de la fisiología po-
re.bro del mono se convirtió gradualmente en el cerebro huma- sitivista. Durante su segundo período, en los últimos trabajos
no» (Funda1nentals of Dialectical Materialism, ediciones Schneier- de Pávlov, agregó, como un medio de tratar con las especiales
so.n, Moscú, 1967, p. 105). propiedades del lenguaje, el concepto del •segundo sistema
de señales», siendo el pdmero el simple sistema físico de las
Esto no sólo establece un desarrollo abstracto en dos es- ·sensaciones y las respuestas. Esto era mejor que nada, aun-
tadios temporales. También convierte al trabajo y al· lenguaje que asimiló el lenguaje a las características de un •.sistema de
en «estímulos», cuando el verdadero énfasis debería ponerse señales» de un modo relativamente mecánico que en la prác-
1
sobre la práctica asociada a ellos. Esta situación conduce a tica resultó inadecuado para los problemas de significado si-
una abstracción de estadios evolutivos: tuados más allá de los simples esquemas asociativos. Partien-
.. ) 1
·do de este punto, L. S. Vygotsky (Thought and Language,
-"«El .desarrollo del trabajo Wiió más estrechamente a los. Moscú, 1934) propuso una nueva teoría social, todavía deno-
miembros de la comunidad, ya que les permitió extender su minada «segundo sistema de señales», en la que el lenguaje
actividad común y sostenerse entre sí. Las relaciones de trabajo -y la conciencia se liberan de las simples analogías con la per-
dieron origen a la necesidad de los hombres primitivos de ha- 'Cepción física. Su trabajo sobre el desarrollo del lenguaje en
blar y comwticarse los unos con los otros» (ibid., 105).
Ios Iriños y sobre el problema crucial del «discurso intedor»
proporcionó un nuevo punto de partida dentro de una pers-
Efectivamente, ésta es una posición idealista compuesta
por estímulos y necesidades abstractas. Debe ser contrasta- pectiva materialista histórica. Sin embargo, y durante una ge-
°i~· · neración, este trabajo fue rechazado por el marxismo orto-
da con una apropiada historia materialista en que el trabajo
y el lenguaje, en tanto prácticas, puedan ser comprendidos &.~.'.·.~. doxo. Entretanto, el trabajo de N. S. Marr, basado en esque-
como evolutiva e históricamente constitutivos: - ..mas más antiguos, vinculó el lenguaje a la «Superestructura»
~: .e incluso a los simples fundamentos de clase. Las posiciones
-~:- dogmáticas, tomadas de otras áreas del pensamiento marxista,
«El aserto de que no puede existir el lenguaje sin toda Ja . :~"E-... .limitaron los necesarios desarrollos teóricos. Resulta irónico
estructura del hombre moderno es precisamente el mismo que que la influencia de Marr culminara efectivamente, en el año
sostenía la vieja teoría de que las habilidades del hombre hicie- 1950, ante una sede de declaraciones de Stalin en el sentido
ron posible la producción y la utilización. de los utensilios. Sin de que el lenguaje no era •parte de la superestructura» y de
embargo, los utensilios son miles de años .más antiguos que las
habilidades que presenta la conformación humana moderna .. Las que las lenguas no tenían ningún «carácter de clase» esencial,
modernas estructuras productoras del lenguaje son resultado del sino más bien un «Carácter nacional». Resulta irónico porque
éxito evolutivo del lenguaje del mismo modo que la habilidad aunque estas d~claraciones eran necesarias, en aquel contex-
originariamente humana es resultado del éxito evolutivo de los to lo que consiguieron fue simplemente retrotraer tal estudio
utensilios» (J. S. Washburn y J. B. Lancaster, Curren! Anthropq- a un estadio muy anterior, en el cual el status de la •re-
. ·-~· ' logy, vol. 12, núm. 3, 1971). · · flexión» y, muy específicamente, el status de la «Superestruc-
tura», en términos marxistas, habían tenido que ser puestos
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en tela de juicio. En esta época, poco más o menos, la lingüís- te. de ella. Por lo tanto, aprovechando las fuerzas de las tra-
tica había llegado a ser dominada por una forma distin- :., diciones alternativas, situándolas unas junto a otras y demos-
tiva y específica de objetivismo, producida por los pode- trando la conexión de su debilidad fundamental, Volosinov
~~ ..;.,- rosos sisten1as del estructuralismo y la semiótica. En este abrió el camino a un nuevo tipo de teoría que había· sido ne-
punto, las pos.iciones generalmente marxistas en otros cam- cesaria durante algo más de un siglo. ·
~t;;ft:.
..
.':-_...=..-..., .. pos, especialmente en la conformación popular de los siste-
mas objetivamente determinados, fueron prácticamente sinte-
Gran parte de 'este esfuerzo se dedicó a recobrar el pleno
énfasis puesto sobre el lenguaje considerado como actividad,
tizadas en teorías del lenguaje que, desde una posición ple- como conciencia práctica, que había sido debilitado y rechaza-
namente marxista, necesitaban ser profundamente comba- do debido a su especialización en relación con una reservada
tidas. «Conciencia individual» o «psique interior». La fuerza de esta
En esta historia, el elemento trágico es que tales teorías tradición era todavía su insistencia en la creación activa de
habían sido profundamente combatidas en Leníngrado duran- significados, a diferencia de la hipótesis alternativa de un sis-
te la década de 1920, donde habían surgido efectivamente los tema formal cerrado. Volosinov argumentaba que el signífica-
principios de una escuela de lingüística marxista de un tipo do era necesariamente una acción social dependiente de una
sumamef1:te significativo. Quien mejor representa a esta escue- relación Social.-·Sin embai;-go, comprender esta situación de~
la es V. N. Volosinov, cuya obra El marxismo y la filosofía del pendía de recobrar el pleno sentido .de lo «Social», a diferen-
lenguaje apareció en dos ediciones en los años de 1929 y 1930; .cia de la reducción idealista de lo social al producto hereda-
la segunda edición ha sido traducida al inglés (Matejka and .do, preconcebido, una «costra inerte» más allá de la ~ual
Titunik, Nueva York y Londres, 1973). Volosinov había estado toda la. creatividad .era individual,· y a diferencia, asimismo,
asociado con M. M. Bajtin, autor de un estudio sobre Dos- .de Ja proyección objetivista de lo social dentro de un sistema
toievsky (Problemy tvor cestva Dostoevskogo, 1929; nueva ver- formal, ahora autónomo y gobernado solamente por sus le-
sión, con un nuevo título, Problemy poetiki Dostoevskogo, yes internas, dentro del cual -y solamente en armonía con el
1963); véase, asimismo, «P. N. Medvedev» (autor de Formal'ny cual- se producían los significados. Ambos, en su raíz, depen-
metod v literaturovedenii -kritiCeskoe vvedenie v sociologi- ·den del mismo error: separar lo social de la actividad signi-
ceskuju poi!.tiku; El método formal de la enseñanza literaria: Jicativamente indiVidual (aunque entonces las posiciones ri-
introducción crítica a la sociología literaria, 1928). Volosinov .vales evaluaban de modo diferente los elementos separados).
desapareció en algún momento de la década de 1930. Por tan- En oposición al psicologismo del énfasis idealista, Volosinov
to, en términos reales, se perdió aproximadamente medio .argumentaba que (<la conciencia .adquiere forma y existencia
siglo en el desarrollo de esta reordenación excepcionalmente en el material de los signos creados por un grupo organizado
importante del tema. durante el proceso de su interrelación social. La conciencia
La contribución decisiva de Volosinov fue hallar un cami- individual se nutre de signos; su crecimiento se deriva, de
no más allá de las poderosas aunque parciales teorías de la ellos; ella refleja su lógica y sus leyes» (pág. 13) .
expresión y del sistema objetivo. Halló el camino en términos . . Normalmente, es precisamente en este punto (y el peligro
fundamentalmente marxistas, aunque debió comenzar afir- es sie1npre mayor por conservar el concepto de «Signo» que
mando que el pensamiento marxista respecto del lenguaje Volosinov revaluó pero que no obstante continuó utilizando)
era prácticamente inexistente. Su originalidad reside en el donde el objetivismo encuentra su vía de acceso. «El material
hecho de que no procuró aplicar al lenguaje otras ideas mar- de los signos» puede ser traducido como el «Sistema de sig-
xistas. Por el contrario, reconsideró todo el problema del len- nos». Este sistema puede entonces ser proyectado (mediante
guaje .dentro de una orientación general marxista. Esto le alguna noción de un «Contrato social» teórico, como en Saus-
permitió considerar la «actividad» (la fortaleza del énfasis sure, protegido de su examen por el supuesto de la prioridad
idealista con posterioridad a Humboldt) como una actividad del análisis «Sincrónico» sobre el análisis «diacróo.tco») más
social y comprender el «Sistema» (la fuerza de la nueva lin- allá de lá historia y más allá de toda concepción activa de la
güística objetivista) en relación con esta actividad social y Vida social contemporánea, en la que los individuos social-
no, como había sucedido hasta entonces, separada formalmen- mente relacionados participan significativamente en lugar de

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.•

representar las leyes y los códigos de un sistema lingüístico tonces no con un «lenguaje» y una «sociedad» materializados,
inaccesible. Cada uno de los aspectos del argumento de Vo- sino con un lenguaje social activo. Tampoco (observando ha-
loSinov presenta una iniportancia continua, pero es en su cia atrás la teoría materialista positivista y ortodoxa) es este
(incompleta) revaluación del concepto d_e «signo» donde su lenguaje un simple «reflejo» o «expresión» de la «realidad

·.:.. -.. significación contemporánea es más evidente.


Volosinov aceptaba que un «Signo» en el lenguaje tiene ver-
daderamente un carácter «binario». (En realidad, como ve-
material». Lo que tenemos, más bien, es una captación de esta
realidad a través del lenguaje, el cual en tanto conciencia
práctica es saturado por -y satura a su vez- toda la activi-
remos, su conservación de estos términos hizo· más sencilla dad social, incluyendo la actividad productiva. Y, desde el
la pérdida del desafío radical que significó su obra). Es decir momento en que esta captación es social y continua (a dife-
que Volosinov estaba de acuerdo en que el signo verbal no es rencia de los encuentros abstractos del «hombre» y «su mun-
equivalente al objeto o cualidad que él indica o expresa ni do», o de la «conciencia» y la «realidad», o del «lenguaje»
.. · :. '. '
tampoco un simple reflejo de ellos. La relación que existe y la «existencia material»), tiene lugar dentro de una sociedad
..
~-~· ;.1~-~-.: dentro del signo entre el elemento formal y el significado que activa y cambiante. Es a partir de esta experiencia y en fun-
lleva este elemento es, por lo tanto, inevitablemente conven- ción de ella ~el perdido término medio entre las entidades
cional (de acuerdo hasta aquí con la teoría semiótica ortodo- abstractas, «sujeto» y «objeto», sobre el que se erigen las pro-
xa);: sin embargo, no es arbitraria 1 y; fundamentalmente, posiciones del idealismo y del materialismo ortodoxo- como
no es permanente. Por' el contrario, la fusión del elemento el lenguaje habla. O, para expresarlo más directamente, el
formal y el significado (y es este hecho de fusión dinámica Jo lenguaje es la .articulación de esta experiencia activa y cam-
que· hace engañosa la conservación de la descripción u bina- biante; una presencia social dinámica y articulada dentro
ria») ·es el resultado de un verdadero proceso de desarrollo l
del mundo.
social dentro de las actividades actuales del -lenguaje y del ; No obstante, continúa siendo cierto que el modo de arti-
desarrollo continuo de una lengua. Ciertamente, los signos ~ ; culación es específico. Esto forma parte de la verdad que
.~
sólo pueden existir cuando se postula esta relación social ac- '
había captado el formalismo. La articulación puede ser com-
tiva._ El signo utilizable -la fusión del elemento formal y el prendida, y en algunos aspectos debe ser comprendida, como
significado- es un producto de esta continua actividad del una articulación tanto formal como sistemática. Un sonido
lenguaje entre los individuos reales que se hallan inmersos . físico, como muchos otros elementos naturales, puede ser
en una relación social continua. En. este sentido, el «signo» es convertido en un signo; sin embargo, su distinción, según ar-
su producto, aunque no simplemente su producto pasado, gumentaba VoloSinov, es siempre evidente: «un signo no
como ocurre en las descripciones materializadas de un siste- existe simplemente como parte de una realidad; refleja y re-
111a de lenguaje «siempre conocido» . Los verdaderos ctproduc- fracta otra realidad». Lo que lo distingue como un signo, lo
tos» comunicativos que constituyen signos utilizables son, por que en verdad lo convierte en un signo, es en este sentido un
"'''.·r:·-~:· i''i".
' • .f.;·,I{'. el contrario, la evidencia viviente de un proceso social conti- proceso formal: _una articulación específica de un significado.
.. •: :?: • nuo dentro del cual han nacido los individuos y dentro del La lingüística formalista había acentuado este punto, pero no
·····, cual son conformados y al cual, por lo tanto, contribuyen en ,¡ había distinguido que el proceso de articulación es también
. ;.;.. ·~ .. un proceso continuo. Esta situación constituye a Ja vez su necesariamente un proceso material y que el propio signo se
.:. ;,.•; . .,
socialización y su individuación: los aspectos conexos de un convierte en una parte del mundo físico y material (social-
proceso único que las teorías alternativas del ({sistema» y la mente creado): «Sea en sonido, masa física, color, movimiento
«expresión» habían dividido y disociado. Nos encontramos en- del cuerpo o algo semejante». La significación, la creación so-
cial de significados mediante el uso de signos formales, es en-
1.. La cuestión de si un signo es «arbitrario» se halla· sujeta a cierta tonces una actividad material práctica; en verdad es, literal-
c:infu.sión local. El. té.rmino fue desarrollado para distinguirlo de lo mente, un medio de producción. Es una forma específica de
«1c6n1co» a fin de.1n?1car, correctamente, que la mayoría de los signos
verbale~ no. son «tmagcncs» de cosa~. Sin embargo, otros sentidos de la conciencia práctica que resulta inseparable de toda la ac-
lo «arbitran o», tendentes a lo ~!ortu1to» o lo «casual», ya habían sido tividad material social. No es como le gustaría al formalismo,
desarrollados; contra ellos Volos1nov centraba su oposición . y como desde un principio había considerado la teoría idea-
.
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51
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lista de la expresión, una operación de -y dentro de- la mento significativo de un lenguaje) es que es efectivo en la co-
«conciencia», que entonces se convierte en un estado º. en un municación, es una genuina fusión de un elemento formal y
proceso separado, a priori, de la actividad materi.a.l so.c1~1. ~s, un significado (una cualidad que ciertan_iente cornpa~t~ con las
por el contrario -y a la vez- un proceso matenal distmt1vo señales); pero también que c~rno función de la actividad so-
-la producción de signos- y, en la calidad fundamental d~ "al continua es capaz de modificarse y desarrollarse: los ver-
su distinción como conciencia práctica, se halla compromet1- c1 . . d 1
daderos procesos existentes en la historia e una engua pe_ro
do desde el principio en ·toda otra actividad humana social Y que Ja privilegiada prioridad del análisis «Si?crónico." había ig-
material. , norado o reducido a un carácter secundano o accidenta!.
Los sistemas formalistas pueden dar la impresión de ha- En realidad, desde que existe como signo, por su cualidad
llar este punto refiriéndolo a lo «ya conocido», la «determina- de relación significante -tanto la relación entre el elemento
ción de última instancia de la estructura económica», como formal y el significado (su estructura interna) como las re-
ocurre en algunas versiones habituales del marxismo estruc- •. i laciones entre el pueblo que efectivamente lo utiliza ~n el
turalista. Con Ja finalidad de evitar este tipo de reducción de- ~ ;, lenguaje práctico, lo convierten en ~n signo- ~ie~e,. al igual
bemos tornar en consideración la distinción fundamental que ~t '!.:·· que Ja experiencia social que constituye el pnnc1p10 d~ su
ofrece VoloSinov entre un «signo» y una «señal», En_ las teo- formación, propiedades dialécticas y propiedades generativas .
. '
rías reflexivas del lenguaje, correspondan a los tipos positi- De un modo que le es característico, no ha fijado, como ocu-
1vistas del materialismo o a teorías como el conductismo psi- rre con Ja señal, un significado determinado, invariable. D~be
cológico, todos los «signos» son reducidos efectivamente a tener un efectivo núcleo de significado aunque en la práctica
<cseñales» dentro de los simples esquemas de «objeto» y «con- posca una esfera de acción variable, que se corresponde co?
' ..... ' .ciencia» o «estímulo» y «respuesta». Los significados son crea- Ja infinita variedad de situaciones dentro de las cuales es utI-
dos mediante el reconocimiento (repetido) de lo que efectiva- lizado activamente. Estas situaciones incluyen tanto relacio-
mente Bon «Señales»: de·las propiedades de un objeto o del . nes nuevas y cambiantes como .relaciones recurrentes, y esta
carácter de un estímulo. Por lo tanto, la «Conciencia» y la es Ja realidad del signo en tanto que fusión dinámica del «ele-
«respuesta» «contienen» (ya que esto es ahora el significado) :rilerito formal» y el «Significado» -«forma» y «Contenido»-,
propiedades de dicho carácter. La pasividad y el mecanismo antes que la significación interna, fija y «ya conocida». Esta
atribuidos a tales descripciones han sido reconocidos muy a cualidad variable, a la que Volosinov denomina multi-acen-
menudo. En verdad, es contra esa pasividad y ese mecanismo tual, es, desde luego, el desafío necesario a la idea de los sig-
comÓ se ha manifestado la principal contribución del forma- nificados •correctos• o •apropiados» que habían sido podero:
lismo, en· su insistencia sobre la articulación específica (for-
mal) de los significados a través de los signos.
•' samente desarrollados por la filología ortodoxa a partir de
' sus estudios de las lenguas muertas y que habían sido asu-
. Sin embargo, ha sido mucho menos perceptible el hecho midos tanto en las distinciones sociales de clase de un len-
de que teorías muy diferentes, basadas en el carácter deter- guaje «standard» flanqueado por «dialectos» o por ((e:r~res»
minado de los sistemas de signos, dependen, finalmente, de como en las teorías sobre una lectura «correcta» u «Objetiva».
una idea comparable del carácter fijo del signo, que, efecti- Sin embargo, la cualidad de variación -ncí la variación fortui-
vamente, es entonces un desplazamiento del contenido fijo : .
ta, sino la variación en tanto que elemento necesario de la
a· !a forma fija. Un profundo análisis de estas escuelas rivales conciencia práctica- conduce lentamente a una situación de·
nos ha permitido reconocer el hecho d~ que la conversión oposición a las descripciones objetivistas del sistema· de sig-
del «signo» (como el propio término hizo siempre posible e nos. Constituye uno de los argumentos decisivos contra la
incluso probable), sea en un contenido fijo o en una forma reducción del hecho clave de la determinación social a la idea
fija, constituye una negación radical de la conciencia prác- de la determinación por un sistema. Sin embargo, a la vez que
tica activa. El signo, en cada caso, se moviliza hacia una señal, conduce lentamente a una situación de oposición con respec-
·a la.que Volosinov distingue de un signo por el hecho de que . to a todas las formas de objetivismo abstracto, ofrece asi-
es intrínsecamente limitada e invariable. La verdadera cuali- mismo una base para una reconsideración vital del problema
dad de un signo (se hubiera preferido que dijera: de un ele- de la «subjetividad».
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La señal, en su invariabilidad fija, es ciertamente un hecho· quiera de ellos) de .una manifiesta actividad social del lengua-
colectivo. Puede ser admitida y repetida o puede inventarse. je, reduce nuevamente el lenguaje social a la condición de
una nueva señal; pero en cada caso el nivel en que opera es de conciencia práctica. Lo que en realidad debe afirmarse es
tipo colectivo: es decir, debe ser reconocido pero no necesita que el .signo es social aunque en su verdadera c_alidad de
ser internalizado en ese nivel de sociabilidad que ha excluido signo es susceptible de ser internalizado .-en realidad debe
(por considerarlas versiones reductivas de lo «social» común- ser internalizado si ha de ser un signo destinado a una rela-
\
mente excluido) la participación activa de individuos cons- ción comunicativa entre personas reales que inicialmente uti-
cientes. La señal, en este sentido, es una propiedad colectiva lizan sólo sus poderes físicos para expresarlo- y es suscep-
fija e intercambiable; y de un modo que Je es caracteristico, tible de ser continuamente aplicable, a través de medios so-
es fácilmente importada y exportada. 'El verdadero elemento ciales y materiales, en la comunicación manifiesta. Esta rela-
significante del lenguaje debe tener desde el principio una ca- ción· fundamental entre el signo «interior» y el signo «mate-
pacidad diferente para convertirse en un signo interior, en rial» -una relación que con frecuencia es experimentada
una parte de ]a conciencia práctica activa. Por lo tanto, ade- coino una tensi_ón P.ero que siempre es vivida corno uila
más de su existencia material y ·social entre los individuos actividad, como una práctica- necesita una exploración ra-
reales, el signo es parte asimismo de una conciencia vcrbal- dical intensiva. En la psicología del desarrollo individual
me.nte constituida que permite a los individuos utilizar signos Vygotsky comenzó esta exploración e inmediatamente distin-
creados por su. propia iniciativa, sea en actos de comunica- guió ciertas características fundamentalmente distintiv~s del
ción social o en prácticas ·que, no siendo manifiestllnzente «discurso interior», características constitutivas y no simple-
sociales, pueden interpretarse como prácticas personales o mente transfelidas, como en el caso planteado por Volosinov.
privadas. Esto ocurre todavía dentro de la perspectiva de una teoria
La concepción es, por tanto, radicalmente_ opuesta a Ja materialista histórica. La compleja relación, observada desde
construcción de todos los actos de comunicación a partir de otra perspectiva, necesita una exploración específicamente
relaciones y propiedades objetivas predeterminadas, dentro histórica, ya que es en el movimiento en que se produce -a
de las gue no sería posible ninguna iniciativa individual de partir de la producción del lenguaje a través solamente de
tipo creativo o autogenerado. En consecuencia, es un decisivo los recursos l1umanos físicos, a través de la historia material
rechazo teórico de las versiones saussureanas, conductistas o de la producción de otros recursos y de los problemas de la
mecánicas, de un sistema objetivo que se halla más allá de tecnología y la notación que luego se ven involucrados en
la iniciativa individual o del uso creativo. Sin embargo, cons- ellos, en la historia social activa del complejo que conforman
tituye también un rechazo teórico de las teorías subjetivistas los sistemas comunicativos que hoy s'on parte tan importante
del lenguaje considerado como expresión individual, desde el del propio proceso productivo material- donde debe ser ha-
momento en que lo que se halla internamente constituido es llada la dinámica del lenguaje social: su desarrollo de nuevos
;:~ ''.1. ..;~..;"- - el hecho soda! del signo que admite un significado social y medios de producción dentro de medios de producción bá-
.•-·LI·.·"··
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una relación definida pero nunca fija o invariable. Se ha otor- sicos .
gado, y se continúa haciéndolo, una gran fuerza a ·las teorías Entretanto, siguiendo a Volosinov, podemos observar pre-
del lenguaje como expresión individual, mediante la lica ex- cisamente cómo todo proceso social es actividad entre indi-
periencia práctica de los «signos interioi:-es» -el lenguaje in- viduos reales, y por tanto entre verdaderas individualidades,
terior- en el repetido conocimiento indiv:idual de las «acti- t a través del pleno hecho social que constituye el lenguaje (sea
'
vidades del lenguaje interior», tanto si las denominamos <<pen- en tanto que discurso «exterior» o «interior»); es la constitu-
samiento» o «Conciencia» como verdadera composición verbal. ción activa, en seres físicos diferentes, de Ja capacidad social
Estas actividades «interiores» involucran el uso de palabras que es el medio de realización de cualquier vida individual.
que, al menos a ese nivel, .no son dichas ni escritas para nin- La conciencia, en este preciso sentido, es un ser social. Es
guna otra persona. Toda teoría del lenguaje que excluya esta la posesión, a través de relaciones y desarrollos sociales espe-
experiencia o que procure limitarla a la condición de residuo, ~ ,, cíficos y activos, de una precisa capacidad social, que es el
subproducto o ensayo (aunque a menudo puede ser cuales- «sistema de signos». Volo.Sinov, incluso después de estas re-

54 SS
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formulaciones fundamentales, continúa hablando del «Siste- avance evidente, y el problema de Ja variabilidad del signo
ma de signos»: Ja formulación que había sido decisivamente puede aparecer contenido dentro de la variabilidad de sus
producida en Ja lingüística saussureana. Sin embargo, si con- relaciones formales. Sin embargo, aun siendo este tipo de
tinuamos examinando sus argumentos encontramos cuán di- énfasis puesto sobre el sistema de relación obviamente nece-
fícil y confusa puede resultar esta formulación. El propio sario, se halla limitado por la consecuencia de Ja definición
•signo» -la marca o el símbolo, el elemento formal- debe abstracta inicial del signo. Las relaciones altamente comple-
ser revaluado con el propósito de acentuar su variabilidad y jas de las unidades (teóricamente) invariables nunca pueden
sus elementos internamente activos indicando no sólo una ser sustantivas; deben mantenerse como relaciones formales.
estructura interna, sino una dinámica interna. Del mismo La dinámica interna del signo, incluyendo sus relaciones so-
modo, el «sistema» debe ser revaluado a fin de acentuar más i.
J ciales y materiales tanto como su estn1ctura formal, debe ser
el proceso social que la «Sociabilidad)) fija: una revaluación comprendida como necesariamente conectada con la diná-
que fue hecha en parte por Jakobson y Tynjanov (1928) con mica social y material tanto como con la dinámica formal del
una argumentación formalista y con el reconocimiento de sistema en su totalidad. En trabajos recientes se han pro-
que «cada sistema existe necesariamente como una evolución ducido algunos progresos en esta dirección (Rossi~Landi,
mientras que, por otra parte, la evolución proviene ineludi~
blemente de una naturaleza sistémica». A pesar de que éste
era un reconocimiento necesario, fue limitado por su pers-
pectiva de determinados sistemas dentro de una categoría
i
'
1975).
Sin embargo, también se ha producido un movimiento que
parece volver a plantear todo el problema. En la lingüística
chomskyana se ha dado un paso decisivo hacia un concepto
«evolutiva» -la materialización acostumbrada del idealismo de sistema que acentúa la posibilidad y el hecho de la ini-
objet!vo-- y todavía debe ser corregida mediante el pleno ciativa individual y de la práctica creativa que previamente
énfasis puesto sobre el proceso social. En este punto, como habían sido excluidas por Jos sistemas objetivistas. Pero al
una .c~estión de absoluta priori.dad, los hombres relatan y mismo tiempo esta concepción sobrecarga las profundas es-
contmuan relatando, ante cualqmer sistema que sea producto tructuras de la formación del lenguaje que son verdaderamen-
suyo, cómo puede comprender o ejercitar su determinación te incompatibles con las descripciones sociales e históricas
como una cuestión más de conciencia práctica que de concien- corrientes del origen y el desarrollo del lenguaje. El énfasis
cia abstracta. pt1esto sobre profundas estructuras constitutivas a un nivel
Estos cambios deberán llevarse a cabo en la constante in- evolutivo antes que histórico, puede, desde Juego, ser recon-
vestigación que se desarrolla en torno al lenguaje. Sin em- ciliado con la concepción del lenguaje como facultad humana
bargo, el último punto indica una dificultad final. Gran parte constitutiva: ejerciendo presiones y estableciendo límites, de
del proceso social de la creación de significados fue proyec- modos determinados, al propio desarrollo humano. Sin em·
tado dentro de la lingüística objetivista en función de las rela- bargo, mientras es conservado como un proceso exclusiva-
ciones formales -y por lo tanto, de la naturaleza sistemáti· mente evolutivo, se moviliza hacia descripciones materializa-
ca- de los signos. Lo que había sido abstracta y estáticamen- das en relación con la «evolución sistemática»: el desarro11o
te. concebid? ª.nivel del signo se insertó en un tipo de movi- a través más de estructuras y sistemas constituidos (siendo
miento -s1 bien era un tipo de movimiento determinado ahora Ja constitución, a la vez, de un tipo que permite y li-
congelado, el movimiento de un manto de hielo- median!~ mita las variaciones) que de Jos verdaderos seres humanos
l~s «leyes» o las «estructuras» de relacic?n del sistema con- en una práctica social continua. En este punto, el trabajo de
siderado como totalidad. Esta extensión a un sistema de rela- 1' :< Vygotsky sobre el discurso interior y la conciencia resulta
ción, incluyendo su aspecto formal como gramática, es en ! fundamental desde una perspectiva teórica:
todo caso inevitable. El aislamiento del «signo» -sea en
Saussure o en Volo.Sinov- es, en el mejor de los casos un . «Si comparamos el desarrollo originario del lengua je y del
_pro~edimiento analíti;o; y en el peor, una evasión. Gran p~rte intelecto -que, corno hemos visto, se desarrollan a lo largo de
del importante trabaio sobre las relaciones dentro de un sis- lineamientos separados tanto en los animales como .en los '"niños
tema considerado en su totalidad constituye por Jo tanto un f muy pequei1os- con el desarrollo del discurso interno y del pen-

57

1
56
s?micnto verbal, debemos concluir que el último estadio no es 3. Literatura
simplemente una continuación del estadio anterior. La propia :i
naturalez~ _del desarrollo cambia de una condición biológica a
una condición socio~histórica. El pensamiento verbal no es una
forma de conducta natural, innata, sino que está determinado
'"
' .

por, un proceso histórico-cultural y tiene propieda4es y leyes es-


pecificas qu.e no pueden fundamentarse en las formas naturales
del pensamiento y el lenguaje» (Thought and Language, p. 51).
Es relativamente difícil comprender la «literatura» como
, !'º!' lo tanto, a la necesaria definición de Ja facultad bio- concepto. En el uso corriente no parece ser más que una
log1ca _del ~enguaje como constitutivo podemos agregar una descripción específica; y Jo que se describe es, entonces, como
defimc1ón igualmente. ~ecesaria del desarrollo del lenguaje regla, tan altamente evaluado que se produce una transfe-
...,.. -:-que es a la v~z individual y social- como histórica y so- rencia verdaderamente inmediata y desapercibida de Jos va-
., .:..·.1.1,,' cialmente constituyente. Por tanto, lo que podemos definir lores específicos de los trabajos particulares y de Jos tipos
es un proceso dialéctico: la ca1nbiante conciencia práctica de trabajo respecto de Jos cuales opera como concepto, del
~e .los ser~s hu1nanos, en la cual se puede aco"rdar absoluta cual todavía se cree firmemente que es real y práctico. Cier-
im~ortanc1a tanto a los procesos históricos como a los evo. tamente, Ja propiedad especial de Ja .literatura» como con-
·~.

lut1vos, pero, dentro de la cual también pueden ser distingui- cepto es que reclama este tipo de importancia y de prioridad
dos en relac1.ón con las complejas variaciones del verdadero en las realizaciones concretas de muchOs grandes trabajos
uso del lenguaje. A partir de esta fundamentación teórica particulares, en contraste con la «abstracción)) y la «genera-
es:amos ~n condiciones de continuar avanzando para distin- lidad» de otros conceptos y de Jos tipos de prácticas que de-
g~1r. l':1 «literatura», dentro de un específico deSarrollo socio- finen por contraste. En consecuencia, es común ver definida
h1stónco de Ja escritura, del abstracto concepto retrospecti- · a la «literatura» como la «plena, fundamental e inmediata
vo, tan _común e~ el marxismo ortodoxo, que la reduce, como experiencia humana», habitualmente con una observación
al prop10 lenguaje, a una función y Juego a un subproducto asociada a <(detalles minuciosos». Por contraste, la «Sociedad»
(superestructu:al) del trabajo colectivo. Sin embargo, antes es vista a menudo como esencialmente general y abstracta:
de poder cont1-?-uar con este análisis dcbeinos examinar los más las síntesis y Jos promedios de Ja vida humana que la
conceptos de l1~eratura que, basados en teorías anteriores sustancia directa. Existen otros conceptos relacionados, tales
sobre el lengua3e y la conciencia, todavía se mantienen vi- como «política», «sociología» o «ideología», que so~ igual-
gentes. mente ubicados y desacreditados como meros caparazones
exteriores endurecidos en comparación con la experiencia
viviente de Ja literatura.
La ingenuidad del concepto, en esta forma familiar, pue-
de demostrarse de dos maneras: teóricamente e histórica-
mente. Es cierto que se ha desarrollado una versión popular
del concepto dentro de una modalidad que parece protegerla,
y en Ja práctica a menudo Ja protege, contra cualquiera de
ambos argumentos. Se ha forzado tanto la abstracción esen-
cial de Jo «personal» y Jo «inmediato» que, dentro de esta
forma de pensamiento altamente desarrollada, se ha desinte-
grado todo el .proceso de abstracción. Ninguno de sus pasos
puede trazarse de nuevo y la abstracción de lo «concreto»
constituye un círculo perfecto y virtualmente indestructible.
Los argumentos que provienen de Ja historia o de Ja teoria
son simplemente una evidencia de la generalidad y la abs-
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59
tracción incurable que padecen quienes los exponen. Por lo En su forma moderna, el concepto de «literatura» no .sur-
tanto, pueden ser rechazados desdeñosamente, a menudo sin gió antes del siglo XVIII y no fue plenamente desarrollado has-
necesidad de una respuesta específica que solamente implica- ta el siglo XIX. Sin embargo, las condiciones de su surgimien-
ría rebajarse a su nivel. to se habían generado desde la época del Renacimiento. La
Es un sistema de abstracción poderoso y a menudo olvi- palabra misma comenzó a ser utilizada por los. ingleses en el
dado dentro del cual el concepto de «literatura» se torna ac- siglo XVI, a continuación de sus precedentes franceses· y la-
tivamente ideológico. La teoría puede hacer algo en su con- tinos; su raíz fue el término latino littera, letra del alfabeto.
tra, en lo que se refiere al reconocimiento necesario (para Litterature, según su ortografía corriente originaria, fue efec-
aquellos que realmente se hallan en contacto con la literatu- tivamente una condición de la lectura: de ser capaz de leer
ra, difícilmente exigirá una preparación prolongada) de que, y de haber leído. A menudo se aproximó al sentido del alfa-
.....·· sea lo que «ella» pueda ser, Ja literatura es el proceso y el betismo (literacy) moderno, que no se incluyó en el lenguaje
.. . .) -
resultado de la composición formal dentro de las propieda-
des sociales y formales del lenguaje. La supresión efectiva
hasta las postrimerías del siglo XIX; su introducción se hizo
necesaria en parte por el movimiento que experimentó la
....... de este proceso y sus circunstancias, qu~ se consigue tras- literatura hacia un sentido diferente. El adjetivo normal aso-
mutando el concepto por una equivalencia indiferenciada con ciado con literatura fue letrado (literate). Literato (literary)
la <{experiencia vívida inmediata» (en algunos casos, en ver- surgió en el siglo XVII con el sentido de la capacidad y la ex-
dad, por algo más que esto, de modo que las experiencias periencia de leer y no asumió su significado moderno dife-
reales vividas de la sociedad y la historia se entienden como renciado hasta el siglo XVIII.
si fueran menos particulares e inmediatas que las que co- La literatura en tanto que categoría nueva fue, pues, una
rresponden a la literatura), constituye una proeza ideológica diferenciación del área originariamente caracterizada como
extraordinaria. El verdadero proceso que es específico, el de retórica y gramática: una especialización en la lectura y, en
la composición real, ha desaparecido efectivamente o ha el contexto material del desarrollo de Ja imprenta, en Ja pa-
sido desplazado hacia un procedimiento interno y autodemos- . Jabra impresa y especialmente en el libro. Eventualmente,
trativO en el que se cree genuinamente que la escritura de habría de convertirse en una categoría más general que la
este tipo (aunque entonces se dan por sentadas muchas cosas) de poesía o que Ja de la primitiva poesía sentimental, que
1
es ella misma una <cexperiencia vívida inmediata». Acudir a habían sido los términos generales para la composición iina-
la historia de la literatura, en su· gama inmensa y extraordi- gin.ativa pero que en relación con el desarrollo de literatura
1
nariamente variada, desde Mabinogion hasta Middlemarch, o se tornaron fundameiitalmente especializados, a partir del
1
desde El Paraíso perdido hasta Prelude, provoca una duda siglo xvn, para Ja composición métrica y especialmente para
momentánea, hasta que las numerosas categorías dependien- la composición métrica leída e impresa. Sin embargo, litera-
tes del concepto toman el sitio que les corresponde: «mito», tura no fue jamás en su origen la composición activa -la
«romance)), «fiC:ción>>, «ficció.n realista» «épica» <{lírica» · «producción»- que Ja poesía había descrito. Fue una catego-
<cautobiografÍa». Las que desde otro punÍo de vist a podría~
1

ría de tipo diferente, como la lectura anterior a la escritura.


ser asumidas razonablemente como definiciones iniciales de El uso característico puede observarse en Bacon -«aprendió
los procesos y las circunstancias .de la composición, se con- en toda la literatura y erudición, divina y humana»- y más
vierten, dentro del .concepto ideÜIÓgico, en «formas» de lo recientemente en Johnson -•tenía probablemente más que
que todavía se define triunfalmente como la «plena, funda- Ja literatura cerriente, tal como su hijo se refiere a él en uno
mental e inmediata experiencia humana». Ciertamente, cuando de sus más elaborados poemas latinos». Es decir que Ja li-
cualquier concepto tiene un desarrollo tan profundo y com- teratura era una categoría de uso y de condición antes que
plejo, interno y especializado, difícilmente puede ser exami- de producción. Era una especialización particular de lo que
nado o cuestionado desde fuera. Si hemos de comprender su hasta aquí había sido observado como una actividad o una
significación y los complicados hechos que en parte revela práctica, _y una especialización, .debido a las circunstancias,
Y en parte oculta, debemos examinar el desarrollo del con- que se produjo inevitablemente en términos de clase social.
cepto mismo. Según su sentido difundido originariamente, más allá del
60 61
sentido desnudo de «alfabetismo• era una definición del sa- minó en una definición más efectiva de •una literatura na-
ber «humano» o «culto», y por lo tanto especificaba una dis- cional». Las fuentes de cada una de estas tendencias pueden
tinción social particular. Los nuevos conceptos políticos de ser distinguidas a partir del Renacimiento, pero fue en los
«nación» y las nuevas evaluaciones de lo «Vernáculo» interac- siglos xvru y xrx cuando irrumpieron más poderosamente
tuaban con un énfasis constante sobre la «literatura», como Ja hasta que se convirtieron, durante el siglo xx, en supuestos
«lectura» en las lenguas «clásicas». Aun así, en este primer efectivamente admitidos. Podemos examinar más cuidadosa-
estadio, durante e~ siglo XVIII, literatura fue originariamente mente cada una de estas tendencias.
un Concepto social generalizado que expresaba cierto nivel El desplázarniento desde el concepto de «Saber• a los de
(minoritario) de realización educacional. Esta situación lleva- .gusto• o «sensibilidad• constituyó de modo efectivo el es-
ba consigo una definición alternativa potencial y eventualmen- tadio final de un desplazamiento iniciado a partir de una
te realizada de la literatura considerada refiriéndose a los «li- profesión ilustrada paranacional, con su originaria base so-
bros impresos», los objetos en los cuales, y a través de Jos cial ubicada en la Iglesia y más tarde en las universidades,
cuales, se demostraba esta realización. · y con las lenguas clásicas operando como material compar-
Es importante que, dentro de los términos de este desarro- tido, hasta alcanzar una profesión cada vez más definida por
llo, la literatu[a incluyera normalmente todos los libros im- su posición de clase de la que se derivaban funaamentalmen-
presos. No había necesidad de especialización en lo que se te los criterios generales, aplicables en otros campos además
refería a las obras ·«imaginativas». La literatura fue todavía del correspondiente a la literatura. En Inglaterra, algunos
.. primeramente, la capacidad de leer y la experiencia de leer'. rasgos específicos ·del desarrollo burgués fortalecieron este
y esto incluía la filosofía, la hlstoria y los ensayos tanto como desplazamiento; «el amateur cultivado» constituyó uno de sus
Jos poemas. ¿Eran «literatura>> las nuevas novelas del si- elementos, pero el «gusto• y la «Sensibilidad» fueron funda-
glo xvnr? El primer enfoque de esta cuestión no se ocupó mentalmente los conceptos unificadores, en términos de cla-
de la definición de su modo o su contenido, sino que la re- se, y pudieron aplicarse a una gama muy amplia, desde el
firió a las pautas del saber «culto» o «humano». ¿Era litera- comportamiento público y privado hasta (como lamentaba
tura el drama? Esta cuestión habría de inquietar a genera- Wordsworth) el vino o la poesía. El •gusto• y la «Sensibili-
ciones sucesivas, debido no a cualquier dificultad circunstan- dad», como definiciones subjetivas de criterios aparentemen-
c~al, s_ino a. los límites prácticos que presentaba la catego- te objetivos (que adquieren su objetividad aparente en .un
na. S1 la literatura era la lectura, podría decirse que un sentimiento de clase activamente consensual) y al mismo
estilo escrito para ser leído es literatura, y si no es así ¿en tiempo definiciones aparentemente objetivas de cualidades
qué situación se hallaba Shakespeare? (Aunque, por supues- subjetivas, son categorias característicamente burguesas.
to, hoy podría ser leído; esto fue posible·, y «literario», a tra- La «crítica» es un concepto fundamentalmente asociado_ a
vés de los textos.) este mismo desarrollo. Como término nuevo, desde el siglo
La definición indicada. por este desarrollo se ha conser- XVII se desarrolló (manteniendo siempre relaciones difíciles
vado a cierto nivel. La literatura perdió su sentido originario con su. sentido general y persistente de crítica y censura) a
como capacidad de lectura y experiencia de lectura y se con_. partir de los -«comentarios» sobre literatura, dentro del cri-
virtió en una categoría aparentemente· objetiva de libros im- terio «aprendido», hasta el ejercicio consciente del «gusto»,
presos de cierta calidad. Los intereses de un «editor literario• la «sensibilidad» y la «discriminación». Se convirtió en una
o de un «suplemento literario» todavía serían definidos de forma significativamente especial de la tendencia general que
este modo. Sin embargo, pueden distinguirse tres tendencias experimentaba el concepto de literatura hacia una acentuación
conflictivas: primero, un desplazamiento desde el concepto ->: ,· del uso o del consumo (conspicuo) de trabajos más que a
de «Sabér» l1acia los de «gusto» o «sensibilidad», como criterio su producción. Mientras que los hábitos del uso y el con-
que define la calidad literaria; segundo, una creciente especia- sumo todavía eran criterios de una clase relativamente inte·
lización de la literatura en el sentido de los trabajos «crea- ' grada, poseían sus fuerzas y sus debilidades características.
tivos» o «imaginativos»; tercero, un desarrollo del concep- El «gusto» en literatura podría confundirse con el <(gusto» en
to de «tradición dentro de los términos nacionales que cu!- t- relación con cualquier otra cosa; sin embargo, en términos
62 63
de clase, las respuestas a la literatura estaban notablemente límites fueron desafiados en nombre de una «imaginac1on» o
integradas y la relativa integración del «público lector» (tér- «creatividad» plena y liberadora. Las aserciones románticas
mino caracteristico de la definición) constituyó base propicia principales, que dependen de estos conceptos, tienen una for-
para una importante producción literaria. La confianza en ma de acción.significativamente absoluta, desde Ja política y
la «Sensibilidad» como forma especial de un énfasis empica- la naturaleza hasta el trabajo y el arte. En este período, Ja
do en relación con la respuesta «humana» global tenia debi- «literatura» á.dquirió una nueva resonancia; sin embargo, no
lidades obvias en su tendencia a separar el «Sentimiento» del era todavía una resonancia especializada. Esto llegó con pos-
«pensamiento» (junto con un vocabulario asociado que com- terioridad en la medida en que, contra todas las presiones
prendía lo «subjetivo» y lo «Objetivo», lo «inconsciente» y lo de un orden capitalista industrial, la aserción se volvió de-
«consciente», lo «pr:-ivado» y lo <cpúblico»). Al mismo ·tiempo fensiva y reservada cuando una vez había sido positiva y ab-
servía, en el mejor de los casos, para insistir sobre 14t sus- soluta. En el «arte» y la <<literatura», las cualidades humanas
tancia (<inmediata» y «vívida» (donde su contras_te con la ' esenciales y salvadoras, en una primera fase deben ser «d·es-
tradición «aprendida» resultaba especialmente marcado). Ver- plegadas»; y en una última· fase, deben ser «preservadas».
.. daderamente, sólo en la medida en que esta clase perdió su Hubo una serie de conceptos que se desarrollaron con-
dominio y su cohesión relativos, la debilidad de ·los concep- juntamente. El concepto de «arte» fue desplazado desde
tos en tanto que conceptos se hizo evidente. Y constituye una su sentido de capacidad humana general hasta una esfe-
evidencia, al menos, de su hegemo~a residual, el que la crí- ra de acción especial, definida por la <cimagi_nación» y la
tica, asumida por las universidades como una nueva disci- «sensibilidad» .. Durante el mismo período, el concepto de·
plina consciente para ser practicada por lo que se convirtió «estética» se desplazó desde su sentido de percepción gene- .
en una nueva profesión paranacional, conservó estos con- tal hacia· la categoría especializada de lo «artístiCÚ» y lÜ
ceptos de clase básicos a pesar de los intentos de establecer ·«bello». La «ficción» y el «mito» (un nuevo término que pro-
nuevos criterios abstractamente objetivos. Con una mayor viene de los primeros años del siglo XIX) podrían ser consi-
seriedad, Ja crítica fue asumida como una definición natu- derados desde la posición de clase dominante como <<fanta-
ral de los estudios literarios, definidos ellos mismos por la sías». o «mentiras», aunque desde esta posición alternativa
categoría especializada (libros editados y de cierta calidad) fueron honrados COffiO portadores de la «Verdad imaginatiVall.
de Ja literatura. Por lo tanto, estas formas que asumen los Se otorgó a los conceptos de romance y «romántico»: un nue-
conceptos de literatura y crítica' son, desde la perspectiva del vo y especializado acento positivo. El concepto de «litera-
desarrollo social histórico, formas de control y especializa- tura» se movilizó junto a todos ellos. El amplio significado
ción de una clase sobre una práctica social general y de una general todavía era utilizable; sin embargo, comenzó a pre-~
limitación de clase sobre las cuestiones que ésta debería dominar firmemente un· nuevo significado especializado en
elaborar. torno a las cualidades .distintivas de -lo «imaginativo» y lo
El proceso de especialización de Ja «literatura• en el sen- «estético». El ~gusto» y la «Sensibilidad» habían comenzado
tido de los trabajar; «creativos» o «imaginativos» resulta mu- como categorías de una condición social. Dentro de la nueva
cho más complicado. En parte es una fuerte respuesta afir- especialización se asignaron c~alidades comparables, aunque
mativa, en nombre de una «Creatividad» humana esencial- ·más elevadas, a «las propias obras», a los «Objetos estéticos».
mente general, a las formas socialmente represivas e intelec- Sin en1bargo, todavía existía una duda sustancial. Con-
tualmente mecánicas de un nuevo Orden social: el orden so- sistía en si las cualidades elevadas habían de ser asignadas
cial del capitalismo, y especialmente del capitalismo indus- a la dimensión <cimaginativai> (acceder a una verdad «más
trial. La especialización práctica del trabajo para la produc- el·evada» o «más profunda>; que la realidad «Cotidiana,>, «Ob-
ción asalariada de mercancías; en estos términos, de la aexís- jetiva» o «cient_ífica»; de1nanda que era conscienterrienle sus-
tencia» al «trabajo»; desde el lenguaje hacia el trasvase de tituida por las demandás tradicionales de Ja religión) o a la
«mensajes» «informativos» o «racionales»; desde las relacio- dimensión «estética» (la «belleza» del lenguaje o del' estilo).
nes sociales hasta las funciones dentro de un orden político Dentro de la especialización de la literatura, las escuelas al-
y económico sistemático; todas estas presiones y todos estos ternativas impusieron uno u· otro de estos acentos; sin embar-

64 65
,
F
.
.
.
.
.

go existieron asimismo intentos repetidos de fusionarlos,


asimilando idénticamente la «verdad» y la «belleza» o la «ver-
·~·

, r:

de ser historia para convertirse en tradición. No era, ni si·


quiera teóricamente, todo lo qu~ se había es~rito o todos. los
' dad» y la «vitalidad del lenguaje». Bajo una presión cons- tipos de escritos. Era una selección que culmmó, de un modo
tante, estos asertos se convirtieron no sólo en afirmaciones po- circular definido, en Jos «Valores literarios» que estaba afir-
sitivas, sino también en aserciones negativas y comparativas mando la •crítica». Se produjeron frecuentes disputas lo-
contra todos los demás modos: no sólo contra la «ciencia» cales que deben ser incluidas, o excluidas como ocurre co-
y la «Sociedad» -Jos modos abstractos y generalizadores de múnmente, en Ja definición de esta «tradición». Haber sido
otros «tipos» de experiencia- y no sólo contra otros tipos inglés y haber escrito no significaba de ningún modo perte-
de escritura -ahora especializados a su vez como «discur- necer a la «tradición literaria inglesa», del mismo modo
siva» o «factual»-, sino, irónicamente, contra gran parte de que ser inglés y hablar el inglés no ejemplificaba de ningún
la prbpia «literatura», la «mala» escritura, la escritura <epa- '. modo la •grandeza» del lenguaje; en realidad, la práctica de
pular», la «Cultura de masas». Por lo tanto, la categoría que. la mayoria de los angloparlantes era citada a menudo pre-
había parecido objetiva, •todos los libros impresos», a la que cisamente como «ignorancia», «traición» o «degradación» de
se había adjudicado un fundamento social de clase, el «saber esta «grandeza». La selectividad y Ja autodefinición, que cons-
culto» y el dominio del «gusto» y la «sensibilidad», se con- tituían los procesos evidentes de la «critica• de este tipo, eran
virtieÍ'on en un área necesariameµ.te selectiva y autodetermi- proyectados no obstante como «literatura», como «valores
narite:. no toda la «ficción» era «imaginativa»; no toda la «l~- . literarios» y finalmente incluso como «el carácter inglés esen-
teratura» era «literatura». La «crítica» adquirió una gran cial»: la ratificación absoluta de un proceso consensual limi-
.··, importancia nueva y efectiva, ya que se había convertido tado y especializado. Oponerse á. los términos de esta ratifi-
en el único medio de validar esta categoria selectiva y espe'· cación significaba estar «contra la literatura».
cializada. Consistía en una discriminación de las obras autén- Uno de los signos que revelan el éxito de esta categori-
ticamente «grandes». o «principales», con la consecuente ca- · zación de la literatura es que incluso el marxismo ha mani-
tegorización de obras «menores» y una exclusión efectiva de festado poco ímpetu contra. ella. Con seguridad, el propio
las oPras «malas» o «insignificanteS», a la vez que una comu- Marx se ocupó muy poco de ello. Sus exposiciones incidentales
nicación y una realización prácticas de los «principales» va- . característicamente inteligentes y bien informadas sobre la
lores: Lo que se había reclamado para el <(arte» y la «imagi- , verdadera literatura son citadas actualmente con mucha fre-
nacióri creativa» en los asertos románticos fundamentales se cuencia, defensivamente, como una evidencia de la flexibilidad
reclamaba ahora para la <(Crítica» considerada cqmo una humana del marxismo, cuando realmente deberían citarse (sin
«disciplina» y una actividad «humana» fundamental. ninguna devaluación especial) como una evidencia de la gran
Este desanollo dependía, en primer lugar, de una elabo- dependencia que, en estas cuestiones, tenía de las conven-
ración del concepto de «tradición». La idea de una •litera- ciones y categorias de su época. Por lo tanto, el desafío ra-
tura nacional» había crecido vigorosamente desde la época dical del énfasis puesto sobre la «conciencia práctica• ja-
del Renacimiento. Produjo todas las fuerzas positivas del más superó las categorías de la «literatura» y la «estética»,
nacionalismo cultural y sus verdaderas realizaciones. Llevó y, en este campo, ~iempre. existieron dudas en cuanto a la
consigo el sentimiento de la •grandeza» o la .gloria» del len- aplicación práctica de las proposiciones que se declaraban
guaje nativo, del cual, antes del Renacimiento, se había rea- fundamentales y decisivas en prácticamente todos los de-
lizado una apología convencional comparándolo con el orden más sitios .
. ((clásico». Cada una de estas ricas y fuertes realizaciones hc,t- Cuando eventualmente se produjo una aplicación de este
bía sido verdadera; la «literatura nacional» y el «lenguaje tipo, en la tradición marxista tardía, se manifestó mediante
principal» se hallaban ahora efectivamente ((allí». Sin embar- tres tipologías. principales: un intento de asimilación de Ja
go, dentro de la especialización de la <(literatura», cada uno «literatura» a la <{ideología», que en la práctica era poco
fue redefinido de modo que pudiera ser conducido en el sen- más que golpear una contra otra a dos categorías inadecua·
tido de Ja identidad con los •valores literarios» selectivos y das; una efectiva e importante inclusión de la «literatura
autodeterminantes. La «literatura nacional» dejó muy pronto popular• -la «literatura del pueblo»- como parte necesa-
66 67
ria aunque negada de la <<tradición literaria»; y un intento' pal de una cultura constituye la ev~dencia decisi".a de una
sostenido aunque desigual de relacionar la «literatura» con forma particular del desarrollo social del lengua¡e. Dentro
la historia económica y social dentro de la cual «ella» se de sus términos, se' realizó un trabajo· de una importancia
había producido. Cada uno de estos dos últimos intentos ha notable y permanente en las relaciones específicamente so-
sido muy significativo. En el primero, la «tradición» ha sido ciales y culturales. Sin embargo, lo que ha estado ocurriendo
,, genuinament,e desplegada. En el último, ha existido una efec- en nuestro propio siglo es una profunda transformación de
<..:,-.-.·. - ¡ tiva reconstitución, sobre áreas más amplias, de la práctica estas relaciones directamente conectada con los cambios pro-
social histórica, que hace mucho más problemática la abs- ducidos en los medios de producción básicos. Estos cambios
1 tracción de los «valores literarios» y que, más positivamente, resultan más evidentes en las nuevas tecnologías del lengua-
1
permite nuev.os tipos de lecturas y nuevos tipos de cuestiones . je que han movilizado la práctica más allá de la tecnología
sobre «las propias obras». Esta situación se ha conocido, es- · de la impresión relativamente uniforme y especializada. Los
pecialmente, como «crítica marxista» (una variante radical cambios principales son los que corresponden a la_ transmi-
de la práctica burguesa establecida), aunque se había produ- sión electrónica, al registro del habla y la escritura para eJ.
cido otro trabajo sobre bases muy diferentes a partir de habla y la composición y transmisión químicas y electrónicas
una historia social más amplia y de concepciones más am- de las imágenes, en complejas relaciones con el habla y con
plias sobre «el pueblo», «el lenguaje» y «la nación». la escritura para el habla, incluyendo imágenes que pueden
Resulta significativo que la «crítica marxista» y los «estu- -ellas mismas- ser «escritas». Ninguno de esto:. medios in-
dios literarios marxistas» hayan tenido .un éxito mayor, en valida la· impresión y ni siquiera disminuye su ifl?,¡)ortancia _
términos corrientes, cuando haq trabajado dentro de la .ca- específica; sin embargo, no son simples agregados de ella.
tegoria admitida de «literatura», que pueden haber desple- 0 meras alternativas. En sU.s complejas relaciones e interre-
gado e incluso revaluado pero que jamás' han cuestionado laciones configuran una nueva práctica sustancial del propio
o se han opuesto radicalmente. Por contraste, lo que parecía lenguaje social sobre una esfera de acción que va desde las
ser una revaluación teórica fundamental en el intento de asi- alocuciones públicas y Ja representación manifiesta hasta el
milación: a la «ideología», resultó un fracaso desastroso, y, «discurso interior» y el pensamiento verbal, ya que. son siem-
dentro de este campo, comprometió fundamentalmente el pre algo más q11e nuevas. tecnologías en un estudio limitado.
status del propio marxismo. Sin embargo, se han producido Son medios de producción desarrollados en relaciones dircc- .
durante el último medio siglo otras tendencias más signifi- tas aunque complejas junto con relaciones culturales y socia-
cativas. Lukács contribuyó a la profunda revaluación de «la les profundamente cambiantes y difundidas: cambios reco-
estética». La Escuela de Frankfurt, con su esp·ecial énfasi.s nocidos en todas partes como profundas transformaciones
en el arte, emprendió una sostenida reexaminación de la ·políticas y económicas. No es en absoluto sorprendente que
«producción artística», centralizada en el concepto de «me- el concepto especializado de «literatura• desarrollado en pre-
diación» .. Goldmann emprendió una revaluación radical del cisas formas d-e correspondencia con una clase social parti-
«tema creativo» .. Las variantes marxistas del formalismo se cular, una particular organización del saber y Ja apropiada
encargaron de. la redefinición radical de los procesos de Ja tecnología particular de la impresión, sea invocado actualmen-
escritura, con nuevas ·Utilizaciones de los conceptos de <<Sig- te con tanta frecuencia y con un mal humor de índole retros-
nos» y <cf:extos» y con un rechazo significativamente asociado pectiva, nostálgica o· reaccionaria como una_ forma de· oposi-
de la «literatura» considerada como una categoría. Los mé- ción a lo que es correctamente comprendido como una nue-
todos y los problemas indicados por estas tendencias serán va fase de la civilización. La situación es comparable, desde
examinados en detalle más adelante. una perspectiva histórica, a la invocación de lo divino y lo
No obstante, la fractura teórica fundamental se produce sacro, y del saber divino y sacro, contra el nuevo _concepto
·por el reconocimiento de la <cliteratura» como una categoría humanista de la literatura, dentro de la difícil y debatida
social e histórica especializante., Debería resultar evidente transición de la sociedad feudal a la sociedad burguesa.
que esta situación no disminuye.su importancia. Precisamen- Lo que puede observarse en cada transición es un desa-
. te porque es histórico, un concepto clave de una fase princi- rrollo histórico del· propio lenguaje social: hallando nuevos
68 69
medios, nuevas fonnas y posteriormente· nuevas definiciones 4. Ideología
de una cambiante conciencia práctica. Una gran parte de los
valores activos de la «literatura:i> deben ser comprendidos,
por tanto, no como valores ligados al concepto, que los Iimi-
t:iría y lo~. sintetizaría, sino como· elementos de una prác-
tica cambiante y contmua que ·se está movilizando sustan-
cialmente más allá de las formas antiguas y que· actualmente
lo hace a nivel de la redefinición teórica. El concepto de «ideología» no se origina en el marxismo
ni en modo alguno está .confinado a él. Sin embargo, existe
evidentemente un concepto importante en casi todo el pensa-
miento marxista sobre la cultura y especialmente sobre la
· literatura y las ideas. La dificultad consiste entonces en que
debemos distinguir tres versiones habituales del concepto,
que aparecen corrientemente en los escr~tos marxistas. Estas
versiones son, claramente:

a) Un sistema de creencias característico de un grupo o


una clase particular.
.b) Un sistema de creencias ilusorias -ideas falsas o
falsa conciencia- que puede ser contrastado con el conoci-
miento verdadero o científico.
e) El proceso general de la producción de significados e
ideas.

Dentro de una variante del marxismo, las acepciones a)


y b) pueden ser efectivamente combinadas. En una sociedad
·\,, --" - de clases todas las creencias están fundamentadas en la po-
sición de clase, y los sistemas de creencia de todas las cla-
ses --o, muy comúnmente, de todas las clases que preceden
al proletariado, cuya formación involucra el proyecto de la
abolición de la sociedad de clases- son por tanto parcial o
totalmente falsos (ilusorios). Los problemas específicos exis-
tentes en esta poderosa proposición general han conducido
a una profunda controv.ersia dentro del pensam~ento marxis-
ta. No es poco habitual hallar a lo largo de los usos de la
simple acepción a) alguna forma de la proposición, como
ocurre en la caracterización -de Lenin, por ejemplo- de .la
:,,. \.
__
«ideología socialista». Otro modo de conservar y distinguir
las acepciones a) y b) es el de utilizar la acepción a) para los
sistemas de creencias fundados en la posición de clase, inclu-
yendo la del proletariado dentro de la sociedad de clases, y
la acepción b) para contrastar (en un sentido amplío) con
el conocimiento científico de todo tipo, que se basa en la
realidad antes que en las ilusiones. La acepción e) socava
70 71

L---
,
~)' '•
la mayoría de estas asociaciones y distinciones, ya que el
proceso ideológico -la producción de significados e ideas-
es considerado entonces como un proceso general y universal
con la tradición empirista que había transcurrido desde
Locke a través de Condillac indicando su preocupación por
los <csignos y su influencia sobre ·el pensamiento» y sinteti-
zando su <<triste sistema» como una reducción de «nuestros
y Ja ideología es o este propio proceso o su campo de estudio. pensamientos» a la .condición de «sensaciones transforma-
Las posiciones asociadas con las acepciones a) y 'b), por tanto,
das». «Todas las características de la inteligencia -agregaba
son aplicadas en Jos estudios ideológicos marxistas. De Bonald- desaparecieron bajo el escalpelo de esta disec-
En esta situación no puede existir ninguna cuestión para
establecer, excepto en la polémica, una única definición mar- ción ideológica». .
Los rumbos iniciales del concepto de ideología son, en
xista «correcta» de la ideología. Es más adecuado retrotraer consecuencia, sumamente complejos. Ciertamente, era 11na
el término y sus variantes al campo de las cuestiones en que aserción contra la· m¡;tafísica el hecho de que no hay «en el
aquél y éstas se produjeron; y específicamente, en primer mundo otras ideas que las de los hombres». Al mismo tie~­
lugar, hacia el desarrollo histórico. Sólo entonces podremos po propuesta como una rama de la ciencia empírica, la «ideo-
volver a ocuparnos de tales cuestiones tal como se presentan
logía» se vio ·.limi_tada. por sus supuestos filosóficos a uila ver-
en la actualidad y de las importantes controversias que re- sión de las ideas consideradas como «sensaciones transfor-
velan y ocultan el término y sus variaciones. madas» y a una Versión del lenguaje considerado co.mo un
El concepto de «ideología» fue acuñado como término ·«sistema de signos» (basado .finalmente, como ocurre en el
-' -·;
. ': ,· h-
. en las postrimerías del siglo XVIII por el filósofo francés ·caso de Condillac, en un modelo matemático). Estás ··Iimita-
Destutt de Tracy. La intención era que· configurara un tér- :ciones, con su abstr:acción caracterí.Stica del «hombre» ··y <cel
·rnino para la «Ciencia de las ideas». Su utilización dependía
·mundo» y con su. confianza en la <crecepción'> pasiva y en la
de una comprensión particular de la naturaleza de las «ideas»
«asociación sistemática» de las <csensacioncs», no eran sola-
., q?e era ~n_ipliamente la que manifestaban Locke y la tradi'. fuente «científicas» y «·empíricas», sino que eran elementos
c1ón empmsta. Por lo tanto, las ideas no habían de ser com- de una perspectiva básicamente burguesa de la existencia
prend.idas, ni podía_n. serlo, dentro de ninguna de las antiguas ,del hombre. El rechazo de la metafísica constituía un objetivo
?cepc1ones <cmetaf1s1cas» o «idealistas». La ciencia de las .característico, confirmado por el desarrollo de la investiga-
ideas debe ser una ciencia natural, ya que todas las ideas . ción empírica precisa y sistemática. Al mismo tiempo, la
se originan en la experiencia que tiene el hombre del mundo. :exclusión efectiva de toda dimensión social -tanto la exclu-
En Destutt, específicamente, la ideología forma parte de la sión práctica de las .relaciones sociales implícitas en el mo-
zoología: 'delo del «hombrq»· y «el mundo» como el desplazamiento ca-
racterístico de las·: necesarias relaciones sociales hacia ·un s.is-
. «S61o tenemos un conocimiento incompleto de un animal si
ignoramos sus facultades intelectuales. La ideología es parte de .'tema formal, sien.do las •leyes de la psicología» o del lenguaje
la zool~gía y es especialmente en el hombre donde esta parte como un «Sistema de signos»-- constituyó una pérdida y una
resulta importante y merece ser comprendida más profundamen- distorsión profundas y aparentemente irrecuperables.
te» (Eléments d'idéologie, 1801, Prefacio). Es significativo· que la objeción inicial a la exclusión de
. cualquier concepdóri activa de la inteligencia se produjera
La descripción es característica del empirismo científico. desde posicione:? generalmente reaccionarias que procuraban
Los verd~deros elementos de "la ideología son «nuestras fa- ·conservar el sentido de la actividad según sus viejas ·formas
cultades mtelectualcs, sus principales fenómenos y sus cir- ·metafísicas. Resulta incluso más significativo, en el siguiente
c~nsta~cias ~ás evidentes».· El aspecto crítico de este énfa- estadio del desarrollo, que una acepción despectiva de la
sis ~ue inmed~atan:ente aprehendido por un tipo de oposición, .<ádeología". considerada como una <cteoría irreal1> o una «ilu-
el tipo reaccionan? .de De Bonald: «La ideología ha reem- . sión abstracta», introducida en primera instancia por: Napo-
plazado a la metafísica ... porque-Ja filosofía moderna no ve ··león desde una posición evidenten1ente reaccionaria, fuera
en el. mundo otras ideas que las de los hombres.» De Iionald adoptada por Marx aunque desde una nueva posición.
relac10na correctamente la acepción científica de la ideología Napoleón afirmaba:

72 73
«Es a la doctrina de los ideólogos -a esta difusa metafísica ·«las ideas directrices no son más que la expresión ide~ de .las
que de una manera artificial procura hallar las causas originarias relaciones materiales dominantes, las relaciones materiales do-
y que sobre esta base erigiría la legislación de los pueblos, en minantes entendidas como ideas» (id., p. 39).
lugar de adaptar las leyes a w1 conocimiento del corazón hun1a-
no y de las lecciones de la historia- a la que deben atribuirse
todas las desgracias que han caído sobre nuestra hermosa Fran-
Sin embargo, en este estadio ya existían evidentes compli-
cia.» 1 caciones. La «ideología» se convirtió ~n un apodo polémico
para los tipos de pensamiento que negaban o ignoraban el
Scott (Napoleón, 1827, VI, 251) resumía: «Ideología, apodo proceso social material de que siempre formaba parte la
. ·~ ,.....
«Conciencia»:
'con .el cual el gobernante francés solía distinguir toda espe-
cie de teoría que, sin apoyarse en absoluto sobre la base del
propio interés, pensaba él, podía prevalecer sin ardientes «La conciencia nunca puede ser otra' cosa que la existencia
mucl1achos salvadores ni entusiastas, enloquecidos.» consciente, y la existencia de los hombres es su verdadero pro-
ceso de vida. Si en toda ideología los hombres y sus circuns:.
. Cada elemento de esta condena de la •ideología• --<¡ue tancias aparecen invertidos como en una ca1nera obscura, este
durante la primera mitad del siglo XIX fue muy bien conocida fCnómeno surge de su proceso de vida histórico del mismo modo
y frecuentemente repetida en Europa y ,l\[orteamérica- fue en que la inversión de los objetos en ·1a retina surge de su pro-
reto1I1ado y aplicado por Marx y Engels en sus primeros es- ceso de vida físico» (id., p. 14).
critos. Constituye el contenido sustancial ·9e.I "ataque de estos
autores a sus contemporáneos alemanes en la obra La ideolo- El énfasis resulta evidente pero Ja analogía es complicada ..
gía. alemana (1846). Hallar •causas primarias• en las «ideas• El proceso físico de la retina no puede ser separado razona-
fue considerado el error básico. Existe·· incluso el mismo tono blemente del proceso físico del cerebro, que, como una acti-
de .despectiva viabilidad en Ja anécdota que aparece en. el vidad necesariamente conectada, controla y «rectifica» la in-
Prefacio de Marx: · versión. La camera obscura era un dispositivo consciente para
discernir las proporciones; · lá inversión había sido efectiva-
.«Había Wla vez Wl muchacho honesto que tuvo la idea dp
que los hombres se hundían en el agua sólo porque se hallaban
mente corregida mediante el agregado de otra lente. En cier-
poseídos por la idea de la gravedad. Si ellos apartaran esta idea to sentido, las analogías no son más que incidentales, pero
.·~ ....
·
d~ sus cabezas, digamos considerándola COIJlQ Wla superstición; probablemente se relacionan (aunque como ejemplos en rea-
entonces se hallarían a cubierto de un modo.sublime contra cllal- lidad funcionen en contra) ·con un criterio subyacente de
quier peligro que proviniera ·del agua» (p. 2) .. · •conocimiento positivo directo». Son muy proclives de algiln
modo a utilizar «la idea de la gravedad• para refutar la no-
Las teorías abstractas, separadas de ·1a ·«base del propio ción del poder determinante de las ideas. Si la idea no hu-
interés», por tanto, no venían al caso . . biera sido la compr·ensión práctica y científica de una fuerza
El argumento, desde luego, no podía :ser abandonado en natural, sino, digan1os, una idea de la «Superioridad racial»
este estadio. En lugar del esquema conservador (y convenien- o de la «sabiduría inferior de las. mujeres», el argumento hu-
temente vago) de Napoleón de •el conocimiento del corazón biera surgido en última instancia del mismo modo, pero
hui:nano y de las lecciones "de la historia», Marx y Engels in- hubiera debido pasar por muchos más estadios y dificultades
trodujeron «el verdadero terreno de la histo.ria» -el proceso signific<itivos. .
de producción y de autoproducción- a partir del cual po- Esta posición es también verdadera incluso en relación
dían delinearse «los orígenes y el desarrollo» de «diferentes con la definición n1ás positiva:
productos teóricos». El simple cinismo. de apelar al «propio
in"terés» se convirtió en ·una diagnosis crítica de la verdadera «Nosotros no partimos de lo que los hombres dicen, imagi-
base de tódas las ideas: " nan, conciben, ni tampoco de lo que se dice, se piensa, se ima-
gina o se concibe· de los hombres, con t'?l propósito de. llegar a
1. Citado en Ja obra de A. NAEss, Democracy, Ideólogy, and Ob- los hombres en persona. Partimos de los hombres reales, en
jectivity, Oslo, 1956, p. 151. actividad, y sobre Ja base de su verdadero proceso de vida de-
74 75
,..
, Lo que realmente se había introd~cido, como correctivo
mostramos el desarrollo de los reflejos ideológicos y los ecos . · ~ái empirismo abstracto, fue la acepc10n de la h1stona social
de este proceso de vida. Lo_s fantasmas que se producen en el /)f material como la verdadera relación entre <;l •hombre» Y
cerebro humano son también necesariamente sublimados a par- -·1a «naturaleza». Aunque resulta sumamente curioso que Marx
tir de su proceso de vida material, que resulta empíricamente
verificable y limitado a premisas materiales. La moralidad, la · ~y Engels abstraigan, a su vez, los persuasivos -«hombres en
religión, la metafísica, todo el resto de la ideología y de sus co- :., :carne y hueso» a los cuales «arribamos». Comenzar por pr:su-
rrespondientes formas de conciencia, por lo tanto, ya no conscr- . ;-ponerlos como punto de partida necesario es correcto mien-
van la apariencia de independencia» (id., p. 14). tras recordemos que, en consecuencia, son hombres cons-
cientes. La decisión de no partir de aquello «que los ho_mbres
En consecuencia, es absolutamente razonable que la «ideo- -dicen, imaginan, conciben ni tampoco de lo que se dice, se
logía» deba ser privada de esta «apariencia de independien- tpiensa, ·~e concibe o se imagina de los hom~res». es, I?ºr lo
cia». Sin embargo, el lenguaje de !Os «reflejos», ({ecos», «fan- ..:tanto en el mejor de los casos, una advertencia correctiva de
tasmas» y <(sublimados» es muy simplista y ha resul~acl.o re- ).que .~xiste otra e~idencia, con frec1:1encia_ más sólida, de lo
petidamente desastroso. Pertenece al ingenuo dualismo del ·que han ·hecho; Sin embargo, también existe, en el peor de
,: «materialisnio mecániCo», en el cual la sepafación id·ealista los cas9s, una fantasía objetivista: la de que todo «el proceso
de las ·«ideas» y la «realidad material» había sido reprodu- .de .vida real» puede ser conocido independientemente del
cida, pero con sus prioridades revertidas. El énfasis puesto .-lenguaje («lo que los homb.res dicen») y de sus registros («!O
sobre Ja. conciencia como inseparable de la exi.Stencia cons- .que se diSe dejos hombres:>). La verdadera noción de la h1s-
ciente y 1uego puesto sobre Ja existencia Consciente como in- .toria se tornaría absurda si no comprendiéramos <clo que s_e
separable de los procesos sociales materiales, está efectiva- dice de lós hombres» (cuando, habiendo muerto, resultan
mente perdido en la utilización de este vocabulario delibera- ,difícilmellte accesibles «en carne y hueso,,; inevitablemente,·
damente degradante. El daño puede ser comprendido si lo '.Marx y Engels confiaban en ellos extensiva y repetidamente).
comparamos durante un momento con la descripción que .del mismo modo que «la historia de Ja industria ... tal como.
hace Marx del «trabajo humano» en El Capital (!, pp. 185- .existe objetivamente ... es un libro abierto de las facultades
186): hun1anas ... una psicología humana que puede ser directamen-
te aprehendida» (Manuscritos económicos y filosóficos de
«Presuponemos el trabajo en una forma que lo caracteriza
·.:. '·
como si fuera exclusivamente humano... Lo que distingue al .)844, p. 121), y que ellos han introducido decisivamente con-
peor arquitecto de la mejor de las abejas es esto, que el arqui- tra las exclusiones que practican los demás historiadores.
tecto crea su estructura eli la imaginación antes de erigirla en Lo que ellos fundamentalmente defendían era un nuevo modo ·
la realidad. Al final de todo proceso de trabajo obtenemos un de comprender las relaciones totales entre este «libro abier- ·
-,;~~:~~~:~.. resultado que ya existía en la imaginación del trabajador desde
su comienzo.»
to», <clo que los hombres dicen» y «lo que se dice de los.
·~·~· hombres». En una respuesta polémica a la historia abstracta
de las ideas o de la conciencia produjeron su p~nto clave,
Esto quizá se mueva demasiado en la dirección opuesta, fundamental; pero en lo que se refiere a un área decisiva vol-
pero su diferencia del mundo de los <creflejos», «CCOS», «fan- vieron a perderlo. Esta confusión es la fuente de la ingenua
tasmas» y «sublimados» difícilmente necesita ser subrayada. reducción, en gran parte del pensamiento marxista posterior,
La cünciencía es considerada desde el principio como una par- de la conciencia·, la imaginación, el arte y las ideas a ({r·efle-
te del proceso social material humano, y sus productos en jos>,, «ecos)>, <(fantasmas» y <csublimados», y por lo tanto
<ddeas» son tanto una parte de este proceso como los propios de una profunda confusión en el concepto de <cideología».
productos materiales. Esto, fundamentalmente, constituyó Poden1os averiguar inás elementos de este fracaso si exa-
la fuerza propulsora de toda la argumentación de Marx; sin minamos las definiciones de ideología que obtienen la mayor
embargo el punto se perdió, en esta área fundamental, de- parte de su fuerza del. contraste con lo que no es i.~~ología.
bido a una rendición temporal al cinismo de Jos «hombres El más común de estos contrastes aparece con relacion a lo
prácticos» y, aún más, al empirismo abstracto de cierta ver- que se denomina «ciencia>>. Por ejemplo:
sión de la ((ciencia natural». '
76 77
''
·;.--.

«En la vida real, allí donde· termina la especulación es don• to"s» como proceso «reflexivo» o de un «segundo _esta.dio» da
de comienza la cichcia positiva, verdadera: la representación de por resu~tado una irónica idealización de la «Conc1enc1a y ~us
la actividad práctica, del proceso práctico del desarrollo de productos» en est~ nivel secundario. . .
los hombres. Allí cesan las palabras vacías sobre la conciencia Esto es así debido a que «la conciencia y sus productos»
y debe tomar su lugar el verdadero conocimiento. Allí donde se
describe la realidad, la filosoña, considerada como una rama siempre forman parte, aunque de formas muy variables, del
independiente de la actividad pierde su medio de existencia» ·propio proceso social material, sea como elem~ntos n;cesa-
(La ideo/ogla alemana, p. 17). rios de la «imaginación» en el proceso de trabajo, segun l~s
denominara Marx, o como condiciones· necesarias del trabajo
En este punto se presenta una serie de dificultades. Los ásociado, en el lenguaje o en las ideas prácticas de relación;
uSo~. de los conceptos de «conciencia» y «.filosofía» dependen d como es frecuentemente olvidado, en los verdaderos pro-
casi por entero del aserto principal sobre la futilidad que c~sos -todos ellos físicos y materiales, y la mayoría manifies-
implica la separadún de la conciencia y el i>ensamiento del tamente- que son disfrazados e idealizados como «la concien-
proceso social matedal. Esta separación es lo que convierte cia' y sus productos» pero que, cuando se observan sin ilusio-
en ideología a esta conciencia y a este pensamienio. Sin em- nes resultan ser ellos mismos actiVidade·s necesariamente ma-
bargo, es sencillo comprender cómo este punto podría asumir- terlales y sociales. Lo que realmente se idealiza, en la con-
cepción reductiva corriente, es el <(pens·ar» o el «imaginar»,
se, .Y así ha ocurrido con frecuencia, de un mOdo sumamente
y. la única materialización de estos p~ocesos abstractos se
·difer;ente. Dentro de un nuevo tipo de abstr:iCción, «concien-
cia» y «:filosofía» se hallan separadas, a su vez; del «verdadero consigue por el retorno a una referencia general de la tota-
lidad del proceso social material (que por ser abstracto es
conocimiento» y del «pi"oceso práctico». Esto tiene relación
efectivamente completo). Y lo que esta versión del maniismo
espeé:ialmente con el lenguaje disponible de los «reflejos»,
examina especialmente es que «pensar» e <dmaginar» son,
«ecos», «fantasmas» y «sublimados». El resultado de ºesta ·se-
desde el pdncipio, procesos sociales (incluyendo, desde lue-
par?Lción contraria a la concepción originaria de un proceso
indisoluble es la absurda exclusión de la conciencia del «de- go, la capacidad de uinternaliZació?» que const.itu?'e. una
parte necesada de todo proceso social entre los md1v~du?s
sarrollo de los hombres» y del •verdadero conocimiento» de reales) que se tornan accesibles solamente por medios md1~­
este ·desarrollo. Aunque el primero, al menos, resulta impo- cutiblemente físicos y materiales: en las voces, en los soni-
sible por medio de la aplicación de cualquier esquema. Por dos producidos por los instrumentos, en la escritura n1anus-
lo tanto, cuanto puede hacerse para disimular sú carácter Crita o impresa, en ·el ordenamiento de pigmentos en un lienzo
absurdo es elaborar el esquema familiar de los dos estadios 0 mortero, en el mármol o la piedra trabajados. Excluir es-
(la reversión del idealismo dualista por parte del materia- tos procesos sociales materiales de el proceso social mater~al
lismo mecánico), en el que primero existe la vida material y supone el mismo error que reducir todos los procesos socia-
luego, a alguna distancia temporal o espacial, la conciencia les materiales a medios meramente técnicos en función de
y «sus» productos. Esto conduce directamente a un·reduccio- otra «Vida>) abstracta. El «proceso práctico» del «desarrollo
nismo simple: la «conciencia» y «SUS» productos no pueden de los hombres» los incluye desde el principio en mayor pro-
ser nada más que «reflejos» de lo que ya ha ocurrido en el porción que los medios técnicos que operan en función de
proceso social material. un «pensar» y un «imaginar)) sumamente separados.
Desde la perspectiva de la experiencia. (aquella experiencia Entonces, ¿a qué puede denominarse «ideología» en su
que produjo las últimas y ansiosas advertencias y calificacio- admitida forma negativa? Puede afirmarse, desde luego, que
nes) p_uede afirmarse, sin duda, que no es más que una pobre estos procesos, o algunos de ellos, asumen formas variables
manera práctica de ttatar de comprender la «Conciencia» y (lo cual es tan innegable como las formas variables que asu-
«SUS» productos: esta situación se evade continuamente de me toda producción), y que algunas de estas formas son
un·a ecuación reductiva tan simple. Sin embargo, éste no es «ideología», mientras que otras no lo son. Este camino es ten-
más que un punto marginal. El punto verdad_ero es que la tador; sin embargo, no es habitualmente seguido durante
separación y la abstracción de la «Conciencia y' sus produc- mucho trecho, pues a poco de andar en él se erige una estúpi-
78 79
da barrera. El dificil concepto de •ciencia•. Debemos infor- de esperar, que los métodos, o al menos la disposición, pu-
marnos en primera instancia de un problema de traducción. dieran ser conservados.
El ténnino alemán Wissenschaft, como el francés science, tie- Este liberarse de los supuestos ordinarios de Ja investiga-
ne un significado mucho más amplio. del que ha tenido des- ción social, que normalmente comienzan donde debieran ha-
de principios del siglo xrx el vocablo inglés science (ciencia). ber terminado, con las formas y las categorías de una fase
En un sentido amplio se refiere al área del «conocimiento de ]a sociedad histórica particular, resulta sumamente im-
siste1nático» o del «saber organizado». En inglés este térmi- portante y fue demostrado _fundamentalmente e~ la mayor
no ha estado muy restringido al tipo de conocimiento basado parte de la obra de Marx. Sm embargo, es muy diferente de
·,_
en Ja observación del «mundo real» (al principio, y todavía la utilización acrítica de «Ciencia» y «Científico», con delibe-
es vigente, dentro de las categorias del <(hombre» y «el mun- radas referencias a -y analogías de- la «Ciencia _natural»,
do») y a Ja significativa distinción (e incluso oposición) entre para describir el trabajo esencialmente crítico e histórico
las palabras experiencia y experimento, que prin1eramente que se realizó. Engels, es cierto, u~ilizó estas referenci.as. y
habían sido intercambiables, captando esta última en el cur- analogías con mucl1a mayor frecuencia que Marx. El «soc1al1s-
so del desarrollo nuevos sentidos de empírica y positiva. Por mo científico» se convirtió, bajo su influencia, en una divisa
lo tanto, resulta sumamente difícil para cualquier lector in- polémica. En Ja práctica depende casi por igual de un (justi-
glés comprender la frase traducida de Marx y Engels -«la ficable) sentido de conocimiento sistemático de la sociedad,
ciencia positiva, verdadera»- en otro sentido que no sea este basado en la observación y el análisis de sus procesos de de-
sentido especializado. Sin embargo, deben hacerse inmediata- sarrollo (a diferencia, por así decirlo, del socialismo «Utópi-
mente. dos salvedades. Primero, que la definición marxista co», que proyectaba un futuro deseable sin una consideración·
del <<mundo real», moviéndose :inás allá de las categorías se- rigurosa de los procesos pasados y presentes en que debía
paradas del «hombre» y <<el mundo» e incluyendo, como fun- ser incluido), y de una asociación (falsa) con las «leyes» «fun~
damental, el activo proceso social material, ha hecho imposi- damentales» o «universales» de la ciencia natural, que, aun
ble cualquier simple transferencia de este tipo: cuando resultaban ser más «leyes» que hipótesis o generali-
zaciones efectivas· de trabajo, eran de un tipo diferente por-
«Si la industria es concebida como una forma esotérica de que sus objetos de estudio eran radicalmente diferentes.
la realización de las facultades humanas esenciales, uno es capaz La noción de «Ciencia» ha tenido un efecto crucial, nega~
de comprender asimismo la esencia humana de la Naturaleza o tivamente, ·sobre el concepto de «ideología». Si la «ideología»
la esencia natural del hombre. Las ciencias naturales abandonarán se diferencia de «la ciencia positiva, verdadera», en la acep-
e.ntonces su orientación materialista abstracta, o más bien, idea- ción de un conocimiento coherente y minucioso del «proceso
lista, y se convertirán en la base· de la ciencia fzumana ... ' Una base
par la vida y otra para la ciencia constituye a priori una falsedad» práctico del desarrollo de los hombres», entonces la distin-
(Manuscritos ... , p. 122). ción puede resultar significativa como indicador de los su-
.. '
puestos, Jos conceptos y los puntos de vista admitidos que
, Esto no es si.no. un_ argumento en contra de las catego- pueden ser exhibidos para prevenir o distorsionar tal cono-
r1as de la espec1ahzac1ón inglesa de la «Ciencia~. Pero, en cimiento coherente y minucioso. A menudo tenemos 18. im-
segundo lugar, el verdadero progreso de la racionalidad cien- presión de que esto es realmente lo que se pretende. Sin
-+
."... -- tífica, especialmente en cuanto a su rechazo de la metafísica
.-._1'-

- embargo, Ja diferencia, el contraste, es menos simple de lo


que parece, ya que su aplicación correcta depende de una
Y en lo que se refiere a su evasión triunfal de una limitación
a la observ~ción, a la. e.xperimentación y a la investigación distinción entre «el conocimiento coherente y minucioso del
dentro de sistemas rehg10sos y filosóficos admitidos resultó proceso práctico del desarrollo» y otros tipos de «conocimien-
..... inmensamente atractivo como clave para la compre~sión de to» que a menl,ldO suelen parecerse mucho a él. Un modo de
la sociedad. Aunque el objeto de la investigación había sido aplicar el criterio de distinción podría ser examinar los «SUR
1'· • ,.. ~
radicalmente modificado -desde el «hombre• y «el mundo» · puestos, conceptos y puntos de vista», sean admitidos o no,
·.:~'~ hasta u.n proceso social material activo, interactivo y en cier-
to sentido clave autocreador-, era de suponer, o mejor era
a través de Jos cuales se ha obtenido y organizado cualquier
conocimiento. No obstante, es precisamente este tipo de aná-

80 81
_ _.,,__
"'"

lisis lo que se evita mediante el supuesto a priori de un mé-


todo «positivo» no sujeto a un escrutinio de esta naturaleza; ideas que son específicamente «ideológicos». Más tarde En-
un supuesto basado en los supuestos admitidos (y sin exami- gels procuró_ aclarar esta posición:
nar) del «Conocimiento científico, positivo», liberado de la
«Toda ideología ... una vez que ha surgido, se_ desarr?lla ~n
«propensión ideológica» de todos los demás observadores. conexión con el material conceptual dado, y ~esarro~la aun m~s
Esta posición, que se ha dado con frecuencia· en el ·marxisnlo este material; de otro modo dejaría de ser ideo!og1a, ~s decir,
ortodoxo, es tanto una demostración indirecta como una la ocupación con pensamiento tanto como con ent_1dades mdepen-
habitual manifestación partidaria (del tipo que han expresado dientes, desarrollándose independientemente Y Sl;IJetas so1a_mente
casi todos los partidos) a la que los demás se -hallan predis- sus propias leyes. Que las condiciones de vida material de
puestos, si bien por definición nosotros somós inmunes a fas personas, dentro de cuyas cabezas continúa este proceso de
ella. pensamiento, determinan en últin1a instancia el cu.rso de este pro-
Tal fue la vía de escape de los ingenuos ante el difícil ceso continúan siendo necesariamente desconocidas para estas
problema con que se enfrentaba el materialismo histórico. pers~nas ya que de otro modo se llegarla al fin de toda ideologían
(Feuerbach, pp. 65-66).
Su ii;nportancia sintomática a nivel de dogma debía ser to-
mada en C01"1:Sideración y Juego apartada Si fluestra intención «La ideología es un proceso llevado a ca~o po~ los denomi-
era la de comprender claramente una proposición muy dife- nados pensadores, consciente1nente ªU?que en rcalid~d con una
rente >y mucl10 más interesante que coriduce a una definición falsa conciencia. Los verdaderos motivos que lo alientan pe_r-
muy diferente de la ideología (aungue"" con frecuencia no es manecen desconocidos para él ya que de otro inod_o no_ habr1a
distinguida desde una perspectiva ·teórica). Comienza con el en absoluto un proceso ideológico. Por lo tanto él imagma mo-
ataque principal a· 1os jóvenes hegelianos, de quienes se de- tivos falsos o aparentes., Debido al hecho de que es. un proceso
cía que «consideran que las concepciones, los pensamientos, del pensamiento él deriva su for.ma como .su _conterudo del pen-
las idéas, y en realidad todos los productos de la conciencia, samiento puro, tanto de su propio pensamiento como del pe:µsa-
miento de sus predecesores.» z
a Jos cuales atribuyen una e~istencia independiente, son la
verdadera opresión de los hombres». La liberación social so-
Tomadas en sí mismas, estas formulaciones pueden pare-
brevendría, pues, por un «cambio de conciencia». En conse-
cuencia, es indudable que todo gira en torno de la definición cer virtualmente psicológicas. Estructuralmente resultan muy
semejantes al concepto freudiano de «racionalización» en lo
de «conciencia». La definición adoptada; de modo polémico,
que se refiere a .frases como «dentro de cuya~ ca~ezas_»; «.ver-
por Marx y Engels es efectivamente su definición de ideolo-.
daderos motivos ... desconocidos para él»; «imagina motivos
gía: no la «conciencia práctica», sinó l~ «teoría independien-
falsos o aparentes». De este modo se acepta f_ácilrnente una
te». Por lo tanto «no es real1nente una .:euesti611 de explicar
este argumento teórico desde las condiciones existentes actua-
versión de la «ideología» dentro del pensamiento burgués
moderno, -que tiene sus propios conceptos sobre. lo «verda-
les. La disolución verdadera y práctica de estas frases, la
dero» -material o psicológico- para socavar la ideología o
remoción de estas nociones de la conciencia de los hombres,
serán ... · producidas por circunstancias modificadas, no por la racionalización. Sin embargo, alguna vez ha sido una po-
deducciones teóricas» (La ideología ... , p·. 15). En esta tarea el sición más seria. La ideología fue específicamente identifi-
cada como-una consecuencia de la división del tr~bajo:
proletariado tiene una ventaja, ya que «para las masas ...
estas nociones teóricas no existen».
«La división del trabajo sólo ocurre realmente a partir del
Si · co~prendcmos seriamerite esta sítuación· nos queda momento en que aparece una división entre el_ trabajo material
una definición de ideología mucho más limitada y, en ese ,, y el trabajo· mental ... A partir de es~ momento y en. adelante la
sentido, mucho más plausible. Desde el momento en que di- conciencia pued~ realmente beneficiarse con el hecho de que
fíciim·ehte puede declararse a la «Conciencia» como no exis- existe algo más que la conciencia de la práctica existente, que
tente .en las «masas», incluyendo «las Concepciones, los p~n­ realmente representa algo sin representar algo real; de ahora en
samientos, las ideas», la definición se retrotrae a un tipo de
conciencia y a ciertos tipos de concepciones, -pensamientos e 2. Carta a F. Mehring del 14 de julio de 1893 (Marx and Engels,
Selected Correspondence, Nueva York, 1935).
82
.83
adelante la conciencia se halla en posición de emanciparse del el de conocimiento «científico» o «V~r~~dero», 1 ~~cepto si se
mundo y de proceder a la formación de una teoría, Wla teología, hace un juego de ip.anos con la descnpc1on «pract~ca», ya que
un filosofía, una ética, "puras"» (La ideología ... , p. 51). la mayoría de las clases gobernantes no han temdo qu.e ser
«desenmascaradas»; normalmente han proclamado su e~1~ten­
La ideolog~a es, entonces, una «teoría separada», y su aná- cia y las -«concepciones, pei:sa~ientos, ideas» que la ~at1f1can.
lisis debe involucrar la recuperación de sus •Verdaderas» Normalmente derrocarlas s1gmfica derrocar su práctica cons·
conexiones. ciente; y esto es siempre .much~ más difícil que d~n:ocar sus
ideas «abstractas» y «Un1versal1Zador~s», que, as1m1s~o, <:n
«La división del trabajo ... se manifiesta asimismo en ia clase términos reales, mantienen una relac16?- co:i la «C~nc1enc1a
dirigente como la división entre el trabajo mental y el trabajo
material, de modo que dentro de esta clase una parte la cons-
política» dominante mucho más compleia e mteracti_va de lo
tituyen los pensadores de la clase (sus ideólogos conceptivos, que ocurre con cualquier concepto que hayamos tem.do n':11'·
activos, que hacen del perfeccionamiento de la ilusión que la ca. O nuevamente, la «existencia de las ideas :evolu.c1onar1as
clase tiene sobre sí misma la fuente principal de su mantenimien- durante un período particular presupone la existencia. de. una
to) mientras que la actitud de los demás en relación con estas Clase revolucionaria». Sin embargo, esto puede o no ser cierto
ideas e ilusiones es más pasiv_a y receptiva debido al hecho .de desde el momento en que todas .las cuestiones difíciles_ sur·
que ellos son en realidad los miembros activos de esta clase y gen en relación con el desarro~lo d": una clase ~rerrevoluc10na­
tienen menos . .tiempo para producir· ilusiones e ideas sobre ellos ·ria .0 potencialmente revoluc1onar1a o suman~men!e revoii:-.
mismos» (La i.deología ... , pp. 3940).
-cionaria hasta llegar a ser una clase revoluc1onana expe;-1-
n)entada; y las mismas cuestiones difíciles surgen necesaria-
Esto es suficientemente agudo, y los mismo ocurre en la
siguiente observación de CJ.Ue · mente en relación con las ideas prerrevolucionaria~, po~en­
clalmcnte revolucionarias O sumariamente revoluc1onar1as.
«toda nueva clase... se ve obligada... a representar su interés Las propias y complicadas relaciones de Marx y Engels con
como si fuera el interés de todos los miembros de la sociedad, el carácter revolucionario del proletariado europeo. (en sí
expresado con una modalidad ideal; esta clase dará a sus ideas mismo ·muy complicado) constituyen un ejemplo sumamente
la forma de la universalidad y las representará como las únicas práctico de esta precisa dific~ltad,_ corr:o lo es asi~isi;io s;i
ideas racionales, universalmeD.te ·válidas» (La ideología .. ., pp. 40- relación complicada y reconocida (mclmda la .relación imph·
41). . cita a través de la crítica) con sus predecesores intelectuales.
Lo que realmente ocurrió, durante el perí".do .transitorio
Sin embargo, entonces el concepto de «ideología» oscila aunque influyente en que tuv.o lu~ar esta sustitu~ión por un
entre «Un sistema de creencias característico de cierta clase» conocimiento coherente y m1nuc1oso, fue, en pnmer _lugar,
y ((un sistema de creencias ilusorias -falsas ideas o falsa con- una abstracción de la «ideología» como categoría de ilusiones
ciencia- que puede_ ser contrastado con el conocimiento ver- y falsa conciencia (una abstracción qu~, como ellos sabían
dadero o científico». muy b.ien, evitaría el examen no de las ideas ~bstracta~'. que
Esta incertidumbre nunca fue verdaderamente resuelta. es relativamente sencillo, sino del proceso social material en
La ideología considerada como una «teoría separada» -el ho- que «las concepciones, los pensamie~tos, las ideas»," _aunque
gar natural de las ilusiones y la falsa conciencia- se halla se- en grados diferentes, se vuelven prácticas). En segundo 1ugar,
parada de la (intríns.ecamente limitada) ~conciencia práctica se otorgó a la abstracción una rigidez categórica, una con-
de una clase». Sin embargo, esta separación es más fácil de ciencia trascendental antes .que una conciencia genuinamente
efectuar en la teoría que en la práctica. El inmenso cuerpo histórica de las ideas, que entonces podría ser mecánicamen-
de la conciencia de clase directa, directamente expresada y di- ·~
-·-o
te separada en. forma de estadios unificados y su~esivos tanto
rectamente impuesta una y otra vez, puede parecer que escapa ,.,.¿¡ del conocimiento como de la ilusión. Cada estad10 de la abs-
a la influencia de la «ideología», que estaría limitada a los fi. ,, i, tracción es radicalmente diferente, tanto en la teoría como
lósofos •universales». Pero entonces ¿qué nombre debe adju- 'i :~;~ en la práctica, del énfasis puesto por Marx sobre el necesa170
dicarse a estos poderosos sistemas directos? Seguramente, no ' .j.
conflicto de verdaderos intereses dentro del proceso social
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85

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material, y sobre las formas •legales, políticas, religiosas, cíficos puede dar como resultado un vulgar •é'?t~• ético en-
estéticas o filosóficas -en síntesis: ideológicas- por las mascarado de «verdad histórica» o un entorp~crm1ento Y.~ª
cuales Jos hombres toman conciencia de este conflicto y Jo confusión cuando existen fallas y deformac10nes prác!Ica~.
combaten». La contaminación del argumento categórico en El «test de la práctica», en otras palabras, n? pu.ede _ser apli-
contra de los especialistas en categorías -en este punto- se ado a la «teoría científica» y a la <c1deolog1a» consideradas
ha extinguido debido al reconocimiento práctico del proceso ~orno categorías abstractas. El punto esencial de la definici?n
social y material total e indisoluble. La «ideología», entonces, de «conciencia _práctica» habría de socavar estas abstraccio-
recae en una dimensión práctica y específica: el complicado nes, que sin embargo han continuado siendo reproducidas
proceso dentro del cual los hombres se «vuelven• (son) cons- como «teoría marxista». .
cientes de sus intereses y de sus conflictos. El atajo categóri- Deben examinarse sucintamente otras tres tendencias en-
co en dirección a una distinción (abstracta) entre •verdade- tre los conceptos de ideología elaborados en el siglo XX.
ra» y «falsa» conciencia es, en consecuencia, efectivamente En primer término, el concep~o ha sido habitua'.':'ente u~ili­
abandonado, como debe ocurrir en toda práctica. . zado dentro y fuera del mannsmo, ·con la acepc10n rela!Iva-
tcida esta serie de usos del concepto «ideología• se ha menÍe neutral de a:_un sistema de creencias característico de
conservado en el desarrollo general del marxismo. En algu- una clase o grupo particular• (sin implicaciones de •verdad•
nos niveles se ha producido una conveniente conservació"1 0 «ilusión» pero con referencia positiva a una situación y a
dogmática de la ideología como «falsa conciencia•. Esto .h~. · un interés social y a su sistema definido o constitutivo de
evitado a menudo el análisis más específico de las distinci~ · significados y valores. Por Jo tanto, es I'.osible ~abla': ~e un
nes ·operativas entre la «verdadera» y la «falsa» concif:nci4t.: modo neutro o incluso aprobatorio de •1deologia sociahsta•.
-en el nivel práctico, que es siempre el nivel de las relacio-; En este punto existe un curioso ejemplo de Lenin:
nes sociales- y de la función desempeñada dentro de estas.·
relaciones por «las concepciones, los pensamientos y las •El socialismo, en la medida en que es Ja ideología de Ja lucha
ideas». Existió un intento final, desarrollado por Lukács, d<; de la clase proletaria, pasa por las condiciones necesarias de na-
esclarecer este análisis mediante una distinción entre la •ver- . cimiento, desarrollo y consolidación de cualquier i~eo.logía, es
dadera conciencia» y la collciencia «potencial». o _«imputada:. decir que está fundado en todo el material del conocnruento hu-
(una ·comprensión plena y averdadera» de la .posición social mano y presupone un alto nivel científico, de trabajo científico,
real).·. Tiene el mérito de evitar la reducción de toda la •ver- · etcétera ... En la lucha de clase del proletariado que se desarrolla
espontáneamente, como una fuena elemental, sobre la l?ase de
<ladera conciencia• a la ideología; sin embargo, la categoría las relaciones capitalistas, el socialismo _es int,-oducido por los
es especulativa y, ciertamente, en tanto que categoría no pue- ideólogos.» i
de sostenerse con facilidad. En la obra Historia y conciencia
de clase dependía de un último intento abstracto de.identifi- En este punto, evidentemente, «ideología• no funciona
car la verdad con la idea del proletariado; sin embargo, esta como «falsa conciencia». La distinción existente entre una
forma hegeliana no resulta más convincente que la origin~­ clase y sus ideólogos puede referirse a Ja distinción hecha
ria identificación positivista de una categoría del aconoc1- por Marx y Engels, pero entonces una cláusula fundamental
miento cielltífico». Un intento más interesante, aunque igual- de ella -«ideólogos conceptivos, activos, que hacen del per-
mente. dificil, de definir la «verdadera» conciencia fue la ela- feccionamiento de Ja ilusión que sobre sí misma expresa la
boración de la premisa marxista de cambiar el mundo antes · clase, la fuente principal de su mantenimiento>>-- debe ser
que interpretarlo. Lo que llegó a conocerse con la denomina- tácitamente excluida, a menos que la referencia a una «Clase
ción de •el test de la práctica» se ofreció como criterio de gobernante» pueda ser disfrazada de cláusula salvadora. Tal
verdad y como distinción fundamental de la ideología. De un vez más significativamente, la <ddeología», en su verdadera
modo muy general esta situación constituye una proyección acepción neutra o aprobatoria, sea c9nsiderada como «intro-
absolutamente consistente de la idea de la «Conciencia prác. ducida» en la fundación de «todo ... el conocimiento huma-
tica»; sin embargo, es sencillo observar de qué modo su apli-
cación a las teorías, las formulaciones y los programas espe- 3. What. is to be done?, Oxford, 1963, II.

86 87
~~··
~";.~·?~ no ... científico ... etcétera», aplicado, por supuesto, desde un de Ja tradición marxista, el argumento esencial sobre Ja «Con-
f~'fl}º punto de vista de clase. La posición consiste, claramente, ciencia práctica» fue limitado y frecuentemente distorsionado
~J.if,f[ en que la ideología es teoría y que Ja teoría es a Ja vez se- por dificultades para comprender que los procesos fundamen-
ti~~;·~ cundaria y necesaria; la «conciencia práctica», como aquí la
del proletariado, no se produce por sí misma. Esto es radi-
tales de significación social son intrínsecos a «la conciencia
práctica» y ~simi~rno intr~nsecos a las «concepciones,. pen-
~~.;~¡tr:" calmente diferente al pensamiento de Marx, en el cual toda samientos e ideas» reconocibles como productos de la misma.
teoría «Separada» es ideología y la genuina teoría -«el cono- La condición limitante de Ja «ideología» considerada como
cimiento positivo, verdadero»-- es, por contraste, la articu- concepto, desde sus comienzos con Destutt, fue Ja tendencia
lación de Ja «conciencia práctica». Sin embargo, el esquema a limitar Jos procesos de significado y evaluación a Ja con-
de Lenin corresponde a una formulación sociológica orto- dición de <ddeas» o «teorías» formadas o separables·. Intentar
doxa en la que existe una «Situación social» y existe asimis- retrotraer estas «ideas)) o «teorías» a un «mundo de sensa-
m~ la «ideología»; sus relaciones variables pero ni dependien- ciones» o, por otra parte, a una «conciencia p'ráctica» o a un
:.,.,.-"'"=·"-·\:.;;,,,. tes ·1?-¡. «dete~inadas» permiten, por tanto, su historia y su «proceso social material» que ha sido tan definido como para
~-"'':··:~·:~ .. anál1s1s separados tanto como su historia y su análisis com- excluir estos procesos significativos fundamentales· o conver-
.~; ":.:~:· parados ... Asimismo, la formulación de Lenin adopta, desde .tirlos en procesos fundamentalmente secundarios, constituye
~~ " ...
una posición política muy diferente, la identificación de Na- una constante posibilidad de error, ya que los vínculos prác-
poleóff de «los ideólogos• que aportan ideas a «las gentes• ticos que existen entre las «ideas» y ]as «teorías>> Y la «pro-
·con el objeto de su liberación o su destrucción, según desde ducción de Ja vida .real» se encuentran todos dentro de este ..
qué perspectiva se observa el fenómeno. La definición nap<>- proceso. de significación social y material. .
leónica se ha conservado inalterada como una forma popular Por otra parte, cuando se toma conciencia tj_e esta· si-
de crítica de.las füchas políticas definidas por medio de ideas tuación,· !Os «produ~tos» que no s9n ideas o teoríaS pero que
o de principios. La «ideología» (el producto de Jos «doctri- conforman las obras sumamente diferentes que denomina-
n.arios•) es por lo ,t~nto contrastada con Ja «experiencia prác- mos «arte» y «literatura)> y que .son elementos normales de
tica», con Ja «pohtica práctica• y con lo que se conoce por .los procesos general_es que denominamos «Cultura» y <<lengua- .
pragmatismo; Es.te sentido general de la «ideología», no sólo je», pueden ser enfocados desde otras pesrpectivas que no
como «doctr1nano» y «dogmático», sino como algo a priori sean las de reducción, abstracción o asimilación. ~sta es Ja
Y abstracto, ha coexistido conflictivamente con el sentido des- actitud que debe adoptarse hoy ante Jos estudios culturales y
criptivo igualmente general (neutro o aprobatorio). literarios, especialmente ante la contribución· marxista a
Finalmente, existe una evidente necesidad de un término dichos estudios, que, a pesar de las apariencias, puede résul-
general para describir no sólo Jos productos, sino Jos proce- tar incluso más controvertida que hasta el presente. Sin em-
sos de toda significación, incluyendo Ja significación de Jos bargo, queda pendiente entonces Ja cuestión de si Jos con-
val?res. Resu~ta intere~ante observar que «ideología» e «ideQ.. ceptos de <<ideología» e «ideológico» con sus sentidos de «abs-
lógico» han sido ampliamente utilizados en este sentido. V<>- tracción» e «ilusión», o sus sentidos de «ideas» y «teorías»,
losin~v,_ por ejemplo, utiliza el término «ideológiCo» para o incluso sus sentidos de un· «sistema» de creencias o de ·
desc;1bir el proceso de la producción de significados a través significados· y valores, son términos suficientemente precisos
de signos; y el término «ideología• es asumido como Ja di- y practicables para una redefinición tan radical y de largo
~ensión de la experiencia social en que se producen Jos sig- alcance.
mficados y l?s valores. 1:-" difícil relación que se plantea
entre un sentido tan ampho y !.os demás sentidos que hemos
o?serv~do en actividad difícilmente necesita más explica-
c1~n. Sm embargo, y no obstante Ja intensidad del compr<>-
m1so que pueda haber asumido el término es necesario en
algún modo el acento puesto sobre Ja signifi~ación como pr<>-
ceso social fundamental. En Marx, en Engels y en gran parte
88 89
11. TEORIA CULTURAL

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1
1. Base y superestructura

1
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Todo enfoque moderno de la teoría marxista de la cul-
tura debe comenzar considerando la proposición de .una base
determinante y de una superestructura determinada. Desde
un punto de vista estrictamente teórico no es, desde luego,
éste el punto que elegiríamos para comenzar el análisis. Des-
de ciertas perspectivas sería preferible que pudiéramos co-
menzar a partir de una proposición que originariamente re-
sultara igualmente central, igualmente auténtica: -es decir,
la proposié:lón de que el ser social determina la conciencia.
Esto no significa necesariamente que las .dos proposkiones se
nieguen entre sí o se hallen en contradicción. Sin embargo,
la proposición de base y superestructura, con su elemento fi-
gurativo y ·con su sugerencia de una relación espacial fija
y defmida, constituye, al menos en ciertas nianos, una versión
sumamente especializada y con frecuencia inaceptable de la
otra proposición. No obstante, en la transición que se desa-
rrolla desde Marx al marxismo, y en el desarrollo de la propia
corriente principal del marxismo, la proposición de una base
determina11te y de una superestructura determinada se ha
sostenido a menudo como la clave del análisis cultural mar-
xista.
Es habitualmente considerado fuente de esta proposición
.un pasaje muy conocido del Prefacio de 1859 a la· obra de
Marx Una contribución a la crítica de la economía política:

«En la producción social de su vida, los hombres establecen .


relaciones definidas que son indispensables e independientes de
su voluntad, relaciones de producción que corresponden a un
estadio definido del desarrqllo de sus fuerzas productivas ma-"
j ·~:: tcriales. La suma total de estas relaciones de producc::ión cons~
"'"
tituye la estructura económica de la sociedad, el verda'dcro fun~
-,"(

j :~;,
<lamento sobre el que se erige la superestructura legal ·y política
y a la que le corresponden formas definidas de conciencia so-
cial. El modo de producción de la vida material condiciona el
proceso de vida social, político e intelectual en general. No es
la conciencia de los hombres la que determina su existencia,
sino, por el contrario, es su eX.istencia social la que determina
su conciencia. En un cierto estadio de su desarrollo, las fuerzas

93
-- ----- ----------~~-- ------

~·:.~'·• :.~i!
'.::6-1'.G·

productivas materiales de la sociCdad entran en conflicto con las «Sobre las numerosas formas de propiedad, sobre las cdndí-
relaciones de producción existentes o -lo que no es sino una . ·,::. ciones sociales de la existencia, se erige toda una superestructura
expresión legal de la misma cuestión- con las relaciones de de sentimientos (empfindungen), ilusiones, hábitos de pcnsamicn·
propiedad dentro de las que han venido funcionando hasta ah~ to y concepciones de vida variados y peculiarmente conformados.
ra. De ser formas del desarrollo de las fuerzas productivas estas . La clase en su totalidad las produce y configura· .a partir de su
relaciones se convierten en sus trabas. Entonces comienz'a una fundamento material y de las condiciones sociales correspon-
época. de revolución social. Con el cambio· del fundamento eco- dientes. La unidad individual haCia la cual fluyen, a través de la
nómico toda la inmensa su~erestructura es más o menos rápi. tradición y la educación, puede figurarse que ellas constituyen las
<lamente transformada. Considerando tales transformaciones debe verdaderas razones y las verdaderas premisas de su conducta»
observarse siempre una distinción entre la transformación mate- (Selected Works, I, pp. 272-273).
rial de las. condiciones económicas de _producción, que pueden
ser determinadas c?1:1 la pre.ci_sión de la ciencia natural, y las Evidentemente, éste es un uso muy diferente. ta «Superes-
formas legales, políticas, religiosas, estéticas o filosóficas -en tructura» es aquí toda la «ideología» de la clase: su «forma
síntesis, las formas ideológicas- dentro de las ctialcs los hom- de conciencia»; sus modos constitutivos de comprenderse den·
bres toman conciencia de este conflicto y lo combaten» (Selected
Works;.1, pp. 362-364). .tro del mundo. A partir de esta utilización dél término y de
la utilización que posteriormente se hizo de él es posible con-
Difícilmente sea éste un punto de partida obvio para cual- siderar la emergencia de tres sentidos de la «superestructu-
quier. teoría cultural. Forma parte de .una exposición del mé- ra»: a) Las formas legales y políticas que expresan verdade-
todo ¡naterialista histórico en el aspecto de las rdacioncs le- ras relaciones· de producción existentes; b) las formas de
gales y las formas de Estado. La utilización originaria del tér- conciencia que expresan una particular concepción clasista
mino <(superestructura» es explícitamente calificada como «le- del mundo; c) un proceso en el cual, respecto de toda una
gal y político». (Observem?s, de paso, que la traducción ingle- serie de actividades, los hombres tomen conciencia de un con-
sa, en _su uso corriente,_ tiene un plural -«superestructuras· flicto económico fundamental y lo combatan. Estos tres sen-
!~gales y políticas-:- para la expresión singular· de Marx «ju- tidos respectivamente, dirigirían nuestra· atención hacia a) las
rtsltcher und ?olztzscher U?erbau».) Se dice ade.más que.hay instrucciones; b) las formas de conciencia; e) las prácticas
«formas definidas de conciencia social» que «corresponden» políticas y culturales.
a ella (entsprechen). La transformación de «toda la inmensa Es evidente que estas tres áreas están relacionadas y que,
superestr~ctura» dentr~ de la.' revolución social que comien. en el análisis, deben interrelacionarse. Sin embargo, precisa-
za a. partu; de las ~elac1on.es modificadas de las fuerzas pro- mente en esta cuestión fundamental de la interrelación, el
ductivas y las relaciones de. producción!- es un proceso en que término mismo nos es de muy poca ayuda; ello se debe con-
«lo.s hombres toman conciencia de este conflicto y lo com- cretamente a que, a su vez, es aplicado a cada área de forma
baten» med~ai;ite «forma~ ideológicas», que ahora incluye·n las · alternativa. Tampoco resulta absolutamente sorprendente, ya
forma~ ."rehg10sas, estéticas o filosóficas» así como la legal y que la utilización no es originariament~ coiiceptual de un
lo po1It1co. Es mucho lo que se ha deducido de esta formu- modo preciso, sino metafórica. Lo que expresa originaria-
lación; sin embargo, el verdadero contexto es inevitablemen- mente es el importante sentido de una c<superestructura» for-
te _limita,do. P~r lo tant.o, y simplemente a partir de este pa- mal y visible que podría ser analizada por sí misma pero que
sa1:,. seria posible definir las formas <cculturalc~» («religiosas, no puede ser comprendida desconociendo que se apoya en
esteticas o filosóficas») dentro de las cuales «los hombres to- un «fundamento». Podría decirse lo mismo sobre el término
man conciencia de este conflicto» sin suponer necesariamente metafórico correspondiente~ En la acepción de 1851-1852 se
que estas formas específicas constituyan la totalidad de la halla ausente, y los orígenes de una forma especial de con-
actividad «cultural». ciencia de clase están ,especificados como «formas de pro-
Exi.ste, al menos, una utilización más primitiva del térmi· piedad» y «condiciones sociales de existencia». En. ]a acep-
no <(superestructura» aplicada por Marx. Aparece en ]a obra ción de 1859 aparece en una metáfora prácticamente cons-
El dieciocho brumario de Luis Napoleón, 1851-1852: ciente: «la estructura económica de la sociedad, el verdadero
fundamento (die reale Basis), sobre el cual se erige (erhebt)

94 95
f~~úftt~:·~·t .
3?:t~·,:;f/ .. 1

-~:-::"~-"'-"
.. ,¡ -
-_.·..: ::. 1
-- - _. la superestructura (Uberbau) legal y política». Más adelante
•'.)n_aterial) y contra la evacuación consiguiente del contenido
es reemplazado en la exposición por el «fundamento econó-
mico» (okonomische Grundlage). La continuidad de significa- ~é~pecífico -las verdaderas actividades hui:nanas- por la im-
do es relativamente clara, pero la variedad de términos para : _ posición de categorías abstractas. Por lo tanto, la abst_racci~n
una parte de la relación («formas de propiedad•; «Condicio- habitual de «la base» y «la superestructura» es la .persistencia
nes sociales de la existencia»; «estructura económica de Ja radical de los modos de pensamiento que él atacaba. Es cierto,
sociedad»; «verdadera base»; «verdadero fundamento»; Basis; .'.TI.O obstante,_ que.en el curso de otras exposiciones dio alguna
Grundlage) no se corresponde con una variedad explícita de ,;Justificación· de ello relacionándolo con las dificultades que
~presenta toda formulación de este tipo. Sin embargo, resulta
la, otra forma de la relación, aunque la verdadera significa-
c~on de este término (Uberbau; superestructura), como hen1os
<significativo que cuando Marx llegaba a cualquier tipo de aná-
visto, es variable. Forma parte ·de la complejidad que carac- ;Üsis probado o tomaba conciencia de la necesidad de un aná-
teriza ~ la exposición subsecuente el hecho de que el término :üsis de este tipo, se manifestaba a la vez específico y flexible
-~ efi la utilización de sus propios términos. Ya había observa-
traducido en Ja explicación. inglesa (en su origen probable-
mente por Engels) como «base» sea traducido a otras len- , o, en la formulación del año 1859, una distinción entre ana-
guas c?.n variaciones significativas (en francés habitualmente }i:i:ar «las condiciones de producción económica, que. puede'n
c?mo tnfraestruct~~~, en italiano como "struttura,- y así suce- .:Ser determinadas cor.i la precisión de la ciencia natur'ab> y el
sivamente, produciendose algunos efectos conflictivos sobre ~;lllálisis de las «formas- .ideológicas», para con las cuales los
la esenCia de la exposición). ;:métodos resultaban, evidentemente, mucho menos precisos. ·
Durante el período de transición que va desde Marx hasta '.;~n el año 1857 había indicado: ·
el marxismo, y luego durante el desarrollo de las formulado-
-;~:> «En lo que respecta al arte, es bien conocido que algunas de
nes e'.'plicativa~ y dialécticas, las palabras utilizadas en las ~:rsus cimas no se corresponden en absoluto con el desarrollo ge-
expos1c1on~s or1g1nales fueron proyectad~.s, en primer térmi- ·:~'.fjei"al de la soé:iedad; y por lo tanto, tampoco se corrcspo~den
no, co~o s~ fueran c~ncepto~ precisos; y en se.gundo término, ·._·con la subestructura material, con el esqueleto, por así ·decirlo,
como s.1 fuera? términos descriptivós de «áreas» observables , , !'i:ie su organización.»
!-ª
de la :vi.da _socia~. acepción principal de las palabras en las
expos1cion~s originales había sido correlativa; sin embargo, . Su solución el problema que examina a continuación, el del
la Pº!"ulanda~ de los términos tendió a indicar. o bien a) ca- .'./arte griego, es a duras penas convincente; sin embargo, la fra-
tegonas relativamente cerradas, o bien b) áreas de actividad -~e «~O se corresponden en absoluto» constituye un caracte-
relativamente cerradas. E.stas eran, por lo tanto, correlativas· . 'rístico reconocimiento práctico de la complejidad de las ver-
t~mporalmente (primero la producción material, Juego la con- 'daderás relaciones. Engels, en su ensayo Feuerbach y el fin
ciencia, luego. Ja política y la cultura) o forzando Ja metá- de la filosofía clásica alemana,. todavía argumentaba específi-
fora espacialmente («niveles» o «capas» visibles. y disCerni- camente, demostrando de qué modo la «base económica» de
ble~; la política y la cultura, forman luego la conciencia, y su- una lucha política puede verse embotada en la conciencia o
cesivamente ret~rnan a «la base»). Nonnalmente,. los serios enteramente perdida .de vista, y cómo un sistema legal puede
pr?blemas prácticos de método que supusieron las palabras ser proyectado como independiente de su conteriido económi-
ong:males i;ueron más tarde evitados mediante métodos deri- = co en el curso de su desarrollo profe~ional. Por lo·tánto:
v~do~ de cierta confianza enraizada en la popularidad de los
termmo_s dentro de la relativa limitación de las categorías o «Aun las idcoJogía superiores, es decir, aquellas que se se-
de las areas expresadas como «la base» ·y «la superestruc- paran aún más de la base económica, material, adoptan la for-
tura». ma de la filosofía y la religión. Por lo tanto, la interconexión
·que existe entre l"as concepciones y sus condiciones materiales
En ~o.nsecu~~cia,. resulta irónico recordar que Ja fuerza ·ae existencfa se vuelve más complicada, más y más oscurecida
de la critica ongmana de Marx se hubiera dirigido principal- por los vínculos intermedios. Sin embargo, la interconexión
me~t_e contra la separación de las «áreas» de pensamiento y -existe.»
actividad (como en la separación de conciencia y producción
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--------------~- --- ---------~

Este énfasis correlativo, que incluye no sólo la compleji-·: afirma finalmente como necesario. Por otra parte, la aplicación
dad, sino tai;ibién el r~conocimiento de los modos en que aJ-\ de la teoría a cualquier periodo de la historia sería más sencilla
gunas conexiones se pierden para la conciencia, se halla muy que la solución de una simple ecuación de primer grado.»
lejos de las catego:ías ab~trac'.as .de. asuperestructura» y
•base• (aunqu~ .S?stiene .la 1mp~cacióri de áreas separadas) ..• Esto es un reconocimiento fundamental de las complejida-
En todo anahs1s marxista seno las categorías no son utili-:· des verdaderas y.metodológicas. Es de particular importancia
zadas de modo ~bs'.ract?. No obstante, pueden producir su. en relación con la idea de la «determinación», que será exami-
e~ecto. Resulta s1gmficativo que la primera fase del recona-:;;;, da por separado, y en relación con el problema decisivo de la
cimiento de las complej.idades prácticas acentuaba aquellas~ . . " conciencia considerada como •reflejos» o «reflexión». Sin em-
que realmente son relaciones cuantitativas. Hacia finales del:·,·.¡ . /¡, bargo, dentro de la fuerza que manifiesta su contraste entre
. 1o XIX er~ h a b't
s1~ i u~1 reconoce~ lo que puede ·ser mejor des- " ~.. la h'1stona
e·, ~·f;;f~'.. . rea 1 y una « f rase s1n
. sent1'd o, a b stracta, a b sur d a))
c~t? como «alteraciones», o dificultades especiales, de rela- ';:· ..,. --~ y a lo larg"o de su reconocimiento de una nueva (y teórica-
c10ne_s. que de º'.ro modo serían regulares. Esto es correcto en·.- mente significativa) excepción -«la infinita multitud de. acci-
r~lac10n con la idea de los «retrasos» en el tie.mpo, que había :. dentes»-, Engels no revisa en profundidad las categorías ce-
sido desarrollada.ª partir de la observación de Marx de que¡ rradas -•la base• («el elemento económico», «la situación
al~p_as de las «cimas» del arte «no .se corresponden en ab-''.;·' económica», «el movimiento económico») ·Y los «numerosos
solut.o con el desarrollo general de Ja sociedad». Esta situa-"· ~lementos• (políticos, jurídicos, teórico.s) de «la superestruc-
ción podría expresarse (aunque la «solución» de Marx a este .•·. fura»-- en la medida en que reitera las. categorías e ilustra
problema no fue de este tipo) como una cuestión de •retraso• ; ciertas excepciones, rodeos e irregularidades que oscurecen su
o ?e «des1gualda~» temporal. El mismo esquema básico es:.• relación, que de otro modo sería regular. Dentro de las for-
ev1dente en I~ noción de Engels_ de la distancia relativa ( «qU\i ;~ . ·- . mulaciones teóricas de este importante período, lo que fun-
se ·-separ~n aun más») de las «Ideologías superiores•. Consi- ·1····' '.f éiamentalmente falta es un adecuado reconocimiento de las
dérese'. s1 no, la carta que enviara Engels a Bloch en el mes .·~· , ~ ...1;:, conexiones indisolubles que existen entre producción mate-
de setiembre de 1890: ·,J' .. '''" ria!, actividad e instituciones políticas y culturales y la con-
. ~ _,¡: ciencia. La síntesis clásica de «la relación existente entre la
·.. ~D~ acuerdo con la c:once.pción mat_eria~sta de Ja historia, el ~ti· "..~:~ base y la superestructura» es la distinción de Plejanov de
ultimo ele.mento dete::zn1nante en la historia es la producción y áf'. . «Cinco elementos consecutivos: 1) el estado de las fuerzas
reproducción de la vida real. Marx y yo no hemos hecho otr ~ · productivas; 2) las condiciones económicas; 3) el régimen
cosa que afirmar esto. Por lo tanto, si alguien lo deforma afir~ ,4 socia-político; 4) la psiquis del hombre social; 5) las numero.
mando que el elen1 ent~ t;:conómico es el único de'tcrminante, trans~ ·· ~· sas ideologías que .reflejan las propiedades ·ae esta psiquis»
forma aquella propos1c1ón en una frase sin sentido abstracta
absurda. La situación económica es la base, pero los' numeroso~ (Fundamental Problems of Marxism, Moscú, 1922, pág. 76).
elementos de la superestructura -las formas políticas de la Esto es mejor que la tan corriente proyección desnuda de
luc~a _de clase y sus resultados, es decir: las constituciones es- «Una base» y «una superestructura». Sin embargo, el error se
tablec1das po.r la clase victoriosa luego de una batalla triunfal halla en su descripción·· de estos «elementos» como «conse-
etcétcra, las formas jurídicas e incluso los reflejos de todas esta; cutivos», cuando en la práctica son indisolubles: no en el sen-
luc~as. reales_ en lo~ c~r_ebros de los participantes,. las teorías fi- tido. de que no puedan ser distinguidos a los fines del análi-
los?ficas, políticas, Jur1?1cas, las concepciones religiosas y su pos- sis, sino ·en el sentido decisivo de que no son «áreas» o «ele-
~erior ~esarrollo en sistemas de dogma- también ejercen su mentes» separados, sino actividades y productos totales y es-
influencia sobre el curso 'de las luchas históricas Y en muchos pecíficos del hombre real. Es decir que las categorías analí-
casos prevalecen en la determinación de la forma que asumen ticas, como aparecen a menudo en el pensamiento idealista,
Ex.is~e una il?-ter3:cciónct:
todos estos elementos en la que, e~
medio de la tnfin~ta. multitud de accidentes (es decir, de las co- se han convertido ~asi desapercibidamente- en descrip-
sas y los acontec1m1entos cuya interconexión interior es tan re- cienes sustantivas que asumen habitualmente una prioridad
mota ? tan imposibl~ ~e ~robar que podemos considerarla como sobre todo el proceso social, que procuran considerar como
no existente, como ms1gn1ficante), el movimiento económico se categorías analíticas. Los analistas ortodoxos comenzaron a

98 99
- --- ---------

pensar en «]a base» y en «la superestructura» como si fue- .. ción recíproca que se ejerce entre ambas» (Theorien Vber den
ran entidades concretas separables. Con esta perspectiva, per- Mehrwert, cit. por Bottomore y Rubel, pp. 96-97).
dieron de vista Jos verdaderos procesos -no las reláciones . .l.'i

abstractas, sino los procesos constitutivos- cuya acentua- '".:, Podemos agregar que mientras un particular estadio de
ción debió haber sido función especial del materialismo his- · l«verdadera existencia social», de «relaciones de producción» o
tórico. Más adelante examinaré la principal respuesta teórica· :de «Un modo de producción» puede ser descubierto y precisa-
ante esta pérdida: el intento de reconstituir tales procesos
l

por medio de la idea de «mediación».
Dentro del marxismo, la insatisfacción persistente que
produjo la proposición de «base y superestructura» ha sido
.>C::Io mediante el análisis, considerado como un cuerpo de activi.
Ydades no·es jamás uniforme o estático. Por ejemplo, una de las
::proposiciones centrales sobre el· sentido de. la historia de
'.Marx afirma que en el verdadero desarrollo existen profundas
1
expresada muy a menudo por una repetida reva!uación y rea- ::'contradicciones en las reladones de producción y en las con-
juste de la «Superestructura». Los exégetas han señalado su :'·Siguientes relaciones sociales. Por lo tanto, existe una conti-
complejidad, su esencia y sU «autónomía» o valor autónomo. ·'nua posibilidad de variación dinámica de estas ·fuerzas. Las
Sin embargo, la mayor dificultad todavía radica en la exten- '·'«variaciones» de la superestructura podóan deducirsé a par-
sión originaria de los términos metafóricos en función de una ·:·~.íir de este único factor, que no afirma que las implicaciones
relación inmersa en categorías ~bstractas o en áreas concre- ·~\;.~·objetivas» de (<la base» reduzcan tod~s las variac~o~es ;de
tas entre laS cuales se buscan las conexiones y Se señalan las ,hta índole a la calidad de consecuencias secundanas. Solo
··complejidades o las autonomías ·relativas. Realmente, resulta ~Fcuanda· compre"ndemos que «la· base», a la que es habitual
más importante observar el Carácter de esta exterlsión ·en el }~·f'eferir las variaciones, ·es en sí misma un proceso dinámico
c~~o de <;la base» que en el cáso de la «superestiuctura·», ''.~'i internamente contradictorio -las actividades específicas y
,siempre más variado y variable. Por extensión Y. por hábito, ~',!Os .modos de ·actividad. en una escala que abarea desde la
«la base» ha llegado a ser considerada virtualmente un objeto .é ':asociación hasta el antagonismo de ·hombres reales y clases
1
(una versión 'particular y reductiva de la «existénCia mate- \¡é hombres-'-, podemos liberamos de la noción de un «área»
ria!»). O, específicamente, se atribuyen a «la base» propieda- ··!.:!O una <(cate"goría» con ciertas propiedades fijas para la de~
des muy generales y aparentemente uniformes. ((La base» es ':: ·ducción de los pi;-ocesos variables de una «superestructura».
la verdadera existencia social del hombre. <(La base» confor- ;·La solidez física de los términos ejerce una presión constante
ma las verdaderas relaciones de producción que correspon- :·.contra esta ampliación. .
den a un estadio del desarrollo de las fuerzas productivas ma- .·'·· Por Jo tanto, en.oposición a su desarrollo en el marxismo,
teriales. «La base» es un modo de producción en un estadio ·.;:no son <<la base» y «la superestructura» las que necesitan ser
particular de su desarrollo. Desde luego, en la práctica estas : :' estudiadas, sino los verdaderos procesos específicos e indiso-
proposiciones son diferentes. No obstante, cada una de ellas ; ·1 Jubles dentro de los cuales, desde un punto de vista marxista,
es muy diferente del énfasis fundamental adjudicado por Ja relación decisiva .es la expresada por la compleja idea de
Marx a las actividades productivas. Él mismo estableció tina la .«determinación».
proposic,ión contra la ~~ducción de «la base» a categoría: .

«A fin de estudiar la conexión entre la producción intelectual


y'l~ ~roducción material es esencial, sobre todo, comprender a
la ult1ma en su forn1a histórica determinada y no como una
c~_tegorí~ g~neral. P~r ejemplo, corresponde al n1odo de produc-
c1on cap1tahsta un tipo de producción intelectual muy diferente
a aquel que correspondía al modo de producción medieval. A me-
nos que la propia producción material sea comprendida en una
forma histórica específica, resulta imposible 'entender las carac-
terísticas de la produc_ción intelectual que le corresponde o la ac-
' . 100
101
¡;;¡;e-;;·
~~~-

2. La determinación ·'Ción, que se encuentra en el pasaje tan conocido del Prefacio


·_--de 1859. En la medida en que lo leemos en el alemán de
Yt; Marx, y especialmente en las traducciones inglesas, tomamos
. ;¡;'''.conciencia, inevitablemente, de las complejidades lingüísticas
: '. ~· q~e carac_t:rizan a la palabra «de~erminar». El término co-
. - Tnente ut1lizado por Marx es bestzmmen; aparece en cuatro
oportunidades en el pasaje citado anteriormente. El término
Dentro de la teoría cultural marxista no hay problema inglés «determinar» aparece en tres oportunidades en su tra-
más difícil que el de la •determinación_•. Según sus detracto- ·'ducción. Uno de estos usos constituye una repetición formal
res, el marxismo es un tipo de teoría ·necesariamente reduc- ''-c¡ue no se halla presente en el original; otro es la traducción
tiva y determinista: no se permite. a ninguna actividad que lle una palabra sumamente diferente, konstatieren. En este
sea real y significativa por sí misma, sino ql:le es siempre re· púnto la cuestión no es tanto la suficiencia de la traducción
ducida a una expresión directa o indirecta de algún contenido como la extraordinaria co1riplejidad lingüística de este grupo
e.c'.'mómico p~ecedente y predominante o de un contenido po- 'pe palabras. Esta situación puede ilustrarse mejor coriside·
lit1c_o determmado por una situación o posición económica. rando la complejidad que reviste en inglés el término ade-
En. la perspectiva de las aportaciones del marxismo de me- tCTininar».
diados del siglo xx, esta descripción puede ·ser considerada : .,, 'El sentido fundamental del término «determinar» es «fijar
una caricatura. En realidad es formulada a ·menudo con una ~~·· términqs» o «fijar límites». En su desarrollo extraordinaria-
corifianza tan firme como anticuada. Sin embargo, difícilmen- -~ !Dente variado, en su aplicación a tantos procesos _específi-
te puede negarse que proviene, con todas sus dificultades, de· ,~os, es este sentido de poner un límite y por lo tanto poner
una- forma corriente de marxismo. Desde !µego, dentro ·de. fin a alguna acción el que resulta más problemático. La de·
esa. forma y dentro del pensamiento marxista más reciente, terminación de un cálculo, del curso de un estudio o de un
se han producido numerosas calificaciones dé Ja idea de de- . arrendamiento es, como idea, relativamente simple. La deter-
terminación, del tipo Citado en la carta que enviara Engels a .' minación por una autoridad en principio es simple, pero es
Bloch y de un tipo aparentemente más radical como es Ja fuente de la mayoría de las especiales dificultades de su im·
idea contemporánea dC la «sobredeterminación»' (un término ' plicación de algo que existe más allá e incluso de algo exte-
difícil desde el momento en que el significado -que intenta ex- rior a la acción específica que, no obstante, decide o fija. El
presar es la determinación a _través de múltiples factores). sentido de exterioridad es decisivo en el desarrollo del con-
Algunas de estas revisiones han omitido· ei énfasis marxista cepto de •determinismo», en el cual algún .poder (Dios, la
originario intentando una síntesis con óti:'os órdenes de la Naturaleza o la Historia) controla o· decide el resultado de
determinación en psicología (un freudianismo -revisado) o en una acción o de un proceso más allá -o prescindiendo de-
las "estructuras formales y mentales (formalismo estructura- la 'voluntad o er deseo de sus agentes. ~ste es el determinis·
li.Smo). Estas calificaciones y reVisiories· indica~ verdadera- mo abstracto, que debe distinguirse de un determinismo inhe·
mente las· dificultades inherentes de la proposición·. Pero al rente aparentemente similar en el cual el carácter esencial de
in1srrio tiempo son bienvenidas por los detractores del 1nar· · un proceso o las propiedades de sus componentes son con-
xisn10 que desean evadir su continuo desafío o, más directa- servados para determinar (controlar) su resultado; el carác-
mente, desecl1arlo con10 si fuera un dog1na irrelevante. Por · ter y las proPiedades son entonces «.determinantes». Lo que
lo tanto, saber con seguridad qué fue y qué es ese desafío había sido (en abstracto) el «Consejo determinante y la pres-
adquiere una importancia fundamental. .Un marxismo que ca· ciencia de Dios• (Tyndale) se convirtió, especialmente en las
rezca· de algún concepto de determinación es, obviamente. ciencias físicas, en «Condiciones determinadas» o <deyes de-
inútil. Un marxisrno que presente varios de los conceptos so~ terminadas», basadas en el conocimiento preciso de las ca-
bre la determinación con que cuenta. en la actualidad es racterísticas inherentes de un.proceso y sus componentes. La
absoluta y radicalmente inválido. idea abstracta presupone la imposibilidad (o límites insupe-
Podernos co1nenzar con la fuente aparente de la proposi- rables para su capacidad) de los participan tes en una acción.

102 103
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. _· . ....i _. La idea «Científica» presupone características inalterables o·:: ción: es verdaderamente la «determinación» corno «fijación
rcJativamente fijas; el cambio, por lo tanto, consiste en alte-, de límites».
rar (aunque de un modo que se puede descubrir, y que en ·>i La diferencia fundamental entre «determinación» en este
ese sentido es predecible) las condiciones y las combina..~. · sentido, y «determinación)) en el sentido de las «leyes» de un
ciones. ~A proceso total sujeto a un desarrollo inherente y predecible no
Parece claro que la versión marxista del determinismo, al .-~l.~ es difícil de entender, aunque a menudo puede escabullirse
menos en un primer estadio, corresponde a esta idea «Cien- ··'fl entre los. sentidoS mutantes del término «determinar». La
tífica». 3' cuestión clave radica en el grado en que las condiciones «Ob-
jetivas» son comprendidas como externas. Desde el: momento
«En la producción social Que desarrollan los hombres, esta- en que, dentro del marxismo, por definición, las condiciones
blecen reJacioncs definidas que són indispensables e independien- «Objetivas» son, y sólo pueden ser, resultado de·· las accio-
tes de su voluntad ... un estadio definido del desarrollo ... » (Se- nes del hombre en el mundo material, Ja ve1'd.adera dis.
lected Works, p. 362). · tinción sólo puede darse entre Ja objetividad histórica -las
condiciones en que, en cualquier punto particular· del tiem-
El inglés «definido» traduCe laS formas de. bestimmen de po, los h.~mbres se .encuentran con que han nacido_; .Y. por lo
Marx. En este sentido, el estadio de Ja producción inaterial tanto, las condiciones «accesibles» que «Cstabl~ce:h»- y la
existente y las relaciones sociales que le corresp_onden apa- objetividaq q.bstracta; e_n la cual el proceso <<determinante)) es
. recen. «~jas».
.«independiente des~ voluntad»; no en el sentido his.tórico·de
.' que Jo han heredado, sino en el sentido absoluto de que no
«La masa de las fuerzas productivas accesible a los hombres
dcter1nina las condiciones de la soc1-cdad ... » (La z'deologi'·a "., p. pueden controlarlo; sólo pueden procurar comprenderlo y, en
18). . consecuencia, guiar sus acciones en armonía con .éL
Esta objetividad. abstracta constituye Ja base de lo que
A _partir de esta acepción .de las condiciones de-Íerminadas dentro del marxismo ha sido ampliamente conocido como
. resulta sencillo comprender el_ desarrollo de un marxismo .«economismo». Considerado como doctrina. filosó:fiéa y po_lí-
que acentuó Jas «leyes de hierro», las «Condiciones absoluta- tica resulta inútil; sin embargo, debe ser también compren-
mente objetivas) de una «economía» de la que se desprendió dido desde una perspectiva histórica. La única y poderosa
todo lo demás. En esta sólida interpretación el marxismo ha- razón del desarrollo del determinismo abstracto es la expe-
bía descubierto las «leyes» de un sistema económico objetivo riencia histórica de la economía capitalista en gran.-escala, a
externo y, tarde o tempraflo, directa o indirectaITlente, todo partir de la cual intichas más personas, además de Jos mar-
lo demás, se produjo a partir de estas .leyes. Sin embargo, este xistas, llegaron a Ja conclusión de que el control del prÓceso
no ~s el un1co tnodo en que puede desarrollarse ·tal acepción. estaba más allá de ellos, de que al menos en Ja práctica era
Es igualmente razonable, recordando las frases mencionadas,: .exterior a sus voluntades y deseos y que por tanto debía ser
«establecen» y «accesible a» acentuar el predominio de las
1
comprendido como un proceso gobernado por «leyes» pro-
condiciones objetivas en cualquier momento particular del pias. En consecuencia, con amarga· ironía, una doctrina .críti-
proceso. _En la práctica esto se convierte en. un requerimiento ca y revolucionaria .fue cambiada no sólo en la práctica, sino
absolutamente diferente. Es Jo ·que Engels escribió; defensi· a nivel d~ principios, hasta convertirse en las verdaderas for- ·
vamente, en la carta que enviara a Bloch: <cSon1os nosotros mas de pasividad y materialización contra las cuales 11abía
mismos quienes producimos nuestra historia, aunque lo ha- proyectado un sentido alternativo de ·la «determina'C:ión».
cen1os, en. prin1era instancia·,_ bajo condiciones y· supuestos El determinismo abstracto, en otras palabras, debe consi·
muy ~:finrdos». Lo que esta declaración reconstruye, en com- derarse en cierto sentido determinado. Es una forma de res-
parac1on con el desarrollo alternativo es la idea de la acción puesta e. interpretación que está condicionada por su expe-
directa: «Somos nosotros mismos qliÍen.es producimos nues- riencia de verdaderos límites históricos. La difef-eflcia deci-
tra historia». Las condiciones y los supuestos «definidos» u siva que existe entre las leyes naturales ((determinadas» y
«objetivos», por lo tanto, son términos que califican esta ac- Jos procesos sociales «determinados» fue descuidada; en parte

104 105
'
'

debido a una confusión del idioma, en parte debido a una ex-


periencia histórica específica. La descripción de los dos tipos como «presociales» o incluso antisociales~ a:Lo individual» o
de· cortocimiento como «científicos» agravó ]a confusión. Sin uel genotipo» se transforman entonces en fuerzas antisociales
embargo, ¿es posible volver a un sentido de la «determina- positivas.
ción» .Considerada como la experiencia de «límites objetivos»? Es en este punto donde el concepto pleno de la determi-
Este .s~ntido negativo es indudablemente importante, y Marx nación resulta fundamental, ya que en la práctica la deter-
lo ut1l1zó. re1terada~e?te. Las nuevas relaciones sociales y los minación nunca es solamente la fijación de límites; es asi-
nuevos tipos de act1VIdad que se hacen posibles a través de mismo el ejercicio de presiones. Tal como se da es también
ellas :P't1eden imaginarse, pero no pueden lograrse a menos una acepción del «determinar» inglés: determinar o ser de-
que, los límites de un modo de producción particular sean terminado a hacer algo en un acto de voluntad y propósito.
superados en la práctica por el verdadero cambio social. Esta Dentro de un proceso social total, estas determinaciones po-
fue .. la:his~?ria, por ejemplo, del impulso romántico en pro,de sitivas, que pueden ser experimentadas individualmente pero
la !1t?e_rac1on. humana en su interacción efectiva con un capi- ·1.· •. que son siempre acto~ sociales que son realmente y con fre-
1

tahsmo dommante. · t cuencia formaciones sociales específicas, mantienen relacio-


Sin·. embargo, afirmar esto exclusivamente sÍgnifi~a estar # nes muy complejas con las determinaciones negativas, que
e? pehgr? ~e. replegarse hacia un nuevo planteamiento pa- son experimentadas como límites, puesto que en modo algu-
sivo y ob3etlv1sta. Esto es lo que le ocurrió a Engels: . .., . no son sólo presiones contra los límites, aunque éstos son
de fundamental importancia. Con frecuencia son al menos
«El acontecer Íiistórico.;. puede ... ser comprelldido como el
p_roducto de un. poder que fi:inciona como una totalidad, incons- presiones derivadas .de la formación y el impulso de uh modo
cientemente y sm voluntad por el que cada voluntad individual social dado; en efecto, son una co1npulsión a actuar de ma-
se ha~la o~struida por la de cualquiCr otro, y lo ·que surge de neras que mantienen y renuevan el modo social de que se tra-
esta s1~uac16n es algo que nadie deseaba.» 1 · • ·· te. Son asimismo, vitalmente, presiones ejercidas por forma-
ciones nuevas con sus requerimientos e intenciones todavía
. Aqui la. sociedad .es el proceso general objetivado (incons- por realizar. Por lo tanto, la a:sociedad» nunca es solamente
ciente e mvoluntano) y las únicas fuerzas alternativas son
una «cáscara muerta» que limita la realización social e indi-
•!as voluntades individu.ales». Sin embargo, ésta es una ver- vidual. Es siempre un p_roceso constitutivo con presiones muy
sión. burguesa de la. sociedad. Un aspecto particular de esta poderosas que se expresan en las formaciones culturales, eco-
vers1~n fue especificado más adelante por el ·freudismo y
nómicas y políticas y que, para asumir la verdadera. dimen-
c?nst1tuye ~I verdadero c'!mpo de acción de. !as síntesis mar- sión de lo «constitutivo», son internalizadas y ·convertidas en
,_ ~s~a.s-freudianas .que, irónicamente, han sido l~ principal opo-
•voluntades individuales». La determinación de este tipo -un.
s~c1ón al econ~~1c1smo y al determinismo económico. La so-
proceso de límites y presiones complejo e interrelacionado-
ciedad, generalizada de este modo, como •sociedad capitalis- se halla en el propio proceso social en su totalidad, y en nin-
ta» o c?mo «las formas cuHurales y sociales del modo de gún otro sitio; ·no en un abstracto «n1odo de producción» ni
pro.duc~1ón cap1tahsta», es considerada la plime.ra fuerza ne-
en. una «psicología» abstracta. Toda abstracción del determi-
gativa .~ue. ~obreviene a partir de toda comprénsión de la nismo basada en el aislamiento de categoría's autónomas, que
determmac10n que la considere solamente como fijación de son consideradas categorías predominantes o que pueden uti-
límites.~ No obstante, la «Sociedad» o el <e acontecer históri-
lizarse con el carácter de predicciones, es en consecuencia
~O» _-a través de estos 1nedios- no pueden ser abstraídos
una mistificación de los determinantes siempre específicos y
3an1as de los <dndividuos» ni de las «voluntades individuales» asociados que constituyen el verdadero proceso social: una
Una sep~ración de esta índole conduce directamente a un~ experiencia histórica activa y consciente así como, por descui-
«sociedad» objctivista, alienada, de funcionamiento «incons- do, una experiencia histórica pasiva. y objetivada.
ciente»; y· a una comprensión de los individuos ~a~egorizados El concepto de «Sobredeterminación» es un intento de evi-
l. Ca_rta a J. Bloch, 1890 (Marx and Engels: Selected Correspon- tar el aislamiento de las categorías autónomas, pero al mis-
dence, Nueva York, 1935, p. 476). mo tiempo es un intento de 'poner de relieve prácticas rela-
tivamen.te autónomas, aunque resultan desde luego recípro-
106
107 ,1
cas. En sus formas más positivas -es decir, en su reconoci· 3. Las fuerzas productivas
miento de fuerzas múltiples más que de las fuerzas aisladas
de los modos o las técnicas de producción, y en su posterior
., reconocimiento de estas fuerzas más como fuerzas estructu·
' radas, en particular las situaciones históricas, que como ele·
~· mentos de una totalidad ideal o, lo que es peor, de una tota-
. .·~ lidad meramente adyacente-, el concepto de «SObredeter- Implícito en cualquier argun1ento sobre «b~se» .Y «SUp~r­
···1 · minación» resulta más útil que cualquier otro como medio estructura», o sobre la naturaleza de la «determ1nac16n)), ex1~­
.,.
<;J para comprender las «Contradicciones» y la versión corrien- te un concepto decisivo: e1 concepto de «fuerzas prodt1ct1-
-~,::~;::~: j te de «la dialéctica», que pueden ser senciliamente abstraídas vas». Es un concepto suman1ente importar:i,te en Marx Y en
,,.;,.{,;.
..., ..
~I como rasgos de una: situación o movimiento (determinante)
teóricamente aislado del que se espera que se desarrolle pos-
todo el nlarxismo posterior. Pero es tambiéq. un concepto _va- ·
·riable, y las variaciones han resultado excepcionalmente im-
:): teriormente de acuerdo con ciertas leyes (deterministas). En . portantes para· la teoría cultural i:narxista. . .
toda sociedad total, tanto la relativa autonomía como la .re- La dificultad fundamental consiste en que todas. las pala-
lativa desigualdad de las diferentes prácticas (de las dife- bras claves -producir, producto, producción, productivo-
rentes formas que asume la conciencia práctica) afectan de :sufrieron un desarrollo cspeciaUzado durante el .desarrollo
modo decisivo el verdadero desarrollo y lo afectan como de- 'del capitalismo. Por Jo tanto, para analizar el capit.alismo. ;ue
.•· terminantes a modo de presiones y límites. Sin embargo, 'necesario ··co'mpr~nderlü como un proceso de «pr~duc~1on~
también existen dificultades en el concepto. Fue utilizado por diferente y referirlo a uti proceso general, del cual constituye
Freud para indicar la estructurada causalidad múltiple de · un tipo histórico .particular. La dificultad consiste .en que el
un síntoma: una cristalización muy similar al concepto de proceso general es. todavía más prontamente de~n1do e.n l?s
·imagen dialéctica (véase pág. 124) de la Escuela de Frankfurt. . términos específico.s y limitativos de la producc1on cap1tahs-
Algunos rasgos de este origén sobreviven en algunos de sus "ta. Marx t"enía perfectamente clara la diferencia existente en·
· usos teóricos (por ejemplo, en Althusser, que lo introdujo en tre «producción en_' general» y <<·producción capitalista». Real-.
el marxismo aunque fracasó en la aplicación de sus elemen- mente, fue la exigeriCia de esta última,. a través de su econo·
tos mas positivos a su propio trabajo sobre Ja ideología). ·mía política y en relaCión con la universalidad de·. sus pro-
Como sucede con la «deterrriinación», también la· «Sobrede~ ,pías condiciones espeC:íficas ? his.tóricas, 1?· que ~c:rx atacó
terminación» puede ser abstraída en una estructU.ra (un sín-. en especial. No obstante, la h1stona se hab1a producido tanto·
toma) que luego, aunque de modo complejo, se «desarrolla» en relación con el ·1enguaje como en muchos otros campos.
. (se forma, se sostiene, se detalla) a través de las leyes de sus Lo que resulta profunCl.amente conflictivo es que Marx ana-
relaciones estructu·rales internas. Como forma de análisis esta lizó la <<prüducción capitalista» c·n y por inedia de sus pro-
situación siempre resulta efectiva, pero en su aislamiento de pios términos, y mirando a la vez hacia el pasado y hacia el
Ja estructura puede desplazar la atención de la verdadera futuro, se vio obligado a .utilizar· gran núrriero de los mismos
ubicación que corresponde a toda práctica y a toda _conciencia términos en función de procesos más generales o histórica-
práctica: ·«la actividad práctica... el proceso práctico del mente diferentes. Como él mismo escribió:
desarrollo de los hombres». Toda objetivación categórica de
las estructuras determinadas o sobredeterminadas constituye «La "producción en gen~ral" es una abs~racci~n, pe~o es ~a
una ·repetición del error fundamental del «economismo» en abstracción racional en'. la medida en que part.1cular1za y fi1a·
un nivel mucho más serio·, ya que ahora sugiere subsumir Jos rasg6s comunes, liberándonos de este modo de la rc~ctición.
(a menudo con arrogancia) toda experiencia vívida, p·ráctica, Sin embargo estás rasgos generales o con1unes que han s1~0 des-
cubiertos por comparación constituyen algo muy complejo, CU·
formativa y desigualmente formada. Una de las razones de
yos elementos .constitutivos tienen destinos dife~entes... To~os
........ este error, tanto en el sentido del eC.onornicismo como en el los estadios de la producción tienen ciertos destinos en comun,
sentido del estructuralismo alternativo, es la confusión so- que nosOtros generalizamos en el pensamiento; no obstante, las
bre la naturaleza de las «fuerzas productivas».
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1

denominadas condiciones generales de toda producción no son dentro del mundo no producimos solamente la saüsfacción
nada más que concepciones abstractas que no han de integrar ···: de nuestras necesidades, sino también nuevas necesidades Y
ningún estadio verdadero en la historia de la producción» (Grun~
drisse, p. 85). nuevas definiciones de necesidades. Fundamentalmente, den-
tro de este proceso histórico humano nos creail_los a nosotros
Debe agregarse que el concepto de «producción material» mismos y producirnos nuestras sociedades; y es dent~o de
es también abstracto, aunque es a la vez igualmente racional estas formas variables y en desarrollo donde se ~ealiza la
1 propia «producción materiab), consecuentemente v~riable tan·
1 en relación con propósitos particulares. En tanto que conside-
1 rado como abstracción (por ejemplo, en la economía política to en el modo que adopta como en su esfera de acción. ,
í burguesa) puede ser separado de otras categorías como con- Pero si esta es la posición fundamental de Marx, ¿como
./ sumo, distribución e intercambio; y todas éstas pueden ser se~ se explica que una definición más ~imitada de· }as <cf:ierzas
paradas tanto de_ las relaciones sociaJes, ]a forma· de la so- productivas», y con ella una separación y una abs~racc1ón de
ciedad dentro la que constituyen actividades específica y va- Ja <cproducción inaterial» y de la «base» «ccoi16inica» o. «ma-
riablemente correlativas, como de las actividades personales terial», llegara no sólo a predominar dentro del m~rx1smo,
que Constituyen sus únicÓs y concretos mÜdos de existencia. sino a ser adoptada prácticamente por todos los demas como
Sin embargo, en la sociedad capitalista Ja «producción mate- . Ja definición del marxismo? Hallamos uno de l~s moti_vos en
rial» es una forma espectfica determi:p.itda y _comprendida en el desarrollo de cierta polémica. No era el marxismo, s1i;o los
las formas de capital, de trabajo asalariado y de producción sistemas contra los que el marxismo luchaba y continua lu-
de inercancías. El hecho de. que esta «producción material» 'chando quienes habían separado y ab.straído varias _par.tes de
haya sido ella misma producida por el desarrollo social de este proceso social total. Fue la afirmación y la exl'.hcac1ón de
.._;.
formás de producción particulares es, por tanto, la primera las formas políticas y de las ideas generales y filosoficas ~orno
cuest~ón que debemos tener en cuenta si procuramos com~ independientes -•más allá»-- del proceso .social m,atenal lo
prender la naturaleza incluso de esta producción, en la cual, que produjo un tipo necesario de contra-afirmac10n. En el
debido. a los verdaderos desarrollos históricos, transcurso de Ja polémica esta cuestión fue ª. menudo cxa.~e­
rada hasta llegar a repetir, mediante una simple revers10n
c_la vida ~atería! surge generalmente COillO el fin," mientras que de términos, el tipo de error que combatía. .
~ ..··.:.: la producción de esta vida material, el tr.abajo (que ahora es la Sin embargo, existen razones más profundas que és~a. S1
:}\.:;.:.~: única forma ·posible aunque.-.. negativa de la actividad pcirsonal) se vive en una sociedad capitalista son las formas cap1tahs-
aparece como un medio» (La.ideología ... , p·.· 66). tas las que se deben analizar. Marx vivía, ·y nosotros vivimos,
. . . en una sociedad en la que verdaderamente «las fuerzas pro-
Por otra parte, en la sociedad capitalista ductivas parecen ... constituir un mundo ·"autosubsistente"».
Por lo tanto, analizando el funcionamiento de las fuerzas pro-
•las fuerzas productivas parecen ser completamente indépendien- ductivas que no son percibidas solamente de este modo, aun-
tes y separadas de los individuos Y C6nstituii. un mundó. auto- que realmente Jo s.on en algunos aspec:os fundamentales, re-
. subsistente paralelo a los in_dividuos» (id., P. 65).
sulta sencillo, dentro del único lenguaje d1spombl.e, caer en
una descripción de las mismas como si fueran universales Y
¿Qué es entonces una «fuerza prodµctiva»? Son todos y
generales y como si ciertas «leyes» ~e las relaciones que man-
cada uno de los medios de la producci\)n y reproducción de
tienen con otras actividades constituyeran verdades funda ..
la vida· real. Puede ser considerada como un tipo particular de
mentales. En consecuencia, el marxismo toma a menud~ el
producción agraria o industrial, aunque un tipo de estas ca-
color de un tipo de materialismo específicamente hurgues Y
racterísticas ya es cierto modo de cooperación social y aplica-
capitalista. Podrían aislarse las «fuerzas productiVas» con_si-
ción y desarrollo de cierto volumen de conocimiento social. derándo1as como ]a «industria» (e incluso a veces como «lD-
La producción de esta específica cooperación social o de este dustria pesada»); y aquí resulta nuevamente signi~cativa la
específico conocimiento social es llevada a término por las evidencia del lenguaje. Fue durante Ja «Revoluc1on Indus-
fuerzas productivas. En todas las actividades que efectuamos trial» cuando la cdndustria» cambió y pasó de ser una palabra
110
111
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~·e.,;," ~.
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que describía una actividad humana de aplicación y esfuerzo ·,,.el .c(bienestar social», el <eentretenimiento» y la «op1ruon pú-
asiduos a ser una palabra que describe predominantemente '·iica)>. Fracasando en su intent~ de comprender el carácte·r
las instituciones productivas: «Un mundo autosubsistente)). :material de la producción de un orden político y social, este
Eran, desde luego, instituciones capitalistas. y Ja propia «pro- 'materialismo especializado (y burgués) fracasó también, aun-
ducción» se hallaba eventualmente subordinada al elemento .que de un ·modo n1ás conspicuo, en su intento pür compren-
capitalista, como ocurre hoy en las descripciones de la «in- er el ca:ráctcr material de la prod_ticción de un o~dcn cul-
dustria del ocio» o de la «industria de las vacaciones)). La su- :~ral. El concepto· de «superestructura» no era entonces una
bordinación práctica de todas las actividades humanas (con 'educción, sino una evasión.
una cláusula atenuante para ciertas actividades que eran de- ';:: Pero la dificultad reside en el hecho de que si rechazamos
nominadas <<personales» o «estéticas») a los modos y normas }';.idea de un e< mundo autosubsistente» de fuerzas producti-
de las instituciones capitalistas se volvió cada vez más efec- - ;Vas (industriales) y describilnos las fuerzas productivas como
tiva. Los marxistas, insistiendo en esto y protestando contra "''jiodas y cada una de las actividades del proceso social consi-
ello, e~t~b<;t.ri presos en una ambivalencia práctica. En reali- ~·'--~~rado como totalidad, hemos planteado una crítica necesa-
dad, la insistencia diluía la protesta. Se dice con frecuencia :ja, pero, al menos en una primera instancia, hemos_perdido
que la insistencia er(;l. «demasiado materialista», uh <(n1ateria- ,erspectiva y especificidad. Superar esta dificultad será labor ,
lismo vulgar». Sin embargo, la verdad es que nunca fue lo su- e. un análisis post~rior; en primer término debemos especi-
ficientemente materialista. ficar, dentro del análisis cultural, los efectos negativos de la
Lo que suprime cualquier noción .de un «orden autOsub-· ~~rsión especializada 'de las <(fuerzas productivas» y de la
sistente» es "el carácter material de las fuerzas productivas, -~Producción». Podemos espec~:ficarlas en mejofes condiciones
que son las que producen una versión de la producción de entro de la obra del propio lvlarx más que en los nu·merosos
estas características. Con frecuencia constituye un modo efi- ·J~mplos que surgieron con posterioridad. En una nota a pie
caz de suprimir la plena conciencia de la verdadera naturale- _e página de los Grundrisse se explica que un fabricante de
za de tal sociedad. Si la «producción», ·en la sociedad capi- · ,pianos es· Un trabajador productivo, compron1etidc> con el
"' talista, es la producción de mercancías para un mercado, en- ,tpbajo productivo, pero que un pianista no lo es desde el
tonces pueden hallarse términos diferentes pero, engañosos ~rpomento _en que su trabajo no es un trabajo que reproduce
para cualquier otro tipo de producción y de fuerza productiva. ;.'capital. La extraordiqaria insuficiencia de esta distin_ción en
La producción material directa de la <(política» es lo que se ;cuaTI.to al capitalismo avanzado, en el cual la producción de
suprime con mayor frccuenciá. No obstante, .toda clase go- música (y no solamente· de sus instrun1entos musicales)" cons-
bernante consagra una parte .significativa de la producción tituye una rama importante de la producci~n capitalista, pu~~-
material al establecimiento de un. orden político. El orden ,'. de ser solamente una ocasión de ponerse al día. Pero el ver-
social y político que mantiene un mercado· capitalista, coino ~~·dadcro error es mucho más fundamental. .
las lúchas sociales y políticas que lo crearon, supone nece- .... ,il: Marx, en su prolongado y briliante análisis de la sociedad
sariamente una producción materia]. Desde los castillos, pa- · -: capitalista estuvo trabajando con -y más alJá de- las ca-
lacios e iglesias hasta la_s prisiones, asilos y escuelas; desde· el . tegorías de la economía política burguesa. Su especificac.ión
armamento de guerra 11asta el control de la prensa, toda clase ·de] «trabajo productivo)) fue desarrollada, en dicha nota, a
goberi:ante, por 111edios variables aunque· siempre de modo ' partir ele Adam Smith. Y todavía tiene sentido (o puede ser
material, produce un orden político y sociaL Estas actividades -revisada a fin de que tenga sentido) en tales términos bur-
no son nunca superestnicturales. Constituyen la necesaria gueses. Por lo tanto, la producción consiste en trabajar sobre
producción material dentro de la cual, en apariencia, sólo ~ • ·--¡, materias primas con el objetü de producir mercancías· que.far-
puede ser desarrollado un modo de producción autosubsis- .:~~~ men parte del sistema capitalista de distribución e intercam-
tente, La complejidad de este proceso es especialmente nota- ~.ii ~ bio. En consecuencia, un piano es una mercancía y la música
ble en las sociedades capitalistas avanzadas, donde está total- l1f ·, · ' no lo es (o no Jo era). A este nivel, y dentro de un' análisis
mente fuera de lugar aislar la «producción» y la «industria» 1J ~f del capitalismo, no existe ninguna dificultad 'llayor hasta
de Ja producción material de la «defensa», la «ley y el orden», -~ ',:~ que llega el momento en que comprendemos que resultado
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necesario de ell? ~s la proyección (o Ja alienación) de to:. 4. Del reflejo a la mediación


u~ cu~rpo de activida?es que deben ser aisladas bajo)as det'i .
mmac10nes
"d 1 , de: •el remo del arte y las ideas» , Ja •estéti" Ca»,_•)
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«I. eo og:ia» o, menos hal~güeñamente, «la superestructura·
Nmguna de ellas, en consecuencia, puede ser comprendiil
como lo que s~n en rea~1dad: prácticas reales, elementos·a'
un proceso social matenal total; no un reino 0 un mund .
una su~erestru~tura, sino una numerosa serie de prácti :. ·La consecuencia habitual de la fórmula base-superestruc-
productivas variables que conllevan intenciones y condicion úi'ii con sus interpretaciones especializadas y limitadas de
específicas. No .comprender esta cuestión implica no solam '~· ·fuerzas productivas y del proceso de determinación, es
te .Pe~der cont~cto con la realidad de estas prácticas, como h '"a' descripción -y con frecuencia incluso una teoría- del
ocu.rndo repet1damen.te en algunas modalidades de análÍ$ik; .. '¡'l'e y del pensamiento considerados como un •reflejo•. La
derivadas de los térmmos de este materialismo espec1'a)' d''' .
. d · l) · . iza 0 "~Íáfora del •reflejo• tiene una larga historia en el análisis
(m ustna. : smo ta~b.1én iniciar. el difícil proceso compléig-~ :c¡¡¿l' arte
y de las ideas. No obstante, el proceso físico y la
,._ de desc~br~r y descnbir las relac10nes existentes entre todá~lfl"· '}i!Jádón que éste implica han probado ser compatiblés con
. :_ ,;:·~.
e~tas practicas y entre ell<ls y las otras prácticas que han sici\¡ ...,, erosas teorías radicalmente diferentes. Por lo tanto puede
aisladas co~o «producción•, como •la .base• 0 como el •mU:rl! e'cirse _que el arte «refleja el mundo verdadero», sosteniendo
do autosubs1stente», desde una posición extremadament ···" ·él-espejo a la altura: de la naturaleza», aunque cada término
· t · · •
con~eruen e ~ mepta. En reahdad, significa iniciar de arriba:·
em-
'¿•éste tipo de definición ha sido difundido y necesariamente
abaJO este tij>o de tr:ibajo sumamente difícil sosteniéndose' ilbatido. El arte puede ser entendido como lo que refleja no
c?n un s<;>lo pie. Este tipo d~ proezas acrobáticas no son impQi fos meras apariencias•, sino la •realidad• que se halla tras
·' s1bles e mcluso se han reahzado. Sm embargo, sería más cit Has: Ja •naturaleza interior» del mundo o sus •formas cons-
zonable volver a apoyarnos en los dos pies y observar nu ·[ 'tUtivas•; y puede ser entendido también como reflejo no del
t:as verdaderas actividades productivas sin considerar a p,.:'~ mundo inaninlado•, sinó del mundo tal como es visto en la
n que solamente algunas de ellas son actividades materialesc;, 'ente del artista. La elaboración y la complejidad qile alean-
. las elaboraciones de este tipo son notables.
;l!.1. El materialismo surge para ocupar una posición de desafío
.'fundamental contra las mencionadas concepciones. Si el mun-
,.;cio real es material, puede .ser visto en sus formas constitu-
·'tivasi sin embargo estas formas no seián metafísicas, y el
:reflejo será necesariamente el reflejo de una realidad mate-
}iial. Esto puede conducir al concepto de un reflejo •falso• o
;•distorsionado> en el que hay algo ·(la metafísica, la «ideólo-
gía>) que evita el verdadero reflejo. Del mismo modo, la •men-
te del artista• puede ser considerada en sí misma material-
mente condicionada; su.reflejo, por lo tanto, no es indepen-
...... diente, sino que es en sí mismo una función material.
Dos versiones de este materialismo tomaron puestos do-
minantes en el pensamiento marxista. En primer lugar la in-
terpretación de la conciencia como meros «reflejos, ecos, fan.
iasmas y sublimados•, que fue examinada en relación con uno
de los conceptos de ideología. que se han expuesto. Sin em-
bargo, como complemento necesario de este informe reduc-
tivo se hizo hincapié en una interpretación alternativa de la
114 115
.,

conciencia considerada como «verdad científica» basada en el


verdadero conocimiento del mundo material. Esta alternativa ;.:~' :ficado en casos n1uy simples. Por otra parte, ya existía uria
pudo ser ampliada con una facilidad relativa a fin de incluir ~- :· distinción fundamental entre el «materialismo mecánico)>
las descripciones del «Conocimiento» y el «pensamiento», aun- -que veía el mundo ·como objetos y excluía la actividad- y
que por r_azones que resultan obvias el «arte» quedó relativa- . ; el «materialismo histórico» -que veía el proceso. material de
n;i~nte ;cchazado y abandonado. En esta versión, la dcscrip- ·,, :1a vida como una actividad humana. Las teorías más sim-
c1on m.as común del arte constituyó una teoría positivista en ,. ~·ples del «reflejo» estaban basadas en un materialismo mecá-
la cual la metáfora del «reflejo» tuvo una función fundamen- '.:: : nico. Sin embargo, parecía factible una nueva descripción si
tal. La verdadera función del arte fue definida en términos · -.·«el mundo real», en lugar de ser aislado como objeto, fuera
de «~eahsmo», o, con menor frecuencia, en términos de «na- '.,;entendido como proceso social material con ciertas cualida-
turalismo», ambos del siglo xrx y muy afectados por Jos con- des y tendencias inhere11tes. Como ocurrió originariamente
c.eptos ~e ciencia ~saciados a ellos. El arte reflejaba la rea- con el idealismo, aunque en este caso con una e_speci:ficidad
hda?; s1 no lo hacia era falso e insignificante. Y ·qllé era la ·modificada, podía considerarse que el arte reflejaba· las fuer·
realidad? .La <<producción y r_eproducción-de la ~ict·a real» · zas esenciales y los movimientos correspondientes, y no ob-
ahora comúnmente desc~ta como <(la base» y con.· el. art~ . jetos aislados y acontecimi~ntos superficiales. Está_· consti-
co:i10 parte de su «superestructura». La ambigüedad resulta tuyó a su· vez la base necesaria para la distinción entre· «rea-
e:v1~ente. Una doct.rina del mundo real expresada en e1 matc- lismo» (dinámico) y «naturalismo» (estático).
nahsmo .d~- los ob¡etos conduce a un tipo de teoría del arte: Sin embafgo.1 es evidente que esto es. radicalment~ .'incom-
Ja expos1c10n. de los objetos (incluyendo las acciones huma- patible con cualquier .doctrina del «reflejo», excepto .en una
nas como o.b¡etos) «tal como son realmente».· Pero esto sólo adaptación especiar y :modificada. El movimiento realizado
puede nJantene~se, en su forma· más simple, considefando «la ·desde el óbjetivismo abstracto. hasta esta acepción de un
base>~ COIDO Objeto, consideración que ya ha sido examinada. ·proceso objetivado- resultó decisivo. No obstante, el sentido .
Considerar «la base» como proceso complica inmediatamente del proceso objetivado puede ser remitido de inmediato y re-
el esque~~ reflejo-objeto que había presentado una aparien- trospectivamente a su condición originaria objetivist3. y abs-
cia tan sohda. . tracta a través· de una definición de las «leyes» (descubiertas
Esta con:piicación fue combat.ida en definiciones rivales so- y testificadas científicamente) de este proceso que ya: son CO·
bre. el «reahs_rno» Y el «naturalismo». Ambos tém1inos habían nocidas. Por lo tanto, puede definirse el arte como lo que
ten1cl~. s~ ·origen .en un acentuamiento radical y secular del «reflejá» estas leyes. Lo que ya es conocido de otro modo
c_ono~1m1ento so~1al h1:1mano. El natll:.ralismo fu~ una alterna- como' realidad fundamental del proceso social material es
tiva ante el. super_natt~ralismo; el re.alisma, una alternativa ·reflejado por el arte de una manera ·que le es propia. Si no
f~ente a i:n ~1po de arte deliberadamente falsificador («rómán-· . ocurre así (y la prueba es aprovechable comparando este co-
t1~0»,. :<m1st1fi~ador», <(embellecedor»). No obstante, la circuns- nocimiento dado de la realidad con cualquier verdadero arte
~npc1on de ·ca:da concepto a una doctrina especial del «oh- producido), entonces se da el caso de la distorsión, la falsi-
.Jeto como realment~ _es» redujo el desafío radical que invo- ··ficación o la superficialidad: no es arte, sino ideología. Se
lu_craba .. La producc10n del arte fue incorporada a una doc- hiciero11 posibles entonces algunas ampliaciones impn1dentes
trina ObJet1v1sta, estática, dentro de la cual la ((realid3d» «el· de nuevas distinciones categóricas: no un arte prog:i-esista,
mundo :eal», <da base», podían conocerse separada~n~nte sino un arte r~a:ccionario; nO un arte socialista, sino un arte
po~ medio de :ios cri:eric:s de la verdad científica; y sus «re- ·burgués ·o ·capitalista; no un arte, sino una cultura· de ma-
fleJOS» en el arte pod1an 3uzgarse mediante su conformidad 0 sas; y así sucesivamente casi hasta el infinito. Por 10 taµto, Ja
su f_a~t~ de conformidad con ellos: de hecho, con sus versiones decisiva teoría tj.el arte considerado como reflejo no de los
pos1t1v1stas. objetos, sino de los procesos históricos y sociales. reales y
. Fue r,rec~sam~nt_e en este punto donde se hizo necesaria verificables, fue sostenida y elaborada ampliamente. La. teoría
una .teor~a mate;iahsta diferente, ya que el esquema objeto- se convirtió en un programa cultural a la vez que en Una es-
refle¡o solo podia ser verdaderamente ejemplificado o veri- cuela crítica. ·
Desde luego, ha sido severamente atacada desde posiciones
116
117
... -
· más antiguas y con frecuencia más sustanciosas. Ha sido . 0 .desenmascaramiento» ha sido habitual en la obra marxis-
ampliamente identificada como una consecuencia perjudicial :· ta. Si quitamos de en medio Jos elementos de lá mediación se
de la perspectiva materialista._ Una vez más, sin embargo, ¡ 0 hará evidente un área de realidad, y en consecuencia, el área
que no es correcto en la teoría no resulta suficientemente .. de los elementos ideológicos que distorsionaban su percep-
materialista. La consecu~ncia más perjudicial de cualquier ción o que determinaban su presentación. (En nuestra propia
teoría del arte considerado como reflejo es que, a través de · época este sentido de Ja mediación ha sido especialmente
su persuasiva metáfora física (en la que hay un reflejo cuan- aplicado a «los medios de comunicación de masas», que son
do, según las propiedades físicas de la luz, un objeto o mo- empleados para distorsionar y presentar la «realidad» de un
vimiento entra en contacto con una superficie reflejante: el modo ideológico.)
espejo y, luego, la mente), tiene éxito en su propósito de su- Sin embargo, este sentido negativo de la «mediación»
primir el verda_dero trabajo sobre lo material -en un sen- -que ha sido .laboriosamente sostenido por conceptos psi-
tido d_efinitivo, sobre el proceso social material- que cons- coanalíticos tales como «represión)>, «sublimación» y «racio~
tituye_· Ia ~roducción de cualquier trabajo artístico. Proyec- natización• en una acepción próxima al sentido negativo de
tando y ahenando este proceso material a un «reflejo>, fue ~ideología»--, ha coexistido con un sentido que se ofrece
suprimido el carácter material y social de la actividad artís- como positivo. :E:sta es especialmente la contribución de Ja
ti~~, ·~el trabajo artístico que es a la vez «material)) e «imagi- Escuela de Frankfurt. Para ella el cambio involucrado en la
nativo•. Fue en este punto donde la idea del reflejo fue im- «mediación» no es comprendido necesariamente como una
pugnada por la idea de la «mediación». · · distorsión o un disfraz. Todas las relaciones activas entre di-
· L<:1. «mediación• intentaba describir un-proceso activo. Su ferentes tipos de existencia y conciencia son inevitablem_ente
sentido general predominante había sido un acto de interce- reconciliados, mediatizados; este proceso no comporta una
·'I
sión, _ recon:iliación o interpretación entre elementos opues- mediación separable -un «medio»--, sino que es intrínseco
tos o extranos. Para la filosofía idealista había sido un con- respecto de las propiedades que manifiestan los tipos aso-
cepto, de reconciliación entre opuestos dentro ·de una totali- ciados. «La mediación se halla en el propio objeto, no es algo
dad. Asimismo, se había desarrollado un sentido más neutral que se halle entre et objeto y en Jo que éste da.» 1 Por lo
de la· interacción entre fuerzas diferentes. La distinción exis- tanto la mediación es un proceso positivo dentro de la rea-
tente entre lo «mediato» y lo «inmediato» había sido desa- lidad social antes que un proceso agregado a ella por medio
rrollada acentuando Ja •mediación··· como conexión indirecta de la proyección, el encubrimiento o la interpretación.
. o m_edlo ·entre diferentes tipos de aGtos._ . Resulta difícil saber con certeza cuánto se gana sustitu-
Por tanto, resulta sencillo comprender la atracción que yendo la metáfora de la •mediación» por ta metáfora del •re-
. ejerce la «mediación» como término que. describe el procesó flejo,;. Por una parte, va más allá de la pasividad que carac-
de relación entre <csociedad» y «arte» o entre «la base» y «la teriza a Ja teoría del r_eflejo; indica un proceso activo de al-
superestructura>. No hemos de esperar encontrar (o encon- gún tipo. Por la otra, en casi todos los casos perpetúa un
trar siempre) realidades sociales directamente •reflejadas» dualismo básico. El arte no refleja la realidad social; Ja su-
en el arte, ya que pasan (a menudo o siempre) a través de perestructura no refleja Ja base directamente; la cultura es
un proceso de «mediación» en el cual su contenido· originario una mediación de la sociedad. No obstante, es virtualmente
· es modificado. Sin embargo, esta proposición general puede imposible sostener Ja metáfora· de Ja •mediación» (Vermitt-
ser Ci)mprendida de maneras muy diferentes. El cambio in- lung) sin algún sentido de áreas u órdenes de la realidad se-
voluc_i-ado en la mediación puede ser, simplemente, una cues- parados o preexistentes entre Jos cuales tiene lugar el proce-
tió~ de ~xpresi~n indirecta: las realidades sociales son ccpro- so mediador de un modo tanto independiente como determi-
yecta~~S» o «disfrazadas» y el proceso de su recuperación nado por sus naturalezas precedentes. En la práctica, y dentro
consiste en trabajar nuevamente con sus formas origina- de Ja herencia de Ja filosofía idealista, el proceso es babi-
rias a través de Ja mediación. Ateniéndose principalmente al
concepto de «ideología» como distorsión (basada en la clase) 1. T. W. ADORNO, Thesen zur KunstsoZiologie, en «K6lncr Zeit-
este tipo de análisis reductivo y de a:remoción», «revelación~ schrift für Soziologie und Sozialpsychologie», XIX, 1 (marzo de 1967).

118 119
~,~ '. -< -:')~ _,

:,ij¡.~ '·'""''
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tualmente. considerado un~ mediación entre categorías teni- ;~:_ ,,.'q,(
le l 5. Tipificación y homología
das por diferentes e:itr_e Sl. En esta esfera de su aplicación, :~~~ r'.,~
por 1~ _tanto, Ja ~ed1ac1ón parece ser poco más que una e!a. \~~: :':.~//
borac1on del refleJO. .-j
·,.~~~
El problen1a fundamental es obvio. Si la «realidad» y-::y¡;_~· -.~'f:
«ha?lar de la realidad)) (el <<proce.so social tnatcrial» y el «len. .;Ff. ~4-
guaJe») son entendidos como categóricamente diferentes Jos -~} '. ,:!~:
conce.ptos con1? «reflejo)) y «mediación» resultan inevitables. ~-~_;_ 1:~~­ Un modo importante de restablecer la idea del «reflejo»
La m1sma presión puede observarse en los intentos de inter. ~~--~ ., _"i'i y de otorgar una solidez .particular a la idea de la «mediación»
r:etar la frase ma.rxista <da p~~d. us:ción y reproducción de la ~. · .. :-.·)j,y radica en el concepto de «tipicidad». Este concepto ya era
v1da real» co1no s1 la producc1on fuera el proceso (econó1ni- t: .:,. sumamente importante en el pensamiento del siglo XIX desde
co) social primario y la <<reproducción>> su contrapartida «sim- r,·
'."f,~·· dos perspectivas generales. Prin1ero, existía el concepto, como
en el caso de Tain:e, del tipo «ideal»: una definición_ normal-
bólica,>, «significativa)> o «Cultural». Tales intentos son alter- .':¡), J
nativas al hincapié marxista en una «Conciencia práctica» in- ..:~,¿; ~f.~;i. mente vipculada a· loS «l1éroes» en la. literatura,. que eran
herente y constitutiva o, en el mejor de los casos modos de -~~~ '.j ~!:-~ vistos como «los caracteres importantes, las fuerzáS eleinen-
especificar ~us activi?ades i-eales. Desde un princÍpio el pro- 7~· -~ "::~:; tales, las capas rriás profundas de la naturaleza humana».
~sta es una definición muy traq.icional que presenta o'bvias re-
blei:na es diferente s1 comprendemos el lenguaje y Ja signifi- ;~,¡- ':. .,~
ferencia·s retr.ospectivas a Aristóteles, en quien la rioción de
ca~1ón. con10 cleme~tos indisolu_bles del proceso social ma- ·J.
- 1.:~!f.·1
tipicidad es en r~alidad una .interpretación· de los <~Universa­
ter1al in_volucrados permanentemente tantu en Ja producción .rt.,¡ ·~ =i-
como e.n la reprod:icció.n. Las formas adop.tadas por el des- ~-· 1-·-.:~ les>,: los elementoS permanentemente importantes de la na.
pla~am1ento Y la alienación verdaderos experimentados en las .'.'\ ·... ~{ turaleza humana y de .la condición humana. En tanto-resulta
sociedades. de cla~es han conducido a conceptos rec·urrentes ·!i' 7f natural asociar los «universales» con formas de pf;!nsamien-
Y ~e relaciones aisladas entre órdenes «Separados»: el «re- -~ t to religiosas, metafísicas o idealistas, también puede argo-
~eJO» a pnrtir del pensa1niento idealista, a través del natura- ·.-:.-~.:.: .:._t,~ .'- ~· ·mentarse· que los elementos permanentes de la situación so-
11:1n? hasta alcanzar un tipo de marxismo positivista; la «me- if: .
lfi:' cial humana, modificados siempre -desde luego- por si-
tuaciones históricas específicas, ~on <ctípicos» o (<universales»
dJac16_?,> .ª p~rtir del pensamiento religioso, a través de la :,\ '~
filoso!1a idealista hasta alcanzar las variantes hegelianas del "'Í) · ;. en un sentido más secular. J_.as dimensiones sociales, histó-
ma~x1s.1:1º· En la medida en que indica un proceso activo y ·'.?J. ~tl: ricas y evolutivas de la naturaleza humana pueden ser ex-
presadas, en términos seculares, con10 diferentes del idealis-·
s~stanc~al, la ((mediación» es s_ien1pr~ el concepto menos · f:
ahen~do .. En su desarrollo moderno alcanza el sentido de la ·'~ . :~~· mo y de un «Sociologismo» no histórico o no evolutivo. El
conc1enc1a constitutiva inherente y ert cualquier caso e·s im- · .-;· · .g.; concepto de Lukács (hegeliano-modificado) de los «individuos'.
portante como al~ernativa al simple reduccionismo en que -A ·.-) históricos universales)) constituye un ejemplo de «tipo» en
cada acto o traba10 verdadero es metódican1ente retrotraído ~- ,::}~'. este sentido.
a una ~ategor~a prin1aria aceptada, habitual1ncnte especifica- Otra orientación, asociada específicamente con las nuevas
da (autoespec1ficada) con10 «la realidad concrctai>. Sin em-· doctrinas del realismo, fue impuesta por Belinsky, Cherny-
bargo, cuan~o el proceso de mediación es considerado ·positi~ shevsky y Dobrolyubov y adquirió influencia en el marxismo.
va Y sustancial, pro~eso necesario de producción de _significa- Aquí lo ((típico,> es el carácter o situación plenamente «Ca-
dos Y v_alo_res e:i, la torma necesaria del proceso social general racterística» o plenamente «representativa»: la figura especí-
de la s1gn1ficac1oi: y la comu~i~ación, es exclusiva y verdade- . ·.. fica a partir de la cual podemos extrapolamos razonablemen-
.. ~.

r~?1ente un obstaculo describirlo totalmente con1o ((mcdia- te; o, inversamente, la figura específica que concentra e inten-
c1on», ya que la metáfora nos retrotrae, en el mejor de los sifica una realidad mucho más general. Entonc~s, resulta
casos, al verdadero concepto de· lo «intermediario)>- que es sencillo comprender cómo la noción del ((reflejo» puede ser
rechazado por este sentido fundamental y constituy~nte. ;, redefinida de maneras que parecen superar sus limitaciones
'· más evidentes. No es la «mera superficie» o «solamente apa-

120 121
riencias• lo reflejado en el arte, sino la realidad •esencial-,
~fui;damental• o «general»; y esto ocurre más como proceso asociado, de reconocimiento y medios de expresión específi-
mtrmseco que como proceso separado en el tiempo. Desde cos, constituye uno de los sentidos más comunes y Serios que
luego, debe observarse entonces que el «reflejo• es un modo adopta la •mediación•, a pesar de las· desventajas básicas
extremadamente singular de describir los procesos de con- que caracterizan a dicho término. No obstante, el concepto
centraCión intrínseca que indica este nuevo sentido. Sin em· de •tipo» puede ser comprendido desde dos perspectivas ra-
bargo, la enmi.enda permitió la continuación de las formula- dicalmente diferentes: como «emblema·» o <csímbolo», o como
ciones generales hasta que alcanzaron el efecto de que •el ejemplo representativo de una clasificación significativa. Den-
arte refleja la realidad social•, aunque especificando sus pro- tro del pensamiento marxista ha sido este último sentido el
cesos detallados de un modo más figurativo (selectivo o in- que ha predominado (incluso cuando ha sido calificado por
tensivo). los reconocimientos del arte «emblemático• o «simbólico•
En realidad, sólo había que agregar un ele1llento para con- como auténtico en términos de un sentido ampliado de la
formar una influyente teoría marxista del arte: la insistencia «representación• y la «significación•). Existe un presupues-
en el .hecho de que Ja •i"ealidad social• es. un· proceso diná- to persistente basado en una realidad conocible (con frecuen-
mico, y que este movimiento es reflejado por 1a···tipificación•. cia totalmente conocible) en función de la cual la tipificación
El arte, a través de los medios figurativos, tipificá •los elemen- será reconocida y verificada .con certeza (en un proceso nor-
tos y 111¡; tendencias de la. realidad que. se repiten de acuerdo mal en la •crítica marxista•). Este presupuesto reproduce
con· leyes regulares, aunque .cambian. junto con las circuns- de un modo más complejo y a veces sumamente sofisticado
tancias .cambiantes» (Ltikácsj. La descripción de Ja realidad el· dualismo básico de todas las teorías centradas en el con-
social como un proceso dinámico significa por Jo tanto un cepto del •reflejo• o, en su sentido más corriente, en el
ava~ce má~ importante que, siri embargo, está calificado y en concepto de «mediación»; o, po.demos agregar ahora, en el ·sen-
algun sentido anulado por la refeFencia familiar y ominosa a tido corriente que asume el concepto de •tipificación». .
•lexes». Existe un peligro evidente· de reducir esta teoría al . En los últimos trabajos de la Escuela de Frankfurt, y de
arte. entendido como Ja tipificación (la representación, Ja ilus- mi modo diferente en la obra de los marxistas estructuralis-
tr~c1on) de sus leyes («conocidas») y no del proceso diná- tas, se desarrollaron otros conceptos; especialmente notable
mico. En el pensamiento metafísico e idealista una teoría fue el concepto de las •correspondencias», que presenta al-
similar había incluido no. sólo ·el reconocimientd de lo esen· gunas relaciones interesantes con una variante del concepto
cial, sino, a: través de este. reconocfiniento, una indicación de de «tipo»; y asimismo, el concepto radicalmente nuevo de
su deseabilidad o foevitabilidád, ·según. las leyes básicas de · •homología•. .
la realidad. Igualmente,· una forma común de esta teoría La noción estricta de. «correspondencias» se halla en el
rr.iarxist~ indicó no sólo el reconocimiento de Ja realid.ad (so- polo opuesto al que ocupa la «tipicidad•. Walter Benjamin,
cial e h1stónca), sino también una demostración de sus mo- tomando el término de Baudelaire, Jo utilizó para describir
vimientos inevitables (y deseables) según las leyes (científicas) ~una experiencia que procura establecerse a prueba de crisis.
de· la· historia y la sociedad. Ciertamente, en una tendencia,. Esto sólo es posible dentro del reino de lo ritual».' El ver-
el «realismo socialista», el concepto de «tipo ideal» asumió dadero proceso de la producción del arte es entonces la cris-
connotaciones del concepto de •hombre futuro». Cualquiera talización de tales experiencias, por medio de dichos métodos.
de estas posiciones puede ser defendida; sirt: embargo, el · Su presencia y su autenticidad pueden ser reconocidas me-
concepto de «tipicidad» resulta intolerableffiente confuso diante lo que Benjamin denomina su «aura». Qna definición
debido a su variedad. · de este tipo puede mantenerse en un simple nivel subjetivista
En términos generales el sentido de •tipicidad» que ofre- o puede movilizarse hacia las abstracciones corrientes del
ce un:a mayor consonancia con el marxismo es aquel que se · «mito», del «inconsciente colectivo» o de «la imaginación
basa en el reconocimiento de un proceso. fundamental y cons- creativa•. Benjamín la movilizó en el sentido de estas últi-
titutivo, de la realidad histórica y social que es expresado es- mas alternativas; sin embargo, también lo extendió funda-
pecíficamente en algún «tipo» particular. Este movimiento
l. Zeitschrift /Cr Sozialforschung, V, 1, Frankfurt, 1936.
122
123
. -~·,
-~·

mentalmente hasta <(el proceso histórico», en una relación vincente configuración elaborada por Benjamin, a propós'.t?
de.los traperos, los «bohemios», y los nuevos metodos po~t1-
particular con su co.mprensión de las condiciones sociales y
cos de París bajo el Segundo Imperio. De un modo c":racte-
n1ateriales cambiantes que presenta el verdadero trabajo ar-
rístico, todos los ejemplos aducidos para estas semejanzas
tístico. Entretanto, y más generalmente, la Escuela de Frank-
:esultan altamente específicos. Se centra en el poema de Bau-
furt estaba desarrollando la idea de las «imágenes dialécti-
cas» como cristalizaciones del proceso histórico. Este con-
~elaire El vino de los traperos, pero se amplía a una esfera
más extensa de nuevos tipos de actividad dentro de la extra~r­
cepto se halla muy próximo a un sentido del concepto de
dinaria expansión con1ercial de la ciudad. En co?secuenc;:1a,
«tipo», aportando un nuevo sentido histórico y social asocia-
y a otro nivel, las correspondencias no son seme1anzas sino
do con el arte c<emble1nático» o «Simbólico».
más bien analogías, como ocurre en el caso de la figura ?.el
La idea de las <dn1ágenes dialécticas» evidente1ncnte nece-
- ,. vagabundo y en Jas formas correspondientes d e la ob~ervac1011
sita una definición. Adorno _se 1a1nentaba de que, en manos
versátil e. independiente que tiene lugar en e 1 per10 1smo.. pa-
de Benjan1in, eran a menudo realmente c(reflcjos de Ja rea-
·-Í' norámico, en el relato policíaco y en la poesía sobre .el a1sla-
lidad social» reducidos a una ((.simple facticidad». Las «imáge- :~-.. --A:~. miento que "se da dentro de la muchedumbre ?e las ciudades'.
nes dialécticas», continí1a explicando Adorno, «no son mode- :.,' ::i. Nuevamente, esta evidencia es directa y .especifica; po obst~n­
los de Jlroductos sociales, sino n1ás bien constelaciones obje-
tivas dentro de las cuales la condición social Se representa a
·J te, lo qüe stistenta es la correspondenc~a de u~a ~crsp~ct1va
.~,;, de observación, y por lo tanto de una 1nstanc1a 11ter~11a, en
sí misma». (<Nunca puede esperarse que sean un "'producto"
ideológico, o en general un "producto" social.» Este aserto ·
,J formas sociales y literarias diferentes. A u': tercer i;1vel, .las
g:·_ correspondencias no son ni sen1eJanzas nl analog1as, sino
depende de una distinción elltre el ccverdadero proceso social)) $' conexiones desplazadas, como ocurre en el ~je111plo expuesto
y las numerosas formas fijas, en la «ideología» o los «pro- por Adorno sobre la relación (negativa) ex1sten:ie entre los
ductos sociales», que aparecen simplen1ente con el objeto de
«juegos de números» vie~e~e.s (des~e. un nuevo sistema tonal
representarlo o expresarlo. El verdadero proceso social es en la música hasta el pos1\lv1smo log1co) y el (atr~sado) esta-:
siempre mediado (arbitrado) y una de las formas positivas de do en que se hallaba el desarrollo matenal austriaco, da:tas.
tal mediación es la genuina <dmagen dialéctica». Por supues- sus capacidades intelectuales y t~cnicas. En este_ ~o_nto, mien-
to, todavía existe un problema en la ·descripción de toda con- tras la evidencia inmediata es directa, la plaus1b1hdad de la
ciencia inherente y constitutiva como «mediada», aun cuan- relación no depende solamente del análisis formal del proce-
do esta nlediación es el1a misma reconocida como inherente. so social histórico, sino también de la co1:1secuente deduc-
Sin embargo, en otros aspectos constituye un paso fundamen-. ción de un desplazamiento o incluso de una ausencia. .
tal hacia el reconocimiento del.arte como proces9 primario. Cualquiera de estos niveles puede ser vagamente ~es~r1to
Esto fue lo mismo que des_eaba expo_ner Benja:r:nin, excepto como «homología»; sin embargo, este concepto en s1 ~1smo
por el hecho de que, dependiendo menos de la prioridad ca- cuenta có11 una significativa esfera de acción. Se extiende
tegórica de la «mediación»,. procuró ubicar un tipo de proce- desde la acepción de semejanza hasta la acepción de analo~
so junto al otro y explorar su relaciones en lo que realmen- gía en térininos que resultan directam,en_te observables; aun-
te debe ser comprendido comó la exploración de las «Corres- que involucra asimismo, y de nlodo mas influyente,. una acep-
pondencias"» (conexiones) en u11 sentido que re.Sulta 1nucho
más literal y familiar. ción de formas o estructuras correspondientes, que, n~c~~a­
riai11ente, son los resultados de diferentes tipos de a:ial1~1s.
Por lo tanto, y desde un ángulo teórico, -¿qué son estas El concepto de «homología» fue desarrollado en las c1enc1as
correspondencias y cuál es su relación con el concepto de de la vida, en donde incluía una distinción fundamental d~I.
cd1omologia», aparentemente más riguroso? A cicTto nivel, concepto de <canalogía». La «ho1nología» es la correspondencia
las correspondencias son sen1ejanzas, en prácticas específicas en el origen y en el desarrollo; la «analogía» lo es en ~a apa-
aparentemente muy diferentes, de las que p11edc demostrar- riencia y en la función. La distinción. con esto relacionada
se a través del análisjs que son expresiones y respuestas di-
rectas y directamente relacionadas de un proceso social gene- ·~. entre «estructura» y «función>) resulta directamente relevante.
Por lo tanto, existe una esfera de acción que se desarrolla a
ral. Existe un ejemplo de ello en la sorprendente pero con- ~·.· .

.! . 125
124
partir de la •homología general» (la relación de un órgano
con un tipo general) y a través de la «homología gradual• cionados, de un proceso social que no. se halla plenamente
(órdenes de conexión asociados) hasta la •homología espe- representado en parte alguna pero que está específicamente
cial» (la correspondencia existente entre una parte de un or- presente, en formas determinadas, dentro ~e lll'.ª esfera de
ganismo y otra parte de otro organismo). La extensión de acción que corresponde a actividade~ y traba¡ os difere~tes.
estos sentidos o acepciones al análisis social o cultural re- Por otra parte, la •correspondencia• y ~a •homolog:ia• pue-
sulta sugestiva aunque en sí misma es normalmente ana- den constituir efectivamente r7formulacioi:e~ del esquema
lógica. base-superestructura y del sentido «determmista• de la de-
terminación. El análisis comienza a pa~tir de u:'ª. estructura
La distinción fundamental que existe dentro ·del análisis
cultural entre las variantes de la •correspondencia• y la •ho- conocida de la sociedad o de un co~o.c1do mo~1miento de la
historia. En COl!lsecuencia, el análisis especifico descubre
mología• debe relacionarse con las distinciones teóricas fun-
ejemplos de este movimiento o de esta estructura en tra?a-
damentales que ya han sido examinadas. Por lo tanto, •corres-
jos culturales. O, en los casos e.n que la. «cor~espondenc1a•
pondencia. y «homología» pueden ser variantes sofisticadas de
parece indicar una idea del refle¡o demasiado srmple, el aná-
una teoria del reflejo o de la «mediación» en su sentido dua-
lisis está dirigido a una homología formal o ~structural entre
lista. Un fenómeno cultural adquiere su plena significación
un orden social, su ideología y sus formac10nes c_ulturales.
sólo cuando es comprendido como una forma (conocida o
En relación con esta última modalidad se han reabzado tra-
conocjbl.e) de un proceso social general o de una estructura.
bajos sumamente importantes (por ejeml?lo, la tarea. d.e Gold-
Por lo tanto la distinción que se hace entre proceso y es-
mann). y los problemas prácticos y teóricos '!ue origma ~on
tructura resulta crucial. Las semejanzas y las analogías entre
graves. El efecto práctico que resulta m.ás ev;dente consiste
diferentes prácticas específicas son normalmente relaciones
en una selectividad extrema. Sólo la ev1denc1a cultural q':1e
dentrp de un proceso que operan hacia dentro desde formas provee Ja homología es presentada directamente. La <lemas
particulares hacia una forma general. Las conexiones despla-
zadas, y la importante idea de las estructuras homólogas,
evidencia \!S rechazada, a menudo con la explic.ación de que !ª
evidencia significativa es la homóloga y constJtu:>:e un med10
dependen menos de un proceso inmediatamente observable de distinguir a las «grandes obras• del rest.o. Teóricamente, el
que de un análisis estructural histórico y social completo en
problema consiste en que al •Orde~ social» -que ~n e~te
el que una forma general se ha vuelto manifiesta y las instan- punto es un término formal que designa al proceso h1s~6.rico
cias específicas de esta forma puedez¡ ser descubiertas; no y social- debe otorgársele una forma e~tructurada. ongmal-
en su contenido -parcial ni totalmente-..-, sino en formas es-
mente; y Ja forma más adecuada es la. •ideología• o «la con-
pecíficas y autónomas que finalmente están relacionadas.
cepción del mundo», que resulta obv1~ a_unque esté. estruc-
Estas distinciones tienen una considerable importancia · turada de modo abstracto. Este proced1m1ento se repite d~n­
práctica. Las dos, «correspondencia• y •homología-, en cier- tro del propio análisis cultural, ya que el análisis homológ:ico
tos sentidos pueden ser modos de exploración y análisis de no lo es ahora del «contenido• sino de la •forma., Y el pro-
un proceso social que es comprendido desde el principio como ceso cultural no está conformado por sus prácticas acti':'as
un complejo de actividades específicas aunque telacionadas. sino por sus productos o temas form.ales. La «concordancia.:.
Sin embargo, la selección se halla obviamente involucrada;
0 Ja homología entre •ideología• y «objeto cultural», concebi-
y como cuestión de principio no existe una distinción a priori dos por tanto formalmente, es con frecuencia .sorprendente Y
entre Jo 'necesario y lo contingente, lo <(sociab> y lo «Cultu- sumamente importante. Sin embargo, el precio que se deb~
ral», la ((base» y la «superestructura». La correspondencia y
pagar es muy elevado. Primero'. emp!ric~mei:te, en el procedi-
la homología constituyen entonces relaciones específicas y no miento de selectividad de la evidencia h1stónca y cultural. La
formales: ejemplos de verdaderas relaciones sociales dentr.o sustitución del análisis trascendental por el análisis de entron·
de su práctica variable que tienen una modalidad de origen que histórico resulta especialmente característica de este mé-
común. O, nuevamente, la <(correspondencia» y la «homolcr todo. Segundo, y prácticamente, en lo que se refier': a la com-
gía» pueden ser comprendidas como fonnas de lo «típico»: prensión del proceso cultural contemporáneo. Nmgun~ de
cristalizaciones, en campos que en apariencia no están reta- las teorías dualistas, expresadas como teorías del refleJO o
126
127
.. '·'.

de la mediación, y ninguna de las teorías formalistas ni estruc-


6. La hegemonía
turalistas, expresadas por las variantes de la correspondencia
o la homología, pueden ser plenamente incorporadas a Ja
práctica contemporánea, ya que todas ellas dependen, aunque
de formas variadas, d.e una historia conocida, de una e..-.;truc-
. tura conocida, de productos conocidos. Las relaciones analíti-
c.as pueden ser_ manejadas de este modo; las relaciones prác- La definición tradicional de «hegemonía» es la de direc-
ticas, en cambio, presentan una dificultad prácticamente in- ción política o dominación, especialmente CI,1 las relaciones
superable. .entre los Estados. El marxismo amplió la definición de go·
Un enfoque al~ernativo en relación con estos n1ismos pro- bierno o don1inación a las relaciones entre las clases sociales
blemas, aunque es un enfoque orientado más diréctarnente
al proceso cultural y a las relaciones prácticas, puede ha-
a
y especialmente las definiciones de una clase dirigente. La
«hegemonía» adquirió un sentido más significativo en la obra
llarse en el ·concepto más elabora_do de la «hege1nonía». de Antonio Gramsci, desarrollada bajo la presión de enor-
mes dificultades en una cárcel fascista entre los años 1927
y 1935. Todavía persiste una gran incertidumbre en cuanto a
Ja utilización que bizo Gramsci del concepto, pero su obra
·. constituye .uno-.de los principales puntos críticos de la teoría
cultural marxista.
· Gramsci planteó una distinción entre «dominio» (dominio)
y «hegen1onía». El <cdon1inio» se expresa en formas directa~
mente políticas y en tiempos de crisis por medio de una
coerción directa o efectiva. Sin embargo, la situación más·
habitual es un complejo entrelazamiento de fuerzas políticas,
sociales y .culturales; y la «hegemonía», según las diferentes
interpretaciones, es esto o las fuerzas activas sociales y cul·
turales que constituyen sus elementos necesarios. Cualesquie-
ra que s.ean las implicaciones . del concepto para la. teoría.
política marxista. (que todavía debe reconocer muchos tipos
de control político directo, de control de clase y de control
económiCo, así como esta formación más general), los efec·
tos que produce sobre la teoría cultural son inmediatos, ya
que «hegemonía)> es un concepto que, a la vez, incluye -y
va más allá de- los dos poderosos conceptos anteriores: el
de ({cultura» corno «proceso social total» en que los homb:íes
definen y configuran sus vida·s, y el. de «ideología», en cual·
quiera de sus sentid.os marxistas, en la .que un siste:rD.a de sig·
nificados y valores constituye Ja expresión o proyección de un
particular interés de clase.
El concepto· de «hegemonía» tiene un alcance mayor que
el concepto de. «cultura», tal como fue definido anteriormen·
te, por su insi~tencia en relacionar el «proceso social total»
con las distribuciones específicas del poder y la influencia.
Afirmar que los «hombres» definen y configuran por completo

128 129

i l
r

sus vidas sólo es cierto en un plano abstracto. En toda so. En una perspectiva inás general, esta acepción de «Una
ciedad verdadera existen ciertas desigualdades específicas en "deología» se aplica por medios abstractos a Ja verdadera con-
los medios, Y por lo tanto en la capacidad para realizar este ~iencia tanto de las clases dominant~s como d~ las c!ases
proceso. En una sociedad de clases existen fundamentalmen- subordinadas. Una clase dominante «tiene» esta 1deolog1a. en
te desigualdades entre las clases. En consecuencia, Gramsci formas simples y relativamente puras. Una clase subordma-
introdujo el necesario reconocimiento de la dominación y Ja da en cierto sentido no tiene sino esta ideología como su
subordinación en lo que, no obstante, debe ser reconocido
como un proceso total.
co~ciencia (desde el ~omento en que la producción de todas
las ideas, por definición axiornátic~, est~ en _manos de los
Es precisamente en este reconocimiento de la totalidad que controlan los me~ios de producción pnmanos); o, en otro
del proceso donde el concepto de «hegemonía» va más allá sentido, esta ideolog1a se ha Impuesto sobre su conc1enc1a
que el concepto de «ideología». Lo que resulta decisivo no -que de otro modo sería diferente- qu_e debe, luchar para
es solamente el sistema consciente de ideas y creencias, sino sostenerse o para desaiTollarse contra la •1deologia de la clase
todo el proceso social vivido, organizado prácticamente por dominante».
significados y valores específicos y dominantes. La ideología, A menudo el concepto de hegemonía, en la práctica, se
en sus acepciones corrientes, constituye un sistema de signi- asemeja a estas definiciones; sin embargo, es d~fere_nte en lo
ficados, valores y creencias relativamente formal y articulado~ que se refiere a su negativa a igualar la con~1enc1a con el
de u~ ~ipo que puede ser abstraído como una «Concepción sistema formal articulado que puede ser, y habitualmente es,
~nivers~I» o una «perspectiva de clase». Esto. eXplica su po- abstraído como «ideología». Desde luego, esto no excluye los
pularidad como concepto en los análisis retrospectivos (en significados, valores y creencias articulados y formales que
los esquemas de base-superestructura o en la homología) des- domina y propaga la clase dominante. Pero no se iguala con
de el momento en que un sistema de ideas puede ser abstraí- la conciencia· o dicho con más precisión, no se reduce la
do del proceso social que alguna vez fuera viviente y repre- conciencia a Ías formaciones de la clas.e dominante, sino que
sentado -habitualmente por la selección efectuada por Jos comprende las relaciones de dominación y su?ord.inaci~n,
<ddeólogos» típicos o «principales», o por los «rasgos ideoló- según sus configuraciones asumidas como conc1enc1a_ prac-
gicos»- como la forma decisiva en que la conciencia era a tica como una saturación efectiva del proceso de la vida en
la vez expresada y controlada (o, como ocurre en el caso su totalidad· no solamente de la actividad política y econó-
de Althu~ser, era efectivamente ipcon~ciente y operaba como mica no sol~mentc de la actividad social manifiesta, sino de
una estructura impuesta). La conciencia relativamente hete- toda' la esencia de las identidades y las relaciones vividas a
rógenea, confusa, incompleta o· inarticufo.da de los hon;ibres una profundidad tal que las presiones y !ímit?s de lo que
reales de ese período y de esa sociedad es, ·por lo tanto, atro- puede ser considerado. en última inst~ncia ~X:- sistema culti;-
pellada en nombre de este sistema decisivo y generalizado; y ral, político y económico nos dan la impres1on a .la mayona
en la homología estructural, por cierto, es excluido a nivel de de nosotros de ser las presiones y límites de Ja simple expe-
procedimiento por ser considerado periférico o efímero. Son riencia y del sentido común. En consecuencia, la ~egemo1;ía
las formas plenamente articuladas y sistemáticas las que se no es solamente el nivel superior articulado de Ja <c1deolog1a»
reconoce11 como ideología; y existe una tendencia correspon- ni tampoco sus formas de control consideradas habitualme'.'-
diente en el análisis del arte que propende a buscar solamen- te como <nnanipulación» o «adoctrinamiento». La hegemon1a
te expr~siones sernejantes, plenamente sistemáticas y articu- constituye todo un cuerpo de prácticas y expectativas en re-
ladas, ele esta ideología en el contenido (base-superestructura) lación con Ja totalidad de la vida: nuestros sentidos y dosis
o en la forma (homología) de las obras reales. En los proce- de energía, las percepciones definidas que tenemos de noso-
dimientos menos selectivos, n1enos dependientes de la clasi- tros mismos y de nuestro n1undo. Es un vívido sistema de sig-
ficación inherente de la definición considerada 'Plenamente nificados y valores -fundamentales y constitutivos- que en la
articulada y siste1nática, se da Ja tendencia a considerar los medida en que son experimentados como prácticas p~recen
trabajos como variantes de, o como variablemente afectados confirmarse recíprocamente. Por lo tanto, es un sentido de
por, la decisiva ideología abstraída. Ja realidad para la mayoría de las gentes de Ja sociedad, un
130 131
sentido de lo absoluto debido a la realidad experímentada ahora, de ningún modo habitual, una superestructura: no
solamente debido a la profundidad y minuciosidad, con que
más allá de Ja cual la movilización de Ja mayoría de los miem-
se vive cualquier tipo de hegemonía cultural, sino porque la
bros de la sociedad -en la mayor parte de las áreas de sus
tradición y la práctica cultural son comprendidas como algo
vida~- se, torna sumamente difícil. Es decir que, en el
más quC expresiones superestructuralcs -reflejos, mediacio-
~~:~~¡.~ '· . sentido m.as ~rme, es una <ccultura», pero una cultura que.
nes o tipificaciones- de una estructura social y económica
.;;~¡;,..,:,¡-~, .. debe ser considerada asimismo como la vívida dominación
;;<. : ;·': y subordinación de clases particulares.
configurada. Por el con'trario, se hallan entre los procesos bá-
sicos de la propia formación y, más aún, asociados a un
,.·,;
. En este c~ncepto de hegemonía hay .. dos ventajas inme- área de realidad mucho mayor que las abstracciones de expe-
diatas. En primer término, sus formas de dominación y su-
riencia ccsocial» y «económica». l.as gentes se ven a sí mis-
bordinación se corresponden más estrechamente con los pro-
mas, y los unos a los otros, en re1aciones personales directas;
cesos normales de Ja organización y el control .social en las
Jas gentes comprenden el mundo natural y se ven dentro
so~iedades desarrolladas que en el caso de las proyecciones
de él; las gentes utilizan sus recursos físicos y materiales en·
mas corr1entes que surgen de la idea de una clase dominan-
relación con lo que un tipo de sociedad- explicita como «ocio»,
te, habitualmente basadas en fas'es históricas mucho más
«entretenimiento» y «arte»: todas estas experiencias y prácti-
simples y primitivas. Puede dar cuenta, por ejemplo, de las
cas activas, que integran una gran parte de la realidad de
i;-eahdades de Ja democracia electoral y de las significativas una· cultura y de su producción cultural, pueden ser com-
arcas. modernas del «OCio» y la ccvida privada» más específica
prendidas tal co1no ~on sin s.er reducidas a otras categorías
Y. activamente que las ideas más antiguas sobre la domina- de contenido y sin ]a característica tensión necesaria para
c16~, _con s_us explicaciones triviales acerca de las· simples
encuadrarlas (directan1ente como reflejos, indirectamente
<cman1i:ul~c1ón», «Corrupción» y <ctraición», Si las ·presiones
como mediación, tipificación .o analogía) dentro de otras re-
Y los hmites de una forma de dominación dada son experi-
laciones políticas y eConón1icas determinadamente manifics- .
mentados de esta manera e internalizados en la práctica toda
tas. Sin embargo, todavía pueden ser consideradas como
la c17estión de la dominación .de clase y de la oposició~ que elementos de una hegemonía: una formación socia) ·y ·cultu-
suscita s~ ha transformado. El hincapié de Gramsci sobre
ra·l que para ser efectiva debe ampliarse, incluir,· forn1ar y
la ~r~ac1on de una hegemonía alternativa por medio de la
ser .forn1ada a partir de esta área total de experienciii. vivida.
conexión práctica de diferentes formas de lucha, incluso de
Son muchas las dificultades que surgen tanto teórica como
las formas que no resultan fác!hnen te reconocibles ya que
práctkamente. Sin embargo, es importante reconocer·hoy de
no soµ_ fundamentalmente <cpol1t1cas» y «económicas», con-
cuántos callejones sin salida hemos podido salvarnos. Si cual-
duce .por lo tanto; dentro de una sociedad altamente desarro-
quier cultura viva es necesariamente tan extensa, los proble-
llada, a un sentido de la .actividad revolucionaria mucho más
mas de dominación y subocdinación' por una parte y los
profundo y activo que_ en el caso de los .esquema~· persisten te-
problemas que surgen de la extraordinaria complejidad de
mente a?stractos derivados- de situaciones históricas suma-
cualquier práctica y tradición cultural verdadera por otra,
mente diferentes. Las fuentes de cualquier hegemonía alter-
nativa son verdaderamente difíciles de definir. Para Gramsci pueden finalmente ser enfocados de modo directo.
Sin embargo, existe la dificultad de que Ja dominación y
surge~ ~e la clase oh.rera, pero no de esta clase considerad
co:11o un~ constrµcción_ ideal o .abstracta. Lo que él observ: la subordinación como.· descripciones efectivas de la forma-
mas precrsameni.e es un pueblo trabajador· que, precisamen- ción cultural serán rechazadas por mucha gente; d lenguaje
te, debe convert_1_rse en una clase, y en una clase potencial-
alternativo de la .configuración cooperativa de la contribu-
mente hegemómca, contra las presiones y los límites que ción coml1n, que expr~s_a~a tan notablemente el concepto tra-
impone una hegemonía poderosa y existente. dicional de <ecultura», será considerado preferible. -·En ·esta
elección fundamental no existe alternativa, desde. ninguna
En segundo t~rmino, y más .inmediatamente dentro de
este contexto, existe un modo absolutamente diferente de posición socialista, al reconocimiento y al énfasis de la expe-
riencia in1nediata, hiStórica y masiva de la dominación y la
cor;rp.render la actividad cultural como tradición y como
practica. El trabajo y la actividad cultural no constituyen subordinación de clases en las diferentes formas que adoptan.

132 133

,,
Es~a situación se convierte rápidamente en una cuestión re- ción». La realidad de toda hegemonía, en su difundido sentido
l~c1onada con u~a experiencia y un argumento específicos. político y cultural, es que, mientras que por definición siem-
Sm ~mbargo, existe un problema muy próximo dentro de! pre es dominante, jamás lo es de un modo total o exclusivo.
prop10 concepto de «hegemonía». En algunos usos, aunque En todas las épocas las formas alternativas o directamente
segun creo no es el caso de Gramsci, la tendencia totaliza- opuestas de la política y Ja cultura existen en la sociedad
dora del concepto, que es significativa y ciertamente funda- como elementos significativos. Habremos de explorar sus
mental, es con~c~tida en una totalización abstracta y de este condiciones y sus Ií111ites, pero su presencia activa es deci-
modo resulta fac1lmente compatible con las sofisticadas acep- siva; no sólo porque deben ser incluidos en todo análisis his-
ciones de «la superestructura» o incluso de la «ideología». tórico (a diferencia del análisis trascendental), sino como for-
La hegemonía puede ser vista como más uniforme, más está- mas que han tenido. un efecto significativo en el propio pro-
tica )'. más. abstracta de lo que realmente puede ser en Ja ceso hegemónico. Esto significa que las alternativas acentua-
práctica, s1 es verdaderamente comprendida. Como ocurre ciones políticas y culturales y las numerosas formas de opo-
con cualquier otro concepto marxista, éste es particularmente sición y lucha son importantes no sólo en sí mismas, sino
susceptible de una definición trascendental a <liferencia de como rasgos indicativos de Jo que en la práctica ha t.enido
u;ia defi.nición histórica y de una descripción categórica a que actuar el proceso hegemónico con Ja finalidad de ejercer
d1~erenc1a de una descripción sustancial. Cual(¡uier aisla- su control. Una hegemonía estática, del tipo indicado por
miento .·de sus «principios organizadores» o de -sus «rasgos las abstractas definiciones totalizadoras de una «ideología»
determmantes», que realmente deben ser comprendidos en o de una <<Concepción del mundo» dominante, puede ignorar
la exp~riencia. y a través del análisis, puede conducir rápi- o aislar tales alternativas y tal oposición; pero en la medida
damente a una aJ;>stracción totalizadora. Y entonces Jos pro- en que éstas son significativas, la función hegemónica deci-
blemas de la. realidad de la dominación y Ja subordinación y siva es controlarlas, transformarlas o incluso incorporarlas.
de sus r:elac1ones con una configuración cooperativa y una Dentro de este proceso activo lo hegemónico debe ser visto
contribución común, pueden ser planteados de un modo su- como algo más que una simple transmisión de una domina·
mamente falso. ción (inmodificable). Por el contrario, todo proceso hegemó-
Una hegemonía dada es siempre un proceso. Y excepto nico debe estar en un estado especialmente alerta y recep-
desde una perspectiva analítica, no es un sistema o una es- tivo hacia las alternativas y la oposición que cuestiona o
truct~~ª· Es un coz;iplejo efectivo de. experiencias,. relaciones amenaza su dominación. La realidad del proceso cultural
Y.act1v1dades.que _tie_ne límites:( presiones específicas y cam, debe incluir siempre los esfuerzos y contribuciones de los que
biantes. En .la practica, la hegemonía jamás puede ser indi- de un modo u otro se hallan fuera o al margen de los tér-
vidual. Sus ·estructuras i?t~rnas son sumamente complejas, minos que plantea la hegemonía específica.
como puede observarse fac1lmente en cualquier análisis con- Por tanto, y como método general, resulta conflictivo re-
creto. Por otra pa.rte (y esto es fundamental, ya que nos re- ducir todas las iniciativas y contribuciones culturales a los
cuerda Ja necesaria confiabilidad del concepto) no se da- de términos de la hegemonía. Ésta es la consecuencia reduccio-
z:iod~ pasivo como una forma de dominación. D"ebe ser con- nista del COnCepto radicalmente diferente de «SUperestructU·
tu:uamente ren?vada, recreada, defendida y modificada. Asi- ra». Las funciones específicas de «lo hegemónico», «lo domi-
mismo~ es co1~t1nuamente resistida, limitada, alterada, desa- nante», deben ser siempre acentuadas, aunque no de un modo
fiada por pres10nes que de ningún modo Je son propias. Por que sugiera ninguna totalidad a priori. La parte más difícil e
tanto debemos agregar al concepto de hegemonía Jos con- interesante de todo análisis cultural, en las sociedades com·
ceptos de contrahegcmonía y de hegemonía alternativa, que plejas, es la que procura comprender lo hegemónico en sus
son elementos reales y persistentes de la práctica.· procesos activos y formativos, pero también· en sus procesos
Un modo de expresar la distinción necesaria entre las de transformación. Las obras de arte, debido a su carácter
acepciones prácticas y abstractas dentro del concepto con- fundamental y general, son con frecuencia especialmente im-
s1,ste en hablar de «.lo hegemónico» antes que de la «hegemo- portantes como fuentes de esta compleja evidencia.
n1a», y de <clo dominante» antes que de la simple «domina- El principal problema teórico, con efectos inmediatos so-
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7. Tradiciones, instituciones y formaciones


y contribuciones alternativas y de oposición que se producen ~- !·
dentro de -o en contra de- una hegemonía específica (la
cual les fija entonces ciertos límites o lleva a cabo con éxito
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la tarea de neutralizarlas, cambiarlas o incorporarlas efecti- lf._
vamente) y otros tipos de contribuciones e iniciativas que .. ·-~
resultan irreductibles a los términos de la hegemonía origi-
naria o adaptativa, y que en ese sentido son independientes. ·-{~ La hegemonía constituye siempre un proceso activo; sin
Puede argumentarse persuasivamente que todas o casi todas ·l: embargo, esto no significa que se trate simplemente de un
las .iniciativas_ y contribuciones, aun cuando asuman configu- , complejo de rasgos y elementos dominantes. Por el contra·
rac1oi;ies manifiestamente alternativas o de oposición, en la &- rio es siempre una interconexión y una organización más o
práctica se hallan vinculadas a lo hegemónico: que la cul- J m:nos adecuada de lo que de otro modo serían significados,
tura dominante, por así decirlo, produce y limita a la vez ,. ¿: valores y prácticas separadas e incluso dispares que este pro·
sus propias formas de contracultura. Hay una mayor evi· r
ceso activo incorpora a una cultura significativa y a un orden
dencia de la que normaln1ente· admitimos en esta concepción :· social efectivo. J:'.stas son en sí mismas soluciones vivas
(por ejemplo, en el caso de la crítica romántica a· 1a civili- j -Y en el sentido más amplio: resoluciones políticas- a rea-
zación industrial). Sin embargo, existe una variación eviden- '-1¡; lidades económicas específicas. Este proceso de incorporación
te en tipos específicos ·de orden social y en el carácter de · . '· asume una importancia cultural capital. Para comprenderlo,
la alternativa correspondiente y de las formaciones de oposi- l
pero también para comprender el material sobre el que debe
ción. Sería un error descuidar la importancia de las obras §· ,operar, necesitamos d~stinguir tres aspectos. dentro ~e. cual-
y de las ideas que, aunque claramente afectadas por Jos c'/' f quier proceso cultural; los podemos denommar trad1c10ncs,
límites y las presiones hegemónicas, constituyen -al menos ::,;;'. , l instituciones y formaciones .
., _
e'.' parte- rupturas significativas respecto de ellas y, tam-
bién en parte, pueden ser neutralizadas, reducidas o incor- ·¡/ ,· . TJr El concepto de tradición ha sido radicalmente rechazado
dentro del. pensamiento cultural marxista. Habitualmente, y
.en el mejor de los casos, es considerado un factor secunda-
poradas, y en lo que se refiere a sus elementos más activos
·
se manifiestan, no obstante, independientes y originales. ~} rio que a lo sumo puede modificar otros procesos históricos
Por lo tanto, el proceso cultural no debe ser asumido como '·" más decisivos. Esto no se debe exclusivamente al hecho de
7
si fuera, si:nplemente adaptéitivo, extensivo e incorporativo. f {iue normalmente sea diagnosticado como superestructura,
. _Las autenticas rupturas dentro y más allá de él ·dentro de . ·_ ~ sino también a que 1a <ctradición)} ha sido comúnmente con-
. ~ondiciones sociales específicits que pueden varia; desde una ·j. , siderada como uii Segmento histórico relativamente inerte
sit~aciói;i de . extremo aisJamiento hasta tr~stornos Prerrevo- · ~ de una estructura social: la tradición c_omo supervivencia del
lucionar1os y una verdadera actividad revolucionaria, se han Í
pasado. Sin embargo, esta versión de la tradición es débil
dado con mucha frecuencia. Y estamos en mejores condicio- ·.~ en el punto preciso en que es fuerte el sentido incorporado
nes ~e .comprenderlo, en un reconOcimiento más general de de la tradición: donde es visto, en realidad, como una fuer·
los limites y las presiones insistentes que caraC:terizan a lo :;, .za activamente configurativa, ya que en ·1a práctica Ja tradi-
hegemónico, _si desarrollamos modos de análisis que, en lu- . ción es la expresión más evidente· de las presiones y límites
gar de reducir las obras a productos terminados y las activi· '" , dominantes y hegemónicos. Siempre es algo más que un seg-
dades a posiciones fijas, sean capaces de comprender, de }, ," mento histórico inerte; es en realidad el medio de incorpora-
buena fe, la apertura finita pero significativa de muchas con· { · ción práctico más poderoso. Lo que debemos comprender
t7ibuciones e iniciativas. La apertura finita aunque significa- l
no es precisamente «Una tradición)}, sino una tradición selec-
tiva de much~s obras de arte, como formas significativas que :"~ tiva: una versión intencionalmente selectiva de un pasado
s~ ~acen. posibles pero que requieren asimismo respuestas j ..configurativo y de un presente preconfigurado, que resulta
s1gn1ficat1vas persistentes y variables, resulta entonces parti- A" entonces poderosamente operativo dentro del proceso de de-
cularmente relevante. finición e identificación cultural y social.
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136 137
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... -,......
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Normalmente no es muy difícil demostrar esta situación ' reductivas -y selectivas. Sin embargo, esto tiene a su vez muy
desde una :p~~spectiva empírica. La mayoría de Jas versiones ·'. poco efecto, a menos que las líneas del presente, en el V:er-
de la ~<trad1c1or;i» pueden ser rápidamente· demostradas en su dadero proceso de la tradición selectiva, sean clara y activa-
modalidad radicalmente selectiva. A partir de un área total mente trazadas. De lo contrario, cualquier recuperación pue-
P.os1ble d~l pasado y el presente, dentro de una cultura .par- de resultar simplemente residual o marginal. Es en los pun-
t1cul~r, ciertos s1gn1ficados y prácticas son seleccionados y tos vitales de conexión en que se utiliza una versión del
acentu":dos y .otros significados y prácticas son rechazados pasado con el objeto de ratificar el presente y de indicar las
o exclmdos. Sm embargo, dentro de una hegemonía particu- direcciones del futuro, donde una tradición selectiva es a la
lar, Y como uno ?e sus procesos decisivos, esta selección es vez poderosa y vulnerable. Es poderosa debido a que se halla
p:e.sentada y habitualmente admitida con éxito como «la tra- sumamente capacitada para producir conexiones activas y
·dic1ón», como el «pasado significativo•·. Lo que debe decirse selectivas, dejando a un lado las que no desea bajo la deno-
·enton.ces acerca de toda tradición, en este sentido, es que minación de «fuera de moda» o «nostálgicas» y atacando a
constituye un aspec~o de la organización social y cultural las que no puede incorporar considerándolas «sin preceden-
·contemporánea del mterés de la dominación· de una clase tes» o «extranjeras». Es vulnerable porque el verdadero re-
específica. Es una versión del pasado que se pretende conec- gistro es efectivamente recuperable y gran parte de las con-
_tar co~ ~l presente y ratificar. En la prá~tica, lo que ofrece tinuidades prácticas alternativas o en oposición todavía son
la tra~1c1ón es un sentido de predispuesta continuidad. · aprovechables. Asimismo; es vulnerable porque la versión se-
. E~tst':'°:· es cierto, acepciones· más endebles' "del concepto lectiva· de un~ ·«tradición viviente» se halla siempre ligada,
de «tI_"ad1c1ón»,, en contraste explícito con «innovación» y con },: ~ aunque a menudo de un modo complejo y oculto, a los explí-
«lo ..c?.ntemporaneo». 'E.stos son a menrido asideros para los -~­ citos límites y presiones contemporáneos. Sus inclusiones y
grupos de la sociedad que han sido abandonados sin recur- .~ exclusiones prácticas son alentadas o desalentadas selectiva-
_sos 'por ·algún tipo de desarrollo hegemónico en particular..· ·¡· -· mente, y con frecuencia tan efectivamente que la deliberada
Todo lo que cuenta. ~ara ellos es la afirmación .retrospectiva ·· · · selección se produce con el objeto de verificarse a sí misma
...... de _lo~ "".ªlores t1:a~hc10nales». O, desde una posición opuesta, en Ja práctica. Sin embargo, slls privilegios e intereses selec-
los •hábitos trad1c10nales» se hallan aislados, mediante algún tivos, materiales en esencia pero a menudo ideales en su
·desarrollo hegemónico habitual, como elementós del pasado forma, que incluyen complejos elementos de estilo y tono y
·q':'e .deben ser descartados .. Una gran parte de la. actitud un método básico, todavía pueden ser reconocidos, demostra-
publica ante esta. t.radición; tiene luga_r', _eqtre representantes dos. y quebrados. Esta lucha por y contra las tradiciones
.<le est~s ~os ~os1c1ones., ~~n embargo, :a .un nivel más prcr selectivas constituye comprensiblemente una parte fundamen-
fundo, ':'l ~entido hegemomco de la tradición es siempre el tal de toda la actividad cultural contemporánea .
.más activo. un pro7eso ~el1beradamente·selectivo y conectivo Es cierto ·que el establecimientO efectivo de una tradición
que ofrece una rat1ficac1ón cultural e histórica de ún orden selectiva puede decirse que depende de instituciones identifi-
contemporáneo. · ·· : · cables. Sin. embargo, es una subestimación del proceso su-
.Es un proces~ muy pod.er~so, ya que.s<i halla ligado a una poner que depende solamente de las. instituciones. La rela-
s~ne de cor;it~nu1dades practicas ~familias, lugares, institu- ción entre las instituciones culturales, políticas y económicas
c1~ne:~; un. 1d1oma- que son directamente experimentadas. son muy complejas, y la esencia de estas relaciones consti-:-
As1m1smo, Y en c?al.quier momento, es Un proceso vulnerable, tuye una directa indicación del carácter de la cultura en un
ya que en. la practica debe descartar áréas de significación sentido amplio. No obstante, nunca se trata de una mera
totales, re1nterpretarlas, diluirlas o convertirlas en formas cuestión de instituciones formalmente .identificables. Es asi-
que so_stengan -o al menos que no contradigan-'- los elemei¡- mismo una cuestión de formaciones: los movimientos y ten-
..... ;·· tos verda.derame':'te importantes de la :hegemonía habitual. dencias efectivos, en ]a vida intelectual y artística, que tienen
,~;~~- .. ;. Resulta s1gmficat1vo que gran parte de la obra rriás accesible un influencia significativa y a veces decisiva sobre el desarro-
.... :~· ·"" e m?uyente de la contracultura sea histórica: la recuperación llo activo de una cultura y que presentan una relación va-
de areas. descartadas o el desagravio de las interpretaciones riable y a veces solapada con las instituciones formales.
138 139
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Las instituciones formales, evidentemente, tienen una pro- aparato existe, aunque variablemente, pero el proceso t~tal
funda influencia sobre el proceso social activo. Lo que en es mucho más amplio y en algunos aspectos suma'?ente =·
la sociología ortodoxa es abstraído como «socialización», es portantes es autogenerativo. A través de Ja selecci~n resulta
en Ja práctica, en cualquier sociedad verdadera, un tipo imposible identificar Jos rasgos comunes en Ja farmha, e~ la
específico de incorporación. Su descripción como «socializa- escuela, en la comunidad, en el trabaJO Y. en las comunica-
ción», el proceso universal y abstracto del que puede decirse ciones, que son sumamente importantes. Sm embargo, y ~re­
que dependen todos los seres humanos, es un medio de cisamente porque son procesos especificas con propósitos
evitar ·a esconder este contenido y esta intención específicos. ·particulares variables y con relaciones variables aunque efec-
Todo proceso de socialización, obviamente, incluye cosas que tivas respecto de Jo que en cualquier caso debe hacerse a
deben aprender todos Jos seres humanos; sin embargo, cual- corto plazo, la consecuencia práctica es a menudo confus~6:1
quier proceso específico vincula este aprendizaje necesario y conflicto entre los que son experimentados como proposi-
a una selecta esfera de significados, valores y prácticas que, tos diferentes y valores diferentes, como oc~r~e con una
en la proximidad que manifiesta su asociación con el apren- cruda incorporación de tipo teórico. En Ja :iiractica normal-
dizaje necesario, constituyen Jos verdaderos fundamentos de mente se logra una incorporación efectiva; ciertam~nte, para
Jo hegemónico. En una familia se cuida a Jos niños y se les establecer y conservar una sociedad de clases es_t,a mco~po~a­
enseña a cuidar de sí mismos, pero dentro de este necesario ción debe lograrse. Sin embargo, ninguna pres10n o rungun
proceso las actitudes fundamentales y selectivas con respecto adiestramiento simple resultan verdade~amente hegemórncos.
a uno mismo, a los demás, al orden social y al mundo mate- La verdadera condición ·de la hegemor;na es la efectiva. ª".to_-
rial se enseñan tanto Consciente como inconscientemente. La identificación con las formas hegemonicas; una «socializa-
educación transmite las habilidades y el conocimiento nece- ción» específica e internalizada de Ja q;ie se espera qu~ resulte
sarios, pero siempre a través de una selección particular de la positiva pero que, si ello no es. pos_1ble, se apoyara ~n un
totalidad de la esfera aprovechable y junto con actitudes in- (resignado) reconocimiento de lo mevitable y Jo necesario. En
trinsecas, tanto. para las relaciones sociales corno educacio- este sentido, una cultura efectiva es siempre algo más que la
nales, que en la práctica son virtualmente inextricables. Ins- suma de sus instituciones; no sólo porq~e pueda observarse
tituciones como las iglesias son explícitamente ins:orporativas. en el análisis que estas instituciones derivan de aquella cul-
Las comunidades específicas y los sitios específicos de tra- tura gran parte de su carácter, sino principalmente porque
. ·- bajo ejercen presiones inmediatas y poderosas sobre las con- se halla al nivel de la cultura en su totalidad el hecho de
diciones de vida y sobre las condiciones en que la vida se que las interrelaciones fundamentales, incluyendo las confu-
produce; enseñan, confirman y .~P. la mayoría de los casos siones y los conflictos, son verdaderame~te nego_c~adas.
\ ... · finalmente refuerzan los significados, valores y actividades Ésta es la razón por la que, en cualqmer análisis, debem?s
seleceionados. Describir el efecto que próducen todas las incluir asimismo a las formaciones. Las formaciones soi: mas
instituciones de estos tipos significa alcanzar una compren- reconocibles como tendencias y movimientos conscientes
sión importante aunque todavía incompleta de la incorpo- (literarios, artísticos, filosóficos o científicos)_ que normali:'en-
ración. En. las., sociedades modernas debemos agregar los te pueden ser disting':'idos de s,us pr:oducc10nes formativas.
principales sistemas de comunicaciones. J::stos materializan A menudo cuando m1ramos mas alla, encontramos que ésw
las noticias y Ja opinión seleccionadas y también una amplia tas son ar ticulaciones de formaciones efectivas much? má~
1

gama de percepciones y actitudes seleccionadas. amplias que de ningún modo pueden ser plenan_ien_te identi-
Sin embargo, todavía no puede suponerse que la suma ficadas con lás instituciones formales o con sus sigmficados Y
de todas estas instituciones constituya una hegemonía or- valores formales, y que a veces pueden ser positiv~mente
gánica. Por el contrario, precisamente porque no es ({sociali- opuestas a ellas. Este factor es. de Ja mayor im_portancia para
zación», sino un específico y complejo proceso hegemónico, Ja comprensión de lo que habitualmente se -~1ferencia como
está en la práctica lleno de contradicciones y de conflictos la vida intelectual y artística. En esta relac10n fundament_al
no resueltos. Ésta es la razón por la que no puede reducirse entre las instituciones y las formaciones de una cultura ex1sw
a las actividades de un «aparato ideológico estatal». Este te una gran variabilidad histórica; sin embargo, es general-
140
141
~ente característico de las sociedades desarrolladas comple- 8. Dominante, residual y emergente
JaS que las formaciones. a diferencia de l_as instituciones
tengan un papel cada vez más importante. Por otra parte'.
desde el momento en que tales formaciones se relacionan
inevitablemente, con las verdaderas estructuras sociales, aun~
que presentan relaciones altamente·variables y a menudo am-
biguas con las instituciones sociales formalmente discerni-
bles, todo análisis social o cultural de ellas exige procedi- La complejidad de una cultura debe hallarse no solamen-
mie?to~ ra~icalmente diferentes de los desarrollados para te en sus procesos variables y en sus definiciones sociales
las 1nst1tuc1ones. Lo que se analiza en cada caso es el modo -tradiciones, instituciones y formaciones-,· sino también en
de una práctica especializada. Además, dentro de una aparen- las interrelaciones dinámicas, en cada punto del proceso que
te hegemonía, que puede ser fácilmente descrita de un modo .presentan ciertos elementos variables e históricamente va~
g~~~ral, no sólo existen formaciones alternativas y en opo- riadas. Dentro de lo que he denominado análisis «trascen-.
s1c10n. (algunas de ellas, en ciertos estadios históricos con- dental», un proceso cultural es considerado un sistema cuJ...._
vertidas o en proceso de Convertirse en instituciones alterna- tura! que determina rasgos dominantes: la cultura feudal o
tivas o en oposición), sino también dentro de las· que pueden Ja cultura burguesa o la transición de una a la otra. Este
rec?nocerse como ·formaciones dominantes; ·variantes que· hincapié en los lineamientos y los rasgos dominantes y defi-
resisten toda reducción simple a alguna función hegemónica nitivos es sumainente importante y, en la práctica, a menudo
generalizada. · efectivo. Sin embargo, ocurre con frecuencia que su meto-
·Normalmente en este punto muchos de los que se hallan dología es preservada para la función muy diferente que ca,
en verdadero contacto con tales formaciones y con su obra racteriza el análisis histórico, en el cual un sentido del mo,
~~ repliegan ª.~na actitud indiferente acerca de la .comple- vimiento dentro de lo que se abstrae habitualn1entc· como
31dad ?~ la acl!v1dad cultural. Otros, asimismo, niegan (inclu- . un Sistema resulta funda1nentalmente necesario, especialmen-
so teoncamente) la relación de tales formaciones .Y tales te si ha de conectarse tanto con el futuro como con el pasado.
obr_as .con el_ pr9ceso social, y especialmente c6n el proceso En el auténtico análisis histórico es necesario reconocer en
s_oc1al 1:1ª~e~ral. Otros sectores, cuando se compiende la re3.- cada punto la"s complejas interrelaciones que existen entre los
lrdad .hrstorrca de las. formaciones, las convierten nuevamen- . movimientos y las tendencias, tanto dentro como más allá
te en construcciones ideales -tradiciones naciOnales tradi~ de una dominación efectiva y específica. Es necesar"io exa-
ciones .literarias. y ar:tísticas, desarrollOs cte Ídeas, tip 0S Psi-
1

minar cómo se relacionan con el proceso cultural total antes


cológicos, arquetipos espirituales- que reconocen y definen que, exclusivamente, con el sisten1a dominante selecto y abs-
las forrnaciofl:eS con frecuencia de un modo mucho más sus- traído. Por lo tanto, la «cultura burguesa» es una significativa
tancial que las acostumbradas descripciones generalizadoras descripción e l1ipótesis generalizadora expresada dentro de
de la explícita derivación social o de la función superestruc- un análisis trascendental por medio de comparaciones funda-
tura!, ~unque solamente por medio de sil desplazamiento del mentales con la «cultura feudal» o la «cultura: socialista». Sin
proceso cultural inmediato. Como un resultado de este des- embargo, entendida como una descripción del proceso cu!·
plazamiento, las formaciones y sus obras no se observan tura! a lo largo de cuatro o cinco siglos y en los registros de
con10 la activa :sencia cultural y social qtic realmente son. sociedades diferentes, requiere una inmediata diferenciación
En nu~stra propia cultura esta forma de desplazamiento, que histórica e internamente comparativa. Por otra parte, aun si
resulto .te1nporal o re la ti van1ente convincente por Jos defectos esto es reconocido o desarrollado prácticamente, la definición
de la interpretación superestructura! o derivativa es en sí <ctrascendental» ·puede ejeicer su presión como tipo estático
misma y fundamentalmente hegemónica. ' · contra el cual actúan todos los verdaderos procesos cultura-
les, tanto con la finalidad de manifestar «estadios» o «varia-
ciones,> del tipo (que todavía es el análisis histórico) como,
en el peor de los casos, de seleccionar la evidencia fundamen-
142 143
il'ó
~~X~f~~:·~
tal y excluir la evidencia «marginal», «incidental» 0 «Secun-
daria•.
;' ;:. ·t~' vos y en oposición (la hermandad absoluta, del s~rvi~io
.; . ; .>~,_:- . interesado a los demás) y un cuerpo mayor e sigm ca _os
:e-
v~-t.."1rf:.•-·'·" ·Estos errores pueden evitarse si, mientras conservamos '' '' '::· s valores incorporados (la modalidad oficial o el orden social
~~:f::;~~ :.
I~ hipótesis trascendental, podemos hallar términos que no ., ~el cual lo mundano constituye un componente separado !1eu-
.solo reconozcan los «estadios» y las <cvariaciones», sino tam~ .:. : tralizador 0 ratificador). Por otra_ parte, l_a idea de-comunida~
bién las relaciones dinámicas internas de todo. proceso ver- rural es predominantemente residual; sUI embargo, en '.'l_g_u
dadero. En realidad, todavía debemos hablar de Jo «dominan- . os aspectos limitados opera como alternativa u oposicwn
te» Y lo «efectivo•, y en estos sentidos, de lo hegemónico. Sin ~¡ capitalismo industrial urbano, aunque en su ~ayor parte
\ embargo, nos encontramos con que también debemos hablar se halla incorporada, como idealizaciói:;i o fantasi~, 0 como
Y ciertamente con una mayor dfferenciación en relación co~ una función ociosa, exótica -residencial ~ escapista- d~l
cada u:r1a de ellas, de lo «residual» y lo «emergei;i:te», que en propio orden dominante. Del mismo modo, en la mona~qllla
cualquier proceso verdadero y en cualquier momento de . no existe prácticamente nada que sea activamente resi_d_ual '·
este proceso, son significativos tanto en sí mismos como en (alternativo 0 de _oposición);, ~in embargo, ~on ~~ ut~I:~a-
fTc;: ! ;-'.'~ _, ' ...
lo que revelan sobre las características de Jo «dominante». ción adicional deliberada y sohda de lo arcaico, un~ funcwn
,·,.;:···:-;:" -·· . . Por «residual». quiero significar algo diferente a lo ~ar- residual ha ·sido totalmente. incorporada como n;ri~1on espe-
~?::·<~·-:. caic~»,. aun~ue en la· práctica son a menudo muy difíciles cífica p,olítica y cultural -marcando tanto _los 11i;n1tes como
..-
, de distmgmr. Toda cultura incluye elementos aprovechables los métodos- de una forma de la democracia capitalista..
. de su pasado, pero su lugar dentro del proceso cultural con- Un elemento cultural residual se halla normalmente a cier-
tei;nporáneo es profundamente variable. Yo. denominaría «ar- ta distancia .de la cultura dominante e~ectiva, per_o una p_arte
caico» .a lo que .se reconoce plenamente como un elemento de él, alguna versión de él -y e,specmlmente si el res1d~o
del pasado para ser observado, para ser examinado 0 incluso proviene de un área fundamental del pasa~o-- ·en la mayon:i
ocasionalmente para ser. conscientemente «revivido» de un de los casos habrá de ser incorporada si la cultura dorm-
modci deliberadamente especializado. Lo que pretendo signi- nante efectiva ha d.e manifestar algún sentido en estas _áreas .
.fi~~r por «r~sidua!» es muy diferente. Lo. residual, por defí- Por otra parte, en cie~tos momentos la cult~ra. domn~ante
mción, ha sido formado efectivamente en el pasado, pero no puede permitir una experiencia y una practI~a residual
•'",&.-'. todavía se halla en actividad dentro del proceso cultural· ·4]i.__, · excesivas fuera de su esfera de a'.cción, al menos sin que ~llo
«•.- .· ,n.o sólo -y a menudo ni eso- como un elemento del pasado'. ¡¡ iniplique algún riesgo: Es en la in~orporación de lo a~tiva-
.smo como un efectivo elemento del presente. Por ¡ 0 tanto :~ ~: mente residual .-a través de la remterpretac1ón, la disoh,1-
cicrtas.experiencias, s.ignificados y valores que no pueden se;
expresados o sustancialmente verificados en términos de la
.'.-~.:~_":.'·".':'.· · -,;· ·~.· .: . ~-
.: . . •.' ción, la p_royección, 1a:inclusión y lá exclusión discriminad::i--
_•· :f! como el trabajo de Ja, tradición selectiva se torna espec1:il-
cultura dominante, son, no obstante; vividos y practicados 'ti!f mente evidente. Esio es muy notable en el caso de las versio-
s?bre la base de un remanente -cultural tanto como social- •,lff.l I;'~ nes de la _({tradición literaria», pasando a través de las ver-
de alguna formación o institución social y cultural anterior. •·i/t1 P'.
siones selectivas del carácter de la literatura hasta las defi- .·
Es fundamental. di~tinguir. este aspecto de lo residual, que :" ?J/
niciones conectoras e incorporadas sobre lo que la literat~ra
P_i.;ede presentar una relac1on alternativa e· incluso de ciposi- :·.~ es hoy y sobre lo que· debería ser. Ésta es una entre vanas
cio?- con· respec~o a la cultura dominante, de la manifestación áreas cruciales, ya que es en algunas v~rsiones altem~tivas
activa de fo residual (siendo ésta su distinción de ¡0 arcaico) · 0 incluso de oposición de lo que es la htera_tur~ (ha sido) Y
qu_e _ha sido !~tal o ampliamente incorporado a la cultura lo que la experienci.a literaria (y en una derivación habitual,
dominante. Existen tres casos característicos dentro de la otra experiencia significativa) es y debe ser,. donde, c?n~ra
cultura. inglesa contemporánea en que esta distinción puede las presiones de la incorporación, son sostemdos los s1gnifi-
conve:llrse en una m~dalidad precisa de análisis. La religión ¡ ' cadas y los valores activamente residuales. . .. .
organizada es predom~~ante~ente residual; sin embargo, den~ ~->.; iPor «emergente» quiero significar, en pnmer término, lo~
tro de esta de~Ia7ac1on existe una diferencia significativa
entre algunos s1gmficados y valores prácticamente alternati-
:.· ,·:'~·; .· .· .'·, .·~.·~
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. nuevos significados y valores, nuevas práctica.s, nuevas rel.a-
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ciones y tipos de relaciones que se crean contmuamente. Sm

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embargo, resulta excepcionalmente dificil distinguir entre los';
elementos que constituyen efectivamente una nueva fase de' : ceptible de ser desigual y con seguridad es incompleta, :rª que
· la nueva práctica no es en modo alguno un proceso a~slado.
la cultura dominante (y en este sentido «especie-específico») •.
y los elementos que son esencialmente alternativos o de op 0 • ·; • En Ja medida en que surge, y especi.a!mente ~n la ~e~da e?
sición a ella: en este sentido, emergente antes que simple: ..· : que es opuesta antes que alternativa:, co_m1enz~ s1gruficat1·
.· vamente el proceso de una incorporac10n mtenc1onada. _Esta
mente nuevo. Desde el momento en que nos hallamos consi-"·
. situación puede observarse, en Inglaterra y durante el mismo
derando permanentemente las relaciones dentro de un proce- ·
· período mencionado, en el surgimiento y más t~rde en la
so cultural, las definiciones de lo emergente, tanto como de'.
lo residual, sólo pueden producirse en relación con un sen. efectiva incorporación de una prensa P?Pul~r radical.. Puede
tido cabal de lo dominante. Sin embargo, la ubicación social observarse en el surgimiento y postenor mcorporac1ón de
de lo residual es siempre más fácil de comprender, ya que Jos escritos de Ja clase obrera, donde el problema fundamen-
gran parte de él (aunque no todo) se relaciona con fases y tal de Ja emergencia se revela claramente desde el momei;ito
formaciones sociales anteriores del proceso cultural en que en que en tales casos Ja base de la. incorpo_r~ción es el _efectivo
· ...... predominio de las formas literar~a~ admit1~a~; una mcorpo-
se generaron ciertos significados y valores r~ales. En Ja ausen. :
cía subsecuente de una fase particular dentro de una cultura ración, por así decirlo, que cond1c10na y ~ta la em:rgen-
dominante se produce entonces la remisión hacia aquellos cia. Sin embargo, el desarrollo es simpre desigual. La mcor-
significados y valores que fueron creados en el pasado en poración fi:anca se ensaya más direc~amente cont~ _l?s ele-
socieaades reales y en situaciones reales, y que todavía pa- mentos de clase visiblemente alternativos y de opos1c10n: _los
recen tener significación porque representan áreas de la ex- sindicatos, Jos partidos políticos de Ja clase obrera, lo~ e~tilos
periencia, Ja aspiración y el logro humanos que Ja cultura de vida de Ja clase obrera (incorporándolos al penod1smo
dominante rechaza, minusvalora, contr~dice, reprime o in- «popular», a Ja publicidad y al entretenimiei;ito comercial~.
. cluso e_s incapaz de reconocer. , En tales condiciones el proceso de emergencia es un movi-
El ·caso de lo emergente es radicalmente ciuerente. Es •· miento constantemente repetido y siempre ren~vable q':e va
cierto que en la estructura de toda sociedad real, y especial- más allá de una fase de incorporación práctica; hab1t~l­
mente en su estructura de clases, existe siempre una base mente mucho más dificil por el hecho de que una excesiva
social para los elementos del proceso cultural que son alter- incorporación aparente ser un recon~cimiento, una admisión,
nativos o de oposición .a los elementos dominantes. Una mo- y por Jo tanto, una forma de adaptación. Dei:itro d~ este com-
dalidad de esta base social ha sido valiosamente descrita en plejo proceso existe verdaderamente una confusión regular
el cuerpo central de la teoría marxista: !a formaCión de una entre Jo que es localmente residual (como ~a forma de re-
llueva clasé, la toma de conciencia de un.á nueva clas·e, y den- sistencia a Ja incorporación) y lo que es generalmente emer-
tro de esto, en el proceso real, el surgimiento (a menudo gente. · ¡
desigual) de elementos de una nueva formación cultural. Por La emergencia cultUral en relación con Ja emergenc!a Y a
lo tanto, el surgimiento de la clase trabajadora como una creciente fortaleza de una clase es siempre de una unpor-
clase se hizo evidente de inmediato en el proceso cultural tancia fundamental e invariablemente compleja. Sin embargo,
(por ejemplo en la Inglaterra del siglo xrx). Sin embargo, también debemos observar que no es el único tipo de emer-
existen desigualdades de contribución extremas en diferentes gencia. Este reconocimiento resulta sum~m:nte difícil desde
partes del proceso. La prod·ucción de nuevos valores e insti- una óptica teórica, aunque la evidencia practica es abun~ante.
tuciones sociales excedió ampliamente la producción de ins- Lo que realmente debe decirse, como modo de defimr los
tituciones estrictamente culturales, mientras que las contri- elementos importantes, o Jo residual y Jo emergente, y como
bucione.s específicamente culturales, aunque significativas, fue- un modo de comprender el carácter de lo dominante, es q?e
ron menos vigorosas y autónomas que 1a innovación general ningún modo de producción y por lo tanto ningún orden social
o instituCional. Una nueva clase es siempre una fuente de dominante y por lo tanto ninguna cultura dominante verda-
una práctica cultural emergente, aunque mientras como clase deramente incluye o agota toda la prdctica humana, toda_ la
todavía se halla relativamente subordinada, siempre es sus- energía humana y toda la intención humana. Esto_ no es ~un­
plemente una proposición negativa que nos permite exphcar
146
147
·ooes¡:significativas que tienen lugar fuera o en contra, :·: .. por medio de algún ténnino real. Existen elementos de emer-
.u~s aGiaominante. Por el contrario, es un hecho en cuanto •.: ~ gencia que pueden ser efectivamente incorporados, pero siem·
liéi m~odos de dominación que seleccionan y consecuente:": pre en la medida en que las formas incorporadas sean sim-
.:~e excluyen toda la escala de la práctica hUJ11ana. Lo que j plemente facsímiles de la práctica cultural genuinamente
, emergente. Bajo estas condiciones resulta verdaderamente
:Ciufeií1es considerado con fr~cuencia como 1?. personal o ,'
~vado; o como lo natural o mcluso lo metafls1co. En rea.· ..
difícil cualquier emergencia significativa que vaya más allá
~%~d•es']¡abitualmente en uno u otro de estos términos donde. ·: 0
en contra del modo dominante, sea en sí misma o en su
é expresa el área excluida, ya que lo que efectivamente ha, : :repetida confusión con los facsímiles y novedades de la fase
!preheíidido lo dommante es de hecho la definición dominante. jncorporada. Sin embargo, en nuestro propio período, del
mismo modo que en los demás, el hecho de la práctica cul·
ae iO'fs'ocial. •· tura! emergente todavía es innegable; y junto con la práctica
· Esóésta aprehensión la que debe ser especialmente resis·
tiCla, Ja que es siempre la conciencia práctica, aunque en activamente rGsidual constituye una necesaria complicación
difé'i~ntes proporciones, en las relaciones específicas, en las. de la supuesta cultura dominante.
~ Este proceso complejo, en parte, puede ser descrito en
h"ábilidades específicas, en las percepciones específicas la .
que~~:fesulta incuestionablemente social y la que el orden- - ·.términos de.clase. Sin .embargo, siempre existe otra concien~
s~Ii.ill específicamente dominante niega, excluye, reprime o~ · da y otro ser social que es negado y excluido: las percepcio·
simplemente no logra reconocer. Un rasgo distintivo y com.' ' nes. alternativas de los demás dentro de las relaciones inme·
parativo de todo orden social dominante es hasta dónde se' diatas; las percepciones y las prácticas nuevas del mundo
· añariia dentro. de la escala total de las ·prácticas y experien.. material. En la práctica, son cualitativamente diferentes de
ciás en su· intento de incoi"poración .. Plleden existir áreas· · los intereses articulados y en desarrollo de una clase social
¡fé '·experiencia a las que es preferible ignorar o elinlinar: naciente. Las relaciones entre estas dos fuentes de lo emer~
~s~.gnar como privado, diferenciar como estético o generalizar
gente -la clase y el área social (humana) excluida- no son
corno natural. Por otra parte, en la medida en que un orden ' .de ningún modo contradictorias. En algún momento pueden
social cambia en cuanto a sus propias necesidades de desa· manifestarse sumamente próximas y las relaciones que man-
'rrollo, estas relaciones son variables. Por lo tanto, en el capi·: tienen entre ·sí dependen en gran parte de la práctica política.
ta!Jsmo avanzado, debido a los cambios producidos en el ca·· Sin . embargo, desde una óptica cultural y como una cuestión
rácter social del trabajo, en el carácter social de las comu: · que atañe a ]a teoría, las áreas mencionadas puederi con-
nicaciones y en el carácter social de la toma de decisiones siderarse diferentes.
la cultura dominante va mucho más allá .de lo que ha id; . Por último, lo que realmente importa eri relación con la
nunca en la sociedad capitalista y en las áreas hasta el mo· comprensión de la cultura emergente, como algo distinto de
ment~ «~eservadas» o <ccedidas» de la experie:Ilcia, ia práctica
lo dominante así como de lo residual, es que nunca es SO·
y el s1gmficado. Por lo tanto, el área de penetración efectiva .Jamente una cuestión de práctica inmediata; en realidad, de·
del orden dominante dentro .de la totalidad del proceso social pende fundamentalmente del descubrimiento de nuevas for·
Y cultural es significativamente más amplia. Esta situación mas o de adaptaciones de forma. Una y ·otra vez, lo que de·
a su. vez, hace. especialmente agudo el problema 'de la emer'. hemos observar es en efecto una preemergencia activa e influ·
gencia Y d1smmuye la brecha existente entre los elementos yente aunque todavía no esté plenamente articulada, antes
alternativos y de _oposición. Lo alternativo, especialn1ente en que la emergencia manifiesta que podría ser designada con
las áreas que se mternan en áreas significativas de lo domi- una confianza mayor. Es con la finalidad de comprender más
nant_e: es considera~o a menudo como de oposición y, bajo estrechamente esta condición de la preemergencia, así como
p_r~~1on, ~s convertido a menudo en una instancia de opo-
las formas más evidentes de lo emergente, lo residual y lo
s1c10n. Sm emba~go, y aún en este punto, pueden existir dominante, como tenemos que examinar el concepto de es-
esfera~ de la práctJca_ y el significado que -casi por definición tructuras del sentir.
a partir de· su propio caráct~r limitado, o en su profunda
clcformac16n- la cultura dominante es incapaz de reconocer

148 149
9. Estructuras del sentir definido como lo personal: esto, aquL ahora, vivo, activo,
:·«subjetivo». . .
Existe otra distinción relac10nada con lo ~ntenor. Tal
, como se describe el pensamiento, de?tro del mismo Y acos-
,. '
tumbrado tiempo pasado, es en reahdad tan. diferente -en
· formas explícitas y acabadas- de todo e mcluso de cual-
H-1.·
~- , ~~~er cosa que podamos reconocer inme?iatam~nte c?mo
En la mayoría de las descripciones y los análisis, la culc '. : pensamiento, que oponemos a él Jos .téri:i1nos m~s ~ct1vos,
tura y la sociedad son expresadas corrientemente en tiempo'. ·,·inás flexibles, menos singulares 7onc1enc1a, exper1enc1a, sen-
pasado. La barrera más sólida que se opone al reconocímien- :· . tir- y luego los observamos arrojados en ~orno a las formas
to de la actividad cultural humana es esta. conversión inme- • fijas, finitas y repelentes. Este punto adqmere una importan-
diata y regular de Ja experiencia en una serie de productos cia considerable en relación con las obras de arti;. que en
acabados. Lo que resulta defendible como procedimiento el\'· ierto sentido son formas explícitas y acabadas; objetos ver-
la historia consciente, en la que sobre la base de ciertos su- ., ~aderos en las artes visuales y convenciones y no~aciones ob-
pue~tos existe una serie de acciones que pueden ser corisi:. ·.· , . jetivadas (figuras ·semánticas) en la literatura. Sm embargo,
deradas definitivamente concluidas, es habitualmente proyeO. :' completar su proceso inherente no es sólo eso: de?emos ha-
tado no sólo a la sustancia siempre movilizadora del pasadb; ,' .,: cerios presentes en «lecturas» específicamente activas. Tam-
sino a la vida contemporánea, en la cual las relaciones, ras.:: : bién ocurre que la producción del arte no se halla nunca i;lla
instituciones y las -formaciones en que nos hallamos involu- :,~ misma en tiempo pasado; Es siempre un proceso formativo
erados son convertidas por esta modalidad de proccdimien'.to dentro de un presente específico. En diferen~es momentos de
en totalidades formadas antes que en procesos formadores la historia, y de modos significativamente d1~erentes, la rea-
y fOrmativos. En consecuencia, el análisis está centrado en lidad e incluso la primada de tales presencias y tales pro-
las relaciones existentes entre estas instituciones, fonnacio- cesos, ese tipo de actualidades tan diverso y sin emb':'r!lo ~an
nes y experiencias producidas, de modo que en la actualidad, específico, han sido poderosamente afirmados y re1vmct1;a-
como en ague! pasado producido, sólo· existen las formas dos, mientras que en la práctica son permanentemente v1v1-
cxplicitamente. fijadas; mientras que la presencia viviente, dos. Sin embargo, son afirmados a menudo co?1-o formas ~n
por definición, resulta permanentemente rechazada. sí mismas, en disputa con otras formas con.oc1das: lo. s~b3e­
Cuando · comenzan1os ·a compr~ndér el dominio de este tivo en oposición a lo objetivo; la experiencia en op~s1c1ón a
procedimiento, a· e~aminar su aspecto central y de ser posible la creencia; el sent~miento en oposición al pensamiento¡ l?
a superar sus márgenes, podemos comprender, de un modo inmediato en oposición a lo general; lo personal e~ opoSJ-
nuevo, la separación existente entre lo social y lo personal, ción a lo social. El poder innegable de dos grandes si~tema~
que constituye una modalidad cultural tan poderosa y deter- ideológicos -el sistema «estétic.o» y el siste.ma «ps1cológ1-
minante. Si io social es siempre pasado, en el sentido de que co:&- es. irónicamente, sistemáticamente derivado de estos
siempre está formado, debemos hallar otros términos para sentidos, de estas acepciones de instancia y proceso, ?º?~e la
la innegable experiencia del presente: no sólo para el presente experiencia, el sentimiento inmediato y luego la. sub3et1vidad
temporal, la realización de esto y de este instante, sino Ja. y la personalidad resultan nuevamente generahzados. y reu-
especificidad del ser presente, lo inalienablementc físico, den- nidos. En oposición a estas formas «personales», los sistemas
tro de lo cual podemos discernir y reconocer efectivamente ideológicos de la generalidad social fija, de los produ~tos ca-
las instituciones, las formaciones y las posiciones, aunque no tegóricos, de las formaciones absolutas resultan relativamen-
·sie1npre como productos fijos, como productos definidores. te ineficaces dentro de su dimensión específica. Esto es es-
Entonces, si Jo social es lo fijo y explícito -las .relaciones, ins-: pecialmente correcto en relación con una corriente doz:ni:ian-
títuciones, formaciones y posiciones conocidaS- todo lo que te del marxismo y su acostu1nbrado abuso de lo «SUhJetivo»
es presente y movilizador, todo lo que escapa o parece esca- y lo «personal». . . .
par de lo fijo, lo explícito y lo conocido, es comprendido y Sin embargo, es la reducción de lo social a formas fi1as lo

150 151
que continúa siendo el error básico. Marx observó esta si-. temáticos entre unidades fijas. En efecto, pre~isamente por-
tuación con bastante frecuencia y algunos marXistas lo ci· que toda conciencia es social, su~ procesos t1~nen lugar no
tan de un modo fijo antes de retomar a las formas fijas. sólo entre, sino dentro de la relación y lo relac10nado. ". esta
El error, como ocurre tan a menudo, consiste en tomar conciencia práctica es siempre algo más que u?a mampula-
los térn1inos de análisis como términos sustanciales. En ción de formas y unidades fijas. Existe una te;is1ó? fre~ue;ite
consecuencia, hablamos de una concepción del mundo o de .,. ....·•¡,;. entre la interpretación admitida y la experiencia practica.
-~-
una ideología dominante o de una perspectiva de clase, a t· Donde esta tensión pueda hacerse directa y explícita o don~e
menudo con una evidencia adecuada, aunque en este res- ,..~..t $f:: es útil una interpretación alternativa, nos hallamos todavia
{
balón regular hacia un tiempo pasado y una forma fija supo- ¡ dentro de una dimensión de formas relativamente fijas. Sin
nemos, o incluso no sabemos que debe1nos suponer, que ' •¡ efnbargo, la tensión es a menudo una inquietud, una tensi?n,
aquellas existen y son vividas específica y definitivamente
dentro de formas singulares y en desarroJlo. Tal vez Ja muer-
f.. ~ un desplazamiento, una latencia: el momento de comparación
consciente que aún no ha Jlegado, que incluso ni siquiera está
~+ en camino. Y la comparación no es de ningún modo el único
te pueda ser reducida a formas fijas, aunque sus registros su. '
""!f
pervívientes se hallen en su contra. Sin embargo, lo viviente
no será reducido, ·al menos en la primera persona; puede re- ~,
~· < proceso, aunque sea poderoso e· import~nte. Exi~ten las expe-
>· riencias, para las cuales las formas fiJaS no. dicen. :pacta. en
' absoluto, a las que ni siquiera reconocen. Existen importan-
;.
sultar diferente en lo que se refiere a las terceras personas
vivas. Todas las complejidades conocidas, las tensiones expe- ' j tes experiencias .mezcladas donde el significado útil conver-
rimentaPas, los cambios y las incertidumbres, las formas in- { tirá la parte en el todo, o el todo en la parte. E incluso en
trincadas de·¡¡¡ desigualdad y la confusión, se hallan en con- °"'·'
·k el caso en que puede hallarse acuerdo entre la foi:rrrn y·l~ res-
tra de los términos de la reducción y muy pronto, por exten- I' puesta pueden existir cualificaciones, reservas e ind1cac1ones
sión, en contra del propio análisis social. Las forn1as sociales por da'quier: lo que el acuerdo parecía establecer perc:i toda:
son admitidas a n1enudo como generalidades, aunque exclui- \ - - -f
vía suena en todas partes. La conciencia práctica es cas1
das, desdeñosamente, de toda posible relevancia en relación '·• ·1 siempre diferente de la conciencia oficial; y é~ta no e.s ·sola-
con esta verdadera e inmediata significación de ser. Y a partir l. mente una cuestión de libertad y control relativos, ya que la
de las abstracciones, formadas a su vez mediante este acto
de exclusión -la «imaginación l1umana)> la «psiquis huma-
1
• conciencia práctica es Jo que verdaderamente se está vivien-
do, no sólo lo que se piensa que se está viviendo. Sin cmb:ir-
na>>, el «inconsciente», con sus «funciones» en el arte, el inito go, la verdadera alternativa en. rel~ció". con. las formas fi¡as
y el sueño-, se desarro1Ian más o menos prontan1ente for- producidas y admitidas no es el silenc10; m tampoco la au-
mas nuevas y desplazadas de análisis y categorización social . sencia ·lo inconsciente, que ha mitificado la cultura burguesa.
que superan todas. las condicio~es so.ciales específicas. . . Es un 'tipo de sentimiento y pensamiento efectivament~ soci~l
Obviamente, las formas sociales son 111ás reconocibles y material, aunque cada uno de ellos en una fase embr.10nana
cuando son articuladas y explícitas. Hemos obsenrado esta antes de convertirse en un intercambio plenamente articulado
situación en la secuencia que se desarro1la desde las institu- y definido. Por lo tanto, las reladones que establece con )o
ciones hasta las formaciones y tradiciones. Podemos obser~ que ya está articulado y definido son excepcionalmente com-.
varla nuevamente en el tfailscurso que se opera desde los sis- plejas. .
temas dominantes de creencias y educación hasta los siste- Este proceso puede ser directamente observado en la his-
mas influyentes de· explicación y argumentación. Todos ellos toria de un idioma. A pesar de las continuidades sustanciales
tienen una presencia efectiva. Muchos son forn1aclos y delibe-. y a ciertos niveles decisivas en la gramática .Y el v.o~abulario,
rados y algunos son sumamente fijos. Sin embargo, cuando ninguna generación ha1?la exa~tamente el m~smo id10;na .que
todos han sido identificados no constituyen un inventario ple- sus predecesores. L~ diferencia :\'ue.d~ defimr_se en termm?s
no ni siquiera de la conciencia social en su acepción más de adiciones, supresiones y mod1fi.cac1ones_; sin embargo, es-
simple, ya que se convierten en conciencia· social sólo cuando tas no agotan la diferencia. Lo que realmente cam?ia .es algo
son vividos activan1ente dentro de verdaderas relaCiones, y sumamente general, en una amplia esfera, y la des~npc~ón q'7e
además en relaciones que son algo más que inteÍ'can1bios sis- a menudo se ajusta mejor al cambio es el término literario

152 153
·-------~
.. l.·
,~· ~:

«estilo)).. Es m,as un camb10 . general que un · ta de que estamos interesados en los significados y valores
nes deliberadas aunque d' h . grupo de eleccio: tal como son vividos y sentidos activamente; y las relaciones
'J ' 1c as e1ecc10nes pu d d .
d e e tanto como sus efectos . T'1pos s1m1 . ·1 ares de e en. educirse
b' . ·~::dstentes entre ellos y las creencias sistemáticas o formales,
d en o b servarse en las costu b 1 .
m res, a vestimenta lacam d'fiIO pue.
., · en la práctica son variables (incluso históricamente variables)
y o t ras f armas similares d I .d . ' e I cac1on en una escala que va desde un asentimiento formal con una
abierto -es d · e ª vi ª social. Es un interrogan
cíficos- si en
· .
:~1gur,nuonadesente de interrogantes históricos
es os cambios este
esp~e -
'disensión privada hasta la interacción más matizada existen-
'. ie entre las creencias seleccionadas e interpretadas y las ex-
sido dommantc o influyente o s· o aquel grupo ha ~periencias efectuadas y justificadas. Una definición alternati-
acción mucho más ener 1 i son resultado de una inter- : va sería la de estructuras de la experiencia, que ofrece en
es una cualidad pa~icul:r' Jª que lo '.lue estamos definiendo' . cierto sentido una palabra mejor y más amplia, pero con la
cial, históricamente distinta e dª relató~ y la experiencia so..
particulares, que determina el e ~':'~ qmera otras cualidades
: dificultad de que uno de sus sentidos involucra ese tiempo
"• pasado que significa el obstáculo más importante para el re-
.... --.
~'y:-...;.
un período. Las relaciones e . sen 1 o de una generación o de
demás peculiaridades histó x1stentes ei:itre esta cualidad y las.
. conocimiento del área de la experiencia social, que es la que
, está siendo definida. Estamos hablando de los elementos ca-
nes, las formaciones las r1c:s e~pec1ficas. de las institucio-' ·. racterísticos de impulso, restricción y tono; elementos espe-
de ellas, las cambiantfs rela~i~ encias .cambiantes, y más allá dficamente afectivos de la conciencia y las relaciones, y no
las .clases y dentro de ellas c::es .sociales y económicas entre . ·: sentimiento contra pensamiento, sino pensamiento tal como
rrogante abierto· es d . , nst1t:iyen nuevamente un inte-- es sentido y sentimiento tal como es pensado; una concien~
ricos específicos.' La co~~~~uuna. serie de i?t~rrogantes hístó-~ cía práctica de tipo presente, dentro de una continuidad vi-
ción" de este tipo, no obstant:nc1a metodolog1ca de una defini- viente e interrelacionada. En consecuencia, estamos definien-
específicos no son asumid ' es que ]'?s cambios cualitativos do estos elementos como una «estructura•: como un grupo
ciones, formaciones y ere os _como ep1fenómenos de institu- . con relaciones internas específicas, entrelazadas y a la vez en
. encrns modifi d ·
como una evidencia secunda . ca. as, o simplemente tensión. Sin embargo, también estamos definiendo una expe-
sociales modificadas ent 1 na ~e relac10nes económicas y . i;iencia social que todavía se halla en proceso, que a menudo
mismo tiempo son asum~~o:sd c ~ses y dentro de ellas. Al no es reconocida verdaderamente como social, sino como pri-
riencia social antes que co es e_ el principio como cxpe- : vada, idiosincrásica e incluso aislante, pero que en el análisis
el «pequeño cambio» sim
la sociedad. Son sociales l f1º exper1encia <~personal» o como
~ment\' superficial o incidental de .
(aunque muy raramente ocurra de otro modo) tiene sus ca-
racterís~icas emergentes, conectoras y dominantes y, cierta-
los sentidos reducidos d ~ os ~neras .que las distinguen de mente, sus _jerarquías específicas. :i;:.stas son a menudo mejor
institucional y lo forro ~- o ~oc1": , considerado esto como lo reconocidas en un estadio posterior, cuando han .sido (como
cambios de presencia (~iepnmero, en. el hecho de que son ocurre a menudo) formalizadas, clasificadas y en muchos
vio; cuando han s1'do v· _dntras dson v1v1dos esto resulta ob- casos convertidas en instituciones y formaciones. En ese mo.:.
; .
tenstica esencial). segu1v1d os , to avía sigue· ·
s1endo..su carac- mento el caso es diferente; normalmente, ya habrá comen-
emergentes o pre~mer ~nt~s en el hec~o de que aunque son zado a formarse una nueva estructura del sentimiento dentro
nición una clasificac1'o'g ' no n_eces1tan esperar una defi- del verdadero presente social.
' n o una rac1on l. ·,
cer presiones palpables y de estab a :za~10n ante.s de ejer- Desde una perspectiva metodológica, por tanto, una •es·
la experiencia y sobre la acción lecer limites efectivos sobre tructura del sentir• es una hipótesis cultural derivada de los
Tales cambios pueden ser deflnid . intentos por comprender tales elementos y sus conexiones en
estructuras del senti"r El t, . os como cambios en las una generación o un período, con permanente necesidad de
· ermmo result d"fí 'l ·
«Sentir» ha sido elegido e l fi . a I c1 ; s1n embargo; retornar interac~ivamente a tal evidencia. Inicialmente es me-
tinción respecto de los on a nahdad de acentuar una dis- nos simple que las hipótesis sobre lo social estructuradas
. conceptos más f 1 d .
c1ón del mundo» o «ideologí N orma es e «Concep- más formalmente, pero es más adecuada en relación con el
debamos ir más alla' d 1 ª"· o se trata solamente de que muestrario cultural actual: es históricamente verdadera, pero
· e as creenc1 · t , ·
mente sostenidas, aunque siem das sis ei::iat1c~s y formal-· aún lo es más (donde más importa) en nuestro proceso cu!-
pre ebamos mclmrlas. Se tra-
154 155
iiiiiii=----------------------- -

tura! presente. La hip6tesis presenta una especial relevancia~


todo el arte, en modo alguno, se relaciona con una estructura
c?n resp;cto al arte y la literatura, donde el verdadero conte" · del sentimiento contemporánea. Las formaciones efectivas de
mdo social,
t fen un
. numero . significativo de casos , de este t'p
l o
""
- Ja mayor parte del verdadero arte se relacionan con forma-
presen e J:' e ectn'.º· y sm que ello suponga pérdidas, no puede ~ ciones sociales que ya son manifiestas, dominantes o residua-
s~r reducido a sistemas de creencias, jnstituciones 0 a reÍa- .,;
les, y es originariamente con las formaciones emergentes (aun-
c10nes generales explícitas, aunque puede incluir a todas ell · ~
como .elementos vividos y experimentados, con 0 sin tensió~s.
que a inenudo en forma de una perturbación o una modifica-
ción dentro de las antiguas fcirmas) con las que Ja estructura
del .m1s:no m?do que obviamente incluye elementos de la ex'. del sentimiento se relaciona como solución. Sin embargo, esta
penencia social o material (física o natural) que puede si'. .
solución específica no es jamás un simple flujo. Es una for-
tua~se más allá de, o hallarse descubierta o imperfectamente':.
mación estructurada que, debido a hallarse en el mismo borde
cuJ:>iert~ por, los_ elementos sistemáticos reconocibles en cual- _~­
de la eficacia semántica, presenta muchas de las caracterís-
qwer sit10. En el arte, la· presencia inequívoca de ciertos ele-
ticas de una preformación, hasta el momento en que las ar-
mentos que no e~tán cubiertos por (aunque en algún modo
ticulaciones específicas -nuevas figuras semánticas- son
pueden ser reducidos a) otros sistemas formales, constituye
descubiertas en la práctica material, con frecuencia, como
la ".".rdadera fuente de las categorías especializadas de •lo suele octirrir, de maneras relativamente aisladas, ···que sólo ·
estético», «I~s artes» y Ja «literatura imaginativa»,· Por una ..
más tarde parecen componer una generación significativa (en
par~e, .necesitamos reconocer (y dar Ja bienvenida a) la es-. ·
realidad, y a menudo, minoritaria); ésta es a menudo, a su
pec1fic1dad, de estos elementos -sentimientos específicos, rit- ·. vez, la gene:raci6n:que se conecta sustancialmente con sus su-
mos espec1ficos-; y no obstante ello, hallar los medios de· · cesores. Po'r lo tanto, es una estructura específica de eslabo- ·,
reconocer sus tipos específicos de sociabilidad evitando por namientos particulares, acentuamientos y supresiones parti~
tanto !ª. extracci6n a partir de la experiencia 'social que re- culares y, en lo que son a 1nenudo sus formas má~ reconoci-·
su!~a umca cuando la propia experiencia social ha sido cate-
bles, profundos plintos de partida y conclusiones particula-
g6ncamente (y ?e raíz, hist6ricamente) reducida. Por ¡ 0 tan- res. La primera_ ideología victoriana, por ejemplo, consideró·
to, no .estamo_s mteresados solamente en la restauraci6n del el abandono de los niños causado por la pobreza, las deudas
cont;m?o social en su sentido pleno, el caracterizado por una o la ilegitimidad como un fallo o una desviaci6n social; Ja
p~ox1midad generativa. La idea de una estructura del senti-
estructura del sentir contemporánea, entr_etanto, dentro de las
miento puede relacionarse ;spccíficamente con la evidencia
nuevas figuras semánticas de Dickens, de Emily Bronte y
de las formas y las convenc10nes -figuras semánticas- qu
en el a;te. Y !~ literatura, se hallan a menudo entre las r~'.
otros, consideró el abandono de los niños y el aislamiento
como una condición general, y la pobreza, las deudas y Ja ile-
meras 2nd1cac1ones de que se está foirnando ufla nue a p
trut d . ves- gitimidad como sµs instancias conexas. Una ideología alter-
d c ura e este tipo. Estas relaciones serán examinadas en nativa que relacionase tal exposición con Ja naturaleza del
etalle en los capítulos siguientes, pero como una cuesti6n de
orden social, sólo fue elaborada con posterioridad, ofrecien-
la teorí": cultural éste es un modo de definir las formas las
c:onvenc1ones en el a~e y la literatura como elementosyina-
do eÍ<:plicaciones aunque con una tensi6n reducida: Ja expli-
cación social plenamente admitida, la intensidad del temor
henables de un proceso material social no por derivaci6n d
o~ras fo::rnas ~ preformas sociales, sino como una forma~ y la vergüenza experimentados, ahora dispersos y generali-
c16n soc;aI de _tipo específico que a su vez puede ser conside- zados.
Finalmente, el ejemplo nos recuerda la compleja relaci6n
rada art1culac16n (y con frecuencia única articulaci6n plena-
existente entre las estrncturas del sentir diferenciadas y las
mente ~p.rovechable) de estructuras del sentir, que como pro-
cesos mucho más amp ¡·iamente . clases diferenciadas. Desde una perspectiva histórica esto es
L v1v1entes
t son experimentadas
d ¡ . sumamente variable. En Inglaterra por ejemplo, entre Jos
. as .es ruct.uras e sentir pueden ser definidas como ex- años !660 y 1690 pueden distinguirse inmediatamente dos es-
p_enencms soc~ales en. solución, a diferencia de otras forma-
tructuras del sentir (entre los derrotados puritanos y en la
ciones sem~nhcas sociales. que ~an sido precipitadas y resul- corte restaurada), aunque ninguna de las dos, en su lite-
tan más evidente y más mmed1atamente aprovechables. No ratura ni en ningún otro sitio, es reductible a_ las ideolo-
156
157
gías de estos grupos o a s~s relacio~es formales de· clase (de. 1O. La sociología de la cultura
hech?, sumamente complejas). En ciertas ocasiones la emer- :.
gcnc1a de u.na_ nueva estructura del sentir se relaciona mejor·
con el nac1m1ento de una clase (Inglaterra, 1700-1760); en ·
otra~ ~cas1ones, se relaciona más precisamente con Ja con-
trad1cc1ón, la fractura o la mutación dentro de una clase (In-
glaterra, 1780-1830 ó 1890-1930), cuando una formación parece
de_sp:enderse d~ sus normas de clase,. aunque conserva su Gran parte de los procedimientos de la sociología se han
fihac1ón sustancial, ~ l~ tensió1: es, a la vez, vivida y articu- ·:~ visio limitados o distorsionados por conceptos reducidos y
lada en fi~uras semant1.cas radicalmente n_uevas. -Cualquiera . , reductivos de la sociedad y lo social. Esta situación resulta
de estos ejemplos requiere una sustanciación detallada; sin ·. particularmente evidente en la sociología de la cultura. Dentro

emb_argo •. que ahora se halla en cuestión, teóricamente, es . de la tradición empiricista radical, a menudo asociada prác-
la ~1pótes1s _de un mo~o de formación social explícito y reco- ticamente con el marxismo, se han elaborado importantes
noc1ble:en tipos espec1ficos de arte, que sé distingue de otras trabajos sobre las instituciones. Los principales sistemas de
formac10.pe~ semánticas y sociales riiediante su articulación comunicaciones modernos constituyen hoy con tanta eviden-
de presencza. cia instituciones clave dentro de las sociedades capitalistas
· avanzadas, que requieren el mismo tipo de atención, ·al me-
nos inicialmente, que la otorgada a las instituciones de la
producción y la distribución industrial. Los estudios sobre
la propiedad y el control de la prensa capitalista, del cine ca-
pitalista y de la radio y la televi.sión capitalistas y capitalistas
dé Estado se entrelazan, histórica y teóricamente, con los
análisis más amplios sobre Ja sociedad capitalista, la econo-
mía capitalista y el Estado neocapitalista. Además, gran
parte de las instituciones requieren un análisis dentro del
contexto del imperialismo y el neocolonialismo modernos, en
relación con· las cuales éstos aparecen sumamente relevantes
(véase Schiller, 1969). ·
Por encima y más allá de sus resultados empíricos~ estos
análisis fllerzan una revisión teór~ca de la fónntila de base y
superestructura y de la definición de las fuerzas productivas,
dentro de un área social en que la actividad económica ca-
pitalista en gran escala y la producción cultural son hoy in-
separables. Hasta que se produzca esta revisión teórica, in-
cluso el mejor trabajo de los empiricistas. radicales y anti-
capitalistas es en última instancia oscurecido o absorbido por
las estructu:Ías específicas teóricas de la sociología cultufal
burguesa. El concepto burgués de. «comt1nicaciones de masas»
y el fundamental concepto asociado ele «manipulación de
masas» son igualmente inadecuados en relación con 13. ver-
dadera sociología de estas instituciones variadas y funda-
mentales. Inclusci en un estadio pri:riligcnio de análisis, estos
conceptos indiferenciados. y obstructivos tienen que ser reem-
plazados por los términos especificadores y motivadores de
158 159
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Ja hegemonía. Lo que ha logrado Ja teoría cultural burgues · tcrnacionales de largo alcance y su integración a otras for-
.. -··
y radical-empiricista es la neutralización social de tales ins\ mas de producción constituye a la vez un hecho económico
tituciones: el concepto de la «masa» reemplaza y neutralizá' y cultural.
las. es_tructuras de clase específicas; el concepto de «manipu-'. Los efectos cultUrales no necesitan ser siempre indirectos.
lac1Ón» (una estrategia operativa en Ja política y Ja publicidad' En la práctica re·sulta imposible separar el desarrollo de la
capitalista) reemplaza y neutraliza las complejas intcracci!>' novela, co1no forma literaria, de la economía política sum?t--
ncs del control, la selección, Ja incorporación y las fases de', mente específica de la publicación de ficción. Esto: ha sido
la conciencia social correspondientes a las verdaderas rela-· cierto, con muchos efectos negativos (a menudo aislados y
ciones y situaciones sociales. .. proyectados como .simples cambios de sensibilida~ o de téc-
Este elemento neutralizador ha resultado particularment~.'.­ nica) desde Ja década de 1890, aunque los efectos directamen-
evidente en el estudio de Jos «efectos» que ha preocupado ;¡> te negativos son hoy mucho más evidentes. El análisis de la·
!ª sociología burg1:1e~a empírica. En este punto, el análisis e~ soctología de la 11ovela debe incluir ~na. serie de fac:or.es,
incluso el reconoc1m1ento de los «efectos» están predetermi~·. .pero sielnpre deb·e incluir.este factor directamente econo~1co
.... na~os por el supuesto de normas que son, como 13. «Sociali~~ que, por.- razones· ideológicas, se ve ordin~riarncnt~ e~cl_u1do ..·
~, ......~ ··-.. ·~ .. zac1ón», . abstractas y mistificadoras (desde el momento en La inserción de d~termi;naciones económicas dentro de los
que es precisamente la variación. histórica y de clase de Ja: estudios culturales constituye, lógicamente, la contribución ·
«Socialización» la que ha de ser estudiada) o bien~ como oCu~;.~: especial del marxismo; y en algunas oportunidades su simple
rrc en los estudios de los efectos sobre Ja política o sobre Ja:' inserción constituye ..un avance evidente. Sin embargo, en de- ·
«violenCia», ~on ellos mismos «efectos» de un orden· social':'"· finitiva ntinca pu<:;dé ser una simple inserción, pues ·lo que.·
activo y total que no es analizado, sino simplemente escogida;:· se requiere realmente, más allá de las fórmula~ limitantcs,
c?.n:1º an,tccedente o co:mo un «Control» empírico. La compleja.: es la restauración de todo ·el' proceso social material, y es-
soc10logm de las verdaderas audiencias y de las verdaderas'.\ pecíficamente, de la producción cul~u_r~l como s~cia~ y ':"ate-
condiciones de recepción y respuesta en estos sistemas alta:··:.' rial. Es en este purito donde el anahs1s de las mst1tuc10nes.
mente variables (la audiencia cinematográfica, los lectores de: , debe extenderse al análisis de las formaciones .. La. sociolo-
la prensa y la audiencia telévisiva constituyen estructuras so-··._., gía variable y compleja de las formaciones culturales que .
dales sumamente diferentes) se ve oscurecida por las nor:· ' no tienen una realización institucional manifiesta, exclusiva
mas burguesas de los «productores culturales» y el «públicci": 0 directa -por ejemplo, los «movimientos» literarios e inte-
d;' masas», con el efecto adicional de que Ja compleja. ide0Jo. lectuales- resulta especialmente importante. La obra de
g1a de estos productores, en tanto que empresarios y agentes Gramsci sobre los intelectuales y los trabajos de Benjamin
dentro de sis.temas capitalistas, no es desarrollada en . sí sobre loS «bohemios» lanzari esqilemas de tipo marxista ex-
misma. . perimentales. ·
Otro efecto de este tipo de concentración sobre las «Co- Por lo tanto, una sociología cultural marxista es reconoci-
municaciones de masas» es que el análisis no se extiende nor- ble, en sus perfiles más simples, en los estudios de los dife-
malrriente a las instituciones en que estas normas parecen " rentes tipos de institución y de formación dentro de 1a pr<>'
hallarse, ausentes: por ejemplo, a la publicación de libros, que ducción y· distribución cultural, y en la vinculació.n- de ellas ·
h?Y ~sta sobrellevando una fase crítica de reorganización ca- dentro de la totalicjad de los procesos sociales materiales. Por
pitalista con efectos culturales que a menudo· no son conside- ello, Ja distribución, por ejemplo, no se ve limitada a su fun-
r~dos como un problema debido al hecho de que no cons- ción y definición técnicas dentro de un mercado capitalista, .
tituyen un problema de «masas». Se ha producido una queja sino que es· conectada específicamente a los modos de produc-
frecuente. y a menudo justificada contra el «marxismo vul- ción y luego interpretada como la formación activa de los.
,;_,:/. gar»; sin embargo, la creciente penetración en las institucio- lectores, las audiencias y las características relacidnes socia-.
nes capitalistas de pequeña escala -que habían traído con- les, inclu)rendo las i:-elaciones económicas, dentro de 1as cuales
" sigo la ideología liberal de la •verdadera» producción cultural se llevan a cabo en la práctica las formas particulares de la
(a diferencia de la «Cultura de masas»)- de inversiones in- actividad cultural.

160 161
-·r.
Falta tanto por hacer dentro de este perfil general que uno (audiencias, incluyendo la formación de audiencias dentro de
se ve tentado a permanecer en él. Sin embargo, hemos obser- teatros y su formación social más amplia). continuará ade-
vado, desde una perspectiva teórica, a medida que aprende- lante e incluirá las formas; no sólo en el sentido de sus rela-
mos una y otra vez a comprender prácticamente, que Ja re- ciones con las concepciones del mundo o con las estructuras
ducción de las relaciones sociales y del contenido social a del sentir, sino también en el sentido más activo y di-
estas formas generales explícitas y manifiestas resulta inefi- námico de la totalidad de su desempeño (métodos sociales
caz. A estos estudios marxistas u otros estudios de las ins- para hablar, moverse, representar y así sucesivamente). Cier-
tituciones y las formaciones es fundamentalmente necesario tamente, en muchas artes, mientras que el contenido social
agregar los estudios de las formas; no como un medio de ilus- manifiesto es evidente en cierto modo en las instituciones, las
tración, sino, en muchos casos, como el punto de acceso más formaciones y las relaciones de comunicación, y de otro modo
específico a ciertos tipos de formación. En este punto ad- en formas que relacionan selecciones específicas de asun-
quiere relevancia otra tradición sociológica muy diferente. tos con tipos específicos de interpretación, y lógicamente con
La sociología de la conciencia, que constituyó un elemento un contenido específicamente reproducido, un contenido so-
seminal en el periodo de la sociología clásica y que condujo cial igualmente importante y con frecuencia más fundamental
a una distinción programática de las «Ciencias culturales», puede hallarse en los medios sociales básicos -formas so-
ha continuado teniendo influencia y está bien representada ciales de lenguaje, movimiento y representación históricamen-
dentro· de la tradición marxista por Lukács y Goldmann, así te variables y siempre activas-, de los cuales puede parecer
como por la Escuela de Frankfurt. La tendencia general, den- que dependen los elementos sociales más manifiestos.
tro de la ~ociología burguesa, ha consistido en una reducción Los estudios específicos a menudo deben aislar temporal-
de la ·sociología de la conciencia a la «Sociología ·del conoci- mente este o aquel elemento. Sin embargo, el principio fun-
miento». Dentro de la tradición empírica se ha producido damental de una sociología de la cultura es la compleja uni-
-otra re'duCción a una sociología de las instituciones del «co- dad de los elementos que, por tanto, son catalogados o sepa-
nocimierito organizado", tales como la educación y Ja religión, rados. Ciertamente, la tarea básica por excelencia de la socio-
donde un tipo de evidencia familiar, organizada consciente- logía de la cultura es el análisis de las interrelaciones exis-
mente en: ideas y relaciones, resulta más eficaz. Incluso den- tentes dentro de esta compleja unidad: una tarea distinta a
tro de algunas tendencias marxistas, la comprensión de la la de la reducida sociología de las instituciones, formaciones
«conciencian como «conocimiento» -tal vez determlnado ori- y relaciones comunicativas, y, no obstante, en tanto que so-
ginaria.mente por el positivismo- se ha .manifestado especial- ciología, radicalmente diferente asimismo del análisis de las
mente débil en relación con tipos importan.tes de arte y de formas aisladas. Como ocurre tan a menudo, las dos tenden-
literatura, ya que la conciencia no es solamente conocimiento, cias dominantes de los estudios culturales burgueses -la
del mismo modo que el lenguaje no es solamente indicación sociología de la •Sociedad» reducida pero explícita y la esté-
e indicado. Es asimismo lo que siempre se ha diferenciado, tica de la recomposición social excluida como un •arte» es-
y en este contexto ocurre necesariamente, como «imagina- pecializado- se sostienen y ratific;an la una a la otra en una
ción». En Ja producción cultural (y en este sentido. toda con- significativa división del trabajo. Puede saberse todo acerca
cie.ncia es producida) la verdadera escala se desarrolla desde de un público lector, desde la economía política de la impre-
la información ·y la descripción, o indicador e indicado, hasta sión y la publicación a los efectos de un sistema educacional;
Ja incorporación y el desempeño. Mientras que Ja sociología sin embargo, lo que es leído por el público es la abstracción
de la conciencia está limitada al conocimiento, todos los neutralizada de los «libros»; o en el mejor de los casos, sus
demás procesos culturales reales están desplazados de la categorias catalogadas. Entretanto, y en todas partes, puede
dimensión social a que tan obviamente pertenecen! conocerse todo sobre los libros, desde sus autores hasta las
Por lo .tanto, una sociología del drama, aun estando intere- tradiciones e influencias y los periodos; sin embargo, éstos no
sada en las instituciones (los teatros y sus predecesores y su- ·son más que objetos terminados antes de incorporarse a la
cesores), en las formaciones (grupos de dramaturgos, movi- dimensión en que se piensa que la «Sociología» es relevante:
mientos dramáticos y teatrales), en las relaciones formadas la del público lector, de la historia editorial, de las publica-

162 163
dones. Es esta división, que en la actualidad ha sido ratifi- · 111. TEORfA LITERARIA
cada por disciplinas fidedignas, la que debe superar y reem-
plazar una sociología de la cultura, insistiendo sobre lo que
es siempre un proceso social y material total y coneÍ<o. Esta
tarea es, lógicamente, difícil; sin embargo, hoy se dedica a
ella una gran energía, y a menudo se ve cogida en el manteni-:·
miento de las divisiones y separaciones abstractas. Entretan-
to, en la práctica cultural y entre los productores culturales,
antes de que estas abstracciones ·admitidas entren en funcio.
·namiento, el -proceso es inevitablemente conocido, aunque a
menudo de modo indistinto y desigual, como total y conexo.
Los métodos específicos de análisis podrán variar en las
diferentes áreas de la actividad cultural. Sin embargo, está
surgiendo un nuevo método qU.e puede ser considerado ori-·
ginal en ciertos campos, ya que si hemos aprendido a obser-
var la relación de cualquier. trabajo cultural con lo que hemos
aprendido a denominar UÍJ. «SlStema de signos» (y ésta ha
sido la importante contribución de la semiótica cultural),
también podemos llegar a observar que un sistema de signos
es en sí mismo una estruc.tura específica de relaciones socia-
les: «internamente», por el hecho de que los Signos depen-
dían de -y eran formados en- las. relaciones; «externamen-
te», por el hecho de que el. sist·ema depende de -y está for-
mado en- las instituciones que lo activán (y que por lo tan-
to son a la vez instituciones culturales, sociales y económi-
cas); integralmente, por el hecho de que un «Sistema de sig-
nos», adecuadamente comprendido, es a la vez una tecnolo-
gía cultural específica y una forma específica de conciencia
práctica: l9s 'elementos aparente171ente diversos que en rea-
. lidad .se hallan unificad.os en el proceso social material. El
trabajo habitual ·sobre la fotografía, sobre la película, sobre
el libro, sobre Ja pintura y su reproducción y sobre el «flujo
reticulado» de la televisión, para tomar solamente los ejem-
plos· más inmediatos, es una sociología de Ja cultura dentro
de esta: nueva dimehsión, de la· .que no se :halia excluido nin-·
gún aspecto deJ proceso y en la cual las relaciones formativas
y activas de un proceso, a través precisainente de sus «pro-
ductos» todavía activos, se hallan específica y estructuralmen-
te conectadas: es una «Sociología» y a la vez una «estética».

164
1. La multiplicidad del acto de escribir

La teoría literaria no puede separarse de Ja teoría cultural,


aunque puede ser distinguida dentro de ella. Éste es el desa-
fío fundamental que afronta toda teoría social de Ja cultura.
Sin embargo, en tanto este desafío debe ser sostenido en
cada punto, en general y en detalle, es necesario ser preciso
en cuanto a Jos modos de distinción que de él se siguen. Al-
gunos de ellos se convierten en modos de una separación
efectiva y conllevan importantes consecuencias teóricas y
prácticas. No obstante, existe un peligro igualmente relevante
en un tipo de error opues.to, en el cual el impulso conector
y generalizador resulta tan fuerte que perdemos ·de· vista las
verdaderas especificidades y distinciones de la práctica, que
por tanto son negadas o reducidas a imitaciones de formas
más generales. ·
El problema teórico consiste en que existen dos módos de
distinción muy poderosos profundamente implantados en Ja
cultura moderna. Son. las cátegorías supuestamente distinti-
vas de la «literatura» y la «estética». Desde luego, cada una
de ellas es históricamente específica: una formulación de la
cultura burguesa en un período definido de su desarrollo des-
de mediados del siglo XVIII hasta mediados del siglo XlX.
Sin embargo, esto no se puede afirmar de un modo sim-
plemente excluyente. En cada modo de distinción, y en
gran parte de las definiciones particulares consecuentes, exis-
ten elementos que no pueden abandonarse a ,la reacción his-
tórica ni a una confusa generalización proyectista. Antes bien,
debemos tratar de analiZar las presiones y limitaciones su-
mamente complicadas que estas· definiciones, en .sus modali-
dades más débiles, estabilizaban falsamente, aunque en· sus
formas más sólidas se intentaba acentuarlas como una nueva
práctica cultural.
Hemos examinado previamente el desarrollo histórico del
concepto de «literatura»: desde sus conexiones con el alfabe-
tismo hasta el hincapié en el saber culto y los libros impre-
sos, y más tarde, en su fase más interesante, el hincapié en la
escritura «creativa» o «imaginativa» como un tipo de práctica
cultural especial e indispensable. Es importante que Jos ele-

167
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mento,s de esta, nueva definición de la literatura fueran re-..::..'~: : ·:·· puede ser com~rendida tanto de un mod? endebl~ ~orno de
:".f' una manera resistente. Donde l":s categonas especial.'z":d?ras
miento de «la tradición literaria» como forma de la tradición .;, · . ' • y represoras operan en un estad~o temprano, la mult1phc1~ad
del «saber culto». Sin embargo, es más importante que los ·;;..::' . :J·
es poco más que un reconocimiento de las «formas de hte-
~·~·;.
~' ·-';:.~ '
elei:'entos más activos de Ja nueva definición resultaran espe- '?.J/-': · ·. J ratura» variables -poesí~, .drama, r;ovela- o de. formas den:
.¡:,_J..-,, c1ahzados y contenidos dentro de una modalidad sumamente ........ .-.·'-.-; , ~: tro de estas formas -«l1r1ca», «épica», «narrativa»-, Y as1
nueva. _:~~~' ~~ '[ sucesivamente. El hecho concreto no es que estos reconoci-
La . especialización fue la interpretación de Ja escritura ' ·-.. ""t roientos de Ja variación sean poco importantes; por el con-
«Crbe~tiva» o <dm~ginativa» a través del concepto endeble y ::~. ~ . {~ trario, son necesarios a:inque no si~m~re .e,n estads fdormas ad-
a~ iguo de «ficción», o a través de Jos conceptos más gran- .., 1 roitidas y a menudo residuales. La hmitac10n ver ª. er.amente
diosos pero más cuestionables de «imaginación» y «mito» De · ~ · --~ estricta es la línea trazada entre todas estas variaciones Y
e:ta especialización surgió una situación parcialmente re~re- :·~- otras formas de escritura ((no literarias». ~a categorizaci~n
s1v~t'. aunque fue decisivamei:te. reforzada p.or el concepto de .,.,,..,t t·
preburguesa se hizo normalm~nt.e i:nó térm1i:os de la p~odp1a
«~;1 ICa», en parte el procedimiento operativo de una «tradi- , _ escritura, como ocurre en la.c!!st1nc1 n re1ativamente._ev1 en-
cioz:» selectiva y repr~s.ora, en parte el cambio clave pro- -:P·., . J'. te que existe entre el· verso y otras _formas de c~mp_osición,
duc1do desde Ja creal!vidad y Ja imaginación consideradas 'f•. esbozada normalmente en los térmmos caractenst1camente
como procesos productivos activos hasta las abstracciones .'.,, .lr·.·.· feudales 0 aristocráticos de «elevación» o «dignidad». Resulta
c~tegóricas de~ostradas ":( ratificada's por medio de una cons- .~:; ":' significativo que mientras se sostenía aquella distinci~n, el
pi~u~ ela_~oracion humanista: 1a· crítica como «cultura», ((dis- verso normalmente involucraba lo que actualmen~e. ~ena d:-
cr1n11_nacion» o «gusto». ~F;. ~;; :. l nominado escritura «histórica», ((filosófica», «descr1pt1ya», «di-
N1 la especialización ni Ja represión han sido jamás com- -f dáctica» 0 incluso «instructiva», como Jo que actualmente se-
~letas. En ve_r~ad, dentro de la continua realidad de la prác- ·'.!1i;. : , _.,.·: ría denominado escrit:ura y experiencia ((imaginativa», «dra-
tica de escr1b1r esto resulta estrictam·ente imposible. Sin · -~.·,·.·-~ ~ J ·.·.•.· mática», <ed"e ficción» o <<personal». ,
embargo, cada una. de ellas ha producido un daño significati- .,, , , El trazado y retrazado burgués de todas estas !meas cons-
vo, Y en su domm10 de la teoría literaria se han convertido •,;·~ ,. · i
tituyó un proceso complejo. Por una parte fue el resultado, o
en los ,obstáculos principales para Ja comprensión tanto de J~:. ,.·,i·
más estrictamente el medio, de una decisiva secularizació~i,
la .teona com_o de Ja práctica. Por ejemplo, todavía es difícil fl¡, :l• racionalización y eventualmente popularización de una ampha
e.vitar cualquier intento de que la teoría literaria sea conver- :,:-:· · ,. área de Ja experiencia. A cada uno de estos procesos y en di-
tida, al m:enos a priori, en una teoría crítica, como si las úni- ·"{ . ferentes estadios pueden vincularse valores diferentes; sin
ca; c~est10i:es principale~ ~n lo concerniente a la produc- .. • embargo, en la historia, la filosofía l'. la desci:Jp:iói;i social Y
~ion 11terar1a fueran variaciones del interrogante: «·cómo . . . ~:..•~ ¡ científica está claro que los nuevos tlpos de distmc1ón en re-
¡u~garnos?». Al mismo tiempo, considerando Ja verdad~ra es- r ? !ación con las formas y los ·métodos de la escritura se halla-
cntura, el .verdadero acto de escribir, las vetustas categoriza- J ban fundamentalmente conectados con nuevos tipos de distin-
cior:es Y. dic?tomías de ((realidad» y «ficción», de «discursiva» · ,.. ción en relación con la intención. La «elevación» y la «digni-
e «Imag1nat1va», de «referencial» y «emotiva», se ubican re- . . ,. }.- dad» dieron lugar, inevitablemente, en ciertos campó~ ·especí~
g;ila.rment,e no sólo e~tre las obr?s y los lectores (y por con- ¡ ficos, a la «practicidad», la «efectividad» o la. «precisión».
sigmei:te i;stos se realimentan, miserablemente, dentro de las . J Otras intenciones, además de éstas, fueron adm1t1das volun-
cornphcac1ones de la «teoría crítica») sino entre los esCritores .':' tariamente 0 rechazadas desdeñosamente. La «literatura»
Y las obras: e? _una dimensión todiivía activa y confi.gurativa. ~' { como un cuerpo de <(Saber culto» todavía era utilizada con la
!-ª.mult~phc1dad del ?cto de escribir es su segunda carac- ' '¡ finalidad de unir estas intenciones variables, aunque baj?
tenst1ca mas. evidente, siendo Ja primera su práctica distinti-
va de la ob3et1vada composición material del lenguaje. No
obstante, esta multiplicidad es una cuestión de interpreta- . ¡.
'
'I presión esta situación se diluyó especialmente en las yostn-
merías del siglo XVIII y principios del siglo xrx. La «11teratu-
ra» se convirtió en Ja alternativa admitida o desdeñada -Ja
ción tanto como de realidad. Ciertamente, Ja multiplicidad f esfera de Ja imaginación o de Ja fantasía, o de la sustancia Y
~
168
} 169

' ' J!
\

el efecto emocionales-, o bien, ante la insistencia de sus una porción significativa de cada serie, y dado el uso de los
practicantes en la dimensión relativamente suprimida pero verdaderos caracteres y acontecimientos en gran parte de las
nuevamente «elevada», lo creativo a diferencia de lo racional principales obras épicas, novelescas, teatrales y !'arrativas, la
o de lo práctico. Lógicamente, dentro de esta compleja inte- superposición sustancial -y en muchas áreas ciertamente la
racción resulta significativo que la propia literatura aislada comunidad sustancial- resulta innegable. ·
cambiara en muchas de sus formas inmediatas. En la novela La gama de la verdadera escritura supera igualmente toda
«realista», especialmente en lo que se refiere a la diferencia- reducción de la «imaginación creativa» a lo «subjetivo» junto
ción que manifiesta respecto del «romance», en el nuevo dra- con sus proposiciones dependientes: la «literatura• con;io la
ma (socialmente difundido, secular y contemporáneo) y en las verdad «interna» o «interior»; y las otras formas de escntura
nuevas formas especiales de biografía y autobiografía, gran como la verdad <1extema». Éstas dependen en última instan-
parte de los mismos impulsos seculares, racionales o popu- cia de la característica separación burguesa entre «individuo»
lares modificaron desde dentro las formas particulares de la y «sociedad• y de la separación idealista má; antigua entre
escritura o crearon nuevas formas literarias. la «mente» y el «mundo». La gama de la escntura, en la ma-
De esta situación surgieron dos consecuencias fun·ctamen- yoría de sus formas, atraviesa una y otra vez estas catego-
tales, Existió una falsificación -un falso distanciamiento- rías artificiales, y los extremos pueden incluso estable_cerse
de lo «novelesco» o de lo «imaginario» (y asociado con esto, de un modo opuesto: la autobiografía («lo que yo experimen-
de fo «subjetivo»). Y existió una supresión asociada del he- té»; «lo que me ocurrió») es escritura «subjetiva» aunque
. '' cho de· escribir -la composición significativa activa- en lo (idealmente) «factual»; la ficción realista o el teatro natura-
que fue distinguido como lo «práctico», lo «factual» o lo «dis- lista («la gente tal como es•, «el mundo tal como es») es una
cursivo». Estas consecuencias se hallan. profuridamente rela- escritura «objetiva» (el narrador o incluso el acto de la narra-
cionadas. Por definición, trasladarse desde lo «creativo» a lo tiva encerrado en la forma) pero (idealmente) «creativa•.
«novelesco», o desde lo «imaginativo» a lo «irriaginario», sig- Toda la gama de la escritura se extiende incluso más lejos.
nifica deformar las verdaderas prácticas del acto de escribir El argumento, por ejemplo, puede distinguirse ~e la~ for-
bajo la presión de la interpretación de ciertas formas espe- mas nárrativas o caracterizadoras, pero en la práctica ciertas
cíficas. La extrema definición negativa de «ficción» (o de formas de narrativa (las formas ejemplares) o formas de ca-
«mito») -un relato de aquello «que no ocurrió (realmente»)- racterización (tal tipo de persona, tal tipo de conducta) se
depende obviamente del aislamiento de la definición opuesta, hallan fundamentalmente enclavadas en varias formas de ar-
la definición de lo «real». La verdaqera dimensión dentro de gumento. Por otra parte, el hecho preciso de e;xpresarse -un
las principales formas --epopeya, novela, teatro, narrativa- elemento fundamental del argumento- constituye una posi-
en que surge esta cuestión de «realidad» y «ficción» constitu- ción (que en ocasiones es sostenida y en ocasiones es varia-
ye la serie más compleja: lo que realmente ocurrió; lo que ble) estrictamente comparable con elementos que se h~Ilan
podría (pudo) haber ocurrido; lo que realmente ocurre; lo aislados por doquier como elementos narrativos o dramáticos.
que podría ocurrir; lo que esencialmente (típicamente) ocu- Esto es cierto incluso en el caso aparentemente extremo en
rrió / oc.urre. Del mismo modo, la extrema definición negativa que la posición es ~impersonal» (el ensayo científico), donde
de las «personas imaginarias» -«que no existían / que no es el modo práctico de escribir el que establece esta (conven-
existen»-, en la práctica cambia de tono dentro de la serie:. cional) ausencia de personalidad en pro de la creación nece-
quién existía de este modo; quién podría (pudo) haber existi- saria de un «observador impersonal». Por lo tanto, a lo largo
do; quién podría (pudo) existir; quién existe esencialmente de una escala práctica que va desde la posición hasta la selec-
(característicamente). La escala de la verdadera escritura se ción, y en el empleo de la amplia variedad de proposiciones
si:rVe, implícita o explícitamente, de todas estas proposiciones, explícitas o implícitas que definen y controlan la composición,
pero no solamente en las formas especializadas o diferen- esta verdadera multiplicidad del acto de escribir resulta con-
ciadas históricamente como «literatura». Las formas caracte- tinuamente evidente, y gran parte de lo que se ha conocido
rísticamente «difíciles» (difíciles debido a la definición defor- como teoría literaria es un medio de confundirla o de minus-
mada) _de la historia, las memorias y las biografías utilizan valorarla. La primera tarea que debe emprender toda teoría

170 171
,:,;
social consiste por tanto en analizar las formas que han deter- ; jeto por su propia razón y sin ?tras consideracion7s (exter-
minado ciertas inclusiones (interpretadas) y ciertas exclusio- · nas); Juego, también Ja percepción y Ja contemi:iiación de la
nes (categóricas). El desarrollo de estas formas, sujeto per- · «producción» de un objeto: su lenguaje, su capacidad de cons-
manentemente al efecto de una categorización residual, es en trucción, sus «propiedades estéticas•. Tal respuesta (el po-
definitiva una historia social. Las dicotomías realidad /ficción der de evocar respuestas) puede hallarse tan presente en una
y objetivo / subjetivo constituyen entonces las claves histó- obra de historia o de filosofía como en una pieza teatral, e~
ricas para la teoria burguesa básica sobre la literatura que . un poema 0 en una novela (y todas ellas eran entonces. «li-
ha controlado y especializado la verdadera multiplicidad de ' teratura»). Igualmente, podria hallarse ausente en esta pieza
la escritura. teatral 0 en este poema o en esta novela (.y entonces éstas
Sin embargo, existe otra clave necesaria. La multiplicidad «TIO eran literatura», o <{no eran realmente l~teratu~a», o eran
de la práctica productiva fue en cierto sentido reconocida y «mala literattira»). El concepto especializado de «literatura»,
luego englobada mediante la transferencia del interés desde en sus formas modernas es, por Jo tanto, un ejemplo funda-
Ja intención al efecto. La sustituéión de las disciplinas gra- · mental de Ja especialización controladora y categonzadora de
mática y retórica (que habla de las multiplicidades de Ja in_.
tendón. y Ja realización) por la disciplina critica (que habla «la estética».
de efecto, y solamente a través del efecto se refiere a Ja intenc
ción y a la realización) constituye un movimiento intelectual
fundamen.tal del pei;íodo burgués. Cada tipo de disciplina se
·movilizó, .durante el.periodo de cambio, hacia un p.olo parti-
cular: Ja gramática y la retórka hacia la escritura; Ja crítica
hacia Ja lectura. Por contraste, toda teoría social requiere la
activación de ambos polos, no solamente su interacción --'-el
movimiento de un punto, uña posición o una intención fijas·
de uno y hacia el otro~, sino su profundo entrelazamiento en
una verdadera composiéión. Algo de este tipo está siendo en-
sayado actualmente en Jo que se conoce (aunque residualmen-
te) como estétiea y teoria de la comunicación.
Y es precisamente en el perfil de Ja «estética» donde de-
bemos fijar nuestra atención en primera instancia. A partir de
la descripción de una. teoria de· Ja percepción, la. estética se
convirtió en .el siglo XVIII y especialmente en el siglo XIX en
una nueva forma especializada de Ja descripción ·de la res-
puesta al «arte» (recientemente generalizada desde su condi-
ción de capacidad a la de capacidad «imaginativa»). Lo que
en la economía política burguesa surgió como el «consumi~
dor» -Ja figura abstracta correspondiente a Ja abstracción·de
la «producción» (mercado y mercancías)-, ·suigió en la teoría
cultural como Ja «estética• y Ja «respuesta estética». Todos
Jos problemas de las multiplicidades de Ja intención y Ja rea-
lización podrían entonces ser socavados o evitados mediante
Ja transferencia de energía hacia este otro polo. El arte, in-
cluyendo Ja literatura, hubo de ser definido por su ·capacidad
de evocar esta respuesta especial: inicialmente, Ja percep-
ción de Ja belleza; Juego, Ja contemplación pura de un ob-

172 173
\
'

2. La estética y otras situaciones genes como creencias objetivamente reales, trascendentes Y


exigentes. El arte ofrece sus imágenes como i~áge~es, conch.~­
sas y reales en sí mismas (continuando un a1slam.1ento habi-
tual de lo «estético»), aunque al misn10 tiempo representa una
generalidad humana: una verdadera n1ediación entre una sub-
jetividad (aislada) y una universalidad (abstracta); un proceso
específico del .sujeto / objeto idéntico». , ,
Desde una perspectiva histórica, resulta evidente que la Esta definición constituye la forma contemporanea mas
definición de la respuesta «estética» constituye una afirma- sólida de la afirmación de la genuina práctica «estética» en
ción directamente comparable con la· definición y la afirma- oposiCión a una reducida <cpracticidad» o ª. una desplaza~a
ción de la «imaginación creativa», de ciertos significados y va- «producción de mitos». Sin embargo, da origen a una· serie
¡·~·;\ '' ·.: lores humanos que un sistema social do1ninante redujo e in- de problemas fundamentales. Intrínsecamente, es una propo-
cluso ptocuró excluir. Su historia· es en gran parte una pro- sición categórica defendible a ese nivel, pero inmediatament~
~t5.tS',,. testa contra la compulsión de toda experiencia dentro de la
instruméntación («utilidad») y de todas ias ccisas en mercan-
sujeta a dificultades fundamentales cuan~o es_llevada al um-
verso múltiple del proceso cultural y social. C~ertamente, s'.'s
cías: Esta situación debe recordarse aun cuando agregamos dificultades son semejantes a las que se opoman al formahs-
nec:esaríamente que la forma de esta.'Protesta en condiciones mo tras un intento crítico de aislar el objeto de arte como
históricas y sociales .definidas condujo casi inevitablemente a · algo en sí misino, para ·ser ~xami1tado sólo en .sus propios
nuevos .tipos de instrumentación privilegiada y de mercancía términos y a través' de sus propios «medios~ y «recurs~s»: u?
especializada. Con todo, la respuesta humana se hallaba allí y intento fundamentado en la hipótesis de un «lenguaje poe-
ha cóntinuado siendo importante, y todavía necesaria, eri las tico» específicamente discernible. Nunca es la distinción cate-
controversias que se produjeron dentro del' marxismo del górica que existe entre las intenc~ones es~éticas, los medios,
siglo xx, en las cuales, por ejemplo, la reducción (burguesa los efectos y otras inten.ciones, medios y efectos, la que p~e­
residual) del arte a un manejo social.(la «ideología») o a un senta dificultades. El problema consiste en sostener esa dis-
reflejo superestructura] (un simple «realismo») ha sido afron- tinción a través de la inevitabl~ extensión que existe hasta
tado po~ una tendencia, centralizada en Lukács, que :Procura alcanzar un indisoluble proceso .material social: indisoluble
distinguir y defender «la especificidad de la estética». («Espe- no sólo en las condiciones sociales de la creación y la recep-
cificidad» es utilizado para tradueir el término clave de ción del arte, dentro de un proceso social general del. que
Lukács Kulonosség -húngaro- o beio.ndÚheit, alemán; la aquellas no pueden ser extirpadas, sino indisoluble también
traducción, como ha demostrado Fekete (1972), resuHa difícil, en la verdadera creación y recepción que conectan los proce-
y «especialidad» y «particularidad», términos ambos que ·han sos materiales dentro de un sistema social del uso y la trans-
sido utilizados, resultan confusos; la propia·. traducción de formación de Jo material (incluyendo el lenguaje) por medios
Fekete es «peculiáridad»). ·· · materiales. Los formalistas, procurando la «especificidad_»
. Lukác.s. procuró definir el arte de. un modo que pudiera dentro de sus estudios minuciosos, no en una categoría sino
distinguirlo categóricamente tanto de lo ·.práctico• como de en Jo que ellos· pretendían demostrar como un «lenguaje poé-
lo «mágico». En este punto, lo «práctico» es cOnsiderado como tico» específico, alcanzaron esta dificultad con. una mayor
limitado por su represión a formas históricas específicas: por prontitud y más abiertamente. Un mo.~o de sahr de e~lo. (o
ejemplo,. la práctica reducida de la sociedad capitalista que de volver atrás) consistía en la convers10n de toda la practica
es habitualmente materializada co1no «realidad»·y en relación social y cultural a formas «estéticas» en. este sentido: una
con la CU:al, por tanto, el arte constituye una alternativa nece- solución o desplazamiento suma1nente evidente en las. «for-
saria. (J;.sto repite, como ocurre a r11enudo en el caso de mas conclusas» de la lingüística estructuralista y en los es-
Lukács, el idealismo radical de los comienzos de este movi-" tudios literarios y culturales estrilcturalista-semióticos. Otro
miento.) Del mismo modo, no obstante, lo estético debe ser modo aún más interesante de salir de ello consistía en des-
distinguido de lo «mágico» o lo «religioso•. Ofrecen sus imá- plazar Ja definición de lo estético a una «función», y por lo

174 175
tanto a una «práctica», en oposición a su u . . . . cías verdaderas. Al mismo tiempo, la función estética «no
especiales o en medios especiales. bicación en objetos constituye un epifenómeno d"e otras funciones», sino una «CO-
El representante de esta solución a arent . ·· determinante de la reacción hu1nana ante la realidad».
te es Mukarovsky; por ejemplo, en su o~. A e J:1á~ mtere~an­ La importante. obra de Mukarovsky es considerada adecua-
Norm and Valuc as Social Facts Muk ra est etzc Functzon, damente como el penúltimo estadio de la disolución crítica
la multiplicidad de la práctica ~u arovsky, enfrentando a de las categorías !"Specializadoras y controladoras de la teo-
demostrar que ' vo muy poca dificultad en
ría estética burguesa. Prácticamente todas las ventajas origi-
narias de esta teóría han sido muy adecuadamente, y sin duda
«no existen objetos 0 acciones· que . necesariamente, abandonadas. El «arte» como dimensión ca-
organización, haciendo caso omiso de~~- virtud de su esencia u
sona que los. evalúa, posea una función xem~~· el lugar o la per. tegóricamente separada o como cuerpo de objetos y ·«la esté-
contradicción, en virtud de su ro . est.et1ca y otras que, en tica» coino fenórrieno .extrasocial aislable, han sido fracciona-
sariamente inmunes a la fun .1: pxa .e~enc1a hayan de ser ncce. dos por un retorno a la variabilidad, la relatividad y la mul-
. c1on estet1ca» (p. 1). tiplicidad de la verdadera práctica cultural. Por lo tanto, es-
El autor escogió ejempl trunos en condicio:ries de observar niás claramente la función
en las cüaies la función es~~t~~ s o de las artes· reconocidas¡ .
61 ideológica de léls ab'stracciones especializadoras del «arte» y
primaria puede ser despla ed1ca que parece ser· su definición «la eS:tética». Lo qtte representan, de un modo abstracto, es
dida, sino también de los ~a a y anul~da, o destruid.a y per- un estadio partictilar de la división del trabajo. E_l «arte» es
. las artes decorativas la adsos ~móargmales» (borderline) de un tipo .de producción que debe ser comprendidá separada-
1 pro ucci n artesan 1 1
de los procésos en la edificación.
·
. a, e Cf!nlznuum mente de la 'norma productiva burguesa dominante:· la pro~
los modales sociales, la preparad~ la arquitectura, el paisaje;

autor acuerda que existen


r
mentas y las bebidas y las vari d n pr~sentación de ~os ali-
a as unc10nes del vestido. El
ducción de mercancías. Por: tanto, ·debe ser separado total-
mente de la <cproducción»; descrito 111ediante iel .r1Uevo térmi-
no de «Creación»; distinguido de sus propios proce·sos mate-
·riales; y distinguido, finalmente, de los demás productos de·
«-dentro y fuera del arte- Ob. e tos . su propio tipo o de tipos estrechamente relacionados con él: .
nización están cncamm' actos tJ que, en virttid de su orga· el «arte» de lo que <eilO es arte»; la «literatura» de. la «para-
' aenerunefet ··
verdaderamente la propiedad fu d c o estet1co. J:!sta es literatur3.» o «liter~tura popular»; la «cultura» de· la «cultu,ra
te, una capacidad activa para lan f~~~ntal d~l. arte. No obstan. de inasas». La abstracción limitacionista es en consecuencia
una propiedad real de un ob. t c1ón estet1ca no constituye tan poderosa que, .en su nombre, hallamos medios de nega.r
deliberadamente compuesto t~e ?• ~un. cuando el objeto haya sido (o de descartar como periférica) la inexorable transformación
Antes bien, la función estéticaU:,~n o rr:fimente la función estética. de las obras de arte en merca11cías deiltro de las formas do-
tas condiciones, es decir dentr dmar:1 esta solamente bajo cier·,
' . o e cierto contexto social» (p; 3). minantes de la sociedad capitalista. El arte y el pensamiento
sobre el arte deben separarse, por una abstracción cada vez
¿Qué es entonces la función estética> El . . . más absoluta, de los procesos sociales en que todavía se ha-
beradamente diferenciado d M k · ar_gumento deh- llan contenidos. J~a teorí"a estética es el principal jnstrumento
cal diversificación de Jo queeh bu' arovsky finaliza en Ja radi-
y que él todavía conserva El a ~an sido términos singulares
de esta evaSión. En su dedicación a los estadós recéptivos_, a
objeto, sino un ob 'eto e . a e no C:: un tipo especial de las respuestas psicológicas de un tipo abstractamente dife:
mente mezclada cjn otra~ f~e !ª
func10n est.ética, habitual- renciado, representa la divisi~n de trabajo en una c6nsunción
junto con otras cosas (con n nc1one.s, es .domznante. El .arte, que se corresponde· con la abstracción del arte Como la divi~
tido) otorga placer estético·'ª~or evidencia el paisaje y el ves- sión del trabajo en la producción.
Estando dentro de esta tradición, Mukarovsky la destruyó.
transhterado como un sent~d ~ e-r;ibargo esto no puede ser
la forma admitida desd ¡'
o e a belleza o un sentido de Restauró las verdáderas conexiones mientras conservaba los
términos en una desconexión deliberada. La función estética,
son fundamenta]e; en e fe ~?mento _en que, mientras éstas
rica y socialmente var'1abluncwn estética, aquéllas son hisló- las normas eStétiCas, los valores estéticos: cada tino en su·
1a es Y concretas en todas las instan· momento fue escrupulosamente seguido en relación con Ja
176 177
rr~~~=:~.f,~,
~.::~ ~ ._ .

práctica social histórica, aunque cada uno, en tanto que ca~ tidas e incompatibles. Si se nos dice que creamos que toda
tegoría, fue conservado casi con desesperación. La razón es literatura es «ideología», en el crudo sentido de que intención
evidente. Mientras los elementos dominantes de la práctica dominante (y por tanto nuestra única respuesta) es la comuni-
humana, dentro de una forma de sociedad específica y domi- cación o la imposición de los significados y valores «políticos•
·~· ..·
nan te, excluyen o menosprecian los elementos conocidos y
apremiantes de la intención y la respuesta humanas, un área
y <csociales», en última instancia sólo podemos volver la es-
palda. Si se nos pide que creamos que toda literatura es
especializada y privilegiada -el «arte» y <cla estética»-, como «estética», en el crudo sentido de que su intención dominante
puede observarse, debe ser definida y defendida incluso más (y por tanto nuestra única respuesta) es la belleza del len-
allá del punto en que se comprende que la interrelación y la guaje o de la forma podemos permanecer dubitativos durante
interpenetración son fundamentalmente inevitables: el punto un corto período, pero en última instancia volveremos la es-
en que el <cárea» es redefinida como una ccfunción». palda. Algunas gentes irán vacilantes de una posición a la
Den_tro de la argumentación es necesario dar ahora el paso otra. Y es más, en la práctica se refugiarán en un indiferente
siguiente. Lo que Mukarovsky abstrajo como una función debe reconocimiento de su complejidad o afirmarán la autonomía
ser comprendido, más bien, como una serie-de.situaciones en de su propia respuesta (habitualmente consensual).
que las intenciones y las respuestas específicas se combinan, Sin embargo, es mucho más simple afrontar los hechos
dentro _de formaciones discernibles, para producir toda una que presenta la escala de intenciones y efectos y afrontarla
gama de· hechos y efectos específicos. Resulta obvio que uno como una escala. Toda escritura acarrea referencias, signi-
de los rasgos primarios de tales situaciones es la utilidad que ficados y valores. Suprimirlos o desplazarlos es definitivamen-
manifiestan las obras específicamente diseñadas con el propó- te imposible. Sin embargo, decir «toda escritura acarrea» es
sito de ocasionarlas, y de las instituciones específicas que se sólo un modo de decir que el lenguaje y la forma son proce-
procura constituyan esas ocasiones (una ocasi~n, sin embargo, sos constitutivos de referencias, significados y valores, y que
es sólo· potencialmente una función). No obstante, tal como éstos no son necesariamente idénticos a, o se agotan con, los
derriuestra la historia, tales situaciones todavía son sumamen~ tipos de referencia, significado y valor que corresponden o
te variables y se hallan comúnmente mezcladas, y las obras y pueden ser agrupados con las referencias, significados y va-
las· instituciones sufren variaciones de acuerdo ~on ellas. En lores generalizados que también resultan evidentes, en otro
este sentido debemos reemplazar la categoría especializadora sentido, en todas partes. Este reconocimiento se pierde si
.·.<>-, ~. de «la estética» y sus categorías circulantes y dependientes de está especializado en la «belleza», aunque suprimir o despla-
«laS artes» por el vocabulario radicalmente diferente de «lo zar la verdadera experiencia a que apunta aquella abstracción
don1inante», lo. «asociado» y lo <csubordinado'>, que, en la últi- en definitiva es también imposible. Los verdaderos efectos
ma fase de una rigurosa especialización, nece"sariamente desa- de muchos tipos de escritura son en realidad físicos: altera-
rrollaron los formalistas y los formalistas sociales. Lo que •;"':'"
ciones específicas de los ritmos físicos, la organización física,
los formalistas entendieron como una jerarquía de practicas las experiencias de rapidez y lentitud, de expansión y de in-
específi~as debe extenderse al área en que estas jerarquías tensificación. Era a estas experiencias, más variadas y más
son a .la vez determinadas e impugnadas: el propio y total intrincadas de lo que cualquier denominación puede indicar,
proceso material social. · a la que parecía referirse la categorización de «la estéticá», y
Prescindiendo de las complicaciones que presenta la teo- a la que la reducción a la «ideología» intentó, y fracasó en el
ría admitida esto no es verdaderamente · difícil. Cualquiera intento, negar o hacer parecer incidental. Sin embargo, la
que esté en contacto con la verdadera multiplicidad de la es- categorización estaba complicada con una sociedad delibera-
critura y con la no menos verdadera multiplicidad de las for- damente divisora y por lo tanto no pudo admitir lo que tam-
mas de escritura especializadas, como la literatura, es cons- bién resulta evidente: el embotamiento, el adormecimiento, el
ciente de la escala de intenciones y respuestas que son con ti- entrometimiento, el sometimiento, que también son, en térmi-
... nua y variablemente manifiestas y latentes. La honesta confu- nos reales, experiencias «estéticas», efectos estéticos, pero
.,.r•
sión que surge tan a menudo es consecuencia de la presión también intenciones estéticas. Lo que podemos reconocer 'I
ejercida por los dos extremos de una escala de teürías admi- prácticamente aunque de modo variable en las obras especí-

178 ~ 179
¡¡
ficas, debe vincularse con las formaciones¡ situaciones Y oc3:1"' continuamente organizadas y desorganizadas junto con forM
siones co1nplcjas en que tales intenciones y respuestas s~.:. maciones precisas pero sumamente variable~ que las inician,
posibilitan, se modifican y son alentadas o desviadas. , sostienen, encierran y destruyen. La historia de tales forma-
Por tanto debemos rechazar c(lo estético1> como una din1enM, ciones es la específica y sumamente variada historia del arte.
sión abstrácta separada y como una función abstracta separa;; Sin· embargo, para acceder a cualquier n1on1entO de esta his-
da. Debemos rechazar la «EStética» en la gran medida en qu~~ toria de un modo activo, debemos aprender a comprender
se halla asentada sobre estas abstraccio11es. A Ja vez, debe~: los elementos específicos -convencionCs y notaciones- que
mas reconocer y acentuar las intenciones específicas y vari~~; constituyen las claves materiales para ]a intención y la res-
bles y las respuestas específicas y variables que han sid9,: puesta y, .más generalmente, Jos elementos específicos que de-
agrupadas con10 estéticas a diferencia de otras intenciones Y,1:} terminan y significan histórica y socialmente la estética y
respuestas aisladas, y en particular de la infor1nación y la,: otras situaciones~
persuasión en· sus acepciones n1ás sin1ples. Ciertarnente, no;,
podemos descartar -desde una perspectiva teórica- la posi-,',
bilidad de descubrir ciertas con1binaciones de elen1entos in"'..
variables dentro de este agrupamiento, aun cuando reconozM •:.
.camas que tales combinaciones invariables, tal como haY:LI
Sido descritas hasta aquí, dependen ele evidentes procesos de
apropiación y selección suprahistórica. Por otra parte, el.
agrupamiento no constituye un medio de asignar valor, ni si~.
quiera un valor relativo. Toda concentración de lenguaje o.;.,
forn1a, de una prioridad sostenida o transitoria sobre otros~·:<
elementos y sobre otros medios de con1prender el significado·:·.
y el valor, rQ~ulta específica: a veces, una experiencia intensa1'
e irremplazable en que estos elementos fundamentales del~· .
proceso.humano son directamente estimulados, reforzados el':
extendidos; otras veces, en un extre1110 diferente¡ una evasión<·
de otras conexiones inmediatas, una evacuación de una situaM 1.._
ción inmediata o una privilegiada indiferencia con respecto:·,.
al proceso hurnano en su totalidad. ({(Si un ho1nbre n1uere a
tus pies no es de tu incumbencia· ayudarle, sino observar el)
color de sus labios.») 1 ·
El valor no puede residir en la concentración, en la prio-·
ridad o en los elementos que provocan estas condiciones. El
argumento de los valores se halla ertlos encuentros variables
de intención .y respuesta en las situaciones específicas. La cla-
ve para cualquier análisis, y del ailálisis de regreso a la teoría,
es en consecuencja el rcconocin1iento de ·situaciones precisas
en que ha tenido lugar lo que había sido aislado y desplazado
como «la intenciórl estética» y ((la respuesta estética». Tales
«situaciones» no son sólo «momentos». Dentro del variado
desarrollo histórico de la cultura humana éstas se hallan casi
.,

1. John Ruskin en el mariuscrito editado como un Appendix to· Mo-.


dern Painters (Library Edition, Londres, l903-19l2), JI, pp. 388-389.
181
180
~-:~"':~¡'~~~-~~1;1_..,;:¡;· :· . .:
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3. Del medio a la práctica social La situación era diferente cuando la misma hipótesis era
aplicada a las actividades humanas y especialmente al lengua-
·e. Bacon escribió sobre pensamientos «expresados por el Me-
1io de las Palabras», y esto constituye un ejemplo de !ª po-
-~>_!;' sición familiar, ya examinada, según la cual los pensam1ent~s
·¡ ·:f.~·)¡
1i .·fr' existen antes que el lenguaje y !ueg~ ~on expresados a trave_s
' de su «medio». Por lo tanto, una act1v1dad hu1nana const1tut1-
Toda descripción de «Situaciones» es manifiestamente s~~-'.( ·' va es abstraída y objetivada. Las palabras son consideradas
:·"""
l.·~-
cial; pero en tanto que descripción de la práctica cultural es objetos, cosas que los hombres elig~n y arreglan de i~ianeras
todavía evidentemente incompleta. Lo que habitualmente sé'·. particulares para expresar o comunicar ~na informac1?n que
(~,~-i­
>:-':. agrega (o lo que en un tipo de teoría anterior y persistente··, ya poseen con anterioridad ª.este trabaJ? -~º e~ «medio». De
,.·,f
se ha aceptado como definitivo) es una espécificación de ii( maneras diferentes, .esta noción ha persistido mcluso en al-
~-::'- .-:~·:.
práctica cultural en ténninos de su .«medio». La literatura, se> gunas teorías de Ja comunicación modernas, y alcanza su ex·
~'-\~~-:;_:~ ~: •.. \
dice, es un tipo de trabajo particular en el medio del lenguaje. tremo en el supuesto de las propiedades independientes del
t-~-':"-~-:;·~··~ ;;. _ --.
~;.~~;;;.·,,. Toda otra cosa, aunque importante, es periférica a esta no.-~ «medio», que, en cierto tipo de teoría, es considerado º?
·~~~.;:··
ción:. una situación en que se ha comenzado un trabajo rea(· sólo como determinante del «Contenido» de lo que es comun1·
o en que este trabajo es admitido. El trabajo mismo está en· cado sino también de las relaciones sociales dentro de las
«el medio». . - cual~s tiene Jugar la comunicación. Dentro de este tipo in·
Realmente, es necesario hacer hincapié ~n ello; sin em.··':.i;t fluyente de determinismo tecnológico (por ejemplo en McLu-
bargo; debemos observar cuidadosamente su definición como ..,:,¡ han) el «medio» es (metafísicamente) el amo.
trabajo en un «medio». Hemos visto con anterioridad el dua- : Deben considerarse asimismo otras dos elaboraciones en
lismo inherente a la idea ·ae «mediación», atinqtie en la ma· · ·torno a la idea de un «medio». A partir del siglo XVIII se utili-
yoría de sus usos continúa denotando una actividad: una re- zó a menudo para describir lo que ahora llamaríamos corrien-
lación activa o, más interesantemente, una específica trans. temente un medio de comunicación. Se utilizaba particular-
fonnación de lo material. En relación con el «medio» resulta · mente en relación con los periódicos: •a través del medio ...
interesante observar que comenzó como una definición de una de su publicación»; «Siendo su diario uno de los mejores
actividad a través de una fuerza o de un objeto aparentemen- medios posibles». En el siglo xx la descripción de un periódico
te autónomos. Esta noción se hizo ·particulannente clara cuan- como un «medio» para la publicidad se hizo corriente y esto
do la palabra adquirió el primer elemento de su acepción mo- afectó a la difundida descripción de la prensa y la radiodi-
derna a principios del siglo XVII. En consecuencia, «para la fusión como «los medios». «Un medio» o <clos medios» es por
Visión se requieren tres cosas, el Objeto, el órgano y t!l Me- una parte un término que se refiere a un órgano o institución
dio». En este punto, una descripción de la actividad práctica social de comunicación general -un uso relativamente neu-
de ver, que es todo un complejo proceso de relación en.tre los tral- y, por otra parte, un término que se refiere a un uso
órganos desarrollados de la visión y las propiedades accesibles secundario o derivado (como ocurre en la publicidad) de un
de las cosas que se ven, es característicameilte interrumpida órgano o institución con otro propósito aparentemente prima-
por Ja invención de un tercer término al que se adjudican rio. Sin embargo, en cada caso el «medio» es una forma de
propiedades que le son propias, abstracción hecha de la rela- organización social, algo esencialmente diferente de la idea de
ción práctica. Esta noción general de las sustancias intervi· una sustancia comunicativa intermedia.
nientes y causales, de las que se creía que dependía una serie No obstante, la noción de una sustancia intermedia tam-
de operaciones prácticas, había tenido un largo recorrido den. bién fue extensa y simultánean1ente desarrollada, especial-
tro del pensamiento científico desde la teoría.del «flogisto» y mente en ]as artes visuales: «el medio de los óleos» o <<·el me·
el medio «calórico». Sin embargo, en el caso de una sustancia dio de la acuarela»: en realidad, como un desarrollo de un
hipotética, en alguna operación natural, era accesible y sus- sentido científico relativamente neutral del conductor de al-
ceptible de ser corregida mediante una observación continua. guna sustancia activa. El «medio'' efi la pintura había sido
182 ~- 183
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todo líquido con el cual pudieran ser mezclados los pigmen- · ' f manticismo inglés, el escrito Conjectures on Original Compo-
tos; más tarde fue extendido a la mezcla activa y de este .¡¡r ' · f sition (1759), de Young, definía el arte original como surgido
modo a la práctica específica. Se produjo entonces una utiJi. ·, ;.· ·:¡;
zación muy difundida de1 tér1nino en todas las artes. El ··~*·-,_f.:_.,·~~ «espontáneamente de ]a raíz vital del genio; crece, no es produ-
«medio» se convirtió en el mat'érial específico con que traba- · "'' -- ~'t. cido. Las imitaciones son a menudo una especie de manufactura
jaba un tipo particular de artista. Co1nprender este <cinedio» :lX:·.<·; ."J perturbada por la mecdnica del arte y el trabajo actuando fuera
era obviamente una condición -que requería una práctica y .:.:,... ·,, (: de los materiales preexistentes que les son propios».
una habilidad profesionales. J-lasta aquí no existía, y no existe, ~- · "
ninguna verdadera dificultad. Pero se produjo un proceso ha- ..,:< --~- Desde una posición similar, Blakc arremetía contra
bituaI de reificación reforzado por la influencia del formalís- -~~. ~.' ~---~l­ «el comerciante monopolista que manufactura el arte valiéndose
mo. Las propiedades del «medio» fueron abstraídas como si - ~. de las manos de jornaleros ignorantes hasta que ... es considerado
~ ..; definieran la práctica en lugar de ser su medio. En consecuen- . el genio más grande .que puede vender una mercancía inservible
cia, esta interpretación suprimiq el pleno sentido de ]a prác- _,~ ,: 1. a un precio elevado».
tica, que debe ser siempre definida como el trabajo sobre un :,'•··~ •}
material con un propósito específico dentro de ciertas con- ..'~ Todos los términos tradicionales presentan hoy una efec-
diciones sociales necesarias. Sin embargo, esta práctica real ·;;:~:;·; . J tiva confusión baio la presión de los cambios ocurridos en el
es fácilmente desplazada (con frecuencia solamente a través ·· modo de producc.ión general y Ja firme prolongación de estos
de una pequeña extensión a partir del énfasis necesario im~ · f cambios a la producción del «arte» c11ando· tanto el 3.rte corno
puesto sobre el conocimiento de có1no manejar· el material) ";: : · ~ j. el conocimiento, tal como indicaba Adam Smith con mucho
·~:~~ -. 1
.. ·
hacia una actividad definida, no a través del material, que
sería demasiado tosco, sino a través de la proyección y reifi-
cación particulares del trabajo sobre el material que es de-
nominado <cel medio)).
No obstante, esto todavía es una proyección y una reifica·
; .,,¡.

--:·."- :
, '" . · -
1 realismo, eran ·

<rcomprados, del mismo modo que los zapatos o los calcetines,


a aquellos cuya tarea consiste en producir y preparar esa ·espe-
cie particular de bienes para su incorporación al mercado».
ci6n de una operación práctica. Incluso en esta forma dismi- ·~ -
nuida, ·la concentración sobré c<el medio», al menos como la ~~ ··'i
-.-.•. '~,, La definición burguesa dominante del trabajo entendido
ubicación de un proceso de trabajo, es muy preferible a las -'-1"'. .:_~- como la producción de mercancías y la estable inclusión
concepciones del <carte)) que se habían casi totalmente <livor- f práctica de las obras de arte como mercancías, entre otras,
ciado de su sentido general originario de trabajo experto t condujeron a esta forma especial de protesta general.
(como la «poesía)), que también había sido exonerada .de un ~ ;. _{: Se había experimentado radicalmente una alienación prác~
sentido que involucraba un hincapié fundamental en la «Crea- l tica en dos niveles interconectados. Existía la pérdida de co·
ción» y •el creador»). De hecho, los dos procesos -Ja ideali· ¡ nexión entre los propósitos propios del trabajador, y por lo
" zación del arte y la reificación del medio- se hallaban conec- · ¡ tanto de su identidad «Original», y el verdadero trabajo que
,j. tados a través de un desarrollo histórico ex_traño y específico. .r debía realizar para el cual era contratado. Asimismo, existía
El arte fue idealizado con el propósito de distinguirlo del tra- -~ la pérdida del propio «trabajo», que una vez producido dentro.
¡ bajo «mecánico». Un motivo fue, sin duda, un simple énfasis _t de este modo de producción, se convertía necesariamente en
,º:tf.':
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de clase para separar las cosas <celevadas» -los objetos de · i una mercancía. La protesta en nombre del <<arte» era enton-
ces, a cierto nivel, la protesta de Jos artesanos -siendo la
interés de los hombres libres, las «artes liberales»- de las
•• .v. 1

tareas «ordinarias)) («mecánicas)) como trabajo manual y mayoría de ellos literalmente artesanos manuales- contra
·:1'
- -~ i • 1
más tarde como el trabajo con máquinas) del «mundo de to-
dos los días». Una fase posterior de la idealización, no obs·
un modo de producción que los excluía firmemente o que al-
teraba profundamente su status. Sin embargo, a otro nivel, .
.! !ante, fue una forma de protesta indirecta (y a veces directa) era Ja exigencia de un sentido significativo del trabajo -el
¡. sentido de utilizar la energía humana sobre lo material con
contra aquello en que se había convertido el trabajo dentro
7 de la producción capitalista. Un temprano manifiesto del ro· un propósito autónomo- que había sido fundamentalmente
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í 184 185
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desplazado y negado en la mayoría de los tipos de producción intensas y más significativas de la experiencia hu:11ana, son
pero que podía ser más inmediata y confiadamente afirmado' comprendidas más claramente cuando so? re~onoc1das c?mo
en el caso del arte, por asociación con la «vida del espíritu~ objetivaciones específicas dentro de organizaciones maten~les
o «nuestra humanidad general». · :,¡ relativamente duraderas, de las que de otro modo constitu-
. El argumento fue en ocasiones aplicado a conciencia y ha. yen los momentos 11urnanos menos duraderos aunque con
b1tualmente por William Morris. Sin embargo, el desarrollo frecuencia son también los momentos humanos más podero-
ortodoxo de la percepción originaria fue una idealización en sos y efectivos. La ineludible materialida~ de. _las obr~s de
la cual el arte fue eximido de, y constituyó una excepción en arte es entonces Ja irremplazable matenahzac1on de ciertos
relación con, lo que el «trabajo» había querido significar. Al tipos de experiencia, incluyendo Ja experiei;cia de la produc-
mismo tiempo, no obstante, ningún artista podría prescindir ción de objetos que, a partir de nuestra mas profunda socia-
de sus habilidades operativas. Todavía, como en el caso ante- bilidad, van más allá no sólo de la producción de mercancías,
rior, la creación del arte era experimentada, tangiblemente, sino también de nuestra experiencia corriente de los objetos,
como una pericia, una habilidad, un largo procefü de trabajo. Al mismo tiempo, y más allá de esto, la producción cultu-
L.os ·Sentidos especiales de «medio» fueron por tanto excep- ral material tiene una historia social específica. Gran parte
c1onalmente refor.lados: el medio como una ope·ración inter- de la evidente crisis de la «literatura», durante Ja segunda
media ei:tre un «impulso artístico» y una «obra)> completa; mitad del siglo xx, es resultado de procesos y relaciones mo·
o el nled10 como las propiedades objetivadas del propio pro- dificadas en la producción material básica. No me refiero so-
ceso de trabajo. Haber visto de un modo diferente el proceso lamente a los cambios materiales fundamentales producidos
de trabajo, no con los sentidos especializados del «medio» en la impresión y la publicación, aun cuando estos cambios
.'.:f.~.,:1
1
sino como un caso particular de práctica consciente, y po; han tenido efectos directos. Me refiero también al desarrollo
lo tanto de «conciencia práctica», podría haber puesto en ~·, de nuevas formas materiales de teatralización y narrativa den-
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1
peligro la preciosa preservación del arte de las condiciones 1 tro de las tecnologías específicas del cine, la radiodifusión y
no solamente del trabajo práctico de todos los días -relació~ ·_:;~ la televisión, involucrando no sólo nuevos procesos materia-
que había sido aceptada una vez dentro de un orden social les intrinsecos, que en las tecnologías más complejas traen
diferente-, sino del sistema capitalista de la producción ma- consigo nuevos problemas de notación y realización material,
terial para el mercado. · -· sino también nuevas relaciones de trabajo de las cuales de-
No obstante, los pintores y los escultores continuaron sien- ·. penden las tecnologías complejas. En una fase de la produc-
do trabajadores manuales. Los músicos continuaron involu- ción literaria material, sobre todo desde el siglo XVII hasta
crados en la realización o el desempeño y notación material mediados del siglo xx, el autor era un solitario trabajador ma-
de los instrumentos que eran los productos de habilidades nual, sólo con su «medio». Los procesos materiales subse-
manuales prolongadas y conscientes. Los dramaturgos :siguie- cuentes -impresión y distribución- podrían ser vistos en
ron estando comprometidos con las propiedades mat.,,riales consecuencia como simples accesorios. Sin embargo, en otras
de. los escenarios y las físicas de los actores y sus voces. Los fases, más temprano o más tarde, el trabajo fue emprendido
escritores, de ~n modo que debemos examinar y distinguir, desde un principio en relación con otros (por ejemplo, en el
manipulaban sobre el papel las notaciones materiales. Dentro teatro isabelino o en el cine o en la unidad radioemisora) y
de todo arte existe necesariamente esta conciencia física y el proceso material inmediato fue, más que una notación,
material. Solamente cuando el proceso de trabajo y sus re- como un estadio de la transcripción o la publicación. Fue, y
sultados son comprendidos o interpretados en las formas de- es, una producción material cooperativa que involucra muchos
gradantes de la producción material de mercancías, la pro- procesos de tipo material y físico. La preservación de la «li-
testa significativa -la negaciór¡ de la materialidad a través teratura» en relación con la técnica exclusiva de la pluma y
de estos trabajadores necesarios y su material- se produce el papel, vinculada al libro impreso, constituye en consecuen-
Y se pro)recta en formas abstractas «elevadas)) o «espirituales». cia una fase histórica importante, pero no ningún tipo de
La protesta resulta comprensible, pero estas «elevadas» for- definición absoluta en relación con las numerosas prácticas
mas de producción, personificando muchas de las formas más ' que ofrece representar.
186 187
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No obstante, y con excepción de un tipo de taquigrafía·~ 4. Signos y notaciones
éstos no son problen1as del <<n1edio» o de los <(nuevos n1edios~::­
Cada arte específica se ha disuelto en él, en cada nivel de sus ·
operaciones, no solamente en lo que se refiere a las relacio- ·
nes sociales específicas, que en una fase dada lo definen (in-.
····--~•'.·
cluso en la fase aparentemente más ajslada), sino tan1bién en···~
lo que se refiere a los específicos medios de producción mate- ·
riales, de cuyo gobierno depende su producción. Debido al El lenguaje, por lo tanto, no es un 1!'eclio; es un element?
hecho de que son disueltas no son <cmedios». La forma de re- constitutivo de la práctica social material. Pero si esto es asi,
lación social y la forma ele producción niaterial se hallan es- también es evidentemente un caso especial, ya que es a la
pecíficainente vinculadas. Sin embargo, no siempre se hallan 'vez una práctica n1aterial y un. proceso e~ el que much.as ac-
vinculadas en alguna identidad simple. La contradicción entre tividades complejas, de_ un tipo material poco mamfiesto
una .prnducción crecient~mente colaboracionista y las habili- -desde la· información hasta la interacción, desde. la repre-
dades y los valores aprendidos de Ja producción individual es sentación hasta Ja imaginación y desde el pensamiento abs-
hoy espcé:iaI:rnente aguda ert varios tjpos de escritura (con ·ma- tracto hasta la emoción· inmediata-, son. compren~ida~ de
yor eviden~ia en la escritura dramática, aunque tan1bién en lo Un modo es'pecífico. El lenguaje es en reallda.d ~n tipo espe-
que respecta a la narrativa y los· argumentos), y no solamente cial de práctica material: Ja práctica de Ja socrnbi~id~d huma- "·
como un problema de publicación o distribución, que resul- ·na. y en consecúencia, en Ja medida en qu~ la practica _mate-
, tan a n1en?-d.1?, rqás 'identificable·s, .sino más atrás, en los. pro- rial está limitada a''lá-producción de Objetos, O en:~ue la ·-'
.pios ·procesos de la escritura. , práctica social es adoptada en oposición o para. exclmr ~ la -~
. '
Significativame.nte, desde· las postrimerías del siglo xrx práctica individual, el -lenguaje puede volverse irrecon.oc'.ble .~;:-· '
las crisis de la técnica -que p~eden ser aisladas como pro~ en sus formas reales. Dentro de esta falta de rec~no~1m1en-
.blemas del <<medio» o de ·la .«fonna»- han sido directamente . to, los informes alternativos y parciales del Jengua¡e se con~­
v_inculadas a cierto sentido ele la crisis de la relación del arte tituyen, entre otras cuestiones, en la base ~e tipos alternati-
con la sociedad, o de !Os simples propósitos del arte que ha- vos de la t_eoría literaria. En nuestra propia cultura los do.s
bían sido prcVia1nente acordados o dados por garantizados. tipos alternativos principales son por un~ parte .el «e".presi-
A menudo una nueva técnica ha sido considerada desde una vismo~, en su:S formas ·simples del {(realismo psicológico» o
óptica realist~, cornq una nueva relación o como cÍependiente Ja escritura de "la «experiencia personal», o en. sus form~s
d~ una nueva relación. Por !() tanto, lo que había sido aisladó encubiertas ·consistentes en el naturalismo y el simple reahs-
~O.qJO un ·medio, correctame~te ·en cierto sentido, -como un mo -que ·exprésan ia .verdad ct·e una situaciQn o hec~o ob-
modo de acentua_r la 'producción material que. debe consiituir servado-:- y por otra parte el «formalismo», ~n ~us ':arian!es
todo arte, llegó a ser considerado, inevitablemente, como una de iristancias de una forma, conjun.tos de artificios literarios
pi'áctica social; o, eii .la crisis de Ja producción cultural .mo- 0 «textos» de·un «Sistema de_ signos». Cada una de estas ,te~­
derna, como una crisis de la práctica social. Este es el factor rías generales· comprende verdaderos elementos de la pr~cti­
com~n fúndamental, de io que de otro modo serían tenden- ca ·de la escritura, au.nque normalmente de un modo que niega
cias diferentes, .que vincula la estética radi~al del n1odemis- otros elementos reafes e· incluso los h~ce inconcebibles.
mo y la teoría y la práctica r~volucionarias del n1arxismo. Por ¡ 0 tanto, el formalismo centra nuestra, atención. sobre
. aquello que es. evidentemente presente y p".clna muy bie.n. ser
examinado en ]a escritura: los -usos especificas y definitivos
de las formas literarias. de varios tipos, desde e! más general
hasta el más local, que deben considerarse siempre co:no
,algo n1ás que, simpleS' «vehícu~os» .º ~carmazor:es» en .rel~c16n
con la expresión de una experiencia 111depenclientc. Al 1!'ism?
tiempo desvía nuestra atención, y haciéndolo se torna mcrei-
188 ·-
189
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ble más allá de ciertos círculos !imitados, a partir de los sig-· tro de las cuales cada movimiento constituye una activación
nificados y valores más que formales, y en este sentido, de de lo que ya es compartido o recíproco o puede convertirse
las experiencias determinantes de casi todas las obras verda- en una actividad compartida o recíproca.
deras. La reacción impaciente que manifiesta el «sentido co- En consecuencia, aplicar un relato es, explícita o poten-
mún», de que la literatura, evidentemente, describe aconteci- cialmente, como ocurre en cualquier acto de expresión, evo-
mientos, reseña situaciones y expresa las experiencias de los car o proponer una relación. Y a través de ello, es asimismo
hombres y mujeres reales, resulta comprensible y persuasiva evocar o proponer una relación activa a la experiencia que
dentro de este contexto. No obstante, la reacción no es to- está siendo expresada, tanto si esta condición de relación es
davía una posible teoría literaria, es decir, una toma de con- considerada como la verdad de un acontecimiento real o
ciencia de la verdadera práctica literaria. Debemos aprender · como el significado de un acontecimiento imaginado, la rea-
a observar dentro del espacio que existe entre la desviación lidad de una situación social o el significado de una respues-
y la reacción si hemos de comprender la significación de la ta a dicha situación, Ja realidad de una experiencia privada
práctica como una totalidad. Lo que hallamos entonces es que o el significado de su proyección imaginativa, la realidad de
nos hemos estado ocupando de errores complementarios. alguna porción del mundo físico o el significado de algún
El error fundamental de la teoría expresivista -un error elemento, percepción o respuesta a dicho mundo.
común a las descripciones del naturalismo y del realismo sim- Cada expresión propone esta compleja .relación de la cual
ple y a las descripciones del realismo psicológico o de la lite- depende, aunque en proporciones variables de conciencia
~~·
·..r--·
.,_- ratU.ra considerada como una experiencia personal (dcscrip- y de ·atención consciente. Por lo tanto, es importante que la
cione:;;. que con frecuencia se oponen efectivamente las unas compleja relación implícita en toda expresión no sea redu-
. . ,¡
_,.·_ a las otras y que compiten en busca de la significación y la cida a factores categóricos o generales (por ejemplo, políticos
prioridad)- es no haber reconocido el hecho de que el signi- o económicos abstractos), como proponen algunas de las teo-
ficadó es siempre producido y no es jamás expresado sim- rías marxistas más s'imples. No obstante, sigue siendo esen-
plemente. cial comprender la plena significación social que se halla
Ciertamente, existen variaciones fundamen'tales en los mér siempre activa e inherente en cualquier relato aparentemente
todos de su producción, desde una confianza relativamente <cnatural)) o «sincero». Los supuestos y las proposiciones fun-
completa en significados e interrelaciones de significados ya damentales, no simplemente dentro de la ideología o en una
establecidos, hasta una recomposición relativamente completa posición consciente, sino en el flujo y reflujo del sentimien-
de significados aprovechables y el descubrimiento de nuevas . to hacia y desde los demás, en situaciones y relaciones su-
combinaciones de significadosc En realidad, ninguno de estos puestas, y en las relaciones involucradas o propuestas dentro
métodos es tan completo, tan autosuficfonte como pueden de los usos inmediatos del lenguaje, se hallan siempre pre-
parecer a simple vista. El trabajo «ortodoxo• todavía sigue sentes y son siempre directamente significativos. En nume-
siendo una producción específica. El trabajo «experimental> rosos ejemplos, y especialmente en las sociedades divididas
depende, incluso de un modo predominante, de una concien- en clases, es necesario hacer explícitas estas proposiciones y
cia compartida de significados que ya son.' aprovechables, ya estos supuestos por medio del análisis, y demostrar en de-
que éstas son las características determinantes y más tarde talle que no se trata del caso de ir «más allá» del trabajo
las verdaderas determinaciones del proceso del lenguaje ·o la obra literaria, sino de incorporarse más estrechamente
como tal. Ninguna expresión, es decir: ningún relato, ninguna dentro de su plena (y no arbitrariamente protegida) sigoifica-
descripción, ninguna reseña, ningí1n retrato, es <'natural» o ción expresiva.
«sin~eto)). Se producen en términos que.. resultan sumamente La propuesta de una de las tendencias del formalismo fue
relativos desde una óptica social. El lenguaje no es un medio una versión de este procedimiento. Otras variantes del forma-
puro a través del cual pueda «fluir» la realidad de una vida lismo subrayaron las formas generales dentro de las cuales
la realidad de un acontecimiento o experiencia o la realidacÍ tenían lugar las expresiones particulares, o atraían la atención
de una sociedad. Es una actividad social y recíprocamente hacia los artificios, considerados como elementos activos de la
compartida que se halla enclavada en relaciones activas den- forma o formación a través de los cuales se llevaba a cabo la
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.- 191
..._,,, ::;.·,.

presentación de Ja expresión. Un formalismo más radical, reac- del observador extranjero del lenguaje de otras gentes o de
cionando contra las nociones del lenguaje y la expresión con- las formas lingüísticas conscientes, vívidas y vivientes, deli-
siderados «naturales», redujo todo el proceso a Jo que dicho beradamente abstraídas en función del análisis científico) o
formalismo consideraba sus componentes básicos: a <csig- una alienación inverificada, en la que un grupo específico, por
nos» y luego a un <csistema de signos», conceptos éstos que razones que son comprensibles, examina su relación privi-
había tomado prestados de cierto tipo de lingüística (véase legiada con el lenguaje real y activo y Ja sociedad que lo rodea
anteriormente, I, 2). y que de hecho se halla dentro de él, y proyecta por encima
El sentido de una producción de significados fue entonces de las actividades de los demás sus propias formas de alie-
notablemente fortalecido. Puede demostrarse por. medio del nación. Existe una variante respetable de esta última posi-
análisis que toda unidad de expresión depende de los signos ción, en Ja cual Ja sociedad o Ja forma de Ja sociedad dentro
formales que constituyen las palabras y no las personas o de Ja cual opera el grupo privilegiado es considerada como
las cosas, y que depende asimismo de Ja ordenación formal <calienada», en términos marxistas o postmarxistas, y en la
de las mis1nas. Puede demostrarse convincentemente que la que los signos y los <ccódigos» que integra son considerados
expresión «natural» de la «realidad» o la <cexperiencia» es un como formas de Ja sociedad burguesa. Sin embargo, incluso
mito que oculta esta actividad real y demostrable. Sin em- esto resulta inaceptable debido a que Jos supuestos teóricos .
bargo, lo que entonces ocurría habitualmente era la produc- dentro de los cuales se produce Ja diagnosis -la arbitrarie-
ción (no escudriñada en sí misn1a) de un nuevo n1ito basado
1
dad de todos los «signos», por ejemplo- son fundamental·
en los siguientes supuestos: que todos los «signos»· son arbi- mente incompatibles con el reconocimiento de cualquier tipo
trarios; que el «Sistema de signos» está determinado por sus específico de alienación. De hecho, Jo que realmente se des·
relaciones formales internas; que la <<expresión» no sola- prende de esta situación es la universalidad de la alienación,
mente no es «natural», sino que constituye una forma de la posición de una formación idealista burguesa estrechamen-
«codificación»; y que la respuesta apropiada a la «codificaión» te asociada que deduce sus supuestos a partir de una psicolo-
es la «decodificación», la «des-construcción». Cada uno de gía universalista (principalmente freudiana).
estos supuestos es en realidad ideológico, sin duda como una Por otra parte, si un «sistema de signos» tiene solamente
respuesta a otra ideología más penetrante. reglas formales internas, no pueden existir formacibnes so-
No obstante, el ((signo)> es «arbitrario» solamente desde ·~L·-
ciales específicas, en términos históricos o sociológicos, que
una posición de alienación consciente o inconsciente. Su apa- ·~.
tengan la finalidad de instituir, variar o alterar este tipo
rente arbitrariedad es una forma de distancia social; es en de práctica (social). Y finalmente, tampoco puede existir una
sí misma una forma de relación. La historia social de la fi. práctica social plena de ningún tipo. La descripción de
lología y de Ja lingüística comparativa, ampliamente basada la práctica activa en el lenguaje como <ccodificación», mien-
en for1naciones residuales o colonizadoras, preparó el camino tras parece apuntar a las relaciones y referencias que oculta
para esta alienación e, irónicamente, la naturalizó. Cada ex- Ja descripción de Ja expresión «natural», también las oculta
presión, cada pronunciación es, dentro de suS procedimien- a su ·propio modo, desviando la atención de una práctica
tos, un hecho «extraiío». La cualidad formal de las palabras social material variada y continua e interpretando toda esta
como «Signos», que fue correctamente co1nprendida, fue ca- práctica ·en términos formales. El «CódigÚ» involucra una
racterizada de «arbitraria» mediante una retirada privile- ironía más, ya que implica, en alguna parte, la existencia del
giada a partir de las relaciones vívidas y vivientes que, den- mismo 1nensaje «en claro». Esto sin embargo, incluso como
tro de toda lengua nativa (los idiomas de las verdaderas so- descripción formal del lenguaje, es fundamentalmente erró-
ciedades a que pertenecen todos Jos hombres). hacen signi· neo, y la simple noción de c<decodificar» los m"ensajes de los
ficativos y sustanciales todos los significados formales en un demás es en consecuencia una fantasía privilegiada. La refe-
mundo de referencias recíprocas que se 1nueve como debe
1
rencia (alienada) a la c(ciencia» de tal des-construcción cons-
hacerlo, más allá de Jos signos. Reducir las palabras a sig· tituye un desplazamiento a partir de la situación social, en
nos «arbitrarios)) y reducir el lenguaje a un «Sistema» de el que las formaciones específicas, y Jos individuos específi-
signos es, por lo tanto, una alienación verificada (la posición cos, de un modo discernible aunque altamente diferenciado,

192 193
todos (inclüyendo a los decodificadores) utilizan, ofrecen, en- bituales, del mismo modo que, secundariamente, dependen
sayan, enmiendan y alteran este elemento central y sustan- del sistema social y económico dentro del cual son distri-
cial de sus propias relaciones materiales y sociales. Obstruir buidas. En consecuencia, es dentro del proceso complejo y
estas relaciones mediante la reducción de sus formas expre- total de notación donde hallamos la realidad de este proceso
sas a un sistema lingüístico constituye un tipo de error que social y material específico. Una vez más, los elementos lin-
se halla estrechamente relacionado con aquel error en que güísticos no son signos; son las notaciones de verdaderas
incurrió el teórico de la expresión «pura», para quien, asi- relaciones productivas.
mismo, tampoco existía un universo material y socialmente El tipo de notación básico es desde luego el alfabético.
diferenciado de una práctica vívida y viviente; un universo En las culturas altamente alfabetizadas este medio de pro-
humano en que el lenguaje, dentro y a través de sus propias ducción está naturalizado; sin embargo, cuanto más apren-
formas, es siempre en sí mismo una forma. demos sobre los procesos de lectura más comprendemos la
Para comprender la materialidad del lenguaje debemos .relación activa e interactiva que involucra este tipo de nota-
distinguir., sin duda, entre las palabras habladas y las nota- ción aparentemente establecida. Por lo tanto la notación, in-
ciones escritas. Esta distinción, que se ve oscurecida funda- cluso a este nivel, no es una simple transferencia; depende
mentalmente por el concepto de «signo», debe relacionarse de la comprensión activa, a menudo a través de la repeti-
con el desarrollo de los medios de producción. Las palabras ción de ensayos y errores, de configuraciones y relaciones que
habladas constituyen un proceso de la actividad humana que la notación promueve pero que no garantiza. En consecuen-
utiliza solamente recursos físicos, inmediatos y constitutivos. cia, la lectura es tan activa como la escritura, y la notación
Las palabras escritas, junto con su relación continua aunque como medio de producción depende de estas dos actividades
no necesariamente directa con el habla, constituyen una for- y de su relación efectiva. A este nivel, lo que es verdadero
ma d.e producción material que adapta recursos no humanos pero general continúa siendo verdadero aunque sumamente
a una finalidad humana. específico en las formas más específicas de notación dentro
Actualmente existen casos intermedios, en el registro me- de este proceso general.
cánico y electrónico de reproducción y composición del ha- Por ejemplo, considérense las complejas notaciones de
bla; sin embargo, éstos no constituyen notaciones, aun cuando fuente: las indicaciones, a veces muy directas, a veces su-
en su preparación se hallen involucrados a veces difíciles pro- mamente indirectas, de la identidad del escritor en todos sus
blemas de notación. No obstante, la característica fundamen- sentidos posibles. Tales notaciones se hallan a menudo es-
tal de la escritura es la producción de notaciones ma-teriales, trechamente comprometidas con indicaciones de situación, Y··
aun cuando los propósitos y por consiguiente los medios de las combinaciones de situación e identidad constituyen con
producción sean variables. En consecuencia, la pieza teatral frecuencia notaciones fundamentales de parte de la relación
escrita es una notación del habla o el lenguaje deseado y a a la cual procura incorporarse la escritura. El proceso de
veces también de un movimiento y una escena deseada (he lectura, nada más que en su sentido más literal, es funda-
analizado estas variaciones en Drama in· Perfomance). Al- mentalmente dependiente de estas indicaciones; no sólo como
gunas formas escritas son un registro del habla· o un texto una respuesta al necesario interrogante de «¿quién habla?»,
para ser hablado (discursos, conferencias, sermones). Sin sino como. respuestas a la necesaria gama de interrogantes
embargo, la forma «literaria» caracteristica es la notación asociados: «¿a partir de qué situación?»; «¿con qué autori-
escrita para la lectura. Es característico de tales notacio- da?)); «¿con qué intención?».
nes, en la impresión sin duda pero también en la trans- Estos interrogantes se responden a menudo mediante aná-
cripCÍón, el hecho de que son reproducibles. Son formas lisis técnicos: la identificación de los «artificios». Sin embar-
normales diferentes de objetos materiales producidos, inclu- go, las observaciones técnicas -producidas analíticamente
S:::::_·:~·: ··: ·-:~~ yendo formas asociadas como las pinturas, ya que su exis .. o, como es más habitual, producidas mediante Ja compren-
tencia m8terial esencial se halla en ]as notaciones reprodu- sión de indicaciones convencionales dentro de una cultura
-~~:~J·~-~::~~: .: ' cibles que son por lo tanto fundamentalmente dependientes compartida- son siempre métodos para establecer, dentro
·~---.. del sistema cultural dentro del cual las notaciones son ha- de lo que es realmente un movimiento simultáneo, la natura-

194 195
leza del proceso productivo específico y de la relación inhe- vés de una teoría de la literatura enteramente social, ya que
rente que propone. Las indicaciones pueden ser muy gene- las notaciones constituyen relaciones expresadas, ofrecidas,
rales con el objeto de mostrar si estamos leyendo una no- ensayadas y corregidas dentro de un proceso social total en
vela, una biografía, una autobiografía, una memoria o un el que el artificio, la expresión y la esencia de la expresión
relato histórico. No obstante, muchas de las notaciones más son en definitiva .inseparables. Para observar esta conclusión
significativas son particulares: indicaciones del lenguaje, del desde otra perspectiva debemos examinar la naturaleza de
lenguaje y el diálogo relatados; indicaciones de procesos de las convenciones literarias.
pensamiento implícitos y explícitos; indicaciones de un mo-
nólogo, un diálogo o un pensamiento desplazado o suspen-
dido; indicaciones de la obse:n'ación directa o «caracteriza-
. da». Toda la lectura comunicada y toda la escritura desarro-
llada dependen de la comprensión de la esfera de actividad
de estas indicaciones, y las indicaciones dependen tanto de
las relaciones admitidas como de las relaciones posibles, lo-
calmente materializadas mediante procesos de compleja no,
tac1ón. Y esto significa comprender la cuestión solamente
. en el nivel de la especificación de las personas, los aconteci-
mientos y las experiencias. Algunas de las notaciones más
importantes constituyen indicaciones de la escritura para· la
lectura de una forma sumamente inmediata dentro del pro-
pio proceso productivo. Notaciones de orden de distribu-
ción y de la relación mutua entre las· partes; ~otaciones de
pausa, .~e ruptura, de transición; notaciones de énfasis: to-
das ellas puede decirse que controlan, aunque son mejor des-
critas como modos de comprender, el proceso de la especí-
fica relación productiva que constituye a la vez, en su ca-
rácter como notación, un modo de escritura y un modo de
lectura. , · . ·
· Ésta fue la contribución específica de los estudios forma-
listas, así como de una tradición de la retórica mucho más
antigua, para identificar y demostrar la. operación de tales
notaciones: Al mismo tiempo, reduciendo tales notaciones a
elementos de un sistema formal, obstruyeron las vastas re-
laciones de que estos elementos son, siempre e inevitable~
mente, medios productivos. Por otra parte, los estudios ex-
presivistas redujeron las notaciones -en la medida en que
se percataron de ellas- a elementos mecánicos -medios
para otros fines- o a elementos decor~tivos o a las simples
.formalidades de la alocución.· En la medida en que esto pue-
de con~ervar la atención sobre todas las experiencias plenas
Y relac10nes humanas que de hecho se hallan siempre en
proceso dentro y a través de las notaciones, puede parecer
el error menor. Sin embargo, los árores de cada tendencia
son complementarios y pueden corregi.rse solamente a ti-á-

196 197
l
~ t .
5. Las convenciones definición son históricamente variables. Sin embargo, esto
' no significa que ciertos tipos de convención no se extiendan
' ~
:/ más allá de su periodo, de su clase o de su formación. Al-
..
"~ ..• _,!"""· ... )'"'
(" º~::'" ... J. gunas convenciones literarias fq.ndamentales se extienden
• ¡ efectivamente y son cruciales en cuanto a los problemas del
; género y la forma. Por otra parte, es necesario definir la
.t
;
con1pleja relación existente entre las convenciones y las no-
El significado de convención era originalmente el de asam- taciones, ya que mientras todas las notaciones son conven-
blea y luego, ·por derivación, el de acuerdo. Más adelante, la cionales, no todas las convenciones son notaciones específicas.
acepción de acuerdo se extendió a la de acuerdo tácito y por Las notaciones, en tanto son obvia1nente más específicas, son
consiguiente a la de costumbre. Se desarrolló asimismo un también más limitadas que las convenciones, que pueden
sentido opuesto en el que una convención era considerada incluir, por ejemplo, convenciones de la ausencia o del des-
i...
I'
nada más que una antigua ley, o ley de algún otro, que era carte de ciertos procedimientos y principios que incluyen
necesario o adecuado descoRocer. El significado de «conven- otras convenciones. Ciertamente, sin este .tipo de convencio-
' ción» en el arte y la literatura está todavía radicalmente afec-
tado· p.or esta historia variable que sufrió la palabra.
nes, muchas notaciones serían incompletas e incomprensibles.
Ciertas convenciones básicas se naturalizan dentro de
1 Sin' embargo, el punto clave no es elegir entre los senti- una tradición cultural particular. Esto es así, por ejemplo,
dos relativamente favorables y desfavorables que presenta. en la convención básica de la representación dramática con
1 Dentro de toda teoria social del arte y la literatura, una con- su asignada distribución de actores y espectadores. Dentro
vención es una relación establecida o el fundamento de una de una cultura en la que el teatro es hoy convencional, la
relación. a través de la cual una práctica ·específica compar- distribución parece tener una evidencia manifiesta y las res-
tida ':'-la producción de las palabras reales...:.. puede ser com- i tricciones son normalmente respetadas. Fuera de tal cu! tura,
prendida. Es el indicador local o general tanto de las si- ¡ o en su área marginal, la acción dramática representada pue-
tuaciones y las ocasiones del arte como de los medios de un de ser considerada como un acto «real», o los espectadores
arte. Una teoría social, junto con su hincapié ell tradiciones, pueden tratar de intervenir más allá de las restricciones_ con-
instituciones y formaciones diferentes y -contrastantes, rela- vencionales. Incluso dentro de una cultura con una larga tra-
cionadas -pero idénticas- con clases sOcíales diferentes y
opuestas, está en consecuencia bien ubicada para compren- \ dición dramática, sometiendo las convenciones a presión, son
habituales las respuestas comparables, ya que el desarrollo

'
1
der las cambiantes evaluaciones de Ías coiivenciones y de la
realidad de las convenciones. Negativamente, puede revelar
"la característica creencia de ciertas clases, instituciones y
formaciones de que sus intereses y procedimientos no· son
dramático es una convenció.n instituida en períodos especí-
ficos dentro de culturas específicas antes que cualquier es-
pecie de comportamiento «natural». Convenciones profundas
semejantes, que involucran relaciones acordadas, son aplica-
1 artificiales y limitados, sino válidos y universalmente aplica- das a la mayor parte de los tipos de narrativa oral o alo-
bles,. siendo sus métodos, por tanto, «reales», «verdaderos» cución. La identificación de la autoria, en las piezas dramá-
1 o «naturales» en oposición a las «convenciones» limitadas y ticas y en los libros impresos; está sujeta igualmente a las
limitantes de los demás. Positivamente, puede mostrar los convenciones históricamente variables que determinan en su
verdaderos fundamentos de las inclusiones lJ exclusiones, de totalidad el concepto de composición.
los estilos y los modos de observación que personifican y Por otra parte, dentro de estas convenciones fundamen-
ratifican las convenciones específicas, ya que un.a teoría so- tales, cada elemento de la composición es también conven-
cial insiste en examinar, dentro de la totalidad· de las rela- 't cional y presenta variaciones históricas significativas en pe-
1 ciones ·y los procedimientos establecidos, la sustancia espe- ríodos y culturas diferentes, tanto entre las convenciones
como entre su unidad relativa y su diversidad relativa. Por
i cífica y. sus métodos antes que una certeza manifiesta o una
universalidad asumida o recl'amada.
En este sentido, las convenciones son inl1erentes y por
lo tanto, los modos básicos del «habla» -desde el canto coral
al individual, hasta la conversación recitativa, declamativa o

198 199
repetltlva- o de la escritura -desde Ja esfera de actividad cion del status trágico a las personas de rango, una conven-
de las formas del verso hasta las formas de Ja prosa, y desde ción conscientemente descartada en Ja tragedia burguesa. En
lo «n1onológico» hasta lo «colectivo»- y n1ás adelante .la di- las sociedades de clases modernas, Ja selección de caracte-
versidad de cada uno de ellos en relación con las formas ha- res indica casi siempre una posición. de clase cónsciente o
bladas contemporáneas de ((todos los días)), son fundamental- asumida. Las convenciones de la selección son n1ás intrinca~
n1ente convencionales. En muchos casos, aunque no en la das cuando Ja jerarquía es menos formal. Sin una ratific'.'ción
totalidad, son indicados mediante notaciones específicas. To- formal todas las· demás personas pueden ser convenc10nal-
dos estos casos son separables como elementos «formales»; mente 'presentadas como agentes instrumentales (criados,
aun cuando las convenciones de· las formas reales se extien- chóferes, camareros), como agentes simplemente contextuales
des más allá de ellos manteniendo relaciones significativas (otras personas en las calles) o efectivamente como agentes
aunque no regulares con dichos elementos. esencialmente ausentes (que no son vistos, que carecen de
Por lo tanto, la presentación de personajes («caracteres») importancia). Toda presentación de este tipo depende de Ja
presenta ·convenciones significativamente variables. En tal · aceptación de su convención, per? es siempre alg? .más_ que
presentación deben considerarse· dos variantes habituales: .Ja una· decisión «literaria» o «estética». La Jerarqu1a social o
apariencia personal y la situación social. Prácticamente tod.a las normaS sociales que Se asumen o invocan constituyen tér-
combinación concebible Ele estos elementos; aunque también minos de relación .fundamentales que se pretende sean in-
· 1a. exclusión de uno de ellos o de ambos, ha sido convencio- cluÍdos por las cÜ-µ.venciones (con frecuencia confian~o in-
nalmente practicada en el arte escénico y la narratiVa. Ade- conscientemente e"n una forma). Del mismo modo, son tér-
más, deiltro de cada una de ellas· existe una esfera de acti- minos de relación social cuando Ja jerarquía o ·Ja selec-
vidad conve.ncional significativa que se desarrolla desde· una .ción no es Ínanifiestamente social, sino que está. basada en
presentación sumaria típica hasta un análisis exhaustivo. Más Ja asignación de órdenes diferentes de existencia signific~tiva
aún, las variaciones convencionales en la presentación de la a Jos pocos seleccionados y a Jos muchos descartados ·o irre- .
«apariencia ,personal» corresponden a profundas variaciones levantes. El relato satírico de Gago! sobre este problema fun-
en la percepción y evaluación efectivas de los demás, a me- damental del escritor, Ja conciencia interna moderna -donde,
nudo en estrecha relación con las .variaciones en la efectiva" si el problema es tomado literalmente, nadie puede moverse
significación de la familia (linaje), el status social y Ja his- sin contactar con otro ser cuya conciencia entera exige una
toria social, que constituyen contextos variables de· 1a defi.R prioridad similar y que por lo tanto suprimirá la elegida
nición esencial de los indi.viduos presentados. La diferencia primera persona del singular- pone de relieve la conven-
de presentación entre el hombre medieval no delienado y el ción interna selcctiva a través de Ja cual este problema se
carácter novelesco del siglo x1x, cuya apariencia, historia y resuelve tempÜralmente, aunque más allá de la convención
situación son descritos con el detallismo sostenido y signifi- Ja cuestión básica de la significación del ser persiste.
cativo, constituye un· ejen1plo obvio. Lo que puede resultar Otras convenciones controlan la especificación de cuestio~
menos obvio es el tipo de ausencia, ratificado por la conven- nes tales como el trabajo o el ingreso. En ciertas p~esen­
ción, en la literatura próxiina a nuestra época, ·en la qüe ]as taciones, estas cuestiones son fundamentales. y en todas las
convenciones pueden dar la impresión de no ser «literarias» relaciories .constituyen evidentemente hechos aprovechables.
o incluso de no ser convenciones en absoluto, sino· ~riterios La conVención que les permite ser tratados corrio carentes
au todetern1inantes de ]a significación y la in1portancia. En de importancia, o .cierta1nente como si se hallaran ·ausentes, ..
consecuencia, la inclusión o exclusión de una familia o una en el interés de lo que es considerado como la identidad pri-
historia social específica, o de cualquier identidad detallada maria o un carácter· social alternativamente significativo,
«antes del acontecüniento», representa las conve11clones bá- resulta tall obviamente general como aquella convención
sicas de la ·naturaleza de los individuos y de sus relaciones. opuesta menos co'Íriente pero todavía importante según Ia·
La selección ele individuos, presentada en cualquiera de cual las gentes son especificadas solamente en el nivel de
estas for1nas, es otra vez claramente convenciohal. Existe una Jos hechos sociales y económicos generales que no presentan
selección jerárquica por status, como en la antigua. liinita~ más allá de ellos ningún tipo de individuación. ·

200 201
Por lo tanto, los hechos significativos de las verdaderas como síntomas de los lugares, hasta la aprehensión activa de
relaciones se hallan incluidos o excluidos, asumidos o descri- los lugares considerados como producto de las gentes. Las
tos, analizados o enfatizados mediante convenciones varia- descripciones de las casas importantes, de los paisajes rura-
bles, que pueden ser identificadas por medio del análisis for- les, de las ciudades o de las fábricas constituyen ejemplos evi-
mal pero que sólo pueden ser comprendidas por medio del dentes de estas convenciones variables, donq.e e1 «punto de
análisis social. Las convenciones variables de la posición na- vista» puede ser experimentado como una elección «estética»,
rrativa (desde la «omnisciencia» hasta el reJato «personal» ne- pero donde cualquier punto de vista, incluso el que excluye
cesariamente lilnitado) interactúan con estas convenciones de a las personas o las convierte en un paisaje, es un punto de
' selección y exclusión de modos sumamente complejos. Asi- vista social.
mismo,. interactúan con las significativas convenciones de la Existen convenciones similares para la descripción de la
totalidad de un relato, que involucra cuestiones fufidamenta- acción. Las variaciones en la presentación directa e indirecta
lcs en relación con la naturaleza de los acontccin1icntos. Cier- y las variaciones de foco dentro de la presentación directa se
tas hi.Storias requieren, convencionalmente, una pre-historia y hallan especialmente señaladas en tres tipos de acción hu-
una historia proyectiva («después» o «siempre después»), si mana: el homicidio, el acto. sexual y el trabajo. Se asegura a
ha dé comprenderse su lectura en relación con la causa, el menudo que éstas son cuestiones de gusto o de moda. Sin
moti.va y la consecuencia. La exclusión de tales elementos, embargo, en cada caso la convención adoptada involucra una
como su inclusión, no es una elección «estética» ~el «modo relación específica (si bien a menudo compleja) del aconteci-
de relatar una historia»-, sino una convención vaiiable que miento con respecto a los demás. acontecimientos y a las or-
involucra supuestos sociales fundamentales de causación y ganizaciones de significado más generales. Por lo tanto, la
consecueÍlcia. (Compárese el capítlllo final de «establecimien- muerte violenta es fundamental en la tragedia griega aunque
to» en las primeras novelas inglesas victorianas -por cjem- nunca es presentada, sino que es relatada o exhibida con pos-
plo·~n la obra de Gaskell, Mary Barton- y el capitulo final de terioridad. Existen otras presentaciones que' son relativamen-
«ruptu:ra» e11 las i1ovelas iJJglesas entre los años de 1910 y te formales, dentro del lenguaje o el canto o en situaciones
1940 -'-por ejemplo en la obra de Lawrence Sons and Lovers.) formales que procuran definir el acto. En el extremo opuesto, ,,
De igu::il modo, las convenciones variables de secuencia tem- el detalle del acontecimiento es predominante. No es una
poral, aunque al servicio de otros fines -por ejemplo, per- cuestión de <cadecuación». Con frecuencia es una cuestión de
cepciones alteradas de incidentes y de la memoria-, .están si el homicidio es significativamente primario en su motiva-
entremezcladas con estos supuestos básicos de causación y ción o en su· consecuencia, o si esto es irrelevante. o seCunda-
corisecuencia,. y por lo tanto con los procesos Convenciona- rio con relación al acontecimiento y a la experiencia del pro-
le.S a través de los cuales éstos soh comprendidos y ~e evi- pio acontecimiento. (Compárense las descripciones del cadá-
dencian ios criterios convencionales de import~ncia. ver en las novelas policiales, donde la convención indica la
Nuevamente, la presentación del lugar depende de. con- ocasión para una. investigación y nada más -dentro de un
venciones variables que van desde una deliberada desubica- contexto de control racional antes que como referencia gene-
ción a· "urt<i siffiple denominación, a un bosquejO sumario, a ral o metafísica- y donde sin embargo se emplea con fre-
una descripción variablemente detallada; hasta el punto en cuencia una convención contradictoria, una contigüidad san-
que, co1no se afirma, cJ propio lugar se conviei:te en un <cper- grienta. Como o'curre en todos los casos de convenciones con-
sonaje»· o en <cel personaje». Los supuestos radica"Imente va- fusas o solapadas, en este punto existe un terreno propicio
riables de las relaciones entre las gentes y los lugares y entre para la investigación de los problemas de conciencia que no
el «hombre>) y la «naturaleza», son comunicadoS por n1edio p~ede~ ser reducidos a los métodos abstractos de un tipo de
de estüs modos aparentemente manifiestos. Otras Convencio- h1stona particular.) Por otra parte los niveles cambiantes de
nes asu1neri o indican relaciones variables entre los ·1ugares Ja descripción de la cópula sexual y de sus preliminares y sus
y las s.ociedades -los <cn1edio· a1nbientes»- dentro de una variantes ~11.volucran convenciones generales del discurso so-
esfera qúe se desarrolla desde la abstracción del lugar con cial y de. sus inclusiones y exclusiones, pero también implican
respecto a las gentes, a través de la percepción de las gentes convenciones específicas que provienen de las relaciones va-
-~ .
202 203
J-
.~.

ria bles que presenta el acto según _las relaciones y las instit~­ (como ocurre en el caso de Jane Austen), a través de varias
ciones cambiantes. En consecuencia, las convenciones especi- diferenciaciones jerárquicas, hasta la ruptura o incluso la opo-
ficas de la experiencia «subjetiva» (el act~ considerado c?mo sición formal entre el lenguaje narrado y el lenguaje hablado
experimentado por un miemb~o de la pare¡a con. el otro miem- (como ocurre en los casos de George Eliot o Hardy). Las orto-
bro convencionalmente excluido; el acto considerado como grafías convencionales de variación, en relación con el habla
consumado; el acto considerado como verbalizado con el pro- regional o extranjera, fundamentalmente en la literatura bur- ·
pósito de una pseudoconsumación) pueden op?nerse :' las guesa como indicadores de clase, constituyen ejemplos loca-
convenciones dentro de las cuales el acto es habitual o mclu- les de una esfera de actividad que establece relaciones socia-
so indiferente abstracto, distanciado o simplemente sinteti- les amplias o, con frecuencia, desplazadas y disimuladas que,
zado o implícito al limitarse a su efecto social «Objetivo». Los excepto en estas formas «aislables)), normalmente no son con-
niveles variables de la descripción física pueden ser compa- sideradas como partes de la composición humana sustancial.
rados de un modo interesante con los niveles variables de la Existe una importante variación entre los períodós históri-
descripción del trabajo. Existe una esfera de actividad seme- cos dentro de la· esfera de acción de las convenciones aprove-
jante de convenciones «Subjetivas» y «Objetivas», desde el tra- chables .. Algunos períodos, comparativamente, cuentan con
bajo experimentado desde una persp~ctiva física o desde al- muy pocas; otros, como el -nuestro, tienen comparativamente ·
gún otro detalle hasta el trabajo considerado como un simple muchas de estas. convenciones y permiten variaciones sustan-
:1'!
indicador de la posición social. Sin duda, en gran parte . ~e ciales, relacionadas en última instancia con posiciones y for-
nuestra literatura admitida se había operado una convenc1on maciones diferentes y reales. En ciertos períodos de relativa .
. originaria: las personas el~gidas eran relevadas de la necesi- estabilidad, las co'nvenciones son en sí mismas estables y puc- ·
dad de trabajar; la situación de clase corresponde a _su selec- den ser consideradas nada más que formales: las «leyes» de ·
ción por su cualidad de interesantes. En consecuc~c1a, e"!1 un un arte particular. En otros períodos la variación y la inse-
nivel más manifiesto que el que corresponde a la sexuahdad, guridad de las convenciones deben asociarse a los cambios,.
la distinción no se produce solamente entre los puntos de vis- divisiones y conflictos producidos en la sociedad, todos ellos
ta «Objetivos» y «subjetivos» abstractos .. Ei;. última_ instancia, más profundos (más allá de lo que, en ciertos casos privile-
las convenciones descansan sobre las var1ac1ones existentes en giados, todavía son consideradas «leyes)) o métodos estéticos
la percepción del trabajo como un agente o una c_on~ición de neutralmente variables) de lo que puede observarse sin hacer
conciencia general, y por tanto, no sólo en el trabajo smo en l~ uso del análisis, ya que concierne a la esencia de una conven-
sexualidad y en la acción púb!íca, sobre los supuestos radi- ción el hecho de que se ratifique un supuesto o un punto de
calmente variables de la naturaleza y la identidad humanas: vista de modo que el trabajo pueda ser producido y recono-
supuestos que normalmente no son argumentados sino. que, cido. La controversia moderna sobre .las convenciones, o los
a través de las convenciones literarias, son presentados -como casos de deliberada exposición o anulación de convenciones
«naturales» o como manifiestamente evidentes. actuales o más antiguas en un intento de crear nuevas rela-
La esfera de actividad de las convenciones en la presen- ciones con las audiencias, se relacionan directamente con la
tación del discurso ha sido estrechamente estudiada, espe- totalidad del proceso social, en su permanente y vívido flujo
cialmente por los formalistas (y es significativo que el. dis- y controversia. Sin embargo, la realidad de las convenciones
curso haya recibido una atención mayor que el persona1e, la como modo de conexión de la posición social y la práctica
acción o el lugar). Se han formulado análisis importantes so- ·r;· literaria, sigue siendo una cuestión fundamental. Por lo tanto,
bre los modos formales de presentación, representación, de '~~<~.
dentro de la esfera de actividad indicada, es necesario consi-
relato directo o indirecto y de reproducción. La relación exis- .,--~-·.... »
·,- -~

,, derar la relación de las convenciones con los conceptos de


tente entre los estilos de la narrativa y del discurso directa- género y de forma.
mente representado resulta especialmente importante en las
convenciones novelescas. Una distinción social significativa se
produce entre una integridad de estilo, basada en una id:n-
tidad real o social asumida entre el narrador y los persona¡es

204 205
6. Los géneros tica a que parecía estar asociada. Por lo tanto, era inevitable
alguna respuesta empírica, aunque la l1istoria fundamental no
se hallaba a este nivel. Lo que realmente destruía esta forma
residual de teoría del género era el desarrollo irresistible y
poderoso de nuevos tipos de trabajos que no convenían a las
clasificaciones o que no respetaban las «leyes)). Indudable-
mente, las nueVas clasificaciones y las nuevas leyes podían ser
El esfuerzo más sostenido por agrupar y organizar la mul- ideadas, aunque en Ja sociedad burguesa en desarrollo el im-
tiplicidad de las notaciones y las convenciones, que es evidente pulso dominante no era de esta índole. La teoría del género,
en Ja escritura actual, en ciertos modos específicos de prác- en su forma abstracta más familiar, fue reemplazada por las
tica Ji teraria es Ja teoría de los géneros o· de los tipos. Esta teorías de la creatividad individual, del genio innovador y del
teoría tiene una historia enorme. Se halla presente de un moyimiento de la imaginación individual más allá de las for-
modo particular en Aristóteles, donde las «especies» de la· mas restringidas y restrictivas del pasado. Podemos co111parar
poesía son definidas en función -de una definición «genérica» esto con el fracaso y el reemplazo de la teoría social de los
del arte de la poesía como tal. Constituye un tema fundamen- •estados», con funciones y reglas fijas, por una teoría de la
tal dentro de los complejos conflictos intelectuales. del Rena- atitorrealización, del desarrollo individual y de Ja movilidad
cimiento y sus consecuencias. Es riuevamente ·u·n téma funda- · de las fuerzas primarias. Los cambios producidos dentro de
mental. en los complejos conflictos modernos.' entre los dife- la teotía literaria; y en menor extensión dentro de la práctica
rentes tipos de teoría y Jos diferentes tipos de empirismo. · literaria, llegaron después de los cambios en· la práctica y Ja
En primer término, es importante identificar un estadio teoría social, aunque las correspondencias son evidentes y re-
; del problema que ha proporcionado el fundamento de gran sultan significiltivas.
parte de las posturas mejor expuestas y que, sin embargo, des- Sin embargo, del mismo modo que la teoría social burgue-
de una: perspectiva intelectual~ es· relativamente trivial. Es la sa no culminó en el liberalismo individual sino en ·una serie
oposición existente entre una teoría de géneros fijos, ·como de nuevas definiciones prácticas de las clases de individuos
era la forma neoclásica de las más complejas clasificaciones (el término clase reemplaza al de estado y orden de un modo
del pensamiento griego y del rellacimiento y de un empirismo desigual y complejo aunque con un acent6 nuevo y necesario
opuesto, que demostró la imposibilidad o la ineficacia de redu- sobre su flexibilidad y movilidad), la teoría literaria burguesa
cir todas las obras literarias real.es y posibles a estos géneros no culminó eñ teorías relacionadas con el genio y Ja creativi-
fijos. En esta controversia reducida y periférica difícilmente dad individual. Tal como ocurrió en el caso del liberalismo
nos enfre11tan1os_ con la teoría del género, sino con versiones iz:idividual, éstas no fueron abandonadas, aunque· fueron prác-
conflictivas de Ja práctica expuestas por formaciones ¿ultu- ticamente complementadas. El género y el tipo perdieron su
rales diferentes y opuestas. Una fonnacióp se basaba firme- generalidad y su abstracción neoclásicas y perdieron asimis-
mente en la práctica pasada, en lo que abstraía como las ~nor­ mo sus sentidos de regulación específicos. No obstante ello, se
mas» de la litcratura':._<cclásica». Esto surgió en. su forma más hizo habitual una serie de nuevos tipos de agrupamiento y cla-
influyente y endeble como la definición de «reglas• para cada sificación de tendencia empírica y relativista. Indudablemen-
«género», ilustradas a partir de las obras existBiltes y prescri~ te, estos nuevos tipos aportaron, de un modo novedoso, ele-
tas a las .obras nuevas. Resulta significativo, at.iilque secunda- mentos ¡jrescriptivos en las modalidades de la respuesta crí-
rio, que gran parte de estas leyes no hayan· alcanzado ni si- tica e implícitamente en Ja verdadera producción.
quiera h autoridad «clásica» que reivindicaban. Tal elabora- En consecuencia, una novela es una obra de imaginación
ción pertenecía al feudalismo y al postfeudalismo en decaden- creativa y la imaginación creativa encuentra su forma adecua-
cia, y las definiciones tienen una relativa rigidez formal en da; pero todavía existen algunas cosas que uha novela <cpue-
la idealización de la práctica pasada, y puede demostrarse de>> o «DO puede» lograr: nó como una cuestión de leyes, sino
-como en el caso notorio de las leyes de la «Unidad» en el como una cuestión vinculada a las características ahora espe-
teatro -que no era idónea y que incluso contradecía la prác- cializadas de la «forma». (La novela, por ejemplo, «no puede))

206 207
~...

incluir ideas irreconciliables, «porque» su tema son los «in- está sujeta a estas variaciones de tendencia. Nos enfrentarnos
dividuos» y sus relaciones.) Al mismo tiempo, dentro de estos nuevamente con el problema habitual de una compleja rela-
agrupamientos más generales, la variedad de la práctica era ción entre el análisis social abierto y el análisis 11istórico que
reconocida, de un modo limitado, por la proliferación de «gé- involucra el análisis social e histórico de las categorías admi-
neros» y «subgéneros» de un nuevo tipo: no las generalizacio- tidas y la «transfor1naciún del idealismo)>, en las tendencias
nes formales de la épica, la lírica y el teatro, sino (para citar posthegelianas, que conservan las categorías (presun1iblemen-
una enciclopedia corriente) «la novela, la novela picaresca, la te) en formas modificadas. Por lo tanto, algunas consideracio-
novela romántica, el cuento corto, la comedia, la tragedia! el nes n1arxistas sobre el género conservan una categorización
melodrama, la literatura infantil, el ensayo, la literatura hu- académica a la que agregan, en una dimensión trascendental,
morística, el periodismo, el verso ligero, las historias de mis- notas y «explicaciones» sociales e históricas. Otras considera-
terio y policiales, la oratoria, la parodia, la literatura bucó- ·,
¡
. ··'!.
~ ciones, de índole más hegeliana, como es el caso de Lukács,
. .
lica, el proverbio, el enigma, la sátira, la ciencia ficción». In- ·" definen los géneros en función de sus relaciones intrínsecas
dudablemente, es la reducción 'de la clasificación al absurdo. .Ú~·} con la «totalidad)). Esto conduce a· iinportantes apreciaciones,
Sin embargo, a su modo, es el desecho de este tipo de em- '" ·· ~ pero no supera el problema de la movilidad de la categoría
pirismo, represe11tando la combinación de, al menos, tres ti- · ·~·~r l; de totalidad entre LID estado ideal (no alienado) y una totali-
··-;~;·· ~
pos de clasificación: por la forma literaria, por la materia y

~~~a~~o~;~o c~~sl~~;!~~ l:~t~~r~:~~~od~s~:c~~~~bd~n~~~~ª~~ i l·


espeCiálizados), pará no mencionar· las clasificaciones que son .~•·.~· .·.·.~";:.·,·.'·.· ..\.·.
combinaciones de éstas o que representan intentos tardíos, •·•"};.
dad social empírica· (aunque entonces también diferenciada).
Para cualquier teoría social adecuada, la Cuestión está defini-
da por el recon(}cimiento de .dos 11ecl1os: primero, que exis-
ten relaciones sociales e históricas evidentes entre las formas
literarias particulares y las sociedades y periodos en que se
desesperados, de incluir algún tipo heterogéneo aunque po- ~.t.i J. originaron o practicaron; segundo, que existen indudables
pular. ~ continuidades de Jas formas literarias entre -y más allá
Considerada estrictamente, ésta no es en modo alguno una .}Ji~~ , de- las sociedades y los períodos con que mantienen tales
teoría del género, aunque involucra la fuerza y la debilidad :i1 ¡'§~
de este tipo de empirismO. Está vinculada a las diferencias ·.
prácticas en la producción real y al descubrimiento de algu- .:,·~'lfi.'.
m relaciones. En la teoría del género todo depende del carácter
y del proceso de tales continuidades.
Podemos distinguir, en prin1er término, entre la continui-
nas orientaciones indicativas dentro de la absoluta vastedad .-: · dad nominal y la continuidad sustancial. La «tragedia» por
de ia producción.· Con10 tal, resulta una respuésta más sig-. '\1' ~.i' ejemplo ha sido escrita, si bien intermitente y desigualmente,
nificativa que aquella que consistía en la imposición residual en lo que aparenten1ente puede resultar una clara línea entre
de categorías abstractas, como en el caso del neoclasicismo la Atenas del siglo v a. de C. y la actualidad. Un factor de
redivivo~ Diferenciar categorías empíricas locales y transito- importancia de esta continuidad es que los autores y otras
rias· tales como la «Comedia sensacionalista»· o el «western gentes describían las obras sucesivas como .<ctragedias)). Sin
metafísico» no es más ridículo que clasificar las novelas de embargo, considerar que éste es un simple caso de continui-
los siglos XIX y XX, a priori, como variantes de la novela «épi- dad de un «género» resulta inútil. Conduce a la categorización
ca» o «romántica». La primera tendencia representa un em-. abstract;:i de un~ supuesta esencia única, reduciendo o supe-
.pirismo inquieto aunque desarraigado; la última representa rando las extraordinarias variaciones que el nombre de «tr!).-
normalmente un idealismo decaído, regido por categorías gedia» mantiene unidas; o bien conduce a definiciones. de <cver-.
«esenciales» y <cpermanentes» que han perdido' incluso su · ·-~:~T dad.era tragedia», «tragedia combinada», «falsa tragedia» y así
status metafísico y se han convertido en categorías técnicas, };?:_·.'; I sucesivamente, que cancelan la mencionada continuidad. Este
considerando toda práctica como variantes de formas «idea-. ::~)'~~.·S modo de definir el género constituye un caso familiar que
les» ya· establecidas. El único mérito de esta última, a dife- :,~ffe~~ otorga prioridad a la categoría sobre la sustancia.
rencia de la primera, es que provoca, al mismo tiempo que·'.< , . . .· · 1 De hecho, y 11asta épocas recientes, el «género» ha cons-
1
desplaza, ciertas necesarias_ cuestiones generales. tituido un término de clasificación que ha reunido, y más tar-
La relación del marxismo con una teoría de los géneros de confundido a menudo, muchos tipos diferentes de desc1ip- ·

208 209
ción genérica. La teoría del Renacimiento, que definía las «es- tes (a menudo residualmente persistentes), están especialmen-
pecies» y los «modos» dentro de una teoría general de los te sujetas a la variación social, cultural e histórica.
«tipos», era mucho más particular, aunque por otra parte re- En cualquier teoría histórica, por tanto, es imposible com-
sultaba insuficientemente histórica. En realidad, con la fina- binar estos diferentes niveles de organización conformando
lidad de lograr un acuerdo con las combinaciones históricas formas defínitivas. Sus verdaderas combinaciones tienen una
de diferentes niveles de organización se adoptó el concepto importancia histórica irreductible y deben ser siempre reco-
más holgado de «género». Sin embargo, y especialmente en nocidas .empíricamente. Sin embargo, y desde un principio,
sus estadios recientes, esta única ventaja fue desechada y la toda teoría del género debe ser distinguida de ellas. ¿Es ne-
teoría del género fue abandonada junto con disposiciones su- . cesaria una teoría de este tipo? Puede dar la impresión de
mamente. abstractas y diversas. " 'j· que el análisis histórico de vinculaciones específicas y de sus
En primer término, es necesario separar estas disposicio- .~
,, específicas conexiones con formaciones y formas de organi-
nes en sus componentes básicos, que son: a) la posición; b) el ¡ zación más generales, es suficiente en sí mismo. Sin duda esto
modo de composición formal; c) el tema adecuado: La «posi- ! constituye un trabajo que en gran parte todavía debe reali-
c.. !·
ción» fue tradicionalmente definida en las tres categorías de zarse, de un modo adecuado, en función de un número sufi-
la narrativa, el teatro y la lírica. Estas categorías ya no tienen ! ciente de ejemplos. No obstante, sigue siendo cierto que in-
vigencia pero señalan la dimensión que estamos consideran- il cluso este análisis exige el reconocimiento de la gama com-
do: un modo de organización (social) básico que determina un
tipo de· presentación particular -la narración de una histo-
ria, la presentación de una acción a través de los personajes,
·~ pleta de variantes que componen las organizaciones .específi-
cas. Las variantes de posición, profundas y con frecuencia de-
terminantes, por ejemplo, son habitualmente descuidadas o
la expresión unívoca, etcétera. Todo esto puede ser consi- se les otorga una importancia suficiente en los análisis his-
_derado razonablemente (a veces también en la práctica) como tóricos locales. Por otra parte, si hemos de intentar compren-
"formas de composición y expresión generales y distintas. Su der la escritura como una práctica histórica dentro del pro-
extensión socio-cultural e histórica es indudablemente muy ceso material social, debemos examinar nuevamente, más allá
amplia. Existen numerosas culturas y períodos que disponen de la teoría genérica tradicional, toda la cuestión de los de-
de obras ·relacionadas con toda esta gama de posiciones posi- terminantes. La teoría formalista moderna, comenzando en el
bles, y la ·significativa variación social e histórica, en este ni- nivel de los modos de composición formal, los convirtió en
vel, es en gran parte o totalmente una cuestión de .grado. El cuestiones de posición que luego podía interpretar solamente
«modo de la composición formal» es mucho más variable: en términos de variantes permanentes. Esta posición condu-
cada una de las posiciones posibles puede vincularse a uno o jo directamente al idealismo: disposiciones arquetípicas de la
más tipos específicos de escritura: verso o prosa, formas par- condición o Ja mente humana. Por otra parte, y comenzando
ticulares del verso y así sucesivamente. El verdadero cante- en el nivel del tema en· cuestión, la teoría sociológica derivó
. nido social e histórico es con frecuencia evidente en estas solamente de este nivel la posición y la composición formal:
vinculaciones particulares, aunque ciertos tipos de solución en algunas oportunidades de un modo convincente, ya que la
técnica a.problemas de composición persistentes pueden per- elección del tema incluye verdaderas determinantes, pero en
durar más allá de sus períodos originales: en algunos casos general de un modo que todavía resulta insuficiente, pues lo
específicos (formas particulares del verso; licencias narrativas que debe reconocerse en última instancia es que la posición,
particulares) y en numerosos casos más generales (los tiem- en particular, es una relación social, dada una forma particu-
pos de la narrativa, por ejemplo, o el procedimiento del re- lar de organización socio-cultural, y que los modos de com-
conocimiento en el drama). El «tema en cuestión» es todavía posición formal, dentro de la escala que se desarrolla desde
más variable. Las vinculaciones entre una posición y/o un lo tradicional a lo innovador, constituyen necesariamente for-
modo de composición formal y la esfera de acción (seleccio- mas de un lenguaje social.
nada una referencia social, histórica o metafísica) o la cuali- La clasificación del género y las teorías creadas para sus-
dad (heroísmo, sufrimiento, vitalidad, entretenimiento) de tentar los numerosos tipos de clasificación pueden, en reali-
cualquier tenia particular, aun cuando a veces sean persisten- dad, dejarse a cargo de los estudios académicos y formalistas.

210 211

\.:·.,
Sin embargo, el reconocimiento y la investigación de las com- 7. Las formas
plejas relaciones existentes entre estas formas diferentes del
proceso materi~l social, incluyendo las relaciones existentes
entre los procesos que tienen lugar en cada uno de estos nive-
les dentro de las diferentes artes y las formas de trabajo
const~tuyen ne~esariamente una parte de cualquier teorí~
n;iarx~sta. El genero, dentro de esta concepción, no es un
t1.po idea1, ni un orden tradicional ni una serie de leyes téc- Dentro de la teoría literaria más importante de los últi-
nicas. Es en la combinación práctica y variable e incluso en mos dos siglos el género ha sido reemplazado, en la práctica,
·'''·' la fusión de .lo que, en abstracto, son los ·niveles del proceso por la forma. Sin embargo, el concepto .de forma. contiene
materia~ social, donde lo ·que hemos conocido corrio género una ambigüedad significativa. A partir de su desarrollo en el
se convierte en un nuevo tipo de evidencia constitutiva. latín, que se repitió en el inglés, adquirió dos sentidos prin-
cip¡tles: una configuración visible o exierior y un impulso
_configurativO i.nperenie. En consecuencia, la forma ~e extien-
de a lo largo de toda una extensión· que va desde lo exterior
y superficial hasta lo esencial y determinante. Esta .escala se
repite, obvia aunque no siempre cons.cienterllente, dentro de
la teoría literaria. En sus extremos se halla fundamentada en
las teorías neÓclásic"as y académicas, acentuaÍido las carac-
terísticas externas Ylas normas evidentes por las Cuales pue-
den distinguirse las formas y según las cuales las obras par-
ticulares pueden catalogarse como perfectas o imperfectas; y
luego, en las teorías románticas, en fas que la forma es consi-
derada como la realización úiiica y específica de un ·impulso
vital particular., siendo consideradas todás las características
y ciertamente todas las normas ~orno elementos irrelevantes
o, en el mejor de los casos, como una 'simple corteza· ubicada
sobre el dinámico impulso formativo interno. Dentro de esta
serie de teorías constituye una ventaja que todos podamos
observar obras en .relación con las cuales unas u otras resul-
tan apropiadas: obras en que la forma es fielmente respetada
y las normas cuidadosamente observadas, y otras obras en
que una forma eventualmente discernible parece no tener
precedentes: una configuración úiiica a partir de una expe·
riencia particular. 'Este reconocimiento apunta a Un sencillo
eclecticismo pero déj a de lado los verdaderos problemas te'ó-
.( ricos de 13. forma, :Ya que, coffio oc'urre a menudo, la· extensión
t· y la ambigüedad .de 'un concepto, lejos de constituir una in·
vitación a la mera inclusión en una lista, o una tolerancia
ecléctica, constituye la clave de su significación. Ya hemos
observado esta situación en los conceptos de cultura y de
determinación. El caso de la forma constituye tal vez un
ejemplo incluso más sorprendente.
Podemos comenzar por acordar que las características a
213
.\.. 212
!,.
•'
~:
que presta atención cada tipo de teoría -la definida impor- ría histórica y social es un problema que consiste en Ja con-
tancia de las formas aprovechables por una parte, y la insis- sideración de estas relaciones como necesariamente variables.
tencia fundamental en la activa producción de formas por la l-ara una teoría histórica y social basada en la materialidad
otra- son ciertamente las verdades de la práctica. Lo que del lenguaje y en la materialidad asociada de la producción
resulta verdaderamente significativo es la compleja relación cultural, es un problema que consiste en la descripción de
que existe entre estas verdades. Es esta relación la que rehú- estas relaciones variables dentro de prácticas materiales espe-
yen las teorías enfrentadas entre sí en sus términos corrien- cificables.
tes. Esta evasión es significativa porque repite algunas otras Por lo tanto, una teoría social puede demostrar, inevita-
evasiones estructuralmente comparables que en el curso del blemente, que la forma es una relación. Es decir, que la for-
tiempo se han hecho habituales: las cátegorías firmemente ma depende de su percepción tanto como de su creación.
.. ·,_-, .. sostenidas, aunque son práctica y lógicamente incompatibles, Como ocurre con todo elemento comunicativo, desde el más
del «individuo» y Ja «sociedad» constituyen un caso estrecha- local al más general,. es siempre -en este sentido- un pro-
mente unido a este análisis. El pensamiento que se origina a ceso social que, en las condiciones de extensión de la conti-
partir _de categorías de este tipo y luego se moviliza en la nuidad de que el propio proceso es absolutamente dependien-
construcción de teorías de valor en torno a uno u otro polo te, se convierte en un producto social. Por lo tanto, las for-
proyectado, no logra otorgar un reconocin;i.iento adecuado al mas son propiedad común, con indudables diferencias de gra-
proceso constantemente interactivo, y en· este sentido dialéc- do, de escritores y audiencias o lectores antes de que tenga
tico, que es la verdadera práctica. Cualqúier ·producto cate- lugar cualquier tipo de composición comunicativa. Esta situa-
górico de este proceso constituye a lo sumo una estabilización ción es más fácil de reconocer en el caso de las formas esta-
relativa y temporal: un reconocimiento de grado que es siem- bles tradicionales, donde una relación específica de tipo co-
pre importante en sí mismo pero que siempre ha de ser re- lectivo o relativamente general es proclamada y activada en
mitido a Ja totalidad del prpceso generadot si -ha de ser ple- los mismos procesos de composición y ejecución. En tales
namente comprendido incluso en sus propios términos. casos los dos procesos se hallan significativamente próximos
Por lo tanto, las teorías neoclásicas de Ja forma, normal- y con frecuencia son indistinguibles. Resulta imposible so-
mente expresadas en alguna versión de la teoría del género, brestimar la significación que entonces se siente y se compar-
reconOcen y describen incuestionablemen~e ciertas formas te. La audición de ciertas composiciones tradicionales de pa-
artísticas, e incluso identifican correctamente sus normas, labras; el reconocimiento y la activación de ciertos ritmos; la
a la vez que limitan la comprensión tanto de_ las formas como percepción, con frecuencia por medio de temas que ya son
del status de estas «normas» ·debido a sti fracaso en recono- compartidos, de ciertos flujos y relaciones básicos y, en este
cer que las formas fueron producidas y las normas alcanza- profundo sentido, las verdaderas composiciones, las verdade-
das a través de un largo y activo proceso de configuración ras ejecuciones: todas ellas forman parte de algunas de nues-
activa, de ensayo y error, que puede ser descrito en los tér- tras experiyncias culturales más profundas. En sus formas
minos de la teoría opuesta como un impulso configurativo in- accesibles, desde luego, son creadas y recreadas dentro de
terno, Por otra parte, las teorías románticas de la forma reco- tradiciones culturales específicas ·que ciertamente pueden ser
nocen y describen incuestionablemente Jos, procesos del des- difundidas y tomadas en calidad de préstamo. En algunas de
cubrimiento de ciertas formas bajo las presiones de la expe- sus formas básicas, que son obviamente difíciles de separar
riencia y la práctica, aunque fracasan al no.reconocer, dentro de las formas accesibles compartidas, pueden asociarse a cier-
de esta acentuación de la unicidad, las nuevas formas suma- tos procesos de vida compartidos -activos- «físicos» y
mente generales que surgen. Las teor_ías neoclásicas hipos- «mentales» de t1na organización humana evolucionada.
tatizan la historia, mientras que las teorias románticas redu- Resulta evidente que estas participaciones reconocibles
cen la historia a un flujo de momentos. de la forma constituyen la finalidad más colectiva de todo
Para una teoría social de la literatura el problema de la continuum social. Es comprensible que cierto marxismo co-
forma es el problema de las relaciones entre los modos so- loque el acento principal sobre esta realidad colectiva y re-
ciales (colectivos) y los proyectos individuales. Para una teo- conozca en ella el origen del arte en todos sus tipos. Esta po-

214 215
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' son posibilidades de percepción, reconocimiento y conciencia
sición se continúa a menudo con polémicas en contra del
nuevamente compartidas, son ofrecidas, verificadas y acepta-
arte «individualista» que conlleva la consecuencia de tornar
das en muchos casos aunque no en la totalidad. Sin duda es
inaccesible desde el punto de vista teórico la mayor parte de un lugar común observar que las generaciones posteriores no
las obras y teorías modernas (y no sólo la obra burguesa y la
encuentran ninguna dificultad con una forma, hoy extendida,
teoría burguesa). A menudo está combinada con deducciones que alguna vez fue virtualmente inaccesible y ampliamente
arbitrarias de este proceso social básico a partir de un proce-
so de trabajo «Original» separado (véase el análisis de las considerada informe.
Esta escala de las .relaciones variables inherentes a las
fuerzas productivas en la página 108). Sin embargo, es evi-
formas asume un aspecto diferente cuando le sumamos una
dente que el modo colectivo que puede sostener y contener
dimensión histórica. Es evidente que generalmente existen
todos los proyectos individuales es solamente una dentro de
correlaciones significativas entre la relativa estabilidad de
la serie de relaciones posibles. Las variantes individuales so-
las formas, las instituciones y los sistemas sociales. Las for-
bre las formas básicamente colectivas de esta índole, tales
mas más estables, del tipo adecuadamente reconocible 'como
como· las 11istorias heroicas,. los «rornances» y los «mitos»,
colectivo, pertenecen a sistemas sociales que también pue-
son casi siempre posibles. Las variantes individuales de las
formas teatrales compartidas y ya conocidas son ampliamen- den ser caracterizados como relativamente colectivos y e~ta­
bles. Las formas más experimentales, innovadoras y móviles
te evidentes, y los efectos de tales variantes sobre ciertas for-
mas esperadas -por ejemplo, la variación consciente del rit- pertenecen a sistemas sociales en los que estas nuevas carac-
mo o de!' punto de partida en función de un final esperado-· . terísticas ·son eviden.tes o incluso dominantes. Los principa-.
les períodos de transición entre sistemas sociales están. habi-
todavla pertenecen al proceso primario compartido; el efec-
to de la variante dependiendo del reconocimiento tanto de la tualmente caracterizados por el surgimiento de formas ra-
forma esperada como del cambio. Estos casos intermedios dicalmente. nuevas que eventualmente se establecen y llegan
dan cuenta de una parte relativamente amplia de la compo- a ser compartidas. En tales períodos de transición fundamen-
sición, especialmente en la medida en que tracerno~ el desa- tal e incluso de transición menor es habitual encontrar, como
rrollo de formas adecuadamente colectivas, relacionadas con ocurre en el caso de los géneros, continuaciones aparentes o
comunidades totales, con formas grupales más específicas, incluso supervivencias conscientes de formas más antiguas
relacionadas con frecuencia con una clase social en que las
que sin embargo, cuando son verdaderamente examinadas
: ~...
mismas cualidades far.males del reconocimiento y la activa- pueden ser consideradas formas nuevas. El drama trágic~
·":'~ ·-,.,..- coral griego (caracterizado en sí mismo por un desarrollo y
- ".~
ción compartidas -y dentro de ellas, la variación comparti-
variación internos significativos durante su período «clásico»)
da- resultan evidentes. ha sido, en épocas diferentes, ampliamente imitado e incluso
:~ ·-~
Sin embargo, son casos que están más allá de estas for-
mas descritas. Existen los casos significativos ·que· han preo- · conscientemente revivido, pero nunca reproducido. Dos re-
cupado a la teoría romántica y postromántica·, en que la forma· ·.~·~· sultados de este proceso, la ópera clásica y la tragedia neo-
todavía no es compartida y aprovechable y la obra nueva es clásica, muestran con mucha claridad esta dinámica históri-
mucho más que uria variación. Indudablemente, en este pun- ca; y el ulterior desarrollo interno, al menos de la primera
to, .las nuevas formas todavía son creadas, delineadas a me· ejemplifica· activamente el proceso de relativa innovación y
nudo sobre elementos sumamente básicos de la activación . relativa estabilización. Por otra parte, la nueva forma de la
del reconocirniento y la respuesta, aunque· de un modo que, novela, variación fundamental de formas más antiguas de la
en un principio o durante un período muy prolongado, no prosa romántica y la historia, ha sido a lo largo de su desa-
presenta coherencia dentro de una n1anera que pueda resul- rrollo una fonna experimental, innovadora y móvil, desafian-
tar fácilm.ente co1npartida. En estos casos, la creación de for- do to_dos los intentos de reducirla a una «forma» de un tipo
mas es sin duda también una relación, pero una relación que antenor, más estable y colectivo. La forma radicalmente nue-
es diferente de su extremo opuesto, consistente en formas to- va de la prosa teatral .contemporánea, a partir del siglo XVII,
talmente compartidas y repetidas de modo estable. Como en ha mostrado una profunda variación, innovación y desarrollo
el caso del lenguaje, las nuevas posibilidades formales, que interno, junto con períodos subsecuentes de estabilización y
"<.··

217
216
experimentos más allá de la estabilización, en modos carac- y un proceso comunicativo más deliberado, más complejo y
terísticos de práctica formal e histórica dentro de una socie- más sutil dentro de la creación literaria que lo que ocurre .en
da en desarrollo. Por lo tanto, no existe ninguna relación ' la expresión cotidiana, au11que tiene continuidad con ella por
teórica abstracta entre los modos colectivos y ·Zas proyectos } medio de un área fundamental de habla y escritura directas
individuales. El grado de distancia entre eUos, dentro de la (específicamente consignadas). Dentro de los términos de esta
realidad continua de cada modo de conciencia, es histórica- ~.' escala, desde· la adopción más indiferente de una forma lin-
mente variable como función de relaciones sociales verdade- ¡ güística de relación establecida hasta la forma más elabora-
ras, tanto generales como específicas.
Estos modos de conciencia son materiales. Cada elemento í
i•.
da y reelaborada posible, finalmente el momento formativo es
la articulación material, la activación y generación de sonidos
y palabras compartidos.
de la forma tiene una base matedal activa. Esto resulta sen-
cillo de observar tanto en los «materiales» de las formas: pa- ~ Los formalistas, por tanto, tenían razón cuando otorgaban
labras,· sonidos y notaciones, como en el habla y la escritura, prioridad a la específica articulación m~terial que es una obra
elementos físicamente producidos en· las demás artes. ·Sin literaria. Sin embargo, se equivocaban al canalizar este én-
embargo, siempre es más difícil observar ciertas. propieda- fasis hacia el «lenguaje literario». Tenían razón cuando ex-
des esenciales de la forma -propiedades de relación en un ploraban la articulación de un modo concreto, como ocurría
sentido amplio- por medios materiales. Es especialmente con la doctrina de los «artificios» específicos. No obstante,
difícil cuando «materia» y «conciencia» se hallan· separadas, ni) .es necesario limitar el análisis de la articulación a la im-
conio ocurre en el idealismo o en el materialismo mecánico, portante idea de los «dominantes», que determinan organiza.
ya que el proceso verdaderamente formativo no es la disposi- cienes específicas. Con frecuencia tales dominantes resultan
ción pasiva de elementos materiales. Ciertamente, esto es a obvios (el héroe único, por ejemplo, en la tragedia renacen-
menudo reconoeido en la descripción (a veces exacta) de cier- . tista), pero otros tipos de organización muestran relaciones
taS disposiciones como «azar». Lo que está en cu'estión en la más complejas de elementos conductores o acentuados cuya
forma· es la activación de relaciones específicas entre hom- función no es tanto subordinar a otros elementos como de-
bres y hombres y entre hombres y cosas. Esta situación pue- finirlos (como ocurre por ejemplo en la trama heredada en la
de ser reconocida, como ocurre a menudo en la teoria moder- novela del siglo XIX, a menudo caracterizada por sus comple-
na, pero luego distanciada en la abstracción del ritmo o la jas relaciones con el descubrimiento de la identidad a través
proporción o incluso de la •forma simbólica». Lo que estas de nuevas relaciones). El hincapié formalista sobre el «arti-
abstracciones indican son procesos verdaderos, pero siempre ficio» como elemento •enajenante» (que enajena) es tina ob-
procesos de relación físicos y materiales. Esto resulta tan servación correcta sobre un tipo de arte durante un peóodo
cierto con respecto a los momentos generativos más .subjeti- experimental necesario e inquieto contra las formas fijas (he-
, vos» --el poema «oído» primero como un ritmo desprovisto gemónicas), pero no puede ser extendido a la calidad de un
de palabras, la escena dramática «visualizada» primero como principio de la forma como ta1: la materialización del reco-
µn espec_ífico movimiento grupal, la secuencia narrativa «COID· nocimiento constituye un evidente elemento de gran parte
prendida» primero como una figura· móvil dentro del cuer- del arte superior del mundo. Sin embargo, es en este tipo de
po-- como con respecto a la mayoría de los momentos «Oh· atención prestada a la aé:ti tud de precisar articulaciones ma-
jetivos» -la interacción de las palabras posibles con un teriales -en la cual, y sólo en la cual, se comprende la con-
ritmo ya compartido y establecido, la plasticidad de un acon- ciencia específica; el sentimiento específico-- donde debe co-
tecimiento «tomando forma» en su adaptación a una forma menzar la verdadera práctica social y el análisis del arte.
conocida, la selección y reelaboración de secuencias para re-
producir un orden narrativo esperado.
,., < ES:ta amplia escala de configuración consciente, semicons·
'"·' -.
'?: ciente y a menudo aparentemente instintiva ~entro de un
~~~~:·~~-~,:;. intrincado complejo de formas ya materializadas y en estado
de materialización- es la activación de una semiótica social
·-~~-~-~:_ .·-~~-~-
218 219
.· ... ..
·~···
.. ~ ;·

:~:>/}';j}j~f-:~
. '-.· ·<'f.~'>__i~ ~--
.
. .
r_,.~,
,~..,¡·
~~--.}~ ·:
.
~~~~~;~:.-· 8. Los autores p~trocinio o auspicio del mercado de Ja .venta de libros: una
h1stori~ co_ntinua, signifi~a.tiva y complicada. Sin embargo,
esta h1stona de las cond1c10nes cambiantes puede compren-
di;!rse como un problema de segundo orden: cómo el autor
distribuye su obra. La indicación más interesante evoca las
relaciones sociales activas en uno o más estadios atrás, mos-
trando en primer término el efecto de la demanda sobre lo
Desde varios ángulos, y dentro de una perspectiva social, que se produce de un modo viable dentro de un mercado
la figura del autor se vuelve problemática. Entender la in- particular; y en segundo término, los efectos más internos
dividuación como un proceso social significa establecer lí- -Jos límites y las presiones específicas- dentro de la verda-
mites al aislamiento, pero también, tal vez, a la autonomía l dera composición. El muestrario existente en relación con
del autor individual. Entender la forma como formativa pre- 1· ambos tipos de efectos es sumamente amplio y jamás puede
senta un efecto similar. El interrogante corriente dentro de ser razonablemente descuidado. Sin embargo, incluso donde
la historia literaria: «¿qué hizo este autor con esta forma?» es plenamente admitida, la idea del autor, en todas excepto
es a menudo revertido, convirtiéndose en: «¿qué hizo esta en sus forn1as más románticas, perrilan~ce esencialmente in-
forma con este autor?». Entretanto, dentro de estoS interro- t~cta. El autor tiene <cSU» trabajo que hacer, pero encuentra
gantes, existe el difícil problema general de la naturaleza del d1~cultades para financiarlo y venderlo o no puede conse-
«sujeto» activo. . gmrlo exactamente como él lo hubiera deseado debido a las
La palabra «autor», mucho más que los términos «escri- presiones y límites .,de las relaciones sociales de que depende
tor», «poeta», «dramaturgo» o «novelista», lleva consigo el como productor de la obra. Esto es, en un sentido muy sim-
sentido específico de una respuesta a estas cuestiones. Es ple, la economía política del hecho de escribir: una adición
cierto que hoy es utilizado con mayor frecuencia como tér- necesaria a cualquier verdadera historia de la literatllra aun-
mino general conveniente con el propósito de abarcar a escri- que no sea más que" una adición. '
tores de diferentes tipos. Sin embargo, en su raíz y en algunas La segunda tendencia transforma toc\o el problema. Apun-
de sus asociaciones supervivientes, lleva consigo. un sentido , ta a la figura del autor individual, del mismo modo que a la
de origen decisivo antes que la simple descripción de una ac- fig~ra asociada del tema individual, como una forma carac-
tividad, como ocurre con el criso de «escritor» o con los tér- tens~1ca. del pensamiento burgués. Ningún hombre ·es autor.
minos más específicos. Sus aplicaciones generales más tem- de. s1. mismo en el sentido absoluto que implican estas des-
pranas incluían una referencia regular a Dios Ó a Cristo como cnpc1::mes. En tanto es un individuo físico, es desde luego
autores de la condición humana, y su asociación continua especifico aunque dentro de una herencia genética determi-
con «autoridad» es sumamente significativa. Su utilización li- nante. En tanto es un individuo social también es específico,
teraria, en el pensamiento medieval y renacentista, se hallaba aunque dentro de las formas sociales de su tiempo y de su
estrechamente -conectado con una acepción .de los «autores» contexto. El argumento fundamental se vuelve entonces ha-
considerados como <<autoridades»: Jos escritores «clásicos» cia la naturaleza de esta especificidad y estas formas y hacia
y sus textos. En el período moderno existe una relación obser- las relaciones existentes entre ellas. En el caso del escritor
vable entre la idea de un autor y la idea de la «propiedad li- una de estas formas sociales es fundamental: su idioma. Se;
teraria»: es sumamente notable en Ja organización de los un ~scritor e.n el idioma inglés es hallarse ya socialmente es-
autores con Ja finalidad de proteger su obra mediante el de- pecificado. S1n embargo, el argumento se moviliza más allá:
recho de autor y el registro de Ja propiedad intelectual y me- a un nivel, hacia un hincapié en las formas socialmente herc~
dios semejantes, dentro del mercado burgués. dadas en un. sentido genéri~o; a otro nivel, hacia un hincapié
Hay dos tendencias dentro del pensamiento marxista que en las notaciones y convenciones todavía activas y s6cialmen-
se relacionan con estas cuestiones. Existe el muy conocido te heredadas; en un último nivel, hacia un hincapié en un
hincapié sobre la situación social cambiante del escritor. En proces? cónt1nuo en el que no solamente las formas, si110 los
su forma más accesible esto apunta a cambios como los del contemdos de la conciencia son producidos socialmente. La

220 221
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figura corriente del autor puede compatibilizarse con los dos No obstante ello, en algunas versiones y aplicaciones de
1, \
primeros niveles. Éste es el idioma, éstas son las formas, éstas la tradición marxista esta relación recíproca y dialéctica ha
son las notaciones y las convenciones de las que depende sido deformada. Lo <csocial», podríamos decir, ha sido defor-
fundamentalmente pero de las cuales, sin embargo, comienza i mado en lo «colectivo», del mismo modo que, de!ftro de la
,. a ser autor. Es solamente en el último nivel donde aquello que ! tradición burguesa, Jo «individual» ha sido deformado en lo
parece ser el custodio del concepto -su autonomía indivi· ''t «privado». En ambas existen verdaderos peligros de índole
dual- es fundamentalmente atacado o destruido. i. práctica, y cualquier pensamiento marxista debe afrontar el
Mucha gente reacciona abruptamente cuando se alcanza ¡ hecho de que una sociedad, exigiendo su autoridad, ha con-
este punto de la exposición. Incluso su· expresión teórica es vertido la deformación teórica en una práctica pasmosa, pre-
rápidamente relacionada con medidas administrativas· contra cisamente en esta área de la relación ehtre los escritores y
Jos autores, junto con directivas autoritarias y el ejercicio de su sociedad. Por otra parte, más allá de esta área desapaci-
una ver_dadera censura y una efectiva supresión, y esta situa- ble de Ja práctica, existe una tendencia teórica más moderna
ción no siempre es gratuita. La debilidad que entraña el con- (la variante marxista del estructuralismo) en que las relacio-
cepto bufgués de <cel autor», ta:nto como ae :«el individuo», nes vívidas y recíprocas de lo individual y lo social han sido
radica en su ingenuidad, que a su manera, y especialmente en . suprimidas en 'interés de un esque1na abstracto para deter-
el mercado, puede convertirse en la práctica en un concepto o' minar las estructuras sociales y sus «agente.s». Afrontando
cruel y maligno. Toda versión de una aµtonomía individua! tanto la práctica como esta versión de la teoría no resulta
que· fracase en reconocer, o que desplace radicalmente, las sorprendente el hecho de que gran número de personas re-
condiciones sociales inherentes a toda individualidad prác- gresen vertiginosa y temerariamente a las instituciolles, for-
tica, aunque entonces y en otro nivel tiene que r~introducir mas y conceptos individualistas-burgueses, que consideran
· estas condiciones sociales como el _«negocio práctiCo» decisi- como su única protección.
vo del mundo cotidiano, puede conducir en el mejor de los Por lo tanto, es necesario buscar posiciones teóricas más
casos a una contradicción inherente, y en el ·peor a la hipo- adecuadas y precisas. (Más precisas desde el momento en que
cresía o· a la desesperación. Puede complicarse en un proce- algunos elementos incluso de Ja definición de Marx, por ejem-
so que rechaza, deforma o verdaderamente destruye a los plo «la totalidad ideal», resultan insatisfactorios y parecen
individuos en nombre del.propio individual\smo. Sin embargo, ser efectivamente elementos residuales de formas de pensa-
y correspondientemente, el concepto expresa cierta fortaleza. miento niás antiguas, no materialistas.) En primer término,
Dentro de sus límites expresos se halla muy bien ubicado ··debe decirse que el reconocimiento de todos los niveles de
para defender un s_cntido de ._la autonomí~ individual co;ritra sociabilidad -desde. las formas externas de la economía po-
ciertas fonnas de lo social que se han vuelto deformadas en lítica de la literatura, a través de las formas heredadas de
sí mismas. Dentro de la tradición marxista, los conceptos se- los géneros, las notaciones y las convenciones, hasta las for-
parados de «individuo» y •sociedad• se hallan radicalmente mas constitutivas de la producción social de la conciencia-
unificados, aunque ello ocurre recíproca ..y dialécticamente: es inevitable. Sin embargo, es a nivel de lo constitutivo don·
de la precisión es especialmente necesaria. La contribución
«Es necesario sobre todo evitar· postular una vez más a la más interesante en este punto es el análisis del «sujeto co-
''sociedad"· como una abstracción que se enfrenta al individuo. iectivo» de Goldmann (1970, pp. 94-120). Es un término difí-
El individuo es un ser social. La manifestacióll ·de su vida -in- cil y en primer lugar debemos definir su distinción de otros
cluso cuando no aparece directamente en -la forma de una mani- usos de lo «colectivo». Goldmann se mostró sumamente cui-
festación 'social, realizada· en asociación con otros hombres- es dadoso al distinguirlo de las ideas románticas sobre el «ab-
en consecúencia una manifestación de la vida social ... Aun cuan-
do el hornbre es un individuo único -y es precisamente su par~ soluto colectivo» (del cual el «inconsciente colectivo» de
ticularidad la que lo convierte en un individuO, un. _ser social Jung constituye un ejemplo moderno), y en relación con el
realmente individual-, es igualmente la totalidad, la totalidad cual lo individual es solamente un epifenómeno. Asimismo,
ideal, la existencia subjetiva de la sociedad ·tal como es pensada Goldmann lo distinguía de lo que podemos denominar el <(re~
y experienciada» (Marx, Manuscritos .. ., p. 105). lativo colectivo» de Durkheim, en que la conciencia colectiva

222 223
se sitúa «afuera, por encima o al costado» de la conciencia autor puede ser (subsecuentemente) sintetizado como sepa-
individual. Lo que verdaderamente se está definiendo no es rado para ser relacionado con otros «desarrollos» completos
tanto un sujeto «colectivo» como un sujeto «transindividual» y separados solamente cuando se halle completo. Alternati-
en dos sentidos. vamente, este verdadero proceso de desarrollo puede ser
Existe el caso relativamente simple de Ja creación cultural comprendido como .·un con1plejo de relaciones activas dentro
por dos o más individuos que mantienen relaciones activas del cual el surgimiento de un proyecto individual y la verda-
los unos con los otros y cuya obra no puede ser reducida a la dera historia de otros proyectos contemporáneos y de las
mera sun1a de sus contribuciones individuales separadas. Esta formas y estructuras en desarrollo, son continua y fundamen-
situación es tan común en la historia cultural, en casos en .talmente interactivos. Este último procedimiento constituye
los que resulta claro que algo nuevo está ocurriendo en el el elemento más significativo entre las consideraciones mar-
preciso proceso de la cooperación consciente, que no parece xistas modernas de la creación cultural, a diferencia tanto
presentar ninguna dificultad seria. Sin embargo, es a partir de la versiOn marxista mejor conocida en que un autor es
precisa1nente de esta comprensión de una experiencia relati- el «representante» de una clase o ~endencia o situación a que
vamente bien conocida cuando se desarrolla el segundo y más el autor puede ser fundamentalmente reducido, como de la
difícil sentido de un sujeto colectivo. Esto va más allá de la ·historia cultural burguesa en que, contra un «antecedente».
cooperación consciente -la colaboración- hasta. alcanzar de hechos, ideas e influencias compartidos, cada individuo (o
relaciones sociales efectivas en las que, incluso mientras se según su forma burguesa más corriente, cada individuo sig-
procuran realizar proyectos individuales, lo que se está de- nificativo) crea su obra de índole muy separada con ia finali-
lineando es lo transindividual; no sólo en el sentido de for- dad de ser subsecuentemente comparada con otras vidas y
mas y experiencias compartidas (iniciales), sino en el sentido obras separadas.
específicamente creativo de nuevas respuestas y una nueva El carácter del problema puede ser claramente visualizado
formación. Obviamente, resulta mucho más difícil hallar prue- en una forma literaria: la biografía. Leyendo la biografía de
bas de esta situación; sin embargo, la cuestión práctica es un individuo selecto, en una época y un sitio dados, resulta
si Ja hipótesis alternativa de autores categóricamente separa- una experiencia corriente de observar no solamente su desa-
dos o aislados resulta compatible con la creación muy eviden- rrollo individual, sino un desarrollo más general en que, den-
te, en sitios particulares y en épocas particulares, de nuevas tro de las convenciones de la forma, otras gentes y aconteci-
y específicas formas y estructuras del sentimiento. Desde lue- mientos se forman a su alrededor y en este sentido funda-
go, cuando éstas son identificadas, son «solamente» formas y mental son definidos por él. Ésta es una experiencia de lec-
estructuras. Las obras individuales se clasifican a partir de tura relativamente satisfactoria 11asta que leemos otras bio-
lo que parecen ser perfectos ejemplos de estas.formas y es- grafías de la misma época y lugar y to1namos conciencia de
tructuras, a través de instancias convincentes o sugerentes los desplazamientos de interés, de perspectiva y de relación
hasta alcanzar variaciones significativas y a veces decisivas. de que ahora debemos ser conscientes, pero que, en relación
Cualquier procedimiento que reduzca esta clasificación es con la primera biografía habíamos tomado inconscicnten1ente
simplernente reductivo: lo «Colectivo» se convierte en absolu- como naturales. La figura momentáneamente menor o secun-
to o externo. Por otra parte, no obstante, con frecuencia se daria constituye ahora el v~rdadero" centro de atención; los
da el caso cuando consideramos la totalidad de la obra de acontecimientos claves aparecen y desaparecen; las relaciones
autores indi\riduales, y especialmente cuando la consideramos decisivas se sustituyen. Por lo tanto, no nos es factible remi-
como un desarrollo activo en el tiempo, de que los diferentes tirnos voluntariamente a algún acontecimiento ge.Úeral en
elementos de la clasificación parecen aplicarse más o menos que todas estas identidades enfáticas se hallen sumergidas
estrechamente en las diferentes fases. dentro de una clase o grupo «impersonal». Sin en1bargo, tam-
Se plantea entonces abiertamente la cuestión de si la re- poco pode.mas permanecer tal como estamos, dentro de una
lación significativa, en cualquier punto, se vincula con la verdadera miscelánea o incluso dentro de una verdadera con-
forma o estructura «transindividual» o con el individuo abs- tradicción de identidades. Lentamente, y yendo más allá de
tracto. O, para decirlo de otro modo, el «desarrollo» de un verdaderos límites de la forma, podemos alcanzar el verda-

224 225
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dero sentido de los individuos vivientes en todq tipo de re- r la creación cultural considerada como totalidad y no solamen-
lación y en ciertas situaciones significativamente comu.Íles, te en los casos significativos de la homología de la formación
1
y llegamos a la conclusión de que no nos hallamos en con- y la forma (ideal). Sin duda, cualquier procedimiento que
diciones de comprender la totalidad de sus vidas exclusiva- excluya categóricamente la especificidad de todos los in-
mente por medio de la suma de una vida a otra. En este dividuos y la relevancia formativa de todas las relaciones
punto comenzamos a ver las relaciones -nó sól9 las relacio- verdaderas, no importa la fórmula o la significación asigna-
nes interpersonales, sino también las relaciones verdadera- da que se invoque, es en última instancia un procedimiento
mente sociales- dentro de las cuales (aunque no necesaria- reductivo. No es necesario que nos procuremos casos espe-
mente sujetas a ellas) se desarrollan las identidades y las ciales con la finalidad de probar una teoría. La teoría que
fases de identidad discernibles. importa; dentro de las variaciones conocidas e irreductibles
Este procedimiento puede ser sintetizado como un descu- de Ja historia, es ia comprensión de Jo socialmente constitu-
brimiento :recíproco de lo realmente social dentro de lo tivo que nos permite observar una específica profesión de
individual y de 16 realmente individual dentro de lo social. autor en su verdadera dimensión: a partir de lo genuina-
En el significativo caso de la profesión de autor conduce a mente reproductivo (donde la formación es el autor), a tra-
acepciones- dinámicas de la formación social, del desarrollo vés de lo total o parcialmente articulativo (donde los autores
individual y de la creación cultural que deben ser compren- · son la formación), hasta Jos casos no menos importantes de
didos dentro de una relación fundamental desprovista de innovac:ión o articulación relativamente distanciada (relacio-
todo tipo de supuestos de prioridades, sean categóricos o de nados a menug.o con formaciones residuales, emergentes o
procedimie.nto. Consideradas en su conjunto, es~as acepciones preemergentes) en que Ja creatividad puede hallarse relativa-
permiten una plena definición· constitutiva de la profesión de mente separada o puede darse en el extremo más remoto del
a1:1tbr; y su· especificación, por lo tanto, constituye uri interro- continuum viviente entre el grupo o la clase plenamente for-
gante abierto; es decir, un grupo de cuestiones históricas es- mada y, el proyecto individual activo. Dentro de esta pers-
pecificas que otorgarán diferentes tipos de respuestas de pectiva a la vez social e histórica, la figura abstracta de «el
acuerdo con las diferentes situaciones reales. autor» es entonces retrotraída a estas variantes y en princi-
En este aspecto, ésta es mi única diferencia con Gold- pio variables situaciones, relaciones y respuestas.
mann, quien, siguiendo a Lukács en lo que se refiere a su
distinción entre la conciencia «real» y la c<>nciencia «posible»,
con_sidera grandes escritores a los que integran una concep-
ción al nivel de la conciencia posible («completa») de una
formación social, mientras· que la mayoría de los escrito-
res reproduceri los contenidos de la conciencia real ( «incoril:-
pleta»). Esto puede ser cierto y una teoría de este tipo cuen-
ta con la ventaja de que la integración puede Ser demostra-
da de un modo relativamente simple a nivel de la forma. Sin
embargo, no es imprescindible que siempre sea cierto, ya que
involucra una presuposición sumamente clásica. J... as verda-
deras relaciones de Jo individual, Jo transindividual y lo so-
cial pueden involucrar una perturbación y una tensión fun-
damentale~, incluso contradicciones· reales e irresolt1bles de
un tipo consciente con Ja n1isrna frecuencia con que·involu-
cran una cualidad de integración. Las nociones abstractas de
Ja forma integral no deben ser utilizadas con el propósito
de rechazar esta última afirmación de un modo arbitrario.
En consecuencia, debemos interesarnos necesariamente en

226 227
9. Alineación y compromiso compromiso? ¿Aca~o no es siempre una exigencia de escri-
bir desde un punto de vista antes que desde otros y en este
sentido una exigencia de afiliación, conversión e incluso obe-
diencia? Contra esta exigencia se ha producido con suficiente
'
frecuencia una serie de protestas por· parte de los enemigos
t del marxismo que suponen, equivocadamente, que solamente
t el marxismo y sus_ movimientos asociados han elaborado tal
Nuestras intensas y continuadas consideraciones sobre las
relaciones que mantienen los escrit'ores con la sociedad asu- ! exigencia. Pennítaseme exponer otra protesta, de un mar-
xista: la protesta de Brecht contra Lukács y sus colegas de
men con frecuencia la forn1a de un aserto sobre lo que se
denomina dive"rsamente como «alineación» o «Compromiso».
' Moscú en la década de 1930: .

En este aserto, sin embargo, se hace rápidam~nte manifiesto «Ellos son, para expresarlo drásticamente, enemigos de la
el hecho de que se está examinando una serie de cuestiones- -.•:. ¡,
producción. La producción los hace sentirse incómodos. Uno nun-
diferentes y que las variaciones fundamentales sobre lo que 1 ca sabe el sitio que ocupa en relación con la producción: la
se supone que· significa la «alineación)> y el «compromiso» - ¡l producción es imprevisible. Uno nunca sabe que ha de descu-
brirse. Y son ellos mismos quienes no desean producir. Ellos de-
provocan álguna confusión. sean jugar el rol de apparatchik Y ejercer su ·control sobre las
· Es una proposición fundamental del marxismo, si bien
expresada en la fórmula de base y superestructura o en la "
-_;:·.
demás gentes.· Cada una desus críticas encierra una amenaza.»
~
(Citado en la' obra de W. Benjamín: Talking to Brecht, ·en la
idea alternativa de una conciencia socialmente· constituida,
la de que la escritura, como otras prácticas, se halla siempre
alineada e:µ un sentido qué resulta importante; es decir, que
expresa diversamente, explícita o implícitamente, una expe·
riencia específicamente seleccionada· a partir de un punto de
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•New Left Review., 77, 55.)

.~sta es una protesta" verdadera en una situación verdade-


ra, en la cual, en nOmbrc del socialismq, numeroso:S. esCri-
tores fueron engatllsados, reprimidos e incluso destrUidos.
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vista específico. Desde luego, esta noción da lugar a ;:irgumen- Sin embargo, también .es simplemente un- ejemplo de. las in-
tar acerca de la naturaleza precisa. de tal «punto µ.e vista». numerables protestas de muchos escritores en muchos pe-
Por ejemplo, no debe ser separable de una obra como ocu- ríodos contra los verdaderos o supuestos controladores de la
rría con la antigua noción de un «mensaje». Analizada en producción, en la Iglesia, el Estado o· el mercado.
un sentido muy estricto no tiene por qué ser específicamen~
1: No obstante, esta presión práctica o teórica ejercida so-
te política o incluso sociaL Finalmente, no tiene por qué ser . bre los éscri_tores ¿tiene alguna relación, necesariamente, con
comprendida .como una noción que 'en principio es separable el «compromiso»? El compromiso, si significa' algo, es segu-
de cualquier composición es.pécífi.éa. Sin embargo, estás cali- ramente consciente, activo y abierto: una toma de posición.
ficaciones no están destinadas a debilitar la exigencia original Toda idea puede ser violada por una autoridad autoasignada
sino simplemente a clarificarla. En este sentido, la alineación y controladora. La «libertad de publicar», por ejemplo, pue-
no es más que un reconocimiento de hombres específicos de ser redefinida prácticamente como la «libertad de publi-
dentro de esp'ecíficas relaciones (relaciones de clase, en tér- car con beneficios». La cuestión clave, eri. lo que se refiere al
minos marxistas) con respecto a situaciones y experienéias tema de la alineación y el compromiso, es la naturaleza de la
·específicas. DeSde luego, un recónocimiento de esta natura- transición a partir del análisis histórico, donde cad_a tipo de
leza resulta fundamental en contra de las exigencias de <cobM alineación y cada tipo .de con1promiso puede observarse en
jetividad», «neutralidad», «Simple fidelidad a la verdad», la verdadera escritura, hasta la práctica contemporánea en
que debemos reconocer como fórmulas que ratifican las otras que las alineaciones y los .compromisos son activamente cues-
fórmulas que ofrecen sus propias acepciones y procedimien- tionados y con~iderados. Obviamente, estb último resulta per~ ,
tos como acepciones y procedimien~os universales. turbador. Muchas posiciones pueden tolerarse cuando están
Sin embargo, si en este sentido toda la escritura está ali- muertas. Un marxismo salvador se adhiere al análisis· histó-
ne3da ¿cuál es el objeto, en cualquier caso, de reclama·r un rico y en su adaptación a los estudios académicos manifiesta

228 229
~fi~'
~'.: ti:'-·
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todos los signos de hallarse en esta posición. Sin embargo, la
fuerza fundamental del marxismo se halla en la conexión exis-
tente entre la !eolia y la práctica. ¿Cómo opera esto realmen-
da comprens1on de la crisis histórica y social en opos1c1on a
los tratamientos reducidos y simplificadores a que era some-
·- ... ·
te, no sólo en el caso del compromiso sino en el caso apa-
tida. Sin embargo, el hecho de que una comprensión de este
tipo sea <cestéticamente.~> necesaria y se halle fundamental-
rentemente menos controvertido de la alineación? .,,, 1:· mente conectada con la comprensión social e histórica (in-
Marx y Engels dijeron cosas muy duras contra la «litera- ....,.:~.,· ~
cluyendo la comprensión política) no se ha puesto en duda
•""l '~­
tura tendenciosa»: "~ ni por un solo momento. En realidad, la crítica a la «literatu-
ra tendenciosa» no va contra el «Compromiso», sino que abo-
«Cada vez es mayor el hábito, particul~nnente entre los tipos
inferiores de literati, de compensar la carencia de ingenio en .i;~·
f.
¡;
ga en.favor de un compromiso serio: el compromiso con la
realidad social.
sus producciones mediante ,alusiones políticas que seguramente ; . 'f La controversia surgida en torno al compromiso no po-
atraerían la atención. La poesía, las novelas, las reviSt3.s, el dra~ ·j· -~
ma, cada ·producción literaria está llena de lo que se dio en dría limitarse a este nivel general. En IlUffi:erosas situaciones

~:i
llamar "tendencia"" (Engels, octubre de 1851; citadó en Marx históriCas y sociales diferentes se convirtió en una contro-
and Engels on Literature and Art, p. 123). versia activa cuando el compromiso se tornó práctico e inclu-
so programático. En consecuencia, los estudios de Sartre so-

I~
«... un suj~to inservible que, debido a la carencia de t~lento, bre eLcompromiso, en las condiciones específicas de la Euro-
·ha llegado al extremo del disparate tendencioso para demostrar pa de posguerra, descansaban sobre una creencia en su ine-
sus convicciones, atinque realmente funciona bien en el propó- vitabilidad:
sito de ganar a la audiencia» (Engels, agosto de 1881; citado en
i;t~:~ ".~.~
Marx and Engels on Literature and Art.) 1,}-jlt: -~/ «Si la literatura no lo es todo, no vale nada. Esto es lo que
quiero decir con "compromiso". Se marchita si es reducida a
Estos _comentarios, sin embargo, dejando de lado su agre- la inocencia o a simples canciones. Si una frase escrita no rever~
sividad característica, se vinculan con lo que podría deno- bera eri cada niVel del hombre y la sociedad entonces no tiene
minarse <<tendencia aplicada» -la simple adición de opinio-- sentido. ¿Qué es la literatura de una época sino la época pose-
nes o fraSes políticas, o comelltarios morales desvinculados sionada por su literatura?» (The Purposes of Writing, 1960; en
del tipo que Marx encontraba en Eugene Sue, entre «los más Sartre, 1974, PP- 13-14). '
miserables desperdicios de la literatura socialista» (La sa-
grada familia, 1B45, citado en Marx and Engels on Literature Los escritores, necesariamente, se comprometen con los
anil Art, p. 119). El caso es diferente en lo que respecta a.l ·:·fE . ~;; significados, «revelan, demuestran, represeIÍtan; después de
profundo análisis y crítica histórica y social que encomiaban ~~~\ :4;t ello, las gentes pueden mirarse, unos a otros, cara a cara y

-.:~.:1¡1.-."
en otros escritores, aunque se hallara implícita, como en el actuar como desean• (!bid, 25). Sartre estaba argumentando
caso de· Balzac, o_ expÍícita, como en el caso de lo que Marx contra- las nociones del «arte puro», que cuando son serias
denominaba «la espléndida hermandad actual de los escrito- siempre constituyen formas de compromiso social (aunque en-
res de ficción ingleses», y ofrecía en calidad de ejemplos a :;t:::.:~: cubierto), y cuando son triviales constituyen sin1ples evasio-
-: ~:-·i {'; nes. Al. misn10 tiempo, Sartre complicó esta posición median.:
Dickens y Thackeray, a Miss Bronte y Mrs. Gaskell, .·~
te una distinción artificial entre poesía y prosa, revirtiendo
«cuyas páginas gráficas y elocuentes· -han pr~laI11:ado al mundo
más verdades políticas y sociales de las que han aportado en su .ff
! la inevitabilidad. del compromiso en los •significados• del
escritor de prosa y observando significado y emoción en el
.. ~.1.

conjunto todos los moralistas, los publicistas Y. los polí~icos pro- :§ poema en tanto que es transformado en •cosas• más allá de
fesionales» (La clase media inglesa, p. 184; citado en Marx and . ~: esta dimensión. La crítica elaborada por Adorno contra esta
Engels on Literature and Art, p. 105). posición resulta convincente. La separaC.ión artificial de la
prosa reduce la escritura, más allá del área revertida de la
Los análisis de Marx y Engels sobre la pieza de Lasalle poesía, a un status conceptual y deja sin respuesta todos los
titulada F~anz van Sickingen (Marx and Engels on Litérature interrogantes sobre el compromiso en el escribir. (Es por
and Art, pp. 105-111) subrayaron la necesidad de una profun- supuesto un aspecto del compromiso de Sartre con la líber-
230 231
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tad el que queda sin respuesta). Por otra parte, dentro de embargo, esto no significaba un retorno al liberalismo; era
esta definición general, como Adorno analiza más adelante, una insistencia en Ja realiclacl ele la lucha abierta entre for-
<<el compromiso ... continúa siendo políticamente polivalente mas ele conciencia -11uevas y antiguas y tipos ele trabajo nue-
en .la medida en que no es reducido a la propaganda».' vos y antiguos. Nuevamente, esto se hallaba sujeto a algunas
Éstas son las calificaciones y formulaciones flexibles de reservas: «En la medida en que atañe a los contrarrevo.lucio-
un estilo del pensamiento marxista, relativamente próximo, narios inequívocos y a los destructores de la causa scicialista,
en su espíritu, a Jo que Marx y Engels indicaron incidental- la cuestión es simple: les privamos simplemente de su li-
~ente. Las cuestiones más difíciles, y con ellas las fÜrm·ula- ~ bertad de expresión» (ibid, 141). Pero esto, al menos en prin-
I~_
c1ones más difíciles, surgieron en relación directa con la cipio, no implica ninguna equivalencia doctrinaria entre el
práctica revolucionaria abierta: en la Revolución Rusa y nue- :ff i:- l1echo de escribir en una sociedad revolucionaria y cualquier
vamente durante la Revolución China. Tanto Lenin como estilo específico: «El marxismo involucra el realismo en la
Trotsky veían a los escritores, junto a otroS artistas, como '."~~¡~!. creación artística y literaria pero no puede reemplazarlo»
. necesariamente libres para' realizar su trabajo a su propio (ibid, 117). Más bien se hace hincapié en los impulsos crea-
mod~: «para crear libremente de acuerdo con. sus ideales, tivos «arraigados en el pueblo y el proletariado»; y'Jiay una
con independencia de todo» (Lenin, Collected Works, 1960, correspondiente oposición ·a los impulSos cr.eativoS ·~mergen·
IV, 2, p. 114); «para permitir ... uná completa libertad deauto- tes de otras clases e ideologías. No debe olvidarse que ésta
determi.~~ci~n en el e.ampo del hrte1> (Trotsky, L_iteratura y es una definición del trabajo de Jos escritores socialistas.
revoluczon, p. 242). Sm embargo, ambos manifestaban sus ' Las formulaciones ele esta íncloíe, dentro ele las· compléji- .
reservas;· Lenin, en relación con la _política cultural de la'.. re- clacles que manifiesta la práctica, pueden ser clesarrollad¡¡s en
volución que no podía «pérniitir que el caos se desarrollara varias ·direcciones diferentes. No obstante, lo qué resulta
en ninguna dirección»; Trotsky sujetando la autcidétermina-
ción ·a ·«la norma categórica de estar a favor o contra la re-
·.,.i·h¡.·~i·,. más interesante en el argumento ele Mao desde una perspec-
tiva teórica, cotejado con las familiares posicione.s previas,·
volució1:1>>. -FuC a partii:' de las reservas, Y. no a Partir d'e las
a:ti:m~c1ones, como una versión del «Compromiso» se v·olvió
p_ractica y poderosa, extendiéndose desde el nivel de Ja polí-
X~fli!
··~~}~·:.:' ~:
es el hincapié hecho sobre la transformación ele las relaciones
sociales .entre los escritores y el pueblo. Esto puede reducirse
al familiar hincapié sobre ciertos tipos ele contenido y estilo;
!Jca cu_Jtural general_ hasta la especificación ele la forma y el ,i~~~1~:':, pero esto también ha siclo clesarro!laclo en términos que mo-
~·~Z:_:" ~·:,-
co.nten1do de la escritura «Comprometida» o «Socialista» (tér- difican todo el problema, El «compromiso» es un movimien•
.... -. mmos que en la práctica actual resultan intercambiables). ·,.:~J,,1,;~
to realizado hasta ~l momento por una escritura separada,
Por· tanto, lo que se e_scribía no era en absoluto, o no era .·1 '/~{F\11
distanciadá social y políticamente o por una escritura alie-
si:np.le_mente, <cliteratu~a tendenciosa», sino que la forma más· nada. El hincapié teórico y práctico alternativo que ofrece
publica de la .argumentación era'. de ese tipo: «compromiso»

-
Mao recae sobre Ja 'integración: no solamente la integración
como afiliación política en una estrecha serie de definiciones ele Jos escritores dentro ele la vida popular, sino un movimien-
(con frecuencia fusionadas polémica y administrativamente): to que va más allá ele Ja idea del escritor especialista hasta
desde ¡~ causa ele _la humanidad a la causa del pueblo, a la "
alcanzar el nivel ele nuevos tipos ele escritura popular, inclu-
revolución, al part1clo, a Ja (cambiante) línea del partido. yendo la escritura en colaboración. Nuevamente, las comple-
. ?._n consecuencia, la crisis provoc.ada dentro del pensa~ jidades .de ia práctica son severas, pero al menos teórica-
miento marxista, obviamente, todavía no tiene· solución. Re- mente éste es el germen ele una reformulación fundamental.
sultó útil, después de tal experiencia, encontrarse con que La mayoría ele Jos primeros análisis realizados sobre el
Mao Tse-tung dice: «Es nocivo para el crecimiento del arte comprom.iso constituyen una efectiva variante del formalismo ·
"1! la ciencia si las medidas administrativas son utiUzadas para (una definición ,abstracta o irriposición de un esfilo .«Socialis-
imponer una escuela de pensamiento y un estilo particular ta}}) o una versión tardía del romanticismo en que un escri-
de arte y prohibir otro» (Mao Tse-tung, 1960, p. 137). Sin tor se compromete (como 11ombre y como escritor, o con··
matices entre ambos papeles) con una causa. La posición
1. Conunitrnent, «New Lcft Review))~ 1974, pp. 87-88. marxista más significativa es el reconocimiento de. la radical
232
233
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e i~evitable conexión existente entre las verdaderas relaciones modificar estas relaciones, la realidad de todo el proceso so-
soc1a!es de u~ cs~ritor (considerado no sólo <dndividualmen- cial es inmecliatamente cuestionada y el escritor dentro de una
te» s1_n? en terminas de las relaciones sociales generales de revolución se halla necesariamente en una posición cliferen·
«escr1b1r» dentro de una sociedad y un período específicos, y te de la que ocupa el escritor bajo el fascismo, en el capita-
dent.ro de ellos, las _relaciones sociales incorporadas en tipos lismo o en el exilio.
par_t1culares de escritura) y el ('estilo», las «formas» 0 el «con- Esto n"o significa, o no es necesario que signifique, que un
t~n1do» de su obra, considerados ahora no abstractamente escritor pospone o abandona su composición hasta el mo-
s11:10 como. cxpresi_ones de estas reiaciones. Este reconocí~ mento en que haya ocurrido algún cambio deseado. Tampoco
m1en~o es inel?to s1 es en sí mismo abstracto y estático. Las debe significar que el escritor se resigne a la situación en que
relac1oz:ies .sociales no son solamente admitidas; también son se halla inmerso tal como la encuentra. Sin embargo, toda
produc1das,.Y. pueden ser transfonnadas. Sin embargo, en la práctica es todavía específica y en el acto de escribir más
med~da dec1s1v8: en que son relaciones sociales existen ciertas serio y. genuinamente comprometido, en el cual todo el ser
presiones Y Jím1tes reales -genuinas determinaciones- den- del.escritor y por lo tanto necesariamente su verdadera exis-
tro ~e l~s ·c.u~les la perspectiva del compromiso como acción tencia social se halla inevitablemente empeñada, en tod\) ni-
Y gesto md1v1duales debe ser definida. · · vel, desde el más manifiesto hasta el más intangible, resulta ·
. El compro:niso, es.trictamente, es una alineacióll conscien- literalmente inconcebible que la práctica pueda ser separada
te o 1;111 ca.~10 de a~1neación consciente. Sin embargo·, en Ja de la situación. Desde el momento eri que todas las situacio-
práctrc.a sq.c1al material del acto.de ~scribir, como ocurre con nes son dinámicas, tal práctic.a es siempre activa y puede
cua,iqu1~r otra prác.tica, lo que puede realizarse e intentarse llevar a cabo un desarrollo radical. Sin embargo, tal como
est3: SUJeto necesanamente a las relaciones· reales existentes hemos observado, las verdaderas relaciones. sociales están
o que pueden ser descubiertas. La realidad soci<¡l puede en- profundamente engastadas en la propia práctica del acto de
mendar, desplazar o defonnar cualquier práctica simplemen- escribir, del mismo modo que en las relaciones dentro de
te propuesta, Y dentro de esta situación (a veces trágicamente, las cuales lo escrito es leído. Escribir de modos diferentes
a veces de. un I?odo que condujo al cinismo· o a una verda- significa vivir de modos diferentes. Significa asimismo ser
dera repug1:Jan~1a), el «compromiso» puede operar poco más leído de modos diferentes, dentro de relacion.es diferentes,
que como úna ideología. La «ideología» y la «tendencia» cons- y a menudo por gentes diferentes. Esta área de posibilidad,
c1en~es, sustentándose la una a la otra, pueden por tanto ser y por lo tanto de elección, es específica, no abstracta, y el
cons1.deradas ~on frecuencia como síntomas de específicas compromiso _en su única acepcióri o sentido importaJ;lte es
rela_c1.ones soc~ales y fallos de relación. En cons"ecuencia la específico precisamente en estos ténninos. Es específico den-
pos1c1ón marxista más interesante debido a su· hincap·: tro de las reiaciones sociales reales y posibles de un escritor
1 · · ' IBffi
a. practica, es la que define las condiciones opresivas y. ¡¡; considerado como una especie de productor. Asimismo, es·
m1tantes de?tro ~e las cuales y en cuaJquier momento, pite.:
1
especí&co en lo que se refiere a las fonnas más concretas de
den producirse tipos espe~íficos de composición e.scrita·; y estas mismas relacion~s reales y posibles, en las notaciones,
que en consecuencia acentua las necesarias relaciones invo- ·convenciones .y fonnas del lenguaje reales y posibles. Por lo
lu~radas e~ la composición escrita de otros tipos. Las· ideas tanto, teconocer la alineación significa aprender, si así lo ele·
chm":s de mtegración. con el pueblo, o del movimientO que gimas, las difíciles y absolutas especificidades del compro-
trasc1end<? la exclus1v1dad del escritor especialista~ son sim- miso.
ples consignas a menos que la transformada práctica social
de que_ deben depender tales ideas sea genuinamente activa.
Es d~c1r que en sus formas más serias no constituyen posicio-
nes 1 ~eológicas simples Y abstractas. En cualquier sociedad
es.J?ec1fica, en una fase específica, los escritores puedeñ. descu·
br1r en sus. e?critos las realidades de sus relaciones sociales y
en este sentido, revelar su alineación. Si ellos determinan ,,'
-;>:,
.. ·~·-
234 235
!
10. La práctica creativa ran algún contenido verdadero. Incluso Jos mejores análisis
elaborados sobre el «Arte» y •la Estética» dependen en una
extraordinaria medida de la selección predicada, produciendo
convenientemente una serie de respuestas selectivas. Debemos
rechazar el atajo propuesto con tanta frecuencia según el
cual lo «verdaderamente creativo» se distingue de otras cla~
ses y de otros ejemplos de práctica mediante una apelación
. ·En el centro mismo del marxismo se acentúa de modo ex- (tradicional) a su «permanencia eterna» o, por otra parte,
traordinario la creatividad humana y la autocreación. De mediante su afiliación, consciente o demostrable, al «desa-
modo extraordinario debido a que la mayoría de Jos siste- rrollo progresivo de Ja humanidad» o «al rico futuro del hom-
~as con que se enfrenta acentúan la derivación de Ja ma- bre». Cualquier proposición de este tipo deberia, eventual,
yoría. de la actividad humana a partir de una causa externa: mente, ser verificada. Sin embargo, conocer sustancialmente
de Dios, de una naturaleza abstracta o de una naturaleza hu- incluso una mínima parte de lci que indican estas frases, den•
n:ana,. de sistemas instintivos· permanentes o de una heren- tro de las variaciones y enredos de Ja verdadera autocreación
cia animal. La noción de la autocreación extendida a la so- humana, significa comprender las propias frases, dentro de -
ciedad civil y al l.enguaje por los pensadores prcmarxistas, sus contextos habituales, como gestos abstractos incluso
fue extei;dida :adicalmente por el marxismo a Jos procesos cuando .nq son, como lo han sido con tanta frecuencia, una.
de traba¡o básicos y por Jo tanto a un mund.o físico profun- simple cubierta retórica para algún valor o precepto demos-
damente (creativamente) alterado y a una humanidad auto- trablemente local o temporal. Si la totalidad del vasto. pro-
creada. . · ceso de creación y de autocreáción es lo que, en abstracto, se_
La noción de creatividad, decisivamente extendida al arte dice que es, debe conocerse y sentirse desde el principio en
Y al pensamiento por Jos pensadores del Renacimiento de- fo::mas menos abstractas y arbitrarias y m~s comprometidas,
bería tener entonces, indudablemente, una específica afin'idad mas respetadas, más específicas y más convmcentes desde una
con el marxismo. De hecho, a Jo largo del desarrollo del mar- perspectiva práctica. ·
xismo, ésta ha sido un área extremadamente difícil que he- · . Ser «creativo», «crear», significa evidentemente cosas muy
mos procurado esclarecer. No es solamente que algunas im- diferentes. Podemos considerar un ejemplo fundamental en
portantes variantes del marxismo se hayan movilizado en di- el que se dice de _un escritor que «crea» personaje$ en una
'•· ;,
reccioi:cs opuestas., reduciendo Ja práctica creativa a la repre- pieza de teatro o en una novela. En el nivel más simple esto
sentación, la reflexión o Ja ideología. Se da también el caso es obviamente un tipo de producción .. A través de notaciones
de que el marxismo' en g"eneral ha colltinuado compartiendo, específicas y utilizando convenciones específicas, se logra que
de un modo abstracto, una indiferenciada y en esa forma una una «persona» de ·este tipo especial «exista»; en consecuen-
metafísica celebracióll de la creatividad, incluso paralelamen- cia, una persona a la que podemos sentir que conocemos tan-
te a es~as r;ducciones prácticas. Finalmente, por tanto, nunca '"
~- to; o mejor, 9-ue. a la~. personas vivientes que constituyen
h~ temdo exito en su propósito de hacer específica la creati- ~: nuestras r~lac1ones, nuestro grupo de conocidos. En conse-
vidad dentro de la totalidad del proceso material histórico cuencia, en un sentido simple, algo.ha sido creado: de hecho,
y social. los medios de .notación para conocer a una «persona» a tra-
.. 1:ª 'utilizaéión ambigua del término «creativo» para des- vés de las palabras. Entonces es cuando se suceden inmedia-
cribir. toda y cada clase de práctica dentro del agrupamiento tamente to?as 'las. verdaderas complejidades. La persona pue-
artificial (y la mutua autodefinición) de las «artes» y las «in- de haber sido «COpi.ada» de Ja vida en una transcripción ver-
tencione~ estéticas» enmascara estas dificultades, tanto para. r: bal. tan cabal y apropiada como sea posible de una persona
los de.mas como para Jos propios marxistas. Resulta obvio v1v1ente o que alguna vez tuvo existencia. La «creación» es
que las diferencias y Jos diferenciales de estas prácticas e "~ entonces el d.escubrimiento de Ja «equivalencia» verbal de
.. l;_·,,,
intenciones específicas sumamente variables deben ser des- ~¡' lo que fue (y en algunos casos, alternativamente, puede toda-
critas y distinguidas si se pretende que Jos términos adquie-
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vía ser) una experiencia directa. Sin embargo, se halla lejos
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236 ,. t 237
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de estar claro el hecho de que esta práctica •creativa•, toma- ·¿Está adquiriendo su plena importancia percibido como una
da sólo hasta este punto, difiere de un modo significativo, ex- sustancia «externa», de alguna comprensión humana, aun
cepto tal vez en sus limitaciones; de lo que significa encon- en el sentido más simple de registrar otra vida? ¿Se está lle-
trarse con alguien y conocerlo. A menudo se establece que gando a conocer Ja plena importancia de las relaciones ima-
esta práctica «Creativa» nos permite llegar a conocer gentes ginadas o proyectadas? Parece ser un proceso activo Suma-
interesantes que de otro modo jamás hubiéramos esperado mente variable. A menudo es interpretado, mientras dura, ·no
encontrar, o gentes más interesantes de lo que jamás hu- como <(creación», sino como un contacto, con frecuencia mo-
biéramos esperado conocer. Sin embargo, esta situación, aun- desto, con alguna otra fuente (externa) de conocimiento.
que importante en muchas circunstancias, constituye un tipo A menudo esta situación es descrita místicamente. Yo mismo
de extensión social de accesibilidad privilegiada antes que la describiría como una consecuencia de la materialidad in-
una «Creación». Ciertamente, la «Creación» de este tipo no herente (y por lo tanto, la sociabilidad objetivada) del len-
parece ser más que la creación de oportunidades (reales o guaje.
aparentes). _ . Jl[o puede suponerse_ que, incluso permitido por las com-
Result¡dnteresante observar cuánto podría extenderse este pleJ1dades, el proceso «Creativo» normal sea un movimiento
punto más allá de los casos simples y de hecho relativamente de alejamiento respecto de las personas «Conocidas». Por el
raros de una persona •copiada de Ja vida•. La mayor parte ;
contrario, para una personaje es al menos tan común ser
de tales «.tf"ansciipcioneS» son necesariamente sirhplificacio-- , . ;1· ((creado» a partir de otros personajes (literarios) como de
nes por medio de la _mera selección, supuesto que no lo sea ~· tipos sociales conocidos. Aun· cuando existen otros puntos
. por alguna otra cosa (transcribir la vida más plácida y caren- ;. . de partida reales, normalmente es esto lo que ocurre, even-
te de acontecimientos exigiría una biblioteca entera). Los "''· ~ tualmente, en una gran mayoría de piezas teatrales y novelas.
c;:asos más . comunes consisten en «Copiar» ciertos ·aspectos · 1'''
.~¡ .
Y entonces, ¿en qué sentido puede hablarse de «Creación» en
de una persona: Ja apariencia física, Ja situación social, las ."- '. . relación con estos procesos? En realidad todos estos modos
experiencias y acontecimientos significativps, los modos de p·.t presentan una similitud esencial desde el momento en que la
hablar y de_ comportarse. Estos aspectos son proyectados más «Creación» de personajes depende de las convenciones litera-
tarde en situaciones imaginarias siguiendo un elemento de la rias de caracterización. Sin embargo, existen evidentes düe-
persona conocida. O si no, aspectos de una persona pueden rencias de grado, En la mayoría de Ja literatura teatral y de
Ser combinados con aspectos de otra u Otras, en un nuevo ficción Jos personajes ya se hallan preformados como fun-
•personaje•.· Aspectos de una persona pueden ser separados ciones de ciertos tipos de situación y acción. Por lo tanto
y contrapuestos, produciendo tanto una relación interna o un la 'fl'Creación» de personajes es efectivamente un tipo de r~
· conflicto como una relación o conflicto entre dos o más per- tulación: nombre, sexo, ocupación, tipo físico. En numerosas
sonas (la persona conocida, en este caso, puede muy bien $er piezas teatrales y novelas, dentro de ciertos modos de clase
el escritor). ¿Son •creativos• estos procesos, más allá de•·-la la rotulación todavía es evidente, al menos en relación co~
acepción simple de la producción verbal? · - los personajes «menores», de acuerdo· con las convenciones
No por definición, como podría parecer. Solamente en la sociales de distribución de significación (por ejemplo, la «Ca-·
medida eh que los procesos de combinación, sepanición, pro- racterización» de los sirvientes).· Incluso en la caracterización
yección (e incluso transcripción) se convierten .en procesos más sustancial, el proceso consiste con frécuenCia en la acti-
más allá de la desnuda producción ·de personajes, su descrip- vación de un modelo conocido. Sin embargó, no debe supo-
cfón como «Creativó» se vuelve plausible. Existe el caso, re- nerse que la individuación es la única intención de caracteri-
gistrado con tanta frecuencia, de un escritor (iue comienza zación (aun cuando la tensión o Ja fractura entre esa tensión
con alguna persona conocida u observada, a qulen Procura retenida Y el uso selectivo de modelos resulte significativa).
reproducir, sólo para encontrar que en Cierto estadio'del pro- Con respecto a una amplia gama de intenciones el verdadero
ceso está ocurriendo algo más: algo que normalmente se proceso literario consiste en una reproducció~ activa. Esta
describe como el personaje «encontrando una voluntad (una si.tuación ~s especialmente clara dentro de los modos hegemó-
vida) propia». Entonces, ¿qué está ocurriendo en realidad? nicos dominantes y en los modos residuales. Las «personas»

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son -«creadas» para demostrar que las gentes son «como terial de una práctica específica de autoproducción, que en
ésta» y sus relaciones son «como las de ésta». El método este sentido es socialmente neutral: la autocompo:Sición.
puede extenderse desde la reproducción cruda de un modelo Comprender la gama de procesos existentes dentro de esta
(ideológico) hasta la atenta personificación de un modelo con- práctica general constituye la función particular de una .teo-
venido. Ninguno de los dos es «creación» en el sentido popu- ría social. Debemos esclarecer las distinciones específicas que
lar, pero la gama de los procesos verdaderos, desde la ilus- tienen lugar entre sus numerosos ejemplos, por encima de
tración y los diferentes niveles de tipificación hasta l.o que las especializadas descripciones alternativas que limitan, con-
efectivamente .es la realización de un modelo, resulta signi- trolan y a menudo excluyen estas distinciones decisivas. Den-
ficativa. tro del área vital de la práctica social contemporánea no pue-
La realización de un· modelo conocido, detallado y sustan- den existir áreas reservadas, ni .tampoco es solamente una
cial, de «gentes como ésta, relaciones como ésta», es de hecho cuestión de análisis y descripción de alineación. Es cuestión
el verdadero logro alcanzado por las piezas teatrales y las de reconocer los asuntos como partes de un proceso social
nov.elas n1ás serias. ·Sin embargo, existe también evidente- total que, en tanto es vivido, nó es solamente un proceso, _sino
mente un modo que trasciende la realización ·reproductiva. una historia activa constituida por las realidades de forma-
Pueden existir nuevas articulaciones, nuevas formacione~ de . ción y de lucha. .
«carácter» y de «relación», y están señaladas normalmente por La realización más aguda de esta historia activa, una· rea-
la introducción de diferentes notaciones y convenciones esen- lización que lleva. aparejada a Ja vez las inevitabilidades y las
ciales que se extienden más allá de estos elementos específi- necesidades de fa acción política y social, debe incluir la.
cos hasta alcanzar una composición total. A s~ vez, una· gran realización de las .variables realidades de esta práctica que
parte de estas nuevas articulaciones y formaciones se con- .con tanta frecuencia son sometidas .a presión o, a partir de
vierten en modelos. Sin embargo, mientras están formándose una teoría falsa o deformada, son relegadas a un plano· secun-
son creativas· en el sentido emergente, a diferencia de los dario o marginal, desplazadas como lo superestructura!, pues-
sentidos o acepciones de lo. «creativo» que son habitualmente tas en duda .como producción aparentemente independiente
apropiados para la gama que se extiende desde la reproduc- e incluso controladas o silenciadas por mandato. Comprender
ción a la realización. la plena dimensión social de este tipo de producción es to-
En este sentido emergente lo creativo es comparativamen- marla con una mayor seriedad, y con una mayor seriedad
te raro. ·Está necesariamente relacionado con los cambios en en sí misma, de lo que ha sido posible en.las perspectivas es-
la formación social; no obstante, es necesario hacer dos pre- téticas o políticas más especializadas. Cada modo en su cla-
cisiones. ·En primer-lugar, que éstos no son necesariamente, sificación, a partir de la reproducción y la ilustración a través
y con seguridad no sólo directamente, cambios en. las insti-' de la personificación y la realización hasta la nueva articula-
tuciones. El área social excluida por ciertas hegemonías prác- ción y formación, constituye un demento fundamental de la
ticas constituye a menudo una de sus fuentes. En segundo conciencia práctica. Sus medios específicos, tan poderosa-
lugar, que lo emergente no es necesariamep_te lo «progresivo».· mente desarrollados y practicados, son totalmente indispen-
Por ejemplo, el personaje como un objeto inerte, reducido a sables: la capacidad para reproducir e ilustrar en lo quepa-
una serie de decadentes funciones físicas, como ocu.rre en el rece ser el extremo inferio.r de la clasificación; ia capacidad
caso del último Beckett,.puecie ser interpretado como «alie- para personificar y realizar una profunda activación de lo que
nado» y vinculado a un modelo social, y de hecho delibera- puede conocerse aunque de este modo resulta fundamental-
damente excluido. Sin embargo, la tipificación no es solamen- . mente conocido, en detalle y en esencia; y luego la. rara
te articulativa, sino también comunicativa. Especialmente en capacidad de articular y formar, de hacer verdaderas las la-
la imitación, el nuevo tipo se ofrece con el propósito de con- tencias y permanentes los atisbos momentáneos. Lo que ge-
vencer; y así comienza la incorporación. neralizamos como arte dentro .de una teoría social, es a me~
En consecuencia, la producción literaria es ((creativa» no nudo reconocido y respetado a partir de sus funciones co-
en el sentido ideológico de una «nueva visión» que ton1a una lectivas originarias. Necesita todavía un mayor respeto verda·
pequeña parte por la totalidad, sino en el sentido social ma· dero -un respeto de principio-- en todas sus funciones sub-

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secuentes y más variadas dentro de las sociedades complejas se extiende más allá de sus propios modos. Sin embargo, se-
y en las sociedades todavía más complejas en que se visualiza pararla como arte, que en la práctica involucra siempre par-
el verdadero socialismo. · cialmente y a veces totalmente elemen.tos de cualquier parte
Finalmente, Ja creatividad tiene más relaciones que las de del continuum, significa perder contacto con el proceso crea-
sus medios locales y variables. Inseparable como lo es siem- tivo sustantivo y luego idealizarlo; ubicarlo por encima o por
pre del proceso social material, se ordena a Jo largo de nu- debajo de lo social cuando en realidad constituye lo social en
merosas formas e intenciones diferentes que, en las teorías una de sus formas más distintivas, duraderas y totales.
parciales, se hallan separadas y especializadas. Es inherente Por lo tanto, la práctica creativa es de muchos tipos. Es
a la práctica relativamente simple y directa de la comunica- desde ya, y activamente, nuestra conciencia práctica. Cuando
ción de todos los días, pues el propio proceso siglrificante es se conv.ierte en lucha -la lucha activa en pos de una nueva
siempre activo, por naturaleza propia: es a la vez el área de conciencia por medio de nuevas relacione.s que constituyen
todo lo que es social y la, práctica renovada y renovable de el énfasis incxtirpable del sentido marxista de la autocrea-
las situaciones y relaciorieS experimentadas y cambiantes. Es. ción- puedé adoptar numerosas formas. Puede consistir e11.
inherente a io que a menudo es distinguida . de ella como la reelaboración prolongada y dificil de una conciencia prác-
autocomposición, composición social, a menudo descartada tica heredada (determinada): un proceso descrito a menudo
como i<;leologfa, ya que ·éstos son 'también siempre proce- como desarrollo pero que en la práctica es una lucha en las
sos actívos, dependientes de formas específicas inmediatas y raíces de la mente, no abandonando una ideología o apren-
ienovables. Es inherente, ton mayor evidencia, aunque no diendo frases sobre ella, sino confrontando una hegemonía en
exclusivamente, a las nuevas articulaciones y especialmehtc las fibras del yo y en la difícil sustancia práctica de las rela-
a las que, dada su durabilidad material, llegan más allá de su ciones efectivas y continuas. Puede existir una práctica más
.·época y ocasión. . evidente: ·Ja reproducción e ilustración de lo que hasta este
La .composición escrita, el hecho de escribir, es un arte punto han sido modelos excluidos y subordinados; la perso-
social material tan fundamental que ha 'sido utilizado y con- nificación y la realización de experiencias y relaciones cono-
tinúa utilizándose en todas estas formas ·e intenciones. Lo cidas pero excluidas y subordinadas; la articulación y for-
que hal!ámos es un verdadero continuum correspondiente al mación de una conciencia latente, momentánea y nueVamente
proceso a la vez ordinario y extraordinario de l<i creatividad posible.
•, humana y la autocreación en todos su modos y sus medios. Dentro de las presiones y Jos límites reales, una práctica
Y debemos llegar más allá de las teorías y .los procedimientos de este tipo es siempre difícil y a menudo desigual.· Es la
especiali.Zados que dividen este continuUm. Escribir es siem· función especial de la teoria explorando y definiendo la na-
pre comuni.cación, pero no siempre Puede reducirse a la sim~ turaleza y la variación de la práctica para desarrollar una
ple comunicación: el envío de mensajes entre petsonas cono- conciencia general dentro de lo que es repetidamente experi-
cidas. Escribir es siempre en algún sentido autocomposición mentado como una conciencia especial y a menudo relativa-
y composición social, pero no siempre puede ser reducido mente aislada. Y ·por ello la creatividad y la autocreación
precipitadamente a la personalidad o la ideología, e incluso social son acontecimientos conocidos y desconocidos y es a
cuando és reducido de este modo todavía debe ser considera- partir de la comprensión de lo conocido como lo desconoci-
do como activo. La literatura burguesa es sin duda literatura do -el próximo paso, el próximo trabajo- es concebido.
burguesa, pero no es un bloque o un tipo; es ·una conciencia
práctica inmensa y variada a todo nivel, desde le ·cruda re-
producción hasta la permanentemente importante articula-
ción y formación. Del rnisnio modo, en· tales formas la con·
ciencia práctica de una sociedad alternativa jamás puede ser
reducida a un bloque general del mismo tipo descartado o ce-
lebrado. La cornpos'ición escrita, escribir, es a menudo una
nueva articulación y efectivamente una nueva formación que

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1 1'
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l. Conceptos básicos 19
1. Cultura . 21
2. Lenguaje 32
3. Literatura 59
4. Ideología 71

II. Teorla cultural . 91


..,,I· >< l. Base y superestructura 93
~ 2. .La detenninación . 102
>< 3. Las fuerzas productivas . . 109
4. De la reflexión a la mediación 115
5. Tipificación y homología . 121
r" 6. La hegemonía . . . 129
7. Tradiciones, instituciones y formaciones 137
8. Dominante, residual y emergente 143
·": .· 9. Estructuras del sentimiento . 150
10. La sociología de la cultura . 159

III. Teoría literaria . 165


1.
La multiplicidad del acto de escribir 167
2.
La estética y otras situaciones .. 174
3.
Del medio a la práctica social . 182
4.
Signos y notaciones 189
5.
Las convenciones . 198
6.
Los géneros . 206
7.
Las formas 213
8.
Los autores . . . 220
9.
Alineación y compromiso 228
10. La práctica creativa . 236

Bibliografía 245

250
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