You are on page 1of 16

Revista de Ciencias Sociales (Ve)

ISSN: 1315-9518
cclemenz@luz.ve
Universidad del Zulia
Venezuela

Vallejos, Arturo
Conflictos socioambientales en la periferia de la modernidad. Apuntes para la intervención en
contextos locales
Revista de Ciencias Sociales (Ve), vol. XIV, núm. 2, mayo-agosto, 2008, pp. 240-254
Universidad del Zulia
Maracaibo, Venezuela

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28011672004

Cómo citar el artículo


Número completo
Sistema de Información Científica
Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Revista de Ciencias Sociales (RCS)
Vol. XIV, No. 2, Mayo - Agosto 2008, pp. 240 - 254
FACES - LUZ · ISSN 1315-9518

Conflictos socioambientales en la periferia


de la modernidad. Apuntes para la intervención
en contextos locales
Vallejos, Arturo*

Resumen
El presente artículo pretende aportar a la intervención en conflictos socioambientales manifiestos en
Chile y en América Latina. En su estructura general, la propuesta intenta exponer la evidencia empírica, es decir,
el contexto y la presión sobre los recursos naturales que terminan en conflictos, como la propuesta actual de in-
tervención para la resolución de la conflictividad socioambiental. Posteriormente introduciremos desde la Teo-
ría de Los Sistemas Sociales de Niklas Luhmann algunos supuestos teóricos a tener en cuenta para la interven-
ción, que ayudarían a clarificar un posible tipo de intervención que tenga en cuenta la forma y tipo de operación
de la sociedad en que se manifiesta la conflictividad socioambiental.
Palabras clave: Intervención, conflictos socioambientales, resolución de conflictos, sistemas sociales, Amé-
rica Latina.

Socio-Environmental Conflicts on the Periphery of


Modernity. Notes for Intervention in Local Contexts
Abstract
This paper proposes to contribute to intervention in socio-environmental conflicts that have occurred in
Chile and Latin America. In its general structure, the proposal tries to state the empirical evidence, that is, the
context and pressure regarding natural resources that end in conflicts, such as the current proposal for interven-
tion to resolve socio-environmental conflicts. Later, the study introduces some theoretical suppositions from
the Social Systems Theory of Niklas Luhmann that should be taken into account for the intervention, and which
will help to clarify a possible kind of intervention that takes into account the form and type of operation of the so-
ciety where the socio-environmental conflict occurs.
Key words: Intervention, socio-environmental conflicts, conflict resolution, social systems, Latin America.

* Sociólogo, Magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos por la Universidad Alberto Hur-
tado de Chile y Doctor en Ciencias Sociales con Especialización en Ciencia Política por la Facultad Lati-
noamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) sede México. Profesor del Centro de Estudios del Desa-
rrollo Local y Regional (CEDER) de la Universidad de Los Lagos de Osorno, Chile.

Recibido: 07-06-06 · Aceptado: 08-02-07

240
__________________________________ Revista de Ciencias Sociales, Vol. XIV, No. 2, 2008

Introducción alta contingencia social, pero ha seguido en la


idea de arrogarse la posibilidad de ser “el sal-
Las propuestas teóricas que tienen vador” de cada problema o conflicto que tenga
como finalidad una Teoría de la Sociedad (1), razón de ser en los espacios nacionales, regio-
por lo general adolecen de formas o mecanis- nales como locales. En este afán, la política si-
mos para la intervención, pues están desarro- gue anclada bajo lógicas estratificadas; cen-
lladas en un plano teórico-abstracto (descrip- tralizadoras, operando e interviniendo con
tivo). Esta artículo quiere aproximar, a modo más desaciertos que aciertos en una sociedad
de propuesta, una invitación a pensar una in- que no obedece a un centro. Una sociedad fun-
tervención, desde una teoría con pretensiones cionalmente diferenciada hace que sea poco
de universalidad, que pueda aportar a la reso- probable que la política pueda seguir pensán-
lución de los conflictos sociales que tengan re- dose como centro, así como directora de las
percusiones en el medio ambiente (natural y riendas de la sociedad. En otras palabras, esto
construido) y puedan ser usados por los res- no es posible, pues la organización de la socie-
pectivos gobiernos para dar cuenta de los im- dad actual, más que tender a la unidad, tiende
passes que se presenten en pos del desarrollo a la diferencia, haciendo poco plausible que la
de sus comunidades. política cumpla un rol primario y direcciona-
Si asumimos como un dato duro la dife- dor, sino que debería propiciar mecanismos y
renciación por funciones de la sociedad –don- espacios para coordinar las diferentes racio-
de sistemas funcionales como la política, el nalidades de los sistemas sociales de la socie-
derecho, entre otros, siguen una lógica autó- dad y dejar de lado su anquilosada autoridad
noma, reticente a las intervenciones y donde suprema.
ninguna de ellos es más importante que el Esta forma centralizada e interventora
otro–, ésta ha traído consigo el agotamiento de –intrusiva y desdiferenciadora– del sistema
las jerarquías como mecanismos ordenadores político es posible observarla en la solución y
de la sociedad, y que en Chile, como en Amé- resolución de los conflictos sociales, que han
rica Latina, ha tenido al sistema político (el tenido como impacto el medio ambiente natu-
Estado) como el garante de su conducción. ral y construido que se han manifestado en
Una sociedad moderna altamente compleja Chile. Estos han sido tratados de acuerdo al
deja obsoleto este tipo de ordenación, pues to- modelo de políticas públicas y gestión am-
dos los problemas y conflictos que se desatan biental basadas en el patrón actual de desarro-
en su interior necesitan de la cooperación en- llo y una cultura políticamente centralizada.
tre sistemas funcionales que tienen desempe- Es decir, se resuelven vía los mecanismos o
ños específicos, son intransparentes unos de instrumentos anclados en una racionalidad
otros y clausurados en sus operaciones. instrumental que muestran a menudo las limi-
En Chile y sus regiones, el sistema po- taciones de tales orientaciones que a) tienden
lítico –cuyo referente descriptivo ha sido el a salidas técnico-económicas, política-admi-
Estado– ha tendido a lo largo de la historia na- nistrativas y legales, propias de la racionali-
cional a ejercer un rol de control e interven- dad del actual modelo de desarrollo y b) de-
ción y se ha observado continuamente desde jando de lado las distintas racionalidades de
la sociedad (economía, salud). En las últimas los sistemas que intervienen en tales conflic-
décadas, éste se ha visto sobrepasado por la tos. Esto conlleva a que muchos proyectos de

241
Conflictos socioambientales en la periferia de la modernidad
Vallejos, Arturo _______________________________________________________________

inversión se vean dificultados por los conflic- de la sociedad moderna, lo que nos servirá de
tos que ellos generan. sustento para aproximar una observación dis-
En una sociedad como la actual es pre- tinta de intervención ante la conflictividad so-
ciso asumir de una manera distinta este tipo de cioambiental.
conflictos, lo que requiere de nuevas formas El objetivo de pretender ser un país de-
de intervención, además de nuevos espacios y sarrollado, abierto a un mundo globalizado y
mecanismos que puedan, colaborativamente, con una mejor calidad de vida, ha llevado a
resolver las diferencias entre los distintos ac- Chile a generar estrategias que puedan atraer
tores. Por otra parte, la elaboración de estrate- inversión y que se han concretizado en gran-
gias que puedan superar las limitantes a las des proyectos nacionales. Esto ha traído una
que se encuentran expuestas las políticas pú- intensificación de las exportaciones de recur-
blicas y la gestión ambiental. Por lo tanto se sos que conforman la línea base de desarrollo
precisan propuestas que puedan incluir a los del país: minería, pesca, forestal, entre otros
distintos participantes (organizaciones comu- (2), lo que ha generado una presión considera-
nitarias) de la sociedad –al gobierno, al mer- ble sobre los recursos naturales (Altieri y Ro-
cado (sector privado), entre otros–, dando jas, 1999: 127-141; Quiroga, 2001; 1994; Ri-
paso y fundamento a espacios participativos caldi, 1999), siendo su cara visible la manifes-
para la coordinación de los actores de la socie- tación de conflictos socioambientales com-
dad. Para este tipo de conflictos y lo poco rele- plejos (Fiske, 2000, Sabatini y Sepúlveda,
vante e ineficaz que puede ser hoy la interven- 1998; Sabatini, 2000; 1997). Así, los proyec-
ción desde una visión jerárquica, se hace ne- tos propuestos por el gobierno y sus externali-
cesario contribuciones alternativas para la fa- dades, negativas –muchas de ellas manifesta-
cilitación de la resolución de estas disputas. das en disputas– como positivas, han llevado a
Para ello esbozaremos aportes desde la Teoría manifestaciones de resistencia de la sociedad
de los Sistemas Sociales de Niklas Luhmann y en ambientes regionales y locales.
la Teoría Alternativa de Resolución de Con- Ante esto, podemos observar como los
flictos, que pueden ser importantes para la gobiernos nacionales y locales han tendido a
contribución de elementos teóricos, así como regular y controlar sus espacios (Mittelman,
mecanismos (participación, diálogo y coordi- 2002), y como las políticas estatales han cedi-
nación) para resolver las disputas sociales y do “autoridad” al mercado (Strange, 1996)
ambientales de nuestros entornos. –con las consecuencias por todos observa-
das–, dejando al descubierto una creciente
1. Globalización, desarrollo pérdida de capacidad para dar cuenta de la
y conflictos socioambientales conflictividad socioambiental y de formas
que, más que regular, inviten a dar cuenta de
Para dar cuenta de lo enunciado en la éstos de una forma distinta. Esta creciente pre-
introducción, abordaremos en primera instan- sión ha hecho manifiesto reacciones por parte
cia cómo se han ido acrecentando las presio- de la sociedad que se transforman en conflic-
nes al medio ambiente y con ello la generación tos por aquellos que se resisten a ser impacta-
de conflictos socioambientales que afectan, dos por los proyectos de desarrollo, cuando
tanto a comunidades (personas y colectivos) esto afecta su seguridad económica, social y
como a organizaciones y sistemas funcionales ambiental.

242
__________________________________ Revista de Ciencias Sociales, Vol. XIV, No. 2, 2008

La mayor inversión y producción que sustentabilidad, pretendiendo con ello avan-


llevan a cabo los países desarrollados del zar en el encuentro de un amplio consenso
mundo (Japón, Estados Unidos, entre otros) nacional en torno al Desarrollo Sustentable
está localizada en América Latina (Hirst y (Espinoza, Valenzuela y Jure, 1997: 38), lo
Thompson, 1996: 76-78), teniendo estos pro- cual requiere de la inclusión y participación
yectos una finalidad de extracción, es decir, de todos los sectores de la sociedad chilena.
inversiones y producción que generan un Se puso énfasis en el medio ambiente y se
bajo valor agregado y que tienen un alto im- hizo explícito que la participación de la co-
pacto en el medio ambiente natural como munidad es vital, donde la finalidad sería in-
construido. Variables como estabilidad polí- corporar las sugerencias de la sociedad civil
tica, una buena percepción de riesgo y un organizada a la gestión ambiental y entregar
marco normativo que otorgaba y otorga se- a todos una cuota de responsabilidad sobre el
guridad a los inversionistas (Mortimore, medio ambiente nacional. Pero la observa-
Vergara y Katz, 2001: 55), llevaron a plas- ción y descripción actual al respecto nos per-
mar en la última década del siglo XX y los mite decir que lo anterior, especialmente a la
primeros años del siglo XXI, con mayor hora de dar cuenta de los conflictos, no ha
ahínco, lo anteriormente mencionado. sido suficiente y se hace necesario hacer es-
Los conflictos relacionados con el me- fuerzos adicionales en esta tarea.
dio ambiente tienen una larga data (Folchi, En específico, la lógica de interven-
2001, 1998), pero desde que Chile asume un ción a través de las políticas públicas en la
modelo de plena liberalización de los merca- conflictividad socioambiental ha estado an-
dos y abre sus fronteras al mercado internacio- clada en una idea de mercado, es decir, donde
nal (mediados de la década de 1970), basando el mercado sería la garantía para alcanzar la
este proceso en exportaciones primarias e in- sustentabilidad del desarrollo. En este marco
tensivas de recursos naturales y en un marco se enfatiza la importancia de dar valor econó-
de desregulación de los mercados que ha lle- mico a los recursos naturales y servicios am-
vado a una rápida incorporación a la economía bientales, y la necesidad de internalizar ex-
global (Quiroga, 2001: 256), ha traído consi- ternalidades ambientales a través de meca-
go una situación de fuerte deterioro ambien- nismos de mercado y/o instrumentos de regu-
tal, como consecuencia de la transformación lación que no obstaculicen el desarrollo de
estructural de nuestra economía, lo que ha las fuerzas del mercado. Bajo este paraguas,
producido altos costos sociales y ambientales las políticas ambientales orientan comporta-
como éxitos macroeconómicos y empresaria- mientos económicos y sociales de los actores
les. Así, la desprotección y desregulación que involucrados, pero que al relacionar la diná-
propiciaba el nuevo modelo se convirtieron en mica medio ambiente y crecimiento econó-
instrumentos para que la sobre explotación de mico enfrentamos en la política ambiental a
los recursos naturales y la contaminación fue- dos lógicas distintas; contradictorias. En
ran rentables para la competitividad interna- otras palabras, los procesos ambientales irían
cional (3). contra la visión del mercado, cuya finalidad
En este marco, el objetivo de la políti- de este último es la acumulación del capital y
ca y gestión ambiental de comienzos de la dé- la maximización de la tasa de ganancia indi-
cada de 1990 en Chile ha sido promover la vidual (Ricaldi, 1999: 329).

243
Conflictos socioambientales en la periferia de la modernidad
Vallejos, Arturo _______________________________________________________________

Por lo tanto, el modelo actual estimula van desde el norte al sur del país, relacionados
el crecimiento económico, basado en la explo- con tópicos como la minería, el rubro forestal,
tación de recursos naturales, siendo el merca- aguas, carreteras (Gas Andes, Golden Spring,
do el contexto y sistema coordinador del me- Celco Valdivia, Trillum, entre muchos otros),
dio ambiente, habiendo en ello una visión de y donde se ven involucrados desde colectivos
corto plazo. De esta manera, las limitaciones humanos, organizaciones y sistemas como la
de la política ambiental en la resolución de los ciencia, la salud, la economía, la política, en-
conflictos se puede atribuir a las contradiccio- tre otros. Son estas disputas y sus formas ac-
nes inherentes del modelo de desarrollo basa- tuales de intervención lo que el siguiente apar-
do en el crecimiento económico, no siendo ca- tado tematizará y tratará de observar desde un
paz de incorporar criterios o racionalidades de lente distinto, es decir, formas que puedan ser-
los distintos sistemas y actores involucrados vir para una intervención distinta a la actual-
en la conflictividad socioambiental, como lo mente vigente.
que se promueve en los fundamentos y princi-
pios de la política ambiental chilena. 2. La periferia de la modernidad y
Ante lo dicho, la preocupación de los sus conflictos sociales: sus formas
gobiernos (regionales como locales) y socie- de operar y algunas orientaciones
dad organizada en Chile ante los conflictos para intervenir en la
que se manifiestan, no ha resultado en mode- conflictividad socioambiental
los y mecanismos participativos que sirvan
para una intervención que pueda dar cuenta de Como primer punto, se asume en este
ellos. En Chile los conflictos socioambienta- trabajo la idea de una única sociedad mundial
les (Camus y Hajek, 1998; Padilla y San Mar- que se produce y reproduce a través de un me-
tín, 1995; San Martín, 1997), pese a su incre- dio que es la comunicación (4). Esto quiere
mento, siguen siendo objetos de las agendas decir que hablamos de una sociedad que no
políticas a escala central bajo formas de mane- obedece a un centro y se diferencia por siste-
jo que pasan por mecanismos tradicionales mas funcionales que cumplen una función es-
(Justicia Ordinaria, Organismos Administra- pecífica para la sociedad. La función es lleva-
tivos, Arbitraje o Instrumento de Gestión Am- da a cabo en un sistema especializado y con-
biental –Evaluación de Impacto Ambiental) y siste en la solución a un problema de la socie-
vías de negociación informal (manejadas es- dad global, es decir, sistemas como el político,
pecialmente por los proponentes y ejecutores cuya función es la generación de decisiones
de los proyectos de inversión: las empresas), que vinculen colectivamente o como la eco-
las que operan normalmente en la resolución nomía, que tiene como objetivo de dar cuenta
de los conflictos socioambientales en el país de la escasez, entre otros. La especialización y
(Fiske, 1999). Así, la globalización económi- funciones son cumplidas por el propio sistema
ca, representada en la inversión –expresada en de manera exclusiva y no hay otros sistemas
proyectos basados en la extracción de mate- que tengan la misma función, por lo que nin-
rias primas con poco valor agregado–, ha pro- gún sistema puede reemplazar a otro ni ayu-
vocado externalidades negativas y conflictos darlo a dar cuenta de su propia función que
socioambientales que se han hecho manifies- éste tiene para la sociedad. En estas funciones,
tos en el territorio nacional. Conflictos que vistas desde una única sociedad mundial, no

244
__________________________________ Revista de Ciencias Sociales, Vol. XIV, No. 2, 2008

existe ninguna jerarquía u orden de importan- o mecanismos de resolución de conflictos,


cia, pero paradojalmente, la perspectiva de políticas, entre otras) y procesarlas en su in-
cada sistema ocupa una posición prioritaria, terior como información con sentido. Con
utilizando su propio código, lo que lo hace ob- esto se quiere enfatizar la libre capacidad de
servar al sistema mundial desde su propia los sistemas funcionales, involucrados en los
perspectiva. Así, el sistema alcanza sus opera- conflictos socioambientales, para decidir por
ciones mediante la reproducción en la red que sí mismos cuál es el modo en que quieren
estas mismas operaciones forman, debido a operar, o en otras palabras, la invitación
que la función se vuelve un punto de referen- (orientación) a la autorregulación de las ope-
cia obligado en la autorreferencia del sistema raciones del sistema en la dirección puesta
funcional. Para ello, el sistema funcional hace por las distinciones que él introducirá en su
uso de un código binario, que ningún otro operar (Mascareño, s/f).
subsistema utiliza y ciertas reglas que se con- Anclados en lo anterior, sea cual fue-
forman en programas, las cuales pueden ope- re el actor (sistema) que interviene (gobier-
rar a corto plazo y variar en el tiempo, con lo no, organismos semi-públicos) debe saber
que posibilitan que los sistemas funcionales por qué interviene, es decir, saber qué quiere
cambien aspectos relevantes de su estructura, evitar o producir (definición del problema),
sin perder su identidad. cuál es la dirección en que se quiere orientar
Entonces, primero, en sociedades dife- al sistema intervenido. Cualquier política
renciadas funcionalmente se produce una pública o mecanismos de destrabe de con-
fragmentación de la unidad de la sociedad en flictos (vistos como intervención) debe es-
términos de la diferenciación de sistemas fun- tar acompañada de saber (conocimiento so-
cionales, especializados en funciones deter- ciológico). Así, la invitación a que los siste-
minadas que para ellos operan como priorita- mas se autorregulen, requiere de un claro
rias, lo que los hace, además, insensibles para conocimiento sobre las formas en que traba-
otros intereses, lo cual no significa que no se jan los sistemas en una sociedad diferencia-
creen interdependencias necesarias, pues los da. Esto no quiere decir que tengamos el éxi-
sistemas se relacionan entre sí por medio de to asegurado al proponer formas para resol-
sus prestaciones recíprocas. Por lo tanto, a tra- ver conflictos, pero la probabilidad de su
vés de su mutua posibilitación dada por la au- impacto positivo es mucho mayor que si
topoiésis y los acoplamientos estructurales, fuera de una manera distinta.
desarrollan ciertas sensibilidades y ante cier- De lo expuesto se desprende lo siguien-
tos eventos que provienen del entorno estos te: 1) una intervención que tenga las caracte-
pueden coordinarse (5). rísticas de invitación debe asumir que los sis-
Segundo, si se quiere intervenir siste- temas están clausurados operacionalmente
mas que son autónomos o clausurados opera- (códigos), pero abiertos a la información del
cionalmente, lo adecuado será hacerlo no po- entorno; 2) por lo tanto cualquier intervención
niendo en peligro la autonomía de los siste- no puede interferir las operaciones básicas del
mas intervenidos. La idea fundamental será sistema a regular, si lo hace, destruiría su auto-
que el sistema o grupo de actores que se inter- poiésis y al sistema y 3) la intervención exter-
venga pueda observar las distinciones que na debe ser procesada por el sistema que es
ofrece el interventor (oferente de estrategias objeto de ella.

245
Conflictos socioambientales en la periferia de la modernidad
Vallejos, Arturo _______________________________________________________________

Según lo esbozado, podemos hacernos probable consenso, tiende al conflicto. En este


–a modo de ejemplo– la siguiente pregunta: tipo de sociedad los conflictos socioambienta-
¿cómo intervenir el sistema económico en sus les se hacen más complejos y se hace necesa-
códigos pagar/no pagar sin destruirlo? Esto rio poder pensar formas de descripción e inter-
quiere decir que la intervención como invita- vención que puedan ayudar a enfrentarlos.
ción será persuadir al sistema en sus progra- Teniendo como marco conceptual lo
mas (6) que los sistemas elaboran a partir de esbozado, la conformación de la sociedad chi-
sus códigos, los cuales vinculan al sistema con lena, como Latinoamericana, obedecería a
otros sistemas y al entorno, y que son las di- una dinámica de tipo concéntrica (Mascareño,
mensiones visibles de su operar. 2000) o estructurada con tendencias a la estra-
Los sistemas son intransparentes uno tificación o desdiferenciación (Luhmann,
respecto del otro, es decir, la operación de uno 2007), es decir, jerárquica. Antes de los ajus-
no puede ser recreada por la operación del tes estructurales la política direccionaba el
otro, pues la operación se basa en los códigos proceso social. Hoy día la política ha sucum-
y son estos últimos los que dan identidad a los bido ante el sistema económico, siendo éste el
sistemas. Así, la intervención –como invita- que orienta y prevalece ante los demás. Pero
ción–, en la estrategia de resolución de con- bajo esta fachada vemos que los conflictos
flictos debe apuntar a que el propio sistema que se manifiestan en las regiones de Chile, y
afectado por la propuesta reconozca en sus cuyas lógicas de operar de la región obedecen
distinciones aquello que la intervención pre- a modos jerárquicos, son solucionados en el
tende hacerle ver. Es decir, se trata de que el centro. Por lo tanto, si América Latina, y con
cambio introducido no aparezca como cambio ello Chile y sus regiones, obedece a un patrón
explícito, como un elemento externo, ajeno al distinto de operación (distinta a una moderni-
sistema al cual está dirigido. El papel de la in- dad central-sociedad desarrollada), toda de-
tervención, como invitación, está en hacer que manda es procesada por una instancia central
el propio sistema que quiera ser intervenido (Estado o burocracia gubernamental), produ-
procese tal cambio como necesario para se- ciéndose una centralización de cada conflicto
guir operando, como necesario para su propia socioambiental y resuelto en la cúspide.
subsistencia. Aquí el concepto de resonancia, Al operar en una sociedad mundial y
en vez de ruido, estará en la base de lo ante- diferenciada, pues Chile y América Latina no
riormente mencionado, lo que significará que escapan a este diagnóstico, el Estado, el cual
dichos significados se coordinen con los sig- quiere cumplir las labores que antes realiza-
nificados internos. ba, se ve sobrepasado por la complejidad so-
Ante el marco de una sociedad mundial cial y se ve imposibilitado de responder a la
funcionalmente diferenciada y de una lógica elevada contingencia que la sociedad genera
de intervención como la descrita se puede in- y a los procesos conflictivos que se desenca-
cluir el tema que nos convoca. Podemos decir denan. Al no poder dar cuenta de la creciente
con ello, que los conflictos sociales que im- complejidad, pues el sistema económico
pactan el medio natural y construido en nues- tiende a cooptar o colonizar el sistema políti-
tras regiones y localidades son fenómenos co, éste –haciendo uso de su medio simbólico
reales y autoproducidos por las operaciones que es el poder– prevalece ante los demás ac-
sociales de una sociedad que, más que al im- tores y sistemas funcionales, provocando y

246
__________________________________ Revista de Ciencias Sociales, Vol. XIV, No. 2, 2008

generando los desencuentros, contradicciones ción de una sociedad mundializada y una pre-
y conflictos. Al desdiferenciar al resto de los ponderante globalización económica, tienden
sistemas funcionales en su operar, pues, por a salidas técnico-económicas, político-admi-
ejemplo, el mercado no funciona con una lógi- nistrativas (Aldunate, 2001) y legales. Estas
ca de índole social, sino que su medio de co- formas de resolución están en la base del mo-
municación es el dinero y la rentabilidad a delo de desarrollo y de las políticas públicas
corto plazo, la política politiza la economía o ambientales que de éste emanan. Por lo tanto,
politiza el derecho, etc., produciendo la con- estas últimas aducen serias limitantes a la hora
flictividad que vemos manifiesta en nuestros de resolver o dar cuenta formal y satisfactoria-
espacios locales. mente de los conflictos, donde los instrumen-
Por lo tanto, si las disputas son mane- tos de la gestión ambiental (Sistema de Eva-
jadas como actualmente se hacen, la contra- luación de Impacto Ambiental) tienen en su
dicción se agudiza, pues su solución en el esencia una visión técnica para aprobar y dar
centro (gobierno) hace que éstos se agraven, solución a las disputas, así como de las exter-
ya que los proyectos de desarrollo que tiende nalidades negativas sobre los recursos natura-
a enfatizar el Estado chileno se sustentan en les y la población que pueda generar un pro-
lógicas de mercado y las posibles salidas tie- yecto de desarrollo.
nen como finalidad dar el visto bueno a los Como tercer punto cabe preguntarnos
proyectos de inversión, dejando de lado a los ante la situación señalada: ¿a qué herramien-
colectivos afectados. Es decir, unos ganan y tas podemos echar mano en sociedades com-
otros pierden. plejas y diferenciadas?, ¿Quién se hace cargo
Como segundo punto, si tomamos en de implementar estas nuevas vías? Creemos,
cuenta la orientación de las políticas públicas primero, que se necesitan herramientas que
y los conflictos socioambientales expuestos, nos permitan salvar de forma colaborativa y
éstos tenderían a ser consecuencia del diseño no confrontacional; no de juegos de suma
unilateral y de la aplicación de políticas pro- cero, sino de juegos de ganador-ganador, las
puestas por el gobierno, como también de las diferencias que se manifiestan en los conflic-
salidas técnico-económicas, política-admi- tos ambientales. Para ello resulta atrayente
nistrativas y finalmente legales, dejando de una vertiente de investigación iniciada en los
lado, primero, que los sistemas a intervenir Estados Unidos en las últimas décadas del si-
son clausurados y que cualquier éxito o ga- glo XX. El principal modelo o marco de análi-
nancia que se pueda obtener pasará porque se sis fue diseñado y puesto en práctica a princi-
pueda incluir lo que se pretende en sus propios pios de los años 80 del siglo pasado por Fisher
códigos. Segundo, no se hace suyo el princi- y Ury (1981), lo cual posteriormente se plas-
pio base de la participación de actores en las ma en el proyecto de negociación de Harvard,
políticas y salidas a los conflictos, lo que haría siendo trabajado y sofisticado el modelo dise-
que sistemas y actores afectados puedan se- ñado por autores como Susskind y Crui-
guir operando (y no cesar en sus operaciones), kshank (1987); Carpenter y Kennedy (1988);
así como de los posibles acuerdos para la solu- Ury (1991) y Hall (1993). A este marco se le
ción de sus contradicciones. conoce como Resolución de Problemas Basa-
En suma, podemos decir que los con- dos en Intereses (RPBI). También se ha desa-
flictos generados por la creciente diferencia- rrollado otro modelo que está abocado a los

247
Conflictos socioambientales en la periferia de la modernidad
Vallejos, Arturo _______________________________________________________________

conflictos basados en Valores o también lla- televisión, la radio); y c) la propuesta de este


mados de Enfoque –Resolución de Problemas trabajo para dar cuenta de la conflictividad
Basados en Valores (RPBV) (Rothman, que generan los conflictos en una sociedad
1997). Aunque en Chile esta propuesta deno- que se ha hecho mundial, que son las Vías Co-
minada Resolución de Conflictos Ambienta- laborativas. Estas corresponden a los procedi-
les (RCA) es un campo que a mediados de la mientos que permiten resolver los conflictos a
década de 1990 despertó interés a través de al- través de involucrar a todas las partes, exami-
gunos trabajos realizados por algunas ONG,s nar sus intereses e intentar crear soluciones de
como CIPMA (Centro de Investigación y Pla- aceptación compartida. Se trata de un proceso
nificación del Medio Ambiente) y Casa de la enteramente independiente, donde los partici-
Paz, ha carecido de continuidad. Pero sería in- pantes resuelven los problemas, ya sean sus-
teresante ponerla a prueba por lo que sustenta tantivos o de procedimiento, por sí mismos
su propuesta: el diálogo y la colaboración. (Fiske, 1999).
En específico, existen diferentes Vías Como cuarto y último punto, de los mar-
de la RCA. Entre ellas podemos ubicar las a) cos señalados en este ámbito, tomaremos el
Tradicionales Formales, donde encontramos la modelo integrativo propuesto por Emmett
forma Judicial, muy utilizada en Chile, y que Fiske, también denominado modelo de “Efec-
consiste en delegar en los tribunales de justicia tividad del Negociador” (fusión de los marcos
la solución de los conflictos. El Arbitraje, pro- mencionados: RPBI y RPBV) (Ibid.), el cual
ceso privado y voluntario donde los grupos o concibe los conflictos como oportunidades
actores en conflicto le solicitan a un tercero que para el crecimiento personal, el mejoramiento
actúe como árbitro y que tome una decisión por de las relaciones y la resolución de los proble-
ellos. La Vía Administrativa, empleada en las mas. Los temas centrales del modelo son: la fa-
organizaciones privadas para resolver conflic- cilitación básica y para el desarrollo, efectivi-
tos y la Vía Política, donde se impone la fuerza dad, información válida, opción libre e infor-
de una solución y termina un bando ganando y mada y compromiso interno. Así la meta de la
otro perdiendo; b) Vías Tradicionales Informa- negociación será la efectividad del negociador
les que operan a través de dos modalidades: y del facilitador (individual y colectivamente).
uno es el enfoque coercitivo, como simple im- Queremos poner atención en las carac-
posición de la fuerza, donde los grupos hacen terísticas del modelo que apuntan a la facilita-
valer su poder económico, político (influen- ción, la efectividad, la información válida, op-
cias) e incluso físico para conseguir una solu- ción libre e informada y el compromiso inter-
ción que les beneficie, siendo el triunfador el no. Esto es importante a la hora de dar cuenta
grupo o actor de más poder. La segunda, es la de un conflicto, pues más allá de las personas,
negociación ambiental informal, que se da en según la idea que este tipo de modelos sirva
todos los conflictos ambientales, pues de una u para el crecimiento personal -que estaría bien
otra forma los grupos involucrados en un con- si así sucediera-, las disputas se dan entre or-
flicto siempre están confrontando entre sí sus ganizaciones y pertenecen a algún sistema de
intereses, presionando y cediendo en posicio- la sociedad, es decir, a la economía, la políti-
nes. Lo más común es que los grupos interac- ca, al sistema científico, al sistema de salud,
túen a través de terceros, generalmente a través organización de intereses y otras organizacio-
de los medios de comunicación (la prensa, la nes de la sociedad. Así también, una salida a

248
__________________________________ Revista de Ciencias Sociales, Vol. XIV, No. 2, 2008

este tipo de conflictos tendrá como objetivo tanto, las externalidades, negativas como po-
que los actores sigan operando en la sociedad sitivas, peligrosas o exitosas, no pueden ser
con sus distintas funciones y su accionar no nunca distribuidas con justicia, fallando así lo
entorpezca la operatividad, ya sea desdiferen- convencional que prima a la hora de decidir
ciando, opacando o impidiendo el funciona- estos conflictos: los informes técnicos de ex-
miento de cualquier otro sistema u organiza- pertos, como la discusión a través de medios
ción del sistema social. de opinión pública y la justicia.
Como respuesta a la segunda pregunta, Por lo anterior debiera propiciarse el
creemos que el rol le compete al Estado, aun- viraje en la manera de incidir en la resolución
que no de forma exclusiva. El siglo XXI impele de los conflictos socioambientales que estén
a que el sistema político y su referente descrip- basados en una racionalidad con apego a fi-
tivo: el Estado, ceda su rol central y direcciona- nes. Se hace necesario a) desmonopolizar la
dor que lo caracterizó desde el inicio de las re- función de los expertos, pues no puede cerrar-
públicas, en especial, desde la segunda mitad se la participación a ciertos grupos, sino que
del siglo XX en adelante, es decir, un Estado tiene que ser un proceso abierto, según su rele-
planificador de la sociedad, pero que se ha visto vancia social, es decir, informalizar lo jurídi-
carente de dar solución -desde el centro- a la co; b) tener en claro que las decisiones no han
problemática social. Una sociedad funcional- sido aún tomadas, por lo que se debe abrir la
mente diferenciada y compleja llama al sistema estructura de toma de decisiones; c) existir un
político y al Estado a cumplir su función: tomar diálogo abierto entre los actores involucrados
decisiones que vinculen colectivamente (To- de la sociedad y no acordar decisiones a puer-
rres, 2004: 143), lo cual no lo hace menos rele- tas cerradas entre expertos y actores políticos.
vante, si no acorde a un tipo de sociedad que Para esto se necesita un proceso garantizado
dista enormemente de sus antecesoras. por los actores que pueda acordar y sancionar
Así, el Estado u otros actores, deben normas a modo de autolegislación y autoobli-
propiciar formas donde su competencia sea de gación (Beck, 1999: 164-165). En orientación
supervisar, de mediar, de catalizar nuevas po- sistémica estaríamos hablando de “acopla-
sibilidades. El Estado como actor relevante y mientos operativos” los cuales condensan y
su peso en el imaginario social chileno como actualizan las irritaciones recíprocas de los
latinoamericano, está encargado de velar por actores involucrados en los conflictos y de
la calidad de vida de las personas como de co- este manera permiten una adquisición más rá-
ordinar en beneficio de ellas. Es el Estado pida y mejor coordinada de las informaciones
como organización el que se comunica con las en los sistemas funcionales de la sociedad
personas y con otras organizaciones al interior (Luhmann, 2007). De ahí la importancia de
de la sociedad, teniendo como fórmula de modelos como la RCA que puedan proporcio-
contingencia, es decir, como su gran objetivo nar salidas que cumplan lo antes mencionado,
el “bien común”, expresado en el interés pú- pero que tampoco sean vistas como maquinas
blico de un territorio. Hoy en día muchos pro- de producciones de consenso.
yectos que el Estado propone son resistidos Ante lo expuesto y en un marco de
por la sociedad, por lo que la racionalidad im- mundialización (globalización) económica,
plícita que tiende al bien común se ve rechaza- donde las fronteras están abiertas a la inver-
da al atentar contra sus espacios de vida. Por lo sión y la llegada de proyectos que tienen como

249
Conflictos socioambientales en la periferia de la modernidad
Vallejos, Arturo _______________________________________________________________

fin la explotación de recursos naturales que a los puntos de vista de los agentes responsa-
pueden tener graves impactos negativos en bles del problema ambiental que ha desatado
nuestras sociedades, es donde se ratifica la ne- el conflicto. Es decir, es un área de la gestión
cesidad de nuevas alternativas para resolver pública no tradicional (Sabatini, 1999) que re-
conflictos socioambientales. Por lo tanto, es querirá iniciativa, autonomía y flexibilidad.
en esta línea donde se hacen viables iniciati- También la apertura de los organismos de la
vas como el modelo de RCA, pues asumen sociedad civil a cumplir un rol de terceros,
que los conflictos son autoproducidos en una avalados en la experiencia académica, investi-
sociedad que no obedece a un centro y los que gativa y de intervención, la cual puede ser
deben resolverlos, a través de agentes que puesta en pos de la sociedad nacional.
puedan servir de coordinadores, facilitadores
o supervisores, son los actores partícipes de 3. Una breve recapitulación
las disputas ambientales. Esta mirada nos pro-
pone buscar acuerdos que compatibilicen de La evolución de América Latina, Chile
la mejor forma posible los intereses de los ac- y sus espacios locales nos muestra que los
tores involucrados, por medio de procesos de conflictos socioambientales se han multipli-
diálogo formal, democrático y participativo, y cado en una sociedad cada vez más diferencia-
donde se preste especial atención a los intere- da, compleja y que hace más improbable el
ses y aspiraciones de las poblaciones directa- ponernos de acuerdo. Esto lo vemos reflejado
mente afectadas. Por lo tanto, ante la falta de en las actividades económicas que han tenido
convocadores, deberá ser el Estado, por inter- como finalidad la explotación de los recursos
medio del Gobierno, u organismos (institutos) naturales y en lo intensivo de estos procesos,
de la sociedad civil (ONG,s, Universidades u lo que ha llevado al agotamiento de muchos de
otros) quienes tendrán que cumplir el rol de nuestros recursos y ha generado graves con-
convocador en esta propuesta, como forma de flictos en nuestros territorios. Los mecanis-
revertir la cultura política centralista que im- mos de solución a las disputas han sido resuel-
pera en nuestra sociedad chilena. Importante tas tomando en cuenta los actuales instrumen-
será potenciar los acoplamientos entre políti- tos de gestión ambiental, los cuales deciden
ca y ciencia, donde las universidades podrán bajo parámetros técnicos y de rentabilidad la
servir como nichos que sirvan para ofrecer viabilidad de éstos, generando graves impac-
instancias teóricas y metodológicas para lle- tos al medioambiente y los colectivos huma-
var a cabo este tipo de propuestas. nos. Así, los conflictos brevemente enuncia-
Así también, estas fórmulas se encuen- dos son un “botón de muestra” para dar cuenta
tran condicionadas por las capacidades de ges- de la dificultad que hemos tenido para resol-
tión de los gobiernos locales, regionales, provin- verlos. Proyectos que tienen una doble cara:
ciales y nacionales. De ahí la necesidad de que el traen desarrollo y trabajo, pero que también
Estado y sus instancias locales sean capaces de traen graves externalidades negativas.
desempeñar roles de facilitadores o coordinado- Por lo tanto, intervenir en conflictos
res, de garantizar el cumplimiento de los com- manifiestos en contextos locales implica tener
promisos pactados y de apoyar la expresión –de conocimiento de como opera una sociedad
intereses– de los colectivos de la sociedad, que moderna. Es decir, se debe tener en cuenta que
suelen estar en situación de desventaja respecto bajo una organización mundial diferenciada

250
__________________________________ Revista de Ciencias Sociales, Vol. XIV, No. 2, 2008

por funciones, que sus sistemas son autóno- Lo anterior se entiende y está anclado
mos, clausurados e intransparentes uno de en un plano teórico, por lo que en un plano
otros, toda intervención debe no irrumpir sus operativo -de propiciar mecanismos que pue-
operaciones basales, sino persuadir o invitar dan ser útiles para esta forma de intervenir- los
al sistema que se desea intervenir, a su propia actores en los espacios locales deberán apun-
transformación en sus propio lenguaje. Por tar a generar espacios donde la deliberación
ejemplo, si el sistema político quiere bajar los sea parte en toma de decisiones. Esto no quie-
niveles de contaminación en cualquier ciudad re decir que una intervención generada por un
de Chile o Latinoamérica, no cumplirá con tal actor, y que no tenga como contexto la delibe-
objetivo si interviene cerrando industrias para ración entre involucrados en los conflictos, no
tener una buena nota ante la opinión pública y pueda llegar a buen fin, si no que la inclusión
sus niveles de aceptación no bajen en las en- de los afectados en la toma decisiones com-
cuestas, ya que al intervenir el sistema econó- partidas y que puedan coordinarse en pos de
mico en su función primordial paraliza y pro- futuros impasses del mismo u otro conflicto,
duce externalidades en el propio sistema eco- debería ayudar a mantener este tipo de espa-
nómico y con ello repercusiones en otros sis- cios y asumir que la conflictividad socioam-
temas sociales, como la familia. Una observa- biental en la actualidad ha llegado para que-
ción como ésta debe dejar claro que la solu- darse entre nosotros. Aquí se hace pertinente
ción, por bien intencionada que sea, no debe la idea de Douglas North que en la toma de de-
estar, primero, ceñida a una intervención de cisiones “muchos es mejor que pocos” (North,
primer orden, y, segundo, que la conflictivi- William y Barry, 2002).
dad la genera el sistema económico y éste es Los conflictos sucintamente expues-
ciego a sus externalidades negativas, por lo tos, y muchos otros posibles de observar en
que hay que hacerle ver (al sistema económi- nuestros países y localidades (en educación,
co) lo que no puede ver (sus externalidades salud, seguridad, entre otros), muestran ins-
negativas), propósito de la intervención de se- tancias de decisión distantes a las más arriba
gundo orden. expresadas. Se ha intervenido desde el centro
Una sociedad diferenciada y compleja y a través de mecanismos de tipo político o de
nos interpela que el hacernos cargo de los política, es decir, zanjados por una autoridad o
conflictos socioambientales se debe dejar de por mecanismos e instrumentos que privile-
lado la vieja idea de un estado regulador, in- gian lo técnico, lo rentable y lo jurídico, donde
terventor y generador de soluciones a todos prevalece la acción y orientación de un siste-
los problemas que la sociedad demande (ac- ma sobre otros y no propicia miradas y deci-
tual estrategia para dar cuenta de la conflicti- siones compartidas.
vidad socioambiental), así como cualquier Es en este contexto donde la interven-
otro sistema que tienda a desdiferenciar e in- ción debe estar a la altura de una sociedad dis-
tervenir en forma autoritativa y direcciona- tinta a las que nos precedieron. Se debe cam-
dora. Toda acción deberá apuntar a propiciar biar el lente de la intervención y sus instancias
intervenciones de segundo orden, donde la de formalidad -actualmente inadecuadas- e
fórmula tienda a generar transformaciones a informalidad -actualmente insustentables-,
través de invitar a la autorregulación del sis- donde los gobiernos, nacionales y locales son
tema a intervenir. actores vitales para propiciar la coordinación

251
Conflictos socioambientales en la periferia de la modernidad
Vallejos, Arturo _______________________________________________________________

y facilitación en la conflictividad socioam- Carpenter, S. and Kennedy, W. (1988). Mana-


biental y ser catalizadores de nuevos espacios ging Public Disputes: A Practical
que podrían revertir la cultura política centra- Guide to Handling Conflict and Rea-
lista que impera en nuestra sociedad. Sus po- ching Agreements, San Francisco:
Jossey-Bass Publishers.
tenciales son diversos, pudiendo ser canales
de información, medios para mejorar las polí- Espinoza, G., Valenzuela F. y Jure J. (1997). Hu-
ticas locales, nacionales como internaciona- manismo Cristiano y Gestión Ambien-
tal Comunal, Chile: Fundación Konrad
les, contribuir a la cohesión de fuerzas (Schol-
Adenauer, Gráfica Funny, Santiago.
te, 2000) y equilibrios ante actores mucho más
Fisher, R. and Ury W. (1981). Getting to Yes:
poderosos que se enfrentan a colectivos débi-
Negotiating Agreement Without Gi-
les y poco organizados.
ving In, Boston: Houghton Mifflin.
Por lo tanto los conflictos socioam-
Fiske, E. (2000, mayo). Reconceptualizing En-
bientales pueden ser coyunturas que sirvan
vironmental Conflict Resolution: The
como cajas de resonancia a los conflictos es-
Development Facilitation Approach.
tructurales o intrínsecos al desarrollo y tam- Ponencia presentada a la conferencia Al-
bién instrumentos para la coordinación social. ternative Dispute Resolution and Natu-
La concertación de actores en pos de la resolu- ral Resources: Building Consensus and
ción puede llevar a que los sistemas, organiza- Resolving Conficts in the Twenty-first-
ciones y colectivos sociales puedan seguir Century, Instituto de Resolución de
funcionando, generando miradas de largo al- Conflictos, Tucson, Arizona.
cance y no proyecciones de corto plazo pro- Fiske, E. (1999). Curso de Resolución de Con-
puestas, principalmente, por el mercado, lo flictos Ambientales, Instituto del Me-
que hará posible miradas de ganador-ganador dio Ambiente, Universidad de La Fron-
y no juegos de suma cero. tera, Temuco, Chile.
Folchi, M. (2001). La insustentabilidad de la in-
Bibliografía citada dustria del cobre en Chile: los hornos y
los bosques durante el siglo XIX. Re-
Aldunate, C. (2001). El Factor Ecológico. Las vista Mapocho, Nº 49, Santiago de
mil caras del pensamiento verde, Chile: 149-177.
Santiago: Ed. Lom, Colección Ecología Folchi, M. (1998 Noviembre). Hornos, relaves y
y Medio Ambiente. pobreza. El lado ingrato de la historia
Altieri, M. y Rojas, A. (1999). “La Tragedia eco- del cobre en Chile. Ponencia presentada
lógica del “milagro” neoliberal chile- en la 5ª Bienal de la Sociedad Interna-
no”, Revista Persona y Sociedad, Vol. cional de Economía Ecológica, Santia-
XII, Nª 1: 127-141. go de Chile.
Beck, U. (1999). La Invención de lo Político. Hall, L. (1993). Negotiating Strategies for Mu-
Para una teoría de la modernización tual Gain: The Basic Seminar of the
reflexiva, Buenos Aires: Fondo de Cul- Harvard Program on Negotiation,
tura Económica. Newbury Park, California: Sage Publi-
cations Inc.
Camus, P. y Hajek, E. (1998). Historia Ambien-
tal de Chile, Santiago: Andros Impre-
sores.

252
__________________________________ Revista de Ciencias Sociales, Vol. XIV, No. 2, 2008

Hirst, P. and Thompson, G. (1996). Globaliza- de Chile: Instituto de Ecología Políti-


tion in Question, Cambridge: Polity ca/Editorial Universitaria.
Press. Quiroga, R. (2001). “La sustentabilidad socioam-
Lechner, N. (1997). “Tres formas de coordina- biental de la emergente economía chile-
ción social”, Revista de la CEPAL, na entre 1974 y 1999. Evidencias y desa-
Num. 61, agosto: 7-17. fíos”. El ajuste estructural en América
Luhmann, Niklas (2007). La sociedad de la so- Latina. Costos sociales y alternativas
ciedad, Editorial Herder/Universidad (pp. 255-274). Sader, E. Compilador,
Iberoamericana, México. Buenos Aires: Editorial Clacso.
Mascareño, Aldo (s/f). Lineamientos para una Ricaldi, T. (1999). “Economía, medio ambiente
teoría sistémica de la orientación y y desarrollo: Una trilogía compleja en
coordinación social, resultados no pu- la concepción de políticas” La econo-
blicados. mía ecológica: Una nueva mirada a la
ecología humana (327-357). Ricaldi,
_________________(2000). “Diferenciación
T., Compiladora, Bolivia: UNESCO,
Funcional en América Latina: los con-
CESU-UMSS.
tornos de una sociedad concéntrica y
los dilemas de su transformación”, Re- Ricaldi, T. Compiladora (1999). La economía
vista Persona y Sociedad, Vol. XIV, ecológica: Una nueva mirada a la
número 1, 2000: 187-207. ecología humana, Bolivia: UNESCO,
CESU-UMSS.
Mittelman, J. (2002). El Síndrome de la Globa-
lización: transformación y resisten- Rothman, J. (1997). Resolving Identity-Based
cia, México: Editorial Siglo XXI. Conflic in Nations, Organizations
and Communities, San Francisco:
Mortimore, M., Vergara, S. y Katz, J. (2001). La
Jossey-Bass Publishers.
competitividad internacional y el de-
sarrollo nacional: implicancias para Sabatini, F. y Sepúlveda, C. (1998). Conflictos
la política de Inversión Extranjera Ambientales. Entre la Globalización
Directa (IED) en América Latina, y la Sociedad Civil, Santiago de Chile:
Santiago de Chile: CEPAL. Cipma.
North, D. William S. y Barry W. (2002), “Orden, Sabatini, F. (2000, octubre 3 y 4). Los conflictos
desorden y cambio económico: Lati- ambientales como estímulos a la par-
noamérica versus Norte América”, Re- ticipación. Ponencia presentada al Se-
vista Instituciones y Desarrollo 12 y minario Participación Ciudadana en el
13, Barcelona. Proceso de Toma de Decisiones Am-
bientales en Chile y Canadá, CONA-
Padilla, C., San Martín, P. (1995). Conflictos
MA, Santiago de Chile.
Ambientales. Una oportunidad para
la Democracia, Santiago de Chile: Ob- Sabatini, F. (1999). “Participación Ciudadana
servatorio Latinoamericano de Conflic- para enfrentar los conflictos ambienta-
tos Ambientales/Instituto de Ecología les urbanos. Una estrategia para los mu-
Política. nicipios”, Ambiente y Desarrollo, V.
XV, N 6, Santiago: 26-35.
Quiroga, R. (1994). El Tigre sin Selva. Conse-
cuencias ambientales de la transfor- Sabatini, F (1997, enero 15 y 16). Participación
mación económica de Chile, Santiago y localidad: problemas, conflictos y
negociación. Ponencia presentada al

253
Conflictos socioambientales en la periferia de la modernidad
Vallejos, Arturo _______________________________________________________________

Primer seminario conceptual sobre Strange, S. (1996). The retreat of the State.
Participación Ciudadana y evalua- The diffusion of power in the world
ción de políticas públicas, Facultad economy, Cambridge University Press.
Latinoamericana de Ciencias Sociales Susskind, L. and Cruikshank, J. (1987). Brea-
(FLACSO), Santiago de Chile. king the Impasse: Consensual
San Martín, P. (1997). Conflictos Ambientales Approaches to Resolving Public Dis-
en Chile, Santiago: Observatorio Lati- putes, New York: Basic Books.
noamericano de Conflictos Ambienta- Torres Nafarrate, Javier (2004). La política
les/Instituto de Ecología Política. como sistema, FCE/UNAM/Universi-
Scholte, J. (2000). “Global Civil Society”, The dad Iberoamericana, México.
Political Economy of Globalization Ury, W. (1991). Getting Past No: Negotiating
(pp. 173-201). Tussie, D. and Wood, N. Your Way From Confrontation to Coo-
Coordinadores, Londres: MacMillan. peration, New York: Bantam Books.

254

You might also like