Professional Documents
Culture Documents
Juventud y Política
Nuevos puntos de diálogo desde
la Comunicación.
3
> Resumen
4
Índice
Pág.
> Aspectos Preliminares
Resumen 4
Índice General 5
5
Capítulo 5> Nuevos acercamientos teóricos Pág.
a la relación Juventud y Política. 58
Diseño metodológico. 78
1. Tipo de investigación 78
2. Nivel de investigación. 78
3. Universo. 89
4 Muestra. 89
4.1 Tipo de muestreo. 80
5 Técnicas de Recolección de Datos. 81
Referencias> CD
6
Cuerpo 1 > Aspectos Formales
1. INTRODUCCIÓN A LA INVESTIGACIÓN
Precisamente, la re-unión sobre la que versa esta investigación es acerca de jóvenes (Grupo
1
social) desvinculados de la política (Caso particular) . Este fenómeno social que es uno de
aquellos de los que más se trata en foros de democracia y minorías identitarias en periodos
eleccionarios, es también uno sobre los que menos resultados se han obtenido en términos
de cambios conductuales bajo políticas de Estado de inclusión 2 . Desde la comunicación las
razones de esa infructuosidad hablan de un desconocimiento continuo de las reales razones
en torno al cual un joven cualquiera puede sentirse en malestar con la política.
Desconocimiento que puede ser provocado por un choque de intereses entre clase política y
las expectativas de los jóvenes o bien por enfocar el estudio del descontento juvenil
mayoritariamente desde un enfoque cuantitativo, que no logra adentrase lo suficiente en
comparación al conocimiento sensible que la investigación cualitativa puede proporcionar, y
que esta investigación en particular busca desarrollar.
De esta manera, bajo estas nuevas perspectivas el trabajar con el concepto política se
enriquece explicitando la relación estrecha entre política poder, proponiendo la política como
1
La situación de juventud desvinculada de la política, radica en que ciertos jóvenes al no sentirse motivados ante las formas
tradicionales de hacer política (sufragio, participación en partidos, sindicatos, tipo de representatividad) se alejan emocional y
racionalmente de ella, omitiendo su opinión, poniéndose en contra o bien no participando de los conductos para canalizar el diálogo
ciudadano, como el voto, u otro tipo de organizaciones o manifestaciones de corte político. Claudio Duarte en su texto “Juventudes
chilenas: el potencial de su diversidad” lo define de esta manera “(…) En la actualidad existe un debate público pues se considera
que las y los jóvenes son apáticos, ya que en gran número no participan en los procesos electorales (…) Más bien planteamos que
lo que hoy vemos en nuestro país es la antipatía de muchos jóvenes a los modos tradicionales y corruptos de hacer política, que no
solo no motivan a participar sino que tienden a inhibir las ganas y deseos que muchas veces se perciben en los y las jóvenes”.
Incluso con estas bases, otros jóvenes aunque aún no motivados por la política, parecieran haber construido nuevas formas sobre
las cuales basar su participación y poder social: como son las tribus urbanas, los grupos religiosos, deportivos, etc.
Esa nueva forma de concebir la participación política, si bien puede tener numerosas causas y directrices, de las cuales aún queda
mucho que formalizar, sí manifiesta consecuencias específicas. Fundación Participa plantea en base a un estudio de juventud, que
los jóvenes muestran un interés claro por participar en diversas manifestaciones sociales, culturales y de ayuda comunitaria y
ecológica, incluso espiritual, pero un bajo interés de participar en el espacio destinado para gobernar la sociedad de las cuales ellos
quieren participar, como los registros electorales, sindicatos, agrupaciones y partidos políticos. Ese desinterés, de acuerdo a la
última encuesta de participación política y electoral del 2005 de fundación Chile 21, se adjunta a fuertes niveles de incredulidad y
desconfianza ante el actual y los posibles gobiernos que no representan en el escenario político tradicional sus reales intereses.
En la medida en que estos jóvenes son modificadores del actual escenario político, sobretodo desde su ausencia en el discurso
formal y tradicional, se exige tener una revisión profunda de cómo las nuevas generaciones enfrentadas a nuevos paradigmas
sociales, y nuevas escalas valóricas, de alienación y consumo, enfrentan la política. Porque no podemos desconocer que en la
medida que la esfera social adopta los códigos del mercado, no sería extraño encontrase con un joven “apolítico”, que ha dejado de
pensar en el colectivo país y las actividades consensuales para ocuparse de sus propios proyectos de la forma que mejor les
represente, aunque sea de a uno.
2
Fuente CEP: “De acuerdo a los últimos datos del Servicio Electoral un 27,5% de los jóvenes entre 18 y 24 años está inscrito –lo
que representa únicamente un 5,8% del total de inscritos”.
7
la organización de dicho poder y por ende siendo ciertamente susceptible de encontrar en
ella las presencias, del discurso hegemónico y de la patriarcalización de la juventud como
campos en juego cuando analizamos la relación juventud-política.
Este es punto relevante porque si bien podemos trabajar con un concepto en donde la
política rescate ese aspecto de la noción Aristotélica de las decisiones que tomamos para
organizar nuestra convivencia en la ciudad, hay que reconocer que este es un acercamiento,
que si bien permite una amplitud cómoda para el trabajo comunicacional, es una definición
forjada para un un contexto histórico específico, que no puede, metodológicamente, ser
criticado bajo la extrapolación de las actuales lógicas, pero que si reconoce limitaciones
frente a conceptos modernos entorno a la política, como en el caso de aquellas
consideraciones modernas que entienden que los sujetos se agrupan en comunidad como
forma de alcanzar sus propios intereses, relación que estaría mediada por la ley jurídica.
Sin rescatar del todo la noción aristotélica, la política, sin embargo, como organización de las
decisiones de cómo queremos convivir, distribuir el poder y gobernarnos, es un ámbito de
amplio alcance ciudadano porque a todos, quienes vivimos en y bajo la lógica de ciudad,
(aún incluyendo los espacio rurales que se manejan bajo esas lógicas) nos interpela. De esta
manera la política no es distante ni estrictamente formal (como los jóvenes y otros
ciudadanos la sienten), su raíz histórica, está en cada uno de los habitantes y en la
comunidad. Sacar a la política de esa condición básica de organización de la ciudad y
asociarla exclusivamente al poder o a las diferentes clases políticas, es cargarla
simbólicamente de memorias históricas, espacios y arquitecturas emocionales, de espacios
lingüísticos sociales, que han respondido a diversas decisiones e intereses que no
necesariamente responden al actual contexto social de los jóvenes, a la ponderación de sus
intereses, ni a una visión amplia del rol de la política en sociedad. Y que no hace, sino
olvidar, que el fin último de la política es que cada uno de los habitantes no sólo decida como
vivir, sino que se haga cargo de construir su ciudad bajo esos acuerdos. Cada persona es
libre y responsable de la política que se ejerce en donde vive y para ello es necesario
también hacer una revisión acuciosa de los factores que hacen que los jóvenes (sino la
sociedad) no se hagan cargo de esos deberes propios a su condición de ciudadanos.
Bajo estas perspectivas la comunicación como forma de entendimiento de ese diálogo social
aquí expuesto, y que es la fuente de relación entre diversos grupos de interés en sociedad,
no sólo abarca y nutre la relación joven política desde el “enfoque dialéctico de mercado”
3
propuesto por Davara , sino que también da luces en las relaciones sociales acerca de
cómo aunar objetivos en un fin común de entendimiento. Si bien esta investigación refuta la
autorregulación del mercado como medio de la regulación social, si encuentra en este
enfoque de Davara, de entender que el mercado “conversa”, herramientas que pueden hacer
más fluidos los diálogos sociales primando en ellos la calidad humana y subjetiva que los
caracteriza y les otorga su riqueza cultural.
3
Sobre el enfoque dialéctico de mercado revisar: Francisco Javier Davara, Estrategias de comunicación en marketing. Editorial
Dossat 2000, Año 2004.
4
Incorporar la creatividad publicitaria y el insight en ese Diálogo Social como una parte natural de este proceso, permite una
comprensión que la publicidad por sobre la propaganda política genera, en base al diálogo y sobretodo en su capacidad de entrar
en contacto persuasivo y profundo con las personas donde incluso puede proponer (sin forzar, sino en base a beneficios) nuevas
conductas sociales. Así el énfasis en el insight como óptima forma de comunicarse con los consumidores permitirá que esta
investigación considere al insight aplicado a una investigación social, la fuente primordial sobre la cual generar nuevos puntos de
diálogo y relación entre juventud y política tradicional.
8
2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.
Ante la negativa de los jóvenes al diálogo político tradicional y formal relativo a como
gobernar el estado, la opinión pública sobretodo la mediática, ha criticado esa actitud en
base a diferentes argumentos: como el no compromiso, la inmadurez y, por tanto, las
acciones sobre las que ha trabajado se ha visto parceladas por tratar de incluir a los jóvenes
paternalistamente, atrayéndolos desde y hacia el mismo discurso hegemónico.
En palabras de la ONU “algunos jóvenes tienen la impresión de que se les pide que
participen precisamente en las estructuras que, a su juicio, los excluyen” 5 . Generando un
discurso antagónico en sus fundamentos ante el que el joven al no poder conciliar, rechaza.
El interés y la necesidad de incorporar a los jóvenes existe. Son ellos quienes en las últimas
décadas han estado en la vanguardia de los cambios políticos en torno a cómo queremos
vivir en relación a la ecología, la discriminación, el arte, la democratización de la cultura. Los
jóvenes tienen un tremendo potencial opinático que también es un discurso que debe ser
hablado en las conversaciones sociales y estatales.
Pero desde esa conversación social, el rol del joven como actor social se adolece, ya que su
legitimación como actor político se quiebra cuando se habla por ejemplo de anomia juvenil o
de lo “apolítico”. Cuando al joven socialmente se le reafirma su estado de rechazo y se le
justifica paternalistamente en base a su “inexperiencia o su indiferencia propia de la
juventud”, al joven se le quita la palabra. Remitiéndonos a la historiadora Alejandra Castillo,
la mujer sólo se hizo actor social, cuando salió de lo privado hacia el mundo público y exigió
su lugar como actor social a través de la “toma de palabra”; lo mismo sucede con los
jóvenes, enfatizar su rol de sujetos ciertamente en desarrollo y devolverlos al mundo privado
7
familiar con argumentos de inexperiencia, es despojarlos de su voz social , ya que la
redefinición de las identidades políticas siempre trae consigo el problema del
reconocimiento. Un ejemplo reciente y claro de la importancia de la enunciación como forma
de encontrar un lugar en el discurso social, es el Movimiento Estudiantil “Pingüino” del 2006,
en donde los jóvenes insertos en las lógicas mediáticas y conformándose agrupadamente
como “actor social”, reclamar una voz social, que es rescatada por los medios de
comunicación que están fuertemente ligados con los alcances que adquiere la política, y
logra generar esa “toma de palabra”.
5
Cita en: La juventud y las Naciones Unidas; Texto: “La participación”; www.un.org/youth.
6
Cita en: La juventud y las Naciones Unidas; Texto: “La participación”; www.un.org/youth.
7
Alejandra Castillo; La aporía republicana: mujer y política; Actual Marx, edición número 4. Editorial Arcis.
9
calidad de la educación, hacia un conflicto político, mediante la enunciación y/o la
politización de dicha demanda, se hace necesario descubrir por sobre los argumentos
clásicos, de apatía, o desconfianza, las emociones detrás de esa forma de vivir la política en
los jóvenes, sus valoraciones del poder, de la comunidad para en ese descubrimiento,
posibilitar que la comunicación les permita retomar la palabra que se les va perdiendo en los
discursos aporéticos que les entrega la sociedad, que los repliega sobre si mismos, pero de
los cuales pueden salir hacia la enunciación.
10
3. FORMULACIÓN DE LA PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN
¿Qué sienten 8 y qué expresan los jóvenes universitarios 9 hacia su propio entendimiento de
lo que es la Política 10 ? [*]
[*] Investigación para el desarrollo de una propuesta comunicacional dirigida a plantear
nuevos puntos de diálogo entre la relación Juventud y Política.
8
Por “sentir” entenderemos la descripción de cuales son las emociones que los jóvenes experimentan hacia la política. Maturana en
el texto “Lenguaje, emociones y ética en el quehacer político”, nos plantea que detrás de toda racionalización hay una emoción que
moviliza un determinado dominio de acción. Entender ese sentir que impulsa toda expresión racional de los jóvenes hacia la política,
es el fundamento para entender cuál es el tinte emocional en los argumentos sobre los cuales los jóvenes construyen su relación,
cómo la consideran, cómo la valoran, qué les simboliza. Para esta investigación, el concepto sentir, por sobre el concepto
emociones, nos permite ligar al componente emocional, al entramado racional que le sucede, es decir comprender en esta
investigación, qué emociones les genera y que opiniones y argumentos crean entorno a la política.
Castro Aniyar (Phd. en Antropología Social), en su texto: “Ciencias sociales y literatura latinoamericana: Del rigor científico que
aprendimos a una teoría de las emociones” plantea la importancia de incorporar en al ámbito de las ciencias esa emocionalidad y
distinciones culturales que caracterizan a Latinoamérica. Él lo expresa de la siguiente forma: “No sólo pensar en el conocimiento de
la emoción, sino entender a la emoción como una dimensión epistemológica, permite involucrar el pensamiento científico con la
cultura común del pueblo y los individuos que le dan sentido”. La emociones son una realidad en si mismas, y son un aspecto de “la
realidad”, de la verdad histórica, que hasta hoy no ha sido incorporado en los estudios públicos acerca de la relación política y
juventud. Gravitante incorporación cuando los jóvenes, por sobre ser latinoamericanos, son sujetos altamente emocionales. De ahí
que este sea uno de los ejes de la presente investigación en donde el conectarse racionalmente pero sobretodo emocionalmente
con los jóvenes, nos hable de esa cultura común entorno a como se vive y qué sentido se le da a la política.
9
La investigación corresponde a una investigación de carácter cualitativo que se realizará entre Marzo del 2006 a Abril del 2007, a
jóvenes que están o no inscritos en los registros electorales y que desarrollan sus estudios superiores en las Universidades: Diego
Portales, Santo Tomás, Universidad de Chile, Universidad Católica y Finis Terrae. La elección del rango universitario es para
asegurar la condición juvenil en dos factores que la universidad otorga, primero un grado de dependencia familiar frecuente, afectivo
y económico y un estilo de vida entorno al ocio, el estudio, la diversión sin integrarse de lleno aún al mundo adulto. Estas decisiones
fueron escogidas por presentar una condición clave en base a los recursos de investigación, en donde este rango y estas
universidades presentaban mayor flexibilidad de acercamiento para la investigación.
10
En palabras de Pablo Oyarzún en su texto “Perplejidad y barruntos”, (en el libro conmemorativo Arte y Política) el arte, como la
política, son conceptos con líneas poco marcadas en donde comprenderlas del todo, para quién las convoca, es mera pretensión o
inercia. Esta investigación, de igual manera, considera que los conceptos son significados en permanente desarrollo y por tanto
metodológicamente no se plantea correcto predisponerle a la muestra una definición construida sobre la cual adaptar su diálogo
sobre la política (Teoría del contexto, Van Dijk), la amplitud del concepto con que se trabajará responde a la necesidad empática, de
dejar límites lo suficientemente flexibles para que sean los propios jóvenes quienes vayan llenando este significado desde sus
experiencias y los aspectos que les parezcan relevantes. No obstante, en términos teóricos y operacionales se trabajará con la
definición de política, como la organización entorno al poder y bajo el entendimiento de Maturana de su texto “Lenguaje, emociones
y ética en el quehacer político”, de ser un espacio de conversación, de decisiones entorno a la convivencia.
11
Juventud - Política.
6. Proponer nuevos puntos de diálogo entre jóvenes universitarios y política en favor de un
entendimiento y una relación de comprensión mutua.
5. RELEVANCIA Y APORTES
> En la mirada abierta, dispuesta y sin prejuicios del investigador de generar un estudio
hermenéutico en donde investigadora y entrevistados trabajen juntos en reflexionar acerca
de la política.
> Y en la incorporación de nuevas técnicas de recolección de información complementarias,
como las técnicas de escritura, de dibujo y la entrevista en profundidad en busca de un
conocimiento más completo del sentir y las expresiones de cada sujeto de la muestra.
12
Cuerpo 2 > Marco teórico.
Capítulo 1>. La comunicación es la introducción.
Así como Borges plantea que “Una literatura difiere de otra, ulterior o anterior, menos por el
texto, que por la manera de ser leída", creo que la comunicación puede aportar desde sus
lecturas, nuevas interpretaciones para un discurso social, sobretodo si consideramos aquello
que Umberto Eco plantea complementariamente: que la semiótica puede considerarse como
la ciencia que estudia todo los tipos de fenómenos culturales, en la medida que estos
pueden ser entendidos como un sistema de signos.
13
De esta manera, la comunicación es la base de esta investigación por las siguientes
razones:
a) por el énfasis de su presencia intrínseca en los fenómenos sociales,
b) como una metodología de análisis que es capaz, desde lo discursivo, de encontrar los
argumentos que sostienen posturas y disposiciones entre los actores sociales,
c) pero sobretodo de brindar la mirada, también literaria, de que las palabras son armas
poderosas en donde una sola de ellas, es capaz de revelar un universo entero de sentido y
significados.
14
El texto de Calvino muestra algo esencial cuando analizamos la comunicación y la cultura:
no son los objetos ni el entorno quiénes significan, sino que lo hacen en la medida que un
sujeto se enfrenta a ellos y los carga de significado. Dentro de Tamara existe un texto que
habla y que se comunica intencionadamente para ser leído, pero fuera de Tamara, donde la
naturaleza crea y modifica a su propio ritmo y usanza, es también la presencia de ese sujeto
la que empieza a dotar mediante la metáfora, un significado a cada objeto, a cada lugar.
Uno de los grandes aportes que hace la semiótica a la investigación social –y cultural-,
radica en la ruptura de la arbitrariedad del signo que realiza Charles S. Pierce. Él incorpora
en el modelo de signo (significante-significado) una variante que está destinada, justamente
a incorporar al análisis de un signo, esa capacidad del hombre de connotar según sus
propias experiencias en relación a los objetos. El nuevo signo que incorpora Pierce
(significante-significado-nuevo signo), considera que los signos son construcciones sociales
y como tales, su uso puede modificar la relación significado, significante, hacia nuevas
interpretaciones que no estarían dadas por la arbitrariedad del signo como propone
Ferdinand de Saussure.
El rol de la comunicación en la política puede ser entendida desde dos puntos de vista: uno
formal asociado a el creciente lugar de a comunicación estratégica como parte de
planificaciones dentro del marketing político, y otro en base a un análisis semiológico que
conecta ambos conceptos en una misma base lingüística, lo común como parte de los
lugares comunes de la comunicación, y la política como polis, y por tanto organización de
una comunidad.
15
En este último sentido, la comunicación política podría ser entendida como todos aquellos
procesos comunicativos que están orientados a realizar intercambios simbólicos entorno a
cómo vivir en comunidad.
Con estas bases, Dell’Oro plantea un tema inquietante en relación al quiebre comunicacional
entre Estado y sociedad: “pareciera que especialmente el nivel dirigente de los partidos
teme que la gente esté informada y participe, que tenga también intenciones de poder”
(Dell’Oro: 2005). En este sentido, podemos decir que la comunicación política se utiliza como
un bien desde el discurso hegemónico, que se restringe y se utiliza en función de específicos
objetivos, más que un fluido intercambio que permita ir construyendo el lenguaje compartido
necesario como para construir un escenario político representativo de todas las voces
sociales.
16
En este tipo de discursos, se habla desde una realidad que está fuera de la cotidianidad de
los sujetos, disponiéndose como discursos que luchan por una legitimidad que no está en la
sociedad, sino en una experiencia independiente de la ciudadanía, y que el emisor del
discurso político legitima precisamente por su exterioridad.
En este sentido, Javier del Rey Morató habla de la indefensión del sujeto receptor del
discurso político. El autor señala que ante el discurso político de las campañas electorales
en Latinoamérica, ambos, sujetos políticos y receptores, están cada uno en una estructura
de lenguaje que podría distar sustancialmente en la estructura de la realidad.
Es decir, que la estructura discursiva que se desarrolla en política, no se condice con la
realidad cuya complejidad no puede abstraerse por ejemplo en izquierda-derecha. Morató
hace una crítica interesante al rol de la comunicación política en la medida que la
propaganda, la publicidad y la comunicación específicamente electoral no se circunscribe a
las explicaciones lógicas que podrían hablar de las complejidades de la comunicación: “Las
estrategias de imagen siempre existirán –acaso son algo consustancial al momento histórico
por el que atraviesa la democracia, que hoy pasa por el marketing político-.” (Morató: 1989)
De esta manera, plantea la relevancia de evidenciar las funciones estéticas que recubren los
mensajes, de la voluntad hegemónica implícita en la elección de la agenda cultural y
noticiosa, para que los ciudadanos propensos o en sus términos en “ayunas” acerca de
utilización de los medios de persuasión, adquiera un rol de lector, ante los medios de
comunicación que le permitan limpiar los mensajes en una búsqueda de una real
profundización de la democracia.
a) Primero el uso de un lenguaje retórico que habla de realidades que no son alcanzables
por los receptores-lectores ni temporal y ni espacialmente. La realidad del discurso político
surge en su enunciado, dando lugar a realidades esencialmente estéticas. Así Morató
citando a Eco argumenta: “nos acostumbramos a pensar los hechos, la realidad, del modo y
manera como quedan configurados en los enunciados”. Ello sumado a que la política es
reduccionista frente a los ricos matices de a realidad en base a discusiones como izquierda-
derecha, libertad-opresión, entre otros.
c) y la presencia de un énfasis hacia la imagen, por sobre la función cognitiva que prima en
el ámbito político como organización racional de la sociedad. Por ejemplo esto sería evidente
en como las palabras pueden cargarse semánticamente de emociones o valoraciones que
superan la función cognitiva haciendo de el uso ideológico, como clara expresión de este
fenómeno, una forma de reducir costos de información para los mensajes de candidatos y
partidos, hasta tal punto, que en esa utilización ideológica podría perderse totalmente la
información en juego.
17
Modelos de comunicación política.
Acháchè propone al marketing político como un proceso producto de una incorporación de la
comercialización hacia el ámbito de la comunicación política, y como un sistema dominante
por sobre otros modelos de comunicación política.
i) el modelo dialógico: es el modelo más antiguo con orígenes en el XVII, XVIII, basado en la
premisa del diálogo de doble sentido, es decir de intercambio a través de la racionalidad.
Para este modelo la razón es la forma legítima de ejercer la comunicación política. En este
sentido los actores de la comunicación son seres libres, razonantes e iguales, el espacio
público y la elección de enunciados se define por el bien común o el interés colectivo.
18
iii) Modelo de la investigación de mercados o de comercialización.
Acháchè propone a que a través del marketing, la comunicación política se comercializa, es
decir adquiere para si las lógicas del consumo como una forma de extrapolar dicho
conocimiento (know how) hacia otras áreas sociales de persuasión. Dos de los grandes
aportes que la comercialización realiza hacia la comunicación política es la capacidad de
articularse en la diversidad de los actores sociales a través de la saturación y la
segmentación. Las técnicas de marketing tienen la capacidad en base a una multiplicidad de
ofertas y de homogenización de los productos, de poder de segmentar a los individuos en
base a sus particulares jerarquías de necesidades, es decir en base a los diversos estilos de
vida que determinan valoraciones subjetivas profundas en los individuos entorno a como
ellos cotidianamente viven en comunidad, en sus elecciones, gustos, diferencias, pudiendo
llegar mucho más directamente a los que cada segmento de la sociedad más valora y por
ende más otorga credibilidad y legitimación.
Pensemos por ejemplo que los estilos de vida y las tendencias de nuevos usos en el
consumo nacen de la necesidad de las agencias publicitarias de ser representativos de una
heterogeneidad en constante crecimiento y diversificación. De esta manera el espacio
público se reconstruye desde la lógica de comercio, desde la diversidad. “De esta manera, a
diferencia de los otros modelos de comunicación política que hemos visto, la
comercialización política no supone ningún punto de vista, ningún valor sustancial (ni interés
general, ni gran discurso) respecto de lo cual debería organizarse la totalidad del espacio de
comunicación política.” (Acháchè: 1998)
La legitimidad en el emisor de la comunicación de investigación de mercados es un proceso
en construcción, ya que los enunciados políticos con incorporados en los receptores de
múltiples y particulares formas. Porque el modelo asume que la política institucional en un
individuo es parte de una de sus múltiples facetas en sociedad y por tanto no se adscribe a
totalitarismos como en el modelo propagandístico.
En términos mediáticos, éste modelo no se restringe a ningún uso en la medida que este
medio se adapte a los requisitos de comunicación de los segmentos de comunicación. E
gran aporte en toneles es que la comercialización hace que la comunicación política al no
presuponer homogeneidades, pueda ponerse al servicio de todos los intereses.
Cuadro resumen.
19
1.4 Conclusión: Publicidad y Política.
La anterior presentación y discriminación entre los modelos de comunicación y política,
permite proponer a la discusión entorno a propaganda y política, claras diferencias y
alcances. La propaganda es un tipo de comunicación como veíamos con Morató y Maturana,
centrada en realidades lejanas, proyectadas al futuro propiamente como las ideologías a las
que se remiten, centrándose en un tipo de discurso hegemónico que no incluye para si, las
diferencias entre los grupos humanos y que por tanto es una comunicación que se enfrenta a
dos fenómenos en sociedad, a) primero la creciente deslegitimación de los grandes relatos
coordinadores de sentido, en relación a la muerte de los metarrelatos de Lyotard y b) la
potencialidad de encontrar en ese sentido de masa y liderazgo, una forma para los sujetos
de conectarse primitivamente por qué no decir, míticamente con ciertos relatos acerca de
hoy, que la sociedad adolece.
Por otro lado, la publicidad como parte del modelo de investigación de mercado, tiene
grandes aportes como estrategia de comunicación política. Ello podemos evidenciarlo por
dos factores que hacen de la publicidad una introducción a los fenómenos sociales.
“Esas viejas unidades, en la medida que subsisten, parecen reformularse como pactos
móviles de lectura de los bienes y los mensajes. Una nación, por ejemplo, se define poco a
esta altura por los límites territoriales o por su historia política. Más bien sobrevive como una
comunidad interpretativa de consumidores, cuyos hábitos tradicionales —alimentarios,
lingüísticos— los llevan a relacionarse de un modo peculiar con los objetos y la información
circulante en las redes internacionales. Al mismo tiempo, hallamos comunidades
internacionales de consumidores —ya mencionamos las de jóvenes y televidentes— que
dan sentido de pertenencia donde se diluyen las lealtades nacionales.”
En total sintonía con el autor, el consumo puede venir a fortalecer la ciudadanía ya que se
fundamenta en la diversidad de la sociedades y presenta una flexibilidad como discurso
hacia los lectores o receptores, que enfatiza en una verdadera representatividad de intereses
que otros modelos de interés no logran en mayor en menor medida.
La publicidad como experta de la lógica de las formas del consumo, puede también abrir
bajo ese mismo conocimiento, nuevos espacios ciudadanos, mediáticos, abstractos,
masivos, sobretodo de experiencia directa en base a la noción de espacio público de
Gianianni, por sobre la abstracción que la representación post-social a través de los medios
masivos de comunicación ha producido hacia la política.
a) Una forma de relación empática con ciudadanos cada vez más ligados con la categoría de
consumidor y más diversificados tanto en consumo como en estilos de vida y valoraciones.
b) una forma de expandir su campo de acción junto al consumo como forma de relación y
construcción simbólica, alejándola de sus posibilidades técnicas sólo ligadas a la
comercialización.
c) a través de su conocimiento de las formas mediáticas del consumo, enriquecer la
experiencia corporal necesaria para la mantención de los ritos entorno a la política y la
democracia.
20
De esta manera el ámbito de publicidad se amplía hacia nuevos lugares sociales donde la
lógica de consumo ha propiciado también nuevos tipos de relaciones entre individuos,
desprejuiciándola desde el consumismo hacia una técnica de comunicación que puede
ponerse al servicio de los ciudadanos, como forma de construir las políticas públicas bajo la
mayor pluralidad posible.
“Para Jorge Leiva, director creativo de Zegers DDB, el Insight es como una llave
maestra que te permite abrir puertas y entrar a lugares que a simple vista, parecía
que no existían. una pizca de drama, como por ejemplo, las leyes de Murphy. Para
Andrés Nassar, director creativo de BBDO, Insight es esa vivencia que todos
compartimos pero que no siempre se ve a simple vista. Rodrigo Fontaine, Gerente
General de Lowe Porta, siente que Insight es la fibra o tecla interior que pretende
tocar la comunicación y que no es otra cosa que una motivación del consumidor -
emocional o funcional- en relación con una marca.”
En la medida que las palabras son performativas y que el lenguaje es capaz de crear
realidades en el acto de la enunciación, la utilización del insight crea en los profesionales de
la comunicación, un énfasis siempre nutritivo entorno a adentrarse en realidades relevantes
para el consumidor, como una forma de conectarse con esa amplia gama de necesidades
que generan formas de vida específicas que pueden ser develadas en la creatividad
publicitaria.
Esta necesidad de conocer a los otros, que es el motor del insight, esa revelación profunda y
cotidiana que se escapa a las homogenizaciones de los grandes discursos y a las
investigaciones cuantitativas, a la propaganda, son precisamente una escucha activa y
estratégica que se pone en función de aquellos dolores y alegrías que componen el vivir y
que pueden ser usadas para generar soluciones, satisfactores físicos o inmateriales como
discursos, sobre los cuales construir relaciones.
“Para mi Insight son verdades humanas, aquellas verdades que hemos vivido o que
hemos presenciado. Verdades humanas que la publicidad intenta descubrir para
posteriormente devolverlas a la gente, para que ellas se conecten con una
determinada marca”. Tony Sarroca, DCG de Prolam Y&R [1]
Si bien puede ser arriesgado poder conectar la memoria personal con una colectiva que
según Jung guarda un sentido a priori, con el cual podemos o no acordar, este enfoque
rescata un punto muy relevante en el insight: que es esa capacidad de ser personal y
universal al mismo tiempo. Es decir, el insight se descubre como parte de un conocimiento
íntimo acerca de un sujeto y su vida, pero esa intimidad, que pareciera ser singular e
irrepetible, se conecta fácilmente con la realidad de toda una comunidad a través de una
memoria histórica y una imaginario colectivo que existe y que es parte de las comunidades a
21
nivel local, e internacional. Condición que claramente puede ponerse al servicio de las
relaciones sociales y de las relaciones entorno a la política.
Notas.
[1] Artículo: “La comunicación como forma de restablecer el diálogo entre la política y la sociedad”. En
revista virtual www.adlatina.com.
[2] Para profundizar en este tema referirse a: La política. Aristóteles. Editorial Espasa, 1997. Texto en
Prólogo.
Bibliografía.
Acháche, Gilles. “El marketing político” en El nuevo espacio Público. Editorial Gedisa. 1998. Pág. 112-
123.
Castells, Manuel. La era de la información. Vol 1. La sociedad red. Madrid: Alianza, Pág.33. 2000.
Del Rey Morató, Javier. La Comunicación Política. Madrid. EUDEMA. 1989.
Dell’Oro, Jorge. “La comunicación como forma de restablecer el diálogo entre la política y la sociedad”.
Artículo en www.adlatina.com
Giannini, Humberto. Metafísica del lenguaje. Editorial Lom-Arcis. Santiago.1999
Grimson, Alejandro. Interculturalidad y comunicación. Editorial Norma. Colombia. 2001.
Guelfenbein, Samuel. Artículo: “El famoso insight”. Diario El Mercurio. 06 mayo 2005.
Maturana, Humberto. Emociones y lenguaje en educación y política. Editorial Dolmen. Décima edición.
2001
Maturana, Humberto. La realidad: ¿objetiva o construida? Fundamentos biológicos de la
realidad. Editorial Nueva Ciencia. España. 1997
Rodríguez Gonzáles, Félix. Comunicación y cultura juvenil, Barcelona, Ariel, 2002
Sarroca, Tony. Artículo: “El Insight está in”. Diario El Mercurio, 7 de marzo de 2003
Valdivieso, Jaime. Ciencia y Poesía. Diálogo con Claudio Teitelboim. LOM ediciones.
Colecciones Entre Mares. 1999.
22
Capítulo 2> Juventud
El sociólogo Klaudio Duarte, nos recuerda cómo el Censo Nacional se basa en criterios que
definen a la juventud como sujetos entre 15 y 29 años, y que en el 2002 contábamos con
3.674.239 jóvenes, con un 87,9% de ellos que vive en urbanidad. De alguna forma esos
molestos y necesarios límites etarios que disturban las subjetividades entorno al entender la
juventud, nos habla de que un 24,6% de la población total son jóvenes y que esa proporción
es una cantidad en crecimiento. Al menos a través de cuantificación vemos la importancia de
acoger a ese cuarto de Chile, entendiéndolo como una porción de país rica en
subjetividades, valores y objetivos propios, pero que compartiría según nuestro presente
contexto histórico - ya que las edades redefinen históricamente sus competencias en función
a las características de las sociedades en que conviven - ciertos límites, entendidos como
ritos de iniciación y término, que podrían tener suceso entre los 15 y 29 años (de iniciación
sexual, de libertad económica, de ingreso al consumo de placer, de libertad de acción y
destino).
Esa iniciación juvenil sobre la que debe experimentar ritos de inserción a los espacios de
adultez y decisión, está intrínsicamente relacionada con la libertad y con los actos que
empiezan a separarlo de todos los lazos de cuidado social de la infancia. Rituales que son
actos de adscripción y pertenencia social que se han desarrollado durante desde numerosos
periodos históricos a nivel mundial. [1]
En relación a las ritualizaciones de paso de la categoría juventud a adulto, Félix Rodríguez
(2002) plantea que uno de los factores para sectorizar su presencia o desalojo de la
condición “juventud” se desarrolla a partir de la relación de asistido o desasistido que se
encuentran los individuos por parte del sistema social, es decir, del proceso de dependencia
del sujeto ante las instancias sociales de resguardo, como la vinculación física o económica
con la familia parental. Existe una definición de juventud que incluye criterios antropológicos,
que caracterizaría a los jóvenes en torno a su relación con el sistema social. En grandes
rasgos, estas relaciones estarían circunscritas a tres áreas: a) grado de inserción en los ritos
pasajes universales; b) la estructura social y realización personal; c) e identidad cultural. Así,
se propone una línea entre juventud y adultez, como paso inmediato, que no estaría
centrada en los años sino en más bien como una persona indiferente a esto, se mueve con
propiedad en estas diferentes facetas sociales.
Hay un concepto clave dando vuelta en las definiciones anteriores: el de la dependencia del
joven como individuo en sociedad. La independencia como acto contrapuesto, propiciaría
23
actos de libertad, que para Rousseau, plasmarían la diferencia entre ser individuo (hombre
originario) y sujeto social (hombre social) a través de la independencia de sus actos. El joven
podríamos considerarlo entonces como un ser en “dependencia”, económica, familiar,
afectiva, etc., pero ya no bajo un cuidado parental como en la infancia, sino bajo expectación
parental, porque si bien el joven es dependiente de múltiples formas aún, el entrar en la
categoría juventud le exige reafirmarse y constituir identidad en esas dependencias para
luego y desde allí, empezar a salir de ellas y de la categoría juventud que lo ampara, como
un trayecto hacia la adultez. Es precisamente en ese punto, donde se manifiesta la
naturaleza profunda de la categoría juvenil: juventud es expectativa. En la medida que la
etapa juvenil es una etapa eminentemente transitoria, no sólo como estado físico-afectivo de
los individuos en el traspaso joven-adulto, también simbólicamente, como parte de un
proceso de convertir un sujeto en un ciudadano responsable y reconstructor de su polis.
El joven en cada uno de los límites simbólicos a los que se enfrenta (económicos, autoridad,
sexualidad, etc.), lejos de crear afrentas directas -que es una actitud muy propia de los
estados juveniles- experimenta una instancia de identificación y identidad frente a los
espacios que la sociedad le brinda física y simbólicamente. Cuando el joven se construye
frente a diferentes limitaciones de su libertad, constituye disímiles relaciones sobre las que
delimita en un sentido inverso, los propios límites de su identidad frente a la sociedad. Por
ello la etapa juvenil es un tiempo de construcción de identidades complejas, que muchas
veces se construyen en conflicto con las normas imperantes. De esa misma manera, en la
medida que cada joven en su contexto socioeconómico y cultural se enfrenta a distintos tipos
y énfasis de dependencias, no existe sólo una identidad juvenil, los jóvenes crean
identidades particulares y colectivas, y por tanto sería correcto hablar de juventudes cuando
apelamos a sus subjetividades.
Así, la juventud puede entenderse como un campo dinámico y heterogéneo. Dinámico por
los diferentes procesos psico- biológicos e histórico culturales por los cuales sus actores se
constituyen, y heterogéneo por la multiplicidad de sujetos enfrentados y modificados por
tales transcursos. De manera muy propositiva Antonio Stecher nos invita a reconocer a la
juventud como: “una producción histórica que da cuenta de formas de vida social y
culturalmente situadas.” (Stecher: 2005) Así la juventud como categoría social, es una
experiencia que crea referentes identitarios, que modela y organiza el tiempo biográfico de
los individuos y porque no decir también el tiempo social, en la medida en que es una etapa
que define y organiza en gran parte, la vida y los trayectos de todos los otros actores en
sociedad constitutivamente.
Entenderemos que juventud entonces, es un campo dinámico y heterogéneo, que crea
heterogéneas subjetividades en la medida en que ellas se producen por las transacciones
con los mandatos socioculturales estructurantes de “normalidad”, y en como cada uno de los
individuos reinterpreta esas órdenes y las expresan en sus cuerpos en la vida cotidiana.
24
una juventud enfrentada a numerosas situaciones contradictorias que lejos de incorporar,
confirma a la juventud como sujetos en expectativa y exclusión.
No es casual que sean los jóvenes los más cercanos y empáticos a las minorías identitarias
(sexuales, raciales) y a los sujetos sociales en exclusión (es según datos de Fundación
Participa 2oo3, el grupo social que más trabaja en acciones comunitarias y de beneficencia).
Dicha cercanía radica en un entendimiento de lo que es vivir ante profundas contradicciones
lógicas, en términos de dos influencias: de cuál es la identidad que cada actor social desea
construir acorde a sus propios objetivos, frente a que es lo que la sociedad espera de ellos
en identidad y roles, y del lugar que se le entrega en uso y simbolismo a las juventudes en
los “lugares comunes” aristotélicos o en los imaginarios colectivos.
Gabriel Medina, bosqueja que la identidad de las juventudes, como actor social, o sujeto
colectivo estaría determinada según la posibilidad de ejercer en ellos las siguientes
capacidades:
La tercera pregunta del debate presidencial en Diciembre del 2oo5, versaba en la juventud
como categoría en busca de oportunidades en sociedad y en el franco desmedramiento de
sus actuales potencialidades. Este es un dato interesante en términos de que es un discurso
que sale desde un lugar en pugna: el discurso hegemónico y que se ancla retóricamente en
un reconocimiento a la carencias de espacios intertextuales de ese discurso predominante
frente a otras formas de diálogo, o de texto social, en la medida que las juventudes en si
mismas, son un discurso social. Por discurso hegemónico entendamos no sólo la forma de
gobernar, sino también todos aquellos parámetros, códigos y normas, que estructuran
lingüística y simbólicamente las relaciones de poder entre individuos. Foucault nombra ese
texto como “discurso de poder” y lo entiende como un conjunto de argumentos y
racionalizaciones acerca de los mecanismos y dispositivos que tiene el poder para
legitimarse incluso en la resistencia, que es parte natural de su funcionamiento.
En este sentido los estudios de género, estudios desde el feminismo con énfasis en los
discursos y las relaciones de poder, nos traerán nuevas luces de análisis sobretodo
entendiendo la juventud como un campo dialéctico en busca de integración y de poder
simbólico. Entender lo que es ser joven bajo esta perspectiva, es entender sus luchas
simbólicas de carácter individual y grupal, porque la situación de los jóvenes es la misma
que viven muchas minorías que están luchando por articularse en el discurso de lo público,
un discurso de carácter patriarcal, que genera relaciones de poder y convivencia
particulares. Bajo las premisas de los estudios de género, el discurso hegemónico es símil al
sistema patriarcal, en la medida que funciona bajo lógicas que legitiman y fomentan
identidades masculinas de entender la vida social, y que en términos de grupos identitarios y
etnográficos -que llenan los estudios culturales- están relacionados a sujetos que no se
condicen con la categoría masculina predominante en términos de edad: niñez, de género:
mujer, de etnia: indígenas, de sexualidad: minorías sexuales.
Como primer aporte de este enfoque histórico rescato la definición de Beatriz Preciado
cuando habla de la diferencia de género como “una construcción social y simbólica vinculada
a un proceso de dominación y opresión”. Visión que debería ser entendida bajo el periodo
histórico y sociocultural bajo el cual se gesta. Si la lucha de género es una lucha de poder
relativa a quién controla el sistema hegemónico, también la integración de los otros grupos
minoritarios, además de “las juventudes”, es parte de la misma lucha por llegar al poder
social.
La pugna, sería entonces una forma de relación entre juventud y sociedad. Heidi Tinsman en
su texto “Disciplina y desacato”, nos habla de cómo las identidades estarían moldeadas por
25
un contexto social y bajo los objetivos de un modelo sociopolítico imperante, que le da forma.
Podemos entender entonces que la juventud de tal o cual época, es resultado del orden de
los actores sociales para un correcto funcionamiento del modelo sociopolítico imperante, y
que la construcción de la identidad de la juventud, es también una relación de poder dentro
ese modelo.
Con esto como antesala hay dos factores más que podemos incluir a la lectura de la
juventud por sobre la expectativa. Primero que el joven se encuentra en una condición
inherente de lucha de poder ya que su identidad es también respuesta a un determinado
modelo social que consideraría como un efecto esperable, la resistencia, y segundo, es
entender a la juventud como campo dialéctico, ya que la confrontación de libertad v/s límites
daría por resultado la categoría juventud como resultado conciliatorio entre la tesis y la
antitesis que rodean a ser parte del sistema dominante.
Por su parte, los medios de comunicación como instancias mediadoras entre jóvenes y
instituciones culturales, fomentan conductas y exacerban valores como la capacidad lúdica
del joven, la diversión, su irreverencia, su erotismo, y por contraparte la sociedad les exige a
los jóvenes cierta identidad que no se condice, con la construcción alojada en el imaginario
colectivo juvenil acerca de sí mismos. Este fenómeno Félix Rodríguez lo define así: “Los
medios de enculturización (…) les retira la palabra para tratar a la juventud siempre como un
(
objeto de deseo pero nunca como sujeto de la comunicación.” Rodríguez: 2003:38-65) En el
nivel de comunicación existirían un doble mandato –aporético, es decir de contradicciones
lógicas que generan un vacío, como imposibilidad de razonamiento-, desde los medios
enculturizadores, que Rodríguez denomina “obedece” v/s “sé tú mismo”, y que como
resultado quitaría lugar al joven en el texto social: en “el silencio”. Este doble mandato que
propone en el libro “Comunicación y cultura juvenil”, es un aporte a la discusión teórica en la
relación de la juventud con la política desde la comunicación. Ella evidencia un cierre
simbólico y lingüístico en las dificultades lógico-emocionales entorno al uso de las
estructuras de participación política que la ciudad les entrega.
26
este mandato es opuesto al anterior, cualquier decisión del joven en adaptación a uno u otro
crea, estados de desadaptación y contradicción.
El último mandato es el “Silencio”.
Rodríguez recuerda que “infans” en su origen etimológico remonta al que no tiene voz. La
juventud es ese trance entre ser un sujeto sin diálogo social hasta la incorporación a un
mundo adulto donde puede, a través de una serie de actividades cívicas, voluntarias o
involuntarias, conformar una voz en lo público.
Bajo estos diálogos el sistema de integración social crea una contradicción, es decir, al joven
se les pide integrarse, seguir normas y reproducirlas con experticia, y al mismo tiempo ser
rupturista, diferente, en un juego dispar y competitivo. Y es que el discurso social pareciera
no tener muchos espacios para aquellos que se centran sólo en uno de los mandatos, al
menos no en los círculos de mayor reconocimiento y legitimidad social: en las elites
culturales, en la clase política, en las universidades, en los círculos de poder. Un joven que
“obedece”, y que responde muy bien a la socialización primaria, tiene por ello la integración
cultural asegurada. Ese joven en su respeto a la enculturización se constituye en un sujeto
dentro del conformismo grupal que se requiere para mantener un orden social. Pero fundirse
con la cultura hegemónica es volver la propia identidad al anonimato, es necesario no
manejarse sólo en el mandato “obedece” sino darle a esa útil instrumentalización de cómo
ser sujeto social, tintas de desobediencia, “sé tu mismo”, de cuestionamiento crítico e
innovación. El joven que mejor se adaptaría identitariamente ante esta contradicción, es
aquel que maneja todas las normativas adultas de obediencia y decisión, pero se da
concientemente espacios de afrenta siempre volviendo a un cause de sujeción, siempre
teniendo en cuenta, que este será logro de pocos, porque el éxito es limitado como también
lo es el acceso al poder. Muchos de esos jóvenes que se avoquen al segundo mandato de
ser “sí mismos” encontrarán pertenencia y desarrollo, no en el homogenizador conjunto
social, sino en subgrupos identitarios que les permita a través de esa particular identidad,
formar nuevas dependencias que lo legitimen en su juventud, sin tener que volver a las
dependencias parentales y sin tener que salir apresuradamente de su categoría social
juvenil.
La paradoja del “silencio” radica en esa imposibilidad del joven de acceder al texto social a
través del logos, y por ende la razón. El camino para integrarse socialmente sino se
establecen desde la obediencia, asimilándose al discurso institucional, se desarticula en la
atomización de seguir sus propias normas culturales bajo ya no el “logos”, sino la emotividad
cómo medio de legitimar sus formas de vida. El silencio es sinónimo en el joven de rechazo y
desvinculación con las instituciones que le invitan a participar en un proceso social y
político, que les exige presencia, pero sólo bajo ciertas condiciones poco representativas con
los conflictos a los que el joven se enfrenta en ese ser individuo, en la colectividad. Sin
embargo la identidad del joven no sólo es producto de esa recepción de mensajes
enculturizadores de los medios de comunicación y las instituciones, su identidad se
conforma también en los mensajes que el mismo joven emite a la sociedad acerca de sí
mismo y de cómo él recibe esos mensajes disciplinarios. Por eso la importancia de la “toma
de palabra” que lo defina y lo legitime fuera de la juventud como expectación, sino con
27
políticas sociales estructuradas para dar cabida a las juventudes en toda la riqueza de su
subjetividad. El joven nunca deja de ser creador y modificador de su realidad. Estas fotos
fueron tomadas el Domingo 27 de Abril en donde una gran manifestación “skaters” en
patinetas circuló por La Plaza de la Ciudadanía frente al Palacio de La Moneda, pidiendo
lugares para ejercer su estilo de vida. Esa petición lejos de ser un acto de rechazo al
discurso de poder, es una hermosa metáfora de cómo es posible romper las aporías, y salir
de la expectación desde la capacidad del joven de recrearse en sus límites y dependencias.
Para entender como el joven se enfrenta a las arquitecturas de fundamento político y por
tanto de poder, es necesario ver como ese joven se enfrenta en toda su conformación
como categoría social.
Cuando hablamos de juventud en estos contextos –de participación y política-, hablamos de
una categoría social que no puede desentenderse del concepto de anomia, que es una
forma de entender como el joven se enfrenta a los discursos de la sociedad. Discursos que
delimitan su identidad, así como también construyen espacios en la ciudad.
La anomia nos habla de un desinterés por los asuntos públicos por parte de la juventud,
Marcel Thezá Manríquez nos habla de la habitualidad de abordar el tema de juventud y
política desde la dualidad anomia-participación como eje de significación. El define esta
valoración como: “la condición anómica implicaría una cierta patología general donde el
individuo —en el marco de factores que lo determinan— procede a «emanciparse» de esa
micro-sociedad en la cual habita, rompiendo, de esta forma, con las normas y los modelos
de comportamiento habitual”. (Thezá Manríquez: 2003)
La anomia sería entonces una forma de participación más en el entramado social, una forma
de relacionarse en términos de poder. En dichos de Foucault siempre donde hay poder
existe resistencia, sólo que ciertas luchas se visibilizan al formarse en los lugares apropiados
dentro de las relaciones de poder y que por tanto lejos de estar sumido en estructuras de
difícil acceso, el poder estaría repartido en varios puntos sobre los cuales se puede crear
resistencia.
Bajo este contexto la anomia juvenil es una forma relacional de resistencia ante una forma
de convivir en ciudad.
28
Los límites simbólicos constitutivos de la categoría juventud pueden ser agrupables como
resultantes de las extrapolaciones:
> Ser erótico - ser objeto de deseo. La juventud gana y pierde un espacio simbólico en
sociedad en términos estéticos.
La primera aporía que condiciona la identidad juvenil radica en la cualidad del joven de ser
intrínsicamente erótico, cualidad de alta valoración social frente a ser tratado como un objeto
de deseo sin voz, ni participación social. Esta aporía tiene la particularidades a través del
concepto de erotismo por sobre el de sexualidad, de incorporar el análisis como el mercado
y los medios de comunicación trabajan las atribuciones juveniles como un valor de amplio
espectro.
29
significarse en sus identidad(es), en las múltiples y heterogéneas formas de vivir como joven,
de sentirse joven(es), pero además de re-significar sus formas de relación, así como los
espacios simbólicos que habitan”. La anomia del joven enfrentado a los espacios públicos,
físicos o mediáticos, bajo el prisma de la resignificación, mantiene la resistencia como forma
relacional ante la cultura institucional, pero repiensa la convivencia a través de otras formas
de participación, que requiere de una resignificación de rol juvenil como actor social que le
permita.
El punto central aquí desde la comunicación social, es que el joven en la medida que tenga y
mantenga una situación contradictoria como articuladora de identidad, generará inseguridad
en su propia emisión identitaria, y por ende se replegará de los espacios públicos que le
pertenecen en su calidad de ciudadano, pero que le exigen saber quién es y que rol juega
como sujeto social. Juego complejo si consideramos que la sociedad legitima esa
indefinición juvenil, porque la estereotipación es parte de ese control normativo de
dependencias que constituye a la juventud. Dicha, sería la fuente de todas estas respuestas
neotribales en busca de una libertad y legitimidad personal que les permita desenvolverse
con soltura en sus contradicciones, fuera del espacio de lo público y de las instituciones, que
les pide incorporarse con éxito a un sistema de arquitecturas ya dispuestas en su
interpretación y funcionalidad [2].
Sabemos también que una característica del sistema, así como pasa también con las
industrias culturales, es tender a absorber a los excluidos de él, debido al conflicto que
genera un choque de intereses que desarticula la racionalidad, el “subject” o la
argumentación narrativa que mantiene dicho sistema. Como dice Juan Abal Medina citando
a Klaus Von Beyme, “los políticos modernos concuerdan en que el estado, en su ejercer
político, debiera mantener una “identidad racional de la sociedad” (Abal Medina: 2004). Así
entendido, no podemos integrar a una juventud al sector más racionalizado de la ciudad, (el
Estado como signo de orden y disciplina), bajo un discurso patriarcal de integración, porque
de esa manera se fomenta el estado de dependencia que define y frena a la juventud. De allí
el debilitamiento de la participación política en los espacios físico-simbólicos ya existentes
como las instituciones, como expresión de la voluntad de ser parte de la gobernabilidad de
una ciudad, entendiendo que es la misma forma de hacer política, a manera de gobernar a la
polis, el objeto de rechazo juvenil [3].
El aporte que las emociones posibilitan al entendimiento humano, reside en que ellas son
fundamento de un sin número de aspectos sociales, como la memoria, las interrelaciones y
las acciones humanas. “La emotividad es la capacidad que tiene el hombre de tener
reteniendo lo que le sucede y pasa”.
30
La juventud como categoría social ha desarrollado una característica distintiva como forma
de expresión: la emotividad. Ella sería la respuesta a que el joven estaría limitado por el
difícil acceso que tiene para incorporarse al lenguaje de los discursos públicos. En base a
este fenómeno, se produciría el empobrecimiento de la cultura juvenil verbalmente, ya que
las contradicciones que hemos expuesto con anterioridad en este texto, les imposibilita la
toma de palabra,-de la racionalidad del logos-. “Por el contrario parecen estar atrapadas en
el mythos, en el universo de la emotividad que apenas tiene otras salidas de expresión que
la expresión no verbal, el gesto, y en general, los valores estéticos y la acción directa.”
(Rodríguez: 2003)
Klaudio Duarte habla también de la capacidad del joven de desplegar a través de la cultura
su propia identidad mediante de las producciones culturales. Es la cultura el gran ámbito en
donde la juventud se expresa, y el gran canal en donde Estado y juventud se vinculan sin
emociones de rechazo sino de profundo entendimiento como sujetos inmersos en
semejantes y variados tipos de subjetividad. El arte tiene en esa cualidad de realidad y
ficción, la condición de hacer de la emoción un lenguaje de entendimiento intercultural, y en
ese contexto el joven sabe que puede a través de él, expresarse dentro de sus propias
lógicas sin tener que hacerlas calzar necesariamente con el discurso social predominante. Y
es que cuando hablamos de que el joven está fuera de la “toma de palabra” o enunciación a
la que se refiere Alejandra Castillo a través del espacio público, la cultura mediante su
emocionalidad le hace participar críticamente en sociedad y por ende el arte le permite
cambiar sus emociones al trascender mediante él, los limites simbólicos que no le permiten
presencia fuera de ese ámbito cultural.
31
En este aspecto, es la cultura aquella que más refleja como las emociones pueden propiciar
la participación juvenil, por dos factores generales:
a) primero por la capacidad que entrega el arte y las expresiones culturales de ser un medio
de expresión sensible que se conecta con la emociones profundas en los jóvenes y al mismo
tiempo les permite la expresión de ellas dentro de un círculo -compuesto por la cultura de
sus pares y algunos otros actores sociales- que valoran y legitiman dicha expresión. Y
segundo,
b) por la capacidad que tienen a través de esas manifestaciones hablar de las valoraciones
que tienen, mas aún, de lo que sienten hacia el sistema, su entorno social, los límites, las
expectativas, como también de sus choques contraculturales y sus propuestas. Por su parte
Duarte plantea que a través de la cultura se darían dos tipos de actitudes en los jóvenes en
relación a ella, una atribuida a una manifestación de conveniencia para poder integrarse en
sociedad, y otra como una legitima una construcción identitaria en busca de un lugar en el
mundo.
Los factores que hemos mencionado son un elemento importante, porque las esferas
políticas han reconocido ya que a través de la cultura se abre un diálogo entre la cultura
institucional y las juventudes que no se propicia en base a otras formas de discursos. Esto
ha sido un escenario común entorno a campañas presidenciales, en la institucionalización de
fiestas y expresiones culturales masivas en lugares emblemáticos, en el fomento de los
concursos artísticos dirigidos a los jóvenes. La cultura es una forma potente de conectar esa
emocionalidad que propicia conductas, y sobre la cual la política puede encontrar un lugar
para expresarse en un mismo lenguaje simbólico con las juventudes. Queda como tarea
pendiente, ver cómo expresiones culturales de contenido político, puedan restablecer la
relación entre juventud y política.
Toda vivencia en los espacios públicos va gestando emociones que serían promotoras de
futuras acciones y participación. La Alameda no puede desligarse de esa emocionalidad
coercitiva, que los sujetos manejan emocionalmente a través de numerosos sucesos de
manifestación, rechazo y poder que esa calle aloja. Esas experiencias se plasman en la
ciudad como nuevas arquitecturas invisibles, pero que tienen la capacidad de resignificar y
generar nuevas argumentaciones sociales, de la misma forma que sucede cuando nuevos
elementos generan nuevas relaciones. En la urbe la arquitectura, que es la representación
de la ideología, del discurso hegemónico de quien la proyecta, genera efectos en lo
simbólico. Al mismo tiempo que los entendimientos y significaciones que se hagan con
respecto a la urbe, guiarán las relaciones y usos que puedan dársele a ese espacio físico.
Así el cuerpo y el pensar, se supedita a las estructuras físicas bajo ese componente
inmaterial. Por ende el entendimiento del significado de participar y cómo expresar esa
interiorización en el cuerpo para los jóvenes, en cómo usar esos espacios y sus
arquitecturas, son producciones de un imaginario social histórico, que propician las
32
emociones que confluyen en él. Siempre los imaginarios anteriores materializaron sus
propuestas de participación en algún tipo de arquitectura que se narra a sí misma y esos
discursos nos hablan de cómo esos lugares debían y son hoy usados.
La participación política es una característica que es parte de nuestro convivir con otros
sujetos en ciudad y que al ser regulatoria en los límites físicos, emocionales, históricos y
míticos, que son límites consensuados y parte de un imaginario dominante, el joven puede
resignificar y por tanto cambiar en sus “habitus”, es decir en como se mueve en los
trayectos de la ciudad, las disposiciones de como convivir en el “ethos” guardando los
espacios e irrespetando los imaginarios que dividen las ciudades en torno a lo político, que
son fronteras simbólicas en permanente construcción y que deben ser delatadas.
33
Notas.
[1] Para consultar y profundizar acerca del concepto de juventud y su desarrollo histórico, ver:
Balardini, Sergio. “De los jóvenes, la juventud y las políticas de Juventud”. Última Década N°13.
www.cidpa.cl
[2] Citando un símil de domesticación al hablar de los neoclasicismos como forma de control se
encuentra en el texto Inercia y Herencia. Sobre la enseñanza del arte. “Los traspasos de conocimiento
en la enseñanza del arte pasan en una constante manipulación de la ilusión de conocimiento y libertad
que tienen estos estudiantes, formando finalmente un sentido común de la experiencia artística en una
continua transacción tácita para minimizar los costos y los riesgos, una situación mínima de la
comunicación, los buenos alumnos serán “el buen ayudante”, el próximo de la ficción genealógica que
mantenga el orden de la herencia simbólica y de los pequeños privilegios que hacen de ellos más
reaccionarios que sus progenitores simbólicos”. Cita en Situación del Arte Contemporáneo chileno. III
Bienal de Arte Joven 2oo1. Museo Nacional Bellas Artes.
[3] En base a un análisis cualitativo de 25 dibujos realizados por jóvenes entre 20 y 21 años,
universitarios que realizan sus estudios en Santiago Centro, entre Enero y Junio del 2006, a este
respecto los jóvenes están concientes y muy dispuestos a integrarse en distintas formas de acción
social, pero sienten que la política, suele teñirse de connotaciones muy personales, que empobrecen el
sentido gregario de la política y que por ende en esa significación, las instituciones también forman
parte de un juego de interés que no los representa como ciudadanos que se reconocen en su
capacidad de co-autoría social. Destaca cómo estos jóvenes asocian política con otros sujetos, y en
ese contexto pareciera que hablar de política como gobierno de la alteridad es apropiado al menos
para esta categoría social.
[4] Juan Abal Medina en su libro “La muerte y resurrección de la representación política” se refiere a
Sieyés diciendo que la representatividad es una buena forma de establecer una democracia moderna
en donde los sujetos no tienen tiempo de ocuparse de temas de la colectividad. Al respecto Bernard
Marín dice que la representación no es un gobierno del pueblo por esa misma re-presentación. La
representación política así sería algo teatralizado. Al ser representación de la representación.
Bibliografía.
Abal Medina, Juan. “La muerte y la resurrección de la representación política”. FCE. 2004.
Albano, Sergio. Michel Foucault. Glosario de aplicaciones. Editorial Quadrata. 2004.
Bataille, Georges. El erotismo. Tusquets Editores S.A. 2002.
Brown, Norman. Eros y Tánatos. El sentido psicoanalítico de la historia. México: Editorial Joaquín
Mortiz, 1967.
Duarte, Klaudio. Artículo: Juventudes chilenas: El potencial de su diversidad; en Nosotros los Chilenos:
Juventudes de Chile. LOM ediciones. Santiago de Chile.
Hurtado Herrera, Deibar René. “Reflexiones sobre la Teoría de Imaginarios: Una posibilidad de
comprensión desde lo instituido y la imaginación radical”. Cinta de Moebio No. 21. Diciembre 2004.
Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile.
Ibañez, Nolfa. Las emociones en el aula. Estud. Pedagóg., 2002, no.28, Pp.31-45.
Maturana, Humberto. La realidad: ¿objetiva o construida? Fundamentos biológicos de la realidad.
Editorial Nueva Ciencia. España.
Medina, Gabriel. Estas Reflexiones posidentitarias las dedico al beso final, en Nuevas Geografías
Juveniles. Transformaciones Culturales. Editorial UDP 2005. Pp. 165.
Mujica, María Constanza. "Entrevista a Armando Silva: Ser santiaguino o porteño es, primero, un
deseo”. En Bifurcaciones [online]. N°4. 2005.
Muñoz Zúñiga, Cecilia. Memoria y fronteras urbanas: el caso del río Mapocho. Diseño Urbano y
paisaje. Año 2. Número 6. 2005.
Rodríguez Gonzáles, Félix. “Comunicación y Cultura juvenil”. Editorial Ariel. 2002.
Rossi, Aldo. L’arquitecture della cittá. Editorial Gustavo Gili. Barcelona. 1995.
Stecher, Antonio. Nuevas Geografías Juveniles. Transformaciones Culturales. Editorial UDP 2005.
Prólogo.
Thezá Manríquez, Marcel. “Apuntes para una resignificación de la Participación política de los jóvenes
a Partir del eje igualdad-desigualdad”. Ultima década Nº19, CIDPA. 2003.
Tisman, Heidi. Los patrones del Hogar. Esposas golpeadas y control sexual en Chile rural, 1958-1988.
Vergara, Nelson. Objetos patrimoniales: consideraciones metafísicas. Alpha. [online]. dic. 2006, no.23
[citado 04 Marzo 2007], p.37-56. Disponible en la World Wide Web:
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-22012006000200003&lng=es&nrm=iso>.
ISSN 0718-2201
34
Capítulo3> Política
3.1 Política
Desde la teoría clásica, la política se define y fundamenta en base a un bien social mayor,
como el bien común. De esta manera Aristóteles orienta la política hacia la “vida buena” y
una condición propia del ser humano: que es la de ser seres sociales que nos constituimos a
través del logos (es decir, la palabra con su capacidad de expresar y construir una
racionalidad humana). Aceptar las proposiciones aristotélicas, implica también reconocer las
limitaciones de un entendimiento de hombre, ciudad y política, circunscritos a la
particularidad espacio-temporal de Grecia. No obstante aquello, podemos rescatar
claramente ciertos aprendizajes atemporales que han marcado las formas de entender la
política. En base a Aristóteles somos seres por naturaleza políticos -zoon politikon-,
personas que tenderíamos naturalmente a desarrollarnos como sujetos cívicos. Este
fundamento radica en que el ser humano no puede sacar todo su potencial, su plena
condición humana, siendo autosuficiente. Según Carlos García Dual refiriéndose a
Aristóteles, lo que funda la ciudad históricamente es: “la voluntad humana de convivir y
comunicarse mediante el logos. Ahí el ser cívico del hombre se hace político, en cuanto
participa del gobierno de los asuntos de la colectividad” (García: 1997).
Así entendida, desde su raíz etimológica de polis -ciudad-, podríamos pensar que la política
está en todo acto humano en la medida que ella regularía nuestras coordinaciones y
relaciones interpersonales, como una especie de gobierno de la alteridad. Es decir como un
escenario en donde se expresa la voluntad de constituirse mediante “los otros” o bajo los
términos de Giannini, de convivir bajo la amenaza del otro. Según Krotz (Krotz: 1994) desde
la antropología, la alteridad no se refiere a lo diferente, como sí a otros que son “similares al
ser propio”, pero que son tan diferentes que la comparación permite la realización de la
definición de la propia identidad. En este sentido entender a la política como gobierno de la
alteridad, es pensar que ella es una constante organización de esas interrelaciones humanas
diversas que se propician en la polis, y que constituyen al ser humano, generando en él, una
identidad particular y colectiva en la convivencia.
“El asumir la noción de discurso desde una perspectiva tridimensional (Fairclough, 1995a)
nos permite visualizar la interacción en el discurso entre un nivel textual (manifestación
lingüística en forma de texto), un nivel discursivo (procesos de producción, distribución y
consumo de los textos) y un nivel social (ideología, poder como hegemonía).” (Bargueño:
2006). Entendiendo a la política como discurso, ella es susceptible a estas tres dimensiones:
como texto, nivel discursivo y nivel social, que imprimen a la política un entendimiento que
las vincula con aspectos como la expresión, la producción y el poder, develándolas como
una estructura dinámica de contenido social, que se crea y se recrea en la interpretación que
los sujetos hacen de ella como un discurso, y de los lugares que el poder toma como texto
hegemónico.
35
3.1.1 Política y legitimidad.
Comprendiendo a la política en su origen relacional entre individuos y disponiéndola como la
organización de dicho convivir, ella presentaría un doble rol en sociedad: a) por una parte la
de gobernar, entendida como las prácticas de gobierno: control, orden, fomento, cohesión,
etc., de un grupo humano, y por otra, b) la lucha por el poder, que se refiere a la posibilidad
de todos los individuos de una sociedad de acceder a la posibilidad de gobernarla, y por
tanto acceder al poder que ese lugar social detenta.
Justamente una de las posibles razones de la actual pérdida de legitimidad social que la
política requiere para su funcionamiento, pareciera tener lugar en esta faceta de lucha por el
poder que la política conlleva. La legitimidad es un aspecto muy importante cuando
hablamos de política y ciudadanía, porque ella es quien mantiene la cohesión necesaria que
permite que un sistema político se mantenga bajo cierto tipo de roles entre los actores
sociales, desde la aceptación voluntaria de leyes y normativas. En este sentido la legitimidad
tiene una relación muy estrecha con el poder, ya que ella permite ejercer dispositivos de
obediencia sobre los individuos sin coacción. Por ende la problemática que presenta la
pérdida de legitimidad social, se relaciona a que la sociedad deja de aceptar la validez de los
mandatos institucionales, y por ende, se ve forzado a ser parte de la coacción, que no se
refiere solamente a una obligatoriedad física ni moral, sino que se relaciona con la
imposición de estructuras sobre las cuales no se tiene consentimiento. Es decir la legitimidad
social está en directa relación con la capacidad que tiene el Estado de vincularse con
aquellos principios humanísticos, acorde a Vinyamata, que tienden a un bien común que es
deseado por la ciudadanía. Así, la mantención de una sociedad depende, en cuanto los
ciudadanos encuentran que el Estado es fiel reflejo y materialización de sus propios
intereses.
En consecuencia, la lucha por el poder, que se presenta en las carreras eleccionarias y
dentro de los partidos políticos, si se deslegitima, es porque la ciudadanía no ve en esa
lucha una estructura que se condice con sus propia percepción de lo que es política y lo que
es poder.
La política suele visibilizarse en esa lucha de poder que es un elemento constituyente del
gobierno, pero no en el sentido último de organizar la vida de las personas en sociedad y
que es principalmente, el bien común por la que la sociedad legitima la presencia del Estado,
y la existencia de la política.
Sin embargo en la acotación a la que este texto se refiere en términos de juventud, ésta
categoría social no sólo crea rechazo ante esa lucha de intereses de la clase política, sino
que también se expone a luchas conceptuales en el discurso social, en sus expectativas v/s
el rol real que el Estado ejerce en sociedad.
La política ante un contexto socioeconómico de mercado, se enfrenta a importantes
contradicciones que deslegitiman el poder político en términos aristotélicos, de existir para
sacar lo mejor de las personas en la polis, reduciendo el rol político a términos
administrativos, abstraídos en gran parte de las necesidades de la juventud.
36
práctica que no necesariamente está relacionada con un tipo de gobierno específico, de
hecho donde exista sociedad o agrupación existirá la política como práctica de organización.
De esa manera ella está por sobre el Estado, que no es sino una forma de gobernar que ha
preponderado en la historia, y la política es tan aplicable para entender el funcionamiento de
un país como el de una comunidad tribal.
Si bien podemos suponer que las relaciones de poder en sociedad son relaciones
confrontacionales, hasta aquí hemos propuesto a la juventud en confrontación con un
sistema hegemónico, es posible relacionar en un ejercicio dialéctico los choques de poder
que plantean los estudios de género con lecturas como las de Arendt, en donde existe una
relación mucho más conciliatoria entre sujeto y poder. Foucault propone que donde hay
poder existe resistencia, sólo que ciertas luchas se visibilizan al formarse en los lugares
apropiados dentro de las relaciones de poder y que por tanto lejos de estar sumido en
estructuras de difícil acceso, estaría repartido en varios puntos sobre los cuales se puede
crear resistencia. Esa resistencia, respuesta y antagonista del poder, no sería un efecto, más
bien una parte constitutiva, una forma de asegurar la existencia de una libertad que
predispone y posibilita, en su sujeción, el poder, porque él solo tendría sentido mientras se
ejerza sobre sujetos libres.
En base a los aportes de los estudios de género podríamos decir, que en la medida que el
poder se complejiza en el entramado social, los individuos que legitimaron ese poder
empezaran a crear roces basados en una falta de representatividad natural frente a la
heterogeneidad de la distribución del poder incluso de sociedades organizadas. Fenómeno
que para Foucault lejos de ser falta de consenso, aunque podría llegar a serlo, es un
mecanismo incorporado y previsto en el ejercicio del poder. Es decir que se presupone que
en una relación de fuerza entorno al poder político, un sujeto o categoría social no quiera ser
afectada y se constituya en una resistencia, y que en su repetición a lo largo de la historia,
pueda formarse como el “arte de la existencia” de esa categoría social.
37
Quizás en vez de entender el poder enfatizado en un consenso como Arendt lo propone y
que se relaciona con la legitimad que ya hacíamos referencia, podríamos hablar también del
poder, como relaciones de fuerza dentro de una sociedad que al organizarse en conjunto
crea múltiples relaciones de convivencia y de articulación de intereses. El poder como
relaciones entre actores, no sólo produce a los sujetos, sino que en la medida que ellos no
pueden abstraerse de esa relación, los individuos producen y accionan entorno a él, como
sujeción o resistencia a las acciones de los otros actores sociales. Producción y resistencia
que será siempre de características asimétricas, pero que en términos de la naturaleza dúctil
del poder, puede ser siempre nuevamente distribuido en las relaciones que los sistemas
sociales propicien. Por ejemplo, esto se evidencia claramente en las manifestaciones
juveniles. En los movimientos de choque lo que se busca precisamente es invertir la
producción y la resistencia, y así el poder se desplaza entre los actores sociales acorde al
lugar que tomen en sociedad.
Vivir en ciudad tiene cierto orden que exige al que vive en ella restringirse bajo parámetros
de convivencia a cambio de constituirse como sujeto de una esfera de derechos: un
ciudadano; aunque esta negociación entre individuos y ciudad no es necesariamente
explícita, en la medida que se hace natural pertenecer a la ciudad. No hay contrato que se
firme, sino que los sujetos se insertan en una lógica que adoptan, y ese ejercicio de
derechos y deberes, partes del civismo, es un proceso de enculturización, que si no se
produce es difícil presenciar cotidianamente, a que nos referimos cuando hablamos de ser
ciudadanos.
Pedro Mujica de la fundación Participa, explica que hay ciertos elementos básicos para
entender la ciudadanía. Entre ellos podemos nombrar: a) la coexistencia en la sociedad de
tres tipos de intereses: difusos, colectivos e individuales. b) la ciudadanía tiene un rol en lo
público, que por sobre o estatal, son los asuntos de interés colectivo. c) es una categoría
política a través de la cual los sujetos pueden negociar sus intereses frente al Estado, la
sociedad civil y el mercado.
Bajo el último punto, los jóvenes y todas las categorías sociales deben convivir en las
estructuras de la ciudad, sobretodo en términos de coordinar las relaciones en función de
intereses disímiles en objetivos, pero similares en dónde y cómo cumplirlos: en la ciudad,
como ciudadanos.
38
enculturización se cuestiona la participación política de los jóvenes, no se hace énfasis en su
rol de ciudadano en donde el joven como actor social, es parte de numerosas actividades de
carácter cívico, y por tanto de carácter público, que busca relacionarse con el resto de los
habitantes de la ciudad. El que el joven pueda reconocerse como ciudadano, como parte de
ese gobierno de la alteridad, le permite conocer su campo de acción dentro de la relación de
fuerza ciudadano – Estado. Recordemos que el poder sólo se ejerce sobre seres libres y la
ciudadanía si bien limita aspectos de la libertad juvenil que pueda chocar con los trayectos
de otros individuos, también le garantiza espacios de libertad en esa capacidad de poder
acceder también al poder, y de tensionar las relaciones de fuerza, para a través de la
política, formar la ciudad que mejor propicie su humanidad.
Existen similitudes claramente reconocibles entre los tipos de participación que un ciudadano
puede realizar en el lugar donde habita. Que podamos definir que una participación sea
ciudadana, política o social, son distinciones que organizan prácticas específicas, pero que
en todas sus formas, se dirigen a dos variables muy claras: a) participar [1] en el b) espacio
público. Por tanto, podemos entender participación como la intervención de los particulares
en actividades públicas en tanto portadores de intereses sociales. Y al espacio público como
el lugar de la enunciación, física y lingüística de esos intereses sociales.
La arquitectura como disciplina que estudia la habitabilidad del hombre en los espacios
físicos, aporta importantes elementos de discusión al concepto de participación a la
comunicación. Israela Rosenblum reconoce la importancia del espacio público y habla de él
en términos de la participación de la siguiente manera: “La valoración positiva de los
proyectos urbanos (...) dependerá de la fuerza que adquieran en el debate de los mismos los
distintos sectores sociales. Esto conlleva a definir una política de participación ciudadana y
llevar a cabo programas intersectoriales destinados a crear, mejorar y estimular los
encuentros públicos; se exige niveles de mutua confianza, respeto a la pluralidad de ideas y
diversidad de concepciones culturales de la vida en sociedad. “(...) la participación posee
también otra connotación muy importante para el desarrollo de las ciudades, cual es la de
constituirse en un instrumento técnico insustituible a la hora de concebir métodos o formas
de planificación (urbana)”. [2]
En este contexto cuando se habla de esta tipificación social de que la juventud no participa
en sociedad, sería necesario restringirla a cómo los jóvenes se mueven y expresan en los
espacios públicos y determinar qué tipo de encuentros, en términos de Rosenblum, allí se
suceden. La participación juvenil históricamente responde a distintos factores de interés,
que son respuesta claramente a los contextos sociales en los que se encuentran inmersos.
Así como un joven dentro de una comunidad agraria se integrará rápidamente a la fuerza
laboral y centrará intereses en esos ámbitos, un joven urbano dentro de un sistema
neoliberal, de acuerdo a como interiorice ese sistema en su vida, fijara puntos de tensión y
acción que le permitan un desarrollo humano deseable a través del trabajo o el estudio.
Cualquier crítica entorno a lo que el joven hace o no hace en la vida pública, bajo este
enfoque, sería una mirada reduccionista de cómo ese joven y la juventud como grupo, se
afecta y se deja afectar por su contexto sociocultural.
Pero para ello hay que negociar en el espacio público, que es el espacio donde podemos
discutir los alcances de los actores sociales (roles, funciones, significados), ya que
39
podríamos hablar de un joven en un estado de apatía y abulia social, de anomia, si
restringimos esa valoración sólo a su participación en ámbitos institucionales.
Klaudio Duarte Quapper plantea que las subjetividades juveniles con respecto a como se
gobierna la comunidad en la cual habita, de la siguiente manera: “Planteamos que lo que hoy
vemos en nuestro país es la antipatía de muchos jóvenes a los modos tradicionales y
corruptos de hacer política, que no sólo no motivan a participar sino que tienden a inhibir las
ganas y deseo que muchas veces se percibe en los y las jóvenes. Al mismo tiempo, en
muchos de éstos jóvenes y en sus diversas agrupaciones se observa una alta simpatía por
otros modos de participar, de hacer política y de comprometerse con el país. Es decir las
nuevas generaciones de jóvenes vienen mostrando que no existe una sola forma de
participar y que sus modos de aportar pueden ser tan valiosos como ellas y ellos.” (Duarte:
2003)
Lo que existe es un fenómeno donde una parte de la ciudadanía se resiste a esa relación de
poder que tiene con el Estado en puntos, que no han sido negociados y que en
consecuencia escapan a su interés. Entonces si la opinión pública y las encuestas nos dicen
que un 70% de los jóvenes no están inscritos en los registros electorales, y por otro lado, en
la última encuesta de participación ciudadana nos dice que el joven es uno de los actores
sociales que más participa en sociedad, la resistencia no la realiza el joven hacia vivir en
comunidad, el joven realiza una resistencia en su ausencia de esas iniciativas democráticas,
para plantear un rechazo a la relación de fuerza que el joven tiene con las practicas de
gobernar la convivencia, es decir la política.
Pero recordemos que trabajar por la ciudad es trabajar por la política, entonces el joven,
como el actor que más trabaja en sociedad, devela su naturaleza política y ejerce su rol
como ciudadano.
Hay una nueva consideración entonces, para entender la ausencia de la juventud restringida
a los espacios clásicos de participación social, la que para seguir las tendencias de dividir la
participación según referente, llamaremos participación institucional. Lilian Urrutia la define
como un “tipo de participación en las instancias de decisión y representación que establece
una sociedad. (...) Ésta participación institucional posee elementos culturales, expresados en
la legitimidad de las instituciones, así como estructurales expresados en la participación en
instancias destinadas a canalizar intereses particulares a la vida pública”. (Urrutia: 1997)
Los grandes ámbitos en donde el joven no se manifiesta son aquellos ligados y circunscritos
a las instituciones, la inscripción, el voto, los sindicatos, agrupaciones, ministerios, partidos
políticos. A estas instancias es lo que el joven llama “política” y manifiesta su rechazo.
El punto aquí es si el joven reconoce que la política son prácticas de gobierno en la ciudad
(comunidad) independiente, aunque en relación, a la clase política, y que ella está abierta a
ser modificada en la medida que se incorpore una participación activa en ese espacio social,
que reconstruya una institucionalidad pública, donde la ciudadanía tenga un espacio de
interlocución y negociación relevante. En términos de Vinyamata, situándose en una
sociedad de la Responsabilidad en donde el poder se ejerza en la ciudadanía a través de los
canales de la representatividad, removiendo a aquellos sujetos que no son fiel reflejo de sus
intereses sociales.
40
3.4 La representación. Participación política en democracia.
En la medida que hemos hablado de participación, política y poder para clarificar la
correlación juventud y política, es necesario retomar cual es el rol que le compete a la clase
política en estas relaciones. Uno de los derechos de la ciudadanía es tener la posibilidad de
todos los individuos de acceder al poder. Pero ya que por la cantidad de individuos que
habita en las ciudades modernas es impráctico dicho acceso, la representación se constituye
como la forma de acceder al poder participando “políticamente”.
Juan Abal Medina en su texto: “La muerte y resurrección de la representación política” define
representación de la siguiente manera: “La representación es el acto por el cual un grupo se
constituye al dotarse del conjunto de elementos que lo convierten en un colectivo: un
nombre, una permanencia, miembros estables, símbolos, entre otras cosas. El representante
se encontrará así en una relación de metonimia con el grupo, esto es, puede actuar “en
sustituto” de él, hablar por él, representarlo.” (Abal Medina: 2004)
Para entender en más profundidad el concepto de representación invito a tomar como guía
cuatro formas de entender la representación bajo su naturaleza “equívoca e irreducible”
(Abal Medina: 2004):
1) una que corresponde a una idea de representación jurídica: que reside en el derecho
romano y nace del término representare que es “hacer presente, manifestar o presentar de
nuevo”.
2) la segunda es representación como similitud entre representado y representante
(representatividad),
3) la tercera es la representación de un objeto por un signo (representación icónica) y
4) la cuarta que residiría en la responsabilidad de los representantes de ser fiel reflejo de los
intereses y deseos de quienes representa. De esta manera, aún en los cuatro enfoques,
representantes y ciudadanos representados se crearían en el mismo pacto verosímil de
mutua interdependencia, en dónde el representante cobra voz y dedica su trabajo a la
participación institucional de los ciudadanos y en vuelta los representados le otorgan poder y
una suerte de privilegios que faciliten su accionar político.
“Los individuos buscan una relación de transparencia con la política (en general desde
lugares “no políticos”), mediante un vínculo de tipo empático que desprecia cualquier forma
de mediación. (...) El ciudadano medio visualiza lo político como algo distante y remoto, un
mundo “sucio” plagado de comportamientos egoístas, estratégicos e hipócritas en el que él
no tiene ninguna capacidad de acción. Esto lo lleva a un mayor desentendimiento con la
política que es empujada a su vez a asumir mayores niveles de autoreferenciación”.
Este párrafo contiene importantes consideraciones para entender con qué rol que el joven
como el resto de los actores sociales, puede reenfrentarse a la política en términos de poder
41
y decisión mediante la representación. Existe a niveles teóricos de las ciencias sociales y de
la politología, el reconocimiento de una crisis de representatividad que no sólo afecta al
joven sino a la sociedad entera, la cual tiene su fundamento en la construcción de un nuevo
tipo de ciudadano mucho más sofisticado que en anteriores tiempo históricos, -ese hecho ya
se ha reconocido en nuestro sujeto de estudio, en términos que cuando hablamos de
juventud naturalmente asociamos heterogéneas subjetividades-, y en un sistema electoral,
como representación política verosímil, que ya no funciona en esa lógica como sí lo hizo por
casi dos siglos. Abal Medina llama a ese fenómeno representación postsocial, y la
caracteriza como una representación “desprovista de relaciones homológicas y cuya
verosimilitud es totalmente autoreferencial.”
Cada época histórica tiene una velocidad social determinada, así como en las antiguas
civilizaciones se detentaba un poder de velocidad marítima que creaba mayores relaciones
de fuerza en el control del mar y la velocidad de ataque, la actual, es una época que no
42
concibe nada menos que la velocidad luz. Por tanto el poder está muy ligado a su ejercicio
como: capacidad de cubrir y controlar con fluidez un territorio, así el poder sería la velocidad
y las representaciones de poder serían siempre una forma de “dar ritmo a la sociedad que
controlan”.
Existen diferencias entorno a lo que entendemos como espacio público como lugar en donde
se expresa la política.
Giannini hace una separación entre espacio público, opinión pública y experiencia común:
43
“Lo público se va gestando, engastando en la historia; incluso, va eligiendo silenciosamente
sus propios centros preferenciales de exposición. En este sentido se puede destruir, pero no
crearlo de la noche a la mañana. Y lo que ocurre hoy es justamente una destrucción
sistemática de lo público. Heidegger diría: una desmundanización de nuestro mundo. Esto es
lo que desconcierta y alarma. En una sociedad en la que se ha impuesto la ideología del
mercado, “público” resulta ser la cantidad que llena los espectáculos, y cuya virtud
ciudadana se consuma en el hecho de consumir. Es aquí donde hay que tener cuidado: el
público, la audiencia, no se identifica en absoluto con lo público, así como tampoco cabe
confundir la opinión pública (la doxa) con la experiencia común (coiné), a la cual incluso a
veces tendría que contraponerse. En todo caso, lo público tiene más bien un modo de ser
temporal y es la razón de ser no de la publicidad sino de lo político, de “la polis”. (...) El
espacio público, como ámbito de la contingencia propiamente humana, puede describirse
así: como el ámbito de convergencia y de riesgos en el que cada cual está
permanentemente expuesto a los efectos inmediatos de la iniciativa ajena. Expuesto a la
inextirpable y peligrosa proximidad del prójimo”. (Giannini: 2007)
Verón habla de que el empobrecimiento del discurso político no se debe al uso audiovisual
en la política, ya que este ha enriquecido nuevos registros de sentido, sino que es producto
de hacer de la publicidad, el modelo dominante de la comunicación política. Por sobre el
acuerdo con ésta última afirmación, sí Verón plantea una discusión interesante, cuando dice
que la economía del régimen audiovisual quita la complejidad del discurso político.
44
mismo tiempo diversos “registros simbólicos” que son claramente producto de una
adaptación de los rituales que han debido evolucionar y masificarse en la lógica de una
democracia indirecta.
El concepto del rito político, que es un punto que también se retomará mas adelante, es un
componente esencial cuando hablamos de política y participación. Goffman, define rito
como: “El ritual es un acto formal y convencionalizado por el cual un individuo manifiesta su
respeto y su consideración ante un objeto de valor absoluto, a ese objeto o a su
representante.” Y en ese sentido la participación en cierta ritualidad asociada a la política
institucional legitima en las personas el sentido y la función de la política en sus vidas.
45
Notas.
[1] Según el Premio Nacional de Ciencias, Humberto Maturana: "Es necesario cultivar la participación
con la formación del ser. Tenemos que cultivarla desde la infancia, desde los niños pequeños. Eso se
aprende y se cultiva, y si no se cultiva se pierde, y cuando se pierde se entra en la depresión, y en ese
estado no hay posibilidad de convivencia democrática".
Bibliografía.
Abélès, Marc. Rituales y comunicación política moderna en El nuevo espacio Público. Editorial Gedisa.
1998. Pp.140-157
Albano, Sergio. Michel Foucault. Glosario de aplicaciones. Editorial Quadrata. 2004.
Arend, Hanna. La Condición humana. Editorial Páidos. 1996. Pp. II-XVII
Balardini, Sergio. Transformaciones sociales y cambios culturales, en Nuevas Geografías Juveniles.
Transformaciones Culturales. Editorial UDP 2005.
García Dual, Carlos. La política. Aristóteles. Editorial Espasa, 1997. Texto en Prólogo.
Giannini, Humberto. La Reflexión Cotidiana. Hacia una arqueología de la experiencia. Editorial
Universitaria, 1988. Texto en La calle: Pág. 29.
Giannini, Humberto. Espacio y tiempo Público. Revista Patrimonio Cultural. N°42. Dibam. 2007.
Gubbins, Víctor. Ciudad e identidad, en Montecino, Sonia. Revisitando Chile. Cuadernos del
Bicentenario. 2003. Pp.97.
Jiménez, Mónica; Mujica, Pedro. Participación ciudadana y cohesión social. Corporación Participa.
Santiago, 2003.
Versión digital accesible en Publicaciones: www.participa.cl.
Krotz, Esteban. Alteridad y pregunta antropológica. Texto [online]: www.uam-
antropologia.info/alteridades/alt8-1-krotz.pdf
Programa de Naciones Unidas para el desarrollo. Desarrollo Humano en Chile. El poder: ¿Para quién y
para qué? Santiago. 2004.
Rosenblum, Israela. Discurso en el Día Mundial del Urbanismo. 8 Noviembre de 1999.
Santander, Pedro. El acceso de los ciudadanos a las noticias de la televisión: la construcción de un
tercero discursivo. Lit. lingüíst. [on line www.scielo.cl]. 2004, no.15 p.183-210.
Urrutia Francotte, Lilian. INJUV. Cuadernillo Temático N°3 1997. www.injuv.cl
Verón, Eliseo. Interfaces. Sobre la democracia audiovisual evolucionada, en El nuevo espacio Público.
Editorial Gedisa. 1998.
Virilio, Paul. Cibermundo: ¿Una política suicida?” Editorial Dolmen, 1997.
46
Capítulo4>. Contextos discursivos juveniles.
Cada una de estas atribuciones tan bien acotadas por Lagos y sobre las cuales no
profundizaremos en este texto, manifiestan los aspectos a través de los cuales la
posmodernidad se presenta en las diversas facetas sociales: las ideologías, la literatura
como conocimiento de las fisuras humanas, la ciudad como escenario urbano de la
enajenación y del anonimato. Epistemológicamente, la posmodernidad es un proceso de
deconstrucción (Derrida) para reconocer las lógicas, detrás de las estructuras sociales y del
lenguaje.
“La incorporación del lector al texto supone no tan sólo la propuesta epistemológica
de existencia de lecturas más que textos (v. supra), sino la posibilidad de realización
de constructos lingüísticos (representación de representaciones de
representaciones...) acerca de ámbitos originarios de carácter experiencial,
propiamente imaginarios, oníricos, míticos, que superan el concepto tradicional de
realidad y por ende el de racionalidad por la toma de conciencia de que el sujeto es
parte del ámbito que describe e interpreta y que aquello que interpreta se realiza y
construye en el lenguaje.”
47
Las estructuras sociales tienen en si un entramado de reglas y lógicas sobre las que el
espíritu deconstructivista quiere abrir como un entendimiento profundo, desmitificador de la
verosimilitud y las predisposiciones ornamentales. Ese reconocimiento del hombre como
constructor de tejidos, les hace saber cual es su posición dentro de la sociedad
considerándola como un juego y reconociendo en ella roles, reglas y espacios que pueden
ser modificados mediante un buen conocimientos de la estructura del campo semántico.
“Pareciera ser, por último, que el mensaje metafórico final de Calvino (novela dentro de la
novela y por extensión sociedad dentro de la sociedad) es conducirnos a una toma de
conciencia de la clave vital del mundo posmoderno: conocer las reglas vigentes temporales y
versátiles de la sociedad.”
48
fragmentos que cada individuo posee, en la particularidad de las vivencias, alejando a las
juventudes de un vínculo concreto y políticamente involucrado con su comunidad inmediata.
En este sentido la globalización es un texto dicotómico: por un lado homogeniza y por otro
lado diversifica. Pero más que un aporía, el juego de lo micro y lo macro, del mundo y el
barrio, conviven porque la globalización a sabido guardar valor en las interrelaciones como
un bien por si mismo. Por qué no decir que como un fenómeno con fundamentos
económicos, ha sabido transformar sus debilidades en nuevas oportunidades de negocio
discursivo. Beatriz Sarlo frente a la diversidad plantea indirectamente un acercamiento a la
atomización y la indiferencia, y enfatiza en la discusión de los proyectos comunes bajo el
multiculturalismo, como una situación que arriesga los espacios políticos a colectivos
menores, exigiendo particularidades sin pensar en un bien común y en un surgimiento de
tribalizaciones infinitas. “La política, en este marco cultural, puede disolverse (…) en el
cultivo de las diferencias infinitamente multiplicables, donde se pierde todo anclaje simbólico
de cualquier sujeto colectivo salvo del que pueda construirse sobre la base de
particularidades”.
“Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé con mi brazo la
cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos a la calle. Antes de alejarnos
tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a
algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa
tomada”. Casa tomada. Julio Cortazar.
Los límites por los que los jóvenes se mueven en la ciudad, son delimitaciones que se le
presentan hablándole de dónde puede situarse y como debe presentarse en los distintos
escenarios sociales en términos de exponer su presencia, es decir como debe habitar. Las
calles, las paredes, los edificios, las comunas, los límites simbólicos como la Plaza Italia, el
río Mapocho, incluso la puerta de esa casa tomada de Cortazar que habla de un nosotros y
los otros, todos son límites entre imaginarios colectivos en base a los cuales los sujetos
construyen, disputan y plantean sus propios limites identitarios. “La frontera tiene la
particularidad de dar cabida a todas las dualidades, a todas las contradicciones, a todas las
alteridades. No es un escenario de fácil convivencia.” (Muñoz: 2005)
El nosotros de los Otros; el yo, del tu; el aquí, del allá. Los límites también son parte del
discurso del contemporáneo quiebre de lo público y lo privado que hoy ya no se limita al
resguardo post feudal, ni a las distinciones del capital económico, sino que se refiere
también, y a esto nos referimos cuando hablamos de la dicotomía público-privado, a los
espacios en donde se tratan y se dan cabida a los temas ciudad de enunciación frente a
todos los actores sociales y a aquellos aspectos que se tratan en “lo personal” de cada
sujeto.
49
La particular pérdida de los límites entre lo público y lo privado en relación al Estado, tiene
sentido como contexto en las atribuciones que pueden desarrollar los jóvenes entorno a la
política. Giannini a este propósito, habla de la destrucción de lo público mediante la
difuminación de sus límites, que es el lugar propio para que la política tenga cabida. “Sin
embargo, la capacidad comunicativa de los cuerpos significantes sólo en las
convergencias, en los acuerdos y en los mal entendidos y en los choques propios de la
comunicación cotidiana, se vuelve a la experiencia común, que es como el alma de lo
público”.
En este sentido lo público se liga a la experiencia común, a los imaginarios colectivos, a la
memoria histórica, por sobre la experiencia individual (privada) que propician discursos como
el consumo y la posmodernidad, y por sobre la abstracción de los “públicos” y la “opinión
pública”.
“De este modo, podemos pensar la ciudad como forma de lo cotidiano, continente que
modela la intimidad resguardada – más o nenos eficientemente- y establece una serie de
puentes y tránsitos que configuran las diversas dimensiones de lo público y la vida social”
(Perez: 1999).
En la medida que los espacios de sociabilización se imposibilitan, física (puntos de
encuentro) o simbólicamente (tiempo personal disponible a la convivencia), los jóvenes
adolecen de esas posibilidad de construir en los limites sociales y corporales su propia
identidad. Y por ende se desarrollan en base al ámbito de lo privado, situación que
claramente no genera espacios donde el joven pueda notar la presencia de la política, ya
que en lo privado, la comunidad a través de los medios, se vive abstractamente.
Recordemos que lo privado son realidades históricas, que modifican sus límites entorno a lo
que puede o no ser enunciado, y por tanto lo privado no es un espacio permanenente, sino
que es una determinación sociocultural que es flexible a su entorno.
“De todos los cambios que ocurren en el mundo, ninguno supera en importancia a los que
tienen lugar en nuestra vida privada – en la sexualidad, las relaciones, el matrimonio y la
familia -. Hay en marcha una revolución mundial sobre cómo nos concebimos a nosotros y
cómo formamos lazos y relaciones con los demás”. (Giddens: 2001)
Este devenir de la juventud por lo privado más que por sobre lo público tiene también origen
en que el Estado como encargado de administrar y posibilitar las acciones políticas
institucionales, ha perdido su rol como referente de meta- relator, en la medida que el Estado
es muy pequeño para resolver grandes desafíos culturales y sociales, y demasiado grande
para responder a demandas cotidianas diversas, que es lo que joven no ve y se decepciona,
no sintiendo que la política se vive concretamente en su cotidianeidad. “Varios autores y
entre ellos Norbert Lechner, (1981), han señalado que el objetivo neoliberal es el
derrocamiento de la política y, por tanto, la reducción del rol que deben jugar las instituciones
públicas no implica necesariamente la ampliación del espacio político a favor de la sociedad
civil.” (Jiménez, Mujica: 2003) Por esta razón en la medida que el Estado, al tener la mínima
participación gracias al tremendo poder autorregulador de mercado bajo la lógica neoliberal,
los temas públicos, de convivencia, al no ser abordados se vuelcan en toda su complejidad a
lo privado, haciendo que la gente resuelva su proceso desde la singularidad, la tribalización y
las pequeñas comunidades por sobre expresiones amplias de coordinación de la convivencia
mediante las decisiones políticas que requiere la representatividad de la democracia
moderna. Estas nuevas formas de participar mediante lo privado reestructuran los espacios y
los mismos límites entorno a lo público y lo privado en sociedad.
“Así como el espacio físico se define por la exterioridad recíproca entre las partes, el espacio
social se define por la exclusión mutua (o la distinción) de las posiciones que lo constituyen,
es decir, como estructura de yuxtaposición de posiciones sociales. Así, la estructura del
espacio se manifiesta, en los contextos más diversos, en la forma de oposiciones espaciales,
en las que el espacio habitado (o apropiado) funciona como una especie de simbolización
espontánea del espacio social”
Sin embargo esta pérdida del espacio de lo público como plantea Giannini, requiere de la
presencia corporal de los jóvenes para que ellos puedan ser partícipes de los espacios
políticos en donde hay que hacerse cargo de los grandes temas sociales, que el Estado por
si mismo no puede abarcar sin la presencia de una sociedad activa, ocupada de su espacios
privados que se movilizan bajo intereses particulares de participación, pero también
50
comprometida con esos temas sociales que afectan a un gran numero de habitantes y que
requieren la disposición de actuar por un bien común que aúne esos intereses que expresan
privadamente, bajo las formas de participación necesarias para el quiebre de la
autoreferencialidad política y la recuperación de lo público (el ágora). Es decir, participando
de la toma de decisiones políticas, mediante la presencia física en la ciudad que en las
interrelaciones puedan ir conformando nuevas categorías políticas, y siendo parte de los
procedimientos representativos de la voz social.
“Público y privado, reveses de la convivencia y la ciudad, constituyen así no sólo
distinciones espaciales sino esferas heterogéneas de la actividad personal. (…) La ciudad,
en consecuencia, figura tanto el punto de instalación de una posición subjetiva, en tanto
referencia simbólica que permite la producción de significaciones y asentamientos
específicos, como el lugar del lazo que, con otros, viabiliza y vehiculiza en tránsito de esas
referencias”. (Pérez: 1999)
Néstor García Canclini plantea cinco proceso que escenifican el actual espacio sociocultural:
a) un redimensionamiento de las instituciones y los espacios de ejercicio de lo público; b) la
reformulación de los patrones de asentamiento y convivencia urbanos; c) la reelaboración
de lo propio, d) redefinición del sentido de pertenencia e identidad; e) y el paso del
ciudadano al consumidor. A este último punto, que nos convoca, se refiere como:
“El pasaje del ciudadano como representante de una opinión pública al ciudadano
como consumidor interesado en disfrutar de una cierta calidad de vida. Una de las
manifestaciones de este cambio es que las formas argumentativas y críticas de
participación ceden su lugar al goce de espectáculos en los medios electrónicos, en
los cuales la narración o simple acumulación de anécdotas prevalece sobre el
razonamiento de los problemas, y la exhibición fugaz de los acontecimientos sobre
su tratamiento estructural y prolongado”.
De alguna manera el traspaso que ha hecho “el consumidor”, desde categoría económica
hacia categoría política, reside en que la libertad individual que ofrece el neoliberalismo, está
muy ligada a la concepción de las permisividades del consumo, ya que cuando dejamos de
ser “ciudadanos” y somos tratados como “consumidores”, dejamos de tener que articularnos
en representatividad o comunidad para ser escuchados e inclusive en función del mercado
en los actuales contextos socioeconómicos, enaltecer el rol del consumidor para repicar su
existencia. En la medida que hace seis décadas los monopolios hacían del consumidor un
sujeto pasivo y limitado en sus decisiones, “consumidor” no era una categoría atractiva para
buscar cuotas de poder ni legitimidad social.
51
Al presente, en la lógica del consumidor y de un mercado regulado por la demanda, somos
sujetos de pleno derecho, empoderados y legitimados como individuos en la medida que
podamos seguir manteniendo ese nivel de consumo. Tampoco es casualidad que desde esa
particular sintaxis social, se propicien nuevas formas de socialización, como la individualidad
y la exageración de los derechos civiles, y el desmedro de los deberes de participación en la
vida democrática, tan ligada con la ciudadanía. Ella es la fuente de la dicotomía teórica entre
consumidor y ciudadano. El consumo tendería a llevar a los sujetos a una alineación ante las
facilidades del consumo por sobre la complejidad de la vida en comunidad. A este respecto,
Beatriz Sarlo, evidencia críticamente las posibilidades del consumo “Los medios de
comunicación refuerzan esa idea de igualdad en la libertad que forma parte central de las
ideologías juveniles bien pensantes, donde se pasan de alto las desigualdades reales para
armar una cultura estratificada pero igualmente magnetizada por los ejes de la identidad
musical que se convierte en espacios de identidad de experiencias. Sólo muy abajo en los
márgenes de la sociedad, este conglomerado de estratos se agrieta. Las grietas, de todos
modos, tienen sus puentes simbólicos: el video clip y la música pop crean la ilusión de una
continuidad donde las diferencias se disfrazan en elecciones que parecen individuales y
carentes de motivaciones sociales.” (Sarlo: 1994)
Los bienes hoy son símbolos estratégicos para incorporarse al mundo contemporáneo y
tomar decisiones, en este sentido la lógica de consumidor que el ciudadano ha desarrollado,
puede llevarnos a conciliar ambas categorías, viendo en el consumo una posibilidad, un
trampolín para que el consumidor se haga partícipe en diversos ámbitos ciudadanos, ya que
ha aprendido a ejercer su presencia.
Canclini propone al consumo como una forma de reflexión social que busca alejar del
consumo la irracionalidad, o aquel desenfreno planteado en la relación entre productores y
destinatarios, hacia una “racionalidad sociopolítica interactiva”. Como un diálogo que por
sobre la adquisición de bienes, busca apropiarse de distinciones simbólicas, de una forma
muy similar al uso de los objetos en las ritualizaciones, en donde a través del rito se
expresan relaciones consensuales para establecer sobre los objetos, que forma parte
inseparable de la corporalidad del ritual, que es lo valioso, que es lo sagrado, legitimando la
52
adquisición de bienes desde el simbolismo dispuesto en los objetos. En este sentido el
consumo hoy, bajo esta naturaleza ritual, se define como un proceso cuya función esencial
es “darle sentido al rudimentario flujo de los acontecimientos”.
Los bienes como constructos simbólicos, incluso pueden crear espacios de significación que
delimitan identidades, este es el caso de los estilos musicales que pueden configurar incluso
tribus o grupos sociales cada vez más cohesionados y de largo alcance social. Así, la
categoría de consumidor lejos de alienar al sujeto de la comunidad es parte de las
interrelaciones que integra, cohesiona y comunica a la sociedad. “Más bien sobrevive como
una comunidad interpretativa de consumidores, cuyos hábitos tradicionales –alimentarios-
lingüísticos- los llevan a relacionarse de un modo peculiar con los objetos y la información
circulante en las redes internacionales. Al mismo tiempo, hallamos comunidades
internacionales de consumidores – ya mencionamos las de jóvenes y televidentes- que dan
sentido de pertenencia donde se diluyen las lealtades nacionales”.
Esto calza muy bien con la identidad juvenil, como búsqueda de la reafirmación de sus
intereses y limites identitarios ya que a través del consumo el joven genera espacios
simbólicos donde probar y construir su personalidad y las características que lo levarán a
autodefinirse y distinguirse como actores sociales.
Otro aspecto relevante es la dicotomía abstracción v/s corporalidad que sucede en el paso
de ciudadano a consumidor.
La ciudadanía, es una categoría política que si bien cohesiona socialmente, a través del
contacto concreto entre individuos, no puede escindirse de la deslegitimación que enfrenta la
política, y en este sentido la ciudadanía, más que ser utilizada como categoría política frente
a la política institucional, se desliga hacia el surgimiento de nuevas formas participación, la
llamada “subpolítica”. Fenómeno que claramente se ve intensificado por el total paso de la
ciudadanía a ciudadanía mediatizada, en secuencia a los crecientes roles que la política
ejerce sobre los medios de comunicación para ampliar la sensación de representatividad
necesaria en las democracias modernas. Ciertamente los medios permiten incluir a grandes
cantidades de ciudadanos a los temas de discusión pública, a la desterritorialización de lo
audiovisual. Sin embargo como Baudrillard plantea la hiper realidad de los medios, como una
forma propiamente posmoderna de exponer información y ciertos diálogos sociales,
acontece "La simulación de algo que en realidad nunca existió”.
Dada esa verosimilitud, frente a los cuales los ciudadanos son parte de la opinión pública,
pero no de lo público que define Giannini, las personas finalmente experimentarían la política
y la ciudadanía como un rol que no tiene efectos en la cotidianeidad, más que la corporalidad
que se ejerce en los procesos eleccionarios que requiere un movimiento territorial y corporal
concreto. El concepto de opinión pública o “público”, que también trabaja Sarlo se
caracteriza por llevar a una progresiva personalización en base a la anónima relación que se
propicia mediáticamente. Así la ciudadanía se hace pasiva frente a otras formas de modificar
concretamente el entorno, como la participación extrapolítica, en donde el joven participa
activamente –cultura, arte, música, solidaridad, deporte, religiosidad-, como nuevos
constructos de sentido. Incluso que a través del consumo, que se caracteriza por la
materialidad de los objetos y experiencias (servicios) sobre los que se construye y la rapidez
con que les posibilita acceder a nuevos espacios simbólicos.
“Sin embargo, no se trata simplemente de que los viejos agentes – partidos, sindicatos,
intelectuales- hayan sido reemplazados por los medios de comunicación. La aparición súbita
de estos medios pone en evidencia una reestructuración general de las articulaciones entre
lo público y lo privado que se aprecia también en el reordenamiento de la vida urbana, la
declinación de las naciones como identidades contendedores de lo social y la reorganización
de las funciones de los actores políticos tradicionales.”
53
La participación fuera de la política tiene una fuerte presencia juvenil, en otros intereses
ciudadanos como la ecología, la solidaridad, pero sobretodo en el consumo cultural que se
presenta como una forma de participación en términos de derechos y representación, mucho
más directa que las abstracciones mediáticas de la participación política. La corporalidad
sigue siendo un requisito de la participación social, es a través de ella y los sentidos en
donde podemos generar los afectos necesarios para conformar un concepto de ciudadanía
más bien cohesionado y necesario, frente a la disolución de otras formas de convivencia
masiva como la nación, el país.
Sin embargo por sobre todas las posibilidades que presenta la categoría de consumidor para
actualizar y acercar a las personas a la categoría de ciudadano, involucrándolos con el
devenir de la comunidad en que viven, hay un aspecto que Alain Touraine no olvida y que es
que el consumo al centrar los esfuerzos en la individualidad por sobre la comunidad, no
atiende la exclusión que es parte evidente e inseparable de la globalización y el
neoliberalismo: “La libertad de cada uno no queda asegurada por el hecho de que el pueblo
esté en el poder, pues esa situación puede justificar dictaduras nacionalistas o
revolucionarias. Tampoco queda garantizada por el hecho de que cada uno pueda elegir
libremente lo que el mercado le ofrece, pues éste no garantiza la igualdad de oportunidades
y posibilidades para todos, ni la orientación de los recursos hacia la satisfacción de las
necesidades más urgentes, ni la lucha contra la exclusión”. (Alain Touraine: 2006: 321)
De esta manera cualquier mixtura o porosidad que pueda presentarse entre ambas
categorías debe considerar, que esa exacerbación del yo, que produce el consumo y se
potencia con los otros fenómenos socio-culturales como la posmodernidad, debe
encaminarse hacia un empoderamiento que tenga como fin la colectividad, como medio de
intervenir activamente en aspectos de interés social de toda índole. Es necesario reconocer
que la polaridad consumidor ciudadano se plantea aporéticamente entre este juego del yo y
la propia supeditación, en pos de intereses colectivos; a la juventud el consumo les hace ser
parte en igualdad, de otras categorías sociales a las que se ven restringidas como actores
políticos frente a las diversas contradicciones a las que se enfrentan en sus trayectos físicos
y simbólicos. A esas integración mediante el consumo, Beatriz Sarlo se refiere como: “El
mercado toma el relevo y corteja a la juventud después de haberla instituido como la
protagonista de la mayoría de sus mitos (...) consumidores efectivos o consumidores
imaginarios, los jóvenes encuentran en el mercado de mercancías y en el de bienes
simbólicos un depósito de objetos y recursos fast preparados especialmente”. (Sarlo: 1994)
Un tercer aspecto a considerar es la unión entre ciudadanía como unidad v/s ciudadanía
como diversidad. El sobrevuelo sobre los fenómenos en que los jóvenes se enfrentan socio-
culturalmente, muestran como el ámbito social tiende a proponer la individualidad como una
forma de integración social. Esto es una consecuencia lógica de la Democracia actual, en
fundamentos como los propuestos por Touraine, sobre los que la democracia hoy se centra
en el sujeto por sobre las mayorías que caen, fácilmente, en totalizaciones. En este sentido
pensar en la ciudadanía como un concepto cercano a pueblo o a voluntad popular, es
contraponerse a dos elementos fundamentales en el análisis:
54
intransable, del cual la democracia se ha hecho principal promotora.
- Segundo, y como consecuencia de esta democracia del sujeto, la ciudadanía más que ser
considerada como una categoría que unifique los sentimientos nacionales mediante la
unidad, debiera enfatizarse en base a la diversidad, entregando a cada sujeto, la capacidad
de entender que su desarrollo personal como habitante de una ciudad en derecho y deber,
no sólo colabora al desarrollo humano de la colectividad en que habita, sino que es libre de
asociarse en múltiples intereses con otros pares, teniendo la certeza que puede fluir en
numerosos trayectos en donde sus intereses serán legitimados social e institucionalmente.
La ciudadanía entonces es una categoría política que vela más que por la voluntad del
pueblo, por la diversidad que asegure que efectivamente se ejerza un bien común a los
distintos actores sociales.
La individualidad como resultado de este contexto social, es una elección que los cuerpos
adoptan producto de una serie de lecturas personales acerca de los procesos sociales en los
que viven y en base a los que modifican su corporalidad y su lugar en los espacios. “Así,
como toda producción subjetiva, la juventud es, al mismo tiempo, tanto la expresión de
formas de ‘sujección’, a determinados órdenes institucionales y campos de poder, como la
emergencia reflexiva de lo singular y de las formas de autocreación que tensionan los
mismos ordenamientos que la constituyen.” (Stecher: 2005: 8) Es aquella singularidad, como
propias lecturas dinámicas de la realidad, la que nos muestra cómo los jóvenes construyen
su subjetividad en base a un proceso siempre generador como el habitus de Bordieu, pero
también permanentemente en base a estructuras superiores, en los ámbitos, económicos,
políticos, sociales, como a las que ya nos hemos referido. Esto es importante, porque que el
sujeto opte por la incorporación de ciertos discursos por sobre otros, depende también de los
macrorelatos sociales que estructuran sus disposiciones. Entonces, no es azaroso que el
joven escoja ciertos estilos de vida entorno a la individualidad, ni que modifique sus objetivos
personales en privadas formas de participación, gracias a la presencia de narraciones como
el capitalismo que requiere a través de la producción, para ejemplificar, la individualidad
productiva de todos los sujetos.
55
Remitiéndonos al contexto social, el joven produce sentido y subjetividades en base a una
serie de fenómenos contemporáneos que le hacen propiciar imágenes culturales basada en
la individualidad, del yo. La globalización, la posmodernidad, el sistema neoliberal de
mercado, por nombrar algunos de los grandes fenómenos históricos actuales, son parte en
mayor o menor medida de un proceso que ha terminado desde conceptos de pueblo y
nación, hacia volcar sus centros sobre el individuo, con su principal reflejo -en el traspaso del
gobierno del pueblo a las defensas del sujeto y las minorías- en la democracia. (Alain
Touraine: 2006).
Un punto clave para entender porque los jóvenes se han desvinculado afectivamente de la
política tiene razón precisamente, con ese cambio en los imaginarios colectivos basados en
la evolución de los movimientos sociales modernos, desde la totalidad a la fragmentación de
los metarrelatos e ideologías que han sido históricamente parte de las grandes decisiones
políticas a nivel local y mundial. De ahí que la lectura que el joven hace e interpreta, se
oriente en legitimar en base a la diversidad, las acciones que el contexto social valora y que
le permite vivir más fácilmente bajo su propio desarrollo identitario como categoría social,
que se fundamenta en ese desarrollo individual previo a socialización institucional, que
corresponde a la adultez. Y que como proceso personal, es un desarrollo que choca
constantemente contra los discursos hegemónicos, y que por tanto a la juventud le otorga
legitimidad y espacio personal en la diversidad. Así como Stecher nos recordaba que no se
puede separar la juventud de su condición de tiempo histórico, complementariamente Heidi
Tinsman nos dice que cualquier lectura de un fenómeno es respuesta de un tiempo socio
histórico específico. En su texto “Los patrones del hogar”, Tinsman plantea el argumento de
que el Estado comunica roles e identidades de acuerdo al modelo socioeconómico que
sustenta: las variaciones entre lo que significa ser hombre o mujer, o ser sujeto social
variarían según “factores ideológicos y materiales presentes en la sociedad como un todo”.
Así como antes en los 70s se fomentaba, por ejemplo, la familia y al hombre a su cargo
como núcleo social, en nuestro contexto el gobierno de un sistema neoliberal, crea para su
sustento, un fomento de la individualidad. No es azar entonces que disminuyan las familias,
si el mismo sistema da mayores avales a quien deciden por esgrimir una vida autovalente.
Becas, créditos, diversión, la excitación de la vorágine de Bergman en un perpetuo devenir,
implica irse sólo en ese viaje donde hay siempre mucho que arriesgar cuando se es más que
uno.
La llamada participación extra política, surge de esos cambios producidos en las memoria
histórica, en la conformación de identidades, en los imaginarios colectivos, en las
representaciones sociales influenciadas por los grandes procesos sociales en que la
sociedad hoy, y que particularmente la juventud se ve afectada. Causando nuevas
modalidades de producción de subjetividad, claramente alejadas de lo público y de la
incorporación a los ritos políticos. Si bien existe la posibilidad desde la perspectiva de
Canclini, de resignificar los discursos que forman parte del contexto social del joven, para
que pueda desde la lógica de las mismas actividades extrapolíticas en que se desarrolla,
como a través del consumo, encontrar en ellas un empoderamiento que finalice en la
apropiación de conceptos le pertenecen: como el de decidir cómo quiere vivir en sociedad.
56
Bibliografía
57
Capítulo 5> Nuevos acercamientos teóricos a la relación Juventud y Política.
> Ensayo 1:
Política y literatura: Juventud y ritualidad política.
Introducción
1. Política y literatura.
La literatura es un libro abierto donde es posible encontrar una multiplicidad de referentes
para diversos fenómenos sociales. Ello porque la literatura es fiel reflejo no sólo de la
subjetividad del autor en como enfrenta personalmente sus procesos, sino es viva imagen de
la sociedad en la que autor construye sus narraciones.
De esta manera cuando hablamos de juventud y política, es también posible encontrar en la
teoría literaria, sugestivos puntos de vista que nos hacen recordar la importancia del
componente mítico y ritual en toda relación entre creencias y sujetos.
Esta ligazón con la literatura, si bien es un nuevo acercamiento para destramar la relación
juventud-política, es una forma muy latinoamericana de enfrentar la realidad social. Castro
Aniyar y Miranda en este sentido plantean este vínculo como:
“La relación entre literatura y ciencias sociales en América Latina revela que el
conocimiento científico aprendido, entendido separadamente de las emociones la
cultura común, no ha logrado reflejar lo que somos, ni planificar, ni diagnosticar, ni
pronosticar sobre nuestras relaciones. El pensamiento científico social
latinoamericano ha necesitado de la literatura latinoamericana como una persona
con discapacidad necesita de sus muletas.” (Castro, Miranda: 2006)
En este contexto, el hecho de poder asemejar los conceptos de política y democracia como
relatos, es un proceso natural teniendo a los sujetos como constructores de su entorno
social, es decir, como autores. Así, política y democracia como construcciones humanas
argumentales, como una historia que se relata y que en su subjetividad es proclive a la
ficción, comparten el mismo elemento creativo que un relato literario, como constructor de
realidades, de mundos y representaciones sociales -sin contar con que política y literatura se
fundan en el mismo origen: el lenguaje y la palabra-.
58
2.1 Muerte de los metarrelatos.
“En palabras de Kart Hübner, la Modernidad reemplazó a los dioses por las causas,
olvidando que “ciencia y filosofía representan solamente una determinada
interpretación de la realidad, históricamente condicionada, que no puede sostener la
pretensión de ser la única posible”. (Bauzá: 2005:234)
Extrapolando este fenómeno a un contexto similar, Francois Lyotard cuando habla del
paso de la modernidad a la posmodernidad, justifica en términos sociales mucho más
amplios, a una sociedad que se ha desvinculado de los grandes relatos que coordinan a
la humanidad. Estos metarrelatos para Lyotard, engloban a todos aquellos que buscan
explicar el mundo en la época moderna: la razón, el progreso y la libertad (la razón es un
tipo de epistemología), que de una u otra manera fracasaron en su intento humanista-
racional de progreso y no lograron sino alienar al hombre de si mismo y de su entorno.
Bajo un contexto posmoderno que no sería más que una reconstrucción crítica del
hombre desde la modernidad, el individuo no seguiría, doctrinas coordinadoras
impuestas, sino que tomaría de cada relato lo que le sirve sin unificarlo en un nuevo gran
texto. Sin universalizarlo.
Por sobre la discusión entorno a los alcances teóricos del trabajo de Lyotard, el autor
junto con incorporar del concepto de posmodernidad desde el arte a la filosofía, nos
plantea teniendo a la palabra como eje, el concepto de metarrelato, para decir que los
macro fenómenos sociales pueden entenderse como “grandes Relatos” humanos, en un
definitivo acercamiento literario.
Esta homologación nos permite ciertamente leer la Historia desde una perspectiva que
pone al sujeto como autor y protagonista del devenir social, pero también nos muestra,
un quiebre entre lo normativo y lo cognitivo entorno a la función de los relatos en
sociedad.
Pero que pasa entonces con la política. Ciertamente ella es parte de un quiebre en los
ciudadanos acerca de su propia voluntad de aceptar discursos hegemónicos, que son en
mayor o menor medida, grandes relatos de cómo hacer, o acerca de qué creer. Pero la
política como relato, tiene una característica, que la aleja de ser un relato más, la política es
el relato que es sustrato de todos aquellos discursos que buscan explicar o proponer como
debemos vivir, o como debemos administrar el poder en las relaciones sociales.
Como fenómeno social, la política, tiene un componente coordinador mítico – es decir, que
da un sentido que cohesiona-, que se hace presente con fuerza cuando enfrentamos
históricamente la vinculación ciudadana con escenarios políticos anteriores, sobretodo en
estados previos a la implantación del neoliberalismo en Chile y hasta los 90s. En estos
periodos el escenario estuvo marcado por la presencia de fuertes ideologías (el comunismo,
el neoliberalismo) que trataban de proyectar la política hacia puntuales formas de gobierno y
que coordinaban profundamente las representaciones sociales de sectores altamente
concientes de su rol político.
Este es un punto relevante, porque cuando la ideología aparece vinculada a la política, está
última se connota de profundos contenidos e ideas entorno a aquellos fines de gobierno, que
si bien son parte del quehacer político, son formas particulares de enfrentarse a la
organización y convivencia en sociedad. Umberto Eco, enfatizando este sesgo en la
ideología, se refiere así a ella en relación a la visión del mundo:
59
“… cuando se habla de <<ideología>>, en sus distintas acepciones, se entiende una visión de mundo
condividida entre muchos parlantes y en el límite de la sociedad. Por ello, estas visiones del mundo no son
otra cosa que aspectos del sistema semántico global, una realidad ya segmentada. Un sistema semántico
como visión del mundo, por lo tanto, es una de las maneras posibles de dar forma al mundo y como tal,
constituye una interpretación parcial de éste, que puede ser revisada teóricamente cada vez que nuevos
mensajes, al reestructurar semánticamente el código, introduzcan nuevas cadenas connotativas y, por ello,
nuevas atribuciones de valor.” (Eco: 1994: 156-157)
La política tiene la especial característica de ser un gran relato que puede contener en si una
multiplicidad de otras narraciones conviviendo y complementándose semánticamente. La
política al ser un relato, tiene un componente literario y ficcional, que le brinda la cualidad de
ser un relato abierto y vivo, que se construye en la relación, con los individuos para los
cuales se ponen en función.
De esta manera, como relato abierto, un relato de relatos, es susceptible de connotarse
simbólicamente del tipo de gobierno y al mismo tiempo confundir su propio fin, con el de las
ideologías implícitas y presentes en todo régimen político.
Esto es de relevancia, porque cuando aceptamos en alguna medida, que la política estaría
sometida a la crisis de los metarrelatos, es aceptar una deslegitimidad que está más
relacionada con las asociaciones ideológicas que son parte y propias de los partidos y del
sistema político.
La crisis política particularmente en Chile radica por ende en aquellos regímenes políticos, o
relatos menores, y sus consecuentes ideologías o ideas entorno a cómo vivir políticamente y
no a una pérdida en la gente de la necesidad coordinar sus relaciones de poder y su
convivencia. La política es un gran relato, o una gran ideología si el lector así lo prefiere, que
está por sobre ideologías políticas presentes en determinados momentos de gobierno.
El neoliberalismo, la democracia, el comunismo, el socialismo, son formas de entender la
política, narraciones menores que se van alternando, sin que necesariamente podamos decir
que en un punto la política desaparezca, la anarquía incluso, es una forma de expresión
política.
“Lo anterior nos remite a otro punto: el de que, en ausencia de grandes mitos,
conviven en la sociedad -en la nuestra, por ejemplo- mitos diversos en un conjunto
polivalente, que abarca a sectores diversos, según estratos sociales, nivel de
instrucción, edad, afinidad ideológica, sensibilidad estética, etc. Es decir, pareciera
que en nuestro país no tenemos vigentes grandes mitos "transversales", sino
propuestas arquetípicas fragmentarias. Y esto obliga a preguntarse en qué fondo
cultural se afinca nuestra sociedad. ¿Tenemos hoy arquetipos que nos aglutinen o
sólo tenemos como base un abigarrado conjunto de relatos en precaria unión? (…)
La globalización misma podemos entenderla como el intento de introducir
básicamente un par de mitos fundacionales: el de la democracia en lo político y el
del mercado en la economía. Pero, ¿en qué sentido puede decirse que sean mitos?:
en tanto se pretende que el mensaje actúe directamente, que sea sentido más que
racionalizado por el receptor. Y como los mitos se internalizan con ritos, en este
caso los ritos son las elecciones y el consumo. Se supone entonces que al poder
ejercer uno y otro, el individuo debería sentirse dueño de sí, en posesión del sentido
de su vida como nunca antes en la historia de Occidente. Al menos, eso parece
alentar en el espíritu de quienes formulan la propuesta” (Oyadener: 2003)
Ya era parte de la intención de este texto en su semejanza entre política y literatura generar
este vínculo entre democracia y mito. Oyadener propone en este texto, en contraposición a
la ausencia hoy de grandes relatos míticos, a la democracia y el mercado como los dos
60
grandes mitos contemporáneos. La democracia así se cargaría de la doble función: cognitiva
popular y coordinadora-legitimadora, de los mitos.
Claramente esta semejanza tiene una cierta importancia no casual. Ello porque la
democracia como mito, se presenta ante un escenario social supuestamente carente de
mitología profunda, desde aquella ruptura moderna entre mitos y razón, y por otra parte,
porque permite encontrar en la democracia bajo estas connotaciones polisistémicas (de la
literatura a la política) esa cualidad de cimentarse en el sentir profundo del ser humano, ya
que el mito siempre es vinculativo entre el hombre y la trascendencia.
La democracia como mito tiene ese rol coordinador de los espacios personales, de los
límites entre lo público y lo privado, de cómo se conforma las relaciones entre géneros, el
poder y la comunidad. La democracia así, tiene esa condición homologante que los mitos
ancestrales también otorgaban. En palabra de Mircea Eliade para estos términos: “La
función principal del mito es revelar los modelos ejemplares de todos los ritos y actividades
humanas significativas: tanto la alimentación o el matrimonio como el trabajo, la educación,
el arte o la sabiduría”.
Los mitos tienen una condición etiológica, es decir, explican tabúes, valores, órdenes
sociales y jerarquías, mediante narraciones que buscan narrar las causas de las causas, el
origen del hombre y sus costumbres.
Desde su origen en el relato, la democracia como mito es una narración que vive y
encuentra sentido en los otros. Y esta condición de ser una narración que requiere del otro
para ser escuchada, replicada y aplicada, posibilita que el mito se flexibilice en función de la
misma coordinación que establece. Precisamente lo poderoso del mito democrático es su
propia capacidad de ser un relato vivo y adquirir complejidad en base a su propia adaptación
a la realidad social.
61
el pueblo, luego se rompe y nuestra imagen de la democracia se hace más
defensiva. Hablamos de los derechos del hombre, las defensas de las minorías, los
límites que hay que poner al poder del Estado y al de los centros de poder
económico. De esta manera, el concepto de democracia, identificado primero con el
de sociedad, se fue acercando progresivamente al del sujeto, del cual tiende a ser
su expresión política. Esto explica que mi análisis del sujeto en la sociedad moderna
termine con una reflexión de la democracia”. (Touraine: 2006: 319)
Touraine hace evidente una situación que es real en la democracia como relato vivo, y es
que ella se modifica y se para sobre las fisuras que la posmodernidad no resuelve como
unidad de sentido en relación a la comunidad y la política. Touraine lo plantea indirectamente
cuando dice que el sujeto es hoy la expresión política de la democracia, porque ese vuelco a
lo particular, es parte de un proceso que le permite a la democracia, en una compleja trama
argumental, existir en esta “episteme de la fisura”, enarbolando al individuo y legitimando la
diferencia, la disidencia y permitiendo la convivencia diversa de ideologías, narraciones y
mitos complementarios.
Otro aspecto que caracteriza a la democracia como mito moderno, es aquella condición de
éste último de encontrar sentido en si mismo. La democracia es un constructo coherente que
genera sentido como una máquina que se echa a correr. Es la complejidad y consistencia
lógica dentro de la ficción lo que le da consistencia al mito.
En otro ámbito, como parte del componente mítico en la democracia, ella puede remitir su
existencia a un tiempo anterior, en donde se dio la cúlmine de su tiempo mítico.
Las luchas fundacionales en protección de la diversidad, como nunca antes se vio en la
historia del hombre, hablan de un tiempo primordial para la democracia. Cada país incluso,
puede reconstruir un tiempo primigenio en su propio proceso hacia la incorporación del
sistema democrático, y a través de esos acontecimientos particulares, cada cultura puede
establecer para su mito, como mito vivo en permanente reconstrucción, particulares héroes,
próceres que hablan de esa cosmovisión y de las formas de comportamientos deseadas.
Con ese fondo fundacional, en la medida que la historia avanza, la democracia como mito,
permite volver a la fundación, en un lineamiento que se recupera en el recuerdo de la
narración, y que permite a través de los ritos no sólo rememorar su significado, sus fines,
sino también saber como encontrarlas y cómo hacerlas reaparecer cuando desaparecen.
El rito se nos presenta entonces, como una escenificación del mito, una forma de retorno a lo
fundacional, para en el acto ritual, volver a generar lo fundado o a aquel momento de verdad
revelado y desde ahí, actualizarse e incorporarse a la vida cotidiana renovadamente, cada
cierta periocidad.
Mito y rito son partes del mismo sistema de sentido. Podemos decir en términos muy simples
quizás, que el mito es la narración, el argumento de la creencia, y el rito es la creencia hecha
hombre que le permite la continuidad al mito.
Así como el mito narra una realidad sucedida, el rito del mito pone al hombre en un re
contacto con la plenitud de la creencia, en un estado salvaguardado, de estabilidad fuera del
62
desastre, los cuestionamientos y la incertidumbre. Gracias al rito el hombre hace un quiebre
en el tiempo profano y se energiza entorno a aquel mito que le precede en tiempo y origen y
que le permite recrear y rejustificar aquellos ordenes, conductas, procesos e instituciones
que tuvieron lugar en la remembranza.
En estos términos, Eliade nos dice que toda acción remite a un arquetipo y por tanto el rito
como acción remite a mito. Ahora bien, el mito como fuente arquetípica conlleva un
componente simbólico-emocional potente, que propicia un control que se ejerce en pos de
mantener los lazos sociales. Hector Solsona plantea esta conjugación de una manera muy
potente, los mitos: “Contienen y despiertan: 1) la emoción irracional que amenaza la
disolución del lazo social que mantiene la solidaridad del grupo, y, 2) la regla de control
social, es decir, la expectativa de comportamiento ante dicha emoción que los individuos
deben cumplir y/o que los demás miembros del grupo esperan que se cumpla
legítimamente”.
Esta es una condición que claramente podemos encontrar en la democracia. Así como
planteábamos con anterioridad, la democracia tiene un contenido arquetípico qué no solo
busca coordinar sino que también fundamenta constantemente que hacer con esas
emociones que genera. Recordemos la discusión aún no del todo estandarizada de cómo la
tolerancia es una forma de alienación y no de comunión entre individuos (Sarlo, Grimson,
Touraine) y como la democracia tuvo que reformular esa emoción, generando una nueva
“expectativa de comportamiento” arguyendo que la tolerancia tienen fin en los límites y el
diálogo.
En este sentido el rito es aquella materialización en donde el mito tiene lugar y donde más
que rememorarse, se reitera. Hablando a nuestro contexto, el ritual es el vínculo mediante el
cual lo político se relaciona con la sociedad civil. La política está llena de ritualizaciones, y
aquel protocolo es la forma de mantener cierto aparataje que se mantiene como parte de la
política, por sobre los regímenes que se establecen secularmente. Parafraseando a Abélès,
los gobiernos pasan, pero los ritos permanecen.
Esa repetición que es parte constituyente, se ubica al final de cada rito. Marc Abélès citando
a Levi Strauss, plantea una definición, semánticamente más fina, en donde a lo que hasta
aquí denominamos repetición, llama fragmentación, y por repetición entendería a la
replicación de aquellos actos originales, o primeros ritos. La repetición así planteada,
entiende al rito como un conjunto de reglas establecidas para el culto.
De esta manera la política se sustenta bajo aquella periocidad en la cual se comunica con la
ciudadanía. Porque para construir y mantener la continuación de esa legitimidad lograda, se
hace necesario los ritos, por su capacidad de recurrir a la memoria colectiva. El trabajo
ritual, en este marco, engendra los signos de la legitimidad.
63
democrático, el ritual hoy se encuentra dificultado en la medida que tiene un componente
corpóreo importante que es parte de su propio sentido significativo.
El rito es claramente acción y acción que esta en relación con la corporalidad de los
individuos. Así es como el mito puede vivirse mediante actos. Abélès también lo menciona
entorno al rito y la política: “Sin entregarme a descripciones detalladas de los mítines o de
las manifestaciones, señalo que tienen en común con los rituales de los ciudadanos
importantes el hecho de que exigen, por parte de los protagonistas una presencia física, que
son también localizados, que se subdividen en una multiplicidad de secuencias”. (Abélès:
1998)
Respecto a la importancia del rito y su corporalidad como acción, Gadamer, en su texto Mito
y Razón, se refiere a aquella necesidad del rito de configurarse colectivamente a través de
actos en la realidad:
“(...) el rito no es una forma de hablar, son una forma de actuar. Donde se procede
ritualmente, el hablar se convierte en una acción. (...) La dimensión en que se
realiza lo ritual es, sin embargo siempre un comportamiento colectivo. Los modos de
comportamiento ritual no refieren al individuo ni tampoco a las diferencias entre un
individuo y otro, sino a la colectividad formada por todos los que, juntos, acometen
la acción ritual.” (Gadamer: 1997)
En este mismo contexto, el concepto de cuerpo y acción dentro del rito, choca contra
aquellas nuevas proposiciones de encontrar en los mass media los nuevos espacios
democráticos y aquella evolución a la democracia directa. Los medios al centrar la acción en
la palabra y la colectividad virtual, produce el fenómeno de la desterritorialización, por una
pérdida del espacio corpóreo mediada por la virtualidad, que abre la posibilidad de participar
con verosimilitud en los espacios públicos propiciados por los medios, pero anula las
ritualizaciones políticas, democráticas (u otras) al someterlas a un ambiente individualizante
e incorpóreo.
64
Los rituales que no anclan profundamente en esas raíces de trascendencia simplemente se
disuelven ya que la ausencia de los ritos implica un cambio en la identificación de los sujetos
con las creencias. No obstante en su texto “La muerte y la resurrección de la
representación”, Abal Medina nos recuerda que las modernas democracias se basan en dos
instituciones básicas: los partidos políticos y las elecciones periódicas. Allí está el sustento
del sistema democrático.
6. Conclusiones
Este encuentro de la política con la literatura, permite dos grandes aportes teóricos para la
relación juventud y política:
a) Primero, nos permite entender la participación bajo las connotaciones del rito.
Para desde ahí entender sobre las formas individuales de participación en democracia,
cuál es la función que cumplen los ritos formales en la replicabilidad del mito
democrático.
Específicamente analogar la democracia con el mito, nos permite incorporar el concepto
de voto y más generalmente, el de las formas de participación en democracia frente a la
ritualización. Como sabemos el mito es inseparable del rito, de él depende su legitimidad
y continuidad, por lo tanto es posible encontrar en la democracia como mito, un
componente ritual que se expresaría en aquellas formas de participación democrática
clásicas que corresponderían a todas las sistematizaciones políticas en forma de
sufragios, elecciones, conmemoraciones, etc.
b) Y segundo, nos posibilita proponer abrir un nuevo punto de encuentro entre juventud y
política, en el rito.
Porque conocer el rito es detentar una emocionalidad ancestral, una raíz que cuando se
confronta en el joven, con su tendencia a manifestarse a través de tribus, de valores
emocionales, de la estética, y la cultura, nace la inquietud de ver cómo ese joven puede
vincularse a la política a través de los ritos que la democracia convoca y las creencias
que los fundamentan.
La ingeniería social juvenil se las arregla bien para reencontrarse con áreas de sentido
en diversas expresiones y en diversos escenarios de ritualidad ciudadana (cultura, arte,
música, consumo, participación social). En esos ritos, los jóvenes, producen y recrean
su entendimiento de la cultura, mediante una selección y reconocimiento real a sus
posibilidades, capacidades y habilidades como actor social.
Si bien el rito como un punto de encuentro se propone como un tema emergente, es función
del presente texto destacar particularmente, cómo desde esta unión de la política con la
literatura se revaloriza la necesidad de que la Juventud se haga parte de la política
estrictamente institucional.
65
La ritualización moderna, como mantención del sistema democrático, que genera los valores
de libertad y tolerancia, que las juventudes en su multiplicidad ampliamente valoran, requiere
de la mantención periódica del rito eleccionario, en primera instancia, y de la renovación del
mito democracia mediante la participación política.
Bibliografía.
Abélès, Marc. Rituales y comunicación política moderna en El nuevo espacio Público. Editorial Gedisa.
1998. Pp.140-157
Bal, Mieke. Teoría de la narrativa: Una introducción a la narratología. Madrid, Cátedra, 1995.
Bauzá, Hugo Francisco Bauzá (2005). Qué es un mito. Una aproximación a la mitología clásica. Fondo
de Cultura económica. Argentina.
Castro, Aniyar, Miranda, Oleski. Ciencias Sociales y Literatura Latinoamericana: del rigor científico que
aprendimos a una teoría de la emociones. Revista Cinta de Moebio. N°25. Universidad de Chile. 2006.
www.moebio.uchile.cl
Campbell, Joseph. El héroe de las mil caras. Psicoanálisis de mito. Editorial Fondo de cultura
económica. Argentina, 2006.
Eco, Umberto. El signo ausente. Editorial Lumen. España.1994
Eliade, Mircea Eliade. (1968) Mito y realidad. Madrid: Ediciones Guadarrama.18, 35, 48, 200-203
Gadamer, Hans-Georg. Mito y razón. Editorial Páidos. España. 1997
Lagos, Jorge. Si una noche de invierno un viajero, de Italo Calvino: ¿una metáfora de la
posmodernidad?
Lyotard Jean-François. La condición Postmoderna. Edición Cátedra. Bs. Aires1987
Moulián, Tomás. De la política letrada a la política anafabeta. Editoral Lom. Santiago. 2004.
Revista Estudios Filológicos. Sep. 2005, No. 40, pp. 107-119.
Rodríguez Gonzáles, Félix. Comunicación y cultura juvenil, Barcelona, Ariel, 2002
Oyadener, Patricio. Aproximación al mito. Atenea (Concepc.), 2003, no.487, p.93-101.
Solsona Quilis, Héctor. Mito y ritual. Texto publicado en Revista electrónica: A parte Rei.
www.aparterei.com
Touraine, Alain. Crítique de la Modernité. Fondo de cultura Económica. México. 2006
Valdivieso, Jaime. El mito de Sísifo y su significado en el mundo actual. Atenea (Concepc.), 2003,
no.487, p.135-148
Vasilachis de Gialdino, Irene. Pobres, pobreza, identidad y representaciones sociales. Editorial Gedisa.
2003
66
> Ensayo 2:
Corporalidad, juventud y política.
1. Introducción
Este ensayo busca a través de concepto de cuerpo, detectar cuales son las disposiciones
que se encuentran presentes en la juventud con el campo de la política y de esa manera
esbozar una pequeña cartografía del habitus político actual, cotejando las disposiciones
comunes y permanentes entre las movilizaciones secundarias del reciente 06 y del año 85, a
través del documental “actores secundarios”, como dos de las más grandes manifestaciones
políticas en Chile a nivel juvenil.
2. Corporalidad y política.
La inquietud de incorporar la corporalidad en el análisis entorno a la relación juventud y
política nace, de la observación sensorial entorno de aquella indiferencia del joven hacia lo
político. La observación es una legítima técnica de investigación en política, porque como
Richard Sennett plantea, en democracia, el sentido de la vista es más importante incluso que
la palabra, ya que a través de ella reconocemos la diversidad.
Esa actitud a la que nos remitimos cuando hablamos de desafección política o anomia, se
expresa corporalmente en la juventud a través de su expresión sensorial con el mundo,
(hombros caídos, enrojecimiento de la piel, voz pastosa o muy enfática) como una
representación social que nos brinda la posibilidad de hablarnos de una nueva perspectiva
entorno a cómo entender y acercarse a la política.
El rol del cuerpo en sociedad no es un prisma bajo el cual se suela abordar la relación
juventud política, pero el cuerpo tiene un rol en los espacios que enriquece el entendimiento
del lugar del joven como actor social. Esto, ya que la corporalidad es central en la
configuración de nuestras representaciones sociales.
Cuando hablamos de cuerpo nos referimos a la condición material de los individuos de ser
seres reales que ocupan un lugar en el espacio. En este contexto, trabajaremos con un
concepto de cuerpo sensible sobre el cual la escritora Diamela Eltit se expresa como: “El
cuerpo puede ser entendido como zona privilegiada sobre la que se ensayan discursos
sociales. Puede ser comprendido como un territorio móvil atravesado por diversas y
complejas economías que lo diseñan y lo modelan.”(Eltit: 2007)
La definición de Eltit presenta dos puntos que son elementos que se hacen presentes en la
relación de los cuerpos con la política:
a) Primero, el proponer el cuerpo como objeto maleable, sobre el cual los discursos sociales
pueden cobrar materialidad, donde el discurso encarna y puede ser leído, y b) segundo,
plantear al cuerpo como un territorio que se mueve en el espacio, es hablar de que un el
cuerpo no se vuelca sólo a lo privado, sino que es un territorio que se mueve por la ciudad y
que a través de ese movimiento, forma parte de múltiples escenarios. De esta manera, los
67
sujetos y los cuerpos, nunca son del todo estáticos, sino que van adquiriendo disposiciones
del exterior, que incorporan en un proceso dinámico.
Como territorio de discursos el cuerpo tiene un rol claro en política y en democracia. Richard
Sennett, lo plantea así cuando reivindica al cuerpo como parte del “juego democrático”.
Bajo esta perspectiva, un individuo a través de su corporalidad es capaz de narrar los textos
sociales y políticos de los que se sustenta, de interpretar un relato al escucharlo, y de
incorporar otras expresiones corporales, que también son otras vivencias, y
representaciones sociales propias de la diversidad democrática.
En este contexto el joven mediante su cuerpo permite leer, cuál es el diálogo que se
establece entre juventud y política. De esta manera el cuerpo puede considerarse como un
texto que nos puede brindar información similar al “contexto social textual” en los individuos
(Vasilachis: 2003), ya que nos habla de las disposiciones que cada cuerpo apropia y que es
siempre una representación particular de la realidad social. Es decir, el joven sería, en
mayor o menor medida, una expresión de los discursos que constituyen su corporalidad.
Entender estos argumentos de como el cuerpo juvenil se transforma ante la política, desde la
experiencia de nuestros propios cuerpos como lectores, permite escenificarse
empáticamente. La obra de Bernardita Aninat “Espacios relatados” es muy clarificadora en
este sentido, ella ensalza a través de su propia experiencia corporal en los espacios
imaginados de otros, la incidencia del entendimiento en un enroque corporal:
“Posteriormente, escuchando los relatos grabados pude percibir como cada una de las
personas entrevistadas no sólo me describían el lugar sino también como se percibían a sí
mismas en ellos. No era el lugar lo que avivaba su recuerdo sino ver su propia imagen
dentro de él, el lugar pasaba a ser un escenario en el que actuaban. A su vez pude percibir
que yo misma no los visualizaba a ellos en esos lugares, escenarios descritos, sino que a mí
misma ocupando su lugar. Decidí recorrer la ciudad buscando el lugar del otro desde mi
propia experiencia”. (Aninat: 2004)
Bruce Nauman como relata Aninat, es un artista que reconoce y exalta las posibilidades
incontables del cuerpo como objeto y como territorio móvil, de la misma forma que Sennett
nos rescata el rol del cuerpo en la historia, en sus olores, sabores, formas y contorsiones.
Reconocer así nuestros cuerpos urbanos, encontrando sentido en los espacios, permite
entender al ciudadano, como un actor social de carne y hueso, que se forma básicamente en
cómo ese cuerpo se desplaza en trayectos a través de la ciudad y sus espacios. (Vida
privada, vida pública). Sin olvidar que no sólo el eje aquí, es el lugar que toma el cuerpo
entorno al espacio, sino que es la espacialidad del cuerpo, su volumen, lo que traduce su
lugar en los espacios.
3. Habitus en la juventud
Ya lo dejábamos entrever, aquella corporalidad que es un texto vivo mediante los que se
expresan los fenómenos sociales, tiene muy estrecha relación con el habitus de Pierre
Bordieu. Una definición muy precisa del concepto la realiza el mismo autor en su libro
“Sociología y cultura”: “El habitus, como lo dice la palabra, es algo que se ha adquirido, pero
que se ha encarnado de manera durable en el cuerpo en forma de disposiciones
permanentes.”(Bordieu: 1984:155) El habitus es un concepto que enriquece nuestra mirada
de la corporalidad como nexo para el entendimiento de la relación juventud - política, ya que
nos permite reconocer que toda expresión corporal, los tonos de voz, el eje de cuerpo, la
paralingüística, la proxémica, la kinésica, están en función de aprendizajes involuntarios en
los sujetos acerca de los “campos” o situaciones sociales sobre los cuales formaron y
construyeron su identidad.
Esta adquisición profunda en los cuerpos de los sujetos, es la que habla de por qué el
habitus es un capital innato con el que se transa en sociedad, y con el cual un sujeto se
presenta a si mismo individualmente, sin desvincularse de una similitud en las prácticas
corporales con otros cuerpos que comparten las mismas adquisiciones en su relación con
las esferas sociales. Porque en la proximidad de vivencias de diferentes sujetos que
68
adquieren las mismas disposiciones, se produce la homogeneidad de los grupos y las clases
y la reproducción de prácticas sociales de la existencia colectiva.
“Y, en realidad, el habitus es un capital que, al estar incorporado, tiene el aspecto exterior de
algo innato. Pero, ¿por qué no use hábito? El hábito se considera en forma espontánea
como algo repetitivo, mecánico, automático, más reproductivo que productivo. Y yo quería
hacer hincapié en la idea de que el habitus es algo poderosamente generador. Para acabar
pronto, el habitus es un producto de los condicionamientos que tiende a reproducir la lógica
objetiva de dichos condicionamientos”. (Bordieu: 1984)
Este sentido generador que Bordieu quiere imprimir al habitus, es la condición de que
aquellas disposiciones puedan adaptarse con soltura a las situaciones que permiten su
realización. Esa apertura también considera que el habitus pueda incluir transformaciones,
aunque parciales, ya que el habitus es lo que determina la percepción “de las situaciones
que la conforman” y como son incorporadas en el individuo.
Con este enfoque se refuerza la idea de que el cuerpo en sociedad no es estático, sino una
materialidad viva que puede ser modificada según los objetivos subjetivos de cada individuo,
aunque exista siempre la propensión de la estructura, en la cual el individuo fue formado.
Es interesante ver el doble juego que se propone en estas disposiciones corporales, ya que
el habitus permite relacionarse a través de un capital social con el que un sujeto se enfrenta
a una externalidad de experiencias, generando estrategias de relación y transformación,
pero al mismo tiempo el sujeto incorpora esas nuevas situaciones bajo una estructura
[habitus] que se las predispone.
Así, la política mediante los regímenes y sistemas políticos genera identidades. Ningún
sujeto social puede substraerse del todo de estas estructuraciones sociales, ya que los
discursos bajo los que nos narramos son generadores de identidad. En similitud, para Heidi
Tinsman, una identidad puede ser modificada, estereotipada y tipificada de acuerdo a los
intereses socioeconómicos que imperen. Entonces podemos ver como desde un discurso
hegemónico se puede articular identidades, espacios, actores sociales con o sin voz,
memoria histórica, corporalidad, todas en función a sus propios objetivos de replicación.
Decir que la abulia política es una actitud es siempre una alternativa, pero analizarla como
un resultado inscrito en factores sociales y de poder, permiten darle una nueva mirada al
joven frente a su valoración de la política.
69
4. Actores y movimiento secundarios. Reminiscencia del habitus Juventud-política.
Como planteábamos con anterioridad, el habitus del joven es una imagen recurrente que
surge sin tantas conceptualizaciones en nuestra mente cuando pensamos en desafección
juvenil. Esa postura que visualizamos, más que un estereotipo, es una nutritiva forma de
entender los procesos por los que los jóvenes se enfrentan cuando como cuerpos expresan
discursos sociales.
Las disposiciones corporales que podamos reconocer en el habitus juvenil podrá hablarnos
de experiencias compartidas, y situaciones similares en base a los cuales entender como el
joven siente vive sensorialmente la política. Los movimientos secundarios del 85 y 06 son
fenómenos de extraordinaria riqueza para la comunicación, no sólo en términos sociales,
sino por la interrelación generacional producida, que no está ligada aún con el impacto que
generó el documental “Actores secundarios” como vínculo entre 21 años de historia político-
juvenil.
Aún son escasos los estudios académicos entorno a la relación de estos dos movimientos
juveniles, sin embargo esa relación desde la comunicación se detenta en un juego lingüístico
revelador. El movimiento estudiantil del 85 era un movimiento que se denominaba bajo el
término “enseñanza media”, sin embargo siendo esta palabra invariable hasta el 2006 para
referirse a los estudiantes de educación entre 1° y 4° medio, después del estreno de
“Actores Secundarios”, documental referido a las movilizaciones del 85, el movimiento de
enseñanza media 2006 a través de los medios, se designó como movimiento “secundario”.
Abriendo un mundo de similitudes, más profundas, que el simple tránsito de esos cuerpos
por los establecimientos de educación.
Los lugares de permanencia entre los jóvenes del movimiento del 85 y del 2006 tienen que
ver en cómo la juventud de ambas épocas genera similares formas de confrontación con los
otros actores sociales y sus formas culturales. El habitus de vestuario ha cambiado
ciertamente, los ídolos y modismos también, pero siempre hay estrategias que permanecen
normativamente como capital cultural que se transmite entre las generaciones de juventud,
frente a otras formas de transmisión cultural entorno al rol del cuerpo y su trayectoria en
torno a la política.
Aunque podemos encontrar otras permanencias entre los movimientos juveniles a nivel
histórico, lo que podría hablarnos de elementos constantes en el habitus entorno a la
política, es la calle y más específicamente aún, el rol del cuerpo en ella, el encuentro más
relevante en la relación juventud política, en términos de afección, desafección, y protesta.
> La calle.
Desde la comunicación cuando hablamos de roles, nos referimos a códigos del saber
tradicional, que ordenan y establecen relaciones. Los roles determinan la forma en que las
personas reconocen un contexto y se relacionan con los otros cuerpos y el espacio
presentado. Para entender, precisamente, por qué la calle se plantea como un lugar en
donde el joven puede manifestarse políticamente a través de su lógica y sus afectos por
sobre los lugares institucionalizados, hay que entender como la calle es una arquitectura que
70
tiene una disciplina que distribuye, pero se flexibiliza en torno a los cuerpos presentes, a
cambio de aquellos espacios institucionalizados en donde las formas de comunicación están
normadas:
La calle posibilita el ir, el venir, el verse, el anonimato, el parar, el morir, la calle está llena de
expectativa del cambio y del viaje.
Para la juventud la calle es simbólicamente un lugar de expresión que no sólo puede ser
protesta, también en un lugar que les permite crear identidades y afectos. Sin embargo en el
contexto de la manifestación y lo político, la calle es un lugar de empoderamiento. En el
movimiento del 85, no sólo “salir a la calle” desde los Liceos, sino saber manejar la calle, era
un acto de valor y distinción grupal. Irse preso, como acto opuesto, era un acto de poca
capacidad, de poca inteligencia, así como caminar por la vereda era valorado como un acto
signo de cobardía; de un refugio que no se condecía con los grados de poder necesarios
para dirigir la actividad estudiantil. Lo mismo sucede con el movimiento 2006, si bien la
“Toma” es una parte de la manifestación, de la proclama petitoria, es la calle la que logra
ejercer la presión real que finalmente hará que el resto de los actores sociales sean
concientes que hay un grupo de cuerpos que se han desplazado a lugares emblemáticos de
lucha de poder, ocupando una espacialidad que requiere necesariamente una
reconfiguración, física y simbólica de su rol social. Es en estos desplazamientos donde la
juventud, conformados como estudiantes, cobra voz política y social. Esto, ya que joven se
constituye en sujeto social a través de la voluntad; Alain Touraine lo plantea así: “el sujeto es
la voluntad de un individuo de obrar y de ser reconocido como actor”. (Touraine: 2006:207)
Es un acto de poder cortar la Alameda, ante la pasividad y la inacción de los otros actores.
También lo es enfrentarse abiertamente, cuando un grupo con más poder físico y social
[coerción legítima] como carabineros, busca romperlos como grupo: desde actor social a
individuos. Sin embargo esto es parte de manejar la lógica de la calle como parte de las
amenazas propias del espacio público. En su texto “Espacio y Tiempo Público”, Humberto
Giannini expone: “El espacio público puede describirse así: como el ámbito de convergencia
y de riesgos en el que cada cual está permanentemente expuesto a los efectos inmediatos
de la iniciativa ajena”.
71
Hay en estas formas de comunicación, lenguajes que hoy permanecen y que eran parte con
anterioridad de los jóvenes, si bien los contextos históricos cambian, y en el 85 contábamos
con un ambiente mediático controlado estatalmente en gran proporción.
El lenguaje para los jóvenes, ha sido unas de la formas de encontrar legitimación social, si
bien encontramos otras expresiones corporales como “la manifestación”, donde se pueden
mover más afectivamente y con mayor comodidad. Alejandra Castillo dice que hay política
donde la parte no parte, politiza su situación exigiendo su rearticulación. La redefinición de
las identidades políticas siempre trae consigo el problema del reconocimiento, en un proceso
de percepción-acción con base en un proceso de construcción de un "nosotros" frente a "los
otros", a través de la toma de palabra. Bajo esta lógica, la juventud maneja los códigos
sociales necesarios para tener conciencia de que visualizar sus demandas, tener un lugar
activo políticamente en cómo gobernar la ciudad en que viven, requiere del espacio no
corporal, sino lingüístico, que les brinda los medios de comunicación, como exposición al
espacio público.
Por esta razón los movimientos del 85 como del 2006 buscaban mediatizar sus actos, ya que
la prensa le daba a sus expresiones, la condición de fenómeno político y una legitimación
como actores sociales a las que no suelen acceder en la indefinida condición juvenil, que
viven como categoría social.
Otro medio de lograr esa visibilidad, de menor envergadura pero de gran riqueza semiótica,
es el uso de carteles, de textos en la vía pública, que es un rasgo característico del joven en
relación a sus desafecciones sociales y políticas. En el año ‘85 se generaron una serie de
boletines o pasquines (“El piedrazo”, “El plumón”, “La mecha”, “La marcha”) que tenían la
función informativa de dar sentido al movimiento estudiantil, para que la juventud pudiera
legitimar el movimiento y exponerse, al llevar las situaciones a lo público. Esta era una
situación necesaria, porque los medios en esa época estaban controlados temáticamente, y
era determinante complementar el movimiento, con la utilización de carteles y pancartas de
papel kraft y plumón, con textos ideológicos y particulares apreciaciones acerca de la
educación y la democracia. (“pingüinos”, “Hasta la victoria”, “Seguridad para estudiar,
libertad para vivir”, “Un pueblo sin educación es de fácil conducción”).
Claramente las connotaciones de esas papeletas de gran formato eran potentes en los 80s,
donde en la institución escolar eran generalmente usadas como un medio de estudio, una
forma de exposición del capital educacional adquirido por los alumnos, que se invierte en
este nuevo uso, como un quiebre sistémico.
Esas connotaciones ya no existen hoy en las lecturas que podemos hacer de la pancarta
política. En la movilización 2006 con una prensa colaboradora con el fenómeno social, los
requisitos de los estudiantes al usar este medio de comunicación con lo externo, estaban en
visibilizar localmente (a través de cada núcleo, grupo o liceo) sus motivaciones y las propias
percepciones acerca de su relación con la política. La pancarta política si bien permanece
intacta técnicamente en relación a formatos y materiales de desarrollo, son hoy una forma
más íntima de comunicación ante la comunicación de masas, que les permite conservar esa
expresión identitaria local dentro de la masividad del movimiento conformado. El cartel como
nexo lingüístico y visual, que intima con su autor, pero se sabe consciente de su exposición,
es un material de enriquecida multiplicidad acerca de las interpretaciones de los jóvenes en
su relación con la política. A través de esos textos se plantean no sólo apreciaciones
subjetivas y profundas de las estructuras presentes en la juventud, también se relatan
entendimientos de mundo capaces de conectarse con una realidad compleja en términos
sociales más amplios.
El apoyo del movimiento juvenil se debe en gran medida a una conexión sensible de esa
complejidad expresada mediante una lógica de mercado que se hace incómoda cuando
interviene en lo social y que el resto de los actores sociales han experimentado físicamente,
en una cola, en la inaccesibilidad a ciertos espacios sociales económicamente restringidos y
que reconocen como propias en este enroque corporal del que hablábamos respecto a
Aninat. El mismo vínculo se logra rememorando sensaciones frente a un proyecto
educacional con fundamentos no democráticos (LOCE) que permite, a estudiantes y
sociedad, conectar esos textos soterrados a través de la pancarta, con sensaciones
72
corporales que otros sujetos han incorporado históricamente (Dictadura militar), y así
constituir las sensaciones compartidas, como nexos entre cuerpos, en base a realidades
sociales que son capaces de revivenciarse sensorialmente.
Si bien la desafección es una realidad juvenil actual frente a la política, lo interesante del
análisis de los cuerpos en estos movimientos, es que se evidencia que esa falta de
participación juvenil con la política institucional, es una estrategia más de relación, como
podría serlo la anomia, la protesta y la aceptación, por sobre ser un único conjunto de
disposiciones o habitus entorno a la política. Es decir, las disposiciones constituirían
propensiones complejas, al ir estructurándose abiertamente mediante diferentes campos,
pudiendo llegar a ser contradictorias en los sujetos y propiciando distintas y posible acciones
emocionales y corporales. Las movilizaciones, precisamente, tienen la riqueza de
mostrarnos cómo bajo las mismas estructuras que lo conforman, el habitus es flexible y
puede incorporar nuevas disposiciones y estrategia de relación, en este caso la protesta
como forma de vínculo social con el campo político.
Gran parte del entendimiento que podamos tener de la expresión corporal en los jóvenes
puede ser leída desde el concepto de “sangre caliente” narrado por unos de los estudiantes
del ‘85 en el documental Actores Secundarios. Esta es una sensación poética que nos habla
de cómo un cuerpo individual enfrentado a procesos colectivos de legitimación, puede
propiciar conductas pasionales.
Por ejemplo “el salto” en las manifestaciones juveniles es un acto frecuente que implica ser
parte del anonimato perdiéndose en la masa y replicando un temblor que nos recuerda
aquellos arquetipos ancestrales de lucha. Un precioso ejemplo de esa fusión del cuerpo en
la colectividad, es la brindada por el documental entorno al túnel entre Cumming 21 a
Cumming 28. Se narra con añoranza como previo a las manifestaciones se creaba una
expectación contenida en los cuerpos, que se derramaba en el túnel que es nexo entre dos
destinos, que es trayecto sin inicio ni fin, en una aglomeración en la oscuridad que inquiría
alentarse mutuamente en un rito telúrico que los conectaba con los fundamentos ideológicos
de su exposición a lo público. Saltando y gritando en la oscuridad, los jóvenes en el
anonimato de un túnel, recuerdan esa sensualidad –de lo que se siente a través de los
sentidos- que los une como grupo social y que los hace salir de su individualidad sicológica,
hacia una comunión corporal, hacia el choque, el salto, el pisotón. En donde el propio cuerpo
y grito se pierden entre los de otros, hasta que se deje de reconocer el grito y cuerpo propio:
Un elemento corporal sugestivo de análisis, es el del rol de los brazos como expresión y
narración de principios. Levantar un brazo empuñado es ciertamente un símbolo de lucha del
que podemos encontrar una clara referencia en las imágenes del partido comunista y más
específicamente de la lucha obrera. El movimiento conjunto de los brazos golpeando hacia
arriba, es una reivindicación grupal que toma característica de “calor” y afrenta, ya que
requiere ligarse con una emoción que permita generar fusión corporal.
73
Que este sea un acto corpóreo frecuente en las movilizaciones y en las imágenes de
carteles como representación del gesto, habla de un trasfondo político que el joven no
necesariamente reconoce como tal, pero le otorga a la lucha un sentido de colectividad y
reivindicación social, que les da al realizarlo, la sensación de pueblo: de cercanía corpórea,
en contraposición a la atomización y los límites entre los cuerpos físicos que conlleva ser
ciudadanos: los no lugares, el metro cuadrado.
Esta fusión corporal que tiene tanta capacidad de generarse, nos habla también de una
concepción profunda entorno a la democracia, que es gravitante para el entendimiento de la
desafección y del enfrentamiento. Cuando el joven replica el puño en alto hoy, si bien no se
siente adscrito a antiguas formas políticas, sí existe una estructura que le habla de que la
democracia por la que se luchó el 85 y que se exige el 2006, está relacionada con una
concepción clásica de democracia como gobierno del pueblo, de las mayorías.
A este respecto, Alain Touraine plantea que aquella forma de entender la democracia es una
forma que ya no tiene legitimidad más en los muchos, como en el sujeto. Esto es cierto
cuando consideramos que en sociedades cada vez más plurales se requiere poner un
énfasis en la diferencia, y en una disidencia que pueda proteger los diversos intereses de los
distintos actores sociales para no volver a cometer atropellos sobre los derechos individuales
de los sujetos, razas y etnias.
Pensemos que cuando se expone el movimiento 2006 en la agenda pública, se usa no una
lógica popular, sino una lógica de minoría. La lucha es argumentada exponiendo a los
estudiantes de instituciones municipalizadas, como sujetos en una desventaja social ante las
reales posibilidades de inserción que brinda la educación, exponiendo a los estudiantes de la
educación pública como una minoría identitaria, y adscribiéndose para si, el apoyo de todos
los actores sociales ante una realidad que todos viven de mayor o menor conciencia. Pero
cuando el grupo se masifica con sectores ajenos al campo estudiantil que buscan sumar sus
demandas, como en aquella proposición de generar un paro nacional, la ciudadanía, asocia
al movimiento con ideologías que buscan “ideologizarse”, y se crea un rechazo hacia un
movimiento que finalmente como un exceso de poder, se desintegra en una opinión pública
cada vez más conciente de la ilegitimidad de las lecturas parceladas de la realidad, que
buscan forzadamente la totalización.
Pensemos que las luchas sistémicas hoy ya no encuentran fácil legitimación, frente a
realidades complejas en donde ya no se presentan polaridades de bien y mal, y que el
poder por el cual se lucha, como plantea Foucault, está disperso en múltiples núcleos en
sociedad. Por eso el movimiento estudiantil 2006 busca luchar contra La LOCE que es un
resago objetivo de la dictadura y sobre el cual se puede enfrentar apelando a una memoria
histórica que aporte ese antagonismo que se requiere para movilizar grandes grupos
sociales.
74
sombra que cuida el paso. El héroe puede derrotar o conciliar esta fuerza y entrar vivo al
reino de la oscuridad (batalla con el hermano, batalla con el dragón; ofertorio,
encantamiento), o puede ser muerto por el oponente y descender a la muerte
(desmembramiento, crucifixión)”. Son estas pruebas posiblemente desmembrantes, las que
el héroe enfrenta materialmente victorioso, las que le dan la condición de héroe, y que le
otorga un reconocimiento superior en el entorno social, muy similar al que podría lograr un
colectivo –una manifestación- que logra replegar a las fuerzas especiales a través de un
unísono, levantamiento de manos.
> Tomas.
Pensemos también en las “tomas” como expresión de esas fronteras. Cuando un colegio es
“tomado”, lo es porque quien no ejerce cotidianamente el poder en términos de roles en el
espacio del liceo, fuerza a través de su corporalidad, ejercer roles de autoridad y decisión.
Como decía Bernardo Valdés, aquí a diferencia de la calle, estamos frente a un lugar
institucionalizado, en donde se convive con protocolos, normas y roles, para desplazar los
cuerpos entorno a él. Y donde para reestructurar el ir, el venir, debe lograrse a través de un
acto de fuerza que choca contra los roles de los otros cuerpos jerárquicos. En este sentido la
“toma” es una forma de tener “voz” o “cuerpo” como actor social.
Esta también es la intención a través del desplazamiento de los cuerpos hacia los emblemas
simbólico-espaciales, desvirtuar el poder simbólico a través de un poder objetivo, corporal,
rompiendo las lógicas institucionales de participación, y presentando nuevas posiciones
corporales dentro del campo estudiantil y político.
Pensemos en cómo mediante “la toma”, por ejemplo, como espacio de institucionalización
que se quiebra, el joven es capaz de fragmentar el orden jerárquico en la escuela y salir de
este estado de no enunciación de su voz social. El habitus que el joven pone en juego en un
espacio educacional, en la cotidianeidad, le predispone a las jerarquías verticales, que es
una tendencia acorde a una estructura social fundante, en donde la juventud convive con
menores rangos de poder en la medida que se plantean como sujetos en formación… a la
juventud como expectativa. Esa propensión, que es parte del capital social con el que el
joven se transa diariamente en todos los ámbitos sociales, pero especialmente en las
instituciones, en “la toma”, se supedita a nuevos objetivos personales y situaciones –como la
reivindicación de la educación municipalizada- que modifican la disciplina que adoptan los
cuerpos en el espacio escolar.
La demanda estudiantil de calidad como objetivo personal de los jóvenes requiere que el
capital social que posee, toda su cultura, se ponga al servicio de crearse nuevos roles y por
ello el estudiante toma control “físico”, corporal, de los establecimientos jerarquizados y
deslegitima los roles de mando de profesores y autoridades bajo sus propios intereses
entorno al poder; creando como enfatiza Bordieu respecto al aspecto generador del habitus
por sobre el hábito, nuevas disposiciones futuras en torno al mismo campo político y
estudiantil, y nuevas representaciones de mundo bajo nuevas formas corpóreas y nuevos
lugares. Por ejemplo, después de la toma, resemantizando todos los espacios emocionales o
espacio vividos dentro del establecimiento con la experiencia de la libertad y poder de la
toma, cargando pasillos que antes no caminaron y sillas en las que no se sentaron, y
elaborando un sentido de propiedad que experimentan corporalmente, ya que su propio
cuerpo de desplazó ocupando nuevos espacios, haciendo de sus propios cuerpos un
proyecto.
5. Conclusión
Es parte de la comunicación poder distinguir detrás de elementos de diversa complejidad:
lingüísticos, visuales, corporales, cuáles son los contenidos profundos que se entreleen bajo
los dos primeros niveles de significación (denotativo – connotativo). Las lecturas de tercer
orden, que trabajan míticamente en el metalenguaje, son las que nos permite tener un
acercamiento diverso e intersistémico, armonizando diferentes campos para comprender los
procesos sociales desde una perspectiva consciente de la propia posición del autor como
parte del fenómeno social del que es parte.
75
Reconocer cómo la sensualidad del cuerpo es parte también de estructuras diversas, en
donde el cuerpo se transforma en un material maleable y sensible al poder, a los espacios, a
los discursos sociales y a las otras presencias, habla de la riqueza profunda del cuerpo como
elemento epistemológico.
76
emplazamientos y rango son intervenidos generando reestructuraciones en las disposiciones
de los cuerpos de los propios jóvenes y de los cuerpos que eran parte de las jerarquías
quebradas. Ese enfrentamiento nos habla claramente de una juventud que tiene dificultades
en constituirse como un actor social legítimo, y que al no encontrar aceptación simbólica, se
ve inquirido a romper los órdenes corporalmente para detentar su existencia. Pensemos que
son aisladas las demandas sociales que se resuelven fuera de los conductos de la
institucionalidad.
La manifestación mediante los movimientos estudiantiles del 85 y del 2006, como forma de
relación, nos ha presentado formas en donde el joven puede reconocerse frente a la política.
La manifestación es una abulia en movimiento, una anomia en tránsito, que guarda un
sentimiento de desafección que convive en el joven que no se involucra políticamente, e
incluso en los dolores de aquellos que sí buscan tener vínculos permanentes con la política.
Por tanto es posible encontrar en estos cuatro elementos presentes en la corporalidad de los
movimientos estudiantiles, en esta pequeña cartografía del cuerpo, cuatro caminos para
poder comprender los argumentos profundos en los actos y gestos juveniles hacia la política,
sin limitarlos, ni limitar nuestro propio cuerpo y experiencia sensual a tipificaciones y
prototipos. No hay posición de hombros, movimiento de manos, ni volumen en nuestros
cuerpos que puedan rehuirse de ser imagen de los discursos sociales y por qué no decir, de
toda experiencia social.
Bibliografía
Referencias
Documental Actores secundarios. Alerce producciones.
Emol.com – especial movimiento secundario.
77
Cuerpo 3 > Metodología.
1. DISEÑO METODOLÓGICO
El diseño metodológico de esta investigación responde a la necesidad de un orden práctico y
dirigido, en la recopilación y manejo de la información que se obtendrá en función de
responder la pregunta de investigación.
11
“Metodología de la investigación”, Hernández Sampieri. Mc Graw-Hill interamericana Editores. 1998.
78
mantenerla en un nivel diagnóstico, como también presentar hallazgos que la conviertan
finalmente en una investigación de nivel explicativo.
3> Universo
Jóvenes entre 19 y 25 años que están o no inscritos en los registros electorales y que
desarrollan sus estudios superiores en cinco Universidades Superiores sin importar su
comuna de residencia. Las universidades elegidas corresponden a tres universidades
privadas y dos universidades tradicionales en busca de reunir en las opiniones una
diversidad universitaria más amplia. En función de este fin se muestreará en: Universidad de
Chile, Universidad Católica, Universidad Diego Portales, Universidad Santo Tomás y
Universidad Finis Terrae.
4> Muestra
Todo ser humano es constructor de un fenómeno social. Para esta investigación, la elección
de la muestra es un entender que ella se compone de sujetos activos en los procesos
culturales en que viven. Los sujetos para esta investigación se trabajan en base: “al
reconocer su carácter de actores y constructores sociales, propietarios de un saber,
poseedores de un carácter histórico, participantes en un proceso de investigación al cual
12
aceptan y en el cual intervienen .”
Con esta base, se trabajarán tres tipos de muestras, en función a los objetivos y las técnicas
de recolección:
1. Dibujos
2. Jóvenes de la muestra
3. Textos
1. Dibujos:
La muestra consiste en una recolección de dibujos bajo la pregunta “¿Qué es para ti, en lo
personal, la política?
La cantidad de dibujos de esta muestra, está remitida al punto de saturación de opiniones
que se obtengan en base a una elección intencionada a aquellos jóvenes que hayan
manifestado voluntad de participar en una dinámica de aproximadamente media hora
consistente en realizar un dibujo respondiendo para ellos qué es la política y un texto
escribiendo qué es para ellos participación política.
Ese punto de saturación que definirá la cantidad de la muestra, se determinará en base a los
siguientes criterios:
a. Riqueza del dibujo para el análisis. (En información y subjetividad)
b. Tipo de elementos representados para referirse a política. Definiendo luego
categorías bajo las cuales se elegirán aquellos dibujos más representativos de cada
categoría.
12
Fuente: Utopía y Praxis Latinoamericana. Año 7, No. 16, pp. 41-51.
79
2. Jóvenes de la muestra:
La segunda muestra será determinada en relación a los autores de aquellos dibujos que se
presenten propicios para profundizar en temas de relevancia e interés en función de la
investigación. De esta manera, la cantidad de esta muestra es determinada por el
investigador, y está remitida a aquellos jóvenes que manifiesten puntos de vista nutritivos
para los fines de la investigación. En base a esto, se contactará a aquellos jóvenes autores
de las litografías seleccionadas en la muestra de dibujos, para entablar una entrevista en
profundidad que permita ahondar en temas de importancia, planteados por los jóvenes, para
tener un conocimiento más acabado de sus valoraciones y de las razones que los han
llevado a construirlas de esas maneras.
3. Textos:
La muestra consiste en una recolección de textos bajo la pregunta “¿Qué es para ti, en lo
personal, la participación política?
El punto de saturación, para la elección final de los textos de la muestra, se desarrollará en
base al criterio del tipo de referencia entorno a la participación política, realizando
categorizaciones que ordenaran la muestra y que determinarán los textos más ricos y
significativos para cada categoría.
Para efectos de la investigación: los dibujos, jóvenes y textos, serán elegidos según criterios
de:
13
Taylor, S Y Bodgan, R. Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Paidós. 1986. Bs.As.
80
5> Técnicas de Recolección de Datos.
a. Recolección documental.
Técnica dirigida a la construcción de un marco teórico que permita por una parte
contextualizar la relación juventud-política, así como buscar desde la teoría posibles
conexiones entre lo que la política puede ofrecer y los intereses juveniles.
El dibujo como técnica no sólo nos permite encontrar estructuras de personalidad, por
tanto de creencias profundas que no se modifican con el estado de ánimo, sino que
permite ver la dinámica afectiva-emocional en un determinado momento para un tema
específico.
Herramienta: Litografía.
A través de la recolección de los dibujos, se irán saturando categorías -sobre las cuales se
aplicará el modelo de interpretación- en función de dos condiciones de la investigación:
a) el referente en el dibujo en busca de polarizaciones, y
b) su riqueza interpretativa.
En donde cada dibujo será trabajado como “corpus de análisis” y sobre los cuales se
15
aplicará un modelo de análisis semiótico descrito por José Saborit para realizar una
descripción detallada de los mismos. (El modelo Savorite es una adaptación, desde las
visiones de los Comunicadores Sociales Rafael del Villar y Norma Visus acerca de la
propuesta semiótica de Savorite expuesta en “La imagen Publicitaria en televisión y en la
editorial Cátedra Signo e imagen.1992. Madrid.)
14
HAMMER, Los test proyectivos gráficos. Páidos. Cáp. 3 y 4.
15
Saborit, José. “La imagen publicitaria en televisión. Editorial Cátedra Signo e imagen. Madrid. 1992.
81
> Modelo de análisis Savorite.
Modelo alimentado desde la semiótica visual, la psicología y la literatura. Los temas que los
jóvenes abordan y que se hacen presentes a través de la técnica de dibujo, así como de la
entrevista en profundidad, nos hablarán de dos cosas fundamentales:
a) Sus imaginarios en torno a la política, que le es relevante, que le es constituyente y que
no.
b) Y la imagen de su propia personalidad en relación a la política.
Esta herramienta fue elegida por su capacidad de profundizar en aspectos relevantes para la
investigación: contexto social del entrevistado, cómo articula su lenguaje para expresarse de
la política, si se expresa emocional o racionalmente ante las preguntas con objeto en la
política y qué opiniones le merecen conceptos relacionados como el poder y la comunidad.
82
Herramienta: Conversación en grabación en Audio
a) Categorización de la información.
Según temas que sean prioritarios en la investigación, seleccionando en cada entrevista
aquellos aspectos que puedan ser agrupables por categoría.
Esta categorización entorno a la política, que apunta a los siguientes temas ejes de la
investigación.
a) Definición de poder
b) Rol de la comunidad en la política
c) Definición de política
d) Valoración del voto
e) Emociones en relación a la política
Lugar: los textos serán recopilados junto a la técnica de dibujo y serán por tanto
efectuados en la misma dinámica y lugares que dicha técnica.
Dinámica: Finalizada la realización del dibujo, se le pide a cada participante que en
la parte trasera de la hoja, responda con un texto a la siguiente pregunta: ¿Qué
significa para ti, en lo personal, la participación política?
El participante dispone de la misma caja de lápices para elegir el color con el que
escribirá y es libre en decidir qué escribir, con qué extensión y tipo de caligrafía.
Incluso si él lo estima conveniente, puede incluir un dibujo a su texto, como también
otras expresiones que permiten ver si el sujeto puede o no articular un discurso lo
suficientemente racionalizado como para escribirlo. Por ende la espontaneidad del
entrevistado, es un criterio presente y valorado para los efectos cualitativos de esta
investigación.
83
> Modelo de análisis de texto.
El análisis que se aplicará a los textos está basado en las categorizaciones de Bodgan y
Taylor, en el análisis denotativo/connotativo obtenido del modelo S/Z de Barthes y una
interrogación final al modelo, acerca de dos preguntas propias para los objetivos de la
investigación: qué es participación política, y cuál es el rol que ve cada sujeto, para si, en
esa participación.
84
Cuerpo 4> Presentación de resultados
> 1. Resultados análisis de texto.
a.1 Texto I.
> Registro:
85
> Texto:
Puede ser una actividad de gran contacto social, puedes aprender bastante, pero en si misma en la actualidad no se
auto sustenta, perdió su rumbo, su meta. Perder el tiempo es ya esa actividad.
> Deconstrucción.
Subcategoría 1 Qué entienden los El autor cuando se le pide definir participación política, expresa a la
jóvenes de la muestra política como una actividad, es decir, connota la política con acción. La
por participación participación para él es ser una parte activa de la política, involucrarse en
política una actividad que requiere de un compromiso social que permite tener un
crecimiento personal. Pero es una participación que ve supeditado su
crecimiento en la medida que la política pueda ser reflejo ese rumbo social
que el autor le asigna.
Subcategoría 2 Cómo identifican su El autor habla de la participación política en tercera persona, a través de
rol en la política esa generalidad, él expresa la visión que tiene de si mismo en torno a ella.
En este sentido, podemos asumir que el autor se siente involucrado a la
política y encuentra sentido a la participación en base a un sentido social
que le permite desarrollarse como individuo, pero participación de la cual
no ejerce debido a que reconoce que para el y el entorno que ve, la política
no se condice con esa motivación que a el le hace sentido como
participación a través de los social y de la cual se excluye ya que la
reconoce alejada de ese fin que podría vincularlos y por tanto no esta
dispuesto a perder su tiempo participando en una política perdida.
> Texto:
Nada, porque mi participación no aporta en algo, y no porque crea que el aporte de 1 sóla persona no sirva de
mucho, sino porque mi “boto” no le dará a la gente lo que realmente necesita.
86
sino porque mi “boto” no le dará El autor expresa que su participación, se separa de la anterior suposición de que un
a la gente lo que realmente voto no logra nada y expone su argumento en base a que su voto no es
necesita. representativo de una realidad social que es demandante en requisitos que para el
autor, no están presentes en la política, y que por tanto, ejercer su participación
mediante el voto, lo aleja, en las opciones de elección que el voto le permite, de hacer
que ese tipo de participación “aporte” en ese “algo” que para el es el fin social de la
participación política.
> Deconstrucción.
Subcategoría 1 Qué entienden los Lo asocia a la participación política como una institucionalidad que requiere
jóvenes de la que esa participación esté en sintonía con las demandas sociales, ya que le
muestra por otorga a la participación a través del voto, un sentido de “otro”, de
participación política comunidad. Y ante esa imposibilidad de que su participación sirva a esos
fines con que también podríamos decir que asocia a la política, la
participación deja de tener sentido como medio para un objetivo ligado a
resolver esas necesidades, si bien por el hecho de ejercerla, si colabora con
otros objetivos que no tienen significado para el autor.
Subcategoría 2 Su rol en la política Reconoce la existencia de lugares en donde puede participar, pero
reconoce en ellos una autoreferencialidad que sirve a un proyecto, que
aunque surte de una institucionalidad para la participación, no se contacta
con el fin social ni coordinador que el le otorga a la política, por lo que
prefiere no implicarse en esas condiciones.
> Texto:
Participar en la política es para tratar de que las cosas funcionen dentro de un margen, pero con el cuidado de que
el que si estas al mando debes mantener el poder.
> Deconstrucción.
Subcategoría 1 Qué entienden los La entiende como una forma de control, es decir de participación en
jóvenes de la estructuras que tienden a ser estáticas, y que requieren más de control que
muestra por de acciones creativas o reestructuraciones.
participación
política.
Subcategoría 2 Su rol en la política. El autor distingue un rol para si en la política como lugares de participación
pero desde lugares ya estructurados, es decir, la participación sirve a
objetivos ya definidos de antemano.
87
a. 4 Texto IV.
> Registro:
> Texto:
Para mi personalmente participar en la política, (es lo q) o estar enterada de lo que ocurre en ella, es lo que me da
derecho a opinar respecto a esos temas, como vivo en este (un) país (,tengo) a tiene que importarme (lo) y dar mi
voto a quien yo estime conveniente, al yo no votar no puedo exigir q’ los que gobiernan hagan un buen trabajo,
puesto que muestro cero interés con lo q’ acontece en nuestro país.
88
> Deconstrucción:
Subcategoría 1 Qué entienden los El autor lo entiende como un lugar en donde se participa en una dualidad
jóvenes de la de participación, de forma abstracta a través de la información y en forma
muestra por colorea a través del voto. Lo valora como parte esencial de la pertenencia
participación política en una comunidad.
Subcategoría 2 Su rol en la política Es una persona que reconoce la lógica de la representatividad, por ende,
sabe que su participación es parte del sistema político, y lo ve como un acto
que debe ser ejercido desde la propia voluntad de los sujetos,, es decir es
un sujeto activo, y que se motiva hacia los canales de información y
participación existentes.
a.5 Texto V.
> Registro:
> Texto:
Participar politica% en realidad para mi no tienen mucho relevancia xq’ no me interesa, creo q’ la política en estos
dias es solamente una satisfacción para el politico, no para solucionar los problemas de la sociedad, ya q’ creo q’ no
le interesa solucionar eso, solo obtener remuneraØ.
Ademas que esto no progresa, no avanza, aun esta estancado en el pasado, por ello q’ no podemos ver hacia el
futuro (lo q’debería ser mejor).
La política en palabras (****) pocas palabras no existe para la sociedad, sino para q’ (***) el político obtenga la
mejor remuneración a costa de la gente (q’ les cree) y deposita su confianza y sueños en ellos)
89
creo q’ la política en estos dias es Al autor expresa su valoración de que la política implica un satisfacción, un
solamente una satisfacción para el logro, que no se condice con que ella esté al servició de los políticos de una
político forma auto referencial. Nos deja entrever que la política tiene otro fin, que si se
manifestaba en tiempos anteriores.
no para solucionar los problemas de la La naturaleza de la política es la solución de problemas sociales, es decir, a ella
sociedad, le compele ponerse al servicio de sociedad, y es un valor en ella tener la
capacidad de resolver, es decir, la política es acción en gran medida.
ya q’ creo q’ no le interesa solucionar Los políticos serían sujetos en donde priman los intereses propios por sobre los
eso, solo obtener remuneraØ. intereses colectivos, lo que dice implícitamente la condición de vocación pública
que reside en la política.
Ademas que esto no progresa, no La política se detiene es acontecimientos políticos del pasado y no ejerce su
avanza, aun esta estancado en el propia naturaleza de avanzar hacia “ese logro o satisfacción” que el autor le
pasado, otorga como fin.
por ello q’ no podemos ver hacia el Es pasado para él, hace quien la política se entrampe en problemas que no
futuro (lo q’debería ser mejor). necesariamente se proyectan hacia el futuro, es decir el pasado tendría esa
condición de lo acontecido que debe ser superado y reformulado para darle a la
política nuevas experiencias y oportunidades.
La política en palabras (****) pocas Para el autor si la poética no cumple ese rol de estar para la gente, que
palabras no existe para la sociedad, claramente ve que hoy no se cumple la política deja de tener sentido, por eso
expresa que no existe para la gente, porque se maneja como una practica
externa y cerrada.
sino para q’ (***) el político obtenga la El voto sería una forma de expresar desde la gente confianza, una expresión de
mejor remuneración a costa de la gente sus propios sueños y voluntad hacia la política. Esa confianza implica un
(q’ les cree) y deposita su confianza y acuerdo material, explícito, entre político y gente a través de la representación
sueños en ellos) que no se cumpliría, como una traición que hace el político al postularse a un
rol intrínsicamente social, bajo el fin de el dinero.
> Deconstrucción:
Subcategoría 1 Qué entienden los Para el autor la participación política es un práctica que está interrelacionada
jóvenes de la con las valoraciones de política. La política sería un fin que no se vería
muestra por modificado por la participación, aun aunque reconoce un rol activo y
participación generador en ella, mientras ese objetivo no vuelva a retomar lo social con
política meta y las proyecciones de futuro, para el autor la participación no implica
una actitud contemplativa, ni reflexiva, por eso valora al pasado como una
pérdida, por sobre la actividad que le otorga a la participación que se proyecta
en acciones que tienen la capacidad de construir nuevas experiencias. En
este sentido a la participación se le cierra sus posibilidades bajo el actual
funcionamiento del régimen político en manos de la clase política.
Subcategoría 2 Su rol en la Tomar un rol en política para el autor es una posición que no lo beneficia a él,
política sino que beneficia a los políticos y como ese fin de su participación no se
condice con la naturaleza que el le asigna a la política, no está dispuesto a
dar de su tiempo para beneficiar proyectos que no cumplen ese fin.
> Texto:
Siento que como jovenes aportar en la política es fundamental, es la única forma de hacernos escuchar, aunque
no nos guste, la voz de las personas se escucha cuando opinamos con responsabilidad y decisión.
90
política. El aportar, implica adquirir un rol que les permite ser escuchados en
sociedad. Esto comunicacionalmente expresa que el lugar donde un sujeto
puede ser escuchado se realiza en un espacio muy cercano a lo público, en
donde la visibilidad o la simple realización de dicha participación puede
transarse como un acto concreto de compromiso, por ende, al mismo tiempo
subentiende que a forma de participar en cierto espacio de discusión es a
través de la participación política, si bien no explicita que otros tipos de
participación reconoce si dice que es un camino predefinido que hay que
abordar.
aunque no nos guste, En este punto el autor reconoce en si, y en el resto un desagrado que se
expresa y es real hacia la política, misma disconformidad que la sume como la
razón por la que la juventud no se haría parte de la participación política, pero
le connota una condición de posibilidad, es decir si bien la política no se
condice con las expectativas de la gente, si asume que la misma participación
de la que adolecen es la forma precisa de entrar en esa área de discusión que
puede a través del hacer escuchar, plantear esas molestias y demandas.
la voz de las personas se escucha El estar siendo participes de esos canales de participación política, para el
cuando opinamos con responsabilidad autor, es una forma de responsabilizarse de las opiniones que existen en
y decisión. sociedad hacia la política, formalizando esa molestia a través de una
participación concreta y reconocía, que le de a la opinión un peso político, que
no las juzgue como simples opiniones, sin una intencionalidad u organización
detrás.
> Deconstrucción:
Subcategoría Qué entienden los La participación política es una forma de aportar, considerando que el
1 jóvenes de la aporte, es un tipo de acto que suma a un proyecto mayor. La participación
muestra por así es parte de la política, y es una forma de controlar y hacerse parte de
participación política esas molestias que se presentan en base al funcionamiento de la política.
Caramente el autor considera que la forma de hacer que eso cambie, no es
a través de la abulia ni el alejamiento, sino todo lo contrario de una
participación y opinión creciente que llegue a formular un peso real en el
escenario político.
Subcategoría Su rol en la política El sujeto ve el su rol en política, como un espacio abierto. El autor se
2 reconoce parte de ese fundamento de discusión social de la política y se
cree capacitado para a través de su opinión, que formula en forma
responsable a su juicio, participar de la política manifestando una postura y
dándole una validez que puede ser reconocida por el escenario político, en la
medida que es una opinión que se expresa por un tipo de conducto regular
para regular esas demandas.
> Texto:
Una Mierda xxx
91
rechaza, un despojo, un desecho de un proceso humano, sobre el cual
tampoco se tiene control
Y que como despojo es algo que nace como un alimento que nutre, pero que
no pasa de ser un despojo y desecho que se es temporal.
La mierda es lo vulgar. Apesta.
Xxx Las x’s corresponden a un eufemismo que cumple la función de callar una
serie de epítetos que el autor podría sumar a su propio entendimiento de
política. Ese silenciamiento de la x, una omisión que manifiesta el descontento
que se hace cuando algo se tacha, porque la x como signo no sólo representa
en este sentido lo que no se dice, sino que es también una marca que enfatiza
el lugar preciso del malestar, de la misma forma que la reiteración del signo lo
hace, a través de las tres equis continuas.
> Deconstrucción:
Subcategoría Qué entienden los El autor no plantea una diferencia entre política y participación política en
1 jóvenes de la base a su propia participación en el proceso. En este mismo sentido, el
muestra por asocia que ser parte de la política, es ser de la misma naturaleza de la
participación política “mierda”. Es decir, ser parte de los despojos de la naturaleza humana, y de
la expresión más instintiva del hombre, expresada en distintas formas de
actos de corrupción.
Subcategoría Su rol en la política El uso del término “mierda” para caracterizar a la política, no excluye
2 necesariamente el rol que al autor puede vivenciar en relación a política
mediante la participación.
> Texto:
Es una de las maneras que tengo para poder concretar mis “planes” (no malignos) e ideales que de cierto modo
sirve para compartir y transmitir a mis pares mi “ideal” de cómo (pienso) creo que serían mejor las cosas y (de)
como podríamos participar para ayudar a que todo evolucione y se produzcan cambios reales que bien todos
sabemos que hacen falta.
92
que el considera adecuado para mejorar situaciones sociales que no son
buenas a su juicio, presuponiendo que ellas son susceptibles a la mejora y
que existe la posibilidad de que cada persona tenga una particular visión de
cómo solucionarlas, por eso, el expone con anterioridad esta idea de transar
los ideales con los pares.
Y (de) como podríamos participar para La participación incluye dos factores para el autor, primero una coordinación
ayudar a que todo evolucione entorno a la participación, y segundo, una acción implícita orientada a un
movimiento de denomina “evolución”, con toda su carga semántica de dejar
la animalidad hacia un perfeccionamiento de lo que el denomina “todo” que
pareciera remitirse a lo social. En este sentido también se propone que sin
la participación lo social se remite a un estado pasivo.
Y se produzcan cambios reales que bien El autor enfatiza la existencia de la necesidad de cambios, cambios que no
todos sabemos que hacen falta. son azarosos y que son requeridos como parte de aquella evolución que el
considera necesaria. Pero un punto especialmente destacable es como
incita la somnolencia como contraparte de la participación política, en una
aparente consensos de que las cosas no funcionan como deberían, pero
que se mantiene en un grado de inactividad.
> Deconstrucción:
Subcategoría 1 Qué entienden por La participación es un lugar de conversación diálogo, donde se concreta
participación un intercambio de ideas que posibilitaría encontrar con los pares, ideales
política comunes que puedan ir mejorando la vida social, pero sobretodo es un
espacio de grandeza, en el sentido que ninguna ideología, ni mala
intención debe supeditar a otra, ya que se reconoce como un espacio
diverso en donde debe primar el bien común. Es también un lugar donde
las ideas se materializan, de allí su naturaleza activa, que permite salir de
la somnolencia hacia un espacio activo y dinámico que la participación
política sí propicia.
Subcategoría 2 Su rol en la política El define para si un rol activo, distingue espacios donde incluirse y
reconoce en su propia participación utilidad, y receptividad en base a un
proyecto común y bajo un bien superior en la convivencia.
93
> 2. Resultado análisis de entrevistas.
a. Categorización de la información.
Presentación de los resultados mediante una Categorización entorno a la política, que
apunta a los temas ejes de la investigación.
f) Definición de poder
g) Rol de la comunidad en la política
h) Definición de política
i) Valoración del voto
j) Emociones en relación a la política
a) Definición de poder
Guichard es sabido que hay gente que se ha enfermado con el asunto del poder, ¿ya? O sea, está bien
y está mal, claro, porque tienen poder y está bien en algún sentido porque el hueón pero
también se están aprovechando, o sea, no está regulado eso es lo que me molesta a mi, ¿ya?
Guichard o que tenga, o que viaje gratis que sé yo, me da, pero esa cuestión de no regir leyes con la
gente que esta en política eso me molesta, eso del poder me molesta.
Guichard En algún sentido sí, o sea, en el sentido de ciudadano, de, de estrictamente la palabra
ciudadano sí, ¿cachai? Si hay algunas cosas, está bien, no se po’, el loco que es dueño de
una agencia también tiene millones de privilegios o ¿cachai?, pero si al hueón lo paran en la
calle, le sacan un parte cagó, eso es, eso es lo que molesta del poder, ¿ah? y bueno que haya
tanto acceso a robo, a manipulaciones así, tanta cosilla, tanta cosilla como dice Felipe Avello,
eso también.
Guichard si no, cómo po’, o sea tu tenis que significar algo pa’ mi pa’ que yo te crea, y te, te vote y o sea
¿cachai? , tiene que ese poder también significa respeto, significa a lo que tu valís ¿cachai? en
el fondo, eso es.
Salinero En el poder. Como se pueden hacer carreteras, ¿cachai?, se pueden hacer infraestructuras, se
pueden hace miles de cosas, pero también no se hacen hospitales, tal vez no se hacen
escuelas, tal vez el sueldo mínimo es muy mínimo, tal vez se negrea mucho a las personas
¿cachai?
Salinero Oh, tengo un tema que es como hablar del ego casi. O sea el poder está en todas partes, y
todos lo quieren.
Salinero Eh, yo creo que no, yo creo que no, es necesario el poder, eh, el poder de decidir uno mismo,
eso si es necesario, pero nada más.
Salinero Sesenta millones de dólares. Y pa’ qué, puta porque quiere tener más. Para qué, de que te
sirve tener todo ese poder, hueón, si no hay pasado ni una pascua ni un año nuevo con tu
familia, ¿cachai? que onda ese poder (...) entonces yo creo que el poder hace que se nos
olvide muchas cosas. Muchas pero muchas, muchas, muchas, muchas…
Salinero La esencia de la vida, el compartir, el reir, la simpleza de andar uno, cada uno como quiera,
Hay veces que tu vas caminando por la calle, te mira otra persona, que cree tener más poder
que tu, y altiro te mira: “ah, este no tiene poder”, es más hay veces que tu hablas suave,
94
hablas cosas súper buenas, pero las hablas suave y los otros te miran como diciendo: “este no
tiene idea”. Porque hablai suave, ¿cachai? entonces yo creo que el poder tiene una cosa que
nos confunde a todos, y hay un concepto súper errado de poder.
Salinero Entonces no, yo veo el poder como el poder de elección, como el poder de opinión, como el
poder de uno mismo de decidir, como el poder de, interno más, ¿cachai?, de, del poder ser
uno, esa es la persona pa’ mi más poderosa, la persona que puede ser.
Zepeda Aparte de lo del conflicto, o sea también hay una cosa por la lucha por el poder, que también
no me gusta, o sea, como que todos ven como el dinero o el estar mandando como algo
bacán, entonces todos los otros son menos, son inferiores, en realidad cuando la democracia
que tenemos, cuando alguien, no, cuando ponemos alguien en el poder es porque confiamos
en esa persona y creemos que va a hacer lo bueno para nosotros, no para que el tenga el
poder y nos mande, y nos vea como inferiores.
Zepeda Demasiado, entonces esas cosas a mi, a mi me da lata, yo al final, a veces voto por los de
izquierda porque me gustan los proyectos más que los de derecha, entonces como que yo veo
los proyectos y veo también en quien confío porque hay mucha gente que se pone acá por el
poder, o sea como por decir, ¡oh, yo soy bacán estoy en el centro de alumnos.
Zepeda Así como: ¿Te inscribiste?, nooo, y ¿por qué?, noooo nosé, o ¿te inscribiste?, sí ¿Y por quién
vai a votar? No sé voy a votar nulo porque no sé nada.
Zepeda Yo creo que también se llevan mucho por sus intereses, como que se olvidan del resto, o
también como para demostrar que tienen una posición absoluta y que nadie los podrá mover
de ella.
Romo el vicio que tiene eso es la (…) del poder, esta cuestión de que las cuotas de poder se van
asentando, de que las presiones mismas dentro de la coalición política se siguen dando y
siguen generando cargos en gente que equis puesto, que el que está ahí es tu sobrino,
cuestiones que pueden sonar medias ambiguas
Zepeda Como posibilidad de trabajo lo ven, como algo así como dicen: “No si tu no estai ahí, no vai a
llegar a nada, o sea, siempre vai a seguir siendo, el mandado por el jefe. Entonces como que,
bueno igual se nota también que, muchas cosas, muchas influencias se consiguen por los
cargos políticos,
Zepeda quise como poner el tema del poder en la plata también.
Zepeda como ese, más que nada, más que la plata, era como el poder y la ambición.
95
por mejorar su país y todo, entonces empieza a ayudar y a hacer sus cosas y en instituciones.
c) Definición de política
Abolar O sea es, se supone. Se supone. Eso es lo que en teoría debería tratarse ¿cachai?, pero
ahora en la práctica y eso es lo negativo, que hay veces en que ser político resulta tan
lucrativo, que hay gente que no está realmente interesada en servicio público que se mete.
Abolar Debería ser vocación pública.
Guichard Yo creo que siempre está en crisis, siento que nunca hubo un orden, no sé como habrá sido en
el tiempo de Balmaceda ¿ah? Quién sabe.
Nuestro amigo Balmaceda, Alesandri, ¿quién sabe? No pero ahora en verdad esta en crisis, sí
porque esta la cagá, no hay un orden, no hay un caos, no hay acuerdos, no hay, ehhh, apoyo,
o sea, ¿Siempre, siempre, siempre los proyectos de ley de la concertación los va rechazar la
derecha porque son de la concertación? ¿No ve? y esas cuestiones poco limpias, está en
crisis todo el tiempo ¿cachai?
Abolar La acción pública consiste sobretodo en el deseo realmente auténtico, ¿cachai? Que venga
del, del corazón de uno, para el servicio, para servir a la gente, a la comunidad en lo que
necesita, por ejemplo, puede ser, puede ser por ejemplo, en temas como seguridad, en la
parte también económica, ¿cachai?, porque también si la economía del país esta como las
pelotas, después de ahí al final, de alguna manera u otra va a terminar repercutiendo en la vida
de la gente. A ver, qué más. Ahora yo he conocido políticos que realmente tienen la cosa de
vocación pública y la tarea de ellos es, llega a ser súper sacrificado, son gente que pasa súper
poco tiempo en la casa, todo el día en la oficina, cuando realmente tienen el deseo de hacerlo,
y eso igual yo lo encuentro rescatable po’, porque si varias veces la mayoría, de la gente, trata
de buscar no se po’ algún trabajo pa’ beneficio propio, lo cual no digo que esté mal, pero
después de ahí destinarlo pa’ otros, pa’ otras personas ¿cachai?,
Abolar Sí, hay una separación. Porque la idea, el fin, de la política, es necesario, o sea si tu dejai a un
pueblo, por ejemplo sin algún tipo de gobierno, la idea en si misma de la política es que hay
que, tiene que haber alguien que se haga control del país, alguien que maneje el país, es
necesario, súper necesario, si tu dejai un país en la anarquía queda la cagá. (…) Mientras el
político en si mismo, da lo mismo, el partido, tengan la real vocación de servir, y esté dispuesto
y no sea un chanta que solamente quiera ganar plata, esos son necesarios, o sea me da lo
mismo por último que ya, sea socialista y todo, ya se que estoy sonando como un momio, pero
no, si la persona tiene vocación de servicio que se meta a la política y que lo haga y que lo
trate de hacer lo mejor posible.
Abolar Sí, más que nada porque la política, invoca, implica, necesitai cierto liderazgo ¿cachai?, tenís
que ser capaz de llevar el timón en los momentos cuando se ponga difícil y todo, y yo así con
cosa de liderazgo no tengo mucha.
Abolar o sea que cuando tu pensai en la política, tu pensai altiro en una persona de cuarenta,
cuarenta cincuenta años, medio guatón, no, no, no medio guatón, guatón, guatón bien
derechamente ¿cachai?, con chaqueta y corbata.
Abolar : Sí y ahora en qué, porque la política es pa’ mi como la idea, la vocación, ¿ya? y la
participación política es como tu te relacionai con la política, con la idea de la política, del
servicio, puede ser bien o mal, puede ser con hecho o con la pura boca.
Abolar Al fin del día son una persona más, solamente que la vocación que tienen, en teoría, es
distinta. Cuando tienen la vocación no son iguales, No en el sentido que, el único sentido en
que los políticos son distintos ¿cachai?, de tu o yo, es no más en la vocación que uno tiene,
Abolar pero si al final tu tratai, de andar caminando ¿cachai? haciendo, no sé po’ ostentación: “mira
soy un político, me creo la raja”, al final esa hueá, te, repele a la gente y cuando tu estai
logrando una, que la gente te repele, ya, porque siente que tu no los representai (…)
Romo A: Porque creo que la política chilena, para hablar de la política, primero es un concepto.
Podría hablar de la realidad política aplicable a la realidad chilena, bla, bla, bla, todo el cuento
filosófico, eso, y otra cosa es hablar del sistema político, que por lo que se, es una cuestión
bien especifica dentro de las ciencia política.
Romo el sistema político, o puede que los partidos políticos se vuelvan muy auto referencial, lo
mismo que decía yo de que todos los cambios dependen de la voluntad del sistema político y
si no lo hacen naturalmente se auto consumen.
Romo Hay que partir por lo políticamente correcto diciendo que no hay que generalizar en cuanto a
política, políticos, sistema político y las acepciones que puedan haber, obviamente, pero el
grueso del sistema político, de sus funcionamiento si hay una auto replicación, que no se como
llamarlo, que se perpetua a si mismo, que sigue con estas practicas tan nocivas para la
democracia, eh, cuestiones como la alternancia en el poder por ejemplo.
Romo Siempre esa distinción que hago entre la política y el sistema político yo la hago porque yo
confío mucho en la política, es una buena herramienta, una buena disciplina de pensamiento
para resolver este tipo de problemas, confío en ella, y sé que dentro de la teoría política, existe
un razonamiento súper lógico, súper, no sé, súper, que puede ayudar a esta cuestión, el
problema recae, así como tal cual uno podría decir, el problema de la religión son los
religiosos, como los de la ciencia los científicos, uno podría decir que el problema no es la
política sino los políticos, ¿cachai?, entonces partiendo de esa base, creo yo que la política no
es que no de frutos, me acuerdo que el árbol tenia raíces, o un tronco que bajaba, se
ensanchaba mucho en el suelo, esa podría ser una suerte de la, del concepto política, a pesar
de los políticos tal vez, esta base, este fundamento que seria el tronco o las raíces y claro, las
ramas podrían venir a ser la contingencia, los políticos, las personas que puedan pasar, para
bien o para mal, estos vicios que se pueden perpetuar en el sistema político chileno.
96
Romo pero que de alguna manera me hicieron ver que no eran tan opuestos, que al parecer estas
dos maneras tan distantes de ver la política, de todas maneras habían objetivos comunes, a
veces se pierde donde, la discusión del día a día. Se pierde un poco el norte de que la política
lo que resuelve son problemas del país, no problemas de un sector, ¿cachai? entonces me
sirvió mucho saber que aunque los de la UDI no tenía que pasaba en el otro lado y viceversa,
yo como estaba en esos dos ámbitos me podía dar cuenta… que están en la misma, que los
caminos son distintos pero que el objetivo es el mismo, entonces que podemos hacer algo
más, yo creo que son esas dos cuestiones me marcaron harto en esta cosa.
Guichard Porque es parte de la vida po’, o sea, si está todo mal desde arriba de tu país hueón, que te
toca a ti también po, eso cachai, son molestias tu vida aunque sea muy indirectamente o muy
lejana, en algún sentido lejana, ¿cachai?, entonces…
Guichard Todo lo que se da en un gobierno, todo
Guichard Todo tiene que ver po’, todo tiene que ver, hay políticos que no sean lo más adecuados, hay
quizás sistemas que no están funcionando ¿cachai? O quizás hay cosas que sí, todo eso, está
todo mezclado creo yo.
Guichard Es que ser un ciudadano implica por ejemplo, ser un buen o mal ciudadano, ¿cachai?
Entonces un buen o un mal consumidor, ¿cachai? pero un mal ciudadano si hay.
Las leyes, el hueón lleno de partes, el hueón que se lo llevan en cana por chupar en las
plazas.
Salinero Ya mira la verdad es que la política, yo nunca me he metido en la política, nunca he creído en
la política, eh, y mi visión cómo los veo a ellos es como un pastor, que trata de dirigir un
rebaño, pero que muchas veces ese pastor no sabe donde llevar ese rebaño. Eso es lo único
que puedo pensar de la política
Salinero claro, creo que el pastor alguna ves podría, podría saber que llevándolos a la cordillera en
verano, los pastos están más largos y podrían comer y todo eso, pero en realidad, no creo que
tenga…
Salinero la política, la política es una mierda la política.
Salinero Sí, sí, es que claro, siempre tratar de pensar positivamente aunque, aunque no le tengo mu…,
mira yo nunca voy a poner las manos al fuego por la política, pero si voy a tener esperanzas,
en que pueda llegar algún personaje que haga, que haga cosas realmente por el pueblo. Lo
que pasa es que lo, es que lo yo veo que no se hacen cosas por el pueblo, se hacen cosas por
el país, se hacen cosas por obtener más poder, se hacen cosas por, no sé, se hacen muchas
cosas pero no sé si se hacen cosas por cada persona, ¿cachai?
Salinero No, como un todo, no te podría decir que hay una clase política, un sistema político, un poder
político.
Salinero Lo veo completamente como un todo, lo veo como un, aparte como no se mucho del tema
tampoco, mi, mi, mi tema es una esperanza en que ese poder o ese sistema, o esa clase
política, le haga bien al pueblo no más, pero no tengo idea como funciona el organigrama por
decirlo así de la política.
Salinero Colaboraría en un 100 por ciento si es que veo algo positivo.
Salinero yo encuentro que la política se trata de ganar al pueblo, ¿ya? uno por uno como yendo al
pueblo, no sé qué, y después cuando ya esta en el cargo no se acuerda del pueblo, si se
acuerda de que, tiene que hacer tratados con china, tiene que hacer tratados de libre
comercio, tiene que, no le tiene que dar el mar a Bolivia, cosas como país, pero no si tanto del
pueblo, de la gente, ¿cachai? y a mi lo que me interesa es la gente, ¿cachai? Lo que me
interesa es la gente, lo que me interesa es el país mismo, ¿cachai?, dicen que, si el Banco del
Estado metiera en los costos de Chile, el costo medioambiental, la economía de Chile se va a
la mierda.
Cachai? Entonces como, eso es algo que a mi altiro me hace decir: “no creo en la política”. Por
qué, porque en el fondo están vendiendo las riquezas de nuestro país po.
Salinero Es como, es como que de este fruto, como este árbol, que es el árbol de la vida que nos da
frutos, a todos, ¿ya? porque un árbol no dice: “ah , yo doy manzanas, pero quiero que te las
comai tu, tu y tu, tu no, tu no, tu no”, ¿ya?, pero creo que a veces con la política pasa, de que
ellos se encargan de estar de pie para poder agarrar la fruta, de este árbol, y dejan a muchas
personas sentadas cosa que no puedan estirar su mano, y agarrar ese fruto que es un fruto
completamente libre y natural, , de la vida. Eso siento a veces con la política.
Salinero Y otra cosa, que yo lo veo muy lejano Vivi, ¿cachai? toda, esta política la veo demasiado
lejana ¿cachai? Como que, no creo que haya un contacto real entre la gente y un político,
¿cachai? es como que el político no ve a la gente, si ven que puedo hacer con esto, aquí, que
puedo mejorar con esto aquí, pero no ve a la gente ¿cachai? entonces como va a saber su
opinión. Si están viajando, si están haciendo tratados de que no se qué, como que deberían
segregarse un poquito más, como que deberían separase en el sentido de que el presidente
estuviera un poquito más acá, más viendo que es lo que pasa con la gente de aquí.
Salinero Como en terreno, como ver, como estar aquí y decir , ah mira está pasando esto, no podemos
hacer ninguna otra cuestión, si primero no tenemos educación y primero no tenemos salud.
Zepeda Igual yo tengo un concepto que igual ha ido cambiando, porque al principio me molestaba
harto el tema de la política porque era como pelea todo el día, y en mi casa mi papá era como
ultra de derecha, entonces como que: malditos comunistas y a mi me carga toda esa cosa,
como que yo soy, tengo inclinación para la derecha pero no me molesta que los otros sean de
izquierda o sea son sus pensamientos, pero como que al principio eran peleas...
Zepeda Entonces yo encontraba que era tan estúpido porque no iban a llegar nunca a acuerdo,
entonces como que primero no quería saber nada de política, pero después, así como el año
pasado, este año, como que empecé a cambiar ya mentalidad la porque igual es algo útil pero
97
igual siempre provoca muchos conflictos y eso es lo que me da lata de eso, pero creo que es
algo necesario porque o si no sería un caos.
Zepeda Sería un caos todo el sistema, o sea siempre como que todos estamos acostumbrados a
trabajar con alguien, no sé como mandando entre comillas, que esté… Ordenando claro,
porque en realidad todos quieren hacer lo que ellos quieren, entonces es como todo un
desorden, por eso creo que deben haber leyes establecidas, y todo eso, pero igual estoy en un
proceso de tener la política como algo más positivo.
Zepeda También está el otro punto que también es como lo positivo, o sea que, verlo como algo que es
un bien y un, y es como un mal necesario o algo como que, no sé, como que…, a ver cómo te
explico, como que si no existe... no se podría hacer nada porque si no hubiese una política o
algo, tendríamos que vivir en anarquía o monarquía o algo así, igual sería alguna cosa extraña.
Zepeda Yo lo veo más como totalidad en realidad, después lo voy cambiando, o sea, al principio como
lo veía, como tan como una masa, era más complicado porque uno reclama contra los
políticos, pero eso no tienen que ver con la política. La política fue creada por un bien,
entonces como que ahí empieza el desorden, pero casi siempre uno ve como todo, como toda
la situación. Aunque igual creo que está mal, por ejemplo ahora en las elecciones de la u, todo
tapizado de papeles y cosas.
Zepeda porque la política aunque suene chistoso, como que creo que la hicieran sólo los políticos, la
gente no se daría ni cuenta, terminarían por acostumbrarse, yo creo que habrían unos cuantos
que alegarían y después se le olvidarían, pero cuando se participan en las cosas y se informan
también todo cambia de sentido, y ahí uno reempieza a dar cuenta de las ventajas del
sistema. (…)
Zepeda Claro para mi es como muy marcado, porque como que siempre lo sentí en mi familia. Como
que toda la gente estaba peleando, como que, pa’ mi es estúpido porque no va a allegar a
acuerdo, es como la religión, uno pelea, pelea, pero cada uno va a seguir igual su religión.
Zepeda yo al menos lucho por que las cosas no sean tan politizadas, como que todos tengamos una
visión y no estemos juzgando por cosas políticas o no estemos pensando todo el día que todo
es política, si, si al final varias cosas, son, pero al final no tienen porqué tus relaciones sociales
ser por política. Yo soy de derecha, me puedo juntar perfectamente con alguien de derecha.
Zepeda Sí. Cambia harto. Porque uno tiene muy marcados los partidos. Claro y como que ensucia
todos lo demás, demasiado, porque es una política bastante sucia y bastante escondida,
entonces como que la gente tiene su visión, la mayoría de la gente así, cuando uno lo
conversa lo ve, uno empieza a hablar de política y sale Pinochet. A los dos segundos. Nadie
puede hablar de política, no yo opino que eso es bueno por eso, no. Es Pinochet que fue tan
malo que esto que lo otro, entonces perdís todo el ámbito.
Zepeda Yo creo que eso es como el principal prejuicio de todo. Como todos lo ven tan malo, tan
terrible, y política es lo que hacemos todos po’ al final. Yo en realidad, creo que yo misma
tengo en mi visión, los partidos.
Zepeda yo creo que debería ser lo que nos une y nuestro momento para decir: Yo creo esto, seré
consecuente con eso. Pero no para tachar a los otros por lo que creen. Como problema de
uno.
98
hace como súper complejo.
Romo pero obviamente el sistema político, el sistema democrático en que estamos, con toda la
institucionalidad política que mueve este país, se depende mucho de las elecciones, o sea en
términos políticos, va depender del candidato que sea electo, así como alguna vez se pensó
que esta vez presidencia iba a cambiar y no cambio,
Guichard Sí el voto. Sí el voto sí, sí me parece súper buen sistema a pesar de que, claro, es mucho más
fácil que salga alguien de la concertación a que salga alguien de derecha por ejemplo, que me
gustaría que saliera, alguien, alguien inteligente si, de derecha, ¿ya? Entonces por el voto yo
creo que puta que aquí quizás a cuantos años más va a salir un hueón de derecha por el voto.
Guichard Claro, bueno sí, es eso, pero no me interesa, o sea, no importa, no importa que no haya gente
inscrita, porque si no hay gente inscrita, ya, no es representativo pero, pero shi!, o sea, mínimo
hueón que agarrís tu carnet, vayaí a sacar la cuestión y de ahí vayai a firmar, o sea, entonces
filo con esa gente que no está inscrita.
Guichard Pero eso es solidaridad y eso está súper bien. Está la raja, feliz, pero qué, o sea, está bien que
estés ayudando a una persona y eso es un grano de arena pa’ la mansa cagá quizás de toda
la gente que hay, pero ¿y? ¿Qué problema estái solucionando?, Sí estay ayudando, ta’ bien,
ta’ la raja, pero si los problemas son macros po’, y ahí tení que votar pa que haya una gente
inteligente que los resuelva ¿cachai? o que empiece con una solución, una vía ¿ah? Un lugar,
un lugar. (risas)
Guichard mira yo he pensado que, eh, claro como tu dices no recoge la opinión, pero si recoge la
elección, de quiero uno de derecha, quiero uno de izquierda, quiero uno de centro-centro. Pero
no escoge mi opinión. Yo me tengo que asemejar un poquito más al que más me tinca, si mis
pensamientos son un poquito más de izquierda, voy a tener que votar por el de izquierda, pero
en realidad yo no tengo idea que es lo que piensa hacer el de izquierda.
Porque lo que me va a decir, no me a va a decir, me va a decir casi lo mismo que dice el de la
derecha y el de centro-centro, en el fondo todos prometen casi lo mismo, ¿cachai? pero mi
opinión no van a tener idea, digamos.
Zepeda Entonces, como que yo voto más por proyectos, por como veo a la persona, que por un partido
político, realmente.
Zepeda Yo no estoy inscrita, porque me da flojera realmente, ah, no vaya a salir vocal, que lata, y
también porque no tenía claro mi voto.
Zepeda Sí, las presidenciales, yo dije oh por qué no me inscribí, después ya estaba informada de lo
que pasaba. Al principio yo decía, no, yo no voto porque estoy desinformada, y no voto
desinformada, como voy a otra blanco, porque a mi no me gusta eso, o sea, si vai a votar, vota
por alguien.
Zepeda Y aparte sino votas no tienes derecho a reclamar entonces, yo creía, pucha sino voto, no
puedo reclamar, entonces debería haber votado, y aparte que ya tenía bien claro… así que ahí
me arrepentí. Creo que el voto es una, es la alternativa que tenemos, porque no hay otro
medio más justo para mi, que no sea ese.
Zepeda Eso, muchas veces uno no sale favorecida, pero al menos es una forma más justa de ver, si la
mayoría quiere algo, mejor que se incline para allá, porque, no si yo quiero algo más, vamos a
imponerlo sobre el resto, es como egoísta.
Zepeda De hecho nosotros en la segunda vuelta, nosotros estábamos con una amiga en vacaciones, y
decía: “menos mal que no me inscribí, sino no hubiese podido salir”.
Zepeda Claro más informada y ya sé un poco más de política. O sea no soy una gran maestra de
política ni nada, pero al menos tengo mi, de, mi opinión. Porque antes no la tenía, entonces
como que me hablaban y era como: Pucha yo sentá en mi casa, y que dijeron esto y lo otro.
Zepeda Claro no estoy ni ahí y por eso no me inscribo, pero el nulo es como que, llegaste tuviste que
ir, levantarte temprano y llegaste a mirar.
Zepeda No, la mayoría no se inscribe como yo, por lata porque tengo mis vacaciones, como no sé qué,
y los que se inscriben también es muchas veces como para decir, estoy inscrito, miren, soy
pro. Entonces es como que, es como, al menos con mis pares es así, te inscribiste, o sea no
pa qué.
Zepeda Claro, es como algo que pasa así, como que, como no es una obligación, da lo mismo,
entonces mejor no me inscribo.
Zepeda Sí, yo creo que marca que yo no, estaba desinformada, que no sabía mucho y que habían
términos que me molestaban.
99
como: Bueno, esa gente alega, esos pelean, pero no es eso la política para mi
Zepeda no estoy ni ahí con estarme echando un problema más en mi cabeza, porque a alguien se le
ocurrió decirme que su modo de vida es mejor que el mío.
Zepeda como que la política unifica a la gente porque al final todos tienen su, su opinión y blá, no
importa de lo que sea, pero todos la va a, están expresando algo, y es un sentimiento que
todos van a llevar dentro de si, después como que los separa, pero bueno, es como que eso
debería ser lo ideal.
Zepeda Es que yo creo que me da entre ternura, y como satisfacción, sería como algo logrado, algo
que, un sistema que estaría bien hecho.
Zepeda y que todos tengamos nuestra opinión, en que no haya miedo de expresarse, porque, ay que
todos ellos son de izquierda y yo soy de derecha entonces, a mi me pasaba eso, ah todos son
de izquierda.
Zepeda y también tenía otras amigas que también me apoyaban, era rico, era como cómodo,
Zepeda "Pero Marcela si ellos son tan fachos", entonces es como: "Pucha vale", yo también soy más
así, entonces cómo que igual me califica po’.: Y yo no le dijo: "Pucha que erís comunista",
porque, da lo mismo, oG sea, si ella es comunista, o de derecha o de izquierda, me da lo
mismo, si va a ser mi amiga por otras cosas, entonces, ahí, me molesta la política.
Zepeda “No, es que mi papá militaba en ese, entonces yo tengo que seguir porque mi papá y es no sé
qué ejecutivo.”Entonces ahí yo digo: “¡oh! no me gusta”.
Zepeda Entonces a mi no me gusta, me carga, esa cosa como miren yo soy tan buena, que voy a
hacer esto, por qué tienen que dar esa imagen de una persona tan buena, quizás yo no
encuentro que las personas siempre son tan buenas,
Zepeda Entonces es como ridículo llegar a ese punto de decir, no, somos iguales, sino es verdad po’,
como que ahí ya me empieza como a enojar y la cambio, y eso que a mi me gustaba Piñera,
ya entonces me carga esa cuestión también que mientan.
Zepeda Es como algo bien común. Es como que, es una cosa como pucha, tenís que aparte tener un
montón de requisitos, como que y me da lata que el día anterior no se pueda hacer carretes,
como que me enojan esas cosas, igualo te pasan las botellas por debajo de la cortina, pero
bien piola, porque pasaban los pacos.
Abolar ¡qué pena!, perdiendo, desaprovechando el tiempo tratando de convencerme a mi que ya tenía
mi idea completamente armada, ¿cachai? que ya estaba decidido hace rato.
Romo Aquí voy a sacar el fascista que llevo dentro, no sé que tanto.
Guichard O gente que es radical o gente que cree que ser de derecha es ser fascista, o que ser facho,
como que esas cosillas así… me han tocado siempre, siempre, siempre, o que los de
izquierda no sé qué.
Guichard Me molesta para los dos lados, me agota esa tontera. Como la tonterilla, la muletilla. El
hueveo, ¿cachai? Esa hueá me molesta, entonces lo he visto harto, por eso lo dibuje yo creo,
porque me molesta.
Salinero La política, la política es una mierda la política.
Guichard Creo que no, creo que no, creo que se critican las misma hueá pa’ un lado y pa’ otro ¿ya?
porque es muy cura Gatica todo acá, es como decir, hay y me carga Pinochet porque es un
dictador, tirano, y después se dan vuelta y me encanta cuba y Fidel, es la misma hueá.
¿cachai? la misma hueá po. Eso, eh, claro los fundamentos son distintos para un lado o para
el otro, pero en el fondo hay mucho igual, y hay fundamentos diferentes que uno es por la plata
y el otro por no se qué, ¿cachai? la corrupción, la no se qué.
Salinero Aquí el monito dice que “no, no puedo mentir”, y él, en el fondo iba agarrar el fruto, sabía que
era de todos, y decía: “no, no puedo mentir”, porque dentro de él, está la verdad, esa verdad
única que es como, si tu robai, decís al final: “da lo mismo, da lo mismo que este robando”,
pero en el fondo de tu corazón, tu decís: “shuta, estoy robando, no debería ser”.
Guichard Por qué a pesar de todo lo malo, todo lo que te molesta, todo lo que uno pueda decir en contra
de ella, igual es importante.
a. Definición de política
La política es entendida como un liderazgo que es necesario en sociedad , pero que
presenta dificultades y conflictos en términos de cuál es el fin de ese liderazgo, y en como
se utiliza prácticamente.
La naturaleza del liderazgo no es puesto en duda, ya que los entrevistados reconocen que
la política de orden, y el orden siempre es un valor frente a otro tipo de organización social.
Pero se considera que el liderazgo que hoy se ejerce, no sabe necesariamente hacia
donde se lidera, fluctuando entre buenas malas decisiones, pero siempre en base a
decisiones que distan de la realidad social que se vive cotidianamente en el país.
También existe la definición aún mas estrecha entre política y sociedad, que propone e la
política como el país, en donde la política serían las personas en confrontación a
percepciones que los entrevistados siente fuera de su realidad en donde política es
sinónimo de poder. Y cuando el poder , es el valor ultimo en la política, ella des
100
desvirtuaría de una forma tal, que no sería poner más que esperanzas en ella y no,
involucrar el propio ser, ni jugarse la propia credibilidad por ella, porque se convierte en un
terreno incierto dominado por los intereses personales.
Otro punto que define a la política es que la mayoría de los jóvenes o ve como una masa
de contenidos, es decir ven a la políticas como un concepto que guarda en si todos
aquellos aspectos que ven y viven y no definen en ella, delimitaciones entorno a entender
política distinta de sistema político, de gobierno, de Estado, de democracia, ni de clase
política.
La política es totalidad e implica todo lo que se da en el gobierno. Estas distinciones se
dan sólo cuando el sujeto se informa acerca de ellas, en donde pueden reconocer incluso
beneficios, pero cuando evalúan sus molestias hacia la política vuelven a extrapolarla
desde un acto hecho o práctica, nuevamente hacia una totalidad, es decir la política se
carga fácilmente como sistema, de las connotaciones negativas de sus elementos. En
este sentido, podemos encontrar tantas definiciones de política como elementos se
pongan en juego en ella.
En este contexto, es común asociar a la política con los conflictos entre partidos políticos y
acontecimientos históricos específicos.
Ahora bien quienes están más informados, o tienen un conocimiento más racional de la
política, reconocen en ella una buena herramienta, una buena disciplina de pensamiento
para resolver problemas, y si bien reconocen y se molestan de aspectos diversos entorno
ella, como los vicios que se perpetúan, reconocen que existen distinciones fundamentales
entre políticos, y la política.
Un lugar común es asociar a la política con ideas y pensamientos acerca de cómo hacer
las cosas. En donde el trabajar con niveles altos de subjetividad propiciaría conflictos y
discusiones, incluso asociando a la política con un tipo de debate infructuoso, ya que se
asume que nadie es susceptible de influenciar su propia opinión política con la de otros, y
menos de ideas que se ideologizan, juzgan y que por tanto se hacen totalizantes y
despóticas frente a la diversidad de pensamiento en torno a cómo hacer las cosas a nivel
social. En este sentido la política no propicia tampoco, espacios de acuerdo frente a las
ideologías, sino de un alejado respeto, que para no generar disputa opta por la lejanía o la
indiferencia.
Sin embargo aunque ella se reconoce como algo importante y necesario, se le ve lejana, y
con la capacidad de gobernar sin la gente, incluso sin que esta fuese conciente de su
exclusión. Es decir, se le atribuye, como a un todo, rasgos de inteligencia y manipulación.
Pero eso, es incluso aceptable, mientras ella hiciera lo que los jóvenes siente a lo que se
debe, que es ocuparse del bien común, pero un bien real, en contacto con necesidades
reales, que se dicen resolver y abarcar pero que finalmente no se resuelven, considerando
que ese es un pulso que sólo puede ser logrado en contacto directo con las personas.
También se considera que la política debe cambiar desde arriba, es ella quien debe
demostrar que está ocupándose de sus verdaderos fines, ya que de esa manera podría
reconectarse con el sentir de las personas. A pesar de que existe la sensación en algunos
entrevistados (2), específicamente aquellos no inscritos, de que lo que toca la política, lo
ensucia. Ya que reconocen en ella, prácticas desleales y ocultas de las que no quieren
hacerse parte.
Despolitizar las cosas, como contraparte, es limpiarlas y protegerlas de los intereses y la
discusión, sacar de los temas la lucha por el poder y también supeditar la propia
consecuencia ideológica, en pos de otros objetivos ajenos, más generales, sociales, que
pueden ser adoptados como propios.
En este sentido, “la política” (como sinónimo de políticos) utiliza a la gente para llegar al
poder, pero una vez en él o bien en el cargo público, se dedican a temas que no tienen
relación con la gente, sino a asuntos estratégicos, algunos de carácter internacional, como
los tratados de libre comercio. Temas grandes que son estandarizados, protocolares, y
que deben ser replicados gobierno a gobierno. Si estuvieran más atentos se darían cuenta
de las falencias insondeadas en la educación y la pobreza.
101
La política es eficiente porque crece consumiendo su entorno, el medioambiente, la gente,
y si bien ellos saben el daño irreparable que generan, siguen haciéndolo creando una
enorme desconfianza, siendo que todos los cambios, en relación a estos y otros
propósitos, dependen de la voluntad del sistema político y si no lo hacen naturalmente se
auto consumen. De ello depende que la política se vuelva una auto replicación, que busca
perpetuarse a si misma, y que mantendría prácticas tan nocivas para la democracia, como
la no alternancia en el poder, por ejemplo.
b. Definición de poder
El poder está relacionado con la obtención de dominio sobre los otros y de la realidad, y de
tener la capacidad de ejercer la voluntad con gran amplitud. En este sentido el poder
también sería el fin último de la política.
d) El poder requiere ser regulado, lo mismo que las personas que están muy cerca de él,
para evitar los malos manejos, la corrupción, el robo, las manipulaciones, el abuso. Y para
que, específicamente el poder político, se restringa a los campos que le competen y que
quienes están a su cargo, los políticos, sean tan susceptible a la leyes como los otros
ciudadanos.
e) El poder estaría ligado con la legitimidad. El poder que en su expresión positiva, es un
bien que se gana y que es otorgado a través de la credibilidad, y el respeto.
f) El poder en política, cohibe la representatividad.
El poder se liga con la adquisición, el dinero y el mandar, como un valor en un juego en
donde en términos políticos, quien accede al poder, tendería a ver al resto como inferiores,
siendo que ese acceso es resultado de un acto de confianza desde los ciudadanos, en
función de que el de que accede, lo hace para poner sus capacidades a disposición de
todos, no para hacerlo superior, ni enriquecerlo a costa de otros.
g) El poder tiende a asentarse.
Eso se ejemplificaría en la no rotación de cargos en el gobierno, dentro de una misma
coalición. O en el status que la inamovilidad sustentada en el poder, les otorga.
102
también se convierte en una utilización eleccionaria, cuando el contacto que generan con
la comunidad para estas instancias, nunca se repite con posterioridad. Así, creando una
sensación de uso del concepto de comunidad, para objetivos personales, como acceder a
un puesto político. Lo que hablaría de búsqueda de poder, por sobre la vocación pública.
a) una forma concreta de tangibilizar la opinión. Si bien hay quienes distinguen que el voto
es capaz de recoger elecciones, pero no opiniones en la gente, en donde la opinión busca
asemejarse a las opciones eleccionarias.
b) El voto puede se asociativo, a un partido, a una coalición o a una persona.
c) La necesidad de los no inscritos de ejercer la votación como instancia de diálogo y
opinión.
d) El voto como acto de fuerza, mediante el cual se intenta influir en las decisiones de
gobierno.
e) La consideración de que quien vota, tiene derecho a reclamo.
f) El sistema político y el sistema democrático depende de las elecciones y de quien sea
electo.
c) La participación social no pude ser reemplazo de este tipo de participación política como
el voto, ya que esos son actos concretos pero pequeños considerando que los problemas
son macros y requieren de políticas publicas, que sólo pueden ejercerse con experticia a
través de una buena elección a través del voto.
103
f. Emociones presentes en relación a la política
La política provoca una generalidad de emociones negativas a su alrededor.
Estas molestias se hacen explícitas a través de las siguientes expresiones:
Molestia, mentira, inconsecuencia, cerrados de mente, incomprensión, mierda, rabia, lata,
engorroso, tramitador, pérdida de tiempo, lástima, enojo, pérdida de libertad, me carga.
c. Temas emergentes.
a.1) Categorización
Referente. Entrevistado Cita.
Blá o hablar por Zepeda todos como que viven en el idealismo del como del comunismo, de que
hablar. todos vamos por el bien común y blá
Blá o hablar por Romo Podría hablar de la realidad política aplicable a la realidad chilena, blá, blá,
hablar. blá, todo el cuento filosófico
Cambio Romo. El cambio es un panorama súper acotado, ese es el panorama cachai
División Guichard Tiene que ver con la historia del país
Consumidor- Guichard que tiene más beneficios el ser consumidor en cuanto a poder que un
ciudadano ciudadano. (...) Ser consumidor me encanta.
Utilización. Salinero Es democracia pero para elegir al presidente no más, ¿cachai? pero
después tu…
Diálogo Estado-joven Guichard No, no mucho, yo creo que no, no veo.
Mentiras. Zepeda Eso era que llegan y hablan, y como que dicen puras mentiras, y a todos
les da mucha lata escucharlos.
Inscripción. Zepeda El ambiente, como que todos tenían su opinión y yo no. Entonces era
molesto que se pusieran a hablar y que yo no opinase.
Liderazgo. Salinero Si estoy de acuerdo con que, con que somos un rebaño, y porque somos
muchos y nos perdemos, está todo bien, no, eso, sería casi que
libertinaje, ¿cachai? Y no podríamos. Yo estoy de acuerdo que tiene que
haber alguien. (...) Un liderazgo ¿cachai? pero ese liderazgo tiene que ser
escuchando al pueblo, no tiene que ser, tu decís, hablai de democracia, si
puede ser democracia, pero al final en el día a día no es tan democracia.
Medios como Guichard así que tan democrático no sé, si depende de la línea editorial, si en el
espacio democrático. trece no se va a poner a hablar en contra, muchas cositas así, o el 7 no va
a hablar muchas papitas del gobierno, entonces hasta que punto es
democrático yo no sé, no sé.
Inscritos v/s no Guichard No se puede decir que algo es poco representativo cuando hay gente
inscritos. inscrita, porque hay mucha gente que no está inscrita.
Permanencia. Romo sino a través de la misma concertación que para bien o para mal a ganado
todas las elecciones de aquí hasta el momento, siempre hay una promesa
de renovar caras, de cambiar la gente, pero finalmente ha corrido un
poco de tiempo es la misma gente que se van haciendo enroque, eh, la
gente lo percibe como una suerte de engaño, como una suerte
justamente de ver rotar el sistema,
Inscripción. Zepeda Creo que también es por los mismos temas de ignorancia de uno, porque
yo creo que yo también era hasta, hasta que me empecé a interesar.
104
Doble discurso. Zepeda El populismo es demasiado. Vamos a tener el bien para todos. Igual, no se
puede tener el bien para todos
Política y Salinero Después de eso hagamos todo lo que queramos, pero eso lo necesita la
necesidades gente, la gente necesita educarse, la gente necesita estar bien de salud.
sociales. De ahí pa’ arriba, cada uno hace lo que quiera po’. Con buena educación y
buena salud, que más querís. Lo demás son puras pajas mentales.
Irrespeto. Guichard Pero si respeto mucha gente y también encuentro que hay mucha que
gente que no hay que respetar y que se debería ir volando de ahí hueón,
¿cachai?
Ambición. Zepeda Era como ese, más que nada, más que la plata, era como el poder y la
ambición.
Ambición. Guichard Es un súper buen negocio estar en la política, así que pa’ mi, toda la gente
quiere llegar a la presidencia, por muy bien que me parezca o muy mal,
todas tienen alguna cosilla, alguna ambicioncilla
a.2) Conceptualización
iii. Ambición.
105
La ambición es una característica resaltada por la muestra cuando se refiere a los
aspectos negativos del poder. La ambición se les figura como una cualidad que todas las
personas pueden presentar cuando se avoca a la consecución de sus propios intereses,
pero que si bien es un acto individual, cuando se conjuga con la política, es inevitable
que no se asocie con abuso, plata y corrupción.
También se presume que la política es un buen negocio para quienes se vinculan
directamente con ella, ya que la ambición se expresa en esa voluntad de llegar a
puestos de poder, que conllevan responsabilidades, pero también traen una serie de
beneficios sociales y materiales que serían los que harían presente la “permanencia”
como vicio en la representatividad, en el sentido que podemos entenderla como un
liderazgo que busca asentarse en función de sus beneficios.
iv. Liderazgo
La política es entendida como un liderazgo que es necesario en sociedad, pero que
presenta dificultades y conflictos en términos de cuál es el fin de ese liderazgo, y en
como se utiliza prácticamente.
La naturaleza del liderazgo no es puesto en duda, ya que los entrevistados reconocen
que la política de orden, y el orden siempre es un valor frente a otro tipo de organización
social. Pero se considera que el liderazgo que hoy se ejerce, no sabe necesariamente
hacia donde se lidera, fluctuando entre buenas malas decisiones, pero siempre en base
a decisiones que distan de la realidad social que se vive cotidianamente en el país.
106
>3 Resultado análisis de dibujos.
c.1 Análisis de dibujo/ 1.
´ Descripción del corpus.
> Registro Visual
107
> Contextualización: no es posible contextualizarlo en algún lugar concreto. Ya que el
dibujo enfrenta rubricas, no correlacionadas.
Por la intención contenida en la pregunta, podríamos pensar el texto (lugar donde está
contenida la respuesta)
como un conjunto universo, agrupado por un sintagma donde el autor se juega toda su
subjetividad en lo que para él aparece cómo real, por este conjunto universo atraviesa una
trama de subconjuntos, cuya unidad determina una posición respecto del otro (subconjunto),
existe una suerte de margen que tiene la capacidad de contener y dispersar intenciones y
proponer ordenes de sentido, dado por la capacidad de abstracción del autor, mismo que
propone una suerte de lectura orto-céntrica, desde allí alguno podría proponer que se
encuentra lo medular para entender el proceso de contextualización diríamos que abstracto
en este caso.
> Distribución espacial: El texto propone una lectura de tipo orto-céntrica. Este eje es el
que da sentido y relación a los otros elementos que lo circundan. El autor pone un enrejado
muy confuso de líneas y colores, cuya constitución, es partícipe del resto del texto, en
términos de color y orden, a mi juicio aparece constituyendo la desconstrucción del resto del
texto. Que parecieran ser siete emociones opináticas, aunque ninguna de ellas cobra un
lugar tan predominante que pudiera decirnos que es el elemento explicativo más importante
para el autor.
> Cantidad de elementos: 11 elementos diferentes y 8 conjuntos de significación
claramente definidos.
> Planos: Se trabaja un sólo plano en función a objetos bidimensionales.
> Procedimiento: Litografía, de trazo mixto. Trazos definidos, exceptuando un dibujo
centro-inferior que fue redefinido con el lápiz del mismo color. No presenta borrones ni
objetos sin terminar.
> Personajes:
a. personajes en torno a lo femenino sobre un mundo.
Las figuras contienen la representación de lo femenino, son personajes con trazos rojos
fluidos, fluctuantes entre nutridos y delgados, que comparten ciertos rasgos infantiles en
el trazado del pelo, en la simplificación de sus extremidades y en la ronda que forman
entre las cuatro. Entre ellas no parecieran existir tensión, no existen limites ni espacios
entren ellas, ni tampoco entre las mujeres y el mundo detrás de ellas. Este, de color
celeste para el mar y verde para la tierra, se relaciona solidariamente con ellas, se
entiende que las mujeres habitan ese lugar y que el estar tomada de manos les permite
abarcar el mismo espacio que ocupa el planeta en el papel.
b. elemento cilíndrico, extremo superior izquierda con la inscripción “política”.
Compuesta de trazo fino y firme de color morado. Es el único elemento en la
composición que tiene ese color. El autor traza una figura cilíndrica sin relleno sobre la
cual superpone un semicírculo de bordes ondulante que asemeja a una situación en
donde la lata pudo ser abierta como con destapador o cuchillo por las quiebres que dan
la sensación de ondas alrededor. Al interior del cilindro traza dos líneas horizontales
asemejando una etiqueta para poner el texto: “Política”, desde allí que en su capacidad
de personificación/ en su posibilidad discursiva, aparase un manejo de la ironía, la lata
aparentemente contiene política, pero por dentro esta vacía, y la zona que personifica de
la tapa tendría dos funciones, una tautológica, reafirmado que se trata de una lata, pero
por otro lado puede ser leída como el alo mágico, personificación, del brillo de lo nuevo y
bueno, entonces aparece allí un sin salida en una suerte de contra exposición.
c. Líneas ondulantes con rombos, extremo superior derecho.
Son tres líneas alineadas verticalmente con rombos en uno de sus extremos, de trazo
delgado y firme de color negro. Es el único subgrupo de elementos que tiene el color
negro en la composición. Se presenta como un ritmo ordenadamente alternado entre
líneas y rombos y que permite un correcto fluir de trayectorias. En términos de dicha
fluidez, contrasta fuertemente con el enrejado eje significativo, y guarda un orden
horizontal semejante sólo al de las cuatro mujeres tomadas de la mano. Este es el dibujo
que posee un mayor orden de abstracción, lo que dificulta toda posibilidad de
personificar, pero es posible determinar el evidente contraste entre ritmos de las líneas
dado por la posición de los rombos que son indicios de dirección, el “contracorriente” la
“contradicción”, por cierto hay una hegemonía respecto de la dirección, que es de
izquierda a derecha, dos de las tres líneas poseen la misma. Es curioso el orden mental
del tres como constitutivo de una representación de la pluralidad, en todo caso y en mi
108
opinión, lo constituyente del dibujo pasa por, el movimiento-velocidad y la confrontación
sin roces.
d. Objetos con rubricas de signo peso, extremo inferior izquierdo
De finos trazos color café se dibuja un rectángulo y cilindros con rayas horizontales a su
interior asemejando círculos apilados y círculos con signos peso. El rectángulo en forma
de billete tiene una mayor preponderancia que los cilindros y los círculos con signo $ y
se enfatiza en un espacio físico mayor en peso visual y en términos de estar en un plano
más alto verticalmente que los otros elementos. Estos elementos comparten el color
café, pero ninguno de los otros siete subgrupos tiene el color café en sus trazos ni
rellenos. el particular orden respecto de uno y otro objeto, detentan cierta organización
respecto del dinero, (por un lado aparece la torre de monedas y junto con esta la
muestra.
e. Pomo con texto “pomada política”. Extremo inferior centro.
Dibujo compuesto por dos figuras, una pirámide triangular asemejando el cuerpo de un
pomo de crema y una pirámide triangular de mucho menor dimensión con ángulos
cuadrados en forma de tapa, ambas trazadas y rellenas en azul con trazo fino y firme,
con sobre trazos azules en los contornos de las dos pirámides buscando un efecto de
tridimensionalidad. Dentro de la pirámide mayor el autor coloca el texto: “pomada
política” haciendo referencia al texto de la lata: “política” (otra vez el manejo la ironía en
torno al ser argumental) al y por tanto tensiona con dicho elemento. En su sumatoria
plantean un punto de conflicto que en términos cromáticos se relaciona con la situación
relacional entre las cuatro personas de trazo azul en la parte centro superior.
f. Enrejado de líneas y colores. Centro.
Una composición de forma similar a un rectángulo levemente en diagonal, compuesto de
una serie de trazos rectos y zigzagueantes apretados en conformidad de cuatro de los
colores usados en el general del dibujo: azul, amarillo, rojo y verde. Al estar el enrejado
en el centro de la plana tensiona su relación con el resto de los elementos que
parecieran configurarse en un anillo a su alrededor, buscando al mismo tiempo cargarse
simbólicamente del enrejado que les da sentido en el dibujo, como también explicar a
través del anillo distintos elementos constitutivos e identificables dentro de la
complejidad de las líneas del enrejado.
g. Tres figuras de personas. Centro izquierdo
De trazos firmes y definidos de color rojo, se presentan tres círculos asemejando
cabezas enfrentándose en un diálogo. Se nos muestra dos de ellas con dos puntos y
rayas oblicuas sobre ellos y un círculo deforme con líneas verticales en su interior
asemejando gestualidad de rabia y aparentes rasgos masculinos, el tercer cículo que
asemeja una cabeza en relación a las otra se traza sin gesto ni distinción de género, ni
edad en su reemplazo el autor dentro del trazo circular rellena trazos de lápiz rojo, en
vez.
h. Cuatro figuras de personas. Extremo superior, centro.
Se muestran trazos circulares de color azul, en donde sólo uno, el superior vertical, de
aparente características masculinas por las 8 líneas verticales por sobre el círculo
asemejando pelo, tiene una gestualidad incorporada mediante dos puntos y un círculo si
relleno en la parte inferior de ellos. Los otros tres círculos con relleno azul de trazo firme
y nutrido, alineados más abajo en horizontal, no aparentan tener gestualidad, pero si se
les relaciona con un remolino trazo color azul por sobre cada uno de los círculos.
> Color:
Se utilizan siete colores para la construcción del dibujo: azul, rojo, verde, café, amarillo,
morado y negro. Los colores que predominan en la composición son el rojo y el azul. Y el
que más destaca en el enrejado, eje de significación, es el verde.
>Texto:
Los textos presente funcionan hilando los elementos consigo mismos o con otros objetos
inmediatamente cercanos, y no pretenden formar un relato estrictamente uniformador ni
que en ningún momento refieren a una intención de titular la obra. Por ello se colocan
textos explicativos, de relevo en donde el autor busca manifestar su verdadera intención
sobre los objetos que muestra.
109
Bajo esta perspectiva, están presente tres tipos de textos en el dibujo: uno de carácter
gráfico de tres líneas diagonales con zetas en letras mayúsculas. Este texto cumple la
función de tensionar la relación entre el sujeto que habla y los tres que duermen en la
situación de cuatro sujetos de trazo azul.
El segundo texto ‘política” dentro de la lata de trazo morado busca significar y restringir la
lata a un campo de significación más específico realizando una translación de sentido
entre lata y política.
El tercer texto “pomada política”, cumple dos funciones: una explicativa y eufemística en
la medida que a través de la metáfora expresa una valoración encubierta hacia la política.
´ Nivel connotativo
El relato nos habla a través de una serie de elementos que buscan, por parte del autor,
darnos una perspectiva de lo que entiende por política. Para ello nos propone un elemento
central compuesto de todos los colores sobre los cuales construye el dibujo, que es parte y
porción, formando un enrejado que hablaría de una comprensión dificultosa o un
acercamiento no resuelto hacia la política. El autor nos manifiesta su confusión, y como
todos esos elementos dibujados, que son diferentes experiencias y situaciones, conviven en
ella generando una postura, en su relación con la política.
En los elementos, circundantes al enrejado, está claramente los temas que generan en el
autor una sensación de frustración, el manejo de la ironía, por ejemplo, se usa al
modo/relación que describiera Kikegard. Él dice que para los autores modernos la seriedad
más profunda se manifiesta a través de la ironía. El autor vivencia aspectos de la política que
en su análisis particular y posteriormente conjunto, nos pueden hacer entender las razones
de esa particular definición de política.
Los significados que conviven alrededor del concepto de política, entonces serían:
a) La política como intereses personales y una organización económica, (reflejado en los
elemento que tienen la capacidad de representar al dinero). El autor nos muestra no sólo
que hay individualidad en el ejercicio político, sino que hay beneficios materiales en su
vinculación con ella.
b) La política como “marketing político” a través del elemento pomada. Ella sabe que parte
de la política está asociada a la persuasión y en consecuencia a cierta “demagogia” que
resta credibilidad aunque atrae a una porción de personas que “compran” ese discurso que
como buena pomada sana las heridas, al menos retóricamente. Esta metáfora estaría
directamente relacionada con las sobre promesas y los planes de gobierno que no se
cumplen. La panacea y el vacío.
c) La política como comunidad y unión / inmadurez e ingenuidad, reflejada en el elemento
cuatro niñas tomadas de la mano frente a la tierra. En este dibujo el autor nos muestra que la
esencia de la política, acercando ya una definición, se relaciona con ese sentido de
fraternidad y protección que connota la ronda, la ronda de niñas, en donde las personas se
unen para protegerse, ser lúdicos y generar un afecto compartido, situación que se relaciona
directamente con la cualidad acogedora y nutritiva de la tierra. La ronda, de esta manera, es
una metáfora a la redonda tierra que las antecede. Hay en el autor entonces una concepción
de comunidad muy cercana a la matria, por ende a la política como convivir pero también
relacionada a una carga afectiva, a una intimidad emocional que guía y da sentido a la
política. Por otro lado, es posible asociar los sentimientos de inocencia e inmadurez frente a
una responsabilidad como lo es el destino del mundo.
d) La política compuesta por fluidez, e indiferencia, las corrientes en movimiento en dos
direcciones (elemento de ondas con rombos). El autor propone que la política es posible de
separar en trozos, en corrientes en donde se puede ver que cada parte no solo conlleva
movimiento sino que tiene una propia dirección, por ende la política no es algo estático ni
homogéneo, se compone de una pseudo-diversidad que es símil de la acción y la actividad,
del flujo propio de los climas sociales. Considerando, claro, que son sólo dos direcciones,
que son analogables a los dos bloques políticos más relevantes. No será posible manifestar
aquí una suerte de aporía que lleva a estos dos bloques distintos de si mismos a construir
un destino unívoco, y por tanto a un hombre unidimensional, en donde la diversidad, asegura
su existencia pero su rango de acción está limitado por los bloques y por tanto no reviste
ningún peligro para el otro.
e) La política como un objeto de consumo, que se adquiere como conserva (elemento lata),
110
con un contenido bien sellado, y que se mantiene fresco en esa condición o más bien
protegida, al estar abierta, refleja que la política hoy está también en gran parte al
descubierto. Interpretando en base al texto “política” en la etiqueta de la lata, podemos decir
que no sólo tiene la política un contenido irrelevante, sino que es un contenido también que
le es aburrido, fastidioso y vacío. Uno podría mirar este y otros encuentros del autor, pero
especialmente éste, desde la perspectiva del Efecto Pigmalión, donde hay una suerte de
lugar común que se va ampliando en los signos, pero que tiene el mismo nivel de
representación,
f) La política autoreferenciada. El elemento de la persona que habla frente a otras tres nos
relata una situación social común, en donde un sujeto de mayor poder, por encontrase arriba
de los otros, enarbola un discurso que si bien pretende ser una diálogo propio de la
comunicación masiva, se trasforma en un monologo en donde el discurso no logra acceder a
los oyentes que duermen y no escuchan las palabras que el supuestamente les dirige. Pero
en los cuatro personajes hay una situación de conformidad muy particular, hay un juego de
roles, en donde los que no escuchan aunque no lo hacen se mantienen como si lo hicieran y
el que habla aunque se sabe no escuchado sigue hablando como si alguien más que él lo
hiciera. La política sí no sólo sería incomunicación, sino habría un acuerdo implícito en
mantener esos roles sociales.
g) La política como confrontación. Representada en tres personas que discuten entre si pero
que pertenecen a la misma clase de personas, las tres están pintadas con el mismo tipo de
color y trazos, por ende son diferencias entre iguales. La cara que tiene relleno y no
facciones, en su ausencia de personificación, nos habla también de un disgusto asociado a
los muchos, porque el autor no nos muestra una persona identificable y por ende ese
personaje representa la sociedad, o en menor medida, un grupo grande de personas que
también se molesta en el enfrentamiento de los otros dos personajes.
Nuestro autor que no se representa directamente en el dibujo, si se asemeja al enrejado, en
donde expresa claramente posturas negativas hacia la política y reconoce, y por ende,
manifiesta su opción de sentirse no mayormente involucrado. El mantendría una posición
emocional de distancia, fluctuando entre estos distintos discursos y emociones.
´ Deconstrucción.
111
c.2 Análisis de dibujo \ 2
´ Descripción del corpus.
> Registro Visual.
112
> Personajes:
> Color: Se utilizan cinco colores para la construcción del dibujo: azul, negro, verde, rojo y
amarillo. Los colores que predominan en la composición son el azul y el negro. El azul es
usado para las formas estructurantes y los límites. El amarillo es el color del sol y el poder en
texto del autor, y el resto de colores representan diferentes relaciones con respecto a ese eje
de significación.
>Texto: Los textos son parte de la significación del relato. Ellos están cumpliendo una
función de anclaje con dos elementos específicos: con el sol como fin o impulsor del trayecto
de las figuras humanas, donde el autor pone el texto “poder”, y ante la parte inferior de la
estructura con forma de escalera como el texto “nada”. Las dos palabras están escritas es
letras imprentas, mayúsculas. La palabra poder está trazada con fuerza en trazo color azul y
con las letras ordenadas y alineadas entre ellas, y la palabra nada de trazo negro muestra
una escritura más suelta y desordenada.
´ Nivel connotativo
El autor en torno a política nos muestra un trayecto. Una escalera entre dos destinos, que
aquí corresponde a una escala que permite el ascenso a un nivel cercano al poder reflejado
por un sol. Es el mismo color azul el que en el poder, la escala y cierto nivel más bajo de
personas subiendo por la escala, delimita la mayoría de los elementos y en ese sentido
pareciera que la escalera, así como el contorno del poder tienen una naturaleza similar a las
personas. La escalera es una herramienta funcional construida por el mismo hombre. De
hecho las personas no sólo suben la estructura-escalera, dependen de ella, ya que si faltase,
el autor nos dice que quedarían en la “nada”, de hecho el mismo constructo de la escalera es
esencialmente frágil y cercano a la “nada” ya que es una escalera sin sustento, sin bases,
sin soportes. Hay aquí una suerte de descrédito al constructo que hace posible el argumento
de la escalera, desde allí el hombre en tanto especie que construye actos generativos, crea
las condiciones por las cuales se apodera del poder. La ambición aquí es clave para
entender lo que es la política como la estructura de ficción que hace posible llegar hasta el
poder.
113
Es posible que esta estructura entonces corresponda a una estructura social, a un tipo de
status quo, en donde cada sujeto o grupo de ellos, tiene una posición social que está en
movimiento. Por ende si la escala está construida por las mismas personas que la suben es
muy probable que el autor encuentre en este acto la esencia del sentido de la ciudadanía.
Como labor en conjunto en base a un objetivo.
Porque si bien pareciera que todos se dirigen al sol, al poder, la escala no tiene un peldaño
para acercarse, ella termina antes, por ende el sol más que el final del recorrido, parece ser
el impulsor a seguir un trayecto cuyo término el autor no muestra. La línea figural de las
personas se termina en una raya sin forma, como el final de Altazor, en un fonema visual, y
es posible decir que tanta cercanía al poder, también puede transformarse en un estado de
”nada”, que ella particularmente señala con ese texto a toda la zona donde no hay trazo ni
color. En ese sentido esta escalera no nos habla particularmente de un trayecto, en términos
de donde se parte y a donde llega, nos habla de un trayecto muy cercano a la concepción de
Virilio de ciudadanía, de entender ciudadanía como la organización de los trayectos de los
grupos, un trayecto que como el autor muestra no sólo da orden, sino que también vincula a
las personas bajo las lógicas de la estructuras sociales. Esta escala sin fin no es un objetivo,
es un proceso, y en la lentitud de los procesos es donde se produce la madurez y el
verdadero sentido del ser, el ser puede ser un tipo de trayecto de proximidad. Borges,
comenta en algunos de sus tratados de estética, que sólo es posible contar cuatro historias
en este mundo, como cuatro ciclos que se van generando y degenerando, en máscaras de
producción. A este respecto llama la atención de cómo el autor hace una suerte de guiño
sobre la tradición del Ícaro y Dédalo, que el deseo del hombre de ir al poder, la tentación por
sobre la advertencia, aún a riesgo de tener que encontrarse cara a cara con su condición de
simple ser humano. Ya que llegar al sol, implica quemarse.
´ Deconstrucción.
114
la misma naturaleza humana la que quiere delimitar al poder, contenerlo, hacia un
crecimiento, un ascenso que lleva ninguna parte, ya que poder que es al mismo tiempo
encanto y ruina y tiende a corromper a quienes están cerca de él. En este sentido la
estructura social es también un constructo en función de esa ambición, un medio que se
basa y se sustenta en aquellos que quieren llegar al poder pero sin embargo están tan
alejados de él que ni siquiera pueden sentirlo, pero trabajan duramente por él.
> Objeto: representación gráfica en respuesta al siguiente diálogo con el autor: ¿Qué es
para ti, en lo personal, la participación política?
115
(comenzando por signos fálicos, internet, de aprobación hasta signos sin contenido
interpretativo consensuado). Desde estas dos dimensiones el autor entrega
decodificadores suficientes como para obtener la contextualización “conferencia de
prensa”. En rigor el autor evidencia dos niveles desde donde realiza la comunicación en
el discurso, situando al político como quien enuncia distingue lo intra personal de lo
interpersonal, ya que no sólo incluye un diálogo entre político y medios, sino que
incorpora la voz íntima del político en el texto: “¿Cuánto ganaré? $”.
> Distribución espacial: El dibujo esta dispuesto en el lugar centro-superior de la página. El
sujeto denominado político está central en el eje que se forma entre “personaje humano
central” y “micrófonos”, por otro lado los textos y todos aquellos signos que dialogan
directamente con el lector están dispuesta en relación a una lógica clásica de
representación gráfica: textos intra personales por sobre la cabeza, referencias alrededor
del personaje central, etc.
> Cantidad de elementos: 5, entre estructuras y elementos diferentes.
> Planos: Se trabaja un sólo plano, plano medio (se muestran sólo cabeza y torso del
personaje central) en función a objetos bidimensionales.
> Personajes:
116
> Color: Se utilizan dos colores para la construcción del dibujo: morado y naranjo. El color
predominante es el morado que compone todos los elementos menos el círculo lateral con
texto “cuanto ganaré $” de color naranja.
> Texto: Los textos presentes son: 1. “cuanto ganaré $” - 2. “político” - 3. TVN, Mega,
13.
Los dos textos: “político” y “ TVN, Mega, 13” cumplen una función de anclaje que no
tienen otra función más que hilar los elementos consigo mismos o con otros objetos
inmediatamente cercanos, y no pretenden formar un relato estrictamente uniformador. El
texto: “cuanto ganaré $” es un texto intra personal bajo un recurso eufemístico por parte
del autor, para connotar que el sujeto que habla es un hombre en donde priman los
intereses personales entre lo que su boca habla y lo que su mente piensa.
´ Nivel connotativo
El autor nos relata una situación mediática para explicar su relación con la política. Esta es
una categoría particularmente relevante porque es la única que es conciente de la relación
entre política y medios de comunicación y sobre todo como quienes ejercen cargos públicos
los utilizan para cumplir el rol representativo que les compele.
El autor nos muestra un dibujo de color morado de trazo firme y fino en donde a través de un
hombre sin brazos ni extremidades inferiores, sólo cabeza y torso emite un discurso. Este
punto ya es atractivo en la medida en que la abstracción propia de la litografía, permite
ejercer la metonimia asumida de que los micrófonos a una altura inferior al torso del sujeto,
debieran tapar las extremidades inferiores, por ende el autor no las dibuja, pero no cae en
ese juego metonímico con respeto a los brazos. Los brazos no están presentes en el dibujo y
eso habla de inacción. Los brazos son simbólicamente conjunto a la manos, símbolos de
fuerza y práctica, con las extremidades superiores se hacen las cosas, con las manos se
concretiza, se hace, se elabora, el artesano, el escritor, las labores técnicas se trabajan
directamente con las manos.
En la medida que el autor nos muestra con el nombre de “político”, a un hombre que carece
de manos y brazos y enfatiza como elementos relevantes un torso y una cabeza sonriente,
nos habla no sólo de que tenemos a un personaje que no es fiel entre lo que dice y habla,
porque la sonrisa “siniestra” manifiesta de por sí una doble intención, si no que se nos
muestra un sujeto que piensa, argumenta, racionaliza con gran capacidad de análisis e
inteligentemente (la mentira requiere un doble esfuerzo que la verdad, aunque la verdad
también se inventa) pero que no actúa prácticamente con lo que piensa, argumenta y dice.
Es un sujeto inactivo, pasivo, que vive en sus propios pensamiento. Sin embargo el autor
nos da la respuesta a esa pasividad con el texto: “¿cuánto ganaré $”. El sujeto es pasivo
porque tiene intereses propios que priman sobre el discurso que manifiesta. Intereses que el
sujeto delata en un pensamiento en segundo plano, es un pensamiento íntimo, pero aunque
la gente que está viendo este discurso, no ve ese pensamiento que se presenta en un tono
naranja diferente al color de toda la escena, el autor da decodificadores de que ellos también
son conscientes del engaño ya que muestra al sujeto como un sujeto con una mirada
desafiante y una sonrisa que en los signos que presentan el dibujo acerca del discurso, se
devela engaño.
El rol de los tres micrófonos por bajo el torso del sujeto político, es en un primer nivel el de
darle una connotación mediática al discurso político que el sujeto ahí emite, se nos
presentan los tres canales más grandes a juicio del autor. TVN, Mega y Canal 13, que son
coincidentemente aquellos canales que por su tamaño y alcance cumplen un rol social de
unificación de contenido tratados a nivel país. Por ende el autor asume que ese discurso
disonante y contradictorio es conocido por todos y que sin embargo los medios quieren estar
ahí, aunque reconocer estar frente a un doble discurso, o al menos a un discurso no sincero.
A través de los micrófonos nos señala que la comunidad masiva es conciente de ese
rechazo también y por ende podemos asumir que no solamente él considera que esta
percepción se vive como engaño en su condición etaria, sino que lo ve como una percepción
que comparten múltiples actores en sociedad.
117
El discurso que emite son varios signos que en su conjunto reflejan un discurso político en
donde se toman una variedad de temas de aparente interés público, se nos muestra dentro
del círculo de diálogo un signo arroba(@) que nos puede hablar tanto de tecnología como
de modernidad del aparato público, un signo (&) que como signo de conjunción se refiere a
unidad, lazos y compromiso social, y luego los signos se desvirtúan en una serie de signos
simbólicamente indetectables, pero de clara connotaciones fálicas y de garabateos con el
lápiz que se mezclan con la palabra “bien”. El intento del autor de reflejar en un relato
descendente de una serie de signos desde la aprobación hasta rechazo, de verdad hasta
mentira, muestra su propio malestar con una política, que en sus personeros, se mal usa el
bien común y se enarbola como segundo argumento (&), cuando en realidad para el autor
ese bien común no es espejo de lo que las personas hacen de la política. Ya está presente
el tema de los brazos de la inacción y de los intereses personales en el texto “cuánto ganaré
$”, pero quisiera detenerme un poco en la emoción de rechazo que el autor muestra. En esa
emoción se esconde su propia disconformidad en relación a sus propias expectativas de lo
que debe ser y es vivir comunidad. Es el deber ser un factor importante en ese rechazo.
Para el autor hay una forma de vivir políticamente, de vivir en comunidad que no tienen no
se condice con lo que cierta gente hace con la política. El autor no sólo dice que el sujeto
tiene un doble discurso, ni que el sujeto miente, nos está diciendo que siente pesar en como
los llamados a hacerse cargo de los temas sociales (&) anteponen su egoísmo en esos
intereses, en una dicotomía en donde los temas sociales de vivir en comunidad y por ende,
la política, no puede trabajar con esa lógica. Eso se reafirma si pensamos que el autor
señala con un texto y una flecha que el sujeto que habla es un político y por ende enfatiza la
diferencia frente a la pregunta: ¿Qué significa para ti, en lo personal, la política”?, de que los
políticos son diferentes a la política, y que su relación con la política, su personal
entendimiento, no es precisamente el que refleja con esta situación, sino antes esos dos
signos @ y & que para el autor contienen el deber ser del sujeto ante la sociedad.
´ Deconstrucción.
Definición de política.
La política es un espacio de teatralización, con la capacidad de personificarse, en donde
los políticos utilizan el espacio mediático como escenario de su doble discurso, uno
explícito relacionado con la comunidad y los intereses sociales propios del espacio público,
y otro implícito que se maneja subterráneamente entorno a los interés personales, la
manipulación y la ambición.
La política también es de naturaleza racional, y más circunscrita a la esfera de la reflexión
que de las practicas concretas en el mundo material-social, por ello se vincularía
naturalmente a los medios de comunicación que tienen en si la capacidad de abstracción.
Esta pasividad de la abstracción etaria también estaría en función de la tener los énfasis
puestos en el propio interés más que en la acción concreta que requieren los temas sociales.
Sin embargo la política jugaría la lógica de tener un doble discurso que sigue siendo
legitimado por la opinión pública en una especie de efecto narcótico, a pesar de su
corrupción, en la medida en que la política tiene una presencia mediática que trabaja por
explicitar los intereses sociales.
118
c.4 Análisis de dibujo \ 4
´ Descripción del corpus.
> Registro Visual.
119
acaecido la condición de perdida.
> Color: Los colores utilizados son 4: café (tronco), rojo (manzanas), verde claro (follaje) y
morado (personas).
>Texto: Hay dos textos presentes: ”No no no puedo mentir”, “esto es compasión?”. Ambos
tienen una función informativa en donde el autor quiere expresarnos cuáles son las
personales opiniones de los personajes en torno a la situación que se desarrolla en
relación a los frutos.
´ Nivel connotativo
El dibujo relata una narración de situación. Es una escena en donde el autor nos cuenta a
través de tres elementos principales su personal encuentro con la política. Para él, hay en
ella un sentido de comunidad implícito en el acto de la convivencia entre personas, en donde
por diferentes razones es posible que algunos se encuentren en situaciones más favorecidas
que otros. En el dibujo se nos muestra dos personas de trazo morado que son personas
hechas de la misma materia, misma naturaleza, pero que por alguna circunstancia, una de
120
ellas se halla en una situación de desmedro y reclama la ayuda de su par. Quien no sólo
está en buena condición sino que tiene acceso fácil a la fruta por estar de pie y contar con
manos y dedos, condición del que el personaje recostado adolece y que lo hace pasivo e
inactivo en esa condición.
Por su parte el árbol es el centro del deseo, el representa la naturaleza, lo que nace
espontáneamente y lo que es de libre acceso. Las personas de trazo morado ansían sus
frutos y si bien ambos tienen libre disponibilidad de acceder a los frutos que el árbol da o que
la política da, en una situación de desventaja con uno en el suelo, es aquel parado quien
tiene mayor poder sobre el árbol y los frutos. Esa cualidad del sujeto de pie que el recostado
carece, le hace tener el rol no sólo de poder adquirir los frutos que necesite, sino de ser
quien pueda proveer a su par, de su misma condición humana, los frutos a los que no puede
acceder.
En la medida que el personaje de pie le es difícil reconocer que no pasará la fruta ya que el
también la desea y es también la única que está en su inmediato alcance, la persona
recostada reclama su disposición a través del texto: “esto es generosidad?”. Diálogo que el
personaje recostado no lo realiza directamente a la otra persona, lo realiza hacia los otros,
hacia los posibles lectores en forma interpelativa, no sólo por la pregunta abierta, sino
también por el globo de diálogo que contiene el texto de gran amplitud que nos habla de la
intención de ser escuchado. En base a esto podemos decir que es un texto que quiere ser
compartido, es una pregunta abierta a cualquier persona dentro o fuera de la escena que
pueda responderla o aquietarla. Por contraparte la persona de pie en relación a su globo de
texto: “no no no puedo mentir”, parece encontrarse en una duda personal que a través de un
globo de diálogo apretado y estrecho, pareciera sólo querer compartir consigo mismo: es
una confesión, una contradicción, entre un deseo personal que se ve amenazado por la
moral. Estos personajes representan una lucha de intereses entre el recostado que
representa el bien común y el levantado que representa los intereses propios.
El árbol es la bella metáfora para el autor de la política. La política es un árbol de tronco café
y follaje de espiral que podría referirnos a las bases de la política y su respectivo
funcionamiento, el tronco del árbol como metáfora de lo que el autor entiende por política,
habla de un tronco sin raíces visibles, pero si está compuesto en su interior por una figura
humana de piernas y brazo abiertos de trazo café que si bien se mimetiza como veta en el
tronco, nos habla de que la política tienen sus bases en las personas, las mismas que están
fuera del tronco sólo que la persona dentro del tronco es aquella que no sólo fundamenta
sino quien es responsable también de la estabilidad y flexibilidad del árbol y su follaje, la
persona o sus brazos entendidos parece guiar las ramas y al mismo tiempo abrazar y dar
sustento a los espirales frondosos, es decir, las personas son también quienes sustentan un
aparto político que si bien es uno solo, esta dividido en varias áreas de mayor o menor
relevancia así como más o menos grandes son los espirales y son mayor o en menor
medida fecundos, ya que no todas esas áreas o espirales, son capaces de generar frutos.
En ese contexto la copa del árbol está desprovista de manzanas. Esta es una metáfora muy
similar a la metáfora del árbol del bien y el mal, en donde la manzana representa el
conocimiento. En este caso si relacionamos la política con poder es claro el componente
mítico en el fruto. El fruto es el resultado de el esfuerzo humano por construir un apolítica
que pueda brindar bienes de libre acceso a toda la comunidad. La política tiene beneficios
concretos que a semejanza del árbol están a libre disposición de los habitantes, pero la
política así como la naturaleza no siempre es justa ante una situación de desmedro, en esa
situación donde el hombre fundado en su moral es quien suple esas oportunidades no
posibilitadas, así como la persona con el brazo extendido puede sacar un fruto, un resultado
y ofrecérselo a su par, en la política el político o aquel cerca de los objetos frutos de la
política tiene el rol de en su posición aventajada de libre acceso a esos bienes, accederlo a
quien no puede alcanzarlos por diversas circunstancias. En este contexto al autor es
conciente de que la política está ligada a la comunidad y por ende nos muestra cómo
rechaza el mal manejo político fuera de esa moralidad del bien común.
El follaje en espiral ciertamente habla de un política autoreferenciada son espirales,
semejantes a la locura, que crecen sobre si mismos, por ende la política para el autor no es
necesariamente representativa, si bien crece y se desarrolla y entrega manzanas, frutos,
resultados, no necesariamente es una política que en su aplicación busque concentrase con
algo más que si misma.
121
El acto político que describe el autor, plantea la traición como cualidad antropológica
profunda, que tiene que ver con la desilusión moderna donde toda empresa esta destinada
al fracaso, ya que quien puede alcanzar las manzanas, lo hace a riesgo de que sobrevenga
su verdadera naturaleza, el pensar en si antes que en el otro.
´ Deconstrucción.
Análisis de dibujo \ 5
´ Descripción del corpus.
> Registro Visual.
122
> Objeto: representación gráfica en respuesta al siguiente diálogo con el autor: ¿Qué es
para ti, en lo personal, la participación política?
> Contextualización: El dibujo cuenta con un elemento significativo que fue dispuesto solo
en el plano de la hoja. El elemento árbol no cuenta con otros objetos circundantes por
eso es un dibujo que se ha categorizado en una categoría de descontextualización. Si
bien es legitimo considerar que la ausencia de relaciones no implica una menor riqueza
en el dibujo, sino un énfasis en el único elemento dispuesto y en sus propios subgrupos
significativos.
´ Nivel connotativo
El autor nos muestra un dibujo compuesto de un sólo personaje, una abstracción de árbol de
gran tamaño que se forma de trazos simples y nutridos en base a un color negro.
Un primer encuentro con el árbol resalta las angulaciones geométricas entre las ramas y
tiende a plantear el relato como uno que nos expresa que la relación del autor con la política
puede ser algo estructurada en sus formas y de un encuentro desde un entendimiento
profundo del autor de cómo la política es, de su funcionamiento, pero no quizás tanto de su
origen ni toda la complejidad de sus alcances. De alguna manera es un árbol a la defensiva.
Esto incorpora sentido si consideramos que el autor no nos muestra raíces en el árbol, y al
realizar el dibujo esconde las puntas de las ramas finales hacia el lado izquierdo de la hoja,
dando a entender que hay una parte del follaje que no se ve en la hoja pero que existe.
Por ende el autor no nos ofrece elementos predicativos ni sustantivos explícitos, por donde
profundizar su entendimiento de política. Aunque la teoría del contexto de Van Dijk nos
permite entender que, en la ausencia, se puede presentar un modelo de contexto que nos
muestra al menos lo que es relevante para el autor. Aquí se intenciona, entonces, que el
contexto no tenga un rol significativo para el elemento árbol, para así enfatizar su rol
123
significativo y también una intencionada desvinculación de la política al entorno.
El árbol sin contexto, tendría sentido entonces por si mismo, la política reflejada en el árbol
podría hablarnos de que ella no requiere, según el autor, validación alguna para su
funcionar, de que es una herramienta con un aparataje lo suficientemente complejo y
consistente, (como árbol) para funcionar y también autoreplicarse. Funcionaria sólo y
también, no requeriría de mayores bases que sus propios contornos. Pensemos que aunque
el árbol está seco es un árbol que sigue creciendo y que sobrepasa los márgenes de la
plana. La autoreferencialidad que puede leerse en el des-contexto, como una forma de la
política, de mantenerse creciendo pero que no requiere necesariamente de otros elementos
más que ella misma para su desarrollo, es como una máquina que ya echada a andar no va
a detenerse. Podría inferirse que el autor tiene un descontento en la medida que sabe y es
conciente de que la política no se nutre de el sentido último de la gente, ya que el árbol es la
gran fuente nutritiva que aquí se castra, el árbol como política no es capaz de poder asistir a
las necesidades de su entorno, y incluso pareciera ignorarlo. Pero en este hecho se da una
doble cara porque no hay entorno que requiera de árbol. Por en de el autor puede sentir que
la gente ignora la política en una mutua indiferencia.
´ Deconstrucción.
Definición personal de política.
Política es un aparato complejo y sólido, de fuertes características racionales que lo fundan y
lo desarrollan en base a ideas. Por esa condición funciona como una estructura que está en
permanente crecimiento si bien es un constructo que no tiene nada que ofrecerle a la gente,
ni que nutre ni se relaciona con ella, en un acto de autoreferencialidad, que crece
conservando las propias estructuras. Esa actitud sin embargo no juega la lógica del poder
necesariamente, sino que es también u acto de defensa hacia un entorno social que parece
inexistente, en una especie de ciclo vicioso, en donde texto y contexto se han desvinculado
por la ausencia de sus correspondientes espacios de interacción.
124
Análisis de dibujo \ 6
´ Descripción del corpus.
> Registro Visual.
> Iconicidad: imagen en su grado de iconicidad corresponde a pictograma. Por tanto cuenta
con un grado de iconidad 4. La función de la imagen en base a la pregunta: ¿Qué significa
para ti, en lo personal, la política? es ser informativa, es decir, se busca que la persona (o
autor) pueda abstraer conceptualmente su opinión.
> Objeto: Representación gráfica en respuesta al siguiente diálogo con el autor: ¿Qué es
para ti, en lo personal, la participación política?
> Contextualización: El autor dispone en la imagen una cantidad de 6 elementos
relacionados entre sí, formando una oración visual bien compuesta en nominación y
predicado. El autor nos dice acerca de la pregunta: ¿Qué es para ti, en lo personal, la
política?, la siguiente respuesta visual: La política para mi es violencia. El contexto que el
autor nos entrega está en relación a esta respuesta que satisface incluso a un nivel
denotado su entendimiento de política. Plantea un escenario aparentemente urbano en dos
líneas oblicuas paralelas asemejando una calle en donde se sucede un acto de violencia
desproporcionado. Para darnos a entender bien este escenario, el autor, dispone los
siguientes elementos:
Un primer eje significativo compuesto de dos rectángulos en orientación vertical, que
contienen en su cara frontal cuatro cuadrados distribuidos de a dos y un rectángulo vertical,
rodeados de líneas curvas de color naranjo y rojo asemejando a departamentos en llamas.
Este eje lo relaciona con tres conjuntos de trazos en forma de personas, dos de ellas
armadas, que generan en centro de tensión del conflicto y con un rectángulo color morado
colindante al sujeto más a la derecha de la calle, donde incorpora el texto "HUANACO".
> Distribución espacial: El dibujo está construido en el centro del espacio ofrecido al autor. A
través del recurso de la metonimia, el autor muestra sólo algunos objetos que puedan
abstraer la situación de violencia desbordada que quiere representar y por tanto no ve
necesario ocupar toda la plana de la hoja con la narración visual. El dibujo se concentra en la
mitad inferior de la hoja y se distribuye armónicamente en su orientación horizontal.
>Cantidad: Se presentan 6 elementos (edificios, armas, personas, guanaco, calle y fuego)
distribuidos en 4 ejes de significación (edificios en llamas, personas armadas, fuerza pública
y vía pública).
> Planos: Se trabaja en un plano general en base a objetos bidimensionales.
125
>Procedimiento: Litografía de trazo mixto. Trazos bien definidos exceptuando la cara de
cada edificio.
> Personajes:
a. Rectángulos en forma de edificios
Se presentan dos rectángulos con puntos de fuga buscando un efecto de volumen, uno
al lado del otro y uno mayor en tamaño que el otro. Realizados en trazos de color
morado, la parte superior de ambos rectángulos tiene un diámetro mayor que la parte
inferior de ellos. En la parte frontal de cada rectángulo, en su interior, se han colocado 4
cuadrados alineados en par y un rectángulo de pequeña dimensión en la base
asemejando ventanas y puertas respectivamente. Los dos edificios hablan sociedad, de
calle, y de alguna manera de continuidad en este sentido. Es posible distinguir el color
del personaje central como parte de la misma continuidad.
b. Figuras de 3 personas.
Son tres conjuntos de trazos compuestos por un círculo semejante una cabeza y 5
trazos cortos formando una sensación de tronco y extremidades. Cada una de estas
figuras está trazada con distintos colores, siendo dos de ellas de color rojo y naranjo
respectivamente y la ubicada en el centro de la situación de trazo azul. El autor dota a
los tres personajes de decodificadores a través de círculos achatados y líneas oblicuas
que permiten pensar que se encuentran en una emoción de rabia, y que en el contexto
de responder las pregunta que se le hace a el autor, los tres personajes abandonan sus
conflictos un momento, como un tipo de tregua en donde se muestra que sin esa pausa
la persona en azul es la más vulnerable de los personajes. hay una distinción entre los
personajes que detentan las armas y los que no.
c. Rectángulo con la rubrica de “huanaco”.
Elemento rectangular de trazo azul fino y fluido sin relleno el cual se asemeja a un
furgón vehicular. Se ubica en relación al hombre armado ubicado hacia la derecha de la
plana y presenta dentro de si, el texto: "HUANACO".
d. La calle.
Líneas oblicuas paralelas de color café por sobre la cual se ubican y distribuyen el resto
de los elementos del dibujo. En el centro de ambas líneas se coloca una línea paralela a
ambas, de trazos entrecortados, asemejando a las líneas de continuidad que se usan en
las calles de tránsito vehicular permitiendo el adelantamiento de vehículos. Deja entre
ver una visión del espacio público, propio de la manifestación, no es un lugar para la
sociabilización, sino el lugar del conflicto.
e. Fuego.
Líneas curvas de colores cálidos: rojo y naranjo, que se ubican alrededor de los dos
rectángulos que asemejan edificios. Ellas se ubican en el mismo plano que los
rectángulos y asemejan rodearlos, así como también parecen salir de los cuadrados
interiores en forma de ventanas y puertas.
> Color: Se utilizan cinco colores: azul, morado, café, rojo, naranjo. Es importante el papel
que ellos cumplen, ya que en sus similitudes permiten definir, alianzas, desenlaces y
puntos de tensión dentro del dibujo.
> Texto: El texto presente "HUANACO", es decir, guanaco, cumple un rol de anclaje
específico al elemento rectangular sobre el cual se refiere. La intención de este texto no es
rotular la narración visual por completa, sino acotar el significado de los elementos, así
como asociar la fuerza policial a la escena en tránsito.
´ Nivel connotativo
El autor nos relata una situación con un relato completo en términos de personajes,
contextos, decoraciones, que nos permite situarnos fácilmente en una revuelta social. Para
ello nos muestra dos personas de una misma condición humana, de un mismo color, con el
mismo tipo de armas en una situación de enfrentamiento. En el centro coloca un tercer
personaje de color azul que comparte la misma naturaleza con los edificios posteriores a él,
por ende podemos decir que para el autor este tercer sujeto es un civil y uno de
los principales damnificados por la violencia.
Los otros dos personajes armados han dejado de apuntarle a este sujeto o de apuntarse a si
mismos. Claramente uno de ellos apunta al otro y el otro personaje con el arma baja puede
corresponder a un carabinero o algún miembro de la fuerza pública ya que junto a él hay un
126
carro policial con el texto "HUANACO" que por cercanía lo vincula con esa connotación
sobretodo porque el guanaco parece restar respaldándolo, esto es posible en la medida en
que al autor a través de tres colores quiere manifestarnos que las tres personas son de una
naturaleza diferente.
La totalidad del dibujo pareciera corresponder a una fotografía, a una pausa dentro del caos
que se detiene para aceptar la mirada de un nuevo interlocutor; en este caso para dar
respuesta a la pregunta: ¿Qué significa para ti, en lo personal, la política?. Es llamativo en
esta connotación como los personajes no se miran entre ellos, ni a un punto de conflicto
como los edificios en llamas o las armas del contrario, los personajes miran interpelando al
lector del dibujo, con un sentimiento profundo de desgano, la boca es particularmente
expresiva porque no asemeja ni rabia, ni tristeza, puede pertenecer perfectamente a una
emoción de frustración, en donde frente a la batalla que ellos emprenden, la pregunta
formulada no tiene ningún sentido sino que se siente ofensiva.
Por tanto el autor nos interpela haciéndonos ver, si no somos concientes de que la política
es lucha y confrontación de intereses dispersos, y que siente que eso hace un daño
profundo a la comunidad circundante reflejada en edificios en llamas y el sujeto azul, el
ciudadano. Porque aunque el guanaco con su chorro de agua puede apagar el fuego, no
lo apaga, porque la inmediatez del enfrentamiento de intereses choca claramente con una
ciudad que se devasta en formas improporcionadas, pero sigue no siendo el centro de
atención. Aquí por ende se manifestaría una sensación de que ni siquiera las fuerzas
públicas pueden solucionar ni amparar a la ciudadanía, pareciera que el autor se siente
impotente y frustrado ante ese desamparo.
Ahora bien la situación se asemeja mucho a una imagen, que habita en el imaginario común
de los chilenos, relativa a los acontecimientos del año 73 en el bombardeo al Palacio de La
Moneda, una Moneda en llamas como esos edificios, donde en el ataque metafóricamente
se dirige a un centro cívico que guarda en sí el poder otorgado por la ciudadanía. Los
edificios en llamas, donde viven civiles es una metáfora clara a esa falta de poder ciudadano
y a un quiebre por parte del autor de la instancias de representación e institucionalidad.
El fuego se presenta como elemento destructor de la ciudad, del domicilio de las habitantes,
porque el fuego a diferencia de otro tipo de destrucción tiene un simbolismo transmutador,
de transformación que nos habla de cambio social. En la naturaleza cuando un incendio
acontece, la tierra se hace fértil a través de la cenizas y la naturaleza puede renacer porque
siempre bajo el escombro hay semillas y nueva vida, es posible que el autor sea conciente
de que la revuelta con que asocia la política es también sinónimo de cambio, y que detrás de
esa aparente destrucción se esconde una regeneración que es posible, que reside en los
ciudadanos y que puede convertirse en la continuación del relato.
Ahora bien junto con la interpelación, hay un elemento central en el dibujo que es la calle. La
calle como lugar es donde no sólo se propician los trayectos que son contactos entre las
personas de una comunidad, la calle es el lugar donde los dos extremos, lo personal con lo
comunitario, se comunican en términos de Giannini, el domicilio con el trabajo y es el lugar
para la comunicación ciudadana. En este sentido, la calle que es ese espacio de diálogo
social, de encuentro, el autor lo ve alejada de toda comunión, no lo ve como un espacio de
conversación sino de enfrentamiento, quizás por eso será que el autor ante la petición de
retomar el diálogo en una entrevista, se negó a entregar sus datos y a retomar el diálogo.
´ Deconstrucción.
127
Análisis de dibujo \ 7
´ Descripción del corpus.
> Registro Visual.
> Iconicidad: imagen en su grado de iconicidad corresponde a pictograma. Por tanto cuenta
con un grado de iconidad 4. La función de la imagen en base a la pregunta: ¿Qué significa
para ti, en lo personal, la política? es ser informativa, es decir, se busca que la persona (o
autor) pueda abstraer conceptualmente su opinión.
> Objeto: Representación gráfica en respuesta al siguiente diálogo con el autor: ¿Qué es
para ti, en lo personal, la participación política?
> Contextualización: el autor dispone para hablar de la política, de una oración visual
compuesta por una bandera dividida en dos que forma el eje de significación sobre el cual se
construye el dibujo, el corazón en la parte superior cumple un rol predicativo ya que busca
profundizar en la apreciación del autor por sobre lo que sucede sobre el rectángulo
ondulante semejante a bandera.
> Distribución espacial: el dibujo es de muy pequeño tamaño y se ubica en el ángulo
superior derecho de la plana. El rectángulo ondulante en forma de bandera se ubica en un
lugar inferior al corazón dividido en dos. > Cantidad:: cuatro elementos agrupados en dos
ejes de significación, bandera con línea vertical y corazón partido en dos
> Planos: Se trabaja en un plano general en base a objetos bidimensionales.
> Procedimiento: Litografía de trazo mixto. Trazos bien definidos, no presenta borrones ni
remarcaciones.
> Personajes:
a. Bandera cruzada por línea vertical
Rectángulo ondulante de trazo firme sin relleno, verde claro, con una línea horizontal en la
mitad que cruza su interior, y una línea vertical en el extremo izquierdo superior del
rectángulo; en ese espacio se encuentra una estrella del mismo tipo de trazo, sin borrones ni
remarcaciones. Por sobre la bandera en la mitad en sentido vertical, el autor raya una línea
de trazo nutrido y cargada color verde claro desde arriba hacia abajo con una predominancia
del trazo en la parte inferior.
b. Línea figural semejante a corazón dividido en dos.
Forma acorazonada de trazo tenue y fluido en verde claro, que está dividido en dos partes,
para ello el autor coloca dos curvas frente a frente con trazos zigzagueantes. Una de las
formas está coloreada en su interior color verde claro, mientras en la otra se mantiene el
trazo sin relleno.
128
´ Nivel connotativo
La lectura del dibujo nos habla de la presencia de un doble conflicto en la narración, que son
dos tensiones con un mismo origen. Se nos muestra una bandera chilena dividida por una
línea vertical, semejante a la línea de un voto eleccionario. Este elemento divisorio
manifiesta elección pero también nos habla de división. Podría decirse que la autora siente
que el país representado en la bandera como símbolo patrio, se haya en una dicotomía
relacionada con cierto proceso de representatividad manifestado en la metáfora del voto. La
bandera dividida nos habla un país dividido, argumento cuya parece ser respondido
predicativamente en el corazón separado que se encuentra por sobre la bandera. Es un
corazón que es un nuevo punto de conflicto pero que no sólo habla de la división presente
en la bandera, sino que a través de una mitad con relleno y de otra mitad sin el, crea un símil
con la metáfora del blanco y negro, el ying y el yang (¿el bien y el mal?) nos habla de que el
país estaría dividido en dos partes que se confrontan en sus diferencias. Si bien son
partes un mismo corazón, de una misma naturaleza, se hacen diferentes en la división. La
analogía con el corazón nos hablaría más que de un país, de un concepto afectivo con la
comunidad en que el autor habita. Por ende la política es parte de la vida cotidiana, y el autor
la vive y es conciente de una división que a su juicio hiere el alma de país. Es interesante
notar como la línea vertical de trazo nutrido y fuerte se asemeja al color del corazón que está
relleno de color; eso nos habla de que la separación está ligada a esa mitad de chile que
parece ser la preponderante a nivel país. Es esa mitad izquierda la que la autora manifiesta
responsable de la división, o en otra medida podría ser la parte quien el sistema eleccionario
favorece, pero pareciera que el autor se siente representado por la mitad derecha, y asume
que es ella la que está más vinculada a la propia naturaleza del país. Hecho que podemos
leer ya la mitad derecha del corazón y la bandera, comparten el mismo tipo de color e
intensidad de trazos.
A pesar de que la autora concibe con la política como algo profundo y arraigado en su vivir,
incorporado en sus sentir y en la conformación de su personalidad, el tamaño del dibujo es
pequeño en relación a la amplitud total de la hoja. Pareciera que esta narración constituye
una parte íntima del autor, en donde el concibe a la política como un sentimiento que no
expresa con total confianza en sus relación con otros. Ello es posible si siente división, en
donde en el diálogo con sus pares puede encontrarse con posturas encontradas y ese
encuentro pareciera no serle del todo placentero, por lo que lo evita. Pero que en señales
como el corazón, el color verde claro y la conformidad con los simbolismos formales de la
patria, proponiendo espontáneamente un bandera, parece sentirse dentro de todo muy
cómodo con el concepto de política, con una postura abierta al diálogo, aunque cautelosa,
pero más que por sus propias contradicciones, lo expresa como un diálogo austero frente a
la respuesta de los otros frente a la política.
´ Deconstrucción.
129
Cuerpo 5 > Conclusiones
A> Conclusiones preliminares.
1. < Entrevistas en profundidad.
Todos aquellos conceptos que se propusieron definir como parte de la política resultaron
tener roles importantes para entender cómo los jóvenes comprenden la política desde su
propio punto de vista. En este sentido poder, política y comunidad son los ejes que funcionan
en todas las entrevistas como los lugares deseados y de rechazo entorno a la política.
a. Política.
Definición.
Es “todas” las prácticas y decisiones acerca de cómo hacer las cosas a nivel social, para
que exista orden, beneficios y soluciones, orientados a la comunidad.
en relación al poder.
El poder debe estar al servicio de los fines de la política, que siempre son sociales.
b. Poder.
Definición.
En relación sus fines. Adquisición material y el mandar.
en relación a la política.
La política da acceso al poder. Pero se realiza por intereses personales.
130
Sentido y fin último de la política. Manifestada en la vocación pública, en las acciones
concretas donde prima el bienestar de otros y todos.
Definiciones asociadas.
a. Agrupación, a través de los grupos de interés a través de la expresión de sus
demandas.
b. Ayuda social.
Estas actividades guardan lo concreto que la política necesita en confrontación a la
pasividad. La comunidad es el camino para participar en sociedad, pero “sin participar
políticamente”.
131
> Política, poder y comunidad
En relación a la triada política, poder y comunidad, puede definirse una forma ideal de
relación entre los tres elementos, así como sus usuales formas de vinculación.
Política Política
Esta relación es importante porque el discurso que se articula entorno a la política, desde los
entrevistados, reside en confrontar situaciones y prácticas negativas en base a este ideal de
política. Existe incluso en ellos una definición aún más estrecha, que considera a la política
igual a la sociedad, en donde política serían las personas, el país o la gente.
(poder≠comunidad)
Una de las relaciones existentes y generalizadas es aquella que considera que el fin de la
política es la comunidad, pero en donde el poder puede ser medio y fin de la política.
[Gráfico 2] En este juego el poder no lograría abarcar todo el quehacer de la política, por lo
que el poder como fin no anularía la presencia de la comunidad, pero si formaría parte de
prácticas que utilizan la política como forma de acceder a un poder que no desemboca en la
comunidad sino sobre si mismo.
La tercera relación es aquella en donde la política, así como la comunidad son medios para
el acceso al poder. [Gráfico 3] Cuando el poder, es el valor último en la política, ella se
desvirtuaría de una forma tal, que dejaría de ser entendida como un medio de ayuda social,
sino un medio de obtener poder para fines particulares que no se conducirían con el bien
público, sobretodo considerando la capacidad del poder de corromper y confundir. Esta
relación entorno a la política, involucraría el alejamiento voluntario e intencionado de la
juventud hacia la política y sus instancias: como la participación política, los partidos, y el
voto, ya que se asocia que participar de ellas es participar de una política que no es un
proyecto en si, sino un medio para favorecer un proyecto ajeno a lo social, ligado a lo
particular y a lo corrupto.
Cuando el joven reconoce esta relación, no vierte esperanzas sobre la política, ni se juega
su credibilidad en ella, porque se convierte en un terreno incierto dominado por los intereses
personales
En estas dos últimas relaciones [Gráfico 2 -3], en donde el poder se pone en forma parcial o
total como fin, plantea un tema muy importante en la casi general percepción de los
entrevistados, y es que la política ensucia.
132
> Política Ensucia
En donde existe la consideración que las prácticas políticas cuando se coordinan
bajo el poder como fin, y en donde la política es un medio de acceso a él, todo lo que
toque esa política, contamina la relación que tienen los ciudadanos con ella, ensucia
sus discursos, ensucia lo social, a la participación, las elecciones y a la misma
política, porque la sociedad evidenciaría que ella se utiliza como un medio para
objetivos personales, escindida de su propia naturaleza social.
Política
[Abstracción]
Sociedad
~ Gráfico 4 ~
133
a. Lo social como fin y origen de la política.
El nexo se produce en la medida en que se tiene la consideración que la política debe
dirigir sus prácticas a resolver los temas de carácter social, con prioridad a la discusión y
resolución de otros temas de carácter público, ya que la política no puede desarrollarse
mientras no se tenga un sustento básico a nivel social que permita concentrarse en los
asuntos de carácter colectivo.
Esta forma de asociar a la política con la sociedad, en base a la satisfacción de
necesidades básicas, se basa en un entendimiento de lo social asociado por los jóvenes,
más que a una definición cercana a sociedad, hacia una semejanza con la ayuda social,
que postergaría aspectos relativos a temas de planificación estatal, y desarrollo del
capital humano y cultural, porque consideraría niveles escalonados de realización, sobre
los cuales la política debiera ejercer su gestión.
134
a.3. Política como prácticas mundanas y poco transparentes
La política es un conjunto de prácticas concretas que tienden al conflicto y la mentira,
apremios que la sociedad reconoce, formando parte de sus lugares comunes hacia la
política, pero que sin embargo, permite, en un acto de somnolencia, en donde hacen que
están informados y participan, cuando en realidad no les interesa involucrarse en esas
prácticas que forman la política.
Tipificaciones
Representación de la política. Representación del joven frente a la política.
Doble discurso Conocedor y crítico.
Medio para el Poder. Conocedor y crítico.
Prácticas mundanas y poco Observador y crítico.
transparentes
División Implicado pero agotado frente a la división.
Enfrenamiento Afectado y ausente.
Autoreferencialidad Observador y conocedor de sus causas y lógicas.
Traición Desencantado frente a los actos de ambición.
Los jóvenes de la muestra asocian a la participación política con los siguientes aspectos, que
son ocho formas de comprender la participación política.
135
- a.3 Participación política como control.
La participación es una forma de controlar la gestión gubernamental, considerándola más
como un ente que observa y denuncia, por sobre su capacidad de modificar el escenario
político.
- a.4 Participación política como pertenencia.
Ella es un lugar que se compone de la opinión pública y del voto, como forma de demostrar y
ejercer esa cualidad de ser parte de un grupo humano.
- a.5. Participación política como cambio
La participación es una práctica que tiene la capacidad de proyectarse hacia al futuro,
construyendo nuevas experiencias. Pero al estar relacionada directamente con la política, se
hace infructuosa hasta que ella no vuelva a retomar lo social con meta.
- a.6. Participación política como opinión pública.
La participación política es parte de un proyecto mayor, sobre el cual la participación puede
ejercer control y hacerse cargo de las molestias que surgen entorno a la política creando,
mediante ella, una opción social creciente, que pueda reformular el escenario político.
- a.7. Participación política como despojo.
La participación política no presenta diferencias con la política, y ambas son actos que son
parte de los más bajo aspectos del ser humano.
- a.8. Participación política como conversación.
La participación política es un lugar de diálogo, donde se concreta un intercambio de ideas
que posibilitaría encontrar con los pares, ideales comunes que puedan ir mejorando la vida
social.
El significado de la participación política, entonces, varían de acuerdo:
a) del significado de la política para el sujeto
b) la capacidad otorgada a adquirir poder mediante la participación y,
c) la capacidad de los sujetos de modificar la realidad a través de ella.
Frente a estas percepciones, es posible delimitar en cada una de ella, cuál es la percepción
que los sujetos tienen de poder ejercer un rol, a través de la participación política.
El rol de los jóvenes de la muestra en la política, está supeditado a cuáles sean los objetivos
de la política. En la medida que ella sirva a otros objetivos que no sean lo social, el rol que
ven para si en la política y por tanto la participación, desmedra. En ese contexto, los sujetos
aunque reconocen en ellas una capacidad activa, concreta y modificadora en mayor o menor
medida, se abstraen de involucrarse mediante la participación política, que claramente
reconocen como aquella institucionalidad que los conecta con lo político, mayormente a
través del voto, pero también en acciones previas y complementarias a lo electoral: la
adquisición información política, el diálogo social y la opinión pública.
136
B> Conclusiones generales.
Comprender que sienten y qué expresan los jóvenes hacia su propio entendimiento de
política, es presumir una serie de afirmaciones que han dado guías a esta investigación.
Primero que existe una definición que es propia de la juventud y que difiere de las nociones
académicas o institucionales de política. Como plantea Oyarzún, definir política como definir
el arte, es un acto presuntuoso, sobretodo si consideramos la noción Pierciana, de que un
signo mediante el uso, puede adquirir nuevas connotaciones que pueden redefinir, en este
caso, el propio sentido de lo que Política es, en nuestro imaginario social.
Un segundo argumento presente es que la política no es algo que sólo se define, sino que es
un concepto que tiene la capacidad de cobrar materialidad en los sujetos, es decir, de ser
sentida y ser expresada. Pensemos por ejemplo, desde el habitus de Bordieu, cómo “algo”
se materializan corporalmente en las personas en formas de disposiciones en un proceso
dinámico, en donde ellas, como la expresión del habla, la argumentación y los énfasis, nos
hablan de cómo un concepto, en este caso la política, han sido apropiado por los jóvenes.
Esto se nutre con la propuesta de Diamela Eltit acerca de la capacidad del cuerpo de ser
susceptible a los discursos sociales y de que ellos puedan atravesarlo diseñando y
modelándolo. Es decir, aunque en la juventud se presuponga lejanía, hay discursos que se
traslucen en los sujetos.
137
A través de estos dos ámbitos sería posible generar una definición de política, y describir los
principales aspectos que se definen entorno a ella.
→ Totalidad
→ Suciedad
→ Doble Discurso y,
→ Contrato.
a.4. La convención.
138
La política para los jóvenes tiene implícita una forma de contrato que se visibiliza
mediante la representatividad. Estar bajo una forma de gobierno es adoptar un
consenso, que no necesariamente se expresa mediante un contrato escrito, pero del
cual los jóvenes como la sociedad serían parte mediante expresiones como el orden,
la aceptación y el cumplimiento de actividades de carácter normativo y administrativo
en torno a la ciudadanía y la convivencia. La máxima expresión de este contrato que
cada persona asume, es vista particularmente por aquellos jóvenes inscritos,
mediante el voto. Él es simbolizado como un contrato en donde ciudadanos eligen
representantes, y mediante esa elección particular que realizan a través de él, tienen
derecho a exigir un buen desempeño público. Desde aquí podemos pensar el origen
de una creencia que existe en algunos de ellos, y generalizadamente en los que sí
votan, de que: “Quien no vota, no tiene derecho a opinar”. Lo que valdría a decir, que
ellos no han establecido ningún contrato por el cual exigir una buena administración,
ni una adecuada representación, por alejarse voluntariamente, de esa instancia de
participación.
Independiente a esta distinción desde los inscritos en los registros, existe una
consideración general en todos los jóvenes, de que el hecho de participar en una
sociedad, de verse regido por normas y obligaciones, implica por si mismo, un
contrato entre ciudadanos y sistema político, que haría que los jóvenes generen
expectativas de administración y liderazgo, que al no cumplirse, haga que también
se ausenten de las instancias que puedan, para salirse de un contrato que bajo su
punto de vista, la parte hegemónica no cumple, y que por ende no están dispuestos
a seguir desde su propia iniciativa.
a. Primero que la valoran como una práctica necesaria, como un lugar en dónde tomar y
ejercer decisiones que supedita los intereses personales en pos de proyectos comunes
que tienden al bien de la sociedad en su conjunto.
b. La valoran como orden, es decir, una forma de controlar las distintas expresiones
políticas, y la tendencia en cada sujeto de querer adquirir poder en formas nocivas para el
resto de los ciudadanos. En este sentido el orden que le asignan a la política se relaciona
involuntariamente con esta concepción Hobbsiana de que existe cierta naturaleza humana
que tiende a la disputa y que sólo se controla mediante la promesa de un bienestar común,
a cargo de un poder superior lo suficientemente potente como el Estado.
c. La valoran como una práctica racional que resuelve conflictos y problemas sociales de
gran envergadura, pero también consideran que debiera estar presente en los problemas
cotidianos, lo que sería expresión y consecuencia, de la ausencia de soluciones a nivel
macrosocial. Así se produce una necesidad contraria a la capacidad real del Estado de
tener el tamaño necesario para poder ocuparse de los grandes y pequeños temas sociales
a la vez. Ya que se suele extrapolar lo privado hacia lo propiamente público, sobretodo
bajo la influencia de los medios de comunicación, creando una sensación de que el Estado
debiera abarcar tanto lo público, como lo privado.
d. La valoran como una práctica que debe ser concreta. Ello no excluye una esfera de
abstracción complementaria, ya que reconocen el componente ideológico que fundamenta
y sobre la cual se expresa la política; saben que ella se transa en ideas y discursos, pero
requieren de que exista una bajada práctica de esas planificaciones en las cuales la
política invierte tiempo y recursos. En este sentido, la práctica reflexiva, el debate, la
investigación entorno a la política y la sociedad, debe alejarse del simple ejercicio reflexivo
y debe orientarse en términos políticos, hacia la acción, hacia la implementación de
soluciones. Esta es una valoración propia de una realidad Latinoamérica imperante en
diversas necesidades sociales básicas, que no dan espacio a una exacerbada abstracción,
ya que las necesidades interpelan a la materialidad.
139
> Y cómo se sienten con ese entendimiento.
Desde la participación política y desde la clara ligazón que existe en los jóvenes entre
participación y referente político, se evidencia que hay una dicotomía entre el entendimiento
ideal y el entendimiento real acerca de la política, bajo el cual subsisten, todos aquellos
sentimientos de rechazo y crítica que podemos encontrar y considerar bajo lo que podemos
determinar: cómo se siente el joven frente su valoración de política.
Para comprender el cómo se sienten cuando se hablan de política, se hizo una recopilación
de textos, frases y emociones vertidas durante las herramientas de recolección que
podemos resumir de la siguiente manera.
Cuando el joven manifiesta aquellas emociones y palabras que hemos definido mediante las
entrevistas, los dibujos y los textos, por sobre la simple presencia de emociones enfrentadas
a la política, se hace presente un escenario clarificador, en donde la crítica que los jóvenes
realizan, siempre está dirigida hacia un ideal de política de elevado valor moral.
La política que anteponen y bajo la cual justifican sus críticas, es una política que es un
conjunto de prácticas que tiene como fin último, motivación y base, la sociedad, y el
bienestar conjunto. En donde el poder es una forma de compromiso, ya que a cierta gente se
le empodera para que puedan tener la capacidad de tomar decisiones en nombre de
muchos, pero siempre con el objetivo del beneficio general, de la construcción del país, de la
protección de las personas, y un buen vivir.
En este sentido el rechazo hacia la política actual, referente de la crítica y de los más
potentes sentimientos hacia la política, bajo esa noción de totalidad bajo la cual es
entendida, -que no diferencia, ni discrimina- se constituye como una estrategia de relación
entre jóvenes y sistema político, y el resto de los actores sociales, donde se generan
legitimidades entre los pares y en donde se pone en juego todo el caudal juvenil como
minoría y como categoría social en confrontación con un discurso y sistema hegemónico.
140
que se ponen en juego en la política, para detectar en cada uno de ellos funciones,
elementos discordantes y beneficios. Lo que podría hablarnos de la que la razón influye
dinámicamente en la emoción apaciguándola, pero igual dejándose caer con toda su fuerza,
cuando el joven vuelve a encontrarse con actos discordantes que son repetitivos y que
quieren normalizarse, u ocultarse de la vista pública, siendo que el joven reconoce clara y
perfectamente, los juegos retóricos en la política.
En este contexto, existe un clima juvenil que legitima la indiferencia política, como una forma
de resistencia, y que se argumenta en base a la pérdida de tiempo y el “para qué”, que nos
hablan claramente de una percepción de la infructuosidad del proyecto política para ellos.
Pero también de un clima de refugio, donde es posible expresar todos estos sentimientos de
rechazo con libertad y aceptación, cobrando y reclamando para si, la calidad moral que no
encuentran en la política, y revalorando sus expresiones particulares entorno a lo que si da
frutos, el ocio, el compartir con los pares, los proyectos personales, etc. Porque en este
contexto, hacer de ese sentimiento compartido de rechazo, un abanderamiento
explícitamente político, en ensuciarse, por lo que es mejor mantenerse en respetuosos
rangos marginales de no saber, de no decir, ya que como brillantemente propone Josefina
16
Ludmer, en relación a la supuesta candidez y humildad de Sor Juana , el silencio, o la
aparente ignorancia, es la treta del débil.
a>Definición de política
Finalmente podemos esgrimir una primera definición para política desde los jóvenes,
como: “Todas las prácticas y decisiones acerca de cómo hacer las cosas a nivel social,
para que exista orden, beneficios y soluciones, orientados a la comunidad. En donde el
poder debe estar al servicio de los fines de la política, que siempre son sociales.”
Esta definición definida así, rescata ese concepto de política sobre el cual el joven
confronta sus molestias. Es decir, cuando se dice con desdén y/o rabia que la política es
sucia, esa frase se carga de sentimiento sólo en la medida en que vive en mí la idea de
que la política debiera ser limpia. Por eso esta definición rescata el ideal de política, si bien
considera que existe y que es igualmente factible trabajar con una definición desde la
valoración actual de política, en donde podemos entender la como: “Una estructura y
juego de poder, en donde la comunidad es utilizada para ponerla al servicio de objetivos
e intereses personales.”
16
141
Poder
Comunidad Comunidad
Política Política
b> Escenificación
Como una forma de unificar la comprensión de los jóvenes acerca de la política, con
todos aquellos elementos que fueron puestos en análisis en el marco teórico y los
elementos propios de la investigación, se creó el siguiente mapa conceptual que nos
permite situar, desde la perspectiva juvenil de cómo ellos definen la política, puntos sobre
los que generan rechazo o afinidad, y desde donde podemos situar desde ésta
perspectiva, conceptos como anomia, mito, consumo, etc.
Comunidad Poder
(i)
Política
(Sistema Político)
(vii)
Medios de (iii) Poder (iv)
Comunicación
(ii)
Gráfico 5
142
En donde:
(i) Representa al poder como fin, en donde la política se usa como un medio de
empoderarse, mediante las elecciones y los cargos públicos obtenidos por la participación
política, para acceder al poder. En este punto es donde recaen las emociones de rechazo y
disgusto que expresan los jóvenes hacia la preponderancia del poder, la mentira, la
utilización, la manipulación, etc.
(ii) Se representa la anomia como forma de relación social, en donde el joven se aleja de la
política como medio de acceder simbólica y activamente a la sociedad, y lo hace mediante
vías alternativas como los distintos tipos de participación social que reconocen como un
valor: ayuda social, consumo, y vida social.
(iii) En este punto es posible reconocer donde tiene cabida la autoreferencialidad en la
política. Ella consistiría en un proceso truncado, desde la participación política hacia la
comunidad, en donde la participación política sirve para acceder a un poder que sólo sirve
para mantener la legitimidad (iv) de la política dentro del sistema, sin que este poder permita
llegar al joven a través de la representación, y sin que tampoco tenga un efecto en la
realidad de la comunidad.
(v) Representa la no participación, la participación que el joven cohíbe cuando considera que
el poder es el fin de su participación política y de toda la posible cadena de relación hasta
poder conectar a los jóvenes con la comunidad mediante la política. En este punto es donde
se daría el quiebre mito-rito, en la medida que el joven se desvincula de la política y la
democracia como mito, a través del ejercicio de los ritos que le brindan continuidad y
sentido, como la inscripción y el voto.
(vi) Representa los puntos de unión entre lo social y lo político. Es una constante en la
juventud extrapolar su participación, desde la política a lo social, como una forma igualmente
legitima de contactarse con la sociedad y de expresar un interés real en los temas de
carácter público, generando nuevos tipos de ritualización en bajo a nuevos mitos, o nuevos
relatos de sentido, como el consumo, el individualismo, la solidaridad, entre muchos.
(vii) Refiere al lugar en donde los medios de comunicación pueden ser un lugar para el
empoderamiento que el joven no logra mediante la política. Este fenómeno que se denomina
como los nuevos espacios democráticos, propios de la representación postsocial, tendría la
capacidad de generar un espacio de diálogo que sirve a la política y a la comunidad en igual
medida, para generar canales de comunicación y respuesta, que el joven valoraría por su
cercanía y conocimiento como generación, de los medios de comunicación social.
En este contexto es posible evidenciar cómo la política se ennoblece en la medida que está
relacionada con la sociedad. La participación social tiene una alta valoración en la juventud y
entre los actores sociales, lo que posibilitaría mediante ella, revincular el proyecto político
que se pierde bajo las prácticas nocivas en la cotidianeidad política. Estas actividades
sociales guardan para la juventud, lo concreto que la política necesita en confrontación a la
pasividad ante las contingencias sociales.
Inclusive, existe como planteábamos con anterioridad, en la valoración juvenil, una
asociación que tiene a confundir lo social con lo político. En donde se evidencia la pérdida de
los límites entre lo público y lo privado, ya que los medios de comunicación al hacer públicos
casos particulares exigiendo ayuda estatal, hacen difusos los límites entre las injerencias
reales del Estado. De esta manera un conflicto social, que se lleva a lo público, se
transforma en conflicto político, situación que enfatiza la necesidad juvenil de ver en la
política, actos sociales concretos y multidimensionales que revaloren su existencia, y
legitimidad social.
143
investigación, el componente emocional (sobretodo de rechazo) es una constante en los
entrevistados inscritos y en los que no.
144
Cuerpo 6 > Propuesta comunicacional
Introducción
El producto final de esta investigación consiste en una propuesta de
comunicación, en donde en base a la investigación previa, podamos
plantear nuevos encuentros de diálogo entre juventud y política. Este
es un territorio importante en el desarrollo de la investigación, porque
la motivación que guía a introducirse en el fondo de los argumentos
juveniles, es el tanteo de la capacidad de encontrar en la
Comunicación Social y Estratégica, sobretodo en la publicidad,
herramientas lo suficientemente capaces de organizar las
complejidades de los fenómenos sociales, como para poder identificar
lugares de entendimiento en donde los discursos pueden salir de
estados contradictorios y vincularse en diálogo social. De esta
manera, la siguiente propuesta es resultado de un diagnóstico a
potenciales puntos de negociación, pero que desde la comunicación,
son abordados como instancias de diálogo, en donde cada discurso
potencial, es una posible estrategia comunicacional para revincular
Juventud y Política.
145
De esta manera, la propuesta se ha dividido en dos cuerpos:
Uno de planificación estratégica, que involucra toda la amplitud de
conceptos, teorías y conclusiones puestas en desarrollo durante la
investigación, que busca detectar los nuevos puntos de diálogo, así
como los argumentos que deben considerar en el diálogo. Y un
segundo cuerpo, consistente en lineamientos comunicacionales
estratégicos básicos, que establecen pautas y líneas de acción que
pueden ser retomados para futuras acciones entorno a la construcción
de una relación en constante diálogo entre Juventud y Política.
En una primera instancia puede sonar evidente que el diálogo entre Juventud y Política
requiera crear un consenso entre las diferentes definiciones en juego, pero no es una
constante, sobretodo en políticas públicas, ni en estrategias estatales, dimensionar la
velocidad con que el lenguaje es modificado por el uso, ni las nuevas connotaciones que
éste va adquiriendo socialmente.
146
Entender e incorporar estas nociones ciudadanas adolecidas, desde una mirada institucional
lo suficientemente amplia, es un paso para poder darle a la palabra “política” nuevos
significados adaptados a nuevas realidades, que permitan incorporar dichas críticas como
hechos acotados a prácticas particulares, que no debieran ser extrapolados necesariamente
al significado de un sistema político en constante construcción y que requiere de la
ciudadanía para la mantención del propio sistema democrático. Por el contrario, el no
reconocer las connotaciones negativas en la definición de política Juvenil, sólo logra
consolidar un concepto que podemos denominar “el monólogo institucional”, como aquel
discurso hegemónico que sale, desde y hacia si mismo, sin generar instancias donde el
discurso pueda cambiar, en bases a los requisitos del otro interlocutor en “supuesto” diálogo.
Con estas bases que nos muestran a una juventud en tránsito, es decir, en una categoría
como proceso, más que con límites definidos, la juventud como categoría política, es un
proyecto pendiente mediante la ausencia de una identidad definida sobre la cual transar
sus demandas e intereses. Incluso considerando que la multiplicidad de sus identidades
como juventudes, es ya una posible forma de identificación y diferenciación de las otras
categorías sociales. Porque en el amplio espectro que ella les permite, la multiplicidad
como característica esencial, permite que la propia categoría se siga desarrollando bajo un
constante dinamismo.
En este sentido, la participación en política, no se mueve como bloque, sino más bien
atomizadamente, y en donde respecto, estrictamente, a la participación política electoral
como sustento del sistema democrático, independientemente a otras valiosas formas de
participación de carácter político –es decir, acerca de la administración de poder-, se pueden
distinguir tres categorías identificables de personas, que constituirían en su conjunto, la
identidad que la juventud negocia en términos políticos:
147
Sociedad
Exigir y plantear
demandas.
Contrato
Sistema político
Deslegitimación
como categoría
política.
Contrato Ø
Exigir y plantear
demandas. Juventud
>> La gran diferencia que permite la investigación cualitativa por sobre la investigación
cuantitativa en este contexto, es poder profundizar como se ha representado en el
gráfico, acerca de un lugar común entorno a la participación política juvenil, y
particularmente el voto, como forma de expresar la ligazón del joven con la política.
De esta manera, si bien se pudo detectar en la investigación, que los jóvenes de la
muestra relacionan en una gran proporción al voto como la gran forma de participación
política, se evidenciaron en torno al voto, nuevas puntas de análisis y comprensión
como:
- Una discriminación recíproca entre las juventudes que están inscritas en los
registros electorales hacia las que no están inscritas en los registros
electorales.
- La presencia de una legitimación fuerte entre los pares en el grupo de los
no inscritos, para permanecer en estados de alejamiento en torno al voto, y
mayormente “la política”.
- La calidad de contrato que se le otorga al voto, con todas sus posteriores
implicancias sociales, de mantención y ruptura.
Para entender esta conceptualización gráfica hay que tener en cuenta un punto que sale
desde la propia muestra juvenil, y es que el voto es una forma de contrato, que permite exigir
demandas, en base a una sucesión de poder que se entrega a los representantes, o clase
política. Existe en la propia definición juvenil de política, sobretodo, en esa distinción
entre política ideal y real, un concepto que se maneja implícita y transversalmente en las
diferentes muestras, y es el sentido de contrato, en donde a través del voto se ejerce un
contrato explicito entre persona y Gobierno, en donde el sujeto entrega su cuota de
poder, a cambio de una representatividad que vele por sus intereses y los de la comunidad
en que se inserta.
Esto es relevante porque aquellas partes que se escinden por distintas razones de este
“contrato”, generan en el resto de los actores en sociedad, un sentimiento de compromiso
roto, que es también el que genera un quiebre entre aquellos jóvenes que indiferente a sus
molestias con el sistema político, participan. Ellos critican duramente a aquellos que no se
involucran en la política, ya que ser parte de la política, es un contrato al que todos los
ciudadanos, pensando en el bien común del que abogan, debieran respetar. Alejarse
entonces, es una ruptura entre ciudadanos, con el trato implícito que versa sobre la misma
comunidad, y una imposibilidad de ejercer un contrato, con sus derechos y obligaciones
mediante el voto, como base del sistema representativo.
148
En este sentido, aquellos que no participan, se sitúan en una situación de expectativa
usualmente crítica o de simple alienación, en donde como espectadores evidencian
constantes rupturas en ese contrato del que los que participan refieren, en esa relación
representantes-representados, por lo que terminan manteniéndose al margen, también en
base a esta fuerte creencia de que la política ensucia todo lo que toca, como esta forma de
traición que se da entre los distintos actores que participan en ella.
Generalmente, la política no tiene mucho sentido por si misma, ella es vista como una
totalidad de prácticas preponderantemente de baja calidad moral, en donde priman el poder
y los intereses personales dirigidos al poder. De hecho quienes reconocen en ella beneficios
y cercanía, le reconocen como una herramienta que tiene la capacidad de generar
soluciones, no un fin en si mismo, por lo que podemos decir que la apertura de la relación
entre juventud y política es posible mediante la interacción de nuevos elementos de
discusión en donde la política pueda enfatizarse como un medio, no como un fin cerrado
sobre si mismo, es decir en autoreferencialidad.
En este preciso sentido, la comunidad como nuevo elemento propuesto desde los jóvenes,
reordena, el rol que juegan los individuos y la política en sociedad, evidenciando cuales
son los choques discursivos que desde el discurso institucional se nombran como abulia,
desinterés y subpolítica. Cuando el joven incorpora el concepto de comunidad como fin,
plantea que existen varios caminos por los cuales puede acceder a la comunidad, en donde
el rol de la política, desde su participación individual, es sólo una de esas vías.
a) que la juventud estaría moldeada por un contexto social y bajo los objetivos de un
modelo sociopolítico imperante, que le da forma a sus formas de relación, y a sus
propios discursos acerca de la realidad.
En este sentido un contexto social, que en base a un sistema neoliberal de mercado,
propone el individualismo en un valor, no propicia en gran medida lo público, o lo
político como una alternativa más posible, que los actos personales.
b) que la relación que el joven tiene con la política es una relación de poder.
Cuando entendemos la relación de juventud política como una relación de poder, es
posible entender la desvinculación y expresiones como el anarquismo, como
149
procesos naturales de choque producto de que los jóvenes no pueden adquirir las
cuotas de poder necesarias para desenvolverse con soltura en sociedad. Por lo que
una estrategia de re vinculación entre Juventud y Política, siempre deberá
considerar, conjunto a un fortalecimiento del individuo y la ciudadanía como forma de
cohesión social y profundización de la democracia, soltar grados de poder en donde
los jóvenes puedan “decidir y hacer” concretamente en sociedad.
Ello implica entender a los jóvenes como sujetos (participes - activos) de las políticas
sociales, más que objetos (receptores - pasivos) de esas políticas.
Estas dos ideas presentarían dos riesgos para las propias pretensiones de comunidad que
manifiestan los jóvenes, primero no reconocer que la ayuda social es un acto conjunto a la
participación política, un acto ciudadano solidario de gran valor, pero que no puede excluir la
existencia de espacios que requieren de una discusión pública de carácter netamente
político, en los que ellos deben involucrase para decidir entorno a l bien común, no desde lo
concreto, sino desde las grandes decisiones a nivel país.
En el actual contexto, las instancias de diálogo entre juventud y política, tienen un flujo
recatado y alterno. Es decir, quien toma guía de la comunicación, es quien impone su
discurso en torno a lo que es la política y cuál es el rol que la juventud debe adoptar en ella.
150
>Problema del contexto comunicacional
En este sentido podemos encontrar posibles juegos entre emisor y receptor, en donde para
el contexto de una campaña de diálogo Juventud-Política, es preferible que el emisor se
descontextualice del Gobierno, para no crear en la juventud una nueva sensación de
utilización o de manejo retórico, considerando que ellos son totalmente capaces de
distinguir las dobles intenciones que pueden ser leídas en una campaña de diálogo,
sobretodo bajo el prejuicio de que la política utiliza a las personas para velar por si misma y
su mantención en el poder. A esto nos referimos con el problema del contexto
comunicacional en donde el lugar de la emisión del discurso persuasivo, tiene sino tanta
importancia como el mismo mensaje en comunicación.
151
4. Nuevos Puntos de diálogo.
Desde la comunicación estratégica y la publicidad, se considera que cada mensaje que se
comunica para que logre motivar conductas o bien generar afectos, debe ir acompañados de
un beneficio tácito o explícito.
Puntos de unión
Juventud Beneficio Énfasis Discurso a Objetivo político
comunicacional. trabajar comunicacional
1 Integrarse a la Control, y Participación Desvincular a la
participación política fiscalización del política juvenil política de ser
permite controlar poder. un medio para
que el poder sea que algunos
utilizado como adquieran
medio y no como un poder personal.
fin.
2 Involucrase con la La comunidad Comunidad Revalorización
política es atender y necesita de la necesidad
decidir sobre los acciones de la existencia
grandes temas de la concretas, de y utilidad de “la
comunidad. ayuda social, política”.
pero también
acciones a gran
escala, de
carácter político
3 Que al firmarse (el Como contrato Elecciones Mantención del
voto se firma) sistema
permite exigir el democrático
cumplimiento de
demandas
4 Asociar el voto a un Es un acto Voto Revalorizar a lo
acto concreto hacia Concreto político a
la sociedad niveles
asemejándolo a la cercanos a lo
connotación de la social.
ayuda social.
5 Donde la juventud Es un Rito Voto Mantención del
juzga y decide en necesario sistema
función de la buena democrático
o mala gestión de
un gobierno
6 Dar cabida a los Espacio libre de Cultura Espacio para
pequeños relatos, a crítica política. generar
la riqueza cultural discusión y
en el discurso educación para
político que los jóvenes
hegemónico. puedan
diferenciar
racionalmente
los elementos
152
de la política,
sin sospechar
del contexto
comunicacional.
7 La participación No dejarse Participación Evidenciar real
activa es una forma gobernar por juvenil transparencia
de limpiar “la quien ensucia la en el gobierno y
política”° mediante política en la gestión
la critica, la estatal, como
remoción y la tema clave del
puesta de sujetos mal
en cargos de poder. posicionamiento
de “la política”°.
8 Una forma de La política es un Política como Romper la
canalizar los deseos medio para Medio autoreferenciali
de participación servir a la dad de la
social. comunidad política.
(°) El uso de “la política” es para distinguir que se está utilizando la percepción juvenil de la muestra, de política
como totalidad de prácticas y conceptos.
Estos ocho puntos de diálogo definidos para ser material de trabajo, para la
comunicación política y social, son además la expresión conceptualizada de todos
aquellos tránsitos sobre los cuales versó concretamente esta investigación. Si bien
no era nuestro objetivo general, se han encontrado y propuesto varias formas de
resignificar y renegociar la participación política mediante el voto, sobre
argumentos innovadores para la historicidad de comunicación entorno a la
inscripción electoral.
Por otros rumbos, se evidencia un posible camino de reunión entre juventud y política,
mediante un punto de mucha fineza comunicacional: reforzando la idea de contrato, no sólo
en el voto, sino hacia la política y la representatividad. De la misma manera, como se
proponía desde el marco teórico, el énfasis de participar en política como una forma de
mantener los valores democráticos, es también un nuevo argumento en juego mediante la
dualidad rito-mito que puede reforzar los actuales ritos eleccionarios, como proponer,
mediante el sincretismo político, nuevas formas de ritualidad que permitan ir refrescando con
periocidad la necesidad de hacer reaparecer el mito democrático y la política.
153
Cuerpo 2>> Lineamientos Comunicacionales Estratégicos
Bajo este modelo de fuerte influencia publicitaria, es posible generar una estrategia que
desde la propia percepción juvenil, nos permita romper el prototipo de campaña de fomento
de la participación política que es valorado desde el discurso tradicional como apatía o
desinterés.
154
mismos niveles, país. controlar el ejercicio
que los hechos - La consideración político.
históricos, o de que participar - Arraigada
acontecimientos políticamente, es consideración de - Proponer que la
políticamente una forma de que la política juventud puede
aislados. cambiar la política. ensucia todo lo que limpiar la política,
toca. con su participación
en lo político, no
- Fortalecimiento desde su
entre los pares hacia alejamiento.
la no participación
política.
<< Problematización 1
<< Problematización 2
155
El joven es reactivo y rechaza la utilización de su ideal de política, por lo que la construcción
de un posicionamiento deberá reconocer la posibilidad de plantearse desde una connotación
lo suficientemente real [incluso negativa], como para que el joven se sienta identificado con
su propia definición objetiva de política. Es decir, salir del monólogo institucional que no
reconoce sus falencias, es la primera condición que los jóvenes proponen, para volver a ser
sujetos susceptibles a los discursos políticos.
156
En este sentido, se recomienda la disposición de estrategias en fases ordenadas
prioritariamente, compuestas por:
b. Educación cívica.
Se requiere de un trabajo cívico pendiente donde la juventud pueda tener mayor información
y entendimiento de los elementos que se ponen en relación a la política, para que puedan
discriminar los alcances de aquellas prácticas que les genera rechazo, y puedan ir
desarrollando una definición de política que pueda ser transada socialmente.
Ello, porque la suciedad como concepto, abre un punto de diálogo, donde el joven tiene
mucho que decir, y por tanto es un discurso que si está lo suficientemente contenido y
dirigido hacia nuevas proposiciones de integración, puede ser uno de los discursos más
negociables, en términos de la Juventud y la Política.
* Hay varias tácticas fuera de los medios masivos, en este sentido, que pueden conjugarse
para obtener un impacto lo más elaborado posible, hacia la Juventud. Sólo para ejemplificar
como pueden potenciarse distintos tipos de tácticas, algunas ideas posibles bajo un
concepto creativo como: “la política se ensucia” pueden ser:
> Creación de exposiciones artísticas con una mirada crítica entorno a la suciedad y
la política. En donde mediante el arte como contexto se presentes diversas miradas
que hagan de la política un concepto entendible y compuesto de varias áreas
identificables.
157
> A este propósito, también pueden realizarse exposiciones temáticas de creaciones
realizadas por artistas reconocidos, cómo enfocar cada exposición a la resolución de
una debilidad o amenaza comunicacional.
Por ejemplo, en otro contexto, si queremos connotar a la participación electoral como
un acto más concreto que la ayuda social, de puede crear una instalación, que
muestre en comparación la imagen de un voto entrando a una urna, favoreciendo a
una política de pensiones asistenciales, v/s, una moneda de 100 pesos entrando en
una lata de donativos.
> Creación de una página Web de campaña, que incorpore mediante juegos,
actividades que le permitan al usuario ir discriminando entre lo que ensucia y lo que
no, así como también incorporar un Juego de Roles, de tono lúdico, en donde el
navegante pueda ponerse en una situación de poder político, pudiendo tomar y
rechazar decisiones, evidenciando sus posibles efectos y consecuencias. De esta
manera, la política deja de ser algo incomprensible, y se hace una práctica humana,
más cercana a las decisiones que los mismos jóvenes pueden tomar en la
cotidianeidad, o través de la opinión pública. Incrementando de esta manera, su
propio valor como un agente político activo.
158