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A) SINUSITIS.
1- CONCEPTO
Es la inflamación de la mucosa los senos paranasales, generalmente secundaria a una
infección viral (resfriado común).
La sinusitis rara vez afecta a un solo seno y el concepto se ha sustituido por el concepto
de rinosinusitis.
2- HISTOLOGÍA Y FISIOLOGÍA
La mucosa sinusal es de tipo respiratorio (epitelio columnar, ciliado,
pseudoestratificado) pero más fina, con menos glándulas y menos vascularizada que el
resto del epitelio respiratorio.
El drenaje de los senos está favorecido por el movimiento de los cilios y la gravedad
que conducen el moco y detritus hacia los ostium de drenaje y de allí a la las fosas y
nasofaringe. En el caso del seno maxilar o el esfenoidal el drenaje se realiza de forma
activa (antigravitatorio) hacia el ostium al estar este situado a un nivel superior al del
seno.
3- PATOGENIA
Para comprender la enfermedad sinusal hay que tener conocimiento de la patofisiología
básica de los senos. Los tres factores esenciales para el normal funcionamiento de los
senos paranasales son la permeabilidad del ostium, el funcionamiento ciliar y la calidad
de las secreciones nasales glandulares.
Los cilios requieren de un medio fluido para batir y funcionar con normalidad. El
conocimiento de los factores que alteran el transporte mucociliar es fundamental para la
comprensión y manejo eficaz del paciente con sinusitis.
Es importante determinar la existencia de factores locales, regionales o sistémicos
precipitantes.
El factor patogenético más importante en la sinusitis es el edema o inflamación de la
mucosa (sobre todo en la proximidad de los ostia sinusales), siendo la causa más
frecuente la infección vírica. La obstrucción del ostium origina hipooxigenación del
seno, y disfunción ciliar, con lo que el manto mucoso se altera. Los factores de
resistencia locales del huésped disminuyen. Como resultado de la obstrucción las
secreciones sinusales se retienen. Aumenta incialmente la presión sinusal seguida de una
presión negativa como resultado de la hipoxia. El cambio en la calidad de las
secreciones proporciona un medio de cultivo excelente para el crecimiento bacteriano.
La contiguidad del epitelio nasal es el responsable de la participación sinusal en las
infecciones del tracto respiratorio superior.
Así pues, la patogénesis sería:
Hipoxia → Disfunción ciliar→ Aumento en la viscosidad secreciones → Retención
secreciones → Sobreinfección
Factores sistémicos
Todas aquellas condiciones debilitantes como la malnutrición, la diabetes mal
controlada, discrasias sanguíneas, corticoterapia prolongada o quimioterapia son
factores predisponentes para el desarrollo de sinusitis.
La sinusitis puede ser la manifestación de un transtorno inmunitario serio como la
deficiencia de IgG o el SIDA.
4- CLASIFICACIÓN
Se suele clasificar de muy diferentes formas. Una de ellas sería por el tiempo de
evolución (agudas, subagudas, crónicas). Otro tipo de clasificación sería por su
localización dependiendo del seno o senos afectos (maxilar, etmoidal, frontal,
esfenoidal, hemipansinusitis, pansinusitis).
Sin embargo, actualmente la clasificación que se utiliza para las rinosinusitis es el
consenso denominado EP3OS (2005) y que es:
- Resfriado Común / Rinitis Vírica (ya visto en el capítulo de Rinitis)
Duración de los síntomas < 10 días
Es una clasificación:
Basada en los síntomas
No es imprescindible exploración ORL
No se precisa estudio radiológico
Debe incluir anamnesis sobre alergia
- Rinosinusitis Aguda Intermitente
Dolor o presión facial (sobre todo unilateral), de inicio agudo con UNO o más de los
siguientes síntomas:
obstrucción nasal
rinorrea anterior / posterior
déficit o pérdida del olfato
Evolución / Duración de los síntomas: Aumentan tras 5-6 días. Se mantienen durante
más de 10 días y menos de 12 semanas
Es una clasificación:
Basada en los síntomas
No es imprescindible exploración ORL
No se precisa estudio radiológico
Debe incluir anamnesis sobre alergia
- Rinosinusitis Crónica Persistente - Pólipos Nasales
Inflamación de la mucosa nasal y sinusal caracterizada por:
Obstrucción nasal, con UNO o más de los síntomas siguientes:
dolor de cabeza o presión facial
rinorrea anterior / posterior
déficit o pérdida del olfato
Con alteración en:
1.- En la endoscopia nasal:
pólipos nasales o
secreción mucopurulenta en meato medio o
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5- CLÍNICA
Los síntomas de la rinosinusitis bacteriana están relacionados con la localización y la
duración (aguda, crónica) de la afectación sinusal.
El síntoma más característico en la rinosinusitis aguda intermitente es el dolor, que
puede ser facial, nasal o cefalea acompañado de obstrucción nasal y rinorrea. La
pesadez facial aumenta al agacharse. En los niños el único síntoma puede ser un aliento
fétido o un edema periorbitario (sinusitis etmoidal). La fiebre está presente en menos del
50% de los adultos y en caso de aparecer suele ser como febrícula.
En la rinosinusitis aguda intermitente el dolor se refleja en el seno afecto. El dolor
etmoidal está localizado a nivel interciliar o retroorbitario. La sinusitis esfenoidal se
puede manifestar por un dolor a nivel del vértex o por cefalea bitemporal.
La rinorrea es generalmente verde-amarillenta, tanto uni como bilateral. Cuando existe
un resfriado común como factor predisponente ambos lados pueden estar afectados y la
sintomatología general es frecuente además de la anosmia- hiposmia.
En la sinusitis infantil hay que tener presente el distinto desarrollo de los senos. Así
como es posible ver una etmoiditis en un recién nacido, al ser los únicos senos presentes
en el nacimiento, una sinusitis maxilar no suele presentarse hasta después del 4º-6º año
de vida. Los senos frontales no están presentes hasta despues de los 4 años y la
significación patológica de los senos esfenoidales no cobra importancia hasta la
adolescencia.
En la rinosinusitis crónica persistente el síntoma principal es la obstrucción nasal con
(variable) rinorrea mucopurulenta e hiposmia, mientras que el dolor y los sintomas
generales están ausentes. En contra de las creencias populares la cefalea no es muy
frecuente, por lo que ante una sinusitis crónica con dolor o cefalea también hay que
descartar siempre un proceso agudo intercurrente o un proceso neoplásico. En las
sinusitis de origen dentario es frecuente encontrar cacosmia.
El proceso inflamatorio que afecta a todos los senos se denomina Pansinusitis.
El edema periorbitario puede estar presente en cualquiera de las localizaciones, juntas o
individualmente, debido a la proximidad de todos los senos a la órbita. Es más frecuente
en niños y traduce una situación de posible complicación.
6- EXPLORACIÓN FÍSICA
El diagnóstico de rinosinusitis está basado en la historia clínica y la exploración y su
confirmación cuando está indicado, en los estudios radiográficos y de laboratorio.
Mediante rinoscopia anterior podemos apreciar una mucosa nasal edematosa y
enrojecida junto con una secreción purulenta cuya localización nos puede ayudar a
localizar el seno afecto.
Se debe tener encuenta todo enrojecimiento facial y la existencia de dolor a la percusión
a nivel infraorbitario o frontal, sugestivos de patología inflamatoria a nivel seno
maxilar o frontal. La nasofaringe debe ser explorada para descartar patología adenoidea,
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7- BACTERIOLOGIA
Los gérmenes etiológicos más frecuentes son los virus involucrados en procesos
catarrales (rinovirus, gripe, VRS..).
Entre los organismos bacterianos en las sinusitis agudas (primarias o sobreinfectando
las víricas) están los gérmenes Gram positivos, especialmente streptococus pneumoniae,
Haemophilus influenza y Moraxella catarrhalis. Menos frecuentes son el
staphylococcus aureus, y el streptococcus pyogenes.
En las sinusitis crónicas y las de origen dentario están presentes gérmenes anaerobios y
entre los que destacan los Bacteroides y fusobacterium. Los gérmenes aerobios pueden
también encontrarse formando una flora mixta (Haemophilus influenzae, staphilococcus
aureus).
Los gérmenes anaerobios (peptoestreptococo, bacteroides..) son mas frecuentes en los
procesos sinusales crónicos o en sinusitis agudas de origen odontógeno.
Existe poca o nula correlación entre los cultivos tomados de los aspirados nasales o
nasofaríngeos con los obtenidos por aspiración sinusal, por lo que el manejo antibiótico
de la sinusitis aguda es empírico y basado en los resultados de estudios previos.
También ciertos hongos pueden ser causa de sinusitis primaria o por sobreinfección
fundamentalmente el Aspergillus o la Candida. Otros más raros serían el Mucor
(Mucormicosis) o el Histoplasma.
8- TRATAMIENTO
- Recomendaciones generales en rinosinusitis:
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Resumen de tratamiento
Tratamiento antibiótico Corticoides Otros
Leves Moderada-grave tópicos
Resfriado No No Analgésicos.
común Lavados nasales.
Descongestivos
Rinosinusitis No Sí Sí Analgésicos.
intermitente Lavados nasales.
aguda Descongestivos
Rinosinusitis No Sí (hasta 3 Sí Analgésicos.
persistente meses) Lavados nasales.
crónica Eventual cirugía
9- COMPLICACIONES
Las complicaciones pueden ocurrir tanto en las sinusitis agudas como en las subagudas
o crónicas y están relacionadas con la localización y relaciones anatómicas del seno
afecto. Se consideran síntomas de alarma de una complicación sinusal:
Hiperemia y edema conjuntival, edema palpebral
Desplazamiento del globo ocular
- Complicaciones locales
- Mucoceles y pioceles
Se presentan en el 80% de los casos en los senos frontales y etmoidales. Se trata de
acúmulos de mucina en el interior del seno por obstrucción del ostium. La infección de
un mucocele se denomina mucopiocele o piocele. El crecimiento progresivo puede
erosionar las paredes sinusales semejando una lesión neoplásica. Se diagnóstica sobre
todo por el TAC y la RNM permite el diagnóstico diferencial porque el contenido del
mucocele aumenta en T2. Su tratamiento es quirúrgico, pudiendo realizarse la
marsupialización vía endoscópica.
- Complicaciones orbitarias
Son las más frecuentes debido a la estrecha relación de todos los senos con la órbita y a
la existencia de paredes muy delgadas (lámina papirácea). Por otra parte, las venas
siguen un trayecto orbitario desde los senos.
- Celulitis orbitaria:
Puede comenzar como una celulitis del párpado y evolucionar hacia un absceso
orbitario y producir ceguera. Los gérmenes implicados son: streptococus neumoniae o
haemophilus influenzae (especialmente en niños). El primer estadío es una celulitis
periorbitaria, con edema del párpado superior. Son útiles en este estadio los antibióticos
orales y los descongestivos. Si no se trata adecuadamente puede progresar hacia una
celulitis orbitaria con edema del contenido orbitario, proptosis, quemosis y disminución
de la movilidad ocular. Este estadio requiere la hospitalización del paciente, con
antibioterapia IV y TAC urgente.
A medida que la infección progresa, se produce un absceso subperióstico que produce
desplazamiento ocular hacia el lado opuesto y disminución de la agudeza visual. Si la
infección sigue progresando se forma un absceso orbitario con oftalmoplejia completa,
pérdida de la visión y proptosis. Estas infecciones requieren de técnicas de imagen
avanzadas para su exacta localización y diagnóstico y drenaje quirúrgico.
En el caso de complicaciones orbitarias el tratamiento empírico inicial recomendado hasta
la llegada del cultivo es Cefuroxima o bien Amoxicilina/Clavulánico o Ceftriaxona además
del drenaje de los senos y abscesos bien por via endoscópica (preferible) o abierta.
- Complicaciones intracraneales
Es la 2ª complicación en frecuencia de la enfermedad sinusal. En un principio, para un
diagnóstico precoz de estas complicaciones se exige un alto grado de sospecha por parte
del ORL ya que en ocasiones la clínica de comienzo es insidiosa. Otras veces, y suele
coincidir con formas clínicas más avanzadas, el debut puede ser inequívoco con cefalea,
letargia, convulsiones, rigidez de nuca u otro tipo de focalidad neurológica. Hoy día
ante la mínima sospecha de una complicación intracraneal (u orbitaria) se debe solicitar
la realización de un TAC craneal y de senos paranasales en proyecciones axiales y
coronales. En el caso concreto de las complicaciones intracraneales la RNM es
especialmente útil. Estos estudios de imagen no solo deben hacerse en un primer
momento para el diagnóstico si no que deben ser repetidas cuando sea preciso para
valorar la evolución del proceso bien hacia la curación o bien cuando aparezcan signos
o síntomas que hagan suponer un empeoramiento del cuadro.
- Meningitis:
En general se considera la complicación intracraneal más frecuente aunque para algunos
autores lo son los abscesos. El origen de estas meningitis suele ser el seno esfenoidal o
frontal y los gérmenes más frecuentemente implicados los Streptococcus pyogenes, Sp.
pneumoniae y el Haemophilus influenzae. La clínica de presentación suele iniciarse con
cefalea, fiebre, rigidez de nuca, irritabilidad, cambios de humor y eventual focalidad
neurológica. El diagnóstico se hará por punción lumbar y análisis y cultivo del líquido
cefaloraquídeo obtenido y mostrará un aumento de proteínas, una disminución de la
glucosa y leucocitosis. Previamente se debe realizar una TAC para descartar la existencia
de un empiema localizado o una hipertensión intracraneal que contraindique la punción
lumbar. El tratamiento es la antibioterapia y el drenaje del seno afecto. En el caso de las
meningitis debemos administrar antibióticos intravenosos de forma empírica y precoz por
ejemplo con Vancomicina más Ceftazidima hasta que se obtenga el cultivo y antibiograma.
En algunos casos puede estar indicado el empleo de dexametasona y anticonvulsivantes.
Sin embargo, a pesar de un tratamiento correcto pueden existir hasta un 30% de secuelas
neurológicas tales como convulsiones, déficits motores, retraso mental o hidrocéfalo.
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- Absceso epidural:
Son colecciones de pus entre la calota y la duramadre. Suelen derivar de sinusitis frontales,
favorecidos por las numerosas comunicaciones venosas y por la laxitud de la unión con la
duramadre, además de coexistir con un mayor o menor grado de osteomielitis del hueso
frontal. La clínica suele ser poco significativa con dolor local y sin signos de déficit
neurológico ni de meningitis. Se deben sospechar en el caso de sinusitis frontales tórpidas
con cefalea persistente y picos febriles. El agente patógeno más frecuente es el
Staphilococcus aureus pero siempre deben realizarse cultivos intraoperatorios. El origen
suele ser el seno frontal y cursa con intensa cefalea. En el caso de que se trate de un
absceso epidural además del abordaje sinusal y el tratamiento antibiótico se debe realizar
un abordaje neuroquirúrgico, preferiblemente amplio. En estos casos la integridad de la
barrera que supone la duramadre a la progresión de la infección hacia el espacio subdural
es muy importante desde el punto de vista pronóstico.
- Absceso subdural:
Es una complicación rara (menos del 10% de las complicaciones intracraneales) y suele
traducir una diseminación de la infección por el espacio subdural, es decir entre la
duramadre y la piamadre. La mayor parte de los abscesos se presentan en el en la línea
media en la cisura interhemisférica en la región frontal u occipital (debido a la
progresión inferior de la infección favorecida por la gravedad en el paciente postrado).
Cursa con una importante afectación del estado general y complicaciones neurológicas
muy graves tales como neuropatias craneales, infartos cerebrales, coma y muerte. El
diagnóstico se hace fundamentalmente por la TAC o la RNM con captación en la
convexidad cerebral o en las fisuras de una o múltiples lesiones con la precaución de que
en la TAC pueden aparecer falsos negativos. El tratamiento precoz es de vital importancia
ya que posee una alta morbimortalidad. Además de la medicación antibiótica,
anticonvulsivante y esteroidea se debe hacer un abordaje neuroquirúrgico muy amplio
preferiblemente con craniotomia.
- Absceso encefálico.
Junto con la meningitis es la complicación intracraneal más frecuente. Aproximadamente
entre el 5-15% de los abscesos encefálicos tiene un origen sinusal y aunque su frecuencia
ha disminuido y su pronóstico mejorado aún tienen una mortalidad de un 20-30%. La
mayor parte de los abscesos se presentan en el en el lóbulo frontal siendo el origen más
frecuente los senos frontales o los etmoidales. La clínica de debut suele ser la del proceso
sinusal con cefalea, fiebre y en ocasiones síntomas de confusión o cambios en el carácter.
De todas formas el absceso puede alcanzar un tamaño apreciable sin dar signos
neurológicos llamativos. Los gérmenes mas frecuentemente implicados son los anaerobios,
estreptococos, staphilococcus aureus e incluso gram negativos. La confirmación
diagnóstica viene dada por la realización de una TAC o una RNM.
En el caso de un absceso cerebral iniciar tratamiento con Cefotaxima o Ceftriaxona
asociada a Metronidazol y si el absceso está organizado asociar cirugía. El diagnostico
precoz por la TAC y los tratamientos antibióticos y quirúrgicos adecuados han hecho
descender la mortalidad de esta complicación hasta un 10-25%, pero aún las tasas de
secuelas son del 30-50%.
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3- Técnicas de CEN
Existen, fundamentalmente, dos tipos de técnicas: La de Messerklinger-Stammberger
y la de Wigand, que siendo ambas igualmente válidas, son direccionalmente opuestas.
En la primera se va de etmoides anterior a esfenoides y la segunda de coana hacia
adelante. En general se tiende a practicar una técnica mixta, estando más reglada la de
Messerklinger-Stammberger. Esta técnica está compuesta por diferentes pasos que
pueden realizarse aisladamente o asociados. Dependiendo del tipo de lesión y su
extensión, son:
1) Infundibulotomía 4) Esfenoidectomía
2) Etmoiddectomía anterior 5) Apertura del canal frontonasal
3) Etmoidectomía posterior 6) Meatotomía media
La única que no puede realizarse individualmente es la etmoidectomía posterior, ya
que se debe realizar a través del etmoides anterior.
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4- Complicaciones de la CEN
Son similares a las de las técnicas convencionales y se van a producir por afectacción
involuntaria de las estructuras vecinas en el curso del procedimiento, o por causas
relacionadas con la enfermedad tratada o, finalmente, por problemas en la curación o
cicatrización de la mucosa nasosinusal. Por orden de frecuencia, pueden aparecer
hemorragia, licuorrea, complicaciones orbitarias, complicaciones menores,
complicaciones catastróficas (Irrupción intracraneal, ceguera bilateral, diplopia
persistente, absceso o hemorragia cerebral o neumoencéfalo) y complicaciones tardías
(Sinequias).