Professional Documents
Culture Documents
Introducción
Toda teología se forja no sólo con los datos bíblicos sino al calor de la realidad cultural,
social, económica y política en que se desarrolla. La eclesiología no escapa a ese axioma.
Cabe plantearse en estos comienzos del siglo 21, si existe lo que se da en llamar
“eclesiología latinoamericana”, cuáles son sus expresiones, sus aportes y sus vacíos en un
tema tan importante para los cristianos y cristianas de América Latina. Nos resulta difícil
abordar el tema en una amplia perspectiva latinoamericana. Nuestro análisis, más bien,
parte de nuestra realidad argentina, a partir de la cual leemos la realidad eclesial
latinoamericana, particularmente evangélica.
1. La influencia de las denominaciones
Podríamos decir que por muchas décadas las eclesiologías estuvieron directamente
relacionadas con las denominaciones trasplantadas a nuestros países. La forma de “ser
iglesia” significa una adecuación a las denominaciones madres de las iglesias en estos
países. Es así como se puede hablar de “eclesiología bautista”, “eclesiología metodista”,
“eclesiología presbiteriana”, “eclesiología hermano libre”, etc. Por mucho tiempo los
aspectos teológicos, ministeriales y cúlticos fueron una copia de lo que eran las iglesias en
los países donde esas denominaciones surgieron. Un caso que conocemos más de cerca es
la denominación conocida como “Hermanos Libres”, que surgió a comienzos del siglo 19
en Inglaterra y se denominó “Plymouth Brethren”, porque en esa ciudad inglesa estaba la
congregación más numerosa e influyente. Los líderes hermanos libres en la Argentina
recibieron la impronta de la denominación en su país de origen, de modo que casi toda la
himnología, la teología y el culto eran una réplica de lo que habían sido esas realidades en
Inglaterra. Hasta hoy algunas congregaciones continúan en forma casi inalterable con el
mismo discurso, la misma liturgia de la Inglaterra del siglo 19. Otras se han aggiornado,
tornándose en iglesias independientes que han recibido influencia de otros modelos,
algunos de los cuales proceden de iglesias norteamericanas.
¿Existe una eclesiología latinoamericana? Alberto F. Roldán 2
como el de Benny Hinn y sus versiones argentinas como es el caso del pastor Claudio
Freidzon.
3. Aportes sistemáticos a la eclesiología latinoamericana. Me parece que hay un gran
déficit de trabajos sistemáticos sobre la Iglesia. En general han abundado publicaciones en
forma de traducciones de obras generadas en otros continentes, algunas ponencias pero
pocos libros con sólidos trabajos eclesiológicos dignos de ser considerados eclesiologías
sólidas y bien articuladas. Algunas menciones son dignas de tomarse en cuenta: los trabajos
de Juan Driver (ej. Comunidad y compromiso, El Espíritu Santo y la comunidad mesiánica,
El legado anabautista y la Iglesia de hoy), Howard Snyder (La comunidad del Rey) y el
más reciente de varios autores: La Iglesia como agente de transformación).
Párrafo aparte para los aportes católicos, sobre todo de la perspectiva de la teología de la
liberación donde debemos mencionar los trabajos de Leonardo Boff (Iglesia carisma y
poder, Eclesiogénesis: las comunidades eclesiales de base reinventan la Iglesia) y Juan
Luis Segundo (Esa comunidad llamada iglesia).
4. Desafíos para las iglesias.
Los desafíos para una eclesiología latinoamericana son muchos. Tienen que ver tanto con lo
teológico propiamente dicho como con la misión de la Iglesia y el papel que las iglesias
deben desempeñar con relación a las realidades políticas, económicas y sociales de nuestros
países. En lo teológico, es preciso seguir articulando una eclesiología que tome en cuenta la
historia del cristianismo, los énfasis característicos de la Reforma, y un diálogo más
fecundo con las eclesiologías sistemáticas protestantes. En modo especial nos parece que
debe encararse una lectura profunda de los trabajos de Karl Barth, Emil Brunner, Jürgen
Moltmann y Wolfhart Pannenberg. Sus trabajos nos parecen fundamentales por su
profundidad, su carácter abarcador y su reflexión. Pero esa lectura no debe limitarse a una
mera reproducción de los conceptos de esos autores y sus obras. Más bien es como releer,
adaptar, contextualizar esas eclesiologías a nuestra realidad.
Otro desafío es el del ecumenismo. Es evidente que en las últimas décadas del siglo
pasado y lo que va del presente, se han hecho avances significativos hacia la unidad visible
de los cristianos y cristianas. Existe un ecumenismo al interior de las iglesias evangélicas y
el hecho de que haya hoy un organismo que nuclea a los distintas denominaciones
evangélicas –nos referimos al Consejo Nacional Evangélico– es una clara expresión de ello.
¿Existe una eclesiología latinoamericana? Alberto F. Roldán 5