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V. FUNDAMENTO TEÓRICO.

5.1. MÉTODO DE ELEMENTOS FINITOS.


5.1.1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS.
Aunque el nombre del MEF se ha establecido recientemente, el
concepto se ha usado desde hace varios siglos. El empleo de
métodos de discretizado espacial y temporal y la aproximación
numérica para encontrar soluciones a problemas ingenieriles o
físicos es conocido desde la antigüedad. El concepto de elementos
finitos parte de esa idea.
Para encontrar vestigios de este tipo de cálculos podríamos
remontarnos a la época de la construcción las pirámides egipcias.
Los egipcios empleaban métodos de discretizado para determinar
el volumen de las pirámides. Arquímedes (287-212 a.C.) empleaba
el mismo método para calcular el volumen de todo tipo de sólidos
o la superficie de áreas. En oriente también aparecen métodos de
aproximación para realizar cálculos. Así el matemático chino Lui Hui
(300 d.C.) empleaba un polígono regular de 3072 lados para calcular
longitudes de circunferencias con lo que conseguía una
aproximación al número Pi de 3.1416.
El desarrollo de los elementos finitos tal y como se conocen hoy en
día ha estado ligado al cálculo estructural fundamentalmente en el
campo aeroespacial. En los años 40 Courant propone la utilización
de funciones polinómicas para la formulación de problemas
elásticos en subregiones triangulares, como un método especial del
método variacional de Rayleigh Ritz para aproximar soluciones.
Fueron Turner, Clough, Martin y Topp quienes presentaron el MEF
en la forma aceptada hoy en día. En su trabajo introdujeron la
aplicación de elementos finitos simples (barras y placas triangulares
con cargas en su plano) al análisis de estructuras aeronáuticas,
utilizando los conceptos de discretizado y funciones de forma.
Actualmente el método se encuentra en una fase de gran
expansión: es ampliamente utilizado en la industria y continúan
apareciendo cientos de trabajos de investigación en este campo.
Los ordenadores han aportado el medio eficaz de resolver la
multitud de ecuaciones que se plantean en el MEF, cuyo desarrollo
práctico ha ido caminando parejo de las innovaciones obtenidas en
el campo de la arquitectura de los ordenadores. Entre éstas,
además de permitir la descentralización de los programas de EF, ha
contribuido a favorecer su uso a través de sofisticados paquetes
gráficos que facilitan el modelado y la síntesis de resultados. Hoy en
día ya se concibe la conexión inteligente entre las técnicas de
análisis estructural, las técnicas de diseño (CAD), y las técnicas de
fabricación.
5.1.2. CONCEPTOS GENERALES.
La idea general del método de los elementos finitos es la división de
un continuo en un conjunto de pequeños elementos
interconectados por una serie de puntos llamados nodos.
Las ecuaciones que rigen el comportamiento del continuo regirán
también el del elemento.
De esta forma se consigue pasar de un sistema continuo (infinitos
grados de libertad), que es regido por una ecuación diferencial o un
sistema de ecuaciones diferenciales, a un sistema con un número
de grados de libertad finito cuyo comportamiento se modela por un
sistema de ecuaciones, lineales o no.
En cualquier sistema a analizar podemos distinguir entre:
 Dominio. Espacio geométrico donde se analizará el
sistema.
 Condiciones de contorno. Variables conocidas y que
condicionan el cambio del sistema: cargas,
desplazamientos, temperaturas, voltaje, focos de calor, etc.
 Incógnitas. Variables del sistema que deseamos conocer
después de que las condiciones de contorno han actuados
sobre el sistema: desplazamientos, tensiones,
temperaturas, etc.
El método de los elementos finitos supone, para solucionar el
problema, el dominio discretizado en subdominios denominados
elementos. El dominio se divide mediante puntos (en el caso lineal),
mediante líneas (en el caso bidimensional) o superficies (en el
tridimensional) imaginarias, de forma que el dominio total en
estudio se aproxime mediante el conjunto de porciones
(elementos) en que se subdivide. Los elementos se definen por un
número discreto de puntos, llamados nodos, que conectan entre si
los elementos. Sobre estos nodos se materializan las incógnitas
fundamentales del problema.
En el caso de elementos estructurales estas incógnitas son los
desplazamientos nodales, ya que a partir de éstos podemos
calcular el resto de incógnitas que nos interesen: tensiones,
deformaciones, etc. A estas incógnitas se les denomina grados de
libertad de cada nodo del modelo. Los grados de libertad de un
nodo son las variables que nos determinan el estado y/o posición
del nodo.
Por ejemplo, si el sistema a estudiar es una viga en voladizo con una
carga puntual en el extremo y una distribución de temperaturas tal
y como muestra la figura 01.

Figura 01. Ejemplo de viga en voladizo para Métodos de Elementos


Finitos.

el discretizado del dominio puede ser:

Figura 02- Discretizado del dominio.


Los grados de libertad de cada nodo serán: Desplazamiento en
dirección x, desplazamiento en dirección y, giro según z.
El sistema, debido a las condiciones de contorno: empotramiento,
fuerza puntual y temperatura, evoluciona hasta un estado final. En
este estado final, conocidos los valores de los grados de libertad de
los nodos del sistema podemos determinar cualquier otra incógnita
deseada: tensiones, deformaciones, etc. También sería posible
obtener la evolución temporal de cualquiera de los grados de
libertad.
Planteando la ecuación diferencial que rige el comportamiento del
continuo para el elemento, se llega a fórmulas que relacionan el
comportamiento en el interior del mismo con el valor que tomen
los grados de libertad nodales. Este paso se realiza por medio de
unas funciones llamadas de interpolación, ya que éstas
“interpolan” el valor de la variable nodal dentro del elemento.
5.1.3. MÉTODOS Y FORMULACIONES DE LAS ECUACIONES LOS
ELEMENTOS FINITOS.
Como se ha mencionado anteriormente, el MEF consiste en el
reemplazo de ecuaciones diferenciales, por un conjunto
equivalente, pero aproximado, de ecuaciones algebraicas, donde
cada una de las variables es evaluada en los puntos nodales. En la
evaluación de estas ecuaciones algebraicas pueden usarse
diferentes tipos de aproximaciones, y los métodos de elementos
finitos se clasifican, usualmente, de acuerdo al método usado.
Desafortunadamente, no existe un método en particular que sea
apropiado para todos los tipos de problemas encontrados en la
práctica, de tal modo que deben examinarse diferentes métodos
para poder seleccionar el más conveniente para un problema dado.
5.1.3.1. MÉTODO DIRECTO.
El MEF se desarrolló, al inicio de la década de los años
cincuenta, a partir del llamado método directo asociado al
cálculo estructural, el cual fue ampliamente usado en la
solución de diversos problemas estructurales relacionados
con la industria aeronáutica. Mediante este método se
analizaron elementos estructurales reticulares. Las
relaciones entre los desplazamientos y las fuerzas que los
originan, se expresaron mediante un conjunto de
ecuaciones, dando origen a lo que se dio en llamar matriz
de rigidez de cada elemento estructural, y se desarrollaron
técnicas para realizar el ensamblaje de estas matrices en
una matriz global, que expresara el comportamiento de
toda la estructura en estudio. Prácticamente, todos los
parámetros empleados en esta aproximación pueden
interpretarse mediante principios físicos.
Desafortunadamente, este método es difícil de aplicar en
problemas bidimensionales y tridimensionales, los cuales
son, precisamente, los casos donde el MEF es más útil. Esta
limitación es por lo tanto muy severa y reduce,
drásticamente, su rango de aplicación.
5.1.3.2. MÉTODO VARIACIONAL.
El método variacional está relacionado con un ente
matemático llamado funcional. El funcional asociado a un
problema dado, puede obtenerse bien sea a partir de
alguna expresión de energía (usualmente este es el caso en
los problemas de la mecánica de los sólidos), o desde un
problema de valor de contorno. Una vez obtenido el
funcional asociado a un problema dado, el método
variacional consiste en minimizar el valor del funcional con
respecto a cada uno de los valores nodales de las variables
del problema.
Entre las ventajas de este método se incluye la familiaridad
de las técnicas de energía (en problemas de la mecánica de
los sólidos), y su fácil extensión a problemas
bidimensionales y tridimensionales. Entre las desventajas,
se incluye la inexistencia del funcional para cierta clase de
problemas (por ejemplo., los relacionados con el flujo de
fluidos viscoelásticos), y la dificultad de determinarlo, aun
cuando exista, para otros problemas. La inexistencia del
funcional para algunos problemas, obliga a que se deba
recurrir a otros métodos.
5.1.3.3. MÉTODO DE LOS RESIDUOS PESADOS.
El método de los residuos pesados es el más general de las
tres técnicas. Este método está asociado al problema de
valor de contorno de un problema dado, y consiste en re-
escribir la ecuación diferencial que gobierna el problema,
de tal modo que el lado derecho del signo de igualdad sea
igual a cero. De este modo, cuando se substituye la solución
exacta en esta ecuación, el resultado será, lógicamente,
igual a cero. Pero debido a que en general la solución exacta
no se conoce, se debe emplear alguna solución
aproximada. La sustitución de esta solución aproximada en
la ecuación diferencial, conduce a un error residual r,
distinto de cero. Este error r es entonces multiplicado por
una función de peso W y el producto es integrado sobre
toda la región del dominio. El resultado es el error residual
R, el cual debe hacerse igual a cero. Luego, para cada valor
nodal, existe una función peso W y un residuo R, ambos
desconocidos, lo cual permite formular un conjunto de
ecuaciones algebraicas globales. La selección de las
funciones peso W, da origen a diferentes criterios de
residuos pesados (Galerkin, mínimos cuadrados,
colocación, subdominio). El más ampliamente usado es el
método de Galerkin.
A pesar que el método de los residuos pesados es una
aproximación netamente matemática, y que muy pocas
veces se le puede asociar algún significado físico a los
parámetros involucrados en la solución de un problema
dado, presenta la ventaja que puede aplicarse a cualquier
problema del cual se conozca su respectivo problema de
valor de contorno y que, una vez que se entiende la técnica,
los detalles matemáticos son relativamente fáciles de
realizar. En particular, en el área de la mecánica de los
fluidos, este método es usado en casi la totalidad de los
problemas, ya que las ecuaciones de Navier-Stokes y
algunas relaciones constitutivas, tales como las asociadas a
los fluidos viscoelásticos, no admiten funcionales.
5.2. Hipótesis de Discretización.
En una estructura discreta, su deformación viene definida por un número finito
de parámetros (deformaciones y/o giros), que juntos conforman el vector de
deformaciones Δ, y la estructura tiene tantas formas de deformarse como
términos tenga dicho vector. Un medio continuo tiene infinitas formas posibles
de deformarse, independientes unas de otras, ya que cada punto puede
desplazarse manteniendo fijos cualquier número finito de los puntos restantes,
por grande que sea este último. Por lo tanto, la configuración deformada de la
estructura no puede venir dada por un vector finito Δ como el anterior, sino que
es una función vectorial u, que indica cuáles son las deformaciones de cualquier
punto, y que tiene tres componentes escalares:

Esta función es la solución de la ecuación diferencial que gobierna el problema,


y si éste está bien planteado, cumplirá las condiciones de contorno impuestas,
pero en principio no puede asegurarse que esta función u tenga una expresión
analítica manejable, ni siquiera que pueda calcularse. Por lo tanto, la función u
no podrá conocerse en general.
Para resolver este problema, el Método de los Elementos Finitos recurre a la
hipótesis de discretización, que se basa en lo siguiente:
 El continuo se divide por medio de líneas o superficies imaginarias en
una serie de regiones contiguas y disjuntas entre sí, de formas
geométricas sencillas y normalizadas, llamadas elementos finitos.
 Los elementos finitos se unen entre sí en un número finito de puntos,
llamados nudos.
 Los desplazamientos de los nudos son las incógnitas básicas del
problema, y éstos determinan unívocamente la configuración
deformada de la estructura. Sólo estos desplazamientos nodales se
consideran independientes.
 El desplazamiento de un punto cualquiera, viene unívocamente
determinado por los desplazamientos de los nudos del elemento al que
pertenece el punto. Para ello se definen para cada elemento, unas
funciones de interpolación que permiten calcular el valor de cualquier
desplazamiento interior por interpolación de los desplazamientos
nodales. Estas funciones de interpolación serán de tal naturaleza que se
garantice la compatibilidad de deformaciones necesaria en los
contornos de unión entre los elementos.
 Las funciones de interpolación y los desplazamientos nodales definen
unívocamente el estado de deformaciones unitarias en el interior del
elemento. Éstas, mediante las ecuaciones constitutivas del material
definen el estado de tensiones en el elemento y por supuesto en sus
bordes.
 Para cada elemento, existe un sistema de fuerzas concentradas en los
nudos, que equilibran a las tensiones existentes en el contorno del
elemento, y a las fuerzas exteriores sobre él actuantes.
Esta hipótesis de discretización es el pilar básico del MEF, por lo que se suele
decir de éste, que es un método discretizante, de parámetros distribuidos. La
aproximación aquí indicada se conoce como la formulación en desplazamiento.
5.3. Funciones de interpolación.
Consideremos un elemento finito cualquiera, definido por un número de nudos
n. Para facilitar la exposición se supondrá un problema de elasticidad plana. Un
punto cualquiera del elemento tiene un desplazamiento definido por un vector
u, que en este caso tiene dos componentes:

Los nudos del elemento tienen una serie de grados de libertad, que
corresponden a los valores que adopta en ellos el campo de desplazamientos, y
que forman el vector denominado δe. Para el caso plano este vector es:
𝛿 𝑒 = {𝑈1 𝑉1 𝑈2 𝑉2 … 𝑈𝑛 𝑉𝑛 }𝑇
En este ejemplo se supone que como deformaciones de los nudos se emplean
sólo los desplazamientos, pero no los giros, lo cual es suficiente para elasticidad
plana, como se verá más adelante. En otros elementos (por ejemplo, vigas o
cáscaras) se emplean además los giros.
Figura 03- Deformaciones en un elemento finito

El campo de deformaciones en el interior del elemento se aproxima haciendo


uso de la hipótesis de interpolación de deformaciones:
𝑢 = ∑ 𝑁𝑖 𝑈𝑖 𝑢 = ∑ 𝑁𝑖 𝑉𝑖
donde Ni son las funciones de interpolación del elemento, que son en general
funciones de las coordenadas x,y. Nótese que se emplean las mismas funciones
para interpolar los desplazamientos u y v, y que ambos desplazamientos se
interpolan por separado, el campo u mediante las Ui y el campo v mediante las
Vi. Es decir que la misma Ni define la influencia del desplazamiento del nudo i
en el desplazamiento total del punto P, para las dos direcciones x e y.
La interpolación de deformaciones (1.4) puede ponerse en la forma matricial
general:
𝑢 = 𝑁𝛿 𝑒
Las funciones de interpolación son habitualmente polinomios, que deben
poderse definir empleando las deformaciones nodales del elemento. Por lo
tanto, se podrán usar polinomios con tantos términos como grados de libertad
tenga el elemento. Para problemas de elasticidad la estructura de esta matriz
es normalmente del tipo:

Sin embargo, el aspecto de esta matriz puede ser distinto para otros elementos,
como las vigas o las placas a flexión.
Las funciones de interpolación están definidas únicamente para el elemento, y
son nulas en el exterior de dicho elemento.
Estas funciones tienen que cumplir determinadas condiciones y aunque éstas se
verán en detalle más adelante, con la expresión anterior se puede deducir que
la función de interpolación Ni debe valer 1 en el nudo i y 0 en los restantes
nudos. Esta condición resulta evidente si se tiene en cuenta que los términos
del vector 𝛿 𝑒 son grados de libertad y por lo tanto son independientes, y deben
poder adoptar cualquier valor.

Figura 04 – Función de interpolación

5.4. Método de galerkin.


La formulación de Galerkin es el punto de partida del método de elementos
finitos: permite obtener una solución aproximada de la formulación débil.
El primer paso es la construcción de los subespacios νh y δh, que son
aproximaciones de dimensión finita de ν y δ:

El método de Galerkin establece que los elementos uh ∈ δh se construyen a partir


de los elementos uh ∈ νh mediante:
𝑢ℎ = 𝑣 ℎ + 𝑢̅ℎ
donde 𝑢̅ℎ es una función dada que verifica 𝑢̅ℎ (L) = 𝑢̅.
La idea clave es que los espacios νh y δh, contienen las mismas funciones con la
única excepción de 𝑢̅ℎ .
La aproximación de Galerkin del problema de contorno se obtiene expresando
la formulación débil en términos de los subespacios de dimensión finita νh y δh:
En el método de Galerkin las funciones vh wh pertenecen al mismo subespacio
vh.

Referencias Bibliográficas.
 Celigüeta J. (2008). “Método de los Elementos Finitos para Análisis Estructural”. España:
UNICOPIO C.B.
 Hurtado E. (2002). “Introducción al Análisis Estructural por Elementos Finitos”. (Primera
edición.) Universidad Nacional de Colombia sede Manizales. Colombia.
 Ramírez A. (2012). “Formulación de Galerkin El método de los elementos finitos”,
Universidad de Guanajuato. México.
 Garzón A. & Linero L. (2012). “Enseñanza del método de los elementos finitos en
ingeniería civil y mecánica utilizando el programa de computador a código abierto
PEFICA”. En revista: Educación en Ingeniería, 7 (14). Disponible en:
https://www.educacioneningenieria.org/index.php/edi/article/viewFile/242/152
 Gabaldón F. (2006). “Método de los elementos finitos. Estructuras de barras articuladas”.
España.
 Frías E. (2004). “Aportaciones al estudio de las maquinas eléctricas de flujo axial mediante
la aplicación del método de los elementos finitos” (tesis doctoral). Universidad Peruana
de Ciencias Aplicadas (UPC). Perú.

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