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EL REGRESO

UN REENCUENTRO CON JESÚS


TEMARIO

Sábado: Las Escrituras: la guía más segura


Introducción al Evangelio de Lucas

Domingo: El evangelio dentro del evangelio


Introducción a la parábola

Lunes: Nuestro mayor problema


Todos somos pecadores

Martes: La búsqueda incesante


Dios en búsqueda de los seres humanos

Miércoles: La familia de Dios


La iglesia como una comunidad en armonía

Jueves: Sueños de libertad


El hombre huyendo de Dios

Viernes: El abismo
El resultado del pecado en la vida personal

Sábado: Misericordia y gracia


La respuesta de Dios frente al pecado
LUCAS 15

15 Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, 2 y


los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores
recibe, y con ellos come. 3 Entonces él les refirió esta parábola, diciendo:


11
También dijo: Un hombre tenía dos hijos; 12 y el menor de ellos dijo a su
padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió
los bienes.
13
No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una
provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14 Y
cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia,
y comenzó a faltarle.
15
Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió
a su hacienda para que apacentase cerdos. 16 Y deseaba llenar su vientre de las
algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 17 Y volviendo en sí,
dijo:

¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí


perezco de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado
contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme
como a uno de tus jornaleros.
20
Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre,
y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21
Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno
de ser llamado tu hijo. 22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor
vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23 Y
traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24 porque este
mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y
comenzaron a regocijarse.

RVR60
INTRODUCCIÓN
Presentar una reseña del evangelio de Lucas sobre su contexto histórico, su autor, el posible
propósito del evangelio, la estructura de los relatos ahí descritos.

Luego hacer una presentación sobre qué es una parábola y como Jesús la usaba para
transmitir el mensaje del evangelio y del reino de Dios.

Posteriormente mostrar el contexto de la parábola del hijo prodigo dentro del evangelio de
Lucas y del ministerio de Jesús.

Y luego presentar el énfasis que se hará en esta serie.


Cerrar con una breve explicación sobre cómo usar este material.
LUNES

Nuestro mayor problema


Todos somos pecadores

Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle.


(Sn. Luc. 15:1)

Tema: El pecado y su impacto en la vida humana.

Objetivo: Llevar a la congregación a sentir la necesidad de buscar a Cristo para contrarrestar los
efectos del pecado en la naturaleza humana.

I. Introducción
A. Ilustración:
“Hay venenos que poseen apariencia engañosa, pues su aspecto que es
aparentemente agradable, atrae numerosas víctimas. Tenemos por ejemplo el caso
de una planta llamada “alojetón” que se encuentra en los pequeños desiertos.
Además de ser atractiva a la vista se le puede extraer agua. Al ganado le gusta
mucho esa planta, y le ocasiona la muerte segura. Para ilustrar este hecho se
recuerda un caso pasado con un estanciero norteamericano. John Ward, de Idaho,
dirigiéndose al campo para ver su rebaño, se encontró con un cuadro desolador:
Ochocientas setenta y seis de sus ovejas habían muerto víctimas del terrible
“alojetón”. Centenares todavía estaban vivas, pero estaban tambaleantes y a punto
de morir. Un veterinario de la localidad dijo que nada podría hacer, pues no había
antídotos para el “alojetón”. (Alfredo Lerín, 500 Ilustraciones, Editorial Mundo
Hispano 2003: Ilustración 237)

El pecado es como un veneno de esta naturaleza, su apariencia puede parecernos


atractiva y seducirnos, puede causarnos cierto placer al principio, pero al final no ha
traído más que dolor, destrucción y muerte, no solo ha contaminado nuestro mundo,
sino también lo más íntimo de nuestro ser, ha provocado toda la miseria que vemos
a nuestro alrededor, es la razón de tanta maldad que cada día nos sorprende y nos
afecta.

Parece irresistible, una enfermedad sin cura, un veneno sin antídoto, pero
¿realmente es así? ¿estamos condenados a vivir víctimas del mal y el pecado para
siempre? ¿o es que acaso existe una forma de contrarrestarlo? ¿hay un anti veneno?

B. Proposición:
Durante esta semana estudiaremos una de las parábolas más hermosas de Jesús que
fue registrada en Evangelio según San Lucas, es conocida como la parábola del
Hijo Pródigo; y descubriremos que, aunque parece que el ser humano siempre
vivirá condenado al mal y el pecado en este mundo no es así, existe una solución y
puedes comenzar a disfrutarla ahora.

C. Transición:
El capítulo 15 de San Lucas comienza así: Se acercaban a Jesús todos los
publicanos y pecadores para oírle (Sn. Luc. 15:1). Los publicanos eran hombres
que eran parte del pueblo judío, pero habían pagado concesiones o contratos al
imperio romano para a cobrar los impuestos requeridos por el imperio a todos los
habitantes de Judea.

Ellos se habían comprometido a entregar cierta cantidad de impuestos a las


autoridades y de ellos dependía completar la cuota, el resto era sus comisiones, así
que eran impopulares y muy odiados entre la nación porque no solo cobraban más
de lo establecido, sino que usaban métodos de cobranza poco amables. La gente los
despreciaba y evitaba juntarse con ellos.

Pero el texto bíblico también menciona “pecadores”, entre ellos podemos contar a
todo tipo de personas con muy mala moral, al menos en el registro bíblico tenemos
ejemplos de prostitutas que seguían a Jesús, de borrachos, ladrones y estafadores.
Todas estas personas a pesar de que vivieron en entre los años 30 y 35, hace más de
2000 años, no fueron muy diferentes a nosotros, tenían las mismas debilidades que
tú y yo, mintieron, robaron, lastimaron a sus familias y sus cuerpos, abusaron de los
demás, abandonaban a sus esposas e hijos, cometían adulterio, se equivocaban y
pecaban como lo hacemos nosotros en el 2017.

El problema del pecado y el mal, no es algo nuevo en este mundo, tiene al menos
5000 años de existencia. Hagamos un recuento histórico a través de la Biblia:

II. Nuestro origen y propósito


A. Creados a imagen y semejanza de Dios.
Las Escrituras nos revelan que los seres humanos fuimos creados de forma
especial y única, el Señor invirtió tiempo para diseñarnos y moldearnos, y
tomo como referencia su propia imagen y semejanza. Nos hizo realmente
hermosos y hermosas, y a pesar de todo aún lo somos, textos bíblicos como
estos nos sugieren que nos concedió dignidad y belleza sin igual:
1. Génesis 1:31 “Y vio Dios que TODO lo que había hecho, y era BUENO en
gran manera…”
2. Hebreos 2:6-8 “Lo hiciste poco menor que los ángeles, lo coronaste de
gloria y honra…”
Tú y yo no somos producto de un accidente cósmico, somos muchos más que
simples chimpancés que un día decidieron bajarse del árbol y caminar erguidos
como nos quieren enseñar en con la Teoría de la Evolución, tenemos dignidad y
belleza, a pesar del pecado, porque el Señor nos creó a su imagen y semejanza.
Ahora quiero que veas a la persona que está a tu lado, vamos mírala, ahora dile:
“Tienes dignidad y belleza porque mi Dios te creo a su imagen y semejanza”.
B. Creados para establecer relaciones con nuestros semejantes.
Fuimos creados también para gozar de la comunión, la amistad y el
matrimonio. Ser humanos también significa vivir en relación armónica con
los demás. La Biblia dice: “Dijo Dios: No es bueno que el hombre este solo”
(Gen. 2:18)
C. Creados para ser mayordomos del ambiente.
Además, el Creador nos ha hecho herederos y administradores de este
mundo y todo lo que lo habita, no para explotarlo egoístamente, sino para
cuidarlo y hacerlo prosperar. (Gén. 1:26; Sal. 8:6-8)
D. Creados para imitar a Dios.
Como seres humanos debemos actuar como Dios porque fuimos creados para ser
semejantes a él; en todas las maneras y los aspectos posibles debemos actuar como
nuestro Hacedor, al convivir con los demás, al comer, al vestir y al hablar, incluso
cuando trabajamos (Éxo. 20:8-11).
E. Creados para la eternidad
En su gran propósito divino, nuestro Creador, no deseaba la muerte de sus
hijos, ni que viviéramos aquejados por las enfermedades y los dolores,
deseaba que pudiéramos disfrutar la paz eterna, desarrollar nuestros talentos
y habilidades al máximo y compartir con el este mundo (Gén. 2:17; ver 3:22)
III. La caída
Quizás a estas alturas te preguntaras, si el Señor deseaba todo eso, ¿entonces como es que
llegamos hasta esto que hoy conocemos? Inclusive hay quienes piensan que Dios es el
culpable del mal por haber creado al ángel que posteriormente se convertiría en Satanás, o
por haber plantado el árbol del fruto prohibido, los hay quienes creen que Dios puso una
trampa a los primeros seres humanos, o cuando menos una prueba. Pero nada más lejos de
la verdad que esto.
A. Dios y el origen del pecado
1. “Es santo” (Isa. 6:3)
2. “Su obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud” (Deut. 32:4)
3. “Lejos de Dios este la impiedad…” (Job 34:10)
4. Dios odia el pecado (Sal. 5:4; 11:5)
5. Su creación original era “buena en gran manera” (Gén. 1:31)
6. Es el autor de eterna salvación (Heb. 5:9)
B. El autor del pecado
Dios podría haber evitado la existencia del mal y el pecado si hubiese creado un
universo lleno de “robots” o seres programados para solo obedecerle.

Pero “Dios desea de todas sus criaturas el servicio que nace del amor, de la
comprensión y del aprecio de su carácter. No halla placer en la obediencia forzada,
y otorga libre albedrío para que puedan servirle voluntariamente” (Elena G. White,
Historia de los Patriarcas y Profetas; pp. 12.4)

Dios nunca te va a obligar para que le ames, te ha dado la libertad incluso de


rechazarlo y apartarte de él, aunque eso le duela. El respeta tu voluntad.
La decisión de proveer a su creación con esta clase de libertad, significaba sin
embargo que Dios debía arriesgarse a que algunos seres creados se apartaran de él.
Esto es precisamente lo que Lucifer hizo.
1. Se volvió orgulloso (Eze. 28:17; ver 1 Tim. 3:16)
2. Descontento con su posición (Judas 6)
3. Codicio el lugar de Dios (Isa. 14:12-14)
4. Intento obtener el control del universo, lo que resulto en una batalla en el
cielo que termino con la expulsión de Lucifer ahora Satanás y sus ángeles (Ap.
12:4,7-9)
C. El origen del pecado en la raza humana
Una vez expulsado del cielo, Satanás y sus demonios buscaron un lugar donde
establecer su base para continuar su rebelión, centro su atención en este mundo y la
recién creada raza humana. Usando una serpiente uno de los animales más
inteligentes y astutos que Dios había creado, llevó a Eva a desconfiar del amor y la
voluntad de Dios, y esta, posteriormente, fue usada para hacer desobedecer a Adán.
(Gen.3:4, 5).

1. El pecado fue una decisión voluntaria y consciente de Adán y Eva, solo


ellos fueron responsables por su pecado.
2. No consistió tan solo en comer la fruta, sino en desobedecer un
mandamiento explícito, se unieron así a la rebelión de Satanás.
3. Adán y Eva había sido advertidos de que Satanás intentaría hacerlos caer.
IV. El impacto del pecado
A. Las consecuencias inmediatas.
Inmediatamente después de la desobediencia, vinieron las consecuencias:
1. Temor y vergüenza (Gén. 3:7,8)
2. Afecto las relaciones interpersonales, así como la relación con Dios (Gén.
3:10-13)
3. Maldición, dolor y muerte. (Gén. 3:14-21)
4. La separación de Dios y la humanidad (Gén. 3:24)
B. El carácter del pecado.
Algunos llegan a crear que el pecado es hacer cosas realmente muy muy malas
como matar, cometer adulterio, o robar, pero muchos pasajes de las Escrituras nos dejan
claro que el pecado es un mal moral mucho más amplio. Veamos la definición bíblica del
pecado.
1. Definición de pecado:
a) “El pecado es infracción de la ley” (1 Juan 3:4)
b) Una falta de actuación en cualquiera “que sabe hacer lo bueno y no
lo hace” (Sant. 4:17)
c) “Todo lo que no proviene de la fe” (Rom. 14:23)
d) No creer en Jesús (Juan 16:9)
e) Incluso se peca cuando insultas a otros (Mat. 5:21,22)
f) Con los pensamientos (Mat. 5:27-30)

C. El efecto del pecado


Las consecuencias del pecado fueron más allá del contexto inmediato de Adán y Eva, y
abarca a toda la humanidad:
1. “No se justificará delante de ti ningún ser humano” (Sal. 143:2; 14:3)
2. “No hay hombre que no peque” (1 Rey. 8:46)
3. “¿Quién podrá decir: yo he limpiado mi corazón, limpio estoy de pecado?”
(Prov. 20:9)
4. “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca
peque” (Ecl. 7:20)
5. “Todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Rom. 3:23)
6. “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismo, y la
verdad no está en nosotros” (1 Juan 1:8)

Por lo tanto, todos somos pecadores, tenemos la inclinación natural para pecar incluso antes
de nacer:

“He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre” (Sal. 51:5)

Aún hasta el mismo apóstol Pablo fracasó en sus intentos de vivir una vida recta por sus
propias fuerzas. Al recordar sus frustraciones dijo:

“Lo que hago no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí…
miserable de mí ¿Quién me librar de este cuerpo de muerte?”. (Rom. 7:15,19,20,22-24)

V. Conclusión (llamado): Donde está la solución este dilema, ¿Dónde podemos encontrar
libertad de la condenación del pecado? ¿Quién puede darnos la fuerza que necesitamos para superar
nuestra inclinación natural al mal y poder guiarnos a una nueva vida? Pues al parecer las personas
del primer siglo de nuestra era encontraron la solución Se acercaban a Jesús todos los publicanos y
pecadores para oírle, (Lucas 15: 1).

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