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HIPOCALCEMIA PUERPERAL

La hipocalcemia puerperal (HP) , fiebre de la leche o paresia puerperal es una enfermedad


metabólica-nutricional caracterizada por un momentáneo desequilibrio en la regulación de la
concentración del calcio (Ca) en sangre durante el periparto, (48 horas antes hasta 72 horas
después del parto) no siendo verdaderamente una deficiencia del mineral.

Los factores de riesgo más importantes en esta enfermedad son la edad del animal, la alta
producción y la dieta en la etapa de transición.

También se ha demostrado que los animales recuperados de un cuadro de hipocalcemia


puerperal, producen de un 5 a un 15% menos de leche en esa lactancia.

¿Por que se produce la enfermedad?

El Calcio (Ca) y el Fósforo (P) componen más del 70% del total de los elementos minerales del
animal. El 99% del Ca y el 80% del P se encuentran en los huesos y en los dientes. El Ca también
interviene en la formación de los huesos, la coagulación de la sangre, las contracciones
musculares, el ritmo cardíaco, en el transporte de los impulsos nerviosos (excitabilidad
neuromuscular), la activación enzimática y la permeabilidad de las membranas. El Ca absorbido
por el intestino y el movilizado de los huesos constituyen la fuente principal de calcio para la
reserva sanguínea.

La paresia del parto ocurre cuando la utilización de Ca de la reserva sanguínea, excede el ingreso
de calcio absorbido del intestino y el movilizado por el hueso.

Toda vaca lechera sufre una hipocalcemia fisiológica en el momento del parto ya que además de
un "pasaje" del Ca de la madre hacia los tejidos fetales de 2 a 7 gramos de Ca /día durante los
últimos 60 días de gestación, en cuestión de horas hay un pasaje de 2.5 gramos de Ca/litro de
calostro, pudiéndose perder de 20 a 80 gramos de Ca por vaca, dependiendo de los niveles de
producción de calostro.
La paresia del parto se presenta cuando la utilización de Ca de la reserva sanguínea , excede el
ingreso de calcio absorbido del intestino y el movilizado por el hueso.

El Ca absorbido por el intestino y el movilizado de los huesos constituyen la fuente principal de


calcio para la reserva sanguínea. La vaca presenta hipocalcemia solamente cuando el ingreso total
de Ca de estas dos fuentes es insuficiente.

¿Como se manifiesta la enfermedad?

La enfermedad se puede manifestar de forma clínica y de forma subclínica.


La forma clínica se puede dividir en 3 etapas.
La etapa 1, de corta duración, se manifiesta por un breve estado de excitación y tetania con
hipersensibilidad y temblores musculares. El animal trata de no moverse y no come. Si el animal
es obligado a moverse sus movimientos son dificultosos dada la rigidez de los miembros y cae
fácilmente.
La etapa 2 se caracteriza por decúbito esternal. El animal se presenta deprimido torciendo la
cabeza como mirándose el flanco. La tetania de los miembros ha desaparecido, pero igualmente
el animal no puede levantarse. El hocico está seco, las extremidades frías y la temperatura rectal
ha disminuido a 36oC.
La etapa 3 muestra un estado de coma con decúbito lateral. El animal no puede levantarse y se
produce un meteorismo secundario.
Si el animal no recibe tratamiento rara vez hay recuperación, muriendo por insuficiencia
respiratoria.
Si conjuntamente existe una hipomagnesia (disminución del Mg en sangre) el animal mantiene el
cuadro de tetania e hiperexcitabilidad en todas las etapas.
Las vacas afectadas de paresia puerperal clínica y/o subclínica son de 3 a 9 veces más susceptibles
de contraer otros trastornos asociados al periodo del parto. Estos trastornos secundarios se
manifiestan por una menor motilidad gastrointestinal, menor consumo voluntario, menor
producción de leche, retención de placenta, retraso en la involución uterina y aumento en la
prevalencia de mastitis clínica.

¿Cómo se realiza el tratamiento de la enfermedad?


El tratamiento se debe realizar en las primeras etapas del cuadro clínico para que sea efectivo. Lo
mejor es realizar el tratamiento antes que el animal se caiga.

Se debe administrar sales de Ca de manera parenteral. Existen en el mercado muchas soluciones


solas o combinadas con sales de Mg y vitaminas a diferentes concentraciones, debiéndose seguir
las instrucciones del fabricante para su dosificación.

La vía de elección es la intravenosa, aunque se debe tener cuidado en la velocidad de


administración. Por esta vía la respuesta es mucho más rápida.

Otra opción es administrar primeramente de forma intravenosa y luego continuar con la


administración por vía subcutánea.

¿Que medidas se deben realizar para prevenir la enfermedad?

La principal causa de la hipocalcemia es el manejo de la dieta en el periodo de transición de la


vaca lechera (3 semanas preparto a 3 semanas postparto)

Solo es posible mantener el "pool" de Ca (70 a 80 gramos/día) a través de una mayor eficiencia
de la absorción intestinal y/o por el aumento de la reabsorción ósea. El escaso tiempo disponible
y el hecho del menor consumo voluntario en el período de transición, implican que sea la
reabsorción ósea el principal mecanismo compensador.

El mantenerlo de forma activa en este período de transición es la estrategia de control de esta


enfermedad.

Las mejores posibilidades de reducir la prevalencia de la enfermedad es disminuyendo los


ingresos de Ca en los últimos 30 a 40 días de preñez, no debiendo ser superiores a 30 – 50 gramos
de Ca/vaca/día con una relación Ca / P igual o menor a 1:1.

Como esta práctica de manejo no es siempre posible, la forma más común de lograr esto es
"acidificar" metabólicamente al animal, agregando sales aniónicas a la dieta, siendo los cloruros
y los sulfatos los elementos más usados. Esta acidificación produce el estímulo para la remoción
del Ca y del P de los tejidos óseos, ayudando de esta manera a mantener los niveles de Ca
sanguíneo necesarios.

Retención Placentaria Normalmente las placentas deben de ser expulsadas después del producto
o máximo en un periodo de 10 horas postparto, cuando a las 12 horas después del parto no han
sido expulsadas lo considero una retención placentaria, en las explotaciones hay un promedio de
retención placentaria entre un 3 a un 10 %. Las causas pueden ser una mala nutrición
principalmente en el periodo de sacado, enfermedades metabólicas como la hipocalcemia, partos
distócicos, partos gemelares, abortos, momificación, maceración, mal manejo del parto, mala
higiene, pueden ser factores determinantes para provocar una retención placentaria. Terapia
para prevenir o evitar las alteraciones o infecciones uterinas locales o sistémicas pueden prevenir
una retención placentaria. En primer lugar debemos de palpar a la vaca después del parto para
corroborar la retención placentaria y si hay evidencia que el lugar en donde se desarrollo el parto
estaba muy sucio la aplicación de pesarios ó bolos uterinos de oxitetraciclinas, neomicina y
clorofila de acción efervescente y espumosa (prontaformo uterino Parfarm ) de 2 a 4 bolos cada
tercer día o bolos de 0.300 g., de rifaximina (fatroximin Schutze-Segen) de 2 a 4 bolos cada 24
horas pueden ser de gran ayuda para evitar las infecciones subsecuentes Oxitocina 50 a 100 UI
por 3 días estimulan las contracciones de la musculatura lisa del útero ayudando al
desprendimiento de las placentas y facilita la bajada de la leche Si al momento de la palpación
rectal la involución uterina nos permite palpar los ovarios y encontramos un cuerpo lúteo
persistente que en realidad es un quiste luteinizado se recomienda la aplicación de
prostaglandinas. Las prostaglandinas o sus análogos que son agentes luteolíticos que provoca la
regresión funcional y morfológica del cuerpo lúteo (luteolisis), lisa el cuerpo lúteo persistente ó
quiste luteínico, también provocan la estimulación de la musculatura lisa uterina y un efecto
relajante sobre el cérvix. Se menciona que la administración de oxitocina junto con
prostaglandina aumenta su efecto. La aplicación IM de 4 mg de cipionato de estradiol (ECP Pfizer)
se puede repetir a la semana. Aplicación de calcio y vit. E y selenio se hace necesaria para evitar
problemas del puerperio en la madre y alteraciones en los becerros como la enfermedad del
músculo blanco. Medidas preventivas: la nutrición ideal de las vacas en producción, tomando
primordial importancia la de las vacas secas y la alimentación de reto 15 días antes del parto es
el factor más importante para evitarlo, la bioseguridad en particular la higiene al momento del
parto es determinante ya que al momento del parto las vacas por lo general se echan y el tenesmo
ó pujo constante que producen las contracciones uterinas hacen que el útero, las membranas y
el producto estén entrando y saliendo del canal materno constantemente y si el piso tiene
excremento todo se contamina y al presentarse la expulsión del feto las heces pueden penetrar
al útero provocando una infección y en el becerro contaminan el cordón umbilical pudiéndose
provocar la onfaloflebitis y si estas heces llegan a la boca del becerro puede provocarse el
síndrome diarreico neonatal por E. coli o Salmonella, las buenas instalaciones y el excelente
manejo para mantener el bienestar animal y evitar el estrés son factores que tenemos que
considerar para evitar la retención.

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