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“Estudios en Romanos”

Ps. Alex Donnelly

LOS FRUTOS DE LA JUSTIFICACION

TEXTO: Romanos 5:1-21

En Romanos 4, Pablo se detuvo para ofrecernos un ejemplo de la justificación por la fe en el Antiguo


Testamento. Ahora en Romanos 5 Pablo vuelve a su exposición del tema central de esta carta.

Este capítulo se divide en dos partes:

1. Versos 1-11, en la cual Pablo describe algunos de los ‘frutos’ o resultados de la justificación.

2. Versos 12-21, en la cual Pablo vuelve al tema de la justificación en sí, ilustrando y explicando cómo es que
Dios puede justificar a muchas personas sobre la base de lo que una Persona (Cristo) hizo; esto surge de lo
que Pablo dijo en vv.6-11.

1. LOS RESULTADOS DE LA JUSTIFICACION (v.1-11)

a. Paz Con Dios (v.1)

El primer resultado de la justificación, según Pablo, es “paz para con Dios”. Comentaristas están divididos
en cuanto a lo que Pablo realmente escribió1, y qué fue lo que él quiso decir con la expresión “tenemos paz
para con Dios”.

Algunos comentaristas enfatizan la CONDICION OBJETIVA de tener paz con Dios, proveniente de la
reconciliación. Es decir, antes de ser justificado, el pecador era un “enemigo” de Dios (v.10); pero ahora que
ha sido justificado, su condición objetiva delante de Dios ha cambiado radicalmente. Sin embargo, otros
comentaristas prefieren enfatizar el aspecto del SENTIMIENTO INTERNO de paz; es decir, ahora que el
pecador ha sido justificado (perdonado), él ya no tiene porque sentirse intranquilo ante la presencia de Dios,
con temor a ser castigado.

En realidad, las dos cosas son ciertas. En el contexto de estos capítulos de Romanos, la “paz” de la cual
Pablo habla es el resultado de ya no estar bajo la ira de Dios. Esto obviamente resulta en una tremenda
tranquilidad interna en la vida del creyente.

Esta paz no viene simplemente de un perdón ‘barato’ de parte de Dios, sino de la justificación que Él nos
concede por medio de la obra redentora de Cristo. Es tan importante que el creyente esté bien seguro de lo
que es la justificación, para tener esta tranquilidad interna. Dios no va a cambiar Su opinión acerca de
nosotros. La obra de salvación ya está completa (¡aunque no concluida!).

Es interesante notar el tiempo de los verbos en v.1-2.

- “justificados”, v.1 (aoristo – indica algo hecho en un momento dado)


- “tenemos paz”, v.1 (presente – indica una condición permanente)
- “tenemos entrada”, v.2 (perfecto – indica algo hecho en el pasado, que tiene resultados permanentes)

1
La mayoría de los MSS tienen la palabra “ejomen” (subjuntivo) = “tengamos paz...” Sin embargo, el contexto indica
que es más probable que Pablo haya escrito, “ejomen” (indicativo) = “tenemos paz...”.

45
- “estamos firmes”, v.2 (perfecto – algo hecho en el pasado con resultados permanentes)
- “nos gloriamos”, v.2 (presente – una condición permanente).

b. La Certeza de la Gloria de Dios (v.2)

La “gracia” de la cual Pablo habla en v.2 es la justificación (mencionada en v.1), que nos trae “paz con Dios”.
“Tenemos entrada” a esta gracia, no sólo por Dios el Padre (quien nos justifica), sino también por el Señor
Jesucristo (por quien somos justificados).

En esta gracia, dice Pablo, “estamos firmes”. Pablo está enfatizando la seguridad de la salvación del creyente;
cosa que él repetirá muchas veces en esta carta, por ser una de las consecuencias más importantes de la
doctrina de la justificación por medio de la fe, que se basa en la obra redentora de Cristo en la cruz.

Esta justificación nos da la certeza2 de que un día veremos, y participaremos en la gloria de Dios (ver notas
sobre Rom 3:23). Debemos notar que el verbo “nos gloriamos” es utilizado por Pablo aquí en un sentido
positivo, como sinónimo de “nos regocijamos”, o “nos alegramos grandemente”.

c. La Habilidad de Soportar las Pruebas de la Vida (v.3-5)

Aunque el creyente justificado ya no está bajo la ira de Dios, eso no implica que él será exento de luchas y
dificultades en la vida. La “paz de Dios” no implica ausencia de sufrimiento. En realidad, muchas veces
el creyente sufre más siendo cristiano (esto era muy cierto en los días de Pablo).

Lo que Pablo enseña en estos versos es que las dificultades en la vida del creyente serán usadas por Dios para
avanzar la obra de salvación en su vida. Las tribulaciones resultarán en “paciencia”3, “prueba”4 y
“esperanza”.

Antes de ser justificados, las aflicciones de la vida eran entendidas como expresiones de la ira de Dios sobre
nosotros; ahora las tomamos como expresiones de Su amor (Heb 12:6). En esta manera, las tribulaciones
vienen a ser motivo de gozo en la vida del creyente (ver Mat 5:10-12; Hch 5:41; Rom 8:28; 1 Ped 4:13,14).

Valdría la pena notar que cuando Pablo dice, “nos gloriamos en las tribulaciones...”, él tiene en mente, no las
circunstancias mismas del sufrimiento, sino la meta final para la cual Dios permite estos sufrimientos.

En medio de las tribulaciones hay dos cosas que sostienen al creyente: (1) la “esperanza” (certeza) de la
salvación, y (2) “el amor de Dios que ha sido derramado5 en nuestros corazones por el Espíritu Santo” (v.5).

d. La Seguridad de la Salvación Eterna (v.6-11)

Para terminar esta sección Pablo quiere anticipar y contestar la siguiente interrogante: “¿Cómo puedo estar
seguro que en el Día del Juicio Final realmente seré salvo de la ira de Dios?". Pablo enfatiza DOS cosas para
expresar la seguridad que el creyente tiene de su salvación final:

2
La palabra “esperanza” en el N.T. siempre conlleva la idea de algo SEGURO.
3
La palabra es “jupomone”. Significa literalmente, “soportar debajo de” [golpes, una carga, etc.]. Esta palabra denota
“fuerza y firmeza, expresadas en soportar sufrimiento con paciencia; perseverando fiel a la verdad, y leal al deber, aun
bajo las pruebas más difíciles” (Hodge).
4
La palabra es “dokime”. En este contexto podría significar “prueba”, en el sentido de presentar evidencia ante una
corte (2 Cor 13:3), o “prueba”, en el sentido de “[a]probado”; es decir, el fruto de una prueba (Sant 1:12; 1 Ped 1:7).
Hodge prefiere el primer significado, diciendo que la paciencia bajo tribulación constituye una evidencia contundente de
la realidad de nuestra fe. Sin embargo, Cranfield y Hendricksen prefieren la segunda interpretación, y opinan que Pablo
está diciendo que la paciencia bajo tribulación resulta en un carácter aprobado por Dios.
5
El verbo es “ekkecutai” = (lit.) “derramado de”; es decir, ha salido del corazón de Dios, y es derramado en el corazón
del creyente. Este verbo es usado en Apo 16 nueve veces, de la IRA de Dios derramada sobre los hombres.
46
[1] Dios nos salvó (“amó”) mientras éramos aún pecadores (v.6-8).

Hay dos frases que Pablo usa para expresar cuál era nuestra condición en el momento en que Dios expresó Su
amor en Cristo:

i. “cuando aún éramos débiles6” (v.6)


ii. “siendo aún pecadores” (v.8)

Podemos notar también la palabra “impíos” (v.6), y la expresión “siendo enemigos” (v.10).

Dios no espera que seamos ‘buenos’ para salvarnos; nos salva tal cual somos, débiles, pecadores, incapaces de
hacer absolutamente nada para mejorar nuestra situación ante Dios.

[2] Dios aún más nos salvará estando ya justificados (v.9-11).

Pablo usa dos palabras para hablar de la nueva situación en la cual el creyente se encuentra ante Dios:

i. “estando ya justificados” (v.9)


ii. “estando reconciliados” (v.10)

La conclusión a la cual Pablo nos quiere llevar es que si ya somos justificados y reconciliados ante Dios,
“seremos salvos de la ira” (v.9) en el Día del Juicio Final. En v.10 Pablo expresa algo parecido, “seremos
salvos por Su vida”7. Valdría la pena notar aquí el comentario de Cranfield sobre estos versos:

“...dado a que Dios ya ha hecho lo que era realmente difícil (es decir, justificó a los pecadores),
podemos estar absolutamente seguros que Él hará lo que es, en comparación, muy fácil (es decir, salvar de Su
ira, en el día final, a los que ya están justificados delante de El)”.

En resumen, podemos decir que la seguridad del creyente radica en que siendo justificado, él está ahora en una
nueva relación con Dios; es decir, está RECONCILIADO (v.10, 11). Esto sería otro fruto de la justificación.
Antes de ser justificado, el hombre estaba en enemistad contra Dios. Sin embargo, habiendo sido justificado,
la relación del pecador con Dios cambia radicalmente; él deja de ser un enemigo, y pasa a ser un hijo de Dios,
plenamente reconciliado con El (ver 2 Cor 5:17-21).

2. UNA ILUSTRACION DE LA VALIDEZ DE LA JUSTIFICACION POR LA FE (v.12-21)

En esta sección, Pablo está ilustrando la validez de la doctrina de la justificación por la fe. El problema con
esta doctrina es que no encaja con la experiencia normal del hombre; es decir, la idea de que muchas personas
pueden ser declaradas justas simplemente por la acción de una sola persona no es algo normal en el
pensamiento humano. Muchos podrían reaccionar (y han reaccionado) ante la enseñanza de Pablo diciendo
que tal doctrina simplemente no es válida. Por lo tanto, Pablo busca ilustrar y explicar la doctrina de la
justificación usando el ejemplo de Adán, y comparándolo con Cristo. Es decir, tal como por el PECADO de
un hombre (Adán), muchas personas fueron condenadas, así también por la OBEDIENCIA de un Hombre
(Cristo), muchas personas fueron justificadas (v.15, 17, 18, 19).

La estructura de estos versos es la siguiente:

a. La ilustración comenzada (v.12). Note que el apóstol sólo presenta la primera parte del argumento -
el caso de Adán.

6
Tenemos que entender esta palabra en el contexto de la expresión paralela (“siendo aún pecadores”), y a la luz de Rom
8:3 (la Ley era “débil” sólo porque el hombre era “débil”). Pablo está hablando de una debilidad espiritual.
7
El creyente se beneficia, no sólo de la muerte de Cristo, sino también de Su resurrección y vida (Juan 14:19; Heb 7:25).
La seguridad del creyente radica en que Cristo vive para interceder por él; para santificarle, guardarle de todo peligro, y
darle poder para vivir la vida cristiana. Nuestra salvación depende de Cristo, de comienzo a fin.
47
b. Un paréntesis (v.13-17), para comprobar la verdad de la frase en v.12b, “por cuantos todos
pecaron”.

[1] Versos 13-14 son una explicación importante de la palabra “pecado” en v.12.
[2] Versos15-17 son una explicación de la diferencia entre Cristo y Adán.

c. Concluye la ilustración de la doctrina (v.18, 19).

d. El propósito de la Ley y la venida de la gracia (v.20, 21).

Estudiaremos los versos 12-21 usando esta estructura.

a. La Ilustración Comenzada (v.12)

Pablo comienza su ilustración de la validez de la justificación por la fe, usando el ejemplo de Adán. La
comparación que Pablo quiere hacer es entre Adán y Cristo, pero en este verso sólo cita el caso de Adán;
recién completa la comparación con Cristo en los versos 17-19.

Hay cuatro afirmaciones importantes que Pablo hace en este verso:

[1] “el pecado entró en el mundo por un hombre”

Estas palabras han sido interpretadas en varias maneras (ver Apéndice). Para interpretar correctamente la
enseñanza de Pablo hay que hacer un estudio detallado de los siguientes versos, y entender la comparación que
Pablo hace entre Cristo y Adán.

Cuando Dios creó el universo, el mundo material era perfecto y sin pecado; sin embargo, el pecado ya existía
en la esfera espiritual – Satanás ya se había rebelado contra Dios. No obstante, esta realidad del pecado no
“entró” al mundo material (en el sentido de afectarlo en forma negativa) hasta que Adán pecó. Por ende, fue
Adán quien introdujo al mundo humano la rebeldía contra Dios.

La palabra “jamartia” (“pecado”) tiene una variedad de significados en el NT:

1. Pecado actual; actos individuales de pecado.


2. La tendencia pecaminosa.
3. La culpabilidad del pecado.

Muchos comentaristas (incluyendo Calvino) toman el significado 2; es decir, que la caída de Adán introdujo en
la raza humana la tendencia a pecar, que produce en cada uno de nosotros actos individuales de pecado.
Otros lo entienden en el sentido 3. Hodge es de la opinión que se debe tomar como las tres cosas a la vez:
que en Adán todos los hombres cometieron un pecado, que ellos heredan una naturaleza pecaminosa, y que
también llevan la culpabilidad del pecado de Adán.

[2] “y por el pecado la muerte”

Si el hombre no hubiera pecado, la muerte no hubiera afectado la raza humana. La enseñanza clara de toda la
Biblia es que la muerte física es el castigo por el pecado (ver Gén 2:17; Ezeq 18:4; Rom 6:23).

[3] “así la muerte pasó a todos los hombres”

Según Hodge la expresión “así”(‘kai outos’) debe ser traducida, “y por lo tanto”. La muerte es universal
porque el pecado es universal.

48
El término “pasó” es ‘dielthe’, que significa (literalmente) “pasó a través de”, o “atravesó”. La muerte viene
a ser como un veneno. Una vez introducido al cuerpo humano, rápidamente se desplaza por todo el cuerpo.

[4] “por cuanto todos pecaron”

La expresión “por cuanto” es ‘ef’ o’. La Vulgata la traduce “en quien”. Sin embargo, la expresión
literalmente significa “sobre que o quien”. Se usa, por ejemplo, de una persona sobre una cama (Marcos 2:4;
Lucas 5:25). Por lo tanto, lo que Pablo está diciendo es que “la muerte pasó a todos sobre la base de que
todos pecaron”, o que “la muerte vino a todos porque el pecado vino sobre todos”.

Para las varias interpretaciones que se han dado de la frase: “por cuanto todos pecaron”, ver Apéndice.

Valdría la pena notar lo que un comentarista ha dicho:

"El asunto aquí no es directamente acerca de cómo se ha propagado la naturaleza pecaminosa a


todos los hombres, ni tampoco acerca de los pecados personales cometidos por todos los hombres
individualmente, sino de la culpabilidad universal ante los ojos de Dios que ha sobrevenido a todo
hombre, y que Pablo atribuye, no a los pecados cometidos personalmente por ellos, sino al pecado
cometido por Adán”.8

b. Un Paréntesis (v.13-17)

Habiendo hablado de Adán en v.12, Pablo debería haber hablado de Cristo en v.13, para completar la
comparación. Sin embargo, Pablo no menciona a Cristo en v.13. La razón es porque él ha dicho algo en
v.12 que bien podría ser mal interpretado. Para evitar esta mala interpretación, Pablo hace un paréntesis en
v.13-17, y vuelve a la comparación entre Adán y Cristo en el v.18.

Las dos cosas que Pablo quiere aclarar antes de seguir con su comparación entre Adán y Cristo son: (a) el
significado de la palabra “pecaron” en v.12, y (b) que hay una diferencia muy grande entre Cristo y Adán.

[1] La Existencia del Pecado Antes que se Diera la Ley (v.13, 14).

Para los judíos, “pecar” era sinónimo de quebrantar la Ley. La pregunta es, ¿cuál es la situación de los que
vivieron antes que Dios diera la Ley? Pablo, en v.12, dijo categóricamente que todos los hombres son
pecadores, y que por ende la muerte es universal. Pablo toma la universalidad de la muerte como su
punto de partida, y deduce de ella que todos los hombres son pecadores; aun los que vivieron antes de
tener la Ley. Por eso Pablo afirma que “reinó la muerte desde Adán hasta Moisés” (v.14).

Podemos notar DOS INTERPRETACIONES de estos versos:

INTERPRETACION 1 (Cranfield)

Pablo reconoce que en cierto sentido “no se inculpa de pecado” si no hay ley. Sin embargo, hay que notar
que él no está diciendo que si no hay Ley entonces no hay culpabilidad de pecado. El hecho de que la muerte
fue universal entre Adán y Moisés, demuestra que en alguna manera todos eran culpables de pecado 9. Más
bien, la frase “no se inculpa de pecado” significa, que antes de la revelación de la Ley, el pecado no era algo
bien definido.

La expresión interesante es, “aun en los que no pecaron a la manera de la trasgresión de Adán”. Cuando
Adán pecó, él se rebeló contra la voluntad divina expresada en un mandato de Dios. Después de la revelación
de la Ley, los pecados de los hombres también tienen esta característica de ser rebeldía contra la voluntad
8
Citado en Hodge, op. cit., p.155.
9
Aquí debemos recordar lo que Pablo dijo en Rom 2:14, 15.
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divina manifestada en mandamientos. Pero durante los años antes de la manifestación de la Ley, aunque
los hombres eran culpables de pecado, no era el mismo pecado de rebeldía abierta contra un mandato
específico de Dios. Sin embargo (y esto es lo importante), la muerte siguió siendo algo universal, lo que
indica que aunque el pecado de los hombres era en cierto sentido diferente, de todos modos era igualmente
“pecado”, y merecía la pena de muerte.

INTERPRETACION 2 (Hodge)

La interpretación de Hodge es que Pablo no está hablando de pecados personales, sino del pecado que todos
cometieron en Adán. Pablo reconoce que donde no hay Ley no se puede culpar de pecado; sin embargo, el
hecho de la universalidad de la muerte (entre Adán y Moisés) indica que todos eran pecadores, aun si no
existía la Ley todavía. El pecado de todos los hombres no era “a la manera de la trasgresión de Adán”,
porque el pecado de Adán era personal, mientras que el pecado de todos los otros hombres fue algo cometido
“en Adán” (es decir, el pecado de su representante legal ante Dios).

La interpretación de Hodge tiene la ventaja de estar más de acuerdo con el contexto del v.12, y de toda esta
sección en la cual Pablo está queriendo enfatizar la culpabilidad del hombre ‘en Adán’, y no de sus pecados
personales. Es más, los judíos, lejos de considerar a los gentiles como ‘inocentes’ por no tener la Ley, los
consideraban sumamente culpables y pecadores.

La referencia a Adán, al fin del v.14, le hace recordar a Pablo que su tema principal en estos versos es la
comparación entre Adán y Cristo, como representantes legales ante Dios. Por eso Pablo concluye el v.14
diciendo (de Adán), “el cual es figura [griego, “tupos”] del que había de venir” (es decir, de Cristo). Ver 1
Cor 15:45.

Pero, de inmediato surge una preocupación en la mente de Pablo; él no quiere dar a entender que Adán y Cristo
son exactamente iguales. Por lo tanto, Pablo pasa a una segunda parte de su paréntesis, para explicar las
diferencias que existen entre Adán y Cristo.

[2] Las Diferencias entre Cristo y Adán (v.15-17).

Podríamos resumir las diferencias que Pablo quiere notar entre Adán y Cristo en la siguiente manera:

i. Adán transgredió la ley (v.15); Cristo obedeció la Ley.


ii. Adán trajo muerte (v.15); Cristo trajo vida.
iii. Adán trajo juicio y condenación (v.16); Cristo trajo justificación (v.16).
iv. Adán, por un solo pecado, trajo condenación a muchos (v.15, 16); Cristo salvó a los hombres de
muchos pecados (v.16).

Ciertas frases indican el énfasis que Pablo quiere dar para que quede clara la grandeza de la salvación que
Cristo ha obrado; por ejemplo, “abundaron mucho más para los muchos...” (v.15), “mucho más reinarán en
vida...” (v.17), “los que reciben la abundancia de la gracia...” (v.17).

c. La Ilustración Concluida (v.18, 19)

Pablo ahora llega al punto principal de esta sección (v.12-21), que es la de vindicar la acción de Dios de
justificar a muchas personas sobre la base de la obediencia de una sola Persona. Pablo muestra que Dios ya
había tratado una vez a la raza humana en esta manera, en el sentido de que por la desobediencia de un
hombre, muchos fueron considerados ‘pecadores’; por lo tanto, Dios tiene el derecho de hacer lo mismo
(aunque en sentido contrario) en Cristo: justificando a muchos sobre la base de la obediencia de Uno solo.

NOTAS EXEGETICAS

50
[1] “vino la condenación a todos...vino a todos...la justificación” (v.18)

Teólogos han debatido el significado de los dos usos de la palabra, “todos”, en el v.18. El primero
obviamente ha de ser entendido en el sentido más amplio de la palabra; es decir, “todo individuo que haya
vivido en la tierra” (ver Rom 3:23, etc.).

Es el segundo uso de “todos” que causa problemas teológicos, porque parece que Pablo estuviera enseñando
que todo individuo será salvo por la muerte de Cristo.

En nuestra exégesis hay que tomar en cuenta varios factores:

i. El uso de la palabra “todos” en el N.T. No siempre se usa en el sentido universal (ver


Lucas 2:1; Juan 3:26).

ii. El contexto de la palabra en Rom 5:18. Podemos notar como en el v.17 Pablo ha limitado la
justificación a “los que reciben la abundancia de la gracia...”. Por ende, la palabra “todos” (en
el segundo caso) debe ser limitada en la misma manera.

iii. En el contexto de los vv.12-21, Pablo está diciendo que todos los que están “en Adán” son
considerados pecadores, y también que todos los que están “en Cristo” son considerados
justificados.

Por lo tanto, podríamos añadir las siguientes palabras en el v.18 para interpretarlo correctamente:
“vino la condenación a todos los hombres [que están “en Adán”]...vino a todos los hombres [que
están “en Cristo”] la justificación”. Ver 1 Cor 15:22.

[2] “constituidos pecadores...constituidos justos” (v.19).

El uso del verbo en griego10 no implica que Dios los HIZO “pecadores”/ “justos”, sino que Dios los considera
y los trata como tal. Por medio de la obediencia de Cristo, Dios coloca a todos los que confían en Él en la
categoría de ser “justos”.

d. El Propósito de la Ley y la Manifestación de la Gracia (v.20, 21)

Pablo ha explicado el caso, tanto de la condenación del hombre por el pecado de Adán, como la justificación
del creyente por la obediencia de Cristo SIN REFERENCIA ALGUNA A LA LEY. La pregunta obvia (¡a lo
menos para el judío!) era: “Entonces, “¿qué propósito sirve la Ley? “¿Para qué introdujo Dios la Ley?”

El propósito de la Ley, dice Pablo, no fue el de dar al hombre la oportunidad de salvarse a sí mismo; más bien,
todo lo opuesto. Dios dio la Ley “para que el pecado abundase” (v.20; ver Rom 7:7-13). Dios quería que
el hombre mismo vea su condición de pecador, y sienta su propia inhabilidad de obedecer la Ley. Así que, la
Ley “ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe” (Gál 3:24).
Dar la Ley no fue un acto de juicio por parte de Dios (comparar Rom 1:24, “Dios los entregó...”), sino un acto
de gran misericordia.

Para evitar la conclusión de que Dios ha sido ‘malo’ en tratar al hombre en esta manera, Pablo inmediatamente
añade que “cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia” (v.20). La meta final de Dios era la de
conceder la ‘vida eterna’ a muchos (v.21). En otras palabras, Dios permitió el dominio del pecado y de la
muerte, para después resaltar y exaltar el dominio de la justicia y de la vida en Cristo. ¡TODO ES PARA LA
GLORIA DE DIOS!

RESUMEN DE LA COMPARACIÓN ENTRE ADAN Y CRISTO

10
El verbo es “kathistemi” = “colocar”, “constituir”, “establecer”.
51
a. La Desobediencia de Adán y Sus Consecuencias

[1] ADAN ACTUO COMO PREPRESENTANTE LEGAL DE TODA LA RAZA HUMANA

Pablo enfatiza que el pecado de Adán fue el pecado de un solo hombre (v.12, 15-19). Sin embargo, hay que
entender que este hombre estaba actuando como representante legal de toda la raza humana. Eso fue lo que
hizo que su pecado sea tan importante. Si él hubiera obedecido, todos hubiéramos recibido la vida eterna.

[2] LA ACCION DE ADAN INTRODUJO EL PECADO AL MUNDO

Esto es lo que Pablo enseña en v.12. Satanás introdujo la tentación al mundo; pero fue Adán quien introdujo
el pecado al mundo, y causó tanto daño a la raza humana.

Pablo describe la acción de Adán como “trasgresión” (v.14, 15, 17, 18) y “desobediencia” (v.19).

[3] EL PECADO DE ADAN INTRODUJO LA MUERTE AL MUNDO

Pablo describe esto en v.12, 14, 17. Si Adán no hubiera pecado, no hubiera habido muerte humana. Una
pregunta que a veces se hace, es si antes del pecado de Adán hubo muerte de animales, plantas, etc. Esta
pregunta tiene implicancias muy serias para la teoría de la evolución.

Es interesante notar la expresión que Pablo usa en v.14, “reinó la muerte” (ver v.17).

[4] POR EL PECADO DE ADAN TODOS MURIERON

Pablo no sólo dice que por el pecado de Adán, entró la muerte, y que por ende nosotros también un día
moriremos; sino que dice algo mucho más dramático. Pablo afirma que es por el pecado de Adán que
nosotros morimos (legalmente, ante Dios).

El verbo el fin del v.12 es aoristo (“por cuantos todos pecaron”). El ser humano es pecador, y muere por
sus propios pecados; pero ¿por qué mueren los bebés o fetos? Evidentemente, no es por sus propios
pecados; tiene que ser por el pecado original de Adán.

[5] POR EL PECADO DE ADAN TODO SER HUMANO ESTA BAJO CONDENACION

Muchos quisieran pasar por alto lo que Pablo enseña aquí, pero él es muy claro. Dios considera toda la raza
humana culpable por el pecado de Adán. Esto es lo que Pablo dice claramente en v.16, 18, 19.

No solo todos morimos, por causa del pecado de Adán, sino que morimos bajo la condenación de Dios.
Esto afecta aun a los bebés recién nacidos. Por ende, si ellos van a ir al cielo, es sólo por la gracia de Dios,
evidenciada en la muerte de Cristo.

b. La Obediencia de Cristo y Sus Consecuencias

Habiendo notado todo lo anterior, es importante ahora notar lo que Pablo dice acerca de la obediencia de
Cristo.

[1] CRISTO ACTUO COMO REPRESENTANTE LEGAL DE TODO LOS CREYENTES

52
Tal como la acción de Adán afectó a todos, porque él era representante legal de la raza humana, así la acción
de Cristo tuvo un impacto sobre muchos (v.15, 18, 19). Pero debemos notar una diferencia importante. El
pecado de Adán, afectó a toda la raza humana; pero la obediencia de Cristo solo beneficia a los creyentes.
¿Por qué?

El vínculo que nos relaciona con Adán es el nacimiento humano; toda persona que nace físicamente en este
mundo (con la excepción de Cristo) está relacionado con Adán (ver el caso de los levitas, y su relación con
Abraham, en Hebreos 7:9, 10). En el caso del creyente, lo que le vincula con Cristo es la FE; por ende,
toda persona que deposita su fe en Cristo, es unida con Él por el Nuevo Nacimiento, y goza de los beneficios
de la acción de Cristo en la cruz.

[2] LA ACCION DE CRISTO INTRODUJO LA JUSTICIA DE DIOS AL MUNDO

Esto es lo que Pablo enseña en v.16, “el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación”. La
palabra “don” es “jarisma” (ver también v.15 y 17). Esta “gracia” se manifiesta en la “justicia” de Dios
(v.18, 19).

[3] LA OBEDIENCIA DE CRISTO INTRODUJO LA VIDA ETERNA AL MUNDO

Tal como el pecado original causó la muerte universal, de igual modo la justicia de Dios obrada por Cristo,
concede la vida eterna a todos los que creen en Cristo (v.17, 18).

[4] POR LA OBEDIENCIA DE CRISTO TODO CREYENTE ES SALVO

Esta es la consecuencia de la gracia de Dios, Su justicia y la vida eterna; todo se resume en "salvación" (v.21).

[5] POR LA OBEDIENCIA DE CRISTO TODO CREYENTE ES DECLARADO JUSTO

Esto es lo que Pablo enseña en v.19. El verbo es “katistemi” (= “establecer”, “declarar”, “constituir”).
Aquí es muy importante notar el paralelo entre:

- en Adán “los muchos fueron constituidos pecadores”


- en Cristo “los muchos serán constituidos justos”

Aquí está el problema para algunos que niegan ciertas implicancias del pecado original (como, por ejemplo,
algunos en la Iglesia Católica, siguiendo Pelagio). Según éstos, las consecuencias del pecado de Adán no
fue tanto que toda la raza humana fue declarada por Dios "culpable", sino que simplemente introdujo en la raza
humana una tendencia hacia el pecado. Si esto es cierto, entonces la conclusión sería que la acción de
Cristo tampoco nos constituye "justos" delante de Dios, sino que simplemente nos da cierta fuerza para hacer
buenas obras, y por ende buscar nuestra propia justicia. Sin embargo, esto NO es lo que Pablo enseña.

APENDICE A

53
La Pecaminosidad del Hombre (Rom 5:12)

Este es un verso muy discutido por teólogos y comentaristas. Dos frases han causado bastante polémica: “el
pecado entró al mundo por un hombre” y “la muerte pasó a todos, por cuanto todos pecaron”.

DOS preguntas necesitan ser respondidas:

1. “¿Qué relación hay entre el pecado de Adán y nuestra pecaminosidad?”

En la historia de la Iglesia, muchas respuestas han sido dadas a esta interrogante:

1. Algunos, asumiendo la filosofía platónica de la preexistencia de las almas, afirman que Adán fue la causa de
la pecaminosidad de todos los seres humanos, porque él fue el líder de estas almas antes de la creación del
mundo. Es decir, las almas cayeron en pecado antes de la creación del mundo material, y cuando, a su
momento, estas almas se encarnan en un cuerpo humano, siguen su vida de pecado. Hay que afirmar que no
hay base bíblica alguna para esta idea.

2. Otros, siguiendo a Pelagio11, dicen que Adán fue quien introdujo el pecado al mundo sólo en el sentido de
dar un mal ejemplo. Es decir, su caída no hizo que todos automáticamente sean pecaminosos; sino que su
mal ejemplo afectó a otros, con el resultado de que ellos también vienen a ser pecadores posteriormente (por
su libre albedrío).

3. Ciertos teólogos dicen que la pecaminosidad de todos fue el resultado de un decreto judicial de Dios. Dios
había decretado que si el primer hombre pecaba, entonces El consideraría a todos ‘pecadores’. Esto no era
algo que necesariamente tenía que darse, sino que Dios simplemente decretó que sería así.

4. Otros afirman que Adán fue el causante de la pecaminosidad de todos porque por medio de su pecado, él
debilitó la raza humana. Tal como ocurre en el caso de un hombre que contagia SIDA y lo pasa a su
descendencia automáticamente, así ocurre con el pecado de Adán.

5. Algunos afirman que Adán no fue simplemente un hombre individual, sino que en él estaba toda la raza
humana. Dado a que toda la raza estaba en él, su acto de pecado fue el acto de todos los hombres. Por lo
tanto, Dios tiene el derecho de declarar a todos pecadores.

6. Adán fue el representante legal ante Dios por toda la raza humana. Dios consideró su acción como
legalmente afectando a todos los hombres. Esta parece ser la respuesta más acertada acerca de la relación
entre el pecado de Adán y nuestra pecaminosidad.

2. “¿En qué sentido “todos pecaron”?

El debate histórico entre Agustín y Pelagio radicó en este verso. Pelagio entendió las palabras de Pablo en la
siguiente manera: la muerte viene sobre todos porque todos PECAN. Es decir, la muerte sólo viene a los
hombres individualmente, porque como individuos ellos pecan (es decir, no pecaron en Adán). Las
objeciones a esta interpretación son las siguientes:

1. El tiempo del verbo “pecaron”. El verbo está en el aoristo, que indica una acción cometida en un momento
dado.
2. Si tal fuera el significado de Pablo, entonces rompería todo el esquema de la comparación que Pablo hace
entre Cristo y Adán. Porque si los hombres sólo mueren por los pecados personales que cometen, entonces

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Pelagio fue un monje que vivió durante los siglos 4 y 5, y quien fue declarado hereje por sus enseñanzas acerca de la
naturaleza y la salvación del hombre.

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según la analogía que Pablo desarrolla entre la entrada del pecado y la salvación del hombre, los hombres sólo
pueden ser salvos por las obras de justicia que ellos hagan. ¡Ni Adán ni Cristo entrarían en el asunto!

3. Lo que Pelagio dice es obviamente incorrecto, porque tantos fetos y bebés recién nacidos mueren, no
habiendo cometido ningún pecado personal.

La Iglesia Católica enseña que todos mueren por la imputación del pecado original de Adán, pero niega que
cada persona nace con una naturaleza corrupta. Calvino, luchando contra esta negación de la pecaminosidad
del hombre, puso tanto énfasis sobre la corrupción del hombre como la causa de la muerte humana, que parece
negar que la muerte también es causada por el pecado original. Otros afirman que Adán estaba actuando
como si fuera toda la raza; su acto pecaminoso fue el mismo acto de todos los hombres. El problema con esta
interpretación es que aunque se puede entender que todos pecaron en el instante en que Adán pecó, decir que
todos murieron en el instante que Adán pecó parece no ser cierto.

La interpretación más acertada (según Hodge) es que Adán actuó como el representante legal, o la ‘cabeza’ de,
la raza humana. Cuando Adán pecó, Dios tomó su acción como representativa de todos los seres humanos.
El caso sería parecido al de un embajador; todo lo que él hace o dice se entiende como las palabras o las
acciones de la nación a la cual él representa. Otro ejemplo sería la acción de un apoderado, esposo, etc.
Ante la ley, lo que tal persona hace en su capacidad de representante legal del otro, afecta a la persona
representada. Dios tomó a Adán como el representante legal de todos los hombres. Lo que Adán hizo, lo
hizo (ante los ojos de Dios) como representante legal de todos los hombres. Por lo cual, cuando él pecó, su
acción afectó a todos (por ser su representante). Cuando Adán pecó, todos fuimos CONSTITUIDOS, o
declarados, pecadores. Cuando lo entendemos en este sentido, entonces logramos entender cómo lo que
Cristo hizo nos afecta. Todo lo que Él hizo, tanto durante Su vida en la tierra, como en Su muerte,
resurrección y ascensión, lo hizo en calidad de nuestro representante legal ante Dios; Por lo tanto, todo lo que
Él hizo nos beneficia. Su muerte fue nuestra muerte, ante la ley de Dios.

NOTA Tal como le costó a la Iglesia Universal muchos años de debate para aclarar y exponer correctamente
las doctrinas de la Trinidad y la naturaleza de Cristo, lo mismo ocurrió con la doctrina de la
pecaminosidad del hombre. No fue hasta el siglo 17 que los teólogos formularon una verdadera
doctrina del pecado del hombre.

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