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¿Existe
el multiverso?
Demostrar la existencia de universos paralelos
completamente distintos del nuestro podría hallarse
fuera del alcance de la ciencia
George F. R. Ellis
D
ċĈ÷ĄĊûĂ÷İĂĊÿă÷úijù÷ú÷"ċĄ÷ÿúû÷ûĎ- mólogos, yo incluido, aceptamos este tipo de multiver-
traordinaria ha encandilado a un buen ie"gk[CWnJ[]cWhaj_f_ÐYWYeceZ[»d_l[b'¼$I_d[c-
número de cosmólogos: la de que el uni- bargo, hay quienes van mucho más lejos y sugieren la
verso en expansión que vemos a nuestro existencia de otros universos completamente diferen-
alrededor no es el único que existe, sino tes, con otra física, otra historia y, quizás, otro número
uno más entre una miríada de miles de millones de ellos. de dimensiones espaciales. La mayoría serían estériles,
No habría, pues, un solo universo, sino un multiverso. pero algunos bullirían con vida. Uno de los principales
En artículos publicados en esta revista o en libros como defensores de este multiverso de «nivel 2» es Alexan-
La realidad oculta"Z[8h_Wd=h[[d["Y_[djÐYeiZ[fh_- Z[hL_b[da_d"gk_[dfhefed[kdYed`kdje_dÐd_jeZ[kd_-
mera línea hablan de una revolución supracopernicana: l[hiei"Yedkddc[he_dÐd_jeZ[]WbWn_WiofbWd[jWi"
no solo es nuestro planeta uno más entre muchos, sino [_dÐd_jWif[hiedWigk[i[bbWcWdYecekij[Zogk[i[
que, a escalas cosmológicas, también nuestro universo encuentran leyendo este mismo artículo.
h[ikbjWhW_di_]d_ÐYWdj[$I[hWkdec|i[djh[_dYedjW- Numerosas culturas han considerado desde la anti-
bles universos, cada uno con sus propias leyes. güedad ideas similares. La novedad radica en que la hi-
La palabra «multiverso» puede adquirir varios sig- fj[i_ii[YedY_X[W^ehWYecekdWj[ehWY_[djÐYW"Yed
d_ÐYWZei$;bkd_l[hieeXi[hlWXb[i[[nj_[dZ[^WijWkdW jeZe[bh_]ehcWj[c|j_YeobWl[h_ÐYWY_d[nf[h_c[djWb
distancia de unos 42.000 millones de años luz, nuestro que ello implica. Personalmente, me muestro escéptico
horizonte visual cósmico. Pero no existe ninguna razón Wdj[i[c[`Wdj[WÐhcWY_d$DeYh[egk[bW[n_ij[dY_WZ[
para suponer que todo termine ahí. Más allá podría ha- esos otros universos haya sido demostrada ni que algo
X[hckY^eiÄjWbl[p_dÐd_jeiÄZec_d_eii_c_bWh[iWb así pueda lograrse jamás. Los defensores de la idea del
nuestro. Cada uno habría comenzado con una distribu- multiverso, además de ampliar nuestra concepción de la
ción diferente de materia, pero todos se regirían por las h[Wb_ZWZ"[ij|dh[Z[Ðd_[dZeZ[\ehcW_cfbY_jWbegk[
mismas leyes de la física. La gran mayoría de los cos- entendemos por ciencia.
LEVI BROWN
EN SÍNTESIS
MÁS ALLÁ DEL HORIZONTE teria que posee. Nuestro universo contiene partículas como elec-
Aquellos que se adhieren a la acepción más amplia de multiver- trones y quarks, los cuales interaccionan a través de fuerzas como
so han propuesto diferentes mecanismos para explicar cómo el electromagnetismo. Pero en otros universos existirían partí-
habrían surgido todos esos mundos y dónde podrían encontrar- culas e interacciones diferentes, es decir, otras leyes locales de
se. Quizás ocupen regiones muy alejadas del espacio, tal y como la física. El conjunto de todas las leyes locales permitidas recibe
fh[Z_Y[[bceZ[beZ[_dÑWY_dYWj_YWZ[7bWd=kj^"7dZh[_B_d- el nombre de paisaje. Según algunas interpretaciones de la teo-
de y otros [véase»;bkd_l[hie_dÑWY_edWh_eWkjehh[][d[hWdj[¼" ría de cuerdas, este paisaje es enorme, lo que asegura una diver-
por A. Linde; ?ĄČûĉĊÿý÷ùÿĶĄď9ÿûĄùÿ÷, enero de 1995]. También sidad fabulosa de universos.
podrían existir en diferentes épocas, como ocurre en el modelo A muchos de quienes trabajan en la propuesta del multiver-
cíclico de Paul Steinhardt y Neil Turok [véase «El universo an- so —en especial, a los defensores del paisaje de la teoría de cuer-
tes de la gran explosión», por G. Veneziano; ?ĄČûĉĊÿý÷ùÿĶĄď das—, los universos paralelos no les importan demasiado como
9ÿûĄùÿ÷, julio de 2004], o quizá se encuentren en el mismo es- tales. Para ellos, las objeciones al multiverso como concepto se
pacio que el nuestro pero en una rama diferente de la función muestran poco relevantes, ya que la validez de sus teorías se basa
Z[edZWYk|dj_YW"YeceZ[Ð[dZ[:Wl_Z:[kjiY^Qvéase «Física en la consistencia matemática interna y en la posibilidad de que,
Yk|dj_YWZ[beil_W`[iWjhWliZ[bj_[cfe¼"feh:$:[kjiY^oC$ Wb]dZW"Wb]kdWiZ[ikiYedi[Yk[dY_Wifk[ZWdl[h_ÐYWhi[[c-
Lockwood; ?ĄČûĉĊÿý÷ùÿĶĄď9ÿûĄùÿ÷, mayo de 1994]. Otra posibi- píricamente. Suponen un multiverso como escenario adecuado
lidad reside en que carezcan de localización y se hallen desconec- para sus teorías, pero sin preocuparse por el origen de su exis-
tados de nuestro espaciotiempo, como proponen Max Tegmark y tencia. Este último asunto concierne a los cosmólogos.
:[dd_iIY_WcWQvéase «Universos paralelos», por M. Tegmark; Para un cosmólogo, el problema fundamental del que adole-
?ĄČûĉĊÿý÷ùÿĶĄď9ÿûĄùÿ÷, julio de 2003]. cen las propuestas sobre el multiverso radica en la existencia de
:[[djh[jeZWibWiefY_ed[i"Wgk[bbWgk[]epWZ[cWoehWY[f- un horizonte visual cósmico. Este constituye el límite más allá
jWY_d[ibW_dÑWY_dYWj_YW$Feh[bbe"oWkdgk[beiWh]kc[djei del cual no podemos ver nada, pues, dado que la velocidad de la
que siguen pueden aplicarse al resto de las propuestas, en el pre- bkp[iÐd_jW"d_d]kdWi[Wbfhel[d_[dj[Z[c|iWbb|^WXhWj[d_-
i[dj[WhjYkbec[Y[djhWh[d[bbW$BW_dÑWY_dYWj_YWieij_[d[ do tiempo de alcanzarnos desde la gran explosión. Todos los uni-
que, a gran escala, el espacio es un vacío en eterna expansión en versos paralelos se encuentran más allá de nuestro horizonte vi-
[bgk[bWiÑkYjkWY_ed[iYk|dj_YWi][d[hWdi_dY[iWhdk[leikd_- sual y, por tanto, permanecerán siempre fuera de nuestro alcan-
versos, como un niño que hace pompas de jabón. El concepto de Y["Yed_dZ[f[dZ[dY_WZ[beiWlWdY[ijYd_Yei$:[^[Y^e"i[^WbbWd
_dÑWY_dZWjWZ[beiWeieY^[djW$:[iZ[[djedY[i"bei\i_Yei Z[cWi_WZeb[`eiYecefWhW^WX[h[`[hY_Ze`Wc|id_d]kdW_dÑk[d-
teóricos han trabajado mucho sobre él en el marco de la teoría cia sobre nuestro cosmos, razón por la que la existencia de un
de la naturaleza más exhaustiva de la que disponen: la teoría de multiverso jamás podrá corroborarse de manera directa.
cuerdas. Esta permite la existencia de burbujas muy diferentes Sus partidarios sostienen que, en líneas generales, resulta
CHAD HAGEN
entre sí. Cuando una de ellas nace, no solo su distribución ini- posible describir lo que ocurre 1000, 10100, 101.000.000e_dÐd_jWi
cial de materia es aleatoria, sino que también lo es el tipo de ma- veces más allá de nuestro horizonte cósmico, y todo ello a par-