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Celebración del

Sacramento del Matrimonio de:

César Crespín Meléndez


&
Emma Adriana Villavicencio Barrera

Parroquia Corazón de María

Oficiada por el Sacerdote:

Santa Tecla, Mayo 28, 2016


Padrinos de boda:

Lectores:
Monitor:
Angélica Inés Villavicencio

Primera Lectura:
María Angélica Barrera de Villavicencio

Salmo Responsorial:
Laura María Villavicencio

Segunda Lectura:
Elba Crespín Meléndez

Damitas:
Alicia Valentina Campos Barrera
Valeria Alejandra Barrera Orellana
Oración de los esposos
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor.
Que no haya injuria, porque Tú nos das comprensión.
Que no haya amargura, porque Tú nos bendices.
Que no haya egoísmo porque Tú nos alientas.
Que no haya rencor, porque Tú estás con nosotros.
Que sepamos marchar hacia Ti en nuestro diario vivir.
Que cada mañana amanezca un día más de entrega y
sacrificio.
Que cada noche nos encuentre con más amor de esposos.
Que nos esforcemos en el consuelo mutuo.
Que hagamos del amor un motivo para amarte más.
Que demos lo mejor de nosotros para ser felices en el hogar.
Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro
Nos concedas el hallarnos unidos para siempre en ti.

AMEN.
Introducción
Monitor:
Buenas tardes, Dios con la creación del hombre y la mujer a
su imagen y semejanza, corona y lleva a la perfección la obra
de sus manos, llamando a unos a una participación especial
en su amor y al mismo tiempo en su poder de creador,
mediante su cooperación libre y responsable, en la
transmisión de la vida humana: César y Emma, son fruto y
signo del amor como testimonio vivo de entrega plena y
recíproca, uniéndose ahora en matrimonio.

Compartamos el gozo de su Sagrada Unión.

Nos ponemos de pie para recibir al celebrante.


Sacerdote: Hoy nos hemos reunido hermanos, para celebrar
la Santificación del vínculo de amor, César y Emma, que
van a contraer para siempre. Dispongámonos orando por su
felicidad, para que sean fieles a este compromiso mutuo de
unir sus vidas en Matrimonio.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.

Sacerdote: Que el Dios del Amor y de la Paz, que nos ha


consagrado en su Hijo Jesús, esté con todos ustedes.
Todos: Y con tu Espíritu
Acto penitencial
Sacerdote: Para participar de esta celebración con gozo
pleno, en silencio, reconozcamos nuestras culpas y
debilidades que nos separan de Dios y de nuestros hermanos.
Pidamos humildemente a Dios.

Tú que has hecho del Matrimonio un signo admirable de tu


amor.
Señor ten piedad
Tú que derramaste la felicidad verdadera sobre las Bodas de
Caná
Cristo ten piedad
Tú que eres el signo vivo del amor del Padre
Señor ten piedad

Dios Todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdones


nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Todos: Amén.
Oración colecta
Sacerdote: Padre, tú que has hecho del enlace del
matrimonio un ministerio sagrado, un símbolo del amor de
Cristo por su Iglesia. Escucha nuestra oración por César y
Emma, con fe en ti y uno en el otro, ambos se prometerán
amor por siempre. Que sus vidas den testimonio de ese amor.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quien
vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios por los siglos de los siglos.
Fieles: Amén.
Liturgia de la palabra
PRIMERA LECTURA
Monitor:
César y Emma han escogido esta lectura, porque han
encontrado en ella que, la presencia de Dios es necesaria en
sus vidas, porque bendice y fortalece su matrimonio. Esta
presencia no es algo que viene a disminuir, limitar o censurar
sus alegrías y satisfacciones en su vida conyugal; sino por el
contrario, esta presencia les asegurará continuar unidos para
siempre.

Lectora: Angélica Barrera de Villavicencio

Lectura del libro de Tobías 8, 5-10


La noche de su boda, Tobías dijo a Sara: “Somos
descendientes de un pueblo de santos y no podemos unirnos
como los paganos, que no conocen a Dios”. Se levantaron los
dos y, se pusieron a orar con fervor. Pidieron a Dios su
protección.
Tobías dijo: “Señor, Dios de nuestros padres, que te
bendigan el cielo y la tierra, el mar, las fuentes, los ríos y
todas las criaturas que en ellos se encuentran.
Tú hiciste a Adán del barro de la tierra y le diste a Eva como
compañera. Ahora, Señor, Tú lo sabes: si yo me caso con
esta hija de Israel, no es para satisfacer mis pasiones, sino
solamente para fundar una familia en la que se bendiga tu
nombre por siempre. Y Sara a su vez, dijo: “Ten compasión
de nosotros, Señor, ten compasión. Que los dos juntos
vivamos felices hasta nuestra vejez”.
Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Monitor:
El Salmo 128 nos invita a unirnos en oración, pidiendo la
bendición del hogar de César y Emma diciendo:
“Dichoso el hogar cuyo centro es el Señor”

Lector: Laura María Villavicencio


Feliz tú, que honras al Señor y le eres obediente. Comerás
del fruto de tu trabajo, serás feliz y te irá bien.
Todos: “Dichoso el hogar cuyo centro es el Señor”
En la intimidad de tu hogar, tu mujer será como una vid
cargada de uvas; tus hijos, alrededor de tu mesa, serán como
retoños de olivo. Así bendecirá el Señor al hombre que le
honra.
Todos: “Dichoso el hogar cuyo centro es el Señor”
Que el Señor te bendiga desde el monte Sión. Que veas el
bienestar de Jerusalén todos los días de tu vida. Que llegues a
ver a tus nietos. Que haya paz en Israel.
Todos: “Dichoso el hogar cuyo centro es el Señor”
SEGUNDA LECTURA
Monitor:
Es este un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la
Iglesia.

Lector: Elba Crespín Meléndez


Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios
(5, 2ª. 25, 32)
Hermanos; vivid en el amor como Cristo nos amó y se
entregó por nosotros a Dios.
Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su
Iglesia.
Él se entregó a sí mismo por ella para consagrarla,
purificándola con el baño del agua y la palabra, y para
colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni
nada semejante, sino Santa e Inmaculada. Así deben también
los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que
son.
Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha
odiado a su propia carne, sino que le da alimento y calor,
como Cristo hace con la Iglesia porque somos miembros de
su cuerpo.
“Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre y se
unirá a su mujer y serán los dos una sola carne”.
Es este un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la
Iglesia.
Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Monitor:
En el evangelio de San Juan, encontramos un hecho
trascendental para los esposos en Caná; Jesús y María,
bendice su unión y dan a sus vidas felicidad verdadera. Que
sea para los nuevos esposos y para todos nosotros un llamado
para tenerlos a ellos como los primeros invitados en nuestros
corazones.
Nos ponemos de pie para escuchar el Santo Evangelio y
entonemos el canto del Aleluya.
Aleluya, aleluya

Evangelio
Sacerdote: El Señor esté con ustedes.
Todos: Y con tu Espíritu.
Sacerdote: Lectura del Santo Evangelio según San Juan
Todos: Gloria a ti Señor.

Al tercer día, hubo una boda en Caná de Galilea.


María la madre de Jesús estaba allí, Jesús y sus discípulos
fueron invitados a la boda. Se acabó el vino y la madre de
Jesús le dijo “ya no tienen vino”, Jesús le contestó: “Mujer,
¿Por qué me dices esto?, mi hora no ha llegado todavía. Ella
dijo a los que estaban sirviendo: “Hagan lo que Él les diga”.
Había allí seis tinajas de piedra para el agua que usan los
judíos en sus ceremonias de purificación. En cada tinaja
cabían cincuenta a setenta litros de agua. Jesús dijo a los
sirvientes: “llenen de agua las tinajas”. Las llenaron hasta
arriba, y Jesús les dijo: “Ahora saquen un poco y llévenselo
al encargado de la fiesta”. Así lo hicieron. El encargado de la
fiesta probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde
había salido, solo los sirvientes lo sabían pues ellos habían
sacado el agua. Así que el encargado llamó al novio y le dijo:
“Todo el mundo sirve primero el mejor vino y cuando los
invitados ya han bebido bastante, entonces se sirve el vino
corriente. Pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora”.
Esto que hizo Jesús en Caná de Galilea, fue la primera señal
milagrosa con la cual mostró su gloria y sus discípulos
creyeron en Él.
Palabra del Señor.
Todos: Gloria y Honor a ti señor Jesús.
Homilía
Rito del matrimonio
(Los contrayentes y padrinos se ponen de pie)

Sacerdote: Han venido aquí para que el Señor, ante el


Ministro de la Iglesia y ante esta comunidad cristiana,
consagre con su sello vuestro amor. Este amor Cristo lo
bendice abundantemente, y con un nuevo Sacramento, a
vosotros, a quienes por el Bautismo ya ha santificado, os va a
enriquecer y dar fuerza para que os guardéis siempre mutua
fidelidad y podáis cumplir las demás obligaciones del
matrimonio.
Así pues, ante esta comunidad cristiana que representa la
Iglesia de Cristo, les preguntó:
Sacerdote: ¿Han venido aquí para contraer Matrimonio
libremente y con plena voluntad?
César y Emma: Si, hemos venido libremente.
Sacerdote: ¿Están decididos a amarse y respetarse
mutuamente en vuestro matrimonio durante toda la vida?
César y Emma: Si, estamos decididos.

Sacerdote: ¿Están dispuestos a recibir con amor los hijos


que Dios les dé y a educarlos según la ley de Cristo y de su
Iglesia?
César y Emma: Si, estamos dispuestos.

Sacerdote: Así pues, ya que quieren establecer entre ustedes


la Alianza Santa del Matrimonio, unan sus manos y expresen
su consentimiento delante de Dios y de su Iglesia.
César: Yo, César, teniendo a Dios como testigo, te acepto a
ti, Emma, como mi esposa y prometo serte fiel en la alegría y
en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, en lo próspero
y en lo adverso; amarte y respetarte todos los días de mi vida.
Emma: Yo, Emma, teniendo a Dios como testigo, te acepto
a ti, César, como mi esposo y prometo serte fiel en la alegría
y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, en lo
próspero y en lo adverso; amarte y respetarte todos los días
de mi vida.
CONFIRMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO

El Dios de Abraham.
El Dios de Isaac.
El Dios de Jacob.
El Dios que unió a nuestros primeros padres en el paraíso
confirme este consentimiento mutuo que os habéis
manifestado ante la Iglesia y, en Cristo, os dé su bendición,
de forma que lo que Dios ha unido no lo separe el hombre.
Bendigamos al Señor.
Todos: Demos gracias a Dios.
Bendición y entrega de anillos y arras
(Se ponen de pie madrina de anillos y
arras)
Bendición y Entrega de anillos:
Sacerdote: Bendice Señor a estos hijos tuyos y santifícalos
en tu amor, y que estos anillos símbolos de fidelidad les
recuerden siempre el amor que se tienen. Por Jesucristo
Nuestro Señor.
Fieles: Amén

César: Emma, recibe este anillo como signo de mi amor y de


mi fidelidad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
Emma: César, recibe este anillo como signo de mi amor y de
mi fidelidad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
Bendición y Entrega de Arras:

Sacerdote: Bendice Señor estas arras, que pone César en


manos de Emma y derrama sobre ellos la abundancia de tus
bienes.
César: Emma, recibe también estas arras; son prenda de la
bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a
compartir.
Emma: César, recibe también estas arras; son prenda de la
bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a
compartir.
Sacerdote: lo que has unido Señor, florezca y fructifique en
tu Reino.
COLOCACIÓN DEL LAZO.
Padrinos de Lazo:

Sacerdote: que al unirlos con este vínculo, el Rosario de


Bienaventurada Virgen María sea una inspiración para los
dos. Que recuerden que la Santidad necesaria para preservar
esta nueva familia, como familia de Dios, solo se obtiene por
medio del mutuo sacrificio y amor, que la Sagrada Familia
de Jesús, María y José sea su ejemplo durante toda su vida.

Oración de los fieles


Sacerdote: Hermanos, roguemos al Señor que derrame su
bendición sobre esta hija tuya, en la que el sacramento del
matrimonio, alcanza particular significación, porque ella es
la tierra fecunda, la imagen de la Iglesia unida a Cristo.
Pidamos por estos dos hermanos nuestros, César y Emma,
para que unidos en Santa Alianza, perseveren en el amor y la
fidelidad.
Monitor:
Después de cada petición responderemos:
Te rogamos óyenos

Lector: Blanca Montes


Para que César y Emma cumplan con su misión de ser
comunidad de vida y amor, en su matrimonio. Roguemos al
Señor.
Todos: Te rogamos óyenos

Para que el vínculo Sacramental que hoy les une, sea su


fuerza y su apoyo; gocen en la prosperidad y luchen juntos
en lo adverso, unidos en el mutuo amor. Roguemos al Señor.
Todos: Te rogamos óyenos

Para que Dios les conceda la gracia de los hijos y la felicidad


del hogar cristiano a ejemplo de la familia de Nazaret.
Roguemos al Señor.
Todos: Te rogamos óyenos
Para que nunca les falte el techo, el alimento, el abrigo, el
calor de la bondad y comprensión, la paciencia y el perdón,
concordia y la felicidad mutua. Roguemos al Señor.
Todos: Te rogamos óyenos

Por los aquí presentes, para que el Señor Jesús los fortalezca
en su fe y los ayude a vivir con amor y alegría en este nuevo
año, trabajando por la salvación de nosotros mismos y
nuestros hermanos. Roguemos al Señor.
Todos: Te rogamos óyenos

Sacerdote: Dios Todopoderoso, mira propicio a estos hijos


tuyos, consérvalos unidos en tu amor, concédeles los dones
de tu Gracia a fin de que, después de esta vida, merezcan
llegar al lugar de la eterna felicidad.
Rito del ofertorio
Sacerdote: Bendito seas, Señor, Dios del Universo, por este
pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos
de tu generosidad y ahora te presentamos: él será para
nosotros Pan de Vida.
Todos: Bendito seas por siempre Señor.

Sacerdote: Bendito seas, Señor, Dios del Universo, por este


vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos
de tu generosidad y ahora te presentamos: él será para
nosotros bebida de salvación.
Todos: Bendito seas por siempre, Señor

Sacerdote: Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y


vuestro, sea agradable a Dios, Padre Todopoderoso.
Todos: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para
alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de
toda su Santa Iglesia.
Oración sobre las ofrendas
Prefacio
Consagración
Después de la consagración

Bendición nupcial
Sobre el esposo y la esposa
Oh Dios que para propagar la familia humana, ya en los
orígenes mismos del mundo modelaste a la mujer del costado
de Adán, e insinuando la unidad del amor más puro hiciste
de uno dos, para mostrar que los dos son uno.
Has puesto los primeros cimientos del matrimonio de tal
modo que el varón abraza en su esposa una parte de su
propio cuerpo y no puede pensar que le es extraño lo que
sabe formado de sí mismo.
Míranos propicio desde tu trono en el cielo y atiende con
benevolencia nuestras plegarias:
A estos hijos tuyos, a quienes mediante esta bendición
unimos con el vínculo del matrimonio santifícalos con la
gracia del Espíritu Santo y acompáñalos benignamente con
tu amorosa protección. Responderemos diciendo: Amén.
Concédeles, Señor, mutua armonía de Espíritu en tu Santo
temor y semejante bondad de costumbres en el amor del uno
al otro.
Todos: Amén.
Que se amen, Señor, y que nunca se aparten de ti.
Todos: Amén.
Que mutuamente se entreguen el debido amor del cuerpo y
del corazón y que nunca te ofendan al consumir su amor.
Todos: Amén.
Que nunca se desvíen de tus caminos, sino que te agraden
siempre guardándose entera fidelidad.
Todos: Amén.
Dales Señor, en abundancia los bienes presentes, y una santa
y generosa descendencia.
Todos: Amén.
Que la dulzura de tu bendición inunde su cuerpo y su espíritu
de tal modo que el fruto de su unión sea del agrado de todos,
y bendecido por ti.
Todos: Amén.
Dales, Señor, una larga y feliz vida en el presente y un
constante deseo de la vida eterna que les aguarda.
Todos: Amén.
Dispongan de tal modo los asuntos temporales que
felizmente deseen los bienes eternos.
Todos: Amén.
Sepan amar los bienes transitorios de forma que no pierdan
los que duran para siempre.
Todos: Amén.
Y así amándose de verdad, y sirviéndote a ti, Señor,
sinceramente, vean los hijos de sus hijos, y después de una
larga vida en la tierra, lleguen, por fin, al Reino de los
Cielos.
Todos: Amén.
Rito de la paz
Comunión
Sacerdote: este es el cordero de Dios que quitas el pecado
del mundo: Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Todos: Señor, Yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.

Monitor: celebremos con César y Emma la felicidad


espiritual que los une con Jesús. Quienes estén debidamente
preparados pueden acercarse a la comunión.

Oración después de la comunión


Sacerdote: después de haber participado en tu mesa, te
pedimos, Señor, por César y Emma, que hoy se han unido en
Santo Matrimonio, para que permanezcan siempre unidos a
ti, y anuncien tu nombre a todos. Por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
Rito de despedida
Sacerdote: Dios, Padre eterno, los conserve en el amor, para
que la paz de Cristo habite en ustedes y permanezca siempre
en su hogar.
Todos: Amén.

Sacerdote: que sean bendecidos en los hijos, encuentren


consuelo en los amigos y tengan verdadera paz con todos.
Todos: Amén.
Sacerdote: que Dios los haga testimonio de su amor en el
mundo, que los pobres y afligidos los encuentren
bondadosos, y los reciban alegres un día en el reino eterno de
Dios.
Todos: Amén.
Sacerdote: y a todos ustedes, que están aquí presentes, los
bendiga Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Sacerdote: pueden ir en paz
Todos: demos gracias a Dios.
Las muchas aguas no podrán apagar el amor,
Ni lo ahogarán los ríos.
Cantares 8:7

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