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LA PREDICACIÓN DE MARTIN LUTERO

Introducción

Martin Lutero es conocido por las “95 Tesis” y por la doctrina de la justificación por la
fe, pero no es tan conocido como predicador. Sin embargo, la predicación de Martin
Lutero fue de gran importancia por dos razones:

- Él redescubrió la importancia de la predicación en el culto cristiano.

- Por medio de él, la predicación llegó a ser el principal motor de la Reforma


Protestante.

Desde el tiempo de los profetas del Antiguo Testamento, la predicación ha sido de suma
importancia para el pueblo de Dios. Al Señor continuó esa tradición durante Su
ministerio terrenal, y los apóstoles siguieron Su ejemplo. A lo largo de la historia de la
Iglesia, se ha notado que cuando la predicación decae, la vitalidad de la Iglesia decae,
pero cuando la predicación es fuerte, la Iglesia es fuerte.

Durante la Edad Media, la predicación de la Palabra decayó y por ende la Iglesia se


volvió carnal y mundanal. Había algunos buenos predicadores, como Juan Wycliffe, Juan
Huss y Jerónimo Savonarola. Sin embargo, la mayoría de los sacerdotes no conocían el
evangelio y se dedicaban a recitar la misa sin mayor sentido.

- No predicaban la Biblia sino sutilezas filosóficas, y citaban más a los “padres” de


la Iglesia que la Biblia.

- Cuando predicaban de la Biblia, usaban el método alegórico de interpretación


que era de poco provecho espiritual.

- Otros se dedicaban a entretener a los oyentes, contando relatos míticos de la


historia de la Iglesia, como milagros, la vida de los santos, etc.

Como consecuencia, la gente cayó en la ignorancia total. Las tinieblas espirituales


reinaban en casi toda Europa y el mundo.

¿Qué hizo Dios para remediar esa situación? Levantó predicadores.

- Algunos eran grandes, y han sido reconocidos mundialmente, como Juan Calvino.

- La mayoría eran desconocidos, sin embargo sirvieron fielmente al pueblo de Dios.

Aunque estamos celebrando los 500 años desde que Martin Lutero clavó las 95 Tesis en
la puerta de la iglesia en Wittenberg, la verdad es que la Reforma Protestante se dio
mucho más porque algunos líderes espirituales redescubrieron la predicación bíblica.
Uno de los primeros que lo hizo fue Martin Lutero.

¿Cómo lo hizo y cuál fue el resultado?

1. LUTERO EL PREDICADOR

Lutero comenzó predicando con mucho temor en el comedor del monasterio de Erfurt.
Luego, tuvo que predicar en la iglesia de Wittenberg. Al inicio, lo hizo con bastante
temor, predicando en latín; pero pronto se notó el don que Dios le había dado y
descubrió que podía predicar con mayor libertad. Su conversión fue de mucha

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importancia, como también el descubrimiento de la doctrina de la justificación por la fe.
Ambas cosas soltaron su lengua.

Martin Lutero predicaba todos los domingos y entre semana también. La práctica de
Lutero era predicar sobre el pasaje asignado para leer ese día. Sin embargo, poco a
poco comenzó a predicar en forma más sistemática de la Biblia. Durante una etapa de
su vida, la práctica de Lutero en cuanto a la predicación fue la siguiente:

a. Los Domingos

- En el primero culto, a las 5:00 am, predicó de las Epístolas.


- En el segundo culto, a las 10:00 am, predicó de los Evangelios.
- En el tercer culto, de la tarde, predicó del Antiguo Testamento o del catecismo.

b. Entre semana

- Lunes y martes, predicaba del catecismo.


- Miércoles, predicaba del Evangelio de Mateo.
- Jueves y viernes, predicaba de las cartas apostólicas.
- Sábados, predicaba del Evangelio de Juan.

Para Lutero, la predicación era lo más importante:

 “Si pudiera hoy ser rey o emperador, no dejaría mi oficio de predicador”.

 “En lugar del Papa, el sermón.”

Las dos cosas que Lutero quería lograr por medio de la predicación eran:

- Que la gente entendiera el evangelio.


- Que Dios sea glorificado y exaltado.

El método preferido de Lutero para predicar era identificar el mensaje central de la


porción de la Biblia y exponer eso. No siempre predicaba verso por verso, y tampoco
tenía un buen bosquejo homilético de tres o cuatro puntos. Sin embargo, sus sermones
comenzaron a impactar a muchas personas, llevando adelante la reforma de la Iglesia.

Aquí está el consejo que dio a los predicadores:

“El predicador debe tener las siguientes virtudes: 1. La habilidad de enseñar;


2. Una buena mente; 3. Elocuencia; 4. Una buena voz; 5. Una buena
memoria; 6. La disciplina de dejar de hablar; 7. Diligencia; 8. Una devoción
total a la tarea de predicar; 9. Estar dispuesto a que todos lo molesten; 10.
La paciencia para soportar todo lo que se le diga”.

Lutero entendió bien el llamado a predicar a la gente sencilla. No procuraba impresionar


a los oyentes con su lenguaje o impactarles con la profundidad de pensamientos, sino
llegar al corazón de las personas más humildes en la congregación. No predicaba a los
profesores sino a los ciudadanos y campesinos.

2. LOS CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE LUTERO ACERCA DE LA PREDICACIÓN

Lutero dedicó toda su vida a predicar, así que sería interesante identificar sus conceptos
fundamentales acerca de la tarea del predicador.

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Para Lutero, la Palabra de Dios era central en la predicación. El redescubrió la práctica
de predicar sistemáticamente de los libros de la Biblia, algo que los Padres de la Iglesia
hicieron, pero que los sacerdotes descartaron.

En cierta oportunidad, él resumió la tarea del predicador en la siguiente manera:

- Primero debe identificar el tema del pasaje y resaltar su importancia.


- Luego debe explicar el tema y demostrar lo que significa.
- En tercer lugar, debe citar otros pasajes de la Biblia que enseñan el mismo tema
y lo confirman.
- En cuarto lugar, debe explicar el tema con ilustraciones.
- Finalmente debe aplicar el tema exhortando a los ociosos, corrigiendo a los
desobedientes y reprendiendo doctrinas falsas al respecto.

a. La Importancia de la Predicación

En la Iglesia Católica, la parte más importante del culto era la misa y por eso el altar
era central en los templos. Para Lutero, la Palabra remplazó la misa como la parte
central del culto, y es por eso que el altar fue reemplazado por el púlpito como la parte
central del edificio. Lutero trajo la predicación de la periferia del culto al centro. Esa es
una de las características de la Iglesia Evangélica hasta el día de hoy.

Como consecuencia del énfasis que Lutero puso sobre la predicación de la Palabra de
Dios, el líder de la Iglesia dejó de ser un “sacerdote” y vino a ser un “heraldo”.

Lutero afirmó que, sin la predicación de la Palabra, la santa cena carece de sentido. La
santa cena es un acto simbólico que requiere una explicación y la explicación está en la
predicación. Por lo tanto, aunque no todos los cultos tenían que tener la santa cena,
todos los cultos tenían que tener la exposición de las Escrituras.

Lutero sabía que el mundo frecuentemente menospreciaba la predicación, sin embargo,


afirmaba que era por medio de ella que Dios hablaba al ser humano.

b. El Contenido de la Predicación

[1] El Evangelio

Lutero afirmó que el mensaje central de la predicación siempre debe ser el evangelio de
Cristo. ¿Qué es el evangelio y cómo saber si alguien lo está predicando?

i. El evangelio comienza con la afirmación de la grandeza de Dios.


ii. Luego proclama la pecaminosidad de ser humano.
iii. El predicador usa la ley para humillar y condenar al pecador.
iv. Luego le muestra el evangelio, que es la gracia de Dios en Cristo.

Lutero dijo: “El evangelio no consiste de predicar a Cristo como un ejemplo, sino de
proclamar a Cristo como un don o regalo”. Lo primero nos desafía a hacer nuestras
obras, lo segundo nos invita a aceptar a Cristo como Salvador.

En términos doctrinales, las dos partes centrales del evangelio eran “gracia” y “fe”. Estos
dos temas socavaban el concepto de salvación por obras. También abrían la puerta para
la doctrina de la justificación por medio de la fe en la gracia de Dios en Cristo. Por eso,
la predicación de Lutero comenzaba con el pecado, pero terminaba con Cristo, y lo hacía
en tal manera que Dios era glorificado.

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[2] El Esquema “Ley – Evangelio”

Aunque Lutero predicaba de la Biblia, sus sermones no siempre se basan sobre una
exégesis rigurosa del texto, en su totalidad. En realidad, la meta de Lutero no era tanto
exponer todo lo que el texto decía, sino interpretar un pasaje de las Escrituras a la luz
de su esquema predilecto que era: Ley – Evangelio. Por eso, Lutero casi siempre
empezaba con la ley de Dios y procedía al evangelio. Lo hacía así porque su método de
predicar era soteriológico. Primero él intentaba usar la ley para “matar” anímica y
espiritualmente al pecador, para que en su desesperación vaya a Cristo.

[3] Las Escrituras

Además de estos dos principios generales, Lutero señaló la importancia de la exposición


de las Escrituras. Él tenía la práctica de leer la Biblia dos veces por año. Solo leía otros
libros si le ayudaban a entender mejor la Biblia. Luego se quejó que la gente estaba
dejando de leer la Biblia por leer comentarios acerca de la Biblia.

Lutero rechazó el método alegórico de interpretar la Biblia y adoptó el método


gramático-histórico. Estudió los idiomas originales para poder entender mejor la Biblia.
Eso le hizo notar muchos errores interpretativos. Para él, toda persona llamada a
predicar debía estudiar los idiomas bíblicos.

Predicó de las Escrituras porque confiaba que en ellas radicaba el poder de Dios. Por
eso una vez resumió todo lo que él hizo en las siguientes palabras: “Yo solo enseñé,
prediqué y escribí sobre la Palabra de Dios; aparte de eso, no hizo nada…La Palabra lo
hizo todo”.

Conclusión

Muchos factores se unieron para hacer la Reforma Protestante posible. Pero uno de los
principales fue el redescubrimiento de la predicación, y en particular de la predicación
expositiva de las Escrituras. Nos haría bien evaluar nuestro concepto de la predicación
y la práctica de ella.

Un estudioso resumió lo que podemos aprender de Lutero acerca de la predicación en


siete puntos:

i. Predica la Palabra de Dios.


ii. Predica con sencillez.
iii. Predica el evangelio.
iv. La predicación es obra de Dios; Él es quien hace la obra.
v. No dejes de predicar; no te desanimes si la gente no responde.
vi. Es normal tener temor antes de predicar.
vii. La predicación es fundamental en el culto cristiano.

Dejemos que Lutero tenga la última palabra: “Cuando vas a predicar, primero ora y dile
a Dios: Señor, quiero predicar para Tu gloria; así que, aunque yo no pueda hacer nada
bueno por mí mismo, haz tu que el mensaje sea bueno”.

Ps. Alex Donnelly

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