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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior


Universidad Nacional Abierta (U.N.A.)
Dirección de Investigación y Postgrado
Especialización en Derechos Humanos
Derechos Humanos de los Niños, Niñas y Adolescentes

RESUMEN

DERECHOS DE LA INFANCIA A NIVEL NACIONAL Y UNIVERSAL

Maracay, 07 de Marzo de 2013.


 Derechos de la Infancia a Nivel Nacional

En Venezuela se ha cumplido con los lineamientos en materia de Derechos


Humanos establecidos por organismos internacionales y en ese sentido el Fondo de
Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha reconocido el gran avance que al respecto
han tenido los tribunales de niños, niñas y adolescentes y el Poder Judicial en general.
Desde la promulgación de la Carta Magna y el proceso de refundación de la República
que vive el país, se ha hecho importante énfasis en trabajar todos los aspectos referidos
al futuro de la patria, y en ese sentido los niños, niñas y adolescentes cobran un marcado
interés.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela con su protección


especial, y la legislación que a través de la jurisprudencia de los tribunales de instancia,
de los tribunales superiores, de la Sala de Casación Social y la Sala Constitucional, se
han constituido en una fuerte columna en lo que significa la protección de niños, niñas y
adolescentes. Constituye un pilar para proteger el futuro, la formación de los niños, niñas
y adolescentes, porque para el Poder Judicial venezolano y el Estado, es un principio
fundamental e inviolable el interés superior del niño y del adolescente.

Con la reforma que se hizo a la Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y


Adolescentes (Lopnna) se mejoró aun más el texto legal que existía en aspectos como los
medios alternos de resolución de conflictos, al proceso como instrumento fundamental de
la justicia, la incorporación de la oralidad, entre otros.

Venezuela suscribió con las Naciones Unidas, por intermedio de Unicef, un


convenio en el año 2007 y se hizo una renovación en 2009, firmado por el gobierno
nacional y el Tribunal Supremo de Justicia, en donde se señalan, entre otros aspectos,
una serie de avances ocurridos en nuestro país en materia de inclusión de los niños,
niñas y adolescentes, como por ejemplo el caso de las misiones, el tratamiento de los
Derechos Humanos, la erradicación del analfabetismo, los progresos en materias como la
alimentación, la escolaridad, entre otras.

Este convenio constituye un gran esfuerzo y una cooperación internacional de


primera que Venezuela no ha tenido ningún inconveniente en adoptarlo. El reciente
ingreso de nuestro país al Consejo de Derechos Humanos de la ONU es un
reconocimiento al país por el respeto que hay en materia de Derechos Humanos.

La Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna), surge


gracias a un movimiento en el que participan diversos integrantes de la sociedad
colocando a los niños y adolescentes como protagonistas fundamentales del proyecto.
Esta Ley considera a los niños y adolescentes como personas y no como objetos,
permitiéndoles opinar y participar en actividades que sean de su interés, eliminando de
esta manera el concepto de menor tutelado, por lo que son considerados sujetos de
plenos derechos con deberes y obligaciones, condicionados de acuerdo a su edad.
El objeto principal de la LOPNA, es regular los derechos y garantías así como los
deberes y responsabilidades relacionados con la protección de los niños y adolescentes;
además de reforzar el concepto de familia como célula fundamental de la sociedad,
otorgándole gran importancia a las obligaciones que tiene ésta como responsable
principal en el desarrollo integral de los niños y adolescentes, tal como lo establece la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su Capitulo V, artículo 78.

A partir del momento en que Venezuela ratifica la Convención Universal de los


Derechos del niño, se vive en el país una realidad jurídica anómala: la vigencia
simultánea de dos leyes, la Ley Tutelar de Menores y la Convención, totalmente
antagónicas entre sí, regulando el mismo tema. Para superar esta situación y para honrar
los compromisos internacionales que asumió, Venezuela se ve ante la necesidad de
ajustar su legislación interna a los principios y normas contenidas en el mencionado
tratado internacional.

La Convención cambia el rumbo a seguir


por las legislaciones para la infancia y juventud.
En América Latina todas las legislaciones,
incluyendo la nuestra, se sostenían en la
doctrina o paradigma de la Situación Irregular.
Después de la Convención, las nuevas leyes
deben responder al paradigma de la Protección
Integral. En efecto, la incorporación de la
Convención a nuestro ordenamiento jurídico
interno exige la erradicación de la vieja doctrina y la adopción de la nueva.

Según la definición del Instituto Interamericano del Niño, situación irregular es


“aquella en que se encuentra un menor tanto cuando ha incurrido en un hecho antisocial,
como cuando se encuentra en estado de peligro, abandono material y moral o padece
déficit físico o mental…Están en situación irregular “los menores que no reciben
tratamiento, educación y los cuidados que corresponden a sus individualidades”. De
acuerdo a esta definición pueden ser declarados en situación irregular y por ende ser
objeto de cualquier medida estatal, el niño o adolescente que enfrente cualquiera de
estas dificultades, independientemente de que las mismas puedan ser atribuidas o no a
su voluntad.

La característica esencial de la doctrina de la Situación Irregular, es que los niños


no son sujetos de plenos derechos sino objeto de tutela por parte del Estado,
representado por el Juez de Menores quien es la figura protagónica en este paradigma.

En el paradigma de la Situación irregular, “los menores son una suerte de categoría


residual respecto a la categoría infancia, resultado de la marginación social. Son aquellos
niños y adolescentes que tienen necesidad de tutela o de medidas socioeducativas
porque no han gozado, como los niños y adolescentes sólidamente insertos en el sistema
escuela-familia, de los derechos fundamentales que las Constituciones reconocen”.
La doctrina de la Protección Integral rompe con la doctrina de la Situación Irregular
y obliga a repensar profundamente el sentido de las legislaciones para la infancia,
convirtiéndolas en instrumentos eficaces de defensa y promoción de los Derechos
Humanos específicos de todos los niños y adolescentes, no solamente los menores. El
punto central de la Convención y por ende de la doctrina de la Protección Integral es el
reconocimiento de todos los niños, niñas y adolescentes, sin discriminación alguna como
sujeto de plenos derechos, cuyo respeto se debe garantizar.

La oposición entre el nuevo y el viejo paradigma podría enunciarse,


resumidamente, de la siguiente manera: “ningún derecho para muchos niños”, es la
formulación de la doctrina de la Situación Irregular; “todos los derechos para todos los
niños”, es la formulación de la doctrina de la Protección Integral, qué abarca pilares
fundamentales como: el niño como sujeto de derechos; el interés superior del niño; la
prioridad absoluta; la participación y el rol fundamental de la familia en la garantía de los
derechos de los niños y adolescentes.

El Art. 4 de la LOPNA señala la obligación del Estado de tomar las medidas


necesarias para garantizar a los niños, niñas y adolescentes el pleno goce de sus
derechos. Así mismo, en su Art. 4 literal “A” establece que el Estado, la familia y sociedad
son corresponsables en la defensa y garantía de dichos derechos, con prioridad absoluta,
considerando el interés superior de los niños, niñas y adolescentes.

Por otra parte tanto la Convención de Derechos del niño, como la LOPNA hacen
referencia al papel fundamental que debe desempeñar la familia en la garantía de los
derechos del niño. En efecto, el preámbulo dice expresamente que “el niño, para el pleno
y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un
ambiente de felicidad, amor y comprensión”. Este principio genera cambios
fundamentales en las políticas sociales dirigidas a niños y adolescentes.

Con la adopción del nuevo paradigma se privilegia la familia como el medio natural
y primario donde se garantiza el desarrollo y la protección del niño y del adolescente. Los
padres son los principales responsables de cuidarlos y educarlos. A tal efecto, el Estado
debe brindar a la familia la ayuda necesaria para poder asumir plenamente sus
responsabilidades. Apoyando a la familia se estará apoyando al niño. Este principio obliga
al Estado a evitar medidas que separen al niño de su familia, entendida en su sentido
más amplio.

Ante cualquier circunstancia, se debe tomar en cuenta primero la familia, luego los
parientes más cercanos y sólo en casos excepcionales se aplicarán medidas como
colocación en hogares sustitutos o adopción y, en último caso, su colocación en entidades
de atención. De igual manera la Ley en su Art. 6 incluye la participación de la sociedad,
quien debe y tiene derecho de participar activamente para lograr que se cumplan los
derechos y garantía de los niños, niñas y adolescentes; todo ello con prioridad absoluta
como lo indica el Art. 7 de la LOPNA, es decir con especial preferencia. De manera que
con la vigencia de esta Ley toda persona que tenga conocimiento de que se están
menoscabando los derechos de un niño o adolescente puede dirigirse a los órganos
competentes y hacer que se cumplan las garantías que ordenamiento jurídico enmarca.-
 Derechos de la Infancia a Nivel Universal

Evolución de las Normas Internacionales sobre Derechos de la Infancia

1924 La Liga de las Naciones aprueba la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño. La declaración
establece el derecho de los niños y niñas a disponer de medios para su desarrollo material, moral y espiritual;
asistencia especial cuando están hambrientos, enfermos, discapacitados o han quedado huérfanos; ser los primeros
en recibir socorro cuando se encuentran en dificultades; libertad contra la explotación económica; y una crianza que
les inculque un sentimiento de responsabilidad social.

1948 La Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la Declaración de Derechos Humanos, que en su
artículo 25 dice que la infancia tiene “derecho a cuidados y asistencia especiales”.

1959 La Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la Declaración de los Derechos del Niño, reconoce
derechos como la libertad contra la discriminación y el derecho a un nombre y a una nacionalidad. También
consagra específicamente los derechos de los niños a la educación, la atención de la salud y a una protección
especial.

1966 Se aprueban el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales. Ambos pactos promueven la protección de los niños y niñas contra la
explotación y el derecho a la educación.

1973 La Organización Internacional del Trabajo aprueba el Convenio No. 138 sobre la edad mínima de admisión al
empleo, que establece los 18 años como la edad mínima para realizar todo trabajo que pueda ser peligroso para la
salud, la seguridad o la moral de un individuo.

1979 La Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la Convención sobre la eliminación de todas las formas
de discriminación contra la mujer, que protege los derechos humanos de las niñas y las mujeres. También declara el
año 1979 como el Año Internacional del Niño, una medida que pone en marcha el grupo de trabajo para redactar
una Convención sobre los Derechos del Niño jurídicamente vinculante.

1989 La Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba unánimemente la Convención sobre los Derechos del
Niño, que entra en vigor al año siguiente.

1990 La Cumbre Mundial en favor de la Infancia de 1990 aprueba la Declaración mundial sobre la supervivencia, la
protección y el desarrollo del niño, junto a un plan de acción para ponerla en práctica en el decenio de 1990.

1999 La Organización Internacional del Trabajo aprueba el Convenio No. 182 sobre la prohibición de las peores
formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su eliminación.

2000 La Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba dos Protocolos Facultativos de la Convención sobre los
Derechos del Niño: uno sobre la participación de los niños en los conflictos armados y el otro sobre la venta de
niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía.

2002 La Asamblea General de las Naciones Unidas celebra la Sesión Especial en favor de la Infancia, una reunión
en la que se debaten por primera vez cuestiones específicas sobre la infancia. Cientos de niños y niñas participan
como miembros de las delegaciones oficiales, y los dirigentes mundiales se comprometen en un pacto sobre los
derechos de la infancia, denominado “Un mundo apropiado para los niños”.

2007 Una reunión para realizar un seguimiento cinco años después de la Sesión Especial de la Asamblea General
de las Naciones Unidas en favor de la Infancia finaliza con una Declaración sobre la Infancia aprobada por más de
140 gobiernos. La Declaración reconoce los progresos alcanzados y los desafíos que permanecen, y reafirma su
compromiso con el pacto en favor de Un mundo apropiado para los niños, la Convención y sus Protocolos
Facultativos.-
Hay dos Protocolos Facultativos de la Convención sobre los Derechos del Niño,
que fueron aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 25 de mayo de
2000. Se trata del Protocolo Facultativo relativo a la venta de niños, la prostitución infantil
y la utilización de niños en la pornografía, que entró en vigor el 18 de enero de 2002, y el
Protocolo Facultativo relativo a la participación de los niños en los conflictos armados, que
entró en vigor el 12 de febrero de 2002. La redacción de los Protocolos Facultativos se
centró en temas que los Estados partes consideraron que exigían un compromiso mayor
que el que se describía en la Convención.

 Protocolo Facultativo relativo a la participación de los niños en los conflictos


armados

El proceso de redacción consensuado de la Convención llevó a que la edad


mínima para la participación de los niños en las Fuerzas Armadas se estableciera en
torno a los 15 años, una edad que muchos países consideraron como demasiado
temprana El Protocolo Facultativo requiere a los Estados partes prohibir la conscripción
de cualquier persona menor de 18 años, adoptar todas las medidas viables para
garantizar que los soldados reclutados voluntariamente y menores de 18 años no
participen en combate, y penalizar el reclutamiento de niños menores de 18 años por los
grupos rebeldes.

El protocolo resolvió la contradicción de la Convención, que no garantizaba a los


soldados menores de 18 años los mismos derechos y la misma protección que al resto de
los niños, y establecía una norma jurídica y una regla internacional que facilitaba la tarea
de responsabilizar a los países y alentaba la aprobación de leyes nacionales de
conformidad con sus principios. En julio de 2009, el protocolo había sido ratificado por
128 países y firmado por otros 28.

 Protocolo Facultativo relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la


utilización de niños en la pornografía

El Protocolo Facultativo relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la


utilización de niños en la pornografía fue concebido para fortalecer la protección de los
niños y niñas contra estas formas de explotación. Entre sus disposiciones cabe destacar
recomendaciones sobre la penalización de este tipo de prácticas; procedimientos para la
extradición de las personas culpables de estos delitos; llamamientos para la cooperación
internacional en la búsqueda y enjuiciamiento de los culpables; procedimientos para
proteger y asistir a las víctimas infantiles; y llamamientos para promover la sensibilización
de la opinión pública.

El Protocolo Facultativo relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la


utilización de niños en la pornografía ha servido para aumentar la concienciación
internacional sobre los complejos temas implicados e influir en los intentos de los
gobiernos nacionales para aprobar y poner en vigor leyes pertinentes. En julio de 2009, el
Protocolo había sido ratificado por 132 países y firmado por otros 29.-

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