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Objetivo docente
1º-Estudiar las diversas categorías en las que se pueden englobar las variantes
de la circulación cerebral: anastomosis persistentes carotídeo-basilares, variantes del
polígono de Willis, y fenestraciones y duplicaciones.
2º- Estudiar si estas anomalías vasculares tienen asociaciones con otros trastornos
vasculares, así como su clínica.
-La arteria trigeminal (AT) es la anomalía más frecuente de las persistencias carotido-
basilares (aproximadamente el 85%). Su prevalencia en la población es del 0.1-0.6%.
Nace de la porción cavernosa de la arteria carótida interna, inmediatamente después
de su salida del canal carotídeo petroso. Desde su punto de origen pueden adoptar
dos recorridos en relación con su disposición respecto al nervio motor ocular externo:
medial (esfenoidal) y lateral (petrosa). La variante medial es ligeramente más frecuente
y adopta un trayecto medial y posterior, a través del dorso sellar (Fig. 1 on page 5,
Fig. 2 on page 5, Fig. 3 on page 5), por lo que su conocimiento es esencial
en las cirugías trans-esfenoidales por adenomas hipofisario. La variante lateral se dirige
directamente hacia atrás, para unirse con el tronco basilar, atravesando seno cavernoso
y cavum de Meckel (Fig. 4 on page 6, Fig. 5 on page 6). Además, existe
otra clasificación dependiendo de la configuración de la arteria cerebral posterior (ACP)
ipsilateral: en el tipo 1 de Saltzman existe AT, con ausencia de arteria comunicante
posterior, de tal forma que la AT la suple. En el tipo 2 de Saltzman, el segmento proximal
de la arteria cerebral posterior (ACP-1) está ausente. No es infrecuente encontrar
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hipoplasia vertebro-basilar por debajo de la anastomosis. Hasta en un 25% de los
pacientes con AT se encuentran otras anomalías vasculares: 14% con dilataciones
aneurismáticas intracraneales o salida aberrante de arterias cerebelosas de este vaso.
La clínica varía desde estados asintomáticos a cefalea, espasmo hemifacial, parálisis del
motor ocular externo y neuralgia del trigémino. Las variantes transelares pueden asociar
hiperprolactinemia.
-La arteria hipoglosa es la segunda variante más frecuente. Tiene una prevalencia
del 0.02-0.10%. Nace de la arteria carótida interna cervical alta (a la altura de los
cuerpos vertebrales C1-C3), se introduce por el conducto hipogloso, prolongándose con
la arteria basilar o, menos frecuentemente, con las vertebrales. En un 80% de los casos
asocia hipoplasia de la arteria comunicante posterior así como de las vertebrales. Puede
ocasionar neuralgia del glosofaríngeo, parálisis del nervio hipogloso y justificar isquemia
cerebelosa y/o de tronco en el contexto de enfermedad carotídea. (Fig. 6 on page 7,
Fig. 7 on page 8, Fig. 8 on page 8, Fig. 9 on page 8)
-La arteria ótica se origina de la arteria carótida interna petrosa, en el canal carotídeo,
dirigiéndose por el conducto auditivo interno hacia la porción medial de la basilar. Se
discute su existencia.
Por otro lado, estudiamos las variantes del polígono de Willis, considerando como normal
el "polígono clásico", descrito inicialmente por Willis, y que sólo está presente en un
20-25% de la población, casi en el 50% de todos los especímenes anatómicos se ven
anomalías de la parte posterior del polígono. Las variantes normales más frecuentes
son la hipoplasia de las arterias comunicantes posteriores, hipoplasia o ausencia del
segmento A1-ACA y un origen fetal de la arteria cerebral posterior a partir de la ACI.
No obstantes, vamos a repasar todas las posibles variaciones. Las variantes que nos
podemos encontrar en cada una de las arterias que lo conforman son:
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Arteria cerebral anterior (ACA): además de duplicaciones y fenestraciones, puede
presentar las siguientes variaciones, que predisponen mayor riesgo de afectación
isquémica y presencia de aneurismas.
Otras:
-Agenesia de carótida interna: con una prevalencia del 0.01%. Suele asociarse con
ausencia o hipoplasia del canal carotídeo. Es frecuente observar la presencia de arterias
intercarotídeas comunicantes intraselares. (Fig. 16 on page 12, Fig. 17 on page 12,
Fig. 18 on page 12, Fig. 19 on page 13).
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-Hipoplasia de arteria carótida interna
: ( Fig. 20 on page 14, Fig. 21 on page 14,
Fig. 22 on page 15).
Fig. 2: Angio-RM (secuencias EG, TOF MIP 3D) en planos sagital y coronal que
muestran variante medial de la arteria trigeminal izquierda (flecha roja) con hipoplasia
de arteria basilar (flecha azul) por debajo de la anastomosis.
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Fig. 3: Angio-RM (secuencias EG, TOF MIP 3Darriba y 2D abajo) en planos coronal y
axial que muestran otra variante medial de la arteria trigeminal izquierda (flecha roja),
que asocia hipoplasia de arteria basilar (flecha verde). Además se observa otra variante,
una arteria cerebral posterior izquierda de origen fetal (flecha azul).
Fig. 4: Angio-RM (secuencias EG, TOF, MIP 3D y 2D) que muestran una variante lateral
de arteria trigeminal derecha persistente (flecha roja), atravesando el seno cavernoso
y el cavum de Meckel.
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Fig. 5: Angio-TC del poligono de Willis. Reconstrucción MIP. Corte axial que muestra
una variante lateral de la arteria trigeminal izquierda (flecha roja).
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ACI izquierda (estrella azul) para unirse con la arteria basilar (punto morado) al atravesar
el agujero condileo anterior (flecha naranja).
Fig. 8: Angio-RM (secuencias EG, TOF, MIP 2D) que muestra arteria hipoglosa izquierda
(flecha roja).
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Fig. 9: Angio-RM (secuencias EG, TOF, MIP 3D) que muestra arteria hipoglosa izquierda
(flecha roja).
Fig. 10: AngioTC de polígono de Willis, recostrucciones MIP y 3D, donde se observa
la formación de una ACA ázigos (flecha roja), a partir de los segmentos A-1 de ambas
arterias cerebrales anteriores. Además se observa pequeño aneurisma (flecha azul) en
su extremo distal, previo a su bifurcación.
Fig. 11: Angio-RM (secuencias EG, TOF, MIP 3D)del mismo paciente que la figura
anterior, que muestra arteria ázigos (flecha roja), ), formada a partir de los segmentos
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A-1 de ambas arterias cerebrales anteriores (flechas azules). ACI (flecha verde). ACM
(flecha morada).
Fig. 12: AngioTC de polígono de Willis, recostrucción MIP y 3D, dónde se observa una
arteria cerebral anterior ázigos. (flecha verde).
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Fig. 13: Angio-TC del polígono de Willis, reconstrucciones MIP y 3D, donde se observa
que la arteria cerebral posterior izquierda fetal persistente (flecha azul) no viene de la
división de la arteria basilar, sino que deriva de la ACI a través de una arteria comunicante
posterior prominente.
Fig. 14: Angio-TC del polígono de Willis, reconstrucciones 3D y MIP coronal y axial,
donde se observa fenestración de la porción proximal de la arteria basilar (flecha
morada).
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Fig. 15: Angio-TC del polígono de Willis, reconstrucciones MIP en planos coronales y
axiales, donde se observa otra fenestración de la porción proximal de la arteria basilar
(flecha morada).
Fig. 16: A la izquierda, angio-TC donde se evidencia ausencia de arteria carótida interna
cavernosa y supraclinoidea derecha (flechas azules). A continuación, TC de cráneo en
ventana de hueso, observándose ausencia del canal carotídeo derecho (flechas rojas).
Fig. 17: Angio-RM (secuencia EG, TOF, MIP 2D) cortes axiales, del mismo paciente de
la figura 15, en los que no se ve ACI derecha (flechas azules)
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Fig. 18: Angio-RM (secuencia EG, TOF, MIP 3D) del mismo paciente, en la que se
aprecia agenesia de ACI y ACA derechas. De la arteria carótida interna izquierda (flecha
azul) salen la ACM (flecha morada) y ACA-1 (flecha naranja) izquierdas, de la que se
orginan ambas ACA-2 (flechas blancas). La ACM derecha (flecha roja) deriva de la ACP
ipsilateral y ésta de la arteria basilar (flecha verde). Ausencia de ACA-1 derecha.
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Fig. 19: Angio-RM (secuencia EG, TOF, MIP 3D) en la que se aprecia agenesia de
ACI izquierda. De la arteria carótida interna derecha (flecha azul) salen la ACM derecha
(flecha verde fina), la ACA-1 derecha (flecha naranja curva) y una rama anastomótica
transellar (flecha morada gruesa) de la que deriva la ACM izquierda (flecha verde
gruesa). De ésta última, se origina la ACA-1 izquierda (flecha naranja recta).
Fig. 20: Angio-TC de TSA, con reconstrucción MIP, en el que se observa trayecto
filiforme de arteria carótida interna izquierda (flecha roja) por hipoplasia de la misma.
ACI derecha (flecha azul normal). Nótese la diferencia de calibre entre ambos conductos
carotídeos, solamente posible en patologías congénitas y no explicable por patologías
adquiridas (disecciones, trombosis…).
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Fig. 21: Angio-TC de cuello. Reconstrucción MIP en el plano coronal en el que se
observa el trayecto filiforme de la arteria carótida interna izquierda (flecha roja) por
hipoplasia de la misma. ACI derecha normal (flecha azul).
Fig. 22: Angio-TC de TSA con reconstrucciones MIP en el plano axial, en las que
se observa trayecto filiforme de arteria carótida interna izquierda (flechas rojas) por
hipoplasia de la misma, así como del canal carotídeo ipsilateral. ACI y canal carotídeo
derecho (flechas azules) son normales.
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Conclusiones
BIBLIOGRAFÍA
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